La reunión COP 16 Cancún No es el punto final Algunos lectores estarán enterados de la reunión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático –COP16– a realizarse para finales de noviembre en Cancún, México. Otros tal vez lo desconozcan. Después de todo, la COP 15 terminó en desorden, con una multitud de participantes expuestos al gélido frío danés al desbordar la sede, que resultó demasiado pequeña para darles cabida, y cuyas negociaciones concluyeron con la firma de un acuerdo que muchos consideraron vago y sin efecto. Dadas las circunstancias, no es de sorprender que los medios y el público hayan sufrido de una forma de “hartazgo a las negociaciones climáticas”. Esta situación, combinada con una lluvia de mensajes de correo electrónico destinados a minar la credibilidad de la Ciencia del Cambio Climático dirimiéndolo en los tribunales de la opinión pública, por no mencionar la incapacidad del Senado de Estados Unidos para aprobar cualquier legislación en materia del cambio climático, provocó que el proceso quedara en suspenso y un tanto desarticulado. Pero este tema es de demasiada trascendencia para quedarse en el limbo, particularmente cuando al Protocolo de Kyoto le faltan dos escasos años de vigencia. Así que veremos próximamente un giro en la opinión pública. México, en su carácter de Presidente de la COP 16, ha señalado repetidamente que para la reunión de Cancún no están dadas las condiciones para adoptar un nuevo protocolo. Por ello, México se ha concentrado en generar para la reunión un ambiente de confianza y voluntad política global encaminado a desarrollar consensos hacia nuevos compromisos. Entonces, ¿qué debemos esperar de las negociaciones globales sobre el cambio climático, cuáles son los resultados probables y por qué es importante? Primero es necesario ver los fundamentos: •La Conferencia de las Partes son las únicas negociaciones globales destinadas a lograr reducciones en las emisiones de gas de efecto invernadero. Estas constituyen el marco en el que se negoció el protocolo de Kyoto, pero el primer periodo de compromiso bajo este protocolo expira en 2012. Hasta ahora no hay ningún tratado sustituto o segundo compromiso. La Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) ha comenzado a delinear soluciones provisionales en caso de que haya un vacío entre la fecha de vencimiento del Protocolo de Kyoto y la ratificación de un nuevo tratado. •En la actualidad ya hay varios esquemas nacionales y regionales instituidos o en análisis. No se considera óptima una estructura de esquemas regionales o nacionales con acuerdos bilaterales. Ya se habla de acuerdos arancelarios para abordar las importaciones de países que no tienen precios sobre sus emisiones, táctica que bien podría provocar guerras comerciales. •En Copenhague, el mundo desarrollado prometió a los países en vías de desarrollo y a los menos desarrollados poner a su disposición un fondo que pudiera ayudarles en la transición hacia una economía baja en carbono y reducir los efectos del cambio climático. En ese momento estaba implícita la suposición de que estos esfuerzos serían financiados por ingresos provenientes de los mercados de carbono, pero sin un acuerdo global resulta difícil ver cómo esto sería posible. •El cambio climático es un problema global, por ende, sin un acuerdo mundial sobre cómo repartir el compromiso de reducir emisiones no es fácil lograr un avance en su solución. Pronosticar los resultados es una tarea que cae más en la especulación. De cualquier manera, estos serían algunas de nuestras reflexiones: •Lo más probable es que Cancún sólo constituya el paso siguiente de un proceso, más que el punto final. La atención se centrará en la preparación de la reunión COP 17 (que se celebrará en Sudáfrica). Este será un evento de gran trascendencia, dado que para entonces habrá vencido el primer periodo de compromiso del Protocolo de Kyoto. Pero también hay que esperar que se aborde el tema de la celebración del 20 aniversario de la Cumbre de la Tierra, a realizarse en Río de Janeiro en 2012. •En este contexto, se retomarán algunos de los asuntos que quedaron pendientes después de Copenhague. Uno de los más importantes será el monto del financiamiento a ofrecer a los países en vías de desarrollo y los menos desarrollados. Ya anda circulando el rumor de que el fondo de emergencia a corto plazo, de US$30,000 millones no se liberará en el futuro inmediato. Es necesario que haya mayor seguridad en que se podrá contar con estas cantidades y que los US$100,000 millones prometidos para los países en vías de desarrollo y menos desarrollados estarán disponibles después de 2012. •Se dará más énfasis al tema de Medición, Elaboración de Reportes y Verificación (MRV). Este es un asunto fundamental para la transparencia y rendición de cuentas acerca de 1 http://unfccc.int/resource/docs/2010/awg13/eng/10.pdf las reducciones, además de haber figurado como tema de confrontación entre países en Copenhague. •Se trabajará más en lo que podría llamarse la arquitectura de los acuerdos. Es necesario poner mayor atención en el papel de la silvicultura y el funcionamiento de un mecanismo REDD (Reducción de Emisiones de la Deforestación y Degradación forestal). Es preciso aclarar la función tanto de las Acciones de Mitigación Apropiadas para cada Nación (NAMAs, por sus siglas en inglés) como las bases para su medición. También se requiere reforzar las estructuras que sostienen el financiamiento de la reducción de carbono, y crear mecanismos para captar y distribuir los fondos. Posiblemente veamos algunos avances que pudieran acelerar el proceso de negociación. • El mundo desarrollado, tal vez a través del Grupo de los 20 (G20), en el cual se incluye México, podría indicar el nivel de compromiso y aspiración al que se podría comprometer en sus reducciones. Esto implicaría cuantificar el nivel de reducciones que podría fijarse, así como las aportaciones a los fondos para la mitigación de GEI (gases de efecto invernadero) y adaptación para el cambio climático. Esta medida podría constituir una base para la negociación, aunque resultaría engañoso y simplista pensar que se trata sólo de una negociación bilateral que contrapone al mundo desarrollado y a los países menos desarrollados. Es de suma importancia que Europa y Estados Unidos adopten una perspectiva común sobre estos temas. •Podría haber cierto nivel de compromiso con el futuro del protocolo de Kyoto. Si fuese preciso determinar un precio global sobre las emisiones, es imprescindible llegar a algún tipo de acuerdo global. También podría haber algún acuerdo para la eliminación progresiva de los subsidios sobre los combustibles fósiles. Sin embargo, en términos generales, el nivel de expectativas para Cancún probablemente sea bajo. Es posible que la conferencia se centre en enderezar el timón y adoptar un proceso ordenado para lograr mejoras, considerando compromisos más serios para la reducción de emisiones en 2011 y 2012. También se puede esperar una declaración conjunta de los líderes acerca de los compromisos, la cual, a diferencia de la de Copenhague, no se improvisará en las etapas finales del evento. Entonces, ¿qué podría significar esto para las empresas? Como afirmamos después de la reunión de Copenhague, lo que sucede dentro de cada país es de gran trascendencia. Estados Unidos todavía se encuentra luchando para lograr que el Senado apruebe una legislación en esta materia, aunque hay sistemas de comercio de derechos de emisión (cap and trade), tanto recientes como en operación, así como la tan discutida advertencia de reglamentación directa a través de la EPA (Environmental Protection Agency, Agencia de Protección Ambiental). Se ha difundido ampliamente la noticia de que China estará implementando un sistema interno de comercialización de carbono para los próximos cinco años que le ayudará a mejorar su eficiencia energética. Japón –que ha establecido esquemas locales de comercialización en las prefecturas de Tokio, Saitama y Kyoto– está considerando tratados bilaterales sobre bonos de carbono evitando los créditos de los Mecanismos de Desarrollo Limpio La reunión COP 16 No será el punto final 3 administrados por las Naciones Unidas. La gran mayoría del resto del mundo está analizando cómo participar en los mecanismos existentes y propuestos, mientras que Europa continúa con su Sistema de Comercialización de Emisiones complementado con mecanismos de comercialización secundarios, impuestos, así como múltiples incentivos y tarifas. A su vez, en México ya ha sido presentada la iniciativa de Ley General de Cambio Climático, que busca definir políticas públicas de largo plazo para su adaptación a los programas medioambiental, económico y energético, la cual se encuentra en periodo de discusiones por el Congreso. Desde una perspectiva más amplia, los precios sobre las emisiones continúan variando considerablemente. Se podrían pagar más de 16 euros por un derecho de Asignación de la Unión Europea (EUA, European Union Allowance) y menos de US$2 por un crédito de la Iniciativa Regional de Gases de Efecto Invernadero del Noreste de Estados Unidos (RGGI, Regional Greenhouse Gas Initiative). Esta es una brecha importante, aun haciendo ajustes, considerando el hecho de que los dos sistemas usan diferentes tipos de sistemas métricos (toneladas métricas y toneladas inglesas cortas). A los efectos de los sistemas –en ocasiones confusos– de incentivos, mercados y requerimientos para la energía renovable, hay que agregar el hecho de que los cálculos para hacer reducciones de carbono pueden arrojar enormes variaciones en un área de unas cuantas millas. Para las empresas que intentan consolidar su operación globalmente, sigue siendo en extremo difícil hacer la suposición más simple sobre la determinación de precios de carbono. Ante la cercanía de la COP 16, también es importante que las empresas tengan en cuenta que hay un cambio contundente en la terminología. Cada vez escuchamos más el término “finanzas climáticas” en lugar de “mercados de carbono”, lo que refleja un nuevo paradigma en el cual han cobrado mayor importancia los mecanismos como los NAMAs y los incentivos forestales no basados en los mercados. Las organizaciones enfrentan el desafío de entender cómo estos mecanismos afectarán su utilización de recursos, así como sus modelos de negocios en general, por la interacción nacional, y hasta local, con las autoridades y otros públicos involucrados. Con todo esto, a medida que se aproxima el aniversario de la reunión que tenía como propósito aclarar el panorama, nos enfrentamos a una mayor complejidad y confusión con pocas soluciones inmediatas a la vista. Hasta los observadores más optimistas opinan que la reunión COP 16 traerá mejoras graduales en los procesos y no un avance importante hacia un acuerdo. Las expectativas se han controlado considerablemente. El éxito consistirá en alcanzar un acuerdo sobre cómo negociar, dejando el contenido de cualquier acuerdo para la reunión del grupo en Sudáfrica, a celebrarse en diciembre de 2011. Sin duda, el que México sea la sede y por consiguiente un actor importante en este proceso, también ha despertado la conciencia local de autoridades, legisladores y la sociedad en general, y, por supuesto, en las empresas. Hoy la sustentabilidad es una extraordinaria oportunidad competitiva para ellas ya que se ha convertido en parte fundamental de la planeación y el éxito futuro de las organizaciones, dejando de ser una mera “opción verde” a un imperativo para los negocios. 4 Contactos: Nick Main Director Ejecutivo Global Sustentabilidad y Cambio Climático nimain@deloitte.co.uk Eric Hespenheide Sustentabilidad y Cambio Climático Global Líder de Riesgos ehespenheide@deloitte.com Pat Concessi Sustentabilidad y Cambio Climático Líder Adjunto en Canadá pconcessi@deloitte.ca Javier Romero Socio Director Nacional de Clients & Markets y Líder de la Práctica de Sustentabilidad y Cambio Climático en México jromero@deloittemx.com La reunión COP 16 No será el punto final 5 www.deloitte.com/mx Deloitte presta servicios profesionales de auditoría, impuestos, consultoría y asesoría financiera, a organizaciones públicas y privadas de diversas industrias. Con una red global de firmas miembro en más de 140 países, Deloitte brinda su experiencia y profesionalismo de clase mundial para ayudar a que sus clientes alcancen el éxito desde cualquier lugar del mundo en donde operen. Los aproximadamente 169,000 profesionales de la firma están comprometidos con la visión de ser el modelo de excelencia. Los profesionales de Deloitte están unidos por una cultura de cooperación basada en la integridad, el valor excepcional a clientes y mercados, el compromiso mutuo y la fortaleza de la diversidad. Disfrutan de un ambiente de aprendizaje continuo, experiencias desafiantes y oportunidades de lograr una carrera en Deloitte. Están dedicados al fortalecimiento de la responsabilidad empresarial, a la construcción de la confianza y al logro de un impacto positivo en sus comunidades. Deloitte se refiere a Deloitte Touche Tohmatsu Limited, sociedad privada de responsabilidad limitada en el Reino Unido, y a su red de firmas miembro, cada una de ellas como una entidad legal única e independiente. Conozca en www.deloitte.com/mx/conozcanos la descripción detallada de la estructura legal de Deloitte Touche Tohmatsu Limited y sus firmas miembro. Limitación de responsabilidad Esta publicación contiene información general solamente, y ni Deloitte Touche Tohmatsu Limited, ni sus firmas miembro, ni sus afiliadas prestan por este medio asesoría o servicios profesionales de tipo contable, de negocios, financiero, de inversiones, legal, fiscal o de otro tipo. Esta publicación no sustituye dicha asesoría o servicios profesionales, ni debe usarse como base para cualquier decisión o acción que pueda afectar las finanzas o negocios de los lectores. Antes de tomar cualquier decisión o acción que pueda afectar sus finanzas o negocio, debe consultar a un asesor profesional calificado. 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