¡LENCERÍA!_formato originalm

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Lencería
Un espectáculo de Talla
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
1
LENCERÍA
un espectáculo de talla
Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual
y en la Sociedad General de Autores y editores (SGAE).
© Roberto Lumbreras Blanco, 2012.
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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Este espectáculo es un homenaje a la belleza de la mujer real y su lencería.
El espectador verá complexiones y tallas de vestuario distintas de las que
acostumbra a ver en el cine y televisión, en las revistas y pasarelas de moda…
pero no en los catálogos de lencería.
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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« Frou-frou, frou-frou, par son jupon la femme,
frou-frou, frou-frou, de l’homme trouble l’âme,
frou-frou, frou-frou, certainement la femme,
séduit sortout par son gentil frou-frou ».
FROU-FROU
M. Montreal, Blondeau (1933)
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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ELENCO Y PERSONAJES
Los personajes pueden representarse por un elenco total de 16 artistas: 2 cantantes
solistas (soprano y mezzo), 5 actores (3 Actrices y 3 actores) y un cuerpo de bailecanto de 8 cantantes-bailarinas, dividido en dos secciones de 5 ( incluyendo una de las
cantantes solistas como eje coreográfico). El cuerpo de baile-canto se alternará en los
sucesivos números, actuando sólo en conjunto y con las dos solistas en los números
primero (marcha-parada de las majorettes) y el último (apoteosis de la escola de
samba).
Elenco y reparto de papeles:
-1 cantante soprano.
-1 cantante mezzosoprano.
-Coro de baile-canto de 8 artistas (una de ellas bailarina de puntas, otras 2 covers de las cantantes
solistas)
-Actriz principal A: La Cicerone.
-Actriz principal B (resto de papeles principales):
1.-Manipuladora de la marioneta y voz del niñoLouis Legrain I.
2-La Prima Ballerina.
3.-La Charlatana del rastro.
4.-Secretaria de Dirección.
5.-La esposa
6.-La reportera.
-Actor Principal A: Padre de Luis Legrain I, y Luis Legrain I y II viejos.
-Actor principal B: Luis Legrain I y II jóvenes.
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-Actriz secundaria:
1.-Payaso.
2.-Mademoiselle Audry.
3.-Cocó
4.-La abogada de oficio de Raquel Stein.
5.-Ayudante de la charlatana del rastro
6.-Eva al natural.
-Actor Secundario:
1.-El domador de circo.
2.-El reportero.
3.-Soldado U.S.A.
4.-Secretario de Louis Legrain I.
5.-El doble de Fidel Castro.
6.-El prometido.
7.-El Director de empresa.
8.-El esposo (parte muta).
9.-El turista sexual.
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PRÓLOGO
Al disolverse la última nota del preludio, se abre el telón. Hay un biombo en el
centro de la escena.
El espectador verá en las artistas complexiones y tallas de vestuario distintas
de las que acostumbra a ver en el cine y televisión, en las revistas y pasarelas
de moda… pero no en los catálogos de lencería.
Aparece por el pasillo de la platea LA CICERONE de la “Casa-Museo de la
Lencería LOUIS LEGRAIN”. Llega en sandalias y lencería, portando una
cartera de oficinista y abanicándose.
LA CICERONE sube a la escena y se dirige a los espectadores
LA CICERONE.- ¡Qué barbaridad!: Cuarenta y cinco grados a la sombra! Ya
no se puede salir a la calle. Ya no hay invierno. Nos avisaron del
cambio climático y aquí lo tenemos. Todo está al revés. La lencería se
impone como ropa de calle, y en casa resistimos el aire acondicionado
con trajes de lana.
(Se oculta tras el biombo, mediomutis del que saldrá
vestida con un traje).
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Mesdames et mesieurs, ladys and gentlemen, Meine Damen und
Herren.... En nombre de la casa-museo de la lencería “LOUIS
LEGRAIN” les doy la bienvenida y les agradezco su visita. Les
recuerdo que no deben separarse del grupo; no está permitido fumar, ni
sacar fotografías, se puede ver pero no tocar; porque este no es un
museo de cera, sino un museo vivo y muy vivo: aquí no huele a
naftalina sino a perfume de mujer…
(Se oye a lo lejos
música de marcha-parada. Se
escuchará como fondo, mientras habla LA CICERONE.)
No se asusten, no es una marcha militar. Es decir, sí es una marcha
militar. Pero los que se acercan no son los señores de la guerra, sino
todo lo contrario: son las majorettes, el “ejército de la paz”. Los sones
marciales suenan en ellas como canciones de opereta, los uniformes son
tan dispares como sus gustos, llenos de detalles coquetos. Las
majorettes jamás transitarán por trincheras que les hagan “carreras” en
las medias, ni reptarán por el barro que eche a perder su primorosa
lencería. ¡Ya se acercan! Se oye el frufrú de sus telas y se huelen sus
perfumes entremezclados.
(Suena ahora cerca la marcha-parada, y aparecen en
fila unas majorettes; visten, cada una de un color; de
cintura para arriba, una mini-guerrera húsar que
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apenas les llega a la cintura y tocada con un gorro con
una pluma más de vedette que de húsar; de cintura para
abajo, visten microfalda de volátil que apenas oculta
con sus movimientos su culotte de volantes, medias y
zapatos de tacón del mismo color. Desfilan girando sus
bastones, y cantando.)
¡A las armas!,
¡A las armas!:
Armas de mujer.
Despertarse
suavemente
y estirarse bien;
un baño tonificante,
con masaje relajante,
desayuno con la radio
y hacer la toilette.
Y antes del perfume
y del maquillaje,
antes de vestirse bien
y antes de calzar el pie,
con la lencería
debes adornarte,
seductora,
encantadora,
¡rendirás a cien!
Somos Venus muy marciales,
campeonas de la paz,
traemos circo y carnavales,
alegría y amistad.
De la cintura al sombrero
soldado de plomo soy;
y de cintura hasta el suelo,
bailarina del Bolshoi. (BIS)
Oscuro.
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PRIMER ACTO
Que abarca desde principios del siglo XX, protagonizada por
LOUIS LEGRAIN I, hasta los años cincuenta en que se produce el
relevo en la dinastía.
EL CIRCO
LA CICERONE.- ¡El Circo! Bellas trapecistas, contorsionistas, funambulistas,
amazonas, domadoras… y el picantón de Toulouse-Lautrec como
notario. (Ríe.) Al fin, eso es el circo: el circo es la primera exhibición
de lencería de nuestra vida. (Transición.) ¡Ha llegado el circo! Grandes
carteles con bellas gimnastas ligeras de ropa y forzudos en calzoncillos.
Pero, ¿dónde están los payasos? Tranquilos. No han de faltar los
payasos, los niños adoran los payasos, y los papás son complacientes
con sus hijos y los llevan al circo a ver… divinas funambulistas, bellas
amazonas,
sensuales
domadoras,
sexys
trapecistas,
eróticas
contorsionistas… y (ríe) también, también payasos… Tontos payasos
enamorados, payasos alcohólicos y suicidas por el desdén de esas
bellezas.
(En la escena EL PADRE DE LOUIS LEGRAIN I NIÑO. con
una marioneta que representa al pequeño. Asomados a una
ventana imaginaria en la “cuarta pared” ).
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LOUIS LEGRAIN -NIÑO.- ¡Papá, papá, vamos a la calle!: hay unas señoritas muy
guapas que hacen el pino sobre un elefante,… ¡y levantan las piernas tan arriba
que hasta se las ven las bragas!
PADRE DE LOUIS LEGRAIN I Niño.- ¡Louis! ¡Se dice “lencería”! No deberías ver
esas cosas. Ten cuidado o te castigaré sin ir al circo.
LOUIS LEGRAIN -NIÑO - ¡Pero si es el desfile del circo! Y hay una señora muy
guapa sobre una carroza; y lleva medias de red en las piernas y un traje de
bañista todo de lentejuelas de oro. ¡Y ahora me ha guiñado un ojo! ¿Me
llevarás al circo, papá, me llevarás?
PADRE DE LOUIS LEGRAIN I Niño.- Te llevaré, hijo: Pero has de prometerme que
no dirás nada de lo que has visto a tu madre.
LOUIS LEGRAIN-NIÑO.-.-¡ Yupiii!
(Salen.
Suena un redoble de tambor.)
LA CICERONE.- Mesdames et mesieurs, ladys and gentlemen, meine Damen und
Herren.... y, también, niños y niñas…(Nuevo redoble de tambor.) Con ustedes,
el sublime, el depravado, el talentoso y sicalíptico espectáculo del CIRCO.
(Entran en escena, desfilando, cinco superestrellas de
circo, con atuendo mezcla de circo y vedettes de revista,
con maillots de lentejuelas con capa y tocado
espectaculares, y una de ellas con guerrera de domador.
Hacia la mitad de la parada circense se corta la música.
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(Redoble de tambor: se quitan tres de las artistas la
guerrera de una vez en una complicada postura de
contorsionista. Suenan aplausos.
Las otras dos circenses-vedettes, se quitan la capa
como si fuesen magas, y la sorpresa aparecida son ellas
mismas en maillot. Suenan aplausos.
Las cinco se quedan en un maillot ajustado Aplausos y
ovaciones para las tres).
VOZ DE NIÑO.- ¿Y cuando salen los payasos?
VOCES DE HOMBRES.- ¡Silencio!... ¡Ese niño!
(Salen las tres artistas.
Entra de nuevo una de ellas como de malabarista con
tres bolos. Aplausos.
Redoble de tambor. Se le caen los bolos. Aplausos de
ánimo.
Vuelve a intentarlo, y esta vez lanza los bolos al aire
intencionadamente y caen cada uno por un lado).
VOZ DE PRESENTADOR.- ¡Sensacional el strike!
(Aplausos y ovación.
La artista recoge los bolos, y sale.
Entra una segunda artista, como contorsionista.
Aplausos.
Hace su ejercicio. Silencio sepulcral).
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VOZ DE NIÑO.- (Enojado.) ¡Yo-quiero-que salgan-los payasos!
VOCES DE HOMBRES.- ¡Niño!... ¡Aquí como en misa!.. ¡Maricón!
(Aplausos y silbidos, y piropos obscenos a la
contorsionista, que saluda y sale.
Entra una tercera artista, en maillot negro descotado,
con falda de flecos, medias con liguero y tacones. Lleva
un látigo y un aro. Fuma con boquilla larga y anda
como una “femme fatale”. Aplausos).
Entra un domador, con un collar que le entrega. La
chica se lo pone con indiferencia, da unos chasquidos
con el látigo y le hace entrar en el aro a cuatro patas.
Aplausos.
Luego le hace tirarse en el suelo y pone su tacón sobre
su pecho. Nuevo chasquido de látigo.
Aplausos.
Sale el domador que se lleva el aro y el látigo.
Entra un payaso. Aplausos. Risa de niño.
El payaso saca un clavel y se lo entrega a la “femme
fatale”, quien lo coge con indiferencia y se lo mete en el
descote.
El payaso hace con pantomima la declaración de amor.
Ella le hace acercarse y le da un tortazo con ruido de
bombo. Risas.
El payaso sale llorando. Risas del NIÑO.
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La femme fatale se inclina ante el respetable. Ovación y
aplausos.
La artista se incorpora y lanza al público el clavel de su
descote. Silbidos y ovaciones delirantes.
Sale).
Oscuro.
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LA LENCEROTERAPIA
LA CICERONE.- 1918. Fin de la Primera Guerra Mundial. Definitivamente el
mundo está loco. Y por eso el joven LOUIS LEGRAIN es enviado a
Viena por su padre para estudiar Psicología con Sigmund Freud. Pero
en la pensión donde se alojaba, el joven Louis descubre su verdadera
vocación, y también una herramienta curativa: la Lenceroterapia.
(En una pensión de Viena. Boudoir de una huésped
viuda. Al fondo gran retrato a medio hacer sobre
caballete
representando
joven
oficial
austríaco
condecorado en la “Gran Guerra”, que se supone su
difunto marido. En escena aparece, la viudita, joven y
atractiva, vecina del cuarto de LOUIS LEGRAIN. La
viudita está cara al público, probándose un corsé ante
un espejo de cuerpo entero imaginario. Mientras, por la
derecha de la escena se ve un periscopio, que sigue sus
movimientos. La “viudita” repara en ello pero disimula
cantando una canción de opereta).
LA VIUDITA:
Príncipe azul,
te espero cada día,
conmigo estás,
muy cerca yo te siento,
Porque me ves
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(es un presentimiento),
Suspiras, tú ,
si poso en lencería.
Corpiño
para moldear
el busto,
cintura y cadera;
medias para
hacer resaltar
mis piernas
tan largas y esbeltas.
Sostenes
para proteger
mis dos frutas
de picoteos;
de la frágil
rosa de té,
el culotte
es su invernadero.
Príncipe azul,
te añoro cada día,
conmigo estás,
muy cerca yo te siento;
porque me ves
( es un presentimiento),
suspiras tú,
si poso en lencería.
………………………………………….
………………………………………….
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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Mi amor, me ves,
es un presentimiento,
Suspiras, tú,
si poso en lencería.
En ese momento, la “viudita” se vuelve con disimulo, va hacia el periscopio y
súbitamente se abalanza sobre él tirando del adminículo para sacar arrastras
a un joven LOUIS LEGRAIN .
LA JOVEN VIUDA. – (Por el periscopio) ¡Mira el pajarito que entraba por
mi ventana! ¡Con que tenemos un voyeur en la pensión! ¡Y parecía tan
modosito el estudiante!
LOUIS LEGRAIN.- Está en un error, Fräulein… (Enfadado) ¡”Voyeur”!--
LA JOVEN VIUDA.- ¡Sí!: ¡Un mirón depravado! ¿O me va a negar que me
observaba en paños menores?¡Mirón! ¡Más que mirón! ¡Y no trate de
excusarse! (Transición. Sonriendo. Pícara .) Después de lo sucedido,
no hay otra alternativa: debe casarse conmigo,
o tendrá que salir
inmediatamente de esta pensión honorable.
LOUIS LEGRAIN.- (Pícaro.) ¿Y… no puede haber una solución…
intermedia?
LA JOVEN VIUDA.- ¡Será fresco! Ahora llamaré a la patrona. Armaré un
buen escándalo. ¡A ver si niega ahora la evidencia! Todos están
enterados de que se dedica a espiarme. Todos están esperando un grito
mío para entrar a lincharlo. Lo expulsarán de la Facultad y de la misma
Viena.
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LOUIS LEGRAIN.- Un momento, Fräulein. Es cierto, yo la espiaba. Pero no
es menos cierto, que lo hacía… movido por su propio comportamiento
extraño. Desde que su marido--
LA JOVEN VIUDA.- ¡Que en paz descanse!
LOUIS LEGRAIN.- Desde que su marido, que en paz descanse, descansó,
quiero decir, murió (LA PATRONA se entristece), usted adquirió la
manía de comprar compulsivamente lencería fina. Yo he sido testigo de
cómo entraba por esa puerta como una viuda triste, y salía como “La
Viuda Alegre”. Sólo las sesiones lenceras en su boudoir, le devolvían la
autoestima. Considere, Fräulein, este periscopio como un instrumento
de la más aséptica y objetiva observación científica… Gracias a la cual,
he descubierto la “Lenceroterapia”.
LA JOVEN VIUDA.- No entiendo nada.
LOUIS LEGRAIN.- “Lenceroterapia: dícese de la curación por medio de la
lencería fina”. Estas pendas prendas íntimas llevan implícitos afectos
que hacen sentirse bien a sus portadoras. He estudiado la lencería con
meticulosidad: la delicadeza de su corte, la sutileza de sus costuras, el
tacto agradabilísimo de sus texturas... Hay tanto amor, tanto respeto,
tanta adoración a la mujer plasmados en estas prendas que sólo con
llevarlas puestas la fémina ha de sentirse mimada, querida, acariciada…
y por tanto la reina del universo.
LA JOVEN VIUDA.- (Hundida de pronto.) Entonces… ¿Quiere decir que
todos estos días, usted no me miraba “con buenos ojos”… quiero decir
con ojos de hombre, seducido por mis encantos…sino que lo hacía con
ojos de… CIENTÍFICO? Que eso que escribía en su diario no eran
poemas y cartas de amor sino… ¡fórmulas para su tesis doctoral?
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LOUIS LEGRAIN.- Eso trataba de decirle, Fräulein. Me alegro de que me
haya al fin comprendido. A veces las cosas no son lo que parecen.
LA JOVEN VIUDA.- (Que comienza a llorar desconsolada.) ¡Esto es un
desprecio! ¡Y usted es un necio! ¡Científico de tres al cuarto!
Precisamente me creía algo al saber que me estaba usted espiando. Y
ahora, lo ha estropeado todo. Ahora… Ahora me siento una piltrafa, un
deshecho, algo sin valor.
LOUIS LEGRAIN.- Pero---
LA JOVEN VIUDA.- ¡Largo de esta casa! ¡Me ha insultado! ¡Ya no hay
hombres! ¡Así va la humanidad: derechita a la desaparición!
OSCURO.
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MODA ÍNTIMA Y CHARLESTÓN.
LA CICERONE.- ¡Locos y felices Años Veinte…! Los muertos de la Gran
Guerra están enterrados con honores, y hay que repoblar la Patria. Así
que la sociedad hace a regañadientes una concesión a la moda
femenina.
En 1925 se acortan las faldas y la mujer muestra por
primera vez las rodillas. Medias y ligas son las protagonistas. Las
medias son el camino que lleva al paraíso de la lencería; y las ligas el
cartel del “último kilómetro”. Y para que se la mujer las pueda enseñar
con disimulo se ha inventado un baile frenético: el charlestón.
(Reportero y dama en un campo de fútbol).
EL REPORTERO.- (Al público.) En breves instantes, Mademoiselle Audry
efectuará el saque de honor de este partido benéfico a favor de los
huérfanos de la guerra. (A MADEMOISELLE AUDRY.) Mademoiselle
Audry: ¿Puede decirnos por qué las mujeres no pueden jugar al fútbol,
y deben conformarse con efectuar los saques de honor?
MADEMOISELLE AUDRY.- ¡Huy!: ¡jugar nosotras! ¿Se imagina 11 mujeres
en paños menores, corriendo como bacantes posesas, levantando las
piernas y dando saltos impúdicos? Y lo más inaceptable: ¿se imagina 11
mujeres con los mismos paños menores?
EL REPORTERO.- (Ríe.) Gracias, mademoiselle.
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(Sale EL REPORTERO. MADEMOISELLE AUDRY
efectúa el saque de honor con tan mala suerte que sale
disparado su zapato de tacón).
MADEMOISELLE AUDRY.- (A un espectador, señalándole.) ¡Eh, oiga! ¡Sí, a
usted! ¡Devuélvame el zapato! ¡Policía! ¡Ese hombre! ¡Al ladrón! ¡Se
lleva mi zapato! (Sale cojeando.).
(Entran cinco bailarinas, bailando y cantando un
charlestón).
Charlestón,
es como jugar
al futból:
alza la pierna
y chuta al aire,
y sin balón
marcas un gol.
Charlestón,
Deportiva
a lo garçon
fresca, loca
y atrevida,
lo mío es el
saque de honor.
Charlestón,
Hay que mover
bien el balón;
las manos quietas
que eso es falta,
una falta
de educación.
Charlestón,
las pantorrillas
hacia el sol,
si le distraigo
con mis ligas
un buen partido
gano yo.
Oscuro.
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LENCERÍA EN EL CAFÉ
LA CICERONE.- Desde siempre, el varón ha sentido un deseo inconfesable de
comprar la lencería para su pareja, la lencería que habría de lucir su
damita para sus fantasías. Una mujer española, que vendía cigarros en
un cabaré de Madrid, tuvo la idea de cambiar en la noche el tabaco por
la lencería. Y como la lencería era materia muy fina, y no era cosa de
pregonarla como si fuera tabaco, decidió ayudarse de un cuplé. El cuplé
tuvo tanto éxito, que la que empezó de lencera cantando un cuplé se
convirtió en cupletera vendiendo lencería: “La realidad imita al arte”.
Entra LA CANTANTE SOLISTA, como vendedora de
cigarros de cabaret reconvertida en VENDEDORA DE
LENCERÍA, con el cajón-expositor colgante llena de género y
canta un cupl-chotís con letra fino-lencera.
LA CANTANTE SOLISTA:
(Cantado con acento castizo madrileño)
Couplet-chotís: Versión fino-lencera del chotís
Madrid por Agustín de Lara.
Tie’n mis prendas más vitola
que un habano,
y más chispa que el chisquero
de un gachó,
son más finas que el papel
de los cigarros,
y más tiran que la pipa
de “Ramón”.
El culot, como su nombre
fino indica,
tapa y guarda semejante
Intimidá’;
el sostén, lo que su verbo
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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bien lo explica;
y las ligas de igual modo
pá’ ligar.
(Señalando busto, vientre y pubis.)
Aquí, y aquí y aquí,
la lencería francesa
de Madrí’;
de tul, seda y satén,
para pintar la piel
de su mujer.
Regale a su gachí
la lingerie française de Chamberí,
Que es un favor
y un regalo con trampa,
pues puesto por su dama
pronto se lo ha de quitar,
que estas son prendas
con la paradoja
que cuanto más la adornan
menos en su cuerpo están.
………………………….
Regale a su gachí
la lingerie française de Chamberí,
Que es un favor
y un regalo con trampa,
pues puesto por su dama
pronto se lo ha de quitar,
que estas son prendas
con la paradoja
que cuanto más la adornan
menos en su cuerpo están.
¡Atención a las Prendas exclusivas, con etiqueta, garantía y
prospecto explicativo de su significado para mayor eficacia del
producto!:
(Va sacando de la caja-expositor
prendas una a una y las glosa).
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Lencería con lacitos = “soy un regalo”.
Lencería con brillantes = “soy un tesoro”.
Lencería de piel = “me dejo cazar”.
Lencería en tono pastel = “cómeme”.
Lencería color champagne = “bébeme”.
Lencería floral = El Edén soy yo.
Lencería con blonda = si te gustó el envoltorio, espera a ver el
pastel.
Lencería “mini”: más carne para acariciar.
Corsé con cremallera = sírvete tú mismo, chato.
(Vuelve a cantar da capo.
Sale.)
Oscuro
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LA NUEVA FRINÉ.
LA CICERONE.- Alemania, enero de 1933. Un artista frustrado sube al poder
para implantar su canon de belleza al mundo entero. Lo bello ya no es
lo bello, sino lo rubio. El resultado es el genocidio de todo lo que se
mueva y no sea rubio natural, empezando por los judíos. Una belleza
judía que actuaba en un cabaret de Berlín, planta cara, con su planta y
con su cara, a un tribunal nazi. Se llamaba Raquel Stein y estaba
condenada a muerte por faltar a las Leyes Raciales… y por no atender
en su camerino los requerimientos amorosos del Dr. Goebels… Pero el
astuto abogado de Raquel presentó la única prueba irrefutable de su
inocencia: la prueba demuestra que Raquel Stein tiene un cuerpo que se
ajusta a los cánones griegos y por tanto arios. Gracias a su cuerpo
serrano, es decir, alpino, Ruth Stein salva su vida y es condenada a
teñirse de rubio. Y es que: “una imagen vale más que mil palabras…”.
(En off, el fiscal y tres magistrados: Frente a ellos, en la
escena, un joven abogado de oficio y su defendida, la
artista de variedades Raquel Stein, vestida con un
albornoz de rea con la estrella amarilla. Por su altivez,
más que una prisionera parece Salomé en el Templo).
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EL FISCAL.- (voz en off.) Raquel Stein. Por todos los antecedentes expuestos
contra las Leyes Raciales, se la declara culpable; con el agravante insultos al
Führer y al Reich. Item más: negarse a saludar brazo en alto en una visita
privada hecha a su camerino por nuestro ministro de propaganda, Josef
Goebels, y resistencia a su autoridad con forcejeos y nuevos insultos contra
su… (ejem) contra su “mala facha de superhombre cojo y enclenque” y su
(ejem)… “pilila atrofiada y blanquecina de perro chiguagua”…
EL MAGISTRADO PONENTE.- (Voz en off.) ¡No es necesario entrar en
detalles! Vayamos al grano. Tiene la palabra el abogado de la acusada.
El ABOGADO DE OFICIO.- (dando una nota disimuladamente a su
defendida con instrucciones, que ésta lee de inmediato, asintiendo con
cara resignación al abogado.) Señorías, sólo vamos a presentar una
prueba, que sin embargo es de la máxima elocuencia. (El abogado hace
una señal con la mano a su defendida para que se desprenda del
albornoz y se quede en paños menores ante los miembros del Tribunal
y EL FISCAL. Lo que ésta hace de golpe, quedándose en una mínima
lencería orfebre en oro de alguna mítica belleza hebrea como Salomé.
Magistrados y fiscal se quedan asombrados y tardan en reaccionar; el
Abogado prosigue con su turno de prueba). ¿Juzgan sus Señorías, que
este cuerpo no hace justicia a los cánones de belleza helénicos, y por
tanto… ARIOS?
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(En off, se oyen los cuchicheos de una deliberación
acalorada).
EL MAGISTRADO PONENTE.- (voz en off.) Este tribunal que presido, oído
al ministerio fiscal y al abogado de la parte acusada, decreta absolver a
la acusada de la ducha, perdón, de la pena máxima, y se le conmuta con
una multa por no haber correspondido a la hospitalidad del pueblo
alemán tiñéndose siquiera el pelo de rubio. Además se le obliga al pago
de la costas en especie… es decir… con una demostración de sus
habilidades como actriz de Kabaret. (Da unos golpes con el mazo.) Se
levanta la sesión.
(LA BELLA RAQUEL, comienza a cantar y bailar una
canción de Kabaret con música del “Dast ist Berlin”.)
LA BELLA RAQUEL:
( Canta.)
Yo soy Raquel Stein, y aquí en Berlín triunfé,
“La diosa de Judá”, “La nueva Salomé”.
mi cuerpo hebreo cautivó
casi vestida o casi no.
Con lencería de oro, en plena depresión,
que el sastre algún centímetro me escatimó,
tuve a mis pies (incluso no sólo a mis pies)
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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a aquel Berlín vital de ayer.
……………………………………
Con lencería de oro, en plena depresión,
que el sastre algún centímetro me escatimó,
tuve a mis pies ( incluso no sólo a mis pies)
a aquel Berlín vital de ayer.
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LA GUERRA Y LA LENCERÍA “DE GUERRA”
LA CICERONE.- ¡La Segunda Guerra Mundial! ¡Malos tiempos para la
lencería! Todas las guerras tienen sus canciones; en ésta, el hit fue Lili
Marlene (cantando a lo Marlene Dietrich.) “Bajo la farola del viejo
cuartel…” Qué canción más tonta, ¿verdad? Pero lo más tonto fue que
la cantasen en ambos bandos: como en guerra no rigen los derechos de
autor… Es como si nos diera por cantar la Marsellesa en alemán.:
(Canta el primer compás de La Marsellesa en alemán.) La guerra es
así: un disparate. ¡La guerra! Malos tiempos para las mujeres. (Serio.)
En tiempos de guerra los hombres hacen con las mujeres como con las
canciones: les gustan las del enemigo, pues las hacen suyas, aunque
hablen otro idioma… ¡La guerra es una Torre de Babel en medio de
Sodoma y Gomorra!
(París “la nuit”. A la puerta de un cabaré. COCÓ, una
guapa parisina, se pinta la raya de una media
imaginaria en la pierna. Aparece una media atada al
sedal de una caña. La mujer va hacia ella como
hipnotizada. Aparece un soldado U.S.A. tras la caña de
pesar).
SOLDADO. U.S.A.- Un dos, Un dos; Shewing gum, shewing gum. (Se para.
Comienza a pescar). ¡Oh, París: aquí sí que valoran la lencería fina!
COCÓ.- Bonsoir, monsieur le Capitain.
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SOLDADO USA- Te estaba esperando, luciérnaga de la noche. Te he traído
medias made in USA. Y también te daré shewing gum y chocolatinas-
COCÓ.- Merçi, ¡vivan los valientes americanos!
SOLDADO USA.- (Halagado. Ufano.)¡Bah! Ha sido un paseo. Ha sido un
placer… Hablando de placer: ¿Dónde queda Pigalle? (A COCÓ.) ¿Es
esto Pigalle?
COCÓ.- Caliente, caliente. Quiero decir que está en Pigalle. ¿Quiere ir al
cabaret? ¡Vamos, está a punto de comenzar la función!
SOLDADO USA.- Vive La France!
Salen.
Oscuro rápido.
En un cabaret francés, decorado para la ocasión como
un cabaret en un “Saloon” del Far West.
Sale COCÓ, como presentadora.
COCÓ.- Y ahora, un homenaje a los valientes soldados americanos que nos
han librado de nazis y comunistas. Nos hermanaremos con el can-can
que llevamos las francesas a los salones del Far West. Eran tiempos
muy peligrosos. Los hombres llevaban sus revólvereres Colt en las
cartucheras y las mujeres su Derringer en la liga. Unos para salvar la
vida, y unas para salvar la virginidad (risas y silbidos), al menos en
Virginia (Risas y aplausos).
Suena un cancán.
Entran entra silbidos tres bailarinas de can-can, cada
una por un lado y se juntan bailando .
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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En los compases de la introducción bailan entre gritos
suyos y silbidos del público masculino)
Can-can
es algo excitante,
un baile picante
rápido y vital,
aunque lo tachen de infernal;
es contorsionismo,
es ilusionismo,
lo oculto mostrarán,
lo enseñarán. (BIS)
El can-can no es elegante
no un vals ni un rigodón,
El can-can es columpiarse
sin columpio ante el mirón
El “can-can” es lencería
Como “enaguas” y “culot”,
levantando bien las piernas
se soborna hasta al censor.
Levantando bien las piernas
Se soborna hasta el censor.
(Con la música del tema principal)
lLa la la la la …!
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
31
(Finalizan con un grito al unísono).
Oscuro
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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El BALLET
(Ópera de París. La PRIMA BALLERINA, sentada en el
fondo de la escena, saca cuidadosamente las prendas de
ballet de su macuto y se las pone con delicadeza, mientras
LA CICERONE se dirige al público).
LA CICERONE.- Distinguido Público, estoy pisando en el escenario de la
Ópera de París: La catedral del Ballet. No, no me estoy contradiciendo.
La verdad es que en Francia el ballet era más importante que la ópera.
Toda ópera, por seria que fuera, tenía obligatoriamente un ballet en el
segundo acto. (Transición. Señala hacia el público unos palcos
imaginarios.) Esos eran los palcos del famoso “Club Jockey”. Sus
miembros llegaban a la ópera, como era la costumbre, después de cenar,
en el segundo acto. Justo cuando iban a actuar sus bailarinas preferidas.
Para ellos no era llegar tarde, (pícara.) sino llegar bien a tiempo...
(Entra LA PRIMA BALLERINA, que se sienta en una
silla de cara al público y muestra su ropa de ballet con
una marcada afinidad con la ropa íntima, ya que de
hecho es un híbrido de ambos tipos ).
LA PRIMA BALLERINA.- (Al público.) Una buena pregunta: (Pícara.) ¿Se
quitan las medias con morosidad porque son delicadas… O se fabrican
las medias delicadas para que se quiten con morosidad?
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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Si quieren saber un secreto de ballet, yo que soy la Primera Bailarina,
se lo voy a revelar.
No pretendo quitar magia al ballet, sino descubrirles el potencial erótico
que explotan esas modositas mosquitas muertas que bailan como
muñecas, tan delicadas ellas, tan superclases, que van de puntillas por el
mundo, como para no llamar la atención, pero: sí, sí…
¿Y qué es el ballet, sino la conjunción de la danza y la lencería? En su
colaboración, danza y lencería se unen para mostrar la delicada belleza
de la mujer, en un vestuario íntimo que la adorna de los pies a la
cabeza:
Veamos estas delicadas zapatillas de puntas con sus lacitos de rasos:
esto no son zapatillas, señores míos: son pura lencería disfrazada de
zapatos.
(Señalando el tutú) Y no digamos esta faldita absurda, totalmente
desplegada para enseñar las braguitas, con el amoroso nombre de
“tutú”. Y las misma la braguitas de satén seductoramente puestas sobre
a el panty, y no al revés como parece lógico y… decente; y de remate
un auténtico bustier adornando su busto). ¡Y todo aquello girando,
contorneándose, abriéndose en mil posturas y escorzos El Ballet es un
inmenso probador de lencería, abierto a una muchedumbre de
voyeures. voluptuosos!”.
(Entra LA 2ª BALLERINA, hace una reverence.)
Siguiendo el ritmo de unos pizzicatos, la 2ª
BALLERINA
se dirige al proscenio. Otros dos
pizzicatos le marcan los movimientos par ajustarse los
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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elásticos del “culotte” grácilmente. Suena un vals lento,
lírico y delicado, y la bailarina baila el vals solista,
recreándose en su propia belleza en lencería. En la
última evolución, LA
BALLERINA desaparece de la
escena).
Oscuro
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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CHA-CHA-CHÁ
LA CICERONE.- Para triunfar en Cuba LOUIS LEGRAIN hizo lo mismo que
Fidel Castro: entrar con fuerza. Y para mantenerse hizo lo mismo que Fidel
Castro: adaptarse, con un pequeño cambio en el ideario, un ligero cambio de
color…
Enero de 1959, Varadero (Cuba). Ensayos en la sala de
fiestas del hotel “Cha Cha Cha”. En el backstage se
preparan tres modelos de la firma LOUIS LEGRAIN para
un pase de lencería.
LOUIS LEGRAIN.- ¡Vamos, chicas! El desfile empieza en una hora (Sale.).
No faltará ni una dama de Varadero.
Salen las modelos en una lencería de rabiosos colores
tropicales, y bailan un cha cha cha.
Soy una mulata
muy linda, cha-cha-chá,
muevo mis caderas
al ritmo cha-cha-chá,
tengo un novio blanco
que quiere “cha-cha-chá”.
es americano
y me pide “chachachá“.
Ay cuanta belleza hay en cuba:
sus playas, sus puros, su ron…
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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Pero lo que más gusta al gringo
es verme bailar a este son.
(BIS)
… … … … .. .. … … …
(Se oye el disco con el cha-cha-chá bajar de
revoluciones, desenchufado.
Las modelos desaparecen, confusas, de la escena
y entra LOUIS LEGRAIN escuchando la radio.
Voz en off, noticias de radio cubana)
VOZ EN OFF DE LOCUTOR DE RADIO.- “El Gobierno de Batista ha
abandonado La Habana. Las Tropas Fidel Castro son recibidas con
júbilo en la capital. A su paso se suman estudiantes y paramilitares y
un gran número de mujeres que se enrolan como voluntarias al ejército
revolucionario.
LOUIS LEGRAIN:- (Llama por teléfono a su secretario.) ¡Pierre! (entra EL
SECRETARIO DE LOUIS LEGRAIN) Escucha: ¡No hay tiempo que
perder! ¡Estamos en un serio aprieto! Mande este telegrama a París. (EL
SECRETARIO de LOUIS LEGRAIN toma nota en una libreta.)
Suspendan envío a Cuba lencería Colección “Varadero”. STOP. Tiñan
todas las piezas color verde oliva. STOP. Repito: verde oliva. STOP.
Envío urgente a Cuba por avión. STOP. LOUIS LEGRAIN. STOP.
(Las bailarinas-modelos retroceden al ritmo rebobinado
como moviola).
Se hace progresivamente el oscuro, mientras se oye una proclama de Fidel
Castro.
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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CHE CHE CHE
Se oye de nuevo enchufar el disco del chachachá, incrementando revoluciones,
hasta oírse la misma música pero con la letra censurada.
Escenario-pasarela del Hotel Cha Cha Cha. Varadero.
En escena aparece el cartel de Hotel “Cha Cha Chá” con las aes cambiadas
por es : “Che Che Che”.
LOUIS LEGRAIN.- Distinguidas mujeres de la revolución. Es un placer
presentar ante vuestro comité la colección de lencería que la Firma
LOUIS LEGRAIN ha diseñado en exclusiva para las tropas femeninas
del Ejército Revolucionario de Cuba.
(Salen las bailarinas, una a una, pasando el modelo de
lencería de color verde oliva por delante y rojo por
detrás, con ligeras variaciones en el diseño, y portando
una gorra de uniforme militar.
Mientras desfilan, mostrando el modelo de lencería,
bailarán parte de la pieza, y saldrán de escena conforme
finalice su parte.
El coro canta el chachachá en versión adaptada a las
circunstancias…).
Soy una soldado
que grita “¡Che, Che, Che!
y voy desfilando
delante de Fidel;
una soldadita
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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que baila “chachachá”,
alzo mi puñito
y grito “¡Libertad!”.
Bellezas uniformadas
por dentro por Louis Legrain.
para que, siendo guerreras,
no pierdan su “sex apel” .(Bis)
(Entra la segunda modelo-bailarina,
y sale la primera)
… … … … .. .. … … …
Soy una soldado
que grita “¡Che, Che, Che!
y voy desfilando
delante de Fidel.
………………
ay prenda engañosa
de doble color
las llaman “sandías
de la Revolución”.
Soy una soldado
que grita “¡Che, Che, Che!
y voy desfilando
delante de Fidel
En tiempos de guerra
me va el desfilar
moviendo el palmito
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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con el cha-cha-chá.
(Entra la tercera modelo-bailarina, saliendo la segunda).
Soy una soldado
que grita “¡Che, Che, Che!
y voy desfilando
delante de Fidel
... … … … … … … …
Soy una soldado
que grita “¡Che, Che, Che!
y voy desfilando
delante de Fidel
… … .. .. … … … …
De frente en vanguardia
verde es mi color.
(Se da la vuelta mostrando su espalda en tono rojo)
pero en retaguardia
rojo bermellón.
Soy una soldado
que grita “¡Che, Che, Che!
y voy desfilando
delante de Fidel
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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Entran dos de las modelos-soldado portando cada una un
cartel-estandarte que juntan en línea de proscenio
componiendo un aviso que muestran al público: “INTER
MIEDO”.
Al punto sale el mismísimo DOBLE DE FIDEL CASTRO,
con traje militar y puro en la boca,, que reprende a la
segunda modelo-soldado-portaestandarte y le hace dar la
vuelta a su cartel, mostrándose ahora: “INTER MEDIO”,
Salen disimulando el “lapsus” delator).
Oscuro.
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
41
INTERMEDIO: EL RASTRO
LA CICERONE.- Y ahora, nuestros visitantes tienen una pausa para realizar la
compras de souvenirs en la boutique del museo. No desaprovechen la
oportunidad de adquirir aquí la genuina lencería LOUIS LEGRAIN.
Somos la firma de lencería más falsificada, y no deben fiarse de las
etiquetas: también las falsifican. ¡Rechacen imitaciones! Sobre todo las
burdas imitaciones que se venden en los mercadillos.
(Sale).
Telón.
El teatro a media luz.
(Aparece por el proscenio LA CHARLATANA DE
MERCADILLO disfrazada de anciana que empuja un
carricoche. La charlatana se cerciora de que no hay
policía, se quita el disfraz y abre el puesto rodante de
charlatán de rastro. Se coloca en la solapa un micro con
el amplificador de un altavoz de radio y canta las
alabanzas de su género lencero, ayudado por una
señorita que obsequia ligas entre los caballeros del
público).
LA CHARLATANA DE MECADILLO.- Distinguido público femenino;
señoras, señoritas, féminas todas. Es una satisfacción para mí,
encontrarme en esta muy noble villa, rodeado de tan selecta clientela,
que no por casualidad abarrota este altar de la prendas más sutiles con
destino el ser más delicado y pinturero de la Creación.
En esta ocasión, y para la fina clientela de esta insigne ciudad, les
presento “la crem de la crem” de la lencería y corsetería LOUIS
LEGRAIN. Todas y cada una de las prendas confeccionadas con
tejidos de ensueño; tricotadas sin costuras, de tacto casi humano, en
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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rasos, algodones, lycras, tules, terciopelos, adornados con encajes,
guipures, blondas y lacitos, perfumados y suavizados con lanolinas y
bálsamos desodorantes y afrodisíacos.
Acérquense al género, miren, toquen y examinen el diseño, colorido y
tacto de estas maravillas que gastan a diario las princesas y reinas de
toda Europa, las mujeres de los potentados y las odaliscas de los
magnates petroleros.
No más “bragas canguro, dos por un duro”. Estas prendas exclusivas no
se venden en lote. Son únicas e irrepetibles, piezas últimas rescatadas
de la avaricia de distinguidas damas europeas, rigurosamente
importadas en persona por una servidora, y sometidas a un riguroso
proceso de selección y aclimatación a la idiosincrasia española.
Observen como botón de muestra este body de tul bordado. Casi me
están dando ganas de subastarlo. Atención las afortunadas de la talla
mediana, porque muchas son las llamadas pero pocas las elegidas para
esta prenda exclusiva, que por una talla no se halla ahora luciendo en el
cuerpo de la amante de un estadista. Les suplico no me pregunten el
nombre, pues si lo diera, perdería una insigne clienta: me refiero a la
mujer legítima.
Pasen, toquen y crean, distinguidas destinatarias de estas delicatesen…
Esa braga no se vende, mademoiselle, quiero decir señorita: nos la han
servido por error, y la tengo apartada, para devolverla por avión a la
central con destino a una actriz y princesa, cuyo nombre he de guardar
por sigilo profesional. Tampoco toquen, se lo suplico, el sujetador
aquél: me acaban de llamar del club de fans de una conocida cantante y
sex-símbol para hacerme la reserva de la pieza. No dudo que la prenda
se revalorizara año tras año y acabará en un museo.
Lo demás está a su entera disposición.
Y por ser el aniversario de esta casa, tengo la satisfacción de ofrecerles
en oferta lo que jamás estuvo en lote, por su singularidad impar. ¡El
equipo completo de seducción compuesto de corsé, sujetador de aros,
braguita brasileña, ligueros y medias de encaje,... todo para una clienta
que tenga tres billetes sin tener que ir al banco, y se quiera dar el
gustazo de este lujo asiático digno de una faraona!
¡Y por ser además domingo, y la semana de la ama de casa, les
ofrecemos por el mismo precio, gratis de balde, una liga blanca, azul o
roja a elegir, y un picardías de tul bordado legítimo de Lesage! ¡Y
además, como obsequio personal de una servidora, la primera clienta
que diga “para mí” se lleva con el lote el Manual de la seductora en
lencería, donde se explica en diez lecciones todos los secretos y trucos
para sacar el máximo partido a estas joyas y armas textiles!
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
43
¡Miren, toquen y crean! Pero, sobre todo, guárdelas del alcance y vista
de los hombres. Pues además de íntimas son prendas secretas.
“Secretas”. Esta es la palabra clave. Grábensela bien en la cabeza:
Secretas. ¡¡¡Atención a la prenda secreta, señora!!! ¡¡¡¡Que se agotan
las prendas secretas!!! ¡¡¡Que se las llevan todas!!!”.
(Se oyen silbatos y sirenas de policía LA CHARLATANA
guarda la mercancía y desaparece junto con a su
ayudante).
Oscuro.
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
44
SEGUNDO ACTO
En el que se ha producido el relevo generacional, y aparece, en los
años sesenta del siglo XX, un joven LOUIS LEGRAIN II al frente
de la firma lencera.
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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LENCERÍA A MEDIDA
LA CICERONE.- Como dijo el filósofo: “La belleza incita a la procreación”.
Se sorprenderían si supieran el elevado número de esposos que no
llegaban a consumar en su noche de bodas. Los que horas antes
prometían amor eterno en la luz del altar, llegada la noche en la
intimidad de la habitación conyugal, se indisponían o incluso
desaparecían para siempre dejando plantada a la recién casada. Y es que
era decepcionante ver lo que el primoroso traje de la novia solía ocultar
debajo: la más repulsiva vulgaridad lencera.
Para evitar esas
decepciones en el momento crucial, LOUIS LEGRAIN creo la lencería
nupcial a medida que anunciaba con un elocuente eslogan: “ Si exiges
que tu vestido de novia sea único, exige también que tu lencería nupcial
sea tan única como TÚ”.
(En el atelier de alta costura íntima de LOUIS LEGRAIN.
Maniquí con prendas íntimas puestas.
En línea de
proscenio, reclinatorio de misa para novios.
El lencero mira el reloj y se pone unos guantes blancos,
esperando una visita inminente).
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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Entra súbitamente EL PROMETIDO, enfurecido.
EL PROMETIDO.- ¿Es usted LOUIS LEGRAIN?
LOUIS LEGRAIN (que se quita el guante de la mano derecha para saludar,
pero ante el gesto adusto del visitante, se lo vuelve a poner.) Para
servirle.
EL PROMETIDO.- ¡Grandísimo pícaro!.
LOUIS LEGRAIN.- (Flemático pero serio) ¿Cómo dice?
EL PROMETIDO.- ¡No se haga el tonto! ¡Es usted un depravado! Lo sé todo.
¡Ésta ingenua de Pauline…!
LOUIS LEGRAIN.- ¿Su prometida?
EL PROMETIDO.- ¡Mi EX – prometida! En mi familia nunca aceptamos
novias de segunda mano.
LOUIS LEGRAIN.- ¿De… “segunda mano”?
EL PROMETIDO.- ¡Eso mismo! Porque usted la ha estado metiendo mano
hasta hartarse. ¡Veinte sesiones de tocamientos y vejaciones! ¡Veinte
sesiones! Que si mi Pauline había adelgazado… Que si
había
engordado… Que si había venido equivocado el tono de la seda… que
si había que poner el sostén en la horma… ¡Claro, que la ingenua de
Pauline se lo podía haber imaginado! ¡Pero se le acabó el chollo! ¡Voy
a denunciarlo!
LOUIS LEGRAIN.- Disculpe, caballero: Haré como que no he oído nada. La
lencería de su Pauline está ya lista. Y ella debe estar ya preparada para
el pase ante usted. Sabíamos que vendría, y le esperábamos. (Le va a
dar la mano. Se percata de sus guantes que se quita). Disculpe. En esta
casa nos ponemos guantes blancos, para evitar SUSPICACIAS… Y el
último día se ensaya con la lencería, ante el propio novio: Para
demostrar que no tenemos nada que ver con los falsos sastres del
cuento…
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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(Mientras suenan los cuatro últimos compases al órgano
de la marcha nupcial de Wagner, entra solemnemente
LA PROMETIDA, una bella de afroamericana, en
lencería nupcial, seguida de un cortejo de empleadas del
atelier en bata de trabajo. LA PROMETIDA, va
ensimismada, muy en “su papel”. Lleva un ramillete de
azucenas blancas y un tocado con brillantes y velo de
tul. Se dirige al reclinatorio. Una vez allí, el órgano de
iglesia se torna abruptamente en un órgano de jazz, y
LA PROMETIDA canta un gospel con el coro de
empleadas.).
Mírala Señor,
pura y blanca es
Su traje nupcial
Puro y blanco es
Su velo de tul
Puro y blanca es.
Blanca es
Blanca es
Blanca es.
Subirá al altar
Pura y blanca es.
Y comulgará
Pura y blanca es.
Besará la cruz
Pura y blanca es.
Blanca es
Blanca es
Blanca es.
Su combinación
Pura y blanca es.
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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Su culot satén
Puro y blanco es.
Su sujetador
Puro y blanco es.
Blanca es
Blanca es
Blanca es.
La noche nupcial
Negra y pura es.
Su desnuda piel
Negra y pura es.
Su noche nupcial.
Negra y pura es.
Negra es
Negra es
Negra es.
………..
Negra es,
Negra es,
Negra es.
EL PROMETIDO la llama melosamente.
Ella se vuelve y corre hacia él fundiéndose los dos en un
abrazo.
LOUIS LEGRAIN sostiene unas grandes tijeras textiles
que abre en cruz y les da su bendición.
Oscuro.
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
49
ACOSO SEXUAL LABORAL
LA CICERONE.- Con incorporación de la mujer al trabajo sumado al
machismo, vino el acoso sexual laboral. (Leyendo la noticia en un
periódico.) Un juez argentino absuelve al empresario que se propasó
con su secretaria. Según la sentencia, la provocativa lencería de la
empleada le hizo perder la cabeza al inculpado. La defensa recurrirá la
sentencia, y la Confederación de asociaciones feministas anuncia
movilizaciones. El juez ha ordenado el precinto de la tienda donde la
demandante compró la lencería fabricada por Lous Legrain. Mientras
tanto, la marca LOUIS LEGRAIN ha aumentado de cotización, y se
exhibe en los escaparates de las mejores tiendas de moda íntima junto a
las noticias de la prensa: “La lencería que los vuelve locos”.
(En la oficina de una empresa.).
Entran una SECRETARIA en traje de chaqueta y la falda
con una abertura de tanguista; junto a ella EL
DIRECTOR de la empresa, con traje de rayas y sombrero,
y bigote “de cepillo”. Cierra la puerta con llave, que se
guarda. Y pone un disco de tango.
Con gestos de dominio indica a la SECRETARIA que
bailen.
Suena el “ tango violento” , y los dos bailan el tango, en
una actuación inusitadamente violenta, que acaba
arrojando el empresario a la secretaria hacia la silla de
oficina donde cae sentada.
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
50
Oscuro rápido.
Se ve a la SECRETARIA con gafas y sentada en la silla
con ruedas de oficina. Con dramatismo en crescendo.
LA SECRETARIA:
Es peligroso sonreír en lencería.
Es peligroso pasarse la lengua por los labios en lencería.
Es peligroso cruzar las piernas en lencería.
Es peligroso abrir las piernas en lencería.
Es peligroso tararear con voz bonita en lencería.
Es peligroso recogerse el peinado coquetamente en lencería.
Es peligroso retocarse el rouge en lencería.
Es muy peligroso ajustarse grácilmente un elástico en lencería.
Es muy peligroso mirar directamente a los ojos en lencería.
Y todavía más peligroso cerrar los ojos en lencería.
Es extremadamente peligroso quedarse dormida en lencería.
Es sumamente peligroso, incluso temerario, conservar puestos el perfume, los
aderezos y los zapatos de tacón en lencería.
Y es inútil disimular, apartarse, aplazarlo para otro día; es totalmente inútil y
contraproducente saltar de la silla, correr, gritar, decir “no”, suplicar “no”,
revolcarse, enfurecerse y enfrentarte a tu jefe, en lencería Louis Legrain.
Oscuro.
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
51
JUEGOS LENCEROS
LA CICERONE.- ¡Qué calor nos da el deporte! Incluso a los que no lo
practican: sobre todo si las deportistas no pueden evitar enseñar la … (enfático)
“lencería deportiva Louis Legrain”. Leni Riefenstal, llamó a la Olimpiada
“Festival de Belleza” desnudando a las atletas; y el visionario Louis Legrain
creó las primeras olimpiadas lenceras, premiando a las deportistas más
ligeras… de ropa.
Al fondo, pende, vertical, la bandera Olímpica.
En el centro de la escena un sólo podium olímpico que
difiere del clásico en que el cubo es un gran taburete
circular al estilo del circo, donde se puede bailar en su
reducido espacio.
En la escena esperan LAS TRES CHEERDEADERS.
En la escena, EL PRESENTADOR con un megáfono de
circo. Su tono y discurso es más propio del circo que de
una Olimpiada.
PRESENTADOR.- Mesdames et mesieurs, ladys and gentlemen, meine Damen
und Herren... Y llegó el momento más deseado de los Juegos; el
momento de recibir a la deportista más sexy de la Olimpiada!… Dentro
de unos instantes sabremos quienes es la ganadora de los Primeros
Juegos Olímpicos Lenceros, organizados por… “Moda íntima LOUIS
LEGRAIN”.(Aplausos.)
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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LAS TRES CHEERLEADERS bailan una breve coreografía-cortina y se
apartan para que entre la ganadora.
Atención: La liga de oro a la “belleza deportiva” es para… (Redoble de
tambor.) ¡La tenista norteamericana, Brenda Johnson! ¡Un fuerte
aplauso para ella!
(Aplausos y coreo de “¡Brenda! ¡Brenda!…”.
Entra la tenista, al ritmo de jazzy, con la raqueta y traje
blanco, la micro falda blanca de tenis y lencería blanca.
Sonríe y anda espectacularmente sensual, saludando
con la raqueta y usándola a manera de guitarra al ritmo
del jazzy.
Un espectador le tira una pelota de tenis baja, que
Brenda intenta coger y se cae aparatosamente, o más
bien se tira, enseñando al respetable su lencería.
Ovación estruendosa y silbidos. Se levanta, salta en la
pista y hace el espagat, arracando delirantes aplausos,
silbidos y gritos de “Woooow!”.
Al fin, por indicación de EL PRESENTADOR, sube
único podio.
Brenda tira besos al público, se inclina a ambos lados
con muestra ostentosa de su culotte blanco).
…¡Fantástica, sensacional, formidable… Brenda Johnson y su blancura es-pecta-cu-larrrr!
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
53
(Brenda enseña varias veces el culotte, jugando con
público masculino, que aplaude, silba y grita”wooow!”,
hasta el paroxismol).
…Dicen que cuando Brenda se agacha en la pista, el juez de silla manda hacer
silencio, y sólo se oyen suspiros desde las gradas. (Risas y aplausos). ¡Si,
señor!¡Encantadora, Brenda Johnson!...
EL PRESENTADOR le impone la Liga de Oro y le pide
unas palabras. Le pone el micrófono.
BRENDA JOHNSON.- Bueno quiero dar las gracias a todos los que me han
apoyado. Especialmente a mi madre a quien le cogía la estera para jugar al
tennis. A sido un largo camino. Primero empecé con el badmington. Pero era
tan lento el “mete-saca”…que en vez después en vez de calentarte, te enfriabas.
Por
eso
me
pasé
al
ping
pong,
pero..
qué
velocidad
¡metesacametesacametesaca…!, ¡Ah! ¡que locura las bolas chinas!. Hasta que
encontré en ritmo que me iba con el tenis. Lo practicaba con mi vecino en el
patio de la casa. Dejamos de hacerlo por que yo gritaba mucho y su madre se
mosqueó. Por cierto. ¿Para cuando los partidos mixtos? No todas las tenistas
son lesbianas…
Se va haciendo progresivamente el oscuro , mientras se
oyen en off los gritos cuasi-orgásmicos de las tenista
Michelle Larcher de Brito contra otra gritona
deshinbida como Maria Sharapova.
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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EL FUEGO DEL HOGAR.
LA CICERONE.- El imperio lencero de LOUIS LEGRAIN se extendía
imparable, pero las oscuras fuerzas puritanas se conjuraban contra la
“moda de la desvergüenza” que fomentaba la promiscuidad y rompía
matrimonios… ¡Qué estupidez! ¡Nada más contrario! ¡Como si la
lencería no fuera precisamente el más eficaz remedio para avivar la
pasión conyugal! Como decía aquellos días la publicidad de la casa:
“Hay un modelo de lencería Louis Legrain para cada noche del año”.
LA ESPOSA empujando una silla de ruedas con EL
ESPOSO en pijama, bata y zapatillas anti-eróticos. El
ESPOSO está leyendo un periódico de gran formato que
le tapa la cara.
LA ESPOSA colocará al marido dando la espalda a los
espectadores.
El marido no dejará de leer sin inmutarse).
LA ESPOSA:
(Que realiza un semi-striptease, quedando en lencería,
bailando con la música de blues muy “hot” .
Pero EL ESPOSO sigue leyendo el periódico, y no se
ha movido ni un milímetro.
LA ESPOSA muestra enfado ante el nulo efecto de sus
“razones”, pero al punto cambia su gesto: cae en la
cuenta de algo y se ríe).
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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Qué tonta estoy, cariñito: ¡No llevas puestas las gafas de lejos!
(Le saca unas gafas de la bata y se las pone, bajándole
el periódico para que la vea.
Entonces, LA ESPOSA inicia su segundo intento de
seducción mediante una letanía que apoya con sus
habilidades kinésicas y proxémicas.
EL ESPOSO seguirá sin inmutarse.
De fondo suena el mismo tema en versión de una
harmónica muy “piano”).
¡Qué calladito te has quedado de pronto!
Por tu cara diría que no me reconoces, y llevamos diez años casados.
¿A que ahora no te parece “demasiado cara tan poca tela”?
¿Ese resoplido es una invitación formal a tu cama?
Te veo nervioso: eso es que me ves muy segura.
Creo que acaba de subir mi cotización.
¿Hoy no me reprendes con que vaya a enfriarme?
Se te ha cortado el bostezo. ¿Ya no tienes sueño?
Atrévete a decir lo que estás pensando. Aunque sea zafio.
Pero si me llamas “diosa”, no lo tomaré por un cumplido.
¿Eso que se oye es tu corazón?
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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Éste es un secreto entre los tres: ¡me refiero a mi lencero, tonto!
He cambiado de decorado para que tú cambies el guión.
Comprendo: ha sido demasiado brusco pasar del delantal a esto.
Si deseas quitarme el sujetador, puedo fingir que no me valgo sola.
Si deseas quitarme las medias, puedo fingir que mis piernas son
demasiado laaargas y no llego bien a la puntera.
Si deseas quitarme el corsé, puedo fingir que es una camisa de fuerza y
sólo tú, el médico, puede quitármela. (Ríe) Aunque creo que no soy yo,
precisamente, la que está a punto de peder la cabeza.
(LA ESPOSA se enfurece al ver el nulo efecto de su
esfuerzo. Le quita a EL ESPOSO el periódico, y en el
rostro de LA ESPOSA se ve el pánico. Da unas
palmaditas en la cara de EL ESPOSO. Y se pone a
llorar. Se limpia las lágrimas con el negligee y al
volverlo lee en voz alta la etiqueta).
“Advertencia.
Esta prenda puede provocar infarto de miocardio en el varón.
Consulte a su sexólogo.
Moda Intima Luis Legrain”
Oscuro.
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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MADAME YOKO FUJISAKI
LA CICERONE.- En la guerra y en la paz a los países pobres siembre les cae
lo peor del cielo. En la guerra bombas, y en la paz… turistas
sexuales. Si París es la palabra que sugiere inmediatamente el
amor romántico… Hawaii es la palabra que sugiere
inmediatamente… ¡Pero qué mentes más sucias, por favor!
Hawai es el destino elegido por Louis Legrain y su esposa, la
japonesa Yoko Fujisaki, para pasar la luna de miel. Y, nada
más bajar del avión, una bella señorita hawaiana ataviada con
el naturista atuendo colocó a Louis Legrain un collar de flores.
La famosa foto del momento registra cómo los ojos de Louis
Legrain se abren desorbitados y se quedan clavados en las
dos… FLORES que cubren los pechos de la guapa hawaiana.
En ese momento, Louis Legrain no pudo evitar tener una…
REVELACIÓN: ¡una nueva colección de lencería vegetal
inspirada en Hawai!
(En una playa del Pacífico Sur.
Música hawaiana.
Dos bailarinas hawaianas, ataviadas con falda vegetal
y sostenes con dos grandes flores exóticas, realizan el
baile de bienvenida y ponen sendos collares de flores a
LOUIS LEGRAIN y su mujer, YOKO FUJISK; LOUIS
LEGRAIN viene ataviado de turista, y YOKO FUJISAKI
luce un vestido veraniego inspirado en el kimono
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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japonés e igualmente su tocado recuerda al de las
geishas.
Las dos bailarinas se retiran, y LOUIS LEGRAIN sale
tras ellas con su cámara de fotos.
YOKO FUJISAKI, se acerca al público. Se desabrocha
el nudo de su camisa y su busto luce un curioso
sujetador bicolor y biforme).
YOKO FUJISAKI.- (Con ligero acento japonés.) Soy Yoko Fujisaki, natural
de Hiroshima. Mi ciudad es famosa por la terrible bomba nuclear con
sarcástica forma de seno. Y yo fui famosa en Hiroshima nacer con los
senos desiguales (mirándose alternativamente los pechos) Uno
redondo… y otro alargado. Dos pechos preciosos por separado, pero
inarmónicos entre sí: el redondo con el alargado… y el alargado con el
redondo. (YOKO comienza a cantar un cuplé señalando con un
marcado vaivén uno y otro seno. )
(Introducción en recitativo.)
Mi caso atrajo a periodistas,
científicos y taxidermistas,
circos de invierno o calientes revistas,
y el museo de cera no me perdió de vista…
Puse anuncio en la gaceta
en busca de un caso igual,
ofreciendo el intercambio
de la pieza similar;
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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pero sólo me escribían
gentes sin educación,
chistosos y viejos verdes
que me compraban los dos.
(Estribillo):
Yo nací con un problema,
otros dicen que son dos,
quien opina que es riqueza
y quien que es malformación;
un helado de dos gustos
o monstruosa disfunción
soy la diosa de los senos,
o un error que tuvo Dios.
Al final sin más remedio
me encomendé a un cirujano,
al igual que la amazona
quise cortar por lo sano.
Pero en el último instante,
tuve una indecisión:
si al redondo o al oblongo
tenía que decir adiós.
Estribillo
Yo nací con un problema,
otros dicen que son dos,
quien opina que es riqueza
y quien que es malformación;
un helado de dos gustos
o monstruosa disfunción
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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soy la bomba con mis senos,
o de la bomba el error.
Cuando estaba desahuciada,
Un lencero me probó…
…un sujetador cubista
que a mis pechos se amoldó.
Las dos copas desiguales,
en la forma y el color,
me las puso con dos besos,
y yo le entregué mi amor.
Estribillo
Yo nací con un problema,
otros dicen que son dos,
quien opina que es riqueza
Y quien que es malformación;
un helado de dos gustos
o monstruosa disfunción
soy la bomba con mis senos,
o de la bomba el error.
(Entra EL TURISTA SEXUAL, de aspecto repugnante,
barrigudo, desaliñado y ebrio, con la camisa de flores
desabrochada, collar de flores y cámara fotográfica
colgada al cuello, y marcas de besos con carmín por
toda la cara. Se acerca con un fajo de billetes a YOKO.
La supervisa con una mirada lasciva, que se detiene en
el sujetador asimétrico y bicolor).
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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EL TURISTA SEXUAL.- ¡Hola!… ¿Flor de Cerezo?
YOKO.- (Que se aparta. Enfurecida). ¡No se equivoque!
EL TURISTA SEXUAL.- (Rectificando.) ¿Cerezo en Flor?
YOKO.- (Le da una bofetada) ¡Idiota! ¡Soy japonesa de sangre, pero de
nacionalidad francesa! Así que tráteme de “madame”,
EL TURISTA SEXUAL.- (Incrédulo. De pronto entiende. Pícaro) ¡Ah!
Comprendo. (Al público.) El viejo truco de la geisha. Me va a salir por
un dineral, pero en fin. (A YOKO.) Disculpe: ¿“Madame Butterfly?”.
YOKO.- (Que le da otra bofetada.) ¡Lárguese, o llamo a mi marido! (Grita
aterrada y EL TURISTA SEXUAL sale huyendo). ¡Socorro! Un turista
Sexual! ¡¡Un turista sexual!!!
Oscuro.
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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REACCIÓN ANTI-LENCERA
UNO
LA CICERONE.- Hemeroteca del fatídico año. El anunciado cambio climático
llega. Desaparecen las playas más emblemáticas del mundo, y las
ciudades se llenan de viandantes en ropa íntima. La lencería se impone.
Louis Legrain II es el amo de la industria lencera. Pero su victoria
llevaba escondida un trágico final. Una conspiración contra la moda
íntima hace al lencero más famoso víctima de un castigo ejemplar.
(Pausa. Trágico.) Louis Legrain fue víctima del extremismo tanto
puritano como nudista: unos querían tapar a la mujer y otros dejarla
totalmente desnuda… Cuando lo bello es el justo medio: la lencería
fina.
En una UVI. Una cama hospitalaria con monitores y
aparataje en la que se encuentra LOUIS LEGRAIN II
(viejo). La REPORTERA, disfrazada de enfermera,
comprueba que no hay nadie más en la sala, coge el
mando de la cama e incorpora a LOUIS LEGRAIN II, y
acto seguido saca una grabadora con la que comienza a
entrevistarlo.
LA REPORTERA.- El famoso lencero Louis Legrain, al que vemos postrado,
ha sufrido una agresión por parte de una organización de puritanos
radicales. Al parecer el llamado “Rey de la Lencería” había sido objeto
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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de varias amenazas por fomentar el uso de lencería como ropa de calle.
Vamos a intentar entrevistarlo antes de que sea demasiado tarde
LA REPORTERA se acerca y se coloca junto a LOUIS
LEGRAIN II.
LA REPORTERA.- Monsieur Legrain, le habla Margot Dupont, de la revista
Femme Actuel. Sé que éste no es el mejor momento… Pero quizás no
haya otro. Soy una admiradora suya, además de cliente. ¿Podría
concederme una entrevista rápida?
LOUIS LEGRAIN.- (Ligeramente aturdido, se incorpora) Sea. Pero enséñeme
antes una prueba de compra.
LA REPORTERA- Lo sabía. Aquí la tiene (se la enseña).
LOUIS.- Entrevista concedida. Sea breve, por favor.
LA REPORTERA.- Después de esta agresión contra usted y lo que representa:
¿se considera un genio incomprendido?
LOUIS LEGRAIN: Como diría Pascal: “La lencería tiene razones que la razón
no entiende”
LA REPORTERA.-
¿Monsieur Legrain: después del éxito de su
revolucionaria lencería tatuada, puede decirnos qué nueva revolución
lencera bulle por su cabeza?
LOUIS LEGRAIN.- Íbamos a lanzar lo que me temo será una colección
póstuma: la lencería con Dispositivo Dispensador de Feromonas
Femeninas.
LA REPORTERA.- ¿Dispensador de qué …?
LOUIS LEGRAIN.- De feromonas femeninas. La ciencia ha descubierto que lo
primero que nos atrae sexualmente de nuestra pareja es algo invisible e
inconsciente que se percibe por el olfato: determinadas feromonas. De
hecho, el perfume femenino lleva desde hace siglos feromonas del
ciervo almizclero....
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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LA REPORTERA.- Es fascinante. ¿Cómo se le pudo ocurrir algo así?
LOUIS LEGRAIN.- La idea estaba latente. Lo descubrí de niño. Fue en el
circo. Nunca podré olvidar el olor fuertemente hormonado de la arena
del circo: olía a kilómetros.
LA REPORTERA.- ¿Y a qué olía?
LOUIS LEGRAIN.- A orín de fiera.
LA REPORTERA.- (Curiosa) ¿A qué fiera?
LOUIS LEGRAIN.- Pues… A leona, a yegua, a cabra: a hembra en celo. Eso
es lo que atraía a tantos hombres a kilómetros, lo que les hacía llevar a
sus hijos al circo.
LA REPORTERA.- ¡Es fascinante!
LOUIS LEGRAIN.- La vida es fascinante. Y ahora, hágame su última
pregunta. Siento que será mi última respuesta.
LA REPORTERA.- Monsieur Legrain: ¿Después de la lencería tatuada con la
que acaba de triunfar esta temporada… Hay algo más que se pueda
inventar?
LOUIS LEGRAIN.- NADA.
LA REPORTERA.- ¿ “Nada”? ¡Mosieur Legrain! ¡No puede ser! ¿Qué ha
querido decir con ese “NADA”?
LOUIS LEGRAIN, con los ojos en blanco, cae
muerto sobre la cama. Oscuro. Se oye un monitor
pitar. Y la reportera da grito seco, más de rabia que
de miedo.
Oscuro.
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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DOS
En una plaza de París. En un acto reivindicativo fino-lencero,
con un grupo de mujeres fans de la lencería Louis Legrain. El
REPORTERO está a pie de proscenio,
y detrás activista
caracterizada como LA LIBERTAD, en versión moderna
finolecera, que parece como la “Libertad guiando al pueblo” de
Delacroix, pero con un púdico sujetador sujetándole el seno,
secundada por otras tantas “fans” de LOUIS LEGRAIN, una de
las cuales, LA ABANDERADA, enarbola y hace ondear una
bandera tricolor francesa hecha con lencería.
LA ABANDERADA.- (Grita.) ¡Liberté, Feminité, Sensualité!
LA LIBERTAD.- (Voz amplificada. Probando el micro) Unodos. Uno-dos.: Queridos amigas: Nos encontramos
reunidas hoy para condenar el cobarde atentado contra
Louis Legrain. (Emocionada.) Puede… Puede que le
hayan arrebatado la vida. Pero… Pero hay un privilegio
que no podrán nunca arrebatarle: (poniendo la mano
sobre su seno izquierdo.) La etiqueta con su firma
permanecerá siempre en lo más íntimo de nosotras.
(Transición. Enérgica.) ¡No permitiremos que acaben
con la lencería, esa amiga íntima que tenemos las
mujeres! Yo quisiera dar a esta amiga las gracias, con
una oda. ¡Qué menos se merece! ¡Qué menos te mereces,
oh lencería, mon amour!
(Una de las manifestantes canta el himno, arropada al
final por voces del coro).
Yo os ensalzo, prendas de primor,
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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suaves como mi segunda piel;
con caricias os pago
vuestro íntimo calor.
Lencería, tú me hacer sentir
una diosa, y no una meretriz,
tu belleza me adorna
y tu luz me hace lucir.
El raso me hace una rosa
fresca suave y deliciosa
con su tacto de frescor;
El tul hace adivinarse
cual espumas de una Venus
mi adorable perfección;
el encaje da una muestra
de lo que atesora esta
selva virgen de pasión;
los guipures y bordados,
terciopelos y enrejados
me hacen Reina del Amor…
Yo os ensalzo, prendas de primor,
suaves como mi segunda piel;
con caricias os pago
vuestro íntimo calor.
Lencería, tú me hacer sentir
una diosa, y no una meretriz,
tu belleza me adorna
y tu luz me hace lucir.
¡Tú eres fiel y me animas.
Lencería eres mi amiga!
(Nuevos gritos a coro de “Liberté!, Feminité!,
¡Sensualité!”)
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EPÍLOGO:
TESTAMENTO ARTÍSTICO DE LOUIS LEGRAIN.
LA CICERONE.- Mesdames et mesieurs, ladys and gentlemen, meine Damen
und Herren... Hemos llegado a la última estación de este “recorrido”, el
momento más emotivo y solemne por la historia viva de la lencería: el
testamento artístico que dejó grabado Louis Legrain; (confindente.) ¡La
ansiada respuesta que no logró arrancarle ninguna osada reportera!
Oscuro.
Se proyectan en el fondo de la escena unas imágenes
paradisíacas con sonidos de agua y aves exóticas. Suena una
música de belleza irreal. Se ve un matorral de cañaveral,
detrás del que se encuentra una Eva desnuda, sobre la que se
proyectan sombras y hojas y reflejos del agua del río. Eva se
peina la melena al sol. . Suena, de fondo, una música
metafísica y tan sutil que sugiere el tempo de épocas
primigenias, el color del amanecer, la reverberación de la luz
en el agua…)
VOZ EN OFF DE LOUIS LEGRAIN II.- (Voz, amplificada y con eco de
ultratumba.)…Después de una vida creando lencería, digo como el
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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Doctor Fausto: que soy tan ignorante como el día que empecé. Después
de la lencería tatuada, volvemos al principio. A lo perfecto. A lo ya
creado por el mismo Dios. Pues Él creo la primera y más sutil lencería:
La primera lencería fueron las sombras de las hojas y el reflejo del
agua sobre el cuerpo de Eva.
Oscuro.
Telón rápido.
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FINAL
LA CICERONE aparece tras el biombo quitándose el traje, mientras
escucha las noticias de la radio:
(Voz en off.) Se acrecientan las protestas contra las pasarelas de moda que
fomentan la anorexia. El diseñador Mark Diabolo ha sido denunciado por la
Asociación contra la Anorexia, por su desfile con modelos en los huesos. El
diseñador se ha excusado declarando que “Era una desfile inspirado en la
liberación del campo de concentración de Auschwitz”. Pero la verdad es que
los decorados del desfile no eran verjas y torretas de vigilancia, sino la torre
Eiffel sobre los bulevares de París. Esta tarde está prevista una concentración
en Madrid para reinvindicar el canon de belleza saludable y una imagen de la
mujer real. La manifestación será encabezada por modelos de la casa de
Lencería Louis Legrain, y partirá de la Pasarela Cibeles, entidades pioneras en
la abolición de las tallas dañinas.
(LA CICERONE mira el reloj, y sale.)
LA CICERONE (Saliendo en la lencería del principio con un megáfono):
¡Vamos, chicas!: ¡Salimos a la calle en 10 minutos! (Dando órdenes a
unos supuestos maquinistas de submarino,) ¡Preparando la cámara de
aclimatación!
MAQUINISTAS.- ( Voces en off, que repiten relevándose a distancia, como
en un submarino.) ¡Preparando cámara de aclimatación!... ¡Preparando
cámara de aclimatación!... ¡Preparando cámara de aclimatación!
LA CICERONE.- ¡Corten refrigeración!
VOCES EN OFF.- ¡Corten refrigeración!... ¡Corten refrigeración!...¡Corten
refrigeración!
LA CICERONE.- Subiendo temperatura a 35 grados!...
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MAQUINISTAS.- ¡Temperatura a 35 grados!... ¡Temperatura a 35 grados!...
¡Temperatura a 35 grados!
LA CICERONE.- ¡Subiendo a 45!
MAQUINISTAS.- ¡Subiendo a 45!... ¡Subiendo a 45!... ¡Subiendo a 45!
LA CICERONE.- (Sale del biombo en ropa interior, abanicándose. Al
público, sonriente, feliz.) Lo único bueno del cambio climático, es que todos
los días pueden ser… ¡CARNAVAL!
(Sale todo el elenco vestido lencería carnavalera como
“comisión de frente” de una “escola” de samba).
Las solistas cantan la samba, todos bailan).
(Solista 1ª.)
Belleza
es hermana de vida
embarazo y comida
curvas y buen color.
(Estribillo: solistas y coro)
Si eres mujer debes saber
que los hombres
quieren materia
que agarrar,
prefieren la mujer real
y rotunda
a un esqueleto espectral.
¡Lencería! / Roberto Lumbreras
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(Coro.) Ba ba ba …, etc.
(Solista 2ª.)
La madre
de cuerpo exuberante
por detrás y delante
es el áureo patrón.
(Estribillo: solistas y coro.)
Si eres mujer debes saber
que los hombres
quieren materia
que agarrar,
prefieren la mujer real
y rotunda
y no esqueleto espectral.
(Coro.) Ba ba ba …, etc.
Oscuro.
TELÓN
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