(EDICIQIV MaHes 30 de Junio ele 1S35. PB MADRlÜ.j ESTE PEIIIUDICO Precio de la «iiscricion • n M a d r i d , llt-vadn i ciiu d e lus aeñoru» Su;icritures. Por Vor Por Por un nin» tren idseifi i d . un *üu. >o rs, 5S. »i6. ESPAÑA. MADRID 29 DE JUMIO. La policía tal como existe hoy eiifr^ nosotros fs nn (le<!cnljriniieiito iiioilerno inventado por la tir.Tiiía de Napoleón é iiilroducido en España por sn.s apasionados en l-i reacción política de 1^.23 con alt;nnos amnentos aímdidos por .sus introductores para liacer mas vi¡¿oiosa la acción del poder aun á costa ác, \«» innvoies vejaciones de los (|iie obedecen. Kotüiiccs se eslaljlccieron los lefVendos de los pasaportes, las Cartas de sej^nridad y la ulillgacion de ijue de parte lodo v e cino lioiirado del lugar en que duerme cada n o c h e , con otras formalidades i|ne ai p;iso i|ue molestan indelinidainente al haliituiite pacífico, nianiKestan la ignorancia de <|uien las ideó ; pues la espericncia lia demostrado cuan f.icii es eludir las pesi|uisas de la policía, sin dejar de cumplir con t o das las ceieninnias de sn reglamento. De todas ellas en nuestro concepto solo debeti subsistir las necesarias para reunir lo,< datos i[iie han de servir á la formación de la estadí.slica áel r e i n o ; y Si se dejasen los pasaportes en el nuevo a r r e glo, lo <]iie e.t los refrendos , cansa de la mayor incomodi2ad para el que viaja , deben al)olirse completamente; dejando la obligación de presentar el pasaporte cuantas veces lo pida lina autoridad civil ó militar, y esta despties de exami»ado debh volverlo al v i a g e r o , dejándole en lii;ertad de .seguir sn rntiípor dónde y como (juiera. Solo asi podrá hacerse tolerable el «so de los pasaportes: de este modo se hace en Francia y es lástima por cierto que ya que se trae a(|ui todo lo malo de aquel pnis rio se traiga juntamente lo bueno. Cii.indo felpas.1 porte se concede por un te'rmino lijo, d e b e enteiidííseí que se da á aquel sujeto la facultad de viajar por •I reino d é l a manera qne mejor le acomode : sujetarlo «í ha«er su viaje por un camino determinado es tratar peor al que eaca le^atíivente su pasaporto que al que camina sin él ó le falsea í Í B •gUtito. • La policí» accreU fac también en España Aeaéé aí<¡uella ^ o c a j i n r a i n o de industria y .u,ii. medio desconocido hasta énlonres de desmoralizar á los infelices que buscaban de este modo'..^u subsistencia. Los qiie lian vivido en Madrid en la ¿poca aiUeiMOi* recordarán basía c|né grado llegó á introducir la desconliaim entre foyctadadanos esta institución fun e s t a ; |<.\e«qoiiIiaba uno de sus .amigos mas queri.dos porque .todo se creia ganado por la policía ; la cíjlumuia se valia tamibien de asta duda,para atacar la rep^utacipu d e s i g n ó o s liom^>re» hpqrjidvs, haciendo corrcrda VOÍ de q u e . e r a n agentes ide i;»; puliría segreta y nadie,pstal)a libre d e . sqnipjante imputación «¿ue por desgracia,er,a, fu;iKl,uda,respecto ,de algunos P(Oc<js hombres teniílos por tl,e bqeuas ideas. .Obligados esloí «spias á hacer delaciones nara acreditar su celo y hacer ver .«jue, g;if^a|j,aii su,salariü, forjab-^n sin duda acií?iacionqs falsas y d e ahí: pfael :ver Hrraslrüdo.s 9, la cárcel ciudj)dauos .pacíli,cos si,n, ifiaif dpiilo Í]HC susi antecedentes [tberalesj á ios c n a iles,,!s)i|imj¡i ^e. les po(,lia pi;obar en los tribunales,<Le justicia, ¿e^niá.i) bii-gp tien'ipp en li^ pi'.í.'jiQn ¿, Y que males ey.ilo ¡ni poiíiíi ,ev iit^r al: ,pa¡s catfl y.igi|/íi|c¡í iiiq.uisíÍori,al ?,JN<>s,otro.s ha-, lup."» leido, pf^critq por el^wisum,Na))oleon !\ntor.;de;. esta in•»«;ncioa, IS(I!B|)IO,S^ j (j,Hí; ji|K>ji» Ip de^ci)!)r¡ó Jf policía cosa alguna de grande interés á pesar de las mucha(iineomodidadf:.s,(|ue ,'ía.\r^ó.e;i Fiqliciít en<tle;m.pi9 dt;l imperio y d^' los cuantiosos foif^ps que a|j5(vbi;|; ,ppi;4u?,,lal será suíitipr? ,cl efecto .fip. ilo?, «\ainejjns seijiíjtos ;, c^ |if ifi^i^iap , v íjnganzas- particu- Um» y!,<|i)»nHli»«ip"/le intefesijs. ,,, ,, ,, , , •) r«¡j» ^ i)fíe,»;u en Espacia U pnlajírapoUcia .pyero, e n t e n J i 4?i eij, ,u,ia^ sic,ei)c¡on muy,,4ive^.s3; de la q o e ;n>odie«naraeiite «^l^.,<)a; cpnjsistia 'est.ií ea, tiempo/l,e nuestro.* .maypre» en toteólo, fl^/B,^oc^ al orn|ito,y ^atiija.!! ,4* l<is,,p(Oblii»j¡o«es y •A, . . n>,-iir. ' ,11' r,. , I ;'l SALE TODOS LOS DÍAS. Se «uscribe en Madrid en el Df«/>ffn/i() flrt Eco del Ccinercin, hinlr al R i a l (lonsiilado; y'"n los pniitüs slg lientes en la» p r o T Í n c ' a ! : ALCCCIHIH, Adininljlracion d«? f^OrriMis : AIOAWTIÍ, C a r r a t a l a : AI.MI;»! A . Puciiol : AAULJAH , Adniiríi.shiuion di- (JIM ri-os : A V I L A , 1). Fati^to Ag.iafío , it"du:'rloii del lioit'tin oGcial : BADAJOZ,, viuda de Carrillo: lí ABCKLO.^ A , Sierta ; líii.r AO , (JHicia ; 11 u anos. Arcdtha : C ÍOCHK.S , ü . .Maiuicl Si-gura; (1 vntz., ll'>rl<il y r o m p i ü i a ; lliKrACitit A , licinídictu : CisTüLLofl un LA I'LAITA, D. l*edro (Julicruiz O t e r o , iniprtruta v r«-d.u'(?ioii d r l BnlrMin C)firial : CIHIHÍÍHN, Adoittii.strrfcioii tic Cí?rr**os ; í].ui)nt-l{«At. , . I b a r r o l a ; CoRuonA , U. Josú Lope?, de la T o r r e , olici.il de correos; CÜBI'SA , (Jalvct!-; GIIAHADA, .Sauz: JIUKLVA , tí. .Manuel Lojjez S o t o : J Ar.^ , Ccree-.-iN : JKBIÍZ DK I.A Kno?fTKBA, O. Jos»; Bm.'tio : r-K'».\, M i ñ ó n : I.tGO, í'nji>I y Macla: MAHO>, 1). J u a n Silvcs Kaner: MÁI.AC A. (¡aii-eras y lía unu: MOTUI.A DKL l**i.A.vr \K, adiniíiistra-iin de correir.-*: ^IHBL; i , ííerirvücto : OSKNSH , Gome/. l'azoM; O viKuo, Lon¡^(íria ; PAI.» A. Giiasji: pAui't.o.> A, Lonií;ís : I^I.ASK.^CIA. Pt.ií; ro^TKVfiDBA . ^diniiiistraei;)ii d r c i reos : Hosb A , D. Jüs(* líiisr-tin: SA^,AMA^c A , ííeyes: SA;\TA--'.RiiZ DK 'rr.MíBiiii, »>. llartolodn': Cil'ia : .SA.^TANDKB , Itif-.s^o; SASTI ir.o, viuda de Conipafiel; SKVILLA , líidali^.iy contpañín : S I B I A , ü . M.Totiel Peña ; 'Í'ÜI.KCO , 1). V icen le López Delgado : VAI.IUCIA, Malleii y sobrinos : VALLADULIU, Uodrigiiez : V IIORIA , D. Uiunisio Serrano : ZAHUBA, 1>. l''(aacii«co Maria I ' c r n a n d c z , redacción del llolclin (liieial ; ZARAGOZA, l'idi>, Lu.>uuiis , Mr. Jubo DavLs , Noilb and .Soiilh American GolTee Ilouse : GIBRAI.TAR , Mr. TI. L, I l e p p e r : Oponro , D. José de ü r c u l l ' i : I'ARIS , Lepellct'-r y c o m p a p i i i e , rué Nolrc Uatne-de» V i e l o i r c s , iióin. iS.--Las recUniaciones , coiniiidcados y anuncios se dirigirán a la lU'daccioo , pluzíiíla de ¡os Trnjiítos ficitlc á ta de S. ilarlin, número a , citarlo principal, flancos de p o r t e . Loi uíinieros suello.s se venilen .i dict c u a r t o s . ; > ii.i>iiil»t>aniltn[| w I .. . 1 ' 1 • i i ; ) u 111 i i i i . l i ¡í'-^;: -'!!•,3 >.ÍA ' ( í1 .l/c ;'i.l ' i j ) ni' I ¡..Caívi^^lfl de,toíTi?r l^pl>,e,,d,c íí,i^rn-|i,y> píl<,l,o^i\!,.jd,f., ciu*glfl»a< tJe.pir, p^risitipí de .HipqMrfll,e?.3fJ,*'!itW,de',IííipiíHíi9Ígi,.,)iide Ja P»K)'ll'"»»,&?'t?co-'lMlit\f»i!diei í:urtfr.pi,4^i,vd;ictífi ¡qiiR .saipe^íaii las lw»!lf?s,;p<^V!>BLiit''l«í\'f«e'!Íf|i ii<f i4!»iUf>;'V«eiltia«i^l>-rPííJ«i,( fjí coi) Wi »«t»aPM3 yi>lt¡"itA.pQrWft,(f'k'WHrPMfi)jUl,'<íe Aii{Ulfipíai,,d(< ff^y«|l<)P!^?^4;;|W^|^(!H^ir.d«•..H'tírp,<^Mí,se^•iil.peligl•<?.sp,r*vIe.lvl• m lfPÍ"„HMj>>í^'r;4='A.Wt> UistyiVJa- íPigo,,! pues,, q.pp,ni3il.,,qne|lp p^sp» fi|ítfefi«níCyfli,M><f,:pHsp,;l^ivflnfl.,,pii,,(iiyno|!j.^dfi ,1áí;idií(s¡,: «br «)Wr«ll4ftMHirfi'giWeH,i«Mtíi;«i>ient£! iC|í,'|itri>f'P; A I Í ^ I ^ I ««e ,1'*í»Mft prftsfir'lioi lo-li.islw^toríífti.íiqKUM, á,4,,;p¡c,'y|íriUd, np.iiegiti^a«,>estqf qf(*í.el <•a/l.'P"J•lka.^^(e^(,^,í^iflfí :v,i|pli>.»,>;nco!> \m% ípie,j»!JSpp)S^pVis;,y ¡«rfllW»i(W9..í:fíllti;(l)«iría p9<;o,,á,,(j3Íi ,qJiv.ÍD h yijilt^en'J'ifl ír^^itqMilidad ,Pf///w«/tf,.qMe eiío(itme,li dichoso p4t«<)U<'j«a?'..»i.u.*teH OtíPi.a;ligii'>0jlíe.:<|li^fr,Mt.iUa,i,¡..»|iW.,p;i»!,j|ue' M»^?,go,J¡,'JL>tít^iAjjw?s.fi t^ijp,¡,jQ.p9«tie,'jo e. vlijoÍMiPOOiée poeta clásico , lo cual no es'dilicií, y hacer u'ua de aquellas cpmpo•4.¥(l9i»fis ta.iVi;í?!W<í»i«v*y>HtP •\í^;^lHl.e^•fl$ ,,dM5ÍeiMlQ«lJtro v,críjaííi«»,peflíi(jfts al,||]ulli»;KO ,de ,1^ fiprte ,,»1. dor,a4«.flrt«-,soq ,,lt)f pr<Jfipíe»tr4q,H0 7*.fiO<í.el,Mtaiiifii,t(r c!e,!i^u;ilrc.«)y.jq? áyji»P»ii7/9ttiM)ta».íte»¡V«<M*«.*«)|a4»|íabiT»^nfttííj UIIJUTOÍMQIT»;- estaba encargada á la autoridad municipal: el orden de T«?nd e r por ma^or y m e n o r ; el cuidado de las po.sadas, hosterías , tahonas y tabernas ; el cumplimiento de las ordenanzas sobre abastos que era el método imperfecto conocido e n tonces para el consumo de lus artículos de primera necesidad ; el régimen inlcriur de las cárceles; las medidns de sanidad y aseo y oli'i'-. puntos semejantes constituían entonces lo que se conoi •* en los pueblos cou el nombre de p o licía urnaiia. En el ilia , los adelantos hechos en la ciencia del gobierno exigen (jue las funciones administrulivas se i'eunan en el d e legado de S. M. nombrado para egercerias e n c a d a capital de provincia por el ministerio de lo interior , entre las cuales se cuenta la policía ; pero no precisamente como la organiío el gobierno absoluto , que es coinose encuentra todavía, sitm del modo (jue mejor pueda contribuir al bien estar de los p u e b l o s , de una manera lal que sea terror de los malvados y seguridad del hombre de b i e i , á quien es libre de las tropelías de sus semej a n t e s , cuando se vea que los planes de estos pued n dañarle ; pero su acción d e b e cesar donde empieza la vida privada : todo lo que está patente y aun lo que sin estarlo suministra las pruebas sulicientes de que puede cansar daño á los den.as es de la jniisdiccion <le la policía : lo que corresponde á la opinión parliculary al secreto de la amistad ó de las famili s debe respetarlo mientras no se maniüeste de modo que pueda t u r bar el ór<len piíblico. Quede para otro tiempo el usar de la policía como de nn arma ofohsiva que amenazaba continuaoiente la cabeza del ciud a d a n o , debilitaba la energía de su alma, empobrecia el ingenio para cuantas ¡nvenciones tenian algo de atrevido y libcr.il ; y .sobre loilo dejaba espuesta á la arbitrariedad del líltimo esbii-ro la libertad individual, bien el mas precioso del hombre reunido en sociedad : en los tiempos aquellos era lagítimo todo acto del g o b i e r n o , por ilegal y misterioso que fuese ; y ni habí* mas ley que la fuerza , ni nías motivo que la conveniencia de los que mandaban. Lejos de nosotros semejantes medios de los gobiernos defbiles y opresores : sepan los subditos cuanto les toca obedecer y si esto se r e d u c e á lo estrictamente necesario para el bien de todos los asociaeiados es seguro ([ue la obediencia será mas agradable y mas cumplitla Nada bay que degrade y envilezca mas al hombre que el temor y la desconfianza q u e lo convierten de ciiida(íaiio p a c í l i c o y contento , en un ser sin apego alguno al pais, sin respeto á los que le gobiernan, y dispuesto á desobedecery sul)lév'arse én la primera ocasión cjue se le presente: en vez de producir la subordinación , la paz y la tranquilidad , objeto de todo gobierno justo ; un mal sistema de policía , como que alcanza á tollos , produce un descontento general y sus efectos son quizá los que mas desacreditan á un gobierno. En la policía 110 hay termino m e d i o : o e s esencialmente buenÜ ó completamente ínala ; y para que sea buena no liasta que se rija por buenos reglamento.s ; es necesario a d e mas que sean buenas las personas encargadas de su ejecución; porqne en el ejercicio de la policía hay una multitud de coiios particulares que no pudiendo estar previstos por las leyes obligan á obrar segün la prudencia del ejecutor. Si esto ps duro y viólenlo p«r carSeter , ó propenso á dejarse llevar de una'p.ision mezqiíina, considérese como desempeñará en tales casos sus fiiiiciones discrecionales. Varios caíaos p u d i é ramos citar de estás deina<ias que nos han sido coniunicado< por los sngetos que han sido víctimas de ellas ; pero no c r e e mos que sea necesario para qne el gefe de la policía se convenza (>e la necesidad ü r g é r t t e d e poner en arinonia el reglamento actual del ramo coií las nuevas itistitucionas liberales. En el Diario de los Debat-s d e 16 del corriente «e dice qne «la salida del ,g;ibiuete d^l Si?. Martínez de !a Rosa liasi- ,J4^^->•*'^W!^^•*^•''*'''^ '°^ nj.asti.ues : pero sin embargo , e <Í'espófti*ííw, ércontiniio latíi'ido de los p e r r o s , v la estiípida ils^nUHiíai (tei.a'iuellas sencillís gentes me qinitarou este mal pleiisalnjenAo j,.,!)' piermanet}! liol i mis banderas que , paTái.to «lUie al .iector guate, t«a«<lar, son las deliromanticis4»<j,¡i RestjibJeeido ya d e aiis: achaques pensé dar la v u e i ta d Madtid, poique me atormentaba el deseo de saber ¡i cuantías estábamos de facoíoso.s , que acerca da esto» e o íKkO de'ti)do lo que pasa en elimundo, en aquella b-*MMlitii aldea «ip.sdisabia una palabra.íNísíes bacía falta saber 1 ¿pura q u é ? ¿¡¡•'«bianpií.grtr y o b e d e c e r como,buenos vasallos, no habia entra ;eU:Oá idiliiineucias por .opiniwies políticas porqne ignorábanlo .q(ia eija opinión .y política; no des,e«ban variación iii'ia hablan snli'id0)iti|O'rque eran gobernados ¡del mismo modo qtte lo i'nej-f\\\ SMiS'pridras y ibuelos ; MO $q,leí,iii tampoco los papeles p ú blicos porque eran contaidostlos q u e se habiaji,. tomado la liM.te$ti»ic);e',MV á la escnela: uj allí, llegaba otro que la (>a/c;eta. ( pF'^ipiiedad. esclusi.va del .alcalde) viéndose ^^lriv'ados .por :gL^ oocto.vociudarin ile 'l(»$. inestimables tesoros qn« e n cLeifr.o;tt'.(i B^a^ianti ,ipo(Wá decirle euoerraban ) los Diarios «^>ia/ct|.'JNo:,h4bia .allí, p u e s , .ni oposición ni ministeriales, «i vencod<l)üe».:ni vencidos; y en punto á materias políticas modelo deiftensatez de ^,„ cordura no ^.erp . ^ . „aquel . , ^ . . pueblo , ». „ ^y „^ ..„ des' ,.,,,. | .|ucutidD».sih]oi lUtnado» onoe«üQ», «juo p«r« mí iiJín *¡d« Precio de la l a s e r i c i o a en las p r o v i u c i a s ; iVeaeo d« p o r t e . I'or Por Por Por nn me* tres id. seis i d . uii a ñ o . ti 90. I7S. 254. do una gran pérdida para España y para la Reina: » parrafílo qtie no se lia descuidado en traducir v publicar el periódico defensor de lus inspiraciones tiel ex-ministro. S ntimos q'ie baya tanta discordancia en el modo de ver las ci.sas , aun(|iie á decir verdad no le toca otra cosa al periódico ministerial francés , cuando aijuel gabinete ha sido el loconiulor de n u e s tra política pasada; porque seria injustísimo qne liabien lo acoilsejado tal marcha , se acrim¡n;ise luego al qne la siguió al pie de la letra. Nosotros no insistiremos demasiado sobre lo que tantas veces se ha dicho ; porque no bay e.spañol de dos dedos de frente que no esté convencido de los males que nos ha cansado el sistema del último presidente del consejo ; pero conviene recordar que esta convicción universal ha hecho que deje el puesto, y qne sean iiaiiiados otios hombres á dirigir los negocios. La historia revelará al^un dia cuáles han sido los estravios de nuestra política anti rior ; y quiera el cielo que no tengamos ijue llorar todavia los inales á ([ue nos ha conducido. ¡ Oué responsaiiilidad tan inmensa pesa y pesará sobre quien pudiendo luiccr el bien un año ba con propios recursos nos trajo á la dura necesidad de mendigar ansiliüs , y de multiplicar los sacrilicios de vidas y d e haciendas ! Tenga presente el Diario de. tos Dvbatfs cuál era el estado del e]éicito y de la opinión en principios de 1834, y cual el de los enemigos del t r o n o , y verá lo que ha perdido la nación y S. M. en que se cambie la a d m i nistración. ¿Qué seria de nosotros si se hubiera proros^ado mas tiempo la parálisis mortal en ijuc estábamos ? ¿ Y t o davia se pretende defender lo rpie demostrativaniente se ha reconocido pernicioso? Cuando la Reina Gobernadora ha elegido otras personas que la aytiden con sus consejos, bien convencida estaba de rjue la cansa de sn augn-sta Hija y de la libertad no progresaban con el sistema del Sr. presidente Martínez de la Rosa , á quien tanto encomia como h o m b r e «le e s tado el periódico ministerial francés. Las relaciones con Por» tugal cuando la salida del príncipe rebelde de aipiel reinoj el tratado mismo de la cuádruple alianza; las negociacioneg / ' i , cou el duqne d e Nycllinglon para la venida de EHint; los esca- .'• * ' sos preliminares de las negociaciones con los estados de Amé» lica ; y el estado de nuestra política con las cortes del Norte y de Italia, .4í>-án á su tiempo cuál lia sido la sagacidad, la inteligencia y el acierto de nuestra di|)loinacia , y la jnstici» S i de los elogios del Diario de los Dchtiles y de los q u e en est» parte le imitan. Nuestras esperanzas y nuestra salvación estriba en que abjurado el sistema anterior se siga Otro d i a m e tralmente opuesto. Si se hace vemos seguro el triunfo de la caiisa ; de lo contrario temeríamos ubismaruos , y no c e t a r ú luos'de clamar avisando el peligro. v/r. •i-jjsgsaa«ees=— —La Revista de ayer domingo, eslraclando algunas dnctri» ñas y not'cias del Eco , en el artículo que titula espíritu de la prensa periódica , pone una nota para advertir que el ministerio actual ya habia dado un paso en materia de imprenta en la esposicion elevada á SJ M. Y en la penúltima columna despues de copiar un parrafito del/Tro qne concluía diciendo (|ue en, esta parte estamos lo mismo ijue estábamos, inserta la n o ticia, de la junta de censores presidida por el ministro de lo interior, conclnvendo de aquí que tiene buenas esperanza», y q u e este hecho destruye abtúhuanienle todo el efecto d e iiue.stro párrafo. Mucho nos alegramos de que la Revista haya concebido tantas esperanzas de la junta de censores , <|iie nosotros ct'eiafnos haberse reducido á proposiciones generales; y que posteriormente sabemos el rebultado que lia tenido; P a r r c c q u e se pasará una orden á los censores encargándoles •«lue sean lo mas indulgentes que ser pueda en materias abstractas y eo discusión de principios; que no permitan revolver cosa» p a r Badas; que aconsejen á los editores que traten á las pe^sor t r e i n i a : .jen fin , cuando jslgun ministio. quiera, que sí q u e r r á castigar á un atrevido periodista , yo aunque humüile escritor de la oposición, me acercara con el debido i"cs|>eto á S S E E . y leS d i r é al oído el nombre d e este puebleeitoen donde por cnnsnticioit, por falta d e pasto inlelerlutd , como decía la .Ahejet, en quince días moriría desesperado el cuitado escritor. Ajusté nn pollino que no iba en zaga al d e Sátncho ni i. otros pollinos mas ilustres, v nada me faltaba ya .para e m preiidiM! mi marcha en bitsca de la diligencia (iqve yo en dir iigen«-ia he de camin.'r aunque disguste a ¡og quietistas 6 marlitiistas) cuando DH buena patrón» q u e supo mi resolución s e puso hecha un euergúuicuo y cousi{^u)ó retar»dar mi viage. Jira el caM) que la semana santa se. e c h a r ba eiicima, y .según ella d e c í a , era p r o v o c a r l a ira del S e ñor el> wiajar en tales dia», y sobre todo , era preci«o, ci.ner daruie ien el pueblo para n * p e r d « r la ianlosa prociesictii qne , decía la vieja, en Madi'i CQn ser,Ma^iri no \aAi»y ignalirEntró eii,[seguida i esplícarnvct^i^uy. pri0l»jamenite todos los pasos y c^ofradias de U prCMjesion y aun CtttafiáUt, wtiupst h% sido en esto.enfeoudido *ii c u r i o s o , me deoidi ó^paitar aUí !« jse>maita Santa>, y. á fé qite IÍO me pesó. Est,;ba a(|i!el pUisbio d ividido en do.s4uccionjM)^< no políticas sino re4i{4Í«s»<», á la* q u e lansüen pertenpci.liy lo» lugares YPCÍHOS »caudill<ido» te» 4 o * por tu* t-cs{tec;ti?oi o«ila«. IJuoi d e f e u d u o i cÜBifai vi»-