Conversaciones públicas y privadas Columna izquierda: lo que uno siente y piensa pero no expresa (la otra cara de la conversación) Contenido de la columna izquierda: Interpretaciones, opiniones, juicios negativos, inferencias, prejuicios, suposiciones sobre el carácter o motivación de otros, emociones (miedo, enfado, culpa, resignación, estrés, ternura, amor, etc.). Qué hacer con la columna izquierda: la columna izquierda no es una elección, ocurre con independencia de la voluntad de la persona. Dilema: - Uno no puede controlar la aparición de los pensamientos y sentimientos que hay en su columna izquierda. - Si uno lo expresa, puede arruinarlo todo. Estos pensamientos y sentimientos son tan tóxicos que crean conflictos, impiden la solución de los problemas, pueden destruir los vínculos y atentan contra los valores éticos de la persona. Comunicar todos estos pensamientos y sentimientos no debe ser considerado como un acto de honestidad – es improductivo y antisocial. - También es malo no expresarlos en absoluto. Las toxinas se vuelven contra uno mismo, que acumula estés, oculta el verdadero problema, genera relaciones hipócritas y traiciona su propia honestidad. Con el silencio, se pierde una inmensa cantidad de tiempo discutiendo temas tangenciales. - Aunque podamos guardar los detalles del contenido de la columna izquierda, no se puede esconder su energía – se traslucen. Transformando la columna izquierda: Existe la opción de “procesar” estos P&S, destilando la columna izquierda hasta encontrar su esencia de pureza y efectividad para transformarla en energía que impulse nuestra efectividad. La columna izquierda es la materia prima capaz de cimentar conversaciones más efectivas, amistosas y honorables. El objetivo es crear nuevas formas de pensar, de ser y de interactuar. Tres niveles de expresión: Hay tres “capas”. 1) Capa cosmética: la columna derecha, quién quiero que los demás crean que soy. Esta “máscara” no es sólo una estrategia para controlar la conversación; es también un intento de controlar la imagen que uno proyecta hacia el exterior. 2) Capa reactiva: columna izquierda, quién creo que soy. 3) Corazón: verdad profunda, quién soy en realidad. Los pasos de procesamiento de la columna izquierda: 1) La toma de conciencia – para aceptar incluso aquellas cosas que contrarían nuestra auto-imagen. 2) Asunción de responsabilidad – ser proactivo y encarar el esfuerzo de modificar la conducta propia como palanca para modificar situaciones. 3) Revisar las propias intenciones respecto de la conversación – estos objetivos de proceso en ves de ser expresados en forma manipuladora, se presentan respetuosos de la autonomía del otro. 4) analizar críticamente las opiniones e interpretaciones de la columna izquierda. Las tres fases de las conversaciones: 1) Preparación: antes de iniciar la conversación, preparar el contexto. El propósito de la conversación no es ganar, sino ser efectivo en los tres niveles fundamentales (en la tarea, en la relación con el interlocutor y en los valores personales) 2) Ejecución: durante la interacción, la prioridad es mantenerse consciente. Se recomienda respiración consciente. 3) Reflexión: Con posterioridad a los hechos, uno puede revisar la conversación buscando oportunidades de aprendizaje y mejoramiento. De la conversación a la meta-conversación: a veces el problema resulta ser el contexto de la conversación. Aunque una conversación sea adecuada, si ocurre en el contexto inapropiado resulta una conversación inadecuada. La meta-conversación convierte el contexto en texto (proponerla requiere tacto y pericia). Ej. “Me pregunto si las dificultades que hemos tenido en el pasado no estarán influyendo sobre nosotros. Quizás podríamos agotar ese tema antes de abrir este. Que piensa usted?” ó “Parece que tiene prisa.. Es un buen momento? Tal vez podríamos encontrarnos más tarde y hablar con más calma.”