Arganda del Rey: Apuntes para su Historia

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Il
LA PREHISTORIA
Por juego y contraste cronológico, la última noticia que este libro registra, y que es del verano pasado, nos remonta a la «friolera» de casi doscientos mil años.
Es un hallazgo en la gravera de Aridos, S. A., sita en el kilómetro dos y
medio de la carretera de Arganda a Chinchón, donde de julio a septiembre
de 1976 se ha practicado la excavación de dos yacimientos paleoliticos del
periodo achelense.
Pero, por si alguien se pregunta qué es exactamente Prehistoria,
paleolitico y achelense, dejaremos a los gozosos y beneméritos excavadores y
trataremos de explicarnos.
ELEMENTALES DIVISIONES DE LA PREHISTORIA
Prehistoria es la época de la existencia de seres humanos anteriores a la
invención de la escritura. El tiempo prehistórico es infinitamente más largo
que el histórico, con la diferencia que va desde millones de años de escaso y
lento cambio a los seis o siete mil últimos años, de más acelerado progreso.
La Prehistoria, para cumplir sus fines prácticos, tiene un método
cientifico, la Arqueologia.
Los arqueólogos han dividido la larguisima Prehistoria en Edad de Piedra
y Edad de los Metales. Y la Edad de Piedra, a su vez, en «Piedra-vieja», que
eso significa Paleolitico, y «Piedra-nueva», o más perfeccionada, que es Periodo Neolitico.
Pero si el lector no experto quiere más claridad en tanta lejanía, le diremos que el Periodo Paleolitico se extiende desde los primeros restos conocidos de hordas o grupos a cuyos individuos pueda aplicárseles la categoria de
hombres hasta el feliz tiempo en que la agricultura y la ganaderia permitieron
a los humanos producir alimentos.
Se comprenderá enseguida que, manejando tal cantidad de años, son sólo
aproximadas las fechas que los sabios han dado para dividir el Periodo
Paleolitico en Paleolitico Inferior (600.00 a 125.000 años antes de Cristo),
Paleolitico Medio o Musteriense (125.000 a 40.000) y Paleolitico Superior
(del 40.000 hasta el 8.000 a.C.), tiempo este último en que aparece predominantemente el «horno sapiens», que ya no se diferencia del hombre actual.
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NUESTRA PREHISTORIA PENINSULAR Y COMARCAL
Todavía para aquilatar más los hallazgos de nuestros milenaríos abuelos
que, como nómadas, habitaron la Peninsula Ibérica, los investigadores dividieron los cuatrocientos y pico mil años de Paleolítico Inferior en tres etapas
principales: la antiquísima cultura «Pebble» o de los guijarros tallados, la
etapa abbevilliense y la achelense l.
De esta etapa que se inicia unos 400.000 años a.C. y acaba en los 90.000,
hay abundantes yacimientos líticos en las terrazas ribereñas al Manzanares,
Henares y Jarama,
La industria del hombre del achelense medio está representada:
En Villaverde Bajo, con hachas pequeñas y esbeltas de forma oval y almendrada.
La del hombre del achelense más cercano apareció en Orcasitas, Carretera de Andalucia, etc., con otras hachas de poco grosor, dos caras y formas
triangulares. Y, por último, como muestras del achelense final, aparecieron
puntas pedreras de perfecta talla y lascas en las que, industrioso, logró el
hombre planos para golpear.
Mas no solamente Madrid será rico en viejas piedras; las estaciones descubiertas en su área se multíplícan. Puede decirse que los tres ríos citados
bordean un vasto yacimiento, algunas de cuyas veinte capas superpuestas de
sucesivas industrias fueron sistematizadas por Obermeier, Pérez de Barradas
y Wernert, con posteriores modificaciones añadidas por H. Breuil.
Arganda, Uceda, Algete, Paracuellos del Jarama, S. Fernando de Henares, Alcobendas, Getafe, Pinto, las canteras de Vallecas, el tejar del Portazgo, S. Martín de la Vega, Aranjuez y otros tantos son nombres comarcanos
para el elenco de casi un centenar de hallazgos y estaciones paleolíticas, las
más numerosas, en conjunto, de toda la Peninsula.
NUESTROS HALLAZGOS DEL ACHELENSE MEDIO: 200.000 AÑOS
Ya en los primeros años de estos setenta que ahora acaban se había
localizado 2 en Arganda un zona, amplíada en 125 m-, en la que podía apreciarse este muestrario achelense: restos de elefante y ciervo troceados por el
hombre, cuyo instrumental lítico permanecia en el mismo lugar de la caza y
carnicería.
Cuando se hacia su estudio, ya en el verano de 1976, se localízaban cráneo y colmillos de otro elefante joven, de la aparíción de cuyo esqueleto, al
golpe de máquina excavadora, avisaba la Empresa Gravera al equipo. Este
trazaba una segunda zona de estudio, menor que la anterior -12 m2- y se
aprestaba al minucioso examen.
Aquel elefante joven, aprisionado aqui doscientos mil años y al que el
buen humor de los investigadores denominó «Miguelito», entraba con todo
derecho como primer viviente «argandeñr» en nuestra Prehistoria.
Dijimos que el elefante prímero, el de la zona mayor, estaba troceado,
pero éste estaba en posición horízontal y era de notarse que en España nunca
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en tal posición se había hallado esqueleto completo elefantino alguno. Las
apófisis de algunas vértebras las habia cortado la máquina, pero habia dejado a flor de tierra espínazo, omoplatos, esternón y un húmero. Lo demás, asi
como la industria litica adyacente, con que el hombre aprovechó su captura,
sería exhumado y recogido: todo un impar hallazgo.
El Profesor Santonja declaraba: «Seguramente habrá más ejemplares.
Esta zona debía ser bien conocida por el hombre primitivo». La imaginación
casi lo ve ojeando y conduciendo hasta las ciénagas jarameñas a las piezas
que se hundían y trababan en el lodo. [Qué lejos han quedado los aullidos de
las fieras atrapadas y hasta el son de las posibles danzas de los cazadores por
el gozo feroz de muerte con festin!
De Mejorada del Campo a Perales del Río, en el curso cambiante del Jarama, hay sin duda, aguantando por milenios sus huesos la opresión de arenas y arcillas, muchos restos similares al del joven elefante del verano pasado.
Gasas y algodón limpiaron y envolvieron sus huesos, luego vendria su
consolidación y ensambles para la instalación en el Museo, donde esperamos
que junto al solemne nombre de «Paleoloxodon Antiquus» y a la imponente
edad, 200.000 años, figuren dos nombres familiares, Arganda y Miguelito, y
precisamente la fecha en que escribo este capitulo, 1976.
¿Qué otros animales convivieron con aquellas hordas trashumantes? Hipopótamos, rinocerontes y caballos salvajes, que nos sugieren una fauna de
clima cálido. Los naturalistas en el hallazgo del primer elefante, el troceado,
hablan de «una importante densidad de restos de animales pequeños, al parecer también cazados por el hombre» 3. Y citan peces, anfibios, reptiles,
aves, insectivoros, quirópteros, lagomorfos, roedores y el fragmento de
cachorro de un cánido.
DESDE EL ACHELENSE AL SOLUTRENSE JARAMEÑOS
Pensamos con desbordada imaginación lo interesante que hoy resultaría
«in situ», en las orillas jarameñas, un imposible encuentro con los cazadores
de «Miguelito». ¿Qué y cómo hablarian? ¿Cuánto y cómo vivían? ¿Cómo
gozaban y sufrian? ¿Qué creencias tenían? De su figura, si la datación del
hallazgo se mantiene definitivamente en los doscientos mil años, podemos advertir que hoy nos dejaria pasmados, al verlos andar en ese anacrónico paseo
por las Emisoras o el Puente de Arganda; eran hombres pre-neanderthales,
esto es, de dientes muy voluminosos, frente algo abombada y cráneos adultos de una capacidad de 1.070 ce. y huesos finos 4.
Pero, en el silencio y la oscuridad, los miles de años de las sucesivas estaciones del «túnel del tiempo» nos fraccionan el largo trayecto:
1) Achelense, 2) Mustero-Levalloisiense, 3) Auriñaco-Perigordiense y 4)
Solutrense.
En esta estación nos apeamos, porque son algunos y notables los recuerdos solutrenses argandeños. Ya son algo modernos; del diecinueve al trece
mil a.C. Han pasado desde la aventura de nuestro elefante joven, que pagó
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cara su inexperiencia, 180.000 años. Y conste que anteriores o posteriores al
solutrense hay también restos en nuestro rincón prehistórico. Sin embargo
esta «temporada» de seis mil años solutrenses dio en la Arganda de hace sólo
noventa sorprendentes muestras líticas. La cosa fue en 1891, esta vez año
«post Christum», para no confundirnos.
EL MEDICO DONANTE «DON SON!>,DE LEaN
Diez años llevaban los arqueólogos Ignacio Martin Esperanza y el
alcalaíno Manuel Laredo estudiando las cuevas de Perales de Tajuña,
En roca de yeso cristalízado que remata uno de los contrafuertes que salen de la gran meseta levantada en la era terciaria entre el Jarama y el Tajuña, aparecían en el vecino Perales hasta 60 cuevas, en cinco y aun seis órdenes
de pisos, con algunas puertas trapezoidales, con umbral más ancho que dintel. Laredo había encontrado en las más altas e inaccesibles variados objetos,
como hachas de piedra, trozos de vasos, alguno con esmalte verde (arábigo),
habichuelas, nueces, tiras de cuero, etc.
El comentario y curiosidad llevaron a maestro, cura y médico de Arganda
a iniciar en Valdocarros, en cuyas inmediaciones había cuevas semejables,
una primera exploración.
Era el maestro D. Alfonso Benito Alfara, que en tantas ocasiones es citado en este líbro; el Párroco D. Mariano Parejo, «muy aficionado al campo»,
y el Médico; D. Bonifacio de León, propietario del terreno explorable y
hombre culto y tan popular, que algún confianzudo paciente, al verse tratado y curado con la prescripción de múltiple hidroterapia o tomas líquidas, le
habia «confirmado» con el sobrenombre de «D. Liquido»,
D. Bonifacio regaló a la Real Academia de la Historia una notable colección de cuchillos de pedernal y una punta de lanza de calcedonia, todas
piezas del paleolítico superior.
Los académicos nos lo cuentan así.
CazuelaCampaniforme (Museo Arqueológico Nacional) ~ Madrid.
Lanza lltica (150 mm.).
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UNA DOCENA DE CUCHILLOS Y UNA PUNTA DE LANZA LITlCOS
El resultado de las primeras búsquedas no se hizo esperar: en la viña de la
margen occidental o derecha del antiguo cauce del Jarama y la oriental o izquierda del moderno aparecieron lanza y cuchillos 5.
Los objetos -aventuraba el trío excavador- bien pudieron haberse
desprendido de la ladera del cerro y ser acarreados y depositados allí donde
afloraban, a orilla de la madre antigua del Rio.
La Real Academia agradeció el donativo y el arqueólogo Dr. Juan Vilanova le dedicó largo estudio del que nosotros resumimos estos puntos:
a) «Convendría que la Real Academia manifestara al generoso donante
cuánto debe evitarse que manos inexpertas profanen aquellos antros
y zonas hasta que el tiempo nos permita hacer una excavación en
regla.» .
b) El hallazgo y. donativo es de doce cuchillos de pedernal, en los que
concurren especiales circunstancias, y una punta de lanza, algo rota
en la extremidad inferior, sin duda -según presume Vilanova- como accidente, al tiempo de extraerla. Esta punta es de calcedonia y
se halla perfectamente labrada.
e) Compara los hallazgos con los de la estudiada estación de S. Isidro,
de Madrid, y los data hacia la mitad del Paleolítico superior.
d) Los cuchillos son todos, con ligeras diferencias, de un mismo tamaño: unos 90 mm. de largo por 16 de ancho.
e) La docena puede ser dividida en tres grupos de a cuatro ejemplares:
e-I) grupo de dos chaflanes en la cara convexa y que llevan bien clara
la huella del golpe seco que los formó. Su bulbo de percusión está en
la extremidad superíor de la cara cóncava; e-2) grupo de tres chaflanes y el bulbo, pero terminan en punta recta en el extremo opuesto;
e-3) los cuatro últimos están cortados al bies, como algunos de los de
Jumilla.
f) Pero, con ser curiosa esta docena de testimonios pétreos, cede en
importancia a la lanza en forma de hoja de laurel, por pertenecer esta
característica de uno de los periodos de la clasificación arqueológica
de M. Gabriel de Mortillet, la llamada Solutrense, de la estación de
Solutré, en Macon, Francia, explorada y descrita por los señores
Ferry, Arcelin, Ducros y otros.
g) La laureata lanza argadeña es la prímera que se descubre en España.
Lo fino y delicado del trabajo en los bordes, en ambas extremidades y hasta en las dos caras, demuestra la habilidad del tallista que
no dísponía para tan reducidas dimensiones más que de otra piedra o
algún hueso. Ocupa para Vilanova un lugar intermedio entre las famosas lanzas del escondrijo de Volgus que dice haber visto en 1876
en el museo de Chalons del Saona, las cuales miden 400 mm de largo
por 80 de ancho, y las lanzas del mismo Solutré, de Exideuil, Gargas
y otros puntos que sólo alcanzan 134 mm y alguna, 144, con la
correspondiente anchura. La argandeña llega a 150 mm de larga, por
40 de ancha y 2 ó 3 de grosor.
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h)
Concluye afirmando que hasta ahora se habían encontrado en Bélgica, Francia, Italia e Inglaterra y que es de admirar que en puntos tan
distantes y en tíempos en que la comunicación, si se daba, era forzosamente lentísíma, también la lanza argandeña venga a ser otro exponente de la técnica solutrense superior 6.
LA EXCAVACION DE VALDOCARROS EN EL AÑO 1891
La Real Academia de la Historia, en respuesta al obsequio, envió a Arganda una expedición que estudiara Valdocarros y su entorno. La dirigió D.
Romualdo Moro, la acompañó el maestro B. Alfaro y la realizaron cuidadosamente los peones Pedro y Fernando Herranz.
Los días 29 y 30 de diciembre recorre la expedición seís kilómetros de riberas, desde el Puente de Argada hasta enfrente de Velilla. Ve y anota
derrumbadas cavernas que Moro supone viviendas humanas, pero, por su situación en el centro del tajo vertical de la montaña, resulta inaccesible una
importante hoquedad, dentro de la granja del Piul. En el actual suelo no se
hallan, pese a buscarlos, rastros ni vestigios valorables.
Amanecido el último día del año y con 18 hombres, la expedición se sitúa
en Valdocarros, surca la viña de Pedro Sanz y aprecian y anotan resto de edificios y cerámica de variados tipos y épocas.
El2 de enero de 1892 -día en que precisamente se cumplia el cuarto centenario de la toma de Granada por los Reyes Católicos- se desarrollan, ahora en la viña de Manuel Sanz, unas calicatas y se delimita un campo funerario
de unos 2.000 m', en cuya superficie recogen cerámica ordinaria y numerosos restos de silex. «Este campo -dice Moro- por su estilo sepulcral asegura la existencia de un pueblo romano de los siglos I-Il de nuestra era».
Remueven grandes y rústicos bloques, de una sepultura en otra. En una
principal hallan dos vasijitas, que remiten a la Academia, y un cuerpo humano y una tierra negra y suelta, efecto de la consumación de otro cuerpo.
Tenía la doble fosa unas losas, de 1,90 por un metro y un grosor de 0,70 cm.,
colocadas en tres lineas paralelas, así en la cabeza como en los pies y clavadas
de punta.
En otra fosa encuentran restos de un hombre y con él varios clavos de
hierro, algunos con la cabeza doblada y residuos de haber estado clavados en
madera. Este enterramiento estaba cubierto con una gruesa y bien cortada
losa de 2,28 por un metro.
«Entre los enterramientos y en el macizo de una pared estaba tendida un
ara votiva de piedra de asperón y tirado al acaso, el capitel de piedra de espejuelo que adjunto a esta mernoria.» 7
Siguieron los días y las exploraciones.
En otras tres fincas colindantes con las viñas citadas la cerámica hallada
es más fina y abundante. Las tierras negras y sueltas denotan que aquél fue el
suelo de los vivos, el poblado. Las monedas y algunas piedras de mosaico
que surgen a flor de tierra, más algunos otros objetos de uso casero, justifican que aquellas ricas riberas fueron elegidas por habitación de conquistado49
res (?). «Estimo -dice Moro- que aquel poblado pudo ser arrebatado por
fuerte inundación. Y para que esta sospecha tenga refuerzo bastará acercarse
a la parte baja de la finca de D. Enrique Caderecha, donde, sobre el banco
que dejó el río, está roto un pavimento romano de cemento. En toda aquella
ladera el firme se encuentra a medio metro, mientras que, subiendo al otro
lado del sendero, se encuentran objetos, a metro y medio, por estar amparada esta parte por un banco diluvial.»
Romualdo Moro confirma que de este paraje son los cuchillos y lanza donados por el Sr. de León y dice que las fuertes heladas de aquel Enero, que
ponen en peligro las cepas escarbadas, aconsejan dar por terminada la
exploración '.
DOS MIL ANTES DE CRISTO: NUESTRO VASO CAMPANIFORME
En nuestro veloz viaje imaginativo llegamos al periodo neolitico.
«En el centro de la Península son escasos los elementos, a partir de los
cuales pueda trazarse el cuadro de unas culturas neoliticas primitivas.»
Esto dice el Prof. Vigil.
Su suceden culturas o centros de atención para cada etapa, se amplia el
número de habitantes peninsulares, mucho nomadismo se trueca en sedentario, los diversos metales van haciendo su aparición.
y se produce una «moda» europea: el abundantísimo vaso campaniforme. Esta cerámica, tantas veces de uso sepulcral, ha sido hallada también en
esta zona. Es más, Bosch Gimpera y Alberto del Castillo, apoyados en la
teoria de K. H. Schmidt, que fue el primero que asignó a tan extendidas
piezas un origen ibérico, corroboraron luego que el vaso acampanado salió
del centro peninsular, de la zona del Tajo y sus afluentes altos; que habia tenido precedentes penibéticos y que Ciempozuelos con su necrópolis y esta
comarca con ella fueron origen del tan traido y llevado vaso campaniforme.
Reproducimos dos ejemplares, vaso (12 cm. altura) y cazuela, conservados en Madrid, procedentes de Ciempozuelos, para que represeten con sus
lineas e incisiones decorativas el gusto de los que vivieron en este rincón hace
cuatro mil años.
Tal vez aquí se inserte la influencia levantina y se anudó con la bética y
lusitana. Acaso los vasos del grupo toledano pasaron, cargados a lomos de
viejísimo borriquillo a la meseta superior y a los pasos montañosos sorianos
de Somaén, en la cordillera Ibérica.
EL AVANCE CEL rico HACIA EL CENTRO DE LA PENINSULA
Seguimos camino adelante. Siguen las divisiones o periodos, según la
Historia se va acercando a su centro Cristo, «el Rey de los siglos, inmortal e
invisible» 9.
50
Schumacher para quemar etapas propone en Maguncia este esquema: la
cultura europea de Hallstatt se dividirá asi:
Hallstatt A (modernos campos de urnas) = 1.000 a 800 a. C.
B (cultura Gündlingen) = 800 a 700 a. C.
C (cultura Salen-Koberstadt) = 700 a 600.
D (fase final hallstática) = 600 a 500.
Pérez de Barradas, refiriéndose a nuestra zona, dice que, aunque las
fechas que se proponen son imprecisas, los motivos de los Hallstatt B a D se
emplean en los hallazgos de cerámica excisa, a veces negruzca y donde se repite la técnica «de punto-raya», llamada también «de boquique», Y circunscribe esta cerámica hallstática en el valle del Jarama, cerro alcalaino de El Viso, vega de Aranjuez y, ya en Toledo, un pueblo, Azaña, precisando que,
pasado el Tajo, no vuelve a darse hasta Almería o Huelva 10.
Martin Almagro, mirando también nuestra zona, contempla el lento
avance céltico (hallstático) hacia el Tajo alto y medio, que aprovecha cuevas
y riberas fluviales, hasta que, pasado el siglo 1II antes de c., levantan pobladoso citanias donde asentarse y que darán materia descriptiva a los historiadores y geógrafos romanos 11.
Esta afirmación nos plantea una pregunta: el origen de la gente de esta
zona, ¿es ibero o celta? La respuesta es celtíbero, pero con matizaciones.
Estas nos arrastran a un resbaladizo campo: el de la toponimia o
nombres geográficos comarcanos y a una pregunta ¿de dónde viene y qué
quiere decir Arganda?
TOPONIMIA VIEJISIMA DE LA COMARCA
Sabemos que en los Hallstatt A y B., o sea, del mil al setecientos antes de
Cristo, con más o menos contemporaneidad a las colonizaciones púnicas y
griegas de nuestra costa mediterránea, entran por las vías pirenaicas los celtas.
Luego, desde el valle del Ebro penetran en ambas mesetas y otras regiones, cuya población crece, al producirse la natural mezcla con estratos de
pueblos anteriores, cuya fonética parece haber pervivido en la toponimia o
nombres geográficos de la comarca.
Pueblos primitivos que son hoy bastante desconocidos: ligures o
ligustinos 12, ambrones, ilíricos, etc., a cuyos no muy numerosos grupos no
faltaría cierta conexión etnográfica con los iberos, aquellos «primeros pobladores» que, dibujados de feroz aspecto, recordamos ilustraban nuestros
libros infantiles de Historia de España.
Menéndez Pelayo dice: «Admiro la erudición y agudeza de los que a estas
lucubraciones de los indígenas ibéricos se dedican, el partido que a los datos
etimológicos sacan y la habilidad con que compaginan todo. Pero es deleznable el apoyo en una filología aventurera» 13.
Mas, al margen de la prevención de D. Marcelino, Menéndez Pidal, Gómez Moreno, Bertoldi, Fouché, Boisjoislin y otros han avanzado en
filologia.
51
y hoy, cuando decimos Carabaña o Carabanchel, estamos usando el prefijo «Carab», nada menos que de origen ilírico; al nombrar Orusco, estamos
lejos de sospechar que «uscc» es un claro sufijo ambrón; Ambite parece
arrancar del vocablo ligur «Amd-bit: que según Górnez Moreno, significa
«luchador ciego»; para Hubert es céltica la palabra Velila, que nos sugiere la
cercana Velilla, y hay que rastrear a unos antiquísimos cilenos o chileros que
se extenderían por donde hoy quedan viejos y abundantes nombres de lugar
que mantienen la silaba che o chi: Loeches, Chiloeches, Horche, Escariche,
Henche, Berninches, Vilches, Varcila o Varchila, Vacial (madrid); Valdilecha, etc.
LA PALABRA ARGANDA SIGNIFICA «EXTREMA-DURA»
Estudió D. Ramón Menéndez Pidal 'la abundancia de la voz «Ganda o
anda» en la toponimia hispana; la supone de substrato ligur o ambrón, recogida por los célticos. De éstos es el prefijo «Ar» que dice significa «cosa
extrema, extremidad». El vocablo «ganda» significa a su vez, «dura o
pétrea» y «alta», refiriéndose a tierra y en contraposición con «gora», que es
tanto como «blanda» y «baja».
Según, pues, el ilustre filólogo, Arganda etimológicamente es «tierra
extrema, dura y alta». Comparada la tierra baja y aluvial del Jarama y su
ámplio cauce con los cerrillos calizos donde se asentó la actual población es
bastante lógica la etimologia y Arganda es verdaderamente «ganda», Lo de
«Ar» o extrema habría que preguntarse respecto a qué punto lo pueda ser y
nos quedaríamos en conjeturas.
«Argán, argant o argent» -afirman otros- quiere decir plata y de este
vocablo hispano tomaron los latinos su «argenturm y aquel rey poderoso de
Tartesos que se llamó Argantonio su nombre, nombre que venia a significar
«hombre plateado o de plata», cuando habla de su riqueza la historia del
siglo VI antes de Cristo.
«Argan» -tercian los botánicos- es una planta perenne, la «argania sideroxylon», de origen marroquí y extendida por todo el norte africano, de
cuya nuez se extrae un aceite comestible, parecido al de oliva. El argán figuró
en el escudo que España dio a Sidi-Ifni,
Pero, «Piedra», «Plata» o «Planta», ¿es que existía antes de Cristo el
pueblo de Arganda?
EL «ARG», EL «ANDA» Y LOS CUARENTA PUEBLOS HERMANOS
Con el prefijo «ar» o «arg» empíezan su nombre una veintena de pueblos
españoles y con el sufijo «anda» lo terminan otros tantos, todos actuales: las
Argamasillas (de Alba y de Calatrava) y Argamasón en la Mancha; Argás,
Argala y Argemil, en Galicia; Argañin y Argayo, en León; tres se llaman Arganza, en León, Soria y Oviedo, respectivamente; hay un Argandoña junto a
Vitoria; un Argavieso en Huesca; un Argallón en Córdoba; Argelita de Se52
gorbe y Argecilla de la Alcarria; y, más aproximadas al «argentum = plata»
del latín ibérico, van Argente en Teruel, Argentona en Barcelona y otros dos
lugares catalanes que se denominan Argentera.
La misma curiosidad que nos llevó a los «hermanos» pueblos por prefijo
nos hizo confeccionar la lista de los hermanados por sufijo, los 22 terminados en «anda». Contamos seis Mirandas (dos asturianas, dos salmantinas,
una navarra y la del Ebro); Abizanda y Calanda en Aragón; Anda, Bujanda
y Lermanda, que son aldeas alavesas; Canda, Candas y Milmanda, que son
parroquias orensanas; las asturianas Villanda, Granda de Siero y Granda de
Gijón; Barranda, en Murcia; las dos Arandas (de Moncayo y de Duero) y las
dos Peñarandas (de Duero y de Bracamonte).
Hay, pues, más o menos emparentadas fonéticamente con Arganda, más
de cuarenta localidades españolas.
.
No obstante sabemos que en numerosos casos las raíces han sufrido variantes múltiples desde los oscuros tiempos en que alguien, señalando
nuestra áspera tierra, dijo, en señal acaso de posesión: «Arganda».
URIAGANDA y LOS DE ARGOS. PRESUNCIONES DIECIOCHESCAS
Los argandeños del siglo XVI en sus «relaciones al Rey», mandadas hacer
por Felipe II y a las que dedicaremos su capítulo, contestan a la primera pregunta con tanta llaneza como rapidez: «¿que por qué se llama Arganda? .
-No lo sabemos-o ¿Que cuándo o por quién se fundó? -Es lugar muy antiguo, pero tampoco se sabe fundación ni fundador,» 14 Y ya en la respuesta
veintiuna deslizan este aserto: «Es Arganda lugar abundoso de aguas
buenas».
Los argandeños posteriores, sobre todo los estudiantes y universitarios de
Alcalá y el grupo salmantino del siglo XVIlI, a los que también se les dedicará
su página, no se contentaron con la primera seca respuesta y, aprovechando
corrientes de inquietud histórica, elaboraron la tesis de que, si Alcalá, la antigua Complutum o Koméplutos y la misma Carpetania eran fundación y
recibian nombres griegos, Arganda vendría de Argos, clarísima ciudad dórica, centro de la civilización micénica. El bello mito de Argos, el gigante poseedor de cien ojos, era aplicado al argandeño y vigilante obispo de Salamanca
Sancho Granado, del que se decia que de su diócesis «todo lo veía y sabia» y
en documento oficial, tan poco apropiado para sentar tesis históricas endebles, como las «Cédulas de los pueblos del reino de Toledo ... para las averiguaciones de la única contribución», se pondrá junto al nombre de Arganda, la nota de que era pueblo conocido como fundación de griegos y éstos
podían haberle puesto nombre de Argos 15.
Por si estos supuestos y gloriosos antepasados eran poco, se aludia a que
Abrahán Ortelio identificaba Arganda con la celtibérica Uriaganda (país o
terreno de las aguas), sin más cita a fuentes históricas más seguras.
Muchas hemos removido en la búsqueda de Uriganda o Uriaganda, pero
sin salirnos del símil de las aguas, se enturbian éstas, al aparecer nombres tan
desacreditados en historiografia como Beroso y Lucio Flavio Dextro. El últi53
Mapa n.v
54
j
mo fue un engendro de Jerónimo Román de la Higuera, jesuita toledano del
siglo XVI tal vez relacionado con Arganda, al que desenmascaró hábilmente
el sabio Obispo de Segorbe D. Juan Bautista Pérez, en el escandalillo de unos
falsos cronicones amañados y falsificados.
En la Biblioteca Nacional, sección de manuscritos 16 hemos leido el de los
«Anales Complutenses». Data de 1652 y es decidido partidario de la fundación griega de Alcalá por isleños de Zacynto, troyanos y focenses. Y que las
ciudades carpetanas ellos las formaron y dieron nombre y añade haberlo
leído en Beroso,
Alderete en su «Origen de la Lengua Castellana», sostenía que Carpetania venía de «carpos», que en griego es «fruto», pero refutan muchos una derivación forzada.
y la doble pregunta que nos hacemos es ¿penetraron los griegos tanto en
la Península como para fundar Komé-plutos (Lugar-Rico) que luego fue
Complutum y ahora es Alcalá de Henares o más bien, como Argos o Uriganda son ganas de entroncar con ilustres antepasados?
Acabando el siglo XVIII, en su «Resumen sobre Arganda» que para una
Geografía General se le ha pedido, el Cura Párroco Doctor Irigoyen, dice intencionadamente: «sobre los pueblos se escriben relaciones sin compulsar su
verdad, sino imbuidas de prejuicios»... y así salen ellas, viene a decir. Y afiade: «Buscan y alaban otros toda antigüedad, como si no hubiera antigüedades perjudiciales al pueblo.» Y, aunque habla bellamente de fuentes yaguas,
desdeña las presunciones de haber sido Arganda Uriganda y ni cita las de los
fundadores argivos del Peloponeso 16.
Y, como habíamos quedado en que éramos celtiberos, pero con matizaciones, y ya hay historiadores que de ello nos vienen a hablar en griego y en
latín, vamos a escuchar sus lejanas narraciones.
NOTAS
I
Con la natural simplificación parauna lectura que pretende ser divulgadora, estamos siguiendo la
obra«Edad Antigua», «Historia de España», Alfaguara 1, Madrid, 1975, de nuestro compañero y amigo
de la niñez.el Prof. VigilPascual.
Z Segúnreferencia de la prensa madrileña (ABe, Informaciones, etc.), componían el equipolos paleontólogos Nieves López y Feo. de Borja Sanchiz; geólogosAlfredo Pérez y Margarita Diaz; restauradofa Maria Sanz y prehistoriadores Angeles Queral y Manuel Santonja, que fueel que respondió a lasentrevistas.
En 1980,el e.s.J.c. yla Diputación Provincial hanpublicado un volumen (Artes Gráficas Gaez, Arganda) sobreesteinteresantisimo tema,del queson autores los miembros de dichoequipo.
3 Boletin de la Asociación Española de Amigos de la Arqueología. Madrid, 1976; n." 6, pág. 53.
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Atentos a las caracteristicas del cráneo de Steinheim, cronologlzando alrededor de la glaciación
Riss,estamos en simples conjeturas del tipo hispano de esta facies achelense.
s La viña pasó al poco tiempo a ser propiedad de D. Juan Calleja.
6 Boletín RAH, tomo XIX, 1892, págs. 513-516.
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mente.
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Nada aclara sobre inscripciones. De las monedas halladas en esta ocasión se hablara posteriorBoletín RAH., lomo XX, 1892, pago sz ss.
S. Pablo,I carta a Timoteo, 1, J7.
«Nuevos estudios de prehistoria madrileña», en Anuario de idem, IV·VI, 1933·35, pago 37 y ss.
«Historia de España, bajo dirección de Menéndez Pidal», tomo 1, vol. 11,pago 213.
El griego Eratóstenes (s. III a. de C.), siguiendo al historiador Hesíodo, llama a España Ligustlnc
o Ligustiké.
«Historia de los heterodoxos españolesu.forno VIII, cap. 11.
Cf., pago 62.
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Ms. RAHistoria, signo 9/6340, año 1770.
16 Ms. BN. 7899, encuadernado en pergamino en 4. D, 1312 hojas (numeradas recientemente a lapicero) con unos índices formados por Fr. Pedro de Quintanilla y Mendoza, OFM., alcalaíno, agente en Rema de la causa de beatificación de Clsneros, en el siglo XVII.
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cr., pago 336.
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