Publicado en: Revista de Historia Militar Nº 3. Editorial Armerías, Buenos Aires, 2014, pp. 97123. ISBN 978-987-1480-65-4. CORRIENTES ANTE LA INVASIÓN PARAGUAYA DE 1865 por DARDO RAMÍREZ BRASCHI El estudio de la guerra de la Triple Alianza generó una fructífera producción historiográfica, la que se mantuvo en los últimos años. Nuevas tendencias e interpretaciones abordaron la cuestión, aportando reflexiones que se sumaron para comprender y explicar aquella guerra determinante para la construcción de los países que participaron en ella. En la última década, los nuevos aportes como las de Francisco Doratioto 1 y Thomas Whigham 2 desde la perspectiva político-militar; los estudios novedosos de Luc Capdevila 3 sobre las cuestiones sociales y humanas de la contienda; y las reflexiones sobre las tendencias historiográficas aportadas por Liliana Brezzo 4 , entre otros, dieron marco y dinamismo a nuevas interpretaciones. El estudio de las consecuencias de la guerra se enfocó fundamentalmente en el efecto que tuvo la contienda en la sociedad paraguaya: saqueos, pérdidas inmobiliarias, la pobreza generada por el conflicto tuvieron su eje en el mundo guaraní. Esto no sucedió al estudiar su efecto en la población correntina. Es que las condiciones revestían situaciones distintas, ya que los despojos en territorio correntino se dieron, casi en su totalidad, por un ejército vencido, decepcionado y en retirada, mientras que el pillaje en Asunción se produjo por tropas que transitaban los caminos de la victoria. Ese hondo impacto, que repercutió en la población civil de ciudades, pueblos y villas, sembró derivaciones de las victorias del vencedor y las derrotas 1 FRANCISCO DORATIOTO, Maldita Guerra. Nueva historia de la guerra del Paraguay (Buenos Aires, 2014). 2 THOMAS WHIGHAM, La guerra de la Triple Alianza. Causa e inicios del mayor conflicto bélico de América del Sur, volumen I y II (Asunción, 2011). 3 LUC CAPDEVILA, Una guerra total: Paraguay, 1864-1870. Ensayo de historia del tiempo presente (Buenos Aires, 2010). 4 LILIANA M. BREZZO – BEATRIZ FIGALLO, La Argentina y el Paraguay, de la guerra a la integración (Rosario, 1999.) LILIANA BREZZO, La guerra de la Triple Alianza en los límites de la ortodoxia: mitos y tabúes. En revista “Universum” nº 19 - Vol. 1:10-27 (2004). [Escriba texto] del sometido. En los meses que duró la invasión paraguaya en la Provincia de Corrientes se registraron en todos los Departamentos ocupados, denuncias por saqueos con distintos grados de violencia -la propiedad privada fue una de las principales víctimas-, si bien los daños y perjuicios tuvieron intensidades distintas. El presente trabajo analiza las particularidades del proceder de los sectores políticos correntinos en la guerra, la proyección económica de la contienda sobre la población, junto a otros aspectos que generaron la invasión de las fuerzas paraguayas en territorio provincial 1.- Situación política correntina La ubicación geográfica de Corrientes hizo que ésta se transformara en una pieza estratégica clave para todo el desarrollo de la guerra que libró la Triple Alianza. Las relaciones conflictivas entre Argentina y Paraguay eran de larga data y se manifestaron clara y notoriamente en la política exterior de cada país, y estas actitudes se reflejaron en la prensa de la época. Los periódicos argentinos, tanto en Buenos Aires como en el Interior, a partir del año 1864, hacían del tema de la relación con la política del Jefe de Estado paraguayo, general Francisco Solano López, epicentro de críticas y hostigamientos. En la Provincia de Corrientes,las opiniones se encolumnaron a través de dos periódicos con criterios enfrentados: “El Progreso” y “El Independiente”. El primero de ellos, liberal (mitrista), hostigador permanente hacia el Gobierno del Paraguay, y el segundo federal (urquicista), y por lo tanto defensor de la política lopizta. Estos periódicos no eran más que el reflejo de la opinión política de los grupos locales, y estaban visiblemente diferenciados. El último sector citado se manifestó de hecho al registrarse la ocupación paraguaya a Corrientes, ocupando cargos públicos y manifestando su adhesión absoluta al invasor. La sociedad correntina se dividió entre los que rechazaron la invasión y los denominados paraguayistas, que la apoyaron. Con la guerra se produjeron significativos cambios políticos e institucionales en Corrientes. Promovidos por las autoridades militares paraguayas, algunos vecinos de la Capital crean y eligen un Poder Ejecutivo colegiado compuesto por tres miembros oriundos de la Provincia: Víctor Silvero, Teodoro Gauna y Sinforoso Cáceres. La elección se realizó el 19 de abril, siendo el resultado final del escrutinio el siguiente: Teodoro Gauna, 107 votos Wenceslao Díaz Colodrero, 8 votos Pedro Maroso, 1 voto Sinforoso Cáceres,106 votos Cayetano Virasoro, 6 votos Juan M. Villar, 1 voto Víctor Silvero ,102 votos Antonio Díaz de Vivar, 4 votos 5 Ramón Contreras, 1 voto 5 Archivo General de la Provincia de Corrientes. Expedientes administrativos, legajo 144, enerodiciembre de 1865. [Escriba texto] Numerosas familias se fracturaron por sostener ideas enfrentadas, registrándose casos paradigmáticos,, como la oposición entre padres e hijos; tal el caso de Teodoro Gauna, paraguayista, y su hijo Federico Gauna, quien combatió en los Batallones argentinos; o la familia del coronel Basilio Báez, que comandó fuerzas correntinos y uno de sus hijos lo hizo desde las filas paraguayas. También podemos traer a la memoria el caso del ex Gobernador Manuel Antonio Ferré y Nicolás Ferré, ambos, hermano y sobrino respectivamente del ex Gobernador Pedro Ferré; o los casos de Pedro Rolón, hermano del ex Gobernador José María Rolón, y Cayetano Virasoro, hermano del ex Gobernador Benjamín Virasoro, entre otros 6. Desde el origen mismo de la invasión, y como consecuencia de esto, y con la retirada de los paraguayos de suelo argentino, se iniciaron procesos por el delito de traición a la Patria, siendo el primero contra Ramón Contreras durante los primeros días de Mayo de 1865 7; también el Gobernador Lagraña acusó y presentó pruebas ante el Fiscal General de la Provincia, denunciando a Tomás Bedoya, Cayetano Virasoro, José Luis Garrido, Antonio Díaz de Vivar, Domingo Igarzábal, Ulpiano Lotero, Roberto Billinghurst y José Luis Fernández, todos miembros de familias socialmente conocidas y de constante participación pública 8 . Es conveniente aclarar que ninguno fue condenado. Todos fueron absueltos, y algunos de ellos -tal el caso del citado Contrerasllegaron a ocupar altos cargos en el Poder Judicial de la provincia, mientras aún se desarrollaba la guerra 9. Un testimonio de Tiburcio Gómez Fonseca -prominente hombre público y en su momento estrecho colaborador del ex mandatario Juan Pujol-, describe esta situación a fines de noviembre de 1865: El señor Gobernador vino muy preparado contra los traidores, y expidió un decreto de destitución en masa. Pero no crea Ud.. que ese mandato se ha cumplido. Los traidores que tienen padrino no han salido de más empleos. Y entre estos hay bien infames. Los demás siguen funcionando en sus puestos hasta segunda orden, pues hasta hoy no se ha 6 DARDO RAMÍREZ BRASCHI, 2004. La guerra de la Triple Alianza a través de los periódicos correntinos, pp. 115 y 139 (Corrientes, 2004). 7 Archivo General de la Provincia de Corrientes, Copiador de notas del Ministerio de Gobierno, legajo 20, 1859-1869, f. 129. 8 Idem, ibídem, f. 131. 9 Idem, ibid., fs.161 y 186. [Escriba texto] nombrado a nadie, para reemplazarlos, a excepción de un jefe de policía para sustituir al que renunció. Los traidores de marca, pasean y se asocian a S. E. sin novedad, aunque dicen que los va a hacer fugar. Así van éstas y otras cosas, causando risa, a quien las observa con imparcialidad 10 . Del mismo modo se incentivaron denuncias públicas y privadas de parientes entre sí, como la realizada por Damaro Sánchez ante el gobernador Manuel I. Lagraña, que inculpó a su cuñado y su sobrino de ser paraguayistas. 11 Una particular recomendación, dirigida por el Ministerio de Gobierno al juez de paz de Paso de los Libres, exhorta a las autoridades locales a ser cautos y prudentes, en no proceder precipitadamente, ya que debían tener en cuenta las relaciones de amistad y parentesco que tenían los acusados del delito de traición 12. Las causas motivadoras que explican el accionar de los paraguayistas son diversas, ya que algunos de ellos procedieron por convicción pero otros por temor. La “Junta Gubernativa” y los correntinos paraguayistas redoblaron esfuerzos por generar cierta independencia de las decisiones provenientes del Gobierno de Asunción y, paralelamente, intentaron instalar la idea de un enfrentamiento con el Gobierno Argentino presidido por el general Bartolomé Mitre y su alianza con Brasil, objetivo este último que no pudieron lograr. En aquel intento, impusieron algunas disposiciones que pretendían el manejo de su propia soberanía, como la que estableció que la bandera correntina fuera la que flameara en los edificios públicos y la que debía portarse por los Batallones provinciales, sosteniendo que …este Estado ha conservado ilesa su soberanía, como lo demuestran los actos externos e internos del Gobierno, y como lo acredita aun ante los mas profanos, el hecho de ser el pabellón correntino el que ha estado enarbolado en los edificios públicos del Estado, 10 Idem, Sala 7, Correspondencia privada. Carta de Tiburcio G. Fonseca a Wadislao Gramajo, Corrientes, 24 de noviembre de 1865. 11 Idem, Correspondencia oficial, tomo 211, f. 219. 12 Idem, Copiador de notas del Ministerio de Gobierno, Libro de notas a Jueces de Paz, 18641866, legajo 23, f. 201. [Escriba texto] y principalmente en la casilla del Resguardo, como no pudo ocultarse a la Escuadra brasilera.13. Víctor Silvero, uno de los triunviros de la Junta, al constituir un batallón en el Departamento San Luis del Palmar, su primer acto fue entregar a la columna la “bandera correntina”, afirmando que “ella simbolizaba la Patria y su misión”. 14 Esta disposición se mantuvo hasta los últimos momentos de la ocupación paraguaya, como lo demuestra el caso de la batalla de Naranjitos, el 21 de septiembre de 1865, cuando el general Manuel Hornos capturó, entre los vencidos correntinos, sólo la bandera de la Provincia, tal como lo describe en carta a Juan Vicente Pampín cinco días después del combate 15. Además, la Junta de Corrientes dispuso, para la identificación de sus soldados, un uniforme propio que se diferenciase del paraguayo y de las tropas aliadas 16. Las manifestaciones de esta naturaleza fueron constantes durante los meses que duró la administración política de la Junta Gubernativa 17. 2.- Avance paraguayo En la mañana del 13 de abril de 1865, cuando las tropas paraguayas toman dos barcos argentinos surtos en el puerto de Corrientes, el 25 de Mayo y el Gualeguay, se inicia formalmente la ocupación del territorio nacional y se preparan los avances hacia los Departamentos del Sur provincial a través de la costa del río Paraná. En tanto, otra columna incursionará por el territorio de las antiguas Misiones y tendrá por referencia el río Uruguay, siendo sus objetivos el atacar poblados costeros argentinos y brasileños. La columna del río Paraná, en un principio, al mando del general Wenceslao Robles, tuvo su principal campo de operaciones a la vera del río, con límite sur en las proximidades del río Santa Lucía, alcanzando influencia militar y política en Capital, 13 Idem, ibid., legajo 24, 1866-1869, f. 135. 14 Archivo General de la Nación, Sala VII, 10-5-12, fs. 110 y 110 vta. 15 ISIDORO J. RUIZ MORENO, Campañas militares argentinas, tomo IV, Guerra exterior y luchas internas, 1865-1874, p. 81 (Buenos Aires, 2008). 16 AGPC, Copiador de notas a Jueces de Paz, legajo 23, 1864-1866. Circular del 15 de julio de 1865. 17 Para ver otros casos de manifestación política de la Junta Gubernativa consultar RAMÍREZ BRASCHI, La guerra de la Triple Alianza a través de los periódicos correntinos Corrientes, pp. 97 y 98. [Escriba texto] Lomas, San Cosme, Itatí, Caá Catí, San Miguel, Empedrado, Mburucuyá, Saladas, San Roque, Bella Vista, Lavalle y Goya 18. Entre las debilidades que se le atribuye a la jefatura de guerra paraguaya está la ausencia en el frente de batalla, del Presiente mariscal Francisco Solano López, quien se instaló en Humaitá 19, dejando en manos de sus Generales la ejecución de operaciones, lo que produjo algunas desinteligencias y contradicciones, como el caso que llevó a la sustitución del general Robles por el general Francisco Resquín. 18 Respecto a la ocupación de Goya, el historiador Manuel F. Mantilla afirma que el Departamento fue invadido parcialmente, dato coincidente con los registros del comerciante Tomás Mazzanti, quien señala que se produjo una ocupación efectiva de la ciudad, aunque no con la dimensión ocurrida en Bella Vista. Ante la amenaza paraguaya, la mayoría de los goyanos emigraron a Esquina, quedando sólo los comerciantes extranjeros y los vecinos simpatizantes de los invasores. Las tropas paraguayas entraron el 3 de Julio a las 10:00 y se produjeron algunos saqueos, como el registrado en la casa de Julio Solari. El citado Mazzanti va incluso un poco más allá al decir que algunas mujeres de la aristocracia local miraban con buenos ojos a la oficialidad paraguaya, diciendo: “¡Qué mozo simpático aquél!”. Lo cierto es que ese mismo 3 de julio por la tarde, los paraguayos se retirarán hacia Santa Lucía (ver DARDO RAMÍREZ BRASCHI, Registros y apuntes de Tomás Mazzanti sobre la guerra del Paraguay, en “Anales” de la Junta de Historia de la Provincia de Corrientes (Corrientes, 2006). Otro testigo de los acontecimientos sostuvo que los paraguayos entraron a Goya el 5 de julio, permaneciendo un tiempo no mayor de cuatro horas, saqueando la casa de Julio Solano, impresor del periódico La Esperanza, buscando las máquinas impresoras, las que no fueron halladas. Lo mismo hicieron con otras casas de comercio, pero las propiedades del testigo no fueron saqueadas (AGPC, Sala 7, Correspondencia privada, carta de J. Altamirano a Wadislao Gramajo, Goya, 25 de junio de 1865). El general Manuel Hornos en un informe sostiene que los paraguayos abandonaron la ciudad de Goya el 7 de junio, después de haber saqueado las casas de negocios de los hermanos Baibiene y Julio Solano, tomando todos los paños que había en la plaza, por lo que giraron letras por su valor. Además tomaron prisionero al comerciante local Mariano Araujo (BIBLIOTECA DE “LA NACIÓN”, Archivo del general Mitre, tomo II, Guerra del Paraguay, p. 171, Buenos Aires, 1911). También en los alrededores de Goya, la población de los suburbios padeció daños (carta de Evaristo López a Manuel Ignacio Lagraña, del 10 de junio de 1865, en AGPC, Correspondencia oficial, t. 29, f. 141). La noticia de la derrota paraguaya en Uruguayana se festejó en Goya con cohetes de estruendos; a partir de allí los vecinos regresaron a la ciudad paulatinamente y para el mes de noviembre la mayoría estaba radicada nuevamente en sus hogares. Estas elevaron un pedido al Gobierno Provincial para levantar un nuevo templo a la Virgen del Rosario, protectora de la ciudad (AGPC, Correspondencia oficial, tomo 211, fs. 94, y Sala 7, Correspondencia privada, carta de J. Altamirano a Wadislao Gramajo, Goya, 23 de septiembre de 1865). 19 DORATIOTO, Maldita guerra, p. 138. [Escriba texto] En este contexto adquieren importancia los combates de Riachuelo (11 de junio de 1865) y el de Paso de Cuevas (12 de agosto de 1865), especialmente este último por la cercanía al poblado de Bella Vista, que allanaba el camino para su saqueo. El combate de Cuevas se produjo entre parte de la Flota brasileña y un buque argentino, contra la artillería paraguaya apostada en las barrancas del Paraná. Las naves se dirigían aguas abajo rumbo al puerto de Goya. Una batería paraguaya ubicada sobre aquel paso bombardeó a las embarcaciones, que traspasaron el ataque, pero a pesar de ello tuvieron la pérdida de 10 muertos y 25 heridos. Sólo un buque argentino formaba parte de la escuadra: el Guardia Nacional, al mando del capitán Luis Py, quien se demoró frente a la batería para retar -como si fuera un duelo- a los cañones paraguayos asentados en las barrancas. Esta postura del oficial argentino tuvo un costo alto ya que la estructura del buque fue seriamente dañada, dejando como saldo 3 muertos y 12 heridos. Entre los primeros se cuenta un hijo del capitán Py y el guardiamarina José Ferré, hijo del antiguo Gobernador don Pedro Ferré. Los brasileños reconocieron 17 muertos y treinta y 35 heridos. Si bien el combate duró casi todo el día, la flota aliada no sufrió la pérdida de ningún buque y los paraguayos mantuvieron intacta su artillería. 3.- Ataque a Bella Vista Luego que la jefatura militar del Ejército Paraguayo en operaciones sobre el río Paraná quedara al mando del general Francisco Isidoro Resquín, sustituto de Robles, continuó la ocupación de territorios en el Sur provincial. El avance alcanzó las inmediaciones de Bella Vista, donde el Ejército invasor permaneció un mes ejecutando marchas y contramarchas. Las tropas de Resquín no hallaron resistencia militar, ya que el general Wenceslao Paunero marchó en el mes de julio de 1865 hacia el Este, mientras que el general Nicanor Cáceres sólo operaba con algunas guerrillas. Hasta la ocupación del poblado de Bella Vista, los pueblos correntinos habían sido -hasta cierto punto- respetados, pero una vez ocupada esta villa, comenzaron los saqueos sistemáticos 20 . En los primeros momentos de la ocupación, desde abril a junio, no se produjeron sustracciones de consideración, ya que sólo se registraron algunos actos de pillaje aislados, debido a que era intención de la Comando paraguayo y de los 20 GEORGE THOMPSON, La guerra del Paraguay, t. I, pp. 89 y 90 (Buenos Aires, 1910). [Escriba texto] correntinos paraguayistas generar una política de convencimiento y seducción a la población autóctona. Hubo inicialmente algunos robos aislados, pero estos no fueron generalizados, lo que cambiará a partir de Julio de 1865. La Junta Gubernativa fue insistente con los Jueces de Paz para que fueran severos con los delincuentes, y se devolvieran los animales arrebatados a los vecinos perjudicados 21 . Esta situación duró poco ya que, ante los primeros reveses militares, el padecimiento de los habitantes correntinos aumentó progresivamente, lo que derivó en una depredación generalizada. El saqueo de Bella Vista, iniciado el 28 de julio, fue uno de los más crueles registrados en los poblados correntinos, tanto en propiedades privadas como públicas. Un vecino del lugar manifestó: El saqueo en Bella Vista es en general y bastante terrible, pero la casa Delfino está completamente destruida, a mi no me han dejado ropa ni colchón, todo me han llevado, y a este tenor todos en general han sufrido 22. Algunos funcionarios lograron prevenirse ante la ocupación inmediata de la ciudad, como fue el caso del Administrador de Rentas de las Aduanas Nacionales, quien pudo huir con la recaudación de $ 27.365 23 . El Gobernador Manuel Ignacio Lagraña dió a conocer los saqueos y daños en Bella Vista al Vicepresidente de la República, don Marcos Paz, haciendo referencia también de mujeres violadas. Esta es la única vez que se hace mención a violaciones por tropas paraguayas. No se ha encontrado documentación que haga referencia a estos hechos; existe la posibilidad que tal vez no hayan ocurrido, ya que si fuese así, aquellos actos agresivos hubiesen sido denunciados reiteradamente y con precisión. Parece ser que la versión llegó a oídos de Lagraña cuando éste se hallaba en Goya, en los primeros días de agosto de 1865 24. 21 AGPC, Copiador de notas del Ministerio de Gobierno, legajo 23, a Jueces de Paz, 1864-1866, f. 183. 22 Idem, Correspondencia oficial, t. 210, f. 71. 23 Idem, ibid., t. 210, f. 101. 24 UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA, Plata, 1963). [Escriba texto] Archivo del Cnel. Dr. Marcos Paz, t. 4, p. 83 (La Respecto a comercios del poblado, los paraguayos buscaron información precisa de los depósitos y de las mercancías de cada uno de los dueños, teniendo por objetivo el descubrir todo almacén o barraca oculto. Los comerciantes fueron detenidos por los paraguayos e interrogados para que manifiesten el lugar y las mercancías que existían en el pueblo, para luego acercar los datos al general Resquín 25. También el despojo en estancias del Departamento fue una constante; el más relevante la incursión sobre uno de los establecimientos más importantes de Bella Vista, como el perteneciente a doña Eugenia S. de Artaza. Sus estancias fueron saqueadas completamente, incluyendo construcciones y toda clase de ganados, alcanzando estos últimos 10.000 cabezas de vacunos, 370 ovejas y 450 equinos 26. La depredación en las zonas rurales fue realizada de manera generalizada, sin puntos selectivos: los damnificados podían ser importantes estancieros o pequeños productores locales, con una o dos cabezas de ganado 27. Las acciones fueron realizadas por las tropas invasoras que, en ocasiones, actuaron en complicidad con grupos de la localidad, los cuales tuvieron como cabecillas a José F. Cáceres y Ramón Sangrá. Dada esta situación, el Jefe político Francisco Ferreyra manifestó en carta al Gobernador Lagraña: Una medida de urgente necesidad: la de nombrar una comisión de personas idóneas que se ocupen, desde luego, del examen de la conducta de muchas personas que han sido el flagelo del pueblo; de los que han servido de guías a los invasores; de los que han acaudillado gavillas de ladrones; y de los que han sido desertores del Ejército 28. La propiedad del Estado también fue destruida y saqueada. Vecinos intentaron proteger algunos bienes públicos, como el caso de Dolores Molina, vecina del pueblo, quien ha entregado, a la Jefatura política, 35 sellos de a un real y 6 de diez pesos, pertenecientes al Erario provincial, diciendo que los referidos sellos fueron recogidos 25 Archivo Nacional de Asunción, NE, 1696, interrogatorios a Pedro Morego, Pelegrín Denegri, Esteban Libieri y Cayetano Trabuco. 26 AGPC, Sección Judiciales, legajo 65. 27 Idem, Expedientes administrativos. Reclamos deudas guerra del Paraguay, libros I, II, III y IV. 28 Idem, Correspondencia oficial, t. 211, fs. 4 y 5. [Escriba texto] durante la ocupación 29 . El templo local también fue dañado y los invasores se apropiaron del hierro que estaba destinado a la nueva capilla 30, e incluso sustrajeron la corona de plata y la vestimenta de la imagen de la Virgen que la presidia 31. De acuerdo a la descripción del ingeniero británico George Thompson -quien ejerció su profesión en el Paraguay al servicio de los Jefes de Estado don Carlos Antonio López y Francisco Solano López-, muchas de los objetos robados fueron enviadas a este último, como regalo, incluyendo un piano robado a Félix Delfino, que fue obsequiado a Elisa Lynch, primera dama del Gobierno paraguayo 32 . El diario Nación Argentina referenció en varias ocasiones el estado del poblado de Bella Vista y el accionar paraguayo 33. Al producirse el retiro definitivo de los enemigos de la ciudad, se llevaron todos los elementos que le eran posibles, destruyendo los que quedaban 34. El desbande de ganado causó confusión entre los vecinos, ya que todos los animales fueron incautados. Pero sucedió que entre los vacunos dispersos, algunos de estos vecinos se apropiaron de animales sueltos que aparecían en sus campos y los marcaban para sí. En esta cuestión tuvo que intervenir el Juzgado de paz local 35 . En otros casos los animales fueron capturados por las autoridades locales, y se procedió desde el Gobierno a la devolución a sus legítimos propietarios, los que debían probar sus pertenencias a través de las respectivas marcas 36 .Mas luego de recuperada la ciudad por las tropas aliadas, prosiguió la inseguridad de la propiedad, ya que algunos oficiales argentinos tomaban ganado sin el procedimiento establecido para la compra e indemnización fijada por el 29 30 Idem, ibid., t. 211, fs .171 vuelta. Idem, ibid., t 211, fs. 4 y 5. 31 WHIGHAM , La guerra de la Triple Alianza, t. I, Causas e inicios del mayor conflicto bélico de Amérca del Sur , p. 427. 32 THOMPSON, La guerra del Paraguay, t. I, p. 90. 33 Edición del 18 de agosto de 1865. 34 AGPC, Correspondencia oficial, t. 210, f. 248. Carta del Juez de Paz de Bella Vista al Gobernador Lagraña, del 11 de octubre de 1865. 35 Idem, ibid., t. 211, f.148. 36 Idem, Copiador de notas del Ministerio de Gobierno, Libro a Jueces de Paz, 1864-1866, legajo 23, f. 216. [Escriba texto] Estado Argentino, generando perjuicios entre los vecinos. Esto motivó reclamos reiterados del Jefe político de Bella Vista 37 . 4.- Ocupación de la ribera del río Uruguay La ocupación paraguaya al territorio correntino se concretó por dos importantes columnas: una, bajo el mando del general Wenceslao Robles a la vera del río Paraná, alcanzando como límite principal el río Santa Lucía, aunque ocupó espacios un poco más al sur, hasta la ciudad de Goya. La restante, a cargo del teniente coronel Antonio de la Cruz Estigarribia, incursionó por el Paso de Encarnación, con más de 11.000 hombres, y fue dividida en dos a la altura de Santo Tomé, cada una recorriendo las costas del río Uruguay en jurisdicción argentina y brasileña. El dominio efectivo del Ejército Paraguayo en la zona oriental de la Provincia estuvo conformado, geográficamente, entre el Iberá, el río Uruguay y el Miriñay. Las razones estratégicas de esta columna adquirían notable importancia, ya que debería ser la contención principal al avance del Ejército Brasileño. Esta última actuó de manera totalmente independiente respecto a la dirigida por el general Robles, de tal forma que los sucesos políticos y los vínculos existentes entre la Junta Gubernativa paraguayista de la Capital provincial no generó ninguna consecuencia en el territorio cercano al río Uruguay. Simultáneamente con la ocupación de los Departamentos de la Provincia sobre la costa del Paraná, el teniente coronel Estigarribia incursionó en territorio correntino, bordeando la costa del Uruguay hacia el sur, cuando desprendió un batallón de avanzada a cargo del mayor Pedro Duarte, que el 5 de mayo, previo de enviar una partida de soldados, ocupó Santo Tomé sin inconvenientes, ya que sólo se hallaba un grupo de ancianas y tres o cuatro comerciantes italianos 38. Desde fines del mes de abril de 1865 los vecinos de Santo Tomé iniciaron su éxodo hasta la línea del Aguapey, para luego pasar el río Miriñay en busca de mayor seguridad 39. El teniente coronel Estigarribia continuó su recorrido en territorio brasileño y ocupó San Borja e Itaquí, y el 5 de agosto Uruguayana, siendo éste el punto máximo 37 Idem, ibid., t. 211, f. 173 38 WHIGHAM, La guerra de la Triple Alianza,, t. I, p. 324. 39 HERNÁN FÉLIX GÓMEZ, La ciudad de Santo Tomé, pp. 12 y 13 (Buenos Aires, 1942). [Escriba texto] alcanzado. Estigarribia había desobedecido la orden de Solano López, de no entrar en los poblados, para evitar el pillaje de los soldados, por lo que los saqueos fueron constantes. Sistemáticamente, en el trayecto de San Borja a Uruguayana arrebataron toda clase de elementos, los que fueron llevados al Paraguay en carretas. Después de los saqueos perpetrados por las tropas regulares, también incursionaron en el pillaje algunos moradores40 . El ganado de estos Departamentos fue arreado posteriormente hacia el Norte, trasladándolo a territorio de Paraguay por el paso de Candelaria 41. El mayor Duarte dominó Paso de los Libres el 2 de agosto, y ante la avanzada de los Ejércitos Argentino y Oriental abandonó el poblado, tomando posesión en inmediaciones del arroyo Yatay, donde el 17 de agosto se libra la batalla que lleva el nombre de este arroyo, siendo derrotada completamente la columna paraguaya. De la misma manera, las tropas de Estigarribia que ocupaban Uruguayana también terminarán en derrota ante el asedio de las tropas aliadas, no pudiendo resistir el sitio impuesto, y capitularán definitivamente el 18 de septiembre. Hasta que se libró la batalla de Yatay, los Departamentos Santo Tomé, La Cruz y Paso de los Libres estuvieron a merced de las operaciones de las fuerzas invasoras, las que procedieron violentamente contra los vecinos, ejecutando arreo de ganado, tal como lo verificaron las denuncias de los damnificados. Pero algunas zonas, como el norte del Departamento Santo Tomé, después del avance paraguayo quedaron bajo el pillaje y robo de algunos Batallones brasileños. En este contexto, el poblado de Alvear no fue ocupado por los paraguayos, como Santo Tomé y Paso de los Libres 42. 5.- Saqueo de tropas brasileñas La jurisdicción del Departamento Santo Tomé tenía grandes dimensiones, en comparación a las restantes de la Provincia, ya que abarcaba gran parte del territorio de las Misiones, al occidente del río Uruguay. De acuerdo al interesante mapa político confeccionado por el ingeniero Nicolás Grondona a principios de la década de 1870, los 40 DORATIOTO, Maldita guerra, 2004, pp. 164 y 165. 41 LUIS SCHNEIDER, A guerra da Tríplice Alianza contra o Goberno da República do Paraguay .Traducido do allemao por M. T. A. Nogueira, annotado por J. M. da Silva Paranhos, pp. 90-91 (Río de Janeiro, 1924-1925,). 42 FEDERICO PALMA, Historia de la ciudad de Alvear, p. 12 (Corrientes, 1958). [Escriba texto] límites departamentales eran: por el Oeste todo el curso del Aguapey, perdiéndose por el Norte, bordeando las sierras misioneras: y al oriente el río Uruguay. Pero la villa poblada de Santo Tomé, sobre las costas del rio Uruguay, era un puñado de casas dispersas, construidas de madera, adobe y techos de palma. Lo productivo se hallaba en los distintos establecimientos y estancias en las zonas rurales. En este Departamento los reclamos por daños por saqueos no sólo son denunciados por las acciones del Ejército Paraguayo, sino también por las incursiones violentas del Ejército Brasileño. En el mes de agosto se produjo la primera incursión brasileña, a la orden del mayor Ysairo (sic), perteneciente a la División del Barón de Gamby (sic), la que, con violencia, trasladó a las familias del vecindarios de San Javier, incluyendo el arreo de mulas, caballos, vacunos, bueyes mansos, y toda mercadería que encontró a su paso 43. Por ejemplo el caso denunciado por la Sociedad Nacional Explotadora y Producciones de Misiones de Yerba Mate, ubicada en el Distrito San Javier, donde tropas del Ejército Imperial se apoderaron de mulas, mercaderías y otros valores, que trasladaron a territorio de su país, como así también se llevaron detenidas a las personas que se hallaban en el lugar. Posteriormente, en una segunda ocupación, incendiaron el resto del establecimiento, no quedando ningún habitante en el lugar 44. La información sumaria levantada por el juez de Paz de Santo Tomé estableció y describió los daños y perjuicios presentados por los señores Thompson y Silveira 45. Respecto a los mismos hechos, el juez de Paz de Santo Tomé, Pascual de Isasa, informó al Ministro de Gobierno de la Provincia mayores detalles de los daños producidos por el Ejército Brasileño. En una nueva incursión durante el mes de septiembre de 1865, fueron incendiados cinco establecimientos. En el mismo reclamo, aclara el juez de Paz que, durante el trascurso de los cuatro meses que llevaba el desarrollo de la guerra, no se habían registrado daños ocasionados por paraguayos, y sí tan sólo por brasileños 46. Pero de acuerdo de los reclamos iniciados al concluir la guerra, fueron 98 los expedientes solicitando indemnización al Paraguay por perjuicios ocasionados: también existieron daños de otro origen, como al arrebato de animales, que algunos casos han 43 AGPC, Correspondencia oficial, t. 211, f. 190. . 44 Idem, ibid, t. 211, fs. 126 y 127. 45 Idem, ibid.. t. 212, f. 209. 46 Idem, ibid., t. 211, f. 190. [Escriba texto] ocurrido en ausencia de los vecinos, sobreponiendo y colocando marcas al ganado ajeno 47. En estas circunstancias, los hechos de guerra se confunden con los vulgares y comunes hechos delictivos. Para alcanzar una comprensión integral de los sucesos y aproximarnos a algunas respuestas, es conveniente referenciar la consideración mutua que existía entre argentinos y brasileños. A pesar de la alianza acordada oportunamente, sus relaciones no fueron de las mejores; aún más, la Triple Alianza ligaba a los tres Gobiernos, pero la cooperación entre los Ejércitos era esquiva 48. El pacto político alcanzado no condujo a la superación de las desconfianzas en cuanto a la política argentina en el Plata 49: los brasileños no se sentían cómodos con sus aliados, ya que existían sospechas de pretensiones territoriales, y el Partido Conservador del Imperio criticó el tratado por decir que favorecía a la República Argentina. El almirante Joaquín Marques de Lisboa, vizconde de Tamandaré, odiaba a los argentinos, y cuestionaba la jefatura militar de Mitre. También Francisco Jê Acaiaba de Montezuma, vizconde de Jequitinhonha, afirmó que “la Argentina es nuestro rival; Montevideo y Paraguay no..... 50 . Por su lado, los argentinos desconfiaban permanentemente del Brasil, y eran constantes los hostigamientos y enfrentamientos que se observaban reiteradamente por la presencia de brasileños que residían en tiempos de la guerra en territorio correntino 51. En esta Provincia se odiaba a los porteños exactamente de la misma manera que a los paraguayos; el odio a los brasileños era todavía más profundo 52. Cuando ocurrían fracasos militares en el frente de guerra, o demoras en las operaciones bélicas, un aliado culpaba o responsabilizaba al otro de impericia: fue muy difícil crear un frente de batalla en esa situación, pero imperó la necesidad de ambos de derrotar al Presidente López. 47 Idem, ibid., t. 211, f.134. 48 WHIGHAM, La guerra de la Triple Alianza., t. II, El triunfo de la violencia, el fracaso de la paz, ,p. 18. 49 DORATIOTO, Maldita guerra , pp. 150 y 152. 50 RUIZ MORENO, Campañas militares argentinas, t. IV, p. 103. 51 DARDO RAMÍREZ BRASCHI y JOSÉ LUIS CANO ORTIGOSA, La influencia de la presencia militar brasileña en Corrientes durante la guerra de la Triple Alianza, en “Anuario de Estudios Americanos”, nº 70- I, pp. 248-269 (Sevilla, 2013). 52 WHIGHAM, La guerra de la Triple Alianza, t. I,, p. 289. [Escriba texto] 6.-El itinerario del Gobernador Lagraña y el cambio de autoridades Ante la imposibilidad de enfrentar tamaña fuerza de ocupación, el Gobernador Lagraña -junto a funcionarios y algunos Batallones que improvisadamente pudo organizar-, abandonó la Capital el 13 de abril de 1865, dejando a su libre albedrío un considerable territorio, que abarcaba el Noroeste provincial, que quedó finalmente bajo el dominio paraguayo. Ubicado provisoriamente primero en Empedrado y luego en San Roque, Lagraña inició un fluido intercambio de correspondencia con las autoridades del Gobierno Nacional, más específicamente con el Presidente Mitre. La primera de ellas fue fechada el mismo 13 de abril a las 19:00 desde la Capital, y trasladada por el vapor inglés Flying Fish: en ella comunicaba el ataque a la ciudad y detallaba el acontecimiento. Desde Empedrado también enviará informes al Gobierno Nacional, permaneciendo en este poblado muy poco tiempo. De ahí en más la correspondencia fechada en lo que restaba de abril de 1865 y en el mes subsiguiente de mayo será enviada (y recibida) desde el poblado de San Roque, donde se instaló provisoriamente, manteniéndose cerca de las acciones bélicas, pero a la vez protegido de los ataques enemigos. El avance y ocupación militar paraguayo prosiguió hacia el sur, apoderándose de Empedrado como primera etapa, para proyectarse después por la costa del río Paraná. Paralelamente, el Gobierno de la resistencia de Lagraña improvisará una débil defensa, más bien de observación de los movimientos del enemigo. El coronel Fermín Alsina fue designado jefe de vanguardia, y el coronel Raimundo Fernandez Reguera comandante en jefe de Operaciones, a quienes se sumará el general Nicanor Cáceres con tropas reclutadas en los Departamentos Curuzú Cuatiá y Sauce. El coronel Manuel de Jesús Calvo quedará a cargo de la Jefatura del Estado Mayor de la Provincia. Lagraña se mostrará optimista porque, según sus cálculos, estaban bajo su mando aproximadamente 6.000 hombres, ubicados en cercanías del Cuartel General de San Roque, los que presuntamente frenarían el avance del invasor. El optimismo se fundaba en el entusiasmo mostrado por las tropas en querer combatir. El informe de Lagraña, que se basaba en la motivación y participación de los correntinos, no se ajustó a una objetiva realidad, ya que muchos hombres se plegaron a las directivas paraguayas y a las órdenes de la “Junta Gubernativa”, colaboradora con la ocupación extranjera. El mismo Lagraña en diversas oportunidades se referirá al tema, y en carta al Vicepresidente Paz, del mes de septiembre de 1865, hará referencia al combate de [Escriba texto] Naranjitos en el cual se enfrentaron correntinos adheridos a causas opuestas: el mandatario comentará que los Batallones derrotados estaban conformados por comprovincianos. El mismo concepto se plasmó en el parte de batalla. La guerra dividió a la Provincia en dos: por un lado todo el territorio del noroeste provincial, dominado por tropas paraguayas, y políticamente bajo las directivas de la Junta que fuera elegida por el voto de los vecinos de la Capital; el territorio restante del sur quedará bajo la jurisdicción de Lagraña. La línea divisoria aproximada de un sector territorial con el otro fue el río Santa Lucía, desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Paraná, el cual no fue traspasado por el grueso de las fuerzas invasoras. El Santa Lucía será salvado solamente por algunas partidas de ataque y reconocimiento que lo cruzaron esporádicamente. Pero a pesar de la divisoria de aquel río, el límite nunca estuvo claramente marcado, y jamás se delimitó una zona específica bajo la influencia de una y otra autoridad. Es así que en varios Departamentos, como por ejemplo San Miguel o Mburucuyá, ambos Gobiernos designaron Jueces de Paz. Los avances y retrocesos de las tropas de vanguardia de la caballería también fueron una constante. La primera reacción de Lagraña ante la noticia de la conformación de una Junta Gubernativa erigida por correntinos, fue la de dictar (21 de abril de 1865) un decreto declarando nula la designación, y la consideración de traidores a la Patria a todos aquéllos que “obedezcan órdenes de dicha autoridad o tomen las armas en su defensa, o le presten cualquier colaboración o ayuda”, de acuerdo a las disposiciones de la Constitución Nacional 53. El Gobierno de Lagraña y las tropas de vanguardia nada pudieron hacer acerca del accionar de las tropas paraguayas, ya que no podían oponerse abiertamente a raíz de la ventaja numérica del enemigo. Pero, a pesar de la amenaza del avance paraguayo, se mantuvo firme en los Departamentos no ocupados, manteniendo y garantizando la administración política de los mismos. Así por ejemplo, continuaron en sus funciones los Jefes Políticos de Goya y Bella Vista, Evaristo López y Francisco Ferreyra respectivamente. Lo mismo hicieron los Jueces de Paz en cada jurisdicción departamental. A esta altura de los acontecimientos el Gobernador Lagraña, por razones de seguridad, ya había abandonado San Roque e instalado en el Cuartel General ubicado 53 Registro Oficial de la Provincia de Corrientes. Año 1865, pp. 56-57. [Escriba texto] en Esquina, poblado que se hallaba protegido por su salida al río Paraná y por la cercanía a Entre Ríos. En este punto se instaló la imprenta del periódico La Esperanza, que se editaba en Goya, traída por su editor 54. Pero al poco tiempo, más precisamente el 7 de junio, los paraguayos se retiraron y abandonaron las cercanías de Goya. Lagraña pasó entonces de Esquina a Maruchas (Departamento.Goya) y de allí al pueblo de Goya, y fijó su nueva sede provisoria, desde donde coordinó la entrega de suministros y mercaderías que requerían las tropas para su abastecimiento. La estadía de Lagraña en Goya no tuvo una duración prolongada en el tiempo, por temor a un ataque del enemigo, ubicándose a mediados de agosto en Curuzú Cuatiá, condicionando su accionar al decir que “así que Goya deje de ser amenazada por el enemigo, regresaré a aquel punto, que es el más conveniente para mi permanencia” 55. Permaneció en Curuzú Cuatiá durante todo septiembre. A raíz de la guerra, los recursos propios del Gobierno Provincial fueron nulos, recurriendo permanentemente al apoyo económico y subvención extraordinaria de la Nación. Corrientes ni siquiera podía cubrir los gastos mínimos de la administración local. 56. Desde abril a octubre de 1865 la sede del Gobierno de Lagraña tuvo carácter ambulante: en un principio se ubicó en Empedrado, luego en San Roque, para pasar al poblado de Esquina, y de allí a Goya, para recalar posteriormente en Curuzú Cuatiá. Allí no terminará su travesía, ya que desde este poblado pasó a Bella Vista, para volver definitivamente a la ciudad de San Juan de Vera en los primeros días de Noviembre de 1865 57 . La peligrosidad de los acontecimientos bélicos exigió el permanente 54 Archivo del coronel Marcos Paz, Tomo IV, Universidad Nacional de La Plata, La Plata, 1963, p. 83. 55 Archivo del coronel Marcos Paz, Tomo IV, Universidad Nacional de La Plata, La Plata, 1963. Carta de Manuel Ignacio Lagraña a Marcos Paz, 31 de Agosto de 1865. 56 Archivo del coronel Marcos Paz, Tomo IV, Universidad Nacional de La Plata, La Plata, 1963. Carta de Manuel Ignacio Lagraña a Marcos Paz, 28 de Septiembre de 1865, pp. 58-59. 57 AGPC, Correspondencia privada, Legajo 5 (1865-1866), Carta de Tiburcio Gómez Fonseca a Wadislao Gramajo, 3 de Noviembre de 1865. [Escriba texto] movimiento del Gobernador con un pequeño grupo de colaboradores. La radicación definitiva en la Capital provincial se consolidó con el abandono de las tropas paraguayas del territorio correntino. Hasta el final de la invasión se mantuvo su rapiña, como lo refirió el antiguo Presidente de la Nación, doctor Santiago Derqui, en carta a su hijo Simón, estudiante en Montevideo, describiendo lo sucedido en su quinta (26 de enero de 1866): En Santa Catalina sólo ha quedado la casa, y esa sin puertas, pues las rompieron para sacar las cerraduras y tranquillas, que es hasta dónde puede llegar la ratería de los tales paraguayos: hicieron pedazos todos los muebles que encontraron, incluso las cajas de fierro y los marcos de los cuadros, cuyas láminas llevaron. No dejaron ni un solo animal, ni los petizos de las niñitas 58. Una vez ubicado otra vez en la ciudad capital, Lagraña reestructura su Administración, designando nuevas autoridades en diversos cargos. Así por ejemplo: Juez de primera instancia en lo Criminal, a Pastor S. Obligado; Fiscal General interino a Emilio Cabral; y Contador de la Provincia, a Valentín Virasoro. Efectuó nombramientos casi de inmediato a su llegada en los cargos vacantes de Policía y Seguridad 59. Como a fines de 1865 expiraba su mandato, se convocó para el 11 de diciembre para designar electores de Gobernador y Vicegobernador. Las elecciones se cumplieron en legal forma y el 25 de diciembre fue elegido nuevo titular del Poder Ejecutivo el goyano don Evaristo López, y como vicegobernador a don Juan Vicente Pampín, quien renunciará y será reemplazado por el doctor José Ramón Vidal. López procedía de un origen partidario distinto al de Lagraña: formaba parte de las filas del Partido Federal, urquicista, modificándose así algunas cuestiones en la política interna. Pero también se apreciaron cambios de otra naturaleza en los primeros meses de 1866. al retirarse las tropas paraguayas de Corrientes. El territorio provincial, al ser escenario primero de batallas y, luego campo de aprovisionamiento, se transformará en el canal por el cual fluirán las provisiones. Hombres de negocios responderán a las requisitorias para aprovisionar al Ejército Argentino de ganado en pie para alimentación y transporte, y la movilización militar aliada hacia el frente de batalla en Paraguay generará en la Provincia de Corrientes un fuerte impacto. 58 59 RUIZ MORENO, Campaña militares argentinas,, t. IV, p. 82. Registro Oficial de la Provincia de Corrientes. Año 1865, pp. 58-59. [Escriba texto] Los tres Ejércitos de la Alianza tenían depósitos de aprovisionamiento separados, así como toda actividad logística, y sólo estaban coordinadas por la jefatura militar del general Bartolomé Mitre. El asentamiento de los campamentos militares de tres países, con más de 40.000 hombres, demandaba consumos, por lo que el doctor Manuel F. Mantilla sostuvo que la Capital provincial se convirtió en un centro asombroso de negocios comerciales 60 . Un testimonio de la época manifestaba que arribaban permanentemente …proveedores de los tres Ejércitos, comerciantes, vivanderos y trapichistas. El comercio en general esta de pascuas: todo el que tiene algo para vender, hace buen negocio, porque a pesar de la gran abundancia, los precios son altos 61 . El periódico La Esperanza, en uno de sus extensos editoriales referidos a la guerra y a los movimientos de los aliados, no dudaba en referenciar que la Aduana de Corrientes nunca había recaudado tanto como en esta ocasión 62 . Entre Corrientes y Paso de la Patria se improvisaron tiendas, algunas de madera, ladrillos o lienzos, ofreciendo los más diversos productos a precios generalmente exorbitantes. Además de los vendedores, se instalaron aquéllos que podían ofertar sus servicios, como ser dentistas, panaderos, zapateros, sastres, prestamistas, entre otros. Las operaciones alcanzaron dimensiones importantes, que incluso ocasionaron fricciones entre los aliados, como por ejemplo el establecimiento de una tarifa extra del 20 % sobre lo pagado en la Aduana argentina 63. 7.- Conclusiones La ocupación paraguaya de 1865 generó importantes repercusiones y consecuencias a la Provincia de Corrientes en materia política, militar y económica. La invasión fue una bisagra que dio fin a una etapa para dar inicio a otra. Pero las trasformaciones definitivas se visualizarán recién al terminar la guerra, es decir hacia 1870. Las disputas partidarias tomaron fuerza en algunos sectores y sinceraron su accionar, creyendo encontrar en el contexto otorgado por la contienda, la oportunidad de 60 MANUEL F. MANTILLA, Crónica histórica de la Provincia de Corrientes, t. II, pp. 278-279 (Buenos Aires, 1972). 61 AGPC, Correspondencia privada, legajo 5 (1865-1866), carta de Tiburcio Gómez Fonseca a Wadislao Gramajo (15 de diciembre de 1865). 62 63 12 de mayo de 1867. WHIGHAM, La guerra de la Triple Alianza, t. II, pp. 273-274. [Escriba texto] concretar sus postergados proyectos políticos. En este marco emergió en la sociedad correntina un sector simpatizante y comprometido con la causa del Paraguay, la que tomó fuerza los primeros meses, pero luego se fue debilitando con las derrotas y el repliegue de las tropas invasoras. La retirada del Ejército enemigo generó vandalismos que fueron más allá de los intereses bélicos, manifestándose en saqueos y ataques a la población civil, destruyendo comercios, casas particulares y establecimientos rurales en las márgenes de los ríos Paraná y Uruguay. En el período que abarca los meses de abril a octubre, el territorio correntino fue un extenso campo de batalla que, a partir de los primeros días de 1866, pasará a ser un espacio necesario e indispensable de aprovisionamiento para llevar las acciones de guerra a Paraguay. La guerra se prolongará por más de cinco años, pero las repercusiones políticas fueron mucho más allá, siendo permanentemente recordadas por las generaciones sucesivas a través de su participación social y política. Caló la invasión tan profundamente el alma correntina, que los historiadores locales de fines del siglo XIX y primera mitad del XX guardaron un celoso silencio de este periodo de la historia provincial, ya que los vínculos entre aquellos protagonistas y los historiadores se relacionaron a posteriori con lazos socialmente estrechos. [Escriba texto]