Unidad 6 ALF, Anexo I, página 1 1) DIARREA La diarrea es uno de los síntomas relacionados con la salud más frecuentemente referido por el paciente anciano. La edad por sí misma no predispone a la diarrea, pero hay una serie de circunstancias, más frecuentes en el anciano, que hacen a éste más susceptible a padecerla. - - disminución de la cantidad de ácido clorhídrico en el jugo gástrico o “aclorhidria”, relacionada con la predisposición a padecer infecciones entéricas y diarrea, puesto que la acidez de los jugos gástricos es la primera y más importante barrera defensiva del aparato digestivo. Hay muchos fármacos que inhiben la secreción del ácido clorhídrico, lo que agrava este efecto. Funcionamiento insuficiente o anómalo de la flora anaerobia normal del tracto digestivo. Funcionamiento insuficiente, inexistente o anómalo del sistema inmune local del tracto digestivo. De lo dicho hasta ahora, es lógico pensar que la diarrea sea más frecuente en ancianos hospitalizados, en los que puede ser el resultado de infecciones (por ejemplo, por Clostridium difficile), malabsorción (por ejemplo, secundaria a trastornos de la motilidad, a diverticulosis yeyunal o a estados posquirúrgicos que causan sobrecrecimiento bacteriano intestinal), intolerancia a la lactosa o a otros alimentos, ciertos medicamentos o, incluso, incontinencia por diarrea por rebosamiento secundaria a estreñimiento crónico o impactación. Si la diarrea es crónica, es decir, persistente durante más de tres o cuatro semanas, entonces debe iniciarse una evaluación. Desde el punto de vista fisiopatológico se clasifica la diarrea como: inflamatoria, osmótica, secretora, por alteraciones de la motilidad intestinal o ficticia. o Inflamatoria: se produce por la inflamación de la mucosa y submucosa, con lesión epitelial. Clínicamente se suele presentar con fiebre, dolor abdominal y presencia de sangre y/o leucocitos en las heces (colitis bacterianas enteroinvasivas, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, enteritis por radiación, infecciones asociadas al HIV, etc.). o Osmótica: secundaria a la presencia excesiva en el intestino o el colon de sustancias osmóticamente activas. Este es el caso de la diarrea por preparados nutricionales enterales que presentan osmolaridades muy elevadas o fármacos, como son los laxantes osmoticamente activos. También es el mecanismo de la diarrea producida por malabsorción de determinados carbohidratos como la lactosa, la fructosa o el sorbitol. Clínicamente se caracteriza porque mejora con el ayuno: las heces son voluminosas, grasientas y malolientes; suele acompañarse de pérdida de peso y de deficiencias nutricionales. o Secretora: se produce por secreción excesiva de electrolitos. Clínicamente se caracteriza por ser una diarrea acuosa que persiste con el ayuno y puede ser muy profusa, con el riesgo de deshidratación. Se caracteriza por ausencia de carga osmótica en el agua fecal. Ejemplos típicos de diarrea secretora pura son el cólera o la diarrea asociada a tumores endocrinos del tracto gastrointestinal. Sin embargo, la diarrea asociada a diversas enfermedades gastrointestinales frecuentes, como la enfermedad celíaca o la enfermedad inflamatoria intestinal, deben su diarrea, al menos en parte, a un componente secretor. Unidad 6 ALF, Anexo I, página 2 o Por alteraciones de la motilidad: tanto las ateraciones de la motilidad que cursan con tránsito rápido como las que lo hacen con fenómenos de estasis intestinal pueden cursar con diarrea. En el primer caso, el mecanismo de la diarrea es obvio. La estasis intestinal contribuye al sobrecrecimiento bacteriano intestinal, que ocasiona diarrea. Puede alternar diarrea y estreñimiento (síndrome del colon irritable, enfermedades neurológicas, etc.). o Ficticia: se produce generalmente en mujeres; es autoinducida por el abuso de laxantes, por ejemplo. Según el tiempo de duración y, como avanzamos en estas líneas, se distingue entre diarrea agudas y crónicas, según el tiempo en que se desarrolla cada una. a) Diarrea aguda – Aparece de repente y es de menor duración, de un día a una semana o dos, a lo sumo un mes - Puede responder a múltiples causas, tanto infecciosas (bacterias del género Campylobacter, Clostridium difficile, virus, parásitos, etc.) como a causas no infecciosas (enfermedades sistémicas como la Diabetes Mellitus, Uremia, enfermedades intestinales tales como el estreñimiento con impactación fecal, las lesiones obstructivas, etc.). b) Diarrea crónica- Se denomina así a aquella diarrea que cursa durante varios meses o años de evolución, y se debe a etiologías muy diversas y pueden ser la manifestación tanto de enfermedades intestinales como de enfermedades sistémicas. Las hemos dividido en dos grandes grupos, las de origen endocrino (causadas por hipertiroidismo y por tumores secretores de hormonas) y las debidas a malabsorción (maldigestión a través del lumen intestinal, lesiones de la mucosa, como la celiaquía o la enfermedad de Crohn, y disfunción linfática). A TENER EN CUENTA: La diarrea es muy frecuente entre los ancianos y en la evaluación es fundamental conocer todos los datos posibles de la anamnesis1 y realizar una exploración física exhaustiva que nos pueda orientar hacia la etiología más probable. En la anamnesis es preciso preguntar sobre la forma de comienzo, duración, número de deposiciones al día, características de las mismas, existencia de elementos anormales y presencia de síntomas abdominales. El estreñimiento seguido de impactación fecal y diarrea es un problema conocido que se da típicamente en demencias severas, pacientes encamados o en aquellos que toman altas dosis de opioides. 2) ESTREÑIMIENTO A pesar de que el estreñimiento es una queja habitual en la práctica clínica, resulta difícil definirlo, dado el amplio margen de hábitos intestinales considerados como normales, pero una buena definición podría ser la siguiente: Se define el estreñimiento como una frecuencia de defecación inferior a tres veces por semana. La existencia de molestias subjetivas al defecar, heces muy duras o una sensación de vaciamiento incompleto, también pueden considerarse estreñimiento. 1 Parte del examen clínico que reúne todos los datos personales, hereditarios y familiares del enfermo, anteriores a la enfermedad. (consiste en hacer memoria de los antecedentes). Unidad 6 ALF, Anexo I, página 3 No se han encontrado diferencias significativas al comparar el tránsito entre ancianos y jóvenes sanos. Sin embargo, al estudiar la fisiología anorrectal, se han objetivado variantes importantes entre ambos grupos. El esfínter anal interno se relaja con volúmenes rectales más pequeños en los ancianos, y esto es más marcado en el caso de las mujeres. En general, el aumento de la prevalencia del estreñimiento con la edad refleja una mayor frecuencia de enfermedades colónicas, como diverticulosis, hemorroides y cáncer. La importancia del estreñimiento y de la alteración de la motilidad colónica en los ancianos se refleja tanto en el coste como en las complicaciones del uso de laxantes en el mundo desarrollado. Una cuarta parte de los adultos de edad avanzada usa laxantes. El uso crónico de estos estimulantes (sobre todo de los llamados “laxantes de contacto”) puede destruir las neuronas en el sistema nervioso entérico, lo que provoca un deterioro de la motilidad, dilatación colónica, empeoramiento del estreñimiento y disminución de la efectividad de los tratamientos con laxantes. Entre las causas más frecuentes del estreñimiento cabe destacar las siguientes: - La inmovilidad, las dietas pobres en fibra, la deshidratación, las alteraciones anorrectales, como por ejemplo, el prolapso rectal, la presencia de neoplasias, enfermedad diverticular, enfermedades neurológicas, Trastornos endocrinos. Causas desconocidas - Estreñimiento crónico idiomático, aparece en un porcentaje no despreciable, y no se identifica con causa alguna conocida. Muchos medicamentos usados frecuentemente pueden contribuir a la disminución de la motilidad colónica y al aumento del estreñimiento, siendo los más destacados por su uso amplio: diuréticos (producen deshidratación e hipopotasemia); laxantes de contacto (su abuso acaba lesionando el colon); antagonistas del calcio (fundamentalmente verapamilo); benzodiacepinas; anticolinérgicos, opiáceos. Las complicaciones del estreñimiento a tener en cuenta son: hemorroides, fisura anal, prolapso rectal2, melanosis coli3, colon catártico4, impactación fecal5, colitis isquémica6, vólvulo7, perforación, incontinencia fecal, retención urinaria. Tipos de estreñimiento • Estreñimiento agudo: es pasajero. Generalmente está ligado a determinadas situaciones, como por ejemplo viajes y cambios de lugar o un cambio repentino en la 2 La procidencia o prolapso rectal se presenta cuando el tejido que recubre el recto se cae o sobresale a través de la abertura anal. 3 Es una pigmentación café-negruzca de la mucosa del intestino grueso producida por absorción de productos aromáticos por uso excesivo de laxantes derivados del antraceno. 4 Desaparición de las haustras en una o varias secciones del intestino grueso, por lesión estructural. 5 Es una masa de heces grande, dura y seca que puede desarrollarse en el recto debido a estreñimiento crónico, y que puede llegar a ser tan dura que no puede salir del cuerpo. Las heces líquidas de la parte superior del intestino pueden moverse alrededor de la masa y filtrarse, causando manchas. 6 La colitis es una inflamación del intestino grueso que puede ser ocasionada por falta de flujo sanguíneo al intestino grueso. 7 El vólvulo es un giro del intestino sobre sí mismo y es una de las causas de la obstrucción intestinal. Unidad 6 ALF, Anexo I, página 4 alimentación. Puede estar acompañado de flatulencias, sensación de saciedad, malestar y dolores. • Estreñimiento crónico: está asociado a una dieta con escasas fibras, demora en el paso por el intestino grueso, disminución de la sensibilidad de presión de llenado en el recto, estrechamientos del intestino grueso y factores psíquicos (por ejemplo, aguantar el reflejo de defecación). A su vez, el estreñimiento puede cursar con hipertonía de la pared intestinal, especialmente del intestino grueso (por ejemplo, colon irritable) o hipotonía, cuyas causas son debidas a otras enfermedades como ser: trastornos neuromusculares primarios y secundarios, parálisis cerebral, esclerosis múltiple, diabetes, hipotiroidismo, etc. También se da en el embarazo. Normas dietéticas Se recomienda aumentar el consumo diario de fibra en la dieta de manera que la dosis total diaria oscile entre 20 y 35 g/día en forma de verduras, fruta, pan integral y salvado de trigo (véase tabla 4 del Capítulo 33), acompañado de abundantes líquidos (1,5-2 litros/día) con el fin de incrementar el peso de las heces, normalizar su consistencia y aumentar la frecuencia defecatoria. Es el tratamiento más sencillo, económico y natural para el estreñimiento, por lo que debe ser la primera medida terapéutica que se debe pautar. El efecto terapéutico de la fibra puede tardar varios días en aparecer (hasta 1 mes) y debe instaurarse cuantitativamente de forma gradual, ya que una sobrecarga inicial puede producir flatulencia, eructos y distensión abdominal, que provoca el abandono prematuro de estos cambios dietéticos por parte de los pacientes. Laxantes Los laxantes son preparados farmacéuticos que favorecen la defecación. Según su mecanismo de acción se clasifican en agentes incrementadores del bolo fecal, laxantes osmóticos, estimulantes, lubrificantes y surfactantes. a) Laxantes incrementadores del volumen del contenido intestinal- Son una forma concentrada de polisacáridos difícilmente absorbibles en el tracto digestivo. b) Laxantes osmóticos - Son fármacos que tienen una absorción reducida en el tracto digestivo e incrementan la presión osmótica en esa zona, con lo que retienen agua, y se consigue, por tanto, una disminución de la consistencia de las heces y un aumento de su volumen, lo cual estimula la motilidad intestinal y favorece el desplazamiento de las heces. Ejs: Lactulosa y lactitol. c) Laxantes surfactantes o emolientes - El principal principio activo es el docusato, o dioctilsulfosuccinato, que se administra en forma de sales sódica, potásica o cálcica. Actúan primariamente como detergentes, favoreciendo la mezcla de los componentes grasos y los hidrofílicos de las heces y consiguiendo un ablandamiento de éstas. Así mismo, se ha visto que estimulan la secreción de agua y electrólitos por el intestino delgado y el colon. d) Laxantes lubrificantes - El prototipo de laxante lubrificante es el aceite mineral. El aceite de parafina y la glicerina son aceites minerales no digeribles y de muy difícil absorción que revisten la masa fecal y facilitan su tránsito intestinal. Ejs. Aceite de parafina y glicerina. Presentan diversos efectos secundarios que provocan su contraindicación en pacientes ancianos por riesgo de aspiración. Unidad 6 ALF, Anexo I, página 5 e) Laxantes estimulantes - Podemos clasificar los laxantes estimulantes en tres grupos: derivados antraquinónicos, polifenólicos (o difenilmetano) y aceite de ricino. Al parecer, su mecanismo de acción es promover la secreción de agua y electrólitos dentro del intestino y estimular la motilidad intestinal: - Laxantes antraquinónicos: son derivados de plantas (sen, cáscara sagrada, áloe, frángula y ruibarbo) cuyos principios “activos” se toman inactivos, no se absorben en el intestino delgado y luego son activados por las bacterias del colon. Estos compuestos tienen actividad motora y secretora sobre el colon y se ha observado en estudios realizados en animales que el efecto motor precede al secretor y es el más importante. Los laxantes antraquinónicos son inocuos si se utilizan a las dosis adecuadas para inducir heces blandas y formadas; actúan rápidamente y son especialmente útiles en el tratamiento del estreñimiento transitorio. - Laxantes polifenólicos: Bisacodil y Picosulfato de sodio. - Otros laxantes: Cisaprida. - Soluciones evacuantes- Pueden ser de diverso tipo: salinas, electrolíticas, etc. Se administran por vía oral y se utilizan fundamentalmente en la preparación intestinal previa a la realización de cirugía intestinal, colonoscopia o enema opaco. También se pueden administrar de forma excepcional en pacientes con estreñimiento crónico funcional resistente al resto de medidas. Medidas reeducadoras (biofeedback) El objetivo de este tratamiento es enseñar a los pacientes durante una defecación simulada a relajar los músculos estriados del suelo pélvico y el esfínter anal externo, a sentir volúmenes cada vez más pequeños de distensión rectal (disminución del umbral sensitivo rectal) y a aumentar la presión intraabdominal de forma efectiva durante la defecación. Su principal indicación en el estreñimiento es el anismo. Con esta técnica, entre el 50 y el 80 % de los pacientes consigue recuperar un hábito defecatorio normal. Pautas para el estreñimiento en la vejez En estos pacientes el estreñimiento está relacionado con diversos factores que se potencian entre sí: alteraciones dietéticas (disminución de ingesta de fibra), alteraciones mentales (confusión, depresión, etc.), alteraciones físicas (menor movilización), enfermedades sistémicas (neuromusculares, neoplásicas, etc.) mayor utilización de fármacos (analgésicos, antidepresivos, diuréticos, etc.); Por otra parte, el estreñimiento del anciano puede asociarse a complicaciones derivadas de la impactación fecal como obstrucción intestinal, úlceras rectales estercoráceas8, alteraciones mentales, retención urinaria e incontinencia fecal y otras 8 Se producen por decúbito de un fecaloma en la pared del recto. Pueden provocar una pérdida crónica de sangre y menos frecuente, hemorragia rectal Unidad 6 ALF, Anexo I, página 6 derivadas del excesivo esfuerzo para conseguir la defecación (sobre el cerebro, corazón y circulación periferica), que puede dar lugar a síncopes o accidentes vasculares isquémicos. Cuando el paciente no presenta impactación de heces debemos empezar por las medidas higiénico-dietéticas generales y si no son suficientes, añadiremos laxantes incrementadores de volumen. Sin embargo, como estas medidas pueden tardar varios días en hacer efecto podemos asociar inicialmente lactulosa o lactitiol o recurrir directamente a fármacos estimulantes como bisacodilo, picosulfato sódico o senósidos. El aceite de parafina debe evitarse por el riesgo de aspiración y de malabsorción de vitaminas liposolubles, y el hidróxido de magnesio está contraindicado en pacientes con insuficiencia renal. Los azúcares osmóticos serán los laxantes recomendados para el uso crónico en estos pacientes cuando no responden a la fibra. 3) HERNIA DE HIATO Este trastorno, en el que el estómago sobresale del hiato esofágico del diafragma, puede comprometer el esfínter esofágico inferior y fomentar los síntomas de reflujo y la lesión de la mucosa gástrica. Estos pueden ir desde la esofagitis erosiva hasta el espasmo esofágico inducido por la bilis o el ácido o, incluso, hasta alteraciones crónicas, como el esófago de Barrett, la displasia o el cáncer. Este proceso se halla claramente influenciado por el consumo crónico de alcohol y tabaco. En el caso del ulcus o úlcera gastroduodenal, desde la aparición de los potentes fármacos antisecretores y el descubrimiento de la implicación del Helicobacter pylori, con su tratamiento específico, en la enfermedad ulcerosa, el papel de las medidas dietéticas y quirúrgicas se ha reducido. En cuanto a la dieta, mientras el paciente presente clínica es recomendable seguir una alimentación equilibrada, repartida en pequeñas tomas, evitando alimentos muy condimentados y que puedan empeorar la sintomatología. La indicación de una dieta blanda es controvertida, por lo que, en este apartado nos centraremos principalmente en la patología por reflujo gastroesofágico, ya que las modificaciones en la dieta pueden mejorar de forma significativa los síntomas secundarios al reflujo. Por este motivo, en esta patología está indicado realizar tratamiento dietético. 4) REFLUJO GASTROESOFÁGICO El reflujo gastroesofágico es el paso del contenido gástrico al esófago en ausencia de vómito o eructo. Se produce como resultado del fracaso de los mecanismos fisiológicos antirreflujo que constituyen el esfínter esofágico inferior. Éste no es un esfínter anatómico, sino una serie de mecanismos que mantienen este “esfínter” cerrado la mayor parte del tiempo. Con frecuencia, pero no siempre, el reflujo gastroesofágico se asocia a la existencia de una hernia de hiato o hernia diafragmática. Los principales síntomas de la enfermedad son la pirosis, la regurgitación y dolor torácico, a veces difícil de distinguir clínicamente del dolor de origen coronario. Los síntomas aparecen principalmente después de las comidas, relacionados con el decúbito y con determinados alimentos. Pueden acompañarse de náuseas o vómitos. Unidad 6 ALF, Anexo I, página 7