cultural - El Sol de Margarita

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Octubre de 2016
Etapa III Nº 18
Sol
C U LT U R A L
w w w. e l s o l d e m a r g a r i t a . c o m . v e
CARMEN
“SANGA” MARÍN:
Una bandeja de sentimientos
Solcultural
Los Guaiqueríes:
Ubicación en la isla
de Margarita
Foto de Portada:
CARMEN "SANGA" MARÍN
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SOL DE MARGARITA NO SE HACE
RESPONSABLE POR LAS OPINIONES
EMITIDAS POR ARTICULISTAS
Y COLABORADORES DE ESTE DIARIO.
...lo dijo
ANICETO GARCÍA
SINERGIA PERFECTA
Luego que anuncia la aurora
su claridad infinita
la Isla de Margarita
se ostenta desafiadora.
Su paisaje se colora
por una blanca cortina
que lenta se disemina
por sus selvas y montañas
tierra de heroicas hazañas
Margarita, la heroína.
CECILIA AYALA LAFEE Y WILBERT WERNER WILBERT
N
o es posible definir con exactitud cuáles fueron las
tierras que durante el período prehispánico ocuparon
los antepasados de los actuales guaiqueríes del estado
Nueva Esparta, pues aquellos habitaron indistintamente en los diversos valles y puertos de la isla. Sin
embargo, las evidencias arqueológicas tardías e historiográficas
indican que los asentamientos prehispánicos guaiqueríes de la isla
de Margarita fueron ocupados o reocupados hasta después de la
llegada de los europeos: 1) a lo largo de la costa inmediatamente al
norte del puerto El Tirano, en Playa Guacuco (Cruxent y Rouse
1982: 199); 2) en Porlamar, en los alrededores del suburbio de Bella
Vista; y 3) al este de Porlamar, en Guamo (Alexander 1958: 117).
Estos asentamientos coinciden con los lugares más densamente
poblados de la isla para el momento del contacto.
Otros pueblos indígenas originarios están claramente identificados en la historiografía de Margarita, como es el caso de los dos
asentamientos situados al norte, en El Tirano y El Manzanillo,
ambos en el Valle de Paraguachí, donde en 1499 los guaiqueríes
canjearon sus perlas con Alonso de Ojeda y Juan de la Cosa, los
primeros europeos que pusieron pie en la isla.
Otro asentamiento de origen prehispánico importante hallado
por los conquistadores a su llegada a la isla fue la aldea de Paraguarime, ubicada a unos 2,5 kilómetros hacia el norte del Morro de
Charamaya (hoy Morro de Porlamar). Allí residía la familia de la
cacica Isabel, hija del cacique Charamaya, precisamente el lugar
donde en 1527 nacería el primer mestizo histórico de Venezuela,
Francisco Fajardo. El territorio que comprendía esta antigua localidad indígena abarcaba desde las vertientes de la serranía central,
conocida hoy como La Sierra, hasta las tierras regadas por el río El
Valle, aguas abajo hacia el sur, hasta su desembocadura en la bahía
de Guaraguao, región esta en la que se hallaban sus lugares sagrados (Cueva del Piache), y áreas de horticultura, cacería y pesca.
La aldea de Paraguarime, constituía el núcleo sociopolítico de
otras viviendas que, aunque disgregadas a lo largo y ancho del
Valle de Charaguaray (actual Valle del Espíritu Santo), se hallaban
próximas unas de otras. Sus habitantes generalmente vivían en las
inmediaciones de sus conucos, aunque erigían en las costas una
suerte de cobertizos de palma que utilizaban para resguardarse del
sol mientras realizaban labores de pesca (rancherías), muy posiblemente levantados en las cercanías de la boca del río El Valle a objeto de aprovechar el agua dulce. El Valle de Charaguaray, para fines
del siglo XV y comienzos del XVI, al parecer estuvo habitado por
unas 200 personas. La población de Paraguarime, o Palguarime
como se la conoce en la actualidad, continúa asentada en el mismo
(2) SOL DE MARGARITA Porlamar, octubre de 2016 /www.elsoldemargarita.com.ve
lugar de hace cinco siglos atrás.
Pamopatar (hoy Pampatar) fue otro de los pueblos guaiqueríes
que hallaron los españoles a su arribo a la isla de Margarita. Su
antigüedad puede establecerse por la presencia de uno sus primeros pobladores, Pedro Moreno, quien para 1528 ya se hallaba en la
isla. Este personaje se instaló al comienzo hacia Pampatar, quizás
en las cercanías de Playa Moreno localidad a la que, como sugieren
Subero (1981: 265) y Gómez (2001, T. II: 445), le quedaría como
topónimo el nombre de este personaje tan influyente en la vida
colonial de Margarita. Posteriormente, se trasladaría al Valle
de Arimacoa.
De igual forma, son de data muy antigua los asientos originarios
de otros pueblos guaiqueríes emplazados al norte de la isla, como
aquel a que hace alusión Oviedo y Valdés (1962: 88), en 1535,
ubicado en Juan Griego en: “un buen puerto y ancón de la parte
del norte”.
Finalmente, tenemos que en el Valle de Arimacoa existían dos
poblados guaiqueríes: El Cercado y Pedro González.
Solcultural
Carmen Marín:
una bandeja de
sentimientos
VERNI SALAZAR
M
ientras se vivía un clima de alegría en nuestro país por la
celebración de las primeras elecciones libres, que se iban a
celebrar el domingo 14 de diciembre de 1947, el jueves 11
nace en plena hora de almuerzo, en Porlamar una niña, que
todavía en Guiriguire, pintoresco sector de Juangriego, donde habitaba su mamá Ernesta, su padre José y toda su familia, no saben si le
la llamaron Sanguita primero y después Carmen, o Carmen y después Sanguita, lo que si sabemos todos, que muchos años después casi nadie la conoce
como Carmen Marín sino como Sanga; los más cercanos dicen que cuando se
puso más rellenita, paso a llamarse Sanga, lo que si se me ha hecho imposible,
saber porque Sanguita o Sanga…porque de Carmen a Sanguita... hay como
mucho trecho…pero no nos sorprende, ya que amparados en nuestra idiosincrasia y nuestro léxico tan particular y estamos en la isla de Margarita…donde se
hace posible todo lo que pienses… además tan característico en nuestros pueblos
de ayer, donde la familiaridad era tan rutinaria que pasaba inadvertida…y así sencillamente era Sanguita la de Ernesta…ahora si llegas a Juan Griego y preguntas
por Carmen Marín, es imposible que te den la dirección, ah! pero si preguntas por
Sanga la del Búho…inmediatamente te dirán donde la puedes ubicar, porque nuestra amiga debe tener muchos años que no la llaman Carmen…quizás desde niña,
cuando se sentía atraída por los ricos olores que salían desde el viejo fogón de su
abuela Ana…donde ya con la alborada venteaba a Café Flor de Margarita, que le
decía: Carmen…venga para que aprendas a cocinar y seas alguien en la vida
Carmen es la quinta de trece hermanos, y por la precariedad de la época…se
vio en la necesidad de acompañar a su mama en la crianza de ellos…eran tiempos
difíciles... así tuvo que aprender a coser, a cocinar, a recorrer a diario la playa de la
bahía de Juan Griego en la búsqueda del sustento, cargaba agua en la cabeza cuando venía en gabarra, otras veces ayudando a la gente que desembarcaba o se
embarcaba en las Lanchas “Rosa Eugenia” y “Maria Rosario” que hacían la travesía
desde la Isla de Margarita a tierra firme…y luego pasar por la casa de la señora
Carmen Marín de Camejo, quien le brindo mucho amor y la quiso como una hija,
y le enseñó el arte autóctono de la cocina insular, que había adquirido de sus antepasados, además conserva los secretos del fogón de su abuela Ana y de su mamá,
y que con mucho recelo guarda y pone de manifiesto en la preparación de cada
uno de sus comidas, además de su experiencia y creatividad, que le dan una forma
particular de desenvolverse en la cocina, desde los tiempos del fogón a leña hasta
la moderna cocina eléctrica o a gas, se puede inferir que la cocina de Sanga es una
mezcla de esa cocina margariteña autentica, autóctona que se transmitía de generación en generación, y que la que asimiló y le colocó su toque personal, allí está
la esencia, allí reside ese sentido que le ha dado esa sazón especial a sus comidas…pero sigamos… a los catorce años…Sanguita se va con su hermana Irma a
Caracas, al tiempo que ayudaba a su hermana con los sobrinos, aprendió a coser,
pero seguía cocinando, allí el amor tocó su corazón…porque también los hilos del
amor se revisten de gastronomía- y le cambió la vida, conoce a Fulgencio Rafael
Cabrera El Búho, natural de Aragua de Barcelona, que trabajaba en un Restaurant
de Tazón, como mesonero, a los 24 años se casan y después de tener a sus hijos
Sandra y Williams…un día la nostalgia insular invade su pensamiento, y le dice
Fulgencio... me voy para Margarita…si quieres me sigues y si no... agarro mis
muchachos y me voy, no le quedó más remedio que venirse con ella…vuelve a su
tierra con un mundo de ilusiones…y comienza lo que sería una historia de gastronomía,…de amor… entre comidas, atardeceres y sentimientos…nacerían después
Carmen Josefina, Taina y Elis Mariana luego a Jazmín y a María se las regaló la
vida...más tarde vendrían los nietos.
Allí frente a la hermosa bahía de Juan Griego, se instala en una casa en ruinas,
y comienza a poner en práctica esas enseñanzas en la preparación de comidas, allí
se hizo popular su sancocho de pescado, sus pescados fritos…mientras tanto Fulgencio trabajaba como mesonero en Porlamar en los restaurantes “la Talanquera”
y “El Caney el Caporal” y luego se encargaría en Juan Griego del restaurante “El
Fortín”…hasta que deciden formalmente colocarle el nombre de “El Búho” a su
restaurant y por razones que no vienen al caso hoy “El Bonguero”…pero en el
alma popular sigue siendo el Búho, porque muchas veces basta…quizás la mayor
parte del tiempo…una palabra, una mirada, un gesto y hasta una sabrosa comida,
para llenar los corazones de quien se ama, así es Sanga, la que está pendiente de
todo los detalles, desde la cocina hasta la mesa, ella es la artífice de: el Arroz a la
marinera, Asopado de mariscos, Sancocho de pescado, Sancocho de pescado Frito,
Crema de Guacucos, Juan Griego especial, entre otros.
El Búho, Fulgencio Rafael, cerró los ojos en 22 de diciembre de 2014…y los
ojos color café de Sanga no han dejado de aguarse, su recuerdo permanece en
cada amanecer Juangrieguero, en cada uno de los atardeceres crepusculares de su
bahía, en cada una de sus evocaciones, sigue presente, propugnando y apoyando
esa bandeja de sentimientos que desde que era Sanguita, floreció en su
corazón…es esa bandeja que sale de su cocina, pero también como si saliera de su
alma, de su espiritualidad margariteña, preparada de la siguiente manera y que me
atrevo a parafrasear:
Así… Con fraternidad, a pesar de la diferencia de clases entre el Carite y el
Tajlí, juntos los puso a orear, ah.. pero por solidaridad no los dejó mucho tiempo
al sol… mientras tanto con tolerancia le bajó los sumos a la tripa de perla, que
pantallera como siempre, aun sin perlas, que la esperaba molesta porque quería ser
la primera que guisaran, con mucha ternura colocó en la otra olla al cazón para
que se ablandaba ya que formaría parte protagónica del cuajao y la tortilla, con
simpatía tomó al erizo, que mudo sin espinas con que defenderse, se escondía tras
un cucharón, huyendo hecho pasta de ser convertido en la otra
tortilla,…con la sutileza de una madre, tomó entre sus manos las
inertes y apiladas huevas de atún y dorado, que con mucho
calor se recostaban unas de otras como de costumbre, luego con
cordialidad se acercó al pulpo, que haciéndose el importante,
estiraba, sus tentáculos, lo convenció y con delicadeza lo convirtió en ensalada...y a escondidas se asomaba el botuto, a quien
con mucha ternura mantenía alejado, preguntando cuando le
tocaba a él, y le decía al oído con afecto …tu eres especial, tu
ensalada sorpresa, solo para los clientes y amigos…bandeja de
sentimientos…que con sus consentidas las arepitas de maíz raspado, por ella misma…dan en el punto vital, de esa mezcolanza
de ingredientes y emociones que hace sublime su degustación…
Gracias amiga Carmen Marín… es contigo Sanga…, gracias en
nombre de la margariteñidad, por mantener y poner en valor
todos los días durante este montón de años, nuestra identidad a través de tu cocina, a través de tus manos, a través tu
bandeja de sentimientos, a través de tu apego a nuestra idiosincrasia culinaria, única en el mundo y pancarta sempiterna
que nos identifica…que la Virgencita del Valle te de la fortaleza y la salud necesaria para mantenerte entre nosotros por
mucho tiempo más…
Muchas gracias…
SOL DE MARGARITA Porlamar, octubre de 2016 / www.elsoldemargarita.com.ve (3)
Solcultural
Iván Rojas
La geometría como sostén del vacío
Iván Rojas construye grandes espacios geométricos que otorgan un lugar privilegiado al vacío, como
un componente más de cada obra de arte. Esta inclusión propone, además, la búsqueda incansable por
la construcción de sentidos sociales nuevos a través de lo visual.
E
l interés de Ivan por las artes visuales se remonta a los ultimos años de
su escuela primaria. Aún hoy sigue viva aquella fascinacion que sentía
al mirar las pinturas y esculturas de las casas e instituciones culturales que visitaba en La Asunción (Isla de Margarita), ciudad donde
cultura, su cosmovisión. Luego de un
proceso de desarrollo y creación permanente se produjo un giro hacia una
vision introspectiva del ser, incluso auto-
nació y a la que siempre retorna. Si bien siempre ha estado interesado
en el arte, no sería hasta finales de los años 80, después del tránsito temporal por
rreferencial, hasta avanzar a un planteamiento abstracto donde se decanta por
la Facultad de Odontología de la Universidad Central de Venezuela, y la Escuela
de Biología Marina de la Universidad de Oriente, cuando decidió iniciar su carrera como artista plástico.
completo la figuración, para dar paso a
estructuras compositivas basadas en la
Comenzó asistiendo a varios talleres de dibujo y pintura, realizando prácticas que aumentaron el interés por el arte y ayudaron a despertar una vocación
que siempre estuvo latente. En ese momento tomó la decisión de matricularse en
el Instituto de Diseño de Caracas y realizó otros cursos de pintura, escultura y
artes gráficas en varios centros de Venezuela y México. Su trabajo siempre ha
estado motivado por la necesidad de abordar temas y problemas que le ocupan y
preocupan para crear sentido por medio del arte. Para Iván, la creación artística es
una manera de entender e interpretar la vida. Como él mismo lo llama: “Un camino de conocimiento a la ‘ultimidad’ de las cosas”.
Las técnicas y los materiales empleados en sus obras siempre han dependido
de las diferentes propuestas desarrolladas en el curso del tiempo. En la etapa inicial trabajó la pintura sobre tela, la talla en madera y la fundición en bronce. En la
actualidad, las obras son estructuras realizadas con mdf, o metal cubiertas con pintura acrílica. Sin embargo, estas técnicas no han supuesto la desaparición del papel
como soporte, un material al que siempre vuelve, ya que sus antecedentes como
diseñador gráfico, dibujante y grabador mantienen viva su presencia.
En este aspecto, la obra de Rojas ha evolucionado desde que partió con la
figuración sintética hasta llegar a la abstracción geométrica sensible. Autodenominada por él como “sensible” porque, aunque hay una estructura formal determinada, “aún persisten ciertas expresiones gestuales que derivan de las técnicas pictóricas en cuanto al modo de emplear el color”, explica Iván. Pero los cambios de tecnicas, materiales y resoluciones plásticas han mantenido una relación proporcional con la aparición de nuevas propuestas conceptuales. La geometría surge,
entonces, como resultado de un proceso natural de decantación de las formas
figurativas. A través del tiempo, su obra aborda problemas formales y conceptuales del arte que desembocan en una abstracción sintética de las formas y de allí al
razonamiento geométrico.
Además, en este proceso, ha pesado mucho la tradición modernista del arte y
la arquitectura que se desarrolla en Venezuela en la década de los años 50. En esta
exploración permanente, el encuentro personal con la obra de Eduardo Chillida
generó un acercamiento a la escultura universal y con ella, al concepto del vacío
como propuesta estética, generando un interés de investigación permanente para
incluir en su propia obra.
Ausencias presentes
Al comienzo, su interés principal se centró en la representación humana y
desde ahí investigó y rindió tributo al poblador de los territorios caribeños, a su
logica formal. Estas prácticas derivan en las exploraciones e interpretaciones del
vacío como propuesta plástica con todas sus implicaciones formales y filosóficas.
En este sentido, el vacío está planteado en sus esculturas a través de una serie
de signos abstractos que responden a las leyes de la geometría. Son horadaciones
que sobre el plano generan una relación dialógica entre las partes, o lo que es lo
mismo entre la materia y el espacio, que en este caso se convierte en un elemento
de la obra. Todas estas variables provienen de la idea de representar el silencio y
la ausencia a través del vacío en la obra de arte. Esto implica considerar el vacío
como una entidad proyectual de nuevas expresiones formales y espaciales.
En el proceso de afrontar formalmente la abstracción geométrica, la pintura
tuvo que prescindir de la representacion para dar paso a la creación de una serie
de signos abstracto-geométricos. Estos signos forman parte de una estructura conceptual y metodológica en la que se complementan el vacío y la materia como
soporte, entendido también como “positivo y negativo” que da curso a un sistema
de interrelaciones determinantes en el discurso plástico.
Los nuevos relieves y móviles, que desde hace varios años viene realizando,
además de las consideraciones plásticas, técnicas y estéticas, plantean un juego
perceptivo que permiten a los espectadores un rol más activo.
Esta dinámica, además de las percepciones visuales y las relaciones de desplazamientos del espectador y los movimientos de las piezas (en el caso de los móviles), suponen también una reflexión sobre las propiedades y conceptos de la propia obra de arte. Y, en consecuencia, aspira a su comprensión y producción de una
nueva experiencia estética.
Es por esto que Iván, a través de estas consideraciones filosóficas, sueña con
desarrollar una obra importante. Una obra que sea producto del estudio y la investigación rigurosa, capaz de hacer reflexionar y emocionar a quien tenga la oportunidad de abordarla. Su trabajo es minucioso y comprometido. En sus palabras,
“sólo a traves del estudio se puede llegar a conceptualizar y producir una obra significativa que procure un aporte al arte contemporáneo”.
El trabajo de este artista se basa en un proceso de síntesis y desmaterialización donde la comunicación se hace cada vez más interna, donde se reflexiona
por lo más profundo del ser, a través de estructuras simples que se agrupan para
formar sistemas. Estos sistemas incluyen la ausencia y el vacío como parte del
objeto y le otorgan una presencia propia. Presencia que es capaz de producir la
reflexión y cavilación de los individuos en su propia contemporaneidad.
Por Nadia Paz, curadora de arte (Argentina).
(4) SOL DE MARGARITA, Porlamar, octubre de 2016 / www.elsoldemargarita.com.ve
Iván Rojas
con su familia:
su esposa
Carmen María
Aguirre y sus
hijas Ivana y
Isabella en su
más reciente
exposición
Vacíos
“Contenidos”
en la Galería
Okyo de
Caracas.
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