“Sobre el presente momento social”: Acción Católica y el dialógo

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“Sobre el presente momento social”: Acción Católica y el dialógo sobre la “cuestión
social” en la Iglesia Salvadoreña antes y despues del ‘321
Aldo V García Guevara, Universidad de Texas en Austin, EEUU2
La importancia de los sucesos de el 1932 en la historia de El Salvador es
indudable. Fue un momento clave pero áparace que muchas de nuestras suposiciones
sobre el impacto del levantamiento, de la subsecuente matanza, y la ascendencia de
General Maximiliano Hernandez Martínez necesitaban modificación. Historiadores e
investigadores definieron el ‘32 como un punto de partida entre los regimenes civiles y
semi-populistas de la familia Meléndez-Quiñónez y la dictadura autoritaria que ujieró
cinco decadas de control militar. No hay duda que el 1932, como 1948 y 1972, fue una
oportunidad perdida para el desarrollo de procesos democráticos.3 No obstante, los
grandes cambios fueron acompañados de la continuación de procesos en marcha. El
desarrollo de la acción y el pensamiento social Católica antes y después del ’32 reflejan
la continuación y los cambios. Miembros de la jerarquía Católica participaron en la
crítica reformista de las estructuras políticas y económicas salvadoreñas en la década de
las 1920. Los Obispos, los curas, y Católicos laicos organizados contribuyeron al diálogo
nacionalista y anti-imperialista y se preocuparon particularlmente con la “cuestión social”
sobre los salarios y las condiciónes de los trabajadores urbanos y rurales. Después del
1
Expreso mi agradecimiento a la Oficina de Estudios Internacionales, el Departamento de Artes
Liberales, la Junta de Historiadores de Pos-grado de la Universidad de Tejas en Austin, la Fundación
Tinker, y la familia Castañeda. El apoyo financial hicieron de estas familias e instituciones hicieron estas
investigaciónes posible. Muchas gracias a don Rafael Flores del Archivo General del Arzobispado de San
Salvador. Y gracias a Rúben por el café. Sin café, que es El Salvador?
2
Trabajo en progreso. Por favor no citar.
3
Patricia Alvarenga sees the old repressive system revived in 1932 after a radicalization and
democratization of the laet 20s. Alvarenga, Patricia. Cultura y ética de violencia: El Salvador 1880-1932.
San José, Costa Rica: EDUCA, 1996.-R
2
’32 la crítica reformista no fue simplemente e imediatamente silenciado y sustituido con
prescripciónes simples para orar y obedecer. En cambio, siguieron buscando como
resolver “la cuestion social” el la década de los 1930.4
Las relaciones entre el estado y la Iglesia salvadoreña historicamente no han sido
armoniosos. El siglo XIX fue particularmente conflictivo. Un autor argumentó que el
conflicto religioso-politico fue mas agudo en centroamerica que en las otras regiones de
latinoamerica.5 El conflicto no fue principalmente ideológico pero sobre el póder y el
control. La lucha fue sobre control del patronato. Los lideres politicos se creyeron
heradores de la corona española.6 Sí, el conflicto fue agudo. El estado puso en prisión
varias sacerdotes y exilió el Obispo de San Salvador Doctor Don José Luis Cárcamo y
Rodríguez por haber encabecerado levantamientos en Coatepeque y San Miguel en 1875.
No obstante, Carlos Gregorio nos relata que los dos lados decidieron “no prolongar
4
La relación entre la Iglesia y el regimen de Gen. Martínez era sobre todo positiva, aunque
muchos clérigos criticaron la teosofía, la secularición de las escuelas y el lento desarrollo de la reforma.
Para una interpretación del fascismo del Martínez vea Raul Padilla Vela, El fascismo en un pais
dependente, la dictadura del general Maximiliano Hernández Martínez (San Salvador, El Salvador:
Editorial Universitaria, 1987). Una inla dictaduras militares que vendió un “raquetero de proteccion” al
gobierno estadosunidence y a la elite salvadoreña vea William Stanley, The Protection Racket State: Elite
Politics, Military Extortion, and Civil War in El Salvador (Philadelphia, PA: Temple University Press,
1996). On how Martínez’s heterodox economic policies compared to other Latin American states see
Rosemary Thorp, ed. Latin America in the 1930s (1984).
El trabajo de Erik Ching’s refleja la re-evaluación actual sobre la naturaleza de la dictadura y
como se mantieneron poder implementado la represión, pero también el clientelismo y el apoyo de grupos
corporatistas. Para una discusión sobre el patronato y el reformismo de Martínez vea Erik Ching y
Virginia Tilley, “Indians, the military and the rebellion of 1932 in El Salvador,” Journal of Latin American
Studies (Feb 1998): 121-157 y Erik Ching, “Patronage and Politics under Martínez, 1931-39: The Local
Roots of Military Authoritarianism in El Salvador” en Lauria and Leigh Binford, eds. Community, Politics,
and the Nation-State in Twentieth Century El Salvador, próximo. También vcea Williams, Philip and Knut
Walter. Militarization and Demilitarization in El Salvador’s Transition to Democracy. Pittsburgh, PA:
University of Pittsburgh Press, 1997.-R
5
Adolfo Bonilla, “La busqueda de la reconstrucción centroamericana, 1841-55,” en Alvaro
Magaña Granados, ed., El Salvador: La República Tomo I (San Salvador, El Salvador: Banco Agricola
Comercial, 1999), 126.
6
Marcos R Salinas. Relaciones entre iglesia y estado: El Salvador, 1821-1871 (San Salvador, El
Salvador: Arzobispado de San Salvador, 1992, passim.
3
innecesariamente la confrontación.”7 La Iglesia y el estado lograron un modus vivendi
desde la administracion de Presidente Rafael Zaldívar.8 Decidieron que ambos se
necesitaban y que los requisitos y las metas fueron complementarios. Por ejemplo, la
Iglesia Salvadoreña coordinó su campaña contra las cofradías indígenas con la
privatizacion de las tierras comunales después de 1892. El primer arzobispo de El
Salvador (al tiempo solo obispo) mons. Antonio Adolfo Pérez y Aguilar (1888-1926)
intentó reformar los costumbres de las comunidades indigenas y los Liberales deseaban la
tierra para modernizar la economía y consolidar su poder.9 En adición, el obispo Pérez y
Aguilar colaboró en el golpe que derribó del poder al presidente Tomás Regalado en
1903 y aceleró la consolidación del mando cafetalero.10
La oligarquía cafetalera que monopolizó el poder político en los 1880s estaba
cumpliendo un proyecto que se desarrollaba por decádas y aceleraron la construcción de
repúblicas liberales. Estos liberales se diferenciaron de los liberales de las primeras
decadas del siglo XIX. Como nos enseña Eugenia López, la libertad ya no era suficiente,
se necesitaba el progreso (modernización economico y politico) vía el orden y el paz.11
La palabra clave en la ideológia fue orden. Los liberales dejaron que grupos populares
7
Carlos Gregorio López, “Tiempo de liberales y reformas 1871-1894” en Magaña, ed., La
Republica Tomo I, 229.
8
Rodolfo Cardenal, El poder ecclesiastico en El Salvador 2a ed. (San Salvador, El Salvador:
CONCULTURA, 2001), passim. This of course dide not mean that the conflict ended but that the extreme
phase of church-state conflict was over.
9
Rodolfo Cardenal, “Reorganization de la iglesia” en Dussel, Historia General, 312-323.
10
Arturo Taracena Arriola, “Liberalismo” en Edelberto Torres-Rivas, ed., Historia general de
Centroamérica (Madrid: FLACSO, 1993), 216.
11
Eugenia López, “La inestabilidad y la promesa del progreso 1856-1871” en Magaña, El
Salvador Tomo I, 187.
4
participaran en la vida social y política durante los años del liderazgo cafetalero pero las
elecciones eran manipuladas y frecuentemente se presentó solo el candidate oficial.12
Líderes seculares y religiosos apoyaron organizaciones populares que incluyeron
sociedades mutuales y cooperativas, intentando controlar las masas. Lideres religiosos y
los miembros de la alta jerarquía a veces emplearon retórica radical pero no intentaron
promover la igualdad social y económica, o la autonomía y la democracia para las masas.
No obstante, existió una ambivalencia dentro de la Iglesia Católica que se agudizo con
los avances del protestantismo, el socialismo, y especialmente el comunismo temoroso en
las primeras décadas del siglo XX.13 La Iglesia tenía que responder y adaptar a las
condiciones que promovieron la tierra fértil para el comunismo.
Los religiosos y la oposición se influyeron mutuamente incrementando al
ambivalecia dentro del pensamiento y la acción Católica. Por ejemplo, los líderes de la
Iglesia rechazaron a los comunistas pero trataron de resolver los mismos problemas de
pobreza y desigualdad, la “cuestion social,” con lenguaje y técnicas similares. Aceptaron
la realidad de la lucha de las clases (aunque no lo creían inevitable) y reconocían el poder
de las organizaciones de las masas. La Iglesia no tenía alternativa porque los radicales
eran buenos misioneros que ofrecían algo que los conversos necesitaban. Los
12
Para un analísis amplio de la participación popular en la politica decimonónica vea Aldo LauriaSantiago, An Agrarian Republic: Commercial Agriculture and the Politics of Peasant Communities in El
Salvador, 1823-1914 (Pittsburgh, PA: University of Pittsburgh Press, 1999).
13
El anti-semitismo estába profundamente embedded sobre el desarrollo de la Iglesia Católica y se
manifesto en formas ocultas y abiertas adentro del rétorico anti-comunista. El diario El Tiempo reportó
sobre las manifestaciones internacionales del peligro judaíco. Por ejemplo se publicó que “la mayor
contigente” de la “trata de blancas” en polonia era “el elemento judío.” “Actividad social catolica
feminina,” El Tiempo (21 febrero 1931). Tambíen hay frequentes condenaciónes del cáracter judío de los
revolutionarios y la revolución. Por ejemplo, vea “Los judíos: fuerza oculta de la revolución,” El Tiempo
(19 agosto 1932). Para una discussion del anti-semitismo en la historia de la cristianidad vea William
Nicholls, Christian Antisemitism: A History of Hate (Northvale, NJ: J Aronson, 1993).
5
renovadores dentro de la iglesia pensaban que ellos tenían que ofrecer soluciones a los
problemas materiales.
Políticos y eclesíasticos respondieron más y más a las presíones populares que
crecieron dramáticamente durante las primeras decadas del siglo XX con un retórico
“obrerista.” Los 1910s y 1920s fueron décadas de crecimiento económico tremendo,
resultado de la explosion en los precios y la producción de café.14 Organizaciones
laborales emergieron y respondieron al crecimiento de los obreros asalariados y la
concentración de propiedades terrenales. Al principio, la mayoría del clero ofreció
solamente obras paternalistas y beneficiosas pero una minoría significante reconoció los
limites de acción puramente espiritual. Estos cleros progresivos buscaron repuestas para
el desafío de socialismo y propusieron organizaciones laicas incluyendo Acción Católica,
con la esperanza de contestar la “cuestion social.” Acción Católica era un término que
describió grupos laicos organizados y apoyados por obispos locales que generaban un
entusiasmo militante para extender la influencia espiritual de la iglesia.15 Criticamente,
las organizationes también implementaron una “estrategia de desarrollismo”
promoviendo programas sociales y economicos con una vanguardia de laícos militantes.16
14
Aunque Eugenia López nor recuerda que fue un tiempo de “expancion económica pero también
de crisis” por las bajadas y subidas del demando y del precio de exportaciones.” Veá tambien xxx en
Historia General de Centroamerica Tomo IV Las Republicas Agroexportadoras (Madrid, España:
FLACSO, 1993).
15
Ivan Vallier, Catholicism, Social Control and Modernization in Latin America (Englewood
Cliffs, NJ: Prentice-Hall, Inc., 1970), 64.
16
Philip Williams separá la Acción Católica de los 1920s de las incarnaciones decinomonicas.
Philip Williams, “Popular Religion and the (Re) Construction of Community in Yungay” en Anna
Peterson, Manuel Vásquez y Philip Williams, eds. Christianity, Social Change and Globalization in the
Americas (New Brunswick, NJ: Rutgers Universirty Press, 2001), 83.
Papa Pío XI (1922-39) re-desigño Acción Católica para coordinar grupos cooperativos Católicos,
prevenir la lucha de clases y construir un baluarte contra socialismo. Ubi arcano dei consilio, 53-59 en
Claudia Carlen Ihm, The Papal Encyclicals 1903-1939 (Raleigh, NC: McGrath Publishing Company,
1981).
6
La expansión económica Salvadoreña de los 1910s abrió más espacios para las
actividades políticas populares que existían en las últimas décadas del siglo XIX. La
Iglesia Católica Salvadoreña, respondió con una mezcla de moralización conservadora y
el retórico reformista social. El órgano del clero Salvadoreño, La religion, publicó
artículos sobre la legítimacion de huelgas y la nobilidad de trabajadores pero nunca
apoyó la acción independiente de obreros. Los editores debatieron que los patrones y los
empleadores siempre deben ser consultados.17 La jerarquía Católica quizo establecer los
círculos parroquiales guiados por personas honorables y cristianas para instruir y
moralizar la sociedad.18 El obispo Pérez en 1911 definió la Acción Católica como “las
fuerzas unidas y disciplinadas de Catolicismo, bajo de la dirección de obispos, y
formados en gremios y asociaciones similares” en una carta pastoral.19 La Acción
Católica fue generalmente restringida á actividades religiosas y educativas como
estableciendo escuelas separadas para jovenes masculinos y femeninas en la década de
los 1910.20 En la visión del obispo la autonomía de los oprimidos era limitada a
obligaciones mutuas entre los terratenientes o patrones urbanos y sus empleados desde el
apoyo de las herramientas modernas de investigaciones. No obstante, el obispo Pérez
dijó en su pastoral de 1916 que los sacerdotes deben ser educados en las emergentes
ciencias sociales para buscar soluciones a los conflictos sociales y económicos.21
La epóca de los 1920s fue singular en la historia Salvadoreña antes de la segunda
guerra mundial. El Salvador experienció un crecimiento económico explosivo
17
“Las huelgas,” La religion: organo oficial de la curia ecclesiástica de San Salvador (21 Jun
1903); “El principe de los obreros,” La religion (13 Mar. 1904).
18
Mñor Adolfo Perez y Aguilar, Decima carta pastoral (16 July 1911), 16.
19
Perez y Aguilar, Decima, 27.
20
“Acción social católica: las escuelas católicas,” El Centroamericano: diario católico (22 Dec
1914).
21
Perez y Aguilar, Carta pastoral sobre el seminario central (30 Nov. 1916), passim.
7
encabejado por la exportación cafetalera.22 Fue claro para todos los observantes que las
ganacias cafetaleras crecieron dramáticamente durante la expansión de la posguerra.23
Las aspiraciones de la naciente burguesía capitalista, los artesanos, los trabajadores
urbanos y los obreros rurales crecieron con el desarrollo económico.24 Las clases
populares demandaron reformas sociales dentro de una esfera politica.
Los de la izquierda y la derecha radicalizaron el lenguaje político al mismo
tiempo que apelaron a las masas pero la mayoria del discurso quedo profundamente
ambivalente. Por ejemplo, la reformación políglota propuesta por Alberto Masferrer y
adoptada por el Partido Laborista de Arturo Araujo patrocinaron ideas progresivistas,
pero al mismo tiempo apoyaron soluciones profundamente conservadoras y paternalistas.
El minimum vital de Masferrer comparte el espíritu progresivo y la precaución
paternalista del pensamiento social Católico.25 Hasta los cafetaleros usaron elementos del
lenguaje de la justicia social y del mejoramiento material. Los cafetaleros defendieron
los derechos y privilegios con palabras conservadoras que contenían elementos
22
Veá Victor Bulmer-Thomas, The Political Economy of Central America since 1920. Cambridge,
UK: Cambridge University Press, 1987; Rafael Guidos Véjar. Ascenso del militarismo en El Salvador. San
Salvador, El Salvador: UCA Editores, 1980; Menjívar, Rafael. Accumulación originaria y desarrollo del
capitalismo en El Salvador. Tibás, Costa Rica: EDUCA, 1980; Zamosc, Leon. “The Definition of a Socioeconomic Formation,” Tesis de Maestria, University of Manchester, UK, 1977.
23
Es dificil verificar las ganacias de los cafetaleros pero Ernesto Cáceres estimo que los
cafetaleros disfrutaron de sobreganacias de 100-150 por ciento durante los 1920s. Hasta durante la crisis
global de los 1930s no se quejaron de pérdidas pero solamente sentieron las ganacias reducidas. Ernesto
Cáceres, “Despues del ’32,” Boletin de las ciencias economicas y sociales (San Salvador: UCA, Año IX,
No. 2: Mar-Apr 1986), 98.
Jeffrey Gould y Aldo Lauria notan que las ganancias de los cafetalaeros no eran reconocidos
publicamente pero deben de haber parecidos obscenos. Jeffrey Gould and Aldo Lauria, “’They Call us
Thieves and Steal our Wages:’Towards a Reinterpretation of the Salvadoran Rural Mobilization” HAHR,
próximo.
24
Everett A. Wilson, “The Crisis of National Integration in El Salvador, 1919-1935,” Disertación
doctoral, Stanford University, 1969, capítulos 4-5. Carlos Gregorio nos dice que las masas empezaron la
decade de los 20 “con optimismo…pero terminó con la vida de la mayoría desmejorada.” Carlos Gregorio
López, “Años de bonanza y crisis: De ilusiones y descansos, 1924-1931,” en Magaña, ed. La Republica
Tomo II, 375.
8
demócratas y reformistas.26 Dentro de la relativamente abierta esfera pública de los
1920s, las ideas socialistas y las demandas populares formaron parte de el diálogo
nacional reformista en que el papel de las clases medias fue significante. La iglesia redefinió la Acción Católica como un baluarte contra la guerra de las clases y como un
agente reformista adentro de este milieu.
La Iglesia Católica salvadoreña era solidamente anti-democratica, antiCommunista, y deseaba la preservación del orden social. No obstante, el retórico de la
iglesia Católica revela el desarrollo de varias ideas progresistas y reformistas. Los
pastorales del arzobispo Belloso y Sánchez antes del ’32 demuenstran el desarrollo de
estas ideas reformistas y obreristas pero profundamente ambivalentes. Belloso declaró
que la acción social de la Iglesia era principalmente “religiosa y moral” y que la
prosperidad económica nacional mejoraría las vidas de todos los Salvadoreños. No
obstante, reconoció que para combatir el socialismo el papel de la economía y las
relaciones materiales entre el capital y el trabajo deberían ser tratadas.27 Belloso sostuvo
que los intelectuales nacionales deberían buscar soluciones que beneficiaran a la mayoría
y que los círculos de estudios locales deberían organizarse para mejorar las vidas
materiales de los individuos. Belloso envisionó organizaciones como las sociedades
mutuales, las organizaciones laborales y las de oración.28
El arzobispo Belloso fundó la Acción Católica salvadoreña el 20 de octubre de
1927 para restaurar el equilibrio natural entre el capital y el labor, y para coordinar las
25
Elena López, Masferrer, passim. Para ver las conexiones entre Masferrer y movimientos
reformistas veá Karen Racine, “Alberto Masferrer and the Vital Minimum: The life and Thought of a
Salvadoran Journalist, 1868-1932,” The Americas 54:2 (1997) and the UES issue on Masferrer.
26
Ovidio Gonzales, “Algunos elementos ideologicos de la clase dominante en el ’32” Boletin de
las ciencias economicas y sociales (San Salvador: UCA, Año VII, no. 6, 1984), passim.
27
José Alfonso Belloso y Sánchez, Carta pastoral sobre el presente momento social (30 Oct.
1927), 5.
9
organizaciones sociales Católicas.29 El arzobispo salvadoreño directa y repetidamente
empleó métodos y un lenguaje que reflejaba la de los socialistas para combatirlos. Las
publicaciones Católicas conscientemente combatieron “la mala prensa” y la universidad
Católica se opuso a la universidad popular.30 Los líderes de la Acción Católica enlazaron
círculos de estudio similares a los “círculos obreros” socialistas. Emplearon la
propaganda oral e impresa para difundir la palabra de la Dios la y anti-revolución.
Críticamente, las organizaciones estaban organizadas verticalmente. Todas las
operaciones fueron dirigidas y sostenidas por la jerarquia. Un grupo fue seleccionado
para educar y entrenar militantes, para propagar el Mensaje y diseminar la salvación.31
La jerarquia Católica salvadoreña deseaba implementar lo que “hasta los socialistas
reconocen,” que una vanguardia podra fomentar significante cambio social. La jerarquía
salvadoreña quizo establecer y fomentar una élite parroquial desde los obreros que
actuaran como esta vanguardia y que fundaran los sindicatos, los círculos de estudios, y
otras organizaciones.32 Juan Pablo Delgado se alegró cuando un capítulo de la Acción
Social Católica se fundó en Chalatenango, y referió a los miembros a un “falange de
cristianos jóvenes.”33
28
Belloso, presente momento, 20-22.
Rodolfo Cardenal, El poder eclesiastico en El Salvador (1871-1931) (San Salvador: UCA
editores, 1980), 216. Rodolfo Cardenal nota que la fundación ‘oficial’ de Acción Católica fue 13 June
1943 in Cardenal, Historia de la iglesia, 384.
30
Jose Alfonso Belloso y Sánchez, Edicto colectivo sobre conferencias episcopales (San
Salvador: 1931), 5-6. Había conflictos sobre el cine and whether it could be used to educate and uplift the
masses as Gen. Hernandez Martínez would later believe, or whether it was immoral and should be
proscribed (source).
31
Belloso, Edicto, 24-25.
32
“Elite parroquial,” El mensajero (Mar. 1918), 56-64.
33
Juan Pablo Delgado, “Chalate produce la Acción Católica,” El Tiempo (9 enero 1931).
29
10
Los sacerdotes seculares y regúlares dramaticamente aumentaron la actividad
misionera entre 1928 y 1933.34 Belloso confesó que la iglesia moderna ya no podía
educar a los jóvenes ni generar suficiente propaganda contra las amenanzas modernas
como en los tiempos medievales o coloniales.35 Él lamentó que a pesar de ser
“distinguido en el istmo…por la fidelidad, tranquilidad, y paz,” la Iglesia Salvadoreña
perdió almas a “los socialistas, comunistas, protestantes, ocultistas, masones, liberales, e
individualistas.”36 Belloso creyó que los sacerdotes seculares necesitaban a los regulares
y a los laicos para oponer las fuerzas anti-religiosas.37 El peligro central despues de 1930
era el partido comunista que estaba haciendo campaña en las ciudades y en el campo,
especialmente el las áreas cafetaleras y mayormente indígenas del oeste. El clero creyó
que tenían que actuar para disminuir el creciente conflicto de clases en El Salvador y
“reconquistar las masas.38 Pero el peligro no era solo de perder las almas pero los
cuerpos y la propiedad. El diario El Tiempo reportó que el “comunismo está en las
puertas de la capital” y que iban a “imponer con sangre y fuego sus descabelladas teorías
34
La actividad pastoral de los Redentoristas, medido por comuniones y confirmaciones, creció de
4,000 á 24,000 entre 1929 y 1930, y subió hasta 80,000 despues de la matanza. Luis Iglesias, Los
misioneros redentoristas y la republica de El Salvador (Mexico: Editorial Gerardo Mayela, 1956), 57-65.
La sociedad de las señoras de caridad, abajo las auspicios de Acción Católica, dio 3,000 almuerzos
mensualmente despues de enero 1932. Caridad y sumision popular se hizo la solucion a la “cuestion
social.” Cardenal, “laicado,”388. El desarrollo de las obras beneficencias de las señoras, que empezo en
1931 se puede ver en El Tiempo.
35
Belloso, Episcopal, 1926, 31.
36
José Alfonso Belloso y Sánchez, Carta episcopal, 8 December 1926, 18-26. Belloso emfatizó
la importancia y abilidad del clero moderno regular para llenar el espacio entre lo material y lo espiritual.
Era la mano de obra de los regulares que la Iglesia deseaba para difundir el mensaje de paz social al campo
intranquilo.
37
Bolanos reclamó que distinto a la jerarquia que enlazó con los ricos, los redentoristas, con los
jesuitas y los salesianos, se aliaron con los cada vez más revolutionarios pobres. Roberto Bolanos,
Abudante redencion en El Salvador: Los Redentoristas 1928-1988 (San José, CR: Editorial Guayacan
Centroamericana, 1995), 77-92.
38
El Tiempo: Diario Católico (3 Nov 1940).
11
sociales.”39 La formación de Acción Católica fue parte de la estrategia para combatir los
avances del peligro rojo. Para lograr esta fin, los miembros de la Acción Católica se
reunián regularmente en el palacio arzobispal.40
Miembros de la jerarquía usaron el lenguage reformista porque intentaron oponer
la misinformación socialista, y querían comunicar a las masas, pero tambien
compartieron supociciónes básicas con los adversarios espirituales. Belloso, por ejemplo,
argumentó que las causas y remedios de las dolencias Salvadoreñas se descubrirían
usando los principios de la verdadera ciencia de economía y la observación directa de
nuestras condiciones sociales. El arzobispo empleó los análisis científicos y concluyó
que el mejoramiento de las fuerzas productivas de la nación enriquecerían la mayoría de
la población.41 Ultimamente se enfocó en la beneficiencia de los terratenientes y los
capitalistas para promulgar cambios en lugar de apoyar las organizaciones obreras.42
Los padres salesianos organizaron varias conferencias sociales sobre la “cuestión
obrera” en el Colegio “Don Bosco” los martes y viernes a la ocho de la noche en enero y
febrero de 1931.43 En la séptima conferencia sobre “el estado y la cuestión obrera” el
presentador nota que “la riqueza nacional es formada por el trabajo del
proletariado…tanto campesino…como obrero” y que “como el pobre se halla mas
39
El periodico respondía a las “motines” en S Miguel, S Ana, S Tecla y Usulutan alrededor de las
elecciónes presidenciales. El periodico pide que el gobierno combaté con mas esfuerzo la propaganda
comunista. “Comunismo está en las puertas de la capital,” El Tiempo (23 dic. 1930).
40
“Junta del cruzajo de Acción Social Catolica,” El Tiempo (22 enero 1931).
41
Jose Alfonso Belloso y Sánchez, Carta Pastoral sobre el Presente momento social (San
Salvador: 31 October 1927), passim.
42
Belloso, Septima carta pastoral (8 Dec. 1930), passim.
43
El periodico El Tiempo reportó sobre las conferencias that were held between 31 enero y 3
marzo en varias ediciónes. Los temas de las conferencias fueron sobre “el derecho de la propiedad,” “el
trabajo,” “las clases socials,” “los deberes de justicia: los capitalistas y los patronos,” “el salario,” “el uso
de las riquezas,” “el estado y la cuestión social,” “las huelgas,” “la iglesia y la cuestión obrera,” y “las
sociedades católicas.”
12
desamparado, de aqui el Estado debe protegerlo con preferencia.”44 El diálogo tenía
raíces firmas en el lenguaje reformista de las clases medias empleadas por los
intelectuales, trabajadores y politicos salvadoreños. El Tiempo reportó con gran
entusiasmo lo propuesto por el representativo de la asemblea legislativa Jose Mejía para
construir “casas baratas y higiénicas par las familias obreras y para la construcción de
escuelas normales y rurales.”45 Muy pocos de los proyectos lograron cumplirse durante
la administración de Arturo Araujo y Gen. Martínez continuó la misma estrategia de la
represión y la reforma.
Los clerigos reconocieron la complicidad de los terratenientes en la explotación
de los obreros rurales y que el mejoramiento de las condiciones materiales de los obreros
y el aumento a los salarios eran necesarios. Belloso escribio una carta a los terratenientes
el los vísperas del levantamiento dijendoles que si “tratan a sus trabajadores
[correctamente] el peligro comunista quedará completamente conjurado.” El Consejo
Diocesano de la acción social Católica reconoció este sentimiento cuando respondió a la
desgracia de salarios injustos apelando que los terratenientes “cumplan las leyes de la
justica.”46 El Tiempo argumentó que la carta de Belloso era importante porque El
Salvador enfrentará la revolución comunista si los terratenientes salvadoreños traten a los
obreros “con generosidad y espiritu cristiano.”47 Belloso no fue un radical, pero no había
duda que las condiciónes precarias en las fincas contribuyeron al deseo a la revolución.48
Aparentemente, este lenguaje fue muy radical para unos terratenientes y la carta
44
“7a Conferencia: El Estado y la cuestión Obrera,” El Tiempo (25 febrero 1931).
La construcción de casas baratas para obreros,” El Tiempo (17 mar 1931).
46
“Injusticia de los terratenientes,” El Tiempo (13 enero 1932).
47
“La carta de Monseñor Belloso a los Terratenientes Salvadoreños,” El Tiempo (22 enero 1932).
La carta fue dirigido a “los Capitalistas, Propietaros y Patronos en general” porque si los patronos “tratan a
sus trabajadores [correctamente] el peligro comunista quedará completamente conjurado.”
45
13
“desgraciadamente…fue mal interpretada.”49 Se aparece que los terratenientes no le
gustaron la discusión sobre la repartacion proporcionada de la riqueza.
El crecimiento del partido Comunista occurrió durante la prosperidad cafetalera y
se acceleró con el quasi-populismo de Pío Romero Bosque.50 El número de socios
comunistas creció en 1930 cuando la crisis económica se profundizó, pero muchos de los
líderes Comunistas militaron en la década de los 1920. Ellos organizaron a los obreros
rurales y urbanos y varios intelectuales fueron al campo.51 Bosque defendió la
organización científica del labor y adoptó leyes restringiendo el día laboral y
estableciendo la seguridad social.52 Las élites usaron este lenguaje porque reconocieron
el desafío de los socialistas y respetaban el poder potencial de trabajadores organizados.
No obstante hilos paternalísticos estaban tejidos en la tela ideológica de las élites
Salvadoreñas y se continuaban después de la matanza.
Los acontecimientos del levantamiento indigena/campesina/comunista son
reconocidos, aunque continúan los debates sobre la interpretacion.53 Es claro que la
majoría de la población no recibió una porción proporcionada de la tremenda y conspicua
prosperidad cafetalera en la decada de los 1920s.54 La crisis económica global de 1929
48
El attaché estadosunidence comparó El Salvador en 1931 a la rusía y a la francía en los visperos
de revolución. (get source and details)
49
“El salario obrero desde el punto de vista católico,” El Tiempo (2 junio 1932).
50
El valor de la exportación cafetalera creció de $7.372 millones á $22.741 millones entre 1915 y
1928. Wilson, “Crisis,” 44, 132.
51
Alejandro Marroquín, “Estudio sobre la crisis de los años treinta en El Salvador,” in
Pablo Gonzales Casanova, ed. America Latina en los años treinta. Mexico, DF: UNAM, 1977,
Passim (and many more sources, no?)
52
Jacinto Paredes, Vida y obras del Dr. Pío Romero Bosque: Apuntes para la historia de El
Salvador (San Salvador, El Salvador: Imprenta Nacional, 1930), 337-8.
53
El libro mas importante sobre el tema es todavía Thomas Anderson, Matanza (Lincoln, NE:
University of Nebraska Press, 1971). Vea Aldo Lauria, “They Call us Thieves,” para un repaso de la
historiografía y un analysis de las varias interpretaciones.
54
El poder adquisitivo de los obreros en las fincas cafetaleras bajó durante este periodo de
prosperidad y inflación. Aquiles Montoya, “Antes del ’32,” Boletin de las ciencias economicas y sociales
(San Salvador: UCA, Año VII, No. 3: May-Jun 1984), 191-207.
14
acentuó la privación material de los pobres y precipitó una crisis social. Un poco antes
de la madrugada del 23 enero de 1932 una revuelta de campesinos indígenas envolvió las
regiones cafetaleras del oeste Salvadoreño. Fuerzas militares y para-militares mataron
miles de personas en la matanza contrarevolucionaria.55 Investigadores aceptan que la
represión fue uno de los sucesos más significativos del siglo XX en El Salvador.56 Se
asumió que después de la matanza los gobernadores declararon necesarias las reformas
estatales pero resistieron la implememación.57 Se pensó que las elites salvadoreñas
cerraron rangos ideologicas, enfatizaron las políticas racistas, abandonaron el debate
social y condenaron el comunismo después del ’32. Sí y no. El gobierno de Gen.
Hernandez Martínez y la jerarquía Católica Salvadoreña continuaron con el dialógo
reformista despues del ’32, siempre con la amenaza de la represion.58 Era claro que
solamente “la represion directa y enérgica” ni solamente pedir “paciencia ni resignacion”
a los proletarios era suficiente.59
El arzobispado publicó una carta dirigida a los párrocos y a los sacerdotes un poco
tiempo despues de la matanza. Belloso dijo que la institución para el bien y
mejoramiento de la clase obrera, el Secretario y el consejo de Acción Católica,
55
El numero exacto de los muertos se discuté en muchas fuentes pero el cálculo de Thomas
Anderson’s, 10,000 es conservativo. Thomas Anderson, Matanza: El Salvador’s Communist Revolt of
1932 (Lincoln, NE: University of Nebraska Press, 1971), passim.
56
James Dunkerley refieré a la matanza como el suceso singularmente decisivo en la historia de
américa central hasta la caída de Somoza en “El Salvador since 1930,” Leslie Bethell, ed., The Cambridge
History of Latin America (Cambridge: Cambridge University Press, 1990), 254. Roque Dalton consideró la
matanza el “suceso socio-politico mas importante de nuestro país este siglo, el suceso que ha determinado
el caracter del desarrollo politico nacional en la epoca republicana, Roque Dalton, ed. Miguel Marmol: los
sucesos de 1932 en El Salvador (San Salvador, El Salvador: UCA Editores, 1993), 9.
57
Browning, Landscape, 271-92.
58
Gen. Martínez anunció a la Asamblea Nacional Legislativa que “la defense social no ha de
resultar solamente de empleo de medios de represión, sino que debe de hacerse uso de preventives contra
las causas que pudieran producer disturbios, y corregir en lo possibe, el malestar social existente” 23 abril
1931, Revista Judicial (San Salvador, El Salvador: enero-junio 1932). Sobre la combinación de la
represión y la reforma en el martinato vea Erik Ching “Patronage and Politics.”
15
responderá a la crisis.60 La carta habla, mas de todo sobre como las diferentes clases
sociales deben rechazar las lucha de clases y que “todos somos hermanos en Cristo.”61
Esta carta pastoral continuó con elementos del lenguaje social Católico de los 1920s pero
ahora con un tono mas temperado. Aparentemente, el arzobispo respondió a la critica
que recibió por su carta. Belloso manifestó que la violencia y la lucha de clases estaba
condenada por el Evangelio y, amenazadoramente, que la represión estaba justificada
contra “cualquier clase se revele contra otra, amenazando con muerte y exterminación,”
solamente tres meses después de la matanza brutal de tantos campesinos Salvadoreños.62
Belloso discutió que los finqueros podían ordenarses ellos mismos. Ellos podían
asegurar arreglos con beneficios mutuos para los obreros y los patrones con asociaciones
de empleados.63 Los cleros esperaban que estas organizaciones reestablecieran la
armonía y equilibrio natural entre el capital y el trabajo. En el análisis final,
lamentablemente, la solución para la “cuestión social” fue solamente la religión y
obediencia a la autoridad legítima.64 Es cierto que Belloso habló sobre el pastoral papal
quadragesimo anno y propuso el salario familiar y justo, pero enfatizó la acción de la
elite sobre la organizacion obrera. La jerarquía reconoció la condición material de los
obreros pero no la independencia y la autonomía.
Siempre existe una diversidad de voces adentro de la jerarquía Católica. Al
mismo tiempo que unos clerígos lamentaban las horribles condiciones de trabajo que
59
No obstante, el autor pide “justicia y caridad” y no la organización de las masas ni intervecion
estatal. Rafael Claros, “La solucion del problema social,” El Tiempo (15 enero 1932)
60
La Associacion de las Señoras de la Caridad, El Centro Católico Pío XI y la Union Catolica
Feminina eran las organizaciones centrals de AC en el periodo imediatamente despues del ’32.
61
Arzobipo Belloso, Carta del arzobispado (1 mar 1932).
62
Belloso, Salario, 1.
63
Arzobispo Belloso, Sobre la importancia economico-social-religiosa del salario agricola el El
Salvador (junio 1932), 3. Las organizaciones obreras que acompanían las asociaciones elites eran
claramente inferior. Belloso escribió que el poder consolidado de los cafateleros no será dudado.
16
hicieron propicio el levantamiento, otros hayaron culpa en los “modernos fariseos…[los]
pensadores liberalizantes.”65 Dr. don Juan Antonio Dueñas y Argumedo, Obispo de San
Miguel, representó una de estas voces más conservaduras adentro de la jerarquia.66
Dueñas también respondio al levantamiento del ’32 y la matanza que siguió pero en vez
de lamentar las condiciones sociales que producieron el conflicto el culpó los comunistas
por traer “el asesinato, el incendio, el asalto y los saqueos” a “nuestra patria que hasta
hace una semana era un carmen florido y fragrante.”67 En este pastoral, no fueron
culpables los salarios injustos o condiciones malas pero la “descristianicazión” del
pueblo. Los culpables fueron el estado y las escuelas laicas.68 Dueñas reconocé que el
papa León XII apoyó organizaciones laicas pero solo de “auxilio o Socorro mutuo” y
“bajo la guía de sacerdotes.” Dueñas concluye pidiendo “perdón para nuestros hermanos
engañados por [el] satánico comúnismo y a encomendar a Dios las almas de todos que
han muerto en estos dias de angustia y terror.”69
Ideas socialistas y progresivas infiltrarón el dialógo nacional Salvadoreño y
amenazaron el pensamiento conservador de la jerarquía sobre el laicado y las masas. La
critica del gobierno y los terratenientes continuó despues del ’32 y la discusión sobre la
cuestion social desarrollo en los años de la dictadura de Martinez. Conferencias anticomunistas continuarón en el Centro Don Bosco y los cleros aseguraron, con los lideres
64
Belloso, Salario, 2.
“La verdaderas causantes de nuestro desastre social,” El Tiempo (22 febrero 1932).
66
El Obispo de Santa Ana, monseñor Santiago Ricardo Vilanova y Meléndez, escribio una
pastoral sobre “la maternidad divina de María santísima” en junio 1931 pero no publicó una pastoral sobre
los problemas sociales del pais en los años despues del ’32. Obispo Santiago Ricardo Vilanova y
Meléndez, Con motivo del XV centenario de la proclamación del dogma de la maternidad divina de María
santísima (24 junio 1931). Se necesita investigar, comparativamente, el desarrollo de las obras sociales de
la jerarquía salvadoreña.
65
67
Obispo Juan Antonio Dueñas y Argumedo, XLVI Pastoral (5 feb 1932)
El matrimonio civil, la renta nacional de licor, la propaganda comunista y protestante también
fueron culpables. Dueñas, Pastoral.
68
17
de las fuerzas de orden Gen. Calderón, Colonel Osorio y los auxiliaries, que reina “paz,
armonia y amor al trabajo en el occidente.”70 Conferencias especiales se presentaron a
los reos en las cárceles y los penintenciarios. Las cocinas de Acción Católica
obsequieron comida al mismo tiempo que miles fueron fusilados. El debate sobre la
cuestion social continuó pero la sombra del ’32 fue amplia. La reacción fue notable y el
obrerismo retrocedió a la oscuradez cuando la teosofía y la masonería fueron criticados
más ampliamente. La prensa Católica mencionó frequentemente la construcción de casa
baratas para obreros, las tierras repartidas para campesinos, las escuelas rurales en las
zonas del occidente y las obras de la Acción Católica. La Iglesia continuo siendo una
baluarte para el estado militar mientras criticó el liberalismo y el laicismo del estado.
Esta critica no resonó altamente pero se hizo más y más mudo cuando el dictador
aumento su asimiento en el poder y solo regresó mucho despues cuando los vientos de
cambio otra vez ofrecieron el vislumbre de la promesa en un El Salvador más prosperoso
y democrático.
69
Dueñas, Pastoral.
“Tres sacerdotes paulinos predican el paz en Tacuba, departmento de Ahuachapan,” El Tiempo
(5 febrero 1932).
70
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