DOMINICOS EN ARGENTINA Los dominicos entran por la parte norte, de lo que hoy es República de Argentina, por Salta hacia Tucumán. El P. Carbajal, considerado como uno de los más famosos descubridores del río Amazonas, promueve la Orden por aquellos días. Con la fundación de la ciudad de Barco se instaura un convento de dominicos. Pasando el tiempo será la ciudad de Santiago del Estero, región perteneciente a Chile, por aquellos días, hasta que se anexe a la Audiencia de Charcas. En el año 1582 acompañan al obispo Francisco de Victoria dos dominicos; se establecen en la ciudad de Tucumán. Cuando es erigida la Provincia de San Lorenzo Mártir de Chile, los conventos de esta región pasan a formar parte de ella. Hacia mediados del siglo XVI se habían fundado los conventos de Mendoza y San Juan, en la región de Cuyo. El convento de Córdoba se funda en 1604. Al inicio del siglo XVII se fundan también los conventos de Buenos Aires, por Fray Pedro Cabezas, y el de Santa Fe. En el 1615 se acepta, como convento formal, la casa de Santiago del Estero. Para finales de 1618 se funda el convento de La Rioja. El convento de Córdoba ha crecido en religiosos y tiene prestigio en la región. Es el segundo convento más importante de la Provincia de San Lorenzo Mártir: se celebran algunos capítulos provinciales, es casa de formación, con su Estudio General. En la mitad del siglo XVII los religiosos dominicos nacidos en la región son numeroso: los frailes se han visto en la necesidad de preocuparse de las vocaciones nativas, porque de España había disminuido la venida de frailes. Los frailes de Buenos Aires están dedicados a la atención de zonas misionales: El P. Juan Antonio Suárez funda la "Reducción" de Santo Domingo Soriano, junto al río Uruguay. Fray Hernando de Riberos es el animador del proyecto de separación de la Provincia de Chile, a finales del siglo XVII. El día 10 de mayo de 1692, el Papa Inocencio XII concede el permiso para conferir grados universitarios al "Estudio General" de los dominicos, en la ciudad de Córdoba. El año 1713 inauguran el noviciado en Buenos Aires y, dos años después, ya está funcionando el Estudio General. Año 1722. Fray Domingo Neyra viaja a Europa. Su misión es pedir que se declare una nueva Provincia, independiente de la Provincia de Chile. Después de los trámites de rigor, el día 14 de julio 1724, el General de la Orden, Fray Agustín Pipía, declara la nueva Provincia y le pone como protector a San Agustín. Seis conventos componen la nueva Provincia de San Agustín: Buenos Aires, Córdoba, Santiago del Estero, Santa Fe, La Rioja y el convento de la Asunción, de Paraguay. Tienen el primer Capítulo Provincial el día 23 de diciembre del año 1725. Al año siguiente, los frailes de Buenos Aires fundan la Venerable Orden Tercera. Lo harán, también, los frailes de Corrientes, en el año 1828, y luego le seguirán otros conventos. Los capítulos provinciales, ahora, se celebran alternando con la ciudad de Córdoba, y en la ciudad de Buenos Aires. En 1742 se funda el Colegio Doméstico de Santo Tomás de Aquino, en el convento de Buenos Aires. Los religiosos dominicos comenzaron a construir el templo actual en el año 1751. En 1768 las autoridades civiles reparten las "Reducciones", que habían fundado Padres jesuitas, entre franciscanos, mercedarios y dominicos. A los dominicos les tocan diez. La Provincia pone a disposición a veinte religiosos conocedores de la lengua guaraní. Los pueblos encomendados a los dominicos son: Yapeyú, San Borja, San Miguel, San Nicolás, Mártires, San Carlos, San Ignacio, Trinidad, San Cosme y Ntra. Sra. de la Fe. Los dominicos atienden esta amplia zona misional durante más de cuarenta años. Los dominicos realizan varios intentos por misionar la Tierra de Fuego. Después de los fracasos no volvieron a insistir. Año 1781: El P. Joaquín Pacheco, erige un colegio de misioneros en el poblado de Lules, cerca de Tucumán, para atender toda esa región hasta Catamarca. Cuatro años después, el mismo religioso, funda el convento actual de Tucumán. A principio del siglo XIX ya funciona, de modo ordinario, la cátedra de Filosofía en ese mismo convento. Después de la fracasada invasión inglesa, se depositaron los trofeos (banderas y otros objetos) en la iglesia dominicana de Buenos Aires, donde están hoy día. Año 1806. Los conventos de la región de Puyo (San Luis, Mendoza y San Juan) pasan a la Provincia de San Agustín, porque dependían, hasta entonces, de la Provincia de Chile. Los dominicos van a jugar un papel importante en la Revolución de Mayo. Desde el convento de Buenos Aires han influido en algunos Generales. Los Padres de Belgrano y San Martín eran dominicos seglares; se abrirán los conventos de Santa Fe, Tucumán, Asunción y Mendoza para dar acogida a las tropas. Se proclama patrona a Santa Rosa de Lima, como símbolo de la revolución. No obstante, hay expolios y saqueos de los bienes de las iglesias en 1820. En el año 1855 se reúnen los religiosos en Capítulo Provincial. Desean restaurar la Provincia de San Agustín, en todo el territorio argentino. Abren nuevamente el noviciado y los estudios generales y fomentan las vocaciones. El P. Olegario Correa es dominico ilustre, preocupado por la Provincia, religioso ejemplar y emprendedor. Muere el año 1867. Ahora los estudios se realizan en Buenos Aires y en la ciudad de Córdoba. Para el año 1880 pasan el estudiantado y noviciado a la ciudad de Tucumán. Un grupo de dominicos franceses llega a la Argentina y funda el Colegio Lacordaire, que tendrá total repercusión en la vida de la ciudad de Buenos Aires. Por esas fechas fundan también el Colegio de Santo Tomás en la ciudad de Mendoza; en Tucumán fundan el primer Circulo Católico de Obreros. Realizan los dominicos una labor evidente en los medios de difusión: tienen la revista "La Religión", "Hojita del Rosario", "Almanaque dominicano", "Ensayos y Rumbos", en la ciudad de Mendoza; "Ciencia y Virtud" (1905), en Córdoba "La Buena Noticia" (1906), en Tucumán "Verdades y Noticias" (1912), en Mendoza; "Hoja Puntana" (1909), en San Luis; "Hoja Santiagueña" (1924), en Santiago del Estero; "El Santuario" (1930), en Córdoba. La "Hoja Porteña" se distribuía en el convento de Santo Domingo de Buenos Aires. Año 1910: Se traslada el noviciado a la ciudad de Santa Fe, para luego regresar, en 1932, a Córdoba. En el año 1937 estará funcionando en Buenos Aires. Los dominicos argentinos publican una famosa revista, en el año 1959, y la titulan "Estudios Teológicos y Filosóficos". Reabren los estudios de Filosofía en Tucumán, año 1950, y se transforma en Instituto Universitario, en el año 1959. Diez años después ya está inaugurada la Universidad de Santo Tomás (UNSTA). Los dominicos promueven un intenso apostolado con la juventud. Fundan la Federación de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (FASTA), como una fraternidad dominicana. Del mismo modo impulsan la actividad misionera y fundan AMAD (Asociación Misionera Argentina Dominicana). Hoy día, el Noviciado funciona en la ciudad de Mar de Plata; en Buenos Aires abren una nueva casa para dar acogida a los estudiantes de filosofía, son profesos de votos simples. La Provincia dominicana argentina tiene abiertas 11 casas y conventos, desde los cuales se ejercen los diversos ministerios y apostolados propios de la Orden Dominicana.