Barcelona, 6 y 7 de marzo de 1997 Lenguaje y sociedad: la lingüística variacionista de William Labov Tadashi Yanai 1. Introducción 2. Martha’s Vineyard: la variación infrafonémica y la causalidad social 3. New York City (1): los grandes almacenes 4. New York City (2): la variación estilística 5. New York City (3): la norma interiorizada 6. Vernáculo inglés negro (1): problemática y método de investigación 7. Vernáculo inglés negro (2): problemas fonéticas 8. Vernáculo inglés negro (3): la variación inherente y las reglas variables 9. Comentarios finales 1. Introducción El lenguaje es un fenómeno vivo: se transforma continuamente. La variedad no viene sólo de los dialectos regionales; también de las hablas peculiares de los distintos grupos sociales, de distintas generaciones. Además, cada persona tiene su estilo peculiar de hablar; incluso el habla de la misma persona varía según el contexto social en que se sitúe. Sin embargo, con este hecho que todo el mundo reconoce, se contrasta la lingüística. En ella el lenguaje se describe de manera plana, uniforme, homogénea. Una gramática estandarizada, y un diccionario oficial que estandariza los vocablos. Evidentemente, esta lingüística uniformizante tiene muchos inconvenientes. Por ejemplo, ¿por qué, después de estudiar diez años el inglés, uno no se entera nada de lo que se habla en una película norteamericana? Una de las causas -de las causas más importantes es la variabilidad del lenguaje. Muchas de los personajes que aparecen en las películas no pronuncian las palabras en la manera que se enseña en la clase de inglés. Y muchas de las frases no obedecen totalmente a la gramática oficial que se enseña. Por eso, un alumno de inglés, quien entiende perfectamente a su profesor nativo en la clase, puede tener muchas dificultades para entender a la misma persona cuando él se pone a hablar espontáneamente con sus colegas. Y es por la misma razón que se dice que la mejor manera de aprender una lengua es vivir en un país donde se habla esa lengua -es decir, no sólo aprender las reglas normativas de la pronunciación y de la gramática, sino también acostumbrarse a su variabilidad. 1 El trabajo del lingüista norteamericano, William Labov, apunta precisamente a esta variabilidad del lenguaje. Diferentemente de muchos lingüistas que se encierran en el despacho para dedicarse a abstraer las reglas a partir de los materiales artificialmente seleccionados, Labov va al terreno, observa el lenguaje en las condiciones mismas en las que él se vive, e intenta construir su teoría lingüística a partir de esa realidad empírica. Y con los conceptos cuidadosamente afinados como la «variación inherente» o las «reglas variables», la lingüística variacionista de Labov llega a ser tan potente como para, de alguna manera, «desconstruir» la gramática generativa de Chomsky -una de las cimas de la lingüística del siglo XX. Datos biográficos: Nacido en 1927. Después de sus estudios en Harvard (B.A. en 1948), y de trabajar durante diez años como químico en una fábrica (1949-1960), estudia la lingüística bajo la dirección de Uriel Weinreich en la Universidad de Columbia (M.A. en 1963, Ph.D. en 1964), donde enseña, posteriormente, la lingüística. Y desde 1970 hasta hoy es profesor de la Universidad de Pennsylvania. 2. Martha’s Vineyard: la variación infrafonémica y la causalidad social Problema general El punto de partida de la lingüística de este siglo es El curso de la lingüística general atribuido a F. de Saussure. En este libro se plantean dos oposiciones fundamentales: lengua/palabra y sincronía/diacronía y se opta por los primeros términos (lengua y sincronía) en detrimento de los segundos (palabra y diacronía) como la elección necesaria para fundamentar una lingüística científica. Y así, la lingüística estructural excluye de su objeto de investigación tanto la variación personal/dialectal como la diacrónica bajo la categoría de la «variación libre» que no obedece a ninguna lógica, y supone una uniformidad del lenguaje que no coincide necesariamente con la realidad. La investigación de Labov, de formación estructuralista (su profesor Uriel Weinreich era discípulo de André Martinet, unas de las figuras representativas de la escuela estructuralista) se basa en una elección totalmente opuesta. Labov estudia la palabra y la diacronía e intenta comprender el cambio lingüístico a partir del estudio de las palabras. Piensa que la llamada «variación libre» tiene su propia racionalidad. Ahora bien, encararse con la palabra y la diacronía es también dejar de suponer esa «uniformidad» del lenguaje. Para Labov, el lenguaje es tan unida como dividida, en la misma medida en que la sociedad misma lo es. Y estas dos instancias (lengua y sociedad) son mutuamente inseparables. Desde la perspectiva de Labov, la lingüística no puede encerrarse en sí mismo: la lingüística es necesariamente sociolingüística, no hay otra opción. 2 Fonética de (ay) y (aw) ¿Cómo comprender el fenómeno de la variabilidad lingüística? En su primer estudio en la isla de Martha’s Vineyard, llevado a cabo en 1961-1962 para la tesis de Master, Labov adopta dos estrategias. 1. Labov no estudia directamente el cambio diacrónico, sino que investiga la variabilidad lingüística sincrónicamente, pero junto con los datos correlativos de la edad, profesión, lugar de vivienda, grupo étnico, aspiración social. Así, estudia la relación estrecha entre la variabilidad lingüística y la variabilidad social. 2. Labov se centra en el tema de la variación infrafonémica: es decir, los pequeños cambios fonéticos que se producen debajo de (o incluso independientemente de) los fonemas rejillas de sonido culturalmente dadas. Entre todos los posibles variables, Labov elige los dos sonidos (ay) y (aw) por dos razones: i) la variación de estos dos sonidos son suficientemente saliente para que el lingüista pueda percibirla; ii) sin embargo, la gente es suficientemente inconsciente de esta variación para que no haga deformaciones conscientes a la hora de hacer la entrevista. Cabe añadir que el uso de la paréntesis tiene un especial importancia para Labov: la variable fonética (ay) se contrasta con el fonema /ay/. Este último es el sistema de rejillas que impone el lenguaje standard, mientras que (ay) expresa la variabilidad de este sonido. Preferir (ay) a /ay/, ya indica claramente su postura radicalmente crítica a la lingüística saussuriana. Martha’s Vineyard Martha’s Vineyard es una isla que pertenece al estado de Massachussets, con unos 6000 habitantes. Sus “primeros” habitantes son ingleses que llegaron a la isla en los siglos XVIIXVIII, cuyos descendientes forman la mayoría de la población. Luego hay los portugueses (Madeira, Azores y Cabo Verde) que han llegado a su cuarta generación y a unos 20% de la población de la isla. Finalmente, hay un grupo considerable de los indios viviendo de manera concentrada en una zona periférica de la isla; estos y otras personas de distintas nacionalidades ocupan el 15% de la población total. Los tres grupos étnicos son más o menos endogámicos. Un factor de importancia eminente tanto para el estudio como para la vida de la isla es la presencia de los veraneantes en la isla en los meses de junio y julio, que llegan a la cifra de 42,000. Como veremos, la presencia anual de esta gente en la isla provoca reacciones contradictorias en la gente de la isla. 3 Centralización de (ay) y (aw) En esta isla, respecto a (ay) y (aw), sucede un curioso fenómeno de «centralización»: algunas palabras que tienen los fonemas /ay/ o /aw/ se pronuncian de manera bastante cerrada (como “∂y” o “∂w”). La frecuencia de la centralización varía según el contexto fonético del sonido en cuestión: por ejemplo, el sonido “m” o “n” justo después favorece la aparición de la centralización (por ejemplo, “time” o “down”), mientras que “t” posterior la desfavorece (“right” o “out”). Sin embargo, la frecuencia también puede variar grandemente de una persona a otra. Después de una preencuesta más o menos libre, Labov entrevista a 69 personas elegidas por varios criterios, con quienes hace tres tipos de trabajo: pronunciación de un conjunto de léxicos, preguntas sobre la evaluación de valores (intencionadas para que en sus respuestas se incluyen los sonidos (ay) y (aw), y la lectura de un texto). Luego, las grabaciones fueron analizadas por el espectrograma. La Table 1.2 demuestra la frecuencia de la centralización según la edad del hablante. Hay una variación generacional bastante clara con las cifras más altas en el grupo de 31-45 años. ¿Cómo se explica este resultado? La situación se aclara poco a poco al tomarse otros criterios de clasificación. La Table 1.3. es la distribución geográfica de la centralización. Entre todos los grupos, se destaca Chilmark, que cuenta con altos índices de centralización tanto de (ay) como de (aw). Ahora bien, Chilmark es el lugar donde la pesca es aún una mayor parte de su economía, y su gente es conocido por su espíritu independiente y por la defensa tenaz de su propia forma de vida. Son considerados como “Yankees”, los más típicos descendientes ingleses. La Table 1.4. es también revelador. En ella, la diferencia entre los pescadores y los agricultores es evidente. Para entender estos hechos, es necesario tener en cuenta la condición sociohistórica de esta isla. Introversión y extroversión Martha’s Vineyard es una isla que goza de un paisaje precioso, pero es un lugar difícil para vivir, al menos según el standard de vida de los norteamericanos. Tuvo sus mejores días en el auge de la industria de las ballenas. Luego durante un tiempo la pesca industrial mantuvo el nivel de la economía de la isla, pero poco a poco los peces se han reducido. Según el Censo de 1960, es el distrito más pobre del estado de Massachussets con un índice de paro más alto. 4 Bajo estas circunstancias, para mucha gente es difícil de ser indiferente a la presencia multidudinaria de los veraneantes en la isla, que constituye una fuente de ingreso importante (algunas personas incluso dejan sus casas para los veraneantes). Ingreso importante, pero no es suficiente para todo el año: ella desequilibra la economía de la isla sin unificarla. Por eso, las actitudes de la gente frente a este fenómeno se dividen. Algunos demuestran un desprecio ferozmente defensivo para los veraneantes; otros, al contrario, hablan con entusiasmo de los planes para fomentar la economía turística. Y evidentemente, los pescadores de Chilmark, orgullosos “Yankees”, pertenecen al primer grupo. Variación generacional Pero, ¿por qué el alto índice de centralización entre la gente de 31-45 años? Sobre este punto conviene pensar el problema según cada grupo étnico. Según la Table 1.5., el grupo de los ingleses demuestra una distribución parecida a la global, con un índice más alto en 31-45 años. Ahora bien, esta generación ha estado bajo el stress más fuerte que cualquier otra. Ellos se han crecido en una economía cada vez más decadente, y son personas que han tomado la decisión de quedarse en la isla más o menos voluntariamente. Muchos tienen la educación universitaria, suficiente como para poder ir a otra parte en busca de una vida materialmente mejor y de una reconocimiento social mejor (todo este tema aparece claramente en las conversaciones con esta gente). El alto índice de centralización en esta generación es, evidentemente, inseparable de esta situación conflictiva en que viven ellos. Aquí se trata de lo que llama Labov «hipercorrección»: la centralización de (ay) y (aw) fue elegida por esta generación como una de las marcas distintivas de las personas que quieren diferenciarse de los del continente. Es una marca de la elección voluntaria de la vida isleña por encima de la vida continental. En la generación más joven (menos de 30 años), la situación es diferente. Hay personas que quieren irse de la isla, y otras que quieren quedarse. La baja índice de centralización no es sino el reflejo directo de esta polarización. Los portugueses y los indios Las cifras de los portugueses y los indios se comprenden en referencia a la centralización del grupo dominante de la isla. La primera y la segunda generaciones de los portugueses han sufrido mucho para adaptarse a la vida dominada por los descendientes ingleses; es sólo recientemente, con la tercera y la cuarta generaciones que corresponden al grupo de 31-45 años, que ellos se han asimilado completamente en la vida isleña. Esto explica el índice relativamente alto de centralización en este grupo. En cambio, la segunda generación (más de 45 años) mantiene el sentimiento de inseguridad sobre su arraigo en la isla; piensa que es necesario quedar bien con todos, y por eso ellos nunca han criticado a los veraneantes en las entrevistas -lo que se refleja en la poca frecuencia de centralización entre ellos. 5 Los indios, por otra parte, se sienten aún marginados en la isla. Se quejan diciendo que ellos merecen el mismo status que los demás. Sin embargo, su queja no es ningún rechazo del estilo de vida de la isla; la realidad es que les gustaría ser como los de Chilmark, quieran admitirlo o no. Lo que explica el alto índice generalizado de la centralización, sobre todo en las generaciones jóvenes (comparado con otros dos grupos). La variación infrafonémica y la aspiración social Finalmente, la Table 1.6. proporciona los datos más decisivos. Se trata de la correlación entre la centralización y la aspiración social. Entre las personas a quienes les gustaría vivir en otra parte, la frecuencia de la centralización es radicalmente baja -lo que demuestra mejor que nada la estrecha relación entre las dos variables. Comentarios Sobre este estudio, podemos destacar los dos puntos siguientes: 1. Esto es una crítica profunda del estructuralismo, que intenta comprender los fenómenos lingüísticos con los grandes categorías de los fonemas. Sin embargo, la realidad lingüística es irreductible a estos grandes categorías debajo de los cuales ocurren cambios imperceptibles -cambios imperceptibles que luego se convierten en los cambios perfectamente perceptibles. La incapacidad del estructuralismo de dar cuenta de los cambios viene precisamente de este punto. Y, desde el punto de vista antropológico, esta crítica de Labov es aplicable totalmente al estructuralismo antropológico. 2. Como demuestra muy bien este estudio, ir debajo de las categorías lingüísticas significa, al mismo tiempo, abrir la lingüística a lo social. Los cambios infinitesimales, que suceden perpetuamente debajo de los grandes bloques que impone la lingüística estructural, comunican e interactúan continuamente con los factores sociales. La sociolingüística es a la vez la lingüística y la sociología -y en los mejores sentidos de los términos. 3. New York City (1): los grandes almacenes Problema y método de investigación ¿Cómo comprender la dinámica lingüística de una población muchísimo más complicada como, por ejemplo, la de Nueva York? ¿Cómo varía el lenguaje de un estrato socioeconómico al otro? Como una primera aproximación a estos problemas, Labov lleva a cabo su investigación un lugar curioso: los grandes almacenes de Manhattan. 6 El objeto a investigar es la variación infrafonémica de (r). En Nueva York, hasta los años 1930 la regla standard era no pronunciar esta letra bajo la influencia de la pronunciación británica -lo que se justificaba por la necesidad de un «inglés internacional». Sin embargo, a partir de los años 1940 cambió la situación, y el acento de Midland, con la pronunciación de la letra (r), empezó a ser considerado como prestigioso. Labov se propone investigar rápidamente la distribución de este (r) pronunciado según los estratos sociales. Para ello, elige tres de las grandes almacenes de Manhattan: Saks, Macy’s y S.Klein. Saks se encuentra en la Quinta Avenida cerca del centro comercial de alta moda, con precios más caros. S. Klein, en cambio, no está lejos del barrio popular de Lower East Side, y los precios son bastante rebajados. Macy’s, finalmente, es considerado como tienda de medianos precios y mediano prestigio. Al parecer, los sueldos de los dependientes de Saks (sin sindicato) son inferiores a los de Macy’s: los primeros muchas veces se contentan con el prestigio de su lugar del trabajo. Un índice socioeconómico demuestra que los empleados de las tres tiendas se encuentran en el mismo nivel, aunque para los de Saks y de Macy’s, trabajar en S.Klein es bastante debajo del horizonte. El método de investigación es sencillo: en cada piso de las tiendas, y a más personas posibles, Labov hace una pregunta cuya respuesta es «Fourth floor» (El cuarto piso) -por ejemplo, pregunta Labov: «¿Dónde están los zapatos para las damas?». Luego, Labov vuelve a preguntar: «¿Excuse me?», y le responde, esta vez de manera cuidadosa: «Fourth floor». Evidentemente, en el cuarto piso mismo, la pregunta es: «¿Qué piso es este?». Luego, anota la evaluación de la pronunciación de las cuatro (r), la tienda, el piso, el sexo y la edad del empleado. De esta manera, Labov entrevistó a 68 personas en Saks, 125 personas en Saks, y 71 personas en Klein. El tiempo total de las entrevistas con 264 personas es 6.5 horas. Variación fonética y clases sociales Veamos la Figure 2.1. El área rayada es el porcentaje de personas que han pronunciado las cuatro veces el sonido (r); el área blanca es las que lo han pronunciado de una a tres veces. Este resultado global demuestra claramente que la distribución de la (r) pronunciada es correlativa al prestigio social (es decir, a los estratos sociales de su clientela) de cada tienda. Si recordamos el hecho de que los dependientes de las tres tiendas pertenecen más o menos al mismo estrato social, este resultado significa lo siguiente: parece ser que los dependientes, hasta cierto punto, se acostumbran a pronunciar de acuerdo con la tendencia de su clientela. 7 Este punto se ve aun mejor en la Table 2.4. Se trata de la comparación de la frecuencia entre los dependientes de la planta baja de Saks (que se parece a Macy’s, con muchos clientes y muchas dependientes) y los de otros pisos de la misma tienda (más espacioso, y los recepcionistas se encuentran en los puntos estratégicos para distinguir los espectadores informales de los clientes serios). Las cifras reflejan claramente esta diferencia de la clientela (y no la de los empleados). Pasemos a la Figure 2.5. Esta figura demuestra que existe bastante diferencia generacional en los estratos altos (Saks): la frecuencia de la (r) pronunciada se reduce radicalmente en entre los mayores a 35 años. La causa de este fenómeno no es difícil de explicar: cuando la gente de estas generaciones era joven, no pronunciar (r) era la norma legítima. Por tanto, tanto la baja frecuencia de pronunciar esta letra entre los mayores como la alta frecuencia entre los jóvenes reflejan la norma legítima (socialmente reconocido e incluso impulsado en las instituciones de enseñanza) de las épocas respectivas. Entonces, ¿por qué entre los dependientes de Macy’s esta tendencia es, curiosamente, invertida? ¿No será que los datos son demasiado pocos como para reflejar fielmente la realidad? Sin embargo, Labov descubre posteriormente que los datos de su segunda encuesta más extensa en la ciudad de Nueva York confirman la misma tendencia (Figure 2.8.): en la clase media baja el sonido (r) aparece más bien entre las generaciones mayores, mientras que en la clase media alta son jóvenes los que pronuncian de esta manera. Considerando el resultados de los distintos tipos de encuesta, Labov llega a la siguiente conclusión: lo que sucede allí es la «hipercorrección». La inseguridad del status social de esta categoría de gente le hace hipersensitivo tanto lingüística como socialmente -y por eso tiende a adoptar la pronunciación legítima. Comentarios El resultado más interesante de este estudio consiste en que al parecer, la gente, en su trabajo, suele adoptar el estilo lingüístico de su clientela (y no en que el estilo cambia de un estrato al otro -hecho que ya supone este estudio). Pero, ¿cómo es posible que la gente cambie de estilo tan fácilmente? El segundo estudio en Nueva York apuntará precisamente a este punto. (Allí se demostrará que, en una palabra, cada persona está dotada de variabilidad estilística). Otro punto que merece mencionar es la sencillez del método de esta investigación. Labov lo ha hecho en unos lugares muy concurridos y sin utilizar la máquina alguna (ni siquiera la grabadora), y ha llegado un resultado de alta fiabilidad -lo que es alentador para los investigadores que cuentan con pocos recursos. 8 4. New York City (2): la variación estilística El problema y el método de investigación En esta segunda investigación en Nueva York, Labov investiga la variabilidad estilística: ¿de qué manera el estilo lingüístico de una misma persona puede variar? Para este efecto, Labov pide la colaboración de la Mobilization for Youth (agencia de entrenamiento profesional) que anteriormente han hecho una encuesta detallada (edad, ingreso, profesión, historia geográfica de la persona, etc.) sobre muchos habitantes de Lower East Side. Entre ellos Labov elige a 155 personas. Las variables a investigar son cinco: (r), (eh), (oh), (th), (dh). Cada una de ellas tiene una pronunciación legítima y otra estigmatizada (por ejemplo, r vs.ø; 0 vs.t; o vs.d). La investigación consiste en examinar las grabaciones obtenidas de cinco manera diferentes para cada persona. Estilo B (cuidadoso): Es una entrevista normal en que la gente suele hablar menos formalmente que en público, pero más formalmente que la conversación desenfadada entre los amigos. Estilo C (lectura): Se trata de leer los textos hechos para evaluar la pronunciación de las variables arriba referidas. Estilo D (lista de palabras): Leer listas de palabras. Estilo E (pares mínimos): Pronunciar dos palabras cuya diferencia es relacionada con alguna de las variables (como “dock” y “dark”; “bared” y “bad”). Estilo A (desenfadado): Curiosamente, este dato es el más difícil de conseguir (paradoja del lingüista), por lo cual el investigador tiene que utilizar distintas estrategias para que el otro hable espontáneamente (utilizar el descanso, quitar la grabadora, traer a su amigo o a algún familiar suyo, o bien hacerle hablar sobre alguna experiencia en que ha sentido el peligro de muerte, etc.). Los resultados individuales Josephine P. 35 años Su madre nació en Italia. Se graduó de un college de cuatro años. Es recepcionista en Saks. Como se ve en la tabla, su estilo fluctúa bastante entre A y D’. Steve K. Estudió cuatro años la filosofía en Brooklyn College sin graduarse. Es lector fiel de Wilhelm Reich y es la única persona que tenía plena conciencia de la variabilidad de las cinco variables. Intenta conscientemente invertir la tendencia que fue impuesto en el College. Sin embargo, la variación de su estilo sigue la misma tendencia que otras personas, aunque es cuantitativamente menor. 9 Bennie N. tiene 40 años y es chofer de camión. Estudió sólo hasta el primer curso de high school. Pertenece al estrato social más bajo. Miriam L. tiene 35 años. Graduada de Hunter College y la St. John Law School. Es abogada. Tanto Bennie N. como Miriam L., quienes pertenecen a los dos estratos sociales extremos respectivamente, muestran la alta variabilidad de su estilo, y además fluctúan en la misma manera. La diferencia entre ellos es más cuantitativa que cualitativa. La conclusión arriba referida es confirmada por las Figures 4.1. y 4.2. que muestra el resultado global de las encuestas. La variación estilística sigue la misma dirección independientemente de la clase social a la que uno pertenece. Cuanto más «formal» es el contexto, aparecen, en todos los hablantes, más variantes «de prestigio». El único punto anormal en estas figuras es el comportamiento de la clase socioeconómica 6-8 en la Figure 4.2., que coincide con el resultado en Macy’s antes señalado, y que revela la inseguridad lingüística de la clase media baja. 5. New York City (3): la norma interiorizada La prueba de reacción subjetiva Ahora bien, una cosa es pronunciar, de hecho, en la manera considerada como legítima, y otra cosa es (re-)conocerla. La tercera investigación de Labov, llamado «prueba de reacción subjetiva o de evaluación», lo muestra claramente. La prueba consiste en pedir a los 200 encuestados, al oír las grabaciones ricas en las cinco variables, a repartir los autores de las grabaciones a las profesiones que les parecen adecuadas, como si estuvieran en el lugar del patrón. Las profesiones a elegir son: personalidad de televisión, secretaria ejecutiva, recepcionista, operadora de teléfono, dependienta de tienda, y trabajadora de fábrica. En la Figure 6.3., el eje vertical indica el porcentaje de respuesta positiva respecto al sonido (r): es decir, el porcentaje de las respuestas en que coinciden la supuesta jerarquía del sonido -la (r) pronunciada es superior a la no pronunciada- y la supuesta jerarquía profesional. Tanto el resultado de la pregunta con dos alternativas como el de la pregunta con cuatro alternativas demuestran que el grupo joven (18-39 años y 20-34 años, respectivamente) responden positivamente a la perfección -esto independientemente de la clase social a que uno pertenece. 10 Lo que significa este resultado es lo siguiente: la mayoría de la gente (inclusive la clase baja) sabe cuáles son las formas consideradas como legítimas. De ahí Labov define lo que es la «comunidad lingüística»: ésta no debe ser considerada como un grupo de hablantes que utilizan, todos, las mismas formas, sino como un grupo que comparte un conjunto de actitudes sociales hacia la lengua: las mismas normas (desde este punto de vista, la lingüística saussuriana es una lingüística de la clase dominante). Nueva York es, para Labov, una comunidad lingüística única, «unificada por una evaluación uniforme de ciertos rasgos lingüísticos, mientras que es profundamente diversificada por una estratificación creciente de las performances objetivas». Entonces, ¿de dónde viene esta fuerza diversificadora? ¿Por qué alguna gente no pronuncia en la forma que se considera «legítima»? Igual que en el caso de Martha’s Vineyard, su explicación tendría que buscarse fuera del ámbito lingüístico -el espacio sociopolítico. Y esto será uno de los temas principales de la siguiente investigación de Labov: estudio de la lengua de los adolescentes negros de Harlem. 6. Vernáculo inglés negro (1): problemática y método de investigación La problemática Entre 1965 y 1967, Labov dirige en Harlem una investigación que tiene el objetivo de estudiar el vernáculo inglés negro (Black English Vernacular, o actualmente suele llamarse African American English Vernacular). El proyecto original consistía en precisar las diferencias entre el inglés standard y la lengua cotidiana des las bandas de adolescentes negros del Centro-Sur de Harlem. El objetivo es explicar el fracaso escolar en materia de lectura -problema en el cual algunos veían la «deficiencia cultural» o incluso la «deficiencia genética». A estas últimas ideas inspíradas en el racismo cultural (o simplemente en el racismo), se opone frontalmente el resultado del estudio empírico de Labov, según la cual: «Las causas mayores del fracaso en lectura son los conflictos políticos y culturales que se viven en el interior del aula de escuela». Como se verá más adelante, las diferencias dialectales, precisamente, simbolizan este conflicto. Este reconocimiento del conflicto es, por otro lado, la respuesta de Labov a la pregunta planteada por sus investigaciones anteriores: la distancia entre la norma unánimemente (re)conocida y las performances objetivas. Sin embargo, para dar cuenta de esta distancia, Labov tuvo que modificar profundamente su método de investigación. El método de investigación 11 Otra consecuencia de sus investigaciones anteriores era la pluralidad de los estilos que cada persona utiliza. De ahí Labov concluye: «Un dialecto presenta toda su coherencia, su sistematicidad sólo en la relación entre los miembros del grupo productor de ese dialecto (es decir, entre los iguales)». En otras palabras, la lengua de los socialmente dominados, como la de los jóvenes adolescentes negros, pierde inmediatamente su sistematicidad al contactar con el dialecto dominante (ya que se intenta, de alguna manera, seguir también la norma legítima de este lenguaje dominante). Labov llama «vernáculo» a este dialecto que sólo se manifiesta su coherencia en la relación entre los iguales. Pero ¿cómo investigar el vernáculo inglés negro cuando el investigador no pertenece al grupo creador de ese vernáculo? La postura misma de Labov lo lleva a una situación paradójica difícilmente resoluble. Labov se propone una solución radical: toda la investigación fue hecha por un no-lingüista, John Lewis, un joven negro (descubierto por un lingüista negro, colaborador de Labov) que se destacaba por su conocimiento desde dentro de la cultura de la calle y del vernáculo, así como por su no-participación a la cultura y al dialecto dominantes. Introducido a los grupos «Jets» y «Cobras», Lewis participó plenamente a la vida de ellos (su departamento sirvió de local de reunión) durante un año. 7. Vernáculo inglés negro (2): problemas fonéticas El trabajo de Labov sobre el vernáculo inglés negro (o afroamericano) abarca muchos aspectos, y además utilizan los términos técnicos de la gramática generativa de Chomsky (si bien es para, de alguna manera, desconstruirla). Por tanto, aquí daré sólo algunos ejemplos para poder imaginar más o menos en qué dirección va su investigación. Veamos el análisis de Labov sobre una de las preocupaciones principales acerca de esta investigación: ¿Por qué los niños negros fracasan en la materia de lectura? Abundancia de los homónimos Una de las características del vernáculo inglés negro es la abundancia de la variedad fonética, que consiste, por ejemplo, en los siguientes puntos: 1. La omisión del sonido “r”: guard=god, court=caught, Carol=Cal, etc. 2. La omisión del sonido “l”: toll=toe, tool=too, all=awe, fault=fought, etc. 3. Simplificación del grupo de consonantes: past=pass, meant=men, hold=hole; asks=ask=ass; told=toll=toe, etc. 4. Debilitación de los consonantes finales: road=row, seat=seed=see, bit=bid=big, etc. 5. Otras variables fonéticas: por ejemplo, no hay distinción entre /i/ y /e/ antes de los nasales (pin=pen); no hay distinción entre /ih/ y /eh/ antes de /r/ (beer=bear), etc. 12 Así, el vernáculo inglés negro es una lengua enormemente rico en homónimos -lo que produce la alta musicalidad de esta lengua (LeRoi Jones). (Evidentemente, estas simplificaciones fonéticas no significan ninguna «degradación» de la lengua: por ejemplo, la omisión del consonante final ocurre también en el francés). Por otra parte, hay que tener en cuenta que algunas de estas reglas, como ya hemos visto, son aplicables no sólo a la lengua de los jóvenes negros, sino también, hasta cierto punto, a la de los blancos: la diferencia es, muchas veces, menos cualitativa que cuantitativa. ¿Entienden ellos la gramática? Estas transformaciones fonéticas muchas veces dan, como consecuencia, la impresión de que ellos no saben la gramática, como en los siguientes casos: 1. El posesivo: their book=they book; his book=he book, etc. 2. El futuro: you’ll=you; he’ll=he, etc. 3. La cópula: you’re tired= you tired, etc. 4. El pasado: passed=past=pass; missed=miss; picked=pick, etc. Aquí surge la pregunta: ¿sabes ellos que “picked” es la forma del pasado y “pick” es la del presente cuando los pronuncian de la misma manera? El ejemplo de una mujer negra (Figure 1.3.), por ejemplo, demuestra que ella hace efectivamente esta distinción, ya que cuando lo pronuncia cuidadosamente, se reduce bastante la frecuencia de la omisión del sonido /-ed/ (en cambio, cuando se trata de un /d/ incluido en la raíz de la palabra -como en la palabra “hold”, la frecuencia de su omisión, prácticamente, no se reduce en el estilo cuidadoso). Y hay muchos casos semejantes al de esta mujer. Ahora bien, este punto, al parecer trivial, puede explicar una parte importante del fracaso escolar de los niños negros. Para el profesor, “pick” y “picked” son dos formas y dos sonidos completamente diferentes. En cambio para un niño negro las dos palabras son homónimos, aunque muchas veces sabe que las dos palabras son gramaticalmente diferentes (uno es el presente y el otro es el pasado). El profesor, sin darse cuenta que el niño ya reconoce esta diferencia gramatical, puede insistir al niño a que pronuncie el sonido “-ed”. Y el niño no entiende en absoluto por qué el profesor lo insiste poniéndose histérico. La repetición de este tipo de experiencias puede ser grave: frente a estos fenómenos completamente inexplicables, el niño empieza a dudar su propia capacidad de lectura en general, se siente excluido -y este sentimiento de exclusión se resuena con las experiencias de la exclusión social, y así se refuerza: total, «¡no entiendo estas cosas de los blancos!»- y 13 deja de esforzarse. De esta manera, el aula de la escuela es un lugar de continuos conflictos culturales entre la lengua dominante y la lengua dominada -sin que ambas partes, muchas veces, se den cuenta de lo que realmente ocurre. 8. Vernáculo inglés negro (3): la variación inherente y las reglas variables La descontrucción de la lingüística de Chomsky Ahora, ¿cuál es el aspecto gramátical del vernacular inglés negro? Pero aquí existe una dificultad: como se ve en su aspecto fonético, el vernáculo inglés negro es una lengua que tiene mucha movilidad -tal vez por no ser regido por la fonética y la gramática homogeneizantes como sucede en la lengua dominante. ¿Cómo dar cuenta de esta lengua tan rica como escurridiza? En este punto, Labov empieza a utilizar la gramática generativa de Chomsky. (De hecho, la oposición competencia/performance de Chomsky tiene más posibilidad para comprender la variación -aunque Chomsky nunca explotó esta posibilidad- que la oposición saussuriana de lengua/palabra. La competencia se basa en la «intuición», y no se pasa en una noción unificada y homogénea de lo social como sucede con la «lengua» saussuriana). Concretamente, Labov piensa que cada lengua tiene una gran parte que es invariable («reglas invariables») y otra parte que es variable («reglas variables»). Y esta parte variable somete la lengua en un movimiento de continua «variación inherente». Labov utiliza la gramática de Chomsky para describir las «reglas invariables». Y luego, extiende la «intuición» basándose en los datos empíricos cuidadosamente recogidos, intenta descubrir las «reglas variables». Cabe añadir que, en realidad, la diferencia entre las reglas invariables y las variables es relativa -lo que convierte la teoría de Labov una perfecta máquina desconstructor de la gramática de Chomsky. La rigidez de la gramática chomskiana se disuelve en el aire, y la lengua se pone a variar (cf. Deleuze y Guattari, 1988) Y es esta variación inherente, desde la perspectiva de Labov, la que está en el fondo de todos los demás tipos de variaciones: la estilística, la social y la diacrónica. El problema de la cópula Tomemos el ejemplo del problema de la cópula: «be». En el vernáculo inglés negro muchas veces se utiliza la forma «be» en vez de la forma conjugada (is, are, etc.): «He be always fooling around». Su uso es bastante irregular. Sin embargo, este uso de la cópula no es arbitrario. Veamos las dos tablas. En la primera tabla se demuestra que la aparición de «be» donde debería estar «are» según el inglés 14 standard, es consecuentemente más frecuente que en el lugar de «is» entre los cuatro grupos de adolescentes. Lo que está claro es que este uso de la cópula obedece a una cierta racionalidad. Sólo que aquí no se trata de una regla sine qua non sino de una «regla variable», que podemos captar sólo como «frecuencias». Aunque es posible explicar estos fenómenos relacionándolos con algunos rasgos de las lenguas «creole» -explicación bastante razonable, podemos buscar otra causa. En la segunda tabla, la omisión de «are» es consecuentemente más frecuente que la de «is» (esto de acuerdo con la «regla variable» fonética respecto a la omisión de /r/ y a la debilitación del consonante final). Por tanto, probablemente, suele introducirse «be» con más fácilidad en el caso en que hay más probabilidad de estar vacío (es decir, el lugar donde debería estar «are» según la gramática oficial) que en el otro caso (donde debería estar «is»). 9. Comentarios finales La importancia de la variación inherente Como ya sugerí antes, esta «variación inherente» no es, en el fondo, la característica exclusiva de las lenguas dominadas como el vernáculo inglés negro. Los ejemplos de la variación fonética evidencia claramente que la uniformidad no es más que una ficción. La lengua contiene en sí misma siempre la «variación inherente». La aparente homogeneidad absoluta es un producto de la complicidad entre la lingüística oficial y las instituciones político-educacionales centralizadoras. Es por eso que hay que pluralizar la «intuición» en el diálogo vivo con la realidad empírica -y así ir descontruyendo la lingüística oficial. El aspecto político del trabajo de Labov Hay que pluralizar la «intuición», porque la lingüística esencialista puede relacionarse, en el peor de los casos, con una actitud políticamente tan peligrosa como el racismo cultural -o simplemente el racismo, como el caso siguiente: En 1969, A. Jensen y sus asociados presentaron a la Academia Nacional de Ciencia una propuesta -horrorosa- que consistía en esterilizar a las mujeres negras que desaprobaran en algunas pruebas de inteligencia, apoyándose sobre las tesis «lingüísticas» de Breiter y Engelmann sobre la inadecuación del lenguaje de los adolescentes negros para el pensamiento lógico. La Sociedad Lingüística de América se levantó vigorosamente contra estas tesis, y esto no fue sino por la iniciativa de Labov quien podía aportar las pruebas de su falsedad, sólidamente fundadas tanto teórica como empíricamente. En los Estados Unidos, a partir del trabajo de Labov, se ha hecho varios intentos de enseñar la lectura a los niños negros utilizando activamente el vernáculo inglés negro o afroamericano en los primeros años (últimamente ha habido también un caso y ha suscitado 15 este uso del llamado “ebonics”: ver su “Home Page” en el Internet: http://www.ling.upenn.edu/~labov/home.html). Unidad y diversidad de la lengua En síntesis, la unificación de la comunidad lingüística se hace a dos niveles, que se apoyan mútuamente: 1. lingüisticamente, por el sistema pandialectal que enlaza el conjunto de los dialectos de la lengua (reglas invariables); 2. políticamente, por la imposición de un dialecto (el de las clases dominantes) como norma legítima. Ahora bien, la diversificación lingüística de los hablantes se establece igualmente de dos maneras: 1. lingüisticamente, tanto por la aplicación diferente de las reglas variables comunes según los dialectos, como por la aplicación de las reglas propias a cada dialecto; 2. políticamente, por las relaciones sociopolíticas conflictivas entre el grupo productor del dialecto dominante y el grupo productor del dialecto dominado -relaciones conflictivas que se resuenan y se refuerzan con las diferencias lingüísticas. Bibliografía Textos Labov, William. 1972. Sociolinguistic Patterns. Philadelphia: University of Pennsylvania Press. -- 1972. Language in the Inner City: Studies in the Black English Vernacular. Philadelphia: University of Pennsylvania Press. Encrevé, Pierre. 1976. «Labov, linguistique, sociolinguistique». en William Labov, Sociolinguistique, Paris: Minuit. Referencias Deleuze, G. y F. Guattari. 1988. «Postulados de la lingüística». en Mil Mesetas. Valencia: Pre-Textos. Jones, Leroi. 1983. Blues People: Negro Music in White America. William Morrow & Co. 16 17