Estado del arte 2. ESTADO DEL ARTE 2.1 Evolución histórica Los primeros puentes diseñados teniendo en cuenta el fenómeno del pandeo local en chapas se remontan al siglo XIX. Fue en 1850 cuando el ingeniero británico Robert Stephenson diseñó el puente de ferrocarril considerado como el inicio de la era moderna en lo que a puentes de viga cajón se refiere, el Britannia Bridge, ubicado en el norte del País de Gales. El puente estaba formado por dos vigas cajón continuas divididas en cuatro vanos, los dos centrales de 152 m de luz. Figura 2.1 Dimensiones principales del Britannia Bridge (Åkesson, 2005) Junto con el constructor naval W. Fairbairn i el matemático E.Hodgkinston, Stephenson llevó a cabo numerosos experimentos con el fin de determinar la capacidad resistente, no solo de secciones rectangulares sino también circulares y elípticas. Pronto verían que con la sección rectangular se obtenían mejores resultados debido a la tendencia al pandeo de las otras dos secciones. También durante estos experimentos observaron que era necesario dividir en distintas celdas el ala en compresión de las vigas 11 Abolladura por cortante en vigas armadas rigidizadas longitudinalmente de sección rectangular para minimizar el riesgo de pandeo. Contrariamente a experimentos anteriores, en esta ocasión las vigas fallaban por el lado comprimido. Figura 2.2 Britannia Bridge, País de Gales Hodgkinson sabía que las simples expresiones matemáticas que tradicionalmente habían sido usadas, y con las que se obtenía la capacidad última a partir de la resistencia a tracción del material, sobreestimaban definitivamente la capacidad de las vigas. Así, Hodgkinson adquirió un buen conocimiento de la capacidad última de chapas cargadas axialmente, a pesar de que aseguraba que su capacidad estaba limitada por el pandeo, excluyendo así la reserva postcrítica de capacidad que más tarde se constató. Precisamente esta exclusión, que dotó al Britannia Bridge con un grado extra de seguridad, explicaría el porque fue posible incrementar la carga de tráfico con los años sin la necesidad de reforzar el puente (Åkesson, 2005). En relación con el pandeo local debido al cortante, el puente no tubo problemas, puesto que se colocaron rigidizadores verticales lo suficientemente juntos (perfiles en T por las dos caras cada 610 mm, Fig. 2.3) como para hacer frente al riesgo de abolladura por cortante (Åkesson, 2005). 12 Estado del arte Figura 2.3 Sección transversal y detalle de rigidizadores del Britannia Bridge (Åkesson, 2005) Más de un siglo después, durante el período de cuatro años comprendido entre 1969 y 1973, se produjeron cinco colapsos de puentes formados por vigas cajón durante su construcción, cuatro de ellos en Europa: Fourth Danube Bridge, en Viena (1969), Cleddau Bridge, en Milford Haven (1970), Rhine Bridge en Koblenz (1971), Zeulenroda Bridge, en la antigua Alemania del Este (1973); y uno en Australia: West Gate Bridge, en Melbourne (1970). En todos ellos el colapso se produjo por el pandeo local de uno de sus elementos, ya sea por un fallo de diseño o por una falta de previsión en los esfuerzos producidos durante las diferentes etapas del proceso constructivo. Figura 2.4 Colapso del Cleddau Bridge, en Milford Haven (1970) 13 Abolladura por cortante en vigas armadas rigidizadas longitudinalmente Parece difícil entender el porque de estos colapsos si se tiene en cuenta que por aquel entonces ya eran bien conocidas las teorías de pandeo de chapas. Todavía es más sorprendente si se contrasta con la eficacia del Brittania Bridge construido más de un siglo antes. La razón podría ser la falta de unas recomendaciones completas para el diseño de puentes con vigas cajón en las normativas de aquel entonces, especialmente en lo que a rigidizadores se refiere (Åkesson, 2005). En cualquier caso, aquellos hechos dieron lugar a la creación de comités técnicos especialistas con el fin de estudiar en profundidad las causas de los colapsos. Los informes de estos comités dieron lugar a nuevas reglas de diseño que tenían en cuenta los efectos del pandeo local para vigas cajón y vigas armadas. Las llamadas Merrison Rules, publicadas en 1973 y resultantes del estudio del colapso del Cleddau Bridge, dieron lugar a la actual normativa inglesa BS5400, partes 3, 6 y 10. Centrándonos ahora en la abolladura por cortante, Timoshenko (1921) fue el primero en presentar una solución para el pandeo local de chapas rectangulares sometidas a cortante (simplemente apoyadas en sus cuatro bordes). Lo hizo aplicando el método energético (ver apartado 2.3.1), el cual se demostró ser una excelente herramienta para resolver un problema que no podía ser resuelto directamente como un problema de autovalores. La expresión que obtuvo para la tensión crítica de abolladura dependía, entre otros, de un parámetro k conocido como coeficiente de abolladura. En años posteriores diversos investigadores como Southwell y Skan, Seydel, Stein y Neff, y otros, continuaron con esas investigaciones para obtener tensiones críticas de abolladura más precisas modificando los valores del coeficiente de abolladura k , teniendo en cuenta las diferentes condiciones de contorno de los paneles (ver apartado 2.3.2). Galambos (1988) publicó una recopilación de las soluciones y aproximaciones más válidas aportadas por estos autores y por ello actualmente con frecuencia se hace referencia a este autor cuando se citan dichas expresiones (Tabla 2.1). Hasta finales de los años cuarenta todos los artículos publicados relacionados con el pandeo de chapas consideraban la estabilidad únicamente en el rango elástico, sin 14 Estado del arte embargo, autores como Stowell (1948) o Bleich (1952) se dieron cuenta de la importancia de extender la teoría al rango no lineal para obtener soluciones más precisas en los casos reales, especialmente en lo que al acero estructural y acero para navíos se refería. Así, Bleich, presentó todas las teorías de pandeo en régimen elástico de tal forma que pudieran ser aplicadas igualmente en régimen inelástico. Esas teorías fueron comprobadas empíricamente a través de numerosos ensayos. En cuanto a la influencia de los rigidizadores longitudinales, diversos han sido los autores que han propuesto soluciones para la variación del factor k en función del tipo y número de rigidizadores empleados. Así, Crate y Lo (1948) proponían los valores de k para un rigidizador longitudinal centrado, en función de la rigidez relativa del mismo, en paneles infinitamente largos. Posteriormente, fueron autores como Höglund (1997) o Beg (2003), quiénes hicieron otras propuestas para la obtención del parámetro k en al caso de paneles rectangulares. Finalmente, autores como Lee et al. (1996) o Estrada (2005), han estudiado también factores como la influencia del grado de empotramiento que proporcionan las alas en vigas armadas en función de los espesores de alas y almas, proponiendo resultados que toman como base a los resultados clásicos citados anteriormente. 2.2 Abolladura por cortante. Descripción del fenómeno Cuando una chapa es sometida a un esfuerzo cortante, tensiones iguales de tracción y compresión se desarrollan hasta el momento en que los de compresión desestabilizan el alma provocando el pandeo de la misma (Fig. 2.5.a). Es bien sabido, sin embargo, que las chapas no colapsan cuando pandean, sino que poseen una reserva sustancial de resistencia postcrítica. Después del pandeo, la chapa no puede soportar más incremento de esfuerzos de compresión y un nuevo mecanismo de soporte de carga se desarrolla, por el cual cualquier incremento de carga es soportado por el desarrollo de un campo de tracciones en membrana conocido como campo diagonal de tracciones, el cual queda anclado en alas y rigidizadores (Fig. 2.5.b). 15 Abolladura por cortante en vigas armadas rigidizadas longitudinalmente τcr σ2 σ1 τcr σt + τcr σ1 σ2 τt τt τt + σt τt τcr a. Estado de cortante puro b. Desarrollo del campo c. Mecanismo de colapso diagonal de tracciones Figura 2.5 Estadios en el comportamiento de una chapa sometida a cortante A medida que aumenta todavía más la carga aplicada, los esfuerzos de membrana crecen hasta que éstos, combinados con los esfuerzos que dieron lugar al pandeo del alma, provocan el alcance de la tensión de plastificación del material. Cuando el alma ha plastificado, el colapso tendrá lugar cuando se hayan desarrollado cuatro rotulas plásticas en las alas (Fig. 2.5.c). Cuanto menor es la tensión crítica de pandeo de la placa, mayor es la diferencia entre ésta y su resistencia última. En placas muy esbeltas, como las empleadas en el diseño aeronáutico, la resistencia última puede ser del orden de treinta veces superior a la carga crítica, y aunque en las empleadas en edificación e ingeniería civil no se alcanzan estas diferencias, sigue siendo lo suficientemente importante como para tenerla en consideración para el diseño de estos elementos (Marco, 1998). Un gran número de métodos han sido desarrollados para predecir la capacidad última de las vigas armadas sometidas a cortante. Dos de los más relevantes son el Campo Diagonal de Tracciones (Tension Field Method) desarrollado por Rockey et al. (1972) y el Campo Girado de Tensiones (Rotated Stress Field Method) desarrollado por Höglund (1972, 1997). Estos han sido utilizados como base para los métodos de diseño actualmente incluidos en el Eurocódigo 3 (2004), una interesante revisión de éstos y otros métodos puede encontrarse en Galambos (1988). Estos dos métodos, sin 16 Estado del arte embargo, no se abordarán en el presente trabajo por quedar fuera del ámbito del mismo. Así, el siguiente capitulo se centrará en la primera parte del mecanismo resistente: la tensión crítica de abolladura. 2.3. Tensión crítica de abolladura 2.3.1 El método energético Timoshenko (1921) fue el primero en encontrar una solución, mediante el método energético, al cálculo de los valores críticos de las fuerzas aplicadas en el plano medio de una placa rectangular simplemente apoyada en sus cuatro bordes cuya forma plana de equilibrio se hace inestable. Ny Nx Nx N yx N xy Ny Fig. 2.6 Chapa sometida a esfuerzos contenidos en su plano Si se estudia una placa rectangular, simplemente apoyada en sus cuatro bordes, sometida a esfuerzos contenidos en su plano medio (Fig. 2.6) se puede obtener, imponiendo equilibrio, la ecuación diferencial que rige su comportamiento ∂ 4ω ∂ 4ω ⎤ ⎡ ∂ 2ω ∂ 2ω ∂ 2ω ⎤ E ⋅ I ⎡ ∂ 4ω + + + + 2 σ 2 τ + σy⎥ = 0 t x xy ⎢ ⎥ ⎢ ∂x∂y ∂x 2 ∂y 2 ∂y 4 ⎦ ⎣ ∂x 2 (1 − υ 2 ) ⎣ ∂x 4 ∂y 2 ⎦ 17 (2.1) Abolladura por cortante en vigas armadas rigidizadas longitudinalmente donde ω es el desplazamiento normal al plano medio, t es el espesor de la placa, τ xy = N xy t es la tensión tangencial, y σ x = N x t ; σ y = N y t son las tensiones normales en las direcciones x e y . Para el caso σ x = σ y = 0 , donde la placa se encuentra únicamente solicitada por tensiones tangenciales distribuidas uniformemente en sus cuatro bordes estableciéndose una condición de carga de cortante puro (Fig. 2.7), se obtiene ∂ 4ω ∂ 4ω ⎤ ∂ 2ω E ⋅ I ⎡ ∂ 4ω + + + ⋅ 2 2 τ xy = 0 t ⎢ ⎥ ∂x∂y ∂x 2 ∂y 2 ∂y 4 ⎦ (1 − υ 2 ) ⎣ ∂x 4 (2.2) a τ τ τ d τ (α = a /d ) Figura 2.7 Chapa simplemente apoyada sometida a tensión tangencial uniforme La solución de la Ec. 2.2 será ω = 0 excepto para ciertos valores de τ xy (tensiones críticas de abolladura), para los cuales será posible una solución con ω ≠ 0 (bifurcación de equilibrio). 18 Estado del arte Tomando como superficie elástica de la forma de pandeo la doble serie ∞ ∞ ω = ∑∑ a mn sen m =1 n =1 mπx nπy sen a b (2.3) se tendrá entonces para el trabajo de deformación por flexión de la placa que sufrió el pandeo, la expresión D π 4 ab ∞ ∞ 2 ⎛ m 2 n 2 V = ∑∑ amn ⎜⎜ a 2 + b 2 2 4 m =1 n =1 ⎝ donde D = ⎞ ⎟⎟ ⎠ 2 (2.4) EI es la rigidez a flexión de la placa. (1 − υ 2 ) El trabajo realizado por las fuerzas exteriores ( N xy ) durante el pandeo de la placa es ∂ω ∂ω mnpq dxdy = 8tτ xy ∑∑∑∑ a mn a pq 2 ∂x ∂y (m − p 2 )(q 2 − n 2 ) m n p q 0 0 a b U = tτ xy ∫ ∫ (2.5) donde m, n, p, q son enteros tales que m + p y n + q son números impares. Cuando la chapa experimenta cierta flexión normal a su plano, si el trabajo de deformación por flexión de la placa es mayor que el trabajo realizado por las fuerzas exteriores ( N xy ), la forma plana de equilibrio será estable, y si es menor será inestable. El valor critico de τ xy será aquel que iguale el trabajo de deformación por flexión al trabajo de las fuerzas exteriores ( N xy ). Así, igualando el trabajo producido por las fuerzas exteriores (Ec. 2.5) al trabajo de deformación (Ec. 2.4), se halla la expresión del valor crítico de las tensiones tangenciales 19 Abolladura por cortante en vigas armadas rigidizadas longitudinalmente 2 ⎛ m 2π 2 n 2π 2 ⎞ ⎜⎜ 2 + 2 ⎟⎟ a ∑∑ b ⎠ abD m =1 n =1 ⎝ a = mnpq 64t a mn a pq ∑∑∑∑ 2 (m − p 2 )(q 2 − n 2 ) m n p q ∞ ∞ 2 mn τ xy (2.6) Se necesita escoger ahora un sistema tal de constantes a mn y a pq que hagan mínima τ xy . Para ello se igualaran a cero las derivadas de la expresión Ec. 2.6 respecto de cada uno de los coeficientes a mn , obteniéndose un sistema de ecuaciones lineales homogéneas. La ecuación para calcular la tensión crítica τ c se encontrará anulando el determinante de este sistema de ecuaciones. Limitando el cálculo a dos ecuaciones con dos constantes a11 y a12 Timoshenko obtuvo π 2 E ⎛ tw ⎞ τc = ⎜ ⎟ k 12 (1 − υ 2 ) ⎝ d ⎠ 2 (2.7) donde ( 9π 2 1 + α 2 k= 32 α3 ) 2 (2.8) es el llamado coeficiente de abolladura. Esta solución (Ec. 2.7) tiene la misma forma que la expresión para la tensión crítica en paneles rectangulares sometidos a esfuerzos de compresión, sin embargo el valor obtenido para el factor k para paneles simplemente apoyados (Ec. 2.8) difiere en un 15% del valor correcto para α = 1 siendo mayor la diferencia para valores de α mayores a la unidad. Usando un mayor número de ecuaciones Timoshenko obtuvo valores de k más próximos a los valores exactos para distintas relaciones de aspecto. 20 Estado del arte 2.3.2 Coeficiente de abolladura k Durante los años posteriores a la propuesta de Timoshenko para la obtención del coeficiente k numerosos autores continuaron con las investigaciones para obtener mejores tensiones críticas de abolladura, es decir, valores del parámetro k más precisos. Fue en 1924 cuando Southwell y Skan presentaron la solución exacta ( k =5.34) para paneles infinitamente largos ( α = ∞ ) y en 1933 cuando Seydel obtuvo la solución exacta ( k = 9.34 ) para α = 1 . Bergmann y Reissener, en 1932, también contribuyeron al estudio para lo obtención de los valores de k , pero fue en 1947 cuando Stein y Neff publicaron las mejores soluciones para otras relaciones de aspecto α . Éstas darían origen a las parábolas utilizadas hasta el momento actual (Ec. 2.9 y Ec. 2.10) y que aproximan dichos resultados con bastante exactitud (Bleich, 1952) (Fig. 2.8.a). a. Paneles simplemente apoyados en los b. Paneles empotrados en los cuatro bordes cuatro bordes Figura 2.8 Coeficiente de abolladura k en función de la inversa de la relación de aspecto α (Bleich, 1952) En el caso de paneles rectangulares empotrados en sus cuatro bordes, fueron los mismos Southwell y Skan quiénes en 1924 determinaron la solución exacta de k para paneles infinitamente largos ( k =8.98). Otros autores como Budiansky y Connor obtuvieron en 1947 buenas aproximaciones para otras relaciones de aspecto de los paneles, pero fue Moheit quien en 1939 obtuvo las parábolas (Ec. 2.11 y Ec. 2.12) que 21 Abolladura por cortante en vigas armadas rigidizadas longitudinalmente aproximarían todos estos resultados con suficiente precisión (Galambos, 1988) (Fig. 2.8.b). También el caso de paneles con dos bordes empotrados y los otros dos simplemente apoyados fue estudiado por diversos autores. Soluciones a este problema fueron propuestas por Iguchi, en 1938, para el caso general y por Leggett, en 1941, para relaciones α = 1 . Sin embargo fueron Cook y Rockey quienes en 1963 obtuvieron las mejores soluciones. Expresiones polinómicas aproximando dichos resultados (Ec. 2.13, Ec. 2.14, Ec. 2.15 y Ec. 2.16) fueron publicadas por Bulson en 1970 (Galambos, 1988). A continuación, en la Tabla 2.1, se incluyen todos los valores de k en función de las condiciones de contorno de los paneles y de las relaciones de aspecto α de los mismos (Galambos, 1988). CONDICIONES DE RELACIÓN DE ASPECTO, α ≤1 CONTORNO Placa simplemente apoyada en los cuatro k ss = 4.00 + bordes Placa empotrada en los cuatro bordes Placa Bordes empotrada largos en dos empotrados k ff = 5.60 + k sf = 8.98 α 2 5.34 α α ( 2.9 ) k ss = 5.34 + ( 2.11 ) k ff = 8.98 + 2 8.98 2 α = a/d α ≥1 + 5.61 − 1.99α 4.00 ( 2.10 ) α2 5.60 ( 2.12 ) α2 k sf = 8.98 + 5.61 α ( 2.14 ) ( 2.13 ) 2 − 1.99 α3 bordes opuestos y Bordes apoyada cortos en los empotrados k sf = 5.34 α 2 + 2.31 − 3.44 + 8.39α α ( 2.15 ) k sf = 5.34 + 2.31 − 3.44 α α ( 2.16 ) 2 + otros dos Tabla 2.1 Coeficientes de abolladura k en función de las condiciones de contorno (Galambos, 1988) 22 8.39 α3 Estado del arte 2.3.3 Tensión crítica de abolladura en rango inelástico Las soluciones presentadas en el apartado anterior para el pandeo de chapas sometidas a cortante fueron formuladas bajo la hipótesis de un comportamiento perfectamente elástico. Sin embargo puede pasar que la tensión crítica de abolladura se encuentre por encima del límite de proporcionalidad para una situación de cortante puro (Ec. 2.17). En ese caso será necesario adaptar las formulaciones anteriores para tener en cuenta la influencia de este efecto de pérdida de elasticidad. τ c ≥ 0.8τ yw = 0.8 f yw 3 (2.17) Dado que la teoría inelástica de placas es compleja y sus resultados son de difícil aplicabilidad práctica, se emplean métodos simplificados de acuerdo a alguna teoría, como la de Bleich (1952), quien basándose en las condiciones existentes en una chapa en un estado de cortante puro, propuso una solución para adaptar la formula de tensión crítica en rango elástico (Ec. 2.7) al rango inelástico. La teoría de Bleich se fundamenta en suponer que cuando la tensión longitudinal σ x supera el límite de estricta proporcionalidad del acero, en esa dirección las relaciones entre esfuerzos y deformaciones se rigen por el módulo tangente E t , mientras que en la dirección transversal continúa siendo efectivo el módulo de Young E , dado que los únicos esfuerzos en esa dirección son originados por la resistencia del panel a deformarse transversalmente y éstos son pequeños para deflexiones laterales limitadas. Así, las fórmulas para la tensión crítica en rango elástico (Ec. 2.7) también serian válidas en el rango inelástico siempre que en este rango el modulo de Young fuera reemplazado por un módulo reducido. Así, la expresión Ec. 2.7 se convierte en π 2 Eη ⎛ t ⎞ ⎜ ⎟ k 12 (1 − υ 2 ) ⎝ b ⎠ 2 τc = (2.18) donde η = Et E 23 (2.19) Abolladura por cortante en vigas armadas rigidizadas longitudinalmente con η = 1 cuando la tensión crítica τ c esté por debajo del límite de proporcionalidad, y η < 1 cuando τ c esté por encima. Anteriormente a la propuesta de Bleich, Stowell (1948), quien también estudió el pandeo por cortante de chapas en rango inelástico, obtuvo otro valor para el factor η en función del modulo tangente E t y el modulo secante E s . Una de las conclusiones del estudio de Stowell fue que η es prácticamente independiente de las condiciones de contorno existentes y que por tanto era aplicable tanto para el caso de un panel simplemente apoyado en sus cuatro bordes como para un panel empotrado. Además, otra de las propuestas recogida en algunas normativas y de carácter más conservador, toma como coeficiente reductor a η = Et E (2.20) En la Figura 2.9 se representan la solución de Stowell y la propuesta de Bleich (Ec. 2.19), junto con la otra propuesta más conservadora (Ec. 2.20). Se puede observar que la Ec. 2.19 de Bleich es una buena aproximación a la solución propuesta por Stowell y que nos deja del lado de la seguridad, quedando la tercera de las propuestas bastante más alejada de las otras dos. Figura 2.9 Diferentes propuestas para el factor η en función de la tensión de comparación de Mises para un estado de cortante puro (Bleich, 1952) 24 Estado del arte 2.3.4 Condiciones de contorno En prácticamente todos los métodos de diseño de vigas armadas existentes, también en los incluidos en las normativas vigentes, cuando se determina la tensión crítica de abolladura de los paneles se considera conservadoramente que las condiciones de contorno son las de un panel simplemente apoyado en sus cuatro bordes. Éstas, sin embargo, no son, en general, las condiciones reales en vigas armadas. Generalmente se asume que en las vigas rigidizadas transversalmente, los rigidizadores transversales son los suficientemente rígidos como para formar líneas nodales de las ondas sinusoidales de los diferentes modos de pandeo del alma. En este caso sí podría estar bien justificado el asumir la condición apoyo simple en los bordes laterales de los paneles, puesto que los rigidizadores transversales se diseñan para cumplir dicha condición. Por el contrario, el alma del panel esta elásticamente coartada en la junta entre ala y alma. Las condiciones de contorno reales estarán a medio camino entre un apoyo simple y un empotramiento dependiendo fundamentalmente de parámetros como la relación de espesores entre alas y alma ( t f t w ). Aunque esta noción de condiciones de contorno reales ha sido bien reconocida desde hace tiempo, las condiciones de contorno han sido tradicionalmente asumidas de manera conservadora básicamente debido a una falta de medios para evaluarlas de una manera racional (Lee et al., 1996). Así, Lee et al. (1996) estableció una nueva propuesta (Ec. 2.21 y Ec. 2.22) para los coeficientes de abolladura teniendo en cuenta el grado de empotramiento que proporcionaban las alas al alma a partir de los valores clásicos (Tabla 2.1) y en función de la relación t f t w . k = k ss + ⎡ 4 (k sf − k ss ) ⎢1 − 5 ⎣⎢ k = k ss + 4 (k sf − k ss ) 5 t 2⎛ ⎜⎜ 2 − f tw 3⎝ ⎞⎤ ⎟⎟⎥ ⎠⎦⎥ para para 25 1 tf < <2 2 tw tf tw >2 (2.21) (2.22) Abolladura por cortante en vigas armadas rigidizadas longitudinalmente donde k ss y k sf son los valores recogidos por Galambos (Tabla 2.1) correspondientes a las condiciones de contorno de apoyo simple (Ec. 2.9 y Ec. 2.10) y empotramiento (Ec. 2.14 y Ec. 2.15) en los dos bordes unidos a las alas. Estrada (2005) también estudió la influencia de las condiciones de contorno en el pandeo de chapas. En esta ocasión el estudio fue realizado para vigas armadas de acero inoxidable, concluyendo de la misma forma que la relación t f t w es el parámetro clave para establecer las condiciones de contorno reales en una viga armada. A pesar de realizarse para aceros inoxidables, la propuesta de Estrada para los coeficientes de abolladura puede ser de gran interés para el presente trabajo puesto que Estrada, en la medida de lo posible, no incluyó en éstos la influencia de la no linealidad del material. Su propuesta para los coeficientes de abolladura es - Para paneles con α ≤ 1 : k = 0.8k ss + k = k ss + 0.2 k ss t f ⋅ 3 tw tf tw k sf − k ss ⎛ t f ⎞ ⋅ ⎜⎜ − 3 ⎟⎟ 7 ⎝ tw ⎠ tf k ≤ k sf tw <3 (2.23) ≥3 (2.24) - Para paneles con α ≥ 1 : k = 0.5k ss + (0.05k ss + 0.2 k sf ) ⋅ k = (0.6k ss + 0.4 k sf ) + tf tf tw tw 0.55k sf − 0.6k ss ⎛ t f ⎞ ⋅ ⎜⎜ − 2 ⎟⎟ 8 ⎝ tw ⎠ k ≤ k sf tf tw <2 (2.25) ≥2 (2.26) donde k ss y k sf son los valores recogidos por Galambos (Tabla 2.1) correspondientes a las condiciones de contorno de apoyo simple (Ec. 2.9 y Ec. 2.10) y empotramiento (Ec. 2.14 y Ec. 2.15) en los dos bordes en contacto con las alas. 26 Estado del arte 2.3.5 Rigidizadores longitudinales Con el fin de maximizar la relación resistencia/peso, mejorando así la eficacia en el diseño de vigas armadas, frecuentemente se emplean rigidizadores longitudinales, además de los transversales. Su principal efecto se ha demostrado que es el de incrementar la tensión crítica de abolladura del alma, aunque el incremento en la capacidad última puede ser también importante (Evans, 1983). En el diseño de este tipo de rigidizadores hay dos conceptos posibles: el de rigidizadores rígidos y el de rigidizadores flexibles (Škaloud, 1983). En la primera aproximación los rigidizadores son diseñados para proporcionar al alma un apoyo rígido, induciendo así a la creación en los rigidizadores de líneas nodales de la superficie pandeada del alma. De esta manera se obtienen unas óptimas condiciones de contorno para el pandeo del alma, consiguiendo alcanzar la mayor resistencia crítica posible para la viga. En la segunda aproximación la presencia de los rigidizadores flexibles mejora el comportamiento del alma, pero sin aportar al alma un soporte suficientemente rígido. De esta manera los rigidizadores deformaran solidariamente con el alma. En este caso la capacidad crítica no podrá ser tan alta como en el caso anterior, pero habrá un ahorro económico en lo que a material para rigidizadores se refiere. Tradicionalmente se ha empleado mucho más el concepto de rigidizadores rígidos debido principalmente a que el análisis es más sencillo y rápido. Así, una vez los rigidizadores se han diseñado como rígidos, el análisis del alma se puede reducir al análisis de los subpaneles entre rigidizadores. Además, el empleo de elementos poco rígidos, aunque resultando un procedimiento teóricamente barato en relación al peso del material a emplear, no disminuye sensiblemente los costes de la mano de obra. Una manera de cuantificar la capacidad de los rigidizadores es a través de su rigidez a flexión relativa, definida como γ= EI s Dd 27 (2.27) Abolladura por cortante en vigas armadas rigidizadas longitudinalmente donde E = módulo de Young I s = inercia del rigidizador d = canto del alma D= Et 3 = rigidez a flexión del alma por unidad de ancho 12(1 − υ 2 ) Para determinar la rigidez a flexión relativa necesaria para que el rigidizador se comporte como rígido habitualmente se toma como base el concepto de rigidez óptima. Ésta se puede definir desde un punto de vista práctico como el valor de γ por el que la carga crítica de toda el alma rigidizada es igual a la carga crítica del subpanel más desfavorablemente solicitado y más esbelto, siempre asumiendo que éste subpanel está simplemente apoyado en los cuatro bordes (Škaloud, 1983). Muchos han sido los estudios que han tratado de determinar la rigidez óptima γ * para distintos tipos de rigidización y carga. Tomando como base un comportamiento perfectamente lineal en un panel sin imperfecciones iniciales sometido a un estado de cortante puro y con un rigidizador longitudinal centrado (Fig. 2.10), la rigidez óptima según la antigua normativa alemana DIN 4114 es γ * = 5.4α 2 ( 2α + 2.5α 2 − α 3 − 1) (2.28) τ τ d τ τ a=α ·d Figura 2.10 Panel sometido a cortante puro y con un rigidizador longitudinal centrado 28 Estado del arte En cualquier caso la presunción de linealidad adoptada no se corresponde a la realidad, por la presencia de imperfecciones iniciales, irregularidades y tensiones residuales que las vigas reales poseen. Por ello, diversos autores han concluido que en la realidad el valor de la rigidez óptima puede alejarse de los valores teóricos presentados en la antigua normativa alemana. Así, una manera habitual de especificar la rigidez necesaria para asegurar un comportamiento rígido es a través de la relación γ γ * que deben cumplir los rigidizadores. Así, Marco (1998) recoge los resultados obtenidos por Massonnet quién estableció que para relaciones 0.5 ≤ α ≤ 2 era necesaria una rigidez a flexión relativa tres veces superior a la rigidez óptima propuesta por la antigua normativa alemana DIN 4114 (Ec. 2.28). Cabe mencionar que según Marco con una rigidez a flexión relativa tres veces superior a la establecida por la antigua norma alemana, los rigidizadores permanecen prácticamente sin deformaciones hasta el colapso final de la viga y no tan solo hasta alcanzar la carga crítica. Para el caso de acero inoxidable y relaciones de aspecto iguales a la unidad, también Estrada (2005) concluye que es necesaria una rigidez a flexión relativa igual a tres veces la rigidez óptima definida según la normativa alemana. De esta manera, en aquellos casos donde el rigidizador se comporte rígidamente será suficiente con analizar el subpanel. Si se quieren tener en cuenta las condiciones de contorno reales de la pieza y no la solución conservadora de adoptar condiciones de apoyo simple en los cuatro bordes, la solución que propone Estrada (2005) es analizar el subpanel y obtener el valor de k tomado como espesor de alas la media entre el espesor de las alas y el espesor del rigidizador longitudinal. Para otros casos donde el rigidizador no es suficiente para limitar el pandeo al subpanel existen diversas propuestas que tienen en cuenta esta aportación de los rigidizadores, en función de su rigidez a flexión relativa, en la obtención del parámetro k . A continuación se detallan algunos de los más relevantes para un panel simplemente apoyado en sus cuatro bordes y con un rigidizador longitudinal centrado: 29 Abolladura por cortante en vigas armadas rigidizadas longitudinalmente - Crate y Lo (1948) – desarrollado para un panel infinitamente largo. Expresión obtenida por Höglund (1997) aproximada a la curva teórica de Crate y Lo. k = 5.34 + 1.363 γ (2.29) - DIN 4114 (1953) – antigua normativa alemana actualmente derogada por la vigente DIN 18800 (1990). k= 4.93(1 + α 2 ) 0.5 ≤ α ≤ 2.0 α3 ζ (2.30) donde 10.24 (1 + α 2 ) 2 + 3.16(1 + 9α 2 ) 2 + 4.05γ ζ = + (1 + α 2 ) 2 (1 + 9α 2 ) 2 + 2γ (1 + α 2 ) 2 + 2γ (1 + 9α 2 ) 2 + 10.24(1 + α 2 ) 2 + 0.41(9 + α 2 ) 2 + 13.11γ (1 + α 2 ) 2 (9 + α 2 ) 2 + 2γ (9 + α 2 ) 2 + 162γ (1 + α 2 ) 2 - Höglund (1997) k = 5.34 + 4 α2 + 3.45γ 3 4 α2 (2.31) - Beg (2003) k = 4 .1 + 6.3 + 0.05γ α 2 + 1.44 3 γ donde γ es la rigidez a flexión relativa (Ec. 2.27). 30 (2.32)