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DELFINO CARRO MUÑOZ
TLAXCALA
2012
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LOS
TLA
CALTECAS
DELFINO CARRO MUÑOZ
CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES
GOBIERNO DEL ESTADO DE TLAXCALA
INSTITUTO TLAXCALTECA DE LA CULTURA
MARIANO GONZÁLEZ ZARUR
Gobernador Constitucional del Estado de Tlaxcala
WILLEBALDO HERRERA TÉLLEZ
Director del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura
Luz ESTELA HERNÁNDEZ TÉLLEZ
Coordinadora de Patrimonio Cultural y Programas
del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura
Este libro se editó con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
y del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura, a través del Programa de Estímulo a la
Creación y al Desarrollo Artístico de Tlaxcala, emisión 2012.
EL
~/JlfÚ DE
LOS TLAXCA LTECAS
Primera edición, Febrero de 201 2
©
I N STITU TO TLAXCALTECA DE LA CULTURA
Av. Juárez No. 62
Centro, Tlaxcala, Tlax.
C.P. 90000
Núm. de registro: 03-2011 -09071 0430500-01
Las ilustraciones corresponden a:
El lienzo de Tlaxcala, A rqueología mexicana No. 91, l a ciudad virreinal
de Tlaxcala y Tlaxcala Mo nografía Estatal.
La Ilustración de la portada corresponde a El Lienzo de Tlaxcala (Tlaxcallan 29)
Diseño editorial: Ana Lucinda Torres Calderón
Prohibida la reproducción total o parcial de la presente obra.
Impreso y hecho en México
A
Inés
CONTENIDO
Introducción ............................................................................................... 9
LOS AZTECAS
l. Nace la leyenda ........ ................................................................... 13
2. Mexi .... .......................................................................................... 14
3. La migración ............. .................................................................. 16
4. La ceremonia del Fuego Nuevo .............................................. 19
5. La fundación ............................................................................... 20
6. Los tlatoanis (de 1376 a 1521) ................................................ 22
7. Más cultura mexica ................................................................... 48 ·
LOS TLAXCALTECAS
8. Sus orígenes ...................... .......................................................... 58
9. La peregrinación .......................................... .............................. 59
10. Los tecuhtlis de los cuatro señoríos ...................................... 61
11. Los señores que recibieron a Cortés .................................... . 65
12. Rasgos culturales ....................................................................... 66
UNA TEMÁTICA OBLIGADA
13. Las guerras floridas ................................................................... 76
14. Tlahuicole .................... ................................................................ 78
15. Los tributos al imperio azteca ................................................ 80
16. El bloqueo a los tlaxcaltecas .............................................. ..... 82
17. Xicohténcatl Axayacatzin ........................................................ 84
18. Tres batallas significativas ....................................................... 87
19. La polémica alianza ................................................................... 92
20. Otras alianzas ............................................................................. 94
EL
U:.y/1[,~
DE
LOS
TLAXCALTECAS
Aztlán; Moctezuma, Motecuhzoma; Texcoco, Tezcoco;
Xicotencatl, Xicohténcatl.
Y con respecto a los momentos de los eventos, algunos
autores defienden sus propios criterios; sin embargo, para
ciertos analistas, las fechas no son tan relevantes.
Pues bien, con las breves pero indispensables páginas
del último capítulo -en los tres anteriores se comparan
dos culturas- se pretende borrar una huella, lavar una
mancha y rescatar el honor y el patriotismo de los tlaxcaltecas ya que muchos vecinos iletrados se han empeñado
en empañar.
DELFINO CARRO
10
MuÑoz
LOS AZTECAS
l. Nace la leyenda
2. Mexi
3. La migración
4. Las ceremonias del Fuego Nuevo
5. La fundación
6. Los tlatoanis (de 1376 a 1521)
7. Más cultura mexica
"Yo os iré sirviendo de guía,
yo os mostraré el camino''.
(Huitzilopochtli)
11
LOS
AZTECAS
l. NACE LA LEYENDA
De todas las leyendas mexicanas, antiguas y contemporáneas, sobresalen dos: de la primera se cuenta que hace más
de diez siglos, en Tula Hidalgo -cuna de los toltecas-, floreció una civilización cuyo guía era un dios blanco y rubio.
En ese mítico lugar nació "La leyenda de Quetzalcóatl''.
La segunda leyenda significativa se titula: "El Amor de
los Volcanes": -Iztaccíhuatl-Popocatépetl-; al respecto,
el peruano José Santos Chocano, conocido como El Cantor de América, al quedar maravillado de los majestuosos
guardianes de la Ciudad de los Palacios, escribió el bello
poema épico "El Idilio de los Volcanes''.
También existe otra leyenda; la más interesante, la más
polémica, la que le ha dado el nombre a la nación mexicana; esa epopeya se relaciona con el origen de un pueblo
llamado Aztlán.
Ahora bien, después de haber consultado varias fuentes
históricas, es menester hacer un brevísimo resumen: De Aztlán, Lugar de las Garzas, algunos autores pregonan que
dicho pueblo queda al noroeste de Mesoamérica, otros lo
ubican en el sur de los Estados Unidos; no falta quien asegura que vivieron en un lago del occidente de México.
Sobre el mismo caso, la revista Los Mexicas INAH - SEP,
argumenta:
Los mexicas eran originarios de Aztlán, una isla situada en una
laguna, en donde vivían como tributarios de los aztlanecas
13
EL
u:.y~IV
DE
LOS
TLAX C ALTE C AS
dueños de la tierra. En la laguna pescaban, cazaban aves
acuáticas y recolectaban animalillos y otras especies lacus.tres -por lo que se llamaron atlacachichimecas-. Con ellos
se alimentaban y pagaban el tributo a sus señores. Como
los aztlanecos exigían demasiado tributo, los sacerdotes
dirigentes de los mexicas decidieron abandonar con su pueblo esa tierra y buscar un sitio mejor para establecerse.
También, el citado cuaderno del México Prehispánico,
señala todavía: "Aztlán se localiza probablemente en el
actual Estado de Nayarit''.
Y para confirmar el lugar, el geógrafo Antonio García
Cubas aporta otros datos:
Aztatlán - actualmente se llama Mexcaltitlán-, la capital
de Áztlan fue localizada en el siglo XIX, en una isla de una
laguna costera del estado de Nayarit. Áztlan era uno de los
cuatro señoríos chimalhuacanos del occidente del país.
2.MEXI
El aztecólogo, escritor y periodista oaxaqueño Rafael
Antonio Rosales, Miembro de la Sociedad Mexicana de
Geografía y Estadística y de otras instituciones culturales, descubrió e interpretó el Jeroglífico Azteca de México;
además, divulgó el verdadero significado del nombre que
los aztecas dieron a nuestro país; también publicó un
1 A.
LOS AZTECAS
estudio completo acerca de la vida y la obra de Mexi.
De este personaje legendario se anotan algunos datos
biográficos:
Mexi nació el 27 de noviembre del año de 1039. Fernando Alvarado Tezozómoc, en su Crónica Mexicáyotl,
dice que fue hijo de un rey de Áztlan cuyo nombre era
Moctezuma al igual que dos posteriores tlatoanis de Tenochtitlan.
Mexi es un nombre propio, se pronuncia Meshi y es
apócope de Mexíctin. Esta deidad tuvo dos nombres;
el primero, Huitzilton o Huitziton, "Colibrí Pequeño"
o "Colibrillo"; años después, por ser zurdo "opochtli" y
por demostrarle a su gente que era un guerrero valiente,
lo llamaron Huitzilopochtli "Colibrí Zurdo"; el segundo
nombre fue Mexictli de Metl, nombre náhuatl del agave y
Xictli, centro u ombligo y quiere decir "Centro u ombligo
de maguey''. Para algunos especialistas en la materia, no es
bien visto el significado de esta última expresión.
En la investigación que realiza Antonio Rosales, cita que
Mexi fue un hombre real, un extraordinario ser humano,
un personaje de carne y hueso, un caudillo que guió a su
pueblo por más de medio siglo en busca de lugares acogedores y a su muerte, los aztecas lo veneraron como a
su Dios.
Una crónica sostiene que murió en 1116 a la edad de
77 años de edad -en Cohuatépec, hoy Coatepec-. Otro
códice aclara que falleció en Culhuacán al pie del Cerro
de la Estrella, actualmente Distrito Federal.
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EL
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D E L OS
TLAXCALTECAS
Un documento del siglo XVI, atribuido a Fray Andrés de
Olmos, asegura que después de su muerte, sus ropas y sus
huesos fueron venerados por los aztecas. La tradición oral
comenta que en 1521 sus restos óseos fueron arrojados
al Pantitlán -un remolino que había en el lago de Texcoco- para que no lo mancillaran los conquistadores.
En una conferencia editada con motivo del aniversario
del natalicio de Mexi, el aztecólogo Rosales recuerda que
a la muerte del héroe, los mexicas adoptaron el nombre de
Mexítin -plural de Mexi-, palabra náhuatl que se traduce como "Mexicanos''.
Finalmente, cuando los aztecas llegaron al islote señalado por su dios Huitzilopochtli-Mexi, lo llamaron Mexíhco,
"Lugar de los Mexitin'; o sea, México -vocablo castellanizado- es el "Lugar de los Mexicanos''.
3. LA MIGRACIÓN
La revista Arqueología Mexicana número trece página
quince, anota: "1113. Los mexicas salen de Aztlán" Este
dato coincide con el primer Fuego Nuevo realizado en
1165; consecuentemente, ésta sería la fecha más probable
del inicio de su aventura.
El Códice Boturini o Tira de la Peregrinación que se
halla en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia de la Ciudad de México, refiere que los aztecas
16
LOS
AZTECAS
salieron de Aztlán en el año 1 tecpatl {1116 d. c.) de la
cronología mexica.
En relación al momento en el que iniciaron su éxodo,
ciertos cronistas mencionan distintas fechas; por ejemplo,
en la página siete de la obra Mexi a la letra dice:
Las fuentes más auténticas de nuestra historia informan
que la partida de los aztecas, de Áztlan hacia su histórico
destino, fue el año de Ce Técpatl-Uno Pedernal, correspondiente a nuestro 1064.
Independientemente de los diferentes criterios, se sabe
que cuando se separaron, los aztecas cruzaron la laguna
en canoas. Una vez más, el citado cuaderno Los Mexicas
del Museo Nacional de Antropología, señala:
Iban conducidos por cuatro sacerdotes: tres hombres y una
mujer, que se llamaban teomamas porque cargaban en la
espalda la imagen del dios de la tribu: Huitzilopochtli. Los
sacerdotes que salieron de Aztlán al frente del grupo eran:
Tezcacóatl, Iztacmixcoatzin, Apanécatl y la mujer Chimalma.
Durante su recorrido que duró más de dos siglos; conocieron muchos pueblos, tuvieron encuentros bélicos
con otras tribus, pasaron hambres, sufrieron persecuciones, celebraron Fuegos Nuevos y realizaron sacrificios a
sus dioses.
17
EL
f!:,S:J~~
DE
LO S TLAXCALTECAS
A continuación se anexa un cuadro tomado de la revista
Arqueología Mexicana número ochenta y uno, en donde
se detalla su largo peregrinaje:
..........
El último sitio en el que habitaron se llamó Tizapán
-lugar de las víboras venenosas-. Este paraje estaba
18
LOS AZ T ECAS
deshabitado y fue donado por Coxcoxtli señor de Culhuacán con el fin de que las serpientes los acabaran. Tiempo
después, por un sacrificio humano cometido por los alojados, dicho rey ordenó su expulsión y nuevamente huyeron
guiados por su dios tutelar.
4. LAS CEREMONIAS DEL FUEGO NUEVO
En cuanto a la celebración del Fuego Nuevo, algunos manuscritos han ofrecido información detallada y confiable,
pero en cuanto a las fechas de estos acontecimientos, los
especialistas no han unificado criterios; defienden sus
propias versiones.
Y para que a su paso por determinados lugares los
mexicas iniciaran el ritual del Fuego Nuevo, primero se
organizaban: un grupo construía un teocalli, otro buscaba el copal para la ofrenda, un tercero salía en busca de
prisioneros para sacrificarlos; por la noche, sacaban lumbre de un palo seco frotándolo con otro palo delgado y
cuando ya estaba hecha, abrían las entrañas del cautivo, le
arrancaban el corazón y lo lanzaban al fuego. Y concluían
danzando y cantándole a Huitzilopochtli.
Además, hay que recordar que como ya computaban
el tiempo en base al calendario mesoamericano, esas ceremonias las establecían cada cincuenta y dos años y simbolizaban el final de un ciclo; es decir, para ellos se daba
la "atadura de los años" -Toxiuhmolpilli-.
19
EL
t:-0:.J/lt,tV
D E LOS
T L AXCALTEC A S
La siguiente cronología puede estar sujeta a polémicas;
sin embargo, debe considerarse: El primer Fuego Nuevo
se realizó en Coatepec en el año de 1165, el segundo en
Apazco 1217, el tercero en Tecpayocan 1269, el cuarto
en Chapultepec 1321, el quinto en 1373, el sexto en 1425,
y el séptimo en 1477 (aseguran que estos tres últimos se
llevaron a cabo en Tenochtitlan). La revista Arqueología
Mexicana número trece Edición Especial, describe que la
última ceremonia se practicó en el año de 1507.
El historiador George G. Vaillant en su obre La civilización Azteca (FCE) da a conocer otros datos: tres ceremonias del Fuego Nuevo se hicieron en 1403, 1455y1507;
fechas que no coinciden con las anteriores porque alteran
el ciclo y siembran dudas entre los investigadores.
5. LA FUNDACIÓN
Un poco de literatura no le hace daño a nadie: Pobrecitos
los mexicas, salen de una isla llamada Aztlán, cruzan la
laguna en canoas, llegan a tierra y después de dosciento ~
años de andar de aquí para allá, arriban a otra laguna denominada Metztliapan, "el canal de la luna" propiedad d(
Azcapotzalco y ahí se llevan la gran sorpresa.
Pero: ¿Cuáles fueron las causas que obligaron a los me·
xicas salir en desbandada del último poblado en el qw
tranquilamente habitaban? Sobre este asunto, el Docto1
20
LOS
AZTECAS
León-Portilla nos recuerda un acontecimiento lamentable:
Después de varios años de permanecer en Culhuacán, hacia 1323, los aztecas, cumplieron un designio siniestro de
Huitzilopochtli. Sacrificaron a la hija de Achitómetl, nuevo
señor de Culhuacán, para convertirla en su diosa Yaocíhuatl,
"mujer guerrera'; su protectora, esta vez paradójicamente de
origen tolteca. Tal sacrificio sangriento provocó la justa ira
de los culhuacanos, que expulsaron a los aztecas de Tizapán
y los forzaron a huir hacia el interior del lago.
Por otra parte, según la tradición, fue el 18 de julio de
1325 cuando en el interior del lago - de Texcoco- observaron un islote y en él a un águila parada en un nopal devorando una serpiente. Finalmente, en ese lugar señalado por
Huitzilopochtli, fundaron México-Tenochtitlan: México
en honor a su dios Mexi y Tenochtitlan por su jefe Ténoch
-quien según las fuentes murió en 1363-.
Las siguientes estrofas, pertenecientes a viejos textos
indígenas, fueron tomadas del libro Los Antiguos Mexicanos del erudito Miguel León-Portilla; en ellas, se habla
poéticamente de su asentamiento:
En el año 2-casa (1325),
llegaron los mexicas,
en medio de los cañaverales,
en medio de los tulares
21
EL
U:.Jlft,11/D E
LOS
TLAXCALTECAS
vinieron a poner término,
con grandes trabajos
vinieron a merecer tierras.
En el dicho año 2-Casa,
llegaron a Tenochtitlan.
Allí donde crecía,
el nopal sobre la piedra
encima del cual se erguía el águila:
estaba devorando (una serpiente).
6.- LOS TLATOANIS (de 1376 a 1521)
A partir de 1325 y antes de 1376 -cincuenta años más o
menos-, los aztecas carecían de un jefe supremo, los representantes del numeroso grupo eran los ancianos, los
sacerdotes y Ténoch.
En seguida se presenta una breve biografía de cada uno
de los once gobernantes que tuvieron los mexicas; y de
paso, se indica entre paréntesis el tiempo o período que
estuvieron en funciones.
ACAMAPICHTLI "Manojo de
Cañas" (1376-1396). Este personaje, hijo del mexica Opochtli y de la princesa colhúa
Atotoztli, fue el primer Huey Tlatoani -gran señor- de
los aztecas. Sucede que, para borrar viejos agravios que los
mexicas les hicieron a los culhuacanos en el reciente pasado, los sacerdotes le pidieron a Naúhyotl, nuevo señor
22
LOS
A ZTEC AS
de Culhuacán que los gobernara su hijo el príncipe Acamapichtli, descendiente de los toltecas.
Los siguientes versos, tomados de la Crónica Mexicáyotl confirman dicha petición:
¡Oh señor, oh nieto nuestro
oh rey...!
Venimos a pedirte humildemente
para tu ciudad de Tenochtitlan,
queremos llevarnos a tu siervo, tu recuerdo,
tu hijo y vástago,
nuestro collar, nuestra pluma de quetzal,
el llamado ltzpapálotl Acamapichtli.
Nos lo concederás,
en nuestro hijo mexicano,
también sabemos
que es nieto de los culhuacanos.
El ha de cuidar
la pequeña ciudad de México-Tenochtitlan ...
En otra estrofa, el soberano Naúhyotl, después de consultar el caso con los ancianos y con su pueblo, dio una
respuesta favorable a los demandantes:
Que gobierne Acamapichtli
a la gente del pueblo,
a los que son siervos de Tloque Nahuaque
(el Dueño del cercado y del junto),
23
EL
u:y~/V
DE
LOS
TLAXCALTECA S
que es Yohualli Ehécatl,
el que es noche y viento,
de Yoatzin, Tezcatlipoca,
y del sacerdote Huitzilopochtli. ..
Durante su mandato que fue de 21 años, emprendió, con
el apoyo de su gente, varias tareas: modernizó su comunidad; las casas fueron de piedra y edificó un nuevo templo
a Huitzilopochtli; en ese lapso se hicieron más populares
pero seguían pagándoles tributos a los tepanecas de Azcapotzalco, dueños del islote en donde sus antepasados se
instalaron. Al mismo tiempo, los jóvenes se ejercitaban en
el arte de la guerra y peleaban al servicio de los tepanecas.
Se dice también que en esos años sometieron a varios pueblos del sur de México y de Morelos -Xochimilco, Mízquic, Tláhuac, Tenayuca, Cuauhnáhuac-. Y por último,
cuentan que fue un buen gobernante y falleció en 1396.
"Pluma de Colibrí" (1396-1415). Este segundo señor de México-Tenochtitlan fue hijo de Acamapichtli. Su casamiento con una de las hijas de Tezozómoc,
rey de Azcapotzalco, les trajo beneficios a su pueblo: disminuyeron los impuestos que pagaban, hicieron alianzas
políticas y les permitieron la construcción de un acueducto de Chapultepec a Tenochtitlan -con frecuencia
les faltaba agua-.
Por las relaciones que tuvieron con otros vecinos a
través de matrimonios, consiguieron algunos productos:
HUITZILÍHUITL
24
LOS
AZTECAS
algodón y diversos alimentos. En esa época se preocupó
por la instrucción de su gente; aparecieron dos escuelas: en
el Calmecac se impartía educación superior para nobles,
sacerdotes y se enseñaban las artes y las ciencias; el Telpuchcalli era un centro para educar a los adolescentes y a
las personas de la clase inferior. Aseguran las crónicas que
este tlatoani murió sacrificado en Culhuacán en 1415.
"Escudo Humeante" (1415-1427). Fue
hijo de Huitzilíhuitl y de Ayauhchihuatl, fue el nieto preferido de Tezozómoc y pasó a ser el tercer gobernante de los
mexicas. Las obras más relevantes que promovió durante
una década de gobierno, son: logró la suspensión total de
los impuestos que les pagaban a los tepanecas, gestionó
el permiso para reforzar el acueducto de Chapultepec,
construyó -con el esfuerzo de sus hombres- un puente
que unió a la pequeña isla con tierra firme. Le ayudaron a
Tezozómoc y sometieron a Huexotzinco, a varios pueblos
del valle de Toluca y en 1418 a Texcoco.
Sin embargo, continuamente se vieron amenazados por
los tepanecas; tanto que, Maxtlatzin, el "Tirano Maxtla';
hijo de Tezozómoc y señor de Coyoacán, planeaba, a toda
costa, destruirlos y ejecutar a su líder.
Acerca de la muerte de Chimalpopoca, existen tres versiones: Maxtla lo mandó a eliminar, él mismo lo asesinó
o se suicidó en 1427.
CHIMALPOPOCA
25
EL
ITZCÓATL
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DE LOS TLAXCALT EC A S
"Serpiente de Obsidiana" (1428-1440). Este
cuarto soberano, hijo de Acamapichtli y de una hermosa
esclava de Azcapotzalco, estuvo trece años al frente de los
aztecas, en esa etapa, alcanzó notables beneficios.
Antes de concretar una síntesis, se debe precisar que
desde 1325 hasta 1427, las tierras que ocuparon los protegidos de Huitzilopochtli pertenecían a Tezozómoc;
consecuentemente, los tres primeros gobernantes: Acamapichtli, Huitzilíhuitl y Chimalpopoca, vivieron bajo el
dominio de Azcapotzalco.
La primera preocupación del nuevo rey consistió en
preparar a sus guerreros para hacerles frente a los tepanecas, más tarde cambió de opinión, le propuso a su pueblo
rendirse al usurpador. Entonces aparece en escena Tlacaélel - este iluminado del Dador de Vida fue vástago de Huitzilíhuitl y de una hija de Tezozómoc; además, fue sobrino
de Itzcóatl y hermano de Motecuhzoma Ilhuicamina- y
muy decidido tomó la palabra para decirles:
¿Qué es esto, mexicanos? ¿Qué hacéis? Vosotros estáis sin
juicio: aguardad, estaos quedos, dejadnos tomar acuerdos
sobre este negocio; ¿tanta cobardía ha de haber que nos habemos de ir a entretejer con los de Azcapotzalco? Y llegándose al Rey, le dijo: Señor, ¿qué es esto? ¿Cómo permites tal
cosa? Hablad a este pueblo; búsquese un medio para nuestra
defensa y honor, y no nos ofrezcamos así tan afrentosamente
entre nuestros enemigos.
26
LOS
AZTECAS
Es de suponerse que la intervención de Tlacaélel, pariente del soberano, influyó en el grupo; por lo tanto, conmovido y apenado, el rey ltzcóatl, intervino motivado:
¿Todavía determináis de iros a Azcapotzalco? Cosa de gran
bajeza me parece: yo quiero dar un corte que sea a nuestro
honor y no con tanta deshonra como vosotros hacéis. Aquí
estáis todos los señores y principales, tíos, hermanos y sobrinos míos, todos de valor y estima:¿ quién de vosotros será
osado a ir ante el rey de Azcapotzalco a saber de la determinación suya y de su gente? Si están ya de aquel parecer
de destruirnos sin poderse revocar, si no tienen lástima de
vernos en este aprieto y aflicción; aquí estáis; levántese uno
de nosotros y vaya. ¡Perded, mexicanos el temor!
El único que se entrevistó con el rey de Azcapotzalco
para negociar la paz fue Tlacaélel; no logró persuadido.
En seguida, los mexicas prepararon sus armas. Uno de los
apoyos que vino a reforzarlos fue la infantería de Nezahualcóyotl. Este poeta de Texcoco tenía una cuenta pendiente con los tepanecas. Ellos habían asesinado a su padre;
en consecuencia, Itzcóal, Tlacaélel, Nezahualcóyotl y Motecuhzoma Ilhuicamina, al frente de aguerrida tropa, en
el año !-Pedernal (1428) -según la Crónica Mexicáyotl-,
atacaron Azcapotzalco, destruyeron la ciudad, acabaron
con la gente y, el terrible Maxtlatzin, tuvo que huir.
Posteriormente se repartieron los productos de esa
guerra. También se debe subrayar que los tlaxcaltecas y
27
EL
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D E
L OS
T LA XCA L TEC A S
los huexotzincas apoyaron a loso tenochcas para vencer
al ejército de Maxtla.
A continuación se anota lo más relevante que logró
Itzcóatl para su pueblo: Mandó construir templos a Cihuacóatl "Mujer Serpiente" a Huitzilopochtli y organizó
la jerarquía religiosa. Ordenó que se quemaran los códices pictóricos e históricos "por no estar al alcance de los
plebeyos''. Solicitó doncellas al gobernante de Cuitláhuac
p que bailaran y cantaran en sus casas de placer. Obligó
a 105 xochimilcas a trazar y hacer la Calzada del Sur para
que se les facilitara sus expediciones bélicas. Fortaleció las
alianzas con Nezahualcóyotl y con los tepanecas de Tlacopan -a propósito del soberano de Texcoco, dicen que le
sacó el corazón a Maxtla en venganza por la muerte de su
padre Ixtlilxóchitl-.
Conquistó los pueblos que se situaban alrededor de
la laguna - Valle de Anáhuac-: Azcapotzalco, Mízquic,
Cuitláhuac, Xochimilco, Chalco, Coyoacán, Cuauhtitlán,
Tlaltelolco, Tlacopan y otros. Los textos aclaran que sus
conquistas llegaron a Chiapas y parte de Guatemala. En
esa época surge lo que algunos historiadores han llamado
El siglo del Esplendor.
Y de Tlacaélel, que ayudó determinantemente en el progreso de los aztecas, puede decirse que: Siendo miembro
de la nobleza no quiso ser gobernante; su función sólo fue
la de primer ministro y la de consejero supremo. Fue un
reformador porque dictó las bases para la creación de la
civilización azteca e influyó en la expansión del comercio
28
L O S
AZT EC AS
y de muchas acciones bélicas. Y sugirió, a través de los sacrificios, preservar la vida del Astro Rey. Su influencia en
el imperio fue política, social, histórica, religiosa y, se sabe,
por buenas fuentes, que el rey Itzcóatl siempre escuchaba
sus recomendaciones.
o
"Flechador del Cielo" (1440-1468). Este quinto emperador de Tenochtitlan,
descendiente de Huitzilíhuitl y hermano de Tlacaélel,
estuvo 29 años en el poder. En este espacio se describirá
lo más relevante de su obra: Empezó por ratificar como
primer ministro a Tlacaélel -a este sabio mexica se debe
la creación de la Triple Alianza, la institución de las Guerras Floridas y sus consejos al imperio se acataban sin
discusión alguna-. Pidió grabar su imagen en una enorme roca de Chapultepec. Fortaleció sus ejércitos y siguió
saqueando varios pueblos del Valle. Diseñó, con el apoyo
de la gente de Nezahualcóyotl, un sistema de diques para
proteger su islote y tuvieran agua de manantiales. Mandó
construir el primer acueducto con el propósito de abastecer de agua potable a la ciudad. Este sistema empezó
a funcionar a partir de 1466 y llevaba el líquido hasta lo
que hoy conocemos como el Templo Mayor. Surgieron,
en ese tiempo, poetas, filósofos y demostraron conocimientos muy avanzados sobre las leyes y las ciencias.
El códice Telleriano-Remensis asegura que en el año de
1447 la región experimentó hambruna que duró varios
años y, por esa causa, suspendieron temporalmente sus
MOTECUHZOMA I
ILHUICAMINA
29
E L ft,S:Jlfl,t[, D E L O S TLA X C ALTE C AS
conquistas pero aumentaron los sacrificios al dios, de la
lluvia. Ordenó la edificación de palacios para los nobles y
nuevos templos para sus dioses. Se construyó el Templo
Mayor y con trabajadores de los pueblos vecinos -sin
previo pago-, levantaron una mansión moderna para él.
En esa época, a los infantes se les enseñaba el manejo de
las armas. El adulterio, la embriaguez, la mentira, el robo
y la homosexualidad se castigaban duramente; sin embargo, se aceptaba la prostitución, pero las mujeres eran de
los pueblos conquistados. Invadieron muchos pueblos
de Morelos, Puebla, Hidalgo, Veracruz, Guerrero, Oaxaca,
Chiapas; consecuentemente, se expandió el imperio y, lo
más importante de todo, exigió más tributos a los pueblos oprimidos. Este polémico gobernante murió a finas
de octubre de 1469.
AXAYÁCATL "Cara de Agua"
(1469-1481). Acerca del Sexto
Tlatoani de los mexicas, George C. Valliant asegura que
"Axayácatl sucedió a su padre Moctezuma 1 en 1469''. La
Enciclopedia México a través de los siglos, Tomo 11, textualmente reza: "Dejó Motecuhzoma, según Chimalpain,
varias hijas, y sólo un hijo llamado Iquahuacátzin. Una de
sus hijas se llamaba Atotoztli, y fue madre de tres Tecuhtli:
Axayácatl, Tizoc y Ahuizotl''. Se dice, además, que Axayácatl fue nieto de Itzcóatl, el cuarto soberano.
Sucede pues que después de la muerte de Motecuhzoma I, nuevamente los nobles le ofrecieron el trono a
Tlacaélel pero no aceptó. Más tarde y en presencia de lo~
LOS
AZTECAS
señores de Texcoco y Tacuba -aliados de los aztecas-,
el consejero del imperio sugirió que el nuevo emperador
de México-Tenochtitlan fuera Axayácatl.
Al tomar el mando, el emperador nombró a Tlacaélel
Supremo General de los Ejércitos. Y siguió sometiendo
a otros pueblos; empezó por Tlaltelolco -este lugar estaba situado en un islote al norte de Tenochtitlan y era
famoso por su mercado, considerado el más grande de
Mesoamérica.
El pretexto fue familiar; sucede que la hermana de Axayácatl, casada con el señor de Tlaltelolco se quejó de infidelidad y malos tratos de su esposo. En esa lucha no hubo
resistencia, el ejército azteca era superior y sus adversarios
terminaron pagando impuestos. Sus dominios crecieron
cuando sometieron a los matlatzincas, a los otomíes del
valle de Toluca y a otros 35 pueblos. Mas cuando quisieron
conquistar a los tarascos de Michoacán -no se imaginaban que se enfrentarían a una tropa aguerrida y numerosa-, por primera vez experimentaron una sangrienta
derrota cerca de Tajimaroa. En los tiempos del soberano
se empezó a labrar el monolito conocido como Calendario
Azteca o Piedra del Sol; su finalidad, representar la grandeza mexica.
Una noticia que conmovió a toda la región se dio en
1472; en ese año finalizó la existencia del querido y respetado rey de Texcoco -el poeta Nezahualcóyotl-. También se sabe que la vida de Tlacaélel -consejero de tres
reyes: Itzcóatl, Motecuhzoma l, Axayácatl; reformador
31
EL
U:.111(,,/V
D E
L OS
TLAX C ALTECAS
y conquistador de muchos pueblos mesoamericanosfinalizó entre los años de 1475y1480. Y por último, cuando en 1481 falleció Axayácatl, los nobles invitaron a los señores de los pueblos vecinos -esa ocasión los tlaxcaltecas
fueron convocados-. Lo ataviaron con ricos ropajes y en
presencia de la nobleza y el pueblo, lo incineraron.
TÍzoc (Tizotl ''Agujerado con esmeraldas") (1481-1486).
Fue hijo de Axayácatl y nieto de Izcóatl. El mandato de este
séptimo emperador duró seis años. En seguida se sintetizan
sus obras más relevantes: Empezó por reconstruir y ampliar
el templo de Huitzilopochtli y el templo de Tláloc.También
labraron en su honor el gran vaso de águila de Tízoc. En
esa época celebraban las fiestas del Dios del Fuego; por lo
tanto, cada cuatro años había sacrificios humanos.
Mandó labrar la Piedra de los Sacrificios para quemar
los corazones de los prisioneros -actualmente existe el
monolito que lleva su nombre-. En la campaña que emprendió en contra de Metztitlan Hidalgo fue derrotado.
Asociado con Nezahualpilli, hijo de Nezahualcóyotl; Tízoc
se adjudicó algunas tierras de Tuxpan, Veracruz; la revista Arqueología Mexicana, número trece informa que el
tlatoani sometió a 14 aldeas; según el Códice Mendocino,
controló cinco poblados: Matlatzinco, Atezcahuacán, Yancuitlán, Tonalliymoquetzáyan y Ehecatlihuapéchan.
Sobre su muerte, el historiador Fray Diego Durán, explica:
32
L OS A Z T EC AS
Viéndolo los de su corte tan para poco, ni deseoso de engrandecer y ensanchar la gloria mexicana, creen que le ayudaron con algún bocado, de lo cual murió muy mozo y de
poca edad. Murió el año de 1486 .. .
Al decir de algunos cronistas, Tízoc fue un cobarde
en las batallas, un hombre tímido y por esa razón murió
envenenado. En México a través de los siglos, Tomo II
p. 321, se dice todo lo contrario; no fue un cobarde y posiblemente no murió envenenado.
"Perro Acuático" Mensajero y ayudante de
Tláloc (1486-1502). Este octavo gobernante de los mexicanos fue hermano de Axayácatl y de Tízoc "y le pusieron al nuevo rey la corona de oro con turquesas llamada
Xiuhtzolli" el 13 de abril del año 7 tochtli 1486; según el
cálculo que hizo Sigüenza.
Lo conocieron como El León del Anáhuac, su nombre
causaba temor en todo Mesoamérica; se distinguió por
astuto, despiadado, lujurioso y vengativo con sus enemigos. A él se debe el embellecimiento de su ciudad y la
edificación de más palacios y teocallis.
Cuando se terminó de construir el Templo Mayor que
sus antepasados habían iniciado, invitó a los señores de los
pueblos circunvecinos a la inauguración; en esa ocasión
se sacrificaron 20,000 prisioneros a los dioses. Para iniciar
la consagración tuvieron que formar cuatro filas de cinco kilómetros de largo aproximadamente y al momento,
AHUÍZOTL
33
EL
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DE
LOS
TLAXCALTECAS
Ahuízotl y Nezahualpilli -su aliado más cercano- se dieron a la tarea de arrancarle el corazón a las víctimas; una
vez cansados, los sacerdotes siguieron con la sangrienta
maniobra; dicen que la mortandad duró cuatro días.
Las crónicas también aseguran que con sus indomables
guerreros, Ahuízotl sometió a los de Huitzotla, pueblo
huasteco, al istmo de Tehuantepec, al pueblo de Acapulco,
al Soconusco y parte de Guatemala. A fin de cuentas, fueron más de 45 aldeas subyugadas. El Códice Ramírez hace
un comentario en relación a sus conquistas. El siguiente
fragmento fue tomado del libro Los Antiguos Mexicanos
de León-Portilla:
Fue este rey tan valeroso que extendió su reino hasta la
provincia de Guatemala, que hay de esta ciudad de distancia trescientas leguas, no contentándose, hasta los últimos
términos de la tierra que cae al mar del sur.
Para cerrar esta página de la historia, se dice que los
aztecas fueron unos guerreros desalmados en los combates y explotadores sin conciencia.
La corte asegura que por las dolencias que frecuentemente sufría por un golpe que recibió en la cabeza por
salvarse de una inundación, Ahuízotl murió en el año de
1502. Otra versión sostiene que fue asesinado.
o XOCOYOTZIN "Señor Enojado" o
"Nuestro Señor Airado" (1502-1520). Para hablar de la
MOTECUHZOMA II
34
L O S AZTECAS
sorprendente vida y la vasta obra de este noveno tlatoani,
se necesitaría escribir un tratado. Sin embargo, una breve sinopsis le daría al lector una idea general del mandato
de este atormentado emperador azteca.
Fue hijo de Axayácatl, sobrino de Ahuízotl, nieto de Motecuhzoma 1 o Ilhuicamina y se le dio el nombre de Xocoyotzin -el joven- para diferenciarlo de su abuelo.
Tenía 34 años cuando tomó el poder, esa ocasión recibió
de Nezahualpilli la mitra de turquesa -sombrero alto y
puntiagudo, signo de dignidad-.
En la revista Arqueología Mexicana número noventa
y ocho se hace una descripción de la imagen de este gobernante:
Era aquel rey y señor de mediana estatura, delicado en el
cuerpo, la cabeza grande y las narices algo retornadas, crespo, asaz, astuto, sagaz y prudente, sabio, experto, áspero
en el hablar, muy determinado.
Otros historiadores dicen que era déspota, tímido, respetado y exageradamente religioso, ya que siempre se dedicaba a la meditación en el templo de Huitzilopochtli.
De su labor realizada durante 18 años para el bienestar
de su imperio, se presenta la siguiente síntesis: Ordenó
despedir a los servidores y nobles de Ahuízotl y los sustituyó por gente joven con educación recibida en el calmécac;
quería que desempeñaran los puestos más importantes .
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EL
u:.y~~
D E
LO S TL A XC AL TECAS
Mandó construir un adoratorio dentro del templo
de Huitzilopochtli al que nombró Coateocalli "Casa de
los diversos Dioses''. Con los tributos que pagaban los
pueblos sometidos, logró más lujos y más bienestar para
su gente. En 1504 sugirió la construcción de un teocalli en
honor de Cintéotl "Dios del Maíz" para combatir el hambre
que padecieron varios años a consecuencias de una plaga
de ratones que se comían las cosechas.
En el año de 1507 realizó la última celebración del
Fuego Nuevo en honor de Huitzilopochtli -Dios de la
Guerra- y según el Códice Telleriano-Remensis, en esa
fecha Motecuhzoma y Nezahualpilli sacrificaron 20 víctimas. Asimismo, mandó hacer un monumento para conmemorar la Guerra Sagrada, enormes esculturas y vasijas
colosales.
Decidió que su imagen se plasmara en una piedra de
Chapultepec. Además, dicen los biógrafos de este soberano que fue un reformador, le dio mucha fama a su imperio y proyectó la cultura azteca en todas las provincias
a su mando.
Cuando recibió el cargo, los aztecas dominaban más de
350 ciudades. Se sabe que destacó como un militar indómito. Luchó en contra de los tlaxcaltecas y los huexotzincas
y los resultados no lo favorecieron. Se afirma que no descuidó las Guerras Floridas. Sometió a otras aldeas independientes y se pregona que en cierta ocasión le ofrecieron
al Dios de la Guerra doce mil cautivos de Oaxaca.
36
LOS
AZTECAS
Los códices y los libros describen una serie de señales
que lo atormentaron durante los últimos años de su existencia; de igual modo, aseguran que fue el soberano más
supersticioso que tuvo Tenochtitlan.
En seguida se resumen ocho presagios que atormentaron al emperador:
Se comenta que dos años antes de la llegada de los españoles (1517), apareció un cometa en el cielo y su esplendor
duró un año. Los sacerdotes le dijeron que era una señal
de desdichas y la destrucción de su reino. Para los mexicas
y otros pueblos, el acontecimiento fue motivo de temor,
dolor, calamidades y sacrificios.
'También sucedió que se incendió un templo de Huitzilopochtli sin que nadie hiciera fuego .
Sostienen que en esos tiempos cayó un rayo en el teocalli de Xicchtecuhtli y lo quemó. Y sin haber nubes, descendió agua. Para sus consejeros fueron malas señales.
Pregonan, además, que siendo de día, aparecieron varios cometas; lucían grandes colas y causaron alboroto,
gritería y alaridos entre las gentes.
Dicen, otros testigos, que sin que hubiera viento se alteró
la laguna mexicana -hervía y espumeaba- y; al momento, el agua se levantó e inundó a la mitad de las viviendas
de México.
Aseguran que por las noches se oía un lamento de mujer
que lloraba y decía: ¡Oh, hijos míos! ¡Nos vamos a perder!
¡Oh, hijos míos! ¿A dónde los llevaré a esconder?
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EL
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D E
LOS
T LAX C AL TECAS
También se cuenta que los mexicas cazaron un ave parda parecida a una grulla. En la cabeza tenía una diadema
y en su centro llevaba un espejo. En él se veía el cielo y las
estrellas. El emperador vio gentes marchando encima de
animales parecidos a los venados.
Se sabe, finalmente, que dos hombres aparecieron unidos en un solo cuerpo o dos cabezas en otro cuerpo. Se los
llevaron al soberano y al entrar al palacio desaparecieron.
Sus consejeros pronosticaron que vendrían muchos hombres a invadirlos. Que se acercaba el fin del mundo.
Y para sorpresa de muchos, el jueves 21 de abril de
1519 llegaron varias embarcaciones a San Juan de Ulúa.
Tres días después se presentaron varios emisarios del emperador azteca. Les dieron a los desconocidos la bienvenida en su nombre y muchos regalos: alimentos, ropa de
algodón, joyas doradas, dos grandes ruedas, una de oro y
la otra de plata, cascabeles amarillos, rodelas, figuras de
sus dioses y bastantes piedras de colores: Quisieron persuadidos para que no avanzaran hacia Tenochtitlan pero
con esos presentes les despertaron la codicia. Asimismo,
supieron por labios del Cacique Gordo de Cempoala de
la existencia de florecientes provincias y de una poderosa
ciudad más allá de los volcanes.
Aquellos aventureros atravesaron muchos pueblos
tuvieron varios contratiempos, hicieron algunas alianza:
y; por fin, el 8 de noviembre de 1519, Motecuhzoma Xo
coyotzin recibió a Hernán Cortés y a su numerosa tropa
38
L OS AZTECAS
En la crónica de Bernal Díaz del Castillo, Capitán del conquistador, hace un retrato del tlatoani:
Lucía un rico atavío, su capa finísima estaba tejida con hilos
de oro y plata, sus sandalias tenían suelas de oro y encima
de ellas brillaba valiosa pedrería.
También describe la emoción que experimentaron al
conocer la gran metrópoli. Más tarde los visitantes fueron
alojados en el palacio de Axayácatl. En seguida cometieron una serie de atropellos; tomaron preso al emperador
y se apoderaron de sus tesoros.
Existen dos versiones acerca de su muerte acaecida el
27 de junio de 1520 -tenía 53 años-. La primera, los
hombres de Cortés lo obligaron para que subiera a la azotea de su palacio y tranquilizara a su pueblo enardecido;
al resistirse, un soldado español le hundió la espada en su
pecho. La segunda, cuando apareció ante sus vasallos para
tratar de calmarlos por presiones de sus captores, una gran
piedra le partió la frente. Todavía se divulga que los peninsulares arrojaron su cadáver a la orilla del lago.
Fue el soberano que logró el esplendor de su reino -llegó a controlar parte de Michoacán, el bajío, la huasteca por
el norte y hasta lindar con las tierras mayas por el sur-,
también le tocó vivir la invasión de los castellanos.
"Águila sobre el agua"
(1520-4 meses) Según Sahagún: la Malinche -intérprete
CUITLÁHUAC CUAUHTLAHUAC
39
EL
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DE
LOS
TLAXCALTECAS
de Hernán Cortés- pronunció con desdén y con burla el
nombre de este hombre intrépido y lo llamó Cuitláhuac
"Excremento Seco''. En consecuencia, la historia lo registra
con ese apodo.
Fue hijo de Axayácatl y hermano de Motecuhzoma 11.
Era gobernante de Iztapalapa. Después de la muerte de
Xocoyotzin y como parte de la ceremonia de su investidura como tlatoani realizada el 7 de septiembre de 1520,
se casó con su sobrina Tecuichpo Ixquixóchitl -la princesa tenía 10 años-, hija de Motecuhzoma y de Teotlaco
de Tlacopan.
Luego de ser electo Décimo Emperador, ordenó que
todos los españoles y sus aliados que habían sido prisioneros fueran sacrificados al Dios de la Guerra.
El historiador y educador colimense Gregario Torres
Quintero, autor de La Patria Mexicana, en el tema 34 titulado: "Regreso de Cortés, Cuitláhuac y la Noche Triste";
refiere algunos sucesos que dan una i'dea de la valentía y el
amor que este penúltimo emperador sentía por su raza:
Cortés llegó a México con su ejército victorioso -después
de haber derrotado a Pánfilo de Narváez en Cempoala-, y
pudo entrar en el cuartel sin ser molestado.
La ciudad, no obstante, estaba amenazada; nadie acudía
a llevar víveres a los blancos, como antes acostumbraban, y
ni siquiera los mercados estaban abiertos.
Cortés dijo a Motecuhzoma que mandase abrir el mercado.
El rey le respondió que estando preso no podía hacerlo, pero
40
LOS
AZTECAS
le recomendó que soltara a alguno de los señores principales
que tenía cautivos, para que lo hiciera. En vista de eso, Cortés
soltó a Cuitláhuac, que era hermano de Motecuhzoma.
Pero Cuitláhuac, así que se vió libre, en vez de cumplir la
orden recibida, reunió a los mexicanos y atacó el cuartel con
innumerable cantidad de guerreros. Salieron los españoles a
pelear, haciendo uso de su artillería. Las balas de los cañones
abrían surcos en las compactas filas de los asaltantes; pero
luego se cerraban éstas como las olas de un mar. El combate
no cesó hasta que vino la noche.
Al tercer día de lucha fue tal el peligro, que Cortés quiso
que Motecuhzoma saliera a la azotea, como la primera vez,
a calmar a los combatientes.
-No aprovechará mi salida -dijo tristemente el preso-,
pues tengo entendido que ya han alzado otro emperador.
En efecto, su hermano Cuitláhuac aparecía dando órdenes a
los escuadrones.
En seguida se presenta otro fragmento de Torres Quin-
tero en el que Cuitláhuac aparece como estratega principal
en los combates que libraron los mexicas con los españoles y adeptos.
La lucha continúo más encarnizada que nunca durante el
resto del día y otros tres más.
Ya no había víveres en el cuartel. La desmoralización
cundió en el ejército y muchos soldados y capitanes fueron
a rogar a Cortés abandonara la ciudad.
41
EL
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DE
LOS
TLAXCALTECAS
La salida quedó resuelta para aquella misma noche (30
de junio de 1520). Era una noche lluviosa.
Pero antes de la hora, Cortés mandó matar a todos los
presos que tenía, entre los cuales estaban Cacama y Totoquihuatzin, reyes de Texcoco y de Tacuba. También ordenó
dieran de puñaladas a Motecuhzoma. ¡En esa noche perecieron los reyes de la triple alianza!
En seguida amontonóse todo el oro que se había recogido; cargáronse con él algunos caballos; pero todavía quedaba mucho. Entonces recibieron los soldados permiso para
tomar todo el que quisieran. Hubo quien cargara su caballo,
prefiriendo irse a pie, y otros se llenaron los bolsillos hasta
sentirse abrumados por el peso del codiciado metal.
Cerca de la media noche comenzó la salida en medio del
mayor silencio, dirigiéndose todos hacia la calzada de Tacuba, por ser la más corta. Ya habían entrado en ella, cuando
una mujer, que salió con un ocote ardiendo, advirtió la fuga
de los castellanos y se puso a gritar.
A los gritos despertó el centinela de un templo vecino
y se puso a sonar el tambor de guerra. El ruido se propagó
rápidamente a toda la ciudad, y de entre las tinieblas brotaron millares de guerreros que acometieron reciamente a
la columna fugitiva.
Cuitláhuac extendió sus tropas por uno y otro lado de la
calzada, en canoas, desde las cuales disparaban sus armas,
encontrando seguro blanco.
El mayor desorden se introdujo en la filas españolas;
nadie pensó en mandar, ni nadie pensó en obedecer; la
42
LOS
A ZTECAS
obscuridad era profunda, y los que pretendían huir caían al
agua, ahogándose, especialmente los que iban más cargados
de oro, pues debido a él se hundían más pronto.
- ¡Que me ahogo! ¡Que me llevan! ¡Socorro! - eran los
gritos que se podían percibir en medio de aquella espantosa confusión.
Algunos pudieron continuar adelante, entre ellos don
Hernando, que, cansado y afligido, llegó a Popotla, y allí se
sentó al pie de un ahuehuete.
Era el amanecer. Al ver pasar los sangrientos restos de su
ejército, y al pensar en el inmenso desastre de aquella noche, se conmovió fuertemente su alma y no-pudo contener
las lágrimas.
¡Habían muerto 600 españoles y más de 80 caballos; y se
habían perdido el oro, la artillería, la pólvora y los bagajes!
Fue tan profunda la impresión de aquella terrible derrota, que la jornada fue apellidada por los mismos españoles
la Noche Triste.
Después de enfrentarse a los conquistadores sin el éxito
deseado y de ser soberano de los aztecas durante cuatros
meses, Cuitláhuac muere el 25 de noviembre de 1520 -tenía 44 años- víctima de la viruela traída a estas tierras por
un negro que venía en la expedición de Pánfilo Narváez.
''Águila que desciende" (1520-13 de agosto
de 1521). Fue hijo de Ahuízotl, sobrino de Motecuhzoma 11
y fue el último emperador azteca. El doctor Héctor Pérez
CUAUHTÉMOC
43
EL
u:y~/VDE
LOS
TLAXCALTECAS
Martínez ubica su nacimiento entre 1496 y 1502. También
presenta, al final de su obra Cuauhtémoc, una cronología
del héroe más estimado por los mexicas y por los mexicanos. A continuación se anotan algunas fechas relativas a
los acontecimientos más relevantes durante 1521:
Del 25 al 29 de enero Cuauhtémoc sube al trono y se
casa con Tecuichpo, el 26 de mayo los españoles y sus aliados inician el sitio de Tenochtitlan y destruyen el acueducto de Chapultepec para dejar sin agua a los aztecas,
el 1 de junio se apoderan del fuerte Xoloc, el 9 del mismo
mes destruyen el templo de Tezcatlipoca; al día siguiente
-10 de junio-, Cortés y sus hombres toman por asalto
al Templo Mayor.
El 16 de junio destruyen con saña el palacio de Axayácatl, el 27 de julio los invasores se adjudican el mercado y el
templo mayor de Tlaltelolco, el 12 de agosto es prisionero
Cuauhtémoc y por fin, después de 80 días de resistencia, el
13 de agosto de 1521 los españoles se adueña del imperio
más poderoso de Mesoamérica, el imperio mexica.
Más adelante se incluye un fragmento de la obra del
historiador y biógrafo Pérez Martínez. En él manifiesta el
coraje que invadió al joven Cuauhtémoc cuando Motecuhzoma Xocoyotzin apareció en su balcón y les dijo a sus vasallos que no estaba preso, que vivía con los visitantes por
su voluntad y que se retiraran para que sus amigos pudieran salir de la ciudad, entonces:
44
LOS
A ZTEC A S
De la multitud una voz emergió definitiva:
-¿Qué dice ese bellaco de Moctezuma, mujer de los españoles, que tal puede llamarse, pues con ánimo mujeril se
entregó a ellos de puro miedo y asegurándose nos ha puesto
a todos en este trabajo? ¡No le queremos obedecer porque
ya no es nuestro rey, y como a vil hombre le hemos de dar el
castigo y pago!
El dueño de esa voz alzó también el brazo y disparó una
flecha; los caudillos siguieron su ejemplo. Un toldo de fle chas, de gritos y de piedras se hizo sobre Moctezuma.
Brazo y voz eran de Cuauhtémoc.
Otro suceso conmovedor para los derrotados indígenas y para los invasores fue la expresión de Cuauhtémoc
después de ser perseguido y atrapado por los arcabuceros
y los ballesteros de Juan García Olguín:
-¡No tiren -dijo-, que soy el señor de México y destas
tierras, y lo que te ruego es que no me lleves a mi mujer ni
a mis hijos, ni a ninguna cosa de los que aquí traigo, sino
que me tomes a mí y me lleves a Malinche!
Y visto por los caudillos que estaban en tierra firme o
iban en las canoas, soltaron lágrimas y gritaban:
- ¡Ay! ¡Ahí va el joven señor Cuauhtemoctzin! ¡Va a someterse a los dioses, a los españoles!
Trajeron al señor a las azoteas de la casa de Aztuatzin,
donde le esperaba Malinche. Los españoles mostrábanse
asombrados. Le colocaron frente a la casa, le cogían las
45
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LOS
TLAXCALTECAS
manos. El hijo de Ahuízotl se adelantó al capitán y con palabra dura y el rostro impasible, dijo:
- Señor: he cumplido con lo que estaba obligado en defensa de mi ciudad y mis vasallos, y no puedo más. Y pues
vengo por fuerza y preso ante tu persona y poder, has de mi
lo que te plazca ...
Con rápido ademán, que Malinche no pudo impedir, el
señor arrebató del cinto del capitán un puñal y volviéndolo
por la empuñadura a don Hernando, agregó:
- ... ¡Toma luego este puñal y mátame con él!
El capitán le acarició el cabello, le hizo sentarse junto a él,
bajo las colgaduras rojas, y dijo que dispararan los cañones sin
apuntar a nadie. Por sobre las casas y las cabezas de la gente,
las balas pasaban sin herir e iban a perderse en el lago. Malinche preguntó por los demás: ¿Dónde estaba Tecuichpo y
Tetlepanquetzin? Por voz de doña Marina, dijo Cuauhtémoc
que todos se habían quedado en la canoa, y les hicieron venir.
También para ellos tuvo el capitán palabras de halago.
Y los dioses callaron, y los poetas pregonaron la tragedia con tristes estrofas y, de las lujosas mansiones y de los
sagrados oratorios sólo quedaron los escombros; por lo
tanto, parte de la nobleza y casi todos los aguerridos mexicas habitaron el Mictlan. En esos terribles días, tampoco
se salvaron ancianos, mujeres e inocentes niños.
Por otra parte, León-Portilla, en pocas palabras, describe el desenlace:
A."
LOS
AZTECAS
El sino fatal se había cumplido. Para el mundo náhuatl
había llegado el final de esa "quinta edad o Sol en que se vive''.
Los tesoros de oro y plata, las obras de jade, los libros de
pinturas, los plumajes de quetzal, los palacios y templos y,
en una palabra, todas sus "flores y cantos" habían sido arrebatados o destruidos para siempre.
Una de las acciones más infames que se le atribuyen a
Cortés fue permitir que les quemaran los pies con aceite
al último Emperador Azteca, a Tetlepanquetzin, Señor de
Tlacopan "y a otro caudillo cuyo nombre olvidó la historia" -el verdugo fue un tal Julián de Alderete-. Querían
saber dónde estaban los demás tesoros de Motecuhzoma;
no lograron su propósito.
Posteriormente, el conquistador y su numerosa tropa
decidieron ir a las Hibueras -Honduras-; y de paso, se
llevaron a varios prisioneros mexicas. Cerca del pueblo
de Itzancanac, en plena selva y al sospechar una rebelión
indígena, el jefe de la expedición ordenó ahorcar y decapitar a Cuauhtémoc.
Ese día también fue ajusticiado Tetlepanquetzin. Las
crónicas señalan el 28 de febrero de 1525, fecha del homicidio del ''Águila que desciende''.
EL
U:.Jlft,tV
D E LOS TLA XCALTEC AS
7. MAS CULTURA MEXICA
La guerra sagrada
A través de sangrientas guerras, los mexicas conquistaron
38 provincias. Ese poderoso ejército sometió a bastantes
aldeas de Mesoamérica. Fueron varios los motivos por los
que peleaban: el económico, recibir tributos de los pueblos dominados; el religioso, capturar a sus adversarios
para sacrificarlos en honor de sus dioses y para entrenarse
frecuentemente en las artes marciales. A Motecuhzoma
Xocoyotzin se debe la construcción de un monumento
para conmemorar la guerra sagrada. También "debemos
tomar en cuenta que para los mexicas la guerra no era una
actividad destructiva; sino que, mediante ella se nutría al
Sol y a la Tierra, además de que se propiciaba la regeneración de la vida''.
La religión (sus dioses)
Desde que los aztecas salieron de su isla para buscar mejores horizontes, los acompañaba Huitzilopochtli -su
dios principal-. Con el tiempo fueron apareciendo más
deidades:
Tonatiuh, dios del Sol; Tláloc, dios de la lluvia; Ehécatl,
dios del viento; Xippe Totec, señor de la renovación de la
tierra; Tezcatlipoca, dios que daba y quitaba la riqueza;
Xiuhtecuhtli, señor de la sequía; Coatlicue, señora de la
Falda de Serpiente, madre de los dioses, diosa de la tierra,
de la vida y de la muerte; Xilonen, diosa del maíz tierno;
48
LOS
AZTECAS
Coyolxauhqui, diosa de la luna; Tlaltecuhtli, diosa de la
tierra. Tenían dioses de la medicina, de la guerra, del inframundo, de la cacería, de la embriaguez. En Arqueología
Mexicana número noventa y uno, Guilhem Olivier realiza
un estudio del politeísmo azteca, su artículo se titula: Los
"2000 dioses" de los mexicas.
Su alimentación
En sus inicios los aztecas vivían de la caza y de la pesca.
Atrapaban, para alimentarse: patos, codornices, pavos
silvestres; conejos, venados y una gran variedad de mamíferos; de la laguna que los rodeaba sacaban con redes
rústicas y lanzas puntiagudas, nutritivos pescados.
Muchos años después y estando en tierra firme, practicaron la agricultura; consumían productos que ellos mismos cultivaban: maíz, frijol, ayocote, calabaza, camote y
recolectaban frutos del campo y del bosque.
Posteriormente descubrieron el pulque y fumaban tabaco; asimismo y como un ritual religioso y social, llegaron
a comer carne humana.
La medicina
La herbolaria es universal. Las plantas medicinales van y
vienen por los cinco continentes para curar los males de
la humanidad:
"La investigación en materia de medicina (ticiotl), junto
con la curación y prevención de enfermedades (cocolli o
49
El
U:.111[,tl/
DE
LOS
TLAX C ALTE C A S
cocollalilia), era primordial para la sociedad prehispánica.
Equiparable, quizá, al lugar que tenía la medicina europea;
no obstante, la cantidad y efectividad de los preparados
conocidos por los antiguos mexicanos exhibía una riqueza
excepcional. La base de su medicina fue herbal:'
Los aztecas utilizaron el árnica, la flor de tila, la hierbabuena, la manzanilla, la sávila, la valeriana, las hojas y las
semillas del eucalipto, del alcanfor y muchas más.
Elí de Gortari, al hablar de la "medicina milenaria" proporciona más información sobre este asunto; he aquí otro
fragmento de su investigación:
Los remedios eran preparados con las cortezas de los árboles, sus raíces, troncos, hojas, flores, frutos y semillas. Aprovecharon las plantas que crecían en sus dominios, e incluso
mandaban traer especies lejanas que eran cultivadas en sus
jardines botánicos; en ellos se enseñaba el uso y preparación
de las plantas, y cuando un remedio resultaba eficiente lo
hacían de conocimiento general, para que cada familia y grupo pudiera utilizarlo. En cada casa se destinaban un espacio
para un pequeño huerto de hierbas medicinales.
Los médicos indígenas eran capaces de elaborar con tales
ingredientes extractos medicinales, lavatorios, gargarismos,
polvos, emplastes, ventosas e incluso píldoras.
En los casos en que el mal persistía, efectuaban intervenciones quirúrgicas. En este campo destacan sus avances en
cuanto a la extirpación de tumores, reducción de fractura s
50
LO
AZTECAS
luxaciones, amputaciones y suturas, utilizando un tipo de
anestesia parcial.
La lengua náhuatl
Las regiones en donde se habló y actualmente se habla esta
maravillosa lengua "de sonidos suaves y melodiosos'; de prefijos y sufijos agradables, son: El Estado de México, Puebla,
Veracruz, Guerrero, Hidalgo, Tlaxcala, Morelos, Oaxaca,
Michoacán, Jalisco, Durango, San Luis Potosí y el D.F.
Esta forma de comunicación oral está emparentada con
algunas lenguas del norte de México y del sureste de los
Estados Unidos; además, contribuyó con una infinidad
de vocablos -habría que revisar, por mencionar un caso,
el diccionario de Rémi Simeón- que han enriquecido a
la lengua española. También fue la forma de expresión
poética de Xicohténcatl el Viejo, de Tecayehuatzin, de
Axayácatl, de Nezahualcóyotl por citar a cuatro grandes
de las letras.
Bellos ejemplos se localizan en la poesía, en los cantos
aztecas y en los discursos nahuas. Los siguientes dos fragmentos relacionados con las pláticas -consejos- que los
padres les hacían a sus hijos fueron tomados del Libro VI,
capítulo 21 localizados en la obra de Fray Bernardino de
Sahagún; el primero, con elegantes metáforas, se anexa
tal y como se halla en su construcción nativa; el segundo,
es una traducción al castellano hecha por el autor quien
toma en cuenta las exigencias sintácticas que nuestro
idioma requiere:
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EL
eó:.111(,,/V
DE
LO S
TLAX C AL T E CAS
"Los pequeñitos mueren: jades, turquesas, joyas mueren: no
van al lugar de espantos: allí está el aire cortante y helado:
sitio de los muertos. Van a la casa del sol, la casa del Señor
de nuestra vida: viven junto al Árbol de nuestra vida: chupan miel en las flores del sol: viven en el Árbol de nuestra
vida: en él chupan miel:'
"Los niños que mueren en su tierna edad, que son como
unas piedras preciosas; éstos no van a los lugares de espanto
del infierno, sino van a la casa del dios que se llama Tonacatecuhtli, que vive en los vergeles que se llaman Tonacacuauhtitlan, donde hay todas maneras de árboles y flores y frutos,
y andan allí como zinzones, que son avecitas pequeñas de
diversos colores que andan chupando las flores de los árboles" (o. c. 1956, 11, p. 144).
El comercio
Las actividades comerciales de los aztecas, después de
establecerse en Tenochtitlan, se llevaron a cabo, principalmente, del Valle de México hacia el sureste del país.
Algunos de los lugares con los que intercambiaban sus
productos -además de recibir los tributos de las provincias sometidas-, fueron: Tochtepec, Xicalango, Mérida,
Acalan, Xoconochco, Bahía de Chetumal, Golfo de Honduras y otros tianguis de Centroamérica.
De manera que, a los mexicas nunca les faltó ni alimentación ni materiales indispensables para el bienestar de la
nobleza y de su pueblo.
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LOS
AZTECAS
Clases sociales
La civilización azteca estuvo formada por tres clases sociales: el Primer Grupo lo formaban los nobles, los sacerdotes y los guerreros; ellos controlaban el Estado, la
religión, la guerra y los tributos. El segundo grupo lo integraban los comerciantes, los artistas y los artesanos; a
éstos no se les permitía tener algunos bienes y no pagaban
tributos. El tercero, el más numerosos, lo representaban
los tributarios, los campesinos, los cargadores o tlameme
y los esclavos o tlacotin.
Sus creencias
Todas las culturas de la humanidad han tenido sus propias
religiones, sus mitologías; algunos ejemplos los encontramos en los egipcios, los griegos, los mayas, los aztecas; al
respecto, éstos últimos tenían muy arraigadas sus creencias. El cuaderno rojo número 4 publicado por el Museo
Nacional de Antropología, en pocas palabras nos dice
mucho acerca de este caso:
Los mexicas creían que habían existido cuatro eras anteriores a aquella en que vivían. Los llamaban Sol de Tigre, Sol
de Viento, Sol de Lluvia (de fuego ), y Sol de Agua. En ellas
vivieron hombres distintos y al Sol lo encarnó diferente dios:
Tezcatlipoca, Quetzalcóatl, Tláloc y Chalchiuhtlicue, respectivamente. Cada humanidad se había destruido por una catástrofe: los hombres del primer Sol fueron comidos por tigres,
los del segundo llevados por vientos, los del tercero murieron
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EL
(/S:.Jlft,tVDE LOS TLAXCALTECAS
quemados y los del cuarto desaparecieron ahogados. De cada
humanidad se salvó una pareja que engendró a los hombres
de la siguiente Era. Testimonio de esta creencia son las cuatro
caras de la piedra llamadas de los soles, que tienen esculpidos los jeroglíficos de los nombres de los soles.
También creían, los protegidos de Huitzilopochtli, que
vivían en la quinta era; bajo el amparo del Quinto Sol "4
movimiento''. Este segundo párrafo, no menos importante
que al anterior, fue tomado del citado ejemplar y concluye
con interesante información:
Al destruirse el cuarto Sol. Desapareció la humanidad entera
por lo que los hombres tuvieron que ser nuevamente creados por los dioses en la quinta era. Quetzalcóatl rescató los
huesos de aquéllos y los vivificó con su sangre, y los demás
dioses impulsaron al Sol con su autosacrificio. Este Sol sellamó de Movimiento y fue encarnado por Tonatiuh al que los
hombres ofrendaban los corazones de los sacrificados para
corresponder al sacrificio de sus creadores. Creían que esta
era terminaría con fuertes sismos, de donde viene su nombre y su jeroglífico está representado en la parte central del
"Calendario Azteca''.
Su escritura
La comunicación escrita de los aztecas era a base de pictogramas -significaba lo que representaba- e ideogra·
mas -sus significados eran más complejos-; es decir
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LO S
A ZTEC A S
empleaban signos jeroglíficos. En ocasiones estos dibujos
indicaban sonidos vocales.
Una de las funciones de los tlahcuilos era hacer libros, su
tarea consistía en diseñar códices para preservar su cultura.
Los códices mexicas son: el Borbónico, el Tonalámatl de
Aubin, el Magliabecchiano y la Tira de la Peregrinación.
Fueron varios los materiales que utilizaron esos pintores pára elaborar sus rollos o tiras: la piel curtida de animales -venados-, el amate o papel indígena tomado de
la corteza de los árboles, los pinceles de pelo de conejo y
las pinturas de origen mineral.
Los temas que trataban esos manuscritos prehispánicos, eran: literarios, cómputos de su calendario sagrado,
rituales religiosos, matrículas de los tributos recibidos,
linderos de sus tierras, mapas y, contaban basándose en
el número 20.
Las bellas artes
Los mexicas fueron grandes arquitectos, sus monumentos
religiosos, construidos con un solo basamento, servían
para realizar sacrificios y adorar a sus deidades.
Eran verdaderos escultores. Vale la pena visitar la Sala de
la Cultura Mexica, correspondiente al Museo Nacional
de Antropología. Las pinturas que plasmaron en códices
y en edificios eran de un atractivo incomparable. De los
colores de su preferencia sobresalían el verde esmeralda, el
azul turquesa, el rojo, el amarillo, el blanco y el negro. De
sus instrumentos musicales utilizados en sus festejos y en
SS
EL
U:Jlft,/V
DE
LOS
TLAXCALTECAS
sus rituales, destacan: el teponaztli de madera, las flautas
de barro, los silbatos, las sonajas y los caracoles marinos.
De sus poetas, cuyas gratísimas estrofas se conservan a la
fecha, brillan: Tochihuitzin, Axayáctl, Macuilxochitzin y
Temilotzin. A la danza también le dieron su importancia.
Los danzantes, luciendo elegantes indumentarias, tenían
una misión delicada: divertir a su pueblo, deleitar a la nobleza y venerar a sus dioses.
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LOS TLAXCALTECAS
8.
9.
10.
11.
12.
Sus orígenes
La peregrinación
Los tecuhtlis de los cuatro señoríos
Los señores que recibieron a Cortés
Rasgos culturales
"... dizque les decía [su dios],
no alumbrará el sol, no amanecerá,
no estaremos aquí. Vayámonos al oriente"
"... y subieron a la cima del cerro,
. al así llamado Texcalticpac"
(Origen de la nación tlaxcalteca)
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EL
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DE
LOS
TLAXCALTECAS
8. SUS ORÍGENES
Hablar del origen de los tlaxcaltecas es caer en el terreno
de las leyendas. A la fecha, los cronistas no han unificado
criterios para esclarecer el enigma. La Historia Tolteca
Chichimeca o Anales de Cuauhtinchan -fuente confiable de información- habla de un mítico paraje llamado
Chicomóztoc "lugar de las siete cuevas''. Ahí habitaron siete grupos étnicos; Malpantlacas, Texcaltecas, Cuauhtlinchantlacas, Totomihuaques, Zacatecas, Acolchichimecas
y los Tzauctecas.
Por otra parte, el Códice Ramírez asegura que "las siete cuevas están representadas por siete círculos y en cada
uno de ellos se ve un grupo de indios, hombres y mujeres"; las siete tribus son: Xuchimilcas, Chalcas, Tepanecas, Culhuas, Tlalhuicas, Tlaxcaltecas y Mexicanos. Además, el Códice Vaticano presenta el dibujo de las siete
cuevas del citado lugar.
Acerca del factible lugar donde se ubica Chicomóztoc,
La historia Tolteca Chichimeca, nuevamente afirma: "En la
actualidad, en la Sierra Negra, el Kowatépetl es concebido
como una montaña de siete cuevas, de las cuales salieron,
en tiempos míticos, los antepasados de los nahuas de la
región''.
Otro cronista sostiene que Chicomóztoc está situado,
probablemente, al Oeste o Noroeste de Tollan (Tula, Hidalgo). Alguien.más que no quiso profundizar en el caso y
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LOS
TLAXCA L TEC A S
para salir del paso, argumenta: Chicomóztoc se encuentra
situada en alguna parte de Mesoamérica.
9. LA PEREGRINACIÓN
Los investigadores han asegurado que los primeros pobladores que llegaron a esta provincia fueron los olmecasxicalancas y se establecieron en lo que hoy es Nativitas,
Xochitécatl, Xiloxochitla, Texoloc y Tenanyecac.
Ya se mencionó que los teochichimecas o tlaxcaltecas habitaron una de las siete cuevas de Chicomóztoc. En el caso
de los aztecas que vivieron en ese mismo lugar, una versión
asegura que cuando iniciaron su viaje hacia el Valle de México, Huitzilopochtli les dio la orden de salida. En relación a
los tlaxcaltecas, se dice que al emprender su peregrinaje los
acompañaba y los protegía su dios Camaxtli; también
los guiaba un guerrero llamado Ce Tecpatl Oconenetl. Los
Historiadores agregan a otros dirigentes: Mixcóhuatl,
Hueytlapatli, Pántzin y Cocótzin. Asimismo, señalan los
códices que el primer sitio en el que se instalaron temporalmente en el año de 1208 fue Poyahutlán, ubicado en
unos llanos cerca del lago de Texcoco y de Chimalhuacán
pero se sabe que en 1350 fueron expulsados del poblado
por Quinatzin.
Debe señalarse que en sus andanzas la tribu experimentó pobrezas y contratiempos y para subsistir se volvieron
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EL
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DE
LOS
TLAXCALTECAS
cazadores, recolectores de frutas silvestres y en ocasiones
tuvieron que enfrentar a sus enemigos.
Sobre estos caminantes, el volumen 1v capítulo 11 p. 63
de la Enciclopedia México a través de los siglos, afirma:
"Muñoz Camargo, el cronista tlaxcalteca, nos da una confusa cronología india de estos sucesos, que procuraremos
aclarar" -y no lo han aclarado del todo-.
Sin embargo, la Historia de Tlaxcala de Muñoz Camargo presenta una relación de nombres de lugares que en su
éxodo, los peregrinos fueron pasando antes de llegar a su
meta - Al Ing. D. Alberto Escalona Ramos se le atribuye la
descripción de la ruta que siguieron los tlaxcaltecas desde
el valle de Poyahutlán hasta la cumbre de Texcalticpac-.
Al mismo tiempo, en ese volumen se anexa el mapa que
confirma la siguiente lista:
Acolhuacán.
Tianguismanalco. ·
Huexotla.
Pedregal de los frailes.
Tequisguinahuac.
Cal pan.
Coatlinchán.
Nealtican.
Cuauhtlalpan.
Huejotzingo. :..=::.==~~
Coatepec Chalco.
Acuautla.
TeP,eyeca".::c::
. ======:.=;;;
Texmelucan.
Chalco.
--..::::::==:;::::::~
Tlalmanalco.
Amecameca.
Tenanyecac.
Xochitécatl.
Ozumba.
Cacaxtla.
-=====;:=::;:::::;::
===--=========:=:;.;;:;
Chimalhuacán.
Xiloxochitla.
Atlauhtla.
Yancuitlalpan.
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LOS
Tecomaxuco.
Ecatzingo.
Achichipilco.
Texcala
Ocoxaltepec.
Tetela del Volcán.
Zaculpan de Amilpas.
Cohuecan.
Huaquechula.
Tochimilco.
Atlixco.
TLAXCALTEC A S
Mixco.
Xocoyucan.
Ixtacuixtla.
Xilotepec.
Tetlatlahuca.
Hue alcalco.
Texococ.
Contla.
Texcaltig>ac.
Tlaxcallan.
Tlaxcala de los Xicohtencatl.
10. LOS TECUHTLIS DE LOS CUATRO SEÑORÍOS
Ya los cronistas: Muñoz Camargo, Alfredo Chavero, Antonio Peñafiel, Luis Nava y otros; han tratado en sus obras
el asunto de los señoríos y las fechas de sus fundaciones.
Ahora bien, antes de entrar en materia, primero se debe
hacer el siguiente recordatorio en relación a las cuatro
cabeceras:
De Texcalticpac "despeñadero" (Tepeticpac, Texcalla,
Tlaxcalla o Tlaxcala), se pregona que este primer señorío
fue fundado en 1380 por un grupo de teochichimecas que
se establecieron en la cima del Cuautzi; un agradable cerro desde donde se contempla el Matlalcueye, el hermoso
valle y las arboledas que adornan las riberas por donde se
deslizan las tranquilas aguas del Zahuapan.
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EL
U:.J~tl/
D E
LO S TLAXCALTECAS
Ocotelulco, el segundo señorío, nació de una fracción
del anterior, lo fundaron en 1385 en una hospitalaria loma
menos alta que la primera y situada al sureste de Tepeticpac. Se dice que fue un "lugar de tlateles ó templos del
ocotal, ó árbol del ocote''.
Tizatlán, el tercer señorío, histórico y singular, fue habitado por primera vez en 1392 por nuevo grupo de teochichimecas. En el centro de esa cabecera los primeros
pobladores construyeron escalinatas, levantaron un adoratorio y pintaron en muros, parte de su historia.
Quiahuiztlán, el cuarto señorío, fue fundado por otro
grupo emprendedor en 1396. Camaxtli también fue venerado por esos teochichimecas y fue representado por
ídolos de piedra y de barro -cabe aclarar que en la región
también hubo señoríos menores-.
En seguida se agrega un párrafo de la obra de Peñafiel,
en él se describen las divisas y las armas principales de
esos señoríos:
Los nombres de los cuatro barrios ó cabeceras de Tlaxcala
eran expresados por sus cuatro enseñas de combate, pintadas
sobre el signo tecpan, ó palacio, residencia de la señoría.
Tepecticpac era figurada por un pájaro, con un abanico
de plumas verdes á guisa de cola, en el Lienzo de Tlaxcala;
pero sus armas y divisa, según Muñoz Camargo, eran un
lobo feroz con arco y flechas en una mano, parado sobre
unas peñas.
LOS
TLAXCALTEC AS
Ocotelulco, por medio de una grande ave amarilla con las
puntas de las alas, hombros y cola verdes de preciosas plumas de quetzal y dos ó tres ojos de oro, sobre los hombros,
y otro en la raíz de la cola: esta bandera era el gran distintivo guerrero de los tlaxcaltecas, cubría el cuerpo del portaestandarte; esa garza ó pájaro se llamaba Quetzaltototl.
Tizatlán llevaba por distintivo una garza blanca.
Quiahuitztlán o Tlalpitzahuacán, tenía por glifo y por enseña en las batallas un enorme abanico de plumas rojas llamado cuetzalpatzactli.
Tlaxcala esta expresado en el "Lienzo" de este nombre
por medio de jeroglífico compuesto de una tortilla, que es
el pan nacional, entre dos manos, sobre un cerro, que expresa lugar habitado.
Después de presentar lo más notable de los cuatro pueblos, es preciso dar a conocer los nombres de los señores
que fundaron esta provincia y los nombres de los señores que presenciaron la llegada de Cortés y su gente:
1ª, Cabecera de Tepeticpac
1er Señor de este señorío, Culhuatecuhtli-Cuanez.
2° Tecallihuehue.
3° Teiztlacahuatzin.
4° Umacatzin.
5° Tlehuexolotzin. ·.~
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EL
u:y~t[/
D E
LO S TLAX C ALTE C AS
2ª, Ocotelulco
1cr Señor Teyohualminqui-Chichimeca, tecuhtli, después
con el nombr de Cuicuizcatl-techichimecatl.
2° Tlailotlac-tetzpantzin.
3° Acatentehua.
4º Tlacomihua.
5° Xipincotlitzin-Cuitlizcatl.
6° Tlepapalotzin.
7° Maxichcatzin-Tianquiztlatohuatzin. >:<
3ª, Tizatlán
1º Xayacamachán, el fundador.
2° Zozocyaotequihua.
3° Aztahua-tlacaz-calli.
4° Xicoténcatl el viejo."~
4ª, Quíahuíztlán ó Tlapítzahuacán
1c r Señor Mixquitl.
2° Timaltecuhtli.
3° Tozcoyahua-tecuhtli.
4° Cohoatzin-tecuhtli.
5° Quetzalhuitzin.
6° Zacaucatzin.
7° Iyaltzinteohua-tecuhtli.
8° Citlalpopocatzin. ~.~
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L OS
TLAXC A LT .E C A S
ll. LOS SEÑORES QUE RECIBIERON A CORTÉS
Los historiadores de Tlaxcala pregonan con agrado los
nombres de los señores que gobernaban tranquilamente
días antes del arribo de gente ambiciosa, extraña y belicosa. A continuación se presentan a estos cuatro comandantes de hombres:
"Guajolotito de fuego''. Antes de ser
aceptados y después de tres combates librados con los europeos, este gobernante "buscaba términos medios''. Deliberaban acerca del recibimiento de un ejército desconocido.
TLEHUEXOLOTZIN
"El que con la mano orina agüita" -el más
joven de los cuatro-. Era el jefe del ejército y "opinó por
recibir a los extranjeros porque eran enemigos de Moteczuma, y ofrecían ayudar a los tlaxcaltecas contra los
mexicas''.
MAXIXCATZIN
"El d~l labio grueso o labio de
jicote''. Por su edad y por estar casi ciego -cumplía más
de noventa años- no tenía mando en la tropa; sin embargo, contradijo a Maxixcatzin, "exponiendo los peligros
de recibir a esos hombres extraños que parecían monstruos, y recordando el deber de morir por la patria y por
los dioses''.
XICOHTÉNCATL EL VIEJO
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EL
U:.ylf(;~
DE
LOS
TLAXCALTECAS
"Estrellita que arroja humito''. A fin
de cuentas, este cuarto señor apoyó la decisión de lamayoría. Y aceptaron la llegada de los españoles.
CITLALPOPOCATZIN
Otro detalle relevante que no debe pasar inadvertido lo
explica la Lámina Octava del Lienzo de Chavero. La pintura se refiere al bautizo de los tecuhtlis tlaxcaltecas. En esa
ocasión el capellán Juan Díaz ofició el acto -Fray Bartolomé de Olmedo no intervino por estar enfermo-.
Cortés aparece sentado en una silla y en su mano derecha presenta un crucifijo, arriba se observa la imagen de
una virgen colgada en la pared, atrás está doña Marina y un
soldado; al otro lado, tres muchachos indígenas y tres capitanes de don Hernando presencian el mandamiento, uno
de ellos detiene una vela encendida mientras los cuatro
señores de Tlaxcala esperan arrodillados.
Los padrinos fueron: Hernán Cortés, Pedro de Alvarado, Gonzalo de Sandoval y Cristóbal de Olid. A Xicohténcatl el Viejo lo llamaron Vicente; a Maxixcatzin,
Lorenzo; a Citlalpopocatzin, Bartolomé y a Tlehuexolotzin, Gonzalo.
12. RASGOS CULTURALES
Los detalles de la guerra
Este es un tema obligado ya que los teochichimecas, descendientes de las tribus nahautlacas, fueron guerreros por
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LOS
TLAXCALTECAS
naturaleza. También se sabe que después de abandonar
una de las siete cuevas en busca de mejores horizontes,
los consentidos del Dador de la vida atravesaron desiertos,
ríos, montes; padecieron hambres y, sobre todo, antes de
arribar a su destino, tuvieron que combatir con otros pueblos: los poyahutlecas, los aztecas, los huexotzincas.
Un dato digno de mención se suscitó en el año 1455;
Nezahualcóyotl y Xicohténcatl -en ese tiempo eran muy
jóvenes-, siendo jefes de sus señoríos, pactaron las memorables guerras floridas. Antes de los encuentros bélicos,
los contendientes preparaban trajes nuevos y vistosos: en
sus tocados lucían plumerías de colores y, en el caso de los
capitanes, sus divisas -banderas. que llevaban al combate- eran blancas y rojas .
Un grupo selecto, durante los encuentros, tocaba teponaztlis, flautas , caracoles y bocinas que acompañaban a exagerada gritería. Y sus armas eran: rodelas, arcos, flechas,
hondas y lanzas, principalmente.
La religión
No nada más la religión mexica fue exclusiva de los mexicanos, la influencia de sus dioses llegó más allá de las provincias conquistadas. Los teochichimecas, por vivir cerca
de ese imperio, fueron atraídos por sus cultos y terminaron
adorando a las divinidades de sus poderosos vecinos.
Al mismo tiempo, los tlaxcaltecas tenían otros dioses:
De los ríos, de los campos, de las fuentes , del viento, del
día, de la noche, de los montes, del sol, de la luna, de la
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EL
U:Jllf,,~
DE
LOS
TLAXCALTECAS
cacería. Esas imágenes que en ocasiones enterraban en los
campos o colocaban en sus altares eran de madera, barro,
mármol, cristal, turquesa, amatista -pocas veces de jade
"chalchihuitl" -.
Los rituales de los teochichimecas en cuanto a devoción se refiere, eran muy parecidos a los de los aztecas.
Asesinaban a los niños recién nacidos para ofrendarlos
en los templos o sacrificaban a los prisioneros para presentarlos a sus dioses.
Pero, en forma particular, los tlaxcaltecas veneraban a:
Xochiquetzalli "flor preciosa'; diosa del amor, de las flores
y de las artes; Matlalcueye "Diosa de las hechicerías y de
las adivinas"; Xochitecacíhuatl "Diosa de la mezquindad
y de la avaricia"; Toci "Nuestra abuela"; Tezcatlipoca "Espejo humeante"; Tláloc "Dios de la lluvia"; Camaxtli -su
protector principal- "Dios de la cacería"; el mismo Xipe
Totec (Teotloquenahuaque, también fue honrado en estas regiones).
Las fiestas
Según Fray Diego Durán, cada año, el seis de octubre, los
lugareños organizaban una gran fiesta en honor de Xochiquetzalli:
La figura de esta diosa Xochiquetzalli era de palo; en la cual
estaba figurada una figura de mujer moza, con una coleta de
hombre cercenada por la frente y por junto a los hombros.
Tenía unos zarcillos de oro, y en las narices un joyel de oro
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LOS
TLAXCAL T ECAS
colgado, que le caía sobre la boca. Tenía en la cabeza una
guirnalda de cuero colorado; tejida una trenza de la cual a los
lados salían unos plumajes redondos muy galanos, verdes, a
manera de cuernos . Tenía una camisa azul, muy labrada de
flores tejidas, y plumería, con unas naguas de muchos colores. En ambas manos tenía dos rosas labradas de plumas,
con muchas estampitas de oro, como pinjantes, por todas
ellas y tenía los brazos abiertos, como mujer que bailaba.
El mismo religioso comenta que los indígenas adornaban su altar con rosas perfumadas y en seguida varias
doncellas, estrenando ropajes alusivos, bailaban y cantaban como parte del ritual.
Otros cronistas reseñan una fiesta que los vecinos le
hacían a Camaxtli. Muñoz Camargo anota en su libro una
referencia importante acerca de este personaje. Antonio
Peñafiel, en su historia, lo describe imponente:
La figura del ídolo era de palo, y representaba un indio de
buena estatura, de ancha frente, negra ó enmascarada, corona
de plumas en la cabeza, larga cabellera con una red envuelta; las narices atravesadas por una piedra delgada llamada
beril; en los brazos llevaba brazaletes de plata á manera de
ataduras, con tres flechas encajadas en ellos, un brazalete
para cada brazo; una piel de conejo en el pecho; en la mano
derecha una red ó esportilla donde cargaba la comida que
llevaba al monte cuando iba á cazar, en la izquierda un arco
y flechas , en la cintura un galano braguero y zapatos en los
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EL
eó~lft,/VDE
LOS
TLAXCALTECA S
pies. Todo el cuerpo tenía rayado de arriba abajo de rayas
blancas con la tierra llamada tiza ó tizatl, nombre que da el
suyo á Tizatlán, del color blanco de la tierra formada de infusorios fósiles .
Igualmente se cuenta que a un joven lo vestían como
a su dios; después, él y algunos cazadores emigraban con
sus armas. Los que traían alguna presa recibían reconocimientos y regalos; en seguida, asaban la carne y todos
participaban del banquete. Más tarde, danzaban frenéticos, gritaban entusiasmados y por último, los sacerdotes
sacrificaban prisioneros al Creador.
Por otra parte, cuando fallecía algún tecuhtli o alguna
persona principal, después de la ceremonia, preparaban
grandes fiestas que duraban muchos días.
El comercio
En el tianguis de Ocotelulco, uno de los más importantes de la región por los variados productos que se ofrecían diariamente, los tlaxcaltecas realizaban el trueque
o la compraventa de los comestibles más indispensables,
tales como: maíz, frijol, calabaza y se alimentaban de la caza,
de la pesca, de la recolección de frutos y hasta los Xoloitzcuintlis -perros sin pelo- se tragaban.
De igual modo, los pochtecas -comerciantes-, con
la ayuda de los esclavos que hacían el papel de tamemes
-cargadores-, llevaban a distintas provincias: semillas, legumbres, utensilios y, de paso, traían de aquellos
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LOS
TLAXCALTECAS
poblados -Cempoala, Coatzacoalcos, Tabasco y de los
Tuxtlas-: cera, mantas, miel y variados alimentos para
cubrir sus necesidades o para revenderlos en la concurrida plaza.
También se sabe que en ese mercado se vendían esclavas y esclavos jóvenes con diferentes fines.
Tanto fue el prestigio del citado centro comercial que
los aztecas lo envidiaban a pesar de que tenían uno cerca,
el popular tianquiztli de Tlaltelolco.
La educación
Platicar sobre la educación de los indígenas de la región, es
volver a evocar dos escuelas principales de Mesoamérica:
el Calmecac y el Telpochcalli. La influencia de estas instituciones llegó a la mayor parte de provincias controladas por
los mexicas. En relación a los cuatro señoríos, la enseñanza
de los niños empezaba desde el hogar; en tanto que, los Temachtiani -los que hacen que los otros sepan algo- y los
Tlamatini -los maestros, los sabios-, en sus respectivos
plateles se responsabilizaban de los aprendizajes.
En el Huehuetlahtolli -se habla a través de la palabra y
el discurso- brilla la exhortación que los padres hacían a
sus hijos en relación a las costumbres, modales, ritos, casamientos, religión, guerra. Lo mismo sucede con las madres,
éstas tenían la obligación de darles una serie de recomendaciones y consejos a sus hijas.
La educación física para los jóvenes se ejercitaba en
las escuelas populares citadas con anterioridad y en los
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E L f!,S:.Jlft,1(,- DE
LOS
TLAXCALTECAS
diferentes barrios o calpulli correspondientes a la República de Tlaxcallan.
La administración
En relación a este asunto, se sabe que cada tecuhtli administraba libremente a su pueblo. "El jefe de la cabecera tenía el mando supremo de su estado"; es decir, el
gobierno interior era independiente. Sólo en el caso de
la impartición de justicia, los cuatro señores de Tlaxcala
deliberaban para sancionar severamente: la embriaguez
y la mentira, el adulterio, el robo, el homicidio y; la falta
de respeto a los padres, casi siempre se castigaba con la
muerte o el destierro.
La República estaba organizada en: Barrios, cada uno
tenía su representante; Feudos, en ellos se hacían contratos mediante los cuales los señores daban temporalmente
a sus vasallos una fracción de tierra a cambio de fidelidad
y un modesto tributo y; Mayorazgos, los padres estaban
obligados a dar posesión de algunos bienes a favor de sus
hijos mayores. Mas cuando tenían que defender su territorio por alguna invasión -éstas eran frecuentes-, los
señores nombraban a un jefe de los ejércitos.
Las clases sociales
Antes de la presencia de los europeos -1519-, esta
provincia estaba constituida por tres grupos principales,
tres clases sociales: El primero lo integraban los tecuhtlis,
los sacerdotes y los guerreros, su función era adminis72
LOS
TLAXCALTECAS
trar los señoríos. El segundo lo formaban los comerciantes,
los artistas y los artesanos; éstos no gozaban de privilegios como la clase dominante. El tercero lo representaban
los campesinos -los peones labraban la tierra y pagaban en especie a los señores-, los vasallos y los siervos.
Fray Toribio de Benavente, Motolinia, consideraba "gente
común" a los plebeyos.
Las bellas artes
Durante la época prehispánica, los tlaxcaltecas también
cultivaron las bellas artes: Acerca de la arquitectura, construyeron un palacio en Texcalticpac; además, los indígenas
edificaron sus teocallis para realizar sus ritos.
Sobre la escultura se cuenta que modelaban a sus dioses
con diferentes materiales. No nada más en los cuatro señoríos y en Xochitécatl se trabajaba la cerámica -platos,
vasos, ollas, vasijas-, en otros señoríos menores se practicaba la alfarería. En relación a la pintura, tenemos dos
ejemplos: los murales de Cacaxtla y la Pintura del Mural
Sur del Altar Oriente del Templo de Tizatlán. Los instrumentos para interpretar la más hermosa de las bellas artes, la música, eran: el teponaztli, el huehuetl, la flauta de
barro, los silbatos; éstos eran prioritarios para ejercitar la
danza. En cuanto a la poesía náhuatl, hubo cinco poetas
representativos, cuatro de Tizatlán y uno de Ocotelulco:
Xayacamachan, Xicohténcatl el Viejo, Motenehuatzin,
Camaxochitzin y Cuitlixcatl.
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UNA TEMÁTICA OBLIGADA
13.
14.
15.
16.
17.
18.
19.
20.
Las guerras floridas
Tlahuicole
Los tributos al imperio azteca
El bloqueo a los tlaxcaltecas
Xicohténcatl Axayacatzin
Tres batallas significativas
La polémica alianza
Otras alianzas
Tú, comandante de hombres,
tú, hechura preciosa,
pintura a la manera tolteca,
con oro y plata,...
(Canto de Xicohténcatl)
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13. LAS GUERRAS FLORIDAS
Cuentan las crónicas "y así será cuando lo dicen ellas"
que en el año de 1455 tres señoríos de la región de los
lagos: México-Tenochtitlan representado por Motecuhzoma Ilhicamina y Tlacaélel; Texcoco, cuyo dirigente
era Nezahualcóyotl; y Tlacopan, gobernado por Totoquihuatzin -triple Alianza-; celebraron un pacto con
los señoríos de Tlaxcala, Huexotzinco y Cholula -otra
Triple Alianza- aconsejados por Xicohténcatl de Tizatlán. Y consistía en instituir las guerras floridas o sagradas
conocidas con el nombre de Xochiyaóyotl. Su finalidad era
capturar prisioneros para sacrificarlos a sus dioses; por
supuesto, estas incursiones no ponían en juego a ningún
territorio, sólo tenían propósitos religiosos y decidieron
que se realizaran en terrenos neutrales; estos lugares eran
Cuauhtepec y Ocelotepec (algunos historiadores se atreven a decir que estaban ubicados al N.W. de Tlaxcala, al
norte de Españita.
El siguiente párrafo tomado del Lienzo de Tlaxcala de Alfredo Chavero, confirma y enriquece más el texto anterior:
Es conveniente explicar el origen del antagonismo entre la
señoría de Tlaxcalla y los señoríos del Anahuac, y especialmente el de México que entonces era el preponderante.
Los pueblos del Anahuac, y principalmente los mexicas,
habían llegado á un grado de fanatismo inconcebible; y su
religión los obligaba á sacrificar gran número de hombres
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TEMÁT I CA
O B L IG AD A
á sus ídolos, en las continuas fiestas que celebraban. Como
las víctimas debían de ser precisamente prisioneros de
guerra, quisieron independientemente de los que hacían
en sus conquistas, tener siempre y á la mano una cantidad
segura de cautivos. Para esto, Nezahualcoyotl y Moteczuma Ilhuicamina, desde mediados del siglo XV, celebraron
un pacto con los señoríos de Tlaxcalla y Huexotzinco, para
salir á campaña periódicamente, y tener así prisioneros de
guerra. Aunque en esas campañas no había vencedores ni
vencidos, ni tenían por objeto la conquista, por lo cual no
modificaban las fronteras , acostumbráronse los tlaxcaltecas á ver como contrarios y enemigos á los mexicas; y por
razón natural nació y fué creciendo entre ellos odio de raza
y nacionalidad.
Esas contiendas han sido comentadas por varios cronistas y elogiadas por algunos poetas prehispánicos. En
la presente estrofa épica, Xicohténcatl el Viejo manifiesta
sus experiencias en esas batallas:
La guerra florida, la flor del escudo,
han abierto su corola.
Están haciendo estrépito
llueven las flores bien olientes ...
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EL
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D E
L OS
TLAX C ALTECAS
14. TLAHUICOLE
Tlahuicole "El de la divisa de barro" (¿1497-1519?). Se dice
que "siempre traía por divisa una asa de jarro, el cual era
de barro cocido y torcido como una asa''. Y bien, este relato
que podría confundirse con las leyendas de gladiadores
romanos o persas; éste, es un relato real para orgullo de
los tlaxcaltecas.
Sus biógrafos lo describen así: fue de baja estatura, de
anchas espaldas y una fuerza excepcional; aseguran también que era un héroe valiente y su macana que blandía
con facilidad, un hombre común y corriente apenas si la
levantaba; además, cuentan que cuando sus adversarios
escuchaban su nombre, huían de inmediato.
Se sabe que en el año de 1517, en una de las guerras
sagradas, cayó accidentalmente en un pantano y ahí fue
hecho prisionero por los huexotzincas. Lo encerraron en
una jaula de madera y lo llevaron a Tenochtitlan para entregarlo a Motecuhzoma Xocoyotzin.
Informado de su valor, el emperador le concedió la libertad; no quiso regresar a su tierra. Más tarde lo nombró
capitán de su ejército y le ordenó conquistar algunos pueblos de Michoacán -los tarascos estaban gobernados por
Cazonci "zapato viejo" - . Las provincias invadidas por él y
los mexicas fueron: Tlaximalocan, Maravatío, Acámbaro,
Ocuario y Tzinapécuaro. De esas incursiones regresaron
con plata y cobre. Y se ganó fama de hombre esforzado y
recibió del tlatoani honores y regalos.
7R
UNA
TEM Á TI C A
OBLIGADA
Nuevamente le ofreció su liberación; no la aceptó porque para él, "era afrentoso presentarse a sus compatriotas
después de haber sido prisionero y, además, según las leyes de la República, la suerte de un prisionero era morir
sacrificado''.
En consecuencia, le dijo a Motecuhzoma que sólo deseaba morir. Ocho días antes le hicieron grandes fiestas y
banquetes, lo vistieron con solemnidad y después de vivir
tres años entre los mexicas, lo llevaron al sacrificio gladiatorio; fue atado a una piedra grande y circular perforada en
el centro -temalacatl-, le dieron su macana, su escudo
y en el primer asalto asesinó a ocho guerreros, luego hirió
a veinte antes de ser abatido; en seguida lo llevaron ante
Huitzilopochtli, le sacaron el corazón, se le ofrecieron al
demonio como parte del ritual y por último, lo hicieron
rodar por las escalinatas del Templo Mayor.
Los escultores, los pintores y los poetas, a través de sus
obras, han honrado su memoria.
El arqueólogo e historiador Manuel Orozco y Berra,
en pocas palabras, da su versión acerca de la valentía y la
lealtad de Tlahuicole:
Era éste un célebre capitan de los tercios otomíes, al servicio
de la república (Tlaxcala), atlético forzudo, de indomable
valor; su macuáhuitl no podía ser manejado por un hombre
común; nada resistía a su poderoso empuje, y su sola presencia en la batalla auyentaba a sus contrarios.
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EL
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DE
LOS
TLAXCALTECAS
15. LOS TRIBUTOS AL IMPERIO AZTECA
Durante el periodo de 1376 a 1428, siendo tlatoanis Acamapixtli y Huitzilíhuitl -primeros señores mexicas-,
tuvieron que pagarles tributos a los tepanecas de Azcapotzalco por ocupar el islote en donde se instalaron a
partir de 1325.
Años después, Chimalpopoca -tercer emperador azteca-, a través de varias gestiones, dejó de aportar contribuciones al tirano Maxtla, hijo de Tezozómoc.
Y fue de 1428 a 1520 - "desarrollo del imperio azteca"-, antes de la llegada de los españoles, cuando seis gobernantes se dedicaron, entre otras actividades, a invadir
provincias pertenecientes a Mesoamérica.
En la revista Arqueología Mexicana número trece
Edición Especial, el historiador Felipe Solís Olguín anexa
mapas de la República Mexicana; en ellos específica las
regio nes conquistadas por ltzcóatl, Motecuhzoma 1 o
Ilhuicamina, Axayácatl, Tízoc, Ahuízotl y Motecuhzoma 11
o Xocoyotzin.
Por otra parte, debe señalarse que sin excepción alguna, todas las provincias ocupadas por los aztecas estaban
obligadas a pagar tributos y los tamemes y los recaudadores, concentraban diariamente una exagerada cantidad de
bienes; su destino, el palacio.
El tributo lo utilizaban para: solventar las necesidades
alimenticias del pueblo y la nobleza, mantener y pagar
el servicio de los administradores, organizar sus fiestas
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OB L IGADA
religiosas, cubrir los gastos de las frecuentes guerras y para
asegurar el bienestar y la riqueza del emperador.
A propósito, en la época del noveno gobernante -Motecuhzoma Xocoyotzin-, Tenochtitlan recibía tributo de
38 grandes provincias; es decir, controlaban a más de 400
pueblos. A la vez, en la Matrícula de Tributos, documento
que se conserva en el Museo Nacional de Antropología
de México, se mencionan una serie de productos entregados al tlatoani por los pueblos de los alrededores de la
ciudad capital.
Actualmente existen fuentes de información acerca de
tan importante asunto; Las revistas Arqueología Mexicana,
el Códice Mendoza, los escritos de Muñoz Camargo.
El cronista español Fray Diego de Durán, en su Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme,
habla "de los tributos y riquezas que entraban en México
de las provincias y ciudades que, por vía de guerra, habían
sujetado''. Al momento muchos de los productos que con
frecuencia llegaban a la metrópoli:
Grandes reservas de oro en polvo, piedras preciosas,
cascabeles de cobre, hilos de cuentas verdes -chalchihuitl-, joyas, cristales, ídolos de dioses; mantas de algodón, paños labrados, camisas y enaguas de mujer, miles
de vestidos, trajes para guerreros, grandes cantidades de
plumas, pieles; leones, tigres, pumas, gatos enjaulados,
topos, comadrejas, águilas, gavilanes, garzas, pájaros de
muchos colores, tortugas, caracoles, culebras, alacranes, arañas; maíz, frijol pepitas de calabaza, chía, cacao,
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DE
LOS
TLAXCALTECAS
aguacates, piñas, pláta~os, gran_variedad de frutas, panales, miel, plantas medicinales; incienso para purificar sus
templos, piedras labradas, máscaras, jícaras, cal, maderas,
sillas, petates, carbón, pinturas, conchas de mar,
perlas; muchachas y muchachos para su servicio y bastantes esclavos para que construyeran sus edificios y
sus templos.
16. EL BLOQUEO A LOS TLAXCALTECAS
Se sabe que muchos años antes de la invasión española,
"Tlaxcala tuvo una enor.me importancia por su expansión,
comercio, riqueza y organización política''. Esto ocasionó
que por envidia -desde tiempos de Itzcóatl-, los mexicas
tuvieran cercada por más de sesenta años a la República
de Tlaxcala; por lo tanto, les prohibieron a los pueblos dominados que les negaron sal, cacao, algodón, oro, plata y
plumería para adornar sus armas y sus estandartes.
En consecuencia, los caciques de Tlaxcala, hostilizados
en sus comercios, comisionaron a sus embajadores para
que les preguntaran a los señores del poderoso imperio el
motivo del bloqueo y la amistad que ellos no habían provocado.
Según Muñoz Camargo, los aztecas comentaron lo
siguiente:
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UNA
TEMÁTI C A OBLIGADA
Que el gran señor de México era señor universal de todo el
mundo, y que todos los nacidos eran sus vasallos, y que todos los había de reducir á sí para que los reconociesen por
señor, y que los que no quisiesen reconocerle por tal y darle
la obediencia por bien, que los había de destruir, y asolar
sus ciudades y provincias hasta los cimientos, y poblarlas
de otras nuevas gentes: por tanto que procurasen de tenerle por señor y de sujetarsele, pagándole tributo y además,
como las otras provincias y reinos hacían; y que si por bien
no lo hacían, que verían sobre ellos el castigo.
Los emisiarios escucharon sorprendidos los argumentos de los príncipes mexicas. Y anota el autor citado que
al momento respondieron:
Señores muy poderosos: Tlaxcala no os debe vasallaje, ni
desde que salieron de las siete curva, jamás reconocieron
con tributo ni pecho á ningún Rey ni Príncipe del mundo,
porque siempre los tlaxcaltecas han conservado su libertad,
y como no acostumbrados á esto, no os querrán obedecer,
porque antes morirán que tal cosa suceda, como ésta consentir. Entendemos que eso que les pedís procurarán pediros
á vosotros, y sobre ello derramarán más sangre que derramaron en la guerra de Poyauhtlán, que fueron aquellos de
donde proceden los tlaxcaltecas. Por tanto, nosotros nos
volvemos con la respuesta que nos habeís dado.
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DE
LOS
TLAXCALTECAS
Posteriormente regresaron a Tlaxcala para informarles a los tecuhtlis lo sucedido. Esa respuesta influyó para
que sus ejércitos estuvieran prevenidos ante otra probable agresión.
17. XICOHTÉNCATL AXAYACATZIN
Xicohténcatl Axayacatzin "El mozo" (N.?-mayo de 1521).
Este héroe tlaxcalteca fue hijo de Xicohténcatl el Viejo,
señor de la cabecera de Tizatlán. Algunos autores afirman
que su nombre debe ser Axayacatzin Xicohténcatl. A la
llegada de los españoles fue nombrado Capitán General
de los Ejércitos Tlaxcaltecas.
Varias son las cualidades y las hazañas que se le atribuyen en tiempos de la invasión: Sobresalió por rebelde
y patriota. Fue el único que se negó al paso de los foras teros por Tlaxcala. Salió a detenerlos al frente de veinte
mil hombres. Jamás estuvo de acuerdo con las alianzas.
Defendió, hasta el último momento, la soberanía de su
patria. Fue un caudillo incomprendido por su gente. Se
decepcionó porque primero lo mandaron a combatir
extranjeros y después los caciques le dan órdenes para
suspender los ataques. A fin de cuentas, su pueblo fue
invadido por los conquistadores.
El párrafo siguiente, tomado de Muñoz Camargo -su
Historia de Tlaxcala ha sido fuente de consulta para cronista de actuales épocas-, refleja la preocupación de
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UN A TEMÁT I CA O B L IG ADA
Axayacatzin al insistir que no se les permitiera cruzar a
los advenedizos; por otra parte, se entiende la insistencia
de Maxixcatzin al sugerir que se les recibiera pacíficamente:
En este tiempo vinieron embajadores Mexicanos "de parte
de aquella República" con muy grandes "partidos y" promesas á los cuatro Señores "de Tlaxcala" como atrás dejamos
referido, proponiéndoles que fuesen contra los españoles
y los matasen, y no tomasen su amistad; en lo cual quiso
venir "y condescender" un Cacique llamado Axayacatzin
Xicotencatl, hijo mayor de Xicotencatl el viejo, á quien había
dado el gobierno de su cabecera su padre, señalándole por
su capitán general. Este, pues, venía en consentimiento de
que los nuestros muriesen é los acabasen de matar; y siendo de contrario parecer Maxixcatzin, recibió grande enojo,
y ansí con grande ira y alteración lo maltrató de palabra,
diciéndole palabras de grande injuria llamándole cobarde,
mujer y afeminado, "imputándolo de" traidor, alevoso, y le
dió de rempujones, echándolo por unas gradas abajo ...
Lo de menos sería abundar en detalles acerca de la
muerte del capitan tlaxcalteca. El Dr. Antonio Peñafiel en el capítulo xv de su obra La Ciudad Virreinal de
Tlaxcala presenta, sobre este asesinato, una información
completa.
Sucede que antes de la toma de Tenochtitlan por los
conquistadores y sus numerosos aliados, Axayacatzin, que
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había sido asignado a Pedro de Alvarado, se regresó a su
Patria. Se sabe que fueron varias las razones: un español
descalabró a su primo Piltectetl y Cortés no castigó al
agresor, el desprecio y el mal trato que les demostraban a
los indios, la necesidad de estar con su familia. En relación
al final del héroe, Muñoz Camargo, agrega:
*Habiendo pasado esto, viendo el rigor del tiempo y la guerra trabada con los Mexicanos, conociéndolos por hombres
falsos y de poca fidelidad, no se les admitió su demanda ni
crédito de lo que pedían, y antes la mayor parte de la gente y
estado de la República* siguió la opinión de Maxixcatzin,
y este Axayacatzin Xicontecatl murio ajusticiado, pues lo
mandó ahorcar Cortés por consentimiento de la República
de Tlaxcalla, estando en Tetzcuco sobre la guerra de México, por ocasión de haberse tornado de la guerra como atrás
dejamos recontado.
Es preciso señalar que Cuauhtémoc, el último emperador azteca, Tetlepanquetzin señor de Tlacopan y Coanacotzin rey de Acolhuacan, fueron ahorcados por órdenes
del conquistador. Y Xicohténcatl Axayacatzin, que en su
tiempo fue general en Jefe de los Ejércitos Tlaxcaltecas,
corrió la misma suerte que los anteriores. Fue ahorcado
en Texcoco en el mes de mayo de 1521 por indicaciones
del asesino Hernán Cortés.
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UNA
TEMÁT I CA
OBL I GADA
18. TRES BATALLAS SIGNIFICATIVAS
Para reseñar tres encuentros que. libraron los indígenas
tlaxcaltecas y la tropa de Hernán Cortés, primero habría
que señalar someramente las rutas que siguieron un montón de navegantes que salieron a buscar fortuna.
Diego Velázquez de Cuéllar fue un aventurero español. Conquistó Cuba en 1511. Siendo gobernador de la
isla organizó tres expediciones por las orillas del sureste
de México. Su propósito principal fue buscar oro, plata y
piedras preciosas entre los nativos.
La primera expedición
La primera empresa estuvo a cargo del capitán Francisco Hernández de Córdoba. Este navegante y sus marinos
salieron de Santiago de Cuba el 8 de febrero de 1517 en
tres embarcaciones. Al empezar a costear pasaron a un
lado del puerto de Carenas. En Cabo Catoche desembarcaron, vieron a muchos indios, en ese lugar tomaron a dos
de ellos -Julián y Melchor- que en lo sucesivo les servirían como guías e intérpretes. Hernández de Córdoba
fue herido en Champotón por los lugareños; además, ahí
murieron cincuenta soldados españoles. Surcaron cerca
de Campeche y se sabe que llegaron hasta la Florida. De
regreso le llevaron a Diego de Velázquez ídolos de barro,
oro y algunas joyas. Días después de su llegada, el piloto
de las naves murió a consecuencias de las lesiones que
sufrió en Champotón.
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EL
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DE
LOS
TLAXCALTECAS
La segunda expedición
Juan de Grijalva fue otro marinero español. Diego Velázquez lo comisionó para llevar a cabo la segunda expedición. Salieron de Santiago de Cuba el 8 de abril de 1518.
Los acompañaban los dos intérpretes capturados. Su misión era descubrir nuevas tierras y aumentar la riqueza del
gobernador -le fascinaba el oro y la plata-. Después de
muchos días de navegar las cuatro naves pasaron cerca
de Isla Mujeres, desembarcaron en la Isla de Cozumel, en
Champotón fueron agredidos, exploraron otro lugar llamado Boca de Términos, siguieron por el Río Tabasco hoy río Grijalva-, atravesaron el Río Coatzacoalcos y el
Río Papaloapan, les agradó la Isla Blanca por sus blancas
viviendas y la Isla Verde por su abundante vegetación, en
la Isla de los Sacrificios hallaron cinco cadáveres mutilados, conocieron las hermosas playas de san Juan de Ulúa
y, se sabe que, avanzaron por los litorales de Tuxpan e incursionaron por el Río Pánuco.
Al retornar le dieron al Jefe Supremo: oro, plata, alhaja, ropa, algodón y platicaron sus experiencias por esos
lugares. De la segunda aventura, también fue informado
el Rey de España.
La tercera expedición
La ambición de Diego Velázquez no tenía límites; por
lo tanto, financió la tercera expedición. Hernán Cortés,
siendo un hombre pequeño por su estatura pero astuto,
ambicioso y cruel, fue responsable de la dichosa empresa;
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UNA
TEMÁTICA
OBL IGADA
su objetivo, explorar otros pueblos y buscar más oro y
plata para satisfacer a su insatisfecho compadre. Salieron
el 1 de febrero de 1519 once naves, varios capitanes y bastantes subordinados.
Los mapas de León-Portilla y Hugh Thomas registran la
siguiente ruta: dejaron atrás al puerto de Santiago de Cuba.
Arribaron al puerto La Fernandina. En la Isla de Cozumel
se les unió Jerónimo de Aguilar, un español que sería su
primero intérprete -conocía la lengua maya-. A un lado
quedó Isla Mujeres y Yucatán. Atracaron en Champotón y
Campeche. En Centla les obsequiaron veinte mujeres. Con
ellas iba Malinalli Tenépatl, esa joven inteligente tenía veintiún años y la bautizaron con el nombre de Marina, también
se le conoció como Malintzin y fue la segunda intérprete
-dominaba la lengua maya y la lengua náhuatl-.
Después de muchos días se acercaron al Río Jamapa.
En Chalchicueycan desmbarcaron para buscar alimentos.
Descendieron en la Isla de los Sacrificios. En la Isla se San
Juan de Ulúa, embajadores aztecas les llevaron regalos.
Hicieron escala en La Antigua. En Cempoala, el Cacique
Gordo les dio la bienvenida, alimentos y ocho mujeres.
Pasearon en Quiahuiztlan y en la Villa Rica de la Vera Cruz,
entre otras actividades, Hernán Cortés fundó el Primer
Ayuntamiento de América y el cabildo lo nombró Justicia
Mayor y Capitán General. Más tarde, el 16 de agosto de
1519, salieron de Cempoala rumbo a Tenochtitlan.
En su insistente travesía, la tropa conocio Jalapa,
Coatepec, Xicochimalco, Ixhuatlan -al sur brillaba el
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El.
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D E
LOS
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Citlaltepetl (Pico de Orizaba)-, Altotonga -dejaron atrás
al Poyauhtectl (Cofre de Perote)-, Xalacingo, Teziutlan,
Tlatlauquitépec, Zautla, lztaquimaxtitlan -a un lado quedó el pueblo de Ocotepec y el Lago Salado- y Atotonilco.
La primera batalla
Mientras varios pueblos -Cempoala, Xicochimalco,
Teziutlan, Iztaquimaxtitlan- habían recibido pacíficamente a los extranjeros, los tlaxcaltecas se preparaban para
negarles el paso. Y fue una mañana del mes de agosto cuan:lo el tropel invadió el territorio. Cortés había mandado
::on anterioridad a sus mensajeros para pedirles permiso
1 los caciques, y no llegaban. Atravesaron una muralla de
Jiedra. En el acto, un grupo de cempoaltecas que buscaba
ilimentos en los alrededores tuvo un encuentro con quin:e nativos armados.
La Primera Batalla se realizó el 31de agosto de 1519 en
m pequeño poblado llamado Tecoatzinco -Tecoac-. Al
:rente de los escuadrones estaba Xicohténcatl Axayacatzin
uciendo su divisa blanca y roja y en su estandarte aparecía
ma garza blanca. Los contrarios eran capitaneados por
-Iernán Cortés y apoyados por mil quinientos aliados.
Las armas de los tlaxcaltecas eran macanas, rodelas, ar:os, flechas, lanzas, y hondas; los forasteros contaban con
:añones, escopetas, ballestas, espadas, lanzas y su caballe-
ía. Y al grito de ¡Santiago y a ellos ... ! los españoles rompieon el silencio. En ese primer combate muchos indígenas
>erdieron la vida; en cuanto a los castellanos, se cuenta que
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UNA
TEMÁT I CA
OBL I GA D A
quince quedaron heridos, Pedro de Morón fue asesinado y
a su caballo le cortaron el pescuezo.
Después de varios asaltos que duraron hasta ocultarse
el sol, ambos bandos se retiraron a curar sus heridos y a
celebrar la victoria.
La segunda batalla
Los tlaxcaltecas tuvieron que enterrar a sus muertos, curar
a sus heridos y realizar más sacrificios a Camaxtli; además, prepararon sus armas para el siguiente abordaje. En
el caso de los contrincantes, se la pasaron reponiéndose y
alimentándose; aparte de alistar a la caballería y a la artillería para no ser sorprendidos. Al mismo tiempo, Cortés
insistía en la licencia para atravesar la comarca; esa vez,
tampoco hubo respuesta favorable.
Sobre el particular, ciertos cronistas aseguran que la
segunda batalla se inició el 5 de septiembre en el cerro
de Tzompantzinco. Y, al frente de cuatro mil guerreros,
Xicohténcatl iniciaba la cuestión. La vistosa indumentaria y la gritería de los confederados desconcertaron a sus
enemigos y, al momento, los entrometidos recibieron una
lluvia de piedras y flechas. En esa ocasión, las macanas y
las rodelas también se lucieron.
A medio combate, el ejercito del hijo de Chichimecatecutli y el de Tlehuexolotzin desertaron por un regaño
que Xicohténcatl les hizo. Sin embargo, siguieron peleando y después de varias horas, el triunfo fue para los
extranjeros. Más tarde, los embajadores del emperador
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EL
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DE
LOS
TLAXCALT E CAS
azteca -testigos de los acontecimientos-, regresaron a
su pueblo para rendir su informe.
La tercera Batalla
No hay mucho que decir acerca de la tercera batalla, sólo
que se realizó en esos trágicos días de septiembre. Los
tlaxcaltecas planearon el último intento para detenerlos,
decidieron atacarlos por la noche. Creían que los jinetes
eran hijos del sol y sólo de día eran invencibles.
Antes del encuentro, Cortés ordenó a sus soldados que
les pusieran cascabeles a las patas de los caballos. El extraño ruido que hacían en la contienda y el daño que una
vez más ocasionaron los cañones, los hicieron retroceder.
Finalmente, la caballería y la infantería se impusieron; en
:onsecuencia, la victoria fue para los españoles.
19. LA POLÉMICA ALIANZA
Después de recibir a los embajadores de Cortés -mientras
)(icohténcatl no lejos de ahí los combatía-, los señores se
:eunieron para deliberar. Los siguientes fragmentos que
ran entre comillas pertenecen a las Láminas: Primera,
:::uarta y Quinta del Lienzo de Tlaxcala:
"Maxixcatzin opinó por recibir á los extranjeros, porque
eran enemigos de Moteczuma, y ofrecían ayudar a los tlaxcaltecas contra los mexicas''.
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UNA
TE M ÁT I CA O BLIGADA
"El anciano Xicotencatl lo contradijo, exponiendo los
peligros de recibir a esos hombres extraños que parecían
monstruos, y recordando el deber de morir por la patria y
por los dioses''. "Tlehuexolotzin buscaba términos medios,
y nada se decidía''.
Mas cuando supieron que su ejercito había sido derrotado por tercera ocasión, le mandaron a decir al capitán
que suspendiera los ataques. Más tarde Xicohténcatl y
Cortés se reunieron: "Sentolo Cortés a su lado, y después
de darse por agraviado porque de guerra lo habían recibido, aceptó la paz''.
"La noticia causó gran contento en Tlaxcalla; levantáronse enramadas, hízose suntuosa danza de todos los
guerreros y fiestas á los dioses con sacrificios de esclavos''.
Y "Vinieron á él los cuatro señores para invitarlo á que
pasase á Tlaxcalla''. El único que no estuvo de acuerdo con
la decisión de los tecuhtlis fue el joven Xicohténcatl.
"Pero aquí se ve nada más á tres señores que lo reciben, y sabemos que eran cuatro los de Tlaxcalla. Esto se
explica fácilmente: Xicotencatl era ciego ó poco ménos;
y por datos que encontramos en Ixtlilxochitl, debía tener
en aquella sazón unos noventa años ó más, pues ya en el
año 1455, aunque mancebo, era uno de los jefes guerreros
de la señoría y con él concertó Nezahualcoyotl lá·guerra
sagrada. El primer jefe tiene una manta blanca adornada
con correas rojas de cuero; los tres .sus correas blancas y
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U~~lt/
DE
LOS
TLAXCALTECAS
rojas en la cabeza, y su tecpílotl ó penacho de plumas; y
presentan ramos de flores á Cortés''.
Cabe señalar que el 23 de septiembre de 1519 los castellanos y sus amigos entraron a Tlaxcala. Este enorme
:ontingente hizo su arribo al palacio de Xicohténcatl.
Los invasores estuvieron hospedados más de veinte días;
~ n ese tiempo les dieron alimentos, obsequios y doncellas.
Posteriormente, el 12 de octubre de 1519 los visitantes sa.ieron rumbo a Cholula. Antes de despedirse, "los caciques
ie Tlaxcala dieron a Cortés un consejo espeluznante: si li)faban una batalla contra los mexicas, debían matarlos a
:odos ... que no quedasen con las vidas, al mancebo porque
10 tome armas, al viejo porque n·o dé consejos''.
Y bien, en el momento en que los caciques les pro>orcionaron bastantes guerrreros y muchos tamemes, se
ormalizaba un compromiso, se formalizaba la polémica
llianza.
20. OTRAS ALIANZAS
'ara saber los nombres de los pueblos que se solidarizaron
Cortés durante su recorrido de Cuba a Tenochtitlan, es
rienester sintetizar los acontecimientos: Las primeras alleas los recibieron pacíficamente. Los de Centla perdieron
.n combate, después los aceptaron -y mientras el tiempo
vanzaba llegaban embajadores de México con regalos,
ro y piedras preciosas para pedirles a los desconocidos
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UNA TEMÁT I CA O B L I GADA
que no siguieran-. En las demás provincias rumbo a la
Villa Rica no se presentaron incidentes. En Cempoala los
hospedaron y los trataron con afecto; en ese lugar lograron adeptos.
De los pueblos del Totonacapan en adelante fueron
recibidos amistosamente; pero, al querer pasar por Tlaxcala, hubo enfrentamientos. A fin de cuentas los admitieron y logró Cortés, para alcanzar su objetivo, un enorme
ejército.
Pasaron muchos meses y el 26 de mayo de 1521, los forasteros iniciaron el sitio de Tenochtitlan. Empezaron por destruir el acueducto de Chapultepec, invadieron Ixtapalapa,
utilizaron bergantines para navegar en lqs canales, asaltaron
con éxito el fuerte de Xoloc, destruyeron el templo de Tezcatlipoca, se aproximaron al templo mayor, ·acabaron con
el palacio de Axayácatl, ocuparon Tlacopan y Tlaltelolco,
arrasaron con el mercado y el templo mayor. Al enterarse
de tanta destrucción, muchas provincias se solidarizaron a
Cortés para evitar que les prendieran fuego a sus ciudades
y les hicieran daño a sus gentes. Se presentaba el momento de traicionar a los aztecas, de librarse del yugo y de los
tributos, Dejaron solo al último emperador azteca. Antes
de adueñarse de la ciudad más poderosa de Mesoamérica,
Cortés ya comandaba un imponente ejército.
Algunos pueblos que se aliaron a los españoles fueron: Texcoco, Chalco, Mixquic, Xochimilco, Huexotla,
Acolhaucan, Cuauhnahuac, Coatlinchan, Otumba, Tizapán, Nautla, Colhuacan, Tlacopan y otros que vivían en
95
EL
e.s:.y~~
DE
LOS
TL AX CALTECAS
los alrededores de los cuatro lagos -Chalco, Xochimilco,
Texcoco y Xaltocan-.
Ye PALIUHQUE MEXICA
"Con esto, ó en este tiempo, se acabaron los mexicanos"
96
EL ESTIGMA DE LOS TLAXCALTECAS
21.
22.
23.
24.
A unos pasos del final
Los detractores
Los defensores
Para lavar una mancha
"Por este motivo es general costumbre
acusar a los tlaxcaltecas de traidores"
Alfredo Chavero
97
EL
e,s:Jll(,~
DE
LOS
TLAXCALTECAS
21. A UNOS PASOS DEL FINAL
Al concluir los tres capítulos anteriores, poco a poco se va
cerrando el telón. Por lo tanto, los temas 22 y 23 ocupan
la parte vital del cuarto y último capítulo y del ensayo en
general.
Se pretende, pues, borrar para siempre el agravio de
que son objeto los tlaxcaltecas en relación a la decisión que
tomaron hace quinientos años al arribo de los conquistadores.
22. LOS DETRACTORES
Elena Garro (1920)
En ocasiones, la vida de un autor es interesante; pero, es
más relevante su obra. Algunos títulos atribuidos a la escritora poblana, son: La semana de colores, Andamos huyendo Lola, Un hogar sólido -en él publica seis piezas en
un acto-, Los recuerdos del porvenir (novela 1963). Su
cuento representativo engalana las antologías mexicanas.
De este relato se presenta un breve análisis literario:
Título de la obra: La culpa es de los tlaxcaltecas.
Nombre del autor: Elena Garro
Nacionalidad: Mexicana.
Época en que fue escrita la obra: Contemporánea.
Género Literario: Narrativo.
98
EL
EST IGMA
D E
LOS
TLAXCALTECAS
Forma Literaria: Prosa.
Personajes principales: Laura y Nacha (la cocinera)
Personajes secundarios: Margarita, Josefina, Pablo, un indio.
Argumento: El cuento se inicia con un diálogo entre la se-
ñora Laura y la cocinera Nachita. Se menciona un incidente
automovilístico cuando viajan a Guanajuato. Se deja entrever
la infidelidad -traición- de Laura hacia su marido. En una
parte del contenido se habla de la Conquista de México. El
desenlace no es trágico, tampoco feliz.
Comentario personal: En la narración se repite dos veces: La
culpa es de los tlaxcaltecas. Además, se menciona catorce
veces la palabra traición.
Concluyendo: Elena Garro, a través de su personaje principal,
con sutileza considera traidores a los tlaxcaltecas.
Benito Juárez
De los grandes protagonistas de la libertad en el Continente Americano, tenemos a: Jorge Washington -estadounidense-, independizador de su pueblo; José Martí
-cubano-, apóstol de la independencia de su Patria;
Simón Bolívar -venezolano-, fue proclamado Libertador de América en octubre de 1813; José de San Martín-argentino-, es el emancipador de Chile y Perú; y
Benito Juárez -mexicano-, es el Benemérito de las
Américas.
Juárez nació el 21 de marzo de 1806 en San Pablo Guelatao, Oaxaca. A la edad de 3 años quedó huérfano. A los
12 se trasladó a Oaxaca -en ese tiempo aprendió hablar
99
EL
e.J:J/r(/t[,,
DE
LOS
TLAX CA LTE CAS
la lengua de Cervantes, antes dominaba el zapoteco-. En
1827 se graduó de bachiller.
En el Seminario Pontificio de la Santa Cruz estudió
Gramática Latina, Filosofía, Artes y Teología. En el Instituto del Estado estudió Derecho y se recibió de Abogado.
A la edad de 37 años se casó con Margarita Maza - ella
tenía 17-.
Desempeñó varios cargos políticos: Regidor del ayuntamiento de su estado, Diputado Local en 1833, Secretario de Gobierno, Diputado al Congreso de la Unión en
1846, Gobernador de Oaxaca en 1848 -tenía cuarenta y
dos años de edad-, Magistrado del Tribunal Superior de
Justicia, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación en 1857. Lo nombraron Vicepresidente de la República y, posteriormente, Presidente de México.
El país triunfó ante la Intervención Francesa el 5 de
mayo de 1862; en esa ocasión: "Las armas nacionales se
cubrieron de gloria''. Combatió a los conservadores y a los
imperialistas. Dictó las Leyes de Reforma en 1859. El 19 de
junio de 1867 ordenó el fusilamiento de Maximiliano.
Escribió el libro: Apuntes para mis hijos. A él se debe
la frase inmortal: "Entre los individuos, como entre las
naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz''. Para los
mexicanos es un héroe legendario, el máximo ejemplo de
patriotismo. Murió en el año de 1872.
Se le ha llamado: fuárez, El Impasible. Enrique González Martínez le rinde honores en su poema:
100
EL ESTIGMA
D E LOS TLAXCAL T ECA S
}UÁREZ
"Sin que lo manche la mundana escoria,
se eleva altivo, inquebrantable y fuerte ..."
El siguiente fragmento fue tomado de los Escritos
Juaristas {Tomo I), seleccionados por Jorge L. Tamayo,
México, 1980:
Aquella antigua Grecia, que se cubrió de gloria triunfando
de las legiones numerosas del soberbio Jerjes, después se
cubrió de ignominia sucumbiendo a las inferiores fuerzas
de Filipo; porque en una época sus hijos estaban animados
del amor de su Patria, y en la otra sólo buscaban sus mejoras
personales. Roma, que en los bellos días de su República se
había hecho la señora del universo y el modelo del valor y
de las demás virtudes sociales, se vio después humillada a
los pies de sus emperadores, y al fin destrozada por las armas de la barbarie; porque entonces cada cual de sus hijos
procuraba sus propias comodidades, y cada cual se abandonaba a la más vergonzosa apatía. México, poblada de mil
naciones guerreras y por la misma naturaleza defendida,
recibió la ley de un puñado de aventureros; porque los viles tlaxcaltecas prefirieron una rastrera venganza al honor
nacional, y prestaron su funesta alianza al invasor de Castilla, quien también los subyugó en premio de su perfidia y
egoísmo criminal. España, a pesar de la distancia de su metrópoli, nos dominó desde entonces; porque el patriotismo
mexicano quedó sepultado con el cuerpo de Cuauhtémoc,
101
EL
U:Jlft,,/V
DE
LOS
TLAXCALTECAS
y ya nadie pensó sino en sí mismo, y cada uno se contentó
con besar humilde la mano que lo oprimía.
Si en aquel período de funesta memoria, nuestros antepasados hubieran tenido desprendimiento; si hubieran sacrificado su aparente reposo, sus engañosas comodidades
y su misma vida al bien de la Nación, nuestra esclavitud no
hubiera sido tan prolongada: tiempo ha que hubiera variado nuestra condición, y ya no lucharíamos hoy con las
viciosas costumbres de nuestros conquistadores. Pero el
egoísmo causó nuestra desgracia, causó la de los griegos y
de los romanos y causará la de aquellas sociedades donde
reine este vicio fatal.
"En este mundo tan profano, quien muere limpio,
no ha sido humano"
En la lucha libre
En el comentario del libro "Tlaxcala en la Conquista de
México" (el mito de la traición) de Lucila Toulet Abasolo
- octubre del 2010-, el cronista Mario Ríos presenta al
auditorio su investigación; en un fragmento, manifiesta:
"La lucha libre, espectáculo profesional, es tal vez uno de
los ámbitos más alejado del quehacer de las historiadoras .
Recientemente, en la ciudad de México, el luchador Alberto
del Río, micrófono en mano, en el centro del cuadrilátero,
llamó a los mexicanos -chilangos-: "Tlaxcaltecas traidores" por apoyar a su oponente "Rey Místico''. Un enmas102
EL EST IG MA
D E LOS TLAXCALTECAS
carado al que burlonamente llamó "chicanito" por venir
de allende la frontera norte y según Alberto del Río, por
usurparle sus derechos de representación mexicana en el
campeonato internacional. Para gusto del público afrentado, llegó el Undertaker, luchador "gringo" de gran fama y lo
puso en su lugar''.
En las escuelas no rmales
Otros casos similares se viven en las escuelas normales del
país -en los internados-, lugares en donde se preparan a
los futuros docentes de la educación primaria.
El siguiente diálogo se dio en una de las aulas de la Escuela Normal de Tenería:
El primer día de clases, el maestro Manuel le pregunta
a su alumno:
-Y tú, jovencito, ¿De dónde vienes?
-De Tlaxcala, profesor
-Entonces eres traidor- Aclaró el mentor.
Al momento, brotaron risas y burlas por parte de sus
compañeros.
Desacreditado el aspirante a educador, contestó:
-Sí maestro.
En lo sucesivo, algunos estudiantes y el titular de la clase,
lo tildaban de traidor.
EL
U:.J~I[,
DE
LOS
TLAXCALTECAS
23. LOS DEFENSORES
Pablo Escalante Gonzalbo
En el libro "nueva historia mínima de méxico" editado por el
Colegio de México y la Secretaría de Educación Pública (biblioteca para la actualización de maestro), Pablo Escalante
Gonzalbo -Doctor en historia por la Universidad Nacional
Autónoma de México e investigador de la UNAM- publica un interesante trabajo que titula El México Antiguo. De
esas páginas se selecciona una parte del epílogo:
Los totonacos vieron en Cortés un aliado aceptable para sacudirse el dominio mexica, y sería un disparate reprocharles esa alianza, pues no tenían modo de saber, por ejemplo,
que después vendrían la viruela, la tosferina y el tifo, y que
sus ciudades quedarían desiertas y sus milpas y huertas se
convertirían con el paso del tiempo en pastizales. Los tlaxcaltecas cesaron su resistencia inicial y optaron por aliarse a
los españoles porque les pareció que esa alianza garantizaría,
precisamente, la integridad de su territorio; ellos no debían
lealtad alguna a los mexicas, más bien todo lo contrario, eran
sus enemigos. Desde el arribo de Cortés a Yucatán hasta la
conclusión del sitio de Tlatelolco con la captura de Cuauhtémoc, hubo muchos señoríos que, tras ser derrotados en
combate o después de haber celebrado un acuerdo con Cortés, se sumaron a sus filas. La conquista de Tenochtitlan fue
una victoria de los tlaxcaltecas, de los tetzcocanos, de los
totonacos y de muchos otros grupos indígenas: fue la última
104
EL
EST I GMA
D E
LO S TL AX C AL TEC AS
guerra del México prehispánico, dirigida sin embargo por
un pequeño ejército que no pertenecía a esa historia.
Emmanuel Carballo
Este poeta, cuentista, historiador, ensayista, maestro y
crítico literario; nació en Jalisco en el año de 1929.
Y es el 29 de marzo del 2006 cuando el ameritado escritor da a conocer en la revista La Voz Invitada el artículo
que llama "Tlaxcaltecas y Españoles''.
En ese texto asegura que en lugar de considerar traidores a los tlaxcaltecas, se les debe reconocer como patriotas:
Con cierto éxito intentamos clausurar una costumbre nefasta: la conspiración del silencio. Ya no es tan fácil dar muerte
civil al adversario, ni omitir sus méritos. Tampoco inflamos
figuras famélicas hasta convertirlas en globos cautivos.
Hoy, para poner un ejemplo histórico, conviven civilizadamente Lorenzo de Zavala y Lucas Alamán con el doctor
Mora y Carlos María de Bustamante. En el panteón consagrado a los héroes reposan sin dirigirse injurias mutuas
Benito Juárez y Miguel Miramón. Uno y otro fueron buenos
mexicanos que soñaron para el país (cada uno a su manera)
el mejor de los sueños posibles.
Al aplicar esta idea a los tlaxcaltecas de siglo xvr se debe
borrar de mentes y libros una palabra: traidores y sustituirla
por otra, patriotas a su peculiar estilo. Guerreros formidables,
los tlaxcaltecas conservaron su independencia frente a los
JOS
EL
U:.111[,/VDE
LOS
TLAXCALTECAS
mexicas, aunque tuvieran que prescindir en la comida diaria de la sal y el azúcar. A la llegada de los españoles, y tras
fugaces escarceos guerreros, acordaron dos convenios con
los conquistadores para defenderse de sus tradicionales enemigos: el de la paz y el de la ayuda militar.
Consumada la conquista, a la cual los tlaxcaltecas cooperaron en forma concluyente, éstos, siempre en compañía de
los españoles, comenzaron sus tareas fundacionales: lo mismo dejaron su semilla en el norte (hasta territorios meridionales de Estados Unidos) que en el sur, más allá de Chiapas,
hasta llegar a lo que hoy en Guatemala, El Salvador, Honduras
y Nicaragua. En numerosas ciudades del país todavía subsisten, en las zonas deprimidas, los barrios tlaxcaltecas.
lagdalena Briones
siguiente párrafo -el lector habrá de disculpar la exten5n- corresponde al título: "Los traidores" (A la ciudadaa). Es claro, importante, bien investigado; fue publicado
miércoles 8 de agosto del 2007 y corresponde a la pluma
! la historiadora Magdalena Briones.
Por supuesto que comulgamos con sus ideas y sugerios que los maestros borren de las mentes de sus alum>s, con hechos históricos, esa gran mentira:
No sé ahora, pero la escuela enseñaba y comúnmente se aceptaba que los tlaxcaltecas habían sido traidores a México.
En primer lugar, México-nación no existía. Había múltiples señoríos desde antes de la llegada de los mexicas y su
EL EST I GMA
D E LO S T LAX CALTEC AS
consolidación hegemónica sobre los demás ... "desde finales
del siglo xv el asedio del imperio azteca sobre los tlaxcaltecas
y otro pueblos vecinos fue un aumento y se agudizó aún más
durante el reinado de Moctezuma II, quien terminó de cerrar
el cerco que oprimía a estos pueblos, privándolos del comercio y consumo de artículos de primera necesidad, como por
ejemplo, la sal. Esto dio motivo a enfrentamientos armados
que generaron, además de la pérdida de muchas vidas, un
rencor que fue ahondando con el transcurso del tiempo: (L.T.
Abasolo "Tlaxcala en la Conquista de México") .
A la llegada de los españoles, muchos pueblos se aliaron
con ellos, algunos por miedo, otros por conveniencia, pero
los más, por liberarse de la tiranía que representaban funcionarios y guerreros aztecas; sin olvidar que flotaba en el
inconsciente colectivo de aquellos pueblos: el esperado retorno de Quetzalcóatl, los misteriosos aconteceres en tierra
y firmamento antecesores de desgracia y objetivamente, la
sorpresa y el terror de las "casas flotantes'; los brazos que escupían fuego y la unidad centáurica de los conquistadores.
Véase aunque sea una diferencia de lecturas: entre los
conquistadores se dudaba si los naturales de estas tierras tenían alma; entre los indígenas se dudaba si los recién llegados
serían dioses. A pesar de todo, los tlaxcaltecas sostuvieron
los más encarnizados combates con los españoles.
Las guerras entre tlaxcaltecas y mexicas se iniciaron más
o menos un siglo antes de la conquista de México, cuando
Tlaxcala tuvo una enorme importancia por su expansión,
comercio, riqueza y organización política y militar. Eran li-
EL
u:y;n,~
DE
LOS
TLAXCALTECAS
bres y jamás estuvieron dispuestos a perder su libertad subsumiéndose a los aztecas; pero derrotados por los españoles
"enemigos de los mexicas" no dudaron en aliarse con ellos y
castigar a su más implacable enemigo. Sin estos fieles aliados
y excelentes guerreros, a Cortés le hubiera sido imposible su
triunfo, al cual contribuyó también la neutralidad de Moctezuma Zocoyotzin y sus miedos mágico-teocráticos.
lel Congreso Mexicano de Historia.
l C. Antonio Pompa y Pompa, Secretario del Consejo Per1anente de la Revista Raudal; el 26 de junio de 1961 le dige un documento al Sr. Lic. Germán Georgge Hernández,
residente de la Asociación de Tlaxcaltecas Xicohténcatl
)n sede en Oriente 63 No. 342 en la colonia Villa de Cor!s de la ciudad de México para comunicarle los acuerdos a
is que llegaron los participantes al Congreso Mexicano de
iistoria realizado en la ciudad de Jalapa. A continuación,
~ presenta la mayor parte del contenido:
Muy distinguido señor Presidente:
En relación con su atenta comunicación del 17 de noviembre próximo pasado, contestada hasta esta fecha por motivos
de trámite y acuerdo en reunión de Consejo, le manifiesto:
Que puesta a discusión la moción del Dr. Andrés Angulo Ramírez y Lic. Germán Georgge Hernández acerca de la
opinión histórica que en justicia debe darse a la participación del pueblo y autoridades tlaxcaltecas en la conquista
108
E L EST I GMA
DE LOS TLAX CA LTEC A S
de Anáhuac y territorio aledaños, la Asamblea discutió suficientemente el punto y aclaró:
1- Que el pueblo y gobierno tlaxcaltecas constituían unidad
absolutamente independiente de cualquier otro pueblo y
muy particularmente del pueblo y autoridades mexicas,
con quienes no tenían pacto ni alianza política, religiosa
o militar.
ll- Que la alianza que los cuatro señores tlaxcaltecas hi-
cieron en representación de sus cuatro señoríos con el
conquistador Hernán Cortés, la llevaron a cabo en uso
de sus propios derechos, como pudieron hacerlo con
cualesquiera otro pueblo o grupo militar en defensa de
un enemigo común.
lll- Que la nobleza del pueblo tlaxcalteca manifiesta en la
colonización del territorio de la Nueva España le enaltece por su calidad de miras y grandes servicios a la organización de la nueva nacionalidad de un pueblo que
entraña la unidad de Oriente y Occidente.
IV- Que la misión colonizadora del tlaxcalteca es reconocida
por múltiples testimonios históricos y por estudiosos
de esta obra que se proyectó desde la región norteña de
los Texas, los grandes territorios de la Nueva España y
al sur hasta las regiones del Ecuador y
V- Que por consiguiente, cualquier apreciación que supon ga falta de lealtad o traición en la actitud de alianza entre
el pueblo tlaxcalteca y los conquistadores españoles, es
carente en absoluto de fundamento histórico.
109
EL
U:J~tV
DE
LO S TLAXCALTECAS
.lfonso Junco
l historiador Alfonso Junco, miembro distinguido de la
.cademia de la Lengua; el 25 de marzo de 1969 publica
n el periódico El Sol de Tlaxcala un artículo que nombra:
~ o que fue y lo que no fue Cuauhtémoc''. En seguida se
resenta un brevísimo fragmento:
"Por eso, nada tenían de traidores, como quiere una inepcia
acreditada, los tlaxcaltecas y otros muchísimos indios que
se unieron a Cortés para luchar contra sus tiranizadores los
aztecas. Veían la ocasión de libertarse de sus opresores: la
tomaban. Eran, dentro de los límites de su minúscula patria
respectiva, patriotas''.
24. PARA LAVAR UNA MANCHA
.as conquistas de las provincias mesoamericanas empezaon con los siguientes emperadores: Izcóatl (1428-1440),
llotecuhzoma 1 o Ilhuicamina (1440-1469), Axayácatl
1469-1481), Tízoc (1481-1486), Ahuízotl (1486-1502) y
11.otecuhzoma 11 o Xocoyotzin (1502-1520).
En la revista Arqueología Mexicana número ~rece se obervan seis mapas y los pueblos conquistados por ellos. A
ropósito, los señoríos independientes -que los mexicas
no pudieron someter-, fueron: Metztitlan, Tlaxcala,
:holula, Teotitlán del Camino y Yopitzinco (se dice que
ambién: Tototepec y Coatlicamac) . .
1
11n
EL
EST IGMA
DE
LOS TLAXCALTECAS
En el siguiente fragmento, tomado de la Enciclopedia
México a través de los siglos, Libro Quinto, Capítulo vu,
p. 359; se confirma la valentía de los tlaxcaltecas:
"Torquemada da una relación por la cual resulta que Motecuhzoma hizo primero pelear por su cuenta á los de Cholóllan y Huexotzinco contra Tlaxcalla, y que después mandó en
su auxilio á su hermano Tlacahuépan, quien fue derrotado
y muerto por los tlaxcaltecas, y que para vengar su muerte
envió a sus mejores guerreros, los cuales volvieron maltrechos a México''.
Muñoz Camargo asegura que los tlaxcaltecas estuvieron sitiados por los aztecas de 1455 -fecha en que se iniciaron las guerras floridas- a 1515 (60 años). Además, les
prohibieron a sus tributarios que les vendieran productos
de primera necesidad. También les ordenaron a otros pueblos que acabaran con ellos -no pudieron-.
Mientras Motecuhzoma les mandaba regalos a los castellanos al desembarcar en tierras americanas -San Juan
de Ulúa, la Villa Rica de la Vera Cruz ... - para persuadirlos y no avanzaran a Culúa; los tlaxcaltecas les negaron el
paso; tuvieron que librar sangrientos combates con ellos.
Después, decidieron recibirlos amistosamente.
Durante la época que gobernó Motecuhzoma II o Xocoyotzin -19 años-, no existía división política en México;
111
EL
(-0:1/1(/¡[/
DE
LOS
TLAX C ALTECAS
ran señoríos, provincias, territorios. Este soberano que
ecibió a los españoles sin enfrentarlos -controlaba 38
rovincias, 400 pueblos aproximadamente- jamás pudo
ometer a los tlaxcaltecas.
Así como Cuauhtémoc y otros soberanos demostraron
mor por su imperio, Tlaxcala también fue cuna de homres leales y valientes a su Patria. Tenemos dos ejemplos:
'lahuicole y Xicohténcatl el Joven.
Debe aclararse que la República de Tlaxcala no cometió
:aición a nadie. En su comentario el Doctor en Historia
lugh Thomas favorece a esta provincia:
Se nos muestra a Tlaxcala como una "federación" libre, pero
empobrecida por el embargo económico decretado en su
contra por los mexicas, y en permanente estado de alerta,
debido a las famosas "guerras floridas" que libraban ambos
Estados. Acosados y hostigados durante más de un siglo
por sus poderosos vecinos, no es extraño que los dirigentes
tlaxcaltecas se aliaran a un etéreo rey de una invisible España, que por boca del melifluo Cortés les prometía la liberación que tanto ansiaban, pero que nunca alcanzarían.
Con su breve pero significativo comentario, Antonio
eñafiel interviene para llegar al final de esta propuesta:
11 2
EL ESTIGMA DE LOS TLAXCALTECAS
"No era sólo Tlaxcala la que preparaba la venganza contra
la tiranía de los mexica, eran todos los pueblos que habían
dado su contingente de sangre para las aras del dios de la
guerra, Huitzilopochtli: los sacrificios humanos realizaron
la caída del imperio de Moctezuma II, más todavía que el
genio y la audacia de D. Hernando Cortés.
113
GLOSARIO
CALMECAC.
Es el nombre de los institutos de educación superior, o especializada, para los
sacerdotes y los nobles. En estos estable-
CALPULLI.
cimientos se enseñaban las artes y ciencias
conocidas de los iniciados.
En la casa grande. Templo bajo el cual se
integra un grupo social conformado por
parientes, aliados, amigos y vecinos (barrio). El calpulli se rige internamente por
un consejo de ancianos. Sus funciones
principales son la distribución del trabajo
comunal. ..
DEFENSOR.
DESCRIPCIÓN .
Adj. Que defiende. (Sinón. Campeón,
paladín, mantenedor, defendedor.) Que
defiende a un acusado.
"Forma literaria metódica, objetiva o extrapersonal, que consiste en presentar a
una persona, un lugar, un objeto, un fenómeno, como si se fotografiara o pintara, con palabras''. "Puede ser de: paisaje,
cronografía, topografía, retrato, etopeya,
autorretrato o carácter.
D ET RACTOR.
Adj. y s. (lat. Detractor). Maldiciente,
infamador.
114
GLOSARIO
ENTRONIZAR.
Colocar en el trono. Ensalzar, celebrar
mucho a uno.
EPOPEYA.
Especie narrativa. Poema de gran extensión que relata hechos extraordinarios
de héroes, guerreros, personajes famosos; reales o imaginarios. La epopeya
ESTIGMA .
HUEHUETLATOLLI.
puede ser mitológica, histórica, alegórica, religiosa .. .
Marca, cicatriz, señal, huella (Estigmatizar: marcar, señalar, infamar, censurar).
Plática de los viejos. Se llama así a la instrucción oral que daban en las escuelas a
los niños y jóvenes, y en la que se contenía todo lo referente a ritos, costumbres,
modales ...
LEYENDA.
Especie narrativa . Composición breve
MEXI. (MEXITLI) .
en verso o en prosa, que relata un hecho
imaginario, pero íntimamente relacionado
con la historia, las tradiciones, las costumbres y lugares de un pueblo. La leyenda es
de origen popular.
Nombre dado al dios Huitzilopochtli, de
donde proviene, según algunos autores,
el nombre de México.
MITO.
Relato de los tiempos fabulosos y heroicos.
MITOLOGÍA .
Estudio de las divinidades de un pueblo.
115
EL
u:y~IÚ
NARRACIÓN.
RESUMEN
SINOPSIS.
SÍNTESIS.
TECUTLI
TELPUCHCALLI.
DE
LOS
TLAXCALTECAS
"Forma metódica que consiste en presentar hechos, acontecimientos, circunstancias ... Como la novela, el cuento, la
leyenda''.
En el resumen se extraen palabras textuales del autor, no hay originalidad por parte
de lector que investiga.
Es una suma, un resumen.
En la síntesis se redacta imprimiendo un
sello personal, un estilo original por parte
del investigador.
Noble, hidalgo, señor, alto personaje,
primer magistrado de una ciudad; noble
anciano.
Casa de los adolescentes. Es la institución
de educación para la gente de la clase inferior. Había en cada demarcación, o barrio
(calpulli), y en algunos casos aun varias de
TÉNOCH
estas casas.
Hijo de Ilancueitl y de lztacmixcoatl (Especie de nopal que crece principalmente
TENOCHTITLAN.
en los intersticios de las rocas).
Formado por tetl (piedra) y nochtli, nopal.
"En o entre nopales''. Capital del imperio
TEOCHICHIMECA.
TLAHTOQUE.
azteca.
Tribu nómada, considerada por algunos
autores, como la tribu tlaxcalteca.
]efe, gran señor.
116
GLOSARIO
TLATOANI.
TRAICIÓN.
El que habla bien, gran señor, rey, viejo
soberano.
Delito del que quebranta la fidelidad o
lealtad.
11 7
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LOS TLAXCALTECAS
Se termi no de imprimir en febrero de 201 2
en los talleres de Desarrollo Gráfico Editorial S.A. de C.V.
Municipio Libre núm. 175, Colonia Portales, México D.F.,
tel. 56058 175, degrafsacv@yahoo.com.mx
el tiraj e fu e de 1000 ejemplares
El cuidado de edición estuvo a cargo del autor.
BLOQUE 7 NÚM . 115
!).:
Literatura
:ióN: 55
llO: El estigma DE LOS TLAXCALTECAS
;IFICACIÓN: 01
ÜBRAS DEL AUTOR
Poesía
Cuando caigan las hojas
Unos lirios en la senda
Veinte poemas de ausencia
Cofre de diamantes
Zafiros verdes como rubíes
En espera del éxtasis
Unas obsidianas blancas
y otras guindas
Como en las obras de teatro
Canciones para cantar en otoño
Estas últimas notas de guitarra
Cien sonetos en flor para Tlaxcala
Novela
Cuando caigan las hojas
Yo voy soñando esmeraldas
Hombres de Tierra
La Doncella de Tlaxcallan
Prosa
Los últimos pasos de un vagabundo
A ese rosal lo marchitó la niebla
Teatro
Enviado número dos
Cuento
Un arcón de cuentos viejos
Didáctico
La poesía Náhuatl en Tlaxcala
PREMIO PRESEA
MIGUEL
N. LIRA 2006
....
"A pesar de incertidumbres y vacilaciones, los gobernantes tlaxcaltecas, y entre ellos muy especialmente
Xicohténcatl de Tizatlan y Maxixcatzin de Ocotelulco,
encontraron al fin en la presencia de los hombres de
Castilla un medio para hacer frente al pueblo azteca.
Como lo indica el historiador tlaxcalteca Muñoz Camargo, tras mucho deliberar y después de ver cómo tan
fácilmente habían sido vencidos los guerreros otomíes
de Tecoac, decidieron recibir y acoger a los forasteros en
son de paz"
MIGUEL LEON -PORTILLA
Xicohténcatl, el longevo señor tlaxcalteca
cantor de la guerra florida y testigo d e la
grandeza y la ruina de la nación azteca.
(Lienzo de Tlaxcala, lámina I.
r
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TLAXCALA
MI? MI? MI? MI?
GOllEllNO DEL ESTADO
2011 . 2016
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