MAPA Y ESTRATEGIAS RECIENTES DE LA IZQUIERDA SUBVERSIVA La actual situación política que vive el país hace necesario conocer con mayor profundidad los grupos violentistas que con su accionar persiguen como objetivo fundamental el rompimiento de nuestro sistema democrático. Es por ello que el presente informe presenta una descripción de las diferentes organizaciones de la izquierda subversiva que hoy están actuando: el Movimiento de Izquierda Revolucionario, el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, y el Mapu Lautaro. Se describe para cada uno de ellos sus posturas frente a la transición, sus diferentes fracciones y procesos de escisión, como asimismo sus estrategias durante el primer año de gobierno de la Concertación. Del mismo modo, se incluye un análisis del Partido Comunista, su relación con los grupos subversivos y su postura ambigua frente al extremismo. 2 a actual coyuntura política hace necesario conocer con mayor profundidad los grupos violentistas que existen en el país y que persiguen como objetivo fundamental el rompimiento de nuestro sistema democrático. Es por ello que el presente informe presenta una descripción de las diferentes organizaciones de la izquierda subversiva que hoy están actuando. Se describe para cada una de ellas sus posturas frente a la transición, como asimismo sus estrategias durante el primer año de gobierno de la Concertación. 1.- LOS GRUPOS SUBVERSIVOS Y SUS PLANTEAMIENTOS ANTE LA TRANSICIÓN POLÍTICA a. Movimiento de Izquierda Revolucionaria Como se hará en cada uno de los grupos antisistémicos en análisis, se partirá con una descripción de los objetivos y metodologías del MIR prevalecientes durante el Gobierno Militar. Tanto en el periodo anterior a 1973 como en el posterior, este actor tiene una estructura similar a toda organización marxista tradicional que aplica el principio leninista del "centralismo democrático". Es decir, su organización de base es celular y compartimentada. En su cúpula está el Comité Central y a la cabeza de éste, el Secretariado Nacional (órgano ejecutivo del Movimiento) que cuenta con el apoyo de la Comisión Política. Encabeza el Secretariado Nacional, él Secretario Nacional, que en la nomenclatura de las organizaciones marxistas clásicas, es el cargo de mayor relevancia partidaria. El objetivo global del MIR en la etapa en análisis será enfrentar al Gobierno Militar mediante acciones de tipo armado con miras a la formación de un ejército paralelo, cuestión que nunca llegó siquiera a una etapa germinal. La mantención de sus metas sólo tendrá en esta etapa el valor simbólico de reafirmar su identidad como un actor político para el cual la insurrección es el método de acceso al poder. Durante el Gobierno Militar y hasta su división, el MIR actuaba en 3 cuatro planos diferentes: a. Las acciones armadas, encargadas a "brigadas de combatientes"; b. El trabajo de masas, particularmente en el sector poblacional; c. El trabajo político, que lleva al MIR a incorporarse en 1983 al Movimiento Democrático Popular junto a comunistas y socialistas de Almeyda; y d. El Trabajo Juvenil, a cargo de la Juventud Rebelde Miguel Enríquez con proyección en el plano universitario. En la etapa de apertura del Gobierno Militar, es decir, en la transición, el MIR desarrolla una línea diseñada por Andrés Pascal Allende a fines de 1982 en el documento "El Manejo de la Táctica Política"; allí se plantea recuperar la iniciativa insurreccional con miras al derrocamiento del régimen militar y al establecimiento de una sociedad socialista. El dirigente formula "leyes de una estrategia revolucionaria", que son diversas fases que el movimiento se propone recorrer hasta la obtención de su objetivo. La primera fase es de acumulación de fuerzas, que consiste en aprovechar los factores y las consecuencias de la crisis económica para posibilitar el surgimiento de una fuerza social rupturista a partir de la cual se reafirme "la vanguardia política", es decir, ellos como grupo. La segunda fase es llamada de ofensiva táctica, en ella la fuerza social revolucionaria y la vanguardia política van "probando" la resistencia que es capaz de ofrecer el sistema. Es una fase que se da "en condiciones de una correlación de fuerzas desfavorables". La tercera fase es llamada de equilibrio estratégico y ofensiva estratégica, donde es necesario producir una crisis nacional, la cual es demostración del equilibrio estratégico entre el sistema y las fuerzas de resistencia. La labor de la vanguardia es transformar esa crisis nacional en crisis revolucionaria, creando un terreno apto para empezar a desarrollar la insurrección. La cuarta fase consiste en el asalto y toma del poder como culminación del proceso insurreccional. Aquí se establece un gobierno revolucionario. Pascal agrega una quinta fase que denomina la consolidación del Poder Proletario, en que se inician las reformas socialistas(1). En concreto, el MIR no pasó de la segunda fase, y en un contexto de 3 las protestas y movilizaciones sociales de los años 1983 y 1984, el país bien pudo ser situado en los inicios de la tercera fase, sin llegar a plantearse nunca la existencia de un clima de ingobernabilidad que diera base al desarrollo de políticas insurreccionales generalizadas. En 1984, el MIR da a conocer una propuesta donde señala que su estrategia insurreccional es la Guerra Popular, con lo cual está reiterando que su oposición es el sistema, aún cuando coyunturalmente se oponga al Gobierno Militar. Dice: "Entendemos esta guerra popular como el desarrollo combinado de todas las formas de lucha de masas, desde el empleo de la no violencia activa, pasando por la movilización directa y rupturista, hasta el desarrollo de la lucha violenta y armada"(2). Ese mismo año, Andrés Pascal, dejará las cosas más claras: no basta con derrocar a Pinochet, sino que la meta es la construcción del socialismo. "Nosotros definimos el carácter de la revolución proletaria y popular como un proceso ininterrumpido de democratización hacia el socialismo, que tiene como condición el acceso al poder"(3). En 1985, en una entrevista, revelará cómo se había materializado la estrategia subversiva: "Hemos extendido y desarrollado bastante las acciones de sabotaje contra líneas férreas. Hay varias decenas de descarrilamiento de trenes. Hemos realizado acciones contra la energía eléctrica y echado abajo una buena cantidad de torres de alta tensión. Hemos efectuado también acciones de castigo a agentes represivos. Realizamos acciones de emboscada. También hemos realizado acciones de hostigamiento contra cuarteles policiales"(4). En 1986 el MIR entra en crisis. Surgen dos tendencias, una que persistía en la vía armada (después se dividirá) y otra que creía llegada la hora de abandonar esa línea para incorporarse al trabajo político. Por un lado se decía: "Nuestra política consiste en el impulso de la movilización más amplia combinada con la lucha ofensiva y rupturista de masas, apoyada y conducida por el accionar político y militar de las vanguardias en el marco de un proceso ascendente de sublevación de masas y de alzamiento popular"(5). Por otro, se sostenía que "la lucha armada debe estar subordinada a la cuestión política"(6). 2 3 Ibidem Pascal, Andrés: "Pinochet no es el único culpable", revista APSI, 9 octubre 1984. Pascal, Andrés: entrevista al diario "El Mercurio" de Santiago, 9 agosto 1985. 5 Véase reportaje "Conversemos con el MIR en la clandestinidad", en revista CAUCE, 23 junio 1986. 6 6 Véase reportaje "A fondo con el FPMR" en diario "Fortín Mapocho", 23 diciembre 1985. 4 4 El sector del MIR que en 1986-1987 persistió en la vía armada se dividiría luego en la corriente de Andrés Pascal (MIR Histórico) y la de Hernán Aguiló (MIR Comisión Militar). El MIR Renovación que dejó la vía armada entró de lleno a la sección política, formando parte del PAÍS en 1989, llevando sus propios candidatos a diputados. El problema de la división, sumado al problema del aislamiento del MIR de lo que era su base social, hará que su perfil como grupo subversivo baje considerablemente a partir de 1987. b. El Frente Manuel Rodríguez Lo primero que interesa demostrar es la vinculación entre el Frente Manuel Rodríguez y el Partido Comunista, que este último ha negado reiteradamente. Desde 1980, el PC desarrolla la estrategia de Rebelión Popular que en el Gobierno Militar lo colocó en una posición abiertamente insurreccional. En 1982, dentro de esta estrategia, anuncia la creación del Frente Manuel Rodríguez con un año de anticipación en relación a la fecha en que éste hiciera su aparición pública. Su planteamiento es: "La fuerza militar propia no opera como una fuerza dentro del partido, sino que desde fuera de él, como una organización militar orgánicamente independiente, a la que se integra parte del partido, aunque siempre bajo la dirección político-militar del partido"(7). Aquí radica la vinculación del Partido Comunista con el Frente Manuel Rodríguez en cuanto el primero es quién crea al segundo. A mayor abundamiento, en el Informe del Secretario General al Pleno de enero de 1985 se reconoce explícitamente su vinculación con el Frente cuando plantea que es necesario promover el crecimiento de las Milicias Rodriguistas "de consolidarlas, pensar en su posible estructura, dirección, instrucción y apertrechamiento, así como en el papel que se les asigne en la lucha de masas. Las células del partido deben impulsar el crecimiento de las Milicias Rodriguistas, invitando a aquellos luchadores independientes, sobre todo a los jóvenes en las poblaciones, universidades e industrias a incorporarse a ellas"(8). El Frente Manuel Rodríguez como tal aparece en diciembre de 1983. En noviembre de 1984 da a conocer su "Primer Manifiesto Rodriguista al 7 González, Camilo: "Lo militar en la política del partido", en revista "Principios" enero/febrero 1982. 8 5 Partido Comunista: "Informe al Pleno del Comité Central", Santiago, mimeo, enero 1985. Pueblo de Chile". Se plantea el objetivo de derrocar al Gobierno Militar, afirmando que "la violencia del pueblo es legítima". Tras el objetivo del derrocamiento "hay que emplear todas las modalidades de combate, incluidas aquellas que transitan por el camino de la violencia ... El FMR ha concluido que a este régimen sólo se le enfrenta eficientemente y que se le derrota haciendo uso de todas las formas de lucha, incluida la armada. Para ello precisamente se ha constituido nuestro Frente, para conducir militarmente al pueblo en su lucha, hasta la victoria final"(9). La estructura del Frente está compuesta por destacamentos que actúan en zonas determinadas, que se dividen en grupos operacionales, cada uno de los cuales conoce lo que le compete. Su estructura es militarizada. En la base de la estructura están las Milicias Rodriguistas. Cumplida la fase de militancia en ellas es posible incorporarse al nivel militar donde se parte de "combatiente". Los jefes de destacamentos son "tenientes" en la nomenclatura interna, los jefes de zona son "capitanes", hasta llegar a una Comandancia de doce miembros, de los cuales cinco son comandantes superiores. En 1986, año calificado como "decisivo" por el Frente y por el Partido Comunista, el actor que nos preocupa se decide a impulsar la sublevación nacional. En esta línea se inscriben tanto la internación de armas de Carrizal Bajo, como el atentado contra el ex Presidente Pinochet. Justificando lo primero dirán: "Se necesita contar con los medios materiales suficientes que permitan obtener cuadros de nivel técnico elevado. La internación de materiales hacia el terreno operativo es parte de la lucha política expresada en el terreno militar y no constituye nada nuevo en las luchas del pueblo"(10). En cuanto al atentado en contra del general Pinochet se perseguía un objetivo político claro: generar una sensación de vacío de poder que fuese capaz de desarrollar climas de ingobernabilidad que favorecieran el impulso a la insurrección. Un dirigente del Frente plantea: "Era una oportunidad para desatar al conjunto de fuerzas sociales, políticas y militares en este proceso de creciente alzamiento, de rebelión, de sublevación del pueblo"(11). A diferencia de quien planifica un homicidio, donde el fin es la muerte de la persona, aquí lo central es el objetivo político, para lo cual la muerte del general Pinochet era un medio necesario en su cumplimiento. Con posterioridad al fracaso de 1986, el Partido Comunista comienza 9 FMR : "Manuel cabalga de nuevo", Santiago, Ediciones Tercer Aniversario, 1986, p. 162. 110 Buschman, Sergio et al: "Declaración Pública", Santiago, mime, 1986. 11 6 FMR: op. ciL, p. 124 a revisar su línea insurreccional, lo que acarrea la división del Frente en 1987, en un sector tradicional que seguirá la línea del partido y en un sector autónomo que diseñará sus propias políticas. En adelante nos referiremos sólo a este último. En el tiempo electoral el Frente Autónomo persiste en su opción insurreccional. Cuestiona la participación de la oposición al Gobierno Militar en el plebiscito de 1988. Producido el triunfo opositor, el Frente no se desmoviliza. Por el contrario, insiste en la vía armada con el asalto al retén de Los Queñes, donde mueren sus dos jefes máximos. El Frente había intentado poner en práctica una suerte de "guerrilla rural", por cuanto junto a lo del mencionado retén hay que agregar el asalto al retén de Pichipellehuén en Traiguén. Las acciones anteriores se insertaban en el nuevo planteamiento estratégico: la Guerra Patriótica Nacional que el Frente da a conocer en junio de 1988 en su periódico oficial "El Rodriguista". Es definida como "un proceso durante el cual y ante el agotamiento de la política cupular se integrarán sectores cada vez más amplios de la población al combate frontal contra el régimen ... La concebimos como un proceso de innumerables formas de enfrentamiento con la dictadura, como una expresión de ofensiva permanente"(12). En ella tienen cabida huelgas, protestas y lucha callejera, alternados con periodos de relativa tranquilidad. La Guerra Patriótica Nacional significa un reacomodo del Frente a las nuevas condiciones políticas que el país comienza a vivir por ese entonces. Se habla más de régimen que de gobierno. Es para el Frente su propia transición de una lucha contra el Gobierno Militar a una lucha contra el sistema. La forma particular que inicialmente adoptó con acciones de guerrilla rural fue dejada de lado. El costo humano y político de Los Queñes fue demasiado alto para el Frente. Eso se evidenciará en el curso de 1989 y 1990: sus atentados serán focalizados hacia carabineros y posteriormente hacia personeros que estuvieron vinculados a organismos de seguridad o que, a juicio del Frente, son responsables globales de violaciones de derechos humanos "caso del general Leigh". c. El MAPU Lautaro Los primeros antecedentes de este grupo datan de una división del 12) Rojas, Camilo: "Nuestra línea político-militar. La guerra patriótica en todo el territorio nacional", revista "El Rodriguista", Santiago, junio 1988. 7 Mapu en 1983, partido que asume la tesis de la renovación socialista. Sufriendo la escisión de su ala más radicalizada, un grupo político que, luego de organizarse como tal, hace una clara opción por la violencia como metodología política. En enero de 1985 la Comisión Política del MAPU Lautaro da a conocer sus lineamientos centrales. Es el movimiento que más se ocupa de trabajar la internalización de lo paramilitar en sectores de la población, proyectado en el largo plazo. Por esos días, se decía que su concepción militar está basada en "la idea de un pueblo en armas', en que el poder de fuego "está constituido fundamentalmente por la multiplicidad del armamento casero", lo que lo convierte en "un poder de fuego efectivo en lo que es la operación fundamentalmente urbana, que le da alta contundencia a lo que es el combate de masas, que no adquiere la forma de un ejército regular, en el sentido tradicional". Al estilo de la guerrilla vietnamita, el combatiente se desenvuelve normalmente en su quehacer cotidiano y a la vez ejecuta acciones armadas: "Es un pueblo que junto con sobrevivir y trabajar, hace la guerra. Dentro de este pueblo, se va instalando una segunda capacidad específica que es lo que llamamos la fuerza guerrillera de carácter irregular"(13). En cuanto a su estructura se puede afirmar que operan a través de un "Complejo Partidario", compuesto por tres frentes: a. El Partido MAPU Lautaro, con pretensión de ser la expresión política del movimiento, además de ser la instancia coordinadora de las diversas expresiones de aquel complejo; b. El Movimiento Juvenil Lautaro (MJL), estructurado en torno a bri gadas "que se forman en los frentes naturales donde hay jóvenes, poblaciones, liceos, fábricas, etc. que desarrollan la política de tomarse y ejercer los derechos en todos los planos"; c. Las Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro (FRPL); "allí se ubican las estructuras y combatientes que se dedican de una manera más espe cializada al desarrollo de nuestra política militar"(14). com 1) 13 14 8 Hasta marzo de 1990 es un grupo que no alcanza mayor notoriedad riedad, sí lo logrará con posterioridad a la llegada del Gobierno Carvajal, Diego: "Luchamos por Chile popular", sin pie de imprenta, 1985, p. 25 Carvajal, Diego: "La toma de lo cotidiano", sin pie de imprenta, 1990, p. 18. como sí lo logrará con posterioridad a la llegada del Gobierno Democrático. La primera de sus acciones que llamó la atención pública fue su participación en los incidentes del Parque O'Higgins durante la visita de Juan Pablo II. En suma, dejan muy en claro que su oposición al Gobierno Militar es coyuntural: "Nosotros afirmamos que lo que hoy día está pasando es mucho más que una crisis de coyuntura. Decimos que aquí estamos frente a una crisis del sistema. Es la vieja crisis del capitalismo que hoy ha adquirido una nueva forma histórica". En ella las fases de la lucha insurreccional son tres. Primero, una fase de "desgaste político, ideológico y también físico'; segundo, una dinámica de enfrentamiento "que es el desarrollo creciente de la actividad insurreccional de masas" y tercero, es la guerra o enfrentamiento global "donde se trata de hacerle la guerra al enemigo de manera radical, ininterrumpida y en todo el país"(15). 2. LOS GRUPOS SUBVERSIVOS Y SUS PLANTEAMIENTOS ANTE LA CONSOLIDACIÓN POLÍTICA. EL PRIMER AÑO DE GOBIERNO DE AYLWIN a. Las diversas fracciones del MIR y su replanteamiento ante la vía armada Como ya se dijera el MIR se encuentra dividido en tres fracciones: el MIR Renovación que ha hecho expreso abandono de la vía armada: el MIR Histórico que no habiendo renunciado expresamente a la vía armada, no la tiene contemplada en su actual agenda y tiene su objetivo centrado en la recomposición de la izquierda radicalizada: y el MIR Comisión Militar que sí mantiene vigente la opción armada. En 1986-87 se producen las divisiones del MIR que darán origen primero al Mir Histórico y al MIR Renovación y, a los pocos meses, a la aparición del MIR Comisión Militar. Sin embargo, el fraccionamiento no termina allí y ha proseguido hasta el presente. En la corriente Pascal, que pasó a ser conocida como MIR Histórico, siguieron las deserciones. En agosto de 1988, el propio Pascal deja la Secretaria General al realizarse un Congreso de este grupo, donde se revalidan las tesis tradicionales del movimiento, es decir, un partido político- 15 9 Carvajal, Diego: "Luchamos por Chile popular", op. cit., p. 23 militar, que asume la estrategia de la guerra revolucionaria, apuntando a la realización de la revolución proletaria. Para suceder a Pascal se conforma una dirección colectiva y clandestina, cuyo vocero e, por ese entonces, el sacerdote Rafael Maroto. En marzo de 1991, el MIR Histórico se vuelve a quebrar debido a que militantes de la primera hora se muestran disconformes con el estilo de conducción que habían impreso al movimiento los miembros de la dirección, todos ellos de una generación joven. El nuevo núcleo se congrega en torno a la revista "Punto Final" y su vocero en los hechos es su director, Manuel Cabieses. En cuanto al MIR Renovación o Político, también tiene divisiones. En 1990, instalado el gobierno de Aylwin y con miras a la realización del Congreso de esta fracción se plantearon básicamente tres tendencias runa, encabezada por Alvaro Erazo que plantea derechamente la superación del MIR como entidad política. Otra liderada por Roberto Moreno y representativa de la dirección se muestra partidario de enfatizar la renovación del Movimiento para insertarse en una recomposición de alianzas al interior de la izquierda. Una tercera, finalmente, encabezada por Carlos Lafferte y por el ex candidato a diputado, Luciano Vejar, que plantea la reunificación del MIR sobre la base de sus contenidos y caracterizaciones históricas, lo que equivale a retomar los contenidos insurreccionales. La expresión de estas tendencias signficarán nuevas divisiones y decantaciones que se producirán en los primeros meses del presente año. La corriente de Erazo se separa del MIR Renovación y se incorpora al Partido Socialista. Por su parte, la corriente de Lafferte y Vejar conforman el grupo denominado "Dirección Nacional Provisoria del MIR en Reconstrucción" que llama a construir "un Frente Político de izquierda clasista y revolucionario que se ponga por sobre la legalidad vigente, para lo cual debe avanzarse en un proceso de acumulación de fuerza social, política y militar". Esta fracción era minoritaria en el seno de la Dirección del MIR Renovación, pero tenía seguidores en la base. La corriente de Moreno es la que termina realizando el Congreso en marzo de 1991, donde se elige como Coordinador a Nelson Gutiérrez. Allí se reitera el rechazo a la opción armada y la búsqueda de una inserción en el sistema político. Un dirigente suyo sostiene respecto de la vía armada que "la extrema izquierda no tiene fuerza para desestabilizar ni al gobierno ni al proceso democrático, pero su accionar puede permitir que los militares crecientemente se vayan haciendo cargo del país. O sea puede facilitar que el proceso de transición se haga a la derecha". De paso responsabiliza al gobierno de Aylwin de la persistencia del violentismo político: "En la medida 10 en que el gobierno no ha permitido ni ha abierto canales de participación popular y, además se hace eco del exclusionismo, deja espacio para que el extremismo se manifieste de esta manera. Los grupos militaristas se retroalimentan de estas acciones"(16)En junio de 1990, el MIR Comisión Militar realiza un Congreso, planteando que "el partido es un instrumento para la guerra. Se organiza para la guerra popular en Chile y define su carácter como organización políticomilitar". Están en una etapa de "acumulación de fuerzas" para "el desarrollo del poder armado y militar del pueblo"(17). En cuanto al MIR Renovación o Político, hay que advertir que el abandono de la opción armada puede ser interpretado como instrumental, al tenor de las declaraciones del dirigente Martín Hernández, quien ha afirmado: "Tenemos claro que cuando en Chile se abra un nuevo período de revolución, las fuerzas populares crezcan y logren nuevamente el control del gobierno, habrá unas Fuerzas Armadas permanentemente dispuestas a desconocer esa voluntad popular. En ese período va a haber que enfrentar, nuevamente, igual como lo planteábamos en los sesenta, la necesidad de las tareas militares". Luego agrega, a modo de pronóstico: "No sabemos cuando, pero en este país la necesidad de la revolución volverá a ponerse a la orden del día, como problema inmediato"(18) b. Las fracciones del FMR durante el gobierno de Aylwin Consideremos brevemente al FMR Tradicional que sigue vinculado al Partido Comunista. Este grupo no desarrolla a la fecha una actividad violentista, siguiendo las directrices del partido, pero, al igual que aquel estima que es una opción que no puede ser dejada de lado de manera definitiva. Su vocero, Alfredo Malbrich, dice: "No somos partidarios de hacernos justicia por nuestra propia mano. Pensamos que es responsabilidad del proceso de transición y, por lo tanto, de los que están en el gobierno cumplir el compromiso que asumieron de hacer justicia". De igual forma critica al Frente Autónomo por cuanto un accionar armado en estos días constituye un elemento desestabilizador de la transición. Empero añade: "No renunciamos a la idea de la legitimidad que le 16 17 18 Revista Página Abierta, 15 al 28 de abril 1991) Véase "El Popular", Santiago, 2 noviembre 1990. MIR: "El MIR y las elecciones de diciembre", en revista "Punto Final", 4 diciembre 1989. 11 asiste a un pueblo de resistirse y rebelarse, aún recurriendo a formas armadas de lucha ante quienes utilizan la violencia fratricida para oprimirlo". Si se cree que es una alusión a un régimen autoritario debe leerse con detención lo siguiente. Este grupo no se disuelve, porque "aún existen fuerzas que amenazan el proceso de transición y, por lo tanto, no es posible establecer la eventualidad de que haya que defenderlo"(19). En otras palabras, el Frente Tradicional no está disuelto, no está usando las armas, pero no renuncia a la posibilidad de volver a emplearlas. Constituye pues, un factor de violencia latente que presiona al sistema político. En cuanto al FMR Autónomo, en diciembre de 1989, después de las elecciones presidenciales, precisa sus objetivos centrales en el nuevo período político que se iniciaba: a. La ruptura con el orden socio económico- capitalista y; b. La lucha por el poder político para construir un nuevo orden social. En julio de 1990, el Frente anuncia que ha entrado a una fase estratégica denominada: "Lucha Patriótica por la Dignidad Nacional". Ya no se está frente a un régimen autoritario, sino ante una "democracia continuista", donde decide seguir actuando. Lo característico de esta estrategia es que el Frente combina la actividad armada con una presencia política como objetivo a alcanzar. La meta trazada es "ocupar todos los espacios posibles, legales e ilegales en la lucha de masas" en función de construir las "fuerzas estratégicas". Sin embargo, no se crea que este grupo está por abandonar su opción armada. Por el contrario, afirman que: "Bajo las actuales condiciones, nuestro planteamiento político no será escuchado sin un accionar militar concreto"(20). Estos planteamientos pasan por una readecuación del Frente al nuevo escenario político. Se indica que se está en una posición política desventajosa que condiciona el desarrollo de una política insurreccional: "No siempre es posible estar a la ofensiva. Hay momentos de repliegue que son necesarios como medida táctica para acumular fuerzas".(21) La readecuación orgánica hace que planteen una redefinición de los 19 Véase revista COSAS, 19 marzo 1991. FMR: editorial revista "El Rodriguista", Santiago, julio 1990. 21 Rojas, Camilo: "Consideraciones políticas en nuestro proceso de constitución de fuerzas" en revista "El Rodriguista", Santiago, julio 1990. 20 12 Núcleos Rodriguistas -organismos de base- para que no sólo se orienten hacia lo subversivo, sino que también apunten a lo político y social. En este aspecto estiman necesario "contar con una política que trascienda lo puramente operativo, es decir, que no reduzca la política del frente a un accionar operativo solamente. Hay que lograr la unidad en la práctica entre el trabajo político y militar como un todo, porque éstos no son quehaceres separados sino que se enriquecen y desarrollan en un proceso armónico"(22). En lo estrictamente contingente dicen que han iniciado los Juicios Patrióticos por la Dignidad Nacional que reivindican la cuestión de los derechos humanos, puesto que consideran obsecuente la conducta del Poder Judicial para con el pasado gobierno. En el número 49 de "El Rodriguista", dentro de esta temática, publican un listado bajo el siguiente encabezamiento: "Estos ciudadanos son gestores, encubridores y ejecutores del golpe de 1973". En la lista figuran todos los miembros de la Junta de Gobierno y jefes militares diversos. Se agrega una lista de civiles donde es posible encontrar senadores como Sergio Onofre Jarpa y Sergio Diez, de Renovación Nacional, y el fallecido Jaime Guzmán de la UDI. También se incluye a destacados personeros demócrata-cristianos, encabezados por Patricio Aylwin, actual Presidente de la República. le acompañan el senador Andrés Zaldívar y el Intendente de Santiago, Luis Pareto, presidente de la Cámara de Diputados en 1973. En abril de 1991 se concretaría un "juicio patriótico" a uno de los mencionados en la lista: el senador Jaime Guzmán. En 1991 está fracción entra en un proceso de consulta nacional donde se discute una redefinición de los pasos a seguir, a partir de la constatación de que la izquierda vive una crisis profunda. Su vocero, Vassily Carrillo señala: "Tenemos que producir un desequilibrio de la correlación de fuerzas actuales que son favorables a la derecha y al gobierno. Ese cambio lo tenemos que hacer con madurez, con responsabilidad política y eso hace que la labor de hoy sea utilizar el máximo de recursos y el máximo de nuestras capacidades en un trabajo político-ideológico, en un trabajo político-social"(23). Hay entonces, una redefinición de la política subversiva de este grupo, para situarse en una perspectiva insurreccional de más largo aliento. Tratan de convertirse en un actor político y social que lleve a cabo un proceso revolucionario, para lo cual deben comenzar por la acumulación de fuerzas. Por eso es que el mismo vocero apunta que "el problema de la justicia y de 22 "La lucha patriótica por la dignidad nacional: una propuesta concreta para el período actual", revista "El Rodriguista", Santiago, agosto 1990. 23 Véase revista "Punto Final", Santiago, 8 abril 1991. 13 cualquier reivindicación legítima del pueblo, tiene que asumirla el pueblo. No un grupo de iluminados o un aparato que se transforme en una especie de vengador justiciero". No es que se rechace la validez del uso de la fuerza, sino que éste debe guardar una estrecha correspondencia con un plan estratégico global: "Las acciones armadas deben estar enmarcadas junto a las reivindicaciones del pueblo y principalmente en el desarrollo de una política que nos permita estar preparados cuando tengamos que resolver el problema de la revolución y se produzca el enfrentamiento con estas mismas fuerzas de la reacción y del imperialismo". Reivindica, con todo, la permanencia de una política de "autodefensa del pueblo", que consiste en implementar acciones de violencia en contra de "organismos represivos', concretamente de "Carabineros que sigue torturando y reprimiendo"(24). Acaecido el asesinato de Jaime Guzmán esta fracción se apresura a señalar que no es suya la autoría del crimen. Como este Frente siempre ha reconocido sus acciones, una opinión en contrario merece credibilidad como un elemento objetivo de análisis. Tanto más, y éste es un dato importante a considerar, si Carrillo deliberadamente da pistas para responsabilizar de los últimos atentados a un grupo que se ha desprendido del Frente Autónomo. En primer lugar, indica que cuando el Frente perpetra acciones de violencia quién las reivindica es la vocera Mariela Vargas. Es el sello que revela, sin lugar a dudas, la autoría del grupo. No ha acontecido en los últimos casos. Entrega una segunda pista cuando dice que el detenido por el asesinato del médico militar de Rancagua y de su esposa, Adolfo Sánchez, pertenece al Frente, pero "hoy, por lo que ha sido detenido, no tiene nada que ver con nuestra organización"(25). Resulta más que evidente que se está indicando la existencia de un tercer Frente Manuel Rodríguez, fruto de una escisión producida a mediados de 1990. Este tercer Frente, que denominaremos FMR Intransigente ha participado en los crímenes del guardia del Museo Histórico de Talca, zona en la que pretende operar como núcleo rural; del médico militar de Rancagua y del senador Guzmán. Después del asesinato del senador Guzmán, en un reportaje se dice: "Fuentes del sector autónomo del Frente confirmaron que efectivamente existe, desde mediados del año pasado, un sector que se desgajó del grupo por no estar de acuerdo con el inicio de la discusión que actualmente se realiza. 24 25 Ibidem Véase diario "La Época", Santiago, 4 abril 1991. 14 Este grupo que habría mantenido un nivel de operatividad, especialmente en la zona de Talca y Valdivia, habría tomado la decisión de realizar una acción audaz que coincidiera más o menos con el término del proceso de discusión que realizaban sus ex compañeros. Sería el empleo de un lenguaje militar para intervenir en la discusión"(26). El FMR Intransigente que protagoniza los incidentes de Villa Francia -en cuanto expresión de propaganda- y que a diferencia de los anteriores no busca insertarse en una base social determinada, sino que emplear la violencia de manera directa; es decir, persigue transformarse en un grupo terrorista como Baader Meinhof alemán o las Brigadas Rojas italianas, que siendo reducidos en número de militantes, tenían, por lo mismo, gran eficiencia operativa. c. El MAPU Lautaro y su expansión A inicios de 1990, un dirigente de la organización daba a conocer en forma pública cuáles eran sus planes para la nueva etapa política que iniciaba el país. Partía de la premisa que sólo se producía un cambio en la administración de un régimen que se prolongaba. Propician ahora el desarrollo de la "guerra insurreccional de masas", consistente en dos líneas de acción. a. Establecer una coordinación con otros grupos subversivos: "Es perentorio agilizar un proceso unitario de las vanguardias políticomilitares para provocar un impulso gigantesco en la lucha popular, producto de un salto cualitativo en conducción, coordinación y calidad en la táctica". b. Iniciar una ofensiva frontal contra el sistema institucional, apuntando sus ataques en las Fuerzas Armadas y de Orden: "Nosotros conscien temente agudizaremos el enfrentamiento con el régimen en la mira de desgastar sus pilares de perpetuación". Para ello, anuncian que se proponen: "Neutralizar la capacidad de control de las fuerzas represi vas que sustentan el régimen, desalojándolas de los territorios popu lares"(27). 26 Véase revista "Análisis", Santiago, 8 abril 1991. Poblete, Camilo: "MAPU Lautaro da a conocer su política" en revista "Punto Final", Santiago, 15 enero 1990. 27 15 En los últimos meses las acciones de este actor han apuntado a los siguientes blancos: expresiones del capital financiero, como ellos llaman a los bancos; iglesias mormonas, en cuanto perciben en ellos "una expresión cotidiana de la presencia imperialista"; castigo a las fuerzas represivas, como ellos llaman a las FFAA y policiales (aquí puede inscribirse el asesinato del Prefecto de Investigaciones de Concepción). Planean desarrollar otros dos tipos de acciones: los copamientos territoriales armados, que consisten en apoderarse de un lugar físico por un espacio de tiempo, cortando los puntos de acceso, asaltando los locales comerciales encerrados en el espacio tomado. Se plantean como acciones rápidas que llaman de "poder concreto". Por último, destaquemos que ha desarrollado a fondo una estrategia para reclutar jóvenes en colegios y liceos, antes que en las universidades. Ellos confiesan que su "fuerza predominante está en la juventud popular... no por una definición de principios, sino porque, como ha venido desarrollándose la historia, los jóvenes han sido los más afectados en sus necesidades y aspiraciones durante el Gobierno Militar. Al mismo tiempo, fueron la fuerza principal en la lucha contra la dictadura"(2S). Este movimiento sigue estando vinculado a acciones de "propaganda armada" en sectores poblacionales donde también realiza tareas de reclutamiento. d. Las instancias de coordinación de los grupos antisistémicos El actuar de manera coordinada, teniendo como elemento identificador la adhesión a similares concepciones doctrinales, y asumiendo, con diferencias menores, una misma valoración de la coyuntura, ha sido un aspiración varias veces expresadas por los diversos grupos que se han analizado en este estudio. Algo se ha avanzado en ello, debiendo apuntarse que está funcionando plenamente el Movimiento Pueblo Intransigente -MPI-, donde se aglutinan: el MIR Pascal, el MIR Comisión Militar, el Frente Manuel Rodríguez Autónomo y el MAPU Lautaro, más grupos socialistas menores y dispersos. De tal manera que el país tiene hoy día una coordinadora de movimientos extremistas, que puede operar como si se tratara de un sólo actor. También importa que la acción de uno de los grupos que opera involucra a los demás, 28) Carvajal, Diego: "La toma de lo cotidiano", op. cit., p. 13 16 por cuanto, salvo que se disolviera la coordinación, se es solidariamente responsable de lo que uno de sus miembros realiza. En una publicación se reveló lo que estaba haciendo el MPI, empeñándose "en aglutinar las fuerzas de izquierda extraparlamentaria para desarrollar frentes comunes. El MPI tiene su expresión más cabal en los "Foros de Izquierda"(29). 3. EL PARTIDO COMUNISTA: LA AMBIGÜEDAD El Partido Comunista en las conclusiones de su XV Congreso, realizado en 1989, ratifica la vigencia de la política de Rebelión Popular; los acuerdos de dicho evento son los que rigen hasta hoy la línea de la colectividad. Si se agrega a esto el hecho de que el PC se encuentra legalizado, se podrá concluir que su postura frente al sistema políticoinstitucional es de una franca ambigüedad. En diciembre de 1990 el Partido realiza su XIII Pleno, donde se marca no sólo una diferencia sustantiva respecto del Gobierno -al que se acusa de conciliador-, sino que además, el dirigente José Sanfuentes precisa la posición de la colectividad respecto del poder, donde se reitera la ambigüedad del Congreso: "La política es una cuestión de poder y el 14 de diciembre del año pasado se conquistó una esfera del poder, aquello que se llama el poder temporal del gobierno. Sin embargo, en los llamados factores de poder permanente, en el Estado y también en la esfera de la cultura y de los medios de comunicación, el continuismo derechista mantiene sólidas posiciones"(30). Pero, para que nadie tenga dudas de su inclinación hacia la izquierda rupturista, mencionemos el editorial de "El Siglo" donde se rinde un homenaje al FMR: "El Frente Manuel Rodríguez fue una respuesta patriótica a esa situación (el Gobierno Militar). En esa lucha los rodriguistas crecieron, se multiplicaron. Evidentemente, el rodriguismo es hoy una adquisición del pueblo chileno, que no puede ni debe perderse. La lección histórica es demasiado grande". Pero no es sólo un homenaje de recuerdo, sino que apunta a destacar su vigencia actual: "El Frente Manuel Rodríguez tiene pleno derecho a participar en esta transición y ese derecho debe ejercerlo públicamente como todas las organizaciones democráticas que 29 Véase reportaje "Oh revolución" en revista APSI, Santiago, 1 agosto 1990. Véase periódico "El Siglo", Santiago, 9 diciembre 1990. 30 17 lucharon contra la dictadura. Es fundamental que el Frente Manuel Rodríguez se le reconozca su lugar en esta transición" (31). Más aún, en la víspera del asesinato del senador Guzmán, el Partido vuelve a expresar su adhesión oblicua a la violencia como metodología. El ex Secretario General del Partido Comunista, Luis Corvalán, expresaba en una entrevista un apoyo al empleo de la violencia, entregando el siguiente mensaje a los violentistas: "A los jóvenes que hacen acciones que perjudican al gobierno de Patricio Aywlin, les digo que no van por buen camino. Pero si hay jóvenes que tienen armas, les diría que las guarden ... por si las moscas"(32). No fue una opinión que pueda imputarse a la improvisación, por cuanto diez días antes, el mismo personero, había expresado: "La violencia es legítima en determinados momentos en la vida de los pueblos"(33). El Partido Comunista permanece, por tanto, con una doble vía: por un lado su adhesión formal al sistema institucional de partidos, y por otra la mantención, en estado de latencia, de su opción insurreccional. 31 Véase periódico "El Siglo", Santiago, 16 diciembre 1990. Véase diario "El Mercurio" de Santiago, 31 marzo 1991. 33 Véase diario "La Segunda", Santiago, 21 marzo 1991. 32 18