Mi íbérica:aiiierÍ€«'itui:ínlernacíoim[ EIRE DE 1929 Redacción v Administración: PRINCIPE Donde 5c reciben DE VERGARA, debe dirigirse suscripciones ioda la en las 42 v 44 cotrespondencia prin cipales LETRAS-ARTE-CIENCIA librerías Periódico quincenal ui y 15 de cada mes) 30 CÉNTIMOS ,^^, SUSCRIPCIÓN) ..España y Países del Coa yenio postal Hispanoamericano. Extranjero 7,50 pía%, 10,00 — I 75 céntimos la Unes; del cuerpo $ TARIFA D E\ Pólizas de suscripción. 1 Descuentos: trimestre, 10 "/o ANUNCIOS.. ' • / — semestre, 15 °l¿, anual. 20 % DIRECTOR-FUNDADOR: E. Giménez Caballero La Última incógnita de Max Scheler Lo arbitrario.-La contradicción.-La violencia.--La poesía, por paui Eivard Sabed q u e la poesía se en- nuevos, nombres nuevos que se mezclan a "¡Nos; hacen confundir confites con linter- Su medida corriente del mundo sólo vale cuentra allí donde no está la formas nuevas: nas! Cuando se trata de linternas de con- l)or su muerte. Así como usted tiene sus posonrisa—estúpidamente s a r í á s t i Es sabido que sorprendió la muerte dos los ascetismos orientales, y en la fite, las nobles hnternas de hoja de parra bres y sus enfermos, tiene también sus auca—^del hombre. fÍR-iira del ¡pato. en aquel tiempo r^ filosofía europea se manifiesta en Schoa Max Scheler en plena y genial elala tierra tenía la forma de un casco de ca- que devoran los confites con su blasón, que tores preditectos, nonnato.s, Co^rnn DK LAÜTIÍÉAMONT. boración de una Antropología jilosó- penhauer y sus discípulos. La virtud [balh persiguen con encarnizamiento todo.s los si- manchada de tinta. Pero el nombre de Bende las negaciones ante la vida, ese su muladores de lO' real. y el resto estaba en proyecto (9) fica. De esta tarea irrealizada son tan jamín Peret os resulta y os resultará alxa'jISeñor. De un poeta no se dice que pre- la maravillasa tentación Para el día el día, para la luz la luz, ilu- íuta.mente inintehgible. Todas las palabra^! sólo perfiles insinuantes los breves ca- ascético oponerse, sería la actividad gunta. Ni que responde. Ni que argumenta. como un paisaje abandonado por las aves minar al sol... como cloe manantialies van creadoras, fecundadoras, os están prohipítulos del libro postumo que ahora se humana productora de cultura. El es- Ni que persevera en su esfuerzo', que rue[llamadas suspiros del sabio U'Uo al encuentro' del otro y se besan en 'ot-- bidas, publica (I). Caracterizó siempre la la- píritu compensaría deficiencias orgá- ga, que trabaja O' que no es muy inteli- y que vuelan en el sentido del amor (10), ojos. Toda imagen necesita ser compar.aila Vuestra conciencia no se acomoda ni bor de Max Scheler el ímpetu con que nicas constitucionales, a modo de sus- gente. La imaginación no tiene el instinto de con otra imagen. Asi aibconeCiente. Un animal inmundo, un anititutivo de ellas. Max Scheler concede Os enseño lo que no se dice porque minea Este pan tan blanco que a su lado lo negro mal doméstico os desfigura. Todo en Usted imitación. todos sus hallazgos se afianzaban en se llegará a sentir la nece¿iidad de que sc- Es el manantial, y el torrente que ningún [es blanco (16) el futuro reclamando nuevas metas. que ese acto negativo inñuye en la do- j)áis lo que se dice. es voluntariamente esclavo. Ta.nto.s lacayos barco remonta. De «•ste sueño viviente nace y tación de energía al espíritu, pues éste como amos. Podían preverse los límites definitivos Apenas podréis sospechar que siempre el día y muere el día. A cada instante el paisaje no es casi más que una brizna Hay que purificar por el fuego. en una Metafísica igualmente proyec- "consiste sólo en un grupo de puras se dice algo en alguna parte. Hoy, mañana, sobre la colina que sólo estaba inspirada por sacada por ti intenciones". Pero rechaza que el esayer, siemipre iguales son todos los días. [los labios pintados (11). eres pues tú muchacha de pechos solares tada, que seguiría a las investigaciones Escribo como quiero. Mis frases pueden La imaginación es el universo sin asocia[tú serás el paisaje antropológicas en preparación. Nada píritu nazca a consecuencia de dicho e¿itar en un sombrero. Guardadas. Dispues- ción, el universo que no forma parte de un el hipnótico paisaje <0 1 n m o ntal eiv fermie dad. de esto, por desgracia, ha tenido efec- acto. tas. Sin embargo... Yo puedo premeditar uni^'crso mayor, puesto que no; miente el- dramático paisaje (^) Dormir, dornvir >MI tas ¡yicdras. Max Scheler alcanza en este libro, tividad; y las conquistas genuinas del su arreg'o con'mucha astucia y pacieüti:i: ni.,".'a., puesto que jamás cbniuncle las mu- el repugnante paisaje (3) El gran juego: N o hay anas q u e una maraivilla sobre Ja tierra. filósofo malogrado residen en su fun- que es precioso exponente de sus pre- Es así y sólo así; de mí depende—solamen- jeres espirituales con el recuerdo del tiem- el glacial paisaje U) El gran juego: Canción de l a sequía. el absurdo paisaje blanco (17). damentación de una Etica material y ocupaciones últimas, el máximo vigor te, exolulsivamente—nublaros ¡la compren po y los placeres de los salvajes (12). iDormir, d o r m i r en las piedras. sión en un guiño, instantáneamente. ¿Qué Todas las piedras, Señor, las preciosas y estructural y la más fiel dedicación al La verdad, toda la verdad, el paJacio (6) El gran juego: Canción ,d« la sequía. en el impulso gigantesco que dio a la dice usted? Discutir no es disputar; de la las sucias, loa ópalos y los adoquines, las errante de la imaginación. Ningún embusÍ7) El aran iuego: I.OS OIOTCS del amor. momento filosófico a que estaba adsteoría de los valores. discusión brota la luz, seamos amables, e t c . . bolas de nieve y las insolaciones, i)ara ma- te podría pactar con Benjamín Peret. La l(S) El gram juego: A t r a v é s del tiempo y el crito. En las páginas finales, unas esCiertamente, toda la dedicación filoi No, señor! El punto en que no estamos chacar y golpear por todas partes, y para verdad se elice m,uy deprisa, sin reflexionar, •espacio, i(9) Eí gran juago: Jesús decía a su cuñada. sófica de Max Scheler conspiraba a cuetas lineaciones sobre el nuevo sen- de acuerdo, el punto en que usted no me golpear exactamente, jiisto y con pasión. de golpe, seguido, y la tristeza, d furor, la <io) El gran juogo : A través del tiempo y el encontrará jamás, se encuentra en todas tido de las leyes ónticas que presupoBenjamín Peret hace justicia, reconoce las gravedad, la alegría, sólo son cambios de fíipaicio, que acometiese por último el probleenfermedad. ixi-rtes. Consecuencia: es inútil hacer el así ( u ) Inmortal desdichas del hombre, denuncia la mala vo- tiempo, cielos seducidos. Para ella misterio ma central de la antropología. Necesi- nen las avanzadas de la física actual tuto ni el furioso. 1(12) El gran juego: Lo rniejor y lo peor. luntad, la idiotez, la cobardía: sólo significa dlabonación misteriosa—^indiEl gran juego: ,í-.a sangre vcrtitia. tada más que ningún otra sector de y una posible concepción unitaria de Yo no renuncio a darle una lección. Pero La ceniza que es la enfermedad del cigarro ferente—. El cíumhio Misterio pavimenta- l(i'3) (14) El gran juego: l.a sangire vertida. la vida psicofísica, conducen al lector Dormir, dormir en ¡a.í piedras. esta expresión—lección—^para mí sólo tiene imita las porteras bajando la escalera los saberes de lineas directrices radi.(I,-;) do de evidencia. No se explica nada puesto (16) Dormir, dormir en la.<: t>icdra.s. calmente nuevas. Hasta de la legiti- a infinitas tensiones de tristeza. ¡Este un sentido: el de colocar cada coiía en cu cuando su escoba caula del cuarto piso ha que no hay nada que explicar. Puesto que '(t7) Dormir, dormir en la.<; Iñedras. El pa.sajcro del Trasallántico. [matado al empleado del gas no hay más que la verdad: mación rigorosa de que carece aún es- hombre ha muerto! ¿Y estas ideas se sitio. Señor. Dolorosa revelación para un hom- ese empleado semejante a un insecto sobre Misterio del hombre o recíprocamente desvanecerán? A los discípulos de Max ta disciplina. A más de una deficienbre como tisted apercibirse, entre cosas, df; [una ensalada Para explicar que es necesario cia universal así, concurría a que esta Scheler corresponde torpedear e s t a que: el pájaro acecha al insecto y la escoba te ha Dos hombres y tres pescados la asimetría de las nociones arrastra, en[matado al empleado Es un misterio (18). necesidad fuese de más urgente soli- duda. E.ste número ha sido visado Max Scheler es el filósofo que ha [cierra la asimetría funcional tu mujer tendrá cabellos blancos como el La vida d d espíritu es el dorrumbamiencitación, el hecho de que la filosofía — por la Censura—^'— bien que: [azúcar t/O de la realidad que sólo puede existir para fenomenológica iba a manifestarse en dejado más cosas sin decir. Porque co- laso -palabras no meten siempre los pies ev y sus orejas serán contratos impagados (13). un punto concreto, sobre el que gra- mo antes insinué, toda su tarea resu- las huellas de los pensamientos mejor ru- Denuncia los peligros de la sumisión a eí misma. Y usted vive sobre escombros. vitan tendencias milenarias, solucio- citaba y descubría miríadas de proble- miados ; las leyes naturales o sociales. Si el genio está ligado a la lámpara y al anillo, a la imaginado de una u otra manera en la en- mas. A los que él atendía con su ci- o todavía que ...la forma de un mortal cam- nación y al amor, el empleado del gas estraña misma de todas las culturas. De clópea cabeza de germano. ¿Y qué es bia más aprisa, fataJidad, que el corazón de taba ligado a sus contratos, a la pprtera y CAMPAÑAS PROVINCIALES honda gravedad, por lo tanto. El pro- esto de descubrir problemas o de ser una ciudad. a la escoba, a sus encantos apestantes y a la atmósfera propicia y favorable a blema del hombre y la valoración del Son tres fórmulas que no respetan al sus peligros domésticos. Pero también que los problemas tienden? Hombre, al Verbo, a la Belleza. Señor: porgue no tenía los pies en forma de 3 hombre. , ! )olv:(i.-;i n vrl.'ií .éii Jjiifa liáiedi L a t o ' . ;. ,;}¡it hi) íí.iiM la iniruda ívcienle de un Y acontece el" extremo curiooO do R. LEDESMA RAMOS (1110 .'Jü confió antaño a exi^ertos domadorte [alnuicén de guantes que siendo objetivado por el hombre de ideas; para olvidar; ¡vira poder ganar porque m tenía colgante sobre el abdomen todo lo que existe en el universo, le es su vida con anihn^i manen-; iiara ajirobar lo [el seno desecado de su madre irreductible ese centro mismo desde el niic ya está ainobadoj conservando s'.em- porque no tenía moscas en el bolsillo de su A media lectura del volumen de versos xÁ algún dia 011 eru]:)ción de ardientes arrejire un pecho firme. Todo esto hubiera i)c>[americana. Surcos, del poeta Ma'donado Romati, me batos. Y ainba.s <'(isas serán una nii.sma. Y que dispara las miradas teoréticas. He dido ser po-ible Hubiera ¡jasado humedad y frío como un oa- encuentro do pronto como abstraído en un c.^ta misma, corriculo do insyiiración espiaquí, según Max Scheler, sus relaciopero [charrito roto punto de meditación: con la mano puesta ritada o estuosa, seguirá siendo única, aun nes con los fundamentos supremos del estaba allí Benjamín el Imposible, y a este y sus manos hubiesen acariciado los cerrojos entro las hojas y la mirada sobre un di- escindida en dos temperaiii-Ptitos: el poético ser, que hacen al hombre superior a Imposible Peret se le puso en la cabeza nn [de su prisión. bujo colgado de la pared, que reproduce y c! [lictórico. "í mismo y al mundo. El espíritu, acpertenecer a nadie. Pero el sol de su bolsillo se había puesto su nn semblante, según versión del lápiz del Sabe ei pintor que la, magia de .'-'us pin[gorra (14). pintor Vilches. . Está tualidad pura, es lo único que existe celes hace des-cender sobre las inisa.s tal anisobre las escaleras de nieve que co'nducen • Para Benjamín Peret, la , esperanza, la Y mo intriga el hecho, tan sencillo. Mi niiición do vida que un solo trazo genial incapaz de ser objeto. Su captación ha a las rocas suspirantes, las grandes escaleras hermosa esperanza inesperada, siempre nue peníMiiiiciito descansaba en la reposada lec- ])u?do vencer la divina elocuencia de la pade verificarse, pues, en sus manifestava,' la esperanza de amor, ee lograda en el ,tiira. Itabía .salido de mí como en un vuelo labr.'i más exiire^iva. Y el poeta encn<;ntra benévolas ciones específicas, entre las cuales ocumomento mismo en que él se revela. Y esto h;;:3ta tocar en el luminoso otero del poe- í.iue Son s'is ini,í'j;('nes condcnsíiciones do lu/, donde viven los poetas de caucho (1). pa el más alto rango y la más pura sigA usted, Señor del Sexto cielo, le aturde, es jiorque él no participa jamás de ningún ma. Y he aquí que calladamente, sin yo y sus poemas isiiil'onías de color a los que y embrolla este altavoz. Usted vivía hasra ii'eal. Pero, puasto que la tierra está pobla- aperíiliirnie, 110 sé qué secreto personaje eiiila vocablo, cada f,ra.sc, como estrellitas nificación, la actividad ideatoria. La ahora repartido equitativamentie icntre la da y no so.amenté de hermosos anímalos, ii ;iira|)a, le habla, le persuade y le con- vcnleíJ, azules, n)sai]!i.s, prestaron el matiz y ideación confiere a los ejemplos conca-mn y las emociones fuertea Ahora su.í no hay más—-de pronto—que desesperación diií'o derechamente al cuadro. Y he aquí, o lono inigualiililcs, llfiiáii'Uise ''as páginas cretos del universo las formas esen•onidos de ultrahombre os infla las orejas y miseria, de¿ieeperación y cólera. Que las por último, que yo caigo en la cuenta, lie ambiento, de luminosidad, de o.siiacio ciales de la región fenomenológica en pulgas del campo ee remuevan, que se em- trinco al incauto mozo por la mejilla, o, jirofiiiidu y glorifieado, enormemente. que esos ejemplos son comprendidos. ¿En qué consiste esta Evidencia Imposi- borrachen de su trabajo anormal hasta que otra vez en mí, empiezo a pedírselas esSü)ilo do voeaeiún, vena, de in.«piración: ble? ¿Tione sus repo,;os, sus distracciones? la revuelta se imponga: Es nota fundamental de las ideaciones trechas do esa excursión triangular inex- m ox'ste más que un manantial de anhelos " P o m b o " , por Arniches. /rabaja a fuerza de brazos plicable. iiitiuilos. Lo imjiortante es beber la riquí-' ese carácter de reducción fenomenoló- ( V é a s e G a c e t a d e " P o m b o " e n la p á g . 4.) ¿Existe .socamente para sí misma? ¿Cómo trabaja los campos las calles los muelles haeí el amor? Pronto reconozco que mi exlrañeza es un siiTi.'i linfa donde alumbra pura y fresca, gica, descubierto por Husserl, basada , Si el amor nace de la proyección de una y siembra allí lo que til quieras caso má.s de incomprensión )iatcnia, contu- .'ii.t-es do eontamiiiaivc, íin'es de perder sus en una anulación del coeficiente exis; ¡grosella en el pico de un cisne gv,e amo residuos de homo o botellas ii;,i(i;i do viejo obstinado en no ver las \':tak>3 esencias. En las ni¡smas agua.s sorPorque el cisne de ini sangre ha devorado pero trabaja trabaja como un loco tencial. Idear el mundo sería de este aiu-ioiiivs con quo la vida enciende a la mo- lipii loa labios dei buen pintor y los del Hadas Uts grosellas del mundo (21. y extiende abono sobre las piedras modo • desrealizarlo, reservar su exiscedad, El pensamiento, pese a su traza co- hiieii i)o-?ta. .Mlá abajo, río abajo, en los Benjamín Peret se ha empeñado en de- para hacer florecer batideras medida y parsimoniosa, será eternamente niean<lros, enti'c las malezas, es donde los tencialidad y otorgarle sentido. Eli estos días ha salido de Madrid, con rribar todas las decadencias pútridas, hu- pero que sean rojas. Con aguda destreza, Scheler consi- (lirooc'ióu a iBeiiín^ Francisco Ayala. Va pen- meantes, sin vida. Y es como si los collares Las lluvias y los vientos te serán propicios ágil, inquieto, curioso, aventurero. Necesi- Citros infelices eedientos se acercan a contará inevitablemente camino. Pero le bas- solar su sed con un agua qiie jamás satisgue una división esquemática de las áiüiiado por la Facultad de Derecho de la de d'amante? ardiesen en el cuello viejo, si te llevas las agujas de un reloj a tus orejas tará el sutil sendero de una hebra de idea face. Que tiemble el terso manantial copianteorías que hasta aquí han sobresalido Universidad Central, de cuya cátedra de chapado, de los abrazos imposibles. Hay y la recolección será buena como la sopa para correr a devanarse en los bruñidos pa- do la palpitación de las estrellas o que llore [de tu mujer litroques del primer argadillo. rizado por el viento es lo miismo. El celesen valoraciones antropológicas. Son Derecho político es ayudante, con el fin de el triunfo insolente: trabaja tu campo y todos los demás ampliar .sus estudios con loe profesores Trie- Entre paréntesis Anchos caminos y senderos invisibles se le te temblor e-spejado es imagen del humano éstas, fundamentalmente, dos, que po- pel y Hermami Heller. mi hermana no predica jamás la misericor- con tus pies con tu nariz ofrecían en esite caso. Sentado en este mis- dolor sollozando. Arpas y pinceles se muedemos denominar teoría clásica y teo- Francisco Ayala—uno de los jóvenes de Idia divina hunde los cercados como un toro nic sillón de pajiza mimbre quejumbrosa ven por igual, divino aliento. ría negativa del hombre. Ambas son más amplio porvenir, de presente más ori- porque ella es divina cantando hallábame yo una mañana dolorida de diAl iniciar mi pensamiento la tercera vuelEn el Rosellón rechazadas por Max Scheler. Esa re- aiiial y firme—^se aleja de Madrid cuando divina te lo digo yo ciembre. Abrigaba mis piernas esta misma ta al triangular circuito—>'értices: el libro, cavia de franela grana que envuelve a lo ¡el cuadro y yo—aparece en lontananza nuepulsión rodea del mayor interés estos (Í(!Ja en jircnsa dos libros: Indagación del divina como una mosca sobre un árbol de había un labrador que sonaba la azada cinema y El cazador en el alba. metros de diámetro mosquetero la camilla y su ardoroso cora- va ruta, áurea cinta que también encadena trabajos postumos. La teoría clásica, El primero es, sin duda aJguna, la pri- noventa sólo tenía una cabeza y dos brazos divina como un platillo de mica zón, el brasero. Frente a mí, el dibujante al- la amanecida del otero poético con la abierdominante en la filosofía occidental, mera obra literaria y de peníamiento oue divina como un hipopótamo de cuatro siglos cuatro pies y cuatro ojos i,( rnalivamento clavaba las flechas de sus t.i mañana de la pictórica colina. Nexos tiene su origen en el concepto griego se publica en Es- divina como un borracho sobre el Mont una oreja y tres dientes miradas en las porciones del semblante y fraternos y camaradiles. La amistad nos paña sobre el cine[Blanc pero era un labrador del Logas, y conduce a un régimen ci: la albura manchada del papel. Yo sufría lle\a a ]ircferir este camino. Huele todo él que no perdía su tiempo. '• ma. Una interpredivina como yo la sensación de que estas miradas sucesi- niíignífica,mentR a violetas, silvestres y huautárquico vde la idea, considerándola En resumen, ya lo sé, lia habido siempre vas, incansables, cuyo contacto me dejaba mildes', poro fragante;^ Nacieron en la flotación del cine en- que soy su hermano de citando en cuando (3). productora de energía, capaz, por tanfocantlo éste desde La injuria, ;el deliro sagrado de la inju- vaí-ios para contarnos esta chachara, pero en la piel el escozor de una picadura, eran resta ignorada, en la callada germinación to, de acción causal. El hombre es así un punto de vista ria: cielo de ahorcado, cielo de golfo, cielo como no estaban metidos en ello no han un enjambre do afanosas horrni,gas que se nocturna. Nacieron para si, como la estreartístico p r o p io, poderoso por el espíritu, y la omnipo[(/e morcilla, sabido decirnofi que hueve, que es de noche, iban llevando activamente part;ículas del lla que' brilla en el misterio. Y vierten personal. Una co- cielo de gendarme, cielo de cura, cielo de que se tirita y se guarda el recuerdo del rostro hasta ÍÜU reino blanco, el papel, don- Sil perfume en las márgenes do la ruta para tencia del Dios para el cristiano será lección de ensayos [establo hombre y de su aspecto deplorable, quo se d.i> luego recomponían mi faz. Al fin del alivio y ensueño del fatigado peregrino. debida al espíritu. En la oposición de d o n d e el fuerte cielo de bruja, cielo de alcantarilla, cielo de guarda y .se debe guardar aún el recuerdo empeño, cuando, la signuicación total de No podría decirse que Maldonado RoScheler a esta concepción clásica, retemperamento d e [ce7iiza (4) de la iiiíanie idiotez, que se oyen aún risas a fi.sonomía se había logrado recuperar por mati pu.bhcó un tomo, Scncillamomt* imside a mi ver el auténtico sentido anFrancisco A y a-1 a La? amenazas, lo todopoderoso de las más de fango, palabras de muerte. En la cima mano del artista, olvid.ado yo del industrio- lirimió sus estrofas, las- esencias de .su tersomete a lógica, a terribles amenazas. Que el cielo le conceda de todo, oh vosotros que sois mis hermanos ij enjambre, más bien imaginaba que un nira, para ílistribuirlas con el gesto radiantropológico que ha podido derivarse de razonamiento, a lí- o le rehuse sus favores, que haga lo bello o porque yo tengo enemigos y solamente allí -ojo sol do vocaciones, cayendo sobre la Ví del hermano que parte con los su3'os el la fenomenología. Esa pasividad recepnea intelectual, su que reviente, todo lo louede temer de aqiel ari'ib;'!, la desgivi'Cia deshace y rehace sin nieve del pliego, había derretido el blancor, suatancioso pan de la pobreza. Mientras él tiva que supone para el fenomenólogo vii!ión originaj'isima cuyos cabellos se desatan como las agujub cesar un m^undo banal, vulgar, descorazo- descubriendo la carnal figuración humana sembró en Surcos pedacitcs de alma, Villa intuición esencial, es aquí conside- dol séptimo arte. Y en cuya visión no falta, de un reloj de pared (5). nante: ahí escondidí. ches cosechaba las almas florecidas en los Personaje extranjero rada en rango jerárquico. A más de como en todo Jo de este gran artista, la Si llueve tendrás una cebolla Este era el ancho camino que sin duda rostros de sus amigos. Aiabos laboran cacon ojos de corteza y almendras amargas sirvió a mi pensamiento para saltar del U- lladamente. Como en torno del Santo labra^que la posición clásica implica una página lírica o la remiblanza delicada de si no llueve tendrás vinagre figura: ©1 escape libre, sensual, de su si llueve seres ajusticiado eres acorralado sucio y pobre y decadente oi'u al retrato. A menos que ehgiera el im- dor, las avecillas del campo vuelan a su grave y absurda concepción teleológi- alguna imaginación. abres la boca para devorar tus calzados paliiab'e atajo que también los une: aquel lado confiadas. Saben que por d camino resi no llueve serás quemado ca del universo, disponemos de un ha- El cazador en el alba—^que publicó en dos abres la boca para vomitar el paisaje si llueve tendrás una bandera hilo de luz que Goethe llamaba "El secreto garán gtneroeos la cosecha. llazgo, obtenido también por Hart- números Revista de Occidente—es una es- si no llueve un crucifijo (6). y el paisaje se te asemeja. manifiesto"; es decir, lo que está expreso y Pero el alma del poeta siempre se halla mann, y es que "las categorías supe- pléndida confirmación de la capacidad ar- Y las nwnos revuelven la tortilla del cie- Pero hay maneras do reü-istir, de reha- claro, y, a pesar, li'ólo lo percibe el ojo en tempero: todo su tiempo es tiempo do riores del ser y del valor son por na- tística de Ayala. Sobre un tema a ra.? de lo (7). La injuria, las amenazas y el amor, es cerse y combatir tanto ante los gemidos dt sagaz del artista—pintor, poeta—lo mismo •S'Ementera. Cuando un fruto desgrana en el turaleza las más débiles". Ahí está en tierra, insignificante, de cuartei'., Ayala ha •todo lo que merece este mundo que él tien- los recién nacidos como ante la dignidad de el quo penetra hasta el corazón de las co- ejido, ya espiga mejor pan en la liesana. los viejos. Como la poesía es para el uso dei sas y les arranca su enigma que el que ¡A punto los blancos iienzos para ensacar edificado una de las obras má.s importantes burlona independencia el mundo in- del arte nuevo, uniendo sin propósitos, por ta, sea por la violencia, sea por las caricias: hombre, basta u.s-arla: .=e hunde en él espíritu de los hombres y la nueva 'harina que está moliendo su co...sobre un almohadón orgánico, dotado de leyes peculiares y moro juego espont:íneo de i?u personalidad, Danzar sobre el nueve de corazón sorprendo sus rasgos peculiares. razón! alzar el pie del cadalso opulentas. Y el signo histórico de las rcmperamento y talento, imaginación e in- como un muslo inmortal ¿Cómo, pue0, pudo extrañarme que el penMETGACIR conserva su calor primario y provoca el pasar y repasar a lo largo de las columnas samiento hallase un nexo, un camina entre Salamanca. masas, que son el índice primario del tención. Imágenes de gran altura (redon[deseo y estilo de muchas exigencias o dificul[ascendientes los mil quo llevan al dibujo desde el libro hombre, es un radical impulso tandti- das) que no apaciguarán jamás , tades (resueltas). velar con un crespón la terrina de foiegras de Maldonado? Esos surcos que ha abierto co, henchido de renunciaciones. En este viaje de Francisco Ayala por ni la llama surgida un monstruo incon- descubrir una raíz en su taza de café 01 poeta cavando en su pecho darán coseLA GACETA LITERARIA [sistente educar tres moscas en la abadía de West- cha de lirios, porque están los ensueños saLa teoría negativa deambula por to- Ccntroeuropa seguirá el escritor su línea Viaje iriangular (¡ei pensamieníQ Francisco Ayala recta, ya trazada, de enriquecimiento con- ni la sangre de la diosa [minster tinuo. Que nada detenga este itinerario fir- voluptuosa a pesar de la esterilidad—de pá- se oye de pronto el cadáver que hace pal[jaro— de los pantanos interiores (8) ¡mas como im guijarro en una vitrina (íb) y en el cosmos.—^Ed. "Revista de Ocoidcnte", me, seguro, ascensión al es el deseo de todos este mundo nuevo al cuail él da nombre; las protestas se elevan unánimemen te: sus amigos de LA GACETA LITERAUIA. Madirid, 1929. (I) MAX SCHELER: El puesto del hombre turados de melodía y aroma. Pero la montaña de apretadas angustias, lindera a ese jardín, en el mismo poCho, y aim no cultivada por el espiritual cavador, madura- APARTADO 33 MADRID t Página segunda I LA GACETA LITERARIA Directores: Tomás Garcés (Barcelona) Juan Chabás y (Valencia) £os libros nuevos ANTOLOGÍA SUSANA EN EL BAÑO .1. rontinuoriór, ¡niNiranu»' un jrngmento .A. .1. Al. Ji-.Noy el baño, (-'liorvfw de agua vertiéndose s o - Lanza Susana, la r o p a al sol m u r i e n l t . pocmn '^¡•',.fr.iir:u('i", de ,1. MÍIIÚIIN Jiaui.i-e uü'i í.<i;it'i;! (\o mármol rosa; no dejan Múíica de cámara. L.a irj.ijer desnuda- se "Café, copa i puro".—(Col. Paradis- las condiciones de poeta y dramatur- del rrll, mÚH conocido hoy r.imio cuentista y La alcoba d u e r m e a media luz. A través huella, pero la visieii con u n telón de cris- tiendo sobre l a cama. L a v e n t a n a s e abre. sos de Paper. IJbrería Catalonia, Bar- go que con tan pródiga abundancia y d.ramatunjo que como lírico. En esta mis- il • la g r a n ventana, cayendo con u n des- tale:! quebrados y fiiL;!Íi\-ii-, U11 chapoteo Vuelos de pájaros, y -pájaros hacen .correr celona, 1929.) tan espontáneamente posee José María ma GA(;KTA publicamos anteriormente una m a y o suave a lo largo de 'o-', iiequeuos pueril, de inhábiles manos. Oreo de un.a. bri- las cortinas, y el sol poniente lanza su luz Entre los escritores más fecundos de de Sagarra se funden para formar la narración de este escritor_ que muy joven cristales .bi.selavlos y rc-^lialaralo amorosamcu- sa, perfumada de algas y d e alcoba. 1.a m u -•obre mucbies y muros. L a melena bronCataluña, cuenta Josep María de Sa- personalidad de un posible gran nove- dio al teatro catalán una de sus obras más 1! ]X)r -los pliegues do la leve cortina, la jer está cntera.mente en el agua; t a n sólo la ceada de Susana pone u n a s o m b r a d e ceclaridad dorada ,dél resol se acuesta con c-diceilla, careta do marfil bruñido, peluca niza oscura sobre sus ojos y Sus mejillai?. garra,. Es de una' fecundidad alegre, lista. La, otra observación de carácter íjioriosas: ''La üotja" {"El palco"). dulzura. Idnfa sobre la a m p i a , .alfomlira, ue- d,' oro \'i.ejo bi*nceado, insifiúa u n a deca- (JiK-ma i.'!, boea. Doble condocoraeión .sobre caudalosa y desordenada. Escribe con general que queríamos hacer refiérese L'IíXC;URS10 gr:', y . rr:ja. E u u n .rincón, ceñido de tuiie- yíilación de juguete. E l a g u a dibuja refle- el ]-)Pcli(>, un monlccillo de pélalos centrala misma abundancia juvenil con que al estilo de Sagarra. Bien ha hecho bla, ])a''pii,i, el corazón metálico de u n reloj, ,;-;-¿3 de guillotina sobre ¡la carne de Suisana; do por centella de p e n u m b r a m o r a d a , como vive. Si consideramos el conjunto de nuestro poeta fechando casi todos los J.A SOKTIDA lín otro rincón, aguijoneada p o r u n rayo l-,?ro los dedos p e n e t r a n la tibieza y el un doble ramo de violetas m u e r t a s . E l viende sol relicldc, u n a lámjiíira de plata malva agua se •enternece, y retrocede ruborosa. L a tre .se iuei'ce con una, (uidiilación pausada, toda su obra tendremos claramente la artículos que contiene su antología; llamea como si estuviese et!cendi<la. Un gran habitación cerrada sigue uno p o r u n o , sin instrumento de las fugas adorables, columI sensación de un fuerza incontenible, pero un lector atento, sin la ayuda de ''amJlete de .silencio, girando y revololeau- verlos, todos los diminutos movimientos de l.)aiin <le lo.-i consentimientos susurrantes, pura, que Sagarra deja escapar libre- estas fechas, hubiese podido aproxima- \u)\\ h surtida, u n íre-sc m a l í lo con sesgadas espirales, llena e l ambiente li bañista. Y se estremece con la inminencia horno crematorio de las. divinas desnudcmente, como obedeciendo a una nece- damente señalar las diferentes épocas —pero no sé el mes, ni l'.nny ni e\ ilia— eori so.segado perfume. Copos de mil coló- do Susana, Sobre el lecho, finge el estuche .ccs galantes vestidas con m o r t a j a de m e sidad irreparable. Algunas veces con- de esos artículos. Desde 1922 a 1926, (iu(! !'(iin;'n<;;irera el c i m í les danzan r n la p e n u m b r a . Los muebles laxitudes extremadas. Susana .se sienta den- l'inoolías, muelle selva (al.-idora de los g r a n iiierden su forma acogedora y ganan á n - trc del agua. U n rayo d e . s o l - d e l a alcoba des dragones gemidores y ululantes de la trola el escape; otras, su ingenio y su la prosa de Sagarra es vacilante, no iSen.-^c ít'i' pkt, .sen.se fer tria. gulos hostiles. T o d a la alcoba, e m p a p a d a de ;•> desliza, por la c e r r a d u t a , de la p u e r t a pasión y el remordimiento. Susana, enteraoficio no imponen ninguna norma al ofrece una fisonomía propia. Se ve que t s dos surtirem somrii:TiT,s, soledad, se v a resolviendo e n á n g u l o ! y m á s y crea u n a irisada e s t r e l l a . e n el agua del rneuto doblada sobre la, columna de sus curcauce abierto y caudaloso. De ahí esa el poeta va elaborando su prosa y aun N oT ües m o n vivany el d e rexili; ángulos. Sobre la cama, u n estuche abierto baño. Susana, sobre su rostro perlado de vas rodillai;', duerme. L a brisa pone u n veto sensación de facilidad, excesiva en al- diríamos que lo hace sin darse gran iri!» direeaió es la de!l n.avil' ai-'cita \m cuerpo de mujer. N o está den- gotas, siiente el contacto d ? u n a l a de siete de calmil,:Sobre la forma lozana. Palmeras .gún momento, que produce su litera- cuenta de la dirección de sus esfueir- que reb r i m p u l s del tois els venís, iro la joya. H a y , sí, la forma d e l a mujer, colores. Y en el techo tiembla el espectro y magnohas, fuera, j u n t o a la ventana, agi:^(írü ivo la mujer. E n el fondo de los e s - d e . u n pri,sma descolorido. E l relámpago de •;,^iu las r a m a s ' c e r c a de l a piedra labrada,.. t u ra. Frecuentemente, al leerla, le re- zos por hallar la propia voz de su pejo.s, u n agua encalmada levanta d e 'Cuan-' tiuiebla pasa otra vez p o r la alcoba y el eu l-i que h a y muchachos desnudos que jueclamaríamos a Sagarra mayores exi- estilo. Es una prosa de poeta que to- lí, (le.sig iiostrc era el viatge, novetat, i .imonitzar do en vez, a flor do la superficie, u n a o n - r;!5'o de t o l salla de la cerradura al pomo gan y medallones de homln'es y mujeres de gencias consigo mismo. davía no se adiestró bien en el largo el.!', nostre viure, .amb bells paisatges; da diminuta y nerviosa, q u e se funde a l df la ¡)uerla. Susana sale del baño. T o d a antaño. El silencio se v a haciendo grimoso El impulso de esta solicitud nos aliento del lenguaje llano; muchas ve- ('1 nuint, la g m l a , l'aii'!', (>l m a r . chocar con la roca dura de la qiúelud. Todo la alcol.Ki cierra los' ojos. Susana, ramo de alrcd'd-or d(! la. mujer doimida. L a tinie;;al])ita con espera cansada, como si de u n gardenias, se viste la bata de aljófar tibio. lii;i confección,-), almohadones en torno a su hace recordar nuestras lecturas de Lope ces las palabras se le quedan paradas, Nonis de nac.ions de res servien, momento a otro hubiera de romperse e l Se detienen la,s manos sol)r<> les senos y lascuerpo. L a luz del a t a r d e e i r sr lorna m e de Vega; también al gran dramaturgo quietas, ineficaces o falsas; o bien, el ni kvi l'ronteres, n i el llindar. i'ien ordenado acorde y, a lo largo de la (','ii|e!':is. Cada vez iiu.e lo-' liedos resbalan lodía. Música lie cámara. So \-a perdiendo español se le pediría en múltiples ins- descuido imprime a su dicción un tono Sons els sérvenla q u e a tothoin guieii alcoba cerrada, el ramillete de silencio h u - siJ-/re la jiiel, vuela u n a dispersión de plu- i: l'iirma, de- Susana dormida. D e n t r o de tantes más ordenada paciencia, ma- de banal periodismo. Otras veces, la arrou del ninn salrem t r o b a r . biera de deshojarse con inmensa dispersión mas l)lancas imperceptibles. U n a c h i n d a i,:, alcoba, m u y a.pagada, deshilachándose, yor cuidado y respeto a su propio ge- frase es desdoblamiento de un verso y, do jKítalos q u e emanasen, no perfume, luz. mancha de saiígre el pie derecho de S u -como- una orquesta t r a s las cortinas, la forTodo se estremece con la inminencia de sana; la otra duerme, con el lacón al aire nia se v a volviendo música. E s el e a n l o de -rio. Mas ¿era posible ese respeto? ¿No a través de su ritmo prosaico se adiU n .suspiro, d e claridad, u n aliento de ia sangre dentro de las vena?. Como el vienSusana. E s t á lejos, y vive y alienta p o r VE). CA.Nfl' DF I.A NATÜR\ I DE CITEREA es esencial de estos escritores fecun- vina el hábito de escribir con sílabas el recuerdo de s u .paso d e antes y p o r l a liálsanios aerea. Susana, c o n las manog lle- to en las t r o m p a s d e u n órgano. Susana contadas, cantando. dísimos ese descuido por la exactitud esperanza de su regreso próximo. Toda la nas de frascos rutilantes, d e r r a m a el aro- es u n concierto d e miúsioas, millares d e o r II pulcra de lo bien hecho, ese aflojamienPero a partir de aquella última fealcoba parece u n tapiz de ojos que s e cie- ma sobre sus rosas. Sol, cristal, marfil, esen- qvoslas /-n el fondo de u n abismo. N o h a y to de las bridas con que se ciñe y fre- cha, empezamos a advertir que el poe- M ' h a n d,at la m a perqué assolim rran y se abren, guiílando a u n o y otro cia. L a p u e r t a se abre .sola. Susana, t o d a eu I oda. la alcoba u n solo ángulo hostil; lado, cícruladorea del paso de Susana, en desnuda, camina sobre el pi.'^o carmesí de toda la hüstiilidad de antes es ahora bienna al estilo? Indudablemente, a los es- ta siente y piensa y escribe en prosa. de la m u n t a n y a , el m e s a l t cim. torno a los murotí cerrados, ceñidos de h a - la,i fíhinelas. Oro, blanco, rosa, p ú r p u r a . A hallada cueva acogedora. P e r o S u s a n a n o critores que poseen tan pródiga capa- Es decir: comienza a tener estilo, y I era t a n bell co q u e h e ovirat bitaciones abiertas p o r las que Susana circula lo largo del brazo en asa, la b a l a de rocío está. L a música afinó los contornos. Y la que n ' h e quedat extasiat. cidad de creación no pueden reclamár- estilo propio. El escribir en prosa, o es sin pensar en las pequeñas cosas abandona- Miado y trenzado. Susana sale del baño y forma deshecha, d e la mujer h a acentuado seles mayores cuidados, más rigurosos un tema facilísimo, al alcance de cual- P e r o tti no en gandie.s p a s gaire das que p o r ellfv suspiran, allanándole la cidra eñ la alcoba. E l estuche de la c a m a lar formas d e la^ cosas. q-ue la rodea.ban. análisis de ellos mismos. Pertenece quier M. Jourdain periodista, o es un del vontijol q u e dula el flaire, so ;ibre como u n a concha inmensa. Las m i - Susana, •estucho armonioso d e ella misma. futura perm.anencia. So diría que la p u e r t a se entreabre. Pero riuia.^ de los ancianos se desorbitan deses- Sobre u n a inmensa azafata de frescor, SuJilas bien al lector el deber de selec- difícil ejercicio que lleva mucho tiem- i negnitosa en romanies, no. Ancianos en la oscuridad, ojos brillantes p e r a d a m e n t e , y se desinflan p a r a siempre. -.'inti, es un ramo de mi'iisca. cionar la obra, de construirse una par- po y mucho trabajo, y demanda verda- sen.s esguardar les rodalies. y labios a r d i e n t e , todos tos mueljlís Lan Todos quedan ciegos. 1'*iilar antología que recoja los más dero sentido del idioma. Cuando un AGUSTI ÉCLASANS vuelto la cabeza hacia l a enc.ada blanca P e r fi, el riu que s'esinunya altos aciertos. poeta posea como poeta este sentido per l'ampla plana, i la masia y clorada. Y la cahnosa serpentina ele copos sigue danzando d e la luz a la sombra, con A veces, el mismo escritor toma a del idioma, aun ha de trabajar mucho roja de sol, t o t a v i b r a n t a , suaves gradacionres blanca.s y p l a t e a d a s . E l c a n t a n ! xafogosa c o m p l a n t a , su cargo la elaboración de una antolo- para llegar a buen prosista. rayo do sol rebelde, .partido en tres lenguas gía así. Hay que agradecerle entonces Sagarra posee un admirable sentido do claridad, resbala ahora p o r encim.i dei I els alti i baixos deis t u r o n s ; el esfuerzo, pero no sin reservarse el vivo de la lengua. Sabe ilustrarla en- i la verdor fresca deis arbres; lecho cubierto de seda azul y rosa, y el derecho de seleccionar las mejores pá- contrando las más vivas fuentes de i el cop llimya i seo deis m u r g o n s ; estucho abierto, qiie eíipera el cuerpo de Susana y q u e y a tiene su forma, adquiere ginas del libro que ya él escogió. donde mana; habla viva del pueblo y i el s o d'esquelles de les cabres, Editoriales Renacimiento^ Mundo Latino y Atlántida tacto de marfil y tercioiielo, de damacCj Así ocurre con "Café, copa i puro", el campo; arcaica, recogida en los buey do ébano. U n a chinela carmesí, fruto de Polser tota t ' h a n revifat de Josep María de Sagarra. Contiene nos clásicos catalanes; movediza y aun ignorados jardines, se s-o,sliene sobre m l a i a I'entusiasme h a s obert via. e.ste libro artículos de muy diversas apicarada, oída en las calles de la ciu- I n o hagué goig m é t b e n a u r a t cón, con r u m b o a la v e n t a n a . L a otra duerN O V E D A D E S me a su lado, con el tacón al aire. F u e r a , épocas y sobre muy variados temas. dad; habla de la payería, del poeta, que aquell que no escollan!- t e neixia. una nube corla la luz, y sobre toda la a l Es menos de extrañar, por esta razón, del erudito. Y toda esta sabiduría del LA ESCLAVA DEL SEÑOR •:'(.ba cae u n rá])ido relámpago d e tiniebla. idioma se le torna a Sagarra viva prola distinta medida de sus méritos. la-; miradas, haces de rayos cortantes, conIII Ramón María Teiircirn.—Sv ha puesto a la venta la segunda edición de esta Pero por encima de estas diferencias sa exacta, extraordinariamente colorivergen en la media puerta,. FJI i^orao nu'tánovela, cuyo interé.s se halla tanto en el teñirá que desarrolla contó en la pulcritud da, matizada. Me refiero, naturalmen^ de calidades pueden hacerse las obserlico gira. Y la habitación se ilumi 1.1 d? Les nieves mans q u e amanyagaves, airta'stica, de su estillo. Renacimiento, 5 pesetas. rcsplandorcJ. vaciones de valor general. Referiríase te, a los mejores instantes de esta pro- del t e n ¡jlb eos treieii les través Su.saua abre l a p u e r t a y la cierra. U n rula primera al don civil que posee Sa- sa: ellos son los que dan la verdadera i tota nua, resplandires; VIDA Y MILAGROS DE FERNANDO VII mor resbaladizo, do viento sobre nieve, se medida alta, no los descuidados. Pondel sol; caricies en gaudires. garra para observar la vida que le cirdesliza p o r la alfombra. M i l perfumes r e Dicí/o .S'an /o.sé.—Quien desee penetrarse de la vida de Fernando V I I , de las cunda. Pocos escritores dan como él gamos como ejemplo sostenido el arvuelan con z'ig-za.g d e s l u m b r a n t e . Susana jiersonas que le rodearon, de su época, habrá de leer este libro docunttentadísím», I ais raijos d'or que t'envoltaven tículo titulado "El sonriure" (paginas la sensación de vivir en una ciudad alz;i l;i,-. chiuelaa y huye ,por l a p u e r t a escrito'.con absoluto rigor histórico. Renacimiento, 5 pesetas. mos Ijraeos i'eren companya, plenamente rodeado por todas sus in- 127-129). Adviértase qué concretamen- i c;o que al viure denianavem, del fondo. L a fina bata blanca, aljófar t e i'do, la cubría medio cuerpo, y lo descuquietudes, sus atracciones, sus peque- te exactos son los adjetivos, epítetos l'amor, ben grat, eus ho oferia. NIMBA. EL MATRIMONIO DE JULIANA. EL MO'u-ia, el almohadón d e rosas d e s u torso. A ñas y grandes cosas sabidas o ignora- que no sólo califican al nombre incorLINERO DE NAZARET '>.. 'ejos óyese \m gran chapoteo de agua. Cam espletava el blane d e m a r b r e das. Y, al mismo tiempo, la virtud li- porándole una cualidad determinada, Borboteos, espejog fríos, libios, cantan u n t o n eos, sobre de la garva, Marccl l'rcvo.'si.—Por primera vez aparece en español este libro, uno de los más teraria del poeta hace que por mucho sino que avaloran toda su sustancia, id.' quin • oro t r u n c a d o . E l agua fría tiene i m a cancruixir és brau'Hiillons, rciiümbrados delgTKtn escritor francés. Renacimiento, S pesetas, que se mezcle a esa vida que contem- porque tienen verdadero valor de crea- i quin volar el deis moixons. ción metálica. L a ea.lieule tiene voz de terciopelo ceniza. Susana, descalza, pisa l a a l pla nunca parezca mirarla desde den- ción, gracia de invento. Y repárese LIBRO DE GUISADOS 'ombra. N a d i e vio p o r dónde e n t r a b a y y a Después, t o t e r a dolg r e p ó s : tro, fundido, confundido en ella. Di- también en la gracia de las imágenes: e l á fuera otra vez. L a iÍQuida canción, a u Ruperto de Ñola.—Edición y prólogo de Dioni.sio Pérez (Post-Thetbussem). ríase que la vida es un gustoso film acaso le falte a esa gracia ejercitarse el plá, el miunt, í a serralada, eolada do inciensos y perfumes, cesa. C a e Es el noveno volumen de " I ^ s clásicos olvidados", colección que dirige Pedro lol e r a nalma, enlorn d'ambdós. no sólo en las comparaciones con las que él observa desde una plácida bu.1 b a l a como cae u n a nube p o r los peldaños Sáins y Rodrigues. Volumen suelto, 7 pesetas. P o r suscripción, 6 pesetas. E r a el capvespre, u n a aubada. taca, en la "ribera oscura" de un con- cosas materiales; alzarse más a la jaspeados del cielo. Susana está desnuda. L a tlcob^ilo siente y se estremecen sus esquinas. LA NOVELA DE DOS AÑOS fortable salón de proyecciones. Hay en creación pura de la metáfora, desliga- Qui hi liem cereal al eiin mes a l t La dureza hostil de los muebles corrígese su ademán de contemplación una fri- da de lógicas amenas. Pero este acaso del m u n t ? . . . Que Tesperit malalt, 'u curvas. L a s mirad.aa de los viejos, a cada (Diario de mi vida.) volidad elegante que no consiguen al- ya vale tanto como una orientación ! i liellesa p e r tots cercada extremo d e l tapiz de ojo.-s, se t o r n a n m á s trobés en l'amor i en la m i r a d a . de escuela y no es un reparo señalar terar los sabores amargos del vivir, que R. Blanco-fonibnmi.— Scgunóí edición de este libro, en el cual detalla su auvivaa y mueren y reriacen. Susana e n t r a en tor, día por día, los hechos más interesantes de su vida. Renacinriento, 5 pesetas. Sagarra paladea a veces como un li-su falta. J. MILLAS R A U R E L L t cor de sabrosas combinaciones acerAun podría decirse más sobre esta EL CID Y ROLDAN bas, poniendo un gesto de indignado colección de artículos; pero del humor desprecio y de repugnancia, contrayen- en Sagarra y de su sentimiento de la Eduardo A/ÍÍÍ-Í/ÍÍÍ/KI.—Esplendido estudio sobre las figuras .,históricas de estos DE díis personajes. Corresponde a la colección " E l Libro del Pueblo , que publicó ando un mohín de piedad casi ingenua, vida y de otros detalles de su técnica Dirigida por el Marañón. teríoniTente " E l problema social de la infección , del Dr. Gregorio bondadosa como el lomo encorvado y literaria hemos hablado ya en esta GA50 oéntimos. Comiipañía Ibero-Americana de Publicaciones. DR. CESAR JUARROS humilde de un perro fiel. Este mohín CETA y ahora sería extender demasiado es característico en Sagarra, y cada esta nota, glosar de nuevo aquellos LOS PURITANOS Publicará ch. breve: vez le encorva más las espaldas. puntos. La .Fiesta del Libro h a alcanzado este año A. Palacio Valdés.—Pertenece a " E l Libro para Todos", colección que proen Barcelona u n é.xilo espléndido. Adjetivo, norciona la obra de cinco pesetas, completa, por seis reales. Publicará a continuaDUGHonUOnTmiTIlMIEtlTOS Pero al lado de esa frivolidad, y en esta ocasión, justo. P o r q u e las librerías, eión, "Doña Inés", de A."oríii. Compañía Ibnro-Amcricana de Publicaciones. TuAN CUABAS muy frecuentemente mezclada a ella, los quioscos de la R a m b l a , los puestos esparposee Sagarra la virtud de calar honcidos p o r diversas calles, daban a la ciudad EL ÁNGEL DE SODOMA verdad;(-';o esplendor de fiesta mayor. damente en la vida que le rodea. Verá Por el D e t a í e interesante y ejemi)lar las confeentonces que aquel ademán de frivoliA. flernández-Catá.—Vrólogo del [)y. .Marañan, b'pílogo del Dr. LÍIÍ.V Jiménez reiuáas callejeras que, en tribunas situadas a de .-I.nía. Es ésta- la segunda edición de la novela ejcn-.plar, cuyo asunto presenta DR. VERDES MONTECIRCUITO IMPERIAL dad no dejaba de ser una sutil habilila p u e r t a de la Librería Catalonia y Espai'iocon absoltito desembarazo el caso del intersexual. Renacimiento, 4 pesetas. dad literaria, la diestra actitud de un la, del p a d r e López Llausás, dieron d u r a n i c NEGRO (12.302 Kms. L I T E R A T U R A ) escritor ciue ha encontrado una fórmulodo el día, de cuarto en cuarto de hora, a l PIMPINELA Y ROSA MARÍA POR gitnos escritores catalanes, p a r a manieuíula, el menor peso posible de su oficio Eni c.-tc l'i'bro, verdaderamcate ex-vivo el entusi.asmo de los compradores de (C|ic¡oii:d, dentro de la liíeratura cienParone.sa de Orczy.—Novela interesante por su tranua, por la figura de su.s perUna observación penetrante, acaso libros. N o se distinguieron en estos " m e e tífica española, se cxpoine el ,concepto sonajes, por su intensidad emotiva, .'\raba de ser traducida ;d español, l'ienaciexpresada súbitamente por la venturolings" populares de cultura nombres n i tenmoderno de la tuberculosis, 'a nueva roíento, 5 pesetas. interpretación radiográfica de ella y los dencias. H a b l a r o n periodistas, autores p o p u sa gracia de una imagen, acertará a medios de llegar al d-iagnó-t-co nvre-i'íiz lares y escritores de minoría. EL CAMPO, LA CIUDAD, EL CIELO descubrirnos toda la resonancia moral Acaba de ponerse a la venta esta obra, .de la futura evoluc'ón de las lesiones, en la cual recoge E R N E S T O G I M E Admirable h a sido también en esta fiesta que, más allá de ese frivolo gesto, de.•1 más de prceiscirsc el momento de inN l í Z C A B A I J . E R O sus impresiones Antonio de Obrei/ón.—Una hermosa colección de poemas modernos, finos, excalal.ana del libro los volúmenes nmncrosü.ti'i-vi-nir p,'ir;i (knn;n;\r el progreso de jaron en el poeta detalles que pudiepor tierras de Portutjal. Italia, Holanda, quis.itos. Uno de los libros más interesnn'.cs y logrados de l a nueva estética. Com(1110 esperaron al día siete p a r a asomarse al !a ciifciniedad uti izando los recionteran pasar por alto a otro escritor, al Alemania, Bélgica, Francia. E s és'.e ur pañía Ibero-Americana, de Publicaciones, S pesetas. píiblico y ciilrc'íiir.sc :\ s>i codicia de l e c t u r i . 'Uiente ideados t,ratamiientos. libro donde aparece unido el interés de! cabo de dar muchas vueltas en torno a Cito alguncs de ;:.st(i.s libros: En esta misma biblioteca aparecerán paisaje a! interés espiritual o artístico, Pedidos: Librería Fernando Fe, Puerta del .Sol, IS- Librería RcnacimieiUo, I r'mcstralmentc las obra.s: "Causa, Edición oi'igiiial catalana de Las dictaduellos. Coriipárese, como ejemplo, las vcrsidad 1 P.arcr'i,n:i, Icria del Libro, Exposición Ibero-Americana. Scvtll.a. particularmente literario, de los distinlo.s di:i,'.;nó>licO!S y tratam'entos de los trasras, de Frauí'i.-'co Cambó, que ha batido el escasas páginas en que se trazan las Preciados, 46 y plaza del Callao, i, Madrid. Librería Barcelona, Ronda de la Umpaíses. loriK» nien-:trnnics". ,püi- el Dr. Rcca" r é c o r d " de venta. Cinco mil ejemplares en 15338.—53742.—[3816.—L'ame a uno de estos teléfonos. Recmira el libro que desiluetas de aquellos deventarados ingesrns; " I nler]irpl'ieinii ciíii'ea <le los im día. 3,75 P E S E T A S anál,i,sis del l,;dtorator¡o", por el docsee sin recargo alguno. nios madrileños, académicos del ColoCaries meridionals, de .Tosep l^lá; El ccrtor Moiiri:::; "Neurología clínica" (diagCuadernos de la GACETA LITERARIA. nial, que fueron Navas y Villacian, con clc vidípc. la última novela de J u a n Puig y nó,-t¡C()s nenro'Ióg'cos de urgencia), por COMPAÑÍA IBERO- AMERICANA Fi'i'iT'liT, (pie li;i ]iui'sí() en csle libro su iriael' ür. Cé.mr Juarros. el libro sobre Madrid, de Josep Pía. D E P U B L I C A C I O N E S (S. A.). Librey-íiy (Mnpciin de ii(i\-i'ii,-;l;i; Copa, café y puro, Pues bien: en todo el texto de éste no ría Fern-ndo P'e, Puerta de' Sol, 15.— de José M.'iría ,"\ii;;ii i':i; l'/iisatgcs de la nosLibrería Renacimiento, Preciados, 46 y llega a ofrecérsenos una sensación tan trn liÍKÍúr¡i!. del cuHo c-ladista e historiador Compañía Ib'..'ro-.'vini'i-icain,a de P ut UN. L I B R O I N T E R E S A N T Í S I M O plaza del Callao, i . — M A D R I D profunda de lo que ha sido el Madrid Nicolau D'Olwí-r; /w',s poHíics catalans, de bl L'ac oiics. Librería J'^ernando F e . 15338.——53742.-—13S1ÍJ. Llame a uno de Puerta del .So,l, 15. Librería RenaciRov'ira. y Yiígiii; Le:- lliifiiiines de Sun Lloliterario de los cafés de la Puerta del EL DESENCANTO DE MIGUEL GARCÍA miento. Prcc'ados, 46 y Plaza del Caestos teléfonos. Reciliirá el libro que dercnc, do Peri; (Á)r(iiH!iii's cío., etc. Sol como en ese artículo tan bien traPOR B E N J A M Í N CARRION llao, I. Madrid. Librería Barce'ona, see sin recargo alguno. IJM Prensa catalíma ha dcdiciulo 'a la Fiesta bado que Sagarra titula "Dos español'íonda de la Uidvcrsidad, 1. Barcclon.a. del Ijibro las primeras planas enteras de los Una novela bien escrita y bien construida. Aunque de ambiente ecuatoriano, Eci'ia ,(l'l IJbro, Exposición Iberoameles singulares". , , su lectura apasionará lo mismo a europeos y americanos, y a que los sentimiendiarios. (S. i . NOTICIARIO PE ü mimm\ nmm E. Giménez Caballero ricana, Sevilla. Otros muchos aciertos de este tipo podrían señalarse en el libro de Sagarra. Todos cllf)s vendrían a demostrar-, nos, (rcciü'idi-í' ''•\\\ i sfdobre"), cónió. i tea i. G. Wells. EillPIl [I813 msmill »il.,i!l i'|il> fí.ll I'ls de registrar-también con qué gran e n t u siasmo cu mni'lios pui'Mos catalanes se ha ceIdiir.'ido 1.a Fií'-da del Libro, y c':m cu.'into ontusi.asiiu) bal) comprado libros oliri'i'os y m u .if'i'cs. , , ^, ,. , , , iS33Í^. 537,|--. '.X'^''>- Llame a uno de estos tídcfensis, Ki-eibirá el I b r o que d: see .s.iii re'.-'ír,"-ii a'.(;-ui;o. tos que Benjamín Carrión describe son h o n d a m e n t e humanos, universales. 4 PESETAS EJEMPLAR Pedidlo en t o d a s las librerías. LA G A C E T A L I T E R A R I A • La nueva poesía argentina Pampa. Es un tono de pampa el que el penar de una calle, la última casa a nueva estética impone a los novísi- de la ciudad y atalaya de la llanura, mos poetas argentinos. Al buscarse se. el patio casero, todo con la nostalgia ;ncuentran encerrados en la circunfe- del cegel rnoro, que parece informó de rencia del horizonte pampero y hallan tristeza la tierra, traído por las gen;h esto su propia definición. Es esta tes del Mediodía hispano, que crean el modalidad estructural o temática la gauchaje, y aparece la Pampa como que nos fija en atenciones sobre ellos. símbolo*—don Segundo Sombra—, y Conocemos perfectamente su am- con ello el eje donde volteará la espibiente de trabajo, la influencia del ur- ral de la poesía nueva. banismo porteño, los reflejos de auroAsí, con Jorge Luis Borges en guía, ras europeas, pero queremos interesar- los valores jóvenes ganan la batalla. nos especialmente en aquellos que tien- Y Borges puede escribir. "La tristeza, den a una expresión autóctona con la inmóvil burlería, la insinuación iróelementos sacados de la tierra argen- nica, he aquí los únicos sentires que tina. un arte criollo puede pronunciar sin En los ciclos que podemos contem- dejo forastero." plar como cerrados en la marcha liteLa expresión nacional aparece y raria del tiempo, encontramos el que Martín Fierro—-con su rudo cantor— hacia 1897 fija Leopoldo Lugones, y se alquitara en las modernas formas, más adelante—1918—el que traslada que son también puro intento criollo. Jorge Luis Borges a su país de los Y la Pampa se hace palestra, se disultraístas que apuñalaban en España cute la autenticidad del gaucho y le candidas rimas con fervores iniciados. defienden los que gustan dar primacía En el ciclo lugoniano, lleno de al- racial a España. tisonantes traslaciones rubenianas, con Los cuadros de Bernaldo de Quiel retoricisma de Capdevila, la pres- rós son ilustraciones a este gran motancia graciosamente hispana de Enri- mento en que el crioUaje exige persoque Bauch, la musical llaneza de Fer- nería en el nacionalismo, y ofrece su nández Moreno, la elegancia de Pedro caballo como base y su brazo voleador M. Obligado, todos los maestros como símbolo. —maestros, aunque forman los briEn la pintura y en la poesía empiellantes de la constelación, si no inicial, zan las realizaciones afortunadas; ellas más auténtica de valores—en la poe- pronuncian sin dejo forastero su palasía argentina, podemos encontrar la bra justa, y ambas—Güiraldes, Berpreocupación del ritmo y de la forma. naldo de Quirós, moderno Borges—haNo son, sin embargo, éstos los que cen recordar a los payadores. más pueden darnos el exponente ac"Pampa. Yo diviso tu anchurosa tual. La tendencia predominante en la que cava las afueras. nueva estética es una revisión de los Yo me estoy desangrando en tus poorígenes—coplas camperas, quechuas, nientes. Pampa, como esa voz del agua guaraníes, gauchescas—y otra parte que alzan los desplayados, así de tu menos influenciada de Chamizo y Ga- silencio viene un silencio grande, que briel y Galán, que mira con ojos prís- me desbanda el pecho en cada bocatinos la pampa. calle." Entre aquéllos, los folklorizantes de En la noche brillaba tranquila la ocasión agotan la verba, inventando luz de los. ranchos. Hay una pobreza, e incorporando viejas palabras indias llena de ricas profecías al futuro, que —a veces sólo provincialismos arcai- dan a la Pampa valor bíblico de procos españoles—, siendo el más afortu- misión, un sentido egloíco a veces, sunado, porque está dentro de su espí- fre el romanticismo de pasionales ruritu y es fontanar vernáculo—Cata- tas, o la tristeza del metafísico sentir marca—^ donde puede a ojos ciegos de la vida y de la muerte. surtirse, Rafael Jijena Sánchez, "Pampa, lisa como una luna, clara Pero es a Jorge Luis Borges al que como un amparo, es tu verda en el pertenece la primacía del movimiento Símbolo, literario argentino. Fué él quien, al Yo sé que te desgarran malezas y volver de España llevando en la médu- huellas y el viento hecho picana. la las influencias de Grecia y Ultra, Pampa sufrida y macha, que ya fundó Proa con Güiraldes y traslada estás en los cielos. la nueva técnica que trata de insuflar No sé si eres la muerte. Sé que estás a su generación, demasiado prendida en mi pecho." en el verlainiano. Pero mientras lloran sobre un desAnte todo la música sea. pojo de civilación perdida, Güiraldes Pero hace más. Mientras los espave al gaucho clavado sobre la Cruz ñoles se pierden por los abstractos conceptos o por los planas luminosidades del Sur. Nosotros encontramos que es ahode las imágenes, ellos glosan su país, hacen literatura de su porteñismo y de ra cuando empieza a alentar, ahora que su Argentina, crisol de razas. Cantan crea el mito literario, ahora que mueal tirano Rozas y a la falda crinolina. ve el pincel del artista, como aquellos DATOS Y JUICIOS Desde aquí precisarnente voy a seguir los movimientos de esa Literatura que ya no se atreven a llamar "Joven" quienes conceden demasiada importancia a los datos del Registro civiL "Boletín de la Joven Literatura", cantó la revista "Verso y prosa" hasta su número 10. "...Nueva...", dijo luego, como si en el brevísimo lapso de tiempo comprendido entre octubre de 1927 y junio de 1928 se hubiese producido uno de esos sucesos terribles que hacen súbitamente encanecer. El hecho sobrevenido no era, por cierto, luctuoso. Alegre, sin duda. La llegada de otras promociones de jóvenes más jóvenes, aconsejaba tal vez el prudente repliegue. Pero, en definitiva, la juventud que establece relaciones sólo de edad, importa menos que esa iniciativa en la creación a que alude lo nuevo. Nunca como ahora—signo inequívoco—se ha sentido la necesidad de volver al principio de las cosas. En todo, como en Literatura: última gota esencial del alma de los tiempos, ¡Truco admirable éste de nuestra época, improvisando cerebro y corazón, haciéndolos, alegremente, de las tripas que soltó la Gran Guerra!,,. Liquidado todo un período histórico, es natural que los nacidos a la vida o a la razón, hacia entonces, cortasen el cordón que les unía al pasado, con plena conciencia de su alumbramiento, Claro que la viabilidad de cada criatura, sólo en cada caso podrá comprobarse. Pero todas, en mayor o menor grado, ofrecen el interés de traernos bajo el tierno brazo un pan del otro mundo. Joven literatura, nueva literatura, vanguardia, creacionismo, ultraísmo... Palabras diversas que han rondado, para apresarla, esta realidad de formación reciente, o han pretendido, al menos, herirla en uno de sus flancos. Demasiado móvil, el concepto escapa a toda definición, quizá porque le em- GENERALES P O E M A S <? wpwHpMiBiTiMittiiiiiií^^ • I— I GENKSIS - ^**»" - w m héroes homéricos que morían y pasai Y todo en la mañana 80 hizo piel de camino! ban a ser constelaciones. F R A ISJ C * l A Metálicas sirenas Borges, santificándole en esa hagiogritíd)an en mi voz grafía del santoral literario; Güiraldes, innumerables puertos. sufriendo el penar de su cruciñxión; Quirós, dramatizando en color la ro—¡Soy la muchacha término! fintre el fin del romantioismo y el rea- pí! iilo do e.s-tilo, de alabanza jjíira loa que El ancla de cristal mántica gesta, han dado a la Pampa lismo conoció Edgar Poe los favores del íe oncarsan de la ingrata tarea de traducir quo detiene las horas. y a sus hombres el soplo de la inmor- jn'iblico francés. Luego, una especie de olvi- coneieiizudamente autores extranjeros escoMis cabellos de níquel talidad. do pareció extenderse sobre PU obra que el gidos y comiprendidos. Una interesantÍKima imantan las estrellas. < Nos hemos fijado en estos tres nom- s:mlx>lÍ9mo puso de relieve. Mallarmé arras- bibliografía termina la obra. Largas rutas de asfalto bres como altos prestigios en el arte tró a los admiradores. Y, naturalmente, se Baudelaire no se atrevió a traducir "Le alzaron tu mirada argentino y avanzadas de su naciona- presentó la cuestión a propósito de las tra- Corbeau", de Poe. ducciones: saber cómo fueron hechas y disUn poeta baudeleriano, por admiración al nivel de mi pecho. lismo peculiar. cernir aquellas de las que uno puede fiarse hacia ©1 maiestro, Armando Godoy, acaba de Un atlas lo encendía No pretendemos que el arte gire en hoy día. publicar la traducción en versos franceses chorreando en mis venas torno a estas estéticas que significa- En la Sorbona se acaba de sostener una de esta obra del dios de Baudelaire. No cosangre de mapamundi, vivaz, multicolor. mos; pero como vigías del navio que besis que aporta grandes aclaraciones a la nociendo' la lengua inglesa, no puedo abarcuastión, y que pono a Edgar Poe a la car las correspondencias', siempre misteriova a conquista de admiraciones lejaorden del día. León Lemmonier, que ocupa sas, que guardan estrecha parentela entre Yo ungí de realidades nas, son ellos los que vemos primero. en el Instituto Rollin la cátedra que fué de un texto magnífico y una traduooión fiel. el sueño de tu frente. Aun hay otra modalidad en los que Mallarmé, establece, en Los traductores de Pero el gran talento de Armand Godoy, qiic La belleza más próxima hacen literatura en Buenos Aires, los Edgar Poe en Francia desde 1845 o 1875 y 1Q3 más grandes nombres de la literatura fué tuya entre mis labios. que hueyen a las claras del criollismo, Charles Baudelaire (Les Presses Universi- francesa alaban, desde Valery Larbaud has¡No vuelvas a ló incierto! la intranscendencia humorística de taires) las etapíis de la revelación de Poe ta Henri de Regnier (véase el número de al público francos. Lenamonier añade a su Mediterránea, consagrado a Godoy), ha, dado Oliverio Girondo y la franca valora- conocimiento de la lengua inglesa el de la a la traducción una faciUdad de expresión Yo, lente enfocadora, ción cosmopolita de Leopoldo Mare- psicología del pueblo inglás, tcitigo sus no- y un encanto que sólo posee la experiencia ceñiré el universo chal. En pintura opongamos a Bernal- velae y notab'.ement© "Entente Cordiale". de un poeta ya hecho a las durezas del al hueco de tus manos. do de Quirós, el ávido modernismo de Fourgues dio como suya una traducción metier. him edicionetg Eraüc Paul han ilusde Poe. Pero ol diario al cual la envió para trado e?te álbum de lujo con un impresioQuinquela Martín. su publicación rehusó, el texto y el cronista nante aguafuerte de Mariette Lydis. VENTANA ABIERTA En la búsqueda de una expresión intentó un proceso. ¡Ah, bien! ¿Se me • ADOLPHE DE PALGAIROLLE nacionalista propia, han encontrado un rehusa este texto? Pues, justamente, 'no es Amigo; ya llegó lo trist* del verán». símbolo. Pampa. En esa inmensidad mío: lo cogí a Poe. Ya está dado el alerta. Gramófonos sin sueño acidulan romanzas cubiertas de polilla bullen las estéticas personales que nos Los letrados podrán retener este nombre I T A L I A y sierra el primer grillo los hierros de un darán el alto exponente de la realiza- extranjero. leiabelle Meunier publica cuentos en \m [balcón. sión artística de la Argentina. diario. Alfonso Borghes publica un volumen HONOR A EDGAR POE MARÍ.-^ TERESA DE LEÓN ROGELIO VILLAR S7 "MÚSICOS ESPAÑOLES". —Segunda serie, 6 pesetas. , "LA A R M O N Í A E N L A MÚSICA CONTEMPORÁNEA", 2,50. "TEÓRICOS Y MÚSICOS", 2,50. r de novelas cortas de Poe. El golpe maestro lo dan tres traductores que operan casi simultáneamente: León de Wailly, Hughes y Baudelaire. Después de los cuentos de Mme. Meunier; después de las traducciones de Borghes, en las que busca furiasamente la elegancia; de los descuidos de Wailly; del esfuerzo de espirituaHdad de Hughes, un tutor de Poe, Baudelaire, refvela el genio. León Lemmonier pone de relieve el entusiasta temperamento de Baudelaire, que defiende, realza, alaba a Poe, y su historia de ías traducciones de Baudelaire es un ca- G U E R R A DIARIO D E U N SOLDADO ALEMÁN DOS LIBROS SOBRE LA GUERRA H A N APASIONADO A LA OPINIÓN E N ALEMANIA Y EUROPA. USTED CONOCE U N O : "SIN N O V E D A D E N E L FRENTE". H E AQUÍ E L OTRO 5 PESETAS M U N D O LATINO. COMPAÑÍA IBERO-AMERICANA D E PUBLICACIONES. LIBRERÍA FERNANDO F E , P U E R T A D E L SOL, 15. L I B R E R Í A R E N A C I M I E N T O , P R E C I A D O S , 46, Y P L A Z A D E L CAL L A O , I. L I B R E R Í A B A R C E L O N A , R O N D A D E L A U N I V E R S I D A D ; , i , B A R C E L O N A . F E R I A D E L LIBRO, E X P O S I C I Ó N I B E R O A M E R I C A N A , S E V I L L A cine,.. La verdad elemental de los va- va no es, ciertamente, popular, no lo sos comunicantes no puede dejar de quiere ser, y, bien mirado, no tiene darse en las múltiples manifestaciones por qué serlo. La "apopularidad" en del carácter, de la sensibilidad de una este sentido no rechaza lectores; quieépoca. Pues bien; nadie ha explorado re decir tan sólo que no los busca memejor la conciencia del momento, fijan- diante halagos. Supone un esfuerzo. puja ese hondo instinto de la Historia do principios y conceptos, que José ¿Y por qué no? Sin que ceda en daño que es, ante todo, voluntad de reno- Ortega y Gasset. Su ascendiente como de estas opiniones la presencia induvación. De aquí que en el juego eter- maestro, más que en la realización de dable de lo "popular", puesto que es no de acciones y reacciones lo inme- una obra específica se acusa en el tono evidente su utilización según procedidiato es siempre la víctima sacrificada. general de las ideas en marcha. mientos—valga la equivalencia—^más Los escritores, jóvenes de inspiraLas demás influencias de divisa es- cercanos a Falla que a Albéniz, Disolción, que alzan hoy sus frentes hacia pañola que pudieran señalarse no son viéndolos en la inspiración propia, metma luz no usada, se muestran en co- otra cosa—y ya es bastante—que la jor que transportando motivos. lumna dislocada, sin composición po- papilla asimilada cuando no cabía la La aspiración a realizar "modelos", sible, de la precedente: la del 98. Si opción. Llegada la edad de las prefe- a crear, dicho en una sola palabra, no algunas figuras, de espléndida indivi- rtncias quedaron tendidas las líneas supone únicamente la manumisión de dualidad, se sitúan al margen de las de acceso hasta puntos extremos del tiranías como la del público—que sueformaciones, no es precisamente para conocimiento. Y es significativo que lo nutrirse de reproducciones y réplihostilizar a la falange que se incor- para gran parte fuese la Universidad cas—, sino a la vez la primacía de lo pora, sino para reconocer en ella el órgano de relación, toda vez que es subjetivo, personal y lírico. Este nadesarrollo de aquellas anticipaciones o característico de las muevas promocio- tural contragolpe motiva — si no me la prolongación de aquel punto de ma- nes la condición de "ingenio letrado". equivoco—el auge de la poesía sobre durez que esos maestros solitarios lo- Esto quiere decir tanto disciplina cul- determinadas formas de creación litegrasen. Caso típico, a este respecto, el tural como sentido de la responsabili- raria que necesitan del aire de afuera. de Juan Ramón Jiménez: "Entre jó- dad, y, en otro orden, facilidades para Auge cierto, que se comprueba incluso venes llenos de entusiasmo como uste- la expansión. Porque no lo han hecho en la prosa de algunos: prosa de poedes—escribía a los de "Reflector" todo letras de múltiples minervas. Los tas o, por lo menos, impregnada de (1920)—por una dirección artística viajes hicieron el resto, una poesía por cuya virtud las novepura, sea ésta la que sea, me encuenlas-—poco "novelescas"—se hacen poetro mucho mejor que entre compañemáticas. La prosa del ensayo es asis¡H * * ros de generación secos, pesados, turtida con expresiva frecuencia por las bios y alicaídos." Pero esta adhesión gracias que poseen las figuras del lensignifica mucho más que la mano exA primera vista pudiera creerse que guaje, si es que no se deshace en glotendida por el afecto: es el empujón la literatura nueva está en vilo, sus- sas rápidas o en simples observaciones que da quien sabe y puede, contribu- pensa sobre el tiempo y el espacio. —greguerías o no—, o en aforismos yendo de modo decisorio, a los nuevos Justamente es la presunción contraria que son frutos maduros de la intuirumbos de la Poesía, en verso y en la verdadera. La literatura nueva está ción antes que del discurso. prosa. En el tiempo, en la doctrina, ligada a una tradición viva de nuesLa imagen es la deidad común. Un en el ejemplo, Juan Ramón Jiménez tros clásicos, no la cancelada; y en mundo, pues, transfigurado: nueva sigana el primado de las Letras actua- relación directa con los estímulos más tuación de las cosas, nueva manera de les. Por razones de distinta índole, otro típicos de nuestro tiempo. Sólo que mostrarse, nueva serie de relaciones. contacto y estímulo podría cifrarse en en ningún caso son aprovechados los La creación artística no puede ir más el nombre de Ramón Gómez de la Ser- elementos de la atmósfera histórica o allá. Para no retroceder, sacrifica la na, si el niño precoz de "Prometeo" social de un modo que no sea precisa- anécdota—^lastre de la realidad más (1908) no fuese, en realidad, antece- mente artístico, con exclusión delibe- próxima—y acompasa la marcha a un dente y consiguiente, bautista y me- rada de otras intenciones. Ni remedos ritmo que viene de dentro a fuera, sías del flamante mundo que nuestro ni tesis. Esto es; ni arcaísmo ni socio- con el disciplinado impulso que es projuicio se propone parcelar. No todo logía. Géneros que cierta literatura pio del "arte artificial". Y conste que en éste es Literatura, aunque sea em- alentaba, en maridaje con númenes empleo esta expresión pensando en peño claro y expresivo, su apeo, con ajenos, parece que han abatido la ca- aqueUá distinción certísima de Juan absoluta limpieza en el deslinde. Me- duca cabeza. No ya el drama de ideas, Ramón Jiménez: "Se dice arte "najor creo que no se explicará bien el o la poesía civil, o la novela de cos- tural" del arte que es dueño del homfenómeno literario de nuestros días, tumbres—'¡no faltaba más!—, sino bre; arte "artificial", del arte que es aquí y allá, quien prescinda de las for- cualquier producto literario de los que esclavo del hombre." mas determinadas por otras artes: la venían siendo brindados al gran púpintura, la música, la arquitectura, el blico. Nuestra literatura joven y nue* * * LITERATURA NUEVA Página tercera E Z IO L. E V I Hace un rato, mordía su lechuguita verde. Verdeolivo. Verdeciólo. Verdemar. W e ItÉ BD Inidí liUa El grillo se comió un álbum de paisajes y canta, desahuciado, para librarse de ellos. Lo mismo que un poeta. Lo mismo que nosotros... El siglo XIX conoce sucesivamente dos tíndenoias literarias: primera, la tendencia histórica, que se mauifieeta en las grandes nevocaciones históricas de Manzoni en Italia, de Víctor Hugo en Francia, de Pérez Galdóí? en España. También la poesía participa de eeta dirección del espíritu, cuya última expresión es, en Italia, la poesía de Carducci a fondo histórico: Las odas bárbaras. En las últimas decenas de años del siglo XIX, a Ja escuela histórica sigue la literatura realista, que observa el mundo contemporáneo, del cual tenta de fijar, con fría precisión, aspectos y caracteres. El siglo XX es intolerante, tanto de la primera como de la segunda forma de poesía, porque hace gravitar todas las fuerzas del espíritu hacia el futuro. Hay que advf.rtir que mientras la nueva ¡literatura parece entregada a la más frenética indagación del nuevo, poco a poco ella va restaurando—en consecuencia de esta gravitación del espíritu — l a figura del poeta tal como aparece en la literatura primitiva: la figura del poeta-profeta. El rumbo hacia el cual miran las tres formas sucesivas do la literatura moderna áj transforma según esta sucesión: el ayer, el hoy, el mañana. LA GACETA LITERARIA APARTADO 33 MADRID Hace diez años... Pero ¿es posible que no haga más tiempo? Nada tan presuroso como la mano del tiempo cuando se deja llevar por la de la muerte para retirar cosas de en medio. Y es precisamente esta repugnante señora quien sabe, mucho mejor que su compadre, dar a los recuerdos frío de patética distancia. El manifiesto que lanzó el grupo "Ultra" data de 1919. Vinieron, con alegre intrepidez, la revista de este título (1920), otras de acción combinada—"Tableros", "Horizonte"—, planes, anuncios, pregones, auroras... Se abatió el primitivo banderín de enganche, sin eficacia superior a la alcanzada de momento. Y la muerte de algunas plumas entusiastas denota que la historia literaria —siempre en curso, como toda liistoria—hizo, no necesitando gran esfuerzo, su primera selección. "El ultraísmo es el tren que pasa siempre—decía imo de los más felices entrefiletes de "Ultra"—: hay que subir y bajar en marcha." Exactamente, Algunos se apearon, como maletilla acosado, cobrando golpe mortal. Otros, rehechos, pudieron montar de nuevo con billete de primera... Y fueron los más dichosos los que obtuvieron plaza en la limitada composición dé " í n d i c e " (1921), tren de lujo, "flecha de oro". La Biblioteca aneja y los conatos de fundaciones ulteriores—"Sí", "Ley"— adjudicaron a Juan Ramón Jiménez el diploma de egregio entrenador. Ya la "Revista de Occidente" (1923) y su restringida colección "Nova novorum" —título que yo siempre defendí por el acierto que supone la rehabilitación de un tópico peligroso gracias al agua regia del latín — no tuvieron apenas que seleccionar, sino que lanzar. El cuadro de estos jóvenes que despegaron ya — unos antes, otros después—de los treinta años estaba casi completo en 1924, al dar la revista "Intentions" una antología de la "Jeune littérature espagnole". Otras revistas españolas de carácter g e n e r a l —"España", "La pluma", "Alfar"— contribuyeron en grado notable a la emisión de esta serie que conviene llamar A para distinguirla de otra ya en juego, la B, posterior en la cronología, joven en estricto y precario sentido. La noche está vacia. Yo nado entre las cosas, ajena, sin mirarlas. ¡Tú y yo solamente! i. Por qué me hace llorar la voa de la [portera? ¿Se habrá perdido un eco del grillo-panorama en la monotonía de sus frases vulgares? Visibles electrógenos cargan de extraña [fuerza nuestros gestos diarios. —Una aguja homicida ha tendido la tiple scibre el disco lunado—. ¡Que lo triste no pueda apagarme la [frente! ¡Inmuniza mi espíritu, bajo tu mono azul! ERNESTINA DE CHAJVIPOURCIN LA INFORMACIÓN PERIODLSTICA y Oficina.s de recortes de periódicos de Madrid, provincias y extranjero. MAKCA REGLSTKADA ___ Mcléndez Valdé,s, 47 - Apartado 902 MADRID Otras vendrán en efecto: la C, la B... Nuestros "moins de trente ans", ¿añaden, respetan o sustraen?... Probablemente harán, están haciendo, de todo: útil e inútil, Pero hasta la pampUna —a veces divertida—del "superrealismo" puede rendir algún provecho. Quien acaba de llegar, siempre trae una razón nueva que importa recoger... Sobre todo, estos muchachos de ahora, que por haber venido en pleno triunfo de la invención científica—aviación, radio...—no han conocido el infantil estupor de las promociones anteriores: las nacidas cuando los primeros automóviles, entre el general asombro, cruzaban los paseos de España, cargando en la trasera miradas de cuello vuelto. El haberse destacado ya algún predestinado a la maestría no prejuzga el sentido general de las cualidades que puedan abonar la serie B, en devenir incierto aún. Otra aglomeración de revistas preludió su lanzamiento, no sin ceder el paso a los mayores: revistas provinciales que, en realidad, no lo eran sino por el pie de imprenta, supuesto que todas postulaban la colaboración de los concentrados en Madrid—"Litoral", de Málaga; "Mediodía", de Sevilla; "Gallo", de Granada; "Meseta", "Parábola", "Manantial", de una Castilla trashumante; "Papel de Aleluyas", de Huelva... ¡Ah!, y "Carmes" con "Lola", bien repartidos los papeles. Y en calidad de puerta abierta a los que quisieran entrar, llegasen por donde llegaran, esta GACETA LITERARIA. Y no es forzoso citar "Verso y prosa", de Murcia, porque ya la traje a cuento, aunque no he de silenciar la función servida por aquel progenitor de los días difíciles: el suplemento de "La Verdad". Todas estas hojas entran a componer el cuadro general de fuentes que deberá aprovechar el que pretenda definir, uno por uno, a los treinta y tantos—suma y sigue...—que forman el catálogo posible de la literatura nueva. Yo trato de filiarles, con ocasión del libro que la actualidad ponga en mis manos. Por hoy, eludiendo el retrato con pelos y señales, me he atenido a tomar, grosso modo, el aire de familia. M. FERNÁNDEZ ALMAGRO LA G A C E T A L I T E R A R I A Página cuarta ;;<!l!illl»|{lllllllll!llllllllllllll!llllllil!l[|lll!!lll!llllllllllll!l^ GACETA DE "POMBO" Por Ramón Gómez :-: de la S e r n a :-: Íllilliill!llll!l!l{|llll:l¡lillililli¡lllliia^^^ L Á P I Z EN MARMOL Añadidos al concepto del Café André / Villebouf En el buzón de "Pombo" PUEBLO DE P A R E A D O S ! Pombo, para su mayor pureza, es Querido Ramón: No desde el "PomUna de las cosas que más nos haAl día siguiente de muertos es cuan- escultor, siempre humedecido—, pero sólo la reunión de un día por semana: bo" burgálés, porque, como en ése, nc cen luchar con el medio es que este do se tiene la cara de , ese bohemio hay los que son talla directa en matesólo los sábados, desde su nacimiento. puede aquí escribirse más que sobre pueblo es un pueblo de pareados, y eso :| ria dura. descompuesto. El porvenir comprenderá el sentido las mesas, sino después de estar en él. le encierra en yertas inmovilidades, en de esta tertulia en su totalidad y senle envío mi recuerdo devotísimo a tra-i machaconas obsedancias, en cortas vés de la noche de caramelo lunar. imágenes. Hay unos seres absurdos, sin la vi- tirá—yo se lo agradezco mucho—que Yo sé en los cafés en que hay usuAcabo de estar allí: por una ventaQuizás en la época romancera se desreros y no entro nunca en ellos. Creen sión de conjunto del mundo, que se no siga viviendo ya cuando el porvenir na olvidada, de esas que no sirven más ató la comprensión en cascadas de poque saben aparentar que citan su visi- creen que se puede estar en un café llegue. Allí se reacciona contra los amaneraque para dejar entrar la luz y llaman sibilidad, pero después se comenzaron ta y que son cabelleros, uero yo les sin tomar nada. Parecen suponerse que muy puramente "tragaluces" (?), pa- a formar las embolias del pareado, los conozco en seguida. ¡Qué suficiencia los cafés son unos salones en que los mientos, que son la corrupción de una saba tal zumo de farol que todo el meandros del machaconeo, las cortas tienen! ¡Miran a esa mujer que está dueños tienen mucho gusto en que haya manera, y sólo se acepta la originalitiempo me lo he pasado pensando y reticencias. sentada en la mesa de al lado, como reuniones de desconocidos que se beban dad, repugnándonos también otra mahablando de usted y de "Pombo". si pudiese necesitar dé ellos alguna su agua. Así como en los cafés españo- nera de ahora, que es la manera igual, Hay que destrozar los pareados, desNuestro "Pombo" también está en clavarlos, hacerlos cisco. les hay cartel de "Se prohibe escupir", es decir, igual en unos y en otros, igual vez y entonces deberles agasajo! el centro y también tiene una falsa endebía haber otro que dijese; "La con- la de unos a la de otros. Allí no fcíiste la iracundia secreta, y, trada de conspiración y masonería. Un sumición obligatoria por vía de apre"En un zapato metido, a lo más, hay la iracundia franca, que laberinto de callejas llevan a él desde Esa ella y ese él que cambian con- mio." Ya que en los cafés cantantes todo el río ha recorrido." MR. VILLBCEUF la plaza Mayor: una exposición de esversación de francés en el café están hubo un cartel que decía: "Es obliga- se aplaca con el decir. (Apunte de Rodríguez Ruiz hecho en pejos románticos le presiden. Luego Las horas de Pombo son de amistad, engañando a todos los que no son ob- toria nueva ingurgitación cada vez que Por imbécil que sea un autor, "Pombo".) divanes rojos, banquetas de viejo tery por incidencia, y sí es algo muy oriservadores, imitando idilios con catón, funcione el cuadro flamenco." siempre contará un lector. ciopelo, cortinillas en la puerta... Toginal de iniciación literaria. sonriendo de sus incongruencias, en El gran guasón de ¡Bravo Toro! se tal, un buen refugio para las noches monótono viaje de aprendizaje. AnodiPie de guerra para evitar tópicos, y Bailaban él y su novia Lo más difícil de saber es con quién centro de noticias bien definidas, que atrevió a aparecer por Pombo, como —idiotizadas por tanto verso—de la nizan el café y dejan en ese rincón la al estilo de Varsovia." centro de comprensión, y desde ahí lo provincia. telaraña tediosa de su falsa conver- se está hablando. Casi todo el mundo aclaren a los bandidos. se ofusca con lo que está diciendo el sación. Sólo esto he querido decirle a la saAllí se alaba y se. saluda con más reexpedí a otros periodistas. A veces los pareadas se saltean, y que habla, y no sabe lo que está di- afecto al que presenta una hoja de maSu cara rabelesiana da inocencia a lida del buen café, descubierto—otrn entonces surgen especiales cuartetas ciendo. desolador aS. yor probidad, y yo grito, sin que a ve- sus invenciones, y en próximos libros vez—después de mucho tiempo. * * * En los cafés españoles es donde se Mis soldados le envían un hurra más ces se sepa por qué, para separar dos espera ir más lejos, pintando una cove el nombre de los creadores de relo"Tu pasión por los libros no fomen Ante la persistencia del mismo suce- conversaciones malignas o para separar rrida en que primero matarán al toro, que reglamentario. (¿Por qué no viene' jes. "López". "Moreno". "Benjumea". so de coches y automóviles que naufra- los ojos del uno de los ojos del otro, después lo picarán, después lo banderi- un día a pasarles revista? Haríamos [tes Montera, 14. Mayor, 10. Plaza de Ma- garon en los abismos, llevando recién- siempre avizor de esos síntomas, siem- Ucarán, y, por fin, la capa lo fijará en una gran fiesta militar.) hasta el punto de serte indiferente Y yo un cordial abrazo, con la ad- tu mujer, suponiéndote casado, tute, I. casados, podemos anotar que España pre en plena denuncia y en plena baga- postura inmortal, en parada de bronce. La gracia de este hombre no tien? miración cada día renovada y nueva. o tus hijos, si Dios te los ha dado." es el sitio en que más reciéncasados tela, con la responsabilidad de la remiedos ni límites, pues es de los que mueren antes de consumar, y más no- unión sobre mis hombros. Las teteras de asa de madera son las vias se quedan con el equipo. ED. DE ONTAÑON Desdeñamos las habladurías de los han estado en la Guerra europea, y ha Para entrar en la prosa libre y sin únicas teteras leales y dignas. Pom"momentáneos", que se aprovechan de inspeccionado desde un "balón salchiguiar hay que cuajar los pareados, * * * bo las tiene. todo lo nocivo o calumnioso, porque sa- cha" el "Camino de las damas", cuan(Hay un membrete que dice: Char apedrearlos en el camino que nos los Los marineros de los barcos de vela bemos que lo único importante es lo do las "damas" eran calaveras elegan les ChapUn. Los Angeles, California.) encontremos, decir con nuestro voza* * * son arpistas de los vientos. que digan los duraderos, cuyas pala- tes de perfume mortífero. Estimado Ramón: Revolviendo no- rrón todas las cosas espantables que La voz me dice ya mucho en mi coEste capitán de la magnifica revista bras son las que se archivan y buscan. tas, encuentro que se me olvidó poner podamos decir. * * * nocimiento de los que llegan. Todas las postguerrera y de risa más -ajada, que Atacamos la vergüenza de la remien mi biografía cómo perdí la confianvoces tienen narices diferentes, guizMirando el Sol a través de los ojos niscencia seca, sin aderezo ninguno, y se llama "Craponillot", es un pintor za en las personas mayores. Le ruego ques distintos, retorcimientos aviesos cerrados le contemplamos como a tra- nunca quisimos ser distribuidores de que ha rebasado sus límites poniéndose inserte, en el espacio conveniente, lo sidel alma, respingonerías inaguantables. vés de ámbares antiguos. sinecuras, porque nadie sospechará del a escribir ironías. guiente: Tal voz me huele mal, pero sobre todo * * * Crítico de Arte, escribe un libro sodesinterés de Pombo. "A los ocho años, un hecho sencillo Han pasado últimamente, además de Amigos en el más puro sentido de bre Velázquez, y dice que Murillo .s me abrió los ojos sobre la talla real de En mi paseo de esta tarde he visto la palabra, en lo que la amistad tiene "un pintor que bala aires pastoriles y los asiduos habituales, William L. Fichlas personas mayores. Estaba en Pa- ter, catedrático de la Universidad de otra clase de columna que la que des- de transigente y está libre de síntomas religiosos". rís, parte de mi familia estaba en Brucriben en los muertos libros de arqui- de sobeo, vamos saturando lo ignomiLe entusiasma España porque sólo selas y quisieron que fuera allí; para Broun; F. Courtney Tarr, catedrátitectura: la columna de mosquitos, or- nioso y aseptizándonos de lo grandi- venera los seres que tienen pasión, y co de la Universidad de Princeton, y un viaje tan corto, y de día, compren Olav K. Lundeberg, catedrático de la denada en un orden arquitectónico vi- locuente. encuentra que éste es uno de los pue- dieron que no era necesario que nadie tal, verdadera columna increada, sosteUniversidad de Illinois; Jacinto López En un café, entre chanzas y veras, blos más potenciales del mundo, aun- me acompañara; era cierto. La pers nida por puntos suspensivos. Casares, Jardiel Poncela, Ricardo Ursuceden revoluciones invisibles, pero que no sepa sacar dé sí todas las utili pectiva de hacer el primer viaje solo goiti, Fernando Vela, Pedro Sáinz Ro * H' -t trascendentes, y se animan céfiros que dades prácticas que produce. me produjo una felicidad delirante: dríguez, Antonio Espina, César ArcoHijo del presidente del Tribunal Su- desde el día anterior pedí que me dieCuando voy con mi junco por las ca- acaban en gran ráfaga. La seriedad de premo de P'rancia, y apartado de su ran el billete, pero me le negaron con nada, Ledesma Ramos, López Rubio, burro sólo es buena para las burradas, lles, azoto el aire con él, y pienso que padre desde hace años, tiene en su ha- el pretexto de que lo iba a perder; ,1 Agustín Espinosa, Luis Calvo, Ramón el ruido del viento se debe a la cólera o lo que ahora, en un tono trascendenber grandes historias patricias, y a s^i pesar de mis súplicas, siguieron opo- Pastor, Ángel Valbuena Prat, José Luis del bastón inmenso de la Providencia. te, se llama "mensaje". González, Ramón Puyol, Augusto SalDe un café, en el Parnasillo, salió madre retratada por Ignacio Zuluoaga, niéndose a darme aquel trocito de car- vador Bartolozzi, Requejo, Aníbal Al toda la reforma del estilo que enran- en aquellos retratos en que Zuluoaga varez, Gil, Espinosa, Juan Piqueras, Se necesita una especie de confu- ciaba la vida del siglo xix, y allí se daba a todos los retratados un aire Gonzalo Villamejor, Benjamín Jarnés, sión de lenguas que haga salir de su convino llamar al viento, viento, en lu- operetesco y gracioso. Guillermo Ruiz, Fernández Ledesma, Por cierto que, en aquella época, los rincón a los que están escondidos, y que gar de Eolo, Céfiro o Favonio, y al sol, Francisco Rodríguez Ruiz, Luis Gonhaga preguntar muchas veces lo que el sol, en vez de Apolo o Febo,y a la Villeboeuf recomendaron a una amiga zález Alonso, Eduardo Lozano Lardet, Ettore Zuani, por Gómez de la Serna. pasa a los emboscados, y que llegue a amada dejarla en su verdad, en vez de que se hiciese en España un retrato zuFranco Pausini Dupré, Ángel Martíluoguesco, y la amiga fué a Segovia, y llamarla Filis o Nise. suspender el pan de las tahonas. nez de la Iglesia, Ricardo López Barro1 ^ Aquella denominación de la metáfo- creyendo topar con don Ignacio, entró ^ so, Jiménez Siles, Dionisio, M. Fuen¡A ver si así se abren los espíritus hay una revelación de tono dado con ra y de la vida, dejándola al albur del en el taller del gran ceramista don Dates, Julio Aquiles Munguía, Rodríguez media lengua que revela un alma me- a mayores preguntas! especial nombre de cada circunstancia, niel, que hizo el retrato ante su insisCarleton Beals, Indalecio Codiada. T'H^^BI ' Suárez, sin la abstracción monotizante y pre- tencia, no sin consternar a la dama ^^^•^ rujedo, Manuel Conde López, José * * * Hasta existen los hospitales para que tenciosa de sus infulancias, se debió a cuando en cierto momento de la ejecuLuis González, Andrés Valentín Alva Ya hay nubes de gabanes sobre las los ricos puedan usar sus termómetros una nueva visibilidad del mundo y de ción le dijo: "Ahora voy a cocerla", Monumento a la pajarita, del que es autor rez, Gerardo de Diego, José Lorenzo, y se llevó al horno el azulejo-retrato. su poesía. pasarelas, ya comenzó el invierno gra- ya experimentados. Ramón Acm y se inauqurará en breve en el Correa Calderón, Mauricio Bacarisse, vitante, ya caminamos con equipaje por Parque de los Niños de HuescaPlanes, Santiago de la Cruz, Julio Gó* * * trenes desolados. mez de la Serna, Bustelo, José Lorenzo, ton que era para mí la afirmación de Olagüe, M. Marín Sancho, Guillen * * * El sonido del timbre ha existido anindependencia. Sólo me lo habían de Salaya, hermanos Orgaz, Climent, Hi Merece anotarse una costumbre muy tes que el timbre, porque al hombre le dar en la estación. Llegó el momento, nada, San Ildefonso, Manuel Krestar, española de las ventanillas, ese dar la sonaron los oídos con el perfecto timme dieron muchos besos, millares de André Villeboeuf, Quiles, Martínez pluma mojada en tinta, aunque mu- brazo antes de que se inventase ninguconsejos, me aseguraron que no debía Corbalán, Fuentes Martiaña, Edgar chas veces burlonamente parezcan na pila seca o mojada. tirarme por la ventanilla, ni bajarme en Neville, Margarita Robles, Delgrás, * * * burlarse de nosotros porque nos la han del bronce, yo hubiera roto esa crisá- las estaciones, y partió el tren...; lo Boris Bureba, Bernardo G. Cuervo, dado seca. malo es que se les olvidó darme el bi- Marcial Retuerto, Tono, Botín PoDel café no debe salir sino un librelida. * * * llete. pensamiento ágil, capaz de disolver toPero consolémonos con que "Fígalanco, Carlos Manuel Castillo y Garci Desde entonces, y para siempre, per- Negrete, Luis Alejandro Santa Marín, ro" no necesita inaugurarse, porque Es gracioso el sino de los dichos das las cosas, y que ponga al hombre en abrió ventanas a la costumbre y ense- dí confianza en las personas mayores; Angeles Santos, Ricardo Baroja, Franhumorísticos. Van pasando por distin- camino de aventuras serias o graciosas. ñó al espíritu columbraciones del más todo su crédito, todo su prestigio se cisco Ayala, Boussingault, Barbey, Antos sitios con distintos plagiarios, ñgufué abajo; la calva, sólo fué ya para tonio Obregón, Villalón, etc. . allá. rando España como el último escalón mí un pedazo de cráneo sin pelo." En la experiencia del café se ve que "Fígaro" fué el que plantó en el dea que rueda el plagio. Mil gracias por ocuparse de esto. el hombre posee "el supuesto", y que cir librepensador cosas que no hubo No puede tener satisfacción el coraEstoy ultimando detalles para salir si no llevásemos con nosotros "el sude traducir, y puso en principio del zón del que plagia. Tengo anotadas para España a hacer la gran película. puesto", no daríamos con ninguna cosa. nuevo verso manumitido a toda una las veces que ha sido repetida la hisYebes y López Rubio le contarán el Hay quienes tienen facilidad para hanación, dedicada a lo semiabstracto y toria del recién operado, al que se le En el itinerario de los banquetes detalle. llar "el supuesto", y quienes río. Yo a lo semipasado, y otros semis por el quedaron dentro los lentes del doctor. faltaba uno que, por más justificado, A Charlot le encantaron las gregues tengo todos los supuestos ocultos, pero estilo. Hace años Mac Olían pintó al pacien- a mano. era más inocultable: el banquete a ese Además, tuvo la incorrupción del nc y anda por ahí repitiéndolas. Tengo joven viril, abrupto, español central y te varias veces abierto, y le hizo pedir morir que infrage a los suicidas, y es esperanzas de que se vaya a pasar el nuevo que se llama Ernesto Giménez ^ * * con tono conmiserativo que le pusienuestro compañero de las horas actua- próximo invierno y primavera a Es- Caballero. ran botones y ojales—aquí se repitió Todos somos insuficientes de algo, les en una España en la que tanto los paña. La Sagrada Cripta ha estado sin esa misma versión con gran desfachaLe escribo desde su casa. Abrazos. de un lado como los del otro no combanquetes durante largo tiempo, portez—, y después de ver numerosas ver- pero el que no es insuficiente de nada EDGAR prenden el intríngulis, que faltaba ése; pero se lo tenía prosiones de lo i^ismo, no hace muchos es insuficiente de falta de salud, lo que le da una estabilidad llena de bobería. metido a Giménez Caballero para modías apareció la última, en que la vícmentos más clarividentes, en que se * *' * tima decía al doctor olvidadizo: "¡Yo sedimentasen más las opiniones, se bole compraré otros, doctor, pero no me El primer hombre que se asome al Llega el escritor alicantino Julio —¡Y quizás allí^—dice Bernacer con rrasen injustificadas suspicacias sobre abra de nuevo!" Sigue con camisa de fuerza la estabalcón y no encuentre el paisaje será Bernacer. un deje humorístico—la habrían tal vez su trayectoria y se viese que él había tua' de "Fígaro". el hombre metido en otra realidad. sido el más indígena de los creadores —¿Otra vez a leer su comedia?—le aceptado! Castrovido, que recogió aquello que Yo creí que se gastaba más bicar* * * se me ocurrió una madrugada, después pregunto yo. El poeta San Ildefonsa, que está un y el más creador de los indígenas, conbonato en los cafés de España; pero, —Otra vez. poco más desahuciado que Bernacer centrando, de un modo admirable }/ No seamos macrobitas, cosa fea que de salir de Pombo, frente a la estatua según mi requisitoria, no hay abonaBernacer está leyendo su comedia encapuchada de "Fígaro", formaba porque sus dramas son heroicos y en castuero, tiempos nuevos bajo soles dos al bicarbonato—ni una abona- perturba toda la visión de la vida, vi- una larga comitiva camino del no inau- hace años y viene a Madrid sólo para meridianos, sin malquerencia para naverso, pregunta con consternación: da—, y siendo como es de cuenta de los cio feo que, como se sabe, consiste en gurado. die, pues las únicas veces que pudieeso, adquiriendo un kilométrico por —¿Y cuántos kilómetros se necesitacamareros, tienen con un bote para querer vivir un siglo o más. Contémoron tomar apariencias de tales se debió Ya hubiera pasado'del dicho al he- temporada sólo para ese menester. rían entonces para estrenar un drama a mala referencia de los otros. nos con noventa y nueve años. ¡No un mes. —¿Y cuántos kilómetros le quedan? en verso? cho aquella noche si no me hubiera seamos macrobitas! En cuanto Ernesto Giménez Caba—Tres mil. A- * =|: parecido inútil desfundarle del paño —¡Cincuenta mil lo menos!—dice llero vuelva de su viaje de romancero, * * * —¿Y de cuánto era el kilométrico que le cubría, quitarle la camisa de Por ahí, si hablan ea silencio varias Bernacer muy convencido. "Pombo" citará a solemne cena para Los motores están acoyundados a la fuerza que le contiene. ¡Pero hay tan- entonces? personas, no se oye lo que dicen, pero —Nosotros haremos que le estrenen consagrar a un verdadero joven, in—De doce mil. tos paños sucios de repuesto, que nuesaquí se deja oír siempre un rezon- tiefra con formidable bozal. por lo menos medio acto—le digo a vención ibérica de los tiempos actua—Para eso, si sigue usted leyendo tro acto hubiera resultado inútil y come gueo confesional, un cigarroneo de * * * San Ildefonso para consolarle. les, con escultura debida a los torrenno realizado, sufriendo sólo los vejá- la obra, mejor es que se compre un peste retenido de nicotina. Bernacer es buen escritor de libros teros nuevos, acusando la huella leal Ford... Es usted un verdadero pere Los niños que han pasado el lápiz menes ! * * * que tiene la manía del teatro y, por y bien nacida del que se explica perSi las crisálidas de las estatuas fue grino de la literatura dramática... Es por todas las siluetas de los libros con fectamente por su tiempo y por su lo tanto, aún tiene que sacar muchos como si hubiera hecho un viaje a China El hombre es talla indirecta en la grabados, son los niños que murieron sen más suyas, y rota la crisálida pritierra. kilométricos. mera fuese irremediable la notoriedad para leer su obra. extraña materia de la carne—barro de en plena infancia. Presencias " F í g a r o " asfixiado ¡T^ ^ *K PRÜXIMO BANQUEFE s u c E: *^ O s LA GACETA A M E S Voy a hacer algunas consideraciones acerca de este libro—"A p o r t r a i t of tlie artist as a yoiing m a n " — d e .James Joycc, ciñéndome, limitándome a él sólo, dejando la otra labor del escritor. He de hacer observaciones desapasionadas; t r a t a r é de cnmlirender yo mismo el libro. E n mi mesa ha estado abierto p o r mucho tiempo im ejcm])lar de él. ( J o n a t h a n Cape Ltd. 1924.) Puedo decir que lo conozco línea a línea. M e liii interesado sobremanera. N o es Joyce—al menos por ahora—autor para muchas gentes. N o por su snobismo, que esto es accidental, sino por la aristocracia de su espíritu. Lo que se ha dado en llamar m a t e r i a le escándalo os un velo c|ue cubre muchas jtras cosas, i-ai lin, los lectores ocio-'os I r n á u bi'ín en leer otras cosa.s. Aquí no se lo- ¡'ama. "La Lola se va a los puertos" En la última obra dramática de los Machado la anécdota teatral carece de importancia. Grave peligro siempre; pero, en esta ocasión, además, suprema fíracia. Precisamente su más alta virtud estética se ahinca en esta ausencia. En lejano paralelismo al concepto d'orsiano, podríamos decir de esta obra que toda ella es categoría. Pocas veces en la escena española contemporánea se protagoniza lo inefable y se centra en lo sustantivo alegórico el interés dramático. Ese camino, que es el de las grandes síntesis universales, suele ser poco frecuentado por -nuestros dramaturgos. Y no obstante, con todos los peligros de su falta de teatralería, es quizá el más teatral de todos. Desde luego, aunque concreta y precisa, el área de su horizonte es la más vasta. En el caso de La Lola se va a los puertos, la celebrada obra de Manuel y Antonio Machado, este arranque ha procurado a la totalidad una indudable, certera, genial categoría mítica. El mito, en efecto, tiene aquí una consagración solemne, como la copla en el cuadro famoso de Romero de Torres. Asistimos, en definitiva, a la creación de un mito. Por lo menos, a su descarnadura de todo lo caedizo y humano, de ,todo lo ajeno y secundario para su estricta incorporación a lo sustancial y eterno. Es, en el fondo, un camino inverso al recorrido por los hermanos Quintero en Cancionera. En esta obra, partiendo de los valores puros, alígeros y graves del canto y de la copla, se llega, por acumulación de incidentes vitales, de razones humanas, a plasmar una criatura viva, humana, concreta, particular y definida. En La Lola se va a los puertos, inversamente, por eliminación de razones humanas; por vencimiento de los motivos vitales, la criatura humana —personaje, nada menos que todo un personaje—se deshumaniza, se transfigura hasta llegar a ser en sí misma, y por sí misma, todo el "cante jondo", toda la eternidad honda y ancha de la copla—mito, nada menos que todo un mito. El propósito—digno de poetas tan esclarecidos como los hermanos Manuel y Antonio Machado—adquiere un desarrollo, emocionante, tocado de la gracia de la poesía y subrayado por la presencia impalpable, pero decisiva, de lo genial. En realidad la obra no es más que esto. Nada menos q'ie esto. Para teatralizarla, los autores han urdido unos cuantos pretextos escénicos que ambientasen, justificándolo^s, los descarnamientos con que se va mostrando, pura, ardiente, mítica y sustancial, el alma desnuda, extrahumana del personaje. Numerosos aciertos esmaltan la labor realizada, en el logro de este empeño, por los hermanos Machado. El primero de todos, rotundo, la humanidad inicial y vital del personaje. Sin esta carne humana donde prender el mito no habría sido más que vana alegoría estéril. Esta Lola as tiene en esta noble condición, tan mdaluza—toda ella empapada en un andalucismo auténtico y emocionante—, su principal y más persuasiva razón para la aquiescencia pública. Sin un desmayo ni una baja concesión ramplona. Teatralmente, parecen haberse preocupado también los hermanos Machado de sostener el armazón escénico con apoyaturas eficaces y de cara al público. Desde el hecho de llamar comedia a su poema hasta el donaire fácil de algunas escenas episódicas, este propósito parece patente. Hay que declarar que, por lo general, en La Lola se va a los puertos la traza escénica y la honda e interior pretensión mítica y poemática son paralelas, acordes, congruentes. No se estorban; se complementan. • Pero a este respecto, es curioso observar un hecho que, de cualquier modo que se considere, resulta sintomático y revelador. Podría arrancar de él una verdadera lección de estética teatral. No puedo pretender tanto, pero lo señalo tan sólo como un indicio fenoménico. Crítica y público han .señalado como menos convincente el acto tercero. No obstante, hay en él la escena capital —bellísima—, y aquella para la cual, sin duda, se ha escrito toda la obra. Llega ésta precisamente en esta jornada a su culminación de grandeza y de acierto con el desenlace, sin claudicantes concesiones. Sin embargo, es evidente que aquel fallo, menos favorable para este acto que para los anteriores, tiene algún justificante para su rigor. El paralelismo, la armonía, el acorde a que se ha aludido se descomponen y quiebran un poco en esta postrera jornada, que resulta teatralmente menos persuasiva precisamente porque los autores han sentido, por m9,yor temor, más prurito teatralista. Es el momento decisivo de la transfiguración; el instante poético por excelencia. El alma de la protagonista ,va a ascender a sus naturales dominios inaprensibles y eternos. Los poetas que tienen ímpetu y brío para escalar esta alta cumbre, asustadizos y temerosos, vuelven atrás a cada paso. No están a un mismo tono en esta ascensión, que habría tenido que ser delirante, frenética, sobrenatural, extrahumana, lo interior y lo aparente. Se quiebra el equilibrio, se rompe la armonía. A cada punto, en plena exaltación, nos distraen los poetas para recoger florecillas o reír un donaire. El exceso teatralista les ha hecho no teatrales. El público, que habría podido ser impulsado al delirio, al fervor, al olvido de lo anecdótico para entrar en la región pura de lo mítico, se desorienta, y entre tantas menudas cosas vulgares no comprende la transfiguración a que—ajeno—asiste. La ascensión se'ha truncado cuando iba a consumarse. Hay—-y ésta es la única mácula que le quita prefección absoluta a esta obra bellísima-—una equivocada escenificación del momento culminante. No se puede estar a un mismo tiempo en las ~ "que así se ausenta, dejando ' la isla de San Fernando nubes y en la tierra. Y en este caso, tan sola, cuando se va..." el aterrizaje final, que era inútil, da la es de una humanidad palpitante y viva, impresión contraria: parece demasiado llena de todas las zozobras y de todas forzoso. las ansias, ap.ta para todas las pasiones. El patetismo dramático de esta gallarda cantaora, juncal y flamenca, En lo que va de temporada nos ha radica precisamente en la gravitación ofrecido Lola Membrives dos nuevas con que lo humano, lo demasiado hu- creaciones admirables: Salvadora y mano, pretende influir en la pura vo- La Lola se va a los puertos... La cación de cante, dominador, absoluto, capacidad interpretativa de Lola Mempuro, desligado de toda atadura par- brives, flexible, honda, "dúctil y proticular y sensual. Los poetas—y en esto funda, es hoy día una de las más altas aciertan también teatralmente—esceni- categorías de nuestra escena. Lola fican, acosando a la mujer y sus ape- Membrives es una gran artista, una titos y fervores, las formas diversas gran animadora. Se cumple en ella una con que suele delatarse o encubrirse ley difícilmente lograda, con cabal exel amor de los hombres, desde la más presión, en los artistas interpretativos: ardiente hasta la más frivola. El alma la presencia en su arte y con igual dode la protagonista, al través de las minio de la inspiración y del estudio. llamas de estas hogueras, va perdiendo Llega en el análisis e incorporación de toda su escoria, purificando sus esen- un personaje, con tenacidad y esfuerzo, cias míticas y clásicas, hasta llegar, a la total y absoluta comprensión, a la vencido el amor más fuerte, en una fijación de todos los detalles escénicos total renunciación, a la más pura y e interpretativos. Y, sin embargo, cuanescueta y esencial desnudez de sí mis- do lo vive en la escena, en todo instanma; sin asideros en lo humano; trans- te parece que repentiza. Hasta tal punfigurada, reencarnada, poética. to hay en la fuerza de su arte, sin dejar de ser arte, verdad humana y fi* * * delidad estricta á los imperativos espirituales del personaje. Su labor en El garbo y la reciedumbre, de bra- La Lola se va a los puertos... es de cero, señorean la escenificación. Bajo todo punto admirable, desde la corpolas, gracias aladas y polícromas corre ral prestancia, desgarrada y grave, una ancha y densa vena taciturna. hasta el subrayado sutil de los más Bajo la calva de los cielos se comba hondos matices. en arrugas la frente pensativa. Pero Digno compañero de tan gran acen la boca estalla el donaire como un triz, Ricardo Puga sabe dar a su papel, clavel. Hay un garboso revuelo de capa con tanto acierto como buen gusto, sobre la elegancia del frac; y en todo, con tanta sobriedad tomo eficacia, la en el color del aire y el claro acento estricta y precisa iiterpretación. La de la clara risa limpia y hasta en la índole del personaje trae acarreados melancolía y el dolor, una dorada luz todos los peligro^ de la exageración. de manzanilla, un hondo y grave tréEl buen arte de Ricardo Puga los evimolo de cante flamenco. ta con magistral mesura. ', Admirable en este sentido y definitii va, la última obra de los egregios poeRA)'AEL M A R Q U I N A A Los datos C|ue conoce fíeiieralniente el p ú blico que lee libros franceses son los dalos aportados ])or Valery L a r b a u d en "La Nouvelle Revue Frant^-aise". Conviene, sin embairgo, t e n e r - o t r o s anteceden testen ccn'.-idcración. Gorman, en su libro " J a m e s J o y c e : bis firiít forty yeari-." aporta algunos que no son despreciables. Conviene oír también a Padraic Columm, a E z r a Pound. Pues, aunque este libro' no es la biografía de Joyce, ilustra b a s t a n t e el conocimiento de la misma. Como siempre sucede, el autor no ha P'^dido prescindir de su p r o p i a i)ersonalidad. Sus gustos, sus afectos, los acontecimientos e-xteriores de su vida, son, sino' todo, p a r t e del t r a s u n t o de este líbro. Como se sabe, James Joyce es, irlandés. Nació en Dublin. Pertenece a una antigua familia católica. Salió muy pronto de su p a t r i a . L a ruina de su casa le desligó de los. suyos. Su p a d r e parece haber sido persona de influencia. Como ,Ioyce mismo dice, tm día que le sorprendió con las lágrimas en los ojos, comprendió que sil padre tenía enemigos poderosos. Sea de esto lo que quiera, lo cierto es que vemos a Joyce piu' Maili'id, por París, ]>or Trieste, por Zurich. Én t o d a s partes t r a t a de iMt'car uu higar seguro. N o parece—es casi s e g u r o ^ (|ue sea un houibi-í; de espirilu errante. Lo es, en todo caso,, ixjriuie las circimstanciaí lo han querido. N o es capaz, en su dolor'cullado, de abrir su pecho a niiíguno de sus contempoiáiieos, y mucho menos a ninguno de sus connacionales. Estos, por su p a r t e , p a recen haberle estimado en bien poco. Yo he vÍ3.l;o varios-libro,? t r a t a n d o de la historia li'teraria de I r l a n d a . E n todos ellos parecen desconocerle, y algunos le n o m b r a n en lugar secundario. E l dios mayor para estos buenos irlandescas parece ser William B u t l e r Yeats! Parece ser algo como el fuego t u t e lar del nacionaUsmo irlandés. N o est'ov en ."1 trance de h a b l a r de iirttendidas rivalidades. Y además esto, sería pueril. Joycc mismo -es i)osible que no h a y a concedido inaportancia alguna a esto. Lo cierto es que esta figura t a n eminentemente irlandesa se ha desarrollado en absoluto fuera de su país. Y p o r su aniplitud, o, p o r lo que haya sido, tiene m u y escasos afectos en la Irlanda del ale:ddc de C o r k — a u n q u e como hecho curioso hay que hacer constar que la m a d r e de •Joyce es de Cork—ni con el presidente D e Valera, ni con las demás gentes que la gran Prensa ha divulgado con ocasión de las luchas nacionalistas irlandesas. Parecen todas estas gentes, al enfrentarse con Joyce, geníes de otro i)lanela. Valevy Larbaud, que e:? su secuaz y su divulgador en Francia, parece no conceder importancia a estos hechoe. N a turalmente, Valery L a r b a n d , es nn lírico y no un psicólogo. Todo el interés de Larband estriba . en si el monólogo interior—descubrimiento atribuido a Joyce—está tomado de im francés, Dnjardín—"Les laurier.s .«ont conpés"—, o si no lo está. T a n t o La-rbaud como sus aiitagoni.stas parecen no haíwr profundizado en la obra de Joyce y sólo le conceden i m p o r t a n c i a a la apariencia, a pueriles discusiones e-obre extremos que t e n d r á n importancia, pero que no son esenciales en el creador de "Ulyses". L a vida exterior de Joyce es la vida de miles de seres. Lo suficientemente orgullosos p a r a no explicar ciertas cosas a gentes que ni entienden ni quieren entender. E s m á s difícil de lo que parece encontrar gentes que p u e d a n escuchar ciertos problemas. D e aquí, n a t u r a l m e n t e , que casi todos los que hablan de la persona de Joycc hagan n o t a r que no h a y jiadie menos aficionado a halilar de él mismo que este escritor. P o r lo demás esto no •(s un nial, cuando h a y t a n t a s gentes aficionadas a hacernos saber sus nimiedades. El p u n t o de vista de los nacionalistas irlandeses es un p u n t o de vista m u y estrecho. Es de presumir que, como todos los fanáticos, hayan mirado c o n . m á s rencor—con t a n t o rencor por lo nieno.s—al que creyeron nn desertor de su causa, como los ingleses mismos. Todos los fanatismos ofrecen este fenómeno. Joyce, naiiiralmenfe, no es -de la m'sma opinión. Piensa, sin duda, que los que no supieron evitar la ruina de los suyos no tienen por qué pedirle sacrificios estériles. P o r lo demás, es demasiado grande p a r a que quiera monopolizarlo I r l a n d a . Cuando queram-os buscar un autor tínico de la verde Grin, busfiueinos a Yeats. Y e a t s es algo adscrito al suelo de Irlanda. Como sus praderas, como su cielo, como sus lagos. Tiene el lirismo sombrío de los celtas. Y en est? aspecto está bien. Los irlandeses le miran como suyo y hacen perfectamente. P e r o que no nos quiten a nosotros, que tenemo=: el anhelo de m i r a r por encima de las fronteras, el dercclio de conceptuar a Joycc como a uno de los nuestros. N o tienen derecho a conceptuarlo como en-rmigo t a m p o c o — pues no es de les ingleses—; es de la I l u m a u i dad. E s t a n remoto a estos hechos como puede serlo u n a estrella o como puede serlo nn t o r r e n t e . E s un hecho t a n fatal como ellos. Nace, en DubHn, en 1882. E m p r e n d e largo via,ie. R o m a . Trieste. Zurich,. M a d - i d . París. H u y e de su propia vida. ¿ C ó m o cont a r a nadie sus inquietudes? /.Cómo contárselas, scilii'e todo, .a los que le han visto nacer? En lort-is partes, sin embargo, luio es siempre el mismo. lúi osle laberinto es m u y difícil eiili'ar. l'ero es aún niiiclio m:vdifícil saür de él. ll;r«ta que Joyce ha l(),í',r.'ido salir, gracias al eíii'.',!r) del arle, han pasado muchos año-^. Murli.-i- iln-i(nies sé han ido ]ierdiendo. ¡\fncli,i'-- in--):!Ín-ias han venido en e-^lfis di-i-- t^-,! i e~i;is iiiqnietud"s las \-eremiis ;i|i;!t iSionm, nlr:l e;'e,-|ción de .lu,\':-e en ' i ;--• .-'. (,11a \'eii[il:i alguna Ariadna-, cuyo hilo le li:i\-;! ¿-irad-:;'.' ¿La poetiza!':! Joyce m-i-; t a r d e ? 'l'odas i-sl,-is preguiilas no tiene,i lespuesla a(|uí... E n el eaiiítulo primero ;iparece n u d a la Imianeía de ^tf lie al lirismo e! hi^nt i!,-. iii-iiii,i!-i,'i. ('-;nil:iii 'as (•amilanas. ]'>ed.-i]ii-- (|iiieri> i'epesar en el cementerio ile trí« sTi\-os,'al Indn de su h e r m a n o v: LITERARIA Página quinta JOYCE mayor, bajo los cipreses imperturbables. Joyce recuerda aquí que el principio ch su carrera literaria fué como lírico—"C-hamber Musió"—. Dingdong! Th.e castle bdlt Oíoío ñ M\\ii--\mmn U mmn Recuerda la m u e r t e de un compañero. Necesito' expansionarme, necesito hablar se estremeoeíi a, su ceintaic-to, y vtteSve a eleLos oficios en el colegio. La vida patriarcal. c(m a-lguiípn d e algo; con un amigo, a ser varse sin prLsai-i—globo cautivo—ojiara poHay quizá nn poco de literatura. Y sin emlic-srhle, ante quien uno pudiera, explayarse sarse en el mismo isitio. bargo conmueve. si.ü ixíservas, contando de a n t e m a n o , c o n .su Se dilatan las ptipílais, se erizan los neratención y benevolencia, sabiendo que la vi-os como (sjieran-do a^l eidu.'^ia.'jmo, pero no Dingdong! The catle bcll! cosa, m á s trivial iba a ser -eleva-clíf., sin c-x- viene. N o -es más q;uie una sens.-ir-ióti iiii-ijiiíniFarewell my mother poeición censur-íibe, al plano de lo tras- te de: dulzura y de trisleza, nn subi'ayada Bury me in the oíd cliurchyard oendental. P e r o tamibién con un enemigo, esta vez ni llevada al paro-xismo ¡«ir el i.-iñihe.dde my eldeat brother. aun sabien-do -que sn' atención iba a estar do .arcaico de las esquilas del g.-iuado. Y lauíMy coffin shalL be blac.k, escu'dada tras un frente único de ironía, ))oco tiene fuerza sufi-ciente ¡i;ir;i dar eoli-;-KÍX angeh at my back, ante el cuail se estrellaría tristemente la n o t a rcncia, ni vida, -ni color, a -la,-- e\'(H-,-i:-'nn('s t'wo to .sú/f/ and two to pray ínli-ma, cái'.ida y anticuada—perdón-—^de la desvaídas,y rotas, a los trnzd,-- i-\-i'|,-idn-', diand iiro to carry my soid away! ("") r-ecue,rdos, a las -hitclla.s fó-iles ¡h- euieM-ioüe-' conli,t!encia. .Por(,(üe hace dos meses que estoy aquí conio remotas que- CuiCihaíi p-or re;riiim-ai's-e y <'oloJoyce rememora las ¡¡radcras de Irlanda, recluido entre paisajes lozanos, liniita<ios en carsñ en perspectiva; cronológica que, huncubiertas de lluvia y verdecidas. E n t r e el toda.s las direcciones p o r las líneai? quebradas diéndü-e en la.s mices del pasado, se estire tumulto de las ciudades modernas es algo de los collados, cerros y montes que, en una en flecha imiperiosa hacia el futuro. H a y algo como una posible arcadia feliz. Un campo" sju-ciEs?ión de planos, eombinan diestramente que está an.stsnte. de "foot-ball" cubierto de,lluvia es ]mV'\ él tas Uiotaá veriles, doradas, az-ules y pard.as de Só'lo hay nn momento lii'ev(' {le intci:)sld,ad, un tema de lirismo. Un cielo opaco, gri,sien- sus c-UTnbrey y lacleras. cuiiindo el «)1, fatigado, ;i,'i>i)y;i. un codo en la, , to, sin la agresividad de las nieblas londiY no ph,?tante, recluido. Estos miímofí cresta -de un nibnte y con'enii)la .-'ti l',e:-'níi, nenses, es n a t u r a l m e n t e algo con q\ie sue- montes los h s conocido más frondosos. L a s antes de-Té'fira,r.sé ádeseiur-.-ir. ],;i i'.-'-rr:! i-i da ñ.a este espíritu complejo» Es ,'iin motivo, Copáis de sus á r l i o l s icr.-in !'uton,02-,s ajite,nas •s'epone d'í-,puntillas, como p.'üvi, emj'irender i;na reiteración, un ínt'mo moiivo de rei- que crecían fustigadas peír un, anhelo y, a-ti- un vuelo. Canciones lejanas hacen vibrar el teración y de recordación. L a novela tiene sorbí-an un flúiilo etéreo q u e , d i s p a r a b a n sua- aire, esmaltado con c-n'oi-es -de leyenda. Pero este aire de monotonía y de cansancio, este vemente en (kirvedor, foi'mando u n doS"el el, sol se retira pro-nto, Ira:- iiii,-i eorlin,! \-ielirismo contenido, con algún escape liaeia el invisib',ie que cubría, icl \'alie. E r a u;n m a n t o ja, hecha de eont-rastes \'ieJenins. l{,ojn i-nInimor, de una infancia triste, sin alegrías y protector y ¡lislador qne imipedía se desva- brizo hacia arriba, cnie se (--nira leie;:i eí sin inquietudes. E s t e Stephen Dedalus taci- n-eciese la-cf-iencia -do la tierra y absorbía sus Este en forma eombatl-i eoino l,-i l-ii-, en;i turno, recogido en sí mismo, tiene el her- impurezas. La lluvia'se enredaba en sus ra- del cielo, se .torna anr-irillo, SÍ' deslíe en el metismo del cielo de stí patria. Monótono, ma.?, dnndi?, an'da-baii los iiájiiros. El viento aire oom.o ' un color l'racasado. .Negro de cansado, el t e m a reiterado, nos habla de un podía hacerlos retorcerse desesperada-mente, hollín hacia a.liaio, -(lue hu'-go se -e-yir.ii-i'le espíritu nórdico. Su misma nostalgia hacia ]>Bro retr-ocedia, vencido, 'lanzando gemidos en neblina. Remien-dos becho--^ -con leía/o.^ un país de sol—Italia—nos habla de la com- sordos de de-!iecho, y l a hslad,a, -sólo que- de nubes ant;i,gna-', con la:-' ]nnii,-id.Ms reeienplexión del mismo. Desde Goethe—antes, brantáiulo-s;;, logra'ba vencer, la andacia con t;:s, brillantes,, impiden que entre la 1U:Í <1I,'1 desde Shakespeare—todos lo,s escritores del que—cogidos de la m.tiio—le salían al paiio. dia ,dondc ,el sol direrme y sueña., l'oi' nn N o r t e han hiirado Italia como un país dé Ahora se desvauí.:•;' la -esencia del valle en momento '.;¡e yergne ila voluntad con ur, anensueño y de maravilla. Lo lian mirado con ráfagas de ^'aho bochornoso en verano, y s i a - d e vida plena y'.*e vislinu!ir:in hoiizon.sus ojos grises, -de poetas y de soñaílors?', en invierno la hei'ada e-t-riliz-a implacable- tes • amphos de 'posib'í idadi ;•:. y lo han visto más hermoso que es en rea- mente la atmóifera. Se ha r-oto el -coi'd:a,cto lí'or nn m o m e n t o nada ni;--. j,:i lieL-iiti y lidai.t. H a n puesto en su visión lo que no con otros- aires y se ha reducido el-horizonte. la., ironía corren hasl:i el últin'.o r,-isli'i, de tienen los hombres del S u r : lian puesto Bajo '!a infi-uencia de este amblents- aisla- esta -eetamiia. iiteal, ;il)-',ui'd,'i, eiue ,-dior.-i me imaginación. E s a pretensión de todos los dor han ido afiojándose los lazos que me unían par-o-ce u n a alncin.'ueón, eoi|,se--neiici:i úu;ea nórdicos de que ellos son los poet.as, y qne con el m u n d o ; las inquiel;udes, los deseos, de teorías estéticas mal asin'iil.-idaí-'. Perece los del Sur no son m á s que oradores, no es que hasta ahora me hablan llevado de una e l e c o de las últimas canciones; La ijoesífi de del todo equivocada. p a r t e a otra, han ido secándose. Yo los creía la tierra,, sin apoyo, cae desiicñada en los be:p a r t e c o n s u - t a n d a l de mi ser, y no eran rrancoa, y queda la. tierra escueta, i¡(]la,da, más qu-e incrii-.tacionos o brotse viciosos. Mis y en el aire -ciscuro ilota .sólo '-'a íingn~"!ia de B reacciones w;:n c.-ula vez má.s lentas y más, esta sen--'ación de au.seneia. Y e-ie laiti<'-e,io Tennyson a jioet! W h y he's only a rhy- opacas. La indiferencia zumba con persis- vicioso, sientimenlal e inútil. mester. tencia tenaz en mis oídos, y la desidia y la R. F . C. O get o u t ! said Heron. E v e r y one knows pereza se a p o d e r a de mi cuerpo. .•\st:urias, octub-re de 102t). t h a t Tennyson is the greatest poet. Y (había, venido aquí a expansionarme, a And who do yotí t h i n k is thé greatest ponerme en contacto con la t'erra, a conjupoet?—asked Boland nudging his neiglibour. garme con ella. Sólo así—me decían m ' s a m i Byron, of coürse,, ansew-ered Stephen. gos—-po-drás adquirir acento ¡iropio y una Heron gaye the lea-d ánd all three joined )),a.se firme y sólida con que hacer frente a 'as p u n z a d a s do!o''o.-','i.-' d(> la civilización. T e in a seorn ful laugh -(**). anularás en el mundo si c'l fondo de tu conAun para los suyos es este h o m b r e — D e - cionicia no se halla formado por la sustanMii.ncalia, de La I-Iabana (se¡)tiem!l:)redalus—un hereje. Los dulces irlandeses tie- cia de la ti-rrr;i. Los jugos vitales qtie han nen como el -más grande poeta a Tennyson. de -servir -¡h- b.-i-c ;i todas l.a.s reacciones, sólo octulire), publica, con el titulo "V.\ si.tjlo :xx, liijo del SÍKIO XIX ", la iiitrodiieción del libro Los suaves irlandeses hallan un poeta en el en ca.sa podrá'- ad'jiirirlo-. Si no, te falta- de Adolío Sal:iz;ir l.ii Míisicii ('¡inlcinl'iiráiu-a, cantor de las baladas. Que halle Stephen D e - r á fieguridad, audae'a, optimismo, intrepi- en el que este K'ran m.'K-slro da a la luz púdalus que el Lord colérico y satánico es p a r a dez, alegría; te f,-illai'á, lodo. 1MI un afán lilic'i el ensayo ]-ireniiad(i imi' el tnatituto do él el más g n m d e de los poetas suena a he- imeril de asimilación y .-idaiit.-ieión, t-' has l'^studios Hispánicos de París.—Inserta t a m rejía. T a n t o llegan a oprimir las cadenas, entregado sin r-rserN'.-is a todas la^ sugestio- bién un notable estudio de Irving .Selnierke que modifican el espíritu. E l poeta de la nes, has prestado atención a toila.s la.s voces, acerca de H é c t o r Villa-bobos. — Rodolfo del ri:il;i estudia, en ,.Vi).vi)/;-if.1 ari.s'tocracia anglosajona—^de los dtilces usi- has' pasíado fugazmente p o r varitís cümas' ses—, el inefaib-.c poeta de 'las p r a d e r a s y del culturales. ¿ Y cui'd ha sido el resultado? Que '(Buenos Aires-junio) a " Key^erbuíí i-ii idea y eii ]iei'sona". Después de rceeiger y aiudirocío, -es- tamibién el poeta p a r a lo? irlande- la imp-resión más reciente ha excluido a la zar las ideas fdosólieas (U- Ke.yserliu.L',—- <le ses oprimidos,. Lord Byron, fuerte y violen- anterior y te ha 'destruido a ti mismo. Y quien alirma que en sn libro Jiiiropu: Anúlito, es ¡lara cHc.s incom{¡rensible. É? Satán íisí estás ahora, como un b a r r o endurecido ais estx'clra! di- mi íoiiliiheiilf "se muestra Ji EJs para ellos también un hereje. ¿ N o será que han empezado a m o l d e í r \',-iri(is e-'e'dfo- menudo inferior a sí mismo"—resume, la sique todas las ortodoxia-s buscan la sumisión? res, imposibilitado ya-de aihinirir foruia pre- tuación actual de la filosofía afirmaiulo (pula etapa ¡¡uramente racionalista lia sidej su¿ N o será qne el genio es siempre het;erodo- cisa, y definitiva. perada i)or el mundo oceidental y la ciencia, Y atinone me convencieron esto.s consejos ha dejado de creer en valores absolutos. xo? Poeta este que quiso r o m p e r las cadenas de Grecia no es, sin embargo, mirado y estas advertencias, yo tenía miis temores. (Relativismo, Psicnanálisis, A-íecanisino.) con simpatía por los irlandeses. P o r las es- ¿ N o será ya tarde 11,'U'a incorporarse a la tíu el mismo número se da cuenta, t-n peciales c i r c u n s t a n c i a s — p o r su espléndido t i e r r a ? ¿ N o eqtúvaldrá esto a destruirse por una interesante, nota, de la iniciativa del aislamiento, m á s espléndido todavía que la completo? ¿ N o sierá lo nw llamamos eivili- ilustre pensador uruguayo Carlos Vaz l'e"splendid isolation" de que hablan los in- za-ción incompatible ccni ,1a t i e r r a ? Porq-ue rreira, aprobada ya por el Consejo Cnivergleses—parece que los irlandeses fueran los el al-ma de Asturias es rústica, aldean;i: c'l sitario de Montevideo irara impulsar los altos estudios de investigación. Según ella, llamados a comprender un espíritu t a n li- sentimentalismo y la ironía yacen y u x t a p u e s - se crearán quince'cáte.dras libres de las sibre de t r a b a s y de convencionalismos. N o tos en ella, s'in r^ie se h a y a en-contrado aún guientes materias, y entendiéndose las ib-ha sido, sin embargo, así. Joyce—con todo la forma adpicu.ada p a r a mezclarlos conve- signaciones en ,su más amplio sentido el dolor que esto h a y a supuesto—ha tcniclo nientem-enle y aealiar -de formarla. Lap can- (ciencias afines, conexas y d e r i v a d a s ) : que dirigirse a otro público. "Nenio p r o p h e - ciones, el lengua'e, son rústicos, y rústica es Ciencias m a t o t n á t i c a s ; Ciencias a s t r o n ó t a in patria sua." E s esta canción vieja, su b-ebida, la sidra, una bel'iidn a medio ci- m i c a s ; Ciencias físicas; Ciencias biológicas; Eilosofia del Derecho y <le las cienmás vieja quií' el -canto del ruiseñor. Los c-^- vilizar qne aun no ha podido llegar al centro cias jurídicas; Ciencias sociales ,\' eciiiiólúritus m á s jniroe no son comprendidos sino de las poblacin,ne-s. ;\ A^durias I- fa,'t,'.-i toda- micas, con aplieae¡('in especial al ¡iroblenia después de m u c h o tiempo de haber vivido, i'ía el m e m e n t o y él hnrar cultuiuante de social; Ciencias Instóricas en g e n e r a l ; Hisque este a p a r t a r s e del terreno en que nno ha su vida.: la ciudad, !'a sínteds d-e r-ius nsp'- toria nacional y americana ; Jístética y filoraciones, el organisnio que señale el ritmo sofia del a r l e ; I'ilosofía del a r t e ; Filosofía nacido es como enterrar varios años de vida. de la: vida regional. El ca.serío dispie-rso por de las ciencias; Historia de las religiones,; aldcais y pueblos ha -creado islotes medio ur- I^sicología; ,Filosofía; Pedagogía. banos que parecen robado.s n h\ ciudad. Las —Notabilísimo es el estudio <|ue I'ermúlt'ples bellezais -de Ma--, p„-i¡'--:ije,- se h.-d';in ibold Altaner consagra en el núm. 48 de P r o p i a m e n t e , esto no puede ser considí!también diseminada.s. F.-dia ni IIIÜ'MT >• e' m e - "Historisches J a b a r b u c h " a la teoría nnisirado como novela. N i por el asunto ni por m e n t o de plenitud, como remate de una viel-i cal de Ramón l.lnll. La síntesis de este trael desarrollo. U n a autobiografía del autor bajo puede hacerse a s í ; líl Doctor Iluminaemotiva iist'eiis'on.T-'. do examinó cuál era el mejor método de pudiera ser, en el caso de que fuese ve.vdad. d'ero cii..'ii),do alguna vez yo me atrevía ajiostolado de la Iglesia, y reconoció mejor Pero esto tiene todas las probabihdades de no serlo. La historia de los personaje.-i de a insinuar mi di;'ce])c;ón, me decían: "es-pera c|ue nadie la ddiciencia de la teoría y de la práctica de a(inel liem])o. Rechazó la gue>Ralzac no es la suya propia, y es imposible el otoño". Y e-'peraba, creyen-do que entonrra religiosa eoino medio de propaganda cade todo p u n t o identificar los acontecimien- ces se iba a o n c a r el milagro. M á s que !os tólica, y juzgó el empleo de la fuerza como tópicos consagrados a la printavera, he retos de este hbro con J a m e s Joyce. Desde inii)erfecto desde el punto de vista mora! (• luego, a la sorpresa del asunto se une otra cordado '^iiemin-e los que ifl tiempo v la li- inelicaz desde el pnnlo de vista iieil.-igógico, sorpresa,: el estilo es desusado, Lap reit-e- t e r a t u r a han id-o acn-mulnn-;lo '--obre el otoño. Proinignalia por el sistema eni|,deado desde raciones son muchas, a veces excesivas. Si Y a -pesar -de estos tót)ico- y di' su -repetición la fundación de la Iglesia, la, iiredieación a esto se agrega que el asunto^no es festivo Dcrióilica, el goce inefable, ,el nv,"i'ancólico libre i)or santos varones, dispuestos al marni pretende serlo, que están hechas las m e - de-.-n'tn\'o (pie esta rerietición fatal uo ha p:)- tirio. Más tarde, consideraciones personales y el respeto a las ideas de sn tiemi:io, nos concesiones posililes al interés del lector dido dei-'lrui-r. Roponl-'Jia l-inib!''ii ol-o ol.--- le hicieron vacilar un ¡loco y c;ier en inconño. \'iv'do leios de ,'i'-ní. en nn.'i ciud.'id nórdistraído o siniplem.ente curioso, e.stará plesecuencia. Pero, de lo<l<is modos, Ramón n;unente explicado lo que j ' o antes dije: (!'"•;!, y que f'-ié al ni-'m-i) liemno una revela- I.lull es el ¡irecursor de una nueva teoría que a nadie se invita a que entre en este ción y una '-•-ornre'-'a. Ef Iug;ir era nn parén- misional, cpie estuna la libertad moral y conlibro. Es lectura p a r a hombres m u y aveza- tesis entre la ci-uda-d y el campo, y el tien)- fía en la fuerza de la gracia divina y de la do;? en este, vicio impune, como dice Val-ery po era ot'-ro naréute.-'ii; entre !:'i,s e-dacionei-t verdad cristiana. —"I->a Revuc Euroi)eenue", en su n ú m e r o L a r b a u d . T o d a clase de problemas teológi- ¡Vacaciones de^l a ñ o ! .\!lí m a d u r a b a la sicos y morales, artísticos o sentimentales, m'ir-nle de colo-es es])arei-da con 'mimcien- de octubre, publica una crónica de Georges son aquí t r a t a d o s . Y son t r a t a d o s desde un ci.'i en la Tirini.'ivera, se ealmalian los nei'\'iop ,l,^illement, en la que, al elogiar el,libro " A u •ora", o el " R a n c h o dil ombú'', de la noinnito do vista en que el hombre, como v;i- e-i--|'ü'.-iilfrj ron .exceso ñor la vida ,''ii!-'l.-id:m,'i, velista francesa Mmc. bise de Maurcilhac, V en cada ge-to. en cad.n act;tu-d, en Í-'M]:\ Inr humano, no entra, en nada. movimiento, p;irecí,'i se lotrra-ba la T"''j,-'/K'in brilla eii él, corno mérito i,)rincipa! y sustantivo, el de ofrecer una visión real de la serena de nn -goce do-rle siempre desivido. l'anijia, en oposición al es[)ejisino (tue sue.ÍAiME IBARRA No habí') allí i n d a (|ue nos estrujase la len presentar en sus libros los propios no{Co7itinuará.) glándul.'i del sentimentali-:mo. Como -os ár- velistas argentinos. A este res])ecto, alede boles .se iban d-e-iioinndo de sur-- l'rond,.'is, as! a las visiones piímpe/as estilizadas y artifi(*) ¡Diníídong! ¡La campana del castillo! iba el cueri')0 desnoján-do-;-e d^"- nre-'-euDacio- ciales de "Don Segundo S o m b r a " , de (jiji-—¡ Adiós, madre mía !—Enterradme en el vieraldes, y de "Zogoibi", de Larrt'ta. "Cualjo cementerio—junto a mi hernian(j mayor.— nes, de cuidados, de inale-lare:--. y ouedaba quiera que sea el valor intrinseci:i de estas i ivli ataúd será n-egro-^—seis ángeles a mi es- l'irer-o, flexible, a^ilf) -p.-ii'.-i sume'-gir.s' en la dos obras—dice—desde el punto de vista lipalda—-dos para cantar y dos para orar—y dos d(>li-"ia de aq-n>-l niniulo eme pareci;i e^tar terario, y del cual vale más no hablar por co'o"a,do más allá de los límile-; de la rea- ahora, ptu?den infundir en el espíritu del para llevarse mi alma! (**) —¡Te.nnyson un p o e t a ! ¡Cómo, es so- lidíid .-en«ib:\\ lector francés una especie de confusión de lamente un rimadorzuelo 1 Pero ya ;'i-'lá aquí e' oioilo. í^:- b.-i pi-esen- la que ya algunos ;ir,i,;'(,'ntiiios empiezan a —¡Oh, cjiíita de alií!—dijo Heron—. Todos tado •i-<nntu.alni"nte, con p;e-o !m,]')erci(>ptibk', dolerse. Se ha re|n-oebailo a los franceses sallen que Tennyson es el más íírande poeta. y li.'i '-'iineni-i.-ido su li'abaio sin vaguedades no htiber visto en la Argentina más qne a! — J Y quién piensas tú que es el más grande líricas n\ ^•-l"il,•:,eione-\ M a d u r a los frutos, frecuentador lial)itual de los cabarets d« pOL-ta? Montinartre, el " m e t e r o " pcrfinn;ido. l)aila:irranc:i las li-ejn,'- .---"CÍI-Í, neort.a lo-- días. T e d a dor de tangos. É s t a s novelas corren el ries--rjvron, claro está—contestó Stephen. Heron ;lió la señal y todos tres se unieron sii ,''ielivicla'1 VA m.nre:nl:i een sello útil y go de sustituir esta imagen falsa con otra fatal. La- do^' i-:r'le-- de e-nr- ene-la—utili- tan falsa y tan absurda., como la del gauen una risa desdeñosa. d;id y bclli'za---':-- leiii di\'')i''''e:lo, 1 a r,,'ii'fp elio .sontimeiitali tal cceno los bernianos | . I I»! .1 .11 . I . . ^ ll |l » -I» úli! .-e -extiende :-obro las- liei-rn^ de lalicn-, en l'odcsla le reyíresenlarou en los i:>r¡mtros ondar.i cuya :ntens'd-:id proirresiva y aniqni- en.sa.vos de le,-itro d.-l P l a t a : Juan Móri-ira, 1,-iflora a^^';nza y camina "-"^'lún sr- extingne la .Martin bim-o, Juan (,'nello, y que la tradiei"n y las novelas de Eduardo (ititiérrez Director: D. Ramón Meiiéndez Pida! \'id:i donde d;-'(i su.-s linella'-'. La r a r l e poéhabrán ya hecho célebre." lici bu'-'ca refuejifi en trozos sue'lo!-en las SE PUIILICA EN CUADERNOS TRIMESTRALES c-iñada- v en 'los p r a d o s d-'uule hay •irlioles, o p.'isa con rumo ea,''] imp "ei'Dl'lile—si:i deEspaña; 20 pesetas año. ) Número suelto Extranjero.-32 ' » i 5 pesetas. tener.se—fr-'uite a •I •• (':\--:v- ,'idusla,=. En sóidos LA G A C E T A L I T E R A R I A brev-e,-', de' cnr'i ;'''en!(), a'iila un no'-o la Centro de Estudios Históricos ter(iiied:id de los árbobrisa, que -,en--:A P A R T A D O 33 lé-s y les li:ie;- h'Mii'ir.r l'\-eni:'nte la cabeAlmagro, 26.—MADRID MADRID za, y luego cae en de-'iu:iy(i ];-e!!';, nineilile, b.'icia el site'-O'. .Rueda sobre las i r e r b a s , que [Revista de revistas lEvinn DE FILOLOGÍA iiifmv P á g i n a sexta LA GACETA LITERARIA ESCAPARATE DE LIBROS E U G E N I O O ' N E I L L : E l empe- Aventuras de un Janfarron—-dice Salazai' y Chapela en su prólogo—es la biografía r a d o r Jones y A n t e s del desa- —o autobiografía, según la técnica seguida Otra vez la novela de guerra. Siemyuno. Traducción y prólogo de en ia novela—de un personaje jactancioso, cópre la novela de guerra. Y. el "film" Ricardo B a e z a . — " M u n d o La- mico de puro facistolero, que cuenta cosas inverosímiles de su vida con la graciosa pede guerra. Y el reportaje de guerra. Y t i n o . " 3,50 pesetas. Madrid. dantería do que le dotara su autor, Guillerlos pactos contra la guerra. Y los peliniü Makepeace Thackeray. Cada episodio gros de nueva guerra. Y la guerra coniMlilado piíoramonte por Mundo Latino de aquella obra constituye una situación sotra la guerra. ¡Guerra! ¡Guerra! •ApwrvMi este volumen con dos obras de Eu- bremanera cómica, donde la imaginación jGutrra! La palabra fatídica, la pala- genio O'Neill: El emperador Jones y Antes bromea llena de intenciones ocultas, dobles, bra de moda. En todas las literaturas. del desayuno. El traductor y prologuista, irónicas. Thackeray hace de esta ironía, en De pronto aparece ahora en un li- Ricardo Baeza, expone con debenimiento la su producción, tan abundante, su característica. Ironía deliciosa, revestida de finísibro más. Pero no es ya un comentario, vida de O'Neill, hs características de su pro- mo humor, cuyas tonalidades agrias proporducción y SOI extraordinaria importancia en \xa edificio literario sobre el tema gue- las kítra.3 dramáticas de Estados Unidos. cionan a la obra del gran escritor inglés rra, sino la guerra en toda su trágica El emperador Jones es una de las obras un relumbrar extraño, como helado, en opodesnudez. La guerra misma. Entera. mis importantes d© este escritor. "En pocas sición al calor sentunental, cordial, de Al descubierto. En el libro de Ludwig como ésta—dice Baeza—^se nos muestra su Dickens. "Ahí están anotadas las diferencias (con Renn titulado así: Guerra. En él imaginación en tan libre juego, y en pocas ellas los distintos destinos) de estos dos también aparece tan de relieve im don poé—como en todo libro—, cinco facetas tico. El elemento naturalista, representado grandes humoristas-ingleses del siglo x i x : posibles para el comentario. aquí por la fidelidad colociuial del diáiogo, Dickens y Thackeray. Aquél ingiere en su Primera. El autor considerado como queda reducido a su mínimum por el ele- producción una simiente de optimismo, de de comodidad mterior. Este, en una fuerza "en sí", como un complejo níon1;o psicológico y la intensa poesía que bienestar, penetra toda obra. Y el arte eutilísimo con cambio, proporciona a su obra im tono de de vida capaz de dar por sí solo un que 0I autor va desdoblando el drama indi- incotifundible, escéptico, violento. En las nonuevo valor a lo existente y de crear vidual en el drama colectivo, hasta hacerlo velas del primero la solución se ofrece mupersonalidad en las cosas. Ludwig representar toda la tragedia de la raza ne- chas veces'" J e acfUerdo con los deseos, la senRenn, antes oficial de Sajonia, ahora gra, relacionan estrechamente esta obra con tiinentahdad y el sistema de ideas fijo, ceirado, del púbfico británico. En las novelas secretario general de la Asociación de ia dramática simbolista." del segundo hay implícita una amarga proEscritores Proletarios de Alemania. Acaso sea lo más admirable en El empe- testa y una reacción violenta, a veces, conrador Jones su tono poemático, sostenido a Escrupuloso en la selección del dato, lo largo de una obra que viene a ser, en fin tra el público. "Nada puede extrañar que fuese Dickens, en su exactitud. Afanoso inquiridor de de cuentas, un extenso monólogo. Hay en la verdad, de "su" verdad. Lo mismo El emperador Jones «orno una vuelta a üa de estos dos íiutores, el autor preferido por contemporáneos. Dickens pactaba con en su período militarista que en el naturaleza, un aprovechamiento de las fuer- sus Inglaterra y acariciaba a su manera—esto zas elementales, una visión amplísima del actual de caudillo obrero. mundo, una fuerza subterránea escondida. es, genialmente—sentimientos comunes, vulLos nacionalistas han colocado su O'Neill empapa su obra de todo este sentido gares. Al paso que Thackeray, rehuyendo todo pacto, llevaba a su obra la nerviosidad nombre frente al de Remarque. Para y le da con ellO' un encanto misterioso y un del talento, sus crispaturas frías, una visión hacer de él una bandera, un motivo patetismo singular. clarísima, pero dura, de la realidad. de "revanche". Pero en el espíritu de Antes del desayuno es un largo monólogo "Para quienes dan excesiva importancia que eomienza cómicamente y concluye draRenn el soldado sólo es un obrero en mático. Toda una vida, con su terrible fra- •a la vida del escritor y hacen de la obra de uniforme. Para el bien del Estado eai?o, aparece clarísima con áólo las pala- éste una consecuencia inmediata de su vida, antes. Para el bien proletario ahora. bras de esta mujer (la señora Rowland). aquí tienen un ejemplo en contra, desconcertante. La niñez y mocedad de Thackeray Pero siempre con un sincero afán de Quien de.see conocer la personalidad de (apacibles) no condicionan una producción democracia. Nada burgués. Obrerista Eugenio O'Neill, su vida aventurera y sus crispada. La niñez y mocedad de Dickens resonantes éxitos, así como las característio nobiliario—en realidad casi lo mis- ca:? de su teatro, habrá de leer este prólo- (¡lena de miseria) no son ¡os antecedentes mo: ambas clases son pasión y ac- go de llieardü Baeza, escrito con admirable lógicos de su producción benévola para con la sentimentalidad y las ideas burguesas. ción—^frente a lo mesócrata inerte. documentación y finísimo sentido crítico. Esta contradicción, repetida entre la vida y la producción de un escritor, es una afirmaSegunda. Valor de reportaje, de L. O. ción m:is del temperamento, el cual pasa aprehensión del sentido en las cosas por las cosas como el sol por el cristal, idénRazón de ser de su curso, de su directico a sí mismo." ción. Visión precisa y clara de sus líEs un acierto traer a esta colección de mites. En este sentido es imposible "EL EMPERADOR JONES** obras universales una obra de Thackeray. presentar una visión de la guerra más Sobre todo, una obra como Aventuras de Y un fanfarrón, que tan perfectamente dibuminuciosa, precisa y exacta, más fielmente fotográfica. Visión fría e im- ''ANTES DEL DESAYUNO" ja el tipo de humor característico de este escritor inglés, uno de los más valiosos de placable, tristemente cansina, como la su época. i'OK ElJiGBNIO O'NEILL misma guerra. S. H. Además, el valor de resumen. Toda nos ESPLÉNDIDAS OBHAB TEATRALES DEL GHAN la guerra en pocas páginas. Desde el KSC'líl'I'Oli YANQUI, TRADUCIDAS Y PROLOGADAK L I A M O ' F L A H E R T Y : E l delaprimero al ultimo día. A través del t o r . — " E d i t o r i a l Cénit." M a POR RICARDO BAEZA Mosse, el Marne, la guerra de trindrid. cheras, el Somme, la ofensiva final. 3,50 pesetas. Narrada en un estilo breve, corto, G U E R R A : Ludwig Renn. Novela de traición. De remordimiento. De Italiana DEL PAIÍORAMA INTERNACIONAL 'Ediciones Oriente" ANDRE TARDIEU En el decur.-'o de estos último años han suigido en España unas Editoriales de tipo distinto a lo ,que venían siendo las Editoriales antiguas, diferenciándose, principabiente, más que en su funcionamiento y organización, en su dirección y orientación. Los directores de las Editoriales modernas eon personas cultas, entrenadas en saborear los buenos libros y aptas, por tanto, ¡¡ara seleccionar los que pueden interesar a una mayor masa de lectores: que este es el secreto del buen editor. De aquí que la orientación de las nuevas Editoriales sea más justa y esté más en consonancia con el ambiente moderno. Y que las que se obstinan en proseguir los caminos ya trillados por los antiguos editores, ven que sus hbros no se venden, que su esfuerzo rutinario no consigue atraer la atención de los posibles lectores. Y son estos editores los que se lamentan de que el libro está en crisis, que el púbhco no lee, que el negocio editorial es algo ruinoso. Lo cual no es obstáculo para que vivan espléndidamente... del negocio editorial. Y al hablar de Editoriales modernas, acopladas al ritmo del momento, hay que mencionar a "Ediciones Oriente", en la seguridad de haber señalado un valor digno de atención, y muy estimable. A principios de 1928 surgió el primer libro de "Ediciones Oriente", siendo fundadores de esta Editorial un grupo de jóvenes escritores, casi todos ya destacados y conocidos por sus trabajos en el periódico y el hbro. Entre ellos figuraban: José Venegas, Justino Azcárate, José Antonio Balbontín, José Lorenzo,, Juan Díaz-Caneja, Fernando Diz, Joaquín Arderíus, Bustelo, etc. "Ediciones Oriente" ofreció, con su primer libro, un programa en el que advertía que no nacía con propósitos industriales, sino que trataba de hacer una labor de cultura popular, no en el sentido chabacano de esa frase, sino con el empeño de acercar al público de lengua castellana la vasta expresión de nuestro tiempo, en orden a la letra impresa. Y ofrecía cultivar todos los géneros de moderna aceptación: désele la novela y el ensayo hasta la biografía y el libro de viajes. Parodiando el lema célebre de los bidró])atas parisinos de principio de este siglo, pudiera decirse que el adoptado por "Ediciones Oriente" es el de ser "ondeantes y diversos". Una de las partidas más importantes y simpáticas, por su significación, que hay que anotar en el haber de "Ediciones Oriente", es la de haber descubierto y dado por primera vez a conocer en castellano, obras de autores europeos de alto valor literario y de fama mundial, desconocidos entre nosotros. Tal ha sucedido con la admirable novela "Julio Jurenito y sus discípulos", de EKas Erenburg, que tan grata acogida mereció de nuestro público. Y algo parecido ocurrió con "La bolchevique en.amorada", de Alejandra Kolontay, ex embajadora de los Soviets en Méjico. Y con "Los conquistadores", de André Malraux, que tan resonante éxito .alcanzó en Francia cuando se publicó. Además de estos luiros, aparecidos en los primeros meses de la fundación de "Edicioiie.í Oriente", lleva .esta Editorial publicados los ,siguientes: "China contra el imperialismo", por .Tuan Andrade; "Lenín y el mujic", por Máximo Oorki: "Lns mujics", por Constantino Fedi 11; •';,.\dónde va Rusia?, por León Trotsky; "Novela del amor humilde"',, por Norberto (lo ,\raujo; "Cómo maté a Ilasputín", por el prínci|ie \'r,us,.íoupolT; "Vida amoro.-ía ,.de Baudclairo", por Camile Mauclair (Colección de "Vidas amorosas")';, "Corydon", por André Gide, traducida por Julio Cómcz, de la Serna; "El pais de la broma", por Conan Doylc; "Efigies", por Ramón Gómez de la. Soma; "Corydon" ((se.gunda edición, con un interesante prefacio del ijoctor Maríiñón); "Locura y muerte de nadie", por .Benjaaiín James. En prejiaración, para aparecer muy en breve, tiene "Ediciones Oriente" una infinidad de obras interesantísimas, entre las que pueden citarse': Segiundo tomo de "Efigies", por Ramón Gómex de la Serna, eoa biografías de más modernidad'. (Remy y Jean .,de Gonrmont, Aloysms Bertiraxid, el conde de Lautreamont, ColetSfi, Elias Erenburg, Pierre Mac Orlan, etc.). La célebre .aovela, j^ttlía "El Golen". "Las- últimas- noches de París", p w Philippe Soujipault; "Ariel, o la vida de Shelly", por André Manraiis; "Los secretos del espionaje inglés", por Roger Boucard. Y, en fin, otros- libros de Cami,. A.ndré Gide,. Julio S'óraez: áe la Serna, Antamio Espina, Rosa Cliacel, etc., etc. El gerente actual de esta notable Editorial es el joven escritor Ja^tino Azcárate, temperamento rebelde muy del momento, persona de gusto seguro,, y lleno de inquietudes y di? inicia'tiívas, cuya labor es muy digna de aplauso por los éxitos que va consiguiendo liara la Editorial. De director literario actúa eni estos momentos I). Juan y\ndrade. En los primeros meses de su creación ocupa con. gran; aí'ie'rto. el cargo de director literario, José Loienzo; y después, hasta hace' muy poco, Ji,ilio Gómez de la Serna, que a la vez ha traducido muchas obras, y prepara otras, para estas ediciotxes. Ramón Ptiyol, 'Blandino' y García A.?iíot son los dibujantes con que cuenta "Ediciones Oriente" para dar a sus- libros esa presentación noble, llamativa; de buen gusto, quC' es su característica. E.stas .son las más singínlares circunstancias de "•Ediciones Oriente", una de ¡as más raeidernas editoriales españolas. Moderna por la fecha de su cneación y por eus procedimientos de trabajo. temor. Novela que coge el tema, del hombre anecdótico, periodístico. Contar las coMUNDO LATINO perseguido por su propio espíritu, envuelto sas tal como sucedieron. Y contarlas de C O M P A Ñ Í A IBERO-AMERICANA en miedo. Que,con el remordimiento apura golpe, sin acumulación de formas y de1X13 iniBLICAGTONES (S. A.) los matices de la tragedia interior. Agota.ntalles. Sin más arreglo.que una selecdo el tema, devorándolo, liaciendo imposición entre muchos detalles. i.)le d volvíer sobre él. Al menos en la Tercera. El valor profesional. Gruforma follítinesca. E D U A R D O . M A R Q U I N A : El Porque "E! delator" es un folletín. Pero po, época, género, escuela, generación. Cid y Roldan. un folletín actual. Acaso pudiera llamarse Dentro de la novela de guerra, el libro de vanguardia por la forma .-íintética, ,-¡mmás típico* el libro ejemplo. Por ser Coincidieivclo con la Fiesta del Libro apa- bólica, recortada de los episodios. En sus obra de un hombre reivindicado por roció una cole-ccióo popular nueva. Miuy capítulo.? sucede todo lo que debe s-uceder. nacionalistas y socialistas, de un tipo original, No Ot: el librillo '-de vidgarizaeión"" Ni una Iíni;';i más. No se adivina la marcha considerado representativo en los más cDii inaleria'es de segunda mano. Ni e! tra- de lo.s cpi.-ddioSr no se ve la trama. Pero opuestos campos, Por su valor total- tado léeiiieo—apretado cuitTpo de doctrina vina vez liíída. .resulta, imposible que los cu pocas ijáginas—que, reuniendo varios to- ,'í,eontci'i,iuií.iit,os tís' dp.-arrollen de otra mamente germánico de presentar todo un mos ijaralelos, agota las rut.w de nna cien- nera. Otra ventaja e.-! Ia ausencia de ornapueblo marchando a compás—sin sa- cia,. Vi3 al última palabra en cada ciencia mentos inúi'iles. Y u,ria vent.aja mayor e'l ber por qué—, pueblo totalmente y cada arte. Monogi'áfieamente-, Vista a tra- a.cii'rto en d si.st.oma directo de presentar masa. Por la escrupulosa presentación v¿.< (l(í un lemjie.ramentó. Suljjetiviamo puro los pcr¿'onajüS; de los más ínfimos detalles, reiterados y mali'riaii ]1'UTO. NUIE'VO. En sustancia: una EH ambiente,, profetario. El país. Irlanda. revista que sólo hace tiradas apavLe. .El prii)er.-oii,ajce, olirctos re\'olucionar;o,' con y repetidos sin cansar nunca. Ppr ser mer tomo e.s M,arañón—hitu'ro de ciencia, Lo,? ín-mligas al margen. El tiempo de 6 aeun libro hecho con técnica, con estilo guante de literatara'—, íll segundo' &3 Mar- ciúu, uTia noclie. Perponajes, un hombre y de profesional. (luina. l'ocki el fondo de lirismo, y la pompa una asociación rebelde'. Píjísaje, suciedad llufilológica de 'la, lengua. Volcado de un gope viosa de arrabales. Psicología, ti])os comuNo la sinceridad fragmentaria de .sobre un tenia predilecto de la vieja lite- nistas'y católicos a la vez. Lo antiguo de la Remarque, la sencillez trágica de Bar- ratura. Tema eje, nexo, remache. To<la la novelai. policías y ladrone.-?. Lo moderno de luisse, la gigantesca fuerza mesiánica Etlad Media. TotLo el germen, de dos Utera- la novrfa, algo 'de' .siiperrealismo. de Zweig. Sino la visión fotográfica del iiir.'is (;ncarada.s, paralelas, contrarias. Cruce lis l'olletíti, género^ viejo. Pero folletín pos'detalle, el reportaje perfecto. Trozos ile trenes: América y Oriente en los an- lei'ior u 1919; TG<ma;nd!o! del género su nota é])ica, dura. Ap,ro:,vechainiafo las conquistas escogidos y sueltos de vida. Escogidos dein"..-'. Nuestro tipo es el Cid. Que no es el Cid, de la. rj,?'icüa,n;ilisis. Y siendo ante todo y con habilidad. Pero sin complicaciones sino los Cid. Tant'os como Don Juanes, sobi'c tO'iJo cinema.. Del "'film" tiene "El detrascedentes. .arrancando todos del oauclillaje, del bando- lator" todo lo recargado',, lo terrorífico. Del Cuarta. El valor puramente externo cris,mo. Como metaíísica. Unanáuno recor- .arte joven rniB' lia reniO'vado ya todo, el de exposición. Claridad, belleza, co- dó que Crit-to sólo aseguró, firmemente en art(; narrativo. Especiailmente la novela de la g oria a un hombre bandido—el único aventuras, que tiene .de' «¡traún eon el cinema rección de lenguaje, fuerza de expre- quie creyó, al fin'—; el pueblo de la Pen- los orígenes épicoS;. sión. Difícil siempre a través de toda ínsula ha hecho <M bandolerismo em bello G. B. traducción. Más en una obra—como .•iri.e. Nuestra villa, ii.aci.oiial truneada erea Guerra—no destinada a seducir con el (los tcuilencias complementarias qu« mutuaprimor de los ornamentos. Sino sólo a mente se rechaza,n y aljrazan, destruyen y LA LIBRERÍA BELTRAN presentar el hecho frío. Faceta que rehacen. Primera: El ambulantisimo, que marcha PRINCIPE. Í 6 . ~ M A D R I D . en este caso concreto carece de inte- a través de la realidad y la ultrarreaiidad. rés. O, al menos, de posibilidad para Caminar, camin.ar siempre por el mundo y envía a reembolso todos los libros destacarse de algún modo. picaresca, ca.balleresca; Don Juan, Quinta. El ideal. El espíritu, el "t^uijotu", picaresca, mí.stica; "Roinaneero"—. Segunacento, el motor secreto e inexplicable. da: el bandolerii-iino, destrucción de la reaLogos y anhelo. La tendencia de Gue- lidad ingrata, razziasadismo y mesiani.'-mo. rra'es trazar un cuadro perfecto de la , No dejanse poseer por lo real—por lo apa Se ha inaugurado ya la Academia de Itacolaboración entre el oficial y el sol- i'entemente verdadero—^ni .por lo ideal. El lia, íuiadada hace meses por el presidente' Ijandoleriamo es atacar a real e ideal, apredado. En sus páginas, todos los oficia- sándolos. Musí5olini. Cuatro secciones integran la nueles sienten un claro deber de solidari- Ambas tendencias buscan la verd.ad, el va Corporación, correspondientes a las Cien^ dad con sus hombres frente al enemi- "logos" ni real ni ideal, pesimismo ni opti- oias Físicas y Naturales, a las Morales y PoHticas, a las Bellas Artes y a la Literago, frente a sus propios individualis- mismo. Verdad que es fuero, sentido trá- tura. gico y fatalista. Es el Cid mágico y berromos. Claro está que este sentimiento (jueño. El Cid carne do Castilla, carne de Treinta de los miembrog que han de intede solidaridad es un artificio litera- granito. Ma.soulinidad. grar la Academia han sido nombrados por rio; pero artificio de buena ley, na- ^ Y luego otro Cid esencial, del mito y el (l()l)ierno, que también designará los diez previa una propuesta de los acacido de una verdadera sinceridad en el arte, de la forma, del ritmo. Bandera de restantes, nacionalidad. Vestíbulo de toda miestra li- démicos iniciales. su creador. El ¡ire.'íidente Mussolini, con esta eu nueteratura. El Cid bello. Este Cid que toma Renn vivió toda la guerra obsesio- Marquina pa.ra comentarlo ha¡9ta el fin. va íuiulación italiana, parece echar una minado por el sentimiento del deber res- Agotándolo. Exprimiéndolo. Diciendo—ya— rada añorante liacia su primera época, cuanpecto a sus subordinados, por el deseo ¡a última palabra. Sobre la mayor ti.gura do escribía El amor del Cardenal, una novela acaso siemejante a las de Guido da Verona. de hacer nacer en ellos una concien- épica. Vista por nuestro mejor épico. Mussolini, a su manera, actuando, hteratiza cia de su personalidad y su valor. Pero un poco la politiea. También es verdad que GIL B E N U M E Y A los literatos italia.nos se haoen políticos e ellos no se sentían individualistas ni ingresan de cabeza en el partido de Mussumisos al Estado. Ausentes de ambos Por ejemplo: la sección de Literatuextremos. Sencillamente esto: obreros. W . M . T A C K E R A Y : A v e n t u r a s solini. ra de la Academia Italiana va a ser regida de u n fanfarrón. P r ó l o g o de E. Y al final reaccionando sobre el oficial por el famoso Marinetti. Esto constituye Salazar y Chapela. (C. I. A. P., un contacto entre la literatura y el fascisliterato para absorberle — por simpa1929. Madrid.) mo. Contacto que nos explicamos perfectatía hacia los valores colectivos—, para mente cuando se trata de escritores conserconvertir su colectivismo imperial en vadores (literariamente hablando), pero no colectivismo social. Así en los dos lados "Las Bibliotecas Populares Cervantes" cuando se refiere a escritores hberales, de acaba de ptiblicar esta nueva obra, extrade la medalla Ludwig Renn domina ordinaria de humor, de Thackeray. Con ella vanguardia, revoluoionistas. la preocupación colectivista. Siempre ncs parecerá inarmonizable una se incorpora a la colección uno de los libros Palabras finales: Ansia de muche- más interesantes, por su espíritu, por su iro- actitud revolucionaria artística con Ja simnía, por sil mordacidad, de la üteratura in- patía por un político adorado hoy día por dumbre. todas las derechai? d i mundo. glesa. R. G. T. La Academia EDITORIALES ESPAÑOLAS SANTIAGO DE LA CRUZ REVISTA DE LA RAZA Publicación mensual SUSCRIPCIÓN: E s p a ñ a : A ñ o , 15 pesetas E x t r a n j e r o : A ñ o , 25 pesetas PUERTA DEL SOL, 15, MADRID La niebla y el sol de noviem- política, que lo mismo que englobaba bre—más niebla que sol—trajeron en todas las enseñanzas de la escuela, comFrancia una crisis ministerial. Tras prendía toda la coloración del iris de ella—prolongada y difícil—el pano- su vida. rama de otoño se enriqueció con un Los primeros años del siglo le ven nombre: André Tardieu. Y tras él, hermanar su labor de profesor con el una vida de político. Larga y sincera: periodismo. Político por temperameninteresante. La crisis ha servido para to y afición, necesitaba—y deseaba—el sacarle del batallón ministerial de contacto con el público. La tribuna de Briand y convertirle en jefe de Gobier- "Le Temps" es la escogida. no. Figura de primer plano. En vísperas de la Gran Guerra—en El nuevo Gabinete—tras los fraca- abril del trágico 14—los electores de sos de Daladier y Clémentel—tiene un Versalles le envían a sentarse por vez enjundioso contenido de éxito. Pero primera a los escaños del Palais- Bourademás, algo de escalafón político, con bon. La declaración de guerra vino a ascensos por mérito. Por eso Tardieu, conmocionar su mandato de diputado. ante su obra, pasa del Ministerio del En ella había de tomar una parte actiInterior a la Presidencia del Consejo. va. Tardieu puede muy bien represenBriand, en cambio, sin dejar su actua- tar a los parlamentarios franceses que ción diplomática—Negocios Extranje- hicieron al frente de batalla su campo ros—abandona la jefatura ministerial. de acción de entonces. Primero en el A la higuera de la mayoría parlamen- Estado Mayor de Foch, y más tarde en taria de Poincaré se la ha hecho dar el de Joffre. Pero sus inquietudes paun tercer fruto. trióticas no se conformaban con prestar sus servicios en un Cuartel GeneCuando Stresemann caía para no leral. Más tarde logra ir a la primera vantarse más, caía poco después—milínea—vanguardia—como comandante nisterialmente—Briand. Pero éste es de de compañía en un batallón de Cazalos que se levantan—afortunadarñendores. Su sinceridad de soldado—que te—hasta después de muertos. Pero esta vez, cayó solo un escalón: de pre- es la de su vida—le hace cumplir íntesidente de Gobierno a ministro. Con gramente su servicio: dos veces es ciello seguirá inmutable su política de tado en la orden del día, y también hepaz. Que es internacionalmente un rido e intoxicado por gas. Recibe por ello la Legión de Honor. triunfo trascendental. Pero el Alto Mando comprende que Lo más interesante del nuevo Gobierno es la figura de André Tardieu. el puesto de Tardieu no era el de ^n Es el ejemplo del hombre que se ve soldado en las trincheras. Más que de arrancado de su orientación profesio- su valor guerrero necesitaba Francia de nal—cuidadosamente escogida—por la su inteligencia y habilidad política. inquietud irresistible de la política. Cuando entran los Estados Unidos en Nota característica de su existencia es la guerra, André Tardieu, reverdecienla noble y útil pasión de la cosa públi- do sus aficiones diplomáticas, es enviaca. Quizás su máxima atracción es su do a América como agente de contacpropia vida. Su biografía podía entrar to entre los Gobiernos francés y ameperfectamente en esas colecciones tan ricano. a la moda, de vidas interesantes. La Clemenceau le llama en 1917 ofresuya podía titularse "la vida política ciéndole la cartera de Abastecimientos. y sincera de Tardieu". Y la que es no Tardieu se ve por primera vez cerca sólo interés, sino estímulo. de la poltrona ministerial, pero con noTardieu nació en París el 22 de sep- ble sacrificio—-no a su vanidad, sino a tiembre de 1876. En 1895 ingresa en su vocación de político—prefiere contila Escuela Normal Superior, pero pre- nuar sirviendo a Francia en los Estados firió abandonar este derrotero pedagó- Unidos. Su patriotismo es de político: gico por una clara orientación de polí- más alto y más amplio. tica—-de política internacional—y se Al año siguiente Clemenceau insiste hace diplomático. Cuando tenía vein- en tenerlo cerca de él. Y regresa. Pero tiún años fué nombrado agregado a la no para ser ministro, sino para contiEmbajada de Francia en Berlín. nuar la obra ya empezada al otro lado En estos años mozos de su vida es del mar, y se encarga de la Comisaría donde había de volcar sus entusiasmos General de Asuntos Franco-Ameride futuro. Quién sabe si pensara en- canos. tonces—como lo hicieran los soldados Después,, la hora de la Paz y la de de Napoleón para el Mariscalato—que Tardieu llegaron juntas. Fué heen las bordadas bocamangas de sxi ca- cho—al fin—ministro de las Regiones saca de agregado diplomático se es- libertadas. Y también llegó el Tratado condía la plenipotencia de embajador. de Versalles,. en cuyas negociaciones Pero la política, que en decir afortu- tomó parte como ministro y como plenado del conde de Romanones, no tie- nipotenciario. Entonces unió—transitone entrañas, había de desviar más tar- riamente — sus supremas inqidetudes de la ruta de sus ilusiones de Berlín. políticas y diplomáticas. Como diplomático novicio y aplicaPasados los duros embates de la guedo había de tener gran afición a con- rra y de la paz sigue su vida de parlatemplar las figuras—relieves de vi- mentario. En 1924 es derrotado por el da—de los grandes hombres. Es qui- distrito de Seine-et-Oise, pero en 1926 zás entonces cuando fija su atención en es elegido diputado por el territorio de von Bülow, sobre el que había de ha- Belfort. Aquel mismo año — en jucer un libro lleno de sugerencias y de lio-centra a formar parte del Gabinevisiones políticas. Hecho ya secretario te Poincaré como ministro de Trabade Embajada había de tener un puesto» jos Públicos. Con ello empieza su laren el Ministerio de Negocios Extranje- ga estancia en el Gobierno. Desde hace jeros, a las órdenes de M. Delcessé. un año—a consecuencia de una crisis .Aquí es donde la política de dentro ha- parcial—ocupaba la cartera del Intebía dé comenzar a aprisionarle, hasta rior, que a través de otro cambio ocurobar su nombre^—que se adivinaba paba en el Gabinete Briand. De allí, ilustre—de los escalafones diplomá.- ya en estos días de niebla y suave sol ticos. de otoño, había de pasar a la PresiSigue ya después senderos políticos. dencia del Consejo de Ministros. En-1899 M.,Waldeck-Rousseau le nom.A. lo largO) de esta vida tan interebra jefe de su Secretaría particular en sante—hecha líneas de periódico—no la Presidencia del Consejo, cuyo pues- olvidó Tardieu que había hecho profeto diesempeña tres años, hasta la caída sión de hombre de letras. Sus colabodel' Ministerio. En estos años se había raciones, estimadísimas, avaloran fredestacado no sólo por su talento polí- cuentemente "LTllustration". En 1921 tiieo—inestimable cualidad—sino tam- obtiene con su famoso libro. La Paix bién por su reda formación intelec- un éxito comparable al de su Von Bütual, que Te abría las 'más diversas po- low. En el terreno de las letras—bellas sibilidades. y prácticas—va propulsado también Pero como dice la frase bien sabida, por un motor de éxito. Que es suyo. la enfermedad de la política es incu- Que merece. rable. Y así Tardieu, que la adquirió Estos son los rasgos de la vida de un crónica en aci«ellos años, no quiso ya hombre. De un político de vocación, rodar por el mundo como secretario de profesión. Son firmes y profundos de Embajada, y formó su fisonomía in- como la personalidad de André Tartelectual como "Hombre de Letras". dieu. Ante su Gabinete—incógnita ya Sus aficiones pedagógicas le vuelven resuelta por una mayoría parlamentaa interesar—parcialmente—^y es nom- ria — se marcan los horizontes — azubrado profesor de Historia Moderna en les—de Francia. Y también los de la la Escuela de Ciencias Políticas. En su Paneuropa, que son los de Briand y estancia en la sombría escuela de la Loucheur. Ante André Tardieu—relierué de Saint-Gillaume logra abarcar en ve de vida—, los del mundo. Su espíriuna actividad sus aficiones principales: tu—de diplomático—es amplio y unila diplomacia, que abandonó, quizás versal. pesaroso, y a la que vuelve—relativaJOAQUÍN RODRÍGUEZ DE GORTÁZARmente—como maestro de un plantel de embajadores en ciernes; la pedagogía, CoMPAÑlA G E N E R A L DE A R T E S GRAFICAJI que le hace allí dictar sus cursos, y la Principe de V e r g a r a , 42 y 4 4 — M A D R I D . El liisliluto Iiiteinanoiiiil de [oDpeiüüón InteleilDal Nuestra iniciada campaña sobre el problema del Instituto Internacional de Cooperación Intelectual ha sido bien acogida. Con interés. El tema es de una importancia capital para el literato. Para la literatura. Para el mundo ihéiico, el americano y el Í7iternacional. Tema fronterizo con L.\ GACETA LITERARIA en todas sm facetas. En este número no aparece ning^ma nota sobre el Instituto Internacional de_ 'Cooperación Intelectual Para prepararlo con toda la ainplitud documental y doctrinal. En el próximo número continuarán los artículos. Ya con un carácter concreto, monogra^ fico, especializado. Para lo cual hemos pedido colaboración abundante. En España, París, Ginebra. • . j ^ Además de los temas de polémica, daremos—alternando—temáis aidados de coop^ ración. Dentro o fuera del Instituto. Para a\ irmar nuestra personalidad periodística. Para abrir nuevos horizoút'-^s. Para corresponder al interés inicial. De público.