Lalulita cismática que cueots ya con más de tiein la uhispos? Ta) vez pudiéramos responder a tal pregunta ¡identrandonos en la mentalidad y aspiraciunes del cauütllu de la China Roja. Mao Tse Tung. Mao parece concebir el destino mesiánico dtl comunismo de un modo distinto a cúmo lu entienden los otros exponentes principales del marxismo. En tanto que LSIUS destruyen todo vestigio de religión, considerándola tomo un obstáculo para la adquisición del paraíso terrenal al que aspiran, Mao utiliza la religkm como un apoyo para llegar a integrar totalmente al hombre en el sistema comunista. En otros términos. Mao Tse Tung ha desarrollado una teología, un sistema de creencias religiosas con la esperanza de llegar a destruir todas tas demás religiones, particularmente la cristiana. E\ Dr. W. Guddard. en la revista Zealandta del 5 de mayo, expone los principales dogmas y la evokicion de la religión de Mao. Esic revelador estudio se encuentra aquí reproducido en su totalidad y debiera sernos útil para llegar a comprender mejor los trastornos religiosos, sociales, económicos j políticos que están sacudiendo a ¡a nación más populosa del mundo. La nueva Teología de Mao Tse Tung El üN¡to rotundo del experimento comunista en China ha sido un go!¡>L- para el mundo libre y no estaría demás suponer que incluso en la Unión Soviética ha causado no poca expectación. La China Roja ha aventajado en mucho a sus equivalentes en Rusia y en los demás países comunistas. ¿A qué se debería este triunFo? Aun ¡ornando en cuenta la extrema pobreza y la docilidad natural de la masa china; la minuciosa crueldad oriental al suprimir toda oposición al gobierno de Peipiog, y el relativo aislamiento de China respecto al mundo occidental, nos parece difícil explicarnos cómo, ea poco más de una déca du, h;i líegado a implantarse casi totalmente el sistema marxista en la vida china. ¿Cúmo explicar, por ejemplo, el que se haya desarrollado una iglesia 50 Desde 1954 he mantenido estrecho contacto con un ex funcionario del Departamento de Relaciones Exteriores de la China Comunista. Nos conocimos primero en Hong-Kong y más tarde nos encontramos en diversos lugares del Sudeste de Asia. No me parece prudente identificarlo más, ya que aciualmenle se desempeña en forma activa en la lucha contra el comunismo dentro de su zona. Baste decir que entre los hombres que he conocido, es éste el que mejor ha interpretado el caso del comunismo en China. Conoció a Mao Tse Tung y a Chou En Lai, y se mantuvo en excelentes relaciones con el Ministro Ue Seguridad, Lo Juiching. Se relacionó también con An Tzu-wen, una figura eminente dentro de China a pesar de ser prácticamente desconocido en el Occidente. Me ha dado a conocer detalles sobre Liu Shao-Cbi que. a mi entender, jamás han sido publicados. Quisiera esbozar en este articulo la personalidad de Mao Tse Tung y sus propósitos respecto a la religión, en particular respecto al Cristianismo. No hay que olvidar que Mao es todavía el principal planificado!- de la China Comunista. Ya muchos han escrito sobre este mismo tema; han sido casi siempre occidentales que lograron entrevistar al líder. Lo que me propongo aquí es presentar la exposición de un chino que realmente conoce la ideología de! personaje "Número Uno" de IB China Comunista. Mao está obsesionado con una idea que lo posee con la fuerza de un auténtico y supremo imperativo. Cree poder lograr lo que nadie, salvo uno. intentó jamás: la creación de un nuevo individuo y a través de ésíe, la creación de una nueva sociedad válida para China y para el resto del mundo. Para él, el marxismo fue una filosofía útil que podía ser superada y que él mismo finalmente supero. Mao cree en la doctrina del materialismo dialéctico; pero lo concibe, dentro del Estado Comunista perfecto, coma una fuerza que a través del individuo influiría sobre la masa. El reino del comunismo se encuentra dentro de cada individuo y si éste acepta ta! doctrina, todo cambiará, se olvidará el pasado y todas Tas cosas pasarán a ser nuevas. Esta es la Nueva Democracia de Mao Tse Tung, una democracia basada en e! individualismo. Mao condena el culto a la personalidad pero él mismo está por encima de cualquier concepto de personalidad. La historia lo ha destacado. Ni las circunstancias, ni la evolución de fuerzas políticas u otras fuerzas ¡o han hecho surgir como jefe; ha sido lanzado al escenario para hacer historia. Nada tiene de común la doctrina del nuevo individualismo con la concepción del mundo occidental, que concede al individuo el derecho de protestar o de oponerse. Defiende, en cambio, el derecho del hombre a solidarizar con el Estado, de tal modo, que para aquél, el obedecer sea a la vez "ley e impulso". De esto se desprende que el nuevo individuo y el Estado han de convertirse en una sola cosa. Según Mao este nuevo individuo se deleitará cumpliendo los mandamientos v órdenes Que le imponga el Estado e incluso en las votaciones más secretas .será su felicidad votar por el comunismo. Mao Tse Tung no siguió los pasos de Lenin y Marx para llegar a esta nueva filosofía, se guió mas bien por las enseñanzas de Lu Shun. Al referirse a éste, lo llama "El Gigante do la Revolución China", el "Héroe del Comunismo" y el "Profeta del Fuluro". Lu Shun, mientras- estudiaba medicina en el Japón, llegó a la conclusión de que "el verdadero problema de China era de orden ideológico más bien de social o económico". Era preciso, entonces, comenzar una cruzada que renovase la mentalidad china. Este ya era un problema de orden individual. Entre los años 1922 y 1940, Mao se dedicó a estudiar esta idea de Lu Shun; la aprobó y la convirtió en el esquema que habría de seguir con una dedicación que ravaha en el fanatismo. Obsesionado por ella, logró al fin darle forma concreta en la que es hoy su Nueva Democracia. En Yenan, en 1940, Mao confiesa haberse adelantado a Moscú y al exponer su ideología declara que su Nueva Democracia es "diferente a las Repúblicas Socialistas del tipo de la URSS", pues su comunismo es un comunismo más miro basado en contemporizando con Lenin, llegó a decir que la religión era un "narcótico" y no trepidó en tratar tli1 abolir todas las religiones por igual. Más tarde optó por seguir los preceptos de Stalin quien decía que "la religión dehía tolerarse". Con el tiempo, Mao abandonó también esta úl[iraa idea v QegÚ a la conclusión de que la religión podría llegar a ser una ayuda para la formación del nuevo individuo. Todo se redujo a un problema de orientación. Y es esto, justamente, lo que está ocurriendo actualmente dentro de la China Comunista. Los mejores cerebros del país, algunos de los psicólogos más astutos y los más eminentes hombres de ciencia colaboran en la obra de presentar nuevas interpretaciones de las diferentes religiones. Se han ensañado principalmente con el Cristianismo, pues Mao sabia que la Tglesia Católica busca la renovación del mundo a través de la renovación del individuo. Esto era un desafío a su piupia visión y a sus propósitos y, por consiguiente, temía el conflicto espiritual que podría desatar se. Mao conocía muy bien la agresión pacifica de la Ielesia cristiana y de sus miembros y sabía que. en China, el Cristianismo lograba más adeptos que el Budismo, Islamismo o Confucianismo. Bajo e-; las circunstancias, el comunismo peligraba aún en el mismo Pekín. Aún en los puestos oficiales de Pekín, encontramos cristianas, creyentes silenciosas, semejantes ;il individuo a quien me referí en mi introducción. Este es hijo de un pastor presbiteriano chino y me aseguraba que, como él, hay muchos que se af>rran confiados a su fe con la esperanza de que su patria pueda ser pronto redimida del Azote Rojo. Mao, sin embargo, poseído de su fanática ambición y con una fe tremenda en su habilidad personal, ordenó a sus revisionistas preparar una nueva interpretación de ¡a Persona de Cristo y de la función de la Iglesia Cristiana. Esta revisión fue completada y enviada rápidamente a todas las' iglesias en la China Comunista. Mao pretendía "desespiritualizar" la Persona de Cristo, pues sabía de antemano, que al surgir un conflicto espiritual, sería indiscutiblemente derrotado (Julián el Apóstata no pudo jamás derrotar a Jesús). De este modo, en su revisión teológica, si se la pudiera catalogar como tal, Mao reduce a Cristo a una mera figura; por supuesto, es la figura de un reformador, pero en el plano puramen te material. En realidad, éste fue un ataque directo al corazón mismo del Cristianismo. Los revisionistas ignoraron por completo veinte siglos de dncta.s investigaciones y la experiencia de incontables millones de personas. e! nuevo individuo. El instinto religioso habría de tener un papel preponderante en la formación de este nuevo hombre. Sin embargo, hubo un momento en que Mao, Tenían que justificar su posición y se praveye ron entonces de una "Historia Moderna de Jesús" en la cual declaran haber superado a los Evangelios. En una ilustración de una edición infantil de este mismo documento Cristo aparece como un obrero comunista chino. Según la versión de la "Historia Moderna de Jesús", José, el carpintero, es un comunista empeñado en ardua lucha contra la clase rica de Nazarelh. A su muerte le sucede su hijo, Jesús, quien continúa su campaña. Ya mayor, Jesús decide emprender una lucha contra las clases altas dentro de toda Palestina. Escoge entonces a un grupo de pobres pescadores y también algunos adeptos de entre los que ocupan puestos claves en la sociedad — uno de ellos era Mateo, un empleado bancario — y a todos los adiestra en ia doctrina comunista. Sus actividades colocan al grupo en abierta oposición a la ley dictada por los capitalistas judíos. De este modo, su jefe, Jesús, comparece ante la Corte que lo condena y finalmente lo ejecuta. Antes de morir, Jesús habla con sus seguidorus y compañeros y tras augurarles el triunfo final del comunismo los exhorta a seguir trabajando y a compartir, en el intertanto, sus bienes y salarios para que asi pueda prosperar la sociedad por él establecida. Esta sociedad fue la que formó la primera Iglesia Católica. Muy pronto, sin embargo, los banqueros sobornaron y compraron a la mayoría de sus adeptos y por consiguiente, la Iglesia se convirtió en el instrumento de los imperialistas. El comunismo chino es un retomo a lo que Cristo predicó; no se enfrenta con Cristo mismo sino con el Cristo que han fabricado los imperialistas a través de los siglos para poder mantener su poderío sobre las masas. El comunismo sería, entonces, una vuelta al Cristianismo puro y original. La función de la Iglesia, según la interpretan los revisionistas, se desprende lógicamente de esta visión errada de la Persona de Cristo: sería la de servir al Estado como un instrumento para la propagación del comunismo. La llamada "Iglesia Reformada de China" es el órgano que han escogido para cumplir la última disposición de Jesús. Por consiguiente, la persecución a las otras religiones se convierte en un deber sagrado porque éstas se desviaron de su mandato y son entonces anticristianas. En China hay liberíad de religión, más aún, se la estimula siempre que el objeto del culto sea el Cristo descubierto por los revisionistas y no el fabricado por los imperialistas. Es así como la China Comunista se convierte en el paladín del Cristianismo puro, y condena a! resto de las religiones declarándolas heréticas o contrarias a la ciencia. En conflicto entre la ciencia y la religión sigue vigente en los países imperialistas; no asi en la China Comunista, pue^ las enseñanzas de Cristo, interpretadas por los revisionistas, están en armonía con el comunismo científico. En realidad ambas doctrinas, han llegado a fundirse en una sola. I Social Justice Review, julicwgosto 1960)