E dw ard S h o r te r T h e M aking of the Modern Family, Nueva York: Basic Books, Inc., 1975 El libro de Edward Shorter El nacimiento de la familia moderna intenta reconstruir las transformaciones que sufrió la familia en Europa y en los Estados Unidos, a lo largo de los siglos X V IIÍ XIX y XX. El libro hace una crítica implacable de todas las ideas que se sustentaban en lo que Foucault llama la hipótesis represiva1; es decir en la creencia, bastante generalizada en los grupos intelectuales de izquierda, de que el capita­ lismo había instaurado una época de victorianismo, de re­ presión sexual, que contrastaría violentamente con una actitud anterior de tolerancia sexual. Shorter, contrapo­ niéndose a esta visión, nos muestra como la comunidad tradicional ejercía un férreo control sobre sus miembros en lo concerniente a su vida familiar, afectiva y sexual. A través del análisis de la familia tradicional, el autor deja entrever una imagen de la comunidad rural europea poco idílica. Para Shorter, la familia tradicional sólo podía evo­ lucionar hacia formas más modernas y más libres cam­ biando sus relaciones con la comunidad que la rodeaba. El debilitamiento de la comunidad y de sus controles so­ ciales a raíz de la industrialización y de los avances del capitalismo, permitió a los individuos llevar una vida sexual y afectiva más libre. El mejoramiento dé los nive­ les de vida en las clases medias y altas facilitó un desa­ rrollo excepcional del amor materno mientras que el de­ bilitamiento de la vida pública favoreció el repliegue de la familia sobre ella misma. Para demostrar que estas tesis son ciertas, y sobre todo que se aplican a la inmensa mayoría de la población y no sólo a una restringida élite, Shorter acude a una gran cantidad de fuentes que hasta hace poco tiempo érail despreciadas por los historiadores. Los informes de los médicos rurales, los reportes y descripciones estadísti­ cas de los burócratas locales, y las crónicas de los eruditos y folkloristas pueblerinos, manejados todos ellos con suma precaución y sometidos a una incisiva crítica histórica, aportan a Shorter valiosos y necesarios datos que, unidos a las diversas fuentes cuantitativas y tradicionales de la demografía, le permiten reconstruir las estructuras y los sentimientos familiares desde el siglo XVIII hasta nues­ tros días. De hecho, uno de los mayores méritos del libro radica en la acabada integración de las descripciones lo­ cales y de las series estadísticas. Cada aseveración de im^ portancia es defendida en el libro con argumentos que sacan su fuerza de la unión de estos dos tipos de fuentes. La forma en que el autor aprovecha las crónicas locales para ir eliminando las probables causas que podrían pro­ vocar los fenómenos que se manifiestan en las series es­ tadísticas, hasta hallar la causa real, es sumamente intere­ sante. La similitud que presentan los datos demográficos de los diversos países europeos, aunque sufran de ciertos defectos cronológicos, le permite al autor, atreverse a ge­ neralizar sus datos locales, la mayoría de ellos referentes a los campesinos franceses y a la población bávara, al res­ to del continente. 7 ¿ A pesar de utilizar un método tan riguroso, Shorter no comete el error de creer que está estableciendo verda­ des científicas irrefutables, aunque tampoco cae en un escepticismo absoluto. Shorter señala con insistencia que sus afirmaciones distan de estar sustentadas en pruebas contundentes y definitivas, lo que ño le impide declarar su íntima convicción personal de que son verdaderas. Esta posición nos recuerda que en la investigación histórica, la búsqueda de la verdad es, ante todo, el proceso de autoconvencimiento del historiador. Autoconvencimiento que sólo puede realizarse al dotar de coherencia y signi­ ficado a un conjunto heterogéneo y parcial de datos pro­ venientes del pasado. El libro, escrito con ligereza y sentido del humor, hace intervenir a menudo al autor que responde a las pro­ bables objeciones de sus lectores, señala los escollos de la investigación, los límites de las afirmaciones, y aclara su posición personal ante los estudios de sus contradictores. A pesar de que es difícil suscribir todas las aseveracio­ nes de Shorter, como por ejemplo, la de negar demasia­ do tajantemente la posibilidad misma de amor y de afec­ to en la familia tradicional, el libro es un buen ejemplo de como debe llevarse a cabo la historia de la familia. El libro que rebosa de ideas y de sugerencias para investigaciones futuras, nos hace pensar que hasta ahora nadie —salvo algunos antropólogos interesados demasia­ do exclusivamente en sus aspectos económicos— se ha abocado al estudio de la familia en México. La historia y la etnología de la sexualidad, del amor materno y del sentimiento familiar en México, están todavía por ha­ cerse. J u a n P e d r o V iq u e ir a El Colegio de Michoacán 1 Michel Foucault, Historia de la sexualidad. I. La Voluntad de Saber, México, D. F. : Siglo XXI Editores, 1977-