EDITORIAL 13 DE POLÍTICA Y COSAS PEORES CATÓN Plaza de almas En aquel tiempo la vida tenía tiempo para vivir la vida. Ahora no. Anda a las carreras, como andamos todos, y ya no puede hacer lo que hacía antes. Ir al cine, por ejemplo. Eso explica por qué en nuestros días han dejado de suceder cosas como las que sucedían en las películas. La vida veía esas películas y luego las copiaba. Actualmente es el cine el que copia a la vida, y no al revés. En los años que digo -los mediados del pasado siglo- era la vida la que imitaba al cine. Todas las madres eran lloronas de tres turnos -lloraban hasta en sueños-, como Sara García; todos los paterfamilias tenían la adustez y el ceño de don Fernando Soler. A nadie sorprenderá, por tanto, la historia de Luchita. Su vida parece el argumento de un film de Marga López. Luchita era una muchacha que no parecía muchacha. A los 20 años tenía la traza de una señora de 50, tanto en el talante como en la figura. Era seria, su diversión consistía en no divertirse. Huérfana de padre y madre, sola en el mundo -ahí empieza el parecido con Marga López-, tenía por única amiga a una que fue su compañera en el colegio. Amistad más extraña que la de ellas será difícil conce- bir. Lucha era iglesiera, en tanto que su amiga -no escribiré su nombre, a fin de proteger a los culpables- decía pestes de las monjas que las educaron y en las discusiones que sostenían sobre el tema sacaba a colación refranes que escandalizaban a Luchita, como aquel que dice: “Con los curas y los gatos, pocos tratos”. Desde luego no atribuiré a falta de religiosidad lo que le pasó a esa muchacha. Lo mismo les sucedió a otras jóvenes que eran de misa y comunión diarias. Quiero decir que a pesar de ser soltera la amiga de Luchita quedó embarazada. Al parecer la naturaleza no toma en cuenta actas ni oficialías para perpetuar la vida. Sin conmoverse por las lágrimas de doña Sara García -quiero decir la mamá de la muchacha-, don Fernando Soler -el papá, quiero decir- corrió a su hija de la casa, según uso de entonces, y la futura madre fue a refugiarse en la de Lucha. Ella la acogió con la mayor buena voluntad, y de su bolsa sufragó los gastos del embarazo y el consiguiente parto. Pasaron los meses. Un día -el niño tenía ya 2 años de edad- Luchita volvió a su casa del trabajo y encontró en la mesa de la cocina una carta en la cual su amiga le comunicaba que había encontrado a un hombre, y que se iba a ir con él. No podía llevarse al niño, de modo que se lo dejaba. “Espero que seas una buena madre para él, igual que has sido una buena amiga para mí”. Luchita -lo dijo en el confesonario al día siguiente- no sintió pena por la ausencia de su amiga, sino alegría grande por verse de pronto convertida en madre. Crió al pequeño como si EL MÁS ALLÁ fuera su hijo. Toda su vida se volcó en la de él. Pero un día -aquí sigue la película de Marga López- su madre regresó por el niño, que ese día llegaba a los 12 años. Tenía hecha su vida, le contó a Luchita; le iba bien y venía a recoger a su hijo. Tampoco aquí valieron las lágrimas de la madre que no era y del hijo que tampoco era. La amiga se lo llevó. No diré del sufrimiento de Luchita ni de la vida de tristeza y soledad que en adelante fue su vida. No se quejaba -¿de qué podía quejarse?- pero en adelante fue una sombra que vivía entre sombras. Y sin embargo la película que estoy contando tiene final feliz, a diferencia de lo que sucede en muchas vidas. O dicho, de otra manera, la vida que estoy contando tiene final feliz, a diferencia de lo que sucede en muchas películas. Pasó el tiempo, y otro día alguien llamó a la puerta de Luchita. Abrió a ella y vio al hijo -a su hijo- que ahora era mayor de edad. Le dijo él: “Ya volví, mamá”. No pondré aquí la consabida frase: “Y vivieron felices”. Nomás eso faltaba. Pero la verdad es que vivieron felices. Eso sucede en las películas, y sucede también en muchas vidas. Sea como haya sido nuestra vida todos diremos alguna vez lo mismo que dijo aquel muchacho. Unos estaremos muertos, otros estarán vivos, pero todo diremos algún día: “Ya volví, mamá”. Quizá también nuestra vida parece una película de Marga López. Quizá todas las vidas parecen una película. FIN. Licenciado en Derecho y en Lengua y Literatura españolas/cronista de Saltillo. JAQUE MATE SERGIO SARMIENTO Twitter: @SergioSarmiento Papeles sin papeles PLAN B LYDIA CACHO Twitter: @lydiacachosi Blog: www.lydiacacho.net Jóvenes violadores Una oleada de denuncias por violencia sexual contra niñas y adolescentes ha llamado la atención de los medios. El caso más notable es el de Dafne en Veracruz. Cuatro jóvenes apodados “Los porkis”, hijos de hombres vinculados a las elites locales, violaron a Dafne. Inicialmente la familia decidió no denunciar, seguros de que su hija pasaría un infierno de revictimización en el sistema judicial (no se equivocaron) pero los padres, por ignorancia, no buscaron a alguna organización civil especializada en atender a víctimas de violación para darles contención y llevar un proceso protegido. Lo que el padre hizo, con las pocas herramientas que los hombres tienen para enfrentar la violación de sus hijas, fue intentar una mediación imposible. Lo guió la desesperación, creyó, basándose en los códigos masculinos tradicionales, que los padres de los jóvenes violadores serían capaces de reparar la honra de su hija abusada reconociendo el delito y pidiendo perdón vía video. El honor y la honra son elementos históricamente presentes en los casos de violación, los padres sienten que ellos han sido traicionados por otros hombres, que “se metieron” con la chica equivocada. Como pudimos comprobar al ver los videos en que los muchachos reconocen haber cometido el delito, el padre de la víctima también fue victimizado por los familiares de los abusadores. Sus hijos dijeron que “no sabían lo que hacían” siguiendo un guión. No es de sorprender que el padre de Dafne no quedara satisfecho con este teatro de mediación y terminara por evidenciar lo que vivió como una traición a su propia honra. En un país sin justicia la venganza y el escarmiento se convierten en la salida de los poderosos y en el drama de las víctimas. La violencia sexual no es un acto erótico sino un ejercicio de poder violento que utiliza el cuerpo como instrumentos de imposición y sometimiento. La violación no se comete por casualidad, es un acto voluntario que requiere de planeación, estrategia y, como en este caso, el rapto de la víctima. Los violadores y las autoridades culpabilizan a la víctima, confunden el derecho de ellas a vestirse y actuar de cierta forma con una provocación que les exime de toda responsabilidad. La evidencia y los testigos demuestran que Dafne dice la verdad, pero la justicia le negó ese reconocimiento. La violación no es un atentado contra la honra de un padre, es un acto delictivo de violencia y control grave que, además, conlleva la humillación de la víctima a través de imágenes publicadas en redes sociales. Las familias de los agresores les han protegido con todo su poder, y por su cercanía al fiscal general Luis Ángel Bravo decidieron hacer una guerra sucia contra la familia de Dafne. Este caso revela el machismo recalcitrante que justifica la violación, la indefensión de las víctimas, la colusión de padres y servidores públicos y la ausencia de instituciones especializadas en atención a víctimas de violencia sexual. Esa atención de expertas hubiese ayudado a Dafne y a sus padres a enfrentar el delito desde el primer día, pues toda la familia debe comprender cómo enfrentar el problema de forma integral. Según ONU Mujeres cada 18 segundos una mujer es violada. Su hermana, su hija, usted, su prima, la vecina, alumna o madre. Tres mujeres por minuto viven violencia sexual.180 mujeres cada hora son violadas en alguna casa, calle, oficina; en una playa, en un auto. 4,320 hijas, hermanas, madres, niñas, abuelas son violadas diariamente. Treinta mil 240 mujeres cada semana sabrán lo que significa la violación. Ciento veinte mil 960 mujeres son violadas cada mes en su patria. Un millón 451,520 mujeres cada año comienzan la ruta de la supervivencia para aprender a vivir después de haber sido víctimas de violencia sexual. Si esos números no nos hacen entender que estamos frente a un sexismo criminal que exige justicia y educación contra el machismo abusivo, nada lo hará. Para pedir asesoría por violación contacte a la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas A.C http:// adivac.org/index.php Teléfonos: 5682 7969, 5547 8639. Lydia Cacho es periodista mexicana/experta en derechos humanos y política. Lo llaman los Panamá Papers, pero lo curioso es que no hay una sola hoja de papel. El escándalo surge de la filtración de 11.5 millones de documentos electrónicos de una firma de abogados de Panamá llamada Mossack Fonseca. La filtración es gigantesca, 2.7 terabytes de información, 150 veces más que los 1.7 gigabytes de WikiLeaks. Durante meses, o incluso años, estará saliendo información de investigadores o periodistas que examinen estos documentos electrónicos. Mucha de la cobertura de medios ha partido de la suposición que cualquiera en las listas es un criminal. Se les acusa de evasión fiscal o de “lavado” de dinero, pero no “Todo en el encuentro hasta el momento inmundo es formación que lo verdad si lo compruebe. La inventas con filtración parece incluir no sólo suficiente de clientes entusiasmo...”, datos sino de prospecJohn Le Carré, tos. Por eso estaEl sastre de mos escuchando Panamá. tantos desmentidos de personajes que dicen que nunca abrieron una empresa a través de Mossack Fonseca. Negarlo a pesar de haberlo hecho sería un suicidio, cuando todos saben que la información ha sido filtrada a medios de comunicación del mundo entero. Abrir una empresa o fideicomiso offshore no es un delito, ni siquiera si se hace en un paraíso fiscal, que no es otra cosa que un país con impuestos más bajos. Lo hacen cotidianamente miles de personas y sociedades en el mundo y por razones muy diversas. Mossack Fonseca no es, por otra parte, la única firma legal que lo hace. Cientos de despachos en decenas de países lo hacen de manera habitual. Las razones son las mismas que se utilizan para abrir empresas estadounidenses en el Estado de Delaware. Hay ventajas fiscales y hacerlo no es ilegal. La misma razón lleva a cientos de capitalinos a emplacar sus vehículos de lujo en Morelos en vez de la Ciudad de México. Es más barato, ya que no hay tenencia en Morelos, y no es ile- gal. Lo mismo ocurre con los barcos. Es más barato registrar un barco con actividad internacional en Panamá y es perfectamente legal. Los barcos pagan derechos de puerto y demás gravámenes en cada país, pero el abanderamiento se hace en Panamá o en Liberia. Por lo mismo, buena parte de las lanchas y yates de Estados Unidos, y también de México, tienen registro en Arizona, un Estado desértico sin costas. ¿Por qué? Porque es más barato y porque no viola ninguna ley. ¿Me estoy atreviendo a decir que no hay casos de evasión fiscal o de “lavado” de dinero en 11.5 millones de documentos de miles de firmas creadas por Mossack Fonseca? Supongo que sí, pero es probable que la mayoría cumplan con las leyes nacionales e internacionales. Si una persona ganó una cantidad de dinero en su país de origen y decide establecer una empresa o un fideicomiso offshore, tiene todo el derecho de hacerlo. Esto no lo convierte en delincuente. Me dicen, por otra parte, que el costo no es elevado. En los casos más sencillos la empresa se crea llenando un machote con un costo de unos 100 dólares. Sale más caro adquirir un pasaporte mexicano (que también puede usarse para delinquir). Las filtraciones van a destruir sin duda el negocio de Mossack Fonseca. Supongo que ése era el propósito real de la filtración, probablemente hecha por un ex empleado molesto. La firma ya no podrá atraer clientes y quebrará. Habrá también investigaciones en torno a muchos de los exhibidos. Supongo que los políticos tendrán dificultades para comprobar el origen del dinero, pero los empresarios simplemente deberán comprobar que pagaron los impuestos debidos en sus países de origen. Lo que no desaparecerá será el registro de empresas y fideicomisos offshore, por menos no mientras sean legales. Pero el costo al comercio y a las actividades económicas internacionales de prohibirlos sería enorme. NO SABEN La página de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México decía ayer que los taxis podrían circular todos los días de 5:00 a 10:00 de la mañana, pero ayer mismo el secretario de movilidad Héctor Serrano me dijo que no. A un día del endurecimiento del Hoy no Circula las autoridades aún no sabían qué reglas aplicar. Sergio Sarmiento es periodista y analista político/ comentarista de televisión. En Internet: www.sergiosarmiento.com Facebook: Sergio Sarmiento (oficial) MIRADOR ARMANDO FUENTES AGUIRRE Variación opus 33 sobre el tema de Don Juan. Se va la tarde con lentitud, como si no quisiera irse. Con lentitud se va la vida, como si quisiera seguir aquí. Aquí es el jardín de Don Juan. El seductor es ahora anciano, y camina entre los rosales que él mismo ha cultivado. En cada rosa le parece ver a una de las mujeres que se le entregaron y a las que se entregó. Esta rosa de púrpura lo hace evocar a aquella hembra apasionada que lo tomó cuando era casi niño y lo sacó de su lecho ya convertido en hombre. Esta rosa amarilla le trae a la memoria el romance otoñal que por algunos días le devolvió su juventud. Y esta rosa blanca. Ah, esta rosa blanca le recuerda al mismo tiempo el más grande amor de su vida y el más grande pecado de su vida. La tarde se ha ido ya. Y, lo sabe bien Don Juan, se ha ido ya la vida, Todo se ha ido -todo se va-, menos la memoria de los pasados goces. Eso no pasa. Se queda, como la vida que quiere seguir aquí. ¡Hasta mañana!