Revista OCET Nº 048 Mayo DCCCXCIII

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+Contenido:
 PORTADA
 LAS CATEDRALES DEL MUNDO.
(San Salvador de Zaragoza).
 MARAVILLAS DE AMÉRICA DEL SUR.
(Brasil-El Gran Pantanal)
 HOMBRE Y PREFECCIÓN.
 El RINCON DE JOAQUÍN SALLERAS.
 LAS RELIQUIAS
(El Sudario de Turín).
 LOS PAPAS DE LA HISTORIA.
(San Victor I).
 BIBLIOTECA.
 HAERBOLARIUM.
(El Azafrán).
 LEYENDAS Y TRADICIONES POPULARES.
(La Mesa del Rey Salomón).
 CONTRAPORTADA.
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 Federico Leiva i Paredes.
Editor y Director.
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(Historiador de Fraga).
 Albert Coll Vilá.
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 Juan A. Portales.
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 David Maximiliam C. Nicoll.
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Tuo Da Gloriam
Catedral de San Salvador – Zaragoza (I)
Dada la complejidad de esta catedral y su construcción, así como los diversos
estilos arquitectónicos que ostenta, nos vemos en la obligación y con el fin de no cansar a
nuestros lectores con un solo tema, de fragmentar este monográfico en cuatro partes,
esperando que disfruten cada una de ellas y les sea más amena la lectura.
La Catedral del Salvador en su Epifanía de Zaragoza es una de las dos catedrales
metropolitanas de Zaragoza, junto con la Basílica y Catedral del Pilar. Habitualmente es
llamada «la Seo», en contraposición a «el Pilar». Está construida en el solar del
antiguo foro romano de Caesaraugusta y de la mezquita mayor de Saraqusta, de
cuyo minarete todavía perdura la impronta en la torre actual. El edificio
fue
comenzado en el siglo XII en estilo románico, integrado en
la mezquita aljama, y ha sido objeto de muchas reformas y
ampliaciones hasta 1704, año en que se colocó el capitel barroco
rematando la torre.
En su estado actual La Seo es una iglesia de cinco naves y
seis tramos cubiertos por bóvedas de crucería de la misma altura, lo
que da al recinto aspecto de iglesia de planta cuadrangular de
salón. En la cabecera se sitúan dos ábsides (de los cinco
originales) y, en el lado de la epístola, sobre dos de los
desaparecidos, se emplazó la sacristía. Al extremo del lado del
evangelio se construyó la «Parroquieta» para albergar el
sepulcro de Lope de Luna.
La estructura de las naves está apoyada en
contrafuertes característicos del gótico tardío (y no en
arbotantes como es habitual en el estilo gótico clásico)
que se cierran con muros formando capillas interiores.
Cubre el crucero (que no destaca en planta) un
cimborrio de hechura mudéjar.
El material constructivo fundamental es el ladrillo, habitual en la arquitectura
aragonesa. El conjunto de la catedral, en su aspecto exterior, no refleja la estructura
interna debido al cerramiento con muros de varios espacios circundantes como
dependencias o residencias de los miembros del cabildo.
El acceso principal se realiza por el lado occidental, donde se levantó en la segunda
mitad del siglo XVIII una fachada barroca clasicista que sustituyó al portal mudéjar
del siglo XIV, que se encuentra detrás de la actual portada. Completan el conjunto de la
catedral el campanario barroco adosado al muro oeste y la casa y arco del Deán, que
conecta la catedral con un edificio exterior salvando la calle.
De los diversos estilos que la componen, los elementos más importantes son los
siguientes:
Románico: en el exterior, la parte inferior de los ábsides de la cabecera. Todavía se
conservan las esculturas románicas del interior del ábside, pero actualmente está oculto
por el retablo gótico. En la sacristía, se exhibe el «olifante» tallado en marfil de Gastón de
Bearn, del siglo XI, y los bustos-relicarios de San Valero (patrón de Zaragoza), San Vicente
y San Lorenzo donados por el Papa Benedicto XIII, conocido también como el Papa Luna,
quien hizo a Peñíscola sede pontificia.
<<<FLORONES DE LAS NERVADURAS DE LAS BÓVEDAS
GÓTICAS DEL INTERIOR DE LA SEO.
Gótico: del siglo XIV y factura gótico-mudéjar, sobre
todo en los cuerpos superiores del ábside y en la capilla
funeraria de san Miguel o «Parroquieta», que aloja el
sepulcro del arzobispo don Lope Fernández de Luna,
asimismo gótico. Las naves y cubiertas del templo también
mantienen este estilo a lo largo de diversas ampliaciones
desde el siglo XIV al XVI. Del siglo XV data la sillería del coro
y el magnífico retablo mayor de alabastro polícromo
realizado por Pere Johan y Hans de Suabia, que está
considerado como una obra capital del gótico final europeo.
El museo de tapices flamencos alberga telas de los siglos
XIV al XVIII, y está considerada como una de las tres mejores
colecciones del mundo.
Mudéjar: como se dijo antes, está presente en los ábsides, el muro exterior de la
Parroquieta y en su techumbre de madera dorada. De bella factura y buenas proporciones
es el actual cimborrio, que corona el crucero de la catedral e ilumina el presbiterio,
realizado en el siglo XVI, a caballo entre las postrimerías del gótico-mudéjar y el incipiente
estilo Renacentista. Los elementos mudéjares del ábside, Parroquieta y cimborrio de la
catedral fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2001 como parte
del conjunto del mudéjar aragonés.
Renacentista: cabe destacar el trascoro con sus capillas, así como la Capilla de San
Bernardo, esculpida en alabastro, la de los Arcángeles y la de San Pedro Arbués, todas
ellas en estilo Reyes Católicos. Las reformas auspiciadas por Hernando de
Aragón convirtieron a La Seo en una iglesia de planta de salón o Hallenkirche, formada por
cinco naves de igual altura, cubiertas por sugerentes bóvedas de crucería, que van desde
la bóveda de crucería simple, pasando por las llamadas de terceletes, hasta las de crucería
estrellada, fruto del llamado gótico flamígero o final. Las bóvedas descansan sobre
esbeltos pilares fasciculados, coronados con capiteles con ornamentación vegetal los más
antiguos y con motivos heráldicos los de los pies de la catedral que ya fueron realizados
en el siglo XVI.
Barroco: el campanario de la Seo, que fue proyectado por el arquitecto
italiano Giovanni Battista Contini. La fachada junto a la torre, que actualmente es
considerada la principal del templo, aunque en realidad corresponda al acceso de un brazo
del transepto, muestra un estilo barroco con influencia neoclásica. También hay que
destacar la decoración de algunas capillas y sobre todo las portadas interiores de las
mismas.
SU HISTORIA
El solar en que se asienta la Seo ha sido desde
antiguo el centro religioso de la ciudad. Allí se
situaba el templo principal de Caesaraugusta del
antiguo foro romano, cuyos restos arqueológicos
muestra el museo homónimo subterráneo que se
ubica en la plaza de la catedral. Al contrario que
otros templos de ciudades romanas, no se construyó
en la confluencia del cardo y el decumano, sino a
orillas del Ebro, contiguo al puerto fluvial.
Desde el siglo III la decadencia de la ciudad
llevó a que fueran reutilizados sus materiales más
nobles. Desde mediados de este siglo está
documentada la cristianización de la ciudad, que se
convirtió en sede episcopal visigoda dotada de sede
catedralicia. Sin embargo se desconoce el
emplazamiento exacto de la catedral tardorromana,
dedicada a san Vicente, aunque el hallazgo de un cancel visigótico en el solar de la Seo
hace suponer que pudiera ubicarse allí.
LA MEZQUITA
Hanas ben Abdallah as San'ani (m. 718), discípulo de uno de los allegados
de Mahoma, fue el constructor, entre los años 714 y 716 de la mezquita mayor de Saraqusta
al Baida, «Zaragoza la Blanca», según nos cuenta al-Humauydí (1029-1095). De ser cierto, la
mezquita mayor sería una de las más antiguas de Al-Ándalus. En varias crónicas árabes se
recogen tradiciones que atribuyen la fijación del mihrab en el muro oriental, donde hoy se
sitúa la capilla de san Pedro Arbués, como una hornacina tallada en un solo bloque de
mármol blanco, quizá alabastro, según al-Zuhrí y una crónica anónima: Este mihrab es un
bloque de mármol blanco de una sola pieza ahuecado con una maestría asombrosa y un
arte maravilloso, encima del cual se colocó una concha de formas perfectas; en todo el
mundo no existe un mihrab semejante
De esta mezquita original, que ocupaba una superficie de 35 x 44 m en dirección
oeste-este (la puerta principal de ingreso a la mezquita se encontraba en el mismo lugar
que la de la actual catedral) solo se han conservado restos de cimentación, y un elemento
de gran relevancia: la huella de dicho mihrab. La mezquita primitiva constaría de un patio
abierto (sahn) y una sala de oración cubierta de cinco naves con muros perimetrales
apoyados en sillares de alabastro.
El edificio experimentó dos ampliaciones, una de mediados del siglo IX (856) y la
segunda, atestiguada en 1023, bajo el rey taifa de Zaragoza Mundir I. El primer
recrecimiento se debe al apogeo político de Musa ibn Musa, y se emprendió con el botín de
una aceifa emprendida contra la región de Barcelona. Consistió en la adición de dos naves
a cada lado, hasta un total de nueve y el ensanchamiento del patio alcanzando una
superficie de 56 x 44 metros. Debido a la leyenda e importancia del mihrab, se mantuvo en
su posición original, con lo que quedó algo desplazado del eje axial del templo.
La segunda ampliación de Mundir I, ya como rey independiente de la taifa de
Saraqusta, dotó a la mezquita de una superficie de 54 x 86 metros con el alargamiento
hacia oriente de casi el doble de la longitud inicial, lo que la convirtió en una de las
mayores de Al-Andalus. Para ello hubo de trasladar el bloque del mihrab excavando sus
cimientos y desplazándolo sobre rodillos, complicada operación que causó grietas en la
pieza.También erigió un gran alminar que, transformado en torre-campanario mudéjar,
perduró hasta el siglo XVII, cuando fue derribado y sustituido por la actual torre barroca.
Durante la restauración, que terminó en 1999, se han descubierto numerosos vestigios,
como la planta del antiguo edificio y la impronta del alminar en los muros externos, lo que
ha permitido reconstruir su aspecto original.
LA CATEDRAL ROMÁNICA
La entrada en 1118 de Alfonso I el Batallador en
Zaragoza, no supuso la inmediata demolición de la
mezquita. Se dio un año a los musulmanes para instalarse
extramuros y desde 1119 hasta el 4 de octubre de 1121,
año en que se consagró el edificio bajo la advocación
de San Salvador, se efectuaron las reformas necesarias
para adaptar el templo a las celebraciones cristianas. La
nueva catedral (1166-1198) se inicia bajo la protección y
patronazgo del obispo de Zaragoza Pedro Tarroja.
En primer lugar se reorientó el eje de la catedral
románica en sentido norte- sur (frente al oeste-este de la
mezquita) y se derribaron once tramos de las naves
convirtiendo el patio musulmán en claustro, trasladando el
ingreso principal al lado sur, donde hoy se encuentra la
puerta de la Pabostría. Se integró así en el recinto de la mezquita (al modo como ocurre en
la mezquita de Córdoba) una iglesia de tres naves sin ábsides y cuyo transepto no
resaltaba de los muros laterales. La nave central era de gran anchura comparada con las
laterales, mucho más estrechas, como sucedía en San Pedro de Rodas y San Salvador de
Leyre. Fue cubierta con techumbre de madera a dos vertientes y mantenía el alminar de
la mezquita convertido en campanario. Pese a ser una obra provisional, el edificio
permaneció en este estado hasta finales siglo XII.
La construcción de los ábsides y de una portada flanqueada por dos torres no se
emprendería hasta 1166. La nueva obra, de planta basilical con crucero y tres naves
terminadas en cinco ábsides (tres centrales semicirculares flanqueados por dos
cuadrados), se prolongó hasta 1198, y debe mucho en su estilo a la catedral de Jaca, de la
que toma diversos elementos. Además de la iglesia, el edificio acabó poseyendo archivo,
refectorio, enfermería y dos claustros. De esta época se conserva aún el cuerpo inferior los
ábsides, con ventanas flanqueadas por dos columnas con capiteles historiados y
arquivoltas adornadas con el llamado ajedrezado jaqués en el exterior. En el interior se
conserva un conjunto de esculturas que actualmente están ocultas tras el retablo mayor.
Esta cabecera está emparentada con la de la catedral de Tudela, construida en el mismo
periodo.
También se finalizó en esta segunda mitad del siglo
XII la portada de los pies de la iglesia, construida en el
muro sur de la antigua mezquita aprovechando el espacio
abierto de la puerta de una sala del oratorio islámico. En la
excavación
arqueológica
de 1994 se
descubrió
la
cimentación de la portada en un lugar próximo al actual
trascoro, de planta abocinada, una luz de 2,85 metros y dos
torres cuadrangulares flanqueándola a ambos lados.
Esta portada y las torres no fueron derruidas hasta 1549. También se han hallado
restos escultóricos de ancianos músicos del Apocalipsis y un león, con lo que el tímpano
mostraba a Cristo entre el Tetramorfos rodeado por el ciclo de los 24 ancianos del
Apocalipsis, es decir, el Cristo de la Segunda Venida o de la Parousía. El conjunto debió
ser similar al tímpano de la portada occidental de la iglesia abacial de Saint Pierre de
Moissac de 1130.
Desde 1204 hasta el siglo XV se coronan en la iglesia todos los reyes de Aragón por
un privilegio otorgado por el Papa Inocencio III. El rey, que la noche anterior había velado
sus armas en la Aljafería, se acercaba desde allí en procesión. La ceremonia contaba con
cuatro partes: investidura de armas, unción con el santo óleo, imposición de la corona y
las insignias reales y juramento de los fueros y libertades del Reino de Aragón ante una
cruz gótica de oro y piedras preciosas que esta catedral guardó siempre celosamente
como una joya muy preciada. El último rey en ser coronado en La Seo fue Carlos I de
Aragón. A partir de él, los reyes sólo tendrán que jurar los fueros. En la catedral también se
celebraban los bautizos, bodas y entierros reales.
LA CATEDRAL GÓTICA Y MUDÉJAR
En 1318 el Papa Juan XXII crea el arzobispado de
Zaragoza, independizándolo de la sede de Tarragona, con lo
que el edificio pasa a ser catedral metropolitana. A partir de
este momento las ampliaciones se harán usando materiales
más accesibles en esta zona geográfica y tradicionalmente
utilizados por los artífices mudéjares: el ladrillo y el yeso.
Bajo la supervisión del arzobispo Pedro López de
Luna (1317 - 1345) se construye una iglesia gótica de tres
naves que mantiene los ábsides románicos. La nave central se
realizará más alta que las laterales, permitiendo abrir ventanas
que en 1447 incorporarán vidrieras. En 1346 se comienza
un cimborrio mudéjar para dar luz a la cabecera con la
participación de los maestros Juan de Barbastro y Domingo Serrano, que fue sustituido
por otro más esbelto en 1520.
En 1360, durante el arzobispado de Lope Fernández de Luna, se levanta la fachada
principal de la Pabostría que, a excepción de algunos restos, no se ha conservado. El
mismo arzobispo manda edificar una capilla dedicada a San Miguel Arcángel, la llamada
«Parroquieta», todo en estilo mudéjar. Se trata de un espacio rectangular y estrecho que se
inserta como una capilla cerrada e independiente dentro del edificio y que don Lope
proyectó como su capilla funeraria. La construcción, iniciada ya en 1374 por Miguel del
Cellero, es un ejemplo único del trabajo de maestros aragoneses y alarifes sevillanos, que
tapizaron el muro exterior con dibujos geométricos de ladrillos lisos y vidriados.
La culminación de las obras en 1376 dio como resultado una catedral gótica
espaciosa y mejor iluminada.
En 1403 el antiguo cimborrio amenazaba ruina. El antipapa Benedicto XIII, el Papa
Luna, aragonés de nacimiento, impulsará una nueva reforma del edificio. Se elevaron los
ábsides románicos y se realizó un nuevo cimborrio en forma de tiara papal. Decorado
en 1409 por el maestro Mahoma Rami, pudo ser visto por Benedicto XIII en su visita a la
ciudad en 1410.
El retablo mayor se realizó durante el pontificado de don Dalmau de Mur y
Cervelló (1431-1456), y es uno de los mejores ejemplos de la escultura gótica en Europa.
Este arzobispo se centró en embellecer el interior del edificio, encargando, además del
retablo mayor, la sillería del coro, vidrieras para la iluminación de la nave central, la
desaparecida portada de la Pabostría y otras
actuaciones menores.
El 14 de septiembre de 1485 fue asesinado
en la catedral el primer Inquisidor de
Aragón Pedro Arbués, (subido a los altares por el
Papa Pío IX en 1867) mientras rezaba protegido
con casco y malla. El hecho fue consecuencia del
mal recibimiento que tuvo la inquisición en
Aragón, que se veía como un ataque de la corona
a los fueros. En particular, parece que algunas de
las
más
poderosas
familias
de judíos
conversos como los Sánchez, los Montesa, los
Paternoy o los Santángel, sabiéndose víctimas predilectas de la inquisición, estuvieron
implicados en el asesinato. Como consecuencia se produjo un levantamiento popular
contra los judíos y finalmente «nueve ejecutados, en persona, aparte de dos suicidios,
trece quemados en estatua y cuatro castigados por complicidad» según cuenta Jerónimo
Zurita. El sepulcro del santo, realizado por Gil Morlanes padre, se encuentra en el edificio,
en la capilla de San Pedro Arbués.
Durante los siglos XV y XVI muchos de los arzobispos de Zaragoza fueron miembros
de la Casa de Aragón. Lo fueron: Juan de Aragón (h.1440 – 1475) hijo ilegítimo de Juan II de
Aragón. Durante su mandato se construyó un nuevo órgano y se mandó sustituir en el
retablo mayor las tres escenas principales de madera por otras de alabastro policromado.
Alonso II de Aragón (1470 o 1478 – 1520) hijo ilegítimo de Fernando el Católico. Añadió una
nave por lado, pasando la catedral de tener tres a tener cinco naves y elevó todas a la
altura de la nave central. El antiguo cimborrio, que ya amenazaba ruina desde 1417 fue
gravemente dañado por el derrumbe de uno de los pilares que lo sostenía en 1498. Se
encargó a Juan Botero la construcción de un nuevo cimborrio, también mudéjar, en forma
de estrella de ocho puntas, que todavía se puede admirar entre las bóvedas de la iglesia.
Entre 1505 y 1520 se realizó la obra, que fue terminada por su hijo y sucesor, don Juan de
Aragón, obispo de 1520 a 1531.
Hernando de Aragón (1498 – 1575), hijo ilegítimo del anterior y doña Ana de Gurrea.
Arzobispo desde 1539, fue una de las personas más influyentes del reino de Aragón. Gran
mecenas y promotor de las artes, dirigió la última ampliación de la catedral
entre 1547 y 1550, añadiendo dos tramos completos a los pies. La ampliación fue
encargada inicialmente a Juan de Segura, pero la ejecutó finalmente Charles de Mendibe,
que añadió los dos tramos de los pies a las cinco naves con sus correspondientes nuevas
capillas laterales, dos a cada lado, y cuatro más al fondo. Entre 1549 y 1555 el arzobispo
mandó realizar en alabastro su sepulcro a Juan Vizcaíno y el de su madre, Ana de Gurrea,
a Juan de Liceire, en la nueva capilla de San Bernardo. El retablo de la capilla de San
Bruno, lo encargó al escultor Pedro de Moreto.
El antiguo enfrentamiento entre los canónigos del Pilar y de la Seo fue notorio en
el siglo XVII. Tanto es así, que el cabildo del Pilar entabló un pleito para obtener la sede
episcopal, pleito que fue solucionado por Felipe IV a favor de la Seo. Las disputas no se
solucionarían hasta que en 1676 el papa Clemente X decidió de manera salomónica y por la
Bula de Unión fundir ambos cabildos. En la Seo residirían 6 dignidades y 15 canónigos,
igual que en el Pilar, y el deán viviría seis meses en cada una.
También en el siglo XVII se derribó la antigua torre mudéjar, muy deteriorada, y se
comenzó la construcción de una nueva. El nuevo campanario barroco, diseñado por Juan
Bautista Contini en Roma en 1683, comenzó a construirse en 1686, concluyéndose
en 1704 con la colocación del chapitel, que culmina sus noventa metros de altura.
La nueva fachada de estilo barroco clasicista fue realizada por el arquitecto Julián
Yarza entre 1763 y 1767 a instancias del arzobispo Francisco Ignacio Añoa y Busto. Sobre
la puerta principal figura el escudo del arzobispo Añoa y la lateral izquierda da acceso a la
capilla de San Miguel, denominada popularmente «La Parroquieta».
Entre los años 1960 y 1965 se juzgaron una serie de robos producidos en la
biblioteca de la Seo, una de las más importantes de Europa. Se descubrió que habían
desaparecido unos 583 libros, códices, incunables y manuscritos, con un valor de
13.295.500 pesetas de la época. La causa principal fue la desidia con la que había sido
tratada la biblioteca desde mitad del siglo XIX por el cabildo, lo que facilitó el trabajo
considerablemente a ladrones como Enzo Ferrajoli de Ry, un italiano nacido en Nápoles en
1913, con unas credenciales impecables y muchas conexiones dentro del régimen
franquista, que se apropió de unos 110 libros. Tan apenas pudo recuperarse un tomo de
la Biblia políglota complutense y el Manipulos curatorum, durante mucho tiempo
considerado el primer libro editado en España. El resto, entre las que se encontraba por
ejemplo un libro dedicado a Aragón y firmado por Juan de Coloma, secretario de Fernando
el Católico, el 2 de enero de 1492, día de la toma de Granada, acabó en diversos lugares,
como el British Museum y la universidad de Yale o subastados por Sotheby's, que se
negaron a devolverlos, argumentando que los habían comprado «de buena fe, por
procedimientos habituales y a personas de confianza».
En la segunda mitad del siglo XX se realizó una restauración en profundidad del
edificio que duró unos 23 años. El proyecto se puede dividir en cuatro etapas:
De 1975 a 1987: sustitución de los seis pilares de la nave principal, tejados, aleros,
vidrieras, cimentación, demolición de edificios colindantes y excavación arqueológica.
De 1987 a 1992: pared de la Parroquieta, cimborrio, capillas de la cabecera y fachada
neoclásica. De 1992 a 1994: finalización de actuaciones anteriores y excavación de restos
musulmanes y romanos. De 1995 a 1998: restauración de la torre, el chapitel y el reloj, el
órgano, el retablo mayor, en general todas las yeserías y capillas fueron limpiadas y
restauradas; también se adecuó el museo de tapices. (CONTINUARÁ)
Por F.L.P.
Brasil – El Gran Pantanal
El Pantanal o el Gran Pantanal es una llanura aluvial que cubre la parte más
occidental de Brasil y partes aledañas de Bolivia y de Paraguay.
Situado en su mayoría en Brasil, y conocido durante la época de la conquista
española con el nombre de Laguna de Jarayes, es una llanura aluvial inmensa que cubre
algunas partes de Bolivia y de Paraguay. Es el humedal más grande del mundo, ubicado en
la región del Mato Grosso y Mato Grosso do Sulbrasileño y alcanzando en sus extremos
hasta Paraguay y Bolivia, con una extensión total de 220.000 km². Es posiblemente
el ecosistema más rico del mundo en biodiversidad de flora y fauna.
El Pantanal (conocido por los hispanos como Laguna de Xarayes o Laguna de
Jarayes siendo los xarayes o jarayes los pueblos indígenas hoy más conocidos
como Guatos) está apoyado en una depresión de la corteza terrestre formada por el mismo
proceso que dio origen a la Cordillera de los
Andes; a ella afluyen varios ríos, que
conjuntamente componen un enorme delta
interno en el que vuelcan sus sedimentos. El
principal de estos es el río Paraguay. Debe
sumársele una pluviosidad media anual de
entre 1000 y 1400 mm.
<<< EL PANTANAL DE MATO GROSSO EN
ÉPOCA DE CRECIENTE.
Durante la estación húmeda, entre
diciembre y mayo, el nivel de agua sube
hasta 3 m y el Pantanal se anega en un 80%,
dando lugar a un sistema en el que predomina la flora acuática, que alcanza aquí una
expresión sin igual en ningún otro lugar del mundo.
El 80 por ciento de la región se encuentra en los estados brasileños Mato
Grosso y Mato Grosso do Sul, en la zona suroeste del país. Frecuentemente, se hace
referencia a esta zona como “el sistema ecológico del agua dulce más grande del mundo”
y, aunque los cálculos de su área total varían dependiendo de la fuente de información, es
seguro que ocupa mucho terreno: entre 140 000 km² y 220 000 km².
Como parte de la llanura aluvial paraguaya, es un depositario para las crecidas
estaciónales del río Paraguay sus tributarios alrededores (tales como los ríos de São
Lourenço, Cuiaba, Taquari, río Miranda –o Mbotetey–, Negro y Aquidauana). Aquí, hay dos
estaciones muy distintas – la estación lluviosa, desde octubre hasta marzo; y la estación
seca, desde abril hasta septiembre.
Es en la estación lluviosa, en la que caen del setenta a ochenta por ciento del total de
la lluvia anual – algunos 800-1.600 milímetros, dependiendo en qué parte de la zona se
ubique. Con esta pluviosidad, el nivel del agua en el terreno pantanoso puede subir hasta
cinco metros más que los niveles en la estación seca. Entre las áreas de llanuras
estacionalmente inundadas o secas, también hay áreas de pantano y, sobre todo,
humedales permanentes. Se encuentran mezcladas con grandes áreas de varios tipos de
bosque en las tierras más altas, como el Gran Chaco de Bolivia y Paraguay. Son esas
cualidades que dan al área su carácter específico y muy especial.
Esta área ambiental espectacular es mucho más que el hogar de miles especies de
flora y fauna: tiene también funciones esenciales para la salud del sistema entero acuático.
Por ejemplo, una las funciones es purificar el Río Paraguay de los metales pesados que le
entran de la industria minera. Otra función es servir como una esponja para mitigar el
efecto de las inundaciones durante las lluvias estaciónales resultando así un gran
regulador de los caudales. Sin el Pantanal, existe un alto crecimiento potencial de los
ríos Paraguay y Paraná, con efectos serios para comunidades e individuos en
Paraguay, Brasil y Argentina.
La densidad de la población humana es muy baja en la zona pantanal, aunque los
números suben en las tierras altas alrededor de ella. En particular, la ciudad de Cuiabá, la
cual es la capital del estado brasileño de Mato Grosso, misma que ha aumentado su
población durante los años recientes.
Los ranchos ganaderos forman la industria más importante de la zona Pantanal.
Otras importantes actividades económicas son la agricultura con cultivos de caña de
azúcar, maíz, arroz, mandioca, soya y otros), la minería (de diamantes, oro, hierro, gas
natural, y manganeso) así como el turismo.
Como la otra importante zona tropical sudamericana, la Amazónica, el Gran Pantanal
se enfrenta a un gran reto por su futuro. La dificultad de mantener el equilibrio entre el
ambiente natural y las necesidades de la población humana que aumenta cada año. La
esperanza es que el mundo reconozca la importancia vital que aporta esta región, no
solamente para Bolivia, Paraguay o Brasil sino para el planeta entero.
FLORA Y FAUNA
Pertenece a la Región Biogeográfica BrasileñoParanense. Más de 3.500 especies vegetales
conocidas, entre ellas la mayor diversidad de flora
acuática concentrada en lugar alguno del planeta,
crecen en el pantanal. La diversidad ornitológica es
también importante, con unas 650 especies de aves
tropicales, muchas de ellas endémicas. Entre los
grandes animales que habitan la región se cuentan el
yaguareté
(Panthera
onca),
el
carpincho
(Hydrochoerus hydrochaeris) y el tapir del llano
(Tapirus terrestris).
<<<
CAPIBARA.
La región ha sido llamada “un
paraíso ecológico” y “un santuario de
vida salvaje sin parangón, y de belleza
espectacular”, con especies de flora
y fauna tan densa y diversa como las de
la selva Amazónica. Como la zona
del Amazonas, el Gran Pantanal es uno
de los sistemas hidroecológicos más
densamente poblado en el mundo. Se
forma un ambiente que es el hogar de
miles
de
especies
de
plantas,
mariposas, insectos, aves, serpientes,
reptiles, peces, y mamíferos.
La anaconda y el yacaré, el yaguar, el pecarí, el tapir y la nutria gigante del río, el tucán y
el guacamayo, entre muchos otros,
hacen su hogar en el Gran Pantanal.
<<< OSO HORMIGUERO GIGANTE.
Con una variedad de tipos de
microambientes, la biodiversidad de la
flora y fauna del área inundada es
increíblemente rica. Hay mucha riqueza
en ambas tanto en variedad como en
abundancia de vida salvaje; se
considera que la densidad es lo mejor
de todas las regiones neotrópicales. Las
especies de aves se consideran
particularmente diversas. Por ejemplo,
un informe científico de 1997 dice que
hay unas 657 especies de aves que viven en el Gran Pantanal.
<<< YACARÉ
El área también es una etapa
importante en las rutas de las aves
migrantes de otras partes del
mundo, y este aumenta el número de
las especies que el área protege. El
resultado es una de las más
diversas comunidades de aves en el
planeta. Aunque sea especie en
peligro de extinción, todavía se
puede ver aquí el guacamayo
hyacinthine
(Anodorhynchus
hyacinthinus), que es un miembro
grande de la familia parrota.
Además, se puede ver muchas de
las otras noventa y cinco especies
de mamíferos de la zona.
JAGUAR
>>>
<<< ANACONDA
CONSERVACIÓN
Parte del Pantanal posee la categoría de parque nacional; en Brasil la superficie bajo
esta figura de protección suma 1 878,18 km² mientras que en Bolivia es de 31 898,88 km.
sup2. Estos parques han sido designados de importancia internacional bajo el Convenio de
Ramsar. En el resto de la región la pesca deportiva, la caza furtiva, el turismo y las
actividades agrícolas representan un riesgo a veces elevado para la conservación del
ecosistema.
Por J.M. Molina
«EL HOMBRE IMPERFECTO Y LA BUSQUEDA DE LA PERFECCIÓN»
LA INICIACIÓN
Desde sus orígenes, el hombre se ha
preguntado sobre el sentido de la vida, condicionado
a las leyes y normas socio- políticas que cada cultura
impone para el normal funcionamiento de una
sociedad y sus gentes. Esto no es nuevo; a lo largo
de la historia esto sucede y sucederá; sin embargo,
el individuo también se ha preguntado hacia sus
adentros sobre la posibilidad de creencias
espirituales que pudiesen añadir algo más que un
simple vivir sin reflexión, condicionado a ordenes
pre-establecidas por un estado autocrático y/o
democrático.
La visión actual del panorama del siglo XXI, no
es más que la repetición de los acontecimientos que
a lo largo de su historia ha tenido la humanidad, con
sus convulsiones, decadencias y éxitos. Lo que hace
diferente esto, es que ese sentido de la espiritualidad se pudiese acreditar a unos pocos.
El sumergimiento del hombre en su pensamiento material y sus reacciones en
cuanto a la vida, lleva a este hacia un colapso globalizado. Siendo así, comienza a
preguntarse si puede hacer algo más. Esta claro que sí, siempre lo hizo, los renacimientos
estructurales de las sociedades anteriores se fijaron en los clásicos como modo de
perfección. Aunque continua realizándose la misma pregunta, ¿y yo que hago aquí? No es
fácil vislumbrar un nuevo camino a seguir, este esta destinado a unos pocos, solo a
aquellos que sin saberlo son llamados hacia esa espiritualidad; el camino de la perfección.
Fijémonos en los simbolismos del Medievo, aparentemente herméticos estos están
configurados para la lectura de todos, solo que esa iluminación interna queda reservada
para algunos capaces de descifrarlos.
Es aquí donde el individuo no se bloquea ante las adversidades de los tiempos.
Es lo que llamamos «CREER».
Creer en lo que no se ve. « ¿Creer en un Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo
y de la tierra?».
-Dichosos los que creen sin ver, porque ellos serán llamados junto al padre-.
Jesucristo con estas palabras nos invita a acudir al padre celestial. Un ejemplo: Un hijo
quiere a su padre, el padre constantemente esta pendiente de su hijo, sin embargo el hijo
no acude nunca a visitar al padre, el hijo esta triste, lleno de complejos y de miedos,
postergando el encuentro con su padre y acudiendo a visitar a amigos en fiestas y
escenarios lúdicos para así disipar su tristeza, pero sigue sin visitar a su padre.
No solo de pan vive el hombre, sino también de afecto, de cariño, de amor. Si
acudimos a la casa del padre, este nos recibirá con agrado, como un libro abierto, con una
simbología de fácil lectura.
Tampoco el hombre vive sólo de conceptos e ideas.
El Dios infinito, no és un formato matemático, ni físico, no
pertenece a leyes científicas. Entonces, ¿como podemos
creer?
Agustín de Hipona decía que no sólo había que
creer en algo (aliquid credere), ni solo creer a alguien
(credere alicui), si no creer en alguien (credere in
aliquem). Es por lo tanto el significado de la palabra
«credo»: -creo-. Creer voluntariamente en una confianza
plena; dada esta por la palabra. «OMNIA VINCIT AMOR».
La palabra seria destinada exclusivamente al amor,
el amor de Dios sobre todos nosotros.
La confianza de ese amor para con Dios y el
nuestro para con los demás. Un amor que siempre vence,
el amor de los unos para con los otros, (caridad,
misericordia, paz...).
Sacrificarnos en este sentido hacia los demás sin
demandar algo a cambio, és en sí un acto voluntario que
radica en «LA FE» en el «CREDO».
-Fijémonos en las representaciones religiosas;
«EL PANTOCRATOR» la imagen del redentor
sosteniendo el libro de la vida. Es aquí donde el símbolo
se hace visible a todos, la comprensión de la verdadera
esperanza de vida, la transmutación de la materia en
espíritu puro.
La iniciación del hombre contemporáneo no resulta
sencilla, este carga con demasiados lastres materiales,
obtuso y egocéntrico en sus quehaceres cotidianos, ciego en la conciliación consigo
mismo, no alcanza sus metas y tropieza en el camino de la vida.
-En El Apocalipsis se recomienda al justo que no tema las pruebas que le aguardan.
Si sigue siendo fiel hasta la muerte, este recibirá la vida eterna, la resurrección de entre los
muertos.
Permanecer fiel a la vida en espíritu; es un compromiso que exige una vigilancia
constante.
En un mundo como el nuestro, lleno de obstáculos es difícil llegar a esa
espiritualidad; el camino esta lleno de perturbaciones, la fidelidad en uno mismo hace
posible que estas desaparezcan si realizamos la lectura del libro de la vida.
El primer obstáculo es la infidelidad; precisamente la fidelidad a quedado relegada
como un sentimiento inhabitual, como algo inútil; és más, la libertad sin reglas, sin
disciplina, nos lleva de nuevo a una Sodoma y Gomorra, donde la vida no tiene precio ni
valor, la educación no puede definirse, los derechos y obligaciones quedan confusos y
perturbados.
La desestructuración familiar, la destrucción de la unidad o el no sacrificio y la falta
de valores nos conducen al abismo.
Comprender y perdonar, son también piedras en el camino para el hombre actual; sin
conciencia alguna, es motivado por motores materialistas, incapaz de dar oportunidades a
sus semejantes, exageradamente competitivo en un libro de vida sin lectura, con las
páginas en blanco. Sin reflexión hacia sí mismo, el individuo esta perdido; la no
responsabilidad hacia sus semejantes, la no ratificación de los mandamientos de DIOS le
llevara a la muerte.
Está muerte espiritual, le aleja de todo aquello que pudiese albergar con plenitud; de
todo lo que en principio no és material, pues no solo quedaría compartir lo material o
bienes, sino también aquello inmaterial, pensamientos incluso que diesen un valor añadido
para alcanzar metas de prosperidad espiritual.
Entonces, si se busca sentido a la vida, ¿no sería mejor acudir a la casa del padre?
¿no es más lícito abrir el libro de la vida y leer sus simbolismos? Solo la Fe, la creencia en
lo que no se ve, nos abre las paginas con sus escritos, pues estos pertenecen a lo
espiritual; son el camino de vida.
Así lo dice San Agustín de Hipona, - Buscáis a Dios
fuera, lo que no sabéis es qué lo portáis dentroEn nuestro libre albedrío, podemos elegir el despertar de nuestra conciencia, de una
lectura interna, de una entrega hacia nuestros semejantes; és entonces cuando en el
camino se disipan las neblinas, se apartan las piedras y desaparece todo rencor.
-Ardía en ansias de fama, dinero y matrimonio, y tú te reías de mí. Me hacían sufrir
amarguísimas dificultades, pero tú me eras tanto más propicio cuanto menos me dejabas
hallar dulzura en lo que no fueras tú. Mira mí corazón, Señor, pues quisiste que me
acordase de esto y te lo confesara. Abrácese ahora mi alma contigo, pues la libraste de tan
persistente liga de muerte. ¡Qué desgraciada era! (la vida).Ponías el aguijón en lo más
sensible de la herida para que lo dejara todo y se volviera a ti, que estás por encima de
todas las cosas, pues sin ti no existiría absolutamente ninguna.
¡Qué desdichado era yo entonces y con cuánta
misericordia me hiciste sentir en mi miseria!
(Confesiones de San Agustín).
Muchos son los dolores que acarrean nuestras locuras; ambiciones que solo cargan
un fardo de miserias sobre nuestra espalda, en un camino sin horizonte, buscando atajos y
rodeos tan ásperos; por la alegría de una felicidad temporal.
Cuantos se incomodan por las burlas y risas de los demás, cuantos por el trabajo
diario, cuantos por las posesiones del prójimo. ¿Pero quién escucha a su semejante sin
poner cizaña de por medio? ¿Podrá caminar el hombre por una lectura de vida, sin
tropiezos excesivamente amargos?
Alabad al Señor en nuestras oraciones diarias, también es escuchar al prójimo;
dialogar con un amigo, és también hablar con el Señor, pues él habita en todos y en todas
las cosas.
Hablar y escuchar al Señor, és también ensuciar las páginas de la Sagrada Biblia, ¡sí!
ensuciar las páginas de las sagradas escrituras con las yemas de los dedos, es señal de
que leemos y comprendemos a diario el libro de la vida; aunque muchas de estas biblias
quedan relegadas a permanecer por siempre en un rincón de la casa ó en una estantería a
modo de objeto decorativo.
Queremos ser grandes, y albergar majestuosidad; ¡pero somos provincianos! faltos
de carisma y comprensión, se nos escapa la universalidad.
Es hora de quitar las telas de araña de nuestros corazones, de conversar y meditar
con nosotros mismos, junto a Dios y con el prójimo, incluso con la propia naturaleza; un
cambio de mentalidad és posible; una esperanza de vida para la comunidad de las
personas que habitan este maravilloso planeta que Dios como un regalo nos ha dado junto
a la vida propia.
-Desperezarnos és lo mejor que podríamos hacer-.
Este no es un tiempo de desesperanza, sino de renacimiento, de crecimiento interior;
dedicándonos a los demás, a los más necesitados, minimizarnos para agradar a Dios y
para su gloria.
Abrazar a Cristo y a nuestros semejantes, con Cristo y en Cristo.
Un nuevo - Axis mundi - la Jerusalén renovada con los corazones y las almas del
mundo mirando a Cristo.
Así es la fe que nos mueve, llena de misericordia y amor a los demás como Cristo
resucitado nos dejó en sus enseñanzas.
Por Josep Ricard Vento Belda
Resistencia del Temple
en las Riberas
del Cinca-Segre, 1310-1314 (II)
En 1309 parece que la suerte de los Templarios del
Cinca-Segre estaba echada. Después de nueve meses de
asedio al castillo Templario de Miravet, los caballeros se
rindieron, dejando a Monzón y su subencomienda de
Chalamera que sufrieran la mayor presión de tropas reales
nunca conocida. Los inquisidores papales reclamaban dichos
bienes para la silla papal, pero la corona justificaba su
expropiación en los muchos gastos ocasionados en los asedios.
El 23 de enero, Pedro de Pomar solicitaba del rey Jaime II que los administradores de
los bienes de los Templarios de la castellanía de Monzón, Ferrer de Castellbó y Pedro de
Frau, le extendieran instrumento público de haberles vendido el lugar de Casas Novas,
antes del Temple.
ó
ú
ó
El primero de febrero parece dilucidarse el mismo oficio real en el lugar de Santa
Lecina, ya en manos del rey. Como el bayle de dicho lugar era Domingo de Segarra,
nominado en 1305 de forma vitalicia por el comendador fr. Berenguer de Bellvis, reclamaba
la conservación de su oficio por derecho. Como el rey Jaime II viera que el instrumento
notarial hecho en Monzón por el notario Jordán de Resuy era auténtico, mandó a los
administradores de la Castellanía se le respetara ese derecho conservándole en su oficio.
Algo semejante ocurrirá con el lugar de Alfanges (Pueyo). El bayle de Alfanges,
Raymundo de Manes, reclamaba el mantenimiento en su oficio por haber sido nominado
por el que fue lugarteniente de la castellanía Templaria de Monzón, fr. Ramon de Falç, con
instrumento público hecho por el notario de Monzón Bernardo de Bellpuig. De igual forma
la conservación de la bailía de Calavera concedida a Raymundo Roda por el citado fr.
Ramón. O la de Les Moçes a favor de Guillermo Pelegrí, cuyo oficio de bayle le había sido
previamente e injustamente expoliado.
El asedio a Monzón y su encomienda empezó a mediados del año anterior, según
nos informa un registro de Cancillería de Aragón, por el cual Guillermo de Castellnou,
Sobrejuntero de Ribagorza, Sobrarbe y Valles Altos –nombre que recibían los vegueres o
paheres en Aragón- reclamaba los 2.000 s.j. que se le prometieron cuando intervino en
nombre del rey en el asedio a la encomienda. Según un carta del rey de Aragón al fragatino
y obispo de Valencia, Raymundo de Ponte o Dezpont, fechada a inicios de 1308, le
encargaba la negociación con los Templarios, a quienes había mandado arrestar a todos
ellos en un solo día; pero algunos caballeros se habían fortificado y negado a sus arresto,
como ocurrió con los lugares de Ascó, Monzón, Cantavieja, Villel, Castellote, Chalamera y
otros.
En la Ribera del Cinca algunas bailías fueron de nueva creación. Es el caso de la de
Belver de Cinca, creada desde el mes de febrero a nombre de Salvador Pedro de Martín,
escudero real, habitante de Monzón. A este oficial se le mantenía el salario acostumbrado,
y entre otras funciones de las que había de hacerse cargo, quizá la más importante, fuera la
de la recaudación de las colectas del lugar de Belver de Cinca. Con respecto al lugar de
Belver, los vecinos Jaime de Valcarqual y Domingo Laçano reclamaban la devolución de
los préstamos que hicieron para contribuir al asedio de Monzón, según constaba en
documentos públicos debidamente testificados.
El cambio de funcionarios reales fue intenso en los primeros meses de 1309. El 11 de
febrero era creado en el oficio de bayle de Castejón del Puente (la antigua Benahut árabe) a
favor de García de Sanmartín, habitante de Monzón. La de Pueyo de Moros (luego Pueyo
de Santa Cruz) a favor de Aznar López, y las de Monzón y Pallars a Guillermo de
Santamaría, en 20 de febrero. Al día siguiente, fue nominado Eximen de Vallcarquar para
el lugar de Vallcarca.
En el proceso de confiscación de los bienes de Templarios en el Cinca parece que en
la Ribera hace acto de presencia la figura del Sobrejuntero aragonés de la Ribagorza, que
previamente había arrendado los derechos de los lugares templarios en Belver, Alfándega,
Ripoll (Rivopullo), Pueyo (Puyo), y Castejón del Puente (Benahut). En su consecuencia,
debían mantener la obligación de satisfacerle por dichos arriendos.
Quizá resulte de interés mencionar y traer a esta reconstrucción sobre la pérdida de
los bienes Templarios, la presencia de los Montcada en Albalate de Cinca. Era señor del
lugar don Ramón de Montcada, hijo segundo de Guillermo Ramón de Montcada y la infanta
doña Constanza, señores de Aitona, Serós, Soses y Mequinensa. El citado don Ramón de
Montcada, senescal de Cataluña, había hecho un convenio con los Templarios, que es
traído a la memoria en febrero de 1309, en razón a los cambios que se producían en el
entorno.
La carta, fechada en Monzón en 21 de febrero, rememoraba el acuerdo entre dicho
noble y los templarios, en la persona de fr. Arnaldo de Castelnou, acerca de los molinos de
harina y paños en el lugar de Albalate. El siguiente documento responde a la resistencia
paralela de los Montcada, que tampoco querían perder sus derechos. O tomar algunos de
los Templarios:
Sea de todos conocido que nos Raymundo de Montcada, damos y concedemos
como alcabala a vos venerable fr. Arnaldo de Castelnou, Maestre de los Templarios
en Aragón y Cataluña y demás frailes del Temple, aquellos molinos, tanto draperos
como farineros que tenemos en el término de Albalate de Cinca, con sus cuidadores,
aparejos y pertenencias, casas, almacenes y huertos contiguos, excepto la mitad de
la casa mayor, por los cinco años próximos. Por precio amigablemente constituido
entre ambos, es decir, 70 cafices de grano, la mitad de trigo y la mitad de ordio, a
medida de Monzón.
Que dicho tributo o alcabala se entregada en la fiesta de pascua de Resurrección, y
la otra mitad en la fiesta de San miguel de septiembre. Asimismo, que se entregue
del grano de Chalamera y sea llevado a Albalate a expensas del templo.
Garantizamos dicha posesión con nuestros bienes, y que no podáis ser molestados
en dicho tiempo por los hombres de Albalate.
Os absolvemos asimismo de toda querella o controversia o petición que desde el día
de hoy incurrierais por cualquier causa, razón o defecto de agua en la cequia de
dichos molinos.
Y os concedemos dicha posesión hasta su término de la misma forma que lo tuvo
Pedro de Benviure. Fanzas que yo dicho Pedro confirmo.
Acto hecho en 10 calendas marzo de 1309.
Testigos: Raymundo de Benviure, Raymundo Arnaldo de Sessé.
Signo de Ramon de Montcada. Salvador de Aguilaniu, notário público de Monzón.
(ACA, perg Jaime II, carp. 102. nº 2097).
De igual forma, los la rama de los Montcada de Fraga, en la persona del noble
Guillermo de Montcada, señor de Fraga, Ballobar (Vallobar) y Saidí (Saydí), y otros lugares
por su esposa, reclamaba los bienes de los Templarios de Ballobar (Vallobar) a su favor.
Esta actitud le llevó además a diversas disputas con el obispo de Lleida, que entendía que
los bienes de las iglesias de los lugares de su diócesis, anteriormente del dominio de los
Templarios, no podían ser tomados por los nobles Montcada, ni por Gombaldo de Entenza,
señor de Alcolea de Cinca. Ambos nobles…
“…ocuparon indebidamente, y mandaron recoger los frutos proventas, oblaciones,
obvenciones y otra derechos pertenecientes a las iglesias de Alcolea, y de Vallobar,
desde el tiempo que nos, por mandato del papa amparamos los bienes de los
Templarios, con los derechos pertenecientes a los Templarios, y que nos debíamos
retener, para que de sus residuos fueran hechos servicios a dichas iglesias con el
conocimiento del diocesano” (ACA, C. reg. 291, fol. 200v)
Los citados nobles fueron obligados a
restituir lo que habían tomado de los bienes
de los Templarios, pues iba en detrimento de
la corona y del diocesano de Lleida. Mandó el
rey que todo lo recogido en dicha iglesia o
abadía fuera restituido a los administradores
constituidos en la bailía de Monzón.
Especialmente insistente fue la obligada
restitución que el sobrejuntero y el veguer de
Lleida y Pallars dirigieron al Montcada de
Fraga, interviniendo ambos funcionarios por
la especial ubicación de Fraga a ambas
orillas del río y ribera del Cinca. Órdenes
reales y papales encomendaban al obispo de
Lleida a hacerse cargo de la antigua encomienda y bailia de Ballobar (Vallobar),
administrando dicha iglesia en todo aquello que ejercieron los Templarios. Lo mismo se
obligó a Gombaldo de Entenza con respecto a Alcolea de Cinca.
Por cierto, que, desaparecida la rama de los Montcada de Albalate de Cinca por
muerte de Simón de Montcada su heredero, y unida la rama de los Montcada de Fraga a los
de Aitona, al casar a Margarita de Montcada, hijo de Guillermo con Ot de Montcada de
Aitona, su descendencia fue la creadora de la rama de los Montcada de Valencia.
De nuevo el rey insiste al sobrejuntero
Guillermo de Castellnou para que defendiese
los bienes de los Templarios cedidos al obispo
de Lleida dentro de la encomienda de Monzón.
El dicho sobrejuntero había tomado posesión
de algunos de sus bienes, especialmente en
los lugares de Ontinyena o los de la iglesia de
San Juan de Monzón. Inclusive de otros
lugares que gozaba el rey por donación papal.
Por otro lado, se mandó al sobrejuntero de
Huesca (Osca) y Jaca para que permitiese
ceder dichas iglesias al obispo de Lleida en la
organización de los servicios religiosos. Al
menos hasta nueva orden. Esa nueva orden había de ser la cesión de dichos bienes a favor
de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén.
De forma concreta, el sobrejuntero Castellnou pidió se le exculpara de haberse
entrometido a defender observancias antiguas en la zona del Cinca, en lugares que parece
no eran de su jurisdicción. Por otro lado, uno de los arrendadores de los derechos de los
molinos de acequia de Monzón –a favor de Domingo Silvestre- que estaba obligado a
reedificarla, se le exigió en marzo de 1309, diera agua para los tres molinos
correspondientes a los lugares de Pueyo (Puig), de Alfántega y de Ripol (Ripoll),
exigiéndole que funcionaran tal como funcionaron en tiempos de los Templarios.
La resistencia de los Templarios no solo estaba en su refugio en los castillos más
importantes como el de Belver, Chalamera y Monzón. La resistencia se extendió a los
funcionarios y particulares que gestionaron derechos y bienes por los Caballeros del
Temple. En ese sentido debemos entender la reclamación del administrador de las rentas
del temple, Bertrán de Vallo, cuando en el lugar de Chalamera reclamaba los réditos de la
misma un tal Guillem Grimonis, según acuerdo hecho con Bernardo de Rodera en junio
anterior.
Claudicado previamente el castillo de Miravet, en Cataluña, y los lugares de Villel,
Castellote, Cantavieja y Alfambra, en Aragón, nos parece descubrir que en el Cinca Medio
y el Bajo Cinca se produjo una auténtica convulsión. Los Templarios del Cinca no
admitieron que se les tratase de herejes. Además, la usurpación de sus bienes -que les
iban recortando desde mediados del año anterior- produjo una auténtica hostilidad entre
diversas partes. Las disputas entre los funcionarios reales, las de los arrendatarios de los
bienes de Templarios, las de los nobles más influyentes de la zona y las del diocesano de
Lleida, fueron evidentes. En parte fueron resueltas en los pactos entre el papa y el rey de
Aragón, interviniendo en el proceso la iglesia de Lleida. En ese sentido, la visita del
enviado papal Bertrán, prior de Saint Cassau, diócesis de Béziers, tuvo por finalidad
resolver todas estas hostilidades. Afirmación que defienden Prutz, autor de Entwicklung
und untergang des Templeherrenorden, Berlín, 1888; y el francés Delaville Le Roulx, en su
obra La supresión des Templiers, Paris, 1890.
Joaquín Salleras Clarió
El Sudario de Turín —también conocido como la Síndone, la Sábana
Santa o el Santo Sudario— es una tela de lino que muestra la imagen de un
hombre que presenta marcas y traumas físicos propios de una crucifixión. Se
encuentra ubicado en la capilla real de la Catedral de San Juan Bautista,
en Turín (Italia).
Los orígenes del sudario y su figura son objeto de debate entre
científicos, teólogos, historiadores e investigadores. Algunos sostienen que
el sudario es la tela que se colocó sobre el cuerpo de Jesucristo en el
momento de su entierro, y que el rostro que aparece es el suyo. Otros
afirman que este objeto fue creado en la Edad Media. La Iglesia Católica no
ha manifestado oficialmente su aceptación o rechazo hacia el sudario, pero
en 1958 el papa Pío XII autorizó la imagen en relación con
la devoción católica hacia la Santa Faz de Jesús. En 1988 la santa sede
autorizó la datación por carbono-14 de la sábana, que se realizó en tres
laboratorios diferentes, y los tres laboratorios dataron la tela entre los siglos
XIII y XIV (1260-1390). La Iglesia Católica aceptó la datación realizada, sin
retirar el culto al objeto por representar algo, de la misma manera que se reza
ante una cruz de madera por lo que representa.
La imagen de la sábana se puede apreciar más claramente en negativo,
debidamente contrastado, que en el color sepia original. La imagen en
negativo fue contemplada por primera vez en la noche del 28 de mayo de
1898, en el reverso de la placa fotográfica del fotógrafo amateur Secondo Pia,
que estaba autorizado para fotografiarla mientras se exhibía en la Catedral de
Turín.
ESTUDIOS OFICIALMENTE AUTORIZADOS.
Con el permiso de Humberto de Saboya, dueño de la reliquia en aquella
fecha, fue nombrada una comisión de estudio en 1973. Esta comisión,
básicamente semejante a otra que se había limitado a examinar la tela en 1969, incluía
serólogos forenses, anatomistas, radiólogos, historiadores, físicos, etc. Los resultados de
la investigación fueron cautelosos; aunque no favorables a la autenticidad en algunos
casos, no la excluía de manera concluyente.
En 1978 se llevó a cabo un estudio detallado por un grupo de científicos
estadounidenses llamado Shroud of Turin Research Project ("STURP"), financiado por la
"Holy Shroud Guild", una organización religiosa dedicada a la promoción de la reliquia. No
encontraron pruebas fiables para afirmar que se trataba de una falsificación, y
consideraron que la aparición de la imagen era todo un misterio.
En 1988 se efectuó una prueba de datación por radiocarbono con pequeños
fragmentos del sudario. Los laboratorios de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich,
la Universidad de Oxford y la Universidad de Arizona determinaron que la Sábana Santa
data de la Edad Media, entre 1260 y 1390 (±10 años). con una fiabilidad del 95%. Los
resultados fueron publicados en la revista científica Nature.
Dicha datación se corresponde cronológicamente con la primera aparición histórica
documentada, lo que fortalece una explicación científicamente coherente en la que la
creación de la pieza se habría producido en los años inmediatamente anteriores a esta
primera exhibición pública de 1357.
Entre junio y julio de 2002 un equipo de expertos bajo la dirección de Mechthild
Flury-Lemberg, conservadora del Museo histórico de Berna (Suiza), realizó una tarea de
restauración del lienzo, que se acompañó del escaneo, espectrometrías, microfotografías,
etc., y el lienzo fue guardado en una teca especialmente diseñada en condiciones óptimas
para su conservación, que, al parecer, estaba amenazada desde hacía años. En estos
trabajos se levantó por primera vez el forro posterior que cubría la tela.
Pese a que se pensó que la datación de 1988 podía dejar zanjada la cuestión, ni éste
ni los trabajos subsiguientes han acallado la polémica entre los defensores y los
detractores de la autenticidad del lienzo en el ámbito de lo que ellos llaman “sindonología”
(estudios sobre la síndone, mortaja, la palabra utilizada en el Evangelio de Marcos para
referirse al tipo de tela que José de Arimatea compró para usarla de sábana mortuoria).
<<< LA IMAGEN O MANDILIÓN DE EDESA
Aunque existen relatos de diferentes imágenes milagrosas
de Cristo, tanto de cuerpo entero como solamente el rostro, no se
ha podido conectar con certeza ninguno de ellos con la tela que
actualmente reside en la catedral de Turín.
Se cuenta que la Imagen de Edesa (también llamada
Mandylion) contenía la imagen del rostro de Cristo, y existen
noticias fiables de su existencia desde el siglo VI. Algunos ven una
correlación entre el Sudario de Turín y la Imagen de Edesa.
Ninguna leyenda relativa a la imagen lleva a pensar que contuviera
la imagen de un Jesús malherido, sino que mencionan que la imagen fue transmitida a la
tela por el propio Jesús. Suele describirse como una mera representación del rostro de
Jesús, no del cuerpo entero. Los defensores de la teoría de que la imagen de Edesa y el
sudario son el mismo objeto, liderados por Ian Wilson, creen que siempre estuvo plegado
de manera que sólo mostraba la cara.
Las antiguas Leyendas de Abgaro sitúan el lienzo en la
ciudad de Edesa (650 km al norte de Jerusalén), durante el reinado
del rey Abgaro V (en el siglo I). El antiguo historiador Eusebio (325)
habla de esa leyenda, refiriendo a la “Imagen de Edesa”, y relata
que cuando el lienzo con la imagen fue llevado al rey por el
discípulo Tadeo, el rey fue curado de su lepra. Evagrio (590) se
refiere al lienzo como “acheiropoieta” (no hecho por manos
humanas). Los Actos del Santo Apóstol Tadeo (siglo VI) hablan de
la “tetradiplon” (tela doblada en cuatro). San Juan Damasceno,
durante los debates iconoclastas del siglo VIII, llamó al Sudario
como “himatión” o larga-tela. Los griegos bizantinos continúan
hablando de la acheiropoieta y del “Mandylion” o pequeña toalla.
En 1203, un cruzado llamado Robert de Clari asegura haber visto en la Iglesia de
Santa María de Blanquerna de Constantinopla una tela con la imagen de Jesús: «Donde
estaba el sudario en el que nuestro Señor fue envuelto, y que cada viernes se alzaba bien
alto para que uno pudiera ver en él la figura de nuestro Señor». La cita tiene importancia
porque es el primer testimonio que se conoce de un sudario con imagen. Pero, al mismo
tiempo, también menciona el Mandylion que se encontraba en el palacio de Bucoleón, lo
que hace difícil la identificación de las dos imágenes.
En 1205, tras la cuarta cruzada, Teodoro Angelos (sobrino de uno de los tres
emperadores bizantinos que fueron depuestos) envió la siguiente misiva al papa Inocencio
III, protestando por el ataque a la capital. Sacado del documento, con fecha de 1º de agosto
de 1205:
Los venecianos se repartieron los tesoros de oro, plata y marfil, mientras que los
franceses hicieron lo mismo con las reliquias de los santos y, lo más sagrado de todo, el
lino en el que nuestro Señor Jesucristo fue envuelto tras su muerte y antes de su
resurrección. Sabemos que esos saqueadores han guardado los objetos sagrados en
Venecia, Francia, y otros lugares, estando el sagrado lino en Atenas.
Desde el siglo XIII, la Imagen de Edesa se halla en paradero desconocido, salvo que
se trate del Sudario de Turín. Un estudio de la historiadora italiana Barbara Frale afirma que
el sudario fue custodiado por los Caballeros Templarios desde el saqueo de
Constantinopla hasta la disolución de la orden en 1312. En su libro Los Templarios y la
Síndone de Cristo, Frale relata que en 1287 un joven de buena familia llamado Arnaut
Sabbatier ingresó a la Orden de los Caballeros Templarios y luego de ser admitido fue
invitado a besar tres veces los pies de la imagen del Santo Sudario. La tesis de Frale ha
sido discutida por varios autores que no aceptan la identificación del Sudario de Turín con
la imagen de la que habla Sabbatier.
La historia documentada de la tela ahora guardada en Turín como tal empieza
en 1357, cuando la viuda del caballero francés Geoffroy de Charnay (Preceptor de
Normandía de la Orden del Temple, muerto en la hoguera junto a Jacques de Molay), la
expuso en una iglesia en Lirey (diócesis de Troyes, Francia). Los escudos de armas del
caballero y su viuda pueden verse en el Museo Cluny de París, en un medallón peregrino
que también muestra una imagen del sudario de Turín.
A lo largo del siglo XIV, el sudario fue expuesto públicamente a menudo, aunque no
de forma continua, puesto que el obispo de Troyes (Henri de Poitiers) había prohibido
venerar la imagen. A los treinta y dos años de este pronunciamiento, la imagen volvió a
exponerse, y el rey Carlos VI de Francia ordenó retirarla de la iglesia de Lirey, citando la
impropiedad de la imagen. Los comisionados fueron incapaces de llevar a cabo la orden.
En 1389, el obispo Pierre D’Arcis denunció en una carta al papa de Aviñón que la imagen
era un fraude, indicando que ya había sido denunciada anteriormente por su predecesor
Henri de Poitiers, al que le extrañaba que no fuera mencionada en ningún Evangelio.
Según D’Arcis, «Un examen riguroso descubrió eventualmente cómo la imagen había
sido astutamente pintada, siendo la verdad corroborada por el propio pintor, esto es, que
fue producto de la mano del hombre y no fue forjada ni se formó milagrosamente». En la
carta no se nombra al artista.
La carta de D’Arcis menciona también el esfuerzo del obispo Henri por eliminar la
veneración, pero que la tela fue rápidamente escondida «unos 35 años», lo que concuerda
con los detalles históricos antes mencionados. La carta ofrece una descripción precisa de
la sábana:
«Tras dibujar con audaz maña la imagen a doble cara de un hombre, es decir, vista
frontal y dorsal, declaró falsamente y pretendió que se trataba del sudario en el que
nuestro salvador Jesucristo fue envuelto en el sepulcro, y sobre el que la figura completa
de nuestro salvador ha permanecido por ello impresa junto a las heridas que portaba».
Pese a las declaraciones del obispo D’Arcis, Clemente VII (primer antipapa del Gran
Cisma de Occidente) prescribió indulgencias a los que peregrinaran al sudario, por lo que
la veneración continuó, aunque no se le permitió el título de «Verdadero Sudario».
En 1418, tras casarse con la nieta de Charnay,
Humberto de Villersexel (conde de la Roche, señor de SaintHippolyte-sur-Doubs) trasladó la sábana a su castillo
en Montigny-Montfort (Francia), para protegerlo de las bandas
de malhechores. Posteriormente, fue llevada a SaintHippolyte-sur-Doubs. Tras la muerte de Humberto,
los canónigos de Lirey llevaron a la viuda a los tribunales
para forzarla a retornar la tela, pero el parlamento de Dôle y la
corte de Besançon otorgaron la tela a la viuda, que la
presentó en varias exposiciones, notoriamente en Lieja y
en Ginebra. Debido a las dudas que se suscitaron durante la
exhibición de Lieja, el obispo de esta ciudad, Jean de
Heinsberg, creó una comisión de encuesta que, tras examinar
el lienzo y las bulas en poder de Margarita de Charnay, la
propietaria, dictaminaron que el sudario no era auténtico y la
figura estaba pintada.
La viuda vendió la imagen en 1453 a cambio de un castillo en Varambon (Francia). El
nuevo propietario, Luis de Saboya, la guardó en su capital, Chambéry, en la recién
construida Capilla Santa, que el papa Pablo II erigió a continuación a mayor honra de una
iglesia colegial. En 1464, el duque acordó pagar una tasa anual a los canónigos de Lirey a
cambio de que dejaran de reclamar la propiedad de la tela. A partir de 1471, la sábana se
desplazó por varias ciudades de Europa, residiendo brevemente en Vercelli,
Turín, Ivrea, Susa, Chambéry, Avigliana, Rívoli y Pinerolo. Por esos días, dos sacristanes
de la Capilla Santa describieron que el sudario estaba guardado en un relicario «envuelto
en una cortina de seda roja, y guardada en una caja cubierta de terciopelo carmesí,
decorada con clavos bañados en plata, y cerrada con llave de oro».
En 1506 el papa Julio II, consciente de la veneración pública del Sudario, establece el
4 de mayo "Ineuco Crucis", solemne día de veneración y oficio de la reliquia. A partir de
aquí se inicia la tradición de replicar la Sagrada Tela. De hecho se conocen varias copias
alrededor del mundo.
En 1532, el sudario resultó dañado en un incendio en la capilla donde se guardaba.
Una gota de plata fundida del relicario le dejó una marca dispuesta simétricamente entre
las diversas capas de la tela doblada. Las monjas clarisas trataron de reparar el daño con
parches. El sudario volvió de nuevo a su actual residencia en Turín en 1578.
El estudio científico sobre el lienzo comenzó en 1898 durante la ostensión del
sudario con motivo de la boda de Víctor Manuel III. Un abogado italiano llamado Segundo
Pía pidió permiso para realizar una serie de fotografías a la reliquia, petición que se aprobó
no sin reticencias desde el obispado de Turín. Cuando Pía reveló las fotografías, se dio
cuenta de que los negativos eran en realidad "positivos", lo que convierte a la Sábana en
algo semejante a un negativo fotográfico.
Fue propiedad de la Casa de Saboya hasta 1983, cuando se otorgó a la Santa Sede.
En 1988, la Santa Sede permitió pasar la prueba del Carbono 14 a la reliquia, para lo que se
retiró un trozo pequeño de una esquina del sudario, que fue dividido y enviado a los
laboratorios. Otro incendio, probablemente provocado, amenazó al sudario en 1997, pero
un bombero fue capaz de sacarlo de su mostrador y prevenir desgracias mayores, tras
atravesar con un martillo las capas de cristal que lo protegían. La Santa Sede restauró el
sudario en 2002. Se retiró la cubierta de la sábana y treinta parches. Esto permitió
fotografiar y escanear el reverso de la tela, que estaba oculta a la vista.
La última ostensión o exhibición pública del sudario fue durante el Gran Jubileo del año
2000. Y el papa Benedicto XVI autorizó una exposición para el año 2010, habiéndose
realizado entre el 10 de abril y el 23 de mayo 2010.
Se han sugerido diferentes explicaciones a la creación de la imagen, tanto naturales
como sobrenaturales.
FORMACIÓN MILAGROSA.
Varios creyentes consideran la imagen como un efecto secundario de la resurrección
de Jesús, sugiriendo efectos seminaturales que pudieron haber sido parte del proceso.
Afirman que puesto que la lógica obliga a descartar todas las hipótesis, hay que pensar en
un hecho sobrenatural único para una imagen única: la Resurrección de Jesús. Ya que no
hay explicación científica al hecho de que la imagen sea tan detallada y la intensidad
guarde relación con la distancia, y que sólo afecte a las fibrillas superficiales
individualmente. A todo esto hay que añadir la existencia de todo el conjunto de datos que
aporta la sábana que obligan a pensar que el hombre de la sábana es Jesús: antigüedad,
tipo de heridas, etc. Estas teorías son inverificables y pueden darse como explicación a
cualquier anomalía que vaya contra la autenticidad del sudario, así que desde un punto de
vista científico no son una explicación válida. El destacado sindonólogo Raymond Rogers,
pensaba que este tipo de razonamiento era una falacia non sequitur, puesto que del hecho
de que la ciencia ignore algo no se infiere necesariamente el milagro. Se ha sugerido que el
sudario colapsó a través del cuerpo glorificado de Jesús o de su deslocalización y que la
imagen se pudiera haber formado por contacto directo al caer la sábana, dando así una
imagen de detalle, y que por ser distinta la duración de este contacto en función de la
distancia, habría una intensidad variable. Quienes apoyan esta teoría señalan ciertas
impresiones de dientes y huesos al estilo de los rayos x. Otros sugieren que
la radiación provocada por el evento milagroso pudo haber grabado a fuego la imagen en la
tela.
AUTOOXIDACIÓN
Christopher Knight y Robert Lomas (1997) sostienen que la imagen de la sábana es
la de Jacques de Molay, último Gran Maestro de la Orden de Caballeros Templarios,
arrestado por herejía en el Templo de París por el rey Felipe IV de Francia el 13 de
octubre de 1307. De Molay fue torturado bajo los auspicios de William Imbert (inquisidor en
jefe de Francia). Sus brazos y piernas fueron claveteados, posiblemente a una gran puerta
de madera. Tras la tortura, según Knight y Lomas, De Molay fue postrado en una cama
blanda, sobre un trozo de tela; se pasó lo que sobraba de la tela sobre su cabeza para
cubrir su cuerpo y se le abandonó unas 30 horas, en estado de coma. El que usaran un
sudario se explica porque el Templo de París guardaba sudarios para usos ceremoniales.
De Molay sobrevivió a la tortura, pero fue llevado a la hoguera el 18 de
marzo de 1314 junto a Geoffroy de Charnay, Preceptor Templario de Normandía. Jean de
Charnay, su nieto, murió en la batalla de Poitiers. Tras su muerte, su viuda, Jeanne de
Vergy, se halló en posesión del sudario y lo tuvo expuesto en una iglesia de Lirey. Knight y
Lomas basan sus hallazgos en parte en las pruebas del carbono 14 de 1988 y en la
investigación de Mills en 1995 acerca de una reacción química llamada auto oxidación, y
argumentan que su teoría concuerda con los datos conocidos sobre la creación de la tela y
de los resultados de la datación por radiocarbono.
A veces se cita el Evangelio de Juan como prueba de que la sábana es falsa, dado
que en algunas traducciones se habla de «fajas», «lienzos», o «vendas» que cubren el
cuerpo.
«Tras él llegó Simón Pedro, que entró al sepulcro, y encontró en el suelo las
vendas de lino (othonia); y el sudario (sudarium) que había estado sobre su
cabeza, no yacía junto a las vendas, sino que estaba recogido en un lugar
aparte» (Juan20:6-7).
El Evangelio de Juan dice también: «Llegó Nicodemo [...] y trajo una mezcla
de mirra y áloe, como unas cien libras. Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron
en lienzos y aromas, según la costumbre judía de sepultar» (Juan 19:39-40). No se han
encontrado rastros de especias en el sudario.
EL SUDARIO EN LA IGLESIA CATÓLICA
La Iglesia Católica, propietaria del sudario, no ha
afirmado públicamente que se trate de la sábana mortuoria
de Cristo, ni de que no se trate de un fraude. En 1998, el
papa Juan Pablo II declaró:
Dado que no es una cuestión de fe, la Iglesia no tiene
competencia específica para pronunciarse sobre esas
cuestiones. Ella confía a los científicos la tarea de continuar
investigando, de manera que se puedan encontrar
respuestas satisfactorias a las preguntas relacionadas con
esta sábana, la cual, según la tradición, envolvió el cuerpo
de nuestro Redentor después de haber sido bajado de la
cruz. La Iglesia insta a que la Sábana Santa se estudie sin
posiciones preestablecidas que den por descontado
resultados que no son tales; ella los invita a actuar con libertad interior y respeto atento,
tanto para la metodología científica como para la sensibilidad de los creyentes. Juan Pablo
II mostró estar profundamente motivado por la imagen del sudario, organizando
exhibiciones públicas en 1998 y 2000.
Como la imagen en sí es motivo de oración y
meditación para muchos creyentes, es improbable que ni
siquiera una prueba rotunda de que la imagen no procede
del siglo I pudiera acabar con su devoción. La sábana se
convertiría entonces en un símbolo de la crucifixión. El papa
Juan Pablo II la llamó «el símbolo del sufrimiento de los
inocentes de todos los tiempos».
La Casa de Saboya otorgó el Sudario a la Iglesia
Católica en 1983. Algunos han comentado que, de
demostrarse finalmente la igualdad entre el Sudario y la
Imagen de Edesa, la Iglesia no tendría ninguna autoridad
moral para retenerlo, y se vería obligada a devolvérselo
al Patriarca Ecuménico, o alguna otra corporación Ortodoxa
oriental, ya que, en ese caso, sería el mismo que fue robado
a los Ortodoxos en algún momento de las Cruzadas. Algunos
ortodoxos rusos opinan que con la caída de Constantinopla,
el título de Emperador pasó a Moscú, Rusia, lo que les otorgaría derechos preeminentes
sobre el sudario.
Por F.L.P.
S. VICTOR I (189-199) Era africano. Su
pontificado coincidió con un período tranquilo y
favorable para el Cristianismo, gracias a la
influencia ya la protección de dos mujeres:
Marcia y Julia Domna, respectivas esposas de
Cómodo y de Septimio Severo. De esta forma
pudo dirigir su labor a la solución de algunos
problemas importantes.
Para oponerse al gnosticismo ya otras
formas herejes que iban asentándose, convocó
un concilio en el año 198. El concilio fue una
buena ocasión para dirimir y resolver cuestiones
de carácter religioso y disciplinario.
Víctor era proclive a no aconsejar, sino a imponer a las otras Iglesias el juicio de
Roma, produciendo a veces el resentimiento de algunos obispos que no tenían tendencia a
aceptar tales imposiciones. Fue el caso de Policrates, obispo de Éfeso, que se ofendió por
esta injerencia. El tema era de nuevo la Pascua. Víctor reiteró las decisiones de Sotero y
Eleuterio, tanto por lo que concernía la fecha, que tenía que ser un domingo, como la
presencia de algunas costumbres procedentes del judaísmo, y aún perpetuadas en algunas
comunidades cristianas. Por ejemplo comer el cordero pascua.
Para suprimir estas costumbres, y para unificar los ritos en todas las Iglesias, Víctor
encomendó a Policrates que convocara la reunión de un concilio. La conclusión conciliar
fue que se declaró lícito para todos respetar sus propios ritos y costumbres. Policrates se
justificó ante el papa con una carta, en la que entre otras
cosas afirmaba: "...hay que obedecer más a Dios que a los
hombres". Con el tiempo todas las Iglesias se uniformaron.
Con la memoria de los santos mártires Nazario y Celso
la Iglesia celebra junta la de San Victor I, Papa. Fue africano,
hijo de un tal Félix, y por su virtud y talentos fue elevado a la
silla de San Pedro por muerte de San Eleuterio, hacia el año
189. Pedían un Papa de santidad y talentos las herejías que
despedazaban a la Santa Iglesia, contra las cuales Victor
fulminó anatemas con tanto vigor, que se conoció haberle
formado el clero para exterminar aquellos monstruos.
Teodoro de Bizancio, curtidor de profesión, no
pudiendo sufrir las reprensiones de los cristianos por haber
apostatado en la última persecución, enseñaba que
Jesucristo no había sido más que un puro hombre,
pareciéndole que de esta manera justificaba a su apostasía. La impiedad no podía ser más
abominable, ni más despreciable al maestro que la enseñaba; con todo eso corrompió a
muchos y tuvo no pocos sectarios, teniendo atrevimiento el de heresiarca para venir a
Roma, y dogmatizar en el centro de la verdadera Religión. Anatematizóle San Victor, y le
persiguió tan vivamente, que después no se oyó hablar más de él.
No contempló más a los Montanistas, aunque ya por
aquel tiempo Tertuliano se había declarado de su partido. Bien
persuadido el Santo Papa de que los herejes nunca se hacen
más insolentes, ni más fieros, que cuando se contemporiza
con ellos con el fin de reducirlos, les declaró constantemente
la guerra, condenando sus errores. Por entonces inventó
también Práxeas la herejía de los Patripasianos, precursores
del Sabelianismo, que negaban en Dios la distinción de
Personas. Apenas se descubrió esta cizaña en el campo del
Señor, cuando la arrancó la vigilia y el infatigable celo del
Santo Pontífice. Reconoció Práxeas, detestó su error, que
consistía en atribuir al Padre lo que sólo pertenecía al Hijo, y
entregó su retractación, con cuya ocasión convocó Victor un
Concilio en Roma.
La mayor parte de los obispos de Asia, por costumbre
tolerada hasta entonces, celebraban la Pascua el día 14 de la
luna de marzo, conformándose en esto con el rito de los judíos; lo restante de la
cristiandad lo celebraba el domingo después del día 14 de aquella luna, por haber
resucitado el Salvador en semejante día. Temiendo San Victor que la diferencia de ritos
podía ocasionar división entre los fieles, y parar con el tiempo en algún cisma, para ocurrir
a este mal ordenó que todas las Iglesias del mundo se conformasen en este particular con
la Iglesia romana, y que en ninguna parte se celebrase la Pascua el día 14 del equinoccio
vernal, sino el domingo siguiente; y aunque se opusieron a esto Policrates, obispo de
Efeso, y algunos otros obispos de Oriente, la la Constitución del Papa fue recibida de toda
la Iglesia, y ciento veintinueve años después la renovó el Concilio de Nicea.
Otras muchas constituciones publicó San Victor para bien de la Iglesia Universal, y
entre otras declaró, que en caso de necesidad se podía bautizar a cualquiera con agua
natural; esto es, que no era necesario que estuviera bendita con las ceremonias que usa la
Iglesia cuando bendice las pilas del bautismo. En fin, después de haber gobernado este
Papa el rebaño del Jesucristo por espacio de diez años, recibió en premio por sus trabajos
la corona del martirio el día 28 de julio del año 199.
Por F.L.P.
Ya estamos de nuevo con vosotros en esta sección, que algunos apreciamos
considerablemente. No puede ni debe haber un hogar sin libros.
Hoy os vamos a presentar cuatro obras de cuatro de nuestros más queridos
escritores y amigos, estoy hablando del reconocido historiador D. Antonio Galera Gracia, el
escritor e investigador incansable D. Jesús Ávila Granados, nuestro apreciado articulista
ye historiador de Fraga D. Joaquim Salleras Clarió y por último el escritor D. Alexis Brito
Delgado.
Jesús Ávila Granados nos trae su último trabajo “La
sombra del Cardenal”, un libro ameno y de lectura muy
interesante que dejará satisfecho al lector.
Con un hábil estilo, Jesús Ávila Granados sorprende
con una novela histórica que sumergirá al lector en una
época fascinante. “La sombra del Cardenal” es una obra
apasionante que descubre una de las etapas más convulsas
y emocionantes del principado de Trento.
A mediados del siglo XVI, tras la celebración del
Concilio de Trento, la cristiandad mantuvo un fuerte pulso
con las corrientes reformadoras. En medio de este caos
religioso, el cardenal Cristoforo Madruzzo, máxima autoridad
espiritual y terrenal en el principado de Trento, que había
luchado contra los excesos y el nepotismo de algunos
pontífices y otras altas jerarquías de la Iglesia de su tiempo,
recibe un extraño presente mientras se encuentra en el Magno Palazzo: la cabeza cortada
de uno de los jefes militares del principado tridentino.
Madruzzo envía al capitán Domenico Tonelli a esclarecer las causas de este
asesinato y, paralelamente, manda también a Bruno y Angiolo, un restaurador de obras de
arte y un jardinero vinculados profesionalmente con el principado, a realizar un viaje que
les llevará a sus pueblos de origen, que no visitan desde hace años. Los acontecimientos
que ocurrirán a lo largo de este apasionante periplo, donde no faltan ingredientes como
intriga, traiciones, amor, rebeliones, sexo y esoterismo, cambiarán por completo las vidas
de sus protagonistas.
-----------------------Alexis Brito nos acerca una más de sus obras de aventuras
con las que logra sorprendernos siempre. Con “soldado de
fortuna”, quien tenga el placer de leerlo gozará de la lectura de
principio a fin.
Este libro nos transporta a una Europa invadida por los
implacables ejércitos napoleónicos, Konrad Stark es un soldado
de fortuna que intenta sobrevivir entre el tronar de los cañonazos
y el avance de los húsares. Batallas en alta mar, líos de faldas,
sangrientos combates, borracheras, damas misteriosas y noches
de juerga, son unas de tantas aventuras por las que pasará
nuestro héroe.
El siguiente libro es el resultado de mucho tiempo
de trabajo llevado a cabo por José Mª Pascual Panadés y
Joaquim Salleras Clarió historiador de la ciudad de Fraga
en Huesca y al que los lectores de esta revista
reconocerán por su espacio en ella “El Rincón de
Joaquim Salleras”.
“Historia de Saidi – Época Medieval” es un libro de
historia exhaustivo, indispensable para aquellos lectores
interesados en la historia de la Comarca del Cinca en
Aragón. Un libro indispensable en toda biblioteca que se
precie.
---------------------------La novela histórica que en esta ocasión Antonio
Galera Gracia nos muestra una etapa de la vida del futuro
Jaime I desconocida para la gran mayoría. Una novela que
no les dejará indiferentes y que nos ayudará a conocer de
una manera entretenida, pero rigurosamente cierta, de esa parte de la vida del niño que
llegaría a ser un gran rey.
A la figura del rey Jaime I, distinguido posteriormente
con el apodo de El Conquistador, se le ha privado, en todas
las biografías que de él se han publicado, de la parte más
importante de la existencia del ser humano: la infancia. Ese
periodo de tiempo que comprende desde el mismo momento
en que nacemos hasta que cumplimos los seis años de
edad. Edad que nuestro futuro Rey y señor había cumplido
ya cuando en las Cortes de Lérida fue designado como
sucesor del reino de Aragón, tan sólo un año después de la
muerte del rey Pedro II, el que llegase a ser conocido
como El Católico por su supuesta adhesión, fidelidad y
obediencia a la Iglesia.
En esta novela histórica se da a conocer, sola y
exclusivamente, la infancia de un monarca que con su valor
sin segundo, de varios mundos hizo un mundo y lo sujetó a
sus pies.
La redacción
El azafrán es una especia derivada de los
estigmas secos de la flor de Crocus sativus, una
especie del género Crocus dentro la familia Iridaceae.
El azafrán se caracteriza por su sabor amargo
y su aroma; éstos provienen de sus componentes
químicos picrocrocin y safranal. También contiene
un tinte de tipo carotrnidr llamado crocin, que da a la
comida un color amarillo dorado. Esto hace del
azafrán un componente apreciado en muchos platos
en todo el mundo. En España se utiliza como
componente indispensable de la paellas, también se
utiliza en la confección de arroces, carnes y
mariscos. El azafrán tiene también aplicaciones
en medicina. El azafrán alcanza precios elevados
porque
su cultivo, recolección y manipulación son
muy delicados. Por su alto valor económico se ha
denominado oro rojo, habiendo sido objeto de
muchísimas
adulteraciones
y
falsificaciones
aprovechando su nombre y su valor.
El azafrán está constituido por los estigmas que pueden estar unidos o no
al estilo de la flor del Crocus sativus.
Es una especia cuyo mercado mundial, tanto en producción como exportación ha
estado siempre encabezado por Irán, seguido por otros países como España, Marruecos,
India y Grecia.
Se necesitan 250.000 flores de azafrán para lograr un kilogramo de azafrán puro. En
2010 el precio del azafrán es España rondaba los 3000 euros el kilo.
ETIMOLOGÍA. Aún siendo desconocido el origen de la palabra "azafrán" es muy
similar su denominación en distintas lenguas habiendo sobrevivido sin casi alteración, en
árabe (za-frân), inglés (saffron), francés (safran), italiano (zafferano). Un posible origen es el
de la palabra del francés antiguo safran, que deriva del latín safranum. y que proviene de la
palabra árabe asfar que significa amarillo y es parónimo de záfaran. Según otras fuentes,
que se apoyan en la presencia del cultivo del azafrán en la meseta iraní, safranum. viene
del persa Zarparan, zar que significa "oro" y par que significa "pluma" o "estigmas".
ORÍGENES. Existen referencias del azafrán que datan del año 2300 a. C. A partir de
esta fecha son variadas y diversas las referencias sobre su uso en ritos y ceremonias
religiosas, en medicina, en la gastronomía, etc.
Según las investigaciones de los egiptólogos, ya se usaba mucho en el antiguo
Egipto. En los Cantos de Salomón se mencionaba ya el nombre de Karkom, cómo uno de
los productos más alabados del reino vegetal. Con esta palabra, procedente tal vez de la
India, está relacionado el nombre griego Krokos y el latino Crocum (Crocus de los poetas).
En la literatura griega y romana se cita
con frecuencia, y lo que del azafrán en tales
obras se dice demuestra el importante papel
que el color y el olor del azafrán tuvieron en
la vida refinada de la antigüedad clásica. Se
ha usado frecuentemente como tinte. Se
teñían de azafrán los vestidos de fiesta y se
esparcía azafrán por el suelo de las salas en
que se celebraban festines y se rellenaban de
azafrán los cojines.
Una definitiva identificación del
azafrán data de 1.700- 1.600 a. C. en una
pintura en el palacio de Minos en Knossos
en Creta. Otro fresco data de 1.500 a. C. y
presenta a una joven cosechando azafrán
ceremoniosamente, ha sido descubierto
recientemente en Akrotiri en la isla de There.
El azafrán es recolectado, picando la flor
entera en Minos mientras que las jóvenes de Terán pican solo los estigmas directamente.
Más tarde el azafrán es mencionado en la Biblia, en la Ilíada y en el siglo V a. C. en
el registro Kashonini. En el siglo IV aC la principal área de cultivo era en Corycos en Cilicia,
en las costas mediterráneas de Turquía y en Inglaterra.
En Egipto sobre el 1.000 aC el azafrán pudo ser usado en embalsamamientos ó más
tarde ocasionalmente para colorante de mortajas en donde las momias eran cubiertas,
amarillo las hembras y rojo los machos. El azafrán era un importante colorante en la Grecia
antigua y en Roma era usado para colorear la ropa de matrimonio. En otro tiempo fue
usado como tintes para el pelo por los romanos.
Los griegos lo consideraban como un perfume sensual. Fue esparcido en los
vestíbulos, patios, y teatros griegos y en baños romanos; las calles de Roma fueron
rociadas con un azafrán cuando Nerón entró en la ciudad.
El azafrán tuvo extraordinaria importancia en el concepto comercial.
Comercialmente sigue siendo un artículo importante (especialmente en España). En la
Edad Media era la única especia que se cultivaba en Cataluña (tanto en la parte que
actualmente está en España como en el Riberal del Rosellón, actualmente en Francia)
y Comunidad Valenciana.
El azafrán catalán de la Horta de Sant Joan era reconocido por su alta calidad
nacional e internacionalmente y uno de los centros de venta más importantes del
mediterráneo tanto en la baja edad media como en la edad moderna. Otro foco comercial
era Venecia, cuyos compradores principales eran los alemanes. Empleados especiales que
formaban parte del Ufficio dello Zafferano e iban armados, se encargaban de la inspección
de los comerciantes de azafrán y de evitar que este fuese falsificado. La importancia del
comercio del azafrán en Alemania se deduce ya del hecho de que en 1448 se registró
en Verona una partida de azafrán destinada a Alemania que fue evaluada en 10.000
ducados.
En Inglaterra el azafrán se negociaba en Octubre. La tentación comercial parece
tener superados los escrúpulos de algunos comerciantes y era conocida la adulteración,
no se sabe si por la fibra de carne de caballo, con trozos de piel de cebolla o tiza coloreada;
las penas con culpabilidad eran severas.
SU CULTIVO Y COMERCIALIZACIÓN. El cultivo del azafrán parece haberse
extendido del Oriente al Occidente., Teofasto considera excelente el azafrán de Cirene y
superior al de Grecia. Virgilio canta al azafrán de los montes de Tmolus de Lidia,
Varron, Dioscórides. Columella y Plinio citan otras comarcas, especialmente de Asia
Menor, que proporcionaba el mejor azafrán.
A mediados del siglo X se cultiva esta planta en España, en donde probablemente
fue introducida por los árabes. El consumo del azafrán fue continuamente aumentando en
la Edad Media extendiéndose a través de la Europa cristiana hasta Inglaterra.
Antiguamente el comercio del azafrán corría a cargo de los mercaderes de las
ciudades medievales. Los cuales realizaban estas transacciones en las ferias anuales de
las comarcas azafraneras y en los mercados urbanos. y tiendas de especiería más o menos
próximas a aquellos. Las tiendas solían estar agrupadas en los antiguos barrios gremiales
de la población.
Hoy el azafrán se cultiva en todo el Oriente (especialmente es países como Irán e
India), en Marruecos, en los países de la Europa del Sur como Grecia, en Suiza, en el Tirol,
en la baja Austria, en Inglaterra y Pensilvania. En Francia se vuelve a cultivar en el Loiret,
siendo Pithiviers un gran centro del comercio de azafrán.3
España es actualmente el segundo país productor de azafrán del mundo, y dispone
de una denominación de origen protegida para el que se produce en Castilla. Además de en
Castilla, se sigue produciendo en Cataluña y en Aragón, donde ya se había cultivado en las
edades media y moderna. El azafrán catalán ya tenía por entonces gran prestigio
internacional y era la especia más consumida en la cocina tradicional de la época. En 2010
España produjo en unos 1.500 kilos pero, según el Ministerio de industria se exportó bajo
marca española casi 190.000 kilos. La explicación es fácil, la ley permite no indicar la
procedencia siempre que el envasado se haga en el país de origen, así se importa por
empresas españolas e iraníes azafrán a la mitad de precio que es tratado y envasado en
España.
EN LA COCINA. En España el principal uso del azafrán es el gastronómico. Se
utiliza en pequeñas cantidades, aproximadamente un pistilo por ración, como
condimento y colorante en guisos, maceraciones (por ejemplo, para los pinchos morunos),
arroces, etc.
En la cocina medieval de la Corona de Aragón, en
parte por ser la única especia no importada (junto con las
hierbas silvestres como el tomillo, el romero, etc.), era la
más frecuente en todos los recetarios, como el Llibre de
Sent Soví o el Llibre del Coch. También era una de las más
frecuentes, aunque no la que más, en otras cocinas, como la
francesa, en las que actualmente ya no es una especia de
uso diario. En España, en cambio, y concretamente en
Cataluña, Comunidad
Valenciana e Islas Baleares,
las
especias medievales que han desaparecido son otras, por ejemplo el jengibre, mientras
que el azafrán sigue siendo una de las más presentes. El azafrán se utiliza todavía como
condimento habitual en las picadas y para dar aroma y sabor tanto a preparaciones saladas
como en dulces.
Por Frey Jesús (Hermano Herbolario)
La Mesa del Rey Salom n
La Mesa de Salomón (rey de Israel, 978-931 a. C.) –
conocida también con los nombres de Tabla o Espejo
de Salomón–, es una leyenda que cuenta cómo el rey Salomón
escribió todo el conocimiento del Universo, la fórmula de la
creación y el nombre verdadero de Dios: el Shem Shemaforash,
que no puede escribirse jamás y sólo debe pronunciarse para
provocar el acto de crear. Según la tradición cabalística,
"Salomón lo confía a una forma jeroglífica de alfabeto sagrado
que, aunque evita la escritura del Nombre de Dios, contiene las
pistas necesarias para su deducción. Este jeroglífico tiene como
soporte material un objeto: la llamada Mesa de Salomón".
(Eslava Galán).
Según esta leyenda, la trascendencia de la tabla está en
que dará a su propietario el conocimiento absoluto (ya que el
pronunciar el nombre de Dios significa abarcar a toda su
creación), pero el día que sea encontrada el fin del mundo estará próximo.
Hay tantas descripciones de la Mesa como cronistas del mito:
Según el Ajbar Machmua, una crónica bereber del siglo XI, es una mesa «cuyos
bordes y pies, en número de 365, eran de esmeralda verde».
Al-Macin asegura que estaba «compuesta por una mezcla de oro y de plata con tres
cenefas de perlas».
Según las órdenes de Yavhé, debería estar hecha de madera de acacia y cubierta
de oro puro, sin plata ni perlas, aunque en la descripción que hizo Salomón solo menciona
que era de oro.
Existe la teoría de que la Mesa de Salomón descrita por
los musulmanes españoles era la Tabula Smaragdina, atribuida
a Hermes Trismegisto:”Esta Mesa de Esmeraldas se ha dicho
que era la Tabla-Mesa de Salomón. Su nombre recuerda la Tabla
Esmeraldina del hermetismo alquimista, que da título a uno de
los textos herméticos atribuido a Hermes y grabado en una tabla
de esmeralda de una sola pieza”. (Ángel Almazán).
HISTORIA
Salvada por los sacerdotes cuando el saqueo y
destrucción de tiempos de Nabucodonosor II, estaba depositada
en el Templo de Jerusalén, y fue trasladada a Roma cuando
Tito a su vez lo destruyó en el año 70, y guardada en el templo
de Júpiter Capitolino primero, y más tarde en los palacios
imperiales.
Todo lo que las naciones más venturosas
habían podido acumular de precioso, de más
maravilloso y de más caro con el paso de los siglos,
quedaba reunido aquel día para dar a conocer al
mundo hasta qué punto se elevaba la grandeza del
Imperio. Entre la gran cantidad de botines, los que
destacaban con dorado brillo eran los que habían
sido capturados en el templo de Jerusalén, la mesa
de oro que pesaba varios talentos y el candelabro
de oro... (Flavio Josefo, Guerra de los judíos, VII,
XVIII)
Cuando los godos saquearon Roma en el año 410, fue llevada a Carcasona, como
parte del «Tesoro Antiguo», y luego a Rávena para salvarla de los ataques francos. En 526
la reclamó el rey Amalarico, y Teodorico, rey de los ostrogodos, se la devuelve. Esta
historia contada por Procopio de Cesarea4es la última noticia cierta que se tiene durante
años: ni los francos ni los árabes lo mencionan entre el botín conseguido en sus sucesivas
invasiones de la región.
Alarico II tuvo que abandonar Tolosa, la capital de los visigodos, en el año 507
perseguido por los francos, y se refugió en España. Se supone que tras el asesinato del rey
en Barcelona la Mesa fue trasladada con el resto del tesoro, que se instaló
en Toledo (nueva capital). Sin embargo, no se ha podido probar con certeza, la única cita
es de Aben Adhari:
Trasladaron tesoros y botines innumerables, entre los cuales se encontraban
misteriosos amuletos mágicos, de cuya conservación y custodia dependía la suerte del
Imperio fundado por Ataúlfo...
CRONOLOGÍA
Circa 950 a. C.: Salomón la construye y la deposita en el Templo de Jerusalén.
587 a. C.: Nabucodonosor II toma Jerusalén y traslada los tesoros del Templo
a Babilonia.
Circa 540 a. C.: Ciro permite el regreso a Jerusalén.
70: Tito toma Jerusalén y la traslada a Roma con el resto del botín.
410: Alarico I saquea Roma y se apodera del botín de Tito, trasladándolo
a Carcasona.
507: Tras la derrota a manos de los francos, Teodorico lleva el tesoro a Rávena.
526: Amalarico reclama el tesoro a Teodorico y lo traslada a Barcelona y
posteriormente a Toledo.
CRÓNICAS DE AL-ÁNDALUS
La leyenda musulmana más extendida defiende que la mayor parte del tesoro real
que acompañaba a Alarico en su huida de las Galias fue guardado durante siglos en la
"Cueva de Hércules" de Toledo. Cuando Táriq derrota a Rodrigo en la batalla de Guadalete
(año 711) y avanza por el reino sin encontrar resistencia, la Mesa de Salomón se lleva
a Medinaceli para salvarla, de ahí que fuese llamada Medina Talmeida ("Ciudad de la Mesa")
y Medina al Shelim ("Ciudad de Salomón").
El Obispo don Rodrigo Ximénez de Rada, basándose en textos de al-Razi y de Ibn al
Qutiyya, cuenta cómo Táriq atravesó unos montes llamados Gebelculema (Yabal-Sulayma,
es decir, "Montaña de Salomón": Zulema) y llegó a Complutum (Alcalá), donde halló
escondida la mesa, que según esta historia tenía 365 patas de oro con miles
de esmeraldas engastadas.
En la crónica bereber Ajbar Machmua se
relata que Muza, envidioso del éxito obtenido por
su lugarteniente Táriq en Guadalete frente al rey
visigodo, desembarcó en la península para
enfrentarse con él por la posesión de una mesa
que habría sido de Salomón y que estaba entre el
tesoro real godo en Toledo. Ambos fueron
a Damasco para que el Califa Suleimán I se
pronunciara, y ninguno volvió a la península.
Más tarde, la Mesa vuelve a ser
mencionada por dos cronistas árabes: En el año 93 de la Héjira, Táriq conquistó Al-Ándalus
y el reino de Toledo y le llevó a Walidi, hijo de Abd el-Malek, la mesa de Salomón, hijo de
David, compuesta por una mezcla de oro y de plata con tres cenefas de perlas. (Al-Macin)
Y Al-Makkara le responde en su Historia de las dinastías mahometanas:
La famosa mesa que Tárik encontró, no perteneció jamás a este profeta... que su
origen es que en tiempos de los reyes cristianos había la costumbre de que cuando moría
un señor rico dejase una manda a las iglesias, y con estos bienes hacían grandes
utensilios de mesas y tronos, y otras cosas semejantes de oro y plata, en que sus
sacerdotes y clérigos llevaban los libros de los Evangelios, cuando se enseñaban en sus
ceremonias, y que las colocaban en los altares en los días de fiesta, para darles mayor
esplendor con este aparato (o adorno). Esta mesa estaba en Toledo por tal motivo, y los
reyes se esforzaban por enriquecerla a porfía, añadiendo cada uno alguna cosa a lo que su
predecesor había hecho, hasta que llegó a exceder a todas las demás alhajas de este
género, y llegó a ser muy famosa. Estaba hecha de oro puro, incrustado de perlas, rubíes y
esmeraldas, de tal suerte que no se había visto otra semejante. (Al-Makkara)
LA CUEVA DE HÉRCULES
Según la leyenda, Hércules edificó un palacio encantado cerca de Toledo, construido
con jade y mármol, y ocultó en su interior las desgracias que amenazaban a España. Puso
un candado en la puerta y ordenó que cada nuevo rey añadiera uno, ya que las amenazas
se cumplirían el día en que uno de ellos fuera curioso y entrara. Don Rodrigo fue ese rey, y
del palacio sólo queda la cueva que se supone oculta maravillosos tesoros. Según la
leyenda, el rey visigodo abrió o rompió cada candado, llegó a una primera sala, que parecía
un lugar de oración, avanzó y llegó a una segunda, supuestamente de ceremonias, llegó a
una tercera que tenía un cofre, el rey lo hizo abrir: había un lienzo con dibujos de guerreros
a caballo y espadas curvas, con una inscripción que dice "cuando ojos humanos vean este
lienzo, estas criaturas dominarán la tierra santa" (supuestamente estos corresponderían a
los musulmanes que invadieron el reino al año siguiente). Don Rodrigo no pasó a la cuarta
sala, aunque se dice que vio el espejo o mesa de Salomón, porque había dos guardias de
metal de varios metros de alto armados con mazos que se movían a la más mínima
presencia que entrara en la sala.
En los últimos años, buscadores de tesoros investigan por las cuevas y
subterráneos de Toledo, relanzando la teoría de la tabla frente a la de la mesa de las
crónicas musulmanas, dando por hecho que el verdadero tesoro de los reyes visigodos
nunca fue encontrado ni abandonó la capital.
LA LEYENDA EN TOLEDO
El investigador José Ignacio Carmona Sánchez, en su estudio histórico Toledo y la
Mesa de Salomón; entre Escila y Caribdis, señala cómo existe total unanimidad por parte
de historiadores con respecto a la Mesa en lo siguiente:
De existir una Mesa llamada de Salomón,
no fue ninguna de las halladas tras la invasión
árabe, como se desprende de las fuentes más
autorizadas; prueba de ello es que en los siglos
posteriores muchas personas principales
como Felipe II, proseguían con su búsqueda.
Hasta el último momento, el clan godo
que apoyaba la invasión no temió por las
reliquias, pues lejos de ver a los árabes como
una amenaza, esperaban ser restituidos en el
trono.
Los visigodos ocultaron no pocos de sus tesoros y secretos en sarcófagos y cuevas
de construcciones visigodas, lo que coincide al ciento por ciento con los descubrimientos.
El clan visigodo perdedor, al verse sorprendido por el rápido avance de los
musulmanes, improvisó vías de salida, llevando consigo los objetos de importancia, tal
como se relata con respecto al famoso arca de las reliquias, que acabó en una cueva a las
afueras de Oviedo. La ocultación en las proximidades de la capital apunta a un exceso de
confianza y bien pudo ser llevado a cabo por cualquiera de los clanes; por el clan vencedor
porque no se fiaría de los árabes hasta no ser restituido; por el clan derrotado porque pudo
confiar en la transitoriedad que suponían las constantes alternancias y luchas de poder en
el mundo visigodo.
Las vías naturales de salida de Toledo irían en la dirección de los montes de Toledo,
donde existían antiguas vías romanas que facilitaban la huida, tal como se confirma con la
trayectoria y localización del Tesoro de Guarrazar.
En la misma trayectoria de la localidad donde apareció el Tesoro de Guarrazar
(Guadamur), y apenas a unos kilómetros equidistantes, se encuentra, no por casualidad,
una de las iglesias más antiguas y desconocidas de España. Esta iglesia cuenta con todos
los elementos razonables de probabilidad: un arcosolio, una intrincada red de galerías
subterráneas, una posterior vinculación a la Orden del Temple y leyendas y tradiciones que
la relacionan con los tesoros Templarios.
Louis Charpentier pone el ejemplo de Dormelle (Seine-et-Marne), un subterráneo muy
amplio con bóveda de ladrillo y forma de cuna que se comunicaba, tomando la dirección de
Paley, con una Encomienda Templaria hermana. En el Castillo de Montalbán sus
subterráneos son funcionalmente anacrónicos y guardan una semejanza casi absoluta con
la descripción de Charpentier.
Alguno de estos objetos podría estar ubicado en el entorno del Castillo de
Montalbán y la Iglesia de Santa María de Melque, en Toledo:
"La Iglesia de Santa María de Melque era un lugar idóneo para ocultar cualquier
tesoro, debido a la existencia en sus aledaños de una intrincada red de galerías que se
proyecta hasta el cercano Castillo de Montalbán. La trama del Grial tiene su punto de
inflexión en Toledo, a través de Flegetanis, no por casualidad "del linaje de Salomón". Solo
en Toledo podrían hallarse los hombres puros, es decir, los del "saco de Benjamín", la más
pura aristocracia judía, los atávicos custodios de los objetos sacrosantos del pueblo judío.
El Castillo de Montalbán (¿Montsalvat?) encuentra su protagonismo independiente
de si en sus entrañas, comunicadas con la Iglesia de Santa María de Melque, exista una
piedra llamada Grial o Mesa de Salomón.". (Toledo y la Mesa de Salomón; entre Escila y
Caribdis. José Ignacio Carmona Sánchez, 2011).
LA LEYENDA EN FRANCIA
Ante la presión de los merovingios, los visigodos
de Carcasona construyeron una fortaleza en la antigua
ciudad de Rhedae, en el condado de Razés, donde
ocultaron sus tesoros antes de ser expulsados
definitivamente de las Galias por Clodoveo I.
En 1803 se investigó en Carcasona un pozo en el
que, según la leyenda, había un gran tesoro godo. La
búsqueda fue inútil, aunque se ha repetido en años
posteriores.
A finales del siglo XIX, Berenguer Sauniére, párroco de Rennes le Chateau, se
convierte de pronto en un hombre enormemente rico tras realizar unas obras en un altar
visigótico de la ermita del pueblo. Descubre unos documentos antiguos y se dedica a partir
de entonces a realizar excavaciones por toda la región, gastando grandes sumas y
entrando en contacto con logias ocultistas, hasta el punto de ser amonestado por
el Vaticano y suspendido "a divinis" en 1910. Tras su muerte en 1917, hubo tan gran
número de personas buscando un supuesto tesoro visigodo más importante que el oro,
que las autoridades han prohibido cavar en todo el término municipal. A raíz de nuevas
modas, actualmente se relaciona su tesoro con el Santo Grial
de España Eterna Leyenda
Orden de los Pobres Caballeros de Cristo
y del Templo de Jerusalén
(Orden Católica Española del Temple)
Maestrazgo Templario Católico Internacional
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