BIOGRAFIA ELÍAS EDUARDO MENDOZA MORADEL eliasmen18

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BIOGRAFIA
ELÍAS EDUARDO MENDOZA MORADEL
eliasmen18@yahoo.es
Nace el 18 de octubre de 1983, en un municipio muy
pintoresco y hermoso que se llama San Francisco de Becerra,
en un departamento que es ancho para entrar y angosto para
salir: Olancho. Desde la infancia se han enseñado e inculcado
dentro de su hogar valores éticos, morales y espirituales. La
Educación Primaria la realizó en la Escuela Dominga Chirinos
de Bonilla y el Ciclo Común en el Instituto Froylán Turcios en el
mismo pueblo y la Carrera de Educación Comercial la cursó en
el Instituto Departamental La Fraternidad en la Ciudad de
Juticalpa. Es egresado del Seminario Mayor Nuestra Señora de
Suyapa, donde obtiene el título de Licenciado en Ciencias
Religiosas con énfasis en Filosofía. Actualmente está cursando
los estudios de Maestría en Enseñanza de Lenguas en la
Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán.
Labora como docente en la Universidad Metropolitana de
Honduras. Su experiencia laboral ha resultado muy gratificante,
imparte la clase de filosofía en educación a distancia a los
alumnos de la carrera de ingeniería de negocios. Un consejo
de suma importancia que comparte es hacer las actividades
como si fuera la primera, la única y la última vez que se
realizaran.
116 EL LENGUAJE Y EL SER
El ser humano nace, crece, se
reproduce y muere. No obstante,
posee las capacidades innatas
necesarias para aprender los
conceptos por medio del
lenguaje; ya que cuando el
hombre nace, su entendimiento se
encuentra como una página en
blanco en la cual no hay nada
escrito.
El lenguaje y el ser son inherentes, en otras palabras no se
puede separar la una de la otra, ya que están estrechamente
relacionadas porque el lenguaje es propio y natural al ser
humano. No podría desarrollarse en el mundo el ser sin el
lenguaje y este no existiría sin el ser. Desde el momento en
que se identifica al ser como persona, automáticamente se
sabe que posee implícitamente las capacidades para
desarrollar el lenguaje que en primera instancia es aprendido
(familia), pero también enseñado de forma sistemática
(escuela…), el cual le permite comunicarse con otras personas
y así desenvolverse en los diferentes ámbitos de la sociedad.
Se puede formular la interrogante por qué Heidegger hace
alusión al lenguaje, si lo más idóneo para hablar de este tema
sería Mac Luhan o Wittgenstein, ya que ellos son los
precursores de la filosofía del lenguaje. En parte, la respuesta
sería que Heidegger es un filósofo del lenguaje, pero no habla
de un lenguaje puro como tal, es decir lo que busca es
relacionar su filosofía existencialista con el lenguaje y el ser,
por eso unifica lenguaje y ser, que se verá reflejado en el tema
planteado.
117 En este contexto lenguaje, se refiere a los conceptos por medio
de los cuales el hombre se expresa; pero no se debe estar
cargado de puros conceptos ya que si esto sucede, se verá
cada vez más lejano de alcanzar la recuperación del ser, por lo
cual, es una desventaja para la filosofía. Lo principal no es
quedarse en los conceptos ni en las teorías, sino darle un lugar
al ser, permitirle lograr lo que el ser quiere y desea; es
necesario evitar que lo ahoguen tantos conceptos. Ya que si es
así, sería como aprender a través de distintos contenidos que
solo se quedan en la cabeza y no va más allá; sin embargo, lo
ideal sería buscar la manera para que pudieran trascender en
el hombre mismo. En cambio, sería distinto si se interesa por
asimilar o aprehender las teorías, mismas que deberá llevar a
la praxis.
Ahora bien, veamos a lo que se refiere el autor en cuanto
lenguaje: “EL filósofo deberá solamente “pensar” mediante un
lenguaje poético desnudo de conceptos”1.
Se está condicionando al filósofo porque se le está limitando a
pensar mediante un lenguaje poético. ¿Será posible que se
pueda utilizar un lenguaje sin conceptos? Es decir, que si el
hombre antes no tiene conceptos de alguna cosa en particular,
al pronunciársela la desconocerá y dirá ¿qué es eso?, y esto a
causa de no tener un concepto sobre eso. En otras palabras, el
hombre conoce por medio de conceptos.
Por lo tanto, prescindir del lenguaje seria quitarle al hombre
parte de su ser, por lo mismo el autor dirá: “El lenguaje es la
casa del Ser, y en esta morada habita el hombre”2.
Elías Eduardo Mendoza Moradel
1. AA.VV. Historia de la filosofía, Madrid: Anaya, 1978, p. 125
2. FISCHL, Johann. Manual de historia de la filosofía. Barcelona: Herder.
1968, p. 5
118 LA EXISTENCIA
A lo largo de la historia, varios pensadores filosóficos se han
referido al tema de la existencia desde diversas posturas, entre
ellos Martín Heidegger, Soren Kierkegaard, a quien se le
considera padre del existencialismo, por hacer filosofía del
sufrimiento y la angustia, tema que retomaría Martín Heidegger
y otros filósofos del siglo XX, Jean Paul Sartre entre otros.
Según Heidegger, la existencia es el modo de poder ser, es la
manera como el hombre llega a realizarse. Aquí la existencia
no consiste en estar ahí como las cosas, no en tanto que existe
como tal, sino el poderse superar como hombre. Se ha
recalcado en otros apartados que solo el hombre tiene
existencialidad.
Según Albert Camus, “Juzgar que la vida vale o no vale la pena
de ser vivida, es responder a la cuestión fundamental de la
filosofía”.
Cuando se encuentre el sentido de la vida, el horizonte por
donde el hombre se debe conducir, entonces habrá encontrado
el sentido a la vida, pero no solo a eso sino también el sentido
de existir.
Sin embargo, muchas veces la persona se encuentra
amenazada por la muerte y ve esto como un límite para su
existencia, “Parece como si, desde todos los tiempos, el
hombre haya experimentado el horror a la muerte, pero, en
119 sentido estricto, la supervivencia consiste en la superación de
la muerte, en negar que el hombre quede reducido por siempre
a la nada”3.
Lo antes expuesto, nos permite reflexionar sobre la muerte,
porque se tiene la concepción que la muerte impide encontrarle
sentido a la vida, y además, es un planteamiento que este
autor hace sobre la existencia.
Pero, ¿por qué estar pensando en el futuro si aún no llega? y
¿por qué estar aferrándose al pasado que ya no se puede
cambiar? De nada sirve decir “si no hubiera pasado aquello o
lo otro…”; ahora lo que importa es vivir intensamente el
presente. Dice Epicúreo, “nada es para nosotros: pues
mientras nosotros existimos, la muerte no existe, y cuando
existe la muerte, entonces no existimos nosotros”4.
Por lo tanto, la existencia no debe ser impedida por nada para
vivirla a plenitud; no obstante, hay que luchar para que la
existencia sea verdadera, auténtica y llena de sentido. En
definitiva el ser humano es un proyecto, es decir, un ser
inacabado que siempre deberá buscar trascender en los
diversos ámbitos sociales.
Elías Eduardo Mendoza Moradel
3
Aróstegui, Curso de concienciación filosófica, marsiega,s a., Madrid, 1977,
p. 187
4
Ibíd.
120 A PESAR DE TODO
Aunque que tú reniegues
que me conociste.
Aunque tú asegures que
jamás me viste.
Aunque este camino no tenga salida.
A pesar de todo, tú sabes que si...
Aunque tú reniegues de lo que me diste.
Aunque tú asegures que nada te di.
Aunque sólo digas que yo estoy perdido
A pesar de todo, tú sabes, que no es así...
Aunque a tus amigas pretendas negarme.
Aunque no es lo mejor, piensas resignarte.
Aunque creas, que nunca fui tuyo.
A pesar de todo, tú sabes, que nunca fue así...
Aunque a veces creas en jamás encontrarme.
Aunque luches para lejos dejarme.
Aunque todo parezca, haberme perdido.
A pesar de todo me llevas dentro de ti...
Aunque tú reniegues que un día me amaste.
Aunque tú asegures que ya me olvidaste.
Aunque todos crean que fue una mentira.
A pasar de todo, aun piensas en mí...
Elías Eduardo Mendoza Moradel
121 
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