D. CAYETANO SOCÍAS Y BAS, SECRETARIO PRIMERO DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA MALLORQUÍNA DE AMIGOS DEL PAÍS. CERTIFICO: Q u e de las actas y d o c u m e n t o s que o b r a n en esta Secre- taría de m i cargo resulta: q u e abierto concurso por esta C o r p o r a c i ó n , p a r a p r e m i a r los escritos en que se tratasen con m a y o r acierto los extremos propuestos en el edicto de convocatoria p u b l i c a d o en 1 9 de N o v i e m b r e del a ñ o p r ó x i m o p a s a d o , se presentaron cinco o p ú s c u l o s , a c o m pañados de los correspondientes pliegos cerrados, con los respectivos lemas de «La A g r i c u l t u r a es la m a d r e de todas las ciencias.» «Vade-mecum filoxérico, dedicado p o r la R e a l Sociedad E c o n ó m i c a M a l l o r q u í n a de A m i g o s del P a í s á los v i t i c u l t o r e s b a l e a r e s , escrito p o r (sin lema)» «Si Mallorca se p r e s e r v a d e la filoxera, será la c o m a r c a m á s floreciente de E s paña.» « M e m o r i a s o b r e el o r i g e n de-la filoxera y m e d i o s prácticos p a r a c o m b a t i r l a , p o r u n aficionado á la A g r i c u l t u r a . » «Audaces f o r t u n a adjuvat.» P r o c e d i ó la Sociedad á la elección de las personas q u e h a b í a n de componer la C o m i s i ó n calificadora de dichos escritos, c o n s t i t u y é n d o l a con los Sres. D . Sebastian B a r c e l ó , D . P a u l i n o V e r n i é r e , D . N i c o l a s R a m o n , D . F r a n c i s c o Satorras y D . P a b l o G r a l l a , en c u y a ilustración y rectitud reconoció la Sociedad toda la competencia necesaria para obtener el justo fallo que deseaba; y dedicados al desempeño de su c o m e tido, pusieron en conocimiento de la m i s m a , l u e g o de t e r m i n a d o , la calificación que h a b í a n m e r e c i d o de ellos los trabajos presentados al concurso. L a S o c i e d a d , en j u n t a celebrada dia 16 de M a r z o de este a ñ o , q u e d ó enterada del d i c t a m e n de la C o m i s i ó n calificadora, y en su vista a d j u dicó el p r e m i o ofrecido, consistente en M e d a l l a de oro, el título de Socio de m é r i t o de esta C o r p o r a c i ó n , y la i m p r e s i ó n del escrito p r e m i a d o , al autor del que tiene por l e m a «AUDACES FORTUNA ADJUVAT;» Y el accésit, que consiste en i g u a l título de Socio de mérito, al a u t o r del que lleva el r ó t u l o « Vade-mecum filoxérico dedicado por la Real Sociedad Económica Mallorquína de Amigos del País á los viticultores baleares, escrito por (sin lema).-» Y en sesión celebrada, á tenor de lo a n u n c i a d o , en el i n m e d i a t o dia festivo, que fué el 2 1 del m i s m o mes de M a r z o , se abrieron los pliegos en c u y a s cubiertas se leían respectivamente los dos lemas q u e se acaban de t r a n s c r i b i r , y resultaron ser a u t o r e s : Del escrito que h a b í a merecido el p r e m i o , el S r . D . L u i s P o u y B o n e t , Catedrático de H i s t o r i a n a t u r a l y de A g r i c u l t u r a de este I n s t i tuto p r o v i n c i a l ; Y del escrito p r e m i a d o con el accésit el Sr. D . J o s é M u ñ o z del C a s tillo, Catedrático de A g r i c u l t u r a del Instituto p r o v i n c i a l de L o g r o ñ o . Y en c u m p l i m i e n t o de l o acordado por la Sociedad l i b r o la presente en P a l m a á 2 de A b r i l de 1 8 8 0 . CAYETANO SOCÍAS. ADVERTENCIA. ALL publicar este trabajo, ninguna pretensión tengo á la novedad, pues, no contando con observaciones propias en la materia de que se trata, he debido limitarme á resumir las principales opiniones y los más sabios consejos formulados por los primeros naturalistas y agrónomos de E u r o pa y América. Lo que ha sido verdaderamente difícil p a r a mí, es poner u n asunto p u r a m e n t e científico al alcance de los menos familiarizados con la ciencia; no podía presentar un escrito conciso y rigurosamente técnico, porque n a d a hay más desabrido é ininteligible p a r a la generalidad; tampoco podía prescindir en absoluto de lo que c o n s tituye la verdadera esencia del punto en cuestión. H e debido pues conciliar con la rigidez y severidad de la ciencia el estilo y la forma que me h a n parecido m á s apropósito p a r a atraer y fijar la atención de los agricultores. P a r a mejor conseguir mi objeto, he colocado al final de la obra u n pequeño Vocabulario Entomológico, en el que v a n explicadas más ó menos extensamente, según su importancia, todas las voces técnicas de que con más frecuencia he debido hacer uso. Réstame ahora manifestar cuan grande ha sido mi satisfacción al ver este trabajo p r e m i a d ' j por la Real Sociedad Económica Mallorquína; y bien que esta satisfacción sea exclusivamente mía, siento la necesidad de hacer pública mi gratitud y mi más distinguida consideración á los Amigos del País, protestándoles, al mismo tiempo, mi propósito de consagrarme á nuevas tareas que me hagan más digno de la señalada honra que les he merecido. Abril de 1880. Ijuis SPOU. A LA REAL SOCIEDAD M A L L O R Q U Í N A DE A M I G O S DEL P A I S . Of. 2". Sr. EL trabajo que tengo la honra de someter al juicio de V. S., está escrito á vuela p l u m a , que otra cosa no p e r mitían mi salud quebrantada ni el breve plazo por V. S. señalado, del cual mis ocupaciones solo me han p e r m i tido utilizar el último tercio. ( ) Atendidas estas razones, la prudencia me hubiera aconsejado abstenerme de tomar parte en el importante concurso abierto por V. S.; pero cuando u n a Corporación como la Real Sociedad Económica Mallorquína de Amigos del País, que, p a r a mí tiene toda la autoridad que prestan las luces, la experiencia y el desinterés, hace tan patriótico l l a m a m i e n t o , creo que cuantos p u e d a n , deben corresponder, m a y o r m e n t e , cuando el trabajo que se exige no puede ser más modesto. Yo por mi parte declaro que creería faltar, no sólo al patriotismo, sino á la más vulgar cortesía, no acudiendo presuroso á tan solemne como útil convocatoria, y p r o testo sinceramente que, aun cuando el premio honorífico ofrecido por V. S., había de alhagar mi a m o r propio, nunca aspiré á más recompensa, en remuneración de mis trabajos, que á la gloria de poder algún día inscribir mi n o m b r e al lado de los que desean ante todo ser útiles á su patria. : (') H e p o d i d o c o n c l u i r este t r a b a j o en diez d i a s , p o r q u e es solo u n e x t r a c t o de n u e v e c o n f e r e n c i a s q u e t u v e la h o n r a de e s p l i c a r en P a l m a y en los p r i n c i pales distritos vitícolas. DOS PALABRAS A L O S A G R I C U L T O R E S DE LAS BALEARES. PARA vosotros, que trabajáis y sufrís, escribo este folleto, secundando las nobles aspiraciones de la Real Sociedad Económica Mallorquína de Amigos del País, que se ha propuesto, m u y oportunamente, vulgarizar los conocimientos más importantes sobre la plaga que destruye todos los viñedos de E u r o p a , y hacer que estos conocimientos lleguen hasta el corazón de los pueblos vitícolas de esta P r o vincia, para que todos comprendan el grave peligro de que están amenazados, y sepan el puesto que les corresponde en la gran batalla que para defensa propia tendremos sin d u d a que librar. Deseando yo aportar mi cooperación á obra tan bienhechora, escribo en estilo liso y llano, p r o c u r a n d o poner — 10 — al alcance de los que no están familiarizados con la ciencia cuanto hay de más interesante para dar á conocer toda la gravedad del mal que tan de cerca nos amenaza, y ver si hay medios de conjurarlo. Antes de dar principio á este trabajo, permitidme dirigiros el más amigable y cordial saludo diciéndoos con toda la efusión de mi alma: ¡Salve pueblo agrícola balear! Yo saludo en tí al pueblo varonil que jamás retrocede ante el trabajo; por tus virtudes y afanes, puedes erigirte en modelo digno de ser imitado por los demás pueblos de la madre P a t r i a ; guiado en tu constante lucha sobre la tierra por el espíritu de progreso, has conseguido despertar el genio rural que yacía adormecido, y la fecundidad ha brotado por todas las venas de la tierra, y el bienestar ha penetrado en tus comarcas, y los campos se han fertilizado, y los propietarios han a u m e n t a d o en renta y en n ú m e r o , y el salario de los obreros ha seguido igual p r o p o r c i ó n ; al bienestar presente has añadido grandes prendas de garantía para el porvenir. Si tus ascendientes, incorporándose en la t u m b a , asom a r a n u n m o m e n t o la cabeza, desconocerían á su patria. Al ver sus modestos albergues transformados en s u n t u o sos edificios, y sus desiertos campos convertidos en vasto y amenísimo jardín en donde la higuera de Asia, el alm e n d r o de África, el c h u m b o de América, la acacia de Levante, el azufaifo de Oriente, el plátano de Occidente, la naranja y la morera de la China, el albérchigo y el nogal, nacidos en Persia, el melocotón de Etiopía, el ciruelo de Grecia, el albaricoque de Armenia, el limón de Siria y Palestina, la granada de los campos de Cartago, la cereza importada por Lúculo á R o m a , el membrillo dedicado á Venus y que decoraba el templo de C h i p r e , el cedrato, de los jardines de Babilonia, y muchos otros árboles, ostentan fértiles y elegantes copas, á cuyos pies, se corona Céres de gruesas espigas, ó el Dios de las v e n d i mias extiende todos los años nueva alfombra de verdeantes p á m p a n o s ; no lo d u d é i s , vuestros mayores se creerían transportados á u n a nueva tierra de promisión ó á u n a m o d e r n a Babilonia. Sí, baleares, la Patria os será siempre deudora de tantos beneficios creados sin el menor concurso extraño, sin protección de ningún género. Yo me asocio de todo corazón á vuestros progresos, pero, cuanto más considero la altura que, sólo á fuerza de virtudes y trabajo habéis dado al edificio de vuestra prosperidad, más siento en el alma verme precisado á rasgar el velo que os oculta u n gravísimo y próximo peligro; más siento tener que colocar ante vuestras pupilas el prisma del desengaño, y mostraros en perspectiva la imagen espantosa de la miseria, que después de su m a r c h a triunfal por todas las naciones vitícolas de E u r o p a , en las que ha dejado por huellas la desolación y la ruina, se dirige á paso de gigante hacia nuestras playas, pretendiendo fundar u n a de sus destructoras colonias. Sí, baleares, toda la grandeza y magnificencia que ostentan vuestros campos, puede en u n momento disiparse cual h u m o , desaparecer, como un palacio encantado. Sí, el suntuoso edificio de vuestra prosperidad cruje en sus cuatro ángulos, y la tierra amenaza abrirse hasta los abismos, para sepultar en ellos vuestra riqueza y vuestras más risueñas esperanzas, fruto de medio siglo de trabajo y afán incesantes. ¿Queréis saber cuál es el peligro tan grave de que estáis amenazados? N o es otro que la pérdida de vuestros ricos viñedos, y, el que amenaza destruirlos, es u n insecto tan pequeño, tan sumamente diminuto, que no se descubre á simple vista, pero su n ú m e r o inconmensurable lo hace superior á los titanes; la naturaleza ha suplido su falta de fuerza individual por la invencible de u n a colectividad sin límite. Este insecto es el que se conoce con el n o m b r e de es el que ha puesto en espectativa y en consternación al m u n d o , y del cual voy á referir sucintamente vida y milagros. Antes deseo que sepáis que la Agricultura ha sido y PHYLLOXERA VASTATRIX, será siempre el objeto predilecto de mi solicitud, p o r q u e conozco toda su importancia moral y social, y estoy dispuesto siempre á prestar todos mis servicios en vuestro obsequio, no pidiendo en cambio más que vuestra atención á mis fraternales consejos, y que leáis detenidamente estas breves páginas escritas sólo para vuestro provecho. — i3 — LA PHYLLOXERA VASTATRIX. A u n q u e los detalles de la Historia Natural son extraños á la gran mayoría de agricultores p a r a quienes escribo, y que no es lo más interesante para ellos el conocer los caracteres minuciosos del insecto, sino los desastres que ocasiona y los medios que pudieran evitarlos, y aunque nos propongamos ser m u y parcos en d e talles p u r a m e n t e técnicos, no podemos prescindir de ellos por completo. La Filoxera Vastatrix, ( ) es u n insecto perteneciente al orden de los Hemípteros, suborden Homópteros, familia Phyllóxéridos, género Phylloxera, especie Vastatrix. El orden de los Hemípteros, cuyas especies son de las que más daño causan á la Agricultura, tiene sus caracteres más importantes sacados de los órganos bucales, que están dispuestos para la succión, por lo cual se llaman Chupadores; tienen el pico constituido por varios artejos articulados, formados por el labio, y en su interior tienen cuatro cerditas que representan las mandíbulas y maxilas, teniendo casi siempre el labro bien desarrollado, carece"n de palpos, y sus metamorfosis son incompletas. Los Hemípteros poseen cuatro alas, unas veces la base de las superiores coriácea, da á estas la apariencia de los élitros de los coleópteros, y por su punta se asemejan á las de los himenópteros, circunstancia á que deben el : (') S i g u i e n d o lo a c o r d a d o p o r el Congreso Filoxérico de Madrid en su c u e s t i ó n p r e v i a e s c r i b i r é Filoxera s i e m p r e q u e n o se t r a t e en p u n t o e x c l u s i v a m e n t e científico, en c u y o caso p o n d r é Phylloxera. nombre de Hemípteros, que significa, semi-alados; a u n que muchos carezcan de alas, no por esto, dejan de pertenecer á este orden, cuyos caracteres, según dejamos indicado, se deducen más de la conformación de la boca. No todos presentan estas diferencias en las alas superiores, pues los hay que las tienen todas m e m b r a n o s a s ó todas coriáceas, siendo este carácter el que sirve para dividirlos en dos secciones, que se conocen con el n o m b r e de Homópteros y Heterúpteros. Unos y otros cuentan entre sus especies individuos m u y perjudiciales, entre los Heterúpteros está la chinche, parásito d e l ' h o m b r e y que tantas molestias le causa; y los Homúpteros tienen los pulgones, parásitos de las plantas, á las que hacen enfermar y con sobrada frecuencia perecer. Los Phylloxéridos se consideran u n intermedio entre los cúccidos y los afídidos, pero tienen m u c h a más analogía con los últimos; sólo bajo la forma galleóla ó sea cuando se colocan en agallas, tienen algo de c o m ú n con los primeros; pero, la circunstancia de que el género Coccus presenta los machos sin órganos de manducación aparentes, no es suficiente, porque, en la Filoxera sexuada, a m bos sexos son alados y en el género Coccus las hembras son siempre ápteras; además las especies de este género nunca se ven en las raíces, mientras que en los afídidos los hay que se fijan en ellas, lo mismo que en las hojas y en todas las partes del vegetal. Los afídidos, cuyo n o m b r e sacó Latreille de Aphis que significa pulgón, tienen todos los caracteres de los pulgones, y sobre todo la generación partenogenésica ó generación doncella. Phylloxera, esta palabra que por su etimología significa seca-hojas, fué inventada por M r . Royer de Fonscolombe entomólogo francés para designar u n insecto que ataca algunas especies forestales de Francia, cuyas hojas marchita y seca. Se conocen varias especies de Filoxeras en E u r o p a , pero ninguna de ellas produce en las plantas sobre que vive más que manchas en las hojas, acabando éstas por — i5 — secarse; pero la especie Vastatrix, cuyo nombre se debe á Mr. Planehon de Montpelier, es verdaderamente devastadora, como su n o m b r e indica. La Filoxera vastatrix es u n insecto poliforme, es d e cir, que afecta varias formas, puesto que unas veces se presenta áptera, ó sea sin alas, y más tarde aparece alada, asemejándose á u n mosquito de alas m u y largas y elegante forma. Siempre es u n insecto diminuto, que no puede verse bien sin el auxilio del microscopio; su forma es ovoidea, más delgado en la base que en la cabeza, su color es amarillento ó p a r d u z c o , sus antenas están formadas de tres artejos desiguales, siendo los dos p r i m e r o s cortos y gruesos, y el último largo y delgado t e r m i n a n d o en maza, pero asimismo bífido en su extremidad. E n d i chas antenas tienen su asiento los ojos que están formados ó compuestos de varias facetas, y se cree que en las referidas antenas tienen también los rudimentos de otros sentidos, sobre todo el del tacto, del que se valen para buscar las raicillas de la vid. Como los demás homópteros tienen la t r o m p a formada por los mismos órganos bucales que poseen los mascadores, pero modificados de tal m o d o que forma tres picos, el medio, vertical, y los otros dos laterales divergentes. La Filoxera, como todos los insectos, está formada de tres anillos, que son: cabeza, tórax y abdomen, este ú l timo extraordinariamente desarrollado, es por sí solo m u cho m a y o r que la cabeza y tórax reunidos; presentando dos pequeños agujeros en su parte inferior, que c o m u n i can con dos t u b o s , los cuales dan salida á u n líquido viscoso con el que cubren los huevos durante la postura, los adhieren con bastante fuerza á los objetos sobre que los depositan, y el cual constituye también el primer alimento de la larva enseguida que sale del huevo. El insecto alado es más amarillo que el áptero, posee cuatro alas m e m b r a n o s a s , finas y trasparentes como la gasa, y que rebasan notablemente la longitud de su c u e r p o , m a y o r también que bajo la forma áptera. T o d a s las filoxeras que hemos descrito son hembras ponedoras y fecundas, pero existe finalmente otra generación alada que tiene machos y carecen de órganos digestivos, por lo mismo es más diminuta que la antes citada. La Filoxera áptera es hipogeo., es decir, vive bajo de la tierra, y la alada, tanto la primera generación como la que tiene machos, es epigea, es decir, que vive sobre la tierra. Unas veces se halla en las raicillas, en cuyo caso se llama radicícola, o t r a s , se la encuentra libre sobre los pámpanos y se llama, folícola, y finalmente, se la vé dentro de agallas, recibiendo en tal caso el n o m b r e de gaíícola. Se vé, pues, que la Filoxera se presenta bajo varias formas y estados durante su vida, siendo la áptera la más c o m ú n y d u r a d e r a , la que forma las colonias radicícolas, y por esta razón la verdaderamente devastadora. A la circunstancia de no tener más que u n alimento único debe el ser calificada de monófaga y siendo este alimento el jugo de la vid, recibe también el n o m b r e de ampelófaga. Vamos á examinar á la ligera las fases que recorre el voraz pulgón que nos ocupa: nace del llamado huevo de invierno, y el individuo que de él sale es u n a larva que á los pocos días se transforma en h e m b r a áptera, que por su instinto se dirige bajo la tierra, y por medio de sus antenas vá buscando el sitio más apropiado para establecerse, que le proporcionan las raicillas más finas de las cepas; allí se desarrolla, m u d a tres veces la piel para p o der efectuar su crecimiento, y en el espacio de quince á veinte días ha llegado á su apogeo, y empieza la r e p r o ducción; pone los huevos, á cuyo fin arquea hacia arriba la extremidad del a b d o m e n , y los deposita y pega alrededor del sitio en que se encuentra. El n ú m e r o de huevos puestos es de veinticinco á treinta, y no falta quien lo eleve á noventa; los huevos presentan u n color amarillo de limón, y son, como debe suponerse, de unas dimensiones infinitamente p e q u e ñ a s , — 17 — unos pocos cienmilímetros de largo, y á corta diferencia la mitad de ancho. Estos huevos se avivan en pocos días, y el n ú m e r o de estos varía según el clima, estación, etc.; al nacer, ó sea al efectuarse la eclosión, salen de estos huevos hembras ápteras, que solo difieren de las primeras por la magnitud, falta de tubos abdominales, y en que los órganos de reproducción no son más que rudimentarios; pero con las mudas de piel, que experimentan cada cinco ó menos días, en unos quince ó veinte, según las circunstancias, se hallan ya dispuestas y aptas para reproducirse. H a y algunas larvas, que, bien sea porque se nutren mejor que las otras, ó porque tal es su destino en la naturaleza, m u d a n u n par de veces más la piel, adquieren m a y o r desarrollo, se transforman en ninfa ó crisálida, y después se presentan bajo la forma de insecto alado. Las larvas sólo se diferencian de las ninfas ó crisálidas, en que éstas tienen rudimentos de alas. Apenas tiene la forma de insecto perfecto y alado, se hace epigeo, es decir, a b a n d o n a su mansión subterránea, en la que las alas sólo le servirían de estorbo, y pasa á vivir sobre la tierra, p a r a desempeñar las nuevas é importantes funciones que le están encomendadas, cuales son, asegurar la perpetuidad de la especie y extenderla todo lo posible. Estos individuos, aunque encargados de perpetuar la especie, son todos hembras, pero que llevan en sí el germen de otra generación sexuada, consistente en unos pequeños cuerpos que Lichtestein llama crisálidas. Estas hembras aladas depositan sobre las partes tiernas de la planta vinífera algunos fetos ó pupas, ó llámenseles huevos, algo mayores que los de las hembras ápteras, pero desiguales en volumen: de los mayores nacen h e m bras aladas, pero sin trompa ni aparato digestivo, y de los más pequeños salen machos que carecen también de aparato digestivo, pero que tienen el sexo masculino bien desarrollado. Esta última generación ningún daño p r o - — 18 — duce directamente, su misión es puramente amorosa; se une el macho con la h e m b r a , y ésta pone el llamado huevo de invierno, del cual sale, como llevamos indicado, una hembra áptera, ponedora y fecundada que es la m a dre de todas las generaciones que hemos descrito. — ig — MULTIPLICACIÓN ASOMBROSA D E LA FILOXERA. El estudio de la reproducción de los pulgones ha sido siempre objeto de investigación de los principales naturalistas, así por la asombrosa fecundidad que demuestran, por la partenogénesis, como por verse especies cuyas hembras son vivíparas en p r i m a v e r a y en verano, y ovíparas en otoño. P a r a p r o b a r su prodigiosa fecundidad sólo diremos que R e a m u r ha visto á u n a sola h e m b r a producir 90 individuos de su mismo sexo, calculando que la quinta generación daría por resultado u n a descendencia de 5,904.900,000. El aphis laníger es tan fecundo que Mr. Tougart entomólogo notable que ha hecho estudios sobre este pulgón, afirma que cada h e m b r a da á luz por. término medio 100 individuos de su sexo, de m o d o que á la quinta generación daría 100.000,000 de individuos hijos de u n a sola m a d r e , y á la décima se eleva á la cifra fabulosa de un quintillon. Si los antiguos h u b i e r a n conocido este prodigioso m o d o de reproducirse los pulgones, á buen seguro que C á t u l o , Horacio y otros poetas eróticos de la antigua R o m a hubieran entonado himnos á un acto de cópula que da por resultado un n ú m e r o de descendientes infinitamente m a y o r que el de los seres h u m a n o s que pueblan nuestro globo. P o r la reproducción partenogenésica u n a h e m b r a es fecundada para muchas generaciones sucesivas. Lyonnet, que ha cogido varios ejemplares en el momento mismo de — 20 — salir del vientre de la m a d r e , criándolos con cuidado en el aislamiento, les ha visto p r o d u c i r las nuevas generaciones. E n algunas se observa que en p r i m a v e r a y en verano dan á luz hijos vivos, y en otoño ponen huevos, que dejan pegados a las cortezas de los árboles donde pasan todo el invierno p a r a nacer en la p r i m a v e r a próxima. Casi todos los pulgones viven en sociedad, y se alimentan de la savia de las plantas, que chupan p o r medio de su pico. Cada h e m b r a de la Filoxera, según dejamos indicado, produce unos 25 ó 3o huevos, sucediéndose las generaciones desde Abril á Octubre, ó en más extenso período cuando el clima favorece; el n ú m e r o de generaciones se calcula de 8 á i o , de m o d o que tenemos. P a r a la i 25 » 2. 625 » 3. i5,625 » 4. 390,625 » 5. 9.744,625 » 6. 243.345,625 El n ú m e r o de generaciones es m u c h o m a y o r del que presentamos en este cálculo (que n a d a tiene de exagerado), pues hay quien eleva la postura de cada h e m b r a á go huevos, y sólo hemos considerado 25; según se ve arroja ya la cifra de 200.000,000. Esto p r u e b a la reproducción asombrosa de estos insectos, y se demuestra por ella que la u r n a de la generación se halla siempre dispuesta á derr a m a r nuevas existencias en n ú m e r o infinito. Después de poner el huevo de invierno, perecen los microscópicos y fecundísimos cónyuges, d a n d o por resultado de u n sólo acto de cópula, u n a familia postuma de millares de millones de descendientes. a a a a a BREVE RESEÑA D E LA HISTÓRICA FILOXERA. Este insecto hace poco más de 40 años que se ha descubierto, pero sin conocerse sus efectos; en el año 1834 el botánico suizo Berlandier, en sus excursiones por los Estados-Unidos, observó en los pámpanos de algunas v i des silvestres unas, pequeñas agallas llenas de un pulgón que no se ocupó en estudiar. Es preciso llegar al año 1854 para tener alguna noticia especial de dicho pulgón, pues el célebre entomólogo a m e ricano Fitch, haciendo estudios por orden del gobierno sobre los insectos útiles y perjudiciales á la agricultura, observó algunas agallas en los pámpanos de varias cepas, como lo había observado Berlandier, pero éste estudió también los pulgones que en ellas estaban contenidos, y designó al insecto con el n o m b r e de pémphigus vitijolice, por la analogía que observó con otros pémphigos. S h y m e r , que lo estudió también y descubrió el insecto alado, lo denominó dactylosphera vitifolia, separándolo de este m o d o de los pémphigos. Benjamín Wals y Carlos Rylei ya conocieron sus p r o piedades destructoras, y le señalaron un puesto preferente entre los insectos dañinos. E n 1863 parece que el insecto abandonó por vez p r i mera su patria y fué importado á algunas estufas de Inglaterra y Alemania, desde cuyos puntos el comercio de plantas lo ha extendido por toda la E u r o p a . E n América sólo se observaba el insecto sobre las hojas, pero W e s t w o d de Oxford lo observó ya en las raíces, y Mr. Planehon de 3 Mompeller es el primero que lo ha estudiado con más detención, lo ha clasificado y le ha dado el n o m b r e m u y apropiado de Phylloxera vastatrix. Desde esta época pueden seguírsele todavía los pasos, y conocer por su orden los puntos que han sido invadidos, pero no creemos necesario descender á tanto detalle, y sí sólo consignar que los países invadidos, en tan brevísimo plazo, se ven marcados en unas cartas filoxéricas que ha publicado el Dr. Fatio; según estas cartas están atacadas de la plaga, Alemania, Austria, Hungría, Suiza, Francia, Portugal y España. La Filoxera procede pues de los Estados-Unidos, siendo su patria la parte oriental, separada de la occidental por la cordillera de montañas peñascosas que va desde Tejas al Canadá; así lo ha comprendido y declarado el sabio Congreso internacional de Laussana, del que formó parte el eminente naturalista español Sr. Graells. De allí ha sido importada á las naciones de E u r o p a que v a n indicadas, y en las que se extiende en todas direcciones con desconsoladora rapidez. N o faltan personas que p r e t e n d e n , pero sin fundamento, que la plaga es europea; si así fuese, como dice m u y bien el citado Graells, se habría de admitir el a b s u r do de que desde su creación hasta nuestros días ha vivido oculta, pues ni se han conocido sus estragos, ni los catálogos entomológicos registran semejante insecto. N o puede dudarse pues de que procede de los Estados-Unidos, que la región oriental de aquella parte de América es su patria verdadera, y que de allí ha sido importada á E u r o p a . M O D O DE PROPAGARSE LA FILOXERA. Con u n a facultad reproductiva tan asombrosa, era m e nester que el insecto dispusiese de medios para extenderse por todas las regiones en que la vid crece cultivada ó espontánea. T o d o s los hemípteros, por su organización frágil, p a r e cen poco á propósito para emprender viajes, sin embargo Mr. M o r r e n ha observado que el pulgón del melocotonero, lo mismo que el laníger, que destruye los manzanos,, p r u e b a n evidentemente que varios pulgones pueden pasar de u n país á otro. E n u n a sabia m e m o r i a sobre este punto señala la marcha de u n a columna del pulgón del melocotonero, que en 1834 invadió la Bélgica, y se propagó en u n a vasta extensión de su territorio; dice que en algunos puntos las innumerables legiones eran tan extraordinarias que oscurecían la luz del sol, y con dificultad dejaban distinguir los muros de los edificios; hasta las personas, añade, se veían obligadas á cubrirse la cara con pañuelos, para preservar los ojos de su contacto. El aphis laniger, que se considera oriundo de la A m é rica Septentrional, fué importado á Inglaterra, en donde fué conocido por primera vez en 1777, y hasta 1812 no se decidió á pasar el canal de la mancha, dejándose ver en N o r m a n d í a , desde d o n d e se extendió por el interior. El temible pulgón filoxérico, que por tanto tiempo había permanecido inmóvil en su c u n a , invade r á p i d a mente todas las naciones vitícolas: hoy día en Francia no se cuenta ya por hectáreas el terreno invadido, se cuenta — 2 4 — por departamentos, y á pesar de los esfuerzos heroicos que se hacen para detenerle, sigue imperturbable su marcha invasora con una velocidad de 85,ooo hectáreas por año. E n España todo induce á creer que será aún más rápida la propagación: el foco único, que se conocía el año pasado en la Indiana de Málaga, y que comprendía u n reducidísimo número de hectáreas, se ha extendido con espantosa rapidez, habiéndose presentado innumerables focos a u n á mayor distancia de lo que había previsto la ciencia. El modo fulminante con que se ha presentado en la p r o vincia de Gerona es un nuevo motivo para no d u d a r , que, en la próxima canícula, desgraciadamente h a b r á alcanzado en España todas las proporciones de u n a horrible calamidad. A nada puede compararse la potencia invasora del voraz hemíptero, como á la invasión de la barbarie, á esos torrentes de bárbaros que de ignotas regiones v o m i taban aquellas terribles avalanchas á cuya violencia sucumbió el m u n d o r o m a n o . ¿Cómo una civilización tan floreciente y tan rica, herencia de muchas generaciones, no p u d o resistir á esa fuerza, impetuosa sí, pero inculta? L a barbarie aparece como u n punto negro, digno apenas de llamar la atención del pueblo rey, pero m u y pronto todo lo invade y domina sin obstáculo. La Filoxera lanza también á borbotones miríadas de individuos, que de lejanas tierras se arrojan sobre los pueblos más cultos de E u r o p a , y destruyen en poco tiempo su principal riqueza. La Filoxera aparece también como u n punto negro, apenas digno de llamar la atención de los pueblos ilustrados, pero bien pronto todo lo invade, todo lo destruye, y triunfa por completo. ¿Cómo, preguntamos también, u n insecto microscópico ha podido triunfar de la inteligencia y actividad del h o m b r e y obtener sobre él una completa victoria en toda la línea? Este microscópico animal ha vencido y humillado el orgullo del h o m b r e , que era el rey de la naturaleza, y todo lo avasallaba hasta despóticamente; del h o m b r e , que en — 25 — donde ponía su planta, allí imprimía su poder, allí escri-, bía su gloria con caracteres indelebles. L a Filoxera pues, ha abatido tanta soberbia, ha dicho al h o m b r e TU inteligencia y tu trabajo son dos fuerzas poderosas en el m u n d o , pero no son omnipotentes; por ellas has d o m i n a d o á todos los animales, has podido rodearte de los más perfectos y útiles, y alejar de tu m o r a d a los que te eran nocivos. El buey te abre los surcos para cultivar el trigo, el caballo te trasporta con ligereza, el perro te consagra su fidelidad y su valor, la cabra te proporciona su leche, y la oveja su vellón. T ú has desterrado á los desiertos aquellos animales que por su ferocidad eran indomables; en lo más elevado de las nubes, tus armas h a n herido al águila orgullosa, y los abismos del Occéano no h a n librado de tus golpes á los colosos de los mares. T ú has d o m i n a d o las fuerzas más extraordinarias y se h a n mostrado dóciles á tu voz; el vapor te ha trasportado por tierra y por m a r , con más velocidad que los caballos y que el viento, á todos los puntos del globo; hasta el r a y o , que troncha las más corpulentas encinas y quebranta las rocas más d u r a s , sumiso á tu poder inmenso, te sirve de estafeta; y a u n por debajo de las olas, más rápido que el pensamiento, trasmite tus despachos del uno al otro confín. Creías por esto estar en completa posesión del globo, con todo el esplendor de u n poder sin límite. ¿Quién había de decirte que u n insecto, para m a y o r ignominia tan dim i n u t o , fuese el destinado á abatir tanto orgullo, y desde su mansión subterránea, mientras destruye tu principal riqueza, no sólo te recordara continuamente el terrible, NON sino que se burlase de tí cantando por el diapasón normal la siguiente estrofa del Duque de Rivas: NON PLUS ULTRA. PLUS ULTRA, Y se hundieron magníficos trofeos Y se hundieron hazañas inmortales Y lo que no pudieron los titanes Lo lograron ¡oh mengua! los pigmeos. Analicemos ahora los medios que tiene el insecto para propagarse con la asombrosa rapidez que hemos indicado. La Filoxera se propaga por los medios naturales y por la vía comercial: para propagarse naturalmente la Filoxera áptera, lo hace m a r c h a n d o de una á. otra cepa, sea por bajo de tierra, sea por sobre la superficie. Fácilmente se comprenderá que por este medio no le es posible adelantar mucho: la poca ligereza de sus movimientos, y las dificultades del terreno hacen que no pueda adelantar en u n año más de doce ó quince metros, y aun con dificultad. Se ve con esto, que si no tuviera otro medio, la m a r c h a invasora del insecto no sería tan veloz, y se podría atacar y detener fácilmente. Pero si la Filoxera áptera tiene tantas dificultades en su progresión, en cambio los individuos alados pueden extenderla con m a y o r facilidad. Si bien su vuelo es de poca potencia, como el insecto es tan ligero y sus alas p r o porcionalmente m u y grandes, al levantarse del suelo, se entrega á la acción del aire, cuyo más suave soplo trasporta á grandes distancias á estos pequeños aeronautas. Pueden considerarse como otro de tantos corpúsculos que el aire tiene en suspensión, y con él son arrastrados hacia todas partes. P o r este medio el pulgón puede propagarse m u c h o más que por la tierra, calculándose que en u n año, puede llegar á producir nuevos focos hasta unos 20 ó 3o kilómetros del punto de partida. P o r el vuelo, se ve que es ya m u y fácil la extensión del mal, atendida la potencia reproductora del insecto, del que basta u n solo h u e v o , según llevamos indicado, para producir millares de millones de descendientes; sin embargo, no es suficiente para explicar la r a pidez con que se ha extendido por todas las naciones vitícolas de E u r o p a . Pero la Filoxera, además de los medios indicados, cuenta con otro más poderoso, cual es, la vía comercial; el h o m b r e , unas veces por su voluntad, otras inconscientemente, y otras á pesar suyo, importa gérmenes de ani- — 2 7 — males útiles y perjudiciales, lo mismo que de enfermedades epidémicas. Es u n contratiempo que la ley de las compensaciones ha impuesto á las grandes ventajas que el comercio p r o porciona, haciendo penetrar las producciones de todos los países á todos los pueblos, los que cambian sus frutos y se instruyen á u n mismo tiempo, porque cambian también las ideas, obteniendo por este medio innumerables beneficios. Do quiera vaya el h o m b r e , tiene entre los animales auxiliares poderosos dispuestos á ayudarle en la satisfacción de sus necesidades y hasta de sus caprichos; ejemplo son de esto, el caballo, y sobre todo el perro, que es el compañero más fiel así del h o m b r e civilizado como del salvaje más miserable. Estas dos especies se han ligado al h o m b r e con más intimidad porque ha desaparecido el tronco de que proceden, pues los individuos de esta especie que se encuentran en el estado salvaje son descendientes de las razas domésticas. Los caballos de T a r t a r i a y los cimarrones de América provienen de individuos a b a n d o nados á si mismos, que se han multiplicado en completa libertad, lo mismo que esas bandadas innumerables de perros que en los P a m p a s del Brasil y del Paraguay persiguen los rebaños de las varias especies de ganado que el h o m b r e también importó. P e r o si el h o m b r e se hace seguir de todos los animales útiles, le acompañan también á su pesar todos los parásitos que viven á sus expensas, y de los cuales no puede desembarazarse por más esfuerzos que emplee. Las ratas pululan en las bodegas de todos nuestros buques, y des-, embarcan en cualquier punto en que el hombre establece u n a colonia. Los insectos se transportan de mil modos diferentes, así en el estado de h u e v o , de larva ó de ninfa, como en el de insecto perfecto. E n Paris se han encontrado los insectos del Senegal, y hoy se encuentra en España la Filoxera del Norte de América, así como nuestras abejas im- portadas á aquella región se han hecho salvajes, y se h a n multiplicado y extendido de u n a manera sorprendente, tanto que en 1797, según afirma W a r d i n , no existían en la parte Oeste del Missisipí, y en 1 8 1 1 habian franqueado la barrera, remontando este rio, lo mismo que el Missouri, á una distancia de 200 leguas, de m o d o que ganaban 14 al año, siendo hoy tan comunes en todos aquellos bosques, que la recolección de miel silvestre constituye u n a industria m u y importante. Y si en el espacio de 14 años h a n ganado tanto terreno nuestras abejas en la América del Norte, en menos tiempo aún, sus Filoxeras ydoríphoras h a n invadido toda la E u r o p a , ¡Triste cambio! nosotros hemos trasportado allí uno de los insectos más útiles, y de allí nos han venido las plagas más desastrosas que se pueden imaginar. OBSTÁCULOS QUE SE OPONEN A LA P R O P A G A C I Ó N DE L O S A N I M A L E S . Como éste es uno de los puntos que consideramos más importantes no tenemos reparo en tratarlo con alguna extensión, exponiendo los principios de la Geografía zoológica á que se halla sometido. Esta cuestión envuelve la tan célebre p r o m o v i d a p o r la prensa tarraconense, cual es si la Filoxera podia ó novivir en España, cuestión contestada victoriosamente pollos Sres. Graells y Miret en el terreno de la teoría; y en el de los hechos, por el insecto mismo que, mientras se discutía este p u n t o , fundaba tranquilamente sus colonias en Andalucía y en Cataluña; propagándose de tal m o d o , que prueba la opinión del Dr. Fatio, quien siempre consideró que si era invadida la España, lo seria de un m o d o fulminante. Nos proponemos pues tratar esta cuestión con arreglo á los principios de Geografía zoológica, y por lo que ésta enseña, debemos creer que la Filoxera no sólo puede prosperar en España, sino que, particularmente en sus provincias meridionales, ha de alcanzar un mayor grado de perfección; no queremos significar una tendencia al desarrollo y aumento de volumen, sino una maj^or cantidad de acción, porque las condiciones de existencia le proporcionan más facultades órganogenésicas. N o escribiendo sólo para las personas científicas, consideramos oportuno explicar lo que debe entenderse por condiciones de existencia. Estas no son otra cosa que u n a serie de armonías orgánicas, cuyo concurso permite ó no 4 la vida de un animal, ó la perpetuidad de su especie, según este concurso, que se prestan las varias funciones y los varios sistemas de órganos, baste ó no, para conservar la vida individual, y alcance ó no, á producir gérmenes susceptibles de desarrollo, pues no deja de haber animales que pueden vivir en una región, si son trasportados á ella siendo adultos, p e r o , no pueden reproducirse. H a y climas que limitan, ó destruyen por completa la facultan de reproducción de algunas especies. Estas armonías orgánicas son numerosas y comprenden todas las circunstancias de la vida del animal, resultantes del medio en que vive, de la habitación, del clima, de las especies animales ó vegetales á que está asociado, de la m a y o r ó menor multiplicación de su especie etc. P a r a que u n animal cualquiera pueda habitar u n punto determinado, es preciso que tenga en él todas las condiciones de existencia, que tenga el libre ejercicio de todas sus funciones de nutrición y de relación; y p a r a que la especie pueda perpetuarse es menester que tenga también el ejercicio de las de reproducción. P o r lo que toca á la nutrición, que es u n a de las condiciones que más influyen en la distribución de los animales sobre el globo, es sabido que unos exigen para alimentarse sustancias animales, otros las requieren vegetales, y para otros es indispensables el concurso de ambos reinos. Cada especie tiene su alimento particular señalado de antemano, y con esto, se vé á toda luz la dependencia recíproca de todo los seres unos con otros. La existencia de especies carnívoras supone la preexistencia de las herbívoras, como ésta la de las plantas. Las primeras eligen su habitación en donde existen las segundas, y éstas p a r a elegir la suya, es menester que lo hagan en aquellas regiones en donde crecen a b u n d a n t e m e n t e las especies vegetales apropiadas á su régimen. La distribución de los vegetales depende á su vez de otras circunstancias relativas al clima y al suelo, lo cual demuestra que hasta el reino mineral ejerce influencia in- — 3l — directa en la distribución de los animales sobre nuestro globo. P o r lo que respeta á la nutrición, la Filoxera puede tener m u y bien su habitación en estas Islas, donde los r i cos viñedos le ofrecen pasto abundante para satisfacer su voracidad. Los agentes exteriores ejercen también marcada influencia: el aire, como medio respirable tiene suma i m portancia, pero infinitamente menor en los animales de vida subterránea, como la Filoxera, á la que no pueden inspirar grandes inquietudes ni cuidados los vientos, la m a y o r ó menor densidad, etc. Pero puede también influir la mezcla de cuerpos extraños con el medio respirable; estos cuerpos extraños, unas veces les son necesarios y otras imposibilitan su existencia. La h u m e d a d , por ejemplo, un aire atmosférico desprovisto de toda h u m e d a d , es irrespirable para muchísimos animales, y varias especies reclaman de ella u n grado m u y diferente; la cima de u n a montaña árida ó el borde de u n charco en un sitio bajo ofrecen estaciones m u y diferentes, y cada u n a de ellas apropiada para diversas especies. La Filoxera resiste u n aire m u y seco, y lo resiste m u y h ú m e d o , prefiriendo el primero. Los cuerpos extraños que tenga el aire en suspensión, pueden ser substancias tóxicas; en este caso se comprende' que no es posible la vida de los animales, y de aquí el uso de estas sustancias como insecticidas, que son m u y difíciles de aplicar debajo de la tierra donde m o r a el p u e blo filoxérico. Los agentes imponderables calor, luz, electrieidad y magnetismo, son también modificadores importantes para la distribución de los animales sobre el globo. P o r lo que respeta al calor, es sabido que la viña no prospera más que en u n a región determinada, á la que ella dá n o m b r e ; esta región, pues, es la más apropiada para la Filoxera, que, sin embargo, resiste fríos m u y intensos, lo mismo que grandes temperaturas, como se ha demostrado experimental mente. La luz, este agente poderoso que tanto influye en los animales, que los hay diurnos, crepusculares, y nocturnos, parece indiferente para la Filoxera, que lo mismo vive á todo sol que en el seno de la tierra. Se ven animales cuyas funciones no pueden ejercerse sin la influencia de este agente, hay infusorios cuya nutrición está directamente bajo la dependencia de la luz, y hasta es p r o p o r cional á su intensidad. Así vemos animales que buscan el sol, otros que sólo viven en la oscuridad, buscando las cavidades subterráneas de nuestro globo, pero la Filoxera lo pasa bien de todos modos, mientras tenga cepas que destruir. La electricidad de la atmósfera, que con frecuencia basta para matar á muchísimos insectos, nada importa á la Filoxera, pues vive debajo de la tierra, que es el receptáculo c o m ú n , y nunca se carga de este fluido como la atmósfera. La región de u n animal es tanto más reducida cuanto más numerosas son sus condiciones de existencia; así se A en algunos como el Pimmelodes Cyclopum, de cuya especie no se pesca más que rarísima vez y siempre de noche algún individuo descarriado en los riachuelos que se h a llan inmediatos al Cotopaxi; es sin embargo vomitado por millares, en medio de u n fango arcilloso, cuando este volcan está en erupción. Los Canguroós y otros marsupiales parece que han reemplazado en N u e v a H o l a n d a u n a porción de especies. La región de estos animales es reducidísima en razón á las muchas condiciones de existencia que exigen, pero en cambio la Filoxera, por lo poco exigente en dichas condiciones, puede considerarse como esporádica en todas las regiones en donde existe la viña, lo mismo que muchos animales que acompañan al h o m b r e á donde quiera que vaya. C u a n d o u n animal reúne todas las condiciones de existencia necesarias p a r a vivir en u n p u n t o , toda la dificultad estriba en llegar á él. E x a m i n e m o s pues como r — 33 — puede venir la Filoxera, si es m u y fácil que esto suceda, ó si h a y dificultades que á ello se opongan. El medio en que vive u n animal facilita ó dificulta m u c h o su traslación de u n punto á otro; si este medio es el agua, es m u y fácil: así, u n tiburón sigue nuestras embarcaciones más veleras, y aun los vapores, desde América hasta los puertos del Mediterráneo, y allí se instala si le acomoda. El año pasado se cogió en Sóller un enorme cachalote impropio de nuestros mares. El aire favorece también la traslación de los animales, pero, no tanto como el agua; si el medio es la superficie de la tierra, es más difícil, y si es el subsuelo, mayores dificultades ofrece aun. La Filoxera vive bajo de tierra, por lo mismo a u n cuando tenga todas las condiciones de existencia, no puede llegar á nuestras viñas. L a m a y o r ó menor facilidad que tiene u n animal en su locomoción, es otra circunstancia favorable ó contraria para trasladarse de u n punto á otro. Las aves m u y voladoras atraviesan distancias inmensas, y aun cruzando los mares vienen anualmente de apartadas regiones á cantarnos sus amorosas querellas. La Filoxera puede moverse poco por los insterticios de la tierra, por cuyo medio hemos visto que adelanta pocos metros en u n año, aun siendo el terreno favorable. El insecto alado adelanta algo más, sobre todo auxiliado por el aire; calculándose en unos 3o kilómetros el espacio que en u n año puede a v a n zar. Estas Islas están separadas de todo foco filoxérico por u n a distancia mucho m a y o r , luego tampoco por este medio llegará hasta nosotros. La Geografía zoológica nos enseña también que son obstáculos m u y grandes, para la distribución de los animales, las cordilleras de montañas, los vastos arenales, y sobre todo los mares. Estamos separados del continente por 40 leguas de m a r , luego nos hallamos en condiciones m u y favorables para librarnos del azote, y hasta p o d e mos tener seguridad d e q u e no vendrá por los medios naturales. El medio en que vive la Filoxera, las dificulta- - 3 4 - des que tiene para su locomoción, el ser imposible su llegada por medio del vuelo, y la zona de m a r que nos separa de todo foco filoxérico, forman un conjunto de circunstancias que hacen imposible que venga esta plaga. Si el insecto no puede venir, en cambio lo pueden traer, y es fácil que así suceda. E n iguales circunstancias se hallaban otras plagas, que han llegado hasta nosotros m u y buenas y sanas, las hemos admitido á libre plática, y aquí campan por su respeto, causando perjuicios considerables, pues ponen á contribución varios frutos de la tierra. ¿No llegó por ventura el Oidium procedente también de los Estados-Unidos, que debió por consiguiente cruzar el Atlántico y luego el Mediterráneo? ¿Cómo ha llegado á E u r o p a la Filoxera misma? De muchas plagas se ignora, pero de otras especialmente las citadas Oidium y Filoxera, se conoce perfectamente cómo han sido importadas, y se les han podido seguir los pasos hasta cierto p u n t o . El Oidium, se.sabe que en 1845 apareció por p r i m e r a vez en las estufas de Morgate, desde donde pasó á otra estufa de la familia Rostchild, cuya finca está en las i n m e diaciones del Sena, y de allí se extendió por todas partes. El célebre químico Mr. D u m a s , que era entonces ministro de agricultura, conoció toda la gravedad del mal, y p r o puso al Gobierno, u n a medida m u y radical, pero salvadora; (la gangrena no se cura con paños calientes). P r o puso la destrucción completa de todas las vides de las estufas atacadas: conocía perfectamente, que aquella era u n a verdadera plaga, u n azote tan terrible que iba á extenderse por todas partes y á destruir todos los viñedos de Europa. El Gobierno no se decidió á tomar una medida tan radical, porque le parecía extrema, y, eran m u c h a s las dificultades con que había de tropezar para llevarla á cabo. El ilustre químico hizo constar su proposición, y pocos años después se confirmaban en todas partes sus terribles vaticinios. Estos datos pueden verse más detalladamente — 35 — en el luminoso escrito que sobre la Filoxera ha publicado el Sr. Miret. La Filoxera, según todas las probabilidades, vino de los Estados-Unidos en los barbados que se trajeron para algunas estufas de Inglaterra y en algunos sarmientos que se trajeron también á Avignon; u n a vez atravesado el Occéano, teniendo tan asombrosa reproducción, se explica fácilmente cómo ha podido extenderse por todas partes. ESTRAGOS QUE PRODUCE LA FILOXERA. Este insecto tan diminuto es ya bien conocido de todo el m u n d o vitícola; apesar de su pequenez, los estragos que causa lo hacen tan temible que su n o m b r e ha adquirido en pocos años una reputación europea, y es p r o n u n c i a d o con horror por todos los viticultores. Cuando la Filoxera invade u n a comarca, todos los p r o pietarios se a l a r m a n , los sabios se reúnen en congresos, las autoridades dictan prudentes m e d i d a s , los viticultores se agitan, hay u n a reacción completa, pero todo es en v a n o , el pulgón sigue tranquilo su marcha invasora, continúa imperturbable su obra de destrucción, ataca, aniquila y mata la viña, el arbusto más precioso de cuantos posee la agricultura. La importancia de la viña es tal, y tan antiguamente reconocida, que, como dice m u y bien Guyot, el Libro Sagrado nos la presenta ya contemporánea á Noé, al h o m b r e escogido y regenerado por Dios; Jesucristo convierte el agua en vino en las bodas de Cana, transforma el vino en la sangre del hombre-Dios en la suprema Cena; y el catolicismo, que extiende á la h u m a n i d a d entera sus dogmas inspirados, no puede celebrar su rito fundamental sin la existencia de la viña y del jugo purísimo y fermentado de sus frutos. La viña es por tanto u n arbusto importantísimo, su extensión á todos los países donde puede vegetar y m a d u rar sus frutos es una de las más preciosas conquistas de la h u m a n i d a d , y es un deber de todos los buenos el p r o c u r a r - 3/ - su conservación, no sólo para aprovechar los inmensos beneficios que produce, sino para evitar, á más de la m i seria general, gravísimas cuestiones sociales. Este preciosísimo arbusto ofrece en E u r o p a á la F i loxera u n alimento más grato que las plantas americanas de la misma especie. E n las cepas europeas, la Filoxera vive en las raíces más finas, de las que va c h u p a n d o el jugo hasta aniquilar la planta; en las americanas, vive sobre las hojas, no siendo tan desastrosos los efectos que en ellas p r o d u c e . E n las raíces más finas se acumulan legiones i n n u m e rables de filoxeras, que producen en el órgano u n a v e r dadera hipertrofia, de color amarillento al principio, pero que después, cuando la raíz ya degenera, toma u n color negruzco, se arruga y se seca. C u a n d o la Filoxera ataca las hojas, los daños que c a u sa no pueden ser tan considerables, porque los p á m p a n o s son m u c h o s , y pueden asimismo ejercer sus funciones respiratorias, en las que son auxiliados por todas las partes verdes de la planta. C u a n d o son las raíces las que están atacadas, sus funciones no pueden ser suplidas p o r otros órganos, y la planta experimenta todas las consecuencias de u n a falta de nutrición. E n u n principio, c u a n do no existe aún gran n ú m e r o de Filoxeras, sólo se ve u n a ligera hinchazón en las barbillas más finas, pero luego se va extendiendo á m a y o r longitud de las mismas; son invadidas otras raíces de orden superior, y las hinchazones a b u n d a n tanto que la cabellera puede á veces compararse á un verdadero racimo. C u a n d o empieza la invasión no se demuestra en la planta por signos exteriores, la vegetación es vigorosa, y nada induce á creer que la planta pueda estar atacada de la enfermedad, como no se observen agallas en las hojas, lo cual demuestra que no es el primer año de la invasión, ó á lo menos, que ya se ha formado la generación alada. A medida que aumenta el número de insectos que ataca las raíces, la planta languidece y muere; la enfer5 — 38 — medad se manifiesta por u n a vegetación pobre, los sarmientos son cortos, y los pámpanos pequeños como si la planta hubiera estado sugeta á una prolongada sequía; los racimos, á su vez, son más diminutos, m a d u r a n con dificultad, y, si el mal está adelantado, abortan y se secan en embrión. La consecuencia de la invasión filoxérica es m o r i r la viña en un plazo más ó menos largo, que depende de varias circunstancias; u n a viña raquítica de sí, descuidada, y en u n mal terreno, perecerá m u c h o más pronto que otra joven, vigorosa, que vegeta en buen suelo; ésta, lucha con la enfermedad, y si la cabellera de la raíz ha sido destruida, barbilla de nuevo, aunque no con tanto vigor, vuelven á destruirse las barbillas recien formadas, y poco á poco se encuentra en el caso de la viña pobre. La duración es de tres, cuatro ó cinco años, terminando siempre por la muerte, como no pueda librarse de la Filoxera; pero cuando se la ataca con vigor, puede d u r a r algunos años más, como sucede especialmente en Francia, donde la Compañía de ferro-carriles P a r i s - L y o n Mediterranée gasta anualmente sumas fabulosas, ya que no para acabar con el insecto, á lo menos para m i n o r a r sus estragos, y ha conseguido, valiéndose de los medios de que nos ocuparemos al tratar del plan curativo, que las viñas que estaban condenadas á u n a muerta segura á los dos ó tres años, alcancen u n a vida de seis ó siete, y tal vez más, sigan fructificando, aunque en menor escala, y sólo á beneficio de gastos y afanes extraordinarios. IMPORTANCIA DE LA P R O D U C C I Ó N QUE ATACA LA FILOXERA. Los ramos de riqueza pública y particular son la Agricultura, la Industria y el Comercio; éstas son las tres r a mas, y éste es su orden gerárquico. La p r i m e r a es la Agricultura, cuyos productos brutos difíciles de trasportar á distancias, y de poca aplicación, son modificados por la Industria, que les proporciona nueva y más fácil salida, y no sólo produce el bienestar de los industriales, sino de todos, y hasta aumenta la fertilidad del suelo. Pero la industria no puede extenderse sin los adelantos de la agricultura, que' es la que debe proporcionarle las primeras materias; la industria y la agricultura han de progresar la u n a al lado de la otra, y los adelantos en la p r i m e r a dan también por resultado la prosperidad de la segunda. La industria y la agricultura están íntimamente ligadas con el comercio, tanto, que no puede haber agricultura ni industria prósperas, si los cambios no abren grande y fácil salida á los productos, que, siendo diferentes en las varías regiones del globo, se cambian en todos los pueblos civilizados, viniendo á aumentar de este m o d o la riqueza pública. El Comercio emancipa á los hombres activos de la dependencia de u n suelo infértil, da salida al excedente de sus productos, p r o c u r a nuevas y abundantes subsistencias y hace brotar la riqueza, aun en aquellas c o m a r - — 40 — cas que sin él se verían condenadas á u n a miseria y soledad eternas. Se ve pues que las tres ramas de riqueza están enlazadas por una estrecha solidaridad de intereses, que dependen recíprocamnnte la una de la otra, no pudiendo faltar el equilibrio sin que se resientan todas. La Filoxera ha de causar daños inmensos á dichos tres ramos de riqueza; y aunque la Agricultura es la que más directamente recibe los perjuicios, porque la hiere en su principal producción, sin embargo estos perjuicios refluyen luego á la Industria y al Comercio. La muerte de la viña es la ruina, es la miseria de u n país vitícola, es, no sólo la decadencia, sino u n obstáculo á la prosperidad durante u n larguísimo periodo. P o r poco que reflexionemos sobre la importancia de la viña, observaremos que sus frutos, al propio tiempo que son estimados y ocupan un lugar preferente en las regaladas y fastuosas mesas de los Príncipes, se sirven abundantemente en la frugal comida de los pobres, y aun en donde se cultiva la viña se halla su precioso fruto á merced de cualquiera, pues no hay viticultor que se oponga á que u n transeúnte coja algún racimo de sus cepas para apagar la sedEste mismo fruto desecado y preparado convenientemente forma la deliciosa uva pasa que no sólo es u n postre exquisito, sino que constituye u n elemento importante del arte culinario y de la repostería; se conserva sin alteración durante años y se trasporta á las más apartadas regiones. Los vinos, espíritus, y alcoholes se destinan á m u c h í simos usos en las artes, en las ciencias, en la medicina, en la industria, en el comercio y en el consumo, y cuando el mosto ha experimentado la fermentación acética constituyendo el vinagre bueno, á más de los usos á que se le destina en la economía doméstica, tiene infinitas aplicaciones en muchísimas industrias. El fruto de la viña bajo todas y cada una de sus for- — i 4 — mas da siempre vida y animación á los pueblos vitícolas, á los que proporciona trabajo y da el vino, que es la sangre de los pobres, el calor de su corazón, el sosten de su vida, y después de tener este alimento asegurado, se entrega u n a parte del sobrante á la industria, que abre u n nuevo y vasto mercado á los productores, excita su inteligencia, su actividad y su economía, produciendo u n incremento rápido en la riqueza, en el bienestar y en la fertilidad de las tierras; la división del trabajo se establece de este m o d o entre los miembros de la sociedad, se ponen en acción todas las actividades, todas las inteligencias, y por medio de esfuerzos, siempre más hábiles, se obtienen siempre mayores riquezas. T a n t o los productos primitivos como los elaborados de varios modos por la industria, tienen el comercio dispuesto siempre á abrir nuevos y vastísimos mercados al excedente de los productos, favoreciendo también la división del trabajo, y, mientras estimula la vida y la expansión fuera, p r o c u r a nuevos medios de subsistencia, m u l tiplica la población, fomenta notablemente la agricultura, la industria, las ciencias, las artes, y hace brotar la riqueza en las comarcas más miserables. T o d o s estos beneficios tan importantes los destruye por completo la Filoxera, y como en España uno de los principales productos se debe á la viticultura es también uno de los puntos en donde se han de experimentar más sus funestas consecuencias. El Sr. Miret en su erudito libro s ó b r e l a Filoxera, después de manifestar que la viña es abundante en E u r o p a y que sólo están desheredadas de tan importante cultivo Inglaterra, Escocia, I r l a n d a , Suecia, N o r u e g a , Dinamarca Bélgica y Holanda, da u n estado de las restantes naciones, estado que toma del Moniteur Vinicole, y en él figura España por 20 millones de hectolitros, dato que dista ser exagerado, pues, según el referido Miret, el Doctor Fátio le señala 3o millones y u n a superficie de 1.000,400 hectáreas. Como nos proponemos escribir con especialidad para esta provincia no nos extenderemos sobre el particular, sino que, en capítulo aparte, pasaremos á considerar la importancia de la viticultura de las Baleares y por consiguiente los efectos que en ella produciría la Filoxera. IMPORTANCIA D E LA V I T I C U L T U R A BALEAR. P o r poco que reflexionemos sobre los medios de prosperidad de estas Islas nos hemos de convencer de que la viña ocupa el primer rango en la escala de riqueza territorial, no tanto por su producto neto, como por la m a n o de obra que exige su cultivo, y p o r q u e aprovecha muchos terrenos que no servirían absolutamente para otra cosa. Es la viña, á no d u d a r l o , el primer elemento de la riqueza balear, sostiene infinidad de braceros que le deben exclusivamente la subsistencia, pone en movimiento grandes capitales por medio de las industrias accesorias, que proporcionan también trabajo, dá el vino, tan necesario como alimento, y ofrece al comercio productos importantes, de los que se exportan grandes cantidades al extranjero y América, exportándose también mucho fruto m a d u r o para varios puntos de la Península. Fácilmente se comprende la inmensa importancia de este fruto que bajo sus multiplicadas formas es el que dá vida al país. El trabajo que proporciona, el vino que se consume y que se exporta, constituyen, al mismo tiempo que la riqueza de los propietarios, la sangre de los obreros. Vamos á ocuparnos con algún disgusto de la extensión que tiene el cultivo de la vid en esta provincia, y decimos con disgusto, porque nos lo causa el ver siempre en los agricultores, ó mejor, en los ayuntamientos la tendencia á ocultar la verdad disminuyendo la riqueza; esta costumbre erigida en sistema, es causa de muchos males que vienen á pesar sobre los pequeños y medianos p r o pietarios. — 44 — Según la última estadística existían en Mallorca i8,5oo hectáreas de viña, es cierto que no se aumentó la cifra, al contrario es m u y probable que se disminuyera por no perder la costumbre. Desde aquella fecha se h a n plantado seguramente muchos millares de hectáreas ¿quién había de creer que hoy no existieran en toda la provincia más que unas 14,000? Es u n a desgracia m u y grande que á medida que se vá plantando viña disminuya la extensión destinada á su cultivo, esto es u n a especie de milagro, pero un milagro fatal. No dudamos que en la provincia el día en que se haga una estadística verdad, resultarán más de 25.000 hectáreas de viña, de ésta hay más de la mifad, casi toda la plantada de larga fecha, que ocupa u n terreno que con mucha dificultad puede destinarse á otro cultivo que no sea ruinoso. Entre los varios árboles y arbustos que fructifican en esta provincia, la vid es, á no d u d a r l o , el que mejor se cultiva, especialmente en algunos pueblos. Me complazco en citar á Felanitx en primer término, y consignar aquí, que si bien no ha llegado á la perfección, marcha y no despacio hacia ella. Este progreso es debido en gran parte al Ateneo de esa bella población, que no está destinado, como la generalidad de casinos, al juego y á la bebida, sino al estudio de las cosas más útiles. Su digno presidente no es uno de aquellos tipos pedantescos que creen imponer admiración al m u n d o ; es todo lo contrario, u n hombre modesto, dedicado al estudio y cultivo de las ciencias, que se ha constituido en iniciador de los adelantos de su pueblo y, con u n celo, una inteligencia y una perseverancia infatigables, alcanza cada día nuevos triunfos. Merced á su útil propaganda la generalidad de los viticultores está familiarizada con el uso del gleucómetro, todos saben aquilatar sus mostos, todos conocen la cantidad de azúcar que les dá tal ó cual variedad de cepa.. _ 4 5 - Los compradores y vendedores de vino destinado á la fabricación de aguardiente se valen también del alambique Salieron para saber de a n t e m a n o la cantidad de alcohol que c o m p r a n ó venden. La calefacción del vino por el sistema Pasteur ha sido objeto de numerosos pero m u y concienzudos ensayos 3^ el ceno-termo funciona ya en muchas bodegas. Sería prolijo e n u m e r a r los adelantos por él introducidos en la viticultura y vinificación, pero, si no citamos otras mejoras técnicas no podemos prescindir de mencionar algunas de otro género. Partiendo de la misma iniciativa, se ha establecido u n a Caja de a h o r r o s , que, según nuestros informes, cuenta ya con u n capital importante, y se acaricia el proyecto de asociarse con otros pueblos, para convertir esta Caja en u n pequeño Banco agrícola, que tan buenos resultados había de dar, y cuyo establecimiento puede considerarse hoy casi de necesidad. Se ha formado u n a Compañía, que desean elevar á la categoría de Sociedad a n ó n i m a , con el objeto único de explotar y al mismo tiempo acreditar sus caldos, h u y e n d o de ese mercantilismo execrable y soez que todo lo invade y todo lo adultera, que no es el verdadero comercio que se contenta con u n a prudente remuneración por su trabajo y capital, sino que tiene por única divisa dinero á todo trance, no r e p a r a n d o , para atesorarlo, ni en el descrédito de su país, ni en su propia deshonra. Sentimos habernos ocupado tanto de u n a persona cuya modestia pudiera ofenderse, y le suplicamos nos lo dispense; nuestro lenguaje es m u y sincero, y más que á u n elogio estéril, tiende á excitar á las personas idóneas de los demás pueblos á que sean sus imitadores. E n fin, Felanitx empieza á secundar ese gran m o v i miento cosmopolita, que arrastra todas las inteligencias, todas las fuerzas, todas las actividades, y no deja fuera de su órbita más que á los pueblos débiles y refractarios á toda idea de progreso. 6 _ 4 6 - No debemos terminar esta parte referente á la importancia de la viticultura balear, sin consagrar algunas líneas á la menor y casi desconocida de las islas habitadas de nuestro archipiélago. Formentera, insignificante hoy, pero importante por su historia, lo es también por su porvenir, que deberá á la viticultura , esta isla ha entrado ya en la vía del progreso, gracias á la inteligencia y actividad de u n a persona, que habiendo adquirido en ella propiedades, ha hecho ensayos fructuosos con la plantación de la vid, y ha obtenido resultados inmejorables. Este año se contará tal vez por centenares el número de hectáreas de viñedo, que sin ningún género de d u d a colonizarán la isla, introducirán en ella el bienestar, lá vida, la animación y la riqueza. E n Formentera la maduración de las uvas es m u y p r e coz, el clima m u y templado, el terreno caliente por su composición; y su color claro proporciona á los racimos, además del calor difuso que reciben de la atmósfera, u n a gran cantidad por la reverberación, tanto, que la m a d u ración del fruto se adelanta nada menos que u n mes á la de Mallorca, de modo que plantando variedades precoces de las que se destinan para la mesa, casi en la p r i m a v e r a se podrían exportar grandes cantidades de fruto sazonado, y plantándose variedades escogidas para la uva pasa p o drían arreglarse puramente soleadas, porque la estación lo permitiría muy bien, y no habría necesidad del escaldado que siempre hace desmerecer el producto. - ¿QUE EFECTOS PRODUCIRÍA EN ESTA PROVINCIA UNA INVASION FILOXÉRICA? Si desgraciadamente por a b a n d o n o , ó por imprudencia, penetrara el voraz huésped en nuestros viñedos la P r o v i n cia se vería en u n conflicto gravísimo y de las más trascendentales consecuencias. Serían inevitablemente destruidos todos los viñedos, lo cual importa una suma fabulosa, sin embargo, esta pérdida no es aún la de más importancia, por ella, los propietarios de viñas sufrirían un quebranto grande en sus fortunas, pero no por esto quedarían a r r u i nados; sufrirían también gran detrimento los capitales que el cultivo de la vid pone en movimiento por medio de varias industrias laterales, como son fabricaciones de aguardiente y espíritu, las que necesitan á su vez el concurso de muchas otras, tales como la fabricación de toneles, i n d u s trias botellera, taponera, etc. Grandes pérdidas sufriría también el comercio en general, pero m u y especialmente el destinado á este r a m o de la producción agrícola que hoy es de los más activos, tanto, que es el principal género que circula por nuestra vía férrea: la E m p r e s a , si por desgracia nos invadiera la plaga, es u n a de las que más sufrirían directa é indirectamente. T o d o es m u y importante y m u y digno de llamar la atención de gobernantes y gobernados, pero por grandes que sean estos perjuicios, se eclipsan al pensar en la falta de trabajo p a r a millares de infelices braceros que viven exclu- - 4§ - sivamente del cultivo de la vid, de este precioso arbusto cuyo poder, eminentemente colonizador, ya nadie pone en duda; él proporciona trabajo á los dos sexos, á todas las edades, y en todas las épocas del año. Este poder colonizador se ha. demostrado m u y bien en esta Isla por el aumento que ha experimentado el censo de población en todos los pueblos vitícolas; á la extensión de la viña debe Manacor el haber duplicado el suyo en 3o ó 40 años. Donde no se cultiva la viña, u n a sequía es de consecuencias espantosas. E n los pueblos vitícolas no falta trabajo para los braceros, y éstos ganan u n jornal r e m u n e r a dor; donde no hay viñas, se ha visto la miseria más completa, el h a m b r e y la emigración. De u n solo pueblo de esta Isla, pueblo que tiene m u y buenos terrenos pero que carece de viñas y casi de arbolado, se han visto este año obligadas á emigrar al extrangero más de treinta familias de braceros. Los obreros pues, esta parte trabajadora la más n u m e rosa de la sociedad y la que le dá vida, esta clase tan desheredada y que es m i r a d a con indiferencia por ciertas gentes, es la que merece nuestra predilección. Esta clase importantísima, cuyas generaciones se suceden unas á otras dejando tras sí la riqueza y la fecundidad salida de sus brazos, esta clase que multiplica diariamente sus conquistas sobre la naturaleza, domándola con valor infatigable, hace florecer el mismo desierto, lo viste de espléndidos cultivos, lo cubre de lujo y magnificencia, y con su asiduo trabajo recoge el alimento para todos, manifestándose m u y satisfecha cuando puede aprovechar algunos desperdicios; bien merece u n a m i r a d a compasiva de los que de ella reciben tanto beneficio. El porvenir de esta clase tan benemérita es el que nos preocupa ¿queréis saber cuál es este porvenir en el caso de que nuestros viñedos sean invadidos por la plaga filoxérica? Os lo diremos: la miseria más espantosa, la emigración, el h a m b r e y la inanición con todas sus conse- — 49 — cuencias, y hasta el crimen, que de la miseria á él, es m u y corta la distancia. Estos infelices obreros, pues, poblarán las playas extranjeras, las casas de beneficencia, los cementerios y también los presidios; ¡qué pavoroso porvenir para esta útil é inocente clase, que parece condenada á u n a servid u m b r e sin descanso y á u n a miseria sin esperanza! ¡pobres carneros de Casti! ¡Encorvados siempre hacia la tierra, dejan en este camino su carne y su sangre, y por huellas la fertilidad salida de sus brazos, y la riqueza para aquellos que desconocen sus beneficios! Esta no es u n a opinión nuestra, hija de la ardiente imaginación exaltada por el interés que siempre nos han inspirado las clases desvalidas, es la opinión de todos los sabios y pensadores de E u r o p a , que así lo han manifestado; es, en fin, u n a funesta realidad. E n prueba de ello, veamos cuál es la opinión del Congreso filoxérico de Madrid: por lo que toca á este p u n t o , oigamos cómo se explica esta sapientísima Asamblea al contestar á la cuestión 4 . del interrogatorio: «La destrucción total de todos los viñedos y la supresión del vino como parte del alimento general y en la esfera económica moral y social, la ruina, la miseria y la emigración en las comarcas vinícolas de España, y como consecuencia de la falta de vino, el embrutecimiento por el uso de los alcoholes de industria, con todas sus funestas consecuencias; y finalmente un quebranto inmenso en la hacienda de la Nación y el riesgo inminente de la subversión del orden público y social. y> Así se expresa el Congreso filoxérico de M a d r i d que, lo decimos con satisfacción, estuvo á la altura de los p r i n cipales Congresos extrangeros: se explica en pocas palabras, pero cada frase, como dirían los retóricos, encierra todo u n poema. N o son más consoladoras las afirmaciones del gran Congreso internacional de Laussana compuesto de las principales notabilidades científicas de las varias naciones A — 5o — vitícolas de E u r o p a , y en el que tan dignamente figuró el naturalista español Sr. Graells. Queremos también ceder la palabra á esta ilustre Asamblea para que se conozca cuál fué su opinión al contestar á la pregunta i5.° del cuestionario. «-El resultado, dice, será la ruina y la miseria en todas partes, la emigración ó la desmoralización en ciertos puntos, en fin, muy probablemente en otros el embrutecimiento por medio de los alcoholes de industria, y por lo tanto la degeneración de la especie.» El que no se asusta y tiembla de espanto ante tan sombríos horóscopos, el que dice no tengo viñas, poco puede importarme, el que oye con sangre fría tan funestos vaticinios, es verdaderamente u n a filoxera social. La falta de vino, que constituye una parte del alimento general, es una cuestión, aunque en apariencia insignificante, de un interés de primer orden; siempre, como es de suponer, sus fatales consecuencias han de pesar más sobre las clases numerosas que viven de u n trabajo que tiene por base las fuerzas musculares, y que carece de u n alimento suficientemente reparador. Estas clases con un pedazo de p a n y u n vaso de vino que les suple el alimento respiratorio ó c a r b o n a d o , t r a b a jan y viven perfectamente. E n el día, no sólo por la Filoxera sino por el impuesto de consumos, el vino alcanza u n precio superior á los recursos de las clases proletarias, y los sofisticadores de oficio, los que todo lo adulteran, esos especuladores de mal género, ejercen su abominable tráfico á expensas de la salud y de la robustez de los pueblos. (*) Las tristes revelaciones de los hechos nos dicen terminantemente que el impuesto de consumos produce u n a depauperación en la sangre de las clases trabajadoras, y (') H o y h a llegado á tal e s t r e m o la escasez de v i n o , q u e en a l g u n o s p u e b l o s d e los m á s vitícolas d e la P r o v i n c i a las p r i n c i p a l e s t a b e r n a s se h a l l a n d e t o d o p u n t o d e s p r o v i s t a s , p u e s los c o s e c h e r o s h a n p r e f e r i d o la e s p o r t a c i o n , q u e les ofrece p i n g ü e s beneficios. — 5i — ésto debe atribuirse principalmente á la falta de vino p u r o , y por lo mismo de alimento bastante carbonado. N o hay d u d a que el vino puede suplirse por u n a alimentación más rica en principios azoados y carbonados, pero el precio de estos alimentos es m u y elevado; los de p r i m e r a necesidad van encareciendo siempre, y el cebo de la ganancia excita á la adulteración, dando por resultado que el fraude se sirve como plato obligado en todas las mesas. N o es fácil esperar por ahora u n a baja en los artículos de p r i m e r a necesidad, porque en E u r o p a hace ya tiempo que se nota u n desnivel entre la producción y el consumo, siendo los pueblos de Occidente los que más experimentan sus efectos; por esta razón las clases proletarias no están bien alimentadas. Entre las clases obreras de la industria francesa, que según, las estadísticas, son las que se nutren mejor, no consume cada familia tantas substancias animales y grasas como u n a semi-salvaje de las estepas de O r e m b u r g o . Quisiéramos que esta cuestión, hasta cierto punto incidental en este escrito, se examinara detenidamente y sin prevenciones, sobre todo políticas, y no d u d a m o s que nuestros hombres de Estado descubrirían m u y pronto u n a de esas crisis solemnes que se preparan en nuestro porvenir, y no buscarían remedios vulgares, conocidos y desacreditados para u n a situación sin ejemplo; sino que apelando á medios acertados, tendríamos la satisfacción de ver que el suelo de nuestra patria en u n día no lejano sería el puerto de salvación á donde vendrían á buscar la subsistencia y primeras materias muchas naciones hoy día más poderosas. N o hay solución: ó bien nuestra agricultura ha de adelantar y producir más barato, ó tendremos que abastecernos en los mercados extrangeros, á lo cual se opone también la gente de m o d a amasada con levadura proteccionista. Pero esta es u n a moda que por fortuna decae y renace, y en las oscilaciones siempre se adelanta algo. El progreso en su marcha imperturbable se encuentra siempre en su camino, y en cada etapa, las mismas protestas, las mismas profecías, ó mejor, las mismas calumnias, pero impotentes para detener su majestuosa y eterna ascensión. Se vé pues que la falta de vino, como alimento, ha de producir irremisiblemente u n a depauperación en la sangre de las clases productoras, por consecuencia u n a degeneración en la especie, según afirma el Congreso de Laussana, y por añadidura tendremos los efectos del espíritu de industria, que son el embrutecimiento, como asegura t a m bién el Congreso de Madrid. ¿LOS PUEBLOS VITÍCOLAS DE PODRÁN FÁCIL POR LA PROVINCIA Y ECONÓMICAMENTE OTRO CULTIVO REEMPLAZAR LA VINA REMUNERADOR? L a grande extensión de terreno destinada al cultivo de la vid, y que produce los beneficios que hemos indicado, es en su m a y o r parte de tales condiciones que no sirve absolutamente p a r a otra cosa. Sería casi todo terreno p e r dido, y aun valiera más así que destinarlo, como p r o b a blemente sucedería, al cultivo de cereales, que, si en todo caso es esquilmador, en las tierras que no son v e r d a d e ramente de pan llevar, es decir, que no han llegado al período cereal, es eminentemente ruinoso, y por él sufre muchísimos perjuicios la isla de Mallorca. Entre u n cultivo como el de la vid, que es bien r e m u nerador y proporciona m u c h o trabajo, y el cultivo de c e reales, que con frecuencia es ruinoso y siempre p r o p o r ciona poco trabajo, hay toda la diferencia de saldar la cuenta por ganancia á saldarla por grandes pérdidas, h a y la diferencia de sacar á un pueblo de la miseria ó s u m i r l o en ella. Si las viñas desaparecieran ¿qué seria de las poblaciones que hoy están casi exclusivamente sostenidas por su cultivo? qué sería de Binisalem, Felanitx, y otras que h o y pueden considerarse como ricas? P r o n t o , m u y pronto la _ 5 4 - densa población que sostienen habría desaparecido, y con ella la riqueza y el bienestar de los restantes. La densidad de una población agrícola es la expresión de su riqueza; la cifra de población que mantiene en estado de prosperidad, indica las buenas condiciones del suelo ó el adelanto del cultivo. Dicen algunos que la viña se suplirá por el arbolado; según en que puntos es difícil que puedan prosperar á lo menos ciertos árboles, pues que á ello se opone el clima cálido de estas Islas y su propensión á las sequías. Además, se necesita un capital grande para atender á la plantación y cuidados sucesivos, y exige una larga serie de años para que los árboles estén en disposición de p r o d u cir; estas son causas que hacen difícil y costoso el reemplazar las cepas por otros árboles. La viña no necesita encomiadores, porque la circunstancia de llegar en pocos años á su apogeo es u n a gran recomendación; los propietarios calculan que ellos mismos obtendrán los productos, y plantando ciertos árboles, es menester que se resignen á identificar sus beneficios con los intereses de su segunda ó tercera generación; y desgraciadamente éstos no son aficionados á operaciones á tan largo plazo, en su egoísmo repiten como eterno refrán «.Los plantarán los que vengan después.» Pero dado caso de que la vid pueda ser reemplazada por otros cultivos arborescentes, es menester prepararse para ello con tiempo, hacer plantíos y viveros para no tener que importar los árboles de fuera, lo cual supone u n aumento grande en el gasto y u n a pérdida p a r a el país. Los árboles que nuestros agricultores hayan de plantar para sustituir á las cepas varían según infinidad de circunstancias que vamos á examinar sucintamente. El olivo, este árbol predilecto de Minerva, que crece expontáneamente en el Oriente, en las partes más meridionales de E u r o p a y en el centro de África, fué importado á estas islas por los Cartagineses que las habitaban 480 años antes de nuestra era. Parece que había tiempo para estar — 55 — m u y adelantado su cultivo, pero desgraciadamente, (salvo honrosas, pero pocas excepciones) se observa u n descuido y abandono dignos de la más severa censura. Este árbol necesita m u c h o tiempo para dar u n producto r e g u l a r , es costoso, de cosecha m u y eventual, y lo que más detiene á nuestros agricultores para la plantación de olivares, es u n refrán m u y c o m ú n que dice: «.Olivos, de mi abuelo.)-) L a higuera que crece expontáneamente en todos los países cálidos de E u r o p a , en Asia, de donde es o r i u n d a , y en el Norte de África, y cuyo cultivo se halla m u y generalizado en Mallorca é Ibiza, es u n árbol de vida secular que cuesta poco, pues apenas exige cuidados, es el más constante en su producción, su fruto es estimado de los ricos, es el pan de los pobres y el cebo de los animales, al propio teimpo que constituye u n ramo de exportación m u y importante, ya sea trasformado en carne de c e r d o , ya simplemente como fruto seco, que en algunos puntos compite ventajosamente con el tan celebrado de Smirna. Pero nuestras frecuentes sequías son para la higuera, como para los demás árboles, un enemigo difícil de vencer, y además, hay en estas Islas muchísimos puntos donde no prospera tan precioso árbol. El almendro originario del Asia y del Norte de África, ha tomado ya carta de naturaleza en nuestra isla, sobre todo en Ibiza en donde podemos afirmar sin temor de ser desmentidos que se producen los mejores almendros del m u n d o . Este árbol será más productivo cuando nuestros agricultores no tengan la inmodesta pretensión de exigir doble cosecha á u n terreno pobre y aun sin abonarlo, cuando no cometan el disparate mayúsculo de exigir á una tierra ligera cosecha de cereales, de sí m u y esquilmadora, y otra del fruto del árbol, sin devolver al suelo, por medio de abonos bien indicados, los elementos que le quitaron las cosechas. Pero este precioso árbol tiene un enemigo poderoso en los vientos fríos del último cuadrante y también en las escarchas de p r i m a v e r a , que en u n a sola noche suelen dest r u i r u n a cosecha. — 56 — La morera, oriunda de la China, en los puntos a p r o piados sería de m u c h a utilidad; la sericultura en Mallorca tiene su historia importante, y tiene también su porvenir. Es muy probable que esté destinada en un día, no lejano, á constituir uno de los principales ramos de riqueza en varios puntos de esta isla. El algarrobo, este árbol dioico originario del centro de África, pero que hoy crece expontáneamente en Italia, en España y aun en los puntos más calientes de la Francia meridional, es también expontáneo en Mallorca, donde consiente por lo mismo un cultivo descuidado; prospera casi en cualquier punto de la Isla d a n d o abundantísimo fruto, q u e hoy día alcanza u n precio tan elevado que se le distrae de su uso natural, cual es la alimentación del ganado, y se prefiere entregarlo á la exportación, que ofrece á sus cultivadores más pingües rendimientos. Pero ¿cómo hemos de creer que el algarrobo reemplace las viñas si vemos posesiones inmensas, dominios casi sin fin, que desde el centro forman horizonte por todas partes, en donde el algarrobo sería u n a riqueza incalculable, y sin embargo se ven completamente despoblados? Respond a n por nosotros las extensas marinas de L l u m m a y o r , Campos, Santañy, etc., que son la ruina de los que las cultivan, y pobladas de algarrobos producirían muchos m i llones de duros anuales. E n terrenos sustanciosos, húmedos y frescos, ó bien susceptibles de ser regados, pudieran hacerse plantaciones de varios frutales que se avienen m u y bien con nuestro clima. Pero estos árboles exigen más condiciones y cuidados, para cultivarse en grande escala, délas que el genio de nuestros agricultores sabe dispensar. ¿Serán reemplazadas las viñas en algunos puntos por plantaciones forestales, que son las únicas que admitirían ciertos terrenos? Con gusto nos extenderíamos sobre este punto si no fuera separarnos demasiado de la cuestión, así nos limitaremos á decir que por desgracia, pero desgracia grande, casi irreparable, en esta isla se observa desde m u c h o tiempo la tendencia á destruir los bosques, hasta tal p u n t o , que no hemos vacilado en otras ocasiones en calificarla de vandalismo forestal; todos los bosques se destruyen y ni uno solo se replanta, experimentándose, cada día más, las funestas consecuencias que de tal destrucción se originan. — 58 — ¿PUEDE CREERSE QUE LA Á LA FILOXERA DEGENERACIÓN ES DE LA DEBIDA VID? El deseo de descubrir siempre una causa para todos los efectos, es lo que ha hecho suscitar esta cuestión, que, á nuestro juicio, no merece ser refutada en serio; pero h a biéndose tratado por cuantos se han ocupado en los estudios sobre la Filoxera, nos parece oportuno decir sobre ella algunas palabras. N o puede ponerse en d u d a que la vid no presenta hoy ejemplos de aquel primitivo vigor de vegetación, no se conocen aquellas vides extraordinarias de que hablan los autores antiguos, y de cuyos troncos, utilizados en las artes, se conservan aún objetos importantes. Plinio habla de una colosal estatua de Júpiter hecha de u n a sola pieza y de un tronco de vid. La armazón del templo de Diana de Efeso está construida de troncos de vid de Chipre. Las grandes puertas de la catedral de Granada son también de vid que es la madera más indestructible que se conoce. E n África se han visto cepas cuyos tallos tenían más de cuatro metros de circunferencia, pero ésto depende de crecer casi en completa libertad durante muchos siglos, pues que la vid es una planta de las que tienen más longevidad. Si aun dejásemos crecer durante siglos sus tallos sarmentosos, permitiendo á sus vigorosos vastagos trepar sobre los árboles ó edificios, adquirirían dimensiones coló- - 5 9 - sales, pues vemos las que adquieren en pocos años cuando se crían en tales condiciones; es verdad que entonces los vinos son de m u y inferior calidad porque los frutos no reciben más que el calor difuso del aire y no la reverberación de la tierra, razón porque m a d u r a n con más dificultad y dan vinos inferiores y poco alcohólicos. El cultivo de la vid asociada á los grandes árboles, del que se ocupa ya Virgilio en sus Geórgicas, es, como puede deducirse, antiquísimo, pero de él existen bastantes ejemplos todavía en algunos puntos de Mallorca. A pesar de ser este cultivo tan c o m ú n no era conocido en Grecia, como lo prueba el siguiente hecho curioso: El embajador Cineas sorprendido de la elevación de las vides de Aricia, pero gustándole m u y poco el vino que producían, dijo,chanceándose, que habían hecho m u y bien en colgar de u n a cruz tari alta á la m a d r e de u n vino tan malo. Las viñas enlazadas con los árboles, de cuyo cultivo son u n a reminiscencia nuestros rodrigones, cuando se cultivaban con esmero d a b a n abundantísimo fruto, se recogían hasta diez cullei (más de cincuenta hectolitros) por jugera (veinticinco áreas) pero á pesar de esto, hoy se prefiere criar la viña baja, como u n pequeño arbusto, pudiendo de este m o d o estar espesa y sostenerse por sí sola. N o d u d a m o s de que si hoy se dejase crecer una cepa en buenas condiciones, adquiriría con el trascurso de los años las dimensiones que ahora nos a s o m b r a n . L a viña pues no ha degenerado, y caso de que así fuese, es m u y extraño que la degeneración haya sido tan r e p e n tina, y que se observe en todos los viñedos en cuanto están íiloxerados, sea cual fuere la calidad de la cepa, el terreno en que vive, y el cultivo que se le da, y que se regenere como por encanto, si por cualquier medio se consigue librarla del parásito. ¿En tan poco tiempo hubieran degenerado todas las vides de E u r o p a y simultáneamente las más vigorosas y las más débiles, las que vegetan en terrenos buenos y sustanciosos, y las que viven en los suelos más pobres, lo — 6o — mismo las que reciben u n cultivo esmerado y escogidos abonos que las que están sugetas al m a y o r abandono? Las mismas ideas se emitieron ya cuando nuestros viñedos fueron atacados por el oidiwn, la verdadera degeneración está en la presencia del insecto, y donde quiera que él aparece allí degenera y muere la viña. Cuantos esfuerzos se han hecho para aclimatar las vides europeas en la parte oriental de los Estados-Unidos han sido infructuosos; al poco tiempo perecían todas las cepas, y la causa se ha descubierto cuando se ha conocido la Filoxera atacando las raices. Las mismas variedades europeas no perecían en la California, ni en toda la parte occidental de la América del Norte, hasta que, habiéndose importado cepas del otro lado de la cordillera que separa ambas regiones, fué importada la F i l o x e r a , se extendió con la rapidez que sabe hacerlo, y en m u y poco tiempo desaparecieron todas las variedades europeo-asiáticas. Esta es á nuestro entender u n a cuestión p u e r i l , u n modo raro que tienen de estudiar las cosas aun á veces los hombres más pensadores, pero que depende casi siempre de consideraciones preconcebidas, que, o b r a n d o sobre su imaginación, les hacen ver causas que realmente no existen. — 6I — M O D O DE RECONOCER Y DESCUBRIR LA FILOXERA. P a r a poder combatir el terrible pulgón, caso que se presente en nuestros viñedos, importa, ante todo, saberlo descubrir y reconocer con oportunidad, esto es, en los primeros momentos de la invasión, pues por poco que se tarde nos servirá sólo para saber anticipadamente la sentencia de muerte p r o n u n c i a d a contra todas nuestras viñas. A u n q u e la Filoxera es u n insecto de los más c o n o cidos por los naturalistas y agricultores científicos, que está perfectamente representado por láminas y descripciones detalladas, minuciosas y precisas, sin embargo es m u c h o mejor conocerlo prácticamente, lo mismo que las lesiones patológicas que produce en las varias partes del arbusto. Este conocimiento tan importante lo tienen todas las provincias vitícolas de España menos la nuestra, porque todas, menos ella, tuvieron sus representantes en M a d r i d ó en Málaga para oir de labios tan autorizados como los del Sr. Graells cuanto podía interesarles con respecto á la Filoxera y á las lesiones que produce en las cepas, h a biendo podido ver u n a y otra en sus diferentes estados y períodos. Algunas provincias como T a r r a g o n a han tenido personas tan distinguidas como el Sr. Miret, ( ) que h a n : (') L o s S r e s . G r a e l l s y Miret, c u y o s n o m b r e s salen á cada m o m e n t o de n u e s t r a p l u m a , al e s c r i b i r u n a s i m p l e carta filoxérica, n o s h a n a u x i l i a d o n o sólo con s u s p r o p i a s luces, s i n o con n o t a s i m p o r t a n t e s de v a r i a s n o t a b i l i d a d e s e u r o p e a s ; t i e n e n j u s t o d e r e c h o á n u e s t r o r e c o n o c i m i e n t o , y n o s o t r o s u n placer m u y s i n g u l a r en t e n e r 8 recorrido todos los principales puntos filoxerados de E u ropa recogiendo infinitas observaciones. Volviendo á la cuestión de reconocer y descubrir el insecto en un viñedo atacado, diremos que ésto es fácil ó difícil según las circunstancias; cuando se presenta en las hojas naturalmente es más fácil de descubrir que en las raices, y cuando el mal está ya desarrollado es naturalmente más fácil que en u n principio. Cuando el pulgón se presenta en u n a viña que estaba libre, apenas se conoce, pues no se traduce al exterior por síntomas aparentes; fijo en las raices más finas y someras, no chupa en un principio los jugos en cantidad suficiente para marchitar una planta vigorosa, pues ésta se nutre por las raicillas más profundas y reproduce algunas de las superficiales. Para poder descubrir el mal en este caso, es preciso que sospechándose por cualquier motivo la presencia del insecto, se pase á examinar con escrupulosa detención todas las cepas; para ello se arrancan con cuidado algunas de las raicillas más finas y superficiales, y si realmente están atacadas, se observarán en ellas las hinchazones ó hipertrofias de que hemos hecho mención en otro punto. E n u n principio estas hinchazones son pequeñísimas y están sólo en la punta de las raicillas más finas, son tan insignificantes que u n ojo poco versado puede casi confundirlas con las espongiolas de las barbillas radicales. A medida que adelanta el mal, que nuevas generaciones se producen, las hipertrofias aumentan de volumen y se hacen más inferiores ó profundas; entonces ya se manifiestan bien á simple vista, pues llegan á ser como granos de cebada y aun mayores, se presentan rígidas y retorcid a s , con frecuencia ofrecen u n aspecto moniliforme ó arrosariado, es decir, que presentan de trecho en trecho o c a s i ó n de d i r i g i r l e s la e x p r e s i ó n de n u e s t r o h o m e n a g e y a s e g u r a r l e s q u e n o es p e q u e ñ a la satisfacción de n u e s t r o a m o r p r o p i o c u a n d o v e m o s casi s i e m p r e u n perfecto a c u e r d o d e s u s ideas c o n las n u e s t r a s . — 63 — estrangulaciones, que separan la habitación de las varias familias filoxéricas. A medida que el insecto se multiplica y que por consiguiente se hacen mayores las hipertrofias, las raicillas se p u d r e n , y entonces, guiado el animal por su instinto de voracidad, se dirige á las más gruesas y á las finas que se hallan á m a y o r profundidad, continuando en unas y en otras su o b r a de destrucción. Muertas y podridas las barbillas, por falta de jugo y por continuidad mueren las de orden superior y así sucesivamente; hasta que, faltando á la cepa sus principales órganos de nutrición, no tarda en sucumbir á la falta de alimento. La Filoxera alada que ataca las hojas es u n poderoso auxiliar de la radicícola, pues al propio tiempo que esta destruye las raíces la otra ataca y marchita las hojas, que son también órganos m u y importantes, pues si aquellas absorben los jugos, estas absorben los gases, son los órganos respiratorios de la planta, los encargados de efectuar el cambio de moléculas entre ella y la atmósfera. P e r o , como las hojas no se destruyen por completo con la formación de las agallas, y cuando se marchitan y caen se han producido ya otras nuevas; y como todas las partes verdes son para la respiración auxiliares de las hojas, r e sulta que el daño que en ellas se produce nunca es.de c o n secuencias tan fatales para la cepa como el de las raíces. Las cepas americanas son atacadas sólo en las hojas, y por esto es que resisten m u c h o más á la Filoxera que las variedades europeo-asiáticas. Con los datos consignados puede venirse en conocimiento de que al principio de la invasión el mal es m u y difícil de descubrir. C u a n d o el insecto alado hace sus escursiones para fundar nuevas colonias, ó cuando es importado el germen p o r la vía comercial, puede pasarse mucho tiempo sin que el mal se descubra. El huevo de invierno puede estar depositado bajo las cortezas de los sarmientos durante m u - - 6 4 - chos meses, pues que no se aviva hasta que obra sobre él la influencia del sol vivificador de la p r i m a v e r a ; la larva necesita luego el tiempo preciso para su desarrollo, busca las raíces que más le convienen, y en ellas se multiplica; en una misma barbilla pueden tener lugar varias generaciones y alojarse en ella millares de individuos, pero como h a y otras raíces libres absorben con más actividad para suplir las atacadas, y la planta no se resiente. Desde que se depositó el germen en Setiembre ú Octubre se pasan meses y se pasa todo el año sin que se m a n i fieste al exterior por señal alguna. Regularmente los primeros síntomas que se observan suelen ser algunas agallas en las hojas, lo cual supone ya que han pasado todas las generaciones ápteras y radicícolas, y que se ha producido la generación alada, en cuyo caso el mal ha debido extenderse á grandes distancias. E n el año siguiente la planta que ya había sufrido algo, pero que si se viera libre del mal vegetaría vigorosa y lozana, se ve atacada por nuevas y más numerosas colonias, presentando ya al exterior todos los síntomas c a r a c terísticos de u n a falta de nutrición. Estos síntomas que se presentan con más ó menos intensidad en las cepas de u n a porción de terreno m a y o r ó menor, se conocen con el n o m b r e de manchas ó rodales. A medida que adelanta el tiempo, los síntomas indicados se marcan con más intensidad, la planta languidece, los pámpanos se desarrollan poco, ostentando u n color amarillento, y rojizo en sus b o r d e s , los sarmientos se quedan cortos, muchos racimos abortan, y los que sobreviven se quedan raquíticos; en u n a p a l a b r a , todo indica la próxima é inevitable muerte de la cepa, que tal es el fin de todas las que invade tan diminuto como voraz enemigo. E x a m i n a n d o las raíces se ve que también han adelantado las lesiones que ya podían deducirse del aspecto exterior de la planta. Lo dicho es suficiente p a r a comprender que el descu- — 65 — brimiento de la Filoxera en u n viñedo, como no vaya á buscarse por personas m u y inteligentes y v e r s a d a s , que procedan á u n a exploración minuciosa como se ha hecho en Suiza y hoy se hace en Cataluña, es de todo punto imposible; no se conoce el mal hasta que no hay remedio, pues cuando se presentan los rodales ó manchas, la viña está destruida. Estas manchas ó rodales se han comparado á u n a verdadera mancha de aceite, pues en ellas va disminuyendo la intensidad del mal desde el centro á la circunferencia; el centro lo forman cepas ya muertas, la zona inmediata está constituida por otras agonizantes, forman la siguiente cepas gravemente enfermas, y otras las que sólo manifiestan alguna alteración en su salud. N o nos detendremos en explicar las alteraciones que sufren los tallos y todas las demás partes de la planta muerta por la Filoxera, p o r q u e los detalles tan prolijos, á más de hacer demasiado extenso este trabajo, serían de poca utilidad á la m a y o r parte de personas para quienes escribimos. — 66 — REMEDIOS PARA COMBATIR LA FILOXERA. Siempre la parte más débil de todos los tratados sobre insectos dañinos es la que se refiere á los medios de su destrucción; y cuando se trata de insectos microscópicos, de u n a fecundidad que no tiene ejemplo, y que viven d e bajo de la tierra, la empresa es aún más a r d u a . N a d a puede apenas la m a n o del h o m b r e contra esas innumerables colonias que no vé, nada podrían nuestros más grandes capitanes contra u n ejército tan n u m e r o s o , toda su táctica y estrategia serían impotentes: ante u n enemigo invisible, invulnerable, y sobre todo insensible al metal corruptor. Apesar de todas las dificultades que ofrece el combatir la Filoxera, se han propuesto remedios infinitos; pero su número está en razón inversa de su eficacia, y aquí la cuestión no es de n ú m e r o , sino de virtud insecticida. Apenas el Gobierno de la vecina República ofreció u n premio de 3oo,ooo francos al que descubriese u n remedio fácil, eficaz y económico para destruir el funesto parásito ó á lo menos minorar sus estragos, se presentaron millares de aspirantes al premio de 60,000 duros; pero la m a y o r parte eran extraños á la ciencia, casi todos eran empíricos y charlatanes, y muchos de ellos propusieron disparates mayúsculos, que á no tratarse de u n asunto tan grave y que tan importantes intereses tiene comprometidos, h u b i e ran servido para excitar la hilaridad. N o sólo no nos detendremos en hacer u n a refutación seria de todos estos remedios, sino que creemos prudente _ 67 - no mentarlos siquiera, limitándonos á tratar de aquellos que pueden calificarse de racionales, que son los que h a n propuesto algunas personas científicas, y que han merecido crédito á los ojos de los sabios que vienen desde m u c h o tiempo ocupándose en la materia. El Sr. Miret clasifica los remedios en mecánicos, químicos y naturales; nosotros siguiendo esta misma clasificación, trataremos de los principales que á cada clase pertenecen, d a n d o á cada u n o la extensión proporcional á su importancia. MECÁNICOS.—Entre estos remedios merecen particular mención el enarenamiento y la submersion de las-viñas. El p r i m e r o consiste en rodear las raices de las cepas de arena fina que dificulta las evoluciones del insecto, y se opone á su m a r c h a , p o r q u e el terreno arenoso es el más difícil de perforar para el pulgón. Este medio ha sido a b a n d o n a d o porque ademas de ser costosísimo y de difícil aplicación es perjudicial á la viña. La inundación es el medio que ha dado mejores resultados, pero p o r seguro y económico que fuera, para nosotros es inútil, puesto que no tenemos las condiciones necesarias para su aplicación. Se necesita que las viñas no estén en terreno pendiente, que estén cercadas de buenos m u r o s , que tengan u n subsuelo impermeable, y, finalmente, que p u e d a n recibir u n a cantidad de agua, nada menos que de 700 á 1,000 m. cúbicos por hectárea cada 24 horas y por espacio de 40 ó más días. Esta provincia está sugeta á sequías tan repetidas que con sobrada frecuencia carecemos del agua suficiente para satisfacer las necesidades de la vida; no podemos por lo mismo pensar en tal medio, a u n cuando nuestras viñas estuvieran en las demás condiciones necesarias para su aplicación. Pero prescindiendo de los inconvenientes indicados, este remedio no es radical, no es más que paliativo, porque nunca falta un Noé filoxérico que se libre de aquel diluvio, y p o r consiguiente en m u y poco tiempo vuelve á — 68 — estar la viña poblada de nuevas colonias destructoras. H a y mas: aun cuando fuera radical este remedio es m u y anti-económico, porque ademas del gasto necesario para la inundación, estando la tierra cubierta de agua por espacio de tantos días, todas las sales solubles que contiene pasan al subsuelo, y entonces se hace preciso acudir con fuertes estercoladuras y abonos químicos apropiados p a r a reparar la pérdida de todas las sustancias que han pasado al fondo. La persecución del huevo de invierno por medio del escaldamiento y el descortezado, puede considerarse t a m bién como medio mecánico, pero asimismo, si no del todo inútil, á lo menos tan costoso como ineficaz. El arranque de las cepas enfermas, acompañado de u n buen espurgo por medio del fuego y de los insecticidas, es útilísimo y está prevenido por la Ley. Pero debieran arrancarse en u n gran radio partiendo del centro de invasión, es decir, cortar por lo sano, establecer la zona de defensa, que tal vez hubiera sido el único medio de librarse en el continente de u n a plaga que ha de ocasionar la ruina de todas las comarcas vitícolas. Pero este medio tropieza con los inconvenientes gravísimos de la resistencia de los particulares y de las indemnizaciones. E n Suiza se han arrancado con felicísimo éxito grandes extensiones de viña, pero el Gobierno, los Municipios y los particulares han tenido sus arcas abiertas para atender á tanto gasto. E n España se han consignado 5oo,ooo pesetas para atender á todas las provincias filoxeradas y para todo gasto; las Corporaciones provinciales como las municipales están exhaustas, y los particulares ocultan su riqueza cuando se trata de imponerles u n real por hectárea... no queremos hablar más de este asunto. — Al ocuparnos de estos medios también trataremos únicamente de los que merecen alguna atención, y prescindiremos del m a y o r n ú m e r o . Los ensayos de los hombres eminentes, verifi- MEDIOS QU M ÍC IOS Ó INSECTICIDAS. - 6 9 - cados en la Estación enológica de Cognac y en la Escuela Práctica de Mompeller, han manifestado que los pocos que tienen algún valor son los siguientes: el polisulfuro de calcio, el sulfuro de carbono, el cianuro de potasio, el alquitrán de hulla, los sulfo-carbonatos alcalinos, y la neolina. Estos agentes han dado todos m u y buenos resultados, cuando en la Estación enológica de Cognac se han hecho los ensayos en el laboratorio en pequeños recipientes, pero la cosa ha cambiado completamente de aspecto cuando se h a n ensayado en las viñas. Se comprende bien que cuanto más en pequeño se hace el ensayo, más seguro ha de ser el resultado; hechos los esperimentos en el campo por personas tan c o m p e tentes como los Profesores de Agricultura de Mompeller, y como Mr. Cornu y Mouillefert en Cognac, han obtenido resultados que p r u e b a n , unas veces la ineficacia del remedio, otras el peligro que hay en usarlo, y otras que su uso es m u y antieconómico. El polisulfuro de calcio no sirve por su poca energía, el cianuro de potasio es costoso y su acción mortífera, poco eficaz á cierta profundidad, perjudica las cepas y hasta puede matarlas; el alquitrán de hulla tiene también poca eficacia, se difunde poco y por consiguiente queda inútil á u n a pequeña distancia del punto de aplicación. Quedan pues como sustancias hasta cierto punto admisibles el sulfuro de c a r b o n o , los sulfo-carbonatos alcalinos y la neolina de los que vamos á tratar. El sulfuro de c a r b o n o empleado en corta cantidad es poco activo, en cantidad m a y o r mata las cepas, y hasta puede ser de funestísimas consecuencias para los que respiran sus vapores. Este es, sin e m b a r g o , el insecticida que hoy cuenta más partidarios, especialmente en Francia ^ habiéndose hecho muchos estudios para poderlo aplicar sin peligro de las personas y de las cepas. Al efecto Mr. R h o a r t tuvo la idea de encerrar la sustancia, en u n a especie de prismas de m a d e r a , y luego prefirió hacer u n o s 9 tubos gelatinosos como pequeños cartuchos, que se introducen en la tierra abriendo previamente unos agujeros de inyección. La compañía de ferro-carriles Paris-Lyon-Mediterranée, que tiene mucho interés en salvar la riqueza vinícola de su país, tanto por patriotismo como por interés p r o p i o , ha facilitado á los viticultores todos los medios para el empleo del sulfuro de carbono, proporcionándoles instrucciones de todo género para poder emplear bien la sustancia; les ha dado explicaciones claras, ilustradas por láminas que reparte con profusión, enseñándoles el modo de abrir los agujeros de inyección, según el sistema por que está plantada la viña, si es en cuadrados mayores ó menores, en líneas simples más ó menos espaciadas, en líneas dobles, ó en plantaciones quincunciales, fundándose siempre en la mejor distribución de los vapores, que debe ser todo lo uniforme posible, puesto que las raíces se extienden también por todo el terreno, y es preciso disponer los agujeros y las cantidades de sulfuro calculando que 25 gramos de esta sustancia se han de distribuir en cada metro cúbico de tierra, y que no se han de aplicar al pié de la planta porque la harían perecer. P a r a todo ésto, ha repartido unas tablas con figuras que indican, para cada sistema de plantación y cultivo, el modo de repartir los agujeros de inyección, á fin de que sea fácil obtener una difusión regular y uniforme. A pesar de ser este el insecticida más acreditado, M o u i llefert lo eliminó también por su ineficacia en corta dosis y por matar la viña cuando se administra en cantidad mayor. Miret asegura que ha recibido los informes más contradictorios sobre los efectos del sulfuro de carbono, y cita el que le dio uno de los secretarios de agricultura de la Gironda, quien le aseguró que habiendo aplicado el sulfuro de carbono á 20,000 cepas, la mitad de ellas murieron y la otra mitad se q u e d a r o n con la Filoxera. Esto es m u y posible y aun probable que dependa de no haberse conocido a ú n los procedimientos para la buena aplicación del insecticida. A pesar de los inconvenientes citados el sulfuro de carbono es el que monopoliza la fama entre los r e m e dios propuestos, y al que los hombres de ciencia d a n verdadera importancia, si no como remedio radical, á lo menos como u n buen paliativo. E n Francia se hace de él u n consumo extraordinario, y se ha conseguido que el mal no progrese tan rápidamente; sin embargo sigue su marcha invasora con una velocidad de 85,ooo hectáreas p o r año. H a n merecido aceptación los sulfo-carbonatos alcalin o s , sobre todo el de potasa, al que Mouillefert dá la preferencia, porque á su acción insecticida, tan poderosa como la del sulfuro de carbono, reúne la circunstancia de que en vez de m a t a r las cepas, las beneficia, siendo u n abono m u y superior. Pero como esta sustancia debe emplearse disuelta en el agua, para nosotros está también demás, porque carecemos de este vehículo en la cantidad que se necesita; es m u y caro y no destruye por completo el insecto. La neolina es otro de los remedios últimamente p r e conizados, sobre todo en Suiza, que es el punto en donde se ha hecho m a y o r n ú m e r o de ensayos, y en Gerona, donde hoy se emplea en abundancia bajo la dirección de Mr. Monnier de Ginebra; parece que la neolina mata la Filoxera, pero también mata muchas cepas, 3^ hasta es m u y peligrosa para el h o m b r e , en razón de ser una sustancia extraordinariamente explosible. T a l vez estos inconvenientes p u e d a n desaparecer á beneficio de nuevos procedimientos. Como desinfectante de un terreno parece que lleva ventaja á todos los demás; pero como los ensayos son recientes, es menester esperar la próxima canícula para ver si la Filoxera se reproduce en los puntos que h a y a n sido expurgados p o r este medio. ahora á examinar estos medios, alguno de los cuales pudiera llamarse mixto ó REMEDO I S NATURALES— . Vamos androfísico, porque en él la naturaleza es auxiliada por el hombre. VIÑA.—Uno de estos medios es la regeneración de la viña por medio de la semilla. P a r a discutir siquiera la conveniencia de este medio, es preciso partir de la base de que la viña ha degenerado, y, como antes hemos tratado este punto, casi pudiéramos abstenernos de ocuparnos de él, sin embargo consideramos oportuno dedicarle algunas líneas. La multiplicación de las plantas por semilla, sobre todo tratándose de árboles, es m u y útil cuando nos p r o p o n e mos buscar nuevas variedades, y, como podemos contentarnos con nuestras cepas, consideramos innecesario el m u darlas. Pero prescindiendo de las razones que h a y a en contra de este medio, ha sido m u y fácil someterlo á la prueba de los hechos, pasarlo por el crisol de la experiencia, y ésta, fielmente interrogada, ha suministrado las respuestas más categóricas y severas. E n la Gironda se n o m bró u n a comisión para estudiar la resistencia que ofrece á la Filoxera la vid multiplicada por semilla, y dio por resultado que todas las plantas habían sido completamente destruidas por el pulgón. Los mismos ensayos se repitieron en Mompeller bajo la dirección de M. Saint Pierre, director de aquella escuela; de los resultados obtenidos, se tuvo en conclusión, que todas las vides europeo-asiáticas y la m a y o r parte de las americanas, multiplicadas por semillas, son devastadas por el insecto. Mr. Planchón ha visto perecer hasta la labrusca víctima de la Filoxera. El resultado de buscar u n a medida salvadora p r e tendiendo regenerar por la semilla u n a planta que no ha degenerado, sería gastar muchísimo, renunciar á Lina serie de cosechas y malear las condiciones de nuestro v i n o ; todo, por u n a esperanza infundada y remota de que e n el espacio de muchísimos años la vid recobraría m a yor resistencia. REGENERACÓ I N DE LA REEMPLAZO DE LAS VARE IDADES EUROPEO-ASÁ ITC IAS POR - 3 - LAS AMERICANAS— . ¿Las vides americanas, reemplazando 7 nuestras variedades, pueden ofrecernos completa garantía de no ser atacadas por la Filoxera? Esta, puede decirse que verdaderamente es hoy la cuestión batallona; tiene muchos apóstoles, especialmente en Francia y España, y tiene también sus enemigos. E n u n o y otro bando se cuentan h o m b r e s justamente célebres, más esta cuestión es tratada á nuestro juicio por unos y otros con tal apasionamiento que no podemos esplicarnos su causa. Nosotros, que tenemos la misión de hacer llegar la verd a d , tan p u r a como posible sea, á nuestros viticultores, careciendo de observaciones propias sobre tan controvertido asunto, exentos de todo espíritu de prevención, p r o curaremos tratarlo con toda imparcialidad, teniendo siempre presentes los principios más fundamentales de la agrologia y de la botánica. Las vides americanas nos han traído la Filoxera, ellas nos han de proporcionar el medio de librarnos del mal, similia similibus curantur, es decir, como si se aconsejara curar la enfermedad por el sistema homeopático. N o queremos considerar la cuestión bajo tal aspecto, pues inmediatamente sentaríamos plaza en las filas de sus enemigos más encarnizados, porque consideramos la doctrina h o meopática como la concepción más monstruosa que el bastardo consorcio de la presunción con la charlatanería h u m a n a s h a y a n podido engendrar. No miraremos la cuestión'bajo tal aspecto porque no queremos pronunciarnos en contra de las vides americanas, nada más lejos de nosotros que semejante idea; pero tampoco podemos aceptar, sin u n a prudente reserva y hasta con cierta desconfianza, u n medio que, siendo verdaderamente empírico, necesita u n a experiencia mucho más larga, para deducir en, consecuencia, que ha de ser d u r a d e r a la inmunidad que h a n demostrado algunas especies. L a resistencia de las plantas americanas á la Filoxera, es debida, según u n o s , á que las raíces son más fuertes y resinosas; otros creen que tienen u n sabor particular re- á pugnante para el insecto; otros le atribuyen u n m a y o r grado de lignificación, pero todo no pasa de simple conjetura. Sea ó no una ó varias de las circunstancias indicadas la causa de la resistencia de las cepas americanas á la Filoxera, es no solo posible, sino hasta m u y probable que la diferencia de terreno, de clima y de cultivo cambien estas circunstancias. Así como vemos que el insecto ha variado algo con el clima, es m u y posible que á la planta, que es de organización más sencilla, le suceda también lo mismo. La agrología ha erigido en principio que las plantas, no pudiendo sacar más que del suelo las sales minerales necesarias á su vegetación, han de tener infaliblemente caracteres propios del suelo en que vegetan. Las condiciones climatológicas, lo mismo que las de cultivo, tienen influencia innegable en las condiciones de las plantas. ¿No sembramos nosotros el rico garbanzo del saúco y al cabo de dos años nos dá garbanzos que después de tres días de cocción servirían m u y bien p a r a proyectiles? Hemos sembrado el famoso pimiento riojano del cristal, y al segundo año daba unos productos completamente desconocidos. Sembramos las pepitas de aquellas colosales y azucaradas sandías de Ibiza, y si en el primer año obtenemos alguna mejora en el fruto, el segundo ya es raquítico y poco dulce; y si en Ibiza se siembran pepitas de nuestras sandías, se obtiene u n fruto de muchas mejores condiciones. Pero buscando ejemplos que puedan ofrecer el m a y o r grado de analogía posible, diremos que cierta variedad de vid (fogoneu) que no se cultivaba en Valldemosa, introducida allí, ofrece caracteres tan diferentes de la misma variedad cultivada en otros distritos de la Isla, que los prácticos más versados la creerían diferente. Y si de u n distrito á otro, de u n a isla tan pequeña, se observan estos cambios ¿qué no ha de suceder cuando se trata de u n a planta importada del nuevo al antiguo mundo? - 7 5 - M u y poco tiempo há que se hacen observaciones sobre las vides americanas para poder deducir consecuencias tan importantes y decisivas. Vemos ya algunas decepciones sufridas por h o m b r e s eminentes y entusiastas, quien e s , dominados por el respeto á la v e r d a d , han sido bastante ingenuos para declarar que no pueden dar u n a garantía de duración á la resistencia de las cepas americanas á la Filoxera. Esperemos pues que una más larga experiencia haya p r o n u n c i a d o su fallo decisivo. A pesar de lo dicho, creemos m u y conveniente prepararnos con tiempo, y formar buenos semilleros, para p o d e r , en caso necesario, redoblar nuestros viñedos con cepas americanas de las que m a y o r resistencia han demostrado. Estas se encuentran en los grupos de la V. rotundifolia, de la V. cor difolia y V. cvstivalis, buscando, de cada u n o de los grupos, las variedades más apropósito. Pero esto debiera hacerse enseguida, porque el adelantar u n año es m u c h o , y teniendo los majuelos, mientras fuera de aquí se hacen ensayos de otro género, nosotros p u diéramos ensayar los ingertos con nuestras mejores castas. N o podemos menos de advertir á nuestros viticultores que si bien hemos creído oportuno aconsejarles el establecimiento de semilleros de vides americanas, se abstengan á todo trance de la importación de barbados, que con toda probabilidad nos traerían la Filoxera. ¿LA FILOXERA DESAPARECERÁ A L G Ú N DÍA COMO HAN DESAPARECIDO OTROS INSECTOS? Este sería el remedio más cómodo, aunque no es verdadero remedio sino u n a esperanza fundada más en los buenos deseos que en las leyes naturales. N o h a y d u d a que se observa un cambio continuo en las especies a n i m a les, que pueblan nuestro globo, la Paleontología nos pone de manifiesto especies que hoy no existen, como el Megaterio; el Perezoso está á punto de desaparecer; otras especies degeneran ó reforman sus caracteres naturales, pero en cambio aparecen otras nuevas, sea por reforma de las antiguas, sea porque la u r n a de la generación, derramando sin cesar nuevas existencias, muestra su fecundidad inagotable, su potencia maravillosa y creadora. Pero las especies que hemos visto desaparecer sólo lo han verificado después de muchos siglos de existencia, y si la Filoxera ha de morir de vejez, hay para más de u n verano. El clima no influye en ella; a u n cuando la región de la vid se extendiera á los países más septentrionales, en ellos la Filoxera sería esporádica, pues se ha demostrado que al propio tiempo que apetece las grandes temperaturas resiste la de—20. N o hay tampoco que esperar resultados de cambios ó trastornos atmosféricos, ni de los varios meteoros que 0 — 77 — se suceden, p o r q u e el estar la Filoxera debajo de la tierra la pone al abrigo de estos accidentes. El sabio Congreso de Laussana, al resolver esta cuestión con el aplomo que caracteriza todos sus fallos, ha d i cho terminantemente: «.Nadapermite esperar que la enfermedad pierda su fuerza actual por el trascurso del tiempo.-» 10 - 7 3 - ¿ PODRA ESPERARSE Q U E SE P R E S E N T E A L G Ú N I N S E C T O Y DESTRUYA LA FILOXERA CADA DÍA CON COMO HA OTRAS SUCEDIDO ENEMIGO Y SUCEDE ESPECIES? Muchos hombres eminentes creen que es poco lo que puede esperarse de este medio, atendido á lo i n n u m e r a ble y pequeño del ejército filoxérico, y á que vive en condiciones en las que no es fácil que otro insecto pueda darle caza en provecho del h o m b r e . Nosotros sin embargo hemos creído siempre que ésto era no sólo fácil, sino m u y p r o b a b l e , y en ello hemos fundado las más lisonjeras esperanzas; pues si bien las condiciones en que vive el implacable hemíptero, parece que lo ponen á cubierto de todos los enemigos, la naturaleza dispone de medios m u y superiores á los del h o m b r e , medios grandes, á veces inconcebibles, de los que se v a le para mantener el equilibrio entre todos los seres que pueblan nuestro globo. Es u n a ley suprema de la naturaleza que la vida se mantenga á expensas de la muerte, que la existencia de unos seres se alimente con la destrucción de los otros. Nada viene de la nada, y es preciso, para que la materia organizada recorra sus fases sin interrupción, que sea á expensas de algo; la vida es á u n tiempo fin y medio, efecto y causa, y todos los seres organizados, sin excepción, han nacido para servirse de pasto los unos á los otros. Basta abrir los ojos y fijarlos en el espectáculo de la creación para descubrir á cada paso maravillosas a r m o nías que nos demuestran las leyes sabias é inmutables dictadas desde el origen de los tiempos por el S u p r e m o Legislador. Sin d u d a , una de las más admirables entre estas leyes es la del equilibrio mantenido siempre entre todos los seres de la naturaleza. La tierra sujeta á esas colonias innumerables de insectos que todo lo destruyen, en pocos años sería inhabitable, y no cabrían en el m u n d o los infinitos descendientes de u n a sola de las especies, si Dios no hubiera puesto u n límite á su multiplicación, como puso u n dique á las aguas del m a r . El que ha tenido el poder de crearlo todo, lo tiene también de mantenerlo todo ordenado. Al lado de las especies dañinas ha puesto legiones de seres útiles que se mantienen á expensas de los malhechores. H a creado las aves insectívoras, sobre todo las de pico fino, útilísimas porque dan caza sin tregua ni descanso á los insectos, persiguiéndolos en sus diferentes estados, y descubriéndolos a ú n en sus más retirados escondrijos. Aquí no podemos menos de lamentarnos de la persecución sin tregua ni cuartel de que son objeto estos graciosos bienhechores. Estas islas, pobladas un tiempo de infinidad de esos cantores aéreos cuyos melodiosos acordes alternativamente tiernos, alegres y melancólicos no podían oirse sin placer y aun sin emoción, están hoy en completo silencio. Apenas se dejan o ir los inimitables acentos de filomela que oculta entre arbustos y malezas nos cantaba su infortunio; ni se oyen tampoco las alegres armonías de otros alados cantores, que reunidos á millares entonaban dulce coro en salutación al astro del día. Esta alegre melodía ha sido reemplazada por el más triste silencio ó por el ingrato piar de algunos gorriones. — 8o — Los hombres pensadores convienen en la necesidad de una ley que prohiba tratar á las aves que son tan útiles aliados del agricultor como pudiera tratarse á nuestros más encarnizados enemigos. Convenimos en la utilidad de esta ley, pero, antes que ella, debieran evitar tan cruel como pernicioso abuso las madres de familia y los maestros de escuela, que son los que forman el corazón de la juventud. Esto bastaría para evitar que nuestras islas fuesen para las aves una verdadera tierra de proscripción, en la cual las que pueden escapar á las brutales asechanzas de sus enemigos huyen para buscar una nueva p a t r i a , que sea para ellas menos ingrata ó más hospitalaria. Las aves no bastarían para destruir los insectos, pero para conseguir este efecto, la Providencia ha establecido el parasitismo, sobre el cual creemos también útil decir algo, mayormente cuando en él ciframos nuestras mejores esperanzas para la destrucción de la Filoxera. El animal grande devora al pequeño, según nos dice u n refrán, pero con m u c h a frecuencia el grande sirve de pasto á los pequeños, y así todos se devoran los unos á los otros. La planta brota más vigorosa cuando sus raíces pueden absorber las sustancias que le proporcionan los despojos de animales, u n infecto cadáver m a ñ a n a formará parte de una rosa aromática, ó se convertirá en la sabrosa carne de una pera. Con ésto se ve que la destrucción se observa no sólo en los animales, sino en todo el reino organizado. El animal vive de vegetales ó bien de carnes que ha de destruir, y él servirá también de presa y alimento á otras especies. Guiado por el instinto que la naturaleza previsora ha puesto en él, cada ser organizado trabaja para conservar el puesto que se le ha confiado en la policía del u n i v e r s o , y trabaja inconscientemente p a r a asegurar el orden admirable que se observa en el m u n d o . De aquí nacen esas luchas encarnizadas y combates incesantes que se observan siempre en todos los puntos de la tierra, y que — 8i — parece habían de acabar por el exterminio de razas enteras; pero al lado de esta destrucción se halla la fecundidad inagotable de la naturaleza, siempre dispuesta á reparar todas las pérdidas. Obsérvense si no los árboles más robustos, los pinos, los robles, las encinas: todos estos gigantes de los bosques no están libres de los ataques de los seres m u y d i m i n u tos. La ¡tesina del pino, lo mismo que su larva, abren numerosas galerías en el líber de este á r b o l , y la larva de la saperda populnea la abre también en los troncos de los álamos y sauces de los que destruye la médula. La de los Capricornios negros, especialmente el g r a n d e , agujerean el tronco de las encinas y sauces. Las crisomclas viven sobre las hojas; los escólitos destructores abren galerías bajo las cortezas. Las larvas de muchas mariposas, de estos pequeños insectos que parecen emblema del placer, causan también grandes destrozos; la pirala de los pinos roe las yemas terminales, el bombix destruye las hojas, la oruga de la pirala verde arrolla y destruye las de casi todos los árboles forestales, lo mismo que varias /aleñas destruyen las yemas. E n t r e los coleópteros hay u n a porción de enemigos de los árboles: las larvas de los hylobies abietis como las de los pisodes pini destruyen los pinares, las del tucano destruyen las más robustas encinas. Lo mismo que los vegetales, están sujetos á destrucción todos los animales grandes y pequeños: el h o m b r e mismo, el más soberbio de todos los creados y que se figura que n a d a ha de temer de sus enemigos, á cada momento se ve obligado á disputar su existencia á los seres más d i m i n u tos; está sujeto á infinidad de parásitos que le deben su existencia y se nutren de sus h u m o r e s ; así tiene las pulgas y las niguas, los piojos y las chinches, las ladillas y garrapatas, los mosquitos y las moscas, el arador de la sarna, las lombrices intestinales, la trichina spiralis, etc., etc.... Tiene ademas muchas plantas también parásitas: hongos que se desarrollan en varias partes de su cuerpo, hongos de u n a organización sencillísima, pero suficientes para destruir la organización más perfecta. Nada hay pues que se sustraiga á estas leyes i n m u t a bles de la naturaleza, donde todo está ligado por los lazos más indisolubles. Es preciso estar afectados de u n a incurable ceguera, ó á lo menos de un extrabismo sistemático de la inteligencia, para no descubrir u n principio activo de previsión y omniscencia, un poder eminentemente soberano, una eterna voluntad que todo lo gobierna tranquilamente, y desde el centro invisible del universo dirige todas las existencias, y á cuyo poder supremo, nada ni nadie puede sustraerse. Por poco que meditemos sobre estas leyes naturales, no podremos d u d a r de que se presentarán enemigos encarnizados de la Filoxera y le darán caza en nuestro provecho. Nada importa que viva en condiciones para el h o m b r e imposibles ó difíciles de vencer, nada importa que sus posiciones nos parezcan inexpugnables; la naturaleza dispone de medios m u y superiores á los h u m a n o s y consigue siempre su fin, que es destruirlo todo p a r a crearlo todo nuevo sin cesar. Nosotros no podríamos penetrar en el interior de la tierra y destruir uno por uno todos los insectos que form a n el pueblo filoxérico, pero la naturaleza tiene medios infinitos que tarde ó temprano acabarán con esta plaga; tal vez será algo tarde para la generación actual, que acaso haya perdido antes sus viñedos. La viña está destinada á perecer, á lo menos en su mayor parte; pero también perecerá la Filoxera, como han perecido otras plagas. V e n d r á n enjambres de insectos carniceros con la útil misión de exterminarla. Esto parece imposible por lo numerosas que se p r e sentan las colonias filoxéricas, y en razón á su fecundidad extraordinaria, pero no nos parecerá tan difícil si examinamos las leyes naturales. Si bien u n a de ellas nos enseña que los animales se multiplican en razón inversa de su volumen y de la duración de su vida, compensándose de este modo por el n ú m e r o la falta de fuerza individual, existe sin embargo otra ley por la cual todos los seres — 83 — creados se sirven de pasto los unos á los otros; y si bien, para disminuir el n ú m e r o de insectos, las aves, según hemos visto, desempeñan u n papel i m p o r t a n t e , son aun superiores los servicios que prestan los insectos carniceros, que debemos m i r a r como los principales m o d e r a d o res de su clase. Observamos con frecuencia que algunos insectos dañinos se presentan tan numerosos que todo induce á creer u n a gran destrucción en las cosechas del año siguiente, y sucede todo lo contrario, desaparecen casi por completo, pues al lado de cada especie herbívora se presentan u n a ó más especies carniceras, que cuentan con todos los medios para destruir el parásito. Unos lo destruyen por instinto de conservación, pues se alimentan de ellos, otros por el de perpetuar la especie, como sucede por ejemplo con los icneumones; así vemos que cuando se presenta cualquier insecto dañino que se multiplica excesivamente, aparecen también m u y pronto los carniceros que lo destruyen. P u d i é r a m o s aducir muchos ejemplos de insectos dañinos que son devorados por los de su clase, pero nos limitaremos á citar algunos de los que atacan la vid, y ademas varios pulgones, por la analogía que tienen con la Filoxera. El galinsecto de la vid Lecanium vitis tiene como enemigos que lo atacan despiadadamente hasta acabar con él el Ccelia troglodites y el Eueyrtus Swederi. Las abispas Vespa vulgavis y Polistes gálica tienen varias volucelas, especialmente el V. lonaria y V. inanis. La Pyrala de la vid, que llegó á comprometer la existencia de las viñas casi tanto como hoy la compromete la Filoxera, causando la desesperación de los viticultores, acabó por desaparecer bajo la persecución que le dieron varios carniceros, tales s o n : el Anomalon jlaveolatuní (Grav.) el Bethylusformicarius (Lat.) elCampoplex maialis (Grav.) el Diplolepis cuprea (Spin.) D. absoleta (Spin.) Enlophus pyralidicun el Ichneumon melanogemes (Grav.) el Pimpla alternans (Grav.) y u n a porción del género Pteromalus tales como los Pt. comunis, Pt. cupreus, Pt. ovatus, - 8 4 - Pt. larvarum, y el Pt. deplanatus. T o d o s estos insectos se cebaron hasta tal punto en la Pyrala que hoy difícilmente se encuentra u n sólo individuo de esta especie. También los numerosos pulgones que destruyen nuestros frutales tienen sus enemigos que a n u l a n , ó á lo menos moderan su acción destructora; á no ser así ni u n a sola fruta salvaría el h o m b r e de la voracidad de estos pequeños parásitos. Los Aphis laniger. A. persicce. y> amigdali. » pyri. » pruni. y> malí. » cerasi, etc., tienen como enemigos y m u y declarados, entre otros, los siguientes: Coccinella bipunctata, C. septempunctata, Cynips fulviceps, C. queráis inferus, C. crytocephala, Hemerobius chrysops, H. bipunctata, H. perla, etc., etc. Pudiéramos citar u n a lista m u y larga de insectos carniceros enemigos de los fitófagos, y cuyas costumbres, curiosas en gran parte de ellos, son bien conocidas; pero no nos lo permiten ni el tiempo ni los límites en que debemos encerrar este trabajo. Aunque es mucho lo que falta estudiar en esta i m p o r tante materia, sin embargo p o d r e m o s d a r alguna regla general para que nuestros viticultores que tengan alguna noción de entomología sepan cuáles son los insectos que p o d r á n prestarles auxilio para combatir la Filoxera. Hasta aquí la m a y o r parte de carniceros que se c o n o cen pertenecen, en el orden de los himenópteros, á la familia de los pupívoros, sobre todo, á los géneros ichneumon y chaléis, entre los dípteros los sirfos, que tienen mucha analogía con los abejones y avispas, entre los neurópteros las larvas de varios hemerobes, á las que R e a u m u r denomina leones de los pulgones, y finalmente algunos carábicos pertenecientes al orden de los coleópteros. — 85 — La naturaleza siempre próvida é inagotable empieza á m a n d a r sus emisarios para destruir la Filoxera, emisarios que si bien hoy tienen poca importancia la irán t o m a n d o cada dia m a y o r . E n Alemania se alimenta m u c h o esta esperanza fundada en las leyes naturales que hemos citado y en la experiencia de ejemplos análogos. E n los E s t a d o s Unidos el infatigable Garlos Ryleí va estudiando también los insectos que persiguen la Filoxera. Blankenhorn profesor de Carlsruhe opina que ya son muchos los insectos que m o d e r a n y hasta hacen desaparecer las invasiones filoxéricas, asegurando que sus observaciones le han p r o b a d o que existen insectos que en d e terminados casos pueden extirparlas completamente. H a visto desaparecer el insecto de sus aparatos después de i n troducir en ellos el Tyrogliphus phyloxerce, y afirma q u e hechas las mismas observaciones en el campo, le dieron por resultado que en u n a viña m u y filoxerada y en la que había m u y pocos tyrogliphus, al año siguiente había desaparecido completamente la Filoxera, y sus enemigos se habían multiplicado extraordinariamente. Estos resultados los confirman también Schrader y Obelin, añadiendo el mismo Blankenhorn que después de colocar en u n aparato u n a raíz m u y filoxerada, introdujo en él diez individuos del Polyxenus lagurus, y pasados catorce días no había u n a sola filoxera y los diez polyxenus estaban vivos. Se ve con lo dicho, que son varios ya los enemigos de la Filoxera: ademas de los indicados se citan algunos Scymus, las larvas de algunas Coccinellas, algunos Afidifagos y también Arácnidos que enredan á las Filoxeras aladas en sus telas y disminuyen de este modo la propagación. La Filoxera, pues, no se exceptúa de la ley general q u e exige que todos los seres organizados se destruyan los unos á los otros. Los enemigos de la Filoxera tendrán abundante pasto, por consiguiente se multiplicarán m u c h o , y de este modo se h a r á n superiores y restablecerán el equilibrio. ir ¿DEBE Y P U E D E FÁCILMENTE EVITARSE EN ESTA PROVINCIA LA INVASIÓN DE LA PLAGA FILOXERICA? Aun cuando se conociera un remedio p r o n t o , eficaz, seguro y económico para acabar con el implacable insecto, siempre es mejor precaver que tener que r e m e d i a r ; así nos lo dice.un refrán ó mejor u n a m u y sabia y filosófica sentencia que no debemos olvidar. A precavernos pues por todos los medios imaginables, y si no podemos evitar el mal luchemos entonces heroicamente; más, p r e p a r é m o nos desde luego. El evitar la importación de la Filoxera nos es más fácil que á las provincias del continente. H a y condiciones especiales reservadas á ciertas localidades, que si bien en muchas ocasiones les son de gran perjuicio, llegan m o mentos en que estos perjuicios son compensados por ventajas inapreciables. E n tales circunstancias se encuentra hoy esta p r o v i n cia por la dificultad que tiene en comunicarse con el resto del m u n d o . Pero esta misma dificultad que tantos perjuicios nos causa, nos ofrece también ventajas de inestimable valor; por ella, nos libramos con más facilidad que nuestros hermanos del continente de la importación de enfermedades epidémicas y contagiosas, como podemos librarnos hoy de la epidemia filoxérica. Si la Providencia nos tuviera reservado tan inmenso beneficio sería la riqueza y el bienestar de toda la p r o - _ 8 7 - vincia, nos aseguraría u n verdadero monopolio con la exportación de caldos al continente, al extrangero y á América, caldos que obtendrían precios fabulosos, como los tienen ya en el día; sería, en fin, un manantial de r i queza incalculable para los viticultores y para el país en general. Estas islas, llamadas con razón perlas del Mediterrán e o , son fértiles, pintorescas y saludables, colman de mercedes á los que saben solicitarlas, llenan de esperanzas á los que saben comprenderlas, y pudieran ser hoy perlas engarzadas en o r o , porque situadas en medio de la región de la vid, poseen vastos terrenos que contienen en a b u n d a n c i a las sales que el precioso arbusto reclama p a r a su vegetación. Esto debiera despertar' en nuestros grandes propietarios u n a m a y o r actividad, que no d u d a m o s tendrían, si se t o m a r a n la molestia de reflexionarlo un poco; verían que la fortuna llama á sus puertas, y que aprovechando esta crisis solemne, que ha de d u r a r aún bastantes años, realizarían, sin ningún género de d u d a , beneficios tan inmensos que no hay posibilidad de exagerarlos. Los desastres que vemos en todas partes y las buenas condiciones en que nos hallamos, deberían ser la señal de u n a revolución agrícola en las grandes propiedades. Nosotros consideramos de nuestro deber llamar la atención sobre u n asunto tan vital, excitar á la mayoría de los grandes propietarios á que abandonen los erróneos sistemas de cultivo, ruinosos para ellos, para sus colonos y para el país en general, que sigan los consejos que diariamente prodigan los maestros en la ciencia, y los que ya ponen en práctica muchos pequeños y medianos agricultores. Los sistemas de cultivo se han de adoptar siempre por su verdadera piedra de toque, que es el beneficio' sostenido. Si nos hemos detenido, quizá demasiado, en esta digresión es porque nos complacemos en considerar su i m portancia, pues encierra la historia del martirologio de los — 88 — pobres agricultores, y al mismo tiempo u n a indicación clara, precisa y evidente de los medios de acrecentar la riqueza del país y poner término á la miseria de los más pobres. Vemos claramente en esta cuestión u n o de los gérmenes más fecundos de un p r ó x i m o porvenir que había de traer una grande y general prosperidad á estas islas. Abandonemos empero este asunto para ocuparnos otra vez de las medidas de precaución contra nuestro terrible enemigo. No dudamos que dadas las circunstancias indicadas nos libraríamos del funesto contagio, si fuésemos franceses, suizos,.catalanes, etc.; siendo baleares, es posible que no nos libremos. ¿Será que en todas partes tienen m a y o r dosis de inteligencia, actividad y abnegación que nosotros? El patriotismo no nos consiente resolver esta cuestión por la afirmativa, y si se nos arguye que el mal ha penetrado en Francia, Suiza, Cataluña y en tantos otros puntos, contestaremos que ha sido importado inconscientemente cuando no se conocía el insecto, ni menos sus funestos extragos; hoy, que no sólo es conocido de los entomólogos, sino de la generalidad, es seguro que no lo traerían. Teníamos la más completa confianza en la actitud resuelta y enérgica que la Comisión provincial había t o m a d o , la que desempeñaba su importante cometido con celo extraordinario y nunca indiscreto. H o y tenemos que lamentar la muerte de esta comisión, pues si vive es en u n a especie de estado latente, por causas que no queremos mencionar, porque ciertas consideraciones detienen nuestra pluma. H a y otra junta magna compuesta de ochenta á cien personas, que verdaderamente representan la riqueza territorial; en ella vemos con satisfacción figurar los n o m bres de algunas individualidades m u y respetables, y que tienen ya todos los títulos á la gratitud de sus conciudadanos, pues han sabido portarse siempre cual cumple á la distinguida posición que ocupan; se les ha visto, con la m a y o r abnegación, prodigar sus servicios, su peculio - 8 9 - y su garantía, en cuantas ocasiones ha pesado alguna calamidad sobre el país. Es m u y sensible que en dicha junta no ocupen el puesto que la opinión pública les señala. Vemos con satisfacción que la prensa de esta ciudad le prodiga diariamente nubes de incienso; nosotros nos asociamos á la prensa enviando á la junta magna nuestro más cordial parabién, y pedimos al cielo le conceda todo el acierto y aplomo que necesita. Bueno es que exista, pero es m u y necesario que la Comisión provincial salga de su letargo, y cumpla su importante cometido. Es la encargada por la Ley de defender al país de u n a invasión filoxérica, y durante m u cho tiempo ha p r o b a d o su aptitud, y ha merecido aplausos, pero necesita del concurso de todos, lo mismo de la Diputación que de los viticultores y comerciantes, y sólo con esta triple alianza es como la defensa y la lucha, en su caso, son posibles y eficaces. ( ) : (•) A f o r t u n a d a m e n t e las c i r c u n s t a n c i a s h a n v a r i a d o , la n u e v a o r g a n i z a c i ó n de la J u n t a de i n i c i a t i v a p a r t i c u l a r , y s u perfecto a c u e r d o con la C o m i s i ó n oficial q u e h o y t r a b a j a con a c t i v i d a d , h a c e n p r e s a g i a r b u e n o s r e s u l t a d o s , m a y o r m e n t e c u a n d o h a s t a la fecha n o h a h a b i d o u n sólo c o m e r c i a n t e tan falto de p a t r i o t i s m o q u e h a y a d e s a t e n d i d o las d i s p o s i c i o n e s e m a n a d a s de la c o m i s i ó n . MEDIDAS DE PRECAUCIÓN. Las medidas mas eficaces para librar esta provincia de una invasión filoxérica son las que aconseja la ciencia, y las que prescribe la Ley, interpretada en su sentido más lato. Dejarse guiar por el capricho, y por un temor excesivo, extremar las medidas hasta hacerlas tocar en lo ridíc u l o , es obtener u n efecto contrario al que se desea. Siempre que por las precauciones se h a y a de afectar algún artículo de subsistencias ó de interés grande para el país, es preciso antes tener bien asegurado el abastecimiento de las clases más numerosas y atendibles, que si ven encarecer los artículos de p r i m e r a necesidad, sin razones poderosísimas que lo motiven, sufriendo por ello perjuicios injustificables, se verán obligadas por la necesidad á reclamar de las Autoridades y del Gobierno toda la protección y apoyo á que tienen legítimo derecho. La prohibición absoluta de introducir raíces y tubérculos es exagerada, innecesaria y hasta perjudicial á todas las clases. E n la Argelia, que es donde las p r e c a u ciones se toman con más vigor, se admite la patata p r o cedente de puntos filoxerados, con tal que se la sujete previamente á u n lavado escrupuloso; pero los gastos que ocasiona esta operación no pueden ser de cargo de las expediciones, si no de los viticultores que son los p r i m e r o s interesados, y á los que debería importar poco desprenderse de una pequeñísima parte de las ganancias fabulosas que realizan vendiendo sus caldos á triple precio del ordinario. E n nuestro puerto las patatas no se lavan, algunas se mojan y nada m á s ; es decir se hace lo suficiente para perjudicar la mercancía y encarecerla con gastos y t r a b a s fiscales, pero nada se consigue para librar al país de la filoxera. Es lo mismo que sucede con las medidas sanitarias que se cumplen á medias; es como la cuarentena ú observación en un lazareto poco escrupuloso, que irroga perjuicios al comercio y no proporciona ventajas á la salud pública. La patata, que tanto temor infunde á los viticultores, que tanto ha dado que decir y que hacer, quedaría indirectamente prohibida, si los propietarios, consultando sus intereses, la cultivaran con la extensión que nuestras tierras reclaman. De este modo arrojarían al mercado grandes cantidades de esta mercancía á u n precio módico, pero r e m u n e r a d o r para los cultivadores, y es bien seguro que no se importaría u n sólo tubérculo. Esto, que sería lo útil y equitativo, es pedir peras al o l m o , pero la prohibición absoluta, sin atender previamente al abastecimiento, es absurda é imposible, hiere la ley de la justicia, vulnera los más respetables y sagrados derechos. Otra prohibición de las marcadas en la Ley cual es la de importar árboles, arbustos y plantas vivas, no puede ser más útil ni estar más justificada, pero tiene también inconvenientes de trascendentales consecuencias. E n u n país como el nuestro, en que todo el beneficio agrícola debe esperarse del a r b o l a d o , dejan de plantarse anualmente muchos millares de pies, que venían de fuera, lo cual, sin la menor d u d a , causa perjuicios inmensos, m a yores de los que generalmente se cree. L a prohibición está bien justificada, pero es preciso atender á todo, y cuando se cierra u n a puerta, es necesario abrir otra; cuando estamos tan propensos á destruir es preciso que pensemos también en reedificar. El establecimiento de grandes viveros que proporcionarían al país a b u n d a n c i a de árboles, frutales, forestales y de a d o r n o , sería u n gran beneficio, así para la provin- cia como para el que emprendiera el negocio. E n este caso pudiera seguir la prohibición sin inconvenientes, sin que el país se resintiera de ella. (/) P a r a llevar á efecto u n buen plan de defensa que no se reduce á prohibiciones más ó menos oportunas, sino también á medidas de otro género, se necesitan recursos, y la Comisión provincial carece de ellos. La comisión de defensa hubiera establecido u n vivero de vides americanas, más careció de fondos para procurarse la semilla. Hubiera proporcionado á los pueblos varias p r e p a r a ciones del insecto, buenas láminas, y microscopios, para facilitarles los conocimientos más indispensables. H a carecido de fondos para conseguirlo. H o y m a n d a r í a á Gerona comisiones de personas científicas y prácticas para que conocieran los medios de destruir el enemigo en el caso de ser invadidos. N o puede hacerlo por falta de recursos. Publicaría una pequeña Revista ó Boletín filoxérico, á fin de que cuanto se refiere á tan vital asunto se difundiera todo lo posible por los pueblos vitícolas. N o puede hacerlo por falta de recursos. E n fin, se ve que la principal dificultad estriba en la ( ' ) E n 1869 t u v i m o s la h o n r a de l l a m a r la a t e n c i ó n de la J u n t a de A g r i c u l t u r a , I n d u s t r i a y C o m e r c i o , s o b r e la c u e s t i ó n filoxérica, p r o n o s t i c a n d o la i m p o r t a n c i a y g r a v e d a d q u e en b r e v e t i e m p o d e b í a a l c a n z a r , y p r o p u s i m o s a l g u n a s m e d i d a s de p r e c a u c i ó n , p e r o s i n d e s a t e n d e r los m e d i o s m á s i n d i c a d o s p a r a e v i t a r los p e r j u i c i o s i n h e r e n t e s á toda p r o h i b i c i ó n . E n 1872 se f o r m ó u n a Junta protectora de la viña balear, y se pidió a u t o r i z a c i ó n al G o b i e r n o p a r a p r o h i b i r la i m p o r t a c i ó n de s a r m i e n t o s y p l a n t a s v i v a s , y esa petición fué d e s a t e n d i d a . Se apeló l u e g o al m e d i o i n d i r e c t o de s u p l i c a r á los n a v i e r o s , c a p i t a n e s y p a t r o n e s de b u q u e s q u e n o a d m i t i e r a n tales efectos á b o r d o y se c o n s i g u i ó b a s t a n t e . L l e g ó u n c o m e r c i a n t e en p l a n t a s t r a y e n d o s a r m i e n t o s de v a r i e d a d e s e s c o g i d a s , se le c o m p r a r o n y f u e r o n a r r o j a d o s al f u e g o , lo m i s m o q u e o t r o s de d i f e r e n t e p r o c e d e n c i a , p r e s t á n d o s e su dueño á q u e sufrieran igual operación. Al p r o p o n e r la p r o h i b i c i ó n de i n t r o d u c i r á r b o l e s , se p r o p u s o t a m b i é n el establec i m i e n t o de u n g r a n v i v e r o , p a r a q u e el p a í s n o s u f r i e r a el m e n o r p e r j u i c i o , c u y a p r o p o s i c i ó n fué a c e p t a d a , y h a s t a t u v i m o s la c o m i s i ó n de b u s c a r u n t e r r e n o d e b u e n a s c o n d i c i o n e s p a r a l l e n a r el objeto; p e r o l u e g o , p o r c a u s a s a g e n a s á la v o l u n tad de los s o c i o s , la j u n t a se d i s o l v i ó . - 9 3 - falta de dinero, lo cual es hasta cierto punto humillante para u n a provincia como esta. El Estado no puede atender á todas partes, ni debe correr á su cargo el gasto que se haya de ocasionar en las provincias. La Diputación atraviesa u n a época financiera no m u y alhagüeña, sin e m bargo, tenemos noticia de que la corporación provincial piensa consignar en el presupuesto la cantidad que le sea posible. Los viticultores son los que se hallan en el caso de hacer u n pequeño sacrificio pecuniario, para salvar su riqueza y la del país. N o desconocemos que están a b r u mados por las contribuciones, que el tesoro se halla c o n vertido en expoliador casi insaciable, que el genio fiscal persigue sin tregua ni descanso todas las materias i m p o nibles, y las contribuciones, multiplicadas y diversificadas de mil modos diferentes, vienen todas á pesar sobre la producción agrícola, como si un pacto irrevocable h u biese condenado á los agricultores á llenar con su s u d o r el tonel sin fondo de las hijas de Danao. T o d o esto es m u y cierto, pero no lo es menos que el sacrificio que hoy se les exige es el más insignificante y el de más utilidad para ellos. Con harta frecuencia se ven en la necesidad de hacer esfuerzos que no están en a r monía con el beneficio que han de obtener, pero en el presente caso la proporción es inversa, el sacrificio es insignificante, y el provecho incalculable. N u n c a se les presentará una ocasión de emplear m e jor su dinero; lo que se les pide, y sólo temporalmente, no es más que un óbolo despreciable, como una p r i m a p a r a asegurarles casi á perpetuidad su producción casi fabulosa; y no sólo para esto, sino también para conjurar el pauperismo, la miseria, la ruina de todas las clases, y la más completa decadencia en el orden moral y material. N o , nuestros viticultores no permanecerán sordos á estas leales excitaciones; si no acuden en tropel á depositar el pequeñísimo tributo en las arcas salvadoras de su riqueza, es p o r q u e no se les ha hecho aún c o m p r e n d e r — 94 — bien el peligro grave en que se hallan, y la facilidad con que puede conjurarse contando con su cooperación. Los pobres agricultores que verdaderamente comen el pan amasado con el sudor de su rostro, son sobrios y económicos; pero nunca avaros, ni miserables. ¿Cómo han de negarse á un pequeño tributo si se les hace conocer que la riqueza ó la miseria propia y de todo el país reposa ú n i camente sobre su generosidad? CALENDARIO FILOXÉRICO. El Doctor D. Mariano de la Paz Graells, naturalista distinguido, y que tantos estudios ha hecho sobre la F i l o xera, á imitación de otra notabilidad europea, cual es el Dr. Fatio de Ginebra, ha estampado en su prontuario filoxérico un pronóstico, con la indicación de la triste suerte que ha de caber á nuestros viñedos filoxerados, y en él m a r c a , por meses, el estado biológico del insecto, las i n vestigaciones que deberán hacerse y los procedimientos que h a b r á n de practicarse, á fin de dar u n a pauta, no sólo á los viticultores, sino á los peritos y á cuantas personas h a y a n de intervenir en las operaciones antifiloxéricas. Conociendo toda la importancia que tienen los calendarios agrícolas hemos creído también útil que acompañara esta m e m o r i a u n estracto del pronóstico del referidoSr. Graells. NOVIEMBRE, DICIEMBRE Y ENERO. D u r a n t e estos meses el insecto está ivernando, y se le puede ver fijo en las raíces; si la viña está filoxerada de años anteriores, se le encuentra á m a y o r profundidad, pues alcanza las raicillas que se hallan á treinta ó m á s centímetros de la superficie. Durante esta época puede buscarse el huevo de i n vierno, para destruirlo en cuanto sea posible; y al p o darse las viñas, se reconocerán las cepas muertas, para descubrir la causa que haya podido matarlas. — 9 6 — T a m b i é n puede precederse al a r r a n q u e de las filoxeradas, operación que debe practicarse con el m a y o r esmero, á fin de no dejar, en cuanto sea posible, raicillas infestadas, ni en la superficie ni bajo la tierra. Las cepas arrancadas, lo mismo que la superficie del terreno, se incinerarán, durante cuya operación la tierra se r e m o verá varias veces, terminando el espurgo por la aplicación de los mejores insecticidas en las capas subterráneas. F E B R E R O Y MARZO. Durante estos meses siguen aún invernando las filoxeras, como no sea en climas m u y cálidos, ó por u n a elevación accidental de temperatura, que á últimos de Marzo empieza ya á avivar algún huevo de invierno, d a n d o lugar á la salida de las madres fundadoras, pero esto no es lo regular; la verdadera época de empezar sus evoluciones la Filoxera coincide siempre con la brotadura de la vid. Durante estos dos meses p o d r á continuarse buscando el huevo de invierno, p r o c u r a n d o su destrucción por medio del escaldado ó bien del e m b a d u r n a m i e n t o . ABRIL Y MAYO. E n estos meses empieza ya la b r o t a d u r a de las viñas, acaban de avivarse los huevos de invierno, y las larvas bajan á buscar su subsistencia en las raíces, cambian la piel, crecen, y en Mayo empiezan ya la postura, para p r o pagar las generaciones radicícolas. Durante esta época p o d r á n buscarse las larvas en los brotes y partes v e r d e s , en donde pueden e n c o n t r a r s e , a u n q u e con dificultad,, mientras buscan el camino para pasar á las raíces. La investigación al final de esta época, puede ya dirigirse á las barbillas de las raíces más '— 97 — superficiales, las que se arrancarán y q u e m a r á n si se encontrase en ellas alguna hipertrofia ó señal de la existencia del insecto, haciéndose igual operación con las hojas que presenten agallas, lo cual es más frecuente en las vides americanas. JUNIO, JULIO Y AGOSTO. Este trimestre es el más favorable para la Filoxera; la viña en todo el vigor de su vegetación, y una temperatura elevada, proporcionan al insecto las mejores condiciones de actividad; es la época de su reproducción asombrosa, por consiguiente es cuando se forman las n u m e rosas hipertrofias en las raíces. Los individuos que han de pasar al estado de insecto alado empiezan sus metamorfosis, se transforman en ninfas, y terminan sus evoluciones presentándose con sus alas sobre la tierra, para p r o ducir la generación sexuada. Durante esta época hace el insecto sus escursiones ausiliado por el viento, y es por consiguiente el tiempo en que el mal se propaga á grandes distancias, pues en las viñas m á s ó menos apartadas queda depositado el germen, que al año siguiente se convertirá en nuevo foco. Aparecen igualmente las manchas ó rodales, caracterizándose bien los que en el año anterior no lo estaban, en u n a palabra, durante la canícula es cuando el mal presenta u n aspecto verdaderamente aterrador. Este es el momento de reconocer bien el límite de los rodales, por medio de u n a inspección inteligente y escrupulosa de las últimas zonas, de las viñas y parrales inmediatos; y dónde se descubran nuevas salpicaduras, arranc a r , q u e m a r , y acudir con los insecticidas más acreditados. - 9 8 - SETIEMBRE Y OCTUBRE. E n estos dos meses sigue aún la reproducción Filoxérica, si bien con menor actividad que en los anteriores, observándose empero m a y o r número de ninfas que han de favorecer la multiplicación de los individuos sexuados, garantía de perpetuidad para la especie. Como al final de esta época se marchitan y caen las hojas, las colonias galícolas, si existen, bajan á reforzar las radicicolas, con las cuales pasan el invierno, y penetran hasta las raíces más profundas. E n las viñas filoxeradas, la caida natural de los p á m panos, á medida que adelanta el otoño, es más precoz que en las sanas, fenómeno que se observa bien en los rodales, pues se despojan m u c h o antes los del centro, luego los de la zona inmediata y así sucesivamente. Durante la vendimia, los operarios encargados de ella deberán observar, con m u c h o cuidado, cualquier síntoma» morboso que noten en las cepas, señalando con cal ó almagre las que hubiesen llamado su atención, para que sean luego objeto de más escrupulosas é inteligentes pesquisas. — 99 — LEY DE 30 D E J U L I O DE 1878 DICTADA P A R A E V I T A R LA D I F U S I Ó N Y P R O P A G A C I Ó N DE LA PHYLLOXERA VASTATRIX. DON ALFONSO XII, Por la gracia de Dios Rey constitucional de España. A todos los que las presentes vieren y entendieren, sabed: que las Cortes han decretado y Nos sancionado lo siguiente: Artículo i.° Se creará en Madrid u n a Comisión central de defensa contra la phylloxera sobre la base de la Comisión permanente que entiende en este asunto en el Consejo superior de Agricultura, Industria y Comercio, y de la cual será Presidente nato el Ministro de Fomento, y por delegación el Director general de Instrucción pública. Agricultura é Industria, con quienes se comunicará directamente la citada Comisión. C o m p o n d r á n además ésta, representantes de la propiedad vitícola y de las corporaciones y Sociedades científicas y agrícolas más importantes de España, así como de aquellas personas que por la posición oficial que ocupen y por la especialidad de sus conocimientos puedan, á juicio del Gobierno, contribuir á la más acertada realización de los fines que comprende la presente ley. Art. 2 . ° E n todas las provincias vitícolas del Reino se establecerán Comisiones provinciales de defensa contra la phylloxera, compuestas del Gobernador, á quien corr jspo.tderá la presidencia, tres viticultores elegidos por el Gobierno entre los 5o primeros contribuyentes, un D i p u tado provincial, u n Vocal de la J u n t a de Agricultura, nombrado por la m i s m a , el Jefe de F o m e n t o , el Jefe económico, el Ingeniero Jefe de Montes, los profesores de Agricultura é Historia natural del Instituto provincial, y el Ingeniero agrónomo Secretario de la J u n t a de Agricultura, que lo será también de la Comisión. — . I00 — Art. 3.° Estas Comisiones, así la central como las provinciales dependientes de ella, auxiliarán en sus respectivas esferas de acción al G o bierno, examinando y discutiendo cuantas medidas y disposiciones se le consulten por el Ministerio de Fomento, relativas al objeto de esta ley; y proponiendo, de conformidad con la misma, los medios en su juicio más acertados para llevarla á cumplido efecto, así como para resolver equitativamente y en justicia las cuestiones que se relacionen con tan terrible plaga, y á que pueda dar lugar la aplicación de las disposiciones legales que rijan en la materia. U n reglamento especial determinará el régimen interior de dichas Comisiones, así como las facultades que, aparte de las consignadas expresamente en esta ley, les correspondan en sus relaciones oficiales con el Gobierno, y en las que deben asistir entre ellas mismas para el mejor cumplimiento de la importante misión que tendrán á su cargo. Art. 4 . Se autoriza al Gobierno para que, de acuerdo con la Comisión central, pueda prohibir en la medida y por el tiempo que las circunstancias aconsejen la introducción en el territorio de España y sus islas adyacentes de sarmientos, barbados y púas de todos los residuos de la vid, como los troncos, raíces, hojas, tutores y cuanto ha servido para el cultivo de este arbusto, aunque se importare como leña ó combustible, así como de todo género de árboles, arbustos y cualesquiera otras plantas vivas, sea cual fuere su procedencia. Las semillas y las plantas desecadas y convenientemente preparadas para los herbarios estarán en todo caso exentas de la prohibición que comprende el párrafo anterior. Art. 5.° E n el caso de presentarse la phylloxera en cualquier punto del territorio español, se entenderá desde aquel momento prohibida la exportación á las demás comarcas de las cepas, sarmientos y demás objetos comprendidos en el párrafo primero del art. 4 . , procedentes de las viñas infestadas. Art. 6." Para plantar viñas en España y en sus islas adyacentes deberá preceder aviso escrito ó verbal al Alcalde respectivo, acompañando certificación de que los sarmientos ó barbados no proceden de país extranjero ni de comarca infestada por la phylloxera dentro del territorio español. No será necesario este requisito cuando los sarmientos ó barbados procedan de las mismas tierras del plantador, y estas no se hallen infestadas. En las Secretarías de los Ayuntamientos se llevará u n libro-registro de la plantación de vides, y en él se anotará el lugar de la plantación, número y procedencia de las cepas, si no fueren de la misma finca del interesado, y nombre del dueño, aparcero ó arrendatario. Art. 7 . Todo propietario de viña ó quien le represente estará obligado á dar aviso al Alcalde respectivo de cualquier síntoma que notase en las vides y pueda hacer presumir la presencia de la phylloxera. E l Alcalde á su vez dará cuenta en el acto de este hecho al Gobernador y á la Comisión provincial de defensa, la cual, previo reconocimiento facul0 0 0 102 Art. i 3 . Todos los gastos que ocasionare el arranque de cepas, desinfección y demás operaciones confiadas á las Comisiones provinciales de defensa, así como las indemnizaciones que procediesen con arreglo al art. 1 0 , serán costeados de u n fondo que estará depositado en las sucursales del Banco de España y á disposición de la Comisión provincial de la phylloxera. Se formará este fondo con un recargo de 25 céntimos de peseta a n u a les por hectárea de viña, que todas las Diputaciones provinciales consignarán desde luego en sus respectivos presupuestos por dos años, á contar desde el actual ejercicio, si bien sólo se hará efectivo en las p r o vincias invadidas y sus limítrofes que sean vinícolas. Si á juicio de la Comisión central hubiese necesidad de continuar imponiendo este recargo, el Gobierno presentará á las Cortes el oport u n o provecto de ley. Para atender á los gastos indispensables de estudio, ensayos y medios de defensa generales contra la phylloxera, se abre un crédito permanente de 5 o o , o o o pesetas á favor del Ministerio de F o m e n t o . Art. 1 4 . Las Comisiones provinciales de defensa deberán inspeccionar frecuentemente por delegados facultativos todos los criaderos de cepas, semilleros v viveros de cualquier clase que existan en sus p r o v i n cias, y el Gobierno, á petición de la Comisión central de la phylloxera y bajo su inspección especial, podrá establecer donde y cuando lo estime oportuno semillero de vides americanas, ó de castas que no sean susceptibles de ser atacadas por la phylloxera. Art. i 5 . Los Alcaldes y demás funcionarios á que se refiere el artículo 8.°, que mostraren morosidad punible en el cumplimiento de la obligación que por dicho artículo se les impone, incurrirán en la m u l t a de 20 á 3 o o pesetas, la cual, según los casos y la distinta categoría de tales funcionarios, impondrá gubernativamente la Comisión central previo informe de la provincial de defensa. Art. 1 6 . Cuando en las A d u a n a s y fronteras se presentasen cualesquiera de los efectos comprendidos en el art. 4.°, y cuya importación estuviere prohibida, serán inmediatamente quemados. Lo mismo se ejecutará con los embalajes y camas de ganados procedentes de restos ó despojos de cepas. Cuando dichos efectos sean asimismo descubiertos en las Aduanas y fronteras sin haberse verificado la debida presentación de los mismos, se impondrá al contraventor, además del tanto por 1 0 0 que prevengan las Ordenanzas de Aduanas para hechos análogos, una multa de 5o á 5oo pesetas, según la gravedad del caso. C u a n d o verificada la introducción fraudulenta de los]efectos mencionados sean estos aprehendidos en el interior del Reino, deberá aplicarse al caso la ley de delitos de contrabando con la penalidad pecuniaria ó personal correspondiente, calculando la defraudación por lo menos en el m á x i m u m de la m u l t a . Por tanto: — io3 — Mandamos á todos los Tribunales, Justicias, Jefes, Gobernadores y demás autoridades, así civiles como militares y eclesiásticas, de cualquier clase y dignidad, que guarden y hagan guardar, cumplir y ejecutar la presente ley en todas sus partes. Dado en Palacio á treinta de Julio de mil ochocientos setenta y ocho. —YO LLANO. EL REY.—El Ministro de Fomento, C . FRANCISCO QUEIPO DE — IO-j — COMENTARIOS SOBRE LA LEY D E 3o DE J U L I O DE 1878. Con todo el profundo respeto que nos inspiran las leyes, nos permitiremos comentar brevemente la de 3o de Julio, empezando por lamentarnos de que no se hayan a ú n publicado todas las aclaraciones y reglamentos necesarios para su fructuosa aplicación. Es muy difícil, casi imposible, que en u n reducido n ú m e r o de artículos pueda u n a Ley atender á las muchas y heterogéneas necesidades de un p a í s ; cada p r o v i n c i a , tiene sus condiciones diferentes, su fisonomía especial, y u n traje (dispénsese la comparación vulgar) debe hacerse ajustado al talle de cada u n o . Cuando se promulgó la Ley de que nos ocupamos, España estaba libre de la plaga filoxérica, y el mal se cebaba en algunos puntos del extrangero, pero la Ley prohibió en seguida la introducción de los sarmientos, barbados, etc., en España y sus islas adyacentes, y no sólo de los que procediesen de puntos filoxerados, sino del extranjero. Dispone también en su art. 5." que en el caso de p r e sentarse la filoxera en cualquiera punto de España, se entenderá desde aquel momento, prohibida la exportación, de cepas, barbados y demás efectos detallados en el artículo 4." á las demás comarcas. La provincia filoxerada no tiene interés en librar de su mal á las demás p r o v i n - cias; estas son las que deben guardarse de la filoxerada. Nuestra provincia está en u n caso m u y escepcional, p o r q u e la filoxera no puede invadirla, no siendo importada, y se encuentra hoy con respecto al continente en idénticas condiciones que la península con respecto al extranjero c u a n d o se promulgó la Ley; creemos por lo mismo que no se faltaría al espíritu de ella, dejando de admitir todos los objetos que marca el art. 4. , siempre que procedieran de punto filoxerado ó notoriamente comprometido. El asunto es tan grave y trascendental, que, si no pueden librarse todas las provincias, debe decirse ya, Sálvese el que -pueda. La persona más autorizada que hay en España, el Sr. Graells, dice: «que se han librado, hasta el día, de la plaga, aquellos que como en Italia y en Argelia h a n llevado al extremo las prohibiciones de importar plantas vivas, y a u n productos de la horticultura.» L a legislación extranjera nos da el saludable ejemplo de dictar disposiciones especiales, para las localidades cuyas circunstancias, también especiales, las reclaman. P a r a esta provincia, u n a Ley como la de la Argelia sería u n a garantía de i n m u n i d a d , y nos atrevemos á esperar que nuestra voz no será desatendida. El artículo i3 dispone que todos los gastos que ocasione el a r r a n q u e de cepas, desinfección de terrenos, é indemnizaciones sean costeados del fondo producto del recargo de o'25 pesetas por hectárea de viña; y para los gastos de estudio, ensayos y medios de defensa generales, el Ministerio de Fomento tendrá abierto á su favor u n crédito de 5oo,ooo pesetas. Con estas cantidades se ha de atender á todos los gastos que ocasione el cumplimiento de los artículos 10, 1 1 , 12 y 14. Sobre este particular diremos tan solo que, por insuficientes, son ineficaces estos recursos, y es m u y sensible que en la generosa España las liberalidades ruinosas tengan su término c u a n d o se trata de las cosas más útiles. La invasión filoxérica en España se ha presentado 0 — io6 — con caracteres fulminantes, y con sentimiento a u g u r a m o s que en un brevísimo plazo el mal h a b r á tomado ya todas las proporciones de una calamidad invencible. Hoy,, muchos puntos que se creen libres acaso no lo estén, pues el mal no se demuestra muchas veces hasta el tercer año, y en el primero ya puede contagiar cualquier otro terreno por medio del germen oculto en las pequeñas porciones de tierra, que suelen pegarse á los productos de arboricultura y de horticultura. Consideramos m u y útil, antes de terminar este p u n t o , dirigir u n a súplica á los Sres. Senadores y Diputados por esta provincia, para que presenten u n proyecto de Ley bien estudiado, y especial para estas islas; y si no consideran oportuno darle tanta importancia, a lo menos conseguir del Gobierno u n a autorización para que la Comisión provincial de defensa adopte medidas que, siendo insignificantes por los perjuicios que h a y a n de ocasionar, sean con toda probabilidad la salvación de nuestra r i queza vitícola. CONCLUSIONES. La Filoxera vastatrix es un insecto destructor de la viña, y constituye hoy la plaga más desastrosa de cuantas h a n azotado el precioso arbusto vinífero. No sólo pone á contribución las cosechas, sino que acaba por m a t a r las cepas. Los Estados-Unidos, patria del referido insecto, estuvieron en posesión exclusiva de él hasta el año i863, en que fué importado por el comercio de plantas á las estufas de Inglaterra y Alemania, luego á Francia, desde cuyos puntos se ha extendido por toda la E u r o p a vitícola, y habiendo tomado ya carta de naturaleza, es hoy compatriota de todos los insectos dañinos de E u r o p a . Se multiplica de u n modo asombroso, poseyendo la facultad de reproducirse por partenogénesis, que equivale á decir generación doncella, pues fecundada u n a h e m b r a , pone huevos, de los que nacen otras hembras fecundas también, de éstas, otras, y así sucesivamente, de modo que u n a sola h e m b r a al final del ciclo ha dado por resultado u n a descendencia de muchos millares de millones de individuos. T o d a s las hembras á que nos hemos referido hasta ahora son ápteras, es decir sin alas, pero de ellas nace últimamente u n a generación de hembras aladas, que da lugar á otra, en la que existen machos, encargados de fec u n d a r á las hembras para todas las generaciones del año. La Filoxera se propaga de u n a cepa á otra por los intersticios de la tierra, pero por este medio adelanta poco; á mayores distancias se extiende cuando es insecto alado; — ioS — sin embargo, no hubiera podido cruzar el atlántico, para invadir toda la E u r o p a si no hubiese contado con otro medio de propagación, cual es el de la vía comercial, por la que el h o m b r e ha sido el encargado de importarla y extenderla por todas partes. La Filoxera causa perjuicios inmensos á la Agricultura, Industria, Comercio y á las clases trabajadoras. La muerte de la viña es la ruina de u n país vitícola, en donde la miseria, la emigración y la decadencia más completa reemplazan el bienestar y la prosperidad. E n esta provincia, en la que está m u y extendido el cultivo de la vid, y aumenta considerablemente cada día, los males que traería una invasión íiloxérica son tales y tan graves que no hay términos hábiles para hacerlos comprender. La Filoxera no es debida á la degeneración de la vid, ni á los malos cultivos, sino única y exclusivamente á la importación del insecto. Se han ensayado remedios en n ú m e r o casi infinito para combatir la plaga, pero todos han sido inútiles, y la Filoxera se extiende por todas partes con espantosa rapidez, apesar de todos los esfuerzos que hace el h o m b r e para detenerla. Los medios mecánicos son difíciles, tratándose de u n insecto microscópico como la Filoxera, y sólo la i n u n d a ción anti-económica é inaplicable, en la inmensa mayoría de las viñas, ha dado algún resultado. La m a y o r parte de los insecticidas han tenido que abandonarse, unos por ineficaces, otros por matar la viña,, otros por ser peligrosos para el h o m b r e , y muchos t a m bién por anti-económicos. Los únicos que son aceptados hoy día por las principales notabilidades europeas son: el sulfuro de carbono,, los sulfo-carbonatos alcalinos, el ácido sulfuroso y la neolina. Se ha pretendido que renovando la viña por medio de la semilla, podría desaparecer el mal; prescindiremos de — 100 — los m u c h o s y graves inconvenientes de este medio, que h a sido ya desechado en todas partes. El reemplazo de las vides europeo-asiáticas por las castas americanas es el medio que, especialmente en F r a n cia y en España, acarician muchas celebridades, c o m o única medida salvadora. N o sólo no lo combatimos, por el respeto que nos i m pone la autoridad de muchos agrónomos distinguidos y sabios naturalistas, sino que creemos debe aceptarse, pero con u n a prudente reserva, hasta que u n a experiencia m á s larga confirme las ventajas que de las leyes de agrología no pueden deducirse. Como este medio no ofrece grandes inconvenientes es m u y útil establecer viveros para tener buenos patrones que, ingertados de nuestras mejores variedades, p u e d a n reemplazar los viñedos destruidos por u n a invasión filoxérica. E n esta provincia, libre hasta hoy de la plaga, debe hacerse la plantación de vides americanas por medio de semilla, de ningún m o d o importar sarmientos, los cuales con toda probabilidad importarían la Filoxera. N o debe olvidarse u n momento que la introducción de tales sarmientos sería la m a y o r de las i m p r u d e n c i a s : guardémonos de creerla insignificante. Puede fundarse alguna esperanza en los enemigos q u e entre los insectos carniceros tenga la Filoxera, pues ella, no puede sustraerse á las leyes generales, por las que t o dos los seres se sirven de pasto los unos á los otros. E n Alemania, en Francia, y aun en los Estados-Unidos, se han hecho y siguen haciéndose observaciones q u e permiten esperar que la Filoxera será pasto de otros i n sectos y miríapodos, encargados de restablecer el equilibrio entre los seres que componen el reino organizado. Finalmente esta provincia, por sus condiciones de a i s lamiento, con u n buen plan de medidas de precaución,, que sean p o c a s , b u e n a s , y fidelísimamente observadas, puede librarse de la plaga; pero se necesita el concurso de todos, que todos obedezcan y secunden los buenos consejos que emanan de la celosa y activa Comisión p r o vincial de defensa. Si estas islas se libran del azote, el monopolio que p o d r á n disfrutar, la exportación de sus caldos al extrangero, y los precios elevadísimos que ya hoy alcanzan, les aseguran u n a prosperidad m a y o r de lo que pueden calcular. La riqueza para los viticultores, grandes beneficios para los demás ramos de la agricultura, así como para la industria y el comercio, un aumento de trabajo para los braceros, en una palabra, el bienestar general. N o hay colores bastante sombríos para pintar el cuadro desgarrador que estas islas ofrecerían á nuestros ojos, si desgraciadamente apareciera en ellas el terrible pulgón: la ruina de los viticultores, depreciación grandísima en el valor de las tierras, grandes menoscabos en todos los r a mos de la agricultura, inmenso quebranto en la industria, falta casi absoluta de trabajo para los jornaleros, y por consiguiente la miseria, el h a m b r e y la ruina más completas, la decadencia moral y material, el vicio y pero basta, la p l u m a se resiste á continuar u n catálogo de miserias que no tiene fin. Concluiremos pues recordando á estos isleños que de ellos depende la salvación ó la ruina de la provincia, que en su m a n o tienen la prosperidad ó la miseria. Evitad p u e s , queridos compatricios, todo fraude, muchas veces caprichoso; no queráis por u n r a m o de flores exponer vuestro país al m a y o r de los desastres; la conducta que debéis seguir trazada está por la Ley y por los consejos prudentes de la Comisión provincial, prestadles voluntaria obediencia y nos salvaremos. Si así lo hiciereis, que Dios os lo premie y si no os lo demande. — I l i — J U S T O TRIBUTO. La gratitud no nos permite cerrar estas páginas sin d e dicar algunas líneas, como sincera expresión de h o m e n a je al limo. Sr. Director general de Agricultura, digno p o r tantos títulos de la estima y consideración de sus conciudadanos. Inspirándonos en su celo y patriotismo d i m o s repetidas conferencias filoxéricas, de las que es u n simple extracto esta memoria, h o n r a d a con u n premio por la Real Sociedad Económica Mallorquína; debérnosle pues en gran parte tan señalada distinción, y, como u n a débil muestra de reconocimiento, nos limitaremos á r e p r o d u cir lo que con respecto á él dijimos en nuestra p r i m e r a conferencia. «Afortunadamente tenemos u n Director general, el Sr. D. José de Cárdenas, quien desde la escena tempestuosa de las funciones políticas, donde fermentan las más ardientes pasiones, dedica todo su afán al fomento de los varios ramos que tiene á su cargo, y el defender al país de la invasión filoxérica ocupa con preferencia su atención Y, puesto que los hombres de ciencia y verdadero p a triotismo no suelen tener panegiristas, permitid que m i e n tras la mayoría guarda su incienso para quemarlo ante las aras de la hipocresía y la farsa, yo, que nunca he m a n chado mis labios con la lisonja, consigne aquí que son dignos de la m a y o r honra y prez los hombres que como nuestro Director general consagran su existencia á la prosperidad de su patria, al mismo tiempo que esparcen u n a atmósfera de probidad y de virtudes entre sus c o n ciudadanos.» l o c k s k s R ú u r o s q u e representen el i n s e c t o e n s m diferentes estados s o n c o n s i d e r é / e m e n t e aumentados. Raicillas presentando Jupertróñas Ли% muy ШохегаАа cuyas escrescencías alojan infinidad de generaciones. VOCABULARIO ENTOMOLÓGICO. A. A B D O M E N . — S i n ó n i m o d e v i e n t r e , es la ú l t i m a d e las t r e s g r a n d e s d i v i s i o n e s d e u n i n s e c t o ; se e x t i e n d e d e s d e el coselete h a s t a la e x t r e m i d a d p o s t e r i o r del c u e r p o ; está f o r m a d a p o r v a r i o s segmentos ó anillos q u e salen u n o de d e n t r o del o t r o , ó b i e n s e p a r a d o s p o r u n a m e m b r a n a . Se u s a esta p a l a b r a lo m i s m o p a r a d e s i g n a r las p a r e d e s q u e f o r m a n la c a v i d a d , q u e los ó r g a n o s c o n t e n i d o s en ella. A F I D I F A G O . — Q u e se a l i m e n t a de p u l gones. A F I D I O S , A P H I D I A . — Voz tomada de aphis q u e significa p u l g ó n , p o r q u e e s t e g é n e r o f o r m a la p r i n c i p a l p a r t e d e la f a m i l i a , á la q u e h a d a d o el n o m b r e . P e r t e n e c e al o r d e n d e los h e mípteros, sub-órden homópteros. AGUIJÓN.—Apéndice anal, retráctil, o c u l t o en el v i e n t r e c u a n d o el a n i m a l está q u i e t o , p e r o c u a n d o se p o n e en acción lo p r o y e c t a y r e t i r a á v o l u n t a d con a s o m b r o s a r a p i d e z , p u d i é n d o l o d i r i g i r c o n t r a el objeto de s u s a t a q u e s . Se c o m p o n e de u n a b a s e , u n e s t u c h e ó v a i n a , y en el i n t e r i o r d o s estiletes c u y a r e u n i ó n f o r m a el d a r d o . E l a g u i j ó n es u n i n s t r u m e n t o v u l n e r a n t e q u e v i e r t e en la h e r i d a u n [ líquido venenoso que produce viví¡ simo dolor é inflamación. Esta a r m a , q u e solo p o s e e n las h e m b r a s y los n e u t r o s , n o t i e n e p o r objeto ú n i c o la d e f e n s a , si n o q u e es u n c o m p l e m e n to de los ó r g a n o s r e p r o d u c t o r e s . A L A . — E s el ó r g a n o q u e s i r v e p a r a el v u e l o y en los i n s e c t o s está f o r m a d o por dos m e m b r a n a s superpuestas, ent r e las c u a l e s se d i s t r i b u y e n n e r v i a ciones ó venas q u e por sus intersecc i o n e s f o r m a n v a r i a s figuras l l a m a d a s c é l u l a s ó c e l d a s . L a s alas t i e n e n u n a b a s e q u e es la e s t r e m i d a d a r t i c u l a d a con el coselete y u n a e s t r e m i d a d ó p u n t a q u e es la p a r t e o p u e s t a . AMPELÓFAGO.—Significa, por su etim o l o g í a , q u e se n u t r e de la v i d . A N T E N A S . — Estos órganos, llamados v u l g a r m e n t e c u e r n o s , s o n u n o s filetes m ó v i l e s c o m p u e s t o s d e v a r i o s artejos articulados, tienen u n a forma m u y v a r i a d a , y e s t á n i n s e r t o s en la cabeza de los i n s e c t o s y c r u s t á c e o s . Á P T E R O . — I n s e c t o sin a l a s . A R T E J O S . — P e q u e ñ a s p i e z a s q u e form a n p o r s u u n i ó n u n a p a r t e del c u e r p o de los i n s e c t o s : los artejos de las a n t e n a s , los artejos de los t a r s o s . A T E R I C E R O S . — F a m i l i a de i n s e c t o s d e la c u a l las m o s c a s , los e s t r o s y los s i r ios s o n los g é n e r o s p r i n c i p a l e s . B. B Ó M B I C E , BOMBIX.—Género de l e p i d ó p t e r o s ó m a r i p o s a s , f a m i l i a de los n o c t u r n o s del q u e v a r i a s especies s o n m u y c o n o c i d a s , así el Bombix de la m o r e r a ó g u s a n o d e seda, el de la e n c i n a , el del t r é b o l , el p r o c e s i o n a r i o , etc. C. C A L C I D I T A S . — T r i b u de i n s e c t o s h i m e n ó p t e r o s , q u e o s t e n t a n t o d o s colores m u y brillantes, y prestan grandes servicios al a g r i c u l t o r , o p o n i é n d o s e á la m u l t i p l i c a c i ó n excesiva de o t r o s i n s e c tos d a ñ i n o s . El i n s t i n t o de estos a n i m a l e s p a r a b u s c a r la c u n a en d o n d e h a n de d e s a r r o l l a r s e s u s d e s c e n d i e n tes, es a d m i r a b l e ; l a s h e m b r a s b u s c a n , u n a o r u g a , n i n f a , insecto, u n p u l g ó n , ó u n h u e v o ; lo t a l a d r a n con su a g u i jón, y allí d e p o s i t a n u n o ó m á s h u e vos, q u e a v i v a d o s , la larva q u e de ellos sale se a l i m e n t a á e x p e n s a s de la s u s tancia q u e tiene á su alcance, q u e es la m á s a p r o p i a d a p a r a ella. E x p e r i m e n t a s u s m e t a m o r f o s i s , y sale de su r e f e c t o rio p a r a ir á d e s e m p e ñ a r las m i s m a s funciones q u e sus ascendientes. Esta t r i b u está f o r m a d a p o r n u m e r o s a s e s pecies , W a l k e r en su m o n o g r a f í a de los Calciditas d e s c r i b e u n a s 1,200 y M . A n d o u i n , en s u s i n v e s t i g a c i o n e s s o b r e los insectos e n e m i g o s de la vid, c u e n t a diez especies q u e v i v e n p a r á sitas s o b r e la p i r a l a . A l g u n a s a t a c a n i n d i s t i n t a m e n t e v a r i a s especies, y o t r a s parece q u e persiguen u n insecto d e terminado. C A P R I C O R N I O , CERAMBIX.—El n o m b r e de C a p r i c o r n i o se aplica á u n g r a n n ú m e r o de c o l e ó p t e r o s , d e la f a m i l i a de los l o n g i c o r n i o s ; c o m p r e n d e m u l t i t u d de especies, t o d a s d a ñ i n a s ; l a s h e m b r a s t i e n e n el a b d o m e n t e r m i n a d o p o r u n e v i d u c t o c o m p u e s t o de v a r i a s piezas r e t r á c t i l e s , y les sirve p a r a i n t r o d u c i r el h u e v o bajo de la corteza de los á r b o l e s . Al p r i n c i p i o la o r u g a q u e nace del h u e v o , se a l i m e n t a de la a l b u r a , p e r o á m e d i d a q u e crece p e n e t r a en el i n t e r i o r del t r o n c o q u e p e r f o r a en t o d o s s e n t i d o s , o c a s i o n a n d o de este m o d o i n m e n s o s perjuicios. C A R Á B I C O S , C A R A B I C I . — T r i b u d e los c o l e ó p t e r o s f a m i l i a de los c a r n i c e r o s , sección de los p e n t á m e r o s ; s o n ú t i l í s i m o s p o r los m u c h o s i n s e c t o s d a ñ i n o s y larvas q u e destruyen. C Á R A B O . — G é n e r o de c o l e ó p t e r o s q u e h a d a d o n o m b r e á la t r i b u de los c a r a bicos ó c a r n i c e r o s , c o m p r e n d e u n g r a n n ú m e r o de especies, c u y a m a y o r p a r t e ostentan vistosos colores, son esenc i a l m e n t e c a r n i c e r o s , y, a u n q u e i m p r o p i o s p a r a el v u e l o , t i e n e n m u c h a a g i l i d a d en las p i e r n a s p a r a p e r s e g u i r su p r e s a , y l i m p i a n los j a r d i n e s y los c a m p o s de infinidad de o r u g a s , c a r a coles y l i m a c o s . Son de talla m e d i a n a y c u a n d o se les coje e x h a l a su c u e r p o u n h e d o r i n s o p o r t a b l e , y su boca u n líquido negruzco también m u y repugnante. C A R N I C E R O S , C A R N Í V O R A . — F a m i l i a de los c o l e ó p t e r o s p e n t á m e r o s , q u e t i e n e n la boca p r o v i s t a de seis p a l p o s , las m a n d í b u l a s t e r m i n a d a s en p u n t a s a g u d a s , y g u a r n e c i d a s de p e l o s r í g i dos; son h á b i l e s y v a l i e n t e s c a z a d o r e s , y se m a n t i e n e n de p r e s a s v i v a s . C H U P A D O R E S . — S e da este n o m b r e á los i n s e c t o s q u e t i e n e n los ó r g a n o s b u cales d i s p u e s t o s p a r a la s u c c i ó n y n o p a r a la m a s t i c a c i ó n . C Í N I F E S , C V N I P S . — G é n e r o de h i m e n ó p t e r o s , f a m i l i a p u p í v o r o s ; las h e m b r a s t i e n e n u n t a l a d r o á m a n e r a de t i r a b u z ó n , con u n a c a n a l p a r a c o n d u c i r los h u e v o s d e n t r o del a g u j e r o q u e h a a b i e r t o , p a r a c u y a o p e r a c i ó n t i e n e el e x t r e m o a r m a d o de p e q u e ñ a s de m e lladuras como u n a sierra q u e produce en las p l a n t a s las e x c r e s c e n c i a s c o n o cidas con el n o m b r e de a g a l l a s . E n t r e s u s especies figuran el de la a g a l l a de t i n t e s , el del e s c a r a m u j o , etc. C O C C 1 D O S . — F a m i l i a de i n s e c t o s q u e h a t o m a d o n o m b r e del g é n e r o coecus. C O C C I N E L L A . — G é n e r o de c o l e ó p t e r o s , sección de los t r í m e r o s , f a m i l i a de los afidífagos, c u y o s c a r a c t e r e s son c u e r p o esférico ó s e m i l u n a r , c a b e z a d e s c u b i e r t a , a n t e n a s c l a v i f o r m c s de o n c e a r t e j o s . S u s l a r v a s son m u y c a r n i c e r a s y h a b i t a n los sitios en d o n d e a b u n d a n los p u l g o n e s , á los q u e d a n caza sin t r e g u a ni d e s c a n s o . Son i n s e c t o s m u y c o n o c i d o s del v u l g o q u e les d i s t i n g u e con los n o m b r e s de escarabajos hemisféricos , mariquitas, caballos de Dios, muías de la Virgen, escarabajos tortugas, etc. C O C C U S . — G é n e r o de i n s e c t o s h e m í p t e ros, c u y o s c a r a c t e r e s s o n : a b d o m e n terminado por dos cerdas, tarsos de u n solo artejo m o n u n g u l a d o , m a c h o s a l a d o s , h e m b r a s á p t e r a s , a n t e r a s filiformes ó setáceas. C o m p r e n d e n las cochinillas. C O L E Ó P T E R O S . — O r d e n de i n s e c t o s caractizado por tener su p r i m e r par de alas c o r i á c e a s s i r v i e n d o de e s t u c h e . á las s e g u n d a s , q u e s o n m e m b r a n o s a s y están plegadas transversalmente. La p a l a b r a c o l e ó p t e r o p o r su e t i m o l o g í a significa alas en estuche. Son m a s c a dores, y son insectos m u y a b u n d a n t e s y c o n o c i d o s del v u l g o q u e los d e s i g n a con el n o m b r e de e s c a r a b a j o s . C O S E L E T E , T H O R A X . — S e g u n d a de las t r e s g r a n d e s d i v i s i o n e s del c u e r p o d e los insectos; c o m p r e n d i d a e n t r e la c a beza y el a b d o m e n , s o s t i e n e las alas y las p a t a s . cida, h a r e c i b i d o el n o m b r e de E s c ó lito d e s t r u c t o r Scolytus destructor. E S T I G M A S . — - A b e r t u r a s , p o r las c u a l e s el a i r e p e n e t r a en el i n t e r i o r del c u e r p o de los i n s e c t o s ó sea en las t r a q u e a s q u e son sus órganos respiratorios. E U L O F O , E U L O P H U S . — G é n e r o de h i m c n ó p t e r o s , de la familia de los p u p í v o r o s . D e s t r u y e n m u c h a s l a r v a s , y la especie E. larvarum, es c o m ú n y a b u n da en t o d a s p a r t e s . E U M O L P O , E U M O L P U S . — G é n e r o de c o l e ó p t e r o s sección d e los t e t r á m e r o s , c u y a especie m á s c o m ú n y e x t e n d i d a es el E. vitis q u e t a n t o d a ñ o c a u s a en en los v i ñ e d o s . D. D Í P T E R O S . — O r d e n de i n s e c t o s q u e t i e n e n d o s a l a s , s e g ú n su e t i m o l o g í a lo i n d i c a . Su boca sin m a x i l a s ni m a n d í b u l a s está r e p r e s e n t a d a p o r u n a t r o m pa ó c h u p a d o r . E s t e o r d e n c o m p r e n d e las m o s c a s . E. F. F I L O X E R A , P I I Y L L O X E R A . — G é n e r o de h e m í p t e r o s , c u y a especie vastatrix d e s t r u y e los v i ñ e d o s . F O L I C O L A . — Q u e vive s o b r e l a s h o j a s . G. G A L I C O L A . — Q u e vive en a g a l l a s . É L I T R O S . — E s p e c i e de alas d u r a s c o r i á ceas q u e c u b r e n las m e m b r a n o s a s ; se les da t a m b i é n el n o m b r e de e s t u c h e s , p o r q u e f o r m a n con el d e r m i s e s c a m o s o del v i e n t r e u n v e r d a d e r o e s t u c h e p a r a c u b r i r las a l a s . E N T O M O L O G Í A . — P a r t e de la h i s t o r i a n a t u r a l q u e t r a t a de los i n s e c t o s . E N T O M Ó L O G O . — E l q u e se o c u p a de la ciencia entomológica. E P I G E O . — Q u e está s o b r e la t i e r r a , E S C A R A B A J O , SCARABEUS.—Género del o r d e n de los c o l e ó p t e r o s . El v u l g o da el n o m b r e de e s c a r a b a j o s á t o d o s los insectos p e r t e n e c i e n t e s á d i c h o o r d e n . E S C A R A B E I D O S , SCARABEIDES. — T r i b u d e los c o l e ó p t e r o s , familia de los l a m e l i c o r n i o s , sección de los p e n t á m e r o s , q u e c o r r e s p o n d e al vasto g í n e r o scarabens. E S C Ó L I T O S , SCOLYTUS.— G é n e r o de los c o l e ó p t e r o s , sección de los p e n t á m e r o s , familia de los xilófagos; viven en los leños, donde pasan sus metamorfosis, c a u s a n d o g r a n d e s d a ñ o s en los á r b o l e s . . La especie m á s a b u n d a n t e y m á s c o n o - H. H E M E R O B I O , HEMEROBIUS.—Género de n e u r ó p t e r o s , formado por insectos m u y h e r m o s o s , p e r o q u e al cogerlos e x h a l a n u n e x c r e m e n t o fétido c u y o o l o r t a r d a m u c h o en d e s a p a r e c e r . S u s l a r v a s q u e R e a m u r l l a m ó leones de los pulgones, h a c e n de estos u n c o n s u m o extraordinario, por cuya razón s o n ú t i l í s i m o s ; es tal s u v o r a c i d a d q u e los m á s d é b i l e s s i r v e n de p a s t o á los m á s r o b u s t o s de su m i s m a especie. H E M Í P T E R O S , HEMIPTERA.—Orden de insectos caracterizados por tener o r d i n a r i a m e n t e c u a t r o a l a s , y con f r e c u e n cia las s u p e r i o r e s s e m i c o r i á c e a s , ó r g a n o s b u c a l e s d i s p u e s t o s p a r a la s u e c i o n , c u y a t r o m p a n o está a r r o l l a d a en espiral. H E R B Í V O R O S , HERBÍVORA. — A n i m a l e s q u e se n u t r e n de v e g e t a l e s . H E T E R Ó M E R O S . — S e c c i ó n de los c o l e ó p t e r o s , c u y o c a r á c t e r c o n s i s t e en t e n e r cinco artejos en los d o s p a r e s de p a t a s a n t e r i o r e s , y sólo c u a t r o en las posteriores. H E T E R Ó P T E R O S . — S e c c i ó n de los h e m í p t e r o s , c u y o c a r á c t e r c o n s i s t e en t e n e r las alas i n f e r i o r e s m e m b r a n o s a s , y las s u p e r i o r e s s e m i c o r i á c e a s . H I M E N Ó P T E R O S . — O r d e n de i n s e c t o s c u y o c a r á c t e r , q u e les h a d a d o n o m b r e , c o n s i s t e en p o s e e r c u a t r o a l a s membranosas y trasparentes, venadas l o n g i t u d i n a l m e n t e . A d e m á s t i e n e n las m a n d í b u l a s c o r t a s , p e r o las m á x i l a s prolongadas constituyendo un chupad o r , y las h e m b r a s e s t á n p r o v i s t a s de u n aguijón a b d o m i n a l . C o m p r e n d e n especies m u y i m p o r t a n t e s , y a p o r su i n s t i n t o y c o s t u m b r e s , ya p o r su u t i l i d a d , p u e s p r o p o r c i o n a n al h o m b r e la m i e l , la cera y las a g a l l a s , y a d e m á s p r e s t a n servicios i n d i r e c t o s , d e s t r u y e n d o infinidad de l a r v a s q u e a n i q u i lan las c o s e c h a s . H I P O G E O S . — P o r su e t i m o l o g í a , se ve q u e s o n los i n s e c t o s q u e e s t á n debajo de la t i e r r a . H O M Ó P T E R O S . — S e c c i ó n de los h e m í p t e r o s , c u y o c a r á c t e r c o n s i s t e en t e n e r las c u a t r o alas h o m o g é n e a s , ya sean t o d a s m e m b r a n o s a s , ya c o r i á c e a s . I. I C N E U M Ó N . — G é n e r o de h i m e n ó p t e r o s , p e r t e n e c i e n t e á la f a m i l i a de los p u p í v o r o s , t r i b u de los i c n e u m ó n i d o s y q u e c o m p r e n d e m á s de 1,200 especies, q u e el v u l g o l l a m a moscas vibrantes. S o n ú t i l í s i m o s al a g r i c u l t o r p o r la g r a n d e s t r u c c i ó n de l a r v a s , n i n f a s é i n s e c t o s q u e sacrifican en p r o v e c h o d e s u p r o g e n i t u r a . C u a n d o las h e m b r a s q u i e r e n p o n e r s u s h u e v o s , se a g i t a n con i n q u i e t u d b u s c a n d o p o r t o d a s p a r tes l a r v a s ó n i n f a s , c u y a piel a g u j e r e a n y d e p o s i t a n allí los h u e v o s . L a c a r n e de las l a r v a s q u e s i r v e n de c u n a á los jóvenes i c n e u m o n e s , c o n s t i t u y e s u ú n i c o a l i m e n t o , de m o d o q u e d i c h a s l a r v a s están c o n d e n a d a s á u n a m u e r t e segura. INSECTO.—Animal invertebrado de cubierta exterior m á s ó m e n o s sólida, c o m p u e s t o de a n i l l o s , t r e s p a r e s d e p a t a s , c u y o c a r á c t e r les vale el n o m b r e de h e x á p o d o s , o r d i n a r i a m e n t e c u a t r o alas, y t a m b i é n dos antenas, respiran p o r t r a q u e a s , y se d e s a r r o l l a n p o r m e dio de varias metamorfosis. L. LABIO S U P E R I O R , LABRO.—Pieza escamosa situada s ó b r e l a s mandíbulas, y f o r m a la p a r t e s u p e r i o r de la boca. Labio inferior. Pieza opuesta, formada p o r la l e n g ü e t a y la b a r b a , y c o n s t i t u y e la p a r t e i n f e r i o r de la boca. L A R V A . — E s el e s t a d o del insecto d e s d e q u e sale del h u e v o , h a s t a s u prin_..-a metamorfosis. L E P I D Ó P T E R O S . — O r d e n de insectos caracterizado por tener ordinariamente cuatro alas m e m b r a n o s a s , cubiertas de vina e s c a m a m i c r o s c ó p i c a . P o s e e n u n a trompa más ó menos larga arrollada en e s p i r a l e n t r e los p a l p o s l a b i a l e s . Se c o n o c e n v u l g a r m e n t e con el n o m b r e d e mariposas. L I G E O , LYGEUS. — G é n e r o de h e m í p t e r o s , sección h e t e r ó p t e r o s , c u y o s c a r a c teres s o n : c u e r p o a p l a n a d o p o r s u p a r t e s u p e r i o r , coselete t r a p e z o i d a l , r o s t r o c u a d r i a r t i c u l a d o y a n t e n a s d e c u a t r o artejos. C o m p r e n d e i n f i n i d a d d e especies q u e t o d a s a t a c a n á los p u l g o n e s d e s t r u y e n d o g r a n n ú m e r o d e ellos. L U C A N O , L U C A N U S . — G é n e r o de c o l e ó p teros, cuyos caracteres s o n : cuerpo aplanado, mandíbulas extraordinariam e n t e l a r g a s en los m a c h o s , m a x i l a s y labio inferior t e r m i n a d o por pelos. Sus l a r v a s v i v e n en el i n t e r i o r del t r o n c o de los á r b o l e s , y h a s t a en las raíces, c a u s á n d o l e s t a n t o d a ñ o q u e los h a c e n p e recer l e n t a m e n t e . M. MANDÍBULAS.— Piezas córneas colocad a s á los l a d o s d e la boca d e los i n s e c t o s , bajo del l a b r o , c u b r e n casi c o m p l e t a m e n t e l a s m a x i l a s . S u u s o es c o g e r , c o r t a r y d e s g a r r a r los a l i m e n t o s . M A S C A D O R E S . — Se d a este n o m b r e á t o d o s los i n s e c t o s , c u y a boca está a r - 7 machi de m a n d í b u l a s y m a x i l a s q u e s i r v e n p a r a m a s c a r los a l i m e n t o s . M A X I L A S . — P i e z a s de m e n o s c o n s i s t e n cia q u e las m a n d í b u l a s , colocadas d e bajo de estas, y l l e v a n d o cada u n a , u n o ó dos p a l p o s . S i r v e n p a r a la m a s t i c a c i ó n , y se m u e v e n l a t e r a l m e n t e . M E S O T Ó R A X . — S e g u n d o s e g m e n t o del t ó r a x al q u e se a r t i c u l a el p r i m e r p a r de a l a s , y el s e g u n d o de p a t a s . METAMORFOSIS. — Cambios ó transformaciones de los i n s e c t o s c u a n d o p a san p o r d i f e r e n t e s e s t a d o s c u a l e s s o n : l a r v a , c r i s á l i d a , n i n f a ó p u p a , é insecto perfecto. M E T A T Ó R A X . — T e r c e r s e g m e n t o del t ó r a x q u e lleva el s e g u n d o p a r de alas y el tercero de p a t a s . MIRIÁPODOS. — Animales articulados, largos, vermiformes, ordinariamente c o m p u e s t o s de m u c h o s a n i l l o s , y p o seen u n g r a n n ú m e r o de p a t a s a r t i culadas. M O N Ó F A G O S . — S e da este n o m b r e á los insectos c u y o r é g i m e n c o n s i s t e en u n a sola especie de a l i m e n t o . N. N E U R Ó P T E R O S . — O r d e n de insectos c a r a c t e r i z a d o s p o r t e n e r c u a t r o alas m e m b r a n o s a s , con m u c h a s n e r v i a c i o n e s q u e f o r m a n u n a especie d e r e d , p o r lo q u e se l l a m a n r e t i c u l a d a s . T i e n e n los ó r g a n o s b u c a l e s d i s p u e s t o s p a r a la m a s t i c a c i ó n . NINFA ó CRISÁLIDA.—Estado i n t e r m e dio p o r el c u a l p a s a n m u c h o s insectos a n t e s de a l c a n z a r el de insecto perfecto. O. O M N Í V O R O . — S e da este n o m b r e á los insectos c u y o s r é g i m e n a l i m e n t i c i o les permite sustentarse indiferentemente d e p l a n t a s , ó de o t r o s a n i m a l e s . Ó R G A N O . — C u a l q u i e r a p a r t e de u n a n i m a l , d e s t i n a d a á u n t r a b a j o ó acción. O R G A N O G E N É S I C O . — F a c u l t a d de p r o d u c i r ó r g a n o s , es decir, facilidad d e d e s a r r o l l o en el o r g a n i s m o . O R U G A S . — S e da este n o m b r e , e s p e c i a l m e n t e á las l a r v a s de los l e p i d ó p t e r o s . — P. P A L P O S . — F i l e t e s móviles articulados q u e existen en la boca de los i n s e c t o s . P A R Á S I T O S . — C o n este n o m b r e se d e s i g n a n los i n s e c t o s , q u e viven á e x p e n sas de o t r o s a n i m a l e s . P A R T E N O G É N E S I S . — Por su e t i m o l o gía, esta p a l a b r a significa g e n e r a c i ó n d o n c e l l a , y es la facultad q u e t i e n e n ciertos i n s e c t o s , s o b r e t o d o los p u l g o n e s , de p o n e r h u e v o s de los q u e salen h e m b r a s fecundas, q u e ponen huevos t a m b i é n f e c u n d a d o s , sin necesidad de c o n c u r s o m a s c u l i n o en u n a serie c o n secutiva de g e n e r a c i o n e s . P A T A S . — S o n los m i e m b r o s d e s t i n a d o s á la p r o g r e s i ó n s o b r e la t i e r r a ó el a g u a , y están c o m p u e s t o s de c a d e r a ó trocánter, m u s l o ó fémur, p i e r n a ó tibia, t a r so y u ñ a s . P E N T Á M E R O S . — R e c i b e n este n o m b r e los insectos q u e t i e n e n cinco artejos en t o d o s los t a r s o s . P I C O . — E s el ó r g a n o b u c a l de los i n s e c tos c h u p a d o r e s , p e r o q u e no f o r m a spiri-trompa. PIRALA.—Género de lepidópteros q u e t i e n e p o r p r i n c i p a l e s c a r a c t e r e s : alas e n t e r a s , t e c t i f o r m e s , las s u p e r i o r e s t r u n c a d a s en la p u n t a , y las i n f e r i o r e s , p l e g a d a s en f o r m a d e - a b a n i c o t r o m p a m u y corta ó r u d i m e n t a r i a , y á veces n u l a . L a s especies p e r t e n e c i e n t e s á este g é n e r o son m u y d a ñ i n a s y la de la vid, q u e h o y p u e d e decirse q u e p e r tenece á la h i s t o r i a , t u v o u n a época q u e llegó á c o m p r o m e t e r s e r i a m e n t e la e x i s t e n c i a de los v i ñ e d o s . P I S O D E S . — G é n e r o de c o l e ó p t e r o s del q u e a l g u n a s especies atacan v a r i o s á r boles, es n o t a b l e e n t r e ellas el P. pini. P O L Í F A G O . — S e aplica este calificativo al a n i m a l , c u y o r é g i m e n c o m p r e n d e m u c h a s y v a r i a s clases de a l i m e n t o . P O L I F O R M E . — Q u e afecta v a r i a s formas. P R O B O S C Í D E O . — E l animal q u e tiene p r o b ó s c i d e ó sea c h u p a d o r ó t r o m p a . P R O T Ó R A X . — L a p r i m e r a p a r t e del t ó r a x á la q u e va u n i d o el p r i m e r p a r de p a t a s . P U L G Ó N . A P H I S . — G é n e r o de i n s e c t o s h e m í p t e r o s , p e r t e n e c i e n t e á la sección ó s u b - ó r d e n de los h o m ó p t e r o s , t r i b u de los afídidos, t i e n e n p o r c a r a c t e r e s : alas trasparentes ó nulas, antenas m á s l a r g a s q u e el c u e r p o y d o s t u b o s e x r e t o r e s en el v i e n t r e . M u c h o s de estos insectos viven en s o c i e d a d , y t o d o s ellos s o b r e las p l a n t a s , de las q u e c h u p a n el j u g o ; u n o s de las hojas, o t r o s de los tallos y r a m a s , y o t r o s de las raíces, ocasionando perjuicios incalculables. P U P Í P A R O . — S e da este n o m b r e á los i n sectos q u e se r e p r o d u c e n p o r m e d i o de fetos ó p u p a s . P U P Í V O R O . — F a m i l i a p e r t e n e c i e n t e al o r d e n de los h i m e n ó p t e r o s . c u y o s g é n e r o s p r i n c i p a l e s son: Ichneumon, Cynips y Chaléis. S u s c a r a c t e r e s m á s n o t a b l e s s o n : a b d o m e n p e d i c u l a d o , con el p e d ú n c u l o largo y e s t r e c h o , las h e m b r a s a r m a d a s de u n t a l a d r o q u e les s i r ve t a m b i é n de o v i d u c t o . G e n e r a l m e n t e t o d a s las especies p e r t e n e c i e n t e s á esta familia son ú t i l í s i m a s p o r ser en s u m a y o r p a r t e c a r n i c e r o s ó p a r á s i t o s de o t r o s insectos. R. R A D I C Í C O L A . — Q u e vive s o b r e las r a í ces. R I N Q U I T E S . — G é n e r o de c o l e ó p t e r o s , sección de los t e t r á m e r o s , familia r i n cóforos. Son i n s e c t o s d i m i n u t o s l l a m a d o s t a m b i é n atelabos, y e n t r e ellos figura el l l a m a d o c u q u i l l o de la vid q u e t a n t o s p e r j u i c i o s c a u s a á esta p l a n t a . S. SALTADORES. — N o m b r e dado á una f a m i l i a p e r t e n e c i e n t e al o r d e n d e los o r t ó p t e r o s , c a r a c t e r i z a d a p o r la l o n g i t u d y r o b u s t e z de s u s p a t a s p o s t e r i o r e s . S A P E R D A . — G é n e r o de c o l e ó p t e r o s t e t r á m e r o s , familia de los l o n g i c o r n i o s , c u y a s especies c a u s a n g r a n d e s p e r j u i cios en los t r o n c o s y r a m a s de los á r boles. S I R F O . — G é n e r o p e r t e n e c i e n t e al o r d e n de los d í p t e r o s . L a s especies p e r t e n e - cientes á este g é n e r o , son ú t i l í s i m a s , p o r q u e s u s l a r v a s , m u y v o r a c e s y atídífagas i m p i d e n q u e los p u l g o n e s se m u l t i p l i q u e n en n ú m e r o excesivo. T. T A R S O . — U l t i m a p a r t e de la p a t a de los i n s e c t o s , está u n i d a á la tibia, f o r m a d a p o r v a r i o s artejos y t e r m i n a d a o r d i n a r i a m e n t e p o r u n a especie de g a n c h o s en n ú m e r o de d o s . T I S A N U R O S . — O r d e n de i n s e c t o s q u e p o r su a n a l o g í a con los o r t ó p t e r o s f o r m a n h o y u n a sección de estos. T Ó R A X . — E s la s e g u n d a de las t r e s p a r tes en q u e se d i v i d e u n i n s e c t o , está colocada e n t r e la cabeza y el a b d o m e n s i r v i e n d o de s o s t e n á las a l a s y á las patas. T R A Q U E A S . — S o n dos tubos situados á c a d a lado del c u e r p o de los i n s e c t o s , e s t á n d i v i d i d o s en m u c h a s r a m i f i c a c i o n e s , y les s i r v e n p a r a r e c i b i r el a i r e p o r los e s t i g m a s p a r a e f e c t u a r la r e s piración. T R I Q U I N A , TRICI-IINA.—Gusano h o y t r i s t e m e n t e c é l e b r e . T. spyralis, vive en las fibras m u s c u l a r e s de v a r i o s m a m í feros s o b r e todo de l a s r a t a s ; es t a m bién m u y c o m ú n en el c e r d o , en c u y a s fibras se p r e s e n t a a r r o l l a d a en e s p i r a l , y e n v u e l t a en u n a especie de b o l s a en la q u e p e r m a n e c e c o m o en el l i m b o , es d e c i r en u n e s t a d o l a t e n t e , h a s t a q u e el h o m b r e ú o t r o m a m í f e r o c o m e la c a r n e t r i q u i n a d a ; e n t o n c e s se d e s p o j a de s u e n v o l t o r i o , se d e s a r r o l l a n los ó r g a n o s s e x u a l e s , c e l e b r a s u s b o d a s y se m u l t i p l i c a de u n m o d o a s o m b r o s o . La n u m e r o s a p r o l e , sea c i r c u l a n d o con los h u m o r e s , sea a t r a v e s a n d o las p a r e d e s del e s t ó m a g o , va á e s t a b l e c e r s e en las fibras m u s c u l a r e s o c a s i o n a n d o la t e r r i b l e e n f e r m e d a d c o n o c i d a con el n o m b r e de triquinosis q u e es m o r t a l en el hombre. T R O M P A . — E s el ó r g a n o de s u c c i ó n d e los i n s e c t o s c h u p a d o r e s , y en los l e p i d ó p t e r o s está a r r o l l a d a en e s p i r a l . V. V A S T A T R I X . — D e v a s t a d o r a , calificativo a p l i c a d o m u y j u s t a m e n t e p o r M. P l a n c h ó n á la F i l o x e r a d e la v i d . V O L U C E L L A . — G é n e r o d e insectos p e r t e n e c i e n t e al o r d e n d e l o s d í p t e r o s , s u s l a r v a s c a u s a n g r a n d e s e x t r a g o s e n los h i m e n ó p t c r o s s o b r e todo en s u s n i d o s . t e n e c i e n t e al o r d e n d e los c o l e ó p t e r o s t e t r á m e r o s . L a s especies p e r t e n e c i e n t e s á esta f a m i l i a , e n s u s d i f e r e n t e s e s t a dos, se n u t r e n d e la p a r t e l e ñ o s a d e l o s v e g e t a l e s , o c a s i o n a n d o perjuicios e n todo el a r b o l a d o , e s p e c i a l m e n t e e n l o s b o s q u e s , s o b r e t o d o e n las coniferas. Z. Z E U Z E R A . — G é n e r o de lepidópteros, c u yas larvas, todas lignívoras causan m u c h o d e s t r o z o e n los á r b o l e s . X. X I L Ó F A G O S . — F a m i l i a d e insectos p e r - LISTA BIBLIOFRÁFICA. Los autores que h e m o s consultado p a r a escribir esta m e m o r i a y á quienes enviamos la expresión de nuestro reconocimiento son los siguientes: MONOGRAFÍAS. Almenas (Conde de las).—La Filoxera. Escosura y Deleitio, ingenieros.—Descripción, vida y costumbres de la Filoxera. Fatio.'—Etat de la question filloxerique en Europpe. Graells.—Prontuario filoxérico. Miret.—Estudios sobre la filoxera vastatrix. OBRAS DE CIENCIAS AUXILIARES. Arce y Ayuso.—Agricultura. Courreau.—Les insectes invisibles. Gasparin.—Cours d'Agriculture. Moll et Gayot.—Encyclopédie practique de V agriculteur. Monlau.—Historia natural. Pouchet.—Histoire naturelle du règne animal. Rozier.—Cours complet d'Agriculture teorique et practique.