MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO Plan Nacional sobre el sida ESPAÑA Número 6. Septiembre 1996 RECOMENDACIONES del CONSEJO ASESOR CLÍNICO del PLAN NACIONAL sobre el SIDA • Diagnóstico y tratamiento de la infección por VIH en la infancia • Infección por VIH y embarazo DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LA INFECCIÓN POR VIH EN LA INFANCIA 1. INTRODUCCIÓN Hasta el 31 de marzo de 1996 han sido comunicados al registro nacional 739 casos de sida en niños menores de 13 años, la cifra más elevada de Europa de casos de sida pediátrico. La evolución anual de sida infantil en España es decreciente. La Asociación Española de Pediatría realizó en 1992 una encuesta, contabilizando 3.830 hijos de madre con infección VIH, incorporándose 616 casos durante el año 1992. La Organización Mundial de la Salud ha estimado que a finales de 1995 hay en el mundo 1,5 millones de niños con infección por VIH, por lo que evidentemente es necesario poner más énfasis en los programas de prevención de la infección. A las estrategias de educación a toda mujer en edad fértil acerca de la infección por VIH y su prevención, de planificación familiar de la mujer ya infectada, de interrupción voluntaria del embarazo en una embarazada seropositiva, y de lactancia artificial del recién nacido de una madre infectada, se ha añadido recientemente el efecto beneficioso del tratamiento con ZDV para disminuir el riesgo de transmisión vertical (ver documento sobre este tema en este número). El diagnóstico serológico de la infección por VIH de transmisión vertical tiene reconocidas limitaciones, que son solventadas en muy buen grado por distintas técnicas virológicas ya bien desarrolladas. Una buena práctica pediátrica en el trabajo asistencial debe incluir la realización de un diagnóstico precoz y fiable. La infección por el VIH se considera en la actualidad una infección crónica con un pronóstico que ha ido mejorando en los últimos años y cuyo tratamiento en el niño se basa en cinco aspectos fundamentales, todos ellos de importancia similar: • • • • • Tratamiento antirretroviral. Calendario vacunal completo y tratamiento con gammaglobulina. Soporte nutricional precoz y adecuado. Apoyo psico-social eficaz. Prevención y tratamiento de las infecciones oportunistas. Este documento tiene varios objetivos. El primero es analizar el tema del diagnóstico de la infección por VIH de transmisión vertical y los avances conseguidos en el mismo. En segundo lugar se revisa el tratamiento antirretroviral en el niño, apartado que no había sido considerado en un previo documento dedicado a este tema, pero exclusivamente en el adulto. A continuación se estudian otros aspectos terapéuticos, con mayor énfasis en el dedicado a la inmunización. Finalmente, se proponen unos estándares de calidad de dos pruebas analíticas: el diagnóstico de VIH y el control de linfocitos CD4. EDITA MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO. Secretaria del Plan Nacional sobre el Sida, Paseo del Prado, 18-20. 28014 Madrid. Consejo Asesor Clínico. Presidente Dr. Francisco Parras Vázquez. Vocales: Dr. Emilio Bouza Santiago, Hospital Gregorio Marañón. Dr. Luis Buzón Rueda, Oficina Regional de coordinación de Acciones frente al VIH Madrid. Dr. Ricardo Candel Parra, Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, Dr. José María Gatell Artigas, Hospital Clínico y Provincial, Dr. Diego Gracia Guillén, Universidad Complutense. Dr. José Antonio lribarren Loyarte, Hospital Nuestra Señora de Aránzazu. Dra. Isabel de José Gómez, Hospital La Paz (infantil). Dr. Manuel Leal Noval, Hospital Virgen del Rocío. Dr. José López Aldeguer, Hospital Universitario La Fe, Dr. Miguel Mateo Soler, Centro Penitenciario Madrid lI, Dr. Agustín Muñoz Sanz, Hospital Infanta Cristina. Dr. Rafael Nájera Morrondo, Instituto de Salud Carlos III. Dra. Isabel Noguer Zambrano, Plan Nacional sobre el Sida, Dr. Jerónimo Pachón Díaz, Hospital Virgen del Rocío. Dr. José Domingo Pedreira Andrade, Hospital Juan Canalejo. Dr, Javier Sánchez Caro, Subdirector General Asesoría Jurídica del lnsalud. Dr. Juan Miguel Santamaría Jáuregui, Hospital de Basurto. Dra Carmen Tristán Antona, Consejera Técnica, Subdirección General de Evaluación de Medicamentos. Consejero Técnico: Dr. Luis Guerra Romero. N.I.P.O.: 351-96001-7. ISBN: 84-7670-400-3 D.L. M-39154-1994. Imprime: EGRAF, S. A C/ Luis 1, 5-7. Pol. lnd. de Vallecas. 28031 Madrid II DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO DE LA INFECCIÓN POR VIH DE TRANSMISIÓN VERTICAL II .1. MÉTODOS SEROLÓGICOS. DETECCIÓN DE ANTICUERPOS IgA e IgM El diagnóstico de laboratorio de la infección por VIH se realiza en el adulto y en el niño mayor de 18 meses mediante la detección de anticuerpos específicos IgG en suero o plasma. En estos casos es muy excepcional que se presenten problemas de diagnóstico con los métodos serológicos, que requieran el uso de técnicas virológicas. Cuando se pretende averiguar si los niños nacidos de madre seropositiva y de edad inferior a la mencionada están realmente infectados, la situación cambia radicalmente. La serología IgG no es útil en esta situación puesto que todos los niños en el momento del nacimiento presentan un patrón de anticuerpos IgG en todo similar al materno, debido a que estas inmunoglobulinas atraviesan la placenta. La seroconversión es el proceso fisiológico de progresivo aclaramiento de las IgG maternas de paso transplacentario estimándose su duración promedio entre 12 y 13 meses, y completándose entre los 15 y 18 meses en la gran mayoría de los casos. Los niños infectados congénitamente por VIH pueden experimentar un proceso de seroconversión (síntesis autóctono del IgG anti VIH) similar en tiempo y forma a la del adulto, estando descritos tiempos promedios de seroconversión de 2 meses, con sólo un 5% de los niños seroconvertidores más allá de los 220 días. En resumen, es posible realizar una vigilancia del patrón evolutivo de la respuesta IgG en el primer año de la vida del niño para ir observando la desaparición progresiva de los anticuerpos maternos frente a las distintas proteínas del virus por la técnica Western blot en los niños no infectados. Pero si el niño está realmente infectado se producen situaciones muy confusas entre el normal aclaramiento de la IgG y la síntesis autóctono de estos anticuerpos. Por tanto, en las primeras etapas de la vida del niño, la serología IgG ofrece escasas posibilidades de diagnóstico. El objetivo de un diagnóstico precoz de la transmisión vertical del VIH es hoy día perfectamente posible y además obligado desde una perspectiva de buena práctica clínica, mediante la aplicación de algunas de las metodologías que a continuación pasamos a revisar, y que están resumidas en la tabla 1. TÉCNICAS TABLA 1 SENSIBILIDAD DIAGNÓSTICA (%) SEGÚN LA EDAD EDAD O- 1 mes 1-3 meses 3-6 meses Cultivo viral 40-50 70-90 95 PCR 40-50 70-90 95 Ag p24 10-25 20-50 20-50 IgA anti-VIH 10 20-50 50-80 - - Producción in vitro Ac 95 La presencia de anticuerpos de isotipo A o M es indicativa de infección reciente. En un neonato, su utilidad diagnóstico radica en el hecho de que estos anticuerpos no atraviesan la barrera placentaria (como sí ocurre en el caso de la IgG), con lo que traducen una respuesta inmune específica del niño contra una infección congénita. Los anticuerpos A y M se detectan normalmente mediante inmunoensayos indirectos que utilizan como anticuerpos secundarios anti IgM o anti IgA. Muy frecuentemente, estos ensayos adolecen de falta de sensibilidad y de falta de especificidad a causa del elevado título de IgG materna presente en el suero del neonato, por lo que es necesario realizar un tratamiento previo de la muestra de suero o plasma para sustraerle la IgG. En cuanto a la utilidad diagnóstico de la detección de IgA específica en la transmisión vertical del VIH, hay que decir que su especificidad es prácticamente total a cualquier edad que se considere, con lo 2 que la positividad en esta prueba es sinónimo de infección infantil con una seguridad casi completa. En el aspecto de la sensibilidad, la situación difiere: es a partir de los 3 meses de vida cuando la detección de IgA es aplicable y no antes. En el periodo del primer mes de vida se describen cifras de sensibilidad entre un 5,9 y un 17% en el mejor de los casos. En el segundo trimestre la sensibilidad de la técnica está entre un 50 y un 70%. En comparación con la detección de IgA específica, la utilidad diagnóstico de la detección de IgM específica es claramente inferior, ya que tiene aproximadamente la mitad de sensibilidad, y particularmente a partir de los 5 meses la diferencia se amplía todavía más por la menor persistencia de la IgM en suero. Por consiguiente, si discutible es la utilidad diagnóstico de la detección de IgA en el diagnóstico de la infección congénita por VIH, todavía más es la detección de IgM específica. En resumen, la detección de Ac IgA e IgM, aunque aportan unas ciertas ventajas en comparación con la serología de IgG, tienen unas limitaciones evidentes, por lo que su utilización para el diagnóstico de infección VIH en el lactante es muy infrecuente. II.2. 2.1. MÉTODOS VIROLÓGICOS, ANTIGENEMIA P24, PCR, AISLAMIENTO VIRAL Detección del antígeno p24 El antígeno p24 es la proteína estructural principal del virus. Su detección en el suero o plasma del niño es indicativa de infección, pues a diferencia de los anticuerpos maternos isotipo G, no atraviesa placenta. Siendo éste un aspecto positivo desde la óptica del diagnóstico, la detección de antigenemia p24 soluble en suero o plasma se ve limitada en su sensibilidad, por el hecho de que esta proteína se encuentra en gran parte enmascarada por la asociación a su anticuerpo específico anti-p24, que está presente a alto título en el suero de las embarazadas seropositivas y, por tanto, de sus recién nacidos. La sensibilidad de la técnica puede amplificarse por una operación previa de ruptura de los inmunocomplejos p24/anti-p24, a fin de obtener una mayor cantidad de antígeno libre. En cuanto a la eficacia diagnóstico de la técnica de detección de antígeno p24 hay que decir que su especificidad es de un 100% cuando se analiza la muestra sin tratamiento previo de ruptura de inmunocomplejos e independientemente de la edad del niño y su situación clínica. Si se analizan muestras previamente sometidas a tratamiento de ruptura normalmente se conserva la especificidad absoluta, aunque se han descrito raros casos de falsa positividad que hacen que en algunas series la especificidad sea del 99%. En cualquier caso, y pese a la excelente especificidad de la detección de antígeno p24, se recomienda confirmar la infección del niño mediante el empleo de otras técnicas alternativas, que estamos tratando en esta revisión. En el apartado de la sensibilidad, la situación difiere pues sí tiene mucha importancia la edad del niño en el momento de realizar la prueba, y también el pretratamiento de ruptura de los inmunocomplejos. Si no se realiza esta operación, las cifras que se obtienen en los recién nacidos infectados oscilan entre la casi ausencia de detección a un 18% ó 20% en las mejores situaciones. Más allá de los días posteriores al parto mejora su sensibilidad, así en los dos primeros meses de vida se obtienen cifras entre un 25% y un 60%, y por encima de esta edad se han registrado valores desde un 30% a superiores al 80% en el mejor de los casos. Como ya se ha mencionado, el pretratamiento de ruptura de inmunocomplejos mejora apreciablemente la sensibilidad de la detección de antigenemia p24, quizá en una proporción de entre cuatro y cinco veces, tal como está descrito en los adultos. Esta importante mejoría en la sensibilidad es poco apreciable dentro del primer mes de vida pues en niños menores de 15 días las cifras obtenidas están entre el 0 y el 17%. A edades superiores al mes de edad, la sensibilidad es del 65% en la peor de las series y en general es del 90 al 100%. En resumen, la detección de antígeno p24 es un buen método de diagnóstico de infección VIH por transmisión vertical a partir del primer mes de vida, dada su marcada especificidad y su sensibilidad creciente a medida que aumentan los meses de vida, especialmente si se han realizado operaciones previas de ruptura de los inmunocomplejos presentes en la muestra. 3 2.2. Reacción en cadena de la polimerasa (PCR) Mediante el empleo de la técnica PCR es posible la detección de secuencias genómicas del VIH integradas como ADN proviral en el material genético de los linfocitos de sangre periférico. La sensibilidad de la PCR es su principal atributo y aumenta con la edad del niño hasta llegar a ser prácticamente total. Así, en los recién nacidos infectados están descritas cifras entre el 30 y el 50%; entre los meses primero y segundo se han obtenido cifras de sensibilidad entre el 70% en el peor de los casos, y más frecuentemente el 100%; en edades superiores la sensibilidad de la técnica es completa. Siendo la sensibilidad de la PCR excelente desde el primer mes de la vida del niño, los problemas de especificidad pueden aparecer a cualquier edad y son debidos a la posibilidad de contaminación de la reacción de amplificación. Las cifras de especificidad publicadas están entre el 78 y 100%. Normalmente, los resultados positivos falsos son puntuales y no se repiten al analizar muestras ulteriores. Un resultado positivo en PCR en niños seroconvertidos y asintomáticos es, con toda probabilidad falso, y carece por sí solo de validez diagnóstico. 2.3. Aislamiento viral La detección directa de la presencia de viriones infectivos mediante su aislamiento a partir de los linfocitos de sangre periférico del niño es el estándar diagnóstico de referencia en la transmisión vertical del VIH. Por ello, es obvio que el aislamiento del VIH tiene una muy elevada especificidad, un 100% en la mayoría de las series publicadas. La sensibilidad del aislamiento viral está en función una vez más, de la edad del niño. Si se consideran como recién nacidos los niños comprendidos entre los 0 y 10 días se pueden conseguir cifras entre el 24 y el 50%. Como ya hemos visto en el análisis de las otras metodologías de diagnóstico virológico, la sensibilidad mejora con el paso del tiempo y al final del primer mes oscila entre un 70 y un 85%; entre los meses primero y tercero se ha conseguido aislamiento en el 75, 90% e incluso el 100% de los niños infectados; en el segundo trimestre de vida normalmente ya no se consigue mejorar la eficacia diagnóstico del aislamiento, oscilando las cifras entre el 80-90%. A partir de los 6 meses la sensibilidad tiende a disminuir ligeramente, siendo perfectamente posible que fracase el aislamiento en niños en los que sí se había conseguido a edad más temprana, hecho interesante desde el punto de vista de investigación en patogenia, pero sin significado real para el diagnóstico. No obstante, durante el primer año de vida el aislamiento viral suele ser persistentemente positivo en aquellos niños infectados en los que se ha logrado con anterioridad. 2.4. Conclusiones Hemos revisado las diversas metodologías que pueden aplicarse en el diagnóstico de la transmisión vertical del VIH. Todas ellas presentaron ciertos problemas de sensibilidad y especificidad, muy especialmente las técnicas serológicas, y claramente menor los métodos virológicos, por lo que su utilización es imprescindible en la práctica asistencial. Esta recomendación no quiere obviamente decir que todos estos métodos deben estar disponibles en todos los laboratorios del país, sino que las instituciones asistenciales deben establecer un sistema eficiente de remisión de muestras a laboratorios de referencia. La detección de la antigenemia p24 ofrece una fiabilidad diagnóstico inferior a la que se puede conseguir con la PCR o el aislamiento viral, pero la ruptura previa de inmunocomplejos mejora mucho la sensibilidad de la técnica. Los tres métodos virológicos tienen una sensibilidad pobre en los recién nacidos. Muy probablemente se deba este fenómeno a que una infección intraútero tardía o intraparto implique un nivel de carga viral en neonato demasiado escaso para la detección del virus, sus proteínas solubles o su genoma. 4 Conviene incidir sobre la inconveniencia de la utilización de sangre de cordón umbilical por el riesgo de contaminación con sangre materna y consiguiente obtención de resultados falsamente positivos en los métodos virológicos, por lo cual se debe analizar sangre del propio neonato. El comportamiento de la PCR y del aislamiento es bastante similar y complementario, y así la PCR tiene más riesgo de ofrecer resultados falsamente positivos que el aislamiento, y éste a su vez podría presentar un nivel de sensibilidad ligeramente inferior. Con su utilización conjunta es posible obtener un diagnóstico de transmisión vertical a una edad tan temprana como es el primer mes de la vida del niño. Interesa insistir en la necesidad de un seguimiento evolutivo en el diagnóstico de laboratorio de la transmisión vertical del VIH, pues para considerar a un niño como definitivamente libre de infección se deben obtener resultados negativos con los métodos virológicos y constatar el progresivo aclaramiento de la IgG materna anti VIH hasta la seroconversión. Las recomendaciones de este Consejo Asesor son las siguientes: el diagnóstico de infección VIH de transmisión vertical debe establecerse mediante el empleo de al menos dos métodos virológicos y al menos con dos muestras separadas más de un mes, la 2ª de ellas en el 6º mes de vida. En los casos con métodos virológicos negativos, es recomendable confirmar la desaparición de las IgG a los 18-24 meses. III. TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL EN NIÑOS INFECTADOS POR EL VIH Por el momento, no se ha conseguido una terapia curativa para la infección por el Virus de la lnmunodeficiencia Humana (VIH) y sigue siendo la prevención la mejor estrategia terapéutica, pero los progresos en la patogenia de la infección por el VIH, el conocimiento de la cinética de replicación viral en las distintas fases de la enfermedad, la determinación de la carga viral, que permite individualizar el tratamiento más adecuado en cada momento y en cada paciente, junto con la posibilidad de disponer de nuevos antirretrovirales y la demostración de que la terapia combinada es más eficaz, supone un avance importante en cuanto al aumento de la supervivencia y la calidad de vida de los niños infectados. Las dificultades de los estudios clínicos controlados con antirretrovirales en niños, por las limitaciones de la población en estudio, la problemática del diagnóstico de infección por el VIH en el niño, la necesidad de evaluar distintos grupos de edad (neonatos, lactantes y escolares), la dificultad en la forma galénica de presentación de la medicación (suspensión oral) y los estrictos criterios éticos de la investigación en niños, hace que sean escasos los datos publicados y que existan grandes variaciones en la práctica clínica al aplicar dichos tratamientos. Sin embargo, es lógico asumir los resultados de eficacia clínica de tratamiento antirretroviral comprobados en adultos, aunque no sea del todo superponible la historia natural de la infección por el VIH en el niño y existan interrogantes por el momento no clarificadas, como cuál es la carga viral con la que iniciar el tratamiento antirretroviral o que indiquen ineficacia terapéutica. III.1. INICIO DE TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL La continua replicación del VIH desde el primer momento de la infección, así como la correlación entre los niveles de viremia y el riesgo de progresión de la infección, hacen aconsejable iniciar de forma precoz el tratamiento antirretroviral en los niños aunque se encuentren asintomáticos, a pesar de que por el momento no existan resultados específicos de los beneficios del tratamiento antírretroviral precoz en la edad pediátrica. Por el momento existen pocos datos sobre la carga viral en niños, sin embargo, parece existir la misma estrecha relación entre los niveles de viremia y la progresión de la infección que en los pacientes adultos. En los niños, la carga viral es superior, al menos diez veces a los niveles descritos en pacientes adultos. Estos niveles superiores de viremia pueden indicar la necesidad de un tratamiento antirretroviral más precoz y agresivo. Siguiendo estos criterios, según la clasificación pediátrica de la infección por el VIH en el niño, debería iniciarse tratamiento antirretroviral en todos los niños incluidos en las clases N2, N3, A2, A3, B1, B2, B3, Cl, C2 5 y C3; en los niños incluidos en el estadio Al sería aconsejable iniciar tratamiento si la carga viral es superior a 30.000-50.000. En los niños incluidos en estadio N1 puede diferirse el tratamiento en función de la evolución clínica inmunológica y virológica (tabla 2). TABLA 2 INICIO DEL TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL SEGÚN LOS ESTADIOS DE LA CLASIFICACIÓN DEL CDC. FONDO NEGRO, INICIO INMEDIATO DE TRATAMIENTO. FONDO TRAMADO, INICIAR TRATAMIENTO Si CARGA VIRAL SUPERIOR A 30.000-50.000 COPIAS/ml. FONDO BLANCO, SE PUEDE DIFERIR TRATAMIENTO A CRITERIO DEL PEDIATRA Y ESPERAR EVOLUCIÓN CATEGORÍAS CLÍNICAS (Signos y síntomas) CATEGORÍAS INMUNOLÓGICAS 1 Normal 2 Moderada 3 Severa N: ASINTOM. N1 N2 N3 A: LEVES A1 A2 A3 1 B: MODERAD. B1 B2 B3 1 C: SEVERO C1 C2 C3 III.2. TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL INICIAL Varios ensayos clínicos, tanto en adultos (ACTG 175, Delta, etc.) como en niños (ACTG 152), han demostrado que el tratamiento combinado con AZT+ddl o AZT+ddC es superior a la monoterapia con AZT en pacientes sintomáticos. La monoterapia con ddI fue tan eficaz como la combinación tanto en el ACTG 175 como en el ACTG 152. El planteamiento racional del tratamiento combinado puede permitir un sinergismo de los fármacos utilizados, con una mayor eficacia terapéutica y evitando la rápida aparición de resistencias. De acuerdo a los conocimientos actuales, a la experiencia en el uso de medicación antirretroviral y a la disponibilidad de esos fármacos en solución o en comprimidos que permitan su dosificación adecuada en niños, el tratamiento inicial más adecuado sería con AZT+ddI, AZT+ddC o monoterapia con ddI. Cualquier niño que en este momento reciba monoterapia con AZT debe ser revisado para instaurar un tratamiento más eficaz. Otras posibles combinaciones de tratamiento inicial que se han mostrado virológicamente eficaces en adultos, como AZT+3TC o ddI+d4T, se han utilizado en escaso número de niños con enfermedad avanzada y previamente tratados, con buena tolerancia y disminuciones de la carga viral, no disponiendo por el momento de datos como terapia inicial (tabla 3). 6 TABLA 3 TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL INICIAL EN NIÑOS INFECTADOS POR VIH Evaluación clínica, inmunológica y virológica cada 3-6 meses N1 No Tratamiento Valora: evol, nº CD4 viremia A1 Evaluación clínica, inmunológica y virológica cada 3-6 meses N2, N3, A3, A2, B1, B2, B3, C1, C2 y C3 Sin tratamiento previo Tratamiento según viremia Tratamiento combinado AZT+ ddI; AZT+ ddC con o sin IP Otras opciones: AZT+3TC, ddl+d4T con o sin inhibidor de proteasas III.3. ALTERNATIVAS DE TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRALES EN NIÑOS PREVIAMENTE TRATADOS Las indicaciones de cambio de tratamiento antirretroviral en los niños, al igual que en los adultos, son: • Fracaso del tratamiento definido por: ∗ Mala evolución clínica (infecciones oportunistas, infecciones bacterianas graves repetidas, deterioro nutricional, afectación neurológica ... ). ∗ Alteración inmunológica (disminución del número de CD4). ∗ Aumento de la carga viral (>0,5 log respecto a la basal). • Toxicidad, intolerancia o no cumplimiento del tratamiento prescrito. Al cambiar de tratamiento antirretroviral es preciso tener en cuenta, además de la razón primaria del cambio, los tratamientos previos recibidos, su duración, la medicación concomitante que el niño está recibiendo y la posible existencia de afectación neurológica. Existen múltiples combinaciones alternativas, pero en general la opción más aceptada es añadir otro medicamento al tratamiento recibido, bien sea un inhibidor de proteasas o de transcriptasa, modificando o no el tratamiento que el niño estaba recibiendo previamente. Se dispone de pocos datos sobre el uso de inhibidores de proteasas en niños, pero los resultados de los estudios Fase 1/11 presentados en el Congreso de Vancouver son esperanzadores, confirmando una buena tolerancia, eficacia virológica y escasa toxicidad, aunque existen algunos problemas de biodisponibilidad con la suspensión de algunos de ellos. Por el momento, algunas medicaciones, como el 3TC, sólo se dispone para su utilización en niños dentro de ensayos clínicos (PENTA 111), otras se pueden solicitar como tratamiento de uso compasivo y con los inhibidores de proteasas está pendiente su posible utilización, cuando se dispongan en solución, como tratamientos compasivos. Un esquema de las posibles alternativas del tratamiento antirretroviral en niños se muestra en las tablas 4 y 5, dependiendo del problema que motive el cambio. Dado que sobre estas estrategias hay escasos datos de 7 resultados terapéuticos, es imprescindible recogerlos en el contexto de proyectos de investigación, de forma especial si las indicaciones no están aprobadas en las fichas técnicas de los antirretrovirales utilizados. TABLA 4 TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL EN NIÑOS INFECTADOS POR EL VIH Y FRACASO DEL TRATAMIENTO AZT ddl AZT+ddl AZT+ddC • AZT+ddl+IP • AZT+ddC+IP • ddl+IP • ddI+d4T+IP • 3TC+ddl+IP • AZT+3TC+IP • AZT+ddl+IP • AZT+ddl+3TC • d4T+IP • AZT+3TC+IP • AZT+ddl+IP • AZT+ddl+3TC • d4T+IP • AZT+3TC+IP • ddl+IP • AZT+ddC+3TC Evaluación clínica, Inmunológica, virológica y de toxicidad, cada 1-2 m. Protocolos de investigación (IP=inhibidores de proteasa) TABLA 5 TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL EN NIÑOS INFECTADOS POR EL VIH CON INTOLERANCIA 0 TOXICIDAD AL TRATAMIENTO AZT ddl AZT+ddl • ddl+IP • ddI+d4T+IP • 3TC+ddl+IP • d4T+IP • AZT+3TC+IP • 3TC+d4T+IP • d4T+IP • d4T+3TC+IP • AZT+3TC+IP • AZT+ddl+IP • AZT+ddl+3TC • d4T+IP Evaluación clínica, Inmunológica, virológica y de toxicidad, cada 1-2 m. Protocolos de investigación (IP=inhibidores de proteasa) 8 AZT+ddC • ddl+IP • ddI+d4T • AZT+3TC • d4T+IP III.4. FÁRMACOS ANTIRRETROVIRALES Zidovudina (AZT) La zidovudina (3'azido-3'desoxitimidina, AZT) es un análogo de nucleósido que inhibe la replicación del VIH por bloqueo de la transcriptasa inversa. Su farmacocinética en el niño con más de 3 meses es muy similar a la de los adultos, se metaboliza en el hígado y se excreta por orina. Se absorbe rápidamente por vía oral (≈65%) y atraviesa la barrera hematoencefálica alcanzando en el sistema nervioso central aproximadamente un 25% del nivel plasmático. Sin embargo, tiene una corta vida media (≈ 1 hora), por lo que precisa administrarse con frecuencia: 6 u 8 horas. Se han realizado ensayos clínicos en niños (ACTG 152) tratados con AZT versus AZT+ddI versus ddl que demuestran de forma concluyente una menor eficacia y mayor toxicidad del tratamiento con AZT en monoterapia. Todo niño que actualmente reciba tratamiento con AZT en monoterapia deberá ser revisado y cambiar a un tratamiento alternativo más eficaz. Sólo reciben AZT como tratamiento único los hijos de madre VIH positiva durante las 6 primeras semanas de vida, para evitar la infección. La dosis habitual es de 360-600 mg/ml/día, en tres tomas; en los pacientes con afectación neurológica se recomienda 720 mg/m2/día en cuatro tomas. En las dos primeras semanas de vida, al ser más prolongado el aclaramiento y la vida media de AZT, la dosis es de 2 mg/kg/dosis, cada 6 horas. Entre las 2 y 4 semanas es de 3 mg/kg/dosis cada 6 horas. La toxicidad del AZT en niños varía entre el 18 y el 40%, siendo más habitual en los pacientes más graves. Es fundamentalmente hematológica, produciendo: anemia, leucopenia y trombopenia, más frecuente a partir de las 6-8 semanas de iniciado el tratamiento. Toxicidad moderada: disminución de Hb>3 g/dL respecto basal, o <8 g/dL, o el recuento de neutrófilos entre 500-800 mm3. En estos casos reducir la posología del AZT a 2/3 de la dosis total durante 4 semanas y controlar la normalización de las anomalías biológicas observadas. Si aparecen dos episodios de toxicidad moderada se mantiene la dosis de AZT a 2/3 de la dosis inicial. Toxicidad grave cuando: Valor de Hb <7 g/dL. o recuento de neutrófilos <500 mm3, lo que obliga a la interrupción definitiva del AZT. Otros efectos secundarios del AZT son: irritabilidad, hiperactividad, agitación, cefaleas, pigmentación ungueal, miositis e insomnio. Didanosina (ddI) La didanosina (2',3'didesoxiinosina, ddl) es una purina, análoga a los nucleósidos, que inhibe la transcriptasa inversa y presenta actividad ín vitro frente al VIH. En medio ácido la didanosina rápidamente se degrada por hidrólisis espontánea y se inactiva, por lo que se debe administrar con antiácidos para aumentar la absorción gástrica. Tiene una larga vida media (>12 horas de actividad intracelular), lo que facilita su posología, administrándose dos veces al día. Atraviesa mal la barrera hematoencefálica, alcanzando en el sistema nervioso central sólo el 5% de los niveles en plasma, por lo que en niños con afectación neurológica se puede valorar asociarlo a AZT. 9 Actualmente el ddI es un fármaco de primera elección en los niños infectados por el VIH, siendo el único aceptado como monoterapia. La dosis recomendada es de 200 mg/ml/día, en dos tomas. El estudio de Mueller et al. analiza la eficacia clínica y la farmacocinética del tratamiento a largo plazo con ddI en niños sintomáticos. Sus resultados demuestran que el tratamiento inicial con ddI produce una mejoría clínica reflejada en aumento de la curva de peso, disminución de la hepatoesplenomegalia y del antígeno sérico p24, elevación del número de CD4 e incluso mejoría clínica de la encefalopatía a pesar de su escasa penetración en el sistema nervioso central. La tolerancia en general al ddI fue buena, con poca toxicidad. La toxicidad producida por ddl es fundamentalmente pancreática, observada hasta en el 7% de los casos. También puede producir neuropatías periféricas (menos del 3%) y atrofia del epitelio pigmentario de la retina con disminución de la visión (menos del 5%). Estos efectos secundarios obligan a suspender el tratamiento. Con cierta frecuencia el ddI produce diarrea, ocasionalmente exantemas o vómitos que requieren disminuir la dosis Zalcitabina (ddC) La zalcitabina (2'-3'-dideoxicitidina, ddC) es otro inhibidor de la transcriptasa inversa, muy potente in vitro. Los datos farmacocinéticos del ddC en niños son limitados, su biodisponibilidad es del 54%, tiene una corta vida media (0,8 horas) y prácticamente no atraviesa la barrera hematoencefálica. No se recomienda su uso como monoterapia dada su poca penetración en SNC. La dosis no está bien determinada, oscilando entre 0,015-0,04, aunque la más frecuentemente utilizada es de 0,03 mg/kg/día repartida en tres dosis. La actual presentación farmacológica sólo en comprimidos hace difícil la dosificación en niños pequeños con poco peso. La principal toxicidad limitadora de dosis del ddC es la sensitivo-motora, que suele aparecer entre las 814 semanas de inicio del tratamiento y generalmente es reversible tras suspender el tratamiento. Otros efectos adversos no dependientes de la dosis son: rash, úlceras orales y pancreatitis. Estavudina (d4T) La estavudina es el 2'3'-didehidro-3'-deoxitimidina (d4T), inhibidor de la transcriptasa inversa, análogo de la timidina. Su biodisponibilidad cuando se administra por vía oral es del 90%. Su vida media plasmática es de 1 hora, mientras que su vida media intracelular puede alcanzar 3 a 5 horas. El 45% del d4T se elimina por orina como fármaco activo y el resto se metaboliza en el hígado. En el líquido cefalorraquídeo alcanza, aproximadamente, el 10% de la concentración plasmática. Hay poca información acerca de las mutaciones que codifican resistencia a este fármaco. La dosis recomendada en niños es de 1-2 mg/kg/día; en estudios farmacocinéticos realizados se han utilizado dosis entre 0,125 y 2 mg/kg/día, repartidas cada 12 horas. La biodisponibilidad varía con la ingesta, dado que ésta disminuye su absorción. Efecto tóxico: Destaca la neuropatía periférico (19% de los pacientes), en especial en estadios avanzados de la enfermedad, asociada a dosis altas, y pancreatitis en el 1 % de los casos. Efectos adversos: Cefaleas, náuseas, abdominalgia, fiebre, astenia, signos neurológicos periféricos, insomnio y ansiedad. 10 Indicaciones: En la actualidad como un fármaco más en terapia combinada, cuando se demuestre intolerancia o falta de respuesta a los tratamientos aprobados. Contraindicaciones: Hipersensibilidad al fármaco, neuropatía periférico, insuficiencia renal y hepática, gestación, antecedentes de pancreatitis. Lamivudina (2'deoxi 3'tiacitidina, 3TC) Es otro análogo de los nucleósidos, inhibidor de la retrotranscriptasa, cuyos resultados en los ensayos clínicos en adultos son esperanzadores. Existe escasa experiencia en niños y en la actualidad se está realizando un ensayo pediátrico europeo (PENTA-4) para establecer la seguridad y eficacia de este fármaco, que debe utilizarse en combinación con otros antirretrovirales: AZT, ddl o AZT más ddI. El sinergismo más importante está en la combinación de 3TC con AZT. Este sinergismo se explica por la prevención de la resistencia del VIH al AZT cuando se administra en combinación con 3TC. Este fármaco presenta una buena biodisponibilidad cuando se administra por vía oral. Dosis: 0,8 mg/kg/día divididos en dos tomas. Toxicidad: Por lo general es bien tolerado, y dado que se administra en combinación no se ha objetivado aumento de los efectos adversos conocidos para los otros antirretrovirales (AZT y ddl) cuando se administran con 3TC. Efectos secundarios: Cefaleas, náuseas, dolor abdominal, fatiga. lnhibidores de las proteasas Por el momento se dispone de pocos datos sobre la utilización de estos fármacos en niños, que han sido comunicados en la XI Conferencia Internacional sobre el SIDA (julio 1996). Ningún inhibidor ha sido comercializado para uso pediátrico. Ritonavir Estudios en fase 1/11 han ensayado dosis de 250, 300, 350 y 400 mg/ml repartidas en dos tomas asociado a tratamiento con AZT y ddI. La dosis de 300-350 mg/ml parece ser la mejor tolerada, con buena eficacia, consiguiéndose disminuciones de la carga viral de hasta 2 log y mayores aumentos del número de CD4. La tolerancia en general es buena, presentando efectos secundarios principalmente digestivos: náuseas que suelen ser transitorias, diarrea, dolor abdominal. Su toxicidad más importante es la gastrointestinal, produciendo aumento de transaminasas e hipertrigliceridemia. 11 lndinavir La biodisponibilidad de la solución existente, para su administración por vía oral, es sólo de 1/3 de la presentación en cápsulas. Se han ensayado dosis de 250, 350 y 500 mg/m2 en niños tratados con AZT y 3 TC, consiguiéndose disminuciones de la viremia de 1,2 log con la suspensión y 1,5 con la administración en cápsulas. La dosis más eficaz y menos tóxica parece ser la de 250 mg/m2. Produce neutropenia, sobre todo en pacientes que están recibiendo de forma concomitante tratamiento con rifabutina; también puede producir aumento de las transaminasas y disminución de la agudeza visual, no habiéndose descrito en niños la producción de hiperbilirrubinemia Saquinavir Presenta una baja biodisponibilidad y una absorción gastrointestinal muy variable. Por el momento no se han comunicado resultados de su utilización en niños. III.5. CONTROL DEL TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL EN NIÑOS Dada la complejidad del seguimiento de los niños infectados por el VIH, al iniciar tratamiento antirretroviral puede ser de gran utilidad planificar un calendario de seguimiento como se muestra en la tabla 6. TABLA 6 SEGUIMIENTO DEL NIÑO INFECTADO POR EL VIH CON TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL Control evolutivo y de tratamiento antirretroviral en el niño VIH Fecha Rev Hem Bioq Rx T D-0 M-1 M-2 M-3 M-6 M-9 M-12 M-15 M-18 M-21 M-24 X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X E.Inmun o X X X X X X X X X D (día de comienzo del tratamiento antirretroviral). M (nº de mes de tratamiento antirretroviral . Rev. (revisión clínica y exploración física). Hem. (hematometria). Bioq. (perfil bioquímico con función hepática, amilasa y lipasa). E.Inmu. (estudio inmunológico con subpoblaciones linfocitarias). Rx t (control de radiografía de tórax). Toxic. (control toxicidad del tratamiento antirretroviral específico según el fármaco utilizado). C. viral (control carga viral). Se recomienda control oftalmológico en los niños en tratamiento con ddI. 12 Toxic. C. vital X X X X X X X X X X X X X X X IV. INMUNIZACIÓN ACTIVA IV.1. INTRODUCCIÓN Uno de los pilares del tratamiento de los niños infectados por el VIH se basa en el meticuloso cumplimiento de un calendario vacunal completo. Dadas las dificultades del diagnóstico de la infección pediátrica por el VIH, estas vacunas deben ser administradas a todos los hijos de madre VIH+, pasando al calendario de vacunas habitual cuando se descarte la infección en el niño (tabla 7). TABLA 7 CALENDARIO VACUNAL RECOMENDADO PARA EL HIJO DE MADRE VIH+ Y EL NIÑO INFECTADO POR VIH EDAD EN MESES VACUNA 2 4 6 Polio Salk x x x x DTP x x x x H.Imfluenzae x x x Hepatitis B 0 x x Triple vírica SRP 12-15 18 24 4-6 11-12 x x x x x x x S.pneumoniae Una dosis a partir de los 24 meses. Considerar revacunación a los 5 años de la vacunación. Antigripal Anual, antes del comienzo del brote epidémico. La primera dosis puede ser desde los 7 meses. Observaciones: 1. La vacuna antipolio debe ser de virus inactivados (tipo Salk). 2. La DTP a los 11-12 años debe ser DT. 3. La vacuna frente a VHB en casos de madres Ag HBs+ debe ser a los 0, 1 y 6 meses, además de la inmunoglobulina frente a VHB tras el parto. 4. La vacuna antigripal debe ser de virus fraccionados o de subunidades, dos dosis con intervalo de 4 semanas. No hay una recomendación definitiva en cuanto a la vacuna antigripal, ya que se ha observado un aumento transitorio de la carga viral tras su administración. Este aumento no parece tener ninguna repercusión clínica, recomendándose no hacer determinación de la carga viral en un plazo de seis semanas después de administrada la vacuna. Los hijos de madre VIH+ requieren seguimiento en un centro especializado hasta que se confirme el diagnóstico respecto a la infección por el VIH. Por ello, es necesario intentar que en el centro donde se realiza el seguimiento del niño se puedan administrar las vacunas evitando duplicidad de consultas. Por otro lado, con este calendario se consigue reducir el número de consultas. Es útil disponer de vacunas combinadas que asocian parcial o totalmente la inmunización frente a polio Salk, DTP y H.Infuenzae tipo b y VHB. De esta forma se ahorrarían en los 6 primeros meses de vida bastantes de los pinchazos necesarios, disminuyendo igualmente el riesgo de accidentes profesionales (pinchazos del personal sanitario). 13 La respuesta a los antígenos de las vacunas, de los niños infectados por el VIH es muy variable, dependiendo del grado de inmunodeficiencia del niño y del momento de la inmunización. El tratamiento con gammaglobulina, que reciben algunos niños infectados por el VIH, puede interferir con la respuesta a la vacuna triple vírica. Deben pasar al menos tres meses desde el tratamiento con gammaglobulina a la administración de la vacuna, y al menos dos semanas de la vacunación para indicarse una gammaglobulina. Este tratamiento no interfiere con la respuesta inmunológica frente a otras vacunas. IV.2. VACUNA BCG No está indicada en el niño infectado por el VIH por el riesgo de producir una infección diseminada. El hijo de madre VIH+ no debe ser vacunado hasta que no se descarte en el niño la infección por el VIH. En este caso, se valorará de forma individualizada (prevalencia de infección tuberculoso, situación familiar y control sanitario) la indicación de administrar la BCG. V. OTROS ASPECTOS DEL TRATAMIENTO V.1. SOPORTE NUTRICIONAL, APOYO PSICO-SOCIAL, TRATAMIENTO DEL DOLOR E INMUNIZACIÓN PASIVA Todos estos aspectos del tratamiento del niño con infección VIH son de importancia, recomendándose por este Consejo Asesor la lectura de los capítulos correspondientes sobre estos temas del libro editado por el Grupo Colaborativo Español para la infección VIH Pediátrica, en el que están tratados de una forma más extensa. V.2. PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS INFECCIONES OPORTUNISTAS En dos documentos de recomendaciones del Consejo Asesor (números 1 y 2) dedicados al tratamiento y profilaxis de las infecciones por P. carinii, T. goendii y M. tuberculosis, se revisan estos temas también desde un punto de vista pediátrico. Por este motivo no se incluyen aquí. En los próximos documentos acerca de otras infecciones oportunistas propias de los pacientes con infección por VIH se analizarán también estos aspectos en la Pediatría. VI. ESTÁNDARES DE CALIDAD DEL DIAGNOSTICO DEL RECIÉN NACIDO Y DE CONTROLES DE LINFOCITOS CD4 En un próximo documento del Consejo Asesor Clínico se va a realizar un desarrollo más extenso del tema de los estándares de calidad del que se hace en éste, incluyendo el establecimiento de estándares terapéuticos y diagnósticos, basados en documentos previos sobre tratamiento de infecciones oportunistas y de la propia infección VIH, y también en relación al papel de los laboratorios. VI.1. ESTÁNDAR DE CALIDAD DE DIAGNOSTICO DE INFECCIÓN VIH DE TRANSMISIÓN VERTICAL EN EL RECIÉN NACIDO Y EL LACTANTE 14 Objetivo de calidad: todos los lactantes nacidos de madres con infección VIH deben tener realizadas pruebas diagnosticas virológicas (Ag p24, PCR o aislamiento viral) durante los 6 primeros meses de vida, al menos en dos ocasiones. En cada una de ellas han de realizarse al menos dos de estas pruebas. (Ver también el informe del Consejo Asesor sobre el papel de los laboratorios). Indicador: Proporción de lactantes que tienen realizadas pruebas diagnosticas virológicas según el estándar previo, documentadas en la historia clínica, respecto al nº de lactantes de madres VIH+. VI.2. 2.1. ESTÁNDARES DE CALIDAD DE SEGUIMIENTO DE LINFOCITOS CD4 EN NIÑOS Objetivo de calidad: Todos los lactantes nacidos de madres con infección VIH deben tener un recuento de CD4 en el 1er mes de edad y periódicamente a los meses 3, 6, 9 y 12, o hasta que el diagnostico se haya excluido con seguridad. Indicador: Proporción de lactantes que tienen realizado recuento de CD4 a los 1, 3, 6, 9 y 12 meses, documentado en la historia clínica, respecto al total de casos evaluados. 2.2. Objetivo de calidad: Todos los niños con infección VIH confirmada deben tener unos recuentos de CD4 cada 3-6 meses. Indicador: Proporción de niños que tienen recuentos periódicos de CD4 cada 3-6 meses, documentados en la historia clínica, respecto al total de casos evaluados con infección VIH. 3. Estándares de calidad de profilaxis de enfermedades infecciosas y de tratamiento antirretroviral en niños En un próximo informe del Consejo Asesor van a publicarse de una forma monográfica toda una serie de estándares de calidad asistencial para el niño y el adulto con infección por VIH, sobre aspectos diagnósticos, de seguimiento inmunológico y de las pautas de profilaxis de las infecciones oportunistas y las de tratamientos con antirretrovirales. AGRADECIMIENTOS Nuestro agradecimiento a la Dra. María Dolores Gurbindo del Hospital Gregorio Marañón, miembro del Subcomité de Asistencia y Formación, al Dr. José María Varela del Instituto de Salud Carlos III, y a la Dra. Ana Sáinz de la Unidad de Calidad del Insalud, por sus contribuciones a la elaboración de este documento. 15 BIBLIOGRAFÍA SELECCIONADA BLANCHE, S.; CANIGLIA, M.; FISHER, A.; et al.- “Zidovudine therapy in children with acquired immunodeficiency sindrome“. Am. J. Med. 1988; 85: 203-207. 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La probabilidad de que una mujer embarazada esté infectada por el VIH y de que como consecuencia, lo transmita al recién nacido -con las repercusiones que este hecho tiene tanto para la madre como para el hijo-, justifica la instauración de programas específicos para la detección de anticuerpos VIH durante la gestación. El algoritmo a emplear con fines diagnósticos, para la detección de la Infección por VIH es el siguiente: - ELISA (técnicas de enzimoinmunoanálisis): (-) Prueba Negativa. (+) Prueba Reactiva. - TODA PRUEBA REACTIVA AL ELISA INICIAL 0 SERIADO DEBE SER CONFIRMADO POR PRUEBAS DE ALTA ESPECIFICIDAD, tipo WB (Western Blot), RIPA (radioinmunoprecipitación), IFl (inmunofluorescencia indirecta), técnicas de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) y de aislamiento. Hasta el 31 de diciembre de 1995, se han notificado al Registro Nacional de Sida un total de 625 casos en los que la vía de transmisión fue vertical. La epidemia no evoluciona de forma creciente en lo que se refiere a esta categoría de transmisión, en parte por los esfuerzos que desde el sector asistencial se destinan a Detección Precoz de mujeres infectadas, Información, Educación Sanitaria y Prevención de nuevos casos debidos a transmisión vertical. No obstante, España es el país europeo con mayor número de casos e incidencia anual de sida por transmisión madre-hijo. Las estrategias actualmente aplicadas para prevenir o disminuir la transmisión vertical del VIH son las siguientes: 1 . Información a toda mujer en edad fértil y con intención de procrear, acerca de las prácticas de riesgo de infección por el VIH y su prevención. El consentimiento informado para llevar a cabo la prueba se solicitará a toda mujer con prácticas de riesgo e intención de tener hijos. Parte esencial de esta estrategia es preguntar a cada embarazada sobre prácticas de riesgo de infección por VIH. En los casos de las mujeres embarazadas que han tenido estas prácticas se les oferta la prueba diagnóstica. En algunos centros la oferta de pruebas diagnosticas se lleva a cabo en toda embarazada, en ausencia de dichas prácticas de riesgo, con consentimiento informado y consejo pre y post-test. 18 2. Planificación familiar que evite la gestación en una mujer con infección por VIH previamente conocida. 3. Interrupción voluntaria del embarazo, dado que la infección por VIH es un supuesto legal reconocido. 4. Lactancia artificial del recién nacido de una madre infectada por el VIH. 5. Tratamiento con zidovudina (ZDV o AZT) de la embarazada y del recién nacido. Esta última estrategia es la mas reciente y su eficacia ha sido bien demostrada. En noviembre de 1994 se publicaron en el New England Journal of Medicine (Vol 331:1173-1180) resultados muy alentadores en relación con la transmisión madre-hijo del VIH. El tratamiento de la embarazada con ZDV, disminuía la transmisión del 25,5% (en el grupo placebo), al 8.3% en el tratado, lo que supone una reducción del 67,5% en términos de riesgo relativo. La ZDV se inició en dicho ensayo entre la 14 y 34 semana de la gestación, se administró durante el parto y luego también al recién nacido durante 6 semanas. Tras conocerse estos resultados, distintas instituciones sanitarias internacionales y sociedades científicas, entre ellas la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia y la Asociación Española de Pediatría, emitieron recomendaciones sobre el uso de ZDV en la prevención de la transmisión vertical del VIH. En julio de 1995, la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios ha autorizado, a través de la Agencia Europea del Medicamento, la siguiente indicación en el tratamiento con ZDV,-”Se deberá considerar el uso de ZDV en mujeres embarazadas VIH positivas (pasadas las 14 semanas de gestación) y en sus hijos recién nacidos ya que ha demostrado reducir la transmisión matemo-fetal del VIH”. El Consejo Asesor Clínico y el Subcomité de Asistencia y Formación del Plan Nacional sobre el Sida han recomendado que la «oferta de la prueba del VIH se realice a toda embarazada sistemáticamente», con independencia de que entre sus antecedentes figuren prácticas de riesgo presentes o pasadas y con la intención de que puedan beneficiarse de alguna de las intervenciones antes reseñadas. Se estima que la identificación de prácticas de riesgo, es insuficiente para detectar todos los casos que podrían beneficiarse de las distintas intervenciones posibles. Estas recomendaciones han sido llevadas a la Comisión de Coordinadores de los Planes de Sida de las diferentes CC.AA., en el seno de la cual no se obtuvo consenso para ratificar las recomendaciones del Consejo Asesor Clínico y el Subcomité de Asistencia y Formación, en consecuencia constituye hasta la fecha un motivo de reflexión y debate en el seno de muchas CC.AA. La Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida recoge la recomendación de sus órganos asesores y estima que la buena práctica asistencial a la embarazada, ha de incluir los siguientes aspectos: 19 a) Informar sobre la Infección por VIH. Explorar la incidencia presente o pasada de prácticas de riesgo. Y si están presentes, aconsejar las medidas de prevención oportunas. b) Oferta de la prueba a todas las embarazadas y realización previo consentimiento, respetando la estrategia de consejo pre y post-test. Se considera que hacer la prueba del VIH es una intervención de gran efectividad y bajo coste, frente a otras serologías que se realizan durante la gestación. 20 c) En los casos confirmados de infección por VIH deben plantearse las diferentes opciones de prevención de la transmisión vertical previamente descritas (interrupción voluntaria del embarazo o tratamiento con ZDV y lactancia artificial). d) Seguimiento del recién nacido, esté o no infectado por VIH, en los casos de tratamiento de la embarazada con ZDV, para controlar posibles efectos adversos a corto y largo plazo de la ZDV recibida durante la gestación.