\.H;'' Núm. 338. Año XI ViLwiaA 1 / áe ENERO de 1819. ' * • " ' ^ M '*"T"*T LA iLUsmci mm MIÍCA. REVISTA CATÓLICA, CIEIÍTIFICd-LITERARIA, CONSAGRADA AL CORAZÓN ADORABLE DE ÍESÜS. •áMM ftadaodony Admlnlatraelon aa la Imprenta Católica, ealla M lUBÍranta, añmarel. ^^^^^ll-VWWWWVWV J.M.Í. L4 FIESTA DE L4 CIRCUNCISIÓN. Gdlébraseel d<a ptitneto de año y, como nota Duran-^ do, BOB cinco las colas que'contribuyen á dar solénrnldád en este dia. ^rimefo: que concurren en él dos fisUyídades; dd la Madre que paie y del Rij.o que es parido* ^9U<>(^A: que es la octava del haciDjiiento de Hupstro SjBfior Jesu^ritlo,. Tercera: la impgisicíon del dulce y santo nombre de Jesús. Cuarta: ser este día el pritneroiaa que Jesús derfamó su sangre generosa y salvadord. Quinto; la Circuncisión del mismo Jesiis. Por raxon de concurrir en oate dia dos re^Uvidades, la del Hijo y la de la Madre, celebraba antiguamente 'dos Misas cada Sac<;rdoré. La primera,' dé ia Madre, (^ü^ tenia el introito ^uUum tuum, y el Communieo, Simtie ett regnum eaelorum homini ntgotiatnri. La segunda, del Hijo, y tenia por introito Puer natu* est nobit, ó en algunas IgUwi^t'fiumtHHfli^r» «i/«nt<wa». Actualweníte no Se dice ya masque ulna Misa; mas como recuerdo, de las dos antiguas y at mismo tiempo de todas las circónitancias que ocurren en eíi itiismo dia, las oraciones de la Misa son de la Virgen María, el Evangelio de la Circuncisión, y todo to demás de la octava; y el Oaclo Divino es en su mayor parte de la Virgen, y algo de la CircunctiioD 7 de la octava. La antigüedad de la flesta de la Circuncisión es innegable. El Concilio Turonense segundo, año 5G7, hace mención de esta Testívidad, advirtiendo que se celebraba ya por prescripción de los antiguos Padres. Los primitivos Cristianos.Sc preparaban con ayunos y luortíflcaciones á celebrar la Circuncisión del Señor; y ^e cslo^ .ayunos hacen mención San Ambrosio, Satí AgusMn y Oíros. La razón de estos ayunos guardaba proporción con la oportunidad de la Qesta en el dia primero del año. En efecto, los Gentiles celebraban inmorales fl'estas y di-* versiones escandalosas él dia primero de Enefo enÜOnor del taÜ'o Dios laño á quien dedicaban él mes y átrlboián el encargo de abrir él áfio. La Igleisia (dedicaba él tntJiab' dia á tos grandes y consoladores misteHos détnacíid^ttéh-,' to ip Nufsfr.o Señor Jesucristo y Redención del hombre, y apa^tába á tos Cristianos de la festividad get\tiH(;k.,' En cuanto á los ayunos, decía San Amllrosib: «iKoso'tWii' estamos sobrios y ayunos, para que entiendan eHó#(^Í!Í nuestra abstinencia condena su alegría.» (Serm. 2 de Kal. Janua.) YSan Agustín. «Ayunamos por estos dias, para gemir nosotros cuando se alegran ellos.» (ID Psal.98.) Por ello también, mandó un Concilio de Toledo que en el dia de la Circuncisión no se dijese AlMuya, como espresando tristeza por los eseesos de los GenUles. Esto no obstante, habla también Cristianos mal aconspjad^s que tomaban pa-te en lA$ dlyejcfioD«s pagipm é inmocale« del primer di» de año. La Igleiáa ló depioubi amargamente: nos quedan enérgicas reprensiones dd semejante abuso en los sermones de San Máximo, San Pedro Crisólogo y otros Padres: y según Alcuino y Sao Isidoro de Sevilla, algunas Iglesias particulares prescribieron , un ayuno para el día primero de Bn^ro Cif^ipo desagravio de la conducta, de esos Cristianos. . i ,. j. Aun mas. Con el mismo doble ffibt(tó de Idk M^^di de los Gentiles y de algunos Cristian^, se veta «d, (& Misal Romano una Misa p^rá este dia, que se ;li|<,ul«bl)K Adprohtbendum ab ídólii, y cuya prilmera ortoion f^ espresaba de esta manera: nOmnipoleDte SjBinpit^VO Dios, concédenos quatu voluntad cojnsecvem»» fleliD^ite en nuestra alma y manifestemos piadosamente en nuestro comportamiento, para que asi tu Iglesia puriBcadt de profanas vanidades, no profese una cosa de palabra j practique otra con las obras.» . _ Tanto esta Misa comp los ayunos dejaron, de exisUr cuando se concluyeron las jUestas paganas que los ^<My varpn.