“Los perros se lo pasaron mucho mejor oyendo a Metallica” El rock and roll se lleva por dentro, o al menos eso piensa Juan Antonio Maestro, vicerrector de Investigación de la Universidad Nebrija. Quiere alejarse de la imagen transgresora implícita en este tipo de música para disfrutar de ella como con cualquier otra afición. ¿La música amansa a las fieras? Pues no sé qué decirte. La cita clásica así lo afirma, pero investigaciones recientes lo ponen en duda. Es un tema interesante que suele aparecer con frecuencia en los artículos de investigación de revistas especializadas, como el “Applied Animal Behaviour Science” de Elsevier. Parece ser que en función de la frecuencia del sonido y de otros parámetros, se puede conseguir un efecto o el contrario. En el año 2002, la RSPCA-Australia publicó un estudio en el que se sometía a un conjunto de perros a varios tipos de música, entre ellos música clásica y temas de Metallica. Los perros, cuando oían música clásica, se mostraban muy relajados y pasivos. Y cuando oían a Metallica, se movían mucho más y ladraban habitualmente. Es obvio que se lo pasaron mucho mejor oyendo a Metallica. También hay estudios en España sobre este tema. En 2004, investigadores del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria replicaron un experimento similar pero con gallinas. Concluyeron que, en función del número de decibelios, el grado de estrés de las gallinas variaba considerablemente. Me alegro de que me hayas hecho esta pregunta en primer lugar para aprovechar a meter la típica cuña publicitaria sobre la investigación, Nebrija Investiga. ¿Es una buena terapia para desconectar del trabajo? Bueno, la música, como cualquier otra afición, es algo positivo para las personas. Creo que es importante dedicarse a actividades variadas para conseguir un equilibrio. Pero tampoco tomo la música como una vía de escape, sino sencillamente como una actividad más entre otras muchas. Hace unos años leí un estudio acerca de la distribución de aficiones en la población de los países desarrollados y, aunque había actividades muy variopintas y diversas, curiosamente la música era un denominador común en un altísimo porcentaje de personas. Si tanta gente siente una necesidad de acercarse a la música, será por algo. Quizás es un elemento intrínseco de la naturaleza humana. Así que, aunque tengamos dudas de si la música amansa a las fieras o no, está claro que sí lo hace con los seres humanos. ¿Qué tipo de música sueles escuchar? Escucho todo tipo de música, pero especialmente del siglo XX en adelante. Me gusta no sólo escuchar temas variados, sino también ver cómo han evolucionado los estilos musicales de los últimos cien años, influenciándose unos a otros y generando otros nuevos. Es curioso ver que en el último siglo, cada época ha tenido un estilo musical definido, que ha ido evolucionando gracias a fenómenos migratorios y culturales. Es posible comprender mejor la historia reciente y sus causas conociendo su música. De esta manera, si empezamos en el ragtime a finales del siglo XIX, el cual considero el primer género occidental puramente “moderno”, podemos ver cómo se mezcla y evoluciona con multitud de otros estilos como el folk, country, blues, los distintos tipos de jazz (que es un mundo aparte, desde el swing y el bebop hasta el free jazz), etc., hasta fusionarse en lo que hoy conocemos como rock. Creo que el rock es un estilo algo incomprendido, al que se le ha asignado una etiqueta de simplicidad. Nada más lejos de la realidad, el rock es un crisol de estilos, con estructuras que pueden ser muy complejas y que no deja de evolucionar de manera progresiva. La mayoría de los estilos musicales han tenido un tiempo de apogeo, tras el cual se han apagado, pero el rock se sabe reinventar constantemente. Además de escucharla, también tocas la guitarra eléctrica… Sí, es verdad. Es un instrumento que está totalmente infravalorado, y que tiene el estigma de no ser considerado serio. La realidad es que es un instrumento muy versátil y que requiere mucha técnica. Hay infinidad de estilos y cada uno se toca de manera muy distinta. Afortunadamente, cada vez hay más escuelas de música donde ofrecen estudios específicos de guitarra eléctrica. Eso es porque cada vez hay más demanda entre la gente. Fíjate que la guitarra eléctrica es un instrumento relativamente nuevo. Y desde los años 30, donde surgieron los primeros modelos muy básicos, hasta ahora, se ha producido tal evolución que contamos con cientos de modelos con especificaciones muy variadas. Esto no ha pasado con ningún otro instrumento, lo que prueba que algo de especial tendrá. Y aparte de mero instrumento, también es un icono del siglo XX. La guitarra eléctrica se colecciona. Hay personas que tienen decenas de ellas, y de hecho las ediciones limitadas más valiosas adquieren precios desorbitados en el mercado de segundo mano. Como bien dijo Barón Rojo en “Cuerdas de Acero”, la guitarra eléctrica es la magia ritual sobre la que se ha construido el rock. Y formas parte de un grupo… Desde el pasado mes de septiembre estoy en un proyecto de creación de un grupo nuevo. Somos cinco integrantes, con una formación estándar de dos guitarras, bajo, batería y voz. De hecho, el batería es Óscar Ruano, profesor de la Nebrija. Y la vocalista es la hermana de Alfonso Sánchez- Macián, el gerente de Sistemas. El propio Alfonso colabora como letrista de los nuevos temas, y espero poder contar con él como vocalista esporádico. Queremos dar una orientación al grupo hacia el rock urbano, con influencias como Rosendo, Platero, Extremoduro, Barricada, etc. Es cierto que en el panorama actual hay muchos grupos amateur con este perfil, pero queremos explotar el hecho de que la voz solista es femenina, algo bastante más inusual. El grupo se llama “No te mueras en mi cama”. Y no me preguntes el origen del nombre porque siempre hay que guardarse algo para cuando escribamos las memorias (risas). ¿Tus alumnos saben de esta afición? ¿Qué te dicen? Pues la verdad es que no sé si lo saben o no. No lo oculto pero tampoco es que lo vaya pregonando por ahí, más que nada porque no creo que sea nada del otro mundo. Si hay un profesor que corre la maratón, o que es experto en fotografía, o que toca el violín o el piano, nadie le da más importancia. Pero si tocas la guitarra eléctrica, la gente se sorprende más. No sé muy bien por qué. Quizás sea por el mito de transgresión que rodea al rock y a este instrumento, como he dicho antes. Esa imagen mitificada choca más con el perfil habitual que ofrecemos todos los días. Pero ya te digo que es una actividad de lo más normal y ahora mismo ves tanto a niños de 6 años como a personas de 80 con su guitarra eléctrica. Además, ¿qué es más transgresor, tocar la guitarra eléctrica o ir los fines de semana a un campo de fútbol a dar voces? Y de lo segundo nadie se sorprende… ¿Para cuándo un concierto? Pues todavía nos falta bastante rodaje. Sólo llevamos tres meses escasos y aún tenemos que perfilar el repertorio. No nos apetece mucho hacer versiones, excepto para ensayar, por lo que estamos montando todos los temas nuevos desde cero. Ahora mismo tenemos en mente cuatro sencillos, en distinto nivel de progreso, a los que esperamos ir dando forma con el tiempo. Yo espero que para verano podamos tener alguna maqueta grabada, pero es complicado porque el tiempo es escaso y esto no deja de ser una afición.