el ayuno - Park Cities Baptist Church

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UNA GUÍA
PERSONAL PARA
LA ORACIÓN
EL AYUNO
PA R K C I T I E S
B A P T I ST C H U R C H
U N A G U Í A P E R S O N A L PA R A L A O R AC I Ó N Y E L AY U N O
I NT RO DUCC I Ó N
La oración constituye la primera prioridad de Park Cities Baptist
Church. Dios nos está llamando a orar en estos días. La oración es
para el cristiano lo que el oxígeno es para los pulmones. Dios nos ha
dado el privilegio de poder orar a fin de que podamos conocerlo a
Él y Su voluntad para nuestras vidas. Dios sabe que no podemos
seguir Su camino en el mundo apartados de Su poder. Es a través
de la oración que Dios puede hablarnos y mantenernos cerca de Él
para que podamos cumplir con Su voluntad día tras día.
Y ¿ PO R QUÉ DEB EM O S O RA R?
Nuestro pastor ha convocado a la iglesia a orar. En épocas
extraordinarias se requiere de gente extraordinaria dispuesta a orar en
forma extraordinaria. Ninguno de nosotros puede esperar mantener
una relación estrecha con su cónyuge o amigos si nunca hablamos con
esa persona. ¿Cuánto más importante aún es pues tratar de
permanecer cerca del Dios que nos creó, Aquel cuya voluntad
deseamos hacer? Oramos porque Jesucristo nos dijo que oráramos.
Oramos porque Jesucristo también oró. Oramos como iglesia porque,
lejos de la oración, es imposible para el Cuerpo de Cristo conocer la
voluntad de Dios y tener el poder de hacer lo que Dios nos pide. Es
por esto que nuestro pastor nos está llamando a todos a orar a horas
específicas como la familia Cristiana que somos a fin de que podamos
alcanzar mayores niveles de compromiso en nuestras horas personales
de oración. No sólo se nos ha llamado a orar, sino también a ayunar.
U N A G U Í A P E R S O N A L PA R A L A O R AC I Ó N Y E L AY U N O
U N A G U Í A P E R S O N A L PA R A L A O R AC I Ó N Y E L AY U N O
¿PO R Q UÉ DEBEMO S AYUNA R?
Encontramos el ayuno en el Antiguo y Nuevo Testamentos refiriéndose,
por lo general, a la abstención de alimentos pero no de agua. En la Biblia,
se hace referencia a ayunos parciales, como en Daniel 10:3 cuando se
rehúsa él a consumir ciertos alimentos por un período de tiempo. Hay
referencia además al ayuno absoluto o abstención total de alimentos y
agua. Es importante reflexionar y darse cuenta de que la primera vez que
Jesucristo mencionó el ayuno tenía que ver con el motivo o razón por la
cual se hace (Ver Mateo 6:16-18). Utilizar cosas buenas para nuestro
propio beneficio es siempre señal de una falsa religión. En la mayoría de
los casos, el ayuno es un asunto privado, pero en ocasiones especiales, se
convoca al pueblo a un ayuno corporativo o público (Ver Levíticos 23:27,
Joel 2:15, 2 Crónicas 20:1-4 y Esdras 8:21-23). El ayuno colectivo es una
forma maravillosa de prepararse como pueblo de Dios para una actividad
especial a fin de estar unánimes y juntos de alma y corazón para poder
cumplir con la voluntad de Dios. El ayuno es definitivamente bíblico. La
pregunta que muchos cristianos necesitan hacerse, sin embargo, no es “¿Es
esto parte de mis antecedentes como cristiano? o “¿Ha sido ésta la
práctica habitual en mi experiencia cristiana?” Por el contrario, debemos
preguntarnos “¿Qué nos enseña la Biblia sobre el particular?”
En la Biblia, la oración y el ayuno van tomados de la mano. Sin embargo,
hoy día, muchos descuidan el ayuno por completo. John Wesley dijo,
“Algunos han exaltado el ayuno religioso más allá de lo que indican las
Escrituras y la razón, mientras que otros lo han descuidado, haciéndolo a
un lado por completo.” En nuestra cultura, marcada con los arcos
dorados de McDonald’s y afamadas pizzerías, el ayuno pareciera estar
fuera de lugar. De hecho, en estos tiempos, se habla muy poco sobre el
ayuno en nuestras iglesias, aun cuando las Escrituras presuponen al ayuno
como parte de nuestra vida cristiana. A través de la historia, el pueblo de
Dios ha hecho del ayuno parte de su adoración y oración. El ayuno es la
forma en la cual Dios nos ayuda a apartar nuestra mente de lo físico y a
concentrarnos más bien en lo espiritual. A través del ayuno, podemos
experimentar un avance y revelación espiritual que no podríamos lograr
de otra manera.
¿Q UÉ E S EL AYUN O?
El término “ayunar” significa básicamente “no comer”. El ayuno bíblico se
centra en propósitos espirituales. Existen varias formas de ayunar, (las
formas específicas se mencionan posteriormente en este documento).
Una definición más completa del ayuno sería: “El ayuno es un acto
voluntario a través del cual la persona ejerce control espiritual sobre la
carne (al no comer) en búsqueda de una experiencia más personal y
poderosa con Dios en oración.” ¡Ayunar tiene que ver con renunciar a
algo, entregándolo en sacrificio a Dios, pero más aún el ayuno tiene que
ver con abrir nuestros corazones para recibir de Dios!
¿E S BÍBLIC O AYUNA R?
Cuando usted mira una lista de aquellas personas que ayunaron en la
Biblia, pareciera más bien una lista de Quién es Quién entre los héroes
bíblicos de la fe: Moisés, David, Elías, Esther, Daniel, Nehemías, Ana, Pablo y,
por supuesto, Jesucristo, el Hijo encarnado de Dios. Muchos cristianos de
renombre e influencia han ayunado también. Entre ellos, cabe mencionar
a Martin Luther, John Calvin, John Knox, John Wesley y Jonathan Edwards.
¿E S EL AYUN O PA RA E ST A ÉPO CA M O DERNA ?
En Mateo 6:16, Jesucristo dijo, “Cuando ayunéis…” Pareciera presuponer
que el ayuno es una parte normal del caminar del cristiano. Jesucristo no
dijo, “Tienen que ayunar” o “Si ayunan alguna vez”. Él sencillamente dijo
“Cuando ayunéis…” En Mateo 9:15, dijo Jesucristo: ““Vendrán días cuando
el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.” Ésta es quizá la palabra
más importante sobre el ayuno para nuestros días. Cuando Jesucristo
caminaba sobre la Tierra, el Reino de Dios había venido. Era tiempo de
festejar, no de ayunar. Vendrían tiempos, sin embargo, en los cuales sus
discípulos ayunarían, aunque no en forma legalista. La iglesia moderna es
pues la forma más natural de interpretar el hecho de que los discípulos
del Señor ayunarían en la presente era. De hecho, es así como los
discípulos comprendieron bien porque es sólo hasta después de Su
ascensión al Padre que leemos sobre ayunos (Hechos 13:2). ¡Es a esta
época de la iglesia que se refería el Maestro cuando dijo “Y entonces
ayunarán!” ¡Ese tiempo es ahora, YA!
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¿C ÓMO DEBEMO S AYUNA R?
¿C U Á L E S SU C O ND I C I Ó N F Í SI CA ?
Hay muchas formas de ayunar. El ayuno debe hacerse siempre en
respuesta al llamado que a ayunar nos hace el Espíritu Santo, no por una
moda y definitivamente no para complacer a otras personas ni para
cumplir con una meta. Después de haber sido debidamente instruidos
sobre el ayuno bíblico, el creyente necesita venir delante de Dios y
buscar Su rostro. Recuerde, el propósito del ayuno es entregarnos en
sacrificio para enfocarnos más en Dios y la oración. Existen varias formas
de ayuno que se consideran apropiadas desde el punto de vista bíblico:
Ayunar, absteniéndose de los medios de comunicación: Muchas
de nuestras familias bien podrían dejar la televisión totalmente por un
tiempo. No vaya al cine, ni lea periódicos o use medios sociales.
El ayuno parcial: Refrenarse de ciertos tipos de alimentos, tales como
gaseosas, café, dulces y postres para comer solamente frutas y
vegetales. El ayuno parcial puede incluir además una dieta líquida
durante la cual, el creyente sólo toma jugos de fruta y agua. El ayuno
parcial podría incluir además agua solamente.
Ayuno absoluto: Durante el ayuno absoluto, el creyente no ingiere
ningún tipo de alimento ni toma agua.
Otros tipos de ayuno: Toda actividad que toma tiempo y nos impide
enfocarnos en oración delante de Dios puede sacrificarse (es decir,
suspenderse temporalmente en forma de ayuno). Algunas personas
son adictas al ejercicio físico y necesitan renunciar a ello
temporalmente para poder dedicarle más tiempo a Dios. Algunos
tienen la costumbre de ir a ciertos restaurantes o de compras. Algunas
veces, Dios nos llama hasta a sacrificar horas de sueño para orar.
Durante su ayuno, enfóquese en la oración, utilizando para ello el
tiempo que usted normalmente pasaría en esas actividades que ha
decidido sacrificar en ayuno para Dios.
Hay algunas personas que no pueden ayunar por razones de salud. Los
diabéticos, por ejemplo, deberían utilizar otra forma de ayuno. Las
personas que toman ciertas medicinas deben consultar a su médico si
tienen alguna pregunta. Los niños pequeños deberían participar en un
ayuno de medios de comunicación en vez de ayunar, renunciando a sus
alimentos. Por otra parte, los padres deben guiar a los jovencitos. Todo
adulto sano puede ayunar. Lo que nosotros llamamos “hambre” es
realmente “apetito o deseo de comer”. Nos han enseñado a comernos
todo lo que hay en nuestro plato y si omitimos tres comidas principales
en un día con meriendas entre una y otra comida, sentimos que “nos
morimos del hambre”. El cuerpo sano puede pasar largos períodos de
tiempo sin recibir alimento sólido. Sin embargo, debería haber líquidos
disponibles, tales como agua y jugos de fruta. El ayuno puede ser
beneficioso para su salud. Prepárese para ayunar, comiendo porciones
más pequeñas de lo normal. Durante el ayuno, sentirá hambre después
del mediodía aproximadamente, pero no es hambre de verdad. Su
estómago está entrenado para transmitir señales de hambre a ciertas
horas después de años de acondicionamiento.
Su estómago es como un niño consentido que no necesita que lo
consientan más sino más bien que le enseñen disciplina. Usted debe
controlar a su estómago, no dejarse controlar por él como si fuera un
esclavo. Si usted toma café, té o gaseosas, podría experimentar dolores
de cabeza por lo que necesitaría entonces reducir las cantidades que
consume gradualmente hasta poder realizar un ayuno completo, lo cual
podría requerir de días de preparación a medida que se aparta usted de
la cafeína. Durante el ayuno, podría sentir cierta debilidad. Descanse y
ore. Eso lo hará sentirse mejor. Termine su ayuno con una comida ligera a
base de frutas y vegetales y después podrá comer algo más sólido.
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¿C UÁ L E S SU C OND IC I ÓN E SPIRI T UA L?
¿QUÉ T I PO DE AYUN O DEB O H AC ER?
Ésta es la pregunta más crítica en relación con el ayuno. La preparación
para un ayuno significativo comienza con el arrepentimiento y confesión
de nuestros pecados. No espere que Dios quebrante Su propia voluntad
en lo que respecta a las oraciones que escucha o no.
Como mencioné anteriormente, existen varios tipos de ayuno. Usted puede
optar por ayunar por un día (es decir, abstenerse durante ese tiempo de
todo alimento sólido, pero consumir jugos de fruta, vegetales o agua). Esto
quiere decir que usted cenaría en la noche y no comería ningún alimento
sólido hasta la noche siguiente. Estaría omitiendo dos comidas.
Si hay pecados que no ha confesado en su corazón, usted debe
confesarlos (Salmo 66:18, Isaías 59:2).
• Confiese todo pecado que el Espíritu Santo le traiga a la mente.
• Busque el perdón de aquellos a los cuales usted ha ofendido y
perdone, a su vez, a aquellos que lo han ofendido a usted.
(Marcos 11:25, Lucas 11:4 y Lucas 17:3-4).
• Pídale a Dios que lo llene con su Espíritu Santo para que pueda ser
Él, Dios mismo, quien lo sostenga en su ayuno. (Efesios 5:18, 1 Juan
5:14-15, Juan 4:32-34)
• Comience su período de ayuno y oración con un corazón que espera
ser recompensado por su fidelidad. (Hebreos 11:6)
• Sienta hambre y sed de justicia. (Mateo 5:6)
• No subestime la oposición espiritual que enfrenta. (Gálatas 5:16-17)
• Recuerde que el ayuno es un festín en el cual usted “se alimenta” de la
Presencia de Dios y Su Santa Voluntad.
Algunos prefieren empezar el ayuno después del almuerzo o comida del
mediodía. Usted puede optar por ayunar por 24 horas. Iniciaría entonces
después de la cena y no consumiría alimentos sólidos hasta dos días después,
a la hora del desayuno. Este ayuno involucra cierta incomodidad antes de
que se termine el mismo, pero los beneficios espirituales pueden ser
significativos. Otra opción es un ayuno de tres días en el cual usted no
come por espacio de dos días. En tal sentido, cenaría usted y no comería
ningún alimento sólido hasta la tercera mañana cuando “desayuna” o
interrumpe el ayuno. A medida que crezca usted en su habilidad de ayunar,
podrá pasar períodos cada vez más largos de tiempo en ayuno, absteniéndose
del consumo de alimentos por una o dos semanas, un mes o hasta por 40
días. Este ayuno es sólo para aquellos creyentes que ya han ayunado por
períodos más cortos y conocen la forma en que reaccionarán sus cuerpos
ante el ayuno.
Cuando ayune, puede seguir un horario como el que le mostramos
a continuación:
En la mañana: Comience el día con oración y ayuno. Lea y medite en la
Palabra de Dios, preferiblemente de rodillas. Invite al Espíritu Santo a que
lo llene con Su Santa Presencia. Dígale que lo que usted desea en la vida es
complacerlo a Él. Ore clamando por una visión para su vida, iglesia, nación, etc.
Al mediodía: Vuelva a dedicarse a la oración y Palabra de Dios. Haga una
caminata en oración. Pase tiempo intercediendo por la iglesia, el condado y
el mundo en que vivimos. Ore por el personal que labora en la iglesia. Ore
por las almas perdidas que no conocen aún al Señor.
En la noche: Busque un lugar apartado y callado en el cual pueda usted
pasar tiempo con el Señor. Si hay otras personas ayunando, únase a ellos
en oración. Si está casado, ore con su esposa por la voluntad de Dios para
su matrimonio y familia. Oren porque Dios sea el único y más importante
deseo de sus corazones.
U N A G U Í A P E R S O N A L PA R A L A O R AC I Ó N Y E L AY U N O
C ONC LUSI ÓN
Recuerde enfocarse totalmente en Dios y dedicar este tiempo para
disfrutar Su presencia. Tal vez exteriormente prosiga usted haciendo
las cosas que normalmente hace en su vida cotidiana, pero dentro
de su corazón regocíjese y alabe a Dios que es su sustento.
Aunemos esfuerzos en una de las experiencias más ricas de la vida
cristiana. Se sorprenderá al ver cómo el ayuno lo acercará a Dios. A
medida que avance usted en fe y lo intente, aprenderá cómo crecer
en la oración y el ayuno. Si llama usted la atención de otros hacia su
ayuno, la gente se sentirá impresionada y, como dijo Jesús, ésa será su
recompensa. Sin embargo, recuerde que usted está ayunando para
alcanzar recompensas más grandes y profundas. Rinda su voluntad
ante Dios. Vamos, ¡ayunemos y oremos juntos como pueblo de Dios!
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