DISERTACIÓN KELLY JULIETH DIAZ ZAMORA GRADO: 11° PROFESOR: LEON ALBERTO ATEHORTUA INSTITUCION EDUCATIVA FE Y ALEGRIA LUIS AMIGÓ MEDELLIN- ANTIOQUIA © CONSCIENTE La mente consciente, es la más conocida de todas. Es en la cual desarrollamos directamente la inteligencia y mediante la cual adquirimos los conocimientos. El sistema consciente nos define que es aquella región psíquica en la que las percepciones que provienen del mundo exterior, del propio cuerpo o de la mente, se hacen conscientes. La consciencia es, en términos generales, un hecho subjetivo que puede comunicarse por el lenguaje y la conducta ya que se aplica a la persona que siente, piensa y actúa con conocimiento de lo que hace . Todo lo consciente es aceptado y reconocido como propio por el sujeto en el momento presente, dirige la atención y modula el comportamiento y la energía psíquica. Ejemplo: EL PENSAMIENTO Cuando el hombre piensa no hace más que racionalizar sus necesidades, anhelos, deseos y en última instancia su voluntad. Pero para tomar la decisión de concretizar o no nuestros deseos, cuándo y de qué forma, debemos confrontarlos a un objetivo. LA ACCIÓN hasta no llegar al mundo de la acción no hay conciencia Completa ni posibilidad de armonizar todos los aspectos de la vida, ya que permanecemos en un plano intermedio y meramente especulativos, es decir, un estudio intelectual teórico. ´´Ser consciente de la propia ignorancia es un gran paso hacia el saber. Benjamín Disraeli´´ SUBCONSCIENTE La mente subconsciente por su parte, es la mente emocional. Es aquella que se deja llevar por los gustos, los deseos y el corazón. Subconscientemente creamos fuertes enlaces neuronales hacia ciertas cosas o personas y que también consiste en todos aquellos sucesos, procesos y contenidos mentales que son capaces de alcanzar o llegar a la consciencia si se realiza un esfuerzo para concentrar la atención. Se dice que este sistema subconsciente no se analiza con la razón porque está en el nivel de la subconsciencia y debido a esto hace que cualquier actividad mental que no llega al umbral de la consciencia. Se encuentra estrechamente relacionado con el conjunto de actividades anímicas de la persona: memoria, afectividad, etc. Un ejemplo claro de que mientras más se realice y se mejore una acción conscientemente, más subconsciente se vuelve, en ocasiones incluso hasta llegar a convertirse en inconsciente. Pero no sólo ocurre con las acciones del día a día. Ocurre también con nuestros sentimientos. Cuando nos habituamos a estar con alguna persona, a intercambiar momentos valiosos y emociones, nuestra mente subconsciente va fortaleciendo sus conexiones neuronales hacia ella y posteriormente puede llegar a surgir el amor y el afecto. Es por esto que es tan duro para una madre perder un hijo, porque la conexión es sólida como roca, y se empieza a crear desde la mismísima fecundación. Nuestra mente subconsciente es la encargada de obligarnos a llevar a cabo acciones que en ocasiones consideramos irracionales. Es por ejemplo la que nos impulsa a comprar cosas innecesarias en ocasiones, o la que nos hace sentir celos o ira. Es la encargada en sí, de nuestros sentimientos, pues es la mente que nunca olvida. INSCONSIENTE Es aquella que almacena todas aquellas experiencias vividas por nuestra especie en sus millones de años de existencia. Es la encargada de gestionar cuestiones fisiológicas tales como la respiración, el ejemplo más claro de todos. Fácilmente puedes controlar de manera consciente tu respiración y aumentar, disminuir o detener su ritmo en cualquier momento. Pero cuando no lo haces, y estás ocupado en muchas otras cosas, tu mente inconsciente toma el control y te permite seguir viviendo. Cuando estás durmiendo, por ejemplo, no piensas en respirar, porque simplemente tu mente consciente está dopada. Está viviendo un trance que las otras dos mentes le imponen, con el objetivo de brindar descanso al cuerpo y –como recientemente se ha descubierto– consolidar memorias a largo plazo (la verdadera función del dormir). La mente inconsciente, es la que por ejemplo te hace cerrar los ojos cuando detecta algún peligro potencial acercándose a tu rostro. O la que mueve tus brazos para protegerte la cara cuando alguien intenta golpearte. En definitiva, es una mente reactiva y cuyos patrones de acción están determinados por situaciones y vivencias milenarias. Es también la encargada de hacernos sentir placer y dolor. Es esta la mente encargada de centrarnos en nuestra zona de confort y de alejarnos de los displaceres de la vida. A pesar de que también es posible comunicarse con esta mente y hasta cambiar su forma de dominar nuestras acciones, es la más compleja de todas. Debido a que sus funciones vienen determinadas por una genética increíblemente fuerte de muchos, pero muchos años de aprendizaje y error.