LA N ú m . 172. T e r u e l 3 0 de M a y o de 1 8 9 0 . Año V I I I . ASOCIACION PERIÓDICO QUINCENAL D E C I E N C I A S MÉDICAS Y A S U N T O S DIRECTOR: a>. « l o s é G a r c é s T o r m o s , S u b d e l e g a d o de M e d i c i n a y C i r u g í a del p a r t i d o de A l b a r r a c í n , y Médico t i t u l a r de S a n t a E u l a l i a , á d o n d e se dirigiríi toda la correspondencia. Nc publica los días 15 y 80. PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN. Ün a ñ o . . . 5 pesetas. 8ba^o anticipado. PROFESIONALES ADMINISTRADOR: I». tntonio V l S l a n u e v a , R e g e n t e de l a I m p r e n t a de l a B e n e f i cencia de T e r u e l , a d o n d e se hace l a s u s c r i c i ó n , p a g o de e l l a y r e c l a m a c i ó n de n ú m e r o s . CRÓNICA meros de J u n i o , no procuran saldar sus cuentas los morosos, desde luego suspenderemos el envio del periódico, PUBLICANDO EN ÉL MISMO L o s q u e n o p a g a n . — V e r g ü e n z a sentimos cuantas veces nos ocurre m i r a r l o s libros de nuestra A d m i n i s t r a c i ó n , y nos ocurre m u chas veces, lo cual es lo mismo que decir que nos avergonzamos todos los días y todas las horas. Esto no puede seguir a s í ; es imposible, de todo punto imposible. Gen un personal, que por cinco miserables pesetas, renuncia á nuestra lectura, enderezada toda á sostener el espír i t u de clase, con m á s , las ventajas de los periódicos que ofrecemos y servimos g r a t i s , no se puede i r á n i n g u n a parte. De los que a s í procedan, menos se puede esperar a ú n en el sentido de lo que se desprende del a r t í c u l o DE ACTUÁLIBAD, y a publicado, que nuevamente recomendamos, y firmado por Un médico de Aldea. La conducta actual, y las e n s e ñ a n z a s pasadas, bien claramente nos dicen lo que hay que esperar de nuestra clase en lo porvenir. N o nos quejamos, que nuestra és la culpa, al querer recabar de una clase, lo que nunca ha de darnos; d e s i n t e r é s y p r o t e c c i ó n . Se nos adeudan m á s de 22.000 reales con los que p o d í a m o s emprender una c a m p a ñ a en p r ó de lo que inicia Un médico de Aldea, a m é n de atender á la entrampada A d m i n i s t r a c i ó n , que nos amenaza ya con echarnos con cajas destempladas. Esta es la verdad desnuda, y como á nosotros no nos duelen prendas cuando de defender nuestro derecho se trata, antes de lesionar el amor propio de nadie con exhibiciones que nada favorecen de desconsiderados c o m p a ñ e r o s que hacen caso omiso de nuestros avisos y advertencias, hemos determinado lo siguiente: Por ú l t i m a tez se advierte, que s i durante UNA RELACIÓN CON LOS NOMBRES DE LOS DEUDORES Y CANTIDADES POR LAS QUE RESPECTIVAMENTE APARECEN INSOLVENTES, única manera LOS DÍAS DE LA PRÓXIMA FERIA y quince p H - de que los huenos sepan y el p ú b l i c o en general también, hasta q u é punto Jiemos llevado miestro desprendimiento y nuestra condescendencia. Y d e s p u é s tan amigos. O lo que ustedes quieran. Que para malas c o m p a ñ í a s m á s vale ir solo. O i r á d i s p o s i c i ó n . — S i n reserva de n i n g ú n g é n e r o , aplaudimos la conducta del señ o r Gobernador de Huesca D. Juan Fabra y Floreta, y pedimos á Sagasta, sí a l g ú n d í a nos ha de mandar Gobernador, que lo sea de la madera del de Huesca, que los de ahora, maldito el caso que hacen de nuestras indicaciones. R e c o r d a r á n nuestros lectores, que en el n ú mero 170 publicamos una disposición de aquella d i g n í s i m a autoridad; pues bien; en el Boletín oficial de aquella provincia, correspondiente al 30 de A b r i l ú l t i m o , encontramos otra que dice: «Gobierno c i v i l de Huesca.—Negociado 2.° —Sanidad.—En e\ B o l e t í n oficial, n ú m . 116, correspondiente al 26 de Marzo finado, se halla inserta la circular de este gobierno, encareciendo á los s e ñ o r e s Alcaldes c u m p l a n con lo dispuesto en el Reglamento para la asistencia m é d i c a de 24 de Octubre de 1873, y con especialidad con los a r t í c u l o s 10 y 15. A u n cuando no estoy quejoso de la forma y puntualidad con que se ha llevado este servicio por la m a y o r í a de ios s e ñ o r e s Alcaldes, observo cierta a p a t í a y descuido por parte de otros en el c u m p l i m i e n t o de sus obligaciones; á los que se encuentran en el primer caso, les> L A ASOCIACION. recomiendo la perseverancia; á los segundos, les prevengo, que si en la primera quincena del mes de M a j o p r ó x i m o no tratan de cor r e g i r la falta en que han i n c u r r i d o , les e x i g i r é la responsabilidad á qua por su n e g l i gencia y abandono se hayan hecho acreedores con arreglo á las disposiciones vigentes. Huesca 29 de A b r i l de 1890,—El Gobernador, Juan Fabra y F l o r e t a . » Adelante, s e ñ o r Fabra; la clase se lo agradecerá. Y en nombre de toda ella le reiteramos nuestro aplauso. E n h o n o r de A r n a u . — A m a n t e s como el primero de cuanto se refiere á las cosas y personas de este p a í s que tanto idolatramos, pero que pronto abandonaremos y dejaremos á todos en paz, insertamos l a adjunta c o m u nicación que vivamente deseamos produzca efecto entre nuestros lectores: Dice la Comisión. « M u y s e ñ o r nuestro: A l ocurrir el fallecimiento del malogrado D. J o a q u í n A r n a u é I b a ñ e z , pensaron varios de sus amigos, de sus c o m p a ñ e r o s , de sus d i s c í p u l o s y de sus consocios en los diversos centros c u y a vida i l u m i n ó con ios destellos de su poderoso g é n i o , elevar á su memoria un modesto mausoleo en el Cementerio general de esta ciudad. N o abundan tanto los ejemplos de una vida i n tachable, de vocación decidida por todas las ideas generosas y por todas las empresas grandes, de laboriosidad á prueba de contrariedad des y de c o r a z ó n y talento puesto a l servicio de las m á s nobles ideas, que no deban recomendarse por todos los medios posibles á la g e n e r a c i ó n presente y las venideras. La idea, al principio esbozada, toma hoy cuerpo. Escuchando las excitaciones que cuantos c o n o c í a n las excelentes dotes de nuestro inolvidable amigo nos han hecho, hemos acordado constituir una Junta que desde luego se encargue de llevar á la p r á c t i c a el pensamiento; y conocedores de la i n t e n c i ó n que á usted le anima de contribuir por su parte á realizarlo, nos permitimos i n v i t a r l e á asociarse á nuestra obra s u s c r i b i é n d o s e por la cantidad que estime conveniente. La prensa p u b l i c a r á en su d í a todas las cuentas, cuya j u s t i f i c a c i ó n e s t a r á , a d e m á s , siempre á disposición de los s e ñ o r e s donantes. Con este motivo tenemos el honor de ofrecernos de V . atentos S. S. Q. B . S. M . , La Comisión. José Villó y Ruiz.—Salvador Salom y P u i g . —Aniceto Sela y Sampil.—Gregorio^Gomez y Morales.—Ignacio Alegre y Barrachina.— Pedro Juan ü l z u r r u m de Asanza y B a r b e r á n . — Pedro Feced y Valero.» Refiriéndose á esto mismo, escribe E l Eco de Teruel: «Varios amigos del inolvidable J o a q u í n A r nau han pensado elevar á la memoria de nuestro querido paisano u n mausoleo en el cementerio general de Valencia. M u y j u s t o es se realice tan laudable pensamiento, pues bien merece tal d i s t i n c i ó n quien constantemente se puso al servicio de las m á s sublimes ideas. Nosotros que lloramos la pérdida del sabio profesor y del sincero republicano, ofrecemos á la comisión constituida en Valencia nuestro modesto apoyo. Desde el n ú m e r o p r ó x i m o q u e d a r á abierta una s u s c r i p c i ó n en i¿7 Eco de Teruel, y excitamos á nuestros amigos á que c o n t r i b u y a n con la cantidad que estimen conveniente a l objeto que dejamos indicado, de elevar u n mausoleo sobre el sepulcro de nuestro ilustre y querido amigo D. J o a q u í n A r n á u . » A l a r e d a c c i ó n de E l Eco de T e m e l , pues, pueden mandar nuestros lectores la cantidad por que quieran suscribirse para tan plausible objeto. Real orden sobre los m é d i c o s forenses y de caréeles.—Algunos m é d i c o s desean conocer la Real orden expedida por e l Ministerio de Gracia y Justicia sobre los cargos de m é d i c o s forenses y de c á r c e l e s , y para . complacerles, la publicamos í n t e g r a . Dice asi la citada disposición: «1.° E n los juzgados de i n s t r u c c i ó n donde hubiere en propiedad médico de c á r c e l y estuviere vacante la plaza de m é d i c o forense, ó donde hubiere m é d i c o forense en propiedad y estuviere vacante la plaza de m é d i c o de c á r c e l , se r e f u n d i r á n los dos cargos en u n mismo m é d i c o , salvo las incompatibilidades establecidas en el art. 4.° del mencionado Real' decreto de 26 de Diciembre l i l t i m o . 2. ° Donde hubiere m á s de u n médico forense y este cargo sea compatible con e l de m é d i c o de c á r c e l , ó viceversa, s e g ú n el articulo 3.°, se h a r á la refundición en el m á s a n t i g u o , á tenor de lo que dispone e l a r t . 6.° 3. ° Los m é d i c o s forenses ó de c á r c e l e s comprendidos en los casos anteriores, podran solicitar desde luego la refundición por conducto del presidente de la Audiencia, quien e l e v a r á las instancias á este Ministerio, informadas por la Sala de gobierno. 4. ° Donde se encuentren á la vez vacantes las plazas de forense y de m é d i c o de c á r c e l y haya compatibilidad para su s i m u l t á n e o dese m p e ñ o , se h a r á la provisión de los cargos en u n solo i n d i v i d u o , previo concurso. 5. ° Realizada l a refundición de ios dos cargos, y organizado definitivamente el Cuerpo m é d i c o a u x i l i a r de la A d m i n i s t r a c i ó n de j u s t i cia y penitenciaria, las vacantes que ocurran se p r o v e e r á n con sujeción á lo dispuesto en el a r t . 8.° 6. ° Para el m á s exacto c u m p l i m i e n t o de l o L A ASOCIACION. prevenido en el citado Real decreto, los presidentes de las Audiencias r e m i t i r á n á este Ministerio desde luego una relación de vacantes de m é d i c o s de las dos clases, indicadas con el siguiente detalle: Primero. Juzgados donde haya médico forense ó de c á r c e l en propiedad y e s t é vacante uno de los dos cargos, especificando si es ó no compatible su d e s e m p e ñ o . Segundo. Juzgados en que los dos cargos se hallen provistos, determinando t a m b i é n si existe compatibilidad ó incompatibilidad. Tercero. Juzgados en que los dos cargos se hallen vacantes, haciendo i g u a l dctenninacíón.» Dice L a Qorrespondencia Médica: « V í c t i m a s de saa c l « b e r . — H a n sucumbido en Daimiel, al atravesar una charca, los individuos que formaban la comisión c i e n t í fica para el exterminio de la langosta. E l A y u n t a m i e n t o a c o r d ó costear de fondos municipales el entierro de los fallecidos, acudir en pleno al sepelio en m a n i f e s t a c i ó n de d u e l ó , etc., etc. Y la prensa excita al Gobierno á fin de que atienda á las familias de las v í c t i m a s , pues sus viudas y huérfanos son ante el país tan dignos de socorro como los h u é r f a n o s y las viudasdelos militaresque muerenen c a m p a ñ a . indudablemente: Mas hay otras v í c t i m a s de su deber, cuyas viudas y h u é r f a n o s con d e rechos tan l e g í t i m o s por lo menos como los que posean los-de los ingenieros de Daimiel, gestionan i n ú t i l m e n t e y hace muchos a ñ o s el logro de pensiones reconocidas por las leyes, sin que el Gobierno atienda á su socorro. ¡Con que equiparen á las viudas y huérfanos de Daimiel con las de los facultativos fallecidos de epidemia, s e r á bastante para acabar con todas las comisiones científicas, y con todos los atrevimientos y con los peligros que e n t r a ñ a el cumplimiento del deber!» D e s o b r e m e s a . — C o m o anunciamos, la noche del 17 del actual el Ateneo Científico de Valencia celebró la anunciada velada apol o g é t i c a en honor de nuestro malogrado paisano D. J o a q u í n A r n a u . La prensa de aquella capital sin distinción de color político dedicó largos a r t í c u l o s á su d e s c r i p c i ó n , y que con mucho gusto hemos visto reproducidos por la de Teruel. Nosotros insertamos en otro l u g a r la notable biografía que publicó L a Correspondiencia de Valencia. Todo nos parece poco para el ilustre hijo de nuestra provincia, r e s t á n d o n o s solo, recomendar eficazmente á nuestros lectores, la suscripción para el mausoleo que sus amigos tratan de erigirle en el cementerio de Valencia y de que nos ocupamos en otro l u g a r . — E l Boletín oficial n ú m . 61 anuncia la va- cante de Médico t i t u l a r de Ejulve, desde 1.° de Julio p r ó x i m o , por d i m i s i ó n presentada del ejerciente por motivos de salud que le obligan á ausentarse de esta localidad. Su d o t a c i ó n 300 pesetas por t i t u l a r y 80 c a h í c e s de t r i g o , que una Junta r e s p o n d e r á ai pago por el derecho del vecindario. Las solicitudes al Alcalde hasta el día 1.° del mes indicado. — E l n ú m e r o 63 anuncia la plaza de Inspector de Carnes de Calamocha, vacante desde el día 30 de Junio p r ó x i m o . Su dotación 500 pesetas del presupuesto muuic-ipah Las instancias al Alcalde hasta el 20 del expresado Junio. —Nuestro apreciable colega m a d r i l e ñ o , L a Correspondencia Médica, ha venido publicando una serie no interrumpida de notables a r t í c u los con el e p í g r a f e De las enfermedades en los viejos y de las crónicas, que firmaba su director D. Eduardo Lozano Caparros. Dentro de poco aquellos a r t í c u l o s se c o l e c c i o n a r á n y form a r á n un abultado libro que su autor pone á la venta al reducido precio de 6 pesetas para los suscriptores de su periódico, y nosotros, que hemos leído aquellos a r t í c u l o s llenos do ciencia y consejos, que debemos tener siempre presentes en los casos difíciles de nuestra p r á c t i c a , aplaudimos la idea del autor y por ello le felicitamos, como seguramente le felic i t a r á n cuantos se aprovechen de nuestra i n i ciación y adquieran la obra de referencia. —En Australia acaba de fundarse una Sociedad de fomento de la i n c i n e r a c i ó n de los c a d á v e r e s , que e s t a r á representada en el Congreso de delegados de las Sociedades de cremación que se c e l e b r a r á en Agosto durante el Congreso Médico internacional en Berlín. E l objeto principal de dicho Congreso es la discusión de los medios m á s apropiados para conseguir en todos los Estados la i n c i n e r a c i ó n facultativa. —Dice ei B o l e t í n de la Revista de Medicina y Cirujia Prácticas: « E n la segunda quincena de este mes parece que se r e u n i r á en fraternal banquete la A s o c i a c i ó n de la prensa profesional, que y a c í a el s u e ñ o de la indolencia. Suponemos que la A s o c i a c i ó n no se l i m i t a r á solo á los placeres g a s t r o n ó m i c o s , sino que h a r á algo m á s que comer, pues para eso no hace falta estar asociados. La A s o c i a c i ó n se hizo, eremos para otros fines». Como por ejemplo: pedir uno y otro día la reforma de la ley de Sanidad c i v i l ; acordarse uno y otro día de nuestras pobres viudas, cuyos expedientesde concesión de pensiones son una burla á nuestros hermanos fallecidos de epidemia; no olvidar el Reglamento de partidos m é d i c o s en el que hay que hacer constar la i n a m o v i l i d a d , etc. etc, etc. U u m ó d i c o de espuela. LA ASOCIACIÓN L a eterna ausencia y el trascurso del tiempo no son bastantes á producir e l o l v i do. Cuando Arnau dejaba de existir hace algunos meses, y su familia, sus í n t i m o s amigos, sus c o m p a ñ e r o s , sus discípulos, sus admiradores todos, apenas repuestos de lasprimeras impresiones detangran dolor, t e m í a mosque traselsentidoduelo y la luctuosa plegaria vendría el respetuoso recuerdo, y tras este la sola memoria del que en otro tiempo sintió nuestro corazón las i m presiones del afecto hácia el ilustre difunto, nos engañaba el egoista deseo de que siempre estuviera entre nosotros y el error de que ia modesta posición de A r nau había de amenguar la estela de su valiosa cuanto innarrable existencia. energías, se asocia hoy por medio de sus paisanos á las manifestaciones de simpatía y respeto que en Valencia se le tributan. A la edad de cinco a ñ o s , trasladado á Teruel, en cuya Tesorería de Hacienda desempeñaba su padre el cargo de oficial primero, comenzó sus estudios de primeras letras, siendo el ii asombro de sus maestros, especialmente en la escritura, cuyas muestras se conservan todavía, hechas con tal perfección por aquel niño cual si hubiera salido de la diestra mano de I t u r zaeta. E n esta ciudad continuó sus estudios con t a l aprovechamiento, que al conseguir el grado de bachiller en 12 de Junio de 1866 se había ya formado una pequeña personalidad, cuyas iniciativas y rasgos característicos mostraban á las claras cómo había de ser el hombre. U n detalle de aquella época entre m i l que podrían citarse: No era bachiller aun cuando interrumpió sus estudios por la muerte de su padre, volviendo á Rubielos, y su íamilia, á fin de conseguir la continuación de su carrera, le recomendó á un pariente suyo, farmacéutico de Teruel, para que le tuviera en su farmacia. Tenia i 5 años, y á los pocos meses escribía el farmacéutico en carta que tenemos á la vista: « D e Joaquín estoy satisfecho; su cabeza es grande y de ingenio; yo la quería para la farmacia, pero se vé que es de, periodista y escritor; por ahí h a r á carrera y creo que en m i botica no puede continuar. » Así era el niño y así fué el hombre; inquieto en la juventud por ese aguijoneo con que las aptitudes espolean á la vocación hasta encauzarse; enamorado de las ideas y de los grandes hechos con desprecio de los pequeños detalles de la vida; pronto siempre al sacrificio suyo por un ideal humano, nunca dispuesto á la privación por alcanzar un bien propio; abierto á todos los sentimientos generosos, cerrado á todas las concupiscencias y egoísmos.' Con estas condiciones y la vasta instrucción que ya tenía, no podía sujetarse al m o n ó t o n o mostrador de una botica, llevándole ya sus i n clinaciones á la lectura de periódicos y libros, á la asistencia á reuniones públicas y al trato de los políticos, que no se desdeñaban de alternar en sus conversaciones y comunicar sus intentos al joven J o a q u í n . D. JOAQUÍN ARNAU É 1BAÑEZ T o m á b a m o s el cariño -como pretexto para gozar por m á s tiempo las satis' facciones de su compaña, las enseñanzas de su sabiduría y las complacencias de sus bondades, y el amor al muerto nos hacía ingratos con los vivos, achacando á estos el deiecto de que pronto olvidarían al que, si brilló con luz inextinguible por sus talentos y por sus virtudes, no había deslumhrado con sus actos en las altas esferas del poder, ni en las fastuosas cumbres de la opulencia. Pero no ha sido esto; pobre y modesto, le rendimos todo el justo tributo debido á su personalidad, cuya vida no ha de borrarse nunca de nuestra memoria. Rubielos de Mora, pueblo que le vio nacer el 26 de Diciembre de i 8 5 o , donde se crió hasta la edad de cinco años y donde pasaba después algunas temporadas para buscar en el sosegado y tranquilo estudio descanso á las fatigas de su accidentada vida; donde en i 8 6 5 conoció y declaró sus amoies á la que m á s tarde hubo de ser su esposa, D.a Visitación D ' O c ó n ; donde reponía sus fuerzas físicas para recobrar energías morales, agotadas en otras poblaciones en la cruenta lucha por la propia existencia y el triunfo de grandes ideales; donde en el calor del hogar doméstico y en el amor de su virtuosa prometida fundía su alma para forjarla á ios m á s puros afectos, y en el incesante estudio de ia filosofía, la literatura y las ciencias' naturales elevaba su inteligencia y cultivaba su espíritu para prepararlo á grandes concepciones; Rubielos de Mora, cuna de su existencia y de sus amores, fragua de su carácter, abrigo y fuente de sus I LA A S O C I A C Í O N . Era el periodo de la lucha en que los liberales de todos los matices se concertaban contra los moderad .s y se preparaba la revolución de Septiembre. Arnau se hallaba estrechamente unido en Teruel al patriarca de la democracia D- Víctor Pruneda, y á su lado esgrimía sus armas contra el caciquismo y el carlismo, á los que causaban gran brecha la elocuente palabra del joven y su bien cortada pluma. Por entonces y en ciertas temporadas en que ya sus dolencias le obligaban á buscar su restablecimiento en los salutíferos campos de Rubielos, veíanle sus paisanos solo, durante todo el día, por las afueras de la población con libros en la mano, devorando la filosofía escolástica y la teología, únicas obras que en aquel pueblo tenía á su alcance; y de noche en la farmacia del pueblo, donde se reunían los prohombres liberales, admiradores todos del ínclito Calvo Asensio, predicaba la democracia y comentaba los discursos de Castelar y de toda aquella pléyade de ilustres repúblicos. Sus artículos críticos de aquella época, especialmente de los discursos sagrados de D . Filomeno Cueva y otros, le dieron tal celebridad, que ya el joven Arnau era considerado en Teruel como la m á s legítima esperanza de los demóciatas de aquella comarca, y fué perseguido por los moderados, hasta el punto de huir de noche y á pié atravesando pueblos de la sierra á largas distancias hasta ponerse en salvo. E n el año 6 9 fué nombrado abanderado de los voluntarios de Teruel, y en aquella época pronunció varios y notabilísimos discursos, entre ellos uno que todavía se recuerda con entusias-mo con motivo de la proclamación de la República francesa. De Teruel vino á Valencia, íionde al par que estudiaba libremente las asignaturas de Filosofía y Letras, cursando la Metafísica, de que luego fué ilustre catedrático con D . José Villó, se dedicó á la propaganda republicana en la plaza pública, en los centros y sociedades republicanos, en compañía de los federales entonces Luis Cimarro, Amalio Gimeno y Enrique Segura, brillando entre todos ellos por sus discursos llenos de calor, que le granjearon el renombre de orador elocuente. Las profundas disensiones del gran partido republicano de Valencia contrariaron de tal modo su carácter prudente y conciliador (nota de toda su vida), que le decidieron á trasladarse á Zaragoza, donde tenía á su hermano mayor, capellán militar en el hospital militar de aquella plaZ'd. Allí, alternando con sus tareas periodísticas, -sus discursos políticos y sus ejercicios, como ayudante del batallón de voluntarios, cursó libremente todas las asignaturas de la licenciatura en Filosofía y Letras, cuyo grado recibió en 18 de Junio de 1873. Durante el periodo republicano, en Agosto de I^73J y merced á sus muchos merecimientos, fué nombrado, sin'quererlo, secretario del goibierno civil de Guadalajara, cuyo cargo de go- bernador desempeñó interinamente hasta Enero del 84. La restauración abrió para Arnau el periodo más laborioso, m á s heroico y m á s oscuro de su agitada vida. Dió á su familia el pretesto de doctorarse, y con tal motivo pudo residir en Madrid, que era su aspiración entonces. Su entusiasmo democrático, su sin igual trato de gentes, su cultura y su talento abriéronle francas puertas á todas las amistades, y los jefes democráticos le distinguieron desde luego con su predilección y cariño. Su buen deseo le indujo á la conspiración para restablecer ¡a R e p ú blica, en cuya empresa gastó los recursos que recibía de su familia y hasta el dinero de su título, que repartió entre algunos necesitados (que nunca faltan en tales casos), y en tales trabajos anduvo algún tiempo, tratando generales y hombres civiles, dedicado siempre á conciliar voluntades, suavizar asperezas y fortificar debilidades, hasta que se convenció bien «pronto de que un golpe de fuerza no traería por entonces la República, y unido al exministro Carvajal, que le quería como á un hijo, comenzó los trabajos para la unión republicana con la fusión de Z o r r i lla, Martos, Salmerón y otros, empresa que frac a s ó ^ o r q u e el mismo Carvajal no quiso suscribir el Manifiesto que al efecto había redactado Echegaray. Para defender la unión republicana se fundó el periódico E l Demócrata, á cuyo frente, y como director, estuvo Joaquín Arnau, teniendo como redactores á Canalejas y otros, y en , cuyas columnas hizo c a m p a ñ a s tan brillantes. Durante este período escribió Arnau su notabilísimo libro «Rusia ante el Occidente», que le valió mucha gloria y fama de publicista concienzudo y correcto y de estilista fecundísimo; tuvo varios sinsabores, entre ellos un duelo con Mellado, el actual alcalde de Madrid, del que por desgracia para éste salió Arnau muy bien librado, y un proceso ruidosísimo por delito político y de imprenta, del que Joaquín fué, como siempre, protagonista. E l Ateneo de Madrid tuvo por entonces en Joaquín Arnau uno de sus m á s ilustres campeones, y en la célebre discusión sobre «El idea! de la raza latina» se conquistó Arnau un primer puesto entre los oradores académicos y polemistas. Sería interminable relatar los hechos que le valieron tanta estimación y tanto renombre; y como los m á s modernos son de todos conocidos, cuales son su retirada á Zaragoza, ya herido de niuerte por ia enfermedad que ie ha llevado al sepulcro; su campaña p riodística en el Diario de Avisos, sus oposición s á cátedras" de Psicología y Retórica, conquisi.tndo siempre primer l u gar; su traslado á Valencia como catedrático de Metafísica, su obra sobre esta ciencia, sus discursos en el Ateneo Científico (que esta noche honra su memoria con una velada necrológica), la admiración que todos por él sentían, el gene- LA ASOCIACION. ral duelo con que se le llora y la u n á n i m e aprobación con que se recibe lodo pensamiento ú obra de respeto á su memoria, mueven á L a Correspondència de Valencia á contribuir con su esfuerzo á honrar el recuerdo de tan ilustre patricio publicando su retrato y dedicándole estas líneas, para que, juntamente con la velada, su escultura en busto, e! panteón que ha de erigirsele y otras muchas muestras de simpatía, sirvan de consuelo á su familia y amigos 5'- de pálido reflejo que muestre á los vivientes como una existencia ejemplar en las costumbres, una actividad siempre dedicada al bien y una inteligencia privilegiada cual era Arnau, hallan siempre en esta vida relativa recompensa. ECC1ÓN CIENTÍFICA. LA CREMACION. BOSQUEJO HIGIÉNICO Y SOCIOLÓGICO. por R . Navarro Garda. (Gonclusión.) El planteamiento oficial de la cremación cadavérica resolvería de plano una cuestión de v i da ó muerte para la salubridad pública. E s t á comprobado el aumento creciente de la población humana por lo menos en los países civilizados, y este mayor número de individuos hacen m á s rápido el movimiento de población y despoblación y por lo tanto dá menos tiempo á que la tierra del cementerio descomponga completamente los cadáveres. Además el aumento de i n dividuos en una especie determina disminución en los de las otras, y es racional que el hombre por interés propio tienda á restablecer con todas sus fuerzas el equilibrio de la naturaleza. Demostrada está la idea de progreso que la cremación entraña, pero ¿ha de implantarse violenta y repentinamente para que sea acogida con m á s prevención de la con que hoy se la mira? Eso no seria practicar la buena higiene que no solo reforma, sino que contemporiza con lo existente y lo subsana en lo posible. L a gran reforma se implantaría por sí sóla con la protección .reunida del Estado y de las sociedades particulares y con la adhesión eclesiástica, en la que debemos confiar, pues no es ya este siglo, el siglo de las intransigencias. Favorecida y aún establecida por el Estado la construcción de hornos crematorios en los cementerios actuales, se daría desde luego amplia libertad á todo testador para disponer de su cuerpo. Se adoptaría la proposición de un respetable maestro mío de que para implantar paulatinamente la idea, se quemaran obligatoriamente los restos de la fosa común á los cinco años de enterrados y los de las sepulturas de propiedad á los diez. Se daría á los columbarios el carácter de religiosidad que hoy tienen los cementerios y hasta la desaparición de estos, estarían unidos con aquellos para hacer la costumbre. Se convencería el vulgo de la economía de este sistema, no autorizando g é n e r o alguno de explotación reduciendo los gastos á las pocas pesetas de combustible y personal, y así habrían realizado su verdadera misión respecto á los intereses populares. No basta hacer legalmente posible la gran reforma higiénica, sino que es preciso atraer la opinión con la demostración palpable de los peligros que ofrecen las actuales necrópolis. Ya por iniciativa oficial, ya de ios centros docentes m á s autorizados debería llevarse á las masas el convencimiento científico de la verdad, esto es de cómo se envenenan las poblaciones con las filtraciones subterráneas de los cementerios, con las descomposiciones incompletas y con los vientos que los barren; de cómo los principios desccímponentes de las tierras llegan al cabo del tiempo á saturarse de tal modo que es inútil todo enterramiento; de cómo las epidemias se ceban en las poblaciones por la mortífera vecindad de los cementerios, sobre todo en las pequeñas localidades; y finalmente y en lugar preferente cómo la cremación es el acto m á s santo, más digno, y más saludable que puede hacerse con los muertos queridos. Esta propaganda que podría hacerse en forma análoga á las de las cartillas sanitarias, pero hecha de verdad, seria ayudada así por la ley y el libro como por la tribuna y el púlpito, como por las asociaciones y la iniciativa particular,, que de todos son los grandes adelantos. Ha sido muy cacareada la cuestión médico-le. gal, y la imposibilidad de examinar los cadáveres cuando se investiga algún crimen parece razón de peso, pero hay que rendirse á la evidencia. L a inspección séria y formal de todo cadáver antes de ser enterrado y aun la autopsia obligatoria por un cuerpo de Médicos higienistas encargado de todos estos asuntos de salubridad general, resolvería el conflicto y no solo se comprobarían fielmente las causas de la muerte, sino que se evitaría que alguien fuese quemado vivo, que al fin y al cabo es mejor que ser enterrado en igual caso. La objeción de la exhumación j u dicial no revela m á s que una informalidad en las certificaciones facultativas.de muerte. Por otro lado no sabemos hasta qué punto es clara la Química legal en los análisis cadavéricos en las intoxicaciones. Tras de ser poquísimas las exhumaciones con ese objeto, la moderna teoría ptomáiníca ha borrado las pocas seguridades de los antiguos análisis químicos. Cuando los venenos sean sustancias metálicas en las cenizas se encontrarán y esto ocurre en un 70 por 100 de envenenamientos según las estadísticas. Los venenos orgánicos son hoy casi imposibles de comprobar ante las múltiples reacciones cadavéricas, de modo que ¿es valioso el argumento? H é aquí el estado actual de la cuestión aceptada en principio por todos los higienistas y todos los gobiernos según conviene la histoiia, la L A ASOCIACION. lógica y el egoísmo noble de la conservación i n dividual y colectiva. En España, por sus antecedentes tradicionales apenas se ha hablado de la cosa, pero el pueblo va adquiriendo cada día m á s cultura y con una voluntad enérgica, la cremación cual otra buena nueva sería recibida como la reforma m á s brillante para la consecución de la salubridad pública, suprema ¿ex. (De E l Aula Médica j AS cmiras. T r a t a m i e n t o del a s m a b r o n q u i a l — En la Novosíi Terapii refiere el Dr. V. M . K r ü i o v s k j un caso a g u d í s i m o y refractario de asma bronquial ocurrido en una mujer de treinta a ñ o s . E m p l e ó sin é x i t o la morfina, el h i drato de d o r a l , la c o c a í n a , el iodo, el bromo, la atropina, la piridina y otros remedios a n t i . a s m á t i c o s , hasta que r e c u r r i ó al quebracho, que a d m i n i s t r ó de la siguiente manera: Cocimiento de quebracho (12 gramos) 180 gramos. loduro p o t á s i c o . . . . . . 2 » Elixir paregórico 8 » Una cucharada cada dos horas. Los accesos cesaron al momento. Se suspendió la m i x t u r a y s é presentaron de nuevo, aunque con menos intensidad. A las dos ó tres dosis volvieron á desaparecer y no han vuelto á presentarse hace seis meses. L a c r e m a c i ó n e n P a r í s — E l nuevo horno crematorio, puesto al servicio el 12 de Agosto ú l t i m o en c! cementerio del Pére Lachaise, ha efectuado, hasta el 31 de Diciembre de 1.889, 785 incineraciones. E n esta cifra, las incineraciones pedidas por las familias sólo se elevan á 35. Ha habido 483 destrucciones de féretros conteniendo restos de los hospitales, y 217 incineraciones de fetos procedentes de los servicios de maternidad. El nuevo horno se sabe es un aparato basado en el sistema Siemens. Presenta sobre el antiguo ventajas considerables. E l coste de las operaciones es bastante menor, por ser el combustible de cok en vez de madera. El gasto ha disminuido de 25 á 3 francos. A d e m á s , la d u r a c i ó n de la c o m b u s t i ó n del cuerpo es notablemente reducida. Con el antiguo aparato se necesitaban dos horas menos cuarto, por t é r m i n o medio, para reducir á cenizas el cuerpo de un adulto. La i n c i n e r a c i ó n v a r í a hoy entre una hora y hora y cuarto. Se cree que la operación p o d r á hacerse, lo mas tarde, eu tres cuartos de hora. C o n t r a l a a l o p e c i a . — H e a q u í una fór- mula que se aplica á todos los casos en que, sin causa bien tangible, se manifiesta la alopecia. Por m a ñ a n a y tarde se frota la piel del c r á n e o con la siguiente pomada (cantidad como un guisante.) Vaselina blanca.. . . . . . Aceite de ricino. . . . . . . Acido g á l l i c o Esencia de espliego 40 gramos. 20 — 3 — X V gotas. Es una p r e p a r a c i ó n tónica que no tiene peligro alguno. P o m a d a p a r a c u r a r Gas h e m o r r o i d e s . — Para el tratamiento de las almorranas aconseja Los Medicamentos Modernos, lo siguiente: En el n ú m 3 de nuestra Revista publicada en el mes de Septiembre de 1886, dimos á conocer una pomada cuya fórmula copiaron casi todos los periódicos m é d i c o s de E s p a ñ a , y cuyos efectos han demostrado su bondad. Como son m u c h í s i m o s los m é d i c o s que la recetan con el nombre de Vaselinato de hamamelis del Dr. A l i ñ o , y algunos no recuerdan la composibióu 3^ nos han rogado la publiquemos de nuevo, tenemos mucho gusto en complacerles, p u b l i c á n d o l a á c o n t i n u a c i ó n : . Extracto fluido de hamamelis virgínica 5 gramos. Clorhidrato de c o c a í n a . . . , O'So — Vaselina. . . ' 30 — M é z . — P a r a fricciones tres ó cuatro veces a l día. MIEDADES. EL REY DE LOS INTRUSOS. Existe en Valdepeñas un afortunado mortal, que gozando de olor de santidad, recibe constante corte de tontos, con gran escándalo de la ilustración del siglo X I X . D e n o m í n a s e á si mismo U l Santo de Valdepeñas, el personaje rústico y zafio, que pretende tornar la vista á los ciegos, el vigor á los ancianos, la movilidad á los paralíticos, la vida á los ignorantes... A su casa afluyen en constante jubileo m á s peregrinos que al venerado santuario de la V i r gen de Lourdes; en la tirada é impresión de sus retratos-caricaturas. trabajan día y noche las prensas de la ciudad: v* las autoridades civiles y eclesiásticas le tei. , acatan 3^ veneran. ¡De tal manera se impone i a ignorancia, la despreocupación y el atrevimiento! Milagros, si hemos de creer en sus inmediatos sacerdotes, ha realizado infinitos, y entre el!os es digno de especial mención el llevado ú l t i m a m e n t e á cabo. L A ASOCIACION. s Presentóse al Santo en demanda de remedio un albañil disparatadamente jorobado, creyendo ponerle en grande aprieto. Recibido por aquél con su amabilidad acostumbrada, le i n terrogó sobre su pretensión, su género de trabajo, sus fatigas en el andamio con carga tan excesiva, etc., etc. —Es natural, señor. E l trabajo á que me dedico es para mí de los m á s penosos: y gracias á que por compasión los maestros de obras me dedican á la descarga de ladrillos, operación fastidiosa, pero n o t a n ridicula n i seguramente tan peligrosa como la exposición en ios andamios... — ¡Hé abl tu mal! interrumpió el Santo con enérgico acento. Del contacto con las cargas de ladrillos van impregnándose en tu chaqueta primero, en tu camisa después y en tu carne por último, el polvo de los materiales que arrastras para la construcción. Y tu joroba adquiere de este modo y lentamente proporciones enormes, que no hubieran cesado, si tu fe no en balde te hubiera traído hasta a q u í . . . — ¿ T e sonries? añadió, desnuda tu espalda y te convencerás, incrédulo. Dejó el albañii al aire la joroba, teñida levemente de rojo, á causa no sólo del incesante polvo de ladrillo que sobre ella cayera, sino también de la poca higiene del cuerpo, que en él fuera costumbre añeja, aun antes de dedicarse á la descarga de los carros de material. Colocó el Santo sobre ella las milagrosas manos, aun á riesgo de mancharse, y empezó á contar. — ¡ U n o , dos, tres.,., hasta depositando en manos del jorobado otros tantos ladrillos, y dejando á la vez la espalda del albañil lisa y llana como una patena. ¡Mira a h í el polvo que encerrabas, infeliz! ¿Quién osará poner en duda caso tan portentoso de curación? Ello es que el Santo continúa en el ejercicio de su profesión; que las autoridades le respetan y atienden, limitando su intervención á que sean ordenadas las manifestaciones que á diario se le dirigen; y que en vista del éxito, sus discípulos van á extenderse por E s p a ñ a , fundando santuarios á modo de sucursales en diferentes provincias de E s p a ñ a , Y en la capital de la provincia, así como en la capital de la monarquía, en el Ministerio de la Gobernación, en el de Gracia y Justicia y en el Tribunal Supremo, se tiene noticia de la existencia de estos hechos, tolerándose y respetándose con gran escándalo de las gentes sensatas. Por lo visto no hay mejor viña que podar que la de la intrusión y de la superchería. Correspondencia. D . F . I . , Valencia.—Recibida su atenta y en- terado. De «La Bola de Agua», mandaré las entregas que pueda, pues también me faltan algunas, por olvido de los encargados de su reparto. Enterado de lo d e m á s . Anotado el cambio de d i rección á Alcalá. D . J. G., Rubielos de Mora.—Recibo la tuya y enterado. Correo detalles, pues yo también escapo. D . J. R. A . , Alcalá.—Idem i d . i d . D . F . A , O., Castejón de Sos.—Gracias por sus buenos deseos. E l aviso, no se puede publicar, pues ya es todo inútil. N i aviso, ni carta, ni ofertas, ni promesas, mueve á la clase. Esto se vá y no hay nadie que lo detenga. Y si n ó , cuando publique la lista de morosos, usted mismo dirá que es lo qué uno se puede prometer de esta gente. Mayormente nada. L a indiferencia hoy de ellos á m i : el desprecio mañana de m i á ellos. Y esto les tiene sin cuidado. D . P. F . V . , Valencia.—Recibida la suya. Contesté correo. Me identifico con el pensamiento de ustedes y este mismo n ú m e r o se lo demostrará á usted. D . J. P. S., Torrecilla.—Enterado de todos los extremos que contiene la suya. Veremos loque decide la Junta de Teruel y de sus acuerdos daré á usted conocimiento. D . V . S. G., Mas de las Matas.—Recibida la suya con la libranza de 5 pesetas. Pagado fin Diciembre go. ANUNCIOS. Lecciones sobre las auto-inÉo*Jca-" c i o n e s en las enfermedades, dadas en la Facultad de Medicina de París durante el año i 8 8 5 por Ch. Bonchard, profesor de Patología y de Terapéutica generales, s- cio de la Academia deMedicina, médico de los hospitales; recogidas y publicadas por el doctor P. Le Gendre, jefe de clínica, ayudante de la facultad; traducidas por los doctores M . Bernal y E . Moresco, catedráticos en la Facultad de Cádiz de Patología m é dica y de Enfermedades de la infancia, sócios de la Real Academia de Medicina de C á d i z . — Madrid, 1890. U n tomo en 8.°, buen papel y esmerada impresión. Precios: en rústica, en Madrid, 8 pesetas en provincias, 8,5o; en pasta ó tela, en Madrid, 9,5o, en provincias, 10. Constará esta importante publicación de dos cuadernos. Se ha repartido el cuaderno 2.0. Se hallará lít obra en Madrid, Libreria editorial de J). C. Bailly-Bailliere, Plaza de Santa Ana, r ú m . 10, y en provincias y Ultramar en las principales librerías. T e r u e l : I m p . de la V a s a d e B e n c O c c n c i a .