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REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD
Editor General
Isabel Reyes-Lagunes
Universidad Nacional Autónoma de
México
Judith López Peñaloza
Universidad de Nicolás de Hidalgo,
Michoacán, México
Editor Ejecutivo
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© AMEPSO, 2013
Revista de Psicología Social y Personalidad, Volumen XXIX, N° 1, (enero - junio 2013) es una publicación semestral,
editada por la Asociación Mexicana de Psicología Social (AMEPSO), Nápoles, Benito Juárez, C.P. 03810, México, D.F., a
través de la AMEPSO, Pensylvania 173, Col. Nápoles ampliación, Delegación Benito Juárez, CP. 03810, México, D.F.,
Tel/Fax. 56222259 / 56222326, www.amepso.org, revista@amepso.org, Editor responsable: Dra. Isabel Reyes Lagunes,
Certificado de Reserva de Derechos al uso Exclusivo N° 04-2013-061811011900-203, ISSN en trámite, Responsable de la
última actualización -de este número: AMEPSO, Lic. Luz María Cruz Martínez, Pensylvania 173, Col. Nápoles ampliación,
Delegación Benito Juárez, CP. 03810, México, D.F., fecha de última modificación, 31 de mayo de 2013.
Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación.
Se autoriza la reproducción total o parcial de los textos e imágenes aquí publicados siempre y cuando se cite la fuente
completa y la dirección electrónica de la publicación.
Sistema de índices y resúmenes: RPSP se encuentra en trámite.
REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD
Volumen XXIX, Número 1, Junio, 2013
CONTENIDO
Páginas
De la Villa Moral, M. y Ovejero Bernal, A.
Del Interaccionismo Simbólico a la Etnometodología:
fundacionales, diversificaciones e influencias.
1
Conceptos
Tapia V. A. y Villegas, D. R.
25
“Pídaselo a mi General”. Una mirada psicológica al creyente Villista.
Arenas Loera, E. P.
37
Los Valores Humanos en distintos ámbitos académicos.
Pérez Ramos, M. y Pineda Sánchez, E. R.
49
Relación entre el sexo y la frecuencia e intensidad del conflicto entre padres y
adolescentes.
Pérez Pérez, A.E. y Sánchez Aragón, R.
Turbulencia Relacional: Diseño y validación de tres medidas en México
61
De la Villa Moral Jiménez, M. y Ovejero Bernal, A.
Del Interaccionismo Simbólico a la Etnometodología:
Conceptos fundacionales, diversificaciones
e influencias
From the Symbolic Interactionism to the
Ethnometodology: Fundational concepts,
diversifications and influences
MARÍA DE LA VILLA MORAL JIMÉNEZ¹1, ANASTASIO OVEJERO BERNAL²
Universidad de Oviedo¹, Universidad de Valladolid² (España)
Resumen
En este estudio se exploran algunos de los antecedentes e influencias estadounidenses en la investigación
psicosocial en el último siglo. Entre las principales corrientes que contribuyeron al proceso constitutivo y a la
posterior consolidación de la Psicología Social de orientación sociológica se analizan las contribuciones de la
Escuela de Chicago y su interés por la sociología urbana, así como el paradigma interpretativo del
Interaccionismo Simbólico como una de las corrientes precursoras del pensamiento microsociológico con el
desarrollo de la teoría de los roles y el enfoque dramatúrgico y que sienta las bases de la metodología cualitativa
en la investigación psicosocial. Asimismo, se ofrece un análisis de dos de las principales derivaciones actuales
de la corriente del Interaccionismo Simbólico, como el Enfoque Fenomenológico del mundo social y la
Etnometodología de los que se derivan fructíferos intereses psicosociológicos vinculadosuna psicología social
contemporánea crítica y discursiva.
Palabras Clave: Interaccionismo Simbólico,
Enfoque dramatúrgico, Enfoque fenomenológico,
Etnometodología.
Abstract
This study explores the history of some American psychosocial research and influences in the last century.
Among the main currents that contributed to establishing process and the subsequent consolidation of Social
Psychology sociological orientation analyzes the contributions of the Chicago School and its interest in urban
sociology and the interpretive paradigm of the Symbolic Interaction as flows micro sociological thinking
1 María de la Villa Moral Jiménez
Facultad de Psicología, Plaza Feijóo, s/n- Despacho 211
23003 Oviedo (España)
Teléfono de contacto: 985103282 Fax: 985104141
mvilla@uniovi.es
1 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
precursor to the development of role theory and dramaturgical approach and provides the basis of qualitative
methodology in psychosocial research. It also provides an analysis of two of the main current of the stream
leads Symbolic Interaction as the phenomenological approach of the social world and ethnomethodology of
deriving fruitful psycho sociological interest linked to contemporary, critical, and discourse social
psychology.
Keywords: Symbolic Interactionism, Dramaturgical approach, Phenomenological approach, Ethnometodology
europeas que ubicaban la disciplina como
parte de la Geisteswissenschaften, la
Völkerpsychologie
de
Wundt,
los
fenómenos
mentales
colectivos
formulados por Le Bon y Freud, así como
el reduccionismo de las ciencias sociales,
la coexistencia de perspectivas teóricas
incompatibles como gestaltismo y
conductismo, así como el desinterés por la
psicología comparada. Sin embargo, en
opinión de Álvaro y Garrido (2007), se
estima que a partir de un análisis de los
orígenes y evolución de la disciplina se
demuestra que la Psicología Social se
originó tanto en la Psicología como en la
Sociología, siendo más los textos de
psicología social escritos por sociólogos
que por psicólogos, durante las primeras
décadas del siglo XX. De este modo, entre
las primeras y más fructíferas líneas de
investigación en esta disciplina destacan
las aportaciones estadounidenses al
pensamiento psicosocial que encuentran
en la Escuela de Chicago y en la corriente
del Interaccionismo Simbólico sus
máximos exponentes.
En el proceso constitutivo de la Psicología
Social de orientación más sociológica que
psicológica resulta fundamental la
corriente del Interaccionismo Simbólico,
así como sus diversas ramificaciones e
influencias. Ciertamente, en relación a la
cuestión del por qué y el cómo de la
Psicología Social (véase Ibáñez, 2004),
hemos de plantearnos la incógnita relativa
al dónde, de modo que junto a la ubicación
temporal, la Psicología Social se tiende a
localizar en un espacio geopolítico,
asignado por la historiografía oficial. En
concreto, Worchel, Cooper, Goethals y
Olson (2002) consideran que es producto
de Occidente y que, si bien estuvo
confinada hasta hace poco tiempo en
Norteamérica, en sus inicios tuvo
fundamentos marcadamente europeos
(Graumann, 1987, 1990; Jahoda, 2007;
Jones, 1985;). De este modo, desde la
historiografía oficial se suelen señalar las
tres primeras décadas del siglo XX como
la etapa de constitución de la Psicología
Social académica.
Según Farr (2005) en su artículo sobre
el proceso de individualización de la
Psicología Social, el establecimiento de
esta disciplina en los Estados Unidos a
comienzos del pasado siglo XX se
caracteriza
por
un
proceso
de
individualización, lo cual fundamenta
centrándose en el rechazo de las raíces
1.1.)
Escuela
de
Chicago
e
Interaccionismo Simbólico.
Como señera aportación estadounidense al
pensamiento psicosocial la Escuela de
Chicago aglutinará a científicos sociales
de la época (entre 1915 y 1940) en torno al
2
De la Villa Moral Jiménez, M. y Ovejero Bernal, A.
de los estudios de caso, en la Escuela de
Columbia dominaban los métodos
cuantitativos,
siendo
la
primera
manifestación importante del clásico
enfrentamiento
metodológico
la
publicación de la celebérrima obra de W.
I. Thomas (1863-1947) y Florian
Znaniecki (1882-1955) The Polish Peasant
in Europe and America (1918-1920, ed.,
1954). Esta exhaustiva investigación
sociológica representa un análisis teórico de
cuestiones tales como los problemas de la
individuación y de la comunidad, entre
otros, así como de investigación sociológica
avanzada, tal y como lo describe Plummer
(1995). Su ingente obra ha sido considerada
como la base empírica de la sociología
moderna y la sociología humanista, según
Álvaro y Garrido (2007) (véase
Wisniewska, 2010). Así, se atribuye a la
Escuela de Chicago un papel determinante
en el desarrollo de las técnicas cualitativas
de investigación social, ocupando un lugar
relativamente importante en la sociología
americana durante las décadas de 1920 y
1930, tal y como afirma Piavoni (2011),
valiéndose para ello de una revisión del
American Journal of Sociology como
principal instrumento de difusión de sus
investigaciones empíricas, líneas teóricas y
metodológicas.
La Escuela de Chicago recoge las
aportaciones de autores de distinta
orientación teórica y metodológica, desde
el Interaccionismo Simbólico a la
microsociología de Simmel y desde las
técnicas cualitativas a las cuantitativas
(véase Pons, 2010). En este sentido, como
puntualiza Plummer (1989), fue una
Departamento de Sociología de la
Universidad de Chicago, de gran
relevancia en el campo de las ciencias
sociales, siendo definida como una
sociología urbana por su objeto de interés
(Azpurúa, 2005). En el análisis histórico
empírico desarrollado por Piavoni (2011)
se estima que la Escuela de Chicago toma
forma hacia 1920 gracias al trabajo de
Robert Ezra Park (1864-1944) (véase
Park, 1923, 1930) y Ernest Burgess (18861966) (véase Burgués, 1923, 1926) en el
campo de la sociología urbana. Dado su
compromiso con el estudio de los
problemas sociales se trató de combinar la
filosofía pragmatista con su interés por el
carácter aplicado del conocimiento
científico y la resolución de problemáticas
sociales, tal y como manifiesta Uriz
(1992). En cualquier caso, para autores
como Becker (1999), la Escuela de
Chicago constituye simplemente un mito no una escuela en sentido estricto-, de
modo que el citado Becker (1999) señala,
siguiendo a Platt (1996), que, en realidad,
semejante espacio de investigación fue
mucho más variado y heterogéneo de lo
que habitualmente se supone.
La contribución más significativa de los
sociólogos de Chicago, en especial de
Park, Thomas y Burgues, según Cortese
(1995, p. 238) fue el desarrollo de métodos
de investigación específicos, tales como
los documentos personales, el trabajo de
campo
intensivo,
las
fuentes
documentales, el mapeo social y el análisis
ecológico. Ya Alvira (1983) indicaba que
mientras que la Escuela de Chicago en sus
comienzos era considerada el exponente
3 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
notar las influencias de la Filosofía escocesa
(Adam Smith hasta Thomas Reid), la teoría
psicosocial de Mead y la Sociología de
Cooley, Dewey y Thomas; la Sociología
formal de Simmel, la Filosofía social de
Schutz y el Existencialismo de Sartre.
Calificada como una de las corrientes
precursoras
del
pensamiento
microsociológico dentro del paradigma
interpretativo se analiza la acción social
desde la perspectiva de los participantes y
se enfatizan las funciones simbólicas de la
acción comunicativa, como proceso
interpersonal y al mismo tiempo
autorreflexivo, concebida como el proceso
social por antonomasia (González de la Fe,
2003). Asimismo, desde el Interaccionismo
Simbólico se desarrolla una modalidad
investigativa que, al margen del
positivismo dominante, sienta las bases de
la metodología cualitativa.
En el exhaustivo análisis de Munnè
(1989)
se
destacan
dentro
del
Interaccionismo Simbólico dos escuelas: la
Escuela de Chicago y la de Iowa.
Ciertamente, hay principios teóricos
coincidentes, tales como los relativos a la
consideración de la interacción como una
actividad de comunicación simbólica, la
importancia otorgada a la definición de la
situación en la que se produce el proceso
interactivo, la valoración de la interacción
como una actividad creadora y, a partir de
tales vínculos, el proceso de conformación
de un self. Sin embargo, mientras que desde
la Escuela de Chicago se valora el
comportamiento y la interacción como un
producto emergente y procesual de la
voluntad humana, la Escuela de Iowa
amalgama de filosofías y de intereses que se
concretaban en el análisis de la vida misma.
Como tendencia, la Escuela de Chicago de
Sociología, dominó la sociología americana
entre las grandes guerras, según el análisis
de Collier, Minton y Reynolds (1996, pp.
171-172) (véase Sánchez e Iturbide, 2011)
extendiéndose por las universidades a lo
largo de los Estados Unidos, contribuyendo
a instaurar la interacción simbólica, que se
convertiría en el enfoque sociológico de la
Psicología Social.
El Interaccionismo Simbólico es una
línea de pensamiento dentro de la
Sociología, de gran trascendencia para la
Psicología Social, cuyos principales
fundadores son Charles H. Cooley (18641929) y George H. Mead (1863-1931)
quienes trataron de refundar la orientación
pragmatista. Es más, no sólo es que el
Interaccionismo Simbólico ha sido
enormemente fructífero para la Psicología
Social, sino que, como señala Torregrosa
(2006, p. XXII), “la vigencia y fecundidad
del pensamiento de Mead, y del
pensamiento simbólico en general, se ha
debido en gran medida a su consideración
como Psicología Social, o como un enfoque
psicosociológico de la Sociología”. En todo
caso, los precedentes del Interaccionismo
Simbólico se encuentran en algunas
concepciones
tales
como
las
de
desarrolladas anteriormente, sobre todo, por
autores como los citados Cooley y Thomas,
y por James y Dewey en calidad de
representantes del pragmatismo filosófico.
Según Munnè (1989), las raíces del
Interaccionismo Simbólico como corriente
del pensamiento son muy complejas, se deja
4
De la Villa Moral Jiménez, M. y Ovejero Bernal, A.
simbólicamente determinado- como puente
de enlace entre el proceso social (conducta)
y la sociedad organizada (sistema social). El
contexto simbólico está penetrando las
relaciones sociales (véase Moral, 2010).
En Human Nature and other social
orden, Cooley (1956) ya proclamaba la
irreductibilidad e interdependencia de la
unidad individuo-sociedad, principio básico
de la Psicología Social, y una de las tesis
fundamentales
del
Interaccionismo
Simbólico, que se valora como un intento
de superación de las posturas antagónicas
de Tarde y Durkheim. De ahí que según la
apreciación de Buceta (1979, p. 18), la
figura de Cooley es de obligada referencia
en cualquier estudio sobre la aparición de
nuestra disciplina, considerándose que su
obra “más que un antecedente representa el
nacimiento de la Psicología Social”. Así, la
aportación de Charles H. Cooley -apoyado
en los conceptos de James y Baldwin-, tanto
para la Sociología como para la Psicología
Social Sociológica, es básica para entender
la vinculación entre individuo y sociedad
(véase Iturrate, 2008). Desde el comienzo
de su obra Human Nature and the Social
Order (1902), así como en Social
Organization (1909) Cooley manifiesta,
inequívocamente, su interés en el tema de
las relaciones entre la sociedad y el
individuo, anticipando sus tesis en las que
se subraya la carencia de sentido de la
(falsa) oposición entre individuo y sociedad.
En opinión de Álvaro y Garrido (2007), su
teoría de la comunicación tendrá una gran
influencia sobre la construcción de la
teoría de la mente desarrollada por Mead
ya que, para ambos, tanto el pensamiento
sostiene que el comportamiento está
determinado por las definiciones del actor,
siendo el self (no el yo) decisivo en la
asunción de roles. Otra de las diferencias es
la relativa a consideraciones metodológicas,
ya que, mientras que en la Escuela de
Chicago se proponen métodos para una
aprehensión
comprensiva
del
comportamiento (getting inside), la de Iowa
se decanta por una metodología basada en
la cuantificación de los datos (véase Munnè,
1989, p. 280-285).
Según los sociólogos de Chicago, en la
vida misma parecen resolverse las
antinomias contradictorias entre individuo y
sociedad, expresándose el interés por los
modos en que los individuos captan sus
propios mundos como en una suerte de
intento de articulación del interés dual por
lo subjetivo y por lo objetivo. Según la
interpretación de Hernández Aristu (1991),
desde el Interaccionismo Simbólico el
hombre no sólo internaliza roles
socialmente determinados, sino que
desarrolla la capacidad de interpretarlos de
manera individual, como en un proceso de
role-making. En esencia, el Self (sí mismo)
y la sociedad son las dos caras de la misma
moneda, de manera que una hace referencia
al aspecto individual y la otra al colectivo.
Precisamente, en el análisis de Rucker
(1969), recogido por Plummer (1989, p.
59), se valora la aportación del grupo de
Chicago a los estudios de la mente y el
mundo como entidades dispares que se
convirtieron en dos factores de un proceso,
ninguno de los cuales tendría una existencia
independiente del otro. El otro y el yo se
articulan
vía
lenguaje
–social
y
5 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
socialización,
la
comunicación
interpersonal, la elaboración social de
significados, etc., son de gran interés
psicosocial y como base de los procesos de
construcción social de la realidad (véase
Munnè, 1999). En Mind, self and society
(1934) Mead afirmó que no puede existir
una diferenciación tajante entre los procesos
individuales y sociales, de manera que los
individuos han de entenderse dentro de un
sistema construido a través de las continuas
interacciones mediante las que elabora su
yo social y se sitúa en el lugar del "otro
generalizado", lo cual supone adoptar el
punto de vista de la sociedad en aspectos
relativos a la comprensión de las normas,
leyes, etc. En opinión de Torregrosa (1983),
Mead no sitúa el campo de la constitución
de la identidad tan sólo en el nivel de las
relaciones interpersonales, sino que también
participa de la organización social y
cultural, de manera que esta matriz
sociocultural posibilita la comunicación
simbólica, y, a través de ella, el surgimiento
de la identidad personal.
En síntesis, en la evaluación crítica de
las
líneas
fundamentales
del
Interaccionismo Simbólico en el clásico
artículo de Carabaña y Lamo de Espinosa
(1978) se estima que lo que propiamente
desarrolla Mead es una teoría de las
relaciones entre individuo y sociedad,
entroncada en la tradición filosófica
pragmatista (véase Sass, 2000), de modo
que la génesis del individuo es social,
siendo el ideal regulativo de la sociedad la
identificación entre el individuo y la
sociedad global.
como la conciencia son procesos
vinculados al desarrollo del lenguaje.
En relación al padre intelectual del
Interaccionismo
Simbólico
es
incontrovertible la influencia ejercida por
G. H. Mead (1863-1931) y su conductismo
social,
siendo
deudores
de
sus
planteamientos en este análisis del proceso
de constitución histórica de nuestra
disciplina, de una Psicología Social
sociopsicológica desde la que se concibe,
como sostuvo Mead (1934, ed. 1982) en
Espíritu, persona y sociedad, que la
sociedad es interacción y que no hay nada
en la sociedad sino conjunto de reacciones
comunes
a
los
individuos.
Paradójicamente, Mead no era sociólogo,
sino psicólogo y, ante todo, un filósofo
pragmatista (Stryker, 1977). Mead es
calificado por Monferrer, González y Díaz
(2009, p. 241) como “filósofo pragmático,
psicólogo
social
y
sociólogo
estadounidense”, cuyo hilo argumental va
del
pragmatismo
simbólico
al
constructivismo, pasando por la sociología
fenomenológica
de
Schütz,
el
interaccionismo simbólico de Blumer y la
sociología del conocimiento de Berger y
Luckman.
Enlazada en la tradición pragmatista,
Mead plantea una teoría de las relaciones
entre individuo y sociedad, considerando
la existencia de una realidad simbólica de
la sociedad y potenciando la naturaleza
social
del
lenguaje,
el
carácter
intersubjetivo de la acción humana. Las
contribuciones
de
Mead
a
la
fundamentación de la teoría de los roles,
así como sus análisis de los procesos de
6
De la Villa Moral Jiménez, M. y Ovejero Bernal, A.
Ha habido tradicionalmente cierta
discusión acerca de la ubicación
epistemológica de las aportaciones propias
o deslindadas de la orientación
interaccionista, sin embargo, tal supuesto
enfrentamiento ha sido resuelto en la
tercera edición del Handbook of Social
Psychology ya que tanto el Interaccionismo
Simbólico como las Teoría del rol son
tratados como dos aproximaciones
complementarias. De este modo, aunque se
la
suele
clasificar
dentro
del
Interaccionismo Simbólico la perspectiva
dramatúrgica elaborada por Goffman
(1959, 1961, 1963, 1981) tiene un estatus
singular, dada su proximidad conceptual
con la teoría del rol o la propia
Etnometodología,
como
tendremos
oportunidad de fundamentar. En cuanto a
las Teoría del rol (véase Linton, 1936)
existe un relativo desacuerdo en relación a
su ubicación epistemológica ya que,
mientras algunos, como Jiménez Burillo
(1981)
las
incluyen
dentro
del
Interaccionismo Simbólico, en cambio,
otros como Deutsch y Krauss (1970)
estiman que es el Interaccionismo
Simbólico el que pertenece a las Teorías del
rol. A su vez, Munné (1989) considera que
el trabajo desarrollado dentro de esta
corriente es el origen de otras formulaciones
teóricas tales como el Interaccionismo
Simbólico, la Etnometodología y la
Etogenia. Por su parte, como afirma Fine
(1995), el Interaccionsimo Simbólico
constituye junto con la Teoría del
Intercambio y los modelos racionaleseconómicos, la versión dominante de la
Microsociología. En cualquier caso, a pesar
Respecto a las diversificaciones e
influencias, los discípulos de Mead en la
Universidad de Chicago, con el citado
Herbert Blumer a la cabeza, desarrollarán
una vigorosa actividad investigadora. Tal
y como se ha comentado con anterioridad
a partir el análisis de Munnè (1989), frente
a los planteamientos metodológicos de
Blumer surgirá en la Universidad de Iowa
una orientación interaccionista más
empiricista patrocinada por Manford Kuhn
(1911-1963). Finalmente, coincidiendo
con el empuje del Interaccionismo
simbólico se producirá el desarrollo de la
Teoría del rol a partir de los trabajos de
Ralph Linton (1893-1953) con base
antropológica (véase Linton, 1936, 1955)
y de la mano de autores como Alfred
Weber (1868-1958) (véase Weber, 1909,
1927, 1935), Ernst Cassirer (1874-1954)
(véase Cassirer, 1925, 1927), Lewis
Mumford (1895-1990) (véase Mumford,
1944, 1951, 1956), y por supuesto, del
filósofo y sociólogo alemán Georg Simmel
(1858-1918) (véase Simmel, 1908, 1918)
como pionero (véase un análisis en la
compilación de González, 2000), con
contribuciones sumamente fructíferas.
1.2.) Desarrollo de la Teoría de los
roles y el Enfoque dramatúrgico.
Una vez reconocida la importancia de la
perspectiva del Interaccionismo Simbólico
para nuestra disciplina, el engranaje entre
la Psicología social de orientación
psicológica (PSP) y la Psicología social de
orientación sociológica (PSS) lo sitúa
Ibáñez (1994), precisamente, en la
corriente del Interaccionismo Simbólico.
7 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
de la polémica relativa al encasillamiento de
las citadas aportaciones, lo incuestionable
es el interés fáctico que tienen para nuestra
disciplina.
De las diversificaciones, propiamente,
del Interaccionismo Simbólico esbozamos
algunas consideraciones de las bases
asentadas por Blumer y diversificadas con
las contribuciones de figuras como Erving
Goffman, relacionados en sentido estricto
o laxo con el Interaccionismo Simbólico y
con sus ramificaciones posteriores.
Tal y como se ha indicado, Herbert
Blumer (1900-1987), sociólogo de la
Escuela de Chicago, estuvo influido por la
obra de G. H. Mead y fue el más
significativo representante de la corriente
del
Interaccionismo
Simbólico,
desarrollando su concepción teórica y
metodológica
fundamentada
en
la
articulación de conceptos como el símismo, el actor, la interacción social, los
objetos y la acción conjunta y vertebra su
contribución en torno a tres presupuestos
básicos: a) importancia del significado
otorgado por los individuos a los objetos
de su mundo de vida, de manera que los
humanos interactúan con símbolos para
construir significados; b) la interacción
social como regulador del significado
otorgado a las cosas y, c) la dependencia
de los significados de la experiencia social
del sujeto. No olvidemos que el principal
objeto de estudio de Blumer son los
procesos de interacción -acción social que
se caracteriza por una orientación
inmediatamente recíproca-, en los que
subraya el carácter simbólico de la acción
social, tal y como explicita Joas (1990)
quien también incide en su análisis en las
principales críticas a estas primeras
formulaciones
del
Interaccionismo
Simbólico concretadas en: a) la limitación
de esta perspectiva de análisis a los
fenómenos de la inmediatez interpersonal,
b) su desinterés por las cuestiones relativas
al poder y a la dominación, c) su
concepción de las relaciones macrosociales
como el horizonte de la socialidad del
universo vital, d) la ignorancia de la
dominación de la naturaleza por la sociedad
y, entre otras, e) la crítica basada en el
hecho de que las condiciones sociales
pueden llegar a ser autónomas con relación
a las acciones y orientaciones de los sujetos
participantes.
Según Munnè (1989) se ha propuesto la
denominación de Teorías del Rol para
hacer referencia a una amalgama de
conceptos, donde los significados de rol
son dispares, si bien con algún punto de
confluencia. En este sentido, con
anterioridad, Torregrosa (1983, p. 233234) señaló distintos componentes y
niveles de análisis del concepto de rol,
tales como: a) el de status (rol definido
por las prescripciones a las que el
individuo debe atenerse); b) el de
expectativas de rol (expectativas de los
ocupantes de los roles complementarios
sobre el rol y las propias expectativas) y c)
el de actuación y elaboración (como parte
de un proceso dinámico). La teoría del rol
tiene un origen sociológico que se remonta
a Cooley (1902, 1909) y Mead (1934),
entre otros, si bien, en años recientes, la
teoría del rol ha captado mayor atención.
Autores como Sarbin (1954) expusieron
8
De la Villa Moral Jiménez, M. y Ovejero Bernal, A.
(Caballero, 1998). E incluso hay quienes,
como Collins (1988, p. 4l), lo consideran
como “el sociólogo más grande de la
segunda mitad del siglo XX”. Han sido
muchos quienes han estudiado con
profusión su legado (véase Arraiza, 2008;
Arteaga, 2008; Gamson, 1990a, 1999b;
Giddens, 1987; Lozano, 2003; Smith,
2005).
La influencia de la Escuela de Chicago
en
la
formación
sociológica
y
antropológica de Goffman es ciertamente
decisiva. También es influido por Weber,
Durkheim y Mead, así como por colegas
como Parsons o Merton, tal y como apunta
Burns (1992). Es considerado como el
padre de la Microsociología, dado su
interés en el estudio de las unidades
mínimas de interacción cara a cara entre
las personas, centrándose siempre en
grupos reducidos, a diferencia de la
mayoría de estudios sociológicos hechos
hasta el momento. En sus trabajos
(Goffman, 1959, 1961, 1963, 1967, 1974)
pone
énfasis
en
la
dimensión
comunicacional de la interacción social y
se le vincula a la orientación
interaccionista simbólica dada la atención
prestada a la experiencia subjetiva de la
realidad cotidiana. Acción ubicada,
presentación del self, frames o interacción
social, son elementos abordados a través
de la comparativa con otros autores, entre
los que se encuentran Parsons, Durkheim e
incluso el propio Freud, siendo un autor de
autor de difícil encasillamiento, tal y como
se destaca en su análisis de la Teoría de la
acción social de Goffman a cargo de
Herrera y Soriano (2004).
que el concepto de si mismo se coordina
con el rol, entendiendo el comportamiento
en un sentido teórico del rol e incidiendo
en tres variables principales: a) la
precisión o la validez de la percepción del
rol; b) la habilidad para representar un rol
y, por último, c) la organización del sí
mismo, es decir, cómo una persona se ve a
sí misma, su autoconcepto.
Como
desarrollo
singular
del
Interaccionismo Simbólico, uno de los más
prolíficos
enfoques
con
varias
ramificaciones es el enfoque dramatúrgico
que y, particularmente, las contribuciones
de Erving Goffman, una de las más insignes
figuras
contemporáneas
de
una
psicosociología de la vida cotidiana.
Goffman (1922-1982) es calificado por
Munnè (1989, p. 291) como “una mezcla de
microsociólogo, psicólogo social, etnólogo
y etólogo humano”, magistral argamasa sin
duda. Brillante intérprete de la vida
cotidiana, innovador teórico, irónico e
irreverente, puede que la acusación de falta
de sistematización, junto a otros factores
coadyuvantes de índole más ideológico (en
su calidad de crítico de la anquilosada
sociedad norteamericana de los sesenta) son
claves interpretativas del hecho de que la
figura de Goffman no suela ser
encumbrada como, a nuestro parecer,
merece, ni situada a la altura de los
grandes teóricos de la sociología reciente.
En cambio, Giddens (1987), en “Erving
Goffman as a sistematic social theorist”, lo
define como uno de los grandes teóricos
de la sociología de los últimos tiempos, al
mismo nivel que Parsons, Merton,
Habermas, Bourdie o el propio Foucault
9 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
1.3) La Orientación del Interaccionismo
Simbólico
y
ramificaciones afines:
derivaciones actuales.
Tal y como se ha descrito, la orientación del
Interaccionismo
Simbólico
presenta
múltiples y fructíferas ramificaciones a
partir de un proceso constitutivo
consensuado deudor, en buena medida, de
los presupuestos de G. H. Mead.
Últimamente, en opinión de Ibáñez (1994),
a consecuencia del auge de la orientación
fenomenológica, junto con el énfasis de
Heider sobre el sentido común o
psicología ingenua y con la influencia del
segundo Wittgenstein en el pensamiento
filosófico, la Psicología Social se ha
orientado hacia unos planteamientos
focalizados sobre el mundo de la ‘vida
cotidiana’, del pensamiento ’ordinario’ y
de las denominadas como relaciones
usuales. Para Munnè (1999), las
aportaciones de Mead a la sociología
fenomenológica de Schütz (1899-1959)
son de sumo interés, si bien también le
inspiraron la obra de Bergson y de
Husserl. A su vez, las contribuciones de
Schütz y de Mead a la teoría
psicosociológica
contemporánea
–
especialmente a partir del enfoque
etnometodológico– son fundamentales, así
como a los enfoques que defienden la
construcción social de la realidad, ya sea
desde posiciones constructivistas o
construccionistas
ligadas
al
Interaccionismo Simbólico y a la teoría de
acto social y del otro generalizado de
Mead y que inciden en los procesos de
elaboración social de significados.
Sus brillantes reflexiones sobre la
influencia de los significados y los
símbolos sobre la acción y la interacción
humana
cristalizaron
en
célebres
contribuciones como The Presentation of
Self in Everyday Life (Goffman, 1959, ed.
1981)
-obra considerada actualmente
como «clásico» de la sociología (Lamo de
Espinosa, 2001)- , donde el análisis del
concepto de sí mismo y su (re)presentación
ante los demás es el tema central que
articula estableciendo una equivalencia
entre el sí mismo con los propios papeles
que representamos y que, a su vez,
entendemos como un producto de la
sociedad. Constituye la base de su enfoque
dramatúrgico, basado en el empleo de la
metáfora teatral para explicar la conducta
en situaciones cara a cara y que emplea de
modo
magistral
para
describir
microsociológicamente el comportamiento
de las personas en una realidad social
determinada (véase Joseph, 1999; Moral,
2010; Nizet & Rigaux, 2006). Este
posicionamiento
es
heredero
del
Interaccionismo Simbólico, según Garrido y
Álvaro (2007), desde el que se sostiene que
el lenguaje, como sistema de símbolos
significantes, actúa a modo de enlace entre
la conducta como proceso social y el
sistema social identificado con la sociedad
organizada.
Así,
el
acercamiento
microintencional –a modo de extensión
del Interaccionismo Simbólico centrado
fundamentalmente en el individuo y el
self-, tiene en Goffman su máximo
exponente.
10
De la Villa Moral Jiménez, M. y Ovejero Bernal, A.
El enfoque fenomenológico, aplicado el
mundo social, es claramente deudor de la
figura de Alfred Schütz (1899-1959),
sociólogo y filósofo austriaco integrado en
la Nueva Escuela de Investigación Social
de Nueva York, discípulo directo de
Husserl e influido por la orientación
pragmatista, en especial, por la obra Mead
y Dewey. Schütz incorpora a las ciencias
sociales el método de la fenomenología
cuya
versión
sociológica
de
la
fenomenología
de
Husserl
acabo
convirtiéndose, en palabras de Lizón
(2010, p. 394) “en semillero de nuevas
«sociologías creativas»”.
La incorporación del mundo cotidiano a
la investigación psicosociológica, la
importancia esencial otorgada a la
sociabilidad, la definición de las
características principales del mundo de la
vida cotidiana, la importancia concedida a
la comprensión del sentido de la acción
humana, entre otras, constituyen las
principales señas identificativas de su
aproximación fenomenológica al mundo
social. Como ideas básicas podemos
extraer las relativas a que el mundo de la
vida cotidiana es el ámbito de la realidad
en el que el sujeto interviene, si bien el
conocimiento de la vida cotidiana no es
sistemático y es la propia intersubjetividad
mundana la que delimita el campo de la
cotidianidad y el que posibilita la
existencia del mundo de vida, la
valoración de la vida cotidiana como una
región particular de sentido (Acevedo,
2010; Cipriani, 1991; Cisneros, 2000;
Cuevas, 1991; De la Torre, 2005;
Hernández Rosete, 2000; López, 2008;
En opinión de Klein y White (1996)
hoy, el término Interaccionismo Simbólico
representa una familia diversa de teorías, y
no es fácil detectar qué es lo que ahora
tienen en común muchas de estas
variaciones para que se las integre bajo
una única etiqueta. En las últimas décadas,
según los citados Klein y White (1996),
existen al menos cuatro variantes
relativamente recientes de la teoría del
Interaccionismo
Simbólico:
a)
el
acercamiento
estructural,
b)
el
interaccional, c) el microinteraccional y,
por último, d) el fenomenológico. Su
adscripción a las citadas Escuela de
Chicago o Escuela de Iowa, puede
interpretarse, más bien como un tanto
forzada y, por sí mismas, sus
formulaciones
teóricas
están
bien
fundamentadas y sus contribuciones sui
generis son de interés como aportaciones
afines, en sentido laxo, al Interaccionismo
Simbólico,
con
las
respectivas
divergencias y comunalidades. Así,
tomando en consideración, por un lado,
que tanto que el acercamiento estructural
como el interaccional ya han sido objeto
de análisis en este estudio y, por otro,
atendiendo a su impacto revitalizante en la
interpretación psicosocial de la realidad en
las últimas décadas nos centraremos en los
desarrollos fenomenológicos de Schütz y
en la corriente de la Etnometodología
como máximos exponentes.
1.3.1.) Enfoque fenomenológico del
mundo social: Alfred Schütz (1899-1959).
11 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
interacciones cotidianas, de sus relaciones
intersubjetivas y de los elementos de
negociación y de comunicación en la
construcción social de los contextos de
sentido. Según Mélich (1993) Schütz
intenta dar una respuesta satisfactoria a un
problema clave, el de la intersubjetividad,
apoyándose en la sociología comprensiva
de Weber como mejor intento por
comprender el significado de la acción. La
configuración particular del sujeto está
también sometida a la intersubjetividad, de
modo que el hecho de que se pueda
percibir la realidad poniéndose en el lugar
del otro es lo que permite al sentido
común reconocer a otros como análogos al
yo y permite anticipar ciertas conductas
para desarrollar la vida social (Schütz,
1963 en Acevedo, 2010).
El impacto de la aproximación
fenomenológica descrita se ha dejado
sentir en los últimos años a partir de los
célebres trabajos de Berger y Luckman
(1966, ed. 1986), así como por su propia
colaboración con Luckman (Schütz &
Luckman, 1973). Desde las propuestas
sociofenomenológicas tanto de Schütz
(1972, 1974a) como de Berger y
Luckmann (1986) se comprenden la
intersubjetividad como un vivir humano
cotidiano en una comunidad social e
histórica (véase Lizón, 2010). Junto a este
fructífero mecanismo de influencia, para
Munnè (1999), las contribuciones de
Schütz a la teoría psicosociológica
contemporánea –especialmente por su
inspiración sobre Garfinkel en el
desarrollo del enfoque etnometodológico–
son fundamentales en el análisis de los
Rizo, 2006; Salas, 2006). En este sentido,
la teoría social fenomenológica de Schütz,
en opinión de Grathoff (1989, p. 107)
(recogido en Rizo, 2006, p. 53) es “una
ciencia de los fenómenos de la
intersubjetividad mundana, por lo que un
análisis de las estructuras del mundo de la
vida puede interpretarse como una
sociología general de la vida cotidiana”.
Schütz desarrolló una fenomenología
del mundo social sobre la base de la
experiencia diaria reflejada en una primera
aportación de sumo interés con el
sugerente
título:
La
construcción
significativa
del
mundo
social.
Introducción a la sociología comprensiva,
publicado originalmente en 1932 (ed.
1993)
y en diversos textos como
Fenomenología del mundo social (1972) y
Las estructuras del mundo de la vida en
colaboración con Luckman (1973, ed.
1977), donde amplía su análisis
fenomenológico social. El enfoque de
Schütz parte de la necesidad de analizar
las relaciones intersubjetivas a partir de las
redes de interacción social. Uno de los
conceptos básicos desarrollados por
Schütz en buena parte de su obra (Schütz,
1932, 1972, 1974a) es el de realidad
social concebido como una suma total de
objetos y sucesos dentro del mundo social
cultural, objetos y sucesos significativos
para cada uno de nosotros, que ha sido
experienciados, y que son vivimos en
nuestra experiencia cotidiana en nuestra
relación con los demás.
Para la sociología fenomenológica, el
individuo es un actor social que reproduce
su contexto social a partir de sus
12
De la Villa Moral Jiménez, M. y Ovejero Bernal, A.
explicar cómo surgen los sistemas de
acción, y de Schütz, al situar los
fundamentos de la sociología al nivel de la
acción en cuanto experimentada por el
actor en el mundo de la vida cotidiana.
Garfinkel
funda
y
desarrolla
la
Etnometodología en la década de los
sesenta, siendo, asimismo, uno de los
promotores clave de la tradición
fenomenológica
en
la
sociología
norteamericana.
En
Studies
in
Ethnomethodology
Garfinkel
(1967)
define el objetivo de la Etnometodología
como la indagación sobre los métodos de
razonamiento práctico que la gente utiliza
en la construcción de sentido de su vida
social para producir y manejar sus asuntos
sociales.
En
su
conjunto,
la
Etnometodología de Garfinkel (1967, 1968,
1982, 1986, 1996, 2002) es un enfoque que
estudia la acción social cotidiana desde el
marco de referencia del actor, si bien este
particular énfasis no se circunscribe al
análisis de los niveles de conciencia de los
actores sociales, además se trataría de
clarificar los significados sociales de esas
acciones dada la consideración del
significado de tales procesos en la
interacción social en progreso. En este
sentido, su propuesta etnometodológica es
contraria al supuesto relativo a que las
personas siguen en sus actividades las
directrices internalizadas de su cultura, ya
que los etnometodólogos establecen una
crítica al determinismo social, estimando
que los seres humanos son agentes activos
que articulan procedimientos y definen los
significados de las situaciones sociales en
significados de los actos sociales y de los
procesos de elaboración social de
significados. En este sentido, López
(2008) desde el marco comparativo las
categorías de conocimiento de sentido
común e interpretación, desarrolla un
análisis de divergencias y comunalidades
entre Schütz y Garkinfel del que se extrae
la idea de que ambos valoran como objeto
de su análisis sociológico conocimiento de
sentido común de las estructuras sociales,
como veremos a continuación.
1.3.2.)
Etnometodología:
Harold
Garfinkel (1917-2011).
La Etnometodología supone una crítica
radical a los puntos de vista de la sociología
tradicional, dada su pretensión de sustituir
los supuestos epistemológicos positivistas
por nuevos principios en la investigación
social. El citado Alfred Schütz fue el autor
que más influencia ejerció en los
planteamientos de la Etnometodología,
según Sabucedo, D'Adamo y García
Beaudoux (1997), con Harold Garfinkel
(1917-2011) como máximo exponente.
Garkinkel comenzó a formarse con Parsons
en el Departamento de Relaciones
Sociales de la Universidad de Harvard a
finales de la década de los cuarenta, si bien
su formación como sociólogo se nutre de
enriquecedores
contactos
con
la
fenomenología social de Schütz y la
ecología de la mente de Bateson, entre
otros, que dejarán huella en sus
contribuciones. Semejantes influencias son
operativizadas por Caballero (1991)
estableciendo un análisis de las influencias
tanto de Parsons, dado su intento de
13 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
legos y profesionales, como propuesta en
contra de concepciones epistemológicas
que subyacían a la sociología positivista,
sustituyéndolas por otras completamente
distintas.
A pesar de las críticas a la
Etnometodología,
basadas
fundamentalmente en el subjetivismo y su
falta de precisión conceptual, autores
como Ibáñez (1990) valoran la propuesta
etnometodológica no solo por sus
contribuciones, sino porque han servido de
estímulo para el desarrollo de la Psicología
discursiva y, concretamente del análisis
conversacional. Y es que, como se ha
apuntado, Garfinkel (1967, 1968) enfatiza
el principio de indexicalidad del lenguaje
y evidencia las dificultades derivadas de
este proceso para la producción de
informes objetivos sobre el fenómeno
social ya que son reflexivos al entorno en
el que son producidos, esto es, dependen
de ese entorno para otorgarles su sentido.
Por su parte, el calificado por Santoro
(2003) como momento ethnográfico es
objeto de análisis tomando como referente
al citado Garfinkel y a Giddens -quien en
Las nuevas reglas del método sociológico
(1976) aporta una certera reflexión sobre
las
calificadas
como
sociologías
interpretativas- y centrándose en los
problemas de la etnosociología, explora el
viraje del interés (psico)sociológico hacia
los problemas de la comunicación del
sentido, el lenguaje y los rasgos
constructivos del conocimiento. Así,
dentro de la pléyade de estudios
etnometodológicos los de más interés
psicosociológico son los vinculados al
las que están implicados (véase López,
2008).
Para Heritage (1984, 1986), en su
conjunto, la problemática objeto de
análisis en los trabajos de Garfinkel gira
en torno a tres cuestiones nucleares: la
teoría de la acción social, la naturaleza de
la intersubjetividad y la construcción
social del conocimiento. A su vez, Wolf
(1988), destaca cinco características del
análisis etnometodológico: a) el interés
por el significado de toda situación social
que es el resultado de las realizaciones
prácticas de los individuos; b) el valor de
las interpretaciones que se articulan sobre
determinadas prácticas sociales; c) la
concepción de cualquier cualidad racional
de los modos de actuar como una práctica
contingente del conjunto de experiencias
sociales compartidas; d) el análisis de los
procedimientos que ponen en marcha los
individuos en el proceso de organización
de cada circunstancia social y, finalmente,
e) la focalización del interés en la vida
cotidiana siendo los actores sociales los
que crean y mantienen el significado de la
organización social de la realidad en la que
están inmersos.
Desde
la
Etnometodología
se
fundamenta un proyecto de una
metodología de investigación empírica en
el que valora la relevancia inmediata del
punto de vista de los propios actores,
integrando en esta perspectiva la cuestión
de la acción y la cuestión del conocimiento
de los actores, en contextos de interacción
inmediata. Garfinkel (1997) contribuye a
crear
el
método documental de
interpretación en los descubrimientos de
14
De la Villa Moral Jiménez, M. y Ovejero Bernal, A.
enfoque dramatúrgico se incide en el
proceso de presentación ante los otros.
Así, en nuestra presentación ante los otros
en la vida cotidiana en sentido
goffmaniano todos tenemos/ejercemos un
quantum tanto de autoafirmación como de
engaño y deseabilidad social (Moral,
2010; Moral, Sirvent, & Blanco, 2011).
Por extensión, la característica más
sobresaliente de los microinteraccionistas
es su énfasis en la contingencia de roles en
las interacciones con otros actores. En otro
orden, en los últimos años y desde una
perspectiva crítica, cobra relevancia la
cuestión de la agencia humana mediante el
análisis de la alteridad y de la teoría del
actor-red, planteado por Lee y Brown
(1998). Como es sabido, desde esta visión
del mundo se estima que todas las
categorizaciones de las cosas son
únicamente resultado de la actividad
humana, siendo el mundo mismo un campo
indiscriminado de voluntades, puntos de
fuerza y resistencia. La asunción de un
vocabulario
político
nos
permite
comprender el mundo y, a partir de aquí,
desarrollar un discurso democrático liberal
que versa sobre la liberación de los
oprimidos. Así, en palabras de citados Lee y
Brown (1998, p. 223): “Se ha dicho
(Callon, 1986; Latour, 1988) que la elección
del vocabulario para la descripción de la
interacción entre entidades sociales y no
sociales es, en la teoría del actor-red,
arbitraria, y que no tiene consecuencias
excepto en lo que pueda afectar a los
lectores en su recepción de la descripción.
A pesar de esto, parece que hay un
vocabulario, el de la democracia liberal, que
análisis secuencial de la conversación
(Análisis de la Conversación) con
aportaciones como las de Sacks (1972,
1982) y los desarrollo una teoría
sociológica de la información con
contribuciones como las del propio
Garfinkel (2008). Representa, en suma,
una aportación sumamente fructífera para
una psicología social crítica y discursiva.
Discusión
Ciertamente,
la
orientación
del
Interaccionismo
Simbólico
presenta
múltiples y fructíferas ramificaciones a
partir de un proceso constitutivo
consensuado deudor, en buena medida, de
los presupuestos de G. H. Mead, tal y
como se ha constatado en nuestra revisión
de sus aportaciones y mecanismos de
influencia. En el presente trabajo hemos
aportado algunas consideraciones básicas
sobre la orientación del Interaccionismo
Simbólico, así como las primeras líneas de
investigación en Psicología Social:
aportaciones
estadounidenses
al
pensamiento psicosocial, con análisis de
las contribuciones de Cooley y del
conductismo social de Mead. Asimismo,
se ha establecido la relación con el
acercamiento microintencional –a modo
de
extensión
del
Interaccionismo
Simbólico centrado fundamentalmente en
el individuo y el self-, que tiene en el
citado Erving Goffman a su máximo
exponente. Basándose en la idea básica
propia del interaccionismo simbólico de
que la realidad social se construye
simbólicamente en la interacción, desde el
15 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
e interpretaciones individuales y
sociales. Así, el mundo al que
reaccionan los seres humanos y sobre
el que actúan es un mundo
simbolizado, de modo que el mundo
exterior no existe independientemente
de nosotros.
e) La significación de "self": mediante el
"self"
es
posible
responder
reflexivamente a uno mismo, lo cual
implica que las personas pueden
simbolizar o definir a sí mismos como
participantes en relaciones sociales y
en procesos de interacción social.
f) La persona como forzada y libre: a la
vez que el ser humano es un agente
libre, activo y propositito su actividad
se ve fuertemente constreñida por
fuerzas externas y por la posición que
ocupa como miembro de la sociedad y
de diferentes grupos.
g) Los límites del determinismo a la hora
de dar cuenta de la conducta social:
teniendo en cuenta lo anterior se
considera que “los seres humanos no
existen en un mundo estrictamente
determinista. Dicho de otra manera,
existen límites al determinismo como
un principio subyacente en psicología
social" (Stryker, 1997, p. 323), de lo
cual
se
derivan
importantes
implicaciones como han apuntado
Gergen o Harré, entre otros.
es particularmente popular entre los autores
de la teoría del actor-red (e.g. Law, Callon,
Latour) cuando explican su trabajo. Según
nuestro planteamiento, la elección de este
vocabulario no es ni arbitraria ni carente de
consecuencias".
En definitiva, del pensamiento de G. H.
Mead y del resto de interaccionistas
simbólicos se derivan una serie de
implicaciones que, según Stryker (1997, p.
317-323), coinciden, en gran medida, con
muchas de las principales características de
la actual Psicología Social Crítica (Ovejero,
1999; Ovejero & Ramos, 2011):
a) El carácter socialmente organizado de
la experiencia humana: presupuesto en
virtud de cual se incide en el proceso
de organización social de la
experiencia humana, enfatizándose la
importancia
concedida
en
el
desempeño de roles.
b) La vida social como construida: las
formas y el contenido de la vida social
son productos de la acción e
interacción humana mediante las que
se proponen soluciones consensuadas
a los problemas de sus vidas
cotidianas, tratándose, pues, de una
construcción social.
c) El ser humano es un agente activo: el
ser humano es un actor, un agente
activo que inicia transacciones con el
ambiente social y no social que le
rodea, respondiendo selectivamente a
él.
d) Significación de lo subjetivo y lo
simbólico en la vida social: se otorga
una gran importancia a las definiciones
La importancia de la perspectiva
interaccionista para la Psicología Social
Crítica es fundamental, por la coincidencia
en la oposición a la disciplina dominante u
ortodoxa, de modo que se critica la
16
De la Villa Moral Jiménez, M. y Ovejero Bernal, A.
mientras que los psicólogos sociales
convencionales asumen que el objeto de la
Psicología Social comprende estados o
procesos internos que en sí mismos no son
observables, pero que pueden ser inferidos a
partir de la conducta exterior, en cambio,
desde las diversificaciones interaccionistas
más actuales, se afirma que los fenómenos
de la psicología social son constituidos a
través
de
la
interacción
social,
especialmente de la interacción discursiva.
ingenuidad epistemológica de los estudios
experimentales, y se propone una
Psicología retórica y discursiva mucho más
interpretativa. Asimismo, junto a tales
diferencias
metodológicas
también
presentan diferencias filosóficas más
profundas que, como señala Billig (1997, p.
39), conllevan fuertes desacuerdos con
respecto a la naturaleza de los fenómenos
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estudio de la Psicología Social. Así,
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24
Tapia V. A. y Villegas, D. R.
“Pídaselo a mi General”.
Una mirada psicológica al creyente Villista
“Obtain it to my General”.
A psyhological look of the Villista Believer
ALEJANDRO TAPIA V., DIANA R. VILLEGAS
Universidad de Monterrey
Resumen
El presente estudio es un acercamiento a la práctica espiritista asociada con Pancho Villa. Interesa en
específico, entender el fenómeno de la curación del creyente. Para ello se ideó un estudio cualitativo;
congruente con ello, se llevaron a cabo observaciones participantes en tres localidades del noreste de México
y se realizaron 13 entrevistas a informantes clave. Los resultados indican cómo opera el acto de sanación
desde el testimonio del creyente. Se discuten las explicaciones que de este fenómeno pueden desprenderse
desde la psiconeuroinmunoendocrinologia y se destaca el papel del reencuadre como uno de los procesos
cognitivos involucrados.
Palabras Clave: Pancho Villa, curanderismo, espiritismo, religiosidad, bienestar.
Abstract
The interest in the present study is to know the testimony of people who was cured by an act of spiritism
linked with the spirit of Pancho Villa. We design a qualitative approach and use the participant observation
and the in situ interview. We visit three different places in northeast Mexico and interviewed 13 participants.
The results show some psychological process in the act of healing. We center our discussion in the role of
psychoneuroinmunoendocrinology aspects in healing, and the relevance in reframing a cognitive technique.
Keywords: Pancho Villa, healing, spiritism, religiosity, well-being.
asociadas al culto de Niño Fidencio (El
Mundo, 2010).
El desarrollo de este culto parece tener
una línea más o menos identificada. Va de
la muerte de Fracisco Villa en 1923 (Katz,
2000) a la muerte del Niño Fidencio en
1938 y la aparición de “materias” que
curan en su nombre (Alejo, 2011; de la O,
2012; Farfán, 1997), hasta llegar a la venta
En los últimos años en los medios de
comunicación, se ha destacado el uso -por
parte de la población mexicana-, de
objetos de culto y sanación vinculados a
un personaje de la Revolución Mexicana:
Pancho Villa. Hay venta de veladoras y
medallas con su imagen a manera de
amuletos (Rodríguez, 2008), sesiones
espiritistas (Alejo, 2011) y prácticas
25 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
interés en el papel del curandero. Vaquero,
Páez, Rivera y Torres (2009) estudiaron el
papel que tienen los sueños en la
revelación de una persona como materia y
en su proceso de iniciación en el
Fidencismo. Por su parte, Berenzon,
Hernández y Saavedra (2001), hicieron un
estudio entre curanderos de la ciudad de
México para conocer sus percepciones y
creencias sobre la salud y la enfermedad.
Grinberg (1987) en su estudio ya clásico
sobre los chamanes de México dio una
explicación desde su Teoría Sintérgica
inconclusa.
Incluso
los
investigadores
del
Fidencismo, han centrado su interés en el
culto, como un movimiento religioso
basado en el curanderismo. Garza (1991)
hace un recuento biográfico del Niño
Fidencio, da un repaso de sus métodos
terapéuticos y concluye que la expansión
del movimiento tras su muerte. Farfan
(1997) hace una revisión monográfica del
desarrollo del movimiento Fidencista y
describe algunos ritos que lleva a cabo el
curandero.
A la fecha, ninguno de los estudios se
ha centrado en investigar la experiencia
del creyente. Pese a esta información
existente, no hay una aproximación
psicológica que nos permita generar
hipótesis o línea de investigación, acerca
de las creencias y de los procesos mentales
que llevan a la sanación, entre los
seguidores de esta forma de curación y que
estén involucrados en el fenómeno del
curanderismo villista en particular. Eh
aquí el objetivo del presente estudio, tener
un primer acercamiento con el creyente del
de objetos de sanación y protección de la
actualidad (Hernández, 2004; Ramírez,
2008).
En el credo Fidencista, los espíritus se
manifiestan a través del cuerpo de los
curanderos a quienes poseen. Fuera de esta
lógica, no hay mayores manifestaciones de
espíritu alguno como en la doctrina
espiritista de Kardek (1967; 1993) a quien
suele atribuírsele el origen del espiritismo
y quien creía que los espíritus se
manifestaban en diferentes esferas de la
vida. En el Fidencismo, los espíritus que
toman posesión de los cuerpos de las
materias o cajitas -como son llamados a
los curanderos -, suelen ser quienes han
hecho un bien a las colectividades, no sólo
por sus dotes de curación -como el Niño
Fidencio y Pedrito Jaramillo-, sino por sus
intereses en el bien colectivo -como,
Francisco Villa o Francisco I. Madero
(Farfán 1997; Garza, 1991).
El estudio del espiritismo y el
curanderismo en México han sido propios
de otras disciplinas pero no de la
psicología. Goldwater (1983) desde la
salud pública y la antropología social
reporta el papel de la mediación de los
espíritus en algunos casos de curación en
América Latina; al igual que lo hiciera
Lagarriga (1975) específicamente entre los
miembros de una comunidad teosófica en
México. Históricamente, Quezada (2000)
informa que el poder de la curación en el
siglo dieciocho mexicano podía venir por
gracia divina, lo cual no implica
espiritismo.
Los estudios que desde las ciencias de
la salud se han hecho, han centrado su
26
Tapia V. A. y Villegas, D. R.
Tabla 1. Relación de informantes,
funciones, contexto de la entrevista y
localidad
curanderismo villista, documentarlo y
generar unas primeras impresiones
teóricas.
Informantes
Dos
dependientas
de negocio.
(Adultas
joven)
Una cocinera
(Adulta
Madura)
Un cantinero
(Adulto
Joven)
Tres pacientes
(Adultas
joven)
Método
Debido a la escases de datos al respecto, se
optó por una aproximación exploratoria
(Hernández, Fernández & Bautista, 2010;
Taylor & Bogdan, 1987); ya que interesa
conocer la experiencia subjetiva del
creyente y partir de las verbalizaciones
para hacer un primer análisis, esta
investigación parte de un enfoque
fenomenológico (Hernández, Fernández &
Bautista, 2010; Taylor & Bogdan, 1987).
Así, en este estudio se siguió una
metodología cualitativa y, en congruencia
con dicho enfoque, se ha presentado ya -en
el apartado inmediato anterior- un breve
marco de referencia; no se parte de una
postura
teórica
particular
y
las
implicaciones teóricas se discutirán al final
de este reporte (Creswell, 1998; 2003).
Localidad
Monterrey,
Nuevo
León
Restaurant
Arteaga,
Coahuila.
Restaurant
Arteaga,
Coahuila.
Centro de
Curación
(Domicilio
del
Curandero)
Una Materia Centro de
(Mujer
3ª. Curación
edad)
(Domicilio
del
Curandero)
Una Materia Centro de
(Hombre
Curación
maduro)
(Domicilio
del
Curandero)
Un Guardia
Centro de
(Adulto
Curación
joven)
(Domicilio
del
Curandero)
Tres
Centro de
visitantes
Curación
(dos señoras (Domicilio
jóvenes y
del
un niño)
Curandero)
Participantes
Se trabajó con un muestreo no
probabilístico de participantes tipo de 13
personas de distintas edades y ocupaciones
cuyas funciones y lugares de trabajo se
encuentran en la Tabla 1.
Contexto
Mercado
Juárez
27 Arteaga,
Coahuila.
Arteaga,
Coahuila.
Saltillo,
Coahuila.
Saltillo,
Coahuila.
Saltillo,
Coahuila
REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
podía ser testigo de las distintas
situaciones que acaecían en el lugar y
hacer preguntas a las personas al lado
suyo. Al Centro de Curación de Saltillo el
investigador llegó encubierto al lugar,
media hora antes que el equipo de
periodistas e inició una convivencia con la
gente ahí reunida.
Las entrevistas se hicieron de manera
informal como parte de la interacción
durante el consumo de los servicios
ofrecidos según el contexto. Como se
indicó arriba se intentó dar respuesta a tres
preguntas ¿Ha sido atendido por la
Materia? ¿De qué enfermedad o malestar?
Y ¿Cuáles son o han sido los resultados?
No se hicieron audio-grabaciones de las
respuestas emitidas para evitar alterar el
testimonio de los informantes (ya los
periodistas hacían la grabación de la
Materia) y no se consideró ético violar el
artículo que indica que toda grabación
debe llevarse a cabo bajo consentimiento
informado (Sociedad Mexicana de
Psicología,
1984).
Se
hizo
una
transcripción de la entrevista una vez
concluida la observación participante.
Instrumentos y Técnicas
Fueron dos las técnicas de recolección de
datos empleadas en este estudio (Taylor &
Bogdan,
1987):
1)
Observación
participante. 2) entrevista con informantes
clave. Donde se intentó dar respuesta a
tres preguntas: ¿Ha sido atendido por la
Materia? ¿De qué enfermedad o malestar?
Y ¿Cuáles son o han sido los resultados?
La observación participante y las
entrevistas con informantes clave se
llevaron a cabo en tres localidades y
contextos diferentes (ver Tabla 1):
1. El mercado Juárez de la ciudad de
Monterrey. Localizado en el centro de la
ciudad.
2. El poblado de Arteaga, Coahuila. El
propósito fue interactuar con los lugareños
y visitar el Centro de Curación de la
Materia Jovita
3. El Centro de Curación en la ciudad
de Saltillo, Coahuila. Localizado al sur de
la ciudad.
Procedimiento
Las observaciones y entrevistas variaron
según el contexto. La observación en la
hierbería del mercado se asistió como
consumidor interesado en la ayuda de
Pancho villa. Las observaciones en los
Centros de Curación se llevaron a cabo
dentro del marco de una grabación para un
programa televisivo. Para el caso de la
ciudad de Arteaga el investigador llegó al
primer centro como parte del equipo de
grabación,
pero
manteniéndose
–
literalmente- al margen de las actividades
de los presenten; sentado entre la gente,
con el resto de los pacientes, desde donde
Análisis de datos
Para el análisis de datos se llevó a cabo un
Análisis de Discurso Ideológico (van Dijk,
1996), el cual básicamente consistió en
obtener conclusiones a partir del
significado de la comunicación expuesta
en la interacción y dentro de los contextos
de la entrevista y a partir de las
verbalizaciones emitidas. De esta manera
los datos obtenidos fueron agrupados no
categorizados en algunos conceptos
28
Tapia V. A. y Villegas, D. R.
Materia también. Pero no, no quiero, me
da miedo, no sé como sea eso [sonríe
agachando la mirada, como chiveada], nos
ha ayudado mucho Mi General”. Yadira
una de las visitantes al General en Saltillo,
madre de familia de dos niños de tres y
cinco años.
Testimonio de don Miguel “Aquí somos
devotos del Niño Fidencio, vamos cada
año a Espinazo. Mi niña de ocho años
tiene El Don, haga de cuenta que sentía
que la perseguían y que le jalaban los pies.
Me dijo apá me pasa esto y esto y le
llevamos a espinazo para que le sacaran el
mal ¡¿y cuál?! Que no era mal. Ella va a
poder curar, la vamos a preparar para eso.”
Don Miguel Cantinero en Arteaga.
psicológicos con la intensión de hacer una
“traducción” o tener un referente de
compresión en esta ciencia.
En
este
reporte
se
presenta
entrecomillado el testimonio reconstruido
de los informantes, se ponen en letra
mayúscula
los
conceptos
técnicos
específicos usados por los informantes, se
usan seudónimos para asegurar el
anonimato de los informantes (a excepción
del nombre de los curanderos de quien se
conserva su nombre real con fines de
verificación, para garantizar la objetividad
y se insertan entre corchetes algunos
comentarios del investigador.
Resultados
Alivio del Estrés
En los testimonios de los creyentes, se
expresa el alivio de, por una parte, de
saber que no se tiene un mal y, por la otra,
de hacer algo para que ya no se tenga. En
los
testimonios
anteriores
puede
identificarse ese alivio, así como en los
dos casos siguientes (donde además está
presente la re-significación).
Testimonio de doña María “Me sentía
mal de la panza, la traía toda inflamada y
me dolía. Vine con Jovita y me operó hace
un mes [hace señal con la mano izquierda
en el lugar del vientre], la cicatriz no se
me ve por que la traigo por dentro. Me dio
una curación. Desde entonces me he
sentido bien”. “Hoy me llevo un poco de
agua con hierbas para echar en la casa,
rociarla y protegerse de la maldad”
“También curó a mi niña, la curó de
envidias. Tiene 16 años, la placearon [ver
En los testimonios de los informantes
llama la atención, dos elementos: la
confianza puesta en “la Cajita” y la
seguridad de las creencia, sin pretensiones
ni asombro. En este sentido, se destacan
por lo menos tres elementos 1) el
reencuadre, 2) el alivio del estrés 3) El
sistema de Creencias.
El reencuadre
Uno de los efectos del curanderismo está
en el reencuadre del malestar:
Testimonio de doña Yadira: “Yo me
mareaba y me sentía muy mal. Sentía
como que me levantaba del piso. Y me
preocupaba ‘¿Me estoy volviendo loca o
qué? ¿Tendré un cáncer?’ Vine con don
Chuy y me dijo que no, que no estaba
enferma, que yo tenía El Don, que la
virgen quería tomar mi cuerpo para hacer
sanaciones, que si yo quería podría ser
29 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
suegra y la ex le querían hacer mal y lo
habían embrujado con una figurita de esas
[y hace una señal con la maño derecha
indicando el tamaño entre el dedo pulgar e
índice] y la habían enterrado en un
panteón pa’ que muriera, le habían puesto
plazo, pero Jovita lo identificó a tiempo,
fue a desenterrar el muñeco y lo salvó de
la malda’. Y aquí anda”.
Testimonio del Guardia “Yo vine hace
dos años a ver a mi General, para pedirle
su ayuda y conseguir un trabajo. Me dijo
que no me preocupara, me dio un pañuelo
mojado con tequila y al poco tiempo
conseguí trabajo. Después vine a darle las
gracias y le pedí que me ayudara con mi
negocito de cocas y papitas que tengo en
la casa, que no nos fueran a robar y que
nos vaya bien. Vende ahí mi esposa. Y me
dio una bala grande de carabina, para que
lo tuviera en un cajón. A mí me dio una
bala, como esta [calibre 22], para que
también a mi me cuidara, la traigo en mi
bolsa siempre y cando me siento mal la
agarro y le pido al General que me ayude y
todo sale bien. Hace unas semanas venía
en el camión y sentí que algo iba a pasar.
Le dije ‘échanos la mano, mi general” y
agarré la bala, la bala se rompió se
despegó del casquillo y ya nada pasó, nos
protegió. Tú tal vez no creas, pero evitó
que algo pasara.” Martín es un Guardia
que se está preparando para poder ayudar a
Don Chuy en las sesiones en que recibe el
espíritu de quienes es Materia.
Testimonio de doña Alicia: “Ponemos
los limones dentro de ese tarro con
aguapara que absorba todas las envidias,
se pone todo negro después de dos semana
significado en el caso J, más adelante]”.
“Sí, está bien bonita”. Doña María, mujer
adulta de 33 años de edad, entrevistada en
Arteaga.
Testimonio de Martita “Vengo para que
me revise. Me curó hace tres meses del
corazón. No podía respirar, sentía que el
corazón se me saltaba del pecho. Me ponía
bien mala. Yo no quería venir pero, curó a
mi mamá hace seis meses, ella no podía
caminar y le curó las piernas y ya anda
bien”. Martita, una mujer de 28 años de
edad, soltera. Entrevistada en Arteaga.
El Sistema de Creencias
Además del alivio, las explicaciones que
los creyentes obtienen y se dan, son
argumentos que forman parte de su
sistema de creencias. Las personas que
acuden a los curanderos lo hacen porque
suponen, saben o esperan obtener un
beneficio. De entrada, esta actitud implica
ya la posibilidad de que el beneficio tenga
lugar, a través del vehículo que es la
Materia, se entienda o no de dónde viene
su poder, asumido como un Don de Dios,
y donde se reconoce la existencia de
espíritus que hacen el bien y se enfrentan a
fuerzas del mal. Léase el caso J y los
testimonios siguientes.
Caso J. Juan decidió separarse de su
primera mujer porque no podía darle
familia, tres años después, viviendo con su
segunda pareja, “andaba de mal humor,
todo irritado”. Informa Susana, su actual
pareja: “se estaba secando el pobre, ni
comía y se dio a la bebida. Sí estaba bien
flaco. Vino con Jovita le hizo una limpia y
le dijo que lo habían Placeado, que la
30
Tapia V. A. y Villegas, D. R.
(Fine, 2002), con la cual los sujetos
reconstruyen sus explicaciones, lo que en
los casos de sentimientos negativos les
ayuda a contrarrestan sus pensamientos
irracionales (Fine, 2002; Morse, 2008). El
reencuadre cognitivo consiste en que el
paciente considere elementos que no había
tomando en cuenta en una experiencia
negativa, lo que lo lleva a reevaluarla de
una manera favorable para sí; este
elemento quedó identificado en el
testimonio de los creyentes.
El manejo del estrés, podría ser una
explicación en el tratamiento de las
enfermedades,
desde
la
psiconeuroinmunoendrocrinología.
Los
autores en esta disciplina indican que ante
una situación evaluada como estresante, se
activa
el
hipotálamo
y
libera
corticotropina, una hormona que estimula
la hipófisis, que a su vez envía
adrenocorticotropina al torrente sanguíneo,
el que al llegar a las glándulas
suprarrenales, se estimula la segregación
de glucocorticoides como la cortisona y el
cortisol (Clow, 2004; Garrido, 2000) los
que por segregación excesiva terminan por
inhibir la producción y secreción de
interleucinas encargadas de la mediación
de la respuesta inmune (Ramos, Rivero,
Piqueras, García, & Oblitas, 2008).
El alivio reportado por los informantes,
relacionado con el manejo del estrés
subyacente a sus enfermedades y como
resultante del reencuadre cognitivo, provee
un alivio principalmente emocional.
Cuando
una
persona
reinterpreta
cognitivamente un estimulo negativo
disminuye el impacto que ese estímulo que
y ya no flotan, cuando se caen al fondo
hay que tirarlos. Pero no debe tocar el
agua porque le puede hacer mal. Hay que
agarrar el tarro de la asa y levarlo a tirar
allá lejos, a la barranca. Y ya luego echarle
mucha agua y limpiarlo. Lavarlo bien por
dentro. Volverle a poner agua y dos
limones para seguir protegidos” Explicó
esto doña Alicia mientras veíamos el altar,
en medio del restaurante del que es socia y
cocinera en Arteaga. Véase la Figura 2
donde se puede ver el altar vinculado al
Fidencismo, con la imagen del Pancho
Villa entre otras imágenes del santoral
católico.
Puede identificarse, también, que son
dos los poderes que se le atribuyen al
espíritu de Pancho Villa: de protección y
sanación. Mientras que Jovita realiza
curaciones de enfermedades, limpias,
antídotos contra magia y embrujos; la
Materia Don Chuy protege contra males y
alivia malestares físicos.
Son tres, los elementos psíquicos que se
encuentran vinculados a estas prácticas de
sanación. Esta primera aproximación nos
permite identificar que hay al menos estos
tres procesos cognitivos involucrados en la
mente de los creyentes que acuden al
espíritu de Pancho Villa para ser
atendidos.
Discusión
Estos resultados indican que los pacientes
son tratados con una estrategia que
algunos psicólogos clínicos usan y que
llaman “reencuadre”. El reencuadre es una
intervención propiamente cognoscitiva
31 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
grupos religiosos entienden diferentes
conceptos y prácticas religiosas desde el
significado particular y doctrinal que
tienen en su marco religioso de referencia.
Lo cual no es una novedad, los
antropólogos clásicos Levi-Strauss (1958),
Malinowski (1974; 1931) y Geertz (1995)
consideraron que el sistema de creencias o
marco de referencia es a lo que había que
apelar para poder entender el significado
que tiene en una persona los diferentes
elementos de la cultura de un pueblo
(como la religión, el comercio, el
parentesco, el juego y demás categorías).
Y para el caso del curanderismo, ocurre
igual, se entienden las enfermedades desde
el propio marco de referencias (Berenzon,
Hernández, & Saavedra, 2001). El
contexto del que procede esta devoción a
Villa ha sido considerado ya antes.
Asociado al culto a los santos, la
intercesión de Pancho Villa en los asuntos
terrenales forma parte de una tradición
católica, pero no reconocida por la Iglesia
(Farfán, 1997; Garza,1991), incluso sus
seguidores creyentes no llegan a
considerarlo como un santo. El
curanderismo de Villa está vinculado al
Fidencismo,
aunque
derivado
del
catolicismo, el espiritismo (Farfán 1997) y
la curandería (Garza, 1991). Es por ello
que, el espíritu del Pancho Villa, los actos
de sanación, tener El Don, ser Placeado y
portar objetos de protección, son actos que
tienen cabida en el sistema de creencias de
quienes lo creen y participa de ellos.
Esta práctica religiosa sólo tiene su
lógica desde su sistema de creencias y no
desde un sistema de creencias ajeno a él –
tiene en ella (Gross & Thompson, 2007);
con la reinterpretación disminuye la
actividad en la amígdala (vinculada a la
ansiedad, LeDoux, 2000 ), la ínsula y, a su
vez, aumenta la actividad en el área
prefrontal y la región parietal del cerebro,
lo que se asocia con un incremento del
afecto positivo y un estado general de
bienestar (Goldin, McRae, Ramel, &
Gross, 2008).
Además, la experimentación de
emociones positivas, mejora los estados de
salud. Los investigadores indican que la
experimentación de Afecto Positivo puede
reducir los niveles de cortisol (Pressman &
Cohen, 2005; Steptoe, Wardle, & Marmot,
2005), disminuir el ritmo cardiaco la
presión sanguínea y la concentración de
epinefrina y norepinefrina en la sangre
(Pressman & Cohen, 2005) lo que
disminuye el riesgo a enfermarse; así
mismo, aumenta la secreción de
inmunoglobulina A (Barak, 2006;
Watanuki & Kin, 2005), componente
inmunológico de la saliva con la habilidad
de neutralizar virus bacterias y toxinas
(Sekikawa, Taito, Takahashi, Matsubara,
& Inamizu, 2010).
Todo sistema de creencias forma parte
de un marco cultural y social de
referencia, desde el cual una persona se
permite entender o explicar cualquier
fenómeno. En este estudio, se confirma
que el estudio de las religiones ha de
entenderse desde el sistema doctrinal del
grupo religioso en cuestión y desde el
contexto cultural en el que tiene lugar.
Tapia (2010) y Tapia y Reyes-Lagunes
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estudio, no es más que un esfuerzo por
interpretar desde otro marco conceptual y
ajeno (el psicológico), al marco conceptual
aquel del que no forma parte (el
curanderismo Fidencista). Cabe aclarar
que esto no es una crítica, si no una
limitante, la de un primer esfuerzo por
establecer un dialogo de dos sistemas de
creencias distintos, uno basado en la
ciencia y otro sustentado en fe.
Aún quedan dudas por resolver.
Mientras no se tenga un conocimiento
mayor del creyente, no se podrá tener más
que sólo un primer acercamiento a este
fenómeno social. En futuros estudios sería
importante incluir -de contarse con ellosun expediente con análisis clínicos de
laboratorio, diagnóstico médico, el
seguimiento al tratamiento medicamentoso
de la enfermedad para conocer su
evolución y después evaluar el efecto de la
intervención
del
curandero.
Estos
elementos bien podrían ser motivo para el
diseño de próximas investigaciones.
Mientras no se conozca el impacto
fisiológico de estos actos de sanación, por
muy comprensible que pueda ser la
experiencia subjetiva y entendible
teóricamente lo que ocurre orgánicamente
en el creyente, faltará la contrastación con
datos objetivos, medibles, que permitan
una mayor comprensión del fenómeno
estudiado.
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35 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
36
Arenas Loera, E. P.
Los Valores Humanos
en distintos ámbitos académicos
Human Values in different academic settings
EVA PAOLA ARENAS LOERA
Universidad Nacional Autónoma de México
Resumen
En el ambiente académico de las instituciones de enseñanza se transmiten valores propios de la profesión.
Según Sagiv y Schwartz (2002) existe bienestar cuando los valores de las personas son congruentes con los
del ambiente. Por tanto, se esperan diferencias entre los valores humanos de estudiantes de distintas carreras.
Este estudio analizaron los valores humanos de 100 estudiantes de Contaduría y Administración y Psicología
de una universidad pública de la Ciudad de México. Se encontraron diferencias entre ambos grupos. Los
estudiantes de psicología están orientados hacia la Auto-trascendencia, mientras que los Contadores y
Administradores hacia la Auto-promoción. Los resultados son congruentes con los valores de cada ambiente
académico. Se discuten las implicaciones de esta congruencia en la elección de carrera y en el bienestar de los
estudiantes.
Palabras clave: Valores, humanidad, ambiente, congruencia, bienestar.
Abstract
The university schools’ environments transmit values according to the professions. According to Sagiv &
Schwartz (2002), wellbeing exists when the people’s values are congruent to the environment ones.
Therefore, differences between student’s human values of different schools are expected. This study analyzed
human values of a public university in Mexico City students from the schools of Business Administration and
Psychology. Differences between groups were found. The psychology student’s values are oriented to the
Self-transcendence, while Business Administration students to the Self-enhancement. Results are congruent
to values in each academic environment. The implications of this congruence to the professional election and
the student’s well-being are discussed.
Keywords: Values, Humanity, environment, congruence, well-being.
contenidos temáticos, la visión y misión de
la institución, entre otros, forman parte de
los mecanismos formales de transmisión.
Las conversaciones en las aulas y pasillos,
las actitudes de los académicos y
estudiantes,
las
expectativas,
los
Las instituciones de enseñanza superior
transmiten de forma constante ciertos
valores asociados a la profesión de la cuál
son responsables. Dichos valores son
transmitidos por canales formales e
informales. Los planes de estudio, los
37 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
Por tanto, se espera que los valores
humanos de los estudiantes de distintas
carreras sean diferentes.
Los valores humanos, según la
formulación de Schwartz (1992), son los
criterios que la gente utiliza para
seleccionar y justificar sus acciones, así
como para evaluar al resto de las personas.
La propuesta de éste autor es una
estructura de los valores humanos basada
en necesidades humanas universales: las
necesidades biológicas básicas y las
necesidades
de
coordinación
y
funcionamiento social. Su investigación,
realizada en 20 países, dio como resultado
una estructura de 10 tipos motivacionales:
poder, logro, hedonismo, estimulación,
auto-dirección,
universalismo,
benevolencia, tradición, conformismo y
seguridad. Los 10 tipos motivacionales se
pueden agrupar en dos dimensiones
bipolares (Schwartz, 1992) (ver Tabla 1).
incentivos sociales, entre otros, forman
parte de los mecanismos informales. El
resultado es un ambiente académico
compuesto por valores homogéneos y
socializados. Sin embargo, estos valores
del ambiente académico pueden no
corresponder a los valores personales de
quienes estudian en la institución.
De acuerdo a Sagiv y Schwartz (2002),
para que exista bienestar en los individuos,
es necesaria la congruencia entre los
valores humanos y los valores en el
ambiente. De esta forma, los estudiantes
cuyos valores humanos sean congruentes
con los de la institución a la que
pertenecen, experimentarán bienestar en
dicho ambiente; por lo que, las
probabilidades de permanencia en él son
mayores. Así mismo, la percepción de
estos valores en el ambiente académico
puede estar asociada a la elección
profesional, en tanto que el estudiante
tenderá a elegir aquella tenga mayor
congruencia con sus valores personales.
Tabla 1. Agrupación de los tipos motivacionales de los valores
Auto-trascendencia
Dimensiones
bipolares
Autopromoción
Poder
Logro
Apertura al cambio
Hedonismo
Estimulación
Auto-dirección
Tradición
Conformismo
Seguridad
Conservación
Tipos motivacionales
Benevolencia
Universalismo
38
Arenas Loera, E. P.
esencial del código ético de los psicólogos
es la contribución al bienestar de aquellos
con los que se interactúa profesionalmente
(APA, 1997). Por otro lado, la carrera de
Psicología aspira a que sus egresados
reditúen en el beneficio común y en
formas de convivencia armónicas.
También establece que los estudiantes
deben poseer valores de responsabilidad y
compromiso
social,
solidaridad,
sensibilidad ante la vida y la preservación
de la salud (Facultad de Estudios
Superiores Iztacala, 2009). Harrsch (2005)
y Acle (1989), de la misma forma,
establecen como perfil del psicólogo una
tendencia hacia la promoción del
desarrollo humano, su bienestar y
felicidad.
La noción de contribuir al bienestar, ha
sido planteada también como ayudar,
preocuparse o interesarse por otros. Estas
nociones se encuentran, de forma
consistente, en diversos autores han
tratado de definir al psicólogo. Por
ejemplo, Litvinoff y Gomel (1975)
mencionan que los estudiantes de
psicología de suelen ser personas que
experimentan afinidad hacia aspectos
humanistas. Lagache (1948 en Curiel,
1962) en su libro “De la aptitud al oficio
de Psicólogo”, menciona que entre las
cualidades sobresalientes que deben
caracterizar al futuro psicólogo está la
“actitud de simpatía: que implica la
comprensión intelectual de nuestro
semejante, el acceso comunicativo, el
sostener
relaciones
adecuadas
y
proporcionadas con los demás y, sobre
todo, la captación del valor ajeno” (p.
Los valores de Auto-trascendencia hacen
referencia al entendimiento y aceptación
de todas las personas (universalismo) y a
las expresiones de cuidado y preocupación
por el bienestar de otros (benevolencia).
Los valores de Auto-trascendencia son
opuestos a los de Auto-promoción, los
cuáles expresan las motivaciones para
alcanzar poder, autoridad y control sobre
los recursos y sobre los demás (poder) y al
éxito personal a través de la demostración
de las capacidades de acuerdo a estándares
sociales (logro) (Schwartz, 1992).
La elección de una carrera profesional
por parte del estudiante puede estar
asociada a los tipos motivacionales que
éste posee. Con la finalidad de
experimentar bienestar, el estudiante
tenderá a elegir aquella carrera que sea
afín con sus tipos motivaciones.
Las carreras de Psicología y de
Administración y Contaduría están
asociadas a ambientes académicos donde
se transmiten distintos valores. De acuerdo
a la tipología de Schwartz (1992), en el
ambiente académico de los psicólogos
existiría una orientación hacia los valores
de Auto-trascendencia, mientras que en el
de los contadores y administradores hacia
la Autopromoción. Analizando algunos de
los canales de transmisión de estos
valores, se pueden apreciar las distintas
orientaciones de valor entre los ambientes
de estas dos carreras.
Los valores en el ambiente académico de
los psicólogos
La Asociación de Psicológica Americana
(APA), menciona que, un requerimiento
39 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
los contadores y administradores, se hace
referencia al logro individual y al poder.
292). Curiel (1962), por su parte, recalca
como una contraindicación para ejercer la
psicología el desconocimiento del valor
ajeno, por ignorancia, falta de observación
científica o de estima y justipreciación de
las cualidades de nuestros semejantes que
se traduce en actitudes y tendencias a
tratarlos como un simple material para
manipulación y no como esa entidad tan
respetable que es la persona humana
anidada en cada uno de ellos.
Las funciones del psicólogo se orientan,
primordialmente,
hacia
el
trabajo
comunitario y la mejora de la calidad de
vida (Benavides, 1989), así como en la
resolución de problemas personales,
familiares, institucionales y sociales
(Consejo Nacional para la Enseñanza e
Investigación en Psicología (CNEIP),
1989; López, Rivero, & Bustos, 1989).
Las investigaciones acerca de las
motivaciones para elegir la profesión de
psicólogo,
también
revelan
esta
preocupación e interés por ayudar a otros.
Por ejemplo, el CNEIP (1987) reporta que,
en una muestra de 189 estudiantes, el 60%
manifestó, como motivación principal para
estudiar psicología, el poder “brindar
ayuda al hombre” (p. 46). Esto también es
reportado por Harrsch (2005) y por García
(1989), para quién la carrera de psicología
es esencialmente humanística.
Las nociones anteriores reflejan como
en el ambiente académicos de los
psicólogos se hace referencia constante al
entendimiento, aceptación, preocupación y
cuidado de las personas. Por el contrario,
en distintos canales de comunicación de
Los valores en el ambiente académico de
los contadores y administradores
La
Facultad
de
Contaduría
y
Administración (FCA), dentro de sus
canales formales de difusión, manifiesta
que aspira ser un modelo educativo el que
se eduquen y formen verdaderos líderes.
Establece como perfil de ingreso del
estudiante de contaduría el ser proactivo y
eficiente en el trabajo, así como capaz en
la conducción de grupos. Para el
estudiante de administración, el perfil de
ingreso incluye el ser experto en integrar y
dirigir grupos humanos hacia el logro de
objetivos organizacionales. Además, el
mapa
curricular
vigente,
incluye
asignaturas optativas, principalmente
dentro del área Emprendedores, orientadas
a la creación, desarrollo y dirección de
empresas y personal (FCA, 2009a, 2009b,
2009c).
Para Elizondo (1985), el estudiante de
contaduría y administración debe poseer
interés, disposición y aptitudes para
controlar recursos materiales, humanos y
técnicos. Además debe mostrar ambición
profesional y económica, liderazgo, toma
de decisiones, don de mando, habilidad
para la coordinación y motivación de
subordinados. Considera también que debe
poseer
capacidades
intelectuales
superiores y que puede ubicarse en los
puestos gerenciales. Navos (1994) y
Picazo (1992) comparten esta visión. Para
el primero, el contador debe ser
competitivo para guiar a la empresa al
40
Arenas Loera, E. P.
clasificar a los estudiantes de acuerdo a la
carrera elegida. Una tercera hipótesis que
se planteó es que la edad y el sexo
muestran relación con los valores
humanos.
éxito (p. 8). Para el segundo, debe ser líder
y tener visión emprendedora.
En las anteriores nociones se aprecia
que en el ambiente académico de los
contadores y administradores existe una
orientación hacia el poder, la autoridad y
el logro personal.
Los estudiantes se encuentran inmersos
de forma permanente dentro de los valores
propios de cada institución. El ambiente de
los estudiantes está compuesto por un
conjunto de valores homogéneos, los
cuáles son distintos para cada carrera.
Como consecuencia, se desarrollan en los
estudiantes de cada carrera expectativas
concretas de los valores que deberían
poseer. De esta forma, los estudiantes, en
sus respectivas carreras, expresan los
valores aprobados por su profesión,
mientras que la manifestación de valores
incongruentes a ésta puede ser sancionada
por los profesores y alumnos.
El objetivo de este estudio fue, por
tanto, analizar si existen diferencias en los
valores humanos entre los estudiantes de
psicología y los de contaduría y
administración. También se investigó si
los valores humanos pueden ser elementos
asociados a la elección de carrera
profesional y si la edad y el sexo de los
estudiantes estaban relacionados con los
valores. La hipótesis que guió a esta
investigación fue que los estudiantes de
psicología estarían mayormente orientados
hacia los valores de Auto-trascendencia,
mientras
que
los
contadores
y
administrados hacia los de Autopromoción. También se planteó la
hipótesis que los valores humanos pueden
Método
Participantes
En la investigación participaron 100
estudiantes, seleccionados mediante un
muestreo no probabilístico. El 50%
pertenecían a dos diferentes campus de
una universidad pública en la Ciudad de
México en donde se tiene la carrera de
Psicología y el otro 50% pertenecía a un
solo campus en donde se ofrece la Carrera
de Contaduría y Administración. Los
estudiantes se encontraban en los dos
primeros semestres de la carrera. El 65%
de los participantes fueron mujeres y el
35% hombres. La edad promedio de los
estudiantes fue de 20 años (DE = 2),
siendo el mínimo 18 y el máximo 31 años.
El 97% eran solteros y el 3% eran casados.
La principal ocupación de todos los
participantes eran los estudios, ninguno se
encontraba laborando.
Instrumentos
Para evaluar los valores humanos
generales, se utilizó la escala de valores de
Schwartz (1992). Dicha escala evalúa los
valores como principios guiadores de la
vida.
Consta
de
10
factores
correspondientes a 10 tipos de valores. La
escala se presenta como un listado de 57
valores que corresponden al estímulo
“como principio rector de mi vida”. El
41 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
Resultados
participante debe dar una respuesta para
cada valor, dentro de un escala de -1 a 7,
donde -1 = opuesto a mis valores y 7 = de
suprema importancia.
De acuerdo con Arciénega y González
(2000) la teoría de los valores de
Schwartz, goza de validez transcultural
(Schwartz, Lehmann, & Roccas, 1997 en
Arciénega & González, 2000; Schwartz,
1992; 1994) y las mismas se pueden
observar en diversas investigaciones, tanto
a nivel internacional (Schwartz, 1999),
como en sus traducciones al español
(Gouvieia, Clemente & Vidal, 1998; Ros
& Grad, 1991; Schwartz, 1999), y en su
utilización con participantes mexicanos
(Guzmán, González, De la Rosa, &
Castán, 2005; Guzmán-Obando, González,
Ruíz & Castán, 2006). El estudio más
completo lo presenta Poblete (2000),
donde
reporta
altos
valores
de
confiabilidad y validez del instrumento.
Para conocer si existen diferencias en los
valores humanos entre los estudiantes de
psicología y los de contaduría y
administración, se realizó un análisis de
varianza
unifactorial
mediante
el
procedimiento Modelo Lineal General. En
este procedimiento se incluyeron como
variables dependientes Autopromoción y
Auto-transcendencia (así como sus tipos
motivacionales:
poder
y
logro;
universalismo y benevolencia) y tipo de
carrera (contaduría y administración o
psicología) como factor fijo. Se incluyó
como co-variable, la variable MRAT
(Mean Rating for the particular
individual)1 propuesta por Schwartz para
controlar los efectos asociados a las
diferencias
individuales
(Schwartz,
Verkasalo, Antonovsky, & Sagiv, 1997).
Se
encontraron
diferencias
significativas entre ambos grupos, tanto en
las dimensiones bipolares como en los
tipos motivacionales (ver Tabla 2).
Los contadores están mayormente
orientados
hacia
los
valores
de
Autopromoción.
Se
encontraron
diferencias significativas respecto a los
psicólogos tanto en la dimensión
Autopromoción como en los valores de
logro y poder que la componen. Los
psicólogos están mayormente orientados
hacia
la
Auto-trascendencia.
Se
encontraron diferencias significativas
respecto a los contadores en la dimensión
general Auto-trascendencia, aunque no se
encontraron en el valor benevolencia, que
junto con universalismo, componen dicha
Procedimiento
Se realizó la aplicación de los
instrumentos de forma grupal en las aulas
de estudio de los alumnos. Se expusieron
los objetivos generales de la investigación
y se reiteraron los aspectos éticos bajo los
cuales se procuraría la protección de sus
respuestas. Se le leyeron las instrucciones
generales
del
instrumento
y
posteriormente se enunciaron algunos de
los reactivos al participante como ejemplo.
Se explicó la forma de registro de las
respuestas.
42
Arenas Loera, E. P.
dimensión. En el valor universalismo sí
Tabla
3.
Fuente
Parámetros
hubo diferencias respecto a los contadores.
del
análisis
de
regresión
logística
Variable
dependiente
F
Media
Psicología
Media Contaduría
y Administración
Autopromoción
7,80*
3,91 (,94)
4,07 (,87)
Auto-trascendencia
8,10*
4,88 (,72)
4,41 (,94)
Benevolencia
,66
5,04 (,90)
4,77 (,72)
Universalismo
10,42*
4,71 (,76)
4,06 (,82)
Poder
15,40*
2,47 (,81)
3,24 (,88)
Logro
7,22*
4,45 (,95)
4,72 (1,52)
Autopromoción
89,96*
Auto-trascendencia
127,02*
Benevolencia
61,29*
Universalismo
72,39*
Poder
26,44*
Logro
44,76*
Carrera
MRAT
Nota. Los valores entre paréntesis representan la desviación estándar.
*p < .01.
y por ende, a conclusiones erróneas. La medida de
corrección que Schwartz propone es la MRAT.
1 Schwartz (comunicación personal, 02 de junio de
2005) menciona que tanto los individuos como los
grupos culturales difieren en la forma en cómo
responden la escala de valores, por lo que alerta
que, para el análisis de datos, en específico a
través de la correlación, es necesario emplear una
medida de corrección para la escala, ya que de no
hacerlo así, las diferencias en las respuestas de la
escala puede conducir a resultados distorsionados
Dicha medida se calcula sumando el puntaje total
de todos los valores de la escala para cada caso y
dividiendo el resultado entre el número total de
reactivos (Schwartz, 2009).
43 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
eligieron, se realizó un análisis de
regresión logística binominal. En dicho
procedimiento,
se
incluyeron
la
Autopromoción,
Auto-trascendencia,
benevolencia, universalismo, poder y
logro, como variables predictoras, y la
carrera (psicología=0; contaduría y
administración=1) como variable de
agrupación. El resumen del análisis se
muestra en la Tabla 3.
El efecto de la variable MRAT resultó
significativo para cada uno de los valores
analizados. Esto indica que aún
contrarrestando el efecto de las diferencias
individuales y culturales, se mantienen las
diferencias en los valores entre los dos
grupos de estudiantes.
Con la finalidad de analizar si los
valores humanos pueden clasificar a los
estudiantes de acuerdo a la carrera que
Tabla 3. Parámetros del análisis de regresión logística
Valores
humanos
β
Error
típico
Wald
gl
p
Universalismo -,776
,254
9,357
1
,00 ,460
Poder
,160
5,384
1
,02 1,448
,370
Exp (b)
Nota. El signo negativo se interpreta como psicología y el positivo como
contaduría y administración; se incluyen sólo las variables con p < 0.5.
El análisis mostró que únicamente los
valores de universalismo y de poder
clasifican de forma significativa la carrera
elegida por los alumnos. El modelo
resultante posee buen ajuste y capacidad
predictiva (X2 = 18,16, p < .00),
obteniéndose un 67% de clasificación
correcta.
Se investigó si la edad y el sexo de los
estudiantes estaban relacionados con los
valores. Únicamente el valor de poder y la
dimensión
de
Autopromoción
(conformado por poder y logro) se
relacionaron de forma significativa con
ambas variables. Las correlaciones entre la
edad y la Autopromoción (r = .21, p = .01)
y el poder (r = .23, p = .02) son bajas,
aunque significativas, lo que indica que a
mayor edad mayor orientación hacia la
Autopromoción y el logro. En relación con
el sexo, los resultados indicaron que los
estudiantes hombres se encuentran
mayormente orientados que las mujeres
hacia la Autopromoción (F(1,98) = 4,50, p =
.03) y el poder (F(1,98) = 5,74, p = .01).
44
Arenas Loera, E. P.
Los resultados indicaron que los valores
de universalismo y poder pueden clasificar
correctamente un porcentaje importante de
estudiantes de acuerdo a la carrera que
eligieron. Los estudiantes de psicología,
tal como se planteó en la hipótesis,
pudieron ser clasificados por el valor de
universalismo, el cuál refleja un
entendimiento y comprensión por todas las
personas. Esto es congruente con los
valores de ayuda, interés y preocupación
por otros manifiestos en las instituciones
de enseñanza en psicología. Los
estudiantes
de
contaduría
y
administración, fueron clasificados por el
valor de poder, el cuál expresa el domino
sobre recursos y otras personas. Estas
características se encuentran en sus
respectivas instituciones de enseñanza.
Estos hallazgos son importantes ya que
proporcionan elementos a considerar en la
elección de carrera. Además de los
indicadores
comúnmente
utilizados
(preferencias, aptitudes, intereses), puede
incluirse los valores humanos dentro de las
evaluaciones, ya que la congruencia entre
estos y el ambiente educativo, influirá en
el bienestar del estudiante.
Para probar la tercera hipótesis, los
hallazgos
muestran
que
variables
sociodemográficas, como la edad y el
sexo, se relacionan con los valores
humanos. Los estudiantes hombres y de
mayor edad se encuentran mayormente
orientados
hacia
los
valores
de
Autopromoción. Sin embargo, en los
análisis realizados, a pesar de haberse
Discusión
Los resultados de este estudio confirmaron
las hipótesis planteadas. Los estudiantes
de psicología tienen una orientación
primordial hacia los valores de Autotrascendencia mientras que los de
contaduría y administración hacia los de
Autopromoción.
La premisa de Sagiv y Schwartz (2000)
indica que, la sensación subjetiva de
bienestar psicológico depende de la
congruencia entre la persona y su
ambiente. Cuando los valores en el
ambiente coinciden con los valores de la
persona que se encuentra en él, se
promueve congruencia entre ambos y, por
consiguiente, se impulsan sensaciones de
bienestar. Ya que los valores de
Autotrascendencia y Autopromoción se
encuentran las instituciones de enseñanza
de
psicología
y
contaduría
y
administración (respectivamente).
Este
aspecto
es
especialmente
importante si se atiende al hecho de que el
45% de cada generación de estudiantes
abandona sus estudios antes de llegar al
doble del tiempo de duración del plan de
estudios (Mendoza, Latapí, & Rodríguez,
2001). Si los estudiantes se encuentran en
ambientes académicos armónicos con su
estructura de valor, puede reducirse la
deserción y el abandono escolar. De igual
forma esto resulta importante para
entender los procesos asociados a la
insatisfacción con la elección de carrera.
45 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
de los valores que ahí se manifiestan,
generando así mayores probabilidades de
congruencia entre ellos y el ambiente.
Para
futuras
investigaciones
es
conveniente ampliar la diversidad de
estudiantes. Sería interesante obtener datos
de otras carreras y otras universidades,
tanto privadas como públicas. Asimismo
convendría realizar un estudio longitudinal
que para observar el proceso de
internalización de los valores conforme
realizan el recorrido de la trayectoria de su
profesión. También se sugiere obtener una
medida del bienestar subjetivo de los
estudiantes en sus instituciones, con la
finalidad de lograr mayor consistencia con
los resultados hallados en este estudio.
controlado el efecto de las diferencias
individuales, se encontraron diferencias
significativas entre los grupos de
estudiantes. Esto apoya la idea de que
existe una relación entre los valores de
ambiente académico y los humanos,
independientemente de las características
individuales. La fusión entre ambos resulta
en una estructura homogénea de valores de
cada institución educativa, la cuál será
distinta a otras.
Los valores en el ambiente deben
expresarse de forma clara, legible. Las
instituciones
de
enseñanza
deben
promover la lectura clara de sus valores,
de tal forma que los estudiantes y demás
personas, los perciban sin problema. Un
ambiente difuso y ambivalente limita la
planeación de acciones y puede
desembocare en situaciones estresante y
molestas (Kaplan, 1983). De la misma
forma, los ambientes que ofrecen valores
inconcebibles con los de las personas,
limitan la expresión de sus propios valores
y generan malestar.
Las instituciones de enseñanza deben
fortalecer la comunicación de sus valores,
en principio, por los canales formales que
posee. Además, debe propiciar contenidos
y
actividades
que
impulsen
la
comunicación informal de los valores. En
la medida que esto se logre, el estudiante
podrá planear sus acciones en la
institución y obtener una experiencia
placentera en ese ambiente. Además, se
podría esperar que los nuevos cuadros de
estudiantes
se
incorporen
a
las
instituciones con un mayor conocimiento
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48
Pérez Ramos, M. y Pineda Sánchez, E. R.
Relación entre el sexo y la frecuencia e intensidad del
conflicto entre padres y adolescentes
Relationship between sex, frequency and intensity of
conflict between parents and adolescents
MARISOL PÉREZ RAMOS2, EDGAR RICARDO PINEDA SÁNCHEZ3
Universidad Autónoma Metropolitana¹, Unidad Iztapalapa²
Resumen
El propósito del estudio fue conocer si la percepción de la frecuencia e intensidad del conflicto es distinta
entre el adolescente y sus padres dependiendo del sexo de ambos, así como conocer los temas principales que
provocan conflictos. Se aplicaron a 84 díadas (padres-hijos) la Escala del Conflicto Familiar en la
Adolescencia. Se realizaron pruebas t de muestras independientes para encontrar si había diferencias
significativas entre el sexo y los temas conflicto. Los resultados mostraron que los padres reportaron más
conflictos con los adolescentes en comparación con las madres. Por su parte, las adolescentes tienen más
conflictos en temas involucran la regulación de conductas cotidianas (forma de vestir, hora de llegar a casa,
quehaceres domésticos) en comparación con los varones, lo que indica diferencias en cuestiones de cumplimiento de roles de género. Palabras Clave: Conflicto familiar, género, padres-adolescentes.
Abstract
The purpose of the study was to determine if the perception of the frequency and intensity of conflict is
different between the adolescent and their parents depending on the sex of both, and knows the main issues
that cause conflicts. Family Conflict Scale for Adolescents was applied to 84 dyads (parent-child).
Independent samples t tests to find significant differences between sex and conflict topics were realized. The
results showed that parents reported more conflict with adolescents compared with mothers. On the other
hand, girls remain more conflicts on issues involving the regulation of everyday behavior (dress, time to get
home, housework) compared to males, indicating differences in compliance of gender roles.
Keywords: family conflict, gender, parents-adolescents.
2
Profesora Investigadora de Tiempo Completo del Área de Procesos Psicosociales y Fenómenos Colectivos (UAM-I),
solmardi@yahoo.com.mx
3
Ayudante de Investigación (UAM-I) Contacto: pineda_ricardo@hotmail.com
49 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
positiva y optimista, tienden a infravalorar
la tasa de conflictos y señalan más calidez
y afecto de lo que indican sus hijos e hijas;
los adolescentes por el contrario,
sobreestiman las diferencias con sus
padres (Casco & Oliva, 2005). Las
diferencias de sexo también se ubican en
los tópicos de discusión, Smetana (2008),
encontró que las adolescentes hablan más
frecuentemente con sus madres sobre sus
intereses y relaciones interpersonales;
mientras que los adolescentes varones
conversan más con su madre sobre
sexualidad y problemas cotidianos
generales.
Por su parte Motrico, Fuentes y Bersabé
(2001), descubrieron una interacción entre
el sexo y los temas conflicto: los
adolescentes varones reportaron más
conflictos con ambos padres por las tareas
escolares, el uso del dinero, la hora de
llegar a casa y el tipo de música que
escuchan, en particular con el padre
discuten por los amigos que tienen y con
mamá por el consumo de tabaco, alcohol o
drogas; en cambio, las adolescentes
manifiestan más conflictos con ambos
padres por la realización y organización de
las tareas de la casa. Parra y Oliva (2002)
encontraron que las mujeres hablan con
sus padres con mayor frecuencia sobre las
normas de la familia y los varones sobre
su conducta sexual; los adolescentes
varones refirieron discutir tanto con su
padre como con su madre sobre los
quehaceres
domésticos,
el
tiempo
dedicado al estudio, en qué gastan el
dinero y la hora de regreso a casa; las
chicas pelean con ambos padres sobre los
Un conflicto es una divergencia de opinión
(Pérez, 2009) surge porque ambos
interactuantes de una situación muestran
de forma abierta sus desacuerdos. Los
conflictos entre los padres y sus hijos
adolescentes
suceden
porque
los
desacuerdos
aparecen
con
mayor
frecuencia en comparación a la infancia,
dado que el adolescente busca su
autonomía y los padres siguen con la
expectativa de regular la conducta de sus
hijos; por tanto los temas que generan
mayor tensión son aquellos que deben
renegociarse constantemente, como lo son
las reglas familiares, el aprovechamiento
académico y los quehaceres en casa
(Oliva, 2006).
Sin embargo, Rodrigo, Máiquez,
Padrón y García (2009) explican que tanto
padres y madres como sus hijos e hijas
viven los conflictos como un fracaso y
como tal sus miembros se protegen
buscando la explicación del conflicto fuera
de sí mismos, son los padres los que
menos se atribuyen la causa del conflicto
en comparación con los adolescentes. Por
otro lado, las chicas adolescentes justifican
con mayor frecuencia que los padres
controlen su conducta (pese a que esto
traiga
consigo
conflictos)
porque
consideran que tienen una labor formativa
que cumplir (Matthews & Conger, 2004),
por tanto ellas no refieren conflictos muy
intensos en comparación con los varones.
Un factor interviniente en el aumento de
la intensidad del conflicto entre padres y
adolescentes por tanto, es el sexo de los
participantes de la interacción. Las madres
perciben las interacciones de forma más
50
Pérez Ramos, M. y Pineda Sánchez, E. R.
(Oliva, 2006), asimismo se eligieron solo
familias nucleares para evitar sesgos en el
análisis del conflicto padres-adolescentes
(p.ej. aumentos en la frecuencia del
conflicto por divorcio parental). Es así que
a través de un muestreo no probabilístico
intencional se logró encuestar a 84 díadas
de padres y sus hijos adolescentes en Santa
María la Ribera, dentro del Distrito
Federal.
quehaceres, la hora de regreso a casa, el
tiempo de estudio y la forma de vestirse
y/o arreglarse.
Los datos anteriores son indicio de que
en los conflictos entre padres-adolescentes
está mediando el género, ya que
aparentemente el control parental es más
directivo con las hijas que con los hijos,
esto aunado a la evidencia de que padres e
hijos se interesan en diferentes temas al
conversar y esta incompatibilidad puede
entorpecer la comunicación intrafamiliar
(Rathunde, 1997), ya que los hijos buscan
platicar sobre lo que viven de forma
cotidiana, pero los padres buscan seguir
normando la conducta de sus hijos
(Pinquart & Silbereisen, 2004). Por ello es
pertinente identificar estas diferencias en
las formas en que se presenta el conflicto
dependiendo del sexo de los hijos y el
progenitor.
Esta investigación tuvo como objetivos: 1)
identificar los temas principales y su
intensidad que provocan conflicto entre
adolescentes y sus padres/madres y 2)
conocer si la percepción de la frecuencia e
intensidad del conflicto es distinta o
similar entre el adolescente y su
progenitor(a), dependiendo del sexo de
ambos.
Adolescentes
El 58.3% (n=49) de la muestra fueron
adolescentes mujeres y el 41.7% (n=35)
varones. Los adolescentes cursaban algún
grado del nivel medio básico, 28% el
primer grado; el 59.5% el segundo grado y
el 11.9% el tercer grado, en cuanto a la
edad se tuvo x ̅=13.94 (DE=. 90).
Padres
El 83.3% (n=70) de los padres encuestados
fueron mamás y el 16.7% (n=14) fueron
papás cuya edad x ̅ =40.47 (DE=. 6.8).
Sobre la escolaridad de los padres, más del
56% sólo estudió hasta nivel secundaria.
Instrumentos
Escala de Conflicto Familiar en la
Adolescencia (ECFA). Escala creada
originalmente por Parra y Oliva (2002);
que cuenta con 14 ítems y evalúa la
frecuencia de aparición de discusiones
familiares sobre diversos temas (p.ej. la
hora de volver a casa, amistades, uso de
drogas,
política
o
religión);
la
confiabilidad general reportada fue .81. En
esta escala no se diferencian las
discusiones del adolescente con padre y
Método
Participantes
Se trabajó con adolescentes estudiantes del
nivel medio básico cuyas edades de éstos
fluctuaba entre los 12 y 14 años, ubicados
en la adolescencia temprana donde
aparecen una mayor cantidad de conflictos
51 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
de intensidad; los dos factores tuvieron
cargas superiores a .43 y explicaron en
conjunto el 63.4% de la varianza (Pérez &
Aguilar, 2009).
Dada la validez y confiabilidad del
ECFA en una muestra similar (tanto en
padres como en adolescentes), se aplicó en
este estudio.
madre, sino que se plantean las
discusiones con ambos conjuntamente. La
escala consta de 13 temas o áreas de
conflicto potencial entre padres e hijos y
evalúa tanto la frecuencia como la
intensidad. Para evaluar la frecuencia se
ofrecen cuatro niveles de respuesta, que
van de 1 (poco frecuente) a 4 (muy
frecuente). Para la intensidad hay tres
niveles: leve (1), media (2) y fuerte (3). Es
importante señalar que la escala se aplicó
tanto a los adolescentes como a sus
madres.
Pérez y Aguilar (2009) adaptaron esta
escala en donde se respetaron 13 temas de
la escala original, sin embargo se agregó el
tema de sexualidad, los temas de consumo
de drogas se preguntaron de forma más
específica (un ítem para consumo de
alcohol y otro para consumo de tabaco); y
a su vez se eliminó el tema sobre religión
o política porque en estudios anteriores no
fue un tema relevante (Aguilar, Valencia
& Lemus, 2007)
La validez de estructura interna del
cuestionario se probó mediante un par de
análisis factoriales de componentes
principales con dos factores (frecuencia e
intensidad) con rotación ortogonal. En el
primer análisis factorial, efectuado con los
datos de los adolescentes, todos los ítems
de frecuencia se agruparon en el primer
factor con cargas superiores a .46, y, en el
segundo, los reactivos de intensidad con
cargas factoriales superiores a .38. Ambos
factores explicaron 57.8% de la varianza
total. El análisis factorial realizado con los
datos de los padres agrupó en el factor 1
los ítems de frecuencia y en el factor 2 los
Procedimiento
Inicialmente se contactó a los directivos de
la institución escolar para explicarles a los
directivos los objetivos del proyecto, las
actividades y el cronograma de trabajo de
la recolección de datos de la presente
investigación. Posteriormente, se solicitó
la participación voluntaria y confidencial
de los alumnos dentro de sus salones de
clase en los horarios y grupos asignados
por las autoridades de una escuela
secundaria pública ubicada en la colonia
Santa María la Ribera. Las escalas
respondidas por los adolescentes fueron
foliadas y contenían su nombre, grado y
grupo escolar para su posterior
identificación.
Tiempo después se solicitó a los padres
de esos adolescentes su participación
voluntaria y confidencial al estudio a
través de trípticos y carteles, a los que
respondieron a la convocatoria, se les
explicó la importancia de su cooperación
para complementar los datos que nos
habían proporcionado sus hijos(as). Los
padres que accedieron fueron encuestados
en una sola sesión de 45 minutos dentro de
las instalaciones de la misma escuela
secundaria en donde estudian sus hijos(as).
Finalmente, si los padres así lo requerían
52
Pérez Ramos, M. y Pineda Sánchez, E. R.
en adolescentes (varones y mujeres) y en
papás y mamás.
se les canalizó para que atendieran sus
inquietudes con respecto a la convivencia
con sus hijos.
Al finalizar parte de los análisis de los
datos, se devolvió tanto a los padres como
a los directivos de la institución escolar
parte de los resultados con sugerencias de
intervención (mejora de la comunicación y
negociación
de
conflictos
específicamente).
Resultados
Temas de discusión más frecuentes
Para conocer cuáles son los temas
señalados como más conflictivos (tanto en
frecuencia como en intensidad) dentro de
la muestra encuestada, se construyeron
gráficas de frecuencia de barras agrupadas
por ítem (basados en las respuestas del
Análisis de Datos
ECFA) y comparar así las respuestas
Para dar respuesta a los objetivos
dadas tanto por los padres como por sus
planteados, primero se realizaron análisis
hijos.
descriptivos de las frecuencias con las que
La gráfica 1 muestra la distribución de
se dan ciertos temas de conflicto y sus
los temas conflicto que señalaron los
intensidades en general. Posteriormente, se
padres en comparación con los
corrieron algunas pruebas t de Student de
adolescentes, ambos grupos refirieron que
muestras independientes que permitieron
los tópicos más discutidos son:
identificar diferencias en frecuencia e
Quehaceres domésticos y rendimiento
intensidad de algunos temas de conflicto
académico.
Gráfica 1. Frecuencia del conflicto por tema
53 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
Así como en la frecuencia, los quehaceres
en la casa y el rendimiento académico del
adolescente son los dos temas que se
discuten con intensidad, esto es lo
reportado tanto por los padres como por
sus hijos (Gráfica 2)
Gráfica 2. Intensidad del conflicto por tema
más frecuentemente con su madre por el
tiempo que dedican a estudiar y las
calificaciones que sacan en comparación
con las adolescentes. El tema tiene
diferencia significativa (p=.012) donde se
observa que los varones ( 𝑥 = 2.43,
DE=.96) discuten más con su madre en
comparación con las mujeres ( 𝑥 =1.90,
DE=.67).
El segundo análisis involucró como
variable de clasificación el sexo del
adolescente y como dependiente a los 13
temas de discusión frecuentes e intensos
con el padre. El análisis mostró mayores
Frecuencia e intensidad del conflicto
por sexo
Para conocer si existen diferencias en el
aumento de la frecuencia y la intensidad
del conflicto dependiendo del sexo del
padre y del adolescente, se aplicó por tema
la prueba de t de muestras independientes.
El primer análisis de la prueba t
involucró como variable de clasificación el
sexo del adolescente y como dependiente a
los 13 temas de discusión con su madre
(frecuencia e intensidad). Los resultados
arrojaron sólo una diferencia significativa:
los adolescentes varones refieren discutir
54
Pérez Ramos, M. y Pineda Sánchez, E. R.
diferencias significativas en los temas
conflictivos entre hija-padre que entre
hijo-padre (ver Tabla 1). Al parecer las
chicas refieren que sus padres buscan tener
mayor control conductual sobre ellas en
comparación con lo referido por los
varones (tanto en frecuencia como en
intensidad).
Tabla 1. Diferencias en la percepción en la frecuencia e intensidad del conflicto paterno
por el sexo del adolescente.
A. Diferencias de sexo en la
frecuencia
Tema
Media
Total
Desviación
Estándar
Mujeres
Varones
Valor
t
p
La hora que llegas a casa
1.62
.824
1.82
1.42
4.32
.040
Quehaceres de la casa
1.85
.936
2.23
1.62
7.62
.007
Como te vistes o te arreglas
1.37
.576
1.41
1.31
4.74
.003
El tiempo que dedicas a
estudiar y las calificaciones 1.86
que sacas
.838
1.73
2.03
5.34
.024
Varones
Valor
t
1.38
5.18
B. Diferencias de sexo en la
intensidad
Tema
Como te vistes o te arreglas
Media
Total
1.65
Desviación
Estándar
.795
Mujeres
1.80
p
.026
Frecuencia: 1= Ninguna Discusión 2= Algunas Discusiones 3= Bastantes Discusiones
4= Muchas Discusiones
Intensidad: 1= Discusiones Leves 2= Discusiones Medias 3= Discusiones Fuertes
En la tabla 2 se observan las diferencias en
la percepción del conflicto entre mamás y
papás con sus hijos(as) adolescentes. Los
resultados indican que los padres refieren
conflictos más frecuentes e intensos con
sus hijos (as) en comparación con las
mamás.
55 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
Tabla 2. Diferencias en la percepción de la frecuencia e intensidad de los conflictos en
función del sexo de los padres.
A. Diferencias de sexo en la
frecuencia
Tema
Media
Total
Desviación
Estándar
Mamás
Papás
Valor
t
p
Beber Alcohol
1.17
.487
1.10
1.50
8.59
.004
Consumo de drogas
1.24
.671
1.16
1.64
6.54
.012
Fumar
1.17
.511
1.10
1.50
7.73
.007
B. Diferencias de sexo en la
intensidad
Tema
Media
Total
Desviación
Estándar
Mamás
Papás
Valor
t
p
Los quehaceres de la casa
1.88
.701
1.79
2.36
8.44
.005
Los amigos con quienes sale
1.54
.685
1.47
1.86
3.83
.045
Frecuencia: 1= Ninguna Discusión 2= Algunas Discusiones 3= Bastantes Discusiones
4= Muchas Discusiones
Intensidad: 1= Discusiones Leves 2= Discusiones Medias 3= Discusiones Fuertes
adolescentes. Los datos obtenidos
coinciden con investigaciones anteriores
(Miller-Day, 2001; Smetana, 1989), en
tanto los padres como los adolescentes
señalaron los mismos temas conflictivos
(Gráfica 1), como son: aprovechamiento
escolar, organización de los quehaceres en
casa, salidas de casa (permisos), amistades
y consumo de drogas. Además, en este
estudio se observó que los temas
identificados como altamente conflictivos,
son también discutidos intensamente
(Gráfica 2), lo que contrasta lo señalado
por Parra y Oliva (2007), quiénes indican
que
los
temas
más
frecuentes,
regularmente no son los más intensos,
Los datos confirman que los conflictos
giran alrededor de regulación de conductas
cotidianas; los temas conflicto más
frecuentes son al tiempo identificados
como los más intensos y que pese se
encontraron diferencias significativas de
percepción del conflicto entre los padres y
sus hijos, en realidad no reportan niveles
conflictivos altos.
Discusión
El principal propósito de este estudio fue
conocer los temas principales que
provocan conflictos entre padres y
56
Pérez Ramos, M. y Pineda Sánchez, E. R.
que encuentren parejas que las ayuden con
ese objetivo.
Pese a los cambios sociales que han
permitido la integración de la mujer a
actividades que antes sólo ocupaban los
varones, y a la constante búsqueda de
equidad de género, parece que aún se está
lejos de alcanzar una situación de igualdad
en las familias tanto en el reparto de las
tareas domésticas, de educación y de
crianza de los hijos (Menéndez, 1998); sin
embargo el problema mayor está en que
los padres siguen viendo a sus hijas como
más
débiles
y
dependientes
en
comparación con sus hijos varones
(Epstein & Ward, 2008).
Por otro lado, los padres varones son
quiénes refieren niveles conflictivos más
altos que las madres, dato que coincide
con lo reportado por Galambos y Almeida
(1992). Los temas más preocupantes para
ellos son las adicciones, lo cual se explica
porque en la zona donde fue realizado el
presente estudio existen altos índices de
conductas adictivas (sea alcohol, tabaco o
drogas), incluso dentro de la propia
escuela donde estudian los adolescentes.
Es importante mencionar que el muestreo
fue realizado en una zona de riesgo
(colonia Santa María la Ribera en la
delegación Cuauhtémoc) identificada así
por el gobierno del D.F. dado sus altos
índices delictivos, cometidos sobre todo
por adolescentes entre 11 y 17 años de
edad (Subsecretaría de Gobierno del
Distrito Federal, 2007).
Asimismo el que los papás reporten
mayores niveles conflictivos que las
madres, probablemente se deba porque
explicaban que no se conversa lo que
genera más enojo y malestar entre los
integrantes de la familia.
Con respecto al objetivo de encontrar si
la percepción de la frecuencia e intensidad
del conflicto es distinta entre el
adolescente y sus padres dependiendo del
sexo de ambos, las pruebas t de muestras
independientes mostraron que tanto las
chicas como los chicos refieren niveles
conflictivos similares con su mamá en
todos los temas de conversación, con
excepción de ‘aprovechamiento escolar’,
tema conflicto más frecuente entre madre
e hijo varón.
Por el contrario, si se encontraron
diferencias significativas entre los
adolescentes con respecto a los temas
frecuentes e intensamente conflictivos con
el padre. Las adolescentes reportaron
mayores niveles conflictivos con su papá
en temas que implican mayor regulación
de su conducta (como la hora que llega a
casa) y en el cumplimiento de los
quehaceres domésticos; al respecto Russel
y Sebel (1997) explican que los padres
buscan regular más la conducta de sus
hijas que la de sus hijos por cuestiones
culturales, sea porque piensen que deben
cumplir ciertas normas sociales o porque
creen que las mujeres necesitan más
protección, datos también referidos por
Casco y Oliva (2005), quiénes afirman que
aunque los padres buscan que sus hijos los
superen en nivel académico y poder
adquisitivo cuando lleguen a la edad
adulta, en los hijos varones esperan lo
logren por sí mismos, en las hijas esperan
57 REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
éstos son percibidos por parte de los hijos
dentro de la estructura, aunque estos
resultados no son contundentes, permiten
abrir la pauta para futuras investigaciones
sobre el género, la regulación de conductas
y organización entre padres-adolescentes.
ellas por deseabilidad social, reporten
menores niveles conflictivos de lo que
experimentan
cotidianamente;
característica poco observada en los padres
(Galambos, Barker, & Almeida, 2003;
Laursen, Coy, & Collins, 1998) y este dato
se opone a lo reportado por Rodrigo,
Máiquez, Padrón y García (2009), quiénes
afirman que la madre regularmente percibe
mayor conflictividad que el padre, porque
conviven mayor cantidad de tiempo con
sus hijos y los roces son más frecuentes.
En general, se confirma que pese a que
tanto padres como adolescentes coinciden
al identificar los mismos tópicos como
conflictivos, si hay diferencias de
percepción entre los padres y los
adolescentes, evidenciando inequidad de
género, ya que los padres regulan más la
conducta de sus hijas, que de sus hijos,
siendo ésta la principal aportación de este
trabajo.
Dadas las diferencias en la percepción
del conflicto entre padres y adolescentes
con respecto a la temática a discutir, así
como por el sexo de los padres e hijos, se
propone como solución la negociación
directa donde se expongan los puntos de
vista de cada participante, se impulse la
escucha activa, la empatía y la
colaboración. Esto podría contribuir, como
menciona Kagawa (2008), a mejorar los
desajustes
emocionales
y
de
comportamiento que son característicos en
la adolescencia.
Se pudo observar que los roles de
género que tienen madres y padres puede
llegar a tener una influencia importante
sobre la organización intrafamiliar y como
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60
Pérez Pérez, A.E. y Sánchez Aragón, R.
Turbulencia Relacional:
Diseño y validación de tres medidas en México
Relational Turbulence:
Design and validation of three measures in Mexico
ALEJANDRA ELIZABETH PÉREZ PÉREZ, ROZZANA SÁNCHEZ ARAGÓN
Universidad Nacional Autónoma de México
Resumen
Las personas con sus diferentes personalidades, creencias, experiencias, formas de enfrentamiento –y más
factores- proporcionan la plataforma tanto para el cambio como para la estabilidad que se manifiesta en sus
relaciones de pareja. El Modelo de Turbulencia Relacional parte de la idea de que en su infraestructura las
relaciones son un escenario fértil para la generación de desafíos, mismos que causan transiciones que crean
disturbios que crean incertidumbre con respecto al sí mismo, la pareja y la relación, así como interferencia
entre ambos miembros de la diada. Cabe señalar que estos mecanismos del modelo han sido
operacionalizados en una muestra anglosajona con ciertas limitaciones en su desarrollo a pesar de su valor
potencial como propuesta teórica. Por lo anterior y con el fin de contar con una medida sensible a la
experiencia de las parejas mexicanas, el objetivo del presente estudio fue el diseño y validación de un
instrumento que midiera los componentes del modelo, tomando en consideración sus mecanismos
(incertidumbre e interferencia). Para cumplir con esto, se trabajó con una muestra de 260 adultos de la Ciudad
de México, que se encontraban en una relación de pareja y que señalaron estar en un momento de crisis. En
cuanto a los resultados, las medidas diseñadas muestran confiabilidad y validez, con coeficientes alpha de
Cronbach que van desde .60 a .92, así mismo factores que destacan las particularidades culturales de la pareja
mexicana cuando experimentan turbulencia relacional. La contribución metodológica de estos instrumentos
de medición se evidencia en sus usos potenciales en el contexto de la cultura mexicana.
Palabras Clave: Turbulencia Relacional, incertidumbre, interferencia, transiciones, pareja
Abstract
People with their different personalities, beliefs, experiences, coping styles –and more factors- provide the
platform for the stability and change in intimate relationships. The Relational Turbulence Model part of the
idea that infrastructure in their personal relationships are a fertile ground for the generation of challenges the
same that cause transitions that create disturbances that provoke uncertainty about the self, the partner and the
relationships, as well as interference between both members of the dyad. Be noted that these mechanisms
belonging to the model have been operacionalized in an Anglo-Saxon sample with some limitations in their
development despite its potential value as a theoretical proposal. For this reason and in order to have a
sensitive measure of Mexican couples experience, the objective of this current study was the design and
validation of an instrument that measures the components of the model, taking into consideration their
mechanisms (uncertainty and interference). To accomplish this, we worked with a 260 adults sample from
Mexico City, who was in a relationship and that reported being in a time of crisis. Respecting the findings,
REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
the measures designed show reliability and validity, with Cronbach alpha coefficients ranging from 60-92,
also the factors highlight the cultural particularities of the Mexican couple when they experience relational
turbulence. The methodological contribution of these measuring instruments is evident in its potential uses in
the context of Mexican culture.
Keywords: Relational Turbulence, uncertainty, interference, transitions, couple.
alteran el contexto social en el que la
relación románticas existe (Solomon &
Theiss, 2011).
En el establecimiento de la relación
romántica sus participantes se encuentran
deslumbradas y
absorbidas por las
virtudes que ven el uno en el otro, lo que
conforma un medio para asegurar el buen
funcionamiento y futuro éxito de la
relación
desde
la
visión
del
enamoramiento (Sánchez-Aragón, 2012).
No
obstante
y
conforme
la
interdependencia crece, los individuos
comienzan a interactuar de forma más
amplia, la esfera de conflicto se
incrementa y con ello la posibilidad de que
cada uno de ellos tenga la oportunidad de
exhibir comportamientos que se habían
mantenido ocultos y que ahora se
manifiestan matizando la interacción con
negatividad (Taylor & Brown, 1988, en
Sánchez-Aragón, 2009). Esto da idea de
cómo a pesar de la estabilidad y solidez
buscada y alcanzada por las parejas, la
propia cotidianidad presenta cambios,
retos y transiciones que resultan naturales
para este tipo de vínculo.
Las personas con sus diferentes
personalidades, creencias, experiencias,
formas de enfrentamiento –y más factores
individuales- proporcionan la plataforma
para el cambio y la estabilidad en las
relaciones (Vangelisti, Reis, & Fitzpatrick,
2002). En congruencia, George (1993)
La relación de pareja es una dinámica
relacional humana dada por diferentes
parámetros que dependen de la sociedad
en la que surja, lo que amerita conocer el
contexto cultural en donde ambos
individuos han sido formados y donde se
desenvuelven
(Díaz-Loving,
1990;
Maureira, 2011). Así los individuos que
inician una relación romántica, poseen una
serie de creencias acerca de cuándo se
debe establecer una relación, cómo debe
ser, con quién es mejor relacionarse así
como las conductas más apropiadas o
aceptables para iniciar, conservar o
terminar una relación de pareja (DíazGuerrero, 2004; Caycedo et al. 2007;
Sánchez-Aragón, 2000).
La evolución de las relaciones
románticas surge a medida que las
personas se desarrollan emocional e
intelectualmente o experimentan cambios
en sus circunstancias vitales, lo cual ofrece
a su pareja una versión continuamente
renovada durante su dinámica relacional.
En consecuencia la pareja en su propia
trayectoria de desarrollo va construyendo
una historia compartida lo cual va
incrementando
el
grado
de
interdependencia al hacer favorecer la
intimidad y el compromiso mutuo, lo que
conllevará a cierta estabilidad (Hinde,
1997). Así mismo, los cambios en las
relaciones pueden ser provocados por
fuerzas tanto internas como externas, que
62
Pérez Pérez, A.E. y Sánchez Aragón, R.
menciona que los modelos mentales, la
historia emocional y la personalidad que
las personas aportan a sus relaciones,
crean un contexto que promueve ciertos
resultados relacionales y desalienta otros.
Dentro de esta relación cercana y
personal, los miembros de la pareja están
inmersos cognoscitiva, emocional y
conductualmente, lo que les lleva a
experimentar la evolución de la relación
amorosa, a través de las transiciones en
diversos puntos de inflexión (p.ej.
establecimiento de un compromiso serio,
episodios de celos románticos, infidelidad
reciente, nacimiento de un hijo, entre
otros) (Pietromonaco, Laurenceau, &
Feldman, 2002).
La percepción que cada miembro de la
relación tiene de ésta en general está
guiada por objetivos de coherencia y de
mejoramiento de la relación, además de la
búsqueda en el medio ambiente inmediato
de información precisa acerca de sí mismo
y su entorno social (incluyendo sus
relaciones) (Fiske & Taylor, 1991). No
obstante, cuando cada individuo está más
alerta de las señales contextuales
temporales y permanentes, puede surgir un
conflicto entre ambos que conforman
eventualmente las bases para el cambio
(Pietromonaco, et al. 2002).
Uno de los primeros cambios que
surgen dentro de la pareja se refiere a la
integración de las vidas independientes de
los miembros; a través de la autorevelación, la pareja comparte datos
personales que construyen la confianza y
crean una sensación de intimidad, así los
miembros de la pareja inician por
involucrarse en sus rutinas diarias, a través
de la programación de actividades y
cooperación entre sí para lograr metas
personales (Solomon & Theiss, 2011).
Aún frente a los cambios aparentemente
menores, los miembros de la pareja
pueden experimentar transiciones en la
forma de pensar, relacionarse e interactuar
con los demás, lo que generan cierto grado
de inestabilidad individual, con la pareja y
sobre el propio vínculo, lo que altera a las
personas sus pensamientos y acciones en
busca de los que mejor se adapten a sus
nuevas circunstancias (George, 1993).
Cuando se produce una transición, cada
miembro de la diada -por separado- debe
navegar a través de los cambios en los que
se encuentran (Solomon & Theiss, 2011).
Por lo tanto, las transiciones pueden
provocar lo que Burleson (2005) llama un
"doble desarrollo" del proceso: los
individuos dentro de las relaciones sufren
un cambio, mientras que la relación en sí
misma se desarrolla. Estos cambios, según
Marineau (2005) disminuyen la eficacia de
las conexiones cognoscitivas y de
secuenciación del comportamiento entre
los miembros de la pareja, ya que ambos
sistemas ya no están en sintonía con el
contexto individual, relacional o externo a
la relación.
A pesar de la inestabilidad que
provocan las transiciones, éstas pueden
representar un reto por superar o un
cambio necesario y significativo para la
relación, teniendo así un carácter positivo
y negativo para la relación. Por ejemplo,
REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
sentimientos de intimidad, seguridad y
estabilidad (Solomon & Knobloch, 2004).
El MTR aborda las causas y
consecuencias de la turbulencia durante las
transiciones en las relaciones románticas,
que reconoce a la incertidumbre
Relacional (IR) como uno de sus
componentes o mecanismos que se define
por ser el índice de la desconfianza en las
percepciones del individuo con respecto a
su participación en la relación, abarca las
dudas, ambigüedades y preguntas que las
personas tienen acerca de la manera en la
que él (ella) mismo(a), su pareja y su
relación en general puede estar a partir de
la turbulencia o crisis (Solomon &
Knobloch, 2004). La teoría propone que la
IR complica las transiciones en las
relaciones amorosas al exacerbar las
reacciones de sus miembros ante eventos o
experiencias que se comparten (Solomon
& Theiss, 2001). La IR se ha relacionado
con las evaluaciones negativas de los
eventos sorprendentes (Knobloch &
Salomon, 2002), de disgustos graves y
amenazantes (Solomon & Knobloch,
2004; Theiss & Knobloch, 2009; Theiss &
Salomon, 2006), del efecto no tan positivo
de las redes sociales (Knobloch &
Donovan-Kicken,
2006),
de
conversaciones negativas entre la pareja
(Knobloch & Solomon, 2005), de la
presencia e intensidad de los mensajes
hirientes (Theiss, Knobloch, Checton, &
Magsamen-Conrad,
2009),
de
las
experiencias recientes de la ira, la tristeza
y los celos (Theiss & Solomon,2006;
Knobloch, et al. 2007), y el aumento -de
las transiciones representan una amenaza
para el bienestar personal y relacional en
el caso de que sus miembros estén
debilitados en sus esfuerzos para adaptarse
a las nuevas circunstancias (Buzzanell &
Turner, 2003, en Solomon & Theiss,
2011). Pero por otro lado, una transición
difícil puede proporcionar a la pareja la
oportunidad de afirmar su compromiso y
su capacidad de trabajar juntos en la
resolución de problemas (Solomon &
Knobloch,
2004).
Asimismo,
una
negociación exitosa entre ellos aumenta la
compatibilidad entre las prácticas y las
circunstancias de relación, lo que refuerza
su confianza en la relación constituyendo
así una inversión que fomenta el
compromiso con la misma (Rusbult &
Buunk, 1993, en Solomon & Knobloch,
2004).
Así, sin importar que los cambios en la
relación y las transiciones tengan
experiencias y consecuencias positivas o
negativas para la diada, siempre van
acompañadas de un cierto grado de
confusión que trastoca a sus miembros. Es
justamente esta noción, la que -de acuerdo
a Theiss y Solomon (2006)- da sentido al
surgimiento del Modelo de Turbulencia
Relacional (MTR). Éste se refiere a la
inestabilidad y el caos que experimentan
las personas cuando hacen la transición de
sistemas previamente funcionales a
sistemas
ineficaces,
puede
ser
experimentada como una tensión agitada y
consumidora (Knobloch, Miller &
Carpenter, 2007). Cabe señalar que la
resolución de las fuentes de la turbulencia
pueden
promover
–entre
otros 64
Pérez Pérez, A.E. y Sánchez Aragón, R.
las emociones negativas en general
(Knobloch & Theiss, 2008).
La experiencia de incertidumbre, puede
ser beneficiosa para las parejas que
prefieren la novedad en una relación que
es inestable e impredecible, o aquellos que
quieren mantener su vínculo ambiguo para
que puedan estar abiertos a otras
alternativas (Solomon & Knobloch, 2004).
Este mecanismo, crea oportunidades para
que la gente pruebe la resistencia de su
relación, la construcción de la actividad
con su pareja a través de la comunicación
y para mantener un vínculo emocionante
(Solomon & Theiss, 2011).
El MTR también enfatiza el papel del
segundo mecanismo o componente: la
Interferencia de la pareja (IP) la cual se
refiere al rompimiento del buen
funcionamiento de las secuencias de
comportamiento y socava el logro de
metas (Knobloch & Theiss, 2011). La IP
corresponde a una evaluación negativa que
hace el individuo de las circunstancias de
la relación, tanto por la percepción que
tiene “A” de que su pareja “B” interrumpe
u obstaculiza la fluidez con la que
usualmente la diada convive, como por la
percepción de “A” de que “B” dificulta su
cumplimiento de metas personales, lo que
provoca una sensación de irritación severa
y amenazante en “A” (Solomon &
Knobloch, 2004). Un elemento más de
interferencia es –sin duda- los miembros
de la red social de “A” o “B” cuya
presencia o participación pudieran estar
dificultando el funcionamiento la relación
(Knobloch & Theiss, 2010).
En 1999 Knobloch y Solomon
desarrollaron una escala para medir los
dos componentes del MTR. Por un lado, la
IR, está compuesta por una frase de tronco
común “Cuán seguro está usted sobre… “
seguida por una serie de afirmaciones, a la
que los participantes pueden contestar
usando una escala tipo Likert, que va
desde 1 (completamente inseguro) hasta 6
(completamente seguro). La medida
comprende
tres
subescalas
unidimensionales que identifican al sí
mismo (el ser o yo), a la pareja y al estatus
de la relación. La escala de incertidumbre
del Yo (6 ítems, CFI = 0.98, α = 0,92), son
las preguntas que las personas se realizan a
sí mismas para valorar y clarificar cuan
involucrados se sienten en sus relaciones
de pareja (¿cuán seguro me siento de mis
intenciones en esta relación?), la
incertidumbre de la pareja (6 ítems, CFI
= 1,0 , α = 0,95), cuestiones sobre cuán
involucrado/a en la relación se encuentra
nuestra compañero (¿cuán seguro me
siento acerca de las intenciones de mi
pareja?, y por último, la incertidumbre
del estatus de la relación (8 ítems, CFI =
0,99, α = 0,94), preguntas sobre el futuro
de la relación (¿Esta relación tiene futuro?
¿Cuán seguro me siento del mismo?).
Por otro lado, las mismas autoras en el
2004, desarrollaron la medida para la IP en
la que se solicitaba a los participantes a
contestar el grado en el cual consideraban
que sus parejas interfieren con sus
actividades diarias, usando una escala tipo
Likert de seis puntos de respuesta
señalando grados de acuerdo. Este
REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
áreas: en el yo, en la pareja y en el estatus
de la relación e interferencia percibida por
parte de la pareja, partiendo desde la
perspectiva teórica
de Solomon y
Knobloch (1999, 2004).
instrumento
con
coeficiente
de
confiabilidad Alpha de Cronbach de .81,
se conformó por tres elementos de una
medida unidimensional de la interferencia
de la pareja: 1) Mi pareja interfiere con la
cantidad de tiempo que paso con mis
amigos, 2) Mi pareja interfiere con la
cantidad de tiempo que dedico a mi trabajo
en la escuela y 3) Mi pareja interfiere
con las cosas que tengo que hacer cada
día.
Como puede observarse, el MTR
representa
una
contribución
muy
interesante al estudio de las relaciones de
pareja ya que justamente aborda las
llamadas crisis o cambios que son parte de
la naturaleza propia de las relaciones
(Duck 1994) y que surgen a través del
ciclo de vida de la pareja (SánchezAragón, 2000) como pautas de transición
indispensable, no solo en función de la
presencia o ausencia de hijos, sino también
de las propias dinámicas de la pareja
(Díaz-Loving & Sánchez-Aragón, 2002).
A pesar de que las medidas diseñadas
por Solomon y Knobloch (1999, 2004)
demuestran tener una validez y
confiabilidad robustas al ser construidas y
validadas en población anglosajona, el
hecho de ser unidimensionales pese a la
profundidad teórica del constructo y no
tener una actualización a pesar de las
nuevas aportaciones de investigaciones
recientes sobre el constructo; el objetivo
de esta investigación fue el diseño y
validación de cuatro nuevas medidas que
operacionalizaran los mecanismos de
funcionamiento
de
la
turbulencia
relacional: incertidumbre
en sus tres
Método
Participantes
Se trabajó con una muestra no
probabilística propositiva (Kerlinger &
Lee, 2002) de 260 participantes (50%
mujeres y 50% hombres) de 18 a 50 años
(X=23) de edad, cuya escolaridad tuvo la
siguiente
distribución:
preparatoria
(37.3%), licenciatura (61.9%) y posgrado
(.8%). De los participantes, el 20.8%
reportó estar casado, el 16.9% vivir en
unión libre y 60.8% reportaron tener una
relación de noviazgo al momento de la
aplicación. El tiempo de su relación osciló
de 2 meses y hasta 31 años (X=2 años, 4
meses).
Instrumentos
Con base en la Teoría de la Turbulencia
Relacional y las contribuciones de
Knobloch y Knobloch-Fedders (2010),
Knobloch y Solomon (1999) y a la
literatura en general sobre la noción de
incertidumbre
provenientes
de
diccionarios especializados en psicología,
se diseñaron tres medidas relativas a cada
fuente de incertidumbre. Se tomó la
decisión de realizar una escala de
diferencial semántico ya que ésta forma de
medición
va
orientada
a
la
operacionalización de elementos tanto
denotativos, connotativos y de asociación
66
Pérez Pérez, A.E. y Sánchez Aragón, R.
vinculados al constructo en cuestión. Así,
la medida constó de 32 adjetivos bipolares
que responden a una frase estímulo y cuya
forma de respuesta tuvo cinco líneas que
reflejan los niveles de respuesta a cada par
de adjetivos. La frase estímulo fue
diferente para cada uno de los
componentes de la Incertidumbre, pero los
pares de adjetivos fueron los mismos. La
subescala de incertidumbre del yo tuvo
como frase Yo me Siento en mi Relación
de Pareja; en la de incertidumbre de la
pareja, se presentó el enunciado Yo
Percibo que Mi Pareja se Siente en
Nuestra Relación, y por último, para el
componente de incertidumbre del estatus
de la relación: Considero que Mi
Relación de Pareja es.
Para el caso de la interferencia, se
diseñó una medida en formato tipo Likert
de 37 reactivos con cinco opciones de
respuesta que iban de totalmente en
desacuerdo a totalmente de acuerdo,
considerando la definición siguiente:
interferencia de la pareja se produce
cuando un miembro interrumpe la
capacidad del otro para alcanzar una meta,
esta asociada con el aumento de la
agitación, evaluaciones de las irritaciones
a la relación como más graves y
potencialmente dañinas y sospechas sobre
un rival potencial a la relación (Solomon
& Knobloch, 2004).
Procedimiento
La aplicación de los cuestionarios fue
realizada por 4 psicólogos que acudieron a
lugares donde se podían encontrar a
personas con una relación de pareja actual
para que contestaran en forma voluntaria,
anónima y confidencial a la escala en
cuestión (plazas comerciales, casas,
escuelas, oficinas, etc.), a quienes se les
ofreció apoyo y solución a sus dudas,
orientación y sus resultados individuales
en caso de así desearlo.
Análisis de Datos
Con el fin de llegar a contar con medidas
válidas y confiables se siguió para cada
una de ellas, el procedimiento dictado por
Reyes Lagunes y García y Barragán
(2008), mismo que incluye los siguientes
análisis: 1) análisis de frecuencias reactivo
por reactivo, 2) se corrió una t de Student
para muestras independientes (reactivo por
reactivo), 3) con los reactivos que se
aprobaron en los análisis anteriores se
realizó un análisis Alpha de Cronbach,
para evaluar la consistencia interna de la
escala, y 4) análisis de inter-correlaciones
de los reactivos para determinar tipo de
rotación (que en el caso de las escalas
obtenidas fue ortogonal de tipo varimax).
Resultados
Escalas de Incertidumbre del Yo, de la
Pareja y de la Relación
Ya ejecutados cada uno de los análisis
estadísticos encaminados a identificar los
reactivos con mayor poder discriminativo,
se observó que para la versión de
Incertidumbre del Yo, 24 de los 32 pares
de adjetivos cumplieron con los criterios
establecidos por Reyes Lagunes y García y
REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
Bartlett=3443.684, p= .000), se obtuvieron
cuatro factores con valores superiores a 1
que explicaron el 57.29% de la varianza y
con coeficientes de confiabilidad Alpha de
Cronbach de moderados a moderados altos
(ver Tabla 1).
Barragán (2008). Acto seguido se
analizaron los ítems por medio de un
análisis
factorial
exploratorio
de
componentes principales, y seleccionando
únicamente a los reactivos con cargas
factoriales iguales o superiores a .50
(KMO= .910, Prueba de Esfericidad de
Tabla 1. Análisis factorial y de confiabilidad de la escala de Incertidumbre del Yo.
Factor 1. Involucrado (a)
α = .90
Peso Factorial
Comprometido
.826
Involucrado
.795
Formal
.737
Enamorado
.733
Constante
.682
Atraído
.622
Entusiasmado
.617
Participe
.577
Estable
.536
X= 4.00
DS.= .79
Factor 2. Inseguro (a)
α = .82
Frágil
.716
Confuso
.657
Dudoso
.598
Expuesto
.597
Tranquilo
-.565
Desconfiado
.559
Turbado
.521
X=3.89
DS=.87
Factor 3.Aceptado (a)
α = .75
Para la Escala Incertidumbre de la
Pareja, se observó que 16 de los 32 pares
de adjetivos cumplieron con los criterios
ya mencionados establecidos y a
continuación se realizó un análisis
factorial de componentes principales, y
seleccionando únicamente a los reactivos
con cargas factoriales iguales o superiores
a .50 (KMO= .928, Prueba de Esfericidad
de Bartlett=2426.748, p= .000), del cual se
obtuvieron tres factores con valores
superiores a 1 que explicaron el 69.26% de
la varianza y con coeficientes de
confiabilidad Alpha de Cronbach de
moderados a moderados altos (ver Tabla
2) .
Querido
Confiado
Protegido
Excluido
X= 3.89
.666
.595
.572
-.556
DS= .895
Factor 4. Abandonado (a)
α = .68
Relegado
Ajeno
Descuidado
Pesimista
X=3.93
68
.754
.595
.570
.564
DS= .87
Pérez Pérez, A.E. y Sánchez Aragón, R.
Tabla 2. Análisis factorial y de confiabilidad de la escala de Incertidumbre de la Pareja
Factor 1. Comprometido (a)
α = .88
Peso Factorial
Comprometido
.777
Involucrado
.750
Participe
.676
Formal
.616
Constante
.601
X= 3.99
DS=.969
Factor 2. Enamorado (a)
α = .84
Entusiasmado
.734
Atraído
Confiado
Enamorado
Interesado
X= 4.135
.663
.600
.566
.502
DS= .854
Factor 3. Estable
α = .86
Seguro
Tranquilo
Proactivo
Estable
X= 3.799
.696
.666
.658
.574
DS= .938
anteriores) (KMO= .944, Prueba de
Esfericidad de Bartlett= 2755.776, p=
.000), arrojó 3 factores con valores
superiores a 1 que explicaron el 73.78% de
la varianza y con coeficientes de
confiabilidad Alpha de Cronbach de
moderados a moderados altos (ver Tabla
3).
Tabla 3. Análisis factorial y de confiabilidad de la escala de Incertidumbre del Estatus
de la Relación.
Para la última Escala de Incertidumbre
del Estatus de la Relación, 14 de los 32
pares
de
adjetivos
cumplieron
discriminaron y el análisis factorial de
componentes
principales
realizado
(siguiendo los criterios de las medidas
Factor 1. Fascinante
α = .92
Peso Factorial
Apasionada
.831
Interesante
.799
Atractiva
.763
Romántica
.742
Entusiasta
.655
Participativa
.645
Involucrada
.574
X= 3.91
DS= .920
Factor 2. Estable
α = .89
Tranquila
Estable
Confiable
Segura
X= 4.135
.872
.687
.676
.575
DS= .854
REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
principales, y seleccionando únicamente a
los reactivos con cargas factoriales iguales
o superiores a .50 (KMO= .926, Prueba de
Esfericidad de Bartlett= 4012.797, p=
.000), se identificaron 3 factores con
valores superiores a 1 que explicaron el
55.25% de la varianza y con coeficientes
de confiabilidad Alpha de Cronbach de
moderados a moderados altos (ver Tabla
4) .
Factor 3. Comprometida
α= .87
Formal
Comprometida
Constante
X=3.799
.853
.693
.529
DS= .938
Escala de Interferencia de la Pareja
En el caso de esta escala, se encontró que
22 de los 37 reactivos cumplieron con los
criterios ya mencionados y luego entonces
se analizaron los ítems por medio de un
análisis
factorial
de
componentes
Tabla 4. Análisis factorial y de confiabilidad de la escala de Interferencia.
Factor 1. Obstaculizar
Peso Factorial
Mi pareja detiene mi desarrollo personal
.830
Mi pareja dificulta la realización de mis actividades
.783
Mi pareja imposibilita que logre mis metas
.775
Mi pareja entorpece mi vida social
.765
Mi pareja interfiere con el tiempo que paso con mis amigos
.716
Mi pareja entorpece que yo forme relaciones de amistad
.711
Mi pareja dificulta la comunicación de mis sentimientos hacia ella
.628
Mi pareja dificulta que lleguemos a establecer acuerdos en la relación y .588
nuestras familias
Mi pareja interfiere con la planeación de mis actividades diarias
.571
Mi pareja limita mis muestras de afecto cuando convivimos
.561
α =.91
X= 2.22
DS= .94
Factor 2. Importunar
Me molesta que mi pareja critique a mis amistades
.779
Me molesta que mi pareja critique a mis padres o familiares
.767
Me molesta que mi pareja se queje de mis padres o familiares
.733
Me irrita que mi pareja me acuse con su familia
.688
Me irrita que mi pareja intente escoger a mis amigos
.683
Me daña que mi pareja le crea a otros más que a mi
.665
Me molesta que mi pareja quiera tomar decisiones por mi
.551
70
Pérez Pérez, A.E. y Sánchez Aragón, R.
Me desagrada que mi pareja se sienta atraído(a) por alguno(a) de mis
amigos(as)
α = .89
X=2.79
.548
DS= 1.08
Factor 3. Atentar
Me daña que mi pareja anteponga otras cosas a nuestra relación
Me afecta que mi pareja no cumpla las promesas que me hace
Mi pareja me daña cuando devalúa las metas para nuestra relación
Me desagrada que mi pareja permita que su familia interfiera en nuestra
relación
α = .770
X= 2.90
Discusión
El MTR (Solomon & Knobloch, 2004)
identifica los mecanismos inherentes al
desarrollo de las relaciones que hacen que
las personas sean más reactivas a las
circunstancias
de
su
relación,
principalmente a los momentos críticos
que atraviesa la diada durante su ciclo vital
y que favorecen la experiencia de
incertidumbre y/o interferencia. Por lo
anterior, el presente estudio tuvo por
objetivo el diseñar y validar una medida de
Turbulencia Relacional aplicable a la
población mexicana, ya que este modelo
predice que a mayor incertidumbre
relacional e interferencia de la pareja, en
las personas aumenta su nivel de reacción
emocional, cognoscitiva y comunicativa
dentro de los episodios relacionales
(Theiss, et al. 2009); temas de gran interés
para la investigación psicológica en
México.
En lo que toca a la Incertidumbre
respecto al Yo, hace referencia a las
dudas e inseguridad con respecto a la
propia y personal situación dentro de la
.759
.740
.566
.514
DS= 1.04
relación a partir de un evento que propició
la turbulencia relacional. En esta
medición, las personas se cuestionan sobre
su sentir en sus relaciones de pareja. Así,
el primer factor denominado Involucrado
(a), se refiere a que tan comprometido,
involucrado,
formal,
constante,
enamorado,
atraído,
entusiasmado,
partícipe y estable la persona se siente a
partir de una situación de turbulencia. Este
factor,
conjuga
elementos
tanto
cognoscitivos (p. ej., comprometido) como
emocionales (p. ej., enamorado) que
integrados conforman el término de
involucramiento de una manera completa.
Cabe señalar que los adjetivos que definen
este factor implican decisión y dedicación
para la permanencia de la relación, al
mismo tiempo que conforman a los
elementos de la Teoría Triangular del
Amor de Sternberg (1986). Así el grado de
involucramiento individual define a
menudo el curso que toman la intimidad,
la pasión y el compromiso durante el
desarrollo de la asociación romántica y
corresponde con el exitoso mantenimiento
de la misma (Hinde, 1997). El segundo
REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
falta de atenciones entre ambos y acorde a
la teoría de intercambio social (Thibaut &
Kelley, 1959, en Hinde, 1997) se da por
hecho que una relación perdurará solo si
los resultados de la misma son benéficos
para sus miembros.
En lo que concierne a la medida sobre
la Incertidumbre que se percibe de la
Pareja, ésta arrojó tres factores fuertes. El
primero llamado Comprometido (a),
consta de adjetivos relativos a percibir a la
pareja como involucrada, partícipe, formal
y constante en la relación, pese a la crisis
que se está experimentado. Este factor
conjuga la parte más cognoscitiva del
involucramiento encontrado en la versión
propia (del yo) sin la afectiva. Esto podría
explicarse desde el concepto del
compromiso personal, que es la medida en
la que una pareja quiere permanecer en la
relación y el grado en el que la relación es
esencial para la identidad del individuo
(Ramírez, 2008), además de representar la
probabilidad de que en una relación
perdure el vínculo psicológico y/o la
orientación a largo plazo de la relación
(Arriaga & Agnew, 2001). El segundo
factor de esta escala fue nombrada
Enamorado (a) y justamente retoma la
parte emocional del involucramiento en la
relación, descrita en términos del
entusiasmo,
atracción,
confianza,
enamoramiento e interés que se percibe en
la pareja. Este factor se ve confirmado por
lo que indican Aron, Dutton, Aron y
Iverson (1989) quienes mencionan que a
menudo el enamoramiento esta precedido
por el interés, incremento en el
entendimiento común de los miembros de
factor llamado Inseguro (a) aborda las
sensaciones de fragilidad, confusión, duda,
desconfianza
e
intranquilidad
que
experimenta la persona ante eventos de
amenaza personal. Esto es congruente con
lo que mencionan Holmes y Rempel
(1989), acerca de que el sentimiento de
creciente intimidad y de ser amado puede
ocasionar miedos acerca de la pérdida de
autonomía personal, con respecto de la
pareja; provocando un incremento en la
vulnerabilidad, incertidumbre persistente y
la necesidad de hacer una crítica
evaluación de la relación (McCarthy &
Duck, 1976). Sin embargo esto puede ser
superado a través de una firme base de
confianza, intercambio de recursos
tangibles e intangibles, especialmente en
la percepción de que la pareja está
dispuesta a tomar riesgos y la seguridad en
el compromiso mutuo (Hinde, 1997);
componentes relacionados con el tercer
factor de la escala de nombre Aceptado
(a) tiene que ver con cuan reconocida o
afirmada se siente la persona ante un
evento que favorece la incertidumbre,
manteniendo una auto-percepción de ser
querido(a), confiado(a), protegido(a) e
incluido(a) en su relación de pareja. El
último factor de esta medida, se nombró
como Abandonado (a) que refleja cuando
la persona se siente relegada, ajena,
descuidada y por lo tanto pesimista de su
situación en la relación. Esto es
entendible, ya que cuando una persona
pone en tela de juicio su papel dentro de su
relación y el momento de crisis tuvo
efectos también en el otro miembro de la
pareja, entonces la interacción se tiñe de
72
Pérez Pérez, A.E. y Sánchez Aragón, R.
la relación de eventos interactivos, de
manera que los diferentes episodios de la
relación puedan verse de forma positiva,
generadores de confianza y de un vínculo
más estable a largo plazo. En congruencia
el tercer factor llamado Estable, se refiere
a la percepción de la pareja a partir de
adjetivos como seguro(a), tranquilo(a),
proactivo(a) y constante en la relación. Al
respecto, Kelley (1983) indica que el
grado de adherencia hacia una pareja, se
basa en factores de mantenimiento
constantes conformados en parte por amor,
condiciones
externas
estables,
la
adquisición de un compromiso de pareja
mutuo y fuerte, mantenimiento y
reforzamiento de sentimientos positivos el
uno hacia, así como vínculos y estructuras
estables en la relación misma.
En la última escala de Incertidumbre
con respecto al Estatus de la Relación se
identificaron tres factores. El primero de
nombre Fascinante, indica que el vínculo
es
percibido
como
apasionante,
interesante, atractivo, romántico y
entusiasta –entre otros adjetivos-, ésta
manera de ver a la relación concentra el
enfoque más positivo y encantador de ésta,
según sus miembros. En congruencia,
Canary y Stafford (1992), mencionan que
cuando las personas tienen una visión
positiva u optimista de su relación crea
una buena disposición hacia la interacción
y con ello a corresponder a las líneas
abiertas de la comunicación y la autodivulgación, así como a enriquecer la
seguridad que se incluye expresiones de
amor y comodidad en la relación.El
segundo factor llamado Estable, incluye
adjetivos que describen a la relación como
tranquila, estable, confiable y segura,
mientras que el tercer denominado
Comprometida, retrata al momento de la
relación como formal, comprometida y
constante. Estos últimos factores reflejan
claramente los elementos de una relación
sólida
(Hinde,
1997),
es
decir,
características relacionadas con la
reciprocidad,
la
auto-divulgación,
cercanía, intimidad, el grado en el que los
miembros de la pareja acuerdan el
equilibrio de la relación, se demuestran y
perciben el compromiso, el amor, la
confianza, atracción y satisfacción (Canary
& Stafford, 1992). Así como el
establecimiento
de
vínculos
de
interdependencia emocional, cognoscitiva
y conductual en forma simultánea (Aron &
Aron, 1996).
En el caso de la Escala Interferencia de
la Pareja, se obtuvieron tres factores
claramente definidos en su cualidad de
intensidad, pues precisamente cada uno de
ellos mostró un incremento en la calidad
de los conceptos utilizados y que podrían
estar abordando niveles de la variable bajo
estudio. El primer factor denominado
Obstaculizar, se refiere a aquellos
comportamientos que realiza el otro
miembro de la pareja dirigidos a detener,
dificultar, imposibilitar, entorpecer y
limitar cuestiones de desarrollo personal,
metas, vida social, la relación con la
familia extendida e incluso con el
participante que responde al auto-reporte,
impidiendo con ello su expresión verbal y
REVISTA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y PERSONALIDAD, VOLUMEN XXIX, NÚMERO 1, 2013
la percepción por parte del participante de
que su pareja le afecta y daña a través de
conductas que le desagradan como la
intromisión de la familia política,
anteponer otras cosas a la propia relación,
que no cumpla promesas o que devalúe las
metas de ésta; indicando con ello su falta
de interés o indiferencia ante aspectos
vitales de la relación, que conllevan a
mayor confusión y desagrado (Knobloch
& Theiss, 2010), correspondiendo con un
menor uso de pronombres diádicos (p.ej.
nosotros), lo que indica una menor
sensación de interdependencia con la
pareja (Knobloch & Solomon, 2003), y a
medida que la interferencia de la pareja
está cada vez más presente, la percepción
individual de los problemas de la relación
es más negativa (Solomon & Knobloch,
2004).
Cabe señalar que en comparación a las
medidas originalmente diseñadas para la
operacionalización del MTR las realizadas
en esta investigación, muestran matices no
identificados previamente por las autoras
Solomon y Knobloch (1999, 2004) ya que
la escala de Incertidumbre Relacional y la
de Interferencia de la Pareja eran
unidimensionales y en este caso se logró
identificar a través de un análisis factorial
la multidimensionalidad en las variables
en cuanto a sus elementos cognoscitivos y
emocionales; por lo que se puede decir que
la definición propia de los constructos
involucrados en el MTR en su evaluación
en la cultura mexicana están mostrando
particularidadades importantes de cómo
las pareja en ésta sociocultura viven su
afectiva durante la interacción. Esto
definitivamente conlleva a una serie de
consecuencias dentro de la propia relación
que generan conflicto, molestia y falta de
comunicación, ya que los miembros de la
diada tienen conversaciones menos
coordinadas y con menos mensajes de
afiliación (Knobloch, 2008), y participan
en más confrontaciones directas (Theiss &
Solomon, 2006), así mismo se percibe una
pérdida de control sobre las situaciones,
por lo que las personas observan con
mayor frecuencia errores y dificultades del
otro miembro de la pareja (McLaren,
2008). El segundo factor de nombre,
Importunar incluye las acciones de la
pareja que a un nivel más intenso
desagradan, molestan, irritan y hasta dañan
al participante, ya que se expresa la crítica
a otros significativos de la persona como
amigos y familia, e involucra la falta de
confianza y el que la pareja tome
decisiones por quien responde al autoreporte. Así, se hace evidente que en este
factor, la interferencia cobra magnitudes
teñidas de negatividad, rechazo, mala
intención yfrustración, al afectar la
capacidad de participación y rendimiento
de las actividades, haciendo la acción
conjunta más difícil de realizar o impedir
el resultado deseado, evaluando así la
interferencia de la pareja como grave y
amenazante (Theiss & Knobloch, 2009),
provocando una situación estresante y de
malestar creciente en la pareja (Weber &
Solomon, 2009) y propiciando la
disminución de la satisfacción (Knobloch
& Donovan-Kicken, 2006). En cuanto al
último factor llamado Atentar, comprende
74
Pérez Pérez, A.E. y Sánchez Aragón, R.
TR, al mismo tiempo que enriqueciendo a
la propuesta original.
En cuanto a las características
psicométricas de las medidas realizadas
para esta investigación, se encontró que las
escalas obtenidas comparten coeficientes
de confiabilidad de moderados a altos, sin
tener coeficientes inferiores de los
obtenidos en las escalas de Incertidumbre
Relacional y la de Interferencia de la
Pareja diseñadas por los autores de la
teoría; lo que refleja que los nuevos
instrumentos construidos son estables en
su comportamiento en la muestra
estudiada. En cuanto a su validez, las
dimensiones obtenidas enriquecen las
definiciones tanto conceptuales como
operacionales originales del MTR
conformando con ello una versión más
íntegra a la propuesta por Solomon y
Knobloch (1999, 2004). Es representa que
las nociones de la Incertidumbre y la
Interferencia son vistos y experimentados
por la muestra mexicana en forma distinta
a la anglosajona, lo que permite identificar
sus matices en torno en quienes viven una
crisis o estado de turbulencia en sus
relaciones. Resumiendo, se puede señalar
que estos hallazgos contribuyen a nivel
teórico ya que los factores obtenidos dan
muestra de la multidimensionalidad de las
variables y metodológico puesto que las
escalas aquí diseñadas son herramientas de
factible uso en muestras similares y en
contextos tanto de investigación como de
intervención, pues tienen la capacidad de
identificar las fuentes de ambigüedad en
cuanto a las transiciones críticas de las
relaciones románticas (Solomon & Theiss,
2011).
Adicionalmente, resultaría interesante el
uso de las medidas en determinados
contextos que propicien la TR (situación
de celos, nacimiento de un hijo,
establecimiento de un compromiso serio,
depresión o presencia de una enfermedad
crónica en por alguno de los miembros,
entre otros), así como su relación con otras
variables de las relaciones de pareja para
corroborar su validez y confiabilidad.
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NORMAS PARA LA ACEPTACIÓN DE TRABAJOS Los artículos en esta revista podrán representar diferentes aproximaciones teóricas y metodológicas, así como diversos campos de investigación de la psicología social. Los trabajos de investigación, deberán tener relevancia para la disciplina como ciencia o para sus diversas aplicaciones al campo profesional. Para el tipo de investigación por favor use la siguiente clasificación: INVESTIGACIÓN BÁSICA. Cuyo objetivo central es detectar principios generales que regulan el comportamiento. ANÁLISIS METODOLÓGICO O TÉORICO. Cuyo objetivo es hacer una revisión crítica, sistemática y de alta calidad, de las publicaciones o trabajos más importantes sobre un área o tema, derivando conclusiones o sugerencias en sentido metodológico, teórico o social. INSTRUCCIONES PARA LOS AUTORES 1. Anexar una carta en la que el autor asegure que el manuscrito no se está sometiendo a consideración en otra publicación. La carta debe incluir título del trabajo, nombre, institución, teléfono y dirección electrónica de cada uno de los autores. 2. Los trabajos deberán seguir, en todas las secciones (resumen, abstract, introducción, método, resultados, discusión y referencias), los lineamientos del manual de publicaciones de la APA (American Psychological Association) en su última versión. El escrito debe estar redactado utilizando un lenguaje respetuoso e incluyente. 3. El título, el (los) nombre (s) de el (los) autor(es), su adscripción institucional, el resumen y las palabras clave tanto en español como en inglés, deberán aparecer en la primera página. 4. El resumen tanto en español como en inglés deberá contener entre 120 y 150 palabras. 5. Las palabras clave deberán ser 5 para cada versión (español e inglés). 6. Los artículos regulares deberán tener una extensión (incluyendo referencias, cuadros e imágenes) mínima de 15 y máxima de 25 cuartillas a renglón y medio, con márgenes de 3 cms. por lado y con fuente tipo Arial tamaño 11 puntos. 7. El número de la página debe aparecer en la parte inferior central. 8. El cuerpo del reporte (Introducción, método, resultados, discusión y referencias) está escrito en páginas consecutivas. 9. Utilizar 7 espacios (1.27cms.) de sangría en la primera línea de cada párrafo a lo largo de todo el artículo. 10. Las palabras de otro idioma dentro del texto se encuentran en cursivas. 11. Las figuras, cuadros e imágenes deberán insertarse dentro del texto (manteniendo el formato del artículo) en el lugar que les corresponde y no en archivo adjunto. Todas deberán ser lo suficientemente grandes para ser legibles cuando se haga la reducción considerado el ancho de la página revista (10. cm de ancho). En caso de que algún cuadro o imagen no cumpla este criterio, el trabajo se devolverá a sus autores para su corrección. 12. Se recuerda que la sección de referencias debe aparecer en orden alfabético, y que cada referencia listada, debe encontrarse citada en el texto, de la misma forma, cada cita que aparezca en el texto debe aparecer en la sección de referencias. 13. Los autores de trabajos de investigación deberán conservar los datos crudos durante los tres años siguientes a la publicación del trabajo. 14. Cada artículo será sometido a la consideración de dos revisores de nuestro Consejo Editorial de forma anónima. El proceso de revisión toma dos meses. 15. La Revista de Psicología Social y Personalidad ofrecerá dos revistas para el primer autor y una para el (los) coautor (es). 16. Los manuscritos deberán enviarse como archivo adjunto en documento WORD para Windows 2003 o versiones más recientes a: comiteditorialrpsp@gmail.com
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