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GUERRA QBRN
LA AMENAZA DE LA GUERRA
FRIA SIGUE VIGENTE
Por Edward H. Lundquist
Durante la Guerra Fría, las armadas participantes protegieron sus buques de guerra y tripulaciones de los ataques nucleares mediante dispositivos
de monitoreo, sistemas de lavado con agua, vestimenta protectora y estaciones
de descontaminación. La Guerra Fría terminó y la probabilidad de un conflicto
nuclear que involucre buques ha disminuido. No obstante, las amenazas provenientes de éstas y otras armas terroristas no tradicionales aún existen y la
contaminación puede comprometer la capacidad de combate.
Nueva amenaza QBRN
Lo que solía denominarse
amenazas QBN (química, biológica y
nuclear), actualmente se denomina
QBRN por el agregado de radiológica.
Esto refleja la cambiante naturaleza de
la amenaza y una mejor comprensión
del correspondiente impacto. Si bien
cada componente de la QBRN es diferente y presenta desafíos únicos para
las tripulaciones, cada una de ellas son
verdaderas amenazas militares que requieren capacidad para comprender,
formar, proteger y sustentar.
Si bien ya no existe el espectro
de un ataque atómico super poderoso,
hoy más que nunca se ha incrementado la cantidad de paises con capacidad
de disponer de armas nucleares y sus
correspondientes misiles. Corea del
Norte hizo hincapié en su programa nuclear y en el traslado de los materiales
nucleares por mar. Los talibanes amenazaron con el uso de armas nucleares
contra EE.UU. si dicho país captura el
arsenal atómico de Paquistán y los líderes iraníes amenazaron a Israel, con
la consiguiente posibilidad de una respuesta armada.
Las armas nucleares se diseñaron fundamentalmente para destruir
los materiales por explosión e impacto
o para lograr que las misiones no resulten efectivas. Los manuales de entrenamiento de la Armada Norteamericana señalan que las sustancias biológicas y químicas para uso militar son
principalmente agentes antipersonales;
su objetivo es producir bajas sin destruir edificios, buques o equipos.
Se espera que un buque de
guerra pueda operar en un medio ambiente peligroso. Aún cuando deba enfrentar una amenaza QBRN, el buque
debe continuar realizando sus principales misiones de combate. El medio ambiente de QBRN afecta las tareas de
combate. No obstante, las medidas
QBRN defensivas podrían de otra manera degradar la capacidad de los buques para realizar las misiones asignadas. La Armada Norteamericana, en
combinación con la Oficina de Requerimientos Conjuntos (JRO = Joint
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Marineros a bordo del buque de asalto anfibio USS Boxer (LHD 4) realizan tareas de mantenimiento del sistema de contramedida de
lavado (CMWD = Counter Measure Wash Down). Este sistema se ha diseñado para defender al buque de los ataques químicos, biológicos y radiológicos.
Requirements Office) del Departamento de Defensa Norteamericano y la
Oficina Ejecutiva de Programas Conjuntos (JPEO = Joint Program Executive Program) están trabajando estrechamente para actualizar sus fuerzas
expedicionarias navales con las defensas necesarias para enfrentar dichos
ataques y mantener la seguridad de los
buques y tripulaciones.
Medio ambiente de amenazas
La QBRB no es sólo un desafío a bordo de los buques, sino que
afecta a todos los medio ambiente militares. De todas maneras, hay desafíos
que se intensifican en un buque, ya sea
en el mar o en el puerto. Un ataque en
un puerto no necesita ser sofisticado.
La existencia de cloruro de gas en un
muelle puede dejar fuera de acción un
buque y un brote de fiebre porcina puede inhabilitar un buque de guerra. Un
ataque similar al que sufrió el USS Cole,
con el agregado de contaminación
radiológica podría causar daños signifi-
cativos y potencialmente duraderos. Un
adversario no necesita misiles o aeronaves de gran performance para lanzar
cabezas de combate QBRN contra un
buque en el mar. Una aeronave que
vuele a baja altura puede lanzar esa
bomba, especialmente si parece un
avión civil sin hostilidad y no se lo considera un blanco.
Un buque o instalación militar
también puede sufrir consecuencias
QBRN no intencionales. Los sucesos
tales como la explosión e incendio en la
planta química en Bhopal, India o la
contaminación nuclear que tuvo lugar
después del accidente en la planta nuclear de Chernobyl en Ucrania, ejemplifican los riesgos de los accidentes industriales.
Amenaza asimétrica
Además de la detonación de
las cabezas de combate nucleares cerca de un buque y la correspondiente
explosión, calor y radiación inicial, hay
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numerosos desafíos de contaminación. Las radiaciones iniciales y secundarias (en ocasiones denominadas
radiaciones ionizantes y residuales,
respectivamente) pueden ser letales
según la dosis recibida, sostuvo el Dr.
Daniel M. Gerstein, autor del libro
Bioterrorismo en el siglo XXI, editado
por la Imprenta del Instituto Naval. Los
tripulantes que se encuentren en
cubierta o por encima de la línea de
flotación serán los más afectados.
Otro tema preocupante es el pulso
electromagnético o EMP (Electromagnetic Pulse) que afecta los sistemas
electrónicos que no se han reforzado
adecuadamente. Afortunadamente,
los actuales buques de guerra tienen
protección EMP pero es probable que
algunos equipos auxiliares, tales como
sistemas GPS o computadoras personales, no estén protegidos. La amenaza puede provenir de una cabeza de
combate lanzada al mar o de una
bomba terrorista colocada en un puerto.
Incluso sin detonar, un dispositivo de dispersión radiológica (RDD =
Radiological Dispersal Device), más
conocido como bomba tonta, puede
derramar contaminación radiológica
con resultados devastadores. Los contaminantes QBRN se pueden dispersar
fácilmente, en particular en el puerto.
Algunos se pueden producir con relativa facilidad o se encuentran disponibles en el mercado negro. Irak utilizó
armas químicas contra los kurdos en el
pueblo de Halabja en 1988 durante la
guerra contra Irán, matando a 3500
personas e hiriendo a casi el doble.
Cabe mencionar que no sólo
los países han utilizado armas QBRN.
En el año 1984, los seguidores de Bhagwan Shree Rajneesh trataron de evitar que la gente participara en las elec-
Un artillero opera una ametralladora Mk38 de 25 mm en una
misión orientada hacia el uso de los equipos protectores durante
un ejercicio de ataques químicos, biológicos y radiológicos a
bordo del buque dique de desembarco anfibio USS Harpers
Ferry (LSD 49).
ciones locales cerca de su complejo en Oregon, rociando con salmonela
las bandejas con ensaladas en los restaurantes comunitarios. Los ataques en
1995 a la red de subterráneos en la ciudad en Tokio con gas sarín señalaron
de qué manera dichos agentes pueden
incapacitar rápidamente a un gran número de personas. Asimismo, se convirtió en un llamado de atención para
los líderes civiles y militares al señalar
que no sólo los países tienen la capacidad y voluntad para lograr sus objetivos
mediante el uso de armas QBRN. Por
otra parte, los sucesos tales como la
explosión e incendio en la planta química en Bhopal, India, o la contaminación
nuclear que se produjo después del accidente en la planta nuclear de Chernobyl ejemplifican los riesgos potenciales para las fuerzas navales o expedicionarias por parte de los accidentes
industriales.
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La defensa QBN confiable como un tipo de apoyo de combate desempeñará un papel muy importante en
un futuro conflicto militar o incluso una
guerra, en particular teniendo en cuenta que la producción de agentes para la
guerra química y biológica ya no son un
secreto y no se puede evitar su utilización a pesar de los tratados internacionales, sostuvo Hans-Joachim Toepfer,
jefe de la división de productos para
descontaminación de QBRN de la empresa Karcher Futuretech GMBH en
Alemania. Los actos de terrorismo del 9
de septiembre y los sucesos vinculados
a la BSE (Bovine Spongiform Encephalopathy = encefalopatía bovina espongiforme, conocida comúnmente como mal
de la vaca loca), el síndrome agudo respiratorio (SARS = Severe Acute Respiratory Syndrome), la gripe porcina, gripe de las aves y la aftosa son sólo una
mera muestra de los posibles efectos
del empleo de las armas biológicas.
Algunos agentes químicos
contemporáneos son difíciles de detectar y por lo tanto también es difícil reaccionar contra ellos. Normalmente son
incoloros, inodoros, insípidos y no generan una reacción inmediata sobre los
sujetos. Su almacenamiento y despliegue es fácil, su fabricación es económica y se los puede dispersar mediante
aerosol, humo u otros medios. No producen la muerte y dejan las infraestructuras intactas. Los efectos difieren de
una persona a otra y éstos pueden variar desde un estado de euforia, alegría, paranoia, pánico, violencia a otro
de catatonía inmóvil. Con la misma exposición, un sujeto puede sufrir delirios
de grandeza en tanto otro puede sufrir
ansiedad.
Gerstein señaló que las armas
biológicas presentan una amenaza
muy real. Es probable que los agentes
patógenos liberados en forma de aerosol desde una gran distancia no se
logren detectar en tiempo real y por lo
tanto ingresarán al sistema de ventilación del buque, exponiendo así a la tripulación a los agentes patógenos generadores de enfermedades. Asimismo, el sistema de ventilación sería
igualmente apto para remover los
agentes patógenos después de una o
dos horas y por ello, la concentración
de material biológico proveniente del
ataque no sería suficiente para causar
enfermedades. Desde ya, esto depende en gran medida del elemento patógeno, la concentración inicial del material y el deterioro biológico.
Aprendimos mucho durante la
Guerra Fría. Debemos estar en condiciones de enfrentar la situación y contrarrestar un ataque que podría neutralizar un elemento con el que podría
contar el comandante, informó el Capitán de Corbeta Adam Samuels, integrante de la sección anti-terrorismo y
protección de las fuerzas de la Jefatura
de Operaciones Navales.
Samuels señaló que el desafío
es encontrar soluciones importantes y
tácticas QBRN modernas que permitan
superar las amenazas. ¿Cómo se lucha con mayor eficiencia y se mitigan
los efectos de un ataque?
Para evitar la exposición, los
buques deben saber dónde se encuentra la amenaza y comprender las condiciones ambientales a fin de evitarla y
continuar combatiendo. Aunque no sea
el blanco de un ataque QBRN directo,
un peligro en aerosol se puede desplazar con el viento o a través del medio
ambiente y representar un peligro para
las fuerzas en la región. Para incre-
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Durante un ejercicio químico, biológico y radiológico (como parte de un adiestramiento estándar que se realiza frecuentemente mientras
se encuentra desplegado en el mar), un técnico lleva puesto un equipo protector de sustancias químicas mientras lidera un equipo de
reconocimiento externo en las cubiertas superiores del destructor USS Hopper, (DDG 70) con misiles guiados, clase Arleigh Burke.
mentar el reconocimiento general del
teatro, en el futuro, las fuerzas de la
Armada Norteamericana tendrán acceso a la red de alerta e información conjunta e integrada sobre QBRN y de
modelos de efectos conjuntos. Con dicha red, el comandante estará al tanto
de cualquier dispersión real o incidental
de QBRN en el área de operaciones y
podrá realizar las maniobras correspondientes.
es asesor del Directorio de Guerra Aérea de la Armada Norteamericana. La
Armada participa con la Oficina Ejecutiva de Programa Conjuntos del Departamento de Defensa en el desarrollo
de futuras capacidades de control de
QBRN para enfrentar las amenazas
químicas, biológicas o radiológicas, a
fin de permitir que las unidades detecten los peligros a distancia, con el consiguiente alerta temprana.
Detección
Si bien las capacidades generales difieren de un buque a otro, todos
los grupos de ataque de portaaviones y
de fuerzas expedicionarias se despliegan totalmente equipados para detectar agentes de la guerra química, materiales nucleares, algunos radiológicos y
la mayoría de los biológicos, señaló Venable. Para la detección química se utiliza el detector de agentes químicos
conjuntos, el sistema para detección de
agentes químicos embarcados y el detector direccional para guerra química.
Algunos agentes químicos
contemporáneos son difíciles de detectar y por ello la rápida puesta en marcha de las acciones para proteger al
personal en forma inmediata es un desafío aún mayor. Según el Dr. Kenneth
Venable, la Armada Norteamericana
está en condiciones de detectar materiales químicos, biológicos, nucleares y
algunos radiológicos. Venable trabaja
en la empresa Camber Corporation y
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Para la biológica se recurre a la unidad
de filtro seco, al sistema de detección
de punto biológico conjunto y a la reacción en cadena de los polímeros. Las
pruebas para confirmar el material biológico se presentan bajo la forma de un
PCR que desglosa el ADN del material
biológico para lograr una mejor precisión. La detección radiológica y nuclear
se realiza mediante el UDR-15 para la
amenaza individual, Alfa, Beta, Gamma
e isótopos. Actualmente, no existen
pruebas de confirmación para los agentes químicos.
Durante la última década la
Armada Norteamericana hizo una gran
inversión en el desarrollo de sistemas
de detección de materiales biológicos y
químicos a través de la Oficina Ejecutiva de Programas Conjuntos. Algunos
de ellos, tal como el sistema conjunto
para identificación y diagnóstico y el
sistema de detección conjunto biológico ya se encuentran a prueba a bordo
de los buques, señaló el Capitán de
Corbeta Samuels.
Para las armas químicas y biológicas, Gertein señaló que los sensores son esenciales para limitar la exposición. Si los sensores se pudieran conectar al sistema de ventilación de aire
de manera tal de prevenir que el aire
contaminado ingrese a los compartimentos donde se encuentra la tripulación, se podría contener la exposición.
Esto funcionará sólo para los ataques
químicos ya que los medios tecnológicos para detectar los ataques biológicos no permiten la detección en tiempo
real en todos los buques de la flota. Las
nuevas tecnologías tales como LIDAR
(Light Detection and Ranging = sistema
liviano de detección y alcance) que se
trata de un sistema sensor remoto, demostró ser útil para detectar, en algu-
nos casos, dispersiones en aerosol en
gran escala.
En la actualidad, las operaciones de interceptación marítima expandidas incluyen las misiones de visita,
abordaje, registro y decomiso (VBSS =
Visit, Board, Search and Seizure) y de
allí surge el desafío de hallar a los terroristas y a los que los respaldan. Con
esta nueva misión, la Armada Norteamericana incrementó el alcance de las
operaciones de abordaje VBSS para
incluir la detección de fuentes radiológicas y nucleares, productos químicos industriales tóxicos y gases peligrosos.
Inicialmente, los equipos disponían de
un kit PDX-1, que consiste en un dosímetro personal, un dispositivo portátil
para escaneo de material radiológico y
nuclear, un identificador de radioisótopos, un detector de gases peligrosos y
otro de productos químicos industriales
tóxicos. Para la segunda fase, los equipos estaban dotados de un kit de capacidades para detección QBRN personal (PCDC = Personal CBRN Detection
Capability). Basado en el PDX-1, el sistema PCDC perfecciona la capacidad
de detección de los equipos de abordaje, la seguridad y los tiempos operativos para la toma de decisiones tácticas
y de búsqueda. El sistema PCDC provee sensores portátiles individuales, de
fácil utilización, y equipados con sistemas de comunicaciones totalmente
integrados.
Impacto positivo
La mayoría de los nuevos buques de guerra de la Armada Norteamericana se construyen equipados con
el Sistema de Protección Colectiva
(CPS = Collective Protection System).
El CPS brinda protección contra la contaminación QBRN en determinadas
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áreas internas del buque, permitiendo
así que el personal que trabaja en dichas áreas protegidas no necesite usar
equipos protectores individuales (IPE =
Individual Protective Equipment) durante o después de un ataque QBRN. El
CPS brinda un refugio seguro para un
área específica del buque al filtrar el
aire que se provee a dichas áreas y al
crear una presión positiva del aire filtrado dentro del buque para evitar que la
contaminación atraviese o se filtre al
área protegida. El acceso entre la zona
protegida y los espacios sin protección
se realiza a través de antecámaras de
compresión de doble esclusas.
Si bien las dobles esclusas
pueden resultar un inconveniente, pueden salvar vidas. La tripulación se adapta al uso de las antecámaras las 24
horas del día, los siete días de la semana entre la zona protegida y el exterior.
Durante los ejercicios de emergencias,
muchos de los efectivos claves pueden
continuar combatiendo como lo hacen
normalmente, sin máscara o guantes
protectores QBRN, logrando de esta
manera un menor efecto del calor y un
comando y control más fácil, sostuvo
Samuels.
Los tripulantes que trabajan en
las áreas efectiva o potencialmente expuestas deben utilizar elementos protectores, incluyendo vestimenta adecuada y máscara de oxígeno. La empresa MSA fabrica equipos de oxígeno
que cubren los requerimientos del
Instituto Nacional para la Seguridad y
Salud Ocupacional (NIOSH = National
Institute for Occupational Safety and
Health) para la protección QBRN. La
empresa tiene su sede en Pittsburg,
Pennsylvania.
Espacio para respirar
Según Mike Rupert, director
del grupo de productos de MSA para
los elementos de primeras respuestas,
sostuvo que los equipos estándar se
basan en dos grandes amenazas químicas, líquidas o vaporizadas: gas
mostaza (HD) o Sarín (GB). Los equipos que protegen contra estos agentes
también protegen contra otros.
Un marinero bebe de su caramañola a través de un sorbete en su
máscara de gas, integrante de su equipo protector, durante el
ejercicio de adiestramiento Marinero del Desierto. El equipo se ha
diseñado para proteger contra las amenazas químicas, biológicas
y radiológicas. El ejercicio consiste en el adiestramiento en las
tareas de descontaminación química y biológica, contención de
material peligroso, tareas anti-incendio y operaciones de rescate.
MSA fabrica tres tipos de máscaras protectoras. Los respiradores
purificadores de aire o APR (Air Purifying Respirators) son básicamente
máscaras de gas, con las cuales se
respira aire filtrado desde el exterior. El
respirador de aire provisto o SAR (Suppled Air Respirator) provee su propio
suministro de aire. El tercer tipo es el
respirador con presión de aire positivo,
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o PAPR (Positive Air Pressure Respirator). Se trata de una máscara de
gas provista de presión de aire positiva
en oposición al que se debe inhalar. El
PAPR es menos tensionante para las
personas que deben realizar tareas exigentes.
involucran un elemento corrosivo como
podría ser una alta concentración de
lejía. En el medio ambiente naval, las
cubiertas se pueden rociar con agua de
mar para remover los contaminantes
radiológicos, químicos y biológicos,
sostuvo Gerstein.
Durante un ataque QBRN, los
marineros que deben ir a la parte superior deben utilizar un traje QBR, denominado JSLIST (Joint Service Lightweight Integrated Suit Technology =
Tecnología para un traje integrado liviano del servicio conjunto). Durante la
última década, los militares norteamericanos utilizaron el JSLIST, uno de los primeros programas multi-servicio desarrollado conforme al Programa Conjunto
del Departamento de Defensa para la
Defensa Bioquímica. JLIST utiliza carbón activado para filtrar el aire y absorber los contaminantes. Todos los buques disponen de un stock completo de
este tipo de equipamiento de protección personal.
Las unidades en tierra, tales
como los batallones SEABEE, utilizan
agentes de descontaminación para los
vehículos y equipamientos. Los vehículos de combate pueden circular por distintas estaciones donde se les aplica
los correspondientes agentes del mismo modo que se aplican los productos
químicos anticongelantes a las aeronaves en climas fríos. Esto no es posible
en los buques de guerra, especialmente si se encuentran en el mar.
La Armada Norteamericana
continúa trabajando con los investigadores en nuevas tecnologías de membranas permeables selectivas para fabricar vestimentas protectoras que pesen menos, sean más confortables, reduzcan los efectos del calor, sean más
duraderas y brinden una protección adecuada o mejor. Al proteger, la membrana permite que el vapor de humedad salga de la vestimenta y reduzca
los efectos del calor.
Contramedida del lavado
Gerstein sostuvo que se requerirá la descontaminación para cada
uno de los tres tipos de ataque. El tipo
de descontaminantes utilizados puede
variar entre los tres, pero generalmente
Si bien el hecho de estar rodeado de agua de mar representa un desafío táctico ambiental, también constituye un excelente recurso para la protección QBRN. Si no se lo limpia inmediatamente, algunos peligros QBRN tienen la posibilidad de ser absorbidos por
el revestimiento metálico de un buque
de guerra luego de efectuado el contacto, dificultando así las tareas de descontaminación en el mar.
Para ayudar a mitigar el riesgo
de los contaminantes absorbidos, numerosas plataformas de la Armada
Norteamericana utilizan bombas antiincendio internas de los buques para
rociar con agua a alta presión a través
de docenas de rociadores ubicados para brindar una barrera líquida entre los
peligros QBRN y la superficie metálica
del buque. Las sustancias químicas o
biológicas, en estado líquido o en aerosol, se depositarían sobre el flujo de
agua y caerían al mar en lugar de tocar la superficie seca de la cubierta. De
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El portaaviones USS Ronald Reagan (CVN 76), clase Nimitz, activa su sistema de lavado de contramedidas como parte de una serie
de pruebas y evaluaciones para certificar el buque en el caso de un ataque químico, biológico o radiológico. El sistema de rociadores
también protege contra los incendios en la cubierta de vuelo.
esta manera, se reducirían significativamente el tiempo y el esfuerzo requeridos para lograr un área externa
segura después de un ataque, finalizó
Samuels.
Columna de agua
Es probable que los blancos
militares estáticos y determinados blancos civiles sean blancos terroristas y,
por lo tanto, requieren un alto nivel de
protección para garantizar el alistamiento para las misiones y la continuidad de las operaciones. Por ello, poco
tiempo atrás el Pentágono dirigió ejercicios de bioataque para evaluar los procedimientos de respuestas y métodos
de descontaminación. La Agencia de
Protección de la Fuerza del Pentágono
utiliza un polvo inocuo para simular el
agente biológico. El ejercicio preparará
a los oficiales de mejor manera para las
futuras respuestas ante los ataques
con bioarmamentos.
Tanto las estructuras de los
edificios como el personal fueron expuestos y se evaluaron diversos métodos de descontaminación. Se llegó a la
conclusión de que el agua era el limpiador más efectivo.
Según un informe de prensa del
Pentágono, el mejor método de limpieza
del personal contaminado con un arma
biológica era una columna de agua provista por cinco camiones anti-incendio.
Cuatro camiones bomba se arrojaban
agua entre ellos, en tanto un camión con
escalera lanzaba agua desde arriba.
Los voluntarios caminaban debajo de
los chorros de agua, frotando su cuerpo
y cabello para quitarse los materiales
contaminantes, de acuerdo a lo señalado en el informe del Pentágono.
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En el futuro, una determinada
cantidad de Fuerzas Expedicionarias
Navales Norteamericanas recibirán
una bomba portátil de descontaminación que se encuentra en proceso de
desarrollo.
Nuevos equipos de monitoreo y
capacitación
La Armada Norteamericana
está reemplazando los equipos de descontaminación de piel M-29 por la Loción Descontaminante Reactiva de la
Piel (RSDL = Reactive Skin Decontamination Lotion) del Sistema de Descontaminación del Personal del Servicio Conjunto (JSPDS = Joint Service
Personnel Decontamination System).
Desarrollado a través del JPEO, el
JSPDS es un avance en la tecnología
de descontaminación de personas que
logra neutralizar muchos de los contaminantes con los que toma contacto, no
sólo absorbiéndolos.
Las tripulaciones se entrenan
frecuentemente en la colocación de
los equipos protectores para familiarizarse con la realización de las funciones rutinarias mientras llevan puestos
dichos equipos. Las inspecciones y
ejercicios evalúan frecuentemente a
los marineros en este aspecto y los
ejercicios anuales que forjan el espíritu de cuerpo y que se llevan a cabo en
Norfolk y San Diego constituyen un
medio ambiente competitivo, donde
los tripulantes pueden demostrar sus
capacidades para el control de los daños. Los representantes del comando
dirigen ejercicios en buques y bases
con sus contrapartes a nivel local, estadual y federal. Esta cooperación y
coordinación entre las agencias es vital para las respuestas ante un ataque
QBRN en un puerto.
Según Craig Crume, Vicepresidente de KD Analytical, una empresa
proveedora de capacitación ante ataques QBRN y soporte para la defensa
interior, en las últimas dos décadas ha
habido un cambio significativo en los
sistemas vinculados al monitoreo.
Si bien la amenaza básica
QBRN sigue siendo la misma y es un
tema preocupante, lo que ha cambiado
es el foco de atención. En tanto, en el
pasado la principal preocupación solían
ser los agentes químicos (tal como el
gas Sarin o VX), actualmente la tendencia es la amenaza biológica (ántrax
o ricina). En respuesta a ello, la comunidad QBRN incrementó sus capacidades con equipos, tales como los PCR
portátiles, sostuvo Crume.
También agregó que previamente el monitoreo involucraba dispositivos con pantallas portátiles cuyo uso
era simple pero a menudo impreciso.
Los equipos QBRN actuales pueden
brindar información de gran calidad y
suelen ser tan sofisticados como los
instrumentos que se utilizan en un laboratorio. Se introdujeron algunas nuevas
tecnologías, tal como el espectroscopio
Raman que puede detectar sustancias
a una determinada distancia. Muchos
de los avances más recientes han perfeccionado la interfase con el usuario.
Asimismo, las capacidades de la comunidad de usuarios se han perfeccionado notablemente.
La capacitación, concentrada
en la puesta en servicio inicial, se ha referido a un instrumento específico.
Ahora que el equipo se ha utilizado
durante un tiempo, nuestra capacitación viró hacia la capacitación con
misiones y escenarios específicos,
involucrando múltiples equipos. Ac-
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tualmente, el foco se concentra en la
manera en que interactúa el equipo y
cuál es el mejor instrumento para una
situación dada. Los usuarios también
se concentran en la operatividad de sus
equipos. Las clases asignan una cantidad apropiada de tiempo para lograr
que los equipos estén listos para su utilización, señaló Crume.
KD Analytical brinda soporte
a la Armada Norteamericana. Los
equipos para respuestas QBRN de
dicha Armada se encuentran entre
los mejores disponibles, finalizó
Crume.
* * *
De “NAVAL FORCES”,
IV/2009