Guía de lectura ____________________________________ ____________________________________ ANA MARÍA MATUTE Inventora de invenciones ____________________________________ Junio 2014 Barcelona, 26 de julio 1925- Barcelona, 25 de junio 2014 Ana María Matute nace en Barcelona, 26 de julio de 1925, la segunda de cinco hijos de una familia perteneciente a la pequeña burguesía catalana, conservadora y religiosa. Cuando tenía cuatro años cae gravemente enferma. Por dicha razón, su familia la lleva a vivir con sus abuelos en Mansilla de la Sierra. Matute dice que la gente de aquel pueblo la influenció profundamente. Dicha influencia puede ser vista en la obra antología Historias de la Artámila (1961), la cual trata de gente que conoció en Mansilla. Ana María Matute tenía diez años de edad cuando comenzó la Guerra Civil. La violencia, el odio, la muerte, la miseria, la angustia y la extrema pobreza que siguieron a la guerra marcaron hondamente a su persona y a su narrativa. El trauma de la guerra y las consecuencias psicológicas del conflicto y la posguerra en la mentalidad de una niña, se reflejan en sus primeras obras literarias centradas en los "los niños asombrados" que veían y tenían que entender los sinsentidos que les rodeaban. Las novelas de Ana María Matute no están exentas de compromiso social, aunque sin adscribirse explícitamente a ninguna ideología política. Partiendo de la visión realista imperante en la literatura de su tiempo, logró desarrollar un estilo personal que se adentró en lo imaginativo y configuró un mundo lírico y sensorial, emocional y delicado. Su obra resulta así ser una rara combinación de denuncia social y de mensaje poético, ambientada con frecuencia en el universo de la infancia y la adolescencia de la España de la posguerra. Se educó en un colegio religioso en Madrid y con 17 años escribió su primera novela, Pequeño teatro, con la que consigue un contrato con Editorial Destino. Sin embargo, la novela fue publicada 11 años más tarde. En 1949, escribe Luciérnagas y queda semifinalista del Premio Nadal, sin embargo, la censura impidió la publicación. En 1952, Matute se casa con el escritor Ramón Eugenio de Goicoechea. En 1954 nace su hijo Juan Pablo, al que le ha dedicado gran parte de sus obras infantiles. Se separa de su esposo en el año 1963. Como resultado de las leyes franquistas, Matute no tenía derecho a ver a su hijo después de la separación, ya que su esposo obtuvo la tutela del niño. Esto le provocó problemas emocionales. En 1976 fue propuesta para el Premio Nobel de Literatura. Después de varios años de silencio narrativo, en 1984 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil con la obra Sólo un pie descalzo. En 1996 publica Olvidado Rey Gudú y es elegida la tercera académica de la Real Academia de la Lengua en 300 años. Matute es también miembro honorario de la Hispanic Society of America y profesora invitada en las universidades de Oklahoma, Indiana y Virginia. Existe un premio literario que lleva su nombre y sus libros han sido traducidos a 23 idiomas. Ha recibido entre otros el Premio Planeta, 1954 con Pequeño Teatro; el Premio de la Crítica, 1958 y el Nacional de Literatura, 1959 con Los hijos muertos; el Premio Nadal, 1959 con Primera Memoria; y el Premio Lazarillo de literatura infantil, 1965 por El polizón de Ulises. En 2007 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas, y en noviembre de 2010 se le concede el Premio Cervantes, el más prestigioso de la lengua castellana. Fragmentos del discurso de ingreso de Ana María Matute en la Real Academia el 18 de enero de 1998. La primera vez que leí la palabra bosque en un libro de cuentos, supe que siempre me movería dentro de ese ámbito. Toda la vida de un bosque –misterioso, atractivo, terrorífico, lejano y próximo, oscuro y transparente– encontraba su lugar sobre el papel, en el arte combinatoria de las palabras. Jamás había experimentado, ni volvería a experimentar en toda mi vida, una realidad más cercana, más viva y que me revelara la existencia de otras realidades tan vivas y tan cercanas como aquella que me reveló el bosque, el real y el creado por las palabras. [...] Escribir es un descubrimiento diario a través de la palabra, y la palabra es lomás bello que se ha creado, es lo más importante de todo lo que tenemos los seres humanos. La palabra es lo que nos salva. Pero no la poseemos sin más, para utilizarla como un instrumento; si la tenemos es porque la consagramos a la búsqueda sin fin de una palabra distinta, laboriosa y exaltadamente perseguida, pero que tan simple, tan sencilla resulta cuando la hemos hallado.Todos y cada uno de nosotros llevamos dentro una palabra, una palabra extraordinaria que todavía no hemos logrado pronunciar. Escribir es para mí la persecución de esa palabra mágica, de la palabra que nos ayude a alcanzar la plenitud. [...] [...] No existen fórmulas que enseñen a ser escritor. Se empieza a escribir desconociendo toda clase de definiciones sobre ese acto, toda clase de enseñanzas sobre aquella aventura. Es una puerta que se abre, una barrera que se franquea, un mundo al que se tiene acceso.[...] Poco más o menos todos los escritores empezamos a escribir ese día en que, por primera vez, la vida nos conduce a atravesar esa rara y traslúcida barrera. Escribir es un modo de la memoria, una forma privilegiada del recuerdo; yo sólo sé escribir historias porque estoy buscando mi propia historia, porque acaso escribir es la búsqueda de una historia remota que yace en los más profundo de nuestra memoria y a la que pertenecemos inexorablemente. Escribir es como una memoria anticipada, el fruto de un malestar entreverado de nostalgia, pero no sólo de un pasado desconocido, sino también de un futuro, de un mañana que presentimos. [...] La literatura es, en verdad, la manifestación de ese malestar; pero también es, sobre todo, la expresión más maravillosa que yo conozco del deseo de una posibilidad mejor. Para mí, escribir es la búsqueda de esa posibilidad. [...] Pienso que la poesía es la esencia misma de la literatura, la máxima expresión literaria. Quizá el lenguaje poético sea, en el fondo, el más próximo a mi concepción personal de lo que es la escritura: el uso de la palabra para perseguir y desentrañar el envés del lenguaje, el revés del tejido lingüístico. [...] Siempre he creído, y sigo creyendo, que la imaginación y la fantasía son muy importantes, puesto que forman parte indisoluble de la realidad de nuestra vida. Cuando en literatura se habla de realismo, a veces, se olvida que la fantasía forma parte de esa realidad, porque nuestros sueños, nuestros deseos y nuestra memoria son parte de la realidad. Por eso me resulta tan difícil desentrañar, separar imaginación y fantasía de las historias más realistas, porque el realismo no está exento de sueños ni de fabulaciones. Los llamados cuentos de hadas no son, por supuesto, lo que la mayoría de la gente cree que son. Nada tienen que ver con la imagen que, por lo general, se tiene de ellos: historias para niños, amenudo estupidizadas y trivializadas através de podas y podas“ políticamente correctas”. Los cuentos de hadas no son en rigor otra cosa que la expresión del pueblo: de un pueblo que aún no tenía voz, excepto para transmitir de padres a hijos todas las historias que conforman nuestra existencia. [...] Porque los sentimientos –la alegría y la tristeza, la nostalgia, la melancolía, el miedo– permanecen como emboscados en estos cuentos. En ellos, en sus luces y sombras, semezclan realidad y fantasía, las dos materias primas de los sentimientos, en la misma medida que ocurre en nuestra vida. [...] Para mí, escribir no es una profesión, ni una vocación siquiera, sino una forma de ser y de estar, un largo camino de iniciación que no termina nunca, como un complicado trabajo de alquimia o la íntima y secreta cacería de mí misma y de cuanto me rodea. [...] Al contrario de los otros niños, empezó a gustarme ser castigada en el cuarto oscuro. Comencé a sentir y saber que el silencio se escucha y se oye, y descubrí el fulgor de la oscuridad, el incomparable y mágico resplandor de la nada aparente. De la oscuridad surgía, gracias a la fantasía y a las palabras, un mundo idéntico al de los bosques, un mundo irreal pero, al mismo tiempo, más real aún que el cotidiano, un mundo que pronto se convertiría para mí en una auténtica tabla de salvación. ____________________________________ Primera memoria Con la guerra civil, «lejana y próxima a un tiempo, quizá más temida por invisible», como telón de fondo, narra el paso de la niñez a la adolescencia de María y su primo Borja. Los dos viven en casa de su abuela en un mundo insular ingenuo y misterioso a la vez. A través de la visión particularísima de la muchacha - sin madre y con el padre desaparecido - asistimos a su despertar a la adolescencia, cuando, roto el caparazón de la niñez, ciega y asombra, y hasta a veces duele, el fuerte resplandor de la realidad. El saltamontes verde “Una vez existió un muchacho llamado Yungo. Vivía en una granja muy grande, cercana a los bosques. La granja estaba llena de muchachos de todas las edades, los unos hijos de los granjeros, los otros de los criados. Yungo era un huérfano adoptado por la granjera. Lo recogió siendo muy pequeño, pues a sus padres se ahogaron en el río cuando empezaba el deshielo y la corriente se desbordó.” La torre vigía Ambientada en una Edad Media mítica, mágica y sensual, la novela es un peculiar libro de caballerías que narra, en primera persona y con una sensibilidad moderna, los años de formación y aprendizaje de un joven caballero, a lo largo de una trama repleta de heroísmo, superstición y barbarie. Olvidado Rey Gudú Ambientada en una Edad Media fantástica, narra el nacimiento y expansión del Reino de Olar. El norte boscoso y misterioso, el Este cerrado por la inhóspita estepa y las ricas y opulentas tierras del Sur, símbolos de lo inalcanzable, marcarán los límites de un reino en cuyo intrigante devenir intervendrán la astucia de una niña sureña, la magia de un viejo hechicero y las reglas del juego de una criatura del subsuelo. Personajes, aventuras y el propio paisaje sumergen al lector en una trama que se ofrece como metáfora de la vida, porque en todos sus mundos lo que se narra es la pérdida de la inocencia, la atracción y el miedo hacia lo desconocido, el placer de la conquista, la pasión, el amor y la ternura, el ansia de poder, el dolor, la memoria, el inevitable olvido... ______________________________________ En nuestra Biblioteca: Novelas La trampa / Destino, 1969 / N MAT tra Los hijos muertos: novela / Planeta, 1970 / N MAT hij Los soldados lloran de noche / Destino, 1972 / N MAT sol Primera memoria / Destino, 1979 / N MAT pri Aranmanoth / Espasa Calpe, 2000 / N MAT ara El tiempo de los mayores: cuentos sobre nuestros abuelos / Páginas de Espuma, 2006 / N TIE La torre vigía / Destino, 2005 / N MAT tor Olvidado rey Gudú / Destino, 2005 / N MAT olv Paraíso inhabitado / Destino, 2008 / N MAT par La puerta de la luna: cuentos completos / Destino, 2010 / N MAT pue Infantiles-Juveniles Caballito loco carnavalito / Lumen, 1982 / AMA MAT cab El polizón del Ulises / Lumen, 1987 / AMA MAT pol Paulina / Lumen, 1986 / AMA MAT pau Los niños tontos /Destino, 1971 / ROJ MAT niñ Cuentos de infancia / Martínez Roca, 2002 / ROJ MAT cue El saltamontes verde y otros cuentos / Lumen, 2004 / ROJ MAT sal ______________________________________ Santiago Milla, 18 (Casa de Cultura) 26580 ARNEDO (La Rioja) Tel. 941 38 38 15 Fax 941 38 44 07 biblioteca@aytoarnedo.org www.arnedo.com Esta guía de lectura copia en parte la elaborada por la Biblioteca de La Rioja LR 456-2014