LA IDEA CENTRAL DE LAS EPÍSTOLAS DE PABLO El encargo central de Pablo Semana 1 El encargo central de Pablo (1) (Gá 4:1-7) Alimento Diario www.dailyfood.ca 1 Lunes Leer con oración: 2 Co 12:1-4; Gá 1:15-17 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. [...] Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Ti 3:16-17; 4:2) LA REVELACIÓN DE LA ECONOMÍA DE DIOS EN LAS EPÍSTOLAS DE PABLO Alabamos al Señor por una serie más del Alimento Diario. En esta oportunidad, el tema general de nuestro estudio de la Biblia será La idea central de las epístolas de Pablo, y esta semana veremos El encargo central de Pablo. Dios le reveló al apóstol Pablo la visión de la economía de Dios, es decir, Su plan eterno con relación a Sus escogidos (2 Co 12:1-4). Damos gracias al Señor por el hecho de que Pablo registró esta revelación en sus 14 epístolas. Seis de ellas fueron escritas antes de que él fuera puesto en prisión: Gálatas, Primera y Segunda de Tesalonicenses, Primera y Segunda de Corintios y Romanos. La Epístola a los Gálatas fue escrita durante su segundo viaje ministerial, alrededor del año 54 d. C. En esa epístola, Pablo nos muestra la importancia de la plena filiación, del plan de Dios que nos viene a ayudar a crecer y madurar en la vida divina, hasta que todos lleguemos a ser Sus herederos. Seguidamente vienen Primera y Segunda de Tesalonicenses, que probablemente fueron escritas simultáneamente con Gálatas, cuando él estaba en Corinto. Pablo escribió esas dos epístolas a los tesalonicenses porque en aquella ocasión muchos estaban 2 desanimados debido a la persecución que había en contra de los santos y la muerte de algunos. En Primera y Segunda de Tesalonicenses el apóstol los alentó, manifestándoles que, cuando el Señor vuelva, los que durmieron en Cristo, resucitarán primero. Sus palabras tenían como propósito consolar a los tesalonicenses, así como también fortalecer su fe y esperanza a la luz de la venida del Señor. De hecho, Pablo se comportó con ellos como un padre y una madre (1 Ts 2:11, 7). Asimismo, Pablo también escribió dos cartas a los corintios, que hablan especialmente acerca de la vida de la iglesia, el ministerio y los ministros del nuevo pacto. Los mayores problemas de la iglesia en Corinto eran las divisiones causadas por la infantilidad espiritual y por las preferencias naturales, así como los diferentes problemas morales, consecuencia y evidencia de que ellos vivían en la carne. Además, por influencia de otros, también había cuestionamientos al ministerio de Pablo. Por eso, como un verdadero padre espiritual, el apóstol les escribió dos epístolas para tratar con esos asuntos (1 Co 4:15; 2 Co 12:14). La epístola a los Romanos fue escrita por Pablo alrededor del año 60 d.C., cuando probablemente él se encontraba en Corinto (15:25-32; Hch 19:21; 20:1-3). Podemos decir que este libro es el evangelio de Pablo (Ro 1:1; 16:25), puesto que los cuatro primeros libros del Nuevo Testamento, que conocemos como los cuatro evangelios, en realidad, son biografías del Señor Jesús. Por eso podemos considerar el libro de Romanos como el verdadero evangelio, pues presenta la condición pecadora del hombre y la obra de la gracia que, por medio de la redención de Cristo, nos trajo la salvación completa, la cual transforma a pecadores en hijos de Dios, y en Sus herederos y miembros del Cuerpo de Cristo. 3 Por la soberanía de Dios, después de ser puesto en prisión en Roma, Pablo escribió ocho epístolas más (creemos que Hebreos también fue escrita por él), de entre las cuales consideramos como las principales: Colosenses, Efesios, Filipenses y Filemón, así como la Epístola a los Gálatas. La carta escrita a los Colosenses nos habla del misterio de Dios, que es Cristo (2:2). En ella vemos la preeminencia de Cristo, pues Él es antes de todas las cosas y en Él subsiste todo (1:17). Él es la Cabeza del Cuerpo, de la iglesia, y debe tener la preeminencia sobre todas las cosas. En pocas palabras: Cristo es todo, y sin Él no tenemos nada (3:11). La Epístola a los Efesios revela el misterio de Cristo, que es la iglesia (3:4-6; 1:22-23). En la primera parte de esa epístola Pablo describe la revelación de la economía divina y nuestra posición celestial en Cristo. Luego, en la segunda parte revela el vivir práctico que debemos tener en el Espíritu. Al hablar de la iglesia, Pablo presenta sus varios aspectos, que van desde el Cuerpo de Cristo hasta el ejército de Dios listo para batallar en favor del reino de Dios. Asimismo, tenemos los cinco tipos de andar que todos debemos anhelar: en la gracia, en la verdad, en amor, en la luz y en el espíritu. La Epístola a los Filipenses nos muestra la meta de nuestra vida cristiana, el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (3:12-14), la transfiguración de nuestro cuerpo de humillación en un cuerpo de gloria y la manifestación de nuestra patria celestial (vs. 20-21). La iglesia en Filipos es un ejemplo de participación en la obra del evangelio realizada por Pablo. Por eso él tenía la certeza de que esa participación redundaría en mucho fruto para los que ofrendaban (4:15-19). La cuarta epístola escrita en la prisión fue dirigida a Filemón, en la cual vemos el amor de 4 Pablo por Onésimo, a quien le predicó el evangelio y perfeccionó para ser una persona útil a Dios y a los hermanos (vs. 10-14). Mientras esperaba su juicio, Pablo realizó algunos viajes, y en ese periodo, escribió las otras cuatro epístolas: Primera y Segunda de Timoteo, Tito y Hebreos. Por medio de esas epístolas tenemos la revelación de la economía neotestamentaria de Dios. Éstas también nos muestran el evangelio anunciado por Pablo, un evangelio completo, que incluye la fe, el amor y la esperanza. Nuestra predicación del evangelio debe tener esos tres elementos; no debemos perder ninguna oportunidad de presentarlo a las personas, ya sea por medio de los tratados de evangelización, del Periódico Árbol de la Vida, de los libros o de la palabra hablada. Todos debemos tener ese encargo por la predicación del evangelio. Punto clave: Aprovechar todas las oportunidades para predicar el evangelio. Su punto clave es: Pregunta: ¿Qué es lo que Pablo presenta en sus epístolas? 5 Martes 2 Co 12:1-4; Gá 4:1-2; Ef 3:3-10; Fil 3:13-14, 20-21; Col 2:1-2 “El misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria” (Col 1:26-27) Leer con oración: LOS LIBROS QUE PRESENTAN LA IDEA CENTRAL DE LOS ESCRITOS DE PABLO Dios escogió a Pablo y lo usó para registrar en sus epístolas la visión de la economía de Dios. Sus escritos, que componen más de la mitad de los libros del Nuevo Testamento, son el desarrollo de la visión que él recibió de Dios, pues hasta aquel momento las Sagradas Escrituras todavía no habían sido completadas (2 Co 12:1-4; Ef 3:3-6; Col 1:26-27). De entre sus 14 epístolas, consideramos la escrita a los Gálatas y también las cuatro que escribió al ser llevado a Roma (Efesios, Filipenses, Colosenses y Filemón) como las más importantes. Para comprender mejor el encargo central de Pablo en esas cinco epístolas principales, el Señor nos concedió una ilustración: la del avión (ver ilustración en la pág. 17). El cuerpo del avión, o su fuselaje, representa al libro de Gálatas, que nos presenta un panorama general de la economía divina. En esa epístola, Pablo dio testimonio de cómo él, un fariseo que asolaba a las iglesias, celoso de las 6 tradiciones de sus padres, se volvió útil para Dios: “Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre” (Gá 1:15-16). Y añadió: “Y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (2:20a). Por eso el evangelio que él predicaba tenía a Cristo como centro, y no más la ley, pues por medio de Cristo la bendición de Abraham, el Espíritu prometido, llegó a nosotros (3:14). ¡Aleluya! En el Espíritu tenemos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como fue revelado en el Evangelio de Juan (14:16-17, 20). Además, el libro de Gálatas nos muestra que no sólo debemos comenzar en el espíritu, sino también vivir y andar en Él, a fin de cumplir la voluntad de Dios (3:3; 5:16, 25). Si permanecemos en el espíritu, creceremos en vida y alcanzaremos la madurez espiritual. Con el fin de ayudarnos en este crecimiento, el Señor nos dio hermanos y hermanas en la vida de la iglesia para enseñarnos y guiarnos, alimentarnos y cuidarnos, según los principios de la Palabra de Dios. Ellos son los tutores y curadores, los maestros y pastores responsables para ayudarnos a alcanzar la madurez en realidad, la plena filiación (4:1-7). Siguiendo la ilustración del avión de la economía de Dios, tenemos dos alas: una es el libro de Colosenses, donde Cristo es revelado como el misterio de Dios (2:1-2), y la otra 7 es el libro de Efesios, que nos presenta a la iglesia como el misterio de Cristo (3:3-10). Estos dos libros dan equilibrio y sostienen nuestra vida cristiana. Asimismo, para alcanzar su destino, toda aeronave debe tener un plan de vuelo antes de despegar. El plan de vuelo, la meta que Dios estableció para nosotros, se puede ver en el libro de Filipenses (3:13-14, 20-21). Además de la cabina, de las alas y del plan de vuelo para alcanzar nuestro destino, hay una pista de despegue que, según la ilustración del avión, representa al libro de Filemón, donde tenemos la expresión del amor como el camino más excelente para conducir a los hermanos a ser útiles en las manos de Dios. Así que, de esta manera podemos concluir que los libros de Gálatas, Colosenses, Efesios, Filipenses y Filemón presentan y revelan la idea central de los escritos de Pablo. Punto clave: Madurar y alcanzar la madurez espiritual. Su punto clave es: Pregunta: ¿Cuáles son los libros escritos por Pablo que componen la idea central de sus escritos? 8 Miércoles Leer con oración: Pr 28:13; Mt 14:24-32; Ap 2:5 “Una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil 3:13-14) PROSEGUIR HACIA LA META: CRISTO Para entender mejor la revelación central de la economía de Dios en los escritos de Pablo, hemos usado la figura de un avión, cuya cabina de pasajeros representa al libro de Gálatas; las alas se refieren a las epístolas a los Colosenses y a los Efesios; el plan de vuelo que nos lleva al destino, para entrar en el reino, es el libro de Filipenses. En el libro de Filipenses también vemos cuál era la actitud de Pablo para alcanzar el premio de reinar con Cristo: olvidar lo que queda atrás y extenderse a lo que estaba delante de él (3:13-14). De igual manera, nosotros debemos dejar de lado todo lo que nos impide avanzar y proseguir hacia la meta propuesta por el Señor. Si usted desea avanzar y proseguir hacia lo que Dios ha preparado para usted, haga como Pablo, no pierda el tiempo mirando hacia atrás o hacia los lados, tenga su meta bien definida: ¡Cristo y Su reino! Incluso frente a las adversidades en el vivir familiar o en lo día a día, no se desanime, sino prosiga, confíe en que el Señor está delante de usted, llamándolo hacia la meta. No sea como el apóstol Pedro que, al ser llamado por el Señor para ir a Su encuentro, andando sobre las aguas, miró las 9 circunstancias alrededor y tuvo miedo. Mientras permaneció con los ojos puestos en el Señor y obedeció a Su palabra, Pedro comenzó a andar sobre el mar. Pero “al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzó a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” (Mt 14:30-31). Nuestros ojos tienen que estar en el Señor y nuestras acciones deben ser acordes con Su Palabra. Si mira hacia los lados, verá muchos problemas que le impedirán proseguir. No mire hacia sus errores pasados. Para éstos sólo hay una salida: arrepiéntase, confiese sus pecados y déjelos atrás (Ap 2:5; Pr 28:13). Mire firmemente sólo al Señor, a Su economía, a la meta. De esta manera, usted tendrá las fuerzas para proseguir y alcanzar el premio de su llamamiento: reinar con Cristo en Su reino. ¡Aleluya! Punto clave: Mirar hacia la meta. Su punto clave es: Pregunta: ¿Qué actitud tuvo Pablo para alcanzar la meta, el objetivo de su llamamiento? 10 Jueves Leer con oración: Hch 27:1, 3-11, 33-41; Ro 5:17 “Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados. Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la vision ” (Hch 26:16-19) EJERCER LA AUTORIDAD DE DIOS INCLUSO ANTE LAS PEORES CIRCUNSTANCIAS Hoy veremos un poco sobre los antecedentes de la epístola que Pablo le escribió a Filemón con respecto a Onésimo. Después de su tercer viaje ministerial, Pablo subió a Jerusalén para encontrarse con los hermanos, pero fue apresado y luego llevado a Cesarea. Él permaneció preso en Cesarea, durante dos años, acusado por los judíos de enseñarles a apostatar de la ley. Allí permaneció hasta que, ante el rey Agripa, presentó su defensa y apeló a César (Hch 26). En su viaje a Roma, Pablo pasó por diferentes dificultades y peligros: “Cuando se decidió que habíamos de navegar para Italia, entregaron a Pablo y a algunos otros presos a un centurión llamado Julio, de la compañía Augusta. Al otro día llegamos a Sidón; y Julio, tratando humanamente a Pablo, le permitió que fuese a los amigos, para ser atendido por ellos. Y haciéndonos a la vela desde allí, navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos eran contrarios. Habiendo atravesado el mar frente a Cilicia y Panfilia, arribamos a Mira, ciudad de Licia. Y hallando allí el centurión una 11 nave alejandrina que zarpaba para Italia, nos embarcó en ella. Navegando muchos días despacio, y llegando a duras penas frente a Gnido, porque nos impedía el viento, navegamos a sotavento de Creta, frente a Salmón. Y costeándola con dificultad, llegamos a un lugar que llaman Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea. Y habiendo pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación, por haber pasado ya el ayuno, Pablo les amonestaba, diciéndoles: Varones, veo que la navegación va a ser con perjuicio y mucha pérdida, no sólo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras personas. Pero el centurión daba más crédito al piloto y al patrón de la nave, que a lo que Pablo decía” (Hch 27:1, 3-11). Pablo estaba en una posición de prisionero y, probablemente, fue ubicado en las peores instalaciones de la nave. Creemos que en esos viajes por el Mar Mediterráneo era frecuente que ocurrieran tormentas: “Cuando comenzó a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo: Este es el decimocuarto día que veláis y permanecéis en ayunas, sin comer nada. Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá. Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó a comer. Entonces todos, teniendo ya mejor ánimo, comieron también. Y éramos todas las personas en la nave doscientas setenta y seis. Y ya satisfechos, aligeraron la nave, echando el trigo al mar. Cuando se hizo de día, no reconocían la tierra, pero veían una ensenada que tenía playa, en la cual acordaron varar, si pudiesen, la nave. Cortando, pues, las anclas, las dejaron en el mar, largando también las amarras del timón; e izada al viento la vela de proa, enfilaron hacia la playa. 12 Pero dando en un lugar de dos aguas, hicieron encallar la nave; y la proa, hincada, quedó inmóvil, y la popa se abría con la violencia del mar. Entonces los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando. Pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió este intento, y mandó que los que pudiesen nadar se echasen los primeros, y saliesen a tierra; y los demás, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra” (Hch 27:33-44). A pesar de que Pablo ocupaba una posición de prisionero en el trayecto de este viaje a Roma, él encontró la oportunidad para expresar su autoridad espiritual y conducir a aquellas personas que viajaban junto con él a confiar en Dios, de manera que sus vidas fueran preservadas. Era como si Pablo fuera un rey en aquella nave, el que gobernaba ante aquella situación de aprensión. Eso nos muestra que, cuando estamos en el espíritu, aunque estemos pasando por las peores circunstancias, la vida de Dios reina en nosotros y por medio de nosotros (Ro 5:17). Punto clave: Ejercer la autoridad de Dios en toda y cualquier circunstancia. Su punto clave es: Pregunta: ¿Por qué Pablo ejercía la función de un rey dentro de la nave, a pesar de ser sólo un prisionero? 13 Viernes Leer con oración: Hch 28; Flm 8-13 “Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” (Hch 28:30-31) PREDICAR EL EVANGELIO EN TODO LUGAR Como vimos ayer, Pablo, incluso estando en la condición de prisionero, ejercía la autoridad de Dios en toda y cualquier situación. En su viaje a Roma, pasó por varios peligros y hasta naufragó, pero Pablo ejerció la función de ministro de Dios. Cuando el barco encalló y el casco se rompió, las personas que estaban en la nave se lanzaron al mar y algunas nadaron, pero otras se agarraron de las tablas y de otras partes y objetos de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron, saliendo a tierra (Hch 27:43-44). Esto ocurrió conforme a lo que Pablo había profetizado: “No temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho” (vs. 24-25). En tierra, confirmaron que habían llegado a la isla de Malta. En esa isla Pablo fue confundido con un dios, pues, después de salvarse del naufragio, una víbora se le prendió del brazo, pero él no sufrió ningún daño. En aquella isla, Pablo también realize varias sanidades, de modo que él y sus compañeros recibieron muchas honras y fueron encaminados para continuar el viaje a Roma (Hch 28:1-15). Al llegar a Roma, “A Pablo se le permitió vivir aparte, con un soldado que le custodiase. [...] Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” (Hch 28:16, 30-31). Muchos todavía tienen un concepto equivocado de que Pablo, al llegar a Roma, fue llevado a una prisión. Eso 14 no fue lo que sucedió. Él había apelado a César, para defenderse de las acusaciones de los judíos. Él no había sido condenado, por lo tanto sólo era un reo. Como tal, alquiló una casa y allí predicaba el evangelio. En plena capital del imperio, muchos creyeron y se convirtieron por medio de su predicación del evangelio, de entre los cuales la Biblia destaca a Onésimo. Él era esclavo de Filemón, uno de los colaboradores de Pablo y un importante hermano de la iglesia en Colosas. Filemón era una persona de posesiones y de buena posición económica, mientras que Onésimo, por el hecho de ser un esclavo, no tenía nada. Además, Onésimo, debió haberle robado algo a Filemón y huyó a Roma. Por la soberanía de Dios, allí se encontró con Pablo, y él le predicó el evangelio. Después de un tiempo, Pablo lo envió de regreso con Filemón, no más como un esclavo, sino como un hermano amado, útil al Señor (Flm 8-13). Esa relación entre Pablo y Onésimo representa la actitud de amor que debemos tener con relación a los hermanos en la iglesia y a las personas en el mundo. Pablo le predicó el evangelio, lo alimentó espiritualmente y lo perfeccionó hasta ser un hermano amado, un fiel ministro, una persona útil en las manos de Dios (Col 4:9). Punto clave: Al predicar el evangelio, manifestemos nuestro amor por las personas. Su punto clave es: Pregunta: ¿Por qué la Epístola de Pablo a Filemón representa la pista de despegue del avión de la economía de Dios? 15 Sábado Leer con oración: Ef 2:1-10; Flm 5-16; 1 P 5:10 “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra” (2 Ti 2:21) VOLVERSE ÚTIL AL SEÑOR Cuando Pablo le predicó el evangelio a Onésimo en Roma, éste recibió el suministro de vida y fue perfeccionado. El cuidado de Pablo para con Onésimo estaba lleno de amor, que es la base de la vida de la iglesia. Según la ilustración que hemos utilizado, este amor puede ser representado por la pista de despegue del avión. Sin una pista adecuada, plana, sólida y compacta, no se puede estacionar ni despegar un avión. Para construir la pista de un aeropuerto, por ejemplo, se requiere de mucho trabajo porque la pista tiene que resistir los fuertes impactos y soportar el peso de las grandes aeronaves. Para obtener una pista adecuada, la ingeniería moderna le hace un tratamiento a la base, escava el suelo y saca varias capas de tierra. A veces es necesario escavar uno, dos o hasta tres metros de profundidad para retirar la tierra y poner piedras y rocas para formar un suelo compacto. Después viene la armadura de hierro y el concreto. Podemos aplicar esto a nuestra experiencia espiritual. En nosotros tenemos muchas cosas naturales. Si queremos ser usados por Dios como una pista, necesitamos escavar lo que es natural en nuestro interior y permitir que el Señor remueva todo lo viejo, para que ponga más de Su vida, naturaleza y amor, a fin de formar un suelo compacto (1 P 5:10). Si usted deja que el Señor trabaje en su interior, se convertirá en esa pista llena de amor. Pero, si usted no quita lo que es natural en su interior, sus conceptos y tradiciones, cuando el “avión” lleno de personas vaya a 16 “aterrizar”, usted “se hundirá en la pista”, y no podrá “alzar vuelo”, desarrollar sus talentos y ser útil en las manos de Dios. Aparentemente, el libro de Filemón no tiene importancia doctrinal, más parece una carta personal. No obstante, la manera como Pablo trató con Onésimo y lo encaminó a su señor, Filemón, nos muestra cómo él también fue perfeccionado y no trataba más a las personas como lo hizo inicialmente con Juan Marcos. Onésimo volvió donde Filemón no como un esclavo inútil, sino como un hermano amado y útil (v. 11). Esto es la economía de Dios: antes estábamos muertos en delitos y pecados, camino al lago de fuego y azufre. Pero Dios nos salvó, perdonó nuestros pecados por medio de la redención de Cristo, y nos dio vida; luego, nos puso en la iglesia para que crezcamos en la vida divina y, poco a poco, seamos perfeccionados para Su obra (Ef 2:1-10). El mismo Onésimo es un ejemplo para nosotros: al principio él era muy natural, pero algo fue trabajado en su interior, “capa tras capa”, y como resultado él se volvió útil en la obra de predicación del evangelio. Por eso, no importa cuánto tiempo tengamos que invertir, el amor debe ser añadido y aplicado en nosotros. Tenemos muchas cosas naturales que necesitan ser quitadas para que lleguemos a ser útiles al Señor. Punto clave: Abrirse al trabajar del Señor para volverse útil para Dios. Su punto clave es: Pregunta: En su experiencia, ¿qué debe ser quitado y qué debe ser añadido para volverlo útil al Señor? 17 Domingo Leer con oración: 2 Co 12:1-4; Gá 4:1-7; Ef 3:14-21 “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” . “Todas vuestras cosas sean hechas con amor” (Fil 3:13-14; 1 Co 16:14) EL CAMINO MÁS EXCELENTE PARA “ALZAR VUELO” Dios le reveló Su economía neotestamentaria al apóstol Pablo. Él fue usado por el Señor para completar y registrar en libros la revelación divina. Las epístolas de Pablo comprenden más de la mitad del Nuevo Testamento, pero, de entre sus epístolas, destacamos las de Gálatas, Efesios, Colosenses y Filipenses, que pueden ser consideradas el corazón del Nuevo Testamento, pues presentan la economía de Dios. Para comprender mejor la idea central de Pablo en sus epístolas, esta semana utilizaremos nuevamente la ilustración de un avión. Gálatas es la más importante, es la cabina del avión. Este libro nos muestra que por la gracia de Dios, y no por las obras de la ley, fuimos introducidos en la vida de la iglesia, representada por la cabina del avión, y estamos bajo el cuidado de tutores y curadores, a fin de que maduremos y lleguemos a ser parte de la “tripulación” para servir a los demás hermanos (Gá 4:1-7). Además, vimos que, para alzar vuelo, una aeronave necesita de las alas. Las alas son las que le dan equilibrio y sustentación al avión, lo mantienen en el aire. La primera ala, representada por el libro de Colosenses, presenta el misterio de Dios, Cristo. El énfasis de este libro es el evangelio; en él vemos que necesitamos fe, amor y esperanza para cumplir la voluntad de Dios. La segunda ala es el libro de Efesios, que presenta el misterio de Cristo, la iglesia. En el capítulo 1 de Efesios tenemos la economía de Dios y el dispensar del Dios Triuno. En el 18 capítulo 2 vemos nuestra condición como material inútil y cuál era nuestro destino. El capítulo 3 muestra las dimensiones del amor de Cristo, y los siguientes capítulos presentan la maravillosa vida de la iglesia y su vivir práctico. Además de la cabina y las dos alas, vimos que el avión necesita tener un plan de vuelo, un destino. Esto está representado en el libro de Filipenses donde vemos al Señor que nos llama, motiva e impulsa a proseguir en dirección al reino (3:12-14, 20-21). En nuestro vivir necesitamos tener una meta. El Señor está delante de nosotros llamándonos a avanzar. Para ello no podemos mirar hacia los lados ni hacia atrás, sino avanzar, olvidando las cosas que quedan atrás. No se quede pensando en los problemas y percances por los cuales ha pasado; no tenga miedo, avance hacia lo que está adelante. ¡Mire hacia la meta! Además, tenemos la pista que vemos en el libro de Filemón, donde encontramos la base de la vida de la iglesia, el camino más excelente, el camino del amor (1 Co 13:1-13; 16:14). Si vivimos y practicamos la vida de la iglesia según la idea central de las epístolas de Pablo, ciertamente creceremos, maduraremos, seremos equilibrados y siempre estaremos motivados para avanzar hacia la meta, hacia Cristo y Su reino. ¡Alabado sea el Señor! Punto clave: Avanzar hacia lo que está delante de nosotros. Su punto clave es: Pregunta: ¿Qué le ha impedido avanzar hacia el premio del supremo llamamiento de Dios? 19 Powered by TCPDF (www.tcpdf.org) Lectura de apoyo La lectura de su Alimento Diario será enriquecida con el acompañamiento simultáneo de los libros que a continuación sugerimos: Aprendamos con los apóstoles – caps. 1-2 – Dong Yu Lan. 20