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AUTORES
Investigación
y textos
Aleida Rueda
Cecilia Rosen
Recopilación
Miguel Ángel Robles
Mensaje del Presidente de la CANAFEM:
“Con motivo de los 200 años del Envase Metálico”
Las latas han sido parte importante de nuestra vida diaria desde hace ya dos
siglos y en CANAFEM nos hemos propuesto festejarlo. Hoy cumplimos
un bicentenario de historias en las que latas nos han brindado comodidad,
economía, salud y nutrición. Desde esa lata de donde nuestra madre tomó
la leche en polvo para alimentarnos al tener meses de nacidos; esa de donde
probamos por primera vez una cerveza con amigos en un día caluroso, esa de
donde tomamos la pintura para preparar la habitación de un nuevo miembro de
la familia o todas esas que diariamente servimos en nuestra mesa; la lata es una
historia de éxito y en esta obra pretendemos contarla.
A través de las páginas de este libro podrá conocer el origen e historia de la
lata, el estrecho vínculo entre la extracción del acero y el aluminio con la
fabricación de los envases y los diferentes usos que han tenido en nuestra vida
los envases metálicos; el desarrollo de una industria consolidada que a lo largo
de los años ha demostrado ser muy competitiva, y la sustentabilidad de la lata
logrando posicionarse como el envase ecológico por excelencia.
Quiero agradecer a Isaías Zapata Guerra, mi abuelo y maestro, pionero de la
industria y quien, entre muchas otras cosas, impulsó y promovió el uso de los
envases metálicos desde una era muy temprana en el país. Fue el primero en
utilizar la hoja de lata electrolítica que es hoy el estándar en la industria de
conservas alimenticias y que se mantiene actualmente activo, siguiendo
el pulso e influyendo el rumbo de nuestra industria igual que desde hace
60 años. Posteriormente quiero recordar a mi padre Isaías Zapata Oscoz,
quien con entusiasmo e inteligencia siguió el legado familiar y junto con otros
grandes de la industria, fundó nuestra Cámara, convirtiéndose así en nuestro
primer Presidente y quien supo también cultivar en mí un amor inigualable por
las latas y los negocios.
Esta obra es el resultado del gran esfuerzo por parte de todos los miembros de
la Cámara, de nuestro comité técnico, quien revisó y autorizó la información
aquí contenida, de Arturo y Cecy que son el corazón de CANAFEM, y de los
colaboradores en nuestra casa editorial. Confío en que el contenido de este
libro logrará transmitir los valores y el firme compromiso de nuestra industria
con la sociedad mexicana.
Disfrute usted, estimado lector, de esta obra única.
Ing. Isaías Zapata Morán
Presidente
Cámara Nacional de Fabricantes de Envases Metálicos
CANAFEM
La Industria Mexicana
de los Envases Metálicos,
actor imprescindible en el desarrollo nacional mexicano
La Cámara Nacional de Fabricantes de Envases Metálicos, CANAFEM,
ha editado este excelente libro, Envases metálicos en México, dos siglos de
innovación con visión en futuro, publicación que representa un extraordinario
esfuerzo por transmitir al lector la importancia de este sector industrial,
fundamental para el desarrollo económico y la vida diaria de los mexicanos.
Las empresas integradas al sector de los envases metálicos en México
representan hoy a uno de los grandes generadores de empleos y capital para
el país, y al mismo tiempo una rama productiva socialmente responsable,
sustentable y comprometida con el medio ambiente y la salud de los
consumidores, lo cual las convierte en un ejemplo a seguir.
Esta publicación muestra a la sociedad la evolución y relevancia de las latas
y envases metálicos, hasta convertirse en un objeto de uso cotidiano para
las familias mexicanas. El lector podrá hacer un recorrido a través de la
historia de 200 años de fabricación de latas y envases metálicos, así como una
recapitulación del desempeño y evolución de este sector en México.
CANAFEM pone al alcance de los lectores el testimonio de empresarios
siempre comprometidos con el desarrollo económico y social mexicano,
en su búsqueda permanente por ofrecer envases y tapas de aluminio y acero
saludables y con altos estándares de calidad, lo cual es digno de reconocer
y celebrar.
Yo invito al lector a adentrarse en el mundo fascinante de la producción
de latas y envases metálicos en México, e identificar juntos los nuevos retos
y oportunidades de esta industria en los que, sin duda alguna, la innovación
y tecnología son factores clave para la evolución de este producto.
CONCAMIN reconoce el esfuerzo cotidiano, la creatividad, el compromiso
y desempeño que Isaías Zapata Morán, Presidente del Consejo Directivo
de esta Cámara, así como todos y cada uno de los integrantes de CANAFEM,
han demostrado al dotar a este organismo de proyectos innovadores como éste,
amable lector, que usted tiene ahora en sus manos.
Ing. Salomón Presburger Slovik
Presidente
Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos
CONCAMIN
ÍNDICE
18
Capítulo 1: historia y evolución
44
Capítulo 2: la lata y su transformación
68
Capítulo 3: usos y aplicaciones
90
Capítulo 4: sustentabilidad
112
Capítulo 5: salud en lata
142
Directorio de afiliados
Capítulo 1:
historia y evolución
La historia de los envases metálicos es literalmente
una historia de innovación que cambió los hábitos
de consumo en el mundo entero. Desde hace dos
siglos las latas han sido una llave que ha abierto
fronteras; actualmente son una industria con una
enorme fuerza económica que genera una gran
cantidad de empleos.
En México, el desarrollo de la industria de todo
tipo de latas se ha movido tan rápidamente como
la demanda de los consumidores, satisfaciendo
las necesidades de calidad con contenedores
totalmente reciclables, que ofrecen absoluta
protección para el producto, y con una durabilidad
como ningún otro empaque en el mercado.
Línea del tiempo
Siglos XVIII y XIX
Se presentan
los primeros
estudios de la
conservación
y envasado de
alimentos, en
Francia, por
Nicolás Appert,
considerado
el “padre de
la lata”.
Se patenta
el uso del
hierro y el
estaño para la
fabricación de
contenedores
de conservas.
El gobierno
de Napoleón
ofrece 12,000
francos a quien
invente un
método que
preserve los
alimentos para
sus ejércitos.
Es frecuente
la compra
de alimentos
enlatados
para las
expediciones
marítimas y
se introduce la
lata estañada en
América.
El uso de
comida
enlatada es
establecido
en el Ejército
y la Marina
británicos.
Peter Durand
patenta en el
Reino Unido
el envase de
hojalata.
La producción
de conservas
se sigue
desarrollando
en Francia,
Inglaterra
y Estados
Unidos.
Se fabrican
las primeras
latas rasas
de sardinas
comprimidas.
Los alimentos
enlatados
ya son parte
del comercio
habitual.
Thomas
Kensett
continúa el
negocio de
conservas en
Nueva York.
En Estados
Unidos se
establece la
primera planta
enlatadora de
piña.
Se presenta
una patente
que menciona
recipientes
de lámina
estañada.
Empieza el
control de
calidad de
los alimentos
y bebidas
enlatadas.
Max Ams
introduce el
envasado en
acero, para
alimentos
como pescados,
frutas,
hortalizas, etc.
Louis Pasteur
descubre el
proceso de
pasteurización,
que reduce
a niveles
inocuos los
microorganismos,
al someterlos
a ciclos
rápidos de
calentamiento y
enfriamiento.
Se producen
las primeras
sopas enlatadas
y surgen las
primeras latas
de tres piezas.
Línea del tiempo
Siglos XX y XXI
Surge en
Estados Unidos
la primera lata
denominada
“sanitaria”.
En Oslo,
Noruega, se
desarrolla la
lata en aerosol.
Se inicia en
México la
fabricación de
hermetapas
y otras tapas
metálicas.
Se fabrica
la primera
cerveza en lata
de acero.
La fabricación
de envases
metálicos se
hace presente
en nuestro país.
Durante la
Segunda
Guerra
Mundial, se
comienzan
a consumir
alimentos
enlatados de
manera masiva.
Comienza
el estañado
electrolítico.
Se introduce el
aluminio como
insumo en la
fabricación de
latas.
Se empiezan
a enlatar
las bebidas
carbonatadas.
Se inventa
el anillo en
las latas de
cerveza.
Se desarrollan
las latas de
dos piezas,
utilizando
menos metal
que en las
tradicionales de
tres piezas.
Se utiliza por
primera vez
un sistema de
apertura fácil
en una lata de
dos piezas.
Surgen en
Estados Unidos
las bebidas
en lata de
aluminio.
Los multipacks con latas
de aluminio
para bebidas,
se vuelven los
favoritos del
mercado.
Ante la
preocupación
y la conciencia
por el impacto
ambiental,
los envases
metálicos
comienzan a
ser reciclados.
A partir de este
año se realizan
innovaciones
en los
sistemas de
apertura fácil,
impulsando
aún más
el consumo
de latas.
La técnica
de expansión
permite
fabricar latas
en formatos
inéditos y las
nuevas técnicas
de impresión
mejoran las
cualidades del
producto.
Las latas de
acero cumplen
200 años
de historia,
evolución
e innovación
y las latas
de aluminio
cumplen
50 años.
La tasa de
reciclaje de
los envases de
acero alcanza
62.5 por ciento
en Europa,
siendo éste el
material más
reciclado del
mundo.
Dos siglos de
innovación y
los envases
metálicos
consolidándose
como el envase
ecológico por
excelencia.
200 años del envasado metálico
El hombre primitivo, que inició la recolección de frutos e insectos hace
aproximadamente un millón de años, pronto se enfrentó a la preocupación de
cómo disponer de alimentos en épocas en que la naturaleza hacía problemática
su obtención. Hasta el periodo greco-romano aprendió a desarrollar diferentes
técnicas (ahumado, desecación, salado, etc.) para conservar los alimentos.
Aunque desde tiempos prehistóricos el estaño aparece como un material para
fabricar objetos, al principio se usaba principalmente con fines decorativos. Es
a partir de la unión del estaño con el hierro que se logró la lámina estañada y se
dio origen a la hojalata.
Durante el Siglo XII, el estañado del hierro era un procedimiento común. Se
cree que la lámina estañada tiene su origen en la región de Bohemia, Alemania,
ya que se han encontrado vestigios de este material que datan del Siglo XV.
También existen importantes hallazgos del trabajo del estañado en el Siglo
XVIII, principalmente en Francia, los Países Bajos, Suecia, Inglaterra y
Alemania a la cabeza de la producción.
En América, el negocio del hierro estañado se estableció en 1645, pero para
1775, Pennsylvania ya era el principal productor y líder de hierro estañado,
siendo Pittsburgh en 1858 el lugar en donde se produjera la primera lámina
estañada tal y como la conocemos hoy en día.
El origen de la lata
El envasado de productos comenzó en el año 1795, cuando el gobierno de
Napoleón ofreció 12,000 francos a quien idease un sistema capaz de conservar
en buen estado los alimentos, con el objetivo de asegurar su abastecimiento
en condiciones óptimas para las tropas destacadas en las distintas campañas
militares.
Nicolás Appert, quien había trabajado como confitero, chef, cervecero y
vinatero, aceptó el desafío y dedicó 15 años de su vida a investigaciones
y pruebas, hasta concretar la idea.
Nicolás Appert -conocido como el “Padre de la Lata”- presentó sus productos
a la “Sociedad para el Impulso de la Industria Francesa”. La solución, aportada
por el francés fue introducir los alimentos en gruesas botellas de vidrio,
cerrarlas con corcho y alambre, y cocerlas en agua hirviendo, descubriéndose
así la conserva. Al cerrarse herméticamente, las botellas conservaban los
alimentos, aunque presentaban dos problemas: su peso y su fragilidad; no eran
cómodas para llevarlas al frente y además se rompían fácilmente.
Las primeras conservas de Appert se probaron en la armada francesa, ya
que hasta entonces en los barcos de guerra sólo se tomaban alimentos secos,
salados o excesivamente azucarados.
Los capitanes de esos barcos informaron que las conservas mantenían bien
el contenido, pero los frascos de vidrio eran demasiado frágiles y difíciles
de manejar en el mar, solicitando se enviaran los alimentos conservados en
recipientes de mayor resistencia.
Napoleón Bonaparte entregó personalmente los 12,000 francos del premio
y en 1810, Nicolás Appert publicó un tratado sobre: “La acción de conservar
toda clase de sustancias animales o vegetales”.
Unos años más tarde, en 1812, Peter Durand patentó en el Reino Unido el
envase de hojalata. El proceso de fabricación era totalmente artesanal, se hacía
a partir de una chapa de acero recortada, moldeada y soldada, obteniéndose
un ritmo de producción de una lata por persona y hora.
Albores de la producción masiva
Hay dos acontecimientos históricos que se señalan como claves para la
utilización masiva del envase enlatado: la Guerra Civil norteamericana, donde
se incrementó la demanda de alimentos enlatados y, en consecuencia, de
lámina estañada; y la colonización del Oeste y la creciente industria petrolera.
Hasta entonces, Gales había sido productor líder de hojalata, pero la industria
estadounidense le quitó rápidamente ese lugar.
Por otro lado, en 1808, un científico británico, Sir Humphrey Davy, hizo
patente la existencia del aluminio y lo bautizó, dando al mundo del envasado
un elemento muy importante, posteriormente utilizado.
En 1810 se patentó el uso del hierro y estaño para la fabricación de
contenedores de conserva, y para 1813 ya se había establecido el consumo
de comida enlatada, sobre todo en el Ejército y la Marina británicos. A partir
de 1818 era frecuente la compra de alimentos enlatados para las grandes
expediciones marítimas, y para 1820 se habían convertido en un producto
reconocido tanto en Europa como en Estados Unidos.
Bryan Donkin y John Hall comenzaron la fabricación de alimentos
enlatados en la primera planta diseñada para este fin, a principios del siglo
XIX, en Londres.
En 1825 se aisló por primera vez el aluminio y en 1855 se presentó al mundo
en la Exposición Universal de ese año, la cual era la máxima feria que incluía
los avances e inventos tecnológicos más trascendentes de la época; de hecho, la
Exposición Universal sigue realizándose.
Para el promedio de los consumidores, los productos enlatados estaban fuera
de su alcance, hasta que se tuvo disponible en el mercado la leche condensada,
a mediados del siglo XIX.
“
Las latas que
realmente pudieron
considerarse fáciles
de abrir fueron las
patentadas en 1895
por William Merton,
en Australia
”
Evolución del diseño
En la fabricación de los primeros envases metálicos se dejaba un orificio
en la parte superior, para ser llenados y posteriormente soldados con un
disco de hojalata. El diseño de la primera apertura para lata fue patentado en
1855, sólo por Robert Yates, quien era un fabricante de instrumentos
quirúrgicos y por lo tanto estaba familiarizado con las características del
acero. Su patente describe un dispositivo para “cortar” con el filo de una
navaja y una palanca afilada que permite que la hoja de lata o de Flandes pueda
ser cortada. El abridor de palanca era tan elegante para la tarea que aún se
encuentra en uso hoy en día, más de un siglo y medio después. La evolución de
las tapas de las latas se dio en distintos lugares del mundo, pues investigadores
añadían sus propias técnicas y así se fue enriqueciendo.
Los descubrimientos de Luis Pasteur (1822-1895) fueron claves para garantizar
la conservación de los alimentos enlatados. El avance científico de Pasteur
mejoró la calidad de vida al permitir que ciertos productos alimenticios
básicos, como la leche, se pudieran transportar largas distancias sin
descomponerse.
En 1834 ya se habían enlatado sardinas y guisantes; en 1856 tomates y leche
condensada, y en 1862 ya se había establecido la primera planta enlatadora de
piña; las primeras sopas enlatadas se producirían mucho tiempo después, en
1897.
En 1861, el sistema de conservación de alimentos fue utilizado por los ejércitos
en la Guerra Civil. Al final de la guerra, en 1865, los enlatadores habían
aumentado su producción en un 600 por ciento y la industria iniciaba su
proceso de consolidación.
En 1898, Charles M. Ans y Julius Brezinger desarrollaron el primer envase
de tapa abierta, que tenía el cuerpo con una “costura” soldada, con los fondos
enrollados y herméticamente sellados con papel u otros compuestos selladores.
Las latas que realmente pudieron considerarse fáciles de abrir fueron las
patentadas en 1895 por William Merton, en Australia. Él utilizó una tapa
soldada al cuerpo de la lata, añadiéndole un filo que rodeaba el perímetro de la
cubierta, que cuando se jalaba cerca del corte y de la soldadura, se destapaba.
En los inicios de la industria, el contenido de los envases se indicaba con
una etiqueta adhesiva. No todos los alimentos eran envasados con la misma
calidad, por lo que se necesitó el desarrollo de un método que registrara de
manera permanente su contenido. En 1872, el inglés H.E.U. Baber estableció
un taller donde se realizaba impresión de papel en forma de calcomanías.
Todo en lata
La producción de latas creció inmensamente; en 1900 se produjeron solamente
en Estados Unidos, más de 700 millones. El escritor inglés George Orwell
oportunamente puntualizó que la historia hubiera cambiado drásticamente si no
se hubiera contado con comida bien preservada para alimentar a las tropas.
Pasteles, galletas y también café, verduras y sopas, pero además de la
comida, muchísimos productos venían en lata: talco, cosméticos, productos
farmacéuticos, pasta de dientes y hasta tabaco y cigarros. Con toda esta
demanda, los materiales se fueron volviendo más ligeros.
La segunda mitad del siglo XX, por ejemplo, fue clave para la popularización
de la lata.
Hacia 1950, la gran mayoría de los productos estaban envasados, los
supermercados sustituyeron a las tiendas pequeñas y surgió la necesidad de
crear productos reconocibles; el envase se asociaba con la modernización, con
lo que se dio el boom de las marcas.
Aunque todo el aluminio producido comercialmente proviene de un mineral
(la bauxita), las tecnologías de extracción y de tratamiento del material han
avanzado hasta el punto en que la producción en masa alcanza ritmos de hasta
2000 latas por minuto.
En este punto, la lata era una gran idea en espera del trampolín para convertirse
en revolucionaria. Hubo varios desarrollos y acontecimientos, pero uno de
ellos le permitió aligerarse, hacer más eficiente su manufactura y le abrió una
paleta cromática anchísima para variar su presentación: la llegada de la lata
de aluminio. A partir de 1957, el aluminio entró en la industria y en 1965 se
comenzaron a fabricar latas de este metal, específicamente para bebidas.
Por otro lado, los envases de aluminio resultan muy ligeros porque gracias a la
maleabilidad del material pueden formarse hojas muy delgadas. Tienen entre
muchas otras ventajas, que no se afecta la calidad del contenido, impiden el
paso de la humedad, gases, luz y olores, todo lo cual se traduce en una mayor
vida de anaquel.
Ligero, maleable y abundante, el aluminio resultó un material atractivo porque
permitió bajar los costos y aumentar el ritmo de producción.
En la actualidad, los envases de acero se elaboran con hojalata electrolítica o
lámina cromada y han surgido alrededor de 30 tipos de barnices diferentes,
que se aplican a las láminas metálicas con máquinas barnizadoras. Estos
recubrimientos no afectan en manera alguna el sabor ni olor del producto,
constituyen un aislante entre el contenido y el envase metálico: son atóxicos y
evitan la decoloración de los productos. El sellado de la lata de acero se hace
por medio de una soldadura eléctrica que traslapa las láminas.
Al final de la década de los 80 las familias se transformaron, la forma de vida
también cambió, por lo que el consumo de alimentos y productos enlatados
tuvo una mayor demanda y las latas aumentaron en variedad y en formato.
De ahí en adelante, en plena era de la globalización, el mercado de las latas
ha derribado fronteras con todo tipo de productos: lo que antes era imposible
imaginar que existía, ahora se puede conseguir en una tienda cercana. La lata
ha abierto las puertas a todo un mundo de posibilidades.
Con toda esta evolución, incluso la población de los lugares más remotos del
mundo cuenta con todo tipo de productos envasados y el uso de las latas se ha
vuelto insustituible en la vida cotidiana.
La Industria en México
Los envases metálicos han incrementado su tendencia de uso en México,
ya sea por sus diferentes cualidades y características en materia de seguridad,
durabilidad y protección de los productos o por la elevada conciencia
ambiental que conlleva a los usuarios hacia una más rápida adopción
y preferencia de estos envases.
Aunque fue en 1921 que comenzó la fabricación de tapas metálicas en
nuestro país, a principios de los años 30 se inició en México la fabricación
de envases metálicos, dando origen a este sector industrial, constituido por
empresas altamente competitivas tanto a nivel nacional como internacional,
con un compromiso social y ecológico total, que cubren al 100 por ciento las
necesidades del mercado nacional.
En México, la conciencia del reciclaje surgió a partir de las latas de aluminio,
ya que es el material de envase de más alto valor económico en el mercado,
seguidas por las latas de acero. De acuerdo con datos de la Secretaría del
Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), en nuestro país se
recicla el 99 por ciento de las latas de aluminio y el 85 por ciento de las latas
de acero. Actualmente se llegan a producir un promedio de 2,500 millones
de envases de acero, de los cuales el 80 por ciento se destina al sector de
alimentos y bebidas y el 20 por ciento a otras industrias (pinturas, tintas,
aerosoles, pegamentos, etcétera). En cuanto a los envases de aluminio, la
producción nacional es de aproximadamente 12,000 millones de envases, tanto
para el mercado nacional como el de exportación. En este rubro el 100 por
ciento de los envases de aluminio son destinados para la industria de bebidas
como son: bebidas carbonatadas, jugos, néctares y cervezas, entre otras.
El consumo de envases metálicos per cápita en nuestro país es en promedio de
110 latas por habitante.
Otro de los productos importantes del sector son las tapas metálicas que
utilizan envases de otros materiales, como las llamadas “abrefácil” de acero
y aluminio, o los casquillos utilizados en las botellas de vidrio, las férulas
empleadas por la industria farmacéutica y otros productos. En la actualidad, en
México se llegan a producir 35,000 millones de hermetapas, conocidas también
como “tapas corona” o “corcholatas”.
Las empresas que conforman la industria del envasado metálico en México
destinan año tras año una importante inversión para desarrollar tecnología y
modernizar la planta productiva, lo que les ha permitido contar con una mano
de obra altamente tecnificada. Gracias a estas acciones, estos envases están
a la vanguardia en diseño y seguridad a grado tal que son considerados punta
de lanza en materia de tecnología para muchos países de América Latina.
La industria de los envases metálicos genera 25 mil empleos directos
e indirectos que benefician a numerosas familias que viven de ella.
“
En México, la
conciencia del reciclaje
inició a partir de las
latas de aluminio, ya
que poseen el más
alto valor económico
en el mercado,
seguidas por las latas
de acero
”
Plantas productoras
de envases
Las empresas fabricantes de envases metálicos cuentan con plantas que se
distribuyen a lo largo y ancho de la vasta geografía nacional, con estratégicas
ubicaciones tanto para las empacadoras o envasadoras de productos, como para
los usuarios.
Por su naturaleza, el sector de envases metálicos de México exporta de manera
indirecta -a través de las marcas- una amplia gama de productos alimenticios
enlatados, y exporta de manera directa envases, tapas y tapones, hacia
diferentes países: Estados Unidos y Canadá, Centro y Sudamérica, países del
Caribe, Europa, Medio Oriente y Asia. Las exportaciones de esta industria
ascienden a $590 millones de dólares anuales, mientras que las importaciones
se encuentran en el orden de $250 millones de dólares, situación que convierte
en superavitaria a la balanza comercial del sector.
Ubicación de plantas productoras:
Distrito Federal (Acero)
Estado de México (Acero y Aluminio)
Querétaro (Aluminio)
Jalisco (Aluminio)
Zacatecas (Aluminio)
Tamaulipas (Acero)
Nuevo León (Acero y Aluminio)
Sinaloa (Acero)
Baja California (Aluminio)
Las normas en la industria
La industria de envases metálicos en México se ha preocupado por cumplir
con todas las Normas y regulaciones nacionales en todos sus procesos de
fabricación de latas. Ello bien le ha valido el reconocimiento como el sector
productivo que más ha trabajado en esta materia, tanto en las Normas Oficiales
Mexicanas (NOM’s) con carácter obligatorio, como en las Normas Mexicanas
de Envase y Embalaje de Referencia No Obligatorias (NMX’s), reguladas por
la Secretaria de Economía, PROFECO, Secretaría de Salud y COFEPRIS, las
cuales evalúan los siguientes importantes puntos:
1
2
3
4
5
Etiquetado (información comercial y nutrimental)
Determinación de la hermeticidad
Medición de defectos
Evaluación del cierre
Determinación de la capa de barniz con grado alimenticio
Entre las Normas más importantes para esta industria en México,
se encuentran:
NORMA Oficial Mexicana NOM-024-SCT2/2010, Especificaciones para
la construcción y reconstrucción, así como los métodos de ensayo (prueba)
de los envases y embalajes de las sustancias, materiales y residuos peligrosos.
NORMA Oficial Mexicana NOM-007-SCT2/2010, Marcado de envases
y embalajes destinados al transporte de sustancias y residuos peligrosos.
NORMA Oficial Mexicana NOM-003-SCT/2000, Características de las
etiquetas de envases y embalajes destinadas al transporte de sustancias,
materiales y residuos peligrosos.
NORMA Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010, Especificaciones
generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas
pre envasados -Información comercial y sanitaria.
NORMA Oficial Mexicana NOM-050-SCFI-2004, Etiquetado general
de productos.
NORMA Oficial Mexicana NOM-251-SSA1-2009, Prácticas de higiene para
el proceso de alimentos, bebidas o suplementos alimenticios.
NORMA Oficial Mexicana NOM-130-SSA1-1995, Bienes y servicios.
Alimentos envasados en recipientes de cierre hermético y sometidos a
tratamiento térmico. Disposiciones y especificaciones sanitarias.
NORMA Oficial Mexicana NOM-002-SSA1-1993, Salud ambiental.
Bienes y servicios. Envases metálicos para alimentos y bebidas.
Especificaciones de la costura. Requisitos sanitarios.
NMX-EE-59-NORMEX-2000, Envase y Embalaje - Símbolos para el manejo,
transporte y almacenamiento.
NMX-EE-148-1982, Envase y Embalaje - Terminología básica.
Más allá de las normas
La industria de envases metálicos está conformada por empresas limpias,
seguras y reconocidas por la Secretaría del Trabajo y Prevención Social,
Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Secretaría de Salud.
Además cuenta con el Reconocimiento de Empresas Socialmente Responsables
y con la Certificación de Empresa Limpia, cumpliendo cabalmente con la ISO
(Organización de Estándares Internacionales, por sus siglas en inglés), que las
consolidan como un importante sector para la economía del país.
¿Sabías que…?
En el área metropolitana de México más de 2,500 familias viven del
reciclaje de las latas.
Los coleccionistas de latas han llegado a pagar hasta $6.000 dólares por
una lata antigua.
Las latas son los únicos envases que se reciclan al 100 por ciento de manera indefinida, el acero y el aluminio no pierden sus características.
Las latas de aluminio para bebidas están hechas con el material que conduce el frío de manera más eficiente.
Aunque las latas fueron inventadas en Europa, fue en América en donde se
les dio un consumo en el mercado masivo.
El sector de envases metálicos ha sido detonador del desarrollo de otras
industrias en nuestro país.
Los envases reutilizados disminuyen los costos de producción de industrias
como la construcción, automotriz, electrodoméstica, electrónica o
mueblera, entre otras más que se abastecen de estos materiales.
Al utilizar o consumir productos en envases metálicos, se contribuye
significativamente a la disminución de la cantidad de basura que va a dar a
los tiraderos diariamente.
Una lata de conservas de la II Guerra Mundial envasada en Estados Unidos en 1948, únicamente presentó una ligera merma en aroma y sabor, 64 años después.
Capítulo 2:
la lata y su
transformación
Dos de los materiales más abundantes de la corteza
terrestre son el hierro y la bauxita, indispensables
para la fabricación de los envases metálicos.
Con el desarrollo de latas de acero y aluminio, esta
industria forma parte de la vida cotidiana. Se puede
decir que se vive una “civilización de la lata”,
ya que gracias a ella se pueden obtener con
facilidad artículos más seguros y económicos.
Los productos enlatados son cada vez más
accesibles y la innovación y apoyo que ofrecen las
latas, se traduce en más tiempo libre para realizar
otras actividades.
Dos materias primas
indispensables
Un envase metálico es un recipiente rígido que contiene líquidos, sólidos o
gaseosos, que puede cerrarse herméticamente.
Las latas de acero se fabrican a partir de la aleación del hierro con el estaño y
esto se convierte después en lámina electrolítica o lámina cromada (TFS por
sus siglas en inglés, “libre de estaño”).
Los envases de aluminio se fabrican a partir del mineral llamado bauxita,
que se convierte en alúmina y posteriormente en aluminio y lámina de
aluminio.
“
La bauxita es el
mineral a partir del
cual se fabrica el
aluminio
”
“
El acero es un
metal que se obtiene
al mezclar hierro y
carbón
”
“
La industria
del acero es muy
importante a nivel
mundial; en algunos
países sostiene parte
de su economía
”
Acero
El acero es una aleación o metal que se obtiene al mezclar distintos materiales,
como el hierro y el carbón, que tiene como propiedades gran dureza y a la vez
elasticidad.
En la antigüedad esta aleación se convirtió en el material favorito para hacer
espadas y armaduras, por ser fuerte y a la vez flexible. A mediados del siglo
XIX, la producción del acero se vio transformada debido a que el inglés Henry
Bessemer eliminó las impurezas del arrabio líquido y redujo su contenido de
carbono, mediante la inyección de aire. A partir de entonces, la producción de
acero ha evolucionado de tal manera, que forma parte de una industria muy
importante a nivel mundial, con la que incluso algunos países sostienen parte
de su economía.
Extracción, disposición
y transformación de la lámina
En la corteza terrestre podemos encontrar diversos materiales que ayudan en
la fabricación del acero, siendo el más importante el hierro.
En total, este mineral se encuentra en el 12 por ciento de la corteza terrestre,
lo que quiere decir que se tienen 2000 años más de él, sin contar además, que
es 100 por ciento reciclable –lo que nos da aún mayor disponibilidad-.
Existen cuatro procesos principales para que el acero se convierta en
un envase:
• Sinterización: después de haber sido extraído de la naturaleza, la mayor parte del mineral de hierro (la más fina) se aglomera con cal y coque. Éste es el primer paso para elaborar la materia básica que produce
acero.
• Reducción: una vez preparada la materia prima, es llevada a un alto horno. En esta etapa el carbón tiene dos funciones: se utiliza para calentar el horno a 1500 ºC, temperatura indispensable para la fundición del mineral, y posteriormente como reductor asociado con el oxígeno que se desprende del mineral, debido a las altas temperaturas. Cuando se ablanda puede tomar la forma de lingote de hierro. El principal objetivo de este paso es disminuir al máximo el oxígeno.
• Refinación: se hace con la finalidad de eliminar el carbono en el hierro fundido, que sigue estando presente en aproximadamente 4 por ciento.
En esta etapa, el arrabio líquido contribuye a que las impurezas se reduzcan
al máximo. Al final de este proceso, el contenido de carbón es alrededor
del 2 por ciento.
• Laminación: el acero ya formado mecánicamente por rodillos industriales, se deja al espesor de las placas que se necesiten. Este proceso es clave para la producción de latas de acero.
Propiedades
Algunas propiedades de los envases de hojalata son: resistencia, estabilidad
térmica, hermetismo, magnetismo, integridad química, versatilidad y
posibilidad de impresión. La hojalata cuenta con características especiales
para estar en contacto con los alimentos de manera segura. Se forma por seis
capas: el acero base, la aleación de acero, el hierro, el estaño libre, la zona de
pasivación y una película de aceite orgánico o lubricante.
La hojalata tiene acero como material base, con un recubrimiento de estaño
o cromo de cierto espesor. El acero le proporciona la robustez al envase,
mientras que el estaño da protección química, además crea una superficie
adecuada para la aplicación de barnices.
Por su gran resistencia al impacto y al fuego, la hojalata, además de su
inviolabilidad y hermetismo, ofrece al consumidor el mayor índice de
seguridad en cuanto a conservación prolongada de alimentos, por lo que brinda
la posibilidad de tener almacenados fácilmente y sin ocupar mucho espacio,
todos los productos necesarios para la supervivencia.
El estaño es un elemento fundamental para la fabricación de envases de
hojalata, ya que es el recubrimiento del acero base. En la actualidad se usan
procesos electrolíticos, los más importantes son el halógeno, el ferrostán
y el alcalino.
Los envases de acero libres de estaño o TFS tienen buena resistencia
a la compresión y se han hecho populares, sobre todo para la conservación
de alimentos.
Fabricación de las latas de acero
Al principio, las latas se elaboraban de forma artesanal, una a una, cortando la
lámina con sierras o con tijeras accionadas por un pedal; se moldeaba el cuerpo
en un molde cilíndrico y se soldaban las juntas de los extremos. En la parte
superior se dejaba un orificio para introducir el alimento.
Con los adelantos posteriores en la fabricación del acero, a partir de la hoja
plana se formó un tubo común, soldando las orillas de metal con un doblez
alrededor de las pestañas, para conformar, rolándose, el cuerpo de la lata. Este
doble sello la provee de un cierre hermético. Los fondos son aplicados por el
fabricante, engargolándose. Las tapas se aplican por el envasador.
Los envases de tres piezas se fabrican a partir de una lámina cortada en
plantillas, que es enrollada y unida por los extremos, formándose así la costura
lateral.
En un estudio elaborado por la Cámara Nacional de Fabricantes de Envases
Metálicos y la Cámara Nacional de la Industria de Conservas Alimenticias
se determinó que “las latas abolladas no son un riesgo potencial para la
salud de quien las consume”; dicho estudio se realizó de acuerdo con los
procedimientos y pruebas establecidos por las normas nacionales
e internacionales que aplican para este objetivo.
“
Se han desarrollado
nuevos barnices
y recubrimientos
poliméricos, los cuales
mantienen al envase
de aluminio como
uno de los principales
dentro del mercado
”
Aluminio
La bauxita, mineral a partir del cual se fabrica el aluminio, constituye el 8 por
ciento de la corteza terrestre y es el tercer elemento más abundante, únicamente
superado por el silicio y el oxígeno.
En 1930 se comenzó a usar el aluminio como material de envase,
específicamente para cervezas y bebidas carbonatadas, pero ha sido a partir de
la década de los 80 cuando se incrementó la aplicación del material para este
fin; en la actualidad, la mayoría de las bebidas carbonatadas, jugos, néctares,
cervezas, bebidas mezcladas y cocteles, y otros –como el café y el té- vienen
en latas de aluminio.
El aluminio tiene entre sus propiedades: ligereza, maleabilidad, resistencia a la
oxidación, impermeabilidad a gases y radiaciones, así como probada inocuidad
del metal y sus sales.
Este metal se ha transformado en los últimos años, con aleaciones específicas y
tratamientos de superficie para mejorarlo. Se han desarrollado nuevos barnices
y recubrimientos poliméricos, los cuales mantienen al envase de aluminio
como uno de los principales dentro del mercado.
Obtención del aluminio
En forma natural, el aluminio existe combinado con otros materiales
muy estables: los silicatos y óxidos, lo que en un principio dificultó las
investigaciones y métodos de obtención.
La extracción consta de dos fases:
1. El óxido de aluminio extraído de la bauxita: por medio de reacciones
químicas desencadenadas cíclicamente, que inician con la mezcla de bauxita
triturada con sosa cáustica líquida. El aluminio se separa del residuo insoluble,
también conocido como “lodo rojo”, por método de precipitación.
Por calcinación del hidróxido se obtiene la alúmina, que tiene una apariencia
similar a la sal de cocina.
2. Reducción electrolítica del óxido de aluminio: el óxido de aluminio
se disuelve en criolita fundida en una mezcla de densidad distinta a la del
aluminio, con lo que ésta sedimenta, evitándose su oxidación en el oxígeno
de la atmósfera. Así puede ser descompuesta electrolíticamente en una cuba
que actúa de cátodo, con electrodos de carbón que actúan de ánodo. En el
cátodo se deposita aluminio líquido que cae por gravedad al fondo de la cuba
electrolítica, de donde se retira. De este proceso sale el aluminio con una
pureza de entre el 93.3 y el 99.8 por ciento.
El aluminio primario obtenido de esta forma no se utiliza solo sino aleado con
otros metales que incrementan sus propiedades y cualidades.
Proceso de manufactura
El aluminio primario se funde y alea con elementos como el magnesio, cobre,
manganeso, entre otros, y se obtienen lingotes que son enviados a la planta de
laminación.
La extrusión es el proceso en el que se someten a gran presión los lingotes
cilíndricos precalentados. Cuando la barra se enfría, es cortada en piezas más
pequeñas que son alargadas de las puntas para que queden totalmente rectas.
Finalmente la placa es pasada por unos rodillos que ejercen presión para
obtener la lámina del espesor deseado. Para darles un acabado se realiza un
proceso de anodizado.
• Anodizado: proceso con el que se transforma la superficie del aluminio en óxido de aluminio. Este óxido constituye una excelente protección y
ofrece una alta resistencia a la corrosión en cualquier ambiente al que se exponga.
• Recubrimiento: proceso por el cual se añade al aluminio un revestimiento de color. Es preciso calentarlo a la temperatura justa para conseguir la adherencia del pigmento de color.
Fabricación de latas de aluminio
• Para la formación del cuerpo de las latas, el proceso comienza cuando se desenrolla la hoja de aluminio para alimentar la prensa que formará la copa o base inicial del envase.
• El siguiente paso consiste en estirar, planchar y formar el domo que le da la forma inicial al bote. A este proceso se le conoce como lata húmeda.
• En el lavado las latas son limpiadas y pretratadas para la decoración y
para el revestimiento interno. Al final de este proceso la lata es llamada
lata brillante.
• En la impresión y barnizado, las latas se posicionan en un “mandril” para posteriormente pasar a través de una decoradora rotativa que imprime hasta ocho colores en una sola pasada. Después se mueven a otra estación en donde se les aplica un barniz protector transparente.
• En el barnizado de arillo del domo, las latas se llevan a un aplicador que pone un barniz protector al borde del domo.
• En la formación del cuello y pestaña, a las latas se les forma un cuello en la parte superior para reducir su diámetro y formar una pestaña que servirá para embonar la tapa y lograr la hermeticidad.
• Durante el horneado, las latas van a través de un transportador a un horno para el secado de la impresión y los recubrimientos exteriores, es decir,
alcanzar la polimerización del recubrimiento. A esta lata se le llama lata impresa o decorada.
• En las pruebas de inspección las latas decoradas limpias pasan a través de sensores de luz —que detectan si el aluminio tiene poros— y que rechazan las latas defectuosas. Todas las latas pasan por este proceso.
• El recubrimiento interior es un revestimiento interior que aísla al líquido
del metal.
• En la misma estación se cuenta con un sistema videoinspector que detecta
problemas de fabricación tanto en la transformación del metal, como en la
aplicación de los barnices interiores. Superado este proceso se considera la
lata como terminada.
• En el paletizado y empaque, las latas se apilan en camas para forma un pallet,
el cual se fleja y se cubre con una película plástica externa para protegerlas del medio ambiente. Las latas vacías están listas para ser entregadas al cliente.
La fabricación de las tapas tiene un proceso más sencillo pero de mayor
precisión que el del cuerpo de las latas, que se resume en tres etapas:
• La formación de la tapa base
• La aplicación del recubrimiento
• La conversión, que es la integración del anillo y el remache a la tapa
Las latas de aluminio se integraron rápidamente al mercado debido a su
facilidad para moldearse, su soporte a la presión carbonatada y por su menor
peso y mayor resistencia. Pero el elemento más importante es que se pueden
reciclar y esto responde a la conciencia de ser amigables con el ambiente.
Proceso de fabricación de
Desenrollado
Lubricación
Formado de
copas
latas de aluminio para bebidas
Formado de cuerpo y recortes
Lavado y secado de latas
Secado de impresión
Impresión y barnizado exterior
Lubricado de
cuello
Secado de atomizado
Formación de cuello y pestaña
Atomizado interior
Transportación
de pallets
Protección
de pallets
Flejado
de pallets
Paletizado de latas
Video
inspector
Probador de
hermeticidad
Desarrollo tecnológico
Debido a diversas exigencias, tanto sanitarias como comerciales y económicas,
se ha generalizado el uso de recubrimientos interiores y exteriores para los
envases metálicos.
Barnices
El barniz cumple su función de protección en una superficie metálica, debido
a las siguientes características:
En su interior, las latas llevan recubrimientos y barnices, con el fin de proteger
las características físicas y químicas del contenido. En el exterior, pueden estar
decoradas con impresiones directas o cubiertas por etiquetas que se adhieren a
la superficie.
• Resistencia térmica y química. El recubrimiento resiste la agresividad química del alimento (acidez o alcalinidad) y evita cualquier alteración de sabor y pérdida de integridad del envase.
Los recubrimientos protectores del metal pueden denominarse como barnices,
recubrimientos orgánicos o revestimientos internos. Son empleados en los
envases metálicos con el objetivo de evitar el contacto del metal con el
alimento, para eliminar la reacción de corrosión y para protegerlo si el envase
sufre algún golpe o abolladura que pudiera acelerar alguna reacción en el
interior.
• Adherencia. Tiene buena adherencia al sustrato metálico y al barniz aplicado interiormente.
• Flexibilidad. Presenta flexibilidad suficiente para resistir las operaciones de pestañeado y expansión de los cuerpos, la formación de cuellos y golpes que puedan deformar el cuerpo de la lata.
El inicio de la protección interior de los envases metálicos se remonta a 1903,
cuando se empezó a experimentar con envases barnizados en el interior para
envasar frutas rojas, por ejemplo, y así evitar la acción blanqueadora de la
hojalata sobre estas frutas. El éxito de esos productos barnizados fue tal, que se
empezaron a investigar otros tipos de recubrimientos orgánicos, para emplearse
en el envasado de vegetales, pescados y carnes.
En la actualidad se han desarrollado resinas orgánicas y barnices base agua,
que han mejorado la resistencia y seguridad del barnizado interior y exterior
de las latas.
Gracias al recubrimiento con barniz interno, los alimentos en latas de acero no
entran en contacto con el metal; además la soldadura de los cierres es eléctrica
y utiliza un hilo de cobre solamente como conductor. En el caso de las latas de
aluminio el proceso no requiere de soldadura.
En la actualidad se elaboran alrededor de treinta diferentes tipos de barnices,
aunque con algunos productos se utilizan latas sin recubrimiento. Éstos se
aplican con máquinas barnizadoras que distribuyen el barniz líquido en las
láminas, por medio de un rodillo de acero y otro de poliuretano, que trabajan
en conjunto para su aplicación en la lata.
“
Los frutos rojos
conservan su color
gracias al barniz
interior de la lata
”
Beneficio
Acero
Aluminio
Plástico
Vidrio
Media
Cartón
Multicapas
Baja
Resistencia a la
presión interna
Dureza
Alta
Media
Rígido
Flexible
Flexible
Flexible
Rígido
Resistencia a
golpes
Resistencia
a las altas
temperaturas
Impermeabilidad
Alta
Media
Baja
Baja
Baja
Alta
Alta
Baja
Baja
Alta
Alta
Alta
Baja
Baja
Alta
Protección
contra la luz
Inviolabilidad
Alta
Alta
Baja
Alta
Baja
Alta
Alta
Baja
Baja
Alta
Antigüedad del
uso del material
como envase
200 años
50 años
80 años
30 años
500 años
Alta
¿Sabías que…?
A una velocidad de 2000 latas que se producen por minuto, se imprimen más de 30 latas por segundo.
La tolerancia del espesor de las paredes de una lata se controla en diezmilésimas de pulgada (es decir, mucho menor al grosor de un cabello humano).
Si pusiéramos en línea recta la producción anual de latas de aluminio en
México (12,000 millones), daríamos una vuelta y media de la Tierra a la
Luna.
Aunque una lata tenga algún golpe o abolladura no sufre ningún daño en su
interior, gracias a sus recubrimientos.
Debido a las características de las latas de acero y de aluminio, se puede
hacer un apilamiento vertical u horizontal, lo que se traduce en un gran
ahorro de espacio en su almacenamiento y transportación.
Además de alimentos, los envases metálicos contienen de una manera
segura sustancias como gasolina, solventes y todo tipo de aerosoles.
El barniz evita que el alimento tenga contacto directo con el metal.
El atún de lata es una excelente fuente de proteínas, minerales y Omega 3,
los cuales son esenciales para el cuerpo humano.
Capítulo 3:
usos y aplicaciones
Las razones de la gran diversidad de aplicaciones
de las latas no son ningún secreto; al final,
200 años de innovaciones aplicadas a su desarrollo
las han llenado de atributos.
Tanto para las industrias que las utilizan como para
los consumidores que las compran, las latas tienen
ventajas difíciles de superar.
Principales características
HERMETICIDAD
Preserva el producto (ya sea líquido, sólido o gaseoso) por aislamiento total del
ambiente exterior. Así, estos envases pueden garantizar al 100 por ciento
la protección de los alimentos contra agentes patógenos que se encuentran en
el ambiente y evitan la descomposición de los nutrientes por la entrada de la
luz, los olores o el oxígeno.
RESISTENCIA
Gracias a la dureza del material, es posible proteger el contenido del envase de
agentes externos y abolladuras. Su resistencia mecánica es una ventaja en el
proceso de envasado a presión o al vacío.
BAJO PESO
La lata de aluminio es más liviana que otros empaques, lo cual facilita su
manipulación, almacenaje y ahorro de combustible para su transporte. La lata
de acero ha reducido considerablemente el espesor de la hojalata, por lo que es
ahora mucho más liviana que hace algunos años.
LARGA VIDA DE ANAQUEL
ESTABILIDAD TÉRMICA
FÁCIL DE ALMACENAR
El acero no cambia sus propiedades cuando es expuesto a altas temperaturas,
de ahí su capacidad para mantener los alimentos inocuos en los diferentes
procesos térmicos de su elaboración.
OPACIDAD
Evitar el paso de la luz permite que los alimentos y las bebidas contenidas en
una lata se conserven durante tiempo indefinido, sin perder sus cualidades.
Algunas vitaminas -como la C, E, D y B12- son susceptibles a la acción de la
luz, por lo que la opacidad en el material es una gran ventaja.
La lata se caracteriza por conservar el producto durante más tiempo que ningún
otro envase; la larga vida de anaquel da innumerables ventajas al empacador en
el manejo de su producción para el almacenamiento y la comercialización.
Las latas, tanto de acero como de aluminio, pueden ser apilables, ahorrando
espacios importantes en su almacenaje. Además, al no requerir refrigeración,
propician un importante ahorro de energía a lo largo de la cadena de
distribución.
MAGNETISMO
La lata de acero puede separarse fácilmente de otros desperdicios, lo que
agiliza su separación y reciclaje.
VERSATILIDAD Y DISEÑO
En términos de producción, la lata también tiene pocos competidores, ya que
no sólo es un envase que puede asumir diferentes formas y tamaños, sino que
permite la reproducción fiel y rápida de colores e imágenes.
RECICLABLE
Los envases tanto de acero como de aluminio son los únicos 100 por ciento
reciclables, ya que gracias a su valor económico en el mercado del reciclaje
cumplen todos los requisitos para que sus materiales sean reutilizados tanto
en ésta como en otras industrias.
Oxidación
Una gran ventaja de las latas de acero es que al desecharse inician su proceso
de oxidación, lo que permite reincorporar al ecosistema las propiedades de
sus minerales.
Tipos y usos
El envase de hojalata puede encontrarse en diversas formas y en consecuencia, tener distintos usos. Para clasificarlos,
algunos autores han elegido criterios como: forma (cilíndrico, transcónico); sección transversal (redondo, rectangular,
oblongo, etc.); número de piezas (dos o tres); elaboración (acuellado, expandido o acordonado); y cierre (por fricción,
roscado, etc.).
1. POR SU FORMA
Tipo
Descripción
a)Cilíndrico
Pueden tener dos o tres piezas, aunque a veces
el fondo y el cuerpo forman una sola. Tienen un
cuerpo de forma cilíndrica, fondo y tapa planos o
ligeramente cóncavos. Es la forma más común de
envase metálico.
b) Transcónico
Recipiente metálico de pared rectilínea, con un
extremo más ancho que la base. El ejemplo más
claro está en las cubetas o productos promocionales
en forma de cubeta.
2. POR SU SECCIÓN
TRANSVERSAL
a) Envase circular
Lo encontramos en latas de alimentos, como atún,
verduras, frutas en almíbar o bebidas, entre muchos
otros.
b) Envase cuadrangular
Para té, café o condimentos.
c) Envase rectangular
Sirve comúnmente para algunos alimentos cocidos.
d) Envase oblongo
Puede contener patés y algunos mariscos.
e) Envase ovalado
Para sardinas, por ejemplo.
f) Envase trapezoidal
Es poco común y puede ser utilizado para artículos
promocionales o contenedores (alcancías, estuches,
etc.)
3. NÚMERO DE PIEZAS
Como se vio en el capítulo anterior, la fabricación de envases metálicos
puede ser de dos piezas (cuerpo-tapa), cuando el fondo está unido al cuerpo
desde su mismo proceso de elaboración y cuya forma puede modificarse por
estiramientos como en las latas de atún o de refresco. Y también están los
de tres piezas (fondo-cuerpo-tapa), en los cuales se coloca por medio de una
operación mecánica llamada “doble cierre” la tapa y el fondo con el cuerpo ya
enrollado y unido por una costura lateral.
4. DESDE SU ELABORACIÓN
a) Acuellado: cuando se reduce (dos o tres veces) uno de los extremos del envase, comúnmente, la parte superior.
b) Expandido: se realiza cuando se aumenta la sección transversal del envase ya sea para facilitar el llenado o por motivos de diseño.
c) Acordonado: cuando se le forman “anillos” (conocidos como cordones) al cuerpo del envase que sirven para darle más resistencia al colapsado horizontal.
5. TIPO DE CIERRE
Los cierres constituyen uno de los elementos más importantes para lograr la
conservación de los productos hasta que llegan con el consumidor final. Por tal
razón, su diseño y funcionalidad son claves para que un producto triunfe en el
mercado.
Los cierres se clasifican de la siguiente manera:
a) Cierre por fricción: donde la tapa se remueve con la presión de un dedo, por deslizamiento y haciendo palanca. Un típico ejemplo de este lo utilizan las latas de pinturas o ceras para el calzado o las pinturas. Dependiendo del tipo de borde, puede haber cierre de fricción simple, múltiple o total.
b) Cierre roscado: se usa cuando el envase tiene un cuello roscado y se requiere que éste pueda abrir y cerrar varias veces, como sucede con algunos envases para lubricantes, solventes o tintas.
c) Doble cierre: es el más utilizado en los envases metálicos. Es un cierre de tipo permanente que se logra al traslapar el gancho de la tapa con la pestaña del cuerpo.
d) Atmosférico: se utiliza para líquidos y sólo permite la salida del contenido a través de un aspersor, como en el caso de los aerosoles.
Importancia y practicidad
de las tapas
La evolución de los envases ha llevado también al desarrollo de tapas
resistentes y efectivas para utilizarse en múltiples aplicaciones. Las tapas
(como los cierres) constituyen los puntos de contacto más directos entre el
consumidor y su producto, y de ellas depende, en gran medida, su satisfacción.
Finalmente, cuando se adquiere algún producto en lata, lo menos que se desea
es perder tiempo y esfuerzo en abrirlas.
La función principal de las tapas y de los cierres es mantener el envase sellado
de manera que el producto contenido no se derrame o exponga a condiciones
del ambiente -con posibilidad de dañarlo o contaminarlo- con la finalidad de
cumplir con varias leyes de calidad para conservar el peso, volumen y cantidad
del producto. Asimismo, las tapas son las responsables de prevenir los cambios
de presión o la transmisión de oxígeno, vapor de agua o elementos extraños
dentro del envase.
Aunque existe gran diversidad de materiales para fabricar tapas, las metálicas
(de aluminio u hojalata, principalmente) son las más resistentes que hay en el
mercado; al mismo tiempo se caracterizan por ser ligeras, maleables y menos
vulnerables a la corrosión atmosférica. Además, no reaccionan fácilmente con
otros componentes y pueden combinarse con recipientes de lata pero también
de otros materiales como el vidrio y el plástico.
Existen también tapas metálicas que son utilizadas para productos envasados al
vacío en vidrio. Éstas son muy prácticas porque mantienen la presión positiva
fuera del envase y generan un ambiente vacío dentro de él. Así, se evita que
ocurran reacciones químicas que alteren el producto.
Las tapas de este tipo más utilizadas actualmente son: la giratapa Lug Cap
(‘Twist-Off’ o ‘gira-destapa’), con cierres, muescas y un cierre eficaz que no
necesita ninguna herramienta para removerla, y la tapa PT (‘Press-onTwistOff’ o ‘presiona-gira-destapa’) sin cierres ni muescas, pero con un botón de
seguridad que se ha venido utilizando en los últimos años para alimentos
infantiles, entre otros.
“
Las tapas evitan
cualquier tipo de fuga
ofreciendo un sellado
perfecto
”
El siguiente cuadro muestra los principales tipos de tapas de aluminio y de hojalata:
Tipo de tapa
Características
Estándar
Se fabrica con rosca o pestañas que funcionan como un sellado de rosca.
Inviolable
Tiene forma de casquillo con un anillo de seguridad en la parte inferior
y tiene una línea perforada. Cuando se abre, la sección perforada se
desagarra, lo que significa que no puede ser utilizada de nuevo. Se usa en
la industria vitivinícola, farmacéutica, también para los aceites comestibles
y la industria refresquera.
De papel de aluminio
Es una cubierta ligera y muy delgada que se destruye cuando se abre el
producto. Puede abrirse sin necesidad de ningún dispositivo y en algunas
ocasiones, funciona como barrera al paso de agentes externos.
La encontramos en jugos, gelatinas, yogures y otros lácteos.
Abre fácil
Es una tapa (de aluminio y de hojalata) que se abre totalmente por medio
de un arillo. Tiene un cierre sellador hermético y no requiere de otro
dispositivo ya que el arillo permite abrir el envase jalando la tapa. Se utiliza
principalmente en bebidas y alimentos.
Hermetapa
Tiene estrías curvas que se adhieren a la boca del envase y que impiden,
mediante un sellado hermético, cualquier tipo de fuga. Se utiliza en bebidas
como refrescos y cervezas.
Roscada
Su rosca sella con el reborde de la cuerda de la corona del envase. Es la
famosa tapa-rosca que encontramos en varios envases para bebidas.
Giratoria o Twist-off
Tiene aspas que se engranan con la cuerda de la corona del envase, lo que
permite una mayor practicidad para productos envasados pasteurizados y
esterilizados como las mermeladas, salsas y aderezos. No se destruye
y permite abrir y cerrar el envase una y otra vez.
Para vaso
Es una tapa hermética unida al cuerpo del envase por medio de una
arandela de hule. Se destruye al ser retirada.
Unitapa
Tiene el exterior liso con un borde interior que engrana con los hilos
de la corona del envase. Se usa comúnmente en algunos jugos o salsas.
Para envase sanitario de dos
piezas
Tiene un sellador para lograr un cierre hermético, que no se reusa y que
requiere una herramienta para poder abrirse.
Metálica giratoria
Puede ser de hojalata o aluminio y sirve principalmente para envasar
productos calientes. Cuando el contenido se enfría, el vacío que se crea
absorbe el metal hacia dentro, lo que produce una tapa de forma cóncava,
pero cuando se abre la tapa recupera su forma original al liberar dicho
vacío. Para resellarla, se presiona el centro de la tapa hasta que pierde
la forma abombada y emite un sonido de vacío.
Por fricción
La que es por fricción simple, está troquelada y tiene un cierre de fricción.
Para retirarla, es necesario abrirla por los bordes. Se utiliza en los productos
alimenticios en polvo o granulados. La que es por fricción múltiple
funciona igual aunque tiene surcos concéntricos en la boquilla del envase.
Otros productos de la industria
Si nos adentramos en el día a día de algunas industrias, sean químicas, de
alimentos, electrodomésticos, transporte, energía, construcción o fármacos,
veremos que el embalaje de acero y aluminio representa una ventaja increíble
para su producción y su integración en el mercado.
Destacan, por ejemplo, las tintas inmobiliarias envasadas en lata, utilizadas
comúnmente por las empresas de arquitectura o construcción. Productos
químicos como tintas, aceites y barnices son envasados en lata porque así
pueden transportarse fácilmente y soportar largas distancias, garantizando
a quienes trabajan en estas industrias y que dependen de la confiabilidad
de estas sustancias, lograr un trabajo eficaz.
Otra industria que es ampliamente beneficiada por los envases metálicos es
la automotriz. En ella, las latas son los envases más aceptados y utilizados para
transportar pinturas, por su alta resistencia a la corrosión y los impactos
y porque permiten la conservación y durabilidad de los materiales que más
tarde servirán para el funcionamiento o estética de un automóvil.
También la industria de la agricultura, especialmente la parte que se enfoca al
control de plagas, utiliza frecuentemente los plaguicidas en lata, debido a la
practicidad y seguridad del envase.
Además de estas industrias y de las dedicadas a los alimentos y las bebidas,
que son las que más utilizan los envases metálicos, existen otras igualmente
beneficiadas por contenedores elaborados con este material, que hacen la
vida más sencilla. Destacan las cubetas, tinas, latas alcoholeras, los tambores
metálicos, las cajas de acero y de aluminio para diversos usos y latas
decorativas.
¡Diversión en lata!
La diversidad de usos y aplicaciones de la lata también ha llegado al mundo del
arte y del entretenimiento, y merecen ser mencionados aparte para entender,
más allá de los beneficios propios del material, su impacto en la cultura y en
nuestra vida cotidiana.
• En busca del corazón
En el mundo del entretenimiento, ¿quién podría estar más relacionado con la
lata que el mismísimo “Hombre de Hojalata”? El personaje que va en busca
del Mago de Oz para pedirle un corazón se volvió famoso en 1939, cuando el
libro de Lyman Frank Baum fue llevado a la pantalla grande. Su historia inicia
cuando una bruja lo convierte en hojalata y él, desesperado por no poder sentir,
inicia un viaje para ver al mago junto con tres compañeros: la niña perdida
que quiere volver a casa, el león que desea ser valiente y el espantapájaros que
anhela un cerebro. La historia sigue teniendo tal éxito que incluso en 2007 se
estrenó una miniserie que adapta y continúa la historia original. ¿El nombre?
Tin man (El Hombre de Hojalata).
• ¡Qué lata!
Basta con echarle un oído a nuestro lenguaje para percatarnos de la presencia
de la lata en nuestra vida cotidiana. “¡Qué lata!, ¡Eres un latoso!, ¡Deja de dar
lata!”, son expresiones utilizadas coloquialmente en el español para referirse
a algo o a alguien fastidioso, que causa hastío o disgusto. Aunque su origen
es incierto, hay algunas hipótesis que señalan que la expresión tiene que
ver con la remotísima costumbre de usar envases y recipientes de lata para
hacer ruido y armar alboroto en fiestas y carnavales en diversas culturas.
Aunque ese concepto de “dar lata” estaba relacionado con un ánimo de alegría
y celebración, posiblemente el sonido estridente del material dio pie a la
expresión que conocemos ahora, con un significado mucho menos festivo.
• De la lata al arte
Quizás la muestra más significativa de la lata en el arte sea la que sirvió de
inspiración para el surgimiento de uno de los movimientos más importantes de
los años 60: el Arte Pop o “Pop Art”, una corriente que utilizaba las figuras y
los elementos de consumo cotidiano para crear arte.
En 1962, el estadounidense Andy Warhol creó 32 lienzos individuales con
la imagen de las latas de cada uno de los sabores de sopa que ofrecía la
empresa Campbell’s. Su obra, conocida hasta ahora como “Latas de sopa
Campbell’s” y elaborada mediante un proceso semi mecanizado de serigrafía,
fue presentada en Los Ángeles en ese año, con varias críticas debido a que los
motivos mundanos de Warhol se oponían al expresionismo y misticismo del
arte de la época. Cuando alguien le preguntó sobre el motivo de su inspiración,
Warhol dijo que quería producir algo que tuviera un gran impacto y fuese
suficientemente diferente de las obras de los otros pintores del Pop Art como
Lichtenstein y James Rosenquist.
Sobra decir que logró su cometido. Aunque el impacto de su obra fue
moderado en los 60, hoy existen pocos estudiosos del arte que no vean en
Warhol y en su exposición la clave para el surgimiento y trascendencia de esta
corriente en el mundo.
• La moda de las espinacas
Otra lata famosa en el campo del entretenimiento y que sirvió de inspiración,
incluso para que millones de personas vieran los beneficios de un alimento
enlatado, fue la llevada al estrellato por las manos del dibujante Elzie Segar y
su personaje “Popeye, el Marino”. ¿Quién no recuerda la forma en que Popeye
se convertía en un marinero con una fuerza sobrehumana con tan sólo comerse
de un tirón una lata de espinacas? Con el personaje, la verdura en lata logró tal
aceptación y fama que incluso la ciudad texana de Cristal City, dedicada a la
producción de espinacas, llegó a construir una estatua en su honor por haber
propiciado un increíble aumento en su consumo.
• Cine en lata
La lata no sólo tuvo impacto en los cómics. El cine experimentó un increíble
golpe de suerte gracias a una simple lata, donde se guarda la película de 35
milímetros. Fue en noviembre del 2009 cuando el coleccionista británico
Morace Park compró a través del portal de subastas eBay, por poco más de
50 pesos, una lata que le llamó la atención. Park se llevó la sorpresa de su
vida al descubrir que la lata atesoraba una de las películas hasta ese momento
desconocidas del famoso actor del cine mudo Charles Chaplin. Se piensa que
la cinta titulada “Charles Chaplin in Zepped” fue producida para apoyar a los
soldados ingleses en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). El hallazgo fue
tan increíble que Park realizó un documental sobre el suceso.
• Lata de alta costura
La moda también ha sido trastocada por la lata, sobre todo en estos últimos
años, en los que el enfoque sustentable ha puesto en boga el trinomio: “reusarecicla-reduce”. Diseñadores de moda de varios países, comprometidos con
esta visión ecológica, han encontrado en la lata una materia prima buena,
bonita y barata para confeccionar vestidos, bolsos y accesorios dignos de
cualquier pasarela. La llamada “moda verde” ha mostrado la forma en que
productos como latas, corcholatas, placas, chapas y tapas de aluminio se
pueden convertir, con los respectivos toques de creatividad y talento,
en verdaderas obras de arte.
• Jugar con latas
Es necesario darle su sitio a la lata en aplicaciones que son, generalmente, poco
utilizadas por la industria y poco imaginadas por el consumidor. Sus ventajas
frente a otros materiales han sido las responsables de que hoy en día además
de ofrecernos un producto, provean de algún tipo de diversión.
Juguetes (carritos, aviones y muñecos); instrumentos musicales (tambores
y panderos); macetas, alcancías, estuches y recipientes de diversas formas
y tamaños; contenedores para alimentos poco comunes como chocolates,
galletas o chicles; y hasta adornos y muebles para el hogar, son ejemplos de los
múltiples usos de la lata que hacen la vida más amena.
Quizá no haya necesidad de ir muy lejos. Basta haber hablado con un
“teléfono” hecho con latas o haber jugado de niños al bote pateado para
recordar lo fácil que es entretenerse con una lata.
¿Sabías que…?
Cuando se abre un envase de lata ¡no es necesario vaciar su contenido!
Un envase de hojalata es un recipiente hermético y estéril interiormente
al momento de abrirse.
México fue el primer país en América en usar la tapa abre fácil (incluso
antes que Estados Unidos).
Cuando la lata de acero entra en contacto con la tierra, reincorpora al
ecosistema las propiedades de sus minerales en un lapso muy corto,
gracias al proceso de oxidación de este material.
A principios de los 90 los fabricantes de tapas de aluminio idearon la
forma de que el anillo de la tapa permaneciera junto a ésta, para evitar su
desecho indiscriminado en parques, bosques, playas y ríos.
Una vez abierto, el alimento enlatado se puede conservar en refrigeración
dentro de su envase original durante tres o cuatro días, sin ningún riesgo.
Al pasarlo a otro contenedor, el alimento puede sufrir una contaminación
ya que seguramente el nuevo recipiente no cuenta con la esterilización
adecuada.
El abrelatas ha sido el utensilio más utilizado en el mundo.
Al enlatar alimentos no se añaden conservadores. El proceso térmico y
la hermeticidad del envase son los factores para preservar el
contenido.
Capítulo 4:
sustentabilidad
Un envase debe ser...
Práctico... para comodidad de
quien lo adquiere.
Seguro... para preservar y proteger el
contenido durante su manipulación, transporte y
almacenamiento.
Amigable con el producto... el envase no debe
causar ningún daño al producto y debe conservar
sus características.
Amigable con el medio ambiente... los materiales
del envase deben ser sustentables al momento de
su fabricación y reciclables en el postconsumo.
“
La protección al
medio ambiente es
una de las mayores
ventajas de la industria
de los envases
metálicos
”
La lata, amigable con
el medio ambiente
Desde hace tiempo el mundo desarrolla nuevos mecanismos para
asegurar su sobrevivencia durante más tiempo y con mejores condiciones.
Diversas investigaciones y encuestas de opinión han fortalecido el factor
medioambiental como una de las mayores preocupaciones de la sociedad civil,
debido, entre otras razones, al cambio climático del planeta, los desastres
naturales, la erosión y las modificaciones del paisaje por la mano del hombre.
En la industria, uno de estos grandes desarrollos tiene que ver con la práctica
sustentable en el negocio y el uso correcto de las materias primas.
Las ventajas de incluir este enfoque sustentable en la industria son muchas.
Quizá por ello, la sustentabilidad ha estado vinculada con la industria del
envase metálico, inclusive desde que apareció el embalaje para alimentos,
hace unos 200 años.
Pero es hoy cuando podemos describir con mayor precisión las ventajas
de estos contenedores, gracias a varias de sus cualidades más importantes:
su capacidad para reciclarse, degradarse y reducir los desechos en las calles.
Líder en reciclaje
De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) del Gobierno
Federal de nuestro país, reciclar significa “separar o extraer materiales del flujo
de desechos y acondicionarlos para su comercialización, de modo que puedan
ser usados como materias primas en sustitución de materiales vírgenes”.
En las sociedades modernas, el reciclaje es una de las capacidades de los
productos más valoradas, pues además de prestar servicios ambientales,
mitiga la escasez de recursos naturales vírgenes, disminuye los riesgos de
enfermedades y de alteración de ecosistemas, reduce la demanda de espacio
en tiraderos y genera grandes ahorros en el consumo de energía.
Las latas -tanto de acero como de aluminio- son consideradas los envases
ecológicos por excelencia, gracias a que son 100 por ciento reciclables
indefinidamente, es decir, se pueden reciclar tantas veces como sean
desechadas, sin perder sus características.
En nuestro país se llega a reciclar el 99 por ciento de las latas de aluminio
producidas cada año y más del 85 por ciento de las latas de acero.
De acuerdo con la Aluminum Association, el Can Manufacturers Institute
(CMI) y el Institute of Scrap Recycling Industries (ISRI), el rango de reciclaje
de latas de aluminio es del 58.1 por ciento en Estados Unidos y del 64.3 por
ciento en Europa.
En algunos países específicos los rangos de recolección son aún mayores,
como es el caso de Brasil, con el 97 por ciento, China con 99.5 por ciento,
Japón con 93 por ciento, Suecia con 91 por ciento y Suiza con 90 por ciento.
Mientras que el rango de reciclaje de latas de acero es de 66.8 por ciento en
Estados Unidos y del 72 por ciento en Europa.
¿Cómo se reciclan?
En el caso de los contenedores de acero, lo único que se requiere para su
reciclaje es una previa separación del estaño que los recubre, lo cual se logra
fácilmente a través del uso de imanes. Esto es absolutamente imposible con
otro tipo de material. Una vez separados, se pueden vender (los materiales
de recubrimiento y el acero libre de estaño) como productos nuevos de alta
calidad que se utilizan como materias primas para elaborar nuevos envases o
para hacer materiales para otras industrias.
El proceso de separación y producción de nuevos envases de acero es tan
económico, que de hecho se calcula que crearlo nuevo cuesta cuatro veces
más que reciclarlo constantemente. Por su parte, las latas de aluminio pueden
reciclarse después de que pasan por un proceso de fundición; en esta fase se
convierten en lingotes que son transformados luego en láminas de aluminio.
La mayoría de estas láminas se convierten nuevamente en latas.
Cuando se utiliza aluminio recuperado en lugar de materias vírgenes para
fabricar latas, se ahorra aproximadamente 95 por ciento de la cantidad
de energía requerida en el proceso. Simplemente, cuando se recicla una lata de
aluminio se ahorra suficiente energía como para hacer funcionar un televisor
durante tres horas y media.
Al igual que la hojalata, el aluminio puede convertirse en envases rápidamente:
se pueden hacer hasta 2000 latas (de 355 mililitros cada una) ¡por minuto!
Más allá de los números, el reciclaje de latas también ofrece una peculiar
ventaja: cuando un envase se recicla, no existe diferencia con el material
original, es decir, no se puede determinar en un envase qué proporción
corresponde a metal reciclado, lo cual supone una ventaja frente a otros
materiales, en los que la calidad de lo reciclado es inferior a la del
material virgen. Además, el reciclaje de las latas brinda a otras industrias
ahorros en costos para el abasto de sus materias primas. Las latas de acero
recuperadas se destinan principalmente al mercado nacional (acerías
eléctricas y de construcción) mientras que las latas de aluminio se destinan
indistintamente al mercado nacional o a la exportación en plantas de reciclado
integrales, que sirven luego para la industria automotriz (cabezas de motor,
pistones o cilindros) o bien para el sector de la construcción (perfiles y
estructuras).
No sólo es posible reconocer la sustentabilidad de los recipientes metálicos
a partir de la abundante existencia de sus materias primas, sino también
otros factores como la constante mejora en la fabricación del laminado, el
perfeccionamiento continuo en el diseño y las características de los envases, las
formas cada vez más modernas y sustentables de envasar, proteger y preservar
los productos, así como la eficiente forma de acopiar los envases vacíos para
su consecuente reciclaje.
1
2
3
4
5
6
7
8
Selección
Limpieza
Prensado
Transportación
Reciclado
Fundido
Laminado
Cortado
De regreso a la tierra
El acero tiene una cualidad excepcional y es que no contamina: cuando una lata
de acero entra en contacto con la tierra se descompone en menor tiempo (entre
3 y 10 años, dependiendo de la humedad) que los envases hechos con otros
materiales; se reincorpora rápidamente al subsuelo por efecto de la oxidación y
su materia prima (el mineral de hierro y el carbón) vuelve a su reserva natural.
Estudios recientes han revelado que el tiempo de degradación y el impacto
en el ambiente de algunos envases presentan importantes diferencias en el
tiempo de su degradación. Una lata de acero tarda entre tres y diez años para
descomponerse, mientras que otros envases tardan mucho más.
Pero además, la producción tanto del acero como del aluminio no implica
un deterioro del ambiente, en el sentido de acabar con los materiales que los
constituyen, por estar elaborados con los minerales más abundantes de la
corteza terrestre.
El acero, por un lado, está elaborado de mineral de hierro y carbón, ambos
tienen un peso específico en la corteza terrestre que ocupa el 5 por ciento, lo
cual quiere decir que existe en abundancia para unos 2 mil años más. Mientras
que el aluminio se elabora a partir de una materia prima llamada bauxita,
que ocupa el 8 por ciento del planeta, lo cual lo coloca como el mineral más
abundante, con una reserva natural de más de diez mil años. Incluso, debido a
su capacidad para ser reciclados, es probable que los periodos de existencia de
ambos materiales se extiendan.
“
Tanto el acero
como el aluminio
son dos materiales
totalmente
reciclables
”
“
El alto reciclaje de
las latas es debido al
gran valor económico
que ha alcanzado
esta industria en ese
mercado
”
Calles sin latas
¿Con qué frecuencia se encuentra una lata tirada en el piso? Podríamos
aventurar una respuesta: mínima; ya que es más fácil que alguien la recoja para
asegurar su reciclaje a que se quede ahí durante años.
Esto se debe no solo al alto volumen de reciclaje de las latas sino al valor
económico que ha alcanzado esta industria en el mercado del reciclaje.
El resultado es que no se deteriora la imagen urbana con estos materiales y los
basureros municipales no incrementan su dimensión, lo que sí sucede con otros
materiales que constantemente aparecen en las calles y en los tiraderos.
Los esfuerzos de la industria no se quedan ahí, pues en años recientes se dio
por primera vez un acercamiento entre la Industria Nacional de Fabricantes de
Envases Metálicos y la Academia, específicamente con el Instituto de Geología
de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de un
acuerdo de colaboración que busca aprovechar de mejor manera los residuos
metálicos, y cuidar con ello el medio ambiente.
Sin daños colaterales
Aunado a esto, los envases de lata poseen varias cualidades en términos
de sustentabilidad que han sido analizadas y verificadas a través de distintos
estudios científicos.
Uno de ellos es el publicado en 2006 por la Organización para la Investigación
Científica Aplicada de Holanda (TNO, por sus siglas en holandés), el cual
examina la ecoeficiencia en distintos tipos de envases para bebidas: latas
de aluminio y de acero; envases de plástico conocido como tereftalato de
polietileno (o PET por sus siglas en inglés) de un solo uso y reciclable; vidrio
y cartón de un solo uso y reutilizable.
La ecoeficiencia es definida por la TNO como la combinación de los costos de
la fabricación de cada tipo de envase con su impacto medioambiental, el cual
se midió en función de varios temas, por ejemplo:
- Energía acumulada
- Calentamiento global
- Toxicidad humana
- Reducción de ozono
En varias de estas cuestiones, los envases de acero y aluminio superaron
significativamente a otros, no sólo porque su producción requiere menos
energía sino porque al producirlos, emiten menos dióxido de carbono y en
consecuencia, contribuyen en menor medida al calentamiento global.
Además, en términos de toxicidad para el ser humano y de daño a la capa de
ozono, los envases metálicos tienen los niveles más bajos.
Paradójicamente, los envases que resultaron ser menos ecoeficientes fueron
también los que presentaron mayores gastos de producción, lo que fortalece
a los envases metálicos como los que tienen menores costos. Así, de acuerdo
con los valores que obtuvo cada tipo de envase, los autores del documento
de la TNO colocaron cada sistema de embalaje en la llamada “gráfica de
ecoeficiencia”. En ella, se pueden clasificar los envases en dos grupos, de
acuerdo con la posición que guardan respecto a la diagonal que los atraviesa:
los envases ecoeficientes (con bajos costos y bajo impacto ambiental) aparecen
en el primer cuadrante, mientras que los no ecoeficientes (altos costos y alto
impacto ambiental) se encuentran en el tercero.
Los resultados, en términos de sustentabilidad, son evidentes; comparadas con
otros envases, las latas de acero y aluminio resultaron ganadoras.
Las latas pueden conservar recursos
• El aluminio y el acero son totalmente reciclables y nunca pierden sus
propiedades físicas, lo que les permite servir como materia prima para
nuevas latas y otros productos metálicos.
• El 75 por ciento de todo el aluminio primario producido en los últimos
150 años está aún en uso y disponible a través del reciclaje.
• El reciclaje de acero usa 40 por ciento menos agua; produce 76 por ciento
menos contaminantes en el agua, 86 por ciento menos contaminantes en el
aire y 97 por ciento menos en cuestión de desperdicio minero.
Las latas previenen daño y desperdicio
• Proveen una protección del 100 por ciento contra aire, gas, luz, humedad y
otros contaminantes.
• Ofrecen mayor vida de anaquel que cualquier otro empaque, permitiendo
que los productos se conserven perfectamente hasta su uso.
Las latas ahorran energía
• Con el reciclaje de aluminio se logra un ahorro del 95 por ciento de la
energía que se requiere para su producción primaria. Cada tonelada de
aluminio reciclado ahorra la extracción de más de cuatro toneladas de
bauxita, el mineral primario de donde el aluminio es extraído.
• Con el reciclaje de acero se logra un ahorro del 74 por ciento de la energía
requerida para la producción primaria; cada tonelada de acero reciclado
ahorra 1.5 toneladas de veta de hierro y media tonelada de carbón mineral.
• Para conservarse, los productos enlatados no requieren ni de refrigeración
ni de congelación, lo que ahorra energía tanto a productores como a
transportistas, comerciantes y consumidores.
Las latas mantienen al consumidor seguro
• Ya que el metal es fuerte y rígido, protege y conserva los productos mejor
y durante mayor tiempo que cualquier otra forma de empaque.
• Al estar herméticamente selladas las latas protegen al contenido de
gérmenes que lo volverían tóxico, así como del aire y de la luz, que
de infiltrarse disminuirían su valor nutricional.
• Los frutos y vegetales frescos son enlatados inmediatamente en el punto
exacto de madurez, atrapando así su sabor y valores nutritivos.
Bajo costo, mayor beneficio económico
• Las latas se llenan más rápidamente en las líneas de producción y requieren
de un mínimo de empaque secundario.
• Su ligereza y forma cúbica permiten que sean transportadas en mayor
cantidad y con un gasto menor en combustible.
• Como no requieren refrigerarse ni congelarse ahorran dinero durante
su almacenamiento, transporte y distribución.
Una industria verde
La industria de la lata en México está consciente de que la gestión ambiental
está íntimamente ligada con la eficiencia operativa y la creación de valor para
todos los que participan en el negocio del envase metálico.
Para muestra, los $500 millones de dólares que ésta ha invertido en los
últimos años para la instalación de equipos que reducen las emisiones de
contaminantes.
En poco tiempo, se ha tomado tan en serio la inversión en un negocio
sustentable con importantes sumas para la sustitución del gas LP por gas
natural, la utilización de plantas de energía renovable, la búsqueda de
estrategias para adelgazar las paredes de los envases que conlleve a una
disminución en el uso de energía y materias primas, así como el cumplimiento
de los estándares internacionales en materia de preservación y cuidado del
medio ambiente.
Los logros en estos temas se pueden resumir en números:
• Se redujo en más de 10 por ciento el uso de energía en el proceso de fabricación.
• Se redujo el espesor de la lata en un 10 por ciento.
• Se redujo el peso de la lata en un 35 por ciento.
• Tan sólo en los últimos 40 años, la industria siderúrgica ha logrado una reducción hasta del 50 por ciento de sus emisiones de CO2 por tonelada de producción de acero y continúa esforzándose para reducir aún más
sus emisiones.
La lata y su función social
Desde el capítulo I hemos visto que la creación de la lata nació como una
necesidad para asegurar el abastecimiento de alimentos en condiciones óptimas
en una situación límite: la guerra.
Y desde la época de Napoleón hasta nuestros días, el principio de mantener
alimentos y bebidas en perfectas condiciones durante mucho tiempo, ha
permitido que la lata tenga una función social inigualable.
En cualquier situación de riesgo, producto de los desastres naturales, la lata ha
sido unos de los productos más útiles y socorridos por gobiernos, entidades,
partidos políticos y organizaciones sociales y de ayuda comunitaria para
mantener bien alimentada a la población en peligro.
En comparación con cualquier otro, los envases metálicos aseguran que el
alimento o los líquidos lleguen en buenas condiciones a las poblaciones
vulnerables. Son ligeros, lo que facilita su transporte a través de medios que
no pueden soportar mucho peso como helicópteros o avionetas, cuando el
transporte terrestre es imposible. Son resistentes y protegen el contenido
durante largos periodos, lo que conviene para traslados largos o con riesgos de
golpes o accidentes.
Además, ocupan muy poco espacio y por tanto se apilan y almacenan con una
gran economía de volumen.
Y ya que los alimentos enlatados no necesitan refrigeración para su
conservación y están listos para su consumo, pueden ser fácilmente utilizados
en lugares en los que no hay energía ni gas.
Por su resistencia, el embalaje metálico también es la mejor opción para
asegurar los alimentos contra roedores o insectos que podrían propiciar
enfermedades o problemas de sanidad.
Pero además de esto, las latas tienen una elevada importancia social y
económica debido a que su reciclaje constituye una actividad de valor
monetario increíble, estimado en unos $2,400 millones de pesos anuales.
Tan sólo en el área metropolitana de la Ciudad de México, alrededor de dos mil
quinientas familias viven de la recuperación de latas y algunas más encuentran
en ella una alternativa adicional para sus bolsillos.
La lata a mi alcance
Mención aparte merecen las ventajas económicas que presentan los productos
enlatados, que benefician directamente al consumidor. Como ya se ha
mencionado aquí, al estar precocinados y al no necesitar refrigeración para su
conservación, los alimentos en lata generan un ahorro en el uso de gas y de
energía.
Pero el ahorro va más allá de eso. Un estudio llevado a cabo por la misma
organización holandesa TNO examinó el impacto económico de distintos
recipientes para alimentos, con un solo ejemplo: zanahorias. El documento
analiza todos los costos económicos que intervienen para obtener una porción
de 600 gramos de zanahorias cocinadas, presentadas en distintos contenedores.
Los resultados incluyeron el precio al público así como los costos de
transportación, almacenamiento, preparación y cocinado, aunque también se
calcularon otros, como el precio promedio de uso del automóvil, electricidad
y gas, agua para beber y tratamiento de desechos. Todo, por supuesto, en
números de Holanda, pero que pueden aplicarse a varios mercados en el
mundo.
Las presentaciones de zanahorias analizadas fueron: frescas en manojo
o peladas, preservadas en lata, en bolsa o multicapas y congeladas
en bolsa o cartón.
¿Qué encontraron? Primero, en cuanto al precio público, que es como
el consumidor las encuentra en un supermercado, descubrieron que las
presentaciones más caras fueron las preservadas en bolsa y en empaque
multicapas, seguidas por las frescas peladas y las congeladas en cartón.
Las latas fueron de las más económicas.
Además, hallaron diferencias (aunque no significativas) respecto a los otros
costos, que colocaron a las zanahorias en lata como las que tienen menos
impacto económico a nivel del consumidor.
Y aunque, por supuesto, este estudio holandés trató un solo ejemplo, las
ganancias pueden generalizarse a varios productos enlatados. Solamente se
necesita ir al supermercado y comparar precios.
¿Sabías que…?
La cultura del reciclaje en México inició en la década de los 80, cuando
la gente se dio cuenta de que el aluminio tenía un alto valor económico
en el mercado y de pronto miles de personas se dieron a la tarea
de recuperarlo.
En Estados Unidos, donde se consume aproximadamente el 50 por ciento de las latas de bebidas, se reciclan dos de cada tres. En México, nuestros números son altísimos también, con un porcentaje de reciclaje aproximado del 99 por ciento de las latas de aluminio y 85 por ciento de las latas de acero, lo que las sitúa como los envases más reciclados en nuestro país.
Las latas de bebidas constituyen el envase que se recicla en mayor
proporción a nivel mundial. En Europa, se reciclan más del 60 por ciento de las latas de bebidas consumidas. En algunos países la tasa de reciclado ha superado el 90 por ciento, como en el caso de México.
Números en lata: para producir una tonelada de latas de acero, se gastan
apenas 40 litros de agua. 31 latitas de acero vacías equivalen a un kilo del
material. Una lata de acero pesa aproximadamente 34 gramos.
México tiene el Record Guinness por la construcción de la Flor de Lis más grande del mundo, hecha con latas recicladas de aluminio en el Zócalo de la Ciudad de México.
Consumir comida enlatada reduce sustancialmente el uso de combustibles y electricidad en los hogares, ya que el almacenamiento no requiere refrigeración y el alimento ya viene listo para comerse.
Incentivar la conserva en lata de productos del campo y del mar en nuestro
país, aumenta la vida de anaquel para que puedan llegar a nuestra mesa
siempre frescos.
Los alimentos enlatados conservan su valor nutricional sin alteraciones, por lo que son la mejor alternativa para tener una sana alimentación.
La lata de acero tarda entre tres y diez años en descomponerse, mientras
que otros materiales tardan entre 100 y 1000 años en degradarse.
Capítulo 5:
salud en lata
Cuando se destapa una lata para comer los
alimentos que contiene, se puede estar seguro
de que el enlatado es una de las formas más
cuidadas de preservación: los alimentos no llevan
conservadores, gracias al cierre hermético
o a presión con el que son procesados.
La comida enlatada es como la preparada
en casa, con agentes naturales como la sal,
el azúcar, vinagre, aceite o agua, en cantidades
de acuerdo con los estándares nutrimentales
recomendados para el consumo humano.
Motivos de consumo
Lejos del campo, del mar o de donde provengan los alimentos, hoy en día
pueden adquirirse productos enlatados, con la ventaja de que tienen mayor
contenido nutritivo, mejor estado de conservación, seguridad en el manejo,
transporte y almacenamiento, y facilidad de acceso, ya que el proceso
comienza con las frutas y verduras recién cosechadas y recién capturados,
en el caso de los pescados.
Las frutas y verduras en crudo deben ser consumidas en el menor tiempo
posible posterior a la cosecha, por mencionar algunas, la espinaca y los
chícharos pierden hasta el 75 por ciento de su vitamina C después de siete
días de la cosecha -incluso almacenados a temperatura recomendada en un
refrigerador-, en cambio, los alimentos a enlatar son cultivados y elegidos
minuciosamente por el empacador, para que cumplan con especificaciones
y estándares de calidad; son almacenados bajo estrictas normas de calidad y
son envasados en el momento idóneo de maduración en el que contienen
la mayor cantidad de atributos nutrimentales.
En el enlatado el tiempo entre la cosecha, el transporte y el procesamiento de
los alimentos es relativamente corto, y ésta es una de las principales razones
por las que el alto valor nutritivo se mantiene. Éste es un excelente medio
para conservar los alimentos en forma estable, ya que protege las vitaminas,
minerales y el sabor en un empaque resistente y seguro.
Una vez que se ha enlatado el producto, la maduración y por lo tanto la pérdida
de nutrientes se detiene debido a la ausencia de oxígeno y del contacto del
producto con el medio exterior (sustancias gaseosas, líquidas, sólidas o la
misma luz). Los nutrientes se condensan y es una manera fácil y segura de
agregar vitaminas y minerales a la dieta. Por otro lado, tienen una vida de
anaquel más larga que cualquier empaque de otro material, precisamente por las
características del metal que impide el paso de la luz y de cualquier sustancia.
El acero de las latas de conserva tiene propiedades mecánicas y diseños
ideales para resistir el traslado y la manipulación de la carga.
Para darnos una idea de las funciones que debe cumplir el envase, sigamos
la ruta de un alimento en crudo o a granel: una vez desprendido de su lugar
de crecimiento (un mango arrancado del árbol, una porción de filete de atún
cortada del pescado fresco), el producto alimenticio empieza inmediatamente
a degradarse porque ha perdido la protección de su ecosistema original. En
términos muy simples, la degradación alimenticia es el resultado de varias
reacciones químicas y físicas que transforman la estructura de los productos,
desde la piel hasta el interior, desde lo que podemos ver hasta lo microscópico.
La luz del sol, ambientes a temperaturas de medias a altas y el contacto con
el aire aceleran el deterioro de los alimentos no protegidos o a granel, si los
productos al natural toman demasiado tiempo en llegar al punto de consumo,
es probable que ya no cuenten con el suficiente aporte nutrimental que nuestro
cuerpo necesita, sin embargo, los alimentos enlatados por lo regular presentan
mayores cualidades nutrimentales gracias a las condiciones en que son
procesados y las características protectoras de la lata. Además, el contacto con
el aire supone exposición al oxígeno (reactivo químico por excelencia), pero
igualmente a otras sustancias químicas o biológicas (humedad, bacterias, etc.)
que pueden acelerar los procesos.
Efecto protector de la lata
Una preocupación común con los alimentos enlatados es lo que pueda
suceder precisamente en ese ambiente herméticamente cerrado, que de todas
formas puede estar expuesto al calor durante el traslado y el almacenamiento.
¿Qué no son esas condiciones propicias para que se formen colonias de
microorganismos potencialmente tóxicos dentro de la lata? Lo serían si ese
fuera el único calor al que estuviera expuesto el contenido. Pero el secreto no
está únicamente en la lata sino en el proceso de enlatado.
Proceso de enlatado de las frutas y vegetales:
Lo primero que se hace con los productos que van a ser conservados en lata es
seleccionarlos en el punto de producción o cosecha, descartando los que no son
propicios. Luego son sometidos a una etapa de lavado y, cuando es necesario,
de procesado: se pelan, se cortan o se rebanan, según sea el caso.
Es aquí que empiezan las partes cruciales del proceso. Si los alimentos
requieren algún tipo de cocción, se hace ahora, pero en condiciones que
generalmente tomarán menos tiempo que el proceso equivalente en casa
y con condiciones de temperatura controladas, con esto se puede reducir
notablemente la pérdida o degradación de nutrientes que ocurre en los
alimentos demasiado cocidos. Además, las normas que regulan la industria
alimenticia exigen altos índices de higiene y precaución, frecuentemente
superiores a los de una cocina familiar o restaurantera. Pero lo más importante
es que una vez introducidos los alimentos en las latas, son sometidos a lo que
en la industria se conoce como “proceso térmico”, cuyo objetivo es garantizar
que una vez que la lata sea sellada no habrá en su interior ningún agente
biológico capaz de estropear el alimento.
Proceso de enlatado de atún o sardina:
El contenido de la lata suele ser clasificado de acuerdo con su nivel de acidez
o alcalinidad determinados (midiendo su pH), y según sea el caso, el proceso
térmico de esterilización comercial será la pasteurización (para alimentos
ácidos, como cítricos o fresas) o la esterilización comercial (para productos
alcalinos, como el maíz). Durante la pasteurización el tratamiento térmico
alterna ciclos sucesivos de calentamiento (generalmente por debajo de los
100 ºC) y enfriamiento, con lo cual se consigue la destrucción de
microorganismos patógenos viables y la inactivación de enzimas que pudieran
estimular reacciones químicas indeseadas.
En los alimentos poco ácidos y alcalinos, el proceso de esterilización es óptimo
para la eliminación, específicamente de Clostridium Botulinum, la bacteria
causante del botulismo. Unos minutos en un ambiente controlado de vapor de
agua a alta temperatura y alta presión, garantizan un grado de esterilidad en
donde ningún agente patógeno puede sobrevivir. En ambos casos se detienen
prácticamente los procesos bioquímicos que normalmente harían que el
mismo producto, sin enlatar, se estropeara. Es por esta razón que la adición de
conservadores resulta innecesaria.
Seguridad total
Existen dos grandes adelantos tecnológicos en el enlatado de alimentos:
1. La eliminación total del plomo como material en la soldadura final de la lata.
Ahora la soldadura de los cierres es eléctrica y utiliza un hilo de cobre sólo
como conductor de la electricidad durante este proceso.
2. El recubrimiento por la parte interna de la lata, con un barniz sanitario que
impide que el alimento tenga cualquier tipo de contacto con el metal.
El aislamiento es necesario por dos razones: primero, para evitar que el metal
llegue a los alimentos y las bebidas, y segundo, para evitar la posible corrosión
al interior de la lata bajo el efecto del pH del líquido que contenga el producto.
La industria alimenticia sabe que la salud es primordial, por lo que al elegir
alimentos envasados en acero, promueve una dieta sana y equilibrada,
con mayor practicidad, comodidad y versatilidad. Los alimentos enlatados
son completamente seguros, no necesitan adición de productos químicos
conservadores, esto permite que el usuario final tenga un atributo más en
el momento de elegir estos productos.
Muchos alimentos son conservados en envases metálicos, por ejemplo,
62 por ciento de la leche en polvo, 77 por ciento de la leche condensada
y 33 por ciento de la crema de leche se venden enlatados. Además de proteger
los alimentos de la acción de la luz, el oxígeno y el agua, la lata está sellada
y resiste altas temperaturas, en especial en la producción de productos básicos.
Alto desempeño en las propiedades de barrera
Consumo de oxígeno- medido en cm3 / m2/ día / 1 bar atm
espesor de 100 microns de embalaje
1
Lata de Acero
0 + barrera de LUZ total
2
Vidrio
0
3
Pouch
<0,1 /con hoja de aluminio)
<0,1 (EVOH)
4
Papel Cartón
<1
5
Plástico Rígido
1.000
“
La tecnología
asegura un perfecto
control de calidad
en los envases
metálicos
”
Lo esencial del alimento enlatado
La industria de los alimentos enlatados ha mejorado su manufactura, lo cual
hace más sensible la seguridad, salud y nutrición. La frescura de los alimentos
enlatados se garantiza por normas internacionales y nacionales, que son
cumplidas estrictamente más allá de los estándares establecidos.
En México los procesos de enlatado son regulados de manera obligatoria
por Normas Oficiales Mexicanas, emitidas por la Secretaría de Salud, lo que
garantiza que el alimento sea manipulado y preparado en óptimas condiciones
de calidad e higiene.
La sofisticada tecnología y los eficaces procesos térmicos en un lapso corto,
aseguran un perfecto control de calidad dentro de las normas para abastecer
la demanda de los consumidores actuales, cada vez más exigentes y críticos.
El empaque ya cerrado, protege los alimentos de la acción dañina del oxígeno
y la humedad, evitando así que el aceite se oxide.
¿Qué hay en una lata?
Las 4 estaciones... todo el año
Una vez garantizada la esterilidad e integridad de los alimentos enlatados, tal
vez su mayor virtud sea la de ofrecer la posibilidad de ampliar sustancialmente
la oferta de productos que se pueden presentar a la mesa. Los alimentos
enlatados no necesitan refrigeración mientras la lata no haya sido abierta,
y una vez abierta, si no se ocupa el total del contenido, basta con guardarla en
el refrigerador, donde puede permanecer sin problema alguno durante algunos
días (como cualquier otro alimento). Una gran ventaja de los enlatados radica
en que permiten tener acceso todo el año a productos de temporada.
La Cámara Nacional de Fabricantes de Envases Metálicos en su constante
búsqueda por llevar al consumidor nacional la información actualizada, ha
realizado dos estudios con la Facultad de Química de la Universidad Nacional
Autónoma de México, UNAM, específicamente con el Departamento de
Alimentos y Biotecnología.
1. Estudio comparativo de la composición química entre alimentos enlatados
y procedimientos caseros.
2. Estudio para evaluar el efecto protector de las latas frente a otros materiales
de empaque de los alimentos.
Del primer estudio se derivan las siguientes conclusiones:
A. No se presenta variación entre los macronutrientes cuando se comparan los
productos elaborados en casa con los productos enlatados.
B. El proceso de enlatado no altera la composición de los productos analizados.
C. Se encontraron ligeras diferencias en cenizas, debido a variaciones en el
estado de madurez.
D. Los minerales presentaron valores ligeramente mayores para los productos
enlatados en relación con los preparados en casa.
E. Para las vitaminas (niacina, ácido fólico, tiamina y riboflavina) no se
establecieron diferencias significativas entre los alimentos preparados en casa
y los enlatados.
Tablas comparativas de algunos productos analizados
en el primer estudio
Piña en almíbar
100 g de producto
Hidratos de
Carbono, g
Proteínas, g
Lípidos, g
Fibra, g
Hierro, mg
Zinc, mg
Calcio, mg
Niacina, mg
Crudo
12.6
Cocido
13.7
Enlatado
19.8
0.5
0.1
1.4
0.2
0.1
13
0.4
0.3
1.1
0.7
0.01
0.1
3.4
0
0.5
0.1
0.7
0.1
0.1
11.5
0
En general no hay diferencias significativas entre la piña en crudo y la piña en almíbar,
por lo que es una excelente opción en la ingesta diaria recomendada.
Atún en agua
F. Las pérdidas de ciertos nutrimentos a nivel industrial son menores a las que
ocurren en casa durante la cocción de los alimentos.
G. El valor nutrimental del alimento enlatado no disminuye en forma drástica
y adquiere beneficios como disponibilidad, estacionalidad, precio, etcétera.
H. Ganancia para el consumidor: al adquirir un alimento enlatado se obtiene un
producto precocido, no contaminado, limpio y de calidad.
En el segundo estudio se analizaron los siguientes productos:
Grupo de
alimentos
Frutas y verduras
Productos
Envase
Duraznos en almíbar
Lata
Mangos en almíbar
Lata
Elote dorado
Lata y Cartón-Multicapas*
Ensalada de legumbres
Lata y Cartón-Multicapas
Bebidas
Néctar de mango
Productos del
mar
Alimentos
preparados
Atún
Lata, Cartón-Multicapas y
Vidrio
Lata y Bolsa al vacío
Chiles en escabeche
Lata
Leche evaporada
Lata y Cartón-Multicapas
100 g de producto
Crudo
Cocido
Enlatado
Hidratos de
Carbono, g
Proteínas, g
0
0
0
23.3
23.1
23.0
Sopas crema de elote
Lata y Cartón-Multicapas
Lípidos, g
0.9
0.2
0.9
Salsa verde
Hierro, mg
0.7
0.7
0.7
Zinc, mg
0.5
1.6
0.4
Frijoles negros refritos
Lata, Cartón-Multicapas y
Vidrio
Lata, Cartón-Multicapas y
Bolsa al vacío
Calcio, mg
16
0
14
Tiamina, mg
0.4
0.3
0.3
En esta tabla se puede ver cómo en una lata de atún se mantiene
el contenido de calcio y proteínas en gran porcentaje.
Champiñones
100 g de producto
Hidratos de
Carbono, g
Proteínas, g
Lípidos, g
Fibra, g
Ácido fólico, mcg
Hierro, mg
Zinc, mg
Vitamina C, mg
Calcio, mg
Niacina, mg
Crudo
3.6
Cocido
2.7
Enlatado
2.6
2.8
0.4
1.2
16
0.8
0.5
3.6
3
3.6
2.7
0.1
1.4
0
0.3
0.6
0
1.1
0.1
2.7
0.3
1.1
10
0.7
0.7
0.6
1.6
1.6
Los champiñones son considerados una fuente importante de nutrientes benéficos para la salud.
Los champiñones enlatados mantienen intactos sus nutrimentos.
Las conclusiones de este estudio son las siguientes:
A. Para el caso de vitamina C, la lata y el Cartón-Multicapas ofrecen una
protección similar durante el almacenamiento en un lapso corto, sin embargo,
en la lata se conserva durante un periodo más largo. Ejemplos son los granos
de elote, verduras mixtas y salsa verde.
B. Para la niacina se observó que la menor velocidad promedio de deterioro
corresponde al envase de lata.
C. El envase de vidrio presentó menor nivel de protección para la riboflavina
cuando se analiza néctar de mango y salsa verde.
D. Para la vitamina A, en los dos alimentos analizados (crema de elote y leche
evaporada) no se estableció diferencia estadísticamente significativa en la vida
media entre el cartón-multicapas y la lata.
E. Los alimentos se preservan de manera natural y no es necesario el uso de
aditivos.
F. La lata en general presenta mayor protección (menor velocidad de deterioro)
para los nutrientes.
*El cartón multicapas no es reciclable.
¿Sabías que…?
Una lata de atún contiene el mayor aporte nutrimental de Omega 3 que
necesita el organismo.
En el embarazo se recomienda una ingesta de 1,300 mg de calcio al día, tan
solo una lata de sardinas contiene 1,600 mg de calcio.
El puré de tomate en lata tiene la mayor cantidad de nutrientes esenciales
para evitar el cáncer de mama y de próstata.
Los chícharos refrigerados en un periodo de 7 días pierden 77% de la
vitamina C, enlatados se conserva durante más de 3 años.
Una lata de champiñones contiene 90% más de ácido fólico que cuando se
cocinan en casa.
Los alimentos enlatados no contienen conservadores artificiales, el calor y
el sellado al vacío son el método para su preservación.
La vitamina A que contienen los alimentos es sensible a la luz y se pierde
en envases transparentes; la lata la protege.
La capsaciana es un nutrimento natural contenido en los chiles enlatados;
favorece el funcionamiento del metabolismo y disminuye el riesgo de
padecer obesidad.
Al cocinar un filete de atún se pierde hasta un 50% de Omega 3, mientras
que en la lata se conserva intacto.
¡A cocinar con latas!
Crema de tomate
Para 6 personas
Ingredientes:
4 cucharadas de aceite de oliva*
½ cebolla fileteada
2 dientes de ajo, picados
1 lata de puré de tomate*
2 latas de leche evaporada*
1 lata de consomé de pollo*
• sal y pimienta
½ taza de albahaca fresca, picada
1 lata de crema*
Modo de preparación:
1. En una cacerola calienta a fuego medio el aceite y saltea la cebolla
y el ajo.
2. Agrega el puré de tomate y cocina durante cinco minutos o hasta que cambie
de color.
3. Licua lo anterior con la leche evaporada, el consomé y tres tazas de agua; debe quedar de una consistencia cremosa; sazona con sal y pimienta.
4. Regresa a la cacerola y mantén caliente hasta el momento de servir.
5. Adorna cada plato con un poco de albahaca y una cucharada de crema.
Variaciones
Sustituye el
puré de tomate
por una lata de
frijoles refritos
y añade unos
chiles chipotles
adobados, al
gusto.
Frittata de salmón
Para 6 personas
Ingredientes:
1 lata de leche evaporada*
6 huevos
• sal y pimienta
¾ de taza de queso cheddar rallado
1 cebolla filetada
4 cucharadas de aceite de oliva*
1 lata de vegetales mixtos*
2 latas de salmón rosa*
Modo de preparación:
Variaciones
Sustituye el salmón
por atún o pollo de
lata y los vegetales
mixtos por elote
dorado.
1. Precalienta el horno a 200 ºC.
2. En un tazón mezcla la leche con los huevos batiendo ligeramente, salpimienta. Agrega el queso rallado.
3. En una sartén resistente al horno calienta el aciete y sofríe la cebolla hasta que esté transparente.
4. Agrega los vegetales y el salmón, vierte la mezcla de huevos e integra bien.
5. Hornea durante 20 minutos o hasta que la frittata esté dorada y esponjosa.
Pasta con huitlacoche
Para 6 personas
Ingredientes:
¼ de taza de aceite de oliva*
2 latas de huitlacoche*
1 lata de tomates en cubos, sazonados*
1 lata de champiñones rebanados*
• rajas de chile jalapeño*
3 cucharadas de epazote fresco, picado
• sal y pimienta
500 g de pasta corta, tipo pluma o fusilli
• queso parmesano rallado
Modo de preparación:
1. En una cacerola calienta el aceite a fuego medio y agrega el hutlicoche. Cocina durante un minuto.
2. Agrega los tomates en cubos y los champiñones. Deja que la mezcla
se cocine durante cinco minutos.
3. Añade los chiles y el epazote. Sazona con sal y pimienta.
4. Cuece la pasta en abundante agua hirviendo con sal hasta que esté
al dente.
5. Escurre y coloca la pasta sobre la salsa en la misma cacerola donde se cocinó, mezcla cuidadosamente.
6. Sirve con queso parmesano rallado.
Variaciones
Sustituye el
huitlacoche por
rajas de chile
poblano con elote
y el chile jalapeño
por tiras de
pimiento morrón
de lata.
Filete de cerdo en
salsa de cacahuate
Para 6 personas
Ingredientes:
1 ½ taza de cacahuates picados*
2 cucharadas de chipotles adobados*
1 lata de consomé de pollo*
2 cucharadas de aceite de oliva*
• sal
1 kilo de filetes de cerdo
½ cebolla rebanada
Modo de preparación:
Variaciones
Sustituye los
cacahuates por
pepitas de lata,
fritas y el chile
chipotle por una
lata de salsa verde.
1. Muele en la licuadora una taza de cacahuates con el chile chipotle
y el consomé de pollo.
2. En una cacerola, calienta a fuego medio el aceite de oliva y sofríe la salsa
de cacahuate hasta que tenga la consistencia de una crema espesa.
Verifica la sal.
3. En una plancha o parrilla ligeramente engrasada, cocina los filetes de cerdo
a fuego medio hasta que estén dorados por todos lados y se sientan firmes al tacto. 4. Báñalos con la salsa de cacahuate.
5. Espolvorea con los cacahuates picados restantes y decora con unas rodajas de cebolla.
Pollo almendrado
Para 6 personas
Ingredientes:
3 cucharadas de aceite de oliva*
3 pechugas de pollo, en mitades, sin huesos ni piel
• sal y pimienta
1 ½ taza de almendras ahumadas fileteadas*
2 tazas de salsa roja*
Modo de preparación:
1. Calienta el aceite en una sartén grande con tapa.
2. Salpimienta las pechugas y dóralas por ambos lados. Coloca la tapa y baja
el fuego al mínimo.
3. Muele en la licuadora una taza de almendras con la salsa roja hasta obtener
una mezcla tersa.
4. Vierte sobre el pollo, coloca la tapa de la sartén y sigue cocinando durante 10 minutos más o hasta que el pollo esté bien cocido. Si se reseca añade un poco de agua o caldo de pollo desgrasado.
5. Verifica la sazón y sirve espolvoreando con las almendras restantes.
Variaciones
Sustituye los
cacahuates por
pepitas fritas de
lata y el chile
chipotle por una
lata de salsa verde.
Peras con salsa de chocolate
Para 6 personas
Ingredientes:
1 lata de leche condensada*
1 taza de cocoa en polvo*
6 mitades de pera en almíbar*
• hojas de menta para decorar
Variaciones
Sustituye las peras
por guayabas o
piña en almíbar
y la lata de leche
condensada por
una lata de media
crema batida con
dos cucharadas de
azúcar.
Modo de preparación:
1. Calienta en una cacerola la leche condensada, sin que hierva.
2. Coloca la cocoa en polvo en un tazón.
3. Vierte encima la leche caliente y deja reposar cinco minutos.
4. Revuelve la mezcla hasta obtener una consistencia cremosa.
5. Sirve caliente sobre las peras. Decora con hojas de menta fresca.
DIRECTORIO DE AFILIADOS
Las empresas que integran esta rama industrial se dedican a la fabricación de
envases y contenedores de acero y aluminio, así como a la producción de toda
clase de tapas y tapones de metal, para diferentes productos como alimentos,
bebidas, productos farmacéuticos, de limpieza, uso industrial, automotriz,
de belleza y cosméticos, pinturas, tintas y barnices, insecticidas, entre otros.
CROWN ENVASES MÉXICO, S.A. DE C.V.
Oriente 107 Nº 114, Col. Bondojito, C.P. 07850 México, D.F.
Tel: 01 (55) 5747 41 00 Fax: 01 (55) 5747 4197 E-mail ventas@crowncork.com
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bebidas/Tin cans for food, aerosol, paint and others; aluminum beverage cans.
PLANTA GUADALAJARA
Km 1.5 Carretera San Martín de las Flores, C.P. 45680, El Salto, Jalisco.
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BOTEMEX, S.A. DE C.V.
Km 19.5 ant. Carretera México-Pachuca, C.P. 55400 Tulpetlac, Edo. de México
Tel.:01 (55) 5699 19 99 Ext- 30401, 30402 Fax: 01 (55) 5699 1995
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Contacto Ing. Adolfo Varguez / Dirección Planta
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CORCHO Y LATA DE MONTERREY, S.A. DE C.V.
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ENVASES DEL
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Tel: 01 (667) 758 6880 Fax: 01 (667) 758 6872 E-mail: rmolina@fepsa.com.mx
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Km 60 Carretera México-Toluca, C.P. 50000, Toluca, Edo. de México.
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Bradley 76, Col. Nueva Anzures, C.P. 11590, México, D.F.
Tel: 01 (55) 5004 6200 Fax: 01 (55) 5531 0390 E-mail: corpo@gindustrial.com.mx
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REXAM BEVERAGE CAN AMERICAS, S.A. DE C.V.
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Las empresas que conforman la Cámara Nacional de Fabricantes de Envases
Metálicos, son un ejemplo de responsabilidad social, económica y ambiental
con México.
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ISBN: 978-607-95838-0-4
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Edición: Leonora del Campo Díaz,
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