CAPÍTULO II MARCO REFERENCIAL Existen algunos factores personales que pueden hacer más vulnerables a una persona de padecer una enfermedad afectando de forma diferente a cada individuo, entre estos se encuentran: la herencia, que se relaciona con la susceptibilidad a enfermedades específicas, el sexo, la edad y la raza influyen en la distribución de enfermedades, algunas son más frecuentes en el sexo masculino que en el femenino. La nutrición es una variable biológica en el estado de salud. La salud se define como ausencia de dolor y de enfermedad. Lo anterior, es un factor muy importante por el que las personas no acuden a consulta hasta presentar síntomas principalmente el dolor o incapacidad para desempeñar las funciones que se esperan de ella. ( Leddy S., Pepper J. M. ,1989). El Cáncer Cérvicouterino es una enfermedad silenciosa, generalmente presenta largos periodos de latencia, se estima que puede presentar signos y síntomas en un transcurso aproximado de 10 años cuando la enfermedad pasa de la etapa I a la etapa III o IV donde ya se ha diseminado a otras partes del cuerpo (Secretaria de Salud 2007). Las mujeres no practican una conducta de bienestar para prevenir o detectar a tiempo una enfermedad. Es importante crear una conducta de bienestar en los individuos con el fin de prevenir la enfermedad o detectarla en una etapa asintomática. Antecedentes En el año 1942 en México, la Secretaria de Salubridad y Asistencia, actualmente Secretaria de Salud, implementó la “campaña de lucha contra el cáncer”, mas tarde, en 1944, comenzó la detección de cáncer de cérvix en el Hospital de la Mujer. Además, el Instituto de Cancerología inició la formación de recursos humanos para la obtención y lectura de la citología cervical. La incidencia y mortalidad por cáncer cervicouterino, mostraron un incremento paulatino que alcanzó, con los últimos años, una meseta que se ha mantenido sin mostrar un descenso significativo. En los últimos 40 años, la tasa de incidencia y mortalidad para el cáncer cérvico uterino, han disminuido en la mayor parte de los países industrializados. Este descenso se debe, particularmente, a la introducción de la citología cervical como método de tamizaje. A pesar de esta tendencia, la disminución del cáncer cervical continúa siendo una de las primeras causas de muerte entre las mujeres de países desarrollados y un importante problema de salud para las mujeres del mundo particularmente en países en vías de desarrollo. Las tasas de mortalidad más altas se observan también en países latinoamericanos y de Europa del Este. (Servicios de Salud del Estado de Durango, 2000). A nivel mundial la palabra Papanicolaou se ha vuelto trivial y tema de conversación en todos los ámbitos, tanto en el consultorio médico, como en un restaurante. Sin embargo son pocos los que rinden tributo al ambicioso y brillante hombre y a su devota esposa, el descubrimiento de una de las técnicas de escrutinio más fáciles para la detección de neoplasias en el siglo XX. George Nicolás Papanicolaou, nació el 13 de mayo de 1883, en isla griega de Eubocea. Acude a la universidad en 1898, donde estudio música y humanidades. En 1904 se enrola en el ejército y admitido en la academia de reserva para oficiales y promovido como asistente de cirujano hasta 1906. En 1910 obtiene su doctorado y se ha vuelto un micros copista experto en Alemania, de donde regresa y camino a Atenas conoce a Andromache Mavroyeni, con quien se casó en septiembre de 1910. Ella siempre lo ayudó y apoyó en sus investigaciones. El Dr. Papanicolaou diseña en 1917 una tinción sobre células exfoliadas a conejillos de indias para establecer modificaciones a nivel celular durante el periodo menstrual. En 1920 comienza a recoger citologías exfoliativas a su esposa, su principal asistente en investigaciones y en mujeres adolescentes, premenopáusicas y mujeres embarazadas. En el año 1922, publicó su obra “El ciclo sexual en la hembra humana mostrado por frotis vaginales”, antesala de su investigación en 1923 para la detección temprana del cáncer del cuello uterino. Cuando George Papanicolaou cumplió 78 años en 1961, se le invitó a dirigir el Instituto de Investigación de Cáncer de Miami, llevaba 47 años trabajando junto a su esposa, planeaba entonces un proyecto en citología pero falleció de un paro cardiaco en febrero del siguiente año. En la actualidad, se estima que el examen de Papanicolaou ha permitido detectar hasta un 55% de los casos de neoplasias en la fase pre-invasiva (Dueñas García O, 2006). Concepto de Cáncer Cérvicouterino (CACU) El cáncer cervicouterino (CACU) es una mutación celular de la unión escamocolumnar en el epitelio del cuello uterino. Se manifiesta inicialmente a través de lesiones precursoras de lenta y progresiva evolución, producidas en etapas de displasia leve, moderada y severa; evoluciona a cáncer in situ, en grado variable cuando esta se circunscribe a la zona epitelial, luego a micro invasor y posteriormente a invasor cuando el compromiso traspasa la membrana basal. El cuello uterino o cérvix es la abertura del útero o matriz que a la vez se conecta con la vagina. Etapas de evolución del CA CU • Etapa 0 ó carcinoma In situ. El carcinoma In situ es un cáncer en su etapa inicial. Las células anormales se encuentran solo en la primera capa de células que recubren el cuello uterino y no invaden sus tejidos más profundos. Figura 1. Etapa I.- El cáncer está circunscrito estrictamente al cuello uterino. . Figura 2. Etapa II.- Es la afección vaginal que excluye al tercio inferior o infiltración de los parámetros (ligamentos de sostén del cuello uterino) sin llegar a la pared lateral de la pelvis. Figura 3. Etapa III.- El cáncer se ha extendido a toda la región pélvica. Las células cancerosas pueden haberse expandido a la parte inferior de la vagina. Las células pueden haberse diseminado para bloquear los tubos que conectan los riñones a la vejiga (los uréteres). Figura 4. Etapa IV.- Extensión por fuera de los límites del tracto reproductor. Tipos de Cáncer En el cáncer de cuello se reconocen dos tipos histológicos ≡ El cáncer epidermoide, que se presenta en el epitelio escamoso (95%) y ≡ El adenocarcinoma en el epitelio glandular (5%) En un porcentaje menor se presenta el carcinoma neuroendócrino de células pequeñas. Identificación del CA CU En su fase inicial, el Ca Cu no causa dolor ni presenta síntomas, esto hace que muchas mujeres no se enteren de que tienen este tipo de cáncer. Los síntomas más frecuentes son: • Leucorrea • Metrorragias • Hemorragia vaginal • Dolor pélvico y • Hemorragia post-coito • Síntomas • Anemia ferropénica de obstrucción urinarias. Prueba de Papanicolaou La citología o prueba de Papanicolaou es una muestra que se toma del canal cervical y se basa en los caracteres microscópicos de las células. La prueba no es un examen de diagnóstico, es un tamizaje que detecta a las mujeres que pueden tener lesiones en el cuello del útero. El examen es rápido y puede causar molestias. Los requisitos previos para el examen son. ¾ No estar menstruando. ¾ No realizarse duchas vaginales, un día antes de la prueba. ¾ Evitar tener relaciones sexuales un día antes del estudio. Posterior a la toma de la muestra, se envía al laboratorio en donde un especialista la revisa y observa si alguna célula tiene cáncer (Secretaria de Salud 2007). Nombres alternativos: • Citología vaginal • Citología cervical uterina • Frotis de PAP • Papanicolaou La citología vaginal es un examen bajo el microscopio de células tomadas por raspado del cuello uterino. Se realiza como parte de un examen ginecológico. Materiales requeridos: Guantes estériles Espejos vaginales estériles Laminillas de vidrio o portaobjetos Espátulas de Ayre Alcohol de 96° o spray fijador Lubricante Procedimiento: Colocar a la paciente en posición ginecológica. En posición de decúbito dorsal, con las piernas separadas. Lubricar el espejo vaginal. Introducir el espejo vaginal por el canal vaginal, abrir el espejo y observar directamente el orificio externo del cérvix Con la espátula de aire, raspar gentilmente el cuello del cérvix Aplicar la muestra obtenida en la laminilla Fijar la muestra con spray o con alcohol 96° Se envía la muestra al laboratorio en donde un especialista la revisa y observa si alguna célula tiene cáncer. Se le pide a la usuaria que regrese por el resultado. DATOS EPIDEMIOLÒGICOS Estudios realizados por Tovar Guzmán V, Ortiz Contreras F., Jiménez Gauna F. Y Valencia Vázquez M. 2008. Aluden que en el periodo de 1990 a 2000, ocurrieron 48,761 defunciones por cáncer cervicouterino, lo que representa un promedio de 12 mujeres fallecidas cada 24 hrs., Con un crecimiento promedio anual de los casos absolutos de mortalidad de 0.76%. Actualmente en México se registran dos muertes cada hora. El índice de años de vida potencial perdidos (IAVPP) muestra que los estados de Colima 168.8 (ic 95% 156.0-181.5), Tabasco 154.6 (ic 95% 146.9161.9), Nayarit 149.8 y Chihuahua 140.6 presentaron mayor mortalidad prematura en términos comparativos y los estados con menor IAVPP son: DF 61.6%, Estado de México 64.9; Nuevo León 68.4 y Zacatecas 85. En un estudio realizado por la Secretaria de Salud (2007), refiere que la Organización Mundial de la Salud se ha preocupado en detener la epidemia de cáncer cérvico uterino en el mundo ya que en este mismo año, ocupaba el segundo tipo de cáncer como causa de muerte en la población femenina. A nivel mundial, en el año 2005, fue responsable de más de 250, 000 muertes de las cuales cerca de 80% ocurren en países en desarrollo. En ese mismo año se diagnosticaron 500, 000 casos nuevos de cáncer cérvico uterino. En México en el año 2007, el cáncer cérvico uterino era la segunda causa de defunción por neoplasias malignas particularmente en mujeres de 25 a 64 años. En el 2006, se registraron 4 114 muertes por esta causa. Las entidades federativas de la República Mexicana con más defunciones reportadas fueron: Estado de México, Veracruz, Distrito Federal, Puebla, Jalisco, Chiapas, Yucatán, Oaxaca, Morelos y San Luís Potosí. Se incrementó la utilización de la prueba de Papanicolaou de 33% en el 2000 a 41.2% en el 2006 y mediante la aplicación de otras estrategias se ha logrado reducir un 20% la mortalidad por esta causa. INVESTIGACIONES RELACIONADOS CON CÁNCER CERVICOUTERINO El cáncer cervicouterino en México, es la primera causa de muerte entre las mujeres de 25 a 65 años de edad; es uno de los padecimientos que se pueden detectar tempranamente y dar un tratamiento en sus primeras etapas. La experiencia de otros países muestra que la mejor manera de evitar la mortalidad por cáncer cervicouterino es la detección temprana mediante el estudio de citología vaginal. En un estudio realizado con mujeres de la zona urbana de Hermosillo, Sonora, por Rascón Loreto C., Abril Valdez E., Román Pérez R., Cubillas Rodríguez M., Saucedo Tamayo M. (2007), observaron que las principales barreras para que las mujeres no acudan a realizarse la prueba de Papanicolaou son el miedo, la vergüenza y el temor al resultado. La falta de difusión e información, así como experiencias negativas con el personal que realiza las pruebas, además de la formación familiar que han recibido. Otro aspecto a tomar en cuenta es la desinformación sobre el procedimiento, ya que muchas personas creen que es un examen diagnóstico y es una prueba para detectar tempranamente algún grado de lesiones o cambio en las células del cérvix. Además de lo anterior, el que la persona que toma la muestra sea una mujer, crea cierto grado de confianza para que la usuaria vuelva a realizarse el examen. Castro M. y Salazar Antúnez G. (2001), efectuaron una investigación concerniente a los elementos socioculturales en la prevención de CaCu, primera en su tipo, realizada en la ciudad de Hermosillo, Sonora, Se encuestaron a 331 mujeres de los distintos sectores de entre 25 y 55 años de edad y con al menos un hijo. Se abordó otro aspecto que no es el médico. Desde la perspectiva sociológica y antropológica analizaron elementos socioculturales en relación con la prevención de CaCu. Se obtuvieron los resultados siguientes: Las mujeres con una práctica adecuada de Detección Oportuna de Cáncer Cervicouterino provienen de un sector medio, de 35 a 55 años y las que ni se lo realizan de manera periódica son mujeres con menos ingresos, de clase popular y con menor escolaridad. Otro aspecto muy interesante referente a aspectos culturales; fue que todas las mujeres sin importar edad, escolaridad o nivel de ingresos, compartieron muchas ideas, emociones, vergüenza y temores sin haber diferencia entre jóvenes y mayores. Otro aporte importante fue que al parecer no basta que los programas escolares incluyan orientación sexual sino que ésta se imparta de manera tal, que los alumnos lo asimilen y que la responsabilidad no recae solamente en la mujer, familia y el Sector Salud, sino además es responsabilidad del sector educativo. Farfán Muñoz L., Barrón Treviño E., Jiménez Domínguez M., Vázquez Moran E., y Ayala Atrián S. (2004), realizaron una investigación sobre factores socioculturales en mujeres entre 25 y 65 años que no acuden a la Detección Oportuna de Cáncer Cervicouterino Este estudio aludió que el 70% de las mujeres sienten vergüenza y el 63% dice sentir angustia, el 43% recibió información sobre la prueba, el 42% la recibieron por parte del personal de enfermería. Asimismo, se identificó que tener un nivel educativo no es un factor para realizarse esta prueba como habría de esperarse. El aspecto socioeconómico no es una barrera para su ejecución. En cambio los aspectos psicológicos y cognoscitivos son las principales barreras para que estas mujeres no se realicen dicho estudio. Se consideran factores de riesgo para el desarrollo de Cáncer Cérvico Uterino: Edad, mujeres de 25 años, inicio temprano de la actividad sexual, promiscuidad y multiparidad, tabaquismo, infección por el virus del papiloma humano y los anticonceptivos orales. Se ha demostrado que el cáncer cervicouterino en sus primeras etapas no da síntomas, algunas mujeres pueden presentar leucorrea, dolor y dispareunia, en esta etapa el tumor es pequeño y les falta cierta cualidad a las células que no les permite penetrar en los tejidos subyacentes y dar metástasis hasta en una etapa en la que se debe atacar, sino es así, el tumor se vuelve invasor y comienza a crecer causando la muerte entre 2 y 5 años. Cuando ya existe una invasión o metástasis hay flujo hemático, hemorragia vaginal y dolor, la anemia, la anorexia y la pérdida de peso son signos de una enfermedad maligna avanzada. Después de analizar los datos se concluyó que los factores principales para no realizarse este examen son: el sentimiento de pena y la falta de información y difusión. Además, continúa la creencia de que es un examen doloroso o que puede provocar una infección. Entre las barreras institucionales mencionan la falta de integración y trabajo en equipo del personal de salud. El médico envía a realizarse la Detección Oportuna de Cáncer Cervicouterino pero no le da información ni educa sobre su utilidad. Algunas sugerencias para mejorar este programa es actualizar a todo el personal que labora en las instituciones sobre el mismo programa, para la prevención, tratamiento, control y vigilancia epidemiológica, promocionar y difundir el programa, diseñar proyectos de trabajo educativo con adolescentes en escuelas secundarias y preparatorias, elaborar planes de trabajo educativo y detección en empresas y comunidad en general y promover la participación del personal de Enfermería en medios de comunicación sobre la importancia del DOC. Ávila Medina C., Ávila Medina A. Vielma González G. (2004), mencionan que los hallazgos obtenidos en el estudio sobre las principales barreras para la detección oportuna de cáncer cervicouterino en la zona médica #2, son: institucional; el trato del personal con un 55.7% y el tiempo de espera con un 25.5%. De acceso: fue el tiempo de traslado de casa y trabajo para la unidad de medicina familiar 25.5% y en el aspecto psicológico: 59.4% manifestó temor ante la realización del estudio, así como el 66% reveló el sentimiento de vergüenza ante la realización del mismo. Trejo Amador U, Granados Cosme J., Ortiz Hernández L. Y Delgado Sánchez G. (2005), efectuaron una investigación donde estudiaron las diferencias sociales de la Detección Oportuna de Cáncer Cervicouterino, en las mujeres trabajadoras en una Universidad de la Ciudad de México.Se analizó la cobertura de los programas de prevención del cáncer cervicouterino en países nórdicos que era de 100% y en México con apenas 46.9%, el Distrito Federal con 20.8% resultando un buen índice para valorar el alcance de programas de detección y estudiar la relación entre información y prácticas preventivas. La misma investigación señala que el gobierno mexicano a través de la Secretaría de Salud instrumentó el Programa Nacional de Salud DOCACU y prescribe una norma (NOMO-14-SSA2-199422) que reglamenta e informa procedimientos clínicos y administrativos de servicios médicos del país. Estudios comparativos han encontrado coberturas desiguales asociadas a diferencias socioeconómicas y territoriales así como acceso a servicios públicos. Además, menciona que en diversas investigaciones realizadas en México, Estados Unidos e Inglaterra está relacionada la baja cobertura de DOCACU con: a) Conductas individuales b) Condiciones sociales c) Deficiencias en los servicios médicos d) Diferencias en la información La población latina presentó una cobertura más baja que las anglosajonas. Se observó que mujeres profesionales tenían 2.64 más probabilidades de realizarse DOCACU que las no profesionales. El único indicador de condiciones de vida que se relacionó con la DOCACU fue el ingreso con el conocimiento asociado con la práctica DOCACU el nivel medio y alto con un 92.3% y 93.3% respectivamente, mientras que el conocimiento bajo se asoció con no haberse realizado nunca la prueba. Ni la edad ni el estado civil se relacionó con DOCACU. El resultado más sobresaliente de este análisis fue que se corroboró la desigualdad social en relación con la DOCACU, las académicas se realizan más DOCACU y cuentan con mayores niveles de conocimiento sobre el cáncer cervicouterino y su prevención, mientras que las administrativas menos DOCACU, poseen menos conocimientos. Mejores niveles de conocimientos se asocian con mayores niveles o índices de DOCACU. Según el análisis de regresión logística, este mayor conocimiento se explica por el mejor nivel de escolaridad con el que cuentan las académicas. Esto significa que para ampliar la cobertura del DOCACU es necesario mejorar el conocimiento sobre cáncer cervicouterino y a su vez requiere elevar los niveles de escolaridad de las mujeres. Las condiciones de vida influyen en las posibilidades que las mujeres tienen para acceder a mayores niveles educativo Argüero Licea B., Álvarez Gazca M., García Monroy L., Montaño Arvizu C., Durán Díaz A. 2006. Realizaron una investigación intitulada “Información y actitudes relacionadas con el Papanicolaou en estudiantes de licenciatura, mujeres docentes y personal administrativo”, los resultados obtenidos fueron los siguientes: Las estudiantes de biología, cirujano dentista, personal administrativo y personal docente del 94% al 97.4% saben que el cáncer cervicouterino puede prevenirse, del 80% al 85.9% en las estudiantes de enfermería, médico cirujano, psicología y optometría, saben para que sirve el Papanicolaou. De 83% al 93% nunca se han realizado la prueba. Una de las principales causas por la que no se realizaban la prueba de Papanicolaou era por no tener relaciones sexuales, ni enfermedades vaginales, otra parte del personal, pensaba que era innecesaria. Algunas mujeres pensaban que esta prueba les ocasionaba alteraciones en el útero y que podían empezar con infecciones. Otro de los factores que influyen en las mujeres para no realizarse el DOC eran por preferencia a una clínica o ginecólogo, no les gusta el examen, miedo y temor a los resultados y al dolor durante la toma. Preferían que una mujer la practicara, desconfianza al material de esterilización, falta de explicación sobre el procedimiento y el vivir a más de 30 minutos de la clínica. Algunas mujeres se practicaban el examen solo si presentaban alguna anormalidad en la menstruación, dolor al tener relaciones sexuales, tenían miedo al procedimiento y pensaban que por un descuido podían quedarse sin un pedazo de útero, todo esto por falta de información. Núñez Herrero L., Yanes Calderón M. 2007. Llevaron a cabo una investigación, de casos y controles en 110 mujeres, 55 de ellas inasistentes a la realización de la citología orgánica (grupo estudio) e igual número que sí se la realizó (grupo control), con el objetivo de analizar algunos de los factores biopsicosociales que condicionaron la conducta de negación hacia dicho examen citológico en el Policlínico Docente “Ana Betancourt”, del municipio Playa, en la Ciudad de La Habana, durante el año 2005. Se analizaron variables como: grado de escolaridad, síntomas infundados, temor al resultado de la prueba (diagnóstico) y temor a la realización de la prueba, desconocimiento, estos fueron argumentos que no suelen faltar cuando se indaga en las causas de por qué algunas mujeres no acuden a los consultorios médicos cuando son convocadas para realizarles la citología orgánica. Según datos oficiales, en el año 2005, fallecieron en este país 412 mujeres por cáncer cervicouterino (5ta. causa de muerte por neoplasias malignas en la población femenina en Cuba), más de 300 no habían acudido a practicarse dicho examen, se lo habían hecho solo en una ocasión, no asistían a la consulta por miedo a que les detectaran algún daño, o sencillamente porque se sentían bien y lo consideraban innecesario. Existen las condiciones para que la mortalidad sea nula, pero actitudes inadecuadas de las mujeres, motivadas muchas veces por la insuficiente información o la poco atractiva convocatoria del médico o la enfermera de su área de salud para que acudan a realizarse la citología orgánica, atentan contra el objetivo fundamental del Programa Nacional de Diagnóstico Precoz de Cáncer Cervicouterino. Se analizó el comportamiento de las mujeres atendiendo a aquellos aspectos que más las inquietaba, como es el caso del temor a la realización y/o resultado (diagnóstico) de la citología orgánica, lo cual se vio influido por el grado de escolaridad y los síntomas referidos por las propias pacientes. En cuanto a la escolaridad, se consideró según nivel vencido al momento de la investigación. Los síntomas referidos se refieren a si presentaba sangrado vaginal, dolor intenso y/o sensación de inflamación en el bajo vientre en el momento del estudio. En el análisis y discusión de los resultados en el grado de escolaridad hubo un predominio de las mujeres universitarias en ambos grupos seguidos por las pre-universitarias. En relación con los síntomas referidos (dolor, sangrado y sensación de inflamación en el bajo vientre), se encontró un predomino en el grupo estudio, representando el 83,6 % de aquellas mujeres que no se realizaron la citología orgánica al referir dichos síntomas por exámenes realizados con anterioridad, mientras que en el grupo control, solo resultó en el 47.3 %. En cuanto al temor frente al resultado de la citología, entre el grupo estudio y el grupo control, hubo una gran diferencia, solo el 7.3 % de las mujeres pertenecientes al grupo control le temían a este resultado y en el grupo estudio se encontró un 49,1 %. Al analizar el temor a la realización de la citología entre ambos grupos, alude que en el grupo control solo un 27.3 % presentaba temor a su realización, y en el grupo de estudio representó el 92,7%. En las conclusiones mencionan que el grado de escolaridad no fue un factor determinante en la no realización de la citología en este policlínico. Los síntomas referidos por las pacientes en el grupo estudio, como consecuencia de experiencias no agradables en exámenes anteriores, repercutió negativamente en la realización del examen. El temor al resultado de la citología, ya sea por Infección de transmisión sexual (ITS) o cáncer cervicouterino, fue altamente significativo en el grupo estudio. Por los resultados que obtuvieron recomiendan brindar a la población a través de los diferentes medios de difusión, información actualizada y exhaustiva sobre el método de realización de la prueba y sus ventajas, así como realizar una mayor divulgación en los distintos estratos de salud de atención a la población. Refieren que se debe insistir en la importancia del entrenamiento sistemático y la constante elevación del nivel profesional del personal médico y paramédico, para así garantizar una atención adecuada a las pacientes y mejorar su calidad de vid. Urrutia S. M., Poupin B. L., Concha P. X., Viñales A. D., Iglesias N. C, y Reyes I. V., 2008. Aluden que el 10% de todos los casos nuevos de cáncer en el mundo, corresponden al cáncer cervicouterino y la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que más del 90% de los casos nuevos de CaCu ocurren en los países subdesarrollados. A nivel mundial el CaCu es la segunda causa de cáncer entre las mujeres. Las tasas de CaCu en países desarrollados, han descendido en las últimas décadas, en un gran número de países subdesarrollados han permanecido sin cambios e incluso han aumentado. Las diferencias en las tasas de CaCu entre los países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo reflejan una inequidad y por lo tanto ésta debe transformarse en un desafío para los profesionales del área. Estudios realizados señalan que algunos factores que favorecen que las mujeres se tomen el Papanicolaou son: el grado de conocimiento, la presencia de síntomas ginecológicos, la edad mayor de 30 años, el mayor nivel socio-económico y el tener seguro de salud. El presente artículo examinó la percepción que las mujeres tienen en torno al Papanicolaou (PAP) y la participación en el programa de tamizaje de CaCu, se utilizó un diseño descriptivo, transversal y cualitativo. Se tomó una muestra probabilística de 237 mujeres, representativa de la población de mujeres con lesiones pre invasoras atendidas en el programa AUGE del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente, en Santiago de Chile, (SSMSO) durante los años 2004 y 2005. El análisis consideró, en las respuestas dadas por las mujeres, dos preguntas: ¿A qué atribuye usted que las mujeres no se toman el PAP? Y ¿A qué atribuye usted que las mujeres no concurran al consultorio para conocer el resultado del PAP? Los resultados obtenidos fueron: la edad promedio de las mujeres fue de 38,5 ± 9,6 años (rango: 22-72 años). El análisis de las respuestas a las dos preguntas se resumió en torno a tres grandes temas: falta de preocupación tema que presenta la falta de preocupación de aspectos asociados a la propia mujer, la dejación es un término referido por las mujeres, la flojera y el hecho de que las mujeres prefieren postergarse, principalmente por otros integrantes de la familia. Los problemas asociados al procedimiento consideraron aquellas causas que impidan que la mujer acuda al tomarse el PAP o a recibir el resultado, el miedo fue una de las categorías más nombradas tanto para no tomarse la prueba como para no acudir por los resultados, el miedo al dolor, a que le quiten un pedacito del útero y miedo a tener una enfermedad, la vergüenza y la incomodidad que les causa el examen fue otra de las barreras, la falta de tiempo fue un aspecto que consideraron algunas mujeres asociándolo a las actividades laborales que ellas tienen y por la espera en el consultorio, falta de conocimiento relacionado al examen y su utilidad, así como también al momento que deben conocer el resultado. En la discusión mencionan que las tasas de CaCu pueden ser reducidas a través de los programas de tamizaje y en este contexto el PAP es el único que ha demostrado reducir la incidencia y mortalidad por Ca Cu. Por esta razón, es importante conocer que barreras existen en torno al examen y a la participación en el programa de tamizaje. Sin embargo, resulta interesante analizar cuáles son las causas por las cuales las mujeres no se interesan en practicarse el examen. Las mujeres postergan por las barreras impuestas por sus familias y por los bajos recursos económicos, el miedo, la vergüenza, la falta de tiempo y la falta de conocimientos también han sido reportadas por otros autores. El presente estudio entrega información importante acerca de cómo un grupo de mujeres chilenas, ingresadas al programa AUGE de cáncer cervicouterino, perciben las barreras en torno al Papanicolaou, y por lo tanto puede ser una guía, al momento de desarrollar actividades de intervención. La OMS ha encomendado a los profesionales de la salud diseñar e implementar las intervenciones para reducir el CaCu en la población latina. La opinión de estas mujeres debe ser escuchada y acogida al momento de establecer y llevar a cabo políticas de salud.