Alquimia Moderna: Experimentos en Fotografía (Modern Alchemy: Experiments in Photography) Vestíbulo Los experimentos han formado parte implícita en la historia de la fotografía desde sus principios en el siglo XIX. El desarrollo de la misma fue en sí un experimento, la búsqueda de capturar la realidad observada de una forma permanente. Procedente del griego photos (luz) y graphos (escritos), la palabra denota imágenes dibujadas con luz. Después del invento del daguerrotipo en 1839, las innovaciones durante ese siglo se concentraron en el desarrollo de técnicas para acortar el tiempo de exposición, agilitar el proceso, y permitir la reproducción de múltiples imágenes. En el cuarto oscuro, los fotógrafos manipulaban las imágenes lidiando con las limitaciones del proceso, produciendo impresiones a partir de múltiples negativos, como sucedía en las fotos de paisajes en las que las formaciones geológicas se registraban en un negativo, y el cielo, que requería de un tiempo distinto de exposición, era capturado en otro. Hacia finales de siglo, la naturaleza mecánica de la fotografía, dio lugar al cuestionamiento del valor de la técnica como expresión artística. Los primero años del siglo XX fueron testigos de la notable exploración de cómo realizar imágenes usando fotografía, en consonancia con la estética experimental modernista que influenció todas las artes. Artistas del movimiento Dada que trabajaron después de la Primera Guerra Mundial investigaron una variedad de procesos fotográficos, incluyendo el fotograma y el fotomontaje (un collage fotográfico). Otros fotógrafos, especialmente los asociados con el movimiento Surrealista fundado en 1924, desafiaron los limites de la realidad creando imágenes fantásticas del mundo de los sueños y del inconsciente, creados mediante la combinación de impresiones y experimentando con productos químicos. En los Estados Unidos de la post-guerra, el énfasis en el proceso como el determinante del valor en el Expresionismo Abstracto, Minimalismo, Conceptualismo y arte de interpretación, hizo que crear imágenes se convirtiera en el propósito del fotógrafo. Paralelo a la diversidad vista dentro del arte contemporáneo, los fotógrafos de hoy crean obras utilizando una amplia gama de técnicas experimentales explorando la mecánica de la fotografía, la naturaleza de los procesos fotográficos y sus materiales. Algunos fotógrafos han reactivado los procesos históricos logrando nuevos efectos, experimentando con fotogramas o cámaras de agujero de alfiler, mientras que otros han manipulado los tiempos de exposición, lentes, papel y procesos de revelado consiguiendo a menudo efectos accidentales. A partir de 1980, la llegada de la tecnología digital revolucionó la fotografía, reemplazando cámaras mecánicas y negativos con cámaras digitales y tarjetas de memoria, el cuarto oscuro y el amplificador con la computadora y programas de reproducción de imágenes. Modern Alchemy: Experiments in Photography se centra en los artistas del siglo XX y XXI cuyos trabajos van mas allá de los limites de la fotografía en una infinidad de maneras, transformando así su misma naturaleza. Modern Alchemy esta auspiciada en parte por Advantage Title y por la generosa contribución de Frank Lourenso & Gary Stevens – Morgan Stanley Wealth Management. También está auspiciada por la generosa contribución de The John Hahn Foundation. Primera Galería La Fotografía tradicional implica el uso de luz para exponer una imagen a un negativo ya sea de película o de cristal, procesar el negativo en una serie de baños químicos e imprimirlo sobre papel fotográfico especialmente preparado, y una vez más usando luz para grabar la imagen. El fotógrafo puede alterar el resultado durante los procesos, mediante ajuste de foco, variando el tiempo de exposición (de la foto o del negativo), o alterando el uso de los productos químicos del cuarto oscuro. La mayor parte de los fotógrafos de esta exposición explotan los procesos tradicionales logrando fines expresivos. Algunas obras están realizadas sin cámaras, otras sin lentes, donde la imagen es producida directamente en el papel, como en los fotogramas, en los cuales los objetos están colocados sobre papel foto- sensitivo y expuestos a luz, capturando sombras que sugieren el objeto utilizado. Descubierto por William Henry Fox Talbot alrededor de 1834 y utilizado para crear imágenes botánicas cianotipias a mediados de ese siglo, el proceso fue introducido en la década de 1910 por el artista Dada Christian Schad, y fue hecho popular por Man Ray y Laszlo Moholy-Nagy en la década de 1920. Otros fotógrafos como György Kepes y Pierre Cordier, produjeron imágenes sin cámaras mediante la exploración de productos químicos y efectos de luz, resultando en fotos que son a menudo, abstractas. Procesos experimentales utilizando negativos incluyen la solarización (exponiendo el negativo o papel a la luz por momentos poco ortodoxos durante el proceso), que produce contornos nítidos e invierte las tonalidades para conseguir efectos fantasmagóricos, como vemos en la obra de Raoul Ubac. Artistas como Edmund Teske y Jerry Uelsmann realizaron obras de representación, usando múltiples negativos en una impresión combinada, yuxtaponiendo varios elementos para crear obras que tienen una compleja relación con la realidad. Adobe Photoshop que salió en 1990, ha expandido estas posibilidades, permitiendo a artistas como Martina Lopez y Maggie Taylor manipular sus imágenes mediante el reajuste de colores, recortes y colocando capas de imágenes escaneadas y fotografías logrando composiciones construidas en vez de capturadas. Segunda Galería La mayoría de los fotógrafos contemporáneos en esta sala realizaron experimentos con la luz, los químicos y tiempo, a gran escala algo común en la practica de la fotografía contemporánea. Con una comprensión clara del proceso, estas fotos documentan los métodos utilizados para crearlas, aunque también pueden referirse a un mundo objetivo. Ya sea revelando aspectos de algo no visto antes como en las obras de Abelardo Morell o Floris Neusüss, o siguiendo la trayectoria del sol como en las obras de Chris McCaw o Klea McKenna, o descargas eléctricas en la obra de Hiroshi Sugimoto, o los fuegos artificiales de Damion Berger o Kevin Cooley, estas fotografías expanden nuestra experiencia visual. En la aplicación sugestiva de químicos de Mariah Robertson y en la degradación de emulsión sobre el papel fotográfico de Marco Breuer, la fotografía se convierte en el record de un proceso que revela la actividad por la que fue creada. Como McCaw, McKenna y Berger, Robertson y Breuer revelan el tiempo de duración en vez de la captura del momento. En estas obras, como en la Polaroid Pull & Rollback de Ellen Carey, el aspecto físico del objeto surge. La idea de que la fotografía es como una ventana en el mundo esta eclipsada por las posibilidades artísticas de la fotografía y el concepto de que el mismo objeto de la foto es, insistentemente, su propio sujeto.