RESUMEN PSICOLOGIA SOCIAL PTD 2014 UNIDAD 1 – PSICOLOGÍA SOCIAL. DEFINICION Y PERCEPCIONES TEORICAS LA PSICOLOGÍA SOCIAL APLICADA: ALGUNOS MATICES SOBRE SU DESARROLLO HISTÓRICO - BLANCO Y DE LA CORTE – FICHA 6599 Mead se hastía del tratamiento especulativo y un tanto huero que la filosofía utilizaba a la hora de abordar la realidad, de especulaciones teóricas vacuas y de dogmas ajenos a la realidad circundante. Era un demócrata convencido y un reformista incondicionalmente implicado en los problemas sociales de Chicago, desde los derechos de las mujeres hasta la reforma del código penal juvenil. Se trae a colación la figura de Mead por su aporte a la psicología social y porque no es posible historiar la psicología social aplicada al margen de la psicología social. Uno de los supuestos sobre los que se alza la producción teórica de Mead es su inquebrantable confianza en la capacidad emancipatoria de la racionalidad científica, en las perspectivas que se ofrecían desde el desarrollo técnico y en el significado de la praxis social y la acción instrumental. Mead sigue las pautas marcadas por una ciencia social que desde sus primeros momentos anduvo marcada por la clara y nítida idea de compromiso, la idea de emancipación e incluso de liberación. Comte, Marx, Durkheim, etc, fueron pensadores que maquinaron teorías que pudieran servir como instrumento de liberación y emancipación de determinadas condiciones sociales, políticas y económicas que entendían perjudiciales para la salud física, psicológica y moral de los ciudadanos. Reorganizar la sociedad, ese fue el reto del espíritu positivo, esa es la meta de la ciencia social, ese fue el objetivo de Comte. La filosofía positiva mantiene un inevitable compromiso con el cambio social. Para llevar a cabo esta reorganización se requiere de la reflexión teórica, del trabajo especulativo, de la conceptualización. Una muy prematura postura en el campo de las CS sociales aboga por la necesaria convergencia entre lo básico y lo aplicado, por una complementación entre una y otra vertiente del 1 conocimiento, por la necesidad de tener en cuenta ambos aspectos a fin de dotar de solidez y solvencia a la ciencia social. Comte: “no se puede hacer nada sólido y esencial en cuanto a la parte práctica mientras que no se haya establecido la parte teórica”. Primero la teoría, luego la práctica. Teorizar no deja de ser una forma de apostar por la mejora de la sociedad. Vygotski escribe sobre el significado histórico de la crisis en Psicología, se trata de una crisis cuyo origen se remonta a la polémica que también terció Lewin: la incomprensible distancia que media entre la Psicología Académica y la Psicología Aplicada. Según Lewin carece de sentido la contraposición entre la teoría y la praxis, entre lo básico y lo aplicado. Ambos son momentos de un mismo proceso. Una de las razones para poder concederle a la Ps. Social el marchamo de científica es precisamente el hecho de que lo metodológico y lo aplicado son dos caras de una misma moneda. Lewin dice: Cuanto mas importantes son los problemas teóricos q intenta estudiar el psicólogo social mas probable es q tras ellos haya cuestiones prácticas. En el ámbito de los grupos los problemas metodológicos están entrelazados con los llamados problemas aplicados. Existe una estrecha relación entre la psicología científica y la vida La más grande desventaja de la psicología aplicada ha sido el hecho de que, sin auxilio teórico adecuado, tuvo que seguir el costoso método de ensayo y error. Muchos psicólogos que hoy trabajan en un campo aplicado son concientes de la necesidad de estrecha cooperación entre la psicología teórica y la aplicada. La aplicación forma parte constitutiva de la psicología como ciencia, es uno de los elementos que la definen y la legitiman. Está en la propia naturaleza de la Ps. Social el ser aplicable. Hablar de psicología social aplicada es hablar de una manera de aproximarse a la realidad y manifestaciones del comportamiento social humano caracterizada por el manejo de teorías y metodología psicosocial, abordaje de asuntos de la vida cotidiana que interesan al hombre de la calle, hipótesis analizadas en los escenarios reales de la vida diaria y perspectivas interdisciplinar. 2 La distinción psicología social básica o aplicada ha sido uno más en la lista de desafortunados dualismos. Pensar que el currículum en Ps. Aplicada puede desarrollarse al margen de los contenidos de la Ps. Básica puede resultar empobrecedor. LA SOCIEDAD COMO INTERACCIÓN SIMBÓLICA – BLUMER – FICHA 2968 El término Interacción simbólica se refiere al carácter peculiar y distintivo de la interacción que tiene lugar entre seres humanos. La peculiaridad consiste en el hecho de que los seres humanos interpretan o definen las acciones de los demás en lugar de reaccionar simplemente a ellas. Su respuesta no se refiere de manera directa a las acciones de los otros, sino que se basa en el significado que atribuyen a tales acciones. De esta manera, la interacción humana es medida por el uso de símbolos, por la interpretación o por la averiguación del significado de las acciones de los otros. Esta mediación es equivalente a insertar un proceso de interpretación entre el estímulo y la respuesta en el caso del comportamiento humano. Mead en su análisis declara que el ser humano tiene un sí mismo. Al declarar esto pensaba que el ser humano puede ser el objeto de sus propias acciones, puede actuar hacia si mismo como lo hace con los otros (ejemplo: cuando alguien se enoja consigo mismo, se enorgullece de si mismo, se reta, etc.). Mead considera que esta capacidad de actuar respecto a sí mismo es el mecanismo fundamental con el cual el hombre enfrenta y maneja su mundo. Le permite indicarse a sí mismo cosas que están a su alrededor y así guiar sus acciones por lo que observa. Cualquier cosa de la que el ser humano sea conciente es algo que él se está indicando a sí mismo. Y cualquier cosa de la que no es consciente es algo que no está indicándose a sí mismo. Entonces, interpretar las acciones de otro es señalarse a uno mismo que la acción tiene tal o cual significado. Según Mead la significación del hacerse indicaciones a uno mismo tiene una importancia que reside en dos puntos: Primero, indicar algo es sacarlo de su contexto, mantenerlo aparte, darle un significado o hacer de él un objeto. Un objeto (cualquier cosa que un I se indique a sí mismo) es distinto de un estímulo; su significado es algo que el individuo le otorga. El objeto es un producto de la disposición del individuo a actuar y no un estimulo que evoca el acto. Entonces, el sujeto construye sus objetos, les da significado y toma decisiones pero el objeto no provoca su comportamiento. Segundo, su acción es construida en lugar de ser una mera descarga, su acción es construida a través de un proceso de autoindicación. El individuo arma y guía su acción tomando nota de diferentes cosas e interpretando su significación para su acción posterior. La autoindicación es un proceso comunicativo en movimiento en el cual el individuo nota cosas, las estima, les da significado y se decide a actuar sobre la base del significado. En virtud de que 3 el I se indica ciertas cosas a sí mismo, se coloca frente a ellas y es capaz de retroactuar contra ellas, aceptándolas, rechazándolas o transformándolas de acuerdo con el modo como en que las define o interpreta. Su comportamiento surge de la manera en que él interpreta y maneja esas cosas en la acción que está construyendo. Mead reconoce que la formación de la acción por parte del I mediante la autoindicacion tiene lugar siempre en un contexto social. La acción de grupo toma la forma de un acomodamiento conjunto de líneas de acción individuales. Cada individuo pone su acción en línea con la de los otros averiguando el significado de sus actos. Para Mead, el I logra esto “tomando el rol” de los otros ya sea de una persona especifica o de un grupo. Al adoptar esos roles el I busca averiguar la intención de los actos de los otros; forma y alinea su propia acción sobre la base de tal interpretación de los actos de los otros. Ese es el modo en que la acción de grupo tiene lugar en la sociedad humana. La mayoría de las teorías se encuentran en oposición respecto a este interaccionismo simbólico y sus premisas fundamentales. El pensamiento sociológico raramente reconoce a la sociedad como formada por I que tienen un sí mismo. En cambio, consideran que el comportamiento de los I como miembros de una sociedad es una expresión de la influencia que ejercen sobre ellos ciertos tipos de factores o fuerzas (costumbre, estructura social, rol social, etc.). Los individuos que componen una sociedad son tratados como los medios a través de los cuales tales factores operan y la acción social de tales I es considerada como una expresión de esos factores. Este enfoque niega el si mismo de los I. Estas concepciones sociológicas no consideran a las acciones sociales de la I como construidas por ellos a través de un proceso de interpretación. En cambio, la acción es tratada como un producto de factores que operan sobre y a través de los I. Entonces, la acción social de los I es tratada como el resultado manifiesto de fuerzas que obrarían sobre ellos antes que como actos construidos por los I a través de su interpretación de las situaciones en que se encuentran. También estas concepciones difieren del interaccionismo respecto al lugar en que sitúan a la acción social. En la perspectiva de la interacción simbólica, la acción social es situada en los I actuantes que adaptan mutuamente sus respectivas líneas de acción a través de un proceso de interpretación; la acción de grupo es la acción colectiva de tales individuos. En cambio, las posiciones sociológicas ubican a la acción social en la acción de la sociedad en alguna unidad de la sociedad. Volviendo al interaccionismo simbólico, la sociedad debe ser vista como compuesta por I actuantes y la vida de la sociedad como constituida por sus acciones. Las unidades actuantes pueden ser individuos separados, colectividades u organizaciones. Respecto a las condiciones en 4 las que estas unidades actúan, la primera es que la acción tiene lugar en y con respecto a una situación. Esto conduce a una segunda condición y es que la acción es construida a través de la interpretación de la situación. La unidad actuante tiene que identificar las cosas que tiene que tomar en consideración, tiene que estimarlas de alguna manera y tomar decisiones sobre la base de esa estimación. La vida de grupo consiste en unidades actuantes que desarrollan actos para hacer frente a las situaciones en que se hallan colocadas. Desde el punto de vista de la interacción simbólica, la organización social es el marco dentro del cual unidades actuantes desarrollan sus acciones. Las características estructurales establecen condiciones para su acción, pero no la determinan. Los I actúan con respecto a situaciones, y la organización social entra en juego solo en la medida en que da forma a las situaciones en las que actúan los I. Los sociólogos tienden a ver a la S en términos de estructura u organización y a tratar a la acción social como una expresión de esa estructura. ANEXO - LA SOCIEDAD COMO INTERACCIÓN SIMBÓLICA - HERBERT BLUMER - FICHA 2968 Blumer, es el principal exponente viviente del interaccionismo simbólico, interpreta en este artículo la manera en que este enfoque considera el comportamiento humano y el cambio social: Los rasgos esenciales en la interacción simbólica de Mead son: La sociedad está hecha de individuos que tienen sí mismos. La acción individual es una construcción y no descarga. La acción grupal consiste en alineaciones individuales dadas al interpretar acciones de los otros. El término de interacción simbólica se refiere al carácter peculiar y distintivo de la interacción que tiene lugar entre seres humanos. Las personas interpretan o definen las acciones de los demás en lugar de reaccionar a ellas. Responden basados en el significado que atribuyen a tales acciones. De esta manera, la interacción humana es medida por el uso de símbolos, por la interpretación, o por la averiguación del significado de las acciones de los otros. Esto equivale a insertar un proceso de interpretación entre el estímulo y la respuesta en el comportamiento humano. Mead analizó profundamente lo que el acto de interpretación implica para una comprensión del ser humano, la acción humana y la asociación humana. El rasgo clave en su análisis era que el 5 ser humano tiene un “sí mismo”. Al declarar eso pensaba en que el ser humano puede ser el objeto de sus propias acciones, puede actuar hacia sí mismo como puede actuar hacia otros. Por ejemplo cuando uno se enoja consigo mismo o sabe que no debería hacer esto o aquello, cuando se fija a sí mismo objetivos, en todos estos casos se observa que el ser humano puede actuar con referencia a sí mismo. Esta capacidad de uno para obrar con respecto a sí mismo es el mecanismo fundamental con el cual el hombre enfrenta y maneja su mundo. Permite al sujeto indicarse a sí mismo cosas que están a su alrededor y así guiar sus acciones por lo que observa. Este mecanismo está en la base del interpretar las acciones de los ya que sería señalarse a uno mismo el significado de esa acción. La importancia fundamental de la significación de hacerse indicaciones a uno mismo reside en dos puntos: 1) indicar algo es sacarlo de su contexto, hacer de él un objeto. Un objeto (es decir, cualquier cosa que un individuo se indique a sí mismo) es diferente de un estímulo; en lugar de tener un carácter intrínseco que actúa sobre el individuo, su carácter o significado es algo que el individuo le otorga. El objeto es un producto de la disposición del sujeto a actuar, no un estímulo que evoca un acto. Con “interpretación” quiere decir que el individuo en cualquiera de sus actos se designa a si mismo objetos, les da significado, juzga la conveniencia de los mismos para su acción y toma decisiones sobre eso. Es actuar sobre la base de símbolos. 2) su acción es construida a través de este proceso de autoindicación en lugar de ser una descarga. La auto-indicación en un proceso comunicativo en movimiento en el cual el individuo nota cosas, las estima, les da un significado y se decide a actuar sobre la base de ese significado. A través de este proceso construye su acción conciente. Esta formación de la acción siempre tiene lugar en un contexto social. La acción de grupo toma la forma de un acomodamiento conjunto de líneas de acción individuales. Cada individuo pone su acción con la de los otros averiguando el significado de sus actos. Logra esto tomando “el rol” de los otros, busca averiguar la intención de los actos de los otros y forma su acción en base a ello. 6 Los rasgos anteriormente mencionados son esenciales en el análisis de Mead de las bases de la interacción simbólica y presuponen los siguientes puntos: la sociedad humana está hecha de individuos que tienen sí mismo (se hacen indicaciones a sí mismos), la acción individual es una construcción del individuo a través de la observación y la interpretación de los rasgos de las situaciones en las que actúa; la acción grupal consiste en la alineación de las acciones individuales, producida por los individuos al interpretar las acciones de los otros. Las concepciones sociológicas discrepan con las premisas de la interacción simbólica ya que suponen que los seres humanos son organismos con algún tipo de organización, que responden a fuerzas que obran sobre ellos, el comportamiento que tenga como miembro de una sociedad sería el resultado de estas fuerzas sobre ellos. Se niega que la personas tienen sí mismos y que actúan mediante autoindicación. No consideran las acciones sociales como construidas por una interpretación. Difieren en cuanto al lugar en que sitúan a la acción social. El interaccionismo simbólico la sitúa en los individuos actuantes que adaptan mutuamente sus líneas de acción a través de un proceso de interpretación; la acción de grupo es la acción colectiva de tales individuos. Las posiciones sociológicas se oponen a este punto de vista ubicando a la acción social en la acción de la sociedad en alguna unidad de la sociedad, consideran la acción del grupo como la expresión de un sistema, en un estado de equilibrio o tendencia a él ignorando la visión de la vida como constituida por acciones que hacen frente a las situaciones. Para la interacción simbólica la acción social es situada en los individuos actuantes que adaptan mutuamente sus respectivas líneas de acción a través de un procesote interpretación. La acción del grupo es acción colectiva de tales individuos. La sociedad humana debe ser vista como compuesta por individuos actuantes y la vida de la sociedad como constituida por sus acciones, todas las acciones surgen de una unidad actuante y la sociedad se forma de ellas. Una condición primaria para que actúe la unidad actuante es que la acción tiene lugar con respecto a una situación. Una segunda condición es que la acción es formada a través de la interpretación de la situación. 7 La unidad actuante tiene que necesariamente identificar las cosas que tiene que tomar en consideración (tareas, oportunidades, obstáculos, exigencias, medios) tiene que estimarlas y tomar decisiones sobre la base de esa estimación. La vida de grupo consiste en unidades actuantes que desarrollan actos para hacer frente a las situaciones en que se hallan colocadas. Por lo general las situaciones que los individuos encuentran en una sociedad son definidas de la misma manera. A través de la interacción previa desarrollan comprensiones y definiciones comunes con respecto a la manera de actuar frente a determinadas situaciones. Para comprender el comportamiento de las unidades actuantes hay que aprehender el proceso de interpretación a través del cual ellas construyen sus acciones y eso se logra adoptando el rol de esa unidad actuante. No puede lograrse permaneciendo apartado, en estado “objetivo”, es caer en subjetivismo con propias conjeturas. En general los sociólogos no estudian la sociedad como unidades actuantes y tienden a verla en términos de estructura u organización y a tratar a la acción social como expresión de tal estructura. Así, categorías estructurales como normas y valores son usadas para analizar la sociedad. Estudian la organización en términos de funciones, como búsqueda de equilibrio o identificando las fuerzas que operan sobre ella para producir cambios. La interacción simbólica reconoce la presencia de la organización en la sociedad humana pero de manera diferente: primero como el marco dentro del cual la acción social tiene lugar y no el determinante de esa acción. Y segundo que los cambios en ella son el producto de la actividad de unidades actuantes y no de fuerzas. Los individuos no están determinados por la cultura o los sistemas sociales, si bien estos establecen condiciones para su acción, no la determinan. Los individuos actúan en base a situaciones no con respecto a la cultura. Debe tenerse presente que el elemento más importante al que se enfrenta son las acciones de otras unidades actuantes. Los sociólogos ignoran el rol del comportamiento interpretativo de las unidades actuantes al estudiar los cambios de las sociedades o bien consideran al comportamiento como determinado por ese factor de cambio. Cualquier línea de cambio social pasa necesariamente por la mediación de la interpretación por parte de los individuos envueltos en el cambio, el cambio aparece en la forma de situaciones nuevas en las que los individuos tienen que construir formas nuevas de acción. 8 El cambio social es mediado por las unidades actuantes que interpretan las situaciones con que se enfrentan. Se debe reconocer a los seres humanos como personas que construyen la acción individual y colectiva a través de una interpretación de las situaciones con que se enfrentan. PSICOLOGIA DISCURSIVA – BURR – FICHA 6503 ▪ La teoría de las representaciones sociales se enfoca en las interacciones interpersonales y las ideas e imágenes socialmente compartidas mediante las cuales la gente percibe su mundo. Esta teoría tiene un fuerte componente cognitivo. ▪ La psicología discursiva también comparte el foco sobre la importancia del lenguaje y la interacción pero se ubica en una perspectiva radicalmente anti-cognitiva, por lo que resulta paradójico que su foco de interés se remonte a la psicolingüística (un área eminentemente cognitiva). ▪ En la década del ’60 la obra de Chomsky dominó la psicología del lenguaje. Chomsky sostuvo que las personas poseen estructuras cognitivas que les dan una captación intuitiva de la gramática y son capaces de crear un número indefinido de nuevas expresiones gramaticales correctas (biolingüística chomskyana, recursividad, gramática universal). ▪ Potter & Wetherell criticaron a Chomsky por utilizar solamente ejemplos idealizados para estudiar el lenguaje y no ejemplos reales. De hecho, señalan que los ejemplos reales del uso del lenguaje cotidiano no parecen confirmar la teoría de Chomsky. Estos autores consideran que el lenguaje utilizado en las interacciones y el lenguaje en tanto sistema de reglas abstractas son asuntos muy diferentes. ▪ Potter & Wetherell se acercaron a 3 disciplinas: 1) la teoría de los actos de habla,2) la etnometodología y 3) la semiología. 1) Teoría de los actos de habla: El uso cotidiano del lenguaje es performativo: realiza actos. Lo que interesa al psicólogo discursivo son las consecuencias prácticas que se derivan del uso del lenguaje. Este carácter performativo puede ser explícito o implícito. 2) Etnometodología: Se interesa por la manera en que la gente utiliza las reglas que subyacen a gran parte de la vida social. De manera similar, la psicología discursiva se interesa por la forma en que la gente construye una versión de sí misma y de los acontecimientos para objetivos específicos. 9 3) Semiología: Contribuyó al interés en la naturaleza del significado ligado al contexto. Para comprender una interacción es necesario contextualizarla. ▪ La psicología discursiva se interesa por la manera en que las personas utilizan los recursos lingüísticos disponibles en la práctica cotidiana. Analiza ejemplos de intercambios lingüísticos entre personas para descubrir las metas que éstas logran con su habla (esto es la preocupación por el rol performativo del lenguaje). ▪ La psicología consideró implícitamente el lenguaje como una forma de indicar y comunicar a otras personas lo que tenemos en nuestro mundo interior. Pero si lo que la gente dice son actos sociales gobernados por los requisitos momento a momento, entonces no pueden ser también simples expresiones de estados internos. ▪ Este planteo no niega la experiencia personal de tener estados emocionales o recuerdos, pero no supone que sean la causa subyacente de nuestra expresión lingüística. No hay una linealidad entre juicio cognitivo y conducta emotiva, es decir, no necesariamente las conductas emotivas entrañan un juicio cognitivo previo. ▪ La psicología tradicional norteamericana, a diferencia de la psicología discursiva, se dedicó al estudio de los estados internos de la persona creyendo que eran la causa de lo que las personas decían y hacían. ▪ Lo que hace a la psicología discursiva una forma de psicología social, según la autora, refiere a la concepción que la psicología discursiva tiene sobre el lenguaje y el abordaje metodológico que hace del mismo. Esto es, el lenguaje entendido como recurso social disponible y el interés puesto sobre cómo opera en la práctica concreta. ▪ Las personas comparten un acervo común de dispositivos lingüísticos que sirven a los fines de poder construir relatos que se acomoden al objetivo entre manos. ▪ A este acervo se lo denominó “repertorios interpretativos”. Los repertorios interpretativos son conjuntos de términos extensos y discernibles, descripciones y figuras de habla a menudo organizadas alrededor de metáforas e imágenes vívidas…versiones fácticas y acciones performativas particulares. ▪ Dado que constituyen un recurso social compartido, los repertorios interpretativos serán efectivos si su uso se adecúa a la ocasión o contexto particular. ▪ Similitudes entre la teoría de las representaciones sociales y la psicología discursiva: 10 1) Consideran a la interacción social como el lugar en el que la gente construye los recursos sociales. 2) Están más interesadas en la manera en que el lenguaje opera en la práctica más que como sistema abstracto de reglas. 3) Consideran que el uso de esos recursos compartidos son un rasgo definitorio de la vida social. 4) Comparten una preferencia por los abordajes cualitativos y ecológicos de los acontecimientos sociales. ▪ Diferencias entre la teoría de las representaciones sociales y la psicología discursiva: 1) Toman diferentes puntos de vista respecto del rol y el status de los procesos cognitivos. Para la psicología discursiva los repertorios interpretativos son socialmente derivados y producidos. Para la teoría de las representaciones sociales, las representaciones surgen de estados psicológicos internos. ▪ El problema que tiene la psicología discursiva es que ignora la relación entre lo social y lo psicológico, no aborda la naturaleza de la persona como usuario de repertorios. ▪ La teoría de las representaciones sociales y el interaccionismo simbólico, en cambio, intentan hacer esto. Es decir, intentan reconceptualizar lo individual en términos sociales. Construccionismo social y psicología crítica ▪ El construccionismo social enfatiza el poder constructivo del lenguaje como un sistema de signos más que el trabajo constructivo de la persona individual. ▪ Su marco filosófico está conformado principalmente por los abordajes “deconstruccionistas” de Foucault y Derrida: 1) Foucault planteaba que nuestras representaciones acarrean formas particulares de relaciones de poder. Se refirió a tales representaciones como “discursos”, ya que se constituyen y operan a través del lenguaje y otros sistemas simbólicos. Entonces, podemos examinar la forma en que los discursos construyen nuestra experiencia al deconstruir los textos en los que aparecen, separándolos y mostrando cómo operan para presentarnos una particular visión del mundo. 2) Derrida señala que el lenguaje nos otorga una manera de tallar el mundo en categorías, pero que las categorías se desvían y cambian a través de la historia y aparecen nuevas categorías a medida que van cambiando las circunstancias sociales. 11 ▪ Las implicaciones del construccionismo social para la persona son bastante profundas: 1) Una perspectiva construccionista social extrema vería a la persona como poco más que un producto inconsciente de estructuras y procesos lingüísticos masivos. Estas posturas son inútiles porque no proveen ninguna esperanza de que la persona pueda escapar al poder constructivo del lenguaje. 2) Algunos escritores trataron de mantener una posición construccionista social amplia, y sostenían que la persona tiene algún espacio para maniobrar, alguna posibilidad para reflexionar sobre y desafiar las construcciones en las que se encuentran atrapadas. ▪ La psicología crítica y la psicología social crítica buscaron demostrar cómo la teoría y la práctica psicológicas funcionaron para marginar a algunos grupos, para tergiversar o distorsionar la experiencia de otros y para silenciar o desautorizar las voces de las personas que son sujetos de investigaciones psicológicas. Buscan mostrar cómo la psicología como ciencia nunca estuvo y podrá estar libre de valores y que la práctica psicológica es un asunto político. ▪ La investigación crítica y construccionista social se ocupa de analizar los discursos que nos construyen como seres humanos y de poner al descubierto las condiciones históricas y sociales que los sostienen. Se ocupa de permitir que las voces de los investigadores se escuchen y promueve una reflexión activa del investigador sobre su propio rol (reflexividad). LA PSICOLOGÍA SOCIAL COMO HISTORIA - GERGEN – FICHA 6500 La psicología es tomada como ciencia del comportamiento y la psicología social como la ciencia de interacción humana, que intenta dar cuenta de las leyes de esta. Esto es por herencia de las ciencias Naturales. Para Gergen para diferenciarla de las leyes naturales, los fenómenos se repiten con patrones estables mientras que la psicología social es primariamente una Investigación histórica, que a diferencia de las cs. Nat. Trata con hechos irrepetibles que fluctúan marcadamente a través del tiempo. No permanecen estables a través del tiempo, el conocimiento no se puede acumular como sucede con las ciencias naturales que repiten experimentos por décadas de manera invariante. El propósito de este artículo es argumentar que la psicología social es primariamente una investigación histórica. Los principios de la interacción humana no se pueden desarrollar con el paso del tiempo, porque se basan en hechos que generalmente no permanecen estables. En la siguiente discusión se desarrollarán dos líneas centrales de argumentación para apoyar esta tesis, la primera de las cuales se centra en el impacto de de la ciencia del comportamiento social y la segunda en el cambio histórico 12 EL IMPACTO DE LA CIENCIA EN LA INTERACCIÓN SOCIAL La ciencia social puede ser vista como un extenso sistema de comunicaciones.Las teorías científicas son como decodificadores de los mensajes transmitidos por los sujetos en la investigación (Back). Este modelo debe extenderse más allá del proceso de recolectar y decodificar mensajes. La tarea del científico también es la de comunicar. Si sus teorías demuestran ser dispositivos útiles de decodificación, entonces son comunicadas a la población para que también ella se beneficie de su utilidad. LA CIENCIA Y LA SOCIEDAD SON UN CIRCUITO QUE SE RETROALIMENTA. La educación liberal de hoy implica una notable familiaridad con los contenidos centrales de la Psicología. Los medios masivos de comunicación han dado cuenta del vasto interés público por la Psicología. Impacto y demanda de los conocimientos sobre el comportamiento en distintos ámbitos de la sociedad (empresas, gobierno, instituciones públicas y privadas, etc) El psicólogo se encuentra en un vínculo de comunicación mutuo con la cultura del entorno. La mayoría de los psicólogos abriga el deseo de que el conocimiento psicológico tenga un impacto en la sociedad sin embargo no se asume que dicha utilización alterará el carácter de las relaciones causales en la interacción social. Esperamos que el conocimiento de las formas funcionales se utilice para alterar el comportamiento, pero no tenemos la expectativa de que su utilización afecte el carácter posterior de las formas funcionales mismas. La aplicación de nuestros principios no sólo puede alterar los datos sobre los que se basan, sino que el desarrollo mismo de los principios puede invalidarlos. Tres líneas de argumentación : 1. SESGO EVALUUATIVO DE LA INVESTIGACIÓN PSICOLOÓGICA 2. EFECTOS EMANCIPADORES DEL CONOCIMIENTO 3. VALORES PREDOMINANTES EN LA CULTURA Sesgos prescriptivos de la evaluación psicológica Dualidad que se presenta a los científicos de la interacción humana, por un lado se valora comportamiento desapasionado en cuestiones científicas, somos conscientes de los efectos de sesgo que se siguen de los comportamientos intensos en valores y por el otro, como seres humanos socializados, abrigamos numerosos valores acerca de las relaciones sociales. Se entregan así mensajes duales al receptor del conocimiento: los mensajes que describen desapasionadamente lo que parce ser y aquellos que sutilmente prescriben lo que resulta 13 deseable. En su capacidad prescriptiva, tales comunicaciones se convierten en agentes del cambio social. La mayoría de los modelos generales de la interacción social también contiene juicios implícitos de valor. Los compromisos de valor son subproductos de la existencia social y como partícipes de la sociedad, difícilmente podemos disociarnos de estos valores en la búsqueda de metas profesionales. Tal vez nuestra mejor opción sea mantener la mayor sensibilidad posible hacia nuestros sesgos y comunicarlos tan abiertamente como sea posible. Puede que los compromisos de valor sean inevitables, pero podemos evitar disfrazarlos como reflejos objetivos de verdad. El conocimiento y la liberación comportamental Si la sociedad está informada por la psicología, las teorías acerca de las cuales se encuentra informada se vuelven difíciles de evaluar sin contaminaciones. Aquí reside una diferencia fundamental entre las Cs. Naturales y las Cs. Sociales. En las primeras, normalmente, el científico no puede comunicar su conocimiento a los sujetos de estudio para que sus disposiciones comportamentales sean modificadas. En Cs. Sociales dicha comunicación puede tener un impacto vital sobre el comportamiento. Los principios psicológicos también crean sensibilidad sobre las influencias que actúan sobre uno y llaman la atención sobre ciertos aspectos del ambiente y de uno mismo. Al hacerlo, los propios patrones de comportamiento se pueden ver fuertemente influenciados. El conocimiento incrementa las alternativas de acción y los patrones previos de comportamiento se modifican o disuelven. Escape hacia la libertad El malestar que la gente parece sentir ante la disminución de sus alternativas de respuesta. El predominio del valor aprendido de “el deseo del hombre a ser libre y a su autonomía” tiene implicaciones a largo plazo de la teoría de la psicología social. Las teorías válidas acerca del comportamiento social constituyen implementos significativos para el control social. En la medida en que el comportamiento del individuo sea predecible, se ubica a sí mismo en una posición de vulnerabilidad. El conocimiento se vuelve poder en manos de otros. De lo que se sigue que los Psicólogos constituyen una amenaza potencial para todos aquellos con quienes se encuentren relacionados. Cuanto más potente sea la teoría en la predicción del comportamiento, mayor será su diseminación pública y más corriente y contundente la reacción hacia ella. Las teorías fuertes pueden estar sujetas a una invalidación más rápida que las débiles. 14 La estima por la libertad personal, la singularidad e individualidad que existe en la cultura occidental. La teoría psicológica en su estructura nomotética, es insensible a las ocurrencias únicas. Una reacción común, como Maslow lo señaló, los pacientes se resienten cuando son etiquetados. Podemos luchar para invalidar las teorías que nos atrapan en su estilo impersonal. La psicología de efectos ilustradores Hemos discutido tres formas en que la psicología social altera el comportamiento que busca estudiar. Si sustrajerámos nuestras teorías del dominio público, estas serían cooptadas por una elite, que seguramente sería el estado, porque este no permitiría que sea tomado por un sector privado. Esta idea es repugnante y por lo tanto, nuestra inclinación es hacia una solución de la dependencia histórica. Basados en las nociones de la reactancia psicológica, las profecías autocumplidas y los efectos de las expectativas podemos construir una teoría general de las reacciones a la teoría. Una psicología de efectos ilustradores debe habilitarnos para predecir y controlar los efectos del conocimiento. Pero su utilidad sería seriamente limitada, puede estar en sí misma investida con valor, incrementar nuestras alternativas comportamentales y causar resentimiento x la amenaza que supone para la autonomía. Por lo tanto estaría sujeta a las mismas limitaciones históricas que otras teorías de la psicología social. TEORÍA PSICOLÓGICA Y CAMBIO CULTURAL Parecería que la teoría del reforzamiento podría ser transcultural pero el autor llega a la conclusión de que no se puede la psi social reducir a la fisiología y que la teoría del reforzamiento no es menos vulnerable a los efectos de la ilustración que otras teorías de la interacción humana. IMPLICACIONES PARA UNA CIENCIA HISTÓRICA DEL COMPORTAMIENTO SOCIAL El continuo intento de construir leyes generales del comportamiento social parece estar mal encaminado, la creencia asociada de que el conocimiento de la interacción social puede acumularse de una manera similar a las ciencias naturales parece injustificada. El estudio de la psicología social es principalmente una tarea histórica. A pesar del prejuicio de que la investigación pura conduce a conocimientos más estables y duraderos que la inv aplicada, el autor lo desmiente y dice que el conocimiento que la inv. pura se concentra en establecer también es transitorio. Las generalizaciones en el área de la inv pura generalmente no perduran. ( de importancia secundaria para la sociedad). 15 De la predicción a la sensibilización La creencia de que el propósito central de la psicología son la predicción y control del comportamiento conduce a errores actualmente y proporciona poca justificación para la investigación. Los principios del comportamiento humano pueden tener poco valor predictivo a través del tiempo y su mismo reconocimiento puede volverlos impotentes como herramientas de control social. La teoría psicológica puede cumplir un papel excesivamente importante como dispositivo de sensibilización. Puede iluminarnos acerca de un rango de factores que potencialmente influencian el comportamiento bajo varias condiciones. El área rara vez puede producir principios a partir de los cuales puedan hacerse predicciones confiables. Los patrones del comportamiento están bajo modificación constante. Lo que el campo puede y debe proporcionar son investigaciones que informen al que indaga acerca de un número posible de ocurrencia, expandiendo así su sensibilidad y alistándolo para una adaptación más rápida al cambio ambiental. Puede proporcionar herramientas conceptuales y metodológicas con las cuales se pueden hacer juicios de mayor criterio. Muchos de los procesos que caen en el dominio social dependen de disposiciones adquiridas que se encuentran sujetas a grandes modificaciones a través del tiempo. Resulta un error considerar los procesos en la psicología social como básicos, en el sentido de las ciencias naturales. En cambio, en gran medida pueden considerarse como la contraparte psicológica de las normas culturales. El psicólogo social puede atender a los patrones cambiantes de las disposiciones psicológicas y su relación con el comportamiento social. Los experimentos de laboratorio se ajustan al aislamiento de las disposiciones particulares, son indicadores pobres del rango y la importancia de los procesos en la vida social contemporánea. Se necesitan metodologías que traten la prevalencia, fuerza y forma de las disposiciones psicosociales a través del tiempo. En efecto, se requiere de una tecnología de indicadores psicológicos sensibles a lo social. La investigación sobre la estabilidad comportamental. Los fenómenos sociales pueden variar considerablemente en la medida en que se encuentran sujetos al cambio histórico. También pueden existir disposiciones adquiridas lo suficientemente poderosas como para que ni la ilustración ni el cambio histórico logren un impacto importante. Generalmente, las personas evitarían los estímulos físicos dolorosos, independientemente de su sofisticación o de las normas vigentes. Debemos pensar, entonces, en términos de un continuo de durabilidad histórica, con fenómenos altamente susceptibles a la influencia histórica, en un extremo y procesos más estables, en el otro extremo. 16 Bajo esta luz, se requiere bastante de métodos investigativos que nos habiliten para discernir la durabilidad relativa de los fenómenos sociales. Los métodos interculturales pueden emplearse en este sentido. A pesar de que las réplicas interculturales se llevan a cabo con dificultad, la similaridad en la forma de una función dada entre culturas ampliamente divergentes sería una prueba contundente de su durabilidad a través del tiempo. Las evaluaciones de durabilidad potencial como actual de los fenómenos. Aunque la investigación sobre disposiciones más duraderas es muy valiosa, no debemos concluir por ello que es más útil o deseable que estudiar los patrones pasajeros del comportamiento. La mayor porción de la varianza del comportamiento social indudablemente se debe a disposiciones dependientes de la historia y el reto de captar dichos procesos “al vuelo” y durante períodos auspiciosos de la historia es inmenso. HACIA UNA HISTORIA SOCIAL INTEGRADA Se ha sostenido que la investigación de la psic social es primariamente el estudio sistemático de la historia contemporánea. Las estrategias y sensibilidades investigativas particulares del historiador podrían mejorar la comprensión de la psicología social, pasada y presente. De particular utilidad podría resultar la sensibilidad del historiador hacia las secuencias causales a través del tiempo. La mayoría de las investigaciones de la psicología social se centra en segmentos muy cortos de procesos en curso. Nos hemos concentrado muy poco en la función de estos segmentos dentro de su contexto histórico. Disponemos de muy poca teoría acerca de la interrelación entre eventos a lo largo de períodos extensos. Los historiadores se podrían beneficiar de las metodologías más rigurosas que son empleadas por el psicólogo social. Sin embargo, el estudio de la historia, tanto pasada como presente, debería emprenderse en el marco más amplio posible. Los factores políticos, económicos e institucionales son todos inputs necesarios para lograr un entendimiento integral. Una concentración exclusiva en la psicología llevaría a una comprensión distorsionada de nuestra condición presente. APROXIMACIONES A LA PSICOLOGIA SOCIAL – IBAÑEZ - FICHA 6548 ▪ El interaccionismo simbólico es una corriente psicosociológica que se contrapone a la psicología social individualista. ▪ Blumer, en 1937, la definiría en base a 3 premisas clave: 1) Lo propio de los seres humanos radica en actuar en relación con los objetos a partir del significado que éstos representan para ellos. 17 2) El significado de los objetos emerge a partir de las interacciones sociales que el individuo teje con sus semejantes. Dos supuestos básicos del pensamiento de Mead y la filosofía pragmatista: reflexividad (capacidad de situarse en la posición de los demás y de contemplarse a sí mismo como objeto para los demás) y actividad (el conocimiento no surge de la mera contemplación racional sino que se construye a través de la intervención concreta sobre las cosas). 3) El carácter activo del agente humano. El actor selecciona, comprueba, suspende, reagrupa y transforma los significados a la luz de la situación en la que se halla, y en función de la orientación de su acción. ▪ A partir de estas premisas, se entiende fácilmente que el interaccionismo simbólico haya centrado preferentemente sus temas de investigación sustantivos en cuestiones que giran en torno a la constitución de la identidad social, a la temática de los roles, lenguaje, comunicación, etc. LA PSICOLOGÍA SOCIAL COMO CRÍTICA: CONTINUISMO, ESTABILIDAD Y EFERVESCENCIAS. TRES DÉCADAS DESPUÉS DE LA CRISIS – IÑIGUEZ – FICHA 6581 La crisis fue sobre todo un espacio donde se debatía intensamente sobre el qué, el cómo y el para qué de la P. Social. Ibáñez explicó como nadie los antecedentes de la crisis. Según él existieron factores internos y externos que explicarían su emergencia y evolución. Externos: Fracturas sociales en los ’60 “crisis de valores”, el debate y la crítica a los modelos dominantes en Cs. Sociales. Contexto general de la crisis en nivel social, en el seno de las disciplinas vecinas y de transformación de paradigma científico fundamental, desde donde se conforma la crisis de la Psico Social. Internas: Carácter complejo e impreciso de la PS. y la rutinización de la investigación experimental. El conocimiento parecía carecer de propiedades acumulativas. Las teorías parecías ser inconmensurables. Las teorías Psicosociales no reunían las propiedades necesarias para ser refutables. La discursivización de la crisis ha tenido un efecto dosificador y paralizante. 18 Critica a la situación actual El debate se puede articular alrededor de 3 temas: a. Práctica actual de la PS; b. Pluralidad de la PS; c. Cuestión de aplicabilidad de la PS. a) En la resolución de la crisis se asumió que había un cierto consenso en una serie de cuestiones, por ejemplo una idea recurrente fue que el método experimental era disfuncional. La situación actual de la PS no parece consecuente con las conclusiones de la crisis, sino más bien muestra una total fractura en 3 enfoques distintos. Empirista: intensiva y febril actividad de producción de datos experimentales. Armistead “La PS convencional se ha ido alejando del mundo que se supone que tenía que explicar. Aunque no ignora por completo la realidad, la trata de forma estrecha y conservadora, que abstrae a los problemas de su contexto social (…) si queremos comprender el mundo cambiante y en movimiento, así como sus valores, tenemos que situar a la PS en una perspectiva histórica (…) La PS convencional con frecuencia es estática en un doble sentido: ignora el contexto histórico y congela en el tiempo al individuo”. “Cuando se combina el afán por conseguir “leyes generales” con una concepción de lo “social” se termina en una PS que sistemáticamente ignora el contexto sociales el que se da la conducta, y esto tanto en nivel de conceptos como de métodos predominantes”. Profesional: Permite definir a un conjunto de profesionales que se enfrenta a la intervención desde la posición disciplinar de la PS, a veces denominada “Psicología Social Aplicada”, “Psicología Social Comunitaria”. La intervención social práctica no constituye una “aplicación” del saber teórico. Existen conocimientos y saberes que son irreductiblemente prácticos y poseen una autonomía y una racionalidad que le son propias. El Psicólogo orientado hacia la intervención social no está en relación de subordinación respecto del orientado hacia la producción del saber científico. Transdisciplinar: La transdisciplina no es la simple acción de conectar disciplinas. Interdisciplinariedad: colaboración de ≠ disciplinas, pero siempre manteniendo las fronteras entre ellas. Transdisciplinariedad: supone una supresión de fronteras entre las ciencias, dado que son algo artificial que, además, limita y constriñe tremendamente el conocimiento sobre la realidad social. 19 b) Visiones plurales: Parece que el único territorio donde el respeto a la diversidad no solo no es posible, sino que no es siquiera pensable, es el de concepción científica estándar de las ciencias humanas y sociales, y como no, de la PS. c) Aplicabilidad como propuesta: Durante algún tiempo creyeron que la aplicabilidad era la salida a los problemas. Prácticas sociales discursivas construcción de conjunto (colectiva) Interacción contribuye a la estructuración de lo social Psicólogo como agente de esta construcción Compromiso con la emancipación y la transformación social no ligado a la posición epistemológica y metodológica que sostiene. Según Gergen la función de la teoría es generar dudas acerca de las “evidencias” incuestionadas, plantear preguntas fundamentales acerca de la vida social actual, contribuir a romper los esquemas establecidos y engendrar, a través de esta labor crítica, alternativas de acción novedosas que permitan desarrollar nuevas relaciones sociales. No siempre fue así Moscovici señalaba que la cohesión a la “ideología científica” representa un freno en el desarrollo de la PS. Esta “ideología científica” estaría marcada por 3 aspectos. Por: 1. Hegemonía del positivismo que lleva a un desmesurado afán de acumulación de datos con la esperanza de construir un potente armazón conceptual. 2. Sistemática evitación de entrar a fondo sobre la naturaleza de la producción de saber en PS. 3. Evitación de la teoría y el debate teórico que sería el resultado de la pretensión de diferenciación con la filosofía. Algunas enseñanzas de Asch, Sherif y Heider Asch: sostenía que la existencia de una permanente influencia sobre las condiciones sociohistóricas sobre el que hacer de la ciencia. Es una necesidad primordial desembarazarnos del enfoque simplista de los datos estudiados y considerar problemática y nuevo lo que espontáneamente suponemos simple y familiar. Debemos habituarnos a estar advertidos de que las posibilidades del carácter humano son mayores de lo que nos ha sido dado a observar, de que las creencias y prácticas que aparecen comprensibles y permanentes tienen una historia e indudablemente continuaran cambiando. Fundamentaba aquí la necesaria responsabilidad social de la investigación y la producción de conocimiento: “Las ideas sobre las naturaleza del hombre 20 comportan algo más que un interés académico; ejercen gran influencia en la vida de las personas y de los grupos.” Sheriff: Hace criticas en términos de la falta de perspectiva de la psicología social. Sostenía que la cantidad de estudios no era proporcional a la compresión sobre los mismos y que las conclusiones a las que se llegaba podían ser diametralmente opuestas. Defecto metodológico la propia investigación está afectada por los sistemas de normas que son propios del contexto social. Heider: Insiste en 3 aspectos: 1. Preponderancia de la teoría sobre el método; 2. Contribución del sentido común puede hacer al desarrollo del conocimiento científico; 3. Consideración del lenguaje como una herramienta conceptual. Psicología social crítica y psicología social radical. Psicología social como critica Domenech e Ibáñez señalan que la crisis en general y el contexto de Gergen significaron un punto de inflexión en el desarrollo de la psicología social a partir del cual surgían 2 grandes alternativas de la comprensión de la disciplina. Por un lado cabía seguir en la que constituía la corriente dominante y llevar a cabo una psicología social como ciencia positiva, por otro lado se abría una nueva perspectiva que se articulaba en torno a la concepción de la psicología social como critica. ¿Se trata de una nueva psicología social? Hay un espacio amplió, un gran conjunto de prácticas, caracterizado por una actitud crítica que incluye distintos subconjuntos entre los que pueden referirse 2: La psicología social crítica y la psicología social radical. Las características del conjunto han sido bien resumidas: “Abarca las prácticas sociales, la intersubjetividad la construcción de los significados sociales y la continua reproducción y transformación de las estructuras sociales. Esto implica el paso de una psicología de la mente a una psicología de las relaciones socio morales y, en este paso, es preciso también superar la visión referencia- representacionista del lenguaje propia de la psicología social como ciencia positiva”. Critico remite al hecho de juzgar, pero también a crisis como cambio o mutación profunda. Radical remite a raíz, pero también a fundamental y a cambios y reformas profundas. Psicología social radical La psicología social radical enfatiza la transformación del orden social, es una psicología implicada en los procesos de emancipación y de cambio social. Puede ser critica o no, Ignacio 21 Martín Baró, por su implicación en los procesos de cambio y su compromiso con los movimientos emancipatorios estaría dentro de la categoría radical, pero por el tipo de asunciones teóricas y metodológicas que realiza, no cabria dentro de la categoría critico tal y como se la definirá. Maritza Montero por el contrario, comparten simultáneamente los intereses de la PS radical y los de la crítica. La PSR tiene que ver con el cambio social, pero no únicamente en el sentido de la introducción de cambios, sino como sostiene Tajfel, también el sentido de la propia transformación como practica social. Efectivamente para Tafjel el cambio implica 2 nociones, una próxima al individuo puesto que del cambio no es algo que se produzca solo a escala social sino que se produce también a escala del individuo. La segunda tiene que ver con el carácter reciproco del cambio, en el sentido de que el cambio personal implica cambios en el entorno social, y los cambios en este, nueva cambios en aquel. Para ello debería abandonar el empirismo y el positivismo y abrazar valores y pretender objetivos de carácter alternativo. En sus palabras, la función de una teoría crítica seria múltiple. Por un lado podía criticar las teorías aceptadas facilitando la elección entre modelos y aproximaciones alternativas por otros debería mantener un carácter decididamente anti dogmático. Por último romper la convicción conservadora de que la ciencia social no debe implicarse con los objetivos y metas sociales. Psicología social critica La psicología social critica es sobre todo el resultado del continuo cuestionamiento de las practicas de producción de conocimiento, puede ser radical o no, en el sentido de que puede permanecer al margen de cualquier pretensión de emancipación social o sentirse plenamente implicada en ella. Efectivamente se ha producido una oposición radical al positivismo y una severa crítica al individualismo. Todo ello hace que se pueda hablar de una “Nueva psicología social”. Sus ejes dicho en breve, se estructuran en torno a la intersubjetividad y el imaginario social, a las perspectivas postestructuralistas y construccionistas, a los planteamientos post modernos, al abandono de grandes narrativas, al análisis del discurso, el análisis conversacional y la psicología discursiva como alternativa seria al cognitivismo dominante y, cómo no, al relativismo. “A un nivel general, esta psicología social “diferente asume un giro construccionista (en la esfera ontológica), un giro interpretativo/lingüístico (en el nivel de la metodología) y un giro no-fundamentalista en el plano (epistemológico) Ibáñez 1997 22 Discusión :Síntesis de elementos principales desarrollados. En primer lugar parece aconsejable abogar por un reencuentro con la idea de relevancia social de la investigación. En segundo lugar a fin de abarcar practicas muy diversas seria pertinente defender un enfoque transdisciplinar de/para la psicología social. En tercer lugar, se hace necesario apelar a un fundamento de tipo ético para reclamar aceptación de la diversidad teórica y metodológica que es propia de la psicología social. En cuarto lugar, parece claro que hay posibilidades de que una psicología social de carácter crítico asuma el compromiso de la acción científica con el proyecto de emancipación y transformación social. En quinto lugar seguir el movimiento, abrirse concepciones nuevas, transgresoras de lo social y los seres humanos siendo sensibles a los nuevos imaginarios que emergen en nuestra social contemporánea. EVOLUCIÓN Y TENDENCIAS ACTUALES DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL EN AMÉRICA LATINA - MARITZA MONTERO – FICHA 6582 El inicio académico de la Psicología social en AL puede fijarse en la década del 50, con el reconocimiento de la necesidad social de la profesión. En 1952 se funda la primera escuela de Psicología en Cuba y en 1953 en Brasil. Se caracteriza por su carácter mayormente dependiente y meramente reproductor de teorías y temas d estudio en boga en los EEUU y Europa, si bien ya hay en los años 50 una línea de investigación que es fructífera en AL: el estudio de los efectos de la cultura sobre el comportamiento y sobre la identidad social de los habitantes de estas regiones, y la relación de esa identidad con condiciones estructurales y conciencia social. Una segunda característica de estos inicios es que quienes comienzan a desarrollar una práctica psicosocial sistemática en muchos casos se habían formado en centros académicos estadounidenses y europeos. Esto supone la importación, a veces acrítica de modelos, teorías, métodos y áreas de interés y sesgos provenientes de esas disciplinas de origen. Fases en el desarrollo de la psicología social en América Latina: Si los inicios están marcados por la dependencia teórica y metodológica y sus antecedentes por el carácter ideologizado de la perspectiva aportada, esta situación comenzará a caminar a mediados de la década del 70. 1. fase de una protopsicologia social: Un pensamiento socio psicológico, difuso, a veces ideologizado, que cumple una función justificadora para regímenes autoritarios, para políticas de inmigración y para el desarrollo de una conciencia e identidad social de carácter dependiente. 2. fase de constitución y afirmación sistemática de la su disciplina: 23 Implantación científica de la psicología social y a la creación de un nicho académico para la misma, no solo en ciencias afines sino dentro de la enseñanza e investigación psicológica per se. 50 y principios de los 60. 3. fase de consolidación de la psicología social como disciplina académica: A vez reproducción dependiente de conocimientos fuera del ámbito latinoamericano. Predomina una producción de conocimientos psicosociales marcada por la adopción acrítica de teorías y métodos surgidos en otras latitudes y por la desvinculación de los problemas estudiados y la realidad social en que esos estudios se producen. Aquí se genera una psicología social eminentemente psicológica por sobre la social y como paradigma metodológico esta el método experimental. Desde mediados de la década del 60 hasta mitad del 70. 4. fase de crisis de la psicología social: La enseñanza y la producción, teorías y métodos de la subdisciplina comienzan a ser sometidos a análisis críticos en función de su relevancia y significación social en sociedades especificas. Los psicólogos malestar con las condiciones en que realizan su trabajo. Comienzan a preguntarse a quien sirve y para qué sirve su quehacer y han acumulado ya suficiente experiencia como para haber constatado que ciertas explicaciones teóricas asumidas como el modo apropiad de comprender y aprender la realidad, no producen respuestas. Es momento de denuncias y momento en que convenzan a producirse los primeros libros de texto. Lo que impulsaba era la producción de nuestro libro propio de psicología social, ya que los que había no nos permitían explicar la realidad en la que vivíamos. La especificidad de la cultura, las peculiaridades de la sociedad concreta escapaban, y al mismo tiempo la investigación psicosocial se hallaba en un callejón sin salida, que solo permitía llegar a aproximaciones exploratorias-descriptivas. No subsanaron los vacíos pero abrieron la puerta a nuevos temas, nuevas perspectivas y coincidieron con el inicio de una nueva praxis marcada por una psicóloga social sociológica. Esta fase es difícil de situar cronológicamente, porque aun hoy en día perduran algunas manifestaciones de ella. Pero la mayor parte de su producción se da hasta principios de los 80. 5. fase de desarrollo propio de la psicología social latinoamericana: producción autóctona, en función de problemas derivados de la realidad y con utilización critica de teorías y métodos existentes, así como aportes teóricos y metodológicos surgidos del quehacer psicosocial. Es difícil con 20 países lograr una producción homogénea, sin embargo, mirando esta producción en su conjunto podemos decir que la avanzada de la misma se encuentra desde 1983 a la vez que mantiene una actitud de denuncia crítica. 24 Características de esta nueva psicología social: elemento crítico, esta es su perspectiva es una psicología social que se revisa a sí misma, a sus objetivos, sus fundamentos y sus efectos, tanto desde perspectiva marciana como desde otras corrientes filosóficas. Busca un nuevo paradigma para dar respuesta a nuevos problemas que enfrenta. psicología que reconoce el carácter histórico de los fenómenos que estudia Apertura metodológica, acepta métodos alternativos y una diferente relación entre quien investiga y su objeto de investigación. Rechaza el dominio absoluto del modelo de producción de conocimiento generado en las ciencias naturales, privilegiando la investigación en ambientes naturales antes que en laboratorios Carácter activo de los sujetos de investigación, productores de conocimiento Reconoce carácter dinámico y dialéctico de la realidad social y la condición relativa, temporal y del conocimiento producido Amplia su objeto de estudio, incluyendo dimensión psicológica de fenómenos como la ideología y la alineación. Admite carácter simbólico e la realidad expresado a través del lenguaje. Asume explícitamente su carácter político y social Hay paralelamente una psicología social que sigue un rumbo más tradicional o apegado a los dictámenes de algún centro académico europeo o estadounidense Consecuencias inmediatas del desarrollo de la psicología social latinoamericana: La toma de conciencia de la psicología social respecto de su rol real, su rol asignado y su rol posible en las sociedades latinoamericanas, condujo a una inmediata organización del campo profesional en el sentido de suscitar la creación de una organización internacional, la ALAPSO. Cuatro áreas tienen la mayor representación en AL: psicología política, psicología social comunitaria, los procesos colectivos. 25 EL CAMPO DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL – MOSCOVICI- FICHA 6579 ¿Qué es la psicología social? Resulta banal reconocer que el individuo sólo existe dentro de la red social y que toda sociedad se compone de una multitud de individuos diversos, al igual que el más mínimo pedazo de materia está compuesto por una multitud de átomos. Además, tenemos derecho a observar que en cada individuo habita una sociedad: la de sus personajes imaginarios o reales, de los héroes que admira, de los amigos y enemigos, de los hermanos y padres con quienes nutre un diálogo interior permanente. Y con los cuales incluso llega a sostener relaciones sin saberlo. He aquí una primera fórmula: la psicología social es la ciencia del conflicto entre el individuo y la sociedad que lleva dentro. No escasean los ejemplos de dicho conflicto: la resistencia a las presiones conformistas de la mayoría, la oposición entre un líder y su grupo, las discusiones dentro de un grupo a fin de llegar a una decisión, la captación de un individuo por la masa, y otros muchos casos. ¿Cuál es su objeto? Como es fácil imaginar, no existe unanimidad en este punto. Como objeto central, exclusivo de la psicosociología, todos los fenómenos relacionados con la ideología y la comunicación, ordenados según su génesis, su estructura y su función. Por lo que respecta a los primeros, sabemos que consisten en sistemas de representaciones y de actitudes. A ellos se refieren todos los fenómenos familiares de prejuicios sociales o raciales, de estereotipos, de creencias, etc. Su rasgo común es que expresan una representación social que individuos y grupos se forman para actuar y comunicar. Es evidente que son estas representaciones las que dan forma a esta realidad mitad física y mitad imaginaria que es la realidad social. Por lo que hace a los fenómenos de comunicación social, éstos designan los intercambios de mensajes lingüísticos y no lingüísticos (imágenes, gestos, etc.) entre individuos y grupos. Se trata de medios empleados para transmitir una información determinada e influir sobre los demás. Empleo intencionadamente la noción global de comunicación social para indicar que incluye tanto los fenómenos de comunicación de masas de influencia colectiva (propaganda, publicidad, etc.) como los procesos puramente lingüísticos y los hechos semánticos. Ahora ya disponemos de una segunda fórmula: la psicología social es la ciencia de los fenómenos de la ideología (cogniciones y representaciones sociales) y de los fenómenos de comunicación. La visión psicosocial: una vez comprendido el contenido de una ciencia, también hay que reconocer su particularidad, saber lo que la distingue de las otras ciencias. Una cosa es cierta: ningún límite preciso separa a la psicología social de otros campos de la psicología, como la psicología infantil, la psicología clínica o incluso lo que se da en denominar psicología general. Tampoco hay frontera precisa entre la psicología social y la antropología. Todas estas disciplinas 26 comparten en gran medida un mismo interés por las interacciones humanas y los grupos humanos. En realidad nuestra disciplina no se distingue tanto por su territorio como por el enfoque que le es propio. En este sentido podemos afirmar que existe una visión psicosocial. Comencemos por la manera con el que psicólogo y, a menudo, el sociólogo, enfocan los hechos. Utilizan en general una clave de lectura binaria. Esta clave corresponde a la separación del sujeto y del objeto, que son dados y definidos independientemente uno del otro. El psicólogo pone de un lado el “ego” (el individuo, el organismo) y del otro el estímulo. Así, cuando estudiamos la percepción visual consideramos el aparato visual y el color o la intensidad de un punto luminoso, por la manera en que el ojo reacciona ante la estimulación luminosa. De igual manera, al estudiar los procesos intelectuales nos interesamos por la manera en que el cerebro trata una información proveniente del mundo exterior. Y deseamos saber cómo la aprende, la organiza y la transforma en un comportamiento definido. Existe una visión psicosocial que se traduce por una lectura ternaria de los hechos y las relaciones. Su particularidad consiste en sustituir la relación a dos términos, entre sujeto y objeto, heredada de la filosofía clásica, por una relación en clave de tres términos: ego, alter y objeto. Pero esta relación de sujeto a sujeto en su relación con el objeto puede concebirse de manera estática o dinámica, es decir, puede corresponder a una simple co-presencia o a una interacción que se traduce en modificaciones que afectan el pensamiento y el comportamiento de cada individuo. A este respecto podemos distinguir dos mecanismos que ilustran perfectamente esta distinción: la facilitación social de una parte y la influencia social, por la otra. La primera consiste en que la simple presencia de un individuo o de un grupo haga que un individuo prefiera o aprenda con mayor facilidad las respuestas más familiares y las menos originales. Como si se inhibiese, el individuo expresa o retiene las respuestas dominantes, comunes a todos. La influencia social consiste en que un individuo sometido a la presión de una autoridad o de un grupo adopte las opiniones y conductas de dicha autoridad o grupo. Esto nos lleva a definir con mayor precisión la manera en que se puede considerar el alter (individuo o grupo) para analizar las relaciones con la realidad, con el objeto social o no social, real o simbólico. De hecho, nos encontramos ya sea ante otro similar, un alter ego, ya sea ante otro diferente, un alter sin más. Dependiendo de que se trate del primero o del segundo, consideramos fenómenos distintos. Podríamos incluso decir que las corrientes teóricas y de investigación se oponen según su concepción de este alter. Así, la mayoría de las investigaciones sobre los grupos tienden a concebir a éste como un alter ego similar al ego. Obstáculos epistemológicos: me gustaría destacar especialmente dos. El primero consiste en la opinión bastante difundida según la cual hay que agregar un suplemento espiritual a los 27 fenómenos sociales. En términos claros, esto significa que se debe explorar el aspecto subjetivo de los acontecimientos de la realidad objetiva. Por realidad objetiva debemos comprender la realidad económica y social. En general, las cosas se presentan así. Se comienza por analizar los diversos aspectos del sujeto “colectivo”: el poder, las desigualdades económicas, la clase social, los intereses de los grupos y otros muchos aspectos una vez constituido el marco de esta manera, constatamos las diferencias con respecto a lo que debería pensar o hacer ese sujeto colectivo si obedeciera a los amplios determinismos económicos o sociales: descuida sus intereses, no vota a la izquierda en períodos de crisis, no se rebela contra el poder, etc. Para dar cuenta de estas diferencias se invocan factores de tipo subjetivo: los sentimientos, los valores, el grado de conciencia social, la influencia de los medio de comunicación, la imagen simbólica y así sucesivamente. Entonces nos volvemos hacia la psicología social y le pedimos que comprenda lo que la gente piensa y siente, y mide sus efectos. El segundo obstáculo guarda una simetría perfecta con el primero. Es sabido que la psicología estudia una suma impresionante de fenómenos: la percepción, el razonamiento, la ansiedad, el desarrollo infantil, el aprendizaje… para sólo mencionar unos cuantos. Pero los estudia en el individuo aislado, como si fuese autista. Pero también sabemos y nos damos cuenta todos los días en el laboratorio de que el individuo, por estar aislado, no deja de pertenecer al grupo, a una clase social. Y sus reacciones más anodinas son influenciadas por esta pertenencia. Las diversas teorías que nos ocupan: el enfoque psicosocial se guía por las teorías y observaciones precisas de las relaciones entre los individuos y los grupos en un medio social determinado. Con la ayuda de los productos de sus investigaciones, los psicosociólogos tratan de explicar la naturaleza de dichas relaciones y de inventar prácticas para cambiarlas. Para empezar veamos lo que es una teoría. Podemos definirá como un conjunto de proposiciones ligadas lógicamente que clasifican y explica un conjunto de fenómenos. Estas proposiciones también sirven para prever ciertos comportamientos o efectos hasta entonces inobservados, al igual que el físico predice la existencia de una partícula desconocida. Evidentemente, toda teoría comporta intuiciones e imágenes que a menudo conservan un carácter implícito. Las reconocemos porque tienden hacia la coherencia y a la correspondencia con una serie de hechos que luego podemos observar o comprobar. En pocas palabras, podemos ilustrar las teorías, y hasta cierto punto, probarlas. Dado que las características son las de cualquier teoría psicosociológica, esto no implica que todas las teorías sean de la misma naturaleza o se relacionen de la misma forma co la realidad. Al contrario, lo que impresiona de la psicología social es la diversidad desde el punto de vista lógico, el hecho de que los análisis y las explicaciones no se sitúen en el mismo nivel. Esto significa que no podemos emplear un mismo criterio para compararlas. Este rasgo la distingue de la psicología infantil o de la psicología del aprendizaje, por ejemplo, ciencias en las 28 que se observa una mayor uniformidad lógica y una homogeneidad de orden empírico. En psicología social, se encontrarán 3 tipos de teorías que conviene distinguir: las teorías paradigmáticas cuyo papel consiste en proponer una visión global de las relaciones y comportamientos humanos; las teorías fenomenológicas generalmente intentan describir y explicar una familia de fenómenos conocidos y muy conocidos. Unas se ocupan de los fenómenos fundamentales, por ejemplo, la influencia; otras se ocupan de fenómenos que no lo son tanto. Pero independientemente de la importancia que esto tenga, cada teoría responde a dos preguntas: ¿cómo? Y ¿por qué? Y al hacerlo, todas ellas abrigan la ambición de revelar la causa de un cierto número de efectos. Las teorías operatorias, tratan de llegar a un mecanismo elemental, desconocido hasta entonces, y que explica un conjunto de hechos. También prevén hechos nuevos y sorprendentes. Los tres tipos de teorías coexisten en la psicología social. Los métodos de verificación de las teorías y de observación de las realidades: el método de observación sistemática y el método experimental. El método de observación: la mejor manera de aprender algo sobre la vida del individuo y del grupo consiste en una investigación llevada a caso sobre el terreno. La investigación sobre el terreno representa el mejor método para comprender la vida del individuo y del grupo simultáneamente en varios campos y sus conexiones. Aplicada de manera rigurosa, descubre esquemas de relaciones y acciones que no habíamos notado con anterioridad. El inconveniente es que las personas sometidas a estas investigaciones generalmente saben que son observadas. No hablan ni se comportan como lo harían normalmente entre ellas. Para obviar esta deformación, los psicosociólogos a veces han aplicado instrumentos invisibles que les permiten observar las acciones de la gente sin que esta lo note. Una de las formas de observación más frecuente, es sin duda la encuesta. El método experimental: este método intenta provocar una serie de reacciones en condiciones determinadas de antemano. La hipótesis del experimentador define simultáneamente estas condiciones y la serie de reacciones esperadas. Así pues, por una parte delimita la causa, y por la otra, prevé los efectos. 29 EL PODER DE LAS MINORIAS – MUGNY- FICHA 6533 SABER LOS NIVELES DE ANÁLISIS CON EJEMPLOS 1) ¿Qué clase de psicología propugnamos?. No definiremos la psicología social, ni por sus métodos, ni por sus objetos de estudio. Sino, por el acercamiento teórico de los fenómenos que estudia. La psicología social posee su propia crisis; dos grandes críticas: una la acusa de artificialidad en las situaciones experimentales que se ingenia imaginar; la otra, la acusa de ser garante científico de la ideología dominante. 2) Influencia social. Los procesos de influencia social están en la base de las modificaciones de percepciones, juicios, opiniones, comportamientos observables a nivel de individuos o de grupos. Transformaciones ocasionadas por el conocimiento que tienen de las percepciones, juicios, opiniones, comportamientos de otros individuos o grupos. El paradigma experimental más usado en el estudio de tales transformaciones implica un proceso de tres fases: · Se toman medidas sobre una muestra determinada de sujetos con respecto a un estímulo. · Se expone a los sujetos a una influencia (potencial) que pueda influir de diversas maneras. En esta fase suelen manipularse las variables independientes. · Se vuelven a tomar una serie de medidas, similares a las de la primera fase. Los cambios observables entre estas dos series de medidas constituyen el índice de la influencia ejercida en una determinada situación. 3) Niveles de análisis y articulación psicológica. Un mismo fenómeno puede recibir explicaciones que se sitúan en diferentes niveles. Hay 4 niveles: -se busca la explicación del fenómeno en los procesos que pueden captarse a nivel del individuo. -se intenta explicar el fenómeno estudiado únicamente en términos de relaciones “inmediatas” que se entablan entre dos o más individuos. -fundamenta su explicación en las posiciones sociales que ocupa el individuo (o los) cuyo comportamiento se estudia. 30 -considera las normas más generales de comportamiento de una sociedad y de la ideología dominante en un momento determinado de la historia de dicha sociedad. La psicología social tradicional se ha refugiado esencialmente en los dos primeros niveles de análisis. No se trata de ignorar una u otra explicación, sino de contemplar el conjunto de niveles de explicación, y sobre todo, de integrarlos, de articularlos. 4) Niveles de análisis de la influencia social · En un primer nivel, los psicólogos sociales se interesan por los mecanismos cognitivos ejercitados en las situaciones típicas de la influencia social. Se considera al individuo como un organismo que sobre todo realiza el tratamiento de la información. Forman parte de este tipo de explicaciones los trabajos de Flament quien estudia las operaciones estadísticas que los sujetos en interacción aplican a las diversas respuestas disponibles en el campo social. · Un segundo tipo de explicación busca la causa de los procesos de influencia social en el desarrollo de los encuentros interindividuales. La posición sociométrica desempeña un rol esencial: quienes son más atractivos (los preferidos) influyen más que quienes son menos atractivos. Igualmente la fuerza de la relación interindividual será determinante: la influencia será mayor en los grupos de elevada cohesión que en los grupos con baja cohesión. Trabajos de Asch: un sujeto experimental que responde después de que otros han respondido, esos otros son colaboradores del experimentador los cuales responden de manera equivocada (no existía duda alguna acerca de la respuesta correcta). Alrededor de un 30% las respuestas son modificadas, influenciadas. ¿De qué influencia se trata? Se trata de una influencia mayoritaria, puesto que un solo individuo se halla confrontado a otros. El hecho de ser mayoritario o minoritario se define únicamente por la relación inmediata entre parejas de la interacción. a primera vista los procesos de influencia social se sitúan en la articulación de estos dos primeros niveles de análisis, puesto que las modificaciones intraindividuales se relacionan con las interacciones interindividuales. · El tercer nivel se refiere a las posiciones sociales ocupadas por los individuos o grupos estudiados. Lemaine, Lasch y Ricateau ponen en evidencia el nexo entre divergencias receptivas y divergencias en las referencias ideológicas. Un efecto de “disimulación” (los individuos no buscan parecerse, sino ser diferentes y para ello modifican sus respuestas si son semejantes a las de otro) aparece en el nivel de respuestas perceptivas en los sujetos que se refieren a ideologías opuestas. · El cuarto nivel considera a sus explicaciones las representaciones que se refieren a la ideología como conjunto de representaciones y de valores generales de un determinado sistema 31 social, reconocido como universal, más allá de las posiciones sociales o las pertenencias categoriales. En el terreno de la influencia social apenas si existen los análisis sobre este nivel, pese a que numerosos investigadores se interesan en los cambios ocasionados por los juicios sociales. ¿Por qué los individuos una vez establecidas individualmente respuestas distintas frente al efecto autocinético convergen cuando se les coloca de dos en dos o de tres en tres? French, Moscovici y Ricateau insisten en las negociaciones interindividuales: resultando la convergencia de las reciprocas concesiones, al fin de evitar el conflicto con el otro. French demuestra que este efecto es válido con individuos que tienen el mismo estatus, y entre quienes es posible una negociación recíproca. Lemaine y sus colaboradores muestran como la convergencia se rompe cuando en las relaciones se resalta las posiciones sociales de los individuos, las posiciones exteriores a la situación de encuentro interindividual. Sin duda en los procesos de influencia social intervienen otras nociones ideológicas. Señalemos la noción de libertad de opinión, noción fundamental en la forma de organización de nuestra sociedad. Heilman ha podido demostrar que la libertad de opinión solo es efectiva cuando se hallan ocultas las relaciones de poder entre la fuente de la amenaza y el sujeto; y que el sujeto no testimonia tal libertad cuando en la relación de poder entra la fuente y el sujeto se halla claramente explicitada. La libertad de elección solo existe en la ilusión de autonomía, dentro del enmascaramiento propio de la ideología. El enfoque del trabajo: los comportamientos minoritarios conllevan formas de captación de la fuente y del mensaje minoritario, que se inscriben en una relación interindividual específica cuyo significado se vincula necesariamente con las representaciones colectivas y/o ideológicas propias de las relaciones entre grupos dominantes y dominados. El análisis psicosociológico propuesto en el texto no trata de favorecer un nivel de análisis, sino que dice que la articulación de la explicación desde diversos niveles es más exhaustiva que el simple análisis a partir de uno solo. 32 UNIDAD 2 – PERCEPCION SOCIAL Y ATRIBUCIONES SOCIALES ATRIBUCIONES – FRANZOI - FICHA 6585 (El proceso de atribución se caracteriza por prejuicios cognoscitivos que causan errores de juicio) · Dependencia de información particular cuando explicamos las acciones de las personas: Al formarnos impresiones de otros, intentamos determinar qué características en cada persona explican su comportamiento y causan que actúen en la forma en que lo hacen, no solo nos enfocamos en los rasgos de personalidad, sino también en el contexto situacional, al igual que la influencia que otros puedan tener sobre ellos. Esta tendencia es más fuerte cuando los eventos son las acciones de otras personas y son inesperados, inusuales o perturbadores. Atribución: proceso por el cual las personas usan información para sacar deducciones sobre las causas del comportamiento o los eventos. Heider creía que todos tenemos una teoría general del comportamiento humano, lo que llamo; psicología ingenua. Heider creía que las personas están motivadas por las necesidades primarias: - la necesidad de formar una visión coherente del mundo – la necesidad de conseguir control del ambiente. Ser capaz de predecir cómo se van a comportar las personas. Heider afirmaba que actuamos en forma parecida a científicos ingenuos probando de manera racional y lógica nuestras hipótesis sobre el comportamiento de otros. · Locus de causalidad Al hacer atribuciones causales, el juicio más importante se refiere al locus de causalidad. Las personas atribuyen en forma amplia una acción determinada ya sea a factores internos o externos. La atribución interna consiste en cualquier explicación que ubica la causa como algo interno en la persona, rasgos de personalidad, estados de ánimo, actitudes, capacidades (explicar desde la persona “ser”). Una atribución externa consiste en cualquier explicación que ubica la causa como algo externo a la persona, como suerte, otras personas o la situación (explicar desde lo externo “estar”). Para Heider y otros teóricos de la atribución, la tarea no es determinar la causa verdadera de los eventos, sino más bien explicar cómo las personas perciben las causas. · Estabilidad y controlabilidad de la causalidad Weiner y sus colegas expandieron la distinción primaria de Heider entre los locus de causalidad interno y externo para incluir interrogantes sobre la estabilidad y controlabilidad. Las causas estables son permanentes y duraderas, mientras las causas inestables son temporales y fluctuantes. Esta dimensión estable/inestable es independiente de la dirección de causalidad. 33 Algunas causas llamadas disposicionales son tanto internas como estables, ej. Ella me insulto porque es grosera. Otras causas son internas pero inestables, ej. Ella me insulto porque tenía un resfriado. Otras son vistas como externas y estables, ej. Ella me insulto porque yo (factor externo) fastidio a las personas de manera equivocada, mientras otras son percibidas como externas e inestables, ej. Ella me insulto porque las condiciones del tiempo de ese día hicieron muy difícil su trabajo. El locus y la estabilidad de las causas son los más importantes al hacer atribuciones, una tercera dimensión es la controlabilidad de estas causas. De acuerdo con Weiner, pensamos que algunas causas están dentro del control de las personas y otras están fuera de su control. Esta dimensión esta independiente de las otras. · La teoría de la inferencia correspondiente supone que las personas prefieren hacer atribuciones disposicionales Inferencia correspondiente: inferencia de que la acción de un actor corresponde, o es indicativa de una característica personal estable. Si hay varias razones plausibles por las que alguien puede haber ejecutado un acto determinado, la correspondencia es baja, y por consiguiente, no puede estar seguro de la causa del acto. Sin embargo, si solo hay una razón plausible para explicar el acto, la correspondencia es alta y se está seguro de la atribución. Las personas tienen una preferencia por hacer atribuciones disposicionales (internas y estables) y que las atribuciones externas son tal solo opciones de omisión, hechas solo cuando no pueden encontrarse causas internas. (La razón de esta preferencia es que uno cree que así podrá predecir mejor el comportamiento del otro). El problema en hacer estas atribuciones con confianza es que el comportamiento social con frecuencia es ambiguo y las causas no siempre son evidentes con facilidad. Las personas usan varias reglas empíricas lógicas: - Una tiene que ver con la deseabilidad social del comportamiento. Las personas tienen mucha más probabilidad de hacer atribuciones disposicionales sobre el comportamiento que es socialmente indeseable que sobre deseables, debido a que el deseable dice más sobre las normas culturales del grupo que sobre la personalidad del individuo, pero cuando las personas están dispuestas a romper con esas normas para actuar de una manera inesperada demanda una explicación. Las personas se dan cuenta que los costos sociales en los que incurre el actor 34 pueden ser grandes y confían mucho más en que el comportamiento refleja una disposición estable e interna. - Otra regla es el grado de elección del actor. Las acciones elegidas con libertad se consideran más indicativas de las características personales verdaderas de un actor que aquellas que son coaccionadas. - La tercera regla tiene que ver con las acciones que producen efectos poco comunes, resultados que no podrían ser producidos por ninguna otra acción, los comportamientos con efectos poco comunes únicos producen inferencias más fuertes sobre las disposiciones de un actor que los comportamientos con efectos comunes. Es más probable que las personas concluyan que las acciones de otras reflejan rasgos disposicionales subyacentes (inferencias correspondientes) cuando se percibe que las acciones 1) son bajas en deseabilidad social, 2) se eligen con libertad, 3) producen efectos poco comunes únicos. · El modelo de covariación explica las atribuciones derivadas de puntos de observación múltiples De acuerdo con Kelley las personas hacen atribuciones usando el principio de covariación, el cual plantea que para que algo sea la causa del comportamiento particular debe estar presente cuando ocurra el comportamiento y ausente cuando no ocurra, la causa presumida y el efecto observado deben “covariar”. Principio de descuento: siempre que hay varias explicaciones causales posibles para un evento particular, las personas tienden a que sea mucho menos probable atribuir el efecto a cualquier causa particular. Al describir el locus de causalidad, Kelley explico la dimensión interna/externa además de delinear las atribuciones externas en entidad y circunstancias. La entidad es el objeto hacia el cual se dirige el comportamiento del actor y puede ser otra persona o una cosa. Las circunstancias son las condiciones en las que ocurren las acciones o eventos. Al evaluar la covariación, Kelley planteo que las personas dependen de tres clases de información: -información de consenso: tiene que ver con el grado en que otros reaccionan de la misma manera al mismo estimulo o entidad que la persona cuyas acciones se intenta explicar. -información de consistencia: grado en que la persona reacciona a este estimulo o entidad en la misma forma en otras ocasiones. 35 -información de distintividad: grado en que la persona reacciona de la misma forma a otros estímulos o entidades diferentes. (Creo que dijo que no iba a tomar esto pero lo pongo por las dudas) La teoría de Kelley predice que es más probable que las personas atribuyan el comportamiento de otra personas a causas internas y estables, cuando es el consenso y la distintividad son bajos pero la consistencia es alta. Las atribuciones de circunstancia son más probables cuando el consenso y la consistencia son bajos y la distintividad alta. Cuando las tres informaciones son altas, es probable que las personas hagan atribuciones de entidad. (Depende de esto le atribuís a una acción, o evento si es interna o externa) Apuntes: consenso y consistencia baja; distintividad altaatribución de circunstancias. Consenso y distintividad baja, consistencia altaatribución disposicional · Prejuicios en la atribución El error de atribución fundamental es la tendencia a hacer atribuciones disposicionales para las acciones de otros. Al explicar las acciones de otras personas tendemos a localizar la causa en función de sus características disposicionales en lugar de en los factores situacionales que podrían ser más apropiados. Error de atribución fundamental: tendencia a sobreestimar el impacto de las causas disposicionales y subestimar el impacto de las causas situacionales en el comportamiento de otras personas. · El papel de la necesidad de predecibilidad y la notabilidad perceptual Una posibilidad ya se mencionó anteriormente, de que al hacer atribuciones disposicionales tenemos la creencia que podremos predecir mejor el comportamiento de la persona. Otra posibilidad es que cuando observamos a una persona en una escenario social, lo que más sobresale perceptualmente es esa persona en particular, sus movimientos dinámicos, su voz distintiva, su presencia física, las fuerzas situacionales estáticas que pueden causar dichos comportamientos son menos sobresalientes, por lo tanto es menos probable que sean factorizados en la ecuación de atribución. La notabilidad perceptual es un factor constituyente al error de atribución fundamental. Diferencias culturales. Este error de atribución era menos común en culturas colectivistas que en aquellas que eran individualistas. Los psicólogos sociales comenzaron a preguntarse por qué la cultura afecta el 36 error de atribución fundamental. Encontraron que los colectivistas tienen una probabilidad igual que los individualistas de tomar en cuenta las disposiciones de las personas cuando explican su comportamiento. En donde difieren es en su conciencia del poder de la situación. Los C ponen más atención a la forma en que los factores situacionales pueden influir en el comportamiento, al parecer es por esto que son menos susceptibles al error de atribución fundamental. Los C (yodependiente del grupo y fuertemente influido por obligaciones sociales, yo interdependiente), los I (impulsado de forma interna y no influido por fuerzas situacionales -yo independiente). Parece que el yo interdependiente fomenta un mayor aprecio de la forma en que los factores personales y situacionales interactúan para moldear el comportamiento, lo cual es en esencia la forma en que la psicología social entiende el comportamiento social. Algunos psicólogos están planteando la posibilidad que el tipo de psicología ingenua que desarrollan miembros de culturas colectivistas conduce a atribuciones más precisas que las desarrolladas de manera típica en culturas individualistas. · Los actores le dan más peso a los factores externos que los observadores. Cuando explicamos acciones de otros, es probable que cometamos el error de atribución fundamental. Pero cuando explicamos nuestro propio comportamiento tendemos a dar más peso a factores externos o situacionales. Esto se conoce como efecto actor-observador; tendencia a que las personas atribuyan su propio comportamiento a causas externas pero el de otros a factores internos. ¿Por qué ocurre el efecto actor-observador? Una posibilidad probable es la notabilidad perceptual. Mientras se ocupa en una actividad particular, la atención del actor de manera típica está dirigida hacia fuera de la situación, pero es probable que la atención del observador este enfocada en el actor. Por tanto, lo que es sobresaliente para el actor y lo que es sobresaliente para el observador difiere debido a sus perspectivas al ver el evento. Estos hallazgos no solo demuestran el poder de la notabilidad perceptual en el proceso de atribución, sino también demuestran que si manipulamos la atención de los actores de modo que se vuelvan autoconscientes, tienden a poner más importancia en los factores internos cuando explican sus propias acciones, y el efecto actor- observador desaparece. Cuando los actores se ocuparon en la autoconsciencia, se volvieron observadores de sus propias acciones. Los investigadores predijeron que si los actores recordaban sus acciones desde su propia perspectiva, tenderían a hacer atribuciones externas. Sin embardo, si la recordaban desde una perspectiva externa (tomándose como un objeto de atención), entonces se planteó la hipótesis que harían atribuciones internas. 37 Aunque el efecto de actor-observador es un fenómeno de atribución bien documentado, es menos probable cuando los actores que hacen las atribuciones tienen personalidades o cualidades de autoconcepto que concuerdan con el comportamiento que se está explicando en una situación determinada. Por tanto a pesar de la tendencia general, las diferencias de personalidad y de autoconcepto entre los individuos ayudan a explicar porque no ocurre en ciertas situaciones. · Las atribuciones de autoservicio mejoran y protegen la autoestima. El proceso de atribución es decididamente autoprotector en situaciones de fracaso y autorrealizador en situaciones de éxito. Tendemos a aceptar el crédito para los comportamientos o resultados positivos pero a culpar de los comportamientos o resultados negativos a causas externas. - Prejuicio de autoservicio: tendencia a asignar un locus de causalidad interno a nuestros resultados positivos y un locus externo a nuestros resultados negativos. Respecto al valor alto que se le da a la autoestima en culturas individualistas no debería sorprendernos que los individualistas tengan más probabilidad de exhibir el prejuicio de autoservicio que los colectivistas. La explicación con la que más están de acuerdo para el prejuicio de autoservicio es que nos permite mejorar y proteger la autoestima. La autoestima puede reforzarse asociándonos con el éxito de otros. Aquellos otros con quienes nos identificamos con fuerza son parte de nuestro autoconcepto. Cuando observamos sus acciones, tendemos a imputar sus comportamientos positivos a factores internos y sus comportamientos negativos a factores externos. - Prejuicio de endogrupo: tendencia a ver las acciones de los miembros del endogrupo a través de los mismos “lentes color rosa” con los que vemos las nuestras, es una variación del prejuicio de autoservicio. Las personas por lo general esperan tener éxito y por consiguiente están más dispuestas a aceptar la responsabilidad cuando ocurre. Los prejuicios atribucionales de autoservicio pueden ser funcionalmente eficientes debido a que con frecuencia fomenta nuestra seguridad en nosotros mismos. Del mismo modo, atribuir fracasos repetidos a factores externos puede servir para mantener una creencia optimista en la posibilidad de éxito futuro, lo que produce persistencia en la tarea. Las atribuciones de autoservicio pueden crear problemas si nos permiten pasar por alto en forma repetida nuestros 38 propios errores en situaciones donde una valoración más realista generaría pasos correctivos útiles. · Hacer atribuciones con frecuencia implica pensamiento sin esfuerzo y pensamiento con esfuerzo Muchos psicólogos sociales creen ahora que el proceso de atribución implica dos clases diferentes de pensamiento, una que es automática y simple, y la otra es deliberada y con esfuerzo. - El modelo caracterización-corrección: una explicación en tres etapas del proceso de atribución. Al principio caracterizamos de manera automática el comportamiento de las personas como causado por factores disposicionales y más tarde corregimos de manera consciente esta atribución para explicar mejor factores situacionales. Las primeras dos etapas en este modelo implican pensamiento automático sin esfuerzo, mientras la tercera implica un pensamiento esforzado deliberado. · ¿Precisión pragmática en la percepción de la persona? A pesar de los prejuicios culturales y perceptuales que incrementan nuestra probabilidad de cometer errores en la percepción de la persona, adquirimos un conocimiento suficientemente preciso sobre aquellos que nos rodean para hacer con frecuencia juicios sociales sensatos. Tratamos de adquirir precisión pragmática sobre la persona objetivo. La precisión pragmática es la capacidad de entender cómo se comportará una persona objetivo en un conjunto limitado de escenarios sociales y en función de un número limitado de dimensiones conductuales. (A pesar de los prejuicios cognoscitivos, nuestras percepciones de la persona parecen ser “eficientes desde el punto de vista funcional”) ANEXO - PSICOLOGÍA SOCIAL - FRANZOI - FICHA 6585 Al formarnos impresiones de otros, intentamos determinar qué características en cada persona explican su comportamiento y causan que actúen en la forma en que lo hacen. Pero al intentar entender a otros, no sólo nos enfocamos en los rasgos de personalidad. También consideramos el contexto situacional, al igual que la influencia que otros puedan tener sobre ellos. Más allá de tratar de entender a las personas como individuos, cuando percibimos eventos en general, con frecuencia somos llevados de manera irresistible a entender por qué se desenvuelven en la manera observada. Esta tendencia es más fuerte cuando los eventos son las acciones de otras personas y son inesperados, inusuales o perturbadores. El proceso por el cual usamos dicha 39 información para sacar deducciones sobre las causas del comportamiento o los eventos se llama atribución. Locus de causalidad: al hacer atribuciones, con mucho el juicio más importante se refiere a locus de causalidad. De acuerdo con Heider, las personas atribuyen en forma amplia una acción determinada ya sea a estados internos o factores externos. Una atribución interna consiste en cualquier explicación que ubica la causa como algo interno en la persona, como rasgos de personalidad, estados de ánimo, actitudes, capacidades o esfuerzo. Una atribución externa consiste en cualquier explicación que ubica la causa como algo externo a la persona bajo escrutinio, como las acciones de otros, la naturaleza de la situación o suerte. Estabilidad y controlabilidad de la causalidad: además de hacer distinciones internas o externas, las personas también intentan responder otras cuestiones de atribución importantes. Hay que distinguir entre locus de causalidad interno y externo e incluir interrogantes sobre la estabilidad y controlabilidad. Las causas estables son permanentes y duraderas, mientras las causas inestables son temporales y fluctuantes. Algunas causas, llamadas disposicionales, son tanto internas como estables (ella me insultó porque es grosera). Otras causas se consideran internas pero inestables (ella me insulto porque tenía un refriado). Del mismo modo, algunas causas son vistas como externas y estables (ella de insulto porque yo, el factor externo, fastidio a las personas en forma equivocada), mientras otras son percibidas como externas e inestables (ella me insulto porque las condiciones del tiempo ese día hicieron muy difícil su trabajo). Aunque los juicios del locus y la estabilidad de las causas son los más importantes al hacer atribuciones, una tercera dimensión que consideramos con frecuencia es la controlabilidad de estas causas. Algunas causas están dentro del control de las personas y otras están fuera de su control. La dimensión controlable/incontrolable es independiente del locus o de la estabilidad. La teoría de la inferencia correspondiente supone que las personas prefieren hacer atribuciones disposicionales: cuando observamos a otros, no sólo atendemos a su comportamiento, sino también somos conscientes de las consecuencias del comportamiento. Las personas tratan de inferir si una acción abierta corresponde a una característica personal estable del actor. Por tanto, una inferencia correspondiente es una inferencia de que la acción del actor corresponde, o es indicativa, de una característica personal estable. Al explicar eventos sociales, se afirmó que las personas tienen una preferencia por hacer atribuciones disposicionales (es decir, aquellas que son internas y estables) y que las atribuciones externas son tan sólo opciones por omisión, hechas sólo cuando no pueden encontrarse causas internas. La razón para esta preferencia es la creencia de que conocer los atributos disposicionales de otros le permitirá a uno entender y predecir mejor su comportamiento. Sin embargo, el problema en hacer estas atribuciones con 40 confianza es que el comportamiento social con frecuencia es ambiguo y las causas no siempre son evidentes con facilidad para el observador. Por consiguiente, para guiarlos en sus intentos por inferir características personales a partir del comportamiento, Jones y Davis plantearon que las personas usan varias reglas empíricas lógicas. Una de esas reglas tiene que ver con la deseabilidad social del comportamiento. Es decir, las personas tienen mucha más probabilidad de hacer atribuciones disposicionales sobre el comportamiento que es socialmente indeseable que sobre el comportamiento que es deseable. Esto es así debido a que se piensa que el comportamiento socialmente deseable dice más sobre las normas culturales del grupo que sobre la personalidad de los individuos dentro de ese grupo. Pero cuando las personas están dispuestas a romper esas normas para actuar en una cierta manera, dicho comportamiento inesperado demanda una explicación. Otra regla que las personas consideran es el grado de elección del actor. Las acciones elegidas con libertad se consideran más indicativas de las características personales verdaderas de un actor que aquellas que son coaccionadas. De acuerdo con Jones y Davis, no sólo observamos la deseabilidad social del comportamiento y el grado de elección de los actores, sino también analizamos el comportamiento elegido del actor en el contexto de otros comportamientos potenciales. Por tanto, esta tercera regla de inferencia tiene que ver con las acciones que producen efectos comunes, resultados que no podrían ser producidos por ninguna otra acción. La investigación indica que los comportamientos con efectos poco comunes únicos producen inferencias más fuertes sobre las disposiciones de un actor que los comportamientos con efectos comunes. Tomando en cuenta estas 3 reglas, de acuerdo con la teoría de Jones y Davis, es más probable que las personas concluyan que las acciones de otras personas reflejan rasgos disposicionales subyacentes (es decir, es probable que hagan inferencias correspondientes) cuando se percibe que las acciones 1) son bajas en deseabilidad social, 2) se eligen con libertad y 3) producen efectos poco comunes únicos. El modelo de covariación explica las atribuciones derivadas de puntos de observación múltiples: la teoría de las inferencias correspondientes describe cómo usamos ciertas reglas empíricas en un intento por inferir causas disposicionales (internas y estables) del comportamiento. Sin embargo, la teoría se aplica por lo general sólo a observaciones sencillas del comportamiento y sólo detalla los procesos cognoscitivos para hacer atribuciones disposicionales. Pero es bastante claro que muchas de nuestras explicaciones causales se derivan de un análisis extendido de otros y con frecuencia producen atribuciones de causalidad externas al actor. Una teoría que intenta explicar de manera específica atribuciones derivadas de múltiples puntos de observación y detalla los procesos para hacer atribuciones externas, al igual que internas, es el modelo de Covariación de Kelley. Kelley creía que las personas hacen juicios causales sobre los eventos cotidianos de acuerdo con Kelley, las personas hacen atribuciones usando el principio de 41 Covariación. Este principio platea que para que algo sea la causa de un comportamiento particular, debe estar presente cuando ocurra el comportamiento y ausente cuando no ocurra, la causa presumida y el efecto observado deben “covariar”. Nuestra confianza en asignar una causa a algún efecto se verá afectado en forma adversa si no podemos distinguir diferencias significativas en la covariación entre el efecto que estamos interesados en explicar y un número de causas posibles. Kelley llamó a este hecho cognoscitivo principio de descuento. Siempre que un evento particular tiene varias explicaciones causales posibles, tendemos a que sea menos probable que atribuyamos el efecto a cualquier causa particular. Al describir el locus de causalidad, Kelley explicó con más detalle la dimensión interna/externa al delinear además las atribuciones internas en entidad y circunstancias. La entidad es el objeto hacia el cual se dirige el comportamiento del actor y puede ser otra persona o una cosa. Las circunstancias tan sólo son las condiciones en las que ocurren las acciones o eventos. Al evaluar la Covariación, Kelley planteó que las personas dependen de 3 clases de información. La información de consenso tiene que ver con el grado en que otros reaccionan de la misma manera. La información de consistencia tiene que ver con el grado en que la persona reacciona a este estímulo o entidad en la misma forma en otras ocasiones. Por último, la información de distintividad se refiere al grado en que la persona reacciona de la misma forma a otros estímulos o entidades diferentes. La teorías de Kelley predice que es más probable que las personas atribuyan el comportamiento de otra persona a causas internas y estables (disposicionales) cuando el consenso y la distintividad son bajos pero la consistencia es alta. Por otra parte, las atribuciones de circunstancia son más probables cuando el consenso y la consistencia son bajos y la distintividad es alta. Cuando las tres clases de información son altas, es probable que las personas hagan atribuciones de entidad. Prejuicios en la atribución: el comportamiento es causado por lo general por una interacción de las características internas de un individuo y factores externos. Sin embargo, al explicar las acciones de otras personas, tendemos a localizar la causa en función de sus características disposicionales en lugar de en los factores situacionales que podrían ser más apropiados. Lee Ross nombró a oficialmente a esta tendencia a sobreestimar el impacto de las causas disposicionales y a subestimar el impacto de las causas situaciones en el comportamiento de otras personas como error de atribución fundamental. Los actores le dan más peso a los factores externos que los observadores: cuando explicamos las acciones de otros, es probable en especial que cometamos el error de atribución fundamental. Pero cuando explicamos nuestro propio comportamiento, tendemos a dar más peso a factores externos (o situacionales). Esta tendencia a atribuir nuestro propio comportamiento a causas externas pero el de otros a factores internos se conoce como efecto actor-observador. ¿Por qué ocurre el efecto actor-observador? Como con el error de atribución fundamental, una posibilidad 42 probable es la notabilidad perceptual. Mientras se ocupa en una actividad particular, la atención del actor de manera típica está dirigida hacia afuera de la situación, pero es probable que la atención del observador esté enfocada en el actor. Por tanto, lo que es sobresaliente para el actor (la situación) y lo que es sobresaliente para el observador (el actor) difiere debido a sus perspectivas al ver el evento. Las atribuciones de autoservicio mejoran y protegen la autoestima: la naturaleza del proceso de atribución es decididamente autoprotector en situaciones de fracaso y autorrealzador en situaciones de éxito. Es decir, tendemos a aceptar el crédito para los comportamientos o resultados positivos pero a culpar de los comportamientos o resultados negativos a causas externas. En general, esta tendencia a asignar un locus interno de causalidad para nuestros resultados positivos y un locus externo para nuestros resultados negativos se llama prejuicio de autoservicio. El prejuicio de autoservicio nos permite mejorar y proteger la autoestima. LA PRESENTACIÓN DE LA PERSONA EN LA VIDA COTIDIANA - GOFFMAN - FICHA 2972 Introducción: la expresividad del individuo (y por lo tanto, su capacidad para producir impresiones) parece involucrar dos tipos radicalmente distintos de actividad significante: la expresión que da y la expresión que emana de él. El primero incluye los símbolos verbales – o sustitutos de estos – que confiesa usar y usa con el único propósito de transmitir la información que él y los otros atribuyen a estos símbolos. Estas es la comunicación en el sentido tradicional y limitado del término. El segundo comprende un amplio rango que acciones que los otros pueden tratar como sintomáticas del actor, considerando probable que hayan sido realizadas por razones ajenas a la información en esta forma. Por otro lado, independientemente del objetivo particular que persigue el individuo y del motivo que le dicta este objetivo, será parte de sus intereses controlar la conducta de los otros, en especial el trato con que le corresponde. Este control se logra en gran parte influyendo en la definición de la situación que los otros vienen a formular, y él puede influir en esta definición expresándose de modo de darles la clase de impresión que habrá de llevarnos a actuar voluntariamente de acuerdo con su propio plan. Ya he dicho que cuando u individuo aparece ante otros sus acciones influirán en la definición de la situación que ellos llegarán a tener. A veces el individuo actuará con un criterio totalmente calculador expresándose de determinada manera con el único fin de dar a los otros la clase de impresión que, sin duda, evocará en ellos la respuesta específica que a él le interesa obtener. A veces el individuo será calculador en su actividad pero relativamente ignorante de ello. A veces se expresará intencional y conscientemente de un modo particular, pero sobre todo 43 porque la tradición de su grupo o status social requiere este tipo de expresión y no, a causa de ninguna respuesta particular que es probable sea evocada en aquellos impresionados por la expresión. A veces las tradiciones propias del rol de un individuo lo llevarán a dar una determinada impresión bien calculada, pese a la cual, quizá no esté ni consciente ni inconscientemente dispuesto a crear dicha impresión. Los otros, a su vez, pueden interpretar erróneamente la situación y llegar a conclusiones que no están avaladas ni por la intención del individuo no por los hechos. De todos modos, en la medida en que los otros actúan como si el individuo hubiese transmitido una impresión determinada, podemos adoptar una actitud funcional o pragmática y decir que este ha proyectado eficazmente una determinada definición de la situación y promovido eficazmente la comprensión de que prevalece determinado estado de cosas. Al saber que es probable que el individuo se presente desde un ángulo que lo favorezca, los otros pueden dividir lo que presencian en dos partes: una parte que al individuo le es relativamente fácil de manejar a voluntad, principalmente sus aseveraciones verbales, y otra sobre la cual parece tener poco interés o control, derivada sobre todo de las expresiones que él emite. Los otros pueden usar entonces los que se consideran aspectos ingobernables de su conducta expresiva para controlar la validez de lo transmitido por los aspectos gobernable. Esto demuestra una asimetría fundamental en el proceso de comunicación, en el cual el individuo sólo tiene conciencia de una corriente de su comunicación, y los testigos, de esta corriente y de otra más. Cuando permitimos que el individuo proyecte una definición de la situación al presentarse ante otros, debemos también tener en cuenta que los otros, por muy pasivos que sus roles puedan parecer, proyectarán a su vez eficazmente una definición de la situación en virtud de su respuesta al individuo y de cualquier línea de acción que inicien hacia él. Por lo general, las definiciones de la situación proyectada por los diferentes participantes armonizan suficientemente entre sí como para que no se produzca una abierta contradicción. También existirá un verdadero acuerdo en lo referente a la conveniencia de evitar un conflicto manifiesto de definiciones de la situación. Me referiré a este nivel de acuerdo como a un “consenso de trabajo”. Se debe entender que el consenso de trabajo establecido en una escena de interacción será de contenido muy diferente del consenso de trabajo establecido en un tipo de escena diferente. (ej.: en un almuerzo entre dos amigos se mantiene una apariencia recíproca de afecto, respeto e interés por el otro). Cuando un individuo proyecta una definición de la situación y con ello hace una demanda implícita e explícita de ser una persona de determinado tipo, automáticamente presenta una exigencia moral a los otros, obligándolos a valorarlo y tratarlo de la manera que tienen derecho a 44 esperar las personas de su tipo. También implícitamente renuncia a toda demanda a ser lo que él no parece ser, y en consecuencia renuncia al tratamiento que sería apropiado para dicho individuos. Los otros descubren, entonces, que el individuo les ha informado acerca de lo que es y de lo que ellos deberían ver en ese es. Encontramos que se emplean de continuo prácticas preventivas para evitar estas perturbaciones, y también prácticas correctivas para compensar los casos de descrédito que no se han podido evitar con éxito. Cuando el sujeto emplea estas estrategias y tácticas para proteger sus propias proyecciones, podemos referirnos a ellas como “prácticas defensivas”; cuando un participante las emplea para salvar la definición de la situación proyectada por otro, hablamos de “prácticas protectivas” o “tacto”. En conjunto, las prácticas defensivas y protectivas comprenden las técnicas empleadas para salvaguardar la impresión fomentada por un individuo durante su presencia ante otros. Para resumir, entonces, doy por sentado que cuando un individuo se presenta ante otros tendrá muchos motivos para tratar de controlar la impresión que ellos reciban de la situación. La interacción (es decir la interacción cara a cara) puede ser definida, en términos generales, como la influencia recíproca de un individuo sobre las acciones del otro cuando se encuentran ambos en presencia física inmediata. Una interacción puede ser definida como la interacción total que tiene lugar en cualquier ocasión en que un conjunto dado de individuos se encuentra en presencia mutua continua; el término encuentro servirá para los mismos fines. Una actuación puede definirse como la actividad total de un participante dado en una ocasión dada que sirve para influir de algún modo sobre los otros participantes. Cuando un individuo o actuante representa el mismo papel para la mima audiencia en diferentes ocasiones, es probable que se desarrolle una relación social. Al definir el rol social como la promulgación de los derechos y deberes atribuidos a un status dado, podemos añadir que un rol social implicará uno o más papeles, y que cada uno de estos diferentes papeles puede ser presentado por el actuante en una serie de ocasiones ante los mismos tipos de audiencia o ante una audiencia compuesta por las mismas personas. * Actuaciones. - Confianza en el papel que desempeña el individuo: cuando un individuo desempeña un papel, solicita implícitamente a sus observadores que tomen en serio la impresión promovida ante ellos. En un extremo, se descubre que el actuante puede creer por completo en sus propios actos; puede estar sinceramente convencido de que la impresión de realidad que pone en escena es la verdadera realidad. Cuando su público también se convence de la representación que él ofrece, entonces, al menos en principio, solo el sociólogo o los resentidos sociales abrigarán dudas acerca de la realidad de lo que se presenta. En el otro extremo descubrimos que el actuante 45 puede no engañarse con su propia rutina. Esta posibilidad es comprensible, ya que ninguno se encuentra en mejor lugar de observación para ver el juego que la persona que lo desempeña. Al mismo tiempo, el actuante puede querer guiar la convicción de su público solo como un medio para otros fines, sin un interés fundamental en la concepción que de él o de la situación tiene este. Cuando el individuo no deposita confianza en sus actos ni le interesan mayormente las creencias de su público, podemos llamarlo cínico, reservando el término “sincero” para individuos que creen en la impresión que fomenta su actuación. - Fachada: he estado usando el término “actuación” para referirme a toda actividad de un individuo que tiene lugar durante un período señalado por su presencia continua ante un conjunto particular de observadores y posee cierta influencia sobre ellos. Será conveniente dar el nombre de “fachada” a la parte de la actuación del individuo que funciona regularmente de un modo general y prefijado, a fin de definir la situación con respecto a aquellos que observan dicha actuación. La fachada, entonces es la dotación expresiva de tipo corriente empleada intencional o inconscientemente por el individuo durante su actuación. Para empezar, será conveniente distinguir y designar las que parecen ser partes normales de la fachada. En primer lugar se encuentra el medio, que incluye el mobiliario, el decorado, los equipos y otros elementos propios del trasfondo escénico, que proporcionan el escenario y utilería para el flujo de acción humana que se desarrolla ante, dentro o sobre él. En términos geográficos, el medio tiende a permanecer fijo. Solo en circunstancias excepcionales el medio se traslada con los actuantes (cortejo fúnebre). Si tomamos el término medio para referirnos a las partes escénicas de la dotación expresiva, se puede tomar “fachada personal” para referirse a los otros elementos de esa dotación, aquellos que debemos identificar íntimamente con el actuante mismo y que, como es natural, esperamos que lo sigan dondequiera que vaya. Como parte de la fachada personal podemos incluir: las insignias del cargo o rango, el vestido, el sexo, la edad y las características raciales, el tamaño y aspecto, el porte, las pautas de lenguaje, las expresiones faciales, los gestos corporales y otras características semejantes. - Realización dramática: mientras se encuentra en presencia de otros, por lo general, el individuo dota a su actividad de signos que destacan y pintan hechos confirmativos que de otro modo podrían permanecer inadvertidos y oscuros. Porque si la actividad del individuo ha de llegar a ser significante para otros, debe movilizarla de manera que exprese durante la interacción lo que él desea transmitir. En realidad, se puede pedir al actuante que no solo exprese durante la interacción las capacidades que alega tener sino que también lo haga en forma instantánea. Se puede señalar que en el caso de algunos status la dramatización no presenta problema alguno, ya que ciertos actos instrumentalmente esenciales para llevar a cabo la tarea núcleo del status 46 están al mismo tiempo muy bien adaptados, desde el punto de vista de la comunicación, como medio para transmitir de manera vívida las cualidades y atributos que alega el actuante. - Idealización: en páginas anteriores se señaló que la actuación de una rutina presenta a través de su fachada algunas exigencias más bien abstractas sobre el público, exigencias que probablemente le serán presentadas durante la actuación de otras rutinas. Esto constituye una forma de “socializar”, moldear y modificar una actuación para adecuarla a la comprensión y expectativas de la sociedad en la cual se presenta. Quiero considerar aquí otro aspecto importante de este proceso de socialización: la tendencia de los actuantes a ofrecer a sus observadores una impresión que es idealizada de diversas maneras. Así, cuando un individuo se presenta ante otros, su actuación tenderá a incorporar y ejemplificar los valores oficialmente acreditados de la sociedad, tanto más, en realidad de lo que lo hace su conducta general (por ejemplo, las jóvenes de las universidades norteamericanas disimulaban su inteligencia, habilidad y capacidad para tomar decisiones en presencia de muchachos que podrían invitarlas a salir con ellos, revelando así una profunda disciplina psíquica a pesar de su reputación internacional de caprichosas). - El mantenimiento del control expresivo: se ha señalado que el actuante puede confiar en que el auditorio acepte sugerencias menores como signo de algo importante acerca de su actuación. Este hecho conveniente tiene una implicancia inconveniente, en virtud de la misma tendencia a aceptar signos, el auditorio puede entender erróneamente el significado que debía ser transmitido por la sugerencia, o puede ver un significado molesto en gestos o hechos accidentales, inadvertidos o incidentales, y no destinados por el actuante a contener significado alguno. En respuesta a estas contingencias de la comunicación, los actuantes intentan por lo general ejercer una especia de responsabilidad sinecdóquica, asegurándose de que en la actuación tendrá lugar la mayor cantidad posible de sucesos de menor importancia, por inconsecuentes que puedan ser estos eventos desde el punto de vista instrumental, de modo de no transmitir impresión alguna o bien una impresión compatible y consistente con la definición general de la situación que se fomenta. En nuestra sociedad, algunos gestos impensados se producen en una variedad tan grande de actuaciones, y transmiten impresiones que son por lo general tan incompatibles con las que se fomentan, que estos hechos inoportunos han adquirido un status simbólico colectivo. Se los puede agrupar en tres categorías generales. En primer lugar, un actuante puede transmitir de manera accidental incapacidad, incorrección o falta de respeto al perder momentáneamente control muscular de sí mismo. Puede resbalar, tropezar, caerse. En segundo lugar, puede actuar de modo de transmitir la impresión de que está demasiado ansioso por la interacción o 47 desinteresado de ella. Puede tartamudear, olvidar su parte, aparecer nervioso, puede tener explosiones de risa. En tercer lugar, el actuante puede permitir que su presentación adolezca d una inadecuada dirección dramática. Y el medio puede no estar en orden, sino preparado para otra actuación, o haberse desarreglado durante ella; contingencia inesperadas pueden causar una regulación incorrecta del tiempo de llegada o partida del actuante o provocar silencios embarazosos durante la interacción. - Tergiversación: se sugirió anteriormente que un auditorio puede orientarse en una situación aceptando de buena fe sugerencias actuadas, tratando estos signos como evidencia de algo mayor que los mismos vehículos de signos o diferentes de ellos. Si bien esta tendencia del auditorio a aceptar los signos coloca al actuante en la situación de ser interpretado equivocadamente y lo obliga a hacer uso de un cuidado expresivo en relación con todo lo que hace cuando se encuentra ante su auditorio, así también esta tendencia a la aceptación de signos coloca al auditorio en la situación de ser engañado y conducido a conclusiones erróneas, porque hay pocos signos que no puedan ser empleados para atestiguar la presencia de algo que no está realmente allí. Y es evidente que muchos actuantes tienen una gran capacidad y motivo para tergiversar los hechos; sólo la vergüenza, la culpa o el temor les impiden hacerlo. Como integrantes de un auditorio, es natural que sintamos que la impresión que el actuante trata de dar puede ser verdadera o falsa, genuina o espuria. Esta duda es tan común que, como se señaló, con frecuencia prestamos especial atención a rasgos distintivos de la actuación que no pueden ser manejados fácilmente, permitiéndonos así juzgar la confiabilidad de las sugestiones más tergiversables de la actuación. - Mistificación: he señalado algunos de los modos en la actuación de un individuo acentúa ciertos asuntos y oculta otros, si consideramos la percepción como una forma de contacto y comunión, el control sobre lo que se percibe es control sobre el contacto que se hace, y la limitación y regulación de lo que se muestra es una limitación y regulación del contacto. Hay aquí una relación entre términos de información y términos rituales. La imposibilidad de regular la información adquirida por el público implica una posible disrupción de la definición proyectada de la situación; la imposibilidad de regular el contacto implica la posible contaminación ritual del actuante. - Realidad y artificio: en nuestra cultura parece haber dos modelos basados en el sentido común, de acuerdo con los cuales formulamos nuestras concepciones de la conducta: la actuación real, sincera u honesta, y la falsa que consumados embusteros montan para nosotros, ya sea con la intención de no ser tomados en serio, como en el trabajo de los actores en escena, o con la intención de serlo, como en el caso de los embaucadores. Tendemos a ver las actuaciones reales como algo que no ha sido construido expresamente, como producto involuntario de la respuesta 48 espontánea a los hechos en situación. Y tendemos a ver las actuaciones ideadas como algo industriosamente armado, con un detalle falso tras otro, ya que no hay realidad de la cual podrían ser respuesta directa los detalles de conducta. Ser un tipo dado de persona no significa simplemente poseer los atributos requeridos, sino también mantener las normas de conducta y apariencia que atribuye el grupo social al que se pertenece. ANEXO – LA PRESENTACIÓN DE LA PERSONA EN LA VIDA COTIDIANA - GOFFMAN, ERVING - FICHA 2972 Introducción: la expresividad del individuo (y por lo tanto, su capacidad para producir impresiones) parece involucrar dos tipos radicalmente distintos de actividad significante: la expresión que da y la expresión que emana de él. El primero incluye los símbolos verbales – o sustitutos de estos – que confiesa usar y usa con el único propósito de transmitir la información que él y los otros atribuyen a estos símbolos. Estas es la comunicación en el sentido tradicional y limitado del término. El segundo comprende un amplio rango que acciones que los otros pueden tratar como sintomáticas del actor, considerando probable que hayan sido realizadas por razones ajenas a la información en esta forma. Por otro lado, independientemente del objetivo particular que persigue el individuo y del motivo que le dicta este objetivo, será parte de sus intereses controlar la conducta de los otros, en especial el trato con que le corresponde. Este control se logra en gran parte influyendo en la definición de la situación que los otros vienen a formular, y él puede influir en esta definición expresándose de modo de darles la clase de impresión que habrá de llevarnos a actuar voluntariamente de acuerdo con su propio plan. Ya he dicho que cuando un individuo aparece ante otros sus acciones influirán en la definición de la situación que ellos llegarán a tener. A veces el individuo actuará con un criterio totalmente calculador expresándose de determinada manera con el único fin de dar a los otros la clase de impresión que, sin duda, evocará en ellos la respuesta específica que a él le interesa obtener. A veces el individuo será calculador en su actividad pero relativamente ignorante de ello. A veces se expresará intencional y conscientemente de un modo particular, pero sobre todo porque la tradición de su grupo o status social requiere este tipo de expresión y no, a causa de ninguna respuesta particular que es probable sea evocada en aquellos impresionados por la expresión. A veces las tradiciones propias del rol de un individuo lo llevarán a dar una determinada impresión bien calculada, pese a la cual, quizá no esté ni consciente ni inconscientemente dispuesto a crear dicha impresión. Los otros, a su vez, pueden interpretar erróneamente la situación y llegar a 49 conclusiones que no están avaladas ni por la intención del individuo no por los hechos. De todos modos, en la medida en que los otros actúan como si el individuo hubiese transmitido una impresión determinada, podemos adoptar una actitud funcional o pragmática y decir que este ha proyectado eficazmente una determinada definición de la situación y promovido eficazmente la comprensión de que prevalece determinado estado de cosas. Al saber que es probable que el individuo se presente desde un ángulo que lo favorezca, los otros pueden dividir lo que presencian en dos partes: una parte que al individuo le es relativamente fácil de manejar a voluntad, principalmente sus aseveraciones verbales, y otra sobre la cual parece tener poco interés o control, derivada sobre todo de las expresiones que él emite. Los otros pueden usar entonces los que se consideran aspectos ingobernables de su conducta expresiva para controlar la validez de lo transmitido por los aspectos gobernable. Esto demuestra una asimetría fundamental en el proceso de comunicación, en el cual el individuo sólo tiene conciencia de una corriente de su comunicación, y los testigos, de esta corriente y de otra más. Cuando permitimos que el individuo proyecte una definición de la situación al presentarse ante otros, debemos también tener en cuenta que los otros, por muy pasivos que sus roles puedan parecer, proyectarán a su vez eficazmente una definición de la situación en virtud de su respuesta al individuo y de cualquier línea de acción que inicien hacia él. Por lo general, las definiciones de la situación proyectada por los diferentes participantes armonizan suficientemente entre sí como para que no se produzca una abierta contradicción. También existirá un verdadero acuerdo en lo referente a la conveniencia de evitar un conflicto manifiesto de definiciones de la situación. Me referiré a este nivel de acuerdo como a un “consenso de trabajo”. Se debe entender que el consenso de trabajo establecido en una escena de interacción será de contenido muy diferente del consenso de trabajo establecido en un tipo de escena diferente. (ej.: en un almuerzo entre dos amigos se mantiene una apariencia recíproca de afecto, respeto e interés por el otro). Cuando un individuo proyecta una definición de la situación y con ello hace una demanda implícita e explícita de ser una persona de determinado tipo, automáticamente presenta una exigencia moral a los otros, obligándolos a valorarlo y tratarlo de la manera que tienen derecho a esperar las personas de su tipo. También implícitamente renuncia a toda demanda a ser lo que él no parece ser, y en consecuencia renuncia al tratamiento que sería apropiado para dicho individuos. Los otros descubren, entonces, que el individuo les ha informado acerca de lo que es y de lo que ellos deberían ver en ese es. Encontramos que se emplean de continuo prácticas preventivas para evitar estas perturbaciones, y también prácticas correctivas para compensar los casos de descrédito que no se han podido 50 evitar con éxito. Cuando el sujeto emplea estas estrategias y tácticas para proteger sus propias proyecciones, podemos referirnos a ellas como “prácticas defensivas”; cuando un participante las emplea para salvar la definición de la situación proyectada por otro, hablamos de “prácticas protectivas” o “tacto”. En conjunto, las prácticas defensivas y protectivas comprenden las técnicas empleadas para salvaguardar la impresión fomentada por un individuo durante su presencia ante otros. Para resumir, entonces, doy por sentado que cuando un individuo se presenta ante otros tendrá muchos motivos para tratar de controlar la impresión que ellos reciban de la situación. La interacción (es decir la interacción cara a cara) puede ser definida, en términos generales, como la influencia recíproca de un individuo sobre las acciones del otro cuando se encuentran ambos en presencia física inmediata. Una interacción puede ser definida como la interacción total que tiene lugar en cualquier ocasión en que un conjunto dado de individuos se encuentra en presencia mutua continua; el término encuentro servirá para los mismos fines. Una actuación puede definirse como la actividad total de un participante dado en una ocasión dada que sirve para influir de algún modo sobre los otros participantes. Cuando un individuo o actuante representa el mismo papel para la mima audiencia en diferentes ocasiones, es probable que se desarrolle una relación social. Al definir el rol social como la promulgación de los derechos y deberes atribuidos a un status dado, podemos añadir que un rol social implicará uno o más papeles, y que cada uno de estos diferentes papeles puede ser presentado por el actuante en una serie de ocasiones ante los mismos tipos de audiencia o ante una audiencia compuesta por las mismas personas. Actuaciones: Confianza en el papel que desempeña el individuo: cuando un individuo desempeña un papel, solicita implícitamente a sus observadores que tomen en serio la impresión promovida ante ellos. En un extremo, se descubre que el actuante puede creer por completo en sus propios actos; puede estar sinceramente convencido de que la impresión de realidad que pone en escena es la verdadera realidad. Cuando su público también se convence de la representación que él ofrece, entonces, al menos en principio, solo el sociólogo o los resentidos sociales abrigarán dudas acerca de la realidad de lo que se presenta. En el otro extremo descubrimos que el actuante puede no engañarse con su propia rutina. Esta posibilidad es comprensible, ya que ninguno se encuentra en mejor lugar de observación para ver el juego que la persona que lo desempeña. Al mismo tiempo, el actuante puede querer guiar la convicción de su público solo como un medio para otros fines, sin un interés fundamental en la concepción que de él o de la situación tiene este. Cuando el individuo no deposita confianza en sus actos ni le interesan mayormente las 51 creencias de su público, podemos llamarlo cínico, reservando el término “sincero” para individuos que creen en la impresión que fomenta su actuación. Fachada: he estado usando el término “actuación” para referirme a toda actividad de un individuo que tiene lugar durante un período señalado por su presencia continua ante un conjunto particular de observadores y posee cierta influencia sobre ellos. Será conveniente dar el nombre de “fachada” a la parte de la actuación del individuo que funciona regularmente de un modo general y prefijado, a fin de definir la situación con respecto a aquellos que observan dicha actuación. La fachada, entonces es la dotación expresiva de tipo corriente empleada intencional o inconscientemente por el individuo durante su actuación. Para empezar, será conveniente distinguir y designar las que parecen ser partes normales de la fachada. En primer lugar se encuentra el medio, que incluye el mobiliario, el decorado, los equipos y otros elementos propios del trasfondo escénico, que proporcionan el escenario y utilería para el flujo de acción humana que se desarrolla ante, dentro o sobre él. En términos geográficos, el medio tiende a permanecer fijo. Solo en circunstancias excepcionales el medio se traslada con los actuantes (cortejo fúnebre). Si tomamos el término medio para referirnos a las partes escénicas de la dotación expresiva, se puede tomar “fachada personal” para referirse a los otros elementos de esa dotación, aquellos que debemos identificar íntimamente con el actuante mismo y que, como es natural, esperamos que lo sigan dondequiera que vaya. Como parte de la fachada personal podemos incluir: las insignias del cargo o rango, el vestido, el sexo, la edad y las características raciales, el tamaño y aspecto, el porte, las pautas de lenguaje, las expresiones faciales, los gestos corporales y otras características semejantes. Realización dramática: mientras se encuentra en presencia de otros, por lo general, el individuo dota a su actividad de signos que destacan y pintan hechos confirmativos que de otro modo podrían permanecer inadvertidos y oscuros. Porque si la actividad del individuo ha de llegar a ser significante para otros, debe movilizarla de manera que exprese durante la interacción lo que él desea transmitir. En realidad, se puede pedir al actuante que no solo exprese durante la interacción las capacidades que alega tener sino que también lo haga en forma instantánea. Se puede señalar que en el caso de algunos status la dramatización no presenta problema alguno, ya que ciertos actos instrumentalmente esenciales para llevar a cabo la tarea núcleo del status están al mismo tiempo muy bien adaptados, desde el punto de vista de la comunicación, como medio para transmitir de manera vívida las cualidades y atributos que alega el actuante. Idealización: en páginas anteriores se señaló que la actuación de una rutina presenta a través de su fachada algunas exigencias más bien abstractas sobre el público, exigencias que probablemente le serán presentadas durante la actuación de otras rutinas. Esto constituye una 52 forma de “socializar”, moldear y modificar una actuación para adecuarla a la comprensión y expectativas de la sociedad en la cual se presenta. Quiero considerar aquí otro aspecto importante de este proceso de socialización: la tendencia de los actuantes a ofrecer a sus observadores una impresión que es idealizada de diversas maneras. Así, cuando un individuo se presenta ante otros, su actuación tenderá a incorporar y ejemplificar los valores oficialmente acreditados de la sociedad, tanto más, en realidad de lo que lo hace su conducta general (por ejemplo, las jóvenes de las universidades norteamericanas disimulaban su inteligencia, habilidad y capacidad para tomar decisiones en presencia de muchachos que podrían invitarlas a salir con ellos, revelando así una profunda disciplina psíquica a pesar de su reputación internacional de caprichosas). El mantenimiento del control expresivo: se ha señalado que el actuante puede confiar en que el auditorio acepte sugerencias menores como signo de algo importante acerca de su actuación. Este hecho conveniente tiene una implicancia inconveniente, en virtud de la misma tendencia a aceptar signos, el auditorio puede entender erróneamente el significado que debía ser transmitido por la sugerencia, o puede ver un significado molesto en gestos o hechos accidentales, inadvertidos o incidentales, y no destinados por el actuante a contener significado alguno. En respuesta a estas contingencias de la comunicación, los actuantes intentan por lo general ejercer una especia de responsabilidad sinecdóquica, asegurándose de que en la actuación tendrá lugar la mayor cantidad posible de sucesos de menor importancia, por inconsecuentes que puedan ser estos eventos desde el punto de vista instrumental, de modo de no transmitir impresión alguna o bien una impresión compatible y consistente con la definición general de la situación que se fomenta. En nuestra sociedad, algunos gestos impensados se producen en una variedad tan grande de actuaciones, y transmiten impresiones que son por lo general tan incompatibles con las que se fomentan, que estos hechos inoportunos han adquirido un status simbólico colectivo. Se los puede agrupar en tres categorías generales. En primer lugar, un actuante puede transmitir de manera accidental incapacidad, incorrección o falta de respeto al perder momentáneamente control muscular de sí mismo. Puede resbalar, tropezar, caerse. En segundo lugar, puede actuar de modo de transmitir la impresión de que está demasiado ansioso por la interacción o desinteresado de ella. Puede tartamudear, olvidar su parte, aparecer nervioso, puede tener explosiones de risa. En tercer lugar, el actuante puede permitir que su presentación adolezca d una inadecuada dirección dramática. Y el medio puede no estar en orden, sino preparado para otra actuación, o haberse desarreglado durante ella; contingencia inesperadas pueden causar una regulación incorrecta del tiempo de llegada o partida del actuante o provocar silencios embarazosos durante la interacción. 53 Tergiversación: se sugirió anteriormente que un auditorio puede orientarse en una situación aceptando de buena fe sugerencias actuadas, tratando estos signos como evidencia de algo mayor que los mismos vehículos de signos o diferentes de ellos. Si bien esta tendencia del auditorio a aceptar los signos coloca al actuante en la situación de ser interpretado equivocadamente y lo obliga a hacer uso de un cuidado expresivo en relación con todo lo que hace cuando se encuentra ante su auditorio, así también esta tendencia a la aceptación de signos coloca al auditorio en la situación de ser engañado y conducido a conclusiones erróneas, porque hay pocos signos que no puedan ser empleados para atestiguar la presencia de algo que no está realmente allí. Y es evidente que muchos actuantes tienen una gran capacidad y motivo para tergiversar los hechos; sólo la vergüenza, la culpa o el temor les impiden hacerlo. Como integrantes de un auditorio, es natural que sintamos que la impresión que el actuante trata de dar puede ser verdadera o falsa, genuina o espuria. Esta duda es tan común que, como se señaló, con frecuencia prestamos especial atención a rasgos distintivos de la actuación que no pueden ser manejados fácilmente, permitiéndonos así juzgar la confiabilidad de las sugestiones más tergiversables de la actuación. Mistificación: he señalado algunos de los modos en la actuación de un individuo acentúa ciertos asuntos y oculta otros, si consideramos la percepción como una forma de contacto y comunión, el control sobre lo que se percibe es control sobre el contacto que se hace, y la limitación y regulación de lo que se muestra es una limitación y regulación del contacto. Hay aquí una relación entre términos de información y términos rituales. La imposibilidad de regular la información adquirida por el público implica una posible disrupción de la definición proyectada de la situación; la imposibilidad de regular el contacto implica la posible contaminación ritual del actuante. Realidad y artificio: en nuestra cultura parece haber dos modelos basados en el sentido común, de acuerdo con los cuales formulamos nuestras concepciones de la conducta: la actuación real, sincera u honesta, y la falsa que consumados embusteros montan para nosotros, ya sea con la intención de no ser tomados en serio, como en el trabajo de los actores en escena, o con la intención de serlo, como en el caso de los embaucadores. Tendemos a ver las actuaciones reales como algo que no ha sido construido expresamente, como producto involuntario de la respuesta espontánea a los hechos en situación. Y tendemos a ver las actuaciones ideadas como algo industriosamente armado, con un detalle falso tras otro, ya que no hay realidad de la cual podrían ser respuesta directa los detalles de conducta. Ser un tipo dado de persona no significa simplemente poseer los atributos requeridos, sino también mantener las normas de conducta y apariencia que atribuye el grupo social al que se pertenece. 54 ANEXO - LA PRESENTACIÓN DE LA PERSONA EN LA VIDA COTIDIANA - GOFFMAN ERVING – FICHA 2972 Introducción Cuando un individuo llega a la presencia de otros, estos tratan por lo común de adquirir información acerca de él o de poner en juego la que ya poseen. Su status socioeconómico, su concepto de sí mismo, la actitud hacia ellos, su competencia, su integridad. La info. sobre el individuo ayuda a definir la situación, permitiendo a los otros saber de antemano lo que él espera de ellos y lo que ellos pueden esperar de él. Si no están familiarizados con el individuo, los observadores pueden recoger indicios de su conducta y aspecto que les permitirán aplicar su experiencia previa con individuos aproximadamente similares al que tienen delante, aplicarle estereotipos que aún no han sido probados. La expresividad del individuo parce involucrar dos tipos radicalmente distintos de actividad significante: 1. la expresión que da. Incluye símbolos verbales que confiesa usar y usa con el único propósito de transmitir la información de él y los otros atribuyen a estos símbolos. Comunicación en el sentido tradicional 2. la expresión que emana de él. Amplio rango de acciones que los otros pueden tratar como sintomáticas del actor, considerando probable que hayan sido realizadas por razones ajenas a la información transmitida en esta forma. El individuo transmite intencionalmente información errónea por medio de ambos tipos de comunicación. El primero involucra engaño, el segundo fingimiento. Es importante señalar que no conducimos nuestras vidas, tomamos nuestras decisiones y alcanzamos nuestras metas en la vida diaria en forma estadística o científica. Vivimos por inferencia. En este texto se ocuparán sobre todo de la segunda comunicación, es decir, las que emanan del individuo, o sea la expresión no verbal, mas teatral y contextual, presumiblemente involuntaria, se maneje o no en forma intencional. Es probable que el individuo se presente desde un ángulo que lo favorezca, los otros pueden dividir lo que presencian en dos partes: una parte que al individuo le es relativamente fácil manejar a voluntad, principalmente sus aseveraciones verbales, y otra sobre la cual parece tener poco interés o control, derivada sobre todo de las expresiones que él emite. Esto demuestra una 55 asimetría fundamental en el proceso de comunicación, en el cual el individuo solo tiene consciencia de una corriente de comunicación y los testigos, de esta corriente y de otra más. Cuando permitimos que el individuo proyecte una definición de la situación al presentarse ante otros, debemos también tener en cuenta que los otros, por muy pasivos que sus roles puedan parecer, proyectarán a su vez eficazmente una definición de la situación en virtud de su respuesta al individuo y de cualquier línea de acción que inicien hacia él. Por lo general, las definiciones de la situación proyectada por los diferentes participantes armonizan suficientemente entre sí como para que no se produzca una abierta contradicción. El mantenimiento de esta apariencia de acuerdo, esta fachada de consenso, se ve facilitado por el hecho de que cada participante encubre sus propias necesidades tras aseveraciones que expresan valores que todos los presentes se sienten obligados a apoyar de palabra. En conjunto, los participantes contribuyen a una sola definición total de la situación, que implica no tanto un acuerdo real respecto de lo que existe sino más bien un acuerdo real sobre cuáles serán las demandas temporalmente aceptadas. También existirá un verdadero acuerdo en lo referente a la conveniencia de evitar un conflicto manifiesto de definiciones de la situación. Me referiré a este nivel como un consenso de trabajo. La interacción cara a cara puede ser definida como la influencia reciproca de un individuo sobre las acciones del otro cuando se encuentran ambos en presencia física inmediata. Una interacción puede ser definida como la interacción total que tiene lugar en cualquier ocasión en que un conjunto dado de individuos se encuentra en presencia mutua continua, el termino encuentro servirá para los mismos fines. Una actuación puede definirse como la actividad total de un participante dado en una ocasión dada que sirve para influir de algún modo sobre los otros participantes. La pauta de acción preestablecida que se desarrolla durante una actuación y que puede ser presentada o actuada en otras ocasiones puede denominarse papel o rutina. Al definir el rol social como la promulgación de los derechos y deberes atribuidos a un status dado, podemos añadir que un rol social implicará uno o más papeles y que cada uno de estos diferentes papeles puede ser presentado por el actuante en una serie de ocasiones. Capítulo I: actuaciones. Confianza en el papel que desempeña el individuo. Cuando un individuo desempeña un papel, solicita implícitamente a sus observadores que tomen en serio la impresión promovida ante ellos. Se les pide que crean que el sujeto que ven posee en realidad los atributos que aparenta poseer, y que las cosas son como aparentan ser. En un extremo se descubre que el actuante puede creer por completo en sus propios actos, puede estar sinceramente convencido de que la impresión de realidad que pone en escena es la verdadera 56 realidad. En el otro extremo, descubrimos que el actuante puede no engañarse con su propia rutina. El actuante puede querer guiar la convicción de su público solo como un medio para otros fines, sin un interés fundamental en la concepción que tiene de él o de la situación. Cuando el individuo no deposita confianza en sus actos ni le interesan mayormente las creencias de su público, podemos llamarlo cínico, reservando el termino sincero para los individuos que creen en la impresión que fomenta su actuación. Un individuo cínico puede engañar a su público en bien de este o por el bien de la comunidad. Ambos extremos el sincero y el cínico son polos de un contínuum, cada uno de ellos coloca al sujeto en una posición que tiene sus propias seguridades y defensas particulares. El concepto de persona es mascara. Un reconocimiento del hecho de que siempre y por doquier cada uno de nosotros desempeñamos un rol, es en estos roles donde nos conocemos mutuamente y a nosotros mismos. Esta mascara es nuestro “si mismo” mas verdadero, el yo que quisiéramos ser. La concepción del rol llega a ser una segunda naturaleza y parte integrante de nuestra personalidad. Fachada Actuación: toda actividad de un individuo que tiene lugar durante un periodo señalado por su presencia continúa ante un conjunto particular de observadores y posee cierta influencia sobre ellos. Fachada: a la parte de la actuación del individuo que funciona regularmente de un modo general y prefijado, a fin de definir la situación con respecto a aquellos que observan dicha actuación. Es la dotación expresiva de tipo corriente empleada intencional o inconscientemente por el individuo durante su actuación. El medio incluye el mobiliario, el decorado, los equipos y otros elementos propios del trasfondo escénico, que proporcionan el escenario y utilería para el flujo de acción humana que se desarrolla ante, dentro o sobre él. Tiende a permanecer fijo, de manera que los que usan un medio determinado como parte de su actuación no pueden comenzar a actuar hasta haber llegado al lugar conveniente y deben terminar su actuación cuando lo abandonan Si tomamos el término medio para referirnos a las partes escénicas de la dotación expresiva, se puede tomar fachada personal para referirse a los otros elementos de esa dotación, aquello que debemos identificar mínimamente con el actuante mismo y que, como es natural, esperamos que lo sigan dondequiera que vaya. Como parte de la fachada personal podemos incluir las insignias del cargo, el vestido, el sexo, la edad y las características raciales, el tamaño y aspecto, el porte, las pautas del lenguaje. 57 Además del hecho de que diferentes rutinas pueden emplear la misma fachada, hay que señalar que una fachada social determinada tiende a institucionalizarse en función de las expectativas estereotipadas abstractas a las cuales da origen, y tiende a adoptar una significación y estabilidad al margen de las tareas especificas que en ese momento resultan ser realizadas en su nombre. La fachada se convierte en una representación colectiva y en una realidad empírica por derecho propio. Cuando un actor adopta un rol social establecido, descubre que ya se le ha asignado una fachada particular. Además, si el individuo adopta una tarea que no solo es nueva sino que no esté bien establecido en la sociedad, o si intenta cambiar el enfoque de la tarea, es probable que descubra que ya existen varias fachadas bien establecidas, entre las cuales debe elegir. Cuando una tarea recibe una nueva fachada, rara vez encontramos que esta última es, en si misma nueva. la fachada social puede dividirse en partes tradicionales, como medio, apariencia y modales, que a causa de que se pueden presentar rutinas diferentes tras una misma fachada, el carácter especifico de una actuación tal vez no se ajuste perfectamente a la apariencia general socializada con la cual se nos presenta. Estos dos hechos, tomados simultáneamente, nos llevan a estimar que los elementos de la fachada social de una rutina particular no solo se encuentran en las fachadas sociales de toda una gama de rutinas sino que la gama total de rutinas en la cual se encuentra un elemento de la dotación de signos diferirá de la gama de rutinas en la cual ha de encontrarse otro elemento de la misma fachada social. Así un abogado puede hablar con un cliente dentro de un marco social que él emplea solo para este fin, pero los trajes que usa en dichas ocasiones también son adecuados para cenar con sus colegas o ir al teatro con su mujer. Realización dramática Si la actividad del individuo ha de llegar a ser significante para otros, debe movilizarla de manera que exprese durante la interacción lo que él desea transmitir. En el caso de algunos status la dramatización no presenta problema alguno, ya que ciertos actos instrumentalmente esenciales para llevar a cabo la tarea núcleo del status están al mismo tiempo muy bien adaptados, desde el punto de vista de la comunicación, como medio para transmitir de manera vivida las cualidades y atributos que alega el actuante. (Roles de boxeadores, cirujanos, violinistas). En muchos casos, sin embargo, la dramatización del propio trabajo constituye un problema. Este significa más que el mero hecho de hacer visibles los costos invisibles, el trabajo que debe ser realizado por aquellos que ocupan ciertos status está tan pobremente proyectado como expresión 58 de un significado deseado, que si el beneficiario quisiera dramatizar el carácter de su rol, debería desviar para ello una apreciable cantidad de su energía. Idealización La actuación de una rutina presenta a través de su fachada algunas exigencias más bien abstractas sobre el público, exigencias que probablemente le serán presentadas durante la actuación de otras rutinas. Constituye una forma de socializar, moldear y modificar una actuación para adecuarla a la comprensión y expectativas de la sociedad en la cual se presenta. Otro aspecto importante de este proceso de socialización es la tendencia de los actuante a ofrecer a sus observadores una impresión que se idealizada de diversas maneras. Cuando un individuo se presenta ante otros, su actuación tendera a incorporar y ejemplificar los valores oficialmente acreditados de la sociedad, tanto más, de lo que lo hace su conducta general. (Ejemplo de idealización de los estratos sociales altos, movilidad ascendente). Como un ejemplo más de dichas rutinas idealizadas, ninguno tiene tanto encanto como las actuaciones de los mendigos callejeros. Es importante notar que cuando un individuo ofrece una actuación, encubre por lo general algo más que placeres y economías inadecuadas. Materiales ocultados. Un actuante tiende a encubrir o dar menor importancia a aquellas actividades, hechos y motivos incompatibles con una versión idealizada de sí mismo y de sus obras. El mantenimiento del control expresivo El actuante puede confiar en que el auditorio acepte sugerencias menores como signo de algo importante acerca de su actuación. Esto tiene una implicancia inconveniente. En virtud de la misma tendencia a aceptar signos, el auditorio puede entender erróneamente el significado que debía ser transmitido por la sugerencia, o puede ver un significado molesto en gestos o hechos accidentales, inadvertidos o incidentales y no destinados por el actuante a contener significado alguno. En respuesta a estas contingencias de la comunicación, los actuantes intentan por lo general ejercer una especie de responsabilidad sinecdoquica, en la actuación tendrá lugar la mayor cantidad posible de sucesos de menor importancia. Hasta los auditorios que simpatizan con el actuante pueden ser momentáneamente perturbados por el descubrimiento de una discrepancia insignificante en las impresiones que se le presentan. En nuestra sociedad, algunos gestos impensados se producen en una variedad tan grande de actuaciones y transmiten impresiones que son por lo general tan incompatibles con las que se fomentan, que estos hechos inoportunos han adquirido un status simbólico colectivo. Tres categorías: 59 1. un actuante puede transmitir de manera accidental incapacidad, incorrección o falta de respeto al perder momentáneamente control muscular de sí mismo, puede resbalar, tropezar, caerse cometer un lapsus linguae. 2. pueden actuar de modo de transmitir la impresión de que esta demasiado ansioso por la interacción o desinteresado de ella. Tartamudear, olvidar su parte, puede tener inapropiadas explosiones de risa, ira u otras reacciones que momentáneamente lo incapacitan para interactuar. 3. el actuante puede permitir que su presentación adolezca de una inadecuada dirección dramática. Y el medio puedo no estar en orden, o haber sido preparado para otra actuación o haberse desarreglado durante ella. Tergiversación La tendencia del auditorio a aceptar los signos coloca al actuante en la situación de ser interpretado equivocadamente y lo obliga a hacer uso de un cuidado expresivo en relación con todo lo que hace cuando se encuentra ante un auditorio, así también esta tendencia a la aceptación de signos coloca al auditorio en la situación de ser engañado y conducido a conclusiones erróneas, porque hay pocos signos que no puedan ser empleados para atestiguar la presencia de algo que no está realmente allí. Y es evidente que muchos actuantes tienen una gran capacidad y motivo para tergiversar los hechos, solo la vergüenza, la culpa o el temor les impiden hacerlo. Como integrantes de un auditorio es natural que sintamos que la impresión que la actuante trata de dar puede ser verdadera o falsa, genuina o espuria. Esta duda es tan común que con frecuencia préstamos especial atención a rasgos distintivos de la actuación que no pueden ser manejados fácilmente, permitiéndonos así juzgar la confiabilidad de las sugestiones más tergiversables de la actuación. En general, la representación de una actividad se alejara en cierto grado de la actividad en sí y la tergiversara inevitablemente. Y como al individuo se le exigirá valerse de signos para construir una representación de su actividad, la imagen que construya, por fiel que sea a los hechos, estará sujeta a todas las disrupciones a que están sujetas las impresiones. Mistificación La percepción como una forma de contacto y comunión, el control sobre lo que se percibe es control sobre el contacto que se hace, y la limitación y regulación de lo que se muestra es una limitación y regulación del contacto. La imposibilidad de regular la información adquirida por el 60 público implica una posible disrupción de la definición proyectada de la situación, la imposibilidad de regular el contacto implica la posible contaminación ritual del actuante. Realidad y artificio En nuestra cultura angloamericana parece haber dos modelos basados en el sentido común, de acuerdo con los cuales formulamos nuestras concepciones de la conducta, la actuación real, sincera u honesta y la falsa. Tendemos a ver las actuaciones reales como algo que no ha sido construido expresamente, como producto involuntario de la respuesta espontánea a los hechos en su situación. Y a ver las actuaciones ideadas como algo industriosamente armado, con un detalle falso tras otro, ya que no hay realidad de la cual podrían ser respuesta directa a los detalles de conducta. Los actuantes pueden ser sinceros o no serlo pero estar sinceramente convencidos de su propia sinceridad, pero este tipo de sentimiento respecto del rol no es necesario para que la actuación sea convincente. Al aprender a desempeñar nuestros roles en la vida real guiamos nuestras propias producciones manteniendo, en forma no demasiado consciente, una familiaridad incipiente con la rutina de aquellos a quienes nos hemos de dirigir. Y cuando llegamos a manejar correctamente una verdadera rutina somos capaces de hacerlo debido a una socialización anticipante. Nuestra actuación es siempre mejor que el conocimiento teórico que de ella tenemos. Ser un tipo dado de persona no significa simplemente poseer los atributos requeridos, sino también por mantener las normas de conducta y apariencia que atribuye el grupo social al que se pertenece. Un status, una posición, un lugar social es una pauta de conducta apropiada, coherente embellecida y bien articulada. Realizada con facilidad o torpeza, conciencia o no, engaño o buena fe, es sin embargo a lo que debe ser representado y retratado, algo que debe ser llevado a efecto. EXPLORACIONES DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL - MYERS DAVID - FICHA 6583 La influencia de nuestro entorno social. En un momento dado, nuestro estado interno y por tanto lo que decimos y hacemos depende de la situación. Los investigadores sobre la atribución han identificado un problema común a nuestras atribuciones. Cuando explicamos la conducta de una persona, solemos subestimar el efecto que tiene la situación y sobrestimar el grado en que refleja los rasgos y actitudes del individuo. Esta desestimación de la situación, el error fundamental de la atribución. 61 Cometemos el error fundamental de atribución cuando explicamos la conducta de los demás. Solemos explicar nuestra propia conducta en función de la situación. Cuando nos referimos a nosotros mismos, solemos utilizar verbos que describen nuestras acciones y reacciones. Al referirnos a los demás, solemos describir lo que la persona es. Solemos ignorar los potentes determinantes situacionales. Perspectiva y conciencia de la situación Observamos a los demás desde una perspectiva distinta de la que nos observamos a nosotros mismos. Cuando actuamos, el entorno determina nuestra atención. Cuando observamos a otra persona actuar, esa persona ocupa el centro de nuestra atención y el entorno se hace relativamente invisible. La persona es la figura que se destaca sobre el fondo que la rodea. La persona parece revocar lo que está ocurriendo. ¿Qué pasaría si pudiéramos vernos a nosotros mismos como nos ven los demás y si pudiéramos ver el mundo a través de sus ojos? Las perspectivas cambian con el tiempo A medida que la persona que era visible se va borrando de la memoria, los observadores suelen cargar más la responsabilidad en la situación. Las circunstancias también pueden cambiar nuestra perspectiva de nosotros mismos. Al vernos a nosotros mismos en una televisión volvemos a dirigir nuestra atención hacia nosotros mismos. Encontramos causas ahí donde las buscamos. Puesto que somos conscientes de cómo varía nuestra propia conducta en función de la situación, nos vemos a nosotros mismos como más variables de lo que nos ven otras personas. La observación directa de una persona conocer a s persona realmente bien y verla en distintas situaciones hace que seamos más sensibles a su contexto. Las etiquetas sobre los rasgos se aplican más fácilmente cuando se describe a desconocidos. Diferencias culturales Las culturas también influyen sobre el error de atribución. La visión occidental del mundo predispone a la gente a suponer que son los individuos y no las situaciones las que provocan los acontecimientos. Las explicaciones internas están más aprobadas socialmente. Con la disposición y actitud adecuada, cualquiera puede sobreponerse a casi cualquier problema: no consigue lo que se merece y se merece lo que tiene. Sin embargo, los individuos de las culturas orientales son más sensibles a la importancia de las situaciones. Cuando son mas conscientes del contexto social, están menos inclinados a suponer que la conducta de los además se debe a sus características personales. 62 Los experimentos revelan que el sesgo se produce incluso cuando somos conscientes de las fuerzas situacionales: cuando sabemos que la postura asignada en un debate no es una buena base para inferir las actitudes reales de un individuo. El error es fundamental porque tiñe nuestras explicaciones de formas básicas e importantes. Los que atribuyen la pobreza y el desempleo a las disposiciones personales (solo son vagos y no se merecen nada) tienden a adoptar unas posturas políticas poco comprensivas de esos individuos. CÓMO PERCIBIMOS A LAS PERSONAS – OVEJERO - FICHA 6584 Algo tan central en psicología social como son las relaciones interpersonales dependen en gran medida de la percepción social: con comportamos con los demás según les percibimos. De ahí la enorme importancia que para la conducta social tendrá la percepción de personas y la formación de impresiones. Los procesos básicos para saber cómo llegamos a conocer a otras personas e interactuar con ellas son un aspecto clave en la comprensión de todas las relaciones sociales. La percepción comprende esencialmente dos procesos: 1) la recopilación de los datos estímulo y su recodificación para reducir su complejidad y facilitar su almacenamiento y recuperación en la memoria; y 2) el intento de “ir más allá” de los datos recopilados, con la finalidad de predecir acontecimientos y conductas futuras y evitar así reducir la sorpresa y la incertidumbre. Percepción social, definición: entendemos por percepción social el proceso por el que llegamos a conocer y pensar a las otras personas, sus características, cualidades y estados internos, la percepción social es, pues, un proceso por el que una persona crea un mundo perceptual coherente, a partir de una serie de estímulos físicos caóticos, y, al igual que la percepción de objetos físicos, la percepción de personas, se caracteriza por estos rasgos: 1) activa: incluso desde un punto de vista fisiológico, la percepción social es un proceso activo; 2) selectiva: de la gran cantidad de estímulos caóticos que nos llegan de una forma también caótica, seleccionamos aquellos que nos interesan, a través de una doble selectividad, la que imponen nuestros propios filtros perceptivos (sólo conocemos aquello que puede pasar por nuestros sentidos) y la que depende de nuestra atención (sólo nos fijamos en aquellos que nos interesa); 3) inferencial: porque a partir de unos datos físicos inferimos conclusiones no físicas (emociones, etc.); 4) estructurante: todo lo que captaos lo estructuramos a nuestra manera, categorizando a las personas como pertenecientes a grupos; y 5) estable: necesitamos percibir a las demás personas como estables. Existen muchas similitudes entre la percepción de objetos físicos y la percepción de personas, existen también algunas importantes diferencias entre ambos tipos de percepción: 1) las personas son percibidas como agentes causales y los objetos no, o dicho de otra forma, los seres humanos tenemos intenciones de control sobre el medio que no rodea, lo que explica por qué el factor 63 “engaño” tiene una importancia crucial en la percepción de personas, mientras que es prácticamente irrelevante en la percepción de objetos físicos. 2) las otras personas son semejantes a nosotros, lo que nos permite realizar una serie de inferencias que no podemos realizar en el caso de los objetos. 3) la percepción de personas suele darse en interacciones que poseen un carácter dinámico. Generalmente cuando percibimos a otra persona estamos siendo también percibidos por ella. Nuestra mera presencia, el hecho de sentirnos observados o el contexto, pueden hacer que la otra persona maneje la impresión que quiera causarnos, presentando o enfatizando ciertas características y omitiendo otras. Además, las expectativas o percepciones respecto a la persona que percibimos influyen en nuestra conducta hacia ella; esta conducta, a su vez, puede influir en la respuesta que la persona percibida, emita, cerrando de esta manera una especie de círculo vicioso. ¿Por qué necesitamos hacernos una impresión de los demás? La percepción de las personas es un proceso claramente al servicio de nuestras interacciones, es decir, las personas percibimos a los demás para maximizar los efectos de nuestra interacción con ellas, por lo que nuestra percepción persigue diferentes objetivos que se suelen clasificar en dos grupos: 1)hacer un diagnóstico o evaluación de la persona percibida: en este caso la meta de la interacción consiste en que la percepción sea lo más correcta posible, lo que es importante en una infinidad de situaciones cotidianas. Cuatro factores facilitan el que se dé esta situación: a) dependencia de resultados: cuando lo que se obtiene de la interacción social depende, de alguna manera, de la persona percibida, entonces la motivación para percibirla correctamente es alta. Esto ocurre tanto cuando la dependencia es positiva como cuando es negativa. En estas circunstancias, las personas se preocupan por percibir correctamente a los demás porque quieren predecir e incluso controlar sus propios resultados, para lo que necesitan predecir y tal vez incluso influir sobre los resultados de los demás; b) estatus subordinado: tener una posición subordinada en relación con la otra persona (por ejemplo, alumno-profesor) significa que nuestros beneficios dependen de la otra persona en mayor medida que los suyos de nosotros. Quienes se encuentran en esta situación de inferioridad estarán más atentos a cómo son quienes se encuentran en la de superioridad que al revés; c) estigma: tener un estigma significa poseer un atributo socialmente desacreditado. Las investigaciones han demostrado que ser una persona estigmatizada influye también en cómo percibe y en cómo es percibida (por ejemplo, ser ciego, padecer sida, etc.). Ahora bien, estos factores motivan tanto a hacerse una impresión acertada que con frecuencia llevan a errores de percepción; y d) sentirse responsable de la impresión formada: no sólo nuestra dependencia respecto a las personas con quienes interactuamos favorece que nos esforcemos por formarnos una correcta impresión, sino que también esto ocurre cuando tenemos que dar cuenta ante terceras personas de la impresión que nos formamos. 2) actuar: en este caso el 64 perceptor persigue algún objetivo específico, y la percepción de las personas presentes en la interacción tiene sólo una relación incidental con este objetivo. La gente no se preocupa por obtener una representación lo más correcta posible de la otra persona con quien interactúa. En todo caso, podríamos preguntarnos cómo es posible predecir la conducta de una persona sin hacernos una idea, aunque mínima, de cómo es esa persona. Esta situación es posible principalmente por dos razones: la primera consiste en que en muchas de las situaciones en las que cotidianamente nos encontramos existen unas normas reguladoras de la conducta lo suficientemente claras y precisa como para no tener que preocuparnos de averiguar cómo son las otras personas que están en la situación en orden a predecir su conducta. La segunda razón estriba en que muchas de las situaciones sociales son en gran medida un proceso de negociación y de influencia mutua. ¿Cómo nos hacemos una impresión? Tradicionalmente en psicología social se han estudiado dos grandes temas en la percepción de perdonas: a) la exactitud en la percepción, o más concretamente, qué características tenían los buenos perceptores; b) la segunda línea de investigación fue la formación de impresiones, que vine a reemplazar a la anterior, y que intentaba estudiar cómo los individuos utilizan la diferente información que reciben de una persona estímulo determinada para formarse una impresión relativamente coherente y unitaria de ella. La formación de impresiones no es sino una parte de la llamada cognición social, que es el proceso de recoger información sobre las otras personas, organizarla e interpretarla. La cognición social implica, entre otras cosas, formarse impresiones de los otros, buscar las causas de su conducta y recordar cosas sobre las otras personas. Asch sugiere dos modelos posibles: a) modelo aditivo: según este modelo, dada una serie de datos estímulo, la impresión final no será sino la suma de tales datos, de las impresiones parciales. b) modelo gestaltista: los diferentes datos estímulos que recibe el individuo son organizados formando un todo, de forma que cualquier información que le llega es asimilada en función de la información que ya tiene: el sujeto organiza en un todo todos los rasgos, influyendo cada uno de ellos en todos los demás, de tal forma que la impresión final será una dinámica no fácilmente predecible. Asch hizo la importante distinción entre rasgos centrales y rasgos periféricos. Son rasgos centrales aquellos que tienen un alto peso específico sobre la impresión final, mientras que serán periféricos los que tengan un bajo peso en esa impresión final. El que un rasgo sea central o periférico depende, según Asch, del contexto, o sea, de los demás rasgos estímulo. 65 Asch inició dos importantes líneas de investigación: la primera se refiere a la integración de la información, es decir a las distintas modalidades en que la información es procesada y combinada. En concreto, en ocasiones recibimos informaciones contradictorias sobre una persona: ¿cómo integramos esta información contradictoria en una impresión coherente? La teoría de Asch predice que adaptaremos la información contradictoria a la impresión previa (efecto primacía), si fuera la nueva y contradictoria información la que obliga a cambiar la impresión previa, estaríamos ante un efecto de recencia. Ahora bien, si Asch tiene razón y el efecto de primacía es realmente más influyente que el de recencia, entonces también serán importantísimas en el comportamiento interpersonal las primeras impresiones que nos hacemos de los demás. De ahí los intentos de la gente por manejar las impresiones, sobre todo las primeras impresiones. En efecto, como sabemos, no contamos a los demás todas las cosas que nos ocurren o que nos conciernen. Por el contrario, unas cosas las contamos a todo el mundo, otras sólo a algunos y, finalmente, otras, generalmente menos positivas para nosotros, no se las contamos a nadie. Es lo que se llama presentación de uno mismo o manejo de impresiones. La segunda línea de investigación iniciada por Asch se refiere a las teorías implícitas de personalidad, que veremos después y que pretende responder a esta pregunta: ¿existen relaciones relativamente estables entre rasgos? Secord señalaba hace años 3 tipos de factores como determinantes de la formación de impresiones: 1) determinantes sociales y culturales: estos determinantes son muy influyentes. La cultura contribuye en gran medida a la formación de las impresiones y contribuye de varias formas: a) poniendo su acento selectivo en ciertos rasgos (por ejemplo, en nuestra cultura, a la hora de hacernos una impresión de alguien, tiene más importancia la corbata que el color de las medias); y b) proporcionando categorías ya hechas como las de sexo, edad, raza, etc. 2) los propios proceso de inferencia, tan estudiados después dentro de la temática general de la cognición social. 3) las características o atributos del perceptor: tema que aunque cada vez se estudia menos, no deja de tener su importancia. Baste decir ahora que unos rasgos serán percibidos más fácilmente y utilizados con mayor probabilidad, dependiendo sobre todo de estas variables: a) efecto de primacía, según el cual, como ya hemos dicho, los atributos que percibimos primero tienen más probabilidades de ser utilizados como categorías que los que percibimos más tarde; b) algunos atributos físicos, como el color de la piel, el sexo, la edad, el atractivo físico o algunos estigmas físicos, dado que suelen ser los `primeros rasgos que se perciben, además de que algunos de ellos suelen ser claros estereotipos; c) la saliencia contextual, es decir, alguna característica que por diferentes razones destaque entre las restantes, como por ejemplo, una mujer en un grupo de hombre, o un señor mayor en un grupo de niños, etc.; y d) la accesibilidad o disponibilidad de la característica, lo que 66 suele depender de su utilización reciente o de que haya activado a menudo en el pasado. Por ejemplo, si al salir de una conferencia sobre sectas vemos a una mujer que pertenece a una de ellas. En todo caso, a la hora de hacernos una impresión, tendemos a prestar atención principalmente a estos 3 tipos de información: a) información sobre la pertenencia a grupos o categorías sociales (sexo, clase social, etc.); b) información sobre las características de personalidad (fundamentalmente, en nuestra cultura, la inteligencia, la amabilidad, y el ser trabajador, servicial, honesto y bondadoso) y otras características como las físicas, principalmente el atractivo físico, que es absolutamente central en la formación de impresiones de los occidentales; y c) información sobre la conducta: obviamente, también van a desempeñar un papel central en nuestras impresiones los comportamientos concretos de las personas. Y tampoco debemos olvidar el papel tan importante que en la formación de impresiones desempaña la comunicación no verbal. A las personas les interesa controlar o manejar las impresiones que los demás se hacen de ellas, y a través de ello intentar ejercer el poder, persuadir, dar retroalimentación o engañar. Y generalmente los indicadores no verbales tienen un mayor impacto que los verbales en los cambios de impresiones, siendo responsables de aproximadamente 10 veces más variación que los verbales. Y entre las señales no verbales, las más influyentes en las impresiones son la mirada, la distancia y el contacto físico. Pero difícilmente entenderíamos bien cómo nos hacemos una impresión de los demás sin tener en cuenta, cuando menos, dos subprocesos básicos en tal proceso como son las teorías implícitas de la personalidad y los esquemas. Teorías implícitas de la personalidad: no sólo combinamos la información disponible para hacer una impresión, sino que también de los rasgos estímulo que tenemos inferimos otros rasgos de que no disponemos. ¿Cómo hacemos estas inferencias? De diferentes maneras, pero principalmente a través de lo que llamamos en psicología social teorías implícitas de la personalidad, que son las creencias acerca de qué rasgos o características de las personas aparecen generalmente juntas. Son implícitas porque estas teorías no suelen estar formuladas en términos formales, siendo con frecuencia incluso inconscientes, con lo que difícilmente su veracidad o falsedad puede ser puesta a prueba de manera que el individuo continúa utilizándolas incluso aunque sean falsas, tendiendo a fijarse en los datos de la realidad que confirman sus TIP más que en los que las niegan o cuestionan. A pesar de que el contenido de estas teorías pueda ser muy amplio, en general suelen referirse a atributos personales o rasgos de personalidad. Ahora bien, estas teorías son idiosincrásicas, es decir, propias de cada individuo: cada uno de nosotros nos formamos unas teorías diferentes en función de nuestra propia experiencia, también 67 en cada caso. No obstante, a pesar de esta variabilidad individual, existe cierto consenso o coincidencia entre los integrantes de una determinada sociedad o grupo social en sus TIP. ¿Por qué somos tan dados a utilizar las TIP? Principalmente, como muchos otros fenómenos sociocognitivos (categorizaciones, estereotipos, etc.), por economía cognitiva. Al igual que las estructuras cognitivas, una de las principales razones de ser de las TIP consiste en la necesidad que tenemos de estructurar, dotándolas de orden y significado, nuestras percepciones de la realidad, y de hacer esto de la forma más sencilla posible. Los esquemas sociocognitivos: el conocimiento que tenemos de la realidad está almacenado en nuestra mente con una cierta estructura, estructura que recibe diferentes nombres (esquemas, categorías, actitudes, etc.), y que cumplen fundamentalmente dos funciones: en primer lugar, simplifican cuando hay demasiada información y, en segundo lugar, añaden información cuando ésta es escasa, permitiendo al perceptor ir más allá de la información suministrada por la realidad. Aunque, como hemos dicho, las estructuras cognitivas han sido denominadas de diferentes maneras, el concepto más utilizado para designarlas es el de esquema. Un esquema es una estructura cognitiva que representa un conocimiento organizado acerca de un concepto dado o de un tipo de estímulo. En los esquemas se distinguen dos componentes fundamentales, unos fijos y otros variables. Los componentes fijos son aquellos que han de darse necesariamente para que se dé el esquema. Si alguno de ellos falta, el esquema no se activaría en la mente de la persona. Los componentes variables son una especie de “huecos” sin especificar que permiten integrar todas las variaciones del esquema que se dan en la realidad. Pero tanto la percepción como la memoria no son asuntos puramente cognitivos sino también sociales que dependen de elementos de la estructura cognitiva como por ejemplo de los esquemas. Una vez se ha activado un esquema, éste influye en qué es lo que la persona percibe, la rapidez de la percepción, cómo interpreta lo percibido y qué percibe como semejante o diferente. ¿Cómo se activan las estructuras cognitivas? La activación de un esquema determinado depende principalmente de dos factores: a) características de la información estimular: los esquemas que están relacionados con características visibles de los estímulos es probable que se activen con mayor facilidad que aquellos otros que no tienen esta cualidad. Entre las características visibles ocupan un lugar destacado aquellas que tienen que ver con el aspecto físico, como la edad, la raza, el sexo o el atractivo físico. No obstante, conviene tener en cuenta que lo que hace a esta información especialmente activadora de esquemas no es sólo su carácter físico, sino sobre todo el significado social que en nuestro medio se le ha dado a esa apariencia física. B) características del perceptor: el segundo factor del que depende qué esquemas son activados lo constituye el 68 propio perceptor. Además del conocimiento que cada persona tiene, hay 2 aspectos que han atraído más la atención de los investigadores: el estado de ánimo y las metas u objetivos de las personas. ANEXO - CÓMO PERCIBIMOS A LAS OTRAS PERSONAS: LA COGNICIÓN SOCIAL OVEJERO BERNAL- FICHA 6584 Introducción Algo tan central en psicología social como son las relaciones interpersonales dependen en gran medida de la percepción social, nos comportamos con los demás según les percibamos. Los procesos básicos para saber cómo llegamos a conocer a otras personas e interactuar con ellas son un aspecto clave en la comprensión de todas las relaciones sociales. Tratamos a los demás no tal y como son realmente, sino tal y como los percibimos. La percepción comprende esencialmente dos procesos: 1. la recopilación de los datos estimulo y su recodificación para reducir su complejidad y facilitar su almacenamiento y recuperación en la memoria 2. el intento de ir más allá de los datos recopilados con la finalidad de predecir acontecimientos y conductas futuras y evitar así reducir la sorpresa y la incertidumbre. Percepción social: definición Percepción social es el proceso por el que llegamos a conocer y pensar a las otras personas, sus características y estados internos. Es un proceso por el que una persona crea un mundo perceptual coherente, a partir de una serie de estímulos físicos caóticos, y, al igual que la percepción de objetos físicos, la percepción de personas, se caracteriza por estos rasgos: 1. activa 2. selectiva: seleccionamos aquellos que nos interesan, por una doble selectividad, la que imponen nuestros propios filtros perceptivos y la que depende de nuestra atención. 3. inferencial: a partir de unos datos físicos inferimos conclusiones no físicas 4. estructurante: todo lo que captamos lo estructuramos a nuestra manera, categorizando a las personas como pertenecientes a grupos. 5. estable: necesitamos percibir a las demás personas como estables. 69 Diferencias entre la percepción de objetos físicos y la percepción de personas: las personas son percibidas como agentes causales y los objetos no. Los hombres tenemos intenciones de control sobre el medio que nos rodea, el factor engaño tiene una importancia crucial en la percepción de personas. Intentando percibir como la persona realmente es. Las otras personas son semejantes a nosotros, realizamos inferencias que no podemos realizar en el caso de los objetos. Suele darse en interacciones que poseen un carácter dinámico. Cuando percibimos a una persona estamos siendo percibidos por ella. El hecho de sentirnos observados puede hacer que la otra persona maneje la impresión que quiera causarnos. ¿Por qué necesitamos hacernos una impresión de los demás? La percepción de las personas es esta al servicio de nuestras interacciones, las personas percibimos a los demás para maximizar los efectos de nuestra interacción con ellas, nuestra percepción persigue diferentes objetivos que se suelen clasificar en dos grupos: 1. hacer un diagnostico o evaluación de la persona percibida: la percepción sea lo más correcta posible, lo que es importante en una infinidad de situaciones cotidianas. Cuatro factores facilitan el que se dé esta situación: dependencia de resultados: cuando lo que se obtiene de la interacción social depende de la persona percibida, entonces la motivación para percibirla correctamente es alta. Status subordinado: tener una posición subordinada en relación con la otra persona significa que nuestros beneficios dependen de la otra persona en mayor medida que los suyos de nosotros Estigma_: tener un estigma significa poseer un atributo socialmente desacreditador. Las investigaciones han mostrado que ser una persona estigmatizada influye en cómo percibe y en cómo es percibida. Sentirse responsable de la impresión formada: no solo nuestra dependencia respecto a las personas con quienes interactuamos favorece que nos esforcemos por formarnos una correcta impresión, sino que también esto ocurre cuando tenemos que dar cuenta ante terceras personas de la impresión que nos formamos. 70 2. actuar: el perceptor percibe algún objetivo específico y la percepción de las personas presentes en la interacción tiene solo una relación incidental con este objetivo. La gente no se preocupa por obtener una representación lo más correcta posible de la otra persona con quien interactúa. ¿Cómo nos hacemos una impresión? Tradicionalmente en psicología social se han estudiad dos grandes temas en la percepción de las personas: la exactitud en la percepción, es decir, que características tenían los buenos perceptores; y la segunda línea de investigación fue la formación de impresiones, que intentaba estudiar como los individuos utilizan la diferente información que reciben de una persona estimulo determinada para formarse una impresión relativamente coherente y unitaria de ella. La formación de impresiones no es sino una parte de la llamada cognición social, que es el proceso de recoger información sobre las otras personas, organizarla e interpretarla. Formarse impresiones de los otros, buscar las causas de su conducta y recordar cosas sobre las otras personas. Y como nos hacemos esas impresiones?: 1. modelo aditivo: dada una serie de datos estimulo, la impresión final no será sino la suma de tales datos, de las impresiones parciales. Serio problema: ¿Cómo integrar y resolver la información contradictoria? 2. modelo gestáltico: los diferentes datos estimulo que recibe el individuo son organizados formando un todo, de forma que cualquier información que le llega es asimilada en función de la información que ya tiene: el sujeto organiza en un todo todos los rasgos, influyendo cada uno de ellos en todos los demás. Ejemplo de una mujer q se presenta con iguales rasgos y cambia solo uno como por ejemplo en vez de afectuosa es fría en el contexto de ser además habilidosa, trabajadora, decidida, práctica y cauta. Esto llevo a las explicaciones de Asch de porque un cambio en un solo rasgos cambiaba esencialmente la impresión que se tenía de esa persona y de aquí surge la conceptualización de rasgos centrales y rasgos periféricos. Los rasgos centrales son aquellos que tienen un alto peso especifico sobre la impresión final, mientras que serán periféricos los que tengan un bajo peso en esa impresión final, el que un rasgo sea central o no depende del contexto de los demás rasgos estimulo. Dado que la centralidad de un rasgo depende de los otros rasgos, entonces un mismo rasgo será central en un contexto y periférico en otro. Asch comenzó dos líneas de investigación importantes: la primera refiere a la integración de la información, las distintas modalidades en que la información es procesada y combinada. En 71 ocasiones recibimos informaciones contradictorias sobre una persona. Y en este sentido podemos hacer dos cosas: adaptaremos la info. Contradictoria a la impresión previa (efecto de primacía) o si fuera la nueva y contradictoria información la que obliga a cambiar la impresión previa, estaríamos ante un efecto de recencia. La segunda línea de investigación indiciada por Asch fue las que se refieren a las teorías implícitas de la personalidad. Secord señalaba hace año tres tipos de factores como determinantes de la formación de impresiones: 1. determinantes sociales y culturales: la cultura contribuye en gran medida a la formación de impresiones y contribuye de varias formas: a. poniendo su acento selectivo en ciertos rasgos b. proporcionando categorías ya hechas como las de sexo, edad, raza 2. los propios procesos de inferencia 3. las características o atributos del perceptor Baste decir que unos rasgos serán percibidos más fácilmente y utilizados con mayor probabilidad: i. efecto de primacía: los atributos que percibimos primero tienen más probabilidad de ser utilizados como categorías que los que percibimos más tarde ii. algunos atributos físicos iii. la sapiencia contextual, es decir, alguna característica que por diferentes razones destaque entre las restantes iv. la accesibilidad o disponibilidad de la característica, depende de su utilización reciente. A la hora de hacernos una impresión, tendemos a prestar atención a estos tres tipos de información: I. información sobre la pertenencia a grupos o categorías sociales Información sobre las características de personalidad y otras como las físicas Información sobre la conducta No debemos olvidar el papel de la comunicación no verbal como la mirada, la distancia y el contacto físico. Esta información es la más variable y la menos controlable. 72 Teorías implícitas de la personalidad La impresión no se forma sobre el vacío, que no utilizamos la información que recibimos, sino que vamos mas allá de la información de que disponemos realizando inferencias y poniendo algo de nuestra propia cosecha. No solo combinamos información disponible para hacer una impresión, sino que también de los rasgos estimulo que tenemos inferimos otros rasgos de que no disponemos. Estas teorías implícitas son las creencias acerca de que rasgos o características de las personas aparecen generalmente juntas. No están articuladas formalmente, no puede decirse su veracidad o falsedad. Son idiosincrásicas, es decir, propias de cada individuo: cada uno de nosotros nos formamos unas teorías diferentes en función e nuestra propia experiencia. No obstante esta variabilidad individual existe cierto consenso o coincidencia entre los integrantes de una determinada sociedad o grupo social. Las TIP surgen por economía cognitiva, en la necesidad que tenemos de estructurar, dotándolas de orden y significado, nuestras percepciones de la realidad y de hacer esto de la forma más sencilla posible. Los esquemas socio cognitivos La mente no es una especie de saco donde el individuo va arrojando todo lo que va conociendo y aprendiendo en su vida. El conocimiento que tenemos de la realidad esta almacenada en nuestra mente con una cierta estructura y que cumple dos funciones: 1. simplifican cuando hay demasiada información 2. Añaden información cuando esta es escasa, permitiendo al perceptor ir más allá de la información suministrada por la realidad. Un esquema es una estructura cognitiva que representa un conocimiento organizado acerca de un concepto dado o de un tipo de estimulo. Dos componentes fundamentales: unos fijos y otros variables. Los fijos son los que han de darse necesariamente para que se dé el esquema. La percepción como la memoria no son asuntos puramente cognitivos sino también sociales, dependen de elementos de la estructura cognitiva como por ejemplo de los esquemas. Una vez activado un esquema, este influye en que e so que la persona percibe, la rapidez de la percepción como interpreta lo percibido y que percibe como semejante o diferente. La activación de un esquema determinado depende principalmente de estos dos factores: a. características de la información estimular: los esquemas relacionados con características visibles de los estímulos es probable que se activen con mayor facilidad que aquellos otros que no tienen esta cualidad 73 b. características del perceptor: el segundo factor del que depende qué esquemas son activados lo constituye el propio perceptor. Además del conocimiento que cada persona tiene, hay dos aspectos que han atraído la atención de los investigadores: el estado de ánimo y las metas u objetivos de las personas. UNIDAD 3 – ACTITUDES, PREJUICIO Y DISCRIMINACION LA NATURALEZA DEL PREJUICIO – ALLPORT – FICHA 6507 LOS EFECTOS DEL CONTACTO Algunos sociólogos sostienen que cuando los grupos de seres humanos se reúnen, pasan normalmente por cuatro etapas sucesivas en su relación. Al principio existe un simple contacto, que conduce pronto a la competición, la que a su vez da paso a la acomodación y finalmente a la asimilación. Pero esta progresión dista de ser una ley universal, tampoco es irreversible esa secuencia. CONTACTOS CASUALES la evidencia con que contamos indica claramente que esos contactos no hacen que desaparezca el prejuicio; más probable parece ser que lo aumenten. Supongamos que en la calle o en una tienda vemos a un miembro de un exogrupo visible. Por asociación de ideas, es probable que vengan a nuestra mente una serie de rumores, de cosas que hemos oído decir, de tradiciones o de estereotipos por lo que se conoce a ese exogrupo. Teóricamente, cada contacto superficial con los miembros de un exogrupo puede reforzar, en base a la “ley de la frecuencia”, las asociaciones mentales adversas que nosotros tenemos. Y más aun, estamos sensibilizados para la percepción de los signos que confirmaran nuestros estereotipos. RELACIONES en contraste con los contactos casuales, la mayoría de los estudios muestran que las relaciones auténticas hacen disminuir el prejuicio. Los propiciadores de la educación piensan que es mejor no limitarse a impartir el conocimiento de hechos, sino que conviene más brindar a los estudiantes una experiencia directa con otros grupos. Los datos tienden a confirmar la conclusión de que el conocimiento y las relaciones con miembros de grupos minoritarios favorecen las actitudes tolerantes y amistosas. Parece probable que un grado mayor de conocimiento sobre un grupo minoritario lleve directamente a adquirir una serie de creencias más ajustadas a la realidad. De ello no se deduce que las actitudes hayan de cambiar proporcionalmente. 74 Los contactos que reducen en una intensificación del conocimiento y de las relaciones tienden a engendrar creencias más auténticas acerca de los grupos minoritarios, y por esta razón contribuyen a la reducción del prejuicio. CONTACTO RESIDENCIAL el hecho de la segregación en barrios pobres puede ser en gran medida responsable del estereotipo de que los negros son intrínsecamente criminales, enfermos, y dados en arruinar las casas donde viven. De este estudio podemos concluir que el contacto residencial inminente, es considerado como una amenaza por el grupo dominante, pero que la naturaleza de las quejas y de las percepciones varia con la proximidad (o lejanía) de la amenaza. Aquellos que tienen un contacto más estrecho perciben menores diferencias que los que mantienen mayor distancia. Lo decisivo no es el mero hecho de vivir juntos. Son las formas de comunicación resultantes lo que importa. Se deduce, como moraleja, que los administradores de vivienda no deberían prestar mucha atención a las protestas que se levantan por anticipado al inaugurarse una política de viviendas integradas. La experiencia muestra que tales protestas tienden a desaparecer con el tiempo y que se obtienen finalmente resultados amistosos. El contacto residencial en determinada zona hace que la tensión aumente, mientras que la política de viviendas integradas, al propiciar el conocimiento y el establecimiento de relaciones, derriba las barreras para la comunicación efectiva. Cuando ya no existen, se obtiene como resultado la reducción de estereotipos engañosos, y la sustitución del miedo y la hostilidad autística por un panorama realista. De ordinario hay un neto incremento de los contactos amistosos. Al mismo tiempo, se traen a la luz los obstáculos reales que pudieran contrariar la existencia de buenas relaciones. CONTACTO OCUPACIONAL los trabajos que realizan la mayoría de los negros, así como los miembros de otros grupos minoritarios, están en lo más bajo de la escala ocupacional o cerca de allí. Eso implica poca remuneración y bajo status. En la actualidad se van reuniendo datos que señalan que este status diferencial en las ocupaciones es un factor activo en la creación y el mantenimiento del prejuicio. Hemos visto que la inminente amenaza de contacto residencial origina mayores protestas que el contacto real. El mismo principio se aplica al contacto ocupacional. Resulta bastante extraño que cuando el cambio se efectúa sin que haber sido el asunto sometido a discusión no se produce, por lo común, más que una excitación pasajera. Pronto la nueva política es aceptada como algo natural. Los recién llegados se granjean tolerancia y respecto tan pronto como sus méritos como individuos se hacen notorios. 75 La mayoría de la gente tiene una actitud doble respecto a sus propios prejuicios. Su primer impulso es hacerles caso. ¿Por qué exponerse a un fastidio innecesario, votando afirmativamente frente a la posibilidad de trabajar junto a un negro, un judío, u otro miembro de una minoría que no agrada? Pero esa actitud despierta a menudo un asomo de vergüenza, tanto más cuanto que la tradición del juego limpio y de la igualdad de oportunidades son auténticos valores para la mayoría de los norteamericanos. Por esa razón una acción enérgica y rectilínea que venga “de arriba” es generalmente aceptada, después de un periodo inicial de alboroto. Los contactos ocupacionales con negros de igual status tienden a hacer que disminuya el prejuicio. También coadyuva para ello conocer a negros de status ocupacional superior al propio. Aconsejable que la administración tome la iniciativa acabando con la discriminación en el nivel más alto. PROSECUCION DE OBJETIVOS COMUNES la gente puede llegar a considerar como cosa natural la situación particular en la que tiene lugar el contacto, pero sin generalizar en absoluto su experiencia. O sea que el contacto en igualdad de status puede conducir a una actitud disociada, o sumamente específica, sin afectar las percepciones y los hábitos corrientes del individuo. Solamente el tipo de contacto que hace que la gente realice cosas en conjunto tendera a producir un cambio en las actitudes. El principio está claramente ilustrado en el caso de un equipo deportivo. El afán cooperativo por alcanzar la meta engendra solidaridad. DIFERENCIA DE PERSONALIDAD ciertas personalidades resisten las influencias del contacto. De modo que fueron los niños ansiosos y agresivos los que no lograron adquirir tolerancia como resultado de su contacto a igual status con los niños negros. A ellos la vida les parecía profundamente amenazadora y las relaciones en su hogar eran muy conflictuales. Parece que sus desordenes personales eran demasiado profundos como para permitirles beneficiarse del contacto a igual status y de la relación con los negros. Ellos seguían necesitando chivos emisarios. Conclusión: parece correcto, entonces, sacar como conclusión que el contacto, como variable situacional, no siempre puede superar la variable personal en el prejuicio. Esto ocurre cuando la tensión interna de una persona es demasiado fuerte, demasiado insistente, como para permitirle beneficiarse de la estructura de la situación externa. El prejuicio (salvo que este firmemente enraizado en la estructura de carácter del individuo) puede ser reducido por un contacto a igual status entre los grupos mayoritarios y minoritarios, en procura 76 de objetivos comunes. El efecto se ve muy reforzado si este contacto está sancionado por soportes institucionales (es decir, por la ley, la costumbre), y siempre que sea de tal suerte que lleve a percibir intereses comunes y una común humanidad en los miembros de los dos grupos. CAPITULO XXX EVALUACION DE PROGRAMAS La ciencia social afirma que, si nosotros queremos reducir el prejuicio en nuestra sociedad, los ataques contra la segregación (legislativos o de otro tipo) son científicamente sólidos y merecen total prioridad. Pero los remedios legislativos son solo de los varios canales posibles para mejorar las relaciones étnicas y para cambiar las actitudes prejuiciosas. La siguiente lista sugiere otros: métodos educativos formales programas de contacto y conocimiento mutuo métodos de reeducación de grupo medios masivos exhortación terapia individual La ciencia social brinda dos tipos de ayuda. Puede, como acabamos de demostrar, explicar causas y efecto, en base al análisis psicológico y sociológico de las raíces del prejuicio, es posible predecir con alguna probabilidad de éxito si una forma de acción determinada podrá triunfar o fracasara. En segundo término, puede valorar ex post facto los resultados de los programas que han sido puestos a prueba. EL METODO DE LA INVESTIGACION debe existir primero un programa identificable que pueda ser valorado. Variable independiente. Debe haber algunos índices medibles de cambio. Variable dependiente. Menos vital, pero siempre importante, es el uso de grupos de control. Se ha hablado demasiado acerca de los muchos obstáculos que se presentan en el campo de la investigación evaluativa. Es difícil mantener incontaminada la variable independiente; es difícil idear medidas adecuadas del cambio; y cuando contamos con los resultados, no siempre es posible interpretarlos con confianza, ya que se han introducido en el experimento toda suerte de variables involuntarias. 77 PROGRAMAS EDUCATIVOS FORMALES Algunas evaluaciones se refieren al impacto de programas limitados y especiales. Lloyd Cook ha clasificado a estos últimos en seis rubros. 1- El enfoque informativo imparte conocimientos por medio de lecturas y de una enseñanza que se apoya en libros de texto 2- La aproximación a través de experiencias vicarias, por medio de películas, obras de teatro o ficción literaria, y otros recursos que invitan al estudiante a identificarse con miembros de un exogrupo. 3- La aproximación a través de un estudio activo dentro de la comunidad requiere viajes de estudio, conocimiento de la zona, trabajo en instituciones sociales o en programas comunitarios. 4- Exhibiciones, festivales y espectáculos alientan una consideración simpática de las costumbres de los grupos minoritarios y de la herencia del viejo mundo. 5- El proceso con pequeños grupos aplica diversos principios de la dinámica de grupo, incluyendo la discusión el sociograma y la reeducación de grupo. 6- La conferencia individual incluye la entrevista terapéutica y el consejo. El estudiante parece obtener mayores ventajas cuando interviene en proyectos comunitarios, cuando participa de situaciones realistas, y va logrando conocimiento del campo antes que conocimientos sobre el campo. La información no queda si no se combina con actitudes. Los hechos por si solos son inhumanos; solo las actitudes son humanas. La educación puramente apoyada en hechos suele tener uno de estos tres resultados igualmente abortivos: pronto se olvida, o es distorsionada de modo de racionalizar las actitudes existentes, o la información es admitida en un rincón de la mente, aislada de los determinantes principales de la conducta. La mera información, estamos de acuerdo, no altera necesariamente las actitudes ni la acción. Lo que es más, sus ventajas, de acuerdo con la investigación ya hecha, parecen menores que las de otros métodos educativos empleados. Al mismo tiempo, no hay virtualmente ninguna evidencia de que la correcta información acerca de los hechos pueda hacer daño. Tal vez su valor se postergue largo tiempo, y puede consistir en las dudas y la incomodidad que suscita dentro de os estereotipos de las personas con prejuicios. Si bien un niño, por medio de métodos indirectos, puede aprender a aceptar como cosa natural el pluralismo cultural, puede también seguir estando perplejo por las diferencias visibles en el color de la piel, por las periódicas festividades judías, por la diversidad religiosa. Su educación está incompleta hasta que entiende estos problemas. Parecería ser en ciertas medidas necesario un enfoque directo. 78 El método de experiencias vicarias algunos datos indican que las películas, las novelas, las piezas teatrales, pueden ser eficaces, tal vez por inducir a la identificación con miembros de grupos minoritarios. Una invitación menos violenta a la identificación al nivel de la fantasía puede ser un primer paso más efectivo. Métodos de participación activa la mayoría de los restantes métodos en la educación intercultural requieren la participación activa del estudiante. La mayoría de los investigadores auspician los métodos de participación, por encima de todos los demás. Pueden adaptarse a los programas escolares y también ser utilizados con adultos. PROGRMAS DE COTNACTO Y CONOCIMIENTO MUTUO el contacto dentro de un sistema social jerárquico, o entre personas que carecen igualmente de status (blancos pobres y negros obres), o los contactos entre individuos que se perciben mutuamente como amenazas, son dañosos antes que beneficiosos. Para lograr un efecto máximo, los programas de contacto y conocimiento deben producir un sentimiento de igualdad en el status social, deben tener lugar durante la realización de empresas con un objetivo normal, evitar la afectación y, si es posible, gozar de la sanción de la comunidad en la que se efectúan. Cuando más profunda y genuina sea la asociación, mayor será su efecto. Si bien puede resultar relativamente útil ubicar juntos a miembros de diferentes grupos étnicos en una ocupación, son mayores las ventajas que se obtienen si esas personas se consideran como partes de un equipo. REDUCACION DE GRUPO a diferencia del ciudadano que lee un panfleto o escucha un sermón, el individuo que se somete a un programa de reeducación interviene en ello activamente. Se le exige que represente los roles de otras personas, y aprende a través de ese “psicodrama” como se siente uno dentro de la piel del otro. A medida que aumenta la perspectiva, se va desarrollando una mayor comprensión de los sentimientos y pensamientos de los demás. Semejante compromiso personal redunda, al mismo tiempo, en una mejor conceptualización de los principios de las relaciones humanas. La mayoría de estos programas de reeducación tienen una notoria limitación. Están planeados para liberar a las personas tolerantes de sus inhibiciones y para dotarlas de ciertas capacidades que ellas desean tener. MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS ¿Y qué probabilidades de éxito tiene un mensurado mensaje de hermandad cuando se vive en medio de noticias que dan cuenta de guerras, intrigas, odios y crímenes? Leyes provisionales: 79 Tiene que haber una campaña Un segundo principio provisional concierne a la especificad de efectos. Las opiniones pueden cambiar, pero el cambio tiende a quedar limitado a un estrecho contexto y a adquirir poca o ninguna generalidad. Regresión de las actitudes. Después de un periodo de tiempo, las opiniones tienden a recaer en el punto de vista original, aunque no recorran todo el camino de regreso. Efecto retardado. Esto ocurría sobre todo con los testarudos que al principio se resistían al mensaje de la película, pero más tarde lo aceptaban. La propaganda es más eficaz cuando no hay resistencias muy profundamente asentadas. La propaganda es más eficaz cuando tiene el campo libre. Es necesario una propaganda favorable a la tolerancia, no tanto por sus efectos positivos sino como antídoto contra los agitadores que trabajan en la dirección opuesta. Importancia de los símbolos prestigiosos. Tienen prestigio para grandes masas de gente. El auspicio que ellos brindan a la tolerancia puede ganar a muchos individuos que están vacilantes en una posición fronteriza. EXHORTACION puede suponerse razonablemente que la exhortación ayuda a reforzar las buenas intenciones de los que ya se han convertido. Y este resultado no debe ser menospreciado, porque sin el refuerzo ético y religioso de sus convicciones, los ya convertidos no podrían mantener sus esfuerzos para el mejoramiento de las relaciones entre grupos. Pero en cuanto al individuo con prejuicio caracterológico y al conformista para quien su medio social es demasiado poderoso, la elocuencia de las exhortaciones tendrá probablemente poco efecto. TERAPIA INDIVIDUAL teóricamente, quizá el mejor de todos los métodos para cambiar actitudes consista en la psicoterapia individual porque, como hemos visto, el prejuicio suele estar insertado en el funcionamiento de la personalidad entera. Cualquier tipo de entrevista prolongada con una persona, tendiendo a sus problemas, tiende a descubrir todas las hostilidades de importancia. Al hablar de ellas, el paciente suele adquirir una nueva perspectiva. CATARSIS la sola catarsis no es curativa. Lo mejor que puede decirse acerca de ella es que prepara al camino para una consideración menos tensa de la situación. Al haber dicho todo lo que se tenía que decir, la persona afligida puede estar más libre para escuchar el otro punto de vista. Si sus afirmaciones han sido exageradas y falsas la vergüenza que de ello se deriva modifica su cólera e induce a tener una opinión más ponderada. 80 INVESTIGACIONES EN ACTITUDES EN EL SIGLO XXI. - A. EAGLY – FICHA 6528 Relata el progreso de la generación actual de las investigaciones sobre actitudes y sugiere direcciones para el futuro. Las investigaciones siguientes en el campo de las actitudes, estimuladas por la 2da. Guerra Mundial, se enfocaron en la persuasión y el cambio de actitudes en detrimento de otros tópicos actitudinales. Esto fue valorado por psi. Sociales pero nunca ocuparon el punto central dentro de la psicología como un todo. Luego de que fueron retados por un aparente déficit de las actitudes para predecir la CONDUCTA, muchos se orientaron hacia un problema crítico en el área de la Psicología sobre cómo la conducta podía ser predicha y qué procesos mediaban entre actitudes y conductas. Aun cuando las investigaciones sobre la relación actitud-conducta han tenido formidables logros, su perfil dentro de la psicología ha sido modesto. Consideramos en este artículo si la inclusividad potencial de las teorías de las actitudes se ha logrado más que en el pasado. LA NATURALEZA DE LAS ACTITUDES Campbell: “Disposición conductual adquirida, estados de las personas que suceden sobre la base de alguna transacción con el ambiente” (La mayoría de las definiciones coinciden con esta). Algo así como “resto evaluativo” de una experiencia anterior (por ejemplo luego de q te pique una araña). Este resto evaluativo es un constructo hipotético, un estado interviniente que hipotéticamente da cuenta de la covariación entre el estímulo relevante al objeto actitudinal y la respuesta evaluativa producida por ese estímulo. Como una “TENDENCIA A EVALUAR”. Concebimos entonces a las actitudes como una tendencia psicológica que se expresa por una evaluación de una entidad particular con cierto grado de agrado o desagrado. De modo consistente con muchos otros teóricos planteamos que las actitudes pueden formarse mediante procesos cognitivos, afectivos o conductuales y que puede expresarse mediante respuestas cognitivas, afectivas y conductuales. Compartimos, en parte, la definición como “Juicio evaluativo”: Categorizaciones, juicios evaluativos y más generalmente, respuestas evaluativas manifiestas o encubiertas son empleadas como expresiones de la tendencia que constituyen las actitudes. Pero juicio evaluativo no es sinónimo de actitud. La actitudes son tendencias o propiedades latentes de la persona que generan juicios y categorizaciones, así como muchos otros tipos de respuestas como las emociones o las conductas manifiestas. La separación dentro de las teorías de las actitudes entre el estado interno que constituye la actitud y las respuestas que expresan 81 ese estado interno, es crucial para entender la relación entre esas tendencias que son residuos de experiencias pasadas y respuestas actuales, reflejando una variedad de influencias adicionales a las que emanan del estado interno Asumir que las actitudes son propiedades latentes reta a los psicólogos para que especifiquen la naturaleza del estado interno. Nos abrimos un debato continuo sobre la descripción de los eventos psicológicos y fisiológicos que constituyen tal estado y que por lo tanto subyacen a las actitudes. Los teóricos definen estos constituyentes de las actitudes de diferentes maneras, dependiendo de sus preferencias teóricas particulares. Los Psicólogos no deberían esperar ni desear un consenso sobre la definición precisa del estado interno conocido como actitud, por el contrario, pensar en las actitudes en términos de una de estas especificaciones de una tendencia a evaluar permite y guía la teorización sobre las mismas. Cada una de estas posturas favorece cierto tipo de hipótesis sobre el funcionamiento de las actitudes. LOS INVESTIGADORES DE LAS ACTITUDES DEBERÍAN ESTAR ABIERTOS a estas instancias específicas y distintivas de la tendencia latente que constituye una actitud, porque cada una sirve como una metáfora para una perspectiva teórica específica. Cada una promueve ciertos insigths sobre las actitudes y las personas que las proponen tienen el reto de probar su habilidad para inspirar hipótesis verificables que son subsecuentemente confirmadas. Todas estas metáforas son consistentes con la definición esencial de actitudes como TENDENCIA EVALUATIVA. Entonces esta definición amplia de las actitudes trasciende preferencias teóricas particulares y comprende las diferentes metáforas para la comprensión del estado interno que constituyen las actitudes. ACTITUDES COMO CONSTRUCTOS ESTABLES O TEMPORALES Algunas actitudes son relativamente permanentes, en algunos casos formadas en la infancia temprana y mantenidas a lo largo de la vida. Otras actitudes son formadas y luego cambiadas. También hay otras actitudes que son formadas pero no son evocadas subsecuentemente y entonces cambian o desaparecen de la psique. Comprender los determinantes de la persistencia de las actitudes sigue siendo agenda subdesarrollada para los investigadores, pero sin duda la observación de la vida social sugiere que las actitudes varían de efímeras a duraderas. Loa construccionistas argumentan que los juicios actitudinales son construidos como nuevos en cada oportunidad que la persona se encuentra con el objeto actitudinal, porque tal juicio se ve influenciado por el contexto específico en el que se hacen los juicios, así como por los aspectos particulares de la tendencia actitudinal que es activada. Los juicios actitudinales no son expresiones puras de la actitud sino productos que reflejan tanto la actitud como la información en 82 los contextos contemporáneos. Estos contextos contienen claves que generan la actitud, información que provee nuevos insumos para la actitud, estímulos contextuales que suministran estándares contra los cuales juzgar las instancias actuales del objeto actitudinal. Mientras que las respuestas actitudinales , como los juicios, son cambiantes y dependientes del contexto donde se haga el juicio, el estado interno o constructo latente que constituye la actitud pueden ser relativamente estables. Los juicios varían alrededor de un valor promedio que es definido por la tendencia que constituye la actitud. Para entender esta variabilidad los psicólogos deben modelar los procesos psicológicos que median entre las tendencias evaluativas de las personas y la respuesta actitudinal específica que se genera en diferentes circunstancias. ACTITUDES COMO IMPLÍCITAS O EXPLÍCITAS Las respuestas actitudinales pueden ser implícitas como explícitas. Implícitas es que no son reconocidas conscientemente por el individuo que mantiene la actitud. Y aún no teniendo acceso consciente a una actitud, ésta puede ser activada automáticamente por el objeto actitudinal o claves asociadas a este objeto. Estas actitudes pueden dirigir las respuestas más espontáneas. En contraste las actitudes explícitas, a las cuales tenemos acceso consciente pueden ser activadas de una forma más deliberada que requiere esfuerzo cognitivo. Tales actitudes pueden, bajo ciertas circunstancias, dominar las actitudes implícitas y predecir major las conductas que están bajo contro volitivo. ACTITUDES DUALES Y MÚLTIPLES Ambivalencia actitudinal: un individuo puede mantener dos actitudes, una positiva y la otra negativa, en relación al mismo objeto actitudinal. La ambivalencia puede emerger de varias fuentes y confronta la idea tradicional de actitudes como ubicadas en un solo continuo bipolar. Otra idea de actitudes múltiples es la concepción de Wilson de actitudes duales, según la cual las personas tienen una actitud implícita y explícita hacia el mismo objeto actitudinal. Las implícitas pueden ser activadas en forma automática mientras que las explícitas requieren de motivación y capacidad para ser recuperadas de la memoria. Aunque el constructo ambivalencia implica que tanto las evaluaciones positivas como negativas pueden ser activadas, produciendo un estado subjetivo de conflicto, Wilson y Cols asumieron que generalmente sólo una de las actitudes duales está activa. Tal actitud bipartita puede surgir, x ejemplo, cuando una nueva información cambia la actitud creando una nueva actitud explícita. Sin embargo, la actitud vieja puede seguir presente pero usualmente de forma implícita. Creemos que las actitudes pueden ser no sólo duales sino múltiples. Si la tendencia interna de evaluación se ha estructurado sobre la base de muchos encuentros con el objeto actitudinal en diferentes momentos, diferentes aspectos de tal 83 residuo de experiencias pasadas pueden formar las bases de las respuestas actitudinales bajo diferentes circunstancias. El residuo de las experiencias pasadas que constituye la actitud es por lo tanto multifacético y se puede cristalizar de diferentes formas, dependiendo de las claves situacionales. La actitud activa en cualquier momento puede ser más implícita o explícita. Una hipótesis tentativa de trabajo es que las actitudes existen en un continúo implícito-explícito, dependiendo del grado en que la perdona tenga el acceso consciente a ellas. La consciencia de las propias actitudes puede ser ambigua algunas veces, otras vaga e imperfecta y algunas veces ausente. La propuestas más recientes de actitudes duales, ambivalentes, o múltiples son compatibles con la idea de las actitudes como disposiciones adquiridas que toman la forma de tendencias evaluativas. El autor se pregunta si estas ideas más complejas son compatibles con “cierto grado de agrado o desagrado” y responde que son consistentes si los teóricos permiten múltiples tendencias-actitudes positivas y actitudes negativas, actitudes viejas, actitudes nuevas, y actitudes implícitas y actitudes explícitas. El contenido evaluativo de tales actitudes puede ser bastante discrepante y de esta manera las respuestas evaluativas que son influídas por estas actitudes pueden ser discordantes. Así, las personas pueden tener actitudes múltiples hacia el mismo objeto actitudinal. CONTRIBUCIÓN DEL AFECTO A LAS ACTITUDES El argumento de Zajonc sobre la importancia del afecto estimuló el crecimiento del interés por los procesos afectivos entre las investigaciones de las actitudes. En algunas oportunidades los términos afecto y procesos afectivos parecerían referirse de manera vaga a todos los procesos que no pueden identificarse como cognitivos y por lo tanto a un amplio rango de constructos motivacionales, emocionales… Afecto entonces se refiere a sentimientos, estados de ánimo, emociones y actividades del sistema nervioso simpático que las personas experimentan. Igual que las respuestas conductuales y cognitivas estas respuestas afectivas expresan una respuesta positiva de mayor a menor intensidad. Los afectos son conceptualizados como un estado momentáneo o de corta vida, placenteros o displacenteros de los propios sentimientos o emociones. Consistente con el estudio de las actitudes están los afectos que son experimentados como causados por el objeto actitudinal y aquellos que simplemente están asociados con el objeto actitudinal. 84 FORMACIÓN DE ACTITUDES POR PROCESOS AFECTIVOS Los afectos son importantes porque tienen una relevancia especial para la pregunta de cómo se forman las actitudes. Particularmente continúa el debate sobre si estos mecanismos de aprendizaje simple son principalmente afectivos más que evaluativos y si la gente tiene acceso consciente a los procesos que subyacen a esos mecanismos. Como resultado de investigaciones como el condicionamiento y el efecto de mera exposición , existe un consenso en torno a que algunos de estos procesos son afectivos cuando menos en el sentido básico de que no están mediados por el pensamiento consciente sobre la naturaleza de las asociaciones que son aprendidas. En el condicionamiento clásico un primer evento viene a marcar un segundo evento, de manera tal que el participante se prepare para el segundo evento. En contraste, el condicionamiento evaluativo es consecuencia de la asociación de estímulos o por el simple hecho de que el significado de los dos estímulos se procesen juntos, típicamente por su contigüidad espaciotemporal. El condicionamiento evaluativo puede ocurrir sin que el individuo este consciente. Sin importar el detalle en el proceso mediacional del condicionamiento evaluativo promete arrojar luz sobre fenómenos como la persistencia de muchos prejuicios y estereotipos aun frente a información que los contradicen (es un condicionamiento resistente a la extinción, contrario al clásico). El efecto del condicionamiento evaluativo se puede transmitir de un objeto actitudinal a otro, el afecto transferido al estímulo luego se transmite a estímulos asociados al estímulo meta mediante cadena asociativa. Producto que pareciera ser resistente a la extinción y no es un producto deliberadamente consciente. Este fenómeno tiene implicancias importantes para el prejuicio: sentimientos negativos respecto a un solo miembro de un grupo social puede transferirse para producir actitudes negativas hacia otros miembros del grupo. MERA EXPOSICIÓN Según el cual la presentación repetida de un estímulo neutral produce una respuesta placentera, atrae a los investigadores, en parte debido a la ambigüedad concerniente a la explicación correcta del fenómeno. La calidad robusta del efecto d mera exposición sigue afirmando su importancia probable en la vida diaria como un mecanismo prominente mediante el cual se forman las actitudes. PRIMING AFECTIVO Uno de los fenómenos sobre los cuales se argumenta la primacía de los afectos es el primming afectivo, el cual examina la influencia de un contenido asociado a un objeto actitudinal sobre las respuestas que se dan a los objetos presentados posteriormente. Es como una impresión de 85 afecto por asociación. Ha sido demostrado en con estímulos subliminales. En un paradigma relacionado los participantes evaluaron como buenos o malos estímulos neutrales, los cuales fueron asimilados a la valencia de estímulos subliminales que le precedieron. La investigaciones sobre primming afectivo son consistentes con la posición según la cual todos los objetos actitudinales pueden generar evaluaciones automáticas. TIPOS DE AFECTO Un aspecto crítico para la investigación sobre actitudes es la distinción que muchos investigadores hacen entre emociones y estados de ánimo. Generalmente las emociones tienen una causa conocida, la cual los investigadores en el campo de las actitudes tratan como el objeto actitudinal. En contraste con estos, los estados de ánimo son experiencias afectivas difusas que no están necesariamente asociadas con una causa, pero que pueden tener implicaciones para las actitudes. Los investigadores sobre actitudes han explorado cómo los estados de ánimo afectan las actitudes. De acuerdo con algunos el estado de ánimo puede ser simplemente una de las claves afectivas significativas que comprende la información evaluativa, otra de estas claves podrían ser conceptos priming evaluativos inconscientes, sentimientos viscerales y feedback a través de la musculatura facial. Esta perspectiva parece plausible. Hasta el momento dado que tales experiencias no producen creencias y no son accesibles a la conciencia, parecieran contradecir las perspectivas iniciales según las cuales las cogniciones o las creencias son necesariamente el precursor crucial de las actitudes. Los estados de ánimo también ejercen efectos indirectos en el procesamiento de la información y por lo tanto afectan el tipo de información que es usada u la cantidad de escrutinio que se hace para evaluar información contenido en comunicaciones persuasivas. A pesar del continúo interés en los efectos de los estados de ánimo, la comprensión de los efectos de emociones específicas o de las emociones en general en las actitudes todavía no está bien desarrollada. Sorprende esto dado el interés inicial de los investigadores por el estudio del miedo, étc. Un tema de interés para investigaciones futuras podría ser el papel de las emociones positivas, como la felicidad y la alegría en relación a los fenómenos actitudinales, de acuerdo con Fredrickson , las emociones positivas aumentan el repertorio de acción y pensamiento de las personas y construyen recursos personales que ayudan a un afrontamiento efectivo. Esta teoría puede esecificarse con respecto a efectos actitudinales , por ejemplo, las emociones positivas podrían aumentar la correspondencia entre actitudes positivas y conductas relevantes y aportaría mucha información comparar comunicaciones persuasivas que intentan generar emociones 86 positivas con aquellas comunicaciones que no generan emociones o emociones negativas como el miedo. Los psicólogos deberían dedicar mayor esfuerzo a comprender cómo las experiencias afectivas contribuyen a la formación de actitudes, especialmente experiencias asociadas con emociones específicas como el miedo, dolor, alegría, y excitación. LA MOTIVACIÓN COMO UN TEMA PERMANENTE EN LA INVESTIGACIÓN DE ACTITUDES. Los motivos se refieren a las metas o estados finales hacia los cuales la gente se dirige y la motivación se refiere al poder de los motivos para energizar y dirigir en pensamiento y la conducta. Invocar los motivos conecta los fenómenos actitudinales con temas más amplios del funcionamiento psicológico y de esta manera los temas motivacionales amplían y le dan perspectivas a las teorías de las actitudes. Funciones de las actitudes. Los teóricos de las actitudes generalmente están de acuerdo en que la función fundamental de las actitudes es producir conocimiento de las implicaciones favorables y desfavorables de un objeto. Bruner y Smith la nombraron “Percepción de objeto”, implica el aspecto cognitivo de de percibir los objetos actitudinales, función del conocimiento planteada por Katz, así, como la evaluación del potencial del objeto para proveer recompensas o castigos, la función instrumental o utilitaria planteada por Katz. Los teóricos han propuesto también funciones menos abstractas, que reconocen metas más amplias y muy personales. Funciones adicionales de las actitudes, expresión de valores, ajuste social, defensa del sí mismo. Los conceptos motivacionalesse han desarrollado en el contexto de la influencia social y la persuasión. Autores han desarrollado influencia social en términos de tres motivos sociales fundamentales: a) entender la realidad b) Obtener autoconcepto positivo c) relacionarse con otras personas y mantener una imagen positiva ante ellas. (el autor desarrolla varias taxonomías sobre motivación y persuasión de distintos autores, ver pág 25) Existen considerables solapamientos entre las taxonomías motivacionales que son populares en las investigaciones de las actitudes. Los esquemas son bastantes similares. Kunda comparó un motivo para llegar a creencias exactas con motivos para llegar a conclusiones particulares directivas. Las conclusiones directivas podrían incluir la autodefinición positiva, consistencia cognitiva, aprobación social, afirmación de valores y otros estados positivos. Con tipos de motivos conceptualizados algunas veces de formas más amplias y otras veces más específicas, pareciera que no existe una lista definitiva de motivos en la teoría de las actitudes. 87 Los teóricos parecieran intentar generar un balance entre abstracciones bastante generales sobre la motivación, por ejemplo la idea de que las personas buscan maximizar las utilidades percibidas y descripciones de motivos más concretos, por ejemplo la idea de que las personas intentan generar una impresión positiva en otros. Aun cuando, las abstracciones más generales tienen una simplicidad elegante, concepciones más concretas de los motivos pueden ser más útiles para explicar el comportamiento en situaciones particulares. Motivos y procesamiento de la información: En general, los motivos para lograr creencias exactas y para llegar a conclusiones direccionales pueden estar de alguna forma en conflicto, siendo los motivos de exactitud capaces de restringir los motivos direccionales. Un tema especialmente común en la investigación de las actitudes es que las actitudes en sí mismas son una fuente de sesgos cognitivos y motivacionales ya que facilitan la generación de creencias consistentes con las actitudes mediante un sesgo en el procesamiento de la información. La motivación genera procesos cognitivos mediante los cuales las personas llegan a conclusiones deseadas. Las personas parecieran preferir y seleccionar la información que satisface sus metas. En la medida en que las personas defender sus actitudes existentes están sesgadas a favor de la información consistente con su actitud y en contra de información que desconforma su actitud. (se ha denominado Hipótesis de congenialidad). Otro principio es el de emparejar el mensaje persuasivo a la función de la actitud incrementa la persuasión. (Las personas se sienten “correctas”). Otros, que los motivos más fuertes tienden a generar un procesamiento más profundo. Otro, que las estrategias de procesamiento que demandan menos esfuerzo cognitivo se aplican primero que las que requieren mayor esfuerzo. Motivos y Memoria para la información Relevante de la actitud. Se suponía que las personas tienen mejor memoria para la información consistente con sus actitudes, en comparación con la que no lo es. A pesar de confirmaciones iniciales de la hipótesis de congenialidad en los experimentos sobre memoria de las actitudes, éstas sufrían de debilidades metodológicas y el efecto de congenialidad se ha obtenido en forma inconsistente. Otros investigadores (Junto con el Autor del texto) demostraron que los mensajes consistentes y los inconsistentes con la actitud se memorizaron por igual, pero los procesos mediante los cuales 88 estos mensajes fueron memorizados difirieron. La información consistente parecía que era recordada mediante un proceso bastante superficial que le servía a los receptores para emparejar la información con sus actitudes existente. Mediante que la información inconsistente fue recordada mediante un proceso de escrutinio activo y escéptico de su contenido. Esta investigación ilustra la inadecuación de la hipótesis del sesgo de congenialidad para comprender los efectos de memoria y demuestra que la memoria para la información persuasiva puede formarse a través de diferentes procesos. EL CONTEXTO SOCIAL DE LAS ACTITUDES Hemos planteado que los investigadores le han prestado insuficiente atención al contexto social de las actitudes aún cuando consideramos algunas excepciones importantes. Debido a este descuido, la mayoría de las teorías se han restringido a la psicología, aún cuando algunos pioneros le han dado considerable atención al contexto social en el estudio de las actitudes. Algunos investigadores reconocen claramente los motivos sociales en la forma de motivos por la inclusión social y motivos para generar una buena impresión en otras personas. El análisis integrativo de la conformidad y la influencia de las minorías que nosotros hicimos fue la vanguardia de la atención renovada a la influencia social. (Influencia de las minorías, efecto de que una minoría pase a ser mayoría y viceversa, étc). Esfuerzos recientes y notables para entender el contexto social del cambio de actitudes incluye los modelos dinámicos de la influencia social que son diseñados para dilucida los cambios en los procesos de influencia que ocurren a lo largo del tiempo. Estos esfuerzos incluyen la teoría dinámica del impacto social que modela la distribución de las opiniones en los grupos. Para construir teorías psicológicas de las actitudes y la influencia social, los investigadores deben relacionar estos fenómenos sociales con los procesos psicológicos que gobiernan los cambios en las actitudes y a los motivos que organizan y dirigen estos cambios. Aun cuando los progresos en estas direcciones no han sido rápidos, los investigadores han hecho avances importantes en los años recientes. RELACIONES INTERACTIVAS ENTRE ACTITUDES Y CONDUCTA Wicker: afirmó que las actitudes eran pobres predictoras de las conductas. El reto planteado por Wicker inspiró investigaciones sobre la relación ACTITUD-CONDUCTA desde diferentes posturas teóricas. En nuestra revisión sobre estas investigaciones reconocimos un principio importante: Fishbein yAjzen: “se puede lograr una predicción bastante exacta si los investigadores diseñan sus medidas de actitudes y conducta con el mismo nivel de generalidad”. Otra idea es que las actitudes hacia los objetos influyen en la conducta mediante su efecto sobre la actitud hacia las 89 conductas, sin importar la medida en la que los individuos se involucran en procesos conscientes o intencionales. Ver acción razonada y conducta planificada (pág 34) aparate de ellas se encuentran enfoques que dan un papel mayor a los procesos automáticos como inductores de la conducta, como el HÁBITO como predictor de la conducta, ésta se habitúa porque el procesamiento que inicia y controla la ejecución se vuelve automático. Otros autores dicen que esto no es así, que la ejecución frecuente no es garantía de que una conducta está habituada. La influencia de las CONDUCTAS sobre las ACTITUDES En algunas oportunidades los cambios de actitudes eran consecuencia de involucrarse en ciertas conductas. La disonancia cognitiva. (ver pág 37 y 38) LA IMPORTANCIA PERMANENTE DE LA TEORÍA Y LA INVESTIGACIÓN SOBRE LA PRESUACIÓN La investigación sobre la persuasión sigue siendo un punto importante de las investigaciones en el campo de las actitudes. Cómo se forman y modifican las actitudes cuando las personas obtienen información sobre los objetos actitudinales fue de mucho interés para los investigadores en los 50´s y obtuvo notoriedad en los 70´s. con una atención más sofisticada sobre los procesos cognitivos que subyacen a la persuasión. Las teorías hicieron grandes avances en los 80´s con la introducción de modelos procesales duales. Modelos de la probabilidad de elaboración y el modelos sistemático-heurísitico tomaron el lugar central. Ambos modelos asumen formas duales de procesamiento que requieren mayor esfuerzo con modos de menor esfuerzo. (ver pág 40) CONCLUSIÓN La mayoría de los autores invocan evidencias que no están confinadas dentro del área de la ps. Social, vinculan sus análisis de las actitudes con investigaciones en otras áreas dentro de la psicología cognitiva y de la personalidad y en neurociencias. Una tendencia clara es la unión de las investigaciones de las actitudes con aquellas sobre cognición social. Modelos cognitivos sofisticados son incorporados con mayor frecuencia en las teorías de las actitudes. Adicionalmente ha aumentado enormemente la comprensión de los procesos afectivos con una renovada atención hacia los procesos elementales de formación y cambio de actitudes. Además, investigaciones sobre emociones, especialmente relacionadas con los estados de ánimo, han tenido enorme impacto sobre el estudio de las actitudes. Finalmente la consideración de los motivos se ha vuelto más rutinaria en las investigaciones sobre actitudes, con atención en los 90 efectos de varios motivos sobre aspectos múltiples de los procesos actitudinales. Estos temas motivacionales vinculan las investigaciones sobre actitudes con la investigación básica sobre motivación en psicología. Otros autores demuestran que las teorías e investigaciones sobre las actitudes están cumpliendo una función integradora tanto dentro como más allá de la psicología social. Identificaron muchos paralelismos entre las investigaciones sobre formación de impresiones, comúnmente consideradas como parte de las cogniciones sociales y las investigaciones sobre formación y cambio de actitudes. Las teorías e investigaciones sobre influencia social han incorporado importantes temas a partir de los estudios sobre persuasión. El estudio de la ideología, tradicionalmente dentro del dominio de las ciencias políticas, se está aprovechando substancialmente de insigth provenientes de investigaciones sobre actitudes y cognición social. La oportunidad más obvia para que las teorías e investigaciones sobre actitud prueben su valor es en la comprensión de los prejuicios y la discriminación. Ya que a los prejuicios se le ha dado tradicionalmente una definición actitudinal, como una actitud negativa hacia un grupo y la discriminación consiste en conductas negativas hacia los miembros de un grupo, los principios de la formación, cambio de actitudes y la predicción de la conducta a través de las actitudes deberían estar al frente y en el centro de los estudios de los prejuicios y discriminación. Las investigaciones de cognición social sobre estereotipos y la estigmatización han sido más importantes para el estudio de los prejuicios que las investigaciones sobre actitudes. Alentamos a los investigadores sobre las actitudes a tomar un interés más activo en el estudio del prejuicio, algunos ya se han movido en esta dirección. ACTITUDES - FRANZOI - FICHA 6586 Cap. 6 Las actitudes sostenidas con firmeza pueden moldear profundamente las acciones y elecciones de estilo de vida de una persona · La naturaleza de las actitudes. - Las actitudes son evaluaciones positivas o negativas de objetos Allport declaro que la actitud era el concepto más indispensable de la psicología social: sin actitudes guiadoras el individuo está confundido y desordenado. Las actitudes determinan para cada individuo que vera y oirá, que pensara y que hará. “Engendran significado sobre el mundo”, 91 trazan líneas y segregan un ambiente caótico, son nuestros métodos para encontrar nuestro camino en un universo ambiguo. Se supone que las actitudes influyen en el comportamiento. La mayoría de las personas lo creen, piensan que si pueden influir en las actitudes de las personas, su comportamiento las seguirá. Antes de la década de 1990 las actitudes eran definidas, de acuerdo a una perspectiva multidimensional, en función de tres componentes: creencias, sentimientos e intenciones conductuales. Pero no todos los tres componentes necesitan estar en su lugar para que exista una actitud (puede faltar alguno), por eso muchos psicólogos sociales se han alejado de la perspectiva multidimensional hacia una definición anterior unidimensional más básica o de componente único, en el cual la evaluación es esencial. Aquí la actitud se define como una evaluación positiva o negativa de un objeto (incluye personas, cosas, eventos y asuntos). Los psicólogos usan términos especializados para describir ciertas clases de actitudes. Por ejemplo, una actitud positiva hacia el yo se llama autoestima, ciertas actitudes hacia grupos se refieren como prejuicio y actitudes hacia los individuos se refiere como atracción interpersonal, amistad y amor. El alejamiento de la definición multidimensional no significa que los psicólogos sociales ya no consideren importantes las creencias, sentimientos y comportamientos para explicar las actitudes; estas son consideradas como determinantes de las actitudes ya sea de manera individual o en combinación. - Las personas difieren en su necesidad de evaluar Parecemos ser evaluadores automáticos. Los estudios de imágenes cerebrales sugirieron que cuando encontramos a personas, cosas y eventos, la amígdala se ocupa en una evaluación emocional “bueno-malo” primitiva inmediata. Ocurre una mayor actividad de la amígdala para las evaluaciones iniciales negativas que para las positivas, siendo inconsciente mucho de este procesamiento evaluativo. Es trabajo de esta corteza cerebral analizar e interpretar esta evaluación emocional inicial con la experiencia subjetiva de varias emociones, lo cual conduce a actitudes positivas o negativas. Pero diferimos en nuestra necesidad de evaluar. Las personas con una necesidad alta de evaluar tienen mayor probabilidad de tener actitudes hacia los asuntos que han encontrado con anterioridad y es más posible que describan los eventos diarios en términos evaluativos; y sus actitudes son más accesibles en la memoria y más extremas que aquellos con una necesidad baja de evaluar. Las diferencias individuales en la necesidad de evaluar afectan la respuesta de las personas a los eventos de la vida tanto positivos como negativos. 92 - Las actitudes implícitas pueden subyacer en las actitudes explicitas La cognición implícita implica juicios o decisiones que ocurren de manera automática sin nuestra conciencia. Una actitud implícita (producto de la cognición implícita) es una actitud que es activada en forma automática de la memoria, sin que la persona se dé cuenta siquiera que la posee. En cambio, una actitud explicita se tiene de manera consciente. - Actitudes duales Una persona puede tener dos actitudes hacia alguien o algo, una explicita y la otra implícita. La posesión simultanea de actitudes implícitas y explicitas contradictorias hacia el mismo objeto se conoce como actitudes duales. Medición de las actitudes implícitas Los investigadores de la actitud implícita creen que supervisar el comportamiento no verbal y las respuestas fisiológicas de los que tienen la actitud puede revelar la existencia de actitudes implícitas que contradicen a las actitudes explicitas. La técnica más popular es la Implicit Association Test (IAT que mide diferencias en asociaciones de memoria entre categorías blanco (por ejemplo perro) y categorías evaluativas (como me gusta o me disgusta). Esto se logra dependiendo de un indicador de la latencia de la respuesta que se obtiene al emparejar las categorías blanco y evaluativa. La investigación sugiere que es más probable que las actitudes duales se desarrollen para asuntos que son sensibles desde el punto de vista social. - Los valores pueden moldear las actitudes y el comportamiento Una variable psicológica que se asocia con las actitudes son los valores. Aunque las actitudes se refieren a evaluaciones de objetos específicos, los valores son creencias perdurables sobre metas importantes en la vida que trascienden situaciones específicas (placer, libertad, igualdad son ejemplos). Los valores constituyen un aspecto importante de nuestro autoconcepto: trasmiten lo que es importante para nosotros y nuestra vida y sirven como principios rectores. La importancia que le damos a un valor determina si influirá en nuestras actitudes y comportamientos Los valores están organizados en una jerarquía de importancia para el yo, y el lugar en esta jerarquía determinara su influencia en nuestras actitudes. Cuando valores de importancia relativamente igual están en conflicto entre sí, las actitudes tienden a ser complejas y ambivalentes. Schwartz identifico 10 tipos de valores que representan requerimientos biológicos y sociales universales de la existencia humana; algunos son compatibles y otros están en conflicto. Este estudio y otros demuestran que los valores pueden moldear las actitudes y el 93 comportamiento. Sin embargo, las actitudes y el comportamiento con frecuencia son determinados por factores distintos a los valores. Las actitudes formadas sobre todo a través de valores de hace mucho tiempo se llaman actitudes simbólicas; debido a que el objeto de la actitud no es percibido tan solo como es, sino más bien como un símbolo de algo más. Es probable que este tipo de actitud se asocie con endogrupos importantes, implique intensidad emocional y sea insensible a argumentos racionales. · ¿Cómo se forman y mantienen las actitudes? Por medio de: la simple exposición, el condicionamiento clásico, el condicionamiento operante, la teoría de la autopercepción y el enfoque funcional - La simple exposición puede conducir a actitudes positivas Zajonc propuso que la simple exposición de las personas en forma repetida a un objeto particular causa que desarrollen una actitud más positiva hacia el objeto. Este fenómeno, efecto de la simple exposición, no requiere ninguna acción hacia el objeto, ni requiere el desarrollo de ninguna creencia acerca del objeto. Llevo a cabo experimentos en los que el incremento de la exposición produjo un mayor agrado por objetos que antes eran neutrales. Esto demuestra la forma en que el afecto puede asociarse con un objeto independientemente de cualquier conocimiento sobre él. Estas actitudes basadas en sentimientos se desarrollan fuera de la esfera de los pensamientos racionales y representan una forma muy básica y poderosa de evaluación. Además muchas de estas actitudes son implícitas. Pero aun cuando una actitud formada por simple exposición se tenga de manera consciente, el que la tiene no se da cuenta por que sostiene esta actitud. En un nivel neurológico, los científicos han planteado la hipótesis que diferentes áreas cerebrales explican diferentes clases de efectos de simple exposición. Se supone que el hemisferio derecho del cerebro tiende a ser superior al izquierdo en la identificación de caras, mientras que el hemisferio izquierdo es superior en el lenguaje. Los resultados indicaron que las caras le agradaban más si habían sido presentadas antes en el campo visual izquierdo (procesado en el derecho) y las palabras les gustaron más si habían sido presentadas antes en el campo visual derecho (procesado en el izquierdo). ¿Por qué la exposición repetida conduce a actitudes positivas? Una posibilidad es que podría tener sus raíces en una tendencia adaptativa desde el punto de vista evolutivo a ser atraído hacia aquellas cosas que son familiares, debido a que es poco probable que representen un peligro para nuestra seguridad y salud. Podemos haber evolucionado para ver los objetos o situaciones desconocidos con precaución, vacilación e incluso temor. 94 - Las actitudes pueden formarse por medio de condicionamiento clásico Ejemplo: Andrew y Coretta son dos jóvenes hermanos que han desarrollado actitudes en extremo negativas hacia los musulmanes y judíos a pesar de no tener contacto directo con alguien de estas religiones. Su odio puede haberse desarrollado al escuchar a sus padres y otros adultos usar palabras evaluadas en forma negativa como codicioso, peligroso, deshonesto y sucio al referirse a judíos y musulmanes. A través de dicho condicionamiento clásico, un objeto de actitud neutral previa (estimulo condicionado) puede llegar a evo car una respuesta de actitud (respuesta condicionada) con solo ser emparejados con algún otro objeto (estimulo incondicionado) que evoca de manera natural la respuesta de actitud (respuesta incondicionada). El efecto es más fuerte cuando las palabras son desconocidas. El condicionamiento clásico es un determinante más poderoso de la formación de actitudes cuando las personas poseen poco conocimiento sobre el objeto de la actitud. También el condicionamiento clásico de actitudes puede ocurrir por debajo del nivel de conciencia; las actitudes pueden formarse a través del condicionamiento subliminal, el cual es un condicionamiento clásico que ocurre en ausencia de conciencia de los estímulos implicados. Tanto el condicionamiento clásico como la simple exposición influyen en las emociones y contribuyen en forma más directa a moldear el componente afectivo de las actitudes. - El reforzamiento y el castigo pueden moldear las actitudes Una de las formas más poderosas en las que el componente conductual puede moldear actitudes es por medio del condicionamiento operante, al igual que la teoría de la autopercepción. Cuando una acción hacia un objeto es recompensada o reforzada, es probable que se repita en el futuro; pero si el comportamiento no es recompensado o es castigado, son menos probables las acciones futuras similares. El incremento o decremento del comportamiento será acompañado por una actitud consistente con el comportamiento. Las actitudes también pueden desarrollarse a través de medios indirectos de aprendizaje por observación, son moldeadas al observar a otras personas siendo reforzadas o castigadas. Las personas a quienes observamos e imitamos se llaman modelos debido a que nos enseñan como representar papeles sociales. Este aprendizaje ayuda a los niños a aprender como comportarse en sus familias y en sus culturas; y también ayuda a los adultos a aprender las actitudes y habilidades necesarias para el éxito en su carrera. 95 - La teoría de la autopercepción sostiene que el comportamiento causa las actitudes La teoría de la autopercepción de Bem afirma que con frecuencia no sabemos cuáles son nuestras actitudes y solo las inferimos a partir de nuestro comportamiento y las circunstancias bajo las cuales ocurre el comportamiento. Sostiene que, en lugar que las actitudes causen el comportamiento, es el comportamiento el que causa las actitudes. Sostiene que cuando formamos actitudes, funcionamos como un observador, viendo nuestro comportamiento y luego atribuyéndolo a una fuente externa (situación) o interna (actitud). Bem afirmo que era más probable que hagamos inferencias de actitud cuando nuestro comportamiento es elegido libremente en lugar de coaccionado. Si usted tiene poca experiencia previa con un objeto de actitud, o sus actividades están definidas con vaguedad, puede inferir sus actitudes al observar su comportamiento. Sin embargo, cuando posee actitudes bien definidas sobre un tema particular, es mucho menos probable que atender a su comportamiento influya en cualquier cambio de actitud. - Las actitudes son influidas por cambios en la expresión facial, movimientos de cabeza y postura corporal Se relaciona con la teoría de la autopercepción la opinión que las emociones de las personas, y por tanto sus actitudes, pueden manipularse al cambiar sus expresiones faciales, postura corporal u otras respuestas motoras. - El enfoque funcional afirma que las actitudes se forman para satisfacer necesidades actuales Varios teóricos han afirmado que necesita examinarse el propósito o función de las actitudes. Su argumento es que las personas sostienen actitudes que correspondan con sus necesidades psicológicas actuales y cuando esas necesidades cambian, también lo hacen sus actitudes. En este proceso de desarrollo y cambio de actitud, el enfoque funcional ve al individuo como un participante activo, que cambia de actitudes para satisfacer necesidades actuales. Propusieron 4 funciones psicológicas a las que puedan servir las actitudes: - Función utilitaria o función de adaptación: a veces desarrollamos ciertas actitudes hacia los objetos porque las asociamos con los resultados positivos o negativos. Supone una necesidad básica de interés personal, obtener recompensas y evitar castigos del ambiente. Desarrollamos actitudes positivas hacia aquellos objetos que se asocian con recompensas y actitudes negativas hacia aquellos que se asocian con castigo. 96 - Función de conocimiento: las personas necesitan alcanzar una visión del mundo significativa, estable y organizada. Las actitudes satisfacen esta función de conocimiento cuando proporcionan un marco de referencia para organizar el mundo de modo que tenga sentido. Las actitudes pueden organizar la información y proporcionar estabilidad a la experiencia de las personas. - Función de defensa del yo: las actitudes también pueden ayudar a una persona a afrontar conflictos emocionales y proteger la autoestima; sirven como mecanismos de defensa, protegiendo al yo, del conflicto interno y las verdades desagradables. No esta basada en una percepción realista del objeto de la actitud pero la persona no se da cuenta de su función defensiva del yo; es inconscientes del hecho de que está distorsionando la realidad para proteger su propia autoestima. Subyacen te en la opinión de sí mismo favorable consciente reside una actitud negativa implícita autodirigida. - Función de expresión de valor: algunas actitudes ayudan a darle una expresión positiva a sus valores centrales y aspectos nucleares de su autoconcepto. Expresar ciertas actitudes importantes es satisfactorio, reforzando un sentido de autorrealización y autoexpresión. Al asumir la necesidad humana para la expresión positiva de valores nucleares enfatiza principios consistentes con las teorías humanistas en la psicología. De acuerdo con los teóricos de la actitud que se adhieren a la perspectiva funcionalista, un factor clave para cambiar las actitudes de otras personas es determinar primero a que funciones sirven estas actitudes para los individuos que son su blanco. Pero estas estrategias de cambio de actitudes no garantizan el éxito, aunque mejoraran la probabilidad de éxito sobre el uso de una sola estrategia de persuasión en los individuos. · ¿Cuándo predicen el comportamiento las actitudes? Las actitudes influyen en el comportamiento. ¿Qué tan fuerte es el vínculo entre actitudes y comportamiento? - Varios factores determinan la relación actitud-comportamiento La dificultad para predecir el comportamiento a partir de las actitudes fue demostrada por Richard LaPiere. Condiciones bajo las cuales las actitudes podrían predecir mejor el comportamiento: a) Nivel de especificidad actitud-comportamiento: un problema al predecir el comportamiento a partir de las actitudes ha sido el nivel de especificidad en el cual se miden las actitudes y el comportamiento. Se han utilizado medidas muy generales de actitudes para predecir una forma 97 muy específica de comportamiento. La investigación indico que las actitudes específicas son predictores mucho mejores del comportamiento que las actitudes generales. b) Factores de tiempo: entre mayor sea el intervalo de tiempo entre las mediciones de actitud y comportamiento, será mayor la probabilidad de que cambie la actitud de la persona. Hay menos tiempo para que cambien las actitudes c) Autoconciencia privada frente a pública: las personas que son autoconscientes en forma privada están más atentas a sus estándares personales de comportamiento, mientras aquellos que son autoconscientes en forma pública están más atentos a los estándares públicos. La clase de autoconciencia que experimentan las personas antes de ocuparse en una actividad determinara de manera significativa si su comportamiento coincide con sus actitudes sostenidas en forma privada. d) Intensidad de la actitud: las actitudes sostenidas con firmeza son más influyentes en la determinación del comportamiento y más resistentes al cambio. Pero ¿qué hace firme a una actitud? Con frecuencia es suficiente la sola adquisición de más información sobre un objeto de actitud para fortalecer las actitudes de las personas. El hecho de pensar más sobre algo con frecuencia produce una mayor consistencia actitud-comportamiento. Otra fuente de intensidad de la actitud es la cantidad de implicación personal que tenga un individuo con el objeto de la actitud. Las actitudes de los individuos implicados en forma más personal son vaticinadores más fuertes del comportamiento que las actitudes de los menos implicados. Las actitudes formadas a través de la experiencia directa son más firmes y son mejores vaticinadores del comportamiento posterior que las actitudes formadas sin dicha experiencia. Conduce a actitudes más firmes porque es más probable que incluyan a los tres componentes de la actitud: afectivo, conductual y cognoscitivo. El vínculo entre las actitudes y el comportamiento será más firme cuando la actitud en si sea firme. e) Accesibilidad a la actitud: las actitudes formadas a través de la experiencia directa tienden a ser muy accesibles, se piensa en ellas con frecuencia y vienen rápido a la mente. La accesibilidad a la actitud fue medida por la velocidad con que se responde: entre más rápida era la respuesta, más accesible era la actitud. Aquellas personas con actitudes muy accesibles mostraron un vínculo significativamente más firme entre sus actitudes y su comportamiento. Del mismo modo que el concepto de disponibilidad heurística (tendencia a juzgar la frecuencia o probabilidad de un evento en función de lo fácil que es recordar ejemplos del evento) la facilidad con la que vienen a la mente actitudes relevantes determinara en parte nuestras percepciones de 98 un objeto de actitud. Entre mayor es la facilidad con que la información es activada en la memoria, mayor será el impacto que tendrá en el comportamiento subsiguiente. Estas actitudes más accesibles pueden activarse de manera espontánea y automática sin nuestra conciencia, incluso pueden guiar nuestro comportamiento sin que nos percatemos de su influencia. - La teoría del comportamiento planeado afirma que las actitudes influyen en el comportamiento al moldear las intenciones Ajzen y Fishbein trasmitieron su creencia de que las personas pensamos de manera racional sobre las consecuencias de nuestro comportamiento antes de actuar. El comportamiento tiene la intención de lograr ciertos resultados, y la cognición es el proceso primario de desarrollo de la actitud. Al descubrir las intenciones de otros en una situación particular, podían predecir su comportamiento. De acuerdo con esta perspectiva, la causa más inmediata del comportamiento no son las actitudes, sino más bien las intenciones conductuales, las cuales son decisiones conscientes de llevar a cabo acciones específicas. Por tanto, las actitudes influyen en el comportamiento por su influencia en las intenciones. Además de la actitud de una persona hacia el comportamiento, la intención conductual también es determinada por normas subjetivas y por el control conductual percibido. a) Determinantes de las actitudes: una actitud hacia ejecutar un comportamiento particular se forma de acuerdo con un proceso bastante racional y es el producto de dos factores: 1) las creencias de uno sobre las consecuencias de ejecutar el comportamiento particular y 2) la evaluación de uno de las posible consecuencias. b) Determinantes de las normas subjetivas: una norma subjetiva es el juicio de una persona sobre si otras personas aprobaran un comportamiento particular. Son producto de dos factores: 1) las expectativas percibidas de otros significativos y 2) la motivación de uno a ajustarse a esas expectativas. Aunque las intenciones conductuales por lo general son más controladas por las actitudes que por normas subjetivas, su contribución individual también depende de la actitud particular, el escenario y la población bajo estudio. Si las personas son influidas más por sus actitudes o por normas subjetivas se relaciona con si tiene una orientación más individualista o colectivista. Las acciones de los individualistas están más influidas por sus actitudes, mientras las acciones de los colectivistas están más controladas por normas subjetivas. c) Determinantes del control percibido: el controlo conductual es la percepción de uno de lo fácil o difícil que es ejecutar el comportamiento. Cuando las personas creen que tienen poco control sobre la ejecución de un comportamiento debido a una falta de capacidad o recursos, entonces sus intenciones conductuales serán bajas sin importar sus actitudes o normas 99 subjetivas. - Criticas de la teoría del comportamiento planeado Hace un buen trabajo para explicar el comportamiento con base en el pensamiento y planeación racionales. Pero al colocar la intención después de actitudes y antes del comportamiento, la teoría ignora la posibilidad que la actitudes en ocasiones produzcan comportamiento involuntario espontaneo. Al enfocarse en las actitudes explicitas, esta teoría no puede explicar las acciones provocadas por las actitudes implícitas. Otra clase de comportamientos que no puede explicar son los hábitos bien establecidos. Con los hábitos no hay evaluación de actitudes y normas antes del comportamiento. No hay una planeación real o intención consciente; en cambio, el comportamiento es ejecutado en una forma relativamente sin pensar, con poca autorregulación. La investigación indica que los hábitos moldean muchas clases diferentes de comportamiento. En algún momento los comportamientos estuvieron exclusivamente bajo control autorregulatorio consciente; pero a través de la repetición, pueden haberse deslizado a un modo bastante automático y ahora son influidos menos por las intenciones concientes. Este comportamiento relativamente mecánico limita la probabilidad de que actuemos de manera racional. · ¿La consistencia cognoscitiva es un aspecto importante de las actitudes? Las personas están motivadas para mantener sus propias cogniciones (creencias, actitudes, autopercepciones) organizadas en una manera consistente y libre de tensión. Este principio de consistencia cognoscitiva tiene sus raíces en la creencia Gestalt de que los seres humanos no solo esperan y prefieren que sus percepciones sean coherentes y armoniosas, sino que están motivados para hacerle así. - La teoría de la disonancia cognoscitiva afirma que la racionalización moldea las actitudes La teoría de la disonancia cognoscitiva de Festinger propuso que aunque podemos parecer lógicos en general en nuestro pensamiento y comportamiento, con frecuencia nos ocupamos en un comportamiento irracional y desadaptativo para mantener la consistencia cognoscitiva. También describe y predice como dedicamos mucho de nuestro tiempo a racionalizar nuestro comportamiento en lugar de ocuparnos en realidad en una acción racional. a) Justificación insuficiente y disonancia: la teoría plantea que si usted sostiene al mismo tiempo dos cogniciones que son inconsistentes, esto frustrara su deseo de consistencia cognoscitiva. Al reconocer que ha actuado de manera inconsistente, experimentara un sentimiento de incomodidad conocido como disonancia cognoscitiva. Si las razones para 100 ocuparse en un comportamiento en contra de la actitud son fuertes se generara poca o ninguna disonancia. Pero si estas razones son débiles, entonces las personas se enfrentaran con el pensamiento que produce la disonancia de que no tenían una base firme o clara para actuar de manera inconsistente con sus actitudes. La teoría de la disonancia cognoscitiva demuestra que entre mas débiles son las razones para actuar de manera inconsistente con las actitudes de uno, serán mayores las presiones para cambiar las actitudes en cuestión. b) Libertad de elección y disonancia: otro factor que puede crear disonancia cognoscitiva es elegir con libertad ocuparse en un comportamiento en contra de la actitud. Debido a la falta de elección es poco probable que se sienta responsable por sus acciones y no experimentara disonancia cognoscitiva; pero si nadie lo obligo, su comportamiento será visto como elegido con libertad y experimentara incomodidad debido a sus pensamientos disonantes. Para experimentar disonancia, las personas deben sentir que eligen con libertad comportarse de una manera que va en contra de sus actitudes. c) Justificación del esfuerzo y disonancia: los incentivos negativos también pueden conducir a un aumento del agrado. Cuando las personas tienen una mala experiencia con algún grupo al que han elegido con libertad unirse, hay una tendencia natural a tratar de transformar la experiencia mala en una buena para reducir la disonancia cognoscitiva. Además entre mayor es el sacrificio o privación asociada con la elección, será mayor el nivel de disonancia que experimentan las personas. Aronson y Mills llevaron a cabo un experimento sobre los efectos de la severidad de la iniciación en el agrado por un grupo. Los resultados demuestran que este efecto es fuerte: entre más paga por algo, más le gusta. d) Disonancia posterior a la decisión y percepciones alteradas: tomar una decisión con frecuencia produce disonancia. Siempre que debemos decidir entre alternativas atractivas, la elección final es en cierta medida inconsistente con alguna de nuestras creencias. Tan pronto como nos comprometemos con un curso de acción, los aspectos atractivos de las alternativas no elegidas y los aspectos poco atractivos de nuestra elección son inconsistentes con nuestra decisión. Conforme aumenta la dificultad o importancia de la decisión, aumenta la cantidad de disonancia posterior a la decisión. Con frecuencia tratamos de reducir a disonancia alterando nuestras percepciones de las opciones que habíamos contemplado antes de hacer la elección (mejorando nuestra evaluación de la alternativa elegida y disminuyendo nuestras evaluaciones de las alternativas no elegidas). Nos convencemos a nosotros mismos que hicimos la elección correcta. 101 - La consistencia cognoscitiva no es un motivo universal En la teoría de Festinger, supuso que todos tenemos un deseo igual de ocuparnos en acciones consistentes desde el punto de vista cognoscitivo. Sin embargo, la investigación transcultural encontró más tarde que este deseo es más descriptivo de culturas individualistas que de aquellas con una orientación colectivista. Por ejemplo lo que muchos estadounidenses y otros individualistas consideran que es discrepante y aversivo desde el punto de vista psicológico (creer una cosa pero decir otra) puede no ser tan problemático para los colectivistas como los japoneses. Más allá de las consideraciones culturales, la investigación indica que algunas personas toleran mejor las inconsistencias cognoscitivas que otros. Parece que al menos dos factores pueden desbaratar los efectos de disonancia cognoscitiva esperados cuando de otra manera deberían producirse: la educación cultural de una persona puede hacer que el comportamiento discrepante de la actitud sea una opción apropiada y valorada, y las necesidades psicológicas subyacentes de una persona pueden reducir la aversividad de los actos discrepantes con la actitud. - Varias teorías han cuestionado la teoría de la disonancia cognoscitiva a) Explicaciones de la autopercepción: esta teoría afirma que inferimos nuestras actitudes al observar nuestro propio comportamiento y el contexto en el que ocurre. De acuerdo con Bem cuando las personas se comportan de manera inconsistente, buscan primero explicaciones fuera de si mismos para su comportamiento, y cuando no pueden encontrar una causa externa suponen que debe haber una causa interna (una actitud). Esta búsqueda de una causa no es alimentada por una necesidad de reducir un estado psicológico desagradable, sino más bien en una racionalidad tranquila. Sus estudios sugieren que puede no ser necesaria la disonancia cognoscitiva para explicar cómo las inconsistencias conductuales pueden causar un cambio de actitud. Parece que ambas teorías son correctas, pero en situaciones diferentes. Es más probable que las personas experimenten disonancia y respondan en línea con la teoría de la disonancia cognoscitiva, cuando su comportamiento es discrepante en forma marcada de sus actitudes, cuando el comportamiento en cuestión es central para el yo y cuando no hay justificación externa para el comportamiento. Cuando la inconsistencia actitud-comportamiento solo es leve, esas mismas personas tienden a comportarse en formas esperadas por la teoría de la autopercepción. Estudios recientes indican que producir disonancia cognoscitiva solo causa cambios en las actitudes explicitas, no en las actitudes implícitas; porque la disonancia solo ocurre cuando nos 102 percatamos de una inconsistencia actitud-comportamiento, y las actitudes implícitas por definición son actitudes de las cuales no nos percatamos. La teoría de la autopercepción puede proporcionar una explicación para la forma en que las actitudes implícitas se vuelven actitudes explicitas. Podemos tener una actitud implícita que esta influyendo nuestro comportamiento, provocando que nos comportemos de manera consistente hacia un objeto. Esta actitud implícita está influyendo nuestras acciones pero no hemos formado aun una actitud explicita. Luego sucede algo que causa que consideremos cual es nuestra actitud explicita. Examinamos nuestro comportamiento pasado, inferimos que tenemos una actitud que es consistente con nuestras acciones pasadas y articulamos una actitud explicita que es consistente con nuestra actitud implícita ya existente. b) Explicaciones de autoafirmación: de acuerdo con Steele cuando actuamos en una manera inconsistente con nuestro sentido de honestidad o integridad, esto amenaza nuestro autoconcepto. Si actué de esta manera ¿soy en realidad quien pienso que soy? Cuando un autoconcepto es amenazado podemos reducir o evitar por completo el afecto negativo llamado disociación cognoscitiva, al afirmar nuestra integridad en alguna otra área no relacionada de nuestra vida; y sin resolver la autoinconsistencia que originalmente la causo. Si luego de ver amenazado su autoconcepto; las personas podían reafirmar su sentido de valía de si mismos, no sentían la necesidad de resolver la inconsistencia que al principio amenazaba al yo. Esto demuestra que la inconsistencia entre nuestras actitudes y nuestro comportamiento puede no ser la característica motivadora de la disonancia cognoscitiva; en cambio, las amenazas a la integridad del yo pueden ser el motivador clave y cualquier respuesta útil para restaurar la integridad reduce la disonancia. Cap. 8 · Introducción Los pronombres nosotros y ellos, y sus primos lingüísticos (nuestro y suyo) indican el grado de espacio social y psicológico entre el escritor o hablante y los grupos sociales a los que se refieren. Pronombres como nosotros y nuestro representan una identificación emocional con un grupo de personas, una inclusión de ellas en nuestro autoconpecto. En cambio, los pronombres ellos y suyos, sirven a una función excluyente, representando un distanciamiento psicológico de nosotros. 103 · ¿Qué queremos decir con prejuicio y discriminación? Prejuicio y discriminación son términos que muy pocas personas ven en forma positiva pero son una parte de todas las culturas humanas. - El prejuicio es una actitud y la discriminación es una acción a) Definir prejuicio: es una actitud negativa hacia miembros de un grupo específico que puede ir desde el desagrado leve a un odio abrasador. Han criticado esta definición, ya que creen que muchas formas de prejuicio implican emociones complejas y contradictorias, combinando actitudes positivas hacia ciertas dimensiones de grupo con actitudes negativas en otras dimensiones. En este capítulo prejuicio se define como actitudes hacia miembros de grupos específicos que sugieren de manera directa o indirecta que merecen una posición social inferior. Esta definición tiene la ventaja de explicar: actitudes aparentemente positivas que expresan individuos prejuiciados hacia otros grupos que justifican de manera simultánea colocar a estos en una posición social inferior; incluye prejuicios que en ocasiones se describen como “ambivalentes” y explicar los prejuicios “dirigidos en forma ascendente” (prejuicios expresados por miembros de grupos de posición inferior hacia grupos de posición superior pero son vistos como no merecedores de su categoría superior). b) Definir discriminación: es una acción negativa y/o condescendiente hacia miembros de grupos específicos. El desagrado, falta de respeto y/o resentimiento hacia personas debido a su pertenencia a un grupo son ejemplos de prejuicio; atacar físicamente o no contratarlas para trabajos debido a su pertenencia a un grupo son ejemplos de discriminación. El prejuicio puede ocurrir sin discriminación; y la discriminación puede ocurrir sin prejuicio (discriminación institucional: al cumplir los lineamientos discriminatorios de instituciones). - El prejuicio puede ser explícito o implícito Podemos albergar prejuicio aun sin estar conscientes de ellos. El prejuicio explicito implica tener actitudes prejuiciadas hacia un grupo en forma consciente, mientras el prejuicio implícito implica tener actitudes prejuiciadas en forma inconsciente. Las personas con prejuicio explicito bajo pero prejuicio implícito alto hacia un exogrupo particular pueden no percatarse de su prejuicio negativo y podrían creer con honestidad que no son prejuiciosos. El prejuicio implícito es más estable, duradero y difícil de cambiar que el prejuicio explícito. A pesar de la naturaleza oculta del prejuicio implícito, los investigadores pueden estudiar su proceso utilizando variad técnicas incluyendo la Prueba de asociación implícita y tecnología de 104 imágenes cerebrales. Se utilizan ambas técnicas: la Prueba de asociación implícita para identificar a individuos blancos con prejuicio racial implícito alto y luego utilizando imágenes de resonancia magnética funcional para explorar sus cerebros mientras ven fotografías de caras negras y blancas familiares y desconocidas. Los resultados demuestran que las caras negras desconocidas tienen mayor probabilidad de activar la amígdala y el cingulado en los lóbulos frontales, que son las estructuras implicadas en el aprendizaje emocional y desempeñan una función crucial en la detección de amenazas y el desencadenamiento del miedo. A pesar de no reportar en forma consciente alguna actitud racial negativa hacia los afroamericanos, los blancos con prejuicio implícito quizá sienten sin saberlo algún nivel de temor y negatividad hacia las personas negras. - Hay tres formas básicas del prejuicio La forma de prejuicio que es dirigida hacia un grupo particular está determinada por dos factores sociales. El primer factor social es si se percibe que el grupo blanco tiene una relación competitiva o cooperativa con la corriente dominante de la sociedad. Un grupo tiene una relación competitiva si se percibe que de manera intencional toman recursos para si mismas a expensas de otros grupos. Un grupo tiene una relación cooperativa con la corriente dominante de la sociedad si se percibe que no son demandantes (personas mayores autosuficientes), que contribuyen (amas de casa que crían a los hijos) o que necesitan ayuda sin que se lo hayan buscado (discapacitados). El segundo factor social es si el grupo blanco es relativamente de posición social baja o alta dentro de la corriente principal de la sociedad. a) Prejuicio despectivo: es probable que se vuelva blanco de esta si un grupo tiene una posición social relativamente baja y se percibe que tiene un relación competitiva cn la corriente dominante en la sociedad. Caracterizado por actitudes negativas d falta de respeto, resentimiento y hostilidad. b) Prejuicio envidioso: si un grupo de posición alta tiene una relación competitiva con la corriente dominante de la sociedad, puede convertirse en blanco. En el los sentimientos como resentimiento y hostilidad están mezclados con miedo y envidia, al igual que con las emociones positivas de respeto y admiración. c) Prejuicio paternalista: un grupo de posición baja que tiene una relación cooperativa o no competitiva con la corriente dominante de la sociedad puede convertirse en blanco. El paternalismo es el cuidado o control de los subordinados en una manera que sugiere la relación de un padre con sus hijos. Podría implicar afecto y pena condescendientes, mezclados con indulgencia y falta de respeto. 105 Estos últimos dos son ejemplos de prejuicios ambivalentes. - Ciertos grupos son blancos más aceptables del prejuicio que otros En todas las sociedades, algunos grupos son valorados mientras otros grupos son estigmatizados. Un estigma es un atributo que desacredita a una persona o un grupo social a los ojos de otros. “La marca” es valorada en forma negativa y tenerla “estropea” la humanidad completa de la persona; el estigma se traga la identidad entera de la persona y se convierte en un rasgo definitorio central para esa persona. Hay tres categorías diferentes de estigmas: 1) Identidades tribales: raza, seño, etnia, religión, origen nacional 2) Imperfecciones de carácter individual: trastornos mentales, adicciones, homosexualidad, criminalidad 3) Abominaciones del cuerpo: deformidades físicas, discapacidades físicas, enfermedades, obesidad. Las personas que son estigmatizadas casi siempre son el blanco de la intolerancia. - Heterosexismo Profesión médica estigmatizo a las lesbianas y homosexuales como desviados sexuales y perturbados mentales pro como no encontraron evidencia cambiaron su opinión y se la elimino como una categoría diagnostica de enfermedad mental. La iglesia Católica ha persistido en describir los sentimientos homosexuales como “ordenaos hacia un mal moral intrínseco”. Además en gran parte de los estados y municipalidades, las relaciones homosexuales no tienen estado legal, y las lesbianas y homosexuales con frecuencia pierden la custodia de sus hijos cuando se da a conocer su homosexualidad. El heterosexismo es un sistema de creencias, valores y costumbres culturales que exalta la heterosexualidad y rechaza, denigra y estigmatiza cualquier forma no heterosexual de comportamiento o identidad. Los heterosexuales que expresan actitudes en contra de los homosexuales tienden a: - Ser hombres en lugar de mujeres (porque en muchas culturas se enfatiza la importancia de la heterosexualidad en el papel del género masculino) - Tienen actitudes tradicionales hacia los papeles de genero 106 - Son muy religiosos y pertenecen a organizaciones religiosas conservadoras - Tienen amigos que sostienen actitudes negativas similares - Son prejuiciadas racialmente, sexistas y autoritarios - Han - Prejuicio por el peso tenido menos contacto personal con homosexuales o lesbianas. Su estigma implica no solo una abominación del cuerpo son también una imperfección de carácter individual. El prejuicio es contra de los gordos es más pronunciado en culturas individualistas. El prejuicio y discriminación tiende tanto a su vida personal como profesional. La obesidad es una característica tan estigmatizadora en nuestra cultura que incluso afecta la forma en que las personas evalúan a los individuos que son vistos con personas gordas. Las actitudes contra la gordura son más fuertes entre hombres, blancos y personas con papeles de género tradicionales en comparación con las mujeres, negros e individuos con papeles de género no tradicionales. ANEXO - PSICOLOGÍA SOCIA L- FRANZOI - FICHA 6586 La razón principal por la que el concepto actitud es tan popular es que el objetivo de la psicología es estudiar el comportamiento, y se supone que las acritudes influyen en él. Antes de la década de 1990, las actitudes eran definidas con frecuencia en función de 3 componentes distintos: creencias, sentimientos e intenciones conductuales. De acuerdo con esta perspectiva multidimensional, o de 3 componentes, las actitudes están formadas de nuestras creencias sobre un objeto, nuestros sentimientos sobre el objeto y nuestro comportamiento hacia el objeto. La investigación indica que no todos los 3 componentes necesitan estar en su lugar para que exista una actitud. Debido a que los 3 aspectos de la definición de 3 componentes no siempre están presentes en una actitud, muchos psicólogos sociales se han alejado de esta perspectiva multidimensional elegante hacia una definición anterior unidimensional más básica, o de componente único, en el cual la evaluación es central. Aquí, la actitud se define tan sólo como una evaluación positiva o negativa de un objeto. Los objetos incluyen personas, cosas, eventos y asuntos. Cuando las personas usan palabras como agrado, desagrado, amor, odio, bien y mal, por lo general describen sus actitudes. Las actitudes implícitas pueden subyacer en las actitudes explícitas: la cognición implícita implica juicios o decisiones que ocurren de manera automática sin nuestra conciencia. Siendo un producto de la cognición implícita, una actitud implícita es una actitud que es activada en forma 107 automática de la memoria, con frecuencia sin que la persona se dé cuenta siquiera que la posee. Sentirse intranquilo o irritable cerca de conocidos nuevos que en forma inconsciente le recuerdan a personas desagradables de su pasado es un ejemplo de una actitud implícita. Por comparación, una actitud explícita se tiene de manera consciente. 7actitudes duales: una persona puede tener 2 actitudes hacia alguien o algo, una explícita y la otra implícita. Esta posesión simultánea de actitudes implícitas y explícitas contradictorias se conoce como actitudes duales. Los valores pueden moldear las actitudes y el comportamiento: una variable psicológica que se asocia muy de cera con las actitudes son los valores. Aunque las actitudes se refieren a evaluaciones de objetos específicos, los valores son creencias perdurables sobre metas importantes en la vida que trascienden situaciones específicas. Los valores constituyen un aspecto importante de nuestro autoconcepto: transmiten lo que es importante para nosotros en nuestra vida y sirven como nuestros principios rectores. La importancia que le damos a un valor particular determina en gran medida si influirá en nuestras actitudes y comportamientos. Los valores están organizados en una jerarquía del más importante al menos importante para el yo. ¿Cómo se forman y mantienen las actitudes? Debido a las varias maneras en que se forman las actitudes, los psicólogos sociales han generado o aplicado diversas teorías para explicar estos diversos procesos de desarrollo. La simple exposición puede conducir a actitudes positivas: Zajonc propuso que la simple exposición de las personas en forma repetida a un objeto particular (como un hombre anciano) causa que se desarrollen una actitud más positiva hacia el objeto. Este fenómeno, al cual llamó efecto de la simple exposición, no requiere ninguna acción hacia el objeto, ni requiere el desarrollo de ninguna creencia acerca del objeto. Estas actitudes basadas en sentimientos se desarrollan fuera de la esfera de los pensamientos racionales y representan una forma muy básica y poderosa de evaluación. Además, muchas actitudes desarrolladas por simple exposición son actitudes implícitas; llegan a existir sin la conciencia del que tiene la actitud y son activadas en forma automática desde la memoria. Pero aun cuando una actitud formada por simple exposición se tenga de manera consciente, el que tiene la actitud con frecuencia nos da cuenta por qué sostiene esta actitud. ¿Por qué la exposición repetida conduce a actitudes positivas? Una posibilidad es que el efecto de la simple exposición podría tener sus raíces en una tendencia adaptativa desde el punto de vista evolutivo a ser atraído hacia aquellas cosas que son familiares, debido a que es poco probable que representen un peligro para nuestra seguridad y salud. Las actitudes pueden formarse por medio de condicionamiento clásico: a través de dicho condicionamiento clásico, un objeto de actitud neutral previa (el estímulo condicionado) puede llegar a evocar una respuesta de actitud (la respuesta condicionada) con sólo ser emparejados 108 con algún otro objeto (el estímulo incondicionado) que evoca de manera natural la respuesta de actitud (la respuesta condicionada). El reforzamiento y el castigo pueden moldear las actitudes: debido a que el condicionamiento clásico y la simple exposición influyen en las emociones, contribuyen en forma más directa a moldear el componente afectivo de las actitudes. Pero una de las formas más poderosas en las que el componente conductual puede moldear actitudes es por medio del condicionamiento operante. De acuerdo con los principios del condicionamiento operante, cuando una acción hacia un objeto es recompensada o reforzada, es probable que se repita en el futuro. Por otra parte, si el comportamiento no es recompensado o es castigado, son menos probables las acciones futuras similares. Los teóricos del aprendizaje que estudian las actitudes sostienen que este incremento o decremento del comportamiento será acompañado por una actitud consistente con el comportamiento. Aunque las actitudes pueden desarrollarse al ser recompensadas y castigadas en forma directa cuando interactúan con el objeto de la actitud, también pueden desarrollarse a través de medios indirectos de aprendizaje por observación. En tales casos, las actitudes son moldeadas al observar a otras personas siendo reforzadas o castigadas cuando interactúan con el objeto de la actitud. En la formación de actitudes a través del aprendizaje por observación, las personas a quienes observamos e imitamos se llaman modelos, debido a que nos enseñan cómo representar papeles sociales. El aprendizaje por observación ayuda a los niños a aprender cómo comportarse en sus familias y en sus culturas. La teoría de la autopercepción sostiene que el comportamiento causa las actitudes: otra teoría que enfatiza la forma en que el comportamiento moldea las actitudes es la teoría de la autopercepción. Afirma que con frecuencia no sabemos cuáles son nuestras actitudes y, en cambio, tan sólo las inferimos a partir de nuestro comportamiento y las circunstancias bajo las cuales ocurre el comportamiento. La teoría de Bem es una explicación radical del concepto de actitud, debido a que sostiene que, en lugar que las actitudes causan el comportamiento, es el comportamiento el que causa las actitudes. La teoría de la autopercepción sostiene que cuando formamos actitudes, funcionamos como un observador, viendo nuestro comportamiento y luego atribuyéndolo a una fuente externa (la situación) o interna (actitud). Bem afirmó que es más probable que hagamos inferencias de actitud cuando nuestro comportamiento es elegido libremente en lugar de coaccionado. Las actitudes son influidas por cambios en la expresión facial, movimientos de cabeza y postura corporal: se relaciona con la teoría de la autopercepción la opinión que las emociones de las personas, y por tanto sus actitudes, pueden manipularse al cambiar sus expresiones faciales, postura corporal u otras respuestas motoras. Ejecutar acciones asociadas con la felicidad no sólo 109 causa que nos sintamos más felices, sino también que percibamos otros objetos en nuestro ambiente de manera más favorable. Del mismo modo, ejecutar acciones asociadas con la tristeza causa que nos sintamos más tristes y percibamos nuestro mundo en forma menos favorable. El enfoque funcional afirma que las actitudes se forman, para satisfacer necesidades actuales: en un intento por entender cuándo un componente de la actitud ejercerá mayor influencia que los otros al moldear una actitud particular, varios teóricos han afirmado que necesita examinarse el propósito o función de las actitudes. El quid del argumento es que las personas sostienen actitudes que correspondan con sus necesidades psicológicas actuales, y cuando esas necesidades cambian, también lo hacen sus actitudes. Desde esta perspectiva, las personas podrían tener actitudes similares hacia un objeto, pero por razones diferentes. En este proceso de desarrollo y cambio de actitud, el enfoque funcional ve al individuo como un participante activo, que cambia de actitudes para satisfacer necesidades actuales. Esta creencia en que las personas están involucradas en forma activa en el desarrollo y cambio de sus propias actitudes está en un contraste marcado con las teorías de la actitud expuestas con anterioridad, las cuales ven a la persona como bastante pasiva en el proceso de desarrollo de las actitudes. Los primeros teóricos propusieron 4 funciones psicológicas a las que pueden servir las actitudes. Estas funciones, se asocian de manera estrecha con diferentes perspectivas teóricas en la psicología y enfatizan diferentes componentes de las actitudes. Función utilitaria: a veces desarrollamos ciertas actitudes hacia los objetos porque las asociamos con resultados positivos o negativos. En forma consistente con los principios del condicionamiento operante de la psicología conductista expuestos con anterioridad, la función utilitaria (o función de adaptación) supone una necesidad básica de interés personal, obtener recompensas y evitar castigos del ambiente. Los teóricos funcionales sostienen que desarrollamos actitudes positivas hacia aquellos objetos que se asocian con recompensas y desarrollamos actitudes negativas hacia aquellos que se asocian con castigo. Función de conocimiento: además de la necesidad de lograr recompensas y evitar castigos, los teóricos funcionales sostienen además que las personas necesitan alcanzar una visión del mundo significativa, estable y organizada. Inspirado por el conocimiento de la psicología cognoscitiva, Katz afirmó que las actitudes satisfacen esta función de conocimiento cuando proporcionan un marco de referencia para organizar el mundo de modo que tenga sentido. De esta manera, las actitudes pueden servir a la misma función que los esquemas cognoscitivos organizando la información y proporcionando estabilidad a la experiencia de las personas. 110 Función de defensa del yo: además de ayudar a una persona a obtener recompensas y una visión organizada del mundo, las actitudes también pueden ayudar a una persona a afrontar conflictos emocionales y proteger la autoestima. En forma consistente con los principios psicoanalíticos de Freud, la función de defensa del yo supone que las actitudes sirven como mecanismos de defensa, protegiendo al yo del conflicto interno y las verdades desagradables. Una actitud defensiva del yo, por su misma naturaleza, no está basada en una percepción realista del objeto de la actitud, pero la teoría supone que la persona que tiene dicha actitud en gran medida no se da cuenta de su función defensiva del yo. Función de expresión de valor: aunque las actitudes defensivas del yo impiden que las personas reconozcan verdades desagradables sobre sí mismas, otras actitudes las ayudan a darle una expresión positiva a sus valores centrales y aspectos nucleares de su autoconcepto. Al asumir la necesidad humana para la expresión positiva de valores nucleares, la función expresiva de valor (actitudes simbólicas) enfatiza principios consistentes con las teorías humanistas en la psicología. Concepciones contemporáneas del enfoque funcional: la noción de que las personas tienen actitudes por diferentes razones ha sido una contribución importante a la exposición de las actitudes. De acuerdo con los teóricos de la actitud que se adhieren a las perspectivas funcionalistas, un factor clave para cambiar las actitudes de otras personas es determinar primero a qué funciones sirven estas actitudes para los individuos que son su blanco. Estas estrategias de cambio de actitudes no garantizan el éxito, pero los teóricos funcionales sostienen que de seguro mejorarán la probabilidad de éxito sobre el uso de una sola estrategia de persuasión en los 3 individuos. ¿Cuándo predicen el comportamiento las actitudes? Una suposición que subyace en nuestra exposición de las actitudes ha sido que en efecto influyen en el comportamiento. Nivel de especificidad actitud-comportamiento: un problema al predecir el comportamiento a partir de las actitudes ha sido en nivel de especificidad en el cual se miden las actitudes y el comportamiento. Con demasiada frecuencia en el pasado, los investigadores han utilizado medidas muy generales de actitudes para predecir una forma muy específica de comportamientos. Factores de tiempo: otra variable que influye en el éxito de las actitudes al predecir el comportamiento es el tiempo. Entre mayor sea el intervalo de tiempo entre las mediciones de actitud y comportamiento, será mayor la probabilidad de que cambie la actitud de la persona. 111 Autoconciencia privada frente a pública: en tercer factor en la asociación actitudcomportamiento es la autoconciencia. Las personas que son autoconscientes en forma privada están más atentas a sus estándares personales de comportamiento, mientras aquellos que son autoconscientes en forma pública están más atentos a los estándares públicos. Intensidad de la actitud: no debe sorprendernos que las actitudes sostenidas con firmeza sean más sean más influyentes en la determinación del comportamiento y más resistentes al cambio. La investigación indica que con frecuencia es suficiente la sola adquisición de más información sobre un objeto de actitud para fortalecer las actitudes de las personas. Otra fuente de la intensidad de la actitud es la cantidad de implicación personal que tenga un individuo con el objeto de la actitud. Se relaciona con la implicación personal el hecho de que las actitudes formadas a través de la experiencia directa son más firmes y, como resultado, son mejores adivinos del comportamiento posterior que las actitudes formadas sin dicha experiencia. Una posible razón de que la experiencia directa conduzca a actitudes más firmes es que es más probable que tales encuentros incluyan a los 3 componentes de la actitud: afectivo, conductual y cognoscitivo. Accesibilidad a la actitud: una razón por la que las actitudes formadas a través de la experiencia directa tengan un impacto poderoso en el comportamiento es que tienden a ser muy accesibles; es decir, se piensa en ellas con frecuencia y vienen rápido a la mente. Esta noción de la accesibilidad a la actitud es similar al concepto de disponibilidad heurística. Recuerde que la disponibilidad heurística es la tendencia a juzgar la frecuencia o probabilidad de un evento en función de lo fácil que es recordar ejemplos del evento. Del mismo modo, la facilidad con la que vienen a la mente actitudes relevantes determinará en parte nuestras percepciones de un objeto de actitud. En ambos casos, entre mayor es la facilidad con que la información es activada en la memoria, mayor será el impacto que tendrá en el comportamiento subsiguiente. La investigación adicional indica que es más probable que deduzcamos que las actitudes muy accesibles son actitudes que sostenemos con firmeza. La teoría del comportamiento planeado afirma que las actitudes influyen en el comportamiento al moldear las intenciones: el comportamiento tiene la intención de lograr ciertos resultados, y la cognición es el proceso primario de desarrollo de la actitud. Afirmaban que al descubrir las intenciones de otros en una situación particular, podían predecir su comportamiento. De acuerdo con esta perspectiva, la causa más inmediata del comportamiento no son las actitudes, sino más bien las intenciones conductuales, las cuales son decisiones conscientes de llevar a cabo acciones específicas. Por tanto, la teoría afirma que las actitudes influyen en el comportamiento por su influencia en las intenciones. Además de la actitud de una persona hacia 112 el comportamiento, la intención conductual también es determinada por normas subjetivas y por el control percibido. Determinantes de las actitudes: Fishbein y Ajzen creen que una actitud hacia ejecutar un comportamiento particular se forma de acuerdo con un proceso bastante racional y es el producto de dos factores: 1) las creencias de uno sobre las consecuencias de ejecutar el comportamiento particular y 2) la evaluación de uno de las posibles consecuencias. Determinantes de las normas subjetivas: una norma subjetiva es el juicio de una persona sobre si otras personas aprobarán un comportamiento particular. Como las actitudes, ls normas subjetivas son un producto de dos factores: 1) las expectativas percibidas de otros significativos y 2) la motivación de uno a ajustarse a esas expectativas. ¿Cómo influyen las actitudes y las normas subjetivas a las intenciones conductuales? Cuando estos 2 factores diferentes se miden con cuidado, los resultados han mostrado por lo general una correspondencia anta entre la intención y el comportamiento. La investigación también indica que, aunque las intenciones conductuales por lo general son más controladas por las actitudes que por normas subjetivas, su contribución individual también depende de la actitud particular, el escenario y la población bajo estudio. Críticas de la teoría del comportamiento planeado: al colocar la intención después de las actitudes y antes del comportamiento, la teoría ignora la posibilidad que las actitudes en ocasiones produzcan comportamiento involuntario espontáneo. Otra clase de comportamientos que no puede explicar el modelo del comportamiento planeado son los hábitos bien establecidos de actitudes y normas antes del comportamiento. No hay una planeación real o intención consciente. En cambio, el comportamiento es ejecutado en una forma relativamente sin pensar, con poca autorregulación. ¿La consistencia cognoscitiva es un aspecto importante de las actitudes? Uno de los enfoques más influyentes en la psicología social, en especial en el estudio de las actitudes, ha sido la noción de que las personas están motivadas para mantener sus propias cogniciones (creencias, actitudes, autopercepciones) organizadas en una manera consistente y libre de tensión. Este principio de consistencia cognoscitiva fue introducido por primera vez por Fritz Heider y tiene sus raíces en la creencia Gestalt de que los seres humanos no sólo esperan y prefieran que sus percepciones sean coherentes y armoniosas, sino que están motivados para hacerlas así. La teoría de la disonancia cognitiva afirma que la racionalización moldea las actitudes: la teoría de la disonancia cognitiva propuso que aunque podemos parecer lógico en general en 113 nuestro pensamiento y comportamiento, con frecuencia nos ocupamos en un comportamiento irracional y desadaptativo para mantener la consistencia cognoscitiva. También describe y predice cómo dedicamos mucho de nuestro tiempo a racionalizar nuestro comportamiento en lugar de ocuparnos en realidad en una acción racional. La teoría plantea que si usted sostiene al mismo tiempo dos cogniciones que son inconsistentes, esto frustrará su deseo de consistencia cognoscitiva. Al reconocer que ha actuado de manera inconsistente, experimentará un sentimiento de incomodidad conocido como disonancia cognitiva. En el estudio de Festinger y Carlsmith, sólo dos salidas reductoras de la disonancia estaban disponibles para los mentirosos: 1) podían agregar una tercera cognición para hacer menos inconsistentes su inconsistencia actitud-comportamiento o 2) podían cambiar su actitud hacia la tarea. Libertad de elección y disonancia: otro factor que puede crear disonancia cognitiva es elegir con libertad ocuparse en un comportamiento en contra de la actitud. Para experimentar disonancia, las personas deben sentir que eligen con libertad comportarse de una manera que va en contra de sus actitudes. Justificación del esfuerzo y disonancia: aunque hemos visto que usar incentivos negativos, en la forma de amenazas leves, puede inducir disonancia cognoscitiva, la cual a su vez, produce menos agrado por el objeto de la actitud, los incentivos negativos también pueden conducir a un aumento del agrado. Los teóricos de la disonancia afirman que cuando las personas tienen una mala experiencia con algún grupo al que han elegido con libertad unirse, hay una tendencia natural a tratar de transformar la experiencia mala en una buena para reducir la disonancia cognoscitiva. Además, entre mayor es el sacrificio o privación asociada con la elección, será mayor el nivel de disonancia que experimentan las personas. Varias teorías han cuestionado la teoría de la disonancia cognitiva: además de cuestionar la universalidad del motivo de consistencia cognitiva, varios otros investigadores han cuestionado diferentes aspectos de la teoría de la disonancia cognoscitiva y han ofrecido varias alteraciones o reemplazos rotundos del modelo original. Explicaciones de la autopercepción: el primer cuestionamiento y el más serio a la teoría de la disonancia cognoscitiva proviene de la teoría de la autopercepción de Bem. Esta teoría afirma que inferimos nuestras actitudes al observar nuestro propio comportamiento y el contexto en el que ocurre, de igual forma en que lo hacemos cuando percibimos las acciones de otros. De acuerdo con Bem, cuando las personas se comportan de manera inconsistente, buscan primero explicaciones fuera de sí mismos para su comportamiento, y cuando no pueden encontrar una causa externa probable para su comportamiento, suponen que debe haber una causa interna, a saber, una actitud. Esta búsqueda de una causa del comportamiento no es alimentada por una 114 necesidad de reducir un estado psicológico desagradable, como se supone en la teoría de la disonancia cognoscitiva, sino más bien se basa en una racionalidad tranquila. ¿Cuál de estas dos teorías es correcta? Con base en diversos estudios, parece que ambas son correctas, pero en situaciones diferentes. Es más probable que las personas experimenten disonancia, y respondan en línea con la teoría de la disonancia cognitiva, cuando su comportamiento es discrepante en forma marcada de sus actitudes, cuando el comportamiento en cuestión es central para el yo y cuando no hay justificación externa para el comportamiento. Sin embargo, cuando la inconsistencia actitud-comportamiento sólo es leve, estas mismas personas tienden a comportarse en formas esperadas por la teoría de la autopercepción. Por tanto, es probable la disonancia si la actitud es importante para el yo o la discrepancia entre actitud y comportamiento es considerable. Cuando el asunto no es importante para el yo o la inconsistencia actitudcomportamiento es pequeña, entonces es probable que operen procesos de autopercepción. Explicaciones de autoafirmación: otra interpretación de la teoría de la disonancia con un foco en el yo es la teoría de autoafirmación de Steele. Cuando actuamos en una manera inconsistente con nuestro sentido de honestidad o integridad, esto amenaza nuestro autoconcepto. Steele sostiene que cuando nuestro autoconcepto es amenazado de esta manera, con frecuencia podemos reducir o evitar por completo el efecto negativo que Festinger llamó disonancia cognoscitiva al afirmar nuestra integridad en alguna otra área no relacionada de nuestra vida. Esta autoafirmación puede lograrse en muchas formas y no necesariamente tiene que resolver el dilema específico que amenazaba al yo en primer lugar. Por tanto, de acuerdo con la teoría de la autoafirmación, podemos reducir la disonancia sin resolver la autoinconsistencia que originalmente la causó. Prejuicios: prejuicio y discriminación son términos que muy pocas personas ven en forma positiva, pero son una parte de todas las culturas humanas. El prejuicio es una actitud y la discriminación es una acción: el prejuicio y la discriminación están vinculadas en forma estrecha pero son distintas. En el nivel más básico, el prejuicio implica actitudes hacia grupos específicos, mientras la discriminación implica acciones hacia esos grupos. Definir prejuicio: la definición más tradicional de prejuicio es que es una actitud negativa hacia miembros de un grupo específico. Esta visión convencional supone que el prejuicio puede representarse como un continuo simple de una emoción que varían en intensidad de un desagrado leve a un odio abrasador. En fechas recientes, sin embargo, un número creciente de científicos sociales han criticado esta definición. Estos críticos creen que muchas formas de prejuicio implican emociones complejas y contradictorias, combinando actitudes positivas hacia 115 los miembros del grupo en algunas dimensiones con actitudes negativas en otras dimensiones. Aunque no hay un consenso claro entre los investigadores del prejuicio sobre cómo definir el concepto, en este capítulo prejuicio se define como actitudes hacia miembros de grupos específicos que sugieren de manera directa o indirecta que merecen una posición social inferior. Esta definición tiene la ventaja de ser capaz de explicar actitudes aparentemente positivas que expresan con frecuencia individuos prejuiciados hacia otros grupos sociales que justifican de manera simultánea colocar a estos grupos en una posición social inferior. Definir discriminación: definimos discriminación como una acción negativa y/o condescendiente hacia miembros de grupos específicos. El desagrado, la falta de respeto y/o el resentimiento hacia personas debido a su pertenencia a un grupo son ejemplos de prejuicio. Atacar físicamente o no contratarlas para trabajos debido a su pertenecía a un grupo son ejemplos de discriminación. La discriminación no es un resultado inevitable del prejuicio. También es cierto que la discriminación puede ocurrir sin prejuicio. A veces las personas que no están prejuiciadas presentan una discriminación institucional al cumplir los lineamientos discriminatorios de instituciones. El prejuicio puede ser implícito o explícito: el prejuicio explícito implica tener actitudes prejuiciadas hacia un grupo en forma consciente, mientras que el prejuicio implícito implica tener actitudes prejuiciadas en forma inconsciente. Hay tres formas básicas de prejuicio: la forma de prejuicio que es dirigida hacia un grupo particular está determinada por 2 factores sociales. El primer factor social es si se percibe que el grupo blanco tiene una relación competitiva o cooperativa con la corriente dominante de la sociedad. Un grupo tiene una relación competitiva si se percibe que de manera intencional toman recursos para sí mismos a expensas de otros grupos (ejemplo: ricos y pobres). En contraste, un grupo tiene una relación cooperativa con la corriente dominante de la sociedad, si se percibe que no son demandantes (como las personas mayores autosuficientes), que contribuyen (como las amas de casa que crían a los niños) o que necesitan ayuda sin que lo hayan buscado (como los discapacitados). El segundo factor social es si el grupo blanco es relativamente de posición social baja o alta dentro de la corriente principal de la sociedad. Si un grupo tiene una posición social relativamente baja se percibe que tiene una relación competitiva con la corriente dominante en la sociedad, es probable que se vuelva el blanco de prejuicio despectivo, caracterizado exclusivamente por actitudes negativas de falta de respeto, resentimiento y hostilidad. El prejuicio despectivo es el prototipo de la mayoría de las personas para el prejuicio porque se caracteriza por actitudes negativas de manera uniforme: corresponde mejor con la definición tradicional de prejuicio. En contraste con esta hostilidad entre grupos reconocida con facilidad, las otras dos 116 formas de prejuicio representan cada una un tipo de prejuicio ambivalente, debido a que consisten de actitudes negativas y positivas. Por ejemplo, si un grupo de posición alta tiene una relación competitiva con la corriente dominante de la sociedad, puede convertirse en el blanco de prejuicio envidioso, en el cual los sentimientos de resentimiento y hostilidad están mezclados con miedo y envidia, al igual que con las emociones positivas de respeto y admiración. Por último, el prejuicio paternalista. El paternalismo es el cuidado o control de los subordinados en una manera que sugiere la relación de un padre con sus hijos. Las actitudes ambivalentes expresadas en esta forma de prejuicio podrían implicar afecto y pena condescendientes, mezclados con indulgencia y falta de respeto. Posición social del Cooperativa Competitiva Alta Sin prejuicio Prejuicio envidioso Baja Prejuicio Prejuicio paternalista despectivo grupo Ciertos grupos son blanco más aceptable del prejuicio que otros: en todas las sociedades, algunos grupos sociales son valorados mientras otros grupos so estigmatizados. Un estigma es un atributo que desacredita a una persona o un grupo social a los ojos de otros. Las personas estigmatizadas no son sólo diferentes de otros, sino que la sociedad juzga que su diferencia es desacreditadora. En un sentido cognoscitivo social, el estigma se traga la identidad entera de la persona, se convierte en el rasgo definitorio central para esa persona. Goffman distinguió las siguientes 3 categorías de estigma: 1) identidades tribales: raza, sexo, etnia, religión, origen nacional; 2) imperfecciones homosexualidad, criminalidad; de 3) carácter individual: abominaciones del trastornos cuerpo: mentales, adicciones, deformidades físicas, discapacidades físicas, enfermedades, obesidad. El concepto de estigma se relaciona con el prejuicio y la discriminación debido a que las personas que son estigmatizadas casi siempre son el blanco de la intolerancia. 117 LA PSICOLOGIA SOCIAL DE LAS RELACIONES INTERGRUPALES: MODELOS E HIPÓTESIS – CASTRO – FICHA 6549 La psicología social de las relaciones intergrupales se ocupa de los procesos psicológicos a la base de fenómenos como los estereotipos, el prejuicio y la discriminación. La investigación en el área ha producido una amplia gama de modelos explicativos. Algunos de ellos ponen toda su atención en los procesos motivacionales, mientras otros se ocupan exclusivamente de los mecanismos cognitivos. Algunas de las teorías enfatizan en variables intraindividuales, mientras que otras resaltan el papel de factores contextuales en la emergencia de la hostilidad intergrupal. En la actualidad la investigación integra explicaciones cognitivo-motivacionales y diferentes niveles de análisis. Introducción la psicología social de las relaciones intergrupales es el área de la psicología que estudia las causas y consecuencias de las acciones y percepciones que tienen los individuos sobre sí mismos y los otros en tantos miembros de diferentes grupos sociales. Sherif y Sherif (1979) definían este campo de investigación como el análisis de aquellas conductas y actitudes que surgen de la pertenencia concreta o deseada a un grupo humano. Desde esta perspectiva, un grupo social es entendido como una representación cognitiva del sí mismo y de los otros en tanto miembros de una misma categoría social (Turner, 1999). Un grupo social es, entonces, un grupo de personas que se clasifican a sí mismas como miembros de la misma categoría, se identifican con esta categoría y están dispuestos a actuar de acuerdo a las normas de tal categoría. Esta categorización se define sobre la base de creencias religiosas, ubicación geográfica, orígenes étnicos, “raza”, genero, nacionalidad, estatus socioeconómico, estatus legal, edad u otras características relevantes. FENOMENO INTERGRUPALES: ESTEREOTIPOS, PREJUICIO Y DISCRIMINACION Son expresiones particulares de un fenómeno más general denominado aquí hostilidad intergrupal. Cada uno de estos constructos hace referencia a una faceta distinta de antagonismo intergrupal y cada uno de ellos posee mecanismos particulares de manifestación, por lo que requieren de una delimitación conceptual precisa. ESTEREOTIPOS comúnmente definidos como las creencias consensuales sobre los atributos de un grupo social y sus miembros. Los estereotipos son las percepciones sobre una persona a partir de su pertenencia a ciertos grupos o categorías sociales, mientras que la estereotipia 118 apuntaría al proceso cognoscitivo de atribuir ciertas características a las personas sobre la base de su pertenencia a tales categorías. Los modelos cognitivos rechazan la idea de que los estereotipos son impresiones fijas y rígidas. Desde estas perspectivas, los estereotipos son juicios basados en categorizaciones fluidas que dependen ampliamente del contexto comparativo en que generan. Muchos autores asumen que los estereotipos surgen de procesos cognitivos “normales” y naturales como los procesos de categorización. Los resultados muestran que estas atribuciones están estrechamente ligadas con las formas socialmente permitidas de internación con los miembros de los grupos sociales, evidenciando que los estereotipos, aun los positivos, definen los “lugares” de los grupos en la jerarquía social y permiten la legitimación de las relaciones de poder entre los grupos. PREJUICIO actitudes derogativas hacia una persona debido a su pertenencia a determinada categoría social. Una de las definiciones de prejuicio más influyente en la actualidad es la propuesta por Brown (1995), quien se refiere al prejuicio como la tendencia a “poseer actitudes sociales o creencias cognitivas derogativas, expresar afecto negativo o presentar conductas discriminatorias y hostiles hacia miembros de un grupo debido a su pertenencia a ese grupo en particular. Muchos autores han adoptado el clásico modelo tripartito para distinguir los componentes, cognitivos, afectivos y conativos del prejuicio. Desde esta perspectiva, las respuestas evaluativas negativas hacia un miembro de un grupo social (componentes afectivo-evaluativo) están basados en una particular estructura de creencias sobre los atributos de los miembros de este grupo social (componente cognitivo) y son susceptibles de concretarse en conductas hostiles (componente conativo). Sin embargo, las limitaciones ampliamente conocidas del modelo tripartito hacen que en la mayoría de los casos el prejuicio se haya conceptuado y operacionalizado primordialmente desde su dimensión afectiva, diferenciándolo claramente de las creencias (estereotipos) y las intenciones o conductas (discriminación). Los cambios en las normas socioculturales que sancionan la expresión de formas tradicionales de prejuicio, lo que da como resultado que el antagonismo, lejos de estar erradicado, se exprese en formas más sutiles y complejas. Estas nuevas formas de prejuicio se han estudiado bajo el nombre de racismo simbólico, racismo ambivalente, racismo aversivo o racismo moderno. Es en el contexto de esta discusión que Pettigrew y Meertens (1995) introducen los conceptos de prejuicio abierto y prejuicio sutil. El directo apunta a un rechazo de las minorías étnicas sobre la base de un sistema de creencias abiertamente racista; mientras que el prejuicio sutil más bien 119 nutre de una exageración de las diferencias culturales, la defensa de valores tradicionales y la negación de emociones positivas hacia las minorías. DISCRIMINACION complejo sistema de relaciones entre los grupos sociales que produce y reproduce desigualdades en el acceso a recursos como salud, educación, propiedad, etc. Se define como negar o denegar el acceso a oportunidades (de empleo, salud, educación, vivienda, etc.) a un grupo social y sus miembros. En un sentido psicológico más restringido, la discriminación es entendida como la dimensión conductual de prejuicio. En este nivel intermedio de análisis, la discriminación (conductual) se refiere al tratamiento diferencial (por lo general injusto) del que es objeto una persona en sus interacciones cotidianas por el simple hecho de pertenecer a la categoría social a la que pertenece. Desde la perspectiva del actor, se trata entonces de todas aquellas conductas que tienden a limitar o negar la igualdad en el trato a ciertos individuos o grupos sociales. En resumen, los estereotipos se definen como las creencias consensuales sobre los atributos de los grupos sociales y sus miembros. El prejuicio hace referencia a las actitudes derogativas hacia ciertos individuos en virtud de su pertenencia a determinadas categorías sociales o étnicas. La discriminación apunta a aquellas conductas por medio de las cuales se niega la igualdad en el trato a una persona debido a su adscripción a una categoría social o étnica determinada. ANTECEDENTES Y CORRELATOS DE LA HOSTILIDAD INTERGRUPAL Las teorías iniciales, alrededor de las décadas del 40 y 50, ponían un fuerte énfasis en explicaciones motivacionales de la hostilidad intergrupal; mientras que en las décadas de los 60 y 70 se formularon propuestas de corte eminentemente cognitivo. La investigación actual privilegia el análisis de la interacción entre el contexto de contacto intergrupal y las diferencias interindividuales. Principales aportes teóricos y empíricos de la psicología social de las relaciones intergrupales en dos niveles de análisis: el nivel de las variables individuales y el ámbito de los factores contextuales o situacionales. DETERMINANTES INDIVIDUALES en el micronivel de análisis, las principales variables motivacionales estudiadas por la psicología de las relaciones intergrupales están relacionadas con: a) Las características de la personalidad de los individuos, b) Sus sentimientos de frustración y deprivación y 120 c) Los procesos de comparación social motivados por las necesidades psicológicas de justicia, control, conocimiento, autoafirmación y pertenencia. PROCESOS MOTIVACIONALES mucha de la investigación en el área de las bases motivacionales del antagonismo intergrupal se ha ocupado de detectar aquel “tipo” de individuo que es más propenso al prejuicio. TEORIA DE LA PERSONALIDAD AUTORITARIA el conflicto básico motivacional que subyace a la personalidad autoritaria emerge, según este modelo, de patrones de socialización punitivos, en los cuales los impulsos socialmente inaceptables son reprimidos de una manera particularmente severa y controladora resultando en individuos igualmente controladores, punitivos y opresivos. El autoritarismo se refiere a un síndrome específico de características de personalidad covariantes, dentro las cuales destacan el convencionalismo, la agresión autoritaria, la sumisión autoritaria, la estereotipia, y la rigidez cognitiva. Como consecuencia de este tipo particular de personalidad, los sujetos autoritarios son particularmente propensos a apoyar sistemas de creencias estereotípicas, expresar evaluaciones y sentimientos derogativos en contra de las minorías y presentar conductas discriminatorias. La crítica más seria a la TPA es su propensión al reduccionismo individualista y a la patologización de fenómenos intergrupales. Otra teoría, que ubica parte del antagonismo intergrupal en rasgos de personalidad es la TEORIA DE LA DOMINANCIA SOCIAL (TDS). De acuerdo a esta, los individuos difieren en el grado en que aceptan que unos grupos dominen sobre otros. Este motivo se integra desde muy temprana edad dentro de los rasgos o tendencias distintivas de algunas personas, lo que las hace particularmente receptivas a las ideologías que profesan la superioridad de ciertos grupos sociales. La TDS comparte con la TPA la idea de la existencia de un tipo de individuo especialmente motivado a perpetuar las jerarquías y, en esa medida, particularmente propenso a la estereotipia, el prejuicio y la discriminación. Otros modelos que comparten la lógica de explicación psicodinámica de la TPA son las TEORIAS DE LA FAMOSA HIPOTESIS DE LA GRUSTRASION-AGRESION. De acuerdo a estas perspectivas las actitudes derogativas hacia los exogrupos y sus miembros son una respuesta a la frustración. Por lo general la agresión es dirigida a la fuente de la frustración, pero cuando esto resulta imposible, la agresión es desplazada hacia otro objeto, usualmente una víctima vulnerable, las minorías por ejemplo. 121 TEORIA DEL CHIVO EXPIATORIO (TCHE) por sí sola, la motivación individual no explica por qué en ciertos momentos históricos el prejuicio hacia ciertos chivos expiatorios se generalizaba uniformemente en poblaciones enteras y por qué se escogen diferentes chivos expiatorios de tiempo en tiempo. Los modelos basados en el constructo de la TEORÍA DE LA DEPRIVACION RELATIVA (TDR), también enfatizan en la insatisfacción personal como un factor determinante de la hostilidad intergrupal (Gurr, 1970). La deprivación es concebida como el sentimiento de que “uno ha sido injustamente privado de un bien y objeto que se merece”. Otra teoría que pone especial atención en el efecto interactivo de la motivación y la comparación social es la TEORIA DE LA IDENTIDAD SOCIAL (TIS) de Tejfel y Turner (1979). La necesidad de reducción de la incertidumbre y particularmente la necesidad de autoafirmación a través de los grupos sociales de pertenencia, son los motivos centrales que guían la conducta intergrupal. De acuerdo a la TIS, los seres humanos, estamos motivados a mantener y proyectar un sí-mismo coherente y positivo. Esto lo logramos en buena medida a través de los colectivos a los que pertenecemos. Parte del supuesto de que la vía primordial para obtener la información y evaluación de nuestros grupos (y por ende de nuestra identidad social) es la comparación del propio grupo con otros grupos sociales relevantes. El argumento central de la TIS es que las discrepancias negativas en estos proceso de comparación social resulta en identidades sociales insatisfactorias, las que a su vez activan la necesidad de maximizar la diferencia positiva (es decir, evaluar el endogrupo más positivamente que el exogrupo) Existen muchas similitudes entre la TDR y la TIS. Ambas señalan la importancia de la motivación en la hostilidad intergrupal; las dos ubican esta motivación en el contexto de la comparación social; en ambas se analizan los efectos de las condiciones concretas de las relaciones entre los grupos en las percepciones y sentimientos de los individuos. Las diferencias radican en que cada una asume mecanismos psicológicos diferentes a la base de la hostilidad. El motivo central de la TDR es la necesidad de justicia; la necesidad central de la TIS es más bien del orden expresivo. MECANISMOS COGNITIVOS la TIS postula que los individuos tendemos a formar grupos o categorías con el fin de organizar la información del medio social que nos rodea (Tajfel, 1981). Esta simple categorización tiene importantes efectos en los procesos de percepción social debido a la tendencia humana de sobreestimar las diferencias entre las categorías y a subestimar las diferencias dentro de las categorías. 122 Según Allport (1954), una vez que las categorías logran la separación de los grupos, los seres humanos usan la prominencia (salience) de rasgos sociales o físicos (género, edad, color de piel, etc.) como principios “defectuosos” de organización que llevan a agrupar personas aparentemente similares en categorías discretas. Investigación en cogniciones sociales, esta literatura supone que los individuos utilizan indicadores distintivos como la edad, el género, el color de piel, la vestimenta, etc., con el fin de otorgarle una estructura a la complejidad del medio ambiente social sobre la base de criterios de similitud y diferencia (Bruner, 1957). Estas proposiciones sugieren que los procesos de categorización social están implicados en una gran cantidad de sesgos en la percepción y evaluación que sustentan la hostilidad intergrupal. En general, pero particularmente en las situaciones en que el sí-mismo está involucrado en la categorización, los individuos tienden a actuar más favorablemente ante miembros del endogrupo que miembros del exogrupo, tienden a evaluar a los miembros del endogrupo mas positivamente que a los miembros del exogrupo y asocian a los primeros características personales y físicas más positivas que a últimos. La categorización social está también vinculada a un fenómeno intergrupal ampliamente estudiado la homogeneidad del exogrupo. De nuevo, la tendencia a percibir a los exogrupos como colectivos más homogéneos que el endogrupo no responde solamente a la formación de esquemas, depende también de las normas sociales y las relaciones concretas entre los grupos. ERROR DE ATRIBUCION ULTIMO aplicando el error fundamental de atribución a las relaciones intergrupales, Pettigrew (1979) define el error de atribución ultimo como la tendencia a atribuir las acciones negativas a causas internas (rasgos estables o disposiciones) cuando la conducta es realizada por miembros del exogrupo y a causas externas (factores situacionales) cuando la conducta es efectuada por miembros del endogrupo). Como se puede observar, la investigación muestra que las variables individuales son importantes predictores de la hostilidad intergrupal. Al mismo tiempo, sin embargo, la literatura muestra claramente que el análisis estaría incompleto si se deja de lado el papel fundamental del contexto social en la regulación de las respuestas interindividuales. LA HOSTILIDAD INTERGRUPAL EN COTNEXTO Los efectos del contexto en la hostilidad intergrupal han sido estudiados atendiendo principalmente a las características estructurales de las relaciones entre los grupos sociales y sobre todo a la percepción subjetiva de tal relación. En sociedades estratificadas como las 123 nuestras, la percepción subjetiva de las relaciones intergrupales objetivas define y regula las formas concretas y cotidianas de contacto intergrupal. Dependiendo de la percepción subjetiva de las relaciones sociales, la situación cotidiana de contacto puede darse en términos de cooperación o en términos de competencia. Estos temas han sido estudiados a través de tres teorías principales: LA TEORIA DEL CONFLICTO REALISTA (SHERIF& SHERIF, 1979), LA TEORIA DE LA IDENTIDAD SOCIAL (TAJFEL & TURNER, 1979), Y LA TEORIA DEL CONTACTO INTERGRUPAL (G. ALLPORT; 1954, PETTIGREW, 1998) LA TEORIA DEL CONFLICTO REALISTA (TCR) se basa en una idea muy simple: la hostilidad intergrupal emerge de la competencia directa entre los grupos por recursos socialmente valorados y aparentemente escasos como poder, prestigio y bienes materiales. Según la TCR, el conflicto de intereses activa la cohesión intragrupal y la identificación de los miembros con el grupo y sus “causas”, es decir, sus normas y valores, de allí que si la situación de contacto se da en términos de competencia, la hostilidad entre los grupos emergerá como respuesta al conflicto. Es precisamente en situaciones de conflicto real entre los grupos, en donde la hostilidad se generaliza a tal punto que esta no puede ser explicada exclusivamente en términos de las motivaciones individuales, sino como parte intrínseca de las relaciones objetivas entre los grupos y las normas que reproducen dichas relaciones. TEORIA INTEGRADA DE LAS AMENAZAS (TIA) Stephan y Stephan (2000) enfatizan en que estas no necesariamente responden a criterios objetivos de peligro, lo importante aquí es la realidad psicológica de la percepción de la amenaza. Varios tipos de amenaza. Dentro de ellas se encuentran las amenazas a la integridad del grupo (alimentación, salud), las amenazas a su posición de privilegio (el poder económico y político) y finalmente la percepción de que las diferencias culturales entre los grupos son tan irreconciliables que estas se convierten en una amenaza para la reproducción cultural del endogrupo (amenazas simbólicas). Otro de los problemas importantes de la TCR es que supone una relación directa entre el conflicto de intereses y la hostilidad intergrupal. Pone especial énfasis en e l papel de la percepción subjetiva. Para Tejfel y Turner (1979), la percepción del conflicto de intereses no lleva automáticamente a la hostilidad intergrupal; para ello son necesarias ciertas condiciones vinculadas con las posibilidades reales o subjetivas de que se pueda dar un cambio en las relaciones entre los grupos. Para dar cuenta de estas percepciones, Tajfel y Turner introducen el concepto de estructuras de creencias. Estas son el conjunto de creencias que poseen los individuos sobre las 124 características de las relaciones entre sus grupos. Los principales sistemas de creencias estudiadas por la TIS son: a) Las creencias sobre la legitimidad de las posiciones de los grupos en la jerarquía social; b) Las creencias sobre la estabilidad de reales relaciones; y c) Las creencias sobre la permeabilidad de las barreras entre los grupos. El principio fundamental es simple: cuando las posiciones de los grupos (y por ende las identidades sociales de sus miembros) se ven amenazadas, los sujetos sienten una mayor necesidad de aferrarse a la seguridad de las categorías sociales de referencia y, en esa medida a expresar mayor hostilidad hacia los exogrupos, sean estos la fuente de la amenaza o no. La TIS considera que aun en condiciones de ilegitimidad, inestabilidad e impermeabilidad, la hostilidad intergrupal va a depender del significado que tienen los grupos sociales para la definición del sí mismo. Como ya se mencionó, los individuos particularmente identificados con sus grupos de referencia, son aquellos que más probablemente van a expresar hostilidad intergrupal, cunado sus identidades sociales se ven amenazadas. ARMONÍA INTERGRUPAL: CONDICIONES Y MECANISMOS TEORAI DEL CONTACTO INTERGRUPAL (TCI) PROPUESTA POR G. ALLPORT (1954) postula que bajo ciertas condiciones el contacto intergrupal puede contribuir a reducir la hostilidad intergrupal. Es lógico que existan múltiples factores situacionales que determinan los resultados de la interacción, dentro de ellos la frecuencia, la calidad, la variedad, los ámbitos y la atmosfera que rodea el contacto, así como los roles, el estatus y las características de los participantes en la interacción. Allport (1954) identificaba cuatro condiciones necesarias para la estructuración de un contacto intergrupal óptimo, estas son: a) La igualdad de estatus de los participantes en la interacción; b) La consecución de objetivos comunes; c) La cooperación intergrupal; y d) El apoyo institucional (en forma de normas, sanciones y regulaciones que faciliten el contacto óptimo). 125 Desarrollos posteriores de la teoría incluyen una quinta condición necesaria denominada “POTENCIAL DE AMISTAD” (Pettigrew, 1998) De acuerdo con la TCI una situación intergrupal que cumpla con estas condiciones proporciona información contraestereotípica sobre los miembros de los grupos en la medida en que estos comparten el mismo estatus. Una situación intergrupal óptima facilita el desarrollo de relaciones íntimas, permite el descubrimiento de similitudes, y por ende, la atracción interpersonal y el consecuente afecto positivo mutuo. De esta investigación surgen tres modelos diferentes para explicar la capacidad generalizadora del contacto optimo: el modelo de personalización de Brewer y Miller (1984), el modelo de la identidad social distintiva de Hewstone y Brown (1986) y el modelo de la identidad social común de Gaertner, Dovidio y Bachman (1996), los tres modelos parten de la misma premisa: los efectos positivos del contacto están mediados por cambios en las representaciones cognitivas de los individuos sobre el endogrupo, el exogrupo y sus relaciones. El modelo de la personalización se basa en el supuesto de que los efectos positivos del contacto están mediados por un proceso de decategorización. Según este modelo una situación optima de contacto activa cambios en la percepción de los miembros de los grupos, porque en esta situación se pone de relieve la información personalizada sobre los otros independientemente de la categoría social a la que pertenecen. El contacto reduce el antagonismo intergrupal ya que promueve la interacción entre individuos únicos y no entre miembros de grupos sociales. A través del uso frecuente de información personalizada los participantes de la interacción aprenden a actuar y reaccionar más como individuos y menos como miembros de grupo en diferentes situaciones. Por su parte, el modelo de la identidad social distintiva supone que los efectos positivos del contacto están mediados por la subcategorización. Según este modelo, la situación de contacto reduce la hostilidad intergrupal precisamente porque facilita la diferenciación mutua en el marco de un contexto interdependiente de cooperación. Este modelo supone que los beneficios del contacto recaen precisamente en el mantenimiento de las respectivas identidades grupales de los interlocutores en el marco de una situación interactiva óptima. Si esto se logra es más probable que el cambio positivo observado en la situación de contacto se transfiera a otros miembros del exogrupo, precisamente porque los participantes de la interacción fueron percibidos como miembros típicos del exogrupo. 126 El modelo de la identidad social común supone que los efectos positivos del contacto están mediados por la recategorizacion. De acuerdo con este modelo, la situación de contacto óptimo reduce la hostilidad porque introduce una identidad social más amplia que incluye las identidades sociales particulares de los participantes de la interacción. La inducción de una “supraidentidad social” hace posible la generalización de los efectos positivos del contacto porque la nueva representación del endogrupo permite incluir a los miembros del exogrupo que no están presentes en al situación de contacto original. En efecto, dadas las diferencias objetivas entre los grupos sociales, algunas veces es imposible y hasta contraproducente negar los limites psicológicos entre los endogrupos y los exogrupos. Sin embargo, una situación que promueve la interacción por medio de la personalización o una identidad social común parece ser una condición fundamental para desconfirmar estereotipos y facilitar la amistad intergrupal. Empero, si el contacto tiene lugar solo a nivel interpersonal, las actitudes a nivel intergrupal quedaran intactas. Evidentemente el uso del contacto intergrupal como medio para disminuir la hostilidad intergrupal depende en gran medida de variables extrínsecas a la situación de contacto óptimo. Algunas de estas variables están vinculadas a las características particulares de los participantes de la interacción, sus expectativas y sus experiencias pasadas. Aspectos como la ansiedad intergrupal o la importancia atribuida al contacto intergrupal son solo algunas variables interindividuales que pueden moderar o mediatizar los efectos del contacto sobre las actitudes interétnicas. Finalmente, no hay que olvidar que la condición esencial para propiciar relaciones intergrupales solidarias está dada por la estructura social que determina las relaciones entre los grupos y sus miembros. Una transformación profunda del orden social es esencial para el desarrollo y mantenimiento de la solidaridad y armonía intergrupal. CONCLUSIONES De las teorías cognitivas aprendemos que la hostilidad intergrupal no es exclusiva de sujetos enfermos, sino que surge de sesgos en la percepción comunes a todos los seres humanos, que imponemos una estructura a la realidad social de acuerdo a nuestras creencias y valores. De las teorías motivacionales aprendemos que estos sesgos obedecen a necesidades psicológicas de diversa índole. Estamos dispuestos a distorsionar nuestra percepción del mundo social, en la medida en que estas distorsiones nos permitan satisfacer ciertas necesidades psicológicas. Tanto en las teorías motivacionales, como en los modelos cognitivos se reconoce la necesidad de ubicar las 127 diferencias interindividuales en el marco del contexto concreto de las relaciones objetivas entre los grupos y los significados subjetivos de tal relación. La revisión de esta literatura nos deja dos vacíos importantes: en primer lugar, se hace notoria la falta de teorías de amplio alcance que nos permitan entender la compleja trama de las relaciones entre las variables que estudiamos. Con esto se hace referencia a modelos más generales que intenten integrar de modo coherente la gran cantidad de resultados esparcidos en la no menos pequeña cantidad de publicaciones especializadas sobre el tema. Evidentemente, los fenómenos estudiados por esta línea de investigación son de tal magnitud que es imposible abarcarlos con una sola teoría. Sin embargo el evidente traslape entre los modelos de corto alcance aquí reseñados evidencia la necesidad de una integración mayor. Por el momento, la teoría más cercana al perfil descrito es la teoría de la identidad social, en su intento por integrar: a) Los procesos cognitivos subyacentes a la percepción distorsionada de los exogrupos; b) Las necesidades psicológicas responsables de tales distorsiones y c) El impacto de las relaciones sociales objetivas en estos mecanismos cognitivos y motivacionales. Esta teoría resulta particularmente idónea para estudiar procesos específicos y mecanismos generales. El reto de la investigación en Asia, África y América Latina consiste en enriquecer los aportes de la psicología social psicológica desde nuestra experiencia, una realidad multiétnica, pluricultural y multilingüe que debe ser estudiada en forma más sistemática. UNIDAD 4 – REPRESENTACIONES SOCIALES LAS REPRESENTACIONES SOCIALES: ASPECTOS TEÓRICOS - ABRIC - FICHA 6592 La noción de «representación social» a la que aquí nos referimos corresponde a la teoría elaborada en 1961 por S. Moscovici. El estudio del pensamiento «ingenuo», del «sentido común» se toma esencial en adelante. La identificación de la «visión del mundo» que los individuos o grupos llevan en sí y utilizan para actuar o tomar posición es reconocida como indispensable para entender la dinámica de las interacciones sociales y aclarar los determinantes de las prácticas sociales. La teoría de las representaciones sociales: Lo que para nosotros constituye el punto de partida de esta teoría es el abandono de la distinción clásica entre sujeto y objeto. En efecto, la teoría de las 128 representaciones plantea «que no hay distinción alguna entre los universos exterior e interior del individuo (o del grupo). El sujeto y el objeto no son fundamentalmente distintos». Ese objeto está inscrito en un contexto activo, concebido parcialmente al menos por la persona o el grupo, en tanto que prolongación de su comportamiento, de sus actitudes y de las normas a las que se refiere. Dicho de otro modo: el estímulo y la respuesta son indisociables. Se forman en conjunto. Si, por ejemplo, un individuo (o un grupo) expresa una opinión (es decir, una respuesta) respecto a un objeto o a una situación, dicha opinión en cierta forma es constitutiva del objeto, lo determina. El objeto reconstruido es entonces de forma tal que resulta consistente con el sistema de evaluación utilizado por el individuo. Es decir, por sí mismo un objeto no existe. Es y existe para un individuo o un grupo y en relación con ellos. Así pues, la relación sujeto-objeto determina al objeto mismo. Una representación siempre es la representación de algo para alguien. Por tanto, la representación siempre es de carácter social. Plantearemos que a priori no existe realidad objetiva, pero que toda realidad es representada, apropiada por el individuo o el grupo y reconstruida en su sistema cognitivo, integrada en su sistema de valores que depende de su historia y del contexto social e ideológico que le circunda. Y es esa realidad apropiada y reestructurada que para el individuo o el grupo constituye la realidad misma. Toda representación es así una forma de visión global y unitaria de un objeto, pero también de un sujeto. Esta representación reestructura la realidad para a la vez permitir una integración de las características objetivas del objeto, de las experiencias anteriores del sujeto, y de su sistema de normas y actitudes. Esto permite definir a la representación come una visión funcional del mundo que permite al individuo o al grupo conferir sentido a sus conductas, y entender la realidad mediante su propio sistema de referencias y adaptar y definir de este modo un lugar para sí. Es «una forma de conocimiento, elaborada socialmente y compartida con un objetivo practico que concurre a la construcción de una realidad común para un conjunto social». La representación no es así un simple reflejo de la realidad, sino una organización significante. La representación funciona como un sistema de interpretación de la realidad que rige las relaciones de los individuos con su entorno físico y social, ya que determinará sus comportamientos o sus prácticas. Es una guía para la acción, orienta las acciones y las relaciones sociales. La representación como sistema sociocognitivo: «Es errado decir que las representaciones sociales son sociocognitivas». Las representaciones en efecto no son exclusivamente cognitivas, también lo son sociales. El análisis y la comprensión de las representaciones sociales y de su funcionamiento supondrán así, siempre, un doble enfoque, un acercamiento que calificamos de sociocognitivo y que integra los dos componentes de la representación. 129 * Su componente cognitivo primeramente: la representación supone, lo hemos dicho, un sujeto activo, y tiene desde ese punto de vista una «textura psicológica», sometida a las reglas que rigen los procesos cognitivos. * Su componente social en seguida: la puesta en práctica de esos procesos cognitivos está determinada directamente por las condiciones sociales en que una representación se elabora o se transmite. Y esta dimensión social genera reglas que pueden ser muy distintas de la «lógica cognitiva». Pueden ser definidas como construcciones sociocognitivas, regidas por sus propias reglas. La representación como sistema contextualizado: Hemos afirmado anteriormente que uno de los componentes fundamentales de la representación era su significación. Y ésta es determinada doblemente por efectos de contexto. Por el contexto discursivo primeramente, es decir por la naturaleza de las condiciones de producción del discurso, a partir del cual será formulada o descubierta una representación. En la medida en que, en la mayoría de los casos, son producciones discursivas que permiten entrar a las representaciones, es necesario analizar sus condiciones de producción, y tener en cuenta que la representación recabada se produce en situación, para un auditorio, a quien pretende argumentar y convencer y que la significación de la representación social dependerá por lo menos en parte de las relaciones concretas que se verifican en el tiempo de una interacción. Por el contexto social en seguida, es decir por una parte por el contexto ideológico y por otra por el lugar que el individuo o el grupo respectivo ocupa en el sistema social. «La significación de una representación social está entrelazada o anclada siempre en significaciones más generales que intervienen en las relaciones simbólicas propias al campo social dado». Este efecto doble de contexto implica, para entender el contenido y la dinámica de una representación, «una referencia necesaria al contexto social y no solamente discursivo». Funciones de las representaciones sociales: Si, como pensamos, las representaciones sociales desempeñan un papel fundamental en las prácticas y en la dinámica de las relaciones sociales, es porque responden a cuatro funciones esenciales: Funciones de saber: permiten entender y explicar la realidad El saber práctico de sentido común, permite a los actores sociales adquirir conocimientos e integrarlos en un marco asimilable y comprensible para ellos, en coherencia con su funcionamiento cognitivo y con los valores a los que se adhieren. Por otro lado facilita la comunicación social. Define el marco de referencia común que permite el intercambio social, la transmisión y la difusión de ese saber «ingenuo». Manifiesta así ese esfuerzo permanente del 130 hombre por entender y comunicar del que Moscovici piensa que constituye la esencia misma de la cognición social. Funciones identitarias: definen la identidad y permiten la salvaguarda de la especificidad de los grupos. Además de la función cognitiva de entender y explicar, «las representaciones tienen también por función situar a los individuos y a los grupos en el campo social, permiten elaborar una identidad social y personal gratificante; es decir, compatible con los sistemas de normas y valores social e históricamente determinados. Esta función identitaria de las representaciones les da un lugar primordial en los procesos de comparación social. Funciones de orientación: conducen los comportamientos y las Prácticas. El sistema de predecodificación de la realidad que constituye la representación social es, como hemos dicho antes, una guía para la acción. Este proceso de orientación de las conductas por las representaciones resulta de tres factores esenciales: La representación interviene directamente en la definición de la finalidad de la situación, determinando así, a priori, el tipo de relaciones pertinentes para el sujeto pero también eventualmente, en una situación en que una tarea es por efectuar, el tipo de gestión cognitiva que se adoptará. Hemos podido demostrar así que la representación de la tarea determina directamente el tipo de gestión cognitiva adoptado por el grupo, así como la forma en que se estructura y comunica, y eso independientemente de la realidad «objetiva» de la tarea. La representación produce igualmente un sistema de anticipaciones y expectativas. Es así, pues, una acción sobre la realidad: selección y filtro de las informaciones, interpretaciones con objeto de volver esa realidad conforme a la representación. La representación por ejemplo no sigue; no depende de la evolución de una interacción, la precede y determina. Finalmente en tanto que representación social, es decir reflejando la naturaleza de las reglas y de los lazos sociales, la representación es prescriptiva de comportamientos o prácticas obligadas. Define lo lícito, tolerable o inaceptable en un contexto social dado. Funciones justificadoras: permiten justificar a posteriori las posturas y los comportamientos. Acabamos de ver cómo antes de la acción las representaciones desempeñan un papel esencial. Pero intervienen también luego de la acción, y permiten así a los actores explicar y justificar sus conductas en una situación o en consideración a sus colegas. Desde este punto de vista, aparece un nuevo papel de las representaciones: el de la persistencia o refuerzo de la posición social del grupo involucrado. La representación tiene por función perpetuar y justificar la diferenciación social, puede -como los estereotipos- pretender la discriminación o mantener una distancia social entre los grupos respectivos. 131 Organización y estructura de las representaciones sociales: la representación es constituida pues de un conjunto de informaciones, de creencias, de opiniones y de actitudes al propósito de un objeto dado. Además este conjunto de elementos es organizado y estructurado. El análisis de una representación y la comprensión de su funcionamiento necesitan así obligatoriamente una doble identificación: la de su contenido y la de su estructura. La organización de una representación presenta una modalidad particular, específica: no únicamente los elementos de la representación son jerarquizados sino además toda representación está organizada alrededor de un núcleo central, constituido por uno o vanos elementos que dan su significación a la representación. Teoría del núcleo central: Toda representación está organizada alrededor de un núcleo central. Este es el elemento fundamental de la representación puesto que a la vez determina la significación y la organización de la representación. El núcleo central-o núcleo estructurante- de una representación garantiza dos funciones esenciales: • una función generadora: es el elemento mediante el cual se crea, se transforma, la significación de los otros elementos constitutivos de la representación. Es por su conducto que esos elementos toman un sentido, un valor', • una función organizadora: es el núcleo central que determina la naturaleza de los lazos que unen, entre ellos los elementos de la representación. Es, en este sentido, el elemento unificador y estabilizador de la representación. Por otra parte tiene una propiedad. Constituye el elemento más estable de la representación, el que garantiza la perennidad en contextos movibles y evolutivos. Será en la representación el elemento que más resistirá al cambio. En efecto cualquier modificación del núcleo central ocasiona una transformación completa de la representación. Plantearemos así que la identificación de ese núcleo central permite el estudio comparativo de las representaciones. Elementos periféricos de la representación: Los elementos periféricos se organizan alrededor del núcleo central. Están en relación directa con él, es decir que Sil presencia, su ponderación, su valor y su función están determinados por el núcleo. Constituyen lo esencial del contenido de la representación, su lado más accesible, pero también lo más vivo y concreto. Abarcan informaciones retenidas, seleccionadas e interpretadas, juicios formulados al respecto del objeto y su entorno, estereotipos y creencias. Los elementos periféricos desempeñan también un papel esencial en la representación. En efecto: constituyen la interface entre el núcleo central y la situación concreta en la que se elabora o funciona la representación y responden a tres funciones esenciales. 132 • Función concreción: directamente dependientes del contexto, resultan del anclaje de la representación en la realidad, y permiten revestirla en términos concretos, comprensibles y transmisibles de inmediato. Integran los elementos de la situación en la que la representación se produce, hablan del presente y de lo vivido del sujeto. • Función regulación: más flexibles que los elementos centrales, los elementos periféricos desempeñan un papel esencial en la adaptación de la representación a las evoluciones del contexto. Pueden entonces ser integradas a la periferia de la representación tal o cual información nueva, tal o cual transformación del entorno. • Función defensa: el núcleo central de una representación resiste al cambio, puesto que su transformación ocasionarla un trastorno completo. Por tanto el sistema periférico funciona como el sistema de defensa de la representación. Constituye lo que Flament (1987) llama su «parachoques». La transformación de una representación se operará así en la mayoría de los casos mediante la transformación de sus elementos periféricos: cambio de ponderación, interpretaciones nuevas, deformaciones funcionales defensivas, integración condicional de elementos contradictorios. Es en el sistema periférico donde las contradicciones podrán aparecer entonces y ser sostenidas. Las representaciones como doble sistema: Las representaciones sociales y sus Componentes: núcleo central, elementos periféricos funcionan así en efecto, como una entidad en la que cada parte tiene un papel específico más complementario de la otra. Su organización así como su funcionamiento es regido por un doble sistema. • Un sistema central (el núcleo central), cuya determinación es esencialmente social, relacionado con las condiciones históricas, sociológicas e ideológicas. Directamente asociado a los valores y normas, define los principios fundamentales alrededor de los cuales se constituyen las representaciones. Desempeña un papel esencial en la estabilidad y la coherencia de la representación, garantiza su perennidad y conservación en el tiempo: se inscribe en la duración y por eso entendemos que evoluciona en forma muy lenta. Además es relativamente independiente del contexto inmediato en el que el sujeto utiliza o verbaliza sus representaciones; su origen está en otra parte: en el contexto global que define las normas y los valores de los individuos y de los grupos en un sistema social dado. • Un sistema periférico cuya determinación es más individualizada y contextualizada, bastante más asociado a las características individuales y al contexto inmediato y contingente en que están inmersos los individuos. Este sistema periférico permite una adaptación, una diferenciación en función de lo vivido, una integración de las experiencias cotidianas. Permite modulaciones 133 personales en torno a un núcleo central común, generando representaciones sociales individualizadas. Mucho más flexible que el sistema central, de algún modo lo protege al permitirle que integre informaciones y hasta prácticas diferenciadas. Permite la aceptación en el sistema de representación de una cierta heterogeneidad de contenido y de comportamiento. Este sistema periférico no es, por tanto un elemento menor de la representación. Al contrario, es fundamental puesto que asociado al sistema central, le permite anclarse en la realidad. Es la existencia de ese doble sistema lo que permite entender una de las características esenciales de la representación social que podría aparecer como contradictoria: son a la vez estables y móviles, rígidas y flexibles. Estables y rígidas porque están determinadas por un núcleo central profundamente anclado en el sistema de valores compartido por los miembros del grupo; móviles y flexibles porque son alimentadas de las experiencias individuales e integran los datos de lo vivido y de la situación específica, la evolución de las relaciones y de las prácticas sociales en las que los individuos o los grupos están inscritos. ANEXO - LAS REPRESENTACIONES SOCIALES: ASPECTOS TEÓRICOS – ABRIC - FICHA 6592 · Introducción Representación social, término de la teoría de Moscovici en el año 1961, surge el renacimiento del interés por los fenómenos colectivos y más precisamente por las reglas que rigen el pensamiento social. El estudio del pensamiento ingenuo, del sentido común se torna esencial en adelante. La visión del mundo que los individuos o grupos llevan en sí y utilizan para actuar o tomar posición es reconocida como indispensable para entender la dinámica de las interacciones sociales. · La teoría de las representaciones sociales. Abandono la distinción clásica entre sujeto y objeto. La teoría de las representaciones plantea que no hay distinción alguna entre los universos exterior e interior del individuo (o del grupo). El sujeto y el objeto no son fundamentalmente distintos. Osea, el estímulo y la respuesta son indisociables. Se forman en conjunto. Estrictamente una respuesta no es una reacción a un estímulo. Esta hasta cierto punto en el origen del mismo. Por ejemplo si un individuo o grupo da una opinión (es decir, una respuesta) respecto a un objeto o a una situación, dicha opinión en cierta forma es constitutiva del objeto, lo determina. El objeto reconstruido entonces es de forma tal que resulta consistente con el sistema de evaluación utilizado por el individuo. Por sí mismo el objeto no existe. Es y existe para un individuo o grupo y en relación con ellos. Es decir, la relación sujeto-objeto determina el objeto. 134 Moscovici “este lazo con el objeto es parte intrínseca del vínculo social y debe ser interpretada así en ese marco” por lo tanto, la representación es siempre social. Esto llevo a una nueva concepción de realidad objetiva. A priori no existe realidad objetiva, toda realidad es representada, apropiada por el individuo o grupo y reconstruida en el sistema cognitivo, en el sistema de valores que depende de la historia del contexto social e ideológico que le circunda. Y esa realidad para el individuo constituye la realidad misma. Definición de Representación: forma de conocimiento, elaborada socialmente y compartida con un objetivo práctico que concurre a la construcción de una realidad común para un conjunto social. Es a la vez producto y proceso de la actividad mental por la que un individuo o grupo reconstituye la realidad que enfrenta y le atribuye una significación especifica. Funciona como un sistema de interpretación de la realidad que rige las relaciones de los individuos con su entorno físico y social, ya que determinara sus comportamientos o sus prácticas. Es una guía para la acción. 1) La representación como sistema sociocognitivo. Las representaciones no son exclusivamente cognitivas también lo son sociales. El análisis y la comprensión de las representaciones sociales supondrán así un doble enfoque. Su componente cognitivo primeramente supone un sujeto activo y por ende una textura psicológica. Su componente social en seguida: la puesta en práctica de esos procesos cognitivos genera reglas que pueden ser muy distintas de la lógica cognitiva, ya que está determinada por los procesos sociales en los que una representación se genere. Entonces, al tener este enfoque de lógica doble se puede explicar porque una representación integra a la vez lo racional y lo irracional, tolera e integra contradicciones aparentes y los razonamientos que genera pueden aparecer como ilógicos o incoherentes. 2) La representación como sistema contextualizado. Uno de los componentes fundamentales de la representación es su significación. Y esta está determinada doblemente por efectos de contexto. Por el contexto discursivo primeramente, es decir por la naturaleza de las condiciones de producción del discurso, a partir del cual será formulada o descubierta una representación. La representación recabada se produce en situación, para un auditorio, a quien pretende argumentar y convencer. La significación de la representación social dependerá por lo menos en parte de las relaciones concretas que se verifican en el tiempo de una interacción. 135 Por el contexto social, por una parte por el contexto ideológico y por otra por el lugar que el individuo o grupo respectivo ocupa en el sistema social. Esta entrelazada siempre en significaciones más generales que intervienen en lasa relación simbólicas propias al campo social dado. Los elementos de una representación pueden ser activados o no en un contexto dado y tener contradicciones aparentes, los componentes extraños de la representación pueden estar ligados directamente a sus efectos de contexto. 3) Funciones de la representación. Cuatro funciones esenciales a saber: a) Funciones de saber: permiten entender y explicar la realidad. El saber práctico de sentido común permite a los actores sociales adquirir conocimientos e integrarlos en un marco asimilable y comprensible para ellos, en coherencia con su funcionamiento cognitivo y con los valores a los que se adhieren. Además, facilita la comunicación social que permite el intercambio social, la trasmisión y difusión de ese saber ingenuo. b) Funciones identitarias: definen la identidad y permiten la salvaguarda de la especificad de los grupos. Permiten elaborar una identidad social y personal gratificante compatible con los sistemas de normas y valores social e históricamente determinados. c) Funciones de orientación: conducen los comportamientos y las prácticas. Una guía para la acción. Resulta de tres factores esenciales: -la representación interviene directamente en la definición de la finalidad de la situación, determinado así a priori. -la representación produce un sistema de anticipaciones y expectativas. La representación no sigue no depende de la evolución de una interacción, la precede y determina. -en tanto representación social, reflejando la naturaleza de las reglas y los lazos sociales la representación es prescriptiva de comportamientos o practicas obligadas. Define lo licito tolerable o inaceptable en un contexto social dado. d) Funciones justificadoras: permiten justificar a posteriori las posturas y los comportamientos. Es un refuerzo de la posición del grupo. Tiene por función perpetuar y justificar la diferenciación social, puede como los estereotipos pretender la discriminación o mantener una distancia social entre los grupos respectivos. 4) Valor heurístico de la teoría de las representaciones sociales. 136 Ellas son indispensables en la comprensión de la dinámica social. Es informativa y explicativa de la naturaleza de los lazos sociales y de las relaciones de los individuos con su entorno social. Por sus funciones de elaboración de un sentido común, de construcción de identidad social, por las expectativas y las anticipaciones que genera, está en el origen de las prácticas sociales. Es modulada o introducida por las prácticas sociales. · Organización y estructura de las representaciones sociales. La representación es constituida de un conjunto de informaciones, de creencias, de opiniones y de actitudes al propósito de un objeto dado. Este conjunto es organizado y estructurado. Su análisis y comprensión del funcionamiento necesitan así obligatoriamente una doble identificación, la de su contenido y la de su estructura. Los elementos constitutivos de una representación son jerarquizados y mantienen entre ellos relaciones que determinan la significación. HIPOTESIS DEL NUCLEO CENTRAL: la organización de una representación presenta una modalidad particular, especifica. No únicamente los elementos de una representación son jerarquizados sino además toda representación está organizada alrededor de un núcleo central, constituido por uno o varios elementos que le dan la significación a la representación. 1) Los orígenes de la noción de Núcleo Central La idea de centralidad no es nueva. Se encuentra la idea de que las personas tienen tendencia a atribuir los eventos que sobrevienen en su entorno a núcleos unitarios condicionados de forma interna y que son los centros de textura causal del mundo. Cuando un individuo percibe su entorno social, se esforzara por dar un sentido a la diversidad de estímulos inmediatos. Esta operación con el objeto de encontrar un sentido se operara mediante una focalización sobre esos núcleos unitarios. Y son esos núcleos los que atribuirán la significación de los hechos esperados. Permiten poner en orden y entender la realidad vivida por los individuos o grupos. El proceso llamado de objetivación permita pasar de la teoría científica a lo que Moscovici denomina modelo figurativo o núcleo figurativo, esquematización de la teoría que se sustenta sobre la selección de algunos elementos concretos. 2) La teoría del núcleo central Toda representación está organizada alrededor de un núcleo central. Este es el elemento fundamental de la representación puesto que a la vez determina la significación y la organización de la representación. Esto garantiza dos funciones: 137 - Función generadora: es el elemento mediante por el cual se crea, se transforma la significación de los otros elementos constitutivos. - Función organizadora: este núcleo central determina la naturaleza de los lazos que unen lo elementos de la representación. Es el elemento unificador y estabilizador de la representación. Por otro parte tiene una propiedad; es el elemento más estable de la representación, el que más resistirá al cambio. Cualquier modificación en el núcleo central modifica completamente la representación. Para que dos representaciones sean diferentes deben estar organizadas alrededor de dos núcleos distintos. La simple identificación del contenido de una es pues insuficiente para reconocerla y especificarla. Es la organización de ese contenido lo que es esencial (estructura). Según la naturaleza del objeto el núcleo tendrá dos dimensiones diferentes: - Dimensión funcional: finalidad operatoria. Serán privilegiados los elementos del núcleo central especificados en la realización de la tarea. - Dimensión normativa: en todas las situaciones que intervienen situaciones socioafectivas, sociales o ideológicas. Se puede pensar que una norma, un estereotipo o una actitud marcada estarán en el centro de la representación. 3) Los elementos periféricos de la representación. Estos elementos se organizan alrededor del núcleo central y están en relación directa con él. Su presencia y ponderación están determinados por él. Constituyes lo más vivo y concreto. Abarcan informaciones retenidas, seleccionadas e interpretadas, juicios formulados al respecto del objeto y su entorno, estereotipos y creencias. Constituyen la interface entre el núcleo central y la situación concreta, y responden a tres funciones esenciales: - Función concreción: los elementos de la representación hablan del presente y de lo vivido. Directamente dependiente del contexto. Están ahí para especificar los núcleos centrales, señalar los detalles, crear un ambiente contextual particular. - Función regulación: adaptación de la representación a las evoluciones del contexto. Constituyen el aspecto móvil y evolutivo de la representación. - Función defensa: es el parachoques. La transformación de una representación se operara así mediante la transformación de sus elementos periféricos. 138 Son esquemas organizados por el núcleo central, prescriptores de los comportamientos, de las tomas en posición del sujeto. Permiten así conducir instantáneamente la acción. Prometen una modulación personalizada de las representaciones y las conductas que están asociadas y protegen en caso de necesidad al núcleo central. 4) Las representaciones como doble sistema: a) Sistema central: el núcleo central. Determinado por lo social. Relacionado con las condiciones históricas, sociológicas e ideológicas. Asociado a los valores y las normas. Es la base común que define la homogeneidad de un grupo. Determina la estabilidad y la coherencia de la representación. b) Sistema periférico: su determinación es más individualizada y contextualizada, asociado a las características individuales y al contexto inmediato y contingente en que están inmersos los individuos. Permite una adaptación, una diferenciación en función de lo vivido, una integración de las experiencias cotidianas. Es mucho más flexible que el sistema central. Una de las características esenciales de la representación social, en cuanto al doble sistema, sirven para aclarar la situación contradictoria de que las representaciones son a la vez estables y móviles, rígidas y flexibles. Estables y rígidas porque están determinadas por un núcleo central profundamente anclado en el sistema de valores compartido por los miembros del grupo. Móviles y flexibles porque son alimentadas de las experiencias individuales e integran datos de lo vivido y de la situación específica. Otra característica esencial es que esas representaciones tal como las consideramos son alcanzadas por consenso y a la vez marcadas por fuertes diferencias interindividuales. Es en este sentido que el estudio de las representaciones sociales nos parece esencial en psicología social, porque ofrece un marco de análisis y de interpretación que permite entender la interacción entre el funcionamiento individual y las condiciones sociales en que los actores sociales evolucionan. LAS REPRESENTACIONES SOCIALES - ARAYA UMAÑA - FICHA 6571 ¿Cómo se estudian las representaciones sociales? La metodología de recolección de las R S es un aspecto clave para determinar el valor de los estudios sobre representación. Las escuelas 139 De acuerdo con Pereira de Sá (1998) existen tres líneas de investigación de las R S que se han ido perfilando a través del tiempo: • Escuela clásica: desarrollada por Denise Jodelet en estrecha cercanía con la propuesta de Serge Moscovici. El énfasis está más en el aspecto constituyente que en el aspecto constituido de las representaciones. Metodológicamente recurre, por excelencia, al uso de técnicas cualitativas, en especial las entrevistas en profundidad y el análisis de contenido. • Escuela de Aix-en- Provence: esta escuela es desarrollada desde 1976 por Jean Claude Abric y está centrada en los procesos cognitivos. Se le conoce como el enfoque estructural de las R S. Por excelencia recurre a las técnicas experimentales. • Escuela de Ginebra. El máximo exponente es Willen Doise. Es conocida como la escuela sociológica pues se centra en las condiciones de producción y circulación de las R S. Las dos primeras escuelas o líneas de investigación evidencian los dos enfoques en que han sido abordadas las R S: el procesual y el estructural. Para la comprensión de estos dos enfoques es preciso recordar que las R S son pensamiento constituyente y a la vez pensamiento constituido. Es decir, al ser parte de la realidad social, la R S contribuyen a su configuración y producen en ella una serie de efectos específicos. Pero también, las R S contribuyen a construir el objeto del cual son una representación, por lo que este objeto es, en parte, realmente tal y como aparece a través de su representación social. Se puede afirmar que el aspecto constituyente del pensamiento son los procesos y el constituido son los productos o contenidos. El enfoque que se centra en el primer aspecto es el procesual y el estructural se centra en el segundo aspecto. El enfoque procesual descansa en postulados cualitativos y privilegia el análisis de lo social, de la cultura y de las interacciones sociales, en general. El estructural, privilegia el funcionamiento cognitivo y el del aparto psíquico y para ello recurre a los postulados que se derivan del método experimental así como a sofisticados análisis multivariados. El enfoque procesual: Para acceder al contenido de una representación, el procedimiento clásico utilizado por este enfoque es la recopilación de un material discursivo producido en forma espontánea (conversaciones), o bien, inducido por medio de entrevistas o cuestionarios. Los discursos cristalizados en obras literarias, soportes periodísticos, grabaciones de radio pueden ser también objeto de análisis. Independientemente de su modo de producción, este material discursivo es sometido a tratamiento mediante las clásicas técnicas de análisis de contenido. Este 140 tratamiento proporciona una serie de indicadores que permiten reconstruir el contenido de la representación social. Tiene en común con el Interaccionismo Simbólico: • Conciencia de la reactividad, efectos experimentales, efectos del entrevistador o entrevistadora, no como artefactos metodológicos indeseables, sino como partes normales del proceso de interacción social y de la definición de la situación que entra en toda investigación. • Un foco de análisis en unidades micro o sociopsicológicas más que sobre sociedades o instituciones. • Una visión de la sociedad como empresa simbólica. • Una visión de la sociedad más como proceso que como estado. • Una concepción de los seres humanos como interactores autónomos y creativos más que como reactores pasivos abofeteados por las fuerzas externas sobre las cuales no tienen control. • La suposición de que lo que es real y que amerita ser estudiado es lo que los miembros de una sociedad definen como real ya que es eso sobre lo que ellos actúan. • Un compromiso con los métodos que reflejan y detectan las definiciones de los miembros más que los constructos de los científicos. El énfasis está en el proceso social, en el contenido de la R S y no en los mecanismos cognitivos. Presupuestos epistemológicos y ontológicos • El acceso al conocimiento de las R S es por medio de un abordaje hermenéutico, en el que el ser humano es visualizado como un productor de sentidos. • Focaliza en el análisis de las producciones simbólicas, de los significados, del lenguaje, a través de los cuales los seres humanos construyen el mundo en que viven. • Privilegia dos formas de acceso al conocimiento: una, a través de métodos de recolección y análisis cualitativo de los datos. Otra, la triangulación combinando múltiples técnicas, teorías e investigaciones para garantizar una mayor profundización y ampliación del objeto de estudio. • La naturaleza del objeto de estudio que se intenta aprehender por esta vía, alude a un conocimiento del sentido común versátil, diverso y caleidoscópico. Este enfoque, en resumen, se distingue por ser una aproximación cualitativa, hermenéutica, centrada en la diversidad y en los aspectos significantes de la actividad representativa; por tener 141 un uso más frecuente de referentes teóricos procedentes de la filosofía, lingüística y la sociología; por un interés focalizado sobre el objeto de estudio en sus vinculaciones sociohistóricas y culturales específicas y por una definición del objeto como instituyente más que instituido. El enfoque estructural: Asume características cercanas a la sicología social cognitiva de la línea estadounidense. Desde este enfoque, el análisis de una R S y la comprensión de su funcionamiento necesitan obligatoriamente una doble identificación: la de su contenido y la de su estructura. Todos los autores después de Moscovici están de acuerdo con la definición de la representación como conjunto organizado. Sin embargo, quienes se inscriben en el enfoque estructural parten del supuesto de que toda representación tiene una estructura específica que le es propia, cuya característica central es que está organizada alrededor de un núcleo central y que éste es el que determina su organización y significación. Y es precisamente la Teoría del Núcleo la que distingue el enfoque estructural del procesual. Por núcleo central se entiende el elemento o conjunto de elementos que dan a la representación su coherencia y su significación global. El núcleo tiene dos funciones: la generadora, que crea o transforma la función de los demás elementos de la representación, es decir le da sentido a la significación de esos elementos y la organizadora que organiza los elementos de la representación. Cuenta además con dos dimensiones: normativa y funcional. En la primera se expresan dimensiones socioafectivas, sociales o ideológicas, dentro de las cuales pueden incluirse normas, estereotipos o actitudes. En la funcional se encuentran las situaciones con una finalidad operativa o aquellas que se refieren al funcionamiento del objeto. El núcleo central es el elemento que más resistirá al cambio, pues una modificación del núcleo produce la transformación completa de la representación. Está protegido, por tanto, por los sistemas periféricos, los cuales permiten, esencialmente, la adaptación de la representación a las evoluciones del contexto. Presupuestos epistemológicos y ontológicos • El estudio se centra sobre los procesos y mecanismos de organización de los contenidos de la R S independientemente de su significación. • Los estudios que hablan de procesos casi siempre son estudios cognitivos que buscan identificar estructuras representacionales. • Las vías más utilizadas para acceder al conocimiento del objeto de estudio son técnicas correlacionales y análisis multivariados o ecuaciones estructurales. • Desde el punto de vista ontológico, se busca aprehender tanto los mecanismos cognitivos de constitución, como las funciones, dimensiones y elementos de una estructura cognitiva. 142 Debe recordarse que una de las características esenciales de la R S es que son, a la vez, estables y móviles; rígidas y flexibles. Estables y rígidas porque están determinadas por un núcleo central profundamente anclado a la memoria de un pueblo y a su sistema de creencias. Móviles y flexibles porque son alimentadas de las experiencias individuales e integran los datos de lo vivido y de la situación específica, la evolución de las relaciones y de las prácticas en que las personas están inmersas. Así, si las R S deben ser abordadas desde un contexto histórico y social es justamente en los elementos estables del núcleo donde se podría rastrear su genealogía REPRESENTACIONES SOCIALES - BANCHS - FICHA 6542 El concepto de representaciones sociales designa una forma de conocimiento específico, el saber del sentido común, cuyos contenidos manifiestan la operación de procesos generativos y funcionales marcados socialmente. De manera más amplia, designa una forma de pensamiento social. Las representaciones sociales con modalidades de pensamiento práctico orientadas hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del ambiente social, material e ideal. En tanto tales presentan características específicas en el plano de la organización de los contenidos de las operaciones mentales y de la lógica. La teoría de las representaciones sociales y los conceptos de la psicología social cognitiva: Denise Jodelet, después de comparar ese período de latencia que vivió este modelo teórico con aquel que viviera la teoría sobre relaciones interpersonales de Heider desde su formulación en los años 50 hasta los años 60, atribuye dos razones al estado de somnolencia en que se mantuvo el primero durante los 15 años que siguieron su aparición: a) obstáculos epistemológicos: en concreto se ignora las representaciones sociales porque se oponen al conductismo en la época en que éste estaba en plena efervescencia. B) rechazo metodológico (vinculado al primero). Se encuentra resistencia de parte de los psicólogos para aceptar el uso del análisis de contenido de los discursos, considerado entonces una técnica poco rigurosa. La representación social y otros conceptos cognitivos (diferencias globales) Las diferentes visiones del hombre: la crítica que hace Moscovici es directa y se fundamente en las visiones del hombre que subyacen a los conceptos de actitudes, opiniones, estereotipos, percepción social, etc. Para Moscovici lo seres humanos son cualquier cosa menos receptores pasivos, piensan autónomamente y producen y comunican constantemente representaciones, la gentes está haciendo observaciones, críticas, comentando, confeccionando, filosofías no oficiales las cuales tienen una influencia decisiva sobre sus escogencias, forma de adecuar a sus hijos, elaboración de planes, etc. 143 El estudio de las representaciones sociales se focaliza en la manera en la cual los seres humanos tratan de aprehender y entender las cosas que los rodean y de resolver los rompecabezas comunes sobre su nacimiento, su cuerpo, sus humillaciones, el cielo que ven, el humo de sus vecinos y el poder al cual se someten. El ser humano que nos presenta este modelo, no es un reproductor de las informaciones que recibe y selecciona, sino un productor de informaciones y significados. Al plantearse que el hombre construye su propia realidad a través de la comunicación y las relaciones con su entorno social inmediato, el autor se aparta de aquellas teorías cognitivas que nos presentan la actividad mental humana como un proceso de organización de informaciones que vienen de afuera, es decir, como una reconstrucción de algo que ha sido elaborado por otro. El ser humano común y corriente no sólo procesa sino que genera nueva información. La diferente relación cognición-conducta: por otro lado, las representaciones sociales se diferencian de otros conceptos cognitivos en la manera como tratan la relación cogniciónconducta, punto crucial de la psicología social. Si bien las representaciones sociales son definidas como: una modalidad particular de conocimiento, cuya función es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre individuos, su estudio se lleva a cabo focalizándose los contenidos y en los procesos de elaboración de esos conocimientos sin apoyarse sobre la conducta. Explícitamente Moscovici afirma que toda representación debe ser comprendida y explicada a partir de aquella o aquellas que le dieron origen y no, directamente, partiendo de tal o cual comportamiento o aspecto de la estructura social. Estas afirmaciones establecen también una clara diferencia entre las representaciones sociales y otros conceptos cognitivos. La actitud se infiere a través de la conducta y cuando ésta cambia se deduce que hay cambios de actitud; el estudio de la percepción de personas se centra en explicar cómo nos formamos juicios acerca de los demás (atribución) e intentamos entender si su conducta se debe a causas internas o externas con el fin de predecir lo que ellas podrán hacer en el futuro en situaciones semejantes y de saber comportarnos frente a ellas; el locus de control es otro constructo que se centra en la conducta, se trata de determinar si la gente se considera dueña de sus actos (locus interno) o si considera que las consecuencias de sus acciones no dependen de él sino de factores que él no puede controlar (locus externo); la reactancia es un constructo que analiza los efectos de la pérdida de libertad de conducta sobre el individuo; y así sucesivamente. Todos estos conceptos han sido y son de gran utilidad para comprender la vida del hombre en interacción. Pero es relevante señalar que la psicología social cognitiva, que como la palabra lo indica, debería centrarse en el estudio de conocimiento, se ha centrado hasta ahora en el estudio del comportamiento, en otras palabras, los procesos estudiados no tienen una autonomía propia, todos giran alrededor del problema de la conducta. 144 La representación social es un concepto que tiende a ser identificado con otros. Es un concepto que puede ser claramente distinguido de aquellos con los cuales tiende a ser confundido. Es un concepto que no nace de la nada sino que recoge muchas de las elaboraciones teóricas que lo anteceden, y las integra en un todo nuevo y diferente que alude a la esencia de la vida cotidiana, es decir, al conocimiento del sentido común. Hacia una definición de las representaciones sociales: por un lado las representaciones sociales son una forma de conocimiento, y por otro lado son, una forma de reconstrucción mental de la realidad. 1. Como forma de conocimiento, las representaciones sociales aluden a su vez a un proceso y a un contenido. Como proceso son una forma particular de adquirir y comunicar conocimientos y como contenido son una forma particular de conocimiento. Dimensiones de la representación social: tres dimensiones: la actitud que es la orientación positiva o negativa, favorable o desfavorable de ese conocimiento. La información se refiere: a la organización de conocimientos que posee un grupo a propósito de un objeto social (la información debe ser distinguida en función de su calidad y cantidad). El capo de representación es la tercera dimensión; se refiere al contenido concreto y limitado de las proposiciones respecto a un aspecto preciso del objeto de la representación y a la forma bajo la cual este contenido se estructura. En algunos casos la representación de un objeto social carece de campo, esto es cuando el discurso del sujeto es expresado a través de proposiciones de elementos dispersos que carecen de organización y en los cuales se observa que la representación no está aún estructurada. 2. las representaciones sociales son también una forma de reconstrucción mental de la realidad que se da en el intercambio de información con otras personas. En este sentido Moscovici afirma que todo estímulo, toda fracción del medio, toda impresión son socialmente reconstruidos y el comportamiento no es una respuesta a un estímulo u objeto exterior sino a la reconstrucción de ese estímulo del objeto real o formal. No respondemos de manera mecánica ante cualquier estimulo sino que se la infinidad del estímulo que nos rodean respondemos a aquellos que tienen un significado para nosotros. El proceso de elaboración de una representación social ¿Por qué nace una representación social? La verdadera razón que nos lleva a representarnos nuevos objetos es que lo que no nos resulta familiar, lo extraño, lo desconocido, nos perturba en la medida en que forme parte de aquello que es significativo dentro de nuestro grupo social. Lo familiar, lo conocido, nos sirve como base para comparar y entender lo que sucede alrededor nuestro. Al representarnos un objeto lo transferíos del exterior, del espacio lejano en el cual se 145 encontraba porque era extranjero para nosotros, a nuestro espacio familiar y conocido. Reconstruimos así en nuestro marco de referencia familiar perdiendo su carácter amenazador. Factores que condicionan el nacimiento de una representación social: el autor de esta teoría señala dos órdenes de factores que inciden sobre la formación de una representación: 1) los que afectan su organización intelectual; 2) los que se refieren a su determinación social. Tres factores afectan la organización intelectual de una representación, ellos son: a) la dispersión de la información: nunca poseemos toda la información necesaria o existente sobre un objeto socialmente relevante. b) presión a la inferencia: en la medida en que un nuevo objeto, situación o evento adquiere relevancia dentro de un grupo social, los miembros de ese grupo exigen de los demás el conocimiento de ese objeto. Esta es una exigencia indirecta que se expresa en forma de presión sentida por los sujetos para que se expresen y fijen su posición sobre ese objeto, persona o situación. Esa presión lleva a los miembros de un grupo a realizar inferencias rápidas y desarrollar un discurso so pena de quedar excluido de las conversaciones sobre ese objeto. Esa presión a la inferencia que nos lleva a representarnos rápidamente un objeto, varía de un grupo al otro en función de la importancia que cada colectivo le confiera al objeto. c) el grado de focalización: este factor está directamente relacionado con el anterior y se refiere al grado de implicación o de interés que tiene un objeto dentro de cada grupo social. Por razones obvias mientras mayor relevancia tenga un objeto para un grupo, mayor será la presión a la inferencia. Las formas de determinación social de una representación: el creador de esta teoría distingue dos formas de determinación social: una central y otra lateral. a) determinación social central: se refiere a la influencia de las condiciones socio-económicas e históricas de una sociedad global sobre la representación. Es relacionando globalmente los factores socio-económicos de una parte y la representación social de la otra, que se verá reflejado en el estado de ésta el estado de aquellos. El contenido de una representación social está también determinado por su inserción dentro de un contexto social global: la cantidad y calidad de información accesibles para representar los objetos sociales varía en función de los niveles socio-culturales y económicos de cada grupo. b) determinación social lateral: no sólo el contexto global condiciona la representación, también el colectivo particular y el individuo singular imprime en ella sus huellas. Al representarse un objeto 146 social no sólo se construye el objeto, sino que también el sujeto se construye y unifica dentro de su historia. Cómo nace una representación social: se elabora a través de dos procesos, el de objetivación y anclaje. La objetivación se refiere a la conversión de un ente abstracto en un ente concreto; por lo tanto, es un proceso pertinente a la representación de objetos sociales poco tangibles como una teoría, una idea, una concepción científica. Como la palabra lo sugiere, objetivar es convertir en objeto algo abstracto, plasmar en una figura tangible algo intangible, materializar una idea. En estos casos la objetivación comprender varias fases que aluden a operaciones mentales: a) selección y descontextualización de los elementos: en esta primera fase, de aquella información accesible, al individuo o grupo selecciona de mayor importancia. Esta selección se realiza bajo el filtro de las normas sociales que establecen lo que se permite comunicar. La información a su vez es sacada del contexto original y pasa a formar parte de los conocimientos del grupo que las proyecta “como hechos de su propio universo para poder manejarlas”. B) formación del núcleo figurativo: una parte de la información seleccionada adquiere un carácter estructurador alrededor del cual se organizará el contenido de la representación. Esta estructura aparece como una estructura de imágenes que permiten visualizar lo abstracto. C) naturalización: es la consecuencia directa de la transformación y apropiación por parte del grupo de las informaciones disponibles de su estructuración alrededor de un núcleo. Los elementos de la representación al ser materializados se convierten en seres de natura; adquieren una vida real que es diferente de aquella que tenían en su contexto original. Independientemente del grado de abstracción del objeto a representar, en toda representación se procede a seleccionar información y a generar un núcleo figurativo que opera como su organizador. El anclaje: no es un proceso separado de la objetivación, ambos se alimentan recíprocamente. El anclaje se refiere a la atribución de significados que se corresponden con las figuras del núcleo de la representación. Estos significados cumple una función: nos permiten utilizar la representación como sistema interpretativo que guía nuestra conducta. Finalmente, en el proceso a través del cual una representación es anclada dentro de una red de significados, al introducir un elemento nuevo dentro del sistema de representaciones pre-existentes, éste último es remodelado y sufre ligeras modificaciones. 147 REPRESENTACIONES SOCIALES DEL HABITANTE DE LA CALLE - CARRASCAL & LONDOÑO – FICHA 2981 Resumen: ▪ El objetivo del trabajo fue entender cómo las personas conciben y explican los diferentes aspectos del vivir en la calle. Se encontró que existen por lo menos dos tipos de representación social del habitante de la calle: una “compasiva” y otra “temerosa”. Introducción: ▪ La noción de representación social se diferencia de la de representaciones colectivas en tanto las primeras son más dinámicas y cambiantes. Las representaciones sociales son restringidas, limitadas, obedecen al consenso intra-grupo. Las representaciones colectivas obedecen al consenso inter-grupos. ▪ Las representaciones sociales nacen del debate, de las diferencias entre grupos que comparten un mismo contexto social, en función de la experiencia que ellos tienen de un objeto de representación. Están íntimamente relacionadas con la experiencia (social), en tanto que influencian y orientan las acciones. Definen la particularidad de un grupo. ▪ En este sentido los habitantes de la calle, en tanto población excluida que interpela la cotidianidad de muchos citadinos, puede constituir un objeto de representación social. Las explicaciones de sentido común que intentan dar respuesta a los interrogantes que plantea esta situación constituyen la base del conocimiento comprendido en las representaciones sociales. ▪ Como primer elemento tenemos que la exclusión social se basa en un fenómeno conocido como la estigmatización. Segundo, y de la mano de este fenómeno, la extinción (o exterminio) como un continuum social de la exclusión. ▪ Esto tiene grandes repercusiones en la reflexión acerca de las políticas públicas de asistencia social. La realización de prácticas asistenciales de ayuda e inserción se puede convertir en una “trampa” para las instituciones, ya sea eludiendo políticas preventivas destinadas a evitar que la gente caiga en tales condiciones de exclusión o perpetuándolas. Esto puede ocurrir si no se es capaz de descifrar los códigos sociales comprendidos, entre otras, en las representaciones sociales. Presupuestos y definición de representación social: ▪ Presupuestos: 148 1) Existe una división interna al interior de las sociedades. Así, toda sociedad está marcada por la cohesión social, por las relaciones de dependencia y de poder. El resultado de estas formas de relación es la diferenciación de grupos, roles, estatus, etc. Los unos necesitan a los otros pero los unos no se confunden con los otros (diferenciación y complementación son dos operaciones solidarias y complementarias. 2) Cada grupo humano, en una época determinada, codifica y decodifica su experiencia del mundo de una manera específica. Toda sociedad construye de manera específica la realidad que experimenta, en aras de apropiársela para afrontarla, dominarla o acomodarse a ella. ▪ Las representaciones sociales son formaciones cognitivas socialmente producidas y socialmente diferenciadas. No pueden entenderse separadamente de los procesos de comunicación y socialización. La noción de representaciones sociales hace referencia a fenómenos colectivos irreductibles a fenómenos individuales. ▪ Seis características de las representaciones sociales: 1) Carácter histórico, es decir, son producto de la historia y participan al mismo tiempo a su transformación. 2) Provienen de relaciones inter-grupos o de las posiciones sociales de los sujetos. 3) Es un conjunto organizado, una estructura. 4) Es colectivamente producida por un proceso global de comunicación. 5) Toda representación social es compartida por los individuos de un mismo grupo social. 6) Es socialmente útil. ▪ Las representaciones sociales permiten la comprensión del mundo en tanto ellas son: organizadoras de la experiencia, reguladoras de la conducta y dadoras de valor. ▪ Modelo de Abric. Dos componentes: 1) Elementos constitutivos o contenido (en términos de Moscovici informaciones o actitudes). 2) Relaciones que mantienen esos elementos u organización (campo representacional para Moscovici). ▪ El estudio de la representación social implica conocer no solamente sus elementos sino también las relaciones que ellos establecen y la jerarquía establecida entre estos elementos y entre las relaciones. 149 ▪ El postulado principal del modelo de Abric expone que las representaciones sociales funcionan como una entidad organizada alrededor de un núcleo central. Se parte de la hipótesis de que las representaciones sociales poseen una organización interna. ▪ Esta organización está marcada por la existencia de una jerarquía entre sus elementos e incluso entre las relaciones que éstos establecen. De esta manera reconocemos dos sistemas: 1) Un sistema central que determina la organización y el significado de las representaciones sociales. Está asociado a los valores y las normas y se caracteriza por su estabilidad. Tiene tres funciones: a) generador de sentido, b) organizador y c) estabilizador de la representación social y la identidad grupal. Finalmente, el nodo central tiene dos dimensiones: una normativa y otra funcional. 2) Un sistema periférico relacionado con el contexto inmediato de la representación social. Tiene 3 funciones: a) permite al sujeto saber cuál tipo de comportamiento es pertinente o no, b) permite la adaptación de la representación social y c) funciona como sistema de defensa del núcleo central frente a los cambios del contexto social. Objetivo: ▪ El objetivo del trabajo es saber si un objeto de interés social, como lo es la existencia de una población de personas que viven en la calle en condiciones de marginalidad, ha generado una representación social o no, en la ciudad de Medellín. Método: ▪ Se entrevistaron 100 personas, estudiantes universitarios de Ciencias Sociales y Humanas y de Ciencias de la Salud. El alcance del análisis es limitado y corresponde a un estudio exploratorio, que busca identificar la existencia o no de una eventual representación social del habitante de la calle. ▪ El método utilizado fue de Análisis Prototípico y Categorial de Representación Social. Para la recolección de información se propuso a los entrevistados una tarea de asociación libre de palabras, evocadas a partir de la palabra inductora “Habitante de Calle”. La hipótesis de partida de esta técnica es la existencia de un funcionamiento cognitivo, a partir del cual algunos términos son inmediatamente movilizados para expresar una representación. ▪ A partir de la lista de términos evocados, se realiza un análisis lexicográfico que pone en evidencia el “prototipo” de la representación, que busca descubrir la organización del contenido, cruzando dos indicadores: la frecuencia de aparición de los ítems y el rango de aparición de estos 150 ítems. La interpretación que se hace es que los elementos que tienen una alta frecuencia y débil rango promedio de aparición son los elementos que hipotéticamente constituyen el núcleo central de la representación social. ▪ Estos indicadores dan dos tipos de información diferente: de una lado, una dimensión colectiva ya que se trata de fenómenos fuertemente consensuales y, de otro lado, una dimensión individual, ya que se trata de una distribución estadística hecha sobre la base del orden establecido por los sujetos. Resultados: ▪ Este grupo produjo 733 palabras o expresiones de las cuales 319 son palabras diferentes, es decir, un promedio de 6,4 palabras diferentes por persona. Obtenemos, luego del análisis de prototipicidad, un segundo corpus de 32 palabras. ▪ El núcleo central está formado de tres palabras; dos de ellas (indigentes y gamín) hacen referencia a las denominaciones que comúnmente se usan para nombrar a las personas que viven en la calle; la otra, “pobreza”, hace referencia a la condición socioeconómica propia del que vive en la calle. ▪ En el periférico 1 encontramos denominaciones negativas que expresan la diversidad de percepciones: unas hacen referencia a la condición económica (mendigos), otras a la condición social (marginados, desplazados), a la relación que establecen con las drogas, entre otras. Asimismo, sentimientos de compasión son expresados a través de las palabras “tristeza”, “soledad”, “injusticia”. ▪ De esta manera podemos decir que, para los no implicados, un habitante en situación de calle es un “gamín o indigente” que ha sido “marginado” por razones de pobreza o de desplazamiento forzado, que vive “necesidades y dificultades físicas”, tales como experimentan “hambre” y “frío”. Esa percepción de dificultades propias del vivir en la calle genera sentimientos de compasión tales como “tristeza e injusticia”. Sin embargo, puede generar un sentimiento de inseguridad, expresados a través de sentimientos como el “miedo” o la vivencia de actos de “violencia”, específicamente el “robo”. ▪ En síntesis, la representación social del habitante en situación de calle en los sujetos de nuestra muestra se desarrolla en lo que podríamos llamar una doble tendencia o, eventualmente, una paradoja: por un lado, la compasión que despierta la percepción de las dificultades que implica el vivir en la calle, pero por otro, el sentimiento de inseguridad que genera la percepción de unas 151 personas sucias y desarregladas que consumen drogas todo el tiempo y que pueden constituir una amenaza. UNIDAD 5 – INFLUENCIA SOCIAL LOS EFECTOS DE LA PRESIÓN DE GRUPO SOBRE LA MODIFICACIÓN Y DEFORMACIÓN DE LOS JUICIOS - ASCH - FICHA 2932 Nuestro objetivo: estudiar las condiciones sociales y personales que inducen a los individuos a resistir o a acceder ante las presiones de grupo cuando se perciben estas últimas como opuestas a los hechos. Resulta decisivo saber si una persona posee o no la libertad de actuar con independencia o si se somete de un modo característico a las presiones de grupo. La investigación empírica ha estado controlada predominantemente por unas proposiciones generales sobre la influencia de los grupos que, por regla generalmente se han dado por supuestas pero no se han sometido a prueba. Este modo de razonar ha hecho hincapié casi exclusivamente en la sumisión ciega de los individuos a la fuerza de grupo y no se ha dignado a estudiar sus posibilidades de independencia y de relaciones productivas con el medio ambiente humano y ha negado prácticamente la capacidad que tienen los hombres en ciertas condiciones de alzarse por encima de los prejuicios y de las pasiones de grupo. Nuestra finalidad ha consistido en contribuir al esclarecimiento de esas cuestiones, que son importantes para la teoría y también por sus implicaciones humanas, a través de una observación directa de los efectos de los grupos sobre las decisiones y valoraciones de los individuos. EL EXPERIMENTO Y SUS PRIMEROS RESULTADOS Recurrimos al procedimiento de colocar a un individuo en una relación de conflicto radical con todos los demás miembros de un grupo, de medir el efecto sobre él en términos cualitativos y describir sus consecuencias psicológicas. Se dijo a un grupo de 8 individuos que juzgara una serie de relaciones perceptuales simples y claramente estructuradas, consistente en “casar” la longitud de una línea dada con una u otra de tres líneas desiguales. A todos los integrantes, menos a uno, se les había dicho previamente qué debían contestar (erróneo a lo perceptivo) y uno solo quedaba por fuera. Todos debían decirlo en voz alta. La persona destacada, sujeto crítico frente a una mayoría unánime constituía el objeto de la investigación. Se enfrentaba probablemente por primera vez en su vida , con una situación en la que un grupo contradecía unánimemente algo que para sus sentidos resultaba perfectamente evidente. 152 Dicho procedimiento fue el punto de partida de la investigación y punto de partida del estudio de otros problemas. Características principales: Se sometía al sujeto crítico a dos fuerzas contradictorias y reconciliables: la evidencia de su propia experiencia de una relación claramente percibida y la evidencia unánime de un grupo de iguales suyos. La mayoría estaba concretamente presente, rodeando físicamente al sujeto El sujeto crítico, a quien se pedía, como a los demás, que formularan sus juicios en voz alta, se veía obligado a declararse y adoptar una postura clara frente al grupo La situación poseía un carácter autónomo. El sujeto crítico no podía evitar ni rehuir el dilema remitiéndose a condiciones exteriores a la situación experimental. Al mismo tiempo nos interesaba obtener datos sobre el modo en que los sujetos percibían al grupo, a fin de establecer si empezaban a albergar dudas o se sentían tentados a unirse a la mayoría. Pero lo más importante de todo era que nuestra finalidad consistía en sentar las bases para la INDEPENDENCIA o SUMUSIÓN del sujeto, es decir en dilucidar si el sujeto que se sometía se daba cuenta del efecto que tenía sobre él la mayoría y si renunciaba a su propio juicio de un modo DELIBERADO o FORZADO. A este propósito se realizó una entrevista individual inmediatamente después del período experimental. Y se informaba al final de las preguntas cuál era el objetivo y el procedimiento. Las reacciones frente a la revelación del experimento pasaba a formar parte integrante del procedimiento. La información obtenida en ella resultó una fuente indispensable de datos y de conocimientos sobre la estructura psicológica de la situación experimental y en particular del carácter de las diferencias individuales. Los resultados son claros y desprovistos de toda ambigüedad: 1. Se produjo un movimiento muy pronunciado hacia la mayoría. Una tercera parte de todas las estimaciones del grupo crítico eran errores idénticos a las estimaciones de la mayoría o apuntaban en el mismo sentido que éstas. 2. Al mismo tiempo el efecto de la mayoría distaba mucho de ser completo. La preponderancia de estimaciones en el grupo crítico era correcta a pesar de las presiones de la mayoría 3. Encontramos datos que indicaban la existencia de diferencias individuales extremas. Hubo en el grupo crítico sujetos que permanecieron independientes sin excepción alguna y también hubo quienes casi todo el tiempo se alineaban con la mayoría. Una cuarta parte de los sujetos críticos fue totalmente independiente; en el otro extremo, una tercera parte del grupo desplazó sus estimaciones en el sentido de la mayoría en la mitad o más de las pruebas. Las diferencias entre los sujetos críticos en lo tocante a sus reacciones ante condiciones dadas fueron igualmente sorprendentes. Hubo sujetos que conservaron la plena seguridad en sí mismos 153 durante todo el experimento. En el extremo opuesto hubo otros que se sintieron desorientados, llenos de dudas y experimentaron el impulso muy poderoso de no parecer distintos a la mayoría. INDEPENDIENTE Declaró en la entrevista que “así lo veían ellos y así lo veía él” que prefería seguir su propio criterio aún si estuviera equivocado pero cuando se le contó la finalidad de la entrevista, terminó contando que casi todo el tiempo estuvo pensando “al diablo con todo, voy a alinearme con los demás” SUMISO En su caso, el factor fundamental fue la pérdida de confianza. Parecía estar nervioso y algo confundido. “Los veía a ellos con tanta confianza”. Actuó como si la discrepancia frente a la mayoría fuera un defecto. La impresión que dio este sujeto fue la de una persona tan enredada por las dificultades inmediatas que perdía todo motivo claro para actuar y por consiguiente estaba incapacitada para tomar decisiones. Categorías principales de los sujetos independientes: (distintos tipos de independencia) 1. Confianza en su propia percepción y experiencia propias. Vigor con el que se enfrentan a la oposición del grupo aunque son sensibles ante el grupo, fe constante en su propia percepción, descartan la oposición opresiva del grupo 2. Independientes y retraídos son muy distinto, reaccionan en base a unos principios explícitos sobre la necesidad de ser un individuo. 3. Mantienen una tensión y duda considerables pero se mantienen firmes en su criterio, basándose en la necesidad interna de enfrentarse debidamente con la tarea en cuestión Los que se alinearon (categorías) 1. Distorsión de la percepción por efecto de la presión del grupo. Se someten totalmente sin darse cuenta de que modificaron sus estimaciones por la mayoría, dicen que las percibieron como correctas. (minoría) 2. Distorsión del juicio, estos son la mayoría. Llegan a la conclusión que sus propias percepciones son inexactas y las de la mayoría son correctas. Estos sujetos adolecen de duda básica y de falta de confianza en sí mismos, siempre tienen una tendencia muy fuerte a unirse a la mayoría. 3. Distorsión de la acción, no sienten que están equivocados, ni perciben diferente, sino que presentan una necesidad imperiosa a de no parecer distintos o inferiores o parecer defectuosos frente a los demás. Reprimen sus observaciones y abrazan la posición mayorista sabiendo perfectamente lo que están haciendo. 154 VARIACIONES EXPERIMENTALES Los resultados son evidentemente una función mixta de dos conjuntos de condiciones muy distintas. Determinados en primer lugar por las condiciones externas concretas, por el carácter particular de la reacción ante la evidencia social y la experiencia propia, en segundo lugar, la existencia de factores personales o los factores relacionados con la estructura del carácter del individuo. En segundo lugar nos pareció razonable presuponer que el comportamiento cuando se daba una presión social experimental esta relacionado significativamente con ciertas características del individuo. Nuestra presente exposición se limitará al efecto que tiene las condiciones ambientales sobre la independencia y la sumisión. Co este propósito seguimos el procedimiento de la variación experimental. El efecto de las mayorías no unánimes Los datos obtenidos indican que el hecho de estar expuesto sólo a la oposición de una mayoría compacta puede hacer desempeñado un papel decisivo en lo que refiere a determinar la fuerza y el rumbo de los efectos observados. Nos propusimos estudiar variaciones, efectos de mayorías no unánimes. Se mantuvieron las condiciones del experimento, sólo el factor específico. 1. La presencia de un “Auténtico compañero”. Otro que daba la respuesta correcta antes que el sujeto crítico. Tuvo enormes efectos. Es evidente que la presencia de otro individuo que contestaba correctamente, bastante en reducir el poder de la mayoría y en algunos casos para eliminarlo completamente. Destaca una diferencia fundamental entre el hecho de estar solo y el hecho de tener un mínimo de apoyo humano. 2. Retirada de un “Auténtico compañero”. ¿Qué efecto tendrá el hecho de que responda alguien igual que el sujeto crítico y luego se le retira? Un sujeto que se le dio instrucciones de que contestara correctamente y luego se pasara a las respuestas de los erróneos. Habíamos sostenido que el sujeto crítico mantendría su postura por haber tenido algo de apoyo pero contrario a esto, devolvía toda su fuerza al efecto de la mayoría. Habría que hacer más experimentos para saber si esta es una respuesta al hecho de estar solos o por haber sido abandonados. 3. Llegada tardía de un “auténtico compañero” es decir que alguien que sostenía los errores de la mayoría se pasaba después a sostener lo correcto. Generó un efecto liberador reduciendo el nivel de sumisión. Pero algunos que habían sometido su opinión al grupo, las siguieron sosteniendo, tal vez para dar un aspecto de coherencia y convicción. 155 4. Un compañero de compromiso que contestaba un error moderado, más cercano a lo correcto. Los errores de los sujetos críticos fueron moderados también. Al igual que otros investigadores descubrimos que el efecto mayoritario resulta más fuerte cuando es menor la claridad de la situación. Pero al mismo tiempo disminuye sensiblemente la confusión de los sujetos y la calidad conflictiva de la situación. Pese a la tensión de las condiciones provocadas, un número considerable de personas mantuvo constantemente su criterio independiente. Y al mismo tiempo cedió una minoría considerable modificando sus juicios en consonancia con los de la mayoría. Independencia y sumisión están conjuntamente en función de estos importantes factores: 1. El carácter de la situación –estímulo. La variación de la claridad estructural surte un efecto decisivo. 2. El carácter de las fuerzas del grupo. Los individuos son muy sensibles a las calidades estructurales de la oposición del grupo. La gran importancia de la unanimidad. El efecto de la mayoría esta, en función del volumen de la oposición del grupo. 3. El carácter del individuo. Hubo grandes diferencias entre individuos colocados en una misma situación experimental. GÉNERO, RESISTENCIA AL CAMBIO E INFLUENCIA SOCIAL – BANCHS – FICHA 6598 Las Revoluciones más evidentes, aquella q implican un cambio del espíritu del tiempo, serian la Rev. Microelectrónica, la Rev. Feminista, la Rev. Ecológica, la Rev. Política y la Rev. Paradigmática. Toda esta atmosfera transformadora está impregnada a mi entender, del proceso de cambio iniciado a fines de los 70 con el (re)nacimiento y desarrollo de los movimiento feministas tanto en Europa como en EE.UU. No podemos desvincular el movimiento feminista de otras minorías activas como las de izq. política o las minorías étnicas, las ecológicas, las científicas. Todas ellas están de alguna forma entrelazadas. Es la minoría feminista la q impulsa un cambio q atañe a la mitad de la humanidad, en sus relaciones con la otra mitad de la humanidad. Es el feminismo el que plantea un cambio q engloba tanto la esfera de lo público como la esfera de lo privado, tanto lo productivo como lo reproductivo, tanto lo afectivo como lo instrumental, tanto lo cotidiano como lo trascendental. A pesar de ser la Rev. feminista, la más abarcante, es la Rev. de la que, comparativamente, menos se habla. Tanto en lo académico, como en los medios de comunicación, como en la 156 interacción cara a cara, los cambios políticos productos de la globalización y neoliberacion, como los cambios introducidos en la comunicación y en la salud por la Rev. microelectrónica, y aquellos derivados del movimiento ecológico parecen más evidentes –son más frecuentemente objetos discursivos-, q aquellos impulsados por el movimiento feminista. Esto es así en Acá latina, donde no ha habido un movimiento feminista de masas, sino pequeños grupos de feministas, y donde el impacto de los compromisos adquirido por los respectivos Estados en diversas Conferencias (conferencia mundial de derechos humanos, conf. mundial sobre Ed para todos y conf. mundial sobre la mujer, e/otras) y Declaraciones Internacionales, así como a través de legislaciones supranacionales y nacionales, el impacto de esos compromisos se está apenas haciendo sentir. A pesar de contar con Organismos de Igualdad, sean Institutos o Consejos Nacional de la mujer, encargados de garantizar q los Estado honren esos compromisos, tales organismos funcionan con un presupuesto mínimo, deficitario y muy dependiente del voluntariado de las mujeres de las ONG's no gubernamentales y de las académicas. Esto los coloca en la situación de luchar por la igualdad de condiciones de la mujer, produciendo y aceptando una situación de desigualad. Se apoyan sobre la explotación del trabajo gratuito, impulsado por la motivación y por la identificación con los ideales de cambio de las mujeres q hemos luchado por nuestra causa. Este es el contexto dentro del cual en Venezuela, estamos impulsando los procesos de cambio desde la perspectiva de género. En resumen se caracteriza por los siguientes rasgos: -Ausencia de cc en la población general, en todos los niveles culturales y de escala social lo q significa perspectiva de género. -Desconocimiento de los compromisos adquiridos por el país para adelantar estrategias y acciones con miras a lograr la equidad de género. -Ausencia de presupuesto para llevar a cabo planes y proyectos. Firmas de convenios institucionales a los q no se les designa presupuesto para su ejecución, por ej. -Participación voluntaria, ad honorem, en la gran mayoría de los casos, de las mujeres de las ONG’s de mujeres en el desarrollo de programas o de acciones concretas. Todo ello nos enfrenta, a aquella q tratamos de participar por diferentes vías en los proceso de transformación de las relaciones de género, con una serie de actrices y actores y una serie de relaciones de negociación y de resistencia al cambio a varios niveles: 1. En la interacción con los propios grupos de ONG’s de Mujeres los cuales no están de acuerdo en todos los aspectos con la magnitud y el sentido de los cambios q se quieren impulsar. 157 2. En la interacción con las representantes gubernamentales de programas vinculados con la mujer. En ocasiones algunas mujeres sin sensibilidad de género, por razones de pertenencia partidista, llegan a ocupar cargos de mucha imp. para la agenda de mujeres. 3. En la interacción con las personas q ocupan cargos de liderazgo formal en instituciones gubernamentales y no gubernamentales en las cuales se proyecta desarrollar programas desde la perspectiva de género (en ocasiones a solicitud de agencias financieras como el banco mundial por ej). En los propios grupos de mujeres o mixtos con los cuales se desarrollan programas de sensibilización o capacitación desde la perspectiva de género. El trabajo en perspectiva de género sólo resulta fácil en contados escenarios. Por ej, es fácil trabajar en sensibilización, capacitación y concientización de género a nivel académico con grupos de estudiantes adscriptos a una asignatura regular. Este tipo de actividad se da dentro de un proceso q permite observar los cambios y el desarrollo personal de alumnos/as. Fuera de este tipo de contextos, el trabajo requiere de habilidades propias del malabarismo. Una se encuentra permanentemente enfrentada a sorpresas. Puede suceder, como por ej, q realizando un trabajo de sensibilización para desarrollar una sexualidad responsable y prevenir el embarazo adolescente en una Institución educativa prestigiada como progresista, el trabajo se vea sometido a controles y super-vigilancia por parte de los directivos del plantel (q en una institución de “vanguardia” se tenga temor a proceso de Educación sexual). Es típico q la palabra sexo levante temores en mucha gente. Tb es típico q las mujeres q trabajemos por la causa de la mujer seamos no merecedoras de la confianza plena de aquellas personas con quienes trabajamos. Las dificultades y retos en el ejercicio de este rol de psic y feminista, han llevado a Banchs a indagar dentro de la ps de las minorías activas cuales serían las herramientas q podrían orientarnos para comprender las resistencias al cambio y para manejar hábilmente estrategias de negociación frente a esas resistencias. CONFORMISMO E INNOVACIÓN. MAYORÍA Y MINORÍA Los contenidos q siguen no añaden nada a los conocimientos en el tema de la influencia social minoritaria. Son un ejercicio de reflexión q parte de los conceptos elementales de esa teoría para tratar de aportar ideas al entendimiento de las resistencias al cambio. En 1er lugar voy a ubicar en rasgos generales del contexto teórico, para luego identificar aquellas propuestas q nos serian de utilidad. 158 Tradicionalmente, en ps social, se había encarado el estudio de la influencia social en términos de una mayoría q impone una visión uniforme de la realidad, rechaza la desviación y permite al individuo adaptarse y actuar frente a su medio. Desde esta perspectiva la influencia se ejerce en una sola dirección: desde el grupo, la mayoría hacia el individuo. Se parte del supuesto de q las personas dependen del grupo y se estudian, fundamentalmente 2 comportamientos del blanco de influencia: conformarse y adoptar el punto de vista del grupo, o lo opuesto, resistir las presiones del grupo y desviarse. Desde 1969 Moscovici comienza a desarrollar un nuevo enfoque: Ps de las Minorías activas. Con este trabajo comienza el estudio de la innovación y el cambio social como proc iniciados desde grupos minoritarios. Desde el punto de vista de la Minoría el proc de influencia aumenta las divergencias e/individuos, e impone una visión diferente de la realidad. La influencia minoritaria parte de la desviación y no busca la adaptación sino la innovación. La influencia no es un proc asimétrico de la fuente al blanco. La influencia es simétrica, es un proc q incluye la acción y la reacción tanto de la fuente como del blanco. Todo miembro de un grupo independientemente de su posición es, al mismo tiempo, emisor y receptor potencial de influencia. La dependencia del grupo no es el ppal factor de influencia. Los factores mas imp. de éxito e influencia son la posesión de normas o de contranormas y el estilo de comportamiento adoptado para expresar un punto de vista. El dllo de esta propuesta teórica se ha fundamentado básicamente en una metodología exp q trata de identificar las variables q entran en juego en la influencia minoritaria. Aunque los resultados y análisis de variables son con frecuencia controversiales, creo q podemos considerar q se ha llegado a un consenso en los sgtes aspectos: -Definición de Minoría: La minoría ha sido conceptualizada de 2 maneras: Toma en cuenta sólo el contenido del mensaje de la fuente de influencia. “Toda persona, todo subgrupo o grupo q defienda activamente una posición diferente de la posición generalmente admitida en una soc, debe ser considerada como una fuente potencial de influencia minoritaria”. Toma en cuenta tanto el contenido como la fuerza numérica de la fuente. “una minoría es una pequeña fracción o pequeño nº de individuos q definen activamente una posición diferente a la posición compartida por la fracción más numerosa (la mayoría)”. “una fracción de individuos o una persona q quiera introducir un elemento nuevo, perturbador en un grupo, será considerado, por lo gral, como una minoría si no tiene la fuerza numérica, ni el 159 poder, ni la competencia necesaria para imponer simplemente su punto de vista a una población más imp.”. Para ejercer influencia, la minoría debe ser “reconocida con sus caract especificas por la mayoría y debe tener una alta motivación para obtener, conservar y hacer crecer su visibilidad ante la mayoría”. -Características q distinguen la influencia minoritaria de la mayoritaria La influencia puede: -expresarse en publico o en privado. -ser manifiesta o latente. -ser directa o indirecta. Se distinguen 2 proc: conformismo y conversión. La influencia de una mayoría suele producir un Conformismo q se manifiesta en público de manera más o menos inmediata y q se refiere al objeto de influencia. La influencia de una minoría suele producir Conversión, ésta se manifiesta en privado ya que la persona no quiere dejar de ser percibido como miembro de la mayoría, es generalmente una influencia q no se produce de manera inmediata, sino q sigue un proc latente: se habla de influencia social icc xq en primer momento la persona argumenta y se opone a la posición minoritaria pero hay un after-effect, un efecto consecutivo, y al cabo de cierto tiempo aparece el efecto postergado. Puede q la influencia minoritaria no afecte las opiniones sobre el objeto directo de influencia sino más bien opiniones indirectas. La actitud minoritaria exige una actitud más activa de los sujetos involucrados, exige un proc de validación de la rta inhabitual. Ese reexámen del objeto de juicio no siempre se traduce por una modificación de la rta pública. Puede operar a nivel más indirecto o más latente, por una transformación profunda de la estructura de rta”. INNOVACIÓN Y RESISTENCIA AL CAMBIO Innovación es un proc de influencia social cuya fuente es, generalmente una minoría q se esfuerza sea de introducir o de crear nuevas ideas, nuevas formas de pensar o de comportarse, sea de modificar, ideas o actitudes tradicionales, antiguos modos de pensar o de comportarse. Frente a cualquier tipo de influencia minoritaria se produce un conflicto ya q al romperse el consenso la mayoría se siente amenazada. Mayoría y minoría entran entonces en un proc de negociaciones tacitas para restablecer el consenso. La mayoría intenta por diferentes vías 160 desprestigiar la minoría y recuperar el dominio de la situación. Dos estrategias de resistencia al cambio desarrolladas por la mayoría han sido analizadas: La psicologización: consiste en explicar el contenido ideológico del discurso minoritario conflictivo dada su ruptura con las normas dominantes atribuyendo a la minoría una serie de caract psicológicas. Mecanismo utilizado para desprestigiar por ej a las minorías feministas (nosotras las mujeres feas, frustradas, q odiamos a los h’s queremos quitarles el poder, se nos etiqueta de cualquier cosa menos de mujeres deseables). ¿Qué efecto tiene la psicologización? Produce una representación social de la minoría en la mayoría con un doble efecto: 1º hace ver a la minoría como desviante en un sentido negativo, patológico, enfermizo, indigno de confianza. 2º, desvía el foco de atención de la propuesta ideológico/normativa q esta impulsando la minoría, a las caract personales de sus miembros. La psicologización resalta diversos contextos normativos con los q la población juzga, evalúa e interpreta los discursos y los comportamientos conflictos de las minorías activas. El punto de vista de la minoría es reducido a una serie de particularidades psicológicas de ésta. La psicologización hace que se desvanezca el conflicto q produce la posición minoritaria “ofrece de entrada un modo de resolución muy especifico de este conflicto”: si una minoría defiende una posición adversa “no es xq trate de proponer otra visión de la realidad social, sino q aparece como rígida o dogmática, irrealista y absolutamente carente de objetividad, incluso inestable e incoherente”. La psicologización inhibe el efecto más poderoso de la minoría (la influencia latente, postergada, indirecta y en privado, la conversión). La Denegación: el foco de este mecanismo de resistencia a la influencia son los contenidos del mensaje minoritario. Permite al mismo tiempo afirmar la convicción de la mayoría en la rectitud de sus ideas, de sus creencias e infundir, por otro, la duda sobre las ideas de la minoría. Consiste en una oposición a conceder la mínima verosimilitud a un hecho o a una aserción expresada por esta última. Se afirma q el hecho o la aserción en cuestión va contra el sentido común, es irrazonable, inverosímil, utópico, etc. Con la Denegación no se logra disminuir ni resolver el conflicto q la minoría crea con su posición disidente y q es la clave para producir un cambio social. Suele tener un efecto inverso al q busca, ya q disminuye la influencia inmediata pero reforzando la influencia minoritaria. GÉNERO, RESISTENCIA AL CAMBIO E INFLUENCIA SOCIAL ¿De que manera nos pueden servir los conoc sobre influencia social minoritaria en el trabajo desde la perspectiva de genero? En este trabajo bosquejo extraeremos 2 ideas de esta perspectiva teórica: 1) relativa a la resistencia de la mayoría de mujeres frente a la minoría 161 feminista, reflexión ésta q parte de los conceptos fundamentales de resistencia al cambio, y 2) nos ubica en la encrucijada de una serie de relaciones e/dif instituciones y e/posiciones mayoritarias y minoritarias q llevan a entrelazar los conceptos de minoría, con mayoría, ideología y poder. La resistencia femenina frente al feminismo Sobre por qué con frecuencia encontramos mayor resistencia al cambio de las relaciones de género por parte de las mujeres, los trabajos sobre identificación y pertenencia grupal tienen mucho q decirnos. Pérez y Mugny nos hacen notar q los proc minoritarios conducen a las personas blanco de influencia a (re) definirse poniendo de relieve su identidad y desarrollando una serie de proc de comparación social. “la identificación con la minoría como entidad grupal o colectiva sólo aparece facilitada cuando es compatible con una identidad social gratificante”. La minoría feminista al ser psicologizada, hace q la mujer, por pertenecer a la categoría mujer, e/en un conflicto de identificación más fuerte q el h’ frente a la minoría feminista. La heterofobia o miedo a la diferencia, seria para Ibáñez lo q explica, en parte la escaza o nula adhesión explicita a la minoría, se trata del “miedo a ser categorizado como diferente y de tener que adquirir en consecuencia aspectos negativos de la identidad minoritaria”. Este miedo es un miedo social, xq la diferencia está sancionada socialmente. Por ello la minoría produce una conversión a nivel privado q no es visible a nivel publico. El miedo es a mostrarse diferente a nivel público. En el tema q nos ocupa, adherirse a los postulados de la minoría feminista, hace q las mujeres se coloquen del lado del grupo de los diferentes y q adquieran en consecuencia los aspectos negativos de la identidad feminista. Esto puede en parte dar explicación del por qué tantas mujeres expresan rechazo, asumen actitudes violentas, ridiculizan y reafirman su alteridad frente a discursos feministas. La resistencia Institucional frente a los compromisos supranacionales El mov feminista y las propuestas del feminismo han sido objeto de análisis desde la perspectiva de la influencia social minoritaria. El feminismo ha constituido una minoría activa evidente q ha producido cambios sensibles en la mayoría desencadenando un innegable proc de innovación. Las mujeres q trabajamos a favor de la perspectiva de género, somos minoría, xq queremos introducir elementos q son ideológicamente perturbadores y no tenemos la fuerza numérica ni el poder para imponerlo. Somos reconocidas con esas caract y nos hacemos visibles ante la población. Somos actualmente tributarias de los logros del feminismo tanto nacional como internacional en términos de compromisos supranacionales y de instrumentos legales e institucionales q han sido creados para lograr igualdad de oportunidades para mujeres y hombres 162 en todos los ámbitos. Si bien somos minoritarias al mismo tiempo impulsamos un cambio q ya ocupa un espacio dentro de los escenarios de poder. En todo proc de influencia interactúan al menos 3 entidades sociales: el poder (entendido como la entidad dominante en una relación de dominación), la población (q forma el blanco preferente de las influencias de la mayoría y de la minoría) y la minoría (definida tanto por la contranormas q propone como desde un punto de vista numérico). Doms nos hace notar q la minoría se confronta con una mayoría q no es pasiva. De esta forma se dan simultáneamente 2 proc de influencia: el de la minoría hacia la mayoría y el proc intragrupo de influencia reciproca q se desarrolla en el grupo mayoritario. ¿Cómo reacciona el sujeto blanco de influencia ante una tentativa de influencia simultáneamente minoritaria y mayoritaria?. La noción de mayoría se apoya en una idea de consenso xq enmascara una relación de poder: “si bien existen apariencias de consenso, las relaciones reales de dominación dividen de modo profundo a dicha mayoría, la cual a lo largo de su paso por diversos aparatos ideológicos de estado (flia, esc, trabajo, estudio..) ha tenido ocasión de interiorizar una ideología dominante difundida por el mismo poder. Por eso podemos en la mayoría distinguir 2 entidades: el poder (q dicta normas y reglas) y la población (q sufre el dominio de dicho poder y q mediante la interiorización de la ideología dominante comparte a menudo todas o parte de las normas y reglas q así devienen mayoritarias en cuanto q son ideológicamente universales. La tarea de las minorías consiste en evitar, gracias a su consistencia, q el conflicto social no se resuelva sino en los términos q ellas determinan, evitando pues q el poder recupere sus objetivos ni con la negociación o la mercantilización. Numerosos mov sociales minoritarios fueron desarticulados en cuanto sus reivindicaciones fueron satisfechas por el poder total o parcialmente. En este momento las feministas de todos los países hemos entrado en un nuevo proc. en algunos países europeos los adelantos son incuestionables y la población gral ha sido desideologizada. Alcanzándose verdaderos logros en términos de una mayor equidad e/mujeres y h’s. En mi país, estamos lejos de alcanzar metas tangibles, cambios de discurso, etc. Pero si las mujeres emergieron para el interés científico y tb para el interés político. Entramos en un nuevo proc xq ya contamos con instrumentos formales, legales q nos dan la razón, pero debemos cuidarnos del riesgo de cambios aparentes, de manejos superficiales de lo q es genero, de intenciones implícitas detrás de algunos programas q podrían desembocar en una mayor explotación de la fuerza inmensa de las mujeres. 163 ANEXO - GENERO, RESISTENCIA AL CAMBIO E INFLUENCIA SOCIAL - BANCHS - FICHA 6598 Es la minoría feminista la que impulsa un cambio que atañe a la mitad de la humanidad, sin embargo es de la revolución que menos se habla. El proceso de cambio (en Venezuela, de donde proviene la autora de este texto) se caracteriza por los siguientes rasgos: Ausencia de conciencia en la población de lo que significa perspectiva de género. Desconocimiento de los compromisos adquiridos por el país con miras a lograr la equidad de género. Ausencia de presupuesto para llevar a cabo planes y proyectos. Participación voluntaria de mujeres, en su gran mayoría, ad honorem. Todo ello nos enfrenta con una serie de actrices y actores y una serie de relaciones de negociación y de resistencias al cambio a varios niveles: En la interacción con los propios grupos de ONG de mujeres, los cuales no están de acuerdo en todos los aspectos con la magnitud y el sentido de los cambios que se quieren propulsar. En la interacción con los representantes gubernamentales de programas vinculados con la mujer. En la interacción con las personas que ocupan cargos de liderazgo formal en instituciones gubernamentales y no gubernamentales en las cuales se proyecta desarrollar programas desde la perspectiva de género, ejemplo el Banco Mundial. En los propios grupos de mujeres o mixtos con los cuales se desarrollan programas de sensibilización o capacitación desde la perspectiva de género. Sólo resulta fácil el trabajo en contados escenarios, por ejemplo a nivel académico con grupos de estudiantes adscriptos a una asignatura regular. Tradicionalmente en psicología social se había encarado el estudio de la influencia social en términos de una mayoría que impone una visión uniforme de la realidad, rechaza la desviación y permite al individuo adaptarse y actuar frente a su medio. La influencia se ejerce desde el grupo, la mayoría, hacia el individuo. 164 Moscovici, en 1969, comienza a teorizar acerca de la innovación y el cambio social como procesos iniciados desde grupos minoritarios. La influencia minoritaria parte de la desviación y no busca la adaptación sino la innovación. La influencia es simétrica, es un proceso que incluye la acción y la reacción tanto de la fuente como del blanco. La minoría ha sido conceptualizada de dos maneras: una toma en cuenta sólo el contenido del mensaje de la fuente de influencia otra toma en cuenta tanto el contenido como la fuerza numérica de la fuente. Según la primera concepción “toda persona, subgrupo, grupo, que defienda activamente una posición diferente de la posición generalmente admitida en una sociedad, debe ser considerada como una fuente potencial de influencia minoritaria”. De acuerdo con la segunda: “una minoría es una pequeña fracción o un pequeño número de individuos que defienden activamente una posición diferente a la posición compartida por la fracción más numerosa”, una persona que quiera introducir un elemento nuevo, perturbador en un grupo, será considerado como una minoría si no tiene ni la fuerza numérica, ni el poder, ni la competencia necesaria para imponer simplemente su punto de vista a una población más importante. La influencia que ejercen tanto la minoría como la mayoría: pueden ejercerla en privado o en público, inmediata o mediata, manifiesta o latente, directa o indirecta. Se distinguen 2 procesos: conformismo, conversión. La influencia de una mayoría suele producir un conformismo que se manifiesta en público de manera más o menos inmediata y que se refiere directamente al objeto de influencia. La influencia de una minoría suele producir una conversión, esta no se manifiesta en público sino en privado ya que la persona no quiere dejar de ser percibido como miembro de la mayoría. Doms y Moscovici definen la INNOVACÍON como un proceso de influencia social cuya fuente es generalmente una minoría que se esfuerza por introducir o crear ideas nuevas, nuevas formas de pensar, de comportarse. Frente a cualquier tipo de influencia minoritaria se produce un conflicto ya que al romperse el consenso, la mayoría se siente amenazada. La mayoría intenta por diferentes vías desprestigiar la minoría y recuperar el dominio de la situación. Dos estrategias de resistencia al cambio desarrolladas por la mayoría: 165 Psicologización: explicar el contenido ideológico minoritario conflictivo dada su ruptura con las normas dominantes atribuyendo a la minoría una serie de características psicológicas. Ejemplo con las feministas: mujeres feas, frustradas, frígidas, que quieren poder, lesbianas, putas o hembristas. Esta estrategia produce que se vea a la minoría por un lado como patológica, enferma, indigna de confianza y por el otro lado se desvíe el foco de atención de la propuesta que está impulsando. Denegación: el foco está centrado no en los miembros de la minoría sino en el contenido del mensaje minoritario. Por un lado la mayoría difunde sus ideas y por el otro lado impulsa dudas sobre las ideas de la minoría. Oposición a concederle una mínima verosimilitud a un hecho o idea. Se afirma que dicha idea va contra del sentido común, es utópica, irrazonable, etc. Según Ibáñez, la heterofobia o miedo a la diferencia sería lo que explica la poca adhesión explícita a la minoría, se trata del miedo a ser categorizado como diferente. Es un miedo social. La minoría produce una conversión a nivel privado que no es visible a nivel público, saberse diferente, a nivel privado no engendra miedo, el miedo es el de mostrarse diferente a nivel público. ANEXO - GENERO, RESISTENCIA AL CAMBIO E INFLUENCIA SOCIAL - BANCHS - FICHA 6598 Fernando Mires dice que la revoluciones más evidentes que implican un cambio en el espíritu del tiempo, serían entre otras, la revolución feminista. Iniciada a fines de los ´60´s, en Europa E.E.U.U. y América Latina, la revolución feminista atañe a la mitad de la humanidad, en sus relaciones con la otra mitad. El cambio lo plantea desde la esfera de lo público como de lo privado, de lo productivo como de lo reproductivo, de lo afectivo como de lo instrumental o de lo cotidiano como desde lo trascendental. En resumen se caracteriza por los siguientes rasgos: 1. ausencia de conciencia en la población en general 2. desconocimiento (de compromisos adquiridos y estrategias con miras a lograr la equidad de género) 3. ausencia de presupuesto para llevar a cabo planes y proyectos. 4. participación voluntaria 166 Los actores y actrices y las relaciones de negociación y de resistencias al cambio se presentan en varios niveles: 1. en la interacción con los propios grupos y organizaciones 2. en la interacción con los grupos intergubernamentales de programas vinculados con la mujer. 3. en la interacción entre personas que ocupan cargos de liderazgo 4. en los propios grupos de mujeres o mixtos con los cuales se desarrollan programas de sensibilización o capacitación desde la perspectiva de género. Tradicionalmente la Psicología Social (PS) encaraba el estudio de la influencia social en términos de una mayoría que impone una visión uniforme de la realidad, rechaza la desviación y permite al individuo adaptarse y actuar frente a su medio. La influencia se ejerce en una sola dirección (desde el grupo: la mayoría hacia el individuo). Se estudian dos comportamientos del blanco de influencia: 1) conformarse y adoptar el punto de vista del grupo; 2) resistir a las presiones del grupo y desviarse. Desde 1969, Moscovici desarrolla su obra “Psicología de las minorías activas”, en el que se estudia la innovación y el cambio social como procesos iniciados desde grupos minoritarios. Desde el punto de vista de la minoría el proceso de influencia aumenta las divergencias entre individuos e impone una visión diferente de la realidad. Busca la INNOVACIÓN Y NO la ADAPTACIÓN. La influencia es simétrica (incluye tanto la acción y la reacción tanto de la fuente como del blanco). La propuesta se funda en la metodología experimental que trata de identificar variables que entran en juego en la influencia minoritaria. Se ha llegado a un consenso respecto a los siguientes aspectos: 1. definición de minoría: ha sido conceptualizada de dos maneras: 1. toma en cuenta sólo el contenido de la fuente de influencia: “toda persona, todo subgrupo o grupo que defienda activamente una posición diferente de la posición generalmente admitida en una sociedad, debe ser considerada como una fuente potencial de influencia minoritaria” 2. toma en cuenta tanto el contenido como la fuerza numérica de la fuente: “una minoría es una pequeña fracción o un pequeño número de individuos que defienden 167 activamente una posición diferente a la posición compartida por la fracción más numerosa (la mayoría).” Para ejercer influencia: “la minoría debe ser reconocida con sus características específicas por la mayoría y debe tener una alta motivación para obtener, conservar y hacer crecer su visibilidad ante la mayoría”. 2. características que distinguen la influencia minoritaria de la mayoritaria INFLUENCIA MAYORITARIA INFLUENCIA minoritaria Pública Privada Manifiesta Latente Inmediata Mediata Directa Indirecta conformismo conversión Innovación y resistencia al cambio Doms Y Moscovici definen: INNOVACIÓN: “un proceso de influencia social cuya fuente es una minoría que se esfuerza sea de introducir o de crear ideas nuevas, nuevas formas de pensar o de comportarse, sea de modificar, ideas o actitudes tradicionales, antiguos modos de pensar o de comportarse.” Ante cualquier tipo de influencia minoritaria se produce un conflicto, ya que al romperse el consenso, la mayoría se siente amenazada. Ésta intenta desprestigiar a la minoría y recuperar el dominio de la situación. Dos estrategias de resistencia al cambio desarrolladas por la mayoría han sido analizadas: 1. la PSICOLOGIZACIÓN: Papastamous nos dice: “es explicar el contenido ideológico del discurso minoritario conflictivo dada su ruptura con las normas dominantes”, atribuyendo a la minoría una serie de características psicológicas.” Este mecanismo se sigue utilizando para desprestigiar a las feministas. El resultado es que en América Latina un gran número de mujeres que son ideológicamente feministas rechazan ser incluidas en esa categoría. La PSICOLOGIZACIÓN rechaza diversos contextos normativos con los que la población 168 juzga, evalúa e interpreta los discursos y los comportamientos conflictivos de las minorías activas. Para Papastamous, la PSICOLOGIZACIÓN inhibe el efecto más poderoso de la minoría, es decir, la influencia latente, postergada, indirecta y en privado, la conversión. 2. la DENEGACIÓN: ahora el foco del mecanismo está puesto en los contenidos del mensaje minoritario. Moscovici dice que la DENEGACIÓN es: “el medio que permite al mismo tiempo afirmar, por un lado, la convicción de la mayoría en la rectitud de sus ideas, de sus creencias, e infundir, por otro, la duda sobre las ideas, las creencias de la minoría”. Con la DENEGACIÓN no se logra disminuir ni resolver el conflicto, y suele tener un efecto inverso al que busca, ya que disminuye la influencia inmediata pero refuerza la influencia minoritaria. Género, Resistencia al cambio e Influencia Social Aquí se bosquejaron dos ideas: 1. una relativa al la resistencia de la mayoría de mujeres frente a la minoría feminista. 2. otra que nos ubica en una encrucijada entre una serie de relaciones de diferentes instituciones y entre posiciones mayoritarias y minoritarias. La resistencia femenina frente al feminismo: “la identificación con la minoría como entidad grupal o colectiva solo aparece facilitada cuando es compatible con una identidad social gratificante.” La heterofobia (o miedo a la diferencia) es lo que a Tomás Ibáñez explica la escasa o nula adhesión explícita a la minoría por ser: “un miedo de ser categorizado como diferente y de tener que adquirir en consecuencia aspectos negativos de la identidad minoritaria”. Es un miedo social, porque la diferencia está sancionada socialmente (saberse diferente a nivel privado no engendra miedo, el miedo es mostrarse diferente a nivel público). En el caso de las feministas, que las mujeres se coloquen del lado de las diferentes, hace que las mujeres adquieran los aspectos negativos de la identidad feminista. La resistencia institucional frente a los compromisos supranacionales: en todo proceso de influencia interactúan al menos tres entidades sociales: 1. el poder (entendido como la entidad dominante en una relación de dominación) 2. la población (el blanco preferente de las influencias de la mayoría y la minoría) 3. la minoría (definida desde la contra-norma como de un punto de vista numérico) 169 La minoría se confronta con una mayoría que no es pasiva. Se dan simultáneamente dos procesos de influencia: 1. el de la minoría hacia la mayoría; 2. el proceso intra-grupo de influencia recíproca que se desarrolla en el grupo mayoritario. En la mayoría podemos distinguir dos entidades: 1. el poder: que dicta normas y reglas 2. la población: que sufre el dominio de dicho poder y que mediante la interiorización de la ideología dominante comparte a menudo todas o parte de las normas y reglas que así devienen “mayoritaria” en cuanto que son ideológicamente universales”. Banchs concluye diciendo que en su país (Venezuela) lejos están de alcanzar metas tangibles. Ni siquiera puede hablar de programas consistentes para insertar la perspectiva de género en áreas como educación y salud. PSICOLOGÍA SOCIAL – KASSIN – FICHA 6587 En ocasiones las influencias sociales que nos motivan no son amenas ni divertidas sino potencialmente dañinas para nuestra salud. El término influencia social se refiere a las maneras en que la gente es afectada por las presiones reales o imaginarias de los demás. Los tipos de influencias que se aplican a un individuo son de diferentes clases y magnitudes. En este capítulo analizaremos las influencias sociales que son mecánicas y automáticas; así, consideraremos 3 formas de influencia que varían en el grado de presión que ejercen sobre un individuo: conformidad, cumplimiento y obediencia. En los 3 casos, la influencia puede provenir de una persona, un grupo o una institución. Y en todos ellos la conducta en cuestión podrían ser constructiva (ayudar a uno mismo o a otros), destructiva (perjudicarnos a nosotros mismos o a otros) o neutra. La influencia automática: nos imitamos unos a otros de manera automática, sin pensarlo. Hay dos razones posibles para este tipo de imitación inconsciente. Chartrand y Bargh conjeturaron que tiene una función social importante, que estar “en sintonía” con su ritmo, postura, de estos, expresiones faciales, tono de voz, acentos, patrones de voz y otras conductas da a la gente la oportunidad de interactuar con más facilidad. La investigación muestra que las personas imitan más a otras cuando tienen interés en establecer una relación que cuando no lo tienen. Además, las personas que son imitadas, incluso si no se dan cuenta, se tornan cada vez más serviciales y generosas, no sólo hacia quien las imita, sino también hacia los demás. La imitación social es tan 170 poderosa que puede influir en nosotros aun cuando el imitador no sea una persona real. El impulso humano de imitar a otros puede tener un valor social de adaptación, pero este efecto también se puede encontrar en situaciones no sociales. También es importante darse cuenta de que la imitación es un proceso dinámico. Conformidad: cuando los psicólogos sociales hablan de conformidad, se refieren específicamente a la tendencia de las personas a modificar sus percepciones, opiniones y conductas de manera que sean consistentes con las normas de un grupo. Para el psicólogo social, el objetivo es entender las condiciones que promueven la conformidad o la independencia y las razones de estas conductas. Los primeros clásicos: en 1996 Sherif publicó un estudio clásico de la oratoria sobre la forma en que se desarrollan las normas en grupos pequeños. Su método era ingenioso. Los estudiantes varones, que creían que estaban participando en un experimento de percepción visual, se sentaron en una sala totalmente oscura. Cuatro metros y medio delante de ellos apareció un pequeño punto de luz durante dos segundos, después se les pidió a los participantes que calcularan cuánto se había movido. Este procedimiento se repitió varias veces. Aunque los participantes no se dieron cuenta, el punto de luz siempre se mantuvo inmóvil. El movimiento que pensaban que veían era solo una ilusión óptica conocida como efecto autocinético: en la oscuridad, un punto fijo de la luz parece que se mueve, a veces de forma irregular, en varias direcciones. Al principio, los participantes se sentaron solos e informaron de sus conclusiones al experimentador. Después de varias pruebas, Sherif encontró que ellos sostenían sus propias percepciones estables sobre el movimiento, con la mayoría de las estimaciones entre una y 10 pulgadas. Durante los 3 días siguientes la gente volvió a participar en grupos de 3 personas. Como antes, las luces se iluminaron y los participantes, uno por uno, anunciaron sus estimaciones. Las estimaciones iniciales variaron considerablemente, pero más tarde los participantes confluyeron en una percepción común. Con el tiempo, cada grupo estableció su propio conjunto de normas. Unos 15 años después de la demostración de Sherif, Asch elaboró una tarea muy diferente para probar la manera en que las creencias de las personas afectan las creencias de los demás. Para apreciar lo que hizo Asch, imagínese que se encuentra en la siguiente situación. Usted se inscribe para un experimento de psicología, y cuando llega encuentra a otros 6 estudiantes que esperan alrededor de una mesa. Inmediatamente después que usted toma un asiento vacío, el experimentador explica que está interesado en la capacidad de hacer discriminaciones visuales. Como ejemplo, les pide a usted y a los demás que indiquen cuál de 3 líneas de comparación tienen una longitud idéntica a una línea regular. Eso parece bastante fácil. El experimentador 171 indica que después que se muestre cada conjunto de líneas, usted y los demás deben turnarse para dar sus respuesta en voz alta en el orden en que están sentados. Empezando por su izquierda, el experimentador pide su respuesta a la primera persona. Al ver que usted está en la penúltima posición, espera pacientemente su turno. Los primeros momentos pasan sin problemas. Las discriminaciones son claras, y todos están de acuerdo con las respuestas. Sin embargo, en el tercer grupo de líneas, el primer participante selecciona claramente la línea equivocada. Antes de que usted tenga la oportunidad de averiguar qué le pasa a este participante, los siguientes 4 participantes eligen la misma línea errónea. Con la sensación de encontrarse en la dimensión desconocida, se pregunta si entendió mal la tarea. Y se pregunta qué pensarían los demás si usted tiene el valor de estar en desacuerdo. Llega su turno, se frota los ojos y echa otra mirada. Los demás participantes eran en realidad cómplices y habían sido instruidos para hacer juicios erróneos en 12 de las 18 presentaciones. Un 37% de las veces los participantes de Asch estuvieron de acuerdo con la mayoría incorrecta. Comparemos estos dos estudios clásicos de influencia social. Obviamente ambos demuestran que los demás pueden influir de manera considerable en nuestras percepciones visuales. Pero, en la investigación de Sherif, por ejemplo, los participantes estaban literalmente en la oscuridad, de modo que era natural que recurrieran a los demás en busca de orientación. Cuando la realidad física es ambigua y no tenemos certeza de nuestros propios juicios, como en la situación autocinética, otros pueden servirnos como una valiosa fuente de información. Los participantes de Asch se encontraron en una posición mucho más incómoda. Su tarea era relativamente simple y pudieron ver con sus propios ojos cuáles respuestas eran correctas. A pesar de ello, a menudo siguieron a la mayoría incorrecta. En las entrevistas, muchos de los participantes de Asch informaron posteriormente que estuvieron de acuerdo con el grupo, a pesar de que no estaban convencidos. ¿Por qué la gente se conforma? Los estudios de Sherif y Asch demostraron que la gente se conforma por dos razones muy diferentes: una informativa y la otra normativa. A través de la influencia informativa las personas se conforman porque quieren hacer juicios correctos y asumen que cuando los demás están de acuerdo con algo es porque deben estar en lo correcto. En la tarea autocinética de Sherif, como en otras tareas difíciles o ambiguas, es natural suponer que 4 ojos ven mejor que 2. Por lo tanto, la investigación muestra que los testigos presenciales que intentan recordar un delito o algún otro acontecimiento modificarán sus recuerdos en respuesta a lo que escuchan que han informado otros testigos. En contraste con el valor informativo de la conformidad, la influencia normativa lleva a las personas a conformarse por el temor a las 172 consecuencias de parecer desviacionistas. Es fácil ver por qué. Desde el principio la investigación mostró que los individuos que se desvían de la norma de un grupo a menudo desagradan, son rechazados y ridiculizados. Estas reacciones sociales negativas pueden ser difíciles de aceptar. En situaciones de grupo, por lo general se ejercen tanto las influencias informativas como las normativas. Es importante distinguir entre los dos tipos de influencia (informativa y normativa) no sólo para entender por qué la gente se conforma, sino porque las dos fuentes de influencia producen diferentes tipos de conformidad: privada y pública. La conformidad privada, también llamada aceptación, verdadera o conversión, describe casos en que los demás nos hacen cambiar no sólo nuestra conducta manifiesta, sino también nuestra mente. Para conformarse a este nivel es necesario estar verdaderamente convencido de que los demás integrantes de un grupo están en lo correcto. En contraste, la conformidad pública (a veces llamada cumplimiento) se refiere a un cambio de conducta más superficial. Las personas a menudo responden a las presiones normativas fingiendo estar de acuerdo, aun cuando en privado no lo estén. La diferencia es que, en comparación con alguien que simplemente asiente en público, la persona que está verdaderamente convenida mantiene ese cambio mucho tiempo después que el grupo se desintegra. Cuando la evidencia física no puede validar fácilmente la realidad, como en la situación autocinética, las personas acuden a otros para obtener información y se conforman porque la información que reciben las convence verdaderamente. Sin embargo, cuando la realidad es evidente, el costo de disentir se convierte en el principal problema. Como Asch encontró, puede ser difícil apartarse demasiado de los demás, aun cuando usted sepa que ellos están equivocados. Así que les sigue la corriente. En privado, usted no cambia su parecer. Pero de cualquier manera manifiesta su conformidad. Influencia de la mayoría: reconocer que las personas a menudo ceden a la presión de los demás es sólo el primer paso para entender el proceso de la influencia social. El siguiente paso es identificar los factores circunstanciales y personales que nos hacen más o menos propensos a conformarnos. Sabemos que las personas tienden a conformarse cuando la presión social es intensa y no se sienten seguras de cómo comportarse ¿Pero qué es lo que produce estos sentimientos de presión e inseguridad? Aquí abordaremos 4 factores: el tamaño del grupo, un enfoque en las normas, la presencia de un aliado y el género. Tamaño del grupo: el poder de los números. El sentido común sugiere que a medida que se incrementa el número de personas en una mayoría, también lo hace su impacto. 173 Un enfoque en las normas: el tamaño de la mayoría puede influir en la cantidad de presión que se siente, pero las normas sociales dan lugar a la conformidad sólo cuando las conocemos y nos enfocamos en ellas. Para la conformidad es necesario saber cómo se comportan los demás en una situación determinada, pero estas normas pueden influir en nosotros solamente cuando son reavivadas, o “activadas”, en nuestra conciencia. Un aliado para disentir: arreglárselas con un poco de ayuda. De esta investigación derivaron dos conclusiones importantes. En primer lugar, es mucho más difícil para las personas sostener solas sus convicciones que ser parte de una minoría, por pequeña que sea. En segundo lugar, cualquier disentimiento (ya sea que valide o no la opinión de una persona) puede romper el hechizo de una mayoría unánime y reducir las presiones normativas de conformidad. Diferencias de género: los psicólogos sociales solían pensar que las mujeres, en un tiempo consideradas el sexo “débil”, se conforman más que los hombres. Sin embargo, en vista de todas las investigaciones, parece necesario considerar dos factores adicionales. En primer lugar, las diferencias de sexo dependen de qué tan cómodas se sientan las personas con la tarea experimental. Un segundo factor es el tipo de presión social que enfrentan las personas. Como regla general, las diferencias de sexo son débiles y poco confiables. Pero hay una excepción importante: en los encuentros cara a cara, donde las personas deben manifestar abiertamente que no están de acuerdo unas con otras, surgen pequeñas diferencias. De hecho, cuando los participantes creen que están siendo observados, las mujeres se conforman más y los hombres menos de lo habitual en una situación más privada. Alice Eagly sostiene qe, frente a los demás, las personas se preocupan acerca de la impresión que causan y se sienten presionadas a comportarse de formas que son consideradas aceptables según las limitaciones tradicionales para el rol de cada género. Al menos en público, los hombres se comportan con una fuerte independencia y autonomía, mientras que las mujeres desempeñan un rol más afable y dócil. Influencia de la minoría: resistir la presión de conformarse y mantener la independencia puede ser socialmente difícil, pero no es imposible. El poder del estilo: de acuerdo con Moscovici, las mayorías tienen poder en virtud de su gran número, mientras que lo no conformistas obtienen su poder del estilo de su conducta. No es nada más lo que los no conformistas dicen que importa, sino cómo lo dicen. Para ejercer su influencia, dice Moscovici, quienes están en la minoría deben ser enérgicos, persistentes y firmes en apoyo de su posición. Sin embargo, al mismo tiempo, deben ser flexibles y de mentalidad abierta. Frente a un disidente consistente pero imparcial, los miembros de la mayoría deben sentarse, prestar atención y reflexionar sobre sus propias posturas. ¿Por qué un estilo de conducta consistente debería ser eficaz? Una posible razón es que la repetición constante llama la atención de la 174 corriente dominante, que es un primer paso necesario para la influencia social. Otra posibilidad es que la consistencia indica que es poco probable que el disidente ceda, lo que lleva a quienes forman parte de la mayoría a sentirse presionados para buscar en entendimiento. Una tercera razón posible es que cuando se confronta a alguien que tiene la confianza en sí mismo y la entrega para adoptar una posición impopular sin dar marcha atrás, la gente asume que él o ella deben tener razón. A menos que se perciban aspectos negativos en un disidente (como que sea parcial, obstinado o simplemente loco) esta situación estimula a los demás a reconsiderar sus propios puntos de vista. Basándose en el hecho de que la distancia a menudo genera hostilidad, Edwin Hollander recomienda un enfoque diferente. Hollander advirtió que las personas que buscan posiciones de liderazgo o desafían a un grupo sin primero ser aceptadas como miembros de pleno derecho de ese grupo corren el riesgo de que sus opiniones sean ignoradas. Como una alternativa a la estrategia de la consistencia de Moscovici, Hollander sugirió que para influir en una mayoría, las personas primero deben conformarse para poder demostrar que son miembros competentes. Al convertirse en miembros de la corriente dominante, acumulan créditos idiosincráticos, o “puntos ganados”. Entonces, tan pronto como hayan acumulado suficiente buena voluntad dentro del grupo, parte de su disidencia será tolerada. Diversos estudios han demostrado que esta estrategia de “primero conformante, luego disidente”, al igual que en el enfoque de “disentimiento consistente”, puede ser eficaz. ¿De tal palo tal astilla? Independientemente de cuál estrategia se utilice, la influencia de las minorías es una fuerza que debe tomarse en cuenta. Pero, ¿funciona igual que el proceso de la conformidad, o hay algo diferente en la forma en que las minorías y las mayorías producen un cambio? Algunos teóricos creen que un proceso sencillo es responsable de ambas direcciones de la influencia social (es decir, que la influencia de las minorías es semejante a “de tal palo tal astilla”). Otros han adoptado un enfoque de proceso doble. En este segundo punto de vista, las mayorías y las minorías ejercen su influencia en formas muy diferentes y por diferentes razones. Las mayorías, porque tienen poder y control, consiguen la conformidad pública imponiendo presiones normativas estresantes para influir en el individuo. Sin embargo, las minorías, debido a que se considera que están seriamente comprometidas con sus puntos de vista, producen una forma más profunda y duradera de conformidad privada, o conversión, al conducir a otros a replantearse sus posturas originales. Los disidentes tienen otra función importante independientemente de que sus opiniones sean correctas o no. Tan sólo por su disposición a permanecer firmemente independientes las minorías 175 pueden obligar a otros miembros del grupo a pensar con más cuidado, de manera más abierta y más creativa sobre un problema, mejorando así la calidad de la toma de decisiones de un grupo. Cultura, conformidad e independencia: unidas entre sí por la época histórica y el espacio geográfico, cada cultura tiene su propia ideología, música, moda, comida, leyes, costumbres y modos de expresión. Como han podido aprender, a veces de la manera difícil, muchos turistas y estudiantes de intercambio que viajan a otros países, las normas sociales que influyen en la conducta humana pueden variar de manera significativa de una parte del mundo a otra. Algunas culturas valoran sobre todo el individualismo y las virtudes de la independencia, la autonomía y la confianza en uno mismo, mientras que otras resaltan el valor del colectivo y las virtudes de la interdependencia, la cooperación y la armonía social. Bajo la bandera del individualismo, los objetivos personales tienen prioridad sobre las lealtades de grupo. Sin embargo, en las culturas colectivistas, la persona es ante todo un miembro leal de una familia, un equipo, una empresa, una iglesia y un estado. ¿Qué determina si una cultura se vuelve individualista o colectivista? Al especular sobre los orígenes de estas orientaciones, Harry Triands sugiere que hay 2 factores clave. El primero es la complejidad de una sociedad. A medida que las personas llegan a vivir en sociedades industrializadas más complejas, existen más grupos con los cuales identificarse, lo que significa una menor lealtad hacia un grupo en particular y una mayor concentración en los objetivos personales en lugar de los colectivos. En segundo lugar está la riqueza de una sociedad. Conforme las personas prosperan logran independencia financiera de los demás, una condición que fomenta independencia social, así como movilidad y concentración en los objetivos personales y no en los colectivos. El tercer factor es la heterogeneidad. Las sociedades culturalmente diversas o “liberales” tienden a ser más permisivas con el disentimiento. Cumplimiento: en las situaciones de conformidad, la gente sigue las normas implícitas o explícitas de un grupo. Sin embargo, otra forma común de influencia social se produce cuando otros nos hacen peticiones directas con la esperanza de que las cumplamos. Las situaciones que requieren cumplimiento tienen lugar de muchas maneras. Éstas incluyen la petición de ayuda de un amigo, tímidamente precedida por la pregunta “¿me puedes hacer un favor?. También incluyen el anuncio emergente en internet diseñado para atraerlo a usted a un sitio comercial y el argumento de negocios del vendedor procedido por la peligrosa frase “¡Tengo una oferta para usted!”. A veces, la propia solicitud es clara y directa, lo que ve es lo que obtiene. En otras ocasione, es parte de una manipulación sutil y más elaborada. En gran medida las estrategias de cumplimiento de utilizamos dependen de lo bien que conozcamos a la persona a quien nos dirigimos, de nuestra posición dentro de una relación, de nuestra personalidad y cultura, y de la naturaleza de la petición. Lo que vemos es que las personas suelen hacer que otros cumplan sus peticiones por medio de trampas. 176 El lenguaje de la petición: a veces la gente puede ser desarmada por la simple forma en que se expresa una petición, independientemente de su valor. Langer considera que la menta está a menudo en “piloto automático”, ya que respondemos a las palabras sin pensar, sin procesar completamente la información que se supone que deben transmitir. Al menos en lo que se refiere a peticiones pequeñas, podrían bastar “palabras cariñosas” para conseguir el cumplimiento. Es interesante que, si bien un estado de distraimiento nos puede hacer vulnerables al cumplimiento, también puede tener el efecto contrario. La norma de reciprocidad: una sencilla, no escrita, pero poderosa regla del comportamiento social conocida como norma de reciprocidad indica que debemos tratar a los demás como nos han tratado. En el lado negativo, esta norma puede utilizarse para desquitarnos de quienes nos hacen daño: “ojo por ojo”. En el lado positivo, nos lleva a sentirnos obligados a retribuir a los demás sus actos de bondad. Así, cuando recibimos regalos, invitaciones y muestras gratuitas, por lo general nos esforzamos en devolver el favor. La norma de reciprocidad contribuye a la previsibilidad y equidad de la interacción social. Sin embargo, también se puede utilizar para que abucen de nosotros. Cómo tender trampas: estrategias de peticiones secuenciales: los psicólogos sociales comparte este conocimiento y han estudiado varias técnicas de cumplimiento que se basan en hacer dos o más peticiones relacionadas. La primera tiende la trampa. La segunda captura a la presa. El pie en la puerta: la sabiduría popular dice que una manera de lograr que una persona cumpla una petición grande es empezar con una pequeña. El propósito de la técnica del pie en la puerta es romper el hielo con una petición inicial pequeña que el cliente no pueda rechazar fácilmente. Una vez que se logra el primer propósito, las posibilidades son cada vez mayores que de otra petición, más grande, tenga éxito. Las implicaciones prácticas de la técnica del pie en ña puerta son obvias. Con los años se han propuesto varias explicaciones. Una que parece plausible se basa en la teoría de la autopercepción. Esta explicación sugiere que se trata de un proceso de dos etapas. En primer lugar, al observar el propio comportamiento en la situación inicial, uno mismo llega a verse como el tipo de persona que generalmente es cooperativa cuando se le acercan con una petición. En segundo lugar, cuando se enfrenta con la petición más considerable, trata de responder de una manera que mantenga esta nueva autoimagen. Con esta lógica, la técnica del pie en la puerta debe tener éxito sólo cuando uno atribuya un acto inicial de cumplimiento a las propias características personales. Jerry Burger concluye que la investigación apoya en general la explicación de la autopercepción. Así, si la primera petición es demasiado trivial o si se les paga a los participantes por el primer acto de cumplimiento, más tarde no se considerarán a sí mismos como inherentemente cooperativos. En estas condiciones la técnica no 177 funciona. Del mismo modo, el efecto sólo se produce cuando las personas están motivadas para ser consistentes con su autoimagen. Si los participantes están inconformes con lo que el comportamiento inicial implica para ellos, si sopn demasiado jóvenes para apreciar las consecuencias, o si no se preocupan por comportarse de maneras que sean consistentes con su persona, de nuevo la técnica no funcionará. Amago (o bola baja): otra trampa de dos pasos, posiblemente la más inescrupulosa de todas las técnicas de cumplimiento, se basa también en la idea de “empezar pequeño”. Una vez que las personas toman una decisión particular, la justifican para sí mismas pensando en todos sus aspectos positivos. A medida que se comprometen cada vez más con un curso de acción, se vuelven más reacias a cambiar de opinión, aunque las razones iniciales de la acción hayan sido modificadas o eliminadas por completo. La técnica de amago (o bola baja) también produce otro tipo de compromiso. Cuando las personas no sospechan duplicidad, experimentan una molesta sensación de obligación incumplida hacia la persona con quien negociaron. La puerta en la cara: aunque cambiar de una petición inicial pequeña a una más grande puede ser eficaz, como en las técnicas del pie en la puerta y la bola baja, por extraño que parezca, lo contrario también funciona. La técnica es tan simple como suena. Una persona hace una petición inicial tan desmesurada que seguramente será rechazada y luego lo intenta con una segunda petición, más razonable. ¿Por qué la técnica de la puerta en la cara es una trampa tan eficaz? Una posibilidad tiene que ver con el principio del contraste de la percepción: a la persona expuesta a una petición inicial muy grande, la segunda petición le “parece más pequeña”. Una segunda explicación más convincente para el efecto implica la noción de concesiones recíprocas. Prima cercana de la norma de reciprocidad, ésta se refiere a la presión de responde a los cambios en una postura de negociación. Cuando una persona se retracta de una petición grande a una más pequeña, consideramos que ese cambio es una concesión a la que debemos corresponder con nuestro propio cumplimiento. Así pues, la técnica de la puerta en la cara no funciona si la segunda petición es hecha por una persona diferente. Tampoco funciona si la primera petición es tan extrema que dé la impresión de tratarse de una “primera oferta” fingida. A nivel emocional, negarse a ayudar en una petición también puede desencadenar sentimientos de culpa. ¡Esto no es todo, amigos!: si la noción de concesiones recíprocas es correcta, entonces en realidad una persona no debería tener que rechazar la oferta inicial a fin de que el cambio a una petición menor funcione. De hecho, otras de las conocidas estrategias de ventas se las arregla para utilizar la concesión sin provocar primero el rechazo. En esta estrategia, se ofrece un producto a un precio determinado y, a continuación, antes que el comprador tenga oportunidad de 178 responder, el vendedor añade “¡Y esto no es todo!”. En ese momento, o se reduce el precio original, o se ofrece una bonificación para hacer más atractiva la oferta. Por supuesto, desde el principio el vendedor tiene la intención de hacer la presunta concesión. Analicemos las diversas técnicas de cumplimiento descritas en esta sección. Todas ellas se basan en un proceso de dos pasos que implica el cambio de una petición de un tamaño a otro. Lo que difiere es si la petición pequeña o la grande van primero y cómo se hace la transición entre los pasos. Además, todas estas estrategias funcionan de formas sutiles al manipular la autoimagen de la persona objetivo, el compromiso con el producto, los sentimientos de obligación para con el vendedor o las percepciones de la petición real. Asertividad: cuando la gente dice que no. De acuerdo con Cialdini, para ser capaz de resistir la presión del cumplimiento se requiere, ante todo, estar alerta. Obediencia: Funt tenía razón sobre la forma en que reaccionamos ante la autoridad. Al habérsele enseñado desde que nace que es importante respectar las formas legítimas de liderazgo, la gente lo piensa dos veces antes de desafiar a padres, maestros, patrones, entrenadores y funcionarios de gobierno. El problema es que simples símbolos de autoridad (títulos, uniformes, insignias) a veces pueden transformar a la gente común en sirvientes dóciles. La obediencia ciega puede parecer graciosa; pero si la gente está dispuesta a aceptar órdenes de un extraño, ¿hasta dónde es capaz de llegar en una situación realmente importante?. La investigación de Milgram: fuerzas de obediencia destructiva: la experiencia empieza cuando usted llega a un laboratorio de la Universidad de Yale y se reúne con dos hombres. Uno de ellos es el experimentador, un joven de rostro adusto vestido con una bata gris de laboratorio y un portapapeles. El otro es un caballero de mediana edad. Intercambian presentaciones rápidas y, continuación, el experimentador explica que usted y su compañero participante tomarán parte en u estudio sobre los efectos del castigo en el aprendizaje. Después de asignar los roles, se determina que usted será el profesor y que el señor será el alumno. Hasta aquí va todo bien. Sin embargo, pronto usted descubre que su tarea consiste en probar la memoria del alumno y sometido a descargas cada vez más intensas siempre que cometa un error. A continuación, es conducido a otra habitación, donde el experimentador sujeta al señor con correas en una silla, le arremanga la camisa, le conecta electrodos en los brazos y le aplica “pasta para electrodos” con el propósito de evitar ampolla y quemaduras. El experimentador reconoce que las descargas van a ser dolorosas, pero tranquiliza al señor asegurándole que el procedimiento no causará “daño permiamente a los tejidos”. Mientras tanto, usted puede dar fe de lo dolorosas que son las descargas ya que el experimentador le aplicó una que se supone que es leve. A partir de ahí, el experimentador lo lleva a la habitación principal, donde usted se sienta dentro a una “generador 179 de descargas”. Su papel e este experimento es sencillo. Primero, a través de un micrófono, le lee una lista de pares de palabras al señor; a continuación pone a prueba su memoria con una serie de preguntas de opción múltiple. Si la respuesta el correcta, usted pasa a la siguiente pregunta. Si es incorrecta, usted menciona la respuesta correcta y le aplica una descarga al alumno. Hasta donde usted sabe, cada vez que presiona uno de los interruptores él queda aniquilado, no sabe que es todo mentira. A medida que avanza la sesión, el alumno comete más y más errores, provocando que usted incremente la escala de descargas. Comienza a escuchar al alumno gritar. En algún momento usted busca la orientación del experimentador. Incluso, usted podría confrontar al experimentador y negarse a continuar. Sin embargo, en respuesta a sus preguntas, el experimentador lo incita a continuar. El participante obediente: Milgram fue capaz de identificar factores que aumentan y disminuyen el índice de referencia de 65% de obediencia. Tras factores en particular, son importantes: la figura de autoridad, la proximidad de la víctima y el procedimiento experimental. La autoridad: tal vez lo más notable acerca de los hallazgos de Milgram es que un experimentador con bata de laboratorio no es una figura de autoridad muy influyente. Sin embargo, su presencia física y su aparente legitimidad desempeñaron un papel importante para producir la obediencia. Una conclusión entonces es evidente. La obediencia destructiva requiere la presencia física de una figura de autoridad de prestigio. La víctima: las características de la situación de la víctima son también importantes en la obediencia destructiva. Los participantes que estaban separados físicamente del alumno, emocionalmente fueron capaces de distanciarse de las consecuencias de sus acciones. El procedimiento: dos aspectos importantes del procedimiento experimental. En primer lugar, a los participantes de les hizo sentirse aliviados de cualquier sentido de responsabilidad por el bienestar de la víctima. El experimentador les dijo desde el principio que él era el responsable. Cuando los participantes se les hizo creer que eran los responsables, sus niveles de obediencia disminuyeron considerablemente. La segunda característica de escenario que fomentaba la obediencia es el ascenso gradual. Los participantes comenzaron la sesión aplicando descargas leves y luego, gradualmente, subieron a niveles de voltaje de alta intensidad. Para cuando los participantes se dieron cuenta de las consecuencias aterradoras de o que estaban haciendo, se había vuelto más difícil para ellos escapar. El problema del sujeto es cómo liberarse de una situación que se está moviendo en una dirección totalmente desagradable. Al parecer, la obediencia es un aspecto poderoso de la naturaleza humana provocado por la postura dócil que adoptan las personas al relacionarse con las figuras de autoridad. 180 Desafío: cuando la gente se rebela: así como los procesos de la influencia social pueden generar la sumisión a la autoridad, también pueden generar la rebelión y el desafío. La obediencia, cuando no es motivada por cuestiones delictivas sino morales, religiosas o políticas, siempre es un acto colectivo. Nuestro análisis de la conformidad indica que la mera presencia de un aliado ante lo que de otra manera sería una mayoría unánime da a los individuos el valor para disentir. Los mismos pueden aplicarse a la obediencia. Hay que añadir que la presencia de un grupo no es una protección garantizada contra la obediencia destructiva. Los grupos pueden desencadenar la agresión. El continuo de la influencia social: como hemos visto, la influencia social en el comportamiento va desde la presión implícita de las normas de un grupo, hasta las trampas que tienden las peticiones directas y las poderosas órdenes de la autoridad. En cada caso, la gente elige si reacciona con conformidad o independencia, cumplimiento o asertividad, obediencia o desafío. De toda la investigación, en tentador concluir que entre mayor presión se ejerza sobre las perdonas, mayor es la influencia. ¿Es posible, sin embargo, que más produzca menos? Parece ser que las tácticas de intimidación que obligan a las personas a cambiar su comportamiento pueden ser contraproducentes cuando se trata de cambiar las opiniones. Teoría del impacto social: en 1981, Latané propuso que un vínculo común entre los distintos procesos que intervienen en la influencia social acerca a la gente a dicha influencia oo la aparta de ella. En concreto, Latané propone la teoría del impacto social, la cual establece que la influencia social de cualquier tipo (el impacto total de los demás en una persona objetivo) es una función de la fuerza, la inmediatez y el número de los demás. Según Latané, las fuerzas sociales actúan sobre los individuos de la misma manera que las fuerzas físicas actúan sobre los objetos. La fuerza de una fuente está determinada por su condición, capacidad o relación con un objetivo. Cuanto más fuerte sea la fuente, mayor será la influencia. Cuando la gente considera que los demás miembros de un grupo son competentes, es más probable que se conforme con sus juicios. Cuando se trata del cumplimiento, las fuentes aumentan su fuerza haciendo que los objetivos se sientan obligadas a corresponder a un favor pequeño. Y para obtener la obediencia, las figuras de autoridad obtienen fuerza mediante el uso de uniformes o haciendo alarde de su pertenencia a instituciones de prestigio. La inmediatez se refiere a la proximidad en tiempo y espacio de una fuente con el objetivo. Cuanto más cerca esté la fuente, mayor será su impacto. Por último, la teoría predice que a medida que aumenta el número de fuentes, también lo hace su influencia (al menos hasta cierto punto). La teoría del impacto social también predice que a veces la gente resiste la presión social. Según Latané, es más probable que esta resistencia ocurra el impacto social se divide entre muchos 181 objetivos fuertes y distantes. Debe haber un menor impacto en un objetivo que es fuerte y está lejos de la fuente que en aquel que es débil y está cerca de la fuente, y debe haber un menor impacto en un objetivo que se encuentra acompañado de otras personas objetivo que en uno que está solo. Así, hemos visto que la conformidad se reduce por la presencia de un aliado y que los índices de obediencia descienden cuando las personas están con compañeros que también se rebelan. Con los años la teoría del impacto social ha sido cuestionada, defendida y refinada por diversos motivos. Por un lado, los críticos dicen que dicha teoría no nos permite explicar los procesos que dan lugar a la influencia social o responder a los por qué. Por otra parte, la teoría nos permite predecir la aparición de la influencia social y determinar cuándo va a ocurrir. Tanto en el tema de la conformidad, como en el del cumplimiento o la obediencia, esta teoría ha sentado las bases para nuevas e interesantes investigaciones en los próximos años. Numerosos psicólogos sociales han señalado recientemente que el impacto social es un proceso fluido, dinámico, en constante cambio. Perspectivas sobre la naturaleza humana: como vimos con anterioridad, algunas culturas valoran la autonomía y la independencia, mientras que otras ponen más énfasis en la conformidad con el propio grupo. Incluso dentro de una cultura determinada, los valores pueden cambiar con el tiempo. Visto de manera positiva, la conformidad, el cumplimiento y la obediencia son respuestas humanas adecuadas y necesarias. Fomentan la solidaridad y el acuerdo en los grupos (cualidades que los salvan de ser divididos por el disentimiento). Visto de manera negativa, la falta de independencia, asertividad y desafío es un comportamiento no deseado propicio para la estrechez de miras, la cobardía y la obediencia destructiva (a menudo con costos terribles). Para cada uno de nosotros, y para la sociedad en su conjunto, el truco consiste en encontrar un equilibrio. ANEXO - PSICOLOGIA SOCIAL - KASSIN – FICHA 6587 Influencia Social, se refiere a las maneras en que la gente es afectada por las presiones reales e imaginarias de los demás, consideraremos tres formas de influencia que varían en el grado de presión que ejercen sobre un individuo: conformidad, cumplimiento y obediencia. La influencia social varía, como puntos a lo largo de un continuo, según el grado de presión que ejerza sobre el individuo. La influencia social “automática” Las personas imitan más a otras cuando tienen interés de establecer una relación que cuando no lo tienen. El impulso humano de imitar a otros puede tener un valor de adaptación, pero este efecto también puede encontrarse en situaciones no sociales. 182 Es importante darse cuenta de que la imitación es un proceso dinámico, como cuando dos personas que caminan juntas, o bailan, con el paso del tiempo se coordinan cada vez más. Conformidad Refiere específicamente a la tendencia de las personas a modificar sus percepciones, opiniones y conductas de manera que sean consistentes con las normas de un grupo. Para la gente es difícil contravenir las normas sociales. Para el psicólogo social, el objetivo es entender las condiciones que promueven la conformidad o la dependencia y las razones de estas conductas. Sherif publicó un estudio clásico de laboratorio sobre la forma en que se desarrollan las normas en grupos pequeños. Asch elaboró una tarea muy diferente para probar la manera en que las creencias de las personas afectan las creencias de los demás. Ambos demuestran que los demás pueden influir de manera considerable en nuestras percepciones visuales. ¿Porque la gente se conforma? Los estudios de Sherif y Asch demostraron que la gente se conforma por dos razones muy diferentes: una informativa y la otra normativa. A través de la influencia informativa las personas se conforman porque quieren hacer juicios correctos y asumen que cuando los demás están de acuerdo con algo es porque deben estar en lo correcto. En un estado de incertidumbre, seguir la sabiduría colectiva de los demás puede resultar una estrategia eficaz. En contraste con el valor informativo de la conformidad, la influencia normativa lleva a las personas a conformarse por el temor a las consecuencias de parecer desviacionista. Los individuos que se desvían de la norma de un grupo a menudo desagradan, son rechazados y ridiculizados. En situaciones de grupo, por lo general se ejercen tanto influencias informativas como normativas. Es importante la distinción entre los dos tipos de influencia (informativa y normativa) no sólo para entender que la gente se conforma, sino porque las dos fuentes de influencia producen diferentes tipos de conformidad: privada y pública. La conformidad privada (aceptación verdadera o conversión) describe casos en que los demás nos hacen cambiar no solo nuestra conducta manifiesta, sino también nuestra mente. Para 183 conformarse a ese nivel es necesario estar verdaderamente convencido de que los demás integrantes de un grupo están en lo correcto. En contraste, la conformidad pública (cumplimiento), se refiere a un cambio de conducta más superficial. Las personas a menudo responden a las presiones normativas fingiendo estar de acuerdo, aun cuando en privado no lo estén. ¿Cómo pueden los psicólogos sociales distinguir entre el conformista privado y el público? La diferencia es que la persona que esta realmente convencida mantiene el cambio mucho tiempo después que el grupo se desintegra. Influencia mayoritaria Cuatro factores: tamaño del grupo, un enfoque en las normas, la presencia de un aliado y el género. ♣ Tamaño del grupo: Sugiere que a medida que se incrementa el número de personas en una mayoría, también lo hace su impacto. En cuanto había tres o cuatro cómplices, la cantidad de influencia adicional ejercida por el resto era insignificante. ♣ Un enfoque en las normas: Las normas sociales dan lugar a la conformidad solo cuando las conocemos y nos enfocamos en ellas. Para la conformidad es necesario saber como se comportan los demás en una situación determinada, pero estas normas pueden influir en nosotros solamente cuando son reavivadas, o “reactivadas”, en nuestra conciencia. ♣ Un aliado para disentir: arreglárselas con un poco de ayuda: Con un cómplice que estuviera de acuerdo con el participante la conformidad se reducía casi el 80 por ciento. Dos conclusiones importantes: ♠ Es mucho más difícil para las personas sostener solas sus convicciones que ser parte de una minoría, por pequeña que sea. ♠ Cualquier disentimiento puede romper el hechizo de una mayoría unánime y reducir las presiones normativas de conformidad. ♣ Diferencias de género: Hallazgos sugieren que el conocimiento del tema en cuestión, no el género, es lo que influye en la conformidad. Influencia de la minoría Resistir la presión de conformarse y mantener la independencia puede ser socialmente difícil, pero no imposible. ♣ El poder del estilo: De acuerdo con Moscovici, las mayorías tienen poder en virtud de su gran número, mientras que los no conformistas obtienen su poder del estilo de su conducta. Para ejercer su influencia quienes están en la minoría deben ser enérgicos, persistentes y firmes en apoyo de su posición. Sin embargo, al mismo tiempo, deben ser flexibles y de mentalidad abierta. 184 Frente a un disidente consistente pero imparcial, los miembros de al mayoría deben sentarse, prestar atención y reflexionar sobre sus propias posturas. ¿Por qué un estilo de conducta consistente debería ser eficaz? Una posible razón es que la repetición constante llama la atención, de la corriente dominante, que es un primer paso para la influencia social. Otra posibilidad es que la consistencia indica que es poco probable que el disentir ceda, lo que lleva a quienes forman parte de la mayoría a sentirse presionados para buscar un entendimiento. Una tercera razón posible es que cuando se confronta a alguien que tiene confianza en sí mismo y la entrega para adoptar una posición impopular sin dar marcha atrás, la gente asume que el o ella debe tener razón. La percepción de consistencia incrementa la influencia de la minoría. Hollander advirtió que las personas que buscan posiciones de liderazgo o desafiar a un grupo sin primero ser aceptadas como miembros de pleno derecho de ese grupo corren el riesgo de que sus opiniones sean ignoradas. Hollander sugirió que para influir en una mayoría, las personas primero deben conformarse para poder demostrar que son miembros competentes. Al convertirse en miembros de la corriente dominante, acumulan créditos idiosincrásicos (créditos interpersonales que gana un individuo al observar las normas de un grupo), o “puntos ganados”. Entonces tan pronto como hayan acumulado suficiente buena voluntad dentro del grupo, parte de su disidencia será tolerada. Cultura, conformidad e independencia Las sociedades que son homogéneas o estrictas tienden a ser rígidas e intolerantes con aquellos que se desvían de la norma. Las sociedades culturalmente diversas o liberales tienden a ser más permisivas con el disentimiento. Los análisis más recientes han demostrado que las tasas de conformidad son generalmente más altas en las culturas de orientación colectivista que en las individualistas. Cumplimiento Otra forma de influencia social se produce cuando otros nos hacen peticiones directas con la esperanza de que las cumplamos. (Cambios de conductas por peticiones directas. Lenguaje de la petición: Langer considera que la mente está a menudo en “piloto automático”, ya que respondemos a las palabras sin pensar, sin procesar completamente la información que se supone que deben transmitir. 185 La norma de reciprocidad: Sencilla pero poderosa regla del comportamiento social conocida como norma de reciprocidad indica que debemos tratar a los demás como nos han tratado. En el lado positivo, nos lleva a sentirnos obligados a retribuir a los demás sus actos de bondad. La norma de reciprocidad contribuye a la previsibilidad y equidad de la interacción social. Como tender trampas: estrategias de peticiones secuenciales Los psicólogos sociales comparten conocimiento y han estudiado varias técnicas de cumplimiento que se basan en hacer dos o más peticiones relacionadas. La primera tiende una trampa, la segunda captura a la presa. Pie en la puerta: Una manera de lograr que una persona cumpla una petición grande es empezar con una pequeña. El propósito de la técnica del pie en la puerta es romper el hielo con una petición inicial pequeña que el cliente no pueda rechazar fácilmente. Una vez que se logra el primer propósito, las posibilidades son cada vez mayores de que ostra petición, más grande, tenga éxito. ¿Por qué funciona? Una explicación se basa en la teoría de la autopercepción (que la gente infiere de sus actitudes mediante la observación de su propio comportamiento). Esta explicación sugiere que se trata de un proceso de dos etapas. En primer lugar, al observar su propio comportamiento en la situación inicial, uno mismo llega a verse como el tipo de persona que generalmente es cooperativa cuando se le acercan con una petición. En segundo lugar, cuando se enfrenta con una petición más considerable, trata de responder de una manera que mantenga esta nueva autoimagen. Amago (o bola baja): Otra trampa de dos pasos, se basa también en la idea de “empezar pequeño”. Técnica de cumplimiento de dos pasos en la cual el persuasor asegura un acuerdo con una petición, pero posteriormente incrementa la dimensión de esta al revelar costos ocultos. ¿Por qué? La razón parece encontrarse en la psicología del compromiso. Una vez que las personas toman una decisión particular, la justifican para sí mismas pensando en todos sus aspectos positivos. A medida que se comprometen cada vez más con el curso de la acción, se vuelven más reacias a cambiar de opinión, aunque las razones iniciales de la acción hayan sido modificadas o eliminadas por completo. La técnica de amago (o bola baja) también produce otro tipo de compromiso. Cuando las personas no sospechan duplicidad experimentan una molesta sensación de obligación incumplida hacia la persona con quien negociaron. Así, aunque el vendedor no pueda completar el acuerdo original, ud. Podría sentirse obligado a comprar de cualquier manera, habiendo aceptado de antemano realizar la compra. La puerta en la cara: La técnica es tan simple como suena. Una persona hace una petición inicial tan desmesurada que seguramente será rechazada y luego lo intenta con una segunda petición, 186 más razonable. ¿Por que es eficaz? Una posibilidad tiene que ver con el principio del contraste de la percepción: a la persona expuesta a una petición inicial muy grande, la segunda petición le parece “más pequeña”. Una segunda explicación más convincente para el efecto implica la noción de concesión recíproca. Estas se refieren a la presión de responder a los cambios en una postura de negociación. Cuando una persona se retracta de una petición grande a una más pequeña, consideramos que este cambio es una concesión a la que debemos responder con nuestro propio cumplimiento. ¡Eso no es todo amigos!: Otra de las conocidas estrategias de ventas se las arreglas para utilizar la concesión sin provocar primero el rechazo. En esta estrategia, se ofrece un producto a un precio determinado y, a continuación antes que el comprador tenga oportunidad de responder, el vendedor añade “¡y eso no es todo!”. Burger predijo que las personas son más propensas a realizar una compra cuando un acuerdo parece haber mejorado que cuando el mismo acuerdo se ofrece tal cual desde el principio. Las diversas técnicas de cumplimiento se basan en un proceso de dos pasos que implica el cambio de una petición de un tamaño a otro. Lo que difiere es si la petición pequeña o la grande va primero y como se hace la transición entre los pasos. Todas estas estrategias funcionan de formas sutiles al manipular el auto imagen de la persona objetivo, el compromiso con el producto, los sentimientos de obligación para con el vendedor o las percepciones de la petición real. Asertividad: Cuando la gente dice que no. Porque al reconocer el intento de manipulación se produce tanto malestar y resistencia. Las técnicas de cumplimiento funcionan sin problemas solo si no se pueden detectar. El problema es que no solo son intentos de influir en nosotros, sino que también son engañosas. Del mismo modo, las trampas de las peticiones secuénciales son eficaces solo en la medida en que son sutiles y no pueden ser vistas como lo que son. Obediencia: Cambio en el comportamiento producido por las órdenes de la autoridad. La investigación de Milgram: fuerzas de obediencia destructiva Participante obediente: Aunque las características de la personalidad pueden hacer que alguien sea vulnerable o resistente a la obediencia destructiva, lo que parece importar más es la situación en la que se encuentran las personas. Milgram fue capaz de identificar factores que aumentan y disminuyen el índice de referencia del 65% de obediencia. Tres factores, en particular, son importantes: la figura de autoridad, la proximidad de la víctima y el procedimiento experimental. 187 La autoridad: la obediencia destructiva requiere la presencia física de una figura de autoridad de prestigio. La victima: las características de la situación de la víctima son también factores importantes en la obediencia destructiva la separación física de la víctima permite ser capaces de distanciase emocionalmente de las consecuencias. El procedimiento: una mirada cercana a la disyuntiva que enfrentaron sus participantes pone de manifiesto dos aspectos importantes del procedimiento experimental. En primer lugar a los participantes se les hizo sentirse aliviados de cualquier sentido de responsabilidad por el bienestar de la víctima. Cuando los participantes se los hizo creer que eran los responsables sus niveles de obediencia disminuyeron considerablemente. La segunda característica del escenario de milgram que fomentaba la obediencia es el ascenso gradual. Debemos señalar que la obediencia por la inercia no es exclusiva del paradigma de la investigación de milgram. Milgram en el siglo XXI Al parecer, la obediencia es un aspecto poderoso de la naturaleza humana provocado por una postura dócil que adoptan las personas al relacionarse con figuras de autoridad. Desafío: Cuando la gente se rebela Así como los procesos de influencia social pueden generar sumisión a la autoridad, también pueden generar la rebelión y el desafío. Nuestro análisis anterior de la conformidad indica que la mera presencia de un aliado ante lo que de otra manera seria una mayoría unánime da a los individuos el valor para disentir. Lo mismo puede aplicarse a la obediencia. El continuo de la influencia social La influencia social en el comportamiento va desde la presión implícita de las normas de un grupo, hasta las trampas que tienden las peticiones directas y las poderosas órdenes de la autoridad En cada caso la gente elige si reacciona con conformidad o independencia, cumplimiento o asertividad, obediencia o desafío Teoría del impacto social Sostiene que la influencia social depende de la fuerza, inmediatez y número de personas que ejercen en relación con las personas sobre las que la ejercen: La fuerza de una fuente está determinada por su condición, capacidad o relación con un objetivo cuanto más fuerte sea la fuente mayor será la influencia. Cuando se trata de cumplimiento, las fuentes aumentan su fuerza 188 haciendo que los objetivos se sientan obligados a corresponder a un favor pequeño. Y para obtener la obediencia, las figuras de autoridad obtienen fuerza mediante el uso de uniformes o haciendo alarde de su pertenencia a instituciones de prestigio. La inmediatez se refiere a la proximidad en tiempo y espacio de una fuente con el objetivo. Cuanto más cerca este la fuente, mayor será su impacto. La teoría predice que a medida que aumenta el número de fuentes, también lo hace su influencia. La teoría del impacto social también predice que a veces la gente predice la presión social. Según Latané, es más probable que esta resistencia ocurra cuando el impacto social se divide entre muchos objetivos fuertes y distantes. Debe haber un menor impacto en un objetivo que es fuerte y esta lejos de la fuente que en aquel que es débil y está cerca de la fuente, y debe haber un menor impacto en un objetivo que se encuentra acompañado de otras personas objetivo que en uno que está solo. Así hemos visto que la conformidad se reduce por la presencia de un aliado y que los índices de obediencia descienden cuando las personas están con compañeros también se revelan. LA COMPULSIÓN DE HACER EL MAL - STANLEY MILGRAM – FICHA 2965 El poder de destruir a individuos surge a través del control de las organizaciones sociales en las cuales participan numerosos individuos. La obediencia vincula los individuos a los sistemas de autoridad, y así se vincula la acción individual a la acción política. Se han cometido los crímenes mas horribles en nombre de la obediencia. La exterminación nazi de los judíos europeos es la instancia mas extrema de la realización de actos inmorales aborrecibles por miles de personas en nombre de la obediencia. Sin embargo, en menor grado, este tipo de cosas ocurre constantemente. La cuestión moral de obedecer o no las órdenes que chocan con la conciencia fue discutida por los filósofos conservadores, quienes sostenían que la desobediencia amenaza al mismo edificio de la sociedad, en cambio los humanistas, sostienen la conciencia individual en tales cuestiones. Para desprenderse de la situación, el sujeto debe hacer una rotura clara con la autoridad. El objetivo de esta investigación era encontrar cuando y como la gente desafiaría a la autoridad frente a un imperativo moral claro. Lo que sorprende es hasta donde llegaran los individuos normales para cumplir con las instrucciones del experimentador. Una explicación ofrecida comúnmente es que los que lo choquearon/mataron/torturaron a la victima en el nivel mas severo eran monstruos, el margen sádico de la sociedad; pero según Arendt, la persona común que le aplico los choques a la victima lo hizo por un sentimiento de 189 obligación, una concepción de sus deberes como sujeto, y no por sus tendencias especialmente agresivas. Esta es quizá la lección mas fundamental de nuestro estudio: que la gente común, simplemente haciendo sus tareas y sin ninguna hostilidad especial, puede llegar a ser agente de un procesos destructivo terrible; pero son relativamente pocas las personas que tienen los recursos necesarios para resistir a la autoridad. ¿Qué, entonces, hace que la persona siga obedeciendo al experimentador? La respuesta consta de dos partes. Primero, hay un conjunto de “factores de enlazamiento” que encierra el sujeto en la situación, como factores de cortesía, su deseo de mantener su promesa inicial de ayudar al experimentador, y la dificultad implicada en retirarse. Segundo, ocurren una cantidad de reajustes en el pensamiento del sujeto que sabotean su resolución de romper con la autoridad. El reajuste de pensamiento más común en el sujeto obediente es simplemente percibirse como no-responsable de sus acciones. Se deshace de la responsabilidad en cuanto le atribuyen a él toda la responsabilidad. La desaparición de un sentido de responsabilidad es la consecuencia de mas alcance del sometimiento a un sistema de autoridad. El sentido moral no ha desaparecido, sino que adquiere un foco realmente diferencte. Su preocupación moral se cambia ahora para una consideración por cuanto satisface las expectativas que tiene de él la autoridad. En época de guerra, un soldado no se pregunta si es bueno o malo bombardear un pueblito, no se atribuye ni vergüenza ni culpa cuando destruye una aldea; en cambio, siente orgullo o vergüenza en función del grado de eficacidad de su ejecución de la misión que le fue asignada. El contexto domina la significación. La significación de cualquier acto puede alterarse al colocarlo en el contexto apropiado. Finalmente, la desvalorización sistemática de la victima provee en alguna medida una justificación psicológica para el trabajo brutal de la victima, y esa ha sido el acompañamiento constante de las masacres y guerras. ¿CÓMO ES POSIBLE LA INFLUENCIA MINORITARIA? - MUGNY - FICHA 6533 El modelo funcionalista: Moscovici esclarece el modelo teórico que subyace a las teorías sobre la influencia social y que, en realidad, domina en la psicología social. Dicho modelo considera los sistemas sociales como datos (sin la perspectiva histórica) y cual realizaciones óptimas (con integración no crítica de los investigadores en estos sistemas). En consecuencia, los criterios de normalidad y de marginación son absolutos, valorándoles la primera en tanto en cuanto funcional y adaptativa, e infravalorándose la segunda como disfuncional. En este modelo es fácil imaginar 190 dónde se ubican los procesos de influencia social: sirven al control social en tanto en cuanto aseguran intercambios estables, consensuales y conformes a las normas sociales. Paradójicamente los procesos estudiados se refieren a las relaciones de poder, a pesar de que dichas relaciones de poder se ocultan teóricamente en la medida en que se considera que funcionan por sí mismas. La dependencia expresa, en efecto, una diferencia de escala en cuanto al estatus social, sea cual fuere la competencia, el número, la situación sociométrica, etc. siempre es el individuo o grupo que es superior en dicha escaña de estatus, quien teóricamente puede influenciar al individuo o grupo inferior: la asimetría de las posiciones desemboca en una asimetría de la influencia. El modelo genético: en el modelo genético los sistemas sociales no son absolutos, sino que resultan de la confrontación y de la negociación entre los diferentes agentes sociales: los intercambios, incluso con estatus asimétricos, implican reciprocidad, asegurando a cada agente un potencial de acción sobre el sistema. La aparente estabilidad de un sistema sólo constituye un momento en un proceso continuo de cambio social, de creación y reducción de divergencias. Las normas que catalogan las respuestas en normales o marginadas, no son ya entidades autónomas sino el resultado de negociaciones coyunturales entre individuos y grupos. La función de las relaciones de influencia ya no se reduce al control social, sino que incluye los procesos de innovación en tanto en cuanto la supervivencia del sistema social no reside ya en un inmovilismo sino en sus transformaciones. Los procesos de influencia ya no constituyen la resultante necesaria de una composición más o menos compleja de ascendencias que hallan su fuente en relaciones anteriores a la interacción, sino que son la resultante posible de los comportamientos de los “partener” durante dicha interacción. Incluso desprovista de poder, una entidad social puede, pues, teóricamente ejercer una influencia. La teoría de la consistencia de Moscovici: en este nivel el cambio de perspectiva propuesto por Moscovici es completo: la fuente de influencia minoritaria reside en los significados que se desprenden del conjunto de los comportamientos del minoritario (o minoritarios) durante los encuentros y las negociaciones entre fuente minoritaria y receptores potenciales. Conviene señalar que el puño nodal no queda constituido por la naturaleza de los contenidos alternativos, sino por la misma organización, la estructura de dichos contenidos. A este respecto la noción teórica sobre los estilos de comportamiento desempeña un papel decisivo. Así pues, una minoría puede devenir influyente por la consistencia de su estilo de comportamiento. La consistencia se distingue de un estilo más inconsistente a partir de varios parámetros: desde un punto de vista sincrónico, la consistencia caracteriza la existencia de un consenso intraminoritario, es decir de una unanimidad total en la expresión de posiciones minoritarias por parte de todos los miembros 191 minoritarios. Mediante dicha seguridad de sí misma, la minoría asegura una importante capacidad de autoesfuerzo: quien adhiere a la minoría puede esperar hallar un soporte social en un consenso durable. Puede, también valorizar la alternativa mediante sacrificios personales que a veces debe realizar (como afrontar represalias, burlas, incomprensión). Con su consistencia la minoría expresaría también su capacidad de caminar fuera de los senderos trillados del conformismo; es ejemplo de autonomía, susceptible de llevar a los receptores a afirmar (o incluso recuperar) la suya. La consistencia caracteriza, pues, los comportamientos definidos con firmeza y constancia a través de situaciones y momentos varios. Operacionalizaciones de la consistencia: la repetición constante de una misma respuesta puede, pues, hallarse en el origen de una influencia minoritaria. La influencia minoritaria tiene a menudo dificultad de expresarse abiertamente, públicamente. Las dos experiencias señaladas ilustran el impacto de la consistencia minoritaria definida diacrónicamente. La idea de consistencia sincrónica no ha recibido ilustración experimental directa. Allen ha elaborado un paradigma referente a este problema. Considerando todavía las experiencias de Asch como expresión de influencia mayoritaria, se ocupa del soporte social a la disconformidad. La cuestión es esta según él: ¿en qué medida la ruptura del consenso mayoritario permite al sujeto experimental (minoritario o marginado) escapar de la presión mayoritaria? Numerosas respuestas responden a esta pregunta. Y pueden, en consecuencia, responder a la pregunta que hacía Moscovici: ¿en qué media la ruptura del consenso minoritario permite al sujeto experimental (mayoritario) escapar de la consistencia minoritaria? Una de las respuestas más claras consiste en decir que cualquier cuestionamiento de la consistencia sincrónica definida por el consenso intraminoritario puede cuestionar la influencia minoritaria. Pero nos hallamos ante un juego de reinterpretaciones, con todo el peligro que ello comporta. De momento consideraremos como teóricamente válida la idea de consistencia sincrónica y hagamos una pregunta suplementaria sobre la naturaleza de los campos de innovación. Consistencia y conflicto social: por definición, una posición minoritaria expresa la diferencia entre los comportamientos, juicios, etc. de la minoría y las normas dominantes existentes respecto a dichos comportamientos, juicios, etc. Pero cualquier diferencia no implica posibilidad, ni búsqueda de influencia: en numerosos casos la diferencia expresa el retiro o la marginación, es decir, posiciones anómicas. Precisamente la minoría activa se define en la historia del sistema social del que forma parte, por la consistencia con que expresa su diferencia. Por su consistencia, su diferencia deviene anti-nómica, un contra modelo coherente y consecuente frente al modelo dominante. Por su consistencia la minoría detiene un “poder” esencial: el de generar un conflicto social aparentemente sin solución, puesto que en las negociaciones de los intercambios sociales, 192 la minoría consistente rechaza negociar cualquier compromiso. Su fuerza radica en bloquear la negociación con los representantes del modelo dominante. Ello ocasiona, pues, una inestabilidad social, resaltando permanentemente la falibilidad del modelo dominante: crea una incertidumbre que, a veces, sólo puede resolverse adoptando (o acercándose) a las contranormas propuestas. Así se genera una doble inestabilidad: ante todo, la minoría rompe el pacto social, las reglas del juego según las cuales la minoría debe doblegarse a la mayoría. Se convierte pues, en ejemplo de disidencia. Por otra parte, la consistencia caracteriza la organización de un contenido que resalta en el campo social, particularmente por el hecho de la focalización de la atención sobre la minoría. Dicha focalización no puede dejar inmutables los comportamientos dominantes: o bien se reafirman en el rechazo, o bien se modifican y se acercan a las alternativas propuestas por la minoría. Éste es, sin duda, un punto esencial: la consistencia de los comportamientos minoritarios asegura (o puede asegurar) un reconocimiento del contenido de las posiciones minoritarias. Recordemos, no obstante, que no cabe esperar “milagros”: evidentemente la minoría no obtiene la aceptación de todos sobre todo e inmediatamente. El cambio social se inscribe en un campo de tensiones en el que las normas dominantes hallan su soporte en el poder y sus estructuras (tanto ideológicas como represivas); las experiencias muestran, por otra parte, que la tasa de influencia no es grande, incluso cuando la influencia es “significativa” y que la influencia aparece difícilmente en las respuestas “sociales” o “abiertas” de los sujetos; dicha influencia se realiza a menudo de modo indirecto y sutil. Cuestiones en suspenso: la primera de las cuestiones en suspenso se centra en el hecho de que a pesar de la insistencia sobre los estilos de comportamiento, y pues, sobre los comportamientos minoritarios efectivos, no es posible estudiarlos sin tener en cuenta las representaciones que suscitan en las poblaciones estudiadas. Moscovici no se equivoca, pues, cuando introduce sistemáticamente medidas post-experimentales destinadas a captar los efectos de la consistencia en la representación que los sujetos tienen de la fuente. En el nivel de la representación se transparentaban los criterios que definen la consistencia: el comportamiento en la interacción, la autonomía del juicio, la firmeza, el valor personal… La consistencia tal y como ha sido definida operacionalmente, puede tener diferente sentidos en la representación, según las situaciones que el experimentador propone. Así, para poder ser reconocida como tal, la consistencia deberá acompañarse de una expresión clara de la autonomía de la decisión. En este sentido, la operacionalización de la consistencia puede aparecer a los receptores como prueba de rigidez o falta de flexibilidad, cuando los comportamientos minoritarios parecen no tener en cuenta las modificaciones sistemáticas de la situación. Así, la consistencia no sólo puede adoptar diversas operacionalizaciones, sino que 193 también diferente estilos pueden tener sentidos varios según las situaciones. El segundo punto que merece discusión es la referencia a la teoría de la atribución desarrollada por Kelley. Según dicha teoría un comportamiento (o un conjunto de comportamientos) se imputa a una causa interna de un objeto o de una persona cuando el efecto (aquí los comportamientos) se halla vinculado a dicha persona cuando los comportamientos son estables en el tiempo y en las situaciones, y cuando existe consenso entre las personas. La consistencia discrónica y la consistencia sincrónica abarcan bien, en efecto, dicha concepción de la atribución. Las normas propuestas por la fuente minoritaria consistente se hallarían validadas por este proceso de atribución estable. La dificultad radica en que el modelo de Kelley es un modelo del hombre racional: quien realiza una especie de análisis de varianza de la que va a decidir la probabilidad de plausibilidad de una realidad. Ahora bien, dicho modelo ya ha sido criticado básicamente porque no llega a captar ciertas dinámicas que atraviesan la aparente racionalidad de las atribuciones, dinámicas que hunden sus raíces esencialmente en las relaciones entre posiciones sociales y representaciones ideológicas. Siguiendo el modelo de Kelley, si bien se puede captar las condiciones de atribución de las características estables de la minoría, no obstante no es posible inferir si tales propiedades estables se atribuirán al entorno o a los sesgos minoritarios. Pues como creemos, intervienen otras representaciones que hunden sis raíces en el mismo sistema normativo dominante, en especial las referentes a las relaciones entre mayoría y minorías. La tercera cuestión problemática es de orden más metodológico y se refiere a la utilización de tareas perceptivas como soporte a la demostración sobre las causas de la influencia minoritaria. Ante todo, debemos reseñar una especie de contradicción entre afirmaciones teóricas y realizaciones experimentales: Moscovici define la fuente minoritaria en cuanto que se halla en ruptura con el sistema normativo dominante; con ello rechaza la mera determinación numérica del estatuto minoritario, lo que a su vez le lleva a reinterpretar el efecto de Asch como efecto minoritario. Ahora bien, en las experiencias que él presenta, nuevamente la mayoría y la minoría se definen por criterios numéricos. Se estudian, pues, las relaciones mayoría-minoría haciendo abstracción de las relaciones sociales de poder en que se insertan las minorías cuyo modelo de funcionamiento se quiere establecer. La última cuestión en sí no es la más importante. Sin embargo, conviene pensar que se halla en la base de nuestros primeros trabajos sobre la influencia minoritaria. En efecto se trataba de dilucidar una aparente contradicción entre la teoría de la consistencia como fuente de influencia minoritaria, y los datos experimentales que contradecían dicha hipótesis. El mismo Moscovici, ha señalado los riegos de la consistencia minoritaria. 194 Así pues, el nexo entre comportamientos minoritarios y representaciones en diferentes situaciones, la deficiente asociación de la teoría de la consistencia con una teoría de la atribución, la inserción de los paradigmas en el campo perceptivo en el que las relaciones de poder parecen estar ausentes y, en fin, la aparente contradicción entre los postulados y los resultados empíricos, constituyen 4 ejes de reflexión que nos ha llevado a prolongar la teoría de la consistencia de Moscovici. LA FORMACIÓN DE LAS NORMAS SOCIALES: EL PARADIGMA EXPERIMENTAL – SHERIF FICHA 2929 El problema de la formación de normas: ▪ Siempre que nos encontramos con una sociedad organizada, ya sea primitiva o compleja, nos encontramos con normas. Estas normas sirven como puntos focales en la experiencia de los individuos y, más tarde, como directrices de sus acciones. ▪ Mientras la vida con todos sus numerosos aspectos está bien asentada y discurre más o menos apaciblemente día tras día, muy pocos hay que pongan en duda la validez de las normas existentes. ▪ Ahora bien, cuando la vida social se vuelve difícil y surgen tensiones en la vida de muchas personas de la colectividad, el equilibrio de la vida deja de ser estable. En esas condiciones delicadas, la fuerza de las normas incorporadas en el individuo pasa a ser incierta y puede quebrarse en pedazos. ▪ La transición de un estado a otro no es simplemente del orden de un conjunto de normas al caos, sino de un conjunto de normas a otro nuevo pasando quizá por una fase de incertidumbre, confusión y a veces incluso violencia. El desenlace es la aparición o constitución final de un conjunto estable de normas que tiene la categoría de pautas de conducta. Hipótesis que hay que someter a prueba: ▪ Primero se estudiará la tendencia del individuo a fin de descartar el dualismo ‘psicología individual’ y ‘psicología social’. De este modo podremos encontrar las diferencias existentes entre las reacciones individuales en la situación individual y en la situación de grupo. 1) Nivel individual: ¿Qué hará un individuo cuando esté en una situación objetivamente inestable, qué hará cuando quede eliminado el marco externo de referencias? ¿Formulará un cúmulo de juicios caprichosos o 195 fijará un punto de referencias propio? En esta situación, los resultados coherentes pueden considerarse como índice de un marco de referencia que ha surgido subjetivamente. 2) Nivel social: ¿Qué hará un grupo de personas en una misma situación inestable? ¿Formularán juicios caprichosos o crearán un marco colectivo de referencias? Si a su debido momento logran percibir la situación inestable a fin de darle cierto orden, percibiéndola como situación ordenada por un marco de referencias que ha surgido entre ellos en el curso del experimento, y si ese marco es privativo del grupo, podremos decir que contamos por lo menos con el prototipo del proceso psicológico que implica la formación de una norma en un grupo. El efecto autocinético: sus posibilidades en relación con nuestro problema: ▪ De entre las situaciones experimentales posibles que se podrían utilizar para someter a prueba nuestra hipótesis, hemos optado por utilizar la situación que se presta a producir efectos autocinéticos. ▪ Siempre que un objeto estímulo visual carece de un marco espacial de referencias se produce el efecto autocinético. Las condiciones que producen el efecto autocinético ofrecen una situación experimental excelente para poder comprobar nuestra hipótesis. El procedimiento seguido: ▪ Hemos estudiado la amplitud del movimiento experimentado en dos situaciones: 1) cuando se está a solas exceptuando la presencia del experimentador y 2) cuando el individuo se encuentra en una situación de grupo. ▪ Se introdujo al sujeto en la situación de grupo de los dos modos siguientes: 1) después de haber realizado un experimento a solas y 2) sin estar previamente familiarizado con la situación en modo alguno, haciéndose luego el experimento con él en un plano individual. ▪ Los sujetos eran varones graduados y estudiantes universitarios de las Universidades de Columbia y Nueva York. En los experimentos individuales se utilizaron 19 sujetos y en los de grupo participaron 40. Experimentos individuales: ▪ El experimento consistió en exponer al sujeto a una luz abriendo una pequeña persiana controlada por el experimentador. Se daban las siguientes instrucciones por escrito: “Cuando el cuarto esté totalmente a oscuras le daré la señal de ‘preparado’ y a continuación le enseñaré un 196 punto de luz. En cuanto lo vea moverse, apriete el pulsador. Pocos segundos más tarde empezará a moverse la luz. Y entonces me dirá usted qué distancia ha recorrido. Intente que sus estimaciones sean lo más exactas que le resulte posible”. ▪ Los resultados indican que cuando unos individuos perciben unos movimientos y carecen de cualquier otra pauta de comparación, establecen subjetivamente una gama de extensión y un punto (es decir, una norma) dentro de esa gama que es privativa de cada individuo y puede diferenciarse de la gama y el punto (norma) establecida por otros individuos. ▪ Si no existe una gama o escala objetiva de estímulos y un punto o norma dados de referencia, cada individuo elaborará una gama propia y un punto de referencia interno (subjetivo) dentro de esa gama y formulará cada juicio sucesivo dentro de esa gama en relación con ese punto de referencia. ▪ En la segunda serie de experimentos individuales se descubrió que en cuanto un individuo fija una gama y un punto de referencia dentro de la misma, surge la tendencia a conservarlos en los experimentos llevados a cabo en días posteriores. Experimentos de grupo: ▪ Se estudió la diferencia existente entre las reacciones: a) cuando los individuos se enfrentaban primero con nuestra situación estímulo en el grupo, y b) cuando se enfrentaban con la situación de grupo después de haber determinado primero sus gamas y normas individuales en la situación aislada. ▪ Veinte sujetos empezaron por la situación individual y a continuación fueron colocados en grupos en las posteriores sesiones experimentales y los otros veinte empezaron por sesiones de grupo y terminaron por sesiones individuales. ▪ El marco experimental fue, en general, el mismo que en los experimentos anteriores. Se añadió el empleo de señales luminosas en el momento en que alguno de los sujetos daba una respuesta a los fines de que el experimentador pudiera saber de quién se trataba. ▪ Los resultados mostraron que cuando el individuo en el que ha surgido una gama y una norma dentro de la misma en la situación individual es colocado en una situación de grupo con otros individuos que también llevan a la situación sus propias gamas y normas establecidas en sus sesiones individuales, las gamas y normas tienden a converger. Ahora bien, la convergencia no es tan estrecha como cuando trabajan primero en la situación de grupo porque tienen menos oportunidad de fijar normas individuales estables. 197 ▪ Cuando los individuos se enfrentan con la misma situación inestable como miembros de un grupo por primera vez se crea una gama y una norma dentro de esa gama que son privativas del grupo. Entonces, si se da un aumento o disminución de las normas establecidas en sesiones sucesivas se tratará de un efecto de grupo. ▪ Puede darse el caso de que un solo sujeto dirija y no sea influido por los demás miembros del grupo. De ser así, la norma del grupo será simplemente la norma del líder. ▪ Cuando un miembro de un grupo se enfrenta solo con la misma situación más tarde, después de haber sido ya fijadas la norma y la gama de su grupo, percibe la situación en función de la gama y norma que trae consigo de la situación de grupo. Análisis de los resultados: ▪ Nuestra experiencia está organizada en torno a marcos de referencia (o modificada por ellos) que participan como factores en cualquier situación de estímulo dada. ▪ En la situación individual, el individuo estructura la situación no estructurada aportando su propia gama y punto de referencia. ▪ En la situación de grupo los miembros de éste tienden a estructurar la situación convergiendo hacia una norma común en sus juicios. Esta convergencia no es producida inmediatamente, sino que sigue una pauta temporal. ▪ Si las normas y ‘consignas’ que surgen en una situación tensa e incierta que requiere una solución no abordan adecuadamente la situación, entonces no se elimina la inestabilidad y probablemente surjan nuevas normas y nuevas consignas hasta que quede eliminada la tensión. UNIDAD 6 – IDENTIDAD Y SOCIALIZACION LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA REALIDAD - BERGER Y LUCKMANN – FICHA 2970 Internalización de la realidad Socialización primaria: Va que la sociedad existe como realidad tanto objetiva como subjetiva, cualquier comprensión teórica adecuada de ella debe abarcar ambos aspectos. Como ya sostuvimos anteriormente, estos aspectos reciben su justo reconocimiento si la sociedad se entiende en términos de un continuo proceso dialéctico compuesto de tres momentos: externalización, objetivación e internalización. En lo que se refiere a los fenómenos de la sociedad, estos momentos no deben concebirse como si ocurrieran en una secuencia temporal: más bien los tres caracterizan simultáneamente a la sociedad y a cada sector de ella, de manera 198 que cualquier análisis que se ocupe solo de uno o dos de ellos no llena su finalidad. En otras palabras, estar en la sociedad es participar en su dialéctica. En la vida de todo individuo, por lo tanto, existe verdaderamente una secuencia temporal, en cuyo curso el individuo es inducido a participar en la dialéctica de la sociedad. El punto de partida de este proceso lo constituye la internalización: la aprehensión o interpretación inmediata de un acontecimiento objetivo en cuanto expresa significado, o sea, en cuanto es una manifestación de los procesos subjetivos de otro que, en consecuencia, se vuelven subjetivamente significativos para mí. Eso no significa que yo comprenda adecuadamente al otro: hasta puedo comprenderlo erróneamente. La internalización, en este sentido general, constituye la base, primero, para la comprensión de los propios semejantes y, segundo, para la aprehensión del mundo en cuanto realidad significativa y social. Esta aprehensión no resulta de las creaciones autónomas de significado por individuos aislados, sino que comienza cuando el individuo "asume" el mundo en el que ya viven otros. Por cierto que el "asumir" es de por sí, en cierto sentido, un proceso original para todo organismo humano, y el mundo, una vez "asumido", puede ser creativamente modificado o (menos probablemente) hasta re-creado. Sea como fuere, en la forma compleja de la internalización, yo no solo "comprendo" los procesos subjetivos momentáneos del otro: "comprendo" el mundo en que él vive, y ese mundo se vuelve mío. No solo vivimos en el mismo mundo, sino que participamos cada uno en el ser del otro. Solamente cuando el individuo ha llegado a este grado de internalización puede considerárselo miembro de la sociedad. El proceso ontogenético por el cual esto se realiza se denomina socialización, y, por lo tanto, puede definirse como la inducción amplia y coherente de un individuo en el mundo objetivo de una sociedad o en un sector de él. La socialización primaria es la primera por la que el individuo atraviesa en la niñez; por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad. La socialización secundaria es cualquier proceso posterior que induce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad. Todo individuo nace dentro de una estructura social objetiva en la cual encuentra a los otros significantes que están encargados de su socialización y que le son impuestos. Las definiciones que los otros significantes hacen de la situación del individuo le son presentadas a éste como realidad objetiva. De este modo, él nace no solo dentro de una estructura social objetiva, sino también dentro de un mundo social objetivo. Los otros significantes, que mediatizan el mundo para él, lo modifican en el curso de esa mediatización. Seleccionan aspectos del mundo según la situación que ocupan dentro de la estructura social y también en virtud de sus idiosincrasias individuales, biográficamente arraigadas. El mundo social aparece "filtrado" para el individuo mediante esta doble selección. Resulta innecesario agregar que la socialización primaria comporta algo más que un aprendizaje puramente cognoscitivo. Se efectúa en circunstancias de enorme carga emocional. Existen 199 ciertamente buenos motivos para creer que, sin esa adhesión emocional a los otros significantes, el proceso de aprendizaje sería difícil, cuando no imposible. El niño se identifica con los otros significantes en una variedad de formas emocionales; pero sean éstas cuales fueren, la internalización se produce solo cuando se produce la identificación. El niño acepta los "roles" y actitudes de los otros significantes, o sea que los internaliza y se apropia de ellos. Y por esta identificación con los otros significantes el niño se vuelve capaz de identificarse él mismo, de adquirir una identidad subjetivamente coherente y plausible. En otras palabras, el yo es una entidad reflejada, porque refleja las actitudes que primeramente adoptaron para con él los otros significantes: el individuo llega a ser lo que los otros significantes lo consideran. El individuo no solo acepta los "roles" y las actitudes de otros, sino que en el mismo proceso acepta el mundo de ellos. El niño aprende que él es lo que lo llaman. Recibir una identidad comporta adjudicarnos un lugar específico en el mundo. Las apropiaciones subjetivas de la identidad y del mundo social son nada más que aspectos diferentes del mismo proceso de internalización, mediatizados por los mismos otros significantes. La socialización primaria crea en la conciencia del niño una abstracción progresiva que va de los "roles" y actitudes de otros específicos, a los "roles" y actitudes en general. Esta abstracción de los "roles" y actitudes de otros significantes concretos se denomina el otro generalizado. Su formación dentro de la conciencia significa que ahora el individuo se identifica no solo con otros concretos, sino con una generalidad de otros, o sea, con una sociedad. La formación, dentro de la conciencia, del otro generalizado señala una fase decisiva en la socialización. Implica la internalización de la sociedad en cuanto tal y de la realidad objetiva en ella establecida, y, al mismo tiempo, el establecimiento subjetivo de una identidad coherente y continua. La sociedad, la identidad y la realidad se cristalizan subjetivamente en el mismo proceso de internalización. Esta cristalización se corresponde con la internalización del lenguaje. Por razones evidentes, según nuestro análisis previo del lenguaje, éste constituye, por cierto, el contenido más importante y el instrumento más importante de la socialización. Cuando el otro generalizado se ha cristalizado en la conciencia, se establece una relación simétrica entre la realidad objetiva y la subjetiva. Lo que es real "por fuera" se corresponde con lo que es real "por dentro". La realidad objetiva puede "traducirse" fácilmente en realidad subjetiva, y viceversa. El lenguaje es, por supuesto, el vehículo principal de este proceso continuo de traducción en ambas direcciones. El individuo se aprehende a sí mismo como estando fuera y dentro de la sociedad. Esto implica que la simetría que existe entre la realidad objetiva y la 200 subjetiva nunca constituye un estado de cosas estático y definitivo: siempre tiene que producirse y reproducirse in actu. En otras palabras, la relación entre el individuo y el mundo social objetivo es como un acto de equilibrio continuo. En la socialización primaria no existe ningún problema de identificación, ninguna elección de otros significantes. La sociedad presenta al candidato a la socialización ante un grupo predefinido de otros significantes a los que debe aceptar en cuanto tales, sin posibilidades de optar por otro arreglo. El niño no internaliza el mundo de sus otros significantes como uno de los tantos mundos posibles: lo internaliza como el mundo, el único que existe y que se puede concebir, el mundo tout court. Por esta razón, el mundo internalizado en la socialización primaria se implanta en la conciencia con mucho más firmeza que los mundos internalizados en socializaciones secundarias. Los contenidos específicos que se internalizan en la socialización primaria varían, claro está, de una sociedad a otra. Algunos se encuentran en todas partes. Es, por sobre todo, el lenguaje lo que debe internalizarse. Con el lenguaje, y por su intermedio, diversos esquemas motivacionales e interpretativos se internalizan como definidos institucionalmente. Por último, existe internalización de, por lo menos, los rudimentos del aparato legitimador: el niño aprende ''por qué'' los programas son lo que son. En la socialización primaria, pues, se construye el primer mundo del individuo. Su peculiar calidad de firmeza debe atribuirse, al menos en parte, a la inevitabilidad de la relación del individuo con sus otros significantes del comienzo. La socialización primaria comporta secuencias de aprendizaje socialmente definidas. A la edad A el niño del aprender X, y a la edad B debe aprender Y, y así sucesivamente. El carácter de la socialización primaria también resulta afectado por las exigencias del acopio de conocimiento que debe transmitirse. Ciertas legitimaciones pueden requerir un grado más alto de complejidad lingüística que otras para ser comprendidas. La socialización primaria finaliza cuando el concepto del otro generalizado (y todo lo que esto comporta) se ha establecido en la conciencia del individuo. A esta altura ya es miembro efectivo de la sociedad y está en posesión subjetiva de un yo y un mundo. La socialización nunca es total, y nunca termina. Esto nos presenta otros dos problemas para resolver: primero, cómo se mantiene en la conciencia la realidad internalizada en la socialización primaria, y, segundo, cómo se efectúan otras socializaciones —las secundarias— en la biografía posterior del individuo. Examinaremos estos problemas en orden inverso. Socialización secundaria: Resulta posible concebir una sociedad en la que no se produzca otra socialización después de la primaria. Dicha sociedad tendría, por supuesto, un acopio de conocimiento muy sencillo. Todo el conocimiento sería relevante en general, variando los diferentes individuos solo en lo referente a sus perspectivas de aquél. Esta concepción resulta útil para plantear un caso limitativo; pero no existe ninguna sociedad, dentro de las que conocemos, 201 que no posea cierta división del trabajo y, concomitantemente, cierta distribución social del conocimiento, por lo que, mientras así ocurra, la socialización secundaria se vuelve una necesidad. La socialización secundaria es la internalización de "submundos" institucionales o basados sobre instituciones. Su alcance y su carácter se determinan, pues, por la complejidad de la división del trabajo y la distribución social concomitante del conocimiento. Por supuesto que también el conocimiento relevante en general puede estar distribuido socialmente, pero a lo que aquí nos referimos es a la distribución social del "conocimiento especializado", que surge como resultado de la división del trabajo y cuyos "portadores" se definen institucionalmente. Olvidando por un momento sus otras dimensiones, podemos decir que la socialización secundaria es la adquisición del conocimiento específico de "roles", estando éstos directa o indirectamente arraigados en la división del trabajo. La socialización secundaria requiere la adquisición de vocabularios específicos de "roles", lo que significa, por lo pronto, la internalización de campos semánticos que estructuran interpretaciones v comportamientos de rutina dentro de un área institucional. Los "submundos"' internalizados en la socialización secundaria son generalmente realidades parciales que contrastan con el "mundo de base" adquirido en la socialización primaria. Además los submundos también requieren, por lo menos, los rudimentos de un aparato legitimador, acompañados con frecuencia por símbolos rituales o materiales. Se da por sobreentendido que este proceso de internalización involucra identificación subjetiva con el "rol" y sus normas apropiadas. Finalmente, puede existir una variedad de ceremonias y objetos físicos representativos. El carácter de una socialización secundaria como la citada depende del status del cuerpo de conocimiento de que se trate dentro del universo simbólico en conjunto. Los procesos formales de la socialización secundaria se determinan por su problema fundamental: siempre presupone un proceso previo de socialización primaria; o sea, que debe tratar con un yo formado con anterioridad y con un mundo ya internalizado. Esto presenta un problema, porque la realidad ya internalizada tiende a persistir. Cualesquiera que sean los nuevos contenidos que ahora haya que internalizar, deben, en cierta manera, superponerse a esa realidad ya presente. Establecer y mantener la coherencia en la socialización secundaria presupone ciertos procedimientos conceptuales para integrar los diferentes cuerpos de conocimiento. Mientras que la socialización primaria no puede efectuarse sin una identificación con carga emocional del niño con sus otros significantes, la mayor parte de la socialización secundaria puede prescindir de esta clase de identificación y proceder efectivamente con la sola dosis de identificación mutua que interviene en cualquier comunicación entre los seres humanos. La 202 socialización en la vida posterior comienza típicamente a adoptar una afectividad que recuerda la niñez cuando busca transformar radicalmente la realidad subjetiva del individuo En la socialización primaria el niño no aprehende a sus otros significantes como funcionarios institucionales, sino como mediadores de la realidad; el niño internaliza el mundo de sus padres como el mundo y no como perteneciente a un contexto institucional específico. Algunas de las crisis que se producen después de la socialización primaria se deben realmente al reconocimiento de que el mundo de los propios padres no es el único mundo que existe, sino que tiene una ubicación social muy específica, quizás hasta con una connotación peyorativa. En la socialización secundaria suele aprehenderse el contexto institucional. Los "roles" de la socialización secundaria comportan un alto grado de anonimato, vale decir, se separan fácilmente de los individuos que los desempeñan. El acento de realidad del conocimiento internalizado en la socialización primaria se da casi automáticamente; en la socialización secundaria debe ser reforzado por técnicas pedagógicas específicas, debe hacérselo sentir al individuo como algo "familiar". Esta palabra resulta sugerente, porque la realidad original de la niñez es el "hogar" y se plantea por sí sola en cuanto tal, inevitablemente y, por así decir, "naturalmente". En comparación con ella, todas las realidades posteriores son "artificiales". Aquellos hechos de los cuales los procesos de la socialización secundaria no presuponen un alto grado de identificación y cuyos contenidos no poseen la cualidad de inevitables pueden resultar de utilidad pragmática, porque permiten aprender secuencias racional y emocionalmente controladas. Pero como los contenidos de este tipo de internalización poseen una realidad subjetiva frágil y no confiable, en comparación con la de la internalización de la socialización primaria, se hace necesario en algunos casos elaborar técnicas especiales para producir la identificación y la inevitabilidad requeridas. La necesidad de dichas técnicas puede considerarse intrínseca en términos del aprendizaje v de la aplicación del contenido de la internalización, o tal vez se presente a causa de los intereses creados de quienes administran el proceso de socialización de que se trate. Las técnicas aplicadas en esos casos están destinadas a intensificar la carga afectiva del proceso de socialización. En particular, involucran la institucionalización de un elaborado proceso de iniciación, un noviciado, en cuyo curso el individuo llega a comprometerse con la realidad que está internalizando. Cuando el proceso requiere una transformación real de la realidad "familiar" del individuo, llega a constituir una réplica lo más aproximada posible del carácter de la socialización primaria. Pero aun exceptuando esa transformación, la socialización secundaria adquiere una carga afectiva hasta el grado en que la inmersión en la nueva realidad y el compromiso para con ella se definen institucionalmente como necesarios. 203 La distribución institucionalizada de tareas entre la socialización primaria y la secundaria varía de acuerdo con la complejidad de la distribución social del conocimiento. En tanto resulte relativamente sencilla, el mismo organismo institucional puede pasar de la socialización primaria a la secundaria y realizar, en gran medida, la segunda. En los casos de gran complejidad, tendrán que crearse organismos especializados en socialización secundaria, con un plantel exclusivo y especialmente adiestrado para las tareas educativas de que se trate. Mantenimiento y transformación de la realidad subjetiva: Como la socialización nunca se termina y los contenidos que la misma internaliza enfrentan continuas amenazas a su realidad subjetiva, toda sociedad viable debe desarrollar procedimientos de mantenimiento de la realidad para salvaguardar cierto grado de simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva. Nuestra atención se centra ahora sobre la defensa de la realidad subjetiva más que de la objetiva, sobre la realidad tal cual se aprehende en la conciencia individual más que como se define institucionalmente. La socialización primaria internaliza una realidad aprehendida como inevitable. Esta internalización puede considerarse lograda si el sentido de inevitabilidad se halla presente casi todo el tiempo, al menos, mientras el individuo está en actividad en el mundo de la vida cotidiana. Pero aun cuando este último retenga su realidad masiva y establecida in actu, estará amenazado por las situaciones marginales de la experiencia humana que no pueden descartarse por completo de la actividad cotidiana. El carácter más "artificial" de la socialización secundaria vuelve aún más vulnerable la realidad subjetiva de sus internalizaciones frente al reto de las definiciones de la realidad, no porque aquéllas no estén establecidas o se aprehendan como algo menos que real en la vida cotidiana, sino porque su realidad se halla menos arraigada en la conciencia y resulta por ende más susceptible al desplazamiento. La realidad de las internalizaciones se halla menos amenazada por las situaciones marginales porque suele resultarles irrelevante. Lo que puede ocurrir es que dicha realidad se aprehenda como trivial justamente porque se pone de manifiesto su irrelevancia para la situación marginal. Es conveniente distinguir dos tipos generales de mantenimiento de la realidad: mantenimiento de rutina y mantenimiento de crisis. El primero está destinado a mantener la realidad internalizada en la vida cotidiana, y el segundo, en las situaciones de crisis. Ambos entrañan fundamentalmente los mismos procesos sociales, aunque deben anotarse algunas diferencias. Como hemos visto, la realidad de la vida cotidiana se mantiene porque se concreta en rutinas, lo que constituye la esencia de la institucionalización. Más allá de esto, no obstante, la realidad de la vida cotidiana se reafirma continuamente en la interacción del individuo con los otros. Así como la 204 realidad se internaliza originariamente por un proceso social, así también se mantiene en la conciencia por procesos sociales. En el proceso social de mantenimiento de la realidad es posible distinguir entre los otros significantes y los otros menos importantes. Fundamentalmente, todos o por lo menos la mayoría de los otros que el individuo encuentra en la vida diaria le sirven para reafirmar su realidad subjetiva. Esto ocurre aun en una situación tan "no significativa" como viajar en un tren local. Sería por lo tanto un error suponer que únicamente los otros significantes sirven para mantener la realidad subjetiva: pero lo cierto es que ocupan una posición central en la economía del mantenimiento de la realidad y revisten particular importancia para la confirmación continua de ese elemento crucial de la realidad que llamamos identidad. A fin de seguir confiado en que es realmente quien cree ser, el individuo requiere no solo la confirmación implícita de esta identidad que le proporcionarán aun los contactos cotidianos accidentales, sino también la confirmación explícita y emotivamente cargada que le brindan los otros significantes. Los otros significantes constituyen, en la vida del individuo, los agentes principales para el mantenimiento de su realidad subjetiva. La relación entre los otros significantes y el "coro" para mantenimiento de la realidad es dialéctica; o sea que interactúan unos con otros, así como con la realidad subjetiva que sirven para confirmar. Una identificación firmemente negativa por parte del ambiente más general puede llegar eventualmente a afectar la identificación ofrecida por los otros significantes. Inversamente, los otros significantes pueden causar efecto eventualmente sobre el ambiente más general. El mantenimiento y la confirmación de la realidad involucran, pues, la totalidad de la situación social del individuo, aunque los otros significantes ocupen una posición privilegiada en esos procesos. El vehículo más importante del mantenimiento de la realidad es el diálogo. La vida cotidiana del individuo puede considerarse en relación con la puesta en marcha de un aparato conversacional que mantiene, modifica y reconstruye continuamente su realidad subjetiva. Diálogo significa principalmente, por supuesto, que la gente conversa entre sí, lo cual no implica que se nieguen las copiosas emanaciones de comunicación no oral que rodean al habla. Con todo, el habla mantiene una posición de privilegio dentro de todo el aparato conversacional. Importa destacar, empero, que la mayor parte del mantenimiento de la realidad en el diálogo es implícita, no explícita. Si esto se comprende, podrá advertirse claramente que la eran parte —cuando no la totalidad— del diálogo cotidiano mantiene la realidad subjetiva; en realidad, esta última adquiere solidez por la acumulación y la coherencia del diálogo casual, diálogo que puede permitirse ser casual precisamente porque se refiere a las rutinas de un mundo que se da por establecido. La pérdida 205 de la cualidad de casual indica una ruptura de las rutinas y, al menos potencialmente, una amenaza a la realidad establecida. Al mismo tiempo que el aparato conversacional mantiene continuamente la realidad, también la modifica de continuo. Así pues, la realidad subjetiva de algo de lo que nunca se habla llega a hacerse vacilante. De esta manera el hecho fundamental del mantenimiento de la realidad reside en el uso continuo del mismo lenguaje para objetivizar la experiencia biográfica en proceso de desenvolvimiento. En el más amplio sentido, todos los que usan este mismo lenguaje son otros mantenedores de la realidad. Para poder mantener eficazmente la realidad subjetiva, el aparato conversacional debe ser continuo y coherente. En cuanto se produce algún quebrantamiento en su continuidad y coherencia, se plantea ipso jacto una amenaza a dicha realidad. En general, la frecuencia del diálogo realza el poder de éste como productor de realidad; pero la falta de frecuencia puede, a veces, compensarse con la intensidad del diálogo cuando éste se realiza. La realidad subjetiva siempre depende, pues, de estructuras de plausibilidad específicas, es decir, de la base social específica y los procesos sociales requeridos para su mantenimiento. La ruptura del diálogo significativo con los mediadores de las estructuras de plausibilidad respectivas amenaza las realidades subjetivas de que se trata. El individuo puede recurrir a diversas técnicas para el mantenimiento de la realidad, aun en ausencia de un diálogo real; pero el poder generador de realidad de dichas técnicas es muy inferior a los diálogos "cara a cara" que pretenden reproducir. La estructura de plausibilidad constituye también la base social para la suspensión particular de dudas, sin la cual la definición de realidad en cuestión no puede mantenerse en la conciencia. En tal caso las sanciones sociales específicas contra esas dudas desintegradoras de la realidad se han internalizado y se reafirman continuamente. Una de esas sanciones es el ridículo. Mientras permanezca dentro de la estructura de plausibilidad, el dividuo se sentirá en ridículo cada vez que lo asalte subjetivamente alguna duda acerca de la realidad de que trate. Todo lo dicho hasta ahora sobre la socialización implica la posibilidad de que la realidad subjetiva pueda transformarse. En particular, la transformación se aprehende subjetivamente como tal, lo que, por supuesto, tiene algo de engañoso. Puesto que la realidad subjetiva nunca se socializa totalmente, no puede transformarse totalmente mediante procesos sociales. El individuo transformado tendrá al menos el mismo cuerpo y vivirá en el mismo universo físico. Con todo, hay ejemplos de transformaciones que parecen totales si se las compara con otras de menor cuantía: las llamaremos alternaciones. 206 La alternación requiere procesos de re-socialización, que se asemejan a la socialización primaria, porque radicalmente tienen que volver a atribuir acentos de realidad y, consecuentemente, deben reproducir en gran medida la identificación fuertemente afectiva con los elencos socializadores que era característica de la niñez. Una "receta"' para lograr la alternación tiene que incluir condiciones tanto sociales como conceptuales, sirviendo, por supuesto, las sociales como matriz de las conceptuales. La condición social más importante consiste en disponer de una estructura de plausibilidad eficaz, o sea, de una base social que sirva como ''laboratorio" de transformación. Esta estructura de plausibilidad será mediatizada respecto del individuo por otros significantes, con quienes debe establecer una identificación fuertemente afectiva. Sin esa identificación no puede producirse ninguna transformación radical de la realidad subjetiva (en la que se incluye, por supuesto, la identidad), identificación que reproduce inevitablemente las experiencias infantiles en cuanto a la dependencia emocional de otros significantes. La estructura de plausibilidad debe convertirse en el mundo del individuo, desplazando a todos los demás mundos, especialmente a aquel en que el individuo "habitaba" antes de su alternación. El individuo alternalizado se desafilia de su inundo anterior y de la estructura de plausibilidad que lo sustentaba, si es posible, corporalmente, o si no, mentalmente. En cualquiera de los dos casos, ya no puede seguir "uncido con incrédulos'' y por lo tanto hay que protegerlo contra la influencia potencialmente destructora de la realidad. Dicha segregación resulta particularmente importante en las primeras etapas de la alternación. Una vez que la nueva realidad ha quedado fija, pueden entablarse nuevamente relaciones circunspectas con extraños, aunque aquellos que solían ser biográficamente significantes todavía constituyen un peligro. La alternación comporta, por lo tanto, una reorganización del aparato conversacional. El requisito conceptual más importante para la alternación consiste en disponer de un aparato legitimador para toda la serie de transformaciones. Lo que debe legitimarse no solo es la realidad nueva, sino también las etapas por las que ésta se asume y se mantiene, y el abandono o repudio de todas las realidades que se den como alternativa. La realidad antigua, así como las colectividades y otros significantes que previamente la mediatizaron para el individuo, debe volver a re-interpretarse dentro del aparato legitimador de la nueva realidad. Esta re-interpretación provoca una ruptura en la biografía subjetiva del individuo. Esto involucra una nueva interpretación de la biografía anterior. Además de esta nueva interpretación, deben producirse nuevas interpretaciones particulares de hechos y personas del pasado con significación pasada. Lo que se necesita, por lo tanto, es una re-interpretación radical del significado de esos hechos o personas de la propia biografía pasada. También las personas, en particular los otros significantes, se re-interpretan de manera similar. 207 Los otros significantes se convierten ahora en actores de un drama cuyo significado les resulta necesariamente opaco: y no es de sorprender que rechacen típicamente semejante adjudicación. En la práctica se dan, por supuesto, muchos tipos intermedios entre la re-socialización, como la hemos descrito, y la socialización secundaria, que sigue construyendo sobre las internalizaciones primarias. En estas últimas se producen transformaciones parciales de la realidad subjetiva o de sectores determinados de ella. En la re-socialización el pasado se re-interpreta conforme con la realidad presente, con tendencia a retroyectar al pasado diversos elementos que, en ese entonces, no estaban subjetivamente disponibles. En la socialización secundaria el presente se interpreta de modo que se halle en relación continua con el pasado, con tendencia a minimizar aquellas transformaciones que se hayan efectuado realmente. Dicho de otra manera, la base de realidad para la re-socialización es el presente, en tanto que para la socialización secundaria es el pasado. Internalización y estructura social: La socialización siempre se efectúa en el contexto de una estructura social específica. No solo su contenido, sino también su grado de "éxito" tienen condiciones y consecuencias socio-estructurales. En otras palabras, el análisis micro-sociológico o socio-psicológico de los fenómenos de internalización debe siempre tener como trasfondo una comprensión macro-sociológica de sus aspectos estructurales. Por "socialización exitosa" entendemos el establecimiento de un alto grado de simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva (junto con la identidad, por supuesto). Inversamente, la "socialización deficiente" debe entenderse en razón de la asimetría existente entre la realidad objetiva y la subjetiva. Como ya hemos visto, la socialización totalmente exitosa resulta imposible desde el punto de vista antropológico. Pero, al menos, la socialización totalmente deficiente es muy poco frecuente y se limita a los casos de individuos con los que fracasa aun la socialización mínima, debido a una patología orgánica extrema. Por lo tanto, nuestro análisis debe ocuparse de las gradaciones en un continuum cuyos polos extremos son empíricamente inaccesibles. El éxito máximo en la socialización probablemente se obtenga en las sociedades que poseen una división del trabajo sencilla y una mínima distribución del conocimiento. La socialización en esas condiciones produce identidades socialmente pre-definidas y perfiladas en alto grado. La socialización deficiente puede ser resultado de la heterogeneidad en los elencos socializadores. Esto puede ocurrir de muchas maneras. Pueden existir situaciones en las que todos los otros significantes de la socialización primaria mediatizan una realidad común, pero desde perspectivas muy diferentes. En cierto grado, por supuesto, todo otro significante tiene una perspectiva diferente de la realidad común simplemente en virtud de ser un individuo específico 208 con una biografía específica. Pero las consecuencias que aquí tenemos en mente se producen solo cuando las diferencias entre los otros significantes corresponden a sus tipos sociales más que a sus idiosincrasias individuales. La socialización deficiente también puede ser resultado de la mediatización de mundos agudamente discrepantes realizada por otros significantes durante la socialización primaria. A medida que la distribución del conocimiento se hace más compleja, los mundos discrepantes se vuelven accesibles y pueden ser mediatizados por otros significantes diferentes en la socialización primaria. Una tercera situación de importancia que lleva a la socialización deficiente es la que aparece cuando existen discrepancias entre la socialización primaria y la secundaria. La unidad de la socialización primaria se mantiene, pero en la secundaria las realidades e identidades que se dan como alternativas aparecen como opciones subjetivas. Las opciones están limitadas, por supuesto, por el contexto socioestructural del individuo. Otra consecuencia muy importante, en el caso de que exista discrepancia entre la socialización primaria y la secundaria, la constituye la posibilidad de que el individuo pueda tener una relación con mundos discrepantes, que sea cualitativamente diferente. Si en la socialización primaria aparecen mundos discrepantes, el individuo puede optar por identificarse con uno de ellos en oposición a los otros, proceso que, por ocurrir en la socialización primaria, tendrá un alto grado de carga afectiva. La identificación, la desidentificación y la alternación serán acompañadas por crisis afectivas, ya que dependerán invariablemente de la mediación de otros significantes. La aparición de mundos discrepantes en la socialización secundaria produce una configuración totalmente distinta. En la socialización secundaria, la internalización no tiene por qué ir acompañada de una identificación afectivamente cargada con otros significantes; los individuos pueden internalizar realidades diferentes sin identificarse con ellas. Por lo tanto, si un mundo aparece como alternativa en la socialización secundaria, el individuo puede optar por él de manera manipulativa. El individuo internaliza la nueva realidad, pero en lugar de ser ésta su realidad, es una realidad que ha de utilizar con propósitos específicos. ANEXO – LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA REALIDAD - BERGER Y LUCKMANN – FICHA 2970 La sociedad como realidad subjetiva. Cap.3 Internalización de la realidad Socialización primaria: La sociedad existe como realidad tanto objetiva como subjetiva. Se entiende en términos de un continuo proceso dialéctico compuesto de tres momentos: 209 externalización, objetivación e internalización. Los tres caracterizan simultáneamente a la sociedad y a cada sector de ella. Estar en la sociedad es participar en su dialéctica. El individuo no nace miembro de una sociedad sino que nace con una predisposición hacia la socialidad, y luego llega a ser miembro de ella. En la vida de todo individuo existe una secuencia temporal, en cuyo curso el Individuo es inducido a participar en la dialéctica de la Sociedad. El punto de partida de este proceso lo constituye la internalización: la aprehensión o interpretación inmediata de un acontecimiento objetivo en cuanto expresa significado, o sea, en cuanto es una manifestación de los procesos subjetivos de otro que, en consecuencia, se vuelven subjetivamente significativos para mí. La internalización constituye la base, primero, para la comprensión de los propios semejantes y, segundo, para la aprehensión del mundo en cuanto realidad significativa y social. Esta aprehensión comienza cuando el Individuo “asume” el mundo en el que ya viven otros, y el mundo, una vez asumido, puede ser creativamente modificado o hasta recreado. En la forma compleja de la internalización “comprendo” el mundo en que vive el otro, y ese mundo se vuelve mío. Existe ahora una continua identificación mutua entre nosotros. No solo vivimos en el mismo mundo, sino que participamos cada uno en el ser del otro. Cuando el Individuo llega a este grado de internalización se lo puede considerar miembro de la Sociedad. El proceso por el cual esto se realiza se denomina socialización y puede definirse como la inducción amplia y coherente de un Individuo en el mundo objetivo de una Sociedad o en un sector de él. La socialización primaria es la primera por la que el Individuo atraviesa en la niñez: por medio de ella se convierte en miembro de la Sociedad. La socialización secundaria es cualquier proceso posterior que induce al Individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su Sociedad. La SP suele ser la más importante para el individuo. Todo Individuo nace dentro de una estructura social objetiva en la cual encuentra a los otros significantes que están encargados de su socialización y que le son impuestos. Las definiciones que los otros significantes hacen de la situación del Individuo son presentadas a éste como realidad objetiva. Así se nace también dentro de un mundo social objetivo. Los otros significantes, que mediatizan el mundo para él, lo modifican en el curso de esa mediatización, según la situación que ocupan dentro de la estructura social y también en virtud de sus idiosincrasias individuales, biográficamente arraigadas. La SP se efectúa en circunstancias de enorme carga emocional. El niño se identifica con los otros significantes en una variedad de formas emocionales; pero sean éstas cuales fueren, la internalización se produce solo cuando se produce la identificación. El niño acepta los “roles” y actitudes de los otros significantes, o sea que los internaliza y se apropia de ellos. Y por esta 210 identificación con los otros significantes el niño se vuelve capaz de identificarse él mismo, de adquirir una identidad subjetivamente coherente y plausible. El yo es una entidad reflejada, porque refleja las actitudes que primeramente adoptaron para con él los otros significantes; el Individuo llega a ser lo que los otros significantes lo consideran. Entraña una dialéctica entre la auto-identificación y la identificación que hacen los otros, entre la identidad objetivamente atribuida y la que es subjetivamente asumida. El Individuo no sólo acepta los roles y las actitudes de otros, sino que en el mismo proceso acepta el mundo de ellos. La identidad se define objetivamente como ubicación en un mundo determinado y puede asumírsela subjetivamente solo junto con ese mundo. El niño aprende que él es lo que lo llaman. Recibir una identidad comprota adjudicarnos un lugar específico en el mundo. Así, como esta identidad es asumida subjetivamente (“Yo soy Juan”), también lo es el mundo al que apunta esta identidad. La socialización primaria crea en la Cc del niño una abstracción progresiva que va de los “roles” y actitudes de otros específicos, a los “roles” y actitudes en general. Esta abstracción de los “roles” y actitudes de otros significantes concretos se denomina el otro generalizado. Su formación dentro de la Cc significa que ahora el Individuo se identifica no solo con otros concretos, sino con una generalidad de otros, o sea, con una Sociedad. Solamente en virtud de esta identificación generalizada logra estabilidad y continuidad su propia auto-identificación. La formación de este otro generalizado señala una fase decisiva en la socialización; implica la internalización de la Sociedad en cuanto tal y de la realidad objetiva en ella establecida y, al mismo tiempo, el establecimiento subjetivo de una identidad coherente y continua. La Sociedad, la identidad y la realidad se cristalizan subjetivamente en el mismo proceso de internalización. Esta cristalización se corresponde con la internalización del lenguaje. Éste constituye el contenido y el instrumento más importante de la socialización. Cuando el otro generalizado se ha cristalizado en la Cc, se establece una relación simétrica entre la realidad objetiva y la subjetiva. Lo que es real “por fuera” se corresponde con lo que es real “por dentro”. La simetría que existe entre la realidad objetiva y la subjetiva nunca constituye un estado de cosas estático y definitivo, siempre tiene que producirse y reproducirse in actu, o sea, la relación entre el Individuo y el mundo social objetivo es como un acto de equilibrio continuo. En la SP no existe ningún problema de identificación, ninguna elección de otrosx significantes. La sociedad presenta al candidato a la socialización ante un grupo predefinido de otros significantes a los que debe aceptar en cuanto tales, sin posibilidades de optar por otro arreglo. El niño no internaliza el mundo de sus otros significantes como uno de los tantos mundos posibles: lo internaliza como “el mundo”, el único que existe. Por eso, el mundo internalizado en la 211 socialización primaria se implanta en la Cc con mucha más firmeza que los mundos internalizados en socializaciones secundarias. En la socialización primaria se construye el primer mundo del Individuo y la misma comporta secuencias de aprendizaje socialmente definidas (a la edad A, el niño debe aprender X y a la edad B debe aprender Y…). La socialización primaria finaliza cuando el concepto del otro generalizado se ha establecido en la Cc del Individuo. A esta altura ya es miembro efectivo de la Sociedad y está en posesión subjetiva de un yo y un mundo. Pero la socialización nunca es total y nunca termina. Socialización secundaria: No existe ninguna sociedad que no posea cierta división del trabajo y, concomitantemente, cierta distribución social del conocimiento, por lo que, mientras así ocurra, la socialización secundaria se vuelve una necesidad. Es la internalización de “submundos” institucionales o basados sobre instituciones. Su alcance y su carácter se determinan por la complejidad de la división del trabajo y la distribución social del conocimiento (conocimiento especializado que surge como resultado de la división del trabajo). La socialización secundaria es la adquisición del conocimiento especializado de “roles”, estando éstos directa o indirectamente arraigados en la división del trabajo. Esta socialización requiere la adquisición de vocabularios específicos de roles, lo que significa la internalización de campos semánticos que estructuran interpretaciones y comportamientos de rutina dentro de un área institucional. Los “submundos” internalizados en la socialización secundaria son generalmente realidades parciales que contrastan con el “mundo de base” adquirido en la socialización primaria. La socialización secundaria presupone un proceso previo de socialización primaria; o sea, que debe tratar con un yo formado con anterioridad y con un mundo ya internalizado. Establecer y mantener la coherencia en la socialización secundaria presupone ciertos procedimientos conceptuales para integrar los diferentes cuerpos de conocimiento. Mientras que la socialización primaria no puede efectuarse sin una identificación con carga emocional del niño con sus otros significantes, la mayor parte de la socialización secundaria puede prescindir de esta clase de identificación y proceder con la sola dosis de identificación mutua que interviene en cualquier comunicación entre los seres humanos. En la socialización primaria el niño aprehende a sus otros significantes como mediadores de la realidad; el niño internaliza el mundo de sus padres como “el” mundo y no como perteneciente a un contexto institucional especifico. Algunas de las crisis que se producen después de la socialización primaria se deben al reconocimiento de que el mundo de los propios padres no es el único mundo que existe sino que tiene una ubicación social específica. Los “roles” de la 212 socialización secundaria comportan un alto grado de anonimato, se separan fácilmente de los individuos que los desempeñan. Su consecuencia más importante consiste en atribuir al contenido de lo que se aprende en la socialización secundaria una inevitabilidad subjetiva mucho menor que la que poseen los contenidos de la SP. Por lo tanto el acento de realidad del conocimiento internalizado en la SS se descarta más fácilmente. El acento de realidad del conocimiento internalizado en la socialización primaria se da casi automáticamente; en la socialización secundaria debe ser reforzado por técnicas pedagógicas específicas. La distribución institucionalizada de tareas entre la socialización primaria y la secundaria varía de acuerdo con la complejidad de la distribución social del conocimiento. En tanto resulte relativamente sencilla, el mismo organismo institucional puede pasar de la SP a la S y realizar, en gran medida, la segunda. Mantenimiento y transformación de la realidad subjetiva: Como la socialización nunca se termina y los contenidos que la misma internalizar enfrentan continuas amenazas a su realidad subjetiva, toda sociedad viable debe desarrollar procedimientos de mantenimiento de la realidad para salvaguardar cierto grado de simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva. La socialización primaria internaliza una realidad aprehendida como inevitable. Esta internalización puede considerarse lograda si el sentido de inevitabilidad se halla presente casi todo el tiempo. El carácter mas “artificial” de la socialización secundaria vuelve más vulnerable la realidad subjetiva de sus internalizaciones porque su realidad se halla menos arraigada en la Cc y es más susceptible al desplazamiento. Hay dos tipos generales de mantenimiento de la realidad: mantenimiento de rutina y mantenimiento de crisis. El primero está destinado a mantener la realidad internalizada en la vida cotidiana y el segundo, en las situaciones de crisis. Así como la realidad se internaliza originariamente por un proceso social, también se mantiene en la Cc por procesos sociales. En el proceso social de mantenimiento de la realidad es posible distinguir entre los otros significantes y los otros menos importantes. Los primeros ocupan una posición central en la economía del mantenimiento de la realidad y revisten particular importancia para la confirmación continua de la identidad. Los otros menos significantes funcionan como una especie de coro. La relación entre los otros significantes y los menos importantes es dialéctica, interactúan unos con otros así como con la realidad subjetiva que sirven para confirmar. El vehículo más importante del mantenimiento de la realidad es el diálogo. La vida cotidiana del Individuo puede considerarse en relación con la puesta en marcha de un aparato conversacional 213 que mantiene, modifica y reconstruye su realidad subjetiva. La mayor parte del mantenimiento de la realidad en el diálogo es implícita, no explicita. La gran parte del diálogo cotidiano mantiene la realidad subjetiva; en realidad, esta última adquiere solidez por la acumulación y la coherencia del diálogo casual, diálogo que puede permitirse ser casual porque se refiere a las rutinas de un mundo que se da por establecido. La pérdida de la cualidad de casual indica una ruptura de las rutinas y una amenaza, al menos potencial, a la realidad establecida. Como se dijo, el lenguaje objetiviza el mundo transformando la experiencia en un orden coherente; al establecer ese orden el lenguaje realiza un mundo, en el doble sentido de aprehenderlo y producirlo. El diálogo es la actualización de esta eficacia realizadora del lenguaje en las situaciones cara a cara, volviéndolas objeto de la Cc individual. Para poder mantener eficazmente la realidad subjetiva, el aparato conversacional debe ser continuo y coherente. En cuanto se produce algún quebrantamiento se plantea una amenaza a dicha realidad. La realidad subjetiva siempre depende de estructuras de plausibilidad específicas, es decir, de la base social específica y los procesos sociales requeridos para su mantenimiento. La estructura de plausibilidad constituye también la base social para la suspensión particular de dudas, sin la cual la definición de realidad no puede mantenerse en la Cc. En tal caso las sanciones sociales especificas contra esas dudas desintegradoras de la realidad se han internalizado y se reafirman continuamente. Una de estas sanciones es el ridículo. El individuo se sentirá en ridículo cada vez que lo asalte subjetivamente alguna duda acerca de la realidad de que se trata. En situaciones de crisis se utilizan esencialmente los mismos procedimientos que para el mantenimiento de rutinas, excepto que las confirmaciones de la realidad tienen que ser explícitas e intensivas. Con frecuencia se ponen en juego técnicas de ritual. Todo lo dicho hasta ahora sobre la socialización implica la posibilidad de que la realidad subjetiva pueda transformarse. El caso que se analiza es el caso extremo en el cual se produce una transformación casi total, en la que el Individuo “permuta mundos”. Puesto que la realidad subjetiva nunca se socializa totalmente, no puede transformarse totalmente mediante procesos sociales. El Individuo transformado tendrá al menos el mismo cuerpo y vivirá en el mismo universo físico. El caso de transformación que parece total se denomina alternación. La alternación requiere procesos de re socialización, que se asemejan a la socialización primaria porque radicalmente tienen que volver a atribuir acentos de realidad y deben reproducir la identificación fuertemente afectiva con los elencos socializadores que era característica de la niñez. 214 Una “receta” para lograr la alternación tiene que incluir condiciones tanto sociales como conceptuales, sirviendo las sociales como matriz de las conceptuales. La condición social más importante para que se dé la alternación es que se disponga de una estructura de plausibilidad eficaz, o sea, una base social que sirva como “laboratorio” de transformación. Esta estructura será mediatizada respecto del Individuo por otros significantes con quienes debe establecer una identificación fuertemente afectiva. Sin esa identificación no puede producirse ninguna transformación radical de la realidad subjetiva. Estos son quienes han de actuar como guías para penetrar en la nueva realidad. El prototipo histórico de la alternación es la conversión religiosa. La estructura de plausibilidad debe convertirse en el mundo del individuo, desplazando a todos los demás mundos que “habitaba”. La alternación comporta una reorganización del aparato conversacional. Los interlocutores que intervienen en el diálogo significativo van cambiando y el diálogo con los otros significantes nuevos transforma la realidad subjetiva. El requisito conceptual más importante para la alternación consiste en disponer de un aparato legitimador para toda la serie de transformaciones. Se debe legitimar la realidad nueva así como todas las etapas por las que se asume y se mantiene. En la re-socialización el pasado se re-interpreta conforme con la realidad presente, con tendencia a reproyectar al pasado diversos elementos que, en ese entonces, no estaban subjetivamente disponibles. En la socialización secundaria el presente se interpreta de modo que se halle en relación continua con el pasado, con tendencia a minimizar aquellas transformaciones que se hayan efectuado realmente. La base de realidad para la resocialización es el presente, en tanto que para la socialización secundaria es el pasado. Internalización y estructura social La socialización siempre se efectúa en el contexto de una estructura social específica. El análisis micro-sociológico o socio-psicológico de los fenómenos de internalización debe siempre tener como trasfondo una comprensión macro-sociológica de sus aspectos estructurales. Por “socialización exitosa” se entiende el establecimiento de un alto grado de simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva (junto con la identidad). Inversamente la “socialización deficiente” debe entenderse en razón de la asimetría existente entre la realidad objetiva y la subjetiva. Ambos polos son casi imposibles de que sucedan, lo que se da son casos que se encuentran en un intermedio entre ambos. El éxito máximo en la socialización probablemente se obtenga en las Sociedades que poseen una división del trabajo sencilla y una mínima distribución del conocimiento, o sea, todos son lo que se supone que sean, las identidades se reconocen con facilidad, tanto objetiva como subjetivamente. En tales condiciones la socialización deficiente ocurre solo como resultado de accidentes biográficos, ya sean biológicos o sociales (por ejemplo, 215 la socialización primaria de un niño puede disminuir por causa de una deformidad física que lleva un estigma social: rengo o bastardo). Una vez que en una sociedad existe una distribución más compleja del conocimiento, la socialización deficiente puede resultar de otros significantes diferentes que mediatizan realidades objetivas diferentes para el individuo.Puede ser resultado de la heterogeneidad en los elencos socializadores (por ejemplo, hombres y mujeres pueden “habitar” mundos diferentes y ambos funcionan como otros significantes en la socialización primaria mediatizando esas realidades discrepantes respecto al niño) o de la mediatización de mundos discrepantes realizada por otros significantes durante la socialización primaria (padres de clase alta y alguien de clase mas baja, son mundos diferentes y no, como en el caso anterior, versiones diferentes de un mismo mundo). El “individualista” surge (dentro de la socialización deficiente) como un tipo social especifico que tiene al menos el potencial para peregrinar entre una cantidad de mundos disponibles y que se ha fabricado un yo con el “material” proporcionado por una cantidad de identidades disponibles. Otra situación que lleva a la socialización deficiente es cuando existen discrepancias entre la socialización primaria y la secundaria. La unidad de la socialización primaria se mantiene, pero en la secundaria las realidades e identidades que se dan como alternativas aparecen como opciones subjetivas. Si en la socialización primaria aparecen mundos discrepantes, el individuo puede optar por identificarse con uno de ellos en oposición a los otros. La identificación, la desidentificación y la alternación serán acompañadas por crisis afectivas, ya que dependerán de la mediación de otros significantes. La aparición de mundos discrepantes en la socialización secundaria produce una configuración distinta: la internalización no tiene por qué ir acompañada de una identificación afectivamente cargada con otros significantes, por lo tanto, si un mundo aparece como alternativa, el individuo puede optar por él de manera manipulativas. El individuo internalizar la nueva realidad pero en lugar de ser ésta su realidad, es una realidad que ha de utilizar con propósitos específicos. Teorías de la identidad La identidad constituye un elemento clave de la realidad subjetiva y en cuanto tal se halla en una relación dialéctica con la sociedad. La identidad se forma por procesos sociales. Una vez que cristaliza, es mantenida, modificada o reformada por las relaciones sociales. Los procesos sociales involucrados se determinan por la estructura social. Recíprocamente, las identidades reaccionan sobre la estructura social, manteniéndola, modificándola o reformándola. 216 Las estructuras sociales históricas especificas engendran tipos de identidad, reconocibles en casos individuales (el americano tiene una identidad distinta a la del francés, el ejecutivo del vagabundo). La identidad es un fenómeno que surge de la dialéctica entre el Individuo y la Sociedad. Los tipos de identidad son productos sociales, elementos estables de la realidad social objetiva. Las teorías psicológicas sirven para legitimar los procedimientos establecidos en la Sociedad para el mantenimiento y reparación de la identidad, proporcionando el eslabonamiento teórico entre la identidad y el mundo, ya que éstos se definen socialmente y se asumen subjetivamente. Otra manera de decir que las teorías psicológicas son adecuadas consiste en decir que reflejan la realidad psicológica que pretenden explicar. El problema puede surgir de la dialéctica de la realidad psicológica y la estructura social. Los cambios radicales en la estructura social pueden desembocar en cambios concomitantes en la realidad psicológica. La teorización sobre la identidad buscara tomar conocimiento de las transformaciones de identidad que han ocurrido. Organismo e identidad El organismo continúa afectando cada base de la actividad constructora de realidad del hombre y el mismo organismo resulta afectado por esta actividad. Resulta posible hablar de una dialéctica entre la naturaleza y la sociedad, dialéctica que se da en la condición humana y que se manifiesta en cada individuo humano. Externamente consiste en una dialéctica entre el animal individual y el mundo social; internamente es una dialéctica entre el substrato biológico del Individuo y su identidad producida socialmente. En el aspecto externo es posible decir que el organismo coloca límites a lo que resulta socialmente posible, pero el mundo social impone a su vez limitaciones a lo que resulta biológicamente posible al organismo. La dialéctica se manifiesta en la limitación mutua. La Sociedad también interviene directamente en el funcionamiento del organismo sobre todo respecto a la sexualidad y a la nutrición. La Sociedad también determina la manera en que se usa el organismo en actividad: la expresividad, el porte y los gestos se estructuran socialmente. La canalización social de actividades constituye la esencia de la institucionalización que es el fundamento para al construcción social de la realidad. Por eso se dice que la realidad social determina no solo la actividad y la Cc sino también el funcionamiento del organismo. 217 La cuestión es que la Sociedad pone limitaciones al organismo, así como éste pone limitaciones a la Sociedad. En el aspecto interno, la dialéctica se manifiesta como la resistencia del substrato biológico a su amoldamiento social. En el individuo totalmente socializado existe una dialéctica interna entre la identidad y su substrato biológico que se resiste y es dominado por el yo social, interior del hombre. En la dialéctica entre la naturaleza y el mundo socialmente construido, el propio organismo humano se transforma. El hombre produce la realidad y por tanto se produce a sí mismo. LA AUTONARRACIÓN EN LA VIDA SOCIAL - GERGEN – FICHA 6556 ▪ El autor propone un enfoque relacional que considera la autoconcepción no como una estructura cognitiva privada y personal del individuo sino como un discurso acerca del yo: la representación de los lenguajes disponibles en la esfera pública. Sustituye la preocupación tradicional en torno a las categorías conceptuales (autoconceptos, esquemas, autoestima) por el yo como una narración que se hace inteligible en el seno de las relaciones vigentes. ▪ Las narraciones del yo no son posesiones fundamentalmente del individuo sino producto del intercambio social. Ser un yo con un pasado y un futuro potencial no es ser un agente independiente, único y autónomo, sino estar inmerso en la interdependencia. El carácter de la autonarración: ▪ El término ‘autonarrativo’ se refiere a la explicación que presenta un individuo de la relación entre acontecimientos autorrelevantes a través del tiempo. Al desarrollar una autonarrativa establecemos unas relaciones coherentes entre acontecimientos vitales. Nuestra identidad presente es, por consiguiente, un resultado sensible de un relato vital. ▪ Contrariamente a aquellos enfoques que hacen el mayor hincapié en el individuo, quiero examinar las autonarraciones como formas sociales de dar cuenta o como discurso público. En este sentido, las narraciones son recursos conversacionales, construcciones abiertas a la modificación continuada a medida que la interacción progresa. Las personas en este caso no consultan un guión interno, una estructura cognitiva, o una masa aperceptiva en busca de información o guía. ▪ Más bien, la autonarración es una suerte de instrumento lingüístico incrustado en las secuencias convencionales de acción y empleado en las relaciones de tal modo que sostenga, intensifique o impida diversas formas de acción. 218 ▪ Este enfoque se una a los que hacen hincapié en los orígenes socioculturales de la construcción narrativa, aunque con ellos no se pretende aprobar un determinismo cultural: adquirimos habilidades narrativas a través del interactuar con otros, no a través de ser meramente actuados. ▪ Los especialistas que se interesan por las narraciones se dividen netamente sobre la cuestión del valor de verdad: muchos son los que sostienen que las narraciones tienen el potencial de transmitir la verdad, mientras que hay otros que sostienen que las narraciones no reflejan sino que construyen la realidad. ▪ Más bien, tanto en la ciencia como en la vida cotidiana, los relatos hacen las veces de recursos comunitarios que la gente utiliza en las relaciones vigentes. Desde este punto de vista, las narraciones, más que reflejar, crean el sentido de ‘lo que es verdad’. La estructuración de las exposiciones narrativas: ▪ Desde el punto de vista construccionista, las propiedades de las narraciones bien formadas están situadas cultural e históricamente. La estructura propiamente dicha de la narración antecede a los acontecimientos sobre los que ‘se dice la verdad’; ir más allá de las convenciones es comprometerse en un cuento insensato. ▪ Este análisis considera las construcciones narrativas como contingentes, histórica y culturalmente. Los criterios que explicitamos a continuación parecen ser primordiales en la construcción de una narración inteligible para segmentos importantes de la cultura contemporánea: 1) Establecer un punto final apreciado: Un relato aceptable tiene en primer lugar que establecer una meta, un acontecimiento a explicar, un estado que alcanzar o evitar, un resultado de significación o, dicho más informalmente, un ‘punto’. 2) Seleccionar los acontecimientos relevantes para el punto final: Un relato inteligible es aquel en el que los acontecimientos sirven para hacer que la meta sea más o menos probable, accesible, importante o vívida. 3) La ordenación de los acontecimientos: Los acontecimientos relevantes son habitualmente dispuestos según una disposición ordenada. 4) La estabilidad de la identidad: 219 La narración bien formada es característicamente aquella en la que los personajes (o los objetos) del relato poseen una identidad continua o coherente a través del tiempo. 5) Vinculaciones causales: La narración ideal es aquella que proporciona una explicación del resultado, en la cual los acontecimientos dentro de la misma se relacionan de una forma interdependiente. 6) Signos de demarcación: La mayoría de relatos apropiadamente formados emplea señales para indicar el principio y el final. ▪ ¿Importa si las narraciones están bien formadas en asuntos de la vida cotidiana? Una investigación reveló que las personas juzgan la autenticidad de los relatos en la medida en que se aproximan a lo que entendían que eran narraciones bien formadas. Por consiguiente, las autonarraciones de la vida cotidiana no siempre están bien formadas, pero bajo determinadas circunstancias su estructura puede ser esencial. Variedades de forma narrativa: ▪ El enfoque culturalmente basado que presento aquí sugiere que existe una infinitud virtual de posibles formas de relato, pero habida cuenta de las exigencias de coordinación social, determinadas modalidades se ven favorecidas mientras otras no lo son a lo largo de diversos períodos históricos. ▪ Todas las tramas pueden convertirse en una forma lineal en términos de sus cambios evaluativos a lo largo del tiempo. Esto nos permite aislar 3 formas rudimentarias de narración: 1) Narración de estabilidad: Vincula los acontecimientos de tal modo que la trayectoria del individuo permanece esencialmente inalterada en relación a una meta o resultado. 2) Narración progresiva: Vincula entre sí acontecimientos de tal modo que el movimiento a lo largo de la dimensión evaluativa a lo largo del tiempo sea incremental. 3) Narración regresiva: El movimiento es decreciente, representa un deslizarse continuado hacia abajo. 220 La forma narrativa y la generación del drama: ▪ La capacidad que tiene un acontecimiento para producir un sentido del drama es ampliamente una función del lugar que ocupa en el interior de la narración: es la relación entre acontecimientos, y no los acontecimientos en sí mismos. ▪ La rapidez con la que los acontecimientos se deterioran en el tipo de tragedias clásicas puede ser un aspecto esencial de su impacto dramático. La rápida aceleración o desaceleración de la pendiente narrativa constituye uno de los principales componentes del compromiso dramático. ▪ El segundo componente principal del compromiso dramático es la alteración en la pendiente narrativa (un cambio en la dirección evaluativa). Este ‘giro de los acontecimientos’, este cambio en la relación evaluativa entre acontecimientos, contribuye a lograr un elevado grado de compromiso dramático. Forma narrativa en dos poblaciones: una aplicación ▪ En el primer caso, se pidió a 29 jóvenes de edades comprendidas entre los 19 y los 21 años que trazaran la historia de su vida a lo largo de una dimensión general de carácter evaluativo. La forma narrativa general empleada por este grupo de jóvenes adultos es la característica de la narración comedia-novela. ▪ Estos jóvenes adultos tendían a considerar sus vidas como felices a una edad temprana, acosada por dificultades durante los años de adolescencia, pero en el momento presente como un movimiento ascendente que hace presagiar un buen futuro. ▪ Un contraste informativo con esta preferencia lo proporciona la muestra de 72 personas de edades comprendidas entre 63 y 93 años. En este caso, a cada individuo consultado acerca de sus experiencias vitales se le pidió que describiera su sentido general de bienestar durante los diversos períodos de la vida. ▪ La narración característica de las personas de edad seguía la forma de un arco iris: los años de la juventud adulta fueron difíciles, pero una narración progresiva permitía el logro de una punta de bienestar entre las edades de los cincuenta y los sesenta. La vida a partir de estos ‘años dorados’, sin embargo, había seguido una trayectoria de descenso, de nuevo representada como una narración regresiva. 221 Micro, macro y la multiplicidad en la narración: ▪ Nuestra participación común en la cultura, típicamente, nos expondrá a una amplia variedad de formas narrativas, desde lo rudimentario a lo complejo. Participamos en relaciones con el potencial de utilizar cualquiera de las formas que integran una amplia gama. ▪ Para ilustrar esta multiplicidad, se pidió a los participantes en la investigación que dibujaran gráficos que indicaran sus sentimientos de satisfacción en sus relaciones con su madre, con su padre, con su trabajo académico a lo largo de los años. Estas líneas gráficas resultaron estar en marcado contraste con la exposición de ‘bienestar generalizado’ mencionado anteriormente. Allí, los estudiantes retrataron sus cursos vitales como una comedia-novela. Sin embargo, en el caso de sus padres y sus madres, tendieron con mayor frecuencia a escoger narraciones progresivas. Respecto de su trabajo, tendían a dibujar su sentimiento de satisfacción como el de un declive constante, una narración regresiva. ▪ No sólo la gente participa en las relaciones sociales con una variedad de narraciones a su disposición, sino que no existen, en principio, parámetros temporales necesarios en cuyo seno tenga que construirse una narración personal. ▪ Podemos hacer uso de los términos ‘macro’ y ‘micro’ para referir los fines hipotéticos o idealizados del continuo temporal. Las macronarraciones se refieren a exposiciones en las que los acontecimientos abarcan amplios períodos de tiempo, mientras que las micronarraciones refieren acontecimientos de breve duración. ▪ Dada nuestra capacidad para relatar acontecimientos dentro de perspectivas temporales diferentes, se hace patente que las narraciones pueden también anidar una dentro de otra. ▪ una persona puede verse a sí misma como portadora del estandarte contemporáneo de una raza que ha luchado durante siglos (una narración progresiva), mientras que al mismo tiempo puede verse como alguien que se ha beneficiado durante mucho tiempo del favor de unos padres a los que decepcionó cuando se hizo mayor (narración trágica), y como alguien que ha logrado reavivar el ardor menguante de una amiga la noche anterior (comedia-novela). La pragmática de la autonarración: ▪ Las construcciones narrativas son herramientas esencialmente lingüísticas con importantes funciones sociales. Examinemos un número escogido de funciones que la autonarración satisface: 1) Función de estabilidad: 222 Para manejar fructíferamente la vida social uno tiene que ser capaz de hacerse inteligible como una identida perdurable, integral o coherente. 2) Función de soporte y adaptación al cambio: Uno tiene que estar preparado en la mayoría de las relaciones para dar cuenta de sí mismo, tanto en el sentido de mostrarse inherentemente estable como el de soportar el cambio. 3) Función compensatoria: Cuando las personas aprenden de condiciones que empeoran constantemente, a menudo la descripción opera, por convención, como un reto para compensar o buscar la mejora. El engarzado de identidades: ▪ Resulta particularmente útil mencionar de pasada la autonarración y la comunidad moral, la negociación interminable y las identidades recíprocas: 1) Autonarración y comunidad moral: Otros pueden encontrar las acciones y los resultados implicados por estas narraciones (según las convenciones vigentes) coherentes o contradictorias con lo contado. En la medida en que este tipo de acciones entran en conflicto con estas exposiciones, ponen en duda su validez, y puede que el resultado que se obtenga sea la censura social. 2) Negociación interminable: A fin de sostener la identidad, se requiere la intervención de una fructífera negociación cada vez. Mantener la identidad –la validez narrativa dentro de una comunidad- es un desafío interminable. El ser moral de uno nunca es un proyecto completo mientras prosigan las conversaciones de la cultura. 3) Identidades recíprocas: Un aspecto fundamental de la vida social es la red de identidades en relación de reciprocidad. Dado que la identidad de uno puede mantenerse sólo durante el espacio de tiempo que los otros interpretan su propio papel de apoyo, y dado que uno a su vez es requerido para interpretar papeles de apoyo en las construcciones de los otros, el momento en el que cualquier participante escoge faltar a su palabra, de hecho amenaza a todo el abanico de construcciones interdependientes. 223 ▪ En estos casos, cuando las partes en la relación retiran sus papeles de apoyo, el resultado es una degeneración general de las identidades. Las identidades, en este sentido, nunca son individuales; cada una está suspendida en una gama de relaciones precariamente situadas. Las reverberaciones que tienen lugar aquí y ahora pueden ser infinitas. LA IDENTIDAD DETERIORADA – GOFFMAN - FICHA 6595 Concepciones preliminares: El medio social establece las categorías de personas que en él se pueden encontrar. El intercambio social rutinario en medios preestablecidos nos permite tratar con «otros» previstos sin necesidad de dedicarles una atención o reflexión especial. Por consiguiente, es probable que al encontramos frente a un extraño las primeras apariencias nos permitan prever en qué categoría se halla y cuáles son sus atributos, es decir, su «identidad social». Apoyándonos en estas anticipaciones, las transformamos en expectativas normativas, en demandas rigurosamente presentadas. Por lo general, no somos conscientes de haber formulado esas demandas ni tampoco de su contenido hasta que surge un interrogante de índole práctica: ¿serán satisfechas de algún modo? A las demandas que formulamos se las podría denominar con mayor propiedad demandas enunciadas «en esencia» y el carácter que atribuimos al individuo debería considerarse como una imputación hecha con una mirada retrospectiva en potencia. La categoría y los atributos que, de hecho, según puede demostrarse, le pertenecen, se denominaran su identidad social real. Mientras el extraño está presente ante nosotros puede demostrar ser dueño de un atributo que lo vuelve diferente de los demás y lo convierte en alguien menos apetecible. De ese modo, dejamos de verlo como una persona total y corriente para reducirlo a un ser inficionado y menospreciado. Un atributo de esa naturaleza es un estigma, en especial cuando el produce en los demás, a modo de efecto, un descrédito amplio; a veces recibe también el nombre de defecto, falla o desventaja. Esto constituye una discrepancia especial entre la identidad social virtual y la real. Es necesario señalar que existen otras discrepancias entre estos dos tipos de identidades sociales; por ejemplo, la que nos mueve a reclasificar a un individuo ubicado previamente en una categoría socialmente prevista, para colocarlo en otra categoría diferente aunque igualmente prevista, o bien la que nos mueve a mejorar nuestra estimación del individuo. Debe advertirse también que no todos los atributos indeseables son tema de discusión, sino únicamente aquellos que son incongruentes con nuestro estereotipo acerca de cómo debe ser determinada especie de individuos. El término estigma será utilizado, pues, para hacer referencia a un atributo profundamente desacreditador. 224 La identidad personal: Existe una noción popular según la cual, si bien los contactos impersonales entre extraños están particularmente sujetos a respuestas estereotípicas, a medida que las personas se relacionan en forma más íntima ese acercamiento categórico va retrocediendo, y gradualmente la simpatía, la comprensión y la evaluación realista de las cualidades personales ocupan su lugar. El área de manejo de un estigma puede entonces considerarse como algo que pertenece fundamentalmente a la vida pública, al contacto entre extraños o simples conocidos, al extremo de un continuo cuyo polo opuesto es la intimidad. Es necesario señalar que familiaridad no siempre reduce el menosprecio. Sea que interactuemos con extraños o con amigos íntimos, descubriremos que las huellas de la sociedad quedan claramente impresas en estos contactos, poniéndonos, aun en este caso, en el lugar que nos corresponde. Hallaremos, sin duda, el caso de personas que, por no estar obligadas a compartir un estigma o a pasar largo tiempo prodigando cuidados y un trato cauteloso, encuentran que es más fácil aceptarlo, a diferencia de aquellas que deben tener un contacto permanente con el estigmatizado. Cuando dejamos de considerar a las personas desacreditadas para reflexionar sobre las desacreditables, encontramos muchas más pruebas de que tanto los que tienen una relación íntima con el individuo como los extraños se apartaran de él a causa de su estigma. Entre otras cosas, es precisamente a sus allegados a quienes el individuo puede querer ocultar con más celo algo vergonzoso; la situación de los homosexuales sirve de ejemplo. Se puede agregar que ciertos estigmas son tan fáciles de ocultar que cuentan muy poco en la relación del individuo con extraños o simples conocidos, en tanto que su efecto se hace sentir principalmente entre los más allegados; buenos ejemplos de esto son la frigidez, la impotencia y la esterilidad. Por otra parte, los íntimos pueden llegar a desempeñar un papel especial en el manejo de las situaciones sociales de la persona desacreditable, de modo que aun allí donde su estigma no influye en la aceptación que le prodigan, sí lo hace en las obligaciones que tienen con esa persona. Por consiguiente, en lugar de pensar en un continuo de relaciones donde ubicaríamos en un extremo un tratamiento categórico y encubridor, y en el otro un tratamiento franco y adaptado a las circunstancias, será más conveniente pensar en una variedad de estructuras en las cuales los contactos se producen y se estabilizan y ver que en cada caso suelen aparecer discrepancias características entre la identidad virtual y la identidad social real, y que se realizan esfuerzos, también característicos, para manejar la situación. 225 Y, sin embargo, en todo el problema del manejo del estigma influye el hecho de que conozcamos o no personalmente al individuo estigmatizado. Para tratar de describir con precisión en qué consiste esa influencia es indispensable formular claramente el concepto de identidad personal. Es sabido que, dentro de los círculos sociales pequeños y de larga data, cada uno de los miembros llega a ser conocido por los demás como una persona «única». Una idea implicada en la noción de «unicidad» es la de una «marca positiva» o «soporte de la identidad». La segunda idea implicada en la noción de unicidad es que, si bien la mayoría de los hechos particulares relativos a un individuo también pueden aplicarse a otros, advertimos que en ninguna otra persona en el mundo se encuentran, combinadas, la totalidad de los hechos que se dan en aquella que conocemos íntimamente; este es un recurso más que permite distinguirla positivamente de cualquier otra. A veces, este complejo de información está ligado con el nombre de la persona, otras, con el cuerpo; muchas veces, la información está ligada con ambas cosas. Según una tercera idea, lo que distingue a un individuo de todos los demás es la esencia de su ser, un aspecto general y central de su persona que lo hace enteramente diferente –y no solo en cuanto a su identificación– de quienes más se le asemejan. Entiendo por identidad personal solamente las dos primeras ideas: las marcas positivas o soportes de la identidad, y la combinación única de los ítems de la historia vital, adherida al individuo por medio de esos soportes de su identidad. La entidad personal se relaciona, entonces, con el supuesto de que el individuo puede diferenciarse de todos los demás, y que alrededor de este media de diferenciación se adhieren y entrelazan, como en los copos de azúcar, los hechos sociales de una única historia continua, que se convertirá luego en la melosa sustancia a la cual pueden adherirse aun otros hechos biográficos. Lo que resulta difícil apreciar es que la identidad personal puede desempeñar, y de hecho desempeña, un rol estructurado, rutinario y estandarizado en la organización social, precisamente a causa de su unicidad. Alineación grupal e identidad del yo: Erikson y otros autores denominan «identidad del yo», «identidad experimentadora», es decir, el sentido subjetivo de su propia situación, continuidad y carácter que un individuo alcanza como resultado de las diversas experiencias sociales por las que atraviesa. La identidad social y personal forman parte, ante todo, de las expectativas y definiciones que tienen otras personas respecto del individuo cuya identidad se cuestiona. En el caso de la identidad personal, estas expectativas y definiciones pueden surgir aun antes de que el individuo nazca, y continuar después de su muerte, es decir que existen, entonces, en momentos en que el individuo carece totalmente de sensaciones y, por supuesto, de sensaciones de identidad. Por 226 otra parte, la identidad del yo es, en primer lugar, una cuestión subjetiva, reflexiva, que necesariamente debe ser experimentada por el individuo cuya identidad se discute. El concepto de identidad social nos permitió considerar la estigmatización; el concepto de identidad personal, el papel del control de la información en el manejo del estigma. La idea de la identidad del yo nos permite considerar que siente el individuo con relación al estigma y a su manejo, y nos lleva a prestar una atención especial a la información que recibe con respecto a estas cuestiones. IDENTIDAD: DE LO PERSONAL A LO SOCIAL. UN RECORRIDO CONCEPTUAL - IÑÍGUEZ LUPICINIO - FICHA 6597 La identidad es, por encima de todo, un dilema. Un dilema entre la singularidad de uno mismo y la similitud con nuestros congéneres. Pero la identidad es también un constructo relativo al contexto sociohistórico en el que se produce. En la dimensión experiencial de la identidad lo relevante es considerarla en el contexto social de nuestras relaciones e intercambios con los demás. En esas relaciones, resulta necesario, como es fácil de admitir, tanto una identificación con quienes nos rodean como una diferenciación estricta respecto de ellos y de ellas. La identificación nos garantiza la seguridad de saber quiénes somos y la diferenciación nos evita confundirnos con los demás. La singularidad, la unicidad, la exclusividad parecen ser características imprescindibles, al menos en nuestra cultura, de eso que llamamos identidad. A estas características hemos de añadirles sin duda una cierta continuidad en el tiempo, aunque la temporalidad identitaria como tal reproduzca de nuevo la tensión entre lo igual y lo diferente: todos nos sabemos la misma persona que fuimos en el pasado peor al mismo tiempo nos reconocemos como cambiadas y diferentes. Pero existe otro aspecto de la identidad que no se refiere únicamente a la singularidad de la persona, sino a la pluralidad del grupo o de la comunidad. Por oposición y complementariedad a la identidad personal se habla comúnmente de identidad social. La idea de identidad social remite a la experiencia de lo grupal, del “nosotros”, remite también a los vínculos o como decimos en un lenguaje social más contemporáneo, a las redes. Aquello que denominamos identidad, individual o social, es algo más que una realidad “natural”, biológica y/o psicológica, es más bien algo relacionado con la elaboración conjunta de cada sociedad particular a lo largo de su historia, alguna cosa que tiene que ver con las reglas y normas sociales, con el lenguaje, con el control social, con las relaciones de poder en definitiva, es decir, con la producción de subjetividades. La identidad en perspectiva psicológica y psicosocial: identidad personal e identidad social: existen dos palabras, identidad y self, cuyo uso es a veces indistinto y a veces absolutamente 227 diferencial. Identidad está relacionada con la producción psicológica y social más convencional y self con las orientaciones más novedosas. En este sentido “identidad” refiere algo sustancial y self algo más relacional y contingente. El tratamiento de la identidad desde las perspectivas psicológicas y psicológico –sociales convencionales: etnocentrismo en la definición y análisis de la identidad o la pretensión de universalidad: en el tratamiento convencional de la identidad y el self en psicología, las orientaciones más sobresalientes han sido la biologicista, la internalista, la fenomenológica y la narrativa. Versiones biologicistas: el elemento fundamental en esta perspectiva es la importancia dada al cuerpo, en su naturaleza biológica, en la explicación de la identidad. Toda experiencia psicológica tiene su fundamento en la biología corporal. En psicología el máximo exponente de este planteamiento puede ser Eysenk y, en un territorio más general, Wilson y su conocida “sociobiología”. El primero admite abiertamente la determinación biológica del comportamiento personal y la personalidad y estilos de comportamiento que definen la “identidad” individual. El segundo señala la determinación de la selección natural en la supervivencia exitosa de aquellos genes o conjuntos de genes más adaptativos, siendo esto verdad incluso para aquellos comportamientos vistos como “sociales”, como por ejemplo, el caso del comportamiento altruista que siempre se propone como ejemplo. Ninguna de las dos perspectivas tiene en cuenta la propiedad mas destacada de los seres humanos, a saber, la capacidad simbólica, el lenguaje, que será, la herramienta principal en la interpretación de nosotros mismos y de los demás en tanto que personas y el mecanismo esencial en la construcción de la cultura en tanto que elaboración conjunta. Versiones internalistas: bajo esta denominación caben aquellos planteamientos que, aunque no depositan en la estructura biológica la razón de la experiencia identitaria, sí colocan en un presunto “interior” de la persona las causas de su comportamiento y de su experiencia como sujetos. Probablemente el mejor representante de este punto de vista sea el psicoanálisis para quien la personalidad tiene que ver con una determinada estructura interna del individuo y con la fuerza de los impulsos interiores. La identidad, en este caso, es vista como la resultante de un continuo conflicto de los elementos estructurantes del interior y las estrategias de defensa que los individuos despliegan para atajarlo. El psicoanálisis aporta algunos elementos sugerentes que permiten una deconstrucción de las formas convencionales de identidad. Señalaré dos por una parte, la lectura marxista del psicoanálisis ha enfatizado la importancia de analizar la historia individual en el contexto de la historia social lo que ha abierto la puerta a una conceptualización del individuo como producción histórica. Por otra parte, el psicoanálisis que ha enfatizado la 228 importancia de la historia personal en la configuración de la personalidad ha abierto la posibilidad de introducir la historicidad y la temporalidad en el estudio de la identidad, es decir, ha permitido una conceptualización de la misma no como un producto como es habitual, sino estrictamente como un proceso. Versiones fenomenológicas: se puede decir que algunos de los aspectos de la comprensión de la persona tal y como son formulados desde este prisma, impregnan muchas de las visiones hoy día presentes. En particular, la simbiosis de la identidad con la idea de “conciencia”, tanto de la conciencia del mundo como de nosotros mismo como parte el él. La descripción de aquello que nos pasa, constituye, de acuerdo con este punto de vista la esencia misma de la identidad. Tal conciencia es la resultante evidentemente de una experiencia plenamente subjetiva, y es esa subjetividad misma la materia de la que estaría constituida nuestra identidad. Ahora bien, tal experiencia y su comunicabilidad depende estrictamente del lenguaje, es decir, hasta que no decimos con palabras aquellos que sentimos a nosotros mismos a los demás, no podemos decir que tenemos la experiencia de la identidad. La constitución de la identidad, pues, sería desde esta perspectiva la resultante de la conciencia de uno mismo, la agencia y el afrontamiento de las limitaciones propias del contexto social. Versiones narrativas: la perspectiva narrativa es probablemente la que enfatiza con mayor intensidad la importancia del lenguaje en la constitución de la identidad. Es por medio de él como podemos interpretar aquello que somos, generar una cierta imagen de nosotros mismo y de los demás, así como comunicarla en nuestro contexto social. La naturaleza simbólica del lenguaje hace, además, que esa representación constituya una subjetividad comunicable, de carácter simbólico estricta y característicamente propia de los seres humanos. En efecto, puesto que son vehiculizadas a través del lenguaje las representaciones de la propia identidad contienen, como todas las demás cosas, la marca de los procesos sociales que las generan. Ciertos contextos sociales se caracterizan por sumir valores que privilegian ciertas identidades, como por ejemplo, joven u hombre en perjuicio de otras como viejo o mujer. Así, del mismo modo que actuamos de acuerdo con lo que las personas o las cosas significan para nosotros, nuestra identidad se va conformando distintivamente de acuerdo con aquellos valores o creencias que vamos incorporando en nuestra definición. Vernos a nosotros mismo en un rol u otro tiene efectos distintos. La genuina aportación de la psicología social convencional: identidad y pertenencia grupal: sin duda, en el marco de la psicología social convencional, la aportación más característica al estudio de la identidad ha sido la de Tajfel con su Teoría de la Identidad Social y posteriormente las derivaciones de la misma en términos de la Teoría de la autocategorización. 229 Tajfel define la identidad social como la conciencia que tenemos las personas de pertenecer a un grupo o categoría social, unido a la valoración de dicha pertenencia. La valoración positiva o negativa sustenta respectivamente una identidad social positiva o negativa. Tal polaridad está determinada por el mantenimiento con éxito o no, de una distintividad positiva. La distintividad se fundamente en dos procesos de naturaleza complementaria, la comparación y la competición sociales. Él incorporo la idea de una competición simbólica por recursos no necesariamente objetivos, sino de naturaleza simbólica. De la conjunción de ambos procesos proviene pues una identidad social positiva o negativa que predice, además, comportamiento tendentes a restaurar la valoración positiva cuando está en entredicho o es directamente negativa, como son las estrategias de cambio social y las de movilidad social. Otro aporte, es la dimensión determinante. Esta conceptualización permite entender como en determinados contextos sociales, la saliencia de ciertas categorías o grupos determina la aparición de comportamientos diferenciales, favorecedores al propio grupo o perjudiciales al grupo opuesto, que son también de indudable valor heurístico. Nuevas perspectivas psicosociales en el estudio de la identidad: las nuevas perspectivas en el estudio de la identidad en psicología social tienen que ver en parte con la recuperación de la tradición del interaccionismo simbólico (Mead), por una parte, y con el impacto de la microsociología de Goffman por otra. (a) La identidad en el interaccionismo simbólico: para Mead, la identidad/self no pre-existe a las relaciones sociales sino que es contingente a ellas, surge en el transcurso de las mismas. Las respuestas que las otras personas ofrecen a nuestro comportamiento así como nuestro propio comportamiento hacia sí y hacia los demás, son los procesos constitutivos de la identidad/self. La idea parte seguramente de la noción de espejo de Cooley: los otros reflejan a modo de espejos las imágenes que nosotros damos y es a partir de esa imagen de dónde generamos la identidad/self. (b) La presentación del yo y la gestión de impresiones: Goffman se interesa entre otras cosas por el sí mismo en términos de quiénes son las personas como actores sociales. El self es para Goffman el resultado de una negociación operada en el conjunto de interacciones. No obstante, el self no es simplemente eso, la experiencia de la identidad y el sentido del sí mismo resulta también de la estructura social que le envuelve. En interés de este planteamiento es que abre también un campo de posibilidades de desencialización de la concepción de identidad y de self, porque lo ve como múltiple y contingente: el actor tiene a su disposición distintas representaciones condicionadas a su vez por los distintos contexto sociales en las cuales deben actuarse, por las necesidades de negociación y definición conjunta de lo que está aconteciendo, 230 por los marcos que se aplica, en definitiva condiciones todas que no describen al actor como tal, sino al escenario que acoge el curso de la acción. (c) La constitución socio-histórica de los seres humanos: no sólo la historia muestra el relativismo de nuestras concepciones de self, también una mirada a otras culturas diferentes de la nuestra lo confirma. Estos dos datos, el histórico y el cultural, sustentan una visión de carácter sociohistórico: la manera en que nosotros experimentamos nuestro propio yo y la importancia que le conferimos, no es, por difícil que parezca, universal ni puede ser aplicado a culturas no occidentales necesariamente, sino contingente a las condiciones históricas y sujeto a la variabilidad intercultural. Elaboración de algunas conclusiones tentativas: la persona en la cultura occidental es concebida mayoritariamente como singular y con una doble dualidad: la dualidad interno/externo (o si se prefiere cuerpo/mente) y la dualidad individual/social. Esas dualidades resultan de un entramado de operaciones de subjetivación (religiosas, filosóficas y científicas) que nos han ido constituyendo a lo largo del tiempo tal y como somos y tal y como nos experienciamos. No cabe duda de que en el entramado de operaciones de subjetivación, la psicología ha jugado un papel preeminente. La psicología, no obstante, ha ido produciendo a su vez operaciones de resubjetivación, por así decir, que deconstruyen y transforman las distintas formas de sentirse persona. Así, por ejemplo, la psicología social de orientación crítica (Ibáñez e Iñíguez) ha puesto énfasis en diluir la dicotomía individual/social de manera preeminente. Uno de los principales argumentos en esta línea ha sido el que proporciona el lenguaje como principal propiedad de los seres humanos. En efecto, el lenguaje es el proceso por el cual los seres humanos pueden comunicarse los unos con los otros, pueden crear significados que, a la postre, definen los espacios de legitimidad y de posibilidad de la propia experiencia del ser y el existir. El lenguaje es, además, el vehículo con el que se transmiten todos los productos culturales socialmente elaborados. Así pues, desde este punto de vista, la identidad no puede trascender de modo alguno el contexto cultural, histórico y social. Del mismo modo, su análisis queda delimitado y fundamentado por el mismo contexto de producción. Así pues, este itinerario ha pretendido únicamente repasar un listado de conceptualizaciones de la identidad y el self básicamente en la psicología, la psicología social y, puntualmente, algunas áreas afines. El mismo parte de la asunción de la inseparabilidad de lo individual y lo social, pero lo que muestra es un conjunto de características y supuestos, que se podrían sintetizar en la constatación de: *las diferencias entre una inteligencia de la identidad de naturaleza individualista y otra más social. *la importancia del lenguaje y las narraciones e historias de sí mismo, de la cultura y del contexto social en la constitución de la identidad. 231 Ello hace cambiar el concepto de identidad/self y, en mi opinión, esta nueva concepción está en condiciones de atender algunas cuestiones y dar respuesta a una basta lista de problemas suscitados en y desde las distintas perspectivas. Una propuesta (con un argumento metodológico y otro práctico): déjeme ahora el lector abordar la cuestión de la identidad de manera más simple y sintética, abstrayendo la trayectoria dibujada hasta el momento. Y déjeme también mantener, a sabiendas de ser algo inadecuado, la distinción individual/social. La identidad individual podemos considerarla desde 3 puntos de vista: a) uno estrictamente lógico, es decir, algo (no tendría por qué referirse necesariamente a la persona) o alguien relacionado consigo mismo. B) otro en un sentido “biológico” o bio-psicológico como la define, por ejemplo Varela bajo la concepción de “autopoiesis” (autoproducción): una organización autopoyética no produce nada que no sea distinto de su propia organización, y ella no es otra cosa que resultado de una individualización. La autopoiesis representa la forma mínima de organización de los sistemas vivos. C) en un sentido más clásicamente psicológico: sentimiento subjetivo de identidad personal y de continuidad temporal, acompañado de la percepción del hecho de que los demás reconocen esta unidad personal y esta continuidad temporal. Estas tres definiciones sintetizan muy bien lo que conceptualmente puede decirse de la identidad y de lo identitario y satisfacen, a mi juicio, los requerimientos establecidos por la subjetividad personal tal y como ha sido construidos en y por la cultura occidental. El problema radica en que si el itinerario y las conclusiones que he dibujado en el apartado anterior tienen algún poder de convicción, hay aún toda una esfera de “realidades” que caben mal, en concreto aquellas que se relacionan con “lo social” en la identidad. Y, efectivamente, “identidad social” necesita en algún punto un abordaje en términos de significados compartidos, en términos de pensamiento social, en términos de sentido común, y otros equivalentes. Para incorporar esta dimensión aquí, propongo aplicar las nociones de intersubjetividad, discurso, ideología, representaciones sociales incluso y quizás otras, aunque yo optaré ahora por dos: la de discurso y la de memoria social. Por memoria social entiendo, una construcción social producto de las interacciones sociales, es decir, una acción social continuada en el tiempo dependiente siempre de un contexto comunicacional. Su “lugar” es el diálogo, las historias, las narraciones, los debates, en definitiva, la conversación. Por discurso entiendo un conjunto de prácticas lingüísticas que mantienen y promueven relaciones sociales. (a) De la identidad individual a la identidad, que no puede ser sino social: el paso de la “identidad individual” a la “identidad” vista como proceso social requiere un “tránsito”, entendido al tiempo como con conector (un paso) y como proceso (la acción de pasar). 232 La memoria colectiva así mismo “encierra” la comprensión que para una sociedad dada existe del “sí mismo”. Su continua elaboración y reelaboración en cada interacción asegura simultáneamente el mantenimiento y el cambio de las subjetividades identitarias. Así pues, la identidad (social) no puede entenderse al margen de las interacciones entre las personas a lo largo del tiempo en un contexto cultural determinado, pues es fruto directamente de ellas. En resumen, la identidad implica una reflexividad lógica de un sujeto (individual o colectivo) que “se ve a sí mismo” por así decir, y que se ve a sí mismo a lo largo del tiempo. El obstáculo en su conceptualización ha sido ignorar que es un operador (la identidad) contingente en y para una cultura. En definitiva, identidad (social), en realidad, se referiría siempre a cultura, en el sentido de que no puede haber nada fuera de la producción de nuestro propio contexto. Por consiguiente, identidad social es un concepto contingente con nuestra propia manera de ver las cosas, esto es, una práctica cultural y, por ende, lingüística. (b) un argumento metodológico: el argumento metodológico se desprende de lo antedicho. La aprehensión tanto de la experiencia singular de ser una persona como de las concepciones socialmente elaboradas que la producen no puede realizarse sino es a partir del análisis de los discursos. (c) y por último, un argumento práctico: decir que toda acción y consiguientemente todos los actores contribuyen a la conformación de lo social, no equivale a decir que todos contribuyen de igual modo. ESTEREOTIPOS, PREJUICIOS Y DISCRIMINACIÓN - KASSIN – FICHA 6589 – PAG 149-153 Teoría realista del conflicto: la idea de que la competencia directa por recursos valiosos peo limitados genera hostilidad entre grupos se conoce como teoría realista del conflicto. Ciertas evidencias indican que buena parte de los prejuicios que hay en el mundo podrían ser resultado de las realidades inherentes a la competitividad. Pero en los prejuicios toman parte muchos otros factores. La competencia “real” por los recursos podría, de hecho, ser imaginaria; en otras palabras, podría tratarse de la percepción de un individuo que no está involucrado en un conflicto real. Además, la gente no sólo puede sentirse resentida hacia otros grupos por la convicción de que su seguridad o sus recursos estén amenazados por ellos, sino también por un sentido de privación relativa, es decir, por la creencia de que no se está obteniendo lo justo en comparación con otros. Favoritismo endogrupal: se ha observado en estudios efectuados en muchos países, y usando toda una variedad de evaluaciones. La preferencia por los endogrupos es tan profunda, que sus efectos pueden ser detectados con sólo observar el lenguaje que usamos. La mera insinuación 233 sutil de palabras que hagan referencia al endogrupo, como nosotros o nuestro, basta para disparar emociones positivas en los participantes; por otro lado, términos propios de los exogrupos, como ellos o suyo, evocan emociones negativas. Para explicar el favoritismo endogrupal, Tajfel y Turner propusieron la teoría de la identidad social. De acuerdo con ella, cada uno de nosotros se esfuerza por mejorar su autoestima, la cual consta de dos componentes: una identidad personal y varias identidades sociales o colectivas que se basan en los grupos a los que pertenecemos. En otras palabras, es posible que los individuos refuercen su autoestima a través de sus logros personales o mediantes la filiación a grupos exitosos. La parte positiva de nuestra necesidad de desarrollar una identidad social, estriba en que ésta nos permite sentir orgullo a partir de la conexión con los demás, incluso si no recibimos beneficios directos de ellos. Lo negativo, sin embargo, es que muchas veces tenemos la necesidad de restarles importancia a “ellos” para sentirnos seguros de “nosotros”. Predicciones básicas: a partir de la teoría de la identidad social surgen dos predicciones básicas: 1) las amenazas a nuestra autoestima incrementan la necesidad de poner en práctica el favoritismo endogrupal y 2) las expresiones del favoritismo endogrupal contribuyen a mejorar nuestra autoestima. Diferencias situacionales e individuales: trabajos recientes han ampliado la teoría de la identidad social al establecer distinciones más específicas entre varios tipos de amenazas relevantes para la autoestima (como si el riesgo fuera contra el estatus grupal o contra el papel individual que se desempeña dentro del grupo), diversos tipos de grupo (como establecer si tienen un mayor o menor estatus en la cultura), y varios miembros del endogrupo (por ejemplo si están más fuertes o débilmente identificados con su grupo). Por ejemplo, muchos estudios han permitido determinar que una mayor identificación endogrupal está asociada con efectos más fuertes en cuanto a la identidad social. La identificación con un grupo común, por otro lado, puede reducir las expresiones del sesgo entre subgrupos específicos, en particular cuando el grupo común se hace destacar. Aunque nuestra filiación a varios grupos sociales constituye buena parte de nuestra identidad personal, no todos los grupos a los que pertenecemos tienen la misma importancia para nuestro sentido del Yo. Otro factor importante en los procesos de identidad social es el estatus individual en relación con los demás miembros del endogrupo. Cultura e identidad social: las identidades sociales individuales son evidentemente importantes para la gente de todas las culturas. Es un hecho que las personas colectivistas son más propensas que las individualistas a valorar su grado de conexión y su interdependencia con sus semejantes y con los grupos que los rodean; por lo tanto, sus identidades personales están vinculadas de forma más estrecha con sus identidades sociales. Sin embargo, de acuerdo con 234 numerosos investigadores, a diferencia de la gente individualista, las personas pertenecientes a culturas colectivistas son menos propensas a mostrar sesgos favorecedores a sus endogrupos como estrategia para aumentar su autoestima. Los individuos colectivistas no son absolutamente inmunes a mostrar predisposición a favor de sus endogrupos. Los colectivistas podrían inclinarse menos a exagerar de forma manifiesta las fortalezas de sus endogrupos, pero ciertas investigaciones indican que sí tienden a hacer más distinciones sutiles entre los miembros de sus endogrupos y exogrupos que las personas individualistas. ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD – MORRIS - FICHA 2969 En el terreno filosófico, Mead era un pragmatista; en el científico un psicólogo social. Si bien la posición de Mead es conductista, se trata de un conductismo social, no individualista y subcutáneo; no encontró, en ninguna de las etapas o escuelas de psicología, una respuesta acerca de cómo el espíritu -espíritu desarrollado, reflexivo, creador, responsable, consciente de sí- apareció dentro de la historia natural de la conducta. Otro factor tenía que ser tenido en cuenta: la sociedad. Mead piensa específicamente en el gesto en términos sociales, y en él encuentra los rastros del desarrollo de una verdadera comunicación de lenguaje. El esfuerzo de Mead reside en haber demostrado que el espíritu y la persona son emergentes sociales, y que el lenguaje, en la forma de gesto vocal, proporciona el mecanismo para su emergencia. Mead admite que el organismo individual debe tener ciertos prerrequisitos fisiológicos para desarrollar símbolos de lenguaje; los que quieren utilizar el espíritu y el símbolo en un sentido más amplio podrían agregar que el individuo no lograría desarrollar símbolos de lenguaje sin estar en condiciones de reaccionar ante signos no lingüísticos y no sociales, en los que un acontecimiento lleva, en algún centro orgánico, a la expectativa y reintegración de algún otro acontecimiento. Mead ha demostrado que espíritu y persona se engendran, completamente, en un proceso social. La obra de Mead señala una primera etapa en el nacimiento de la psicología social como ciencia, puesto que sus ideas básicas se remontan a los primeros años de este siglo. Y así, el problema de cómo surgen el espíritu y la persona humanos en el proceso de la conducta es resuelto por Mead en términos biosociales. un proceso social en marcha de organismos biológicos interactuantes, proceso dentro del cual, gracias a una internalización de la conversación de gestos (en la forma de gestos vocales), surgen el espíritu y las personas. Para Mead el lenguaje es un fenómeno objetivo de interacción dentro de un grupo social, una complicación de la situación del gesto, y aun subjetivizado para constituir el fuero interno del 235 espíritu del individuo, sigue siendo social - una forma de despertar en el individuo, por sus propios gestos, las actitudes y papeles de otros involucrados en una actividad social común. La transformación del individuo biológico en organismo o persona con espíritu, se lleva a cabo, en la exposición de Mead, por medio de la intervención del lenguaje, en tanto que el lenguaje, a su vez, presupone la existencia de cierta especie de sociedad y ciertas capacidades fisiológicas en los organismos individuales. En un sentido, los gestos son símbolos, puesto que indican, significan y provocan acciones adecuadas a las etapas ulteriores del acto del cual son los primeros fragmentos, y, secundariamente, adecuadas a los objetos involucrados en tales actos. En el mismo sentido puede decirse que los gestos tienen significados, a saber, significan las etapas posteriores del acto que se efectúa y, secundariamente, los objetos involucrados: el puño cerrado significa el golpe, la mano extendida significa el objeto que se trata de tomar. Tales significados no son subjetivos, ni privados, ni mentales, sino que están objetivamente presentes en la situación social. Ello no obstante, este tipo de comunicación no es lenguaje propiamente dicho; los significados no están todavía "en el espíritu"; los individuos biológicos no son aún personas conscientemente comunicantes. Para que estos resultados se den, los símbolos o gestos tienen que convertirse en símbolos o gestos significantes. El individuo tiene que saber qué está haciendo; él mismo, y no simplemente los que reaccionan a él, debe ser capaz de interpretar la significación de su propio gesto. Al buscar gestos capaces de convertirse en símbolos significantes, y, de tal modo, capaces de transformar al individuo biológico en un organismo con espíritu, Mead descubre el gesto vocal. Ningún otro gesto afecta al individuo mismo tan similarmente cómo afecta a otros. Nos oímos hablar como nos oyen otros, pero no vemos nuestra expresiones faciales, ni, normalmente, vigilamos nuestras accionen. Para Mead, el gesto vocal es la verdadera fuente del lenguaje propiamente dicho y de todas las formas derivativas del simbolismo, y, así, del espíritu. El espíritu es la presencia de símbolos significantes en la conducta. Es la subjetivización, dentro del individuo, del proceso social de comunicación en que surge el significado. Es la capacidad para indicarse a uno mismo la reacción (y objetos involucrados) que el gesto, de uno indica a otros, y la capacidad de fiscalizar la reacción en caos términos. El gesto significante, él mismo parte de un proceso social, internaliza y pone a disposición de los individuos biológicos los significados que han surgido en las primeras etapas, no significantes, de la comunicación de gestos. El individuo, entonces, se ha incorporado al acto social. El pensamiento continúa gracias a que uno asume los papeles de otros y regula su comportamiento en términos de tal asunción de papeles. 236 No todos los animales que se comunican en el plano de la conversación de gestos llegan al nivel del símbolo significante. En verdad, Mead cree, claramente, que ningún animal, salvo el hombre, ha efectuado la transición de impulso a racionalidad. La misma mediación del lenguaje es la que, en esta teoría, hace posible la aparición de la persona. Mead encuentra que la característica distintiva de la personalidad reside en la capacidad del organismo con espíritu para ser un objeto para sí mismo. El mecanismo mediante el cual esto es posible desde un punto de vista conductista, es descubierto en la adopción de papeles involucrada en el símbolo del lenguaje. En el grado en que uno puede adoptar el papel de otro, puede, por así decirlo, mirarse a sí mismo (reaccionar ante sí) desde esa perspectiva, y de tal modo convertirse en un objeto para sí propio. Lo social no es tampoco simplemente el proceso de adquirir conciencia de la propia persona; la persona de la que uno cobra conciencia de ese modo, es social en forma, aunque no siempre en contenido. Aquí la persona no ha adoptado simplemente el papel de un otro específico, sino el de cualquier otro que participe en la actividad común; ha generalizado la actitud de adopción de papeles. Según uno de los más felices términos y uno de los más fértiles conceptos de Mead, ha adoptado la actitud o el papel del "otro generalizado". Ahora bien, todas las actitudes de otros, organizadas e incorporadas a la persona de uno por específicas o generalizadas que puedan ser-, constituyen el "mí”. La persona completa, empero, es concebida por Mead como, al mismo tiempo, un "yo" y un "mí". El "yo" es el principio de la acción y el impulso; y, con su acción, cambia la estructura social. Por medio de un proceso social, pues, el individuo biológico con adecuada materia orgánica obtiene un espíritu y una persona. En virtud de la internalización o importación del proceso social de comunicación, el individuo adquiere el mecanismo del pensamiento reflexivo (la capacidad para dirigir su acción en términos de consecuencias previstas para vías de acción alternativas); adquiere la capacidad de hacer de si mismo un objeto para sí yde vivir en un mundo moral y científico común; se torna en un individuo moral, con fines impulsivas transformados en la procura consciente de fines en vista. Debido al surgimiento de semejante individuo, la sociedad es transformada asu vez. Recibe, par mediación de la persona social reflexiva, la organización distintiva de la sociedad humana; en lugar de representar su papel social por medio de la diferenciación psicológica (como en el caso del insecto), o por medio de la simple influencia de los gestos sobre otros, el individuo humano regula su participación en el acto social teniendo dentro de sí los papeles de otros involucrados en la actividad social. Al lograr un nuevo principio de organización social, la sociedad ha conquistado una nueva técnica de control, puesto que ahora se ha implantado a' sí misma 237 dentro de sus partes componentes, y así regula, hasta donde ello es hecho exitosamente, la conducta del individuo en términos del efecto que la acción que se propone realizar tiene sobre otros. Y, finalmente, en el proceso, la sociedad ha proporcionado una técnica para su propia transformación. Racionalmente, no puede desear otra cosa que entregar a cada uno de sus miembros, por intermedio del "mí", el marco social dentro del cual se efectuará la conducta y hacer a cada uno responsable de los valores sociales afectados por tal acción. El símbolo significante, como gesto, no es arbitrario, sino que es siempre una fase de un acto, y de tal modo participa de cualquier universalidad que el acto posea. De tal modo, la universalidad no es una entidad, sino una relación funcional de simbolización entre una serie de gestos y una serie de objetos cuyos miembros individuales son "ejemplos" del universal. Así como los objetos tienen para Mead colores y valores en ciertas situaciones que involucran organismos, así los objetos tienen el carácter de universalidad en relación con un acto capaz de ser promovido por varios objetos o aspectos de objetos. En semejante situación, el acto o segmento del acto que es el gesto puede ser considerado como el universal bajo el cual caen o en el cual participan como particulares los objetos estímulos; en tanto que la universalidad de los objetos es el carácter que poseen en común de servir de estímulos para el acto. Un segundo elemento en el tratamiento de la universalidad es el factor social. El otro generalizado, en términos de la explicación que acabamos de ofrecer, puede ser considerado como la universalización del proceso de adopción de papeles: el otro generalizado es cualquiera y todos los otros que hacen la función de particulares, o que pudrían hacerla, en comparación con la actitud de adopción de papeles del proceso cooperativo que se desarrolla. Contemplado desde el punto de vista del acto, el otro generalizado es el acto de adopción de papeles en su universalidad. En el grado en que lo que el individuo hace o dice es entendible, aceptable, o cierto para cualesquiera otros individuos involucrados en una actividad común (y sin actividad común no habría comunidad de significación) , en ese grado lo que es hecho o dicho tiene un nuevo tipo de universalidad: universalidad social. El individuo trasciende de lo que se da a él sólo cuando, por medio de la comunicación, descubre que su experiencia es compartida por otros, es decir, que su experiencia y las experiencias de los otros se agrupan bajo el mismo universal (en el primer sentido de este término). El individuo, por decirlo así, se ha salido de su limitado mundo, adoptando los papeles de otros, recibiendo la seguridad, por medio de la comunicación empíricamente fundada y probada, de que en todos esos casos el mundo presenta el mismo aspecto. Cuando tal cosa se consigue, la experiencia es social, común, compartida; sólo en comparación con ese mundo común puede el individuo distinguir su propia experiencia privada. 238 Existen distintos grados de tal universalidad social. Sí bien no está ausente en la moral y la estética, es más amplía en la ciencia, y está en proporción con un grado de formalismo posible. Cuando se advierta que la universalidad social es potencialmente extensible hacia el pasado y hacia el futuro, podrá verse que el ángulo, de ataque de Mead es compatible con el reconocimiento de que, en relación con los actos cooperativos más generales, existen características del mundo altamente invariantes. Mead, en común con todos los pragmatistas desde James, sustentaba una interesante teoría del valor: que es bueno lo que satisface un interés o impulso. Pero una vez más, la declaración de Mead en este sentido' está hecha en términos relativistas objetivos: el valor es el carácter de un objeto en cuanto a su capacidad de satisfacer un interés -no reside ni en el objeto solo ni en un estado emocional del sujeto. Sin embargo, los intereses o los impulsos chocan, y así surge el problema de la norma de valor y la necesidad de evaluación. El objeto estético agrupa los impulsos de tono emocional en un todo armonioso; el objeto capaz de estimular y agrupar de tal modo los impulsos tiene carácter o valor estético. Por medio de un objeto de tal carácter, uno goza "la recuperación del sentido del resultado total a partir de lo parcial", "saboreando el fin que está moldeando". El artista juega con actitudes, despertando en sí, gracias al empleo de ese medio, los aspectos emocionales de una actitud que su trabajo, en distintos grados, comunica a otros provocando en ellos esa actitud. En el grado en que esto se logra, la exaltación estética es la fusión del "yo" y el "mí", hecha posible por el objeto. El valor estético, por así decirlo, es un presente consumatorio ofrecido a la persona por la naturaleza o por el artista; la tarea de la vida moral consiste en crear, por medio del esfuerzo reflexivo, una similar integración de impulsos en el, plano de las personas interactuantes. La persona, tal como está constituída por sus impulsos, busca los objetos que permiten la consumación de los impulsos. Como social, en el grado en que la persona ha incorporado las actitudes de otros en sí misma, mediante el proceso del lenguaje, se ha convertido en los otros, y los valores de los otros son los suyos propios; en el grado en que la persona adopta el papel del otro generalizado, sus valores son los valores del proceso social mismo. Mead insiste en que, en el acto moral, el motivo para la acción es el impulso mismo, en cuanto dirigido hacia un fin social. Una persona social tiene impulsos sociales que exigen expresión, y tan imperativamente como cualquier otro impulso. Para Mead, los fines morales son fines sociales: en primer lugar, porque la única norma para impulsos que los impulsos hacen posible reside en la respuesta acerca de si el impulso en cuestión se alimenta o muere de su propia satisfacción, y de si expande y armoniza o limita y derrota a otros impulsos; y, segundo, 239 porque la persona, como ser social, debe preocuparse, por dentro y por fuera, por una armonía social de los impulsos. De esto se sigue que la tarea moral es la observancia de todos los valores residentes en las situaciones particulares de la vida, y el trato reflexivo con tales valores, en un esfuerzo para permitir el máximo de satisfacción y expansión -el máximo de armonía dinámica- a los impulsos en, cuestión. La acción moral es acción inteligente, socialmente dirigida, en la que uno actúa teniendo en cuenta el interés de otros tanto como el propio. Tal punto de vista hace que la vida moral sea una vida más esforzada y activa. Sostenida por fines sociales y alimentados por todos los conocimientos que la ciencia puede proporcionar, la moralidad exige, empero; la creatividad del "yo”, de la persona que es más que un "mí". ANEXO - ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD – MORRIS - FICHA 2969 George Mead como psicólogo y filósofo social I- Mead era un pragmatista filosóficamente, y un psicólogo social en lo científico. Pertenencia a la antigua tradición de Aristóteles, descartes, etc. Que no ve ninguna aguda separación, ningún antagonismo entre las actividades de la ciencia y la filosofía. Y cuyos mismo son ellos mismos hombres de ciencia y filósofos. No solo el organismo humano, sino también toda la vida del espíritu, tenían que ser interpretados dentro del desarrollo evolutivo, compartiendo su cualidad de cambia y surgiendo de la interactividad de organismo y medio. El espíritu tenía que aparecer dentro de la conducta y permaneces en ella. Las sociedades mismas tenían que ser vista como entidades biológicas complejas y adaptadas a las categorías evolutivas. La tarea filosófica del pragmatismo ha consistido en reinterpretar los conceptos de espíritu e inteligencia en los términos biológicos, psicológicos y sociológicos y reconsiderar la tarea de la filosofía desde ese nuevo punto de vista. Se trata de un naturalismo que ve al hombre pensante en la naturaleza y que pretende evitar los dualismos heredados de espíritu y materia, de experiencia y naturaleza, de filosofía y ciencia, de teología y mecanicismo, de teoría y práctica. Es una filosofía que opone entre sí “la otra mundanalidad de la razón... de la antigua filosofía.” La confianza pragmatista en el método experimental, unida a la relación moral y evaluativa del movimiento con la tradición democrática han producido una concepción de la filosofía que tendría una doble preocupación por los hechos y los valores, y una concepción del problema moral contemporáneo como reorientación y reformulación de los bienes humanos. El darwinismo, el método experimental y la democracia son las fuentes del pragmatismo. 240 Hasta la fecha el resultado más seguro e imponente de la actividad pragmatista ha sido su teoría de la inteligencia y el espíritu. Es la base de toda estructura. II- En la actualidad de se reconoce que la ciencia anda sobre dos piernas: la teoría y la observación. La fase lógica de la ciencia es igual importante que la actividad del buscador y verificador de verdades. Son dos aspectos inseparables. La posición de Mead es conductista, pero se trata de un conductismo social, no individualista y subcutáneo: no encontró en ninguna de las escuelas o etapas de la psicología una respuesta acerca de cómo el espíritu apareció dentro de la historia natural de la conducta. Mead le hacía una crítica básica a los que previamente habían formulado ideas sobre el desarrollo del aspecto social. La primera era que todos ellos en algún sentido presupusieron espíritus o personas antecedentemente existentes para poner en marcha el proceso social. La segunda crítica era que estaba en parte cargado de antemano y se hacía un anuncio de que podía llevarse a cabo aunque la exhibición nunca tenía lugar. La diferencia con Mead reside en haber demostrado que el espíritu y la persona son emergentes sociales y que el lenguaje en la forma de gesto vocal proporciona el mecanismo para su emergencia. Morris sostiene que mead tuvo éxito en la aislación del mecanismo del lenguaje por media del cual se constituye socialmente el espíritu y gracias al cual aparece la persona que tiene conciencia de sí misma como objeto. Ha demostrado que espíritu y persona se engendran, completamente en un proceso social y que es el quien por primera vez aisló el mecanismo de dicha génesis. La obra de Mead señala una primera etapa en el nacimiento de la psicología social como ciencia. El problema de como surgen el espíritu y la persona humanos en el proceso de la conducta es resuelto en términos biosociales. No descuida el proceso social en que se lleva a cabo el desarrollo humano como el psicólogo tradicional, y no descuida el plano biológico del proceso social recayendo en una concepción mentalistica y subjetiva de la sociedad que supone espíritus anteriores a ellas, como el científico social tradicional. Ambos extremos son evitados recurriendo a un proceso social en marcha de organismos biológicos interactuantes, proceso dentro del cual, gracias a la internalización de la conversación de gestos (en la forma de gestos vocales) surgen el espíritu y la persona. III- El espíritu no se reduciría a la conducta no mental, seria visto como un tipo de comportamiento genéricamente emergente de tipos no mentales. El conductismo significaba para 241 mead no la negación de lo privado ni el descuido de la conciencia, sino la aproximación a toda la experiencia en términos de conducta. El pragmático del tipo de Mead sostiene que el mundo, tal como es concebido por la ciencia, se encuentro dentro de un mundo más amplio y más rico de lo que es experimentado. En lugar de ser el mundo real, en términos del cual se puede despreciar al mundo tal y como es experimentado, el mundo de la ciencia es algo cuyo origen debe ser buscado en termino experienciales. Así Mead sostenía que la cosa física, aunque principal para la ciencia, es experiencialmente un derivado de los objetos sociales, es decir, se encuentra en el orden de la experiencia socialmente derivada. El mundo de la ciencia se compone de lo que es común y cierto para varios observadores: el mundo de la experiencia común o social, tal y como es simbólicamente formulado. Mead insiste que el dato básico para la observación es un mundo en que otras personas y objetos tienen la misma accesibilidad directa que el observador tiene de sí. El mundo experimentado es concebido como un reino de acontecimientos naturales, emergentes gracias a la sensibilidad de los organismos, acontecimientos que son tan poco propiedad del organismo como de las cosas observadas. Cierta parte del mundo experimentado, es privada, pero una porción es social o común y la ciencia la formula. IV- La transformación del individuo biológico en organismo o persona con espíritu se lleva a cabo por medio de la intervención del lenguaje. El lenguaje a su vez presupone la existencia de cierta especie de sociedad y ciertas capacidades fisiológicas en los organismos individuales. La sociedad mínima debe estar compuesta de individuos biológicos que participan en un acto social y que emplean los unos las primeras etapas de las acciones de los otros como gestos, es decir, como guía para la completacion del acto. Los gestos son símbolos, indican, significan y provocan acciones adecuadas a las etapas ulteriores del acto del cual son los primeros fragmentos y secundariamente adecuadas a los objetos involucrados en tales actos. Puede decirse que los gestos tienen significados, significan las etapas posteriores del acto que se efectúa. Este tipo de comunicación no es lenguaje propiamente dicho: los significados no están todavía “en el espíritu”. Los individuos biológicos no son aun personas conscientemente comunicantes. Para que estos resultados se den los símbolos o gestos tienen que convertirse en símbolos o gestos significantes. El individuo tiene que saber que está haciendo, él mismo y no simplemente los que reaccionan ante él, debe ser capaz de interpretar la significación de su propio gesto. En sentido conductista esto quiere decir que el individuo biológico debe poder despertar en si la 242 reacción que su gesto provoca en el otro, y luego utilizar dicha reacción del otro para el control de su conducta posterior. Tales gestos son símbolos significantes, gracias a su empleo el individuo adopta el papel del otro para la regulación de su propia conducta. Esto significa que ha llegado al genuino lenguaje, y que usa símbolos. No solo reacciona ante signos. Ha adquirido el espíritu. El gesto vocal es la verdadera fuente del lenguaje propiamente dicho y de todas las formas derivativas del simbolismo y así del espíritu. El espíritu es la presencia de símbolos significantes en la conducta. Es la subjetivatizacion dentro del individuo, del proceso social de comunicación en el que surge el significado. Es la capacidad para indicarse a uno mismo la reacción que el gesto de uno indica a otros. Mead comienza con un proceso social objetivo y trabaja hacia adentro, mediante la internalización del proceso de comunicación social en el individuo, por vías del gesto vocal. El individuo entonces se ha incorporado el acto social. El espíritu sigue siendo social, el pensamiento continúa gracias a que uno asume los papeles de otros y regula su comportamiento en términos de tal asunción de papeles. Puesto que la aislación de la cosa física depende de la capacidad para adoptar el papel del otro, y puesto que el pensamiento en cuanto a tales objetos supone adoptar sus papeles. Incluso la reflexión del hombre de ciencia acerca de la naturaleza física es un proceso social, aunque los objetos en que se piensa no sean ya sociales. V- La misma mediación del lenguaje es la que en esta teoría hace posible la aparición de la persona. En verdad la persona, el espíritu, “la conciencia de” y el símbolo significante son precipitados juntos. La característica distintiva de la personalidad reside en la capacidad del organismo con espíritu para ser un objeto para sí mismo. En el grado de que uno puede adoptar el papel del otro, puede por así decirlo, mirarse a sí mismo. Y desde esa perspectiva y de tal modo convertirse en un objeto para sí propio. Dos etapas del desarrollo de la persona: el juego y el deporte. En el juego el niño adopta simplemente un papel tras otro de personas y animales que de un modo han entrado en su vida. Ahí se ve la adopción de actitudes de otros mediante la autoestimulacion del gesto vocal. En el deporte, uno se ha convertido en todos los otros involucrados en la actividad común. Tiene que tener dentro de su persona toda la actividad organizada, a fin de representar exitosamente su propio papel. La persona ha adoptado el papel de cualquier otro que participe en la actividad común. Ha generalizado la actitud, ha adoptado el papel del “otro generalizado”. Todas las actitudes de otros, organizadas e incorporadas a la persona de uno constituyen el MI. El YO es el principio de la acción. Y el impulso con la acción cambia la estructura social. 243 Cualquier acción, ya sea lingüística o no cambia la estructura social. La persona completa es concebida como un YO y un MI. VI- Universalidad. No es una entidad sino una relación funcional de simbolización entre una serie de gestos y una serie de objetos cuyos miembros individuales son ejemplos del individual. La universalidad de los objetos es el carácter que poseen en común los objetos de servir estímulos para el acto. Factor social: el otro generalizado puede ser considerado como la universalización del proceso de adopción de papeles, el otro generalizado es cualquiera y todos los otros que hacen la función de particulares o que podrían hacerla, en comparación con las actitudes adopción de papeles del proceso cooperativo que se desarrolla. El otro generalizado es el acto de adopción de papeles en su universalidad. En el grado que lo que un individuo hace o dice es entendible, aceptable o cierto para otros individuos involucrados en la actividad común, genera un nuevo tipo de universalidad: La universalidad social. Es un sinónimo de objetividad. El individuo trasciende solo cuando descubre que su experiencia es compartida por otros. Teoría del valor: que es bueno lo que satisface un interés o impulso. Valor es el carácter de un objeto en cuanto a su capacidad de satisfacer un interés. no reside ni en el objeto solo ni en un estado emocional del sujeto. El valor ofrecido a la persona por la naturaleza o por el artista consiste en crear, una similar integración de impulsos en el plano de las personas interactuantes. La persona, tal como está constituida por sus impulsos, busca los objetos que permiten la consumación de los impulsos. Los valores de los otros son los suyos propios; en que la persona adopta el papel del otro generalizado, los valores del proceso social mismo. En el acto moral. El motivo para la acción es el impulso mismo, dirigido hacia un final social. Los fines morales son fines sociales: La tarea moral es la observancia de todos los valores residentes en las situaciones particulares de la vida, y el trato reflexivo con tales valores, en un esfuerzo para permitir el máximo de satisfacción y expansión. Uno actúa teniendo en cuenta el interés de otros tanto como el propio. 244 La vida moral .Sostenida por fines sociales y alimentada por todos los conocimientos que la ciencia puede proporcionar, la moralidad los conocimientos que la ciencia puede proporcionar,, la moralidad exige, empero la creatividad del ‘’yo’’, de la persona que es más que un ‘’mi’’. Mead cree que los órganos e instituciones de la vida humana, lenguaje, religión, el proceso económico, extienden en el proceso mismo de adopción de papeles de ellos que involucran. UNIDAD 7 – ESTUDIO DE COMUNICACIÓN COMUNICACIÓN – KIMBLE - FICHA 6591 En la comunicación intervienen, dos o más personas. Debe haber por lo menos un emisor y un receptor. Se dice que el emisor codifica un mensaje y que el receptor lo descodifica. Las investigaciones pueden clasificarse en estudios de codificación y en estudios de decodificación según se les pida a los sujetos mensajes o interpretar y juzgar su significado. La comunicación verbal y la no verbal tienen varios canales: lenguaje, vocalizaciones, conducta espacial, tacto, conducta visual, expresiones faciales, movimientos y posturas corporales. En ellos la conducta cumple varias funciones: comunicar poder, estatus o influencia; comunicar atracción; comunicar otras emociones; cancelar emociones; obtener información; regular el flujo de la comunicación. Importancia de la comunicación: según Mowrer, expresar lo sentimientos personales a íntimos produce un efecto catártico o reductor de tensiones, además de evitar que los sentimientos negativos se acumulen en el interior. En teoría, la asertividad es una forma de transmitir nuestros sentimientos positiva e innocuamente. La comunicación asertiva es un mensaje directo referente a nuestras necesidades y deseos ofrecidos a las personas adecuadas t debería contribuir a prevenir los malos entendidos y a corregirlos. Los beneficios que la comunicación ofrece son varios. El hecho de hablar de sucesos traumáticos nunca antes mencionados disminuye la excitación y la presión arterial. El mero hecho de pensar en una experiencia dolorosa sin hablar produce cambios fisiológicos negativos. Quienes expresan en forma abierta y por escrito los problemas ordinarios presentan menos problemas físicos que los que son renuentes en este aspecto. Los efectos terapéuticos anteriores se obtienen al hablar o escribir acerca de nuestros pensamientos y de nuestros sentimientos con una respuesta mínima del interlocutor y sin que medie una intervención terapeútica. Otro beneficio de la comunicación es que favorece la sensación de estar vivo y de bienestar. La comunicación en las relaciones: la comunicación es muy importante para desarrollar y sostener las relaciones. La comunicación no intencional: no todas las conductas tienen por objeto comunicar. Algunas veces el emisor se comporta de cierta manera cuando transmite un mensaje, y el receptor verá 245 esos actos no verbales o paralingüísticos como parte de la comunicación total que debe decodificarse aunque el emisor no tuviera esa intención. Los participantes envían y reciben mensajes rápidamente por el mismo canal, que los que escuchan a menudo emiten respuestas (sonríen, asienten con un gesto o con palabras) mientras el emisor primario está hablando. ¿Tienen más impacto los actos verbales o los no verbales? Mehrabian concluyó que la emoción se comunica principalmente (55%) mediante expresiones faciales, que el 38% se realiza por expresiones vocales y que apenas el 7% se lleva a cabo por medio del contenido verbal. Es decir, nos dice que el 93% de la comunicación de la emoción se efectúa a través de canales no verbales. Conviene mencionar algunas limitaciones de la generalización anterior. Una es que Mehrabian se refiere a la decodificación de la comunicación emocional, no de cualquier tipo de comunicación. Conviene aclarar que la generalización de Mehrabian proviene de los experimentos que él y sus colegas efectuaron con mensajes incongruentes. Éstos contienen la expresión de una emoción a través de un canal (el rostro por ejemplo) y la de una emoción contradictoria a través de otro (por ejemplo, la vos o el contenido verbal). Otros dos experimentos demostraron que los canales no verbales influyen más que los verbales en la interpretación del significado emotivo de los mensajes incongruentes. Pero a estos estudios también se aplica la limitación de las críticas a los mensajes verbales. Otros dos estudios demostraron que los canales no verbales no influyen tanto cuando se emplean mensajes naturales y coherentes. Krauss y otros concluyeron que las conductas no verbales no son los canales más importantes de los juicios en la comunicación de emociones. Otro estudio aportó datos que apoyan la misma conclusión. ¿Comunicación de la atracción-simpatía o del dominio? El ser humano realizar algunos patrones confusos de la comunicación. Ciertas conductas tienen varios significados y rara vez es explícito el significado que desea transmitirse con ellas. Una serie de acciones verbales que cae dentro de esta categoría son los estilos de transmitir la información. En algunas situaciones resulta decisivo el hecho de que el estilo de transmisión indique intimidad o dominio. El contacto físico es una conducta no verbal que contiene este mismo tipo de ambigüedad. Tocar a alguien, como el hecho de usar su nombre de pila, puede indicar afecto o ternura o que tenemos un estatus superior que aquel a quien tocamos. Comunicar en la intimidad: excesiva o muy poca: por perspectivas de la comunicación se han centrado en el afecto o en la intimidad de las conductas comunicativas y han prescindido del estatus o de la función de poder. Argyle y Dean propusieron que en las interacciones casi todos tratamos de mantener un nivel constante de intimidad implícita con determinadas personas en ciertas situaciones. Tanto las conductas verbales como las no verbales contribuyeron al nivel 246 global de ella. Por ejemplo, el contacto visual, las distancias entre los interlocutores, el carácter positivo de la expresión facial (es decir, las sonrisas) y el tema de conversación favorecen la intimidad con el interlocutor. El nivel deseado de equilibrio de la intimidad implícita depende de las relaciones (por ejemplo, cónyuge frente a extraño) en varias situaciones (por ejemplo, públicas o privadas). Cuando surge un desequilibrio (por ejemplo, cuando un extraño observa más, se mantiene más cerca, sonríe más o habla más de temas personales de lo que uno juzga conveniente), lo compensaremos volteando la vista hacia otra parte, retrocediendo un poco o cambiando de tema para recobrar el nivel apropiado de equilibrio en la intimidad. Según la teoría del equilibrio propuesta por Argyle y Dean, la compensación de una intimidad más implícita ocurriría si en una situación privada la persona amada asume una posición distante, si nos mira muy poco y si habla de asuntos impersonales. Patterson ha puesto en tela de juicio que siempre procuramos mantener un nivel constante de intimidad con determinadas personas. Su modelo de excitación referente a la intimidad interpersonal establece lo siguiente: cuando el cambio de otra persona en una intimidad implícita ocasiona una reacción emocional positiva, responderá de la misma manera para modificar su intimidad implícita en vez de compensar y recobrar el nivel anterior. Algunos trabajos indican que ocurre reciprocidad, no compensación. Un efecto recíproco es el hallazgo de Rosenfeld: la sonrisa de una persona origina una sonrisa en otra. Storms y Thomas comprobaron que una conducta no verbal bastante íntima por parte de un extraño produce una respuesta emocional positiva. En resumen, el modelo más diferenciado de Patterson ofrece algunas ventajas explicativas respecto a la teoría de Argyle y Dean. Burgoon propuso un modelo bastante similar de excitación en que la conducta inesperada impulsa al receptor a emitir una respuesta de ajuste. La estructura de las conversaciones: quizás el lector haya visto u oído a dos individuos que hablan de manera simultánea entre sí. “Hablar al otro” sería una mejor descripción de dos que hablan al mismo tiempo, porque con gran dificultad se recibirá mucha información. O quizás el lector se haya encontrado en una situación donde el interlocutor logra dominar la situación tan bien (ignorando los gestos u otras formas de pedir la palabra) que era imposible entrar en la conversación. De ser así, probablemente aprecie dos hechos: las conversaciones suelen estar estructuradas por los role del hablante y del oyente, hay varias señales conductuales que los participantes emplean para asumir esos roles o para abandonarlos. Varios investigadores analizaron la conducta que consiste en tomar turnos en la conversación. Un hallazgo común es que los oyentes observan más a los hablantes que a la inversa. Los hablantes también deben observar menos porque conservar el contacto visual interfiere con sus pensamientos y porque, si 247 reconociera visualmente a los oyentes, a éstos les sería más fácil quitarle la palabra. Cuando un hablante termina de expresar una idea, casi siempre dirigirá la vista al oyente, elevará o disminuirá la fuerza de sus últimas palabras y arrastrará la última sílaba, terminará o relajará las gesticulaciones manuales, hablará con más suavidad al pronunciar una expresión estereotipada como “me permito” o “hum”. En ese momento el oyente sabe que puede empezar a hablar. El nuevo hablante apartará la vista del anterior y comenzará a hacer gestos con una mano. Para conservar el uso de la palabra cuando alguien trata de tomarla, puede hacer un gesto con una mano levantada, con las dos o con un dedo como si fuera una señal de alto; evita ver al otro; sigue hablando llenado las pausas mientras lo hace. Las respuestas del oyente reciben el nombre de respuestas veladas, a menos que sean intentos activos de intervenir. La comunicación verbal: a la comunicación verbal se le concede menos importancia que a la no verbal. Es una lástima y un error porque la comunicación intencional más eficaz se realiza en conductas verbales y las no verbales simplemente la completan para ampliar o acentuar las acciones verbales. En conclusión, la expresión verbal es importante aun en casos donde se hace hincapié en la comunicación no verbal. El poder de las palabras: tanto las palabras como las expresiones simples y directas son probablemente las que producen mayor impacto. Lo que se busca es comunicar, no hacer ostentación de nuestro vocabulario. Los términos concretos se recuerdan mejor e influyen más que los abstractos. El habla sin adornos, fue la más creíble en un estudio de los estilos fuertes y débiles que describimos en páginas anteriores. El habla metafórica puede ser más viva y atractiva que el habla simple. Pero las metáforas no obtienen su viveza por medio de términos complicados; más bien es el nexo entre circunstancias antes inconexas las que crean una imagen perdurable. Las metáforas señalan relaciones entre conceptos en una forma interesante y original. Para crear buenas metáforas y de imágenes muy expresivas es necesario utilizar palabras específicas en vez de genéricas. El contenido de la conversación: el contenido de las conversaciones parece ser infinito. Ha sido clasificado en estudios dedicados a la comunicación en grupo. Bales utilizó un sistema de 12 categoría para clasificar las afirmaciones y las preguntas hechas durante las interacciones de grupos pequeños. Las 4 categorías principales son: 1) respuestas, 2) preguntas, 3) acciones positivas y 4) acciones negativas. Bales señaló que los actos más frecuentes en la discusión de grupo son los siguientes: 1) expresar una opinión (30%), 2) dar orientación e información (21%), 3) acuerdo (12%). Cantidad del habla: cuanto decimos en una conversación es más importante de lo que decimos individualmente. Los cómplices del experimentador que hablaban mucho durante un estudio 248 fueron considerados más competentes, seguros, interesantes, influyentes y mejores líderes por otros miembros del grupo que los que participaban muy poco. Características verbales y paralingüísticas: la forma de hacer las afirmaciones y las preguntas tiene a menudo un impacto importante en lo que se comunica. Las características paralingüísticas de la comunicación son aspectos del habla que acompañan al contenido, pero los incluimos aquí por su conexión con la conducta verbal. En la presente sección examinaremos el tono o altura del sonido, la intensidad (sonoridad), la rapidez y la asertividad verbal de la expresión oral, así como las pausas llevas y vacías que ocurren en ella. El tono agudo ha sido asociado al nerviosismo y al intento de engañar. Apple y colaboradores estudiaron la rapidez del habla. La rapidez del habla normal suele depender de pausas más largas o más breves entre las palabras más que de su alargamiento o de su reducción. Pese a ello, descubrieron que el habla más rápida y más lenta era considerada menos veraz que la normal, la más lenta era considerada más pasiva y potente que las dos restantes, la más lenta y rápida (en especial la primera) era considerada menos persuasiva, fluida, empática y más nerviosa. Miller y sus colegas habían observado que el habla más rápida era más persuasiva que la más lenta como habían comprobado Apple y sus colaboradores, pero no estudiaron el habla normal que, según estos últimos, era el ritmo más persuasivo. En el mundo moderno hablar con vos fuerte se asocia a expresiones de sentimientos muy negativos o a intentos de dominio. En cambio, hablar en vos baja puede ser una expresión de docilidad o de cariño. Las voces que más se caracterizan por la intensidad (sonoridad) son asociadas a la ira y al desprecio. Las personas asertivas hablan más fuertes que las no asertivas. Los extrovertidos, que son socialmente dominantes, hablan más fuerte que los introvertidos. La asertividad verbal es una medida de la estructura global de los sonidos y patrones del habla independientes del contenido verbal. Quienes creen controlar los sucesos de su vida (es decir, tener locus de control interno) muestran mayor asertividad verbal que quienes creen que las influencias ajenas controlan su vida (locus de control externo). Pausas: las pausas, tanto llenas como en silencio, influyen en la percepción de lo que se dice. Investigadores observaron que cuando interponían pausas vacías (silencios) en las grabaciones de comentarios simulados de clientes, los jueces evaluaban los comentarios como más reveladores de sí mismos que cuando no había pausas. Por lo visto, pensaban que los silencios indicaban que los clientes reflexionaban más detenidamente sobre suministrar la información subsecuente; por tanto, debe haber sido información personal. Otra interpretación de la pausa silenciosa es que indica mayor compostura sobre todo cuando uno se detiene para meditar en silencio ante una audiencia numerosa. Weiss, Lombardo y Kelley demostraron que los periodos 249 de silencio en la conversación son molestos para quienes deben responder. El mismo efecto causa en quienes se dirigen a una audiencia, en especial a una audiencia numerosa. Si crea esas pausas vacías en ves de apresurarse a llenarlas, por lo general pensaremos que es una persona con gran dominio de sí mismo, no una persona nerviosa ni víctima de la ansiedad. Todo lo contrario sucede con las pausas llenas, se les cataloga como problemas del habla. Mahl los dividió en dos tipos: los que contienen el sonido “ah” y los que no lo contienen. Entre estos últimos problemas figuran los siguientes: corregir nuestra oración, dejar incompleta una oración, tartamudear, cometer errores de lengua, emitir sonidos irreconocibles, omitir palabras o partes de palabras, repetir palabras. Es extraño, pero los trastornos que contienen el sonido “ah” se relacionan con el control y el pensamiento relativos a la conversación, no con la ansiedad del hablante. En cambio, los que no contienen el sonido “ah” reflejan una ansiedad transitoria o situacional, como lo demuestran varios trabajos de investigación. La comunicación no verbal: trataremos de las conductas no verbales a partir de sus efectos en las relaciones, en la expresión de las diferencias de estatus o dominio y en la comunicación engañosa. El espacio personal: el antropólogo Hall fue el que inventó el concepto de zonas de espacio personal. Especificó qué clases de interacciones se realizan ordinaria y cómodamente en 8 distancias de la persona. Estas zonas son adecuadas para las interacciones cara a cara, de pie o sentado entre los adultos. La relación entre las personas y el ambiente donde interactúan determina cual es la distancia idónea. El espacio interpersonal en varias culturas: conviene señalar que quienes se colocan lejos durante una interacción hacen que los otros se sientan incómodos, lo mismo que un extraño que se acerque demasiado. Las variables del otro también influyen en las distancias idóneas para una interacción cómoda. Los rasgos de la personalidad influyen en la distancia interpersonal. Las personas con un locus de control externo se colocan más lejos de los extraños que las que tienen un locus de control interno. Los extrovertidos se sientan más cerca de la gente que los introvertidos. Otros aspectos de la situación y algunas conductas no verbales influyen en la distancia cómoda de la interacción. La presencia de barreras como los escritorios deberían hacer más tolerables las distancias que normalmente son demasiado estrechas. La orientación corporal de dos personas afecta la distancia a la que se siente cómodo. Las personas que están lado a lado, hombro con hombro probablemente no consideran ofensiva esa distancia, a menos que sean extraños en un cuarto despejado. La cercanía de la interacción se ve afectada por el hecho de que estén sentados o de pie. Si alguien está de pie cerca de nosotros, su presencia resulta más amenazadora que si estuviera sentado, porque tiene mayor libertad de movimientos en esa 250 postura, por lo menos cuando estamos sentados en una silla. Las distancias cercanas se toleran mejor cuando hay muchas personas en el cuarto y se conversa en voz alta o si hay música a alto volumen. Contacto físico: evidentemente el contacto físico se da sólo en las distancias personales más cortas. El contacto visual: la mirada directa tal vez sea una mejor descripción de este tipo de conducta no verbal, porque en muchos estudios se examina sólo la conducta visual de una persona mientras un cómplice del experimentador adopta conductas preestablecidas. Desde luego, para que se dé el contacto visual dos personas deben verse. Tradicionalmente se piensa que esta clase de conducta visual constituye un indicador importante de afecto, de otras emociones y de honestidad. Una persona que “nos mire a los ojos” merece nuestra confianza. También se piensa que el contacto visual indica interés en los encuentros iniciales o afecto en las relaciones. Sin embargo, varias investigaciones sobre la mirada cuestionan la proposición de que ver más refleja simpatía. La mirada prolongada constituye sin duda un contacto visual intenso (si es recíproco). Con todo, los estudios indican que produce reacciones negativas y rechazo en vez de reacciones positivas. Ellsworth afirma que una mirada más directa significa sentimientos más intensos, tanto negativos como positivos, y no sentimientos positivos más intensos. Observaron que la mirada directa de los evaluadores hacía que los receptores sintieran más antipatía por los evaluadores negativos y más simpatía por los evaluadores positivos. Por lo menos, el mirar más ocasionaba reacciones más intensas, tanto positivas como negativas, que el mirar menos. Algunos graduados y yo, examinamos si el contacto visual denota intensidad o positividad emotivas. El contacto visual o la mirada sirven para expresar la intensidad de la emoción y no su carácter positivo. En este estudio a las miradas más cortas o el ver a otro lado se les asociaba con la comunicación positiva. Las expresiones faciales agradables significan mayor simpatía. A la conducta visual, como algunas otras conductas que mencionamos en páginas anteriores, se le ha relacionado con el dominio o con el estatus. Las personas con un alto estatus relativo a sus patrones de interacción y las de personalidad dominante muestran un patrón visual de dominio más que otras. Este patrón aparece cuando vemos mucho a interlocutor mientras hablamos y muy poco mientras lo escuchamos. Exline y sus colegas demostraron que los hombres y mujeres con un estatus alto y los de una personalidad dominante muestran grandes razones de dominio visual en las parejas del mismo sexo en relación con los de estatus bajo o de poco dominio personal. Las expresiones faciales: el rostro es un área muy compleja capaz de asumir muchísimos aspectos en un breve lapso. Es, pues, un canal muy potente de comunicación. Ekman y sus colegas identificaron 7 expresiones emocionales primarias del rostro que pueden ser expresadas 251 e interpretadas de modo uniforme en todo el mundo, a saber: alegría, sorpresa, miedo, tristeza, enojo, rechazo/desprecio e interés. Ekman y Friesen redujeron a 6 la lista precedente, excluyendo al interés por considerarlo demasiado sutil y variable como para incluirlo en la lista universal. Ekman y sus colegas sostienen que se transmiten d manera genética en los nervios y en los músculos de todos los rostros humanos sin necesidad de aprendizaje. Las expresiones faciales, entre ellas el movimiento de los ojos, son el canal no verbal más informativo de la comunicación. Aunque las expresiones verbales ejercen mayor influencia, sobre todo en la comunicación más cognoscitiva, las expresiones faciales transmiten más información que el tono de voz o las señales corporales. Con todo, Ekman y Friesen aseguran que la mayor capacidad de enviar mensajes significa que la cara puede ser controlada mejor y hay menor riesgo de que se escape información y se engañe en forma involuntaria. Las únicas conductas faciales que los mentirosos muestran más que quienes dicen la verdad son el parpadeo y la dilatación de las pupilas. Varias señales verbales se asocian con la mentira: más afirmaciones negativas, más información irrelevante y menos “cercanía” verbal. Las señales verbales relacionadas con la mentira son tono más agudo, más dudas y errores al hablar, respuestas más cortas. Los hombres y las mujeres se comportan y reaccionan de modo distinto ante las expresiones faciales. Muchos estudios han demostrado que las mujeres decodifican mejor las señales no verbales. Pero también se basan más en la información del canal facial; en cambio, los varones utilizan más el canal verbal. Las mujeres envían mensajes más engañosos a través del rostro que los hombres, porque las mentiras dichas por las mujeres sólo se descubren de modo confiable cuando su rostro es visible. Las sonrisas: las sonrisas se consideran un componente fundamental de la expresión facial. Han sido estudiadas como un medio con que el oyente le comunica reacciones positivas al hablante. La sonrisa de Duchenne: Ekman y sus colegas han buscado la sonrisa de placer o de “verdadera felicidad” frente a otras menos auténticamente alegres. La llamaron sonrisa de Duchenne en honor de un investigador. La sonrisa de placer consiste en la contracción simultánea de los músculos que tiran hacia arriba las mejillas y de las comisuras los labios y los músculos alrededor de los ojos. Demostraron que la sonrisa era más común cuando los participantes veían una emocionante película positiva aun estando a solas. Kaut y Johnson concluyeron que se trata de una expresión de felicidad. Pero Ekman y sus colaboradores señalan que las sonrisas felices y no sociales tienen origen evolutivo. La sonrisa de Duchenne se describe más exactamente en los trabajos recientes de Ekman y sus colaboradores. No sólo consiste en contraer los músculos de las mejillas y los de la órbita ocular, sino también una actividad simétrica de los músculos derecho e izquierdo de las mejillas, una duración coherente de las contracciones y las acciones sincrónicas de los músculos de las mejillas y de la órbita ocular, de modo que alcanzan su nivel 252 máximo aproximadamente al mismo tiempo. Esas sonrisas de felicidad ocurren más cuando la gente está pasándola bien y sonrisas de otro tipo sirven para encubrir las emociones negativas. Movimientos y posturas corporales: Mehrabien observó lo siguiente: a las posturas de relajación consistentes en inclinar el cuerpo hacia atrás o hacia los lados se les asociaba a un estatus más alto o a un mayor dominio en la interacción. También interpretó como indicadores de dominio las posturas asimétricas de brazos y piernas. Por el contrario, a la postura erguida, asimétrica y “atenta” se la asociaba con un estatus más bajo en la interacción. La orientación con inclinación hacia adelante y cara a cara son conductas que transmiten aún mayor “cercanía” o participación en las interacciones. Los mentirosos ejecutan movimientos más frecuentes centrados en el cuerpo o de autoadaptación que quienes dicen la verdad. Tales resultados podrían hacernos creer que tocarnos a nosotros mismos indica nerviosismo o ansiedad situacional. La conducta de arreglarse es un tipo de autocontacto que no se relaciona con la ansiedad ni con el nerviosismo. El acicalamiento es una acción tendiente a mejorar el aspecto personal y se interpreta como una señal de disposición al cortejo o de interés. Aplicaciones de la investigación sobre la comunicación: algunas conductas no verbales indican cómo la gente reaccionará y nos ayudan a entender nuestras relaciones. Todos los indicadores de cercanía varían con la relación y con la situación. En consecuencia, nos indican los sentimientos que inspiramos. Las distancias del espacio personal descubiertas por Hall constituyen guías muy útiles al respecto. En otro libro, Hall señaló que el tiempo que la gente interactúa con nosotros es una señal de respeto o estima. Si alguien nos hace esperar mucho o si pasa muy poco tiempo con nosotros, su comportamiento manifiesta desinterés. Los análisis no verbales de las acciones ajenas pueden ser de gran ayuda dentro de otros contextos. Resumen: para que se realice la comunicación se requieren por lo menos un emisor y un receptor. Por lo regular, os alternamos asumiendo uno u otro rol. Si conocemos mejor la comunicación, nos será más fácil evaluar las relaciones. Una comunicación mayor y más precisa contribuirá a sostener las relaciones estrechas y favorecerá la salud mental y física. Los canales no verbales son los que transmiten más significado en la comunicación emocional que contiene mensajes discrepantes en diversos canales. No obstante, influyen menos que el canal verbal en la comunicación menos emotiva y congruente. Las formas de tratamiento y algunas conductas no verbales constituyen una comunicación ambigua, puesto que denotan afecto o dominio. La combinación de conductas como distancia interpersonal, contacto visual y contenido de la conversación denota cierto nivel de intimidad entre los interactuantes. Los cambios en la intimidad implícita pueden ser acogidos con calidez mediante actos de reciprocidad o evitados por medio de actos compensatorios. Las señales relativas a tomar turnos como los cambios del patrón del 253 habla, la mirada y la gesticulación permiten a los hablantes y a los oyentes intercambiar roles sin sentirse incómodos. El contenido verbal de los mensajes y la cantidad de información transmitida inciden cuando nos comunicamos con una audiencia. También los factores paralingüísticos contribuyen a mejorar la comprensión del mensaje por parte del receptor. El tono, la rapidez y la intensidad de la expresión oral afectan a la interpretación del mensaje. Las pausas llenas con alteraciones del habla como “ah” indican que el hablante siente ansiedad o está nervioso. Stanley Schachter demostró que las que se llenan con exclamaciones “ah, hum” sirven para pensar en lo que vamos a decir y para escoger entre varias opciones del vocabulario. El contacto físico con una persona produce respuestas positivas en ella, si la clase de contacto se juzga adecuada para la situación o la relación. El grado de la mirada indica la intensidad emocional del mensaje que se transmite a través de medios verbales. Mirar mucho mientras hablamos y mirar muy poco mientras escuchamos denota un dominio personal o un estatus alto. Algunas expresiones faciales parecen ser universales en la raza humana. Las expresiones faciales pueden controlarse mejor que otros canales de la comunicación; de ahí que reflejen menos el engaño que el tono de voz o que los movimientos corporales. La sonrisa de Duchenne, que se caracteriza por los labios plegados hacia arriba y por pliegues en los párpados, es la que refleja auténtico placer. El dominio se manifiesta por medio de posturas de relajamiento del cuerpo. Los movimientos manuales que se centran en el cuerpo tienen lugar con mayor frecuencia cuando nos encontramos en situaciones estresantes. TEORÍAS E INVESTIGACIÓN DE LA COMUNICACIÓN EN AMÉRICA LATINA. SITUACIÓN ACTUAL - DUARTE – FICHA 6505 El presente ensayo tiene por objeto describir y analizar las principales corrientes teóricas de la comunicación en América Latina. A partir de la década de los noventa se produce un cambio superador de la decadente tendencia a concebir los estudios de la comunicación a una sola disciplina e ir creando una conciencia creciente de su estatuto transdisciplinar y de revolucionar las formas de análisis y abordajes de la producción, difusión y recepción del mensaje. Estos cambios, fundamentan la principal corriente teórica y de investigación de la comunicación en Latinoamérica: los estudios culturales. Quizá recién empecemos a configurar una Escuela Latinoamericana de Comunicación en torno a la propuesta de M. Barbero, quien ha revolucionado los abordajes teórico-metodológicos de los procesos comunicacionales a partir de los medios y de las mediaciones. La teoría de la comunicación tiene un papel clave en la definición misma del objeto de estudio, pues la teoría es el punto de encuentro y desencuentro del análisis de los procesos de comunicación desde las 254 diversas corrientes y enfoques disciplinares como la psicología, la sociología, la filosofía, la economía, política, etc. Barbero: la aplicación de las teorías de la comunicación en América Latina se formaron durante el período de los sesenta y hasta mediados de los ochenta por el efecto cruzado de dos hegemonías teóricas: Pensamiento instrumental de la investigación norteamericana y la del paradigma ideologista de la teoría social latinoamericana. A PARTIR DE LOS 90´ Las teorías de la comunicación en Am Latina experimentaron cambio renovador: 1. Superación de tendencia a adscribir los estudios de la comunicación a una sola disciplina, creando cc creciente de un estatuto transdisciplinar. Sin que esto signifique la disolución de sus objetos a los de las disciplinas. Diálogo articulado y de mediaciones que hacen y marcan su especificidad y reubican a la comunicación en el ámbito más amplio de las cs. Sociales. 2. Sobresale el rompimiento con “los marcos sobreideologizados” de los enfoques teóricos del pasado y el divorcio inadecuado entre estudiosos de la comunicación y profesionales. 3. Con el advenimiento y convergencia de tecnologías informáticas se revolucionaron las formas de producción, difusión y recepción de la información que han hecho posible lo que Barbero llamo “Alteración de las relaciones tradicionales de intercambio entre emisores y receptores y usuarios mismos” permitiendo otras modalidades de interrelación mediatizada pero interactiva, dialógica, en tiempo real, personalizadas en un espacio globalizado, sin fronteras, sin limitaciones. 4. Lo anterior repercutió en la recuperación de la enseñanza y la investigación de la comunicación en América Latina y su intercambio con el plano internacional, del cual se había estado desfasado. La instrumentación de las teorías de la comunicación en América Latina se encuentra hoy en día en una situación de crisis en los paradigmas teóricos y metodológicos de las cs de la comunicación sobre todo porque , x un lado , su visión instrumental y pragmática del fenómeno ha impedido ver con multiplicidad y riqueza el proceso comunicativo y x otro la globalización y el neoliberalismo ( de casi Dos décadas) han resultado ser fenómenos complejos llenos de paradojas, que destaca contradicciones sociales y sitúa en tela de juicio todas las verdades y certidumbres sobre las cuales el hombre moderno se había apoyado para entender y explicar su mundo. 255 Situación actual de las teorías de la comunicación en Latinoamérica a partir de los elementos de análisis del modelo de la comunicación misma: 1. Producción y distribución del mensaje 2. Contenido del mensaje 3. Recepción del mensaje Situación actual. Teorías de la comunicación en América Latina (diferente a Europa y usa) : Hace ya 26 años que se encuentra en una POLARIZACIÓN de fundamentos epistemológicos, teóricos y conceptuales de aproximación a la realidad que se concentra en 2 PARADIGMAS: Enfoque POSITIVISTA, funcionalista y empirista en su abordaje científico de la construcción de la realidad social. El científico social no constituye agente de cambio. Es un observador objetivo que desde afuera analiza causas, leyes que rigen los fenómenos comunicacionales. Utilizando método empírico y sistemático para separar el conocimiento objetivo de los sentimientos subjetivos y filosóficos. Técnicas cuantitativas (experimento, encuesta y análisis de contenido) (establecimiento dela agenda, análisis de cultivo, análisis funcional, influencia personal, sociología de la producción de mjes. Visión CRÍTICA y dialéctica para entender los fenómenos sociales y comunicacionales. Proviene de Europa. Analiza, previo análisis de los procedimientos comunicacionales, las características de las condiciones económicas, sociales, de educación, de poder y hegemonía en los diferentes sistemas contemporáneos para cuestionar los roles que juega la comunicación en la preservación del sistema social y el papel de los mensajes en la difusión de la ideología dominante. El científico social se concibe como AGENTE DE CAMBIO (Barbero), comprometido ética y socialmente. Los teóricos sitúan el estudio de los procesos comunicacionales dentro del más amplio contexto social y analizarlos no en forma aislada sino como organizaciones dedicadas a la producción y distribución de significados sociales en sus relaciones integradas dentro de la sociedad, cultura, modernidad y la globalidad, mediante la estrategia metodológica histórica crítica y dialéctica e implementando técnicas cualitativas. El enfoque crítico se le identifica con 4 corrientes: 1. Escuela crítica de Frankfut 2. Economía política 3. Imperialismo cultural 4. Estudios culturales Han inspirado fuertemente a la corriente crítica culturalista Latinoamericana: 256 Ha hecho aportes teóricos, conceptuales y de investigación empírica en el plano internacional: Barbero, Canclini, Orozco, Fuenzalida, Gonzalez. De todas maneras el autor reconoce que las etiquetas de los enfoques positivistas y críticos resultan poco útiles para denotar y caracterizar los postulados teóricos en ambas corrientes, las teorías de la comunicación positivistas que actualmente tiene vigencia en Latinoamérica: ANÁLISIS DE CULTIVO Y ESTABLECIMIENTO DE AGENDA, Y LA SOCIOLOGÍA DE PRODUCCIÓN DEL MENSAJE, consideran la influencia de los mensajes y sus claras insuficiencias. También dentro de las teorías de la comunicación del enfoque crítico que tienen mayor vigencia en América Latina, los estudios culturales, se han distanciado del pesimismo criticista y han roto con la concepción pasiva y manipulable. 1. Teorías de la comunicación en América Latina desde los procesos de Producción y distribución del mensaje: El contenido y el impacto en la audiencia dependen de lo que haya ocurrido en las diferentes etapas y procedimiento de su manufactura. Enfoque POSITIVISTA: (Estudio de los emisores) Enfoque Sociología de la producción de mensajes : Estudiar las diversas condicionantes que inciden en la producción de los mensajes en los medios y que determinan que ciertos contenidos se difundan y otros no. ¿Qué factores desde dentro y desde afuera de las organizaciones de los medios, afectan el contenido de los medios? EEUU: Se denomina “media sociology” y en Europa: “Newsmaking” El estudio de los emisores desde conceptos simples hasta articulaciones más complejas. Analizan las actitudes personales y las orientaciones formativas e ideológicas de los comunicadores, incluyen variables estructurales del sujeto, los valores profesionales, políticas corporativas de los medios, la propiedad y el control de los mismos, las condiciones que se derivan del sistema económico y las influencias ideológicas del sistema social. Según Wolf existen dos corrientes principales, una que estudia al emisor desde sus características sociológicas y culturales y por otro lado, la corriente de estudio que analiza la lógica de los procesos de producción de masas y el tipo de organización en el que tiene lugar dicha construcción del mensaje. En América Latina, si bien son pocos los estudios sobresalen los de procesos de producción y tipo de organización. Enfoque CRÍTICO: Economía política crítica ( el autor dice que es cercano al anterior) pero que posee énfasis en condicionamientos más amplios. Presenta actualmente cambios en los 257 postulados originales de Marx y Engels, basados en que la clase dominante posee y controla los medios de producción material, posee a la vez el control ideológico de las demás clases. Diferencias principales de los postulados originales : Visión holística histórica: Interacción entre organización económica, política, social y cultural. Pese a la importancia que reviste el concepto de “determinación económica” en el marco concreto de los estudios culturales, dicho concepto necesita redefinición que permita desembarazarse del lastre del reduccionismo economicista y atar los estudios culturales a la economía política. (Determinación en un sentido más abierto, laxo y complejo) Preocupación de balancear la connotación del estudio entre la iniciativa privada y la intervención pública del gobierno. Que vaya más allá de las cuestiones técnicas para abordar cuestiones morales básicas como la justicia y el bienestar común. Tres áreas de análisis prioritarias: (de Economía política crítica) Producción de bienes culturales, en cómo las condiciones de producción del mensaje impactan en el rango de opciones de recepción del consumo. La producción y consumo de los mensajes de los medios, donde relacionan la realidad material de su producción y su consumo. El consumo cultural, para ilustrar la relación entre la desigualdad material y la cultural. En América Latina abundan investigaciones de este enfoque. Fernandez Christilieb, Beltrán Foz (algunos representantes de este enfoque) Imperialismo Cultural: Dentro del enfoque crítico esta es una corriente que se ha preocupado por los desequilibrios y desigualdades en los flujos de los medios y los mensajes entre países industrializados y tercermundistas. Betrán, Sánchez Ruiz, Mattelart, quienes estudian la comunicación masiva dentro del contexto de las relaciones económicas y políticas internacionales de los países industrializados y los países de Am. Latina (en vías de dllo.) para analizar los flujos de comunicación uniformes y de dependencia como los mecanismos de influencia cultural que se presentan. Los estudios de este enfoque surgen a partir de 70´s pero a principios de los 80´s q los estudios en nuestra región aumentan impulsados por grandes grupos de comunicación, tecnoglobalismo y “CONVERGENCIA CULTURAL” fin de la heterogeneidad cultural Latinoamericana. 258 Según Lozano, aunque casi todos los teóricos latinos parten de una perspectiva crítica, hoy en día algunos ya lo hacen desde la economía política otros del imperialismo cultural y otros más desde diversas posiciones culturalistas algunos parecen mezclar indiscriminadamente aspectos de una y otra, sin intentos de reconciliar tensiones entre ellos, produciendo mayor confusión conceptual. Lozano plantea 4 aspectos que tendrán que corregirse: 1. Clarificar abordajes teóricos 2. Delimitar los abordajes desde el campo de la comunicación 3. Darle igual peso analítico a todas las partes del proceso. 4. Realizar mayor cantidad de investigaciones empíricas que permitan la comprobación, refutación o reformulamiento de las teorías existentes. 2. Teorías de la comunicación en América Latina desde el Contenido del mensaje: El contenido de los mensajes de los medios proporcionan indicios desde los procesos de producción y sus condicionantes o desde los posibles impactos o usos que se pueden suscitar en los procesos de recepción. La Sociología de producción de mensajes (e. Positivista) ha utilizado este análisis para corroborar su hipótesis sobre el efecto de los diferentes condicionamientos que provoca su producción en el contenido final de los medios En América Latina casi inexistentes desarrollos teóricos al respecto. Imperialismo cultural y economía política (e. Crítico) en América Latina, éstos han estudiado el contenido de mensajes extranjeros para detectar la presencia de valores ideológicos y culturales ajenos a la idiosincrasia y a las necesidades de los países Latinoamericanos. (Mattelart, Beltrán) Entre las perspectivas teóricas del positivismo que estudian los contenidos del mensaje y los efectos a largo plazo en las cogniciones y formación de actitudes en los individuos se encuentran Análisis de cultivo y Establecimiento de la agenda. Análisis de cultivo: Esta perspectiva teórica a contribuido a la reconsideración de la influencia de los medios como agentes de socialización y cambio mediante la exposición al patrón total de programación mediática. Las implicaciones de la exposición acumulada al sistema general de mensajes, imágenes y valores que transmiten y repiten los medios, cultivan ciertas perspectivas de la vida, cogniciones a largo plazo. Para Wolf este tipo de investigaciones le parecen altamente relevantes porque se centran en describir la forma en que los medios actúan sobre la realidad subjetiva, por la presencia misma de los medios, que llama “una suerte de ecología de la 259 comunicación” : La acumulación constante de mensajes en sucesión y frecuencia natural y en su forma del discurso, que todo le da sentido y significado a los contenidos. Establecimiento de la agenda : Basada en el mismo desarrollo teórico que la anterior que visualizan la influencia de los medios a largo plazo en las cogniciones y opiniones. Este enfoque se centra en el estudio del impacto de la prensa y la información política en el público. Al describir los medios y precisar la realidad externa, presentan una lista o agenda de todo sobre lo que se puede opinar y discutir. Por un lado se presenta el orden del día de los temas en la agenda de los medios y por otro, la jerarquía de la importancia y prioridad con la que dichos temas son dispuestos en la agenda. Investigaciones sugieren el gran efecto que esto tiene en los receptores. Conclusiones a las que arribaron desde este enfoque: Los efectos de la agenda en los medios no son ni automáticos ni inmediatos; el énfasis constante en ciertos temas por parte de los medios tiende a generar preocupación pública sobre ellos; el efecto de la agenda es generar mayor conocimiento sobre un tema que opinión al respecto; la mayor cantidad de información sobre un tema no es garantía de una mejor opinión sobre el mismo sino que dependerá de las creencias y valores preexistentes con que cada persona enfrente los mensajes comunicacionales. Existe escasa investigación empírica fuera de EEUU. Pero para Lozano tienen potencial de aplicación en nuestra región, por la gran cantidad de programación importada de EEUU, sumado a las constantes imitaciones locales de mensajes y programas de ese país. Además por el papel cada vez más importante que juegan los medios informativos en los procesos electorales y políticos de los países latinoamericanos. 3. Teorías de la comunicación desde los Procesos de recepción y Apropiación del mensaje. Gran parte del desarrollo de las teorías de la comunicación a nivel mundial y particularmente en América Latina, ha girado alrededor de las audiencias y del impacto de los mensajes en ellas. Barbero: “Los mensajes y sus impactos generan nuevas y variadas formas de entrelazamiento entre lo social y lo político, de la formación de la opinión pública y del ejercicio de nuevas formas de ciudadanía. Además la vieja concepción planteada por la teoría de la aguja hipodérmica de que las audiencias de los medios son pasivas y manipulables, fue sustituida por una visión de receptores como sujetos ACTIVOS. Concentrarse en la manera en que la “gente usa el mensaje” y no en la manera en que los mensajes usan a la gente. Una de las teorías posteriores al enfoque positivista y funcional que se encargan de estudiar los nuevos comportamientos de la audiencia activa es el enfoque de usos y 260 gratificaciones. Esta perspectiva de inv. Vigente hoy en día, concluye que las audiencias experimentan necesidades de carácter informativo y de orientación y usan a los medios entre otras alternativas funcionales, para satisfacerlas. En Latinoamérica hay pocas investigaciones a este respecto, debido a que los teóricos de nuestra región tienden a asumir que los mensajes siguen favoreciendo principalmente los intereses de la clase hegemónica y proponen significados preferentes o dominantes, además porque se sigue rechazando el viejo modelo del psicologicismo de estudiar al receptor en forma individual, por fuera de su contexto sociocultural. Pero, los teóricos de nuestra región han hecho importantes aportes en el ámbito mundial: El enfoque de los estudios culturales en Latinoamérica a partir de implementar una fuerte vertiente de desarrollo de elaboraciones teóricas y aproximaciones metodológicas diferentes, ha restituido a las audiencias un rol activo y una mayor capacidad de rechazar y negociar los mensajes hegemónicos de los medios, principalmente como un correctivo a los enfoques críticos tradicionales como el de la economía política y el imperialismo cultural, los cuales tienden a concebir de una manera simplista e ideologizada a los receptores como entes pasivos y manipulables. Principales actuales corrientes de este enfoque en Latinoamérica: 1. Uso social de los medios. (entre otros Barbero) 2. El consumo cultural (Canclini) 3. La recepción activa (Fuenzalida) 4. Los frentes culturales e Identidades Complejas (Gonzalez) 5. El modelo de las multimediaciones (Orozco) En la centralidad cultural (inicios 80´s) los 5 enfoques son compatibles con el enfoque amplio de los estudios culturales y comparten con éste y entre sí un buen número de supuestos y conceptualizaciones básicas; los estudios culturales asumen a la comunicación como práctica sociocultural definida por la producción del sentido. Dentro de las principales corrientes de los estudios culturales las nociones de interdisciplinareidad, in incluso de transdisciplinareidad parecen quedar cortos. a) El uso social de los medios: Barbero, uno de los principales teóricos de América Latina, concibe a los medios de com. como productores sociales y enclaves de condensación e interacción de mediaciones humanas, de conflictos simbólicos e intereses políticos y económicos. Evita la falacia de contraponer de 261 manera simplista los esfuerzos hegemónicos de las clases dominantes mediante la comunicación masiva y los procesos de resistencia, mediación, negociación de de los sectores subalternos: lo popular. Barbero emplea el uso social de los medios para entender las nuevas condiciones de entrelazamiento entre lo social y lo político, en cómo se forma y deforma la opinión pública y cómo se desarrollan los ejercicios de las nuevas formas de ciudadanía y democratización en América Latina. Existe una articulación cotidiana y permanente, con las rutinas del receptor, la comunidad, lo nacional y lo global, fundamentando que la recepción de la comunicación de masas no es una recepción pasiva de la audiencia. La globalización comunicacional, según Barbero, están provocando en los receptores desde las culturas tradicionales y urbanas un descentramiento cultural y por consiguiente fuertes transformaciones en los mapas culturales de América Latina. b) El consumo cultural: Canclini, uno de los pocos investigadores en estudios sobre el consumo cultural, audiencias y recepción en Am Lat. Concibe el estudio del consumo cultural como la mejor forma de analizar los procesos de recepción de la comunicación de masas. Este autor define al consumo cultural como el conjunto de procesos de apropiación y uso de productos en los que el valor simbólico prevalece sobre los valores de uso e intercambio, o donde al menos estos últimos se configuran subordinados a la dimensión simbólica. Canclini presenta seis modelos teórico-metodológico que provienen de diversas disciplinas, necesarios para explicar aspectos del consumo, aunque ninguno de ellos es autosuficiente ni tampoco se han establecido principios de su conexión. (ver pág. 37 y38) 1. El consumo es el lugar de reproducción de la fuerza de trabajo y expansión del capital. 2. El consumo es el lugar donde las clases y los grupos compiten por la apropiación del producto social. 3. El consumo como lugar de diferenciación social y distribución simbólica entre grupos 4. El consumo como sistema de integración y comunicación 5. El consumo como escenario de la objetividad de los deseos 6. El consumo como proceso ritual 262 c) La Recepción Activa: Fuenzlida teórico Latinoamericano que más impulso ha dado a la investigación pro de la capacidad crítica de las audiencias en la recepción del mensaje. Este autor afirma que la influencia grupal es sumamente importante en la construcción del sentido que las personas confieren al mensaje. La familia, la mediación televisiva y la interacción con grupos organizados de todo tipo, ejercen una influencia decisiva en los hábitos y preferencias de información en la recepción del mensaje y en la elaboración de las significaciones socioculturales del individuo. Lo que muestran sus estudios es que el receptor socio-cultural y el contexto de la recepción televisiva son constituyentes activos del proceso de Comunicación. No son “recipientes” o “Variables intervinientes”. Hay una producción de significación en la recepción. Pero esto implica reconocer la historización del proceso de recepción y de la influencia cultural de la televisión (abandonado por los modelos lineales positivistas). Ocurre un proceso de recepción constructivista, dialéctico y conflictivo y que este mismo contexto socio-cultural heterogéneo penetra semióticamente los textos televisivos, manifestándose en la heterodiscursividad”. d) Las fuentes Culturales e Identidades Complejas: Gonzalez. Tiene significativos aportes en el campo de los estudios culturales. Para este autor la construcción de los sentidos y significaciones se convierte hoy en un campo de batalla por monopolizar las visiones de las necesidades, las identidades y los valores sociales. La cultura sirve para diferenciar, clasificar y operar las diferentes visiones del mundo. Entiende a la comunicación como proceso de construcción y deconstrucción y reconstrucción de múltiples efectos de sentido, a partir del lugar que los interlocutores ocupan en la estructura social y en relación a un campo ideológico preciso. c) El modelo de las Multimediaciones Orozco. Identifica y analiza a fondo una serie de multimediaciones en la recepción activa del mensaje por parte del individuo. De acuerdo con este autor, el modelos de las mediaciones en la recepción televisiva se compone de las siguientes mediaciones: 1) Mediaciones cognoscitivas (afectivo, racional y valorativo) 2) Mediaciones culturales (Interacciones sociales y televisivas) 3) Mediaciones situacionales (étnica, sexual, cultural, socioeconómica y geográfica) 4) Mediaciones videotecnológicas (en sus diversas significaciones c la realidad) 263 Para Orozco la apropiación del mensaje televisivo por parte del receptor, se produce antes, durante y después de la exposición a ellos, debido al complejo funcionamiento de estas mediaciones en cada individuo. El autor concluye que la actividad del individuo y en general de las audiencias frente al televisor las lleva a producir significados culturales diversos y no sólo a reproducir los que le llegan directamente de la mediación. “Las audiencias son activas pero sobretodo creativas. Producen sentido en su interacción social, los límites a esa producción no están dados sólo por razones individuales. Más bien están dados a la creatividad en sí, en un escenario socialmente específico. EL CONTACTO HUMANO - MONTAGU Y MATSON – FICHA 2916 CAP 1 Y 3 Introducción La comunicación humana es un encuentro de símbolos y abarca una multiplicidad de signos. Es la forma de contacto humano esencial. En los contactos cara a cara de la vida cotidiana hay escasez de reconocimiento mutuo y de diálogo genuino. En el drama de la vida cotidiana, a diferencia de lo que ocurre en el Teatro Mágico, somos nosotros los actores, en el doble sentido de roles y realización de acciones. Escribimos el guión e improvisamos los movimientos y puesto que nos movemos en un mundo social, toda acción tiene carácter de transacción. Una parte de la destreza para la comunicación es innata, resultado de la adaptación evolutiva; pero la mayor parte es adquirida, resultado de la transmisión cultural, aunque el aprendizaje sea informal y la actuación inconsciente. Mientras antiguamente en el estudio de la comunicación se subrayaba de forma predominante la palabra halada o escrita, ahora se destaca lo no verbal. Acercamiento La comunicación cara a cara comienza a una distancia visual extensa, durante la etapa de acercamiento, cuando los participantes están uno a la vista del otro y los mecanismos internos de persona-percepción y auto presentación se ponen en movimiento. La contribución más importante para el entendimiento de la comunicación humana fue el del estudio de los usos del espacio por animales, culturas y personas. Los antropólogos lo llaman proxémica, los psicólogos introdujeron el subcampo de la psicología ecológica. La concepción del espacio entre sujetos varía entre culturas. Se trata de la proximidad y el trato entre sujetos. Se habla de pueblos de contacto y pueblos de no contacto. El reconocimiento de las esferas espaciales de intimidad y la preservación individual ha sido alentado por el uso dado al concepto de territorialidad. Un modo efectivo de determinar los limites espaciales y las tolerancias psíquicas es probarlos directamente por medio de un acercamiento intencional y “entrometerse” hasta que 264 se produzcan signos de tensión, de huida o intentos para evitarlo. En los acercamientos diarios hay rituales y rodeos. Los ritos preparatorios comienzan con las rutinas matinales de vestirse y acicalarse. Las expresiones e impresiones dadas en el transcurso de todos los ciclos de entrada y rituales de acceso de la vida cotidiana constituye no sólo una actuación de roles sino una declaración de identidad, un reclamo de reconocimiento. El acercamiento es previo al encuentro la mayoría de las veces. Encuentro En cuanto al saludo, sus formalidades varían de una cultura a otra e incluso dentro de una misma cultura (ejemplo: Japón, donde la inclinación es un elemento esencial para la interacción social de cualquier clase). Además de la inclinación esta el apretón de manos como ejemplo de saludo. Si bien varían, hay ciertos elementos comunes a la mayor parte de las sociedades. Un elemento común de los primeros encuentros es la cautela; las propuestas son moderadas y con frecuencia formales y los saludos verbales son uniformados y no comunicativos. Además de este ritual de saludo se intercambian importantes mensajes no verbales y se dan y reciben diversas impresiones. Los primeros encuentros se caracterizan por gestos exploratorios. Esto sirve para avanzar en la relación y para verificar para uno mismo la identidad provisional que se está probando. Previo a esto están las “tácticas de umbral” que son señales premonitorias o anuncios de llegada tales como golpear la puerta, aclararse la garganta o saludar verbalmente al otro. Cada forma de interacción tiene su serie distintiva de códigos, costumbres y convenciones. Señales El primer elemento importante es la apariencia que tiene que ver con lo físico y el vestir. El atractivo físico incluye físico, ropa, cara, cabello y manos. Un método de realzar el atractivo físico el adorno del cuerpo en forma de ropa, joyas, maquillaje, pelucas, etc. Las funciones simbólicas de la vestimenta son variadas y ambiguas: puede servir para esconder o revelar, para expresar personalidad o suprimirla. También la postura de un I funciona a modo de señal, tales como las denominadas “postura de llamada” que refieren al cortejo, a las señales del sexo que se realizan entre hombres y mujeres. Por otra parte, cuando ejercemos un control sobre la exhibición de expresiones faciales, los controles no son siempre conscientes, al haber sido adquiridos muy pronto en la vida, se hacen habituales y con frecuencia pueden ser exhibidos sin intención. La cara cumple un número de funciones expresivas, proporciona un refuerzo que acompaña a la palabra hablada y es una fuente de reconocimiento del discurso de otros. También revelan estados emocionales y registra actitudes hacia otros. También las miradas funcionan como señal. Se distinguen tres formas en 265 las que la orientación visual funciona e interactúa: mirar a otro es un acto social en si mismo; encontrar la mirada del otro es un hecho significativo y puede ser una parte importante de la meta buscada en la interacción; con el hecho de ver a otro puede reunirse mucha información importante sobre él. También el gesto, si bien se emplea con más frecuencia como acompañamiento grafico del habla, también puede sustituir al habla. Todas estas señales, en general, relacionadas con el cuerpo, no pueden interpretarse dejando de lado las costumbres y características propias de la cultura en la que tienen lugar. Comunicar Científicos humanistas como Wiener plantean que existen dos modos de discurso que están en mutua oposición: el monólogo y el diálogo. El modo monológico sirve a los fines de poder mientras que el dialógico sirve a los fines de comunidad. El prototipo del monólogo es una persona hablándole a otra; el prototipo del diálogo es dos personas hablando entre sí. Muchas veces, mucho de lo que pasa por ser diálogo es en realidad una serie de monólogos alternados. El fin del monólogo es la persuasión y su medio habitual el congraciar. El filósofo del diálogo Buber ha identificado tres clases de diálogo: el genuino, cuando cada uno de los participantes tiene realmente en la mente al otro y tiene la intención de establecer una relación con ellos; el técnico, que se apunta únicamente por la necesidad del entendimiento objetivo y el monólogo disfrazado de diálogo, en el que dos o más hombres hablan consigo mismo con rodeos. La imagen de Buber del movimiento básico del dialogo, el volverse hacia el otro, tiene su contrapartida en el concepto de adopción de rol asociado con el interaccionismo simbólico. La adopción de rol significa adoptar el punto de vista del otro en la comunicación, asimilando su perspectiva para aprehender sus significados y anticipar sus acciones. En los estudios de la interacción, la adopción de rol comenzó a dar lugar a la representación de un rol, poniéndose el énfasis menos en la comprensión mutua que en la mutua manipulación. Goffman, por su parte, habla de los “juegos de expresión” que son aquellas situaciones en las que un observador busca información de un sujeto, el cual, se muestra reacio a divulgarla o preocupado por manejarla de algún modo. La información se vuelve estratégica y se realizan juegos de expresión. ¿INFLUYEN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOBRE LA CONDUCTA SOCIAL? – MYERS - FICHA 2902 El incremento del nº de delitos violentos informados entre 1960 y 1990, especialmente e/jóvenes lleva a preguntarnos ¿por qué se ha producido el cambio? ¿Qué fuerzas sociales han provocado este crecimiento explosivo de la violencia? 266 ¿Por el creciente modelado de la violencia y la sexualidad sin límites en los medios de comunicación? Esta preg surge xq las mayores tasas de violencia y coerción sexual han coincidido con un incremento en los medios de las sugerencias de violencia y sexualidad. ¿Es una coincidencia esta correlación histórica? Para saberlo investigadores han explorado las consecuencias sociales de la pornografía y los efectos del modelado de la violencia en las películas y en la tv. Pornografía y violencia sexual La repetida exposición a la ficción erótica tiene varios efectos. Puede reducir la atracción de un individuo a su menos excitante pareja en la vida real, aumentar la aceptación del individuo del sexo extramatrimonial y de la sumisión sexual de las mujeres a los hombres. Imágenes de videos de rock de h’s machistas y mujeres sexualmente complacientes tiñen las percepciones q tienen h’s y mujeres. En EE.UU la pornografía se ha convertido en un negocio más imp. q el futbol americano profesional, baloncesto y beisbol combinados (películas, revistas, sexo telefónico, pág. webs). Las investigaciones de ps social sobre pornografía se ha centrado fundamentalmente en las representaciones de la violencia sexual. Un típico episodio de violencia sexual muestra a un h’ imponiéndose a una mujer. Al ppio, ella se resiste e intenta luchar contra su acosador. Paulatinamente, se va excitando sexualmente y su resistencia se disipa. Al final esta en éxtasis pidiendo más. Los psicólogos sociales informan que el ver esas escenas de ficción, de un h’ avasallador q excita a la mujer, parecen distorsionar las percepciones de cómo responden realmente las mujeres a la coerción sexual, y aumentar la agresión de los hombres contra las mujeres, al menos en laboratorios. Percepciones distorsionadas de la realidad sexual ¿La visión de la violencia sexual puede reforzar el “mito de la violación” (q algunas mujeres disfrutan con un acoso sexual y q no quieren decir q no). Para investigarlo mostraron a h’s, o películas no sexuales o 2 películas q mostraban a un h’ avasallando sexualmente a una mujer. Una semana mas tarde, cuando fueron encuestados, aquellos q habían visto las películas con una violencia sexual moderada aceptaban mas la violencia contra las mujeres. Otros estudios confirman q la exposición a la pornografía aumenta la aceptación del mito de la violación. 267 Agresión contra las mujeres La evidencia tb sugiere q la pornografía contribuye a la agresión real de los hombres contra las mujeres. Educación de sensibilización en los medios De la misma manera q la mayoría de los alemanes tolero en silencio las degradantes imágenes del holocausto, la mayoría de la gente en la actualidad tolera las imágenes de mujeres en los medios q alimentan el acoso sexual, los abusos y las violaciones. En la confrontación e/los derechos individuales y colectivos, la gente de los países occid se inclina por los derechos individuales. Como alternativa a la censura, muchos psic promulgan la “formación de sensibilización de los medios”. Al sensibilizar a la gente sobre la perspectiva predominante q se da en las mujeres en la pornografía, y sobre las cuestiones relativas al acoso y a la violencia sexual, debería ser posible contrarrestar el mito de q a las mujeres les gusta ser presionadas. La esperanza es q el publico se convencerá q estas imágenes no sólo degradan a las personas representadas sino tb a aquellos q las ven. Televisión Hemos visto q la observación de un modelo agresivo puede liberar impulsos agresivos en los niños y enseñarles nuevas formas de agredir. Tb vimos q tras visionar escenas de violencia sexual muchos h’s enfurecidos actúan de forma mas violenta hacia las mujeres. ¿Tiene la tv efectos análogos?. ¿Qué modelos de conducta social se muestran? En un estudio realizado desde 1994 a 1997, se encontró q 6 de c/10 programas contenían violencia (actos físicamente contundentes q amenazan con herir o matar, o que hieren o matan). Al final de la escolarización primaria, el niño medio ha visto unos 8000 asesinatos en tv y otros 100.000 actos violentos. Estamos desbordados por una marea de representaciones violentas q el mundo nunca ha visto antes, inundando los hogares con escenas graficas de brutalidad cuidadosamente coreografiada. ¿Estimulan estos crímenes en horarios de máxima audiencia la conducta q representan? O, a medida q los telespectadores participan de forma vicaria en actos agresivos ¿se elimina la energía agresiva con lo q ven? Esta ultima idea una variación de la hip de la catarsis, sostiene q la visión o representación violenta permite a la gente liberar sus hostilidades acumuladas. Los defensores de los medios nos citan esta teoría y nos recuerdan q la violencia es anterior a la tv. 268 Efectos de la tv en la conducta ¿Imitan los telespectadores los modelos violentos? Abundan ej de individuos q reproducen delitos mostrados en tv. Correlación e/ver tv y la conducta Las historias sobre delitos no constituyen una evidencia científica. Por lo tanto, los investigadores utilizan estudios correlaciones y experimentos para analizar los efectos de la visión de la violencia. Cuanto mas agresivo es el contenido de lo q un niño ve en tv, mas agresivo es el niño. Tb puede ser q un factor subyacente como una menor inteligencia, predisponga a algunos niños a elegir programas agresivos al tiempo q actúan de forma agresiva. Otros estudios llegaron a la conclusión de q el ver violencia mantenía una correlación con agresividad, incluso desp de tener en cuenta otros terceros factores posibles. Ver violencia aumenta la aumenta la violencia, especialmente entre la gente con tendencias agresivas. Experimentos de visionado de la tv La exposición a la violencia q muestran los medios de comunicación de masas provoca incrementos significativos de las agresiones. La evidencia obtenida en estudios, revela una evidencia inequívoca de q la exposición a la violencia en los medios puede aumentar la probabilidad de una conducta agresiva y violenta, tanto en el contexto inmediato, como en el contexto a largo plazo. ¿Por qué afecta el viosanado de la tv a la conducta? La conclusión no es que la tv y la pornografía sean las ppales causas de la violencia social. La tv es una de las causas. Aunque sea un solo de los ingredientes de la compleja receta para la violencia, es potencialmente controlable. Porque la visión de la violencia tiene ese efecto, analice 3 posibilidades: el contenido violento no provoca la violencia social, pero si q la provoca la activación q genera el contenido violento. Otra investigación muestra q ver violencia desinhibe. Las representaciones q se ofrecen en los medios de comunicación de masas tb provocan la imitación. Los niños de los exp de Bandura imitaron las conductas concretas q habían presenciado. Si las formas de relacionarse y resolver problemas desencadenan el mimetismo, especialmente entre los televidentes mas jóvenes, entonces mostrar una conducta prosocial (una conducta amigable, constructiva y útil socialmente) debería resultar beneficioso para la soc. 269 Influencias de los medios: videojuegos Los investigadores están prestando atención ahora a los videos juegos cuya popularidad ha aumentado drásticamente y q están explotando con una creciente brutalidad. La investigación demuestra q los videojuegos son excelentes herramientas docentes. Si los videojuegos de simulares de vuelo pueden enseñar a volar un avión. Que podemos esperar q enseñen los videos juegos q simulan asesinatos? Los juegos a los q juegan los niños En 2002 la industria del video juego cumplió 30 años. Hemos pasado del ping-pon electrónico a los juegos sangrientos. Efectos q tienen los juegos a los q juegan los niños La preocupación por los videos juegos violentos comenzó cuando asesinos adolescentes de Kentucky llevaron a la practica lo q habían jugado en la pantalla. El jugar a juegos violentos podría tener un efecto mas pernicioso q el de ver televisión violenta. Cuando juegan, los jugadores: Se identifican con un personaje violento y desempeñan su papel Ensayan activamente la violencia, no la ven de forma pasiva Participan en toda una secuencia de representación de la violencia: eligen a las víctimas, adquieren armas y municiones, siguen a la víctima, apuntan con el arma y aprietan el gatillo. Están involucrados en una continua violencia y amenazas de ataque Repiten una y otra vez las conductas violentas Se ven recompensados cuando hacen una agresión eficaz. ¿Qué concluye realmente la investigación disponible? Cuando se juega a juegos violentos, más que a juegos no violentos: Se incrementa la activación: aumentan el ritmo cardíaco t la presión arterial. Aumenta el pensamiento agresivo Aumentan los sentimientos agresivos: aumentan los niveles de frustración, así como la hostilidad expresada. Aumentan las conductas agresivas: después de jugar a juegos violentos, los niños y jóvenes juegan de forma más agresiva con sus iguales, discuten más con sus profesores y participan en más peleas. Reduce las conductas prosociales: después de jugar a videojuegos violentos, la gente tardaba más en ayudar a una persona que se lamentaba en el recibidor y en ofrecer ayuda a sus iguales. 270 Cuanto más violentos son los juegos a los que se juega, mayores son los efectos. Los video juegos se han hecho más violentos, lo que ayuda a explicar por qué los estudios mas recientes identifican mayores efectos. En contra de la hip de la catarsis, la práctica de la violencia genera más que reduce la violencia. LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD - THOMPSON - FICHA 6577 El yo y la experiencia en un mundo mediático: En este capítulo quiero centrarme en la naturaleza del yo, la experiencia y la vida cotidiana en un mundo mediático. Mi punto de partida es la perspectiva por la que, con el desarrollo de las sociedades modernas, el proceso de formación del yo se convierte en más reflexivo e indefinido, en el sentido de que los individuos recurren cada vez más a sus propios recursos para construir una identidad coherente con ellos mismos. Al mismo tiempo, el proceso de formación del yo se nutre progresivamente de materiales simbólicos mediáticos, expandiendo de manera espectacular el abanico de opciones disponibles a los individuos, y relajando -sin destruir- la conexión entre la formación del yo y los lugares compartidos. Esta conexión se relaja en la medida en que los individuos cada vez acceden a formas de información y comunicación que proceden de fuentes alejadas y que quedan a su disposición a través de amplias redes de la comunicación mediática. El desarrollo de los media no sólo enriquece y transforma el proceso de formación del yo; también da lugar a un nuevo tipo de intimidad que antes no existía y que se diferencia en determinados aspectos fundamentales de las formas de intimidad características de la «interacción cara a cara». En esos contextos de interacción, los individuos son capaces de establecer formas de intimidad que poseen carácter esencialmente recíproco; esto es, sus relaciones íntimas con otros conllevan una circulación de acciones y expresiones en dos direcciones, de ganancias y pérdidas, de derechos y obligaciones. Las relaciones íntimas pueden ser recíprocas y, sin embargo, pueden estar -y con frecuencia sucede- estructuradas de maneras asimétricas. Con el desarrollo de las formas mediáticas de comunicación, surgen nuevos tipos de intimidad. En el caso de la «interacción mediática», como la que se sostiene mediante el intercambio de cartas a través de la correspondencia o de una conversación telefónica, los individuos pueden establecer formas de intimidad de carácter recíproco pero que carecen de algunas características típicamente asociadas al hecho de compartir espacio común. En contraste, en el caso de la «casi-interacción mediática», los individuos crean y establecen formas de intimidad fundamentalmente no recíprocas. Es esta nueva forma mediática, la intimidad no recíproca, que se extiende a través del tiempo y del espacio, la que subyace, por ejemplo, en la relación entre fan y estrella. Puede resultar muy estimulante, precisamente porque se encuentra libre de las obligaciones de reciprocidad características de la «interacción cara a cara». Sin embargo, igualmente puede llegar 271 a constituirse como forma de dependencia en la que los individuos dependen de otros cuya ausencia e inaccesibilidad los convierte en objeto de veneración. Ya que el desarrollo de los media dan lugar a nuevas formas de intimidad no recíproca, de ahí también que creen nuevas y distintivas mezclas de experiencias que contrarrestan otras tendencias características de la sociedad moderna. Las sociedades modernas implican un alto grado de segregación institucional y experiencial. Pero a la par de esta segregación o «confiscación» de la experiencia, se ha producido un desarrollo paralelo: el desarrollo de los media ha aumentado la capacidad de la gente para experimentar, a través de la «casi-interacción mediática», fenómenos que probablemente no tendrían lugar ahí donde viven. ¿Cómo se enfrentan los individuos al influjo de la experiencia mediática en sus vidas cotidianas? Se ocupan de ella selectivamente, por supuesto, centrándose en aquellos aspectos que tienen un interés particular para ellos e ignorando o filtrando el resto. Sin embargo, también se esfuerzan para dar sentido a fenómenos que desafían una comprensión fácil, y se esfuerzan para relacionarlos en contextos y condiciones de sus propias vidas. El problema con el que se enfrenta la mayoría de las personas en la actualidad es un problema de desubicación simbólica: en un mundo en el que la capacidad de experimentar ha quedado desvinculada de la actividad del encuentro. El yo como proyecto simbólico: desarrollaré una explicación sobre el yo. La explicación sobre la que me extenderé aquí está en deuda fundamentalmente con la tradición hermenéutica, aunque también tiene ciertas afinidades con el trabajo de los interaccionistas simbólicos y otros. De acuerdo con esta explicación, el yo es visto no tanto como producto de un sistema simbólico externo, ni tampoco como entidad fija a la que el individuo pueda asirse inmediata y directamente; por el contrario, el yo es un proyecto simbólico que el individuo construye activamente. Se trata de un proyecto que el individuo construye a partir de materiales simbólicos que encuentra disponibles. Todos somos biógrafos no oficiales de nosotros mismos. Enfatizar el carácter activo y creativo del yo no es sugerir que el yo no pueda ser condicionado socialmente. Al contrario, los materiales simbólicos que forman los elementos de la identidad que construimos, se distribuyen de manera desigual. Estos recursos simbólicos no están a disposición de cada uno de la misma manera, y el acceso a ellos requiere habilidades que algunos poseen y otros no. Además, las maneras en las que los individuos utilizan los recursos simbólicos para construir el sentido de su yo dependerán, en cierta medida, de las condiciones materiales de sus vidas, ya que ajustan sus expectativas y evaluaciones a las afirmaciones continuamente revisadas de lo que, dadas las circunstancias, podrían esperar conseguir de modo realista. Si adoptamos esta aproximación general a la naturaleza del yo, entonces podemos ver que el 272 desarrollo de los medios de comunicación ha tenido un profundo impacto en el proceso de autoformación. Antes del desarrollo de los media, los materiales simbólicos empleados por la mayoría de individuos para los propósitos de la formación del yo se adquirían en contextos de «interacción cara a cara». Estas variadas condiciones se alteran de manera fundamental con el desarrollo de los medios de comunicación. El proceso de formación del yo depende cada vez más del acceso a formas mediáticas de comunicación, tanto impresas como, posteriormente, electrónicas. El conocimiento local es completado, y progresivamente desplazado, por nuevas formas de conocimiento no local que se encuentran fijas en un estrato material, reproducido técnicamente y transmitido a través de los media. La experiencia es progresivamente separada de las relaciones de poder establecidas a través de la «interacción cara a cara», en la medida en que los individuos son capaces de acceder a nuevas formas de conocimiento que han dejado de ser transmitidos cara a cara. El umbral de los horizontes de comprensión de los individuos se amplía; dejan de quedar limitados por pautas de «interacción cara a cara» pero son configurados cada vez más por extensas redes de comunicación mediática. Los media se convierten, en términos de Lerner, en «mobilidad multiplicadora», una forma delegada de viajar que permite a los individuos distanciarse de los lugares en los que viven habitualmente. Con la apertura del yo hacia nuevas formas de conocimiento no local y otros tipos de material simbólico mediático, el desarrollo de los media enriquece tanto como acentúa la organización reflexiva del yo. Enriquece esta organización en el sentido de que, en la medida en que los individuos acceden a formas mediáticas de comunicación, son capaces de extraer cada vez mayor número de recursos simbólicos para los propósitos de construcción del yo. De manera progresiva el yo se organiza como proyecto reflexivo a través del que los individuos incorporan material mediático (entre otros) dentro de una narrativa biográfica coherente y en continua revisión. El desarrollo de los media también profundiza y acentúa la organización reflexiva del yo en el sentido de que, con la expansión de recursos simbólicos a disposición del proceso de formación del yo, los individuos continuamente se encuentran ante nuevas posibilidades, nuevos horizontes y puntos de referencia simbólica. La acentuación mediática de la organización reflexiva del yo puede tener consecuencias perturbadoras, tanto para los individuos como para las comunidades de las que forman parte. La proliferación de materiales mediáticos puede proveer a los individuos de medios para explorar formas alternativas de vida de modo simbólico o imaginario; puede ofrecerles una visión momentánea de alternativas, permitiéndoles de ese modo reflexionar críticamente sobre ellos mismos y sobre las actuales circunstancias de sus vidas. A través de un proceso de distanciación 273 simbólica, los individuos pueden utilizar materiales mediáticos para contemplar sus propias vidas a la luz de nuevas perspectivas. Ahora quiero considerar algunos en los que el creciente papel de los productos mediáticos puede tener consecuencias negativas para la formación del yo. Describiré estas como a) la intrusión mediática de mensajes ideológicos; b) el doble vinculo de dependencia mediática; el efecto desorientador de la sobrecarga simbólica; y d) la absorción del yo en la «casi-interacción mediática». He propuesto una aproximación dinámica, pragmática, del concepto de ideología que centra su atención en la manera en que las formas simbólicas sirven, en determinadas circunstancias, para establecer y mantener relaciones de dominación. De acuerdo con esta concepción, las formas simbólicas específicas no son ideológicas como tales: son ideológicas sólo en tanto que sirven, en determinadas circunstancias, para establecer y sostener de manera sistemática relaciones de poder asimétricas. Si conceptualizamos la ideología de esta manera, podemos ver que el desarrollo de los media incrementa en gran medida la capacidad de transmitir mensajes potencialmente ideológicos a través del espacio y del tiempo, y de reincorporar estos mensajes a una multiplicidad de lugares concretos; en otras palabras, crea las condiciones para la invasión mediática de mensajes ideológicos dentro de los contextos habituales de la vida cotidiana. Que los mensajes mediáticos sean ideológicos dependerá de la manera en que sean acogidos por los individuos que los reciben e incorporan reflexivamente a sus vidas. Parece claro que en determinados contextos la asunción de mensajes mediáticos sirve para estabilizar y reforzar relaciones de poder en vez de desestabilizarlos o socavarlos. Además, cuando las formas simbólicas mediáticas se incorporan reflexivamente en proyectos de formación del yo, los mensajes pueden asumir un papel completamente ideológico. Permítasenos ahora considerar un segundo aspecto en el que el desarrollo de los media puede tener consecuencias negativas para el proceso de formación del yo. Aunque la disponibilidad de los productos mediáticos sirva para enriquecer y acentuar la organización reflexiva del yo, al mismo tiempo convierte esta organización en cada vez más dependiente de sistemas sobre los que el individuo posee relativamente poco control. Esto es lo que yo llamo doble vínculo de la dependencia mediática: a mayor enriquecimiento del proceso de formación del yo mediante formas simbólicas, mayor es la dependencia de sistemas mediáticos que escapan a su control. El doble vínculo de la dependencia mediática es parte de una tendencia más general característica de las sociedades modernas. 274 Por el simple hecho de que la creciente disponibilidad de productos mediáticos ofrezca a los individuos medios simbólicos que les permiten distanciarse de sus coordenadas espaciotemporales cotidianas y construir proyectos de vida que incorporan reflexivamente imágenes mediáticas e ideas que reciben, a la vez los individuos dependen, para la formación del yo y de lo que podría llamarse de manera aproximada la vida de la imaginación, de complejos sistemas para la producción y transmisión de formas simbólicas mediáticas, sistemas sobre los que la mayoría de individuos poseen relativamente poco control. La creciente disponibilidad de materiales simbólicos mediáticos enriquece el proceso de formación del yo; pero también puede tener un efecto desorientador. La enorme variedad y multiplicidad de mensajes puestos a disposición por los media da lugar a un tipo de «sobrecarga simbólica». Los individuos, se enfrentan a innumerables narrativas de formación de yo, innumerables visiones del mundo, innumerables formas de información y comunicación que podrían no ser del todo efectivas o coherentemente asimiladas. En parte, es posible hacerle frente siendo muy selectivos con el material a asimilar. Sólo una pequeña porción de materiales simbólicos mediáticos disponibles puede ser asimilada. Los individuos también confían en otros con quienes interaccionan en sus vidas diarias, cuyas opiniones respetan como conocimiento fiable sobre los materiales simbólicos que merecen ser asimilados y los que no, y sobre cómo esos materiales deben ser interpretados. Los individuos acumulan y acceden por sí mismos a sistemas fiables con el fin de hacer frente al cada vez mayor flujo de formas simbólicas mediáticas. Para asimilar estos sistemas, los individuos con frecuencia utilizan los productos mediáticos como fuente. Libros, manuales, programas de radio y televisión, etc., ofrecen constantemente de consejos sobre cómo afrontar las dificultades y complejidades de la vida. En la medida en que el entorno de los individuos se vuelve más y más complejo (en parte debido al masivo desarrollo de las formas simbólicas mediáticas) los individuos construyen sistemas de conocimiento práctico que les permite enfrentarse a esta complejidad y tratar las demandas de la vida del mundo moderno. Los media, entonces, contribuyen tanto al aumento de la complejidad social como a dotar a los individuos de una fuente constante de consejos sobre cómo deben hacerle frente. Permítasenos en considerar un cuarto aspecto en el que el desarrollo de los media puede tener consecuencias negativas para el proceso de la formación del yo. He tratado de demostrar que su desarrollo crea un nuevo tipo de situación interactiva, lo que he llamado «casi-interacción mediática». Para la mayoría de individuos, la participación en la «casi-interacción mediática» 275 supone uno más entre muchos aspectos de la actividad social cotidiana; los materiales simbólicos mediáticos son un rico y variado recurso para el proceso de formación del yo, pero no son el único ni tampoco el principal. Los individuos también intercambian gran cantidad de materiales simbólicos a través de la «interacción cara a cara» con miembros de la familia, amigos y otros con los que se topan en el transcurso de la vida cotidiana. Sin embargo, queda manifiesto que en algunos casos los individuos pueden confiar fundamentalmente en los materiales simbólicos mediáticos; éstos se convierten no tanto en un recurso que los individuos aprovechan e incorporan reflexivamente a sus proyectos de formación del yo, sino más bien en objeto de identificación al que los individuos quedan fuertemente vinculados emocionalmente. El carácter reflexivo del yo, por el que los individuos son capaces de incorporar reflexivamente materiales simbólicos (mediáticos u otros) en un proceso autónomo de formación del yo, se desvanece de forma imperceptible: el yo es absorbido en forma de «interacción casi mediática». Es precisamente a causa de que el individuo es capaz de incorporar materiales simbólicos reflexivamente en el proceso de formación del yo por lo que estos materiales pueden convertirse en fines por sí mismos, en construcciones simbólicas alrededor de la que la gente organiza su vida y da sentido a su yo. De ahí que la absorción del yo en una casi-interacción mediática no sea un fenómeno cualitativamente diferente de la organización reflexiva del yo: es una versión de él. Familiaridad no recíproca a distancia: Se dan dos aspectos de la «casi-interacción mediática» que poseen particular relevancia para la naturaleza de las relaciones personales formadas a través de los media. En primer lugar, dado que la «casi-interacción mediática» se extiende a través del espacio y del tiempo, hace posible una forma de intimidad con otros que no comparten las mismas coordenadas; en otras palabras, hace posible lo que ha sido acertadamente descrito como «intimidad a distancia»." En segundo lugar, dado que la «casi interacción mediática» es no dialógica, la forma de intimidad establecida a través de ella posee un carácter no dialógico. Esto es, una forma de intimidad que no implica el tipo de reciprocidad y característica mutua de la «interacción cara a cara». El carácter no recíproco de las relaciones mediáticas no implica que los receptores estén a merced de los otros distantes y sean incapaces de ejercer ningún tipo de control; por el contrario, el mero hecho de que los otros no estén situados en las mismas coordenadas espacio-temporales como receptores, y que normalmente no participan en «interacciones cara a cara» con receptores, significa que estos tienen un amplio margen de libertad para dar forma a los vínculos que desean establecer y sostener con los otros distantes. Parte de la atracción del tipo de familiaridad creada a través de la «casi-interacción mediática» consiste precisamente en que: es un tipo de familiaridad que permite a los individuos muchísima amplitud al definir los términos del compromiso y dar forma a la manera de cómo familiarizarse con los otros. Los individuos pueden 276 hacerse una idea de los otros, o los llegan a conocer a través de los media, de manera que quedan relativamente libres de las obligaciones características que definen la realidad de la «interacción cara a cara». De una forma o de otra, la mayoría de los individuos en las sociedades modernas establecen y mantienen relaciones no recíprocas de familiaridad con otros distantes. Sin embargo, también resulta claro que en algunos casos estas relaciones no recíprocas de familiaridad pueden asumir un mayor significado en las vidas de individuos concretos. Pueden llegar a convertirse en un aspecto tan importante de la vida del individuo que empiecen a eclipsar otros aspectos, de forma las interacciones cotidianas tengan que redefinir sus cláusulas, algunas veces con dolorosos y confusos cambios. ¿Qué es un fan? Ser fan es con mucho un aspecto ordinario y rutinario de la vida cotidiana. Ser fan consiste en organizar la vida diaria de uno mismo de manera que el seguimiento de una determinada actividad (tal como ver deportes), o el cultivo de una relación con determinados productos mediáticos o géneros, llega a constituirse como preocupación central del yo, sirviendo para dirigir una parte significativa de la propia actividad e interacción con los otros. Ser fan es una forma de organizar reflexivamente el yo y la conducta diaria. Visto así, no existe una clara división entre fan y no-fan. Se trata sólo de una cuestión de grado, del grado en que un individuo se orienta a sí mismo hacia ciertas actividades, productos o géneros y empieza a reformular su vida en consonancia. En muchos casos, una parte importante de ser fan consiste en el cultivo de relaciones de familiaridad no recíprocas con los distantes otros. Sin embargo, hay formas de admiración que no necesariamente implican el cultivo intensivo de relaciones no recíprocas de familiaridad; muchos fans de los deportes, por ejemplo, pueden desarrollar lazos de lealtad hacia equipos particulares más que relaciones de familiaridad con determinados cantantes. Además, ser fan por lo general implica mucho más que una verdadera orientación afectiva hacia alguien distante. Los fans por lo general se dedican a una multitud de actividades sociales rutinarias, tales como coleccionar discos, casetes, vídeos y otros productos mediáticos. El mundo del fan depende de los productos de las industrias mediáticas que están en general a disposición, pero son asumidos, transformados e incorporados a un universo simbólico estructurado habitado sólo por fans. El proceso de convertirse en fan puede ser entendido como una estrategia del yo, esto es, como una manera de desarrollar el proyecto del yo a través de la incorporación reflexiva de formas simbólicas asociadas con la admiración de las estrellas del espectáculo. Para quienes han establecido una relación de familiaridad no recíproca con los distantes otros, convertirse en fan es una manera de ampliar y consolidar esta conexión, de 277 establecer una conexión que normalmente no puede ser establecida en contextos recíprocos de «interacción cara a cara». Incluso en las ocasiones en que la distancia que normalmente separa al fan de la estrella resulta temporalmente interrumpida -por ejemplo, en un concierto- la no reciprocidad de la relación se presenta generalmente sostenida. Al proporcionar a los individuos los medios para establecer una relación o formar un vínculo, la posibilidad de convertirse en fan resulta atractiva. Permite a los individuos conectar con una rica fuente de materiales simbólicos que pueden ser utilizados para desarrollar una relación de familiaridad no recíproca o para cultivar vínculos, incorporados reflexivamente a un proyecto de formación del yo. La admiración por las estrellas del espectáculo también posee otras ventajas. La más importante consiste en que ofrece la posibilidad de formar parte de un grupo o comunidad, de desarrollar una red de relaciones sociales con otros que comparten orientaciones parecidas. Sin embargo, la implicación personal y emocional más profunda en la comunidad de fans testimonia que tal pertenencia deviene parte integral de un proyecto de formación del yo. Precisamente, a causa de que los individuos absorben una parte significativa de su identidad en la-experiencia de ser fan el acto de asociarse con otros se convierte en algo inmensamente gratificante. Asociarse con otros supone descubrir que las elecciones que uno ha hecho al construir el propio proyecto de vida no son enteramente idiosincráticas. Es descubrir que lo que uno escoge en su trayectoria de vida se solapa de manera significativa con las trayectorias de vida de otros, de manera que ciertos aspectos del yo -incluyendo, en algunos casos, los sentimientos y anhelos más profundos- pueden compartirse con otros sin vergüenza. Sin embargo, para determinados individuos, el atractivo de ser fan puede resultar abrumador. La experiencia puede convertirse en un tipo de adicción, es decir, una forma de actividad que llega a ser compulsiva y de la que resulta difícil separarse a voluntad. El individuo se preocupa cada vez más por el cultivo de una relación de intimidad con el otro distante (o con el desarrollo de un vinculo parecido); el yo queda progresivamente absorbido en el mundo del fan. Cuando esto sucede, puede encontrar difícil sostener la distinción entre el mundo del fan y los contextos habituales de la vida cotidiana. Con esta fusión entre el yo y el otro, del mundo del fan y del mundo de la vida cotidiana, el individuo puede sentir que está perdiendo el control de su vida. La desconfiscación y la mediación de la experiencia: La formación de relaciones de intimidad no recíprocas con otros no presenciales no es el único método de experiencia que los individuos pueden mantener a través de los media. El aislamiento institucional de la experiencia ha ido de la mano de otro desarrollo que, en ciertos aspectos, lo contrarresta: la expansión masiva de formas de experiencia que tienen carácter 278 mediático. Justo en el momento en que muchas formas de experiencia se separan de los contextos habituales de la vida cotidiana y se confinan a complejos institucionales especializados, los individuos se enfrentan a una explosión de las formas mediáticas de experiencia. Algunas de estas formas separadas del flujo habitual de la vida cotidiana se reintroducen a través de los media e incluso se amplían y acentúan. Aunque raramente nos encontramos con determinados tipos de enfermedad y muerte en los contextos habituales de nuestras vidas cotidianas, podemos muy bien adquirir alguna experiencia, y cierto conocimiento sobre ellos a través de los media. Los media ponen a disposición formas de experiencias nuevas en su conjunto, con independencia de si fueron gradualmente separadas del flujo normal de la vida cotidiana. Dos tipos de experiencia: utilizaré el término «experiencia vivida» para referirme a la experiencia tal y como la vivimos en el transcurso de nuestras vidas cotidianas. Se trata de la experiencia que adquirimos en el transcurso temporal de nuestras vidas diarias; es inmediata, continua y, en cierta medida, pre-reflexiva, en el sentido de que por lo general precede a cualquier acto explícito de reflexión. La experiencia vivida, tal y como la concibo aquí, también supone una experiencia situacional, en el sentido de que la adquirimos en los contextos habituales de nuestras vidas cotidianas. Podemos distinguir experiencia vivida, en este sentido, de lo que llamaré «experiencia mediática», La experiencia mediática es la que adquirimos a través de la interacción o «casi interacción mediática», y difiere de la experiencia vivida en determinados aspectos. Examinaré cuatro aspectos que la diferencian de la experiencia vivida. En primer lugar, los acontecimientos experimentados a través de los media, para la mayoría, están alejados espacialmente (y quizás también temporalmente) de los contextos habituales de la vida cotidiana. Por lo tanto, para la mayoría de los individuos que los experimentan a través de los media, poseen cierto carácter refractario: esto es, se trata de acontecimientos que muy improbablemente se verán afectados por las acciones de estos individuos. No están «al alcance» o «dentro del alcance». Podrían darse conexiones esporádicas entre acontecimientos experimentados a través de los media y los contextos habituales de la propia vida cotidiana, sin embargo, estas conexiones probablemente implican muchos intermediarios y son tan amplias que resultan imperceptibles. Un segundo aspecto de la experiencia mediática consiste en que tiene lugar en un contexto distinto del contexto en el que en realidad tuvo lugar. La experiencia mediática está siempre; es la experiencia de acontecimientos que transcurren en lugares lejanos y que es reincorporada, a través de la recepción y la apropiación de productos mediáticos, en contextos rutinarios de la vida cotidiana. El carácter recontextualizado de tal experiencia mediática es tanto el origen de sus encantos como de su habilidad para desconcertar. Su encanto: los media permiten a los 279 individuos desplazarse con relativa facilidad y sin alterar los contextos espacio- temporales de sus vidas, a esferas de experiencia nuevas y complemente distintas. Las esferas de experiencia no están delimitadas por contextos espacio-temporales, sino que están, sobreimpuestas encima de ellas, de tal manera que uno puede desplazarse sin alterar los contextos rutinarios de la vida diaria. Sin embargo, el carácter recontextualizado de la experiencia mediática es igualmente el origen de su capacidad para sorprender y desconcertar, precisamente a causa de que tiene lugar en un contexto que podría estar muy alejado -en el espacio, posiblemente en el tiempo, pero también en términos de las condiciones de vida sociales y materiales- a partir del contexto en el que ocurre el propio acontecimiento. Un tercer aspecto de la experiencia mediática tiene que ver con lo que podríamos llamar «relevancia estructural»." Si entendemos el yo como proyecto simbólico que el individuo formula y reformula en el transcurso de su vida, entonces debemos también darnos cuenta de que este proyecto supone un conjunto de prioridades continuamente modificable que determina la relevancia y otros aspectos de las experiencias potenciales. Este conjunto de prioridades resulta parte integral del proyecto de vida que construirnos para nosotros mismos. No nos relacionamos con todas las experiencias o experiencias potenciales de la misma manera, sino que más bien nos orientamos hacia aquellas experiencias en términos de prioridades que forman parte del proyecto del yo. Tanto la experiencia vivida como la mediática se estructuran de este modo, pero las características de las experiencias mediáticas les otorgan una relevancia estructural en cierta medida distinta. En la medida en que alguien se desplaza a lo largo de los senderos espaciotemporales de la vida cotidiana, se encuentra constantemente inmerso en la experiencia vivida; esta experiencia es continua, inmediata y, al menos en cierta medida, inevitable. La experiencia vivida se forma entorno al yo; se trata de la experiencia de acontecimientos que ocurren (o de otros que están situados) en las mismas coordenadas espacio-temporales del yo, y en los que el yo puede potencialmente influir a través de sus acciones (o con las que podría interaccionar potencialmente). La relevancia de la experiencia vivida para el yo es directa y ampliamente incuestionable, dado que a través de esta experiencia el proyecto del yo se forma y transforma a través del tiempo. En el caso de la experiencia mediática, la relevancia estructural es de alguna manera diferente. Dado que esta experiencia generalmente implica acontecimientos que ocurren en lugares lejanos (quizá también en el tiempo) y que son refractarias a los individuos que las experimentan, resulta más probable que mano tengan una relación tenue, intermitente y selectiva con el yo. La experiencia mediática no supone flujo continuo, sino que más bien tiene una secuencia 280 discontinua de experiencias que poseen varios grados de relevancia para el yo. Para muchos individuos cuyos proyectos de vida están arraigados en los contextos rutinarios de sus vidas diarias, muchas formas de experiencia mediática suponen una tenue conexión con sus vidas; pueden ser intermitentemente interesantes, ocasionalmente divertidas, pero no son las cuestiones que preocupan a la mayoría. Sin embargo, los individuos también aprovechan selectivamente la experiencia mediática, enlazándola con la experiencia vivida que forma el tejido conectivo de sus vidas diarias; y en tanto que la experiencia mediática ha sido incorporada reflexivamente al proyecto del yo, puede adquirir una profunda y permanente relevancia. Para cualquier individuo en particular, podríamos en principio construir un mapa de la relevancia estructural de las diferentes formas de experiencia, en la medida en que él o ella avanzan a través de itinerarios espacio-temporales en la vida cotidiana. En un extremo del espectro se encuentra el individuo que valora sólo la experiencia vivida y que mantiene relativamente poco contacto con las formas mediáticas. Para esta persona, el proyecto del yo está formado mayoritariamente por la experiencia vivida y, aunque las experiencias mediáticas pueden tener lugar en varios puntos del trazado espacio-temporal, afectan poco al yo: pueden ser advertidas, quizás recordadas con el propósito de realizar algún tipo de tarea puntual, pero permanecen periféricas a las preocupaciones centrales del yo. En el otro extremo del espectro, se encuentra el individuo para quien la experiencia mediática es capital en su proyecto de yo. Para la mayoría de la gente, la relevancia estructural de las diferentes formas de experiencia oscila entre un punto y otro de ambos polos. Permítasenos ahora tomar en consideración un cuarto y último aspecto de la experiencia mediática, lo que llamaré «comunalidad desespacializada». En el caso de la experiencia vivida, la comunalidad de la experiencia está ligada al hecho de compartir un lugar común y la superposición de trayectorias de vida en circunstancias compartidas de la vida cotidiana. La comunalidad está con frecuencia arraigada al hecho de que los contextos habituales de la vida de estos individuos son los mismos o muy similares: la comunalidad de la experiencia vivida está arraigada a la proximidad espacial, es esta comunalidad de la experiencia vivida la que formó las bases de muchos tipos de organizaciones políticas tradicionales, como sindicatos y partidos políticos fundados por la separación de clases. Sin embargo, el desarrollo de la comunicación mediática, crea nuevos tipos de experiencia que en cierta medida recortan estos modos tradicionales de organización política, ya que se trata de experiencias en la que la comunalidad deja de estar vinculada al hecho de compartir un lugar común. Los individuos pueden adquirir experiencias parecidas a través de los media sin compartir contextos de vida similares. Esto no significa que los contextos de vida de los individuos sean 281 irrelevantes para la naturaleza y significado de la experiencia mediática: por el contrario, como he destacado repetidas veces, los contextos de vida de los individuos juegan un papel fundamental en las maneras en que los individuos se apropian de los productos mediáticos y los incorporan a sus vidas. Sin embargo, a diferencia de la experiencia vivida, la comunalidad de la experiencia mediática no se basa en la proximidad espacial. Nuevas opciones, nuevos problemas: vivir en un mundo mediático: En la medida en que el individuo está más y más abierto a los mensajes mediáticos, el yo se vuelve más disperso y descentralizado, perdiendo toda unidad y coherencia que pudiera haber tenido. El yo ha sido transformado, las condiciones de la formación del yo han sido alteradas; pero necesitamos pensar esta transformación de manera diferente. Vivir en un mundo mediático implica el continuo entrelazamiento de diferentes formas de experiencia. Para la mayoría de los individuos, en la medida en que cotidianamente se desplazan a lo largo de itinerarios espacio-temporales en sus vidas, la experiencia vivida continua ejerciendo una poderosa influencia en el proyecto de formación del yo. EL TELÉGRAFO Y LA ORQUESTA – WINKIN - FICHA 2947 Shannon propone un esquema del “sistema general de comunicación”, que entiende como una cadena de elementos: la fuente de información que produce un mensaje, el emisor, que transforma el mensaje en señales, el canal, que es el medio utilizado para transportar las señales, el receptor, que construye el mensaje a partir de las señales, y el destino, que es la persona (o la cosa) a la que se envía el mensaje. Durante la transmisión, las señales pueden ser perturbadas por ruido. Podemos señalar la sorprendente analogía entre el modelo de Shannon y el modelo de la comunicación verbal que Roman Jakobson propuso en 1960: emisor contexto, mensaje, contacto, código destinatario. Gracias, sin duda, a su extrema depuración, este esquema se ha convertido en el modelos de la comunicación en ciencias sociales. Sin embargo, en el curso de los años 50, en la época en que el “modelo telegráfico” comienza a adquirir una posición dominante en la reflexión teórica sobre la comunicación, algunos investigadores norteamericanos tratan de partir de cero en el estudio del fenómeno de la comunicación interpersonal, sin pasar por la teoría de Shannon. Estos investigadores proceden de horizontes diferentes. El grupo inicial se incrementó en el curso de los años 60 y 70, convirtiéndose más bien en una red de interconexión. Para mejor destacar el carácter a la vez personal (no institucional) e intelectual de esta red, se podría hablar así de una universidad invisible. Los miembros de esta universidad, por supuesto, no se han reunido jamás, si no es de 282 manera accidental en el curso de algún coloquio. Pero cada uno sabe lo que hace el otro mucho antes de que se publiquen sus trabajos respectivos. La teoría de Shannon ha sido concebida por y para ingenieros de telecomunicaciones, y hay que dejársela a ellos. La comunicación debe estudiarse en las ciencias humanas según un modelo que le sea propio. La investigación de la comunicación entre los hombres sólo comienza a partir del momento en que se formula la pregunta: ¿cuáles son, entre los millares de comportamientos corporales posibles, los que tiene la cultura para constituir conjuntos significativos? Plantear esta cuestión de una selección y una organización de los comportamientos entraña la adhesión a un postulado: la existencia de “códigos” del comportamiento personal e interpersonal, regularían su apropiación en el contexto y, por lo mismo, su significación. Todo hombre viviría necesariamente (si bien de manera inconsciente) en y por los códigos, ya que todo comportamiento supone su uso. Pues bien, los investigadores que reaccionaban contra el modelo verbal, voluntario y consciente de la comunicación, llamarán precisamente comunicación a toda utilización de esos códigos. En consecuencia, “no es posible dejar de comunicar”. Este es uno de los axiomas fundamentales. Desde que un individuo abre la boca y le habla a otro individuo, utiliza, a pesar suyo, una multitud de reglas: reglas de formación del lenguaje, reglas de utilización de un nivel de lenguaje apropiado a su interlocutor, al tema abordado, al lugar en el que se encuentran, reglas de colocación de los giros y los tiempos de habla acordados a cada interlocutor, etc. Para estos autores, la comunicación es, pues, un proceso social permanente que integra múltiples modos de comportamiento: la palabra, el gesto, la mirada, la mímica, el espacio interindividual, etc. No se trata de establecer una oposición entre la comunicación verbal y la “comunicación no verbal”: la comunicación es un todo integrado. Los “mensajes” procedentes de otros modos de comunicación carecen de significación intrínseca: sólo en el contexto de los modos de comunicación, relacionado a su vez con el contexto de interacción, puede adquirir sentido la significación. Birdwhistell y Scheflen proponen así un análisis de contexto por oposición al análisis de contenido que favorece el modelo de Shannon. Si la comunicación se concibe como una actividad verdal y voluntaria, la significación está encerrada en los “bocadillos” que se envían los interlocutores. El analista no tiene más que abrirlos para extraer el sentido. Por el contrario, si la comunicación se concibe como un proceso permanente en varios niveles, para comprender la emergencia de la significación, el analista debe describir el funcionamiento e diferentes modos de comportamiento en un contexto dado. Es preciso concebir la investigación de la comunicación en términos de niveles de complejidad, de contextos múltiples y de sistemas circulares. 283