T Cuento Q 2013 A continuación, la nómina completa de los 100 minicuentos del 2013. 1er Premio No encontró sus zapatos debajo de la cama, pero si halló un par de ojos amarillos, mirándolo con firmeza. Manuel Atienza 2do Premio Viajaba hacia Salto. Se despierta de madrugada, solo; nadie en ningún asiento, baja, camina unos metros. El bus arranca dejándolo en medio de la oscura noche. Martín Tessier 3er Premio Supo que no lo sujetaría pero igual soltó el trapecio y dio el salto mortal. Sintió que el otro sabía que era el amante de su mujer. El salto honró su nombre. Javier Martínez Premio Estudiante (alumnos de Secundaria y UTU) No pasa nada amor, dijo mi madre, mientras acariciaba mi pelo, ya todo pasará y el sol brillará nuevamente, pero... a mi corta edad un eclipse no se entiende. Camila Campeón Sierra Liceo "Juan Belza" de San Ramón (Canelones) 10 Menciones Al ver que Peñarol perdía, se metió en la cancha, eludiendo la seguridad... y voló por los aires en una atajada impresionante. Al despertar le dolía la espalda... Laura Ayusto En carnaval miles aplauden frenéticos su vestido largo, su boca pintada, los tacos altos. El resto del año sufre en la oficina tras su careta de hombre. Sergio López Suárez Cerrado por duelo, decía el cartelito a la entrada de su trabajo. El entró sin abrir la puerta. José Caputo Ella nunca supo, que el cuento que leería al llegar a la oficina, lo estaba escribiendo él, desde su celular, sentado junto a ella en el ómnibus, sin conocerla. Ignacio Vignoli Por temor a que el espejo le devorase, dormía con la luz encendida. Una mañana, Santi había desaparecido. La radio reloj parpadeaba indicando la hora del apagón. Marcelo Viscarret Desde que se encontró la primera arruga, Narciso ya no quiere aparecerse por el lago. Ahora chatea en internet. Gabriela Onetto Al oír el trote del caballo se abalanzó al ventanal para verla con su melena al viento. Pero ella no pudo desviar la vista: el carro de basura podía volcársele. Nora Sisto En los cuentos de tu amor violento, me perdí mil historias de amor, le dijo Caperucita, mientras el lobo se miraba la tobillera electrónica. Pedro Viola Y mientras guardaba la tiza en el cajón comprendió, con más culpa que resignación, que no sería él quien marcaría la diferencia... Eugenia Tabárez Debía vencer el temor, así que dejó un brazo fuera de las sábanas. Gerardo Cohanoff Finalistas No cuenten conmigo. Una historia que hable sobre las cosas verdaderamente importantes de la vida no puede plasmarse en 160 caracteres. Son demasiados. María Isabel Pérez Era con odio como miraba la estatua al anciano que daba miguitas a las palomas en la plaza del pueblo. José María Fructos Abib Veintisiete pasos. Una escalera. Oscuridad. A mi espalda los vestigios de un mundo ajeno. Frente a mi, el camino desciende otros veintisiete pasos. Gabriel Puig El sapo se adelantó y besó a la princesa, y vivieron a los saltos para siempre. José Caputo Teseo tumba al minotauro; toma la punta del hilo de oro y corre por el laberinto. ¿Ya te vas? oye decir al toro que tiene en su boca el otro extremo del hilo. Sergio López Suárez ¡Bienvenidos a noticias escritas! "El gremio de las letras decreto un paro. Solo las vocales adhieren." Incr3lbl3, jvstq cv4ndq 3st4b4 d4ndq l4 prlm3r nqtlcl4. Diego Coppa Cuando tomó la decisión de ponerse de pie, mirarle a los ojos y tirarle todas esas palabras guardadas a la cara, se topó con su mirada. Eso bastó. Mariela Krämer Pensó que era el único sobreviviente, hasta que vio que todos lloraban por él. José Caputo En el tubo de ensayo vertió la última gota de savia. Y se sentó, a recordar de qué color era el verde. Fernando Irecio ¿He dejado de alucinar? Le preguntó tras despertarse de la larga fiebre al hongo turquesa que vio parado arriba de un unicornio alado. Marcelo Rosas Tengo muchas ideas para hacerte pasar bien. El problema es que ninguna me incluye. Juan Camps Inteligentemente Caperucita Roja no aceptó la solicitud de amistad del lobo, apagó la notebook y se fue a dormir. Oscar Acosta Repetía para sus adentros "lo que no te mata te fortalece", riendo y esperando que llegaran los bomberos a sacarle los escombros de encima. Ana González Genial, algo más en lo que no soy bueno -dijo con su trasero en el suelo, y la soga rota colgándole del cuello. Manuel Atienza En su XO el niño muestra el sistema solar, con movimiento, pero lleva MB, no hizo la cartulina que la Maestra pidió. Aprendió la lección para la próxima vez. Gustavo Machado Ninguno de sus amigos había vuelto, pero habían recibido la ovación del público, se habían agitado los pañuelos en su honor. La puerta se abrió y el toro salió. Ricardo Aharonian Decidió jubilarse de vidente cuando supo que lo matarían. De todos modos no pudo evitarlo. Juan Camps En tu abrazo caminamos hasta las manzanas. Acaricias la más roja y mojada. La acercas a mi boca y rompo su piel. Te doy agua perfumada para jugar con fuego. Susana Segú Reca Su cuerpo era su mercancía. Esperaba un día darlo gratis. Marcos Fernández “Solo para ti tengo ojos, hermosa” decía mientras me acariciaba la pierna. Al otro lado de la línea, su mujer le creía. Marcos Llemes En mi reino algo anda mal, murmuraba el Rey mientras lavaba los pisos. Detalles nomás, le dijo su sirviente que lo escuchó mientras comía sentado una manzana. Raúl Fernando Soria Casandra tuvo que comenzar a mentir para que creyeran en ella. Cecilia Gayo Cuando llamó por tercera vez se dio cuenta que no era el cartero. José Caputo El hombre se vio en el televisor. Se daba la espalda. Fue entonces cuando decidió ir a caminar. Bianca Soler Siempre hubo iluminaos. Entre lanzas y gritos, el gaucho pensó mejor tomar mate y vivir, que morir por un caudillo. Se jue gritando "viva tal", pa despistar. Ruben de León Estaba eufórica ante la idea de una velada inolvidable, cuando recibió la mas cruel de las frases, no te vistas que no vas. Edmundo Rodríguez Prati “Te va a matar el sueño”, le dijo la vidente. Aterrado, dormía diez y más horas al día. Bostezando luego de una siesta, se tragó una avispa. Murió ahogado. Francois Graña El cirujano abrió rápido; hurgó con cuidado adentro y cerró. Miró abatido a su colega y le anunció: “Lo siento. ¡Lo perdimos! Tampoco en mi maletín está tu celular”. Sergio López Suárez Le recomendé que no moviera tanto la caña si quería tener éxito pescando desde la orilla. Me respondió que dejara de mirar su sombra en el agua. Teodoro Frejtman Desnudos como antorchas encendidas los vieron revolcarse y grabar en la playa sus nombres para siempre, hasta que vino una ola gigante y los borró. Jorge de Armas Antes de comenzar el juego ambos rivales cruzaron algunas palabras. Fue decisivo, porque descubrieron que el Scrabble no había sido inventado para ellos. Teodoro Frejtman Levantó la mirada y se vio en el río. Nada volvió a ser igual. Florencia Arévalo Escribió todo pensando en la muerte, pero la vida le dio veinte años más de pasado. Gabriel Vázquez Apretujado, buscó respirar entre pisotones de vacas acostumbradas. Cuando el guarda gritó "al fondo que hay lugar", quiso protestar y le salió un mugido. Agustín Cano Mirando la novela, la abuela siempre le hablaba a los personajes. “Nunca te van a contestar, abu, ellos piensan que nosotros somos de mentirita”. Ruben García Amstrong salió del Apollo, puso un pie en la luna y dijo “muchachos, todo fenómeno pero lo de la trompeta acá no camina”. Gabriel Puig Hace tiempo que el Diablo planeaba su año sabático para el 2013. Ahora, en lugar de venderle el alma al Diablo, se la vendés al Candy Crush. Carolina Cynovich Cuando me aburría de escribir saltaba por la banderola de la puerta de entrada y salía a recorrer los pasillos turbios y espinosos de mi conciencia. Johana Belén Castro Su amor se consumaba cada noche sobre las aguas del lecho de aquel río. La cruel sequía fue la causa de su divorcio. Luis Scarpa Hablé hoy con el hombre nuevo por el que tanto había luchado. Él me dijo: viejo pesado. Yo le dije: imberbe ignorante. Juan Camps El golpe al banco había sido perfecto. Será portada de los diarios –pensó orgulloso. Pero la portada fue otra: era abril de 1912 y viajaba a bordo del Titanic. Wiston Ríos Siempre se escondía detrás de la puerta, hasta que un día se escondió delante de ella y nadie encontró la puerta de salida. Teodoro Frejtman No entendés -dijo Laura, nerviosa- No temo porque la pintura me siga con la mirada, temo porque me pestañeó. Manuel Atienza Se propuso resumir Los Tres Cerditos en un minicuento de sólo 160 caracteres. Pero se encontró con el carácter podrido del Lobo. Teodoro Frejtman La multitud que inundaba aquella avenida se dispersó asfixiada por los gases lacrimógenos. Él no tuvo problemas, el féretro estaba herméticamente cerrado. Luis Scarpa Me enamoré de una bestia. Desde entonces comenzó la tortura. Lucas Malaquina Lo peor que hizo fue no hacer nada, sabiendo que estaba haciendo algo. Florencia Rodríguez Mi abuelo era camionero. Un día, en una bajada, pasó al lado nuestro un bólido. “¿Qué es eso, abuelo?”. Él muy tranquilo dijo: “Eso… es nuestra zorra, m’hijo”. Jorge Alza Carbone Todo estaba perdido para aquel descorazonado viejo. Aún así tomó la pluma y escribió: "En un lugar de la Mancha...". Ana Rodríguez Olivera Tras sus respectivos desengaños y cicatrices se encontraron. En aquel lugar nacieron de nuevo y para ellos fue el paraíso. Así se conocieron Adán y Eva. Wiston Ríos La besé y se marchaba indignada pero le grité “Estás acostumbrada a que te relaten cuentos, no a que te incluyan en una historia” y entonces se detuvo. Daiana López Ahora usted y yo, deberíamos estudiar mas a fondo ese asunto de las empresas autogestionadas, le dijo Don Verídico a la Duvija. Pedro Viola La niña y el padre caminaban de la mano una noche. La niña quiso saber a quién seguía la luna. Se separaron unos metros y el padre dijo a la niña: es a vos. Lorena Silvera ¿Que quería ser cuando fuera grande? Esto seguro que no... Liliana Núñez de Moraes Cuando le pedí que escribiera un minicuento surrealista, me describió la realidad del sur. Teodoro Frejtman Si no hacía algo pronto aquel rey moriría en manos de aquellas fieras. Pensó en cómo salvarse. Y procedió rápido... decapitó al gladiador. Ana Rodríguez Olivera Llegó a los mil amigos, y para festejarlo, salió a la calle para mirar a alguien a los ojos. José Caputo Sacó de la galera varias cosas esa noche, brilló como nunca delante del público. Pero detrás del telón surgió una lágrima, en silencio, ella ya no estaba. Ivan Ypes Asustado dejó de leer. El libro era más largo, pero su vida acababa ahí en la tercera línea de la página 30. Juan Camps Luego de muchos años sin verse, cuando por última vez se embarcó a las aguas del Pacífico, ella fue al muelle a buscarlo para verlo volver de la mano de otra. Gustavo Gómez Todos lo buscaban sin tregua y el siempre viajaba sin pausa, dejando todo atrás, buscando. Hasta que un día, exhausto, Wally se encontró a sí mismo. Santiago Castells Gregorio despertó una mañana pensando que era el mismo, hasta que se miró al espejo y suspiró aliviado. Rafael Katzenstein Dios nunca le tuvo miedo al Diablo, eso es sabido. Pero hace unos miles de años que a nosotros no nos puede mirar a los ojos. Lucía Álvarez Nació, creció, se reprodujo y murió. Siempre así. Siempre igual. Con la obtusa sensación de estar plagiando un dejà vu. Paola Menchaca González Sorpresivamente se abrió la tumba, de ella no emergió nada. No me extrañó, sucedió lo mismo cuando logré abrir la mía. Luis Scarpa La veía ir y venir, sentía su voz y su presencia. Fue hasta verla con otro que descubrí que el fantasma era yo. Iván Gutiérrez La maestra dice que no sé, que yo no quiero aprender, que parece que quiero repetir. Pero yo nunca dije nada. Patricia Hauser “Debido a recientes sucesos, está terminantemente prohibida la entrada al local con conejos los días martes y jueves” – La Administración. Manuel Atienza Sucedió en mi pueblo. El Vale 4 tiró un zorrillo en medio del baile, sobraba perfume para tanta sorpresa. Fue el comienzo de la guerra química. Sergio Miguel Campot González Estas no son venas son cables, gritaba el loco mientras introducía la tijera en su antebrazo. Ni bien terminó de cortar desaparecieron las paredes del manicomio. Leonardo Flores La estatua duerme en su molde de mármol, la gota de agua le hace cosquillas, rayos amarillos la acarician y tormentas no la despiertan. Susana Segú Reca ¿Por qué me haces esto? sollozó angustiado. Ella no dijo nada. Se oscureció lentamente hasta apagarse. No le respondió. Nora Sisto Obsesionado por la simetría en cada detalle de su vida finalmente la terminó como la comenzó: desnudo, llorando y cubierto de la sangre de su madre. Santiago Castells La golpeó tanto, que cuando ella yacía en el suelo, vio los ojos cada vez más grandes de su hija, y le contó que había perdido la pulsera electrónica. Helem Tabarez Me discute que los mejores minicuentos son los de los Hnos. Grimm. Cómo explicarle que un minicuento nada tiene que ver con la edad de sus destinatarios. Teodoro Frejtman En medio de la noche, el sereno, escuchó un ruido detrás; dio vuelta para ver; escuchó un ruido detrás... Andrés Tarantelli Anhelaba tanto la soledad que descosió su propia sombra. Maximiliano Friss Con esa puñalada directa al corazón agonizaba mientras su hermana desaparecía en el polvo. Florencia Rodríguez El centro de la llama es frío. Con distintas metodologías intenté arribar al corazón mismo del fuego mirándolo a los ojos mientras el apagón nos iba cercando. Martín Caramellino Veía las torturas desde el techo de esa vieja fábrica cada día como en un ritual, una noche lo agarraron del hombro y escuchó como una voz firme decía "maricón" Alexis Borla Desembarquemos don Solís, me han dicho que aquí se come muy bien. José Caputo Danzábamos bajo la luz de la luna cuando vimos que llegaban con soles en sus cabezas, en ese momento comprendí que mi tierra ya no brillaría. Daiana López Al final, haciendo autocrítica, todos los minicuentos que había escrito le parecieron horribles. Al Jurado también. Teodoro Frejtman Pensó que se encontraba en un país muy culto cuando vio a todos los pasajeros leyendo. Sin embargo intuyó que algo malo ocurría al ver que leían el mismo libro. Daniel Castelo Le enseñó a volar y quiso seguirle el vuelo. Desde el suelo, viejo y cansado, mira al cielo para verla pasar. José Caputo Entre usted y yo, Tadeo jamás gozó de una pizca de suerte. Perdió llaves, dinero y trabajos, y luego fue a la guerra. Ahí perdió el seguro de la granada. Maximiliano Friss