Factótum 14, 2015, pp. 73-85 ISSN 1989-9092 http://www.revistafactotum.com Sartre, la fenomenología y el teatro de Pirandello Lucrecia Corbella Universidade Federal de São Carlos (Brasil) E-mail: lucreciacorbella@gmail.com Resumen: Este artículo relaciona la noción de espacio, a partir de las concepciones fenomenológicas de Jean-Paul Sartre y Maurice Merleau-Ponty, con la noción de ficción de Luigi Pirandello, a partir de las obras de teatro Enrique IV y Esta noche se representa de improviso. Se trata de investigar cómo la ficción (en el teatro) puede transformar la subjetividad, ampliando el sentido en el horizonte existencial. Para Sartre el teatro es una vía privilegiada de poner en escena la experiencia vivida y las elecciones hechas por los seres humanos. El teatro de Pirandello, al problematizar las elecciones subjetivas a partir de la intersubjetividad, se propone a ser un instrumento de reflexión sobre da complejidad de la subjetividad. Palabras clave: subjetividad, Sartre, teatro, Pirandello, espacio fenomenológico. Abstract: This article relates the notion of space, from the phenomenological conceptions of Jean-Paul Sartre and Maurice Merleau-Ponty, and fiction from the plays Henry IV and Tonight be improvised of Luigi Pirandello. The object is to research how fiction (in theater) can transform the subjectivity, increasing sense within the existential horizon. For Sartre the theater is a privileged way of staging the lived experience and the choices made by human beings. The theater of Pirandello, by questioning the subjective choices from intersubjectivity, it is proposed to be a tool for reflection on the complexity of subjectivity. Keywords: subjectivity, Sartre, theater, Pirandello, phenomenogical space. Reconocimientos: Investigación realizada en el Postdoctorado en Filosofía de la Universidade Federal de São Carlos/UFSCar (Brasil) gracias a una beca de la Fundação de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo/ FAPESP. 1. Introducción: la ficción como camino para la comprensión de la subjetividad Jean-Paul Sartre es un filósofo que siempre buscó, a través de la filosofía y de la literatura, comprender el hombre concreto en su existencia cotidiana. Sartre piensa que el ser humano constituye su subjetividad a partir de la relación con las demás personas en un determinado tiempo histórico. Esta relación es siempre pensada de forma dialéctica y conflictiva. La subjetividad, para Sartre, no es una mónada cerrada en el interior de ella misma, porque el ego “está fuera, el en mundo; es un ser del mundo, así como el Ego de otra persona” (Sartre, 1996: 13) Es solamente a partir de la relación que, a cada momento, se establece con el mundo, que el ego se constituye; es del movimiento de lanzarse en el mundo, estableciendo enlaces, RECIBIDO: 16-07-2015 ACEPTADO: 23-08-2015 líneas de fricción, emociones, como el ego pasa a existir. Ese movimiento que el ego realiza hacia el mundo también es hecho a través del escritor en el momento en el cual está imaginando y creando su obra. El ser humano escribe a partir de su inmersión en un determinado tiempo histórico y es a partir de su propia condición de escritor situado que Sartre empieza a escribir su obra. Sartre elige estudiar filosofía y dedicarse a escribir, proyecto de vida motivado por una gran curiosidad en saber lo que significa la vida humana. Con este propósito él pasa a elaborar su teoría filosófica y, concomitantemente, escribe literatura, pues: La filosofía es dramática, sin embargo ella no estudia el individuo como tal. (Sartre, 1972a: 13) Licencia CC BY-NC-SA 3.0 ES (2015) 74 Lucrecia Corbella Por más que la filosofía estudie el hombre, ella no logra alcanzar un hombre específico, con los conflictos que surgen de las acciones que él dirige hacia el mundo, con la relación siempre conflictiva de este hombre en particular con los otros a su alrededor. En el texto Les écrivans en personne, Sartre compara dos libros suyos, uno de filosofía y otro de literatura y afirma que, a pesar de aproximarse mucho en una relação intrínseca, la diferencia entre ambos es que el de literatura busca comprender el indivíduo. El tiene una grán importancia, según Sartre, que es la de mostrar la persona en situación: importancia histórica muy grande, pues es uno de los escritores que inaugura una concepción psicológica en la ficción: el autor dramático presenta a los hombres el eidos de su existencia cotidiana; él les muestra su propia vida como si la mirase desde el exterior. (Sartre, 1972b: 124) No soy um filósofo ni pretendo ser [...] me limito a interpretar la vida como ella se me presenta y lo más directamente posible. (Pirandello, 2010b: 212) La singularidad del teatro reside en el hecho de que en él existe un elemento tridimensional que lo destaca entre los demás géneros de la ficción: la acción, o mejor, la posibilidad de verse, tanto el actor como el espectador envuelto en la emoción de la escena, en acción en determinada situación. Esta singularidad, según Sartre, hace que el teatro sea una forma de entendimiento de la subjetividad. El dramaturgo italiano Luigi Pirandello, de la misma forma que Sartre, elige el teatro para para comprender el indivíduo y su relación con las demás personas. El hombre, para Pirandello, para poder relacionarse con las otras personas, construye una máscara o una forma determinada, y es de esta manera, a partir de esta relación con los otros, que él constituye sua subjetividad. La vida, para el dramaturgo, es un flujo contínuo y constante que necesitamos contener en una forma para poder vivir en sociedad. Esta máscara se constituye siempre a partir del otro, a partir de lo que el otro espera y desea, pero siempre existe un grán conflicto en esta constitución, pues la forma determina un único ángulo de la existéncia. Para Pirandello la realidad humana es mucho más rica de que la máscara que creamos: Mi convicción de que la personalidad es múltipla no es una conclusión - es una constatación. (Pirandello, 2010b: 212) Es a partir de su inserción en el mundo y de las contradiciones inherentes a sua época que Pirandello escribe piezas, cuentos, novelas. Según Dias, Pirandello tiene una Luigi Pirandello hace la transición del gran realismo del siglo XIX para la literatura psicológica y laberíntica de la contemporaneidad. (Dias, 2008: 8) Al escribir, Pirandello, en vez de crear una teoría respecto de la existencia, intenta comprender las razones que llevan a una persona a hacer determinadas elecciones en detrimento de otras y lo que hace com que ella se relacione con esta o aquella persona: Para entender la subjetividad, la psicología no parte de verdades absolutas sino de interpretaciones de verdades. En psicología [...] no llegamos nunca a una interpretación exclusiva [...]. Pero aún lidamos necesariamente con interpretaciones igualmente verosímiles. (Merleau-Ponty, 1987: 137) No es posible afirmar que todas las teorías psicológicas piensen de la misma manera, cada escuela de pensamiento elige sus propias teorías de entendimiento. La teoría que nos parece más interesante para pensar las cuestiones psicológicas que están involucradas en la constituición de la subjetividad en el mundo es la fenomenología. Para saber las razones de esta elección es necessário empezar por definir que es la fenomenología. El objeto de estudio de la fenomenología, según Merleau-Ponty es el “mundo vivido” (Merleau-Ponty, 1987: III) y es a partir de él que ella realizará sus investigaciones, partiendo, en primer lugar, de la descripción de este mundo. Para poder describir el mundo vivido, es necesario, antes que nada, una actitud de suspensión del juicio sobre las cosas del mundo, apartando cualquier posibilidad de establecer una “actitud natural” (Merleau-Ponty, 1987: I) con lo que desea ser comprendido. Este apartamiento de una actitud natural quiere decir que se desea comprender el mundo y la relación del hombre con el mundo en el cual él está inserido a partir de otros prismas de entendimiento, pero esto no quiere decir, de ninguna forma, establecer una relación neutra con el objeto de estudio. Para Soares Licencia CC BY-NC-SA 3.0 ES (2015) Factótum 14, 2015, pp. 73-85 y Ewald esta relación no es de forma alguna estática, ella está en constante movimiento, dado que: [el mundo] es una totalidad social móvil y cambiante. Cabe en nosotros escoger los fragmentos que se transformarán en nuestros objetos de investigación. (Soares y Ewald, 2011: 6) La fenomenología pone en escena un hacer filosófico y un hacer científico conscientes de que se parte siempre de un punto de vista situado para comprender el mundo y este punto de vista jamás es neutro; este es un posicionamiento ético del hacer científico. Ahora, si la fenomenología es la ciencia que estudia las essencias a partir de la existencia, se trata, entonces, de la búsqueda por el entendimiento del mundo a través de las vivencias que se tiene en este mundo y el mundo, para Merleau-Ponty, “es aquello que nosotros percibimos” (MerleauPonty, 1987: XI). El mundo es mucho mayor de lo que la percepción que poseemos de él, no hay forma de percibirlo por entero, pero la percepción que cada uno tiene del mundo es expresión de una verdad sobre él. Para Soares y Ewald: No es posible conocer el mundo como él es “de verdad”, sino con lo que emerge de la interacción entre sujeto y objeto. (Soares y Ewald, 2011: 19) Y para conocer lo que emerge de esta interación de forma autentica es preciso recorrir a otras ciencias, pues cada una de ellas posee un ángulo de alguna verdad. 2. Enrique IV y la constitución del yo La pieza de Pirandello en donde la cuestión de la formación del yo como ficción aparece de forma contundente, es Enrique IV. En ella un hombre vive como si fuese el Rei Enrique IV, da Alemanha, en 1071, y todos a su alrededor se comportan como si eso fuese “la verdad”. Las piezas de Pirandello nos revelan, según el crítico de teatro Eric Bentley, que no hay respuesta rápida y fácil cuando la pregunta es sobre la existencia en el mundo: Para la dramaturgia, si el “remédio fuese explicado”, inevitablemente la pieza seria explicada, en torno de ese código, para la elucidación del problema. [...] Lo que él (Pirandello) desea es acentuar su 75 rechazo en procurar un código. 1991: 225) (Bentley, La acción dramática de la pieza Enrique IV transcurre en una casa de campo en interior de Úmbria, Italia en la cual unos amigos resuelven disfrazarse de personalidades históricas a caballo para una fiesta de carnaval. Durante la cabalgata, la persona que escoge ser el personaje de Enrique IV, cae del caballo, se golpea la cabeza y se desmaya. Para el asombro de todos, cuando vuelve en sí, él cree ser verdaderamente Enrique IV. La hermana de Enrique IV se ocupa de él, convirtiendo su casa de campo en el castillo del Rey y contratando empleados que debían vestirse y portarse como en el siglo XI. Todos los que querían visitarlo debían entrar también en este mundo imaginario, con gestos y vestuario propios. Veinte años después, su hermana muere y como último deseo suplica a su hijo, el marqués Carlo di Nolli, que no desista de intentar curar a su hermano. Por esta razón, después de la muerte de su madre, Carlo solicita la visita de un psiquiatra para saber si la cura de su tío es posible. Al conversar con los amigos, el doctor Dionisio Genoni tiene una idea que, según él, devolverá la razón al hombre que se cree Enrique IV. En la sala de la casa de campo decorada para representar la sala del trono, hay dos retratos, uno de Enrique IV y otro de Matilde disfrazada de Marquesa de Toscana, aquellas fotos fueron tomadas hacía veinte años, en el día de la fiesta de carnaval. El doctor, por creer que Enrique IV quedó preso de la imagen del retrato que está en la pared y que por esta razón el tiempo se congeló para él, resuelve cambiar los retratos. En lugar del retrato de Matilde, coloca el retrato de la hija de Matilde, Frida, vestida de Marquesa de Toscana y en el lugar del retrato de Enrique IV, estará su sobrino Carlo, que está de novio con Frida, vestido como Enrique IV. Además le pide a Frida que aparezca en frente de Enrique IV, como si hubiese salido del retrato, pues, de esta forma, todos los enlaces que él construyó en esta ilusión serían deshechos y, se curaría de la locura. Pero lo que el psiquiatra desconoce es que Enrique IV recobró la razón hace doce años y, desde entonces, representa el papel que todos esperan de él: ser loco. La escena en que aparece Frida tiene un efecto contrario a lo que esperaba el doctor, la imagen de ella, en vez de liberar a Enrique IV de su imagen en aquel retrato, se vuelve real. Si, antes, él representaba para los otros su locura, ahora viendo que su fantasía se volvía concreta Licencia CC BY-NC-SA 3.0 ES (2015) 76 Lucrecia Corbella frente a él, enloquece una vez más. Para Bernardini hombre y que tiene la pretensión de curar a quien está loco, que es la psiquiatría: Una de las máscaras, justamente, que irán a componer la ‘forma’ de Enrique IV, mientras es constituida por la incorporación de la imagen que los otros hacían de él. (Bernardini, 1990: 55) - BELCREDI: Los alienistas […] Es solo palabrerío! […] y, sin enbargo, lo primero que dicen es que no hacen milagros – cuando lo necesario sería justamente un milagro – y consiguen siempre zafarse. Sin lugar a dudas. (Pirandello, 1990: 140) La ficción del yo es, de esta manera, una construcción a partir de la mirada del otro, pues la mirada del otro me encierra y me fija en una única máscara. Esta máscara que el otro establece para mí a partir de su mirada afirma que yo soy de determinada forma y que no puedo existir de otra manera. Según André Barata, Sartre trabaja, a lo largo de su obra, la relación intersubjetiva a partir de la mirada: No estar en el mundo solo, implica dos consecuencias poco agradables: por un lado, alguien me objetiva o me puede objetivar; por el otro, ese que me objetiva, o me puede objetivar, es justamente la única “cosa” que yo no puedo objetivar.” (Barata, 2008: 306) Este es uno de los grandes temas existenciales que puede ser encontrado en toda la obra de Pirandello, la dualidad entre vida y forma, pues mientras la vida es flujo constante de movimiento, la forma es una contención de esta vida en una única posibilidad de existir. La existencia es trágica para Pirandello en el sentido de que ella está en permanente lucha entre fijación y fluidez: las diferentes posibilidades del ser presentes en cada uno de nosotros; es finalmente, el trágico e inminente conflicto entre la vida que continuamente se mueve y la forma que, al contrario, procura volverla inmutable. (Pirandello, 2010d: 183) Enrique IV, antes de que el psiquiatra aparezca en su historia, vivió durante ocho años representando el papel de “el loco Enrique IV”, pues esta era la máscara en la cual los otros lo fijaron y además de esta máscara, para Pirandello, Enrique IV no podría ser nadie más: - ENRIQUE IV: Para dónde? Para hacer qué? Para ser apuntado por todos, a las escondidas, como Henrique IV? (Pirandello, 1990: 164) En esta pieza hay una crítica a la ciencia que pretende ser un saber absoluto sobre el Lo que la psiquiatría no entiende es lo trágico de la vida de cada persona que se fija en una forma, o máscara, y que no consigue aventurarse en otras posibilidades de vida. Los personajes de Pirandello son las personas más infelices del mundo: hombres, mujeres, jóvenes, todos involucrados en los casos más extraños, de los cuales no saben cómo librarse, contrariados en sus proyectos, defraudados en sus esperanzas. (Pirandello, 2010d: 180) Lo que Henrique IV precisa en su vida es un horizonte de posibilidades que él perdió en el cual las personas pudiesen relacionarse con él sin juzgarlo ni clasificarlo en alguna categoría de ser. Pirandello mismo fue masacrado por la crítica. En la noche del estreno de Sei personaggi in cerca d’autore, el 22 de junio de 1921, en el teatro Valle de Roma, acusado de ser un autor “cerebral”, el dramaturgo italiano debió huir, con ayuda de sus amigos, por la puerta del fondo del teatro para evitar que el público lo agrediese físicamente. La crítica clasificaba Pirandello como un autor “cerebral” por el hecho de que sus personajes reflexionan sobre su sufrimiento en lugar de solo sufrir. La crítica afirmaba que los hombres, en la “vida real”, son movilizados esencialmente por las emociones y no por el raciocinio. En Avvertenza sugli scrupoli della fantasia Pirandello pregunta si son críticos o zoólogos los que hacen estas críticas, pues ellos se refieren al “el hombre en si”. Pero que es el hombre en sí? Quien es este hombre? Alguien lo conoce? Pirandello afirma que este hombre no existe, lo que existe son hombres que están en constante transformación. Para Pirandello (2010f: 248), “tildar una obra de arte de absurda e inverosímil, en nombre de la vida, es un disparate”. La vida es tan absurda que no precisa parecer verosímil, pues ya es verdadera. El arte, para parecer verdadero, precisa ser verosímil. Se trata, por parte de la crítica, de un discurso que pretende tener el estatuto de “única” verdad y que tiene la Licencia CC BY-NC-SA 3.0 ES (2015) Factótum 14, 2015, pp. 73-85 pretensión de conocer el hombre como él es “en verdad”. Para Todorov: no es el conocimiento que me dice que cierta concepción de hombre es más noble que otra […] es una posición moral. (Todorov, 1992: 129) Lo que Enrique IV quería era ser oído en vez de ser juzgado, quería que su narrativa tuviese sentido para los que estaban a su alrededor. La constitución de la subjetividad depende de las otras personas a nuestro alrededor y del espacio que ocupamos en el mundo. La subjetividad se construye a partir de vínculos afectivos, profesionales, políticos, utópicos y espaciales en el mundo en el cual se elige vivir. Los vínculos espaciales se refieren a las distancias y las proximidades que establecemos con los objetos del mundo y con las personas a nuestro alrededor, ampliando o no el universo de posibilidades de nuestras elecciones existenciales. 3. La comprensión del espacio a partir de la fenomenología Para definir de forma más profunda lo que es un vínculo espacial entre las personas, es preciso, en primer lugar, definir que es el espacio. Espacio es el lugar en el cual estamos, es la cuidad en la cual vivimos o el país en el cual nacemos? Qué hace que alguien afirme: “Este es mi lugar”? Son las características físicas del espacio que definen un lugar como “mi lugar”? Merleau-Ponty sugiere que se piense el espacio no a partir de sus propiedades físicas sino como espacio geográfico en el cual el hombre se sitúa. Pensar el espacio como geográfico significa decir que una orientación en el espacio solo existe, pues fue trazada por un sujeto, a partir de su percepción. La percepción de un sujeto no habla del pensamiento que se tiene en relación al mundo sino de las acciones que se establecen en dirección a este mundo. Es por esta razón que el espacio no puede ser entendido como un espacio físico: El espacio no es el ambiente (real o lógico) en que las cosas se disponen, sino el medio por el cual la posición de las cosas se torna posible. […] debemos pensarlo como la potencia universal de sus conexiones. (Merleau-Ponty, 1987: 281) Es a través del espacio geográfico, o del espacio de las conexiones, que podemos comprender la relación que el sujeto 77 establece con el mundo. Esta relación no está dada de antemano, ella se establece a partir de las acciones de este sujeto. La trayectoria de la vida de un sujeto es hecha a medida que él va tejiendo las líneas de acción, en determinada situación que son impulsadas por un proyecto existencial. Es esto que Merleau-Ponty denomina “lugar” fenomenal: lo que importa para la orientación del espectáculo no es mi cuerpo tal como de hecho es, como cosa en el espacio objetivo, pero mi cuerpo como sistema de acciones posibles, un cuerpo virtual cuyo “lugar” fenomenal es definido por su tarea y por su situación. Mi cuerpo está allí donde tiene algo que hacer. (Merleau-Ponty, 1987: 289) Una vez entendido que el lugar fenomenal es el espacio en el cual el cuerpo está porque realiza un conjunto de acciones que están organizadas en pro de un proyecto existencial, es necesario comprender también cual es el significado de cuerpo para la fenomenología. El cuerpo no es objetivo sino fenomenal para Merleau-Ponty en la medida en que él, a partir de la experiencia vivida, transforma su energía y su potencia en acción. Es en la realización de sus gestos y movimientos en dirección al mundo que el cuerpo se constituye con sus contornos y sus dimensiones propias. La percepción, con sus diversas modalidades, deja en evidencia como cada sujeto establece sus aproximaciones y distanciamientos en relación a las cosas y a las personas que poseen significación para él. La significación no está en las cosas, ni en las otras personas sino en los vínculos intencionales que se establecen entre ellos. A través de la visión, del olfato, de la audición, del gusto y del tacto, el cuerpo establece, a cada momento, un horizonte de alcance de un mundo que se presenta como posibilidad. Es como si la estructura del cuerpo fuese constituida a medida que las líneas del horizonte se van ampliando para el sujeto, es que Merleau-Ponty llama “una productividad humana a través del espesor del ser” (Merleau-Ponty, 1987: 130). El espesor del ser será definido a partir de las relaciones que él establece con su entorno geográfico, la estructura de su ser será constituida a partir de la organización del entorno (entourage). Este entorno es todo lo que está a su alrededor y que puede ser objeto de inversión perceptivo y afectivo; la forma como cada cual organiza, elige y prioriza los elementos del mundo es lo que Licencia CC BY-NC-SA 3.0 ES (2015) 78 Lucrecia Corbella definirá su entorno geográfico. No existe un mundo dado con hechos objetivos de un lado y un ser con un aparato perceptivo que percibe el mundo por entero como de hecho él es. Lo que existe es un ser que desea abrirse al mundo, abarcarlo, devorarlo y al hacerlo, constituye su espesor, o sea, su estructura física y psíquica. La capacidad que el ser humano tiene de desdoblarse en el espacio, de ampliar el universo de posibilidades en su contorno esta directamente relacionada con la salud psíquica y física. La persona adolece cuando pierde esta capacidad de extenderse en el mundo, cuando esto ocurre, la persona se cierra en ella misma reduciendo al máximo su inversión afectiva en el mundo. La percepción del espacio de esta persona se transforma completamente, de aquí en adelante este espacio, que otrora se presentaba como un medio para potenciar la existencia, pasa a ser amenazador: lo que garantiza al hombre contra el delirio o la alucinación no es su crítica, es la estructura de su espacio: los objetos permanecen delante de él, conservan sus distancias y, […] ellos solo lo tocan con respeto. Lo que crea la alucinación, así como el mito, es el estrechamiento del espacio vivido. (Merleau-Ponty, 1987: 337) La intencionalidad de la consciencia se expresa a través del cuerpo en un determinado espacio en el cual se entrecruzan una serie de direcionamientos expresivos. El cuerpo, a partir de sus acciones, se lanza en el mundo estableciendo un “espacio expresivo” (Merleau-Ponty, 1987: 171), él mismo se vuelve el espacio expresivo por excelencia, pues el cuerpo se volverá la fuente de todo y cualquier espacio expresivo. A través de las proyecciones de sus gestos y de su comportamiento en general, el cuerpo constituye significaciones, inventa sentidos hacia el mundo. Merleau-Ponty nos invita a pensar esta cuestión a través del ejemplo de un instrumentista. La acción de tocar piano potencia el cuerpo de tal forma que los pedales, las teclas y el mismo piano se vuelven extensiones del cuerpo del pianista. El cuerpo-piano se torna el medio de aprender el mundo, de transformarlo en un espacio significativo, o en un espacio dramático. Es a través de este cuerpo-piano que el instrumentista se relacionará con los seres humanos a su alrededor y constituirá líneas de fuerza en dirección a las demás personas, produciendo distancias próximas o larguísimas, de acuerdo con la emoción que establece con cada una. La intersubjetividad será definida por este movimiento de atracción y de apartamiento entre las personas. La cuestión de la mirada es trabajada por Sartre en su tratado filosófico L’être et le néant como vía de búsqueda por la comprensión de las relaciones intersubjetivas. La mirada es fundamental, pues yo constituyo mi yo a partir de la mirada del otro, a partir de la significación que el otro de a mi existencia: tengo consciencia de mí escapándome de mí mismo, […] teniendo todo mi fundamento fuera de mí. No soy para mí más que la pura remisión al otro. (Sartre, 2007: 300) Es a través de la mirada del otro que sé quien soy, pero tengo una relación ambigua con esta mirada, pues en la medida en que esta mirada desde afuera me dice quien yo soy, me cristaliza en uno de mis posibles y me saca la posibilidad de ser todos los demás posibles. La mirada del otro es fundamental, pues me constituye como alguien en el mundo, en situación. Pero al mismo tiempo me condena a ser solamente un ángulo de mi existencia que, en principio es tan rica en posibilidades: Para el otro, mi posibilidad es, al mismo tiempo, un obstáculo y un medio, como todos los utensilios. (Sartre, 2007: 303) El conflicto se genera a partir de confrontar dos libertades que quieren ejercer todas sus posibilidades en la misma situación. Mi mirada organiza los objetos a mí alrededor estableciendo distancias entre ellos y mis acciones son realizadas en sentido de afirmar esta mirada que delimita mi lugar. Pero cuando el otro me mira, yo ya no tengo el dominio sobre estos objetos y la distancia entre ellos se modifica. Según Sartre, la mirada del otro me hace perder el control de la situación, pero al mismo tiempo, instaura una espacialidad: la mirada del otro me confiere la espacialidad. Captarse como visto es captarse como espacializadorespacializado. (Sartre, 2007: 306) Para la fenomenología, existe una dimensión del espacio interesantísima, que involucra la cuestión de la mirada y que según Merleau-Ponty es la “más existencial” Licencia CC BY-NC-SA 3.0 ES (2015) Factótum 14, 2015, pp. 73-85 (Merleau-Ponty, 1987: 296) de todas, que es justamente la profundidad. Esta dimensión no es una característica del objeto sino de la relación que se establece de proximidad y de distancia entre el sujeto y las cosas del mundo. El filósofo sugiere que pensemos esta dimensión para además de la concepciones clásicas que reducen la profundidad a una ecuación racional entre la convergencia de los ojos y la grandeza aparente de la imagen. Partiendo de una búsqueda por un entendimiento del interior de la propia profundidad y comprendiendo la percepción como “la iniciación del mundo” (Merleau-Ponty, 1987: 297), nos distanciamos en pensar que la convergencia de los ojos es un dato objetivo del aparato perceptivo del sujeto que, si está en su estado anatómico normal, percibe la grandeza aparente de la imagen. Esta no es una relación de causalidad entre dos datos objetivos que ya preexisten, como el ojo y el objeto a ser visto. Lo que Merleau-Ponty resalta es que no hay una relación causal entre sujeto y objetos, lo que existe entre ellos es una construcción de sentido en la cual están involucrados el motivo y la decisión. El motivo es aquello que hace que mi mirada se dirija hacia determinado objeto, pues existe un sentido para hacerlo y la decisión es propiamente la acción que involucra mi cuerpo en dirección al objeto: La profundidad nace bajo mi mirada porque procura ver alguna cosa. (MerleauPonty, 1987: 304) El objeto que es mirado también esta involucrado en la acción, pues se presenta para ser mirado y, al ser mirado, se establece un vínculo entre el sujeto y el objeto, ellos comienzan a estar ligados en tiempo y espacio, pasan a ser “contemporáneos” (Merleau-Ponty, 1987: 307). El tamaño del objeto no es definido por él mismo, ni la distancia que se encuentra del sujeto es definida por el objeto, lo que define la grandeza y la distancia: es apenas en relación a un cierto “alcance” de nuestros gestos, a un cierto “poder” de cuerpo fenomenal sobre su entorno (entourage). (Merleau-Ponty, 1987: 308) En L’être et le néant, al problematizar la cuestión del entorno, Sartre sugiere que se piense que el hombre no posee una relación natural con su lugar sino una relación de afirmación de un determinado lugar como “mi lugar”. El hecho de haber nacido en 79 alguna ciudad no vuelve esta ciudad “su ciudad”, sino un movimiento de aprensión del lugar. Solamente existe un “espacio geométrico” (Sartre, 2007: 536), pues hay un hombre que estableció relaciones espaciales con este espacio, caso contrario él no existiría. Lo que definirá un lugar como “mío” son las significaciones que yo proyecto en este lugar; es a partir de un proyecto existencial futuro que yo significo una ciudad. Es lo que yo vislumbro como posibilidad que determinará que tal ciudad será “mi ciudad”: quiere decir que el lugar es dotado de un sentido en relación a un cierto ser aun no existente que se quiere alcanzar. Es la accesibilidad o la inaccesibilidad de cierta finalidad que define el lugar. (Sartre, 2007: 538) Lo que Sartre afirma es que este es un juego en el cual la libertad está presente, tanto cuando se abandona el proyecto. Es una libre elección renunciar al proyecto, pues este es un momento de percibir que la existencia no está determinada por nada externo a ella, al contrario, cuando surgen estos accidentes, estos utensilios que no estaban previstos, el ser humano realiza un movimiento de alargamiento de la existencia para desdoblarse en el espacio. Este desdoblamiento se hace a través de vectores de acción en dirección al mundo, a un mundo que no es sabido de antemano y, al mismo tiempo, a una existencia que se constituye en esta relación con el mundo, con aquello que yo defino como mis alrededores (mes entours) y con los utensilios que va surgiendo a lao largo del camino. Yo soy lo que me hago a partir de la relación de las distancias y de las aproximaciones que establezco con mis alrededores y con los utensilios. La libertad solo es posible de ser pensada en la situación, no existe libertad en un espacio vacío, así como también no se puede hablar de existencia en un espacio neutro. Es justamente porque el espacio es dotado de significaciones que puedo ser libre para escoger esta o aquella situación: Ser libre, es ser-libre-para-cambiar. La libertad implica de esta forma la existencia de alrededores a modificar: obstáculos a pasar, cosas a utilizar. (Sartre, 2007: 551) Es mi proyecto futuro, a partir de la condición de libertad, que hace que las cosas aparezcan en el espacio y se vuelvan posibilidades o adversidades. Son las líneas Licencia CC BY-NC-SA 3.0 ES (2015) 80 Lucrecia Corbella de acción que establezco para alcanzar mi proyecto que vuelve más cosas del mundo significantes para mí. Solo puedo reconocer una cosa del mundo como adversidad porque soy libre para elegir un proyecto y decido dar una significación a una cosa que me responde con indiferencia. Es porque mi libertad elige algo como posible que se puede tornar obstáculo a ser traspasado: toda elección es una elección de un cambio concreto que lleva a un dato concreto. Toda situación es concreta. (Sartre, 2007: 553) Es justamente por concebirlo como dotado de innumerables sentidos y siempre en situación, que Santos piensa el espacio a partir de su tiempo histórico. Para Santos, la urbanización realizada sin planeamiento social, que crece cada día de forma desenfrenada provocada por la globalización, que en su entender, es un “globalitarismo” (Santos, 2007: 180), reduce las posibilidades de acción de las personas. Según Santos: El mundo […] es apenas un conjunto de posibilidades cuya efectividad depende de las oportunidades ofrecidas por los lugares. (Santos, 2002: 337) Si las posibilidades del mundo existen a partir de las oportunidades del lugar y si “un lugar se define como un punto donde se reúnen entroncamientos de relaciones” (Santos, 2002: 96) se puede afirmar, a partir de esto que en la contemporaneidad occidental, en 2015, dentro de la lógica capitalista, las personas tienen cada vez menos oportunidades de constituir estas vigas de relación, pues hay una reducción del universo de posibilidades en su entorno (entourage). Lo que Merleau-Ponty (1987: 337) afirma es que cuando hay un “estrechamiento del espacio vivido” la persona adolece, pues para tener salud psíquica es preciso desdoblarse en el espacio y ampliar el abanico de sus posibilidades. La globalización, según Santos (2007: 180), es un “globalitarismo”, pues es un sistema político calcado en técnicas de la ciencia para servir al mercado capitalista que, asociado a una feroz industria de lo información, “resulta esa globalización perversa” (Santos, 2007: 178). Esta globalización, que aparentemente, es una apertura de fronteras entre los países para que ellos puedan realizar trueques culturales y económicos, para Santos es un sistema político-cultural de favorecimiento del capital que genera cada vez más desigualdad social; quien gana un salario mínimo en Brasil no está en el mundo globalizado. Santos, a través de su investigación, intenta comprovar que no hay nada de natural y espontáneo en este sistema globalizado, es formulado políticamente, con efectos económicos, sociales y culturales, para segregar y estrechar el espacio aún por vivir de muchas personas, las que no encajan en la lógica perversa del globalitarismo. Para Santos, estos lugares en la contemporaneidad son “esquizofrénicos” (Santos, 2007: 187), pues generan segregación social y fragmentación de la subjetividad. Pero Santos entiende que el globalitarismo es pasajero, pues el cuerpo es una herencia y, al mismo tiempo, el depositario de la esperanza, del futuro, aunque suframos la presión del presente. (Santos, 2007: 187-188) Pero “el cuerpo” solo nada puede, pues la subjetividad es constituida por el otro y siempre precisará de la sociedad para poder existir. Para Ewald, Gonçalves y Bravo (2008: 772) “la ampliación del espacio de nuestra existencia corresponde a la realización de la subjetividad como libertad de expresarse en la sociedad”. Pero para que se dé esta ampliación del espacio de nuestra existencia es preciso constituir lugares que sean generosos, o sea, lugares que tornen posibles para un ejercicio de constitución del espesor de la existencia. Podríamos llamar estos lugares como acogedores o tolerantes a las expresiones de las intencionalidades de los sujetos, siempre que estas expresiones sean en nombre de la vida. 4. El lugar de la ficción: el teatro como palco de la intersubjetividad La pieza Questa sera si recita a soggetto (Pirandello, 1993) entrelaza dos cuestiones que son fundamentales, una de ellas es la percepción del espacio a partir de la subjetividad, a partir de la relación de intencionalidad que se establece con este espacio y la otra es la dualidad ficciónrealidad. Según Guinsburg, Esta noite se representa de improviso es una de las piezas de Pirandello que está estructurada en la forma de metateatro, o de teatro dentro del teatro, en el cual dos niveles de realidad dialogan, se intercalan y por momentos se mezclan: Licencia CC BY-NC-SA 3.0 ES (2015) Factótum 14, 2015, pp. 73-85 es el teatro en el teatro que hace de la vida del escenario el escenario de la vida. (Guinsburg, 2009: 12) Para Guinsburg el teatro de Pirandello posee “una estética visceralmente fenomenológica” (Guinsburg, 2009: 12), pues al escribir teatro el reflexiona sobre la forma de hacer el propio teatro e inventa “una nueva percepción de un teatro dramático capaz de enfrentar ontológica y fenomenológicamente lo contradictorio de la criatura, de la psiquis y de la vida de los hombres” (Guinsburg, 2009: 13). Questa sera si recita a soggetto es una pieza de Pirandello que evidencia la importancia del espacio como escenario para investigar la intersubjetividad. En esta pieza una compañía de teatro interpreta una familia del interior de Sicilia en la cual las hijas son cantantes de Ópera. En la cartelera es posible leer en nombre de la pieza y de los actores principales, pero no está escrito el nombre del autor, solamente el del director, el Doctor Hinkfuss. La acción comienza con una discusión entre personas de la platea y el director, pues la platea quiere saber el nombre del autor y el director dice que esta información no es importante, sino la puesta en escena que será hecha gracias a su dirección y a la interpretación de los actores. Según Magaldi con esta escena El dramaturgo quiso hacer una caricatura de la voluptuosidad autoral de los directores que, sin el don de la creación literaria, procuran sustituirla y transformarla en mero pretexto del espectáculo. (Magaldi, 2009: 24) Después de esta primera dualidad, que es el conflicto entre el autor y el director, Pirandello nos presenta la segunda dualidad, el conflicto entre los actores y el director. El director quiere presentar a la platea los actores por su nombre, pero ellos ya caracterizados en sus papeles y listos para comenzar la pieza: - PRIMER ACTOR: […] No, señor! No me presentará al público que ya me conoce. No soy ninguna marioneta, yo, en sus manos, a ser mostrada al público. (Pirandello, 1993: 33) Este conflicto entre actores y director se encuentra presente durante toda la pieza, cada vez más intensamente hasta llegar a su ápice cuando los actores expulsan al director 81 del teatro y resuelven ocuparse de todo solos. Otra dualidad explorada en la pieza es el conflicto de los mismos actores entre ellos como, por ejemplo, el Viejo Primer Cómico de la compañía reclama a la Actriz Característica porque le daba cachetadas de verdad en la cara y ella responde argumentando que el merece recibirlas. Se puede observar en este punto que hay, en esta escena, como en muchas otras de la pieza, una mezcla entre realidad y ficción en la cual uno habla como actor mientras otro le responde como personaje. Para Magaldi en la pieza Esta noite se representa de improviso: se quiebran, aquí, las fronteras entre la representación y la realidad, como es tan afín a todo el pensamiento de Pirandello. (Magaldi, 2009: 26) Al ver a su familia en la ruina por la muerte del padre, Mommina, interpretada por la Primera Actriz, es llevada a tomar una decisión que transformará por completo su vida; ella acepta casarse con Rico Verri, sin amarlo, para salvar a la familia de la pobreza. Verri, al casarse con Mommina, la obliga a dejar el teatro, la gran pasión de su vida, pues es movilizado por una fuerte emoción que lo persigue y que lo deja ciego para ver la realidad. Como Mommina estaba en la miseria y la única salida que ella vislumbra para la salvación de su familia era el casamiento indeseado, ella acepta renunciar a ser cantante de Ópera, algo mal visto por la sociedad en la cual ella estaba inserta. Son los celos del pasado de Mommina que hacen que Verri la encierre en la casa más alta de la ciudad, apartada de todo y de todos, inclusive de su familia. La construcción de la escenografía para esta casa en la torre más alta de la ciudad es fundamental en la pieza, pues corresponde a la construcción del espacio vivido por Mommina, en el cual hay un estrechamiento tal del orden del universo de posibilidades de su subjetividad debido al abandono de su arte y por su apartamiento social, que ella languidece y muere de tristeza. De qué forma construir esta escenografía que muestre la intencionalidad de la subjetividad de Mommina en relación al mundo que se torna cada vez menos potente? Es la mirada-desnuda, en teatro del teatro, que Pirandello nos muestra como este invento del escenario es hecho, y según Maciel Silveira, ella es realizada “explorando hasta las últimas consecuencias la tradición isabelina de la ‘pieza dentro de la pieza’ y Licencia CC BY-NC-SA 3.0 ES (2015) 82 Lucrecia Corbella desnudando los bastidores de la carpintería teatral” (Silveira, 2009: 35) La escena de la preparación de la muerte de Mommina sucede luego de la expulsión del director por los actores en la cual ellos deciden que la escena será hecha sin escenario y prácticamente sin ninguna iluminación, solamente con lo mínimo para que los personajes aparezcan. Se puede observar aquí la anticipación de lo que el director de teatro polaco que fue uno de los grandes iconos del teatro experimental del siglo XX, Jerzy Grotowski llamó “teatro pobre”. En el teatro pobre hay una reducción de los elementos teatrales como la iluminación, escenografía, vestuario, maquillaje, sonido, objetos de escena y demás elementos adicionales con la intención de destacar el trabajo del actor. Para Grotowski, es preciso muy poco para hacer teatro, basta una persona asistiendo, un buena obra teatral y un actor muy bien preparado. Esto que parece poco, para él, es lo suficiente, es la esencia del teatro. Parece poco visto desde afuera, pero el actor que sigue el método de Grotowski pasa por un arduo proceso de preparación, que se llama “teatro físico” en el cual el actor es llevado a hacer una serie de ejercicios hasta llegar a una especie de agotamiento Grotowski piensa que a partir de este estado de agotamiento que el actor abandona las actitudes naturales de su cuerpo vueltas habito y comienza nuevos comportamientos, nuevas actitudes a partir del texto teatral y de las emociones suscitadas por él en el proceso de los ensayos: el gesto significativo, no el gesto común, es para nosotros la unidad elemental de la expresión. (Grotowski, 1971: 15) En el dialogo siguiente de Questa sera si recita a soggetto, de Pirandello, se puede observar este abandono del escenario en nombre de la interpretación del actor: - PRIMERA ACTRIZ: Es sin el escenario? ACTRIZ CARACTERISTICA: No importa el escenario! - PRIMERA ACTRIZ: Ni al menos las paredes de mi cárcel? - ACTRIZ CARACTERISTICA: Basta que te se sientas, hija, dentro de su cárcel; aparecerá, todos la verán como si estuviese a su alrededor! (Pirandello, 1993: 78) En esta escena se puede observar particularmente como la cuestión del espacio está entrelazada con la cuestión de la ficción; a través de la ficción, más específicamente del teatro, que se pone en escena lo que Sartre denomina “mis alrededores”, los actores inventarán “los alrededores de Mommina” a partir de su inmensa tristeza por haber tenido que abandonar el teatro. Ellos constituirán lo que Merleau-Ponty denomina “estrechamiento del espacio vivido” (Merleau-Ponty, 1987: 337), en el cual las paredes serán oclusivas debido al acortamiento de la distancia entre ellas y Mommina que retira de ella toda y cualquier posibilidad de acción. Los alrededores de Mommina se tornan amenazadores de la expansión de su subjetividad en dirección al mundo. La coexistencia de dos planos de realidad teatral, entre ficción y realidad es otra cuestión que salta a los ojos en esta escena por el hecho de que la Actriz Característica llama a la Primera Actriz de “hija”. Para Guinsburg lo que Pirandello realiza en su obra es “el enfrentamiento de las duplicidades, las ambigüedades anuladoras de las esencias” (Guinsburg, 2009: 13). Ocurre aquí esta duplicidad actor-personaje, pues en este momento, mientras una permanecía como actriz, la otra ya estaba totalmente inmersa en su papel de madre de Mommina; durante toda la escena esta duplicidad permanece presente. La Actriz Característica, que interpreta a la madre de Mommina, llama a sus hijas en la pieza por los nombres de los personajes y les pide que ayuden a preparar a Mommna para la escena de su muerte. Ellas piden que la Primera Actriz, que interpreta a Mommina se siente en una silla para comenzar a hacer su maquillaje. En verdad lo que Pirandello realiza es una retirada de maquillaje de un personaje que está retirando su intencionalidad del mundo: - ACTRIZ CARACTERISTICA: Espere, la boca! La boca. - PRIMERA ACTRIZ: Si, si fuese todo rojo; no tengo más sangre en las venas. (Pirandello, 1993: 80) Por fin la Primera Actriz está lista para hacer su última escena, que es la última de la pieza también, que se trata de un discurso de afirmación del teatro. Mientras la Primera Actriz se prepara para interpretar su última escena, el personaje Mommina reúne todas sus fuerzas para decir, por lo menos una vez, lo que realmente le importa en la vida. Licencia CC BY-NC-SA 3.0 ES (2015) Factótum 14, 2015, pp. 73-85 83 Este discurso es prácticamente un monologo en el cual Mommina se exalta y canta con todas sus fuerzas, es un lindísimo homenaje que Pirandello hace al teatro. Al hacer este discurso apasionado, reuniendo toda la energía que le restaba, Mommina muere y la Primera Actriz, que sufre del corazón, no se levanta del piso ni después del final de la pieza. Los actores se assustan por pensar que la actriz también habría muerto en la interpretación de la muerte del personaje. Al ver que solo se había desmayado por la gran emoción de esta escena, uno de ellos, el Primer Actor Cómico hace un discurso muy acalorado exigiendo papeles escritos para que ellos puedan memorizar, pues intencionalidad hacia el mundo y al hacerlo no consigue quedar más de pie y se muere. Por su vez, la Primera Actriz de la compañía que interpretaba a Mommina se desmaya, pues mezcla los dos registros de realidad teatral al punto de poner en riesgo su salud física y psicológica. El actor, para que no deje la “piel” en el teatro cada noche, precisa pasar por una preparación física y psíquica que le permita vivir su personaje de forma autentica, pero sin perder un punto de anclaje en la realidad. Según Kusnet: Nadie quiere pretender, absolutamente, que a cada noche uno de nosotros deje aquí su piel! (Pirandello, 1993: 92) El Actor, a través de una serie de ejercicios que potencian su energía, consigue adquirir la fe escénica, o la “instalación” (Kusnet, 1992: 55), que es la creencia en la situación imaginaria. El actor vive la situación imaginaria y, por otro lado “continua teniendo certeza de que estas situaciones y el personaje son ficticios” (Kusnet, 1992: 55). Para Kusnet toda esa preparación del actor tiene sentido para vivir la situación imaginaria, pues Esta es una de las muchas ambigüedades que Pirandello pone en escena en sus piezas; la ambigüedad en la frontera entre el actor y el personaje ocurre por el hecho de que no existen dos lados estancados en esta relación con un actor listo por un lado y un personaje completo y terminado para ser representado por otro lado. 5. A modo de conclusión El proceso de interpretación busca muevas perspectivas dramáticas en el actor para que pueda ser capaz de construir un personaje autentico que aún no existe, que él inventará. Una vez construido el personaje, deja marcas en el actor, a veces se fija en su existencia de tal forma que es preciso hacer un esfuerzo muy grande para deprenderse de él. El personaje Mommina no se levanta más, pues no consigue ver más sentido en el mundo para su existencia. La acción de levantarse y seguir caminando con su vida no es, de ninguna forma, una actitud natural del cuerpo. Para Merleau-Ponty: Nosotros estamos en pie no por la mecánica del esqueleto o por la regulación nerviosa del tono muscular, sino porque estamos comprometidos en un mundo. Si este compromiso se deshace, el cuerpo es abatido y vuelve a ser objeto. (MerleauPonty, 1987: 294, n. 1) Al no estar más comprometida con el mundo, al no ver más sentido para su existencia, Mommina retira su Esa coexistencia del actor y del personaje fue denominada por Stanislavski como “Dualidad de Actor. (Kusnet, 1992: 52) la razón de la existencia del teatro es exactamente su comunicación con el espectador. (Kusnet, 1992: 4) Esta comunicación tiene una peculiaridad propia que las demás formas de ficción no tienen, pues en el teatro, según Bernadini: la descripción es abolida, el hecho no es narrado, sino es vivido por los personajes que interpretan el drama. (Bernardini, 1990: 44) Según Merleau-Ponty: Representar es situarse por un momento en una situación imaginaria, es divertirse en cambiar de ‘medio’. (MerleauPonty, 1987: 157) Lo que es esencial para representar es que un actor esté en movimiento, que significa “un dislocamiento o mudanza de posición” (Merleau-Ponty, 1987: 309). Esta mudanza de posición es fundamental para Pirandello, pues sería la forma de liberarse de la máscara que cada uno constituye para sí mismo a partir de la mirada del otro. Cada papel que se vive en el teatro muestra una posibilidad de existencia; esa Licencia CC BY-NC-SA 3.0 ES (2015) 84 Lucrecia Corbella posibilidad es puesta en escena a través de la acción. Para Sartre: el teatro presenta la acción del hombres a los hombres espectadores y, a través de esa acción, el mundo que él vive y la persona que realiza la acción. (Sartre, 1973: 87). Esta acción presenta una intencionalidad, es una inversión de afecto en el mundo, es siempre una vía de afirmación de posibilidades de vida. A través de las reflexiones del filósofo Sartre se puede comprender que el teatro es fundamental para el hombre si él pone en escena su propia contradicción, su ambigüedad, sus conflictos para que este hombre vislumbre un horizonte con posibilidades a inventar: Tal es el hombre que nosotros concebimos: hombre total. Totalmente comprometido y totalmente libre. Es, sin enbargo, este hombre que es preciso libertar, agrandando sus posibilidades de elección. En ciertas circunstancias solo hay lugar para una alternativa en la cual uno de los términos es la muerte. Es preciso hacer de tal suerte que el hombre pueda, en cualquier circunstancia, elegir la vida. (Sartre, 1948: 28) El teatro, al presentar un hombre situado, comprometido en un proyecto de vida, inmerso en un mundo que es siempre repleto de conflictos, así como la subjetividad, puede inaugurar nuevas trayectorias de vida. Y como no se hace teatro solo, pues en un monologo es preciso el trabajo de varios profesionales como el dramaturgo, el director, el iluminador, el escenógrafo, el vestuarista, el maquillador, el operador de sonido, el músico que compone la banda sonora, y todos los demás funcionarios que cuidan la estructura del teatro, esta trayectoria tampoco se realiza sola. Para poder ampliar las posibilidades de elección del hombre, es preciso inaugurar nuevos lugares que acojan estas nuevas posibilidades. Un ser humano, para tener posibilidad de desdoblar su subjetividad, necesita de lugares solidarios que agreguen las personas extendiendo y conectando sus líneas de acción en dirección al futuro. Para MerleauPonty (1987: 343-344), “percibir es involucrar de un solo golpe todo un futuro de experiencias en un presente que no lo garantiza, es creer en un mundo”. Cuando le preguntaron a Sartre en Sur «L’idiot de la familie» si la imaginación o la inteligencia importa para relacionar los elementos en una novela, Sartre responde: para mí, inteligencia, imaginación, sensibilidad, son una misma y única cosa, que yo designo bajo el nombre de vivido […] Si yo lo hago, es que yo lo imagino. Y una vez que yo lo imaginé, esto puede darme una referencia real. (Sartre, 1976: 95) El teatro, a partir de la imaginación, a través de sus acciones, inicia nuevos horizontes posibles en lugares acogedores en los cuales las personas puedan establecer enlaces solidarios unas con las otras, ampliando de sentidos, de forma colectiva, la subjetividad y la sociedad. Referencias Barata, A. (2008) O outro e a relação. O contributo das fenomenologias da intersubjectividade. 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