Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Por José Mauricio Domingues1 Traducción: María Maneiro Pocas obras en la historia de las ciencias sociales levantaron tantas polémicas como la de Talcott Parsons (1902-1979). Este autor, en un determinado momento de su carrera, llegó a ser considerado como la mayor expresión de la disciplina., tanto en términos norteamericanos como internacionales, aunque el impacto de su reflexión sobre la práctica sociológica fuera algo más limitado. En un segundo momento, fue sometido a una crítica virulenta, bajo la emergencia de la izquierda intelectual norteamericana no fue capaz de rendir justicia a la profundidad del material producido. Pasados esos dos momentos, con la distancia que el transcurso del tiempo proporciona, la obra de Parsons de nuevo se tornó un foco de interés académico intenso. En todo el mundo, aunque más fuertemente en los Estados Unidos, las ideas de Parsons manifiestan actualmente una vitalidad que pocos hubieran sospechado tres décadas atrás (ver Alexander, 1983; Domingues, 2001). Durante más de cuarenta años, Parsons se dedicó a la investigación sistemática en las ciencias sociales –en la sociología y en lo que designaba, de forma más general, como la “teoría general de la acción”–. La sociología fue el foco de estudios cuidadosos y en profundidad en el campo teórico, sin que eso representase, en contrapartida, desinterés por las áreas más empíricas de investigación. Los compromisos manifiestos de Parsons con la ideología liberal y el establishment norteamericano sin duda imprimen marcas en su 1 - PhD en Sociología (London School of Economics and Political Science). Profesor Adjunto del IUPERJ (Instituto Universitário de Pesquisa do Rio de Janeiro). Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf teorización, la cual no obstante sobrepasa ese molde y se presenta hoy como referencia obligatoria para cualquier estudiante de las ciencias sociales. A lo largo de varias décadas, el funcionalismo, con inspiración metodológica en la biología, estuvo en el centro de su reflexión, aunque inicialmente la física figurase como una inspiración básica. Vamos a comentar su obra a partir de una división en tres fases, buscando en cada una de ellas el tratamiento de los conflictos y de las luchas sociales. Luego, retomando la cuestión a partir de otro ángulo, explicitaremos su punto de vista metodológico. En este texto, trataremos a la creatividad como un factor que surge como potencialmente generador de conflictos, éste posee no obstante el mismo destino que los intereses en otros pasajes de sus libros. Importa aquí, desde el inicio, enfatizar que el pensamiento liberal informa en gran medida este tipo de perspectiva; el individualismo de Hobbes implicaría una guerra de todos contra todos, a ser controlada por el Estado, el todo poderoso Leviatán. El liberalismo mantuvo algunas de estas premisas, pero las suavizó, en el sentido de que el sistema de derechos pero sobre todo una mano invisible social, referida centralmente al mercado, traería armonía a las relaciones sociales, como un resultado positivo e integrador. Como veremos, el propio Parsons percibió bien la genealogía de la cuestión, y por ello fue ofreciendo a lo largo de su obra soluciones distintas para este problema. Sea cual fuere la modalidad en que una sociedad conflictiva engendrase o al menos fuese capaz de producir mecanismos paralelos de integración que controlasen o amenizasen los conflictos sociales. En la evaluación política e ideológica tal vez más conocida sobre la obra de Parsons, Gouldner (1970), a pesar de algunas percepciones interesantes, carga demasiado las tintas al presentar el liberalismo de aquel autor como esencialmente conservador, a pesar de que él Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf evidenciaba leves tendencias reformistas, poco osadas, es claro, para aquel crítico. Los compromisos políticos de Parsons con el New Deal de Rooseverlt e o Welfare State, su oposición al nazismo y su ojeriza al macartismo, su elogio a la modernidad, pero también su antipatía por la izquierda (sobre todo su crítica a la “New Left”) y su apología de la sociedad norteamericana, colocan a Parsons en el centro del espectro político-ideológico contemporáneo. Eso no justifica, por lo tanto que, por otro lado, se hable de inclinación socialdemócrata propiamente dicha en su caso, como el neoparsonianismo de vez en cuando hace, aunque la cuestión de la ciudadanía, tal cual como fuera teorizada por Marshall en Inglaterra haya sido incorporada por Parsons. Parsons aceptó no sólo los planos civil y político de la ciudadanía, sino también su aspecto social (por ello, la necesidad del Estado de bienestar social), pero es aún dentro de los parámetros de una concepción liberal del mundo (con los Estados Unidos vistos como un país de oportunidades abiertas y de estratificación social fluida) que él se mantendría. Las tres fases de la teoría Parsons sufrió, inicialmente, gran influencia de su formación calvinista (su propio padre era pastor) y de los economistas neoinstitucionales que discordaban de la teoría económica neoclásica liberal de entonces; partió entonces para Europa, doctorándose en Alemania, donde agudizó el filo de sus preocupaciones teóricas. Aunque se debe considerar que su obra tiene una continuidad esencial, ella se divide en tres fases con límites bastante claros. Inicialmente buscó antes que otra cosa sintetizar –en parte para su propia ilustración- las contribuciones de algunos autores que hoy consideramos clásicos; buscaba, entonces, construir una física de las ciencias sociales. Su ambición era dar los pasos iniciales para elaborar Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf una teoría general que, una vez completa, pudiese –a imagen de la mecánica clásica, en su elegancia y simplicidad– explicar todo y cualquier fenómeno y predecir el comportamiento del individuo y de la sociedad. En un segundo momento, más conciente de las dificultades de este tipo de proyecto, se contenta con una solución provisoria e intermedia, que lo llevó, entonces, al funcionalismo estructural; con eso se munía de conceptos descriptivos y señalaba la articulación necesaria entre personalidad, cultura y sociedad. Finalmente, en su tercera fase, Parsons creyó haber dado el salto al delinear un esquema funcionalista radical, el cual, si bien es diferente en sus fundamentos de las leyes generales de la física newtoniana, poseería la misma elegancia y universalidad que aquella. Examinemos más de cerca cada una de estas etapas de su sociología. En The Structure of Social Action (1937, fundamentalmente pp. 51 y ss., 90 y ss.), Parsons tenía como eje polémico centralmente el utilitarismo individualista, que veía en los intereses de los sujetos atomizados el móvil de la sociedad y en la armonización espontánea de esos intereses el fundamento del orden. El “problema de la acción” – como potencial de conflictos– y el “problema del orden” aparecían entonces como los dos ejes de su lectura y síntesis de Weber, Durkheim, Pareto y Marshall. Con Weber acentuó el carácter “voluntarista” de la vida social, pues los propios individuos prestaban sentido a su acción. Durkheim introduciría las normas sociales como esenciales par resolver el problema del orden (que, para Parsons, había sido formulado con agudeza por Hobbes). Internalizando las normas, los individuos ya definirían sus fines de acuerdo con una armonía propiamente social, que no resultaba, por lo tanto, de los efectos de una mal explicada “mano invisible” sobre la acción. Pero de esa tradición individualista y utilitarista él recoge la centralidad atribuida a la “cadena de medios-fines”, según la cual los sujetos, comportándose de modo racional con la intención de atender a sus Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf propios intereses, adecuan los últimos de la mejor manera posible a los primeros (o deberían hacerlo). De Marshall, un economista, Parsons toma indicaciones muy incipientes contra la perspectiva individualista utilitaria, que permiten definir aquellos fines de forma divergente de sus premisas, mostrándose más amplios que aquellas. Y, con Pareto, descubre la noción de sistema que no puede ser reducido a sus elementos, sino sólo analíticamente. Esta última idea se volvería cada vez más decisiva para el desarrollo de su teoría. Aún en aquel libro Parsons defendió una estrategia epistemológica de gran importancia y sutileza. Bajo el impacto de la obra del filósofo inglés Norbert Whitehead, sustentó el “realismo analítico” contra el atomismo típico del individualismo. Contra las teorías de la percepción atomistas del siglo XVIII, solidarias con el individualismo utilitarista, Parsons opuso el argumento, tomando el ejemplo de Whitehead, de que los todos orgánicos –de lo cual están compuestos los sistemas sociales y la propia acción- pueden ser descompuestos en partes sólo a partir de operaciones analíticas. Un elemento separado del todo sería una mera “abstracción”; esta sería, con frecuencia, fundamental para la ciencia, pero deberíamos tener la claridad de eso cuando de ella nos valemos, evitando caer en lo que castigaba con la nomenclatura “falacia de la falsa concretud” – o sea, recusándonos a tomar lo abstracto como si fuese, él mismo lo concreto. Para intentar explicar esto de forma simple, se podría observar que, normalmente, una mano sólo existe en su conexión con un cuerpo humano. Es posible imaginarla separadamente; esto, no obstante, es una abstracción y solamente se justifica reconocido como tal. Si tomamos la mano como una entidad en sí, independientemente del cuerpo incurrimos en la “falacia de la falsa concretud”. Los puntos sustantivos de la primera obra de Parsons tendrían grandes consecuencias para el desarrollo posterior de su trabajo; pero Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf detengámonos rápidamente en la estrategia teórico-epistemológica. Parsons proponía establecidos como que nuestros conceptos de carácter analítico, principales pues fuesen jamás los encontraríamos puros en la realidad; incluso así, y por eso mismo, serían instrumentales para hacernos comprenderla más allá del sentido común. Normas, medios y fines eran sólo abstracciones, pues se encontraban imbricados en la realidad. Si intentásemos dar cuenta de ésta de forma inmediata nos veríamos de vuelta con un todo indiferenciado, sin conseguir de hecho comprender su funcionamiento y dinámica. De ahí es posible definir algunas “unidades de análisis”. La combinación de medios, fines y normas estaría, por ejemplo, en el núcleo de lo que llamó el “acto unidad”, pues ellos serían los elementos principales de la acción tomada en sus momentos discretos. En verdad, en el caso del primer libro de Parsons obviamente el propio “acto unidad”, es la forma de pensar de los diversos autores y corrientes y la modalidad en que “parten” analíticamente la realidad; se debe tener en cuenta, sin embargo, que muchas de estas corrientes –sobre todo y evidentemente el individualismo metodológico– no perciben que dan un paso meramente analítico y toman a menudo categorías abstractas como si fuesen concretas, cayendo, pues, en la “falacia de la falsa concretud”. La segunda etapa de la obra de Parsons amplía enormemente el plano de interrogantes a ser enfrentado por su teoría. The Social System (1951), pieza clave de ese segundo período es una de las grandes obras de las ciencias sociales. Parsons discute ahí tanto los elementos básicos de la vida social como los procesos de cambio y permanencia de mayor envergadura dentro de una perspectiva histórica. Las influencias que tuvo en la elaboración de la nueva teoría son muchas, pero con frecuencia aparecen sólo de forma implícita. La teoría funcional de los sistemas, las teorías antropológicas de la cultura, el pragmatismo y el interaccionismo simbólico, el psicoanálisis Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf freudiano, además de los dos clásicos de la disciplina, Weber y Durkheim, gozaban de su favor. Parsons comienza The Social System delineando los elementos del nuevo esquema teórico. La interacción social es ahora el eje en torno del cual giran las otras categorías: ego y alter-ego se encuentran frente a frente en “situaciones” cuya definición depende de ellos mismos; si la interacción será exitosa o no, depende de cómo lidiarán con la “doble contingencia” siempre presente en este tipo de procesos. Más de una vez, no obstante, la confianza en las normas sociales se antepone a una perspectiva más suelta de la vida social, puesto que él creía que aquellas constituían normalmente, en los agentes, patrones sobre los cuales podrían apoyarse para superar la “doble contingencia”. Esto, como luego veremos, se relacionaba con el papel cumplido en ese momento por el funcionalismo en su perspectiva. A su vez, en el marco de esta fase, Parsons apuntaba no ya para un “acto unidad” sino para una “unidad de acción”. Pues si el primero implicaba fines claramente definidos por el actor, este último abandonaba esta idea y enfatizaba la posibilidad de que los fines sean más difusos, mal definidos, y el agente pudiera estar poco conciente de ellos. Parsons también introducía una categoría que a pesar de ser central en la articulación del libro, lamentablemente tuvo pocas consecuencias en su desarrollo posterior y en la obra de sus discípulos. La noción de “actor colectivo” constituyó una forma de hablar de los sistemas sociales en su relación articulada con otros sistemas sociales. La organización formal-burocrática (forma de “subjetividad colectiva” altamente centralizada, semejante a un individuo humano) consistía en el prototipo del actor colectivo. Claramente, Parsons abrazaba, tanto en lo que refiere a los conceptos de interacción y “situación”, como en lo que concierne a la “unidad de la acción”, muchos de los interrogantes planteados por el Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf pragmatismo y por el interaccionismo simbólico, y aunque mencionase sólo el nombre de W. I. Thomas en esa conexión, ésta resultaría obvia para cualquier lector razonablemente informado. En verdad, no se debería suponer una intención de plagio aquí. Más prosaica, aunque no menos dura, era la razón que lo predisponía a oscurecer sus débitos teóricos: se trataba de una lucha por la hegemonía entre los funcionalistas y los interaccionistas simbólicos. Parsons era un destacado exponente de aquella otra corriente, ya había sido el presidente de la Asociación Americana de Sociología, y había escrito importantes artículos en defensa de la perspectiva funcionalista. Por eso es posible suponer que decidió no asumir explícitamente sus deudas teóricas por razones políticas. No obstante, es bastante evidente que, de entre las varias unidades de análisis que introduce en The Social System, Parsons da especial énfasis a la interacción, de modo similar a Mead o Blumer. Otro paso crucial sería la división analítica entre el sistema de personalidad, el sistema cultural y el sistema social, ellos mismos, entonces, unidades de análisis. El sistema de la personalidad, que Parsons definiera haciendo uso de Freud, en una lectura personal, tenía en su centro las “disposiciones-necesidades” que simultáneamente condicionaban e inclinaban hacia la acción, brindando motivaciones y límites (inclusive internos, por medio de la producción de culpa por el “súper yo” del sujeto) para la acción individual. La integración de la personalidad dependía de su capacidad de administrar los niveles internos de tensión ligados a la ansiedad. Las disposiciones-necesidades tenían su núcleo generado por la internalización de los “valores” elaborados en el sistema cultural cuya consistencia era, claramente, un requisito para la integración. En fin, el sistema social, en el cual las expectativas de acción relativas a status y papeles eran definidas, debería articular a los individuos y traducir los valores generales del sistema cultural en “normas” específicas que Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf condicionasen la acción: su integración tendría como condición, por lo tanto, la correspondencia entre expectativas, situaciones de status y desempeño adecuado de papeles. Desde el punto de vista explicativo, no obstante, Parsons avanzaría en la idea de que la interpenetración de personalidad, sistema cultural y sistema social era fundamental. Debía haber una correspondencia más o menos estrecha entre ellos, pues de lo contrario disfunciones y “desvíos” (deviance) emergerían en el curso de las interacciones sociales. El funcionalismo ahí se hacía soberano, sustituyendo a la física social postulada como proyecto y horizonte en su primer libro, The Structure of Social Action, sin que Parsons se despistase de su meta y ambición. Se trataba allí meramente de una solución provisoria, que apuntaba no hacia “leyes”, pero sí hacia “mecanismos”. Con ella, de cualquier manera, él quería marcar la posibilidad, si no de predicción, que reconocía en aquel momento imposible, pero al menos de explicación (retroactiva) del cambio y la permanencia (el orden) en la sociedad. Para eso, sustenta un modelo teórico (lo que se suele olvidar cuando se discute su obra) que partía de una visión de la sociedad en estado de inercia, sin cambios. Así, si hubiese congruencia entre valores (culturales), normas (sociales) y motivaciones (de la personalidad), la sociedad se mantendría sin alteraciones; de lo contrario, cualquier incongruencia entre aquellos tres elementos produciría problemas y, al fin y al cabo, desvíos, frente a los cuales los procesos de “control social” se mostrarían incapaces. El cambio social resultaría de eso. Por medio de esta caracterización de mecanismos de integración, de motivación (en verdad el elemento crucial dentro de ellos, pues define la propia acción de los individuos) y de disfunción, él explica, por ejemplo, el ascenso del nazismo y la revolución rusa de 1917 (Parsons, 1951, cap. 11). Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf Inmediatamente después de la publicación de estos trabajos, una nueva fase, la tercera, se abriría en la obra de Parsons, para una continuación extremadamente fecunda, y a su vez duradera, de las ideas que anteriormente desarrollaba. Esta nueva fase, también trajo consigo problemas de gran envergadura, debido centralmente a su funcionalismo y formalismo extremos. En verdad, se debe tomar en cuenta que en aquella fase intermedia el “funcionalismo-estructural” de Parsons estaba todavía poco enraizado en explicaciones propiamente funcionales. Él describía sobre todo estructuras (a las cuales no dotaba de un carácter realista, pues eran sólo un recurso metodológico del investigador); igualmente, los mecanismos explicativos reposaban en la articulación entre la motivación, las normas y los valores. Esto se altera profundamente en la tercera fase de su obra. Con la colaboración de Edward Shils y Robert Bales, Parsons ensayó la fusión de las teorías de los pequeños grupos que aquel último autor estudiase, con sus “variables de orientación”, desarrolladas en The Social System, con las cuales apuntaba a delinear las alternativas duales que los actores deberían seguir en todas y cualquier interacción, por ejemplo orientándose universalística o particularísticamente, de forma difusa o focalizada, con neutralidad afectiva o no, en pro de la comunidad o de sí mismos. Así, ellos construían un esbozo de abordaje para el funcionamiento de los sistemas sociales, cada uno se encontraba implicado en un tipo de aquellas actitudes de orientación. El “esquema AGIL”, después poderosamente ampliado por Parsons, comenzaba a nacer. En este esquema, las cuatro letras respondían a las cuatro funciones que todo sistema estaba obligado a cumplir y reproducir. La A respondía a la adaptación del sistema a su medio; la G a la realización de metas (goals) que el sistema se generaba; la I a la integración; la L, finalmente, concernía a la latencia de los patrones que brindaban los Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf valores generales del sistema, y que se especificaban en las normas operativas en sus procesos de integración. Desde el punto de vista de la teoría general de la acción, de su ampliación siempre renovada, el esquema AGIL apuntaba hacia el “organismo comportamental” (el cuerpo) de los individuos en su relación con el medio orgánico: para la personalidad en lo que hace a la realización de metas, para el sistema social en lo concerniente a la integración y para el sistema cultural al tratarse de los patrones latentes. Sin embargo, cada una de las cuatro células del esquema debería ser dividida en cuatro más, pues para cada uno de los sistemas Parsons pretendía haber cimentado una teoría universal que, a pesar de no ser deductiva (o sea no se podía partir de leyes generales para explicar el comportamiento de entidades particulares), era también universal en términos funcionales. De esta forma el sistema social, que era el foco de estudio de la sociología, tendría el esquema AGIL pensado de la siguiente forma: por la adaptación del sistema al medio respondía la economía, para la consecución de metas reconocía a la política, para la tarea de integración se reservaba el sistema legal y a la cultura le era atribuido el sistema general de los valores culturales. Además de esto, Parsons mantenía la idea del equilibrio como crucial para su formulación: las modificaciones del sistema venían de acontecimientos y resultados derivados de sus fases anteriores de desarrollo o de fuera mediante inputs que el sistema recibía de su medio, lo que lo obligaba a cambios en su estructuración interna. Una nueva idea, también fundamental, introducida en ese momento fue la de la “jerarquía cibernética de control”, según la cual los elementos del esquema con mayor energía –en particular las entidades concretas que ocupaban la célula de la adaptación (en los ejemplos anteriores, el “organismo comportamental” y la economía) – estaban en la base del Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf sistema, mientras en la cima se localizaban aquellos sistemas con mayor información y, por lo tanto, capacidad de dirección, o sea control (en los ejemplos anteriores, los sistemas culturales). Cabe decir, no obstante, que el formalismo del esquema AGIL era extremo; Parsons perdió incluso su consistencia en la distinción entre la realidad concreta y las categorías analíticas. Pues, al aplicar de manera indiscriminada el esquema AGIL en forma directa a cualquier fenómeno de la realidad (no sólo a los sociales), terminó víctima de innumerables caídas en la “falacia de la falsa concretad”. Además la agencia y los actores prácticamente se someten dentro de su teoría. Es esto que se observaba en su teoría de la evolución, producida en sus últimos años de vida, que tiene en el núcleo procesos automáticos de diferenciación social, creciente adaptación al medio y mutaciones y selecciones culturales que aparecen con la función fundamental de permitir una creciente generalización de valores capaces de integrar aquellas cada vez más diferenciadas unidades del sistema social. Estabilidad y cambio, creatividad e historia Vayamos ahora con más pausa hacia la forma en que Parsons trató el conflicto social, sobre todo en su libro más complejo, The Social System, en términos metodológicos y en referencia a la conflictividad. Si en The Structure of Social Action él resuelve el “problema de la acción” mediante la introducción del “problema del orden”, con una perspectiva más amplia y sofisticada pero con puntos de vista similares tal concepción se retoma en su obra siguiente.2 De una forma semejante al Marx de El Capital, Parsons abre la última sección del The Social System con la afirmación de que una 2 - En la fase del esquema AGIL, como se ha señalado, las cuestiones son retomadas reiterando más o menos los mismos puntos de vista de la segunda fase de la teoría. Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf teoría de los procesos de cambio presupone lógicamente una teoría de la estructura social y de los procesos de motivación dentro del sistema (Parsons, 1951a, p. 481). A partir de allí, sin embargo, su argumentación se muestra mucho más endeble, sobre todo por el intento de apoyarse en un postulado que acabaría por llevar a una polémica célebre en las ciencias sociales. Su primer esfuerzo es el de distinguir dos tipos de dinámicas, una de procesos internos al sistema, la otra de cambio del sistema. Paralelamente, él insiste en la noción de equilibrio, la cual subraya ser sólo un “postulado teórico”, no una “generalización empírica”. En el caso de los cambios dentro del sistema, los procesos motivacionales de socialización y control social son decisivos para el establecimiento de nuestro conocimiento de la dinámica social. En lo que refiere a la relación del sistema con su medio, la “ley de la inercia” de los sistemas sociales se fundaría en la idea de que éstos tienden a mantener ciertas “constancias de parámetro”, sea esta estabilidad estática o móvil (Parsons, 1951, p- 481-483). Es importante afirmar, no obstante que la oposición entre el análisis estático y el análisis dinámico es sumamente desaprobada, puesto que una buena teoría tendría que tener la capacidad para lidiar con ambas cuestiones (Parsons, 1951b, p. 535). Más allá de esto, lo que se nos ofrece son algunas generalizaciones empíricas en relación con el cambio social, que son las siguientes: el cambio siempre se realiza contra intereses establecidos; ciertos procesos de cambio son institucionalizados; las teorías de los factores “dominantes” en el cambio no tienen base empírica. A éstas se les puede sumar la sugerencia de que las divergencias de valor necesariamente producen tensiones e inestabilidad, en las cuales algunas de las más importantes “semillas de los cambios” florecen (Parsons, 1951b/191962, p. 179). Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf Parsons es cuidadoso al intentar desvincular el análisis funcional de “tecnologías metodológicas” o “preferencias políticas y éticas” camufladas (Parsons, 1951b, p. 241). Pero no es difícil sorprenderse el tipo de abordaje que aparece en su obra, por ejemplo, al enfocar el papel de la “alocación” y de la “integración” en el mantenimiento del equilibrio de sistemas empíricos (Parsons, 1951b, pp.107-108). Se puede perfectamente aceptar que un modelo ideal incluya entre sus características la idea de estabilidad, aunque la viabilidad de esta postulación teórica es evidentemente discutible; nada autoriza, sin embargo, a pesar de este plano al otro, como Jeffrey Alexander (1981/5, pp. 61 y 186) admite, al intentar separar la paja del trigo cuando se refiere en este aspecto al pensamiento de Parsons. En gran medida fue en contraposición a esta postulación de la teoría parsoniana, en lo que tiene tanto de legítimo como de ilegítimo, que la llamada “teoría del conflicto” se desarrolló, aún en los años 60. Éstos, sin embargo, frecuentemente, cometían el mismo error que Parsons, mezclando dos planos teóricos sin advertirlo. Mientras Coser (1956, p. 21) reconocía el conflicto social como una especie de enfermedad, al mismo tiempo endémica y evitable, Parsons, por el contrario, descartaba esa temática a favor de la “cuestión del orden”. Para Lockwood (1956), The Social System ponía énfasis excesivo en los elementos normativos de la acción, abandonando su “sustrato”, en otras palabras, los intereses que estarían reflejados en los conflictos sociales. Algunas de las observaciones teóricas más interesantes en relación a este problema pertenecen a Daherndorf (1958, p. 126, fundamentalmente) que, a partir de llamar la atención sobre el ideal platónico de perfección inserto en la noción de equilibrio, responde a aquella ley parsoniana de la inercia con la proposición de que “… todas las unidades de la organización social están continuamente transformándose, al menos que alguna fuerza intervenga para Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf detenerlas”. Además de eso, sugiere que no es factible distinguir los cambios dentro del sistema, de los cambios del sistema. Atkinson (1972, p. 24), a su vez, observa correctamente que Parsons3 de hecho leía a los conflictos entre grupos, sin que eso tenga, no obstante, impacto sobre la construcción teórica, comentario a mi modo de ver perfectamente adecuado. Eso implica además que esos conflictos permanecen como una “categoría residual” en su obra, estos es, como un tema ineludible perno no integrado a la teoría, sin mayores consecuencias para su construcción (ver Parsons, 1937, pp. 17-18). Sean cuales fueren las críticas en relación a las elaboraciones de Parsons en ese período, no se puede dejar de reconocer el monumental esfuerzo realizado y muchos de los importantes resultados producidos. Incluso un autor como Giddens (1977, p. 96), aunque desapruebe muchas de las contribuciones de Parsons, apuntaría la relevancia de los debates promovidos por el funcionalismo en relación al tema de la “organización social”. Parsons había elaborado, pese a sus fallas y limitaciones, el primer esquema general de teoría social fuera de los marcos de la filosofía, pensando, por consiguiente, en términos de su operacionalización para la investigación empírica. Lo inédito de la ambición y realización de Parsons es patente, y pocos autores posteriormente llegarían a bordar un tejido de tamaña sutileza y consistencia. No estaba, a pasar de eso, satisfecho. El nivel de abstracción de esta segunda fase no le parecía, probablemente, apropiado, y le incomodaba a la incapacidad de su esquema de brindar leyes analíticas que penetrasen la dinámica elusiva de la sociedad. De estas inquietudes nacen las intuiciones que llevarían a Parsons, casi inmediatamente, a una nueva y distinta fase de su teorización. 33 - Ver Parsons (1942 y 1955), además de la ya mencionada discusión sobre el nazismo y la revolución soviética. Tampoco tomó en cuenta de hecho la temática marxista de las luchas de clase (Parsons, 1949), habiendo sido más feliz al analizar la cuestión de los movimientos negros norte-americanos (Parsons, 1965). Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf ¿Qué decir, entonces, de la creatividad? Como se comentó anteriormente, Parsons apenas mencionó la influencia que le legó el pragmatismo y la emergente perspectiva del interaccionismo simbólico –sólo Thomas fue citado–, es obvio que The Social System les debe mucho. La interacción diádica que se encuentra en su cierne está atravesada por lo que Parsons (1951a, p. 36 y ss.) llama como “doble contingencia” de la interacción. Él tenía dos soluciones disponibles. La primera, que lo empujaría muy cerca del interaccionismo simbólico, y sería reconocer la impredecibilidad de la situación producida por la contingencia y, por consiguiente, por las necesariamente creativas respuestas de los actores sociales. Otra posibilidad era ajustar sus preocupaciones anteriores en The Structure of Social Action (1937) – a partir del “problema del orden hobbesiano”– y enfatizar los “patrones culturales normativos” como la solución para la contingencia. Esta fue de hecho la elección de Parsons, con lo que bloqueó una posible vía para el desarrollo de la teoría sociológica, aunque advirtiese con claridad que toda la construcción que ofrecía tenía la estabilidad sólo como instrumento teórico (Ver Domingues, 1999, cap. 2 y 4). Si los individuos se comportasen de manera creativa, sin tomar las normas en forma tan absoluta, las respuestas de alter y ego –sean individuos o colectivos, centrados o no, es decir, más o menos organizados y con identidad más o menos clara– necesariamente variarían. Eso per se no conlleva conflictos sociales, pues hay posibilidades en principio para sobrepasar situaciones que produzcan embates. Pero la posibilidad de que las contradicciones y las luchas se desarrollen aumenta fuertemente, sobre todo si se imagina que la creatividad de aquellos que pierden con las normas y-o la institucionalidad social se va a ejercer en contra de ellas, activando los intentos de, por así decir, "control social" por aquellos que se suelen beneficiar con normas e instituciones. Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf Si nos detenemos sobre la temática de la evolución y de la historia, vemos que se repiten los mismos problemas, tal vez inclusive de manera más radical. Se ha observado en forma repetida que la obra de Parsons constituyó un curioso círculo. La recurrencia de la observación es justificable. Finalmente, Parsons abrió The Structure of Social Action (Parsons, 1937, p v) afirmando categóricamente que Hebert Spencer, el cultor del “Dios de la Evolución”, estaba muerto, soterrado en los escombros que constituirían las reliquias del utilitarismo individualista del siglo XIX. La última fase de Parsons, sin embargo, rendiría sinceras ofrendas a aquel Dios por Spencer hecho culto, aunque ese autor ingles, tanto ahora como antes, no merezca mucha discusión, eso no importa. Parsons daría gran importancia a la teoría de la evolución en su último período –pues creía en un sistema de teoría social que no estaría completo sin ella (Parsons, 1970, p. 108), con la utilización de conceptos que Spencer no tendría dificultad de reconocer. Se lanza a este proyecto de una plataforma que buscara combinar un abordaje propiamente evolucionista con una perspectiva comparativa (Parsons, 1966, p. 2). Aquella entendería la evolución humana como “integral al mundo orgánico”, como un desarrollo social y cultural analizado en el marco de los “procesos de la vida”. A partir de esta alianza primera con la biología –que, como vimos en el capítulo anterior, marca sustantiva y metodológicamente su obra final–, Parsons prepara el terreno para la incorporación de algunos conceptos centrales para este campo científico: variación, selección, adaptación, diferenciación e integración. Más todavía, aunque sin insertarlo en una línea singular, así como la evolución orgánica, la evolución social procedería de las formas simples hacia las más complejas. El esfuerzo comparativo, a su vez, daría cuenta precisamente de aquella variabilidad, pues los “medios” culturales, físicos, biológicos, Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf psicológicos y sociales, en sí, serían motivo suficiente para esa diferenciación. El esquema de categorías estructurales del sistema social proveería los elementos claves para la comparación (Parsons, 1966, pp. 3 y 20). Es interesante enfatizar que el nivel cibernético superior en información –el sistema cultural–, evidentemente controla el desarrollo evolutivo de la especie humana. Con esto, Parsons introduce una analogía más con la biología, pues los patrones culturales, serían semejantes a los genes biológicos, capaces por lo tanto, de “difusión”, con su transmisión de una sociedad a la otra (Parsons, 1966, pp. 113114; 1964, p. 493). Se debe tener claro, por otro lado, que el objeto de la teoría de la evolución es muy precisamente recortado por Parsons: se ocuparía del estudio de teorización sistemática, distinguiéndose enteramente de la “perspectiva histórico-interpretativa” que buscaría los porqués de la evolución en tal o cual sociedad y no en otras (Parsons, 1966, p.4). O sea, el contingente histórico estaría fuera de su campo de análisis. El mecanismo fundamental de la evolución se encontraría en el concepto de adaptación generalizada –la cual implicaría no solamente ajuste pasivo, sino la capacidad de un “organismo vivo” para lidiar con su medio. Especialmente importante sería la capacidad de lidiar con vastas áreas de factores ambientales y con el dominio de la incerteza. El proceso evolutivo, de esta forma, se caracterizaría por ser un proceso de cambio en la dirección de la ampliación de esta capacidad adaptativa (Parsons, 1946, 490, 493; 1966, pp. 20-21). Los otros mecanismos se articulan directamente a este. Así es que la diferenciación, que se produce a través de la fusión de una unidad o subsistema (o categorías de unidades o subsistemas) en otras unidades o subsistemas, en general dos, que difieren tanto en Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf estructura como en significación funcional, contribuye para la mejoría de la perfomance del sistema inclusivo. Más específicamente, las cuatro funciones y la continua diferenciación social en cuatro subsistemas se encuentran en el centro del argumento. Una vez más el formalismo de la fase final se insinúa dentro de la situación, cuando Parsons escribe que, cuando se localicen más de cuatro subsistemas, se debe a la diferenciación por segmentación, a referencias a más de un plano del análisis o a distinciones funcionales dentro de un mismo subsistema. Pero los procesos de diferenciación ocasionan problemas de integración, con la complejización de la sociedad. En compensación, Parsons deja claro que, si determinados grupos o sociedades introducen innovaciones culturales, será solamente un proceso posterior de selección el que garantizará o no, la sobrevivencia y el desarrollo de ese nuevo patrón. Palabras finales La obra de Parsons se sitúa como un paradigma fundamental en la sociología, haciendo de su autor un verdadero clásico en la sociología. Hay muchas lecturas posibles de su obra, varias formas de entenderlo, muchos elementos valiosos para buscar en sus textos, mucho que aprender de sus sofisticados argumentos críticos y construcciones conceptuales creativas. Además, en particular, junto con Marx, fue uno de los pocos científicos sociales que dieron la importancia debida a problemas conceptuales, al tema de la subjetividad colectiva –noción que me parece central para la construcción de una adecuada teoría de los conflictos y de las luchas sociales, de la historia y de la evolución social, así como de la contingencia y de la creatividad. Al final, si los conflictos muchas veces oponen simplemente individuos, sus consecuencias para el "orden" social (para utilizar la expresión del propio Parsons) son usualmente Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf mucho más relevantes cuando movilizan colectividades (desde clases, géneros y movimientos sociales a bandas, ejércitos y estados, de entre las muchas otras "subjetividades colectivas", estudiadas con detalle en Domingues, 1995). Curiosamente, a pesar de esta atención particular y de los muchos ángulos y conceptos que se pueden tomar de sus obras, la noción de conflicto social no es dentro de ellas especialmente conspicua. El conflicto, las contradicciones, luchas y demás nociones en este sentido, están totalmente ausentes de su teoría de la evolución, que implica solamente mejoramientos comandados por nuevos códigos culturales y creciente adaptación. Uno podría sugerir que en este plano teórico estas cuestiones no se plantean, mientras que en el análisis histórico las perspectivas cambiarían. En tanto tal, ésta es ya una solución problemática que sin embargo olvida, de todos modos, que teóricamente el conflicto debería estar incluído en el centro mismo de una construcción que se propone aclarar cómo se procesa la evolución social de manera abarcativa y completa. Que los conflictos no formen parte de los "mecanismos" de la evolución social sólo lo justifica un prejuicio bastante fuerte en su desmedro. Parsons escribió y vivió su vida en un Estados Unidos que atravesaba exactamente lo que puede ser caracterizado como la segunda fase de la modernidad, y donde el poder del movimiento sindical y del sindicalismo era menor que en las sociedades europeas. De esta fase forma parte, por un lado, la acción del Estado organizando la vida social de modalidad de intentar contener exactamente el caos generado por el mercado y el crecimiento continuo de los conflictos sociales. Era el momento del Estado de Bienestar, del Fordismo, de los “treinta gloriosos” de crecimiento capitalista y de gran estabilidad. Por otro lado, se ponían las certezas conjuradas por una epistemología determinista y opuesta a la creatividad, pues estaba calzada en la idea Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf de la “uniformidad de la naturaleza”, inclusive en sus aspectos sociales (ver Wagner, 1995; Domingues, 2002). Estamos lejos de eso, en aquello que quiero clasificar como una tercera, heterogénea y más conflictiva fase de la modernidad, y en un momento en el cual las discusiones epistemológicas ya dejaron ciertamente atrás aquellas certezas tan profundas y reconocemos como principio la heterogeneidad y mutabilidad de la vida social. Incluso, pese a esto, vale retomar la obra de Parsons de la cual tenemos mucho que aprender. Esto es verdadero en particular en lo que concierne a su crítica al individualismo y al utilitarismo –tan centrales para las concepciones neoliberales contemporáneas-, pero también en términos de elementos cruciales para la construcción teórica en las ciencias sociales, a pesar de la ausencia de una reflexión más sistemática y menos comprometida estética, intelectual y políticamente con el orden fáctico y normativo y la estabilidad social. De esta manera, para dar incluso nuevo sentido a aquellas intuiciones y conceptos a veces geniales, la fluidez y la heterogeneidad, la conflictividad y la creatividad de la vida social deben estar, ellas sí, en el centro de nuestros esfuerzos teóricos y empíricos. Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales - UBA Domingues, José Mauricio - Talcott Parsons: Conflictividad, normatividad y cambio social Conflicto Social, Año 1, N° 0, Noviembre 2008 - www.conflictosocial.fsoc.uba.ar/00/domingues01.pdf Bibliografía Alexander, J. (1983) The Modern Reconstruction of Classical Thought: Talcott Parsons. Berkeley: University of California Press. Atkinson, D. (1972) Ortodox Consensus and Radical Alternative. Londres: Heinemann. Coser, L. (1956) The Functions of Social Conflict. Londres: Routledge & Kegan Paul. Dahrendorf, R. (1959) Class and Class Conflict in Industrial Society. Stanford: Stanford University Press. Domingues, J. M. (1995) Sociological Theory and Collective Subjectivity. Londres: Macmillan; New York: Saint Martin’s Press. Domingues, J. M. (1999) Criatividade social, subjetividade coletiva e a modernidade brasileira contemporânea. 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