Off the Record: Clavegueres del poder 16 de desembre del 2010 Cinemes Imperial Sessions: 20.00 i 22.30 h All the King's Men (1949 - El político), de Robert Rossen Sinopsi Willi Stark (Broderick Crawford), un home honrat i valent, pateix una transformació el dia que decideix entrar en política, i aprèn que aquesta última és un joc brut. Després de ser elegit governador, la primera cosa que fa és apoderar-se de la premsa i de la ràdio, es converteix en un ésser corrupte que oblida el seu passat per poder-se mantenir al poder. Fitxa tècnica Director · · · · · · · · · · · Robert Rossen Producció · · · · · · · · · Columbia Pictures Productor · · · · · · · · · · · Robert Rossen Argument · novel·la de Robert Penn Warren Guió · · · · · · · · · · · · · · · Robert Rossen Fotografia · · · · · · · Burnett Guffey (B/N) Operador · · · · · · · · · · · Gert Andersen Música · · · · · · · · · · · · Louis Gruenberg Direcció musical · · · · · · · Morris Stoloff Muntatge · · · · · · · · · · · · · · · · · · Al Clark, assistit per Robert Parrish Direcció artística · · · · · · · Sturges Carne Decorats · · · · · · · · · · · · · · · Louis Diage Vestuari · · · · · · · · · · · · · · · · Jean Louis So · · · · · · · · · · · · · · · · · Frank Goodwin Ajudant de direcció · · · · · · · · Sam Nelson Nacionalitat · · · · · · · · · · · · · · · · · · EUA Duració · · · · · · · · · · · · · · · · · 109 minuts Premis Oscar a la Millor Pel·lícula, al millor actor (Broderick Crawford) i a la Millor Actriu de repartiment (Mercedes McCambridge); Globus dOr a la Millor Pel·lícula Dramàtica, Millor Director (Robert Rossen), Millor Promesa en Categoria Femenina (Mercedes McCambridge); Premi a la Millor Pel·lícula i aI Millor Actor (Broderick Crawford) pel Cercle de Crítics Cinematogràfics de New York; Premi Directors Guild of America al Millor Director (Robert Rossen); Premi Writers Guild of America al Millor Guió Dramàtic Americà (Robert Rossen) i Premi Robert Meltzer. El director ROBERT ROSSEN Fitxa artística Broderick Crawford · · · · · · · · Willie Stark John Derek · · · · · · · · · · · · · · Tom Stark Joanne Dru · · · · · · · · · · · · Anne Stanton John Ireland · · · · · · · · · · · · Jack Burden Mercedes McCambridge · · · · Sadie Burke Shepperd Strudwick · · · · · Adam Stanton Ralph Dumke · · · · · · · · · · · · Tiny Duffy Ann Seymour · · · · · · · · · · · · Lucy Stark Katharine Warren · · · · · · · · · Mrs. Burden Raymond Greenleaf · · Juez Monte Stanton Walter Burke · · · · · · · · · · · · Sugar Boy Will Wright · · · · · · · · · · · Dolph Pillsbury Grandon Rhodes · · · · · · · · · Floyd McEvoy (New York, 1908; New York, EE.UU., 1966) Boxeador profesional, abandona sus estudios universitarios para dedicarse al teatro como actor, director y dramaturgo. Entre 1937 y 1947 se convierte en un reputado guionista al escribir para los realizadores Raoul Walsh en Los violentos años veinte (The Roaring Twenties, 1939), Michael Curtiz en El lobo de mar (The Sea Wolf, 1941) y Lewis Milestone en Edge of Darkness (1943), Un paseo bajo el sol (A Walk in the Sun, 1945) y El extraño amor de Martha Ivers (The Strange Love of Martha Ivers, 1946). Debuta como director de cine con los policíacos Johnny OClock (1947), que también escribe, y Cuerpo y Alma (Body and Soul, 1947), que da una dura visión de la corrupción en los medios profesionales del boxeo a partir de un sólido guión del también realizador Abraham Polonsky. En El político (All the Kings Men, 1949), adaptación de una novela de Robert Penn Warren, analiza la filosofía populista que degenera en fascismo, que además escribe y produce. Mientras acaba The Brave BullsK (1951), sobre el mundo de los toros, el senador Joseph McCarthy le cita para declarar ante el Comité de Actividades Antinorteamericanas por haber pertenecido al Partido Comunista, los estudios Columbia rompen su contrato y le incluyen en la Lista Negra. Envía a su familia al extranjero, denuncia a cuarenta y seis miembros del Partido Comunista y se va a vivir a Europa. Rueda en Italia el melodrama Mambo (1954), al servicio de la actriz Silvana Mangano, producido por Carlo Ponti y Dino de Laurentiis; en España, el peplum aburrido Alejandro el Magno (Alexander the Great, 1956), que también escribe y produce, para aprovechar los fondos generados en Europa por las películas norteamericanas y congelados durante la posguerra; y en el Reino Unido, el melodrama racial Una isla en el sol (Island in the Sun, 1957), la mejor, basada en una novela de éxito de Alec Waugh. De nuevo en Estados Unidos, cierra su filmografía con sus mejores trabajos: el aburrido western de itinerario Llegaron a Cordura (They Came to Cordura, 1959), donde intenta justificar su múltiple delación al contar una historia que demuestra que el valor y la cobardía son producto de una locura pasajera; la estupenda El buscavidas (The Hustler, 1961), excelente retrato de un apasionado del billar; y su obra maestra Lilith (1964), historia de amor ambientada en el mundo de la locura que, como la anterior, también escribe y produce, y Crítica La política es la conducción de los asuntos públicos para el provecho de los particulares Ambrose Gwinett Esta cita de Ambrose Gwinett, insigne y genial escritor y periodista norteamericano, que vivió entre mediados del s.XIX y principios del XX que en su época fue apodado el amargo, me viene ni que pintada para encabezar esta crítica sobre una película que ha marcado una época, de esas veces en las que el cine se muestra contundente con la realidad que vive y saca a la luz todo aquello que a la gente de a pie debería interesarnos, y así pensar en conciencia la próxima vez que nos acerquemos a un colegio electoral a depositar nuestro voto. Porque la política, por mucho que nos pese, es la herramienta que se ha creado para tomar medidas que nos afectan a todos. Robert Rossen, que se había labrado una exitosa carrera como guionista, y que después de sus anteriores trabajos dos ejercicios de cine noir en el que en uno de ellos, Cuerpo y alma, mostraba la corrupción que reinaba en el mundo del boxeo se enfrentó al tercero, El político, apoyándose en una excelente novela escrita por Robert Penn Warren y ganadora del premio Pulitzer de EE.UU. En ella el novelista se inspiró en la trayectoria real del político Huey P. Long, del partido demócrata, que fue gobernador de Louisiana, y posteriormente, senador, y conocido por su marcado acento populista, que criticó severamente la política de la reserva federal, y por su deseo de articular un sistema de salud basado en bonos dedicados a los consumidores. Fue asesinado en 1935 en la cima de su carrera. De aquí nace el h é r o e / a n t i h é r o e Wi l l i e S t a r k , curiosamente, stark apellido de origen alemán significa severo o poderoso, sobrenombre que le viene como anillo al dedo al protagonista de este relato, un hombre que lucha contra las injusticias que se cometen en su pequeño pueblo del C/ Dr. Crehueras, 24 baixos 08201 Sabadell, www.cineclubsabadell.org sur, un pueblo que no sabemos localizar pero que bien podría ser Louisiana. Como en la novela, el protagonista se presenta a alcalde y pierde, luego estudia derecho, y cuando comienza a ejercer se pone de parte de los más desfavorecidos para seguir con su protesta contra el poder. Unas escaleras en mal estado, que él había denunciado, provocan un accidente en un colegio donde perecen unos niños y le llevan a ser popular, a tener el apoyo de la gente, a alentar a ese pueblo al que nadie escucha ni atiende a sus demandas. Con sus discursos populistas, se mete a la gente en el bolsillo y logra ser gobernador; su política se basa en solucionar las demandas del pueblo que lo ha llevado hasta ahí. Hasta entonces, la conducta de este político es intachable, la que deberían tener nuestros políticos, unos hombres que nos representan y ayudan con leyes para que nuestras vidas vayan a mejor. Pero, todas las buenas intenciones de este hombre del sur acaban, se vuelve un animal político, sus ansias de poder y riqueza le llevan a aceptar dinero de todos aquellos a los que antes criticaba, a ocultar corrupciones de sus hombres de confianza, a llevar escolta, a ser un déspota, a tener una amante, a convertirse en una especie de Macbeth donde sus actos son cada vez más crueles e insensatos, a estar pon encima de sus votantes, de su familia e incluso de sí mismo. El relato de Rossen es lúcido, crítico, pesimista, brutal y serio, un relato donde los personajes se dejan arrastrar en la vorágine del poder y sus consecuencias, en él no hay marcha atrás, donde escuchamos expresiones que hielan la sangre, como sólo es posible hacer el bien a través del mal, la gente me regala cosas porque tiene fe en mí, o la frase que podría resumir toda la película, el hombre es concebido en pecado y vive en la corrupción, y que por otro lado también leemos en un marco que preside la entrada al parlamento: La voluntad de la gente es la ley del estado. Algunos pensarán que es el precio del poder; otros, que la naturaleza humana funciona de esta manera, e incluso, los de más allá, que el mundo nos ha hecho así. Lo que Rossen deja claro y bien claro es que incluso el más honrado de los caballeros se muestra despiadado una vez que vive las mieles del triunfo; que la política es un juego macabro donde el más corrupto es el único que se mantiene en el trono. En palabras del crítico Ángel Quintana, cuando se llega al poder, la inocencia deja de tener sentido, todo resulta más complejo. Al final del sueño americano siempre hay un espacio para la pesadilla. Incluso el propio director de la película se vio obligado a delatar ante el senador McCarthy a cuarenta y seis antiguos compañeros del partido comunista, lo que demuestra que él mismo tiene esa actitud delatora que preside la cinta. La película obtuvo un merecidísimo éxito de premios y de público, y llegó a convertirse en la película de referencia que sin lugar a dudas es a día de hoy. Buena parte de ese éxito habría que reconocérselo a Robert Rossen, que apostó por la excelente novela de Penn Warren, que eligió al maravilloso actor Broderick Crawford para el papel del dictador Willie Stark, un intérprete que sólo había actuado de secundario en docenas de películas, y que se saldó con el Oscar a la mejor interpretación del año, además del premio a Mercedes McCambridge, una actriz que sólo había trabajado en la radio y que debutaba en el cine. Para que todo hubiera salido redondo, además del Óscar a la película, Rossen se debería haber llevado el premio, aunque no fue así; triquiñuelas de la Academia de Hollywood a las que ya estamos acostumbrados, se lo impidieron. El político es la película que con más lucidez ha puesto sobre la mesa las telarañas que tejen el poder, los individuos que las componen, y todas las artimañas y acciones ilícitas que llevan a cabo por el bien de los intereses del ciudadano. Qué sabrán ellos, pobres diablos burgueses, cuáles son los intereses del ciudadano, o más aún, habría que formularles la siguiente pregunta: ¿De verdad les interesan los intereses de los ciudadanos o sólo lo dicen para llegar al poder y enriquecerse sus bolsillos? Y, no quiero acordarme de sus nombres, porque a decir verdad, qué más da. José Antonio Pérez Guevara Es demana puntualitat. Es demana als espectadors que desconnectin els telèfons mòbils i qualsevol altre aparell acústic abans de començar la projecció. Gràcies. demuestran lo lejos que habría llegado de haber podido desarrollar una carrera normal en los mejores años de Hollywood. En la cima de su creación artística, la muerte vino a truncar su carrera. Murió el 18 de febrero de 1966.