Francisco Tárrega Bien Intangible en acordes Mª Desamparados Burguera Insa Historia del País Valenciano Profesores: Luís Arciniega García Lydia Frasquet Bellver Grupo 5B Sumario 1. Introducción 2. Desarrollo del estudio: 2.1 La música como Patrimonio Artístico 2.1.1 Los derechos de autor en el mundo 2.1.2 Los derechos de una creación musical 2.1.3 El Patrimonio Cultural Inmaterial 2.2 Francisco Tárrega: Armonía en acordes 2.2.1 Tárrega, intérprete 2.2.2 Tárrega, transcriptor 2.2.3 Tárrega, compositor 2.2.4 Tárrega, maestro 2.3 Antecedentes de Tárrega 2.3.1 La música valenciana y española 2.3.2 La música romántica 2.3.3 La guitarra de Moretti, Aguado y Sor 2.4 Francisco Tárrega postromántico 2.4.1 La música postromántica 2.4.2 Músicos postrománticos contemporáneos 2.5 Aportaciones de Francisco Tárrega 2.5.1 Significado y aportaciones de Tárrega a la guitarra española 2.6 Influencias posteriores de su obra 2.5.1 Díscipulos de Tárrega 2.5.2 Festivales de música y homenajes 2.5.3 La música de Tárrega en nuestra vida cotidiana 2.7 La música en el museo 3. conclusiones 4. Bibliografía Introducción “… para apreciar toda la belleza y emotividad que es capaz de encerrarse en una guitarra basta con citar un solo ejemplo: “Recuerdos de la Alhambra” . Manuel de Falla El 15 de diciembre de 1909, falleció en su casa de Barcelona Francisco Tárrega Eixea, figura imprescindible en la historia de la música, cuya labor como concertista, compositor, transcriptor y maestro fue determinante para el desarrollo de la guitarra del siglo XX. Tárrega dignificó la guitarra, la ennobleció, le devolvió el rango de instrumento de concierto. Pretendemos, por tanto, con estas líneas aproximarnos a su magnífico legado. La proyección de una figura como la de Francisco Tárrega, queda ilustrada en la gran cantidad de escritos que surgieron tras su desaparición. A este respecto, destaca la biografía de obligada referencia escrita por Emilio Pujol, uno de sus alumnos más devotos. Que, cien años después de su muerte, la figura de Francisco Tárrega siga siendo emblemática y no deje indiferente a nadie que se aproxime al mundo de la guitarra, es un hecho objetivamente constatable. La personalidad que irradiaba este guitarrista debió tener un magnetismo especial, a juzgar por los múltiples testimonios de aquellos que le conocieron. La música es una de las formas fundamentales de la expresión humana, un aspecto esencial de toda cultura, ya sea local, nacional o internacional, pero también aparece como un bien económico valioso, susceptible de proporcionar beneficios de capital. En tanto la obra musical existe como bien intangible, no material, es decir, como propiedad intelectual, cobran trascendencia los derechos de autor, fórmula para garantizar el control de la utilización de la obra y obtener un beneficio económico de ello. Parece evidente la necesidad de protección de todo este patrimonio cultural, de modo que ninguna persona individual o institución, pública o privada, se aproveche comercialmente de las manifestaciones y expresiones de una comunidad humana o de un individuo: "Parece, pues, necesario reforzar la legislación sobre derechos de autor, para hacer frente a la piratería y garantizar una remuneración justa a los compositores, no sólo en los países en desarrollo, sino en todo el mundo. (…), el desarrollo de mecanismos más eficaces de derechos de autor en el futuro será especialmente importante en la era de la digitalización de la información y su transmisión en línea." 1 1 THROSBY, David (1999).: El papel de la música en el comercio internacional y en el desarrollo económico, en Informe mundial sobre la cultura: cultura, creatividad y mercados. Madrid: Editorial UNESCO/ Fundación SM/Editorial Acento. P.207 Desarrollo del estudio “La música no se hace, ni debe hacerse jamás, para que se comprenda, sino para que se sienta.” Manuel de Falla 2.1 La música como Patrimonio Artístico 2.1.1 Los derechos de autor en el mundo Para entender qué es y qué utilidad posee el derecho de autor, sería necesario definir el concepto de propiedad intelectual: "La propiedad intelectual comprende dos ramas: la propiedad industrial (patentes, modelos de utilidad, diseños industriales, marcas registradas, etc), que se aplica principalmente a la explotación de innovaciones intelectuales, tales como productos manufacturados; y el derecho de autor, cuyo fin es proteger los trabajos intelectuales en los campos de la literatura, la ciencia y el arte. De manera general, la diferencia principal entre ambas es que la propiedad industrial protege ideas del mundo objetivo (leyes de la naturaleza) que pueden ser descubiertas por cualquiera, en cualquier momento, incluso simultáneamente, mientras que el derecho de autor protege la forma de expresión individual." 2 Ambos persiguen objetivos comunes, entre los que se encuentran la garantía de una remuneración económica a quienes dedican su vida a la creación y el trabajo intelectual y la promoción de la creatividad intelectual y, por consiguiente, la prosperidad de la colectividad humana donde esta tiene lugar (factor de igualación social y cultural internacional). En la ya presente y futura Sociedad de la Información, la mayoría de los productos no poseen una naturaleza material, sino intangible y su consumo y disfrute no supone un desgaste físico o real de ese bien. En esto consiste la naturaleza de la creación intelectual, es decir, de toda la producción inmaterial de conocimiento y de expresión artística del ser humano (literatura, música, obras audiovisuales...), que como tal debe reconocerse y protegerse. El derecho de autor protege a los creadores originales de las obras con una serie de derechos básicos, como el derecho a utilizar su obra, y a autorizar o prohibir a terceros a usar la obra según previo y común acuerdo, así como su reproducción impresa, la grabación, la radiodifusión, la traducción o adaptación y la ejecución pública, así como su venta a través de un pago. 2 DEL CORRAL, M.; ABADA, S.(1999): Desarrollo cultural y económico mediante el derecho de autor en la sociedad de la información, en Informe mundial sobre la cultura: cultura, creatividad y mercados. Madrid: Ediciones UNESCO/Fundación SM/Acento Editorial p. 210 Estos derechos tienen un plazo de 50 años tras la muerte del creador, según los tratados de la OMPI, aunque la protección del derecho de autor incluye otros como los derechos morales, con los que los familiares pueden reivindicar la autoría de una obra y oponerse a modificaciones. Paralelamente, se establece un conjunto de derechos conexos al de autor, en torno a obras protegidas por el derecho de autor: estos son los que detentan los artistas ejecutantes (músicos y actores) en sus interpretaciones y ejecuciones, los organismos de radiodifusión en sus programas de radio y televisión y los productores de grabaciones de sonidos (casetes y discos compactos). 2.1.2 Los derechos de una creación musical Según la Declaración Universal de Derechos Humanos en su artículo 27.2: ―Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora. Todo ello en aras a la conservación, al progreso y a la difusión del saber (...) velando por la conservación y la protección del patrimonio universal de libros, obras de arte (...) y recomendando a las naciones interesadas las convenciones internacionales que sean necesarias para tal fin.‖ Pronto esta ley general y abstracta hubo de ser desarrollada en convenciones globales con conclusiones y tratados vinculantes. El primero de ellos fue el Convenio Internacional para la Protección de Interpretes, Productores de Fonogramas y Organizaciones de Radiodifusión, el Convenio de Roma (Roma 1961), firmado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), UNESCO y Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y ratificado por 55 estados, aunque muy polémico aportó un marco jurídico más flexible. Más tarde, se completó con el Convenio de Ginebra de 1971 (conocido como Convenio de Fonogramas), Convenio para la Protección de Productores de Fonogramas frente a la reproducción no autorizada de sus fonogramas. Se establecen sanciones penales, se ultiman esfuerzos con la legislación de competencia desleal y se insta a los gobiernos a establecer las medidas necesarias para la protección de los derechos. Esta convención es la que introdujo el símbolo Ó seguido del titular del derecho de autor y el año de la primera publicación de la obra. En 1994, los acuerdos TRIPS/ADPIC (acuerdo de Marrakech de 15 de abril) fundan la Organización Mundial del Comercio, OMC. Su anexo 1C trata sobre los derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el comercio, incluido el de mercancías falsificadas. Se instituían las bases para la lucha contra la piratería. En 1996, llegaron el Convenio de Ginebra de la OMPI y los Tratados sobre Derechos de Autor de la OMPI (diciembre 1996) y sobre Interpretación o Ejecución y Fonogramas (WPPT). Este último tratado entró en vigor el 20 de mayo de 2002 y, por primera vez, reconoce los derechos exclusivos de reproducción, distribución, alquiler comercial y difusión pública en internet y los derechos morales de artistas, intérpretes y ejecutantes. Este "tratado de internet" (como se le llama, junto al WTC, centrado en la fusión de la producción literaria en la red) representa un hito en la protección de los derechos de autor y derechos conexos en el complejo entorno digital. En España, los derechos de autor de cualquier tipo de creación intelectual se regulan y protegen mediante la Ley de Propiedad Intelectual (12 de abril de 1996), el Código Civil (Real Decreto del 24-7-1889 en su capítulo II trata sobre la propiedad intelectual, concretamente su artículo 428 y 429) 3, el Código Penal (por la Ley Orgánica nº10/1995 de 23 de noviembre de 1995: concretamente en su capítulo X, los artículos 270, 271 y 272) y la Ley de Enjuiciamiento Civil (ley 1/2000 de 7 de Enero, en la que se advierte la trascendencia de la disposición derogatoria única 2.13º y la disposición final 2ª que reforma la Ley de Propiedad Intelectual en sus artículos 25.20, 103 medidas de protección, 143 causas criminales y 150 -legitimación-). 2.1.3 El patrimonio cultural inmaterial Las obras maestras del patrimonio oral e intangible de la humanidad integran una lista mantenida por la Unesco de elementos del patrimonio cultural inmaterial que dicho organismo considera relevantes. La lista comenzó en 2001 con un conjunto de 19 obras a la que luego se añadieron otras 28 en 2003. El 25 de noviembre de 2005 se emitió una lista agregando otras 43 obras. Este programa se concluyó en 2006 con la entrada en vigor de la Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial. Las obras maestras estarán integradas dentro de las listas previstas por dicha Convención. El 4 de noviembre de 2008, en la reunión de la Unesco en Estambul, se creó la Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, que estará integrada en principio por los 90 elementos que la Unesco proclamó obras maestras del patrimonio oral e intangible en 2001, 2003 y 2005. A partir de 2001, el nuevo programa ha comenzado a identificar las distintas formas del patrimonio inmaterial en todo el mundo para salvaguardarlo a través de una proclamación. En virtud de este acto, los gobiernos nacionales que se adhieran a la Convención de la UNESCO, conocidos como los Estados miembros, están autorizados a presentar cada uno un expediente de candidatura única, además de múltiples nominaciones nacionales, del patrimonio cultural inmaterial que existen en su territorio. El patrimonio inmaterial que se puede proponer en la inscripción se divide en dos categorías según lo establecido por el programa: 1. formas de expresión cultural popular y tradicional, o 2. espacios culturales, es decir, lugares donde las actividades culturales y populares se concentran y tienen lugar regularmente (cuadrados mercados, festivales, etc) Las candidaturas son evaluadas por un panel de expertos en patrimonio inmaterial, incluidas organizaciones no gubernamentales (ONG) especializadas, y son estudiados por un jurado, cuyos 18 miembros han sido previamente seleccionados por el Director General de la UNESCO. Un conjunto de criterios ha sido creado para ayudar en la evaluación de las candidaturas. Las expresiones culturales y los espacios propuestos para la proclamación tuvieron que: demostrar su valor excepcional como obra maestra del genio creador humano; dar amplia evidencia de sus raíces en la tradición cultural o la historia cultural de la comunidad en cuestión; ser un medio de afirmación de la identidad cultural de las comunidades culturales que se trate; una prueba de excelencia en la aplicación de la habilidad y las calidades técnicas; afirmar su valor de testimonio único de tradiciones culturales vivas; 3 Artículo 428: El autor de una obra literaria, científica o artística, tiene el derecho de explotarla y disponer de ella a su voluntad. Artículo 429: La ley sobre Propiedad Intelectual determina las personas a quienes pertenece ese derecho, la forma de su ejercicio y el tiempo de su duración. En casos no previstos ni resueltos por dicha Ley Especial se aplicarán las reglas generales establecidas en este código sobre la propiedad. estar en riesgo de degradación o de desaparición. Por otra parte, los candidatos deben estar en conformidad con los ideales de la UNESCO, en particular, con la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Las propuestas de nombramiento también tuvieron que presentar prueba de la plena participación y acuerdo de las comunidades locales e incluir un plan de acción para la salvaguardia o la promoción de los espacios culturales que se trate o expresiones, que deben haber sido elaborados en estrecha colaboración con los portadores de tradiciones. A través del proceso de nominación, a los Estados miembros se les anima a realizar un inventario de su patrimonio inmaterial, la sensibilización y la protección de estos tesoros. A su vez, las obras maestras proclamadas reciben el compromiso de la UNESCO en la financiación de los planes para su conservación. El creciente número de candidaturas recibidas y el número de obras maestras proclamadas cada dos años significa que el objetivo de la UNESCO de crear conciencia sobre la importancia de la protección del patrimonio inmaterial se ha logrado. El aumento del número de Estados miembros participantes llevaron a la adopción del 2003 de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que entró en vigor en 2008. El establecimiento de instrumentos normativos debía completar la convención de Patrimonio Mundial de 1972 en su protección de la cultura inmaterial. Siguiendo el ejemplo exitoso de la Convención del Patrimonio Mundial de la Lista del Patrimonio Mundial, la UNESCO estableció la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Esto reemplazó el programa cuando la Convención entró en vigor en 2008. Todas las 90 Obras Maestras proclamadas anteriormente, fueron presentadas como las primeras entradas en la nueva lista. El proceso para la designación de un elemento de la lista sigue unos pasos similares a la Proclamación. El antiguo papel del jurado fue suplantado por un nuevo órgano denominado Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. Además, la UNESCO estableció un programa separado, identificando los elementos en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia, para resaltar los elementos en riesgo a pesar de los esfuerzos de la comunidad local para preservar y protegerla, como consecuencia de la cual no se puede esperar que sobreviva sin la salvaguardia de inmediato. Asimismo, se estableció un fondo para proporcionar ayuda de emergencia para la preservación de dichos elementos. La obra de Tárrega bien intangible, hace más de un siglo que fue creada, ignoro si en la actualidad los descendientes han reivindicado los derechos de autor, pero sus composiciones pueden ser consideradas patrimonio de la humanidad ya que nos dejó un gran legado del que podemos disfrutar hoy día. 2.2 Francisco Tárrega: armonía en acordes De todas las facetas que la figura de Tárrega ofrece sobre las que poder abordar este estudio, que Pujol4 esquematiza al final de su biografía, Marta Tirado5 en el artículo que escribió en la revista del IES Ribalta6, destaca cuatro que consideramos que explican la vigencia actual que tiene su legado: la de intérprete, la de transcriptor, la de compositor y la de maestro. 2.2.1 Tárrega, intérprete Al hablar de Francisco Tárrega como concertista de guitarra, es decir, como instrumentista que ofrece sus interpretaciones a la guitarra ante un público determinado, encontramos dos situaciones que acompañan al artista durante toda su vida. De un lado, el solista de grades escenarios, que actúa en aquellos lugares donde lo contratan, dentro y fuera de España, y cuyos conciertos siguen un programa prefijado de obras a interpretar. De otro lado, el intérprete que toca en círculos íntimos, a horas intempestivas del día, rodeado de amigos o conocidos que viven así una experiencia única cada vez; veladas en las que la improvisación es la nota dominante. Ambas facetas siguen un patrón romántico muy habitual en la Europa del siglo XIX. El concierto público a cargo de un único solista, tal y como lo conocemos hoy día, fue popularizándose en Europa a partir de las actuaciones de virtuosos como el violinista Niccoló Paganini (1782-1840) o el pianista Franz Liszt (1811-1886). Por lo que se refiere a las interpretaciones en ambientes íntimos y privados, baste recordar las famosas Schubertiadas. La carrera como gran solista de Francisco Tárrega se desarrolla, especialmente, a partir de su ingreso en el Real Conservatorio de Madrid, donde se matricula para estudiar solfeo, piano y armonía en el curso 1874-1875. Son años de juventud, en los que Tárrega cumple con los requisitos de la época para convertirse en intérprete de fama que pueda vivir de sus conciertos: triunfar en la capital española, como paso previo e indispensable para dar el salto a Europa. Con el aplauso unánime del claustro de profesores del Conservatorio de Madrid, en un recital organizado por el propio director del centro, Emilio Arrieta, el joven Tárrega obtiene un apoyo experto y determinante hacia su instrumento, la guitarra, como instrumento de concierto. Sin embargo, el punto de inflexión en este camino se producirá tiempo más tarde7 , con su colaboración en un festival celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que su hermano 4 Pujol escribe una biografía de Tárrega desde una manifiesta admiración reverencial hacia su maestro. El capítulo VII de este trabajo está dedicado a esbozar diversos aspectos de este personaje y alguno de ello va más allá de lo puramente profesional, como el intelecto y espíritu de Tárrega (p. 219 y siguientes) o el Tárrega místico (p. 249 y siguientes). 5 Licenciada en Geografía e Historia, titulada superior de Guitarra y profesora de música del IES Francisco Ribalta. 6 Ribalta. Quaderns d'aplicació didàctica i investigació, núm. 16 (desembre 2009), p. 23-35. 7 Varias fuentes, como Emilio Pujol o la hija de Tárrega, María Tárrega Rizo, que mencionan este concierto no ofrecen una fecha exacta, aunque tendría lugar a lo largo de 1877. Vicente Tárrega recordará en un artículo publicado en el Heraldo de Madrid, años después de la muerte del guitarrista (Heraldo de Madrid, año XLIV, núm. 15.242, 15 de diciembre de 1934,p. 5): ―uno de los éxitos más grandes obtenidos por mi hermano [...] fue en un festival celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Tomaban parte las máximas notabilidades de la época: Albéniz, Chueca, Chapí... Mi hermano también fue incluido en el programa. La gente se mostraba indignada por esto. Poco más o menos, venían a decir: en un acto de esta envergadura ¿cómo es posible que nos hayan colocado a la trágala a un infeliz guitarrista, desconocido además? Pero apenas escucharon a mi hermano cambiaron de opinión. Estaban asombrados del arte maravilloso que salía de aquella guitarra. Y las ovaciones fueron frenéticas y delirantes. Entonces ya no pedían otra cosa sino que continuara Tárrega. A partir de aquel día se le abrieron todas las salas y todos los públicos se le rindieron, y los críticos establecieron un pugilato de alabanzas en su honor.‖ Vicente Tárrega contaba con un considerable prestigio musical, ya que llegó a ser primer violín de la orquesta del Teatro del Liceo en Barcelona, y fue un testigo directo del desarrollo de la carrera profesional de su hermano mayor Francisco, con quien compartió domicilio en Barcelona. A partir de este momento se suceden las contrataciones y giras europeas que llevan a Francisco Tárrega a actuar en ciudades como Londres, Bruselas, Berna, Roma, París..., sin descuidar un recorrido constante por la geografía española. En sus actuaciones, Tárrega ofrece programas eclécticos, pensados para un público burgués habituado a escuchar música. Se trata de llegar a esta audiencia mediante piezas muy conocidas del momento, utilizando un instrumento al que no se tiene costumbre de escuchar. Por ello, interpreta una buena cantidad de transcripciones de obras de compositores consagrados, junto a sus propias composiciones. Y, para conseguirlo, tiene que adaptar muchas de las técnicas de los principales instrumentos de la música culta, lo que supone un estudio minucioso de las posibilidades expresivas de la guitarra, que nunca se había hecho de este modo. De estos conciertos han llegado elogiosos comentarios cargados de admiración ante la sorpresa que suponía oír cómo sonaba una guitarra de aquella manera. A Tárrega se le pone a la altura de grandes virtuosos de la época, como Sarasate, al violín, o Anton Rubinstein, al piano. Una crónica de un diario de París de la época relata:8 Hasta ahora creí que sólo Sarasate con su violín, podía producir esas armonías que, transportando el alma a otras esferas, le hacen sentir misteriosas impresiones. Hasta ahora imaginé que nadie como Rubinstein tenía esa facilidad en la ejecución, esa maestría en el arte que le hace dominar el piano hasta el punto de hacerlo hablar [...] Todo eso había creído hasta ayer, pero me engañé. Con un instrumento mucho más difícil, oí anoche las armonías más dulces, las voces más celestiales que instrumento alguno pueda producir. Tárrega, con su guitarra, hace olvidar a Sarasate, borra de la imaginación el recuerdo de Rubinstein‖. “ Tárrega es, por tanto, reconocido como gran virtuoso en los principales escenarios europeos, con una forma de tocar que embelesa al público por su asombroso mecanismo y su especial 8 El 26 de mayo de 1881 Tárrega actúa en el Théâtre de l'Odéon parisino, dentro de los actos de conmemoración del segundo centenario de Calderón, bajo la presidencia de Víctor Hugo. Francisco Tárrega Rizo enumera las amistades parisinas de su padre entre las que se encuentra el propio Víctor Hugo, quien llegó a dejar constancia escrita de sus elogios hacia el guitarrista. Llopis, Arturo (1963): «La guitarra entre nosotros», Barcelona, La Vanguardia Española (reproducido en Doñate, 1988: 100). sensibilidad. Consigue dignificar la guitarra clásica en el escenario y la eleva hasta el mismo lugar que otros instrumentos con una tradición más dilatada como el piano o el violín. Pero, Tárrega es también un intérprete íntimo que gusta de rodearse de amigos en un ambiente agradable y cercano, donde poder abandonarse a la música y explorar los límites expresivos de su guitarra. Sin necesidad de seguir un orden pautado de piezas a interpretar, son estos momentos de improvisación musical los instantes en los que el concepto de preludiar alcanza una verdadera significación. Numerosos testimonios ilustran estas escenas que se suceden durante toda la vida del músico: Tárrega ofrecía a sus amigos maravillosos conciertos que solía empezar preludiando improvisaciones antes de pasar a la interpretación de obras escritas. A veces estaba tan inspirado el maestro que, a ruegos de sus oyentes, se pasaba toda la velada improvisando hasta que la salida del sol rompía el encanto. (Ulsamer, Federico (1954): «Recuerdos del genial guitarrista», Solidaridad Nacional, Barcelona)9 ¡Cuántas veces, oyendo a Tárrega en íntimo cenáculo, había transcurrido la velada, la noche entera, había clareado el nuevo día... y ninguno de nosotros se había dado cuenta del curso de las horas; ni Tárrega había cesado de tocar ni nosotros de escuchar, más prodigioso él, y más embelesados, más arrobados nosotros! (Mestres, Apeles (1915): «Evocación», Castellón, Arte y letras. Extraordinario Tárrega, p. 4) Créanme ustedes. Oír a Tárrega, a Tárrega íntimo, a Tárrega absorto e poi morire [‗y después,morir‘] (Díez de Tejada, Vicente (1909): «Tárrega, el de la guitarra», Madrid, Blanco y Negro (Doñate, 1988: 5) 2.2.2 Tárrega, transcriptor Adaptar a la guitarra la música escrita para otro instrumento, fue una de las facetas a las que Tárrega se dedicó con más energía. Del catálogo que Pujol realizó sobre la obra de Tárrega, 139 piezas corresponden a transcripciones para guitarra —o dúo de guitarras—, incluyendo las correspondientes a autores españoles, extranjeros y fragmentos de zarzuelas, frente a 78 composiciones originales (Pujol, 1978:259-266). Tárrega sigue la vieja tradición de los vihuelistas españoles de adaptar al instrumento polifónico la música que originariamente estaba compuesta pensando en otras agrupaciones vocales o instrumentales10. Y, por supuesto, conoce e incluso utiliza alguna de las transcripciones de sus precursores inmediatos, como Julián Arcas (1832-1882) y Tomás Damas (1825-1890). Pero, en el Tárrega transcriptor podemos ver una intención que va mucho más allá de la que persiguen estos guitarristas. Para Tárrega, la transcripción de piezas de grandes compositores consagrados, como Bach, Händel, Mozart, Haydn, Beethoven, Mendelssohn, Chopin, Schubert, Schumann, Verdi o Wagner, entre otros, persigue el doble objetivo de aproximar su instrumento a un público 9 Reproducido en Doñate (1988), p. 93. Seguramente hace referencia a una anécdota relatada por F. Tárrega hijo, que mencionan varios testimonios diferentes (p. 76 y 108-109). 10 Ya en el siglo XVI, Miguel de Fuenllana incluye un villancico polifónico de Juan Vásquez en su libro de tablaturas para vihuela Orphenica Lyra, de 1554. escéptico y demostrar al mundo de la gran música las extraordinarias posibilidades musicales de la guitarra como instrumento de concierto. La característica más notable de las transcripciones tarreguianas es la búsqueda de la naturalidad, de manera que la música original se adapte de la forma más guitarrística posible al instrumento. Para conseguir que no se pierda el sentido original de la música compuesta para violín, piano, voz o cuarteto de cuerda, cuando ésta se interpreta con la guitarra, el transcriptor debe realizar un trabajo armónico importante e intentar que los timbres de los instrumentos originales se evoquen fielmente con la guitarra. Debido a ello, muchos de los tipos de digitaciones utilizados por Tárrega constituyen una auténtica novedad. Todo este proceso supone un aprendizaje paralelo que, indudablemente, influye en el Tárrega compositor e intérprete. No hay que olvidar que Tárrega es, esencialmente, un gran músico que se expresa a través de la guitarra, quien, gracias a su musicalidad natural y a un exhaustivo estudio del mecanismo, creó una técnica instrumental hasta entonces inédita en la guitarra. La labor de transcripción implica una gran dificultad que Tárrega salva con mucha fortuna. En ello intervienen sus conocimientos de piano, armonía y composición, pero, sobre todo, la exploración sin complejos que realiza de todas las posibilidades expresivas que ofrece la guitarra. 2.2.3 Tárrega, compositor Las obras originales de Tárrega destacan por mostrar en todo momento una auténtica simbiosis entre la música y el instrumento. En esta línea, Tárrega sigue la estela de Fernando Sor (1778-1839)11, quien, cincuenta años antes, ya había logrado que la guitarra pudiera evocar la estructura armónica de un cuarteto de cámara, es decir, las cuatro voces correspondientes al violín I, violín II, viola y violonchelo. En las composiciones de Tárrega, la música se crea desde la guitarra: la imaginación del compositor parte de los recursos armonicopolifónicos que le pueda ofrecer el instrumento, aprovechando la belleza de sus características propias en cuanto a tesitura, dinámica, textura, timbres, etc. Es lo que Eduardo López Chávarri, definió como «música dentro de la guitarra», que huye de interpretaciones de acrobacia digital hueca, y que exige unas dificultades mucho más sutiles que no están al alcance de cualquier intérprete: buen gusto, sensibilidad melódica, dominio de los timbres, control de los milimétricos cambios en la dinámica, proporción armónica, igualdad en los planos sonoros y amplitud en la paleta de colores del sonido. Con un carácter evocador, como esencia del Romanticismo, las obras de Tárrega están llenas de un profundo lirismo, que se basa en la solidez de una armonía bien labrada, una estructura formal clásica y una tesitura como la de la voz humana. Son piezas influidas por los estilos de las 11 Guitarrista y compositor barcelonés afincado en París, cuya obra abarca óperas, ballets, música sinfónica y de cámara y —especialmente— música para guitarra, instrumento para el que también escribió un método donde expone sus postulados estéticos. transcripciones que realiza, en las que huye de todos aquellos artificios que no son propios de la guitarra, para encontrar el sincretismo de la música en la esencia del instrumento. En palabras de Pedrell: Hay otra condición que encumbra y avalora más y más su obra, y es la que asombra, verdaderamente, en la obra de Tárrega: la amplitud de concepción y como consecuencia de sonoridad y timbres a la música destinada a este modesto instrumento de cuerpo tan tenue pero de alma sonora y vibrátil tan grande. (Pedrell, Felipe (1915): «Tárrega», Castellón, Arte y Letras. Extraordinario Tárrega, ps. 13-14). Tárrega es autor de piezas mundialmente conocidas. Baste recordar su famoso Capricho Árabe, Alborada, las mazurcas, el trémolo Recuerdos de la Alhambra. Pero en su producción ocupa un lugar muy especial y destacado el conjunto de Preludios, esas delicadas piezas, de extensión en ocasiones mínima, que condensan toda la esencia estética de Tárrega en unos pocos minutos de enorme carga emocional. La brevedad, la concisión y la sutileza de estas deliciosas páginas, las hacen poseedoras de una dificultad interpretativa enorme. Los Preludios son fruto de la total simbiosis que Tárrega consigue entre la guitarra y la música. Surgen en momentos íntimos de improvisación y en ambientes favorables a dar rienda suelta a la inspiración creadora, en un viaje interior de exploración de los límites expresivos del instrumento. Son múltiples los testimonios que recogen el papel especial que cumplen los Preludios de Tárrega entre el grueso de sus composiciones, tanto por su calidad musical como por los momentos vitales en los que son creados: Sus preludios para guitarra son de suma delicadeza. La expresión que daba a su ejecución, nacía de su exquisita sensibilidad y de su prodigioso mecanismo, del cual nunca hiciera alarde, pero con el que obtenía efectos de colorido increíbles. (Eduardo López Chávarri (1915): «El artista más ingenuo que conocí», Castellón, Arte y Letras. Extraordinario Tárrega, p. 8). Sus preludios son motivos de honda tristeza, acentos de desesperación, ecos de dolores que llegan al alma. (Francisco Armengot (1915): «Tárrega no ha muerto...», Castellón, Heraldo de Castellón) [Reproducido en Doñate, 1988: p. 11]. Como compositor, sus obras constituyen las verdaderas joyas de la moderna literatura de la guitarra. Todas ellas aparecen impregnadas de la más depurada distinción y, en particular, los Preludios pueden figurar perfectamente al lado de las más bellas obras que dentro de este género ha producido la música contemporánea. (Miguel Llobet (1923): «Mi inolvidable maestro», Buenos Aires, La Guitarra, nº 1, p.14) [Reproducido en Doñate, 1988: p. 40] 2.2.4 Tárrega, maestro Al aproximarse a la figura de Francisco Tárrega surgen inmediatamente multitud de informaciones que hacen referencia a la llamada escuela de Tárrega. Sin embargo, intentando esclarecer a qué se refiere esta expresión, llama la atención que Tárrega no dejara escrita ninguna recopilación de sus postulados didácticos en forma de método de aprendizaje de la guitarra que podamos consultar hoy en día. Aunque la docencia no fue una tarea regular, organizada y de remuneración fija en la vida de Tárrega, sí es cierto que tuvo multitud de alumnos, algunos de los cuales llegaron a convertirse en grandes intérpretes, como Miguel Llobet, Emilio Pujol, Daniel Fortea o Josefina Robledo. Además de estos jóvenes guitarristas con talento, que procuraban estar cerca del maestro del que obtener el máximo número posible de consejos, a Tárrega le gustaba atender a todo aquel aficionado a la guitarra que se le acercara. Amigos, mecenas, familiares o gente sencilla, a los que Tárrega disfrutaba escuchando porque tocaban sin desvirtuar la música, con la ingenuidad, la sinceridad y la honradez artística del novato.12 A todos ellos, Tárrega aplicaba una enseñanza personalizada, de manera que según las carencias y necesidades de cada alumno, el maestro indicaba las rectificaciones sobre la interpretación, recomendaba unos determinados ejercicios de mecanismo o los estudios técnicos pertinentes, que él mismo se encargaba de escribir. 2.3 Antecedentes de Tárrega 2.3.1 La música valenciana y española El estudio de la cultura popular, del folklore en todos sus aspectos, es un fenómeno que pertenece al siglo XIX. El movimiento romántico tuvo mucho que ver con el interés hacia la literatura o la música del pueblo, y el nacionalismo musical no fue sino el fruto de un conocimiento cada vez más íntimo y perfecto de éste tipo de música. La recopilación y ordenación de la canción popular, en el sentido que hoy la concebimos, no se produce en España hasta el siglo XIX. En su cancionero popular, Felipe Pedrell se refiere a los antecedentes de la música porque vienen a reafirmar su idea de la composición culta sobre el canto popular. Tárrega como músico postromántico conoció nuestra música popular y fue fuente de inspiración en muchas de sus composiciones. Nuestra música folk se nutre de elementos étnicos bien diversos: Oriente fue el principal proveedor de civilización. El mediterráneo, lazo de unión antiquísimo, trae a las costas la serie de razas que aportan su fondo de espiritualidad musical y poética, la época romana continuó sometida a las influencias espirituales que venían por el mar desde Oriente. Fenicios y griegos vivían en nuestro litoral y posteriormente los griegos bizantinos. Posteriormente la invasión de los pueblos árabes influirá en la música popular de la península13. Valencia tuvo una influencia musulmana, se benefició de la forma musical llamada nuba colección de canciones a modo de suite que se ordenaban según movimientos diferentes, otra forma poética la Moaxaja y su derivación el Zejel, canción con estribillo, dio nombre a una creación musical que obtuvo enorme éxito, llegando a las cortes provenzales, a Francia y a Italia. 12 Cantó, F. (1915): Al gran Francisco Tárrega, Castellón, Arte y Letras. Extraordinario Tárrega, p. 11). 13 LÓPEZ-CHAVARRI ANDÚJAR,E.(1987), Breviario de Historia de la música valenciana, Valencia, Piles. La Valencia musulmana tocaba instrumentos como: el laúd, el rabel, la quenira o cítara, la guitarra, el zolamí u oboe… muchos de estos instrumentos pasaron luego a utilizarse entre los reinos cristianos. Los musulmanes andaluces inventaron un sistema, por sus múltiples y artísticas combinaciones de rima, por la elegancia, brillantez y naturalidad o espontaneidad de su estilo, se difundieron con aplauso y se hicieron populares en la península, en países musulmanes del norte de África y de Oriente, y fueron imitadas por los trovadores provenzales, por los minnesinger alemanes y poetas europeos. Esta influencia se observa en los cancioneros cristianos españoles, uno de ellos El Cancionero de Palacio de los siglos XV y XVI, publicado por Barbieri, tenía un fondo de poesías populares con la música en notación de la época. Algunas de las canciones más populares tenían la misma construcción estrófica e idéntica combinación de rimas que las de los moros andaluces 14. Las melodías del Cancionero de Palacio eran árabes, se habían popularizado en la península y se habían difundido por Europa. En casi todos los pueblos de Europa penetró una música que los artistas medievales europeos, desconocedores de su esencia artística, calificaron de Ficta. En las Cántigas de Alfonso X, aparece esta música. El arte musical de los pueblos musulmanes deriva de los sistemas persa y bizantino, los cuales debieron ser herederos de los de Roma y Atenas. Por tanto, los fondos del arte griego, son muy similares a la música de nuestra península. Los músicos andaluces de la Edad Media conservaron el arte que recibieron por herencia y lo transformaron inventando una forma popular que se hizo popular en Europa. Se conservan noticias de las escuelas de canto y música árabes en la época de su florecimiento en los siglos VIII y IX, una de las obras conservadas es el Libro de las canciones del Ispahaní, gracias a esta obra se puede investigar el origen de la música árabe. Al leer los libros de historia musical, la letra de la inmensa mayoría de las canciones se deba a poetas que son árabes, mientras que la música está compuesta y ejecutada por músicos extranjeros. Se explica porque ser poeta entre los árabes constituía titulo de honor y de nobleza, sin embargo, ser músico teníase por profesión denigrante. En el pueblo árabe existía prevención social contra los músicos, que se tradujo en prohibiciones y sanciones severas de la ley religiosa mahometana. 14 RIBERA, J.(1927),La música árabe medieval y su influencia en la española, Madrid, Voluntad. Ribera propone una historia de la música árabe oriental desde los orígenes preislámicos hasta su entrada en al-Ándalus (esta última época denominada a menudo en el medio arabista hasta muy recientemente: “España Musulmana”) basándose sobre datos cuya mayoría proviene de la obra en árabe titulada Kitâbu-l-Agânî (“Libro de las Canciones”: Cairo: Editorial Bulac, 20 vol., 1868) del autor oriental Abû-l-faray al-Isfahânî (s. X). La región donde destacaron los primeros artistas fue La Meca y Medina, porque al ser lugar de peregrinación fue donde acudieron músicos extranjeros y fueron un medio de difusión de la nueva escuela de canto. Los músicos que formaron la nueva escuela árabe, no sólo recibieron de los persas, bizantinos y otros pueblos el mecanismo técnico de la música, sino que aceptaron las melodías ya formadas y las adaptaron a los versos árabes. La escuela musical se aclimató en España, no sólo porque cantores orientales la introdujeron, sino porque la misma clase de música continuó entrando durante el tiempo de la dominación musulmana mezclándose con la música cortesana y la sefardí. 2.3.2 La música romántica El romanticismo fue un periodo que transcurrió, aproximadamente, entre principios de los años 1820 y la primera década del siglo XX, y suele englobar toda la música escrita de acuerdo a las normas y formas de dicho período. El romanticismo musical está relacionado con el romanticismo, la corriente de cambios en literatura, bellas artes y filosofía, aunque suele haber ligeras diferencias temporales, dado que el romanticismo en aquellas artes y en la filosofía se suele reconocer entre los años 1780 y 1840. El romanticismo como movimiento global en las artes y la filosofía, tiene como precepto que la verdad no podía ser deducida a partir de axiomas, en el mundo había realidades inevitables que sólo se podía captar mediante la emoción, el sentimiento y la intuición. La Música del Romanticismo intentaba expresar estas emociones. Como en otros períodos, la instrumentación siguió mejorándose durante el período romántico. Compositores como Hector Berlioz orquestaron sus obras de una forma nunca antes escuchada, dándole una nueva prominencia a los instrumentos de viento. El tamaño de la orquesta estándar aumentó, y se incluyeron instrumentos tales como el piccolo y corno inglés, que antes se utilizaban muy ocasionalmente. Mahler escribió su octava sinfonía, conocida como la Sinfonía de los miles, por la masa orquestal y coral que se requiere para interpretarla. Además de necesitar una orquesta más grande, las obras del romanticismo se tornaron más largas. Una sinfonía típica de Haydn o Mozart, compositores del clasicismo, puede durar aproximadamente veinte o veinticinco minutos. Ya la tercera sinfonía de Beethoven, que se suele considerar como del romanticismo inicial, dura alrededor de cuarenta y cinco minutos. Y esta tendencia creció notablemente en las sinfonías de Anton Bruckner y alcanzó sus cotas máximas en el caso de Mahler, con sinfonías que tienen una hora de duración. Por otro lado, en el romanticismo creció la importancia del instrumentista virtuoso. El violinista Niccolò Paganini fue una de las estrellas musicales de principios del siglo XIX. Liszt, además de ser un notable compositor, fue también un virtuoso del piano, muy popular. Durante las interpretaciones de los virtuosos, solían destacar más ellos que la música que estaban interpretando. En la segunda década del siglo XIX, el cambio a nuevas fuentes para la música, junto a un uso más acentuado del cromatismo en las melodías y la necesidad de más expresividad armónica, produjeron un cambio estilístico palpable. Las razones que motivaron este cambio no fueron meramente musicales, sino también económicas, políticas y sociales. El escenario estaba preparado para una nueva generación de compositores que podía hablarle al nuevo ambiente europeo post-napoleónico. Las melodías cromáticas de Muzio Clementi y las óperas de Rossini, Cherubini y Mehul, también ejercieron cierta influencia. Al mismo tiempo, la composición de canciones para voz y piano sobre poemas populares, para satisfacer la demanda de un creciente mercado de hogares de clase media, fue una nueva e importante fuente de entradas económicas para los compositores. Los trabajos más importantes de esta ola de compositores románticos fueron quizás los ciclos de canciones y las sinfonías de Schubert, las óperas de Weber, especialmente Oberon, Der Freischütz y Euryanthe. Un aspecto importante de este parte del romanticismo fue la amplia popularidad alcanzada por los conciertos para piano (o "recitales", como los llamaba Franz Liszt), que incluían improvisaciones de temas populares, piezas cortas y otras más largas, tales como las sonatas de Beethoven o Mozart. Fue en este momento cuando Richard Wagner produjo su primera ópera exitosa, e inició su búsqueda de nuevas formas para expandir el concepto de los "dramas musicales". Wagner gustaba llamarse a sí mismo revolucionario, y tenía constantes problemas con sus prestamistas y con las autoridades; al mismo tiempo se rodeó de un círculo de músicos con ideas parecidas, como Franz Liszt, con quienes se dedicó a crear la "música del futuro". Suele indicarse que el romanticismo literario terminó en 1848, con las revoluciones que ocurrieron ese año y que marcaron un hito en la historia de Europa, o al menos en la percepción de las fronteras del arte y la música. Con el advenimiento de la ideología "realista", y la muerte de figuras como Paganini, Mendelssohn y Schumann, y el retiro de Liszt de los escenarios, apareció una nueva generación de músicos. Algunos argumentan que esta generación debería llamarse victorianos más que románticos. De hecho, los años finales del siglo XIX suelen describirse como romanticismo tardío. Al llegar a la segunda mitad del siglo XIX, muchos de los cambios sociales, políticos y económicos que se iniciaron en la era post-napoleónica, se afirmaron. El telégrafo y las vías ferroviarias unieron a Europa mucho más. El nacionalismo, que fue una de las fuentes más importantes del principio de siglo, se formalizó en elementos políticos y lingüísticos. La literatura que tenía como audiencia la clase media, se convirtió en el objetivo principal de la publicación de libros, incluyendo el ascenso de la novela como la principal forma literaria. El incremento de la educación musical sirvió para crear un público más amplio para la música para piano y los conciertos de música más sofisticados. Con la fundación de conservatorios y universidades se abrió la posibilidad a los músicos de hacer carreras estables como profesores, en vez de ser empresarios que dependían de sus propios recursos. La suma de estos cambios puede verse en la titánica ola de sinfonías, conciertos, y poemas sinfónicos que fueron creados, y la expansión de las temporadas de óperas de muchas ciudades y países, como París, Londres o Italia. El período romántico tardío también vio el auge de los géneros llamados "nacionalistas" que estaban asociados con la música popular (folclórica) y la poesía de determinados países. El romanticismo español, sobre todo en música, no se puede enjuiciar ni valorar con la misma escala que se usa para el gran romanticismo europeo. En los primeros tiempos, con influencias italianas, que se concentran en el mundo del teatro musical, el ambiente es de lo que llamamos ―música de salón‖. Eso es lo que diferencia fundamentalmente al romanticismo español del que se desarrolla en el resto de Europa. Se hace en todos sitios, ligera música de salón, aunque hay músicos que saltan las barreras de la canción amable o la pequeña pieza pianística. Las corrientes inglesas influyeron en el romanticismo español, a través de los exiliados y de las obras de Walter Scott. En España no se inventa el romanticismo en ninguno de sus aspectos, aunque la vida y las costumbres parezcan románticas. Lo pintoresco se relaciona en muchos casos con la miseria, y esa miseria no puede ser fecunda en sí misma, aunque sirva como motivo literario. El romanticismo acentuó la tendencia a atribuir los problemas de España, no al atraso económico y social, sino a cierto indefinible españolismo, el cual hacía imposible una modernización según el modelo europeo. Se produjo, pues, por una parte, la imitación masiva de la moda extranjera, y por otra parte, una preocupación por estudiar y dejar constancia de las características de la España tradicional. Si en el siglo XIX español, la música llega a parecer, a veces, sólo un adorno en la educación de las señoritas de buena sociedad, se ha de decir también que en ese siglo se crea el Real Conservatorio de Madrid (1830) y que no es éste sólo el centro de educación musical que comienza a ejercer una acción benéfica, aunque pueda ser equivocada en algunos aspectos. La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, fundada por Felipe IV en 1744, no alcanza a tener una sección de música hasta mayo de 1873. El decreto del Ministerio de Fomento reflejaba, en florido estilo, un nuevo concepto de la música por parte de las clases dirigentes: ―Expresión adecuada y perfecta de los más íntimos y delicados sentimientos del espíritu humano, a la ves que instrumento poderoso de educación para los pueblos, la música, tan desarrollada en nuestro tiempo, tan apreciada por todas las naciones cultas, tan rica en genios ilustres y obras inmortales, es merecedora de la protección de los Gobiernos libres, vivamente interesados en la prosperidad del arte bello, a que va ligado íntimamente el progreso de la especie humana‖15. 15 Decreto de 3 de junio de 1873 del ministro de Fomento de la Primera República, Eduardo Chao, reorganizando los estudios de segunda enseñanza necesarios para aspirar al título de Bachiller, nº 159,(junio 1873) ps.660-62 Es el romanticismo un movimiento tan poderoso y avasallador, tan fecundo y permanente, tan profundo y humano, que los que han escrito y escriben sobre este movimiento europeo no hacen más que buscarle antecedentes y consecuencias. Con la perspectiva del tiempo transcurrido, encontramos ahora la huella de lo romántico hasta en los que se declararon algunas veces antirrománticos, o en aquellos a quienes sus partidarios trataban de negar esa veta, por considerarlos así más modernos. El romanticismo, en su época grande, fue un movimiento espiritual general, que afectaba a todas las artes y se extendía hasta las costumbres. En la música fue importante el piano, instrumento al que Beethoven había dado su sentido. Uno de los románticos que lo fue a sabiendas y en actitud de fervorosa defensa, es Roberto Schumann. En una carta a Clara Wieck, cuando aún no era su esposa escribía: ― El romanticismo no es cuestión de rareza ni de búsqueda de formas sorprendentes. Su cualidad esencial es que permite al músico ser también un poeta‖. El músico romántico, sin despreciar las formas establecidas, combate con ardor, el academicismo y la rutina. 2.3.3 La guitarra de Moretti, Aguado y Sor La guitarra, heredera de la cortesana vihuela en siglos pasados, tenía ya una historia como instrumento de concierto al comenzar el siglo XIX. Desde los tiempos de Juan Carlos Amat16 y Gaspar Sanz17, sólo se cita, en el siglo XVIII, al popular fraile Miguel García, conocido por ―el padre Basilio‖, que añadió una séptima cuerda y tuvo muchos discípulos ilustres, entre ellos el favorito de Godoy, Federico Moretti. Federico Moretti, natural de Nápoles y oficial del ejército español, en 1799 publicó, Principios para tocar la guitarra de seis órdenes, precedidos de los elementos generales de la música, en el libro utilizaba un lenguaje peculiar para describir la grafía musical. En 1821, era Brigadier y publicó su Gramática razonada, música en forma de diálogo para los principiantes y en 1824 creó su sistema uniclave, intento de simplificar la lectura musical. Además de guitarrista, Moretti era buen violonchelista. Su tratado guitarrístico, que aplicaba algunos principios del padre Basilio y explicaba la técnica con buen método, fue importante en los principios de esplendor de la guitarra, que se debe sobre todo, que se debe sobre todo a la actividad y a la obra de Sor y Aguado. En 1816 se reeditó el tratado para la guitarra de Fernando Ferrandiere, violinista distinguido y alumno del padre Basilio, en el dominio del instrumento español. Alguna obra didáctica más 16 Juan Carlos Amat (1572-1642) publicó un breve tratado sobre la guitarra, editado en Barcelona el año 1596, titulado Guitarra Española de cinco órdenes. 17 Gaspar Sanz(1572-1642) en 1674 publicó su primera obra importante para guitarra barroca, la Instrucción de música sobre la guitarra española y métodos de sus primeros rudimentos hasta tañerla con destreza. apareció en la época, pero según Emilio Pujol, el tratado del Brigadier Moretti sobrepasa a todos los demás, preparando brillantemente el camino. José Fernando Macario Sor nació en Barcelona en 1778. Empezó a trabajar en la música instrumental, tomando como modelos a Haydn y Plegel, se trasladó a Madrid teniendo como protectora a la Duquesa de Alba, que le encargó una ópera bufa. Escribió sinfonías, cuartetos, páginas religiosas y canciones de carácter popular español. La guerra de Independencia cortó su labor artística. Se alistó en el ejército napoleónico y al finalizar la guerra se refugió en Francia. La personalidad de Sor es fundamental en la historia de la técnica guitarrística y de la literatura para este instrumento. Su Gran Método de guitarra, publicado en Londres y París, obtuvo una enorme difusión e influyó en toda Europa, desde 1830. Sor tomó algunas ideas de Moretti y supo perfeccionarlas, su estilo compositor procede de Haynd y Mozart. Emilio Pujol, aclara los principios de la técnica: ― Su obra musical, la más personal que existe en la literatura de la guitarra, marca el apogeo del período clásico. Se encuentra en ella por primera vez la melodía armonizada a tres o cuatro voces libres en una polifonía equilibrada, tratada por los procedimientos más avanzados de la técnica musical e instrumental de la época[…] La obra de Sor está concebida en el espíritu de independencia polifónica característica del cuarteto y, por extensión, de la orquesta. Condensa en miniatura todos los efectos de orquesta compatibles con los recursos del instrumento‖. 18 La obra de Sor es superior a la de Aguado, en cuanto a valor musical y nivel artístico, por el contrario el trabajo didáctico del mismo resulta más importante. Dionisio Tomás Ventura Aguado y García nació en Madrid en 1784. Inició sus estudios musicales con Fray Miguel García, conocido como Padre Basilio, y más tarde con Manuel García, el famoso tenor español. Influenciado por el italiano Federico Moretti, y junto con Fernando Sor, adoptó la notación convencional para guitarra, prescindiendo de la notación por tablatura, imperante en España en esa época. La invasión de Napoleón, y lo que esto conllevó, no hizo sino ralentizar su aprendizaje. Después de un periodo de retiro que dedicó al estudio y perfeccionamiento de su técnica, se marchó a París en 1825, y atrajo la atención de músicos relevantes de la época (Rossini, Paganini, Vincenzo Bellini, Fernando Sor, Fossa, …) por su virtuosismo, y alcanzó un gran éxito con sus recitales. Con Sor hizo amistad, colaboró estrechamente e incluso vivió durante un tiempo. De hecho éste le dedicó un dueto (Op.41, Les Deux Amis, los dos amigos, una parte está marcada "Sor" y la otra "Aguado"). En 1838 regresó a Madrid, donde dedicó su vida a la enseñanza hasta que murió el 29 de diciembre de 1849. Fue un profundo estudioso, dedicando muchos años al estudio de la guitarra, tanto en el aspecto musical como en el estructural. En el primero de los aspectos destaca por ser un estudioso de la digitación. Además, gracias a este estudio, desarrolló su método de enseñanza titulado Escuela de Guitarra, publicado en Madrid en 1825. Este método es considerado como el antecesor de los 18 Pujol, E.(1971), Escuela razonada de la guitarra. Libro IV, Buenos Aires, Ricordi Americana S.A.E.C. p.85 métodos publicados en el siglo XX. También se le conoce por la invención del tripedisono. De hecho, Aguado es considerado uno de los profesores más innovadores del siglo XIX. Cuando desaparecieron estas grandes figuras, la guitarra sufrió un parentésis, el renacimiento no vendría hasta el principio de la carrera de Francisco Tárrega. 2.4 Francisco Tárrega postromántico 2.4.1 La música postromántica El siglo XIX español es pródigo en avatares sociales y políticos, y la música no es ajena a esta situación nacional. En una España volcada al fenómeno de la zarzuela y la ópera italiana, con escaso interés por la música instrumental y de cámara aparece Francisco Tárrega que va a devolver a la guitarra la calidad de instrumento de concierto, sacándola de l tablao y del folklorismo en que estaba tras la desaparición de Moretti, Aguado y Sor. Tárrega gozó del mecenazgo de D. Antonio Cánesa, recibió una guitarra del constructor Torres y fue alumno en el conservatorio madrileño. Desde Arrieta a Bretón, desde Manén a Saint- Saëns, han alabado su personalidad. En París se relacionó con el político Gambetta, los pintores Madrazo, Fortuny y el barón Rothschild. Gracias a sus buenas relaciones Tárrega, programó y realizó giras por Inglaterra, Bélgica, Suiza e Italia. Durante los últimos años estuvo en contacto con los músicos más prestigiosos de su tiempo: Isaac Albéniz, Ruperto Chapí, Felipe Pedrell y Tomás Bretón, así como con el músico, poeta y pintor Apeles Mestres. En la primera parte del siglo XX, muchos compositores escribieron música que fue una extensión de la música romántica del siglo XIX. La armonía —salvo mayor complejidad— fue tonal, y los agrupamientos instrumentales tradicionales, como la orquesta o el cuarteto de cuerdas, se mantuvieron como los más usuales. Muchos compositores prominentes —entre ellos Dmitri Kabalevski, Dmitri Shostakóvich y Benjamin Britten— hicieron significativos avances en el estilo y la técnica mientras continuaban empleando un lenguaje melódico, armónico, estructural y textural relacionado con el del siglo XIX. Música de esta tendencia fue escrita a través del siglo XX, y continua siendo escrita hoy. Se diferencia del Romanticismo por la exuberancia orquestal y la desmesura en los desarrollos sinfónicos, también se caracteriza por un intenso cromatismo que supera a Richard Wagner y acaba en la atonalidad. En los compositores postrománticos se observa la melancolía que les produce la pérdida de la cultura romántica. Como otros de sus contemporáneos españoles, su amigo Isaac Albéniz, por ejemplo, Tárrega tuvo interés en combinar la tendencia romántica que prevalecía en la música clásica europea con los elementos populares españoles. La obra de Tárrega responde a una estética españolista y ―orientalista‖ podríamos decir, propia de la sensibilidad postromántica con influencias nacionalistas. Resulta verdaderamente difícil explicar en estas rápidas impresiones su valor intrínseco y su significación en relación con el conjunto de la producción guitarrística. Francisco Tárrega fue un artista sincero que expresaba la música honradamente, dando a cada nota la vibración física y espiritual que le correspondía. Por condición natural exigía a su guitarra el arte superior que sus cualidades de músico virtuoso e intérprete requerían. Tárrega, con mano de gigante, es una constante y consciente observación de la íntima estructura orgánica de la guitarra y de las manos que la ha de pulsar, se plantea por primera vez de modo integral estos problemas e incesantemente va evolucionando y creando una escuela unificada, metódica, en la que todo se ha previsto: colocación de las manos, articulación de los dedos, calidad del sonido, fórmulas de mecanismo para alcanzar la máxima fuerza, agilidad e independencia de los dedos, empleo sistemático del dedo anular de la mano derecha bastante descuidado hasta entonces, minucioso estudio y aprovechamiento de cuantos recursos y efectos sonoros puedan sacarse del instrumento…, en fin, una titánica obra de síntesis que ha posibilitado la formación de innumerables guitarristas. 2.4.2 Músicos postrománticos contemporáneos Tárrega como he comentado anteriormente, viajó por Europa y conoció el estilo musical que se estaba realizando en ese momento del que también tuvo influencias, los compositores más representativos del postromanticismo y que tienen cierto paralelismo con Tárrega, aunque su música es totalmente diferente, fueron Gustav Mahler y Richard Strauss. Toda la obra de Gustave Mahler(1860-1911) constituye una magna unidad de crecimiento que va gestándose y madurando, la hermosa fantasía oriental, tan acorde con el Jugendstil, La Canción de la Tierra, poemas sinfónicos que no renuncian a la distribución en movimientos, ni a la forma sonata, propia de la sinfonía clásica, canciones que parecen pequeños poemas sinfónicos, oratorios que asemejan baladas. El sonido musical propio de la sala de conciertos es sustituido por bandas circenses, paradas militares, valses, música bohemia, habaneras , tangos… se trata de construir un mundo, esta mezcla, con las dilatadas proporciones y la gran duración de sus sinfonías y el empleo de una armonía disonante que iba más allá del cromatismo utilizado por Richard Wagner en su Tristán e Isolda, contribuyeron a generar una corriente de hostilidad general hacia su música, a pesar del decidido apoyo de una minoría entusiasta, entre ella los miembros de la Segunda Escuela de Viena, de los que Mahler puede considerarse el más directo precursor. Su revalorización, al igual que la de su admirado Anton Bruckner, fue lenta y se vio retrasada por el advenimiento del nazismo al poder en Alemania y Austria: por su doble condición de compositor judío y moderno, la ejecución de la música de Mahler fue terminantemente prohibida. Paralelamente a su labor como director, Mahler llevó a cabo la composición de sus sinfonías y lieder con orquesta. Él mismo se autodefinía como un compositor de verano, única estación del año en la que podía dedicarse íntegramente a la concepción de sus monumentales obras. Son diez las sinfonías de su catálogo, si bien la última quedó inacabada a su muerte. De ellas, las números 2, 3, 4 y 8 (la única que le permitió saborear las mieles del triunfo en su estreno) incluyen la voz humana, según el modelo establecido por Beethoven en su Novena. A partir de la Quinta, su música empezó a teñirse de un halo trágico que alcanza en la Sexta, en la Novena y en esa sinfonía vocal que es La canción de la tierra, su más terrible expresión. Richard Strauss no secundó las tendencias atonales o dodecafónicas, seriales, pese a que su biografía atravesó la mitad del siglo XX. Su terca insistencia en la tonalidad, reforzó esa falsa apreciación que tiende a considerarlo un retoño último y extemporáneo del romanticismo. La música de Strauss sería así, el canto del cisne del ochocentismo musical. Su devoción a Richard Wagner, de quien siempre retuvo, desde sus primeros poemas sinfónicos hasta su última ópera, la técnica del leitmotiven. En su obra no hay remedo o pastiche de lo que comenzó a llamarse música ligera, su gran referencia a la música bailable fue el vals vienés. Strauss fue, a pesar de todo, innovador, se anticipó a las tendencias y a las modas de su tiempo. Mahler y Strauss, al igual que Tárrega, fueron innovadores, aunque fueron acusados de mantener sus composiciones en un romanticismo trasnochado. Isaac Albéniz (1860-1909) no escribió una sola nota para guitarra, mas su música parece ligada inexorablemente al instrumento de las seis cuerdas. Al acercarnos a la biografía de Albéniz en los diccionarios especializados nos encontramos con abundantes referencias a la guitarra. En el DMEH 19 Jacqueline Kalfa nos habla de la ―inspiración guitarrística de Albéniz‖ como una constante en su obra, y le relaciona con el guitarrista ―El Lucena‖. En su escrito también se realza la importancia de la participación de Albéniz en la exposición universal de París de 1889 donde, ante lo más granado de la música francesa, Albéniz descubre el uso del ―rasgueado‖ guitarrístico en el teclado del piano. Por su parte en la entrada del New Grove –escrita por Tomás Marco- podemos leer que hay efectos instrumentales en Iberia que imitan a la guitarra. Sirva estas dos referencias como botón de muestra de lo que parece una constante en los escritos sobre Albéniz: su vinculación con nuestro instrumento. Si cierto es que Albéniz no legó ninguna composición original para guitarra, también podemos afirmar que algunas de sus obras deben en parte su fama a las versiones guitarrísticas. Se trata fundamentalmente de un buen número de obras anteriores a su Iberia, en concreto, las correspondientes a su segunda época creativa, esto es, las piezas o colección de piezas de clara inspiración española, con títulos, en la mayoría de los casos, alusivos a ciudades y lugares geográficos de la España de Albéniz. Algunos contactos de Isaac Albéniz con guitarristas de su época, algo que nos puede llevar a especular sobre influencias recíprocas y sobre el papel de la guitarra en la configuración de la música de Albéniz y por ende, del nacionalismo musical español. 19 Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana Las primeras versiones guitarrísticas de piezas de Albéniz son prácticamente contemporáneas a las originales pianísticas. El primero, acaso, en descubrir para la guitarra el potencial de esta música fue Tárrega, contemporáneo en sentido estricto a Albéniz (murieron el mismo año) fue, en opinión de Aaron Clark, gran amigo del pianista catalán. Hay constancia, por ejemplo, de que compartieron escenarios como nos recuerda Adrián Rius en su monografía sobre Tárrega.20 Tanto Tárrega como Albéniz tocaron con guitarras construidas por Antonio de Torres (18171892), cuya sonori dad cautivadora y rica en timbres tuvo que desempeñar un papel primerísimo en el renacimiento del interés por la guitarra. En este sentido se manifiesta categóricamente el guitarrista español Carles Trepat: ―no se entendería la música española sin la voz única de las guitarras Torres‖21 2.5 Aportaciones De Francisco Tárrega 2.5.1 Significado y aportaciones de Tárrega a la guitarra española ¿Qué aportó en realidad Tárrega a la guitarra? ¿Se puede hablar de antes y después de Tárrega? La base musical de Tárrega era muy sólida. Vio el mismo problema que Fernando Sor había visto antes: para tocar bien hace falta una experiencia musical completa que incluye el conocimiento de la armonía, composición y el piano, junto con una enorme pasión por la guitarra. Esas cualidades junto con un férreo sentido de la disciplina por el estudio le llevaron al éxito como concertista. Francisco Tárrega era bastante tímido, y por eso prefería tocar sólo para sus amigos. Durante su vida, la sociedad admiraba al violín, piano, cuarteto de cuerda y a la orquesta; y sin embargo este Sarasate de la guitarra -como le llamó algún crítico- consiguió una gran importancia para sí y para su instrumento, la guitarra. Esto es lo que Tárrega aportó: su persona. Su pasión por la guitarra y la posibilidad de transmitirla a sus oyentes, tanto al público como a sus protectores y a sus propios discípulos. Tárrega creía que para incluir a la guitarra entre los instrumentos cultos había necesariaemtne que transcribir obras creadas para el violín, el violonchelo y para el piano por los grandes maestros como Juan Sebastián Bach, W. A. Mozart, L. von Beethoven, Federico Chopin y otros de similar importancia. Eso influyó en sus discípulos, que siguieron transcribiendo y animando a los grandes compositores del momento a crear obras para la guitarra. 20 Rius, Pág. 56: “Las salas más prestigiosas de Barcelona le abrieron sus puertas: de entre ellas, podríamos destacar la sala Bernareggi, en la que Tárrega tocó junto a su amigo Isaac Albéniz. Los periódicos de la época se volcaron con Tárrega, que sorprendió a críticos y público por sus cualidades de intérprete y músico en un instrumento desconocido para la mayoría” 21 Entrevista publicada en guitarra.artelinkado y, algo más extensa, en el número 4 de Musicalia. La guitarra de Torres que perteneciera a Llobet se conserva en el Museo de la música de Barcelona. Dormida durante años tras una urna de cristal puede escucharse en una reciente grabación del guitarrista Stefano Grondona, guitarrista italiano que junto a Trepat, es uno de los principales valedores de este tipo de guitarras. Trepat, además, ha realizado un registro que saldrá próximamente con nuevas adaptaciones de música de Albéniz, entre las que destaca El Albaicín. La historia de la guitarra moderna llega a su cumbre con la figura de Francisco Tárrega creador de la escuela moderna de la guitarra. Sus innovaciones no dependieron, como se dice, de tocar con las uñas o con la yema de los dedos, sino en la posición de las manos y de los dedos, y la manera de pulsar las cuerdas. Tárrega y sus discípulos dieron particular énfasis en el uso de la mano derecha. La preocupación de Tárrega era la de conseguir un mayor volumen en el sonido de la guitarra. En sus esfuerzos estudió los mecanismos del piano, y trató de comparar la pulsación de los dedos de la mano derecha, que vendrían a cumplir en la guitarra la función de los macillos del piano al golpear las cuerdas. Las tesis ya aparecidas a finales del XVIII y continuadas durante todo el XIX, que defendían la separación entre la guitarra usada como mero instrumento de acompañamiento y la guitarra como instrumento de concierto, quedaron refutadas por Tárrega, que mostró las grandes posibilidades del instrumento. El mismo Albéniz, escuchando sus composiciones tocadas por Tárrega y transcritas para guitarra, dijo que eran superiores a sus versiones para piano. Las transcripciones de Tárrega que varios guitarristas las ejecutaban en numerosos conciertos, despertaron el interés de otros músicos, incluyendo a Falla, Ponce, Villa-Lobos, Broqua, Castelnuovo-Tedesco y Manén, que probablemente ellos mismos nunca pensaron en componer para la guitarra. Muchos guitarristas confiesan que en la guitarra la música adquiere otros matices y un espectro casi ilimitado de sonidos, por lo tanto reconocen la deuda que se debe a Tárrega. 2.6 Influencias posteriores de su obra 2.5.1 Díscipulos de Tárrega No podemos olvidar a los alumnos y seguidores del maestro cuya labor ha sido fundamental en la transmisión de la obra de Tárrega. Gracias a sus alumnos como Miguel Llobet, Emili Pujol y Daniel Fortea. Cabe destacar en este último la importante recopilación de la obra a través de la biblioteca Fortea que él mismo creó y que reúne prácticamente toda la obra del maestro Tárrega. Es, precisamente, a uno de estos discípulos aventajados, Emilio Pujol, a quien debemos hoy en día la transmisión de la esencia pedagógica de Tárrega. Pujol recopila, organiza y estructura de forma lógica la multitud de ejercicios y recomendaciones técnicas del maestro, y los pone por escrito en sus cuatro tomos de la Escuela Razonada de la Guitarra, publicados entre 1934 y 1971. Se trata de un método analítico en el que se desarrollan exhaustivamente los esquemas del mecanismo guitarrístico, y donde se intentan abarcar todas las posibles combinaciones de dificultades. Pujol conoce las publicaciones pedagógicas sobre la guitarra de la época anterior a Tárrega, como los métodos de Fernando Sor o de Dionisio Aguado. Sin embargo, Pujol ha sido alumno de Tárrega y es, por tanto, capaz de incorporar a su trabajo la nueva dimensión que su maestro tiene sobre la música. No hay que olvidar que Tárrega es un intérprete virtuoso, poseedor de un mecanismo digital extraordinario y de una sólida formación armónica, quién, además, consigue una especial identificación con la guitarra que abre un nuevo camino en la forma de interpretar. Esto se concreta en indicaciones específicas que afectan a la forma de colocar las manos sobre el instrumento, cómo dirigir el movimiento de los dedos de la mano derecha para pulsar las cuerdas, la independencia de los dedos de la mano izquierda, cómo se deben realizar diferentes recursos expresivos (arrastres, ligados, mordentes), práctica de escalas, arpegios, ejercicios de cejillas, intervalos, etc. Y todo esto es lo que se recoge de manera minuciosa y pormenorizada en la obra de Pujol. Este modo de plantear el aprendizaje sigue la tradición romántica del siglo XIX de sistemas para la práctica del piano o el violín y es, por tanto, una novedad en la historia de la enseñanza de la guitarra. Pero, la escuela de Tárrega no es sólo un método didáctico. El ideal artístico que Tárrega desarrolló a lo largo de toda su vida ha llegado a nuestros días a través de generaciones de guitarristas que han sabido transmitir el espíritu del maestro y adaptarlo a las demandas estéticas de cada momento. De los discípulos directos de Tárrega, Miguel Llobet (1878-1938) fue el que más se prodigó en el campo de la interpretación concertística. Fue un guitarrista de fama mundial a quien se le debe haber abierto definitivamente para la guitarra el camino de los grandes escenarios europeos y americanos, continuando la estela que había comenzado Tárrega. Llobet no escribió ningún tratado para la enseñanza de la guitarra, pero realizó todo lo necesario para continuar la tarea que Tárrega había iniciado: escribió nuevas piezas, realizó transcripciones de compositores contemporáneos, desarrolló y expandió las prácticas pedagógicas para la guitarra, etc. En definitiva, Llobet llevó el nombre de su maestro por todos los lugares que visitó, atribuyéndole en todo momento el mérito de sus triunfos. Para Llobet,Tárrega era: No sólo un ejecutante como jamás haya existido otro, fue también el creador de una escuela que casi podría calificarse de nueva era para la guitarra, abriendo nuevos horizontes y descubriendo una serie de efectos y sonoridades tan desconocidas, que por esta causa, al oírlo, el instrumento sonaba de aquella manera tan única y sublime a la vez. 22 Esta transmisión de la escuela de Tárrega continúa con los alumnos de Llobet, y los alumnos de sus alumnos. En el caso de los intérpretes españoles fue Andrés Segovia (1893-1987) uno de los que mejor supo captar de Llobet la esencia tarreguiana23. 22 LLOBET, M.(1923), Mi inolvidable maestro, Buenos Aires, La Guitarra, nº 1, p. 14, [Reproducido en Doñate, 1988: p. 40]. 23 Andrés Segovia ha sido la figura más importante del mundo de la guitarra a lo largo del siglo XX. De gran longevidad, su carrera estuvo plagada de enormes éxitos, que le llevaron a actuar por los cinco continentes. Aunque en su biografía oficial -escrita por él mismo- se declara tajantemente autodidacta, su relación con Miguel Llobet y otros discípulos de Tárrega está documentada, por ejemplo en Usillos (1973), p. 19. Y de los discípulos de Segovia, la tradición continúa con figuras de la talla de José Luis González (1932-1998)24. Por supuesto, cuanto más nos alejamos de la época de Tárrega, el tributo sentimental a su persona no parece ser tan necesario como lo manifiestan quienes conocieron al maestro y compartieron con él vivencias comunes. Sin embargo, la importancia artística de esta figura trasciende su personalidad, y la herencia que ha dejado Tárrega está latente de una forma más o menos evidente, con mayor o menor grado de consciencia, en la estética artística musical y guitarrística de los intérpretes que hoy día se pueden considerar como continuadores de la escuela de Tárrega. 2.5.2 Festivales de música y homenajes El recuerdo de Francisco Tárrega siempre ha estado presente en los ámbitos musicales y culturales de la Comunidad Valenciana. Ya a principios de siglo y estando en vida el Maestro se creó en Novelda el primer grupo conocido con su nombre. Se trata del quinteto Tárrega, el cual fue creado en su honor precisamente en la ciudad con la que Tárrega le unían vínculos matrimoniales. Es a partir de su muerte cuando nacen todo tipo de instituciones tanto musicales como culturales, en su nombre. Orquestas, agrupaciones corales, filarmónicas, festivales, escuelas, institutos y un largo etcétera pasean en la actualidad por todo el mundo. Como por ejemplo: Coral polifónica ―Francisco Tárrega‖: Vila-real, Orquesta de pulso y púa ―Francisco Tárrega‖ : Vila-real o Associazione Musicale Flegreo ―Francisco ―Tárrega‖: Italia etc. CERTAMEN INTERNACIONAL DE GUITARRA ―FRANCISCO TÁRREGA‖ Nace el Certamen Internacional de Guitarra Francisco Tárrega como consecuencia de un concierto de ideas convocado por el Centro de Iniciativas y Turismo y el Ayuntamiento de Benicásim. Es muy probable que ninguno de los miembros del C.I.T. ni tampoco la Corporación Municipal de la época, año 1965, imaginaran que este Certamen que se inició de una manera modesta llegara a convertirse en uno de los más importantes y prestigiosos del mundo. Nació modesto sí, pero buscando desde el primer momento la dignidad, el prestigio y el reconocimiento por parte de guitarristas, crítica y público que lo han conducido a lo que hoy representa en el mundo de la guitarra. Los ganadores del Certamen pasean su triunfo con orgullo, pues ganarlo, supone tener abiertas las puertas de las salas de conciertos. Es un pasaporte y un galardón del que todos presumen. Muchos de ellos ocupan plazas en diferentes conservatorios de todo el mundo, otros se dedican a la actividad concertística y a dar lecciones magistrales. 24 Guitarrista alcoyano, mundialmente conocido y admirado, fue catedrático en el Conservatorio de Sidney (Australia) durante siete años. Fue el guitarrista español de mayor proyección internacional de su generación, cosechó triunfos absolutos en lugares como Japón, Corea, Nueva Zelanda, Australia, etc. Su último trabajo discográfico antes de su prematura e inesperada muerte fue, precisamente, un CD dedicado íntegramente a la obra de Tárrega. El Certamen está dirigido a todos los intérpretes de guitarra de conciertos, y su finalidad es fomentar la ejecución de obras de guitarra, y especialmente, las del compositor Francisco Tárrega y es miembro de la Federación Mundial de Concursos Internacionales de Música (UNESCO). CONCURSO DE GUITARRA PARA JÓVENES ―FRANCISCO TÁRREGA‖ Este certamen lo organiza el I.E.S. Francesc Tárrega de Vila-real bajo el patrocinio del Ayuntamiento y la colaboración de algunas empresas. Nació el año 1990, al cumplir el instituto los 25 años, con una doble finalidad. Por una parte honrar la memoria del ilustre vilarrealense, por otra ayudar a los jóvenes que aspiran a abrirse camino en el mundo de la música. Su fecha de celebración es en el mes de diciembre, cuando Vila-real homenajea a su ilustre Maestro. FESTIVAL DE ORQUESTA Y PÚA ―FRANCISCO TÁRREGA‖. Este festival surgió en Vila-real para fomentar y difundir la música de plectro. Esta ciudad, desde siempre, ha tenido grupos o conjuntos que interpretabaneste tipo de música, siendo la pionera en toda la provincia, de este tipo deagrupaciones. Desde que en 1932 se fundara la Rondalla TA-GO-BA hasta su disolución en los años sesenta, ha habido un gran número de músicos solamente de plectro al cual dedicaban todo su entusiasmo. La orquesta de pulso y púa Francisco Tárrega, con el fin de divulgar y dar a conocer este tipo de música, creó este Festival que se vino realizando durante ocho ediciones, por él han pasado grupos, tríos y orquestas de plectro de todo el mundo llegando a alcanzar un nivel muy alto en cuanto a calidad de susintérpretes. En 1910, Vila-real dedicó un homenaje a su memoria, inaugurando una lápida en su casa natalicia y dando su nombre a una de sus mejores avenidas. En este mismo año se hicieron muchos homenajes y honores. De entre estos, sobresalió la primera reunión de alumnos de Tárrega. Dicha reunión se llevó a cabo en el salón del Círculo de Bellas Artes de Valencia el 7 de mayo, donde tocaron homenajeando a su maestro: Pepita Roca, Josefina Robledo y Daniel Fortea. Hay un sinfín de artículos y gacetillas que aparecieron tras la muerte de Tárrega, firmados por grandes personalidades de la música, amigos y familiares. Entre todos ellos destacamos; Felipe Pedrell, Barcelona 1915; Nicolás Forés, Castellón 1915; Miguel Llobet, París 1910; Tomás Bretón 1915; Daniel Fortea, Madrid 1915; Emilio Pujol y otros. El día 9 de noviembre de 1915 apareció en la revista Arte y Letras de Castellón, un artículo en el que se pedía, interpretando el sentir popular, el traslado de los restos mortales de Tárrega a dicha ciudad. La ciudad de Villarreal, patria chica del Maestro, pretendió el mismo privilegio. En un intento de aunar los mismos criterios, se celebró en dicha ciudad una reunión con representación de ambas entidades, en la que, tras largas deliberaciones, se tomó el acuerdo de recurrir al arbitraje de la familia Tárrega y aceptar su fallo. Convocada el hermano, D. Vicente, expuso éste los deseos del Maestro de que sus restos reposaran en Castellón. En cumplimiento, pues, de la voluntad del finado, en la mañana del 18 de diciembre de 1915 se procede a la exhumación de su cadáver en el cementerio del Suroeste de Barcelona, asistiendo al acto representaciones oficiales de Castellón y Villarreal, además de familiares y amigos. Se expusieron los restos en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento de Castellón. Se celebró el funeral en Santa María siguiendo la comitiva hasta el Paseo Ribalta, donde cuatro bandas de música, al unísono, dirigidas por el maestro D.Pascual Asensio, interpretaron el famoso ―Capricho Arabe‖. El escritor Carlos Sarthou leyó ―La Guitarra Sola‖, un inspirado poema de su hermano Vicente y dedicó unas palabras a Tárrega en nombre de los hijos de Villarreal. EL ayuntamiento de Barcelona, por su parte, queriendo honrar y ensalzar los méritos de una personalidad tan relevante y que tanta predilección tuvo por Cataluña, dio su nombre a una calle de la ciudad y puso una lápida conmemorativa en la casa nº 234 de la calle Valencia, donde Tárrega vivió la segunda mitad de su vida y donde terminó sus días. Entre los homenajes, hechos al Maestro, no podemos olvidar el de 1952, celebración del centenario de su nacimiento. Revistas, periódicos, boletines, etc… llevaban su foto en la portada, discípulos y amigos recordaban en diversas publicaciones, sus experiencias, anécdotas, acontecimientos….con el Maestro. Los conciertos se sucedían por todo el mundo. El acto que de alguna manera sobresalió por encima de todos, fue la última reunión de sus discípulos homenajeando a su maestro en un concierto ya legendario, en el que participaron Daniel Fortea, Emilio Pujol, Pepita Roca y Josefina Robledo. Posteriormente han continuado los homenajes al gran maestro, mención especial tiene los actos que se realizaron en Castellón y Villa-Real en 2009 con motivo del centenario de su muerte. 2.5.3 La música de Tárrega en nuestra vida cotidiana El Maestro Tárrega ha sido también versionado por artistas actuales de la música ―pop‖. Quizá el mejor ejemplo de la influencia que Tárrega ha tenido en la música moderna sea la versión de Recuerdos de la Alambra, que hizo Mike Oldfield, renombrándola como Etude,y que le ayudó a conseguir un Oscar en 1984 por la banda sonora de la película The Killing Fields (titulada en España Los gritos del silencio). La canción de Shakira Hay amores, incluida en la banda sonora de la película, El amor en los tiempos del cólera, está basada en la composición Capricho árabe de Tárrega. Silvio Rodríguez dedica unos acordes al compositor en su álbum Mariposas con la canción Alguien cuyas notas evocan el tema Lágrima de Tárrega. También se ha utilizado la música del maestro en diversos anuncios publicitarios, conocida es la versión de Recuerdos de la Alhambra que hizo Oscar Mayer o los helados Häagen Dasz que utilizaron de fondo el preludio Lágrima de Tárrega. La música más tocada y oída en el mundo es la conocida como ―NOKIA‖ porque es el tono de llamada de los móviles Nokia, pero está sacada de una pieza llamada Gran Vals del compositor. 2.7 La música en el museo La búsqueda de los orígenes es una necesidad espiritual del ser humano, donde este entra en el inquietante juego con sus vivencias, fabulaciones, encuentros y desencuentros, continuidades y rupturas en un tiempo sin tiempo. En las manifestaciones artísticas-culturales de los pueblos se recrean estas líneas imaginarias del archivo de la memoria. En el campo de la música se entrecruzan las auténticas posibilidades de la reinterpretación, la resignificación y el explícito goce de las grandes iniciativas que han quedado como huellas patrimoniales de documentos, imágenes y sonido que han contribuido a darle alas a la musa de la creatividad humana. La música en principio, como bien intangible, no es apta para estar en el museo, sus huellas se pueden escuchar o interpretar, pero no exponer ante la mirada de un público, pero el museo desde el siglo XIX ha operado unos cuantos cambios, concediendo una mayor importancia al hombre como productor, autor e integrante de la obra de arte. Ahora el hombre, vuelto hacia su propia obra, toma una nueva conciencia sobre sí mismo y sobre su función participadora de la obra de arte. Surge una nivelación más equilibrada entre el arte y el hombre, además el museo se puede considerar un ser vivo adaptado continuamente al medio social. En esta evolución del museo, es posible exponer no solo objetos considerados obra de arte, sino la figura del genio, del artista puede ser considera digna de ser museizable, se construye un museo entorno a la vida y obra de una persona, cuyo legado se considera digno de ser recordado por todos. El público puede visitar las salas y contemplar retales de la vida del personaje, cartas escritas por el artista o amigos del artista, la silla donde trabajó, los libros que estaban en su despacho… En Villa –Real, una antigua alquería restaurada del siglo XIX y rodeado por un acogedor jardín, se halla situado el Museo de la Ciudad Casa de Polo. Inaugurado en 1994, declarado museo de Bellas Artes, en sus salas se exponen obras de pintores vila-realenses: Francisco Gimeno Barón, José Gumbau Vidal y el escultor José Ortells López, se encuentra además una sala dedicada al insigne guitarrista Francisco Tárrega, en ella se expone, además de pequeños retazos de su vida, algunos manuscritos originales del artista y primeras ediciones de su obra, su guitarra y algún que otro objeto personal del mismo y en su biblioteca puede encontrarse bibliografía sobre el artista. La música etérea no puede exponerse, pero sí las partituras que nos dejan constancia de la labor creadora de este gran compositor y nos desvelan detalles de su estilo compositivo. De ser intangible pasa a tangible y le otorga capacidad de ser expuesta y admirada por un público amante de la música. 3. Conclusiones Como se ha intentado poner de manifiesto en las líneas anteriores, en sus 57 años de vida Tárrega, que había nacido en Vila-real en 1852, inició el cambio cuantitativo y cualitativo que sufrió la evolución de la guitarra clásica en el siglo XX. Como intérprete, Tárrega fue un absoluto virtuoso, que, pudiendo dedicarse a otro instrumento de mayor proyección social, como el piano, escoge el reto que supone tocar la guitarra en el momento que a él le toca vivir. Tárrega fue reclamado desde los más importantes escenarios europeos del momento, a muchos de los cuales llevó su forma especial de hacer sonar la guitarra. Si no aceptó actuar en países como Rusia o Estados Unidos, fue por razones que sólo se explican teniendo en cuenta su especial personalidad intimista. Pese a ello, Tárrega abrió la senda para que la guitarra triunfara como solista de concierto a nivel mundial, y este camino fue seguido y agrandado por todas las generaciones posteriores de guitarristas. Tárrega no fue el único guitarrista de su época, pero sus contemporáneos o inmediatos predecesores no tocaban lo mismo ni de la misma forma que él. La labor transcriptora de Tárrega permitió que aumentara el número de piezas para guitarra, creando un repertorio lleno de dignidad frente a otros instrumentos solistas de mayor tradición. Las transcripciones de Tárrega traducen al lenguaje guitarrístico la esencia de cada pieza original y son de una elevadísima dificultad técnica, lo que demuestra, una vez más, que las facultades interpretativas de Tárrega debieron ser excepcionales. El proceso de transcripción supone un minucioso trabajo de análisis completo en todos los aspectos musicales. Tárrega, equiparado a Franz Liszt en esta labor, amplía así sus conocimientos sobre la guitarra y de estos aprendizajes se verán beneficiadas sus obras originales. A través de sus composiciones, Tárrega es el sensibilizador de la guitarra moderna, que parte de la tradición de Fernando Sor, quien hizo de la guitarra un cuarteto de cuerda, para añadirle el ingrediente lírico y convertirla en una voz humana. Toda la música de Tárrega es cantabile. Incluso aquellas piezas que tienen una dificultad mecánica evidente, como Capricho Árabe o los trémolos Sueño o Recuerdos de la Alhambra,buscan producir el efecto del canto. Tárrega tocó con uñas en la mano derecha hasta el año 1902, cuando se las limó y pasó a tocar con la yema. Las circunstancias que le impulsaron a dar este cambio no están claras: motivos de salud, interés por investigar nuevas sonoridades, rotura accidental.15 A pesar de la polémica que este hecho ha generado a lo largo de todo el siglo XX, lo cierto es que entre sus discípulos encontramos representantes de las dos formas de producir el sonido: con yema o con uña. Los encargados de transmitir las ideas pedagógicas de Tárrega en forma de métodos y tratados para el aprendizaje de la guitarra, encabezados por Emilio Pujol o Daniel Fortea, son grandes defensores de la yema, como forma más idónea de producir el sonido de la genuina escuela de Tárrega. Sin embargo, quien recogió el testigo de Tárrega como concertista internacional y propició que la guitarra traspasara fronteras más allá de lo que lo hizo con el propio maestro, Miguel Llobet (y sus continuadores en esta línea, como Mª Luisa Anido o Andrés Segovia), utilizan la uña como herramienta de interpretación. En la actualidad este tipo de disyuntiva uña/yema está fuera de lugar. La técnica de construcción de guitarras no ha dejado de evolucionar en los últimos cien años y la incorporación del nylon como material base de las cuerdas desde 1947 hace que las guitarras de hoy en día demanden un modo de pulsación en el que la uña es un elemento en muchos casos imprescindible. En realidad, la importancia de Tárrega en el desarrollo de la guitarra moderna va mucho más allá de polémicas coyunturales. La interpretación de la música que Tárrega dejó escrita exige una sutileza sonora especial, lo que supone que la técnica a emplear trascienda más allá de la simple realización de las notas. Tárrega fue único en la creación de sutiles atmósferas sonoras y conseguir un sonido cantábile se convierte en la base primordial de la interpretación de sus obras. Y aquí es donde reside el verdadero legado de Tárrega. Hoy en día parte de su obra de Tárrega como legado de gran interés se encuentra en el museo que le dedicó su ciudad natal en Vila-real. 3. Bibliografía Aguado, Dionisio (1825): Escuela de guitarra, Madrid. Azpiazu, José de (1961): La guitarra y los guitarristas, Buenos Aires, Ricordi Americana. 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