Capítulo 86 Mensaje para los jóvenes Los jóvenes observadores del sábado se encuentran entregados a la búsqueda del placer. Vi que no hay uno en veinte que conozca el significado de la religión experimental. Anhelan continuamente lo que satisfaga su deseo de cambio y diversión. A menos que salgan de su engaño y se despierte su sensibilidad de modo que puedan decir: “Estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor” (Filipenses 3:8), no son dignos de él ni alcanzarán la vida eterna. Los jóvenes en general se encuentran atrapados en un engaño terrible, y sin embargo pretenden ser piadosos. Sus vidas sin consagración constituyen un reproche para el nombre de cristiano, y su ejemplo es una trampa para otros. Ponen obstáculos a los pecadores, porque casi en todo sentido no son mejores que los incrédulos. Tienen la Palabra de Dios, pero no prestan atención a sus advertencias, reproches, amonestaciones y correcciones; ni tampoco a las 1 palabras de ánimo ni a las promesas hechas para los que son obedientes y fieles. Todas las promesas de Dios dependen de la obediencia con humildad. Se ha dado un solo Modelo a los jóvenes; pero ¿cómo se comparan sus vidas con la vida de Cristo? Me siento alarmada cuando contemplo en todas partes la frivolidad de jóvenes y señoritas que pretenden creer en la verdad. Causan la impresión de no tener a Dios en sus pensamientos. Tienen la mente llena de necedad. Su conversación es sólo vacía plática. Sienten gran afición por la música, y Satanás sabe qué órganos estimular para incitar, monopolizar y cautivar la mente para que no sientan la necesidad de Cristo. El anhelo espiritual del alma que busca el conocimiento divino y el crecimiento en la gracia es inexistente. Se me mostró que los jóvenes deben situarse en un plano más elevado y convertir la Palabra de Dios en su consejera y guía. Descansan sobre los jóvenes responsabilidades solemnes que ellos consideran con liviandad. La música que escuchan en sus hogares en vez de inducirlos a la santidad y la espiritualidad, ha sido el medio de apartar sus 2 mentes de la verdad. Los cantos frívolos y la música popular del momento satisfacen su gusto. Los instrumentos musicales han insumido tiempo que debieran haber dedicado a la oración. La música, cuando no se abusa de ella, es una gran bendición; pero cuando se la emplea equivocadamente se convierte en una terrible maldición. Estimula, pero no imparte el poder ni el valor que el cristiano puede encontrar sólo en el trono de la gracia mientras expresa humildemente sus necesidades y pide vehementemente y con lágrimas la fortaleza celestial para resistir las tentaciones del maligno. Satanás está llevando cautivos a los jóvenes. ¡Qué podría decirles para inducirlos a romper su poder ofuscador! El diablo es un hábil engañador que los atrae hacia la perdición. Escuchad las instrucciones del Libro Inspirado de Dios. Vi que Satanás había ofuscado las mentes de los jóvenes para que no pudieran comprender las verdades de la Palabra de Dios. La sensibilidad de su conciencia se encuentra de tal manera entorpecida que ésta no consigue captar los requerimientos del santo apóstol: 3 “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra [nueva]” Efesios 6:1-3. “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor”. Colosenses 3:20. Los hijos que deshonran y desobedecen a sus padres, y se desentienden de sus consejos e instrucciones, no pueden tener parte en la tierra nue- va. La tierra nueva purificada no será un lugar para hijos o hijas rebeldes, desobedientes e ingratos. A menos que los tales aprendan a ser obedientes y sumisos aquí, nunca lo aprenderán. La paz de los redimidos no será perturbada por hijos desobedientes, indisciplinados e ingobernables. Nadie que desobedezca los mandamientos heredará el reino de los cielos. ¿Quisieran todos los jóvenes leer el mandamiento de la Ley pronunciado por Jehová en el Sinaí y grabado con su propio dedo sobre tablas de piedra? “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”. Éxodo 20:11. 4 Se me llamó la atención a numerosos pasajes de las Escrituras que muestran claramente a los jóvenes la voluntad de Dios con respecto a ellos. En el juicio tendrán que enfrentarse con estas sencillas verdades. Sin embargo no hay un solo joven o señorita entre veinte que profesan la verdad presente, que obedezca estas enseñanzas bíblicas. Los jóvenes no leen suficientemente la Palabra de Dios para conocer sus derechos sobre ellos; pero esas verdades los juzgarán en el gran día de Dios, cuando los jóvenes y los ancianos serán recompensados de acuerdo con sus obras. El apóstol Juan dice: “Os escribo a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno. No améis el mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. 1 Juan 2:14-17. 5 Esta exhortación presentada a los jóvenes también se extiende a las señoritas. Su juventud no los excusa de las responsabilidades que les son inherentes. Son fuertes y no han sido fatigados por las preocupaciones y el peso de los años; sus afectos son ardientes, y si los retiran del mundo y los colocan sobre Cristo y el cielo, y si hacen la voluntad de Dios, permanecerán para siempre y vivirán eternamente coronados de gloria, honra, inmortalidad y vida eterna. Si los jóvenes viven para gratificar la concupiscencia de la carne y de los ojos, y el orgullo de la vida, están buscando las cosas del mundo, complaciendo a su gran adversario y apartándose del Padre. Y cuando estas cosas anheladas desaparecen, sus esperanzas quedan desbaratadas y perecen sus expectativas. Separados de Dios, se arrepentirán entonces amargamente de su locura manifestada en el servicio de su placer personal, en la gratificación de sus deseos individuales, y por haber vendido por unos momentos de frívolo goce, una vida de bienaventuranza de la cual hubieran podido disfrutar eternamente. 6 “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo”, dice el apóstol inspirado. Luego añade esta advertencia: “Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”. Resulta alarmante comprobar que el amor al mundo predomina en las mentes de los jóvenes. Ellos aman definidamente el mundo y las cosas que están en él, y por esta misma razón no existe lugar para el amor de Dios en sus corazones. Encuentran placer en el mundo y en las cosas del mundo, pero no conocen al Padre ni los dones de su Espíritu. Dios es deshonrado por la frivolidad y la moda, por las conversaciones y risas insubstanciales e insensatas que caracterizan la vida de la juventud en general. El apóstol Pablo exhorta a los jóvenes a ser prudentes: “Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes; presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros”. Tito 2:6-8. Ruego a los jóvenes que por amor a sus almas 7 presten atención a la exhortación del apóstol inspirado. Todas estas misericordiosas instrucciones, advertencias y reproches tendrán sabor de vida para vida, o de muerte para muerte. Muchos jóvenes son descuidados en sus conversaciones. Prefieren olvidar que por sus palabras serán justificados o condenados. Todos debieran prestar atención a las palabras de nuestro Salvador: “El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”. Mateo 12:35-37. ¡Cuán poco respeto se muestra aun a las instrucciones del Maestro celestial! Muchos no estudian la Palabra de Dios o no toman en cuenta sus verdades solemnes, y estas claras verdades se alzarán en el juicio y los condenarán. Las palabras y las acciones dan un claro testimonio de lo que hay en el corazón. Si éste está lleno de vanidad y orgullo, de amor al yo y amor a 8 los vestidos y a la apariencia personal, las conversaciones girarán alrededor de las modas, los vestidos y la apariencia personal, pero no se referirán a Cristo ni al reino de los cielos. Si el corazón está lleno de envidia, ésta se manifestará en las palabras y las acciones. Los que se comparan con otras personas, que hacen lo mismo que ellas, que no se esfuerzan por alcanzar niveles más elevados, y que luego se excusan mencionando los errores y las faltas de los demás, se están alimentando de basura, por lo que seguirán siendo enanos espirituales mientras satisfagan a Satanás, al complacer sus sentimientos personales no santificados. Algunos se explayan en el tema de la comida, la bebida y el vestido. Esos pensamientos fluyen de lo que abunda en el corazón, como si las cosas temporales fueran el objetivo principal de la vida y su mayor realización. Esas personas olvidan las palabras de Cristo: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Mateo 6:33. Los jóvenes y las señoritas tienen sus corazones llenos de amor a sí mismos. Esto se manifiesta en 9 su deseo de ser fotografiados; y no se conforman con hacerlo una vez, sino que posan repetidamente para que les tomen fotos, cada vez con la esperanza de que la última exceda en calidad a las anteriores y los muestre más hermosos que el original. Así malgastan el dinero del Señor, ¿pero qué ganan? Nada más que su pobre imagen sobre el papel. Las horas que debieron dedicar a la oración las ocupan egoístamente en la atención de sí mismos; así malgastan preciosas horas del tiempo de prueba. A Satanás le complace cuando la atención de los jóvenes es atraída por cualquier cosa que distraiga su mente de Dios, lo que el enemigo aprovecha para atacarlos solapadamente sin que ellos estén preparados para defenderse, de modo que caen en la trampa. No están conscientes de que el gran Artista celestial capta y registra todo acto y palabra, y que su comportamiento y hasta sus pensamientos y las intenciones del corazón, quedan cuidadosamente registrados. Cada defecto de su carácter moral resalta ante la vista de los ángeles, y esos jóvenes podrán contemplar el cuadro completo de su persona en toda su deformidad 10 cuando se ejecute el juicio. Todas esas palabras vanas y frívolas están escritas en el libro. También lo están las palabras falsas. Están registradas asimismo con caracteres indelebles, aquellas acciones engañosas cuyos motivos estuvieron ocultos para los ojos humanos, pero que fueron discernidos por el ojo de Jehová que todo lo ve. Todo acto egoísta queda expuesto. Los jóvenes generalmente se comportan como si las preciosas horas del tiempo de prueba, mientras dura la misericordia, fueran una sola grandiosa fiesta, y como si ellos hubieran sido puestos en el mundo con el único fin de conseguir diversión personal, para ser satisfechos por una ininterrumpida sucesión de actividades que entusiasman y estimulan. Satanás ha estado realizando esfuerzos especiales para inducirlos a encontrar felicidad en las diversiones mundanas, y para que se justifiquen procurando demostrar que esas diversiones son inofensivas, inocentes y hasta valiosas para la salud. Esto complace al adversario de las almas. 11 Hay personas que tienen una imaginación enfermiza, que no representan correctamente la religión de Cristo; los tales no tienen la religión pura de la Biblia. Algunos se mortifican durante toda la vida por sus pecados; lo único que pueden ver es a un Dios de justicia que está ofendido. Pero no logran ver a Cristo y su poder redentor ejercido por los méritos de su sangre. Esta clase de personas no tienen fe, y piensan así porque no tienen mentes bien equilibradas. Debido a enfermedades transmitidas por sus padres y a causa de una educación equivocada recibida en su niñez, han contraído hábitos erróneos que perjudican el organismo y el cerebro, y deterioran las facultades morales hasta el punto de que les resulta imposible pensar y actuar racionalmente en todas las cosas. Carecen de mentes bien equilibradas. La santidad y la justicia no destruyen la salud, sino que son salud para el cuerpo y fortaleza para el alma. El apóstol Pedro dice: “El que quiere amar la vida y ver días buenos... apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala, porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a 12 sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal”. 1 Pedro 3:10-12. “Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis”. 1 Pedro 3:14. El conocimiento de que se está obrando correctamente es la mejor medicina para las mentes y los cuerpos enfermos. La bendición especial de Dios que descansa sobre quienes la reciben, es salud y fortaleza. El que tiene una mente serena y satisfecha en Dios se encuentra en el camino de la salud. El conocimiento de que los ojos del Señor nos contemplan y de que sus oídos escuchan nuestras oraciones, constituye una inmensa satisfacción. Saber que tenemos un Amigo que nunca falla, a quien podemos confiar todos los secretos del alma, es un privilegio inenarrable. Aquellos cuyas facultades morales se encuentran oscurecidas por la enfermedad, no son las personas apropiadas para representar correctamente la vida cristiana o la hermosura de la santidad. Con mucha frecuencia se encuentran en el fuego del fanatismo, 13 en el agua de la fría indiferencia o en la necia melancolía. Las palabras de Cristo tienen más valor que las opiniones de todos los médicos del universo: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Mateo 6:33. Este es el primer gran objetivo: el reino de los cielos, la justicia de Cristo. Cualquier otro objetivo debe ocupar un lugar secundario. Satanás presenta el camino de la santidad como una senda difícil, mientras que los caminos de los placeres mundanos los hace aparecer sembrados de flores. El tentador adorna el mundo con colores falsos pero halagadores y complacientes, y así presenta sus placeres a la juventud. La vanidad es uno de los rasgos más fuertes de la naturaleza humana depravada, y el enemigo sabe que puede estimularla con éxito. Halaga por medio de sus instrumentos. Los jóvenes pueden recibir expresiones de alabanza, lo cual complacerá su vanidad y aumentará su orgullo y autoestima. Esto puede inducirlos a pensar que con tales ventajas y atractivos en realidad es lamentable tener que salir del mundo y alejarse de él para hacerse cristiano y 14 tener que olvidar a sus compañeros y fingirse muertos a sus alabanzas o censuras. Satanás os dice que con las ventajas que poseéis podríais en gran medida disfrutar de los placeres mundanos. Pero considerad que los placeres del mundo tendrán que terminar y que lo que sembréis, eso es lo que segaréis. ¿Son los atractivos personales, la habilidad o los talentos personales demasiado valiosos para dedicarlos a Dios, al Autor de vuestro ser, al que vela por vosotros a cada instante? ¿Son vuestras capacidades demasiado preciosas para dedicarlas a Dios? Los jóvenes insisten en que necesitan algo para avivar y divertir la mente. Vi que había placer en el trabajo, y satisfacción en la búsqueda de una vida de utilidad. Pero algunos porfían en que necesitan algo que interese a la mente después de las horas de trabajo o el estudio, alguna clase de ocupación o entretenimiento mental que alivie y refresque la mente en medio de las preocupaciones y trabajos fatigantes. Lo que necesitan es la esperanza del cristiano. La religión será reconfortante para el creyente y una guía segura que lo conducirá a la 15 Fuente de la verdadera felicidad. Los jóvenes debieran estudiar la Palabra de Dios y dedicarse a la meditación y la oración, porque así encontrarán que sus momentos de ocio no podrían ser aprovechados en forma mejor. Jóvenes amigos, debiérais dedicar tiempo a probaros a vosotros mismos, para ver si estáis en el amor de Dios. Sed diligentes en asegurar vuestro llamamiento y elección. De vuestro comportamiento personal depende si aseguraréis para vosotros la vida mejor. Hablando de la sabiduría, se dice que “sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz”. Proverbios 3:17. La morada futura de los justos y su recompensa eterna son temas elevados y ennoblecedores para la contemplación de los jóvenes. Deben reflexionar acerca del admirable plan de salvación, el inconmensurable sacrificio realizado por el Rey de gloria para que pudiéseis ser elevados por los méritos de su sangre y mediante la obediencia finalmente ser exaltados al trono de Cristo. Este tema debiera suscitar las reflexiones más nobles de la mente. ¡Qué inmenso privilegio es ser reintegrados al favor de Dios! 16 ¿Qué otra cosa, fuera de la comunión con él, podría elevarnos, refinarnos y exaltarnos por encima de los frívolos placeres mundanos? Obtener la renovación por la gracia de nuestras naturalezas corrompidas, poner en sujeción nuestros apetitos concupiscentes y tendencias animales, mantenerse con noble independencia moral, obteniendo victorias todos los días, proporcionará una paz mental que se produce únicamente cuando se obra correctamente. Apreciados jóvenes, vi que con un empleo y un entretenimiento como éste podríais ser felices. Pero la razón por la que estáis inquietos es porque no buscáis la única fuente verdadera de felicidad. Siempre estáis tratando de encontrar fuera de Cristo el gozo que se encuentra únicamente en él. En él no hay esperanzas frustradas. ¡Qué privilegio descuidado es la oración! La lectura de la Palabra de Dios prepara la mente para la oración. Una de las principales razones por la que tenéis tan poca disposición a acercaros a Dios mediante la oración, es que os habéis incapacitado para esta sagrada tarea por dedicaros a la lectura de historias 17 fascinantes que han estimulado la imaginación y despertado pasiones pecaminosas. Así es como la Palabra de Dios resulta desagradable, la hora de la oración cae en el olvido. La oración es la fortaleza del cristiano. Cuando está solo, en realidad no lo está; siente la presencia de Aquel que dijo: “He aquí estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Mateo 28:20. Los jóvenes necesitan aquello que no tienen, es decir, religión. Nada puede tomar el lugar de esto. Profesar tenerla carece de valor. Los nombres quedan registrados en los libros de la iglesia en la tierra, pero no en el libro de la vida. Vi que no hay uno en veinte jóvenes que sepa en qué consiste la religión experimental. Se sirven a sí mismos, pero profesan ser siervos de Cristo; pero a menos que se rompa el ensalmo que pesa sobre ellos, no tardarán en comprender que la parte de los transgresores es la suya. En lo que concierne a la abnegación o al sacrificio por amor a la verdad, han encontrado algo que es más fácil. En lo que se refiere al ruego ferviente con lágrimas y clamor a Dios por su gracia perdonadora y fuerza de su parte para 18 resistir a las tentaciones de Satanás, han descubierto que es innecesario ser tan fervorosos y celosos; pueden pasarlo bien sin eso. Cristo, el Rey de gloria, con frecuencia fue solo a las montañas y a los lugares desiertos para derramar el pedido de su alma ante su Padre; pero el hombre pecador que carece de fortaleza, piensa que puede vivir sin tanta oración. Cristo es nuestro modelo; su vida fue un ejemplo de buenas obras. Fue varón de dolores y experimentado en quebranto. Oró por Jerusalén porque sus habitantes no quisieron ser salvos aceptando la redención que él les ofreció. No quisieron ir a él para tener vida. Comparad vuestro estilo de vida con el del Maestro, quien realizó un sacrificio tan grande para que pudiérais ser salvos. Pasó con frecuencia toda la noche sobre el suelo húmedo en oración con intenso sufrimiento. Buscáis vuestro placer personal. Escuchad las conversaciones vanas y frívolas; oíd la risa, los chistes, las bromas. ¿Es así como se imita al Modelo? Continuad escuchando: ¿Se menciona a Jesús? ¿Constituye la verdad el tema de 19 conversación? ¿Se glorían los participantes en la cruz de Cristo? En cambio, es esta moda, aquel sombrero, ese vestido, lo que dijo aquel joven o aquella señorita o las diversiones en las que están planeando participar. ¡Cuánta alegría! ¿Se sienten atraídos los ángeles y se acercan alrededor de ellos para dispersar las tinieblas con las que Satanás los rodea? De ninguna manera. Ved cómo se alejan con tristeza. Veo lágrimas en el rostro de esos ángeles. ¿Será posible que se haga llorar a los ángeles de Dios? Eso es lo que sucede. La juventud no considera seriamente los valores eternos. Los ángeles de Dios lloran cuando escriben en los libros celestiales las palabras y los actos de los que pretenden ser cristianos. Los ángeles se ciernen sobre un hogar. Hay allí una reunión juvenil y se oyen sonidos de música vocal e instrumental. Es una reunión de cristianos, ¿pero qué es lo que se oye? Es una canción frívola propia de los salones de baile. Entonces los santos ángeles retraen su luz hacia ellos y la oscuridad rodea a los que se encuentran en ese hogar. Ahora los ángeles se alejan de ese lugar con rostros tristes y llorosos. 20 Vi repetirse numerosas veces esta escena en todas las filas de observadores del sábado, y especialmente en la localidad de _____. La música ha ocupado el tiempo que debiera haberse dedicado a la oración. La música es el ídolo que adoran muchos cristianos que profesan ser observadores del sábado. Satanás no tiene ninguna objeción contra la música cuando puede convertirla en canal para tener acceso a las mentes de la juventud. Servirá a su propósito cualquier cosa que sirva para apartar la mente de Dios y ocupar el tiempo que debiera dedicarse a su servicio. Trabaja con los medios que ejercerán la influencia más poderosa para mantener al mayor número de personas sometidas a una agradable infatuación, mientras ellas quedan paralizadas por su poder. La música es una bendición cuando se la emplea en forma apropiada; pero con frecuencia se la convierte en uno de los instrumentos más atractivos de Satanás para entrampar a las almas. Cuando se abusa de ella, conduce a los que carecen de consagración al orgullo, la vanidad y la insensatez. Cuando se le permite que tome el lugar de la devoción y la oración, se convierte en una terrible maldición. La 21 gente joven se reúne para cantar, y aunque declaran ser cristianos, con frecuencia deshonran a Dios y su fe con sus conversaciones frívolas y su elección de música. La música sagrada no conviene a su gusto. Se me llamó la atención a las claras enseñanzas de la Palabra de Dios, que han sido descuidadas. En el juicio, todas esas palabras inspiradas condenarán a los que no las tomaron en cuenta. El apóstol Pablo exhorta a Timoteo “por mandamiento de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza”: “Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda. Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad”. 1 Timoteo 2:2-10. El apóstol Pedro escribe a la iglesia: “Por tanto ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como 22 hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está; sed santos, porque yo soy santo”. 1 Pedro 1:13-16. El inspirado apóstol Pablo pide a Tito que dé instrucciones especiales a la iglesia de Cristo, “para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador”. Dice: “Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”. Tito 2:12-14. El apóstol Pedro exhorta a la iglesia: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” 1 Pedro 5:8”. “Mas el 23 fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración” 1 Pedro 4:7. Y además dice: “Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal”. 1 Pedro 3:15-17. ¿Se encuentran los jóvenes en una posición desde la cual con mansedumbre y temor puedan dar una respuesta a toda persona que les pida razón de su esperanza? Vi que los jóvenes no comprenden nuestra posición. Ante ellos se acumulan escenas terribles, un tiempo de angustia que probará el valor del carácter. Aquellos en quienes mora la verdad, para entonces estarán desarrollados. En cambio los que hayan rechazado la cruz, descuidado la palabra de vida y adorado su 24 propio yo miserable, serán encontrados faltos. Están entrampados por Satanás, y aprenderán demasiado tarde que han cometido un grave error. Los placeres que habían buscado serán amargos al final. El ángel dijo: “Sacrificadlo todo por Dios. El yo tiene que morir. Los deseos naturales y las tendencias del corazón no renovado tienen que ser subyugados”. Corred en busca de la descuidada Biblia; las palabras inspiradas han sido escritas para vosotros, de modo que no las descuidéis livianamente. Volveréis a encontrar cada palabra pronunciada y tendréis que rendir cuenta de si habéis participado en la obra y conformado vuestra vida de acuerdo con las santas enseñanzas de la Palabra de Dios. Es necesario que haya santidad de corazón y de vida. Los que han tomado el nombre de Cristo y participado en su servicio debieran ser buenos soldados de la cruz. Deben mostrar que están muertos para el mundo, y que su vida está oculta con Cristo en Dios. El apóstol Pablo escribe a sus hermanos colosenses: “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo 25 sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”. Colosenses 3:1-3. “Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”. Colosenses 3:14-17. El apóstol exhortó a los efesios de esta manera: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con 26 himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo a Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. Efesios 5:1520. Dios es glorificado con cantos de alabanza que proceden de un corazón puro, lleno de amor y devoción a él. Cuando los creyentes consagrados se reúnen, su conversación no debe versar sobre las imperfecciones de la gente, ni tener sabor a murmuraciones o quejas; la caridad, o amor, que es el vínculo de la perfección, los rodeará. El amor a Dios y los semejantes fluye naturalmente en las palabras de afecto, simpatía y estima por sus hermanos. La paz de Dios impera en sus corazones; sus palabras no son vanas, vacías ni frívolas, sino que tienden al consuelo y la edificación mutuos. Si los cristianos obedecen las instrucciones dejadas para ellos por Cristo y sus apóstoles inspirados, adornarán la religión de la Biblia y se ahorrarán severas pruebas y abundante confusión, que atribuyen a aflicciones que experimentan por creer en una verdad que no es popular. Este es un error 27 lamentable. Muchas de sus pruebas son creadas por ellos mismos porque se alejan de la Palabra de Dios. Ceden al mundo, se colocan en el campo de batalla del enemigo y tientan al diablo a que los tiente a ellos. Los que se adhieren estrictamente a las amonestaciones e instrucciones de la Palabra de Dios, y buscan con oración conocer y practicar su justa voluntad, no sienten las pequeñas cosas desagradables que ocurren todos los días. La gratitud que los llena y la paz de Dios que impera en ellos, los induce a entonar en sus corazones alabanzas al Señor, y hablar de la deuda de amor y agradecimiento que tienen con su amado Salvador, quien los amó tanto que murió para que pudieran vivir. Nadie en cuyo interior more el Salvador lo deshonrará ante otras personas interpretando música instrumental que aparte la mente de Dios y el cielo para fijarla en cosas livianas e insubstanciales. Se requiere que cualquier cosa que hagan los jóvenes, ya sea de palabra o acción, lo hagan todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios y Padre por él. Vi que sólo pocos jóvenes 28 comprenden lo que significa ser cristianos, ser como Cristo. Tendrán que aprender las verdades de la Palabra de Dios antes de que puedan ajustar sus vidas al Modelo. No hay un solo joven en veinte que haya experimentado en su vida la separación del mundo que el Señor requiere de todos los que se convierten en miembros de su familia, en hijos del Rey celestial. “Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré. Y seré para vosotros por Padre y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso”. 2 Corintios 6:17-18. ¡Qué promesa grandiosa se hace aquí basada en la obediencia! ¿Tenéis que separaros de vuestros amigos y parientes cuando decidís obedecer las exaltadas verdades de la Palabra de Dios? Animaos porque Dios ha hecho provisión para vosotros y sus brazos están abiertos para recibiros. Salid de en medio de ellos y separaos, y no toquéis lo inmundo, y él os recibirá. El promete ser un Padre para vosotros. ¡Qué admirable relación es ésta! Es más elevada y santa que cualquier vínculo terrenal. Si hacéis el sacrificio, si tenéis que olvidar padre, 29 madre, hermanas, hermanos, esposa e hijos por amor de Cristo, no quedaréis sin amigos. Dios os adopta en su familia; llegáis a ser miembros de la familia real, hijos e hijas del Rey que gobierna los cielos de los cielos. ¿Podéis desear una posición más elevada que la que aquí se promete? ¿No basta esto? El ángel dijo: “¿Qué más podría hacer Dios por los hijos de los hombres que lo que ya ha hecho? Si tal amor, si tales promesas tan exaltadas no son apreciados, ¿podría él concebir alguna otra cosa más excelente, más preciosa y admirable? Todo lo que Dios podía hacer fue hecho para la salvación de los seres humanos, y a pesar de ello los corazones de los hijos de los hombres se han endurecido. Debido a la multiplicidad de bendiciones con las que Dios los ha rodeado, las reciben como si fueran cosas comunes y olvidan a su bondadoso Benefactor”. Vi que Satanás es un enemigo vigilante que está resuelto a llevar a la juventud a comportamientos totalmente contrarios a los que Dios aprobaría. El sabe perfectamente bien que no hay otro grupo de personas que puede hace tanto 30 bien como los jóvenes y señoritas que se han consagrado a Dios. Los jóvenes, si obran correctamente, pueden ejercer una poderosa influencia. Los predicadores, o laicos avanzados en años, no pueden tener sobre la juventud ni la mitad de la influencia que otros jóvenes dedicados a Dios pueden ejercer sobre sus compañeros. Debieran sentir que pesa sobre ellos la responsabilidad de hacer todo lo que puedan para salvar a sus compañeros mortales, aunque tengan que sacrificar sus placeres y deseos naturales. El tiempo, y hasta los recursos económicos, debieran consagrarse a Dios cuando ello sea necesario. Todos los que profesan santidad debieran sentir el peligro que corren los que no pertenecen a Cristo. Pronto su tiempo de prueba concluirá. Los que habrían podido ejercer influencia para salvar a la gente si hubieran seguido el consejo de Dios, pero no cumplieron su deber a causa del egoísmo, la indolencia o porque se avergonzaban de la cruz de Cristo, no sólo perderán sus propias almas, sino que tendrán sobre sí la sangre de algunos pobres pecadores. Tendrán que rendir cuenta del bien que hubieran podido hacer si se hubieran consagrado a 31 Dios, pero no lo hicieron debido a su infidelidad. Los que de veras han gustado la dulzura del amor redentor no descansarán hasta que todas las personas con quienes se asocian conozcan el plan de salvación. Los jóvenes debieran preguntar: “¿Qué quieres que haga, Señor? ¿Cómo puedo honrar y glorificar tu nombre aquí en la tierra?” La gente perece a nuestro alrededor, ¿pero qué preocupación sienten los jóvenes por ganar almas para Cristo? Los que asisten al colegio pueden poner su influencia del lado de Cristo; ¿pero quién pronuncia el nombre de Cristo? ¿Y a quién se ve abogando con tierno fervor con sus compañeros para que olviden las sendas del pecado y elijan el camino de la santidad? Se me mostró que ésta es la manera de proceder que deben adoptar los jóvenes, pero no lo hacen; es más agradable para sus sentimientos unirse con los pecadores en la práctica de deportes y en la búsqueda de placeres. Los jóvenes tienen una amplia esfera de utilidad, pero no se dan cuenta de ello. ¡Ojalá que en adelante dediquen sus facultades mentales a la búsqueda de medios para 32 acercarse a los pecadores que perecen a fin de darles a conocer el camino de la santidad, y mediante oración y ruegos ganar aunque fuera a uno de ellos para Cristo! ¡Qué empresa más noble! ¡Un alma para que alabe a Dios durante toda la eternidad! ¡Un alma que disfrute de felicidad y vida eterna! Pero puede conseguirse que más de una persona se aparte del error y acepte la verdad, que pase del pecado a la santidad. Dios dice por medio del profeta: “Los que enseñan la justicia a la multitud [brillarán] como las estrellas a perpetua eternidad”. Daniel 12:3. Los que participen con Cristo y los ángeles en la obra de salvar a las almas que perecen serán ricamente recompensados en el reino de los cielos. Vi que muchas personas podrían salvarse si los jóvenes se encontraran en el lugar donde deben estar, dedicados a Dios y a la verdad; pero generalmente ocupan una posición en la que es necesario dedicarles a ellos atención constante, porque si no se hace eso, ellos mismos se volverían al mundo. Son una fuente de constante 33 preocupación y aflicción. Se derraman lágrimas y se elevan fervorosas oraciones por ellos en los corazones de los afligidos padres. Sin embargo siguen adelante sin preocuparse del dolor causado por su comportamiento. Clavan espinas en el pecho de quienes estarían dispuestos a morir para salvarlos y conseguir que lleguen a ser lo que Dios intenta que sean por medio de los méritos de la sangre de Cristo. Los jóvenes ejercen su habilidad de llevar a cabo esta o aquella obra de arte, pero no sienten que Dios requiere que ocupen sus talentos en algo mejor, es decir, en adornar su profesión de fe y en tratar de salvar las almas por quienes Cristo murió. Una sola de esas almas salvada tiene más valor que mundos enteros. El oro y las riquezas terrenales no pueden compararse con la salvación de una sola alma desvalida. Jóvenes y señoritas, vi que Dios tiene una obra que vosotros debéis realizar; tomad vuestra cruz y seguid a Cristo, porque si no lo hacéis no sois dignos de él. Mientras permanecéis en descuidada 34 indiferencia, ¿cómo podéis decir cuál es la voluntad de Dios acerca de vosotros? ¿Y cómo esperáis ser salvados, a menos que, como siervos fieles, hagáis la voluntad de vuestro Señor? Todos los que hereden la vida eterna habrán recibido el reconocimiento, bien hecho. El Rey de gloria los exaltará colocándolos a su mano derecha mientras les dice: “Bien hecho, buen siervo fiel”. ¿Cómo podéis saber cuántas almas podríais salvar de la ruina si en lugar de buscar vuestro placer personal buscarais qué obra podríais hacer en la viña de vuestro Maestro? ¿Cuántas almas se han salvado en esas reuniones realizadas con fines de conversación y con las ejecuciones musicales? Si no podéis señalar una sola alma salvada, os ruego que adoptéis un comportamiento diferente. Comenzad a orar por las almas; aproximaos a Cristo, colocaos más cerca de su costado sangrante. Permitid que un espíritu humilde y sereno adorne vuestras vidas, y haced que vuestras peticiones fervientes, sinceras y humildes asciendan hacia Dios en busca de sabiduría para tener éxito en la salvación no sólo de vuestra propia alma, sino también de otras almas. Orad más que lo que cantáis. ¿Acaso no tenéis más 35 necesidad de orar que de cantar? Jóvenes y señoritas, Dios os pide que salgáis a trabajar para él. Cambiad radicalmente vuestro comportamiento. Podéis realizar una obra que no pueden hacer los que ministran en palabra y doctrina. Podéis alcanzar a una clase de personas sobre la que el ministro no puede ejercer influencia. 36