INTRODUCCIÓN El desarrollo es un proceso mediante el cual los países pasan de un estado atrasado de su economía a un estado adelantado de la misma; pero el adelanto de la economía se obtiene no sólo cuantitativamente sino cualitativamente, es decir, logrando mejores niveles de vida para la mayoría de la población. El desarrollo económico de México ha tenido dos períodos históricos; el primer período abarca aproximadamente entre 1880 y 1933, dominado por un sistema económico que combinó el régimen de haciendas y ranchos con el enclave primario exportador; el segundo período se desenvuelve entre 1935 y 1976, con el estilo de desarrollo urbano-industrializador llamado industrialización por sustitución de importaciones. A partir de 1976 se inicia una transición hacia un nuevo estilo de desarrollo que aquí nombramos como neoenclave financiero exportador, cuya configuración se da a partir de 1982 y se instrumenta entre 1989 y 1994. Para que el desarrollo económico se pueda dar, es necesario primero que la economía crezca más que la población, es decir que el incremento del PIB[1] sea mayor al incremento demográfico. La desigualdad social se ha profundizado con la larga recesión de casi dos décadas y la implantación del nuevo estilo de desarrollo; en este sentido la política social del actual régimen enfrenta un triple reto: atender el rezago histórico de municipios y regiones, resarcir la desigualdad social generada por los estilos de desarrollo anteriores, recuperar el terreno perdido por la recesión y la depresión económicas en la transición al nuevo modelo de neoenclave financiero exportador. El fundamento de la concepción de desarrollo social del gobierno y la política social que se deriva de éste es un fundamento jurídico-político e ideológico, este fundamento es la Constitución Política de 1917, teniendo como ejes básicos: las libertades individuales, los derechos sociales, la democracia y la justicia social. De estos ejes se derivan un conjunto de derechos tales como: a) el derecho a la educación, b) el derecho al trabajo, c) el derecho a la procreación responsable, d) el derecho a la justicia, e) el derecho a una vivienda digna, f) el derecho a la protección a la infancia, g) el derecho a la salud, h) los derechos de las etnias a su autonomía cultural, la preservación de su identidad y la extensión de los mismos derechos que los mestizos. El desarrollo social debe de satisfacer todos estos derechos sobre la base de la articulación con una economía competitiva y en crecimiento, y, un sistema político democrático. La economía competitiva y en crecimiento es la garantía de la generación de un mayor volumen de ocupación y mayores ingresos a partir de una mejor productividad, la elevación del empleo y el ingreso da acceso a la seguridad social, en conjunto estos tres aspectos constituyen los ejes del bienestar social. La política social derivada del desarrollo social que se ha expuesto se caracteriza por ser integral, federalista y participativa. Es integral porque se plantea una reforma institucional que permita conjuntar adecuadamente los esfuerzos de los diferentes niveles de gobierno, es federalista porque pretende respetar la autonomía relativa de los estados y los municipios, es participativa porque su formulación y ejecución es resultado de un amplio proceso de concertación y participación. GLOBALIZACIÓN Es irreversible; está fuera de nuestro control como país, como Gobierno, como Organismos Empresariales, y como Empresas (podemos atenuar sus efectos). Se esta siguiendo un proceso "defectuoso" por no ser INTEGRAL, ya que se considera como eje central el libre comercio y prácticamente NO toma en cuenta aspectos de: + Medio Ambiente + Condiciones de Trabajo + Equilibrio Fiscal globalización Los efectos de un proceso de Globalización Incompleto son: Hay cada vez mayor concentración de la riqueza entre países, entre empresas y entre personas. El desempleo se esta convirtiendo en un GRAVE problema mundial ESTRUCTURAL. El proceso de concentración de negocios de las megaempresas, que poco empleo proporcional generan, está provocando que el desempleo mundial crezca. Los mercados internos, de la mayoría de países se contraen, provocando crisis recesivas cíclicas. La deuda externa e interna de la mayoría de los países en desarrollo sigue aumentando. Uno de los principales retos que enfrenta México es incluir al medio ambiente como uno de los elementos de la competitividad y el desarrollo económico y social. Solo así se puede alcanzar un desarrollo sustentable. Desafortunadamente, los esfuerzos de conservación de los recursos naturales y ecosistemas suelen verse obstaculizados por un círculo vicioso que incluye pobreza, agotamiento de los recursos naturales, deterioro ambiental y más pobreza. LA CONFORMACIÓN DEL ESTADO EN MÉXICO El Estado mexicano se convirtió, desde la figura del Estado Social de Derecho creada en 1917, en el punto de encuentro de los distintos intereses y en el centro de objetivación de las transformaciones económicas. Donde los objetivos de pleno empleo, igualdad y crecimiento estaban íntimamente relacionados con un gasto estatal redistributivo y sociales. Su objetivo fundamental se construyó ampliando las funciones estatales a través de la estructura económica y administrativa creciente. En paralelo, comenzó a utilizar políticas fiscales y monetarias expansivas no sólo para hacer frente a las fluctuaciones económicas y reforzar el sistema económico y la rentabilidad del capital, sino también para brindar atención, aunque fuera de forma parcial, a las demandas de amplios sectores de la población, por lo que impulsó un conjunto de políticas públicas orientadas a apuntalar la estrategia de desarrollo. Entre los objetivos de esas políticas se pueden mencionar los siguientes: Promover reformas sociales, vinculadas a las garantías y los derechos ciudadanos establecidos en la Constitución, y que implicaban la participación estatal en la gestión de servicios de salud pública, educación, vivienda, así como producción y distribución de bienes de consumo básico, entre otros. Poner en marcha un esquema amplio de subsidios, no sólo en la forma de apoyos fiscales, financieros y con precios y tarifas públicas reducidas a fin de mejorar la rentabilidad del capital, sino también con la creación de infraestructura industrial y urbana. Crear conglomerados productivos de carácter público, cuya producción se destinó .en la forma de insumos, bienes y servicios. A fortalecer las cadenas productivas de la industria nacional. Esta lógica de operación del naciente Estado mexicano fue útil para obtener el aval social que, desde la lógica de una red de subordinación de tipo corporativo, se requeriría para poder implantar, frente a todos los actores, una política reformista impulsada por la creciente intervención del Estado en la economía, y al mismo tiempo ser identificado como el centro de conjunción de los intereses privado y colectivo con lo que asumió el papel de máxima autoridad política y se erigió como juez y parte en la solución de los conflictos entre clases derivados de la dinámica de desarrollo. En esos términos, sus actividades se ampliaron más allá de las relacionadas con las áreas económicas y los procesos distributivos Ese tipo de conducción económico-social se explica en la medida en que la viabilidad institucional del Estado dependía del grado en que las acciones de gobierno permitieran armonizar, en la lógica del crecimiento económico, los intereses de los diferentes grupos y actores. Por tanto, conforme se fue consolidando el poder del Estado mexicano en las décadas de 1930 y 1940, el manejo de los recursos públicos y las decisiones estatales se dirigieron a ampliar las oportunidades de valorización del capital y a lograr cierta justicia social, no sólo como un objetivo estricta El neoliberalismo y la conformación del Estado subsidiario mente ético del Estado, sino porque lograr cierta correspondencia entre la acumulación privada y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población era la clave para mantener una organización social estable que no fuera un impedimento en la construcción del capitalismo mexicano. Con el crecimiento del aparato de gestión estatal y la ampliación de las funciones de gobierno se iban produciendo distorsiones sectoriales y desequilibrios en las finanzas públicas, pero tal situación tenía que ver con dos fenómenos: Uno, relacionado con la urgencia de que el Estado paliara las tensiones sociales resultantes de una acumulación de capital que iba dando origen a un crecimiento económico distorsionado. Otro, que dada la incapacidad empresarial y económica del capital privado para encabezar la estrategia de desarrollo industrial, el Estado se veía en la obligación de abarcar cada vez más actividades en diferentes ramas económicas. Esto llevó a la configuración del Estado intervencionista donde lo público devino social, como una dimensión intrínseca de su carácter político. Así, aunque el incremento en las funciones y los gastos públicos podría cuestionarse en términos de costo-beneficio, en su momento fue determinante para cimentar una economía pública, que en ausencia de una alternativa viable por parte del capital privado, permitió al Estado desempeñar un papel clave .en la definición del rumbo y de las características internas de la dirección y la planeación de los procesos económicos. Por otra parte, la consolidación de la figura de un Estado fuerte y altamente interventor se complementó con la ampliación de su capacidad, con cierta redistribución de la renta, que evidentemente no debía afectar los ingresos de las clases sociales más ricas. se podía incorporar a las masas a una especie de cruzada por el desarrollo, donde el liderazgo político lo tenía el Estado. Si bien es cierto que las finanzas públicas resultaban deterioradas por la creciente intervención directa del Estado en la economía y la ampliación de las acciones sociales de gobierno, los beneficios obtenidos en términos de crecimiento permitieron justificar la socialización de los costos presupuestales del progreso. Además, tales costos pudieron atenuarse gracias a condiciones económicas que dieron un relativo margen de maniobra financiera, entre las que cabe mencionar: En el plano internacional, después de la posguerra se vivió una etapa de auge del capitalismo mundial que se manifestó en el crecimiento de la productividad y del consumo de los principales países desarrollados, lo que propició el incremento en los flujos de comercio internacional y permitió la absorción de los excedentes de la producción nacional. En el plano interno, también se contó con una situación económica estable: la inflación no representaba ningún problema y la paridad cambiaria favorecía la sobrevaluación del peso, lo que se complementaba con tasas de crecimiento del producto industrial y agrícola superiores al crecimiento de la población. Con estabilidad económica y financiera, el Estado no enfrentó mayores problemas para absorber los costos que representó conducir la estrategia de desarrollo económico y aplicar políticas anticíclicas. Así, la ausencia de graves problemas financieros que pudieran restringir las posibilidades de distribución del beneficio económico entre la burocracia y los grandes grupos de poder económico, limitó las críticas acerca de la operación pública y generó el ambiente ideológico propicio al Estado interventor. En síntesis, podemos afirmar que fueron la dinámica del desarrollo interno y las restricciones del capital privado las que impulsaron al Estado interventor a expandir sus funciones y sus áreas de actividad, independientemente de los problemas financieros que iban gestándose. PRINCIPALES INDICADORES ECONÓMICOS DE MÉXICO A LO LARGO DE SU HISTORIA 1. Población 5. Inflación 9. PIB 13. Industria 17. Servicios 2. Pobreza 6. Tipo de cambio 10. Comercio exterior 14. Importación 18. Exportación 3. Energía y Recursos Naturales 7. Tasas de interés 11. Minería 15. Inversión extranjera directa 19. Remesas 4. Oferta y demanda 8. Empleo 12. Agricultura 16. Producción 20. Petróleo 1. POBREZA Después de la crisis de 1994, el 50% de la población cayó en pobreza. Un crecimiento rápido de las exportaciones y otros acuerdos comerciales, así como la reestructuración de las finanzas macroeconómicas iniciadas durante la administración de Zedillo y conservadas durante la administración de Fox, tuvieron resultados significativos en la reducción de la tasa de pobreza. De acuerdo con el Banco Mundial, la pobreza extrema se redujo a 17,6% en el 2004. La mayor parte de esta reducción se logró en las comunidades rurales donde la tasa de pobreza extrema se redujo de 42% al 27,9% entre el 2000 y el 2004, ya que la pobreza urbana se estancó en 11%. 2. PRODUCCIÓN AGROPECUARIA La agricultura experimentó un desarrollo aún más vigoroso; pero no fue parejo el crecimiento rápido de la producción en el Bajío, Guadalajara, Michoacán y el norte extremo. En nueva España, la crisis agrícola originados por la reducción violenta de las cosechas fue mucho más intensa y dramática que en las sociedades europeas de la misma época porque la mayor parte de la población dependía de un solo producto, el maíz. Apenas se difundía la noticia de la pérdida de las cosechas, pequeños y medianos agricultores eran asediados por los acaparadores, quienes los presionaban a vender las pocas reservas que tenían del año pasado. El campo se quedaba sin reservas desde los primeros días de crisis. Cuando la mayoría que la población padecía, los hacendados y acaparadores obtenía sus máximas ganancias al vendedor a precios altísimos los granos y alimentos. Esto hacía a la hacienda una unidad beneficiaria de los efectos de la crisis, también le obtuvo el monopolio de la oferta de alimentos cuando todos sus competidores estaban arruinados. La iglesia con enorme peso social, político y moral, le abrió tres vías para intervenir directamente en la agricultura; 1) como propietaria; 2) como receptora del impuesto pagado por los agricultores, y 3) como prestamistas de la mayor parte de los agricultores. Después de la Revolución Mexicana (1910-1917) se implementó en México una reforma agraria basada en el artículo 27 de la constitución que incluía la transferencia o distribución gratuita de tierra a los campesinos bajo el concepto del ejido. Este programa se expandió durante la administración de Lázaro Cárdenas durante la década de 1930 y continuó hasta la década de 1960. Esta reforma agraria corporativa, que les garantizaba un medio de subsistencia a los campesinos, también causo la fragmentación de la tierra y falta de inversión en capital, dado que la tierra comunal no podía ser usada como aval. Para incrementar la productividad rural y los estándares de vida, este artículo constitucional fue enmendado en 1992 para permitir la transferencia de los derechos de propiedad de las tierras comunales a los campesinos que las cultivaban. Con la posibilidad de rentar o vender la tierra se abrió una puerta para la posibilidad de la creación de grandes granjas que pudieran aprovechar de las ventajas de la economía de escala. Hasta la década de 1990 el gobierno estimulaba la producción de granos básicos, principalmente el maíz y los frijoles estableciendo precios fijos y controlando la importación a través de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo). Con la liberalización del comercio, Conasupo fue eliminada gradualmente a la vez que dos nuevos mecanismos fueron implementados: Procampo y Alianza para el Campo. Alianza para el Campo es un sistema de transferencia de ingresos a los campesinos e incentivos para la mecanización y la instalación de sistemas avanzados de riego. Procampo es un subsidio a los campesinos basado en el número de hectáreas de siembra, del cual dependen aproximadamente 3.5 millones de campesinos en el país, es decir, el 64% de todos los agricultores. El subsidio se incrementó considerablemente durante la administración de Fox, principalmente para ayudar a los productores de maíz blanco y reducir las importaciones de los Estados Unidos. Este programa fue relativamente exitoso, ya que en el 2004 sólo 15% de todas las importaciones del maíz fueron de maíz blanco (el que se utiliza para consumo humano y el que más se produce en México), mientras que el resto fue de maíz amarillo (el que se utiliza para alimentar ganado que casi no se produce en México). La agricultura, como porcentaje del PIB, ha decrecido constantemente, a un nivel similar al de las naciones industrializadas, y juega un papel cada vez menor en la economía. El 2006, la agricultura representó tan sólo el 3.9% del PIB, mientras que en 1980 era el 7%, y en 1970 el 25%. Sin embargo, por la estructura de los ejidos, la agricultura aún emplea a un porcentaje alto de la fuerza laboral: 18% el 2003, la mayoría de los cuales cultivan para subsistencia, mientras que en las naciones industrializadas el porcentaje de fuerza laboral en la agricultura es del 2-5%, la cual es altamente mecanizada. Hoy en día, México aún es el cuarto productor mundial de maíz del mundo. 3. INDUSTRIA El sector industrial se ha beneficiado de la liberalización del comercio; en el 2000 la industria representó el 90% de todos los ingresos derivados de las exportaciones. Entre las principales industrias manufactureras de México se encuentra la industria automotriz, cuyos estándares de calidad son reconocidos mundialmente. El sector automotríz de México difiere de aquellos de otras naciones latinoamericanas y de países en vías de desarrollo ya que no funciona como un ensamblador, sino que produce componentes tecnológicamente complejos y participa en ciertas áreas de investigación y desarrollo, vr.gr. General Motors, Ford y Chrysler. En la actualidad, Honda, BMW y Mercedes-Benz también producen en México. Otras industrias importantes de México son Cemex, el primer conglomerado de cemento más grande del mundo, las industrias de las bebidas, que incluyen al Grupo Modelo, Cuauhtémoc-Moctezuma y el conglomerado FEMSA, la segunda embotelladora de Coca-Cola más grande del mundo; la compañía Gruma, el productor de harina y tortilla más grande del mundo con operaciones en China; y otras como Bimbo, Telmex y Televisa. El 2001, de acuerdo con el Banco Mundial, la producción de alta tecnología en México representaba el 21% de las exportaciones totales, el porcentaje más alto de Latinoamérica. La industria maquiladora se ha convertido en el sector industrial más conocido del comercio de México. La industria maquiladora se ha beneficiado también del NAFTA, ya que el salario real del sector se incrementó 15.5% desde 1994, aunque el salario real del resto de las industrias no maquiladoras ha crecido con mayor rapidez. 4. REMESAS Son contribuciones enviadas por los mexicanos que trabajan en el extranjero, la mayoría en los Estados Unidos a sus familias en México; son una fuente substancial y creciente de la economía mexicana, estimadas en 18.000 millones de USD en el 2005, siendo así el tercer país que más remesas percibe, tan solo superado por India y China. En el 2004 ya se habían convertido en la segunda fuente de ingreso extranjero después de las ventas de exportaciones de petróleo, equivalentes a la misma cantidad que entró de inversión extranjera directa (IED), y superior a los ingresos derivados del turismo, representando el 2,5% del PIB nacional. El crecimiento de las remesas ha sido acelerado: se han duplicado desde 1997. Se registraron más de 41 millones de transacciones de remesas el 2003, de las cuales el 86% se hicieron de manera electrónica. Los principales estados receptores de remesas en el 2004 fueron Michoacán, Guanajuato, Jalisco, México y Puebla, los cuales capturaron en conjunto el 45% del total de las remesas de ese año. Diversos gobiernos estatales, con el apoyo del gobierno federal, han implementado programas que utilizan parte de las remesas que contribuyen voluntariamente las familias receptoras para financiar obras públicas. 5. INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA En los años 2000 y 2001, México fue el recipiente más grande de IED (22.500 millones USD) en América Latina y uno de los cuatro más grandes del mundo. Entre enero de 1999 y marzo de 2008, la economía mexicana ha captado flujos de IED por un monto de 192 mil 831.7 millones de dólares (mdd), de los cuales 102 mil 460.1 mdd corresponden a Nuevas Inversiones; 30 mil 592.2 mdd a Reinversión de Utilidades; y, 59 mil 779.4 mdd de Cuentas entre compañías. Por sector de la economía, entre 1999 y el primer trimestre de 2008 los flujos de IED captados por México se han canalizado a industrias manufactureras (46.7%), servicios financieros (26.1%), comercio (8.5%), transportes y comunicaciones (5.8%), actividades extractivas (1.5%), construcción (1.2%), electricidad y agua (0.9%), actividades agropecuarias (0.2%), y otros servicios (8.9%). A su vez, durante este periodo los flujos de IED han provenido principalmente de Estados Unidos (56.4%), España (15.1%), Holanda (10.8%), Canadá (2.8%), y Reino Unido (2.4%). 6. ENERGÍA Y RECURSOS NATURALES Los recursos naturales son "propiedad de la nación" (propiedad pública) constitucionalmente. Por lo tanto, el sector energético es administrado por el gobierno con diferentes grados de inversión privada limitada. México es el quinto productor de petróleo más grande del mundo, produciendo 3,8 millones de barriles diarios. Sin embargo, la compañía paga impuestos muy elevados (aproximadamente el 62% de los ingresos, convirtiéndose en una fuente significativa de ingreso para el gobierno). Aunque la industria petrolera todavía es importante en el presupuesto de la nación, su importancia como porcentaje del PIB y de las exportaciones es muy inferior a lo que era en la década de 1980. 7. SERVICIOS El sector de los servicios contribuye con el 70.5% del PIB y emplea al 58% de la población económicamente activa. Este sector incluye el transporte, comercio, almacenamiento, hoteles y restaurantes, artes y entretenimiento, salud, educación, la banca y las empresas financieras, telecomunicaciones, la administración pública y defensa. El sector de los servicios de México se ha mantenido fuerte, y en el 2001 superó a Brasil, convirtiéndonse en el sector de servicios más grande de Latinoamérica medido en dólares. El turismo es una de las industrias más importantes de México relacionada al sector de los servicios. El turismo es la cuarta fuente de ingreso para el país.27 México es el octavo país más visitado del mundo (con más de 20 millones de turistas al año). El sector financiero y bancario es dominado en su mayoría por compañías extranjeras o por fusiones de instituciones mexicanas y extranjeras, con la notable excepción de Banorte. La fusión de Banamex, una de las instituciones financieras más antiguas, genera aproximadamente tres veces más ingresos que las 16 subsidiarias de Citibank en el resto de Latinoamérica. Sin embargo, la institución financiera más grande del país es Bancomer, asociada a la española BBVA. El sector financiero es estable, gracias a las adquisiciones y fusiones de instituciones nacionales y la presencia de instituciones extranjeras. Gracias a una estructura reguladora más estricta, el sector se ha recuperado de la crisis de 1994. Los préstamos al sector público y privado están en crecimiento así como las actividades de seguros e hipotecas. 8. EL COMERCIO EXTERIOR Y MINERÍA Al hablar del comercio exterior hay que referirse a los almaceneros de la nueva España, y sus contrapartes de Sevilla. Un acuerdo común unió a los comerciantes de uno y otro lado; mantener el monopolio comercial para su beneficio exclusivo. La corona tuvo un control excesivo del tráfico con las colonias, con lo que el comercio exterior quedó rezagado ante el de otros países. La primacía de la ciudad de México fue también vulnerada por el contrabando, otra consecuencia del sistema comercial Los fletes altísimos que se cargaban a las mercancías para cubrir el costoso transporte de las flotas, de los múltiples impuestos que la corona imponía al comercio para obtener los ingresos que no le daban en la península, aumentaban el precio de venta de estas mercancías que invitaba al contrabando. 9. RESERVAS INTERNACIONALES El Banco de México informó que, al 22 de febrero pasado, sus reservas internacionales registraron un monto de 80,330 millones de dólares (mdd), cifra menor en 121 mdd al monto reportado el pasado 15 de febrero y mayor en 2,339 mdd al del cierre de 2007. 10. MERCADO DE VALORES El 29 de febrero, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPyC) de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) se ubicó en las 28,918.52 unidades, registrando una disminución semanal de 2.07%. El IPyC reporta en lo que va del año una pérdida acumulada de 2.09% en pesos y de 0.35% en dólares. 11. EMPLEO La insuficiencia de recursos económicos y la marginación impiden satisfacer las necesidades básicas y limitan la participación plena de los ciudadanos en los ámbitos político, social, económico y cultural. Sin oportunidades de empleo y de participación plena en la marcha económica del país, no es posible alcanzar un desarrollo humano integral. La creación de empleos favorece la estabilidad, la seguridad pública y la interacción social respetuosa de los derechos de los demás. EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y POLÍTICA DE MÉXICO El factor más influyente de 1640 a 1740, en el desarrollo de la economía, fue el sector externo. De ahí que el comercio y la minería intervinieran tan poderosamente en la economía de la Nueva España. Se descubrió la existencia de una aguda crisis comercial en el XVII, por la máxima actividad en el tráfico trasatlántico en el periodo que va de 1596-1620. Durante ese periodo la nueva España ocupó el papel principal como exportador de materias primas y como importador de artículos europeos, pero a partir de 1620 esta situación cambió en forma radical. Las importaciones sufren un descenso de 20%, la nueva España ya no era un exportador exclusivo de oro y plata. La minería como la agricultura, la ganadería y el comercio dejan de atender los requerimientos de la metrópoli para convertirse en actividades dedicadas a satisfacer las necesidades internas. Incluso se transforman actividades tan tradicionales como la agricultura y promueve la aparición de una nueva agraria. Pero a partir de 1600 el derrumbe de la población redujo considerablemente el tributo y la agricultura indígena. La corona cedió a la iglesia el impuesto del diezmo. En la iglesia y el consulado de comerciantes estaban los grandes mineros y agricultores. El giro que en el siglo XVII experimentó la economía hacia la autosuficiencia fue esencial para la consolidación y mineros y agricultores. La minería fue vistosa durante este siglo, la escasez de capital y el bajo nivel tecnológico fueron impedimentos serios para su estabilidad económica. En cambio, las transformaciones que afectaron a la agricultura fueron determinantes en la aparición del grupo y fueron ricos y hacendados. *México tiene una economía de libre mercado orientada a las exportaciones. Es la segunda economía más grande de América Latina, después de Brasil, es la cuarta economía en tamaño de toda América. Un país con ingreso nacional bruto per cápita más alto de Latinoamérica, medido en tasas de cambio del mercado. México es el único país de Latinoamérica que es miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Desde la crisis de 1994 las administraciones presidenciales han mejorado los cimientos macroeconómicos. A pesar de su estabilidad macroeconómica que ha reducido la inflación y las tasas de interés a mínimos históricos y que ha incrementado el ingreso per capita, existen grandes brechas entre ricos y pobres, los estados del norte y los del sur, y entre la población urbana y rural. Algunos de los retos del gobierno siguen siendo mejorar la infraestructura, modernizar el sistema tributario y las leyes laborales así como reducir la desigualdad del ingreso. La economía contiene una mezcla de industrias y sistemas agrícolas modernos y antiguos, ambos dominados cada vez más por el sector privado. Una economía orientada a las exportaciones, más del 90% del comercio mexicano se encuentra regulado en tratados de libre comercio (TLC) con más de 40 países, incluyendo a la Unión Europea, Japón, Israel y varios países de la América Central y la América del Sur. El TLC más influyente es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), firmado en 1992 por los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y México, el cual entraría en vigor en 1994. El 2006 el comercio de México con sus socios norteamericanos representaba cerca del 90% de sus exportaciones y el 55% de sus importaciones. Después de cinco décadas de disturbio política tras la independencia de México, las cuatro administraciones consecutivas del presidente Porfirio Díaz, durante el último cuarto del siglo XIX produjeron un crecimiento económico sin precedentes acompañado de inversión e inmigración extranjera, así como el desarrollo de un sistema ferroviario eficiente y la explotación de los recursos naturales del país. El crecimiento económico anual promedio entre 1876 y 1910 fue de 3,3%. Sin embargo, la represión política y el fraude, así como la enorme desigualdad del ingreso agravada por el sistema de la distribución de la tierra en grandes latifundios y haciendas donde trabajaban millones de campesinos en condiciones precarias fueron las principales causas que motivaron la Revolución Mexicana (19101917) un conflicto armado que transformó radicalmente la estructura política, económica, social y cultural del país durante el siglo XX, bajo una premisa de socialdemocracia. El periodo de 1930 a 1970 surge el "Milagro Económico", una etapa de crecimiento económico acelerado estimulado por el modelo industrialización con la substitución de importaciones (ISI); protegía y promovía el desarrollo de la industria nacional. A través del modelo ISI, el país experimentó un auge económico en el que las industrias expandieron rápidamente su producción. Cambio importante en la estructura económica incluyeron la distribución gratuita de la tierra a campesinos bajo el concepto del ejido, la nacionalización de las industrias petrolera y ferroviaria, la incorporación de los derechos sociales en la constitución, el nacimiento de los grandes sindicatos de obreros y la modernización de la infraestructura. El PIB en 1970 era seis veces superior al de 1940, mientras que la población sólo se duplicó en el mismo periodo de tiempo. Para proteger la balanza de pagos el gobierno ejerció políticas proteccionistas; además aumentó el crédito privado a la industria a través de Nacional Financiera (NAFINSA). El modelo ISI llegó a su última expansión a finales de la década de 1960, culminando en el reconocimiento del desarrollo mexicano en la selección de la ciudad de México como sede de los juegos olímpicos. Frente a una posible recesión económica, y al tratar de dar una respuesta a las demandas sociales de la población, durante la década de 1970 las administraciones de Echeverría y López Portillo trataron de reavivar la economía a la vez que introducían el desarrollo social en sus políticas lo cual requería un mayor gasto público. Con el descubrimiento de nuevos yacimientos petroleros cuando los precios del petróleo se encontraban en máximos históricos y las tasas de interés en mínimos -incluso negativas- el gobierno aceptó préstamos de los mercados internacionales para invertir en la compañía estatal petrolera, la cual parecía proveer un ingreso de largo plazo para financiar el bienestar social en un plan que nombró plan de desarrollo compartido. Fue muy ineficiente y su administración estuvo acompañada de un manejo inadecuado de los recursos y de inflación. En 1982, el presidente López Portillo, antes de terminar su administración suspendió los pagos de la deuda externa, devaluó el peso mexicano y nacionalizó el sistema bancario junto con otras industrias afectadas por la crisis. Aunque el modelo ISI había producido el crecimiento industrial en décadas anteriores, había sobreprotegido al sector, haciéndolo poco competitivo, rentable y productivo. El presidente de la Madrid fue el primero en implementar una serie de reformas de carácter neoliberal. Después de la crisis de 1982 pocas organizaciones internacionales estaban dispuestas a conceder préstamos a México, de modo que para mantener el balance de cuenta corriente ajustado, el gobierno recurrió a continuas devaluaciones, lo cual produjo altos índices de inflación, que llegaron hasta el 159,7% anual en 1987. Algunos efectos de las políticas de su administración fueron un incremento en el déficit público y el crédito interno. El primer paso hacia la liberalización del comercio fue la admisión de México al GATT en 1986. Durante la administración del presidente Salinas, la mayoría de las empresas nacionalizadas fueron privatizadas con la notable excepción de la industria petrolera y energética (protegidas constitucionalmente). En 1992 se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre los Estados Unidos, Canadá y México, el cual entró en vigor el 1 de enero, 1994. Salinas también introdujo controles de incrementos de precio estrictos y negoció aumentos salariales muy pequeños, con el fin de reducir la inflación. Aunque la estrategia sí redujo la inflación a un solo dígito, el crecimiento económico anual tan sólo promedió 2,8% y la desigualdad del ingreso se incrementó. La deuda pública incluyó un nuevo mecanismo denominado tesobonos, que aseguraba el pago en dólares. El peso se devaluó rápidamente, y el país entró en recesión en 1995. El crecimiento acelerado de las exportaciones aunado al paquete de emergencia aprobado por el presidente norteamericano Bill Clinton, amortiguaron la crisis. En menos de 18 meses la economía estaba creciendo nuevamente, y el crecimiento promedio anual del PIB fue de 5,1% entre 1995 y el 2000. Los presidentes Zedillo y Vicente Fox continuaron con la liberalización comercial y durante sus administraciones se firmaron diversos TLCs con países latinoamericanos y europeos, con Japón e Israel, y mantuvieron la estabilidad macroeconómica, aunque poco redujeron la desigualdad del ingreso y la brecha entre los estados ricos del norte y el sur, la clase urbana y la rural. México se ha vuelto uno de los países más abiertos al libre comercio. El comercio con los Estados Unidos se triplicó desde la firma del TLC. La inversión extranjera ahora es en su mayoría inversión extranjera directa. En 2004, bajo la presión de grandes corporaciones, en especial las multinacionales, el gobierno federal procuró tomar una medida enérgica sobre el crimen pero encontró una fuerte resistencia de manifestantes que exigían trabajos legítimos. Para proteger sus intereses, y animar a la gente que colaborara en el pago de impuestos de los sectores económicos, el sector inconforme ha comenzado a formar asociaciones de autoayuda como la Alianza para un México Legal. ALGUNOS ASPECTOS RELEVANTES DE POLÍTICA ECONÓMICA EN MÉXICO En el capitalismo actual, el Estado participa activamente en la economía a través de la política económica, la cual se define como: aquella parte de la ciencia económica que estudia las formas y efectos de la intervención del Estado en la vida económica en el sentido de que no sería posible la previsión de los efectos de la de la intervención del Estado sin un conocimiento de la leyes económicas. También cabe mencionar que la mayoría de las medidas de política económica que ha implementado México, en su mayoría son medidas de corto plazo que buscan enfrentar temas como la disminución del desempleo, la inflación, etc., mientras que las medidas de largo plazo pueden ser, por ejemplo: incentivar el desarrollo de un sector específico de la economía (agricultura, industria, etc.), buscar una mejor distribución del ingreso. Podemos definir a la Política Económica como: el conjunto de mecanismos, instrumentos y acciones que aplica el Estado con el objeto de regular los hechos y fenómenos económicos. El objetivo principal de la política económica es lograr el desarrollo socioeconómico del país. El régimen que comprende de 1940 a 1946 el presidente era Manuel Ávila Camacho el cual se caracterizó por el crecimiento del proceso inflacionario que había iniciado el régimen anterior. Principalmente a causa de la política cardenista, tal política provocó una devaluación en 1938 y la inflación continuó aumentando después de 1940. En 1943 el valor del PIB fue de 13 millones de pesos mientras la deuda pública externa era igual a 240 millones de pesos. En el sexenio de 1946 a 1952 el proyecto del presidente Miguel Alemán pretendía dos grandes realizaciones: la construcción de obras de infraestructura y la de inversión en industrias. A finales de 1950 se apreciaba un aumento en el ritmo del crecimiento económico; pero en 1952 al acercarse la sucesión presidencial, se produjo una nueva salida de capitales al parecer por el temor de un conflicto político. Durante el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines comprendido de 1952 a 1958, se pueden distinguir una etapa que llega hasta 1954 en la que se dan los primeros intentos de estabilización buscando abatir la inflación y equilibrar el presupuesto, también es el periodo en que se logra la recuperación económica que origina desarrollo estabilizador, y durante los últimos años del sexenio se da un debilitamiento de la economía nacional, debido en gran parte al hecho de que por esta época la economía mundial estaba entrando a una fase depresiva. El sexenio de 1958 a 1964, López Mateos se inició mediante un déficit, situación económica, que amenazaba con frenar el crecimiento alcanzado en años anteriores. Respecto a exportaciones se buscó incrementar los bienes y servicios, reduciendo algunos aranceles. Un objetivo primordial de esta administración era el de mantener los precios estables en la economía nacional. Al comenzar el periodo presidencial de Gustavo Díaz Ordaz, 1964 a 1970, planteó su política económica muy similar a la del sexenio pasado, es decir; una creciente participación del estado en la economía a través del aumento de organismos del sector paraestatal, para ello hizo necesaria la inversión pública que ascendió a cerca de 130 millones de pesos, las reformas fiscales implantadas en 1965 aumentaron los ingresos lo que favoreció a la inversión pública. Un aspecto importante de este periodo fue el del surgimiento de las empresas maquiladoras que posteriormente se popularizaron y han sido una fuente de empleo para millones de trabajadores. En el periodo que comprende desde el año de 1970 a 1976, la política del presidente Luis Echeverría Álvarez fue la de una apertura democrática. Para 1970, algunos signos de progreso material derivados de tres lustros de elevado crecimiento y baja inflación, hacían ver a México con optimismo ya que el país había logrado un transformación radical ya que su economía se había transformado en urbana e industrial, pero no todo estaba tan bien, ya que el nivel de desempleo iba aumentando y la satisfacción de las necesidades de los servicios sociales tenían un atraso de varios años. Sin embargo en septiembre de 1976 la especulación contra el peso había impactado sobre la deuda externa pública que había aumentado en un 37.4% y llegaba a casi los 20 millones de dólares; Hacienda anunciaba que dejaría flotar el peso mexicano y abandonaría el tipo de cambio fijo de moneda. JOSÉ LÓPEZ PORTILLO Y PACHECO (1976 −1982) En cuanto a la deuda externa cada vez se le debía más a EUA, fue entonces que se incrementó al consumo general un 15%, lo que se llamaría IVA. La administración de Portillo, estuvo marcada por sus esfuerzos para aprovechar los inmensos recursos petroleros de México y por lograr una mayor independencia económica de Estados Unidos. Promovió la denominada Alianza para la Producción, promulgó una ley de amnistía política, y en el campo de las relaciones internacionales restableció las relaciones diplomáticas con España. En 1982, la administración de ese entonces perdió prestigio, debido a la corrupción y a la enorme deuda exterior, contraída por los fuertes préstamos internacionales. Una de sus últimas medidas fue la nacionalización de los bancos privados. devaluado y dijo que defendería la moneda como perro. Así mismo, durante su mandato, se inició en el golfo de México (1979), la explotación de los dos pozos petrolíferos. Para beneficiar a los trabajadores con bajo salario, López Portillo modificó algunas leyes fiscales y se firmaron convenios con 140 empresas privadas para crear trescientos mil empleos. Fundó el Banco Obrero, con un capital de cien millones de pesos. En el ámbito internacional, España compró una fuerte cantidad de petróleo y azufre mexicanos. Basó el desarrollo económico en la explotación de bancos petrolíferos y en la obtención de créditos en el extranjero a partir de ésta, lo que causó serios problemas cuando se dio una baja mundial en el precio del petróleo. El peso sufrió varias devaluaciones y la banca fue nacionalizada MIGUEL DE LA MADRID HURTADO (1982 − 1988) A pocos días de que Miguel de la Madrid tomó posesión de la Presidencia de la República, envió una iniciativa de ley al Congreso de La Unión para modificar la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. En ella concluyó modificaciones para adecuar la estructura de su gabinete al proyecto político que tenía planeado para gobernar a la Nación. Creó la Secretaria de Energía, Minas e Industria Paraestatal, que sustituía a la Secretaría de Patrimonio Nacional. Fue creada, también a iniciativa de De la Madrid, la Secretaría de la Contraloría General de la Federación, ahora llamada casi de igual manera. El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, el INEGI absorbió funciones que le correspondían en parte al Instituto Nacional de Población, adscrito a Gobernación y otras responsabilidades que le competían a la Secretaría de Hacienda. Con una política austera enfrentó problemas económicos muy fuertes, como el descenso del precio del petróleo a nivel mundial. En el ámbito internacional, cooperó con un grupo diplomático encargado de procurar la paz en Centroamérica. A fines de 1987 una gran crisis financiera interrumpió el proceso de recuperación de la economía, con el desplome de la Bolsa Mexicana de Valores. En parte, ésta fue ocasionada por la caída de las bolsas de valores de Nueva York y de los principales centros financieros internacionales; pero también fue resultado de errores cometidos internamente en el manejo del mercado de valores. El ambiente de incertidumbre provocado por ese desplome y una inercia inflacionaria de 6% mensual, dieron lugar a una corta pero intensa fuga de capitales que culminó rápidamente con la devaluación de noviembre de 1987, hecho que colocó al país en el camino de la hiperinflación. El gobierno de Miguel de la Madrid se vio forzado a introducir uno de los más severos programas de ajuste económico: recorte de gasto público, aumento a los precios de los productos básicos (tortilla, pan, leche y gasolina), así como una política monetaria y de tipo de cambio orientada a contener el alza del resto de los precios. Se usó un mecanismo nada ortodoxo: la búsqueda de consensos entre gobierno, empresarios y sindicatos a través del llamado "Pacto". Al inicio de 1988 los precios crecían a una tasa anual de 150%. El Pacto permitió que para fines de ese año la inflación fuera de 51%. CARLOS SALINAS DE GORTARI (1988 − 1994) Durante este sexenio se continuó con la política económica basada en la planeación indicativa, a cargo de la Secretaría de Programación y Presupuesto. A través de lo que los especialistas llamaron "Terrorismo fiscal", Salinas obtuvo más ingresos; y se deshizo de muchas empresas propiedad del gobierno que funcionaban como pérdidas para reducir los gastos. Renegoció la deuda externa reduciéndola en un 26% e incluso, en 1991, se reportó el primer superávit en muchos años. Durante su sexenio, la red de carreteras se reestructuró y se puso en marcha el Programa Nacional de Solidaridad, que se encargó de dotar de agua, electricidad, o banquetas a pueblos lejanos de la ciudad. A nivel internacional se firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá y se lograron muchos intercambios comerciales y culturales con diversos países. Para abatir la inflación se siguió una política fiscal y monetaria congruente, que tuvieron su mejor complemento en el Pacto. Así se logro pasar de una inflación de 51% en 1988 a una de sólo 7% anual en 1994. Concluida la renegociación de la deuda externa a principios de 1990, durante el resto de la administración la economía pudo haber crecido a tasas anuales de 5% real. Al eliminarse la incertidumbre que producía el endeudamiento excesivo pudieron haberse alcanzado dos puntos más de crecimiento real por año. Además, al fortalecerse la confianza, hubo una notable baja en las tasas de interés y un aumento en la repatriación de capitales. Se pensaba que la economía de los Estados Unidos era una de las más abiertas del mundo, ya que registraba un arancel promedio de sólo 5%: Era cierto pero sólo en parte. La realidad en la aduana era muy diferente y muy complicada. Muchas exportaciones mexicanas enfrentaban aranceles superiores al 20%. Además, a pesar de las negociaciones, había barreras arancelarias (como las cuotas y las mismas limitaciones en la aduana, entre otras) que impedían o limitaban el acceso de productos mexicanos al mercado norteamericano: textiles, siderurgia y agropecuarios, por citar algunos. Adicionalmente, existía inseguridad respecto al acceso de productos, porque a pesar de que podían no enfrentar obstáculos en ese momento, se temía que a medida que adquirieran mayor importancia sus competidores norteamericanos ejercerían presiones para limitar su acceso. Antes del tratado, muchos productos mexicanos con una gran potencial para venderse en el mercado del norte eran obstaculizados con aranceles mucho más altos, o bien por medio de discriminaciones administrativas. La reducción de la deuda externa había contribuido a eliminar los pagos excesivos al exterior. Sin embargo, aún teníamos un flanco delicado: las finanzas públicas. Nuestra deuda interna era muy elevada. Al inicio del sexenio, la deuda interna como proporción del PIB ascendía a 19%. Cada año pagábamos los vencimientos del principal, pero lo más pesado era su servicio, es decir, cubrir los intereses. En 1988 la tasa de interés fue de 52% y el año anterior había sido de 122%. El servicio de la deuda era una carga insostenible pues el pago de intereses absorbía casi la mitad de todo el presupuesto federal. La única manera de abatir esos pagos era reducir el saldo de la deuda. No faltó quien propusiera otro método: Desatar la inflación para que se desplome el valor real de la deuda. Ese método era inaceptable pues la inflación también hubiera desmoronado el valor del patrimonio familiar y de los salarios de los trabajadores. El único camino responsable era vender los activos del gobierno, pagar la deuda interna y así evitar el pago de intereses. ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN (1994 − 2000) El 9 de diciembre de 1994, en cumplimiento del mandato legal, el nuevo gobierno presentó ante el Congreso las iniciativas de Ley de Ingreso y Presupuesto de Egresos de la Federación. En cumplimiento de la Ley de Planeación, las iniciativas debían acompañarse del documento de "Criterios Generales de Política Económica para 1995". El país enfrenta una crisis económica, pero sobre todo política; pues una vez iniciado su mandato el peso se devalúa drásticamente con lo que se inicia un clima de recesión económica, desempleo y descapitalización de las empresas. Se elabora el plan nacional de desarrollo de recuperación económica, este propone el fortalecimiento de la soberanía nacional; busca la consolidación de un régimen de convivencia social basado en la ley aplicada a todos por igual mediante la justicia: así mismo buscará un desarrollo económico democrático y social para los mexicanos; finalmente el crecimiento económico deberá ser vigoroso, sostenido y sustentable en beneficio de todos los mexicanos. Cuando la crisis mexicana parecía que se iba a prolongar, las culpas se pusieron en el pasado. Cuando la recuperación fue más rápida de lo anticipado y se presentaron otras crisis en Rusia y en el sureste asiático, el gobierno de Zedillo se presentó como el milagroso salvador de la crisis, pero ocultó que él mismo la había generado, con sus errores a partir de diciembre de 1994. Para cubrir y proteger sus decisiones discrecionales, los miembros del Comité aprovecharon que la Ley no establecía disposiciones para supervisar ni regular al Fobaproa. La Contaduría Mayor reportó que la CNBV no auditó al Fobaproa. ¿La razón? La CNBV respondió que "ni su ley ni la Ley de Instituciones de Crédito le otorgan facultades" para supervisarlo. Tampoco lo auditó la Secretaría de Hacienda, al no haber disposición expresa en la ley que lo exigiera. La Contaduría lo confirmó: No se contó con un marco de referencia para el seguimiento de las acciones, el control y supervisión de las reglas de operación del Fobaproa, por lo que los tramos de control fueron discrecionales para el Comité Técnico. No se realizaron auditorías a las operaciones del Fondo. En los hechos, el vacío jurídico garantizó que, en el rescate de créditos y bancos, los operadores del Comité Técnico pudieran decidir la impunidad de unos, el castigo de otros y la falta de transparencia en el endeudamiento más grande en la historia del país. Lo hicieron sin supervisión ni rendición de cuentas. La tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el período 1996−2000 habrá sido de casi cinco por ciento, la tasa más alta para un período similar en los últimos 20 años. En 1999 se estima que el PIB registró un crecimiento real anual de cerca de 3.4 por ciento, cifra que resultará superior a la meta de 3.0 por ciento inicialmente planteada. El dinamismo de la actividad productiva se fundamenta tanto en un mayor nivel de gasto en consumo e inversión interno del sector privado por en el desempeño favorable de las exportaciones de bienes y servicios. Gracias a la fortaleza económica el empleo presenta una tendencia favorable. Al cierre de octubre de 1999, el número total de asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se situó en un máximo histórico de 12.3 millones de personas y la Tasa de Desempleo Abierto llegó a 2.55 por ciento en promedio en los primeros 11 meses de 1999, la tasa promedio más baja para un período similar desde que se empezó a calcular este indicador en 1987. Durante los últimos años, se han fortalecido las bases de nuestra economía. En 1999, la inflación acumulada fue de 12.3 por ciento, cifra inferior en más de seis puntos porcentuales a la del año anterior y menos de una cuarta parte de la que se registró en 1995. El crecimiento de las exportaciones fue considerable. El monto total exportado como porcentaje del PIB en 1999 es casi el doble respecto al de 1994. El déficit en cuenta corriente como proporción del producto se mantiene en niveles moderados y congruentes con la disponibilidad de recursos financieros de largo plazo. Se espera que en 1999 la inversión extranjera directa haya financiado más de 80 por ciento de dicho déficit. Entre enero de 1994 y septiembre de 1999, México recibió más de 67 mil millones de dólares en inversión extranjera directa, manteniéndose como uno de los principales países receptores de inversión extranjera entre los países en desarrollo. Al cierre de 1999, las reservas internacionales alcanzaron un nivel superior a 30 mil millones de dólares, uno de los mayores montos en la historia de México. En junio de 1999 las autoridades financieras formalizaron el Programa de Fortalecimiento Financiero 1999−2000, el cual incluye recursos por 16 mil 900 millones de dólares en forma de líneas de crédito y comercio exterior y seis mil 800 millones de dólares de líneas contingentes al amparo del Acuerdo Financiero de América del Norte. Ello, asegura el refinanciamiento de la deuda externa pública en el período 1999−2001 y permite contar con recursos disponibles para hacer frente a posibles eventualidades. Esto contribuirá a garantizar la estabilidad de la economía mexicana durante el período de cambio de Gobierno. El Gobierno del Presidente Zedillo puso en marcha programas destinados a combatir la pobreza extrema y a eliminar sus consecuencias, tales como la desnutrición, las enfermedades, la baja escolaridad y la carencia de oportunidades, a través del Programa de Educación, Salud y Alimentación (PROGRESA). Uno de los instrumentos más importantes para dar más eficacia a la política social fue la descentralización. Por cada peso que gastó en 1999 el Gobierno Federal, los gobiernos de los estados y los ayuntamientos están gastando 1.48 pesos. En 1994 esta proporción era de 90 centavos y en 1988 era de 51 centavos. Por primera vez en la historia de México, los gobiernos locales ejercen directamente más recursos que la Federación. El proyecto de Presupuesto de Egresos aprobado por la Cámara de Diputados es el presupuesto con mayor contenido social en la historia de nuestro país. En el presupuesto del 2000, por cada 100 pesos que erogue el Gobierno, casi 61 serán destinados a promover del desarrollo social, el porcentaje históricamente más alto. Además, como proporción del PIB o en términos per−cápita, el gasto social representará también un nivel máximo en la historia reciente del país. PLAN NACIONAL DE DESARROLLO 2007-2012. SU ASPECTO ECONÓMICO El Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 establece una estrategia clara y viable para avanzar en la transformación de México sobre bases sólidas, realistas y, sobre todo, responsables. Está estructurado en cinco ejes rectores: 1. Estado de Derecho y seguridad. 2. Economía competitiva y generadora de empleos. 3. Igualdad de oportunidades. 4. Sustentabilidad ambiental. 5. Democracia efectiva y política exterior responsable. De estos ejes, el único que es de nuestro interés es el eje 2. Eje 2. Economía competitiva y generadora de empleos El segundo eje se relaciona con el desempeño de nuestra economía, en el sentido de lograr mayores niveles de competitividad y de generar más y mejores empleos para la población, lo que es fundamental para el Desarrollo Humano Sustentable. Del alcance de este objetivo depende que los individuos cuenten en nuestro país con mayores capacidades, y que México se inserte eficazmente en la economía global, a través de mayores niveles de competitividad y de un mercado interno cada vez más vigoroso. El crecimiento económico resulta de la interacción de varios elementos como: las instituciones, la población, los recursos naturales, la dotación de capital físico, las capacidades de los ciudadanos, la competencia, la infraestructura y la tecnología disponibles. Para que el desarrollo sea sustentable, la sociedad debe invertir suficientemente en todos estos factores del sistema económico y social. La sustentabilidad de una economía que crece a tasas elevadas se encuentra en la in versión en activos físicos y en las capacidades de la población, así como en el crecimiento de la productividad. Cabe enfatizar que la inversión en educación y salud tiene alta rentabilidad social y contribuye significativamente al crecimiento económico. Como lo demuestra nuestro devenir económico en las últimas décadas, la estabilidad macroeconómica es fundamental para generar inversión. Bajos niveles de tasas de interés, inflación, endeudamiento y orden en las finanzas públicas son indispensables para que sea posible traducir la actividad económica en fuentes de empleo. Debido a la transición demográfica, el aumento de la población en edad de trabajar representa una gran oportunidad. Es necesario elevar la competitividad y lograr mayores niveles de inversión en diferentes ámbitos que nos permitan crear los empleos que demanda este sector de la población. Ello redundará en un círculo virtuoso de mayor ahorro e inversión relacionado con el ciclo de vida, ya que son los individuos en edad de trabajar los que realizan el mayor ahorro. Según establece este Plan, sólo aprovechando esta situación con la debida oportunidad podremos mantener una vida digna que enfrente adecuadamente el reto que representa un incremento de la proporción de la población en edades avanzadas. Es evidente que el llamado bono demográfico, que disfrutaremos por unos años más, debe aprovecharse como palanca para el desarrollo. Una estructura eficiente de derechos de propiedad es condición necesaria para una economía vigorosa. Por ello es indispensable que las leyes, normas y reglamentaciones que afectan de distintas maneras la actividad económica estén diseñadas para fomentar la productividad en México. Es igualmente necesario que exista la certeza de que la normatividad correspondiente será aplicada por igual a todos los ciudadanos, sin excepción. La delimitación clara de la participación económica del Estado, la garantía por parte de las autoridades regulatorias de que el terreno de juego es parejo para todos los actores, así como la acción expedita y efectiva del Gobierno para atender, dentro del ámbito de sus atribuciones, cuestiones de la actividad económica de los particulares, son elementos fundamentales de un entorno de competencia sana y conducente a la inversión y a la actividad emprendedora en todos los niveles. En ese ámbito, es clave el papel del Estado para garantizar la competencia económica. La competencia se traduce en menores precios de los insumos y de los bienes finales, contribuyendo a un mayor nivel de ingreso de las familias. La infraestructura constituye un insumo fundamental para la actividad económica de un país. Esta es un determinante esencial del acceso a los mercados, del costo de los insumos y de los bienes finales. Asimismo, existen sectores que, por su importancia en el ámbito de desarrollo regional y de generación de empleos, son fundamentales, como el sector primario, las pequeñas y medianas empresas, la vivienda y el sector turismo Este Plan considera estratégico establecer condiciones para que México se inserte en la vanguardia tecnológica. Ello es esencial para promover el desarrollo integral del país de forma sustentable. Las nuevas tecnologías han abierto oportunidades enormes de mejoramiento personal mediante mayor acceso a la información, han llevado a avances médicos significativos, permiten mayor eficiencia en los procesos tanto productivos como gubernamentales, y han permitido una mayor producción de bienes y servicios empleando nuevos métodos de producción en todos los sectores de la actividad económica. No aprovechar las nuevas tecnologías ni contribuir al desarrollo de las mismas, no sólo implicaría dejar de lado una fuente significativa de avance estructural, sino que repercutiría en una pérdida de competitividad de la economía mexicana. ECONOMÍA COMPETITIVA Y GENERADORA DE EMPLEOS Para la consecución del eje dos del Plan Nacional de Desarrollo, se tienen como directrices principales los siguientes puntos. Política hacendaria para la competitividad Sistema financiero eficiente Sistema nacional de pensiones Promoción del empleo y paz laboral Promoción de la productividad y competitividad Pequeñas y medianas empresas Sector rural Turismo Desarrollo regional integral Telecomunicaciones y transportes Energía, electricidad e hidrocarburos Sector hidráulico Construcción y vivienda Para la consecución de estos puntos, se tiene la meta de alcanzar cietos objetivos, que son los que a continuación se mencionan y que son los que van a marcar el camino de todas las políticas e instrumentos que el ejecutivo federal a de implementar en su periodo de gobierno, para alcanzar el desarrollo humano sustentable que es el objetivo principal de su gobierno siguiendo al Plan Nacional de Desarrollo. OBJETIVO 1 Contar con una hacienda pública responsable, eficiente y equitativa que promueva el desarrollo en un entorno de estabilidad económica OBJETIVO 2 Consolidar un sistema nacional de pensiones más equitativo y con mayor cobertura. Para lograr este objetivo, además de la reforma al sistema de pensiones del ISSSTE concluida en los primeros meses de la presente Administración, la agenda se enfocará en dos estrategias generales: OBJETIVO 3 Promover las políticas de Estado y generar las condiciones en el mercado laboral que incentiven la creación de empleos de alta calidad en el sector formal. OBJETIVO 4 Potenciar la productividad y competitividad de la economía mexicana para lograr un crecimiento económico sostenido y acelerar la creación de empleos. La mejora regulatoria, el combate a los monopolios y la promoción de una política de competencia son estrategias que contribuyen a reducir los costos de las empresas, lo que contribuye a una mayor competitividad, crecimiento y generación de empleos. Por ello, para aumentar la productividad y competitividad de la economía, se implementarán cinco estrategias: OBJETIVO 5 Promover la creación, desarrollo y consolidación de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPyMEs). OBJETIVO 6 Elevar el nivel de desarrollo humano y patrimonial de los mexicanos que viven en las zonas rurales y costeras. OBJETIVO 7 Abastecer el mercado interno con alimentos de calidad, sanos y accesibles provenientes de nuestros campos y mares. OBJETIVO 8 Mejorar los ingresos de los productores incrementando nuestra presencia en los mercados globales, vinculándolos con los procesos de agregación de valor y vinculándolo con la producción de bioenergéticos. OBJETIVO 9 Revertir el deterioro de los ecosistemas, a través de acciones para preservar el agua, el suelo y la biodiversidad. OBJETIVO 10 Conducir el desarrollo armónico del medio rural mediante acciones concertadas, tomando acuerdos con todos los actores de la sociedad rural y promoviendo acciones que propicien la certidumbre legal en el medio rural. OBJETIVO 11 Hacer de México un país líder en la actividad turística a través de la diversificación de sus mercados, productos y destinos, así como del fomento a la competitividad de las empresas del sector de forma que brinden un servicio de calidad internacional. OBJETIVO 12 Superar los desequilibrios regionales aprovechando las ventajas competitivas de cada región, en coordinación y colaboración con actores políticos, económicos y sociales al interior de cada región, entre regiones y a nivel nacional. OBJETIVO 13 Garantizar el acceso y ampliar la cobertura de infraestructura y servicios de transporte y comunicaciones, tanto a nivel nacional como regional, a fin de que los mexicanos puedan comunicarse y trasladarse de manera ágil y oportuna en todo el país y con el mundo, así como hacer más eficiente el transporte de mercancías y las telecomunicaciones hacia el interior y el exterior del país, de manera que estos sectores contribuyan a aprovechar las ventajas comparativas con las que cuenta México. OBJETIVO 14 Asegurar un suministro confiable, de calidad y a precios competitivos de los insumos energéticos que demandan los consumidores. OBJETIVO 15 Incrementar la cobertura de agua potable y alcantarillado para todos los hogares mexicanos, así como lograr un manejo integrado y sustentable del agua en cuencas y acuíferos. OBJETIVO 16 Ampliar el acceso al financiamiento para vivienda de los segmentos de la población más desfavorecidos así como para emprender proyectos de construcción en un contexto de desarrollo ordenado, racional y sustentable de los asentamientos humanos. CRITERIOS GENERALES DE POLÍTICA ECONÓMICA PARA 2009 Según lo establecido en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, la gran prioridad del Gobierno Federal es promover un mayor desarrollo humano sustentable, lo cual implica impulsar y mantener un mayor crecimiento económico que se traduzca en una mayor generación de empleos. Los principales objetivos establecidos en los criterios generales para el año 2009 se encuentran: Situación prevista Situación ajustada Crecimiento 3.0 % Inflación 3.8% Tasa de Interés 8.0% Tipo de cambio 10.6 pesos por dólar 11.7 pesos por dólar Déficit público 0% del PIB -1.8% del PIB Precio barril de petróleo 80.3 dólares 70 dólares INPC 0.5 a 0 % 3.8% crecimiento CONCLUSIONES Sin duda el entorno interno y externo para este año continuará complicado. Aún cuando la economía mexicana cuenta con finanzas sanas y cierta estabilidad macroeconómica, la desaceleración económica mundial afectó el desempeño económico del 2008 y las expectativas para el 2009. Aunque estas estimaciones se revisaron desde los primeros meses del año, es a partir del mes de agosto cuando muestran un mayor deterioro, a pesar de los programas anti cíclicos implementados en marzo y octubre de 2008. De acuerdo a los indicadores de opinión del sector manufacturero y las encuestas de los especialistas en economía del sector privado, se espera un clima de negocios y confianza menos favorable derivado de la situación económica mundial. Las medidas de política fiscal, contenidas en el plan anticrisis anunciado recientemente por el ejecutivo federal, que equivalen a 120,000 millones de pesos, y el posible relajamiento de la política monetaria previsto para el tercer mes del año, no parecen suficientes para reducir el impacto de la crisis internacional. Pues aún cuando ayuden a fortalecer el mercado interno, prevalece la incertidumbre sobre la estabilización de los mercados internacionales, especialmente lo que suceda con la economía de nuestro principal socio comercial. Lo que hará más difícil alcanzar en el corto plazo un mayor desarrollo humano sustentable, la gran prioridad del Gobierno Federal.