Rafael Antonio Barberá de la Torre* Manuel Blanca Arroyo* LA INTERPRETACIÓN DE LAS CRISIS FINANCIERAS A TRAVÉS DE LA LITERATURA ACADÉMICA En este artículo se pretende dar un rápido repaso a los principales modelos que han intentado explicar los diferentes tipos de crisis monetarias y financieras. Así, se hace mención a las tres generaciones de modelos que se han desarrollado hasta la fecha, con especial referencia al modelo inicial de cada una de ellas o a aquel que ha sido el más utilizado en los trabajos posteriores. Palabras clave: mercados financieros, crisis monetarias, crisis financieras, modelo econométrico. Clasificación JEL: F31, F32, F34. 1. Introducción Las relativamente recientes crisis monetarias y financieras de las economías de América Latina, Asia y Rusia de la última década del siglo XX han permitido que aparezca la sensación de que han aumentado la frecuencia y la severidad de las crisis, lo que ha sido en parte corroborado por Bordo et al. (2001). Estas crisis recientes han despertado un interés creciente por las finanzas internacionales, sobre todo en lo concerniente a sus causas y consecuencias y a las medidas que deberían tomarse, tanto por las autoridades nacionales como por los organismos internacionales, ante estas situaciones con el fin de poder anticiparse a su aparición y de paliar sus efectos. * Departamento de Economía Aplicada I. Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. El análisis y estudio de las crisis financieras tiene muchas vertientes y puntos a los que uno puede acercarse. Por tanto, dado que lo que se va a realizar es una revisión de la evolución de los modelos que han intentado explicar por qué se producen las crisis, es inevitable que muchos aspectos que pueden ser interesantes queden fuera del alcance de este artículo. Las crisis financieras que se han producido en la segunda mitad de la última década del siglo XX han sido muy diferentes a las que sucedieron con anterioridad a 1994. Las diferencias principales que se pueden señalar, como indica Ortiz (2002), son las siguientes: 1) Las crisis han aparecido principalmente en economías emergentes. Las más destacables son las que han afectado a alguno de los denominados tigres asiáticos y de las economías en transición. Las economías asiáticas más afectadas por la crisis fueron Corea del Sur, Filipinas, Indonesia, Malasia y Tailandia, mientras que de las economías en transición Rusia fue la más du- CRISIS MONETARIAS Y FINANCIERAS INTERNACIONALES Julio-Agosto 2004. N.º 816 ICE 9 RAFAEL ANTONIO BARBERÁ DE LA TORRE Y MANUEL BLANCA ARROYO ramente golpeada. A las crisis anteriores habría que añadir algunas que se han producido en países de América Central y del Sur. Así nos encontramos con países como, por ejemplo, México, Argentina y Brasil. 2) La mayoría de las economías que sufrieron la crisis eran economías que se consideraba que sus fundamentos no presentaban datos preocupantes. Esto significó que la crisis fuese completamente inesperada. 3) Las magnitudes de estas crisis fueron, además, tanto desde el efecto sobre las balanza de capital, como de la caída en el PIB muy superiores a lo que se podía prever. Puesto que no todas las crisis son iguales, esta nueva situación provocó que los economistas tuvieran que volver a revisar los modelos que empleaban a la hora de analizar las crisis monetarias y financieras. Con anterioridad a las crisis de la segunda mitad de la década de los noventa, hasta la crisis de México del año 1994, se pensaba que las crisis eran consecuencia de un problema de financiación de la balanza por cuenta corriente en economías con un problema de represión financiera, lo que Dornbusch (2002) denominó las crisis de estilo antiguo. Sin embargo, a partir de esa crisis hasta la de Argentina de 2001, sin olvidar, por supuesto, la crisis asiática de 1997-98, aparece lo que Dornbusch llamó crisis de nuevo estilo. Con este nuevo estilo ha cambiado la visión de las mismas incorporándose a su estudio un carácter dual, es decir, donde además de observarse algún problema de balanza de pagos también aparecen como elementos fundamentales la existencia de aspectos relacionados con los pánicos financieros y las crisis de balance en economías abiertas financieramente. En el artículo se ha seguido a la hora de plantear la evolución de los modelos su agrupamiento en generaciones, tal como hicieron Eichengreen, Rose y Wyplosz (1995). De este modo, tras esta introducción se revisan en primer lugar los modelos de primera generación que se iniciaron con el trabajo de Krugman (1979). En segundo lugar, se repasan los modelos denominados de segunda generación en los que aparece la posibilidad 10 ICE CRISIS MONETARIAS Y FINANCIERAS INTERNACIONALES Julio-Agosto 2004. N.º 816 de equilibrios múltiples. Los modelos de tercera generación se comentan en tercer lugar, para acabar con algunas conclusiones. 2. Un modelo estándar de primera generación A través de los modelos de primera generación se concluye que los ataques especulativos sobre los sistemas de tipo de cambio fijos son una respuesta racional de los mercados frente a la política insostenible de precios fijos. Esta literatura tiene su origen el artículo de Salant y Henderson (1978), quienes desarrollan sus principales ideas en un modelo donde el gobierno establece una política de precio fijo del oro, posteriormente Krugman (1979) y Flood y Garber (1984) adaptan el modelo de Salant y Henderson para tratar de explicar la anatomía de las crisis de los sistemas de tipos de cambio. Detrás de la lógica sobre la actuación de los agentes en la mayoría de los modelos de primera generación se encuentra el intento, por parte de estos, de aprovechar las oportunidades de arbitraje que surgen cuando la política de tipo de cambio fijo que persigue un país entra en conflicto con otras políticas económicas o restricciones políticas más importantes, en ese momento los agentes anticipan de manera correcta que el tipo de cambio finalmente será alterado y, a través de sus decisiones de inversión sobre dicha moneda en busca de un beneficio seguro, pueden precipitar los hechos con un ataque especulativo que pone a prueba el grado de compromiso y la capacidad de la autoridad nacional para mantener el tipo de cambio. Por regla general, en los modelos de primera generación el conflicto surge porque el país que adopta un tipo de cambio fijo, también lleva a cabo una política monetaria expansiva a través de la cual se financia el déficit fiscal con el que se trata de alcanzar el equilibrio interno, ahora bien, esta política monetaria expansiva provoca en estos modelos, donde la demanda monetaria es fija, una reducción de las reservas de divisas de dicho país. En consecuencia, la monetización del déficit fiscal, que LA INTERPRETACIÓN DE LAS CRISIS FINANCIERAS A TRAVÉS DE LA LITERATURA ACADÉMICA es la política prioritaria para la autoridad nacional, es inconsistente con la política de tipo de cambio fijo dado que, finalmente, las reservas de divisas internacionales —que son el instrumento que permite la coexistencia de dicho tipo de cambio y de la política fiscal expansiva— se agotan y el abandono de la política de tipo de cambio es inevitable. Básicamente, como vemos, el gobierno se ve forzado a abandonar su política de tipo de cambio fijo porque la forma de financiar su déficit no es consistente con su intención de mantener el tipo de cambio. Esta inconsistencia entre ambas políticas hace que todos los agentes de la economía, incluido el gobierno, se den cuenta de que la realización de un ataque especulativo es un suceso que ocurrirá con una probabilidad del cien por cien. El modelo estándar de primera generación que vamos a desarrollar está basado en el artículo de Flood y Garber (1984). En dicho modelo se estudia una economía doméstica pequeña y abierta, con tiempo continuo en la que los agentes poseen previsión perfecta sobre el futuro, no existen imperfecciones en la economía, la movilidad del capital es perfecta y en el que los residentes pueden poseer tres activos financieros: el dinero nacional, los bonos nacionales y los bonos extranjeros que son sustitutos perfectos. Además, el gobierno de la economía doméstica posee un stock de moneda extranjera para poder intervenir en la defensa del tipo de cambio. El modelo queda resumido por cinco ecuaciones. La primera ecuación del modelo va a representar el equilibrio del mercado monetario entre la oferta y la demanda monetaria de saldos reales en cada período t, es decir: Mt = a0 - a1it Pt a1 > 0, a0 = 1 + a1i * P* [1] donde Mt es el stock de dinero doméstico en el período t, Pt el nivel de precios nacional e it el tipo de interés nacional o doméstico, mientras que P* e i* representan respectivamente el nivel de precios y el tipo de interés extranjeros que suponemos constantes al trabajar con una economía doméstica pequeña1. La segunda ecuación establecerá que en cada período la oferta monetaria está formada por el valor en moneda nacional de las reservas de moneda internacional, Rt más el crédito doméstico, Dt: Mt = Rt + Dt [2] La tercera ecuación recogerá el supuesto básico de los modelos de primera generación sobre el papel prioritario que juega la política fiscal expansiva que lleva a cabo el gobierno nacional, frente a la política de tipo de cambio fijo. En particular, esta ecuación nos dice que el crédito doméstico crece a una tasa exógena constante y positiva, m > 0, que produce una monetización del déficit que provoca una presión sobre la oferta monetaria: · [3] Dt = m donde el punto sobre la variable refleja su derivada con respecto al tiempo. Por último las ecuaciones cuarta y quinta del modelo recogen respectivamente el cumplimiento de la paridad del poder de compra y la paridad descubierta de los tipos de interés. Pt = P * et [4] · et it = i * + et [5] La ecuación [4] nos asegura el cumplimiento de la ley del precio único en este modelo, es decir, que el valor en moneda nacional del único bien de consumo coinci- 1 La elección del valor de la constate a0 nos permite simplificar el álgebra y no afecta a los resultados del modelo siempre que, al igual que en modelo FLOOD y GARBER (1984), se cumpla a0 – a1it > 0. CRISIS MONETARIAS Y FINANCIERAS INTERNACIONALES Julio-Agosto 2004. N.º 816 ICE 11 RAFAEL ANTONIO BARBERÁ DE LA TORRE Y MANUEL BLANCA ARROYO de en ambos países y, por lo tanto, el nivel de precios nacional coincide con el nivel de precios extranjero multiplicado por el tipo de cambio. Donde, como suponemos una economía pequeña, tomamos el nivel de precios extranjero como una constante, P* y et es el tipo de cambio presente, es decir, el precio en unidades monetarias nacionales de la moneda extranjera. En la ecuación [5], i* es el tipo de interés extranjero que se supone constante, esta ecuación nos asegura que los activos financieros generadores de intereses y denominados en diferentes monedas son sustitutos perfectos. La primera e importante conclusión del modelo es que si el tipo de cambio es fijo la tasa de variación de las reservas exteriores, compatible con el equilibrio del mercado monetario, es negativa e igual a –m. Esta conclusión es importante pues nos garantizará que los agentes llevarán a cabo un «ataque especulativo» contra la moneda nacional, es decir una compra masiva de las reservas internacionales, siempre que la autoridad nacional haya anunciado el abandono de la política de tipo de cambio fijo si las reservas internacionales alcanza su nivel mínimo, R. Para obtener este resultado podemos sustituir la información de las ecuaciones [4] y [5] en la ecuación [1] y llegaríamos a: · Mt = et - a et [6] donde a = a1 P*. Como vemos en la ecuación [6] si el · tipo de cambio es fijo, et = e, et = 0 , la demanda de saldos reales es constante e igual a e y, en consecuencia a través de la ecuación [2] la cantidad de reservas en cada período vendría dada por la expresión: Rt = e - Dt [7] De la ecuación [7] podemos obtener fácilmente que la tasa de variación temporal de las reservas cuando el · · tipo de cambio es fijo es Rt = - Dt = -m . Por tanto, en este modelo debido al tipo de cambio fijo los agentes no aceptarán el aumento de moneda nacio- 12 ICE CRISIS MONETARIAS Y FINANCIERAS INTERNACIONALES Julio-Agosto 2004. N.º 816 nal que la autoridad pretende inyectar en el mercado monetario para financiar el incremento del crédito doméstico, sino que acudirán inmediatamente al banco central para convertir la moneda nacional en moneda extranjera al tipo de cambio fijado. Esta actuación racional de los agentes que se produce continuamente mientras que la autoridad mantenga su política fiscal expansiva, provoca finalmente el agotamiento de las reservas y la ruptura del sistema de tipo de cambio fijo, después del colapso del tipo de cambio fijo se supone que el gobierno adopta de manera permanente una política de tipo de cambio flexible. La segunda gran implicación de este modelo es que los agentes de manera racional determinarán el instante en que se producirá el «ataque especulativo» contra la moneda nacional, es decir el momento en el que llevarán a cabo la compra masiva de las reservas internacionales. Veremos, además, que este ataque especulativo se producirá tanto más tarde cuanto mayor sea el nivel de reservas internacionales que mantenga la autoridad nacional, cuanto más depreciado sea el tipo de cambio fijo de la moneda doméstica que se esté defendiendo y cuanto menor sea la tasa de crecimiento del crédito doméstico. Para ver cómo en este modelo los agentes pueden controlar el paso de un sistema de tipo de cambio fijo a un sistema de tipo de cambio flexible, atacando la moneda nacional antes de que las reservas internacionales alcancen su nivel mínimo y así evitar incurrir en pérdidas por sus tenencias de activos denominados en moneda nacional, Flood y Garber (1984) recurren a argumentos de ausencia de oportunidades de arbitraje para mostrar que el «ataque especulativo» se llevará a cabo exactamente cuando el tipo de cambio «sombra» —es decir, el tipo de cambio que prevalecería si pasáramos a un sistema de tipo de cambio flexible tras el ataque especulativo— sea igual al tipo de cambio fijo preexistente. La lógica es sencilla, dado que los agentes anticipan el colapso del sistema de tipo de cambio fijo, no pueden existir saltos predecibles en el tipo de cambio que asegurarían la existencia de oportunidades de arbitraje. LA INTERPRETACIÓN DE LAS CRISIS FINANCIERAS A TRAVÉS DE LA LITERATURA ACADÉMICA Efectivamente, el beneficio de los especuladores en el ataque especulativo se produce pues estos compran las reservas al banco central al precio fijo e y se las vuelven a vender al tipo de cambio flotante que establezca el ~ Por lo tanto, si tras el ataque el tipo de cammercado, e. bio de la moneda nacional se aprecia, es decir, si e~ < e , los especuladores no obtendrán beneficios atacando el sistema de tipo de cambio fijo y, en consecuencia, éste sobrevivirá. Mientras que si los especuladores esperan hasta que el tipo de cambio de la moneda nacional se deprecie tras el ataque, es decir, que e~ > e , los especuladores obtendrán un beneficio, pero competirán entre ellos por capturarlo y cada especulador tiene incentivos a anticiparse a sus competidores atacando el sistema un instante antes. Es esta competencia en este modelo de previsión perfecta la que nos asegura que el ataque especulativo tendrá lugar justo en el instante en el que no se producen ni pérdidas ni beneficios para los especuladores, lo cual requiere que e~ = e . Por lo tanto, para determinar la fecha en la que el sistema de tipo de cambio fijo colapsa, primero debemos encontrar la ecuación del tipo de cambio «sombra» cuando suponemos que las reservas alcanzan su nivel mínimo —en este caso y por simplicidad el valor mínimo de las reservas es R = 0— para después igualar esta ecuación con el valor del tipo de cambio fijo preexistente. Para obtener la ecuación del tipo de cambio sombra podemos utilizar el método de los coeficientes indeterminados y presuponer que la solución tiene la siguiente estructura: e~ = l 0 + l1Dt . Recordemos que tras el ataque las reservas internacionales se anulan y, por lo tanto, a través de la ecuación [2] tenemos que MT+ = DT+ y también se ha de cumplir el equilibrio en el mercado monetario es decir, inmediatamente tras el ataque tenemos que: · MT + = e%T + - a eT + [8] Sustituyendo la solución presupuesta en la ecuación · [8] y recordando que bajo esta solución et = l1m , junto con el hecho de que tras el ataque se verifica que · · Mt = Dt = m , obtenemos que l0 = am y que l1 = 1. En consecuencia, tras el ataque especulativo la ecuación del tipo de cambio flotante viene dada por la siguiente expresión: e%t = am + Dt "t ³ T [9] Una vez que hemos obtenido la ecuación del tipo de cambio sombra, ecuación [9], podemos hacer uso de la conclusión ya razonada anteriormente que nos asegura que en el momento del ataque especulativo se ha de verificar que e~ = e , para determinar tanto el instante en el que tendrá lugar el ataque especulativo como el papel relevante que juega en su determinación las reservas de divisas internacionales. Para ello podemos sustituir en la ecuación [9] Dt por Dt = D0 + m × t "t ³ 0 e igualar dicha ecuación al tipo de cambio fijo preexistente, e, y haciendo uso de la información dada por la ecuación [7] podemos obtener que el instante en el que ocurrirá el colapso del sistema del tipo de cambio vendrá dado por la expresión: T = e - D0 R0 -a = -a m m [10] La ecuación [10] recoge las principales conclusiones del modelo. En primer lugar, a medida que aumenta la tasa de crecimiento del crédito doméstico se anticipa el colapso, a su vez, cuando dicha tasa tiende a cero, el colapso se retrasa indefinidamente. En segundo lugar, cuanto más devaluada sea la paridad de la moneda nacional que se quiere mantener o cuanto mayor sea el nivel de reservas iniciales, todo lo demás constante, mayor será la duración del sistema de tipo de cambio fijo. Por último, el ataque especulativo se lleva a cabo antes del momento en el que se agotarían las reservas internacionales si no se produjera un ataque, es decir, antes del instante T = R0 / m. El modelo estándar de ataque especulativo de primera generación que aquí hemos desarrollado basado en CRISIS MONETARIAS Y FINANCIERAS INTERNACIONALES Julio-Agosto 2004. N.º 816 ICE 13 RAFAEL ANTONIO BARBERÁ DE LA TORRE Y MANUEL BLANCA ARROYO las aportaciones de Krugman (1979) y Flood y Garber (1984) ha sido sometido a numerosas modificaciones. Así, por ejemplo, Obstfeld (1984) permite la existencia de diferentes regímenes de tipo de cambio tras el colapso, en Willman (1989) los activos financieros nacionales y extranjeros pasan a ser sustitutos imperfectos, por otro lado Blackburn (1988) establece rigideces en los precios de los bienes, a su vez, Wyplosz (1986) permite la existencia de controles de capital. En su artículo de 1986 Obstfeld permite cambios en la tasa de crecimiento del crédito doméstico después del colapso lo cual genera la posibilidad de equilibrios múltiples para la tasa de devaluación. También, se permite el comportamiento optimizador de los agentes privados cuando el dinero se introduce bien como un componente de la función de utilidad (Claessens, 1988) o bien en un modelo de «dinero-por-adelantado» (Cash-in-Advance) como en Calvo (1987). En cuanto al comportamiento empírico de estos modelos de primera generación, hemos de destacar que si bien los primeros análisis, tales como los de Blanco y Garber (1986), fueron positivos es la evaluación de la capacidad de estos modelos para explicar los episodios de ataques especulativos, los estudios más recientes se muestran mucho más escépticos. Especialmente con la predicción de estos modelos según la cual los agentes pueden predecir el momento de la crisis identificando las tendencias permanentes de las variables económicas fundamentales, o fundamentos, tales como el incremento del crédito doméstico y la reducción de las reservas internacionales, así como las inconsistencias en las políticas gubernamentales. Los estudios de Rose y Svensson (1994) y Eichengreen et al. (1995), entre otros, arrojan numerosas dudas sobre esta implicación del modelo. Las principales críticas que se han realizado sobre los modelos de primera generación se centran tanto sobre los supuestos que se encuentran detrás de sus predicciones teóricas, como sobre su funcionamiento empírico. Cuatro son los principales aspectos de los modelos 14 ICE CRISIS MONETARIAS Y FINANCIERAS INTERNACIONALES Julio-Agosto 2004. N.º 816 de primera generación que han sido sometidos a discusión: · En primer lugar se critica la asimetría en el comportamiento de los agentes, así mientras que a los agentes privados se les permite reaccionar de una forma sofisticada a través de la obtención del tipo de cambio «sombra» y lanzando los ataques especulativos para eliminar la mínima posibilidad de arbitraje, por el contrario, al Gobierno se le describe como un agente estático que no reacciona ni modifica su política fiscal expansiva a pesar de que considere importante la política de tipo de cambio fijo. · Esto nos lleva a una segunda crítica que se centra en la inconsistencia de las preferencias gubernamentales. Así, no se entiende por qué en el modelo no se permite que el gobierno pueda abandonar la política de tipo de cambio antes del colapso y, lo que es más importante, por qué el gobierno no financia su déficit vendiendo bonos al banco central para evitar así la continua reducción de las reservas internacionales. · En tercer lugar, un supuesto básico del modelo es que el sistema de tipo de cambio se modificará cuando las reservas internacionales alcancen un nivel mínimo, supuesto que un mundo con libertad de movimientos de capital parece muy restrictivo dado que, por un lado, siempre es posible aumentar las reservas internacionales endeudándose en los mercados internacionales2 y, además, el gobierno puede resistir el ataque especulativo reduciendo el crédito doméstico hasta que el tipo de interés doméstico alcance niveles que hagan que las posiciones contra la moneda doméstica no sean beneficiosas. · Por último, como ya hemos señalado los modelos de primera generación predicen que con anterioridad a los ataques especulativos se pueden apreciar tendencias permanentes en los fundamentos, sobre todo la sa- 2 Recordemos además que en el Sistema Monetario Europeo (SME) los bancos centrales pueden mantener las reservas por encima de cualquier mínimo pues en principio pueden aumentar de forma ilimitada su endeudamiento pidiendo créditos a los otros bancos centrales. LA INTERPRETACIÓN DE LAS CRISIS FINANCIERAS A TRAVÉS DE LA LITERATURA ACADÉMICA lida de reservas internacionales, sin embargo en las crisis financieras y cambiarias recientes resulta muy difícil encontrar esas tendencias, pues en ellas es como si los agentes cambiaran súbitamente sus expectativas sobre la sostenibilidad del sistema de tipo de cambio fijo. Todas estas debilidades en los modelos de primera generación han justificado la apertura de nuevas líneas de investigación que traten de capturar los hechos relevantes en las crisis financieras recientes en las que parece que la situación de los fundamentos, no permiten explicar el ataque especulativo sino que son los propios agentes del mercado a través de sus expectativas que se acaban cumpliendo los que pueden inducir el colapso independientemente de la situación de los fundamentos. 3. Los modelos de segunda generación El primer artículo que desarrollaba un modelo representativo de segunda generación sobre las crisis monetarias fue un documento de trabajo de Obstfeld (1991) publicado posteriormente como artículo en Obstfeld (1997), sin embargo no es hasta la crisis del Sistema Monetario Europeo (SME) de 1992-93 cuando esta terminología comienza a ser aceptada mayoritariamente. La razón para el surgimiento de esta nueva línea de investigación es sencilla, la crisis del SME fue prácticamente inesperada, tal y como se argumenta en Rose y Svensson (1994), pues no se observaban tendencias permanentes en los fundamentos y, en consecuencia, se necesitaban desarrollar modelos que pudieran explicar por qué cambian tan rápidamente las creencias de los agentes en cuanto a la permanencia de los sistema de tipo de cambio. Estos modelos de segunda generación establecen un supuesto básico sobre el comportamiento del gobierno, que les distingue de los modelos de primera generación, en ellos se supone que el compromiso gubernamental con el sistema de tipo de cambio es estado dependiente, es decir, depende de la situación económica del país, mientras que, como ya hemos visto, en los mode- los de primera generación este compromiso no depende del estado de la economía. Es decir, en los modelos de segunda generación la decisión gubernamental de abandonar la política de tipo de cambio fijo es endógena al modelo, lo cual permitirá la existencia de equilibrios múltiples para la tasa de devaluación dado un estado de la economía, en consecuencia, la crisis monetaria puede ocurrir incluso aunque no se puedan identificar tendencias en los fundamentos, tal y como ha ocurrido en las crisis recientes. Los modelos de segunda generación establecen nuevas formas para entender tanto el comportamiento gubernamental en los períodos previos a las tormentas monetarias, como la débil relación entre los fundamentos y el momento del ataque especulativo, es decir, para entender la imprevisibilidad del ataque especulativo. Una de las principales contribuciones de estos modelos es que la línea de causalidad en las crisis financieras no va exclusivamente desde la situación de los fundamentos hacia las expectativas de los agentes, sino que la causalidad funciona en ambas direcciones siendo esta circularidad la que puede generar equilibrios múltiples y la autoconfirmación de las expectativas. En estos modelos se supone que el gobierno en cada período evalúa y pondera los costes y beneficios derivados de mantener el tipo de cambio dado que ahora el gobierno dispone de una «cláusula de escape» que le permite llevar a cabo la devaluación siempre que sus costes sean inferiores a los beneficios, por lo tanto, en estos modelos la devaluación deja de ser una consecuencia de la reducción de las reservas internacionales, pues se supone que el gobierno puede atraer reservas elevando el tipo de interés, y pasa a ser una función de los incentivos a los que se enfrenta el gobierno cuando se plantea si devaluar o no. Además, estos modelos ofrecen una visión más realista sobre las crisis monetarias, pues ahora los especuladores tienen que determinar cómo el conjunto de condiciones económicas, en las que se incluye las expectativas de los otros especuladores, influirán en la decisión gubernamental sobre el tipo de cambio. Es decir, bajo esta perspectiva la crisis mo- CRISIS MONETARIAS Y FINANCIERAS INTERNACIONALES Julio-Agosto 2004. N.º 816 ICE 15 RAFAEL ANTONIO BARBERÁ DE LA TORRE Y MANUEL BLANCA ARROYO netaria es una situación en la cual los agentes privados, dadas las condiciones previas sobre el comportamiento del gobierno y sus creencias sobre los objetivos gubernamentales, perciben que el gobierno se encuentra a punto de ejercer la cláusula de escape. La intuición que se encuentra detrás de este argumento se puede explicar reconociendo que las situaciones en las que las expectativas de los agentes en relación a la tasa de devaluación son altas, provocan unos costes elevados para el gobierno si éste no altera su política de tipo de cambio —derivados por ejemplo de los mayores tipo de interés que se tendrán que pagar por la deuda pública resultantes de la expectativa del sector privado de una tasa de devaluación futura más alta—. Si, en esta situación, el sector privado efectivamente espera una tasa elevada de devaluación el gobierno puede acabar permitiéndola para evitar los elevados costes del mantenimiento del tipo de cambio. Ahora bien, pueden existir situaciones donde se alcancen dos equilibrios: si la expectativa del sector privado es de una baja tasa de devaluación, lo cual es compatible con el sistema de tipo de cambio fijo, el gobierno mantendrá fijo el tipo de cambio, pero en este mismo entorno puede que una variable banal o superflua (Sunspot Variable) —es decir, una variable que no necesariamente esté relacionada con las variables fundamentales de la economía, que todos los agentes observan y que permite que las creencias de los agentes se coordinen—, súbitamente modifique las expectativas del sector privado hacia una alta tasa de devaluación lo cual hará que el gobierno finalmente modifique la tasa de devaluación. En este sentido decimos que las expectativas de los agentes se autoconfirman y pueden ocurrir equilibrios múltiples cuando el cambio de un equilibrio a otro está causado por una variable banal. En consecuencia, en este caso el ataque especulativo no tiene su origen en la situación de los fundamentos, pues puede ocurrir aunque éstos permanezcan constantes, sino que tiene su origen en los que Keynes denominó los «espíritus animales» del mercado, las llamadas variables banales, que permiten la coordinación de las expectativas de los agentes sobre la tasa de devaluación. 16 ICE CRISIS MONETARIAS Y FINANCIERAS INTERNACIONALES Julio-Agosto 2004. N.º 816 Para obtener las principales implicaciones de los modelos de segunda generación, nos vamos a centrar en un modelo sencillo desarrollado en Jeanne (2000). Este modelo es en esencia una versión de dos períodos, con predicción perfecta y ecuaciones no lineales del modelo de economía abierta de la síntesis neoclásica en el que se muestra una economía mundial formada por dos países, la economía nacional y la extranjera, donde se supone se cumple tanto la paridad de poder de compra, como la paridad descubierta de tipo de interés y donde la variable que conduce la crisis monetaria es la tasa de desempleo, pero en el que se sustituyen los supuestos de los modelos de primera generación por lo siguientes: en primer lugar, se supone que la autoridad monetaria puede esterilizar el flujo de reservas instantáneamente y fijar la oferta monetaria de los dos períodos en cualquier nivel, por lo tanto, ya no es necesario la distinción entre el crédito doméstico y las reservas internacionales en el activo del banco central y la política monetaria consiste en la fijación de la oferta monetaria en cada período, las variables M1 y M2. En segundo lugar, se supone que el gobierno siempre mantiene fijo el tipo de cambio en el primer período, e1 = e , pero puede devaluar en el segundo período, decisión que depende de los efectos de la devaluación sobre la tasa de desempleo. La tasa neta de devaluación, si se lleva a cabo, es d. Dado que el nivel de precios doméstico es consistente con la paridad del poder de compra, la tasa neta de inflación entre ambos períodos, p = (P2/P1) – 1, sería igual a d, si el gobierno devalúa en el segundo período, o cero si el gobierno mantiene el tipo de cambio también en el segundo período, e 2 = e . El gobierno decide devaluar o no analizando las implicaciones de esta decisión sobre la tasa domestica de desempleo en el segundo período. El nivel de la tasa de desempleo se determina a través de una Curva de Phillips aumentada con expectativas: U2 = r × U1 - h( p - pe ) [11] donde U1 y U2 recogen las desviaciones de la tasa de desempleo con respeto a la tasa natural de desempleo LA INTERPRETACIÓN DE LAS CRISIS FINANCIERAS A TRAVÉS DE LA LITERATURA ACADÉMICA en los períodos uno y dos y pe es la tasa de inflación esperada. Una justificación habitual de esta relación es que dado que el salario nominal del segundo período se determina en el primero, la inflación no esperada mejora el empleo al reducir el salario real. La ecuación [11] también incluye los efectos persistentes en la dinámica del desempleo que pueden ser causados por las rigidezes del mercado laboral. Se supone que el gobierno decide devaluar o no en el segundo período a través de la minimización de la siguiente función de pérdidas: L = (U2 )2 + dC [12] donde d es una variable ficticia que recoge la decisión gubernamental y que es igual a uno si el gobierno devalúa o cero en caso contrario, y C es el coste que sufre el gobierno cuando abandona el acuerdo sobre el tipo de cambio. La interpretación de este coste varía a lo largo de la literatura. Puede recoger la pérdida de prestigio político cuando se abandona la política de tipo de cambio fijo o, de forma alternativa, la pérdida de credibilidad antiinflacionaria del país. Por otro lado, en los sistemas de fijación del tipo de cambio multilaterales, como el SME, este coste podría recoger las pérdidas derivadas del paso de políticas coordinadas a políticas no cooperativas cuando el resto de los países reducen su confianza en el sistema de tipo de cambio ante una devaluación. Otras interpretaciones de este coste pueden plantearse, como por ejemplo que recoja los efectos perversos derivados del aumento en la volatilidad en los tipos de cambios sobre el comercio y la inversión internacional, tal y como recoge la literatura de las áreas monetarias óptimas. Todo ello muestra que la interpretación de este coste sea una materia delicada a nivel teórico y difícil de cuantificar empíricamente. El equilibrio de previsión perfecta de este modelo se obtiene caminando hacia atrás. Es decir, primero caracterizamos la decisión óptima del gobierno en el segundo período, dadas las expectativas de los participantes en el mercado, para después determinar bajo qué condiciones dichas expectativas son racionales. Así, si el sector privado cree que no habrá devaluación, pe = 0, la función de pérdidas del gobierno será LD = (rU1 – hd)2 + C, si devalúa, o LF = (rU1)2, si no devalúa. En consecuencia, el gobierno no devaluará cuando LD > LF, lo cual implica: C - 2rU1 > -hd hd [13] Por otro lado, si el sector privado cree que el gobierno devaluará, pe = d, entonces comparará su función de pérdidas si no devalúa, LF = (rU1 + hd)2, con su función de pérdidas si elige devaluar, LD = (rU1)2 + C. Por lo tanto, en este caso la devaluación será la política óptima si LF > LD, que ahora implica: C - 2rU1 < hd hd [14] Si definimos la variable económica fundamental o «fundamentos» como: F= C - 2rU1 hd [15] Podemos distinguir tres casos: · El cielo o la región estable: si F > hd, en este caso el equilibrio es único y consiste con la estabilidad del tipo de cambio en el período dos. · El infierno o el momento del ataque: si F < –hd, de nuevo el equilibrio es único pero ahora consiste en la devaluación de la moneda en el segundo período, devaluación que es perfectamente anticipada por los mercados. · El purgatorio o región inestable: si –hd < F < hd, en este caso existen dos equilibrios, el primero en el que el gobierno devalúa en el segundo período, y el segundo en el que no se produce devaluación. CRISIS MONETARIAS Y FINANCIERAS INTERNACIONALES Julio-Agosto 2004. N.º 816 ICE 17 RAFAEL ANTONIO BARBERÁ DE LA TORRE Y MANUEL BLANCA ARROYO Este modelo produce dos importantes resultados, el primero relacionado con la naturaleza de los fundamentos y el segundo vinculado con la relación entre los fundamentos y las expectativas de devaluación. En primer lugar, como vemos en este caso los fundamentos capaces de desestabilizar el sistema de tipo de cambio son un incremento en la tasa de desempleo o una reducción en el coste de abandono. Así, cuando la tasa de desempleo aumenta en el primer período, el sistema de tipo de cambio puede pasar de una región estable a otra inestable en la que la crisis monetaria puede ocurrir o puede ser el único equilibrio. La razón la encontramos en que dado que la función de pérdidas es convexa en la tasa de desempleo la tentación a devaluar aumenta con el nivel de desempleo. En segundo lugar, las expectativas de devaluación no son siempre únicamente determinadas por los fundamentos. En algunas regiones, los fundamentos son los únicos determinantes de las expectativas, como por ejemplo cuando estos fundamentos son excepcionales, en el cielo o región estable, o cuando son pésimos, en el infierno o momento del ataque. En ambos casos, el beneficio neto gubernamental de mantener el tipo de cambio es bien positivo o negativo en el segundo período, independientemente de las expectativas de mercado, lo que hace que el equilibrio sea único. Por el contrario, en la región inestable o purgatorio, la devaluación es posible aunque no cierta. La intuición detrás de los equilibrios múltiples es que las expectativas de devaluación, al aumentar el nivel de los salarios, incrementan el nivel de desempleo que el gobierno ha de soportar para mantener el sistema de tipo de cambio. En este caso, las crisis monetarias se pueden deber a un repentino e importante cambio en las expectativas de devaluación que se autoconfirman, pues este cambio en las expectativas reduce el beneficio neto gubernamental de mantener el tipo de cambio fijo. Como vemos, los modelos de segunda generación obtienen también la predicción de los modelos de primera generación sobre el papel relevante de los fundamentos en las crisis monetarias, pero permiten también la 18 ICE CRISIS MONETARIAS Y FINANCIERAS INTERNACIONALES Julio-Agosto 2004. N.º 816 obtención de una nueva predicción sobre el importante papel que las expectativas que se autoconfirman juegan a la hora de explicar las crisis monetarias. Además, en estos modelos la única condición que una variable ha de cumplir para ser calificada como fundamento es que entre directa o indirectamente en la función objetivo del gobierno, así aunque se limite al máximo las variables que aparecen en la función objetivo, tan sólo a la producción, el desempleo o la inflación, otras variables se pueden calificar de fundamentos en la medida en la que indirectamente afecten a la producción, al desempleo o a la inflación. De hecho, una de la vías en las que estos modelos de segunda generación se han desarrollado es a través de la incorporación al análisis formal de las variables económicas que, aparentemente, fueron importantes en las crisis del SME y del peso mexicano, tales como el tipo de cambio real y variables fiscales como la estructura de vencimiento de la deuda pública. En esta ampliación de los fundamentos también se han incorporado otras variables más sutiles como pueden ser la reputación gubernamental o las reglas más o menos cooperativas que juegan los participantes en los sistemas de tipo de cambio fijo. 4. Los modelos de tercera generación y el efecto balance La crisis de la segunda mitad de la década de los noventa supuso un nuevo impulso en la evolución de los modelos que intentan explicar el por qué de las crisis monetarias y financieras. Por las propias características de estas crisis los modelos de las dos primeras generaciones eran incapaces de justificar el surgimiento de esta situación en los países asiáticos. Así surgen los modelos de «tercera generación» también denominados de crisis gemelas al incorporar una interacción entre la crisis monetaria y la bancaria. Ésta es la razón por la que, como señalan Sarno y Taylor (2002), en realidad «son modelos de crisis del sector financiero más que de ataques especulativos o crisis monetarias per se». Los trabajos de investigación que se engloban dentro de LA INTERPRETACIÓN DE LAS CRISIS FINANCIERAS A TRAVÉS DE LA LITERATURA ACADÉMICA esta tercera generación han puesto el énfasis en diferentes aspectos como son las distorsiones microeconómicas o de riesgo moral, los desajustes monetarios y el efecto de balance. Algunos autores consideran la posibilidad de que los efectos de balance sean considerados como una cuarta generación de modelos. Estos modelos de efecto de balance se puede decir que tienen su origen con Krugman (1999). En este trabajo que se esbozará seguidamente, Krugman intenta mostrar la clara unión que existe entre los problemas de balance y los problemas de salida masiva de capitales para explicar la crisis que sufrieron algunas las economías asiáticas en la segunda mitad de la década de los noventa del siglo pasado. Los problemas mencionados anteriormente son el resultado de la situación que presentaban la mayoría de las empresas de la zona, con niveles de apalancamiento muy elevados derivados de la gran cantidad de deuda emitida, principalmente en divisas, que necesitaron para financiarse. En el modelo propuesto por Krugman, la economía presenta un único sector productivo y dos tipos de residentes: los trabajadores, que tienen un papel pasivo en todo el proceso de inversión, y los empresarios que son los que crean y poseen el capital. El modelo tiene como una cuestión fundamental la limitación a la que se encuentra sometida la inversión que los empresarios pueden financiar mediante endeudamiento. Esta limitación está relacionada con el nivel de apalancamiento, de modo que éstos únicamente pueden endeudarse por una cantidad máxima que depende de su riqueza, en concreto, la expresión que permite calcular en nivel máximo de endeudamiento es: If £ ( 1 + l )W , La riqueza de los empresarios en términos reales se puede expresar como la diferencia entre todo el capital de la economía y las deudas con prestamistas (D) nacionales y extranjeros (F). Por tanto matemáticamente la riqueza de los empresarios es: W = ay - D - pF , [17] Nótese que p no es otra cosa que el tipo de cambio real y la participación del capital en la producción (y). De las expresiones anteriores y teniendo en cuenta que el tipo de cambio real depende de la inversión3, existe una relación entre la inversión y la riqueza, de modo que la inversión financiada con préstamos teniendo en cuenta la limitación expresada en la expresión [16] permite conocer como varía cuando cambia la inversión: dIf (1 + l )(1 - m )F = dI X [18] Krugman indica que la única solución de interés y que se aproxima a la situación que se produjo en la crisis asiática se obtiene cuando esta derivada es mayor que la unidad. En esta situación aparecen múltiples equilibrios de manera que existe la posibilidad de que se surja una pérdida de confianza por parte de los prestamistas provocándose una importante caída en el flujo de fondos hacia los empresarios causando una caída en el tipo de cambio real y llevando a los empresarios a la bancarrota. La opinión negativa de los prestamistas se confirmará con la aparición de un colapso financiero. [16] donde If es la inversión financiada mediante préstamos y W es la riqueza de los empresarios. Por tanto, la expresión [16] viene a decir que la cantidad total que los prestamistas están dispuestos a prestar a los empresarios será como máximo l veces su riqueza inicial. 3 El tipo de cambio real en este modelo se puede expresar como: p= y éë1 - (1 - a )(1 - m )ùû - 1 - (1 - m )I X donde m es la parte del consumo y de la inversión gastada en importaciones, por tanto, 1 – m es la parte gastada en bienes nacionales y X es el valor de las exportaciones nacionales en términos de bienes extranjeros. CRISIS MONETARIAS Y FINANCIERAS INTERNACIONALES Julio-Agosto 2004. N.º 816 ICE 19 RAFAEL ANTONIO BARBERÁ DE LA TORRE Y MANUEL BLANCA ARROYO En consecuencia, y tal como señala Krugman los factores que pueden ser los causantes del colapso financiero son tres: alto nivel de apalancamiento, baja propensión marginal a importar, gran cantidad de deuda denominada en moneda extranjera. Estos tres factores son los que llevan los problemas de la inversión al tipo de cambio real a los balances de las empresas para volver de nuevo a la inversión. 5. Conclusiones Las crisis monetarias y financieras a las que se han visto sometidas las economías a lo largo del tiempo han sido cambiantes, de manera que a medida que iban modificándose las crisis se han tenido que ir ajustando los modelos que las intentan explicar. En este sentido, frente a las crisis de balanza por cuenta corriente que explican los modelos de primera generación se tuvo que introducir la posibilidad de que los agentes alterasen rápidamente sus expectativas, así nacen los modelos de segunda generación con expectativas autorrealizables, que predicen crisis monetarias inducidas por el propio comportamiento de los agentes. Por último, las crisis a las que se han visto sometidos algunos de los países asiáticos y las denominadas economías emergentes en los últimos años del siglo XX han sido denominadas por muchos economistas como crisis sistémicas, es decir, crisis en las que aparecen un conjunto de elementos que no solían aparecer en las crisis que se producían con anterioridad como son por ejemplo: el contagio, la pérdida de confianza de los inversores y la aparición de una importante salida de capitales. Todo esto, además, sin que aparentemente los fundamentos de las economías (tasa de crecimiento, inflación, etcétera) mostrasen valores preocupantes. De este modo, los modelos empleados por los economistas tuvieron que acondicionarse para incorporar estas modificaciones, surgiendo así los denominados modelos de crisis gemelas o de tercera generación y los modelos de efecto de balance que son los que se están desarrollando en la actualidad, que señalan al elevado nivel de 20 ICE CRISIS MONETARIAS Y FINANCIERAS INTERNACIONALES Julio-Agosto 2004. N.º 816 apalancamiento como un elemento fundamental en el estallido de las crisis cuando se produce un fuerte retorno de los capitales. Referencias bibliográficas [1] ALLEN, M.; ROSENBERG, C.; KELLER, C:; SETSER, B. y ROUBINI, N. (2002): «A Balance Sheet Approach to Financial Crisis», IMF Working Paper, 02/210. [2] BLACKBURN, K. (1988). «Collapsing Exchange Rate Regimes and Exchange Rate Dynamics: Some Futher Examples», Journal of International Money and Finance, 7: 373-385. [3] BLANCO, H. y GARBER, P. 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