líADBIÜ, VIERNES 23 DE ABRIL DE 1875. CERVANTES. Mig^ncli

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líADBIÜ, VIERNES 23 DE ABRIL DE 1875.
m I.
MI:
23.
pKECios HE SUSCRICIOM: MADIUU, un mes, 6 rs.; PiíoviNCfAs,"trimeetíe,
haciendo lasiiscric'on directamente, 2 4 ; por corresponsal. 3 0 ; EXTRANJKIIO, © O •
CERVANTES.
Funesto para las letras fué el mes de Abril del
año 16)6. En él, con siete dias de diferencia, pasaron A. miis alta vida GuiHermo Shakespeare y
Migael de Csi-vantes Saavedra; es decir, el poeta
draroáf'-o más grande y el más ingenioso novelista, sp.tn'icG que han conocido los siglos; las dos
glorias ni.^'S preclaras de Inglaterra y España.
Hicjóronje'» hermanos el genio y la desgracia.
Ambos tuvií^rdn borrascosa y amarga vida; ambos
lograo'ou como refompeusa de sus afanes • • i' V;
el olvido y la pobreza; ambos tamb'en ,
vivirán en la memoria de los hombres
',':,.
mientras exista el culto de lo bello y de - , ,, i,.
lo grande.
•'•-','.
Nacidos en una de las más notables
C. ,.
'épocas de la historia,—cuando el ideal
_ '
teocrático-féudal de la Edad Media se • • .".
desplomaba al doble impulso del Renacimiento y de la Reforma; cuando la naturaleza despertaba de su secular letargo
y reivindicaba ante el espíritu sus fueros; cuando lo humano comenzaba & soiDreponerse en el arte á lo divino, y la
Tselleza de la realidad y el culto de la
íorma sustituiíiin á la belleza de la idealidad y al místico culto del espíritu;
cuando el derecho volvía á ser in&t'tueion social y la justicia se confipte al
poder de la ley y no al brazo de los andantes caballeros;«uando la filosofía rompía [el yugo de la escolí stica, y las ciencias esperimentales cambiaban la faz del
planeta con sus inventos y la concej
cion general del mundo con sus inveí tigaciones, y la industria y el comeic'o
dejaban de ser ocupación desl orrosa;
cuando las nacionalidades se fundaban
sobre las ruinas de los castillos f« id ales
arrasados por la pólvca de los plebeyos, •
y la libertad del pensaniento sob-e los
escombros del ideal teocrático demolido
por la palabra de Liitero; nacidos, decimos, en aquella época, sin igual en lahistoria, Shakespeare y Cervantes venían , presintiéndolo acaso, pero no s.ibié'idofo con perfecta concienci'i, á representar los primeros albores del espíritu nuevo, á lanzar también la protesta,
más enérgica, ya que no la primera,
contra el ideal antiguo.
No es nuestro objeto ocuparnos con
detenimiento de Shakespeare, po.'quo en
la memorable fecha que hoy conmemoramos nuestra atención entera está absorbida por el recuerdo del inmoital
manco de Lepanto; pero fuera injusticia
notoria y patriotismo harto estrecho no
asociar en la memoria á los que .asocirron el genio y el sepulcro. Por eso, antes
de ceñirnos al asunto propio de este articulo, séanos lícito justificar siquiera lo
que acabamos de decir respecto á Shakespeare.
Es Shakespeare, sin género de duda, •
el dramático más grande de la edad moderna, y seria necesario remontarse á la
antigüedad helénica para hallar otro que
sea_digno rival suyo. Y aun á aquellos
insignes trágicos griegos aventaja en el
sentido y carácter puramente humano
de sus concepciones, que no tienen por
ajsunto la imaginaria lucha entre el hado
y los mortales, ni por teatro las cimas
del Cáucaso, sino que su asunto es la
lucha real de las pasiones humanas y su
teatro ese abreviado mundo que se llama
la conciencia.
Su genio inmortal, inspirado únicamente en el grandioso drama de la vida
iumana, supo presentir los grandes problemas de la conciencia y de la historia,
y encamar en creac ones etsrnamente
verdaderas y bell.ns, en persora.'es eternamente vivos, todas las pasiones, todos .
los sentimientos, todos los intereses que
se agitan y luchan en ese abismo insondable que se
llama [el espíritu. El, adelantándose á su siglo,
planteóelproblemade ladudaen I/amlet, precursor
del Seciismtmdo, del Fausto y del Man/redo; él encamó la ambición en Macbeth, clamor paternal en
Zear, la pasión amorosa en Romeo, la codicia en
Shylock, la tiranía en Ricardo IIJ^ los celos en
Othelo, y todos los í spectos, tan variados y bellos
del corazón de la mujer en esa colección de hermosas é incomparables'figuras que se llaman Desdémona, Gordelia, Julieta, Miranda, Ofelia, Imogenen, Viola, Porcia, y tantas otras admirables
personificaciones de aquel femenino eterno que,
como fuente de vida, redención é inspiración, inTocan los coros seráficos al terminar el segundo
. ,
Fausto. El, en suma, ha sido el poeta dramático
que á más alto punto de perfección ha sabido llevar la pintura de los caracteres y de las pasiones,
la verdad, el interés y la belleza de la acción.
Esta concepción del arte, este amplio y profundo sentido humano, este escepticismo tan radical,
acompañado de la más pura idealidad y del más
delicado sentimiento, cosas son todas que en modo
alguno se avienen con el ideal de la Edad Media.
Ese hi;manismo racionalista, hijo legítimo del Renacimiento y de la_Refoima,..£s el primer anuncio
I todas las librerías y en la Adumistraclon. seinsértaáaniítíéltifiy oointtBioaítós.
del arte nuevo, pero es también la primera protesta del ideiil antiguo.
La gloria de l'evar á cumplido efecto esta pi"otesta no pertenece sin embargo á Shakespeare. Para matará un ideal que ya no tiene razón de ser
no bastan la reflexión ni la indignación siquiera,
es menester el ridículo. Para convertir en polvo la
momia del pasado, es fuerza que la bóveda en que
se oculta retumbe bajo los ecos de una carcaj." da
homérica. Esta carcajada'fuéla obra de Cervantes.
que Don Quijote fué acogido con extraordinario
aplauso, y si no remedió las desdichas de sn'autsr
fué por que en aquellos tiempos las letras no eran
muy pródigas en mercedes con los que las cultivar
ban, y el oficio de escritor tenia más de honroso
que de lucrativo. Imprimióse la primera parte del
Quijote en Madrid en 1605, por Juan de la Cne»ta, y en el mismo año se hizo segunda edición por
cuenta del mismo impresor, amen de otras dos
hechas en Valencia é igual número en Lisboa.
Dióse otra en Bruselas en 1607, una tercera e(Si . ; ' ;cion de la de Madrid en 1608, otra en
Milán en 1610 y otra en Éraselas en 1611.
•i Y no tuvo menor éxito la segunda parte,
.. publicada en 161S, un año antes de la
muerte del autor, acaecida en medio de
la mayor pobreza en 23 de Abril de 1616.
Novelista insigne, intencionado y donosísimo satírico, regocijado entremesista, mediano dramático' y poeia, pero incomparable prosista, Cervantes es una de
las glorias más yn-eclaras de nuestra patria y una de las más grandes figuras del
mundo artístico. La posteridad, queriendo reparar la falta de sus contemporáneos, ha rendido á su memoria un verdadero culto, llevado en ocagiones hasta
la exageración y el delirio. Su obra inmortal ha sido objeto de infinito número
de comentarios, y se ha reproducido en
infinitas ediciones y traducido á lódoB
'os idiomas cultos. España ha pregona, do su fama en todos IQS tonos y celebra
sus anivexsarios con gran j;egQCÍ,io, y
espléi dida, como siempre, ha erigido á
su n emoria... ¡unaesjDecie de figurilla de
sobremesa en frente del palacio de las
Cortes! En cambio, -tíene una estatua
ecueE;.-e Felipe III.
Este afo las festividades con que se
saele conmemorar su aniversario, parece que serán más importantes y valiosa»
que otras veces. La Academia Española
celebrará su acostumbrada función religiosa en las Trinitarias, y la Asociación
de escritores y artistas ha dispuesto solemne fiesta en el Senado, bajo la presidencia de S. M. ¡Hora es de que vayamos entrando en el buen camino, siquiera justifiquemos una vez más aquel vulgar dicho de que el esimñol pie^a hien,
pero siempre tarde! . . ,
*
Paje en Roma, soldado en Lepanto, cautivo en
Argel, humilde empleado en España, Cervantes
recorrió en su existencia todas las fases de la vida
y saboreó todas las variedades de la desgracia. Su
regocijado y maleante ingenio, nunca abatido en
el infortunio, acrecentóse en la escuela del mundo, y su ánimo valeroso y fuerte se robusteció en
la escuela de la desventura. Con tales enseñanzas
hubo de adquirir ese profundo sentido de la realidad, que solo es patrimonio de los infelices, y que
es su mayor amargura cuando no le templa el culto de lo bello que alentaba en el alma de Cervantes. Pidió á las letras recursos v renombre, y no
obstante haber ejercitado su feliz ingenio en la
dramática, en la bucólica y en la novela de aven-
turas amorosas y de costumbres picarescas, la fortuna mostrósele esquiva, y la fama que logró no
bastó á-compensarle de su desnudez y abandono.
No le negaron estima sus contemporáneos, pero sí
socorros, y mientras su émulo y enemigo Lope de
Vega vivia en la pompa de la corte, él arrastraba
mísera existencia, cuando no languidecía en insanos
calabozos. Y sin embargo, ni su genio se agrió, ni
su ánimo se abatió ante pruebas tan adversas; antes bien, cobrando nuevos bríos, concibió en el silencio de una cárcel esa creación gig.autesca que se
llama Don Quijote de la Mancha, ese libro inmortal cuya fama y universal renombre nunca fueron
superados por otro alguno.
]?ormá8 que otra cosa se haya dicho, es lo cierto
-
•
^ • '
Sátira punzante de los libros de caballerías, y por ende del ideal caballeresco
que en ellos se expresa, Don Quijote no
ozára, con ser tan bello, de la fama que
a alcanzado, sí en él no hubiera, bajo
estas apariencias, una más alta y profunda concepción. No pensó en ella Cervantes; que hay algo de inconsciente en
el genio cual si fuera su inspiración obsesión producida por misteriosa y sobrenatural causa de que no se da cuenta el
sugeio que la experimenta; pero la concepción existe, y la crítica moderna, más
perspicaz oue la antif,ua, ha logrado de»cub. irla, poniendo en claro lo que confusamente presentía el vulgo. La oposición dramática entre lo ideal y lo real
parece constituir el fondo del Quijote;
mas no la oposición entre el ideal verdadero y la realidad, sino entre estaY el
ideal falso y anacrónico. Lo ideal no
está condenado ni ridicr.li^ado en el
Quijote; lo que allí se condena es el idea
lismo falso y extraviado, el ideal: sm©
calenturiento que engendra la i'f-ntasía,
no aquel otro, levantado y sereno, que
produce la razón.
Y de igual modo, el positivismo, representado en Sancho Panza, no es el
recto y racional sentido de la vida real,
hostil á ^ es idealismos descarriados, siró
aquel sensualismo groseio, hijo del interés ó de la ignorancia, que desconoce ó
mofa todo lo que es alto y digno como
lo que es locura y extravío, pero que está muy dis
puesto á explotar uno y otro en favor de sus interesados fines.
Y esta es la razón de la popularidad del Qrijote.
Sus dos personajes no son meras individualidades,
sino totales y permanentes aspectos de la hum-midad. D. Quijote y Sancho Panza viven en todos los
siglos, en todos los pueblos y en todos los individuos. Todos nosotros, cual más, cual menos, los
llevamos en el fondo de nuestra alma. Siempre
que nos obstinamos en empresas imposibles y nos
ponemos en insensata pugna con la realidad, siemp^'e que volvemos la vista hacía ideales absurdos ó
extemporáneos, siempre que pretendemos suprimir
el tiempo, ora resucitando el pasado, ora antici-
f
Mig^ncli^de C e r v a n t e s S a a v e d r a .
.
E L GLOBO.
90
pando el porvenir, el rudo golpe de las aspas del
molino que nos arroja en tierra nos recuerda que
eu nuestro espíritu vive D. Quijote. Y siempre
q^ie la ignorancia nos lleva á mofamos de todo
cuanto está por cima de lo material y grotesco,
siempre que el interés sórdido nos lanza en pos de
Baratarías ínsulas, los desaforados palos de los
yangüeses nos recuerdan que hay en nosotros algo de Sancho Panza.
El filósofo que quisiera aplicar 4 la vida real las
«oncepciones de la vida metafísica; el poeta que
sueña con góticos torreones y enamoradas doncellas; el político que intenta crear Jaujas socialistas ^^WBucitar el régimen del siglo X v l l , tqué son
sináQuijotes? Los que los aplauden á veces, y á
veces los mofan, pero los explotan siempre, los
que sin más Dios que el estómago, todo lo sacrific*n al logran de la apetecida ínsula, iquó soni sino
Sanchos) El Quijote es eterno. Miles de hombres, pdeando encarnizados en Navarra por resucitar el antiguo régimen, son la prueba más palmariawde que el quijotismo no ha desaparecido de la
humanidad, y menos de España.
Que no sea el Quijote necio entretenúnieato de
eruditos y literatos: ese libro encierra en el fondo
^ofundas enseñanzas. Código del buen sentido, él
traza á los hombres el recto camino de la razón y
del bien, condenando igualmente el extraviado
idealismo que todo lo perturba y el grosero positivismo que todo lo corrompe. El enseña sobre
todo esta gran verdad; que no hay idealismo más
funesto, ni tampoco más ridículo, que aquel cuyo
fin se cifra en resucitar ideales muertos que pasaron para no volver. Por eso el Quijote, protesta
«nótgica contra la Edad Media, aparición primera
de la razón y del buen sentido, es también la afirmación primera del progreso humano, hecha inconscientemente en los comienzos del siglo X\'1I.
Tal es el Quijote: tal fué también Cervantes.
Nunca produjeron las letras españolas libro más
bello, ni dio vida la española tierra á más preclaro espíritu.
Eterno el primero como la titánica lucha de que
es representación acertada, lo es el segundo, no
solo en el corazón de los españoles, sino eu la memoria de toda la humanidad culta. Llegarán siglos
en que las glorias de la guerra se desvanezcan
ante las glorias de la inteligencia y del tr.abajo;
llegará un dia en que la humanidad se avergüence
de haber erigido monumentos á los que la oprimen
y depiellan, dejando al mismo tiempo morir en
la miseria, y acaso yacer en el olvido, á los que la
ilustran y enaltecen. Entonces se hundirán en las
sombras los que fueron grandes por ser fuertes y
temidos, y quedará solo la memoria de los grandes ingenios. Entonces gozará todavía de más alto
renombre la inteligencia poderosa que formuló la
protesta del buen sentido contra el impsrio de la
fuerza; y cuando la fama de los Césares se eclipso,
brillará con nuevo esplendor la fama inmortal de
Miguel de Cervantes.
M. de la RsTÍUa.
CERTANTES.
EN ALCALÁ DE HENARES.
1s ir.
VARIOS CHICOS.
¡Bateo en Santa María!
¡Bateo!
UxA VIEJA.
iQuereis callar?
El qiie van á bautizar
no tiOTie más que hidalguía.
UN CHICO.
SU padre dicen que era
rico.
L A VIEJA.
Pero ahora no es antes.
UN CURIOSO.
LA VIEJA.
[Quién es el padrea
Csrvantes:
un hidalcto de gotera.
Ux CABALLUNO, llodricjo. en todo lugar
por noble y honrado pasa.
L A VIEJA.
Podrá ser buena su casa,
pero es pequeño el solar.
KN LAS AGUAS DE LEPANTO.
1 í5r 1.
STO.
PIETBO.
U N SOLDADO.
,STO. PIETRO.
Í>OLDADO.
STO. PPÍTKO.
KOLDAPO.
STO.
PIETKO.
SOLDADO.
y^TO. PlETRO.
¡SOLDADO.
Al fin, de Dios ayudados,
vencimos la armada turca;
mas mis ojo- espantados
ven que la galera surca
por sangre de mis soldados
Capitán, si bien se mira,
se han hecho esfuerzos gigantes
ijue ahora parecen mentira.
},C6mo está Miguel Cervantes)
Aún parece que respira.
En esto barco de Di')ria
siempre (juerlar:í memoria
de tan noWe castellano.
En el pecho y en la mano
tiene ya su ejecutoria.
Quiso entrar en el combate
enfermo y sin fuerza alguna.
Kl corazón que en él late
sc-á de tanto quilate
como su mala fortuna.
Por su vida te interesas.
Y el doctor no hane promesas,
pero él, <¡ne no se acobarda,
ha dicho que Dios le guarda
pata mayores empresas.
EN
AUSEL,
F u . JUAN G I L . YO ipie soy procurador
general do trinitarios
traico vivos
deseos humanitarios
de rescatar al mejor
do los cautivos.
KL REY AZAN. Quinientos escudos de oro
di á Dalí por el cristiano
que se .anhela;
él le apresi con su hermano.
á quien rescató del moro
su parentela.
Trescientos escudos viene
á dar la Orden, con trabajo.
• Yo jamás
le daré en precio tan bajo,
que aquí á Cervantes se tiene
en mucho más,
Y aunque con sus tentativas
de frustradas evasiones,
solo él
tiene inquietas mis legiones
contra las gentes cautivas
de este Argel,
nunca su audacia castigo,
antes le miro y le trato
con amor:
que, aunque es con su dueño ingrato
soy entusiasta testigo
de su valor.
B E H I J I N 20.—El principe de Bismarck
cuenta con u n a g r a n mayoría en a m b a s Cá.m a r a s p a r a l a votación de todos s u s proyectos.
caballo que montaba, sacó rota una pierna, la que,
según parece, será preciso amputarle.
F R . JUAN.
/ , El 25 de Mayo próximo se verificará la subasta para suministro de papel para la confección
P A R Í S 20
Los b o n a p a r t i s t a s h a n desigEL KEY.
nado y a los candidatos p a r a algunos depar- de cigarrillos.
El 26 tendrá efecto en la dirección de Rentas
tamentos en l a s elecciones de senadores.
Se cree que M. Thiers acepta la candidatu- remate en subasta pública para adquirir 60.000
resmas de papel para envolver los mazos de tar a de senador, que le h a n ofrecido.
VIENA 20.—La prensa austríaca, ocupán- bacos.
dose del incidente germano-belga, conviene
^*, La Agencia Fahra nos remitió ayer el sieu que l a p a z europea no será, t u r b a d a por guiente despacho telegráfico:
mucho tiempo, y que l a a l a r m a manifestada
"BARCELONA 20.—Él Diario dé Tarragona ñlcet
por algunos periódicos extranjeros no es fun- que se asegura que si en breve cesa la guerra dvU,
dada.
dos casas extranjeras construirán un ferro-carril
LONDRES 19 (por el cable).—En los presu- entre aquella ciudad y Valls.
puestos de I n g l a t e r r a , resulta un sobrante
El Diario de ^e?««asegura que hacefclínuiosdias
de 417.000 libras esterlinas.
se observa que cunde el desaliento etíSrelos carlisP A R Í S 21.—Es completamente falso el r u - tas de Mora de Ebro.
mor de que el conde de Chandory, embajador
En Gan4e8a se insubordinó parte del batallón
de F r a n c i a en España, no volverá á desempe- del cabecilla Pandereta, trabándose entre ellos una
FE. JUAN.
Por tu ventura más cierta,
ñ a r dicho cargo,
riña sangrienta, de la cual resultaron un muerto y
por tu dicha más querida
V E R S A L L E S 21.—Han sido aprobados los ocho heridos.
y más alta,
planos pctra l a instalación de l a s dos Cámavuelve al esclavo á la vida
En Berga se han presentado á indulto un coro r a s en versallés en l a forma anunciada por nel y un capitán de la facción.
y pido de puerta en puerta
estaJAgencia.
lo que me falta.
Kl Dia-io de 'Barcelnna-^pnhMca la alocución
^ L t E J A 20.—Ayei<, coa motivo de las fiestas que el general Mjirtinez Campos dirigió á las troEL REY.
Tuyft es Cervantes, anciarto:
del Jubileo, hubo desórdenes en esta ciudad, pas de la expedición'de la alta montaña.
al venderle soy un necio;
promovidos por los enemigos de los católicos
tanto vale,
Dice que (|uedó satisfecho de su disciplina, de
que comenzaron silbando u n a procesión y di- su sufrimiento cruzando las altas montañas de
que es barato en cualquier precio;
rigiendo insultos á los que tomaban p a r t e en
porque no hay ningún cristiano
Cade, llenas de nieve, que el enemigo no se atreella.
vió á esperarle en aquellas terribles posiciones, y
que se le iguale.
BRUSELAS 21.—Algunos periódicos pru- que cruzó el terreno que los carlistas llamaban susianos no h a n modificado su lenguaje hostil yo, sin disparar un tiro.
respecto á Bélgica.
EN M A D R I D .
Ayer tomó posesión, con las solemnidades de
L a p r e n s a de este país llama l a atención costumbre, del cargo de rector de esta Universidad
101 e.
sobre este hecho, a l cual a t r i b u y e g r a n d e im- D. Estanislao Reynalds, asistiendo los catedrátiportancia.
U N TRANSEÚNTE. Dobl¡»n en las Trinitariascos de todas las facultades y ciencias, y varias copor allí apareced muerto,
misiones.
Fahra.
í A veri Viene descubierto
El consolidado cerró anoche en el bolsín á
y no le entonan plegarias.
17-32 1/2 operaciones."
Alcance de la Agencia, Fahra.
Xo le conozco: un cualquiera
nñerlin l'i.—Bajo el título de El Gobierno ¡tru/ , Créese que el Gobierno do S. M. señalará. la
cyio ha dejado de penar;
siano yel ele-o católico dice la Corresponden- solemnidad literaria que hoy se celebra en el Sesolo le van á enterrar
cia Providencial: Los .artículos de la Constitución nado con un acto que perpetúe la celebración anual
cuatro de la Orden Tercera.
relativos á la situación de la Iglesia, han sido la de ese tributo de respeto al príncipe de los ingeÜN CURIOSO. jSá sabe quién es el muerto)
fuente principal de todas las dificultades que han nies y al enaltecimiento de las letras y las artes.
ÜN PARLANCHÍN. YO SU amigo ma llamaba:
surgido á causa del sentido arbitrario que les han
un tal CervauDes, que estaba
,*» La Gaceta publica hoy un decreto convodado los católicos.
soñando siempre despierto.
cando
para una Exposición de pintores que tendrá
Estos artículos, base por su naturaleza, de la fiEscribía y escribía...
delidad y confianza siempre probada del clero ha- lugar el próximo otoño en el palacio de Indo.
- yo, viendo sus borrones,
/ , Una comisión del Centro hispano ultramacia el Estado, ha sido quebrantada por el cambio
Í e'eciiaba muchos sermones;
capital que ha sufrido la situación de Roma fren- rino estuvo ayer tarde á ofrecer á S. M. el home¡pero si era su manía!
naje de su adhesión y la medalla conmemorativa
te á frente de los Gobiernos temporales.
Estaba el pobre señor
El principio de la Iglesia libre en el Estado li- de los festejos que en la isla de Cuba se han verimanco de la izquierda mano,
bre, se había establecido lealmente, pero se ha ficado por su advenimiento al trono.
mas pudo ser escribano,
abusado desde el principio y no es posible ave,*» Según noticias de origen fidedigno, anteayer
corchete <> procurador.
nencia en presesencia de un Papado que se apoya se encontraba en Castellón el general jefe del ejér;
P<;rque no era ningún zote
en la infalibilidad y en el SyUabns
cito del Centro.
y daba gusto oirle hablar:
El Gobierno, que desea basar la legislación bajo
deja una obra regular
,% La división Loma continuó ayer el moviun
principio
claro,
crea
que
su
primer
deber
es
que se llama Urm Quijote.
hacer desaparecer de la Constitución los principios miento emprendido hacia las Encartaciones.
Pero el pobre estaba loco;
generales que hasta ahora han sido causa de la
con novelas y entremeses
/ , S. M. se encuentra ya aliviado de su ligeconfusión, y hacer un reglamento práctico y eficaz
se le pasaban los meses
ra indisposición.
filiando
la
situación
del
Estado
respecto
á
la
Igleif
sin ganar mucho ni poco.
sia católica.
,*, Anteanoche se encontraba en Tafalla, seY fué soldado naval,
gún noticias oficiales, el general en jefe del ejércisiempre con mala fortuna,
to del Norte.
y tuvo amores con una
NOTICIAS GENERALES.
,% Procedente del Norte ha llegado á esta caseñora de Portugal.
pital el coronel de ingenieros Sr. Ibarreta, que
Yo relato; no comento:
La Gaceta de ayer publica las siguientes noti- está á las órdenes del genorrl Loma, presentándoacaso su muerte aflija
cias referentes á la insurrección carlista:
se al señor ministro de la Guerra.
únicamente á su hija
.1 VALENCIA.—El gener.al en jefe del ejército del
que es monja en este convento.
,*» El grueso de las facciones del Centro so
Centro, en despacho de ayer, participai que el briEL CURIOSO. El viejo se explica bien.
encontraba á las últimas fechas hacia Cuevas de
EL TRANSEÚNTE. ¿Qué nos importa esa historial gadier Romero con 900 infantes y 40 caballos sor- Vinromá y Albocácer.
prendió en Cherta á la facción del Neu de Prados,
EL PARLANCÜIN. Dios le dé su santa gloria.
la que se defwidió tenazmente en la iglesia y casa
,*, Alzada la suspensión que sufría La CorresKL CrURioso. Ri'qniescat in pace.
del fielato, que tenia fortificadas. El enemigo fué pondencia de la maiiaiía, hoy reaparecerá nuesEL TRANSEÚNTE
Amen,
atacado con vigor, y reunidas á las fuerzas del tro colega.
brig.adier Romero las del general Montenegro,
* Dice un colega:
se rindió á discreción, quedando prisioneros en
HOY.
"Los dias It) y 20 se ha roto el fuego en nuesnuestro poder ocho jefes, entre ellos el citado Neu
Un libro castellano
de Prades, gravemente herido, 13 oficiales y 207 tras posiciones del primero y secundo cuerpo del
con noble (.rguUo el corazón ensancha,
individuos de tropa; resultando además un ofi- ejército del Norte, con objeto de nacer una demosporque es el Don Quijote de la Mancha
cial, siete individuos de la facción heridos y 30 tración contra las líneas enemigas. Lo mismo hala obra más grande del ingenio humano.
muertos,
y aprehendiéndose bastante armamento, brá practicado el general Loma en Gayangos. Se
Juan Jonú Uerrai»,>'
municiones
y caballos. Nuestras bajas han consis- cree que el enemigo deja dosguarnecida'á Estella.
22 de Abril de 1875.
tido en un jefe y un oficial levemente heridos, y No faltará quien desee sacar partido coú un fuerte
tres individuos de tropa muertos. A causa del ataciue por ese lado; pero debe tenerse presente
descalabro sufrido por « enemigo se presentaron que en Estella existen 3(X) prisioneros.
ASUNTOS VARIOS.
El canje parece se verificará el 2,')."
á indulto al general Montenegro el comandante
de armas de Cherta, y seis individuos de la fac,*, Un despacho de la Agencia. Americana
ción Aivarez.
•
CARTA DE CERVANTES.
anuncia que el primer ministro de Pruaia, prínciEl capitán general, también en telegrama do pe de Bismarck, se encuentra enfermo de alguu
Hoy publicamos un escelente facsímile de la
carta de Cervantes al Rey Felipe II, fechad» en ayer, manifiesta que el comandante militar de Am- cuidado.
postft cgti fuerzas de aquella guarnición, los franMálaga á 17 de Noviembre de 1594.
/ , Durante la hora oficial de Bolsa se cotizacos de Tórtosá y 10 V(duntarios, atacó el dia 12
Esta carta, toda de letra de Cervantes, fué har en
ron ayer nuestros fondos á los cambios siguientes:
San
Carlos
á
las
facciones
de
Peiro
y
Pems,
haliada en el archivo de Simancas por la enc^z dili- ciéndolas huir precipitadamente; causando al ene- el 3 por 100 interior, á 16-87 y 1/2 y 85 al contado,
gencia del archivero D. Tomás GoMalez.
migo 12 muertos y muchos heridos, y cogiendo á 16-80 áfindel corriente y á 1)5 y !J7 1/2 áfindel
Encargado Cervantes de recaudar las tercias y bastantes armas, el caballo de uno de los cabeci- próximo; el exterior á 20 por 100, 20-36 y 16-85 al
alcabalas que debían algunos pueblos del reino de llas y varios efectos de guerra.
contado; los billetes hipotecarios á lo2-85 al conGranada á la Eeal Hacienda, escribió al Rey, por
tado; los bonos del Tesoro á 48 por 100 al contado
NíJKTE.—El general en jefe, en despacho de esta y 48 2.'! áfindel próximo, y las obligaciones nueconducto de .luán de Velasco secretario del Consejo de Hacienda, la carta que verán nuestros lecto- madrugada, manifiesta que las fuerzas al mando vas do ferro-carriles á 30 por 100 y 29-80, y 29-70
del general Loma, hicieron el 20 un movimiento al contado.
res en el lugar correspondiente.
sobre el valle de Mena, desalojando al enemigo
En dicha carta roaamé» Cervantes lo ex{>ueato del
Los demás v.ilOTes no se cotizaron.
deMercadillo, y causándole dos mueren otra anterior acerca de las partidas ([ue, en con- tos pueblo
y
ocho
heridos.
Al
retirarse
á
Miranda
las
*^ Porfinha sido puesto en libertad el brigacapto de ya pagadas, no podia cobrar de la Casado tropas que hablan custodiado un convoy á Vito
Anfon, que se oneoutr.aba prisionero de loa
Moneda de Motril,-Salobreña y Almuñécar; aña- ria, tuvieron un encuentro con el batallón carlista dier^
carlistas.
diendo, entre otras cosas, que de lo recaudado en de 'jMuaueca, cerca de Bivavellosa, obligándole á
Baza, Guadíx, Agüela de Granada y Loja, remi- retirarse hasta Quintanilla con bastantes b.ajas.
,*» La función que so celebra hoy en el Senado
tirá pólizas seguras á Tííadrid, y ((ue no lo queda So han presentado á indulto al citado general en
en honor de Cervantes, comenzará á lastres en
por cobrar sino la partida de Ronda; poro por ha- un jefe, tres carlistas, uno con caballo."
punto, estandoabicrw el local con una hora de anbérsele acabado el término, y tener que ir también
ticipación.
á entregar el demás caudal donde se le mande, in* También publica la Gaceta un real decreto
,*, Hoy debo Ueg.ar á Bayona el Nuncio de Su
siste en que se le concedan veinte dias de próroga. espedido por el ministerio de la Guerra creando
Santidad
en esta corte, Sr. Simeoni.
Este documento fué publicado por ])rimora vez una fuerza especial para la escolta de S. M. y su
por I^-. Mariin Fernandez Navarrete en su Vida servicio fuera de Palacio. Dicha fuerza so denode Miguel de Cenanten Sanvedra, dada á luz minará Escolta Real y constará de un escuadrón
NOTICIAS DE ESPECTÁGUIOS.
en 1819 por la Real Academia Española.
compuestos de dos jefes, primero y segundo, dos
capitanes, un ayudante, cuatro tenientesj tres alCon el título de Bonito pan de boda, se estrenó
féreces, un veterinario, un picador, un sargento
NOTICIAS DEL EXTRANJERO.
primero, cuatro segundos, ocho cabos primeros, anteanoche en el teatro Romea una zarzuela en dos
ocho segundos; uno de trompetas, cuatro trom- actos, aiTeglo del Sr. Model^ música del maestro
petas, cien soldados, tres hen-adores y un forjador. Nieto (D. Enrique). Los artistas encargados de inDESPACHOS TELEORÁFICOS.
Diez y ocho caballos do jefes y oficiales y 100 de terpretar la obra se esmeraron en su ejecución,
P A R Í S 20.—Se p r e p a r a n grandes fiestas tropa.
mereciendo el aplauso del numeroso público que
en Orleans p a r a celebrar el aniversario de
llenaba el teatro, la graciosa música del laborioso
,*, Según un periódico de Sevilla, el alguacil al par que modesto maestro Sr. Nieto,
J u a n a de Arco.
Continúa en aquella ciudad el proceso p a r a que salió el domingo por la tarde á pedir la llave
en la plaza de toros de Sevilla, y á quien tiró el
la canonización de la célebre heroína.
DIARIO ILUSTRADO.
LA FDERZA DE LA SANGRE
HOTEL! ÜJEMPLIR
VE
M I S U E U DE C E R V A N T E S
SAAVEDRA.
Rodolfo se enflaquecieron; y como la insolencia que con Leocadia había usado no tuvo otro principio que el ímpetu lascivo, del cual nunca nace el verdadero amor que permanece,
en lugar del ímpetu que se pasa, queda, sino el arrerientimiento á lo menos una tibia voluntad de segundalle. Frío,
pues, y cansado Rodolfo, sin palabra alguna dejó á Leocadia
en su cama en su casa, y cerrando el aposento, se fué á buscar
A aus camaradas para aconsejarse con ellos de lo que hacer
debía. Sintió Leocadia que quedaba sola y encerrada, y levantándose del lecho, anduvo todo el aposento tentand(5 las
i'aredes con las manos por ver si hallaba puerta por do- irse,
ó ventana por do arrojarse; halló la puerta pero bien cerrada,
y topó una ventana que pudo abrir, por donde entró ei resplandor de la luna tan clara que pudo distinguir Leocadia
las colores de unos damascos que el aposento adormaban; vio
que era dorada la cama, y tan ricamente compuesta, que más
parecía lecho de príncipe que de algún particular caballero:
contó las sillas, y los escritorios, notó la parte donde la puert a estaba; y aunque vio pendientes de las paredes algunas
tablas, no pudo alcanzar A ver las pinturas que contenían:
la.ven tana era grande, guarnecida y guardada de una gruesa
reja; la vista caía a un jardín que también se cerraba, con paredes altas; dificultades que se ojuisieron á la intención que
de arrojarse A la calle tenia. Todo lo (jue yió y notó de la capacidad y ricos adornos de aquella estancia le dio á entender
iiue el dueño della debía de ser hombre principal y rico; y no
como quiera, sino aventajadamente. En un escritorio que estaba junto á la ventana, vio un crucifijo pcfiueño, todo de plata, el cual tomó y se le puso en la manga de la ropa, no por
devoción ni por hurto, sino llevada de un discreto designio
suyo. Hecho esto, cerró la ventana como ants^s estaba, y volviíise al lecho, esperando (lué fin tendria el mal principio de su
suceso.
u n a noche de las calorosas del verano volvían de recrearse
del rio en Toledo un anciano hidalíjo, con su mujer, un niflo
squefio, una hija de edad de diez y seis aftos y una criada.
.* noclie era clara, la hora las once, el camino solo y el paso
tordo, por no pagar con cansancio la pensión ijue traen consigo
las holguras due en el n o 6 en la vesta se toman en Toledo.
Con la seguridad que promete la mucha justicia y bien inclinaila gente de aquella ciudad, venia el buen hidalgo con su
honrada familia, lejos de pensar en desastre que suoederles
pudiese; pero como las más de las desdichas que vienen no se
piensan, contra todo su pensamiento les sUoodió una que les
turbó la'holgura, y les dio que llorar muchos afios. Hasta
veinte y dos tendria un caballero de aquella ciudad, á <(uien la
riiiueza, la sangre ilustre, la inclinación, torcida, la libertad
demasiada y las compañíasübres. le hacian iiftcer cosas y tener atrevimientos que desdecían de su calidad y le daban renombre de atrevido. Este caballero, pues, que por ahora, por
buenos respetos, encubriéndola nombre, le llamaremos con el
de Rodolfo, con otros cuatpoamigos suyos,.todos mozos, todos
aleares y todos insolentes,tajaba por la misma cuesta que el
hiilalgo subía. Encontráronse los dos escuadrones, el d é l a s
ovejas con el de los lobos; y con desKonesta desenvoltura liod'olfo y sus camaradas, cubie^^os los rostros, miraron los de
la madre, y de la hija y de la w i a d a . Alborotóse el viejo, y
reprochóles y afeóles su atrevimiento: ,eUos l a respondieron
«on maeoaüy b o r l ^ y si^„4esmandar3« & mifipa«aron adelante. Pero la mucha hermosura del roífr'o M * ksiña visto
Kodolfo, que era el de Leocadia,' que ¿si quieren que se
llamase la hija del hidalgo, comenzó i ^ í M manera á impríniirsele en la mcúioría, que le lleró tHH ffibk voluntad, y despertó en él un deseo de gozada, á P ^ ^ y M N M c e los inconvenientes que sucederle pudiesen; y . ^ M V n t l t a n t e comunicó
su pensamiento con sus camaradas, ijríB^fao instante se reHolvíeron de volver y robarlas pbif dar í i a t o á Rodolfo, que
siempre los ricos que dan en liberales hallan quien canonice
srta desafueros y califique por buenos sus malos gustos; y así
el nacer el mal propósito, el coiaunicarle y el aprobarle y el
determinarse de robar á Ltocad^a y el robarla casi todo fué
en un jiunto. Puaiéroass los pjífiííuelos en loa rostros, y deseftvainando las e«paaa^ volvieron, y á pocos pasos alcanzaron á los que no liw>i»li. acabado de dar gracias á Dios que
<le las manos de a q n w ó s atrevidos lea había librado. Arremetió Rodolfo con Leocadia, y cogiéndola en brazos, dio A
huii' con ella, la cual no tuvo fuerzas para defenderse; y el
sobresalto le quitó la voz jiara quejarse y aun la luz de los
ojos, pues, desmayada y sin sentido, ni vio quién la llevaba,
ni adonde la llevaban. Dio voces su padre, frritó su madre,
lloró su hemmtrioo, arañóse la criada; pero ni las voces fueron
oídas, ni los gritos escuchados, ni movió á compasión el llanto, ni loa araños fueron de provecho alguno, porque todo lo
cubría la soledad del lugar y el callado silencio de la noche,
y las crueles entrafias de los malhechores. Finalmente, alegres ss fueron los unoa y tristes se quedaron los otros. Rodolfo llegó á su casa sin impedimento alguno, y los padres de
Leocadia llegaron a l a suya lastimados, afligidos y desesperados: ciegos, sin loa ojos de su hija que eran la lumbre de los
suyos; solos, porque Leocadia era su dulce y agradable compafiía: confusos, sin saber sí seria bien dar noticia de su desjjracia á la justicia: temerosos no fuesen ellos el princijial
instrumento de publicar su deshonra. Veíanse necesitados de
iavor, como hidalgos pobres: ni sabían de quién quejarse, sino de su corta ventura. Rodolfo, en tanto, sagaz y astuto, tenia ya en su casa y en su aposento A Leocadia, A la cual, puest o que sintió que iba desmayada cuando la llevaban, la había
cnbicrto los ojos con un pañuelo, porque no viese las calles
por donde la llevaba, ni la casa, ni el aposento p a n d e estaba;
<oii el cual, sin ser visto de nadie, á causa que él feuia un cuarto aparte en la casa de su padre, que aun vivía y tenia de su
est'incia la llave y las de todo el cuarto; ínadvei'tencía de padres que quieren tener A sus hijos reoojidos; antes que de su
desmayo volviese Leocadia había cumplido su dieseo Rodolfo:
que los ímpetus no castos de la mocedad pocas veces ó ningun a reparan en comodidades yrequisitos que más los inciten y
levanten. Ciego d e l a l u ' . d e l entendimiento, á escuras, robó la
mejor prenda de Leocadia; y como los pecados de la sensualidad iior la mayor parte no tiran más allá la barra del término del cumviUmiento dollos, quisiera luego Kodolfo ciue de
allí se desapareciera Leocadia, y le vino á la imaginación de
IJonolla en lacalle.así desmayada como, estaba, y yéndoloá
pener en obra, sintió que volvía en sí, diciendo!.f Adonde estoy, desdichada? ;,Q^ué esnuridad esta?.iQué tinieblas me ro•dcan? /.Estoy en el limbo de mi inocencia, ó en el infierno de
•mis culpa.s? ¡Jeails, quién me toca? jYo en cama? iYo lastimada? íEscúchasme, madre y sefiora rnia? jOyesme, querido padre? i Ay .sin ventura de mi! c(ue bien, advierto que mis padres no me eacuclian, y.que mis enemigos me tocan. Ventuíoea seria yo sí esta cscuridad durase para siempre, sin que mis
ojos volviesen á ver la luz del mundo, y ijue este lugar donde
ahora estoy, cualquiera que él se fuese, sirviese.de sepultura
á mí honra; pues es mejor la deshonra que ae ignora, que la
honra que está puesta en opinión de las gentes. Ya me acuerdo, que nunca yo me acordara, que ha poco que venia en compañía de mis padres: ya roe acuerdo que me saltearon' va me
imagino y veo que no es bien q u a m e vean las gentes. ¡Oh, tú,
•cualquiera (lue seas, que aquí está» conmigo, y con esto tenía •
asido de las manos A Rodolfo, ai es que tu alma admite género de ruego alguno, te ruego que ya que has triunfado de mi
fama, triunfes también de mi vida: quítamela al momento,
•que no es bien que la tenga la que no tiene honra: mira que
el rigor de la crueldad que has usado conmigo en ofenderme
se templará con la piedad que u.sarás ^n matarme, y así en
u!i mismo punto vendrás á ser cruel y piadoso.
No habría pasado á su parecer media hora cuando sintió
abrir la puerta del aposento, y que A ella se llegó una persona, y sin hablar palabra, con un pafluelo le tendó los ojos, y
tomándola del brazo la .^;icó fuera de la e3t:incia, y sintió que
volvía á cerrar la jiuerta. Esta persona era Rodolfo, el cual,
aunque habia ido á buscar á sus camaradas, no quiso hallarlos, parecíénilole que no le estaba bien hacer testigos de lo
(lue. con aquella doncella haVjía pa.sado, antes se resolvió en
decirles, que arrepentido del mal hecho, y movido de sus lágrimas, la había dejado en la mitad del camino. Con este
acuerdo volvió tan presto á poner á.Leocadía junto á la iglesia mayor, como ella se lo había pedido, antes (lue amaneciese y el día le estorbase de echalla, y le forzase A tenerla en su
aposento hasta la noche venidera; en el cual es.pacio de tiempo, ni él (lueria volver á usar de sus fuerzas, ni dar ocasión á
ser conoci.do. Llevóla, pues, ha.sta la plaza qnc llam.an de
Ayuntamiento, y allí, en voz trocada y en lengua medio portuguesa y castellana le dijo; que seguramente podía irse á
su casa, porque de nadie seria seguida; y antes que ella tuviese lugar de quitarse el pañuelo, ya él se habia puesto en
parte donde no pudiese ser visto.
Quedó sola Leocadia: quitóse la venda: reconoció el lugar
donde la dejaron: miró á todas partes, no vio á persona; pero
sospechosa que desde lejos la siguiesen, A cada pa.so se detenia, dándolos hacia su casa, que no muy lejos de allí estaba; y
por desmentir las e.ijiías, ai acaso la seguían, ae entró en una
casa que halló abierta, y de allí á poco se fué A la suyii, donde
halló á sus padres atónitos y sin desnudarse, y aun sin tener
pensamiento de tomar «lescanso alguno. Cuando la vieron
corrieron á ella con los brazos abiertos, y con lágrimas en los
ojos la recibieron. Leocadia, llena de sobresalto y alboroto, hizo A sus padres que se retirasen con ella aparte, como lo hicieron, y allí, en breves palabras, les dio cuenta de todo su
desastrado suceso, con. todas las circunstancias del, y de la
ninguna noticia «luetraia del salteador y robador de su honra.
Díjoles lo que había visto en el teatro donde se representó la
tragedia de su desventura: la ventana, el jardín, la reja, los
escritorios, la cama, los damascos, y A. lo último les mostró el
crueilijo (lue habia traído, ante cuya imagen se renovaron las
lágrimas,se hicieron deprecaciones, se pidieron venganza», y
desearon milagrosos castií^oa. Dijo asimismo que aunque ella
no deseaba venir en oonocimíento de su ofensor, que sí á sus
padrea les pareóla ser bien conocelle, que por medio de aquella ímAgen i»odrian, haciendo que loa sacristanes dijesen en
los pulpitos de todas las parroquias de la ciudad, (lue el que
hubiese perdido tal ÍmAgen, la hallaría en poder del religioso
que ellos señalasen, y que ansi sabiendo el dueño de la imagen se sabría la casa y aun la persona de su enemigo. A esto
replicó el padre; bien habías dicho, hija, si la malicia ordinaria no se opusiera á tu disiiroto díacurso; pues, está claro que
esta imagen, hoy en este día se ha de echar menos, en el aposento que dices, y el dueño della ha de tener por cierto (lue la
persona (lue con él estúvose la llevó; y de llegar A su noticia
que la tiene algún religioso, antes ha de servir de conocer
quién se la dio al tal que la tenia, que no de declarar el dueño (lue la perdió; jiorqne puede hacer que venga t)or ella
otra A quien el dueño haya dado las señas; y siendo esto así,
antes quedaremos confusos ciue informados, puesto quo p o
damoB usar del mismo artificio que sospechamos, dándíila al
religioso por tercera persona. Lo que has de hacer, hija, es
guardarla y encomendarte A ella, que pues ella fué testigo, de
tu desgracia, permitirá que haya juez (lue vuelva por tu justicia; y advierte, hija, que más lastima una onza de deshonra jjúblíca, que una arroba de infamia secreta; y pues puedes vivir honrada con Dios en público, no te pene de estar
deshonrada contigo en secreto; la verdadera deshonra está en
el pecado, y la verdadera honra en la virtud: con el dicho,
con el deseo y con la obra se ofende A Dios; y pues tú, ni en
dicho, ni en pensamiento, ni en hecho le has ofendido, tente
por honrada, (lue yo por tal te tendré, sin que jamás te mire
sino como verdadero padre tuyo. Con estas prudentes razones
consoló su padre á Leocadia; y abrazándola de nuevo su madre, procuró también consolarla: ella ;5Ímíó y lloró, de nuevo,
y se redujo A cubrir la cabeza, como dicen, y A vivir recogidamente debajo del amparo de sus padres, con vestido tan honesto como pobre.
.Confuso dejaron las razones de Leocadia A Rodolfo, y como
moio poco esperimentiido ni sabia qué decir, ni qué hacer;
cuyo silencio admiraba más á Leocadia, la cual con las manos
procura!» desengañarse si era fantasma ó sombra el que con
ella estaba; pero como tocaba cuerpo y se le acordaba de, la
fuerza que se le había hecho viniendo con sus padres, 3aia
en la verdad del cuento de su desgracia; y com este pensamiento tornó, á añudar las razones que los muctoa sollozos y
suspiros habían ínterrumiiido, diciendo: atre^vJido mancebo,
que de poca edad hacen tus hechos que te juzg'ue, y» t e Perdono la ofensa que me has hecho, con solo que prometas y.
jures que como la has cubierto con esta escuridad, la oubtiras con t u perpetuo silencio sin decirla A nadie: poca recompeu.sa te pido de tan grande agravio; pero para mí será la
mayor que yo s.abre pedirte ni t ú (lUorrAa darme. Advierte
que yo nunca he visto tu rostro, ni quiero verle; porque ya
nue .se me.acuerdo de mi ofensa, no quiero acordarme dé mi
ofensor, ni guard.av en la memoria la imagen del autor de mi
daño: entre mi y el cielo pa.sarán mis quejas, sin (luerer que
las oiga el mundo, el cual no juzga por los sucesos las cosas,
.sino conforme á él se le asienta en la estimación. No sé como
tí) (ligo estas verdades, que se suelen fundar en la esperien<;ia de muchos car.os y en el discurso de muchos años, no llegando los míos á (lie?, y siete; por do me doy A entender que
el .lolor de una misma manera ata y desata la lengua del afligido; unas, veces exagerando su mal para (lue le crean; otras
veces no diciéndole poniue no ae le remedien. De cualquiera
manera que yo c.'iUe ó hable, creo a n e ^ d e moverte A que
me oreos ó iiue me remedies; pues.el no creermeserAignorancia y el remediarme imposible de tener algún alivio: no quiero j.'sesperaniie. iionine.te costará poco el dármele; y os este:
mira lío aguardes ni conties que el discurso del tiempo temple la justa saña que contra tí tengo, ni quieras amontonar
los azravios; miontras menos me fiozaresv y habiéndome ya
BO-/.adó inénoa se encenilerán tus.malos deseos. Haz cuenta
«luemcofendisteiioraccidente, s i n d a r l u g a r A ningún buen
dis-nrso- yo la liaré de (lue no nací en el mundo, ó que si nací
fué para ser desdichada; i>ónme luego en la calle, ó A la méTiO.'. .lunto A la iglesia mayor, porque desde allí bien sabr.é volverme A mi caea;pe,ro también has de jurar de no seguirme,
ni siberla, ni preguntarme el nombre de niis padres, ni el
mío, ni el de mis i.arientes, queá ser tan ricos como nobles,
no f iteran en mí tan doadích»dos. Respóndeme A esto; y si
temos que te pueda conocer por la habla, hagote saber que
fucííi de mi padre y de mi confesor no he hablado con homUre
alguno en mi vida; y A pocos he oído hablar en tanta comunicación que pucil;>. distmsniírlos por el sonulo de la haDia. ij.a
res^iuesta (|ue (lió RortolíoAlns discretas razones de la lastimada Leocadia no fué otra que abrazarla, dando muestras
qu:- quería volver A confirmar en él su gusto, y en ella su deshonra. TiO cual visto por .Lcocadin,, con más faereas de las
que sii tierna edad prometían se defendió con los pies, con las
manos con los dientes, y con la lengua, diciéndole: haz cuenta, traidor y desalmado hombro, quien quiera que soaa, que
los despojos que de mí has llevaílo son loa que pudiste tomar
de un tronco ó de una coUma sin sentido, cuyo vencimiento
y triunfo ha de redundar en tu infamia y menosprecio; pero
el que ahora pretendes, no le has de alcaniar sino con mi
muerte- desmayada me pisaste y aniquilaste, mas ahora que
tenao bríos antes podrás matarme que vencerme: mic ai ahora despiertA sin resistencia concediese con tu a.bommable
Kusto, podrías imaginar que mi desmayo t u e h n n d o cuando
te atreviste A destruirme. Finalmente, tan gallarda v porfiadamente se resistió Leocadia, que las fuerzas y los deseos de
Rodolfo, en tanto, vuelto A su casa, echando menos la imagen del crucifijo, imaginó quién podía haberla llevado; pero
no se le dio nada, y como rico no hizo cuenta dello; ni sus padres se la pidieron cuando de allí A tres días que él partió A
Italia, entregó por cuenta á una camarera de su madre todo
lo que en el atioaento dejaba. Muchos días habia que tenia Rodolfo determinado de pasar A Italia, y su padre, que habia estado en ella, se lo persuadía, diciéndole que no eran caballeros
los (lue solamente lo eran en su patria, que era menester serlo
también en las ajenas. Por estas y otras razones se dispuso la
voluntad de Rodolfo de cumplirla áosu padre; el cual le dio
créditos de muchos dineros para Barcelona, Genova, Roma y
Ñapóles; y él, con dos de sus camaradas, se partió luego, goloso de lo que había oido decir A algunos soldados de la abundancia de las hosterías de Italia y Francia, y de la libertad
(juc en los alojamientos tenían los españoles. Sonábale bien
aquel eco li buoni polastri, picioni, pre«utoégalci.ri.', con otros
nombres deste jaez, de quien los soldados s« acuerdan cuando
de a(iueUas partes vienen A estas, y pasan jior la estrocheza é
incomodidades de las ventas y mesones de España. Finalmente, él se fué con tan poca memoria, de lo que con Leocadia le
había sucedido como si nunca hubiera pasado.
Ella en este entretanto pasaba la vida encasa de sus padres
con el rtcogíiniento posible, sin dejar verse de persona alguna,
temerosaqiie su desijracia ae la habían de leer en la frente;
pero A pocos meses vió serle forzoso hacer por fuerza, lo que
hasta allí de grado hacia; vió que le convenía -vivir retirada y
escondida, porq.Ue se sintió preñada: suceso por el cual las en
algún t i n t o olvidadaalAgrimaa volvieron A sus ojos., y los suspiros y lamentos comenzaron de nuevo á herir los vientos, sin
ser parte la discreción de su buena madre A consolalla. Voro el
tiempo y llesóae eliuinto del parto, y contantosf^creto, qucaun
no se osó fiar de la parti'ra; v usurpando este oficio la madre,
dio á la luz del mundo un niño de los hermosos que pu(Jíeran
imaginarse. Con el mismo recato y.secreto que habia nacido, le
llevaron A una aldea, donde se crió cuatro años, al cabo de los
cuales, con nombre de sobrino, le trujo su abuelo A su casa,
donde se criaba, si no muy rica, A lo ménosmuy virtuosamente. Era el niño, á quien pusieron nombreLuis, por llamarse
así su abuelo, de rostro hermoso, de condición mansa, de.ingenio ivíudo, y en todas las acciones que en aquella edad tierna podía hacer daba señales de ser de algún noble padre engendrado; y de tal manera au. gracia, belleza y discreción enamoraron A sus abuelos, que vinieron A tener por dicha la desdicha de su hijaiiorhaberles dado tal nieto. Cuando iba por
la calle llovían sobre el millares de bendiciones: unos bendecían anhermosura: otros la madre que le habia parido: estos
el padre que le oncendró: aquellos A quien tan bien criado le
criaba. Con este aplauso do los que le conocían y no conocían,
llc^ó el niño A la edad de siete años, en la cual ya sabía leer
latín y romance, y escribir formada y muy hnenaletra; porque
la intención de sus abueloa, era hacerle virtuoso y sabio, ya
que no le podían hacer rico; como Si la sabiduría y la virtud
no fuesen las riquezas sobre quien no tienen jurisdicción los
ladrones ni la que llaman fortuna. Sucedió pues que un día
que el niño fué con un recado de su abuela A una paríenta
suya, acertó A paaarpor una calle donde habia carrera de caballeros; púsose A mirar, y por mejor.arse. de puesto, pasó de
lina parte á otra A tiempo que no pudo huir de ser atropellado
do un caballo, A cuyo dueño nníuó posible detenerle en la furia de su carrera: pasó por encima del, y dejóle C(jmo muerto,
tendido en el suelo, derramando mucha sanare ne la cabeza.
Apenas esto .hubo sucedido, cuando un caballero aneianp,
que estaba mirando la carrera, con no vista ligereza se arrojo
de su caballo y fué donde estaba el niño, y quitándole de los
E
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brazos de uno que ya le tenia, le \n\so en los suyos, y sin tener
entro en un aposento A solas au madre con Kodolfo, y i>ocuenta con sus canas, ni con su autoriíiad, que era mucha, ^
niéndole un retrato en las manos, le dijo: yo (luiero, Rodolfo
paso largóse fué A su casa, ordenando á «•!« criados que le dehijo, darte una gustosa cena con mostrarte A tu esposa; este
jasen y fuesen A buscar un c i r u j a ^ ! que al niño curase. Mues su verdadero retrato; pero quiérete advertir que lo que le
chos caballeros le siguieron, lastimados á» la desgracia de
falta de belleza, le sobra de virtud: es noble y discreta, r
tan hermoso niño, porque luego sallo la voz que el atropellado
medianamente rica;y j>ues tu padre y yo te la hemos escMBera Luisioo, el sobrino del tal caballero, nombrando á su
do, asegúrate que es la (lue te conviene. Atentamente miró
abuelo. Esta voz corrió de boca en boca, hasta que llegó A los
Kodolfo el retrato, y dijo: silos lúntores, que ordinariamente
oídos de sua abuelos y de su encubierta madre; los cuales,
suelen ser pródigos d é l a hermosura con los rostros que retracertificados bien del caso, como desatinados y locos salieron A
tan, lo han sido también con este, sin duda creo que el oribuscar A su (luerido. y por ser tan conocido y tan principal el
ginal debe ser la misma fealdad: A la fé, señora y madre mia,
caballero que le habia llevado, muchos de los (lue encontraron
justo es y bueno que los hijos obedezcan A sus padres en
les dijeron su ca.sa, á la cual llegaron A tiempo que ya estaba
cuante les mandaren: pero también es conveniente y mejor
el niño en poderdel cirujano. Ei caballero y su mujer, dueque los padres den A sus hijos el estado de que más gustaños de la casa, pidieron á los que pensaron ser sus padres que
ren; y pues el del matrimonio es ñudo que no le desata sino
no llorasen ni alzasen la voz .á i.iuejarse, porque no le seria al
lamuerte, bien será que sus lazos sean iguales, y de unoa
niño de ningún provecho. El cirujano, que era famoso, hamismos hilos fabricados. La virtud, la nobleza, la discrecitm
biéndole curadocon grandísimo tiento y maestría, dijo que
y los bienes de la fortuna, bien pueden alegrar el entendino era tan mortal la herida como él al principio había temímiento de aquel A quien le cupieron en suerte ewn su esposa;
do. En la mitad de la cura volvió Luís en su acuerdo, que
pero que la fealdad della alegre los ojos del esjmso, paréoehasta allí había estado sin él, y alegróse en ver á sus tíos, los
me imposible. Mozo soy, pero bien se me entiende que se
cuales le preguntaron llorando, que c(imo se sentía? Responcompadece con el sacramento del matrimonio el justo y dedió que bueno, sino que le dolía mucho el cuerpo y la cabeja.
bido deleite que los casados gozan: (lue si él falta, cojea el
Mandó el médico que no hablasen con él, sino que le dejasen
matrimonio y desdice de su segunda intención; pues p e n s u
reposar: hízose ansi, y su abuelo comenzó á agradecer al seque un rostro feo, que se ha de tener A todas horas delanñor de la casa la gran caridad que con su sobrino había usate de los ojos, en la sala, en la mesa y en la cama, pueda dedo. A lo cual respondió' el caballero, que no tenia que agraleitar, otra vez digo que lo tengo por casi imposible. Por TÍdeeelle; poriiue le hacía saber (lue cuando vió al niño caído y
da de vuesa merced, madre mía, (lue me dé compañera que
atropellado, le pareció que había visto el rostro de un hijo
me entretenga y no enfade; porque sin torcer A una 6 á (^rft
suyo, á quien él (lueria tiernamente, y que esto le movió á toparte, igualmente y por camino derecho llevemos ambos i
marle en sus brazos, y traerle A au casa, donde eataria todo el
dos el yugo donde el ciclónos pusiere. Si esta señora es notiempo que la cura duraae, con el regalo <iue fuese posible y
ble, discreta y rica^ como vuesa merced dice, no le faltará
necesario. Su mujer, que era una noble señora, dijo lo mismo,
esposo que sea de diferente humor que el mío: unos hay qne
y hizo aun más encarecida» promesas.
buscan nobleza, otros discreción, otros dineros, y óteos hermosura, y yo soy destos últimos; porque nobleza, gracias al
Admirados (luedaron de tanta caridad los abuelos; pero la
cielo y á mi,s pasados y á mis padres, (iu« me la dejaron por
madre qu«<ió laás admirada, porque luibiendo con laa*nuevas
herencia: discreción, como una mujer no sea n s e u , tonta*
del cirujano sosegádose algún tanto su alborotado espíritu,
boba, bástale que no por aguda despunte, ni Pee bob* no
miró atentamente el aposento donde su hijo estaba, y claraaproveche: de las fiquesns, también las de mis l a d r e s m e
mente por muchas señales conoció que aquella era la estanhacen no estar temeroso de venir A ser pobre: la hermaenra
cia donde se habia dado fin á s u honra, y príncipioá su desbusco, la belleza qi^era, no pon otra dote que con la de la keventura; y aumiue no estaba adornada de los damascos (lUe
nestidad y buenas (Sostumbres; (|ue si esto trae mi esposa, yo
entonces tenia, conoció la disposición della, vió la ventana de
serviré A Dios con gusto, y daré buena vejez A mis padrea.
la reja iiue caía al jardín, y por estar cerrada á causa del heContentísima quedó au madre de las razones de Bodolto, por
rido, preguntó sí aipiella ventana respondía á algún jardín? Y
haber conociilopor cll is que iba saliendo bien con sn - d n i l fuéle respondido (lue .sí; pero lo que más conoció fué quea(iuenio; respondióle iiue ella procuraría casarle conforme sn della era la misma camaiiue tenia por tuml>a de su sepultura: y
seo, que no tuviese pena alguna, que era fácil deshacerse 1¿»
mas, (lue el propio esiM'itorio, sobre el cual estaba la imagen que
conciertos, que de casarle con aquella señora estaban he^
habia traido, se estaba en el mismo lugar. Finalmentcsacaron
chos. Agradecióselo Rodolfo, y por ser llegada la hora d e
á luz la verdad de todas sus sospechas los escalones que ella
cenar se fueron A la mesa; y habiéndose ya sentado 4 eU&
había contado, cuando la sacaron del aposento tapados loa
el padre y la madre, Rodolfo y sus dos camaradas, ^ o doojos, digo los escalones iiue uabía desde allí a l a calle, que con
ña Estefanía al descuido: ¡pecadora de mí, y (lue Men q a e
advertencia discreta eoutó: y cuando volvió á contar y halló
trato A mi hué.spedi»! Andad vos, dijo A un c r i ^ o , decid a 1*
cabal el número; y confiriendo unas señales con otras, de todo
señora doña Leocadia, que sin entrar en cuentas con «ti mapunto certificó por verdadera su imaginación, de la cual dio
cha honestidad, nos venga á honrar esta mesa, que los qme
por estenso cuenta A su madre, tiuc como dis(ircta se informó si
á ella están todos son mis hijos y sus servidores. Todo esto
el. caballeril donde su nieto estatia habia tenido, ó tenia algún
era traza suya, y deto(.lolo rjue había de hacer estaba avisahijo; y halló que el ([ue llamamos Rodolfo lo era. y iiue estaba
da y advertida Leocadia,
enttalia.y tantsandoel tiempo que le dijeron que habia faltado de Bspaña.vió queeranlos mismos sieteaftos que el nieto
Foco tardó en salir Leocadia, y dar de sí la improvisa y maa
teni.a. Dio aviso de todo esto á su marido, y entre los dos y su
hermosa mue.stra que jmdo dar jamás compuesta y natural
hija acordaron de esperarlo cine Dios hacia del herido; el(;ual
hermosura.
Venia vestida, por ser invierno, de una saya endentro de quince dias estuvo fuera de i>eligro, y á los treinta
tera de terciopelo líegro, llovida de botones de oro y perlas,
se levantó, en todo el cual tiempo fué visitado de la madre y
cintura
y
coilar
de diamantes; su.s. mismo,s ca.jellos, que eran
de la abuela, y regalado de los dueños de lacasa como si fueluengos y no demasiadunente rubios, le servían de adorno jr
ra su mismo hijo; y algunas veces hablando con Leocadia
tocas, cuya invención de lazos y rizos, y vislumbres de diadoña Estefanía, que así se llamaba la mujer del caballero,
mantes, que con ellos se entretejían, turbaban la luz de loa
le decía que a(juel niño se jiarecia tanto á un hijo suyo que
ojos que los miraban. Era Leocadia de gentil disposición y
estaba en Italia, que ninguna vez le;BÍraba que no le parebrío: traía de la mano á su hijo, y delante de ella venían doa
ciese ver á su hijo delante. Destaa razones tomó ocasión de
doncellas,
alumbrándola con dos velas de cera en dos cándele;
decirle una vez (lue se halló sola con ella, las que con aíruerros de plata. Levantáronse todos á hacerla reverencia, como.si
do de sus padres había determipado de decilie, que fueron
fuera
alguna
cosa del cielo que allí milagrosamente se habÍA
estas ú otras semejante.s: el día, señora, que mis padres oyeapare'ido. Ninguno de los (lue allí estaban embebecidos miron decir que su sobrino estaba tan mal parado, «reyeron y
rándola,
parece
iiue (le atónitas no acertaron A decirle palapen.saron que se los había cerrado el cielo y caído todo el
bra. Leocadia con airosa gracia y discreta crianza se humiliA
mundo acuestas: imaginaron qué ya les faltaba la lumbre de
A
todos,
y
tomándola
de l a mano EsteJania, la sentó junto 4
sus ojos y el báculo de su yejez, faltiíndoles este sobrino, A
sí frontero de Rodolfo, Al niño sentaron junto á su abuelo.
qulen.ellos quieren cOn amor tle t%\ manera, (jue cpü tnu'^has
Rodolfo,
<iue
desde
mas
cerca miraba la, incomparable belles»
ventajas escede al que suelen tener otros padrea á sus hijos;
de Leocadia, decia entre sí: si la mitad desta hermosura tumas como decirse suele que cuando Dios da la llaga da la
viera
la
que
mi
madre
me
tiene escogida por esposa, tuviéramedicina, la halló el niño en esta casa, y yo en ella el acuerme yo por el mas dichoso hombre del mundo. Válaine Dios.
do de unas memorias <iue no las podré olvidar mientras la
jiiué es esto que veo? J,Es por ventui-a algún ángel humano el
vida me durare. Yo, señora, soy noble, porque mis padres lo
(lue estoy mirando? Y en esto se le il)a entrando jjor los ojos A
síin, y lo han.sido todos mis antepasados, iiue con una mediatomar posesión de su alma la hermosa imagen de Leocadia; la
nía de los bienes de fortuna han sustentado su honra felizcual, en tanto iiiie la cena venia, viendo también tan cerca da
mente donde quiera que han vi\'idq. Admirada y suspensa
sí al iiue ya quería mas i|ue á la luz de lo» ojos, (ron (jue alcaestaba doña Estefanía, escuchando las razone» de tieocadin, y
na vez á hurto le mira.ba. cíimenzri á revolver en ,su imaginano podía creer, aunque lo veía, que tanta discreción pudiese
ción lo que con Rodolfo habia pasado; cojoenzaron A enfiaqueencerrarse en tan pocos años, puesto que A su parecer la juzcersa
en su alma las esiieranzas iiue de ser su esposo su madre
gaba por de Teintcimco mas AltMROs; r •ia decirle ni ntpliearle
le
habia dado, temiendo que á la cortedad de su ventura luu
Íialabra, esperó todas l.as que quiso aecirle, que fueron aquebian de corresponder las promesas de sii madre, consideraba
las que bastaron para contarle la t p w a w r a (fe su hUa, la descuan cerc:i estaba, de ser dichosa, ó sin dicha jtara siempre; y
honra suya, el robo, el cubrirle los 0JQ¿íCtraerla A a<itiel apofue la consideración tan intensa y los pen.samientos tan resento, las señales enque habia conocttoo ser aquel mismo que
vueltos, <iue le apretaron el corazón de manera (lue comenzó i,
sospechaba; para cuya confirmaci(íl iaeó del pecho la imagen
sudar y á perderse de color en un punto, sobreviniéndole u n
delorucifijoquehabiallevado,á(iuuBl,dÜo:tú,8eñor!qiIeíuiste
desmayo (lue le forzó A reclinar la cabeza en losbrazosde dofia
testigo de la fuerza que se me liizo,>aé juez de 1» enmienda
Estefanía, (|up como ansí la vió, con turltu-ion la reinbióen
que se me debe hacer; de encima de aquel escritortff te llevé,
ellos, Soliresaltáronse todoa, y dejándola mesa, acudieron &
c(jn proi>ósíto de acordarte siemrire mi agravio, no para peremediarla; pero el (lue dio mas muestras de sentirlo fue Rodirte venganza del, que no la pretendo, sino para rogarte me
dolfo, pues por llegar presto á ella tropezó y cayó dos veoee.
dieses algún consuelo con que llevar en paci-encia mí desgraNi por desabrocharla, ni echarla agua en el rostro volvía en d ,
cia. Este niño, señora, con quien habéis mostrado el estremo
antes
ellevantado pecho y el pulso, (lue no se le hallaban, iban
de vuestra caridad, es vuestro verdadero nieto; permisión
dundo precisas señales de su muerte; y las criadas y criadas
fue del cielo el haberle atropellado, para (lue trayéndole A
de
casa,
como menos considerados, dieron voces y la publicavuestra casa, hallaseyo en ella, como espero(iue he de hallar,
ron iior muerta. Estaa amargas nuevas llegaron A los. oidoa
si no el remedio que mejor convenga con mi desventura, alode
los
padres
de Leocadia, que iiara mas gustosa ocasión loa
menos el medio con (jue pueda sobrellevarla. Diciendo esto.
tenía doña Estefanía escondidos; los cuales, con el cura de Ut
abrazada con el crucifijo, cayó desmayada en los brazos de
jiarroquia.
que
ansimismocon ellos estalla, romiiiendo el orden
Estefanía, la cual, en fin como mnger y noble, en quien la
de Katefania, salieron á la sala. Llegó el cura iiresto por ver si
compasión y misericordia suele ser tan natural como la cruelpor
algunas
señales
daba indicio» de arrepentirse de sua pedad en el hombré,íipena8 vió el desmayo de Leocadia, cuando
cados para absolverla de ellos; y donde pensó hallar un desjuntó su rostro con el suyo, derramando sobre él tantas lágrimayado
halló
dos,
poríiue
ya estaba Rodolfo puesto el rrjstro
maa, que no fue menester esparcirle otra agua encima jiara
sobre el pecho de Leocadia, Dióle su madre lugar de que A ella
que Leocadia en ai volviese.
llegase, c(imo A cosa (lue había de ser suya; jiero cuando vid
(lue también estaba sin sentido, estuvo á i>ique de perder el
suyo, y le perdiera, si no viera que Ro(lolfo tomaba en sí,
Estando las. dos "desta inanera, acertó A entrar el caballero,
como volvió, corrido de que le hubiesen visto hacer tan estremarido de Estefanía, que traia :\ Luisico de la mano, y viendo
mado* estremos; pero su madre, casi como adivina de lo q a e
el llanto de Estefanía, y el desmayo de Leocadia, preguntó A
su hijo sentía, le dijo; no te corras, hijo, de los estremos que
gran priesa le dijesen la causa'de do procedía. El niño, abrahas liecho, sino córrete de los (lue no hicieres cuando sepas lo
zaba á su madre por su prima, y A au abuela por su bienheque
no quiero tenerte mas encubiert), puesto (|ae.pensaba
chora, y así mismo preguntaba por (^ué lloraban? Grandes
dejarlo hasta mas alegre coyuntura. Haajie saber, hijo de m i
cosas, señor, hay que deciros, respondió Estefanía A au marialma, que esta desmayada, (jue en los brazos tengo, es t n
do, cuyo remate se acabará con deciros que hagáis cuenta.(iue
verdadera esposa; llamo verdadera, porque yo y tu padre
esta desmayada es hija vuestra, y este niño vuestro nieto.
t e l a teníamos escogida, que la del retrato es falsa. Cuando
Esta verdad que os digo me ha dicho esta niña, y la ha conesto oyó Rodolfo, llevado de su amoroso y encendido deseo,
firmado y confirma el rostro íle este niño, en el cual entrambos
y (luitándole el nombre de esifoso todos los estorbos que la
habernos visto el de nuestro hijo. Si mas no os declaráis, sehonestidad y decencia del lugar le podían poner, se abalanñora, yo no 08 entiendo, replicó el caballero. En esto volvió en
zó al rostro de Leocadia, y juntandí) su boca con la della,
sí Leocadia, y abr.azada del crucifijo, parecía estar convertida
estaba como esperando (lue se le saliese el alma para darle
en UH mar de llanto: todo lo cual tenia puesto en gran confuacogida en la suya; iisro cuando más las lAgrimas de todoa
sión al caballero, de la cual salió cont;i,ndolc su muger todo
por lástima crecían, y iior delor las voces se aumentalian, y
aquello (lue Leocadia le habia contado; y él lo cre^'ó por divilos cabello» y barba.s de la madre y ]>adre de Leocadia arna permisión del cielo, como si con muchos y vtjrdadcros tesrancados venían á menos, y los gritos de su hijo penetrabra
tigos so le hubieran probado. Consoló y abrazo A Leocadia;
los cielos, volvió en sí Leocadia, y con su vuelta volvió la aleh S ó A sn nieto, y aquel mismo dia dcsTiacharon un correo
gría y el contento que de los pechos de los circunstantes se
A NApoles, avisando á su hijo se viniese luego, poniue le
había ausentado. Hallóse Leocadia entre los brazos de Kotenían concertado casamiento con una mugcr hermosa sobredolfo. y quisiera con honesta fuerza desasirse de ellos; pero
maneri, y tal cual para él oonvenia. No consintieron qae
él
le dijo: no. sefiora, no ha de ser así; no es bien, que PBfLeocadia, ni su hijo, volviesen mas A la casa de sus p a d r e í ^ J
neis
por apartaros de los brazos de aquel que os tiene en el
los cuales, contentísimos del buen suceso de su hijo, daban "
alma. A esta razón acabó de todo en todo de cobrar Leocadia
infinitas gracias A Dios por ello.
sus sentidos, y acabó doña Estefanía de no llevar más adeLlegó el correo A'NApolea, y Rodolfo, con la golosina de golante au determinación primera, diciendo al aura que luego
zar tan hermosa muger como su padre le significaba, de allí á
desposase A su hijo con Leocadia: él lo mío asi, que por hados dias que recibió la carta, ofreciéndosele ocasión de cuatro
ber sucedido este caso en tiempo cuando, con sola la volun.
galer.as que estaban A punto de venir á Esiiana, se emKarcíi en
tad de los contrayentes, sin las diligencias y lirevencionei»
ellas, con aus dos camaradas. que aun no le habían (lej.ido, y
justa* y santas que ahora se usan, qnedaba hej-ho el m a t r i .
con próspero suceso en doce dias llegó á líarcelona, y de allí
monío, no hubo dificultad,que impidiese, el desposorio, m
imr la posta en,otros siete se iraso en Toledo, y entró en casa
cual hecho. d á « M A o t r a M u m a y A otro ingenio más d e S .
de su padre tan galán y tan bizarro, que los extremos de la
cado que el mTo «I c o n t r f W ^ f r t » universal de todos loa
gala y de la bizarría cataban en él todos juntos. .Megráronae
(jueen él se hallaron: los abMil* (lue los padres, de Leo<»dÍA
sus padres con la salud y bienvenida de su hijo: suspendióae
Leocadia, que de parte escondida le miraba, por no salir de
la traza y orden (lue doña Estefanía le habia dado; los camaradas de Rodolfo quisieran irse A sus casas luego: pero no.lo
dre» los ofrMimiento» deJM partes: la admiraeion de los o t
coBsintió Estefanía, por haberlos menester para su designio.
rnarádas de Rodolfo, que ten impensadamente vieron la miíEstaba cerca la noche cuando Rodolfo llegó; y en tanto (lue se
nXnoche de su llegada tan hermoso deapoeorio, y m i s cnaaaderezaba la, cena, Estefanía llamó aparte ios camaradas de
dó supieron, POT contarlo delante de todes dafla KeteÍMii».
su hijo, creyendo, sin duda alguna, que ellos debían de ser los
nue Leocadia era la doncella que en au compañía sa kijo hados de los tres que Leocadia habia dicho que iban con Rodolfo
bia robado, de que no menos suspenso quedó Rodolfo; y p<w
la noche que la robaron, y con grandes ruegos les pidió le dicertificarse mAs df aquella verdad, preguntó A Leocadia le
jesen si se acordaban que su hijo había robado A una miuer tal
dijese alguna señal por donde viniese en conocimiento entenoche, tantos años habia, porque el saber la verdad de esto
ro de lo que no dudaba, i>or parecerle que sus padres lo tenimportaba A la honra v el sosiego de todos sus parientes; y con
drían bien averigu.ulo. Ella respondió' cuando yo recordé y
tales y tantos encarecimientos se lo aupo rogar, y de ta.l mavolví en.mí de otro desmayo, me hallé, señe»-, en vuesto«a
nera lea asegurar que de descubrir eate robo no les podía aubrazos, sin honra; iicro yo lo dov por bien empleado, pues a l
ceder daño alguno, que ellos tuvieron por bien de confesar
volver del que ahora he tenida, asimismo rne hallé en loa
ser verdad que una noche de verano, yendo ellos dos y otro
brazos del de entonces, per«ihoi>'*da; y si esta señal no
amigo con Rodolfo, robaron en la misma que ella sefialatiaa
basta, baste la de una imagen de'un crucifijo, que nadie <M
una muchacha, y que Rodolfo se habia venido con ella " " « " •
la pudo hurtar, sino yo, si es que por la mañana le ecbaetf)
tras ellos detenían A la gente de su familia,.que.con vooe«,i»
menos, y si es el mismo que tiene mi sonora. Vos. lo IKJIB
querían defender; v que otro dia les había dicho «««luiio
de mi alma, y lo seréis los anos que Dios ordenare, bien miO;
que la habia llevado A su casa; y solo esto era .lo l » e ' l " < " r "
y abrazándola de nuevo, de nuevo volvieron las bendioione»
responder A lo que les preguntaban. La eonfesion destos <io«
y parabienes que les dieron. . .
fué echar la llave á todas las dudas que e», *»'<"\»,'''* P?"
Vino la cena, y vinieron músicos, que para esto eataMB
dian ofrecer; y así determinó de llevar al cabo su b»«n Penprevenidos. Vióse Ríílolfo A sí mismo en el espejo del roairo
samiento, que fué este. Poco antas qoe so sentasen A cenar se
de su hijo: lloraron sus cuatro abuelos de gusto: no qaeOA
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E L GLOBO. DLA.RIO I L U S T R A D O .
rincón en toda la casa que no fuese visitado del júbilo,
del contento y de la alegría; y aunciue la noche volaluí
con sus lijeras y nesras alas, le iparecia á Rodolío que ilja y
<an;inabji, no con alas, sino con muletas: tan grande era el
deseo de verse á solas con su ciuerida esposa. Llejíóse, en
ñn, la hora desead:!, ponjue no hay tin ciue no le ten»i. Fuéronse á acostar todo«;r,nedó toda la casa seimltada en silencio; en el cual no quedará la verdad (leste cuento, ijues no lo
consentirán los mucluis hijos y la ihistre descencíencia iiue
en Toledo dejaron, y agora viven estos dos venturosos desposados, (|ue muclios y felices años t;ozaron de sí mismos, de
sus hijos y de sus nietos: permitido todo por el cielo y por la
J'wersa de la «auQre, que vio derramada en el suelo el valeroso, ilustre y cristiano abuelo de Luisico.
VARIEDADES.
El célebre organist.a Sebastian Bach faó un dia
á visitar á unos I-OIÍKÍOSOS amigos suyos eu un
convento de caiiuchinos.
Empegados los oficios divinos,
quiso retirarse el profesor; pero
.
sus amigos le rog-aron so qued.ase para oir al organista del convento, á quien tenían en alta
estima, y Bach accedió.
Terminada la función religiosa, le preguntó el prior:
—Y bien, ¿qué os parece nuestro organista?
—Me pRrece un buen hombre,
contestó Bach.
—Eu efecto, dijo el prior, es
tan buen religioso, tan fiel cristiano, tan caritativo y observador del Evangelio, que tiene encantada A, la comunidad, sobre
todo, por su recogimiento y reBwva.
—Esto último lo he conocido
al momento, dijo el célebre pianista, porque su mano izquierda ignora siempre lo que hace la
derecha.
ños ([ue custodian las vías, so eleva ahora aquel
número á la cifra de un millón de empleados.
»*, Dice Balzac qu*el amante enseña á la mujer cuanto el marido le oculta,
»*» íiQuión ha picado mejor? preguntba un curioso ¿í una per.'iüna ((ue salía i>or vez primera de
los toros en una corrida colobr.'ula eu Julio.
—El sol, contestó el interpelado.
,*, DecLa un cómico á, otro:
—Me proponen pasar de primero á otra compañía: iqué te parecu'í
—iJebes aceptar, contestó, porque para segundo
no sirves.
,*» De las dos expediciones que en Diciembre
último salieron de Egipto para Dariom, mandaba
una el coronel 11. E. Coiston y el teniente corouel
H. B. Ileed, y la otra el coronel £. ,S. Purdy y el
el mismo manubrio está consagrado á hacer bajar
el globo sin pérdida do gases ó de lastre. Por último, un timón de huía con la forma de un disco
completa el aj)arato.
/ , ^ M. Muller, uno do los individuos do la espedicion rusa .á la Siberia septentrional, lia participado á la Sociedad geográfica de San Petersburgo la esperanza que tiene de dar la vuelta al Polo
Artico,_que según él no es un punto aislado, sino
un territorio de cierta circunferencia, en el cual
no varía la inclinación de la aguja magnégica.
/ , Joubert evit.aba todas las apuestas que le
hacían, diciendo:
—Si queréis ganar, sois un picaro, y si perdéis,
sois un tonto.
.
t-
^ZMuyO^ S^
¿revi
»*, Se calcula que ascienden
& un millón y medio de duros
los gastos hechos por las diversas exiKxiicione.s científicas que
fueron á observar el paso de Venus por el disco del sol,
teniente coronel A. M. Masón. Los cuatro son oficiales americanos, escogidos especialmente para
dicho servicio por el general C. P. Stone, jefe de
estado mayor del virey de Egipto.
,*, Acaba de cometerse un espantoso crimen
en Bretaña. Hé aquí sus detalles:
María Boderé se casó en 1870 con su primo Beltran Boderé. Ambos gozaban de buena fortuna y
nada parecía oponerse á su felicidad; pero uno y
otro tenian el vicio de beber y embriagarse frecuentemente. María descuidó la casa por entregarse á la bebida, y Beltran se dedicó á la borrachera,
acaso para olvidar los desórdenes de su esposa.
Así vivían los cónyuges, cuando un ¡irimo de
María, joven, de diez y siete años, llamado Juan
Lcgofí, comenzó á visitar la casa de Beltran y á
pasar el día Ijeiiiendo en compañía de su prima.
Tanto bebieron los dos (|ue el dinero empezó á es-
7
^
U/citct/ lícc/a
L.
JCCJo
On
ir
?¿^^C2^/^^
ya^ ^
wn'.^
,*, Un importante descubrimiento se ha kecho en el Monte
Esquiliuo, en Roma, consistente eu siete estatuas pürfectnniente con8ervadas,un busto de Commodo y otros fragmentos.
Como la pieza en i|ue se han
hallarlo no se ha concluiílo de
escavar, se cree con fundamento
que contenga algunos otros ejemplares.
^^Ca.
»*» En el condado de Gloucestershire (Inglatenra), hay un
castaño de mil años, que todavía produce frutos.
,*, Segiui (latos est.idísticlíS
últimamente publicado.*, en Turquía hay 1-2.7(»(i.1)0(1 cristianos
y 5(Kí.t»()() judíos. Los eristi.an(>3
no tienen derechos políticos de
ninguna clase.
^1
(í¿c^
,ti.&tc<.
X^
^ca,(/cf
»*, V i c t o r H u g o define al
amor diciendo ([ue es como un
árbol: nace y croco por sí mismo, echa profundas raíces en todo nuestro ser, y muya menudo
le vem.os elevarse lozano entre
las ruinas do un corazón.
,*„ El concertista de trompa,
M. Vivier, célebre, al par que
por su talento por la originalidad de su carácter, recibií'i cierto dia una invitación para comer
en casa de un aristocrático personaje.
Al i»iécie la esquela había una
nota, rec(jmcuilaudo .al .artista
que no olvid.ara su instrumento.
_ Vivier, no pudiendo ó no queriendo aceptar invitación tan interesada, creyó muy del caso excusarle con la siguiente carta:
"Señor: un compromiso pendiente me priva del placer de
correspo'ider esta tarde á vuestra amable invitación: mas como
mi instrumento, cuya asistencia
deseáis, se halla en disposición
de comiilaceros, me tomo la libert id de enviároslo sin pérdida de mohiento."
La trompa, poco acostumbrada k «epararse de su dueño, permanedótoda la tarde silenciosa
y triste.
4^\>i
a. ¿Ttf'U0C
c^^
rUí TlAJi-
y^a.
'-^Yc^t^^^^<^ ^y^riz
,*. Todo el secreto de la política, decia madama de Porapadour, consiste en mentir con
oportunidad.
,% AvanzMirApidamenWlos preparativos para
organizar la Exposición de Filadelfia, certamen
que no titme nval entre los anteriormente celebrados.
CVeemos oportuno dar á conocer la extensión de
terreno que han ocupado las Exposiciones universales hasta ahora celebradas:
74 704 metros cuadrados.
Londres en 1851.
París, en 1865
!)4 45o 11
Londres en 1862..
170.460
fturís, en 1887....
404.460
Viena, en 1873... 2 , 125..')3fi
Filfvdelfip.enl875. 2.57«.8t.)0
,*» En 1874 había en la Gran Bretaña 274.635
personas empleadas en los ferro-carriles, distribuidas 228.958 en I n d a t e m y Gales, 31.023 en
Escocia y 14.554 en IrLutda. (Jon las viudas y ni-
caseíir y los mercaderes de vinos se negaron á venderles su mercancía al fiado. El marido no quiso
tampoco sostener los vicios de su mujer y del primo y ambos concertaron asesinarle.
Cierto dia que Beltran estaba borracho le dieron á comer un pastel envenenado. Juan se sintió
indispuesto, mas como el veneno no obraba tan
enérgicamente como los criminales deseaban, estos llevaron á su víctima á un lugar ap.artado y
allí le asesinaron, arrojando sobre su cuerpo piedras de gran peso. Para recompensar á su cómplice, María le dio 40 francos que le habla prometido' más una gratificación de 10 francos.
En el tribunal, Juan ha acusado á María y
María ha acusado á Juan. Ante la monstruosidad
del delito, el defensor ha pedido el examen facultativo de la acusada y el tribunal se lo ha concedido.
Ignórase aun el resultado del examen médico á
que María Boderé va á ser sometida.
*, Dos compañías de ingenieros militares han •
completado en Prusia su instrucción en el manejo de los globos cautivos aplicados á la observación de los campamentos enemigos. Pero este
servicio va á sufrir una verdadera revolución en
los ensayos que se persiguen en Wolwich (Inglaterra); dan 31 aire libre Jos buenos resultados obtenidos bajo cubierto. M. Bowdler ha inventado
la aplicación al globo del movimiento de un buque de velas y emplea para esto un impulsor de
hélice, de metal más lijero que el de los buques,,
que se coloc." horizontalmente en la barquilla manejado por un simple manubrio á mano y con la
velocidad de 14 vueltas por segundo. Otro hélice
fijado verticalmente y puesto en movimiento por
SAKTO DEl DIA.
8an Jorge, mártir.
Naei(i en Caiiadocia, de familia distinguida por su nobleza y por el celo de la
veríladera religión. Kl emperador Diocleciano le hizo su maestre de campo,
poí.su valentía, guando Diocleciuno decfetó- una persecución contra lo» cristianos, .lorge le afeii su conducta con valentía, confesándose cristiano, valiéndole esto el ser martirizado horriblemente.
Bl valor (lue entonces demostró y sus ini\¿f&is en este acto,_ hicieron que se
, ponvirtieseu muchos idídatras, hasta el
' planto de que los dos pr>ítorcs Protolo y
• Anatolio y la emperatriz Alejandra abrazaron la religión de Cristo. Viendo Diocleciano ,<^ue con el tormento no conseguía dominar eu energía, recurrió á los.
halagos y la blandura, i'cro todo fué inútil,mandando el cmperfidor, enfurecido
al ver su decisión, fjue le cortaran la
cabeza el 23 de Abril del año 2!)0.
J/fw<)>o/of/to. - E l í Valencia de Francia
los santos mártires l''éli.\, Fortunato y
Azuileo. En Prusia, el tránsito de.San
Adalberto, obispo de Praga. En Milán,
San Morolo, obispo y confesor. En Toul,
en Franci», San .íerardo, obüpo de a(iueUa ciudad.
OülTOS.
Se sana el .Tubileo de Cuarenta horas
en la iíílesia de monjas de Don Juan de
Alarcon, donde termina la novena de la
lieata María Ana do Jesús; á las diez
será la misa mayor con sermón ((ue predicará D. Andrés Pérez Kivilla, y por
la tarde, á las seis, se cantarán completas, terminando con el lieginu Cali y
procesipn de reserva.
Continúa celebrándose la novena del
Patriarca Snn José en la iglesia de Montserrat, y predicará en la misa Ina^•or
D. Manuel Uribe, y por la. tarde, en los
ejercicios, el P. .losé JoaquínMontalb.Tn.
La coniírcfe'aciou de Nuestra Señora
del Amparo y lUmna Muerte, establecida en ]a iiarro(iuia de Sau Luis, da i)rincipio á la novena (lue .anualmente consagra á su cscclsa y titular I'atrona con la
solemnidad (|ue en los años anteriores;
á las diez será la misa mayor con manifiesto y sermón que predicará D. Ignacio Vililla, y por la tarde comenzaría!
los ejercicios á las cinco y.media; (icsIiues de manifestar á su Divina Míisrestad, se rezará la estación, y el rosario,
seKui.rá el sermón que predicaríu hoy don
Emilio Santamaría, y terminada la noventa, se cantarán los gozos, S.anto Dios
y la reserva, concluyendo con la letanía
y el Jiii/ma Cali en el altar de Nuestríi Sefli,ni.
Principia también la novena de Nuestra. Señora del Monte de Piedad de las
Animas, en la capilla del Establecimiento, plaza de las Descalzas. Todas las tardes a l a s cinco y media, después de mpnifestar á S. D. M., se reservará la estación y el rosario, seguirá el sermón que
predicar;!. D. Francisco de Asis Aguilar,
terminando con la novena, gozos. Salve y
la resíirva.
En San José habrá por la tarde ejercicios con manifiesto, sermón que.predicará P . |Phdro Carrascosa, t(a-ininando
con el MtHerere al Santísimo Cristo del
Desamparo.
Por la noche predicará en la capill;i del
Santísimo Cristo de San Ginés, I), Basilio Sánchez Grande.
Visita de la Corte de María.—Nuestra Señora de la Soledad en San Isidro,
en San Marcos 6 en las Calatravas.
TEATROS.
ESPAÑOL.—A las ocho y media.—Función 184 de abono.—Turno 1.° impar.—
La tíltima nnche. —Fin de. fientii.
CIRCO.—A las ocho y media.—Función
203 de abono.—Turno 2." impar.—Xa
redoma encantada'.
r>. Enrique
Sr. Zamora.
C. d e l a V i z n
Calvo(R.)
Dorotea
Sra. Dardalla.
Pascuala
:
Morilla,
G.aravito.,
Sr. Fernancjez.
D. T;ui8
Oltra.
D.Gaspar
Calvo (J.)
D. Ramón
'
Homero.
Secretario
Capilla.
Almadecánt"
Guerra.
Pájaro pinto
Hernandz.
Criada
Srta. Várela,
Aldeano
Sr. Carraso.*
Solda..o
Forno„a.
Himeneo
Sra. Amozag».
u n a vieja
Tabela.
Paje
Tort.
Brujo 1.°
Sr. Maioote.
Brujo 2.°
Ol'va.
Portero 1."
Castillo.
Portero2.°
LeJ'e.
Caballeros, damas, paje», genios, e^o.
ZARZrELA.—A las nueve.—Función r,\
de abono.—Tum.o
1."—Marina—El
loco de la mianUVa.^
APOLO.—No hay función.
ESLAVA.—A las ocho y media. —\Ed~
gard I'oi.
A l.as
a nueve.—.ff' decreto.
A las diez.—i» «tríen y el cazo.
A las once.— Tfn tigre de Herir A las once y cuarto.—¿a cma
de lóeos.
ffaía.—Cuadro».
MARTIN.—A las ocho y me- NOVEDADES.—A las ocho y
media.—C(t didito.—M pidia. — Un animal
raro.—
lluelo de y'ctrí».—InteíaneEfile.
^
,
dio
de bandurrias.—J/«í de
A las-nueve y cuarto.—¿o
ojo.
muerte de Cen!ante.i.--fí&i\e.
A las diez y cuarto.—iVt tanBRETÓN.—A las ocho y raoto nitan caí"».—Baile.
dia.
Kl loco de ín. guardi-A las once.—JUl ángel de loa
lia. iNiavri en la tvinhnf:
«(iMCeí.—Baile.
Poesías. — Kl recreto de la
EOMBA.—A las ocho y me¿'a.—^idie
«e muere hasta
Virgen. — Poesías. — La rosque Dioi quiere.
del corazón.—Vocaia».—Las
niíias de ayer.—Poesías.
A las nueve y media. —.Bonito pan de boda.
A las diez y media.—Segun- V A B . I E D A D E S . -;- No se ha.
recibido el anuncio.
do acto de la misma.
niRKOIOR.—'BD10 A V I A I . .
ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE EL GLOBO,
ClalQIBO POR JOS^ CAYETAÍIO COKPK.
Caiíoi-i-Madrid.
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