BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL ESTADO DE PUEBLA DERECHO ADMINISTRATIVO I EL ESTADO ALUMNOS: ENRIQUEZ RICARDEZ VIANY GUADALUPE RETA ARROYO ALEJANDRO CALDERON ALVARADO RICARDO CONCEPTO ESTADO La palabra Estado en términos jurídico – político se le debe a Maquiavelo, cuando introdujo esta palabra en su obra “El Príncipe”. Lo podemos definir como: La sociedad humana, asentada de manera permanente en el territorio que le corresponde, sujeta a un poder soberano que crea, define y aplica un orden jurídico que estructura la sociedad estatal para obtener el bien público temporal de sus componentes. De la definición anterior podemos extraer sus elementos: Pueblo, territorio, gobierno; y algunos autores manejan a la soberanía como elemento del estado. Ahora bien las características de un Estado Moderno son las siguientes: Cierta entidad territorial Establecimiento de un poder suficientemente fuerte. Creación de una infraestructura administrativa, financiera, militar y diplomática. Consolidación de una unidad económica FINES DEL ESTADO Definición de fines: Constituyen direcciones, metas, propósitos o tendencias de carácter general que se reconocen al Estado para su justificación y que consagran en su legislación El Estado, tiene como fines; en términos generales, la concreción de los fines propios del ser humano, con lo cual nos encontramos ante el denominado bien común; que referido a toda la población puede denominarse, bien público. Hariou (jurisconsulto francés), mencionaba que el bien público en el sentido de una abstracción, es el fin propio e irremplazable del Estado. Y es con la función de éste bien público que el Estado justifica sus actividades, determina sus atribuciones, así como la competencia material de los diferentes órganos del Estado, y en función de esa competencia se crearan los órganos administrativos. Podemos clasificarlos en: - Fines primarios: son aquellos que son imprescindibles del Estado; como la seguridad exterior y el orden interior. - Fines secundarios: como garantizar la libre empresa, satisfacer necesidades colectivas, y hegemonizar el grupo de poder. PERSONALIDAD DEL ESTADO. Dado que no es nuestro propósito tratar extensivamente el tema del Estado sino el de la Administración Pública, es suficiente saber que el Derecho Positivo Mexicano reconoce la personalidad del Estado, pues a éste y a otras entidades, la Constitución Política del los Estados Unidos Mexicanos les otorga personalidad jurídica con derechos y obligaciones. La Suprema Corte de Justicia de la Nación, máxima autoridad del Supremo Poder Judicial Federal, en el decurso de su historia ha reconocido que el Estado Mexicano tiene una doble personalidad. En su obra de Derecho Administrativo, Gabino Fraga afirma que el Estado ostenta una personalidad única y que cuando se habla de la personalidad del Poder Ejecutivo, del Legislativo o del Judicial, se trata de la misma personalidad del Estado, pero manifestada en forma diferente. Aunque la doctrina tradicional no reconoce que la Administración Pública Federal tenga personalidad jurídica, la realidad ha demostrado la necesidad de que actúe con esa personalidad. La Administración Pública es una persona jurídica que comprende muchos órganos con personalidad. En México se reconoce personalidad no sólo a las Secretarías de Estado, Departamentos Administrativos y demás dependencias de la Administración Pública centralizada, sino además, a las entidades de la Administración Pública paraestatal. LA ACTIVIDAD DEL ESTADO. La actividad del Estado se origina en el conjunto de operaciones, tareas y facultades para actuar –jurídicas, materiales y técnicas-, que le corresponden como persona jurídica de derecho público y que realiza por medio de los órganos que integran la Administración Pública, tanto federal como local y municipal. Las actividades jurídicas del Estado están encaminadas a la creación y cumplimiento de la ley, las actividades materiales son simplemente desplazamientos de la voluntad y las actividades técnicas son las acciones y aptitudes subordinadas a conocimientos técnicos, prácticos, instrumentales y científicos, necesarios para el ejercicio de una determinada actividad que capacitan al hombre para mejorar su bienestar. El Estado es un producto social, una obra humana que se integra a lo largo de un proceso histórico, pletórico de luchas sociales y de intensa transformación de los grupos. FINES DEL ESTADO. La actividad general del Estado, es lo que debe hacerse de acuerdo con el orden jurídico imperante en un país. El Estado es una obra colectiva y artificial, creada para ordenar y servir a la sociedad. Su existencia se justifica por los fines que históricamente se le viene asignando. El Estado existe para realizar esos fines y se mantendrá en tanto se le encomienden esas metas. Con su fuerza irresistible, no puede prescindir de lo que es el alma de la organización política, su principio vital, su motor interno: el fin. Es la finalidad del Estado. Es la idea objetiva de un bien superior, que no puedan realizar las comunidades menores, la que aglutina las voluntades de los miembros de la sociedad para constituirse en Estado. El Estado es el ordenamiento total, es un determinado territorio, y regulado por fines que son el resultado de un proceso histórico. La actividad del Estado, es decir, lo que el Estado debe hacer, se define por el conjunto de normas que crean órganos, fijan su funcionamiento y los fines que deben alcanzar. La exigencia lógica del Estado se precisa por los fines o propósitos que una sociedad organizada le ha venido señalando de acuerdo con su propia naturaleza. "El Estado, dice Maurice Hauriou, no tiene el monopolio de lo que es público, ni de utilidad pública, ni del bien público, ni de los servicios públicos, de tal suerte que el desarrollo de la vida pública no significa necesariamente el desarrollo de la administración del Estado. El Estado y el derecho son medios, organizaciones o instrumentos, hechos por los hombres y para los hombres. Para asegurar sus fines la sociedad crea o reconoce el poder del Estado y lo somete al derecho para hacerlo racional y lógico. El Estado no es un organismo dotado de alma. Porque no hay otro espíritu que el de los propios seres humanos, ni hay otra voluntad que la voluntad de ellos. El Estado puede definirse como una institución creadora de instituciones. CLASIFICACION DE LA ACTIVIDAD DEL ESTADO. Siguiendo el derrotero señalado por la doctrina, podemos mencionar las siguientes formas que asume la intervención estatal, en cumplimiento de las políticas económicas y políticas. a. Acción de ordenamiento. Alude al establecimiento del orden jurídico nacional, tanto federal como local. b. Acción de regulación. El Estado influye activamente en el mercado con diversos instrumentos financieros. c. Acción de sustitución. El Estado protagonista del proceso económico o sea una participación directa en organizaciones que producen bienes y servicios en el mercado. d. Acción de orientación y coordinación. Plan Nacional de Desarrollo y Planes particulares y específicos de actividad económica. El Estado Rector de la Economía Nacional. El Estado en su doble carácter de gobierno y administración concreta sus fines, cometidos o competencias en sus órganos jurídicos que forman una estructura especial. Las funciones del Estado y los poderes públicos que le corresponden, son potestades constitucionales que dividen, lógica y políticamente, la acción del Estado con fines democráticos y técnicos y evitan la concentración de la fuerza estatal en una personal o entidad. Dos aspectos del bien del Estado: 1. La existencia del Estado implica, a su vez, la defensa contra sus enemigos, que pueden existir en su interior o en el exterior. 2. La conservación del Estado supone el buen funcionamiento de su máquina administrativa, y supone, además, la existencia de una sana economía estatal. La acción del Estado puede tener por objeto: a. b. c. d. La reglamentación, la vigilancia y el control de la actividad privada; La ayuda a la iniciativa privada y a las empresas privadas de interés colectivo; La creación y la gestión de servicios públicos; y La administración juzgando los conflictos, es decir, lo que se denomina el contencioso administrativo. En el último tercio del siglo XX pueden identificarse cuatro fines fundamentales del Estado, en los cuales se pueden integrar la totalidad de sus actividades; en primer lugar, los fines de la política general y orden público; en segundo lugar, los fines de desarrollo económico; en tercer lugar, los fines del desarrollo social. Tales son considerados en su aspecto material, los principales fines de la actividad administrativa: el de la economía, el de la educación y el de los valores espirituales. Los elementos formales del bien público se concretan en tres categorías: la necesidad de orden y de paz; la necesidad de coordinación, que es también orden, pero desde este especial punto de vista; y la necesidad de ayuda, de aliento y eventualmente de suplencia de las actividades privadas. La teoría del Estado es una rama de la teoría política que estudia el origen, la constitución y la estructura del Estado, su fundamentación teórica y su significado político. Teorías objetivas: toman en cuenta las relaciones de una manera general. Esencialmente son: el estado es un hecho: el estado es una realidad física, es una situación: situación que se da en un lugar determinado donde se da una relación entre los que dominan y los que son dominados. Error: en conclusión el estado es una abstracción , una invención. un elemento: equipara al estado con alguno de sus elemento, se ha dado a través del tiempo con variantes, posición realista, fáctica, papable, dice que el estado es uno de sus elementos: Territorio (teoría patrimonial, el estado es el lugar donde esta asentado) Población (el estado es el pueblo, no por que esta tiene que tener un asiento jurídico natral que es el territorio, el pueblo es lo que conforma al estado.) Poder, gobierno (confunde al estado con los gobernantes, por que los que ejercen el poder es el estado, lo dijo Hobbes, que pasa con el cambio o muerte de un gobernante? Por disposición del pueblo cambian, pero el gobernante debe de estar de acuerdo con lo que dice un determinado estado, “el estado soy yo” Luis XIV) - organismo natural: es una formación orgánica de carácter físico, tiene una existencia condicionada por elementos naturales independiente de quienes la conforman. Recopilaciones de esta teoría del organismo natural. e.) teoría antropomórfica: quiere visualizar al estado como una persona física, dice que el territorio es sistema óseo y muscular del estado, el comercio es su sistema circulatorio, y el gobierno es el sistema nervioso que hace que funcione y manda los impulsos. CRITICA: Las teorías objetivas son erróneas por que solo toman parte del estado pretendiendo explicar de manera fácil y objetiva, y por estar conformando por personas debe tener algo de esas personas. Teorías subjetivas: Toman en cuenta que las relaciones se dan entre relaciones tomando en cuenta lo sujetivo a los que participan en el. Dice que el estado es un ente primordialmente subjetivo por que tienen mucho del contenido humano en si mismo, le dan importancia a los sentimiento, emocionas del pueblo que conforma el estado. Hay dos direcciones que toman en cuenta: - histórico social: las que lo consideren como: 1. un organismo intelectual: o espiritual (idea de la antigüedad y edad media, parte dando equiparación del estado y la iglesia por que todos los que forman parte de la iglesia también del cuerpo místico de cristo, piensan que el estado es un organismo social, todos los que estamos en el estado estamos unidos a el por un sentimiento social. 2. asociación se dio también en la edad media, el estado es una unidad colectiva que representa una unidad permanente de hombres asociados después cambia la palabra por asociación, errónea por que tiene también otros elementos. 3. corporación: lo mismo que la asociación solo que cambio el nombre. - jurídicas: consideran que lo imp. Es lo vinculado a lo normativo 1. objeto: se hace separación entre los elementos: los dominadores y los dominados, los dominados son el objeto de la autoridad. Gobernantes y gobernados ambos son sujetos activos del estado, intervienen activamente para formar la realidad del estado. Estas teorías consideran al estado como objeto (teorías absolutistas, patrimonialistas). Otras tratan de explicar que el estado es una fundación o establecimiento. 2. relación jurídica: se dice que es una relación jurídica porque, gobernantes y gobernados están en mutuas relaciones pero esta teoría no explica porque las instituciones estatales permanecen no obstante los cambios de las personas, no puede explicar la unidad permanente del estado reducen su ser a la existencia de otras relaciones, tratan de concebir la naturaleza del estado como una ficción jurídica, no dicen de donde proceden las relaciones jurídicas del estado, de donde surge el poder, etc. 3. sujeto: el ser sujeto de derecho es una cualidad que el derecho atribuye a un ser le viene de su reconocimiento por el orden jurídico, aparte de ella existen personas jurídicas que se les atribuyen también derechos como las sociedades mercantiles o civiles, entes al que el derecho les atribuye la capacidad de ser sujetos de derecho. Al estado se le ve como una entidad moral, sujeto de derecho en cuanto el orden jurídico se la atribuye, por tanto tiene derechos. El estado, como ser que existe en la realidad constituye una persona moral y es lógico que pueda ser sujeto de derechos, pues se trata de un ser con capacidad de recibirlos y ejercitarlos. En resumen, existen dos teorías fundamentales para explicar al Estado. La atómica o individualista, que sólo concibe la existencia del individuo como real, explicando la asociación o comunidad, el Estado, como una simple ficción jurídica. Afirma que en la realidad sólo existe el individuo; que cuando se asocia con otros y surge el Estado sólo podemos llegar a explicarlo por medio de una simple ficción. ACTIVIDADES DEL ESTADO (fuente: libro Crisis y Reforma del Estado de Daniel Campioni, Bs.As. Argentina, Ed. Estudio) Comprender al Estado implica necesariamente conocer cuál es el sentido de sus acciones. La primera percepción acerca del Estado, históricamente, es su función represiva. El Estado capitalista se distingue de los particulares por su «monopolio del uso legítimo de la fuerza», según la famosa definición de Max Weber. El Estado posee y maneja una serie de instituciones, de «aparatos» que concentran la función de coerción, a los fines de garantizar las condiciones de «orden» necesarias para el normal desenvolvimiento de la sociedad: Policía, cárceles, tribunales, son expresiones de control social, que se centran en buena medida en mantener el sometimiento de las clases subalternas. Buena parte de los recursos y acciones de los Estados, aún de los más democráticos, están orientadas a mantener y desarrollar su capacidad de ejercer la fuerza. Los aparatos represivos conforman una suerte de «núcleo» que todo Estado posee, y que de algún modo lo define como tal. En el capitalismo, el carácter puramente económico de la relación de explotación, permite definir una esfera de libertad para los explotados.Una libertad civil, que les permite disponer de su persona, elegir con quien trabajar y donde residir.Y una libertad política, que es la contenida en el concepto de ciudadanía, y que abarca aspectos negativos, de protección frente al Estado, y positivas, de ejercicio de determinados derechos en dirección al Estado. Por cierto, esa liberación de trabas, de sometimiento personal, va acompañada de la privación de cualquier medio propio de subsistencia, y por lo tanto, de la coerción implícita, puramente económica, de vender la fuerza de trabajo a un patrón y trocar la libertad genérica en el específico sometimiento a la explotación. La fuerza física pierde protagonismo, porque adquiere inusitado poder la coerción económica, suficiente para impulsar la «voluntaria» venta de la fuerza de trabajo. De todos modos ésta condición de libertad, que significa también estar «liberado», vale decir privado, de la posesión de medios de subsistencia, es condición necesaria, pero no suficiente, del sometimiento del trabajador a la relación salarial con el capitalista. Y allí es que encuentra una esfera fundamental de actuación el Estado. Persigue la vagancia, combate el uso anárquico del tiempo libre, más adelante reprime las negativas al trabajo colectivas, como la huelga. En suma, procura doblegar, aún mediante la fuerza, la resistencia de los trabajadores frente al poder del capital. El uso o la amenaza de la violencia, acompaña, y da sustento, a la coerción económica predominante. Pero la dominación burguesa no descansa exclusiva ni siquiera principalmente, en el uso de la violencia física.Mas aún, en las formas más complejas y que tienden a ser más estables del Estado capitalista, la violencia tiende a retirarse a un segundo plano, a quedar como un núcleo del Estado que sólo aflora a la superficie de modo predominante en situaciones de crisis, de puesta en cuestión del dominio capitalista. La burguesía de los Estados democráticos modernos, procura edificar un consenso ideológico, una conformidad voluntaria con la dominación de clase, que se expresa en una «supremacía intelectual» que permite hacer aparecer a los intereses, la forma de pensar, la «visión del mundo» de las clases dominantes, como comunes a toda la sociedad y convenientes a la satisfacción de las aspiraciones de toda ella. Para Gramsci, el gran iniciador de la reflexión sistemática sobre estas cuestiones, la dominación burguesa es siempre una unidad de represión violenta e integración ideológica, una «hegemonía acorazada de coerción». A este terreno de integración ideológica, pertenece todo el armazón «doctrinario» del Estado capitalista, basado en el imperio de la libertad y la igualdad, la preservación de los individuos frente al Estado, el pluralismo que permite la expresión y organización en defensa de intereses sectoriales. Pero la construcción integradora «hegemónica», no es pura doctrina, sino que tiene una base material, como ya vimos más arriba. La clase dominante puede contemplar, en parte, los intereses materiales inmediatos de las clases subalternas, principalmente a través del Estado, o por iniciativa de éste. Puede «sacrificar» en algo sus intereses, su nivel de ganancias, para permitir mejoras de la condición de los explotados, que den una base de sustentación más sólida y concreta a su pretensión de confundir los intereses propios con los de toda la sociedad. El Estado a través de sus instituciones de seguridad social y de salud, entre otros mecanismos, es un actor principal de esta porción de la generación del consenso. Pero ocurre que esto no es , por lo general, una acción libre y voluntaria del Estado, planificada cuidadosamente en el seno de su dirigencia, sino que es resultado del proceso de lucha de clases, que se combina con la lógica del proceso de acumulación capitalista y le da su forma. La burguesía puede hacer esos «sacrificios», sólo en la medida necesaria para preservar las condiciones de generación de plusvalía. De todos modos, la posibilidad de imponer tales restricciones, que apuntan al interés de la clase dominante en su conjunto, contra los intereses limitados de los capitalistas individuales, se basa en la existencia del Estado, separado de la clase. (Hirsch, pg. 131). Y a su vez, esta capacidad del Estado para dirigir el proceso de integración ideológica y sus bases materiales, tiene como presupuesto la posibilidad de regular las condiciones generales de reproducción del sistema, amenazadas de modo permanente por la propia anarquía del proceso de acumulación y circulación capitalista.Las condiciones generales de reproducción del sistema, la provisión de infraestructura, y la garantía de reproducción de la fuerza de trabajo, son actividades cuya existencia y cumplimiento es condición necesaria de la posibilidad de producir hegemonía por la clase dominante. En síntesis, la producción de consenso, y con ella toda la dominación política ejercida por el Estado capitalista, es una estrategia que se desenvuelve en un «equilibrio inestable», en donde el Estado se desempeña en medio de presiones ejercidas tanto por fracciones de clase capitalista, como por las clases subalternas. Y esta capacidad política estatal tiene severos límites. Hay campos en los que los poderes públicos no pueden intervenir, so pena de quebrar las bases mismas de su relación con las clases dominantes, y del orden jurídico-institucional que le da legitimidad. La propiedad privada, y su consecuencia, la disposición de los medios de producción, forma parte en el capitalismo, de lo que algún autor denominó el campo de las «no decisiones» del Estado, en tanto que aspectos en los cuáles el Estado no tiene competencia. En la esfera de la producción, donde se genera la ganancia capitalista, y tiene su base todo el sistema, el Estado sólo interviene en aspectos marginales. Como consecuencia de esta «zona de exclusión» el Estado capitalista ve restringida su capacidad de intervención, de allegar recursos, de modificar las condiciones sociales. Si lo hace, cae fácilmente en el terreno de la ilegalidad, de la violación constitucional contra los "derechos fundamentales del hombre" cuya vigencia él mismo proclama.. La comprensión de este concepto de «no decisiones» es muy importante, pues la concepción habitual presenta a un Estado que actúa, que decide, presionado y.o manipulado por el capital, por las clases dominantes. Si bien esto ocurre, la lógica social más general, se expresa a menudo como límite, como restricción, y no como imposición activa de los capitalistas al Estado. El vínculo es así mucho más fuerte, y su ruptura no está en manos de la voluntad y decisión de quienes ejercen el poder estatal. La idea de clases procura ser soslayada por el Estado capitalista. Niega las clases, o las subsume en la noción global de pueblo, o las convierte en meros «estratos» dados por niveles de ingreso e instrucción. Toda una línea de actividades estatales está orientada en este sentido. El Estado se pretende neutral respecto de los diferentes sectores sociales existentes en la sociedad que rige. Desde esa pretendida neutralidad, el Estado se presenta como encarnación de los intereses generales, por ser la única entidad social vinculada a la sociedad en su totalidad. (Cf. Tillman Evers, 1979). La organización de la clase obrera es primero combatida aún en sus agrupaciones económicas, pero posteriormente esto se modifica, y el Estado capitalista ensaya, con éxito, la cooptación al interior de la lógica de Estado de los sindicatos primero, y de los partidos obreros, después. Ya en los años 30, la política del presidente Roosevelt en los EEUU, estimula la afiliación de todos los trabajadores a grandes sindicatos por actividad. La cooptación de partidos que aspiran a representar a la clase obrera, originalmente revolucionarios, se ve en la integración creciente de los partidos socialdemócratas europeos, que terminan por ser partidos de gobierno, sin alterar nada sustancial del orden capitalista (La socialdemocracia alemana y el PS francés son los ejemplos más centrales). Después de 1930, y con más claridad al terminar la IIda. Guerra Mundial, se genera en Europa y EEUU, un Estado de compromiso, basado en el intercambio de pleno empleo y crecimiento a futuro de los salarios, por renuncia de las organizaciones obreras a la supresión del capitalismo o a la toma del poder del Estado. (Przeworski, Capitalismo y Socialdemocracia). Si bien el Estado nunca renuncia a su principio de soberanía basado en la Nación, que le confiere una legitimidad inicial a su existencia, al margen y por encima de las clases, concluye por reconocerse a sí mismo funciones en relación a las clases. El nuevo límite está en no asumir, y tratar de desvirtuar, el carácter antagónico de las relaciones entre clases. El Estado capitalista del siglo XX, cuando actúa como conciliador y-o árbitro entre entidades patronales y sindicatos, reconoce la diferencia de clases, pero la remite a términos funcionales (trabajadores-empresarios), y no a relaciones de propiedad y explotación. Efectúa un reconocimiento de las clases que al propio tiempo niega la tendencia a la lucha que se da en sus relaciones. Y ese reconocimiento restringido, es también limitado en su extensión, ya que sólo en el ámbito de las relaciones laborales se da reconocimiento a posiciones de clase, y éstas "desaparecen" de cualquier otro ramo de la administración pública. La ciudadanía también asume un rostro ·»igualador» en el vínculo entre los individuos y la cara más cotidiana y burocrática del Estado. El ciudadano forma parte del público, de la masa de los administrados frente a la Administración Pública, que gestionan y reclaman ante ella, y establecen así otra relación de apariencia no clasista, que los constituye en sujetos-individuos, al margen de su pertenencia de clase. (Holloway, pg. 119 en adelante). Este autor señala que el trato al ciudadano es de cualquier modo desigual, en la práctica, pero sobre una base de igualdad jurídica LAS ATRIBUCIONES DEL ESTADO. La palabra atribución proviene del vocablo latino atribuere, compuesto por el prefijo ad o que significa a y el verbo tribuere o dar. En el Diccionario de la Lengua Española, se establece como significado de este verbo lo siguiente: señalar a una cosa a alguno como de su competencia. En este sentido, cuando nos referimos a las atribuciones del Estado, hablamos de derechos y obligaciones que la Ley otorga como prerrogativa o facultades expresas a los órganos que componen el gobierno. En la Constitución se expresa el contenido fundamental de la actividad que corresponde realizar a cada uno de los órganos depositarios de las funciones gubernamentales. La Constitución aporta a los ciudadanos la certeza jurídica de que la actividad que cada uno de los órganos públicos desempeña, se realiza conforma a derecho y por lo tanto sujetas a las atribuciones conferidas por la Ley Suprema, y de no ser así la propia Carta Magna contempla las defensa que los ciudadanos pueden esgrimir en caso de arbitrariedades. Por lo tanto, las atribuciones del Estado han consistido en: s necesarios para el mantenimiento y protección del Estado, así como de la seguridad, la salubridad y el orden público. s. De lo que se desprende que la actividad del Estado es el conjunto de operaciones jurídicas destinadas a la conservación, organización y desarrollo.