Vol 3. 1971. ANUARIO MARTIANO La discriminación racial en los Estados Unidos vista por José Martí, por Juliette Oullion ... 9 Algunas impresiones de dos estudiantes francesas, al finalizar el primer año de clases dedicadas a José Martí, por Anne Lumeau-Précéptis y Maryse Lyonnet ... 95 ¿Poseemos los textos auténticos de Martí?: el caso de los Versos libres, por Ivan A. Schulman... 101 Seis cartas de Martí ... 115 Un artículo desconocido de Martí: ¿A los Estados Unidos? ... 121 Claves ... 123 Circular de José Martí a los jefes y oficiales del Ejército Libertador [Inédita] ... 127 Recuerdos de Martí, por Bernardo Figueredo ... 137 Dos ensayos de Roberto Fernández Retamar: I. Notas sobre Martí, Lenin y la revolución anticolonial ... 161 II. Martí y Ho Chi Minh... 180 José Martí: letra y servicio, por Jesús Sabourín ... 191 Reflexiones sobre la muerte de Martí, por Enrique H. Moreno Plá ... 201 Roncaral, ¿mucaral?, por Rosa Hilda Zell ... 225 Imagen de José Martí, por Cintio Vitier ... 231 Por la senda del Apóstol, por Luis García Pascual ... 249 CRÍTICA DE LIBROS Martí y su novela «Lucía Jerez», por Jorge Campos ... 311 Martí, Darío y el modernismo, por Octavio Smith ... 319 Estudios martianos (Times Literary Supplement) ... 325 Tres antologías martianas, por Cintio Vitier ... 327 Nota final ... 330 NOTICIAS Y COMENTARIOS ... 331 BIBLIOGRAFÍA MARTIANA, por Araceli García-Carranza ... 341 FE DE ERRATAS DEL ANUARIO MARTIANO NÚMERO 2 ... 385 COLECCIÓN CUBANA CONSEJO NACIONAL DE CULTURA LA HABANA 1971 CUBA CONTENIDO PÁG. Cada autor se responsabilixl con sus opiniones. No se aceptan colaboraciones no solicitadas. Diríjase la correspondencia a: Sala Martí, Biblioteca Nacional José Martí, Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba. J La discriminación racial en los Estados Unidos vista por José Martí, por Juliette Oullion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 Algunas impresiones de dos estudiantes francesas, al finalizar el primer ano de clases dedicadas a José Marti, por Anne Lumeau- Précéptis y Maryse Lyonnet . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . iPoseemos libres, los textos de Marti?: el caso de los Versos ..... ...,.......... .;... 101 . .... ..... ..... .............. ..... 115 por Ivan A. Schulman Seis cartas de Martí Un artículo iA auténticos desconocido los Estados 95 de Martí: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. , . 121 . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . 123 Circular de José Marti a los jefes y oficiales del Ejército Libsrtador [Inédita] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. , . . . . . . . . . . . . 127 Claves Recuerdos de Martí, Dos ensayos Martí José Martí: Reflexiones , 1 Roncaral, por Bernardo Figueredo . , , , . . , . , . , . , . . de Roberto 1. Notas II. Unidos? Fernández sobre Martí, y Ho letra Lenin Chi Minh y servicio, sobre la muerte imucaral?, JJ Imagen de José J Por \t,-.--a senda del Retamar: y la revolución anticolonial .. ..,.........*.......*..... por Jeszís Sabourín , . , . . . . , . . . . de Marti, por Enrique H. Moreno Plá Apóstol, por Cintio Vitier por Luis Garcíu 161 180 por Rosa Hilda Zell . , . . . . . . , . . . . . , , . Martí, 137 ,.,,........,..... , .Y. ..,; 191 201 225 231 PÁG. t:l<í'lIC.4 DE LIBROS Martí y su novela Jlarti, Darío Estudios «Lucía Jerez)), y el modernismo, antologías Nota final Campos ......... por Octavio Smith ........... (Times Literary Supplement) ............ martianos Tres por Jorge martianas, por Cintio Vitier ................ 311 319 32.5 327 ............................................ LA DISCRIMINACIÓN RACIAL ESTADOS UNIDOS VISTA JOSÉ MARTÍ* EN LOS POR 330 POR JULIETTE NOTICIAS Y COMENTARIOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . 331 PRIMERA RIBLIocRAríA FE DE ERRATAS MARTIANA, DEL por ANUARIO Araceli MARTIANO García-Carranza NÚMERO ... .... 2 .... .... OULLION PARTE: LOS NEGROS 341 385 La cuestión negra es la piedra de toque de todos los principios fundos de la República norteamericana. Ya Alexis de Tocqueville lumbraba que: L’introduction de cette race étrangère est, en outre, et la seule plaie de 1’Amérique. (18-9-1831, Obras Comp. T.Vpág. 88) pre vis- la grande En efecto la diferencia que existe entre esta raza y los demás grupos étnicos en sus relaciones con los Estados Unidos es fundamentar. Los diferentes pueblos que constituyen un mosaico en aquella tierra, están como yuxtapuestos unos a otros y nunca pueden anular cierta distancia frente a un gobierno, a un país que no sienten como verdaderamente suyo. El caso límite de mayor separación, lo representan los indios que de una manera general adoptan una actitud que va de la resistencia defensiva a la iniciativa peleadora. Al contrario, el caso * nMémoire» presentada, bajo la dirección del profesor André Joucla-Ruau, en las Facultades de Letras y Ciencias Humanas de Aix en Provence (curso 19691970). Los capítulos que publicamos, precedidos por un prólogo de 33 páginas, constituyen lo fundamental de este trabajo que, por encima de su carácter escolar y de las limitaciones de su espafíol, resulta valiosísimo en cuanto desarrolla, con aspectos muy poco o nada investigados abundante información y sentido crítico, de la obra de Martí; aspectos, además, de candente vigencia. Con esta &esinal del profesor Lamore en la Universidad de Burdeos, y las reflexiones de dos alumnas que aparecen a continuación, damos con gusto la palabra a los estudiantes franceses que sc acercan a Martí. 10 .A.VCARIO ANUARIO MARTIANO representaría bastante bien una intede los irlandeses, por ejemplo, gración casi perfecta y la distancia que los separa del país e=tá reducida a su mínimo. Para el negro no puede existir tal distancia entre él y el país que le hizo esclavo. Si lo aborrece, al mismo tiempo espera de él SU salvación, su rehabilitación humana. Y a pesar de ser libre, no deja de formar parte inherente de este país. La llegada de los negros coincide con la formacion de los Estados Unidos y la institución de la democracia. En efecto en el aiio 1620 el ((Flor de Mayo» trajo a los ((peregrinos>) a Plymouth, y a fines de agosto del año 1619 una fragata holandesa había llevado a Jamestown a los veinte primeros esclavos. De ello se puede inferir que la misma historia de este país se verá obligada a tener en cuenta la evolución de la raza negra en su suelo. Por lo tanto, la visión que tendrá Martí de esta cuestión negra estará forzosamente relacionada con la que tiene del mismo país. Se tratará de establecer un paralelismo absoluto entre los dos enfoques, que no se pueden explicar el uno sin el otro. I - VTSIóN IDÍLICA LA LIBERTAD. DE LOS ESTADOS UNIDOS: La liberté, mense ooif c’est 12 aujourd’hui des conscientes. l’im- V. HUGO. En el año 1881 Martí llega a Nueva York. Ya hemos visto que en aquella época, un hombre de cultura europea y más precisamente francesa, al llegar a los E.E.U.U. no podía sino dejarse llevar por un desbordante entusiasmo ideológico. En un principio es el aspecto gigantesco el que impresiona a Martí: un pueblo que «heredó calma y grandeza»; las ciudades ayer pueblos, hoy son descomunales y maravillosas gracias al progreso deslumbrante. También la for;una está en armonía y remata la labor humana a la que estimula. El italiano Delmónico podría ser cl símbolo de ello. Libertad y democracia son los únicos valores que reinan aquí permitiendo el desarrollo y al mismo tiempo la elevación del ser humano, en un ambiente apacible y solemne: iQué simple y qué grande! iQué sereno, y qué fuerte! iY este pasmoso pueblo ha venido rl la vida. de h-herse desposado con fe buena, en la casa de la Libertad, la América y el trabajo! Po- MARTIANO Il seer. he aquí la garantía de las Repúblicas... La actividad humana es un monstruo que cuando no crea. devora. Es necesario darle empleo: aquí, ha creado. (T. 9 - p. 85 - 29/10/1881) Esta complacencia total, sin reserva. sólo durará el año de su llegada y muy pronto se dará cuenta de que también allí existen fallas. Así esa grandeza admirable deja translucir ambiciones alarmantes; el gigantismo alcanza lo monstruoso: La vida...en New York, es una locomotora de penacho humeante y entrañas encendidas. Y las cocinas dc Coney Island son un ((estómago de monstruo». (T. 9 - p. 443 y 458 - 1883). Ya la integridad tarse: moral que reinaba en aquella tierra empieza a gas- Es este pueblo como grande árbol: tal vez es ley que en la raíz de los árboles grandes aniden los gusanos. (T. 9 - p. 259 17/2/1882) La traición, aunque no simbólicamente representada por un monumento, ya se asoma al lado de la legendaria lealtad. Bien lo prueba la anécdota del soldado Andrés al cual se edificó una estatua para detenía un altar molerla después «porque no se dijese que la traición donde la libertad tiene su más solemne templo». Aquel dilatado país se vacía de su espíritu porque adolece del mal del «invierno de la memoria» y la misma libertad «escurridiza y vidriosa» corre peligro de ser negada con el coto impuesto a los chinos en 1882. Por fin, las antiguas virtudes que trajeron los puritanos parecen ceder el paso a los intereses. Así en Septiembre de 1883, resume el autor sus impresiones: no sin intención las pongo junY así se mezclan aquí, -porque tas, nara que como son se vean,las primicias feroces de la vida virgen, las parodias pueriles de la vida monárquica, las convulsiones aceleradas de la vida moderna. (T. 9 - p. 457) Sin embargo para Martí la libertad resiste a todos los ataques y en 1883 su pétrea representación será el digno símbolo de aquella tierra. Así se puede decir que hasta 1884, a pesar de denunciar acertadamente -c’r feliz. ha! que -;er lihrr: !a que los E.E.I;.L-. son el país de la libertad \ fl’!” lo- negros -‘on librrj. 10s negros son felices. El éxito en cl proi,len:¿ ;acisl 1~ aparece eI-idente racial. n 3Iartí. y la di_;criminación :Ihcru. +c;:o un recuerdo. :tLa~ razas >e confunden ,. escribe cn 1885 a c .;lGito (!e las elecciones proa idenciales. llace falta prc;:untarre ha5tu (111’ jll:!ltD tal silogibmo se i>LlfXlfZ verificar. Por ello lla\ que eSLldi¿lr. ii partir tle lo que dice l\Iarti. lo que han llegado a ser los ncgrgs di,;puc+ (IC la abolición tle la rsclavitud. 1.3 COii::titU(bión girtzl: habin l:epubl;cano muncha. 1 T. 10 - (10 cl-te país estaba manchada por ~n \irio oritransigido con la c:;clavitud de una raza. El Partido SC fundó verdaderamente para liml>iarla de ei;a 1). 93 - 6/11/1884) Frente a Cl y ((por mantener la esclavitud de los negros hizo ~lna guerra (I’. 9 -p. ?52) Así es que el Norte, los republicanos y la l i!:xlad . svn los ~~4,s:elementos de una trilosia oue se enfrenta co?1 el :.k.:.: Ic?.; d-:kcratt:.+ y la esclavitud. Se distinguen pues, tres período<: cI pa:n+o lejano qtie va de 1620 a 1860. período condenado por Marti por catar vigente la esclavitud. El pasado inmediato de i860 a 1363, c;ue glorifica porque en esos años los apósto!es dí: la libertad han desterradù el mal de este país. En fin, a partir del año 1863, el período que >Iartí considera como el presente, un presente no totalmente paradisíaco y que se podría definir bastante bien por la célebre frase de Leibniz: ~Tout est pour le mieu-L dar.s le meilleur des mondes po5‘:bles». el 5,l.N El mismo estado de ánimo que le lleva a componer un verdadero himno a ese pasado inmediato le lleva también a hacer el retrato de los grandes hcmbrcs y oradores de aquel entonces. Son Ilenry Garnet, el C~X:Cw alzó contra la violencia, Henry Ward Beecher. hermano de Is ian I c!ebre autora de La Cabaña del Tío Tom. Cabe decir aquí que la adli:ir:i&Sn de Vartí por el orador 0 por la escritora tiene que ser ;it;lar!a deiltro da .su visión puramente intelec!& c idi!ica de !a lucha. Fil .‘:n. harr cl elogio fúnebre de Vcndeil Phillips. el que «pl>i..los i.uños cvntra los malvados, vi no los bajó n:l::ra.,) Todo eso significa que los c. I ?c:tks XIII. XI< 3~ XV. W!F ( i”. 9 - p. 3 $1 ),-o los L,F 1~ fies!a de independencia negros son libres. Bien lo demuestran las Y que se oigan sonar todavía las cadenas gritps de alegría <Ze los negros ron ocasión (T. 9 - p. 485). Martí razona así: Para 1-P:: xr;~os a los que CS:á viendo vivir son 1abr:dores que se amonIùnan cn (<aquello., c:I:io..os ~hículos de can:i)o. que llevan sobre dos rueda-: la abu:rr;ante j parlcra íamilia de un homlJry de color» (T. 9 dc «alma libre de betunes» (T. 9 - p. 247), p. 89). un limpiabo!as tnuchos rriadqs, y por fin seres miserables que harcn de payasos, de cómicos. de cabezudo de feria, como por ejemplo: . ..con grandes risas aplauden otros la habilidad del que seguido dar un pelotazo en la nariz a un desventurado de color que. a cambio de un jornal miserable, se está día con la cabeza asomada por un agujero hecho en un lienzo vando con movimientos ridículos y extravagantes muecas pes de los tiradores... (T. 9 .- p. 127) ha COUhombre y noche esqui- los gol- Es (1~ notar que este género de advertencias se integran en el marco de la vida americana, prestándole un aspecto pintoresco y típico. Son alrqres y abigarradas pinceladas que rematan el cuadro. Caras picac rescas, muecas dc ((minstrels)) y listeza hacen de estos negros unos seres Sin embargo. cuando Martí plansimpáticos pero algo convencionales. tr-;l verdaderamente el problema del porvenir de los negros, lo hace en !<rminos que contradicen lo que acabamos de ver: «John Swinton... y damas hablaba ayer a los esclavos de antes, trocados en caballeros 25/2/1X83) Esta carta dirigida a de salbn...» (T. 9 p. 368 Ln A’uciórz denota una visión esquematizada c Zílica a la vez, del prcblcma negra. El mismo sentimiento de piedad que experimentaba l”llar;í para con ios negros que se encontraban en el grado más bajo de la -,s:aia social. le llera también a callar los crímenes de los malhechores cómo en contienda ;,A qué repetir c-n los pericti -licos americanos, en formal batalla, a mznos de hombres arelectoral, murieuor: mados. de color. c,Latro hombres blancos? 14 ANUARIO MARTIANO ANI’ARIO Martí se niega a considerar las atrocidades. Si cierra así los ojos es porque quiere cerciorarse de que todo está bien a pesar de que empieza a discernir el engaño. Mantendrá esta actitud hasta 1884, aferrándose a su silogismo. El problema que alartí empieza a descubrir en esta época no es un problema racial sino un problema social, el de la lucha de clases: En otras tierras se libran peleas de raza y batallas Y en esta se librará la batalla social tremenda. (T. 9 - p. 278 - 12/3/1882) políticas. El negro está incluido implícitamente en la clase baja, pero Martí todavía no ha llegado a asociar voluntariamente todos los pobres sin distinción de raza, como lo hará más tarde con una conciencia muy clara y una manera muy moderna de enfocar el problema. Para abarcar globalmente el pensamiento de Martí durante el período preciso que va desde el año 1881 al año 1884, hace falta analizar su concepto del negro, considerado como un ser humano. Para eso se tomará como referencia el texto de la carta dirigida a La Nación en la fecha del 25/2/1883 (T. 9 p. 370), que se calificó ya de idílica. El primer plano en el cual se sitúa el texto es el de la antítesis entre el mundo artificial y el mundo natural. El mundo blanco es el de la imitación, de la apariencia, con sus bailes disfrazados. El mundo negro, verdadero, es el del «hombre salvaje, de barba crespa y torcida, como nido de sierpes, el cuerpo mal envuelto en cuero de caballo», perseguido como una fiera, «ágil como un tigre torvo y feroz» y cuyo palacio es el bosque, «SU reino sombrío)). No se puede sino relacionar este trozo con el capítulo de Quevedo, en La Hora de todos, intitulado «Los Negros». Los mismos temas están presentes; y la valoración del negro resulta también de la antítesis con el blanco. El texto desembocará sobre una conclusión moralizante de un tipo más bien cervantino de las Novelas Ejemplares: No hay que pecar contra la Naturaleza, en el sentido propio de la palabra: Somos jóvenes, y si no hacemos nosotros, iseremos traidores! cuanto la naturaleza espera de En fin, el segundo plano es d del t<buen salvaje», que Martí desarrollará con la anécdota de la aventura amorosa de un semi-salvaje de Georgia con una dama altiva. Ese semi-salvaje se presenta como un héroe de la «Carte du Tendren trasladado a un mundo que se quiere MARTIANO 1S salvaje, como para rendir culto a un exotismo muy al estilo de Bernardin de Saint-Pierre. El salvaje de Georgia del que nos habla Martí revela hasta qué punto ese personaje pertenece a un tipo literario ya delimitado y cuanto más que está colocado además en un ((paisaje vaporoso de Corot». Parece de hecho que hasta el año 1884, más o menos, las descripciones del paisaje norteamericano a las que los negros se integran como elemento pintoresco, son más bien descripciones intelectuales y hacen pensar más en un género literario artístico, que en un contacto del autor con la realidad del país. No ha visto Martí a los negros cuya mayoría está en el Sur, y por consiguiente sólo tiene de ellos una experiencia cubana. Dos advertencias quedan por hacer en lo que atañe a este período. La primera es el número muy reducido de los textos en que aparecen los negros. Martí se limita a algunas que otras advertencias incluidas en las cartas. La segunda es el enfoque del autor, que no centra SU Interés en el aspecto negro sino en el aspecto más general de los Estados Unidos. Se ven por ejemplo en el primer plano a personajes como Cleveland, o a tal aspecto del Norte y del Sur. Es lo que se puede llamar la primera etapa de Martí respecto al problema negro. Para resumir hay que decir que se trata de una cuestión de distancia. Martí llega a los Estados Unidos con una opinión elaborada a priori sobre este país; lo que provoca su entusiasmo, y le hace estar totalmente de acuerdo con la política de aquel país. Para esquematizar, se podría decir que el ojo del observador se sitúa dentro del bloque que representan los E.E.U.U., está sumido en él. Así ve y juzga los problemas --en este caso el problema negroa través del filtro de este bloque; lente que deforma su clara visión, como se verá después. En sus grandes líneas, el año 1885 será la continuación del primer período. Sin embargo algunas leves diferencias harán de este año una transición que conducirá al segundo período en el que Martí poco a poco analizará más acertadamente el problema negro. Esta continuidad cs de un orden ideológico general respecto a los E.E.U.U. De nuevo es el elogio ditirámbico de los héroes de ayer: John Brown, que debería dar su nombre al primer grupo de estrellas que se descubriese (T. 10 p. 191); Ab ra h am Lincoln, «aquél que no vino de negociantes, pastores, ni patricios, sino de la Naturaleza y la amargura; aquél de vestir burdo y alma airosa»... (idem). D e nuevo es la exaltación de aquel pasado glorioso con sus oradores «pujantes>), comparado con el presente 16 ANI.ARIO 3IARTIAZiO ANCARIO .wrrompido cuyos oradores ya no con mcis que hábiles. Así Edmonds. !3!aine 1 Conkling llegan a ser más célebres que Sve. Garfield, Carpen!er. Lincoln. Alaba también Martí el nues-o Sur que desarrolla sus !lian;ac-iones dc r.lgodón y le rehabilita frente al Norie: sus habitantes rrarrepcr;!idcs de su error» lle?.aron \iri!mente su -erre (T. 10 - p. 31; j. 316). C’~gue describiendo la situación del negro :,egC;l SI primer silogismo: Ei negro mismo. a quien en \-einte afios de prueba ha aprendido a tratar como hombre su señor antiguo, ve que en las gentes de su propio solar tiene amigos leales, y que el blanco se ha olvidado ya de ser su dueño: abonan ya los campos los huesos de los yerros que en otro tiempo por bosques y por niel-es los perseguían. (T. 10 - p. 316 - 25/10/1885) En fin la liberkd sigue siendo la soberan:t absolüta del país: Sería hermoso, de una hermos&a que llegaría al cielo, todo ataque a la libertad humana en los Estados Unidos, nada más que por la tremenda magnitud de la defensa -a cuyo sacudimiento 1’2zl drían abajo las trabas que aún impiden en los puebltis viejos el ejercicio del hombre... (T. 10 - p. 341 - 9/10/1885) una nota disSin rmbargo a partir de este mom:,A.‘+o Martí encontrará <.=rdante en CEa idílica situación. Eso en un dominio muy particular de !a vida política: el de los votos. W. E. R. Du Eois escribe en 1903:’ Les votes des Noils ne comptent point rar Ia fraude et la forte priment. Et l’on entrevoit le suicide d’une race... La puissance des bulletins de vote, il nous la faut pour notre defénse -sinon qu’est-ee qui pourra nous sauver d’un second esclavage? ‘; Martí denuncia por primera la realidad y la Icy. No puede X\’ que estaba vigente desde dc suma importancia, porque equivale no sólo a rechazarlo a~hncer de él una víctima. En vez un abuso. una inadecuación er,trc votar el negro a pesar de la enmienda el 30 de Marzo de 1870. Este abuso es negar a un hombre sus derechos civiles al margen de la sociedad sino también su carta del 25-10-1885 Martí escribe ya: Creáronse al punto intereses locales y capatnces autóctonos, que vieron en el voto negro, azuzado y enconado häbilmente, un seen cizaí%a al negro gcro instrumento de poder... y mantuvieron * W. E. B. Du Bois - Ames Noires (p. 24-25). MARTIAN*j 17 ofendido, armado de un l-oto que veía como el símbolo de su libertad... Fácil era pasear a los ojos del negro. que todavía se mira en los pies las llagas de los grillos J- tiene en las caderas 1;s mordeduras de los perros, el fnntasmx de su sida de esclavo, que Ie ponía el cerebro en hervor v le daba reflejos dc sangre en los ojos. (T. 10 - p. 314) Durante el año 1885 aparece dos veces en una misma carta una alusión al papel muy importante que desempeñaron los negros en la guerra: En las ralles donde hace veinte años era castigado como fe!rin el negro que portaba armas, ahora, con sus wstidos viejos dr guerrear, y con mosquetes y banderas, alegrahan la noche lar: soldados negros... Que detrás de ellos, con sus ropas desgarradas dc combate, venían los negros Invencibles de Filadelfia, que decidieron en pro del Norte muchas batallas dudosas contra los rebeldes... (T. 10 - p. 170 y 175) Raras son estas advertencias, porque la característica esencial de los negro.; -según lo que dice Martino parece ser, como en el caso de los indios, el aspecto gucrrcro del soldado, sino más bien del hombre que: intenta primero reaccionar contra los abusos queriendo a toda costa integrarse a la sociedad, como se demostrará después. EI: e! año 1885 se nota también un aumento sensible del núínero de los textos que hablan de los negros, aunque el enfoque de Martí sigue siendo el mismo. Así es que continúan apareciendo en un segundo plano, mientras que el primero está ocupado por los del Norte, los del Sr, las figurxs principales y los problemas económicos o políticos de Irs E.E.U.U. Sin embargo ya empieza el autor a salir del bloque, denunciando el trjfico de los votos. II - PRIMERAS DESILUSIONES DE LOS NEGROS -- DCSCUERIMIENTO En el segundo período, separándose poco a poco del bloque de los E.E.U.U., Martí se aproxima a los negros. Su progresiva desilusión viene de que varias veces va a constatar inadecuaciones entre la ideología pregonada por los Estados Unidos y la realidad cotidiana. Eso le lleva a tomar conciencia del problema negro. Vamos a estudiar su elaboración. Poco a poco la deshumanización progresiva de esta tierra apa- 18 ANUARIO ASCARIO 19 MARTIANO MARTIASO recerá a los ojos del autor. La d ureza, la falta total de calor humano e incluso la imposibilidad de experimentar un sentimiento cualquiera van a ser de alli en adelante las características principales del país: Los hombres no se dctienrn a consolarse y ay-udarse. Nadie ayuda a nadie. Nadie espera en nadie... Todos marchan, empujándose, arromaldiciéndose, abriéndose espacio a codazos y a mordidas, llaudolo todo, todo, por llegar primero... Sin riendas, sin descanso, sin auxilio... se endurece el hombre en el miedo de los demás y en la contemplación dc sí... Aquí se muere el alma por falta de empleo. (T. 11 - p. 83 - 28/9/1886) iiccl se debate como sc boxea: ante un circo, y sin guantes. (T. Il - p. 89 - 3/10/1886) Ya todos los valores del pasado manece es la libertad: han desaparecido y el único que per- De este mueblo del Norte hay mucho que temer, y mucho que parece virtud y no lo es, y mucha forma de grandeza que está hueca por dentro, como las esculturas de azúcar; pero es muy de admirar, como que cada hombre se debe aquí a sí mismo, el magnífico concepto de la libertad y decoro del hombre en que todos se mantienen y juntan... (T. 10 - p. 459 - 3/6/1886) «esculturas de azlícar» hacen pensar en la célebre firmula de Metternich del «grand trois mâts vermolul. Y hasta aquella libertad empieza, según parece, a desmoronarse. ¿Y cabe preguntarse si la es. tatua que permanece no está ella también vacía?: Estas ...el concepto mismo de la libertad, egoísta e interesada en los Estados Unidos, y en Francia generosa y expansiva. iBendito sea el pueblo que irradia! (T. ll - p. 335 - 13/11/1887) Ahora bien, como para Martí «la calma es necesaria para la virtud» (T. 11 - p. 283)) se puede deducir que los Estados Unidos han perdido su virtud. El Este del país está totalmente pervertido. Sólo el Oeste «recién nacido» no ha tenido el tiempo de caer en los vicios de la civilización. plaga que notaremos será el hambre El último punto, la última que roe las masas obreras, el pueblo, los pobres: el «hambre de cíclope». (T. 10 -p. 413) E so es lo que plantea el problema social del Tío Sa- muel. choca Aquella pobreza, contra el símbolo aquella miseria es la realidad de la estatua de la libertad: de este país y i\‘edlos correr, gozosos como náufragos que creen ver una vela salvadora. hacia los muelles desde donde la estatua se divisa! Son los más infelices, los que tienen miedo a las calles populosas y a la gente limpia...bajan del este, bajan del oeste, bajan de los callejones apiriados en lo pobre de la’ciudad... (T. ll - p. 104 - 29/10/1886) La confrontación de los dos temas, Libertad y Miseria, el uno de piedra, el otro de carne viva, es ahora la imagen de los Estados Unidos. El primer tema es el que se pregona, se santifica: es la apariencia; el segundo se oculta, se mete cn todos los hoyos; es el corazón, son las entrañas vivas. Así este país al que se han acogido todos los infelices que huían de la miseria no ofrece a éstos más que una situación semejante: « i América es, pues, lo mismo que Europa!» (T. ll p. 338). Esta breve reseña muestra que Martí ya está desilusionado por la actual actitud de los Estados Unidos. Sólo un pasado que ya no es más que un recuerdo merece veneración y estima, por haber sido una época que supo acrisolar los ideales y las virtudes de los mejores hombres. Se podría hablar de un psitacismo de valores en la imagen de este país en los años 1886-1887: «Fingen aún esas ideas, pero ya las abominan» (T. 11 - p. 167 El Partido Liberal). Hablar de los Estados Unidos en estos términos revela la resurgencia de un problema que el autor creía felizmente resuelto: el problema de la raza oprimida. La inadecuación que acabamos de señalar en el plano general entre la ideología y la realidad del país se encontrará también en este plano peculiar que es la aplicación de la teoría sobre la libertad: la situación de los negros. En los años 1886-1887 el autor parece descubrir realmente a los negros, abandonando la representación puramente intelectual que se hacía de ellos. Ahora los ve vivir, lo que le permitirá darse cuenta de que hay un problema negro. El año 1886 se caracterizará por constataciones de Martí que a pesar de su aspecto anodino revelan una situación marginal del negro en la sociedad blanca. No son más que pinceladas en sus cartas, pero suenan como notas discordantes si se las compara con los textos del primer período: Se habla de que los republicanos del Senado se negaron a confirmar a un caballero negro para un alto empleo, por no parecerles que debe haber negro demócrata. 20 ‘..\L .4X10 .ISC.4RlO >lARTIASO Jilucho ‘.: comruta la energía del Presidente. que contra el voto del Senado ha dado en ‘Kaohington a un negro un cmpleo altísimo. {T. 11 - p. 21 y- 18) L:to 19: ,lc”imS’ t> pone de reliev-e el Indo superficial y falso del tic-filr: ccpai3Xl . y r-doblan ias mT.íticas y- por toda la vía los va -iguicndo himno» (T. ll - p. 107). exacto contrapunto de lo que escribía 189-i: un en . ...,:quiénrs llegan ahora, que todo el mundo sacude por cl aire sus sombreros, v ondean sus pañuelos las mujeres, y- los nitios ba‘ïrescientos negros !legan, ‘hermosos como una ten palmas?.... bendición. Ungido traen ci rostro, más por el agradecimiento al Norte que peleó por ellos, que por la libertad de que en él gozan. Conmueve verlos. y van conmovidos. La raza negra es de alma noble. (T. 10 - p. 8ú4) .\IARTf.\.‘.C) 21 F-;: c: i --J. < ‘to e5 un punto muy- importanteJíartí ha sabido dis( c’!‘:,r Uil rasgo pel.tinfr,t,>- primordial de esta raza que más tarde l.i.L<(Yi JOI;EY! llamará (‘Blues Peoplew: el ritmo. el sentido inriato tic 1.: 11%Cca: (: ...y- loc: blancos arrogantes... unían su voz humildemente 1 l%:.- : ;;:lrroa improv-ijadas de 10s negros frenéticos...» (p. 70.) Es una :llIi.-‘~ :’ :ri;tr cuyo encanto se funda principalmente en las repeticiones i2iiLlZaIltf25: ;Oh. dile a Xoé . :;LK haga pronto que haga pronto ci arca! el arca, que haga pronto el arca, Es el Blues, con sus frases de una sencillez extrema, su ritmo ei:ce~~lo en una especie de espiral ascendente. Se preguntaba el autor en un corto poema: «¿Por qué es tan triste la música dc los negros?» (T. 22 - p. 263); aquí tenemos la explicación. La actitud de los negros dc Charleston bien podría ilustrar el Negro Spirituals que menciona DC EOIS:2 Un aquel entonces Martí sentía el entusiasmo demostración de una profunda verdad. multitudinario como la En fin el día 10 de Septiembre de 1836, escribirá el primer texto importante a favor de los negros: se trata del terremoto de Charleston. Este texto representa el término de la trayectoria de Martí en su deseo de conocer a los negros. La gran novedad d 8 este texto es que aparecen los negros en el primer plano. Los blancos retroceden. Tienen menos relieve, están mucho más indeterminados. Martí describe a los negros suplicando, o bailando o en éxtasis; por primera vez, son seres que tienen cierta densiiI‘?d. Valora la raza y haciéndolo, la consecuencia inmediata y lógica es una condenación de la raza blanca, que actúa criminalmente y de una manera antinatural contra esta raza cuya hermosura no ha sabido descubrir: parece que alumbra a aquellos hoIu!;res de África un ~01 I . ..Hay en su espanio y alegría algo de sobrenatural y maray recuerda en vilioto que co existe en las demás razas primitivas, su: movimientos y miradas la majestad del león; hay en su afecto una lealtad tan dulce que no hace pensar en los perros sino en las ;así :e ia vio (a Ia raza) surgir en estas E!W~S; calladas p.ilomas... de SU CL!:3:liG e! ~?xyor espanto de EU vida sacudió en Io heredado +c~:;re Lo c,ue traen en ella de viento de selva. dc osci!acion de mirhre, ie ruido de caña! (T. ll - p. 72 y 73) ...Vous étiez la musique et vous étiez la danse, mais persistait aux commissures de vos lèvres, se déployait aux contorsions de votre corps le serpent noir de la douleur. (p. 17) Sin embargo, en esta carta, sigue creyendo en las buenas relaciones entre los antiguos dueños y los negros libertos. Esto, como se verá después, es un mito creado por cierta categoría de americanos que se podría llamar «liberales de arriba». (T. 12 - p. 376.) Es, al fin y al cabo, la lección que se puec?e sacar de Lu Cabaña del Tío Tom.3 Pernwlecerá Martí con esta opinión hasta febrero de 1887, fiándose para formular su juicio en una manifestación totalmente exterior y ceremonja1 -con lo superficial que esto implicapues se trata de un bnr~quete: El Sur resucita. Sus jóvenes, nacidos entre negros libres, se asombran de cómo pudieron sus padres vivir en ociosidad, persiguiendo ccri p-rros o marcando a latigazos a 105 negros esclavos. (T. 11 p. 15ú) ;Tal nrgïo 19 q-w nuestra que sigue Martí con la misma opinión en su carta del 25 de octubre 1885, ya mencionada. 2 Ames 3 IIarriet Noires. (op. BEECHER cit.) -STOWE-La case de Z’OncZe Tom. que explicitaba El episodio del 22 ANC:ARIO MARTIAX0 ANUARIO terremoto suscita unas más que diga el autor: últimas advertencias antes de concluir. desmás no podemos dejar de sentir sin embargo esa vergüenza caer en la Está suscitada de manera implícita por la actitud misma raza negra. sobre todo si se la compara con de sumisión que observan los negros, la actitud de rebeldía constante de los indios: . ..muchas pobres nepritas cogían del vestido a las blancas que pasaban, y les pedían llorando que las llevasen con ellas! (idem) La actitud de los indios es deslumbrante por la hermosura de las causas perdidas, como se verá después. La de los negros tiene un poco la sosez de la resignación. Por fin Martí explica parcialmente el éxtasis místico de los negros y por lo tanto lo excusa, pero al contrario no comprende el comportamiento sexual de ellos y sólo lo excusa por caridad. Más tarde verá que hay que buscar las causas profundas de tal comportamiento en su situación peculiar, que permitiría explicar tal o cual actuación de titud es semejante a la de TOCQUEVILLE que escribía unos cincuenta años antes: <tUsmontraient les vices et les vertus des peuples incivilisés» .’ Para concluir con este episodio del terremoto de Charleston se puede decir que Martí ha descrito y ha sentido al negro como ser humano, pero que todavía no ha llegado a la comprensión de ese ser humano en su situación peculiar, que permitiría explicar tal o cual actuación de este ser. La situación de los negros en los Estados Unidos es analizada por Martí de una manera aún superficial, ya que se funda sólo en las manifestaciones más exteriores -como leyes, banquetes, ceremomas: la mujer de Cleveland que da a todos la mano «sin miedo a negros J a blancos» (T. 11 - p. 136) es un buen ejemplo. 4 p. 180). Ale& de TOCQUEVILLE. 23 Por III-La-I.!? esa raza que sólo los malvados “‘I .ají es de buena y humilde ficuran o <!e:cleriau! ;pues su mayor vergüenza es nuestra g&le obligación de perdonarla! (T. 11 - p. 70) MART?An;O De La Démocrutieen Amétique. (colec. lo/18 A. CLTIMAS ILZ~SIOII’ES - EL PROBLEJIA GESERALID.IDES El año 1887 será el más importante porque revelará a la vez el principio de un análisis de situación y también en Julio se verá a Martí llegar al punto decisivo y denunciar por fin la realidad de los hechos; y el problema que en un primer momento sólo había presentido, aparecerá a plena luz. A partir de la libertad cívica que había analizado en 1885, Martí presentirá que el problema negro es de mayor alcance. Las varias etapas que le llevarán a plantearse el problema se sitúan en un período muy breve que va del 15 de marzo al 8 de julio del mismo año. En efecto, en su carta del 15 de marzo, la situación de los Estados Unidos está enfocada en estos términos. Reconoce como elemento positivo el haber llegado a una unidad, sean cuales fueren los medios, a partir de tanta diversidad originaria: En los Estados Unidos hierve ahora que-ha venido amalgamándose durante los hombres se entienden en Babel... -que estallará por falta de levadura y lenguas se confunden. . ..Por la ley haber justicia. (T. ll - p. 172) una humanidad nueva; lo el siglo, ya fermenta: ya en esta hornada grandiosa, de bondad-, razas, credos o por el diente, aquí ha de Pero esta unidad no puede ser perdurable porque se funda en una desproporción demasiado evidente entre la situación de cada uno: El trabajador es el Atlas. Es un problema social que se plantea con la base. A este propósito escribe una frase que caracteriza perfectamente el período y lo que en él descubre: KA las ideas se las siente venir, como a las desdichas». (T. ll - p. 175.) La libertad nacional representada por el derecho a votar se ha tra& formado en un recurso al servicio de los políticos, que lo utilizan para frustrar a las masas e imponerles su voluntad. Es más bien una manera de esclavizar. Los republicanos, jugando con la masa negra para ganarse los sufragios, no contribuyeron a la unidad y a establecer concordia entre blancos y negros sino que aumentan la discordia, el odio, en fin, la vuelta a la confusión, después de la concordia, de Bahel: como pueden hablar ahora la misma lengua, los blancos se esforzarán a todo trance por impedir su uso a los negros, no pudiendo aguantar la igual- 34 ANUARIO MARTIANO ANCARIO dad delante de las urnas. Aquí el problema negro empieza a precisarse cn su aspecto meramente social. El litigio entre «Las de arriba» -las ( T. ll - p. 186 ) ce resume blancas y «Las de abajo)) -1~s negrasfinalmente en una cuestion de tren de v-ida. iSon damas y han de ir en carruaje! Las (>tle arriba)). que van llegando en sus carruajes propios, toman puesto detrás de SUS rrirhas en la hilera... Ni siquiera queda gala.de supremacía. a los blancos un solo modo exterior ;:ura hacer En fin, con la anécdota de la lista iitanasia, los negros pesan al primer plano y retroceden los blancos detrás de ellos. Martí, aunque seguramente no ha podido ver la escena, empieza a sentir su motivaciGn profunda y la pinta a lo vivo. A partir del año 1885 se puede advwtir qde la imagen de los negros será cada vez más precisa, más puesta de relieve, si se la compara con la del primer período, borrosa y desapareciendo detrás del retrato del blanco. Así por ejemplo, pequeúos dctalles dan el ambiente intimo de la vida cotidiana: con confianzas ...unas niñas negras acariciaban, muGecas blancas... (T. ll - p. 223 - 30/6/1887) febriles, a unas Por otra parte esta escena parece resumir de manera perfecta la situación ambigua del negro, que percibe Martí en aquel entonces. Una apariencia sencilla y ale,,vre como un juego de niñas con sus mufiecas, i‘ero una inquietud y ansiedad ocultas y que traicionan estas «confianzas febriles». Esto traduce de manera simbólica la inadecuación radical que existe entre el juego y la realidad, entre la apariencia y la realidad: esto emierra la actitud de esas niñas en’ el mundo de lo maravilloso, cuyo propósito es la evasión de una realidad diferente. Ocho días después Martí desgarra de modo rotundo y pujante el último velo y pone a la luz la exacta y miserable situación de los negros en los Estadoe: Unidos. Es la fiesta de reconciliación entre el Norte y el Sur, que «brazos con brazos» mezclan sus himnos nacionales. Pero aquí se para la alegría, la paz, la unidad, pues al mismo tiempo, en Oak Ridge. el alcalde y su patrulla con su llegada transforma todo esto en una grotesca ceremonia. en un abominable disfraz. Andan los representantes de la ley por el bosque con sus rifles a matar a los negros del purtlo, porque uno de ellos ha pasado la línea que delimita su libertad: vive con una blanca. Ya no se trata de un problema de clases. Es ver- 25 MARTIA”I0 daderamente un problema racial que estalla: el blanco contra el negro. El hwho de que un negro vive con una mujer blanca basta para desencadenar todo el odio de los blancos que como miembros de la inquisición (‘adelantaban cautelosamente por el bosqueu (T. ll - p. 237.) Este episodio de Onk Ridge merece particular atención, porque a partir <!e aquí, el pensamiento de Martí respecto a los negros sufrirá un cambio total. Sería interesante comparar la actitud de Martí en este texto con la que manifieì:taba en la carta relativa al terremoto de Charleston. En ciertos aspectos se puede considerar la carta de Oak Ridge como una respuesta a la de Charleston, y hasta cierto punto su negación. En efecto, Martí presentará de nuevo las mismas ideas explicándolas y desarrollándolas. Lo que bastaba para condenar a los negros en 1836, viene a SCP ahora un argumento que sirve para su defensa. En cl cl.iiodio de Charleston, el autor sólo dice que loa blancos debían perdonar sus defectos a los negros por haber tenido la culpa de SU actukij vergiicnza. Ah ora denuncia a los que no sólo se niegan a dar una reparación para la ofensa pasada sino también aprovechan la situación para justificar su actitud represiva: iSe les debe, por supuesto que se les debe, -reparación por la ofensa; y en vez de levantarlos de la miseria a que se les echó, para quitarles su apariencia antipática y mísera, válense de esta apariencia que criminalmente les dieron para rehusarles el trato con el hombre! (T. ll - p. 238) En los dos casos la motivación es la misma, pero en el segundo va mu h-j más lejos, denunciando rotundamente la actitud discriminadora dc sus contemporáneos y el malvado pretexto que la justifica. Be la misma manera, si en el episodio de Charleston describe la concordia al estilo de Harriet BEECHER-STOWE y de las relaciones de Ia tia Cloé con la familia Shelby, aquí esto se encuentra negado y rechazado: ué ran de hacer los negros, perseguidos por todas partes en el izr dll mismo modo? . . ..todos los días ya hay en el Sur esos ataqurs y defensas. (T. ll - p. 237-238) decir ly- la pura ymsimple negacion las enmiendas V y VI. del famoso «Due Process of Law», es La profunda tristeza que se lee en los ojos de los negros se nota tamhit:n en la voz. E n e 1 juicio de Martí ya no se encuentra la menor 26 ASUARIO MARTIANO ANL-ARIO reserva, aquella reserva que provocaba en él la actitud resignada, sumisa, sin el menor intento de rebeldía. Aquí los intentos de los negros armados, aunque no puedan ser más que fracaso, tienen a los ojos del autor --que reaccionará de la misma manera cuando se trate de los indiosla belleza de las causas perdidas, y permiten para el que sale a su defensa una adhesión sin reserva a estos hombres que así expresan su voluntad de ser considerados como tales. Antes los negros sólo tenían lágrimas para suplicar J pedir un poco de bondad a sus opresores. Ahora siguen con lagrimas. en los ojos, pero tienen armas en las manos. Esta nueva actitud mueve a Martí a «echarles los brazosl>. Es su primer sentimiento total de amor para con los negros: No en balde se nota en el lenguaje de los negros cultos un dejo de desolación que mueve a echarles los brazos... iles luce ya en los ojos aouella súplica desgarradora que ni cesa ni duerme, por donde revelan su agonia los desterrados! (T. 11 - p. 238) Elementos tales como la fe religiosa y la sexualidad de los negros, que Martí sentía como elementos negativos y que, o bien habia legitimado a medias, o bien condenado totalmente, van a ser analizados diferentemente en el texto que trata de los acontecimientos de Oak Ridge. Escribía en 1886: Jesús es lo que más aman de todo lo que saben de la cristia@ad estos desconsolados, porque lo ven fusteado y manso como se vieron ellos. :(T. ll - p. 73) El refugio que había sido para’ellos la religión cristiana ya no-puede valer, porque la miseria sigue siendo la misma y aparece en los cristianos una discrepancia irreductible entre su ideología y sus actos: ;..expulsados (los negros) hoy mismo de la orilla ‘del mar en un poblado religioso al Norte porque cristianos que van allí a adorar a Dios se enojan de verlos.... (T. 11 - p. 237) , Las nuevas generaciones simpatizan En cuanto al comportamiento mente pero claramente condenado con las teorías de Swedenborg. Al contrario, también atribuye de religión en orgías todas las razas. (T. ahora Martí no sólo comprende la culpa entera a los blancos: Y crecen: porque finos del espíritu, y explica 27 esto. sino los ignorantes y los pobres, privados de los goces son padres fecundos. (T. ll . p. 238) Así q::e en conclusión el texto de Oak Ridge, mucho más que el de Charleston, parece merecer la opinión de MarciaYOSKOWITZ’ que habla de la «extraordinaria falta de prejuicios raciales en Martí» y de su «amor intenso por todas las criaturas humanas». Su amor profundo a los negros viene de una comprensión profunda. Ahora puede escribir esta frase que denota la perfecta madurez de su pensamiento, su clarividencia y sus acertadas previsiones: Es el albor Por lo que Martí. manera mente Unidos piel. de un problema formidable (T. ll - p. 238) otra parte bien se ve cómo el problema se ha ensanchado entre se ha llamado la segunda y la tercera etapa del pensamiento de En un principio, puramente social -y por lo tanto de ninguna específicamente negro-, el problema ha llegado a ser puraracial. En efecto la discriminación observada en los Estados no tiene por criterio principal la pobreza, sino el color de la -La tercera y última etapa df: la cuestión negra corresponde exactamente a la aclaración por el autor de las últimas ilusiones que tenía sobre esa tierra de la Libertad. La última ilusión que se mantenía intacta en medio del desmoronamiento general de los valores de los Estados Unidos, era el recuerdo de aquel pasado glorioso. Pero ahora eso también vacila y Martí empieza a denunciar la supuesta pureza de las intenciones de los norteamericanos de la época. Si antes podía decir que el Norte era el último baluarte de la profunda bondad que le había movido a emprender una guerra para desterrar la esclavitud, también esta noción de bondad ahora empieza a rechazarla. En efecto, si el 3 de junio de 1886 escribía: «La esclavitud era la médula de aquella guerra» (T. 10 - p. 461); si el 10 de junio de 1887 todavía aparece bajo su pluma una frase como ésta: sexual de algunos negros, era tristepor el autor en estos términos: Allá en los barrios viciosos, caen so pretexto abominables, las bestias que abundan en ll -p. 75) ,?lARTI.~?~O La guerra se hizo, cualquiera que fuese su pretexto, para acabar con la esclavitud. Las causas menores que aceleraron la Fuerra dependían de esa causa esencial, que la produjo. (T. 11 - p. 199.) 5 &Iarcia YOSKOWITZ: nEl Terremoto p. 142. de Charleston, El mte de sintesis e interpretación: Un estudio ds de José Mmti. Cuadernos Americanos - no. 6 - ASCARIO Dos meses despuk el l’i de agosto. \:artí hacía tabla rasa de todo aquello. Lleno de amargura. se daba cuenta de <II::‘ todas esas grandes I ideas nr! eran más que fz!.zos pretextos. Toda la tramoya está descubierta. ! só1o queda vil-o. indistintarr.ente repartido erltre los del Norte y l:,j del Sur. cs: odio kreconciliable a la raza negra. Ya no podrá Jlartí dar el rnvnor crédito desde el punto de vista ideológico a los Estacjas Unidos: Los negros. tristes porque ya no hay sol que no salga sobre el cadáver de uno de eilos... celebran un congreso: determinan que ya no vote el negro, como hasta hoy votaba exclusivamente pq~ los republicanos que por azar vinieron a libertarlo j- en realidad lo odian y abusan de él... (T. ll - 11. 264 - f7/8/1887) Esto permite acabar el esquema que mostraba las relaciones entre cl pensamiento de Martí acerca del prol:lemn negro y los Estados Unidos. Martí se situa ahora en un plano muy alejado del bloque formado por los Estados I.!nidos: de modo que puede juzgarlo de una manera Lotalmentc imparcial, y abarcar los distintos aspectos que antes no podía ver. Una consecuencia es que Martí no puede estar de acuerdo, ni en la forma ni en el fondo, con la actitud de los Estados Unidos respecto aI problema negro y por lo tanto se siente solidario de los negros. B. ESTL;FIO DETALLADO DEL TERCER PERíODO Se ha echado UI? vistazo general sobre las grandes líneas de tercer período. Ahora, y por ser el más importante, tiene que ser tudiado en detalles. Tres centros de interés permitirán abarcar de neia bastante global el pensamiento de Martí en su última etapa. último proceso de acercamiento del autor hasta el grupo formado los negros se notará mediante numerosos detalles. Estos, a manera una película, fijan tal cual vestido, ademán o característica física los negros; así por ejemplo: ese esmaEl por de de -la barba en.las rodillas de las ancianas (T. 12 - p. 209 y 172.) -10s gabanes claros de los negros de Marilandia (T. 12 - p. 179.) --los burlones negros de Filadelfia (T. 12 - p. 249.) Y habla de la práctica de la secta africana de los (<\qoodoos» !,onen cn la tierra los delirios conyugales. (T. 12 - p. 249.) de África. de los papúas. battas que Ei segundo punto es de mucho malar alcance pues se trata dc 1s .i:uc.~ilJn propiamente dicha de los negros entre 1887 J 1891. Procc(:c’rc,r<los analizando tema por tema esta cuestión para mayor claridad. A partir de lo que declara Así, desde los juguetes p. 377) el 25 de diciembre del niño. SC pu& pensar que el camkio :! un cambio de la situación: de 1887: se elaboran wíaiado los pueblos. en este dominio (T. ll - corresponde Las alcancías mismas, de hierro todas, no son ya figuras de negros hambrientos que SC tragan el centavo entornando del gusto los ojos... (Idem ) Por Lo mc11os esto denuncia una esperanza de Xartí. Ahora bien, a lo larbu de este tercer período, demostrará que la situación de los ncgros será siempre más crítica en la medida en que el problema se hará más profnndamente racial y no tendrá nada que ver con un proLiema social. Ya lo hemos visto, julio y agosto son los meses en los cuales dispara cl autor sus primeras denuncias. El «problema formidable» que está naciendo se traduce por un ((aprietamiento de la línea de la raza» (T. ll - p. 237), y un deseo de «mantener la raza blanca pura» (T. ll - p. 264). El motivo profundo de todo esto es el odio. El odio tremendo que ninguna rrzón lógica puede explicar. El odio visceral: el odio del blanco al negro. (T. 12 - p. 132) Este odio que se reveló mucho más fuerte que antes, se desencadenó después ‘de la emancipación, como lo subraya Kaspi: le sort des Noirs, variait beaucoup d’un Dans les plantations, maître à l’antre. Mais en règle gènérale le Blanc, fUt il propriétaire d’une centaine d’esclaves, n’était nullement gêné de s’asseoir à côté d’un Noir, cnr touf le monde savait que l’un était le maître et l’autre l’esclave. La véritable ségrégation raciale est postérieure ia 11180. También encontramos dos veces alusiones a lts varias tribus de Africa. Con todo, estas advertencias se quedan en un plano de meras constataciones y Martí no irá más lejos en el conocimiento de la raza. al contrario de lo que hará respecto a los indios: Darlins habló... de muchas tribus y maories... (T. ll - p. 478) 29 1\IARTI.4\0 6 Denise ARTACD y André KASPI: Histoire des Etats-Unis. ANUARIO 30 ASCARIO Martí tardará bará diciendo: 31 MARTIANO ?dARTIANO seis años para verlo, pero después de su ceguera, aca- .. .los que se lo alimentaron (el corazón) de sangre esclava, y hoy viven como sobre carbones ardientes, rechazando con furia el aire negro, el amor negro, la ambición negra... (T. 12 - p. 323 - Z#&! 8/1889 para La Opinión Pública) Ahora ve muy a las claras que el color negro ha llegado a ser una verdadera mancha, que el blanco se esforzará a todo trance por horrar. Se trata del famoso ((castigo del color» que transforma en siervo al que está manchado, quitándole todo derecho humano (T. 12 - p. 336.) Contra esa plaga de la supremacía de una raza sobre otra, se alzará un hombre como Cristóbal Orth que acabará en la cárcel: Lo que él quiere es que el homhre viva donde no lo maltraten los demás hombres, y todos coman y beban, y no digan que la rosa colorada no es rosa, porque no hay más rosa verdadera que la blanca. (T. 12 - p. 294 - 15/8/1889) Todas las relaciones que se establecen entre negros y blancos, todos sus actos se fundan de una manera más o menos evidente en el problema racial. Así por ejemplo, a propósito del proceso del médico Mc Dow «Lo de la raza está debajo» (T. 12 - p. 284.) La actitud de Martí después de haber denunciado la base racial del problema, puede resumirse en dos momentos.En el primer momento aparece un intento de volver a dar su verdadero valor a la raza oprimida y despreciada. Así es como en las cartas se nota un nuevo elemento que revela por parte del autor una búsqueda de las peculiares Eso es bien claro en el proceso de descripción características negras. del personaje Frederick Douglass. En efecto, en 1885 Martí sólo lo definía como «el pujante orador)) (T. 10 - p. 238.) o «el esclavo orador» (T. 10 - p. 270); mientras que en 1889 ya se nota cierto afecto cuando dice «el canoso mulato Douglass» (T. 12 - p. 188.) Además las características negras están presentadas como aspectos positivos del personaje: «el mulato Douglass, con su-melena leonina y sus guantes viejos» (T. 12 - p. 220) y sobre todo, en la página 337: Douglass, el mulato elocuente... envió una carta donde se ven correr las lágrimas por el rostro de bronce. y mesarse con las manos frías de espanto la cabellera leonina. (T. 12 - p. 336-337) Este ejemplo también revela cómo Martí ya está bastante cerca de los negros como para describir los menores detalles de uno de ellos. En el segundo momento, Martí llegará hasta rechazar la misma palabra «Raza». El texto publicado en 1893 e intitulado «Mi Raza» es interesante a este respecto. En él distingue dos especies de racismo: Un racismo bueno y justo: . ..que es el derecho del negro a mantener y probar que su color no lo priva de ninguna de las capacidades y derechos de la especie humana. (Pág. 110 - Páginas Escogidas) Y otro malo e injusto que va más allá. Pero de todas formas palabra más importante, la que debe sobreponerse a cualquier otra, la palabra Hombre: El negro, por negro, no es por redundante el blanco dante el negro que dice: hombres, todo lo que los cado contra la humanidad. la es inferior ni superior a otro hombre; peca que dice: «mi raza»; peca por redun«mi raza». Todo lo que divide a los especifica, aparta o acorrala, es im pe(Pág, 109)7 El problema racial en los Estados Unidos va a manifestarse bajo la forma de una tremenda discriminación que se encontrará en todos los planos. Esa discriminación, tal como la describe Martí entre 1887 y 1891, es ante todo sinónima de segregación. La mayoría de las alusiones que tratan de la situación social de los negros muestra que ellos pertenecen a la categoría más baja, más pobre. Esto, Martí ya’ lo había puesto de relieve durante los dos primeros períodos estudiados. Son cocheros, guías de forasteros. La descripción de la miseria negra, de esta «procesión de míseros», llega a su paroxismo en la carta del 5 de marzo de 1889: l Allá f uera, por halla el cuerpo a rastras. Uno cuando cambia contra las patas entre líos de negros acurrucados en los quicios, la procesión de míseros, con los paraguas inútiles duerme de espaldas a un pedestal y muda de lado el viento. Otro, al favor de la noche, se encuclilla traseras del caballo dc una estatua. (T. 12 - pág. 169.) Lo que revela la actitud de los negros alrededor de una estatua se analizará después. Por ahora se puede señalar el simbolismo de la es7 Es de advertir la similitud de expresión con V. HUGO que en 1860 al señor Heurlelou en Haití: nI1 n’y a sur la terre ni blancs ni noirs, il esprits. Vous en êtes un. Dewnt nieu, toutes les âmes sont blanches... et Paroles -Pendant l’exilpág. 196.) escribía p a des (Actes 33 ?.SCARIO AsCRIO ~IARTIANO cena. Por una parte sc ve el lado brillante representado por el príncipe Harry, hijo del p rriodkta Xew. v por Armour, w ;el gran porquero de Chicago. que tiene él solo un piso <!e hotel, a una mina por día!),: por otra parte están la miseria y los negros tiritando de frío. Bien re. sume la situación el historiador Du Bois cuando dice: 11s étaiant libres. Mais quelle dérision que cette liberté! Pas un cent d’argent, pas un pouce de terre, pas une bouchée d’aliment.* Para Martí los negros pobres forman parte de la gran familia de los pobres sin distinción de raza. S e puede advertir que a partir del aiio 1887 los textos importantes que tratan del problema negro, están seguidos o precedidos por consideraciones sobre la situación de los indios. En aquel entonces el autor tiene en efecto una visión sintética dle problema de la miseria en los Estados Unidos, y coloca en el mismo plano a todos los pobres, LGean indios, sean negros, sean blancos. A este respecto la frase escrita el 30/10/1889 es reveladora: . ..un negro, un oprimido, un vencido... (T. 12 - p. 350.) Otro problema que queda por analizar es la actitud de Martí frente a los negros ricos del Norte. La primera reacción del autor consiste en alegrarse y en dar su total adhesión a los negros que «atesoran», ya que la riqueza es para ellos la única manera de defenderse en una sociedad totalmente dominada por Wall-Street; así en 1887: . ..acaudalan como los judíos, porque la riqueza es al fin una patria, cuando no se la tiene propia... (T. 11 - p. 237.) Los negros íntegros y puros senta para ellos la libertad: han conseguido su dinero, que repre- . ..las listas que los diarios están publicando estos días de negros ricos, que han hecho fortunas sin contratos de ayuntamiento ni concesiones de ferrocarriles. (T. 12 - p. 293.) En fin no disimula blica en 1889: su contento cuando escribe a La Opinión Pú- Pero e;l la avenida de al lado es donde se alegra el corazón, en la Sexta Avenida... Miles de negros prósperos viven en los alrededores de la Sexta Avenida. (T. 12 - p. 205.) * Unis Citado por F. L. SCHOEL en SU libro: du XVII6 siècle à nos jours. (Pág. 97) Histoire de la Race Noire aux Etats- \IIRTI 4x0 En el -Sorte. puc:. 105 negros pueden ser m& felices que CII cl Sur. donde reina la miwria. Sin embargo, ya en c-;te texto aparece como En efecto, aunque diga que no importan un rtal,roche alín no ronfrcado. rl mal gusto y 105 motlales de los nuevos ricos negros. Jlartí señala [están] pocas líneas después que «a esa misma hora... los colonos... esperando el mediodía del lunes para invadir la nueva Canaán. la morada antigua del pobre seminole...)). lo que no deja de provocar en el que no está a favor, ni mucho e-piritu del 1ec t or una comparación y maravillosas. Aquí apamenos, de los primero?* ll amados petimetres recrn las do3 actitudes opuestas frente a la sociedad norteamericana: la tlc los indios que se niegan a cualquier compromiso y han escogido la guerra, la de los negros de la Sexta Avenida que se han hecho burgueses y se han esforzado para ser admitidos entre los que les desprecian: lo testifica esta ad\ ertencia: El partido republicano. criados a su sombra... que en el Norte (T. 12 - p. 404.) tienr a los ricos (negros) 1Gte reproche implícito, Martí lo formulará bien claramente en una carta dirigida a Lu Nación el 9 de julio de 1889, en la que habla del proceso del médico Mc Dow, convicto de asesinato. Martí se alegra de que los negros hayan llegado a ser en ciertos aspectos los iguales de los sin embargo lamenta su ostentación indumentaria. que deshlaneos; cribe detalladamente: De los blancos, uno era corredor, otro empleado en negocios, otro agente de seguros. De los negros: uno cargaba paraguas de puño de plata. v la mauo izquierda fúlgida con las sorti.jas: otro es hombre eiocuentc, v todo un Chesterfield por los modales; otro tiene los crespos Frises, y lleva quitasol de algodón: uno es COmerciante rico. con una pescadería de fama. que se le ve en 10 brillante del vestido, y en la recia leontina de oro. (T. 12 - p. 283.) -11 mismo tiempo este texto prueba que los ricos negros son una milloríaL -al contrario de lo que decía Martí a Lu Opinión Pziblicaj el «gentío negro» que danza alrededor de los siete jueces da una idea de lau verdacleras proporciones. Para concluir sobre la actitud del autor frente a los negros ricos se podría decir que él se akgra de la riqueza de ellos cuando ésta representa una victoria sobre la sociedad yanqui, pero que la deplora cuando la misma que padecen los blancos. equivale a una alienación, 34 A\L-ARIO MARTIASO ANL-ARIO La segregacion racial es mucho mác elidente en el terren.- de loS derechos cívicos. SCHUELL lo h a pucbien de relieve.“. \!artí. por su parte. c!escribe la humillaciùn de los negros o mula:a,.’ con1o Federic*o I)ou$ass o Lur)- Farsons. la :ii,;i‘iorl;tla mujer del at:arq~li-:a cle Chica,To> . {Iel diabólico ParsonL),. En noviembre de 1887. cn u!la carta mandada a La Yaciótz, se lee: . . .la mestiza Lucy Parsons, que paseó los Estados TJnidos aquí rechazada, allí silhada, allá presa. hoy seguida de obreros l!oroso-. mañana de campesinos que la echan como a bruja, de-pi:& de catervas crueles de chicuelos, para ((píntar al mundo el horror de la condición de castas infelices. maJor mil veces que cl de los medios propuestos para terminarlo.,) (T. 11 - p. 348) .\quc!la anckndo -La cl derecho v:::.Y.c. tlcl tic Iwc-ho. tiel:e e-to .. .Los oficiales republicanos del buque de guerra en que iba Douglass, se negaron a ir de viaje con él, porque «no podían sentarse a la mesa con un mulato»... (T. 12 - p. 350-351) . y en la página 336: ;,A qué el los hombres son más que tarse al lado seminario donde enscfian que Dios sentará a todos a su lado por igual, si los ministros blancos de Dios. Dios mismo y van contra su ley, y no quieren sende los ministros negros? / 6 En su libro: Histoire io~rs: expone cómo en 1878 de la Race IVoire nux Etatdnis y en 1883, leyes promulgadas ch XVII6 siècle ù nos en el Sur y deno&inadas ((Jim Crow Laws» instauraron una segregación en los ferrocarriles. «D’autres lois rendirent la séparation des races obligatoires dans les hôpitaux, les prisons et les cimetières. En revanche e’est la coutume qui suffit à assurer la ségrégation dans les hôtels, les théâtres, les salles de concert ou de conférences, les biiliotèques. les églises, voire dans les ascenseurs lorsque l’usage s’en répandit.» (Pág. 93-94.) 9 propósito de los mulatos es interesante la declaración que hace Martí en «les métis, nés des noirs et des blancs, haissent les blancs parmi lesquels ils ne seraient pas admis, -et les noirs, qui les empêchent d’y arriver... 11s vivent dans cette haine perpétuelle comme des âmes dans le vide.» (T. 14 pág. 2:Se supone, para 2% Sun de Nueva York.) entre le nombre Dérnocratie «...la véritable se trouve un pas impossible.» transition très grand (De la que 1-a cuestión de los votos que según la enmienda S\- da al negro de acceder a las urnas tiene mucho más importancia en iaj autor. El la enfocará bajo un solo aslwrto: el sojuzgamiento. de los negros al partido republicano. y las consecuencias que en la eficacia de los votos. Así por ejemplo: ic,s medios que usaban ellos para impedir de hecho este voto. Sólo alude es decir el más benigno. Aquí cabe hacer una a! medio de los fraudes, brer e reseña de la situación exacta de lo que acontecía en aquel entonces de historiadores como elrededor de las urnas. Los testimonios SCHTELL’O o DUBOI§ certifican que, además del sencillo Fraude electorc:. 1-s blancos del Sur -es decir los demócratasrecurrían no sólo a anular la famosa entraficos de decretos que llegaban a \cx!sderos mie;:da IV, sino también a la \-iolencia física, como los linchamientos. ìrl. FABRE en su libro Les Noirs Américaim cifrará muy claramente 1a uituaeión: A no participa del todo de la teoría de Tocqueville: blanc et le nègre, c’est le mulâtre: partout où il de mulátres, la fusion entre les deux races n’est en Amérique -colec. «Idées»pág. 198.) este negro Y ce tlibuja un nuevo molimiento de negros que denuncian este hecho lo que corresponde vi est;,:ilàrl _ que no voten más por los Tepublicanos: perfectamente con el pensamiento de Martí. La denuncia del autor cae por completo en el partido Republicano y los demócratas casi parecen justificados en su acción de sofoco, de cómo Martí calla ei:or!oo sobre el voto negro. Con todo, es de advertir . ..les Noirs furent écartés des urnes par «le fusil, la carde et le bilcher». En 1883 la Cour Suprême ratifia cet état de fait en 1881: Esto por . ..el anuncio de que los republicanos, para adueñarse de 1x Estados demócratas del Sur. fungirán de protectores del voto de color, que dicen que está oprimido por el señorío, lo que quiere decir, si se acuerda la ley por que los republicanos abogan, que Ios blancos del Norte protegerán, con las leyes y con las armas. a los negros del Sur. para que echen del gobierno de los Estados a los que fueron sus señores, y queden «presidiendo la civilización)). como dice un diario, <teI belfo y la lana))... (T. 12 - p. 324) En Septiembre de 1889 Martí denuncia rotundamente la situaci¿n marginal en la que se mantiene a los negros por el <(castigo del color>): . ..Como lo dijo un negro, un oprimido. un vencido, ahí lo echaron, en un rincón del diario, donde no lo viera nadie... situacikn bien podría ser simbolizada solo hacia cl Oeste (T. 12 - p. 208). 35 ~IARTI.ASO 10 efforts animés nacairnt gresseurs Les cas de violence physique continuèrent de se présenter en dépit de tous les de répression fédérale, car les shérifs et les juges à l’échelon de 1’Etat: tous du méme esprit que ceux-là méme qui recouraient à la forte, OU QUI med’! rec6urir, étaient tacitement de mèche ou en sympathie avec les transde la loi. (Op. cit., p. 89.) déclarant les Noir( p. 22 ) contraire à la constitution la loi tic 1875 dan< I’t~\ercice de leurs dr0it.i ci\-iqurs. qui protég-rait Es rs idcntc aquí C[IIC’ c! silenc.io dc Jlartí c+ 1 oluntario. En er:~.tc,. si en 0tra.c partc.s denunciará de manera rotunda la ley del rifle 1 de la cuerda. aquí no lo hace por no \‘erse obligado a emitir un juicio tlesïavorable contru CI partido que se Il ela 1Id’ todas sus simpatías.** 4si cs que la \.isión que nos da sobre los votos se puede tachar de parcial: pero en cuanto la cuestión vuelva a plantearse VII términos rncranier1tr raciales sin mezclar el aspecto político, el autor aharcarlí la situacióI1 (‘11 toda .su amplitud. Es el caso para la discriminación escolar. Cae como una de la educación: sentencia la decisión de segregación en el dominio . ..va en el Sur terminó con una paz que parece guerra, la cuesti& suscitada en cl Fktado de Georgia. sobre si deben educarse juntos los negros y los blancos. o cada raza en su univerqidad. como por fin se ha decidido... (T. ll - p. 289) que da al problema su verdadero alcance, situándolo en el plano de una declaración de guerra. Así es como nacerán los tan conocidos nombres de Fisch. Hampton, Howard y Atlanta. Estas dos últimas Universidades negras figuran en las cartas dc Martí como realidades de la vida americana: Hoy es un negro que se lleva premio de oratoria: y mañana puntos en la academia de West (T. 12 - p. 425) en la liniversidad de Howard el un cadetr del Sur, que saca diez Point a los yanquis más hábiles... Lo que muestra además que transcurría el famoso período del ((SEPARiZTE RUT EQUAL » que la Corte Suprema legalizará en 1396. Martí no se contenta con sencillas declaraciones, .sino que también saca 1os verdaderos motivos de esta discriminación. Toda la culpa la tiene cl blanco que teme ser igualado por sus antiguos esclavos. Hace lo * *: Xo creemos que las relativas simpatías crata lo llevaran hasta silenciar voluntariamente los negros. Tal silencio, en el caso de la cita, momento no se ejerciera esa violencia, o porque por inadvertencia o prisa. Otra cosa sería incoherente J In persona de Martí. [Nota de la R.] de Nartí hacia el partido demóla violencia física ejercida sobre puede explicarse porque en ese Narti la desconociera, o incluso cou el pensamiento, la actitud mi-mo Frklcrick tle actitud entre Douglass lo+ dueños en 1883 insistiendo <obre la continui(lncl de ayer y los blanco+ contemporáneo-. Por fin. el hecho de l)oner en cuestión escuela sinónima de ìcagregación. su bra-a Jlartí al papel educativo en el hombre: la mi~mâ concepción toda la importancia tlc ullil (luc da . _4 quC: la c+cuela donde le enseñan que nació para siervo por CI 1. castigo del color. y que jamk podró gozar en su ~aelo natito clc los dci.echos ~~lcwos del hombre? ( T. 12 - 1,. 336 ) Con todo. la etlucaci(in tlcl negro representa para JIartí una necesaria aunque no suficiente para solucionar el problema: . ..Con la drá menos cl mundo (T. 12 - contiicirin cultura dcl negro no se acabar5 cl conflicto, pero trncausas y pretextos que ahora, y menos horrores. Porque se echará sobre los que quieran desposeer a sus iguales. p. 324) La concepción de la educación de Martí tiene algo de la de Sarmiento. Para el argentino se trata de transformar al hombre en ((animal social» mediante la educación. Para Martí se trata de educar al hombre «para su bien y el de la nación». Los enfoques. al fin y al cabo. utiliza al hombre como no son tan radicalmente opuestos: el primero medio, pero el segundo no lo sitúa como único fin: doble es el rumbo v la nación es tan importante como el homhre. El último aspecto de la segregación en que _\Iartí se interesa es la total imposibilidad para un negro, sea quien fuere. de vivir cou una con la mayor vehemenmujer blanca. En este aspecto Martí insistirá cia. Atacar el mundo afectivo de un hombre es cl majar agravio que se le puede hacer, porque su ser profundo se siente frustrado. Así el lado más superficial del ser, el color de su piel, (es decir la apariencia), característica, la más interior: determina y modifica su más profunda su esencia. El problema de las relaciones amorosas entre negros y blancos se sitúa en el plano humanista y por lo tanto interesa particularmente a Martí. Por eso su denuncia será tajante. ((Casarse con quien qúiera, negra o blanca» será una de las rei\-indicaciones de 105 pcriodistas negros (T. ll - p. 258): porque el afán para ((mantener la raLa blanca pura)) llerará a los blancos a dejar estallar su odio feroz y criminal. Aquí hay que matizar un poco y darse cuenta de que muchas velaes los amores entre un negro y una blanca no son m,is que un pre- 38 tcuto. Riflge I\I-ARIO \l;\RTIASO ANK.4RIO So obstante. no por eso dejan de ser reacciones infames. Oak lo mkmo que Luisiana fueron el teatro de aquellas represiones: Lo< cauci-ir.w (1~ Luisiana. imitando a los terribles ~Gorros Blan(‘r.- , del -Xoroe-te. asaltan, encubriendo ru odio con pretextos de moral pilbli~. los pueblos de negros don& \i\-e algún matrimonio de la* dos raz:ls. v flagelan sin misericordia. contra un tronco de maplc al hombre o a la mujer, desnudos de cintura arriba. 1 por la noche caeu. en número de más de cien. sobre la aldea. iñfili?LlIl rcndic%n a los negros dispuestos a resistir. y triunfan, cuando ya no queda un negro vivo. 1 T. 12 - p. 41 - 30/8/1888) Apunta aquí otra crítica. En los ejemplos que da Martí siempre se trata cle un hombre negro \- de una mujer blanca. El hombre negro mancha a la raza blanca. Xunca aparece el caso contrario porque sería entonces la rasa negra la qu c resultaría manchada, siendo la madre la que da un bastardo a su propia raza. Parece que Martí ha entrevisto este problema, segiin lo que se puecle notar en su actitud de clenuncia de D:nvson, el que consideraba que (cuna cosa era la flor de la blanca, y otra la flor de la negra)) (T. 12 - p. 282). Se puede advertir al paso con cuánta diferencia se espresa Jinrti al dirigirse a La Opini& PCblica o a La 1YfxriOrz. Cu carta al primer periódico es breve y no da ninguna precisicin sobre los apellidos y se contenta cou enunciar las conclusiones, escondiéndose detrás de expresiones tales como «dicen que...» (T. 12 . 272). -J,l contrario, cuando se dirige al segundo denuncia detalla: amentr la infamia de! capitán. Es muy- de notar c&no Martí relaciona este problema afectivo c! tremewlo problema de la violencia que se desencadena contra negro’: con los ...Y el blanco del país, antes que verse dominado por el negro o mezclarse COX él de hembra o varón, decide exterminarlo, espantarlo. echarlo de la comarca como al zorro. (T. 12 - p. 336) rlunc;:~ SI:.; motií-aciones se pueden forma5 cc wiclente que ha visto bien kn,ia. y que lo ha denunciado. Ahc.ra bien, dk:riminación t,nnbi&? de exterminio. Xartí F .:i niîa sencilla frase como: calificar de humanistas, de todas el problema crucial: el de la vio- no sólo es sinónimo de segregsción sino describirá verdaderas cazas al hombre. «los problemas del Sur, con sus negros 33 MARTIASO de !a ‘iempeñados en \-i\-ir... » (T. 12 - p. 168) aparece la denuncia tL;ación de los negros en el Sur. Por fin se \-erificarii una \-crklera ‘feroz matanLa que percibiremos a través de 11na descripcicin g->ye-ca la muerte 1 ere af;!r: de del Sur, sobre el que se extiende la desolación. lr.a:ar, afán de matar a todos los negros hasta el último. 1-a en -\g*)-to dc 1887. cada día el sol se levantaba sobre los cadi\-eres de loi ~::~ros _’ el puñal (T. ll - p. 254). dos años después los héroe- 9 son «el revill-er. y la soga» (T. 12 - p. 323). Esta «caza de negros que va de creces en el Sur,> acaba con una escena de tremenda ferocidad cn la quv clescribe ~10s vigilantes de moctarho y perilla», estos ((fino= caballeros del pie pequeño y la barba sedosa». que descargan sus rifles por las puertas abiertas de las casas de los negros. El tema de la muerte al que llegamos a propósito de los ne$?rcs es demasiado importante para limitarlo al problema negro. Hay que ensancharlo y estudiarlo en todos los aspectos de la vida norteamericana. Cuando Martí llegó a los Estados Unidos consideraba este país como el de la libertad ?- habló detenidamente de la estatua que ha5ia tomado por símbolo: estatua gigantesca y única en el mundo. construída al tamaño del país y respondiendo a las exigencias de la idea que reerigidos a los presentaba. Pero poco a poco, con todos los monumentos héroes nacionales, proliferan en la América del Norte las estatuas como si brotasen de la tierra misma. Hasta levantan cn monumento a Jefferson Du;is «en los días mismos declarados sacros por la r&elií,n a los muertos rebeldes». (T. 10 - p. 461). Sería posible aquí hablar de una «pet.rificación>> del mundo norteamericano por Martí, que abarcará todos los aspectos de la vida en esta visión: Mas hoy la vida no es montaña montaña. (T. 9 - p. 255) áspera, sino estatua tallada en la Es:& incluidas en ella todas las manifestaciones humanas. huta las más inmateriales: la l:oesía del irlandés Bol-le O’Reill!ser,i calificada de ((poesía ds monumento» (T. 12 - p. 290) Esta multiplicación de estatuas traduce los primeros momentos La estatua representaba cierto valor y se un proceso dz degradación. de lo sublime. Ahora ha bajado tuaba en el plano de la perfección, plano humano, aceptando en sí misma la imperfección. El símbolo no es más que un retrato. El proceso de degradación se desarrolla en de sial J-a el plano humano !- araba por repreìentar a traidorctaIr> como t-1 soltlatlo Andrés. En fin lo -ublime se convierte en el mal. wgtin lo que ‘? deduce de la mrtáf(lra martiana: Estatuas talladas póticas. (T. 9 - p. 424) PIÉ fango parecen lo.; hi.jo.. dc -oc.ied;ldes des- La humanización progresiva de la estatua -por UII ri:*sliz. que ae tratluce de manera casi fotografica, para el lector: hacia un hombre ahorcado --es simétrira de un proceso de deshuma~li~ac~ión de los indígenas que acabará en lo que se podría llamar con palabra consagrada por V.$LLE-INCLÁN: (<el esperpentismow. En los doy cauos se alcanzará el punto final, vaciando de su substancia al hombre y a la estatua. El bloque de piedra, roido por los gusanos, pierde poro a poco su materia interior hasta no conservar más que una fina capa como «una escultura de azúcar)).” Así acaba por ser una realidad hueca. vacía, muerta. A partir de aquí, por un cambio de perspectiva, ie enfoca la otra realidad que conserva toda su densidad: Es el ahorcado. El ejemplo más evidente de este cambio de enfoque se sitúa en Marzo de 1891, cuando pasamos de la estatua de Clay al italiano ahorcado Bagnetto (T. 12 pág. 494). El hombre muerto suavemente meneado por el viento viene a ser un espectáculo famiiinr y el cadalso se pone de relieve: . ..como un astro refulge (T. 10 - p. 190) Al contrario de Guiteau; y el italiano el cadalso de John 13rown. el mes de Julio de 1882 nacía a la sombra y de un mismo modo murieron los anarquistas Bagnetto: del cadalso de Chicago Ya, en danza horrible, murieron dando \ut:ltas en el aire. embutidos en sa;oncs blancos. (T. ll - p. 335) ...izan sobre una rama a Bagnetto, al italiano muerto; le picotean a balazos la cara: un policía echa al aire su sombrero: de los balcones y las azoteas miran la escena con antroJos de teatro... sai! la última . ..«rsta población generación»... «De este pueblo y no lo es, y mucha turas de azúcar...» re\ urlta. (T. IOdel Norte forma (T. IO- ya se sabe. p. 412.) si>10 tiene hay mucho que temer, de grandeza que está hurra p. 459.) de amt*rir::na la última c~&~i la- t1oia.G. que raen... al T)ie del roblr \ ueltas. CI italiar:o ensangrentado. (T. 12 - p. 491) de donde cuelga. dundo LOC norteamericanos a su 1-w \an a perder prc bgrc.i\ amentc su c,-cncia de ser humano para \-olverie muñecos. El último ejemplo demuestra cómo los dos movimientos llegan a reunirse. La horca y los ahorcados son lo mk importante del espertüculo. Los espectadores que ahora los famosos baile?; usan «anteojos de teatro0 son los que concurrían a de disfraz organizados por Yanderbilt y de los qw Martí dio largas y detalladas descripciones. L os. 1)ai 1a d ores se transformaban poco a poco en preciosas porcelanas de Dresde (T. 9 - p. 394). En tina última etapa sólo se ven joyas bailando un vals con «un uniforme oro y azul>). (T. a mirada esperpéntica se extiende a toda la nación: 12 - p. 217) T 1 ...este vivir de toda la nación como un teatro de títeres, suspensos de los hilos que lleva en los cledcs nerviosos un rapaz barbudo, que hace veinte años vendía ratoneras. (T. ll - p. 224) Peleles que ahorcan a hombres 4. se divierten COil cl rfpectáculo en una búsqueda contínua de mayor refinamiento conseguido por medio de nuevas leyes.‘? Esa es la visión de Martí sobre los Estados Unidos. Esta visión sintética del problema no debe ser separada de la de los negros, que desempeñan la mayoría de las veres el papel del ahorcado, como Green por ejemplo (T. 12 - p. 194). p’es la soga es la ley que reina en el Sur (T. 12 - p. 324). Las consecuencias inmediatas de esta situaci6n csceprional es que Es un mundo cerrado que acaba los negros se recogen sobre sí mismos. Tienen sus sacerdotes, sus poetas. sus sobre la famosa «cintura negra)): periodistas, sus políticos (T. ll - 1). 264); sus iwtores, sus abogados, sus médicos (T. 12 - p. 205). Lo que demuestra que, ricos o pobres, el resultado es el mismo: los negros tienen que juntarse para oponer una resistencia. La actitud contraria es el exilio. Fk una solución desesperada que sólo adoptan en última instancia: capa, y mucho que parece virtud por dentro, como las escul- 12 uEn Nuera York no hubiera sido novedad lo de los cuatro ahorcados. porque todos los viernes hay horca, y suele ser más de uno el muerto...Ayer mismo... estaban los diarios l enos de las descripciones de la horca, que no es de trampa ahora, sino de pesas, y sube en vez de bajar...» (T. 12p. 325.) So ce habla...dcl éxodo de los negros del Sur que. acorralados en todas partes >- tostados vivos en alguna, vuel\-en los ojos como a un refugio hacia el Brasil. :T. ll - p. 109) Sin embargo no todas sus reacciones son negativas J ahora ha\- que OCR de <iU~ manrra organizan su propia defensa. La Ijrimera maner3 (1~ ~~c~~~~~dc~.~e COIL-i-te en responder a todo ataqlle con las armas. LOS r~c’;::i’c de Oak Ridge contestan al alcalde con la pólx-ora. y en LuiFia!,a también estón ,\dispncstos a resistir». Es una lucha sin esperanza de :;\ito. pero para Martí significa el sobresalto del orgullo del hombre. !:n fin. reaccionan formando hordas, frente a la actitud de la muchcd~~mbi~c de 12llantn que quemó -en la horcala efigie del que <<osó dar LUI pue::o a un negro inteligente y cortés, que hubiera tenido a sus órdenes a una joven blanca». (T. 12 - p. 292) Aquí Martí parece tambien estar de acuerdo con su reacción; y es de notar cómo da una c~plic;:ci&~ parecida a la de los contemporáneos que hablan todalía de los ~ccaìGl.osOS YeT1:IiOSD. D,.- veces Martí desarrollará esta idea: Lo de hordas lo repiten ahora más, porque con los calores, que k,ueden en la sangre negra más que en la blaxra. se les ha enwndido la fe a las negradas de Georgia... (T. 12 - p. 293) Los indios ...sienten. como el negro pctu de agosto en la sangre, (T. 11 - p. 264) perseguido en el Sur, rn la América del Sorte. Los del Sur bles de vieja raza arrepentidos ahora que se hacía Martí. 1. _’ CIgue igual en pues en 1890 aún justifica la guerra Grady murió: ...como todos los caballeros esclavitud. la independencia casta imperante del Norte. (T. 13 - p. 393) Se acaba de ver la violenta denuncia de Martí a propósito de la cuestión negra en el Sur. xv0 obstante, es innegable que conserva en sí la simpatia por el Sur que había sentido desde el principio de su estancia de Georgia. defendiendo más que la de su suelo y su emancipación de la Frente a la elegancia de aquel Sur, se yergue el xorte receloso. el Norte grosero. Ese Norte se despreocupa totalmente del problema negro en el Sur, lo que demuestra que la liberación de los esclavos no era rnris que un pretexto: <cNo venga el Sur a buscar en el Norte aquda contra los negros... » (T. 12 - p. 175). Su propósito verdadero era más bien imperialista. Al fin se puede decir que la culpa Sur recae, según Martí. sobre el Norte: de la situación excepcional del El partido repub!ícano...fomenta en el Sur el descontento de los negros. y les ofrece ponerlos en el gobierno del Estado, sobre sus amos blancos, si los negros les dan representantes suficientes para mantener su mayoría. (T. 12 - p. 404) _ el ím- Pero no se contrnta Martí con admitir una violencia sin esperanza de éxito. Va más lejos. pues no parece rechazar por completo la posibilidad de una lucha armada hecha por los negros. Sin embargo, hay qlle matizar su actitud. De Carmerón dice: «En lo de armar a los negros ?-eia bien y era honrado» (T. 12 - p. 275); y de la misma manera está implícitamente de acuerdo con la actitud de los «Trescientos Orth «en negror. p muchos con armas» que iban detrás de Cristóbal plrr;a fiT?rza del so!» delc.nte de los jueces que querían condenark. La \-iolenclu que filartí admite es puramente defensiva, limitada. El no llega a 1-e:‘ cn la lucha armada el único medio para -resolver el prov-3 blema. eran los briosos vencidos. los node su error. Tal era la imagen lo más profundo de su corazón. diciendo que el padre de Herir!- CI EL AMERICANISMO El último punto que hay que aclarar ahora es el aspecto americano, en el sentido continental de la palabra, del problema negro. ;,Hasta qué punto Martí ha sentido que los negros de los Estados Cnidos no eran africanos ni americanos, sino afro-americanos? Es un problema crucial el de saber cuál es la patria de estos desterrados. Martí ha presentido que este desgarro entre los dos continentes les impide tener una patria: habla de «agonía de desterrados» (T. ll - p. 238) e insiste muchas veces sobre el que sean perseguidos en el país donde nacieron y no puedan «gozar en su suelo nativo de los derechos plenos del hombre». (T. 12 - p. 336) E n f’m, Martí insiste en la elaboración del pro‘ecto Morgan «de echar sobre Africa a los negros del Sur...» (T. 12 p..375). Este proyecto inicia un movimiento que llegará a su apogeo en 01 segundo decenio del siglo XX con el negro jamaicano Marcus G:IR- \ EI-. Este 1tigrara f omentar (ando el panafricanismo. en zu pueblo un gran rntu>ia-mo csal- llav que di&iguir c‘ti e-te movimiento do> corrican 1t.i muv dife. en reI’rntf“. ‘P nr una parte. el provecto blanco del que hal)la \lartí IacicÍl~ con el sellador )Iorgan, cuja infamia di-imulada será denunciada por DC BOIS: c.W proyecto ocultaba un mero deGe0 de alejar a Io< negros. Por otra parte. la corriente negra. creada por Tou+aint le Saulrur. Este segundo movimiento. según DL’ BOIS. cs utópico. por11uc la política de lo- Estados Unidos respecto a las Antillas, las islas Hawaii y las Filipinas no está a favor de los pueblos de color. Ahora bifxn. Martí también habla dc esta política en sus cartas. relatando las cmbajadas de Douglass en Haití. Subraya el que ya en la isla hay concesiones en manos de comerciantes norteamericanos; v que el mayor deseo de los Estados Unidos es la anexión de la península de San I\rTicol&. ((llave y señora del paso a las iinti1las.j) (T. 12 - p. 351) Esto debe ser considerado bajo el aspecto general de la política imperialista de los Estados Unidos, que empieza a dibujarse en los años 1880-1890. Un diario como el !Vew York Herc~ld. por ejemplo, envió a Stan1t.y a Africa. Martí pondrá de relieve los rc&s motivos que mo\mieron a éste a emprender sus viajes: . ..ni ve más en el Africa que la tierra que le pertenece, a él, hombre divino, por su derecho de conquista y la fortuna fatal de ‘SU persona, que viene hecha del cielo:..Pero-se ve, cuando habla, la agonía de la marcha, el abejeo del campamento, el tronco secular que cae envuelto en sus festones. El cielo húmedo y pavoroso. Y el hombre duro y egoísta. (T. 12 - p. 480) lW sigue Martí describiéndolo entre banquetes «Con los cómplices In conquista, brutal y mercenaria, de la floresta negra»...(p. 485) en Estaría aquí fuera de propósito desarrollar más este aspecto imperialista de los Estados Unidos, y cómo Martí ve el problema.‘3 Para conclrlir, puede decirse que en los textos de Martí se notan los varios elementos de esta cuestión del americanismo de los negros. Sin embargo todavía no ha establecido las relaciones necesarias para concebir la estructura interna de tal problema. De todos modos. en aquel entonces. era difícil ir más lejos. ” Ya Martí bahía exigences inopportunes definido des rois el fenómeno crampomk sur del imperialismo europeo des trônes pourris.» (T. como: «Les 12-p. 28.) Por fin se puede decir que el proceso de acercamiento a 105 negros. que se realizó vn trr: etapas. permitió a Nartí abarcar dc manera hastante completa el proJ:lema racial que plantea la cuestión negra. En rfwto . si en un primer momento el autor tenía una \-isión idílica > puramente intelec~tual de la situación. poco a poco saldrá de su error lia-ta formular un pensamiento muy moderno en algunos puntos. 3Iartí defiende a lo+ negros ante todo porque son perseguidos, doJuin;Tdos, ultrajados. Ei decir que defiende al hombre mantenido por otros hombres en una situación infamante e inferior a la que podría prctcnder como ser humano. De ninguna manera el concepto de raza es un elemento que se puede tomar en consideración a los ojos de Martí. -4 este respecto se podría decir que Jlartí ha intuido una posición muy moderna. En efecto, hoy día los que en los Estados Unidos intentan remediar la situación de los negros, plantean el problema no en términos raciales sino sociales y económicos. Basta leer los textos de MALCOLM del partido de los «Black Panthers», ELA. o del actual dirigente JIRIGE CLEAVER. para ciarse cuenta de que el concepto de «negrituc!)) ya no es tenido en cuenta. Eso podría parecer curioso cuando aparece dos veces el adjetivo «Black)). Pero en realidad no hay posible contradicción, porque esta palabra no se limita a precisar un color de piel sino que llega a ser el símbolo ,de todos los oprimidos por el imperialismo. Evidentemente, el paralelo no va más lejos, porque los medios preconizados por Martí y por los hombres del «Black Power» son -y no podía ser de otra maneratotalmente opuestos. SEGL-SD--1 PARTE: LOS IA’DZOS Le nègre roudrait se corl,fondre arec 1’Européen. et il ne le prut. L’lndiw pourroi jusyu’<i un certain point y r& tusir, ntais, ii dédaigne de le tentw. ZA serdité de l’un le livre à I’esc!avage, et l’orgrceil de l’autre ìI la mort... TOCQCEYILLE. APÉNDICE 1Enntiendu II Enmienda Enmienda Enmienda VI: - THE XIV: XV: OF RIGHTS)) Dans toute poursuite pénnale I’accusé bénéficie du droit à un pro& rapide et public et à être jugé par un jury impartial de 1’Etat ou du district où le crime a été commis (...) ENMIENDAS «BILL TUII: «BILL EMITIDAS DESPUÉS OF RIGHTS» DEL Ni esclavage ni aucune forme de servitude involontaire ne pourront exk:er aux Etats-Unis ni en aucun lieu soumis à leur juridiction, excepté en châtiment d’un crime dont l’accusé aura été dUment reconnu coupable (...) Toute personne née ou naturalisée dans les EtatsUnis et soumise à leur juridiction u la qualité de citoyen des Etats-Unis et de 1’Etat où elle est domiciliée. Aucun Etat ne fera ou n’exécutera une loi restreignant les pririlèges ou immunités des citoyens des Etats-Unis. Aucun Etat ne privera personne de sa vie, de sa liberté ou de sa propriété que par suite d’une procèdure régulière ni ne déniera à aucune personne soumise à sa juridiction l’égale protection de la loi (...) ?Ji les Etats-Unis ni uucun Etat ne citoyens des Etats-Unis le droit de restreindront en raison de leur couleur, ou du fait qu’ils étaient esclaves ( . . . ) dénieront aux vote ou ne le race, de leur précédemment &n los indios, más que cualquier otro grupo étnico, los que suscitaron ios mayores impul-os afectivos y literarios de Martí; y los textos c:uc Ics son consagrados alcanzan a veces un nivel poético y lírico que hacen de ellos verdaderos hiw.nos. Escribía el autor por ejemplo a propckito del estudio sobre «lu redención de la raza indígena»: «es cosa que me 1 a al corazón, y sobre la que llevo mucho escrito...)) (T. 22 - p. 34.) Esta ir likrtí !an&& pc&klicos aparte 1581 y .Vacional posición predilecta permitirá establecer hasta qué punto puede en la defensa de hombres perseguidos y oprimidos; teniendo en cuenta el problem a de la censura que podía existir en los sudamericanos a los que se dirigía. Para eso se estudiarán íos primeros escritos del autor fechados entre septiembre de abril de 1882, porque son los únicos dirigidos a La Opinión de Caracas. El problema indio se planteó por primera vez ante los ojos de Martí durante su estancia en México del año 1875 hasta el año 1877, donde rl triunfo de Porfirio Díaz significó la concentración de la propiedad en manos de algunas familias a expensas de los indios. También el año -iguknte, su viaje a Guatemala contribuyó a darle del indígena de América una imagen muy precisa. Por lo tanto se puede pensar que cuando llegó a los Estados Unidos, ya podía ser capaz de enfocar el problema que planteaban allí los indios, y eso de manera muy aguda. I-PRIMER PERÍODO: 1881-1882 La importancia de este primer período es primordial ya que nos ;w;mitirá establecer cuál :erá el desarrollo del pensamiento del autor. -4 Xartí, desde el principio, le aparece el problema en su total exten+Jn. y enfoca sus múltiples aspectos. La sangrienta actualidad que el +rriodista cubano debe relatar es en este caso la guerra. En actitud seguida denuncia la guerra emprendida por los blancos, frente a los indios calificará de «leonina» y «alevosa». cuya Esos 48 lh11co5 4\ parecen L ARIO no .4\ M.4RTIASO tener más que do.5 ocupaciune.~ funtlamr~nialt+ dr del indio. >- el juego: igual interés para ellos: la guerra: la perrecucióu 13s carreras dc caballos. Con todo no se puede tlcc.ir que JIarri ju-tifica ~0nipleLamentc la violencia de lo; w-Apaches 1 csngati\ 0‘:)). 5510 la t‘\w-a por !a Nimplacable rudeza,> de lo‘; blanco.~. I,a segunda parte de la denuncia está relacionada con la cau.-a profunda de esta guerra primitiva. es decir: la tierra. La tierra, que parece ser la única preocupación de los hombres. desempeña un papel de primera importancia. Para los indios la tierra wrrespondc a su e~p:wiu vital. mientras que los blancos sólo defienden su vida: Como defendían (los «Cheyenes») su tierra. no dormian. y caían sobre los blancos, que se dormían al cabo. porque no defendían más que su vida. (T. 9 - p. 297 - 15/J/1882. Para La Opiniórl Nacional. ) La posición de Martí es aquí muy reveladora. Es el punto de vista de un emigrado que da más importancia a su tierra perdida que a la misma vida. Los vínculos que unen el hombre a la tierra son tan fuertes que la pérdida del uno acarrea la destrucción del otro. Así es como Martí, en un verdadero cuadro, y de una manera un poco idílica, describe a aquellos Cheyenes mirando brotar el maíz de la tierra que SC les devolvió: Oh. qué maravilla, cuando brotb cl maíz. !%ntábanse. acurrucados en el suelo, a verlo crecer. Y a la par que a la brisa de la tarde abría el viento las hojas aun pegadas al tallo del maizal, acariciaha el «cheyene» pensativo la cabeza de su hijo, reclinada en sus rodillas... Y así, viven ya dueños de sí, y &eños de su tierra, en que han hecho muy lindas haciendas. (T. 9 - p. 298.) Ya en esta época, Martí entrevé preconizando el empleo de agricultores una solución al problema indio. indios más bien que europeos: ;En verdad rrue no es de tierra de Europa de donde han de venir nuestros cultivadores! Somos como notario olvidadizo que llex-a en sí, y anda buscando fuera las gafas con que ve. (idem.) Notemos aquí el uso del posesibo «nuestros)) sentido americanista, cuyos diferentes temas -el «cheyene»es el «hombre americano»; salvaje ingenuo que se alegra como un niño al rueda descubierta por la civilización: con el cíue apunta un El indio >-a aparecen. pero sigue siendo un \-er la invención de la iC4RIO \IRT! 4.50 49 ;Qué alegre el hombre sal\-aje. de aquel triunfo -ubre la diGt:!lwia! .4sí e- el hombre americano: ni la grandeza le 5orprendtx. ni la novedad le asusta. Jlarií no w limita a esas consideracione+ ideológicas \- dc (~:(ltbn grneral sino que analiza también la situación peculiar de los indios en las reservas. que son una particularidad de los Estados Unidos, \- de las que \a en ese primer período hace una clara denuncia. Pone de relieve todos sus aspectos negativos, e+ decir. la miseria de los indios. la alelooía cle los encargados y todas sus funestas consecuencias: .. .hay parecen mavor indios, arreos agentes encargados de distribuir los haberes indios, que los leones de la fábula de Fedro, que toman para sí la parte; y es tal el hambre en algunas agencias, que ya los azuzados de ella, tienen puestas las manos cerca de tus de batallar. (T. 9 - p. 297.) Para terminar hay que precisar la posición del autor con relación a los blancos y a los indios. El vocabulario permitirá definir la distancia que separa a Marti de uno y otro grupo. Por un lado son las ((miserables tribus de indios», todas diferenciadas: los cheyenes, los crows, los pies negros, los vientres gruesos, los Sioux y los arapajos. Por el olro Lado es un ser indeterminado cuya única característica es cl hecho cle ser blanco. En sus cartas utiliza Martí el sintagma nominal, el hombre blanco; incluso a veces lo pone entre comillas, como si utilizara el vocabulario indio. De eso se puede deducir que el ojo del observador se coloca en medio del grupo indio mirando de allí al otro grupo, el de los blancos. En fin, si se analiza rápidamente su manera de resolver el problema indio, Martí parece dar su total adhesión a un tratamiento humano de los indios, preconizando así una ley de amor sin por eso rechazar la misma idea de ley: No se trata para él de ponrr en cuestión las relaciones entre blancos e indios, sino de modificar el contenido de tales relaciones. Así los ((vivaces cheyenes» tratados con mansedumbre ya no se sublevan, y el general Miles «los venci6 de veras porque fue bueno con ellos». Tal actitud bondadosa tiene por fin una mayor eficacia. Marti lo resume en una hermosísima frase: El amor encorva la frente de los tigres. (idem.) En conclusión, ese primer período que va del año 1881 al año 1882. presenta un catálogo bastante completo de cuantos problemas tienen 50 AXL-ARIO ANUARIO MARTIAXO relación con la cuestión india. Pero estos problemas no están más que e-bozados. Los elementos esparcidos poco a poco se integrarán en un co!ljunto elaborado: un verdadero sistema. 1 diferencia de lo que heme‘ \i‘to en lo que se refiere a los negros. no encontramos aquí los dos primeros momentos que conducían a Jlartí al conocimiento. El entra diwctnmente en el tercer momento. el momento de la elaboración. Su proce-o se podría representar por una trayectoria ascendente, pero este \ez lineal y no en tres grados. Ahora se estudiará ración final. II-;hVÁLISIS :i ) DENUNCIA pues, suce-il-amente, DE DE LOS LA DIFERE;\iTES SITUACIó7S DEL cada tema TEMAS. hasta su elabo- 1882-1890. INDIO Casi todas las cartas están dirigidas a La ;Vación, una solamente al Partido Liberal, otra a La Replíblica y por fin dos a La Opinión Ivacionzl. Notaremos estas excepciones al paso. La primera división que debemos subrayar se sitúa en el tiempo. Así se ven dos fases bien distintas en el pensamiento de Martí sobre el problema indio. La primera fase es el pasado, la segunda el presente. Por muy breve que sea la primera si se la compara con la segunda, no deja de ser muy importante. En .efecto, si no es suficiente, es necesaria para explicar la visión martiana del presente indio sentido como resultante funesta de aquel pasado. El pasado permite ver las cualidades intrínsecas de la raza colorada. Así habla detalladamente de los <caztecas industriosos y peruanos cultos» (T. 9 - p. 255) y del «pueblo nervioso, guerreador y vivo de los viejos mayas» (T. 9 - p. 336.) Glorioso pasado, civilización deslumbrante a los que alude tímidamente primero, pero que exaltará verdaderamente más tarde: Los Aztecas... tuvieron y un Netzahualcoyotl una mitología no menos bella que la criega. no menos profundo que Platón... (T. 22 - p. 28.) 1~ en otro fragmento suelto escribe: no la barbarie de los pueblos primitivos, sino la delicadeza minidad de las civilizaciones más adelantadas. (idem.) y fe- Breves, pero clarividentes son los apuntes sobre los acontecimientos que condujeron a la caída del imperio. Hay que buscar las causas en 51 MARTIANO las «culpas históricas que ahora se pagan» (T. 10 - p. 272.) Grandeza por un del pasado, decadencia del presente, el enlace está realizado genio muerto. el tal Alamilla. También el ejemplo de lo que pasa en Jfxico es revelador: Hay leyes. mas como en JIéxico. donde prohiben las lidias de toros, buenas para hacer toros de los hombres. en el recinto de Tenochtitlan, y dejan las que haya en el pueblecillo cercano de ‘Tlalnepantla, donde un tiempo oró en su torre alta el gran Netzahualcoyotl, poeta. rey y capitán excelso, y hoy desjarretan brutos. vestidos de toreros de comedia, hombres nacidos. por la grandeza de la tierra que los cría, a más glorioso empleo. (T. 9 - p. 256.) En la segunda fase, la del presente, Martí empieza denunciando Los americanos del Norte, después netamente la situación del indio. de haberlo vencido, han puesto a ese pueblo en jaula: Jaulas muy especiales, que se llaman las reservas. En tales reservas no hay más que podredumbre y muerte. Así es el caso de los Cheyenes que se morían ((uno sobre otro de malaria»: . ..en vano se quejaban de que les había traído de sus hogares fríos y sanos, en que prosperaba su naturaleza, a una tierra ardiente y pestífera, donde se secaban los senos de las madres, y la piel no servía más que Dara dibujar los huesos de los pequeñuelos... (T. 10 - p. 272 - 6/6/1885.) Relatando la convención de Lake Monk en la que se quería poner de manifiesto las consecuencias de los malos tratos que se hacían a los indios, Martí está de acuerdo con que llevan los blancos la entera responsabilidad de la muerte del indio y de su envilecimiento: Que los indios de las reducciones son perezosos y amigos de y de beber lo sabía toda la convención . ..pero sabía también indio no es así de su natural? sino que así lo ha traído a sistema de holganza y envilecimiento en que se le tiene hace cien años... El indio es muerto. (T. 10 - p. 322-323 10/1885.) Después de la crítica de la situación en las reservas, el autor la discriminación que existe fuera de esas mismas reservas: jugar que el ser el desde - 25/ estudia ...él no entra en las ciudades de sus vencedores, él no se sienta en sus escuelas, a él no le enseñan sus industrias, a él no le reconocen alma humana... El no puede, si ef ansia de ver mundo le posee, salir de aquel potrero humano... (idem.) \ii5eria en ella-. niiwria fuera di clla5. la drl iridio e: tan grantl(, que él mismo llega a simbolizarla. Esta manera de ensanchar el problema e‘ un punto de suma importancia. Ya se ha visto cómo Martí relacionaba la miseria de 103 negros con la de todos los pobres y de los indios en particular: y cómo en esto enfocaba el problema de manera muy moderna. Es decir. que el vínculo que puede existir entre 105 hombres viene de su situación social y no de su raza. Hará lo mismo para los indios; y su canturria. antes himno a la vida pasada. está ahora consagrada a la pobreza: . ..los vapores de caridad que se llevaron a vivir un a esos otros niiíos. los nifios pobres. y es su canto al icosa extraña! la misma cauturria, desordenada y del indio salvaje. en que hay a un tiempo mismo batalla. (T. 12 - p. 323 - 26 agosto de 1899 - para Pública. ) día en la luz desembarcar melancólica. crepúsculo y La Opinión . ..clubs de visita a los menesterosos . ..que van por las calles y casas viendo donde hay desdicha de esa más cruel, que se esconde para morir, como los indios, a oscuras y callada. (T. 12 - p. 338 30/9/1889.) Los textos que se refieren a esta denuncia de la situación de los indios son muy numerosos y largos: lo que revela el interés de Martí por ese aspecto de la cuestión. B) DfiXCNCIA DEI. COMPORTAMIESTO Y.4NQLrI Queda por estudiar ahora cuál será la reacción de Martí frente a esta En este capítulo se analizará sucesivamente el enfoque situación. En el primero el autor ataca y critica, en Yanqui y el enfoque Indio. el segundo sale a la defensa propiamente dicha de los indios. La primera parte podría intitularse ctE1 Bestiario», pues vamos a ver cómo, tomando como referencia el ser humano, no pondrá en escena más que animales. En enero de 1886, escribirá a La Nación: Es indispensable p. 375.) alimentar la luz, y achicar la bestia. (T. 10 - un ijtifalo. de ha!Jerle nu -¿!u lw t%Ilcargado- 3 sino todos 105 blanco5 tienen la culpo tran-formado en un ((animal de reser\-as>,. .-!hora bien: Da prenda de infamia el hombre que se goza en abatir a otro. Tiene su aristocracia el espíritu: v la formiln aquello5 que se regocijan COII el crwimiento 1. afirmación del hombre. El .$nero humano no tiene más que una mejilla: dondequiera que un hombre recibe un golpe en su me,jilla. todos los demás hombres lo reciben. (T. 10 - p. 288.) Por wcntas: lo tanto ~1; en nombre Hombre que hay que pedir las Que ya que se les ha quitado, por razones de la república. sus derechos de naciones libres, no se les quiten a los indios sus derechos de hombres. (T. 10 - p. 326 - 25/10/1885.) El ataque de Martí ea no va a dirigirse contra el sistema, sino contra los mismos yanquis. En este momento es cuando va a producirse el primer «trastorno» de un concepto bien establecido: los que han rehajado a hombres al nivel de bestias, son también bestias, pero en el sentido más despectk.0 de la palabra. Es decir que en este mundo animal que ha reemplazado al mundo humano, permanecen aun las dos categorías. Por una parte los animales nobles y hermosos como los leones 0 los tigres; por otra los animales más repugnantes, viles y feos. Así pues, al mundo de los pájaros, refinado y lleno de gracia, de encanto. se opone el de la serpiente que mata y se enrosca alrededor de los huesos de sus víctimas; más detalladamente lo veremos después: ...los colonos blancos que hace años vienen cerrando el cerco sobre la tierra ((Sioux», como estrecha sus anillos la serpiente alrededor de la presa vencida. (T. 1.2 - p. 292 15/8/1889.) El mismo mundo de las serpientes se divide a su vez en dos. Por un lado alude a la serpiente mística (T. ll - p. 36), herida; por otro vemos una culebra traidora que los blancos llevaban en la mano (T. 12 - p. 206.) En los aires, era la lucha Como ya se vio antes, el sistema gubernativo yanqui ha rebajado al indio. En efecto, por haberlo tratado en las reservas como un animal («los tienen como a bestias» T. 10 - p. 287), por haberlo cazado como del del águila . ..esta raza fina. fuerte, imperial Geron nacer desde sus cumbres. los Andes. (T. 11 - p. 35.) y del cóndor: y alada como las águilas que la y a quienes vence el cóndor de 54 ASCARIO En la tierra, JIARTIANO la \-ictoria del rocín Tienen en la mirada el aire de la cacería, la cola ondeante sobre el caballo libre del desierto: del desierto. el arrebato del caballo libre. (T. ll v algarada : p. 35.) El estudio detallado de esa última antítesis. permitirá ver el desarrollo del procedimiento de animalización del blancc. Así se podrá poner de manifiesto cómo Martí descubre la tramoya del sistema establecido. Además tenemos que prestar particular atención a ese tema que esquematiza y al mismo tiempo abarca todo el pensamiento de Martí sobre los Estados Unidos. Hay que empezar por las numerosas advertencias en las que pone de relieve las carreras de caballos, presentándolas como una ocupación esencial en la vida: las «proezas del potro americano Iroquois)) atraen toda la atención en los periódicos. De juego estas carreras vienen a ser una necesidad casi vital: ...iaquellos. hombres y mujeres, van como mordidos de sed )~ de hambre a hacer apuesta en las carreras de caballos! (T. 9 - p. 460 - 1/9/1883.) Por fin la última etapa es alcanzada rápidamente y ya no se contentan con hacer correr verdaderos caballos sino que proponen a los espectadores carreras de hombres, o mejor dicho, de seres que de humano no tienen más que el nombre. Numerosos son los textos que aluden a tales carreras en las que se hace una innoble especulación a expensas de los corredores: . ..Ni los que «pusieron» en ellos,. (los caminadores) como se pone en un caballo, el dinero requerido para la carrera: estimulan a su hombre con el regalo de un bastón... Albert era bello. sí: icomo un caballo! .. . Strokel... viene, como un perro. con la boca llena de espuma y los huesos por encima de la camisa, a buscar el sueño que le niegan aquellos bárbaros... .. ...el circo hiede!... Petimetres, extranjeros, y algunas damas curiosas pasean en aquel aire fétido y azul por el interior del circo... (T. ll - p. 402-404 l-2/2/1888.) (T. Es lo que Martí ya había llamado «el retroceso del hombre 9 - p. 266 - 4/3/1882.) B ru t o es el caminador, «caballos al bruto» azotados» 105 pensamiento-. el pueblo entero es un caballo loco: por fin su \iGn de los hombre‘ de‘;pués de siete aííos en los Estados Cnidos es: Los caballos llevan el freno en la boca. J- los hombres en el chalrco. F.1 ca:azón emp u’a. J v. el chaleco guia... (T. 12 - p. 57.1 prisioLo5 que utiii.r3,t caballos para saciar su sed de espectáculo. neros de su sijtrrna. se han vuelto a su vez, por un cambio total de situaciún. brutos m& feos que la yegua de Vanderbiit. Que tengan o no una conciencia clara del hecho, el circo se ensancha y se vuelx-e una rueda infernal que arrebata a todos, espectadores y corredores en el mismo torbellino. Todos son caballos, prisioneros ahora de eEe círculo infernal, azotadcs o enloquecidos. Son caballos esclavos. El indio por su parte es aquel caballo libre cuyo ámbito es la extensión infinita con los horizontes abiertos del desierto. Ese caballo es el símbolo de la al mismo tiempo que su libertad libertad que le quitaron al indio, efectiva. Así paca con. el «caballo querido, último símbolo de su libertad», del pobre viejo Colorow. (T. ll - p. 289.) La última antítesis de este mundo animal se situará en el registro de los animales más temibles. A las fieras tranquilas, a los animales más nobles y más hermosos de la selva se oponen especies de monstruos, alimañas rastreadoras que tienen el olfato de molosos, que merodean Las agencias son madrialrededor de las tierras del viejo Colorow. gueras, los agentes tienen una conciencia brutal; ellos no se alegran de una manera humana sino que dan gritos desaforados, alaridos: ...se oye como 206.) un alarido: ioklahoma !iOklahoma! (T. 12 - p. Y añade que esos conquistadores del Oeste «oran o alborotan)). LO que -sea dicho de paso-- es una demistificación de la falsa religión en nombre de la cual se impuso la civilización yanqui. Se esconden en los matorrales como lo harían jabalíes. A todo ello se añade la idea de multitud que lo estraga todo a su paso. Nube de langostas que no deja de ser angustiadora: Bajan de los caminos’más remotos, pueblos de inmigrantes, en montones, en hileras, en cabalgatas, en nubes... sin miedo al sol ni a la noche, ni a la muerte, ni a la lluvia. (T. 12 - p. 207.) En fin, el blanco es el sinónimo Si se puede decir que a este nivel de oso, lobo, zorra (T. 12 - p. 291.) el trastorno de los conceptos está J-a rtBalizat!o. tlur;li;ìiu notemos al con paroxismo. ...( ci iridio) cl blanco LIDIE marlo todo que I\Iurti 1 a más lt’jts: aún \ Il<p c’I1 rrtr subra!-ando: no tu\0 cornz!iri que como 080 >- una wlebrs para matar \- lobo se le en In otra. con10 a o+ <‘ como il lob(~ \ ino cnrima. ,‘on (T. 12 - 1). 296.1 ülni-t:l~l cn E5o denota la bondad superior del indio en cI mismo rnomf.llifa r11 que el blanco llega al punto mGs bajo tle rilrza bc5tial. -1 este rc>lwcuto. con relación al autor de la Gf-mocraci« eiz _-lnl&icn. se nota como 1’OCQUEVILLE sólo hace la asociación de idra indio-animal ~nlvujr. ‘k- no va más lejos: 11s (les indiens) se décident enfin: ils IJürtrrlt et sai\.ant dc loin dans leur fuite I’élan, le buffle et Ic castor. ils laisseni II ces animaux sauvages le soin de Icur choisir une nouvelle pafric. (p. 183.) Martí, a partir de la misma asociación de ideas, llega a elaborar un sistema en el que el blanco queda completamente anonadado ser humano y al contrarío el indio sale engrandecido. Hace falta analizar tamorfosis del mundo entera responsabilidad. es la tierra india. todo como ahora cuál e- la causa de aquella acabada meblanco. Así vamos a rer que la tierra tiene la Nos preguntaremos pues. para empezar, cuál Aquella tierra tan codiciada parece ser el rrisol de todos Io? encantos clásicos del país de Jauja. Bastan dos palabras para evocar el antiguo tópico griego, cantado por Homero: . ..el país de la leche y de la miel... (T. 12 - p. 205.) Sigue Martí con una comparación de tipo bíblico con la tierra prometida. y el Oeste será: «la nueva Canaán». Por fin lo que queda estampado en el espíritu es un paisaje de Aleluya rompuesto por las «llanuras desiertas» de esta «tierra silenciosa. nueva: verde con sus yerbales y sus cerros)). Refinamiento. paz. suavidad >- quietud: así es como La guerra de anexión blanca aparece se puede calificar a esta tierra. pues como un afán de manchar lo inmaculado. Esta antítesis de la pureza y de la vileza se ensancha a un plano moral. La india con SU magnolia blanca en la trenza como símbolo de pureza es deseada por de deseo la injuria (T. 32 - p. 28 la ((bestia)) que sólo con su mirada Y 30-J JIartí empieza por hacer una reseña de los acontecimientos bis& ricos de la anexión de la tierra india por los blancos. Estos. laliéndo~e de la ley y ocultando SII robo bajo acuerdos hábiles. empujaron a los indio:: hacia el Oeste. Pero no contentos de este resultado intentaron en un segundo momento apropiarse también de este territorio. Era lo que se llamó «La rarrera hacia el Oeste». También puso de relieve TOCQUEVILLE el carácter continuo del adelanto blanco a expensas de los indios. Pero se nota cómo u pesar de lamentarlo queda en la dicotomía Civilización-Barbarie, que será la base de la doctrina social del mismo Sarmiento. El escritor francés decía: A mesure que les indigènes s’éloignent et meurent, à leur place vient et grandit sans cesse un peuple immense. On n’avait jama& vu‘parmi les nations un développement si prodigieux, ni une dcstruction si rapide... Bien& des hardis aventuriers pénètrent dans les contrée indiennes; ils s’avancent h quinze GU vingt lieues de l’extrême frontière des blancs, et vont bâtir la demeüre de l’homme civilisé au milieu même de la barbarie. (Op. cit. p. 182-183.) Martí en SU carta a La Opin& Pública no describe esa carrera exactamente según el mismo enfoque, 0 sca que quiere hacer sentir la pérdida que sufren los indios a causa de estas anexiones cle tierras. Aquella anexión tiene dos aspectos inseparables y mutuamente dependientes: Verdadera digestión y rapidez con que se realiza. El lunes 22 de abril del año 1889, a las doce en punto, al proclamar pública la tierra el Presidente Harrison, se inicia una ola de invasión. Es una loca carrera para saber «;,Quién llega& primero? iQuién pondrá la primera estaca’ . . ..» La comparación con una carrera de caballos no es abusiva. El premio es una porción de tierra de ciento sesenla acres. Sólo un «jinete ágil y asesino» tiene posibilidades de ilegar, matando a su rival. Así asistimos a escenas tales como: ...unos treinta intrusos vadearon el río, se entraron por el bosque, su rindieron. uno sin brazo, otro sin quijada. otros arrastrándose con el vientre roto. al escuadrón que fue a echarlos de su parapeto, donde salió con el pañuelo de paz un mozo al que no se le veía de la sangre. la cara... (T. 12 - p. 209.) Se desencadenan la> pasiones ipara el cme tenga 12 - p. 208.) el mejor mlis brutales rifl? del hombre: ha de ser la mejor tierra! (T. .\\c 38 \RIO ZI.4RTl.4SO ASCARIO E‘to lleva a >Iartí a describir detalladamente el famc:o P;.inc!icster. in\-ento del sig!o. arma de suma eficacia, codiciada por los indios >que Se encontraba suficientemente poco para que el blarlc0 ac l- LlIlü.5. ’ que la poseía se sintiera privilegiado: .4hora un grupo de jinetes alquilones. de bota j camisa azul. con cuatro revólveres a la cintura p en el arzón el rifle de Kinchester, escupiendo en la divinidad y pasándose el frasco... (T. 12 p. 208.) Esta escena parece pintada a lo vivo y digna de las mejores . , priículas un padel Oeste. Se puede de cir que Martí alcanza en la de%ripclon roxismo de violencia: Pocos hablan. Tragadores nante pintura Los ojos crecen. (T. 12 - p. 210.) aventureros famélicos; he aquí de tierra, que hace de esos conquistadores del Oeste. la emocio- La idea está llevada a su punto culminante con la alusión a la Es su boca mecSnica, es la locomáquina infernal que estos utilizan. motora. Esta nueva invención del siglo parece desempeñar el papel inverso del que desempeña el puente de Brooklyn. En tez de simbolizar la dominación de los unos, la la alianza, sólo representa la conquista, es la «insolencia de ‘nos ferrocarriles» derrota y la muerte de los otros: (T. 12 - p. 421.) «que se han comido el país))‘4 (T. 12 - p. 366.)- Ese disEorme caballo de los tiempos modernos, negro y gigantesco, que poco a poco se hace, con su penacho de humo, instrumento diabólico, traga sin cesar la tierra que se le ofrece en sacrificio 1. que le es necesaria para existir: Los indios Sioux oyen, encuclillados en círculos. las propuestas del cura. el capitán y el juez, idos a su tierra feroz a convencerlos de que está en su provecho ceder lo mejor de ella a los ferrocarriles del «gran padre» de ‘Washington (T. 12 - 13. 41.) Esta escena bien hace pensar en un holocausto. El monstruo negro se engolfa más adentro del país de la leche y de la miel, dejando el suelo cubierto de indios que con SUS cuerpos muertos hacían «alfombra a su propia tierra» (T. ll - p. 38.) . ..au Iendemain de la Guerre civile, en raison SCHOELL escribirá: immobiliers et mobiliers en jeu, les chemins de fer furent où sévirent une spéculation effrénée et des abus flagrants. Etatdnis; p. 185.) 11 intér&s domaine des le énormes prjncipal (Histolre dns 59 MARTI.-\SO Tragedia de la tierra. tragedia de los colores. LOS dos principales. cl !,la:lco !- cl rojo. -on ambivalentes. Sólo el negro no es ambiguo. El blanco avanza utilizando el negro. Penetra en el país blanco. el de la leche. a expensa3 del rojo, los indios. dejando un surco de sangre. El blanco invadió. El blanco venció. Pero el indio ha desaparcrido. y la tierra que J-a posee el blanco «se quedó como sin alma,, (T. 12 - p. 206.) Kifle. b oca y locomotora, simbolizan bastante bien el mundo blanco. El rifle sería la imagen de la violencia y ferocidad; la boca sería el anima 1 con sus reacciones viscerales, y la locomotora sería el instrumen!o simbólico de las invasiones a las que se lanza el mundo civilizado. -tquí cabe mencionar también el juicio que formula Martí en una carla dirigida n L<I ~~cxió~z sobre la situación de los indios en la Amérii.n de! Sur: olla en nuestra “‘1 *nosotros. sofocada torpemente, pero 230 - 4/9/1887.) América. la trinemos [a la raza indial no la hemos esesinado!” (T. ll - p. Parece revelar tal frase una actitud algo «reaccionaria» del que trata de justificarse delante de su conciencia. No debemos olvidar que cl periodo argentino que iba del año 1852 a 1880 fue marcado por las luchas sangrientas contra los indios, y que en 1880 Buenos Aires los esp&ó de sus tierras al desiertc. La paz que siguió durante seis años fuc 1;~ poco artií’GnJ y permitió a Roca declarar en 1886: ~Concluyo felizmente mi gobierno sin haber tenido en todo él que informaros de guerras civiles... de despredaciones de indios ». La actitud de Martí censura, que le impedía bien podría ser explicada una sinceridad total. por el hecho de la 1; T()CQr E\ILLE vei2 !a situación de manr-ra rnls:cuarta: ,~Lrs %G;:a,qnol= !ac-h-!lt 1<1:¡-s chi2ns >UF ies Indiem comme sur 12s bries farouthes... 1~ conduitc :!t:; .41::;rI+n; i!cs Etats-Gnis enxrs les indigkxs respire au contraire le plus pur amour des formes et de la Iégalité. Pourvu que les Indiens demeurent dans l’état ;auc:;ge, lrs .4méricains ne se mclent nullement de leurs affrires et le- traitent en peuples indépendants; il ne se permettent point euper leurs terres sans les avoir dûment acquises au mayen d’un contrat; et ~1 par hasard une nation indienne nc peut plus vivre sur son territoire, ils la pnxment fraternellement par la main et la conduisent rux-mêmes mourir hors du pays de ses gres... On ne saurait détruire les hommes en respectant mieux les lois de l’humanité.» (De la Démocratie en /4méricpe -p. 187-188.) 60 .~\l .lRIO ‘.1.4RTIASO ASL-.4RIO So tienen en paz la cl peligro (T. 11 - DEFE.VS=I DE LOS 1.1.DIOS Uartí \a a hacer un elogio ditirámbico clc lo.< indioc. utilizando corno argumento fundamental lo Estbtico. la IIrrmorura. El autor relatarii la epopeya del color blanco y de un pedazo dr arco iris. Si tienen las plumas tambit:n. y- sobre todo. que sus collares. Sus Incluso dice hlartí que y el movimiento de los p”.iaros. 10s indioLo pintan todo. GUI; caras lo sus colores. tr;ljes son amarillos. colorarlos. wrdes. hablan ((lengua de colore-n (T. ll - p. ...Otro. a medio acostar. suspende sobre un brazo el cuerpo esbelto, y dibuja sobre el fondo de creptisculo de la lona su cabeza bronceada, como un sol poniente. De allá, del Iejano portón, vienen los indios, como colores locos... (T. ll - p. 36 y 39 - 9/8/1886.) Por lo tanto la palabra «pintoresco» --dos yeres empleada, T. 10 p. 326 y 375tiene su pleno sentido. Es de notar cómo esa palela de colores no tiene aquí nada falso pues se trata de una verdadera coljia de la naturaleza: . ..sobre sus pieles las formas y . ..y las tribus de indios . ..imitaban colores de la naturaleza, asemejándose en sus errantes rampamentos a pedazos caídos de un arco iris. (T. 1.1 - p. 37.) Esos colores. símbolo de alegría cuando estSu en el marco que les conviene, es decir la naturaleza, pierden todo su sentido desde que están. con la victoria del blanco, encerrados y prisioneros. La tristeza Sólo se ofrecen a las miradas «melancólicas ha seguido a la alegría. figurasn, «la inquietud de la tribu» se lee en los ojos de los niños: y no se oye en el aire más que la lenta canturria de viaje: los hombres ese color de fruta sazonada de los que cría tierra. sino un color misterioso de luz de luna. como si que pcrpetuamcntc afrontan fuese un aitro. p. 39) aún más h ará la rsrlal-itud. las reservas: ticnrn mi>;mo azuleo. 163.) 61 MARTIASO es decir lo que representan para el indio Un esclavo es muy- triste dr \erj pero aun es más triste de esclavo: hasta cn el color se le len reflejos de cieno. (T. 10 - p. 325) uu hijo Ya los coiorrs se han puesto su traic de muerte y como el indio murieron: bien lo prueba la «faz terrosa» del médico (T. ll - p. 43)1° Acabamos de estudiar cl punto de vista estético, bajo su forma cromática. Veámoslo ahora desde el punto de vista geométrico. La posición de los indios es, en este aspecto, rel-eladora. Se trata de una armonía entre las líneas horizontales y la única vertical. &stinguiremos dos cuadros. dos momentos: es decir dos posiciones: dos actitudes. El primer momento notable es lo que se podría llamar el tema del (<reclinado». Martí habla larga y detenidamente de la posición predilecta de los indios, que se sitúa casi al nivel del suelo. Que estén acurrucados para observar el maíz creciendo. como si su apego a la tierra fuera tal que se pusieran a su nivel, o que estén encuclillados en chulos para discutir acerca de la pérdida de SLIS tierras, siempre tenemos de ellos una visión que les domina. Por fin, si se considera la dite del pueblo, aparecen los indios jóvenes en la misma actitud: ...Traen su canto de viaje, que se pe.ga al corazón como una scrpiente herida, y es una infinita quela. solitaria e inmensa romo los bosques que evoca. (T. ll - p. 41.) Uno está recostado con descuido, la cabeza en las palmas de las manos, en un fiero abandono de dios joven...Otro, a medio aco+ tar, suspende sobre un brazo el cuerpo esbelto...Otro, sentado sobre sus talones, mira atento. con los codos clavados en las rodillas. Se ha visto antes cómo el blanco habia quitado ~(1 alma a la tierra: ! La primera fase de cuta devemos que pasa lo mismo con los colores. el psitaci:mo del arco iris. rrota de los colores podría llamarse: En fin. en una segunda y última fase. rl l,lanco borrará los rolores, que poco a poco se entristecerán y uniformariil~ en un gris indeterminado. Será la muerte de los colores. Si cl ptbligro hace mudar el color que la quietud daba a los hombres: ‘6 Es de notar, a este propósito, cómo SARMIENTO a partir del mismo tema cromático hace del «colorado» el símbolo de lo que hay que exterminar para el bien de la humanidad: «iEs casualidad que Argel, Túnez, el Japón, Marruecos. Turquía, Siam, los africanos, los salvajes, los Nerurws romaII05. los reyes kírbaros. ‘il terrore e lo spavento’, el verdugo y Rosas, se hallen vestidcs con un cc>lor proscrito hoy día por las sociedades crisiianas y cultas? ¿No es el colorado el símbolo que expresa violencia, sangre J barbarie? Toda civilización se expresa en trajes: y cada traje indica un sistema de ideas entero.» (Facundo-Colec. Australp. 101.) 62 .A.SL-.4RlO ANCARIO hl.iRTIASO )- hundida en las palmas P’ urnas. (T. ll - p. 36) de las manos la cabeza coronada -Aun cuando están sentados (T. 11 - p. 37) paxcc . ..v los x-iejo- saben que el indio será vencido. porque no puede el pino joven de la selva sujetar a los vientos furiosos que vienen \orifrrando por el aire J- escribiendo en cl cielo con relámpagos. ( T. 10 - p. 288 - Agosto 1885) de E-ta !iosición e.< el símbolo perfecto de un pueblo sometido. ahogado. \-ertladeramente aplastado pero no aniquilado. Bajo ese aspecto de llaneza \- de abxldono se agazapa una fuerza que está a punto de estallar: c que van a arremeter. r’iquella fuerza además sólo existe y es posible mediante el único elemento vertical de la escena, cl médico. Con su escudo a los pies. la fuerza que representa no puede concretarse, pero sin embargo permanere latente como una saeta dirigida al cielo, en medio de un bosque de lanzas: los pinos. Se nota aquí en la descripción de Martí un esfuerzo para dar una impresión de verticalidad. Esta rectitud parece inmóvil, fija: cl movimiento está como negado. Para añadir la vida a aquella eran muy lentos los movimientos, era el coperfecta belleza pictural, movimientos le:,tos que traducían la potencia dc lumpio y el mecer; duce la continuidad trïr «movimiento fijo» que la fiera somnolicnta: T\otemoq cle paso la metáfora del pino. empleada a mcrludo a propósito (!e los ilidios. que tiene mucha importancia en la obra de Alarti. Estos sobresaltos indios vienen a continuación dc las luchas sanzrientas que caracterizaron el período que siguió a la conquista. ‘.. ?CHOELL esquematizó este fenómeno de «guerrc larvée)) de la n?anera . -igrnente: raturellement, les mousquets étaient et l’on s’estimait justifié à s.approprier crguidos como árboles, pujantes como Colorow, a quien todavía quedan noventa guerreros, pasó la niel-e cn silencio, pero ahora congrega a su tribu ofendida por la avaricia de los vaqueros que le invaden su llano, y sentado nl pie del tronco, antes frondoso, donde decidían los asuntos públicos sus padres, anima a sus hombres, manda a las «squaws)) a un rincón de la selva cercana adonde curarán los heridos, mata cuanto ternero encuentra al paso. para curtir con sus sesos las pieles crudas, y provoca, sin pérdida al principio. a las milicias de Illinols, aumentadas Cpn los aventureros famélicos de los contornos. (T. ll - p. 264 - 17/8/1887) cl En este punto de la demostración, o mejor dicho de la rehabilitatotahnentc la violencia. Se trata del .ci&n del indio. Martí justifica ((odio natural al que le robó SU tierra so capa de contrato, y lo cmbru4 s el odio de un dios menospreciado. tcce y denigra» (T. 10 - p. 287). T3 Y cl autor acaba con este juicio sobre la actitud guerrera de los indios: ...revueltas frecuentes (T. 10 - p. 321) es desigual: Pero al fin y al cabo tendrá de los blancos: que rendirse desalentado por la actitud . ..)-a dicen que se rinde cl pobre viejo Colorow, que al verse robado c injuriado por los brutales vaqueros que merodean en sus tierras, al ver que le quitaban a su tribu las tres mil ovejas que la sostienen, y cl caballo querido. último símbolo de su libertad... (T. ll - p. 289 - 4/9/1887) y justas. La guerra de los indios y de los blancos es una mera y primitiva c)posicion dc fuerza que se parece a la caza del búfalo: «masa contra masa)). Y esta oposición plus forts que les flèchcs de nourelles terres.” ASí es como aparece el trágico episodio de Colorow; patética resolución c!e e-e viejo jefe de sesenta años que reúne sus últimos bienes -y cs poca cosapara lanzar un desesperado asalto: en el tiempo de ese carácter pertinaz del indio, la rectitud. El médico representa una incursión en el Pr--eqente del pasado en que los hombres eran: ...altos como columnas, viento... (T. ll - p. 36) 63 M.4RTIA.TO He aquí el caso típico de un sobresalto humano que tiene la belleza dc las causas perdidas. Martí no puede dejar de entusiasmarse por ta1 actitud. Pero, al mismo tiempo lamenta su ineficacia para mejorar las l7 Histoire des Etats-Z’nis- (p. 51). ANUARIO cuutli~~iones de miseria !- de esela\-itud que padecen los indios en lac rt~cr\a~. F-eremos más tarde hasta qué punto estaría realmente dc i:c~ut=rdo con una actitud mucho más violenta pero tal vez más eficaz. influirán en la posición misma E-ta< reweltas siempre aplastadas. de lo; indios, es decir en el aspecto geométrico. un segundo tema. el terna del «caído». Es el tema c!cntIncia Nube de la muerte física Roja con este grito: Así se podrá o espiritual de los indios: distinguir la que ;I-a los indios se han muerto! (T. ll - p. 291 - 15/8/1899) Es tic: notar que si a lo largo de WI . discurso, erguida: al final, acaba con este ademán: Nube Roja (p. 292) se cubrió el rostro mantenía la cabeza . ..El hombre de la medicina, los pies. oía encuclillado el con la cabeza hundida en las con la cabeza baja atienden (T. 12 - p. 291) . ..y Parra pintaba...a Fray Bartolomé. encendido ardores a que le ino\ieron los csp~ctk~los tristes en tiempos de Enriquillo. pidienrlo al cielo. a las templo profana<!o. justiria para cl indio gallardo pies muerto, para .cti dcsl)osada de pies 2cnudo~ sollozando a las rodillas del dominico. (T. 10 - p. 231 - 23/4,/1885) con el brazo. con su crestón de plumas tendido a discurso de Nube Roja, encuclillado, rodillas...los indios todos en cuclillas, al discurso de Nube Roja. El ruadro ha llegado a ser la perfecta antítesis del cuadro del pasado. sentándose en su víctima que yacía a Los que pisaban la naturaleza r . sus pies. está ahora en la misma posición que ella. El medico que, ya lo hemos visto, simbolizaba la permanencia en el tiempo de la fuerza EsSe verdadero hiato temporal entre de su pueblo, se muere también. un pasado ahora vencido y el presente que es el mismo aplastamiento. Se prftcisará esto en el capítulo siguiente. Llegados a este punto del estudio del problema indio. tenemos que resumiéndola, la posición precisa del autor. establecer para concluir, Si como se ha visto, desde el principio todos los elementos están se podría a veces encontrar algunas descrlppresentes. sin embargo la del cuadro de los riones un poco convencionales y romancescas; 65 indios mirando crecer el maíz, por ejemplo. Este aspecto llega a su punto culminante con la evocación de los cuadros de CORMOYi (T. 9 - p. LS). P.4RRA J- OBREGO‘; (T. 10 - p. 231). que traducen un ambiente algo romántico 1. por lo tanto un poco artificial . Martí se complace en la descripckn del cuadro de PARRA p esto no puede -er estudiado sin relacionarse con las corrientes literarias contemporáneas. Podría wrvir de ilustración para tal escena entre la Niña Chole 1. el marqués de BradomíI:. o también para una p’agma . de Atala, que justamente está represcntnda pnr GIRODET cn su cuadro <(Les funérailles d’Atala». Sólo las posiciones están iuvertidas: bien La caída total, el aplastamiento de los indios, está simbolizado por el médico. Unico elemento recto, vertical, erguido, ese generador de fuerde Martí bien revela za y último defensor, cae a su vez. La insistencia general: que el representa el tema central, el que da la posición MARTIANO siempre en los de la Española puertas de un que yace a sus que se abraza La visión de Martí hasta el año 1885 participa un poco de este ambiente romántico. Pero no se limita a esta visión poco precisa, poco real, y el ojo del observador se acerca. En cl primer texto de capital importancia, con fecha del 9 de Agosto de 1886, el observador parece I:enetrar la intimidad del pueblo, entra debajo de esa tienda india que para los demás espectadores es un obstáculo insuperable: En el interior de sus tiendas reposan de sus ejercicios los guerreros, reclinados silenciosamente en círculo al borde de la lona, viendo apretarse en la abertura de la entrada a la gente curiosa que quiere saber cómo es por dentro una tienda india. mientras que los visitantes se quedan al límite . ..pasean los visitantes por el grato sombrío tan en carpas de pieles curtidas y pintadas milias indias. (T. ll - p. 35 >- 34) de la entrada: a cuya entrada habipor su mano, las fa- De eso viene un cambio de enfoque que tiene por resultado enseñarnos a los visitantes. a los blancos anónimos. por un intersticio de la tienda india. Del mismo modo Martí escribirá entre 1883 y 1895: Con Guaicaipuro, con Paramaconi. mos de estar, y no con las llamas con Anacaona, con Hatuey heque los quemaron, ni con las 66 AZCARIO ZIARTIAKO ASL-ARIO cuerdas que los ataron. ni con los aceros que los degollaron. los perros que los mordieron. (T. 22 - p. 27) ni con Sotaremos que los argumentos utilizados por el autor pueden ser calificados de humanistas. Puso de relieve las dos vertientes del concepto de perfección del ser humano: lo Hermoso y lo Bueno. En esto, podemos ver además una concepción neoplatónica, ya que estamos muy cerca de la idea según la cual lo Hermoso es causa del Bien soberano. En realidad, en el caso presente, el principio de PLATON así como el de HEGEL está verificado, pues si para uno y otro la Naturaleza sólo es bella en la medida en que forma parte del Arte, se puede decir que los indios, tomando su origen y su inspiración en la Naturaleza y además transponiéndola, hacen de ella una viva creación artística. Así se podría definir esa actitud, adaptando la célebre fórmula de SANT: el indio es a la vez la representación de una hermosa cosa y la hermosa representación de una cosa. Para rematar perfectamente la trilogía neoplatónica, falta aun el tercer aspecto: Le Beau est la splendeur du Vrai. Veremos ahora cómo lo Real no sólo está presente en la obra de Martí, sino aún cómo permite el último trastorno de concepto establecido por el autor.‘* Esa última etapa comienza por un estudio de situación. Martí ha analizado ya detenidamente, e insistiendo en todos sus aspectos horritambién bles, el problema de las reservas. No obstante, nos muestra que los yanquis han dado otro paso hacia lo más horrible aun. Esa sociedad envilecida por el gusto del espectáculo, va a poner en escena a los indios. Se tratará del espectáculo más bajo en el género, el menos elaborado, porque es infantil y tiene por único propósito lo cómico; pero aquí también lo cómico más elemental, más bajo: lo cómico gratuito. Hemos querido hablar aquí del circo que en verano sirve para entretener a la gente del Este. En el estudio de este tema, se distinguirán tres momentos diferentes. l* Es interesante comparar la actitud de Martí con las primeras reacciones que produjeron los indios de la ciudad de Búfalo, sobre Tocqueville: «Une multitude de sauvagfss dans les rues...Leur laideur. Leur air étrange. Leur peau bronztc et huileuse...De plus, quelque chose de la bête fauve. Contraste de la population morale et civilisée au milieu de laquelle elle se trouve.» «Assez beaux de profil, laids de face...» (Oeuvres Complì>tes T. V.-Voyages _ en Sicile et Aux Etatdnis. GaIlimard‘ p. 163, lhY)- 47 JI.\RTIASO Primero Yartí describe un circo cruel. El espectáculo que dan los indios \- los vaqueros no provoca tantas risas groseras como fuertes cmocionrà ya que se trata de una trnnsp ocicii>n I de sus (~románticas y terriblcr- hazañas» en la caza del búfalo. (T. 9 - p. 461 - 1/9/1883) Esa cs !n primera manera de presentarlo. Luego en la carta del 9 de Ago-to de 1886, el espectáculo alcanza los límites del género, ya que la más lejos de lo que desea el público, que grita al «cowboy» que no monte el caballo resabioso (T. 11 - p. 41). Sin embargo, a pesar de llegar a su paroxismo, el circo en esta primera fase, como espectáculo, se queda en las normas tradicionales del género. Es decir que encontramos dos grupos de personas netamente diferenciados: los que están en el ruedo y clan el espectáculo y los que están alrededor, que lo presencian y se manifiestan emotivamente con «volcánicos hurras» (T. 9 - p. 460). Los gritos y los cantos indios sirven de música de fondo para este espectáculo circense, que se terminará con un penacho de humo de la locomotora a manera de saludo. Por otra parte se debe notar que los héroes del espectáculo son, en esta primera fase del tema, los vaqueros, Búfalo Bi11 y aquel héroe salvaje cuyo nombre se pregona por las calles de la ciudad en carteles de anuncios llevados por hombres-sandwich; lo que ya es nada menos que tristemente grotesco. Pero pronto el espectáculo pasa de una vencieron a los indios y la naturaleza; sola clase de héroe, Allí el drama se reproduce inicuo y grande, triunfo del fuerte y la doma de la naturaleza. (T. ll - p. 33) a dos clases de héroes a la naturaleza. fundamentalmente Los cowboys...saltaron de sus padres al lomo por el indio... (T. ll - p. 37) parecidos, los que y se presencia el los que vencieron con el apetito de las aventuras de las chozas de los caballos libres del desierto señoreado En fin los indios, después de haber tenido la misma importancia que los vaqueros, empiezan a ocupar el primer plano en la medida en que las advertencias que se refieren a ellos se hacen más numerosas. De todos modos estas dos clases de hombres, los indios y los vaqueros, son poco diferentes y forman una entidad frente a la masa 68 ASL’ARIO ~1.4RT1.430 ASCARIO indeterminada \ totalmente distinta de los yanqui>. Gracias a eso Martí Aquellos hombres ka a realizar un verdadero trastorno de ‘ituación. que han \-encido a la naturaleza. que w han quedado mu‘ cerca de lo tanto la ella !- por esto conocen y poseen bu pureza. poseen por 1 erdatl. Los otros que les están mirando no poseen esta verdad ! de Tal reflejo se tran>ella no tienen más que una imagen. un reliejo. Y lleganlo> mitc forzosamente por los hombres que eitju cn el ruedo. FISVES COJI \ ERDAD (T. 11 - [I. 41) ü: i a la dicotomía sigui,*ntc: , . ..así asiste en todo cl fulgor tic In \rrtlaci al desalmado entre los dueilos naturalc? del país -y l~j,+ wnq&tac?3rcs selva. (T. ll - p. 42.) Se le una cesta de O~(JS: . ..I-Ia>- en 105 ojo- de eltos de alba: no parece que el *obre elios pesadamente ,í 9 MARTIA‘;O todos miran de frente. hombre- una eqpecie de \-ela. de marcha. fuego de >us o,jos permite que se cierna el lJ:írl;a(lo. (T. 11 - p. 3 j F 37 ) - Eza multitud de ojos es al mismo tiempo una amplificación cl infinito. hacia el símbolo bíblico de la col;ciencia. Por fin mirad;! tkl médico que lo cn\.uel\ c lodo: hacia e5 la I’ero ,junto ai nl& r~ci:, > ii’~i3t10 tlf’ lij.5 i.il:O’. +rigaiita& r:,,:’ [a sombra sobre cl ho:-;,,oi:tc ..ii i’igcr;a erlliicsta erGrada de pIu~Uas. mira a la gente i)lnr::a CI<,< c!e-aparece. el mhtli~:a tristísitno...(T. ll - 1’. 43.) combate de la 12 et1 UI! III~IKIIIC~ SCgtllì~!:? calG:iti EWC total establecidos. tlC !,i el 0lUeiúlI <IC Silu:!c~ió,i colno va del que Jo sigue hem:ls terjìa ni del <:ali3I:io circo coasiste de los pUes eonrcptos yisto. El concepto de circo lleva e;l sí Ia5 dc~ wntidos de grolcsco y tie fingimiento que están forzosamente presentt> al pronunciar !a ;wlabra. Ahora bien. hemos \isto cómo ni cl uilo rii el otio pucdc~ c IPara rrsol~-er wt2 aparente canlra&~cic;kI lificar el mismo &pecláculo. quii:n picmJg5 aquel circo. Sólo podemos preguntarnos primero la soried:?:! pueden tener la culpa los espectadores o mG ge aïrülwrnle Por Iii que peimitió y engendró este espect;kwulo que‘ le es necesario. La terrf~ra \ ú!tin!a etapa i!os prruentrr5 una situación tota!~:rnte tle.wl!tfatla y que llegará a su paroxismo FII uno y otro de 1c.j dos grLli"W. El uno será trágico. el otro infamante. Sr: trata sobre todo de In enria del 15 de agosto dc 188,; (T. 12 _ p. 290-292) que relclta el ~!ismrso tic >,‘ube Ro.ia: J- de ia c!vI 38 de i;i~~io de 189~ (T. 12 - p. 476). La idea de espectáculo se ha despojn(io de todo el lado di\-ertidi) 1. r:,>I testo. Ya no es espectáculo de circo sino de baile. tanto las dos características enuncicdas Fuera del rurtlo mismos espectadoiw. mundo artificial 4 grotesco del payaso. k- aqiLí tnmhién llegamu” al limite del género. El ((espcrpenti?rno» es total. No son seres humanos los que bailan: tampoco es cl coh~mpínr y mecer t!c esos hombre:;-pájaroc. sino un resonar de huesos de pájaros que se menean para el maJ,c,r gusto de los espectadores. Es un movimiento de muerte más que dc baile para eupnlsar cl alma de los cuerpos, porque ella está >-a sobrando. porque ellos ya no son más que huesos: Es también dores teóricos niiios que se son estos niños dores son los dor del ruedo, recaen fuera del ruedo. en io: e1-: dolitlz exiit<* walmente cl de notar cómo el mundo pueril no está entre los espertaLOS indios son estosino entre los aparentes actores. los indios alegran cuando se les enseña una invención; a quienes tan fiícilmente se puede engañar. Los engañademás, los blancos cupos representantes están allí alredelos que Nube Roja asimila al «gran padre)): El gran padre me a un niño: yo no manda luego sus que era mío. (T. ha engañado ccmo a un niño, me ha robado comu más tratos. porque el gran padre quiero firmar soldados a quitarme lo que en el trato me dijo 12 - p. 292.) Para confirmar esta teoría tenemos que seguir la mirada que siempre Encontramos primero la mirada de loi se dirige hacia el espectáculo. indios que parecen tener ojos sin párpados de tanto abrirlos: . ..estos indios de ahora son como la sombra de los árboles que de noche c:,r miedo y hace reir de día; estos indios dc ahora son huesos tle pájaros... (T. 12 - p. 291.) . . .lar mujeres de túnica azul y cinto rojo. ya enlazándose elegantes, ya danzando frenéticas. como si se quisiesen cuerpo la memoria... (p. 426.)19 19 También Tocqwxille asistió a una danza india; la diferencia de interpretación de los dos autores: «Nous tout nus à I’exception d’un petit pagne...Barbouillés de la Les cheveux hérissés, pleins de bouts pendant en queue de bois à la main. sautant comme des diables. Dansent I’argent...C’est la War-dance. Horrible & voir. Quelle Complètrs-- T. 5- p. 113) en grupos sacar del y es interesante subrayar royons venir huit sauvages t&e aux pieds de couleurs. par derrière. Une massue pour s’amuser et gagner de dégradation...)) (Oeuvres ANITARIO 70 .\\C.4RIO JI.4RTIASO T-1 M4RTIA>-0 I-emos por esto a cuánta infamia puede llegar la gente que va a mirarlos, ptur poder creer alin en el espectáculo. E=te. como tal. desap:lrtk*t’ totalmente !-a que, incluso lo que queda de él. está \-i=to indircc iamente a través del discurso de Su!x Roja que apxcce en primer plm10. Sin embargo acudieron a este espectáculo, con sus trajes de gala 1.ic\ s rnkica de vencedor, cca ver como danzan los últimos siouxI). Coria irnl)Gdica. casi se podrk decir südica. En efecto, J-a lo hemos delos <i’Lc montüron cl cspectüculo: eSpectá<:UlO It~i~~i~~~!n. cellos fuwu~~ ({uc ~ignifirabn la eterna repeticicin de un momento preciso de la hisLo mismo que Búfalo Bill, con los toria de los indios: su derrota. ~iti;n;o:: advmnnes, el mismo cuchillo. repiten sin cesar el momento de Es una manera de darles por segunda vez y de manera .GL:destrirccicn. continua, esa vida que era suya; suplicio sisifiano diremos. De modo que se puede deducir que el presente indio es el instante siempre repc:ldo de su pérdida. !:n el caso del baile el paralelismo que establece Martí entre los dos disc L:rsos, el del irlandés Boyle O’Reilly y el de Nube Roja, pone de relieve las distintas reacciones de los dos pueblos. Los indios no han ido a escuchar esta «poesía de monumento» recitada por un blanco: los indios no transigen con sus vencedores; mientras que una multitud de biancoa ha acudido para oír la poesía ingenua y verdadera de un «COlorado:>, de una de sus víctimas. Del mismo modo, el señorío de Nuevo RiGyiro, para pasar el tiempo, va a pasear por donde están los bailes indios. En todos los casos los espectadores aparecen como seres infames el espectáculo alucinante de seres que pyeseneian, para entretenerse, hueco.;, verdaderos cadáveres que se mueven, peleles huesudos y abigarrados como el payaso que se ríe y que llora al mismo tiempo: . ..ra y viene el payaso, dando voces, coronado de paja de maíz, y pintado de blanco y de negro, que por los ojos se le despinta porque está tan alegre que llora. (p. 426) Son ellos los que manejan las cuerdas de esos pepeles. Es el instante preciso de la caída real de los indios, que hemos estudiado por medio de la posición. Es el ab an d ono de lo sublime y de la felicidad terrestre, y-a que el médico, el que sabe las cosas del cielo, los secretos de las curas y de la paz, está vencido definitivamente. Acabamos de analizar el último trastorno que hizo Martí, 10 que concluye perfectamente el sistema de los tres valores: lo hermoso, 10 bueno y lo real; y remata a la vez su acusación contra 10s blancos y su defensa de los indios. Bien se puede afirmar que en ambos casos. el autor alcanza el punto máximo y su actitud no puede ser tachada de moderada. Hace falta ahora preguntarse cuáles son las soluciones que propuso !- si se puede decir lo mismo del plano de la realizacion que lo que se ha dicho del plano teórico. III--LAS DOCTRINAS MARTI.4KA4S En este último capítulo se tratará de analizar el sistema propiamrntc dicho del autor. sus ideas y teorías sobre cl problema indio en los EStados Unidos cn particular y en América en ecneral. Ya se ha visto cómo Martí ponía de relieve la tierra, causa princi. pal de todos los altercados entre indios y blancos. Vamos a ver ahora cómo hará de ella el único modo de solucionar el problema. Para Martí la definición un elemento pintoresco 10 -p. 326 - 25/10/1885) Su rehabilitación ideal del indio y útil sería que fuese: de la civilización americana. (T. se hace pues en dos momentos. El indio es un elemento <(pintoresco» nació en la tierra dr América: por ser el primer hombre que cómo no han de ser irregulares y revueltas las palabras “‘4 *Pues: en los labios, si estos con que hablo son labios de América. y aquel hombre que parece tallado en luces del Sol surgió, como el alma de un cuerpo, del continente americano? Como olas del mar han de encresparse, como plumajes de oro debieran erguirse y resplandecer...(T. 22 - p. 223) Aparece aquí el profundo sentimiento americanista de Martí. El verdadero hombre americano es una emanación de las fuerzas dc la Naturaleza. Este casticismo tiene una repercusión inmediata en el dominio artístico, que viene a ser justamente una confirmación de esta teoría: Y es muy de notar, como prueba de la semejanza del hombre a sí propio, en estados por todas sus condiciones o por alguna aniilogos. que lo más genuino que lleva producido la arquitectura norteamericana, lo más legítimo y grandioso de cuanto lleva hecho, recuerda, aunque con menos gracia y novedad, las fábricas sin curvas de los indígenas de América. (T. ll - p. 393 - 7/2/1888) ‘72 ANUARIO ANUARIO hlARTIAN0 El rasgo más pertinente de este hombre americano. la dicotomía a partir de la cual se puede explicar todo su comportamiento. es la quiebra En efecto. es el más antiguo en el tiempo que él viene a simbolizar. y el más joven de todos los habitanics dc este continente. Su apego a la tierra pari> la evolución temporal nortnnl que sc l~erifica en rualquier ser humano, manteniendo al indio en el estado de recién nacido. (Ic circo csrribe Así p”’ tjrmplo a prolG.;lto tl~~l famoso c~orctáculo , >inï:; cn agosto de 1896: MARTIANO 73 la desaparición de la palabra, por lo menos en sus escritos mandados a La lTaci&, se sitúa justamente después del famoso texto intitulado «LMagnífico espectáculo,, del año 1886; es decir cuando el autor se acerca mucho más a los indios, se siente verdaderamente solidario de ellos. Con la desaparición de la palabra se borra por completo el leve desprecio que ésta implicaba. La posición de Martí es bien clara. El indio, este hombre ingenuo. no es un bárbaro que permanece fuera de la civilización sino que tiene de ella una concepción distinta que la de los blancos. Bien lo muestran las notas sueltas escritas entre cl año 1888 y cl aíro 1895: . ..no la barbarie de los pueblos primitivos, sino la delicadeza y feminidad dc las ci,-ilizaciones más adelantadas. (T. 22 - p. 28) Por otra parte esto tsplicü a ser sinónimo de ingenuidad. también cómo para Martí la verdad llegó Esta clescril>ción que hizo Martí del hombre que en aquel entonces era llamado (cel salvaje)). participa del mito del buen salvaje que i ardm de Saini-Pirrre, el siglo XVIII con Rouseeart, y sobre todo cox í&ecía una imagen laudati del hombre r’&&m y de Yosemite a Así Martí describe en 1890 las montañas dc Catskill las que acuden ((los que tienen sed de lo natural. y quieren agua de cascada y techo de hoja::)) (T. 12 - p. 441) Esta actitud viene a ser la exacta antítesis de la que sigue un SARXlENTO por ejemplo. para el cual ((Barbalie» es sinónimo de brutalidad, grosería y vileza: !- antónimo de «Civilización» y refinamiento. Pero aunque blartí no da a la palabra «salvaje)) este sentido despreciativo. es interesante estudiar la misma frecuencia de su empleo. * & Entre la carta fechada del 15 de ebril de I882 y la del 16 de enero de 1886, se puede decir que la palabra «salvaje» se encuentra tanto La diferencia entre el salvaje J- el hotnbre conw la palabra «indio». rililizado está muy puesta de relieve: iPobre pueblo de 300 000 salvaies dispersos. que lucha sarse con una nación de cincuenta millones de hombre?! p. 323 - 25/10/1885) sin can(T. 10 - Pero después desaparece totalmente bajo la pluma de DIarti. salvo una sola vez cuando se dirige a La Opinión P:iúlica cl 26 de agosto de 1889, donde habla todavía del «indio salvaje». Hay cluc notar que Isí Ia oposición ent1.e blsncos e indios SC reduce a (<más civilizados» contra «menos o diferentemente civilizados». Los que son «más civilizados,>, los blancos, EVA los que han caído en ~1 exceso dc civilización. ES un dcI;gastc, una degradación y al fin y al cabo una vuelta a reacciones primarias; es decir que este concepto tiene un significado opuesto al que le da SARMIENTO, o mejor dicho se asimila a su contrario: la Barbarie. Frente a éstos, los hcmbres-pájaros, aquellos pedazos de arco iris que viven en el país de la leche y de la miel, son los menos civilizados. Con todo, aquí 13 posición de Martí tiene que ser matizada, y hay otro concepto que se aíiade a la primera oposición fundamental y teórica. Es el problema planteado por el choque de las dos razas, es decir la coexistencia. Y Martí hace una clasificación entre los mismos indios. Por una parte -hay los que han aceptado los preceptos de la civilización blanca y funden las dos civilizaciones pudiendo así vivir en paz en su propio territorio. Por otra hay los que se niegan a todo compromiso y tratan de defender su integridad por las armas: Si hay en algunas comarcas, como la de los pintes, como la de los apaches. un centenar de indios tercos y nómadas que se resisten a ser muda<!ns c!c !::r;-r ‘- a vivir sometidos a la gente, ésta ~?r) es razón para que se trate como vasijas de barro a las cinco tribus civilizadas. los chcrokees. Ins choctaws, los chikasaws, los creeks y los bravos semil?o!as de la Florid a: los apaches son la forma excesiva dc la venganza india: 2,s ué idea justa no tiene sus fanáticos? ;,qué justicia ::o engendra exageraciones? i.a qué extrañar en hombris cercanos aún a la naturaleza, pecados inherentes a la naturaleza humana? (T. 10 - p. 372 - 16/1/1886) .4NL!TARIO 74 ASIs.4RIO -c 1 .> X4RTI;\SO MARTIANO . ..ha El autor se yergue contra una rebeldia radical, contra un rechazo total del mundo blanco; lo que es violencia gratuita. inútil. Esta violenria que y-a no se puede llamar defensiva. Alarti no la justificará nunca. En efecto todavía en el año 1890 culpa a los indios belicosos, cl!wribiendo sus ataques en un cuadro que es el exacto contrapunto tlel ruadro en el que denunciaba la invasión de las tierras indias por 10‘ conquistadores del Oeste: los indios del Noroeste, remolineando por sobre la cabeza los rifles , se entran al escape del pony por las barrancas de Dakota, derribándole al yanqui en el camino las casas de madera, sacándole las butifarras y el jamón de las covachas, donde vive el dahoteno troglodita... (T. 12 - p. 483) Tal actitud podría parecer a primera vista algo extraña y sobre todo si se compara con la reacción del autor frente a los anarquistas de Chicago. Después de haber rechazado con mucha vehemencia la violencia de los anarquistas en una carta fechada el mes cle mayo de 1896, donde hacía de los policías que los reprimían verdaderos héroes, acaba justificándoles de manera muy sincera en septiembre del mismo año. Pero a propósito de los indios, la única solución que entrevé Martí es la coexistencia, la conciliación. Entrar en la civilización, tomar de ellas las instituciones y no caer en sus vicios: he aquí el ideal de comportamiento de los indios, lo que corresponde con el segundo aspecto de la definición del indio, que ha de ser <(titil». Aquí aparece el papel conciliador de la tierra:*’ . ..romo los indios civilizados del territorio y de Nueva York, y las tribus que v-an mostrando apego al arado y la escuela, viven sin trastornos, y en adelanto visible, en los repartimientos que les concede en cabeza propia la ley nueva, según la cual cada indio es ciudadano, habita y labra la tierra de que es dueño, y disfruta con la comunidad del interés de la suma en que su tribu cedió al gobierno, la tierra que para los indios era mucha, y ya está tubriendo el blanco de arrozales y ganado. (T. 11 - p. 359 8/12/‘1887) Y Martí está de acuerdo con la declaración a ser el exacto contrapunto de lo que preconiza de Cleveland Sarmiento: de...abrirles ftl::diéntlolos 1885 (a los intlics) ccn la población poco a poco IL! tierra nacional. COIIblanca... (T. 10 - p. 326 - 25 !l@’ ) Esto Ilela al autor a ahondar la idea 1882 escribiendo a La Opinión .Yacional: que formulaba ya en el aiw ;Esa es 1;; inmigracion que mejor nos estaría ac3‘0 0 a: i:c!.iría mucho a la otra: nuestros propios indios! Acá. en los Estados Unidos no tanto, que son pocos: pero nosotros, ;,cómo podr~xo,: andar. historia adelanie, con cw crimen a la espalda. <‘on C’sl impedimenta? (T. 10 - p. 272 - 6/7/1885) En fin, extranjero en su país, el indio tema para tener derecho dc ciudadanía y una educación especializada, práctica, es además tendrá como segundo precepto (<raza espantada». Por eso son necesarios tendrá que entrar en el siallegar a ser labrador mrtliante decir aw+ola. o Esta edr.:r,ción fundamental no chocar a la maestros de la misma raza. Así, educado por maestros de su propia raza, encariñado csn su labor productiva en tierra definitivamente suya, y ayudado. en vez de burlado sangrientamente por sus conquistadores, podrá, $011 paz segura, con hs placeres de la propiedad, con la conciliación de la vida de su raza y la v-ida civilizada, con la elcración de la mente instruida, permanecer el indio como elemento útil. original y pintoresco del pueblo que interrumpió el curso de su civilizarion y le arrebató su territorio. (T. 10 - p. 374 - 16-1-1886) Martí concedió una importancia primordial se ha de dar al indio, insistiendo por ejemplo escuela de Carlvle fundió las dos civilizaciones. donde se expresa con más fuerza: al papel educativo que sobre el hecho de que la Es en sus notas sueltas Si yo daría ticos pués. no fuera cubano. quisiera ser mexicano; J- siéndolo le ofrenlo mejor de mi vida, la expondría, aunque los hombres práchicieran burla primero de lo que habían de agradecer drsen enseñar a !,os indios. De casa en casa iría pidiendo piedras para levantar una hermosa Escuela Nacional de Indios. (T. 22 p. 34.) que viene d’abord s’attacher à arracher 20 Ya Tocqueville decía: «A man avis, on devrait Ics Indiens à la vie errante et les encourager à cultiver la terre.» (Oeuvres Com piPta - T. \-p. 262) Pero esta utilidad del indio, aunque siendo una buena solución para él, no deja de limitar algo la libertad del indígena. Martí rechaza la violencia del blanco, rechaza la del indio. Este tiene que aceptar ASL.4RIO cl compromiso mula rrspecto cuando el primero le trata con amor. a los cheyws resume bien cu opinión: IA-: Ch3enes. qu? 1-a en a manos tle 105 agentes del (Ie lJr’o(‘~rI;a<‘ionc2;. g35toz Entonws tu\icron razún. 10 - f’. 271.) El juicio que for- 1878. rans2rlos de padecer \-ejámcnes gobirrno 5:~ ~c+rlaron v fueron causa \- guerra ‘eria. -esta;, descontentos. rlho12. puede ‘er qt~r 13 tengan. (T. La idea de la dominación no le molesta a Jlartí tanto como la forma criminal cfue toma. La posición del autor es. al fin y al cabo. muyI parecida a la de V. HIJEO que. a principios de 1870, cn su carta intitulada ((Pour Cuba». explicaba así las relaciones entre los varios pueblos que habían alcanzado diferentes grados de civilización: En civilisation. l’ainesse n’est pas un droit, c’est un devoir. Ce devoir. à la vérité, donne des droits; entre autres le droit ä la colonisationl comme les enfants ont droit ;I l’éducation. et les Que la civilisation imoliyue nations civilisées la leur doivent... la colonisation. que la colonisation implique la tutelle, soit: mais la colonisation n’est pas l’exploitation: mais la tutelle n’est pas I’esclavage. La tutelle cesse de plein droit à la majorité du mmeur... (Actrs et Paroles-Peidunl 1’e.d. p. 399.) En fin esta condenación del comportamiento más que del móvil de los invasores blancos vendría a ser reforzada por el juicio de Zlartí sobre la actitud de la :imérica del Sur. Todo sería una cuestión de gradoE: tal ectiiud es menos condenable por ser menos radical que la de la América del Norte: . ..nosotros. allá en nuestra &?cadn torpemente. pero JIARTIASO América. la tenemos (a la raza india) no la hemos aqpsinado. En conclusión, parece que en grrrxal Martí ha dr:);xxiado la situación horrible de los indios en los Estados Unidos cox? tina whemrncia que no podía ir más lejos. Las solucione5 que propuso no tienen tanta importancia como aquella denuncia. Propuso el arrisolarniento de las dos ci\-ilizaciones, que es lo que todavía ho‘ sigue siendo la mejor solución. Los medios pacíficos para llegar a esto podian justificarse en aquel entonces; es decir, antes de que estuviera hecha la prueba de que tal actitud no podía dar ningún resultado. TERCER-I PARTE: LOS CHZ.\‘OS Por fin con la raza amarilla se estudiará el último grupo étnico que completará la paleta humana de Norteamérica. Pero el problema se llrtxenta de manera distinta esta pez. So se trata de una raza sometida por la fuerza. sino de unos inmigrantes I oluntarios. Inmigrantes de otra raza: he aquí la ambivalencia. H a b rá que determinar entre el problema racial y el problema social cuál será el más importante para cxplicar esta cuestión china. Este segundo aspecto, visto por primera vez en este trabajo, permitirá enfocar otra faceta de la polémica martiana, la crítica social. I-EL PUNTO DE VISTA HUMANISTA i,Quiénes son estos «hombrecillos de ojos almendrados, rostro hue‘udo y lampiño. y larga trenza», a los que Martí ha visto vivir en el barrio del Mott que comparten con irlandeses e italianos? Son de dos categorías radicalmente opuestas. Por una parte hay los buenos, por otra los malos. Entre los buenos algunos son abates. errantes. estudiantes, periodistas, pequeños comerciantes como tenderos y sobre todo lavanderos. La imagen de éstos detrás de las cortinas rojas de su tienda. da el ambicnte de !a vida cotidiana de los barrios populosos de Nueva York. Por fin gran parte de ellos son obreros en el Oeste. Los malos son los traficantes de opio, venenosos y que se-enriquecen vendiendo a la gente leneno. Es de advertir cómo Martí siente la infamia de ellos cuanto máu, agreden a los mundos puros e intocables del hombre. el de la niñez y el del trabajo: ...sorprenden (los periodistas) a 1~ pobres mozas de trabajo, que con los ojos opacos J- gruesos, los cabellos pastosos y desordenados, y las pálidas mejillas salpicadas de rosetas cárdenas, el vestido mísero torcido en arrugas. vienen de vaciar en las manos del chino. en pago de la negra pipa de opio, que las lleva a otros mundos, la porción de jornal que espera en vano, ron sus manos sin carne, la madre afligida... Allá trae (el periodista) de la mano sale tambaleando, lívida y trémula (T. 9 - p.412 - 14/5/1883.) a una niña de 13 años, que de una. cueva de chinos. 78 ASCARIO MARTIANO ANUARIO Tanto le impresionan estos chinos malos clur acaba generalizando sus características a toda la raza y en junio de 1883 es evidente la ecuación: chino rn cuev-a = gusano en cuba. El chino es el hijo infeliz del mundo antiguo: hombres el despotismo; como gusanos cn cuba, sier\.os entre los vicios. (T. 9 - p. 424) así estruja a lus se revue!,:an su’ A este respecto, es interesante relacionar estas consideraciones las desilusiones conceptuales del autor sobre la degradación interna país, porque son como una aplicación de esta denuncia conceptual: Es este pueblo como grande árbol; tal vez es ley que ck los árboles grandes aniden los gusanos. con del ei*: l,a raíz Esta clasificación martiana de los chinos en dos categorías, que sin matizar da como bueno al que trabaja engrandeciendo al ser humano. y como malo el que le envilece y busca su destrucción intelectual y LII caída física, revela un poco la rigidez de una posición humanista v novelística. II-ESTUDIO DE LA SITUACION CHINA El estudio de la situación propiamente dicha de ambas caxtegorías de chinos permitirá ver en qué momento exacto la actitud de Martí dejará de ser algo utópico para ajustarse perfectamente con la realidad. El análisis de la persecución de los traficantes de opio todavia traduce el entusiasmo que caracterizaba al autor a su llegada a los Estados Unidos. Los tres adversarios de esos habitantes infectos cie las En efecto, si la policía es bascuevas lóbregas v-encerán a la polilla. tante ineficaz, Y la policía, que sabe de y padece de gota serena, deja el garito encendido, mefítico... (T. 9 - p. 411 cerrar los ojos. y de volver la espalda. porque tiene los o.jos abiertos y no \ e. las niñas ebrias, y rico y libre al chino - 14/5/1883) parece que al contrario sus mismos compatriotas sobre todo los periodistas darán cuenta de ellos. Será b ajo sobre el vicio. Así la procesión de los trabajadores trabajo» simboliza para Martí aquella victoria: I . ....que son, sino prueba viva de que, a pesar de que le nacen en sus llagas, la Libertad tiene «honrados» y la victoria del trael día del «santo todos los gusanos poder vivificante. que lo refresca, 1884.) sana Hasta el mes de enero Cuanto e ilumina del año 1887 abata o reduzca todo? 79 MARTIANO (T. 10 - p. 87 - 5/9/ escribirá: al hombre, será abatido. (T. ll - p. 145) Su experiencia norteamericana le dará prueba de lo contrario: será cl gusano el que se comerá la fruta por dentro. Esto fue mostrado de manera simbólica en el capítulo de los negros con la degradación de la chtatua. La persecución que padecen los chinos trabajadores tiene mucho mayor alcance. En el año 1882 los Estados Unidos pusieron coto a la inmigración china: Para los chinos se cierran las puertas del trabajo. (T. 9 - p. 318) Es una fórmula cifrada que cae con mucho peso cuando se sabe todo lo que significa para Martí la palabra trabajo. Es el blasón del hombre, su acto más noble: «el trabajo nutre». Después de vacilaciones, sale este veto estadounidense de manera irreductible y hiere en plena îrentc a todos los chinos: Ni por tierra ni por agua podrá entrar trabajador chino en los Estados Unidos, y con multa y prisión será castigado el que les ayude a entrar. (T. 9 - p. 312 - 23/5/1882) Entre el año 1882 y el año 1883, numerosas son las frases que demuestran verdadero pesar del autor para con esta «raza respetuosa, útil y pacífica». Esta persecución tiene dos manifestaciones concretas. La primera c.5 la prohibición de pasar la frontera a cualquier chino y la comprobación muy estricta de sus idas y venidas en aquella tierra. Esta manera dc actuar de los Estados Unidos llega al límite de la expulsión propiamente dicha; hay una tolerancia para lo s chinos que ya están viviendo ahí pero nada más, y aun se puede hablar de tolerancia vigilacla. La ìegunda es más radical, es la exterminación del chino trabajador, del chino obrero. Esta exterminación efectiva es inhumana, infame, odiosa, a 1~s ojos del autor. Al llegar de Hong-Kong sobre todo en San Francisco, los chinos que llegó desembarcaban en California y a ser gran centro asiático. Allí 80 ANUARIO MARTIANO ANUARIO se alistaron en las compañías de ferrocarriles de la «Central Pacific» y la <tUnion Pacific» y en las minas de carbón del Oeste. Allí es donde serán perseguidos, acechados. matados sin remisión: y en 1885, a causa de una contienda que tuvo como resultado cuatro chinos muertos. se desencadenó la ira contra ellos y acabó en una matanza sangrieuta de ciento cincuenta. Por un lado Martí muestra rara vez se defiende: al chino, nu.;ca al que: .,:,;c~... (T. 19 - p. 306) no muy hermoso. Se parece en este trozo cl chino a un animalito, callado, pero que roe para vil-ir sin fijnrse en los demás: una rata es la impresión que nos hace la descrijcicín de Rlarti, que ya en cl año 1882 los describía de la misma manera: En sus callejuelas Por el otro por su odio: ledo !x j- rincones, hay 10s &rcr*c3 tr&nulos curopcos, chinos. (T. blancos7 9 - p. 282) propiamente ...Dan los blancos uno. lo cazan. tras dicha ellos. está enfocada Poco- escapan. con una violrncia Por donde asoma Pero las causas profundas de estos a?r,.inatos y JI& generz!mente del odio que sienten los ohrercs blanrrs por les chinos están dcnunciadas por Martí con mucha clarividencia. Por una parte se trata de una Con el proteccinrismo los Estados Unidos cuestién totalmente social. a rehan paralizado la economía del país. lo que obliga a las fábricrs ducir los salarios de los ohreros o a de.:k:ar el paro forzoso. Fstalinn huelgas. Es de notar aquí con qué ojo.- Q J\fn;-ti v~e estas huelgas y- clescontento de las masas: .. .D c aquí esas turbas inquietas y los celos prciir>j ‘tan al iTirendio derriba, se pone en nie; convoca (T. 10 - p. 305 - 19/9/1885) v de-ordenadas v al asesinato... a si:s soldados: 81 Parece que las reacciones de las masas le dan miedo por ir más lejos de lo que querría. Advertimos también que en aquel entonces emite restricciones sobre las mismas huelgas: Hav huelgas injustas. Xo basta sc r infeliz lo.- p. 396 - 25/3/1886) para tener razón. Con estas huelgas se subraya lo más importante de la cuestión. chinos quitan el trabajo a los demás obreros por pedir salarios hacen oficio de esquiroles, lo que impide el desarrollo de bajos; movimientos obreros. El L81lino para el obrero es pues la polilla hay que exterminar. Así el decreto de San Francisco resultaba de: (T. Los más los que .. .la ira de una ciudad de menesir;!;que han menester dc altos salarios contra un puc!do de trabajadores que les vencen. porque pt:eden trabajar a nwldos bzios. Es cl rencor del hombre fuerte -‘,>ción wncidn al hambre. al hombre h8bil. Es el miedo de una poti&. (T, 9 - p. 283) enlc:p:ccitios ...armados de rifles, reról~;erce. hachas y cuchXos, marchan sobre el caserío chino, y le intiman que salga de 1a XTiiXl.3 en uF:I 11013... (T. 10 - p. 306) La persecución desnuda: MARTIANO «ue la eY!rechcz Cuando se irrita, mata, e incendia. Pero esto no bastaría para motivar el voto pronunciado per el gouna cuestión bicrno contra la inmigración china y se añade al problema política. En efecto, la maycría de los obreros californianos son irlandeses, y rehusarles el cese de la inmigración china equivale para un presidente de la República a perder los sufragios. Dicho sea de paso, los irlandeses con su gran número de naturalizados y sus varias asociaciones representan una gran fuerza en la vida política de los Estados Unidos. Sólo señalaremos la famosa organización de Tammany Hall, que desempeña un papel preponderante dentro del Partido Demócrata. Basta con citar una sola frase de Martí denunciando este hecho, pues el autor deplora con gran amargura que esa. gente odiosa y rellena de odio tenga mala influencia en el país: ...y la verdad es que los odios de los irlandeses, como que estos representan innumerables votos en la hora de las elecciones, votos que los candidatos ignomio;osamente cortejan, infLuyen de manera lastimosa en la política norteamericana, y en asuntos gravísimos la dirigen...(T. 10 - p. 80) vaciló en aceptar el decreto y desArthur, presidente republican.0, pués de haberlo rechazado «virilmente» lo firmó mediante un arreg!o demócrata, a pesar de no ser que lo reduce en diez años. Cleveland, sumiso a su partido según la opinión de Marti, fue sin embargo impotente para impedir que fuesen expulsados «en masa» del Oeste; y ASCARIO 82 ASCARIO MARTIANO 83 MARTIANO sobre todo fue incapaz de proteger a los obreros energía contra los inmigrantes europeos», según del año 1886. asiáticos declaraba ((con toda en enero Este aspecto de la cuestión permite descubrir los \-erdaderos sentimientos experimentados por Martí para los chinos. En efecto, si durante los años 1882 y 1883 habla de ellos con calificativos más bien laudativos y afectuosos: el chino es el hombre hábil, inteligente, sobrio, que hace un trabajo perfecto. un ser trémulo que se acurruca en un rincón pues tiene miedo a los demás; durante el año 1885 parece cambiar la óptica de Martí. Sigue defendiendo a los asiáticos, pero no porque le son simpáticos sino porque están oprimidos y su defensa es más bien un ataque dirigido contra los europeos y en particular contra los irlandeses. Es éste el verdadero enfoque del autor. A este propósito cabe abrir un paréntesis sobre el pensamiento de Martí frente a Europa. Con esto se completará al mismo tiempo el examen de su visión de los Estados Unidos, abarcándola en su totalidad. La idea es bien clara. Toda la podredumbre, todo el odio, en fin todo el mal que se instaló en la tierra limpia y nítida que fue al principio la tierra americana: todo ese mal vino de Europa. Es de notar cómo al fin y al cabo sólo se trata de odio. El odio enfocado bajo este aspecto de la doctrina martiana parece ser el crisol o el soberano de todos los males existentes. Esta denuncia empieza verdaderamente a partir del año 1883, en marzo, cuando escribe: Más cauto fuera el trabajador de los Estados Unidos, si no le vertieran en el oído sus heces de odio los más apenados y coléricos de Europa. (T. 9 - p. 387) El autor va a ahondar, desarrollar y aguzar más y más su saeta. Los vértices de este movimiento de denuncia se situarán en septiembre del año 1884: A barcadas viene el odio de Europa: a barcadas sobre él el amor balsámico. (T. 10 - p. 80) hay que echar En mayo del alio 1886 divide en dos los habitantes de los Estados Unidos. Por un lado hay los «apóstoles a lo John Brown, aquel loco hecho de estrellas)), y por otro: los que han venido de Europa «con un de los taller de odio en cada pecho». E n 1a misma carta a propósito anarquistas de Chicago Martí cifrará la misma idea en una imagen muy lograda. . ..esas odiosas violencias, son como salpicaduras de su fango ensangrentado (de la libertad) que, con la rabia de Jos que mueren. echa a Iméricn triunfante. como una reina desdentada. la Europa ira~uccla. (T. 10 - p. 447) Bien a las claras se ve que esté movimiento de denuncia que después del año 1886 irá ablandkdosr, se cccresponde con los episodios chinos que cuajan justamente en medio de él, en el año 1885. En aquel entonces también los irlandeses. sobre los cuales Martí parece concentrar todos los defectos europeos, son descritos por el autor como hombres hechos de nitroglicerina y no de barro. Esto aclara la posición de Martí en el año 1885 respecto a los chinos. Aprovecha la ocasión para denunciar la violencia y el ot6o ~?i- !#-s que persiguen a los asiáticos. Desde luego declara el autor que no le es simpática aquella raza de hc.m.mbres sin mujeres, porque ellas son la nobleza del hombre. Aun en 1889 seguirá con esta idea: ...un pueblo sin alma de mujer, 0 con cantineras por osFosas. viviría como una horda de mercenarios o como un barrio chino. (T. 12 - p. 301) En esto Martí parece formular un juicio un poco rápido. lo que revela al mismo tiempo un desinterés por el estudio de la cuestión de la inmigración china. Louis DOLLOT en su libro Les mi~ratiorzs huxaines precisa que el chino se destierra contra su voluntad de manera provisoria, siempre pensando regresar lo más pronto posible a su país. y por lo tanto no lleva a su familia consigo. En conclusión, sobre la denuncia de Martí de los defectos chinos se puede decir que no es un verdadero impulso el que lo empuja en la defensa de este pueblo, sino que se trata más bien de una como obligación dentro de la lógica de su doctrina. Defierde a los oprimidos, y es también una especie de agradecimiento a los chinos. pues no hay que olvidar que Martí conocía a los que vivían en Cuba y que combatieron al lado de los soldados cubanos.” La tercera «obligación». podría de21 Ya se sabe como los chinos que fueron llevados a Cuba a mediados del siglo XIX, se incorporaron al Ejército Libertador y desempeñaron un papel de suma importancia durante la guerra de los Diez Años. En la dedicatoria de su libro: Historia de Cuba. 0. Pino-Santos menciona la frase, de Máximo Gómez: «Jamk hubo un chino cobarde, jamás hubo un chino traidor.» cm q-8-e pelearon, hombro con hembra legendaria de Sebastián Siane, mención de las Usinas de Guáimaro a principios muerte «él solo y con la culata de su Cuán grande fue la audacia con los cubaaos, lo ejemplifica la figura de honor en el orden del día de la batalla de la guerra de los Diez Años, porque dio carabina» a tres soldados enemigos. cirse. \-iene de cpe esto denota una ofensa hrc~ha al trabajo. Por --y e5 lo m& importantees el primer \ertlndero contra-entido metido por el paiq de la libcbrtad: P En \3n« prol~ibir hom!)rc:. generosa ricio libre fin co- iniponeritc~ grupos cn la alta 5 baja CSm:ira decían que la entra<!3 (!e hombre alguno..‘ c!; ~111~~ucblu entero de a esta tierra. era corno rwc,3r (‘011 (Inga la Constitución de este pueblo. que pcrrnitè a tdos 1;; horAres el ejer> libre empleo dr sí. ( T. 9 - p. 282 ) fisi para I\Iartí importantes ideales. pedo a oí mismo. atac:ar ;1 1,~ Deîrnderlos c 1:’1110s sl~nlllcaría ‘O ” es. para él. scpuir atacar siendo . a sus mti3 lógico res- Hace falta analizar el resultado, dentro del mismo ámbito del país, de aquella represión ejercitada sobre los chinos, para abarcar de manera completa esta cuestión. La más importante consecuencia que se sitúa en un prano ‘social; es el cambio chinos: t Y Li-In-Du . ..se empleó en traficar con lavar ropa y servir’ de comer, los chinos ocuparse. Porque si se rriles, como a fieras los’persiguen, balazos, y los queman vivos. (T. y efectivamente Dollot ratifica acarrean esos acontecimientos, de los oficios elegidos por los cn cosas de su tierra, que es, en lo que por acá permiten a ocupan en. minas 0 en ferrocalos echan de sus cabañas a 12 - p. 77 - 29/10/1888) esto: 11s se virent peu A peu exclure de tous interdire le droit d’acquérir des propriétés, regoulés. (Op. cit. p. 85) III-EL PUNTO DE VISTA RACIAL les métiers manuels, ou catégoriquement -irr embargo rasgos parecidos. Algo en la posición wtitud de lo- asiáticos hace pensar en los hombres . ..Otro cn de los de la convención rondas a jugar la papa del acurrucada colorados: ha visto a los iridios nCo. v jugar de cada nuc\e. como 10.: chino- en los tallere; ;lr cigarrillos Adio español... (T. 10 - 1). 322 - 23/10/1883) y en la acurrucarse diez pc5os de un pre- Takbién el. silencio les distingue de sus respectivos adversarios. Grave silencio de chino’opuesto al bullicioso ruido de la caterva irlantlesa, noble silencio de indio òpuesto a los alaridos de los blancos conquistadores. Lo mismo, los varios colores y plumas de los funerales de Li-In-Du Vemos orirecuerdan los fäkosos adornos de los <(hombres-pájaros». Clamas amarillas y verdes, moradas y zafiros, rojas y violetas, amarantos p rosas; se alude al plumaje de nueve aves hermosas. Por fin el paralelismo se precisa y subraya Martí una semejatiza fundtmlental entre ambas razas< * ‘.. Ellos (los chinos) como nuestros indios, {amás dicen llanamente al extranjero lo que le falta de camino, .n’i cuál es SU vía, ni qué tiempó le auguran. El blauco los estrujó en agraz; agraz es para (T. ll - p. ellos el blanco... D a pena ber las razas espantadas. 1.66 - 14/2/1887) 8% Sólo entonces’ de advierte la ambigüedad del problema chino. Un SSO después plantea de manera todavía más rotunda el aspecto racial: <c *Elh om b re amarillo lleva el ojo de la fiera cazada; va mirando a su alrededor, como para precaverse de una ofensa: va blasfemando a media voz, lleno el ojo de fuego; va con la cabeza baja, como para que le perdonen la culpa dé vivir. (T. 12 - p. 78) e, Hasta aquí se puede decir que el problema chino es de orden puramente social, así en sus causas como en sus consecuencias. Tiene un aspecto económico y un aspecto político. La persecución que padecen los chinos en los Estados Unidos, más que una lucha entre blancos y amarillos, es una lucha entre trabajadores sindicalizados p trabajadores independientes. Con todo, a partir del año 1887 el problema parece pasar los límites, sociales. Esbozando Martí un paralelismo con ICFS indios, da a la cuestión china un alcance racial, o por lo menos lo sobreentiende. Con ser bastante diferentes las dos razas, ambas tienen Martí en esta liar, en su mundo agudamente que ricanos tampoco blanco tiene para nace forzosamente carta describe al hombre amarillo en su marco pecucerrado jm estrecho del barrio del RIott, y siente muy la imposibilidad de comuuicación con los norteamedebe ser separada de aquel odio visceral que todo cualquier hombre de color c!istinto. Del contacto <(la nube sangrienta)) (T. 9 - p. 282) 86 II.-EL ANV.4RIO MARTIANO & ANUARIO al pie del ataúd. junto al tiesto donde arden Telas del alma. (T. 12 - p. 78 - 29/10/1888) EXOTISMO En fin. no se debe perder de vista que. al tratar Martí de los chino? es en gran parte una h&queda en sus cartas neoyorquinas. su propbsito de ese exotismo que tuvo suma importancia en la literatura del siglo pasado. Esta corriente iniciada en Francia por los grandes l-iajero; como Jean-Baptiste TAI’ERNIER, CIIARDIN. o el barón de L:i HONTAN, influenciará a los grandes escritores durante dos siglos. MONTESQUIEU, FLAUBERT, VIGNY, HUGO. son ejemplos, y,FROYa la vieja MENTIN en la pintura traducirá la misma tendencia. Encantan 1~s países de túnicas de seda. Europa cansa los espíritus. Es exactamente la posición de Martí; lo que por otra parte es una consecuencia lógica de la denuncia a Europa que ya formuló con la más vigorosa vehemencia: Europa, ya está vista, y no tiene romance, o drado, pasado de sazón, echado a podre, como en los hoteles. El romance está en los países de cabellos vivaces, de mujeres embozadas, v \‘istosos, de vinos perfumados, de apólogos fresca. (T. ll - p. 165 - 14/2/1887, para El aspecto costumbrista de las cartas La seda llega a ser una muy sobresaliente. de las ceremonias asiáticas es subrayado pestre, con col sin sal y arroz sin grasa, o veladoras: su romance la comida de túnicas paramentos que saben El Partido está alade moda de seda: joyantes a nuez Liberal) que aluden a los chir..gs, es constante y el aspecto ritual detenidamente; la jira camla boda de Ynet-Sing son re- ...Sobre la seda roja, tendida al pie 13~1 altar, se arrodilla, junto a Ynet, la linda flor de la China, una gola, una menudez, una avellana envuelta en sedas: seda la túnica encarnada, con listas de oro y florería, de seda azul: seda el manto de perlas, con grandes recamos de oro? y seda azul celeste las dos damas que aguardan de pie a los lados. (T. 12 - p. 64 - 6/10/1888) Pasa lo mismo para el entierro de Li-In-Du, el general sólo cree en Tao y cuya sala mortuoria es una caballeriza negro: De dos en dos van (los chinos) tomando ante luces las tazas de óleo y arroz santo que les los sacerdotes de la túnica blanca, con banda Y vierten les tazas de dos en dos en la cuba que terrible que forrada de el altar de las siete dan por comunión y casquete negros. aguarda la ofrenda 87 MARTIANO en tierra fresca las Este último aspecto costumbrista de las cartas de Martí respecto a los chinos le permite formular una última crítica contra los norteamericanos. Iln legítimo vaso zzot-tsui-Mzi provoca maravilla en una colección; los sorbetes de aroma y el té de violetas están de moda en Nueva York; la gente rica e «intelectual» de la capital va al teatro chino, de burla. porque es una novedad, pero sin entender su significación. Mientras tanto los chinos mueren. Pero sobre esto se cierra los ojos; sólo los abren cuando no hay problema que plantearse. CONCLUSIÓN La progresión del pensamiento de Martí respecto al problema racial que se plantea en los Estados Unidos de aquel entonces se verifica según varios procedimientos. En el caso de los negros, tres etapas le serán necesarias para llegar a descubrir los verdaderos problemas, mientras que en lo que se refiere a los indios, a lo largo de estos diez años, irs ahondando cada vez más una cuestión que él había abarcado ya en toda ELI extensión desde el principio. En fin descubrirá de repente el problema chino, que de puramente social llegará a ser a sus ojos una cuestión racial. Sin embargo en los tres casos podemos observar una fecha común que es determinante en la evolución del pensamiento martiano. Se trata del año 1887. En 1887 , y más precisamente en julio, es cuando verdaderamente Murtí comprende la trágica situación del hombre negro en aquella tierra; también es c:!ando empieza a establecer el paralelismo entre las tres razas oprimidas. De allí en adelante los tres temas, » por lo menos dos de ellos, aparecerán enfocados y discutidos al mismo tit:ilpO en las mismas cartas. En febrero, Martí comprende que los hombres colorados y los homhres amarillos están en el mismo crisoi, el que reúne a las (trazas espantadas>>; y a partir de aquí dará a la cuestión china la dimensión racial que le faltaba aún. P or f’m en agosto del mismo año, por vez primera, pone al mismo nivel la cuestión negra y la india, simbolizadas las dos por las obras maestras de Harriet Beecher Stowe y de Helen Ilunt Jackzon. Así La Cabaña del Tío Tom y Rumana son exaltados 88 ANUARIO ANUARIO MARTIANO casi de un mismo los oprimidos.Z modo, como las mejores armas literarias en pro de Esta temporada de siete meses permite fijar de manera bastante precisa el período decisivo del giro que dará al pensamiento de Narti su verdadero rumbo y hará de él uno de los primeros y más sinceros defensores de las razas oprimidas. La cuestión de la discriminación racial que ha analizado Martí durante los últimos años de su vida en lo+ Estados Unidos aparece enfccada con una agudeza y una perspicacia notables. para quien no disponía de la perspectiva de que podemos aprovecharnos respecto a estos problemas, ya que eran para 61 contemporáneos. Ha llegado progresivamente a desmontar todos los resortes de un p!:cblo que al principio le deslumbraba y ha puesto en plena luz los asl:ectos sórdidos que estaban ocultos, y que eran motivados esencislmcri;c por un ai¿n de dominación de pueblos menos fuertes. Martí se propuso ante todo defender a estos oprimidos; sean blnncw. sean negros, sean colorados, sean amarillos. Son niñcs de pobres má: que de tal o cual raza los que cparecen lirios rotos, sacados del cieno;) (T. 9 . p. 459) y 1os q ue viven en las casas de vecindad donde (<cuelgan racimos de piernas» (T. 12 - p. 23), los que se mueren del aire Gtido y lóbrego, anhelando la luz del sol: ilevántate 337) tú que tlerxs pena, y visita n los pobres! (T. Y vale más ipor Dios que vale mk! ser desterrado que echarse sobre los hombros el manto de púrpura Alejandro. (T. 9 - p. 435.) I Y de una misma manera defiende a los «hombres nuevos (que) ven la religión como freno social más que como dogma» (T. 12 - p. 337.) 1-a libre, el hombre podrá alcanzar las más altas cumbres de la vida: Allá donde no pueden subir hombre. (T. 12 - p. 441.) de Siracusa del vicioso 22 En Septiembre de 1887, en el prólogo de su traducción de Ramonn escribe Martí: «Gracias, se dice sin querer al acabar de leer el libro; y se busca la mano de la autora, que con más arte que Harriet Beecher Stowe hizo en pro dc 10s indios, en pro acaso de alguien más, lo que aquélla hizo en pro de los negros con su Cc!/s¡:a del Ti0 ï c>I?L. ii,.morlrr. sepn cl i riedlcio de iîi nort~arí. ‘- ti xv+ íx salvas tas flaquezas del lihìn de In Bcwbrr. otra “Cabsila”,,, (T. 2 ip. ¿C t\ las alas de los pájaros. crecen las del Ll hon:!,re .sc~G abatido como una fiera, J sólo quedará el hGr,e. ï’al actitud nos hwe pensar cn la de sll co:ltempor5neo SIETZSCHE (tue, en los años 1883 y 1886 en los qxe aparwen: Airzsi pariuit .?ww :C~;<~iL.SliY! J. I’ur dPl& le Oiw Pt ie ì?lul. ljretende <llll?: L’homn~e e::t une co:-<Ic tendue entre l’animnl 2t Ic surhomme. Pero para llegar a tal resultado: Maríí siempre lamentó la violencia i trató de preconizar soluciones pacífic;:s de alianza, de compromiso. bAon todo, llegó a justificar en absoluto una violencia puramente defensiva, que teudría como único propósito el mejoramiento de la situación del oprimido; bien lo prueba su actitud de militante para organizar la sublevación de los cnbanos. Ahora bien. de una manera general. ningún oprimido, para salir de su condición, puede prescindir de una educación muy especializada cfue. si en todos los casos no sc.+ suficie!;tc, como pasa con los negros, por lo menos siempre será necesaria: 12 - p. Martí defiende a los pobres en nombre del Hombre, de todos los hombres que resultan envilecidos si uno de ellos lo está. En esto se puede considerar la actitud da Martí como la más moc!erna todavía hoy, y la que revela la más profunda bondad. Su propósito era librar a los hombres de todos los grillos mwzies, como los que imponen el imperialismo 0 la religión: 89 MARTIANO . ..mas. no habr5 ixra pueblo alguno creritniento felicidad para los hombres, hasta que la enseñanza sea científica... ( T. 9 - p. 146.) I verdadero, elemental ni no Así? Chantanqua, «la universidad de los pobres)), será para Martí mejor realización de los hombres de aquel entonces. En este caso, r&n reunidos los dos principios furdamentales que él pregonará a lo es que no haSa ningnnn discriminaciin. íargo de su ~;,!a. El primero 0 cl sea social, sea racial. Todos, el negro del sur como el campesino obrero, pueden aprovecharse de la educaciin CIUC enseña mediante sesenta y cinco centavos. El segundo se refiere a los mismos principios de la enseñanza que debe ser a la vez práctica y diversificada para mejorar y enriquecer la vida cotidiana. En Chantanqua se aprende «la \~erdad natural. al aire libre», pues esta UI...-:x-orsidad está abierta (ren el . Leno de la naturaleza». la Los hombres del pueblo necesitan rultura para enriquecerse el espíritu.- aprender un oficio y tener Esto también îurma parte cierta de la 90 ASL-.4RIO MARTIASO teoría del autor sobre los matrimonios y en particular que tiene que ocuparse del hogar y al mismo tiempo marido sobre cualquier asunto. sobre la mujer. discutir con su Se puede concluir que en su propósito de liberar al oprimido de todas las razas. Martí es movido por unos impulsos afectivos, humanistas y atin se puede decir, por un verdadero misticismo del hombre. que le llevarán a pregonar una mayor justicia en la sociedad. Pero en ningún momento se puede hablar de socialismo científico; y podemos pensar -cwno lo dice Retamarque no ha leído a Marx. Haciéndolo, ya en su época, hubiera podido tener una visión más teórica de la explotación del hombre; pero su profunda bondad le llevó a formular un juicio muy agudo de la cuestión social. Este estudio ha permitido subrayar el americanismo que el autor siente muy hondamente. Este sentimiento, que por primera vez fue puesto de relieve por Chateaubriand, permitirá que los mismos escritores americanos tomen conciencia de ello. Sarmiento y Martí fueron de los primeros en darse cuenta de lo que significa el continente americano. Encontramos en Sarmiento un sentimiento muy fuerte del magnetismo que ejercía la tierra sobre el hombre. En la literatura las relaciones del hombre y de la tierra ya se sienten con I contemporánea, mucha agudeza. Tolstoi, en sus tratados sociales escritos en 1882, pone en escena al mujik Pakhom que empieza una desenfrenada carrera cuyo precio debería de ser la tierra y no será más que la muerte. Martí, describiendo a los conquistadores del Oeste, pone de relieve el problema crucial que plantea la tierra al hombre y en particular en aquella tierra de América, y qué significa para el hombre americano. Hoy día, en el período en que vivimos, el problema racial y se verifica lo que Du Bois pensaba al principio del siglo: aumenta; Le problème du Vingtième siècle est celui des races, des wlations entre les plus sombres et les plus claires, que ce soit en Asie, Amérique ou dans les îles océaniques. (Ames Noires Afrique, p. 27.) 1) Textos JOSÉ problema, implicandr complejo como hoy. al hombre, lo enfocó lo haría un contem- de Ol>ros Com$etos y principalmente los tomos 9, 10, nl.4RTi. P&zas Escogidas RETAMAR) cronología final del de la segundo Pk&zs VANI) de José Páginas Escogidas JOSÉ RhTí. - Alianza - Editorial 2) Textos de José Editorial, Biografias JORGE 1968. MAÑACH. - Ed. Unidos Nueva, (edición, La Habana, los Estados 196.1, Unidos» Fryda 1963. (introducción, Madrid, 1967. col. prólogo SCHULZ DE una al MANTO- ccAustral». y notas de André; SOREL) 1968. selección y prEsentée d’AndrE 1968. notas C o 11ec t ion y Emile Martí LEUCHSESRINC. Cuba, y Eshdios el apóstol of Representative NOULET) - anti-impérialiste 1961. Con una sobre par Roberto JOVCLA.RUAí!) n s t-a (UNESCO José CARNER La Havane, anti-imperialista. Marti, de Aires, Espasa-Calpe, - Notre rlr~&iqnc irnthologie Traduction. cl~ron~!+rt «Textes à I’appui», Paris, DE Cuba, «En de Andrés SOREL) en trnduccióx Pages choisies de Martí par Max DAIREAUX, 3) y presentación de Buenos Martí Esparía de Martí ROIG Editora Nacional de la serie que bajo el título 11, 12 y 13. Madrid, Ciencia Etrangères. del Martí - (selección Universitaria E:z los Estados JOSÉ bt4RTí: T*Q,IAR. pero, coll. TRABAJO (selección y prólogo de Roberto FERNÁNDEZ Editora Universitaria, La Habana, 1965, 2 tomos. Con vida de Martí y de la época, y una iconografía martiana, tomo. fifarti Editora Sobre -. UTILIZADA PRI:5’:?UE de José Marti - - DEL Mu&: 26 volúmenes comprende EXILE Ya en las últimas décadas del siglo XIX este todos los aspectos que hemos analizado, era tan Martí, llevado por el extremo amor que le tenía en sus grandes líneas de la misma manera que poráneo . BIBLIOGR-AFíA I’REPAR.%CIóN EN LX Una antología cronología de FERYA%DEZ - Authors Paris, Nagel Ministère comentada la vida de Ed. de REMas- trad. 1953. des Affaires los escritos Martí. !Wartí: - Espasa-Calpe, col. <rAustral», Sa. ed. Madrid, ANC.4RIO vi\ LLR\FIR. francc:a de 19hl. :~>DHE %ne :l.mprica \lardrleine Tr :.c. édition, os a Cici[i-otion P-\Z. J)aj” Le Droit 1969. w.v el Simon título: «La Etots-C’rzis - If \R~L,> I’Y~EHW’OOD Fit LKNER. =I rnericnz Publi~hers. New York, Eel en!h edition, GUITTARD, 1xRface d’Ernest LABROGSSE St~wun B. CLOL-GH. Sécession (18651952). RESI? R~xox-n. edición, Paris, ALL~S X~nrs Sfates W~LLIOI Xcw Ilistoire 1068. R Ifl:s~~ Wa%ngton DE d’Editions. 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Que Introduction sobre CIU coll. sais-je? de 12Iaurice todo en Etats-L’uis los Que no. 1289. DOMMANGET, Estndos 1867.1967 sais-,j:s? L’rzidos: - Petite co- Labor dans la collection The Chicago History of T. la d uc .t’ 10x1 de Marie-Jean BERAUD-VILLARS, bajo ~1 ouvrirr aux Etats-Unisn Seghers. coll. Vent d’Ouest, Histoire 1967. du problème ouvrier Félix Alcan, Paris, moucernent nun Etats-C’nis 1927. oucrier eu - Europe Préface - d’André Petite co- SIEG- ALGUNAS IMPRESIONES DE DOS ESTUDIANTES FRANCESAS, AL FINALIZAR EL PRIMER AñTO DE CLASES DEDICADAS A JOSÉ MARTÍ 8) Artículos <(Bohemia)> îotografías). Artículo; los POR ANNE y revistas: (de varios tiempos, algunos números (como por ejemplo de Juan MARINELLO, de esta Marti, en revista cubana, hemos hombre de su tiempo, la revista «Cuba», La tomado honibre Habana). direr~as de todos LLJMEAU-PRÉCEPTIS Octubre de 1969: Entrada universitaria Ibéricos e Iberoamericanos de Burdeos. Y MARYSE en el Instituto LYONNET* de Estudios Unos doscientos estudiantes matriculados en licenciatura hispánica descubrían el nuevo programa establecido por tres años, del Certificado de Letras Españolas, certificado obligatorio. Junto a grandes rúbricas tales como «El personaje del Cid en la literatcra medieval», «Aspectos de la literatura en prosa en el siglo XVII)), «Viajes, encuestas y reportajes en la literatura del siglo xx>), figuraba un último tema que rompía con la larga tradición universitaria de estudios hispánicos, casi exclusivamente orientados hacia la literatura española peninsular. Se trataba de «La visión crítica de la América Latina a finales del siglo XIX en la obra de José Martí». Este amplio título abarcaba los siguientes puntos que iba a tratar nuestro profesor J. Lamore: Cuadro histórico Biografía Presentación Textos y social «cubanos», XIX. textos «americanos» de Martí. la prosa - de Martí. la poesía. y el modernismo. * Estudiantes Universidad de p. 583.585.1 en el siglo de la obra de Martí. Ideas americanas Enfoque literario: Martí de Cuba de Martí. en Burdeos. el Instituto [V énse de cMartí Estudios Ibéricos e Iberoamericanos en Francia», Anuario mwtiwo de número la 2. 96 ANUARIO (Se convino investigaciones rante el año. de Ahora bien. dar la materia: MARTIANO que diversos grupos de estudiantes participarían en sobre temas complementarios v darían cuenta. dusu trabajo.)’ numerosos estudiantes se preguntaban antes de aboru;, José >Iarti:* ;,Quién era José >IartíY>, Par2 noGra5. era el autor casi dr.;conocido de una cita aprendida c (Ir mcmo:.la,~ a prop&~ito clcl Padre Las Caw5. c 11 los tiempos en que itlltli:;knmc~ hunianidal’c: (‘n el Li-eo: fr3ie rí!;uica. vigorosa. tan c3nm::i icla ) c~nmc~vedor2 (;ue re5o:ialra \ >-n;tila \ ibrando en nuestra 1 ‘i~ultc~: ci EiliC>:lCCS emlir:G su m~clio siglo tic pelen. para que lw indios Iftl fue:-fJll c”cIuv<:‘: ::c l~cloa cn in., ~*:méric~~~: clc ;,,,:ea cn &ladrid; de jJCJcL_ ‘m.1 COI1 v! re) nikilo: c:;illr;! I':>[Jkiiia ic;!ii. él 5019. tic pelea.8 !‘Si~ : It ~ucdo, c\csC;C.iG\ui21c.!te. y elrirr nur-tra incultura, Io- 1,kto:.;3dores nos hicieron v 13tr2lictn-. c;tuar a filartí, Pero ~îo.~o!ros ibamos a nprcnder yuc él era c;o y m-5 que cso, <I uc ci.3 “Iy.,JU~. I. l)t-ic&ta. cwri:or. 5old3d3 >’ irkriir: íbLU~~O5 n conocer I 13 inmensa parte del patrimonio iiterario -uni;erzal que le debemos e íhnrca ii awmbrarrws cn fin de todo lo que nc:h;,iro pais había desco:iw2do e ignoradc, ak1 c-5 nuestros clic:. a eate hdroe latin-americano que por su parte 1~ amó y admiró... Fae necesaria la feliz iniciativa del Instiiuro Lle Estudios Ibéricos c!e Eardecls 1. del señor J. Lamore: para que Xsrlí saliera del olvido P rlw lo habia co~:&nado probablemente 13 t:rdicional concepción frUncesa dc la literatura. Es clla en efecto la que podría explicar el rclegarniento y el desdén. que hoy pertenecen al pasado, con respecto :I aquella gran figura: IKue;-tra literatura continúa marcada por los grandes principios retjricos de la eicolktica medieval: la noción de genero, que es en su base pocas wces discutida. predetermka cutdroformales rígidos, y modos de e:.i:resiSn rigurosamente definidos también. Es decir, muy esquem&icamente, que más allá de la Novela. el Teatro v la Poesía no existiría más que una inclasificable literatura menor! Ahora bien, si exceptuamos el «sub-género» epistolar que conquistó sus títulos de nobleza, el escrito periodísLico, la crónica costumbrista y el ensayo. tal como los cultivó abundantemente Martí. no Ee inscriben en ninguna de las categorías reconocidas y estimadas en nuestro país, donde el autor que niega las normas es un autor renegado. Y el francés, que gusta de tomar dec&iones a nombre de dogmas. no deja de ttwer cierta \rnción contra esos deslizamientos de un género a otro. prarticados kfartí. más Pero, en lugar de derinteresar>c por Martí. ;.no podríamos -alir de este lodazal escolástico ) aquilatar más justamente fa vía hace casi un siglo había abierto el cubano? Sin duda, este (<estallar» cesivo, dentro finalidad... ya es tiempo de considerar de los géneros y, siguiendo del ámbito de la literatura. prefmr bien que como benéfico y ejemplar a Martí. destacar en lo susus funciones. su misión; su El francés tal vez ignorase a Martí por otra razón: por prejuicios acerca de la literatura del otro continente como a veces los tiene acerca de la nuestra; y esta nueva restricción no intervendría ya en cuanto a la forma, sino en cuanto al fondo: la reputación de obra de contenido preponderantemente ideológico, pudo impedir que el lector francés penetrara en ella y disgustarle en virtud de la concepción que podemos llamar «gidiana» antes y después de la letra. Esta concepción quiere que la literatura sirva al culto del «estado precario» de disponibilidacl y rechaza en consecuencia toda atadura y todo compromiso definitivo. En resumen? según tal óptica, la literatura que «se respeta» queda abierta a tobas las solicitaciones, sin límites, pero no es literatura de combate, vinculada a un objetivo imperativo, que se compromete en la denuncia y en el penetrante análisis de problemas socio-económicopolíticos! Pero lo que provoca el desprecio de unos provoca el interés de otros. El criterio gidiano no recoge la adhesión de nuestra juventud: ésta exige uue, en materia de literatura como en la vida, se haga una Elec* ción. que se proclamen las opiniones y se asuman las responsabilidades. Hasta quizás contribuyera a flaMartí se anticipó a e?ta exigencia. cer que brotara en ciertos estudiantes que todavía no se adherían a ella: así fue como al descubrir la esencia y el sentido de la obra de Martí. una de nuestras amigas estudiantes nos confió: «Martí me reveló qué era una literatura comprometida y cuál era el valor del compromiso: UIZ /ifz para un medio,J. Martí abolió el divorcio entre fa literatura, la acción y la vida, y a nuestros ojos, éste es uno de sus mayores n:éritos. El escritor ya no es un ser «ante» el mundo. sino un ser «en» el mundo. Es él quien nos abre los ojos y hace que nos sintamos comprometidos cn le más hondo de nosotros, En este aspecto. Martí CS el hu- 98 ‘-3 L .4RIO ANUARIO \IARTIASO macis-ta que nos recuerda que la edificación de una humanidad digna no puede cer realizada por individuos ai>lados p privilegiados. sino que ec el rrwltado de una busca y una conquista: la toma de cu:u+n-ia de IOS deberes y de los derechos de loi ciucladanor del mundo. Taledcbercz ! derechos son esenciales 1~:‘:’ la humanidad. luego ~on uni1 rr‘alea J- eternos. Pero a menudo su conquista queda todavía por hacer. Lo eS lo <iuc: a la hora de los conflictos de clase. conflictos raciales y conflictonacidos de las grandes maniobras imperialistas, le da toda su v;genc;a a la denuncia que hizo de esos males. a cu exhortación por la dignidad y la justicia. José Martí es el resultado de la historia por haber surgido de cirrun~tancias dramáticas; de ella también es ((causa)) en la medida en que influyó en el destino de una isla esclal-a y de una América vulnerable, educando conciencias y proponiendo los grandes rasgos de soluciones para los problemas que después de él persistieron: la Unión. la Igualdad, la Educación, para la efectil-a transformación del honke y del mundo. Sus principios, más morales que prácticos, sin embargo se concretaron en la Revolución Cubana. Por eso Fidel Castro atribuj-6 la paternidad de ésta a Martí y por eso sentimos hasta qué punto contimía en ella el pensamiento martiano. -4 la luz de este balance espontáneo y muy poner en evidencia el interés del conocimiento país. incompleto. de Martí deseamos en nuestro Consiste primero en una ejemplaridad ‘de índole literaria. A nuestro parecer, la literatura no debe cuajar en una forma dogmática. sino por el contrario debe confundirse con la vida, tal como lo quiso c: propio Martí. También en una ejemplaridad ética. Martí entregó su talento y su sangre para la libertad y la dignidad de su patria, para la promoción humana de su América; exaltó grandes valores humanos: el impulso hacia una justicia ideal, su fe en la perfectibilidad y la virtud del hombre. EU fe en un mundo mejor. Por eso este hombre, que hace que se crea en el hombre, no pertenece solamente a Cuba o a la América hispánica, sino también al mundo entero, al que ofreció una ideolagía, una arción. una vida y una muerte edificantes... Existe otro interés: cha considerablemente . el descubrimiento de la obra de Martí ensanel campo de nuestros trabajos e investigaciones MARTIISO 99 per‘onales y nos abre nue\as per-pectivas para la comprensión de -kmé:-ic.a. Este último motivo nos incitará a nosotras. futuras profesoras. a c!i\ulcar el conocimiento de Marti, ya que éste es. en muchos aspectos. el conocimiento de la América de ayer J de la América de hoy. Burdeos. julio de 1970. ;,POSEEMOS LOS TEXTOS AUTÉNTICOS DE MARTí‘!: EL CASO DE LOS VERSOS LIBRES * POR IVAN A. SCHL’LMAN Hasta el presente ’ se han publicado nueve ediciones de las obras de Martí, y aun cuando todas pretenden contenw la suma total de los textos existentes, todavía ninguna ha logrado presentarlos en su integridad. La más reciente de estas ediciones, aparecida en la Cuba revolucionaria, reclama para sí, en opinión de su editor principal, un rango «oficial», «definitivo,>. Aun cuando nos asistan numerosas razones para sentirnos insatisfechos de las varias incompletas Obras completas, el hecho es que las ediciones de Trópico, Lea y la Editorial Yacional,’ a pesar de sus omisiones, han incorporado la mayoría de los escritos de Martí. Hay. sin duda, importantes originales por recuperar todavía. como algunas cartas, o el manuscrito de la traducción del La& Rookh. o los artículos que Marti publicó en periódicos uruguayos y chilenos, mientras que otros aparecerán próximamente, como los artículos del S’u~ì. Distintos investigadores se ocupan en traer éstos y otros +’ Ponencia leída por su autor en el simposium convocado por la Modern Lan. guage Association. en Denver, Colorado, el 29 de diciembre de 1969. Tambi&t se leyeron y discutieron allí los siguientes trabajos: «Estado actual de 105 estudios martianos» por Rosa Abella, de la Universidad de Miami; «Martí en las revista.. del modernismo antes de su muertes, por Boyd G. Carter, de la Universidad de Missouri; y «.4cción y libertad en la poética de José Martí». por Alfredo .A. Rog giano. de la Universidad de Pittsburgh. El profesor Schulman pertenece a Id Washington University. de St. Louis, Missouri. t .4 las siete ediriones indizadas por Fermfn Peraza Sarausa en su Bibliograjio rnnrtkrzn (Habana. 1952) deben añadirse las Obras completas (Caracas, 1964). 4 vals.. editadas por Jorge Quintana; y las Obras completos (Habana, 1963-1965). 2; Vds.. de la Editorial Nacional de Cuba. 2 Ed. Trópico, Obrns completas (Habana. 1936.1953). 71 ~01s. Ed. Lex, Ohr,ts um]~leLns t Hahalla. 10 16 ). 2 vals. ANL-ARIO 102 .4XL-\RIO 103 MARTIASO 3ItRTIANO escrj;os a la luz. >- sería por tanto lícito afirmar, cuando examinarno: en cor.junlo In que -e está haciendo en este campo. que el foco de la en torno a los textos se orienta a descubrir o 111ác recic’ilte actividad rcl-<*lar 13~ ariginales de 1Iartí que aun nos faltan. en tanto que es escasa la ntenciclrl prestada al estudio de la autenticidad de los textos lmblicatlns que pc~remos. en los que hemos confiado implícitamente. creintegrales y definitivos. \-t~rrc!olos. con algunas excepciones, Todo este material, en sus varias ediciones. uos ha llegado en gran nwtlida a través del discípulo y confidente de Martí. Gonzalo de Quesada y Aróstegui. a quien Martí escribió desde Ptlontecristi su famosa carta de! 1 de abril de 1895, conocida popularmente como su «carta te<tamento». En all;: escribe a Gonzalo de sus xxrios trabajos v le recomienda cuáles dcLe publicar, y en qué forma. si acaso no regresara él de la guerra de Cuba. Como consecuencia de esta carta, tan a menudo citada como mal interpretada, la mayor parte de los manuscritos de Martí pasaron a manos de la familia Quesada, a la que ha sido gratitud por la preservación costumbre de los estudiosos el expresar su y publicación de las obras de Martí durante un extenso período de años, a veces en incómodas circunstancias. Pocos si: han dado cuenta, sin embargo, de que In tenencia de estos manuscritos constituye un feudo ni de que casi todas las ediciones -aunque sin fundamento legal-, de obras individuales de Martí se han preparado y publicado sin la consulta de estos manuscritos, incluyéndose la edición Lex del Sr. Isidro Méndez. Guardados como documentos privados, familiares, son muy pocps los que han tenido acceso a estos preciosos manuscritos, y todos los que estudiamos las obras de Martí hemos leído sólo las versiones descifradas, acopladas y preparadas para la imprenta por Gonzalo de de Quesada y Miranda. Quesada y Aróstegui y su hijo, Gonzalo buena suerte que se me Fue, por tanto, un golpe de excepcional permitiese estudiar los manuscritos del archivo Quesada durante los Había hecho el arduo viaje a la meses de enero y febrero de este año. Habana con el objeto de consultar los manuscritos de !os Versos libres en relación con una edición que aparecerá próximamente en España. Mi propósito original era el de tomar nota de la génesis de los poemas, la evoluri6n de los versos, las variantes lexicográficas y las transformlcicnes estructurales de los poemas. Estaba aun por hacer un estudio de lo que 1’aléry ha llamado «la secreta discusión que tiene lugar, mientras está haciéndose la obra, entre el temperamento, la ambición !- la previsión del hombre, del momento)).j y... los estímulos y los recursos intelertua!es 31’ I primera lectura de los manuscritos de los I ‘ejes libres me llc\ó a ia conclusión de que todas las anteriores edicioues de este libro de poesía son defectuosas, inexactas y están severamente muiilada;. De~ubrimiento irónico, si se tiene en cuenta que al cabo de muchos años de campanudos elogios y peroraciones nacionalistas liemos Ileg~io a una e;apn de los estudio- martianos en que se está lwitando una s-ría atención a los textos de Martí desde distintos puntos de vista. especi,dmente eu lo que toca al análisis estilístico. Circunscribiéndonos a los Versos libres, que servirán para ilustrar nuestra sombría visión del estado de los textos dc >iartí, muy í,oco se ha logrado en lo que respecta a su minucioso estudio, con las notables excepciones de los trabajos de Angel Augier, Cintio Vitier !- Eugenio Flori;. Justamente es en esta área donde el análisis de Florit marca un ouevo punto de partida, ya que en su antología de la poesía de Martí, titulada Versos,4 con la sensibilidad de un poeta, seííala discrepancias textuales y problemas que demasiados de nosotros hemos pasado por alto, o que, habiéndolos percibido, como Florit en algunos casos. nos hetnos sentido incapaces de resolver por carecer de copias de los manuscritos originales. En relación con esto será preciso subrayar que ni siquiera en Cuba existen reproducciones de los manuscritos en poder de la familia Quesada, careciéndose hasta de un inventario o índice. Debido, por una pacte, a la falta de materiales con que verificar la autenticidad textual, y por otra a la despreocupacik general que ha existido en torno a este problema que ho;f alcanza proporciones tan enormes, los estudiosos de las obras de Martí han asumido que los Versos libres son poemas inacabados y escritos con premura. a causa de su naturaleza fragmentaria y sus lagunas textuales. Como anota Florit, por ejemplo: u hay ocasiones en que la falta de tiempo, la premura en escribir producen versos imperfectos...)?. nun cuando es innegablemente cierto que Versos libres carecen del acabado de propia mano del autor que podemos apreciar en Zsmaelillo, por ejemplo, el hecho es que knuchos de los versos defectuosos, así como otras inconsistencias tcxtuales, no son obra de Martí, como veremos en esta breve prewntación, 3 Citado por James Thorpe en aThe Aesthetics of Textual LXXX (1965), 478-479. 4 New York, 1962. 5 versos, p. 31. Criticism». PML.4, 10-l i\l -ARIO \I\RTI\\O .4S~.4RIO -iuo el resultado de cntromclimienlo~ de editor 1 I<;c~~)ic.a- editoriale+ ineficares. Las numerosas notas que en los I’ersos editadopor Florit arompaiian la sección dedicada a los I.ersos iit>res. sirven toara ilu.irar las iucertidumbres a que debe enfrentarse el lector (1~ lo> que \ a podemollamar textos inexactos. Para citar casos concretos. VII 1..58 de ~Pollice \erso» Florit queda perplejo ante la sintaxis y anota: ((Punto oscuro. Col. [Poesías, edición de Marinello] . . . enmienda di.1. en vez & Kniverso. Optamos por conservar esa redacción aunque de todos modos la idea JIO nos resulta cslars),. El problema que Florit intuye CL: más serio de lo que cree. pues el (<punto oscuro» señalado por él eu ronJecuencia del hecho de que las ediciones de los Quesada. _I todau lac: subsiguientes lecciones que en ellas se hasan, nos han proporcionado una versión de (<Pollice verso» que nos pone en aprietos porque las páginas del manuscrito original han sido trastocadas. Así. 1.58 --u Porción del Uni\-erso. fraw unida»debe ser 1. 37, y ll. 37-59 cn la versitin restanrada del poema, han sido situado:; donde Martí nunca se propuPo que estwieran. El manuscrito también aclaró otra cuestión en estr mismo poema: la ambigüedad y falta de secuencia de los versos que en las nctualcs ycrsione? aparecen como 35-38: . ..La l-ida es grave, Y hasta el pomo ruin la daga hundida. Al flojo gladiador clava en la arena. La rcordenación porciona: de los versos aclara esta i1;:gic.a ! nos pro- sacuenria Condenan a morir, pollice verso. Y hasta el pomo ruin la daga hundirla. Al flojo gladiador clava en la arena. (11. 59-61) Fn <tPomona)) Florit examina el verso <rPorcue a mis ojos los fragantes brazos>,. observando: (<Así en Quesada !- .4rócte-r!¡ y c\n Col. Las demás ediciones registran «Porque a mis ojos los brazos olorosos». ;.Por qué esta confusión ? La lectura del origina! nos muestra un círculo alrededor de «fragantes» y. al margen. colorosos)~. Si ha de preferirse ccolorojos » -decisión tle editorel \wso debiera leerse «olorosos brazos» y no a la inversa, como ha sido el raso. En «Sed de belleza» Florit ha logrado rerol\,er LIJI prolJ!cma que ni siquiera aclara cl propio manuscrito, mmeatamo< dta absoluto acuerdo \14RTl~\O 105 I ron cu fina intuicwn. En el verso «Vn balsámico amor v una a\aricia» Florit ha suprimido la palabra ((celeste» delante de (ca\-aricia». ya que ~celestt.» aparece al principio del próximo verso. y su uso delante de (ca\-aricia» rompe el endecasílabo. ET finalmente. en ((Corno nacen las palmas en la arena)) hace notar que algo no está bien en el verso KA perfumar el Yucatan florido se alzaba luego»: «El endecasílabo ‘A perfumar el Yucatán florido’ debía ir seguido de otro. del que las palabras ‘se alzaba luego’ son comienzo». El manuscrito revela que el fragmento. ilIla vez reconstruido. se acopla al poema de la siguiente forma: Del temido A perfumar Nos sería fácil citar otros bidos por Florit, cuya crítica más, una excepción, entre los neamente que trabajaban con brocal se alzaba luego el Yucatán florido. ejemplos de ronfusiones y errores percitextual constituye un raro ejemplo, aun eruditos martianos que han asumido rrrci textos confiables. Pero tal no es el caso con respecto a los Versos Zibres, y me atrevería a decir que lo mismo es cierto para las demás obras, a juzgar por cl material qué vi en el archivo Quesada. Las mutilaciones, el desruido en la interpretación, la falta de atención a consideraciones métricas, el torpe uso de las variantes en los manuscritos y de los poemas fragmentarios, y el abandono de todo intento de restauración, abrumarían hasta a un novicio. El crítico textual, al editar una obra, como apunta sa hiamente James Thorpe, debe tratar de «recobrar y preservar su integridad».6 Justamente es la preservación de la integridad lo que falta en las ediciones de los Versos libres. Con cl propósito de arrojar un poco más de luz sobre las inexactitudes textuales de los Versos libres, presentaré brevemente tres variedades distintas de distorsión con sus correspondientes ejemplos. basados todos en una comparación entre el texto de la Editorial Nacional (más libre de errores que las ediciones anteriores) y el manuscrito original. 1) Carencia Un estudio inmediatamente de criterios editoriales detenido de los manuscritos de manifiesto una esmerada 6 Op. ch.. p. 481. de los Versos libres pone carencia de sentido crítico . ANU?\RIO 106 ASL-AI;10 JI.iR TIIUO 107 M-\RTIANO rn la ordenación y preparación de los manuscritos para su publicación. El prin;c:o J- más importante de los problemas concierne a la determinación de qué poemas son «versos hirsutos)), como Marti llamaba a 5115 tg1 er‘os libreras. y cuáles pertenecen a las «otras formas borrosas U. con lau clnr no deben ser confundidos, según advirtió a Gonzalo c!e Qur-atla. Karti no sólo preparó el prólogo para esta colección de poe111x. >;ilo txnbit-n un indice que contiene treinta titulos. De estos, hasta e! i,resentc, no han aparecido los poemas correspondientes a dos de I~IS tituloi: «Bosque de rosas», que Gonzalo de Quesada y Aróstegui so.Gtiene no haber encontrado, y «Homagno audaz)), que figura en forma fwgmentaria en la edición de la Editorial Nacional.** De acuerdo con Gonzalo de Quesada y Miranda, las bases para determinar la clasificación de estos poemas fueron el «Índice» dejado por Martí, SU agrupamiento de los manuscritos originales, y el aseguramiento de éstos con una presilla de metal, visible hoy día. pero que está destruyendo el papel lentamente. En los manuscritos originales hay pocas indicaciones de mano de Martí que pudieran servir para guiar a un editor en la tarea de asignar un poema a un determinado volumen, excepto cn el caso de <(Mis versos van revueltos», con las palabras «verSOS libras” escritas por Martí a la cabecera de la página. I,a primera edición de Versos libres contenía veintiocho poemas, a lo+ que en 1933 se añadieron doce más en una sección de Flores del destierro. el asi llamado volumen XVI de la primera edición de las obras de Ilartí. Las ediciones más recientes incluyen cuarenta y cinco poemas. ;,Sobre qué bases se fundamentó la decisión de añadir poemas a los l,'ersos Eibws? Gonzalo de Quesada y Miranda explica el procedimiento en Floms... -4ludiendo a los doce poemas, escribe: «Estas compo&ionest a mi entender, no deben considerarse como parte de ~Flore- del destierro)), sino para ser agregadas a los Versos libres ya publicados en el tomo XI de las obras de Martí». Se alude luego misterio~arncnte a «otro apunte-índice de Martí», pero este índice no aparece reproducido. Con tan escasas pruebas uno tiene que poner en duda la existencia de criterios científicos, particularmente en vista del hecho de que al casar los poemas sin título de los manuscritos con el índice <(Bosque de rosas» figura con el título de «Allío ‘: “Según Hilario González, de~pacio...u en la p. 334 del tomo 16 de las Obras Con~pletas de la Editorial Nacional v uHomagna audaz» aparece en la p. 340 con el título «Yo ni de dioses,), al r:“.~ ‘drbcn anteceder los fragmentos que con el título de «Homagno audaz» aparecen en el t. 17, p. 315. Véase Anuurio martiano h’o. 2 p. 310 y 316.318. [Nota de za R.] de Martí, Quesada p Aróstegui escribe: «Martí dejó escrito casi todo el índice de sus l’ersos libres, que ha servido para. flor irlJl!cciõn (el énfasis es mio). poner título a varias composiciones que aparecen sin ellos. Ojalá que bajamos acertado siempre».’ Criterios tan poco sutiles pueden parecer apropiados fn editore* no profesionales como Quesada y Aróstegui y Aurelia Castillo cle Gon&lez. su asistente, a cuya paciente labor debemos, con todo, muc!~o~ de nuestros actuales textos enrevesados así como la aparentemente arbitraria división entre Flores del destierro y Versos libes. Tenemos la convicción de que ciertos poemas clasificados hoy, en \-arias ediciones, con Flows..., pertenecen realmente a los Versos libres (por ejemplo. ((Vino de Chianti». «Dos patrias», «Arabe»), pero es cuestión que no podemos desarrollar aquí por entero. Lo que sí deseamos subrayar, al llegar a este punto, sin embargo, es que los criterios usados en el pasado para estas decisiones no resisten un examen serio. Si es cierto que Martí precilk todos los manuscritos que deseaba incluir en los J’ersos libres, entonces este volumen debiera contener los treinta y cinco poemas incluídos en las hojas presilladas, más los cuatro que faltan ds los mencionados por Marti en su índice: «Bosque de rosas». (~Sccl de beUeza», «;Oh, Margarita!», «Homngno audaz». Pero. uno de los poemas qae aparecen en esas mismas hojas es «Hervor de espíritu)). que nunca encontramos incluído en Versos libres, sino en Flores... Lo que es más, si construímos la colección de Versos libres sobre tan frágil fundamento, tendremos que preguntar sobre qué base \-inieron a formar parte de ella poemas tales como «Copa con alas)), «;irbol de mi alma)], <(Luz de Luna», «Flor de hielo», «No, música tenaz». <(Con letras de astras». Kada hay en los manuscritos que justifique su inclusión: >- los títulos no aparecen en el índice de Martí. Trabajando desde un ángulo opuesto, y teniendo aun presentes los criterios de Quesada. ponemos en tela de juicio la inclusión de los siguientes títulos, puesto que los mannsrritos no forman parte de los Versos libres originales, sino que se encuentran con los de Flores... .(y con la excepción de «Sed de belleza», no aparecen en el índice): «Mis versos’van revueltos». «La poesia es sagrada», «Cuentan que antaño», «Canto religioso)). «Sed de bellezas>. «En torno al mármol rojo», «Yo sacaré lo que en el pecho tengo,),, «Mi poesía». La intención de todo esto no es denigrar a los Quesada. sino probar la existencia de falsas clasificaciones dentro de la poesía de JIartí, y sugerir la necesidad de su ordenamiento crítico, científico. Hay 7 Obras completas (Habana, 1913), XI, 278. 4ZL sólo dos libros que resisten un riguroso escrutinio como obras orgániras. y son los dos tomos ru)-a publicación supervisó Narti por si mismo: Ismdillo y I’crsos sencillos. Los manuscritos de los otros libros tienen que .5t’r rrexatninado~. tomándose en cuenta los co~~cepto~ estéticos ininterna. especialmrntc CJI c9rlwrados 3 los prólogos. toda la evidencia lo que respecta a consideraciones métricas y estilísticas. v la evidrncia (‘\tcrrw. fechas de 105 manuscritos. tinta, papel. etc. \‘olviendo nuestra atención a las demás áreas en que se hace sentir la falta de criterios editoriales, encuentra UJIO la misma invariable inconclancia cn el uso o rechazo de las variantes tachadas o de las palabras encerradas en circulos por Martí. Aiiádase que en JIUJII~rosos casos los editores han omitido eliminar versos que constituyen repeticiones obvias. \-ariantes que Martí no eliminó por descuido. Por c.jemplo, leemos estos dos versos consecutivos en «-Yo sacaré lo que en el prrho tengo )>: A su,: r-irgenes lindas despeñaban, A su virgen mejor precipitaban. Uno de los dos es evidentemente superfluo. No se ha tenido en cuenta In métrica, por ejemplo, en «Pomona», en que 1. 15 es un fragmento . 1 rr. que reza : <tEn el fermento rompe». En el manuscrito el 1. reza: «Hinrht* . sacude? en el fermento Pero los verbos iniciales estaban rompe». sciialados con UJI círculo, y fueron por tanto eliminados de las ediciones. iiun cuando parece razonable asumir que Martí no estaba del todo satisfecho con estos verbos, es mucho mejor reproducirlos que romper cl ritmo de los versos. Más aun, es difícil comprender por qué en el pasado los editores estaban dispuestos a reproducir una variante. como en el ejemplo anterior, pero preferían un verso fragmentario a un enunciado completo. 2) Pun tuación ?rIarti poseia un concepto de la puntuación funcional, estético. altamente individual ?T sorprendentemente original. Enteramente modercomentarios dispersos que nista en este aspecto, nos dejó 10~q siguientes JIOS dan la medida de su preocupación por la expresión innovadora, arlktica: \RlO \I \I¡TI \\O 109 Chtografia: Por lo menos. hacen falta doa +no5: Coma menor. , Por ejemplo: c(Juntos de noche. Hafed, juntos de día». .\:i indico que la pan‘a <‘II II<r/& ha de ser m;í.< larga q11<’ IZVL,/~~* . . . . . . . . ..<........................... Y el otro signo. ef awrl[ci de lwfura 0 de scrzlido. para di5tinpuirlo del acento común clc palabra. Y otro más, el gtrifh mf>nor.R I-os conceptos hcterotloso? <I(* %larti en cuanto a la 1)untuación estaban clirrctamentc relacionados con su perenne bUsqueda de una expresión musical, rítmica. Para Raimundo Lida. la puntuación de Martí es rnáy bien musical que lógica.” En consecuencia, es a 1111tiempo iluminado1 j decepcionante el comparar los manuscritos con las ediciones publicadas de los Versos 2i6res y ver el número de cambio- introducidos y la di\-ersidad de modificaciones que se han drslisaclo en los textos. El propio Martí era consciente de la singularidad de ~11 cxpresicín: CJI su pr6Jogo se refiere a la «extrañeza, singularidad. prisa. amontonamicnto. arrebato» de las visionarias creaciones de sus T’ersos libres, en los que el idioma y la puntuación funcionan contrapuntualmente. creando momentos alternos de pasión y quietud. Como veremos. aun en el corto número de ejemplos que presentamos. la puntuación contendrá o im@asá la expresión vertiginosamente: a veces armará pensamientos y emociones: sugiriendo. en 1 ariada diversidad. cualidades caóticas, dislocadas 0 serenas. disponibles rezan: Así, en 1. 38 de «El padre suizo» las ediciones (<iVe, bravo! iVe, gigante! ;Ve. amoroso O. Pero, en realidad, Martí se proponía crear un verso rítmico, de libre fluir, más bien que contener el impulso de su movimiento. Lo concibió como una serie de breves pausan, en consonancia con su concepto de la «coma menor». Por tanto, marcó de este modo su puntuación: «iVe, bravo! ive. gigante! ve. amo. roso.)\. En contraste. 1. 43 crea un hiato mediante el uso del guión y la exclamación inicial delante de «que»: «ive! - ique las seis estrellas luminosas». Por el mismo estilo, nótese la diferencia en la intensidad de la corriente rítmica cuando comparamos lo que por regla general 8 Ed. Trópico: LXIV, 44. 9 Ed. José Martí. Páginns selectns (Buenos Aires, 1957), p. XIII. 110 -421 4R10 ANUARIO MARTIASO I aparece como ulttmo verso de acopa ciclópra~>: ctl . con los labio+ apretado: muero». con lo que en rea!idad debiera ser: NT. con los labio5 -muero J>. De modo similar en 1. 13 de ((He vivido: me he aprrtados. rlluerto~~: 11: De tierra. 13 Recojo, que debiera 15 tener Recojo, los apilo a rastras. un efecto entrecortado presto los apilo, con una coma adicional: a rastras. 8 1-a en los ingentes Sin mas brida \ Frsos debieran Otros tipos de distorsión resultan de omitir 10s dos puntos, ;.!!le Martí usa con frecuencia y una singular originalidad. En 1. 24 de c:-‘i los espacios» leemos: 9 Sin más brida Se labra -J o’ I’ed mucho cómo el oro. ;El alma sufro. Vive el alma sólo algunas de las enmiendas o impropiamente introducidas J~ufikxiorzes 9 Dnbiera ortográficas inexen las ediciones La sección final de nuestra ponencia se refiere a las mutilaciones leaicográficas, estróficas o pertenecientes a problemas tales como la ordenación de palabras y la omisión de partitivos o artículos. Todo esto distorsiona tanto el sentido como el ritmo o la métrica del verso. y en ultimo análisis, debilita la estructura total del poema. 3) nace que el viento y cl sueño Que vio esplendor, y quiso así, hundióse leerse: textuales Para j!ustrar estas distorsiones textuales lo más brevemente po-ible. procederemos con un método enumerativo, contrastante. p:es?ntando los v-ereos tal como aparecen en las ediciones actualmente a nuestro alcance, seguidos de las restauraciones que correspondan. y el sueño Que vio esplender, y quiso asir, hundióse <iA4 stro puro» 10 Se labra mucho el oro, el alma apenas!1.ed cómo sufro: vive el alma mía Estas constituyen plicables. injustificadas de los Versos libres. se diseña: puro» 43 mía 44 25 nace apenas! el LISO Pero en realidad Martí ha unido 1. 24 con 25 mediante del guión ;v acoplado libremente los hemistiquios de 25 con 10s dos puntos y- la xv» en 1.c.: 2-L brazos el corre1 43 Debiera 24 el corcel leer‘c: 1-a en sus ingentes 44 brazos se diseña que el miento 3 ((-bstro 111 nueva» 5 C-tcs a cada sol mis restos propios presto tI Ltrofa MARTIANO 9 10 Por el palacio Entrase, de mi pecho irradias, en ruinas y los restes fríos decir: Por el palacio Entras, de mi pecho e irradias, en ruinas y los restos fríos En «Banquete de tiranos», varios versos que aclaran el desarrollo de los pensamientos del poeta han sido suprimidos simplemente porque los atrav-iesa una débil línea transversal, lo que sucede también? podríamos agregar, a través de todo el poema «Aguila blanca». De manera que, en «Banquete de tiranos», a 1. 14 sigue el verso que numeramos como 18 en nuestra versión restaurada. En las ediciones usuales Ieemos: 14 ,A un banquete 18 Pero 19 Hunden cuando se sientan la mano en el manjar. los tiranos ensangrentada ....... Los k ersos adicionales intermedio5 1-l :\ un banquete 1.5 Donde Ib Que a 105 tiranos 17 Cerebro 18 Pero cuando 19 Hunden 1105 clan: se sientan Le sir\-en 1. corazón hombrv: aman. los tirano: 1’ esos 1 iley diiigentes de hombres la mano de\oran: ewangrentada en el manjar... Browne cuando deploraba la suerte de cu Krligio .Uedici: u \ol\ iJ-e común entre muchos -lamentábase-. \- en suceci\a-; trallxripcioncb $e corrompió de tal modo. que llegó a laì: prensas en la má- deprajada de la< copia.+. Quienquiera recorra aquella obra. y ie percate (1~ c*iertas particularidades y expresiones personales que en ella figurari. fácilmente discernira que su intención no era llegar así al p:íLlic*o.>t” Y así CS en el cwo Traducción de los Iversos librcx de Eliseo Diego. En ((Aguila blanran la incIusi&n de los u perdidos)) 11. 9-11, que desde 1a primera edición nos hemos acostumbrado a reconocer como un diseño de puntos, nos da los siguientes versos: 8 9 Y camino del sol emprende el vuelo. Mas silencioso el bárbaro verdugo 10 Sin piedad ll Manos y sin duda, [se alza] con sus férreas cada mañana Mis observaciones en esta ponencia necesariamente breve se refieren principalmente al caso de los Versos libres. Pero, al enfocar la atención sobre estos versos, esperamos haber señalado también la necesidad de escrutar toda la poesía de Martí con las posibles excepcioA este reexamen, indispensable nes de Ismaelillo y Versos sencillos. para llevar adelante la elucidación de las ohras de Martí, debiera asignarse la prioridad en los estudios martianos. Una exhaustiva restauracibn del tipo que sugiero resulta de especial significación en un escritor cuyas preocupaciones artísticas y estilíslicas, cuya atención a los menores detalles, lo llevaron en 1&87 a manifestarse de este modo en relación con sus artículos en el Partido Liberal: Yo no uso palabra y peso, de lo que incomprensible, o chado lo que de en que no procure poner especial significación viene que cuando la palabra queda cambiada o la puntuación alterada, parece artificioso y finotro modo pudiera parecer sincero y artístico.” Estas palabras poseen una cualidad profética, pues si Martí hubiese llegado a ver en vida las ediciones de SUS versos, particularmente la de sus «versos hirsutos». habría podido alzar su queja a fortiori. Y habría podido muy bien añadirle los sentimientos de Sir Thomas ‘0 Carta a Manuel A. Mercado, Enero, 1887. 1’ Citado pr Thory, op. cit., p. 478. SEIS CARTAS DE MARTÍ Las cartas de Martí que a continuación van a leerse, no han sido nunca publicadas con anterioridad. Fueron escritas en los últimos años de su trajinada existencia y tratan asuntos tan diversos, como diversa fue la condición de sus destinatarios, pero en todas encontramos el sello kwacterístico que distingue su incomparable estilo epistolar, vehículo formidable para conquistar voluntades y ganar adeptos para la grande causa que fue la razón de su vida. Las dos primeras fueron dirigidas a un distinguido hombre público ¿el Paraguay’, José S. Decoud, que representó a su país en la Primera Conferencia Panamericana y se ganó el elogio de Martí por la entereza con que defendió el decoro de su patria en el seno de la Comisión de Comunicaciones del Atlántico. En la marcada con el número 2 omitió Martí -como solía hacer frecuentemente -el año en que la escribiera. pero es indudable que fue escrita en 1890 al regresar a New York de uno de los varios viajes que hizo a Washington durante la celebración de la Conferencia. Podemos asegurarlo porque poseemos copia de una carta en que Gonzalo de Quesada, refiriéndose a Martí, dice a su novia con fecha marzo 16 de 1890: «Esta noche a las 10 se marcha. Su visita ha sido trascendental y un triunfo». Conocida es la preocupación de Martí ante la posibilidad de que la Conferen~~$~t~se~_de rmon de Cuba-ìõse%ni- __-< dos. sm estar ella re resentada en la misma. sus viajes a la capital ._Cr_-_._ -~-JL._- .- ----. ..~ ._ obedecreron a su deseo de poner en guardia- à Tos Delegados latinoamericanos. en éste de mediados de marzo se entrevistó con los representantes de Argentina, Bolivia y Paraguay. En la Sala Marti se encuentra el original de la carta No. 3 al Comandante Emilio Cordero, la cual refleja el respeto y consideración 1 Pueden verse en facsímiles en la Saka Martí. 116 AZUR10 ASU.4RIO MARTIAXO .\IARTI.\SO 117 II{.lay I-1 objeto de la reunión fue. precisamente. dar a conocer al club dicha carta que es un llamado urgente. en solicitud de auxilio económico. cuando el Delegado daba los toques finales al Plan de Fernandina. Lamentablemente. han sido infructuosas la5 pe5qui-aì realizütlapara ohtener datos sobre el Comandante Cordero. Sólo hemos hallado en el Archivo Nacional un recibo. fechado en Potosí. enero 15 de 1896. por Emilio Cordero A.. como Jefe del Taller de Talabartería del Sortc (Distrito de Tunas) pero no nos consta que se trate de la misma persona. Pensamos, sin embargo. que la Sra. Julia Estévez de Cordero a quien iMartí dedicara un ejemplar de I’ersos Senrillos. fuera la esposa del Comandante. Xi que decirse tiene ctue la solicitud fue aprobada por unanimidad ! YC dieron ia.- órdenes oportunas. al Tesorero del club. para entrega! a Ia Tesorería General del Partido todos los fondos existente* en caja. que le merecieron a Martí los que pelearon en la Guerra Grande. cardemos que para él ((...todo el que sirvió es sagrado)). no cllitante discrrpancias que por cuestiones de forma pudieran existir. Suponemos que el c<asunto de alta y apremiante importancia wvolucionaria)) que la Delegación quería consultar a los veteranos cn la reunión a que cita al Comandante Cordero, fuera quien debería asumir la jefatura del Ejército Libertador. Los originales de las cartas 4 y 5 se hallan en la Asociación de lectura nos revela la calidad Emigrados Revolucionarios y su simple humana de Martí y su deseo de darse en servicio del prójimo. Estan dirigidas a Luis J. Castañeda, un modesto emigrado. residente en Tampa donde era Auxiliar de Tesorería de la Agencia de aquella localidad. P or el texto de la primera carta se comprende que el Apóstol no lo conocía personalmente en aquella fecha. No obstante ello, Martí se preocupó por servirle, cumpliendo su encargo, a pesar del momento cargado de dificultades en que recibió la petición. (Basta recordar el problema suscitado en Filadelfia, por el club Ignacio Agrnmonte, con el Presidente del Cuerpo de Consejo -véanse páginas 325 a 327 del Vol. 23 de las Obras Completas, Ed. Nacionaly tener presente que en los primeros días de enero del 94 surgió, en Cayo Hueso, la huelga en la fábrica de tabacos La Rosa Española). Según nos dijo el Sr. Armando Alburquerque, a cuya amabiiidad debemos haber podido copiar las cartas a Castañeda, &te gustaba re. ferir que en la primera ocasión que Martí visitó Tampa, después de haberle servido, él fue a darle las gracias y el Apóstol lo interrumpió diciendo que no había por qué darlas pues «para amarnos y servirnos estamos los hombres». La carta No. 6. dirigida al Presidente del Cuerpo de Consejo de New York, que era el benemérito Juan Fraga, la copiamos en el Archivo Nacional del Libro de Actas del club Los Independientes. Se halla transcripta en el acta de la reunión efectuada el 3 de enero de 1895. He aquí las cartas: 1 5Nor José S. Decoud. Mi muy estimado señor y amigo: No quiero responder en una tarjeta ceremoniosa a su benévolo saludo de primero de ano. que me permite confesar a Ud. sin encogimiento, ni el temor de parecerle intruso o vano, la simpatía que cuanto sé de Ud. me inspira. -y cuanto sé de su patria. y del bien que Ud. le ha hecho. %luy a mi pesar supe que había Ud. salido de New York la tarde en que. contra mis costumbres de anacoreta, fui a ver a Ud. a la Quinta Avenida. Pero hoy la visita queda hecha, y yo obligado a Ud., y deseoso de que disponga como de amigo humilde y viejo de quien sabe qué corazones se crían en la tierra de José de Antequera. y con qué animo batalla Ud. por acelerar el porvenir seguro de un pueblo donde el carácter original iguala a la virtud heroica. Si el año que empieza para Ud. -y para mí también,en tierra extraña. me da ocasión de mostrar a Ud. en algo mi amistad, me parecera menos penoso de lo que los años suelen ser en estos fríos para SU afectuoso servidor y amigo Jose Martí New York, Enero 2/90 II Sr. José Decoud. Mi amigo estimadísimo: iY me tengo que ir de Washington sin darle será sin decirle que llevo su retrato conmigo, y con consuelos de mi vida que se consume en el anhelo tera al bien de los hombres y de nuestra América. la mano? Pero no él uno de los pocos inútil de darse enDe lo que pienso no 118 .\hC.\RIO MARTIANO AhLAR esto!- !o orgulloso. aunque Cd. quiera, por la prodigalidad natural en los hombres de gran riqueza, llamarme pensador. Lo que me enorgullece ea el afecto de almas tan claras !- enteras como la suya. Del ejército de -América. en que es Ld. persona ma!-or. ei humilde soldado Su amigo cariti José Martí 1Iarzo 119 MARTl.430 IV Kew Sr. L:!is \Ii \-ork. Dbre. 30 de 1893 J. Cas;tc%da paisano y amigo: 16 (1890) Toclos III Delegación del Partido Re\-olucionario Cubano New Sc~ñor Comandante Emilio York, Junio 30 de 1892 los derccbos tiene Z-d. sobre mí. Si tiene pena. !a e-i Ud. mi amigo: y además, cuanto sé de Ud. me obliga a servirle, y me lo recomienda. En el mayor quehacer me llega c;u carta. Mañana es Domingo y Lunes es aiio nuevo. El Martes l-eré a Del Valle; y a bu hermano, si no voy a Filadelfia, como hemos. Pero será hecho su encargo; y en él tiene placer su amigo José Martí Cordero Distinguido compatriota: La lealtad y competencia de Ud., tantas veces probada en los asuntos de nuestra patria, hacen redundante todo preámbulo del Partido Revolucionario Cubano. que no es más que la idea de independencia puesta en acción, al dirigirse a Ud. en demanda de un consejo urgente para la organización enérgica de los trabnjoa prácticos del Partido. Esperaba esta Delegación terminar lo m& delicado e inseguro de los trahajos de organización, para dirigirse a Vd.. como a otras personas de mérito y autoridad, a fin de instruirle minuciosa y directamente de aquella parte de la constitución y tendencia del Partido Re\-olucionario. que no hubiese llegado aún a su noticia. Pero una consulta de urgencia precipita este acto de la Delegación que, con premura inevitable que ruega a Ud. se sirva excusar, lo invita a concurrir mañana vierne- a la una del día a la oficina de la Delegacibn, 120 Front Street. indicar aqui que no se trata de Cree la Delegación innecesario acto alguno público y ostentoso, directa ni indirectamente, sino de recabar de Ud. una opinión y un voto. sobre asunto de alta y apremiante importancia revolucionaria, y en los cuales la historia honrosa y actij-a de Ud. le da aptitud y derecho especiales para emitir SU pensamiento. Seguro de que Ud. se servirá saludo a Ud.. con mi consideración atender al ruego más afeciuosa de esta Delegación José Martí. 30 Dcbre. V Sr. Luis J. Castañeda Mí estimado paisano: mucho que hacer, a la vez del mayor júbilo y responsabilidad. tengo en estos.días y cesaré de tener ya: pero he atendido a su encargo de Ud, Al Sr. VaIIe no le hallé, cuando envié a preguntar por él, ni pude hacer tiempo, en mis urgentísimos ásuntos de estos días para ir hasta Flatbush; pero sé que su hermano está bien. y que el superintendente del asilo lo cree restablecido y no opone objeción a su Gaje. A cu d í entonces a la Sociedad de Beneficencia, y de tsta supe que ya ésta ha entrado en relaciones que no cree poder interrumpir ron la esposa de su hermano, y en acuerdo con los deseos de ésta, se dispone a pagar el pasaje de un día a otro. Creo pues que estará Ud. tranquilo en el punto principal, que era el de que su hermano fuese a ser retenido por alguna injusticia. Sirvan a Ud. estas líneas de alegría, y quedará contento su amigo y paisano José Martí New York, 4 de enero de 1894. 120 4SL-4RIO \IHTI.4\0 (Sm Fr. h?sidellte del cuerpo de ClJIl5ejO dC ‘lC\\ lork. IIiiero c!r 129.5 ) l-tlrI\:’ 1. .n vista de las atenclones dc-1 Partido He\oluïioliari,b Cubar:fi. ruc1’0 a Ud. invite a los Clubs de esta ciudad a que entreguen a Te*3~rrcría ;OE fondos d e guerra que tengan hasta hoy awinulados. Saluda a Ud. con toda cstimac.ión. UN ARTíCliLO El Dc,legado José Martí (:o~nt&tlor: 2 Juan Fraga. Enrique H. Moreno Pla. i,A DESCONOCLDO LOS ESTADOS DE MARTí UNIDOS‘! Pasa en los juicios que se publican sobrr los pueblos Jo que a los hombres de poca edad con las mujeres que los deslumbran por su hermosa apariencia, sin ver que puede una serpiente vivir escondida en la misma concha que parece morada de la perla. Los mozos son así, y aun los que no son mozos en edad, sino en juicio, aun cuando éste parezca maduro por las gracias de la forma en que se expresa. Toman loc pintoresco por esencial, y los detalles aislados y simpáticosc entranas, que suelen ser muy diversas; como quien ve a una mujer de ojos limpios y cutis de rosa, vestida de encajes como podría un hada. y supone que aquella seráfica beldad, que es acaso una Manon irredimible, alberga una hermosura semejante en el espíritu. A los pueblos se les ha de estudiar dos veces, como a las mujeres. El - frívolo se contenta con las impresiones, sobre todo si son de su agrado. o concuerdan con su disposición personal. El que sabe que la pluma se debe mojar r en la sangre de la verdad, aunque nos salga del costado. deja pasar los primeros vapores de la impresión, y escribe después del estudio doloroso de lo real, sin que la simpatía injusta lo ponga cirgo para cuanto no le sea grato, ni desluzca sus opiniones la antipatía, que es debilidad Su voz con algún influjo entre 105 indigna de cuantos aspiran a enviar hombres. Y eso no va dicho por casualidad, sino porque en lo que se rscrilw -ahora por nuestra América imperan dos modas, iguahnente dañinas, piritu están español probando en los países hispano-americanos, preclsamente que no han dejado gue atin en eso mismo de ser colonias. 132 .\\L .\RIO JIIRTIAAO Por ;upueAo que esto no pasa de ciertas capas men!alc:. ). ni una ni otra propaganda interesan hasta ahora más que a In gente rudimentaria ! juvenil de aquellos pueblos cle nuestra -1:néricc donde. prcciamente lwr el amor excesivo a la nol-edad extralia de los Estados 1 nino se h2n desenvuelto c2:no dos. o a la vejez de las cosas españolas. c:l nlgunn~ otras repúblicas nuestras, la riqueza \- la politica. Ptaro de Irjti- se 1-e poco: y como la literatura tiene 10 capa ancha y cubre más a r:;t.nudo lo ligero, que no cuesta trabajo ni fatiga mucho el pensaIriL.nto del que lee, que aquello que toma su peco tiel conocimiento de ia lida ‘- eT.ige mayor atención del lector. sucec!e que una y otra idea. la americana !- la española, hacen más camino del que debieran entre los lectores sencillos y la juventud impresionable, mucha parte de la CLJ por la falsa golosina de este país que le pintan de micl y oro trueca in+znsatn la única vida útil, que es la que trata de eump!ir el deber de hombre en el p:!ís natal, por la mezquina y secundaria empresa de procurarse en tierra estraiia una fortuna pecuniaria que casi nunca llega a más de lo estrictamente necesario para el sustento. El hombre joven se debe a su patria. JOSÉ MARTÍ Julio CLAVES CLAVE .41 Cabo, a Prado: Si Guelito puede: o Tabaco» Para la palabra carlf~as~~. en cualquier nerla, la palabra: (<giro,,. Clave - VI10 - Dos Tres Cuatro Cinco Seis - Siete Ocho Kueve Diez Once Doce Trece Catorce Quinre Dieciséis Diecisiete L?icciocho 1 se encuentran, Gómez, frase en que haya que po- de ilrím-ros: 1888. La Doctrina de Marti, New York, 1.5 de agosto de 1897. Posiblemente se publicó por primera vez en El Economista Americano. CON MARTÍ’ Legajo 16 No. Frank Luis Gil Peter John Man Antonio Miguel Angel Andrés Pepe María López Nzíiiez Lola Enrique Dolores Lucas manuscritas ‘por Martí, 3, Folio 4144. en el Archivo del General Máximo ANI.4RIO 124 AXL’ARIO Diecinuel e \-einte \-eintiuno Veintidós \-eintitrk i’einticuatro \‘einticinco Veintiséis Veintisiete Veintiocho Veintinueve Treinta Cuarenta Cincuenta <cMil» para In palabra ~Ciento» para la palabra «Barco » para la palabra nVengav para la palabra ni%!alzuel o para la palabra xAquí* para la palabra ~t=lhi» para la palabra ((Cápsulas u para la palabra Tengo aquí tantas armas: Aquí ~~- - í ~?/<rfl (d’urlo\ ~:urmf~Il Kitu Ltwr20r .4 m diu I-‘etru f:o>zsllelo -- .1 mpuro -- K~~fupUio -- .Ifrrcr<ltJs -- ~VfWf --- Isabd _ ( ‘ctridrd 0 .Vilu. vciertto » ~1barco 11 (1l:enguj) c.Vanwl» ccaquí )) ccahí » «Cápsulas )> Ciro (tanto) Claw al General: Mayía me dice que se ha seguido tanteando al Presidente. y está favorable . 1-Te visto a Lilí y lo hallo benévolo . He visto a Lilí \- lo hallo hostil . . . Hc visto a Lilí, \- contamos coll c‘u fa\-ol rsplícito . . . . . . I Se hallan, No. 2, Folio manuscritas por Martí, en 4112. el Archivo ( tanta-) arma5 Gire - (1 para el número. la clave de los números qur drjé cuando fui al Cabo y .*:rittdos cordiales General Máximo Llrgur felizmente Frank better Rcmítamc cables Demoraré retorno Viaje feliz ,?migos laltidanlo Atrndcré Giro Giro ruego difícil cien S~5pentla 1 giro Bien gracias Prolongo visita Retardo vuelta Escribo causa Esperaré cable Recibí cartas por Mayía . . . . . . . . . Es:.riho maõana Salga Ud. a Fortune Island. busque a Mr. cab:t~ Farrington y espéreme . . . . . . Responderé Llegué bien zaludos ‘.a i-1 11, os carxnosos del . que podemos salir como est5 combinado . . . . . . . . . . . Lilí nos prohibe totalmente salir de territorio cubano . . . . . . . . . . Lilí sólo nos permite preparar la expedición. y que los hombres salgan del país. pero Ud. y yo7 o cualquiera de los dos, de afuera; y esto es absoluto . . . . . Todo está como ajustamos: pero Lilí exige que el embarque sea de afuera de la línea del país . . . . . . . . . . Lilí conoce nuestros planes y lo creo hostil El embarque se hará como pasajeros . . . No podemos tocar en el Cayo: véannos pasar, y entren afuera . . . . . . . . Mayía y yo podemos ir sin temor en la embarcación . . . . . . . . . . . . Mayía y yo salimos hoy por tierra . . . . Sale expreso explicando punto nuevo de salida . . . . . . . , . . . . . . Estamos al salir dentro dc tres días . . . Imposible la salida de Sama& . . . . . . Es mejor que Ud. lo arregle todo para salir de ahí sin la gente de acá . . . , Devuelvo la goleta . . . . . . . . . Yo arreglaré de aquí mi salida con Mayia Lo de aquí imposible; salga Ud. de ahí . . Salgo a arreglar afuera el modo de volver El General, en Montecristi. registrará la palabra: An&&. Martí. en Santo Domingo, registrará la palabra: Borrnc. De Martí ha! Creo CLAVES’ C-16 125 31.4RTIANO MARTIASO Gómez. 1 Se trata de la claw anterior. 126 ASCARIO 1\1.4RTIAXO CL4\‘E Del General a Narti: Enterado y dispuesto . . . . . . . . . . Descubierto e imposible . . . . . . . . Todo tranquilo según arreglos . . . . . . No toquen en el Cayo; sigan de largo y esperen afuera . . . . . . . . . . . Imposible moverme de aquí; busque modo nuevo de sacarme y av-íseme . . . . . Xo han venido armas del Cabo . . . . . Saldré de aquí con lo que tenga . . . . . \‘oy a Fortune Island y esperaré . . . X0 venga; va expreso con carta . . . . . De Martí Tengo armas . . . . . . . NO puedo conseguir aquí las Port-au-Prince, o a donde Mándeme aquí embarcación nes para llevar Ias armas Salude amigos Giro caro Giraré mañana Espere carta CIRCL-L-AR Manuel mejor Casa salúdalo Devuelva saludos Wmuel repuesto I.Iegó Manuel al General . . . . . . . «Sigo viaje» armas; sigo a diré por carta Escríbame con instruccio. . . . . . Mejorado sigo. DE JOSÉ MARTÍ DEL EJÉRCITO A LOS JEFES LIBERTADOR Y OFICIALES [hÉL)ITA] (Dos *4 LOS JEFES 1’ OFICIALES DEL Ríos, EJÉRCITO 14 de Mayo de 1895) LIBERTADOR: Ll pueblo de Cuba está preparado para vencer en la guerra que ha su libertad; pero será inútil tal vez su sacri:-uelto a emprender para ficio. o costará demasiado sin necesidad, si todo el Ejército Libertador no obedece a la vez al mismo impulso, si no se hace de todas partes lo mismo a la vez, si no se lleva la guerra adelante con un pensamiento aislados, pero energico y claro. El valor suele resolver los encuentros s6!0 cl orden en la guerra, y la unidad de pensamiento llevan a la victoria final. La victoria sólo se puede lograr, o se logra más pronto, con 01 asedio metódico y unánime que aturde al enemigo por su orden imde nuevo donde cree que ha termiplacable: que lo obliga a empezar nado, que no le deja reposo y lo compele a emplear y dividir sus fuerzas Hay que fatigar y tener en ejercicio las fuerzas enfermas y cansadas. del enemigo, y privarlo de recursos, a él, y a las ciudades y poblados todos, sin descanso y con plan, al donde se asila. Hay que marchar mismo fin. (Es preciso saber donde se va, - e ir.)‘:’ Con la resolución indudable del pueblo de Cuba, es imposible la derrota, si hacemos bien nuestras oportunidades, la guerra, si no ayudamos al enemigo perdiendo dejándolo descansar, y contribuyendo a abastecerlo, si entendemos desde hoy los derechos que la guerra nos da. los medios de que podemos usar en clla, el método que debemos seguir, y las obligaciones que nos impone. generales, para obtener sin pérdida de Expedimos estas instrucciones tiempo esta unidad y energía de acción en el ejército cubano, puesto que ya ha terminado el período primero, naturalmente confuso, de for- 128 4hCARIO 3lARTIASO mación de las fuerzas. !- estamos permitiendo al enemigo que mejore y prepare sus tropas en calma. por no darnos prisa a cortarle sus recursos, a Jitiarlo de cerca o de lejos. en las ciudades donde se refugia. a obligarlo a salir a la pelea en busca de pro\isiones para las ciudades. y a interrumpir todos los trabajos que puedan aprovechar al enemigo. o a los que le paguen contribución. p todas las vías por donde pueda tran+itar y comunicarse.-Estas instrucciones deben servir de guía constante n JOP Jefes y Oficiales del Ejército Libertador, Este principio se ha de tener constantemente en la memoria, y por él se ha de resolver por el Jefe u Oficial cualquier caso imprevisto:-la guerra tiene cl deber de destruir todo lo que, de cualquier modo, ayude a mantenerse o defenderse al enemigo:-y cuando la guerra, como en Cuba, es la patria, cualquier falta de vigilancia, cualquier falta de persecución. cualquier falta de ataque. cualquier descuido que dé al enemigo lo que se le pudo quitar, o le permite recibir lo que no debió llegar a él, es un delito de traición a la patria. (Se ha de tener incesantemente conocidas todas las vías y maneras por donde el enemigo recibe ayuda. mucha o poca, y se ha).* P Los trabajos pacíficos de cuyo producto va a aprovecharse el enemigo. bien sea por la contribución que cobra sobre ellos: bien por la ganancia de los que lo ayudan,-se han de impedir, todos. P Las reses que pasan a alimentar al enemigo, o a los poblados que le sirven de estación, o a las ciudades donde se hace fuerte, donde se prepara a atacarnos. y donde se repone de sus pérdidas y enfermedades,-deben ser detenidas y dispersas: sin excepción, y castigados los que las llwen,-+ amparen su entrada. (b). P Las vías todas de comunicación,--correo3 telégrafo, ferrocarril, deben estar siempre inservibles.-los correos, prohibidos: el telégrafo, cortado; el ferrocarril, destruido, o siempre fuera de uso; y los caminos de agua y tierra, ocupados o molestados en sus cruceros principales. P (a) Las ciudades, deben estar aisladas de todo recurro. en zozobra perenne, recibiendo sin cesar pruebas de la actividad de la revolución, para que estén dispuestas a ayudarla, por acabar las privaciones que le vienen de ella. y por su poca confianza en un gobierno que no las puede librar de la escasez o el hambre. P Cerrar todas esas fuentes de fuerza material y moral al enemigo es el deber de todos. en todas partes. en todos los momentos; y dejar abierta al enemigo, o floja. una sola puerta o vía, es ayudarlo, es contribuir a que se fortalezca y se reponga,--es el delito de traición P la patria.-La parte más importante y decisiva de una guerra no está en las batallas, ni en los hechos de valor personal: sino en el sistema ASC.SRlO inexorable con que, de todas partes a la vez, se al contrario. se le quitan recursos y se le aumentan obliga a pelear contra su plan p voluntad, y se le sus fuerzas.-Y en esa condición, son más fáciles Hay que preparar el éxito de las batallas con ese MARTIASO 129 debilita y empobrece obligaciones, se le impide que reponga y útiles las batallas. trabajo continuo. Los trabajos.-Se ha de impedir todo trabajo pacífico cuyo producto pueda aprovechar al enemigo. Todo trabajo cuyo producto va al campo enemigo, le aprovecha a él, y aumenta sus recursos contra la revolución. E:l gobierno cobra contribución sobre esa riqueza; y los amos de ella, por seguir gozando de ella, apoyan al gobierno español que les defiende ~1 trabajo, con el mismo dinero que sacan de él. Permitir el trabajo que va a ayudar al gobierno español, es dar al gobierno español recursos con que pelear contra Cuba. Todos los trabajos que no sean de los cubanos revolucionarios, para el sostén de sus familias y el de nuestras fuerzas, deben ser impedidos. Así, el gobierno no puede cobrar sobre ellos la contribución que emplea en hacernos la guerra,-los que lo ayudan no tienen con que ayudarlo, y le pierden respeto porque no los puede proteger,-y los trabajadores, que ya no tienen interés en ser pacíficos, quedan libres para unirse a la revolución. Las reses.-Se ha de impedir el paso de reses a los campamentos, poblados o ciudades del enemigo. Es fácil entender lo grave que sería permitir el paso de provisiones a un campamento. Las ciudades ocupadas por el enemigo son sus campamentos principales, y se les ha de rodear, y privar de provisiones, lo mismo que a una fortaleza sitiada. Al enemigo a quien se hace la guerra, no se le puede estar sirviendo de proveedor. Al enemigo no hemos de darle alimentos, sino privarlo de alimentos. El gobierno español no permite el paso a cargas de vianda y animales que vengan a alimentar el ejército de la revolución: la revolución no puede permitir el paso a los alimentos del ejército español, y de las ciudades donde se defiende, se asila, se cura, y rehace SUF fuerzas para volver a atacarnos. Todo el heroísmo de Cuba sería es. téril, si los cubanos se encargan de reponerle al enemigo en el asilo de las ciudades las fuerzas que en el campo de batalla les hacen perder. Pasar reses, es ser cómplice del enemigo. Las recurso, España, tenerlas veerlas, ciudades.-Se ha de mantener a las poblaciones privadas de todo en alarma continua, y sin capacidad de producir provecho a de modo que ésta, en vez de sacar contribución de ellas, o manen abundancia y trabajo, tenga que atender a ellas y que proy los habitantes, viendo el gobierno impotente, respeten o deseen 130 .4SUíARIO MARTIANO la revolución. Las ciudades juzgan de la potencia de la guerra por cl modo con que la guerra llega a e!las. Las ciudades llev-an al resto drl psis. y al mllndo c;Lle 1 iene en los barcos a sus puertos, las noticias de Por las ciudade \c el rnuntlo si la guerra c. la furrza dc la gurrra. poca o mucha. J.a5 ciudadc 5o1: la mrdida de la guerra. ES enteramclrte inútil el e>t:rcfo bril13ntc dc Ir? guerra cn el campo, y nuestra victoria en él, si ese estado de guerra y esa victoria no se siente y se ve Si el rrsto del ;lal.s. y cl mundo. ven las ciutlcdes bien cn las ciuda(!es. provlslas. sin aJarmn nt cscawz. trabajando cn paz como si ciluvicran en paz,-la sangre de los héroes y el sacrificio de sus casas serán vanos: Espaiia puek pro!jar al país p al mundo yae no hay guerra en Cuba, o CiLlC la g::erra ec: débil y despreciable. E! qruc hace la guerra dt’biimente, Ia hace contra sí-. Si las ciudades viven en pArlico incesatl:c. ?i el trabajo es i:ilposible y es grande la estrechez, si l-en :I las luerzai del pobicrno obligadas a salir en busca de recursos. si sienten la guerra,> el país cree en ella. y el mundo. (Por las ciudades ve el mundo si la guerra es poca o mucha. Las ciudades son le medida c!e la pouncia de la guerra. Por eso es verdud severa que).* Todo eJ que ay-uda a la tranquilidad yal abastecimiento de las ciudades, ayuda al cwmigo a -presentar la guerra como impotente e infeliz, y es traidor a la misma guerra que hace. Por eso las ciudades deben estar, todas a la vez. cn alarma y escasez continuas. Si no entran a las ciudades alimentos de boca. el gobierno no puede mantener en ellas fuerzas pndrs, o tiene que gastar más en mantcnerlas. Si no hay alimentos en las ciudades, cl gobierno, mientras las a costa de sangre y enfermedades, y Jos ocupe, tiene que procurarles, habitantes, apurados del hambre y la pobreza, o abandonan la ciudad para el extranjero, privando de sus rendimientos al gobierno, o vienen a la revolución, o se disponen a .favorecerla. Si no hay trabajo en las ciudades, el gobierno no tiene de donde sacar en ellas recursos con que hacer la guerra a la revolución.-Las familias de los revolucionarios. aunque sean nuestras familias, ayudan prkticamente al enemigo con el gasto de todo lo que consumen, que le paga al enemigo contribución. El gobierno, que ha de mantener su crédito hasta que se rinda, se verá obligado de surtir las ciudades hasta que las pueda ocupar con seguridad la revolución. El miramiento por las familias de las ciudades, que son los mejores campamentos del enemigo, no puede ser razón, en revolucionarios honrados, para herir de muerte a la revolución, ahasteciendo en las ciudades a los campamentos enemigos,-y permitiéndole ANCARIO hIARTI4SO 131 que la paz de las ciudadc; desacredite y rebaje la revolución.-Por esas razones, todo de:cuido en cl sitio constante de las ciudades. no es menos que traición. Caminos: jcrrocurriles v felégrajos.-Con el uso de los ferrocarriles, el enemigo saca dos ventajas:-mantiene corrientci las grandes riquezas del país, que le dan recursos con que hacernos la guerra. y tiene un modo rápido de mover las fuerzas. sin los peligros v la dilación de Jos caminos, y sin Jas rnfermrdades y los obstáculos dc la marcha: tollos los ferrocarriles deben e.qtar constantemente fuera de uso, para que cl enemigo no pueda mover sus fuerzas con una ventaja que no tiene Ja rcvohrción,-ypara que la riqueza del país no tenga recursos que dar al gobierno, y sc convenza de que el gobierno es impotentr para protegcrla, y la revolución es bastante fuerte para impedirle que trabaje.-Con el telégrajo, el cnemi;:o iguala todas las ventajas que da al cubano cl hacer la guerra en SLL propio país: el telégrafo es el práctico, cl denunciante y el espía: continuamente han de estar las líneas por tierra. de modo que sea imposible repararlas.-Los cantiizos pueden ser el mejor auxilio de la revolución, si se atiende bien a este ramo de la guc rra. Los transeúntes que pasan por los caminos sin hallarse con nuestras fuerzas, o las recuas y carretas que los andan sin ser molestÍI<iOS, kan por todas partes pubhcando que la revo!ución no tiene fuerzas con que guardar los caminos: o que sus jefes y oficiales son tan desidioSos y torpes que permileri al enemigo el uso libre c insolente de SLIS c;“npos. Pero si se impide. sin perder una ocasión, el paso de provisiones _por el camino. y los que lo andan ven a nuestras fuerzas u oyen de ehas, .se atimenta el respeto del enemigo y del país por la revolución; SC 1:: en.+ría diariamente que la guerra es fuerte y vigilante y se mantiene a la comarca agitada con la guerra, y se corta la entrada de recur.<os a las ciudades.-La revolución debe estar dondequiera que se la deba e;prrar: y así gana fuerza. La revoiución no debe dejar nunca de en~c%rse donde se espera que esté, y donde es SU deber estar,-porque. si no, pierde crédito y fuerza.-Dejar en uso al ferrocarril, es igual al delito de transportar las fuerzas enemigas: dejar en pie el telégrafo, es IO mismo que servir de práctico al enemigo: dejar de vigilar los CS minos, y permitir paso libre a carretas y recuas. es confesar que la revoIución no tiene fuerzas ni inteligencia con que combatir al enemigo. Es indispensable destruir el telégrafo, mantener interrumpidos IOS ferrocarriles, y tener siempre bajo vigilancia los caminos. 132 ANUARIO MMARTIANO El buen trato a los habitantes del país, cubanos o españoles, es otro recurso poderoso de guerra; y el que por el maltrato o el despojo innecesario de los pacíficos espante de los campos a los pobladores que pueden ser ayuda continua de la revolución, u obligue a las familias o a sus hombres a irse al enemigo por justo rencor: o en busca de amparo: eS culpable del delito de complicidad con el enemigo. La guerra no podría vencer sin el cariño y la ayuda de los pacíficos: los pacíficos fieles a Cuba son nuestros almacenes, nuestras avanzadas permanentes y nuestros hospitales, y los debemos cuidar y respetar como se cuidan y respetan esos servicios; así como debemos acabar de raíz a los que de cualquier modo ayuden a España, o den albergue y servicios a sus tropas. El peor enemigo de Cuba es el que por su abuso o su maltrato le quita a Cuba servidores, y se los da a España. La guerra tiene derecho a satisfacer sus necesidades legítimas, que son dos: privar al enemigo de toda especie de recursos,-y atender a su alimentación, vestuario y Puede tomar la guerra lo que verprovisión de armas y municiones. daderamente necesite, porque lo que se lleva innecesariamente es un robo a la revolución, que va a seguir necesitándolo,-y porque cada abuso que se comete es un soldado más que se da al gobierno español. Es indispensable que el país ame la revolución, que la vea sin miedo, que la vea llegar con gusto a sus puertas, en la seguridad de que no le llevará más que aquello a que le reconoce derecho porque le está defendiendo los suyos. La naturaleza humana, y en especial la dignidad cubana, aborrece el abuso, y a los que lo cometen. Los Jefes y Oficiales castigarán, como el delito de abrir banderín para el enemigo, a cuantos abusen de la buena voluntad de los pacíficos leales, o consuman y destruyan los alimentos que no necesiten, o desagradezcan y ofendan a los cubanos y españoles que nos ayuden. La práctica en los servicios de la guerra es indispensable también para vencer. Con hombres precisos, dispuestos a todas horas para todo, con el corazón más alegre mientras más difícil es el empleo que se les da, con su arma limpia y su caballo entero y pronto, se pueden intentar en la guerra las sorpresas y las improvisaciones que son imposibles con hombres que no encajan de prisa y bien en su puesto, como las diferentes piezas de un arma a la hora de montarla. La hora de acción no es hora de aprender. Es preciso haber aprendido antes. Es preciso tener a 10s hombres disciplinados, que es tenerlos dispuestos a prestar servicio a una VOZ, sin perder en preparativos, confusiones y torpezas el tiempo que se ha de emplear en caer silenciosamente sobre el enemigo. Los ANUARIO MARTIANO 133 hombres sueltos. con demasiado tiempo a su disposición, sin trabajos de guerra que los acostumbre a estar listos para ellos, sin el hábito del deber a horas fijas. y de la atención rápida a las órdenes que reciben. no sirlen bien a la patria. ni Ir pueden dar el ejército sazonado v seguro que necesita para arrancar su independencia de un enemigo que tiene todas esas condiciones. A un enemigo no se le puede vencer si no se tienen las mismas cualidades que él tiene, o más. Un ejército de hombres descuidados y voluntariosos, un ejército indisciplinado, no puede vencer a un ejército donde todos los hombres tienen la costumbre de ir a la vez a un mismo objeto, montar a los caballos de un mismo salto. de manejar sus armas con facilidad e igualdad, de obedecer la orden al instante en que se recibe,-un ejército disciplinado. Disciplina quiere decir orden, y orden quiere decir triunfo. Puesto que el cubano hace a su patria la ofrenda de su vida, hágala bien, y déle la vida de modo que le sirva, por el orden de sus servicios, en vez de serle inútil o dañar,-por su desorden y torpeza en el instante de defenderla.-La mejor disciplina es el empleo incesante contra el enemigo. Las propiedades de los que nos respeten y sirvan serán respetadas, siempre que su servicio a la revolución sea tal que permita excusarles su contribución forzosa al enemigo; pero deben destruirse las propiedades donde se albergue o provea, o pueda albergarse o proveerse, el enemigo, y cuanto le valga como posición o ayuda. La guerra debe desde hoy conducirse de modo que no se cause en ella destrucción innecesaria, y de mera venganza o rencor, sino que cada acto de destrucción esté justificado por la utilidad que el enemigo saque de lo que se destrujc, o por la enemistad excesiva e irreconciliable de los dueños. Las propiedades extranjeras deben ser tratadas con especial benignidad, siempre que no den auxilio conocido y voluntario al enemigo, en cuyo caso son instrumentos de él, y deben ser tratados como tales. Los espaiioles deben ser tratados de manera que en todo lo que haga o diga la revolución puedan ver el deseo sincero de que los españoles útiles y respetuosos vivan en paz en Cuba, y en el goce de sus bienes después de la lihertad. Se tratará como a enemigos a los que como a enemigos nos traten; pero debe dejárseles ver bien que pueden ser nuestros amigos, si desean serlo. Como el ejército español de hoy tiene muchos soldados jóvenes, y de idea liberal, que están en la tropa contra su deseo, debe ponerse cuidado en hacer saber a los quintos, por quien pueda acercárseles, que los cubanos ven con pena la necesidad de hacerles fuego, y que en vez de servir a la monarquía que les sacó de sus \\c 13,l caYa.< y bcrtnd. dcopuck de vivir les que del en 4RIO 3; 4RTIISO ANUARIO p alarmadas persecución. roba la libertad. pueden venir sin miedo a las fila‘ de la lison las rubanaS. a ganar puesto desde hov en la tierra que modo triunfo los \er,i como a hijos. y les pagará dintlolr~ ella felizmente. Gn cesar con nuestra cercanía MARTIANO y el efecto 135 de nuestra Es indispensable, para estos fines y la marcha general de la guerra, yac ICS Jefes y Oficiales disciplinen a sus fuerzas, acactum~~rindolas a hacer bien y al mando los servicios de guerra, y a adquirir la inteligencia \ iva. la obcdirncia pronta. cl reparto del trabajo, el conocimiento del arma, el buen uso del c&llo, y- la acción rápida, y dr todos a la vez, que aseguran en los encne~ltros mrk aparados. la salvación, y logran, aún con Eucrzrs menores, la victoria. Esos principios deben regir los actos todos de los Jefes v Oficiales. -1 10s de‘y ninguno debe ir contra ellos. En esos principios estlin IOLOS ruchos que la civilización permite a la guerra; todos lo? mcrlios de que 3e pucc!e valer para proveerse y privar al enemigo de recursos, y todas de vigilancia, y acción incesante contra el enemigo; Ias obligaciones Así, ocupados verdaderamente los campos, destruidas las vías de comunicación, 1 igi!ados siempre los caminos, sorprendido.5 con esa rccorrida incesante los movimientos del contrario, reducidas al pánico y a la escasez Iris ciudades; j- bien disciplinado y preparado el Ejército Libertaclor.-podrá mover sus fuerzas, cuando sea necesario7 con la grandezn y rapirlez con que en su día han de operar para arranca: al enemigo la independencia de Cuba.-Si no, si no hacemos todo eso. todos a la vez, daremos prueba por falta de sistema, a pesar de nuestro heroísmo, dc ser incapaces de conquistarla. Lo cual no será,-porque en el pueblo cubano es tan grande la inteligencia como el valor. Tenemos ya las fuerzas suficientes para el triunfo, tenemos Jefes y Oficiales heroicos. tenemos fuerzas de bravura y de resignaci6n invencibles, tenemos cl cariño y la ayuda del país. Movámonos con orden, y con ese plan fijo, sin una falla sola, y habremos colocado pronto entre las naciones libres la bandera de Cuba. que la guerra tiene inmediatamente que cumplir. (Xo se puede dejar de cumplir uno solo de los deberes que la guerra impone. DC todas partez a la vez debe hacerse la misma clase de guerra: dcbcn estar OC~los caminos; deben impedirse todos los trabajos que padw- o vigilados, deben tenerse siempre destruidas. o cortada:, va>-an a la población: to(las las vías de comunicación.)“” So es posible que la guerra continúe reducida a encuentros casuales, So es posible que la impunidad con que las ciusin un plan común. datlcs de estån abasteciendo desmienta al mundo diariamente que en lou campos de Cuba pe!ea un ejército valeroso. No es posible que cl mieniros cl ejército cubano ee desorganice por la falta de ocupación. enemigo llena de provisiones sus campamentos, campea sin ser perseguido en los caminos. J- descanse en la estación de 1x Iluyias para atac*arnos en masa. cuando esté repuesto y aclimatado. Y es indispensabla que, como sistema continuo en la guerra, haya siempre en las cercanías de las ciudades, fuerza& ligcres, compuestas de hombres escogidos y honrados, que impidan, sin escape ni perdón, toda entrada de provisiones a las ciudades. Es indispensable qne pequeíías fuerzas, diestras en hacerse sentir sin exponerse a dificultades. \igi!en los caminos, como avanzadas permanentes, enseRando la guerra, dc modo qne la vean y la oigan sin cesar, por donde quiera que pueda ir noticia de ella a las ciudades, recogiendo y trayendo al vuelo, todas las noticias importantes que sepan del enemigo; e impidiendo, donde quiera que se intente, todo trabajo de que el enemigo pueda sacar ventaja, 0 los que están con él. C-16 Folio 4723 T N2 ..<........... --DOCIIIII <....,..<._.,,,.._.._. ,n,t: :lill<Íg::.do. -La I-iv . . . . . . . . . . . ..<.................< 1':!.II?:i. c!:. J%ir.t: ‘-ar!;. i A,~c!l;\o letra may-úscula P consto en el origkal en lo misma copiado, awlque ce deduce que significa párrafo aparte. -El (1)) se infiere que debe seguir des;>& copiar cl documento tal cual es. -La llamada (*) significa q”e lo <que aparece entre paréntesis chado en el original. pero Es indispensable que esas fuerzas ligeras mantengan perpetuamente interrumpidos los telégrafos y los ferrocarriles. se Es indispensable que, por esos medios y cuantos mas ocurran, las ciudades en estado de sitio, privadas dc recursos, tenga siempre a .- párrafo marcado se ba querido Sacional). fcrma en que se ha del marcado se encuentra (a), ta- --- RECUERDOS DE MARTí” Pon BERNARDO FIGUEREDO A Martí lo conocí de lejos la primera vez que llegó a Cayo Hueso, ya al atardecer de... no me acuerdo la fecha... diciembre del 91. Yo tenía unos 13 años. Vi a Martí cuando llegaba, procedente de Tampa, acompañado por varios patriotas cubanos que a algunos de ellos conocía como a Eligio Carbonell; pero no pude acercarme, pues había un grupo grande delante de mí, e iba acompañado por el Sr. Ceva, amigo y compañero de la Academia de Pintura de Abbney, y noté que él venía muy abrigado para las necesidades de Cayo Hueso, donde casi nunca se usa ropa sino la corriente, tropical. Lucía un poco cansado. Enseguida que bajó, le ofrecieron un coche, pero él dijo: «Yo no quiero andar en coche si el camino no es muy largo, y sé que el hotel está cerca, así que prefiero caminar». Entonces fue acompañado por la Comisión que lo recibió: entre los cuales recuerdo perfectamente a Peláez, Gualterio García, Serafín Bello y a Pompez. Inmediatamente se le reconoció por un médico, no sé si el Dr. Palma, el doctor del hotel, pero lo principa! fue que se le ordenó un reposo, pues estaba muy cansado del viaje y del trabajo intenso que tuvo poco después de salir de Nueva York. En Tampa, ya anteriormente había dicho en el mes de noviembre el discurso de los estudiantes fusilados el 27 de noviembre. Con ese motivo tuvo muchas solicitudes, especialmente de la Colonia Cubana de Tampa, * Transcripción de una entrevista grabada en cinta magnetofónica, hecha por Cintio Vitier y Fina García Marrw a Bernardo Figueredo, con el auxilio técnico de Magno Mitjans. A pie de página se insertan notas tomadas en otras conversaEl entrevistado, nacido el 10 de julio clones, que completan 0 enriquecen el texto. de 1879, es hijo del conocido patriota y escritor Fernando Figueredo Socarrás (véase el libro de éste, La reuo2ución de Yaro, 1868-1878, La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1968). 138 para tomar .4‘íu~R10 JIARTIANO a hablar allí. lo cual no le permitió la premura en que volviera el vapor que ya de antemano se sabía usaría para ir a Cayo Hueso. Después de esa visita, de esa vista con Ceva. mi compaiiero, y continuamos de Malti, nuestras volví a la .Icademia clases. Abbney era un canadiense que tuvo un ataque pulmonar muy fuerte allá en el Canadá y mandaron los médicos que fuera lo más pronto posible a recuperarse y acabarse de curar en un lugar de clima tropical, romo era el de Cayo Hueso. Le gustó tanto el lugar que le habi~u aconsejado, que entonces, después del mes, drcidii, quedarse definitivamente. Era un hombre de algunos recursos, y pintor. especialmente. Se puso a dibujar las matas de coco y las palmas que habían sembrado ya desde el aiío 1855 los primeros cubanos que llegaron allí emigrados, mucho antes de la Revolución del 68. Por cierto, que entre esos emigrados estaba mi abuelo Don Bernardo Figueredo y Téllez. Fue uno de los primeros procesados que hubo en Cuba por los movimientos y las ideas de liberación de Cuba del dominio de Espafia. Después de regresar a la Academia, y comentando que Martí lucía cansado y que así tal vez no podría resistir el trabajo que se le había impuesto, pues nos dedicamos a nuestro trabajo de estudio y práctica. Entonces la próxima vez que lo vi, fue ya en mi casa.’ Inmediatamente que llegó Martí lo recluyeron en el hotel, encargándose Angel Peláez de actuar como cancerbero para evitar que lo molestaran, í?o obstante lo cual, por tratarse de un edificio público, era difícil hacerlo. Entonces a los dos o tres días de estar ya Martí en Cayo Hueso, Peláez fue a buscar a mi padre, que era la primera persona a quien él le había pedido que viera en Cayo Hueso. Entorces mi padre fue alli; Fl no estaba muy seguro y tenía la idea de que Martí podia ser un ilusionado, que no tenía idea de lo que era una guerra como la que había que sostener y habían sostenido los cubanos durante 10 años, pero no obstante fue a verlo. Desde el primer momento tuvieron las más simpáticas relaciones y agradables siempre; con SX manera caci magktica de atraer a 1~ hombres a la buena causa, pues fue que se ganó a mi padre. Después de esa conferencia fueron a ver a mi padre los distintos jc-fes.qce había 1 Vixm enfermo up @XII agotamiento en la Biblioteca. A que el cielo del Cayo el azul más lindo es de Tampa. En casa vivió algún tiempo mientras nervioso. Vivíamos en un segundo piso. Martí y veces me llamaba: «Vanxx a \ ir c:liir hoy era muy pareci&o al de Cnha. < G:undo e! sol el del Oeste.» se reponía de yo dormíamos cl sol.» Decía sale. de& él, en Ca‘0 Hue.=.o. que también era narlej la gut’1~3 mi padre canl!?ió Serafín Srirr~~!:w. parecía (juv t<ailía entre ellos Serafín Sánchez. que era muy escéplif.0 ! de los que decían que a los r:ìpsñolr= había que gacon balas !- no con baladas. DespuG; de la rntrtL\ i-la. completamente de opinión \- 1~ dijo ;1 \Iartír?cs< \c:a. Teodoro P<;wz. a Lamadrid \- ;L Po\“. que cl !-~.,~:i~w el pie firmemente en la tierra. IYo t’ra ull hombre con iluzionw. sino que .&ía que era uii<i f .~:c’i? verdaderan’entc ciclópea la que había que acometer, y se wì!jii~ (‘i)!, fuerzas parc i:;:cerlo. aunqw 61 no tenía muchas, por lo que necchltaba el concurso t!e todos nosotros. Postcriormenic hubo una nota cn la que ya cambiaba la oi>ioión. Fueron llamando u Serafin, por lo que segi’m lni padre, le habian tiado la lista de IX personas qce él debía ver primeramente; )a hU!,ía ;istr, anteriormente ;1 Juan Francisco Lamadrid 4~ a Po\“, por indir,wiones de Angel Pt~lktz. Angel Peláez era escogedor c!e una f&brir:x. Ill:l!decidor, muy entusiasta y un hombre que tenía un e.kpírilu slm;ciliw y decidor. El siempre en donde había que hablar. hablaba aullquc no decía discurso. Posteriormente a tcdus estas preliminares. ea se aseguró Martí que cuando sali& cuando le permitió el médico salir del hotel, la primrra visita que él hizo fue a nuestra casa. Mi padre lo recibió, desde luego, con mucha amabilidad, le presentó a la familia, él besó en la frente a mi abuela, y a mi madre en la mano y a mi tía. Inmcdiatam:ntc mi padre se seiltb al piano y tocó el Himno de Bayamo, que todos IOS muchachos que habíamos en la familia en ese momento--Gramos ochoX pasteriormente nació una de las últimas, para formar los nueve-Ir rantamos el Himno de Bayamo que a él le emocionó mucho ver como todos. desde el mavor, que era yo. hasta la última, lo cantaban con entuslUw~o -y con carino. Entonces mi hermana Tomasa tocó la ~Habanc~a Tú)). de Sk&:< cle Fuentes. entcr?ces era cosa nileva. y otrcs pieza:i. c,:itrc clles toe:1 c.1 1’;eludio Ill’o. 7 de Chopii:. l?l la felicitó par lo Li-:ii qnr lo !?abia t~:*ado 5 drc+a que ew preludio era breve J%Ibd0 corno ui?2 gota v un2 estrella fugaz en el firmamcnlo. de rocío. una lágrima Esto entusiasmó r~arho a mi hermana y a todos 10s que estábomn; allí. creíamos qw e;!k habí;l hecho una cosa muy superior a lo que noso~rw e&barno: acostumbrados a oírle todos los días. Despuck de la breve visita, pnes ya Peiáez estaba urgiéndolo. ~JEPS tenía qUe !lacer otra-. El decía qL:e Pehíez era su tirano: «el tirai: r~tás 140 -grato que había conocido». El caso es que la \-isita fue corta: pero muy grata. Ni padre siempre fue amigo de tener muchos árboles. especialmente matas de coco. en su patio; y cuando salían. 61 se admir<j de los COCOS tan lozanos como se veían, y tan cargados de frutas. así como anones, y le prometimos que tan pronto fuera la oportunidad, pues él los probaría todos. Efectivamente así fue. Después en otra ocasión cuando estuvo, pues los probó todos, especialmente el anón que le parecía la fruta más exquisita que se había podido crear por la mano de Dios. Y respecto del coco quiero decir que Pánfilo, uno que fue esclavo de la familia y prefirió seguir con la familia a pesar de su derecho a la liCuando mi padre le dijo que él era bertad, nos acompañó siempre. ya libre y que no tenía que someterse a nosotros, a la familia, pues él yo he estado contigo dijo: «Yo no me separo de ustedes, Fernandito, desde que naciste, nacimos casi juntos, hemos jugado juntos y nos hemos paseado mucho a caballo, hemos recorrido toda la comarca juntos y yo Martí no me puedo separar de ti». Efectivamente así fue. Cuando volvió a casa, que iba a almorzar con nosotros, como primer obsequio le volvimos a dar anones y a tomar coco. Entonces Pánfilo, por encargo de mi madre, ya había preparado un vaso con hielo y panal de azúcar para ponérselo. Cuando él vio todo esto le dijo a Pánfilo: «Mire, Pánfilo, acuérdese que yo soy guajiro, y que yo quiero ser guajiro, yo sé manejar el coco, présteme su cuchillo». Entonces Pánfilo, que ya le había empezado a preparar su COCO... entonces él con una habilidad grande, especialmente una persona que no lo hacía todos los días, abrió su coco y se lo tomó directamente del coco a la boca. Entonces nosotros hicimos lo mismo, eso era lo que hacíamos todos los días, entonces dijo: ((Ahora voy a hacer una cosa que probablemente ustedes habrán hecho y que para mí es la cosa más interesante del coco y más grata)), y entonces con el mismo cuchillo hizo una cucharita de la cáscara, le abrió la boca y empezó a comerse la masa con un gusto que a todos nos encantó. Entonces nos dimos cuenta que nosotros estábamos comiendo también una cosa deliciosa desde el momento sn que le oímos los comentarios que él había hecho. Pero nos hizo mucha gracia también que Pánfilo dijo: «Bueno, y ahora qué hago yo con el vaso éste y con el hielo y con...» Dice: «Ah, pues guárdelo para luego, porque para mí el coco hay que tomarlo como lo he tomado. como lo hemos tomado todos nosotros aquí hoy». ASGARlO MARTIASO 141 Nartí era muy decidor, no hablador, sino que si tenía algún pensamiento. observaba alguna cosa que le llamaba la atención. enseguida la ponía en palabras. Yo quiero decir que la otra vez que b-i a Martí fue en la Academia de Abbney. Esta Academia que empezó con modestia, llegó a coger una gran preponderancia. Allí había una Sala de Lectura que era la principal, donde había una mesa para lectura que tendría unos 8 pies de ancho por unos 16 de largo. Tenía las ventajas de que las tablas de cada lado, para leer, tenían una ligera inclinación y si era necesario tener una mesa mucho mayor, por un procedimiento que se le ocurrió al Sr. Camellón, que fue quien la hizo, esa mesa se convertía entonces en un tablero más grande que una mesa de billar, pues él le quitaba los tacos que la levantaban al centro y enionces quedaba una mesa plana. Esta mesa servía lo mismo para hacer mapas grandes que para hacer diseños de telón, como los que hacía Barroso para el Club San Carlos y para otras Instituciones. Siempre estaba ocupada con periódicos, pero especialmente permanentemente por un libro muy grande que tenía hojas sueltas para unirse, para pegarse en ellas los distintos recortes que llevaban los asociados. -Había siempre un encargado de pegarlos, de manera que estuvieran todos pegados bien. Algunas veces me tocaba a mí, a pesar que era un muchach&, pero estaba encargado de juzgar, y algunas veces cuando protestaban los que yo les negaba, pues apelaban como hacían con otros que también les negaban su participación en el libro. Entonces había un comisionado, que me acuerdo que el principal era Francisco Díaz Silveira, que era el que en definitiva era quien juzgaba si aquéllos que querían pegar eran dignos del puesto kse en las hojas de nuestro gran libro. A Martí le hizo mucha impresión el libro, creía que era un elemento grande, no tan sólo para juzgar el talento de quien lo había puesto, sino también el mérito de los recortes. Desde muchacho me gustaron mucho los mapas, me interesó siempre mucho la cuestión de la geografía, pero especialmente la de hacer los mapas. Tanto es así, que después era mi oficio principal el hacer mapas para las expediciones y no tan sólo el lugar donde estaban, sino el lugar donde probablemente podrían desembarcar en Cuba. ANLARIO Yo recuerdo siempre con gran placer que Federico Pérez Ccr?i+: mo decía que él conocía a Cuba miis por los mapas que >o había hpcho, ~0 tenía ;I~~:nprr <iL-e por 103 clave había conocido en toda SLI 1 ich. Corno IÜ duda re>pecto al nombre de Cayo Huc-o. por CELIA de llamab: Ca!-0 se llamaba (:a!o llur.50, en!*i:l::se I;eJ- Yi-est cuando anteriormente expresó \-arias veces que el error consistía en que los ingleses: qw eran los dueños de la Florida entonces, por la fonética OXeron Ca!-0 Ilucw J’ le pusieron Cajo del creían clue el Ilurso se refería al Oeste. rn!~~w3 Oeste, que cs Key West, pero cuando yo le Ilx!;laba a SInrtí 22 cs:* c’:ndice: «iih~;.a puedes resolverlo cuando peco que yo tenía en averiguar, vayamos a Nueva York, tú ver& que enseguida Yas a resolver til:: dUclas sobre si esto fue siempre Key West 0 Si fue siempre Cavo Hueco.» Entonces, efectivamente, cuando fui COSI 61 a Nue\a York. en Ia biblioteca de la ciudad -una maravillosa inulituciónpedí 1~ mapas estaba marcado dc-rir hamás antiguos de la Florida y efectivamente. L cía cerca de 250 años el nombre del cayo corno Cayo Hueso y ro romo Key West. Al Oeste de Cayo Hueso hay x-arias islas grandes que” podían haber sido cayos del Oeste, pero el Ca>o nuc~tro, era ya bauiizado Cuando la Florida fue espai?ola, así por los españoles conquistadores. ya ese lugar se llamaba Cayo Hueso? 3 La voz de PlInrtí era suave, no era estridente ni airada, sino al contrario, era una 1-0~ dulce, aún habIando de 10s enemigos, que cra el gobierno de Espaiia. Siempre lo hacía con mewra y sin exagerar. XunELI sistema de gobierno 1~ SLI (YI denostaba a los españoles. Denostaba Tenía su modo de hablar, tiranía, especialmente la de los voluntarios. pausado, alzaba los brazos. pero sin violencia. no rrn :uLve tambifn, :lcm&ba pn5etazos en 1,7 tribuna ni alteraba la 1-0~. sioo al contrcric, I?re el mismo tono grato en e:te mismo momento. y que recuerdo como si lo estuviera La voz de él se parecía mucho -a c;,r;do 105 que .MARTIA~O 143 puedan haberlas conocidoa las personas siguientes: seguramente que les interesará mucho la información, porque se darán cuenta más cercana de lo que era la 1.0~ de Martí. Hablaba como Luis Pernas -un médico de Cienfuegos. muy querido y estimado--, también hablaha como Rafael Solís Altunaga ! como José Antonio González Lanuza. Su voz no erd penetrante y sin embargo se oía perfectamente en todos los ámbitos del San Carlos, que era un teatro bastante grande, como lo que cra a:ltcriormente cl teatro Payret. Su voz, si se pudiera trasladar al soaido instrumental, corrwpondería a la viola en los instrumentos de cuerda, y aI oboe a los instrumentos de viento.4 Allí había el Segundo Fuerte. El Primer Fuerte fue el Fuerte Taylor, y dwpués venía el Fuerte Segundo y el Tercer Fuerte. El Fuerte Segundo pertencía a Eduardo Gato, que lo había comprado al gobierno americano, lo mismo que todos 10s terrenos adyacentes. Este fue e1 Fuerte, que en términos militares dicen Torres de Martelo, que es una especie de torre y cuartel y obra de defensa. Allí íbamos a hacer ejercicios militares los cubanos, pero especialmente de tiro al blanco. Mi hermano Fernando y 4-o éramos los encargados de lanzar con unas hondos,’ botella.5 al aire, que el tirador tenía que romper con balazos de rifle. En honor de la verdad, hemos de decir que las primeras veces estuvieron birn mal, pero después tuvieron muy afinada la puntería. ri Martí le hizo mucha gracia el sistema que tenían de probar la puntería y nos alentó a que siguiéramos, que éi iba a propagar ese sistema ep, los distintos lugares donde había grupos,ie cubanos que estuvieran ensaj-ando y preparando para la guerra. Entre esos grupos que había allí en ese momento se estaba probando u ver si era posible usar el alambre de púas como conductor para hacer explotar una bomba de dinamita, especialmente para volar los 4 Sonda entre la viola y el oboe. 5 Il- xzt:nrnos ei retrato que la voz natural del hombre. Tenía tenemos en la Sala del Fuerte Nuevo y nos dice qw 61 t3 r1 niiio que se re a la derecha, con una honda en la mano. Pensamos que podrz’n ~I~>FT!Y sugerido la imngcn de la carta a Mercado (XT mi honda es Ia de David>) cl rccucrdo de estas fiestas patrióticas en que un mucha& que era casi un niño, wnha la honda, y nos dice: &artí me llamaba a mí í)uuid.» Xos explica que el que aparece a su lado en la fotografía es su hermano y Serafín Sánchez eI que aparecía al lado de su padre, Fernando Figlzeredo. 144 ASL-ARIO MARTIASO ANCARIO ferrocarriles en tiempo de guerra. y al mismo tiempo que se hacían esos ensayos, que por cierto fracasaron. pues parece que en las espinas se perdía mucha fuerza. Serafín Sánchez en tramos más COI tos usó cl alambre en parte disimulado entre la cerca y le dio bastante buen rrdespués que había wltado. porque \-olaron la línea. desgraciadamente pasado el tren blindado. pero interrumpió el wrvirio cerca de SanctiSpíritus por algún tiempo. En el grupo de aquella mañana en que Martí e-tul-o. había un señor de apellido Fádez que tenía los bigotes muy parados y lucía <iut~ tenía una acometividad grande para la guerra, no obstante lo cual 110 fue a ella. Entonces este Fádez tenía la pretensión de que Martí montara un caballo que él tenía muy vivo, del cual estaba muy orgulloso. Le insi&ó varias veces: «Suba, Sr. Martí -le decíaUd. verá qué potranca más fina tengo... más viva tengo.» Entonces Martí se excusó, pero le dijo: «Mire, yo le aseguro que a Ud. le va a gustar)). Entonces le dijo Martí: «Mire Fádez, quiero decirle que yo he montado a caballo. tenía un caballo que montaba, de bastantes bríos, no SC me olvidaba; en Jamaica ‘lo he montado y en Nueva York a veces he tratado de montarlo en los pocos momentos que pude estar en Central Valley, como ejercicio. Yo le ruego que no insista, porque además, yo con este traje a caballo, me parece que voy a lucir que tengo, con bombín, montado un Cristo con pistolas, así es que no... le ruego que tenga por seguro que yo sé montar a caballo, no le preocupe eso.»6 En el viaje que hacíamos a Nueva York, había un individuo que se nos unió en Jacksonville que al ver que el conductor -que era cubano, de apellido Fresnedatenía muchas deferencias con nosotros. pensó que éramos personajes de mucho dinero. Ese individuo que subió en Jacksonville tenía el asiento alejado del nuestro y se ponía a a sí mismo como si estuviera jugar con unas barajas, ‘celebrándose llamando a un contrincante famoso. El caso es que él tenía mucho interés en trabar contacto con nosotros. NOS miraba y sonreía y trataba de atraernos. Entonces Martí me dijo: «Mira, para que tú veas que justamente pinta lo que es la lengua española, hay una palabra 6 Fádez era el de Pancho Velazco. más exaltado del grupo, aunque no fue a la guerra. Era cuñado 1-C MARTIAXO lo que es ese hombre, es la palabra donillero. Donillero quiere decir. el indiGduo que incita al otro. a los otros, especialmente si no saben mucho del juego, para desvalijarlo .7 Así es que este donillero, acuérdate de quién es. no sea que nos vaya a intimar.» Como efectivamente. al poco rato se nos apareció con una caja de zapatos llena de huel-os pa&os por agua. ofreciéndonos que cogiéramos los huevos, y nosotros con mucha cortesía le dijimos que no, que no podíamos comérnoslos. Martí celebraba el idioma castellano. creía que la lengua castellana era una lengua rica, razonable, bella y que no tenía nada que envidiarle n ninguna; creía que era la lengua que más se usaba conscientemente en todo el mundo. Creía que la Academia de la Lengua en España estaba haciendo una función perfectamente ajustada al fin que se propusieron cuando la fundaron hace siglos. Eso de fijar, limpiar y dar esplendor, es un oficio grato que están cumpliendo a cabalidad hasta ahora todos los que han estado al frente de ese servicio de cultura tan importante para los que hablan el castellano. Había también en ese viaje una señora que daba señales, yo no la veía porque estaba de espaldas a ella y Martí me decía, hablando yo de David y de los grandes combatientes que había tenido la historia y me decía: «Mira, vas a tener que usar la honda de David que tienes preparada siempre, porque hay una señora que está en apuros, parece que hay algo que la asusta.» Entonces fui a averiguar y era que había una abeja que estaba pegada al vidrio de su ventana, en el carro pullman, y estaba terriblemente asustada, se echaba lo más lejos posible de ella, entonces yo le dije: «No, no se apure». Entonces Martí la convenció diciendo que la abeja, lo que pasaba es que su preocupación no era picarla a ella, sino tratar de ganar su libertad. Entonces la señora, que era una señora de edad, dijo: «Bueno. pero a pecar de todo eso, J-O estoy terriblemente asustada.» Entonces Martí me dijo: «Bueno David, ve en socorro de ella a ver qué es lo que vas a hacer, coge este periódico.)) Efectivamente, con el periódiw hice un cucurucho, un embudo, y lo pegué a la abeja y efectivamente 7 cionarios. Antes que él naciera, ya estaba descrito exactamente como es, en los dic- 146 ASCARIO MIRTIANO se metió en el embudo, fui a la parte delantera del careo J tir<: el periódico con la abeja. 1-a estábamos tranquilos de haber hecho una obra heroica. magnífica y buena. y al’ poquito rato apareció la &ja otra vez. esta vez por otra parte, o apareció una abeja. Entonces Martí rnp dijo: «Esta no es una abeja. ésta es la abeja nuestra de antes, :luestra conocida. lo que pasa es q?:e tú tiraste el periódico con la abeja y todo cuerpo cn mwimiento forma su atmósfera y eso lo forma preci-amente In veloridad de nuestro tren y esa abeja tú la botaste por la puerta de delante y lx entrado por la puerta de atrás otra vez.» Entonces no le hicimos mas rai0 n la ab-bja porque no nos moles:nba a nosotros, no molestaba tampoco a la sesora, ni a ninguna otra persona, al parecer; el caso es que yo le pregunté: «Bueno, iy cómo es que usted sabe tantas codas?, i,dónde ha aprendido?)), dice: «Pues las he aprendido lcyendo, acuérdate que he sido periodista, me he ganado mi vista escribiendo, y creo que lo priniero que tiene que hacer el que escribe cs saber, conocer el tema y conkcr la mayor cantidad de temas posibles para ponerlos en forma grata para el conocimiento de los demás.» 8 Cuando ya habíamos entrado en el estado de Georgia vimos un entierro campestre, iba el carro funexl, un co&e ro11 los dolientes inmediatos y después un carro pintado de verde -un carro Studebaker de campo; de servicio campesino, pintado de verde con unas ruedas y vivos y adornos amarillos. En ese carro iban las flores que le echaban al pasar, ya tenía bastank pero sirp=re le llegaban de todos los que -1 veían al pasar cl carro frínebri. Sr trataba de una maestra mzy querida, x-uy estimada, que habla dado r!~ces durante cerca de 50 niios, las habla dado aun tronando los caÍiones todaría muy cercanos a donde estpba la cscue!s, de manera que el!a no interrumpió por nicgún nroti*mo ,cu función de maestra. Ei FXJY:~:‘, UJI pardo.emericano. allo. qu” nos serlía y que nos iba diciendo -porque él era conocedor del lugarquién cra ia maestra, decía: «Era una mujer muy buena, ella nació para enseGar». 5. entonces Martí dijo: xiQué buen epitafio! ‘nacer para enseñar’». Después de haberlos visto pasar, como nuestro tren iba 8 Todo le interesaba, por todo mostraba interés. Cuando viajábamos en tren. hablaba con los maquinistas, les hacía preguntas, observaba el funcionamiento de las máquinas, los émbolw, todo. ANCARLO MARTlA>ti :Ilás a!>ri:a que el cortejo. nos volvimos a encontrar <xrro. 2 lo habían llevado para las flores. ! !a no tenis 147 otro LI l%ajc era bc!lo. no tan sólo en sí por \er cómo enterraban a la mxerk. +i::o porque al foxdo de todo. habia un bosque de pinos seciliarrs cíw luckn como una decoración de los tiempos mitológicos. todo L :.x:1:idrba a hacer brllo y memorable el paisaje p el acto. EJJtoncc.~ \::I\imos a encontrar el entierro y a poco más despufz lo perdimes. lilartí siernl)re rc~x~lía el buen epitafio (cnacer para enwllar.)) De?I;uc:L: entramos en otro estado y vimos un cementerio cn una Irdera. Sr!:cillo. Todas las tumbas eran iguales. y tan bien pcwtas que lormaban una línea recta, lo mismo ohlícua que de frente y especialtumba que fuera distinta a las demás.’ mente no había ninguna Xos dijo er?!onces el lxwter: «En este cementerio, cerca de aquí se dio una batalia ) ahí están enterrados los co&‘ederados y los unionistas de Abxham LincolB.» Martí com&t<j: «La vida los separó y la muerte los cnió.» Después, como pensando todavía en lo que había dicho, decía: «dulce et decorwn pro patria moris» -que es la frase memorable de Horacio. El era J:IUY amigo de los clásicos, consideraba que la fuente de toda la cultura estaba en los clkicos, lo mismo en los latinos y griegos, que en ios castellanos, hindúes y chinos... de cualquier procedencia?’ Mcrtí consideraba que la pompa de los entierros no indicaba la sinceridad del sentimiento. Refería que antes de entrar en el presidio, había \-i‘to UJI entierro donde el carro era tirado por dos parejas de caballos y asistido por unos individuos que se movían con una ligereza extraordinaria, subiendo y bajando al pescante y cortando las flores. Iban vestidos de tricornio, 20 que aquí en Cuba le dicen zacatecu: usaI;nn un :raje que resultaba ridículo en el sentido de que eran inapropiados para la estatura del individuo, pero se movían con ligereza de monos. 1x1s carros de flores iban atestados de coronas de distintos Centros y tic familiares. Entonces recordaba cGino había visto poco antes 148 ANU.4RIO ANUARIO BIARTIANO también el entierro de un pobre hombre que llevaba una cajita hecha con madera de cajones. de los que usan en los establecimientos con mercancía, hecho por el mismo padre, de cajones, que llevaba muy temprano, muy de mañana, apretado contra su corazón, al cementerio. El hombre se conocía que había perdido el niño. De cuando en cuando hacía una pequeña pausa y después seguía con su triste carga apretándola siempre del lado izquierdo, como si quisiera poner su corazón dentro con lo que llevaba. 1Jartí conversando conmigo me decía: KA mí me parece que hay más caridad. más amor, más sinceridad y más belleza si se quiere, y más de todo lo que tiene de bueno el corazón humano, en el entierro del pobrecito que en el caso de las grandes coronas del entierro que anteriormente vi.» La primera vez que me separé de mi familia fue cuando acompaCt a Martí en el viaje a Nueva York; resultaba que Martí no podía, después de la enfermedad que había pasado en nuestra casa -que se recuperó en ella-, tenía que acompañarlo alguien, pero tropezaba con la dificultad que el que tuviera que acompañarlo perdía su ocasión de trabajo y la ocasión de llevarle el sustento a su familia. Entonces cuando se habló de dos o tres candidatos y fallaban por un motivo o por otro, Martí dijo: ((1-o tengo mi candidato, tengo que hablar con Juanita -Juanita era mi madrey si ella está conforme y Fernando, yo creo que lo he encontrado. Mi candidato es Bernardo.)) Yo estaba presente y me preguntó: «;,Te gustaría ir?» «Sí, cómo no, con mucho gusto.» Era la primera vez que me iba a separar de mi gente. En el muelle, ya al anochecer, que estaba repleto por la despedida de Ilnrtí, yo veía a mi padre, que era el que se destacaba con su cara noble y querida. Se secaba de cuando en cuando los ojos, según yo me iba alejando en el barco. Entonces Martí me dijo: «Vamos allá arriba para ver mejor.)) Subimos a cubierta y en la parte de arriba nos sentarnù= cfn un banco que era de la parte de proa. Al doblar el barco tu\imos que cambiar de posición, pasarnos a la popa. Me dijo: «Ya no vamos a ver más nada, todo está oscuro, vamos a volver arriba otra wz.» Entonces arriba teníamos el panorama muy bello de una noche de invierno estrellada, los planetas y los astros, todas las estrellas. Pa- 149 MARTIANO recía casi como que se podían tocar con la mano, especialmente veíamos Sirio que brillaba como un sol extraordinario. El caso es que estuvo aL enseñándome y distra‘éndome con señalar todas las figuras que ha creado el hombre para localizar las estrellas. Me preguntó: <c;Tú crees que todo esto se ha hecho para que lo contemplemos en el tiempo breve de m?a vida, para después no tener más noticias, más ventajas que haber vivido unos años, pocos o muchos años, contemplándolo? ¿A ti no te parece que hay algo más que nosotros?». Yo le dije: «A mí me parece que sí, que debe haber algo superior», porque, efectivamente, toda esa belleza no se había hecho para una breve visión nuestra y después que todo se haya perdido en la nada. Me dijo: «Bueno, ¿y tú te das cuenta de lo que es el infinito y lo que es la eternidad que eso representa y que tu y yo y todos los que estamos aquí abajo formamos parte de eso?». Efectivamente, yo me sentía ya, después que me dijo eso, como parte más importante de la creación.” Era un individuo que admiraba mucho la naturaleza y sobre todo consideraba que ese orden que había en el cielo, estaba hecho por alguna razón, que no se habían tirado esas estrellas así como quien saca las bolas de una bolsa y las tira al suelo, sino que era una ordenación grande y eterna. Dice: «Acuérdate que nosotros, tú y yo y el gusano y el pino y el mar y todo eso somos nosotros parte de esa creación, así es que no es que se haga para divertirnos, sino para que sepas que nosotros tenemos ciertas obligaciones con eso que se ha creado.» Mi opinión es que él era un místico, de los que creen que hay un Dios, pero no en forma humana como nos lo imaginamos, sino que es algo superior al entendimiento del hombre y que por eso es muy difícil que nosotros podamos comprender. Cuando estábamos esperando en el West Side ‘* un tren que tardaba como una hora y pico en llegar para hacer la conexión para el Norte (venía de la parte del Oeste, Nueva Orleans, la parte Oeste de los Esi1 hacen. mucho. Iie me hacía decía. contemplar Me hacía las gotas de rocío. Parece que no fijarme en cómo caían y desaparecían. l2 modesto. quetes, Estuve algunas veces en su oficina. Esta Sala es un palacio comparado de periódicos... La Delegación con aquel del lugar. son nada, y cuánto Las contemplaba Partido Estaba era un lugar leno de pa- 150 ASCARIO hlARTIAX0 ANUARIO tados Unidos. la central). estribamos contemplando unos pájaros que se movían > de repente se quedaban quietos en los alambres del telégrafo que teníamos delante. pegados a los árboles de la línea del ferrocarril. > ubxr~.-5!mno~ la gracia \- la naturalidad con que aquellos animalitos 52 mo\ian. Decía: u Parec.e- un ~JL!Ilt~grâIn¿l~~ \-. 70 . decía: uEso estaba pensando. parece como que cstu\icïan prrpa!2ndr) alguna cla% de múL;ica.» Dic*e él: N;,TÚ no crees que si eso lo hiera uno de los grandes ni ilsicos que ha ttanitlo Ia hwnanidad, de ahí ::ìltlría una sinfonía ext raordinaria?» En los trenes de los Estados Unidos IOS pa ajeros compran los periódicos y después los dejan, no tienen inieléen I!evSrselos. Había uno que había dejado un periódico que venía a ser una revista en que hablaba de Jerjes. Especialmente tenía los bajorrelieves en que está él. Yo le dije después de estarlo revisando, que Jcrjcs era un ambicioso, que había querido cogerse el mundo y entonce: me dijo: «Bueno, mira, a los hombres hay que juzgarlos en primer lugar después de muertos, después también de analizar bien su vida. Jerjes tendría sus debilidades, probablemente ese ataque a Grecia era para que los griegos no cayeran cn manos de los bárbaros que entonces rodeaban a Grecia. La cuestión es que Jerjes tenía cosx muy nobles y era un hombre verdaderamente superior. ¿,Tti no sabes lo que pasó ccando unos comisionados de él ïuerqn allá a Atenas y los mataron ? Entonces los que tenían más podcr 7 más sentido común en Grecia se dieron cuenta de la barbaridad qtte habían hecho. En primer lugar el derecho contra la humanidad habian venido a v devpc& contra el derecho de gentes. Los hombres Entonces los griegos decidiehablar a nombre del enemigo, a explicar. r;n mrlildar unos comisionados dirle excusas. Jerjes los recibió a Jerjes para darle explicaciones y pecon gran cortesía y les dijo: ‘Miren, uscon ustedes purden estar seguros que yo no voy a tomar venganza tcdes. Yo quiero explicarles las razones por qué y.0 he querido meterme allá en Grecia. vstedes cctk pensando solamente cn un enemigo 13 dicho En con otra ocasión nos contó senqillez: Mira, si aquí esta misma anécdota estuviera un músico diciendo podría que Xrtí le tocar eLa frase. había 151 M.4RTIANO como si fuera yo cl único. pero hay otro s enemigos y yo quiero que esos enemigos de Grecia y enemigos míos, pues se va)an; especialmente los bárbaros estiín amenazando siempre a Grecia y ustedes pueden estar seguros que van a ser respetados y estimados y bien atendidos mientras estén aquí en nuestro poder. Vuelvan allá a Atenas y expliquen mis puntos de vista.’ ks comisionados volvieron sin haberles pasado nada, contando lo bien que los había recibido Jerjes.» Entonces yo cementé: ((Era un hombre grande.» Entonces él me corrigió: nBueno, verdaderamcntc era un hombre magnánimo, pero no grande, porque él no tenía grandeza, como tenía Cristo cuando en la cruz dijo: ‘Perdónalos Señor, porque no saben lo que hacen’ hablando de los que lo habían crucificado.» Decía que a los hombres hay que juzgarlos por todos los grados, por todas sus acciones. Muchas veces hay que contar lo malo que hicieron, pero también no callar lo bueno que hicieron, sino formar un juicio total del bien que ese hombre haría a la humanidad y a SU patria. En el viaje, Martí iba leyendo un libro de Emerson --en el que tenía una graa fe y entusiasmo--, precisamente lo tenía en una página, donde en un cintillo que ponía Emerson, copiaba un verso donde hablaba de qrc el héroe todos los días su propio corazón devora. Entonces me dijo: «Este Iibro te lo roy a dejar a ti para que me lo cuides, si por casualidad no nos podemos volver a ver, tú te quedas con él para siempre. Pero no lo leas ahora porque eres muy joven todavía y tienes que aprender un poco de lo que es la vida para poderlo aprovechar y disfrutar coma se debe.» Emerson era un gran pensador creo que he sido bien guiado. que ha sido Hablando de poesía, en la Academia estaban consonante y un final de verso y él les decía: «no uno de mis guías y enfrascados sobre un se preocupen mucho 152 ANCARIO MARTIANO ANLT.MlIO por la consonancia, lo principal en el verso es la armonía. la cadencia y el tema. son los principales valores que hay que buscar en el verso.»!’ Habló un señor Pardo, que estaba allí. Era un profesor. maestro. se interesó mucho por lo que decía Jlartí. Entonces se le ocurrió a uno preguntarle si había conocido intimamente a Acuña. el porta mexicano que murió por su propia mano. suicidado. Le dijo que sí. que lo había conocido y que creía que si hubiera estado junto a Acuña, 110 se hubiera matado. Tenía mucha fe en el razonamiento, en variar del curso de los hombres. Creía que la razón era mejor instrumento que la fuerza. Esa misma tarde Eduardo Reyna recitó con gran vehemencia la poesía de él a Rosario, que es una exclamación llena completamente dc vigor, tristeza y desesperación. Cuando se iba le preguntó: ((Pardo. usted que conoció a Acuña , iusted sabe si Rosario Acuña tenía algo que ver con su muerte?». Dice: «Nada, eran dos personas completamente distintas. Yo conozco bien el asunto y le digo a usted que no ha habido relación entre Rosario Acuña y Rosario la que lo condujo al suicidio.» Yo había ido por encargo del Dr. Palma que estaba siempre junto a Martí el mayor tiempo que fuera posible. Había ido a buscar un poquito de Vino Mariani -que tomaba cuando se sentía un poco fatigado. Cuando regresé, encontré a Camellón, que era el encargado de la puerta del San Carlos, un cubano muy digno, muy trabajador y muy patriota, hablando con un señor que venía de La Habana, un hombre de buenos modales y resultó que era Raimundo Cabrera. Raimundo Cabrera le había ofrecido cien pesos, un billete de cien pesos, pero quería que se guardara reserva, pues él tenía que volver a Cuba, tenía que regresar allá y él quería oir a Martí, efectivamente, pero sin que lo vieran mucho. Entonces Camellón mandó a otro muchacho para que lo llevaran a un palco que le decían el palco del luto, que estaba en el tercer piso, desde donde se veía muy mal, pero oir, se oía muy bien. Me dijo: «Dile a tu padre que este dinero lo ha dejado aquí Cabrera, pero que yo no me comprometí a recibírselo sin la autorización de ellos.)) 14 La primera tema: «me decía: vez nos refirió esta anécdota sin mencionar la poesía no es la rima. Es la cadencia.» la armonía J el MARTIASO 153 En aquellos días había sido la cuestión aquella de Manuel García, el bandido a quien se le rechazó una donación de 5.300 pesos oro español como contribución a la Revolución. Había acabado de secuestrar a Fernández de Castro. dueño del Ingenio Lotería. Entonces se consultó en el pequeño conciliábulo y dijeron: «Bueno, es distinto Raimundo Cabrera a Manuel García». Entonces enteraron a Estaba esperando su turno para hablar Martí de lo que estaba pasando. cn la tribuna y dice: ((Sí, cómo no, no hay duda al respecto, ese dinero Esa gente la vamos a necesitar cuando se es del profesor autonkista. haga la Nación, hemos de necesitar a esos hombres para que nos ayusobre todo si la gente es de buena fe den con su experiencia política, 4 yo creo que los autonomistas son equivocados, pero son equivocados de buena fe: ellos no quieren derramamiento de sangre y ojalá que eso pudiera realizarse, pero la Independencia no se logra sino con la Revolución. » Entonces se le aceptó el dinero, y Cabrera, después de su discurso fue adonde estaba Camellón al salir y le dijo: que ir, porque el vapor se me va. Siento mucho no seguir Martí, estoy deleitado con él, me ha ganado. Desde luego, esa donación mía la conserve usted en secreto porque yo volver a Cuba y no quiero meterme en un conflicto.» haber oído «Me tengo oyendo a quiero que tengo que Yo oí todos los discursos que X’est Tampa, que se creó el 2 de Ios tabaqueros rompehuelgas en de romper la huelga y romper a él dijo en Cayo Hueso y después en enero de mil... cuando la invasión de Cayo Hueso, que tenían la intención Cayo Hueso como a la inmigración.” Martí improvisaba sus discursos. Era un hombre que tenía un don de palabra universal y grande. No era un hombre que se atenía a un canon. Su sistema de hablar tan correcto y tan bien, a mí me recordaba su modo de hablar a los colombianos educados que he visto después, que no omiten ningím fin de palabra y no cambian una s por correcto y sencillo. una c y no exageran, sino que era un lenguaje 15 Había un club «Discípulas de Martí» que le regaló un lacito hecho de cinta blanca con encajitos. Está retratado con él. El retrato y se lo hicieron en 1894. La Presidenta del Club era Anita Merchán. fotógrafo de Cayo Hueso, también retrató a Martí. para la solapa es de Tampa, Luis Testas, 154 ASl‘.4RIO MARTISO .&Nl.ARIO Provocaba mucho entusiasmo. Nuchas veces se quedaba asombrado de que lo aphdkran tanto y hacía con la mano como diciendo que baslx.-taba. que no había por qué. Había un di-curso completo de él que pronunciri en Tampa y que tnc aprcndi clc memoria ‘- principiaba: El <~sp!vrador que encuentra bajo lu tierra (no me acuerdo bien ahora. porque 1 a han pasado muchos años) ásperu, el oro puro 110 cs comparuble con cl jlíbilo que he c~tzco12lrudo 3.0 uI emontrar un pueblo como cl p~eldo de Taxz.pa, el pueblo crrbw~o de Tumpc~ v Cayo Hueso. Cuando se are& a una reunión donde estaban Poyo, mi padre, Teodoro Pérez, Martín Herrera, Lamadrid, dijo --porque a él lo trataban siempre de <<Señor Martí»--: «H¿íganmc el îay:ar de suprimirme eso de SeÍíor; J-O lo que quiero ser es uno de ustedes, el hltimo de ustedes. » Cuando cstsbamo:; juntes me decía: « 0‘ eme Bwuxdo, no quiero que me trates con mucha ceremonia, trátame hasta de tú, si es necesario.)) A mí me pareció aquello un poco duro p se 10 dije a mi padre y me c!ijo: «Sí señor, no debes tratarlo así auuque te lo diga, porque eso va a lucir mal.» Yo se lo dije que iba a lucir muj- mal que yo, un muchacho, lo tratara a él de tú. Y él decía: c<,Tú no tratas de tú a tu padre y a tu mamá ?, bueno, acuérdate que quiero que me tengas como si fuefa una cuestión íntima.»16 La última vez que lo vi fue la última vez que estuvo en West Tampa. Yo tendría unos 15 años. Lo conocí como 3 años, del 92 al 95. Cuando se supo la noticia de su muerte había dudas respecto a si los retratos que aparecían en los periódicos eran de él. Entonces estaban precisamente Lanuza, mi padre y Teodoro Pérez viendo una caricatura donde estaba el retrato de Martí en la mesa del cementerio. Entonces Teodoro Pérez dijo: «Miren, aquí el que nos puede sarar de la duda es Bernardo, porque él lo vio en cama, acabado de dormir y con su cabeza revuelta. A nosotros no se nos parece porque no tiene la figura acicalada que tenía, él era muy cuidadoso en estar bien peinado y en Ió Soñaba mucho con su hijo y decía que yo se lo recordaba. tener bien su bigote. periódico que efectil I-amos amente 153 JIARTI.i‘;O llamarlo a él.» Sle llamaron era ?vlarti. a ! li en el era un hombre de tamaíío norMartí tenía 5 pies >- 5 ó 6 pulgadas, mal, más bien sobre lo delgado. Era vivo pero no nervioso. Era hgero pero no nervioso. IJO era hombre que se asustara tampoco.” Cuando pasamos l’or Jaeksonville había una venta de distintas cosas Había una venta de -ahí siempre hay ventas de algo, en Jacksonville. eran de 15 pesos y los daban por siete. relojes, unos relojes Edin que Martí me dijo: «Oye. te VO>- a comprar un reloj, porque yo necesito que tú tengas buena hora. Til cres el que me tieces que decir cuándo vienen los trenes y cuándo tenemos que despertarnos J todas esas cosas, así que lo necesito y te lo voy a regalar». Yo quería pagarlo con diez pesos, una moneda de diez pesos oro que me había regalado un cubano negro que tema bastante buena posición en Cayo Hupso. para que los usara en lo que yo quisiera. §e lo dije a Martí: «Mire, Brito me ha regalado para otra cosa.)) estos diez pesos)). Dice: NNO, no, guárdalos El se reía mucho a pesar de que tenían la idea que era un hombre taciturno. Había unos cuadros plásticos y carrozas. Ahora en estos días me recordaba la hija de Alejandro Rodríguez, Eva Rodríguez, cuando e1l.a hacía el papel de Cuba y yo iba delante de ella haciendo el papel de Mercurio, vestido con un casco alado y alas en los pies. Además había un cuadro plástico en el que yo tomé parte que fue muy celebrado. era la crucifixión. Cristo era Ramón Arcadio Bonachea; uno de los ladrones era un muchacho de apellido Vega y el otro no me acuerdo quién era. El caso es que cuando levantaron el telón. el cuadro hizo Una Era muy erguido. muy parado. ir por la nochr a la ópera. El barítono ‘7 parn sola vez lo vi de frac. era DC Reske. Sc lo preotnron 156 ANCARIO ANUARIO MARTIANO una impresión muy grata. Yo estaba de soldado y con una esponja le daba de beber agua a Cristo en la punta de la lanza. 1-i a Bonachea con los sobacos muy provocadores y cuando bajaron el telón lo que se me ocurrió fue encajarles la esponja por debajo de los brazos v lo rnismu a Ramón ilrcadio que a Vega; los dos, me dieron un puntapié y me hicieron una herida en la frente. Cuando el cuadro que gustó tanto hubo que repetirlo, nos pusimos otra vez en posición. Me acordaba ctimo me caían las goticas de sangre que me rodaban por la cara y por la nariz hasta la boca. «Eso era un Cristo de mal genio)), decía Martí. A él le hacían mucha gracia mis problemas, los problemas que había tenido en mi corta vida. Yo una vez venía por la calle con dos muchachas y Panchito León, un compañero nuestro de colegio y de juegos, me había gritado «bembita». «Adiós Bembita, qué bien vas.)) A mi me molestó mucho aquello y cuando dejé a las dos muchachas: volví para pedirle una explicación a Panchito León. El resultado fue que nos fajamos, decía yo a Martí y entonces cuando dije la patabra «fajamos» él me hizo así con la mano como diciendo voy a hablarte respecto a eso. E n 1a f ajazón me dio un golpe en la bemba, en el labio, y me lo rompió. Entonces me decía Martí: «Bueno, ahí lo que resultó es que te rompieron la bembita. T am b ién quiero decirte una cosa, tu no debes decir “nos fajamos”, porque no se pusieron faja, tú no le pusiste una faja a él ni él a ti. Eso se llama reñir o pelear, pero fajar no, “fajar” búscalo en el diccionario y vas a aprender que fajar no se refiere más que a poner faja.»” Ruperto Pedroso y Paulina, su esposa, tenían una fonda muy buena en Ibor City. ig Nosotros comimos allí en la fonda con ellos; nos hacían platos especiales y todas esas cosas. Entonces a la hora ya de despedirnos había que tomar café para coger el tren. Cuando tomó el café, que por cierto estaba muy bueno, decía que había disfrutado ese café, que lo había gustado dos veces, primero por el olor cuando lo estaban moliendo y después cuando se lo estaba tomando. 18 Recuerdo que me decía: Acostúmbrate nunca se consultaba al diccionado l9 Ellos adoraban a Martí. dura, cocinera espléndida. sin fruto. Paulina era una a hablar negra con jovial precisión. de muy Decía buena que denta- Yo nunca me di daderamente era tan alguna de hacer pose figurones, que decía grato estar a su lado que yo tenía era la trataban. MARTIASO 15: cuenta que estaba junto a un gran hombre. VTersencillo y tan cordial que no tenía oportunidad de grande hombre, lo cual detestaba mucho, a los él. Yo de lo que estoy seguro es de que era mu) y que era muy grato ayudarlo y que la impresión y misma que tenían todos los que lo conocían Sketch de Martí hecho dc 1693, en el coche por Bernardo Figueredo Pullman del tren, entre el Gbado 33 de diciembre Baldwin y Jacksonville. v ,\I centro del papel hay tres dibujos que hice de Martí. -El primero de Ia ;~x{ui~‘rda quedó bien pero el Sr. Francisco Días Silveira que era ya un alumno rná~ aventajado y además poeta y fue posteriormente un veterano de limpia lli.-toria, me hizo hacer el perfil mayor pues entendía que así captaría, como (xv efecto era, mejor las lineas del perfil. La eorreceióu en la parte superior & la frente fUe hecha ~0’ él. Le sigue un dibujo casi de frente del Apóstol, El perfil de abajo de la izquierda es el de mi padre Y el de Ia derecha del Estos dibujos considero yo que fueron hechos a fines hbrofesor Ahbney... del año 1891 o principios del ‘93.x (De IIM earta de F.kmmlo Figueredo explicando los apuntes que hizo de Martí J de su hijo.1 . . P;.csei2tamos julzlos eslos dos eizsayos, publicado cl primero en la rerista Casa de las Américas (n~lmeros 59 y 60), inédito el segundo, por la íntima relacitirz que guasdan en el desurrollo de la tesis planteada por Ferrz&dez Retumar desde su importante truOnjo titulado Marti en .>u (texerj mundo, nparecido primero en Cuba socialista (número 41, (‘!zero de 1965) y reproducido varias veces después. 1. NOTAS Entre SOBRE las razones MARTÍ, LENIN ANTICOLONIAL* que americano Carlos Anderson singular: el haber sido pueda haber Dana para (1819-97) 63 ), pnra En Il’cw la 1380, York colaborando «El dibujo que hice a Pepito Martí en agosto de 1898 se explica cn el encabezamiento. Fue hecho en la cuarentena de Nassau donde nos consig naron las autoridades españolas por considerar que en el puerto de Gibara de donde procedíamos había habido recientemente casos de fiebre amarilla y viruela, lo que era cierto, entre las tropas españolas del General Luque.» (Carta citada.) Narti cual solicitó redactando e-cribe en para el concurso articulos aún Sun, en cl él hasta de como vida nuevo La en los Estados REVOLUCIÓN que el periodista sea recordado, nortehay una sucesivamente, de sus contemporáneos Carlos Marx y José Martí, con quienes además mantuvo relaciones de amistad. Durante diez años (1851.61), en SU calidad ds «managing editor» del periódico New York Daily Tribune, publicó decenas de articulos del primero (y de Engels). A raíz de la crisis financiera de 1857, comenzó también a editar, esta vez en comCyclopedia (185% paiíía dc Jorge Rip!ey (1802-W), la N cw Americun buyeron editor Y LA de sus Nación, Marti del últimos de y Engels «Argelia», Marx, diario Marx cual días. Buenos Unidos, quienes «Ayacucho» empieza Dana Al Aires, a publicar es director, morir la contri- y «Bolívar». Marx, página en y en en el seguirá que 1883, des- * Algunas de estas «notas» (apuntes con vistas a un desarrollo ulterior) surgieron a propósito de un ensayo previo, al que debo remitir al lector para no repetir «Martí en su (tercer) mundo», que ha sido repuaquí lo que allí está dicho: blicado \arins veces: últimamente, en la segunda edición del libro Ensayo de otro rxundo; Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 1969. . ASCARIO ANI?ARIO MARTIANO cribe grandiosamente el homenaje póstumo que en Sueva York rinden al «movedor titánico de la cólera de los trabajadores europeos».’ En otras ocasiones vuelve a nombrar a quien llamará <<aquel alemán de alma sedosa >- mano férrea ( . ..) Karl :\Iars famosísimo,,.’ Pero no deja de ser curioso que en ninguna de las veces en que lo nombre (tres cn sus crónicas: una en sus cuadernos de apuntes), mencione ningún texto concreto de Marx. ni muestre familiaridad suficiente con su OiJra. 1 no deja de ser curioso, porque es bastante improbable que >lnrtí. voraz lector, en especial de periódicos-de los que solia sacar el material que trasfundía luego en sus deslumbrantes crónicas-, no hubiera leído. al menos, los trabajos que su propio editor y amigo, Dana, había publicado, sólo unos años antes, en su periódico y su enciclopedia. de aquel otro amigo del norteamericano, «Karl Marx famosísimo». Especialmente si tenemos en cuenta que algunos de esos trabajos abordaban problemas de las colonias: que tanto interesaron a Marti, e incluso problemas latinoamericanos, de los que el cubano llegó a tener una caudalosa información, J que constituyeron su preocupación histórica cardinal. No es pues arriesgado conjeturar que Martí no sólo elogió a Marx, sino que lo leyó: al menos, que leyó algunos de sus textos laterales: cuya escritura, por cierto, Marx consideró apenas como tarea de pan ganar. Lo que parece igualmente seguro es que Martí no distinguió la especificidad del pensamiento de Marx, aquello que lo diferenció radicalmente de otros socialistas con los que Martí dejaba mezclado su nombre: Saint Simon, Fourier, Karl Marlo, Bakunin... No creo que lo ayudara mucho a establecer esa distinción la actitud aparentemente eurocéntrica asumida por Marx y Engels. No sólo cuando en la primera línea del Manifiesto comunista-que no sabemos si Martí llegó a conocer, aunque desde 1871 había ediciones en inglés en los Estados Unidos--proclaman que «un fantasma recorre Europau; sino cuando con frecuencia, y precisamente en artículos aparecidos en el New York Daily Tribune. aunque fuera inequívoca la simpatía de los autores por los paises explotados y su repudio a la rapaz polítinp coionial. 1;1:c iros f:u+lns 2iJareZCall 1 Obras 7 en de Martí», completas otro. a las en 0. C., IX, 388. Las citas remiten. en un de José Marti (La Habana. Editorial Nacional de Cuba. Obros completas de V. 1. Lenin (Buenos Aires. Editorial 1957-60 [hey edición cubana, que reproduce varios tomos indicación en contrario, el subrayado en las citas ea mío. 2 «Carta de Martí», en 0. C., XIII, 3 Con selección de trabajos de Marx contiene nlgtmas de SU colaboraciones para cada mencionados como «las naciones bárbaras». n la barbarien. ~10s semibárbaros»,’ para no hablar de las páginas infelices sobre Bolívar-el Por supuesto. estos americano más admirado por Martí--o México. desenfoques no disminuyen el sitio central ocupado por el genio dp Marx. Che Guevara dejó este punto perfectamente aclarado: A Marx. como pensador. como investigador de las doctrinas sociales y del sistema capitalista que le tocó vivir, puede, evidrntemente, objetársele ciertas incorrecciones. Nosotros, los latinoamericanos, podemos, por ejemplo, no estar de acuerdo con SU interpretación de Bolívar, o con el análisis que hicieron Engels y él de los mexicanos, dando por sentadas incluso ciertas teorías de las razas o las nacionalidades inadmisibles hoy. Pero los grandes hombres, descubridores de verdades luminosas, viven a pesar de sus pequeñas faltas, y éstas sirven solamente para demostrarnos que son humanos, es decir, seres que pueden incurrir en errores aun con la clara conciencia de la altura alcanzada por estos giEs por ello que reconocemos las verdades gantes del pensamiento. esenciales del marxismo como incorporadas al acervo cultural y científico de los pueblos y lo tomamos con la naturalidad que da algo que ya no necesita discusión.5 Sucede, sin embargo, que Martí, que admiró y alabó inequívocamente el valor de la conducta de Marx («como se puso del lado de los débiles, merece honor», dijo de él), precisamente no parece haber reconocido «las zlerdades esenciales del marxismo como incorporadas al acervo cultural y cientifico de los pueblos». En otras palabras: no vio la contribución no ideológica, sino científica, de Marx, aquello que lo separa decisivamente de los socialistas previos, utópicos. Atribuir esto a cortedad de visión o a tibieza en Martí, sería tan torpe como achacar el aparente eurocentrismo de Marx a un absurdo chovinismo continental. Lo cierto es que la fidelidad de uno y otro a sus problemw inmediatos respectivos, y no coincidentes entonces, los lleva a posiciones concretas, desde las cuales a Marx no le eru posible apreciar debidamente el que sería el planteo de Martí (como se ve en el caso de Bolívar), ni a Martí el aporte específico de Marx. Lo que no significa nCarta en Moscú, por la Editorial Progreso, de rrta caso a la, 1967.6;;): , C;lrtn-o. tiltima] s. f. incongruencia el momento, arrollado entre diversos. ambos, A partir en el seno de los países cit., 125, sino señalamiento de la presencia de más avanzado de objetivos, de un proletariado capitalismo por des- (entonces s. Salvo 4 245. y Engels .4cerco del coloniulimo. el New York Daily Tribun?. fue 163 MARTIAKO que publi- Op. p. 124, 215. <rNotas para el estudio de la Ernesto Che Guevara: lución cubana>, en Obra revoZucionoria, prólogo J selección Retamar, 3a. ed., México, Ed. Era, 1969, p. 508. 5 ideología de Roberto de la Revo. Fernández 164 ASTARIO MARTIANO J:ur\ c!firubr:: la- lei. . ,j~l tod:,i ía prrmonopoli5ta. preimperialista). IU historia. >- en consecuencia. la historia como tiencicl. Uaclindox ;‘n !:t célebre bo~itc& de JIarx según la cual @i habría declaï:id:~. cn drtc rl!;in;r!a cir<,un5tanria. Iiu ser marxista. 11a :IL:erido \ eric una r‘;lltcit ‘,Jn 2 cier:zc c-\+v:~.< ;c,nc.~. Ha:. tle ;x’: iiiicación yi:\;! 0 de desata,Ll~,i.iza~~~~ ;in cniI:,lrgo. ot:‘:, cil~i~ración. má-: Lencilla. I:ara una frac cí::lo c-.:. L ci l)r:,i)Ia Che nob la ha ofrec:do. al decir: (3c tlt,lrc se!’ ‘-~,larli. ta” coll la mi-mil natura!iclati con que se es “FC\\ !Gl~l~liO” vn fl~il.2. 0 “p:r-:Leuriímo” ell bio!ogía...» 6 Pero el «rnarr;i-:no» no c- silo ese accw, a otra ciencia--que en cuanto tal, como toda ciencia. tlisuel~c r! islrzo de su inicio en la mera enunciación de la verdad-, sino r:lIP, Solar;, todo. es una ((guía para la acción», una incitación no ya a (r in icrpretar 11 el mundo (a entenderlo en sí mismo). sino a « trallrCorlllai,lo>> (a 11:1cerio otro). Y aquí es donde aparece el hecho singular de cluc’ la fidclidad al espiritu que animaba al marxismo impidiera a F&.:!i ísituado en otras condiciones, ante tareas inmediatas distintas) haber sido nn mero repetidor de la letra del marxismo. La problemática de lIarti no era la de un país capitalista avanzado, con un proletariado desarrollado; su problemática-y su práctica y su teoría correspondientes-eran Ia? de un país colonial, que contaba con un exiguo proletariado. que incluw conoció oficialmente la esclavitud hasta 1886, y que tenía por dela?ltc la tarea inmediata de su liberación política, para obtener la cual le era menester no alebrestar aún la lucha de clases en el interior de su pais. En las colonias de su época no había-ni podín haberun solo marxista real, porque no había todavia la problemática ni la práctica a que se refería Marx: porque no había todavía una acción dc la que aquel «marxismon pudiera ser guia. A lo más, en esos países hubiera podido haber traductores de Marx, pero traductores literales, que hicieran con la magna obra del alemán lo que el cubano José del Pcrojo (pre\-isihlemente olvidado) hizo con la de Kant: ponerla en otra lengua. En su prefacio a la edición rusa de 1882 del Manifiesto comunista, ;,no _ han dicho Marx y Engels, hablando de la de 1869: «En aquel tiempo. una edición rusa de esta obra podía parecer al Occidente tan &Zo w2n curiosidad literaria»? Y Rusia no era precisamente una colonia...’ 6 Ibid. No es un azar que el marxismo empezara a ser conocido en la América Latina, en la década del 70 del siglo pasado? en países que, a diferencia de Cuba, no eran ya colonias (p carecían aún de la conciencia de ser neocolonias), y empezaban a contar con un proletariado apreciable, con frecuencia nutrido por una inmigración europea reciente (cf. V. Ermolaev: Surgimiento de las primeras orga7 . AYCARIO SI;\HTI.\ 165 \‘J L-a> perspecti\-as revolucionarias, pues, no eran las mismas, a fines ti,, 1 -iCl \:\. en los I)aí5es capitalirt:á II& &sair~~lxios \ en 1;:~ cok ;.,::i;,.. T..:.. c!;,.c..Lgei:clc.‘/ c! i‘ e-a‘ per:;xcii\k pue<!: ,I t-!?cxa*.l;zrla cici.ic: i :im !(:.- ii: htIe (‘OI: ;c!PT:I!~ iwn:zk::ltti5 :,-LI’ liccho. de \Izrx 1 \Iartj. eS. romo se I:a i..,: ,;.:c tli?ilí). <!:c:!;::. 13 tai’t,a :i 13 hcsra ~*:,ncrc k : <il!~’ i:a cua! ci ~~~~:;~ailli:~nto (‘1% (‘Li! .,litl!i P; ev ~~11arnla tic comprensión 1 trarllfornlacic;::. !?:, a!lí <~L,CX .5r;i errü:‘r~ j);:rIir de los perisun’ .icntos mismoì 1:nra ccmpaiarlo~-como !i::cc.n 19.4 idcalistw-: j m¿ís ailn partir de la rnunciariCn de esos pen.x;iliie:: LoS. . :w ha!1 falta& quienes han cluwi&J wr en Martí un c.tiilo demnsiado u Xtcrario)). metafórico, que ccilir3~::l:T:: con el escueto rigor c~icwtífico de los textos de Marx o dc los marxistas. Pero la realidad, en lo cluc toca a Marx, no abona cn favor de estn ceparación. La forma amojamnda y aburrida con que tantos han querido hacer pasar su mer: cancía, asegurándonos que su carencia era rigor marxista, no tiene nada Cj”” 1-c: con el rigor de Marx, el cual incluía la eficacia de una expresión creadora. «Marx, como los antiguos griegos», ha dicho su gran liiógrafo Mehring, «contaba (...) a Clío ectre las nueve musas>j.’ Y más recientemente, Adam Scbaff ba insistido: nMarx escribía de una n;onera metafórica, empleando expresiones y términos que, casi todos. cxi&rian ser explicados o interpretados)).’ Lejos pues de encontrarse b sr?:.r3dns injantcmente la expresión de Marx y la de Martí, creo que si c*xia till<, tic ‘ic’ ijar delan!c: tarea para acomctrr nivaciones obreras [latinoamericanas]. Artículo publicado en la revista Cuestiones de EIistoria, Moscú, 1959, La Habana, Editorial Política, 1964). En Argentina, por ejemplo, varias organizaciones proletarias que en la década del 70 se llamaba8 secciones de la Alianza Obrera Internacional, «habían sido creadas por proletarios de Europa según el principio del idioma» (op. cit., p. 16). La primera en fukdarse fue la sección francesa; luego, se creó la italiana, JT por último la espaiíola. KA partir de 1878 creció la afluencia de emigrados de Alemania a Argentina (.+..) En enero de 1882, los socialistas alemanes fundaron en Buenos Aires el club Vorwärts», el cual fue representado en 1889 en el congreso de París de la Segunda Internacional, nada menos que por Guillermo Liehknecht (op. cit., p. 20-l). El primer expositor cubano de ideas marxistas, Carlos Baliño (1848-1926), quien como Martí vivía exiliado en los Estados Unidos, estuvo significativamente entre 19s fundadores en 1892 del Partido Revolucionario Cubano, el partido de Marti; y en 1923, junto a Julio Antonio Mella, del primer Partido Comunista de Cuba. Martí lo llamó en 1892 «un cubano que padece con alma hermosa por las penas de la humanidad, y sólo podría pecar por la impaciencia de redimirlas» («Patria de hoy», en 0. C., II, 185) V.: Aleida Plasencia (compiladora): Documentos de Carlos Buliiio, La Habana, Biblioteca Nacional José Martí, 1964. 8 Franz Mebring: Carlos Marx. Historia de su vida, tr?d. de Wenceslao Roces, 1.2 Hnhana, Ed. Política, 1964, p. 29. ” :Ydam Schaff: Langage et connaissance suivi de sir rli! Zwzgn,w. trad. de Claire Brendel, Paris, Ed. Anthropos, essais sw la plziTSxophie 1969, p. [vii]. 166 ANUARIO DIARTIANO hubiera que señalar un segundo punto haberse puesto «del lado d e 1os débiles») cerca de Marx, sería la admiración por lico. apasionado, en el difícil tratamiento distinción, pues, no se realiza en el nivel en el nivel del pensamiento, es porque qamiento de circunstancias diferentes. 1l:nnar la atención. ANITARIO (después de aquel respeto por en que Alarti drbió 3entirsc el escritor montuoso. imaginísde los temas políticos. La de la expresión. Y si lo hace se trata en cada caso de penSobre éslas cs que hay que Esas circunstancias, por otra parte. no prrmanc::cn inalterables. Si 1848 el fantasma del ccmunismo recorría Europa (entendiendo por Francia v Alemania), treintitantos LaI, fundamentalmente, Inglaterra, años después su camino es más largo. En el prefacio a la edición rusa de 1882 del Manifiesto comunista, Marx y Engels recuerdan que en la primera edición ((Rusia y los Estados ITnidos. precisamente, no fueron «iCuán cambiado está todo! )> Es menester mencionados». Y aiíaden: tomar en consideración ahora el crecimiento capitalista de ambos países, llegando a afirmarse que «Rusia está c;r la vanguardia del movimiento revolucionario de Europa», observación a la cual la historia daría una impresionante sanción. Pero pedirles que fueran todavía más allá sería esperar de la ciencia, vaticinios. Marx y Engels no llegaron a vivir la época del imperialismo moderno? y por tan:0 no llegaron a ser testigos del acercamiento de aquellas dos perspectivas mencionadas arriba. en Como sabemos, quien vivirá la época del imperialismo, la comprenderá y la analizará a la luz del marxismo; quien, consecuentemente, llegará a hacer posible la interpenetración de esas perspectivas, e incluso señalará el papel extraordinario encomendado a la lucha anticolonial fue, significativamente. cl funpara el triunfo mundial del socialismo, dador del primer estado socialista, Lenin; y este aspecto es sin duda una de sus contribuciones más importantes. Pero antes de insistir en este punto, convierte detenerse un momento en el primer hcmbre en pensar, desde él, el mundo colonial en su conjunto: Martí. Martí fue un pensador que no dejó una sola obra orgánica. Su pensamiento, en primer lugar, está fragmentado en las más variadas obras de circunstancias. Apenas se han hecho intentos por restañar, en lo posible, esa fragmentación, y ofrecer en un cuerpo coherente lo que su ajetreada vida de hombre de acción dejó necesariamente disperso. Pero además, en las escasas ocasiones en que esa tarea se ha intentado, se ha hecho dejando de lado un aspecto fundamental: el señalamiento de MARTIANO 167 clupas en su pensamiento. Io Sin negar la unidad de esc pcnsarniento, una inws;igación más acuciosa nos mostrará, articuladas dentro de esa unidad. su.5 fases. desde que ((el joven Martí» identifica a Cuba COU Xubia (con Africa). revelando así una intuiciún magnífica de 13 familia a la que pertenecen nuestros problemas, hasta que el Martí dc la plena madurez confiesa ya abiertamente a Manuel Mercado, la víspera de su mucrtc, el sentido antimperialista de su obra política. Pero éste no es cl monwnto de adelanter los resultEdos dc esa iny.-+ ligación. Por ahora sólo queremos destacar que a partir de cierto instante, entrada la década del ochenta, Martí comprende que su tnrca inmediata de independizar a Cuba de España, de escribir (como dice él) la última estrofa del poema de 1810, se ha convertido, sin dejar de ser lo anterior, en otra mucho más ambiciosa: escribir la primera estrofa de otro poema, detener la expansión norteamericana primero sobre la América Latina, y luego sobre el resto del mundo. Esa comprensión significa para el pensamiento de Martí la entrada a una nueva fase -porque significa una nueva, gigantesca tarea-. Por su situación hiistórica concreta, esa tarea sólo podía ser intentada entonces por Cuba; y por su desarrollo ideológico, e incluso por sus fructíferos años de estancia vigilante en Nueva York, sólo Martí, entre los cubanos, cntendía completamente la urgencia -y el trágico riesgode ese intento. No es extraño, por ello, que en su tiempo (y aun años dcsymés) no fuera suficientemente advertido el descomunal proyecto martiano. Pero sólo a su luz se entienden las constantes alusiones d- Martí a la responsabilidad internacional que incumbe a su pueblo: <Ct:n pueblo inteligeñte y generoso, de espíritu universal y deberes especiulcs en América»,” como dice en 1895. Un año antes, había escrito ya: *cUn error de Cuba, es un error en América, es un error en lu hum: zidad Quien se levanta hoy en Cuba, se levan!a para todos Ios moderna. tiempos»; y también: En el fiel de América estrn las Antillas, que serían, si esclavas, mero pontón de In guerra de una república imperial contra cl mundo celoso y supérior que se prepara ya a negnrlc ei i~oticr 10 En «Etapas en la acción política de Marií», Cintio Vitier discierne «las varias etapas en que puede dividirse su ejecutoria en relación con la causa de Cuba>, a fin de facilitar al lector de las obras complctcrr de Martí «la articulación» de SUS textos «dentro de la vida de Martín (en C. V. J Fina García Marruz: Twnns marhnos, La Habana, Biblioteca Nacional JOSE Martí, 1969, p. t S). Eate trabajo, indudablemente útil para los fines que se propone, no cs cl seíialamiento ic etapas en el pensamiento de Martí de que aquí se habla. 11 Al New York Herald, en 0. C., IV, 152. --~ire:‘u fsrtín de 13 Ro:na cmericr:na-: 7’ ei libres -y digna_; <il, -trlo ;;uï el orden de la libertad equitati\-a v trabajadora..cri-n e:l el continente la garantía del eqtiilibrio: la de la iuclc!JC :,ii~~rl< la de Ia .América e‘pafio!x ! la dei honor para la gran > .!iLblii.n tIe: J;ortc i .,.) 5s: I:J; r;r!i!!do lo que eshmrJ5 rqui:ii;-.:Ildí): 120 Ao!: aJo dos i-l.! 1,. (j uf: $,nmoì a IiLcrtar.” E-t:.- observaciones. en sus ultimoclías, desembocan . CQII e\;Jlicublc casu;;:,I::. cn el Manifiesto de Montecrizii. que anuncia al mundo las ~-ai:‘i‘..+ de la guerra de 1895: Ea guerra de independencia de Cuba, nudo del haz de islas donde s:: ha de cruzar, en plazo de pocos años, el comercio de los continentes;. es suceso de gran alcance humano, y sewicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas y al equilibrio aún vacilante del mundo. Honra y conmueve pensar que cuando cae en tierra ;ie Cuba un guerrero de la independencia, abandonado tal \~ez p;1r los pueblos incautos o indiferentes a quienes se inmola. cne por el tien mayor del hombre, la confirmación de la república moral en América y la creación de un archipiélago libre. (...) A la revolución cumplirá maííana cl deber de explicar cie nue:*o al psis y a las naciones las causas locales, y de idza e interés unirxrxd, con que para el adelanto y servicio de la humanidad reanuda el pueblo emancipador de Yara y Guáimaro unn guerra digna.. .13 Pero ya sin innecesaria cautela, desembocan aquellas observaciones eti la impresionante carta final a Manuel Mercado, que nunca se citar2 demasiado, donde Martí reconoce explícitamente que su meta es impedir a tiempo con la indepwdcncia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy y haré es para eso. En silencio ha tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han di andar ocultas, y de proclamarse en lo que son levantarían dificultades dema&do recias Ijara alcanzar sobre ellas el fin (...) impedir que en Cuba SC abra, por la anexión de los imperialistas de allá y los espaiíoles. el careino que se ha de cegar, y con nues!ra sangre estamos crEando. CL <le la anexiíin de los pueblos de nuestra AmG:-ka. al nor:~ / TWTP!~O ?~ brutal Fue nos desprecia...14 12 !ilri~:n Ii 14 vEI tercer > c: deber <<Manifiesto «A Manuel año del Partido Revolucionario de Cuba en América)>. en 0. de Moutecristi», Mercado», en 0. C.. en 0. C., IV, C., IV, 167-8. El alma Cubano. III. 1 t3 J- 112. 100-l. de la Revo- ‘. ., Lpc”A 7 1101‘tc~i:i;.C!‘IC~lllO’~. il <iSi. :!‘>S c.L!ificr. .iL -;: .:. . ;i2ndo 1 1’. !i 5,:I r;: 1: u ticsde la d&ac!a ¡2;;‘-c;¿I i-11 c! n1iiLicl ;!:;.E& :i6 ~~onocia aún la prcci. +i c>n : ni la difusión que le dalia:; la< oL:.:.- pos~crii;rcs dc ìIobson (1902), HilEcrding (191‘1) J- sobre to:l:, VI I:rOpiO Lerlin (1917 j. Es ocioso --y eseohistico-. para COIIOCP~ c ~,n:~t;:mc!lte cl a!cance (:.s :tl tarea. i,.LilL:; 1%~. ‘r ta:‘n:;s c;i Xartí f-nLeI:;‘:-. ~3: -:L:: ralabra un concepto scficientc:;wnte cerct::o al qtlc luego maI::,jarían, co:n acuciosidad creciente, dichos nntorrs. A finalel del :,ig!,b .:L.. 110 faltaban sapicntisimos pensadores (Xehring prefiri3 !ucí;o ! !i>i’>::rlos simplemente «clerigalla marxisk)))“’ Lzp=ces de recitar los más nrduos Pero fue Js.,=& ‘ifartí quien, mientra;: se hai;la!,n textos revolucionarios. de IW período de paz mundial. preparó un movimien.to concreto, terriblemente heroirs >- casi (!i~325p cr”flo, <_ pwa <(cortarle las manos;». como diría hoy Fidel, al naciente imperialismo norteamericano. el cual devendría otro gendarme de la reacción internacional, sustituyendo con creces, cn este oficio: al gend;;rme europeo, el imperio zarista. El movimiento revolucionario rnundkd recibió de los líteros de la Segunda Internacional una de las mayores traiciones de la historia; en cambio, está en deuda con este afiebrado dirigente ccloniní, por haber pretëndido, contando sólo con la honda de David -suya es la imagen, instistituible-, sofocar en su arranque la expansión del imperia!ismo norteamericano. Es obvio que la verdadera fidelidad al espiritu de In revolución no era la de quienes repetían como gansos la letra de Malrx para traicionarlo; sino la de quien se arrojaba a librar una hatalìa rec: 15?I .!A:ta> .i:.n. 15 Según G. W. F. Hallgarten (Imperialismus ver 1914, 2 vals., Munich, 1951), ael término “imnerialismo” es de orieen relativamente reciente, habiendo sido empleado primero ‘,or un grupo de esiritores 7 administradores .británicos a finales de la década 1870-80. Estos hombres abogaban por el fortalecimiento y la ixpansión del imperio colonial británico; “i&eri&mo” era el nombre que daban a la política que ellos estimulaban en sus compatriotas. En otras palabras: orígiequivalía más 0 menos a “cokmialismo” -el establecinalmente, “imperialismo” miento J la expansión de la soberanía política de una nación sobre pueblos, y KA marxist view of imperialism» en territorios extranjeros.» (Paul M. Sweezy: Essnys and reviews on capitalism and socialisnt, 2a. ed., The present as history. Nueva York, Monthly Review Press, 1962, p. 80.) Este parece ser el sentido con los Estados Unidos son para él «una rrpitblica que Martí habla de «imperialistas»: imperial», ‘6 «Za Roma Franz Mehring: americanau Carlos (V. Supra Marx..., p. p. 121). 28. . 170 ANUARIO MARTIANO querida por la revolución mundial. aunque no lo hiciera partiendo de los postulados de Marx. Lo cual no quiere decir, por otra parte. que careciera de la teoría que, en aqluel momento y para aquella acción. le era menester. Recordemos otra observación del Che: ANUARIO MARTIANO 171 No cabe duda de que Martí interpretó correctamente su realidad histórka. En último extremo. la posibilidad de que se frustrara la independencia de Cuba estaba vinculada al crecimiento norteamericano desde comienzos del siglo .YI‘I. ! «la expansión territorial de los Estados Unidos a expensas de España y de los países hispanoamericanos», que con acierto historió Ramiro Guerra.” no hizo sino añadir un nuevo capítulo en el caso de Cuba. Ruen conocedor de la historia dc ambas Américas, los temores de Martí tenían pues una base atrozmente sólida. Es cierto también que Martí vio desde su interior transformarse la naturaleza del capitalismo norteamericano, y que fue un lúcido crítico de esa transformación; aunque para un colonial, este cambio haya sido, el otro capitalismo había devorado ya la en cierta forma, accesorio; Florida, Texas, California (haciendo caso omiso de si las tierras fueran previamente españolas 0 mexicanas)... y era el capitalismo premonopolista, todavía no imperialista en el sentido moderno de la palabra, todavía no exportador de capitales. La verdad es que la historia supuestamente ejemplarizante de los Estados Unidos (ejemplarizante incluso para avanzados progresistas europeos) era ya. como Martí había contemplado con la «visión de los vencidos», una historia de constantes depredaciones territoriales. Cuba tenía su turno señalado; y tras Cuba, la América Latina -y el resto del mundo--. En este sentido, habiendo interpretado correctamente la realidad histórica en que se movía, la previsión de Martí resultó absolutamente acertada «aunque, por supuesto, no le correspondiera realizar el análisis leninista del sistema del imperialismo». Sin embargo, el rápido establecimiento en Cuba de una república popular, que evitara KO al menos hiciera mucho más difícil» no pudo lograrla, por las sucesivas mala expansión norteamericana, niobras yanquis: desde la incautación a principios de 189.5 de tres barCOS cargados de armas en el puerto de Fernandina. lo cual hizo imposible la guerra rápida que planeaba. haata la abierta intcrl-ención militar. tres añcs después. Lo que hoy dia es ya inúudablr es que la guerra revolucionaria cubana encabezada por I\larti fue la primera acción organizada contra cl imperialismo )-amp+ y, consecuentemente, inaugura por el lado colonial la época presente. Veintiún atías después de muerto Martí, al hacer ya un balance de esa época, escribirá Lenin en las primeras líneas de El imperialismo, fase superior del capitalismo: ((Durante los últimos quince o veinte años, sobre todo después de la guerra hispano-norteamericana (1898) y de la angloboer (189%1902), , . del Viejo y del las p u bl icaciones económicas, así como las pobtrcas, Nuevo Mundo, utilizan cada vez más el concepto de “imperialismo” Desgraciadamente, a para caracterizar la época que atra2:esamos.»‘g Lenin le fueron desconocidos, como es comprensible, el movimiento martiano y sus postulados precozmente antimperialistas. Es menos probable que los desconocieran del todo Joseph Patouillet, quien en su obra El imperialismo norteamericano (Dijon, 1904) --consultada y anotada por Lenin para la confección de su propio libro sobre el tema-‘o afirma que practicar el imperialismo implica «conquistar y ocupar grandes encrucijadas por las que pasa el comercio del universo»; lo que tanto recuerda la definición que en el Manifiesto de Montecristi -seguramente difundido, en la época, por la prensa mundialse da de Cuba, como «nudo del haz de islas donde se ha de de los continentes». Sea cruzar, en plazo de pocos años, el comercio como fuere, es indudable que Martí entendió plenamente en lo esencial ese acontecimiento que iría a desarrollarse de inmediato en su tierra, y que implicaría la verdadera mundialización del mundo. Citando un juicio de Marx sobre un problema nacional, Lenin afirmará luego que el mismo muestra «que e-s necesario tomar la reivindicación de la democracia» no aisladamente, sino «en una escala europea». Pero Lenin añade esta observación reveladora: «en la actualidad se debe decir [en una escala] mundialu2’ L*Cuándo considera él que empezó esa «actualidad»? Unas líneas más adelante, lo aclarará: a partrr de «la n Ernesto Che Guevara: xNotas...b, p. 507. $8 Ramiro Guerra: Lu expansión territorial de los Estados Unidos a expensas de Espmia y de los países hispanoamericanos, Madrid, Cultural, S. A., 1935 (28. ed.. La Habana, Ed. Nacional de Cuba, 1964). 19 «El imperialismo, fase superior del capitalismol>, en 0. C., Xx11, [205]. 20 0. C., XXXIX, vol. 1, 207-12. 21 nRaIance de unn discu=ión sobre el derecho de las naciones a la autodeterminaciónn, en 0. C., Xx11, 337. Convendría decir que la teoría re\-olurionaria. como expresión de una verdad social. está por encima dc cualquier enunciado: es decir, que la revolución puede hacerse si se interpreta ccrrectamente la realidad histórica y- se utilizan correctamente las fuerzas que interwenen en ella, aun sin conwer la teoría.” . 172 tAC’.lRIO ANGARIO Para apreciar enteramente este último hecho, es necesario tener en cuenta la condición compleja en que se hallaba situado su país, y partir de esta condición para intentar captar la complejidad, la riqueza de su pensamiento. Ya h emos recordado que en la primera edición del Manifiesto comunista, Rusia no era tomada en cuenta. El desarrollo del capitalismo es tardío en ese país, y posterior a la fecha de aparición Es el propio Lenin quien en 1895 -el año en que del Manifiesto. muere Martí-, publicará su Desarrollo del capitalismo en Rusia. Y aún este «desarrollo» es sumamente complejo e irregular. En 1914: al polemizar «Sobre el derecho de las naciones a la autodeterminación»: Lenin aclara: «no sólo los pequeños Estados, sino también Rusia (...) dependen por entero, en el sentido económico, de la potencia del capital financiero imperialista de los países burgueses “ricos”». Y más Adelante: «En la Europa oriental y en Asia, la época de las revoluciones democrático-burguesas sólo comenzó en 1905. Las revoluciones en Rusia. Persia, Turquía y China, las guerras de los Balcanes: tal es 1.a cadena de los acontecimientos mundiales ocurridos en nuestra época en nuestro “Oriente” .)F En vísperas de regresar a Rusia, donde ya ha estallado la revolución de febrero de 1917, dice aún: «Rusia es un 22 Ello temprana -entre al tema 2j z-1 39 !-2. no y quiere valiente decir que actitud diversos autores el historiador . hI.tRTIANO yr~:rrn imperialista hispano-norteamcricatla»: es decir. el pórtico visible t!- 1: era del im~:c~ialismo, la guerra en pI--visión c de la cual. unos ano.:!.:.,; en 1895. llarti pretendió una audaz. desrnn;uratla ac:,icín de~::rrc!.:Itica co:].-idprada (r [en uur? cuc3la] mundiales. como di:ia T.er?i!l: o. : i! id.< pZla!?TaS tIe 3 larti. un «suceso de gran alcance humaun)). Pero (.‘fC’ :~or;ir~o\-cJ(.,’ intento quedaría ignorado durante aiios: dc hecho. !to 1 l~ncl~ la a ::er revelado con to& su flrerza sino con In artual Re\-oluciórl cul?:!na.” X\;;: es ptie~ por sentimentalismo tonto que lamcntamo; CpK Lenin lo ignorara compietamente, sino porque sin duda ello no; ha privado de sagaces observaciones suyas como las que le provocara unos aI;os después la revolución de Sun Yat SemZ3 Y ello es tanto más importcnte cuanto que, como se sabe, la definitiva comprensión por Lenin de la naturaleza y la trascendencia del problema colonial está lejos de ser una cuestión menor o lateral en su pensamiento. la . Emilio con anterioridad antimperialista a 1959 no se hubiera Roig de I)ai- ca?npesino. uno de los más atrasados de Europa».” E incluso al final de su lida. en uno de sus últimos textos. escrito el 16 de enero de 1923. reitera: «Rusia ( . ..) se encuentra en la línea divisoria entre 1.~: l)uisc: ci\-ili,:3d3s y los que por primera \-ez son arrAstrado tic modo t!e:initi?o. por c=ta guerra [la guerra de 1914-81 a la civilización -todo Oricntc. Io< pai<cs no europeos-~,‘” Esta última manera de englobar tlc un ~010 trazo negativo las naciones que hoy reciben los nombres de tercer mundo o países subdesarrocimodos. pero harto engañosos. Ílados. no puede sino recordarnos el similar esfuerzo de Martí, cuando. cerca de cl:arenta años anles. habla del mundo al que los codiciosos de su tierra llaman «bárbaro), porque «no es dc Europa o de la América que por la ubicación concreta de su país, por europea )) .” Es indudable el carácter de encrucijada de su problemática, Lenin conoce un radio de acción incomparablemente más vasto que el de un «europeo» a como propios los problemas estudiados por Marx y seras. Entiende Engels en relación con los países capitalistas, y por eso puede llegar a ser su discípulo y continuador genial; pero también siente como suyos atrasado (se está tentado de llalos problemas dc un país campesino, ) ; e incluso los marlo, en la jerga de nuestros días, «subdesarrollado» problemas de nacionalidades sojuzgadas: «son las peculiaridades históricas concretas del problema nacional en Rusia las que hacen entre nosotros particularmente urgente el reconocimiento del derecho de las naciones a la autodeterminación en la época en que atravesamos».2a No en balde para Lenin «Rusia (...) se encuentra en la línea divisoria entre los países civilizados y los que por primera vez son arrastrados de modo definitivo (...) a la civilización». Cuatro años atrás (1919), con un lenguaje que nada debía a la economía y sí a un mesianismo exaltado. había escrito el poeta Alejandro Blok, en «Los escitas»: «Sosteníamos el escudo entre dos razas enemigas, / Los Mongoles y EUde aquel poema dice: «Sois millones. Somos ropa». La estrofa anterior miríadas y miríadas y miriadas. / iProbad, combatid contra nosotros! / ;Sí. somos escitaE. 7 iSí, somos asiáticos, / Con 10s ojos ávidos y oblicuos!» *j 26 apreciado Martí. Bastaría con recoldar los trabajos que durante una treintena de años dedicó de cn 156-62. en 0. C., XX, «Carta 27 0. «Nuestra 439. Martí: c.. VIII. 28 r(Sobre XXXIIL Leuchsenring. «Dxnocraria y populismo en China», en 0. C., XVIII. ((Sobre el derecho de las naciones a la autodeterminación», !vl. El -:ti:x>-~do c.. de Lcr-tin. 173 MARTIANO 103-1. de despedida Revolución. a los obreros suhs~, (A propósito de de «Una distribución ,112. el derecho de las diplomas naciones en 0. las notas en un a la C., Xx111, de colegio autodeterminaciónn. N. 371. Sujánov)», de los en Estado? en 0. C., Unidos», 0. C.. XX. 174 ANC’ARIO MARTIANO Es singular que, mientras los «europeos» de la Segunda Internacional reiteran una posición eurocéntrica que en el caso de Marx. décadas atrás. era perfectamente explicable -pero en el caso de ellos, que ya vivían la época del imperialismo. significaba un retroceso que anunciaba su conciliación con la burguesía-, Lenin rechaza desde el primer momento esa visión, y asume otra radicalmente distinta. Ya al comentar «El congreso socialista de Stuttgart)>,29 en 1907, llama la atención sobre un proyecto de resolución según la cual el congreso «no condenaba en principio toda política colonial, que bajo un régimen socialista puede desempeíiar un papel civilizador)>. Bernstein y otros oportunistas «propusieron que se reconociera la ‘política colonial socialista’». Lenin comenta: «Ello equivaldría a adoptar abiertamente el punto de vista burgués. Ello significaría dar un paso decisivo hacia la supeditación del proletariado a Iti ideología burguesa, al imperialism> burgués». Y yendo más lejos aún en su crítica, añade: Sólo la clase de los proletarios, que mantiene a toda la sociedad. puede hacer la revolución social. Pues bien, la vasta política COlonial ha llevado en parte al proletariado europeo a una situación por la que no es su trabajo el que mantiene a toda la sociedad, sino el trabajo de los indígenas, casi totalmente sojuzgados. de las colonias. / El subrayado es de Lenin./ Las consecuencias que se derivan de esta observación son por supuesto extraordinarias. No podemos compartir el punto de vista de Charles Bettelheim, según cl cual este párrafo se limita a describir «algunos efectos económicos del colonialismo y, sobre todo, algunos de sus efectos ideológicos sobre el proletariado: el chovinism~».~ Ni la mera lectura del texto ni mucho menos la conducta política de Lenin sobre este asunto, autorizan tal limitación (lo cual no significa que lo que dice Bettelheim no haya sido también propósito de Lenin). En otras palabras: Lenin no se limita ya a tomar en consideración sobre lodo algunos efectos ideológicos sobre el proletariado de los países capitalistas desarrollados, sino que llama la atención sobre el papel desempeñado por «el trabajo de los indígenas, casi totalmente sojuzgados, de las colonias», en cuanto a contribuir a mantener a toda esa sociedad capitalista desarrollada. Es por esto que, sin desdeñar la misión encointernacional de Stuttgartr>, en 0. C., XIII, 69-75. nPréface» a Arghiri Emmanuel: L’échange inégal. Essoi sur les antagonismes dans les rapports économiques internationnux, Parlq. Ed. Francois hlaspero, 1969, p. 18. El subrayado es de Bettelheim. 29 «El 3O congreso socialista Charles Bettelheim: ASC.4RIO MARTIASO 175 mendada a aquel proletariado, hace ver la que están llamados a desempeñar -la que están desempeñando yadichos indígenas. cuyos mot-imientos emancipadores en la etapa imperialista, no pueden, por tanto. qino tener una repercusión mundial, al conmover los cimientos de In propia sociedad capitalista. Por ello Lenin afirmará luego que (cel programa de la zocialdemocracia debe postular la divisi6n de las naciones en opresoras y oprimidas, como un hecho esencial, fundamental e inevitable bajo el imperialismov,3’ por eso insistirá en que cce1 capitalismo ha dividido a las naciones, por un lado. en un pequeño número de naciones opresoras, de grandes potencias (imperialistas), de naciones que gozan de todos los derechos y privilegios, y, por otro, en una inmensa mayoría de naciones oprimidas, dependientes y semidependientes, que no disfrutan de todos los derechos»;32 por ello dirá claramente que en los países imperialistas la exportación del capital «imprime un sello de parasitismo a todo el país. que vive de la explotación del trabajo de unos cuantos países y colonias de ultramar)),33 por eso, en fin, llegara a proclamar que «la revolución socialista no será sólo, ni principalmente, la lucha de los proletarios revolucionarios de cada país contra su burguesía sino que, además, será la lucha de todas las colonias y de todos los países oprimidos por el imperialismo, la lucha de todos los países dependientes contra el imperialismo internacional».” En el acercamiento de Lenin a esta cuestión, no hay pues la menor actitud paternalista. Hay, en cambio, la clara comprensión de otro problema. Las tareas del proletariado de los países capitalistas avanzados y las tareas inmediatas de las fuerzas más progresistas de los países sojuzgados, no son las mismas, pero el fenómeno imperialista hace que habrán de serlo en este país «sipuedan y deban ser convergentes: tuado en la línea divisoria», que vendrá a ser la Rusia de 1917. Que ella fue, entonces, el eslabón más débil de la cadena imperialista, se ha convertido en una metáfora clásica, y ello es justo. Pero es conveniente no olvidar tampoco este carácter limítrofe entre la presunta «civilización» y la presunta <tbarbarie» del país donde por vez primera en la 31 nLa revolución socialista y el derecho de las naciones a la autodeterminación. (Tesis)u en 0. C., xX11, 154-5. 32 «Carta a los obreros y campesinos de Ccrania con motivo de las victorias sobre Denikinq en 0. C., XxX, 289. 33 «Informe en el segundo congreso de Rusia de Ias organizaciones comunistas de los pueblos de OrienteD, en 0. C., XXX, 154. M aEl imperialismo, fase superior del capitalismoa, en 0. C., xX11, 292. que lcì cotnu~ii>ta~ dchmo+ apqar \ apot:irgueses de liberaci<n dc las colonias sólo (.l!c’ll(l’) c-:0‘ 2i:Y’ !Ii21~21:0~ sean realmente revoluciúnr,rioc!). ì r:u :” i:ata .:íl:. dc üpo;. arloi a real!-;;r mí’!a= lIIi~l~CLI.~!3~ ci:-Il+j ( ..I!i’, .,-;‘Lli’C. r’.-c..‘Is< ic . l;ucsii3 ii~:c «la fa:e caljitai:sia ckl (!t.::r::)!:r! c!? la L i’~.,il”l2ll~2 ‘:“’ c I 1:ona1 .> ::i, :‘s inc\ i~lAc ;,&:a los pueb!o< atTasad~t3 q;” i. i: .ze Iil w;an>, . A liil c!e q uc_ csl3 ‘ .!‘~Y (ci2 l;ite~nücid:lr~i ì.t se haga realidad. (‘dr!iur&i;l tlci~r formular 1: fundamentar teóricamente la tesis de qnc. w.1 la a~ucln del proletariado de los países avanzados, los países atrasados pueden pasar al régimen soviético y: a través de determinadas fa.sns de c!pjarrcl!o: al c:jmunismo eludiwdo la fase capitalista de dc.+ arrullo”; In cual, por supuesto, prest+one «la importancia dei trabajo rc: ol::cionario de 10~ partido s comunistas /de los países capitalista< tlcsnrrolados’» no sólo en sus respectivos rzíses, sino también en los p&;‘s coloniales». C-la -u-‘l:ucic;.? cOnSi;ie Ci .,._ ! .‘24!. I:-lS n:o\ imieri[c5 ;::,t .l!‘JI“YlO. un payl i’unti.~i::~;:tnl i de c” ir poi,lema. Sil wrclucta n::,i.1.. ?..[C? 5: r:;:.jo. ..;‘I”O <.i:tW .: ~~‘““d?L” <J -, ]>“lLlirYZ.i es. >- ¿::t?S. ri cribe. E21 Cl ocL!pc. (‘O”23 nla!-0~ ;il!>a rn el tF;:::.inii cl e 11oi;:I;ï: aL;u. rni~m:l. cl p:‘r eir ia g31i. i!io ri:o. r.;-lrL-rdo ir . ì-.11 uiag- ír!... .>l1lci:l:? tic, ei I~wrnorable Segundo Cc~grc;o 1;;‘. ( I’\>’ 5 ,Go]::,y. dos dc toda Eu&. al dirLgii,5ï c i 13 dr oc!rilire tk ::;lì (f :: 105 obreros. a los roldados. a los rampes~nc.5~. ;!.i.-;::itiza <i 3 todas lai: naciones que puchlan Rusia el verdadero dt~wlio (1~ :lutl:deteílrlicació~l:):~~ rr al día siguien;e, cl ((Jnformc sobro la paz)). despu& de expresar que «cl Gobierno considera la paz inmediata, sin anexiol;es (es dwir, sin conquistas de territorios ajenos, sin incorporaci& de ;>U&lE e:.lranjeros por la fuerza), y sin jndemnizacioncs, como umi mm justa p democrática», aclara: ( -LL!:);. . s. & !p:: ,cp1,jcty <<l (i:..i,!:~rji-)-.. jurídica de In democracia C:I geDe acuerdo cc!il 1.2 cowkncia neral, y de las C!LLCS tr::bajadoras rn particular. el Gobierno entiende por anexión o conq&ta de territorios ajenos toda incorporación a un estado grande y poderoso de nna nacionalidad pequeña o débil, sin el deseo ni él consentimient.2 explícito, clara y libremente expresado por esta última, independientemente de la época en que se hava realizado esa inccrporación forzoss, independientemente asi&smo del grado dti civilizución o de atraso de la nación anexionada o mantenida por la fuerza en los límites de un estado, independientemente, en fin, de si dicha ncxión se encuentra en Europa o en los lejanos países de ultralrUar.“6 Es pues natural que esta cuestión ocupara sitio destacado en la problemática de la Tercera Internacional, la Internacional Comunista, que Lenin se apresura a organizar en 1919. En su segundo congreso ( 19 de julio - 7 de agosto de 1920), Lcnin mismo preside la comisión para las cuestiones nacional y colonial, y el 26 de julio lee cl informe de trabajo de dicha comisión, 37 dande expone que «la idea más importante y fundamental de nuestras tesis» es «la distinción entre pueblos oprimidos y opresores»; y más adelante: que han acordado «por unanimidad decir movimiento cacional revolucionario en vez de movimiento ‘democrático-burgués’», explicando: «el sentido de 35 « iA los obreros, a los soldados, a los campesinos!», en 0. C., XXVI. 233. ~6 «Informe sobre la paz», en 0. C., XXVI, 235 J 236. 37 «Informe de la comisión nacional y colonial», en 0. C., XxX1, 229-34. Un a;lo más tarde, al celebrarse el tercer corrgreso de la Internacional (22 de junio - 12 de julio de 1921), Lenin volverá a subrayar (cel significado del movimiento de las colonias»: en 1:s fuluras bat&as decisivas de la revolución mundial, cl movimiento de la mayoría de la población del globo terráqueo, encaminado en sus comienzos hacia la liberación nacional, se volverá coctra el capitalismo y el imperialismo, y desempeñará probablcmecte un papel revolucionario mucho más importante de lo que csperamos.38 Entre los numerosisimos textos que ratifican la importancia decisiva del aporte de Lenin a esta cuestión, hay al menos un testimonio que no quisiéramos pasar por alto, dada su relevancia excepcional: el de Ho Chi Minh. El extraordinario dirigente vietnamita que acaba de morir, evocó en 1960, en páginas particularmente sinceras y vividas, cuál había sido el camino que lo llevara al leninismo; y su testimonio ad@ere una fuerza luminosa -sobre todo si lo comparamos con un cago como el de Martí, rños atrás-a fin de comprender qué significó la contribución de Lenin a acercar las dos perspectivas de la revolución mundial.. Hablando de los años inmediatos al triunfo de la Revolución de octubre, escribió Ho: En esa época apoyé la Revolución de octubre comprender todavía su importancia histórica. 38 «Informe sobre la táctica del P.C.R.r> en 0. C., sólo por instinto, sin Amaba y admiraba XxX11, 47.5. 178 a Lenin porque era un gran patriota que hahia liberado a sus compatriotas: hasta en:onces no había leido un solo libro de él e-to era precisamente ( . ..) //Lo que más me interesaba saber -In que no se di<rutía en las asambleas [dr socialistas franceses Jnternacionalesjcra cuál Internacional estaba so!rre la5 di’itintna fa\-or de los purblos de los paises coloniales. ,í/Formulé esta prewnta -la más importante a mi parecer --cn una asamblea. .41es la Trrcera Internacional. no iunos camaradas me contestaron: la Segunda. Y un camarada me dio a leer la ((Tesis sobre las cuestiones nacional y colonial» de Lenin. publicada en L’Hurnanité. //Había en esta tesis términos difiriles de entender. Pero a fuerza de leer y releer pude finalmente captarla casi en SU totalidad. iCuánta emoción, entusiasmo, claridad y confianza infundió en mi! illoraba de alegría! Aunque estaba sentado solo, en mi cuarto, grité como si me estuviera dirigiendo a grandes masas: « iQueridos mártires compatriotas! Esto es lo que necesitamos, ;éste es el camino de nuestra liberación!» //Después de esto tuve plena confianza en Lenin, en la Tercera Internacional (...) //En un prirtcipio, el patriotisiito, a7í7t no el co7nu72ism0, me llevó a tener confianza en Lenin, en la Tercera Internacional. Paso a paso, durante la lucha, combinando el estudio del marxismo-leninismo con las actividades prácticas, llegué gradualmente a la conclusión de que sólo el socialismo y el comunismo pueden liberar de la esclavitud a las naciones oprimida? p a los trabajadores de todo el mundo.“9 Ya mucho antes, cuando aún no utilizaba ese seudónimo con que será conocido para siempre, Ho Chi Minh había señalado esa signi. ficación de Lenin. En 1924, al intervenir en el quinto congreso de la KI-IO es una exageración decir que Internacional Comunista, explicaba: francés y británico no han adoptado ya que los partidos comunistas acerca de las colonias, no se han una política realmente progresista puesto en contacto es y será ineficaz con los pueblos coloniales, su programa porque va en contra del lenirtismo». 40 Y dos años después, en 1926, al hablar de ctLenin completo y el Oriente»: La política colonial de la Segunda Internacional, más que cualquier otra, puso al descubierto la verdadera cara de esta organización pequeñoburguesa. Por tanto, hasta la Revolución de octubre, las teorias socialistas se coltsideraban teorias especialmente 39 Publishing 40 Publishing Ho Ho Chi Minh: House, 1962, Chi Minh: House, 1960, S&cted p. 448-50. tcorks, volumen ~ekcted coo&, volumen p. 143. IV, Hanoi, 1, Hanoi, Foreign Tanguap Fore@ Languqes reservadas para los blancos, explotación. //Leni abrió realmente ret~oIucionaria.4’ ~71 nuevo i7zstrumento en curias colonias una d.2 engaiío j nuera etupa Recordemos la desconfianza de Jlarti hacia la validez que las teorías europeas 0 norteamericanas, incluso las socialistas, podrian tcuer para lo que significativamente llamó ((nuestra América nlestiza*,: «Con un decreto de Hamilton no se le para la pechada al potro del llanero. Con una frase de Sieyés no se desestanca la sangre cuajada de la raza india», escribió en cl imprescindible ((Kuestra América:). en 1891; y también: <(Ni el libro europeo ni el libro yanqui daban la clave del enigma hispanoamericano>).“’ Recordemos ôquella desconfianza, y oigamos de nuevo a Ho: ((Hasta la Revolución de octubre, las teorías socialistas se consideraban /por los coloniales/ teorías reservadas especialmente para los blancos, un nuevo instrumento de engaño y explotación». A esta luz, tengamos en cuenta que Martí murió peleando en una pequeña colonia veintidós años antes de la Revolución de octubre, a la que no dudamos que hubiera saludado con el fervor no sólo de un Sun Yat Sen, sino incluso de un Ho Chi Minh, a quien, según sus aabias palabras, «en un principio el patriotismo, aún no el comunismo». fue lo que «llevó a tener confianza en Lenin)). En otra ocasión, será necesario que nos detengamos más en la cercanía entre estas dos grandes figuras: el cubano y el vietnamita. Un solo elemento más querríamos añadir ahora: en octubre de 1945, en medio de una guerra de liberación nacional que aún no ha terminado, y es el ejemplo mayor de nuestro siglo, Ho explicaba en su ((Discurso a los franceses de Indochina»: ((Nuestra lucha no se dirige contra Francia ni contra los franceses honestos, pero sí luchamos contra la cruel dominación del colonialismo francés en Indochina». ;,C ómo podemos leer estas palabras sin recordar que medio siglo atrás había escrito José Martí en el Manifiesto de Montecristi: «La guerra no es contra el español, que en el seguro de sus hijos y en el acatamiento a la patria que se ganen podrá gozar respetado y aún amado, de la libertad...»? Entre un dirigente y otro, encabezando ambos luchas decisivas para liberar SUS patrias, vencer el mismo imperialismo y afirmar en el planeta todo el triunfo de «los pobres de la tierra», hay afinidades profundas: sólo que Ho, más cercano en el tiempo, pudo beneficiarse ya de la lekción, del ejemplo de quien hizo que el socialismo dejara de ser «teorías reservadas especial- 41 Op. 42 cit., «Nuestra p. 139-40. AméGal>. en 0. C., VI, 1523. tx~:te para 10~ blancos>, y le dio en cambio un horizonte realmente !nr:nc!i,:l. De ahí que no sea extrano que cuando. al cumplirse el cenIt%i13rio <!cl f:uc,;mie::to tle JIaïti. 7.‘ nutridc_; pq‘r 511 ideario pa:riótico. !‘t’t oIucio:i:friû. antimperialista. un grupo de jównes encabezados por ri,l.Ti C‘-stro marche a atacar el cuartel Moncada~ y encienda así lo que -~~~.á la primera llamarada de la Rcv-olucitn socialista latinoamericana. miuedcn entre sus papeles textos de Lenin. leídos en los preparativos ;!c-i aiacllle. L a 1ccción de esos textos crecería. Como 110 Chi Minh ahos atrae. aquellos patriotas, en quienes volvía a cobrar vida José Martí. iban a encontrar. luchando, la verdad del socialismo en los hechos misdel proletariado mos y en las palabras ardientes del gran conductor mundial. Aparecido en Cnscc II. dc lus Américns. MARTÍ DIRIGENTES (AS X. No. 59, marzo-abril. 1970.) Y HO CH1 MINH, COLONIALES 1. En 1858 -diez años antes de que los cubanos comenzáramos nuestra larga guerra de independencia, al cabo de la cual España perdería sus últimas posesiones americanas-, la Francia burguesa se hallaba aún a la caza de colonias: ese año, sus tropas atacan el puerto anamita de Danang, e inician una guerra de conquista que se extenderá hasta 1884 con hiatos como el provocado por la intervención franrcsa en México.’ En 1885, un país milenario, «Vietnam entero, ha dejado de constituir un estado independiente».* En 1887, Francia crea la Unión Indochina, formada, además de por las tres secciones en que dividió artificialmente a Vietnam (Cochinchina, al sur; Annam, al al norte), por el reino Khmer (Cambodia) y el centro, y Tonkin, Reino Lao (Laos). La dramática actualidad que los últimos acontecimientos han dado a esta zona del planeta, añade mayor interés aún a Ho Chi Minh este prolas palabras con que, años después, describiría ceso: El colonialismo nar». Por ello, 1 Un Gxle de luttes [1970] p. 15. 2 JPOU Chesneaus: de 1962,~. 22. Hnnoi marzo francés no v-arió su divisa: ((Dividir el imperio de :jnnam [obsérvese que nationales «Breve (1847-1945), histoire du en Etudes Vietnam» para reiHo utiliza zrietnan~iennes. en La n’ouwtte n. 24, Critique, aqui e‘tc nombre para designar a toda Indochina. v las más de las \-ece- a \.ietnam] --este país habitado por un -pueblo descendiente de la misma raza. con las mismas costumbres. la misma hi-tori;:. ias mi-mas tradiciones J el mismo idioma-. fue div-i<:i,I*, en rinco partes. Por mediow de ecta di\-isión hipócritamente clplotada. esperan enfriar los sentimientos de solidaridad y de f:ntrrnidad en cl corazón de los anamitas y- reemplazarlos por un anr::go;iismo de hermwos contra hermanos. Después de enfrentarlos entre .;í. 10,~ uiismos elementos fueron reagrupados artifiC!iLil!llCillc? el1 una 0 union ~1. la I‘nión Indochina.3 2. Sólo dos años después de constituída esta Union Indochina, Martí escribe, en 1889, el artículo famoso que tanto se ha citado, «Un paseo por la tierra de los anamitas)), en su revista para niños La Edad de Oro. Es singular que se detuviera en aquel lejano país, el único en merecer todo un artículo en La Edad de Oro. Pero es bastante prohable que la prensa europea y norteamericana de la época se hubiera hecho eco de la reciente «hazaña» francesa como para que la noticia llamara la atención del periodista alerta que siempre fue Martí. Por otra parte, cierto <(orientalismo» que tan atrayente fue para los modernistas, y que ejemplificaría en especial nuestro patético Casal, debió hacerle particularmente interesantes los aspectos refinados de aquella cultura delicada en que las campesinas parecen princesas. Pero lo verdaderamente original del trabajo, y lo que le da vigencia aún en nuestros días, es el punto de vista a partir del cual está escrito, la perspectiva anticolonialista -la cual difícilmente encontraría Martí en la prensa euronorteamericana de donde han debido provenir los datos utilizados para el artículo-. Con esa perspectiva, Martí se vuelve sobre una de las comarcas de más reciente incorporación al mundo colonizado, para tomar partido, una vez más, por «los pobres de la tierra», exaltando de paso, con la amorosa belleza de su palabra, las excelencias de una cultura no europea, creadora de valores distintos y perdurables. Este Martí de 1889 es ya el de la madurez, para el cual la lúcida visión anticolonialista, a nivel planetario, es la columna vertebral de su concepción histórica. Es interesante considerar, en este sentido, los otros trabajos que consagra a los privilegiados lectores juveniles de la que probablemente sea la más sensacional revista para niños que nunca napa existido: allí, en La Edad de Oro. ha!- cuentos y poemas memo3 tomr~ Ho Chi 1, I-bnoi. Minh: Editions El en proceso langurs de la colonización Ctrangères. 1960. francesa, p. 321. en Oeuures choisies, 182 ASL-ARIO ANL!ARIO MARTIANO rables, y también artículos en que nada se ha descuidado en la información y la orientación ideológica, y constituyen un ejemplo viviente de cómo quería Martí que se formaran los hombres futuros de nuestra -América: teatos sobre artes y técnicas de todo el mundo (señal c!e una inconfundible abertura en el saber), p en cada número. de los cuatro con que al cabo contó la publicación, un artículo en que esa central ., vislon anticolonialista se hacía ver claramente. La evocación conmovida de los «Tres héroes)) magnos de la indepedrncia continental hispanoamericana (Bolívar, Hidalgo, San Martín), en el primer número. En el segundo, la visión reivindicadora de «Las ruinas indias)), en que destaca el carácter original, autóctono. de los primeros habitantes de bmérica: «Ellos imaginaron su gobierno, su religión, su arte, su guerra, su arquitectura, su industria, su poesía. Todo lo suyo es interesante, atrevido, nuevo.» En el tercer número, un retrato de un europeo, pero «El Padre las Casas», precisamente el homde un europeo excepcional: bre que no será exagerado considerar como iniciador del pensamiento anticolonialista. En la más reciente historia (aún inédita) de la civilización precolombina, ha escrito de él Laurette Sejourné: [Las Casas] en el amanecer de la dominación occidental, miembro privilegiado de la comunidad que logró la más grande empresa colonialista de todos los tiempos -la única que borró para siempre el mundo que se apropió-, muchos siglos antes de la lucha anticolonialista, denunció el carácter del sistema colonial, sus diversos modos de acción degradante, con la fogosa agudeza que caracteriza a los más recientes heraldos de los pueblos oprimidos. Es en este contexto de profunda inspiración anticolonialista que aparece como artículo especialmente ideológico, en el que sería ya el último número de la revista, «Un paseo por la tierra de los anamitas». Después de haber presentado los dos extremos en que se asienta el an-sus guerras de independencia, su ticolonialismo de nuestra América rico pasado pre-europeo-; después de haber rendido homenaje al paen el seno mismo del primer gran dre del pensamiento anticolonial, imperio colonial moderno, Martí desborda las fronteras americanas, para considerar una de las más recientes drpredaciones coloniales: la sujeción, en el otro extremo del planeta, dc otros hombres que «tanto como los más bravos, pelearon y volverán a pelear [,] los pobres anamitas, los que viven de pescado y arroz y se visten de seda, allá lejos. en Asia, por la orilla del mar, debajo de China.» Asumiendo -como tan fre- cuente es en su estilor-cucharles decir: la voz de aquellos MARTIANO hombres, iMartí 183 nos hace Cuando los franceses nos han venido a quitar nuestro Hanoi, nuestro Hue. nuestras ciudades de palacios de madera. nuestros puertos llenos de casas de ban:bU y de barcos de junco, nuestros almacenes de pescado y arroz. todavía. con estos ojos de almendra. hemos sabido morir, rxilr~ sobre miles, para cerrarles el camino. Ahora son nuestros amm: pero tnañana, iquién sabe! No es raro que en estos añcs los cubanos hayamos citado con tanto orgullo estas palabras visionarias --cuyo pleno valor no está en la profecía lanzada al aire, sino en la recia contextura de un pensamiento anticolonialista, algunos de cuyos hitos están a la luz en la misma IGlad de Oro-; ni que se llamara la atención sobre otras circunstancias, ya aleatorias: que al año de escribirse estas palabras naciera Neuven That Thanh, a quien se conocería sobre todo con su seudónimo último de Ho Chi Minh, o que -suceso en verdad notable-el 19 de mayo fuera el día de morir para el cubano, en 1895, y el de nacer, cinco años antes, para el vietnamita. Estos hechos, por atractivos que sean en algunos aspectos, no son sino azares, y a lo más pueden contribuir a alimentar una visión delirante de la historia. Otras circunstancias, ya difícilmente imputables al azar, acercan a estos héroes epónimos, y merecen destacarse para aprehender una especie de tipología del dirigente anticolonial en estos años en que concluye un mundo y surge otro. 3. Antes de señalar esos hechos que los acercan, recordemos de entrada que estos hombres no sólo han nacido en los extremos del mundo y a cuarenta años de distancia, sino, sobre todo, que entre uno y otro media un acontecimiento definitivo para el destino de las luchas anticoloniales: la Revolución de Octubre de 1917, que tiene lugar veintidós aííos después de muerto Martí, y en cambio marcará al joven Ho, decidiendo su vida.4 No podemos, pues, esperar una correspondencia mecánica entre ambas existencias. Pero las cercanías, como dijimos, son enormes J ejemplares. 4. En primer lugar, estos hombres, de origen humilde, niños aún -no es extraño que conservaran luego tal interés por la niñez-, se forman tempranamente como integrantes de SU maltratada comunidad 4 Hemos considerado revolución anticoloniala, este aspecto en un trabajo anterior: aMartí, Lenin J la en Casn de Zns Américas, n. 59, marzo-abril de 1970. ’ ‘I t‘~p:rlL~l+. cl conorimiento del mundo. sobre todo del mundo mctroI#;>litano. 1!& rflei-antes que aprendizajes v oficios accidentales. dos d:pecloi -03 aquí dignos de destacarse: la ampliación del saber. el enruentro con un universo moc!erno de ideas en el cual situar su:; ;>wowtpaeiones locales: y la certidumbre de la dificultad para cl metropolitano tk llegar 7 comprender desde de;itro la problemática del colonial. ‘II; í: . Tanto 3Iarti como Ho sc esforzarán desde muy pronto cn inosfr(;r con crudeza a esr metropolitano los horrores d-1 colonialismo: 3lnrtí, en El presidio politice en Cubrr (1871). publicado a sus dieciocho aiios. ese texto del que ha podido escribir recientemente Juan Losada: Los relatos acerca de los héroes nacionales y de los martires oriunAn [la provincia natal de Hol y Ha Tinh, tales como 24ai Hac De, Nguyen Quang Trung. etc., que en su niñez escuchaba estimularon en él, prematuramente, el patriotismo, la :&mtad de indepedencia y la soberanía. El Movimiento antifrancés de los Letrados (Van Than) de Phan Dinh Phung, el Movimiento de los í/ia,jes hacia el Este (Dong Du) de Phan Roi Chau en Vietnam central, el Movimiento de Ens<;Gznza Palriótica Gratis (Dong Kinh Nhia Thuc) y la guerra de guerrillas de Hoang Hon Tham en Vietnam septentrional, grabaron en su memoria profundas impresiones, y le permitieron desde su adolescencia tener en cuenta las causantes de las derrotas o dc los triunfos Je cada movimiento patriótico en aquel tiempo.6 dos dr Nghe Y es decisivo que tnn proctamente se hayan formado como pa5. triotas, qne hayan adquirido con rapidez conciencia de coloniales resu patria, e irán beldes, porque ambos, adolescentes aún, abandonarán metropolitanos -desterrado el cubano; a otros países, especialmente con el fin de «ver cómo se vive y qué se hace allá para poder luego ayudar exitosamente a sus compatriotas», el vietnamita’-: después de la entrañable experiencia nacional, que marca a fuego para siempre 5 Cf. Albert Memmi: Portrait du colon%..., París, Ed. Jean-Jaques Pauvert, v Frantz Fanon: Los condenados de la tierra, trad. de J. Campos, La Ha!-Ana, Éd. Venceremos, 1965. 6 Truong Chinh: El presidente Ho Chi Minh, venerable líder de la clase Instituto del Libro. 1069. p. 10. obrera y d-l p:ebIo de Viet Nnm, La Habana. ’ Truong Chinh: op. cit., p. ll. 1966: En El presidio poiilico en Cubc:, el joven revolucionario entra de llei;o cn uC conjunto de unidades que cc;;fi~yuran el sistema ideológico qne sustenta la institución colonialista, para invalidarla (...) Los presidios constituyen una realidad oculta de las sociedades colcnialcs. Y esta realidad subterránea muestra sin velos de ninguna clase el hueso sin carnadura que sostiene a un régimen colonial y opresor. El despotismo político, la tiranía colonizadora, nos descubren su plena desnudez en los presidios. Y cuando el de la sociedad colonial. presidio es político, h a ll amos el infierno Por eso hay mucho de parábola en El presidio político en Cuba, pues éste constituye una especie de historia del infierno.8 esa denuncia del «hueso sin carnaHo, por su parte, ha realizado dura que sostiene a un régimen colonial», en muchos de sus artículos iniciales (por ejemplo, «Odio racial», «La mujer anamita y la dominación f,ancesa», «Las condiciones d.el campesino anamita», «Linchamiento .j). pero sobre todo en uno de sus textos más importantes: el implacable Proceso de la colonización francesa (1925), que escribió in-I-uso originalmente en francés, para asegurarse una comunicación diwcta con el lector de su metrópoli. Como Martí en El presidio politice en Cuba, arrojado a la cara del lector español, este Proceso de toda la colonización francesa (no sólo la de Indochina: también se toman en cuenta otras regiones, como Argelia. Marruecos: Martinica, Siria...), este juicio que tiene lugar ante los ojos del espectador francés, revela hechos concretos y atroces. y no frías especulaciones: ha podido decir un comentarkta que a Ho «le interesa mucho más demostrar que tal o cual Rmcionario francés. ron un nombre específico, era un sádico (...) que atacar pacientemente las estructuras coloniales con la esperanza de 8 Juan Losada: Marti, históricos de la GJC, 1969, joven revolucionario, p. 47. La Habana, Comisión de estudios ANUARIO 186 que darían, a su debido tiempo y por su propia voluntad, una oportunidad de autogobierno a la nacion sometida)). Por ello ceso KCS en realidad una serie de panfletos altamente emotivos nuncian los multiples abusos drl sklrma colonial francés».i dría decirse esto mismo cle E! presic!io en relación con cl sistema español ‘i pequena el Proque de;so pocolonial 7. Que estas páginas Iancirlantrs conmovieran o no a sus eventualea destinatarios, es cuestiún conjetural. Lo cierto es que muy pronto ccmprendieron sus autores que la liberación de sus países no podría provenir de las naciones colonialistas -ni siquiera de aquellos sectores de esas naciones que, al parecer, coinciZan ideológicamente con las fuerzas libertadoras de lus colonias-. Esto es lo que Martí expone tempranamente en su folleto de 1873 La República EsparZola ante la Revolución Cubana, donde increpa: <tNo se infame la República española, no detenga SU ideal triunfante, no asesine a sus hermanos, no vierta la sangre de sus hijos sobre los otros hijos, no se oponga a la independencia de Cuba. Que la República de España sería entonces República de sinrazón y de ignominia, y el Gobierno de la libertad seria esta vez gobierno liberticida1>. (Ya el año anterior, ante las perspectivas de una República española, y desde el propio campo de batalla, Carlos iManuel de Céspedes había escrito a 105 republicanos españoles: «Vosotros sois nuestros correligionarios políticos 0 sois unos apóstatas.»‘û No fueron lo primero.) Sería forzar la mano afirmar que Ho confrontó una situación id&tica en su caso. Su metrópoli, Francia, no conoció (no conoce aún) el establecimiento de un estado socialista que hubiera equivalido, para su causa, a la República burguesa a que se dirigieron Céspedes y Martí. Pero sí es cierto que Ho se vio obligado a censurar en los partidos marxistas metropolitanos la carencia de una actitud consecuente en lo tocante al hecho colouial: Se puede decir pues, sin exageración [afirmó. por ejemplo en 19241, que mientras el Partido comunista francés y el Partido comunista inglés no apliquen una política verdaderamente activa en las cuestiones coloniales y no establezcan contactos con las masas de las co!wkx SUS Tasio3 progiamac Srl+áil Ictra n?urr:n. EsoE 9 Bernard B. Fal:: ~~Pcrfil de IIo Chi Minh», en Ha Ch’ Mink 1.a frr reu,lución, trad. de r\‘. Blanc, &Iéxico D. F., Ed. Siglo XXI, 1968, p. 1-3. 10 Cit. por Raúl -4paricio: aSondeo en Céspedesu, en Casa de las .Im&ica.s, o. 50, septiembre-octubre de 1968, p. 71. programas nismo.l* serán letra muerta porque 187 >fIARTIAxu van en contra del leni- Una de las más visibles consecuencias del hecho anterior es la voluntad de ambos dirigentes de darse a organizar los elementos coloniales mismos con vistas a lograr con sus propios esfuerzos su liberación. Fn 1880, en relación con la llamada «Guerra chiquita»; en 1884, vinrulado al plan Gómez-Maceo; y especialmente en la última etapa de su vida, a partir de 1891, como fundador y alma del Partido Revolucionario Cubano, que se propone lograr la independencia de Cuba y Puerto Rico, Martí desplegará sus condiciones de organizador genial. Por su parte, al margen de su militancia en partidos europeos, Ho contribuye incansablemente a hacer realidad organizaciones políticas de coloniaItY: el Grupo de los patriotas vietnamitas residentes en Francia, la Liga de los pueblos coloniales, la Unión de la Juventud Revolucionaria de Vietnam, la Unión de los pueblos oprimidos del Asia oriental, e incluso, ya en 1930, el Partido Comunista Vietnamita, que llevará más tarde el nombre de Partido Comunista de Indochina. El resto de la extraordinaria actividad de Ho -la fundación de la Liga por la independencia de Vietnam (Frente de Vietminh), la lucha antifrancesa primero y antinorteamericana luego-, actividad que le daría renombre mundial y valor imperecedero, requieren por supuesto un trabajo . especial. -y casi paradójicaconsecuencia de la di9. Pero otra singular ficultad para hacer comprender a las metrópolis la necesidad de poner en primer plano la indepedencia de las colonias, es el desarrollo en IMartí y Ho de un agudo sentimiento internacionalista, un patriotismo profundo y explícito, limpio a la vez de toda sombra de chovinismo, y, por el contrario, volcado sobre el mundo. Marti no se considerará encabezando sólo la guerra cubana; ni siquiera la que debe liberar a Cuba y Puerto Rico, sino que se sentirá responsable de «Nuestra América» toda -ese pedazo del orbe colonial que él es el primero en comprender plenamente en sus estructuras y relaciones--, e incluso llegará a considerar que la guerra que prepara contribuirá al c<equilibrio aún vacilante del mundo». Por su parte, Ho Chi Minh no sólo es el padre de la nación vietnamita, sino que su constante interés va a toda Indochina, a los pueblos coloniales en su conjunto, y aun a los pue11 Ho Chi Minh: «Intervención sobre la cuestión lonial en el quinto congreso mundial de la Internacional ckoisics, tomo 1. Hanoi, Editions eri langlvz étrangks. nacional y la cuestión coComunistan, en Oeusres 1960, p. 176. iJh 5;rias I!lCf ropolitano5. ~~~oluciories lo5 lJìOblf?l~?¿l~ te >~~~‘::*ld?rio.s. [<~y:,;]f is;.- .,:!i-ta: lixi!:.i; CL¡! 25 por coloniaíes. han E:‘tos <(Patria iJCJy>UkIl’C!S de héroes asi logrado cualquicïa 2drnira~~l~~: cki.32 13 ceguera de cíe su5 cle peqtictios alzar-? ~110~ dificllltüda? \-Cl1 algunos 3 un p,c;&í:: es humanidad p:lI-ej verdn;r!ero hnlicr SUI Il?l’t’- diri;-ntes autr. apar:-~:temeu:c.il!i?;:i ;~ito la pro~ì~~~i~intlu itlwtl- ,‘. 10. S’In duda 13 coniri:,kdo ü c-ta iil~c~.ii;i(i~,lall:ació:i de su 1 i-ion, la circun>tancia particu!armenlt: di21n¿il~ú de que 21:.5os c!iri‘)ellte: haqan tenido que’ Iuchür, en -cLb Cda:.. contra lnctr¿pik que -i‘ 13 Acl; kan. OCU~l2!liriO un;1 nue5 a v poderoso cl :-i!io dejado wcmte 1~0’ otr;! :;n cieea&11tc. El1 ci caso de Xartí, su r,T:.-o:ucl¿n indepeadentisla, antkoionial, es 13. primera en el mundo en ::!frir este am2 ,:g~ destina. Cltondo le escribe a Mercado que su deber es ((impedir a tiempo con ia independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan? con esa fuerza mas, sobre nuestras tierrrs de América)), v le afiad:: ((Cuanto hice basta hoy? 1. haré, es para eso)): sabcmos c:;:e esta última declaracibn sólo cs cierta a partir de determinada fecha. Los primeros años de la vida política de Marti han estado consagrados a luchar contra España, la metrópoli ostensible de Ceba. Sólo entrada la década de! ochenta del pasado siglo es que Martí comprende que la lucha contra España debe realizarse, pero teniendo como fondo la inevitable lucha contra la nueva metrópoli, los. Estados Unidos. La situación ha sido bastante más obvia -y terriblemente dolorosaen cl caso de Ho Chi Minh. Cuando los patriotas vietnamitas derroten a las tropas francesas en 1954, la mayor parte de ese ejército derrotado y-a estaba sostenido por los Estados Unidos. Lo demás es la historia trágica y kjemplarizante de estos años: el ataque bárbaro y directo del imperialismo norteamericano, y la victoria segura de un pueblo impar que ha tenido a un dirigente excepcional. ll. Estos hombres, que salieron aún adolescentes de sus lejanas colonias; que vivieron para ellas, con su quemante memoria en el coi-azón; que organizaron los movimientos para libertarlas; que dialogaron con el mundo y sostuvieron las ideas más avanzadas de su época; que regresaron a su tierra a la hora de pelear por la independencia y la libertad. no pueden ser tan parecidos sino porque la historia les exigió cu:r.p!i~funciones Gmilares, p ellos estuvieron a la altura de esas exiccnc ias. Fueron !S dirigentes magnos de un mu+> aJ-er let,xral, de un mudo de colonias donde se reveló la verdad de la eskcncia dr! hcv!sr conleniporáncc. COil rurinta s&sfacción leímos en cl prólogo al libro Puru rl rspediente de la terceru guerra: tesfiil:3t2ios SObrQ e! ,!:.-‘i I’irtrzatn. que el viejo rebelde. lascasiano. que fue Bertrand Bu--1~11. Feñalaba allí que había dos tipos c!r hombres: loc que. como ‘iri.;, -~ì!in. u!irrnan: 1~+<;lo proporcionarno; In plataforma~~. 10~ c;ac Gim‘. ;I;cn (<a la l:~.lr::aniti:~d .~ini,~;trn~~: ! los C;:XJ. como Jos \Tar!i. pro, ::r.,i.!::: ,i;e1’ . :. C” 1.123 L:il c~iIli~~11 CS r@i~?et?Y:<>,>. c<T\!api ,!. RI:..::tira !I!‘. ~~11. c c.xprrw t 1 92n!ido libre T- a1ei.h (!r la responsabilidad humana: del horror y el desprecio por !a i.! i:ltlign2cic;ri an:c la jutii’icacilln (‘\ ;ric;n moral o.!? Do Iíarti. tan luminosamenie citado al frente de e.~t;. ~olar-~~w cobre Vietnam. como de Ho. puede decirse lo que de c-te último escribió su bicigrafo cada LlilO clr ellos fue «fiel a la patria. piar’wf: hsc?ia í!l pueblo.d3 «A la conciencia de la humanidad», en Para el erpediente ‘* Bertrand Russell: Jc la tercera guerra: testimonios sobre el CCISO Vi& Nam, compilado por Marcus G. Raskin J Bernard B. Fall, trad. de F. G. Aramburu p C. Gerhard, México, D.F., Siglo XXI, Editores, S. A., 1967, p. [XI]. l3 Truong Chinh: op. cit., p. 78. JOSP MARTf: LETRA Y SERVICIO POR JRsús SABOURíN Nunca se repetirá demasiado. creo, el hecho de que José Martí se presenta como una espléndida unidad que no supone, por tal motivo. forma alguna de empobrecimiento, sino rico proceso de lucha a cuyo término encontramos, luminosa, la conquista de la dignidad plena del hombre. Su vida y su obra constituyen egregios testimonios de cómo. a fuerza de honradez y agonía, puede el individuo ceder de sus fines inmediatos en vista de la obra mayor y necesaria; obra que al parecer lo desconoce, pero que en realidad consigue salvarle el fondo más genuino de su ser, devorado muchas veces, sin dejar rastro, por el doble peligro de la vanidad y el egoísmo: Escila y Caribdis de una segura pérdida. Si pretendiéramos hallar el carácter distintivo de esa unidad martiana, veríamos que responde a dos constantes esenciales: el amor y el sacrificio. «Amó puramente, que es redimirse de terribles sueños» --escribió cierta vez Martí sobre el poeta cubano Alfredo Torroella, pero en verdad sobre su propia persona. Martí sabía, sin duda, lo que era tener terribles sueños. Y de las regiones más claras de su mundo interior nos da tanta noticia como de las mas oscuras, secretas e insondables. Pero, al mismo tiempo, Martí conoció el sacrificio, y es por detuis significativo que tuviera de esta experiencia un concepto superior a la del amor porque, en definitiva, el sacrificio es una forma extremada del amor, tan soberana y obsesiva que nos hace identificarnos sin recompensa con el objeto amado, y desaparecer gozosamente, si es J>reciso, en beneficio suyo. Martí concentró, en el amor a Cuba, toda su insólita capacidad de querencioso absoluto y proteico. «De Cuba Lqué no habré escrito?: Y ni una página me parece digna de ella» -declara con dramática congoja en su carta-testamento literario. (LSoJo lo que me parece digno:).’ I7 el re-peto a eza til::!lid:,d Ic Ile\ 6. -iiì ;;i rnencr I-:!~I‘1actor?. .’ Ii:l;ta c! hr,locail3!o de la 1 ilIa. II::mbre srmejanie r;o podía reducir su lengua a 13 expresiGn co:!lt: !ì . yero Iampoco n !a que pasaba como literaria en la época que le tocó vivir. 30 era de esperar que se constriñese a lo común porque en ?I:;r!í. <‘ou energk impar, se r?I-cla esa voluntad de escritura capaz de Iraducir 10 que el alma espera. ansía. descubre o prwicnte y que, como -e sabe. Fe ha denominado cs!iZo, es decir. la fticrza que logra la palaIn-a co2 el ce119 que el alma imprime en ella. Si ser escritor consiste en rlcgir y potenciar hasta el máximo un estilo entre múltiples posibles. Martí lo fue porque. teniendo la más temprana intuición de sus peculiaridades, s:lpo proyectarlas luego. con entera lucidez, en cl marco de una realidad histórica inseparable de su experiencia total del mundo. Martí escribió para decir lo que pensaba, para dar salida a cuanto lo inundaba por dentro y le brotaba como luz; pero entendió esa necesidad imperiosa y profunda como noble y servicial modo de participación, como un quehacer activo capaz de integrarse a la vida y de procurar su mejoramiento. «Acercarse a la vida -he aquí el objeto de la Literatura: -ya para inspirarse en ella;ya para reformarla, conociéndola».* De esta forma se juntan en Martí, sin desacuerdo posible, la más compleja estructuración artística y el contenido de humanidad más palpitante; la h onradez del auténtico creador y la trascendencia moral que esa honradez exige; la letra y el servicio. t ;‘n:o= a lihmr Pcnirndn 3 I:n lado manifcìtaciones todavía indecisas. c’se estilo v hondonadas. en el priclc~pur~tü \ a. con :u= típicos encrespamientos mer CII-..~~n clc alto \-uelo que logró la prosa de Martí: El Presidio POli!iu. !‘rz ¿;l;!;,l. E;tr folleto. r-*.l.iit> con 5angrr. con;tituve u~:a obli,rrnda rt’fcii.:lcia cuan.io de indagar la géne2is de su estilo se trata, aderniis la totalidad del TJniverso. de tlì :u- ~nv!c;i r:rc:~linres dc interpretar r.ll:!‘nc!t 1’ !n .i=r.ificaciCn real tic: la e\-kterleia, de fijar el papel 11uc c(,:.re5l~on~!: 21 hombre rrj~>rcscntar en clla. Por lo pronto, en esta I ~)atéli~t:l rcciuisitoria de un joven de dieciocho aiios que ha sufrido en que mucli0s \-iejos, se destacan 1 a(‘Fi‘I;e y espíritu n-2< inteusamente rios :i’ip ectos entre ios cuales nos interesa subrayar dos: la presencia caadalr.2: del dolor, y la superación de ese dolor por el temple moral <~uc logra. Lnahuente. trocarlo signo de eleccitin y forma esencial de . conocimiento. E5 evi,‘-.,Lnte que lo decisivo aquí resulta la experiencia 1 i\ ida. FC‘ tono de clara noticia -<enida de las tinieblas que nos oprime cl corazón: y que emparenta estas páginas con los grandes testimonios desolados de la literatura de todos los tiempos, desde el Libro de bob baria Trilce de César Vallejo. Helo aquí: Presidio, Dios: ideas para mí tan cercanas como el inmenso bien. Sufrir es quizás gozar. Sufrir es sufrimiento y el eterno morir para la torpe vida por nosotros creada, y nacer para la vida de lo bueno, ímica vida verdadera. iCuánto, cuánto pensamiento extraño agitó mi cabeza! Nunca como entonces supe cuanto el alma es libre en las más amargas horas de la esclavitUd. Nunca como entonces, que gozaba en SUfrir. Sufrir es más que gozar: es verdaderamente vivir. Pero otros sufrían como yo, otros sufrían más que yo. Y yo no he venido aquí a cantar el poema íntimo de mis luchas-y mis horas de Dios. Yo no soy aquí más que un grillo que no se rompe entre otros mil que no se han roto tampoco. Yo no soy aquí más que una gota de sangre caliente en un montón de sangre coagulada. Si meses antes era mi vida un beso de mi madre, y mi si era mi vida entonces el temor gloria mis suelios de colegio; de no besarla nunca, y la angustia de haberlos perdido, ;,qué me importa? El desprecio con que acallo estas angustias vale mas con que agito estas caque teclas mis glorias pasadas. El orgullo denas. 1.aldrá más que todas mis glorias futuras; que el que sufre por su patria y \-ive para Dios, en este u otros mundos tiene verdadera gloria. ;,A qué hablar de mí mismo, ahora que hablo de sufrimientos, si otros han sufrido más que yo? Cuando otros lloran sangre, iqué derecho tengo yo para llorar lágrimas?3. Como escritor, Martí poseyó diversos y preclaros talentos cuya aparición se remonta a una etapa bastante temprana de su edad, aun cuando su desarrollo se verifica sólo ulteriormente. Y es que el estilo, como la vida misma. no es algo creado de una vez y para siempre, sino algo que se conquista, en cada momento9 a partir de la pasión y los riesgos de la realidad. El estilo martiano sigue un periplo que se ajusta a su (3...istencia. tan ceñida y fielmente como se ajusta el guante a la mano <Ic cI? tlueáo en el célebre retrato del Tiziano: revela la fuerte armonía !!c su cstructu-2 ka, el juego delicado de sus articulaciones, hasta el grosor nusmo de sus vexs. Por eso, desde un principio. quedan marcacles ::n él les d o,-0 aspectos que servirán para caracterizarle: una podercx volLTiltad de expresií>n individua! y un claro sentido del rol social inherente a la literatura v el arte. l Obus 1). 27. Todas * 0. c.. Completas, La Habana, las notas t. 21. se refieren p. 227. Editorial Nacional de Cuba, a esta misma edición. 1963-1965, t. 1, 3 0. c.. t. 1. 1’. 51. 194 ANUARIO MARTIANO ANUARIO habla el adolescente José Martí. Pero el ritmo y la hilación de la frase, la estructuración simétrica a base de paralelismos y repeticiones. el manejo nada con\-encional de la antítesis. la incipiente pero certera disposicién hacia lo sentencioso. y-. sobre todo. el dolor viril que unido a la ternura da luz cuajada, son anticipaciones de una prosa que, en calor y en color, llega a fiues de aquella micma década de 10s años setenta, a su admirable plenitud. MARTIANO 195 En este fragmento Según se ha demostrado ya de modo concl~u~ente, en las crónicac enviadas por Martí a los grandes periódicos sudamericanos, La Opinión nacional de Caracas y La Nación de Buenos Aires, se cfectiln la revolución formal y expresiva que se reconocerá, mucho más tarde. con el nombre de Modernismo. A Martí corresponde, junto al mexicano Vanuel Gutiérrez Nájera, el mérito de haber iniciado el proceso rejuvcnecedor de la expresión castellana, mediante la síntesis que opera entre lo raigal hispánico más noble y los recursos estilísticos que como un dechado, habían impuesto simbolistas y parnasianos franceses a la sensibilidad artística finisecular. Pues hecho probado y admitido es que ninguno de los prosistas españoles de aquel tiempo: ni los regionalistas, ni los costumbristas, ni siquiera los primeros grandes realista.;. transmitían desde la península el menor signo de renovación. Todos se limitaban a dar, -con la honrosa excepción de Galdós-una serie de variaciones en torno a los motivos tradicionales del casticismo, y su estilo nos comunica por ello una irremediable sensación de vejez, de antigualla. Marti fue de los primeros en sentir, con urgencia máxima y consciente, la necesidad de un recobro, de una liberación. Y, sin perderse por vías aledañas, decidió arremeter contra la vetusta armazon que, con su peso muerto de clisés lingüísticos y mentales, había cubierto hasta entonces la lozanía de nuestras letras, erigiendo en su sitio una arquitectura a la vez sólida y musical, árbol con profundas raíces en el genio idiomático, pero con flores y frutos perfumados bajo todos los cielos de la belleza. iCómo acometer empresa tan vasta al mismo tiempo que tan reclamada? iQué med ios serían los idóneos para llevarla a cabo? Y, sobre todo, iqué espíritu debería guiar el propósito renovador para qne su razón de ser no se extraviase ni SU ideal se corrompiese? Tales o semejantes preguntas debió formularse Martí en aquella hora decisiva. En primer término estaba convencido de que España, respecto a la tarea innovadora, sólo podía ofrecer la lección eterna de sus fuertes clásicos. Que ello no era poco lo demuestra el hecho de que Cervantes, Gracián. Quevedo. Saavedra Fajardo y Santa Teresa de I;vila son agua viva que ha penetrado hasta los tuétanos a >Iartí. Pero. entre las sabidurías del cubano estaba la conciencia de que, en aquelloc maestros. la fuente de auténtica grandeza era su condición de rebeldes: mientras en su clasicismo se descubría el ardid con que la posteridad, recelosa, había logrado hasta cierto punto desarmarlos. Porque antes de volverse tradición. casi todos hnbian provocado el escándalo, habían sido formidables agitadores. Y el discipulado de Martí hacia ellos es tanto más hermoso y genuino cuanto que se yergue contra lo falso de esa tradición postulando -desde entonces y para luego -que la más honda fidelidad pasa, inekitablemente, por el camino de la más heroica rebeldía. Hay que buscar, por tanto, en otras latitudes los alimentos terrestres que no pueden brotar de la fecundf pero transitoriamente agotada ubre hispánica. En tal búsqueda, Martí está lejos de reducirse a Frany multiplica sus incursiones hasta penetrar cia; antes bien extiende en los ámbitos geográficos y temporales más alejados del nuestro, haciendo buena su divisa de que. para evitar la servidumbre a una sola literatura es preciso conocer varias de ellas. Y así, además del conocimiento de griegos y latinos, que junto a los modernos europeos y -aparte de los clásicos del idiomael norteamericanos constituyen, substrato mayor de su cultura, los cuadernos de apuntes martianos testimonian el grado sistemático a que llega su curiosidad por la filosofía budista y los relatos populares del antiguo oriente, por el arte refinado o de segunda mano de poetas árabes y persas como Hafiz, por las lenguas y obras literarias de los pueblos quechuas y maya-quichés. En de los americanos universales, Martí encontramos al primero, quizá, tanto en las ideas como en el gusto. Universal, y no meramente COSTOpolita, valga la advertencia. Pero, sin duda, el impulso que decide a echar mosto nuevo en los odres viejos tiene su centro de irradiación en Francia, que, como se sabe, es otra manera de llamar a París. Aquí poetas y pintores SC entregan a la fiebre de aventuras siguiendo los consejos proféticos de Baudelaire, que pocos años antes habia pedido a los creadores «buscar en lo desconocido para encontrar lo nuevo». Ante el brillo de semejante promesa, algunos se zambulleron sin escafandra en los abismos donde pensaban hallar las «perlas escondidas». Hubo quienes regresaron con las manos llenas de fulgores; hubo quienes, en cambio, rindieron su secreto a las tinieblas. Ninguno lo hizo, desde luego, por .&St :\RIO ~lARTIAS0 196 ANCJARIO >I:ZRTI.\\‘) satisfacer únicamente la vanidad de un Baudelaire o de un Rimbaud, a «ser absclutamente modcr~~o~~~. Se traqnicn m& tarde los invitaría taba. pu rcali&,l. c!e algo mucho m& im;):,rtüntr que caj,:icl;c,.d de l>:?*.taS. Xe ‘\íarti. con cu habitual clarividencia. +.I:po definir iit li.l*i2 kLIA1jtlt~ itliwi::cracia del fcnrimrno. señalando tant,, ~1:. flaqutzac L~‘~lo 8~1~ logro.?. De su muy ciiado juicio crítico sobw 1:~ poc<I::; ({<b ~.‘I.~JJ<.i’(w SrIiCn. son estas palabras: r/ A ho7x. COIL el aytito dc Io co~~t~>ll~~~orú~~~~r). lo u~~c~.~il~lc del idiolo que crnpi~i;l 3 privar f’nzri 1’ fl alzsin lonble de la perfwCic;il, lo cle los franceses, que no tienen en esta LI)OC” dr frclizxito mucho que decir. por lo que mientras se condensa el pcn;nm~cnto nuevo. pL:ielz y remalan la formu, y lalan cn piedra preclo5a 2 vcceu clizos de finas y menudas facetas: donde vacían cuanto ba!lan c‘il !o antiguo de gracia y color, 0 riman, por gala ‘i_ <.:it te:enimicnto. el pesimismo de puILo de enca,je que andu de m(:d,i 7,’ es propio de los liternios sin empleo en lu sociedad sobrctdrr cLi> literalurrr: lo cual no ven de lejos los poetas de imaginación, o toman como rea!, por el desconsuelo de su vida, los <,ue VLL’CIZ CC:L wz rd7:rcl estética, en pueblos podridos o aulz no bien jornrados».’ ;Se han señalado, acaso, alguna vez mejor los rasgos (1~;’ distinguen a parnasianos y decadentes de la literatura gSlic*a. de como lo bace Martí en este fragmento? Todo aquí pudiera subra‘arue, porque todo es fruto de una observación lúcida, pei;etrante, rehuidora del triDe entrada, se impone la comprensión absoluta llado lugar común. que, en sus aspectos tanto estético como sociológico, Martí prueba tener del fenómeno. Ninguna de las causales que al inicio del párrafo se mencicinan, con ser importantes, bastarían sin embargo para explicar esa imitación de los franceses que, a su vez, POCO tienen que decir en el orden del pensamiento, y que se consuelan llenando con labores de filigrana de transición y problemao desesperanza el vacío de SU época incierta, tismo. Son los orfebres y los poetas malditos, 10s Leconte de Lisle y los Arthur Rimbaud que cincelan el poema como bajo relieve antiguo o -10 mismo que los pintores alucinados Gauguin y T’an Goghse fugan a los paraísos artificiales o a las islas encantadas para evitar el acoso de una burguesía tan saciada como suspicaz. Más la verdadera surge al final con la ubicación respuesta, grávida de sentido dialéctico, precisa de la tarea intelectual en esas sociedades «sobradas de literatura», ahitas de explotación e injusticia que tensa las almas es;&&4 c. c.. t. .i. 1'. lOi!. (10s s,,braya~or 5or. rníc-. J. S.) 19; lia-ta ei parwLm3. como cuerdas dispuestas a saltar. L- que a \ :3 cz +e r~n;pen. wn cl cruel chasquido de la locura 0 de! suici<:i-1. xI:ir:Í. pII?.*. nrI\ icl ie con agudeza el cará:,ter tIcl icnómrno t” teíi,ao r11 cl Il!l!ilrlo capitalista clesarrollntlo. a tiempo que dlqierne. <‘(JI1 ìlci int’riur tiiìlt. :-II í~~~~oie di1-rTrSa cn lo.5 pueblo5 sab&~2rro!!atlor tlo:i.:~ (,l artista. be it.i r! de-consuclo esencial de su \ i(!a. torna yni real lo ,.ILIC I .+i:clc rccll2?irce a espejismo de prcstigio35 lrjnnías. PGi :‘üzoI1c~ crunolOgic~~s, es mu:; poco probable q~:r Jlartí conociera 13‘. trabajoqué, 9.i~~ c5t3 materia. iniciaba por riito3ces Jorge Plcjanor,: pero cso rrìkmo ilO: II cvn a cpfialar el hecho de que zínicn?ncn:. Q en los escritos de nucstro héroe mayor encontramos, con pareja acuidad en ambos casos y cn aquel tiempo, las ideas que conducirían al gr2n maestro ruso a es. tal)!rcer su famoso principio de qu,- (lla tendencia al arte por cl arte surge cusndo existe un divorcio entre los altistw y el medio social que los rodea».’ No puede sorprender, por con+irnte; que las o;~kmcs dc Marti con relación al Modernismo se hallen prácticamente erizadas tic rrkfestnciones críticas, que no se pierden en vaguedades sino que tccan n los fundamentos mismos c!e la doctrina sustcntada,por los modernistas acerca de las relaciones entre el arte y la vida. Y cs q:re. antes ql:r modernista, fue Martí un moderno ell SL: más proluldn y riesgosa dimensión según ío habl’a deseado Rimbaud. pero de un modo que jnmis éste hubiera creído posible: el que reconcilié la humanid?cl con la poesía dentro de la síntesis más rica y generosa. Sólo en Martí el absoluto rimbaudiano cobró, paradójicamente, SLX aaténtico sentido. Es evidente que Martí no concibe la poesía despojada de trascendencia, y que para él esa trascendencia ha de ser moral y política, es decir, humana. Una y otra vez, con tenacidad de martillo que golpea su lmunque hasta moldear la herramienta útil, Martí repite que la litcratura ha de acercarse a la vida, que el verso debe ser sencilllo y honrado, que el arte tiene SLI fuente más honda e inagotable en la realidad. El concepto de lo real, singularmente, asume en el pensamiento martiano u.la función cuya importancia estaría de más destacar aquí si, con harta frecuencia, no hubiera recibido grave menoscabo de su contrario idealista, sea a causa del facilismo rutinario, sea por el interés escamoteador de sus implicaciones teóricas y prácticas. De cualquier medo, ‘CLI presencia tiene un carácter ubicuo que, según apuntamos en los co: mienzos de este trabajo, otorga su unidad esencial a la obra de Martí, 5 civrxì J. Plejanm: en Lenguas Cartas sin Extranjeras, dirección s. f. p. 158. El arte y la vida social, Moscú~ Edi- ANUARIO pues responde a una noción de la realidad que éste exprrimcn!x como i:Iea objetivada n la vez que como forma de lucha T de wwl)io. como proceso incesante de creación. Martí. en efecto, busca en t.. ’ : lo rw1. que él identifica con lo entrañado, definidor J sincero de los seres y las cosas, pero este término se opone, dentro de su peculiar visión, no sólo a lo aparente y lo ficticio, sino también a lo irracional, a la engaõosa falta de propósito y finalidad en el mundo. ((Lo que hace crecer el mundo no es el descubrir como está hecho, sino el esfuerzo de cada uno para descubrirlo» -man;iene en su artículo sobre Sellén. T más adelante emite un juicio que bien pudiera servir de piedra miliar de toda su obra: «la poesía ha de tener la raíz en la tierra, y base de hecho real».7 Martí, pues, está muy lejos de ser un Don Quijote a quien ciega una realidad empeñado en desconocer; es y nunca dejará de serlo, hijo leal del triste y heroico caballero, pero en su quijotismo las espuelas de la voluntad son precisamente los desafíos lanzados por lo concreto y lo posible. Ahora bien, este sentido realista no se limita en Martí a una admisi& del mundo «tal como es», sino a la busca en toda existencia de lo que en ella asciende hacia un plano superior, más perfecto y armonioso. «No hay verdad moral que no quede expresada, como la mejor de las comparaciones poéticas, con un hecho físico»8 -asienta en sus cuadernos de apuntes. Y es palmario que jamás reduce el dominio de lo cognoscitivo a su aspecto puramente exterior y concreto: tan real es el mundo como la persona, el individuo como el universo, y tal circunstancia supone un diálogo apasionado donde lo que se pone en juego es, nada más ni nada menos, que el destino mismo de esa realidad, en tanto que conlleva los de ambos fenómenos integradores sin posible separación entre sí. Lo que nos conduce, derechamente, hasta el núcleo de las ideas que, sobre la situación y el cometido del escritor en la sociedad elaboró Martí, como parte de su enfoque general de las relaciones entre el hombre y su medio circundante. Por lo pronto, nos hallamos en Martí ante el caso ejemplar de un artista cuyo sentido humano sin mutilaciones le permite conciliar -y del modo más honrado y fecundode una parte, las aspiraciones puramente estéticas con las demás de la existencia; de otra, esclarecer sin falacias el influjo de los factores sociales determinantes sobre tales aspiraciones. tanto en su carácter peculiar como en su proyección dentro 6 ’ s 0. C.; t. 5, p. 190. 0. c., t. 5, p. 191. 0. C., t. 25, p. 396. MARTIANO 199 del movimiento histórico que avanza hacia el futuro. Según Xa:?i. el es el (~ultrahombre», en cuan:0 logra ver mi3 allá y mejor qw los OtroS, por virtud de cualidades que le son propias aunr;tie XI’> puedan desarrollarse sin embargo a espaldas de lo colectivo. Pro c!on::~ SUO, tales cualidades, lejos de constituir una superioridad especial o ~1~1 privilegio irritante significan, cn cambio, una responsabilidad y UJB compromiso mayores que han de cumplirse sin reclamar :;ada rn cambio, sin e5ycrnr gala&n 0 recompensa algunos, pûrclue «los p&s se (?,~:w, a la virtud y al perfeccionamiento de la humanidad’ y cl 01;ido II{* ias virtudes arranca sus coronas a los genios. No basta nacer: es 1’: piso hacerse».” Y hacerse es, precisamente, lo que pide Martí al ewri;uc americano; hacerse junto a su pueblo y levantarse con 61. Ha de fundarse con la poesía lo mismo que con la acción, y destruirse también cuando sea preciso allanar lo oscuro y da,r más luz al hombre, otorgarle mayor ventura, crearle mejor. Aparte de su enérgico rechazo de Ia poesía enfermiza y cerebral, Martí fijó obligaciones del escritor amcricano que, instituidas para su tiempo, nada han perdido de su upgencia práctica ni de su virtual eficacia. De sus ricos y alin inexplotados cuadernos de apuntes, entresacamos los siguicntcs criterk de Martí: grrri artista ~3i s:rü clrritor inmortal en América, y como el Dante, el Lutero, el SFak.espearc o el Cervantes de los Americenos, sino aquel que refleja en sí las condiciones múltiples y confusas de esta época, condensadas, desprocadas, ameduladas, informadas por sumo genio artístico.” ... . .. ... ... ... ... .. . ... ... ... ... ... ... ... ... «Pues bien, en nuestra poesía, no teniendo aún alcance determinado el pensamiento religioso, ni el político, y entorpecido-y azorado el pensamiento moral; -no pudiendo sacrificar en altares -sacrifiquemos en uno, que jamás perece, porque lo conocidos; vamos haciendo nosotros mismos, con nuestros cuerpos y con nuestros dolores-, el de la historia. Salvemos nuestro tiempo; grab&mosle; cantémosle; heroico, miserable, glorioso, refagoso, confundido. Hagamos la historia de nosotros mismos, mirándonos en el alma; y la de los demás, viendo en sus hechos. Siempre quedará, sobre todos los trastornos, la musa subjetiva, como es ahora de uso decir, y es propio, -y la histórica. -;Venturosos los pue- blos que, como éste, tienen aún, sobre sus variados dolores personales, hazañas que cantar!-” 9 0. 10 0. 11 0. 12 0. c., t. 21, p. 40. c., t. 21, p. 41. C., t. 21, p. 163. C., t. 21, p. 226. (Los subrayados son míos. J. S.) (Las subrayados son míos. J. S.) 200 .i>L .‘hi!lO ~IAiITIANO hr; pülübras clue parecen ha!,er sido esfriiaj ho!-. Xo sólo porque í~c.l:cnido n:i5~0 dc 3Ls posta!nc!n~ COi?3?r\~ü toda\-ía 511 vigencia. -iilU jlt’rCitlC. üun ccauda +e rcficra a 2ucesoS rontenlporcincos, llarti -‘J ~~:,a!;::~ta. ccn a;omhi)~o don p:í~iétic~~:. n los futuros. hpe :1xzaGas -y grandestiene en la actualidad nuestro pueblo que cantar. ací cl>~tlo temores infundados y \.i-ioiieì e,:trcchas hail sai;ido de uno \ Oir0 zig:lO, p’?:‘a dcsoricutar una I:oe:,ía diym dc ta!es 1~‘.&L. ~36-5. Por .I c.50. d:,-:;t2do:; tw toda su mezquindad bajo la \ i\ isima iuz marti:ina. se ::i!.rrstran 103 intelectuales que a! unc:s de visi<;n hktorica tsmcn :a Jie\ c ~:~~~ión por los errorc rcvoluciünnrios, 0, con rila1 intencionad:~ nmi . :: ,<:,, falsificarl .-t~g.Lc..-.<l. siu pudor los lwchos para sakfacer su: rcucorosas IJasiolles. cl Pc:.o, a su turnv, M artí se%& las dificultades que aguardabau a quienes, cn medio de nuestras turbulentas y dolorosas tierras r.mcric~:as, pretendrn hacer de su instrumento expresivo una concreta forma dc servicio. Sin éxito se buscará en sus páginas respaldo para opiniones qur. con tozudez digna de mejor fin, admiten y hasta estimulan la degradación del. producto z.rtístico so pretexto de la c<buwa concicncEa». Frente a los vanidosos y pedantes que a trueque de reconocer lo extranjero creían necesario despreciar lo propio, Marti no repa:cí en la acritud de nuestro vino: antes bien la proclamó orgullosamente. Pero de ningún modo ello debe hacernos caer en confusión. h Martí nunca le gustaron los vinos agrios. Y esto, como ocurre siempre cn él, vale tanto para cl orden estético como para cualquier otro. Hombre bajo especie de humanidad y de arte fue José Martí. Como tal, esperimentó varias y dilatadas agonías: la orfandad de la patria. la obsesión del hogar destruido, y esa aun más terrible que consiste en que, para darse a todo sea preciso hacer dejación de todo. Pero él tuvo la grandeza, concedida sólo a unos pocos, de ver en tan dura ley uha ley hermosa. De ese modo, sintió su corazón listado de sangre y escribió versos que dejaron por siempre luz y aroma; sintió la quemadura de la il-ljusticia en carne propia y ajena, y, sin miedo al golpe, supo batir en esc mismo corazón «como un parche de pelear)) para llamar a triunfo y a fe al mundo, y «mover a los hombres cielo arriba, por donde 1-a de eco e:l eco, volando el redoble». Y fue tan formidable aquel redoble que hoy todavía lo sentimos, desde las entrañas de su isla hermosa 1 liberada, como un gran rumor terrestre conquistando al cielo. El martes de esta semana marcó, en el calendario patriótico, el septuagésimo quinto aniversario de la caída de José Martí, luchando yr’r la libertad de Cuba, de cara al sol segfin había csntado cn \.crsos proféticos. Considero el 19 de mayo de 1895 la fecha más luctuosa de nuestra histeria, porque si con la bala que tronchó en Dos Rios su preciosa existencia perdió Hispanoamérica su más grande genio literario, perdimos los cubanos el guía más apto y sagaz que habría tenido la República. Por ello estimo equivocado raíz del triste suceso, escribió: un compañero estimable, nada tantos que tendrá que haber en al General Máximo Gómez cuando, a «...no obstante ser el señor José Martí importa un cadáver más o menos de la, guerra».’ Sin embargo, para ser justo con el impar dominicano, debo advertir que esa frase no implica menosprecio por Martí y por su vida z;a qué en otra carta, al afirmar que la revolución estaba asegurada, agregaría: «...no importa que yo muera y mueran otros también. Ella seguirá Lo que quiso decir el Generalísimo siempre su curso hasta triunfar)).’ fue que la revolución no la hace un solo hombre, por grande que sea, pues es el resultado de la acción conjunta del pueblo, de la masa. No obstante ello, opino ve Martí podrá no haber sido un guerrero temible pero, en los campos de Cuba Libre, no pudo nunca ser con- 1 grafía * Bacardí, Arroyo Primelles, gación Cubano Emilio. Hermanos, León. Crónicas Santiago de Santiago de La revolución tomo cn Nueva York, Cuba, del 95, de Cubo, tomo VIII, pág. 118, Tipo- 1924. según lo correspondencia 1, pág. 65, Editorial de la Dele- Habanera, Habana, 1932. ANUARIO 202 ANLARIO MARTIANO sidcrado un insurrecto más. En la línea de fuego quizis podría su.+ :ituirlo cualquier hombre, pero en la organización política de la guerra j- cn la dirigrncia de la futura república su falta. :!e-ararind~tl!aite. r3 .~e hizo wntir. Sobre la muertr de Martí se han escrito y continua&: escribiéndose innumerables p @nas, pero existen tan diverscs y contradictorias versiones sobre la acción de Dos Ríos y, al profundizar su estudio. se tropieza con tal cúmulo de discrepancias que estoy persuadido de que jamás llegaremos a saber la verdad de lo allí ocurrido. Lo único que se puede afirmar con certeza es que allí murió el más noble y puro de todos los cubanos. . Una versión afirma que el General Gómez estuvo cn el lugar de los hechos desde el principio del combate, y que resultó herido al querer rescatar en persona el cadáver de Martí; otra, sostiene que Gkmez y Martí se habían separado, toda vez que el Generalísimo se dirigía al Camagüey y el Delegado iba con Masó rumbo a la costa Sur, pues se habanero La disponía a abandonar la isla. Por su parte el -periódico Lucha, el 21 de majo. aseguraba que ni Gómez ni Martí se hallaban cn Cuba. si esto fuera poco.el Jefe del Ejército Libertador se encarga más la cuestión ya que él mismo se contradice. En su Diario de Campaña anota el día de los hechos: «...cuando ya íbamos a enfrentarnos con el enemigo, le ordené que se quedara detrás; pero no Triso obedecer mi orden y no pudiendo yo hacer otra cosa que marchar adelante para arrastrar a la gente, no pude ocuparme de Martí»? Como de confundir En cambio, al corresponsal del New York Herald que le entrevista al mes siguiente le dice: «Si Martí se hubiese quedado conmigo quizás todavía estaría viro llo~-, , pero los intereses de la revolución requerían apenas su viaje hacia la su presencia fuera de aquí. Había comenzado costa para embarcar hacia Jamaica, cuando cayó en una emhoscada...»4 J en carta a Benjamín Guerra, el 29 de agosto del 95, refiriéndose al 19 de mayo, escribe: «Aquel día oímos los fuegos a una distancia de más de media legua de nuestro campamento, y cuando yo acudo, con la gente que tenía a salirle al encuentro, Martí marchaba a mi lado. J Gómez, GrnI. Máximo. Diario de Camparíe, pág. 336, Talleres editoriales Ceiba del Agua, 1941. 4 Quesada y Miranda, Gonzalo de. Facetas de Marti, pág. 177, Editorial pico, Habana, 1939. de Tró- M.kRTI.\‘.O 20.3 “Hágase Ud. atrás. Marti, no es ahora este su puesto” le ordené yo, lo oyeron varios. El detiene, es verdad, un tanto su caballo, pero jo CC? toda mi atención al enemigo no miré más a Martí en la brusca accmetida que se le dio aquel día al enemigo».5 iEn qué quedamos, Ríos, iha Martí rumbo General, al sonar los primeros disparos a la costa G marchaba a su lado? en Dos Una versión más sostiene que, acampadas las fuerzas espaíiolas cerca del Contramaestre, siendo ya las ll de la maiiana y sirviéndose el rancho, apareció un grupo enemigo por un trillo donde había un centinela. Recibidos los insurrectos con un disparo, se lanzaron sobre él dejándolo muerto de un machetazo, lo mismo que al sargento, al cabo y a cuatro soldados de aquella avanzadilla el resto de la cual emprendió la retirada hacia el centro del campamento, seguida por un jinete a todo escape, el cual no pudiendo contener su caballo, penetró dentro de la linea de fuego ya establecida por las Compañías Ira. ySta. del Segundo Batallón Peninsular, recibiendo todo el fuego de flanco, debido a lo cual cayó derribado de un balazo en la garganta. Parece obvio añadir que el jinete del caballo desbocado era Martí.6 Salvo el detalle del caballo desbocado esta versión es muy semejante la que da el Coronel Jiménez Sandoval en una carta de 1918 a Enrique Ubieta, en la que afirma que la vanguardia cubana, al mando de Amador Guerra «...cayó a galope sobre una avanzada de un sargento y doce hombres a la que sorprendió por lo rápido e inusitado del ataque, matando tres o cuatro soldados, hiriendo a GtrGS tantos y siendo detenida en su marcha a rienda suelta, mediante el fuego por descargas de una compaiiia formada en línea que cubría aquel lado del campamentc...»7 a Para no ser menos que el General Máximo Gómez, en esta carta Sandoval también se contradice. Recuérdese afirma que la vanguardia cubana era mandada por Amador Guerra y que de su relato se infiere que la acción de Dos Ríos se limitó a la sorpresa de la avanzadilla es pañola por las fuerzas cubanas, y al rechazo de éstas por las descargas del campamento español que segaron la vida de Martí. En tanto, en las Crónicas de Santiago de Cuba, se le cita diciendo que «...la batalla fue 5 I’rimeUes, obra citada, pág. 71. 6 Ubirtz, Enrique. Manuscrito inédito, 7 Ubieta, Enrique. Efémerides de la La Moderna Poesía, Habana, 1920. en el archivo del autor. Revolución Cubana, tomo IV, pág. 292, ANL?‘ARIO _. ,. . L‘CIIICIISIITIU ,J... y (41\Iartí c!irigió personalmente la primera carga al rìm.l:ete,>.3 Tuvo razh Chntn Alarti cuando. al agradecer a Manuel Xercdo VI pésame por la muerte de su hermano. escribía --en junio del 93V . ..a+ las periódico5 ron una pura contradicción...u !- añadía CLIC la 1 iucla >- el hijo habían ido a New Tork ((para corir-encerse de la rcalidadlj? IXo he mencionado la versión de Dominador de la Guardia, hermano del héroe que estuvo más cerca de Martí en el instante de SLI gloriosa caída. y que simbólicamente se llamaba Ángel de la Guardia, por suponerla conocida de todos ya que con más o menos adobos ‘; retoques literarios, se repite en las biografías del Apóstol. Pero sí voy a transcribir la que pudiera considerarse versión oficial cubana que, como se verá, es una especie de pot-pourri de elementos de las diversas versiones que circularon. Se trata de una comunicación dirigida a Gonzalo de Quesada y Aróstegui y dice así: «Ciudadano Secretario de la Junta Revolucionaria York. Muy distinguido y estimado compatriota: Cubana, New Los datos oficiales que he podido adquirir y las versiones de testigos presenciales confirman la triste nueva, que tuve la pena de comunicarle en una anterior, la gloriosa muerte del más ilustre de nuestros mártires José Martí, ocurrida luchando con mil españoles al frehte de un puñado de jinetes, a quienes alentaba con su palabra y ejemplo a arrollar, como lo hicieron, la vanguardia enemiga, pero cayendo como los héroes con cinco heridas de bala una de ellas en el pecho y otra en el cuello, sin que el.vigoroso empuje de sus compañeros pudiera rescatar el cadáver que fue llevado por su caballo al centro de la columna enemiga. Habíale ordenado el General Gómez al aproximarse el enemigo que se retirara a retaguardia, a lo que se negó rotundamente diciendo que quería luchar como sus hermanos, con lo que demostró que a su talento, ilustración y patriotismo excepcionales reunía el indomable valor de los héroes de la Libertad y la abnegación sublime de los redentores de la humanidad. Esas dotes han sido de tal manera demostradas, que el enemigo mismo las ha reconocido, por boca del Coronel Sandoval, en el parte oficial del combate v cn 8 Bacardí, obra 9 Archivo Nacional. citada, pág. Fondo, 123. Donativos y Remisiones; hgajo 551, I\;o. 27. 31.4RTIAXO 203 cl acto de dar sepultura al cadáx-er embalsamado cn el cementerio de Santiago de Cuba.‘O Hasta aquí la parte pertinente de la comunicacion de Rafael Portuundo Tania)-o. Delegado que fue de ‘rlartí cn la Provincia de Oriente. fwhada <u Cuba Libre a 10 de junio de 1893. La serie de \-crsiones dibímilcs. que circularon desde un principio. explica CJL:C surjan con frecuencia debates y polémicas acerca de la acción en que perdió la vida el Apóstol de nuestra independencia, > hace de la muerlr de hlartí ~111 tema que apasiona u los estudiosos de 5-u vida F- cle su obra. Ya cxyresé antes mi con\icrión de que nunca sabremos con certeza 10 que ocurrió en Dos Ríos, por ello, y no siendo, además, especialista ni siquiera aficionado a esas materias. en táctica y estrategia militares, no voy a exponer de qué modo se desarrolló el combate en que perdió la vida José Martí, sino que trataré de determinar cómo la perdió, cn el sentido de si Martí perdió la vida por casualidad o conscientemente, si ofrendó su vida voluntariamente o si no buscó la muerte deliberadamente. Los que opinan que la muerte de Martí se debió a una trágica casualidad la atribuyen, principalmente, a la fogosidad del caballo que montaba, que no pudo dominar por no ser buen jinete o porque la lesión inguinal que padecía, a consecuencia de la cadena que llevó en presidio, se lo impidiera, así como a su falta de experiencia bélica. Claro cs que Martí estaba lejos de ser un centauro, pero tampoco diez años cuando, en Hanáera un jinete novicio. N o t enía cumplidos bana, montaba todas las tardes y enseñaba a su caballo «a caminar enfrenado para que marche bonito», (0. C. 20 pág. 243) según cuenta a su madre en la primera carta que de él se conserva. Recuérdense, además, sus largos recorridos a caballo por Haití y Santo Domingo. Cierto que Marti carecía de experiencia bélica, pero no es menos cierto que tampoco era un irresponsable que iba a ofrecerse de fácil blanco a las balas enemigas, sin tomar la más ligera precaución, cuando él sabía que «no tiene el derecho a exponerse a perecer sin fruto uno de los que con más justicia está llamado mañana a guiar». (0. C. 1 pág. 204.) Pensar que el caballo lo hizo todo es negar al Apóstol el valor que tuvo de enfrentarse al enemigo y olvidar que había escrito a Enrique 10 Quesada y Miranda, tolark, tomo II, pág. 154, Gonzalo de. Archivo El Siglo XX, Habana, de Gonzalo 1951. de Quesada. Epi.+ 206 ANCARIO hfARTIAN0 ASt‘ARIO Collazo, en carta famosa, que creía tener el valor en defensa de Cuba, (0. C. 1 pág. 293) palabras Dos Ríos. necesario para morir a que hizo honor en Si Martí cargó a caballo contra las tropas españolas no fue porque el bruto se le desbocara, ni porque quisiera morir. Todo lo contrario. lo hizo cumpliendo un viejo anhelo de su corazón, recuérdese que al escribir sobre el General Sheridan se le escapa esta exclamación: «lOll. Dios! morir sin haber caído sobre los tiranos con una buena carga de caballerían. (0. C. 13 pág. 125.) *** Martí habló mucho de la muerte. Tanto, que José de la Luz León en una conferencia magistral, pronunciada en la Fragua Martiana hace unos años, dijo con acierto que «en Martí la muerte es un leit-motiv que va desde el alba de su existencia hasta la vfspera misma de su desaparición».” Sin embargo, no quiere esto decir que hubiera en él pasión mística por la muerte y, a pesar de ello, esa reiteración en el tema ha hecho pensar a muchos que su muerte en Dos Rios fue voluntaria. Pero iquiso Martí morir en Dos Ríos? Veamos. Quienes piensan que la muerte de Martí fue un sacrificio consciente, fundamentan su criterio en el «convencimiento --que suponen teníade que su caída lejos de debilitar la revolución le daría el supremo y necesario ejemplo para triunfa& y la consideran lógica consecuencia de la doctrina de darse siempre por la felicidad de los demás, estimando plena prueba de ello sus palabras al dominicano Federico Henríquez Carvajal, al embarcar para Cuba, en que anuncia: «Para mí, ya es hora» (0. C. 4 pág. 111) y aquellas de su carta trunca a su amigo y protector mejicano, Manuel Mercado, cuando en vísperas de su muerte dice: «Sé desaparecer». (0. C. 4 pág. 170.) en el desencanto por sus discrepancias con alaceo en la entrevista Uejorann, hablan pues de suicidio en sentido figurado. La Idea Dos de 207 de la Debo señalar, sin embargo, que no ha faltado quien diga que Martí, al sentirse herido, se privó de la vida. Desde luego, esta especie es insostenible. No sólo por la potísima razón de que el revólver Colt que portaba «tenía todas las cápsulas intactas»,13 según manifestó el corresponsal del Diario de la Marina, Miguel Espinosa, sino porque, caso de haber utilizado otra arma, se habría revelado el suicidio por el minucioso estudio médico-legal de las heridas de Martí realizado por el distinguido médico y profesor universitario Dr. Francisco Lancís Sánchez.t4 Si es cierto que Martí, siendo adolescente pensó en privarse de la vida y así se lo hizo saber a su maestro Mendive, también es cierto que más tarde escribió: «Nadie debe morirse mientras pueda servir para algo, y la vida es como todas las cosas, que no debe deshacerlas sino el que puede volverlas a hacer. El que se mata ‘es un ladrón.» (0. C. 18 pág. 401.) Con esto expresó su concepto del suicidio, no es posible concebir que quien así pensaba recurriera a esa evasión, por muy angustiado que estuviera, cuando había dicho y probado -según veremos despuésque nunca le faltaría walor para abrirse paso entre las contrariedades mayores». (0. C. 20 pág. 83.) Por muy abatido que se hallara Martí, después de la Mejorana, no podemos reconciliarnos con la idea de que buscara la muerte voluntariamente en Dos Ríos, porque hay múltiples testimonios en sus escritos posteriores a la entrevista famosa de los que se desprende una proyección hacia el futuro. Asi cuatro dias después de la Mejorana, cuando aún debía tener muy fresca la impresión desagradable, escribió a Carmen Miyares y a sus niñas: Otros, que también creen en la muerte voluntaria de Martí, hablan de su suicidio. No porque piensen que atentara contra su vida con su propia mano, sino porque estiman que buscó la muerte debido a que su espíritu cayó en el pesimismo, el derrotismo, la deseperanza y hasta I* Claro Valle, Clara del (seudónimo de José de la LUZ León). In Muerte en Marti, El Mundo, Habana, mayo 8 Y 29 de 1966. 1* Quesada J Miranda, Gonzalo de. Alrededor de la Acción en pág. 8, Seoane, Fernández y Cía., Habana, 1942. ZIARTIASO «Mi fatiga será grande y haré cuanto en este campo glorioso dan Cuba y ustedes esperar de mi...» (0. C. 20 pág. 230.) verlo pue- Y, como si previera que al correr de los años iban a empeñarse en por aquellos días, triste, abatido J proclive al suicidio, añade: 13 Espinosa, Miguel. Ríos, 14 dito, Diurio de la Mmi~, Habana, mayo 29 de 1895. Valiosisimo trabajo científico-histórico que lamentablemente permanece dado a conocer en la Fragua Martiana el 19 de mayo de 1968. iné- 0 .ldi& ics digno. con el júbilo de ver auuí a los cul~enos ncg2:i,ll,.,;‘:’ > c:lam<>:.ados de la re\-olcció:l ,o. ;o. c. 30 pág. 220.) ,l I:;- Ot!~ell ü-í Fe cxpre.52 no w fácil CiUtZ e-té meditando I,ril PT-C (Its la I : ic!;1. ni dcjar.v matar cn cl primer eucuentro CGil cl enemi;,). .+&mk quien pensaba que con la guerra que había ex nctdo em~;c~i.a su re.-pomabilidad en l-ez (le acabar. no podia ir a!im~ntnr~rlo la ititxn dr su autodestrucción. /,Se @ere una prueba irrefutable de la proyecciJn de liIar!i hacia cl futuro, después de la Mejorana, bien lejos de UI? pesimismo o derrotismo desolador? Léase la carta trunca a Manuel Mercado. En ella SO sólo esboza cuál habría de ser su actuación futura en cl campo dc la revolución, sino que apunta todo un programa de accik antimpcriaIi~ia? oricn.tado al porvenir, para «impedir que en Cuba sr abra, por la nncxión de los imperialistas de allá y los españoles, el camino que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de nuestra América, al Norte revuelto y brutal que los desprecia». (0. C. 4, pág. 168.) Por otra parte, intenteba buscar y proponer a México el modo efeci iv0 , sagaz e inmediato de ayudar a los cubanos a conquistar su independencia. Afirma que por acá, él hace su deber y lógico es suponer que quien acariciaba proyectos tales, no consideraba su deber dejarse matar al cambiar los primeros disparos con el enemigo. Había escrito en 1893, a Fernando Figueredo, que viviría mientras fuera Util a su país (0. C. 2, pág. 123) y resulta imposible imaginar, en aquellos momentos, un programa de mayor utilidad para Cuba. Todo esto y la consideración de su concepto del deber y la reaponsabilidad me hacen no compartir la idea de su muerte voluntaria, porque a él no pudo escapársele que en la guerra, acabada de empezar, y aún más en la república futura iban a ser necesarias su inteligencia, EU previsión y su vigilancia. En su excelente libro José Martí, esquema ideológico, el Profesor Emérito de la Universidad de California en Los Ángeles, Manuel Pedro González que es de los que piensan el desencanto hizo presa de Martí, ensombreciendo su visión y llevándolo al sacrificio en Dos Ríos, escribe: «La convicción de haber cumplido su misión en la vida probablemente contribuyó asimismo a su inmolación».” 15 Gonzála, Manuel Pedro. José Martí, Cultura, T. G., S. A., México, D.F., 1961. esquema ideológico, pág. 440. Editorial ;il hacer tal efirmcción no se tiene en cuenta alL::) tic suma imI>.:rlallcia: cuüudo tiel?: lugar el triste suceso de Dos Río;. 13 misitin ( : ,I í,1 arti IJO c5lÍrlJ;! f~Llillpli:la. El mis:no 11o.s Io dice: ,(1-o E-x-ooui I 1.1 pt~cr:-:i: mi rc‘..:::)~~?:.;:i!ida(l comienza con ella. en wz c?- acabar,,. ( 0. ::. 4. pág. 111.; Su rnl5~,il no era k!o preparar la guerra. Cuando más. este era el l)rim-r paso para fundar la reptiblica por 61 soñada, de ancha base democrütica, civilista. anticaudillista. que no fuera feudo ni capellania de nadie, «encamiuada a asegurar en la paz y el trabajo la felicidad de lo: habitantes de la Isla». (0. C. 1: pág. 279.) En una palabra. la rcpfii$ica cordial ((con todos, y para el bien de todos)) (0. C. 4, pág. 279) plena del hombre)) en la que «cl culto de los cubanos a la dignidad (0. C. 4, pág. 270) fuera la primera ley. Desde New York había escrito al General Máximo Gómez: (( i,Cómo duda aún de mi utilidad fuera de aquí, al principio por lo menos, y de que yo no estaré jamás sino donde más útil pueda ser? Aqui, los primeros ímpetus, con la fuerza y crédito de la guerra armada, serán todo lo que deben ser, y el auxilio fácil mensual que dejo organizado. Allá, Ud. sabe mi alma y mis propósitos y encenderé, y juntaré, y quitaré estorbos, y haré en eso cuanto quepa en mí. Y si luego debo echar a la mar el corazón, y volver a ordenar el último esfuerzo, sin el descrédito que acompañaría a un revolucionario meramente verboso, volveré donde sirva más.)) (0. C. 3, pág. 299.) He hecho esta larga transcripción para que se vea, en sus propias palabras, expuesta In misión de Martí. Primero con la organización del Partido Revolucionario Cubano, crear el instrumento capaz de preparar la insurrección; luego, ya iniciada la guerra, venir al campo de la lucha a orientarla; más tarde, si fuere necesario, regresar a Estados Uuidos para, desde allí, ordenar el último esfuerzo. Debo señalar que ese esquema de la misión que se había propuesto lo escribe Martí en octubre de 1894, y llamo la atención sobre la fecha porque se ha llegado a decir, con suma ligereza, que Martí vino a la guerra porque, estando en Santo Domingo, la prensa publicó indiscretamente que ya había desembarcado en Cuba y, además, porque una de las razones aducidas, por los que creen en su muerte voluntaria, es que el desencanto lo llevó a ella porque en la Mejorana, a más de sus discrepancias con el General Maceo, se acordó su regreso a Estados ANUARIO 210 :\\CARIO Cnidos. i:zlabra: 211 MARTIANO MARTIASO Vemos cuan fácilmente se destruven csos argumentos del p ro p io JIartí, eSCritas mucho antes. con las de conciliar no-deliberada la teoría del sacn’ficio consciente o del anti-suicidio, como la llama Con ese fin se expresa Por olra parte, para pensar como piensa el profesor González, que el 19 de mayo Martí tenía «la convicción de haber cumplido su miPión» hay que olvidarse de que IIIartí fue sobre todo. y quizás a pesar suyo, un líder político de primrrísima calidad pura. como ha sc-iíalado Leonardo Griñán Peralta: hay líder político a quien no horrorice cuanto pueda posibilitar el fracaso del ideal al cual ha consagrado su vida. El éxito de la causa que defiende le importa más que la gloria de una muerte bella. Y si en aquel momento pudo parecerle bella la muerte, es imposible ciue le haya parcuido oportuna...»16 con él. la de la muerte así: «...quizás Martí contrastó nmbas hipótesis en su mente y previó que cualquiera de ellas que ocurriera, él sería el ganador. La muerte en el campo de batalla le acarrearía el martirio, en tanto que si salía ileso tendría una honorable hoja de servicios. Difícilmente podría considerarse perdedor en ninguna de las des circu~tancias».‘* «...IIo En aquellos momentos, morir era fracasar; y: aún en el caso de haber creído la muerte oportuna, recuErdese que él había sentenciado: «Todo debe sacrificarlo a Cuba un patriota sincero, -hasta la gloria de caer defendiéndola ante e! enemigo» (O.C. 2? pág. 43) Si al esquema de PU misión que fi:artí trazara en 1894, añadimos lo que se asegura dijo a Carlos Baiiño: «La revolución no es la que vamos a iniciar en ías maniguas, sino la que vamos a desarrollar en la se comprenderá la imposibilidad de aceptar que aquel Repúblicasi7, trágico 19 de mayo Marti tuviera el eonvenrimiento de haber cumplido su misión. Lo cierto es que así cc,mo la llegac?a del General Masó, con SU aguerrida hueste, al campamento de Dos Ríos al caer la noche del 18 de mayo, dejó trunca la carta que el Apktol escribía a su entrañable al día siguiente la bala enemiga que acabó con SU amigo mejicano, ‘l-ida dejó también inconclusa 1a misión que él se había impuesto y constituía la razón de su existir. * * * El profesor de la Universidad de la Florida, Richard Butler Gray, en su libro José Illurti, Cuban patriot, que considero de lo mejor que SC ha escrito por un norteamericano sobre nuestro Apóstol, ha tratado 16 Griñk Peralta, Leonardo. Iliar& Zíder poìitico, págs. 166-167, Jestis tero, editor, Habana, 1943. I 17 Martínez Bello, Antonio. Cita la frase en Ideas Sociales y ECO~~I&XS Zosé Marti, pág. 131. IA Verónica, Habana, 1940. Mon& Este criterio podría aceptarse si Martí hubiera sido un mero buscador de gloria, si no hubiera sido el hombre sencillo y abnegado que renunció, más de una vez, en beneficio de su patria, empleos y honores, si no hubiera sacrificado por ella la tranquilidad de su familia y la felicidad de su hogar. Si para 61, en fin, la patria no hubiera sido siempre ara y no pedestal. * * * Argumentando contra la tesis de la muerte voluntaria de Martí, como resultante del abatimiento o desaliento de que se le supone víctima, cité antes una frase suya en la que asegura que nunca le faltaría «valor para abrirse paso por entre las contrariedades mayores» (O.C. 20, pág. 83) y dije que lo había probado, como veríamos luego. Parece llegada la hora de demostrarlo. Sin duda alguna el llamado fracaso de Fernandina fue el más rudo golpe que Martí recibiera como conspirador. Con la detención del yate Lagonda en Fernandina, el 12 de enero de 1895, se venía ahajo la labor lenta, sagaz y sigilosamente preparada. Por cierto que siempre se habla de la detención de los tres barcos en el mencionado puerto floridano, cuando la verdad es que el Lagonda fue el único allí detenido, pues el Amadís nunca llegó a Fernandina sino que se le detuvo al llegar a Tybee, pequeña isla en la desembocadura del río Savannah, en el Estado de Georgia, y el Baracon, si bien fue objeto de un minucioso registro, al Regar a Fernandina al siguiente día del embargo del Lagonda, quedó en libertad por no haberse hallado nada anormal en é1.19 ‘8 Gray, Richard B. José Marti, Cuban patrio& pág. Press, Gainesville, Fla., 1962. ‘9 Moreno Plá, Enrique H. El Plan de Fernandina, de la Habana, No. 174, julio-agosto 1965, págs. 125-151. 33, University en Revista of Florida Universidad ;>lZ .A\: .iRIO M.4RTIIHO ANCARIO Pues bien. a raíz del fracaso de Fernandina Alarti escribe a su representante en la Habana. Juan Gualberto Gómez. planteándole la nueva -ituación !- le propone que si el país cree que puede empezar la guerra -.irl aguardar las expediciones -que él preparará de nuevo. para la máo próxima fecha posibleque empiece; pero si quiere aguardar esai c~xpediciones. a la conjunción de los de afuera. él las prepararli con la ma! or rapidez humana. La norhe del 28 o el día 29 de enero, Martí recibe respuesta cn que Juan Gnalberto le decía que la isla no podía esperar. Con esta noticia I’irmn la orden de alzamiento. con Mayía Rodríguez y Collazo y se dispone a salir con ellos para Santo Domingo a consultar con el General liláuimo Gómez. Por ello desiste de ir a la Florida, viaje que no había hecho esperando saber en qué paraba el cargamento del barco ocupado en Fernandina, así como las cajas de armamentos y equipos militares ocupados en los Almacenes de Borden, pero casi junto con la carta de la Habana -que le llega vía Serafín Sánchezrecibió la noticia de que se salvaba la mayor parte del cargamento. Cuando Martí llega a Santo Domingo tiene que convencer al General Gómez de la necesidad de salir para Cuba lo antes posible, no porque Gómez temiera o se retractara de su compromiso, sino porque recelaba de la falta de preparación. (El 26 de enero Martí había escrito a Estrada Palma cr...ya tendría resuelta una vía nueva, si contáramos de la otra parte con Ia decisión y firmeza con que no contamos.») (O.C. 4, pág. 35) , A pesar de que con anterioridad Martí le había enviado dinero más que suficiente para equipar a la gente que iría con él, en Santo Domingo no había nada por lo que Martí tuvo que cablegrafiar a New York, a la Delegación -que había quedado al cuidado de Gonzalo de Quesada y Benjamín Guerra-, pidiendo el envío de armas. Armas que costaron la cantidad de 3924.80 y fueron pagadas el 25 de febrero a W. J. Bruff.” Las armas en cuestión no arribaron jamás a su destino porque el capitán del buque de la Clyde Line, comprometido para llevarlas, hubo de arrepentirse a última hora, dejándolas en el muelle de New York. Por eso Martí vióse precisado a ir a Cabo Haitiano a tratar de conseguir: como consiguió, con su amigo el patriota Dr. Ulpiano Dellundé, 20 Libro de Caja del Partido Revolucionario Sacional en la conmemoración del centenario pág. 334, La Habana, 1953. del Cubano (1893.95) en El Archivo natalicio de José Martí y Pérez, . Ia- pocas armas: con que lf’ ac empañaron.” desembarcaron 213 3IARTIANO en Plapitas los valientes que El hombre que anie todas las adversidades que se le presentan; tiene no iitlo cl coraje necesario para encararlas sino que sabe encontrar lo* I‘C(‘II~SOL para vencerlas ;es un hoLmbre derrotado, fácil de desalentarse. (iti’ aiìtts una nueva dificultad u obstáculo buscará la muerte o es un hombre entero. un verdadero líder revolucionario capaz de alcanzar las más altas cumbres del hrroísmo? * * * La reiterada alusión a la muerte en los escritos de Martí, ~1 leit motiv de que nos hablara José de la Luz Leónes una de las razones que hace a muchos pensar en su muerte voluntaria, por estimar que era un enamorado de la vieja Atropos. A tal efecto gustan citar aquellas palabras de su discurso en honor del poeta Alfredo Torroella, en que la llama «iMuerte generosa ! iMuerte amiga!» (O.C. 5, pág. 88). Pero esta frase, para entenderla en su plena validez, no puede citarse aisladamente. Hay que seguir la idea que desarrolla el orador hasta el final, entonces encontramos que, luego de decirnos que «los honrados nos hacen mucha falta», remata la pieza con este apóstrofe: K iMuerte, muerte generosa, muerte amiga! iAy! inunca vengas! » (O.C. 5, pág. 89). Esto, evidentemente, deseaba su visita. No podía nos indica que si la consideraba su amiga, no ser de otro modo pues él escribió: «Se es hombre para serlo; hombre es algo más que ser torpemente humano: es entender una misión, ennoblecerla y cumplirla»22. Eso cxa la alcanzara Por escritos fue lo que hizo toda su vida. Por ello no aceptamos que busmuerte voluntariamente, pues si algo temió fue que ésta lo a mitad del camino, antes de haber dado cima a su tarea. otra parte, debemos fijarnos en que nos dejó dicho en sus lo que hubiera deseado hacer una vez cumplida su misión. 21 Dellundé Mustelier, Francisco. Cómo vinieron a Cuba Martí, Máximo Gómez y demás patriotas que los acompañuron, en Revista Bimestre Cubana, val. XLIII, 1939, págs. 61-64. 22 González Manet, Enrique. Cita la frase en Marti, una teoria de Za vida y de la muerte, El Mundo, Habana, mano 22 de 1969. 214 ?\NL;ARIO MARTIANO ANUARIO Sin rebuscar mucho, tenemos que, en carta a Ramón Rivera. es- cribió: <(. .. .-cuándo. sin obligación humanas. podré ponerme pág. 277) Y, hablando de la biblioteca pública, si me dejan vivo las pasiones de maestro de guajiros:» (O.C. 3, de Néstor Ponce de León, exclama: «iCuánto tesoro en aquellos estantes, y qué envidia, para cuando esté hecho lo que tenemos que hacer, y pueda uno ponerse a revolver papeles viejos!» (O.C. 5, pág. 349) En otra ocasión dice: «...cuando cumpla mi deber de ayudar a los libertadores de mi patria, iré a que me sorprenda la muerte ejerciendo el deber de educar a los indios que son buenos, y no han de sufrir la anomalía de sunoner que yo ambicione ser cacique»23. John Por último, comentando la William Draper, nos dice: muerte del profesor norteamericano Y i Cómo nos avergonzamos ante esos ciclopes, nosotros los que hacemos grandes méritos de tal o cual librillo mendicante! iCómo nos aflinimos de vivir. como vivimos todos los americanos montados en nuestro caballo de batalla! Y iqué bueno fuera dejar de una vez los arreos de batallar, y luego de volver del campo de labor, escribir en la mesa de pino del hogar cosas graves y ciertas, aprendidas en la experiencia provechosa de horas reposadas! iQué maravillas no sacaríamos de nuestras mentes, dados a pensar en lo maravilloso! iNuestros libros serían rayos de sol! iY ahora nos wn nuestros libros inescritos a la vamos, llews todos de her;A-c tumba!D (O.C. 9, págs. 227-228) Estas manifestaciones suyas nos prueban que pensó en un futuro a labores intelectuales. Pero, si alejado de trajines públicos, entregado SU anhelo no hubiera muerto en Dos Ríos: no habría podido cumplir pues, desde que pisó tierra de Cuba Libre el pueblo le llamaba «Presidenten y, aunque no soy dado a pensar en lo que pudo haber sido y no fue, no puedo sustraerme de lamentar que no hubiera llegado a serlo. * * ::: ~3 Martí Cordero No. 6, Amador, Raúl. pág. 245, Habana, Cita la frase enero-abril, en José Marti, 1943. edudor, Archivo JO& MARTIANO 21s Las discrepancias habida-j entre Martí y el General Antonio -Maceo. en la célebre entrevista de la Mejorana, sobre la forma de organizar el gobierno de la re~olucik, así como el acuerdo de que Marií em!jni-case para Estados Unidos. por considerarse nás útil su presencia nìiá que en el campo de la lucha armada, se ha considerado cauF;a de que ~1 Apóstol, desencantado y deprimido, buscara la muerte en su primer encuentro con el enemigo. Estimo absurda tal suposición. La actitud de Maceo pudo dar origen a ideas tristes e inducirlo a reflexiones amargas, pero es inadmisible que quien tenía tan alto concepto de la responsabilidad y el deber, haya buscado la muerte deliberadamente, dejando su labor a medias, porque encontrara oposición a sus ideas. Oposición, por otra parte, manifestada, como señala Isidro Méndez, por quien «tenía el derecho y el deber de exponerla» .24 Martí sabía que «las guerras no son cosas de bastidor y de merengue», (0.c. 1, pág. 261) sin contar que, por su conocimiento de los hombres y experiencia de la vida, había previsto una actitud hostil. Desde Santo jamín Guerra: Domingo había escrito a Gonzalo de Quesada y Ben- ~...en lo de Maceo, como verán por las cartas adjuntas, consecuencias rectas de mis temores y predsiones, (subrayado por mi) pudiendo hacer Flor lo que Maceo no puede hacer, lo entrego a Flor, a que lo haga, y lo dé hecho a Maceo». (O.C. 4, pág. 71) Y, también a su discípulo predilecto escribió: «Lo que el cable dice, es imposible e innecesario. No haya pena. Este es tiempo virtuoso, y hay que fundirse en él. Luego caerán sobre mí las venganzas)>. (O.C. 4, pág. 64) Quizás no esté de más recordar que el cable decía que Maceo necesitaba seis mil pesos para salir de Costa Rica, (0. C. 4, pág. 70) cuando sólo se contaba con dos mil. Con la guerra ya iniciada en Cuba, esta situación de una parte, y, de otra, la carta que Martí recibe de Flor Crombet diciéndole: ((...quisiera me mandara siquiera seiscientos (pesos) por si no sale el otro 24 Méndez, M. Isidro. de Historia Habanera No. Acerca de La Mejorana 56. Habana, 1954. J Dos Ríos, pág. 17, Cuaderno? Cuéntale al entrañable amigo mcjiceno. que se dirigen al centro tie la i‘la a deponer él. ante la Asamblea que habría de rcuuirse. la :iu;oridad q:!e la emigración le dio r deberían renoxar los delegadodel pueblo c~:b3no. de 10s re\o!ucionarios eu arma-. que se rek!;;icrzn i;:ira constituir gobierno. se de!:~ti mái que ü la decLiC!: misma a 1,: forma en que ..P ei:tcr<j de ella; pues. con tcda 5eguri:l.id. “0 ró u ì;:I i.o;:ocimiel:!o :.L6 por la presercia de para ITran!. ;‘~prnnrorltï cn Coìlü ITic:!. romili:i?ado por in Crlcgaciti!: entenderse con el G~‘~:eïal I:lor Cron,bc;. tcda kez yuc si bicu flartí no!ifiiG c $1 aceo >u resolución, el 36 dc febrero, la caria debió l!egar a sus manos mucho &S~LI& que cl Comisionado arribara a Puerto Limón, ya que éste llegó el 8 de marzo y la carta necesitaba una :emaEa para ir de Santo Domingo a New York y. po; lo menos, otra más hasta su destino final. Pero sca ello como fuere, lo cierto es que la diferencia de opiniones no dejó huella profunda en sus espíritus superiores. Lo comprueban el entusiasta recibimiento a Martí y Gómez, en el campamento de Macco al día siguiente de la ‘Mejorana y la carta del Apóstol al Lugarteniente General, posterior a la célebre entrevista. * Al puesto, que el 19 de de Dos * * argüir contra la tesis de la muerte voluntaria de Martí, si bien indirectamente, algunas razones que me hacen Apóstol no fue exprofeso en busca de la muerte aquel mayo que elevó al rango de lugar histórico la agreste Ríos. he expensar trágico sabana Para fundamentar mi argumentación he seguido el método preconizado por Stefan Zweig en la Nota Final que puso a su ya clásica He preferido pocas fuentes pero aubiografía de María Antonie@. ténticas a muchas y dudosas. Por ello la he basado, en escritos del propio Martí y, muy especialmente, en su célebre carta trunca a Manuel Mercado, escrita la víspera de su muerte. Aludí antes al ción futura en el en ello para dejar premeditación de esbozo que, en dicha carta, hace Martí de su actuacampo de la revolución. Se me permitirá que insista perfectamente aclarado mi punto de vista sobre la no su muerte. 2i Quesada y Miranda, Siglo XX, Habana, 1935. 26 Zweig, Stefan. María Editorial Juventud Argentina, Gonzalo Antonieta, Buenos de. ~a$es de Mm-ti, u~4 vida involuntariamente Aires, 1938. val. III, pág. heroica 56, El pág. 372, ka1 consideraba una n?crsidad la conctit~~ción del gobierno para pocl peligro tl(*1 caudillismo militar, elltrelisto des& 18~1. !‘caro tenía sur:!0 interés en la fo:macik del mismo. no por un civii;-mo exagerado, sino poquc entendía que cl Partido Revolucionario C&auo. constituido por las emigraciones e iniciador de la revolución debía «entregarse al país» -y sólo eso quiere decir al hablar de deponer, (subrayado por mí), ante la Asamblea la autoridad que la emigración Ic dio -entendía, repito, que el Partido Revolucionario debía entregarse al país y continuar existiendo como partido «...hnsta el día, y sólo Ilasta él, en que se constituya en Cuba la revolución, a fin de evitar la monstruosidad de antes: dos gobiernos para un solo país». (O.C. 4, pág. 73) 1!cr i’renn: Si cuestión tan esencial y de tan vital importancia como evitar las dirisiones y pugnas entre los patriotas de la emigración y los patriotas dc la manigua -que en no pequeña medida constribuyeron al fracaso cle la Cëerra Grandedependía de la celebración de la Asamblea, no puede sos:encrse se:-ia::lente que Martí quisiera morir antes de efectuarse Ir: misma y sin que se hubiera constituído el gobierno. ti1 quería ((ordenar la guerra de manera» que llevara «adentro sin traba 1~ ilepública)) (O.C. 4, pág. 106) pues en él, era «locura el deseo y r</:a la determinaciónn se reconociera ((que en las cosas del país no hay más voluntad que la que exprese el país, ni ha de pensarse cn más interés que en el suyo» (O.C. 1, pág. 186) y consideraba «indispensable a la Ealud de la patrip» (O.C. 1, p5.g. 187) los principios esenciales por él mantenidos: unidad de accibn y respeto a la voluntad de la magoría, porque «la independencia de un pueblo consiste en el respeto qup los poderes p&licos demuestren a cada uno de sus hijos». (O.C. 1, pág. 186) eso en la Mejorana, frente a la «junta de generales con mando, por sus representantes -y una Secretaría General», (O.C. 19. pág. 228) 7ue propone Maceo, él mantuvo: «el Ejército, libre, -y el país, como país y con toda su dignidad representado)). (O.C. 19, pág. 229) Por Siendo quisiera este su modo morir sin haber de pensar, tratado, no es concebible que en Dos Ríos por lo menos, de hacer triunfar su 218 AXUARIO MARTIANO pensamiento. Ello equivaldría ginarlo dando ese paso. a una * El 14 de mayo anotó Alarti * deserción y no podré nunca ima- * en su Diario: ((Escribo, poco y mal, porque estoy pensando con zozobra y amargura. iHasta qué pun:o será títil a mi país mi desistimiento?), (O.C. 19, pág. 240) Mucho se ha especulado alrededor de estas palabras pues algunos consideran que el «desistimiento» de que habla Martí, en el que piensignifica desistir de seguir viviendo. sa «con zozobra y amargura», Tal vez no esté de más recordar que Martí había estudiado Dercc!i~~ y que, en el lenguaje del foro, «desistimiento» significa «abdicación o abandono de un derecho», en tanto que, según el Diccionario de 1:1 Lengua, abdicar quiere decir: ((ceder o renunciar, derechos, ventajas. opiniones, etcétera.» Entiendo, por tanto, que Martí quiso decir solamente ceder, dejando para otra ocasión la defensa de sus opiniones. El sabía que la oportunidad habría de presentársele en la Asamblea de representantes del pueblo cubano en armas, que se reuniría en el centro de la isla. Por eso había escrito a Carmen Miyares: c<Vamos a Masó, venimos de Maceo...» «Y de Masó al Camagiiey.» -la carta cs cuatro dias posterior a la Mejorana(O.C. 20, pág. 230) y la víspera de su muerte reiteraba a Manuel Mercado: « ...seguimos camino, al centro de la Isla, a deponer yo, ante la revolución que he hecho alzar, la autoridad que la emigración me dio, y se acató adentro, y debe renovar conforme a su estado nuevo, una asamblea de delegados del pueblo cubano visible, de los revolucionarios en armas. La revolución desea plena libertad en el ejército, sin las trabas que antes le opuso una Cámara sin sanción real, o la suspicacia de una juventud celosa de su republicanismo, o los celos, y temores de excesiva prominencia futura. de un caudillo puntilloso o previsor; pero quiere la revolución a la vez sucinta y respetable representación republicana, -la misma alma de humanidad y decoro, llena del anhelo de la dignidad individual, en la representación de la república, que la que empuja y mantiene en la guerra a los revolucionarios.)> (OC. 4, pág. 169) % * * 219 31.4RTIASO ASUARIO Antes de continuar Lo considero piincipalmcnte mi argumentación debo hacer un paréntesis. indispensable porque -como >-a he dicho-la fundamento en la carta inconclusa a Manuel Jlercado. En un trabajo titulado Siurtí en Dos Ríosz7, aparecido en el Anuario .Vartiuno NO. 2, publicación que los cubanos hemos de agradecer siempre a 10s cuidados de Cintio Vitier y Fina García Marruz, se trata de restarle importancia a la famosa carta trunca porque su contenido no conviene al autor para sacar triunfante su tesis. Así, deja caer que la carta no está firmada. Argumento baladí pues, como se sabe, quedó inconclusa y a nadie se le ocurre firmar una carta antes de terminarla. Luego, lo que es mas grave, apunta la posibilidad de que Martí decidiera no enviar la carta «dado su contenido político y principalmente por su ataque a los Estados Unidos de América, cuando se estaba esperando el reconocimiento por el Norte, de la beligerancia cubana»B. Piensa el autor del trabajo que la carta, caso de extraviarse y caer en mano de los españoles, era «arma documental contra Martí y la Re\-olución extremadnmentc peligrosa por sus consecuencias>). Ni labras. de propósito pueden reunirse más desatinos en tan pocas pa- En primer lugar, hay que entender que el autor quiso decir que Jlartí decidió no terminar la carta, en vez de no enviarla, ya que es obvio que sin terminarla no la iba a enviar, fuera peligrosa o no. En segundo término, si Martí decidió no enviarla porque dado SU contenido podía ser un arma contra la revolución, caso de caer en ma-según opina el autor del trabajolo lógico es que nos enemigas la hubiera destruido. Pero la realidad es que, como Martí no se asustó de lo que había escrito, ni le vino a las mientes no enviarla a su destinatario, cuando la hubiera terminado, la guardó para continuarla en otra oportunidad que infortunadamente no llegó. Y he aquí que, a SU muerte, fue encontrada por los españoles, junto con otros documentos, en unas alforjas de cuero que llevaba consigo. Examinados 10s documentos ocupados, por el General Martínez Campos y los Jefes y Oficiales de su Estado Mayor, le dieron tan poca importancia a aquella ((arma peligrosa» que el hijo del Capitán ‘General, el Teniente de Caballería José Martínez Campos, la obsequió como souvenir a Enrique 17 Pkez de Acevedo, Roberto. págs. 377-418, Instituto Cubano del Is Ibid., pig. 405. Martí Libro, en Dos Ríos, Anuario Habana, 1970. Martiano NO. 2, \ tebirtn. que había conoce:?105 hov”. sido amigo de lIarti. Gracias a que CI la ctin;er\ó. la Eur ~íltimo, decir clue en ~quci!o~ lliGIll~~llO5 se e:tab;i esperautio el reconocimiento de la beligerancia eS históricamente falso 1. rtdcixíì contradice uno de los argumentos que e+me cl autor para apoyar LU criterio de c;ue llarti iba a embarcar-c para Estados Cnido,, cuando ocurre la acción de Dos Ríos, pues, precisamente, para justificar el 1 iaje, dice aue a Martí le urgía embarcarse para ir a gestionar el reconocimiento de la beligerancia, y si ya estaban aguardándolo ia qué la urgencia del viaje? Dije que era historicamcnte falso que CP müj-0 ckl 95 :‘e ciluvieru esperando el reconocimiento dc la beligerawia, porque tlwailte ios primeros meses dc la guerra, la labor dr la Dclegacihu se concretú a reunir fondos para la adqtiisic*isn de simas J- municiones, preparar exA pediciones p soco:rcr a familiares de patric!ns que se hallr.!,an en la ~1;11iigua o cn las prisiones de España. Hasta noviembre de ese año no hay indicios de que cl curvo Delegado, Tom& Estrada Palma, hiciera los primeros intentos para tener una entrevista con el Presidente Cleveland. A efe fin el Dr. Juan Guiteras visitb, en Washington, al Secretario de la Guerra? Daniel S. Lamont, sin lograr siquiera la promesa de que el Delegado sería recibido próximamente, por estimarse que ctla visita al Presidente sería algo prematura.»jO 1’ no fue hasta enero de 1896 que llegó EstA,,,-da Palma a la ciudad del Potomac y publicó en l’lze Journal urja carta al Director del periódico, donde expuso que había ido «con el fin de pedir a los Estados Unidos que reconocieran la beligerancia de Cuba Libre)13’, que, por cierto, parece que pensó negociarla ofreciendo que los mambises respetarían en el campo las propiedades norteamericanas. Este es posiblemente, el único caso en la historia del mundo en que un diplomático haya divulgado por la prensa la finalidad de su misión; e ió mantenerse en secreto pues la d b cuando, más que en ningún otro, República de Cuba, salvo para los cubanos revolucionarios, era en aquella época nada más que «la libélula vaga, de una vaga ilusióna, y las 29 Moreno Plá, Enrique H. La carta que Marti IZO termirzó, en bnna. mayo 1964, págs. 5-7. jo Primelles, obra citada, tomo II, plg. 176. 3’ Pierra, Fidel G. La Delegación cubana en los sEtados Unidos, New York. 1898. Patria, Ha- S. p, de i.. gestiones :jrotei-tas debieron hacerse con el mal-or sigilo para f\ itar la‘ naturale, del representante de España. en ei tril!)ajo en cLL;-liiin .se haCTl1 il;tcrprctaci;~!ic.Por otra parte. raprichosas del texto de la carta. Por ejemplo. basándose en yi;e ‘tlarti narra lo que ha ido observando desde su desembarco en Playitas, sosiicnp. porque así conviene a su tesis. que 13 frase (‘seguimos camino al centro de la isla etc..» «debe interprelarze dentro del ritmo tlr.w:iptiw. 110 siendo por lo tanto exactamcctc aplica!Jlc 31 18 de majo. fw!l:l ~11 que &fartí escribía»3”. En cambio. guarda un silencio absoluto c~~antlo u 1ia.s líneas después, Mar&i expresa clara, prwisa J- terminantemente (c.;Ólo dpferzderé (subrayado mío) lo que tenga yG por garantía o serlitio de la revolución>), porque ese dc~fendek. en Futuro de Indicativo. ljor muchos malabarismos que se hagan, no es posible aceptarlo en un ritmo de,w-iptivo, aplicado a un hecho pasado. Sb10 puede interprctar:c; rectamente: como expresión de una conc!ucta n seguir en el porTmir. Del mismo estilo crédito puxk darse tradicciones. Es que jetivamente posible, son otras interpretaciones del a su tesis que, por otra parte, la historia debe escribirse lo no con el fin de probar una * :!: autor, júzguese qué contiene varias conmas imparcial y obidca preconcebida. 5, En la carta a Mercado, tantas veces mencionada, refirikdose ¡kIartí a las distintas opiniones que pugnan en el seno de lá revolución. le dice: «...en cuanto a formas, caben muchas ideas, y las cosas de hombres, hombres son quienes las hacen». (O.C. 4, pág. 170) Pero él entiende que, en la guerra, es posible poner <(sin estorbo 4 cn línea general, las salvarguardias todas de la República», (0. C. 3, pág. 19) por eso dice rotundo a SU amigo mejicano: «sólo defenderé lo que tenga yo por garantía o servicio de la revolución)), (0. C. 4, pág. 170) lo que está indicando que no pensaba en abandonar este mundo, sino que había transigido en aras de la cordialidad, cuando hablaba de ((desistimiento)), porque no ignora que «la victoria está hecha de cesiones». (0. C. 5, pág. 106.) iAcaso no escribió a Gonzalo de Quesada y Benjamili día mismo en que firmara el Manifiesto de Montecristi. pación de su conductura futura?: 32 Pérez de Acevedo. LQC. cit., pág. 406. Guerra: el esta antici- ANUARIO 222 :\SCAHIO 223 MARTIANO MARTIASO Con justeza (<Yo nada les diré de mí, sino lo que ya saben, y es que me iré ajustando a nuestras realidades viras y deponiéndome sin cesar, y quitAndome dc donde pueda cerrar la vía o entorpecerla... Haré lo que mi tierra me mande. Y jamás se podrií decir que la impedí por mi aspiración o mi capricho». (O.C. 4. pág. 108) Pero como no era un mero capricho, sino una convicción muy arraigada, la necesidad de organizar la guerra de manera que llevara dentro la República, es por lo que su xdecistimiento)) no habría de ser definitivo, sino transitorio. Como lo prueba la carta a Mercado, él se disponía que tenía «por garantía o servicio de la revolución)) que y nada menos, la organización de un gobierno que, sin el mando militar, evitara, sin embargo: cl predominio de milicia. ha escrito Enrique González Manet: ((Si se tiene en cuenta su destino histórico, es preciso aceptar que Martí llena un hito cuyo ciclo no tenía razbn de cerrarse en Dos R’10s )?. Por cso no sabe uno si asombrarse o indignarse, cuando ve a Martínez Estrada preguntar, después de la Mejorana: iQué tenía que hacer Martí, de no convertirse en holetinero y cronista de la guerra?»” iCuando a los setenta y cinco años de su muerte, ann tiene hacer no sólo en Cuba, sino en América. según dijera él de Bolívar! qué a defender lo era, nada más interferir con los jefes de la Y no hubiera podido ser de otro modo, pues a pesar de la veneración que el Apóstol sintió por los hombres del 68, que le llevó a decir: ((Hasta el derecho de errar tienen, y la gloria les da cierta impunidad». (O.C. 4; pág. 251) afirmó: «si con el cubierto de echar abajo una tiranía se estuviese preparando otra: otros cubanos serán los que lo consientan, porque nosotros, mientras nos queden lengua y manos, no lo hemos de consentir». (O.C. 4, pág. 252) Desde veteranos a Estrada contribuyera prohibir, blica, que antemano Santo Domingo, cuando la actitud del General Gómez y otros le hizo pensar que no le dejarían venir a la guerra, escribió Palma instándolo a que, con declaraciones desde New York, «a impedir que en Cuba se prohiba, como se quiere ya toda organización de la guerra que ya lleve en sí una repúno sea la sumisión absoluta a la regla militar, a la que de y por naturaleza se opone el país». (O.C. 4, pág. 87) Si, como se ve, mucho antes de la Mejorana, había solicitado ayuda en defensa de sus ideas iiba él a desaprovechar la oportunidad de defenderlas con su verbo único en la Asamblea? A eso iba cuando, en Dos Ríos, las balas espaíiolas pusieron fin a au vida. No deseaba la muerte, pero como no temió encararla cayó fxnte al enemigo. No como un suicida voluntario sino como un combatiente, puesto que entendió era su deber participar en la guerra que había evocado y tuvo el ánimo necesario para realizarlo. 33 González ~4 Martínez de las Américas, Manet. Loe. cit. Estrada, Ezequiel. Habana, 1967. Martí revolucionario, tomo 1. pág. 289, Casa RONCARAL, iMUCARAL? POR ROSA HILDA ZELL He aquí, en copia fotostática que agradecemos al celo martiano del capitán René Pacheco Silva, guardián del archivo de Máximo Gómez (que incluye el Diario de Martí de Cabo Haitiano a Dos Ríos), el comienzo de la anotación correspondiente al 24 de abril, donde ocurre la hasta ahora incomprensible palabra roncara2 que se lee en todas las ediciones, sin excepción, de este Diario: desde la primerísima, en que aparece formando parte del Diario de Campaña del Mayor General Máximo Gómez, páginas 289 a 325 del mismo (TaReres del Centro Superior Tecnológico Ceiba del Agua, Habana, 1940), hasta la última que es la que puede leerse en el volumen 19 de las Obras Completas de Martí (Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1964). Incomprensible, decimos, el uso por Martí de esta palabra, roncaral; y ello por tres motivos. El primero: no es palabra castellana, ni americanismo; y no pertenece, tampoco, al lenguaje técnico. En igual caso se halla el quizás posible, por de más lógica formación, roca&. El segundo motivo: es cierto que Martí -como todo escritor de raza-, enriqueció el idioma creando más de una palabra; pero todas y cada una de ellas llenan una necesidad y realizan una función concreta que ninguna de las hasta entonces existentes llenaba ni realizaba. NO así roncaral, ni el hipotético rocaral tampoco: el castellano cuenta con dos, por 10 menos, para designar un terreno cubierto de roca o piedra: Tercera razón para dudar que trazara la mano roquedal, y pedregal. de Marti esta palabra en su Diario: al crear un neologismo -recuérdese su homagno-, cíñese siempre estrictamente a los cánones del idioma -y roncaral no cumple este precepto. (iDe qué vocablo se deriva? iExactamente qué es lo que expresa?) En un programa radial que escribimos hasta principios de octubre de 1970 hubimos de echar al aire estas dudas nuestras, y el aire las - 226 ANCARIO llevó hasta uno de los asegurarnos oído nunca cubierto de MARTIANO Oriente, y en Oriente a un taller de Jobabo, donde las oyo obreros, Valentín Lima. Y Valentín Lima se apresuró a que esa palabra roncara1 ni él ni nadie de por aRá la había -pero que, en cambio, nos podía decir que al terreno diente de perro lo llamaban mucaral. ;Mucaral...! ;Sería posible? En nuestra mesa de trabajo tenemos el Glosario de Afronegrismos, de don Fernando Ortiz, que dice que sí es posible: «MúCARA. f. Molejón. -En Cuba ‘Bfarallón”, o sea, “roca alta y tajada que sobresale cn el mar”. Generalmente x +* aplica a la piedra que sobresale en un terreno, J a la llamada “diente de perro» en nuestras costas, y a los arrecifes y escollos. «Pichardo no la da como voz indocubana; mentar su dicho. «iNo extendido pero sí ZavaF, siu docu- se relacionará el vocablo o con mukwa, en Africa? Véase el vocablo MACO. “sal marina”, tan BMakaro llaman los mandingas a “ ciertos . insectos de las playas”. Mokoro dicen a la “canou”, los negros secuana de Bechuana. «No afirmamos que esté demostrado la oriundez su carácter africana de múcara; indocubano. pero nc> wcemos eBachiller incluyó el vocablo entre los de los taiuou, según trudición, y dijo: “Mr;‘CURAS: Calabazas en donde recogían los indios el jugo de Los cocos, arrancando los racimos nuevos para hacer aguardiente o un fermento que lo parecía.” Y luego entre las voces de origen indio colecciona MúCARA, y añade: “En Cuba, el seboruco. Voz usada en Puerto Rico. Fr. fñigo Abad, hablando de las comidas de la gente pobre, dice: “Después de ella cada uno toma una MúCURA o calabazo de agua.” Parecen, pues, dos palabras distintas de fonética semblanza: acaso una indoantillana, o traída de otras regiones americanas, ya que el propio Bachiller la supone cumanagota (MÚCARA = “vasija”), como igualmente hace Arístides Rojas; y otra afroamericana, el “farallón”, “seboruco”, o “roca marina”. «No hay qJe olvidar, de la distinta aplicación además, que las dos acepciones de un mismo objeto. pudieron surgir (<LOS indios de Cuba solían emplear a veces las piedras con oquedades, tan frecuentes en 10s terrenos de ‘&diente de perro” de nuestras costas, como vasijas para líquidos, destinados no al trnsporte sino a permanecer fijas en el suelo del bohío. Facsín?il de la pigina del Diario correspondiente al día 24 de abril. - 228 ANUARIO MARTIANO ANUARIO «Quien esto escribe obtul-o en Isla de Pinos. durante cierta exploración arqueológica, una piedra usada desde ha mucho tiempo como recipiente de agua para bebida de animales, formada por un trozo de “diente de perro” arrancado del techo de una cueva. MARTIANO 229 iCómo, pues, fue posible que a lo largo de treinta años y en quién sabe si otras tantas ediciones, hechas todas por hombres cuidadosos y martianos fervientes, se haya seguido repitiendo esta errata en el Diario de Martí? iCómo se ha podido leer «roncaral)), aquí donde, si se mira, está claro que lo que dice, -y lo línico que, por el sC=tido, puede decir-, es «mucaral»? iQue la letra del maestro es difícil? De acuerdo. iQue, más que difícil, es frecuentemente de imposible lectura, pues más que caligrafía es grafismo personalísimo y de tipo taquigráfico, que cambia, además, en la manera de ligar las letras y las sílabas, de modo tal, que no nos queda ni aun el recurso de aprendernos, -como pudiéramos aprender, digamos, la escritura rúnica-, su peculiar manera de llevar las ideas al papel? De acuerdo también; pero entonces, ¿ cómo no dejar el espacio en blanco, y poner al margen esa frase que constantemente encontramos en todas las ediciones de aquellos trabajos del Maestro transcritos de sus borradores: «palabra ininteligible»? vación y ptihlicación. Veamos. primero. la copia fotostática. Anotación correspondiente al día 23 de abril; sexta línea: «traen de la caliada»... etcétera. Miremos atentamente esa palabra, caiiadu. jPor el sentido. y solamente por el sentido, -porque no puede ser más que eso. cahda-, por el sentido leemo s ahí cakdu! Si viéramos esa voz aislada. iquién nos podría convencer de que es A y no U, la vocal de su primera sílaba? iQuién no leería cuñada? Y más abajo, ya en la octava línea, día 24: «...nos asimos en el portal»... <Asimos? ~ES que ahí dice «asimos» ? Antes de la M hay un palote largo y enhiesto, exactamente igual a las L de otras palabras. Y el régimen que corresponde al verbo asimos no es en, sino de: «nos asimos del portal de Esa hil>otética L permite, si se presta atención a la sintaxis, Valentín)). so:.!~char <rlic diga aqui clbL1:lnLo.s. y no csirnta: «nos asilamos en el portal de Valentín»... Pero si así fuere, iqué hacer de la diéresis que flota sobre cl grafismo que leemos como I? Y así todo. Dos líneas más abajo, fuerte pudiera ser puente, pero sabemos que no lo es, iporque no lo puede ser ! Ahora bien, este Diario permaneció oculto entre los papeles de Máximo Gómez durante medio siglo. Cuando se copió, aquí en La Habana, para publicarlo conjuntamente con su Diario de Campaña, iqué guajiro oriental estaba entre los hombres que trataban ACuál de ellos pudo pensar en la voz de desentrañarle el sentido? «mucaral»? Si antes leyeron correctamente cañada, y no cuñada, y si después leerán fuerte, y no puente, es porque están interpretando y re-ipOrC;-if2 leer, lo que se dice !rer, ahí es imnosible! ¿Cóconstruyencll, mo escribía Martí? Esa frase, «nos asimos en el portal de Valentín», nos lo revela: escribía mucho más despncio de lo -ue pensaba, y aun antes muchas veces de haber escogido una entre dos o varias palabras po. sibles: aquí la mano nerviosa siente al mismo tiempo la idea asirse, y la idea asilarse, y el grafismo traduce la ambivalencia. De igual manera, antes, cuando escribe mucaral, iquién sabe gué imagen le está apretando la pluma, y la hace saltar en ese garabato que sugiere una imposible 0, ni más ni menos que el otro que en asimos traza, edición que no sugiere, una L imposible ! Y así, para la primerísima se leyó roncaral; y luego, por sugestión y porque el diario seguía bajo siete llaves, y solamente por unos segundos lograba algún insigne martiano verlo, y porque ninguno de ellos era guajiro y oriental, se siguió leyendo mal, y copiando de edición en edición lo mal leído. A nuestro entender, la explicación es fácil, y nos la dan de sí la copia fotostática de esta página del Diario, y la historia de su conser- Agradezcamos Cuba la pregunta: c,El interior del pedruzco está barnizado por la- mismas filtraciones y sedimentos calcáreos que fueron formando la bóveda de la caverna y sus estalactitas, resultando completamente impermeable y adaptado al uso humano. «Es una MÚCARA, y como “vasija”.» pues, en ambos sentidos, como “seboruco” Hasta aquí, don Fernando Ortiz en su Glosario de Afronegrismos (Imprenta «El Siglo XX», La Habana, 1924; páginas 354-55). Don Fernando se refiere solamente al vocablo múcara; nada nos dice de mucaral. Pero Francisco J. Santamaría, en su Diccionario General de Americanismos, (México, edición del año 1959), sí lo trae: en Cuba, afirma, se llama mucaral al terreno cubierto de múcara... Y donde ni el uno ni el otro dieran fe de estas voces ni de sus variadas acepclones, ino bastará el testimonio de los hombres gue las usan en su diario hablar? Camínese por Oriente, -por Guantánamo, por Baracoa, por toda esa zona que recorrió Martí desde Playitas hasta Dos Ríos-, y se sabrá lo que es múcara, y lo que es mucaral. ahora igué a la radio el haber echado a volar por toda escribió Marti realmente; qué es eso de ron- 230 ANUARIO MARTIANO curul? Y agradezcamos a Valentín Lima, el obrero de uu taller de Jobabo, el habernos dicho que por allá esa clase de terreno se llama rttucural. Pero sobre todo, agradezcamos al Capitán René Pa:,hrco Silva -digno nieto de aquel legendario comandante Antonio Santa Cruz Pacheco de la Guerra Grande-, agradezcamos al capitán René Pacheco Silva, actual guardián del Diario de Alarti de Cabo Haitiano a Dos Ríos, el haber tenido la amplitud de criterio necesaria, y el espíritu martiano, para escuchar la voz de un trabajador sin pretensiones de erudición ni de intelectualidad.y darle a eue trabajador, y a nosotros, y a todos, la oportunidad de decidir con nuestros propios ojos, a la vista de esa página, qué es lo que de veras dice allí: si twncd, mucaral. IMAGEN DE JOSÉ MARTf * POR (21~~10 VITIE~ El hombre de que vamos a hablar en estas páginas es de aqnéllos que nos obligan a poner en tensión todas nuestras fuerzas intelectuales y afectivas. Estas últimas son desde luego las primeras que se abalanzan fascinadas, porque la persona de José Martí, excepcionalmente dotada del don de conmover y mejorar, se nos entra en el alma mucho antes de que hayamos podido comprender a cabalidad la trascendencia de su obra. Cierto que su persona viva, tal como la conocieron directamente los que gozaron de ese privilegio y como se transparenta y perpetúa en la encarnación de su verbo escrito, es en definitiva la más profunda obra que nos dejó. Para acercarnos 8 ella, no sólo por las vías del deslumbramiento y el amor, que serán siempre esenciales, sino también por las sendas del análisis histórico J crítico, nos vemos gustosamente forzados a recorrer muchas dimensiones de la realidad: tantas, que el hecho mismo de ese periplo nos va revelando la magnitud de un hombre cuyo mayor secreto fue la insólita completez de sus capaeidades. Alguna vez él dijo que no quería seguir más carrera que la de hombre, como si todas las otras especialidades en que se fragmenta la vocación humana implicaran el rebajamiento de una dignidad que reside en la integridad del ser, en la indivisible unidad de la imagen que el hombre debiera proyectar de sí mismo. Esa imagen, lo sabemos, está rota, desgarrada e incluso significativamente atomizada en nuestros días. Por eso el conocimiento de Martí resulta hoy tan new- x:,io y abc. cionador. No se trata de que fuese un gran& I:nmhrt~. rino. en + Conferencia leída en la Facolt5 di Magistero de la Universidad de Florencia el 24 de abril de 1970. Se utilizan en ella algunos datos his:órieos y hiográfieos que serían innecesarios para un público cubano, y se incorpora la ponencia presentada en el Encuentro provincial sobre el pensamiento de Martí, publicada en el Anuario número 2, ya que dichas páginas contienen la semilla de este ensayo: la idea de Martí como rescatador J profeta de la imagen íntegra del hombre. ~_____-..~-----~-----._._ ~__._ ANUARIO 232 ASCARIO MARTIANO 233 MARTIANO primer término, de que fue sencillamente un hombre, en la más cabal y olvidada acepción del término: es decir, una criatura moral sin mutilaciones y por lo tanto sin deformaciones, que supo asumir armoniosamente la totalidad de la imagen humana J proyectarla como único paradigma realmente salvador. No en vano es el hijo más esclarecido de aquella parte del mundo cuyo descubrimiento, impulsado por la inspiración ecuménica del renacimiento italiano y de la catolicidad bispánica, completó la imagen del planeta humano. Cuando Martí nace a la luz de ese nuevo mundo el 28 de enero de 1853, en el aposento alto de una humilde casita cercana a las murallas habaneras, Cuba era desde hacía más de tres siglos, en la cruda facticidad de la historia. uiln posrsiGn del imperio español, sujeta n los hábitos despóticos que se imponen en toda tierra ocupada por conquista. I ,a única tradición de gobierno eran la fuerza, la arbitrariedad y el abuso, ejercidos primero sobre los indígenas hasta exterminarlos, después sobre los esclavos africanos en feroz explotación, finalmente sobre la población criolla, mestiza o no, que en sus diversas capas iba formando el humus social de una nueva nacionalidad. A finales del siglo XVIII, durante el excepcional período gubernativo de don Luis de las Casas. consecuencia de la rorriente iluminista y liberal que atraviesa a la España de Carlos III, empiezan a hacerse visible, en la porción más lúcida y noble del patriciado criollo, los primeros síntomas culturales de esa incipiente nacionalidad, con próceres como el sagaz economista Francisco Arango y Parreño, ideólogo de la naciente sacarocracia, y cl ilustrado presbítero Jose Agustín Caballero, que en la Sociedad Económica de Amigos del País p en el Seminario de San Carlos realiza la obra de piedad y saber por la cual Martí lo llamó «‘padre de los pobres y de nuestra filosofía». Los síntomas irán cristalizando en definido sentimiento patriótico a través del padre Félix Varela, reformador de los estudios filosóficos e introductor de la ciencia experimental, sacerdote cultísimo, evangélico y revolucionario; José María de Heredia, primer poeta de la patria; Domingo del Monte, centro de las letras vernáculas y antiesclavistas; José Antonio Saco, sólido impugnador de los vicios coloniales, especialmente la trata negrera, y de la corriente que propugnaba, ya desde principios del siglo y con más fuerza entre los años 45 p 55, la anexión a Estados Unidos: todos, en una forma u otra, desterrados de la isla; y José de la LUZ Caballero, varón de tan vasta sabiduría como honda espiritualidad, afinador de la conciencia cubana, maestro de la generación que iba a .lanzarse a la guerra de1 68. En el plano de la acción política, las tres corrientes fundamentales que se disputarían el campo a lo largo del siglo (independentismo, reformismo. anexionismo) estaban perfectamente definidas cuando Martí, precoz adolescente, comienza a asistir al colegio de Rafael María de ylendive, en el cual se concentraban las esencias de la tradición cubana más revolucionaria y espiritual, la de Heredia, Varela y Luz. Ya habían derramado su sangre por la independencia los camagiieyanos Franciwo Agüero Velazco y Manuel Andrés Sánchez, en prematura a la que precedieron y siguieron otras y heroica intentona (1826), conspiraciones; ya se habían producido levantamientos de esclavos y la supuesta conspiración de La Escalera, pretexto para una feroz represión, en la que cayó fusilado el poeta Plácido, mestizo de la clase artesanaI’ (1844); ya se babíen sucpdic:o lo c: fracasados drcumbarcos dv Narciso López, al cabo muerto en garrote vil en 1851, el mismo año del alzamiento de Joaquín de Agüero en Camagüey y de Isidoro Armenteros en Trinidad; ya se habían descubierto, entre otras, las conspiraciones de Vuelta Abajo y la de Ramón Pintó, ejecutado en 1855. Toda esta . ., agitacion revolucionaria, con frecuencia de fondo anexionista, iba madurando las condiciones subjetivas para un movimiento de mayor envergadura. Fracasado por el momento el anexionismo, el Partido Reformista parecía haber manado la batalla hacia 1865, cuando sus principales voceros se dirigen al capitán general Serrana pidiéndole,. en esencia, tres cosas: reforma arancelaria, cesación de la trata y repre-. sentación política de Cuba en las Cortes (de las que había sido expub sada en 1837). Sin embargo, la Junta de Información, creada por la Metrópoli para estudiar y aconsejar las reformas, no arribó a ninguna solución efectiva, y, por otra parte, la situación demográfica y económica del país lo llevaba objetivamente a las puertas de la revolución., En efecto, hacia 1862, Cuba era una colonia de aproximadamente. 1.357.819 habitantes, de los cuales 601.160 eran criollos blancos o mestizos, 594.488 negros y sólo 116.114 españoles, lo que hacía un total aproximado de 1.195.648 habitantes (sin contar los extranjeros blancos, chinos y yucatecos), creadores efectivos de la riqueza del país, totalmente despojados de derechos políticos, frente a una exigua minoría de militares, funcionarios y oligarcas criollos que los explotaba. Si a esto se añade que por aquellos años la dependencia económica de Cuba respecto a Estados Unidos, hacia donde iba más del 42% de las exportaciones especialmente azucareras, empezaba a competir con la dependencia política respecto a España, lo que provocaba crisis como la del año 66, se comprende que en el substrato de una breve pero intensa 234 4PiL.AIX:V 2\I.4RTIASO ANOARIO tradición de cultura patria cuyas dos principales ramas eran el romanlirismo poético y el libre examen filosófico, sociológico y político, la rcalidad nacional estaba clamando por cambios su-tanciales que pusieran cl poder en manos cubanas. Esas manos. desde luego, no podían ser ~~iltor~rc~ otras que las de la burguesía criolla, terrateniente y culta. dispuesta al sacrificio patriótico que simbólicamente se inició con la libertad dada a los esclavos por Carlos Manuel de Céspedes, en su finca La Demajagua, el 10 de octubre de 1868. Tal cs el contexto histórico dentro del cual, hacia sus quince años, Primogénito de una familia pobre, de surge Martí a la vida pública. padres espaiioles inmigrantes, a esa edad era ya cubano completo desde la raíz hasta la flor altiva. Quizás por eso creyó siempre en el espíritu de la tierra, al que atribuyó consecuencias y resonancias históricas? extensivas incluso hasta la raza indígena extinguida. «El aire está lleno de almas», dijo, y esa fe suya, que como las otras se fundaba en experiencias no por inexplicables menos positivas, lo acompañó en su peregrinación y prédica revolucionaria. En su sentir, las almas que llenaban el aire de la isla irredenta clamaban por justicia con no menos fuerza que sus prójimos y contemporáneos. La contemporaneidad de los mártires nada tiene que ver con la línea divisoria de la vida y la muerte: es una contemporaneidad moral en la injusticia que sólo puede ser compensada por el sacrificio voluntario. Así lo intuyó Martí desde cdad tan temprana como los nueve años, cuando frente al cuerpo de un negro ahorcado, en la zona del Hanábana, donde estuvo ayudando a su padre en los papeles del cargo de Juez Pedáneo, juró «lavar con su vida el crimen». Fijémonos que no dice con su sangre sólo, según la frase más usual, sino con su vida entera, con toda SU conducta. Para articular ese propósito, y para que la redención fuese históricamente efectiva, serían necesarias muchas experiencias vitales. que en él eran las semillas del pensamiento. Aunque los problemas eternos de la filosofía le interesaron, especialmente en su juventud de estudiante en España, Martí no fue nunca un pensador abstracto. Su condición esencial de revolucionario, es decir, de transformador de la realidad, se revela ya en el hecho de que la experiencia, las circunstancias vitales, el contexto histórico y biográfico, fueron siempre decisivos para SU interpre;ación del mundo y la dirección de su conducta. No quiero insinuar con esto que fuera el prisionero de un determinismo de las circunstancias. Como bases innatas o apriorísticas de su carácter tenía el sentido absoluto de la eticidad. la pasión nr,r la belleza y la vocación redentora. A partir de estos principios asimilaha y encauzaba, a la vez 235 MARTIANO libre y necesariamente, los datos de la realidad sucesiva. Por eao en las etapas fundamentales de su vida descubrimos una especie de dialéctica que conduce a la articulación de su pe nsamiento revolucionario, de tal modo, que si desbrozamos lo anecdótico, si vamos al sentido formador de cada una de esas etapas y a la relación de todas entre sí, se nos revela la coincidencia de biografía y pensamiento, como a Ezequiel Martínez Estrada, en intuición memorable, se le reveló la identidad última de historia nacional y biografía personal que le confiere a la figura de Martí la sustancia del mito.’ Al estallar la guerra de los Diez Años, según vimos, Martí tiene quince años y es discípulo de Rafael María de Mendive, gallardo mantenedor de las más hondas aspiraciones del patriciado cubano y del irradiante colegio de Luz. Este legado cultural y patriótico, que hemos intentado resumir a grandes trazos, él lo recoge sin esfuerzo, como algo que nativamente, J desasido de encuadres clasistas, le pertenece por derecho propio. Antes de ser el profeta, es el heredero. Identificado a plenitud con el ideal separatista (sin la menor vacilación y por eso mismo trágicamente, por el choque fatal con el padre), escribe el soneto ~10 de Octubrer>, participa en los sucesos del Teatro Villanueva y en medio de la represión española, aprovechando la libertad de imprenta dictada poco antes, publica el editorial de El diablo cojuelo y el poema dramático «Abdala» en La patria libre (enero del 69). Estos textos subversivos, acompañados de su participación directa en la agitación habanera de aquellos días, significan que entre los quince y los dieciseis años Martí es ya un combatiente de la guerra iniciada por Céspedes. Como tal, en definitiva, más allá de incidentes episódicos, será condenado a presidio político. El sentido que para su formación revolucionaria tiene esta etapa es doble: de una parte, sentimentalmente queda vinculado de por vida a la gesta del 68, lo que dará una vibración humana auténtica a su tesis política de la continuidad de la lucha revolucionaria como eje de la nación, tesis recogida y mantenida de otra parte, la experiencia del en nuestros días por Fidel Castro; presidio le hizo conocer, sin paliativos ni disfraces, la injusticia básica e irremediable del sistema colonial, injusticia que en él, además, resonó hasta planos trascendentes. Diríase, en suma, que esta experiencia del infierno histórico lo marcó al rojo vivo como a un esclavo de la libertad Esa marca indeleble lo condujo a DOS Ríos. 1 las Martí Américas, revolucionario, 1967, p. 9. por Ezequiel Martínez Estrada. La Habana, Cae de ,236 ANUARIO ASL:\RIO MARTIANO El destierro en España, consecuencia del presidio, más allá de la formación humanística que pudo adquirir en las Universidades de hIadrid y Zaragoza, p de la intensa lectura que entonces hizo de los clásicos de la lengua, le aporta sobre todo la convicción definitiva de que no hav IX& qw hlw:ir & Is; (:PT~~.s e.~:~finl:~+. (.; r:wir la confirmación viviente, del lado de la Metrópoli, de la tajante disyuntiva que ya había planteado en su primer escrito político en El diablo cojuelo: KO Yara o Jladrid.» Pero al mismo tiempo aprende rivencialmente que en el pueblo espaííol hay valores humanos, democráticos y poéticos que pertenecen a la mejor tradición ética del mundo y que por lo tanto el cubano no tiene por qué odiar a ese pueblo en cuanto :tal. De esta vivencia procede una de las mayores originalidades y gran,dezas de la prédica política martiana, de la que hay en su obra múltiples testimonios. Recordaremos aquí solamente tres. En primer lugar, ,la estrofa que en Cuba todos nos sabemos de memoria, desde la in,fancía: «Para Aragón, en España, / Tengo yo en mi corazón / Un ,lugar todo Aragón: / Franco, fiero, fiel, sin saña.» Enseguida, el estre;mecedor pasaje del discurso pronunciado en Tampa el 26 de noviembre ,&1891 (Con todos y para el bien de todos): «iAl español en Cuba habremos de temer...? iTemer al español liberal y bueno, a mi padre .valenciano, a mi fiador montañés, al gaditano que me velaba el sueño .febril, al catalán que juraba y votaba porque no quería el criollo huir con sus vestidos, al malagueño que saca en sus espaldas del hospital ,al cubano impotente, al gallego que muere en la nieve extranjera, al ‘volver de dejar el pan del mes en la casa del general en jefe de la guerra :bubana? iPor la libertad del hombre se pelea en Cuba, y hay muchos (españoles que aman la liIw+d! ;4 estos esnpñoles los atara-Sn otws: ‘yo los ampararé toda mi vida ! A los que no saben que esos españoles son otros tantos cubanos, les decimos: -“iMienten!“» Finalmente, ‘Eontrastando con los tremendos decretos bolivarianos, hay que aludir ~siquiera al pasaje <?el Manifiesto de Montcrristi, demasiado PY?::ISO para citarlo aquí, que termina con la grandiosa pregunta: «j,Ni con *qué derecho nos odiarán los españoles, si los cubanos no los odiamos?» BLAS raíces de la prédica martiana de una guerra sin odio, única quizás ‘en la historia de la humanidad, hay que buscarlas en sus credos metafísicos, según veremos, pero también en las entrañables relaciones de Martí con SU padre, y con otros españoles en Cuba y la emigración, p en las vivencias que tuvo del pueblo de España, donde rompió su corola «la poca flor» de su vida, de que nos habla en los Versos senciZZos. MARTIASO 237 El tercer momento fundamental de la biografía de Martí lo configura su peregrinación por los paúes de América Latina, centralmette México, Guatemala y Venezuela. La estancia en estos países le aportó el conocimiento vivo de los problemas básicos de los pueblos latinoamericanos: la trágica situación de la enorme masa indígena; las consecuencias históricas de la pésima tradición española en lo que a los hábitos de gobierno se refiere; la connivencia de la oligarquía, el ejército y el clero más allá de la gesta independentista; el atraso educacional, económico y técnico. Los problemas, en suma, de lo que hoy llamamos Tercer Mundo o esfera del «subdesarrollo», por lo que Roberto Fernández Retamar (que a nuestro juicio no acierta cuando le atribuye a Martí un odio y rencor previos que serían los paradójicos ingredientes de su prédica ;morr.:n). lo cnrûrterizn muy atinadamente como el primer pensador revolucionario del Tercer Mundo.2 Esos problemas palpitan, dentro de una visión a la vez espiritual y práctica, en los muchos artículos que dedicó a comentar los conflictos, necesidades y aspiraciones de las menguadas repúblicas hispanoamericanas. Conocerlos directamente, casi diríamos físicamente, le sirvió para configurar el perfil solidario de esta familia de pueblos y para prever los peligros que acechaban a Cuba. Después de esta peregrinación, sólo quedaba un hueco por llenar en su experiencia magna: el conocimiento cabal, prolongado y profundo, del país clave de la historia contemporánea: Estados Unidos. La estancia en Nueva York durante quince años, con breves lapsos viajeros, le permitió a Martí, por la confrontación de su meditada vivencia de las dos Américas, obtener una visión cenital de sus diferencias históricas y espirituales, tal como se definen en el prodigioso discurso «Madre América» y en el memorable artículo «Nuestra América»; y simultáneamente, por el análisis de la política interna e internacional de Estados Unidos, reflejado en su enorme obra periodística, llegar a la intuición cabal del fenómeno imperialista, según aparece con especial lucidez en sus crónicas sobre la Conferencia Internacional Americana del invierno de 1889 y como se revela categóricamente en su última cnrta, trunca, a Manuel A. Mercado, fechada el dia antes de su muerte? 2 «Martí a José htí. en su Páginas (tercer) escogidas. Prólogo de mundo». La Habana, Editora Roberto Fernández Universitaria, 1965. Retamlu 3 Cinco años antes de su Regada a Nueva York, en los apuntes de su viaje de Veracruz a México (187.5). ya agudisima del fenómeno . . tenis Martí la intuición imperialista, según se revela en estas palabras estremecedoras: «iQué va a ser América: Roma o América, César o Espartaco? ¿Qué importa que el César no sea uno, si la nación, como tal una, es cesárea? iAbajo el cesarismo americano! ib ANL.ARIO 238 ASCARIO Si resumimos las enseñanzas extraídas por Martí de estos cuatro períodos fundamentales de su vida (iniciación revolucionaria, destierro en España, peregrinación por América Latina, residencia en Estados Unidos), encontramos los puntos básicos de su doctrina revolucionaria. a saber: 1. Continuidad del 68 y el 95. 2. La lucha armada es la única vía para destruir el sistema colonial. 3. La lucha es contra el sistema, no contra el pueblo español. 4. La guerra ha de hacerse sin odio, impulsada por un sentimiento de justicia, no de venganza. 5. Frente al peligro imperialista que representa Norteamérica, la lucha revolucionaria cubana adquiere un sentido continental, ya que el destino histórico de anuestra Américas, es solidario. Tales son los prindel Partido fundado por Marti en Cayo cipios, explícitos 0 tácitos, Hueso en enero de 1892. En cuanto Partido de miembros activos, de base obrera y vanguardia revolucionaria, creado para dirigir la insurrección nacionalista, antillana y antimperialista, con proyecciones continentales, es una absoluta novedad histórica. Ampliando nuestro examen a partir de lo expuesto, podemos señalar los contenidos vigentes del pensamiento político martiano en el ámbito de la Revolución cubana actual. Esos contenidos son los siguientes: 1. Continuidad de la lucha revolucionaria, que del 68 y el 95 en nuestros días se extiende al 33 y al 53 hasta la conquista del poder en el 59 y proceso de construcción del socialismo. Esa continuidad, con su inevitable secuela de frustraciones y desgarramientos, es el tuétano mismo de la nación. 2. La lucha armada es la única vía cierta y decisiva, lo cual implica el rechazo de todos los «reformismos» decimonónicos o modernos, y desde luego también las supuestas aestrategiass de ciertos Partidos de izquierda, más o menos acomodados al El caso de Martí, hombre tan amojuego estructural del capitalismo. como en nuestros días el de roso, predicando la «guerra necesariaa, Camilo Torres, sacerdote católico y cristiano entrañable, tomando el camino de las guerrillas, son dos ejemplos impresionantes de la inevitabilidad de la violencia revolucionaria, que no es más que la respuesta 3. Fraternidad de los pueblos, internacioa la violencia reaccionaria. nalismo, solidaridad humana mundial. Cada uno de estos puntos puede fundamentarse en textos martianos. Una sentencia de Martí muy repetida y comentada por el comandante Che Guevara, los sintetiza: aTodo tierras de hbh espafiola han de abrir el continente mundo está en los Andes.* MAR-CIAS0 339 M.4RTIANO son les nuevo que han de salvar a su servicio de en América la libertad! albergue honrado. La las mesa que del hombre mejilla verdadero debe sentir en la mejilla el golpe dado a cualquier de hombre.)) 4. Antimperialismo radical. 5. Antirracismo no menos radical. según se formula, entre otros, en el artículo titulado ((Vi razan. 6. Idea de 10s «maestros ambulantes». explicada cn cI artículo de ese nombre. que la revolución cubana vino a concretar en la campaña de alfabetización masiva del año 61. 7. Idea de la educación 1’Iga d a a 1 campo y a la experiencia agrícola, que la revolución ha puesto en práctica con la llamada «Escuela al campo». 8. Tecnificación de la agricultura. 9. Libertad de comercio. 10. Adaptación de la teoría política a las realidades concretas del país en cada momento, y, por lo tanto, ausencia de dogmatismo. Tales son los puntos vigentes, dinamizados por la revolución, del pensamiento martiano. Con ellos se integra un cuerpo de doctrina revolucionaria que puede considerarse como la base ideológica de las asimilaciones posteriores. Ciertamente Martí no fue marxista, pero los puntos señalados no rechazan, antes bien, sin proponérselo, tienden a precisar y enriquecer los objetivos concretos del socialismo en Cuba y América Latina. Otros contenidos importantes de su prédica, como la armonización de las clases sociales, el equilibrio de los partidos políticos y el ideal de una República democrática liberal, pueden sin duda oponerse a la tesis socialista que de hecho él no propugnó. Sin embargo, la experiencia de lo que fue entre nosotros y sigue siendo en América Latina esa República electoral y parlamentaria sostenida por y para el imperialismo y la oligarquía, liquidó las últimas ilusiones del liberalismo decimonónico, del que Martí fue en parte vocero. La parte más viva y profética ___de en cambio, la que se ~ ._-su--~pensamiento,, ---;-----y.--..;---t~-, refiere al mevrtable e%‘f;eñtamrento de las dos Américas y a los caracteres mundialmente catastróficos del imperialismo, conduce necesariamente a un replanteo que, en nuestros días, no tiene otra salida que la tesis socialista, entendida como tesis rigurosamente social y económica. En dos de sus últimos escritos (el manifiesto al New York Ilerald de 2 de mayo del 95 y la carta a Mercado en vísperas de su muerte) Marti afirma que frente a las posibles pretensiones de una «clase oligárquica e inútil» que sería creada y favorecida por la intromisión norteamericana, tiene que preferir la apoblación matriz y productora»; y que frente a los que sólo quieren que «haya un amo, yankee o español, que les mantenga, o les cree, en premio de oficio de celestinos, la posición de prohombres, desdeñosos de la masa pujante», tiene que preferir, como le dice a Mercado, «la masa mestiza, hábil y conmovedora, del país -1 a masa inteligente y rrrndora de blancos v de ne:gros’). 240 ANUARIO MARTIANO En estas palabras, que van mucho más allá de las nobles esperanzas armonizadoras a que aludimos, se dibuja exactamente lo que iba a suceder a partir del traspaso del poder español al poder yankee, pronto convertido en poder sustantivamente económico, aunque sin olvidar nunca el acechante respaldo militar; y en ellas se definen las dos fuerzas que van a protagonizar la historia de Cuba hasta el lro. de enero de 1959: la oligarquía y la masa, la oligarquía apoyada en el imperialismo, esencialmente parasitaria y racista, frente a la masa de trabajadores, esencialmente nTt+iza y productora. Este planteamiento, válido para toda la América Latina, procede ineluctablemente de la intuición de la sustancia misma del imperialismo, y a él tenía que llegar Martí, el primero, como han llegado después todos los auténticos revolucionarios del Continente, marxistas como el Che Guevara o cristianos como Camilo Torres. A partir de este planteamiento, las armonizaciones y reformas resultan inoperantes, no por un capricho de los extremistas sino, ontológicamente, por el ser mismo del imperialismo, que utilizará siempre todas las situaciones intermedias para afianzarse en su poder, enemigo radical del poder y el ser de los países que explota, desconoce y desprecia. Dicho en otras palabras, el pensamiento político de Martí, condicionado por su lucha solitaria y titánica contra los restos del imperio español, pagaba inevitable tributo a los ideales de su siglo, que eran en definitiva el legado de las Revoluciones Franal nuestro, concesa y Norteamericana; pero en cuanto se adelanta tiene en germen los principios que revolucionan sus propios objetivos y 10 convierten eil profecía de la lucha revolucionaria contemporánea. Ahora bien, todo lo expuesto, con ser tanto, no agota por cierto el alcance del mensaje martiano. Uno de 10s v con más freesconectar su pensamiento revolugackse-kaa ~~~@o_ es $ -der .La ‘lectura atenta-p desprejuiciada cionario de .+eyedos trascendentes. dz& revewto es imposible. Aunqueno confunda los - - --- ...__ glanos de la_re&dad--en._~su maneraI¿le afrontarlos, Martí no es por ___.~~.~- --en la sustantividad y -una_parte-u=-político por otra-~.~ un--- creyente ~~ -- - y--~_~. ~Xf&e&a de! ~espíritu. Muy por el Cd, ~sS.J.@ revolucionario .~porque6r&&~ cree porque esun revolucionario. La primera prueba de esta profunda interrelación la tenemos en las páginas de testimonio catártico de la experiencia que en su El presidio pclitico, como revolucionario y como :lorno lo forjó, a la vez y para siempre, creyente libre, no adherido a ningún dogma teológico. Allí, en efecto, «Presidio, Dios: ideas para mí tan cercanas como el inmenso leemos: «El orgullo con que agito estas cadenas, sufrimiento y el eterno bien.» ANUARIO 241 MARTIANO valdrá más que todas mis glorias futuras; que el que sufre por su patria y \-ive para Dios. en é-te u otros ;Ilnlldoì tiene \-erdadcra gloria.)> SIEl martirio por la patria es Dios mismo.>, Lo que ‘tlarti dP*cubre o confirma v con+rn en el presidiq es el Sentido mkio:ial tlc EU >;--.-- ----vida: la relación dialéctica del sacrificio y la Injusticia dentro de una -realidad que abarca lo visible y lo invisible, lo histórico y lo eterno. La intuición popular de esta doble dimensión de su persona y de su obra será la causa de que años más tarde, cuando se despliegue su prédica en los círculos de emigrados, lo llamen e! Apóstol. La necesidad del sacrificio, nos dice muchas veces en prosa y en verso, constituye la suprema ley compensatoria, ley esencialmente referida a un drama espiritual ultraterreno que sin embargo se decide en la serie de las vidas y, por lo tanto, para cada ciclo personal y para la humanidad como ser colectivo y progresivo, en las luchas históricas. El hombre, cada hombre, es el protagonista de ese drama cuyos polos son la injusticia y el sacrificio: los dos polos, también, de la eticidad revolucionaria. El quehacer histórico, político, es en el fondo para Martí una __^.. _~ misión rehglosa del hombre eti la tierra, porque la __ sustancia de ese _ __.- _ ~qüeh-&er en ÚItimo gradò es espiritual, y &X+n-itu, condicionado a la mat&iá;~n6 nke;e”con ella. Su artículo sobre Darwin es categórico a este respecto. La misión revolucionaria, pues, se inserta dentro de un plan trascendente. Siendo así la realidad, icómo transformarla sino por el amor, aunque sea a través de las batallas? Siendo así el hombre, icómo definirlo por su nacionalidad o por su clase o por su raza? &os postulados políticos de Martí se conectan íntimamente con sus creencias metafísicas, en las que.--~--integr_ó, ecW6kamente, aspectos 4 Frente a esa conexión que en él forma un todo cristianos y budistas. .__. - -...~?Z~?iõ,-+Sden adoptarse dos posiciones: o bien dejar a un lado los credos trascendentes como porción caduca de un espiritualismo «atrasado», superable por la concepción científica y materialista del mundo; 0 bien, compártanse o no los contenidos específicos del espiritualismo martiano, asumir dicha conexión sin mutilaciones, como una esperanza, proyectada revolucionariamente hacia el futuro, de cabal integración de todas las necesidades del hombre: las objetivas y las subjetivas, las sociales y las íntimas, las que se refieren al pan material y hís que exigen, 4 también, (no sólo ucultural»). Lo que Marti ideas sobre vidas anteriores Y futuras, encarnaciones dispersas y constaotcs rn sb obra en pro-Ea y El presidio político, véanse sus nota’ jobre budismo en los C~rodernos 8 y 9, de 1880 a 1882. caciones Aparte de las progresivas, el pan espiritual ver& y purifi-desde de apuntes 242 ANCARIO MARTIANO ANUARIO í propone, en suma. es una revolución íntegra del ser que, girando sobre conduzca a la historia hacia la cabal cl eje del sacrificio !- la justicia, I i-it~~::ra:.i(j:l dc tu\; ::, ib (1 I’:‘( i:oc .. pc:te-tncirc c:el hi:rnhrt~. x- a cada -1Illornl)re hacia el enfrentamiento del sentido último dc SU lida y de EU Ante esa proposición, que reviste los caracteres de un desafío. \1,muerte. b cada uno de nosotros. scg6n sus luces y su conciencia. tiene la palabra. La palabra que él tuvo, por lo demás. fue la de un artista poderoso y exquisito. Considerada desde el punto de vista literario, su obra es la de un maestro de la lengua y un poeta impar en prosa y verso. No en vano Darío, en el estremecedor responso de Los raros, lo llamó «maestro», y Alfonso Reyes, en las páginas analíticas de El deslindes lo aduce en ejemplo como a «supremo varón literario». No en vano Guillermo Díaz Plaja, en Modernismo frerzte a noventa y ocho, lo declara «el primer “creador” de prosa que ha tenido el mundo hispánico». Los más recientes estudios de Manuel Pedro Gonz&lez e Iván A. Schulman, apoyados en las valoraciones coincidentes de Federico Osvaldo Bazil, Enrique Anderson de Onís, Max Henríquez Ureíia, Imbert, el ya citado Díaz Plaja y otros, demuestran que Martí no fue, como ha solido decirse, un «precursor» sino el máximo «iniciador» de la revolución literaria llamada modernismo; y que si dentro de esa revolución hubo dos fases o etapas -una afrancesada y otra de nuevo enraizamiento hispánico, encarnada la primera por el Darío de Azul... y Prosas profanas, la segunda por el Darío de Cantos de vida y esperanza-, sin duda, como observa Schulman, <rfue el venero estilístico representado por Martí el que triunfó al final y llegó a ser el modelo Ese venero traía, con raíz vital en aceptado de las letras hispánicas». la roca de los siglos áureos, la asimilación libre y original de lo francés -Parnaso y S im b o 1ismoiucto con lo nae Jc.nn Rambn Jiménez llamó «la entrada poética de los Estados Unidos». Es decir que Martí se anticipó, no sólo al USO en español de procedimientos estilísticos y simbolistas franceses, que habían puesto en vigor los parnasianos sino también a la reacción contra el afrancesamiento decadentista cn que degeneró el modernismo en su primera etapa y que tuvo en Unamuno, gran admirador de Martí, su principal enemigo. Doble anticipación, pues. Ot ra cuestión sería la de determinar hasta qué punto puede valorarse cabalmente la figura literaria de Martí en función del modernismo, por amplio que sea el concepto que de este movimiento tengamos. M ien t ras más lo leemos, más sentimos cuánto desborda, como individualidad creadora impar y como hombre votado a la acción apostólica, política y revolucionaria, del marco de esa escuela, o, como MARTI.4SO 243 quiere Ch&, de esa época. Pero si la desborda y la sobrepasa, quiere decir, desde luego, que en principio a ella pertenece. Lo cierto es que, por encima de estas discusiones un tanto escolásticas, el rango que le corresponde es el de un moderno clásico de la lengua, y como tal está siendo estudiado ya universalmente, según lo ejemplifican, entre otros trabajos, el minucioso libro de Schulman Símbolo y color en la obra de losé Marti, las interesantes observaciones estilísticas de Mme Claude Bochet-Huré sobre sus últimos Diarios y los sistemáticos estudios del profesor Giovanni Meo Zilio, que develan los secretos estructurales de la prosa martiana. Inútil es, a nuestro juicio, la discusión sobre la primacía del revolucionario o del escritor en Martí. Ambas vocaciones en él fueron una sola, porque su vocación fundamental, según la esbozamos al comienzo de estas páginas, fue la de completar la imagen del hombre, integrando en unidad e identidad viviente-s todas sus potencias desgarradas. Esto puede comprobarse en varios planos enlazados. Ya el hecho insólito de que, al hablar de la obra poética de Martí, tengamos que referirnos enseguida a sus discursos, artículos, diarios y cartas, da la medida de una de las primeras integraciones que realiza: la del verso y la prosa. Unamuno insinuó que Martí escribía en una especie de lengua protoplasmática, anterior (o posterior, apuntamos nosotros) a la escisión de verso y prosa. E sa 1engua se fundaba en los elementos eternos de la creación verbal: el ritmo y la imagen. Desde la nrosA*r de El presidio político, Martí demuestra que para el poeta integro &lo hay un _--lenguaje, en la raíz por los latidos del corazón que -_ __- domikadó -~.i iiísläñtáneamente se trasmiten al pÜIs0 de la piuma, y abierto en la cíjpá ‘~pacTõ~7isiõnãríõ, Qüe esa prímera integración se verifique -,-“.;-.--~ ----‘----_ &i%& testimonio de la experiencia del presidio, y como alegato político-religioso de primera magnitud, y como tratado de pasión ética, nos conduce a la otra dualidad en que toda la poesía occidental se debatió hasta bien entrado nuestro siglo: la dualidad del Arte y la Vida. Para Martí esa enemistad no existió, porque en sí veía al arte surgiendo fieramente de la vida, y a la vida como el arte sumo: al arte ‘-. como escala de Jacob de la tierra a la sobrevida, y a la vida llena de los sín&oLsanalógicosqufkresuenan en e%ti ~escalti. -1-1--. ._ ~9 aI arte como arma _ desticia y a la vida no como crudo hecho biológico ni comzabstr&&Sn filosófica, sino como reino de los prójimos, comõ vía misional y’@IXcS&?ia redención humana. --2_Tocamos así la tercera gran integración que realizó, la decisiva. ‘44 .\>,C.4RIO ~l:~RTIASO Como consecuencia del impulso disociador y analítico que acomete a la cu!tura occidental cuando empieza a apartarse, a finales del Medioevo, de las totalidades pagana y cristiana intelectualmente fundidas en el catolicismo tomista, en busca de una nueva totalidad que sólo ahora empezamos a vislumbrar, la referida creciente dualidad del Arte y la Vida se fue tornando en un rencor mutuo de la palabra y la acción. Es& rencor es rigurosamente moderno. No podemos siquiera concebirlo en la antigüedad homérica u horaciana, ni en los tiempos de la canción de gesta y los juglares, ni en el mundo visionario de Dante. La palabra había sido siempre receptora e impulsora de la realidad, vaso comunicante de las imágenes y los hechos. La destrucción protestante de las imágenes fue ya un síntoma de que ese templo empezaba a ser destruído. El iluminismo cientificista comenzó a relegar la palabra al museo de los placeres retóricos. El romanticismo ahondó trágicamente el abismo entre el sujeto y el objeto, entre el individuo los otros ismos disociadores, tendientes y la sociedad. D e é 1 surgieron -verbal, plástica o musicalen un todos a convertir la expresión reino autónomo, con leyes, problemas y finalidades propios. Este proceso se refleja desde luego también, y antes, en la filosofía, que a partir de Descartes y Kant (pero en realidad comenzando desde los nominalistas medievales, con Guillermo de Occam a la cabeza) se sume en una crítica implacable del cnnorimknto mismo. basta llegar a los predios como violenta reacción a tan antide la fenomenología. El resultado, naturales dicotomías, fue, de una parte, el irracionalismo filosófico y estético que vino a parar en el surrealismo; de otra, la conversión de las energías filosóficas hacia la transformación de la realidad, a través del análisis de los hechos económicos, es decir: el marxismo. Dicho muy brevemente, el surrealismo ha querido sumergir otra vez la expresión en el limo de la vida, en el inconsciente colectivo, mientras el marxismo ha querido, y quiere, insertar la lucidez de la razón en la realidad objetiva, para cambiarla revolucionariamente. Situado en el cruce inicial de estas corrientes (contemporáneo de Marx y de Rimbaud), Martí aportó por su cuenta una integración original, de abierta y sincrética impulsión americana, de la imagen y la vida, incluyendo sus zonas oníricas, palpitantes en versos, crónicas, discursos y diarios; y, sobre todo, una integración militante de la palabra poética y la acción revolucionaria, fundidas en él hasta lo indiscernible, ambas trasmutadoras de la realidad. i Cuando decimos que Martí fue el primer revolucionario de América, no podemos querer decir otra cosa sino que fue el primer poeta ANUARIO MARTIhNO 245 de América. Poeta -eT>l+do primigenio de la palabra: creador y vaticinador. Ck&r en el único sentido en que puede serlo el hombre: ----Ta-trasmu à or de la realidad. Vaticinador en cuanto visionario. Creador de una revolución inmediata, inaplazable ya para su patria, y vaticiuador de una revolución universal que es la nueva totalidad de que hablábamos, la que ahora empezamos a vislumbrar. Revolución que él intuyó en sus múltiples páginas proféticas, desde aquéllas en que prevé la lucha mundial de nuestro tiempo, la lucha contra el imperialismo norteamericano, hasta aquéllas en que indica la vía superadora del materialismo y el espiritualismo excluyentes, e incluso la arribada a una religión no dogmática, ecuménica y natural, -pero tén ase en. cuenta que lo que Martí llama «natural», por lo rasgos su le--hmes que k?ãtZbuye y por el trascendentalismo de su propia concepción de la naturaleza, muy poco se diferencia a &p-e &‘s_sIue otros llamaríans’orenatural. _ .~.~ Sus creencias reli$osas personales ya eran una prueba ---. ----ir----e ecumenismo, en el valor purificativo, --~ . .-. porque unían la fe cristiana compensatorio y trascendente del sacrificio, con la fe hindú en la serie pùrgatica de .IáS vid&. En su criterio, el cumplimiento absoluto del &ber, i~~iicadòr del sacrificio, compensa en el equilibrio total la culpa de los otros y es lo único que puede salvarnos de volver a la vida terrena, ganándonos el descansó, la paz y el goce de la plenitud del ser. En qué consista esa plenitud a la cme el alma aspira con sus mejores impulsos, y de la que él consideraba prueba la insuficiencia del lenguaje humano, sólo pudo insinuarlo, como siempre se ha hecho, por analogías y metáforas. J+ decisivo e~.que.ese.dekintegrador de lo visi&le y lo invisible, clave de todo su pensamiento religioso, poético y político, es un deber de amor, de amor al prójimo, a «los pobres de la ti&Z3~75n p rimer término, y también a lo que haya de amable en todo hombre, por encima de sus deformaciones históricas o clasistas. Y que ése- fiero y -devorante amor fue el que lo llevó a la lucha revolücionaria; y el que explica su perenne vigencia. historia espiritual de Martí puede intuirse sim2--- a más profunda bólicamente en sus tres libros poéticos. No son, desde luego, libros de poeta de profesión, al estilo de Casal o Darío. Es como si pudiéramos leer los versos de Héctor antes de salir a la batalla; y ciertamente su primera colección, Ismaelillo, nos recuerda la escena de la mientras el niño juega con el casco de guerra, despedida de Héctor, si bien en este caso no hay Andrómaca. Pero la mayor filiación de lsmaelillo es sin duda con el Antiguo Testamento, no sólo porque es por antonomasia un libro paterno, no sólo porque su estructura sim- ANL-.\RIO 246 ASCARIO ‘rl.4RTIASO 247 .MARTIANO bólica, explícita y táctica. descansa enteramente en una libre interpretación de la historia bíblica de Abraham, Sara, Agar e Ismael, sino también porque, detrás de su ternura y gracia, es un libro de grandes batallas espirituales y dominado por una ley implacable: cr¿Vivir impuro? / iNo vivas, hijo!u, síntesis del decálogo mosaico. A su lado. Versos libres y Flores del destierro, que forman unidad estilística e ideológica completa, son los versos de la pasión J la agonía, del sudor de sangre y el desgarramiento de los contrarios, de la batalla espiritual que ha pasado de la lucha de Jacob con el Angel (búsqueda del nombre, de la identidad: <rihijo soy de mi hijo!») a la lucha del hijo con el otro padre, de Prometeo con Zeus que lo encadena, de Cristo con el que parece abandonarlo (búsqueda de la misión y el sacrificio: cr¿Dónde, Cristo sin cruz, los ojos pones?n) Pero ya los< Versos respiran la armonía, plenitud y ca_----_sencillos ridad de una m-n@$ación esencit&%ie amorosa, popular y profética. A%&&‘~-cuanto el amor es ante todo justicia, J lo primero que halló Martí en estos versos de su madurez, ya en vísperas de su sacrificio final, fue nada menos que la repartición equitativa del ser, expresada en ese tiempo y espacio poéticos coincidentes con el tiempo y espacio de los ciclos naturales, del correr de los arroyos y las nubes, del giro de los astros. Popular, porque estos versos salvan también el moderno abismo entre el yo y el pueblo; porque Martí, que sabía que <re1 genio va pasando de individual a colectivol>, rompe los diques de transfigurando el canto íntimo en Ia tonada lo culto y 10 popuIar, eterna, con el acento y el ritmo en que- resuena un mundo que es ya Consumación profét5tcaa, adesimultáneamente espíritu y naturaleza. ---más, eg~~~anle,sa-Eeincidencia con el giro. de los astros, con la jus.ti+a cósmica-de& %er, .es precisamente el fin último de todas las revoluciones. Enderezar el curso de la historia para que sea tan justo como ‘AT----- curso de los astros, equiparar la revolución histórica a la urevo’ 1uciónx, cósmica, lograr en la comunidad humana la justicia del ser, que resume todas las justicias posibles, tal es la esencia de todas las y de todas las profecías políticas y religiosas, F luchas revolucionarias incluyendo desde luego las de Martí. Tal es, también, la esencia de la forma, el fondo de Za forma de los Versos senciZZos, y su formulación central: Duermo en mi cama de roca Mi sueño dulce y profundo: Roza una abeja mi boca Y crece en mi cuerpo el mundo. He aquí ya el descanso real del hombre, cumplidos todos los deberes. consumadas todas las justicias, acogido por fin en el lecho de la naturaleza y creciendo con ella. En el largo y complejo pero coherente proceso que va de la terrible declaración de Guillermo de Occam (<(Universalia sunt nomina)): es decir, la partición del concepto y la palabra), pasando por el atomismo de la cultura hasta la fisión nuclear en nuestros días, r\/l-ti-es~uno de 10s profetas de la nueva integración de la pa!abra y la realidad, de las imágenesy 12 hechos, del individuo y el pueblo, de la historia y la naturaleza. Naturaleza que nunca concibió como fenómeno estático y antiespiritual, sino, precisamente como la Física de nuestros días, en perenne crecimiento y expansión, aliada en su sentir a las necesidades radicales del espíritu. Espíritu de la naturaleza, naturaleza de la justicia, justicia del amor. Amor que es siempre más, «aumento del hombre», que es lo que etimológicamente quiere decir José Martí (José, en hebreo, «aumentoa; Martí, en vogul, «tierra del hombren) .’ Nueva encarnación del verbo unitivo, del hombre-poesía: «iVerso, o nos condenan juntos / 0 nos salvamos los dos!» Perenne profecía de la Revolución universal. iQuién era, en suma, este hombre al que Gabriela Mistral Ramó «el hombre más puro de la raza», y a quien pudiéramos también llamar el más completo ? Pasamos sin sentirlo de su prosa a su verso, de su palabra a su acción, de su vida pública a su intimidad; podemos estudiar su doctrina política, filosófica, educacional, poética, crítica y aún estilística, como un todo continuo. Cuando nos habla de la sociedad nos dice las mismas cosas que cuando nos habla del poema. No hallamos en él fisura, y no acabamos nunca de ver todos los aspectos de su rostro, que sin embargo nos mira desnuda y sencillamente 8 los ojos. Lo vemos en el blancor infernal de las canteras de San Lázaro, aherrojado con la cadena y el grillete que sólo pudo arrancarse de veras en sus últimos días, transfigurados por el cumplimiento del destino, en el seno de la naturaleza patria. Lo vemos en la tribuna de la emigración, en medio de la «magia infiel» del hielo, rodeado del arrobo de sus pobres, fulgurando en la noche la palabra sagrada que es el único hogar de espíritu que han tenido los cubanos. Lo vemos, en fin, en el terrible y radiante mediodía, lanzándose en Véanse En pp. 50-52. 5 103 dinandy torrw sentidos de 01 pensar las voces ntorti, mítico. Berlín, marti, en el libro de Miguel Biblioteca Ibrro-Americana. de Fer1961, 248 ANUARIO MARTIANO SU caballo blanco a la consumación del holocausto, para firmar con sangre todas sus palabras. Ninguna imagen puede agotar su imagen. En el retrato de Jamaica, de pie contra la huraña manigua, siempre vestido como de luto y el rostro manándole luz, nos mira secretamente, con extraña Enero lejanía y pasión entrañable, pidiéndonos siempre más. de 1970. POR LA SENDA Q81L AP6STOL* Po>~&?.&tcíA PASCUAL** A Grisel García Guerrero. Hijita mía: Sólo quiero que en todos los momentos de tu vida, tengas presente esta infalible sentencia de Martí: «Ser bueno es el único modo de ser dichoso.3 L. G. P. 1853 Enero 28. Nace, en la modesta casa de la calle de Paula No. 41 altos, más tarde No. 102, (hoy Leonor Pérez No. 314, Museo José Martí) en La Habana, el hijo primogénito de Don Mariano Marti y Navarro, sargento primero del Real Cuerpo de Artillería y de Doña Leonor Pérez y Cabrera, quienes habían contraído nupcias el 7 de febrero del año anterior. * Los asteriscos señalan los datos que no figuran en las cronologías martianas anteriores. Aquellos hechos cuya fecha exacta no se ha podido determinar, se incluyen aunque en el año que sin seguridad. les corresponde y en el orden que parece más probable. * * Luis García Pascual, ya conocido de nuestros lectores por otros aportes suyos al Anuario, es un trabajador de la Cervecería Modelo <rGuido Pérezn de El Cotorro, provincia de La Habana. Desde h ace ocho años se dedica por espontánea vocación, en sus horas libres, a la invcstigaeión martiana. (Nota de lo R.) ANUARIO 250 ANCAHIO Febrero 12. *1&lavo i 29. Es bautizado con el nombre de José Julián, eu la Iglesia del Santo jngcl Custodio dr La Habana. por el Presbítero Tomás Salas y Figuerola. Capellán del Regimiento del Real Cuerpo de Artillería. siendo sus padrinos José María Vázquez y Marcelina Aguirre. En Bazán la ciudad e Hidalgo, de Camagüey la que habría nace Carmen Zayas de ser su esposa. *Diciembre. *Julio. Reside en la calle de Merced *Diciembre. Reside en la calle de Angeles No. Regresa Navidades * --. Viaja Marzo. No. 56. *Junio. “1gosto 27. ‘“Setiembre. Octubre. Reside en Hanábana, Jagüey Grande, en compañía de su padre que ocupaba en esa región el cargo de Capitán de Partido. Allí presencia como un negro esclavo es sometido al castigo conocido por «bocabajo», impresión que jamás se borro de su mente. Británicas junto con su padre. Matricula en el Instituto de Segunda Enjeíianza de La Habana, donde fue llevado por su mentor Mendive, quien declara que deseando: apremiar de alguna manera su notable aplicación y buena conducta, ha creído conveniente, previo el consenti. miento del Sr. Dn. Mariano Martí, padre del citado alumno, costearle sus estudios hasta el grado de Bachillera. Reside en la calle de Refugio No. 11. Setiembre 27. Aprueba los exámenes de admisión en el Instituto de La Habana, sito entonces en la calle del Obispo No. 8. Octubre 15. Solicita matricnh-mse en las asignaturas de Gra. mática Castellana J Latina primer año. Doctrina Cristiana e Historia Sagrada. Principios y Ejercicios de Aritmética. 1862 Estudia en el Colegio asan Anacletou de Rafael Sixto Casado, ganando en la asignatura de Inglés la medalla que ostenta en la más antigua fotografía que ha llegado a nosotros. Aquí conoce a Fermín cuya amistad perdurará hasta Valdés Domínguez, su muerte. a Honduras 1866 1859 Don Mariano solicita -ya de regreso de España, «restablecido de su saludDuna plaza de Celador. Reside en la calle de Industria No. 32 pasar las Ingresa en la Escuela de Instrucción Primaria Superior Municipal de Varones, sita en la calle del Prado No. 88, residencia también de su Director, Don Rafael María de Mendive, quien lo acoge como a hijo y contribuye, con su ejemplar conducta, a su formación moral y patritóica. 1857 Junio ll. para 1865 40. Don Mariano, su padre, renuncia a la plaza de Celador del barrio del Templete, debido a: «hallarse enfermo y pasar a curarse a la Penínsulau, hacia donde embarca más tarde con su familia. con su padre a La Habana junto a la familia. 1863 1856 Mayo 3. 251 MARTIANO MARTIANO 1867 *“Marzo. “;.lunio 4. Reside en la calle de Peñalver Pasa el examen de Principios Aritmética perteneciente al primer cación de Sobresaliente. No. 53. y Ejercicios de año con califi- 252 ANUARIO Gana la asignatura de Doctrina Cristiana toria Sagrada por asistencia y aprovechamiento. *Junio. *Junio ANUARIO MARTIANO e His- Es premiado por el Jurado del Instituto de La Habana en el examen de oposición de la asignatura de Aritmética; su opositor fue Atanasio Mejías y Santana. 14. *Setiembre 3. Se examina de Gramática Castellana, y obtiene calificación de Sobresaliente. *Setiembre 4. Examina el primer año de Gramática niendo la nota de sobresaliente. *Setiembre 13. Gana el premio del Instituto de La Habana en la oposición de la asignatura de Gramática Latina. *Setiembre 14. Obtiene el premio en la oposición de la asignatura de Gramática Castellana, verificado en el Instituto de La Habana, venciendo a su condiscípulo José A. del Cueto y Pazos, que habría de ser notable juris~ consulto. *Setiembre 30. . primer Latina Solicita matricularse en las asignaturas metría (principios), Geografía, Gramática Castellana segundo año. *Junio 16. *Setiembre Setiembre *Junio obte- de GeoLatina y *Nociembre 30. Obtiene calificación de Sobresaliente en la asignatura de Principios y Ejercicios de Geometría, segundo año. 26. 253 el examen de Geografía Descriptiva peral segundo año con nota de Sobresaliente. Examina las asignaturas de Gramática Castellana y Gramática Latina segundo año, obteniendo en ambas calificaciones de Sobresaliente. Solicita matricularse en las asignaturas de Aritmética y Algebra, Historia general y particular de de Análisis y Traducción Latina España, Ejercicios y Rudimentos de Lengua Griega. Don Mariano comienza a desempeñar su cargo da Celador de policía con destino al reconocimiento de buques en el puerto de Batabanó, donde acude su hijo Pepe a pasarse unos días con él. 1869 Enero 19. Publica sus primeros escritos políticos en «El Diablo Cojuelo», periódico que sacó a la luz su amigo Fermín Valdés Domínguez, y del que sólo salió un número. Enero 22. En el Teatro Villanueva, mientras se celebraba una función a beneficio de los insurrectos, uno de los artistas, al terminar su actuación, gritó entusiasmado: 1Viva Céspedes! iViva Cuba Independiente!, siguiéndole los aplausos y aclamaciones de los múltiples cubanos asistentes al acto. Esto produjo un violento choque entre los voluntarios, ya prevenidos por los alrededores del teatro, y los cubanos, originándose una verdadera batalla campal que se extendió por distintos lugares de la ciudad con un gran saldo de muertos y heridos. Considerándolo cómplice en este suceso por ser cuñado del dueño del teatro y por sus labores conspirativas, fue detenido días después, el 28, su maestro Mendíve. Enero 23. Aparece, dirigido por él, «La nario Demócrata Cosmopolita», camente un número, en cuyas su patriótico poema dramático Cursa su segundo año de Bachillerato en el Coincorporado al Instituto de La legio «San Pablo», Habana, fundado por Rafael María de Mendive. Publica sus primeros versos en el folletín <rEl Alburn» -«periódico local de ciencia, literatura y anuncio» que en la Villa de Guanabacoa dirigia Manuel Nápoles FajardoKA Micaela. En la muerte de Miguel Angel» composición dedicada a Micaela Nin, segunda esposa de su maestro Mendive. 15. 12. año 1868 *Abril. Aprueba teneciente MARTIANO Patria Libre, Semaimprimiéndose únipáginas se encuentra «Abdala». 254 .4NLYARIcJ MARTIANO ANUARIO Reside en la calle y Escobar. *Enero. de San José entre ?$ en crE Siboneyr> periódico manuscrito Escribe que se repartía entre los estudiantes del Instituto de La Habana, su soneto de Segunda Enseñanza ni10 de Octubre!r, .Warzo 23. Es clausurado el Colegio eSan Pablo» de Mendive, donde cursaba sus estudios de Bachillerato. .fiarzo Solicita 31. autorización del Director La Habana para trasladar «San Francisco de Asísx, “Abril *Mayo 30. embarca 4. de para cosas encontraron una carta que firmaba José Martí y Fermín Valdés Domínguez, dirigida a su condiscípulo Carlos de Castro y de Castro, en la que le reprochaban haberse alistado al ejército español siendo él cubano. Horas después encarcelaban a los hermanos Eusebio y Fermín, Manuel Sellén, Santiago Balvín y Atanasio Fortier. Octubre. Es empleado de dependiente por Don Cristóbal Madan, amigo de Mendive, a quien Martí escribe: uTrabajo ahora de seis de la mañana a ocho de la noche y gano cuatro onzas y media que entrego a mi padrel>. su matrícula al Colegio siéndole concedida. España Octubre 21. (de San Nicolás) de San Ingresa en la Cárcel. 1870 desterrado. Don Mariano solicita del Gobernador Superior Civil de la Isla se autorice a su hijo para examinar las asignaturas de tercer año de Bachillerato, no obstante no haber hecho el traslado de SU matrícula para el colegio de San Francisco de Asís, que le fue autorizado, alegando que, por desconocer el término de la ley para efectuarlo, le había sido imposible matricularlo después de vencido éste. Reside en la calle fael No. 55 [sic]. *Octubre. Octubre Mendive 15. Sezembre del Instituto Condenado Mendive, csu padre espiritual,, acomla esposa de éste. paña frecuentemente 8 Micaela, en sus visitas a la cárcel. 25. 255 .MARTIASO Gervasio Ra- En la casa de la calle de Industria No. 122 esresidencia de los hermanos quina a San Miguel, Eusebio y Fermín Valdés Domínguez, se hallaban reunidos con éstos varios amigos que conversaban y reían alegremente en los momentos en que pasaba frente a ellos una escuadra de Gastadores del primer Batallón Voluntario de Ligeros, que en horas de la tarde regresaba de una gran parada. Estos tomaron como burla las risas de los jóvenes y por la noche un oficial y varios soldados irrumpieron en la casa, haciendo un minucioso registro en el que entre otras IMarzo 4. ‘gkfarzo Abril 23. 4. Es sentenciado por el Consejo de Guerra por el delito de «infidencia» a seis años de presidio político, ya que asume toda la responsabilidad de la carta hallada en el registro. Fermín fue condenado a seis meses de arresto y Eusebio Valdés Domínguez y Atanasio Fortier a la pena de ser extrañados de la Isla. A Manuel Sellén y Santiago Balvín les fue sobreseída la causa por no hallárseles culpabilidad. Recibe en la cárcel la notificación de la condena impuesta, al ser aprobada ésta por el Capitán General de la Isla, el día 21 de marzo. Trasladado al presidio, es destinado a la Primera Galera de Blancos con el número 113 -número que como homenaje a su memoria no podrá darse a ningún otro recluso en Cuba-, quedando registrado de la siguiente forma: Filiación del confinado B. José Martí estado soltero, de edad de 17 años. Estatura regular Color bueno Cara regr. Boca Id. Nariz Id. y Pérez... de 7 256 ANUARIO ANL?.4RIO MARTIAKO Ojos pardos Pelo castaño Cejas Id. Barba lampiña Señas Particulares Una cicatriz en la barba de la mano izq? “Abril 5. 1871 EIII~UI.C.~ desterrado Guipúzcoa. y otra en el segundo Se toma su conocida fotografía de pie dedo con &-Li&. t’:: la calle plicûdo. 40., 20. 26. los Es concedido el indulto solicitado por el catalán Don José María Sardá, quien compadecido por el estado del joven preso -enfermo de los ojos por la cal de las canteras y llagadas las carnes por los grilletesconsigue de este modo se le conmute la pena de seis años de presidio político por la de destierro a Isla de Pinos. 4go.sío Octubre *Diciembre 30. Sdiembre LS remitido a la cárcel desde el Castillo de la Cabaña, donde se encontraba en esos días, para cumplir la orden de deportación. Desterrado a Isla de Pinos, es llevado por Sardá a la finca «El Abra», en Nueva Gerona, donde éste residía con su señora e hijos. Durante su permanencia allí, Marti duerme con los grillos bajo la almohada para no olvidar la promesa que se hizo en presidio de libertar a su patria. Años después, de un pedazo de estos grilletes, se hace un anillo, grabándole la palabra Cuba, que llevará en uno de sus dedos toda la vida. 13. 18. Es trasladado a España. a La Habana para ser deportado dr! Desengaiío Pide ser matriculado recho Romano. 31. Al ser librado de los grillos, Martí logra le sean entregados éstos para conservarlos como recuerdo. *Setiembre Esparia. cn cl vapor 30. 10 quiutu- S~licitn matricularse en la Cuiversidad Central de Madrid eu las asignaturas de Derecho Romano, primer aiio; Derecho Político y Administrativo y Economía Política, aprobando Ias dos primeras y siendo suspendido en la última. grilletes. *Setiembre para Plllllicn cn >ladrid su folleto «El Prcqidio Político en Cuba)): en el que denuncia valicrltrmentc los b&+Jaros castigos a que son sometidos los presos políticos en Cuba. Es rasurado y vestido con ropa de presidiario, fijándosele al pie el grillete. Durante su estancia en presidio, es llevado diariamente junto con sus compañeros, antes del amanecer, hasta las canteras de San Lázaro, obligándoseles a trabajar doce horas. “Agosto. 257 hl4RTI.440 7. en el segundo curso de De- Contesta enérgicamente en defensa de los residentes en Madrid, desde las páginas de rado Federal», a «La Prensa», periódico lumnia a éstos calificándolos de filibusteros. 10voca ura polémica que se ,T=Foy;l;sp cubanos «El JUque caEsta prolonga 1872 Da clases y costearse particulares sus estudios. para sufragar SUS gastos Fermín Valdés Domínguez embarca desterrado a España, reuniéndose días después con Martí, en la ciudad de Madrid. Reside Mu yo Iulio. 3 1. Solicita abonando en la calle Lope de Vega No. 40 cuarto matricularse los derechos 30. en Derecho Civil Español, aunque no se examina. Se encuentra enfermo. A pesar de haber sido operado dos veces de un sarcocele producido por las cadenas del presidio y aunque es sometido a una !ìue\ â iriterl-encijn quirtírgica por 1~5 cloctorta- Cal;dela !- Gómez i’amo. nunc;l llega ;! < li!‘ar tot?;..lr:lt,* ‘ de esa dolencia. $ No. .4,oOS!O 21. Reside 10. nuevamente en la calle del Ylatricula en Derecho I\lercantil y Penal, a examinarse aunque paga los derechos. kovic~w?~re 27. a escribir su drama 29. De-engano sin Ilr,rar .-Jpos10 30. En unión de Fermín y otros cubanos residentes en Madrid, ofrecen honras fúnebres en la Iglesia de Caballero de Gracia a los ocho estudiantes de mrdicina fusilados en Cuba en su primer aniversario. Reparten una hoja impresa redactada por Xlarti. pronunciando éste un discurso en horas de la noche en casa del cubano Carlos Sauvalle, su amigo )bienhechor. Comienza .-l,qxto en prosa « Adtiltern )!. . $Febrero ll. Febrero 1.5. Mayo 17. *Mayo. Mwo + Reside en la calle Jerónimo. Publica su folleto «La República la Revolución Cubana» en defensa de Cuba a su libertad. Española ante de los derechos Solicita del Rector de la Universidad Central de Madrid se le conceda el pase de su matrícula a la Universidad de Zaragoza, siéndole concedido el traslado el día 23. en unión de su amigo Reside en la calle de la Manifestación. su drama «Adúltera». ‘s--4hriL 22. Don Mariano y familia embarcan para Veracruz. en el vapor «Eider», para fijar su residencia en ciudad México. ‘sJriizio Pide al Rector de la Universidad de Zaragoza prórroga extraordinaria para ser examinadode Procedimientos Civiles y Criminales y Práctica Forense, por encontrarse enfermo y ausente en Madrid en los últimos días del mes pasado y en los primeros de éste. ll. Jmio 25 y 27 Hace los dos ejercicios teniendo las calificaciones liente. Jwio 30. Verifica el ejercicio de Grado a la Licenciatura en Derecho Civil y Canónico, desarrollando el tema sacado a suerte: Párrafo inicial del Libro lo.. título 20. de la Instituta de Justiniano del Derecho natural de gentes y civil, graduándose con notas de Aprobado. Fermín. Solicita examinar en la Universidad de Zaragoza las asignaturas de Derecho Romano 2do. curso, Economía Política, Derecho Civil y Derecho Mercantil y Penal, aprobándolas todas. Solicita al Director del Instituto de Zaragoza ser como alumno de enseñanza libre, en esaminado, las asignaturas de Retórica y Poética. Historia Universal, Historia de España, Psicología, Lógica y Ética, Física, Química, Historia Natural y Fisiología e Higiene, aprobándolas todas. Termina Febrero. Al proclamarse la República EspaBola fueron ecgalanadas las calles y balcones con flores y banderas. Martí, en el balcón de la casa en que residía. hace ondear la bandera cubana. Parte para Zaragoza 28. de Concepción como alumno de enseñanza libre. ser en las asignaturas Ampliación de DeDerecho Canónico. Disciplina Eclesiásde Procedimientos y Práctica Forense. Literatura Latina e Historia Española, aprobándolas todas. 1874 1873 * Soliciia. examinado recho Ciril, tica. Teoría Literatura cniversal, _4gosto 31. de Grado de Bachiller obde Aprobado y Sobresa- !%Iicita, en calidad de alumno libre, matricular en la Facultad de Filosofía y Letras, las asignaturas de Lengua Griega, Literatura Griega, Geografía, Historia de España, Historia Griega, Metafísica, Lengua Hebrea G riegos. y Estudios Críticos sobre E\arnins toda.5 las niignaturas anteriore;. Lengua Hebrea e Historia de Espana que en octubre. =\utort; .\ijLlr<cc cn (( 1.a Relista L-niversal),. el poema tcJli+ padre5 duermen. Ni hermana ha muerto’) dediradr,; a $11 hermana ‘rlariana _\Iatilde ( :2na) que fallwiti el 5 de Enero en Ciudad JIé‘;ico. siendo no\ ia del pintor mexicano 3lanuel Ocaranza. lnCIloc al)r;:‘,laa \parwe Rc~liza cl rierricio dc Grado a la J,icerlc!atr~ra cn Filosofía y Letras, de:arrollando el terna : :I~*.~~!~: al azar: La oratoria política y forense antc !,i- i“~jomanos: Cicerón como su más alta f:xpre.ii~;:l: clkcurìos examinados con arreglo a c;is ol,:,.l- i:. retórica, obteniendo la calificación de Sob~~:~lic~:r~~ I,<-*itlfb rn la calle c!c Olmo No. ii<~Lllo: Es ~:ostulado para socio tlcl Liceo Hidalgo. sociudad a la que pertenecen los más destacados intelcctuales de la Cpoca. Coï,ort~ en París al p<,tta fr;ln!& Augll~i!~ Ctil'querie, quien le pide que le traduzca un pn!l:n:i: también en París conoce al famoso escritor ii<.:.~~ Hugo. i’ls aprobada por urì::!timidnd el Liceo Hidalgo. *Enero 2ó. *Enero 31. *Febrero Febrero *Febrero. 2. 9. Llega a La Habana Parte de La Habana Desembarca Conoce pero para en Veracruz, a Manuel para como redactor de «La Revista UniC2!i*iciLza. versaI)l, la publicación de los Boletines, firmándolos con el seudónimo de Orestes. Po!r;?liza. desde «La Revista Universal», durante Española» y «La varios (Lías. con «La Colonia españoles que se publicaban en Iberia». periódicos México. los que criticaban a los insurrectos cubanos. 1875 ((City la postulacik I’ayi - i,--ina se efectuaban 1) cn 125 di5c~lsione.5 que en el 1;icco Ilidalgo sobre materialismo y espiritualismo, en defensa de este tiltimo. Visita. cn Iznión de su amigo Fcrmin Vnl(!c;; i)ftotras ciudades europeas separándo;c (‘;; mícguez, Havre : Francia, donde Martí embarca hacia l<>\‘. York rumbo a México para reunirse con sus ti ‘,:ia espaldas de él, paga la diîerenr,i:l liares. Fermín, de su pasaje de tercera para que hiciera el viajr r11 primera clase. Sale de i\Sew York en el vapor hacia México, vía Cuba. su priml,r artlt- XLla!iL!LlC. - t, Ili)!ic::, IGIL. (:iml;C.llr:cl ~11 I’~8:ina tic follc!iri c:1c~uaclc:llai;l<~. 1’11 <cLa Revista rniversal)), de (cMis liijo~,~ (cc>ies Fil-,)) de Víc!rlr IILigO, que Irn(l1:jera durante la travcaia de Europa a América. 3 Principal. Conoce. al pasar por Southampton, a una bella joven de la que él contará más tarde: «-durante una luminosa media hora, vi una dulce muchacha. no.. . quwmos, y nos dijimos adiós para siempre». cn (( La Re\-i-ta ITni\ Irsal>) u De Paris~) bajo el wLudinini0 *Novie;ll ,% pncurntra enfermo quiridas en el presidio bre. Dicienzhre of Mérida.’ no desembarca. i 0. de las viejas dolencias ad- Estrena exitosamente en el Teatro Principal de México su proverbio en un acto «Amor con Amor se Paga». 1876 México. México. A. Mercado. Enero 28. Funda con Roberto Esteva, José Peón y Contreras. Gustavo Baz p otros escritores, la «Sociedad Alarcón)) de autores, actores y críticos dramáticos, ..INL-.iR’O proponiendo I\Iarti sean admitidos lgnacio :1liarnrrano y tres escritores españoles. entre ellos Anselmo de la Portilla. Di-curso en la Academia de Bellas -Artes de San Carlos en el homenaje que se le rindiera al pintor Santiago Rebull. E,:!~-o 31. Es miembro de la Sociedad aceptado por unanimidad. Discurso en el Liceo Hidalgo naje a la actriz andaluza Pilar Sufre una recaída Colabora Azul». A ortembre UlcienLbre 20. 29. Federalista» donde en la velada Belaval. de su antigua en «El Es elegido por para representarlos Gorostiza, fue Febrero 24. ‘FFebrero 28. Parte de la capital de México hacia Veracruz, donde embarca para Cuba, pidiendo al periódico «El Federalista» que lo despida de SUS amigos, lo que hace el diario al dia siguiente. EIIVO +Febrero Embarca en Veracruz, para La Habana, en el «Ebro», con el nombre de Julián Pérez, su vapor segundo nombre y apellido. 2. 6. Llega 18. a La Habana. Le-. en casa de los Valdés de amigos, *Febrero 20. su drama Domínguez, «Adúltera». en reunión Consulta al oftalmólogo Dr. Juan Santos Fernández, al que conoció de estudiante en España, quien le ordena cristales convexos NO. 24 como anteojos, desconociéndose que los usara. a Progreso. de u *Marzo 7. Don Mariano el vapor «Ebro» en * *Marzo y familia llegan a La Halnwa procedente de Veracruz. Al cruzar la costa atlántica de Guatemala, emerge de un río unn bella indio. >ìils tarde re;r:rnió o.:: pasaje de su vida en esta sencilla forma: «amé y fui amado». 26. ILlega a Zacapa, Guatemala. * Se entrevista de Guatem.ala, ‘SAbril. Dn clases de Composición niñas de Centro América». *AbTi!. Es nombrado profesor de Literatura cicios de Composición de la Escuela *Ab?il. Escribe un drama sobre una leyenda patria para que la representen los alumnos de la Escuela Normal «Patria y Libertad (Drama el día 21. Se titula Indio) » . 1877 F.nero Llego Sal? dr Progreso: <cDe aquí en canoa a Isla Mujeres; luego, en cayuco, a Bélice; en lanrhn Izabal; a caballo, a Guatemala.)) de Cbi!:nahua Obrero. AI caer el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada desaparece «La Revista Universal», que lo apoyaba. Martí, fiel a sus ideas democráticas y a sus amigos, decide abandonar México antes que poner su pluma al servicio de un dictador. Parte para Progreso, >Iéxico, en el vapor ((City of Havana» para dirigirse después a Guatemala. Ile\-ando cartas de recomendación del padre de Fermín \-aldés Domínguez, para distintas personalidade.~ en ésa. ( Entre ellas el presidente Justo Rufino Barrio- ) 5. enfermedad. los trnbnjadores en un Congreso 263 *Marzo home- y en la «Revista 3IARTIAZO “Abril 21. Discurso temala. con el Presidente de la República General Justo Rufino Barrios. en la Escuela Conoce a María Guatemala). en la «Academia Normal García Reside en cuarta Avenida 12 y 13, lugar donde hoy memorativa. Sur existe y de EjerNormal. saludando Granados de (La a GuaNiña de entre las calles una placa con- 264 nho A ‘3 L. Es nombrado catedrático de Literatura francesa. inglesa, italiana J alemana y de Historia de la Filosofía. en la Facultad de Filocofí,l dt> la I-ni\,crsidad. 29. Colnbora en la relista ì!iscurro memorativa temalo. 2.5. Setiembre 16. *Nouiwnbre 29. Diciembre 16. Diciembre 20. *Diciembre 26. ell el Teatro Co1611 eu la \elada Conde la fundación de la ciu(l:!d de Cna- Diwur-o en la Escuela de los festejo3 cívicos. Sal? de Guatemala, hacia México. Llega a ciudad Abril. El vircl,residente Porvenirn. Normal para Acapulco, Anuncia la publicación de la «Revista teca», ignorándose si llegó a publicarse. *Mayo “Julio 10. María fallece. 27. Agosto su mujer. Arriba 16. de regreso Setiembre. 1, Está “Enero 5. Llega *E,lero 9. Embarca San José. Está en Chilpancingo, 25. a Acapulco. en Acapulco para Guatemala. Se publica gratuitas en L*Iéxico de Filosofía su folleto en la Escuela aGuatemala>). de Guatemala», Noviembre 7. Noviembre 22. para Cuba vía del en el a La Habana. en un bufete en La Habana. Le deniegan la autorización solicitada de Abogado por no poseer el título. Reside lía Puerto en Guatemala. Da clases Normal. Marao. *Setiembre. México. «La Niña Solicita autorización del Presidente de la Audiencia de La Habana, para ejercer su profesión de Abogado, a reserva de presentar su título de Licenciado en Derecho Civil y Canónico, pedido ya a Espaíia. Trabaja 1878 *Enero Granados, Parte de Trujillo, Honduras, vapor aNuevo Barcelona». 31. *Setiembre García Guatemal- Sale de Guatemala, con su esposa, para Cuba, Honduras, acogiéndose a la amnistía del Pacto Zanjón. 28. Setiembre con trEl 15. Contrae nupcias con su prometida la Srta. Carmen Zayas Bazán en el Sagrario de la Catedral de ciudad México. Parte para a Guatemala. Literaria Abril vararse, Mésico. Sociedad Renuncia a SUS tres cátedras en la Escuela Normal como protesta contra la cobarde forma con que el presidente Barrios destituyó al director de ésta, su amigo el cubano José María Izaguirre. cn ~1 programa licencia 12 6. *Agosto con de Abril de la Kniversidad. En las ve!:tdas sabatinas de la ESCUC!CI Normal, su palabra ágil y tcmpeutuosa 1fa ;nr;t! el n!::,l;!tiVO de Dr. Torre!? te. “‘Julio (San José). Sus alumnos. en muestra de simpatía y gratitud. le hacen un obsequio: ((El día de mi santo me regalaron los pobres una bonita leontina.)) en la calle ES nombrado nabacoa. Nace su hijo socio de Tulipán de honor Xo. para ejercer 32. del Liceo de Gua- José Francisco. Trallaja en el bufete de Miguel F. Viondi en la calle de Empedrado No. 2 altos esquina a Mercaderes, lugar en el que más tarde conspira cen su amigo Juan Gualberto Gómez. “66 .i..\L -i .\ii!,, ‘: :it ir! \‘;o Le es ofrecida que rechaza por con sus principios. una Alcaldía Mayor interina, la considerar el cargo incompatible Marzo 14. 1879 E> designado tura del Liceo Secretario de la Sección de LiteraArtístico y Literario de Guanabacoa. Es elegido Vicepresidente del Club Central Re\-olucionario Cubano de La Habana, al constituirse éste en reunión secreta, por los Jefes y Oficiales del Ejército, Presidentes de Clubs y demás simpatizantes, siendo elegido Presidente Ignacio Zarragoitia. Martí firma el acta en representación de los Clubs 1 y 3 con su nombre y con el seudónimo de Anahuac que utilizara durante la conspiración. Pronuncia su primer discurso en Cuba ante el féretro de su amigo, el poeta Alfredo Torroella, en el homenaje que le rindió el Liceo de Guanabacoa, donde fueron llevados sus restos antes de darle sepultura. Solicita autorización del Gobernador General de la Isla, para dar clases de segunda enseñanza con validez académica, a reserva de presentar en breve término su título aún en España. Propuesto y aceptado como socio de la Sección de Instrucción del Liceo Artístico y Literario de Regla. Ef:ir0 5, Liceo 30. le expide de Regla. Reside +Enero. Febrero 6. Obtiene diéndosele título. Febrero 8. Di-curso y Literario ‘6Febrero “IIInrzo 28. 12. el título en la calle de Socio de Industria Facultativo No. “Abril 23. 21. del del Liceo Artístico su solicitud, dirigiéndose esta vez, al GoGeneral para ejercer SU profesión de Abola obligación de presentar SU título en un tres meses. Colabora Guanabacoa, en «El Progreso», con el seudónimo periódico de X. local de 1-I Gobernadir Gencr,sI reywl-de a su nueva ill-tancia solicitando permiso para ejercer la abogacía, que se esté a lo proveído por la Audiencia, la cual se lo había negado por carecer de título. Discurso oponiéndose al autonomismo, al hacer el brindis en el banquete-homenaje al periodista Adolfo Márquez Sterling, en los altos de la acera del Louvre. 15. Recita los versos de Torroella, que éste pronunciara en el Teatro Tacón a la memoria de Ramón Zambrana, en la velada que en honor del extinto poeta celebrara el Liceo de Guanabacoa, haciendo más tarde una reseña biográfica del poeta desaparecido. Reitera bernador gado, con plazo de ~‘Marzo permiso para ejercer de profesor, concetres meses de plazo para presentar su en la inauguración de Regla. Participa en la discusión que sobre <rIdealismo 1. Realismo en Literatura Dramática» se celebra en el Liceo de Guanahacoa y en la que toman parte Sicolás Azcárate, Rafael Montoro, Enrique José Varona. Saturnino Martínez. Miguel Yiondi. Ricardo Del-JIonte y otros. El 29 de marzo vuell-e a hacer Martí uso de la palabra, defendiendo nuevamente el Idealismo. *Abril Abril 26. 27. Acepta el ofrecimiento de José Hernández Mederos, Director del Colegio de Ira. y 2da. Enseñanza «Casa de Educación» sito en la calle de San Ignacio No. 14, para profesar en cl mismo. Discurso en el Liceo de Guanabacoa, en el homenaje al violinista Rafael Díaz Albertini. Su patriótico discurso ante la presencia del Gobernador General Ramón Blanco hace exclamar a éste: «Quiero no recordar lo que he oído y no concebí nunca se dijera delante de mí, representante del Gobierno Español: voy a pensar que Martí es un loco... pero un loco peligroso.» 268 \\I \#:!‘b \l \!tl!i\o ASL-ARIO Cc p:c;ynta de Madrid. !t,~.i;l!~ 3Iadrid. al Gobernador t’n la calle 269 1\I.\HTIASO Ciril de Tetuáu de la provincia So. 20 - 2~10. .5c c.ntrrli+ta con el conocido político español Cristino Ilartos durante dos horas, poniendo a éste al corriente de la verdadera situación imlwrante en Cuba. Sr cricucntra C.;nI’:~rencia cn el Liceo de G~;~I::I’ :~(wa -ol)r~~ Ia+ obras dramáticas del literato español Jos Ech(.yara\.. 1.l’ anulan ciendo como la autorizaci6n para wnLiuuar cjcrprofesor. por no haber I~r~wlit;l~lo slu Parle de Espafia Conoce París enfermo. durante para Francia. a la famosa artista Sara!1 Bernhardt, una lieala en el Iiipddïorno. en título. PYmbnr<a para Xorte Am¿rica. 1880 TCosidc en la cï:fr tuno y Concordia. tl2 .hnistad 40. -i:? c::i!. I Uep- $.: detenido por conspirar en defensa de la Indepen:!ewia de Cuba. 81 ofrecérsele Ia liivrtad â cambio de unas declaraciones a favor del G::i,ic-XIO Español, exclamó: ~i&trtí no es de la raz;ì wndible! » Deporta? ) :I L:b.;‘.:5-:’ c11 el vapor Alfon-o MI. es despedido en el muelle de La Khana po:’ lltlmcrosos amigos y admiradores. Llega a Salita;ldzr. Espafi:~. t10d~~ x~li~-i~ntlo por un Inspector de la Policía, lo co~dlr :‘!I it h c-:rccl cli 1il:r; iad bajo J- es reterudo dos dias, saliendo fianza, al servirle de fiador el diputado espafioi !,zdislao Set&, a quien conoció en el yinjc. E! Cc!yr:lador Ci\,il de Santander refrrnds su pasaporte para que pase a Madrid. ron la ob!ig;viûn de preseularse al Gobernador Civil de dicha pro\-incia. Lleya a he\;- Yoyk. Reside en 51 Ea>t 29 Slreet. del Sr. Manuel Mantilla. ELE dcsiguado Cubano de New focal York. del casa de huéspedes Comité Revolucionario Da lectura en Steck Hall ante los emigrados cubanos a un detallado estudio acerca de la situación cuhana, cou el objeto de recabar fondos con que las expediciones que traerían a Cuba a los sufragar Generales Calixto García, Ramón L. Eonachca y Carlos Roloff. Uteriormente este estudio fue editado bajo el título de: «Asuntos Cubauoslj, New York: 1880. Aparece su primer eu ((The Hour». artículo en inglés: su n111jer C‘ hijo sidir a su lado. llegan revista norteamericana, ((Raimundo Madrazo». a Xew lork. para re- 2iO :::.lfUKO. l’rel-ide interinamente Cubano de New York. .l/U~~O 13. Dirige una proclama desembarco del General Julio Publica su primer artículo, ((La i’ltima Obra de Flaubert», en el periódico americano The Sun de Charles A. Dana, quien llegó a ser gran amigo de Martí y de la causa cubana: 17. Octubre cl Coniilt: Hevolucicrl:irirJ Ll:t nio. a los cubanos anunciando cl Calixto García en Cuba. Julio 1. 28. Nace María Mantilla, hija de Carmen Mi!-arry Manuel Mantilla, a quien Martí quiso como a hij:l propia. en «La Opinión -iparece zolana 0. el primer número de su ((ReI-ista Sale inesperadamente vapor Claudius. Tras largas desavenencias por no acceder a las exigencias de su mujer de ocuparse más de su hogar y su hijo que de las cosas públicas, parte ella con su hijo en el vapor Saratoga hacia La Habana, llegando el día 25. A’oriembre a escribir Sacionalj) de \‘ene- &le (con fecha 15) el segundo mímero de su Revista. en la que aparece su magnífico estudio elogiando al recién desaparecido Cecilio iicosta, artículo que disgusta al Presidente Antonio Guzmán Blanco por haber sido aquel uno de sus más fuertes opositores. Solicitada su opinión, aconseja al Coronel Emilio Núñez que deponga las armas ante la inutilidad de continuar combatiendo solo. Termina así la llamada Guerra Chiquita. 13. Empieza Caracas. para New York en el Escribe desde New York su primera correspondencia para «La Opinión Nacional>) de Caracas, publicando desde Setiembre 5 hasta Diciembre bajo el seudónimo de M. de Z. A partir del mes de Di. ciembre aparecen los artículos avalados con su firma. ‘gDiciembre. Reside “Diciembre. Colabora en 459 Kent en «La Avenue, Pluma)) Brooklyn. de Bogotá, Colombia. 1881 * &2arz0 1882 Está en Caracas, Venezuela, donde al llegar. movido por una profunda admiración “y sin sacudirse dónde se comía el polvo del camino, no preguntó ni se dormía, sino cómo se iba adonde estaba la estatua de Bolívar». Enero. 21. Reside en la casa No. 261/!r entre Santa Capilla y Mijares, Caracas. las esquinas Da clases de Gramática Francesa en el «Colegio Santa María» que Aveledo. y de Literatura dirigía Agustín Discurso en el «Club del de Comercio». Tmparte clases de Literatura en el Colegio «Guiestableciendo en el mismo llermo Te11 Villegas», una escuela de Oratoria. Publica en New York su pequeño libro lillo», dedicado a su hijo. Escribe la mayor parte de sus «Versos que deja sin editar. “‘Junio 10. Julio 15. Libres)) Decide suspender sus correspondencias a «La Opinión Nacional», de Caracas, por exigirle ésta que en sus escritos alabe al dictador Guzmán Blanco. Reside *.lulio. «Ismae- en 324 Classon Avenue, Brooklyn. L. 1. Escribe su primera correspondencia para el periódico de Buenos Aires «La Nación))? que se publica el 13 de Setiembre, dedicando a su madre el sueldo recibido por estas colaboraciones. 272 ANL’ARIO *Julio MARTIASO Después de entrevistarse con el general Flor Crombet, escribe a los generales Máximo Gómez jAntonio Maceo para intentar llevar de nuevo la revolución a Cuba, pero Gómez cree prematuro el movimiento y Maceo piensa que carece de organización, aconsejándole que prepare los ánimos par3 ello. 20. * Imprimen en Colombia un cuaderno nor, encomiándolo cariñosamente. *Agosto. Trabaja de empleado de comercio de Lyon & Co. en New York. . Regresan hijo. en New a su lado, La Casa Appleton publica sus traducciones «Antigüedades Romanas)) de A. S. Wilkins y «Antigüedades Griegas» de J. P. Mahaffy. 1884 Enero. Enero Dirige 15. cn su lioMayo. su esposa c “Junio 18. “Julio. 27. Termina de traducir para la Casa Applcton «Nociones de Lógica» de W. S. Jevons, sirviéndose de este ingreso para llevar a su padre a vivir junto a él. Escribe en «La América» pañol en New York. Marzo. Mayo. Trabaja como *Junio. Dirige la sección *Junio Julio de «La de letras Don Mariano Martí sidir junto a su hijo. 7. editada Américas. de <rLa América». sale de La Habana para re- Trabaja en las oficinas comerciales rranza & Co. en New York. *Agosto. 31 Don Rleriano junto a su hijo arriba a 10s en New York. 68 de Carlos años (n. Ca- 1815) S u padre New York. regresa a La Habana procedente de en las oficinas de Carlos Ca- Octubre 10. Renuncia a su cargo en el Consulado del Uruguay para intentar una nueva revolución que independice a su patria. Pronuncia un patriótico discurso ante los emigrados cubanos, en conmemoración del 10 de Octubre de 1868, comienzo de la guerra de los 10 años con Cuba. Octubre 20. Después de varias entrevistas con los generales Gómez y Maceo para una nueva invasión a Cuba, decide separarse de ellos por querer éstos encabezar una revolución exclusivamente militar, sin que ésta Ileve en sí la república, hecho que motiva que Martí le escribiera expresándole: «Un pueblo no como se manda un campase funda, General, mento.» en es- Pronuncia un brillante discurso en la sala del restorán Delmónico, ante el presidente de la República de Honduras p diplomáticos de los países latinoamericanos, en el banquete que se ofreciera en homenaje al Libertador Simón Bolivar en el centenario de su natalicio. 24. *Octubre redactor revista América». 1;s nombrado por la Sociedad «Amigos del Saber,). de Caracas, miembro corresponsal en New York. Deja de trabajar rranza . 1883 Febrero «La Desrmpcña interinamente el cargo de Cónsul General del Uruguay en New York, reemplazando a su amigo Enrique Estrázulas. en las oficina- lo&, 1a revista 1885 Su arriban esposa e hijo, a La Habana abandonándolo nuevamente, procedentes de New York. Publica en «El Latino Americano», de New York, por entregas, su única novela «Amistad Funesta» bajo el seudónimo de Adelaida Ral. AXCARlO Juicio Invita a los cubanos de New York para el día 25. en el Clarendon Hall, a fin de responder a cuantas preguntas deseen hacerle, (para aclarar los rumores equívocos respecto a sus actos políticos). por considerar que: «todo hombre está obligado a honrar con su conducta privada, tanto como con la pública, a su patria». 23. ::: Invitado por la emigración cubana de Filadelfia para hablar el 10 de Octubre, declina el honor, prefiriendo mantenerse en silencio para no estorbar los planes de quien pudiera llevar a Cuba la revolución, ya que él nunca contribuiría a una guerra exclusivamente militar, puesto que para él: «La independencia de un pueblo consiste en el respeto que los poderes públicos demuestren a cada uno de sus hijos.» 9. GE Domingo Faustino Sarmiento, ex presidente de la República Argentina, pide al redactor Paul Groucrac del periódico (<La Nación», en muestra de ou admiración por el talento descriptivo de Martí. traduzca al francés su artículo «Fiestas de la Estatua de la Libertad», para que se le conozca mundialmente, ya que, según él: ((después de Victor Hugo nada presenta la Francia de esta resonancia de metal.» uero. Euero. Publica la Casa Appleton su traducción de la novela de Hugh Conwap «CaRed Back», que él titula «Misterio>& *Xurzo. Deja Abril. Trabaja de traducir nuevamente Febrero para Su padre bana. 2. del Escribe su primera correspondencia para dico «El Partido Liberal», de México. *Julio Envía su primera blica», de Honduras, de 1886. correspondencia publicándose Don Rafael María llece en La Habana. de Mendive, Colabora New York Economista 8. +:;,Voviembre . 24. en «El a «La Repüel 14 de Agosto su maestro, Americano», muere en La Ha- “‘Agosf 0. Más de una veintena de periódicos en América Latina, reproducen sus artículos de «La Nación» j«El Partido Liberal» sin abonarle nada por ello. Pronuncia un discurso en el Masonic Temple de New York, en acto organizado por la emigración cubana, conmemorativo del 10 de Octubre de 1868. 10. ‘~Nociembre ll. Se entrevista con el General diez años Juan Fernández Ruz cubanos en New York, para fuera de Cuba un movimiento independencia, no llegándose a “Noviembre 17. Doña Leonor Pérez, su madre, sale de La Habana para permanecer una temporada a su lado en New York. Uru- el perió- Martí Es nombrado Cónsul General del Uruguay en New York, donde desempeñaba el cargo de Vicecónsul, haciéndose cargo del Consulado el día 7 de Mayo. guay * +:‘_llclvo 15. Mariano 16. la Casa Appleton. en el Consulado Don Abril Octubre 1886 2,s 1887 Colabora en «El Avisador Cubano», periódico editado en español en New York, cuyo primer número salió el 3 de Junio de 1885. ‘:‘!)ctubre 414RT1.410 8 fa- *Diciembre de Diciembre Preside la New York 17. 26. Comisión Doña Leonor cumple unión de su hijo. Sus amigos en familiar en honor Ejecutiva de la guerra de los y varios emigrados organizar dentro y capaz de lograr la concretar nada. de Cubanos sus 59 años (n. New York celebran de Doña Leonor. 1828) una en en Velada .’ ili’!~O G. ‘!,!\.O 19. 1888 Publica, traducida por de Helen Hunt Jackson. el; la novela Es nombrado, por la Asociaciún de la Prcn~a de Buenos Aires, representante en Estados L~nidna v Canadá. no han si:.io ha!laílos. «Vindicaciú:r dr Cubrt n. en c:The Ei ening Post», como rc~pucrtn :i la reer:?‘bte hiciera del arti-ulo (!t. <:The I\Iuducción que ez nufacturcr >>>.de Filadelfia. donde tratando sobre la compra \- anexión de Cuba por los Estadcr Unido+ se menospreciaba ofensivamente a los c~hnoc. Estos escritosfuelonmbljcad$s por Martí bajo cl título de ((Cuba y los Estados‘Unidos». EU Ci’!el. Ju~ntucl~,. re, i-ta de Quesada. ctuincc!ral :Iparece el primer número (lc (<La Edad de Oro)), rc\iita mensual dedicada a los niños dr _4mérica, de la que sólo salieron cuatro níimeroa, por oponrrse Martí a los c1eseo.s de SLI dueño. de utilizar la revista como \-chicido de propaganda católica. Es entrevistado, como Cónsul General del Uruguay en New York, por el peritidico c<Export am1 Finance» acerca del Congreso internacional iimericano que se inauguraba el 2 de Octubre. : Discurso en el Hardman Hall en conmemoración del 10 de Octubre de 1868. Los discursos pronunciados en este act fueron recogidos. más tarde? por Martí, en un 4-+olleto. ) ardman .” Hall en el homenaje Discurso Y--Hen e poeta cubano José María Heredia. al Discurso en la Sociedad Literaria Hispano-Arncricana de New York en la Velada ofrecida en honor de los Delegados a la Conferencia Jnternacionnl Americana. 1.889 PLMifYl ::/!if). v en JXscurro en el Masonic Temple. de Ne;+ York en conmemoración del 10 de Octubre de 1868. c:rj os nianu;~critos ~:~~i:,!mr,~ cn ccLa fundada por Gonzalo «Ramonan. Es &ignado, por la Academia de Ciencias Bellas Artes de San Salvador, socio corrc+ponsal New York Rwi,hn. 'I:!:!io. 1890 Discurso en la velada de la inauguración de «La Liga», en 198 calle Bleecker, cuys ostentaban las fotografías de José 3fartí Serra, sus fundadores. de! 1~~1 parrt!cj y R&cl La Comisión Ejecutiva de la Junta de Herediri de Santiago de Cuba, acordó. en reconocimiento por su idea de celebrar una velada en New York con el objeto de recaudar fondos para ponerle lápida 278 ESCARIO MARTIANO ASL-.4RIO a la calle de Heredia, obsequiarlo con un certificado y un bastón hecho con madera de la casa en que nació el poeta. *.4bril. JllJ~iO Julio 16. Julio Octubre Octubre Discurso en el Hardman Hall, en el segundo aniversario del «Club Los Independientes», que funFraga con el propósito de dara el patriota Juan allegar fondos para cuando en Cuba estallase una nueva revolución. *‘Diciembre 13. Lee sus «Versos Sencillos» en la reunión lebró en su casa en honor de Francisco--. asistiendo más de 30 de sus arn;gz. “‘Diciembre 20. Discurso en la Sociedad Literaria Hispano-Americana de New York al tomar posesión de la Presidencia. 1. 3. 10. Es elegido Presidente de la Sociedad Hispano--Americana de New York. República Diciembre del Paraguay 23. Cón- enfermo. Es nombrado profesor de español del Evening High School, en 220 E. 63 St. Se le extiende, por el Presidente Unidos, el exequátur como Cónsul en Nueva York. Invita periódico tubre. Octubre de la Parte, para reponer su salud, hacia las Montañas de Catskill, donde conoce a distintos miembros del «Twilight Club» (Club Crepúsculo) que se encontraban de vacaciones allí. :kAgosto. en el resClub». ‘;‘I!iciem bre. .F .,‘Diciembre 12. Se encuentra *Julio. Pronuncia su primer discurso en inglés torán « AIorello» invitado por el «Twilight Da clases gratuitamente en «La Liga», por la noche, a los obreros cubanos y puertorriqueños dc color. General 22, en de ‘:‘Oct abre F.s nombrado por el Gobierno sul de New York. 30. Di-curso en «La Liga» en la velada ofrecida homenaje a Gonzalo de Quesada por SU regreso la Argentina. Sale para Washington para observar de cerca cl desarrollo de la Conferencia Internacional Americana, preocupado por el futuro de la América l.atina. Es designado Cónsul Argentina en New York. 24. 279 MARTI.4XO a los cubanos «El Porvenir» de New York a trarés del para el acto del 10 de OC- Discurso en el Hardman Hall del 10 de Octubre de 1868. Palabras en el restorán «Martina, en la comida ofrecida a Francisco Chacón por sus amigos. que ceChacón-2 Es nombrado por el gobierno del Uruguay representante a la Conferencia Monetaria Internacional Americana que se celebraría en Washington. Es admitido como socio del «Twilight Club», integrado por distinguidas personalidades de New York. Colabora York. aero. Enero *Enero Enero “‘Febrero en conmemoración en 361 Oeste, calle 58, 4to. piso, 1891 :::E Central de los Estados de la Argentina Rcide Literaria en «La Revista Ilustrada)), de New Comunica al Departamento de Estado (E.U.A.) que ha sido nombrado para representar al Uruguay en la Conferencia Monetaria Internacional. 2. 17. Discurso en la Sociedad ración de su nuevo local. Literaria Le es otorgado el exequátur Uruguay en los Estados Unidos. 23. 4. Se encuentra en Washington de la Conferencia Monetaria, 7 de Enero de 1891. en la inaugucomo Cónsul del en la segunda sesión inaugurada el día .4sC.4RIO 380 M4RTIANO ANC.4RIO z3Febrero 21. Llega de Washington Lee, en la Sociedad Literaria, dicara a ésta, Romin Mayorga los versos que (Ir‘Rivas. Discurso en el salón Behr Bros. en la velada qllr la Sociedad Literaria auspició en homenaje al recién desaparecido compositor Nicolás Ruiz Espadero. *Narzo 7. Lee en la Sociedad Litrraria traducción de « Lalla Rookh » . fragmentos -’ Qosto 27. Su sando %~ticmbre. ‘.+:iembre C;r enc,uentra 1.5. cle -u 4. Llega de Washington, Conferencia el día 3. Diserta en la Sociedad gaucha de Sur América. por haberse Literaria rlbril 23. Disrurso en la Sociedad ofrecida a México. Muyo 20. Es publicada en «La Nación», su ultima correspondencia. Juko 6. Discurso en la a Centro América. “Junio *Junio 23. 30. *Julio. *Julio *Idio. 17. Sociedad terminado sobre Literaria, la en de los nuevos mónica. Airea. honor arriban Pasa unos hijo. días en Bath Palabras en una Manuel Barranco. Regala Porvenir», la propiedad de Enrique fiesta a New Beach con celebrada York “Noviembre 30. casa Porvenir )), York para 7. por del de la Sociedad sz1s «Versos de Cultura La Sociedad unanimidad, Ar- Sencillos». Literaria, en sesión general, no aceptarle la renuncia. Lite- acordó Pxt: para Tampa, invitado por el Club Ignacio para participar en la velada artísticoAgramonte, literaria, que con el objeto de recaudar fondos organiza dicho Club. e de .\aiiembre de «Versos Sencillosj) ;: «El Trujillo, quien los publicará. cursos Renuncia a la Presidencia de la Sociedad raria Hispano-Americana de New York. nueva- su n:uj(‘r en Aparecen c3ctubre. Gctubre e hijo Di:cttr..ct en los salones de 1Iazzetti. en la celcLración del aniversario de la Independencia de >Iésiro. Pronuncia, por segunda vez, un discurso en inglés en casa de Luis Baralt? en la inauguración Lee el poema dramático «Hatueyn, de Francisco Sellén, en reunión en casa de Benjamín Guerra y habla sobre la poetisa cubana Mercedes Matamoros. Su esposa mente. nuevamente. Renuncia a los Consulados de las repúblicas Uruguay, Argentina y Paraguay. en la velada Literaria regre- Di.yp:::io en el Hardman lIall. en comuemoraciJn del 10 de Octubre de 1868. Su patriótica disertación en pro de la independencia de Cuba; suscitó las quejas del Cónsul espaíiol en Nueva York, por representar Martí a tres países amigos. la poe& de Buenos enfermo definitivamente. ! r-i\ ita. p:)r medio del periódico ctE a todos los cubanos residentes en New el acto del 10 de Octubre. Lee en español e inglés, traducido por él, en t:! Conferencia Monetaria Internacional Americana iu informe sobre el establecimiento de una moneda para toda la América, siendo adpotada su propo. .I sicion. *Abril lo abandona a Cuba con su hijo. eipo3 281 MARTIASO 25. Llega a media noche a Tampa, donde la multitud que lo espera en la estación, lo conduce hasta el Liceo, pronunciando unas breves palabras de saludo y agradecimiento. Keunido con los representantes de los distintos Clubs de emigrados cubanos. logra agruparlo; a Resolucionec que todos. siendo aprobadas unas culminaron en la fundación del Partido Revolucionario Cubano. 1892 ES dado de alta por el Dr. Eligio Preseuta. ante los patriotas José Francisco Lamadriz. José Dolores Poyo y Fernando Figueredo. sus proyectos para fundar un Partido que uua a todos los cubanos en el extranjero, siendo aprobado por éstos. Es iniciado Caballero de la Luz en la logia Perseverancia No. 6. Pronuncia un patriótico discurso por la noche, en el Círculo Cubano «San Carlos». Pronuncia por la noche en el Liceo Cubano de Tampa su conocido discurso «Con todos y- para el bien de todos». F:mda. en reunión efectuada en la residencia deI «cubano negro, rico y respetado» Cornelio Brito. ((La Liga», sociedad que seguirá los mismos fines que la de New York. Es admitido en la Liga Patriótica Cubana de Tampa. Pronuncia en la Convención Cubana de Tampa, su discurso conocido por «Los Pinos Nuevos j)3 en la velada conmemorativa del 27 de Noviembre de 1871. Nosiembre 28. *A’oziembre 30. “Diciembre 5. *Diciembre 22. Diciembre 24. Diciembre 25. *Diciembre *Dicien 27. bre 30. Sale para Llega New a New Llega a Tampa L’iLrro 4. Enero 5. J ! ! /?07’0 6. i’arte a las ocho de la noche para Tampa, siendo acompañado hasta el muelle por una gran manifestación de cubanos. Lrlero 8. SaLe para New York después de haber sido aprobadas, por la emigración de Tampa también, las <(Bases y Estatutos Secretos del Partido Revolucionario Cubano». York. York. Es reelegido Presidente de la Sociedad Literaria de New York, cargo que no Hispano-Americana acepta por hallarse consagrado a la causa de Cuba. por un comité Sale para Cayo Hueso, invitado organizado por los emigrados cubanos con el propósito de escuchar sus patrióticas palabras. enfermo. Arriba a Cayo Hueso por la tarde, siendo recibido en el muelle por innumerables cubanos que lo acompañaban hasta el Hotel Duval, y sobre una silla, dirige unas palabras de gratitud a los emigrados cubanos. Se encuentra sufriendo una fuerte broncolaringitis; por lo que se suspende el acto anunciado para este día. Los obreros de la fábrica de tabacos de Eduardo Hidalgo Gato le obsequian un Album de pensamientos escritos por ellos. Palma. ‘i’f;:wro !:rzrro 10. 12. \-isita las fabricas de tabaco hablándole a los trabajadores, siendo obsequiado por los obreros con un ánfora de plata y por las trabajadoras con una cruz de conchas y caracoles. Da lectura, en el Hotel Duval, (ante los presidentes de las distintas organizaciones de emigrados) a las «Bases y Estatutos Secretos» redactadas por él, siendo aprobadas por unanimidad -después de tres días de discusiones-, quedando así constituído el Partido Revolucionario Cubano. Discurso en una velada celebrada en el «San Carlos». Ltega a New York. Responde a la carta publica de Enrique Collazo aparecida en «La Lucha», de La Habana, del día 6, donde éste censura a Martí por haber criticado duramente el libro de Ramón Roa KA pie y descalzo» en el discurso conocido por «Los Pinos Nuevos» pronunciado en Tampa, por considerar el libro desalentador para la causa cubana. ASL-.tRIO ì;e cncurntra enfermo If(l de nuevo. ,, I.;I Liga,) de Sel\- 1 orb celebra un mitin :ei;ta por la carta de Enrique Collazo. al i,~.;! lo hicieron Tampa y Cayo Hueso. \.o 29. diqcurso I i:foïKln eiì un bd10 Hall de New York, sobre el éxito Florida. Este discurso es conocido Tampa y Cayo Hueso». Di5c.:::-o ante los emigrados puertorriqurfi;!; constituir éstos cl «Club Borinquen J). Ratifica su rc?:l.mcia al Consulado Julio ‘:‘.Tri:io Líepa 5. ti. Julio ‘sJulio ‘“Julio Julio 72. 13. 17. nuevamente. Discurso en la Confirmación de la proclamación del Partido Revolucionario Cubano, en el Hardman Hall de New York. Sombra. en su calidad de Delegado del Partido a Gonzalo de Quesada y Revolucionario Cubano, Aróstegui como Secretario del mismo. c:i ferrocarril patriótica. para la Florid;! en \-iajc Conferencia durante el día con los Prcsidcntes los Clubs revolucionarios (Cuerpo de Consejo). Discurso en el «Liceo Cubano» por la noche. Es obsequiado con un banquete Comercio de Cayo Hueso, junto a y Oficiales que se encontraban en que se adhieren al Partido. Discurso por la noche en la «Liceo Cubano» en Cayo Hueso. Discurso en el Club «San tic todos loc viaje park~ por el Club del distinguidos Jpfr; ese entonces: los inauguración del Carlos». Llega a Tampa acompañado de José Dolores Poyo v los generales Carlos Roloff y Serafín Sánchez. Pronuncia un discurso en el «Liceo Cubano». Se encuentra *Julio. (1;: a Tampa. I? ;5r:1rrho en el Liceo acompafiándolo concurrentes hasta la estación por seguir Cayo Hueso. 7. del I’rnguay, I:q elegido por los Clu!,-, de emigrados (.uban~,+ y purrtorriqueiíos, Delegado del Partido Re\-olucionario Cubano, con Benjamin J. Guerra como Tesorero. Proclamación solemne y unánime del Partido Revolucionario Cubano por todas las asociacioncde Cubanos en el extranjero. enfermo I’artr campaña ;ii. Disc-ursa cn la Sociedad Literaria en la \elad,-. (‘1~: honor de la República de Venezuela. Pul~lira el primer número del peri&dico o Ptit;.ia )) E.4 Conlurlica. a todos los Clubs Ie\ ~,l~ltniol~arios. q~:c 105 militnïr; miembros cle los mismos (lcbcn elegir al Jcfc del Ejercito Libertador. elec&n q”e rer:‘\t: en el General Máximo Gómez. ~‘í,i’ unaCl:111 Rk,- en el lI~~i.~;.il:~n de su \i,; ir .I !i! por :r(-i!.,:? ji: tlt, ~Borinquen,, al ser invitado de I\;elv I-ork. Conferencia durante dos horas en el ~~Club Jo-6 Slartí». (haciendo un minucioso all;i!i:i-; dc la Il¡-:xia de las revoluciones en Cuba !- la irnportailci;l cle la nueva organización), en la inauguración d<s la; Con\-erEaciones Políticas que celebraría meuj:l;lmente dicho Club. ,t;t,(/~i(‘ +:r.<penditio para el 14 de FcbrTro. rl a:.!:) ‘itilitlrr;;tlo para este día. por ccr:tiíluar enferntî 1Iai.i i quien haría un informe dr su último \i:Ijis :’ fa Florida. de -r’e\v 1 ;~;k n!~ircrdan :LtF t’migrp<lo:, !liXi<liitl nombrar (cJO& M:lriín al nuevo 1 olucionario que fundan. Di>cur‘o en El Club por los puertorriqueños 283 M.4RTIAS’;) enfermo. *julio 18. Es invitado por el Alcalde pasea por dicha ciudad. ‘FJuEio 19. Visita distintas cada una de ellas. fábricas de Tampa, de tabaco quien hablando lo en AsL-.4RIO 286 ~IARTIASO A‘iCRIO ES fotografiado grados, *.lulio Julio ~‘.lulio 20. frente en unión de numerosos a la fábrica de Martínez Ibor. Continúa \-isitando las fábricas y babldndole en ellas a los obreros, siendo aclamado también por los trabajadores españoles de las mismas. Discurso por la noche en la calle, por no caber en el Liceo el numeroso público que acudió a e.-cucharlo. .‘%le para Ocala a las 5 de la mañana en ómnibus, llegando ese mismo día. Discurso en el Teatro Ocala, teniendo acceso a él por primera vez los negros. 21. Habla en distintos lugares, en inglés, al serle mostrado el pueblo por el conocido banquero Agnew. Es agasajado con un banquete de despedida, por la noche, por el comercio y las autoridades de Ocala. 22. al atardecer, Llega a Jacksonville colonia cubana, la que lo despidió 3 Julio Julio Se encuentra 27. 4gosio ‘?!t;osto hablándole en masa. de regreso en New Discurso en la por los emigrados 17. 18. Se encuentra para recuperar recepción cubanos en Newport, su salud. 9. *Sr!iem bre 10. Srtkmbre ahí unos 11. Sale a caballo para «La Reforma», finca neral Gómez, a donde llega el mismo día. del Ge- Setiembre 13. Después de tres días de entrevista, parte junto con el General Gómez a caballo para Santiago de los Caballeros, llegando el mismo día, hospedándose en casa del cubano Dr. Nicolás Ramírez. En carta oficial, en nombre del Partido Revolucionario Cubano, Marti le ofrece al General Gómez el Mando Supremo de la guerra. Setiembre 15. Aceptada oficialmente por el General Gómez la Jefatura del Ejército, se despiden, siguiendo Martí para el Santo Cerro rumbo a La Vega, llegando al atardecer. *Setiembre 16. hacia la capital. Visita por la tarde la Catedral Primada, siéndole mostrados los restos de Cristóbal Colón. Discurso por la noche en la Sociedad Amigos del País, de donde, terminado el acto, parte en velero hacia Barahona. Llega a Barahona, por la tarde, hospedándose la residencia del Gobernador. Visita el histórico lago Enriquillo. 20. .4gosto 31. Sale de New York para Haití, rumbo Domingo, para conferenciar con el General Gómez. Setiembre 21. Setiembre 24. Haití. Ozama 19. Setiembre en Gonaives, para Setiembre El Comandante Gerardo Castellanos llega a La Habana con instrucciones de Martí, para establecer contactos en Las Villas y otros lugares de la Isla. Se encuentra de La Vega Llega a la ciudad a Federico Henríquez su hogar. 20. 8. Parte 18. ALgo‘to Setiembre Estii en Monte Cristi pasando dado en casa de Catalina Ramos. Setiembre días a Santo Máximo de allí a caballo al isleño Joaquín con ély sigue hospe- ofrecida en su honor de Filadelfia. pasando Embarca hacia Cabo Haitiano, pasa por Dajabón -abrazando Montesino que estuvo en presidio para Monte Cristi. la noche York. Informa en reunión de Clubs de New York, sobre los resultados de su último viaje a la Florida. 8. Setiern bre a la Es5 en San Agustín donde visita la tumba del Padre Félix Varela. Discurso a la emigración cubana residente allí. 24. ‘silgosto emi. 38; \lARTIASO Sale a caballo, de Santo Domingo, y Carvajal, quien por la tarde, Llega a Port-au-Prince, hospeda provisionalmente y se traslada al siguiente para conociendo lo aloja en en Haití. Haití, al anochecer, se en el Hotel de Francia, día para el Hotel Bellevue. -88 A‘IC.iRIO “‘Setiembre 26 :9:~í:iórf? 4. !kIztbre ~‘:0ctrtbre Z’Octubre .4UI..4RIO 3IARTIANO Di-clurso en el Club ((Guarionex v Hatuel-». Permanece en Port-au-Prince diez dias. debido a las interrupciones en las líneas de v.rl)ow-: por un brote de epidemia. 521~ para u. Jamaica por 9. 2s imitado campestre en banos poseen cido retrato Valdés v R. curso. 10. “‘Octubre ll. ‘*Octubre g: 12. ll~~;prd;ínti- Discurso en conmemoración del 10 de Octubre salón del Sr. de 1868, en el espacioso y elegante Juan M. Rondón. Dlxurso en inglés en el Club José María Heredia, por la asistencia al acto de numerosos nativos. Eabla ante los emigrados 13. ;‘nl-:e Octubre 19. Arriba Octubre 23. para Xew a New York conoce a May a María Ca- en el vapor &4iIza. de %ew York del resula Santo Domingo. Es homenajeado por José María Vargas Vila y otros amigos con un banquete en el restorán «Morello», para desearle buen viaje. 5. Parte Herrera. /Vouiembre 9. Llega para la a Cayo ll. Infor-nla en el Hotel Du\.al a la Con\-ención Cubana. de su entrevista con el General Gómez ! Icc la carta dc éste aceptando el cargo de General en Jefe del Ejército. ‘:. \‘ol,iembre 15. Ini’~Jrma al Cuerpo de Consejo de Cayo Hueso de los trabajos realizados y el resultado de EU viaje a las Antillas, “‘.Vor¿embre 21. llal)la en el Colegio de Cunill a los alumnos y profesores. d esp ués de haber presenciado los exámenes del mismo. ‘:’ Vo riem bre 23. Conferencia en inglés durantr dos horas en el Club «San Carlos» a petición del rcE(plator Democratn. periódico de Cayo Hueso. 27. Discurso ‘i’.Yoviembre 28. Discurso Cubano». “‘Diciembre 2. A propuesta de Martí, acuerdan los presidentes de los Clubs de Cayo Hueso nombrar el día 6 de Diciembre «Día de la Patria», donando cada miembro el sueldo de dicho día para el Partido. C::rIiviembre 4. Palnb:as aconsejando troducción Diciembre 7. Diciembre 12 y 13. Florida, Hueso en compañía a la una de híartín de la tarde. Diciembre 14. en una «Hijas a Haití, ‘j’ \-oriembre York. I~îcrma a los emigrados tado obtenido en su viaje ìoviembre :t:‘~o~~ien~bre cubanos. Durante su estancia en Jamaica, riana Grajales, madre de los Maceos brales de Maceo. Octubre Discurso en el San Carlos Santo Domingo y Jamaica. en el Club sobre EU \-iaje 289 10. Ryi;ito por los emigrados a ur?a recepcicin Temple Hall, lugar en que variss cuvegas. Aquí le fue tomado su conode Jamaica por los fotógrafos J. R. Núñez. Pronunció un elocwnte dis- \SO :f’.Yovitmbre la niañanii. Ll:‘;?:1 a Kiligston cn el \-al:~)r ~IlYCiIil. dose en el Hotel Myrtle Bauk. ITabla a los trabajadores en la Iábrit,a J. Machado. 3I.4RTI velada de la Libertad». celebrada en el «Liceo en la reunión de la Convención Cubana, cautela y vigilancia para evitar la inde espías españoles en la organización. Discurso en el Club Parte para Tampa. «San Carlos». Visita las fábricas, hablando en cada una y en inglés a los obreros norteamericanos. de ellas Sale para Ocala, acompañado de Poyo? Roloff y Carolina Rodríguez (La Patriota), llegan el mismo día e inauguran el nuevo poblado que en su honor denominan «Martí City», y apadrina allí la primera boda efectuada en dicho lugar entre Antonio Serrano y Angela Martínez. 290 ANUARIO *Diciembre 15. Diciembre 16. ANUARIO MARTIANO Conferencia durante dos horas « Marion Opera House» , de Ocala, ricanos. Parte a las tres de la madrugada Llega enfermo en inglés en el a 10s norteamepara Discurso de dos horas triótica Cubana». y media *Diciembre 18. Discurso de dos horas en el «Liceo *Diciembre 20. Discurso en el «Liceo Cubano». . Se encuentra gravemente envenenado, siendo atendido Diciembre 22. Funda el Club de Paz «Diez para New York por la noche. a New Reside *Diciembre. Liga Pa- enfermo por haber sido por el Dr. Barbarrosa. de Abril» y parte 5 Enero 15. Discurso en el Hardman Hall su último viaje a la Florida. informando *Enero. Continúa enfermo a consecuencia miento sufrido en Tampa. Enero Discurso líticos. Febrero *Febrero *Febrero 31. 14. 16. 17. Llega Florida. en el Hardman a Fernandina, Hall del sobre hospedindose Se entrevista Fernandina. con Marzo 10. Informa al Cuerpo de Consejo los adelantos de la organización. 12. el general Julio Sanguily en Regresa al Cuerpo de Consejo de Cayo Hueso, inen la institución del Día de la Patria. Visita las fábricas durante rumbo a New York. a Tampa el día. Sale para Ocala, de New York de Reseña al Cuerpo de Consejo de New York, el estado resuelto y disciplinado en que se encuentran las emigraciones. Marzo 21. Pasa unos días en Central Valley, a dos horas de viaje de New York, donde reside y tiene su colegio el ex presidente de Cuba en armas Tomás Estrada .PaIma. *Abril. 3. El Cuerpo darle un voto jamín Guerra que invierten “Abril 10. Es reelegido, por unanimidad, Delegado del Partido Revolucionario Cubano por todos los Clubs revolucionarios en el extranjero. *Abril ll. El Cuerpo de Consejo de New darle un voto de confianza. *Abril 16. Discurso en la ratificación Partido, en el Hardman Hall. po- El Cuerpo de Consejo de New York acuerda instituir el Día de la Patria, contribuyendo cada miembro del Partido, con un día de haber mensualmente. Habla sistiendo 3. envenena- en el Hotel Visita durante el día las fábricas de tabacos, hablándole, en cada una de ellas, a los cubanos en español y en inglés a los norteamericanos. Por la noche, pronuncia un discurso en el «Liceo Cubano», acompañándolo todos los asistentes del acto hasta la estación, de donde parte para Cayo Hueso. Marzo sobre asuntos a Tampa. 2. 61 St. Informa al Cuerpo de Consejo de New York de la labor realizada en el extranjero y de la unificación y concordia de todas las emigraciones. Llega Marzo *Marzo York. en 118 W. 27. Cubano)). 1893 *Enero 22. *Febrero * Llega Febrero Tampa. en «La 17. 24. 21. a Tampa. *Diciembre *Diciembre Febrero 291 MARTIASO de de por los Consejo de Cayo Huee acuerda confianza a él y al Tesorero Benla escrupulosidad y economía con fondos del Partido. Abril 26. Está en Filadelfia, Abril 28. Se encuentra en Atlanta, Mayo 2. Se encuentra en Tampa. York, acuerda de las elecciones rumbo a New del Orleans. 292 A‘;L?ARIO ANUARIO * Está en Cayo Hueso. Mayo 3. Discurso en el Mass Meeting cubanos en Cayo Hueso. *Mayo. *Mayo MARTIANO Recauda, 6. que organizaron los *Mayo, Julio en los tres días que lleva en Ca)-0 Hueso, Mayo *Mayo Mayo *Mayo Junio ante la Convención Cubana, movimiento de Holguín. Permanece 9. 5 Conoce al Presidente Rica, siéndole presentado Julio 7. en Cayo Julio 8. Parte ferenciar 25. de New York nuevamente hácia Monte Cristi para con el general Gómez. Publica el Manifiesto a Cuba» en el periódico 27. «El Partido «Patria». en visita de consulta, Llega a Monte Cristi, formándole al general Gómez de los trabajos zados. (Duermen en los tres días de diálogo mente tres horas Gómez y él.) 3. Parte Rica. 5. en bote para Cabo Haitiano Julio. Llega 22. Setiembre. 8. *Setiembre 13. a Cabo 6. Junio * 10 Embarca en Cabo Haitiano Está en Haití. Se encuentra a Cayo Hueso Llega Octubre Beach para rehacer su por la noche. Informa, al Cuerpo de Consejo de Cayo Hueso, de los adelantos logrados en los illtimos meses de labor fructífera y constante, despidiéndose de Cayo Hueso en este acto. 17. a New York. Reside en 424 W. 57th St., 4th floor, 20. 10. a Costa Se reune, en Filadelfia, miembros del club Ignacio 28. Port-au-Prince. Nueva con el Presidente Agramonte. Discurso en el Hardman Hall del 10 de Octubre de 1868. Está *Noviembre. enfermo. Llega Setiembre Setiembre York. York. Pasa por Jacksonville. Octubre hacia a New New 15. Setiembre. Haitiano. para Setiembre realisola- de Costa Maceo. Sale para la Florida. *Setiembre in- de la República por el general Pasa unos días en Bath salud quebrantada. * Junio . rumbo Embarca con- Revolucionario en- Pronuncia, en el salán de la Escuela de Derecho de San José de Costa Rica, invitado por la Asociación de Estudiantes, una conferencia con el siguiente tema: «El porvenir de América y las poderosas influencias extranjeras bajo las cuales se desenvuelven y crecen los pueblos latinoamericanos.» Hueso *Julio en Costa Rica, para Antonio Maceo. Está en Cartago del Conoce al famoso poeta nicaragüense Rubén Darío. Discurso en el Hardman Hall sobre el fracasado levantamiento de los hermanos Sartorius en Holguín. 24. Llega * acerca Regresa a New York, por la tarde, e informa al Cuerpo de Consejo de New York, sobre el movimiento de Purnio y Velasco, promovido y fomentado por el gobierno español. 20. Junio Llega a Puerto Limón, trevistarse con el general Expone un estudio y análisis del movimiento de del coronel Fernando Figueredo, Holguín en casa a los miembros del Cuerpo de Consejo. “Muyo 8. *Mayo 30 *Julio. Palabras prematuro 7. Está en Panamá. Junio s30,000. 293 MARTIANO York. y los en conmemoración enfermo Discurso en la Sociedad Literaria en el homenaje tributado al Libertador Simón Bolívar. Informa al Cuerpo de Consejo sobre el alzamiento de Las Villas. de New York ANUARIO *.l’oriembre 13. *.Toriembre 14. Discurso a los cubanos doles sobre el levantamiento cado por una orden falsa. de Filadelfia, informánde Las Villas, provo- Publica el diario neoyorquino las declaraciones del Delegado acontecimientos de Cuba. «The Martí, Evening Sun)) explicando 10s Propone al Cuerpo de Consejo de New York que se celebren fiestas literarias y musicales gratis para los miembros del Partido, a fin de mantener unidos a los cubanos y que no decaiga el entusiasmo. Diciembre 10. *Diciembre 12. Diciembre 14. *Diciembre 15. Diciembre 20. *Diciembre 23. Diciembre 29 Parte en ferrocarril Llega a Tampa. Sale para para Parte sonville. Llega para New York vía Tampa, Ocala, *Marzo 24. Se encuentra en Filadelfia en el homenaje tado allí a Fermín Valdés Domínguez. Abril 8. a. -2 Enero 3. 18. *Enero * 19. Febrero 24. Se flicto envió para obreros Rosa para Fermín Domínguez Valdés New 13 El Ministro de Relaciones Exteriores de la República Argentina le expresa el agradecimiento de su gobierno por haber declinado la aceptación de honorarios por los servicios prestados a la Legación de ese país durante el pleito con el Brasil sobre el territorio de las «Misiones». Abril 14. Abril 16. Abril 21. * a New York. Discurso. en el salón « Jaeger’s» de New York en el homenaje que él organizara a SU amigo Fermín Valdés Domínguez por haber logrado demostrar la *Mayo 4. Mayo 12. Mayo 14. *Mayo Parte, en unión del general Gómez, a Filadelfia. para asistir al homenaje que los cubanos de ésa le rindieran a Gómez, hospedándose en casa del fabricante de tabacos Marcos Morales. Regresa a New York. El general Gómez parte para Santo Domingo dejando a su hijo Panchito en New York con Martí. Está enfermo. York. llega El general Máximo Gómez. acompañado de su hijo Panchito, (Francisco Gómez Toro) llega a Nel\ York para cerciorarse de los adelantos logrados. *Abril York. Sale de Tampa tribu- Es reelegido, por unanimidad, Delegado por todos los Clubs revolucionarios de emigrados cubanos. Discurso a los cubanos de New York en el mitin celebrado con motivo de las elecciones, a donde acudiera en compañía del general Gómez. Jack- encuentra en Tampa preocupado por el conde los tabaqueros en Cayo Hueso, a donde al abogado norteamericano Horatio S. Rubens cargo de la defensa de los que se hiciera despedidos por la fabrica de tabacos uLa Espafiola)j de 10. los El Cuerpo de Consejo de New York acuerda otorgarle un Voto de confianza, al igual que lo hicieron Cayo Hueso y Tampa. al Cuerpo de Consejo logrados por el Partido. *Abril 1894 *Enero detalladamente, los adelantos Expone. New York a Jacksonville. Está en New de sus ocho compañeros estudiantes de fusilados el 27 de noviembre de 1871. ll. Cayo Hueso. de Cayo Hueso inocencia medicina, *Marzo la Florida. Explica al Cuerpo de Consejo sucesos de Las Villas. 295 MARTIANO 16. Visita Filadelfia. Sale en ferrocarril por la noche para la Florida acompañado de Panchito el hijo de Gómez. Llega a Tampa y embarca para Cayo Hueso. Informa al Cuerpo de Consejo de Cayo Hueso de los avances logrados por el Partido y de la situación existente en Cuba. .\.\I h1X!l? :‘:.Vavo 18. E5 aclamado frenélicnmentc por lo5 JO0 trabajadores de la fábrica de Eduardo iiidaig(J Gato. después de hablarles. Discurso por la noche cn el Club crSan Carlos,, en el «Uass Meeting» que efectuó dicho Club. Parfr Discur.qo ~~‘.llayo 20. -:‘.V<r \.o 24. para manecer en la sociedad ((La cubana 26. J1a1.o 27. s’Jrdio 2. Llega Discurso en el «Liceo Cubano)). jiado por todos hasta la Estación para Jacksonville. Julio Está en Jacksonville, donde cn el salón «Engle’s House)). Llega a Waycross. ~Iayo 29. Llega a Xcw Mayo Junio ‘~‘Junio Junio ‘gJunio Junio ‘“Junio ‘kJunio. 31. 5. G. 7. 10. ll. 5. ‘:‘Julio habla a los cubanos Orleans. Escribe en este día ni& de 30 cartas, algunas de las cuales son dirigidas a conocidos cubanos ricos solicitando ayuda de ellos. Colón. 15’. Julio 16. Julio 18. Julio 2ú. Arriba a Puerto Limón. ronel Agustín Cebreco. Agosto. Se encuentra “‘Setiembre Sale para Sale ca ferrocarril Llega Funda cionario Esti para la capital. a San José de Costa Rica. en la ciudad de San José el Club «General Maceo». para Punta en Punta revolu- Sc entrevista con los generales Maceo y Flor Crombet. Antonio y José Llega 11(\ Orleans. en San ,4ntonio. Texas, camino 3. enfermo. a Veracruz Embarca 27. 30 *Octubre 2. Llega *Octubre 3. Arriba *Octubre 4. Visita obreros. *Octubre 8. Octubre ,511 Está en ciudad México, hospedado en la residenc::: de su íntimo amigo Manuel A. ;Ciercado. Arenas. Arenas. residentes a México. Embarca, al amanecer, en compafiía de Panchito Gómez para Puerto Limón, Costa Rica. en cl vapor ~4lbert Dumois». con el co- cubanos Orleans. Se encuentra México. 22. entrevi&ndo,;c emigrados New Se encuentra *Julio Jamaica. al Cuerpo de Consejo de ‘;c\\ York ti:% !O‘ obtcnidos en su viaje a (dentro Amérii,:l. Está en New Julio. J::rnoica. para a Ne\v York. Sale para Llega tuvo que !,crhacia Pannrn;i. la tardr. Panamí. los 297 \\O dc l<ingston para Nel\ I.ork. en unicin Gómez. en el vapor c(Ailsa )>. Informa resultados 13. Julio 3 Julio Parte 13. LI h;ingston. Paltc Panchito 28. 30. I.lcya 26. Va\-o ‘“!llqo tIc> Junio siendo acompnde donde parte por I’ai.tr Sc levanta. después de tres días de enfermedad Tampa. siendo cuidado cclosamenle por la cubana de color Paulina Pedroso, quien lo alojó en su casa, J- asistido por el Dr. Eduardo Barbarrosa. CII Muyo a Panamá Discurso liingston. \-crdad)). 11 \RTI :, tlc Punta Arena-. donde cinco dias por no 3xlir vapor. :\rri!m Tampa. \RlO 13. Está para en ferrocarril New York, de regreso la Florida por la noche. al amanecer. en New York. por la mañana. a Tampa. por la noche la fábrica a Cayo Hueso. de Hidalgo en Jacksonville. Se encuentra en New York. Gato invitado por los 298 Wctubre “.loGembre ANCARIO ASCARIO JI.4RTl.4No Le pide al rico fabricante de tabacos Eduardo Hide $5,000, comprometiéndalgo Gato. la cantidad dose a pagarlos él si fracasara la revolución. 27 15. El comandante Enrique Collazo sale de La Habana para New York en representación de los patriotas de Occidente, en contacto con los de Oriente, a ultimar los detalles para la expedición a Cuba. \IARTIASO 299 1895 *Enero 4. ~Entvo 7. Enero El (( Lagonda» y el «Amadís>) parten de New 1.ork hacia Fernandina. El ((Baracoa» sale de Boston rumbo a Fernanc!ina. Llega a Fernandina el ((Lagonda)). Próximo a zarpar para Costa Rica, en busca del general Maceo, es detenido y registrado el ((Lagonda » : «La cobardía y acaso la maldad de López Queralta, escogido por Serafín Sánchez para guiar su expedición entregó nuestro plan entero.» 12. S’Lliciernbre 2. El coronel a New York Gómez. *Diciembre 8. Redacta y envia a Juan Gualberto Gómez, en La Habana, el Plan Alzamiento que firman, junto con él, Mayía en nombre del general Gómez y Collazo por los comprometidos en la Isla. *Enero 13. Se encuentra en Jacksonville junto a Mayía, CoIlazo, Loynaz del Castillo y otros. Al arribar a Fernandina es registrado el <(Baracoa» por las autoridades aduaneras. Inicia la ejecución del llamado Plan de Fernandina habiendo fletado por conducto de Nathaniel Borden tres barcos para la invasión de la Isla: el yate de vapor «Lagonda», de 120 toneladas de desplazamiento y 139 pies de eslora que recogería en Costa Rica a los generales Antonio y José Maceo, Flor Crombet, al coronel Agustín Cebreco y otros cubanos que arribarían a la provincia de Oriente; el «Amadís», yate también de vapor de 100 toneladas y 102 pies que en Cayo Hueso tomarían los generales Serafín Sánchez, Carlos Roloff y varios oficiales y expedicionarios que desembarcarían en Las Villas; y el «Baracoa», vapor de carga de 380 toneladas en el que en Fernandina embarcaría él, Collazo y Mayía hacia Santo Domingo en busca Máximo Gómez para desembarcar en del general la provincia de Camagüey. Estos barcos cargarían en los almacenes de Borden, en Fernandina, armamentos y pertrechos suficientes para armar a un ejército de más de 600 hombres. **Enero 15. Al atracar en Tybee, Savannah, es detenido el «Amadís», fracasando así su magno Plan de Fernandina. *Enero 17. Escribe a Juan Gualberto Gómez para si en Cuba desean alzarse con lo que tienen, lo hagan, o si prefieren esperar por él, ya que reanuda su labor. *Enero 25. Recibe telegrama cargamento ocupado Diciembre. José María Rodríguez (Mayía) llega en representación del general Máximo anunciándole la devolución en Fernandina. del Enero 29. Redacta y envía a Juan Gualberto Gómez, después de recibir. su respuesta en la que le comunica la disposición de ellos de alzarse, la «Orden de Alzamiento» que suscriben Mayfa Rodríguez y Enrique Esta orden fue llevada por Gonzalo de Collazo. Quesada hasta Cayo Hueso, donde se torció en un tabaco que trajo a La Habana el mestizo Juan de Dios Barrio, el día 5 de febrero, entregándosela a su destinatario. Enero 31. Embarca en el vapor eAthos» hacia Santo Doen busca del general Gómez, acompañado mingo, de Mayfa, CO~ISZO y Manuel Mantilla. *Febrero 3. Arriba a Fortune *Febrero 4. Sale nara Island. Cabo Haitiano. 300 ANUARIO *Febrero 5. ANUARIO MARTIANO Está en Cabo Febrero 6. Parte en goleta Febrero 7. Llega a Monte Febrero 12. *Febrero 13. Febrero 14. *Febrero Febrero 18. 19. Febrero 24. Febrero 25. Marzo *Marzo 1. 2. Marzo 3. Marzo 4. *Marzo 5. para Monte Cristi Cristi Parte al amanecer allí el día. «La Reforma», Marzo 25. pasando Sale por la mañana para Santiago de los CabaIleros, adonde llega por la noche, hospedándose él y el general Gómez en la casa del cubano Dr. Nicolás Ramírez. Llega a Monte en Santiago Cristi. de los Caba- Reforma» Parte por la mañana hacia gando a las cinco de la tarde. Embarca en lancha por la Cristi. Arriba al amanecer a Monte Cabo noche Cristi. Haitiano para Ile- de Firma, en unión del general Máximo Gómez, el <rManifiesto de Montecristi», redactado por él. Escribe a Federico Henríquez y Carvajal su carta considerada como su testamento político y la más bella de todas sus epístolas: la carta de despedida a su madre. «Mary John» se niegan 1. Escribe a Gonzalo de Quesada su carta conocida como su testamento literario. Compran a John Bastián la goleta «Brothers», al comprometerse a Ilevarlos a Cuba. Parten de Monte Cristi. Abril 2. Llega a Inagua a las diez de 33 horas de viaje. de la noche después *Abril 3. El capitán John Bastián desanima a los marinos del barco haciendo que éstos deserten, para eludir así su responsabilidad de llevarlos a Cuba. *Abril 4. Consigue que Bastián le devuelva cuatrocientos pesos de lo pagado, pero no logra encontrar marinos que los lleven. Sale de Dajabón a caballo, hasta donde lo acompaña Panchito Gómez, rumbo a Cabo Haitiano. Llega a Ouanaminthe, Haití, refrendando allí su pasaporte y siguiendo más tarde hasta el poblado de Fort Liberté, a donde Ilega después de las diez de la noche y pernocta allí. embarcan Abril Cristi. Recibe en Monte Cristi el cable anunciándole el comienzo de la guerra en Cuba el 24 de febrero. Se encuentra sufriendo de reumatismo. Collazo la goleta «Mary John» a John Poloney, éste desembarcarlos en Cuba. Los marinos de la goleta a hacer el viaje. *Marzo. Sale para Hatico, en La Vega, a entrevistarse con Eleuterio Hatton, residente en el puerto de San Lorenzo en la Bahía de Samaná, quedando planeado salir por dicho lugar para Cuba, lo antes posible. Se encuentra de nuevo lleros de regreso a Monte Manuel Jlantilla y Enrique regreso a New York. Compran prometiéndole *Marzo. al amanecer. para 18. al anochecer. Sale a caballo con el general Gómez para Laguna Salada, donde el general tiene su hacienda «La Reforman. llegando a la puesta de sol a Alto Villalobos donde pernoctan. Está en «La *Febrero. *Marzo Haitiano. 301 MARTIANO Abril 5. Embarcan a las 6 de la tarde, en el vapor frutero alemán «Nordstrand», hacia Cabo Haitiano, logrando durante la travesía convencer al capitán H. Loewe para que los deje cerca de las costas de Cuba. Abril 6. Desembarcan en Cabo Haitiano por la tarde, y se dispersan en la población hasta que el vapor parta, hospedándose Martí en casa del cubano Dr. Ulpiano Dellundé. Monte “Abril 9. Regresan al barco por la noche. 302 Abril Abril Abril Abril ASCARIO 10. II. 12. 13. A.YC.4AIO MARTIANO Salen de Cabo Haitiano a las dos de la tarde llegando a Inagua al amanecer, comprando allí un pequeño bote. Es reelegido, Delegado del Partido Revolucionaril) Cubano, por unanimidad, por todos los Clubs de emigrados. Parten a las dos de la tarde de Inagua hacia Cuba. encontrándose a las ocho de la noche a tres milla5 de la costa Sur de Oriente y en la negrura de In noche, bajo un torrencial aguacero y con el mar embravecido, se echan al mar en un pequeño bote los generales Máximo Gómez y Francisco Borrero. el teniente coronel Angel Guerra, César Salas, el negro dominicano Marcos del Rosario y él, arribando a Playitas después de las diez de la noche; una vez desembarcadas las armas y demás pertenencias, devuelven el bote al mar. Ya en tierra se internan en el monte, durmiendo en el suelo cerca de una casa que encuentran. Deciden, a las 3 a.m., llamar a la puerta casa, siendo gente cubana quienes los acogen. Gómez escribe a un soldado de la pasada pidiéndole ayuda y son conducidos por uno casa hasta una cueva que Gómez llama «El plo», donde pasan la noche, durmiendo sobre secas. de la Allí guerra de la Temhojas Reciben respuesta del soldado y un práctico para que los guíe, llegando además dos cubanos enviados por el comandante Félix Ruenes, quienes se ponen a sus órdenes. Duermen a la vera del río Tagre. Abril 14. Salen a las 5 a.m. a través de ríos y de escarpadas montañas y llegan a las 4 p.m, a encontrarse con los soldados de Ruenes, a cuya tropa hablan Gómez y Martí, acampando en el rancho de Tavera. Abril 15. Es nombrado Mayor General tador en reunión de oficiales. del Ejército Liber- 303 3f.4RTIA.XO .lbril 16. Parten a través de lomas y ríos hasta «El Jobo», acampando allí J hospedándose en casa de José Pineda. Despacha correspondencia. :l bd 17. Permanecen práctico que Abril 18. Se despiden en la mañana de Ruenes y sus soldados, y prosiguen la marcha por altas lomas, pasan varias veces el río Jobo y acampan en una pendiente donde tienden sus hamacas. Abril 19. Salen Guayabo Abril 20. Continúan la marcha con velas a las 3 a.m. hacia el Palenque. Al h acer un alto para descansar son avisados que tropas españolas han salido a perseguirlos por el Jobo. Duermen sobre yaguas en el monte. Abril 21. Emprende nuevamente la marcha al amanecer hasta cerca de San Antonio, Jurisdicción de Guantánamo, recibiendo la noticia de la muerte del general Flor Crombet. en el mismo lugar en espera los conduzca hacia el Centro. a las 5 a.m. por ásperas donde hacen noche. lomas de un hasta el río A bl-il ti“2 . Pasan el día en espera del auxilio pedido Comen bajo un chubasco. riquito Pérez. .4hil 23. Se desplazan hacia sando a& la noche. Abril 24. Se encaminan hasta un día de marcha. ilbril 25. Continúan la marcha a través de espeso monte, y penetran en la Jurisdicción de Guantánamo hasta Arroyo Hondo, encontrándose con las fuerzas del general José Maceo que acababa de derrotar a los españoles allí, en fiero combate. A las cinco de la tarde prosiguen viaje hasta las doce de la noche, acampando en las márgenes del río Jaibo. Martí cura a los heridos. el Norte a Pe- de San Antonio Cabezadas después pa- de todo .tbril 26. \ Ia5 5 a.m. siguen a caballo bono. acampando. Dirige circulares a los Jefes. haota Parten hacia el campamento de las tropa- (.ul)aua; en la zona de Filipinas. permaneciendo v-ario.< días eu dirho lugar. donde despacha correspondencia. inrtrucciones y circulares a los Jefes de Operaciones para que cada cual envíe un representante por su zona a la Asamblea de Delegados del pueblo CLIbano revolucionario para elegir el gobierno qitca tlrl)a darse la revolución. Abril 25. Escribe circular sobre la Política de la Guerra, en la que pide sea generosa, libre de odios ;, 1 IOlencias innecesarias. Mu),0 1. Parten del campamento hacia Arriba, pasando ahí la noche. IC4ayo 2. Prosiguen la marcha hacia Jarahueca y acampan de madrugada en Leonor, entrevistándose ron el corresponsal del «New York Herald», George Eugene Bryson. la región 3. Redacta de madrugada la carta (fechada al Director del «New York Herald», que junto con el general Gómez. Parten para Jarahueca. MULO 4. Pide clemencia. sin resultado, para el bandolero Pilar Masabó, condenado a muerte en Consejo de Guerra por robo y violación, al que llevan a un bajo cercano y ejecutan. 5. íplayo 6. Coutiniían la maxha hacia Bayamo y- se encuentran con las tropas del general Maceo. .sirndo vitoreados con entusiasmo por ellas, proslguirnclo más tarde hasta Jagua. Mayo 7. Salen de Jagua hasta Hato del 3ledio. dose con las fuerzas de Quintín Banderas, conduce a su campamento. Mayo 8. Trasladan el campamento a una altura vecina. Despacha correspondencia y circulares a los Jefes. Forman Consejo de Guerra a tres bandoleros. condenándolos a muerte; Martí aconsejó y obtuvo cl perdón para dos, ajusticiándose al otro. ‘V”:,O 9. Parten del campamento de Banderas, pasando por los históricos mangos de Baraguá hasta Altagracia, donde llegan por la tarde. Desde su entrada al campo, las fuerzas todas lo llaman Presidente, lo cual rehusa con su habitual sencillez. Duermen apiñados entre cortinas de lluvia. MUY0 10. Marrhan despachando ilfnyo ll. Mueven el campamento con dirección a Holguín. de Rosalío Pacheco. Mayo 12. Salen para La Jatía cruzando el Contramaestre. en busca del general Bartolomé Masó. Escribe circulares a los Jefes y Oficiales prohibiendo el paso de reses. Mayo 13. Siguen Cauto arriba hasta el encuentro de los ríos Cauto y Contramaestre, cruzan este último y llegan a Dos Ríos, acampando en 10s ranchos ahan- de Ti- ,Ilnyo .~;al~o cito libre. -- y el país, como país y- con toda SLI dignidad representado.» Parten por la tarde de (CLa JIejoranat, apcnaescoltados por 20 hombres: acampando más tartlcs en el camino: ctl- así, como echados, y cou ideatristes, dormimos.» el Iguana- el 2) firma Les sale al encuentro el general Antonio Maceo, quien con el pretexto de andar en operaciones. no los lleva a ver sus fuerzas de más de dos mil hombres, conduciéndolos al ingenio ctLa Mejorana)) a Allí Maceo propone que gobierne una conferenciar. junta de los generales con mando y una Secretaría General. a lo que se opone Martí resueltamente, insistiendo en deponer su autoridad sólo ante la Asamblea de Representantes: «Mantengo, rudo: el Ejér- para la Trav-esía órdenes. y pasan cmoutránquien los alli el dia hacia una posición mejor. alojándose en el ranrho JO6 Ah-CARIO hIARTIAS0 donados mandado .IfU\Y, 14. ANC’IIRIO de Pacheco, en espera a llamar por Gómez. del general Masó Continúan en los ranchos de Pacheco, permaneciendo allí varios días en espera de Mas& Escribe instrucciones generales a Jefes y Oficiales. El general Gómez sale a hostigar un convoy que va de Palma Soriano para «La Venta» y logra avistarlo al entrar en Remanganagua a las 5 p.m., siendo tiroteado desde un fuerte. Mu>-o 18. El general Gómez permanece emboscado en espera del paso del convoy. Martí escribe su famosa carta trunca a su amigo Manuel Mercado. Llegan a la Vuelta Grande las fuerzas del general Masó. Nayo 19. Sale a las 4 a.m. para la Vuelta Grande en compañía del general Masó, notificándoselo a Gómez, quien llega a la una de la tarde. Después de arengar a la tropa Gómez, Masó y Martí, les comunican que el enemigo viene siguiéndole el rastro a Gómez; éste y Masó salen a su encuentro ordenándole el primero a Marti que permanezca en el campamento; a una legua de allí Gómez ataca las fuerzas enemigas, quienes con fuego Martí, no punutridfsimo logran hacerse firmes. diendo contener su deseo de pelear por su patria, le ordena al joven Angel de la Guardia que lo siga, dirigiéndose al campo de batalla donde cae abatido con heridas en la mandíbula, en el muslo derecho y en el pecho, por las balas de la avanzada que dirige el práctico cubano Antonio Oliva. Gómez trata de rescatarlo sin resultado, siendo llevado su cadáver donde lo entierran sin ataúd al a Remanganagua, dfa siguiente. El dfa 23 fue exhumado, se le extrajeron las vísceras y se le trasladó a Santiago de Cuba, para inhumarlo en una caja cuyo costo fue de ocho pesos. JIARTIASO 30; Así aquella tarde del domingo 19 de may-o de 1895 caía como él lo predijo en sus conocidos versos: No me pongan en lo oscuro A morir como un traidor: Yo soy bueno, y como bueno Moriré de cara al sol! CRITICA DE LIBROS JOSÉ MARTÍ Y SU NOVELA «LUCfA JERÉZ» * POR JORGE CASIPOS Manuel Pedro González ha emprendido, hace ya tiempo, la tarea dc valorar a Martí en cuanto a su posición con respecto al Modernismo, desde sus «Indagaciones martianas» ( 1961) y «José Martí en el octogésimo aniversario de la iniciación modernista» (1882-1962) hasta el reciente libro, en colaboración con Ivan A. Schulman, «Esquema ideo, . logreo de José Martí». Ahora su tarea, aun complementaria de la anterior -y reafirmando sus tesic es distinta: nos trae al presente una novela escrita por el gran cubano, con una precisa presentación, resultado de sus años de estudio y de la convicción del papel importante cumplido por Marti en el notable empuje producido en las letras hispanoamericanas a partir de los finales del pasado siglo. Su devoción martiana ha querido predicar con el ejemplo. Conocida es su tesis, enunciada en sus propias palabras, de que «el modernismo americano nació bifurcado hacia 1882 y SU máximo iniciador y orientador fue José Martí». En esa bifurcación -seguimos y resumimos a Manuel Pedro Gonzáleuna corriente de excesivo colorido y modos afrancesados culmina en Gutiérrez Nájera, Julián del Casal y Ruben Darío. De ellos, especialmente del Darío de la década que va de 1888 a 1898, nace un grupo de escritores en que el frecuente galicismo -de expresión y aún mentales, si no siempre, defecto característico inexcusable. Frente a ellos, Marti, aparece como vigilante cistas, señalando otra dirección, a la que vendría riormente el propio Rubén. * Artículo aparecido en fmula, noviembre de 1969, p. ll. Madrid, de los excesos galia incorporarse poste- Año xxiv, Núms. 275-276, octubrc- 312 ASL-.4RIO MARTIASO ,‘..YK-:\RIO Otra nota martiana a tener en cuenta. en esta tlclnottrariori (‘on el ejemplo. ei 3 diferencia con los restantes premodernistas. cn c,uarlto â ser más importante su renovación en relación a la prosa que C?Il cuanto a la poesía. con no dejar de tener importancia tambi6n cn c‘te aspecto. ~~olw~llo~ a rcpctir palabras de \Ianuel Pedro Goxzülc~: cc-4 lIarti no le prcocupabâ gran cosa la \ cr-ificación...)) y ~10 que sí cultivo. c-011 ahinco >- eficacia fue el ritmorl. lmt resumiendo ambas afirmacionrs <cLa contribuci6n de rnaJor monto que Martí hizo al \lodernismo finca dr preferencia en el pensamiento \- en el arte (Ic <‘II prosa 1). A 10 que nos conduce es a esa labor de renuevo Manuel Pedro González en su predicwidn de la poesía en otro terreno: la no\-ela.’ LA ROVELA zález Voy a procurar ahora soltarme y observar por mi cuenta: de la mano de Manuel Pedro Martí escribe su novela en 1885, esta cc.Gmistad funesta», a la que luego cambió el título por el más sobrio de ((Lucía Jerez». Es un trabajo un tanto de encargo, en que el escritor no parece, según palabras de su prefacio a la edición en libro, haberse empleado a fondo. Pero, ;,hasta qué punto el aceptar un encargo no es aceptar la oportunidad de adentrarse en algo que se desea ? JosC: Martí en su destierro neoyorhino. se entregaba a tareas periodísticas y editoriales. (Poco después de acnhar la novela. tradujo «Called Ba&)) -Misterio--. de Hugh Conca!-. J <rRamona», de Ilellen Junt Jackson). En esa situación se halla cuando In revista «El Latino-Americano». de aquella ciudad. le pide, para publicarla en varios de sus números. esa novela en la que se qvnería hubiese: mucho amor. alguna muerte. muchas muchachas, ninguna pasi6n pecaminosa, y nada que no fuere del mayor agrado de los padres de familia y de los señores sacerdotes. Y había de ser hispanoamericana. patrocinada por Manuel 313 Claras c‘trin Ia> limitaciones que se imponían. Por un lado. las que exige el temor a que cl habitual piíblico de la revista se escandalice. un ptíblico que sc trasluw burgués. con un aire ñoño parejo al que en Espafia acompafia a los tic>llpos de la Restauración. Por otro. la conde lo post-romántico <,\-ióu al sentimentalismo cn boga. inseparable -0 ni:~clio 2mor. alguna muerte»-que encontramos en la más eletada poesí;; de la época. hasta el propio Bécquer. llarti era un escritor nato, fácil cuando lo deseaba >- con dominio del idioma. Acepta cl enrargo y realiza la novela en siete días. Con alude tiempo después a la poca modestia. o fingiéndola rekkicamente, así. Por una parte es entidad de la novela. lI oy no puede opinarse uu tcstimollio de un tiempo. mucho más real de lo que él proclamaba. Por otra da un gran paso adelante en cl intento de renovar cl modo <lc narrar. Gon- La novela. al acabar su lectura, nos deja un regusto de época. <‘orno el de una de esas estampas ya no románticas, pero cerca del tronco del que se han desprendido, con toques realistas junto a una preocupación esteticista. Grabados, ya no de «El artista», sino de «La ilustración artística)). de «Barcelona cómica», de «La saeta»... 1 José Martí. L uctn ’ Jerez. Edición Madrid. Editorial Gredas, 1969. SI \RTII.SO Pedro Gon~ákz.. Muchachas, amor3 muerte... ;, cómo no iba a surgir en la mente de Martí, en el momento de pensar posibles argumentos. un episodio de ,luc había sido testigo. o mucho más que eso, ese protagonista que cn la sombra hace desencadenarse el juego dramático? Pocos anos antes, en Guatemala, había conocido y tratado, como que se enamoró amigo de su padre y como profesor; a una muchacha riegamente de él. Martí puso distancia. y marchó a Méjico, donde supo que \-ivía su novia, con la que se casó. De regreso a Guatemala la muchacha, enferma como las princesas de los cuentos, languidecía. La impresión que Martí recibió se hizo poesía, No tardó en fallecer. una de sus mejores poesías. la que habla de «la niña de Guatemala / la que se murió de amor)). El tema vuelve. Las muchachas que el editor le pide: la niRa de Guatemala, su mujer. su propia hermana... Falta transformar la vida real en vida novelesca, tal como él la siente. LOS hechos reales han de sufrir una modificación. La historia de amor que se narra es de todos los tiempos, pero según se hace aquí es de su tiempo, de un tiempo de languidez aún en lo dramático. REALISMO Y EVASZóN No deja una estampa En el citado de ser curioso que Martí nos haya dejado en su novela tan real de la época, no queriendo hacer un relato realista. prefacio da fe de que «sabe bien por donde va, profunda 314 ANUARIO MARTIANO como un bisturí y útil como un medico, la novela moderna)) y se excusa de la que ha escrito «de puro cuento, en la que no es dado tender a nada serio». AI recurrir a una anécdota real y a un ambiente no menos vivido, los intentos de una prosa artística y de un relato un tanto evasivo no logran desprender a una ni a otro del mundo cotidiano. La primer escena del libro es la pintura de una mañana de domingo. Estampa que podía ser de una novela rosa -pareja es la intencion de Martílas muchachas que salen de misa, las familias que se saludan, las gentes endomingadas. Estampa edulcorada, que prepara la presentación de las tres muchachas, tanto como de la trama amorosa que va a conducir a la tragedia. La estampa, por sus componentes, coincide con el material que habría necesitado un costumbrista. Igual ocurrirá cuando pasa por una página un desfile militar o se pintan escenas de una partida de campo o de la vida acomodada y hogareña, burguesa y de «tierra caliente». DETALLISMO DESCRIPTIVO Martí da un papel importante a la descripción. Es claro y ya veremos por qué. De momento interesa consignar la exactitud de su pintura de interiores, especialmente de una ornamentación tan significativa de la época. La antesala era linda y pequeña... De unos tulipanes de cristal trenzado, suspendidos en un ramo del techo por un tubo ocultu entre hojas de tulipán simuladas en bronce, caía sobre la mesa de ónix la claridad anaranjada y suave de la lámpara de luz eléctrica incandescente. No h a b’ia más asientos que pequeñas mecedoras de Viena, de rejilla menuda y madera negra... Por 10s bajos de la pared, y a manera de sillas, había, en trípodes de ébano, pequeños vasos chinos, de colores suaves, con mucho amarillo y escaso rojo. Las paredes, pintadas al óleo, con guirnaldas de flores, eran blancas... IMPRESIONISMO, PRERRAFAELISMO El secreto está en que Martí nos está pintando un mundo que hoy entendemos muy bien con sólo decir: «mundo modernista». Hay algún momento en que la escena que traza parecería haber sido hecha a la vista de un cuadro del tiempo en que la novela fue escrita, o quizás ANC’ARIO MARTIANO 315 más aún sugerencia de un sentimiento estético que Regó a imponerse algunos años más tarde. E s 1a muchacha pintora, trasunto de su propia hermana, la que nos dice cuál es su próximo proyecto: Sobre una colina voy a pintar un monstruo sentado. Pondré la luna en cénit, para que caiga de lleno sobre el lomo del monstruo, y me permita simular con líneas de luz en las partes salientes los Y mientras la luna le acaricia edificios de París más famosos. el lomo, y se ve por el contraste del perfil luminoso toda la negrura de su cuerpo, el monstruo, con cabeza de mujer, estará se verán jóvenes flacas y devorando rosas. Allá por un rincón con las túnicas rotas, levantando las desmelenadas que huyen, manos al cielo. Atractiva pinacoteca, nunca pintada, la de esta muchacha y colorea lienzos dentro de la más audaz y típica tendencia mento. No resisto a recoger otro: que traza del mo- Es como en una esquina de jardín y el cielo es claro, muy claro y muy lindo. Un joven,.. muy buen mozo... vestido con un traje se mira las manos asombrado. Acaba de gris muy elegante, romper un lirio, que ha caído a sus pies, y le han quedado las manos manchadas de sangre. Aún hay más. El titulado «Flores vivas», que es como el disparo Flores que simbolizan personas de CC una escopeta llena de coloresa. -en realidad, caracteres y pasiones como las vocales de Rimbaud-, y creo que las personas que se mueven en la novela: ...aquella rosa roja, altiva, con sombras negras, que se levanta por sobre todas las demás en su tallo sin hojas, y aquella otra flor azul que mira al cielo como si fuese a hacerse pájaro *y a tender a él las alas, y aquel aguinaldo lindo que trepa humddemente, como un niño castigado, por el tallo de la rosa roja. Doctrina estética que se expresa en la alusión a otro cuadro; «que parece de una virgen de Rafael, pero con ojos americanos, con un tallo He aquí todo el prerrafaelismo de la que parece el cáliz de un lirio». pintura, junto a la profusión de las formas liliales, tan propias del Modernismo, captada hacia la expresión de lo americano en los ojos también tan grata al surtido temático de aquella de la figura femenina, pintura. 316 ASI ARIO ASCARIO XlARTIASO MODERaVISMO, SOBRE TODO Y es que por otros caminos Manuel Pedro González: Martí que llamamos Modernismo. hemos ido a una parte personifica ese conjunto de las tesis de de tendencias Es esa cualidad la que hace que sus escenas costumbristas no lo sean. 0 que su detallismo descripcionista, cuando lo hay, no caiga en el realismo a lo Pereda. Son su sentido de 10 pictórico y su concepto simbolista los que dan un valor nuevo a su prosa. Por ambas cosas abunda tanto la imagen en ella. Y como instrumento, el vocablo inserto con precisión artística. Bien puede aplicarse a Martí su recuerdo a «los obreros de la fábrica de Eibar, en España, que embuten los hilos de plata y de oro sobre la lámina negra del hierro esmerilado». Por eso abundan las sedas joyantes, las ricas pedrerías, los ópalos. Toda la novela está cargada de concepciones simbolistas, desde la blanca magnolia con que se abre al lector. Cierto e indudable es que el azul y el blanco de que tanto usan los modernistas abundan aquí hasta lo increíble. La luz azul del domingo y la flor blanca, el agua azul del río y la espuma blanca de las aguas, los jazmines blancos en el vaso azul... Hacer al lector tencia de chal de rillas, en los trajes aquí una cosecha de blancos y azules podría hacer pensar en una monotonía descriptiva. No es así. Quizá por la exisestallidos coloristas. Junto a los jazmines y el vaso hay un seda encarnado, al río le acompañan flores azules y amael domingo también hay ramas verdes, rosas y el colorido de de las muchachas. Cabría observar que muchas veces el blanco y el azul no están empleados con el simple fin de dar notas de color, sino -al modo de un pintor impresionistapara dar sensación de luminosidad. La mayor parte de las veces así ocurre. Y la luz por sí misma, como Sensación 0 como imagen, aparece tanto 0 más que los colores señalados, verdaderos banderines estéticos del Modernismo. EL MARTf DE SIEMPRE Lo que no deja de ser importante es que a pesar de toda esta voluntad artística que amenazaría con dejar la novela en un plano esteticista, ya casi arqueológico hoy, existen en ella valores que le dan permanencia. Unas páginas envuelven gratamente al lector con la pin- MARTIANO 317 tura sencilla. a pesar del colorido, de una escena familiar, la de las muchachas cosiendo. Todo Martí está en el poema de Longfellow que uno de los perso«más alto)). najes de la novela recuerda. Ese «más alto», siempre como norma de vida coincide con SU fe y SU acción. Hay un capítulo en que por la pintura de dos figuras secundarias (Por respira la España liberal y la estancia del joven Martí en ella. otra del libro, en que se afloja la tensión cierto, páginas, como alguna esteticista.) Y no es difícil encontrar alusiones a la vida política -a la tragedia de la vida política de los pueblos de Hispanoamérica-. al sistema de educación español y otros temas que le era imposible el ritmo del abandonar, aunque tratados tan de paso que no hunden relato. de la modernista narración el Martí que Y tampoco desaparece de un firme ideario, que se expresa siempre con sabemos poseedor reciedumbre: en la descripción de una taza ornamentada con motivos indígenas, «recuerdos tenaces de un arte original y desconocido que la conquista hundió en la tierra, a botes de lanza». La idea de la libertad alcanzaba en Martí tonos de sublimidad, y en una nunca deja de surgir en su obra. Aquí le vemos defenderle opride sus opresiones, la q ue se hace sobre la mujer, de pensamiento mido por un recato gazmoño en una sociedad que es la de SU tiempo Pero quizá donde se hace más patente, y de todo el mundo hispánico. como en una salida irreprimible, es cuando, describiendo un juego de chocolate en el que hay tallado un quetzal prorrumpe, con un modo Inclán: «iel quetzal que hallaremos luego en Rubén y en Vallé cautivo o ve rota la pluma larga de SU cola noble, que cuando cae mere! » MARTf, DARfO A. SCHULMAN Y EL MODERNISMO, Y MANUEL PEDRO POR IVÁN GONZALEZ * POR OCTAVIO !klTH En un tiempo fue la unión hispanoamericana. Era la unidad sencilla, ingenua, espontánea, grande. Cuba, rezagada en la libertad, no estaba excluida. La Opinión Nacional, de Caracas, La Nación, de Buenos Aires, El Partido Liberal, de México, publicaban las crónicas de Martí, que luego reproducían más de veinte periódicos del continente. Jóvenes dispersos por éste se repetían los versos de Casal. Todo llegaba a todas partes con viveza de circulación sanguinea. El periódico, vehículo hacia muchos, hospedaba arte, cultura, espíritu, asomos occidentales al mundo. Después Un obstruir, vino inmenso reducir, la Unión Panamericana. cuerpo extraño introducido, oficializar, artificializar? Pero pensemos en dorados y más cabales, pueden volver. tiempos--que iqué de un puede hacer momento sino a otro, Por ellos trajina más de un ensayo de este libro. En el titulado «Evolución de la estimativa martiana», Manuel Pedro González deja claro y documentado que lo que los críticos actuales empiezan a ir viendo y diciendo de Martí se corresponde con lo que vieron y dijeron sus contemporáneos. Su prosa, «ese gigantesco fenómeno de la lengua hispana» en decir de Díaz-Plaja, fue parejamente y a fondo apreciada por quienes lo leían cuando vivía. Múltiples e inequívocos testimonios reproduce dicho ensayo, translúcidos todos de esos dos efectos típicos de la expresión martiana en el lector: deslumbramiento, e incitación al análisis que robustece a aquel. La década de 1882 a 1892 es la de la vertiginosa colaboración periodística, la de la presencia * Madrid, Ed. Gredoa, 1969. Con un prólogo de Cintio Vitier. ANUARIO 320 ASL .\RIO MARTI.iSO 321 3IARTIASO ubicua ! la difusión. Al expirar _ el período Jlartí se entrega CII <uerp \ alma a la tarea revolucionaria. El escritor pasmoso re oculta. .f’ rec,lu\-r cn eSe otro milagro que son sus cartas. sus apantes. vui c.01170.. >US’ diurior. en fin. todo aquello que 410 se irá conociendo tleSi>u&’ tlr~ 1930. Muere. pocos aiios más tarde. !- sus escritos e incdicias queda11 dispercos: muchos de sus papeles se pierden c!rfinitivamcnte: lo que’ se la publicando es fragmentario. v un poco a capricho. Durante el primer cuarto de este siglo la gloria literaria de Xnrtí sufre un eclipse casi total. Sus contemporáneos se van extinguiendo: la nilt’ia generación no lo conoce e ignora todo lo que signifiró su prosa durante dos décadas. Son, todas estas, expresiones de Manuel Pedro González. Kos permitimos añadir que el Panamericanismo paradojicamente aislante hizo el resto. Inciden aquí la oficialización v nrtificialización que decíamos. Se ve a los justos (siempre tan pocos) honrar casi exclusivamente al paradigma ético. al héroe trágico, al libertador mártir. Aunque sinceras las loas y motivado el vocabulario hagiográfico , ino es verdad que les ronda, y más de una vez agarra, la beatería (pecado de poco conocimiento, esto es, de poco e infirme amor), el dejarse ir por pendiente traficada? Se ve. como era de esperarse. a los bribones (siempre tantos) no perder la ocasión de deshonrar, liricamente, en fechas patrias e inauguraciones costosas. De un modo u otro, las calidades del escritor impar duermen larga y bellamente ocultas por el bosque crecido en torno. Llegan eventos y signos históricos favorables. Aparecen. a partir de 1936, dos primeras colecciones de Obras Completas (aunque, como es sabido. no lo sean tanto). En torno al hito de la guerra civil espaííola, en sus proximidades y después -hay causas obvias y otras que no tienen aquí espacio-., iberos ilustres y queridos vuelven hacia estas tierras miradas nuevas. les dedican atención pródiga y despejada. En España nunca se perdió la huella del «divino» Rubén, pero ahora iba quedando claro que él no había estado solo en América. Esta, por su lado, vive en la tercera y cuarta décadas de este siglo desde inquietudes cívicas y renovaciones académicas hasta cobros de alta lucidez y voluntad de destino -hasta verse, bellas y trágicas, aisladas y breves hogueras prometeicas, solitarias inmolaciones cuyos rescoldos no se han perdido. Cunde, pues, el conocerse y el reconocerse. En una y otra orilla Confluyen, y se refuerzan mutuamente para replanteos, debates y síntesis, o simplemente para deslindar antítesis irreductibles, el redescubrimiento de Martí y el avivamiento de la dilatada y saludable polémica sobre el modernismo. Por ambas vías, matriz la primera, avanzan hace tiempo en estas averiguaciones Iván -1. S~hulman y su maestro Manuel Pedro González. Con toda justicia entre la vanguardia exploradoralos -i:tía Vitier, en su prólogo, (tminpra)) en su símil, según aquello de «mina sin acabamiento» que de ‘rlartí dijo la Mistral. El retorno, la excavación es lenta, tropezada, de público escaso. Bien lo saben el prologuista y los autores de estos ensayos. A «fervorosos ingenuos» y a <<especialistas universitarios» reduce Vitier, y no meritorio y en progreso de la creemos que exagere, el conocimiento obra de Martí; ésta, en general, es «todavía la de un desconocido»; con lo que se explican «las contradicciones que a veces hallamos en estudios Más o menos, los desaciertos y desenfoques por lo demás excepcionales)). se centran en quién sabe qué prejuicios o remilgos por los que se viene a dar en separarle a Martí la expresión de la acción. Lo primero sería Tienen los trabajos de este libro que accidente y lo segundo esencia. machacar, una y otra vez, que en el Apóstol todo es uno y lo mismo. No hay por qué -como parece a veces que se quisieraperdonarle el Ni tomarla, aunque sea mediante el sihaber escrito tanto y tan bien. lencio, con su prosa decidida y sueltamente artística, ni con que ella inicie, funde el modernismo. Un don natural no requiere justificación; mucho menos cuando siempre estuvo sometido a la autenticidad y a la ética. Por otra parte, no se trata de nada accidental ni remediante «No es verosímil que alguien pueda convertirse de modo ni pasajero. ocasional y secundario en uno de los primeros escritores de la lengua», dice Vitier, a propósito de ciertas desmesuras (bien perdonables) de don Ezequiel Martínez Estrada; y en pareja afectuosa objeción, Manuel Pedro González: «en la voluminosa obra escrita de Martí no se encontrar5 ni una página en la que no palpite su alma trémula de “amor doloroso a la belleza” tanto como a sus semejantes». Los ensayos reunidos en este libro son de fecha varia, y no descoPero tenemos delante dos novedades de impornocidos entre nosotros. la panorámica sistematización producto de una doble labor tancia: autónoma pero afín y coordinada y la oportunidad y trascendencia de una edición europea, ahora que, sin hablar de los de España, surgen aquí y allá focos incluso universitarios -entre ellos Burdeos y Florenciade creciente interés por Martí y lo hispanoamericano en geneml, dos temas, como se sabe, inseparables. Al pronto, con tal o cual de estos ensayos, mejor dicho, de sus- títulos, parece que debiera acentuarse esa coma por alguno después de 322 ASICARIO MARTIANO Martí que aparece en el del libro. Sería aquella «coma mayor» que el mismo hlartí aiioraba. Pero la lectura de los textos disuelve ia Y es que cualquiera de los tres nominativos de la portada apariencia. lleva necesariamente a los otros. Y no es tan obvia la «razón histórica» de la contemporaneidad desde que plumas limpias y gallardas. creemos que por pasión innecesaria, han negado y siguen negando tal vinculación. Hay una manera ancha --en el «fondo» y en la «forma» y en cl espacio y en el tiempode mirar al modernismo. Arranca, en nuestros días, de atisbos y anticipos de Juan Ramón Jiménez y ha tenido y tiene, en España y América, autorizadísimos sostenedores. Nos parece que Schulman y Manuel Pedro González han llevado a lo exhaustivo la investigación y el análisis apoyantes de esa perspectiva. Punto central de ella es la rectificación del «dislate o superchería literaria» que tanto molesta a la buena pasión martiana de Manuel Pedro González y que atribuye a Martí y otros grandes de las letras hispanoamericanas el papel de meros precursores del modernismo. Tal estudiaba en su bachillerato, hacia 1936, el autor de esta nota. Martí, Silva, Casal, Gutiérrez Nájera, tan deleitosos, habían preparado, vislumbrado pero no alcanzado, como Moisés, la tierra prometida de la revolución literaria de estos occidentes. Ignoramos, con Manuel Pedro, quién fue «el originador del mendaz encasillamiento», y, con el mismo autor, pensamos que «quienquiera que haya sido... no conocía bien -no se preocupó de estudiar seriamente a ninguno de los cuatro poetas aludidos». Los cuales, en la rectificación, pasan a ser iniciadores, esto es, plenamente. y ya modernistas. Y al menos para los críticos que comentamos, a los que adherimos con entusiasmo, el iniciador máximo y decisivo lo es Martí. Y, con Vitier, creemos que el Apóstol «no sólo hizo la revolución a través de la palabra, sino que revolucionó a la palabra misma, haciéndola girar en el sentido de América y abrirse a la fecundación de los nuevos tiempos». No es nuevo este punto de vista sobre la paternidad del modernismo: lo abona un rico plural de opiniones, de contemporáneos de Martí y Darío, exhumadas por Schulman y Manuel Pedro González. Pero aquí también operó el eclipse ya indicado, y esa lucidez hibernó luengamente. De modo parecido, tiene ya su edad la alusión a «lo mucho que Darío debía a Martí», mas a los autores de este libro corresponde el trabajo en equipo de haber explayado, textos en mano, el concreto y entusiasta resonar de la prosa martiana en la del nicaragüense. ASCARIO 3IARTI.4SO 323 Pariente de todos esos reajustes es el que se enfrenta a otros prejuicios (i0 serán rechazos temperamentales?), esta vez contra el moc!;rni-:no en general, aunque ensañados algo, al son de reproches de hopur abandonado, con Rubén Darío. «Rubén. divino trompo de música, juguete en las manos del C;zEor ...» Tal habló el Pantarca -la noche era oscura y sofocante; Y, desde el Valle de Josafat, don Eugenio se rompía un largo silencio--. D’Ors nos cuenta que afíadió: «Cuando sientas el dolor darte vueltas, enroscándosete al cuello, Rubén, no llores: es el Señor, que te da cuerda.» Rubén no es sólo, todo el mundo lo sabe, el depilado aire -música y soplo-que parece haber cortejado oídos y calado pabellones de jardín en el XVIII, ni los ensueños, dispsómanos o no, con doradas salvedad? carnaciones de ninfas en fuga. Mas, ipor qué la obligatoria ;.no es sobrecargada adustez (pura «desaborición», en decir tartésico) apretar las cejas contra aquel aire suave y picante y aquellas ensoiQ& regonaciones; pensarlos quizás pecados de leso americanismo? cijo, en cambio, de no cerrar los ojos a cierta gracia impar, a cierta iRenegaremos de la perspicaz delisin igual flexibilidad americana...! cadeza, del refinamiento natural de las civilizaciones indígenas, perecidas como tales pero qu- p sentimos que dan el tono en tantas cosas? Hay la carnalidad ingenua de la selva del quetzal; hay, en la sangre, el sello de los guerreros bravos, dolientes y floridos; hay el trance de la provincia que se abre fina y ávida, y mira a todas partes, y acoge ? No había influjo para recrear. i Afrancesamiento mejor a escoger, y es visible, aún antes cle Cantos de vida y esperanza, que Rubén 10 resuelve muy a su modo, con una soltura y variedad de invención, con arbitrio e inasible toque de «juguete del Señor» que no son, si se acrático Verlaine, la usual entrega excluye por ventura al también Dejando sin zanjar aquello solemne de de la sabia simetría francesa. cabe atenerse, con su compatriota Pablo si es o no el poeta de América, Antonio Cuadra, a lo más sencillo de que todo él es América. Darío, además, no es todo el modernismo. Éste, leemos aquí, no en 1888, ni termina en 1916 con la muerte del empieza con Azul..., poeta. No vemos defendible negar el ensanchamiento hacia atrás ( 1882) por la inclusión señera de Martí, y nos parece cuando menos interesante y prometedor (vastedad de lo del ebarroquismo americano») el ensanchamiento hacia adelante que propone Schulman en el primer ensayo de este libro, «Reflexiones en torno a la definición1 del modernismo». No se extendería el movimiento, o sus consecuencias, sólo hasta 32-l ANCARIO 5lARTIASO 1932, cosa que daría un medio siglo bastante aceptado, sino que estaría presente en la preocupación por la forma, en la trabajada prosa -no se habla de técnicas narrativas de intercambide la novela hispanoamericana actual. Esto, y la dimensión de profundidad telúrica, espiritual y ética que aporta Martí, otorgarían al modernismo la autoctonía y fecundidad que de vez en cuando le son negadas. desarrollos, novedades y probanzas Jlayores y mejores precisiones, contiene este libro, en el que encontrará el lector, a partir del prólogo, una muestra de las últimas latitudes alcanzadas por la indagación literaria en torno a los tres temas conexos que su título enuncia, no ocultándose el giro sobre eje martiano ni desdeñándose, sobre todo en Schulman, las pinzas estilísticas tan del dia. Iván A. Schulman, en su bien sabido, justo, un poco rígido, técnico español, es el autor del ya citado primer ensayo y de los dos últimos, titulado el uno «Resonancias martianas en la prosa de Rubén Darío (1898-1916)», que continúa otro anterior, no incluido aquí, de su maestro y amigo; y el otro, «Darío y Martí: “Marcha triunfal”, “El centenario de Calderón” y “Castelar”». Pone la objetividad científica, el inapreciable acopio de datos y cuidado y mesura en argüir y probar. Intercalados entre los suyos están los cuatro ensayos debidos a Manuel Pedro González, quien, sin esquivar el avezado rigor de tradicional estilo, añade ese calor y aun acaloramiento inconfundible de todo martiano, en los estudios rotulados «Evolución de la esti«José Martí, su circunstancia mativa martiana», al que ya aludimos, y su tiempo», ((Conciencia y voluntad de estilo en Martí ( 1875-1880) »y «Martí, creador de la gran prosa modernista». NOTAS CRÍTICAS 1 ESTUDIOS BTARTIANOS. Iván A. Schulman y Manuel Pedro González: Martí, Darío y el Modernismo. 259 pp. Madrid: Gredas. Amcario Martiano 1. 375 pp. Habana: Consejo Nacional de Cultura. -En «Martí, Darío y el Modernismo», Iván A. Schulman y Manuel Pedro González han intentado una seria revalorización de Martí y el papel que representó en el movimiento Modernista. Cintio Vitier hace en el prúiogo un hábil resumen de la tesis del libro, al que añade sus propios, interesantes paralelos entre la obra de Martí y la de César Vallejo. En «Reflexiones en torno al Modernismo», el Dr. Schulman seiiala que la mayoría de los críticos acepta ciegamente la pretensión de Darío, expuesta en el prefacio a acantos de Vida y Esperanza», de haber sido él quien iniciara el movimiento destinado a regenerar las letras hispánicas; y, por esta razón, se fijan generalmente los comienzos del modernismo en el año de 1888, fecha en que publicó «Azul», y las postrimerías en el 1916, año de su muerte. El Dr. Schulman sostiene de manera convincente que el papel de Martí como innovador no sólo es tan importante como el de Darío, sino que lo antecede. Tanto sus ensayos como los de Manuel Pedro González, constituyen bien fundamentados alegatos para hacer de Martí la figura central del Modernismo y no uno más entre los precursores. Pero si Martí ha de verse a esta luz, surge otro problema de inmediato. y es el encontrar una definición cuya amplitud abarque estilos muy diversos que van desde «el afrancesamiento al tradicionalismo hispánico». De acuerdo con el Dr. Schulman, el común denominador puede hallarse en la búsqueda general de nuevas formas de expresión en la compartida «angst» de la época, en el común rechazo de la sociedad contemporánea. Aboga por el reconocimiento de las múltiples . . .4SL-ARIO 326 ANL-.4RIO Bl.4RTI.4N0 fuerzas contradictorias que obran dentro del Modernismo, uno de cuyos la influencia que a un tiempo ejercieron ejemplos es Iã paradcjica in\-e:<ligación positivista >- el nue-;o espiritualismo fin-de-sièrle. . I En resumen. sostiene que el Modernismo es un movimiento smcrese extiende hasta el presente. Uno podría quizás tiro cuya influencia la definición del modernismo a tales extremos, í:7güir que al dilatarse rr su significado. El trabajo del Dr. Schulman, !br:nino nc.&a por perd Cl fundamenta m;‘,s al15 de toda duda la talla de Martí como sin em!,ar::-3. Por ejemp!o, en un SS10 ocasionalmente fuerza la mano. pro&ta. artículo sobre «Darío y Marti» menciona la influencia de Martí scbre la posibiCT <,Castelur;: de Darío, pero 110 parece haltcr contemplado que habría podido infi;lir sobre lidad dc un estilo común de retórica ambos. LGS artjculos de Manuel Pedro González se ciñen a la valoración del cjtilo de Martí como prosista. Dos de ellos, «Conciencia y voluntzd de estilo en Martí» y «Martí, creador de la gran prosa moderdesarrollo estudios en torno a la naturaleza, nista:,, son importantes y variedad de los escritos en prosa de Martí. Sin embargo, también é] se concentra con demasiada exclusividad en el examen de las inPura hallar algún trabajo de investigación en torno fluencias literarias. a la tradición y los estilos de la oratoria del siglo XIX, terremos que acudir a artículos de Cintio Vitier en el «Anuario Martiano». primera p=,blicación de la recientemente creada «Sala Martí» de la Biblioteca Nacional de Cuba. El trabajo «Los discursos de Martí», de Cintio Vitier, sugiere la influencia de las estructuras retóricas contemporáneas, si bien su estudio no abarca otros escritos en prosa que los discursos políiicr~. Curiosamente, no obstante la reverencia que rodea a Martí como awktol de la independencia cubana, los estudios serios en torno a su obra son de fecha relativamente reciente. Tanto «Marti, Darío y el Modernismo» como el «Anuario Martiano» están comprensiblemente A m b os señalan la extensión de áreas imbuido? de fervor misionero. todavía i:?explorados. No. Traducido 3540, de p. 4). 7% Ttnzes Literary Supplement (Londres, 10 de enero de .\IARTI.4:\-O 327 II TRES ASTOLOGíAS MARTIANAS Nunca se enfatizará bastante la necesidad de hacer y difundir buenas selecciones de un autor que, como José Martí, precisamente por haber escrito tanto, y con tan mwtenida calidad, corre el riesgo de no ser leído, o de ser leído inadecuada y confusamente. Casi juntas han llegado a nosotros tres antologías que, con diversas perspectivas. se proponen remediar ese peligro. Son ellas la presentada por Mauricio MagdaIeno, la antología crítica compuesta por Susana Redondo de Feldman y Anthony Tudisco, y la del profesor Raimundo Lazo.* El volumen prologado por Mauricio Magdaleno es en realidad una reedición del que publicó originalmente en 1942. Los años transcurridos, tan llenos de cambios y ahondamientos en la estimativa martiana, dejan atrás algunas de sus páginas liminares, que permanecen sin embargo vigentes en el eje de su fervor americanista. La evocación biográfica contiene algunos errores, como el de afirma; que la primera colaboración de iMartí fue para una hoja clandestina estudiantil llamada El Siglo (por El Siboney); o que Mendive, «con la plana mayor de los intelectuales autonomistas», lanzó el primer número de La patria libre; o, más adelante, que el rico industrial a quien Martí se dirige en una patética carta se llamaba Eduardo Dato (por Eduardo Hidalgo Gato, lo que puede ser error tipográfico) ; o que el texto escolar conocido como el Mantilla, es obra indudable de Martí, etc. Ya en el plano de los juicios, nos parece discutible la reiterada afirmación de que «en México, entre otras cosas, le maduró a Martí su prosa», pues campar-’ timos el criterio de varios críticos según los cuales esa madurccicín se produjo más bien a principios de la década del 80, en Nueva York y en Caracas, -sin olvidar que una cierta madurez genial le fue siempre ingénita, como lo prueba El presidio político en Cuba. Más desautorizada por los años transcurridos desde que este prólogo se escribió, resulta la siguiente acotación: «La guerra entre las democracias * 1970, 1968. Marti. (Col. Zo&a;;ífica. Prólogo p selección de Mauricio Magdaleno. México, Edicioí?es Oasis. Pensamiento de América, Serie II, Volumen 1X.)-José Martí. ariloSelección, estudios. y notas de Susana Redondo de Feldman y Anthony . New York, Las Amerxas Publishing Company, panoamericanos, Número 2.) -José Mar~i, hombre apostólico páginas. Estudio, notas y selección de textos por Raimundo Porrúa, 1970. (Col. «Sepan cuantos...n Núm. 141.) 1968. (Col. Clásicos Hisy escritor. Sus n:ejore< Lazo. México, Editorir! AIVUARIO 328 .a‘;CIRIO de -América y- cl Japón ha sido declarada hoy, domingo 7 de dicietnb:e de 19 $1. fecha grande como la del inicio de las Guerras Púnica<. Del encuentro tremendo -en el cual tendremos seguramente lugarsaldra la noción panamericana robustecida, confirmada, limpia de prej:!icios.» En 1968 estas palabras pudieran haberse, por lo menos, suprimido. Válidas siguen siendo, en cambio, las que se dedican a subraj-ar la pasión americanista de Martí, justamente relacionada con iu experiencia de México, así como sus anticipaciones políticas y eduVálidas y reveladoras de un auténtico saber martiano son cacionales. las siguientes: «Creía en los poderes del sacrificio personal; en las fuerzas de la fe, que mueven los mundos; en el perfeccionamiento constructiva del amor; de la especie por el dolor; en la exclusividad la unidad de los hombres; en la eterna necesidad de libertad; en Sobre estos dos últimos temas insiste la selección, Cuba y en América.» cuy-os tres primeros artículos -«Manuel Acuña», «Las asociaciones de obreros» y «Una novela en el Central Park»-, no obstante ser este último una joya estilística, resultan francamente discutibles, si se considera la ausencia de páginas mucho más importantes. En conjunto es éste un libro muy sellado por la personalidad y mexicanía de SU prologuista y antólogo, a quien debíamos ya Fulgor, de Martí (1941), representativo de una generación que, de buena o mala fe, creyó en los engañosos mirajes del «panamericanismo>). Muy diversa es la orientación de la antología compuesta con propósitos didácticos, para los estudiantes norteamericanos, por Susana Reseguidores de la .que en justicia puede dondo y ,Anthony Tudisco, llamarse la escuela docente y crítica de don Federico de Onís, a quien se dedica la serie El ensayo en América, que con este libro comienza. Prwedlda por una amplia semblanza biográfica, escrita con abundante información y sencillez comunicativa, la excelente selección se estructura en torno a tres ejes: «Cuba-España», «Cuba-Estados Unidos», su vez cada una de estas sec«Cuba-Nuestra América», precedida a También consta el libro de una cuidadosa ciones por un prólogo eficaz. y- escogida bibliografía, un «Índice de referencias» de positiva utilidad y dos manas ilustrativos. Los autores de esta antología «crítica», pero sobre todo dorente, demuestran en sus comentarios un sólido conocimiento de la obra martiana, especialmente en su aspecto literario. Con honestidad y competencia. dentro de los limites didácticos previos, han hecho un buen servicio al conocimiento de Martí en los medios universitarios norteamericanos. t2il MARTIA30 329 ‘I.iRTI.130 Buen servicio también, y de más vasto alcance por la pro>-ccción ensayística y la mucho más nutrida selección, es el cumplido por Raimundo Lazo en su citada antología. Fruto ya madurado después de una larga dedicación a estos menesteres, el prólogo de Lazo contiene desde SLE primeras páginas ideas personales y sustantivas que aportan nue\ a; luces. Baste aducir las siguientes observaciones, rectificadoras de la tendencia a creer en una exclusiva ((evolución rectilínea del estilo», cupo interés no escapará a quienes estén al tanto de las diluci. daciones estilísticas en torno al proceso de acendramiento de la prosa martiana. Escribe Lazo: L a persona de Martí, transparente y sólida, es de unidad dia. mantina, pero sus personalidades, sus modos de expresión, su estilo, parecen presentar una especie de multiplicidad de frentes sincrónicos en cada época, porque, si en los primeros años de la década del 80 se muestra libre de superfluo barroquismo y de gastados artificios románticos, dominador de una prosa directa y ágil, excepcionalmente dotada de fuerza y cromatismo, en la que lo leve o armonioso o lo pintoresco no perturban la naturalidad, singular virtud, como en algunos de sus ensayos de aquel tiempo, como en su programa de la efímera Revista Venezolana, o en sus excelentes Cartas de Nueva York a La Opinión Nacional, de Caracas, y a La Nación, de Buenos Aires, si esto es evidente, entonces, en la década siguiente, o hay que reconocer un retroceso en ese estilo nuevo, y la vuelta a exaltaciones románticas y a abundancias barrocas, o con criterio realista reconocer la influencia de circunstancias y situaciones de orden sicológico y social que determinan la vuelta a la abundancia verbal, al párrafo largo y complicado, y a la vehemencia y a las imágenes verbales, en las que, más bien por excepcion hay impresionante sencillez y naturalidad, estilo frondoso y exaltado que en el año 1891 domina en sus discursos patrióticos y efegíacos a 10s cubanos emigrados de Tampa, en el epistolario de aquel tiempo, o en el discurso de poco antes, al finalizar la década anterior, de 1883, ante los delegados a la primera Conferencia Americana, lo mismo que en el discurso de fecha tan avanzada como 1893, en homenaje a Simón Bolívar, más naturalmente propicio a la grave elocuencia de la evocación histórica. Ejemplos convincentes y numerosos como los anteriores prueban 10 inconsistente de confiar demasiado en la aparente evolución rectilínea del estilo, para cuya determinación se atiende de modo exclusivo a eruditos criterios y comparaciones de estética y de teoría .e historia excluyentemente literarias. Por el contrario, pa rece que debe atenderse a un conjunto numeroso y variadísimo de motivos de cambios de estilo, a circunstancias y situaciones de 330 ANUARIO MARTIANO orden económico, época. obstaculizan rales de rectilínea sicológico y social que, al influir en cualquier e impiden el establecimiento de normas genediacronía estilística. El propio Martí, en repetidas ocasiones, se refirió a la necesidad de adecuar el estilo al tema, o al ánimo, y recibir de ellos su inspiración, tonalidad y forma. Lazo precisa lo que podemos llamar, no tema o ánimo, sino, exactamente, contexto. es decir, «circunstancias y situaciones de orden económico, sicológico y social» que se convierten en ((motivos de cambio de estilo». De este modo el también indudable proceso rectilíneo (implícitamente aceptado por Martí cuando dice: «la prosa viene con los años»), debe enriquecerse con esie doble contrapunto del tema y el contexto, que le dan a aquel proceso su verdadero y viviente sentido, ya que en rigor, aunque a veces no lo parezca, el estilo, como la vida, es siempre irreversible. Ta calidad del prólogo de Lazo corresponde a la calidad general de la minuciosa y casi miniaturesca selección, hecha con esa especie de angustiosa avidez que necesariamente se apodera de quien intenta dar una imagen de todo Martí en poco espacio, lo que a su vez conduce a la fatalidad del excesivo fragmentarismo, lamentable en varias páginas de este libro. Un «Guión biográfico cronológico)) y una «Bibliografía mínima» lo completan como fino y serio libro de iniciación que ojalá se difunda en la medida de sus merecimientos. CINTIO NOTA VITIER FINAL Lamentamos que no haya llegado a tiempo a nuestro poder, para incluirla en este número del Anuctrio, la nota critica prometida por el profesor André Joucla-Ruau sobre la edición francesa de las poesías de Mark (en la colección Poètes d’aujourd’hui, Pierre Seghers, París, 1.970)) prologada y escogida por Juan Marinello, con versiones de Josep Carner, Emilie Noulet e Irma Sayol. La importancia de este libro, muy atractivamente ilustrado con fotos y facsímiles, no será para el próximo uì;.ciertamente pasajera. Al ap 1azar su publicación mero, sabemos que la esperada nota no perderá vigencia. ,. NOTICIAS THE JOSÉ MARTÍ Y COMENTARIOS FOUNDATION. Esta institución, de la que dimos noticia en el número 2 del Anuario, ha circulado el siguiente prospecto y convocatoria que traducimos íntegramente: «La Fundación José Martí fue creada en la primavera de 1969 mediante una generosa donación de Manuel Pedro González, Profesor Emérito de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de California, Los Angeles, y Presidente de la Fundación. »La Fundación recibió el nombre de José Martí (1853-1895), el poeta, ensayista y dirigente civico cubano, que ofrendó SU vida por la independencia de Cuba. De acuerdo con las palabras del eminente humanista, el fallecido profesor Federico de @ís, la vida de Martí “fue una de las más intensas, puras y nobles jamás vividas sobre la tierra”. Fue un verdadero genio, un hombre multidotado que se distinguió en todo cuanto llevó a cabo; un brillante dirigente político, un pensador profundo, un poeta sobresaliente, un eminente orador y qUizás el prosista más original del idioma castellano. Su filosofía social, política y moral, tanto como su doctrina . estética, fueron compendiadas en millares de apotegmas de los cuales el escritor y biógrafo alemán Emil Ludwig ha dicho que estaban escritos en un estilo tan vigoroso y penetrante que pudieron haber sido ANI-ARIO escritos por Xietzsche... De ser traducidos. estos aforismos serían suficientes para convertir a Martí en guía espiritual del mundo. En la agitada civilización occidental contemporánea, entre movimientos de anarquía y eataclismos, disentimientos y alienaciones, la fuerza moral de los escritos de Martí, así como el ejemplo altruista de su vida y sus acciones, tanto en el aspecto individual como en el de dirigente político, podrían muy bien servir de guía espiritual, para usar la frase de Ludwig. »Creemos, en consecuencia, que es de la mayor importancia estimular el interés en el estudio de Martí y de su obra. Tal es la actividad fundamental de la Fundación. Al establecerlo así, la Fundación espera crear nuevas sendas para la comprensión humana y proveer soluciones creadoras a los problemas apremiantes de una sociedad votada a la tecnología pero confusa y dividida. Es el sentir de la Fundación que el estudio de la obra de Martí podrá proveer las sendas y las soluciones que tan desesperadamente se necesitan en el día de hoy. »El ejemplo de Martí y sus ideas poseen significación para el mundo entero: pero más particularmente para América Latina y Estados Unidos. Martí es el eslabón que une las dos partes de este hemisferio. Vivió alrededor de quince arios en los Estados L-nidos y escribió brillantemente, a la vez con admiración y crítica, de las más importantes figuras de la cultura nortearnericana y de su proceso histórico. Escribió de los Estados Unidos para el público de Latinoamérica ; por consiguiente, cuando hoy acudimos a él para un análisis de las dos Américas, hallamos en sus trabajos una evaluación de los problemas de ambas areas culturales.» LA FUNDACIÓN JOSÉ MARTf PREMIOS Un premio de cada cinco años, tesis doctoral que una Universidad sobre un aspecto Martí. 5 000 dólares, para la mejor se escriba en norteamericana de la obra de Un premio de 1000 dólares, anual, al mejor estudio monográfico sobre la obra de Martí, basado en un tema que escogerá anualmente la Directiva. Para 1971, el tema será: EL NEGRO EN LA OBRA DE MARTÍ. Su papel social y cultural la cultura de los Estados dos y de América Latina. en Uni- Se otorgarán premios oeasionales a libros y artículos sobre Ararti. Estos estudios pueden estar escritos en inglés o en castellano. La monografía deberá tener una extensión entre 80 y 100 páginas. BASES DEL CONCURSO 1. Los premios serán otorgados por la Directiva de la Fundación José Martí. La Directiva será el único jurado de los premios. En el caso de que, en opinión de los jueces, ninguno de los trabajos sometidos sea de calidad sobresaliente, no se otorgará ningún premio. En el caso de que se reciban dos manuscritos igualmente excelentes, se dividirá el premio en partes iguales. 2. El premio de 5 000 dólares se otorgará por primera vez en 1974. Cuatro copias del manuscrito, mecanografiadas, a doble espacio, deberán enviarse a la Secretaría de la Fundación, antes del 10 de septiembre de 1974. El fallo se anunciará el 30 de diciembre. 3. El premio de 1 000 dólares se otorgará por primera vez en 1971. Cuatro copias del manuscrito, mecanografiadas, a MARTI.4?iO 333 espacio, deberán endoble viarse a la Secretaría de la Fundación, antes del 10 de septiembre de 1971. El fallo se anunciará el 30 de diciembre. Tanto los candidatos al premio de 5 000 dólares como al de 1 000 deberán ser estndiantes graduados, matriculados en alguna Universidad norteamericana. Su estudio sobre Martí deberá ser resultado de una lectura e investigación serias, y deberán representar una contribución significativa a la comprensión y evaluación de la obra de Martí. únicamente aquellas tesis o estudios considerados de calidad sobresaliente por los profesores de los estudiantes deberán ser enviados al concurso, ya que el criterio fundamental para otorgar los premios serán la originalidad ,y la excelencia de los trabajos. Los premios no estipulados se otorgarán a estudios críticos sobresalientes sobre la obra de Martí. No hay restricciones en cuanto al «status» del escritor, su profesión 0 nacionalidad, para la concesión del premio. Sin embargo, dichos estudios deberán ser de una alta calidad y, como los otros, serán juzgados exclusi- 334 ASL ARIO vamente por la Fundación. 6. ANUARIO .\IARTIANO la Directiva de La Fundación hará cuanto esfuerzo sea posible para que los trabajos premiados sean publicados en los Estados Unidos o en el extranjero. Cuando sea del caso, la Directiva recomendará la introducción de modificaciones en un manuscrito como condición para recomendar su publicación. Para ulterior información y planilla de admisión, escribir a: Profesor Iván A. Schulman, Secretary José Martí Foundation Department of Romance Languages State University of New York Stony Brook, New York 11790 *** parece necesario encarecer la nobleza de los planteamientos en que se basa la Fundación José Marti, ni la importancia de SUS premios. Sabemos, además, los esfuerzos que se están haciendo para darles también una dimensión europea y latinoamericana en el futuro. Felicitamos con profunda gratitud, una vez más, al infatigable Manuel Pedro González, con quien la cultura cuNO baria está en deuda desde hace tantos años; y les hacemos ll~,oar nuestros mejores votos a él !- a :ìIS colegas Schulman. Fogelquist. Phillips y Arrom, que integran la Junta Directiva. Las páginas del Anuario, desde luego, se ofrecen para dar las primicias cn español de los trabajos que ellos premien. Invitado por el Instituto Hispanoamericano de la Universidad de Florencia, Cintio Vitier ofreció durante el mes. de abril de 1970 un Seminario sobre «Martí: el revolucionario y el escritor)). En la Facultad del Magisterio de dicha Universidad pronunció también una conferencia titulada ((Imagen de José Martí», que Tuvo aparece en este Anuario. además un encuentro con los estudiantes latinoamericanos de Florencia y ofreció cn el Centro di ricerche per l’dmérica Latina de esta ciudad y en el Semima. rio de Literatura Españo!a de la Facultad del Magisterio de Roma, sendas charlas sobre la poesía cubana en la Revolución. Du-Tante su viaje Vitier comprobó que la presencia y actividad de Oreste Macrì, profesores como Giovanni Meo Zilio, Mario Sabbatini, Antonio Melis, Carmelo Samoná, Dario Puccini, Giuseppe Bellini y otros no menos prestigiosos, convierte a Italia en uno MARTí EN FLORENCIA. de los países donde con mayor seriedad y devoción se estudia la cultura iberoamericana; y que, muy especialmente, el referido Centro de investigaciones florentino tiene ante sí un espléndido futuro de trabajos verdaderamentc sustantivos y esclarecedores. . En cuanto a Martí, el profesor Meo Zilio, Director del Instituto y del Centro, se propone dedicarle un estudio tan amplio y sistemático como el que ya tiene publicado sobre César Vallejo; mientras Antonio Melis, que colaboró con un penetrante ensayo sobre «Lotta antimperialista e lotta di clase in José Martí» en el número de Ideologie dedicado a Las raíces históricas de la re-. volución cubana (Roma, números 5-6, 1968), prepara una selección de escritos políticos martianos, traducidos y prologados por él. No en vano Martí, que comparó la prosa de Emerson con las piedras irregulares de los palacios florentinos, que amó a Italia y le dedicó páginas tan fervorosas como lúcidas, escribió en La Opinión Nacional de Caracas, el 17 de noviembre de 1881: «Donde amó Dante y esculpió Buonarroti, alcanzó el hombre su más grande No en vano alli está, altura». como símbolo de la altiva justicia de los pequefios frente a los gigantes, la consagración artística del David con su honda. Al MARTIANO amor responde, y él lo sabía. siempre? 335 el amor; MARTI’ EN ~oscti. El 15 de mayo de 1970, en la Sala Mayor de Lectura de la Biblioteca Gubernamental de Literatura Extranjera de Moscú, se conmemoró anticipadamente el 75 aniversario de la muerte de José Martí, con la participación de A. M. Zorina, quien pronunció las palabras introductorias como miembro del Consejo de Dirección de la ‘Sociedad de Amistad SoviéticoCubana, y V. 1. Shishkina, quien disertó sobre la «Vida y obra de José Martí». También se leyeron poemas traducidos por 1. Timanova y P. Grushkó, se proyectaron películas y se expusieron libros de y sobre el Apóstol de Cuba. El benemérito martiano Valeri Stolbov, en un inteligente resumen del sentido de la obra de Martí, aparecido en Novedades de Moscú (número 5, 1970), nos informa breve y eficazmente: «En la Unión Soviética, el estudio y la publicación de la obra de José Martí se emprendió de manera más consecuente en los años cincuenta. La primera edición en ruso se hizo en 1956, cuando la editorial “Gospolitizdat” publicó una selección de obras escogidas suyas, recopil+das por V. ErmoIáiev y E. Kólchina. Después, en 1963, se publicaron sus Escenas 336 ASL \RIO MARTlASO Ilorteamericanas y también libroS sobre él: José ,liurtí, escritor americano de Juan MarineRo; Martí antimperialista de Emilio Roig de Leuchsenring y una serie de trabajos de investigadores soviéticos. Por ejemplo, el año pasado, salió Concepciones socio-políticas de Ics¿ Jlarti de V. Shishkina. Actualmente, la editorial “Judlzhestvennaya literatura” prepara la edición de un volumen de sus obras escogidas, en el que entrarán sus versos, artículos de crítica literaria, ensayos y diarios.» MARTÍ EN «LABOR». En el tomo 5, página 403, de1 lujoso Diccionario enciclopédico Labor (Barcelona, 1967), se lee lo siguiente: «Martí, José. Biog. Escritor cubano, La Habana 1353, + Boca de Dos Ríos 1395. Al servicio de la independencia cubana, bien pronto se da a conocer como poeta con su poema dramático Abdalá (sic). Por sus ideas políticas tuvo que abandonar su país, estableciéndose en Nueva York, donde publicó interesantes artículos y, más tarde, en Venezuela, donde fundó la Reuista tqenezolana. Estudió luego Derecho y Filosofía en España y vivió en Paris. Representó después a su país en Argentina. Cruguay y Paraguay. Su estilo original y su vocación americanista hacen de él un adelantado del modernismo. Obras: Amor con amor se paga; Versos ASCARIO sencillos (1391); La bailarina o L,a Iliria de Guatemala, de marcada tendencia modernista: ISmcelillo: T7ersos libres (1392). y .-imi.tttrc! fr:rzesta (1335). novela.)) Sería (lifl<~il imaginar una ((desinfurmnc~ión)) más minuciosa en tan pocas e insuficientes líneas. A saber: Martí no fue primero a Estados Unidos sino a Espaiía, deportado después de padecer el presidio político; no puede decirse que «vivió» en París, sino que estuvo allí de paso; se omiten en cambio sus importantes estancias en México y Guatemala; nunca estuvo en Argentina, Uruguay y Paraguay, y mal hubiera podido representar en esos países a «SU país». que era entonces colonia espaiíola: lo cierto es que representó a esos países, como cónsul, en Nueva York. En cuanto a las obras, lo correcto hubiera sido citar IsmaeZiZZo ( 1332) y Versos libres (no publicados por Martí, escritos entre 1373 y 1332) antes que los Versos sencillos, a los caa!es pertenecen los poemas conocidos como «La bailarina espafiolan y «La niña de Guatemala», confundidos en la nota como un solo poema. Confiamos en que estos errores se rectificarán en la próxima edición del Diccionario enciclopédico Labor, dedicándosele además a Martí la mayor atención que merece como figura DIRíO. revolucionario, de América. PERO TAMBIÉN escritor y MARTí. Agradecemos a Juan Larrea el en\ iti del siguiente pasaje de un discurso de Carlos Romagosa, leído en el Ateneo de Córdoba, Argentina, en la velada literariomusical celebrada en honor de Rubén Darío el 15 de octubre de 1396, e incorporado con el título de El Simbolismo a su libro Labor literaria, publicado en Córdoba por la Casa Editora de R. Bruno y Cía., en 1393: «Azul... tuvo un éxito asombroso. Cundió por todo el continente; dio origen a serias discusiones; pasó los mares y llegó a manos de altos críticos españoles, quienes le prodigaron explícitas y razonadas alabanzas. Azul... fue un libro leído con pasión en la América Latina, porque por primera vez se veían transportadas a idioma español las cualidades plásti. cas, pictóricas y musicales del francés; y Rubén Darío quedó considerado el primer iniciador americano del nuevo ideal literario. »Ciertamente, antes que Rubén Darío, justo es recordarlo, otro americano había arrancado a la lengua de Cervantes vibraciones desconocidas; pero tan distintas a las que arrancara Darío, que en nada empalidecía la origina- JIARTI.4ìVO lidad y los méritos poeta. 337 de este joven )>.lquel otro americano era Jose _\Iartí. a quien no puedo nombrar sin evocar su sombra para tributarle las expresiones de mi admiracicin y de mi gratitud: de mi gratitud de hombre, por su caracter diamantino y por su talento relampagueante, fuerte y original: de mi gratitud de americano, porque murió por querer ver libre a su patria: aquella hermosa Cuba, ceñida por aquel mar de las Antillas, que ora se presenta sereno y azul como un lago, ora tumultuoso y lívido como un océano: como si lo acometieran súbitas impaciencias y furores al no poder reflejar completamente libres, en su ancho, ondulante y profundo cristal, aquellas espléndidas islas artísticamente engarzadas en él. »José Martí es para mí la personalidad más original que ha producido la América: era grande por su corazón, por su alma y por su talento. Su corazón era una esponja sensitiva, que absorbía todas Ias amarguras de los desencantos de la vida, sin exprimir jamás una gota sobre nadie. Su alma podía compararse con esos árboles balsámicos del trópico. que, según la frase indiana, impregnan de dulces perfumes el hacha que los hiere. Su cerebro contenía una savia inmensa y vi- 338 ANUARIO MARTIANO vaz. que se desbordaba en’ extrañas producciones literarias, que tienen toda la exuberancia, todas las armonías. todos los encantos v todas las misteriosas penumbras del trópico. Sus escritos eran de factura extraña y profusa; pero sebía también perfectamente, encajar la amplitud del concepto en la brevedad de la frase; su sintaxis era laberíntica pero espléndida; sus períodos literarios, martillados y resplandecientes como escudos homéricos. Y aquel y aquella noble gran corazón, alma, y aquel fuerte talento se sintetizaron en un poema heroico, en un poema heroico que Mar& dedicó a la libertad de su patria: -poema que trazó al aire libre, tomando por pluma una espada y por tinta la hirviente, tumultuosa y relampagueante sangre de sus venas! »Para mí, José Martí y Rubén Darío son los escritores más originales que ha producido la América, y a quienes más debe la lengua castellana. Martí ha arrancado a la lengua de Castelar sonoridades metálicas nunca oídas, y Dario le ha impreso ductilidad, tintes y armonías, que no se la había supuesto susceptible de admitir, como lo ha reconocido el mismo don Juan Varela. >)Debe, pues, considerarse a Martí el precursor americano de la nueva tendencia literaria, y a como AXUARIO De:.ío como :Ii-tista. su primer genuino Regresó a La Habana de octubre de 1880. ’ .kuL.. señala el florecimiento cn !a América Latina del nuevo ideal literario.» MI\RTÍ EN LAS FAR. En el Conc:!rbo 26 cle Julio de las Fuerzas -Armadas Revolucionarias obtuvo el Premio de Historia el estudio de José Cantón Navarro titulado r?lg~~:zas ideas de José Martí en relaci6n con la clase obrera y el socialismo. Pocos temas tan interesantes y actuales en la obra del Apóstol. Esperamos la publicación de este trabajo para comentarlo en el próximo Anuario. I’apor 11-o. de Carmen Zayas a New York Salió de La Habana de febrero de 1880. Vapor ton». «City Bazán el 28 of Washing- Carmen Zayas (no dice nada del hijo). Diario de la Marina, marzo 2180. José llarti cén (sic). «Saratoga». Diario de la Marina, bre 26/80. ‘do. octu- i’izjes Diciembre de 1882? - Por carta a Bartolomé Mitre y Vedia parece ser en diciembre de 1882 y seguramento salió por otro lugar de CUba, ya que no aparece en los periódicos de 1881 y 1882 de La Habana. 3x. S-lió de La Habana de junio de 1891. 1 apor «Yucatán». el 25 Carmen Zayas (no dice nada del hijo). Diario de la Marina, junio 27191. Regresó a La Habana de agosto de 1891. Vapor ton». «City el 27 of Washing- Carmen Bra- agosto de Mariano y Leonor a New York Salió de La Habana de junio de 1883. Vapor «Niágara». Diario de la Marina, 9/83. Re;:& a La Habana de junio de 1884. Vapor «Saratoga». Diario de la Marina, “9/84. Regresó a La Habana el 24 de marzo de 1885. «City of Washing Vapor tan». Carmen Martí - José Martí - Alfredo García. Diario de la Marina, marzo 25/85. - Diario de la .Ilarirlo. 28,/91. Ci>rmen Zayas de Martí í no dice nada del hijo). RELACIÓN DE VIAJES. Precisando datos sobre los que suele haber confusión, y como un aporte más del investigador Luis García Pascual, damos a conocer la documontada relación que él ha hecho de los viajes de la esposa y los padres de Martí a New York: Viajes el 25 339 ?,lARTIA~O el 7 junio el 18 junio !.':O?:OR. Salió de La Habana el 17 de noviembre de 1887. Vapor «Cienfuegos». Leonor Pérez Cabrera. Diurio de la Marina, noviembre 19187. Regreso a La Habana el 31 de enero de 1888. Vapor «City of Washingtonr . Srta. (sic). L. Pérez de Diario de la Marina, ro 1/88. Martí febre- BIBLIOGRAFÍA (Septiembre MARTIANA de 1969 POR BIBLIOGRAFIA . - Agosto ARACELI 1970) GARCiA-CARRANZA ACTIVA 1. «Una carta inédita de Martí.» Nota introductoria por C[intio] V[itier] (En: Cuba. Biblioteca Nacional José Martí. Anuario Martiano, número 2. La Habana, Depto. Colección Cubana, 1970, p. [SS-1101 facsím.) Carta a Miguel Viondi, donada a la Sala Martí por Sofía Vio&. Santander, octubre 13 [1879] Aparece facsímil de la carta: p. [99-1101 2: «Céspedes J Agramonte.» (En: Granma. La Habana, octubre 10, 1969, Publicado en El Avisador Cubano, Nueva York, octubre 10, 1888. 3. ~10 4. «Es la hora del recuento año 62, no. 4, enero c<Nuest.ra América,. 5. «Fragmento de un artículo de Jo& Martí, en el que responde a una crónica de un periodista yanqui atentatoria a la dignidad de los mexicanos.a (En: Verde Olivo. La Habana, año XI, no. 27, julio 5, 1970, p. 20-21. ihrs.) 6. «Gloria no. 7. «Je veux vous dire.u 1970, p. 10) Poema en francés. p. 2) de Octubre de 1868.)) (En: Bohemia. La Habana, año 61, no. 41, octubre 10, 1969, p. [4]-8. ihrs.) Discurso pronunciado el 10 de octubre de 1891, en Hardman Hall, Nueva York. J exaltación 59, diciembre, J de la marcha unida.» 23, 1970, p. 3) a Bolívar.» (En: 1969, p. 20-25) (En: Bohemia. El Libro La Habana, (En: J El año Bohemia. Pueblo. La Habana, México: 62, no. 4, enero D.F., 23, 342 8. pX.4RIO Joîé ~IARTIANO ANUARIO ?.Iartí, Hombre .%postólico y Escritor. Sus Mejores Página+. E:tudi<>. ?r’otas v Selección de textos por Raimundo Lazo. México, Editorial Porrúa. S. A., i9ío. 233 p. 21.5 cm. Contiene: Introducción al estudio de Martí y de su obra literaria. Guión Biográfico Cronológico. Bibliografía Mínima. 1. Por Cuba: <(Con todos y para el bien de todos.» II. Héroes de la Guerra de Indepcndcnria dr I . «Cartas de Kxeva York. >I Cuba. III. Hispanoamérica. IV. horteamerma. 1’. Divergencia de Historia y de Temperamento entre las Dos Am& ricas. VI. Escenas Europeas. VII. Autorretrato ideal. El autor en unc> de sus personajes. VIII. El Hombre ,y, el Escritor en su epistolario intimo. IX. Ideas estéticas y ejemplos de cìluca. X. Lo Social y lo Humano en’ la prosa artística. XI. Literatura para los niños. XII. Obra Poética. XIII. El último «Diario», de Montecristi a DOS Ríos. 9. <rJuicios año de Patriotas 61, no. 47, Cubanos nov. 21, 10. «Martí año y la literatura 62, no. 4, enero sobre 1969, francesa de su tiempo.» 23, 1970, p. 9) «Crónica enviada por Martí New York, en la que ofrece cesa que le es contemp0ránea.a 11. 12. «Observaciones bana, año Mora1itos.P p. 100. ilus.) a La Opinión una visión de sobre el hábito de fumar 62, no. 32, agasto 7, 1970, (En: Bohemia. La Habana, (En: Bohemia. La liabana, de In Caracas. literatura Nacional conjunto cigarrillos.» p. 104, de (En: Bohemia. La «El Teniente Crespo. Verde Olivo. La 14. ctE1 Terremoto julio 17, 15. «De de 1970, Sobre Habana, recuerdos año XI, Charleston.» p. 9%[102] del General no. 4, enero (En: ilus.) Bohemia. (Septiembre 12. ~4 1’). .iBELLA, Cnesco. .~CIYRRE, SERGIO. «El La Habana, febrero 21. «ilnl*ario Martiano p. 5. ilus.) 22. Anacór XXV, * Francisco 2.5, 1970, La Habana, enero 23, probablc- 24. (En: ilus.) 62, no. 29, 2.5. París.» Variedades cional José Martí. Colección Cubana, Notas al pie. de [por] Anuario 1970, p. las Anáhuac Martiano. [115]-119) [seud.] (En: Cuba. Número 2. La Biblioteca IIabana, SaDepto. «Victor 23, Hugo 1970, en p. Marti.» 9. ilus.) (En: «Quien conozca el juicio de decir que dos grandes ‘viejos otro, reclaman su adhesión... dencia la primordial devoción...n 17. «Vindicación (Tomado de Cuba.» de «José Agosto 1970) (En: ilus.) Verde Olivo. La grito revolucionario del 24, 1970, p. 2. ilus.) (Tomo 2).» (En: Seudónimo -. usado «iEstuvo 9, sept., 1969, por Granma. «Anáhuac.»* p. 4-5) José Martí en p. 5-6) 24 de La (En: Febrero.>) Jerez ediciones por un Latina, Granma. 30, Patria. La Habana, Ceuta?» (En: La Habana, año Patria. 1970, año (Novela), XXV, erróneas de un gran libro Bib!ioteca Nacional José Martí. Depto. Colección Cubana, 1970, Martínez Casa de BUENO MENÉNDEZ, SALVADOR. ((Notas Críticas II.» Nacional José Martí. Anuario Martiano. Ntimero Colección Cubana, 1970, p. 569-572) Lucía junio la Martí. BERNAL DEL RIESGO, ALFONSO. «Afirmaciones biográfico.» Critica de Libros. (En: Cuba. Anuario Martiano. Número 2. La Habana, p. [531]-557) Sobre «Martí revolucionario», de Ezequiel Roberto Fernández Retamar. La Habana, Contiene: de (En: Habana, Ha- Madrid, Estrada. Prólogo de las Amiricas, 1967. (En: 2. Editorial La Cuba. Biblioteca Habana, Depto. Gredas, S.A.. Panorama de de la Lila Habana. 1969. páginas. 26. i6. - de Montecristi.n 29, 1970, p. 63. NAVARRO, DOMINGO. no. 3, marzo, 1970, no. Carrillo.» p. 15-18. año 23. 1969 10~ 75 años del Manifiesto bana. año XI, no. 13, marzo 20. Ha- PASIVA V1~rvf.A. «Martí en francés.» (En: UNESCO. Perspectivas Boletín. París, no. 571-575, junio (I-II), 1970, p. 5-7) «Acaba de aparecer en Ia colección “Poètes d’aujourd’hui”, de las Pierre Seghèrs, una selección de poemas de José Martí, precedida estudio breve y agudo de la obra del gran hombre de América realizado por Juan Marinel1o.n ilus.) «Sarah Bernhardt.» (En: Bo!aemia. La Habana, año 62, no. 4, 1970, p. 8. ilus.) «Este bello articulo escrito en francés por Martí, fue destinado mente a The Sun, de New York, en 1880.~ 13. desde fran- BIOGRAFfA 343 MARTIANO Bohemia. La Habana, año 62, no. 4, Martí sobre los poetas de su tiempo uno francés y norteamericano proféticos, He aquí algunos momentos en que Granma. (En: Martí Lecturas La Habana, enero 28, 19i0, para Jóvenes», de Hortensia -. enero teratura 1970, puede el ~7-.. -. nesta.» 31, 112. se eri- p. 2. ilus.) Pichardo) «La Prosa Cubana. p. 109-127) 28. 29. reflexiva Conferencias. «La única novela (En: Bohemia. ilus.) La en el siglo La XIX.» Habana. que escribió Habana, Martí: año 61, (En: Universidad no. Lucía 47, Jerez o Amistad nov. 21, 1969, CABALLERO, ARMANDO 0. «El Primer Partido Revolucionario rialista de la Historia.n* (En: Cuba. Biblioteca Nacional Anuario Martiano. Número 2. La Habana, Depto. Colección p. [425]-431) * Articulo publicado en Juventud Rebelde, enero 29 de Bibliografía: p. 430-431. CAMPOA~foR, FEBNANDO G. La Habana, año 62, no. A la cabeza del título: Contenido martiano: Ojos «Vida 20, Ojo. y Pásión mayo de Martí. 15, de una 1970, p. palabra.» [21] - AntimpeJosé Martí. Cubana, 1970. 1969. (En: ilus.) Fu1:. 26. Bohemia. ASCARIO 344 MARTIANO ASVCARIO 30. CAMPOS, 31. CUIU~LLO, Madrid, año 33. «El 34. CISNEROS, 35. Cossío, Centenario Martiano.» p. 17-22. ilus.) CUBA. -. CUBILLAS, 39. CCE 23, La Avanzada. Guanabacoa, 14. ESTR~LCO. 45. y deber. octubre, -. DEBICKI, (En: ANDREW (En: Revista p. [491]-504) MARTÍNEZ, la Literatura bana, 1970, (En: Granma. La por la Historia.» (En: E~TR.~DE. I T. FEKYÁSDEZ 48. -. .lO. FRESCO, (En: 50. -. hI,wuEL. Cubana. p. 131-141) Martí: un [México] empleo artístico de la anécdota.» v. XXXV, no. 69, sept.-dic., 1969, «El Modernismo en Cuba.» (En: Conferencias. La Habana, Universidad Panorama de la «Dos documentos sobre la muerte de Martí.» (En: Cuba. Biblioteca Nacional José hIartí. Anuario Martiano. Número 2. La Habana, Depto. Colección Cubana, 1970, p. [419]-423) Contiene: 1. El testimonio de Ángel de la Guardia Bello, según su hijo Ángel de la Guardia Rosales. Carta de Enrique H. Moreno Plá a Cintio Vitier. La Habana, mayo 24 de 1969. II. Carta del coronel Juan hfasó Parras al capitán Juan Maspons Franco, secretario privado de Maceo, en copia facilitada por el doctor Antonio Camacho Carballo. <(Las Antillas Habana, febrero Josi: LCCI.4NO. Granma. La 1970, G.4ncí.4 (cE1 Manifiesto p. 5) Patria. La Manifiesto de Monte1969, p. 2; sept. 18, C.4RilASz.4 BASSETTI, ARACELI. revolución anticolonial.» X, no. 59, marzo-abril, (En: Granma. (En: 1970, de Martí.» La Habana, «Bibliografía l\Iartiana.» Anuario Martiano. Número 1970, p. [587]-626) marzo (En: Cuba. 2. La Ha- «Un artículo desconocido de Martí.»* (En: Cuba. M.4~Ru2, FINA.] Biblioteca Nacional José Martí. Anuario Martiano. Número 2. La Habana, Depto. Colección Cubana, 1970, p. [Ill]-113) * «De París» articulo publicado en la sección Variedades de la Revista Universal de j&&&o, en el número del 9 de marzo de 1875. José Martí firmó este artículo con el seudónimo de Anábuac. 52. [G4RCíA 53. G»NZÁLEZ, HI’LmIo. sin hIármo1) tiano. Número 375) ,5 1. (En: en la obra revolucionaria 24, 1970, p. 2. ilus.) de 1Montecristi.x Biblioteca Nacional José hlartí. bana, Depto. Colección Cubana, de Ha- «Dos cartas de Maceo.» (En: Granma. La Habana, diciembre 4, 196?, 1). 2. ilus.) C07hDE: Carta a José Martí (San José de Costa Rica, 12 de enero dr 1894) Carta a Flor Crombet (Barigua, 4 de marzo de 1878) Cubano J El Clara, sept. ll, ((Notas sobre Martí, Lenin y la Casa de las Américas. La Habana, año p. 116.130) Notas bibliográficas al pie de las páginas. 25, «Importante versión nueva sobre la muerte de La Habana, aÍio XXVI, no. 6, junio, 1970, p. [ll-3) P. «José Iberoamericana. de Montecristi”.~ 1970, p. [ll-2) hlarti. hlontevideo, Uruguay, Biblioteca de RETAMAR, ROBERTO. JIarcha [1970] 142 p. 17 cm. (Colección Los Nuestros, 3) Martí en su (Tercer) Mundo por Roberto Fernández Retamar. Contiene: Los textos: Nuestra América. Madre América. La Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América. La Verdad sobre los Estados Unidos. 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Publicado, por primera (Fragmento de «El Presidio Político en Cubas. vez, en Madrid, Imprenta de Ramón Ramírez, 1871) José Marti. Prólogo y selección de Mauricio Magdaleno. México, Ooasis, S.A. Cc. 231 p. 23 cm. (Pensamiento de América. Volumen 12) Prólogo, por Mauricio Magdaleno. La Pasión de América.. La Oro (Nuera York, 1889) Verso. La Paston de Cuba. Pagmas 10 de Octubre en los discursos de Martí.» octubre 10, 1968, p. [14] ihts.) Fragmentos de los discursos pronunciados los años de 1887-1891. An Anthology (En: New York [cl9681 Los Pinos Muevos. 1.55. José Martí. Edition. Contiene: 1.56. Martí: Ciudadano [Miami, c.19681 y Apóstol. 19 p. 17.5 1.57. El Presidio en Cuba. Político (En: por Granma. el Apóstol La Habana, en esta of Spanish Ameritan Literature. p. [373]-384) Nuestra América. Versos Sencillos. Su Ideario. cm. 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Depdc su 27, 18771 y el deber p. 2) de Cuba 26 de Pujol] 17. 1969, Jornada p. 2. Guatemala dedicación confiesa americana... 4mérica.» (En: rn t!go*t(l 168. uEl p. [Carta a Don l’alero La Habana, febrero Martí de [noviembre u hu CCCarlos La Manuel Habana, En el palabras monte». octubre 163. 164. de Céspedes.» febrero 27, 1969, 160. ((DiarioLa 170. ([Es de Quesada. 7. 1969. p. nnexionismo.» febrero 19. Fragmentos de Otero, fechada 165. w Contra La racional &far&ma. lacayos Habana. la en 1969, carta Nueva Washington. Jornada p. enviada York, y pedantes.» marzo 1, 1969. D.C.. 1891.x (En: Granma. (En: Nacional Martiana. 2. ilus.) Apóstol por nuestro el 16 Jornada p. 2) de mayo Nacional de Granma. a Ricardo «De honda raíz ha de venir. y a grande la mente.)) Jorrzuda Nacional Martiana. brero 25. 1969. p. 2) espacio (En: ha 171. «La 1969. 172 . La exhibición marzo 7. de 1969, Sociedad se pucdcn amor 3 la en t!l su de fc- Estos fragmentos martianos pertenecen al trabajo titulado «El carácter dv la revista venezolana», de 1.5 de julio de 1881. Este articulo está dedicado trascendencia latinou un tema venezolano. pero su contenido le da una americana y universal. Cabo 11-16, p. 2) de abril de de Martí Diario Haitiano 21-24, La Habana. abril 1 I, 1~9. 1893. y del a Dos 26, 28, Diario Ríos)) 1969. dc ~Iüximo [Fragmrnto] p. 2: mayo Gtimc~. (En: Grnnnm. 2, 3, 7. 9, 12. unida, y hemos de andar de los Andes.» Joruadu marzo 19, 1969, p. 2. 17.3. <( ;Los Flojos. respeten: Jornada Nacional p. 2. ilus.) «Gobernante, Mnrtiam. flores.» p. 10-13. (En: ilus.) Bohemia. La Director de La Nación, Nueva La Nación. Buenos Aires, ll Bajo el titulo «El dico «Patria)), de 189‘1. un artículo de la independencia hispanoamericanas. la 11 del Granma. del recuento, y de la marcha como la plata en las raíces (En: Granma. La Habana, Carta al Señor Se publicó eu Granma. de tender toda obra Granma. La Habana. 15-17, la hora apretado, (En: en cuadro Naciorzal ilus.) Estos son los tres primeros párrafos del famoso artirulo de Marti, titulado «Nuestra América)), publicado en 1891, en México. Estas palabras recogen I . cI pensamiento martiano referente a los pueblos de Amcrwa Latina, a su.5 problemas esenciales y el proceso de su desarrollo y de su unión. Por sobre las cuestiones de la época. que Martí analiza y atiende, se destacan sus predicciones y sensibilidad histórica y revolucionaria que precisan fundsmentales vigencias de nuestros días. Rodrigucz (En: título: Apuntes Martinrm. 1886. Martiana. Fragmentos del discurso pronunciado por Martí. en 1892. en Literaria Hispanoamericana, en honor a Venezuela, y en donde su visión poética y el inmenso apreciar sus dotes oratorias, libertad y la independencia del hombre americano, que impulsaron destino de revolucionario integral. 166. La 2) del Hayitas.» de Martí: abril De Habana, 13, Granma. (En: por cabeza Cohew: Crnnma. 950. aniversario de la caída de Céspedes en San Lorenzo, estas fragmentos del artículo «Céspedes y Agraadmirables de Marti, publicado en «El Avisador Cubano» de Nueva York, el 10 de de 1888. <rCarta a Gonzalo Habana. enero IrContra el Habana. Jornada p. 2) dC.WIdlarco 2. ilus.) A la Snilu...) 4 la cabeza del titulo: El Tercer año del Partido Revolucionario Cubano. Fragmentos del artículo publicado por Martí el 17 de abril de 1891, al entrar en su tercer año de vida el Partido Revolucionario Cubano, proclnmado el 10 de abril de 1892. El Apóstol señala el deber de lograr la independencia «antes que el desarrollo desproporcionado de la sección már poderosa de América convierta en teatro de la codicia universal las tierras que pueden ser aún el jardín de sus moradores, y como el fiel del mundov. 162. la tradición de sus hombres. de la veneración de los mártires de la indcpendencia. del largo ejercicio de la guerra y del destierro surge a la vida política cl hombre cubano xerdadero.» Jornada Sacional .\fortiarzo. (En: (~ranma. La Habana. marzo -1. 1969, p, 4) Los Martiana. Grandes, (En: en un pueblo (En: Granma. nuevo, La quiere Habana, año La Esta es Habana, tarea KEI Golpe tiancr. no fue en el (En: Grnnma. jornal La smo Habana, Frente a las injusticias cometidas tabaqueros cubanos en Key West. do su articulo «A Cuba».] en no. 28 de marzo de 10. 1890. Grandes.>) 18, 1960. Revolucionario Cubano», el perióen su edición del 17 de abril de el Apóstol advierte la significación Rico con el contexto de las Ilaciones párrafo. decir marzo creador.» 21, 1969: Jornada p. 2. En estos fragmentos del artículo «Nuestra América», escrito enero de 1891. Martí se refiere a la necesidad de partir latinoamericana para alcanzar las instituciones que han de un llamado a la originalidad, a la creación y al cese en nica de modelos foráneos. 17 1. 61, York, noviembre de enero de 1891. Adelante! Granma. tercer aíío del Partido Nueva York, publicó de José Martí donde de Cuba y Puerlo He aquí su último Habana, el corazón...» febrero 20, por las se le\-antó 1969, Jornada p. 2) autoridades la loe de yanquis Martí... Nacionnl ilue.) en -tl&xico cn de la realidad presidirlos. Es la copia mecá. :Vaciolzul conira [Frapm~nto .\fnr lo+ ANUARIO AEC-ARIO Bohemia. La Habana. año 61, no. <,Gran Exposición de Ganado.» (En: marzo 7, 1969, p. 5.[9] ilus.) Carta al Señor Director de La i’iación, IVueva York, mayo 34, 1887. ,,I.os 177. 178. apalabras de Martí.n (En: Bohemia. 1969. p. 102. ilus.) Contiene: El arte de pelear. La la:. ~(Los pobres de la tierra.» Jornada Nacional Martiana. (En: Granma. La Habana, febrero 13, 1969, p. 2. ilus.) Los tabaqueros cubanos habían laborado, sin paga, para la independencia. Martí recogió en esta crónica . . . el espíritu de esa revolución que sc alzaba: profunda, popular y que no sería ingrata con los pobres de la tierra. 188. ((EI Poeta Walt Whitman.» (En: Bohemia. La Habana, año 61, no. 32, agosto 8, 1969, p. 4-11. h.) El Partido Liberal, México, 1887. Este trabajo fue enviado también por Martí a La Nación de Buenos Aires con fecha 23 de abril de 1887, donde salió publicado el 26 de junio del mismo año. 189. «El Presidio Político en Cuba: abril 4, 1969, p. 2. ilus.) 190. «El Primer Combate.» Jornada Nacional Martiana. bana, enero 29, 1969, p. 2) Cerca de Guantánamo, 28 de abril de 1895. La Ha- 191. «La Protesta de Baraguá: de lo más glorioso de nuestra historia.» [Carta General Antonio Maceo] loma& Nacional Martiana. (En: Granma. Habana, marzo 15, 1969, p. 2. ilus.) Carta que el Apóstol dirige al Titán de Bronce, en mayo de 1893. al La 192. « iLa razón, si quiere guiar, tiene que entrar en la caballería! » Jornada Nacional Martiana. (En: Granma. La Habana, marzo 6, 1969; p. 2) Fragmento del discurso pronunciado por Martí el 10 de octubre de 1890, en Nueva York. Es un fogoso y lúcido llamamiento a la acción revolucionaria y una justa defensa de las virtudes del pueblo cubano, negadas en aquella época como en ésta por los enemigos de la libertad. 193. «Sólo «Granos E de oro en las cartas de Martí a Gonzalo de Quesada.» Seleccionados Martiano, 1967) el Dr. Enrique H. Moreno Plá. (P remio del Fórum Patria. La Habana, ano XXV, no. 8, agosto, 1969, p. 6; alío XXVI, no.n2, febrero, 1970, p. 5) «Injértese en nuestras Repúblicas el Mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras Repúblicas.» Jornodo Nacional Martiana. (En: Granma. Le Habana, marzo 2.4, 1969, p. 2. ilus.) México 1891, José Martí vuelca En este fragmento de «Nuestra Américau, referidos al hombre, la tierra, la su espiritu latinoamericano en conceptos política y la educación de nuestros pueblos, buscando crear una conciencia histórica y medidas de acción políticas para la liberación integral del hombre latinoamericano. 179. «Joaquín Tejada.» (En: Columna [C.J.E.A.O.] no. 2, marzo-junio, 1969, p. [ll]) 180. «Manifiesto de Montecristi. Nacional Martiana. Santiago El Partido Revolucionario Granma. La (En: de Cuba, año Cubano a Cuba.» Habana, mamo 25, II, Jor1969, p. 2. ilus.) ial. 182. 183. 357 186. 10. grandes tiempos requieren grandes sacrificios.» [Carta al General Máximo Granma. La Habana, abril 7, 1969, p. 2. ilus.) Gómez] (En: José Marti, a nombre del Partido Revolucionario Cubano, ofreció al General Máximo Gómez, en esta histórica carta de 13 de septiembre de 1892, la organización y mando del Ejército Libertador. El Apóstol llama a conquistar la libertad de Cuba y Puerto Rico y «asegurar la independencia amenazada de las Antillas, y el equilibrio y porvenir de la familia de nuestros pueblos de América». da JIARTIANO 31.4RTIANO «Martí: La Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América.» (En: Granma. La Habana, enero 7, 1969, p. 2) Fragmento del artículo publicado por Martí en cLa Revista Ilustrada» de mayo de 1891. revolucionario latinoamericano.» «Martí, vajal. Montecristi, 25 de marzo enero 8, 1969, p. 3) de [Carta 18951 a Federico Henríquea (En: Granma. La 184. «La muerte de los italianos.» La Habana, enero 21, 1969, «La Nación», Buenos Aires, Jornudo Nacional Martiana. p. 2. ilus.) 20 de mayo de 1891. (En: Granma. 185. «El norte injusto y codicioso.r> Jornada Nacional Martiana. La Habana, febrero 14, 1969, p. 2. Rus.) En el periódico «Patria», el 19 de agosto de 1893, artículo titulado «La Crisis y el Partido Revolucionario a los Estados Unidos, mostrando una vea más su profundo (En: Granma. el Apóstol, en un Cubano», enjuicia antimperialismo... virtudes producen Nacional Martianu. Habana, Escuela. un Bodas niño.» (En: en los pueblos un (En: Granma. año 61, no. 30, julio con la Patria. Granma. (En: Granma. bienestar constante La Habana, marzo La 25, Habana, y serio.» 6, 1969, P* 2) Fragmento de la lectura ofrecida por Martí en la reunión de emigrados cubanos, en Nueva York, el 24 de enero de 1880. En ella, su palabra de revolucionario y de patriota llamó, vibrante, al pueblo cubano a tomar conciencia de su historia y destino, a luchar por la independencia y soberanía. y CarHabana, ((Mientras haya obra que hacer, un hombre entero no tiene derecho a reposar.» [Carta a su madre] Jornuda Nacional Martima. (En: Granma. La Habana, enero 23, 1969, p. 2. ilus.) Esta carta a la madre [mayo 15, 18941 refleja al Martí profundamente humano, que, embebido en lo más duro de su faena literaria, sabía conjugarla con el deber filial, consolar incomprensiones y ratificar la tristeza de su obra. las Jornada Era La 194. «Walker Jornada fue a Nicaragua Nacional por los E.E.U.U., por los E.E.U.U., fue López a Cuba.» (En: Granma. La Habana, febrero 26, 1969, Martiana. p. 2. ilus.) Fragmentos del artículo publicado en &I 20 de diciembre de 1889. Fue escrito por rencia Internacional Americana, celebrada 195. KY Nación» de Buenos Aires, el Martí con motivo de la Confeen Washington. somos uno, y podemos ir al fin...» Jornada Nacional Martiana. (En: Granma. La Habana, marzo 17, 1969, p. 2. ilus.) Este fragmento de Martí está tomado de su famoso discurso, pronunciado cn Tampa el 26 de noviembre de 1891, en el Club Ignacio Agramonte, «Con todos y para el bien de todosr. Las palabras de Martí, como siempre, apelaban, en aquella ocasión, al concurso de todos para la difícil obra en el proceso revolucionario y hacían resaltar las raíces de ese proceso, sus peligros y dificultades, y el deber de todos para culminarlo, a toda costa y riesgo. ASUARIO 213. Mumí, PISIV.4 ;! 1 1. \iLDIS4, enero ‘13. S~AZ~R 193 t’:O. 1');. \m 84, Jhswro. 31. 198. 19.31. r3\yl-tHo. (<Fervor p. ({Martí y Félix C\HPIO, C4\11~10. literario. Paris, no. 480, junio, ZOZ. GoxzÁ~ez, (En: Hispanoamerica. México, El Mundo. (En: La Habana, Ala». de p. A-6) w4LDO. s\Iarti es 29. 1955. p. A-6) enero Lízaso.» 1954) (En: Soli (En: Obrera. Awto~.no. EHXSTO. «El pensamiento jurídico La Habana, enero (En: Diario de la Marina. de Martí.» 28, 1952, Enp. 4) 2U~t. J.IZASO, 90.5. -. «The America FÉLIX. enero 26, 1954, p. A-6) «Marti rebasa of José Martí.» su centenario.>> Lizaso. Córdoba, (En: (En: La Habana, marzo 15, El Mundo. El Mundo, Dí.hz 2 17. 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(Conferencia leída el 28 de enero de 1969 en el salón de actos de la Bibiblioteca Nacional José Marti) fNDICE ANALITICO !+XiULMAN, El único hijo del Apóstol. (En Bohemia. La Habana, año 61, no. 18, 1969, p. 121. ilus.) Apareee fotografia y una caricatura de Conrado Massaguer. VÁZQUEZ Grarmra. 358. MACALY. p. 3) Cuba. Biblioteca - v. XI, año 60, de la Lengua Española traiciona al pueblo La Prensa. México, agosto 21, 1969) belde. La Habana, agosto Narraciones Personales. 3.51. (En: época NORIEGA, ADELINA. Gómez: Pluma y machete La Habana, agosto 16, 1969, p. 2. ihts.) incansables. 16, abril (En: VITIER BOLAÑOS, CINTIO. Presentación de Iván A. Schuhnan en la Biblioteca Nacional* (En: Cuba. Biblioteca Nacional José Martí. Revista. La Habana, 3era. época - v. XI, año 60, no. 2, mayo-agosto, 1969, p. 103-107) *Acto celebrado el 28 de enero de 1969. A 174 A Cuba; A la Raíz; 159 ABELLA, VILMA: Academia de la Lengua Acosta, Actos Cecilio 19 Acuña, 232 Rosario í1851-1923); Agramonte Loynaz, Agramonte Piña, rlgricultura; 4~~0 ALEGRfA, Alma 318 Ignacio Emilio 216, 219, (Habana); AGUIRRE 132 (1818-1881); culturales; (1841-1873); (1844-1918); 20 (1918. ); FERNANDO de la revolución y el deber DE ALVAREZ, FEDERICO; 238 MIRIAM; AMÉRICA (New Amistad Funesta de Cuba [seud.]; 209 York), véase ANAHUAC [ seud.] ; Anamitas; 151 Anfcdotas; 2.58, 164 49 35 SERGIO; BACHILLER Antillas; 149 282 CARRERA, Anexionismo; 2, 221 ALMANSA, ALVAREZ, 352 Española; 330, La; 148 Lucia Jéres 15, 22, 52 344 196 en América, 233 El; 47 37G ANCARIO Antologías: 153, ASCRIO 155, RACL ARAGÓS SA\-ARRO. (Paris); L'ARC ARDLRA 322, SALVADOR; ARMAS, ALFONSO Arte; 220, Arte de pelear, El; 337-339 DOJIISGO; 22, ERNESTO (1917. 23 ); (Habana); 3, 4, 7, 9-12, 14, 16, 27, 29, 35, 62, 64, 70, 74, 77, 89, 130, 145-148, 150, 171, 175, 92-94, 104, 105, 110, 111, 114, 119, 126-128, 275, 276, 281, 287, 289, 293, 294, 299, 186, 188, 247, 255, 259: 263, 265-267, 303, 313, 342, 356 197 trOLíV.4R (Bogotá); Golímr, Simón Borden, Nataniel B. (1861-1938); BOSCO, MARIA ANGÉLICA; 320 BUENO 161, 166, 170, 173, 174, 181, BAS, (Guanabacoa, BIBLIOTECARIOS. ); BOLETíN 259 Habana); J.; (New GASTóN 33, 109 BERNAL 2, 149, 162 Betances Betancourt (1916- ); 198, 222 de JULIA; 81 ALFONSO (1903. Emeterio (1827-1898); ); 24 ARMANDO (1917- Ramón LINO; Ana (m. 1901); 334 (Habana), ); 25-27, 29, 260 254, 255 JORGE: 323 Carácter de la revista 145, 2.55 1; 1, 31, 46, 47, 183. 191, 307 Francisco, y Alayeto, SAN 166 73 General 108, GEORGE AMÉRICAS Casado El; 199 Cartas; 182, CASADO 238 de Venezuela; (1884- CAMPIO; Casa de Martí; ); (1914- 31 Morales, LIS 72 43 venezolana, DOMINGO; BOYD 58, G. Central Carrillo DE El; 30 Universidad JOSÉ 28 ANTONIO; FERNANDO Caracas. CASA 341 0.; CARBALLO, Caracas; CARTER, 12 de Mora, SALVADOR 73 BARBUDO CARPIO, MARfA RIESGO, Alarcón, 296 Costa CARNER, 191 ZANNIER, Sarak; BETANCOUBT, José CARBALLO, 3 15 DEL Bernhardt, (San CAMPOS, El; 283 DE M.; CAMPOAMOR, 323 York), de; Rosa&; BAUZÁ RURGUET, CAIMÁN 1.52 Protesta JUAN; MENRNDEZ, CAMACHO y cartuchos; CARMEN; C DE B Barrios, 194 85 253 351 345 CUBANO 6, 160 (1783.1830); CABALLERO, AVISAD% 228 BRAVO-VILLASANTE, (1910- FRANCISCO 252 186 Pmdas con la Patria; 186 ÁNGEL AVILA, Bara&, CLAú?)E; 239 209 BAQUERO, 310 308 Guáimnro; Autonomismo; Balas i;iografío; 51, 70, 241 213, COSTARRICENSE AVANZADA .%fartiana; DE; 5, 12, 15: 52, 148, ASOCLKIÓN Bibliografia HOCHET.HLRÉ, 129 de AUGIER, MARTi 3.54 Plásticas; Rica); JOSÉ 295 - Historia; Artículos; KACIONAL 371 3lARTIANO KOHEMIA ANITA; Asamblea BIBLIOTECA 252 ARIAS, Artemisa 332 (1913.1970); Y PARDAL, ARROYO, ANV'ARIO VéaSe CL-BA. M4RTI.4TO AP.IRICIO, Artes MARTIASO 141, (1851-1926); 145, 160, ); (1907- (Habana) Editor; 13 163, 32, 324 60. Revista; 38 Rafael GERMAN, Sixto (1834-1870); ARTURO; 261. 164, 88 167, 48, 171, 65 175, 176, 177, 372 ASCAIIIO Ca.d, Julián CASdSi-5. JIARTIANO del (1863.1893); JC;iS JOSÉ CASO. ____- QL-ISO --. [seud.]; C:kSTRO C:iSlZiLEZ, ClSTRO RCZ, Cecilio 120, CC ADERSOS (París); (1889. ); CCADERSOS 210 230 JOAQUfh’ véase (1927- ); Caso, Quino CKB4. [seud.] DF 242 262 y del Castillo, Carlos Manuel Céspedes y Agramonte; 2, 149, (1819-1874); 2, 149, 162 162 - CCÉ Cuba; CISNEROS, CLARO Clase RAMÓN; obrera Club (Santiago COLUMNA Comida Comisión CON LA todos y para Conferencia (La COSSIO, NICOLAS; Cremata, Radio; Crespo y Moreno, Crisis J el Partido Crombet crónicas; EN ALTO el bien (Habana); 38, JUAN de la CHACON 15, 21, 24, DEPARTAMENTO 2; 358 39 JOSÉ MARIA (1893-1969); Historia; 140, DAIREAUX, MAX D’ANGELO, GIUSEPPE; Darío, Rubén, 223 143 250 DE 195 Washington; de América, La; 47, 139, 181 Desfile de Jesús (1846-1931); Cubano, 74, 76, 132 42 La; 13 185 (1867-1916); ESTELA 131, 148, escolar; 232 LA DIARIO DE DfAZ LLERA, DfAZ MARTÍNEZ, Discriminación Discursos; 263, 355 224 28.5 a Dos Ríos; (Habana); MARINA 198, 168, 200, 169, 206, 232.234 YUCAT.&N 10 de Octubre; 121, 131 Haitiano 229, 78, 15, 52 EL; De Cabo 54, 40 G. DE; Variedades; DE 1; 73 326 PETER; (Habana), DEPORTE Deportes; 220 seud. CAROLIS, De París. 194 (1884. ANDREW Diario. (1851.1895); 211, 14 - 225-227, 187 1, 129, 134-136. 343, 3.51, 35.5, 230 Y CALVO, DIARIO Flor MARTIASO; 32.5 ANDRÉS; Salvador); (San DEBICKI, 90 Revolucionario 231 Jo& 135 232 10, 148, MARY; de la UJC; 35 Literaria; Tejera, León, 34 de todos; Bolivia); Arcadio 126, 138, D de las Repúblicas Paz, 13CARIO 99-101, REVISTA: 76. 179 Americana. 26, 41, 69, CORDILLERA Critica Históricos Monetaria Conferencias; Luz 152 Internacional Conferencia VICENTE; Chicago de Cuba); La; GUARDIA JlARTí. 81, 195 de Estudios Con JOSÉ 69, 81, 132. Ct.B.4S.4; Y BADA, Charleston; de Cuba); insurrecta, véase 309 (Santiago COMBATIENTE [seud.] 58 Agramonte; 248 CH DEL STEPHEN; Ignacio 34CíOS.4L 55. 66, 34 CLARA norteamericana; CLISSOLD, COLECCIÓV (‘TLTIJR4 80 VALLE, 51.53, CUBILLAS, 23 Cine (Madrid); 86 Cuba - Historia Guerra de los Diez Años. 1868-1878; 3. De Zanjón a Ba&, 1378-1395; 191. Guerra Chiquito, 18í9-1880; 59. Guerra de Independencia, 3895.13’98; 20, 34. 56. 57. 111, loo, 224, 235, 325, 333, 335-337, 345, 3.x Rrwlución. 1959. : 242 CUBA. MINISTERIO DE EDUCACI6N; 36, 37 132 RUBÉN; de 1869; BIBLIOTEC4 28. 43. 373 MARTIANO 245 I~ISP.~SO.~MERIC.~SOS 4 de Octubre Céspedes CRUZ, 132 EXPÓSITO FIDEL Acosta; CESPEDES, Ceuta; ANUARIO (Mérida): SELMA; 208 216 MANUEL (1936- 1; 41 154 racial; 3, 60, 133, 237 1.54, 165, 192, 195, 232, 242 252 210, 211, 218, 219, 222, 223, ANGARIO 374 Dos Príncipes, Dos Ríos; MARTIANO Los-; ASL.ARIO 295 de Oro, La: (México), C4CET.4 62, 153 249, LA; Ganado - GASS PtfARTÍSEZ, E\-posiciones: 269 175 OSCAR (1903. E<litorinles; 317 GARCf-4, ROLANDO; 135 Ed~vnción: 215 GARCfA CARRANZA BASSETTI. GARCíA DE GARCiA DEL CUETO, GARCfA DEL PINO, GARCfA ESPINOSA, GARCfA GALAN, GABRIEL MARRUZ, FINA F.I)I-C~C.I~S Ejhcito 1:~ \ ICIP.IL Libertador; E~IP~SOII, (Habana): K’aldo (1803.1882): E:rxuentro f’r»rinriaZ sobre ENGIEIXR~I. JOHN ENTRALGO CANCIO, Escaela La; F.SCL-‘ELA r EUGENE ); (1905- ALBERTO; de Pintura EN REVOLUCIÓN Unidos; ESTÉNGER, Estilística; de Marti; eZ Penscnaimto 66, 84, 243, 100, 101, 134 322 GARCfA 44, 45 Gómez 186 ProfesionaI Estados Z :3 325 ~:.iig’<‘ridll: Escuela 217 176 Ralpl~ 3,,i -!KO G 46, 87. YY E Edad ZIARTI y Escultura CUBA San (Habana); Alejandro; 136 268 83 RAFAEL ); (189Y- Báez, LA MORERA, MARIO; 148, 263 ); MANUEL ); (1923- ); (1836-1905); HILARIO (1930?- GONZALEZ, MANUEL PEDRO GONZALEZ BARRIOS, GONZÁLEZ FREIRE, GONZALEZ GUERRERO, J.; 343 (1911. (1881- GONZALEZ, 51 309 (1921- JUAN 23.4 ARACELI; J. RI.; CRSAR Máximo ); 284 217 52, 124, 107, ); ); 128, 130 146, 176, 333. 344, 357 53 (1893- ); 54, 55, 78, 121, 201, 264, 311, 312 285 NATIVIDAD; 136 310 81 ROGER; 56, 57 (Habana); 2, 17, 20, 21, 31, 36, 38, 42, 49, 50, 59, 67, 71, 75, 79, 80, 83, 95, 96, 113, 118, 152, 1.54, 158-170, 172.174, 176, 178, 180-185, 187. 18% 195, 283, 312, 317, 325, 329, 333, 335, 336, 344, 345, 347, 349, 350, 357 GRANMA ESTR.4DE, PAUL; Exhibición 46 de Pinturas del ruso Vereschagin, La; 132 GRANT, F FERNÁNDEZ, Fernández, ÁNGEL; Teresita; 298 ERNESTO (1897- ); 200 FERN.&NDEZ 135 RETAMAR, ROBERTO (1930- ); 24, .47, 18. Flores Fonología de, 1895: del Destierro; 271, Gutiérrez 316 Hardman Fragua Xartinna; 69 HART Francia; 105 Nájera, Hall DE LA; LUCIANO 43 (1880- SERNA, ERNESTO Familia; (1891. ); 49, 50 (New DAVALOS, HEDBERG, JOSÉ LA ); 225 CHE (1928-1967); 60, 313, 327 32 HABANA. UNIVERSIDAD DE LENGUAS Y LITERATURAS 326 Xartiano; FERR:íN, ÁNGEL RAMIRO H Fórum FRANCO DE 43 291 306 Literaria; Amérique; de la; SANCHEZ, GUEVARA Notre 58 Angel ROSALES, GUERRA ARROKDO, Plan Bello, GUARDIA 136 FERNÁNDEZ Fernandina. MARfA; Guardia HEMISFERIO NILS (México); HABANA; 26, 120. HISPÁNICAS; 348. LA York); 3 ARMANDO (1903- (1930); 231 BOLETíX REVISTA; 286 ); 118 DEL 284, DERPARTAMESTO 286, 291, 295. ,>:: 31)h ASCARIO 376 ASCARIO ?GARTIAI:O 377 MARTIASO L Henríquer y Carvajal, Henríquez Feden’co Greña, Heredia, José Pedro María (1884-1946); CARDENAS, HERNÁNDEZ CATA, HILL, KITTY de la Nación Ho Ni& Chi 102, Homónimos; 123, 244, 265 202 235 62, 232, ESTUCH, Eugenio 79, 89, HOY (Habana); Hugo, Víctor de 139, Marie ); í1840-1903); 140, 141, L.-iZO BARTOLO. Lenin. Vlndimir 249, 143, 236, 266, 299 308 242, 246, 262, 285, Ilirh (1870.1924); Y GÁLI’EZ, Y EL PUEBLO Liceo Artístico y Literario IBARRA, JORGE; Iconografía; 287 ICHASO, Ideario 345 FRANCISCO (1901- politice-social; Ideas Económicas; Imperialismo 84, 218 156, 193 100 Cubnna 28.t. Poesía; NABORÍ [seud.] íMULA (Madrid); 30 Pinos; Ismaelillo; véase ORTA RUIZ, 92 184 vous JIMÉNEZ, dire; de Infantil; 296 Literatrva Peruana - Literatura Uruguaya y Crítica; 144, - 90, 259, 251, FÉLIX Historia Poesía; - Fé, 69 132, 137. 275. Poesía y Crítica; 324. Novela - 94 Poesía; 98 Argentina), EL; (1891.1967); 199, 224 203-205, 212, 235 José Martí (1881-1958); 136, 159, 342, 349 Martiana; 190-195, Foundation, REBELDE 194 (1798-1851); LOPEZ MORALES, LóPEZ OLIVA, The; (Habana); 267. 160, Españoles 162, 164-167, de Tres 170, Mundos; 172-174, HUMBERTO; MANUEL; JUAN; Martí, 72. Lucía Jerez (novela); I,UZ LEON, JOSE 248 71 joven revolucionario; 135 25, 27, 30 DE LA (1892- ): 300, 314 63 178, MACEO Ladre 136 28, 108, 180, GRAJALES, América; MAGDALENO, 115, 116, 124, 125, 337-339, 353 Historia y Crítica; Historia y Crítica; 53. Poesía; M RAMON Nacionul 187, Narciso de 1868; 61 Guanabacoa; 7 JUAN 183-185, JUVENTUD Hispanoamericana LOSADA, J Jornada Literatura López, JEStiS 302 Italianos; Je veux 68, 10 Literatura LIZASO, ); La Revolución 328 Francesa; (Santa (1910. 65-67. 6, 133 EL; Historia 7. 138, L,itera!ura LITOKAL 185 FELIPE ); 132 INDIO de 150, y Antimperialismo; Impresionismo; Isla ); 122, 82, 113 67, (1910- 144 73, 75, 77, 306, 1 8 301 (hféxico), ROBERTO; 226 ); 48, JULIO LCIS LlBRO ); (1904. BRUSSONE. FERNANDO; Litcrntorn 2.53. 16 (1802-1885); F. (1906. RAIMWDO LEZCANO, LTMA, 292 PABLO RIVEREND 135 LE ROY (1894. 241 309 P.lDROT. 96 317 (Guatemala): LETRIS L.\VIT LE LEOPOLDO María Y Latinonméricnr 328 (18851940); Cubana; 136 Jean; 1.4~~4s 303 HORREGO Hostos, ALFONSO (1894-1969); Homenajes; 208 HERNAN; MITCHELL; Historia Lmnore, 132 (1803-1839); HERNíKDEZ 182 (1859-1935); ANTONIO (1845-1896); 42, 47 MAURICIO (1906. ); 153 43, 191 228 ASCARIO I\l-\IC.J& DO‘iliSGLTZ, ANTOSIO ilut~ifiesto de Jfor&cristi; \I.iX.4CH ROBATO, \IIRISELLO JORGE JORGE LUIS JUAN (1911- (1898. ); ESTRADA, Revolucionario; Marx, Karl Masó Parras, Maspons Juan; MASSAGUER, RIASSIP IZALGUÉ, MEDINA MÉNDEZ, MEO 236 292, Daumy, ZILIO, 219, 251. 269. 29;. 311. 312. (1889-1965); 356 80 (1906- ); 214 ERNESTO (1923- ); 241 ISIDRO (1884. ); 289, Maria GIOVANNI; de (1321-1886); 320 141, HACIENDA Ramórl VíCTOR; 137, 212 270 Y CRkDITO PÚBLICO. BOLETíN BIBLIOGRÁFICO; ANGELINA; MIR.4NDA VALERA, 156 (Buenos NACIÓX (New Gabriela [seud.] Miyares. Carmen; 307, MONAL, 41, - Cuba; (Caracas), LUNA, New York; 93 NEW YORK 102, 132 167 90 82 (1899-1957); 223, 227 319 121, 238, LUZ Norrman, Hermun EMILIE; DE 171, 298, MORALES, SALVADOR; MORALES COELLO, 290. 291. 3112. 315. 102, 262, 240, 244, 2.54, 2.5;. 3Li 184, 188, 194 346 (1875-1966); DE [seud.] 246, véase (1864-1906); 275 TORRIENTE, 286 73 (Moscú); MOSCÚ América; 4, 47, 155, Exhibición 123 170, de los Pintores NUIRY, NURIA; NÚREZ DfAZ, NÚREZ JIMÉNEZ, ANTONIO NÚWEZ MACHíN, ANA 173, 178 Impresionistas; 132 348 FRANCISCO T.; 91 (1923. (1933. 1; 92 1; 93 308 0 329 owwh 301 ORIENTADOR 84 JULIO y González, Rafael (1845-1872); 1; 85 ORTA 9 OTERO, .--. - ,..- WINSTON RUIZ JOSÉ JESl[rS MANUEL; 10, 148 LA; (Habana), REVOLLJCIOXARIO ORRILLO, (1883- (Caracas), NACIONAL ‘:III. 294 175 MANUEL HERALD; NOULET, Nuestra EL; DOLORES; MARfA 148, LA; LA; 83 HILARIO; i~fonumentos; tío el emplaclo: 103 78, 120, ISABEL; dIONChD-2, Ni Aires), York), NAVARRO Nueva AURELIO; Mistrn!, Modernismo; (1861-1911). 301 hl~ii.iXDA, 2:@2;J. EL; 19i, 204, 205, 207, 212-214, 307, 314, 320, 321, 334 y Crítica NacIóx NORA, 46, 47, DC IxIÚII, 177. 184 Historia NOVEDADES :- Sxh_- La: 43. 86.88. 39, 43, 64, 68, 87. 89, 99, HOMERO; - NIEVES, 81 MunueZ; SECRETARíA MIR:IBIL. 3ornles dr lo‘: italiano-, de Jfarti: MUìFOZ, 251 Mtr:r 3I;wrte JlU:jrte H.; Rafael 43 WALTER Rafael García, ESRIQCE III-SDO (Habana), 280, 300. 301, 3.56 y González, N ); WALDO MANUEL MÉXICO. 73.77, Mlísica (1871- JOSE; SíNCHEZ, Uercudo 19, PLi. NACIONAL ll8 Mendit:e ): 213 115, rCu>e Jforales 43 CONRADO MESUEZ, .Ifor*.iitos 257 Juan i~fúïfrnns: RIE:i.\ 240 MOREZO 330 EZEQUIEL (1896.1964): 24, 55, 288, 347 (1818-1883); F~nnco, ): 180 206 Ilurti Zayus Bau’n, José (1878-1945); &lARTfKEZ filartí (190550, (1899-1961); \-IDACRRETX, Jl.iRTi. X~RiA 18, 44, 45, 47, 379 hfAFtTIA‘I0 (1941- 80 256 1; 94 ); (1923- EL; 95, 96, 276, 292 LOL6 DE LA >ftl. 2:‘). 380 .4 XC \RIO JIARTIASO ANU.4RIO l’octa P yalt Fhitman, PORTUOSDO, P.ADRON, PEDRO Panorama Puris; LUIS; 349, de la Litwatura Cubana. (hféxico), LIBERAL Conferencias: 26, 41, 90 EL; 142, 188 38, 45, PK1:RE SCIIOOSER mEss.\ (>Iéxico), Presidio Político Rr~oluciormrio Cubano; Paseo por la tierra de los anamitas, Un; 46, 161, 172, 176, 180, 185 de Amt+ica, Pasión de Cuba, La; La: 151 (Habena); 22, 23, 39, 44, 278, 290, 302, 303, 315, 316, York); 159, 172, 68, 85-88, 318, 319, 185, PAUCKER, ELFANOR; Pensamiento de América; Pensamiento jurídico; 200 Pensamiento Político véase Ideario de la (1847- ); Peña,, Rosario PERAZA PEREDA JUAN Valero; Juan Pérez Cabrera, Leonor DE ACEVEDO, PÉREZ DE LA RIVA, 323 SATURNINO; SALAS, PICHARDO, PIEDRA Pinos LOS; 157, 189 203 307 71, PIONERO (Habana); Pobres de Ia tierra, Los; Poema del Niágara, El; QUESADA Y AR6STEGU1, QUESADA MIRANDA, Jorge 354 187 132 REDONDO REVISTA 98 Poema del NMgára; 132 183 (1901- ); ); ); 17, 100, 132 a Holguín), Alzamiento GONZALO GONZALO (1910-1968). DE DE Obras ORLANDO; de; 114 (1868-1915); (1900- completas; ); 97, 103, 104, 163, 105, 290, 177, 304, 314 316 135 305 DE 351 320 277, 278, 303, 319 (Habana); REVISTA ECUATORIANA REVISTA IBEROAMERICANA REVISTA ILUSTRADA (New REVISTA MONCADA (Habana); REVISTA u~IvERs.41 REYES, GRANM.~ RIPOLL, CARLOS; RIVERO RODRfGUEZ, Ramón ROA, RAUL Rodó, losé York); (1909Enrique (Quito); 40, 106 181 327 (México); 52 260 48 (1889-1959); 208 106 LUIS; (1844.1912); 329 107 ); 107 (1872-1917); 221 MARTí 311 (hféXiC0); anticolonial; ALFONSO 216, JOSÉ DE EDUCACIÓN (Habana); Roa, 332 202, BIBLIOTECA NACIONAL MARTí. REVISTA. DEL Revolución 221 SUSANA: (Habana); REVISTA RwoLucIóN 158 (1903-1958); 99, FELDMAN, DE AGRICULTURA REVISTA DE LA CIONAL JOSÉ (1913. DE cercana 277, Il 331 (1901. 155 Pintura; 1; 219 ANDRÉS 160 social 207 (1846-1892). JUAN HORTENSIA; Nuevos, - (1899. 318, MARIANO BUENO, 147, 229 ROBERTO PESTONIT, PICóN político (1828-1907); Periodismo; El; Q 304 (1907.1969); Antonio PEREZ 270-274, QUIROGA, DE DIOS; Bonalde, 352 los; (Localidad Quintana, ILDEFONSO Pérez 177, 153 FERMfN VALDES, PÉREZ, 91, 97, 103. 117, 328, 330, 331 228 SARAUSA 101 142 CLARA; Pujo!., 153 ~4~~14 (New ); 144 153 Purnio PATRIA La; en Cuba, Provincialismo: I’UJALS, Pasi&n (1911. York); (hw (Córdoba), PRINCIPIOS Partido 132 ASTONIO 350 75 PAR:IDO El; JOSÉ 381 MARTIANO 326 215 Vé¿lSe CUBA. BIBLIOTECA NA- 382 ASL-ARIO Rodríguez. Carolina RODRfGL-EZ. fl826-1899); M;\RI.XiO; RODRfGL?EZ Otero, RODRÍGLXZ ROIG DE ROJAS, GUILLERMO JUSTO ); ); 306 109 (1889-1964); 110-112, 293 113 (Habana); 340, 341 RUIZ ZARATE, MARY; 353 HJXTOR Sala Martí; 125, DE; 136, San Juan. Universidad SANCHEZ, MAGALY; 354 SILVEIRA, MANUEL; JUAN de Puerto 119, Sarmiento, Domingo Faustino, Carlos; SCHULMAN, Seeget, Pete; SEMBRADORES SUN SURET 119 Pres. 280, Universidad 307, 320, Argentina 78, 120, 121, 321, (Monterrey, 245, México); IVANOVNA; 122 165 199 172 Unidos; 35, 78 93, 58, 140, 110, 111, 114, 126-130, 143 332 JESÚS; Popular 124, 125 249 Valdés 348, 355, 358 UNESCO. José Martí; Domínguez, 32 335 Fermín ANGEL; 19 BOLETíN; 350 (1852-1910); HELIODORO (Santa Clara, NORIEGA, VERA, ERNESTO; sobre VERDE OLIVO Sencillos; CSIVERSITARIA Viet Nam; 283 357 345 69 Unidos, (Habana); Piotr VIDA 251 336 los Estados (Mendoza, 266, 229, 45 ADELINA; de 1871; Verdad (1891.1959); Cuba); 20, 34, 56, 27 de Noviembre 69 250 RAFAEL VANGUARDIA Versos 12 ANTONIO; 288 LA 264 V vmwós THE; DE 54, Veretshchuguin, 123 Aires); ); 334 (1811-1888); 136, 297 ECHEVARRfA, SUR (Buenos 279, Hispano-Americano; York), 161, (London); SUPPLEMENT - Estados PERSPECTIVAS (Habana); VALLE, A.; (París); V.; (New UNESCO. VALIENTE, AMISTAD ACOSTA, obrera ANTHONY; DE (México); STOLBOV, y clase 24 de Febrero; Literaria LITERARY LOLO DE LA (1902287, 293, 294, 298 VÁZQUEZ SIEMPRE SOTO 308 104, 257, VALENTINA OBRERA Rico; 343 Sociedad EI; 239 EL; TIMES 305 SHISHKINA, SOL1 TME ThíDISCO, 114 IVÁN Cubano; 118 NYDIA; Sauvalle, Revolucionario 14 (Bogotá), uNu.h SARABIA, Ricardo; 130 215 CARLOS; Sartorius, Terremotos; 124, U C., ROSA; SANTOS, año del Partido 18: 179 346 SALAZAR SÁNCHEZ martianos; Tercer Trabajo 117 174, Temas TORRIENTE, 267, 281, S SAAVEDRA, cubanos; Joaquín; 'T.S.L. 114.116, ll Tejada, ‘TIEMPO ROMANCES DE (1943- EMILIO - Vicio; Tabaqueros (1915- LEUCHSENRING, MARTA; 333 164 SANTOS, 383 MARTIANO T Tubaco MIRTA; Ricardo: RIVERA. RODRfGLEZ 117 108 CALDERON, Rodríguez ANUARIO MARTIANO 5, 13, Petrovich Argentina); La; 56, 57, (18361886); 253 155 (México); 18, 47 142 63, 132 112, 149, 151, 237 146, 384 ASVARIO \-ILLi.\IOR, JESCS; Vindicación I.iondi VITIER JIARTIASO 131 de Cuba; y I~cra. 17, 47, 158 Miguel BOL-IXOS, Francisco CISTIO (1846.1919); (1921. ): 1 1. 43, 94, 121, 124, 130, 132.138, 3,w W Walker, William (1824-1860); Warncr, Charles Dudley WASHIKGTON, White Whitmnn, (Periodista RAOUL Lafitte, Walt José 194 L., Tr.; Silvestre (1819.1892); yanqui); 35 188. de Sandoval, José, Coronel; 278 DEL ANUARIO MARTIANO NÚMERO 2 196 X Ximénez ERRATAS 235 (18361918); 132. FE DE 5 El ensayo de Loló de la Torriente titulado «José Martí y la apreciación de las artes plásticas» apareció con un gravísimo error, consistente en la interpolación de un fragmento de línea y 14 líneas enteras del trabajo de Manuel Pedro González «Radiografía espiritual de José Martí». Aclaramos que la corrección de las pruebas de dicho número no estuvo a cargo de la Sala Martí de la Biblioteca Nacional. De todos modos ofrecemos nuestras excusas a la compañera Loló, muy valiosa y querida colaboradora. El pasaje en cuestión (p. 439-440 del Anuario anterior) debe leerse como sigue: Advierte [Martí] en el discípulo de Mimard un dibujo correcto, carnes suaves y luminosas y, en la atmósfera, cierta quietud y hondura características de la escuela romántica que pecaba por su «exceso de fidelidad en aquella época de renovación sublime», aunque la novedad no se condensara en lo real desarrollándose «satisfaciendo la aspiración de en lo fantástico e imaginativo, libertad» que a los continuadores de Delacroix les parecía «inferior a la aspiración por satisfacerla», de donde procedía lo indefinido y «aun lo etéreo» en las creaciones de Peoli, que huraño y melancólico en el color exhibía una realidad visible, de fácil copia, y otra espiritual en la que con callada pasión buscaba color y símbolo... * * * 386 .t\ yarje CARIO MARTIANO AIVCARIO Otra‘; erratas observadas en dicho número completo por falta de algunos originales) (que no ha podido revison las siguientes: DICE 1’. 95, línea hablarle p. generoso. p. 97, línea carifiosos línea 12 en p. 191, línea saludos.- Cuando - 7 Biciembre 221 p. 199, línea cumpleaños d 10 de Doña Leonor rl viaje caviloso. p. Pero, horrorizado p. 211, Mi descarnada p. 217, J;xribiendo línea México, Leonor. Carta decir: es mi carta. Corta es mi carta. de la nada Líwas unidas, trofa. en la misma Mi mano es- 32 mano línea de Dolía 7-8 Ni exactas leyes de la ciencia Censeño, .,qué he de decirle, 32 líneas 208, Mas huyo 18 descrübendo línea más íntima, 171 4 antes del final: !)ice: 14 he de decirle línea cumpleaños \‘rrk IIe!;e amistad - ll ll caviloso, p. 98, línea la copa al 32 p. 198, línea nuevo.- del país...» 4 a Aranguito, p. 98, línea exhala confianza?- Diciembre más íntima p. 116, incuria misioneros.)) p. 190, 9 hijo p. 98, línea p. 112, <I.el país... misioneros. T- tan completa muere. 12 Cundo a Agramonte, iqué Kada línea 177. que es verdad.- 20 muerte. inwria señalándolo, 7 saludos. p. 98, línea J cielo en la copa el nuevo el viaje generoso.- línea p. 184, línea ? dije, confianza? p. 98, línea amistad. hombre 8 p. 98, línea cariñosos un 32 señalándolo y tan completa p. DECIR 17 q:‘e es verdad.- Nada de esto.- 28 p. 96, línea y dije, cielo DEBE línea 1’. 118. U)lnrle línea 96, DECIR 21 de esto. un hombre hijo DEBE DICE p. 118, 387 MARTIANO sacudía,- descarnada recorrk- 5 y siguientes Enero-Febrero 1875- Verso 2: Dice: el alma. 8 zalta * quc Cuando en la columna Dice aparece figuran en la columna Debe decir. un blanco, se debe a supresión de líneas 388 ASL’ARIO MARTIANO ANUARIO DEBE DICE Dcbr decir: DECIR DICE hambre. \-crso 73: z~ertían quitar p. 258, la coma en Y la flor Debe decir: >ICxicn. Ifëxico, agosto. tX’:nero-Febrero 1875. dos estados -no \.crso ll Dice: cuanto. Debe decir: Todo agosto, línea p. 248, línea -No más la muñeca... No: yo pasé por la vida 27 ll línea Fétidas y fangosas 35 línea de Vanegas Guardar A LO GRILLO de ti 19 y siguientes tu hermoso amor «Guardar tu hermoso amor y en callada / Cerradura llave de oro.» en tierra: correr mi 33 Enemigos p. 291, orlados línea 37 El peso eché del infortunio [al hombre: 13 p. 304, 4 Vuelve Y al alcanzar el bien línea líneas Desprenderme SU desde luego línea de ti 31 dede luego Y alcanzar p. 288 bando orlados p. 243, p. 286, Todo línea p. 239, línea y fangosas Desprenderse entierra: Enemigo 21 1876. 6 de vanegas p. 236, línea dos estados del verso 8: Y los naipes línea p. 235, del verso 7: No: ya pasé por la vida 12 Y nos naipes bando 27 can¿o. Fétida p. 234, línea más la muñeca... p, 286, línea libada 4 antes del final: p. 274, Xéxico, p. 232, ?- la flor rT6SIGO] p. 265, cuanto. 15 y siguientes 1876- 9 [ TOSIGO] p. 271. líneas línea DECIR cuando. DiO2: p. 222, DEBE libaba p. 259. ~-c:.:o 10 antes del final: línea 389 MARTIh‘iO 7 el bien a ti, pluma p. 317, iLa A LO GRILO línea línea Rave quiere, El peso eché del infortunio al hombro: 5 fiel. Vuelvo a ti, pluma fiel. 30 Jóveno, del mundo? LLa llave quieres, Jóveno, del mundo? 390 ANüARIO ANUARIO MARTIAXO DICE p. 319? línea v enriyuecen p. 375. v enriyuece p. 436. Los laboriosos Contra línea Los laboriosos uvas generosas 9 línea 8 el jwto línea 35 yue fue, tranquilamente línea 0 pelvi10 [ IMPROVISACION] 32 poético» p. 474, «polvillo linea 7 1~In Memeriam» iOh [CONSUELO] líneas gaviotas De pluma p. 361, Rompe líneas y te apoyas p. 372, estrofa p. 482, p. 374, línea línea p.483, es discutible, En la misma líneas el día sangriento P* 485, Y te apoyas en mi hombro, 2 diarias El pecho inunda - mar de bondad: v-ale decir. p. 489, 6 Hiawatha UO doce a catorce horas pero es típico líneas línea es discutible, y acaso poco idóneo desde el punto de vista del saber académico, pero es típico 26-27 4 etimológicamente línea diarias 17-18 intemptrencia p. 487, de bondad en que una 35 estrofa 1 Memoriamx 20 infiel El pecho inunda-mar Hialaiuatha En la misma 17-18 en mi hombre, línea línea de doce a catorce de hombre línea «In el día en que una sin mancha- con mano 1). 370, p. 476, 23-24 que en torno a sus [plantas Mas su corona poético» 10 CONSUELO p. 357, que fue, tranquilamente, de aquellos PÍLADES] p. 4G3, línea IMPROVISACION el justo 8 de aquelos [ 4 ORESTES, DECIR él tallaba p. 443, 15 19 p. 341, línea línea el tallaba p. 440, [A ORESTES PILADES] p. 335, linea retórico 30 las uvas generosas. p. 334, el verso DEBE pla5:xlía el análisis 5 el verso terórico p. 326, línea DICE DECIR 13 el análisis p. 326, línea Contra DEBE 391 MARTIASO 2 La maj oría absoluta : Ltle dcir, etii;i~~lógicamente, 392 hSl:tItlO MARTIANO DICE p. 490. DEBE línea 1 tradición Iínea al citado f r(Orestes». p. 491, línea línea su escritos p. 501, línea línea Iínea muerto. p. 508, línea p. 510, muerto 38 líneas 30-31 supermercados 40 proporciones línea 25 científica? p. 537, línea 26 quien p. 539, líneas 16-17 222) (página línea 30 don de p. 541, línea 42 crincipal supermarcados principal p. 543, Pittaluga 222) 27 donde revela línea línea p. 535, p. 541, reveveIa p. 516, Martí, página coresponsal p. 514, Conductistas qiuen probable línea 20 científico? 15 probeble p. 511, apenas adi, inexorable línea línea proporcionales ll así inexorable 19 escuetas p. 533, 12 Martí, línea Con ductistas Cuanto p. 505, 16-17 polémicas, p. 533, 20 Cuando Es sin duda cscueltas etopeya p. 502, 31 líneas p. 529, 27 epopeya línea polémicas sus escritos a magna p. 529: 23 DECIR 29 En sin duda nomádica p. 501, al citar línea 393 27 al p. 526, 6 nomádita DEBE margna ~31. de S.» linea linea p. 525. 21 11. de S.» apenas p. 517, 20 ( u Orestes, hl.4RTI.4SO DICE traición p. 491. p. 492, ANCARIO DECIR línea Mira 42 y López Pittaluga y Mira y López - DICE p. 544. DEBE línea 20 Decidida línea p. 580, línea 25 2 Quá p. 552, lo duermen . p. 554, línea 39 (derecha) i;..-mbol línea 26 (derecha) regular p. 584, Iínea 15 (derecha) i, Qué Me I<-vJe do duermen En la Bibliografía martiana, todas las veces que figura ser p., que es la norma bibliográfica adoptada. Otras erratas de esta sección: línea 38 linea 25 aclarada p. 589, línea 45 «Manifiesto vigor « Manifesto rigor p. 556, línea p. 590, 1 discrepancias p. 556, línea 37 de Pintores discrepancia línea p. 592, 7 de Pinturas línea 24 1967 « micus « amicus p. 577, línea hacerlas América, línea University, 3orrman línea p. 595, 30 hacerlas)) hacerlas; mal, pero hacerlas»: línea línea La guitarra 14 nació 1 de p. 603, 1968. línea en 19 (derecha) University, línea nación p. 603, América. 10 P- 2.1 p. 602, 13 (derecha) la guitarra línea p. 27. 1 insistir p. 576, 25 Norma insisitir p. 574, línea tanto. mal, pero p. 570, 1969 p. 594, 1 tanto, p. 557, DECIR 7 aclarado p. 555, línea regula martiana! p. 550, DEBE s\.gmbol 20 martiana tanto, p. 576, ;, Decidida p. 544, DICE DECIR julio 12 línea 4 julio ll --- pp. debe 396 ASCARIO ASCARIO MARTIANO DEBE DICE p. 603, línea línea p. 606, no. 213 línea línea retrs. 18 p. 607, línea p. 607, p. 610, línea 36 p. 613, línea p. 614, p. 616, Veraneo línea 4 ilus., ilus. p. 616, Emeterios retr. 10 Verano línea p. 620, 21 línea 24 liniversalidad línea 33 XIV p. 623, p. 625, mundo música, línea aíio 5 22 música, línea linea 32 Le Roy Le Roig 2? Serie, 2? Serie año ll, XIX uo. 19, mayo no. 9, 31 Universidad 34 retrs. 29 Emeterio 56 p., facsíms. ilus. retr. p. 620, judozkestrennoi línea línea 1961. ilus., 38 j udozhestrennoi p. 610, p. 620, iluemul línea 6 año II, 25 Huelmul línea 56 p. ilus. p. 619, año 1, año . 1961, i!i.ì IL. . p. 607, p. 619, 31 ilus., DECIR Después de la segunda línea, al centro, debe ir el año correspondiente: 1959; después de la décimoctava línea: 1960. 16 no. 223 397 p. 618 un p. 603, DEBE DICE DECIR 13 mi JIARTIASO línea 40 Mundo facsím. Impreso en la UNIDAD PRODUCTOR.4 «Mario Benjumeda Reguera 407. Instituto Mayo La Cubano 1971 de Habana, Edición 08 Gómez» del Libro. Cuba. de 6 000 ejemplares.