Interior PORTADA 28/10/10 19:39 Página 1 Così fan tutte - Jacobs Mozart 2006 THE HARMONIA MUNDI Requiem - Herreweghe MOZART EDITION Sea el primero en festejar el 250º aniversario del nacimiento de Mozart. Gran Partita - Herreweghe harmonia mundi le propone a precio excepcional unas interpretaciones de referencia firmadas por René Jacobs... incluso, Michel Portal, y presentadas en lujosos libro-discos profusamente ilustrados. No sólo será un irresistible regalo sino también la ocasión de conocer mejor al compositor. Quinteto para clarinete - Portal También disponible la AGENDA MOZART 2006, con un CD presentando el conjunto de la colección. Con la participación de Pequeña música de noche - Manze AÑO XX Nº 200 Septiembre 2005 6,30 € 2 6 DOSIER OPINIÓN CON NOMBRE PROPIO Orquestas españolas, temporada 2005 - 2006 113 ENCUENTROS Manuel Angulo William Christie Francisco Ramos 7 Franco Soda Manuel Castillo REPORTAJE Francisco Ramos 8 Música en Bolivia Cristóbal Halffter Blas Matamoro Francisco Ramos 9 Piero Cappuccilli Francisco Ramos AGENDA 28 ACTUALIDAD NACIONAL ACTUALIDAD INTERNACIONAL 46 60 64 Arturo Reverter EDUCACIÓN Pedro Sarmiento EL CANTAR DE LOS CANTARES Arturo Reverter JAZZ ENTREVISTA Cecilia Bartoli Pablo Sanz Rafael Banús Irusta LIBROS LA GUÍA CONTRAPUNTO Discos del mes SCHERZO DISCOS 65 146 HOMENAJE Luis de Pablo 10 142 Norman Lebrecht Sumario 148 150 152 154 156 158 160 Colaboran en este número: Javier Alfaya, Julio Andrade Malde, Roberto Andrade Malde, Íñigo Arbiza, David Armendáriz Moreno, Joaquín Arnau Amo, Rafael Banús Irusta, Alfredo Brotons Muñoz, José Antonio Cantón, Jacobo Cortines, Rafael Díaz Gómez, Pedro Elías Mamou, Fernando Fraga, Joaquín García, José Antonio García y García, Mario Gerteis, José Guerrero Martín, Fernando Herrero, Leopoldo Hontañón, Bernd Hoppe, Luis G. Iberni, Paul Korenhof, Antonio Lasierra, Norman Lebrecht, Juan Antonio Llorente, Fiona Maddocks, Nadir Madriles, Santiago Martín Bermúdez, Joaquín Martín de Sagarmínaga, Enrique Martínez Miura, Blas Matamoro, Marco Antonio Molín Ruiz, Antonio Muñoz Molina, Miguel Ángel Nepomuceno, Rafael Ortega Basagoiti, Josep Pascual, Enrique Pérez Adrián, Javier Pérez Senz, Paolo Petazzi, Francisco Ramos, Arturo Reverter, Leopoldo Rojas O’Donnell, Justo Romero, Stefano Russomanno, Carlos Sáinz Medina, Pablo Sanz, Pedro Sarmiento, Bruno Serrou, Franco Soda, José Luis Téllez, Asier Vallejo Ugarte, Claire Vaquero Williams, Pablo J. Vayón, Juan Manuel Viana, Albert Vilardell, Carlos Vílchez Negrín, Ruth Zauner. Traducciones Rafael Banús Irusta (alemán) - Enrique Martínez Miura (italiano) - Barbara McShane (inglés) - Juan Manuel Viana (francés) Impreso en papel 100% libre de cloro PRECIO DE LA SUSCRIPCIÓN: por un año (11 Números) España (incluido Canarias) 63 €. Europa: 98 €. EE.UU y Canadá 112 €. Méjico, América Central y del Sur 118 €. Esta revista es miembro de ARCE, Asociación de Revistas Culturales de España, y de CEDRO, Centro Español de Derechos Reprográficos. SCHERZO es una publicación de carácter plural y no pertenece ni está adscrita a ningún organismo público ni privado. La dirección respeta la libertad de expresión de sus colaboradores. Los textos firmados son de exclusiva responsabilidad de los firmantes, no siendo por tanto opinión oficial de la revista. 1 OPINIÓN OPINIÓN EDITORIAL 2 ANTE UNA NUEVA TEMPORADA n año más, SCHERZO dedica buena parte de su número del mes de septiembre a analizar las temporadas de las orquestas españolas. La revisión de los números de años anteriores dedicados al mismo tema permite comprobar el crecimiento de la oferta, la incorporación de nuevas formaciones, el desarrollo de las más veteranas y la evolución de unas programaciones que han de combinar el ir haciendo orquesta con el gusto del público y la necesidad de ir incorporando novedades a un repertorio en cuya insistencia aparecen, al mismo tiempo, la necesidad de la consolidación y el riesgo de instalarse en la rutina. Hoy son numerosas las orquestas españolas y a la lista de las primeras en el tiempo se han ido incorporando otras nuevas que han conseguido llevar a zonas sin música una programación constante. A veces el esfuerzo es muy duro. No es fácil hacer una orquesta, ponerla en pie, gestionarla económica y artísticamente. Hay que crear, también, público donde no lo había, animarlo primero y fidelizarlo después. Es lo que han hecho, en los últimos años, orquestas veteranas con propuestas distintas a las que les llevaron a encasillarse demasiado. Ahí está, por ejemplo, la Orquesta Nacional con esos ciclos temáticos que se iniciaron el pasado año con un éxito en cierto modo sorprendente. Otras han aprovechado su juventud para quemar etapas y situarse en la primera línea de las españolas, como ha sucedido con la Sinfónica de Galicia. Y las más bisoñas —Castilla y León, Extremadura, Murcia, Oviedo— van poco a poco encontrando su lugar en un terreno en el que hace todavía bien poco no podíamos soñar que hubiera tan gran competencia. La Sinfónica de Bilbao, la Sinfónica de Euskadi, la Pablo Sarasate de Pamplona, la del Principado de Asturias, la Real Filharmonía de Galicia, La Orquesta de Cadaqués o la Sinfónica de Tenerife han alcanzado, igualmente, una velocidad de crucero muy interesante y se han hecho imprescindibles en la actividad cultural de los territorios en los que se mueven. Otras, como la Orquesta de la Comunidad de Madrid, han encontrado su camino saliéndose del más trillado. Por su parte, la Sinfónica de Madrid tratará de seguir demostrando que rinde igual en el escenario que en el foso y la Filarmónica de Málaga buscará la concreción de su nuevo proyecto. Hay que destacar también a aquellas orquestas que comienzan una nueva andadura con directores titulares recién llegados a las mismas y a los que habrá que darles esa confianza necesaria que en esto de la música va más allá de los cien días de rigor, pues es un trabajo en el que la tenacidad siempre tiene algo que decir. Pedro Halffter en la Sinfónica de Sevilla y la Filarmónica de Gran Canaria, Jean-Jacques Kantorow en la Ciudad de Granada y Yaron Traub en la Orquesta de Valencia deberán mostrar el acierto de su contratación para orquestas que necesitan nuevas ideas rectoras. Igualmente, hay que señalar la crisis que viven algunas formaciones que, curiosamente, se encuentran en un buen momento artístico por contar entre sus filas con instrumentistas de talla evidente. Es el caso de la Sinfónica de RTVE, necesitada de coherencia programadora, o de esas que viven el mal momento de quedarse sin titular, como ocurre con la Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña y la Orquesta del Vallès. Este año se suman a nuestra lista dos formaciones que compartirán el escenario del Auditorio de Zaragoza y que representan una política muy interesante a la hora de ligar su actividad a la ciudad en la que se desarrolla, lejos de los proyectos habituales de creación de grandes orquestas sinfónicas y representando dos acercamientos a repertorios tan alejados como el barroco y el clasicismo, por una parte, y el contemporáneo de otro lado. Se trata de la nueva Orquesta Barroca Al Ayre Español y del ya veterano Grupo Enigma. Pero quizá la clave de todo el esfuerzo conjunto deba estar en la creación de nuevos públicos que den continuidad a una tradición en crisis no sólo económica. En este sentido, desde los programas pedagógicos a una buena política de precios todo debe dirigirse a esa captación de una audiencia que ve en la llamada música clásica más una suma de gestos sociales que una fuente de placer. El día que podamos demostrar a los jóvenes que esa música en la que seguimos creyendo es capaz de acrecentar su horizonte vital habremos dado en el clavo. No es fácil pero sí necesario. Suerte para todos. U OPINIÓN Diseño de portada Argonauta (Salvador Alarcó y Belén Gonzalez) Foto portada: Simon Fowler/ Decca La música extremada POR ESCRITO Edita: SCHERZO EDITORIAL S.L. C/Cartagena, 10. 1º C 28028 MADRID Teléfono: 913 567 622 FAX: 917 261 864 Internet: www.scherzo.es E mail: Redacción: redaccion@scherzo.es Administración: revista@scherzo.es Presidente Santiago Martín Bermúdez REVISTA DE MÚSICA Director Luis Suñén Redactor Jefe Enrique Martínez Miura Edición Arantza Quintanilla Maquetación Daniel de Labra Fotografía Rafa Martín Secciones Discos: Juan Manuel Viana Educación: Pedro Sarmiento Libros: Enrique Martínez Miura Página Web Iván Pascual Consejo de Dirección Javier Alfaya, Manuel García Franco, Santiago Martín Bermúdez, Enrique Pérez Adrián, Pablo Queipo de Llano Ocaña y Arturo Reverter Departamento Económico José Antonio Andújar Departamento de publicidad Cristina García-Ramos (coordinación) cristinaramos@scherzo.es Magdalena Manzanares magdalena@scherzo.es DOBLE ESPACIO S.A. primerespacio@teleline.es Relaciones externas Barbara McShane Suscripciones y distribución Iván Pascual suscripciones@scherzo.es Colaboradores Cristina García-Ramos Impresión GRUPO MARTE S.A. Depósito Legal: M-41822-1985 ISSN: 0213-4802 © Scherzo Editorial S.L. Reservados todos los derechos. Se prohíbe la reproducción total o parcial por ningún medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias, grabados, o cualquier otro sistema, de los artículos aparecidos en esta publicación sin la autorización expresa por escrito del titular del Copyright. L a memoria del jazz está llena no sólo de grandes músicas, sino de magníficos relatos en primera persona. El jazz es un arte que ha producido resultados excelentes en la fotografía, y a veces en el cine, y otros mucho más flojos en la literatura de ficción. Los literatos, escribiendo de jazz, se deslizan hacia una verbosidad fácil de vaguedades poéticas, que produce sonrojo leída al cabo de un cierto tiempo, sobre todo si —como sucede a veces— fue uno mismo quien la perpetró. Hay excepciones magníficas: Billy Collins tiene poemas imborrables dedicados a la música de jazz, especialmente uno que cuenta la sensación de escuchar un disco de Thelonious Monk mientras mira caer la nieve. Y durante muchos años, el poeta más ácido y menos efusivo, más metido hacia adentro, Philip Larkin, escribió en los periódicos breves reseñas de discos, de conciertos y de libros sobre jazz que sólo tienen comparación, por su mezcla de entusiasmo y laconismo, de fervor e ironía, con las críticas de cine y de libros que publicaba Borges en la insospechada revista para señoras argentinas El Hogar. Las reseñas de Larkin —a quien la policía universitaria del pensamiento ha colgado el sambenito inapelable de reaccionario y racista— contienen una vindicación inteligente y deslumbrada de un arte que nació en la marginalidad social de los negros, y del que en principio casi nadie imaginaría que pudiera haber atraído tan poderosamente a aquel solterón bibliotecario inglés. Otro pálido erudito británico, Eric Hobsbawn, que se labró durante muchos años una justa celebridad como historiador riguroso y de izquierdas, compaginó su carrera académica con otra dedicación más secreta, y posiblemente perjudicial entre sus colegas, la de cronista sabio del jazz. Con pseudónimo, como los profesores aficionados a urdir enigmas policiales, Hobsbawn fue escribiendo a lo largo de décadas los artículos que después reunió en su libro The Jazz Scene, que es una de las introducciones más completas que existen para acercarse a esta música y comprender la pasión que inspira entre sus adictos. Aun amando estos libros, yo me quedo, por encima de ellos, con unas cuantas autobiografías, no necesariamente las más celebradas, que en ocasiones son también las de más dudosa autoría, como esa más bien mercenaria Lady sings the blues en la que Billie Holiday alimentó sin mucho escrúpulo la parte más turbia de su propia leyenda. Me quedo con los diarios de Chet Baker en Louis Armstrong con su madre y su hermana Beatrice los años cincuenta, tan sucintos, tan despojados, como su manera de tocar la trompeta; con las memorias del pianista Hampton Hawes, Raise up off me, que son la crónica de una vocación y de un descenso a la heroína; con la estremecedora Straight Life, donde Art Pepper cuenta con seco fatalismo su infancia de blanco pobre y su adicción permanente a las drogas, que le hizo pasar más tiempo en las cárceles que en los escenarios y en los estudios de grabación. To be or not to bop, de Dizzy Gillespie, es desde su mismo título una declaración de principios y una enciclopedia en primera persona de la gran revolución estética que Gillespie y Charlie Parker capitanearon hacia la mitad de los años cuarenta. Pero no hay autobiografía mejor, más reveladora, más intensa de poesía, que la de Louis Armstrong, Satchmo, que trata de su infancia y su aprendizaje en Nueva Orleans y termina cuando el músico de 18 años abandona la ciudad natal camino de Chicago, todavía adolescente y ya cuajado como artista. Parece que estuviéramos leyendo Huckleberry Finn, o el Lazarillo: hijo de una prostituta ocasional, criado en las calles, en los prostíbulos, en los reformatorios, acostumbrado a la penuria y al hambre, trabajando desde muy pequeño para ganarse la vida, Armstrong era esa inteligencia deslumbrante que se sobrepone a toda la estrechez y la desgracia y ese alma jovial y generosa que conserva una inocencia elemental en la adversidad y recibe la música —una vieja corneta obtenida en el reformatorio— como un don que ha de ser celebrado igual que la vida misma. Después de leer el libro uno escucha la trompeta de Armstrong y siente que lo que escucha es el metal puro de su voz, la otra versión de su autobiografía. Antonio Muñoz Molina 3 OPINIÓN Prismas ULLMANN Y EL QUIJOTE T enemos avanzado el aniversario del Quijote y florecen actos, conciertos, discursos y no sé cuántas cosas más. Uno recuerda ciertas palabras de don Miguel de Unamuno hace ya exactamente un siglo, acerca de este tipo de conmemoraciones pero prefiere no reproducirlas. Que todo sirva para bien si de aquí salen unos cuantos lectores más, aunque no sean del Quijote, porque nuestro país anda menguado en eso de la lectura y buena falta le hace a muchos desasnarse. Es el caso que con aquello, tan interesante, y de lo que tanto nos ocupamos en esta revista, de la Entartete Musik pudimos conocer a unos cuantos nombres de la música centroeuropea a los que el Tercer Reich asesinó y a los que el dogmatismo de la avant garde de la postguerra proscribió de las salas de conciertos porque no eran lo suficientemente ortodoxos según los criterios al uso. De todos ellos unos cuantos nombres han quedado en los repertorios, por fortuna. En España, donde andamos casi siempre tan atrasados al respecto, tuvimos el honor de que nos visitara el superviviente del grupo, el estupendo Berthold Goldschmidt, con el cual me unió una buena amistad, del que tuvimos ocasión de escuchar obras sinfónicas y de cámara, y de verle pasearse por el Museo del Prado, admirando los cuadros de Van der Weyden, Hie- ronymus Bosch y Goya, acompañado por su bellísima y joven amante, biznieta de un famosísimo compositor de su país. También Gerd Albrecht, siempre tan atento a recuperar del pasado lo que realmente vale la pena, estrenó con la ORTVE una bella página de otro de los compositores del grupo, el silesiano Viktor Ullmann, precisamente Don Quijote baila el fandango. Como tantas otras joyas y joyitas del archivo sonoro de la ORTVE esa pieza debe de andar por ahí, escondida y olvidada. No hubiera sido mala cosa desenterrarla, porque se lo merece y porque Albrecht y los músicos de la citada orquesta lo hicieron muy bien. En el caso de Ullmann hubiera sido una doble conmemoración porque ahora que se recuerda el horror del Holocausto y se rinde homenaje a los millones de víctimas de la barbarie nazi habría que recordar a ese excelente músico, asesinado el 18 de octubre de 1944 en Auschwitz. Pero aún quedan meses por delante. Esperemos que alguien recoja el mensaje. Javier Alfaya BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN c/ Cartagena 10, 1ºc - 28028 MADRID Tel. 91.356 76 22 - Fax 91.726 18 64 E-mail: suscripciones@scherzo.es - www.scherzo.es Deseo suscribirme, hasta nuevo aviso, a la revista SCHERZO por períodos renovables de un año natural (11 números) comenzando a partir del mes de ………………… nº…… El importe lo abonaré de la siguiente forma: Transferencia bancaria a la c/c 2038 1146 95 6000504183 de Caja de Madrid, a nombre de SCHERZO EDITORIAL, S.L. Cheque a nombre de SCHERZO EDITORIAL, S.L. Giro postal. VISA. Nº: …………………………………………… Caduca … /… /… Firma………..…………… Con cargo a cuenta corriente ………… ………… …… ………………………………… (No utilice este boletín para la renovación, será avisado oportunamente) 4 Rellene y envíe este cupón por correo, fax o correo electrónico. O llámenos por teléfono de 10 a 15 h. También está disponible en nuestra página en internet. 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OPINIÓN Música reservara LA ETERNIDAD RECOBRADA E n la escritura clásica, la discontinuidad es yuxtaposición de continuidades contrastantes: la articulación de la continuidad afecta aquí a segmentos de gran amplitud, como pueden ser dos melodías sucesivas, o quizá las diferentes frases de una misma melodía. En la música reciente, la discontinuidad afecta a segmentos cada vez más breves: células, acordes sueltos o, como en Messiaen (pero también en Webern), a simples notas. Cierta música para piano en torno a la década de los cincuenta (y precisamente alguna de la más militantemente áspera y abstracta) llevó a su apogeo ese pensamiento compositivo. Modes de valeur et d’intensités (1949): el propósito de serializar las duraciones y las dinámicas al margen de las alturas genera una música cuyo decurso se diría difractado, que pareciera proyectarse en dimensiones transversales con respecto a la flecha del tiempo: pocas piezas más elocuentes acerca del modo en que la escritura puede contradecir el resultado sonoro. Tres series de alturas de doce sonidos cada una, veinticuatro duraciones “cromáticas” (de la fusa a la redonda con puntillo), siete dinámicas (de fff a ppp) y doce formas de ataque se articulan en una partitura de tres pautas, una especie de canon rítmico a tres voces: pero esas tres líneas son destruidas en su continuidad auditiva en virtud de las diferencias entre las dinámicas que afectan a cada nota particular, cuya individualidad se sustenta, no en su frecuencia, sino en su intensidad relativa, que emerge como elemento articulador: el efecto se incrementa, toda vez que algunas de las notas más agudas están afectadas de las dinámicas más tenues y las duraciones más breves, y las más graves, de mayor longitud e intensidad. Lo que de horizontalidad reclaman esos tres estratos de la escritura se transforma en la escucha en una constelación de impactos independientes, como objetos puntuales de diferentes masas a diferentes distancias que existen durante fracciones temporales disími- les: la continuidad no es aquí sino una herramienta de trabajo para formalizar la escritura. La conciencia del tiempo emerge como un espacio global modificado instantáneamente por la intensidad respectiva de cada una de las líneas y puntos sonoros que alberga. La Klavierstück IX de Stockhausen (1961, la versión final): estriar el tiempo de un modo isócrono sobre la base de una sonoridad única conduce a un alisamiento de ese mismo tiempo a través de las incontables repeticiones del acorde con el que comienza (aunque sepamos que son 87). La repetición mecánica, exenta de cualquier cambio, deja de percibirse como pulsación: no es diferente el caso del arpegio ascendente y descendente que constituye el preludio de Das Rheingold. En uno y otro caso, se desvanece toda sensación de transcurso. En la pieza de Stockhausen, la segunda textura es una sucesión de momentos, de gestos sonoros al margen de cualquier idea de melodía, armonía o ritmo convencional: otro modo de conjurar la flecha del tiempo y sumir la escucha en un caleidoscopio de sonoridades que, si bien están plenamente relacionadas en un nivel interno de la obra (se trata de grupos generados por operaciones algebraicas aplicadas a matrices numéricas), se manifiestan con total independencia, toda vez que esas relaciones subyacentes son por completo inaccesibles en la escucha. Puntos, líneas, células y pequeños racimos sonoros que se dirían galaxias distantes, infinitamente lejanas entre sí y de las que ignoramos las leyes profundas que gobiernan sus movimientos y sus posiciones respectivas, aunque podamos apreciar sus volúmenes, colores, formas y dimensiones aparentes. Herma (lazo, unión, fundación) de Iannis Xenakis (1961): un algoritmo basado en tres operaciones básicas de la teoría de conjuntos (unión, exclusión, intersección) aplicadas sobre diversos subconjuntos cuya unión es el conjunto total de las notas del teclado, sobre las que se definen estadísticamente las duraciones y los registros (álgebra de temporalidad) y cuyo resultado no es otra cosa sino la superposición y yuxtaposición de los subconjuntos resultantes de aplicar esas operaciones a los subconjuntos iniciales y a las clases que de ellos se derivan, a las que se asocian marcas dinámicas de modo biunívoco (álgebra hors-temps, atemporal) a partir de la cual se establece un álgebra en tiempo (en-temps). La pieza debe ejecutarse sin acento rítmico, fuera de compás, con una pulsación idéntica por unidad de tiempo (la semicorchea) a la mayor velocidad posible (hay que comenzar trabajando las secciones más densas de la obra para fijar el tempo). Obviamente (y en contra de la pretensión absolutamente idealizada de Xenakis), resulta por entero inviable descifrar en la audición las clases establecidas y, muchísimo menos aún, la composición de los subconjuntos iniciales. Cada uno de los algoritmos parciales se presenta de modo independiente de los sucesivos: se diría una serie de vórtices perforada por abismos de silencio. La isocronía estría el tiempo, pero no puede percibirse: de ahí que aquéllo que la obra trasmite sea su excepcional energía, esa especie de clímax mantenido en un presente que se diría saturado e inmóvil. Cierta música nacida en torno a la escuela de Darmstadt, de la que Herma, las Klavierstücke de Stockhausen o la pieza de Messiaen constituyen ejemplos de significación y belleza privilegiadas, ofrecen al oyente la vivencia de un cosmos en el que se ha anulado la percepción del devenir y cada uno de cuyos destellos pareciera flotar en una eternidad ensimismada y propia. Destruir la continuidad convencional de la música es liberar el instante y, con él, el fluir del tiempo en direcciones divergentes: reformulación de la eternidad. José Luis Téllez 5 CON NOMBRE PROPIO PROPIO CON NOMBRE 75 años en la sombra 6 MANUEL ANGULO M anuel Angulo es el “tapado” entre las figuras de la moderna música española que este 2005 cumplen 75 años. Al lado de Halffter y De Pablo, Angulo es un músico de carrera mucho menos brillante y su obra ha permanecido todo este tiempo muy oscurecida junto a la amplia difusión de que ha gozado la de sus colegas. La obra de Angulo ha tenido además menos peso en la vida musical española que la del otro compositor que cumple ahora 75, Manuel Castillo, con quien se alinea en el grupo de “moderados”, dentro del grupo de músicos que integran la generación del 51, que es, como se sabe, la que asume el papel de renovar el panorama musical español en las fundamentales décadas de los 50 y 60. Al lado de Halffter y De Pablo (pero también, de Bernaola, Barce o MestresQuadreny), la obra de un compositor como Angulo se inscribe claramente en la senda de la tradición, con un nada disimulado signo nacionalista. Como ocurre con un autor como Castillo, la carrera musical de Angulo se reparte entre la enseñanza y la composición. Pero en el caso del manchego, la labor pedagógica ha vencido a la de la composición, tarea a la que Angulo parece no haber dedicado todo el tiempo preciso. Calificado por sus biógrafos como compositor de “oficio”, Angulo ha reivindicado repetidas veces, en sus ensayos y publicaciones de orden didáctico, la “continuidad histórica del lenguaje musical”. Para este músico nacido en Campo de Criptana, la diferencia entre tradición y vanguardia no existe, aunque eso no signifique “la desaparición del tiempo actual”. Formado en Madrid, Alemania e Italia, preocupado básicamente por la forma, por lo que él llama “la organización general de los ambientes sonoros”, Angulo ha dejado una obra en la que se percibe ante todo la búsqueda de un lenguaje apoyado en una sólida organización formal, la que ha dado coherencia a su fantasía y a su inspiración musical. Autor de obras de carácter didáctico y compositor eventual para el cine, Angulo observa el material musical como un todo, sin hacer distinciones entre tonalidad y atonalidad. Tal vez debido a esa indefinición de estilo, su música ha pasado inadvertida, no ha sido tocada con la frecuencia necesaria. En el camino, quedan obras de interés cierto, como Loas del Ave María, para cuarteto vocal y órgano, sobre textos del Arcipreste de Hita, el quinteto de viento Pentasonans o la pieza para saxofón y piano Bisonante. Francisco Ramos CON NOMBRE PROPIO El compositor reconsiderado Foto: Atín Aya MANUEL CASTILLO E n el momento de cumplir los 75 años, la obra de Manuel Castillo parece ya cerrada. Al apartarse totalmente de la vida musical activa, Castillo es consecuente con su vieja idea de no seguir los postulados marcados por la Vanguardia en el transcurso de la segunda mitad del siglo XX. Y es justamente ahora cuando la obra del compositor sevillano empieza a ser estudiada y enjuiciada según unos parámetros bien diferentes a aquellos que se esgrimían en los años de furor de los nuevos modos de encarar el material compositivo. Considerado exclusivamente autor recuperador de los valores tradicionales de la composición, a Castillo se le ha arrinconado durante mucho tiempo en un lugar secundario en el mundo de la composición española. Según los dictados de la Vanguardia, todo autor de signo conservador, que no pasaba de tener un “oficio”, no era digno de figurar en la elite. Con el debilitamiento de esas posturas agresivas y la apertura y flexibilización del gusto, el arte de un músico como Castillo ha venido a situarse en el justo lugar: su estilo neoclásico cobra ahora un valor inesperado y su música se empieza a integrar con naturalidad en las corrientes de lo que se ha llamado posmodernismo. El “saber” se ha impuesto al “oficio” y las obras de Castillo, sobre todo las Glosas del Círculo mágico, las Sonatas lorquianas, la Suite de los espejos, la Tercera Sinfonía y el impor- tante legado de su música de cámara, son consideradas de auténtica altura. La postura con respecto al lenguaje musical a emplear por parte de Manuel Castillo no ha sufrido cambio alguno a lo largo de los años. Su visión de la música (la que se forja desde el conocimiento profundo de la técnica) no se ha movido un ápice. Lo que sí han cambiado son las ideas del entorno y el gusto, que saben ver, por encima de las distintos formas de composición, al hombre culto y formado que decidiera en su momento tomar distancia de las estéticas más rompedoras en favor de forjar un mundo propio. Francisco Ramos 7 CON NOMBRE PROPIO El músico internacional Ignacio Evangelista CRISTÓBAL HALFFTER L 8 a figura de Cristóbal Halffter, en el año en que el músico cumple los 75, tal vez habría que situarla en el ámbito estético que creara, allá por los años 40 y 50 del siglo XX, el italiano Luigi Dallapiccola, un dodecafonismo de corte “mediterráneo”, con el que poder asumir el cúmulo de técnicas musicales a las que el compositor español se enfrenta a comienzos de su período de madurez, más o menos, a finales de la década de los años 60. Atrapado, en un principio, por el estilo efectista del polaco Penderecki, no será hasta la fecha de 1968, con la composición de Yes, speak out, cuando empezará a hacer suyo el empleo masivo de la orquesta. Con esta cantata sobre la Declaración de los Derechos Humanos, nace el estilo que le ha dado singularidad al Cristóbal Halffter compositor. Ahí se hacía ya visible la firme preocupación del autor por que su música fuese siempre una respuesta personal al mundo que lo rodeara. Sobre un lenguaje formal sustentado en una armonía abundante en microintervalos y en un contrapunto especialmente complejo, heredado directamente de los músicos renacentistas españoles, Halffter ha mostrado a lo largo de su carrera una gran capacidad de tensión en cada una de sus obras, un sello casi expresionista que va ligado estrechamente con un notable sentimiento dramático del hecho compositivo. La necesidad de expresión ha llevado a Halffter a dirigir su propia obra al frente de algunas de las mejores orquestas de Europa, a crear cursos especializados de composición y, en definitiva, a concebir un arte de fuerte y sincero compromiso con el mundo actual, como muestran sobradamente las composiciones (especie de testimonios personales) que escribiera bajo la dictadura franquista: Planto por las víctimas de la violencia, Réquiem por la libertad imaginada, Noche pasiva del sentido… Acerca de ellas, comentaría en su momento el autor: “Hay una serie de cosas que me afectan profundamente y pretendo demostrar que estoy contra ellas. No tengo otro medio a mi alcance para testimoniar que mi profesión de músico. Por eso titulo mis obras”. Francisco Ramos La música desde la invención Ignacio Evangelista LUIS DE PABLO L uis de Pablo cumple, en este 2005, 75 años. A sus espaldas, todo un bagaje que prácticamente ningún otro compositor contemporáneo español puede igualar. Además de autor riguroso y comprometido con las renovaciones de lenguaje que demandaba su tiempo, en De Pablo se reúnen el ensayista y pensador sobre los temas que plantea la música de hoy, pero también el organizador de actos, como el correspondiente a los Encuentros de Pamplona de 1972, cuya trascendencia aún sigue siendo un hito. De Pablo será igualmente el primero en ocupar el puesto de director del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea entre 1982 y 1985. Por en medio quedan aventuras apasionantes, todas insólitas en la España refractaria a transgresiones y experimentaciones: funda el Grupo Nueva Música en 1958, el mismo año en el que inicia una loable labor teórica en la revista Acento; funda casi a la par el ciclo Tiempo y Música, tan importante en la tarea de divulgación de las nuevas propuestas; en 1964, crea la Bienal de Música Con- temporánea en Madrid y un año después, Alea, quizás su aventura más personal y de signo más experimental. Luis de Pablo, gracias en parte a sus períodos como profesor en Canadá y Estados Unidos, tiene la ocasión de conocer de primera mano el mundo de la creación contemporánea en el mismo núcleo donde ésta se produce. Es esa internacionalización lo que le permitirá que su lenguaje cobre, a lo largo de los años, un cuerpo verdaderamente original, sin desdeñar en ningún momento el poso de mediterraneidad que siempre evidenciara en su obra. De esta forma, De Pablo consigue crear un mundo sonoro que escapa a los clichés de la Vanguardia para trazar unos rasgos absolutamente propios, los que se dan en el músico que sabe mirar más allá de la propia partitura. La abierta mirada de Luis de Pablo es, en este sentido, un modelo para las jóvenes generaciones. El músico vasco es también de los primeros en España que, desde el campo de la música instrumental, toma contacto con el material electrónico (We, Tamaño natural) y es el que inicia una nueva senda para la música española al concebir, con Kiu, una escritura operística que insufla a los jóvenes autores el interés por el medio escénico. De Pablo encarna al compositor español “tipo” no sólo por representar a una cultura mediterránea con todos sus folclores, ritos y fetichismos ancestrales, sino sobre todo por su condición de hombre moderno, de avanzadilla, volcado también, como apuntan Daniel y Michele Tosi, “hacia el Atlántico, buscador colombino de costas desconocidas, de islas y tierras nuevas”. De Pablo es profundamente español por su actitud jovial de conquistador sentimental y por ese abundante discurrir propio del literato y el novelista pintoresco; y, finalmente, porque el aspecto material, en perfecta sintonía con el pueblo, se da la mano con él, como en tantos otros compatriotas suyos, con lo utópico y lo maravilloso. Compositor importante, inventor de ideas y actos, De Pablo llega a 2005 en plena forma creadora. ¡Feliz 75 cumpleaños! Francisco Ramos 9 Albacete. Sociedad de Conciertos SUENA EL DE LA TRISTE FIGURA Foto: Yago Lavandiera Carlos Mena y Juan Carlos Rivera Jordi Savall y Montserrat Figueras L a Sociedad de Conciertos de Albacete (SOCA) proyecta su nuevo curso con el buen cuerpo que le otorga el haber contribuido a asentar en su ciudad los buenos hábitos filarmónicos. De las varias líneas que vienen, año tras año, argumentando su programación, la que se avecina privilegia dos, a saber: el piano, cuyo Festival Internacional cumple su quinta edición, y la Música Antigua, adscrita al nombre del compositor manchego emigrado a las Indias Tomás de Torrejón y Velasco, que entra en su cuarto capítulo. Este ciclo, por otra parte, se hallará inevitablemente sembrado de alusiones y evocaciones en torno a El Quijote: conmemoraciones mandan. Así, comenzará con danza y música quijotescas (Esquivel, 19 de octubre), 10 Foto: D. de Labra Savall, Mena, Immerseel Foto: Philippe Matsas AGENDA AGENDA José Miguel Moreno para continuar con un concierto dedicado a Cervantes (3 de noviembre), a cargo del contratenor Carlos Mena y el vihuelista-laudista Juan Carlos Rivera. Jordi Savall, que se ha convertido en huésped asiduo de SOCA, cuyo es socio honorífico, nos obsequiará el 14 de noviembre con el Hespèrion XXI sus Luces y Sombras del Siglo de Oro. Y Ana Luisa Espinosa e Illana Música reincidirán el 17 de diciembre en Los Sonidos del Quijote, para concluir tres días después, 20 de diciembre, con Al son de la locura. Música en el Quijote, una propuesta del laudista escurialense José Miguel Moreno y su Orphenica Lyra, un título tomado al libro de Fuenllana publicado en Sevilla cuando Cervantes es un niño de seis años. Sociedad de Conciertos. Albacete. http: //www.websoca.com/. Para el desfile pianístico contamos con Michel Dalberto (29 de septiembre, fiesta de San Miguel y apertura de la temporada), con Evgeni Starodubtsev (27 de octubre), con Francesco Monopoli (24 de noviembre) y con Bernard Lemens (19 de enero de 2006). Y el piano presidirá el concierto de la Orquesta Sinfónica Estatal de México, con Leonel Morales (9 de enero). En enero además, a año nuevo conmemoración nueva: Mozart toma la vez (17562006: 250 años). El 28, un día después del de su nacimiento bajo el signo de acuario, Anima Eterna, con Jos van Immerseel, encabezará la nueva página conmemorativa. Pero esa es otra historia, de la que en su momento daremos cuenta. Joaquín Arnau Amo AGENDA Alicante. Sociedad de Conciertos REDOBLANDO NIVELES L as programaciones de la Sociedad de Conciertos de Alicante se superan a sí mismas de año en año. De las dieciocho convocatorias que se anuncian para el curso 2005-2006, sólo sobre la que en mayo acogerá el premio de interpretación que la propia sociedad patrocina queda el pronóstico en suspenso. El resto es de extraordinario interés. Los conjuntos de cámara se llevan la parte del león desde el punto de vista cuantitativo sin que desde el cualitativo tengan nada que envidiar al resto de apartados. Así, la oferta que constituyen el Sexteto de la Filarmónica de Berlín (25 de octubre), los cuartetos Belcea (con Piotr Anderszewski al piano; 7 de febrero) y Tokio (5 de abril), y los Tríos Wanderer (20 de diciembre), Florestán (17 de enero) y de Viena (21 de febrero), más el integrado por los flautistas James y Jeanne Galway y el pianista Philip Moll (9 de mayo), es difícilmente superable. Otro tanto se dirá de dúos como los formados por el violonchelista Adrian Brendel y el pianista Tim Horton (11 de octubre), y el violinista David Garrett y el pianista Itamar Golan (7 de marzo), a los que se sumará Anabel García del Castillo con pianista aún por determinar (26 de abril). El piano solista, con Eliso Virsaladze (5 de diciembre) y Tamás Vasáry (21 de marzo), y la voz, con Ana María Sánchez (8 de noviembre) y Eva Urbanova (17 de noviembre), ocupan un espacio menor pero denso. Foto: Alvaro Yañez Belcea, Garrett, Ránki Trío Wanderer Una orquesta alemana con Dezsö Ránki al piano (24 de enero) y la de Valencia en dos ocasiones (el l2 de febrero, con Viktoria Mullova al violín y dirección sin precisar, y el 1 de junio, con Leopold Hager a la batuta) completan el atractivo panorama. Alfredo Brotons Muñoz Sociedad de Conciertos. Alicante. Tfno. 965 213 809. Barcelona. Ibercàmera FIDELIDAD A LOS GRANDES INTÉRPRETES Brendel, Maazel, Lupu Rafa Martín L Alfred Brendel Ibercàmera. Barcelona. http: //www.ibercamera.es/. a fidelidad es un valor mimado en el ciclo Ibercàmera, que llega a su XXII temporada estrechando lazos con una serie de artistas que colaboran en sus ciclos desde hace dos décadas, como Alfred Brendel, Lorin Maazel y Natalia Gutman. Fidelidad también al gran repertorio romántico y a los clásicos del siglo XX, que dominan la programación en sus escenarios habituales, el Auditori de Barcelona, que acoge las grandes orquestas, y el Palau de la Música. El ciclo ofrecerá desde el próximo 20 de octubre al 30 de mayo de 2006 un total de 16 conciertos, 10 en la temporada principal y 6 en la de cámara, en la que figuran los cuartetos Alban Berg y Casals. En el recital inaugural, en el Palau, Brendel tocará obras de Haydn, Mozart, Schubert y Schumann. A este último compositor consagrará su recital otra estrella del piano, Radu Lupu. Junto a nombres consagrados, el ciclo brindará el debut a la joven violinista alemana Viviane Hagner, que en su recital tocará dos piezas de Sarasate, único compositor español programado en la temporada. Tampoco hay autores contemporáneos en una programación que evita cualquier riesgo. Actuarán cuatro grandes formaciones sinfónicas, la Philharmonia de Praga, dirigida por Jirí Belohlavek, con Gutman (Variaciones rococó); Nacional de Hungría, con Zoltán Kocsis a la batuta y Arcadi Volodos como solista (Concierto nº 2, de Prokofiev); Sinfónica de Berlín con Inbal (Novena, de Mahler) y Filarmónica Arturo Toscanini, de nuevo con Maazel (Respighi y Rimski-Korsakov.) Debutarán La Chambre Philharmonique, dirigida con Emmanuel Krivine (Wagner, Schoenberg y Strauss), la Deutsche Kammervirtuosen (Réquiem, de Mozart) y la Kammerorchester Berlin (Bach y Haendel) El ciclo de música de cámara, en el Palau mantiene un saludable equilibrio entre los grupos con solera —el Cuarteto Alban Berg, Musica Antiqua Köln (El arte de la fuga) y el Cuarteto Stamic, que actuará con el pianista menorquín Ramón Coll— y las nuevas generaciones, con una cita conjunta de los cuartetos Casals y Kuss (Octeto, de Mendelsshon). Javier Pérez Senz 11 AGENDA Barcelona. Palau 100 DESFILE DE ORQUESTAS Harding, Temirkanov, Gardiner L a presencia de grandes orquestas es la principal baza de Palau 100, el ciclo de conciertos que organiza la Fundación Palau de la Música-Orfeó Català. Habrá muchas orquestas en la temporada 2005-2006, en un desfile que abrirá la Sinfónica de Londres el 18 de octubre bajo la batuta del joven Daniel Harding (Brahms-Schumann). El ciclo, con un presupuesto de 2,3 millones de euros, contará con las actuaciones de la Sinfónica de Baltimore con Yuri Temirkanov (Tercer Concierto de Beethoven, con Barry Douglas y Segunda de Sibelius); la Orquesta Revolucionaria y Romántica con su fundador al frente, Gardiner en un programa Mendelssohn (Sueño de una noche de verano y Escocesa); la Sinfónica NDR de Hamburgo con Christoph von Dohnányi (Divertimento de Bartók y Séptima de Bruckner); Gewandhaus de Leipzig con Riccardo Chailly (Séptima de Mahler); y Philharmonia de Londres con David Giménez (Schubert/Ravel), quien también dirigirá a la City of London Sinfonia acompañando a su tío, José Carreras, en un programa navideño. La oferta se completa con un programa mozartiano (Réquiem) a cargo de Neville Marriner y la Orquesta de Cadaqués: otra velada consagrada al clasicismo vienés con Antoni Ros Marbà al frente de la Real Filharmonía de Galicia y el Orfeó Català (Sinfonía nº 39 de Mozart y la bellísima Missa in tempori belli, de Haydn) y la Orquesta de la Academia de Santa Cecilia, que clausurará la temporada el 5 de abril de 2006 con obras de Britten (Cuatro interludios marinos de Peter Grimes y Las iluminaciones) y la Cuarta de Mahler. Daniel Harding John Eliot Gardiner En el capítulo de solistas destaca el regreso a Barcelona tras más de una década de ausencia de Cecilia Bartoli en un programa Haendel con la Orquesta Barroca de Friburgo, y los recitales de Grigori Sokolov y Daniel Barenboim (segundo libro de El clave bien temperado). La programación se cierra con los conciertos de The King’s Consort y Robert King (Mozart) y los Wiener Virtuosi (Haydn/Beethoven) y un recital de Jaime Aragall y Maria Guleghina con arias y dúos de ópera acompañados al piano por Marco Evangelisti. El ciclo insiste en el gran repertorio romántico como baza segura de una programación que no arriesga nada en el terreno de la música contemporánea y, a falta de conocer el programa navideño de Carreras, no incluye este año ni una sola obra de autor español, vivo o muerto. época de Mozart, completan la oferta ligada a la celebración mozartiana. Junto al clasicismo, Euroconcert centra su oferta en el barroco y el romanticismo, con propuestas que tratan de evitar el repertorio más trillado, interpretadas por solistas y conjuntos no siempre conocidos en España, pero de indudable de calidad. La cita inaugural correrá a cargo del violonchelista Alexander Baillie y el pianista James Lisney (Beethoven, Chopin, Schumann); el romanticismo domina también el recital del pianista Stefan Vladar (Haydn, Beethoven y Schumann) y el concierto de los Virtuosos de Moscú y Vladimir Spivakov (Rossini y Chaikovski). A la tradicional cita con I Musici se suma este año como solista invitado al guitarrista Carles Trepat (Vivaldi dominará la velada) y conciertos de la Dresdner Barockorchester (Bach/Lully) y de la Compagnia La Rossignol, con un original programa de música y danza del renacimiento con piezas de Domenico da Piacenza, Giorgio Mainerio, Guglielmo Ebreo, Attaignant y anónimos de los siglos XV y XVI. Todos los conciertos del ciclo, que cuenta con un presupuesto de 445.000 euros, se celebran en el Palau de la Música, salvo los dos conciertos inaugurales dedicados sólo a los abonados, en el Monasterio de Pedralbes, que correrán a cargo del Ensemble Barocco Sans-Souci. Javier Pérez Senz Palau 100. Barcelona. http: //www.palaumusica.org/. Barcelona. Euroconcert APUESTA MOZARTIANA Bernardini, Sonnerie, Spivakov L Vladimir Spivakov Euroconcert. Barcelona. Tfno. 933 185 158. 12 a conmemoración del 250 aniversario del nacimiento de Mozart en 2006 marca claramente la programación de la nueva temporada del ciclo privado Euroconcert, que dedicará cuatro de sus diez conciertos al genial compositor salzburgués. Los Solistas del Mozarteum de Salzburgo abrirán la celebración con divertimentos y seis arias de Don Giovanni, interpretados por un equipo formado por dos sopranos — una de ellas, Elena Copons— y tres corni di bassetto. El Emsemble Zefiro, dirigido por el oboísta Alfredo Bernardini, la Orfeo Barockorchester con la mezzosoprano Elisabeth Kulman, y el Ensemble Sonnerie, que además tocará piezas de compositores de la Javier Pérez Senz AGENDA Bilbao. Sociedad Filarmónica APUESTA POR EL PLURALISMO Dombrecht, Hamelin, Takács Paul Dombrecht Cuarteto Takács Marc-André Hamelin U no de los grandes protagonistas de la nueva temporada de la Sociedad Filarmónica de Bilbao será —al igual que en otros órdenes de la vida cultural de la villa— Juan Crisóstomo de Arriaga, de quien la formación Il Fondamento interpretará en enero bajo la dirección de Paul Dombrecht obras de la época parisina, especialmente significativas y capitales en la producción del genial compositor nacido en enero de 1806. Al margen de dicho concierto se tratará de acercar su figura a los jóvenes, haciéndolos partícipes de otros actos musicales en su recuerdo. Como viene siendo habitual, se hace un esfuerzo por alcanzar un determinado equilibrio tanto en la configuración del repertorio como en la presencia de intérpretes de dispar naturaleza mediática. En lo que al repertorio se refiere, las obras de Mozart y de Schumann ocuparán un 14 espacio privilegiado, conmemorando así el 250 aniversario del nacimiento del primero y el 150 de la muerte del segundo, mas aquél se extenderá desde el barroco hasta nuestros días, incluyendo en gran medida obras de autores no siempre conocidos o, en su defecto, obras no siempre conocidas de autores habituales en las salas de conciertos. La temporada la abrirá la veterana Bella Davidovich, a quien sucederán al piano Marc-André Hamelin, Nelson Freire, Kirill Gerstein y Louis Lortie. Los de Janine Jansen —que volverá con su “Jansen Ensemble”—, Ilia Gringolts, Daniel Hope, Mark Padmore, Viktoria Mullova, Nicolai Znaider, Truls Mørk o Matthias Goerne son algunos de los nombres que destacan entre la relación de solistas. Entre los grupos que visitarán la sala de la Sociedad figuran la Real Fhilarmonía de Galicia, el King’s Consort, Sonnerie, los Gabrieli Consort & Players, la Orquesta de Cámara de Australia, el Bach Collegium de Japón y el Nash Ensemble de Londres; en la mayoría de los casos lo harán con sus titulares al frente. La música de cámara contará con traductores ilustres como el Trío Guarneri de Praga, el Cuarteto Amati de Zúrich, el Trío de Viena, el Sexteto y el Cuarteto con piano de la Filarmónica de Berlín, el Cuarteto Emerson, los hermanos Renaud y Gautier Capuçon con Gérard Caussé y Nicholas Angelich, y el Cuarteto Takács, que en uno de los conciertos más interesantes de la temporada explorará junto al grupo húngaro Muzsikas los enlaces entre la obra de Béla Bartók y las melodías populares de su país. Asier Vallejo Ugarte Sociedad Filarmónica. Bilbao. Tfno. 944 232 621. AGENDA Madrid. Liceo de Cámara ANIVERSARIO MOZARTIANO Cuartetos Alban Berg, Keller, Tokio, Artemis, Borodin y Prazák Cuarteto Borodin Cuarteto de Tokio Cuarteto Prazák Rafa Martín Cuarteto Keller E l calendario manda y la celebración en enero de 2006 del 250 aniversario del nacimiento de Mozart ocupará buena parte de dieciocho de los veinticuatro conciertos que —del 4 de octubre al 7 de junio próximo— dan forma a la XIV edición de la temporada camerística patrocinada por la Fundación Caja Madrid. Al amparo del título Mozart, siempre Mozart… se engloban dos importantes ciclos completos —los 23 cuartetos y 6 quintetos de cuerda alumbrados por el músico salzburgués— que tendrán como protagonistas a los cuartetos Alban Berg (residente del ciclo con cua- 16 tro conciertos), Keller, Casals (ambos en dos sesiones), Artemis, Tokio, Hagen, Zehetmair, Prazák y Leipzig. Además de estas composiciones el apartado mozartiano incluye los dos cuartetos con piano (Leonskaia con el Berg), el Quinteto con clarinete (Alberola y el Hagen), el espléndido y poco habitual Trío de cuerdas K. 563 (a cargo de Gérard Caussé y los hermanos Capuçon) y media docena de sonatas para violín y piano a cargo de los dúos Zimmermann/Zacharias y Jansen/Stott (estas últimas defensoras también de la Sonata nº 2 y la Rapsodia nº 1 de Béla Bartók. El músico húngaro es, precisamente, otro de los grandes nombres de la temporada; además de las páginas citadas y la Sonata para piano (Leonskaja) podrá escucharse íntegro su transcendental ciclo cuartetístico repartido entre los cuartetos Alban Berg (los números pares), Keller y Zehetmair. La presencia de la escuela magiar del pasado siglo se completa con diversas obras de Dohnányi (Serenata para trío de cuerdas), Kodály (Cuarteto nº 2, Serenata para dos violines y viola), Ligeti (los dos cuartetos y otras infrecuentes piezas para cuerda) y Kurtág (Jelek, 12 Microludios, Officium breve…). El Cuarteto Borodin con Liceo de Cámara. Madrid. Fundación Caja Madrid. Tfno. 913 370 140. lo mejor del camerismo schumanniano (Cuarteto de cuerda nº 3, Quinteto op. 44 y Cuarteto op. 47), el denso programa francés del Tokio (Quinteto de Franck con Colom más los cuartetos de Debussy y Ravel) y el programa checo del Trío Guarneri (Tríos opp. 15 y 21 de Smetana y Dvorák) completan la temporada, a la que se suma la presencia del trío Savall/Hantaï/Lislevand, la pareja Mullova/Carchiolo (selección de Partitas y Sonatas de Bach) y las seis Suites para violonchelo del maestro alemán a cargo, esta vez, de Steven Isserlis. Juan Manuel Viana AGENDA Madrid. Ibermúsica DE BACH A LIGETI Foto: Cordula Groth / DG Gergiev, Temirkanov, Jansons, Abbado, Chailly Claudio Abbado L a Orquesta Sinfónica de Londres, con cinco espaciadas visitas, y el ruso Yuri Temirkanov, con tres veladas sinfónicas a su cargo, son los vencedores numéricos de la nueva temporada de Ibermúsica que, de octubre a junio del año próximo reparte 24 conciertos en sus dos ciclos habituales. Valeri Gergiev defiende los dos primeros de la agrupación inglesa con sendos programas dominados por Shostakovich (Séptima y Octava) y que incluyen una selección de Khovanchina y el Concierto para violonchelo de Schumann con Johannes Moser. Una semana más tarde, Schumann (Obertura de Genoveva) y Brahms (Doble Concierto y Cuarta) estarán en los atriles de misma orquesta con Harding a la batuta. Gran repertorio y grandes intérpretes en la doble presencia de la Gewandhaus de Leipzig con su titular, Riccardo Chailly: Brahms (Segunda Sinfonía y Concierto nº 1 con Freire), Mahler (Séptima, que ya ofreciera la pasada temporada Boulez) y una rareza inspirada en Alban Berg (Sonata op. 1, orquestada por Theo Verbey). Claudio Abbado y la Gustav Mahler Jugendorchester estarán en abril con un programa muy bello: Pelleas und Melisande de Schoenberg y la Cuarta de Mahler con Juliane Banse como solista. El sinfonismo romántico germano-vienés domina los dos programas de la Filarmónica de Múnich, dirigida por su titular, Christian Thielemann: Novena de Schubert, Ibermúsica. Madrid. htttp: //www.ibermusica.com/. 18 Mariss Jansons Escocesa de Mendelssohn, Metamorfosis de Strauss y ¡de nuevo! la Cuarta brahmsiana. Si Dohnányi y la Sinfónica de la NDR presentan obras de Bartók (Divertimento para cuerdas) y Bruckner (Novena), Jansons y la Sinfónica de la Radio bávara — que tan grato recuerdo dejaran la pasada temporada— apuestan esta vez por Haydn (Sinfonía nº 94), Wagner (Preludio y muerte de Tristán e Isolda) y Stravinski (El pájaro de fuego). Interesante el concierto de la Sinfónica de Bamberg defendido por el estupendo Jonathan Nott (Zaratustra de Strauss, San Francisco Polyphony de Ligeti y la Sinfonietta de Janácek) y de estricto repertorio las visitas de Temirkanov con las Sinfónicas de Londres y Baltimore. Con aquélla, Primer Concierto de violín y una selección de Romeo y Julieta de Prokofiev, Segundo de Brahms con Grimaud y Titán mahleriana; con la orquesta estadounidense, Gershwin y Dvorák. Ashkenazi al frente de la NHK de Tokio (con Repin para el Concierto beethoveniano), Schiff —como pianista (Concierto de Dvorák) y director— con la Orquesta de Cámara de Europa y Kreizberg con la Sinfónica de Viena (Don Juan, Till y Octava de Dvorák) completan, entre otros, el cartel orquestal al que se añade el Bach (Pasión según San Juan) de Rilling. Sendos recitales de Kissin y Quasthoff (La bella molinera) completan la temporada. Juan Manuel Viana SOTA, CABALLO Y LUPU Ma, Kremer, Mutter T iene algo de sensación reconfortante sentarse un año más a leer la última programación ofertada por Juventudes Musicales de Madrid. Y es así porque hay algunos nombres de músicos muy queridos que se repiten periódicamente, y cuya asiduidad anima mucho más que la audición fugaz, de poso tantas veces anecdótico. Un ejemplo puede ser Yo-Yo Ma (cuyo estado actual ignoro), o del muy notable Gidon Kremer, que han venido al ciclo varias veces. Pero aún es más claro el caso de un puñado de artistas que, por su asiduidad, son ya casi como una familia. Se llaman Yuri Bashmet, Mischa Maiski, Slava Rostropovich o Anne-Sophie Mutter. Hay algún otro, y el violín es siempre, en térmi- nos globales, la categoría mejor representada. Abundando en lo dicho, una artista como Mutter podrá ahora (a través de sesiones monográficas dedicadas a las Sonatas para violín y piano de Mozart), continuar con el magisterio iniciado el año pasado con la integral de los Conciertos para violín y orquesta del mismo gran autor. El único reparo a este sistema de gestión es que, de puro confortable, tal vez acabe dificultando algo el acceso a otras asiduidades no menos beneficiosas. Con todo, no parece mala la savia nueva que promete la temporada, y un ejemplo de ello es la visita de Julian Rachlin, aun joven violinista y ya un portento. También puede ser el caso del pianista Radu Lupu (con un monográfico Foto: Knud Rauff Nielsen Madrid. Juventudes Musicales Foto: Lillian Birnbaum AGENDA Gidon Kremer Schumann, uno de sus teóricos autores). Mas el hecho es que el recital de Lupu habrá que mirarlo con lupa. Este recelo se debe a que el rumano me parece un artista irregular y con limitaciones técnicas, aunque no cabe discutirle sus cristalinos y flotantes pianissimi. Tras la programación prevista para 2005-2006 se abre el campo de los futuribles, donde cada cual, claro está, habrá hecho Anne-Sophie Mutter ya sus propias quinielas. Ahí van las mías: ¿Para cuándo el desembarco de pianistas como Markus Halim o Stephen Hough, que además son todavía dos juventudes musicales? El primero no parece pieza fácil, pero el británico es tal vez posibilísimo. Y lo mismo cabe predicar de un violonchelista de la categoría de Matt Haimovitz. Joaquín M. de Sagarmínaga Juventudes musicales. Madrid. http: //www.juvmusicales-madrid.com/. Madrid. Ciclo de Lied Foto: David Thompson LA FAMILIA DE LA CANCIÓN Hampson, Bostridge, Kasarova, Daniels L Ian Bostridge Thomas Hampson 20 a persistencia de este ciclo nos convierte en una gran familia. Entre los conocidos y queridos parientes de esta serie tenemos a cuatro de los mayores barítonos de cámara (aunque se deslicen también hacia el tablado escénico) de la actualidad: Thomas Hampson, Christian Gerhaher, Matthias Goerne y Dietrich Henschel. La canción alemana será brillantemente servida por ellos, como ya sabemos de sobra. También familiar nos resulta el tenor Ian Bostridge, que nos promete un recital Schubert, sin duda que servido por su personalísima, agónica y expresionista manera de encarar el género. Y no menos la mezzo lírica Vesselina Kasarova, que nos llevará a otro espacio, el clasicismo de variado matiz que personifican Haendel, Mozart, Haydn y Rossini. Un curioso programa, teniendo en cuenta su tesitura de contratenor, prevé David Daniels, pues junto a un previsible Mozart incorpora a Fauré y canciones renacentistas españolas. Como primerizas vayan dos distinguidas señoras. Bernarda Fink nos obliga a volver sobre un inolvidable Berlioz junto a Eliot Gardiner. Es una mezzo juvenil capaz de traducir a Schumann como pocas, por ejemplo. Junto a Ciclo de Lied. Madrid. Tfno. 915 245 400. Lieder entre románticos y siglo XX incluye su menú a checos (ella, aunque argentina, vive en Praga) y a Carlos Guastavino, por motivos obvios. Amanda Roocroft, inglesa, comedida y elegante como cuadra, es conocida por sus incursiones operísticas, especialmente entre el barroco y Mozart, con anécdotas de repertorio italiano y eslavo. Nos ofrece un programa moderno, no anterior a Chaikovski ni posterior a Barber. Los pianistas forman una lista tan proba como la anterior. Vaya en recuadro la presencia de una solista como Elisabeth Leonskaia. Blas Matamoro AGENDA Madrid. Universidad Complutense MÚSICAS PARA UN CENTENARIO Foto: Ana Bloom Foto: Lorenzo Agius Honeck, Haider, Hogwood, Christie Christopher Hogwood E l ciclo que programa la Universidad Complutense, auspiciado por su Fundación General, aspira a un encuentro entre las obras de repertorio, composiciones menos conocidas y el patrimonio español servido por formaciones de prestigio y con solistas de primera fila. El programa se abre en esta ocasión con sendos conciertos de la Sinfónica de la Radio Sueca, que dirigirá su titular Manfred Honeck, interviniendo en los dos el pianista chino Lang Lang que afrontará tanto el Cuarto de Beethoven como el Segundo de Rachmaninov. Hay que señalar la lectura que llevará a cabo esta formación del ballet Trencadis correspondiente a la ópera Gaudí de Guinjoan (19 y 20 de octubre). La Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo aparecerá por primera vez en este ciclo con el Coro de la Fundación Príncipe de Asturias, todos dirigidos por el titular de la Manfred Honeck primera, Friedrich Haider. El programa incluye como obra fuerte el inhabitual Réquiem de Cherubini. A su lado, el Concierto para trompeta de Hummel que contará con el húngaro Gabor Boldoczki como solista, uno de los mejores artistas en este repertorio y también la Marcha nupcial que el asturiano Jorge Muñiz compuso para la boda de los Príncipes de Asturias (12 de noviembre). La Complutense suele incluir formaciones exóticas y en este ocasión apuesta por la Sinfónica de Shanghai, que vendrá dirigida por un maestro bien conocido de los ciclos, el noruego Terje Mikkelsen. Entre el Pájaro de fuego de Stravinski y Don Quijote de Strauss, se incluirá el Concierto para flauta de bambú de Chou Kon Shan, con Gueo Wenjing como solista. Otro de los platos fuertes de la temporada será la versión de Les paladins de Rameau que interpretarán Universidad Complutense. Madrid. http. //www.ucm.es/. William Christie William Christie y sus Arts Florissants (30 de noviembre). Coincidiendo con la conmemoración de su centenario, la Complutense recupera la ópera Farnace del que fuera máximo director de la vida musical en la corte borbónica, Francesco Corselli (17 de diciembre). La Sinfónica de Luxemburgo ofrecerá la obertura de Ildegonda de Arrieta y presentará al joven violinista Dimitri Majtin en el Primero de Bruch (14 de enero). La Orpheus de Nueva York acudirá con la obertura de El califa de Bagdad, el Segundo Concierto de Prokofiev con Janine Jansen y la Octava de Beethoven (24 de febrero). Los dos conciertos de la Royal Liverpool, dirigida por su titular Gerard Schwarz, interpretarán obras muy variadas entre las que destacan el Primero de Shostakovich, con Boris Belkin, o el Concierto del Bueno Amor de Moreno Buendía (8 y 9 de marzo). El homenaje que brindará la Orquesta de Basilea, que dirige Christopher Hogwood, a Paul Sacher, se materializará en tres obras encargadas por este último, la Música para cuerda, percusión y celesta de Bartók, la Música para doble orquesta de cuerda, piano y timbales de Martinu y la Pequeña Sinfonía concertante de Frank Martin (24 de marzo). Los London Chamber Players ofrecerán obras de Mozart, con Horacio Lavandera como solista, y de compositores españoles contemporáneos (22 de abril). Tras un concierto de la Australian Chamber, con el flautista Emmanuel Pahud (13 de mayo), culminará el ciclo con la BBC de Londres, dirigida por Andrew Davis y Leonidas Kavakos de solista, con las Danzas de Don Quijote de Gerhard y el Primer Concierto para violín de Karol Szymanowski. Luis G. Iberni 21 AGENDA Madrid. Universidad Politécnica CREANDO AFICIÓN Rasilainen, Ránki, López Banzo, Bayo Rafa Martín Mozart (Sinfonía nº 25), Schumann (Concierto para piano con Dezsö Ránki) y Sibelius (Primera Sinfonía) conforman la interesante visita de la Filarmónica de Renania-Palatinado dirigida por el finlandés Ari Rasilainen. Ya en febrero, y como conmemoración del 250 aniversario del nacimiento de Mozart, Al Ayre Español con López Banzo y el Coro de Valencia interpretan un monográfico que incluye la Misa “De la Coronación”, el Ave verum corpus y la Sinfonía nº 36 “Linz”. También Mozart protagoniza, con su Gran partita K 361, el concierto de los Solistas de la Filarmónica de Berlín, que incluye también el estreno en España de Subzero, concierto para trombón de Schnyder. María Bayo, Ros Universidad Politécnica. Madrid. http: //www.upm.es/. 22 Marbá y la Filharmonía de Galicia clausuran el ciclo sinfónico el 21 de abril con un atractivo programa que acoge las Canciones playeras de Esplá, las Cinco canciones negras de Montsalvatge, el Tríptico de canciones de García Leoz y la Segunda beethoveniana. Como complemento a la temporada sinfónica, la Politécnica da cabida en varias escuelas universitarias a dos ciclos camerísticos. El primero de ellos, Luigi Boccherini. Cortesano e ilustrado, distribuye en tres conciertos una docena de piezas del músico italiano afincado en Madrid para diversas formaciones instrumentales (quintetos y sonatas para dos violonchelos, tríos y cuartetos de cuerda, quintetos con guitarra). El segundo, repartido en cin- co sesiones entre enero y mayo, ofrece bajo el epígrafe Mozart y Viena una antología de cuartetos de cuerda, tríos con piano, sonatas para violín y piano y otras composiciones del salzburgués junto con páginas de Salieri, Schobert, Beethoven y Schubert interpretadas por los Tríos San Petersburgo, Modus y Margulis, entre otros. Tanto estos dos ciclos como el que a partir de febrero tendrá lugar en el Auditorio, en colaboración con la Fundación Isaac Albéniz, y que constará de tres recitales —uno de ellos a cargo de Vadim Repin— y un concierto sinfónico con Ros Marbà y la Orquesta de la Escuela Reina Sofía son de acceso gratuito. Juan Manuel Viana Miguel Ángel Fernández L a Novena de Beethoven (ofrecida como homenaje a Severo Ochoa en el centenario de su nacimiento) bajo la batuta de Maximiano Valdés, la Sinfónica del Principado de Asturias y los Coros de Radiotelevisión Española y de la Comunidad de Madrid) inaugura el próximo 25 de noviembre el XVI Ciclo de Conciertos organizado por la Universidad Politécnica. A mediados de diciembre, el Concierto de Navidad aúna los nombres de Bach y Haendel (Dixit Dominus) en una velada protagonizada por Heribert Breuer —suyas son algunas de las transcripciones instrumentales y corales ofrecidas— al frente de la Berliner Bach Akademie y el Coro de la Politécnica madrileña que dirige José de Felipe. AGENDA Sevilla. Fundación El Monte VOLVIENDO A LA TRADICIÓN Josefowicz, Oelze, Hagen Claret (chelo) y Joan E. Lluna (clarinete) (14-III), y Trío Guarneri de Praga (piano, violín y chelo) (2-V); o como acompañante de la voz: con la soprano Christiane Oelze y Erich Scheneider (11-X), y con la mezzo Marjana Lipovsek y Anthony Spiri (7-III). El otro instrumento solista es el chelo que cuenta con Mischa Maiski con programa aún a determinar. Cinco veladas tendrán como protagonistas a diversos cuartetos de cuerda: el Rosetti, que contará también con Jean-Yves Thibaudet al piano en el Quinteto en fa menor de Franck (13-XII); el Takács junto al Grupo Muzsikás con Márta Sebestyén (24-I); el Hagen con programa monográfico de Mozart (31-I); el Stamic con obras de Kozeluh, Janácek y Dvorák (1-III); y el Carmina donde tras un nuevo cuarteto mozartiano se interpretaran los Quintetos con guitarra de Boccherini y Castelnuovo Tedesco, aparte de Tarots (para guitarra sola) de Tomás Marco con Gabriel Estarellas como solista (9-V). Completan la programación tres conjuntos: The English Concert con diversos autores barrocos (29-XI); el Jerusalem Chamber Music Festival con Elena Bashkirova (14-II); y Solistas de Sevilla que estrenará mundialmente Río Grande (Wad Al Kebir) de T. Marco. Leila Josefowiz Foto: Regina Recht L a nueva edición de este ciclo mantiene los 19 recitales entre octubre y mayo. Frente a la pasada temporada, ésta no se prodiga en compositores contemporáneos. Su programación es más bien tradicional. El piano es, por otra parte, el instrumento más presente, bien como solista: Marc-André Hamelin (15-XI); tocado a cuatro manos por Katia y Marielle Labèque (21II); o formando parte de dúos con violín: Ilya Gringolts y Amanda von Goetz (22-XI), Leila Josefowiz y John Novacek (17-I), Kolja Blacher y Bruno Canino (7II), Silvia Marcovici y Aïmo Pagin (16-V); formando tríos: Josep Colom (piano), Lluís Jacobo Cortines Cuarteto Hagen Fundación El Monte. Sevilla. http: //www.fundelmonte.es/. Valencia. Sociedad Filarmónica UNA CIERTA MARCHA ATRÁS Dombrecht, van Immerseel, Eduardo López Banzo Jos van Immerseel 24 T ras la ligera pero refrescante brisa de cambio del curso anterior, sobre el papel al menos la programación de la Socie- dad Filarmónica de Valencia para el 2005-2006 parece un tanto regresiva en varios sentidos y sólo novedosa en uno. Lo primero por la repeti- ción de nombres, por la insistencia en el apartado orquestal (más que suficientemente cubierto por las temporadas de abono que se desarrollan en la misma sala del Palau) y por la marginación de algunos instrumentos, como la voz, el piano, el dúo de cuerdas y piano y el cuarteto de cuerdas, todos los cuales debían de ser casi por definición prioritarios en una sociedad de estas características. Rayan en cambio en lo insólito las cuatro convocatorias que se dedicarán a la música antigua y barroca. Aunque aún no hay fechas confirmadas, sí se sabe ya que, además, serán consecutivas: todo un ciclo que integrarán, en alternancia del producto nacional y extranjero, los grupos Il Fondamento de Paul Dombrecht, la Capella Sætabis de Rodrigo Madrid, Anima Æterna de Jos van Immerseel y Al Ayre Español de Eduardo López Banzo, este último en colaboración con el Cor de la Generalitat Valenciana que dirige Francisco Perales. Por lo demás, abunda el género procedente de los países del antiguo COMECON. Lo son las tres orquestas sinfónicas previstas. Como para compensar, ninguna de las cinco de cámara que también se oirán. Tres veladas con cuarteto, dos dedicadas al piano (una de ellos a cargo del último ganador del como de costumbre polémico Concurso Iturbi), otras tantas a la canción (con valores locales en alza, eso sí) y un recital de violín y otro de violonchelo completan una oferta que en principio no cabe calificar sino de mediocre. Alfredo Brotons Muñoz AGENDA Del Liceu al Palau Foto: Antoni Bofill ¿QUIÉN ME COMPRA ESTE MONTAJE? E 26 l Liceo cerró la pasada temporada con la reposición del montaje de Turandot dirigido escénicamente por Núria Espert con el que en 1999 reabrió sus puertas el reconstruido teatro. Ocho funciones en total hasta el 30 de julio, todas fuera de abono, con tres repartos diferentes —reseñamos, entre los debutantes en el Liceo, a Luana DeVol, Barbara Frittoli y Cellia Costea— y la dirección musical de Giuliano Carella. Hace seis años, el montaje de Núria Espert —poco convencida con el final feliz previsto por Puccini, se inventa otro en el que la cruel princesa se suicida mientras el coro celebra su triunfal amor por Calaf— nació en unas circunstancias marcadas por la emoción y los nervios del histórico estreno: los cantantes ensayaron protegidos con cascos, asediados por el polvo y una legión de operarios trabajando contra reloj. La reposición ha sido, por tanto, una justa segunda oportunidad al montaje dirigido por la actriz y directora catalana. No entraremos en valoraciones críticas: de lo que queremos hablar es de la reposición en sí, tema más espinoso de lo que parece a simple vista. Todos estamos de acuerdo en que la única forma de hacer frente a los costes de un gran montaje operístico es la coproducción, y en ese camino deben cooperar cuantos más teatros, mejor. Pero. ¿qué hacer con una nueva producción cuando se ha decidido no reponerla más? Según el Liceo, lo menos caro es regalarla. Tienen el almacén de escenografías tan saturado que han decidido liquidar los elementos escenográficos de antiguos montajes por la vía de la donación. La fórmula se anuncia en la propia web del teatro (www.liceubarcelona.com) con las produc- ciones de Fedora, estrenada en 1988 con dirección de escena de Giuseppe de Tomasi y Così fan tutte, firmado por Luc Bondy y comprado en 1990 al Teatro de La Monnaie. El material en liquidación tiene tela: columnas, techos, vidrieras, telones, estatuas, escaleras, vigas, árboles, cicloramas… material que precisa de 300 metros cuadrados para su almacenaje y 15 camiones de 13 metros de longitud cada uno para ser transportado. Antes de la donación, y sin contar con las operaciones de reciclaje efectuadas por el teatro —elementos del Così dirigido por Josep Maria Flotats se usaron, por ejemplo, en el Gaudí de Joan Guinjoan— probaron con la subasta, pero es un drama porque sólo se venden bien los elementos de atrezzo: las piezas grandes no las quiere nadie. Normal. Así que el Liceo lo regala, con la condición de que el teatro o la persona que lo quiera pague su transporte (cuenten los camiones y verán que no es moco de pavo), se comprometa a no revenderlo y, en caso de que decida destruirlo, lo haga respetando el medio ambiente. Un bien al Liceo ecológico. Si tenemos en cuenta que el montaje de Fedora ha sido una de las producciones del Liceo más rentables de su historia —alquilada a muchos teatros, incluido el Metropolitan de Nueva York, que la grabó en DVD— y ha acabado en el desguace: ¿qué futuro le espera a la monumental producción de Turandot, sólo repuesta una vez en seis años? Atentos pues a la web del teatro, en especial los interesados en la decoración oriental. Javier Pérez Senz scherzo_temporada_05-06.qxd 19/07/2005 18:30 PÆgina 1 Temporada Lírica PROGRAMA DOBLE 23, 25, 27, 29 DE SEPTIEMBRE Y 1 DE OCTUBRE DE 2005 La Voz HumanaTeatro M DIRECTOR: LUIS OLMOS ONÓLOGO EN UN ACTO TEXTO DE JEAN COCTEAU VERSIÓN DE LUIS ANTONIO DE VILLENA CON CECILIA ROTH Ópera La Voix Humaine T 05 06 150 ANIVERSARIO 1856 2006 TEATRO DE LA ZARZUELA RAGÉDIE LYRIQUE EN UN ACTO MÚSICA DE FRANCIS POULENC LIBRETO DE JEAN COCTEAU Recitales NUEVA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE L A ZARZUELA CON DAME FELICITY LOTT DIRECCIÓN MUSICAL: JOSÉ RAMÓN ENCINAR DIRECCIÓN DE ESCENA: GERARDO VERA - ESCENOGRAFÍA: JON BERRONDO FIGURINES: ALEJANDRO ANDÚJAR - ILUMINACIÓN: JUAN GÓMEZ-CORNEJO (A.A.I.) DEL 10 DE DICIEMBRE DE 2005 AL 22 DE ENERO DE 2006 Zarzuela La Verbena de la Paloma o El Boticario y las Chulapas y Celos Mal Reprimidos ZARZUELA EN UN ACTO MÚSICA DE TOMÁS BRETÓN LIBRO DE RICARDO DE LA VEGA CON UN PRÓLOGO ORIGINAL PARA ESTA PRODUCCIÓN DE BERNARDO SÁNCHEZ NUEVA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE L A ZARZUELA DIRECCIÓN MUSICAL: MIGUEL ROA - DIRECCIÓN DE ESCENA Y AUDIOVISUALES: SERGIO RENÁN - ESCENOGRAFÍA: JUAN PEDRO DE GASPAR - FIGURINES: PEDRO MORENO ILUMINACIÓN: JOSÉ LUIS FIORRUCIO DEL 10 DE FEBRERO AL 11 DE MARZO DE 2006 Zarzuela El Barberillo de Lavapiés ZARZUELA EN TRES ACTOS COORDINACIÓN EDITORIAL Y GRÁFICA: VÍCTOR PAGÁN - COORDINACIÓN DE TEXTOS: FERNÁNDO FRAGA - DISEÑO GRÁFICO, CONCEPTO Y FOTOGRAFÍAS (SERIE POCIONES MÁGICAS): ARGONAUTA DISEÑO. Temporada MÚSICA DE FRANCISCO ASENJO BARBIERI LIBRO DE LUIS MARIANO DE L ARRA COPRODUCEN FUNDACIÓN CAJA MADRID Y TEATRO DE L A ZARZUELA DAVID DANIELS, CONTRATENOR * MARTIN KATZ, PIANO * LUNES, 7 DE NOVIEMBRE DE 2005 CHRISTIAN GERHAHER, BARÍTONO GEROLD HUBER, MATTHIAS GOERNE, BARÍTONO ELISABETH LEONSKAJA, PIANO * JORDI DAUDER, NARRADOR * LUNES, 20 DE MARZO DE 2006 LUNES, 28 DE NOVIEMBRE DE 2005 DIETRICH HENSCHEL, BARÍTONO IAN BOSTRIDGE, TENOR LUNES, 24 DE ABRIL DE 2006 JULIUS DRAKE, PIANO FRITZ SCHWINGHAMMER, PIANO LUNES, 19 DE DICIEMBRE DE 2005 BERNARDA FINK, MEZZOSOPRANO * VESSELINA KASAROVA, MEZZOSOPRANO LUNES, 15 DE MAYO DE 2006 PIANO CHARLES SPENCER, ANTHONY SPIRI, PIANO LUNES, 16 DE ENERO DE 2006 THOMAS HAMPSON, BARÍTONO AMANDA ROOCROFT, SOPRANO * LUNES, 26 DE JUNIO DE 2006 PIANO MALCOLM MARTINEAU, LUNES, 6 DE FEBRERO DE 2006 PIANO WOLFRAM RIEGER, PIANO * POR PRIMERA VEZ EN ESTOS CICLOS DE LIED IV Ciclo de Jóvenes Intérpretes de Piano PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE L A ZARZUELA (1998) DIRECCIÓN MUSICAL: MIQUEL ORTEGA Y JOSÉ FABRA - DIRECCIÓN DE ESCENA: CALIXTO BIEITO - ESCENOGRAFÍA: MÓNICA QUINTANA - FIGURINES: MERCÉ PALOMA COREOGRAFÍA: RAMÓN OLLER - ILUMINACIÓN: XAVIER CLOT Zarzuela DEL 28 DE ABRIL AL 28 DE MAYO DE 2006 XII Ciclo de Lied La Tabernera del Puerto R EDITH PEÑA (V COPRODUCEN FUNDACIÓN SCHERZO Y TEATRO DE L A ZARZUELA ENEZUELA-ESPAÑA) LUNES, 12 DE DICIEMBRE DE 2005 JONATHAN GILAD (F RANCIA) MARTES, 20 DE DICIEMBRE DE 2005 ALEXEI VOLODIN (R LUNES, 9 DE ENERO DE 2006 USIA) Otras Actividades Danza OMANCE MARINERO EN TRES ACTOS MÚSICA DE PABLO SOROZÁBAL LIBRO DE FEDERICO ROMERO Y GUILLERMO FERNÁNDEZ-SHAW NUEVA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE L A ZARZUELA DIRECCIÓN MUSICAL: MANUEL GALDUF - DIRECCIÓN DE ESCENA: LUIS OLMOS ESCENOGRAFÍA: GABRIEL CARRASCAL - FIGURINES: MARÍA LUISA ENGEL ILUMINACIÓN: FERNANDO AYUSTE PROGRAMA DOBLE Dedicado a la memoria de José Tamayo DEL 23 DE JUNIO AL 23 DE JULIO DE 2006 Antonio Gades, FESTIVAL DE OTOÑO 50 años de Danza Española COMPAÑÍA ANTONIO GADES Y PRIMERAS FIGURAS DEL FLAMENCO FRAGMENTOS DE BODAS DE SANGRE, CARMEN Y FUENTEOVEJUNA 2 DE SEPTIEMBRE DE 2005 Zarzuela La Boda de Luis Alonso o La Noche del Encierro SAINETE LÍRICO EN UN ACTO Y TRES CUADROS MÚSICA DE GERÓNIMO GIMÉNEZ LIBRO DE JAVIER DE BURGOS Zarzuela El Baile de Luis Alonso o El Mundo Comedia es SAINETE EN UN ACTO Y TRES CUADROS MÚSICA DE GERÓNIMO GIMÉNEZ LIBRO DE JAVIER DE BURGOS NUEVA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE L A ZARZUELA DIRECCIÓN MUSICAL: MIGUEL ROA - DIRECCIÓN DE ESCENA: SANTIAGO SÁNCHEZ ESCENOGRAFÍA: DINO IBÁÑEZ - FIGURINES: SUE PLUMMER - COREOGRAFÍA: MIGUEL ÁNGEL BERNA - ILUMINACIÓN: FÉLIX GARMA y RAFAEL MOJAS Niños y Jóvenes y en Familia ZARZUELAS MATINÉS: MIÉRCOLES, A LAS 18:00 HORAS Le Menteur (EL MENTIROSO) ROJA DEL 4 AL 9 DE OCTUBRE DE 2005 Compañía Nacional de Danza DIRECTOR: NACHO DUATO OBRAS DE NUEVA CREACIÓN COREOGRAFÍAS DE GIACOPO GODANI, ÖRJAN ANDERSSON Y NACHO DUATO DEL 27 DE OCTUBRE AL 6 DE NOVIEMBRE DE 2005 Ángel Corella & Stars American Ballet Ciclo de 9, 10 Y 11 DE NOVIEMBRE DE 2005 PROGRAMA II: CON SHAKESPEARE 12 Y 13 DE NOVIEMBRE DE 2005 Ballet Nacional de España DIRECTOR: JOSÉ ANTONIO OBRA DE NUEVA CREACIÓN Y EL CAFÉ DE CHINITAS COREOGRAFÍA DE JOSÉ ANTONIO DEL 17 DE MARZO AL 2 DE ABRIL DE 2006 Conferencias La La El La La Voz Humana/La Voix Humaine SANTIAGO MARTÍN BERMÚDEZ - 19 DE SEPTIEMBRE DE 2005 Verbena de la Paloma JOSÉ LUIS TÉLLEZ - 1 DE DICIEMBRE DE 2005 Barberillo de Lavapiés EMILIO CASARES - 7 DE FEBRERO DE 2006 Tabernera del Puerto JAVIER SUÁREZ-PAJARES - 25 DE ABRIL DE 2006 Boda de Luis Alonso/El Baile de Luis Alonso LUIS G. IBERNI - 19 DE JUNIO DE 2006 TEATRO MUSICAL BASADO EN TEXTOS DE ELIAS CANETTI CREACIÓN, DIRECCIÓN Y MÚSICA: HEINER GOEBBELS ESCENOGRAFÍA E ILUMINACIÓN: KLAUS GRÜNGERG VÍDEO: BRUNO DEVILLE La Comédie-Française BALLET ARGENTINO PROGRAMA I: «DQ» Actividades Musicales para Eraritjaritjaka, Musée des Phrases 13, 14, 15 Y 16 DE OCTUBRE DE 2005 Julio Bocca DIRECTOR: JULIO BOCCA NINE SINATRA SONGS Y EL HOMBRE DE LA CORBATA Théâtre Vidy-Lausanne COMEDIA EN CINCO ACTOS DE PIERRE CORNEILLE, BASADA EN LA VERDAD SOSPECHOSA DE JUAN RUIZ DE ALARCÓN DIRECCIÓN: JEAN-LOUIS BENOIT 21, 22 Y 23 DE OCTUBRE DE 2005 CONCIERTO-PROYECCIÓN La Passion de Jeanne d’Arc (L A PASIÓN DE JUANA DE ARCO) PRODUCCIÓN FRANCO-DANESA DIRECCIÓN: CARL THEODOR DREYER MÚSICA ORIGINAL DE MARISA MANCHADO DIRECCIÓN MUSICAL: CARLOS CUESTA (ESTRENO MUNDIAL DE LA PARTITURA) 31 DE MAYO DE 2006 VENTA DE ABONOS DE ZARZUELA: DEL 20 DE SEPTIEMBRE AL 20 DE OCTUBRE DE 2005 VENTA TELEFÓNICA 902 332 211 ACTUALIDAD NAC I O NA L 28 Jornada memorable EMOCIÓN, DELIRIO Y ÉXTASIS La presencia de la Orquesta Filarmónica de Israel en Almería ha supuesto uno de los acontecimientos culturales más importantes acaecidos en esta ciudad en su historia, y lo ha sido por varios motivos: en primer lugar por la propia trascendencia artística de esta formación, una de las grandes del panorama sinfónico mundial, perfectamente comparable a las “top ten” estadounidenses —las diez mejores orquestas de USA—, en segundo por sus contadas visitas a nuestro suelo patrio, y la tercera por su coincidencia con la celebración de los Juegos del Mediterráneo, que no acogen al Estado de Israel entre sus países integrantes. Estas circunstancias hacían de su concierto en el Auditorio Maestro Padilla una singularidad que fue refrendada por la enorme calidad artística de su actuación, verdaderamente memorable. El programa suponía un aliciente más a las consideraciones expuestas, además de contar con la dirección de Roberto Abbado, también poco asiduo de los escenarios españoles, y sí muy habitual en los mejores de la Unión Norteamericana. Sus hechuras como músico destilan esas cualidades que transmitía su maestro Franco Ferrara, con Hans Swarowsky uno de los grandes mitos de la alta escuela en dirección musical. La interpretación de la popular obertura de Rossini supuso elevarla a la categoría de un verdadero poema sinfónico, anticipando en sus compases toda la dramaturgia de esa gran obra maestra que la ópera Guillermo Tell encierra, dejando que la orquesta manifestara toda su potencia en flexibilidad, morbidez, virtuosismo y transparencia de sonido. El público reac- Silvia Letti Auditorio Municipal Maestro Padilla. 29-VI-2005. Orquesta Filarmónica de Israel. Director: Roberto Abbado. Obras de Rossini, Schumann y Musorgski-Ravel. ALMERÍA ACTUALIDAD MADRID ROBERTO ABBADO cionó con asombro y estupefacción, pese a estar integrado de muchos aficionados que, sabedores de sus excelencias viajaron, en algunos casos, desde lejanos puntos geográficos, sin querer perderse esta cita. Abbado revivió los sonidos del espíritu artístico que pululaba en los decimonónicos cenáculos de Leipzig o Weimar en la interpretación de la Sinfonía nº 4 de su homónimo compositor sajón, autor paradigmático del romanticismo alemán, difícil siempre de interpretar y ser hecho como se merece. La orquesta trascendió las indicaciones del maestro aflorando todo la estilística sabiduría que atesora, que la convierte en un crisol de las mejores tradiciones sinfóni- cas de Europa. El goce fue máximo, y la emoción y sentimientos que se produjeron casi de milagrosa experiencia. El delirio del público estalló con los famosos Cuadros de una exposición de Musorgski/Ravel, para caer en un auténtico éxtasis ante el bis ofrecido, un sobrecogedor final de El pájaro de fuego del inefable Igor Stravinski. Triunfo absoluto acorde con las fechas históricas que vivía la ciudad, que justifica empeños, esfuerzos y apasionamiento de los responsables institucionales y patrocinadores que han hecho posible este acto, augurio de grandes citas musicales para el próximo otoño. José Antonio Cantón ACTUALIDAD BARCELONA / BURGOS Comicidad trepidante PRIMA LA MUSICA E POI LE PAROLE BARCELONA Gran Teatre del Liceu, 20 y 21-VI-2005. Rossini, La gazzetta. Cinzia Forte y Milagros Poblador (Lisetta), Marisa Martins y Stephanie Novacek (Doralice), Charles Workman y Mario Zeffiri (Alberto), Pietro Spagnoli y David Menéndez (Filippo), Bruno Praticò y Bruno Taddia (Don Pomponio). Orquestra de l’Academia del Liceu. Coro Intermezzo, Director musical: Maurizio Barbacini. Director de escena: Dario Fo. La clásica disyuntiva sobre si debe primar la música o la palabra es una discusión siempre actual, y que las nuevas tendencias están resolviendo a favor de la segunda. Dario Fo es un gran amante de la música de Rossini, pero en esta producción de La gazzetta ha primado más su condición de hombre de teatro, dando más importancia a la escena que a la propia partitura. De entrada se trata de una partitura que no es de las mejores del compositor, con páginas que utilizó en óperas posteriores y la versión que se presentó en Barcelona incluye fragmentos de otras obras, como Il turco in Italia o la canción La Danza. Fo nos presenta una visión ágil, con un ritmo frenético, que destaca por la calidad de los gags, algunos de alta inspiración, dándole un carácter arrevistado y ligero, pero este mismo esti- Pietro Spagnoli en La Gazzetta de Rossini en el Liceo lo lo utiliza en las partes cantables de los protagonistas, con lo que entorpece la labor de los artistas. Para crear mayor comunicación, el director intercala frases en el idioma propio del lugar, en este caso en catalán, que dan cierta comicidad. No podía faltar en una persona tan crítica como el premio Nobel su lección moral, mediante un texto, sobre los condicionantes de nuestra sociedad actual, que siendo real poco aporta al espectáculo, que tiene momentos excesivamente largos, sobre todo en los recitativos. La parte musical estaba a cargo de la Academia del Liceu, que dada su discontinuidad, consiguió un nivel suficiente, con especial relieve en las maderas y con una dirección de Maurizio Barbacini capaz de reflejar la frescura y el ritmo trepidante de la acción, junto a un coro poco conocido que tuvo una actuación algo discreta. Del primer reparto hay que destacar la calidad en las agilidades de Cinzia Forte, con una voz poco timbrada, la irregularidad de Charles Workman, el buen fraseo de Pietro Spagnoli, el cuidado estilo de Bruno Praticò y la corrección de Marisa Martins y Agata Bienkowska. En el segundo reparto pudimos oír la musicalidad de Milagros Poblador, la seguridad con un timbre oscuro de Mario Zeffiri, la calidad prometedora de David Menéndez, que tendrá que planificar muy bien su repertorio y la corrección de Stephanie Novacek, Marina RodríguezCusí y Bruno Taddia. Completaban ambos repartos el intencionado Simon Orfila y la profesionalidad de Marc Canturri, junto a un grupo de actores bailarines que cumplieron con lo indicado por Fo. Albert Vilardell Por el Camino de Santiago OBRA MAESTRA, VERSIÓN EXTRAORDINARIA BURGOS San Juan de Ortega. Iglesia de San Nicolás. 20-VII-2005. Gabrieli Consort. Director: Paul McCreesh. Victoria, Officium defunctorum. En esta nueva edición de conciertos relacionados con el Camino de Santiago, en la bellísima iglesia románica de San Nicolás, de magnífica acústica, tuvo lugar un verdadero acontecimiento. Los doce cantantes y un instrumentista del Gabrieli Consort parecían casi un orfeón. Unas voces, todas masculinas, perfectamente impostadas y brillantes tanto en los momentos íntimos como en los dramáticos. Cuando cantaban al unísono la maravillosa obra de Victoria la emoción surgía pura y límpida, en ese ámbito especial. En otros momentos, con las voces entremezcladas, el contrapunto victoriano se hacía todavía más genial. Hubo una técnica preciosa, una fuerza ejemplar y, al mismo tiempo una contención en los pianos extraordinaria. Fue una fiesta íntima que será difícil borrar del recuerdo. Estaba, naturalmente, esa obra maestra, el origen de todos los réquiem musicales. Sencilla y audaz a la vez, con ese extraordinario mote- te final en el que el requiem æternam se une a la invocación al Cristo para que tenga piedad de los hombres. Variadísima su composición, con una gran fuerza dramática en algunos momentos, y audacias técnicas en relación a su época no resulta nada fácil de interpretar. Las derivaciones del texto litúrgico obligan a un esfuerzo de comprensión fuera de lo común. Es necesario verter la obra desde la sencillez pero también desde la compleja técnica del canto. El grupo dirigido con econo- mía de gestos, sumamente eficaces, por Paul McCreesh unió naturalidad, la que surge de la música interpretada como servicio y no como lucimiento, a poder sonoro. El ambiente, en ese pequeño templo situado en un pueblo cercano a las excavaciones de Atapuerca contribuyó a la excepcionalidad del acontecimiento, que nos permitió ratificar que Tomás Luis de Victoria es uno de los grandes músicos de su época. Fernando Herrero 29 ACTUALIDAD GRANADA Mañanas quijotescas y noches orquestales MAESTROS Y LECCIONES GRANADA LIV Festival Internacional de Música y Danza de Granada. 25-VI/10-VII-2005. 30 Más allá de la anécdota, que Barenboim se tomara en su primera intervención en el Festival el trabajo adicional de explicar al público las Variaciones para orquesta de Schoenberg prueba dos cosas: que la música del padre del dodecafonismo es aún moderadamente escandalosa, al menos para el público granadino, y que Barenboim, que pudo sentir la frialdad del público ante las menos revolucionarias Cinco piezas para orquesta que las precedieron, es más listo que un lince y sabe hacer de la necesidad virtud. Y el esfuerzo tuvo su recompensa, aunque resultara más aplaudida la clase magistral que la obra misma de Schoenberg. El mismo día de este primer concierto, Barenboim hizo entrega de la Medalla de Oro del Festival a Alfonso Aijón. El apartado orquestal ha sido en esta edición el más brillante, en especial gracias a Sir Colin Davis y al mencionado Barenboim, respectivamente al frente de sus Sinfónica de Londres y Staatskapelle de Berlín. Saraste con la Philharmonia resultó aquejado del síndrome de la apertura el sábado 25 de junio y ofreció un Esplá (Don Quijote velando las armas, manifiesta concesión al omnipresente centenario) y Debussy (Images pour orchestre nº 2, Ibéria) inusitadamente desdibujados y plomizos, por no decir plúmbeos, al lado de un colorista y varesiano Lindberg (Feria), noche sólo salvada tras la pausa por un competente Prokofiev (Sinfonía nº 5). Mejoraron las cosas al día siguiente, en especial gracias a Luganski, que ofreció un excelente y por momentos apabullante Concierto para piano nº 3 de Rachmaninov. Las otras dos obras interpretadas el domingo siguiente, a buen nivel, fueron Les offrandes Daniel Barenboim dirige la Staatskapelle de Berlín en el Palacio de Carlos V oubliées de Messiaen y la Sinfonía nº 2 de Sibelius. Curiosamente, Sir Colin Davis ofreció las dos noches (sábado 2 y domingo 3 de julio) idéntica propina: la polonesa que abre el acto tercero de Evgeni Onegin de Chaikovski. El primer día con un programa anglobohemio (Elgar y Octava de Dvorák), destacando el Concierto para violonchelo de Elgar en el que el primer violonchelo de la orquesta, Tim Hugh, actuó como solista, lo que dice mucho del excelente nivel de ambos. El segundo día se dedicó por entero a Mi patria, de Smetana, en una brillante interpretación en la que lo único discutible fueron el intermedio, por mucho que se diga que los seis poemas sinfónicos que lo componen son independientes, y el programa de mano, que calificaba a los reformados husitas de “etnia guerrera”. El último fin de semana del Festival lo protagonizó enteramente Barenboim. El 8 de julio, además de las obras de Schoenberg citadas, interpretó como solista y dirigió el Concierto para piano y orquesta nº 3 de Beethoven, en una segunda parte del concierto que contó con mayor asistencia de público que la primera y schoenber- giana. Como pianista, no defraudó las expectativas, especialmente de los más encandilados por el divo que por el músico. El segundo día dirigió la Sinfonía nº 7 de Mahler, confirmándose como un estimable director mahleriano, aunque haya llegado relativamente tarde a este compositor y probablemente lo vea más desde sus sucesores de la Escuela de Viena que desde Bruckner, que tan bien conoce Barenboim. A modo de traca final, el Festival lo cerró el domingo 10 de julio una Novena de Beethoven que me pareció modélica. También en el palacio de Carlos V dirigió Gidon Kremer su Kremerata Baltica. Su estimable interpretación del Concierto para violín BWV 1041 de Bach puede ser discutida a la luz de las versiones historicistas ahora más frecuentes (y eso que contó con un “pianito colorado”, como alguien entre el público denominó al clave). Nada que objetar a un neoclasicista Schnittke (Congratulation Rondo) y a la transcripción para orquesta del Cuarteto de cuerda nº 15 de Schubert. Por el contrario, Twilight de Kancheli para violín, orquesta de cuerda y sintetizador se nos antojó interminable. Dentro del capítulo orquestal hubiéramos debido incluir igualmente la prestación de la Orquesta Ciudad de Granada bajo la batuta de Salvador Mas en El sombrero de tres picos que inauguraba el remozado teatro del Generalife. Desgraciadamente una incorrecta amplificación, que hizo añorar la del antiguo teatro, dificultó la escucha. De lo poco que se pudo intuir se deduce un trabajo serio que hace lamentar la escasa participación de la orquesta local en la edición de este año. Con falta de hilo conductor más allá de una insuficiente justificación cervantina, Las mañanas de Don Quijote sirvieron de pretexto a algunos de los más hermosos conciertos escuchados este año: la selección purcelliana (Dido y King Arthur) a cargo de la Academia de Música Antigua de Berlín en el crucero del Hospital Real y los dos programas ofrecidos por The Sixteen en la iglesia de la Cartuja. Previamente, el conjunto berlinés, comandado por Attilio Cremonesi, había ofrecido el único concierto enteramente quijotesco de la serie, con obras de Conti y Telemann en las que destacó el barítono Reuben Willcox y un espléndido Haendel (Amadigi di Gaula), con una emocionante Aurore Ugolin en el papel titular, preludio de su deslumbrante Dido al día siguiente. Christophers honró la confianza que en él ha depositado el Festival desde hace tiempo y dirigió dos multitudinarios conciertos (con motín de los que no pudieron entrar incluido) en el marco menos frecuente de la Cartuja. Primero, un programa compuesto en torno a la Misa del Papa Marcelo de Palestrina, acompañada de motetes de Lasso y del célebre Miserere de Allegri. El segundo día, obras de Byrd con el Oficio de difuntos de ACTUALIDAD SANTIAGO Victoria. El fin de semana postrero se repartieron las mañanas la Orquesta Barroca de Sevilla con la inquieta Huggett al frente y Armoniosi Concerti bajo la dirección de Juan Carlos Rivera. La ausencia de los solistas previstos obligó a la soprano Raquel Andueza a actuar en ambos conciertos, empeño del que salió airosa. El programa de la orquesta sevillana intentaba contrastar el barroco centroeuropeo con el hispanoamericano. La realización fue ejemplar, pero el “concepto” (Biber y Schmelzer al lado de Salazar, Sumaya y Rameau) resultó demasiado forzado. Lo mejor, en lo instrumental, la suite de Les indes galantes de Rameau. Al día siguiente, cumplida pretensión de ofrecer “la música en la época de Cervantes”, en esta ocasión con más coherencia estilística, mezclando obras de los cancioneros con otras del repertorio vihuelístico. También los recitales instrumentales, vocales y de cámara cumplieron las expectativas, por lo que hay que lamentar su escasez. En el piano, la presencia de Alfred Brendel y Javier Perianes sintetiza una inteligente política de asegurar la presencia de artistas consagrados, a los que se reserva el más espacioso palacio de Carlos V, y promesas como Perianes, en gran medida crecido al cobijo del Festival desde su aparición en la extinta Fiesta de la Música, sustituida en las últimas ediciones por el llamado Fex (Festival extensión), más colorista pero musicalmente diluido. Brendel interpretó obras de Mozart (unas poco frecuentes Variaciones sobre un minueto de Duport), Schumann (Kreisleriana), Schubert (tres de los Momentos musicales) y Beethoven (Sonata nº 15 “Pastoral”). Sólo en la obra de Schumann, que parece resistírsele al intérprete austriaco, decayó algo el elevado nivel. En el íntimo recinto del Patio de los Arrayanes en la Alhambra el pianista onubense tuvo que luchar contra una intempestiva verbena en el cercano barrio del Albaicín que deslució la Sonata nº 5 de Blasco de Nebra con la que comenzó el concierto. Su afinidad con el pianismo del cambio de siglo del XIX al XX quedó de manifiesto con sendas selecciones de los Preludios de Debussy y de la Iberia de Albéniz. Pero el punto culminante del recital fue su interpretación de la Sonata nº 3 de Chopin. En el apartado vocal, la lituana Violeta Urmana, acompañada por Jan Philip Schulze, entusiasmó a los asistentes al recital en el patio de los mármoles del Hospital Real, especialmente en las arias operísticas (Puccini, Ponchielli, Verdi) con que concluyó. Antes había ofrecido los Wesendonk-Lieder de Wagner y una generosa selección de lieder de Richard Strauss y Rachmaninov. El renovado y occidentalizado Cuarteto de Tokio interpretó obras de Hayashi (aburrido Lamento para cuarteto de cuerda), Ravel y Brahms (Segundo cuarteto). Estupendos en estos dos últimos autores, a pesar de que diversos incidentes estorbaron la audición, desde el paso de un inoportuno helicóptero (que hizo a más de uno bromear con Stockhausen) hasta la rotura de una cuerda del segundo violín. Capítulo aparte merecería la creación contemporánea en el Festival. El acto más publicitado fue el estreno absoluto de los Sonetos del amor oscuro. Cripta sonora para Luigi Nono, de Mauricio Sotelo, acompañados por las imágenes de Sean Scully. No asistí al estreno el 1 de julio, por coincidir con el recital de Javier Perianes, pero sí a la “instalación sonora” que pudo visitarse los dos días siguientes en el mismo crucero del Hospital Real. Ausente la dimensión “presencial”, resulta imposible un juicio completo, pero su adaptación al lugar de creación la hacen obra difícil de exportar y quizá no sea lo más perdurable del heterogéneo catálogo soteliano. Joaquín García 31 ACTUALIDAD HUELVA / LA CORUÑA XII Muestra de Música Antigua UNA SEMANA PROVECHOSA Aracena. 26-VI/3-VII-2005. Iglesias del Castillo. Santo Domingo. Teatro Sierra de Aracena. HUELVA Si las Grutas de las Maravillas son el imán turístico en esta localidad serrana de Huelva, el Festival de Música Antigua crea poco a poco un rincón cultural que se nutre con intérpretes, profesores y alumnos venidos de todas partes. A lo largo de la duodécima edición ha destacado La Trulla de Bozes, un grupo entusiasta que supo ambientar lo más gozoso de Canciones y Villanescas espirituales de Guerrero y que colmó su musicalidad con un órgano excelso. Monica Huggett y la Orquesta Barro- ca de Sevilla, que acaba de cumplir diez años, anticiparon durante Purcell lo que se escucharía tras el intermedio: una lección magistral de danza en Las indias galantes, seguida de unas canciones hispanoamericanas a cargo de Raquel Andueza, cuyo salero bien merecía un olé. Reluciente la sonoridad de La Venexiana, timbrada del grave al agudo y matizando la trascendencia de cada palabra sin perder empaste, tal como se pudo evidenciar en Occhi del mio cor vita, de Gesualdo. La lira de Hesperia, por Savall y sutilezas en el Queste pungente spine, obra de Benedetto Ferrari incluida en la velada de Armoniosi concerti, dirigida por Juan Carlos Rivera. Más propio de una clase que de un recital vino a ser El cortesano, en interpretación del contratenor José Hernández y el vihuelista Ariel Abramovich, que no salió de la monotonía en su invariable dinámica. Y el concierto-producción de la Muestra dio lo mejor de sí en los alumnos de Fernando Paz (flauta dulce). Estevan, congregaba a una multitud (absorta en uno de los últimos Lamentos) y también suscitaba discrepancias a los incisos virtuosísticos del violagambista. Por su lado, Tritonus XIV plasmaría el tránsito del Gótico al Renacimiento con su Medée fu, música convulsa, inestable, con pasajes verdaderamente hipnóticos, a lo cual contribuía la cantante Patricia Paz, quien mimetizó con los instrumentos para dar penumbra al texto. La enjundiosa voz de María Espada hizo las delicias del público, sensible a la variedad de inflexiones y Marco Antonio Molín Ruiz VIII Festival Mozart BIEN ESTÁ LO QUE BIEN ACABA 32 En conjunto, el Festival Mozart arroja un saldo positivo. Otra cosa es si debe mantenerse la denominación porque el genio de Salzburgo cada vez está menos presente. Los organizadores parecen pensar que un festival cuya clientela está constituida básicamente por los propios coruñeses debería tener mayor amplitud, no encorsetarse bajo la rúbrica de un solo compositor. Pero, el año próximo se cumplen 250 años de su nacimiento… Gran éxito de Idomeneo. No me sorprende conociendo la ópera y al público coruñés; pero no es demasiado habitual. Destacaron el tenor Giménez, la mezzo Provvisionato y las sopranos Mª José Moreno y Jano Tamar. Orquesta y Coro, con progresión ascendente a lo largo de la representación. Miguel Ángel Fernández LA CORUÑA 19-VI-2005. Orquesta de Cámara de la Sinfónica de Galicia. Director y solista: Massimo Spadano. Obras de Corelli, Mascitti y Bach. 22-VI-2005. Martin Stadtfeld, piano. Bach, Variaciones Goldberg. 23-VI-2005. Alaln Opie, barítono; Roger Vignoles, piano. Obras de Purcell, Haydn, Finzi, Vaughan Williams y Britten. 25-VI-2005. Andrea Bacchetti, piano. Obras de Bach y Berio. 30-VI y 2-VII-2005. Mozart, Idomeneo. Giménez, Provvisionato, Moreno, Tamar, Vallejo, Ferrero, López. Coro de Cámara de Praga. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director musical: Philippe Auguin. Director de escena: Pier Luigi Pizzi. 1-VII-2005. Solistas de la OSG. Obras de Bach y Mozart. María José Moreno en Idomeneo en el Festival Mozart de La Coruña Dirigió Philippe Auguin, un especialista en ópera; la escena, a cargo de Pizzi, tuvo un planteamiento inteligente y de alto sentido estético. La Orquesta de Cámara de la OSG, dirigida por Massimo Spadano, realizó un interesante concierto donde, junto a los grossi de Corelli y Mascitti, se alzó el gran Bach de los Brandemburgo nºs 3 y 4 y la Suite nº 3. Cinco primeros atriles de la sección de vientos de la Sinfónica abordaron un insólito repertorio con transcripciones de Bach; la categoría artística de los intérpretes es incuestionable; por desgracia, las transcripciones no eran de Mozart. En cambio, pareció excelente la adaptación para quinteto de los divertimentos mozartianos (originalmente, para dos oboes, dos fagotes y dos trompas). Dos jóvenes pianistas abordaron Bach con seriedad y calidad técnica; tanto las treinta variaciones de las Goldberg como las veintiocho piezas que constituyen las Suites inglesas y francesas son un verdadero tour de force. Creo que para Stadtfeld y Bacchetti se abre un porvenir esplendoroso. El barítono Opie conquistó al público con su expresividad y su voz poderosa, a veces un poco brusca, tal vez más apropiada para la ópera que para el Lied; le acompañó el excelente pianista Vignoles. Julio Andrade Malde ACTUALIDAD LEÓN XVIII Festival de Música Española CONSOLIDACIÓN Y AMPLITUD Javier del Real Trece conciertos (ocho en León y cinco en la provincia) conformaron la programación de la XVIII edición del Festival de Música Española que este año contó además con la intervención de dos prestigiosos musicólogos como Antonio Gallego y José Luis García del Busto, quienes disertaron sobre Las músicas del Quijote, el primero y Ernesto Halffter, cima de su generación, el segundo, como homenaje al compositor del que este año el Festival celebraba su centenario. La presente edición optó por unos precios asequibles, lo que redundó en una mayor afluencia de público que si no llenó diariamente la sede del Festival sí mantuvo un alto nivel de asistencia. Asimismo, la calidad y variedad de géneros, artistas y programas otorgaron al acontecimiento un cierto marchamo de consolidación y veteranía. Igualmente el número de localidades de la provincia —cinco— donde el Festival se presentó, permitió a buen número de aficionados disfrutar de algunas interesantes actuaciones centradas especialmente en músicos y artistas leoneses. Con el concierto que el día 3 de julio ofreció la Orquesta de Cámara Ibérica junto a Ignacio Rodes a la guitarra y Luis Miguel Abello en el podio, se abrían las puertas de una edición en la que la variedad de estilos se alternaba con las diversas ofertas musicales que iban desde la presentación por vez primera en el Festival de la estupenda soprano leonesa Ana María Castillo, acompañada de forma poco ortodoxa por el pianista Emilio Bayón, a la de otra soprano, esta vez una de nuestras más celebradas voces del panorama lírico actual, como es la alicantina Ana María Sán- ANA MARÍA SÁNCHEZ LEÓN Palacio de los Guzmanes. Auditorio Ciudad de León. (Santa María del Páramo, Villahibiera, Gordoncillo, Astorga, Sahagún). 3/15-VII-2005. Orquesta de Cámara Ibérica. Sinfónica de Castilla y León. Ana Mª Castillo. Sergei Teslia. Elisaveta Blumina. Francisco Jaime Pantín. Banda Sinfónica del Conservatorio de León. Dúo Etreus. Trío Synaulia. Ana María Sánchez. chez, que al lado de la Orquesta de Castilla y León a las órdenes del venezolano Carlos Riazuelo presentaron uno de los programas del “género chico” de los más atractivos de cuantos se han escuchado recientemente por estos pagos. Entre ambas actuaciones, las del dúo formado por los rusos Sergei Teslia, violín y Elisaveta Blumina, piano, dos auténticos virtuosos que pusieron en pie varias veces al respetable por sus incandescentes lecturas de la Sonata de Siena de García Abril y la Op. 67 de Brotons, llenas de fuerza y expresividad. Fue el pianista asturiano Francisco Jaime Pantín quien de nuevo volvió a dejar constancia de su buen hacer con una serie de obras como el Fandango de Soler, las Goyescas de Granados o la preciosa Habanera de E. Halffter, que permitieron a la audiencia saborear algunas de estas obras con una especial sonoridad y empatía. Los más jóvenes también tuvieron su oportunidad en la Tribuna de Jóvenes Intérpretes, en la que en esta ocasión se invitó a la Banda Sinfónica del Conservatorio a las órdenes de Jesús Blasco, para ofrecer una serie de marchas, pasodobles y melodías actuales, algunas de ellas escritas para ser estrenadas en este Festival, que atrajeron la atención del numeroso público que acudió ese día al Palacio de los Guzmanes. Un tipo de música peculiar y muy en consonancia con las celebraciones quijotescas que actualmente se viven en España, lo trajo el Dúo Etreus, formado por la soprano Patricia Pérez y Rodrigo Jarabo, instrumentos de cuerda pulsada, quienes pusieron en atril Las fantasías de un gallardo caballero, melodías para acompañar a Don Quijote y Sancho, que tuvieron mucha aceptación entre los asistentes. Fue el Trío Synalia, formado por flauta travesera, guitarra y viola, el que se encargó de clausurar las actuaciones en el Patio de la Diputación para dejar el último concierto en el Auditorio en manos de Ana María Sánchez y la Orquesta de la Comunidad, en uno de los mejores recitales de zarzuela que se recuerdan. Aunque el público no acompañó con su asistencia, en cambio el medio aforo que se registró supo apreciar y agradecer las exquisitas romanzas que la soprano alicantina desgranó con esa voz hecha para emocionar. Un equilibrado Festival que mantiene su calidad. Miguel Ángel Nepomuceno 33 ACTUALIDAD MADRID Un montaje de La Fura dels Baus UNA FLAUTA MÁGICA DIFERENTE MADRID Javier del Real Teatro Real. 7–VII–2005. Mozart, La flauta mágica. Marie Arnet, Toby Spence, Brett Polegato, Erika Miklósa, Daniel Borowski, Markus Brutscher. Director musical: Marc Minkowski. Directores de escena: Alex Ollé y Carlos Padrissa (La Fura dels Baus). Decorados y vestuario: Jaume Plensa. 34 Después de sus aplaudidos espectáculos sobre creaciones operísticas más o menos “híbridas” (Atlántida de Falla, El martirio de San Sebastián de Debussy, La condenación de Fausto de Berlioz), La Fura dels Baus se ha enfrentado por primera vez a un título del más puro repertorio como La flauta mágica de Mozart. Una obra abierta, en cualquier caso, que ofrece múltiples posibilidades y es una permanente invitación a la fantasía y el sueño. Si hay que decir, de entrada, que el resultado global no ha sido tan redondo como en las citadas producciones, no es menos cierto que —sobre todo en la primera parte— se alcanzaron momentos de un excelente sentido plástico y teatral. Planteado a modo de coproducción entre la Trienal del Ruhr, la Opéra-Bastille de París y el Teatro Real, el montaje tuvo su origen en una nave industrial. Ese sentido de factoría se ha trasladado aquí a mostrar la propia mecánica del teatro, con unos figurantes que mueven todo el tiempo la tramoya a la vista del público. Al final, la pared del fondo se abre y la pareja protagonista, vestida de calle, huye por la plaza de Isabel II (un efecto que ya había utilizado Herbert Wernicke en su Don Quijote). Como es habitual en las últimas producciones del grupo catalán, el artista plástico Jaume Plensa aporta su personalidad, en este caso con unos enormes colchones que llenan un escenario totalmente desnudo a modo de grandes pulmones, y a los que se saca un enorme partido (se hinchan y se deshinchan, y en un momento dado incluso se trepa por su interior). Hay escenas memorables, como la perse- Erika Miklósa y Toby Spence en La flauta mágica en el Teatro Real cución de Tamino por una serpiente hecha de eslóganes y titulares de periódicos, o la primera aparición de los tres niños (con tres acróbatas dando vueltas en el aire mientras la pared del fondo se acerca), o el encuentro entre Pamina, Papageno y Monostatos en una piscina llena de bolas de plástico de colores. La dirección de actores está muy trabajada, si bien se prima antes el movimiento dinámico que los aspectos psicológicos de la obra o la caracterización de los personajes. Todos los elementos (proyecciones de vídeo, etc.) están perfectamente coordinados, y estudiados hasta el milímetro para no interferir con la música. De hecho, todos los cambios de escena se realizan —y éste es uno de los temas más discutibles de la propuesta— mientras se oyen unos textos de Rafael Argullol que sustituyen a los diálogos hablados. Dichos textos, recitados con sugestiva (aunque no siempre inteligible) voz por la actriz Lola Dueñas, son una especie de reflexiones que, realmente, no aportan gran cosa y tienden a ralentizar la acción y dar un punto de artificiosidad al conjunto. La versión contó con un soporte musical de alta calidad. La dirección musical de Marc Minkowski fue vitalista y ágil, con gran pulso teatral y bellísimos detalles instrumentales. En su primer contacto con la Sinfónica de Madrid, el cotizado maestro francés obtuvo de ella un sonido terso y homogéneo. El coro titular del teatro supo estar también a la altura exigida. El reparto, formado en su mayor parte por jóvenes cantantes, se plegó con mucha disciplina a las exigencias de la puesta en escena. El tenor inglés Toby Spence dio mucho carácter a Tamino, con su flauta de neón, el nuevo hombre propuesto por La Fura, al que dio la adecuada réplica la delicada Pamina de la soprano sueca Marie Arnet (ambos, además, se parecían físicamente). La soprano húngara Erika Miklósa, además de dar todas las notas, parecía visiblemente divertida montada en una grúa, con su maravilloso traje plateado. Brett Polegato en un Papageno rey del rock y Markus Brutscher como forzudo Monostatos respondieron muy bien a sus caracterizaciones, y Emmanuelle Goizé fue una Papagena desenvuelta pero algo estridente. Sólo desmereció Daniel Borowski en un Sarastro algo siniestro —así lo requería la producción— y con una voz un tanto escasa de apoyo. Las tres damas (Ana Ibarra, Cecilia Díaz y Francisca Beaumont) —que parecían unas procaces y bastante feas Hijas del Rin— estuvieron algo por debajo de lo esperado. Muy bien en sus dobles cometidos de sacerdotes y hombres armados Eduardo Santamaría y Josep Miquel Ribot, y excelentes, tanto en lo escénico como en lo canoro, los tres niños de Tölz. En suma, un espectáculo típicamente “furero”, con toda la fuerza visual y un gran sentido lúdico. Resulta muy refrescante que este tipo de propuestas puedan —y deban— verse en el Real. Rafael Banús Irusta ACTUALIDAD MADRID Los Siglos de Oro DE VIENA A EL ESCORIAL San Lorenzo de El Escorial. Real Coliseo de Carlos III. 2-VII2005. Solistas. Orquesta Barroca de la Universidad de Salamanca. Director: Wieland Kuijken. Conti, Don Chisciotte della Mancia in Sierra Morena. S eis semanas antes de que René Jacobs llevara a escena en el marco del prestigioso Festival de Música Antigua de Innsbruck la que pasa por ser una de las obras maestras del prolífico y hoy casi olvidado Francesco Bartolomeo Conti (16811732), pudo escucharse en El Escorial —en aligerada versión de concierto— este ambicioso Don Chisciotte della Mancia in Sierra Morena, “opera serioridicola” en cinco actos que el músico italiano afincado en Viena compusiera en 1719 para el Carnaval de la capital imperial. Con sus 29 arias, cuatro duetos, 53 recitativos y tres coros (lo que ronda en su totalidad las cinco horas) esta notable ópera de ambientación quijotesca constituye —como señala en sus enciclopédicas notas al programa Bernardo GarcíaBernalt, responsable de la versión— una de las obras de mayor envergadura del compositor y tiorbista florentino. Inspirada en un libreto de Apostolo Zeno y Pietro Pariati muy respetuoso con el texto cervantino, la extensa partitura de Conti desarrolla algunos de los episodios incluidos entre los capítulos XXIII y XLVII de la primera parte de la novela, si bien se centra en los amores de dos parejas —Cardenio, Luscinda, Dorotea y Fernando— junto a la trama urdida por Dorotea-Micomicona, Lope y Orduño (trasuntos del cura y el barbero originales) para hacer que don Quijote regrese a casa, a los que se suma el escudero Sancho. Por lo oído en el Coliseo escurialense —la versión ofrecida estaba sensiblemente podada pese a sus tres horas de duración neta, lo que ha llevado a sacrificar algunas de las secuencias de mayor acción escénica y a alterar ligeramente el orden de otras— la música de Conti justifica plenamente su exhumación. Hábil para la caracterización psicológica de los distintos personajes, para mezclar incluso los elementos trágico-heroicos y cómicos en una misma aria, para otorgar variedad a los, en ocasiones, dilatados recitativos, alcanza la cima de su inspiración en las conmovedoras intervenciones —Se in vera e stabil fe, o el dúo con el hidalgo So che dal tuo valor— de la decidida Dorotea y la emotiva Le mie pene a Dulcinea de don Quijote. La documentada influencia de Conti sobre Haendel parece atisbarse en ciertas secuencias del aria de Cardenio Odio, vendetta, amore o en el Spera pur; ma ben rifletti de Luscinda aunque sin duda el momento más memorable de todo lo escuchado correspondiera al dúo Va pure in buon’ora, una trepidante y deliciosa escena cómica en la que Maritornes y Sancho manifiestan su relación de amorodio a ritmo de folía. Entre el entonado conjunto de ocho solistas destacaron las intervenciones de Monica Piccinini, expresiva Luscinda en Sì, questo core, Adriana Fernández, sensible Dorotea, y Martín Oro como aguerrido Fernando, brillante en las adornadas Fido amava un bell’oggetto y Occhi belli, men torbidi e fieri. Correcto, pese a ciertas destemplanzas y faltas de empaste —acompañamiento al aria de Orduño Pronto e presto, al patrio tetto— el apoyo instrumental del conjunto salmantino aunque a la dirección de Kuijken no le hubiera venido mal algo más de chispa (giga del Baile de los titiriteros), de contraste, de energía y variedad. Juan Manuel Viana 35 ACTUALIDAD MADRID Fundación Scherzo JUVENTUD Y VETERANÍA Rafa Martín Madrid. Auditorio Nacional. 28-VI-2005. Grandes Intérpretes. Piotr Anderszewski, piano. Obras de Bach, Szymanowski y Chopin. 2-VII-2005. Martha Argerich, piano; Hosszu-Legocki, Chen-Argerich, Danemarc, Merle, Vallina. Obras de Schumann, Falla, Liszt, Mozart y Franck. KARIN MERLE Y MARTHA ARGERICH D 36 os conciertos vinieron a cerrar las sesiones del X Ciclo de Grandes Intérpretes anteriores a las vacaciones estivales, que no el curso, puesto que la serie —a diferencia del resto de las convocatorias madrileñas— se rige por años naturales y no por temporadas. Antonio Iglesias, en ABC, consideró que lo mejor del concierto de presentación del pianista polaco Piotr Anderszewski se dio en la música de su compatriota Szymanowski, traducido “de una manera personalísima que brilla sobre todo por un rozar, más que por ahondar sobre el teclado, dándonos la seguridad de tratarse de un pianista excelente, que sabe decirnos con suma claridad tan difícil piano”. En cuanto a la Tercera Sonata de Chopin, el crítico matizaba: “he de elogiar la serenidad determinada para cada uno de sus cuatro tiempos, algo que solamente suele descubrirse en los grandes intérpretes”, pero “faltó una gran dosis de pasión, pese a que todo se hallaba en su sitio”. El segundo concierto reunía a Martha Argerich con una serie de colaboradores. De nuevo Iglesias para ABC, aun teniendo la sesión como demasiado larga, aplaudió “con sinceridad, tanto por su programa como por los artífices de una audición bien preparada en la responsabilidad de la gran Martha Argerich”. Enrique Franco, en El País, se refería a Argerich como “una intérprete que ingresó, casi de golpe, en la historia y en la leyenda”. Por lo que respecta a las interpretaciones escuchadas, Franco sentenciaba que “El influjo y la presión magistral de Argerich sobre sus colegas fue evidente”. ACTUALIDAD MADRID Centro para la Difusión de la Música Contemporánea HOMENAJE A GONZÁLEZ ACILU C on una sesión enteramente dedicada al compositor navarro Agustín González Acilu (Alsasua, 1929) cerró el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea su serie de conciertos de la temporada 2004-05 en el Auditorio Nacional. Y es la misma concepción del programa ofrecido en ella la que ya merece el primer aplauso de la cita. Por varias razones. En primer lugar, por el tino con el que, a través de sólo media docena de títulos se ejemplifica muy bien, a lo largo de tres decenios, la innata necesidad del compositor de construir un lenguaje que le personifique en cada momento, con apoyo en las que él mismo denominó ideas-fuerza y que su exhaustiva y certera estudiosa Marta Cureses ha definido como una auténtica “estética de la tensión”. Luego, porque con la selección de las páginas para coro a cappella que cerraban y abrían el programa —Libro de los proverbios (Cap. VIII), de 1973, y Pater Noster, de 1983—, se ejemplificaba a su vez con no menor acierto el gusto del autor, en sus investigaciones lingüísticas, por la simbolización fonética de los textos. Aplauso grande y sin reservas ha de rendirse también a cuantos tuvieron a su cargo los distintos y nada fáciles compromisos interpretativos del concierto monográfico que comento, premiados todos con calor por un público menor del debido, pero enteramente entregado. Félix Redondo fue el director exacto y conocedor de las dos citadas obras a cappella, con respuesta en ambas plena de GONZÁLEZ ACILU Madrid. Auditorio Nacional. 23-VI-2005. Solistas de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Director: Félix Redondo. Obras de Agustín González Acilu. claridad e intención del Coro de la Comunidad y la magnífica contribución solista en el Libro de los proverbios de este cuarteto: la soprano Victoria Marchante, la contralto Teresa López, el tenor Fernando Cobo y el bajo Fernando Rubio. No menores aciertos deben reconocerse en los solistas de los conjuntos comunitarios que asumieron el resto del programa. Que se relaciona a continuación por el orden que ocuparon las obras entre las a cappella de apertura y cierre, con la mención no por generalizadora menos admirativa de los correspondientes intérpretes: Pieza para cinco violines (1994), con Víctor Arriola, Chumg-Jen Liao, Paulo Vieira, Robin Banerjee y Ema Alexeeva; Bienaventuranzas (1992), para voz y piano, con Azucena López, soprano, y Francisco José Segovia; Sonata para violín y piano (1998), con E. Alexeeva y F. J. Segovia, y Omaggio a P. P. Pasolini (1976), para soprano y clarinete, con A. López y Salvador Salvador. Leopoldo Hontañón XII Jornadas de Informática y Electrónica LA MÚSICA TOMA EL MUSEO Madrid. Centro de Arte Reina Sofía. 27-VI/8-VII-2005. Cursos, conferencias y conciertos. A 38 unque no ha podido todavía hacerse realidad la esperanza de que estas duodécimas Jornadas de Informática y Electrónica Musical (JIEM) se celebraran ya en el nuevo Auditorio y con los nuevos equipamientos que habrán de mejorar sustancialmente el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, bien han merecido una vez más la pena la serie de cursos, conferencias y conciertos celebrados, con examen general, revelador a más no poder del espléndido quehacer que despliega, de ese Laboratorio de Informática y Electrónica Musical (LIEM) que dirige Adolfo Núñez. No cabe otra cosa aquí que relacionar los destaca- dos profesionales encargados de cursos y conferencias, especialistas de verdad: Emiliano del Cerro, Gregorio García Karman, Nicolás Verin, José Luis Carles, Ramón Guardans, Enrique Tomás, Jean-Claude Risset, Frances M. Lynch, Alan Burgess, Peter Bosch, José Iges, Concha Jerez y Pedro López. Y celebrar de veras la altura técnica de las escrituras nuevas y la verdad traductora de las versiones escuchadas en los cinco conciertos a que pude asistir de los ocho celebrados. De ellos, se celebraron tres en el Salón de Actos del Centro de Arte Reina Sofía: el protagonizado en lo ejecutor por el tuba Jesús Jara, con el LIEM en lo electroa- cústico, con estrenos absolutos de Daniel Quaranta (Kaleidoscópica), el propio Jara (Profitfürfabi), Isabel Arévalo (Frontera), María Luisa Ozaita, con imágenes de Susana Talayero y edición de vídeo de Nito Contreras (Microbiana), y Miguel Álvarez (Representación); el monográfico sobre Jean-Claude Risset, interpretado por la soprano Pilar Jurado, el saxofonista Francisco Martínez, el flautista Salvador Espasa, con el autor y el LIEM en lo electroacústico, y con el estreno absoluto de Oscura, dedicado a la Jurado; y, finalmente, el asumido por el Cuarteto Manuel de Falla, de corni di bassetto y clarinetes, con páginas ya conoci- das de Tomás Marco, Víctor Carbajo, Santiago Lanchares y José Luis Turina y la novedad total de Vidurria, del argentino Juan María Solare. En los otros dos conciertos presenciados, éstos en el Patio al aire libre del propio Centro de Arte y con propuestas específicamente electrónicas, no dejó de sentirse un punto disminuida la perfecta recepción de la muy sugerente Vox Vocis 2.0 de José Iges, Concha Jerez y Pedro López, en la primera cita, y de la variada propuesta de Zampronha, de Paz, de la Barrera, Wishart, Moreno y Dantas Leite, en la segunda. Leopoldo Hontañón ACTUALIDAD MÁLAGA Fin de ciclo CUMPLIENDO OBJETIVOS MÁLAGA Teatro Municipal Miguel de Cervantes. 2 y 24-VI-2005. Rosa Torres-Pardo, piano; Elizabeth Norberg-Schulz, soprano; Rafael Taibo, narrador. Orquesta Filarmónica de Málaga. Director: Aldo Ceccato. Obras de Beethoven. La calidad y el trabajo bien hechos han destacado en estos dos conciertos que han terminado con la temporada 2004/2005 de la Orquesta Filarmónica de Málaga, que se ha propuesto reencontrar a su público, después de la etapa Rahbari, con el indiscutible agrado que supone siempre la música de Ludwig van Beethoven. De las tres oberturas, incluyendo la de Egmont, sólo cabe decir que estuvieron bien concebidas y transmitidas desde el pódium, siendo mejor respondida la de esta música incidental, en la medida que iniciaba la interpretación de toda la obra, perfectamente historiada por Taibo, que supo darle toda la carga dramática que exigen los hechos que relataba. El concierto no estuvo a la misma altura en su primera parte, dadas la obras, menos trascendentes, especialmente las mozartianas arias, hechas con encanto y discreción. El director destiló su ser musical en el concepto de retornar a conocidos horizontes que Beethoven se plantea y esboza en su Cuarta Sinfonía, en contra- posición a su reveladora y revolucionaria Tercera y lo que habría de suponer el universo nuevo del resto de su corpus sinfónico. El equilibrio de tratamiento de todos sus movimientos prevaleció, haciendo que se convirtiera su interpretación en lo más trascendente de esta velada, que contenía el más humano de sus conciertos para piano, el Cuarto. Rosa Torres-Pardo superó su actuación desde su gran capacidad técnica, pero se notaba en su mente cierta ausencia o más bien distancia de los significativos e internos trasuntos de la partitura, que la convierten en toda una reflexión inmersa en un puro goce de música y sonido. Ceccato ha cerrado así su primer ciclo al frente de los filarmónicos malagueños generando buenas sensaciones en los aficionados que han podido apreciar cómo se ha entendido la combinación de una atractiva programación con una actividad seria en una formación que siempre debe ser un referente entre las orquestas españolas. José Antonio Cantón Florilegio musical SONES EN LA CIUDAD DEL PARAÍSO 40 ocasiones: la versión de concierto de Dido and Æneas del paradigmático Purcell, con una Julia Gooding en estado de gracia, y el moderno clasicismo de Brüggen que, a diferencia de las exquisiteces a que nos tiene acostumbrados con sus habituales formaciones barrocas, consigue con la Orquesta de Cámara de la Radio Holandesa instalarse en una sonoridad que está mirando ya la evolución que habría de producirse en la orquesta del siglo XIX. Su Mozart —Sinfonías nº 1, K. 16, y la Júpiter, K. 551, alfa y omega de su catálogo sinfónico—, se ha convertido en un referente de interpretación, al extraer lo mejor de la fenomenología estética del genio de Salzburgo. Brüggen hace filosofía con esta música, podría decirse, que la eleva a categoría metafísica si no lo impidiera la invisible y etérea materialidad del sonido. Los músicos en general y los británicos en particular aman a Purcell con tal agrado que lo comparan con Shakespeare, entronizándolo como el Orpheus Brittanicus, rango y cualidad que sólo pueden comprenderse Rafa Martín D esde hace tres años Málaga, con la participación de distintas instituciones encabezadas por su Ayuntamiento, viene organizando un ciclo de conciertos que lleva el sobrenombre de la cita poética que tan acertadamente califica a esta ciudad como uno de los paraísos del Mediterráneo. Nada mejor que saludar al verano con ocho conciertos bien escogidos que van desde lo sinfónico hasta el sublime Mozart de Brüggen, pasando por el preciosismo barroco de Jordi Savall y la cuidada estética, siempre con un toque de frivolidad, de Philip Pickett, sin olvidar el potente pianismo de Pommier, actualmente en un estado artístico en el que las reservas demuestran la importancia que pueden llegar a tener conforme va avanzando una carrera. Los momentos culminantes de este florilegio musical estuvieron presentes en dos FRANS BRÜGGEN Málaga. Teatro Municipal Miguel de Cervantes. Sala María Cristina. 25, 29-V, 7, 15-VI-2005. Le Concert des Nations y La Capella Reial de Catalunya. Director: Jordi Savall. Orquesta de Cámara de la Radio de Holanda. Director: Frans Brüggen. Jean-Bernard Pommier, piano. New London Consort. Director: Philip Pickett. con una interpretación como la ofrecida por la mezzosoprano Julia Gooding (Dido) con el New London Consort. Un sentimiento de misticismo transitó por su ser durante toda su interpretación llegando a un supremo recogimiento en la famosa aria del final, arquetipo de la estética barroca en su inquietud por exaltar la belleza que encierra el mundo de las emociones. Con el título Las músicas de don Quijote, dentro de otro genérico Musiche e canti guerrieri ed amorosi, Jordi Savall y un reducido grupo de sus leales, pertenecientes a sus principales formaciones, ofreció un interesante concierto por la diversidad de autores y el marcado acento musicológico de su contenido, detallista y refinado como hace siempre este insigne violista catalán en sus programas. José Antonio Cantón ACTUALIDAD MÁLAGA Encuentros de Composición Musical DÍAS DE NUEVA MÚSICA Desde hace años se vienen desarrollando en el Centro Eurolatinoamericano (CEULAJ) de Mollina, Málaga, los llamados Encuentros de Composición Musical, dependientes del Servicio de Cultura del Instituto de la Juventud del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Con Cristóbal Halffter y Tomás Marco al frente en las primeras ediciones de hace ya dos lustros, estas actividades han ido evolucionando y adquiriendo distintos matices. Hoy el director artístico es Mauricio Sotelo y el director del panel de lectura —en el que se estudian, analizan e interpretan las músicas de los jóvenes autores participantes—, Tomás Garrido, dos de los más inquietos creadores de nuestro panorama. Por lo visto y observado sobre el terreno, la marcha que en estos últimos años llevan estos Encuentros, impulsados por los nuevos aires, es realmente productiva, didáctica y provechosa; porque, en un clima distendido y tranquilo, favorecido por la buena organización, y por el moroso transcurso del tiempo que emana de la atmósfera propia de esa región andaluza y del lugar en que todo se desarrolla — una pequeña ciudad, bien surtida, de pabellones adecuadamente diseñados—, los alumnos de estas reuniones pueden escuchar sus pentagramas, traducidos en este caso por el Proyecto Guerrero, comentarlos con los profesores, encauzarlos, acceder a los premios dispuestos, seguir sesiones de análisis a cargo de ilustres especialistas y vivir durante una semana dedicados íntegramente al arte que cultivan. Y servir así al objeto y finalidad perseguidos: “Recompensar el trabajo de los nuevos artistas con el fin de fomentar la actividad creadora, favorecer su promoción y la difusión MAURICIO SOTELO MOLLINA Centro Eurolatinoamericano. 9/15-VII-2005. de su obra, a la vez que propiciar su incorporación al ámbito profesional”. Además de Sotelo y Garrido, omnipresentes y solícitos, han trabajado como profesores invitados compositores de la relevancia de los madrileños Jorge Fernández Guerra —actual director del CDMC— y Jesús Rueda —reciente Premio Nacional de Música—, el mejicano Julio Estrada — potente creador, descubridor de nuevas potencialidades de los intervalos— y el escocés James Dillon —representante de las corrientes más complejas y agresivas de la música británica. Hay que anotar asimismo el nombre del director y compositor Joan Cerveró, que ha trabajado en paralelo con un grupo reducido de la JONDE en la preparación de un concierto, en Antequera y Madrid, con obras de los profesores residentes. Las seis partituras seleccionadas, interpretadas en Madrid el 17 de julio, han sido Glosas de Mario Carro, Delirios de Gonzalo GarridoLecca, Lux (La luz infinita II) de Juan María Martínez Cué, Tras la sombra de la duda de Iluminada Pérez, Punto de fuga de Hermes Luaces, y Klamery de Raquel Quiaro. En general revelan conocimiento y buena factura; y también una cierta falta de originalidad emanada de un habitual conformismo. Corresponden a distintas tendencias dentro del eclecticismo imperante. Arturo Reverter 41 ACTUALIDAD SALAMANCA / SANTIAGO Festival Internacional de las Artes de Castilla y León UN ESTRENO EXCEPCIONAL Tres horas y media apasionantes. Por la música, bellísima y emotiva — esas arias dolientes o triunfantes, esos recitativos dramáticos, esos dos dúos impresionantes— por la extraordinaria interpretación de todos. Una conjunción perfecta de voces e instrumentos que creó una atmósfera especial y mágica para los pocos espectadores —¿cómo puede ocurrir este desvío? Un festival que en su multiplicidad heterogénea hace agua por muchos sitios— que asistieron al milagro. Todo fue diferente. La sensación de que existía una química especial en todos. Al Ayre Español demostró su gran clase —homologable a los conjuntos más prestigiosos— y López Banjo, dirigió y ocupó el clave magistralmente, matizando todos los vericuetos de una partitura excepcional, llena de ideas y de sorpresas, a pesar de su reducido elenco (cuatro cantantes y dos más que se unen en el coro final). Los solistas no solo cantaron, vivieron también cada uno de los momentos de la obra, muy exigente, sobre todo por los zigzags dramáticos, Elena de la Merced, que se enfrentaba por primera vez con Amadigi di LÓPEZ BANZO SALAMANCA Palacio de Congresos. 1-VII-2005. Elena de la Merced, Maria Ricarda Wesseling Jordi Domènech, Sharon Rostdorf-Shamir. Al Ayre Español Orquesta. Director: Eduardo López Banzo.. Haendel, Amadigi di Gaula (versión de concierto). Gaula mostró la belleza, la perfecta afinación de su voz, cada vez más llena y segura, confiriendo un gran encanto a su personaje, tanto en sus seis arias como en los recitativos alcanzó momentos de gran arte. Soberanas Maria Ricarda Wesseling, Amadigi de antología, con un personaje totalmente dominado y Sharon Rostdorf-Shamir, que llegó al culmen de la emoción en el recitativo acompañado de su muerte. Muy bien también el contratenor Jordi Domènech, con una sensacional aria entre cajas como despedida. En resumen, un concierto memorable que requiere inmediatamente la grabación de esta bellísima ópera. Entusiasmo desbordante y justísimo del público. El estreno de Amadigi di Gaula en España fue por sus intérpretes un hecho excepcional. Fernando Herrero Un festival necesitado de definición INCÓGNITO FUTURO VII Festival Internacional de Música de Galicia. VII/2005. Filarmónica Arturo Toscanini. Director: Lorin Maazel. Ainhoa Arteta, soprano. SANTIAGO Durante el mes de julio, se celebró en Santiago el Festival Internacional de Música de Galicia. Su definición y su existencia misma han sido debatidas. Es verdad que se han programado actos musicales de escaso interés o baja calidad, pero también otros de relieve e importancia. Teniendo en cuenta el cambio político que se ha producido en el gobierno gallego, se ignora cuáles serán su orientación y destino futuros. En cualquier caso, vale la pena mantener un festival que ha alcanzado ya su séptima edición. Despertó gran expectación la venida de Lorin Maazel, con la Filarmónica Arturo Toscanini, que había cancelado el año anterior. Su presencia, el atractivo programa ruso —Scheherezade, de Rimski, y los Cuadros de una exposición, de Musorgski— y una orquesta juvenil 42 AINHOA ARTETA que se halla en buen momento garantizaron el éxito. De Maazel, poco puede decirse ya: es una de las grandes batutas actuales; sus versiones intensas, emotivas hacen de la música algo vivo. La agrupación mantiene un nivel muy alto, bajo su batuta; no tiene un soni- do aterciopelado, sino más bien abierto y luminoso; la cuerda es un poco ácida; su jovencísima concertino, extraordinaria. También despertó un gran entusiasmo Ainhoa Arteta en su recital (arias de ópera, romanzas de zarzuela) al aire libre en la Plaza del Obradoiro. Aparte de los problemas con la megafonía, el frío nocturno provocó innumerables deserciones en el descanso. Hubo otros conciertos notables por distintos motivos: el excelente pianista Volodos (Scriabin, Liszt; no tocó el Beethoven anunciado), el Trío con Piano de Viena (Haydn, Schumann, Schubert), el Cuarteto Canales (que nos descubrió a un extraordinario compositor español del siglo XVIII, Manuel Canales), el dúo de canto y piano Álvarez/Granados (insólito programa monográfico dedicado a Kurt Weill). Incluso, se hace preciso destacar la puesta en escena de una discretísima Marina, de Arrieta, debido a la penuria lamentable de representaciones de zarzuela que vivimos en estos tiempos. Julio Andrade Malde ACTUALIDAD SEVILLA Estreno en Sevilla FESTIVAL DE SONIDOS Guillermo Mendo Teatro de la Maestranza. 13-VII-2005. Wagner, Parsifal. Hanno Müller-Brachmann, René Pape, Burkhard Fritz, Jochen Schmeckenbecher, Michaela Schuster. Coro de la Deutsche Staatsoper Berlin. Staatskapelle Berlin. Director musical: Daniel Barenboim. Director de escena: Bernd Eichinger. SEVILLA Michaela Schuster, Buckhard Fritz y René Pape en Parsifal de Wagner en el Teatro de la Maestranza Nunca antes de este 13 de julio de 2005 Parsifal había visitado Sevilla. Sí lo habían hecho otros héroes wagnerianos, unos en el siglo XIX y otros en el XX. Concretamente desde la apertura del nuevo coliseo lírico han pasado por aquí el Holandés, Tannhäuser, Lohengrin y Walkyria en buenas versiones, pero Parsifal parecía un sueño inalcanzable. El desembarco de Barenboim con todo su equipo —no exento de polémicas previas— ha sido un verdadero acontecimiento. Musicalmente el estreno ha sido de una rotundidad incuestionable por voces, orquesta, coro y dirección musical. De principio a fin el maestro argentino supo transmi- tir la tensión implícita en la complejísima partitura; sus maneras de frasear y administrar las dinámicas mostraban a las claras su comprensión del “festival escénico sacro”. Pero esa concepción musical no siempre se vio correspondida por la controvertida puesta en escena. Si el bosque de troncos dóricos de la primera parte del primer acto contribuía con su matizada luminotecnia al misterio de la historia, la apuesta por un sanguinolento “realismo” en la escena del ágape de ese acto resultaba en las antípodas. Se sustituía el simbolismo cristiano del pan y el vino por la crudeza de la sangre coagulada de Amfortas que ceremoniosamente consumían los caba- lleros tras ser troceada con un gran cuchillo de cocina. Igualmente al final de la ópera se prescindía del resplandor del Grial y la paloma blanca, de todo elemento místico, y los caballeros de uniformes galácticos aparecían transformados en una banda de punkis con palos y cadenas en la más pura línea de los actuales gamberros. Puede que Bernd Eichinger (guionista de El hundimiento) haya querido hacer una lectura muy a la contra de la que hicieran aquellos. El simbolismo del Parsifal es en exceso complejo, e incluso confuso, y sus lecturas han de ser necesariamente contrapuestas según las épocas; o bien los músicos van por un lado y los dramaturgos por otros, como parece ser el caso de esta versión, donde a mi entender el lado musical ha sido mucho más convincente que el escénico. René Pape sostuvo el primer acto con una actuación magistral; Michaela Schuster estuvo antológica en la escena de la seducción; Buckhard Fritz supo dosificarse para llegar pletórico al final; quienes encarnaron a Amfortas, Klingsor, Titurel, las muchachas-flores y demás intervinientes contribuyeron con el disciplinado coro y la consolidada orquesta a un estreno antológico. El Parsifal de Barenboim y los suyos ha sido todo un festival de los sonidos. Jacobo Cortines 43 ACTUALIDAD TOLEDO XII Festival de Música LaMancha MANUEL ANGULO: HOMENAJE Y ESTRENOS Quintanar de la Orden. Auditorio Centro Príncipe de Asturias. 9-VII-2005. Grupo LIM. Director: Jesús Villa Rojo. Obras de Angulo, E. Halffter, Piazzolla, Brubek y Gershwin. Consuelo Díez y Manuel Angulo en el homenaje QUINTANAR La ejemplar trayectoria que el Festival Internacional de Música LaMancha de la localidad toledana de Quintanar de la Orden ha ofrecido desde sus comienzos no se ha quebrado, ciertamente, en la duodécima edición. Sin descuidar la alta calidad general de los solistas y grupos encargados de todos los conciertos, ni olvidar la atención a efemérides tan señaladas como el IV Centenario de Don Quijote, ni prescindir de ofrecer primeras audiciones —tales las de Ferrer Ferrán, Alfonso Ortega o Federico Jusid—, esta nota se dirige a subrayar los homenajes que la noche señalada en la entradilla se dedicaron a dos nombres manchegos señeros en el mundo de nuestra música: al compositor Manuel Angulo, en su septuagesimoquinto cumpleaños, y al también compositor, director y clarinetista Jesús Villa Rojo, como representante principal del Grupo LIM (Laboratorio de Interpretación Musical) en el trigésimo aniversario de este conjunto, del que Villa Rojo fue miembro fundador y del que no ha dejado de ser director y principal impulsor en toda su ya larga y apretada vida. La cita del homenaje — en cuyo entreacto el Alcalde de Quintanar hizo entrega de 44 sendos presentes a los distinguidos, tras sentidas dedicatorias de Consuelo Díez—, no olvidó tampoco en su primera parte, reservada a Angulo, estrenar con carácter mundial su obra Haza, fruto de un encargo del propio Festival. Página para sexteto de cuerda y madera, con piano, de poco más de diez minutos, viene a ratificar en su suerte de paraminimalismo descriptivista tanto la clara y lógica secuencia del lenguaje de su autor, cuanto el deseado acercamiento sonoro al significado espacial del término “haza”; es decir, “porción de tierra labrantía o de sembradura”. Fue traductor impecable del nuevo título, bajo la dirección de su titular, el Grupo homenajeado, con esta formación: J. Oliver, flauta, R. Tamarit, oboe, J. F. Lara, clarinete, S. Puig, violín, E. Ferrández, chelo, y G. López Laguna, piano. Plenamente acertados también tanto en Claridad tallada del propio Angulo que abría la primera parte, como en esta segunda: Habanera, de E. Halffter, Tango del diablo, de A. Piazzolla —ambas en versión de Villa Rojo—, Rondó a la turca, de D. Brubek —en versión de López Laguna— y Rhapsody in blue, de G. Gershwin. Leopoldo Hontañón ACTUALIDAD VALENCIA Homenaje a Iturbi EL TIEMPO MEJORÓ EL VINO Palau de la Música. 17-VI-2005. Mario Monreal, piano. Orquesta de Valencia. Director: Enrique García Asensio. Obras de Wagner y Liszt. VALENCIA JOSÉ ITURBI Este fue el típico concierto que va de menos a más. La distancia entre las dos obras de Wagner que lo abrieron y cerraron fue enorme. El Idilio de Sigfrido se hizo interminable por la imposibilidad de engancharse al vuelo cantabile de ninguna melodía (quizá, a la nana en el oboe) ni diseño (quizá a la llamada del pájaro repetida en las maderas). En la obertura de Tannhäuser, en cambio, tras un arranque no del todo unánime, el pleno acierto en la elección del tempo propició un primer coro de peregrinos de cautivadora emoción precisamente por lo que tuvo de serena sin morosidad. En su regreso, la pizca de fuerza y decisión en los ataques de los violines no impidió que finalmente se lograra, siquiera fugazmente, el efecto carne de gallina. En memoria de José Iturbi, fallecido hace ahora veinticinco años, su discípulo Mario Monreal protagonizó los dos Conciertos de Liszt en el orden de su pri- mera composición (inverso al de su revisión y numeración) y separados por el descanso. También en ellos el tiempo mejoró el vino. El tiempo y la evidencia de que del por algo infrecuente nº 2 es mucho más difícil sacar partido interpretativo que de su mucho más célebre hermano. Desde luego, una pulsación tan seca como la del pianista saguntino es de lo que menos puede convenirle a un pasaje como el que al piano sin acompañamiento se reserva en la letra H de la partitura. Con bronquedad en los tutti a lo largo de todo él, algunos momentos no muy limpios en el teclado (transición al tercer tema del Allegro marziale) y otros de desajuste entre solista y acompañamiento (en la segunda variación del Allegretto vivace costó toda una frase ponerse de acuerdo), el Primero salió al menos mejor enhebrado y con intención expresiva más clara y distinta. Alfredo Brotons Muñoz 45 ACTUALIDAD Excelente Onegin en lo musical y arbitraria propuesta escénica EN VERANO Y EN INVIERNO CON SILLAS DE PLÁSTICO Monika Ritterhaus Komische Oper. 22-V-2005. Chaikovski, Evgeni Onegin. Gabriel Suovanen, Matthias Klink, Sinéad Mulhern, Caren van Oijen, Gertrud Ottenthal, Diane Pilcher, Christoph Späth, James Creswell. Director musical: Kirill Petrenko. Director de escena: Andreas Homoki. Decorados: Hartmut Meyer. Vestuario: Mechthild Seipel. Diane Pilcher y Gertrud Ottenthal en Evgeni Onegin de Chaikovski en la Komische Oper de Berlín Ya antes del comienzo de la representación, el escenario que Hartmut Meyer ha decorado como una sala de espera con sillas de plástico en colores claros y oscuros, se anima con personas de todas las edades y clases sociales, que van y vienen durante toda la función — deprisa o cansados, buscando o indiferentes, nerviosos o aburridos. Entre ellos está Tatiana, que lee un libro, pero prefiere oír música en una cassette. Un anuncio en luces de neón colgado en la pared del fondo indica en ruso la palabra “verano”; después pondrá “invierno”, sin que esto se distinga en los trajes de Mechthild Seipel. Andreas Homoki convierte las escenas privadas e intimistas en momentos públicos, lo cual es una lástima, porque cuando se concentra en los personajes y sus conflictos es cuando BERLÍN INTERNACIONAL ACTUALIDAD AUSTRIA / BÉLGICA 46 mejor funciona la producción. Hay momentos en que el director de escena utiliza la música para sus propias ideas, como la brillante polonesa en la que Onegin, después del suicidio de Lenski, trata de matarse jugando a la ruleta rusa, pero apunta hacia todos los demás como un poseso y finalmente dispara en el aire. Al frente de la orquesta del teatro, Kirill Petrenko subrayó esta lectura con unos acentos sorprendentemente duros y violentos, pero siempre llenos de tensión y de intensidad. Gabriel Suovanen, primero con vaqueros y zapatillas de deporte, y luego con abrigo blanco y gafas de sol, encarnó a un protagonista poco simpático que, sin embargo, resultaba atractivo por su arrogancia y su cinismo, además de por el bello timbre y los apasionados acentos que supo darle el baríto- no finlandés en el dúo final. Su amigo Lenski, que el tenor Matthias Klink cantó con refinamiento pero también con el suficiente carácter en sus arrebatos, mostró con su encantadora presencia un fuerte contraste con él. La Tatiana de Sinéad Mulhern fue el centro de la representación, con una voz delicada y juvenil que, sin embargo, al final de la obra encontró evidentes limitaciones. Por el contrario, Caren van Oijen dio un aire excesivamente maduro a su hermana Olga. Gertrud Ottenthal fue una Larina apropiadamente distinguida, y Diane Pilcher una doliente nodriza Filipievna. Christoph Späth dijo los cuplés de Triquet con gracia, pero sin demasiado carácter. James Creswell cantó la célebre aria de Gremin con hermoso color. Bernd Hoppe ACTUALIDAD ALEMANIA Mujeres barrocas LA SEÑORA MÚSICA Terpsicore de Haendel — prólogo a su ópera Il pastor fido. El acertado decorado de Christiane Reikow mostró, a modo de encantador guiño al lugar de la representación, una alameda del parque de Sanssouci con el Templete de las Musas y el Nuevo Palacio al fondo, y los trajes de color crema de Marie-Anne Chiment y Marilyn Skow completaron adecuadamente el entorno. La bailarina Caroline Copeland consiguió cautivar al público con el personaje creado para la célebre Maria Sallé, a la que la mezzo Ann Hallenberg aportó su pastosa voz y admirable estilo. Al igual que ella, también Roberta Invernizzi como Erato llevaba un rico traje alegórico, y cantó con flexibilidad pero también con cierta rigidez en el agudo. J.C. SPINOSI El motto del Festival de Potsdam-Sanssouci de este año rezaba: Artista, musa, mecenas —mujeres y música, por lo que era natural que —junto a la aclamada reposición de La fida ninfa de Vivaldi— la principal producción estuviese dedicada a una compositora, Corona Schröter, y su Singspiel sobre texto de Goethe La pescadora, estrenado en 1782 en Tiefurt, cerca de Weimar. Allí se reunían los aficionados de la corte de la Duquesa Anna Amalia de Sajonia-Weimar para representar piezas ligeras en alemán como alternativa a la dominante (y costosa) ópera italiana. En estos espectáculos al aire libre, la naturaleza, con sus jardines, bosques y juegos de agua, constituía una parte de la función. Dörtchen, la hija del pescador, gasta a su padre y a su novio Niklas una broma pesada, al esconderse en el bosque y hacerles creer que se ha ahogado. La ingenua acción fue realizada con esmero por Johannes Zametzer ante el portal egipcio del Nuevo Jardín. Ulrike Staudte dio a la protagonista un aire emancipado y tonos melancólicos. Niklas estuvo elegantemente cantado por Markus Schäfer, y Ekkehard Abele aportó un atractivo timbre al padre. La música, de agradable melodismo, estuvo interpretada de manera contrastada por Christine Schornsheim al Hammerflügel, aunque la guitarra de Michael Freimuth encontró problemas para hacerse oír. De particular encanto fue la producción Prima ballerinas del Barroco en el Teatro del Palacio, donde canto y danza se unieron en una incomparable velada galante. La New York Baroque Dance Company, que dirige Catherine Turocy, fue una garantía de autenticidad. El punto culminante fue Isabelle Levy POTSDAM Festival de Música Potsdam-Sanssouci. 10/26-VI-2005. Wolfgang Katschner y su Lautten Compagney Berlin acompañaron con ligereza esta velada única. En la sesión celebrada en la Orangerie con el título Donne barocche, pudimos descubrir al conjunto Bizzarrie Armoniche dirigido por Elena Russo. Roberta Inver- nizzi, con una voz que se ha oscurecido y ganado cuerpo, brilló en composiciones de Barbara Strozzi y Antonia Bembo Padovani dichas con expresivo pathos. El grupo interpretó además deliciosas piezas de Elisabeth-Claude Jacquet de la Guerre e Isabella Leonarda. En el concierto Tragédiennes fueron presentadas las grandes heroínas de la tragédie lyrique. con una agrupación de la categoría de Les Talens Lyriques dirigido por Christophe Rousset, y la soprano Salomé Haller como experimentada solista, en monólogos de Armide (Lully), Hippolyte et Aricie y Castor et Pollux (Rameau), Zaide (Royer), Isbé (Mondonville) y Scylla et Glaucus (Leclair). Pudimos escuchar rarezas vocales en el concierto Wilhelmina de Prusia como mecenas en la Sala de Palmeras del Jardín Nuevo, con la mezzosoprano Franciska Dukel y el conjunto holandés ’T Uitnement Kabinet, un grupo de buen criterio estilístico, en el que sonaron la obertura de la ópera de Antonio Sacchini Edipe a Colone, la cantata de Johann Gottlieb Graun O Dio fileno y la gran escena de Medea in Colchide de Johann Gottlieb Naumann, entre otras. Como era de esperar, el programa Las rivales de los castrati supuso la cima del Festival. La renombrada cantante canadiense Marie-Nicole Lemieux pudo lucirse en arias de Haendel y Vivaldi escritas para las mejores divas de la época. Al frente del Ensemble Matheus, JeanChristophe Spinosi dirigió con irresistible tensión y una riqueza de contrastes llevada al extremo. La solista, por su parte, es dueña de una auténtica voz de contralto de cálidas resonancias y singular timbre. Bernd Hoppe 47 ACTUALIDAD AUSTRIA Harnoncourt dirige a Bizet EL VOLCÁN DE LAS PASIONES Helmut-List-Halle. 1-VII-2005. Bizet, Carmen. Nora Gubisch, Kurt Streit, Arpiné Rahdjian, Egils Silins, Eva Libau, Hermine Haselböck, Rudolf Hartmann, Georg Nigl, Bernhard Berchtold, Michel Ogier. Coro Arnold Schoenberg. Coro de Niños Grazer Keplerspatzen. Orquesta de Cámara de Europa. Director musical: Nikolaus Harnoncourt. Directora de escena: Andrea Breth. Decorados: Annette Murschetz. 48 Werner Kmetitsch GRAZ Aunque pueda parecer increíble, el estreno en 1875 de la última ópera de Bizet, Carmen, fue un fracaso. Una de las obras más representadas después, más populares y vulgarizadas —desde fondos de anuncios de coches hasta sintonías de móviles— se estrelló contra los gustos de la burguesía biempensante del siglo XIX, llenando de amargura a su autor, que moría prematuramente tres meses más tarde. De Nikolaus Harnoncourt cabía esperar algo nuevo. Y de repente, Carmen suena con una profundidad, un sentido trágico, una brutalidad, incluso con unas reminiscencias africanas en ocasiones, y un lirismo inéditos. Harnoncourt, junto a la directora de escena Andrea Breth, no sólo recupera la versión original con los diálogos, sino la esencia de una ópera que consideran un volcán en permanente ebullición, revolucionaria tanto desde el punto de vista musical como escénico. De su lectura emerge una obra insólita, una Carmen despiadada, cruel, fantasmagórica, cargada de una simbología ligada a la pasión, los celos, la violencia como esencia del ser humano, tanto en sus relaciones personales como en su actitud colectiva. El montaje sitúa la acción en una cárcel franquista. Sobre el escenario se presentan simultáneamente diversos cuadros merced a un sistema de paneles que mantienen el espacio en permanente movimiento. El gris y la desnudez del decorado crean una atmósfera opresiva, en la que son los marginados de la época actual los que cobran voz para enfrentarse al poder Nora Gubisch y Kurt Streit en Carmen de Bizet implacable y cruel que, en aras de un supuesto “orden mundial”, somete a los débiles a las mayores vejaciones. Las imágenes de torturas, violaciones, machismo, racismo, desplazados y hambrientos son constantes. Así, el personaje de Carmen deja de ser el eje central sobre el que gira la acción —una Carmen encinta, que más parece una punky gamberra y que, pese a los esfuerzos de Nora Gubisch no desprende ningún erotismo ni logra resultar convincente como salvaje transgresora aun con su sugerente voz—, para poner el énfasis en lo coral. Para ello, Harnoncourt cuenta con la inapreciable colaboración del expresivo y torrencial Coro Arnold Schoenberg y el angelical Coro de niños de Graz, acompañados por una Orquesta de Cámara de Europa entregada al maestro, y cuyo protagonismo se incrementa al situar a los músicos a la misma altura que el escenario. Crece asimismo el personaje de Don José, en gran parte por la gran capacidad dramática y los sugerentes registros vocales de Kurt Streit. El tenor americano perfila a un hombre desgarrado por la pasión, atónito ante sus propias reacciones, escindido y contradictorio. Un hombre que no puede superar su complejo de Edipo y que pierde toda capacidad de gobernar su existencia humillándose hasta la muerte. El único personaje que parece poseer un sentimiento de pureza y trascendencia más espiritual es Micaela, a quien encarna una Arpiné Rahdjian también inspirada. Con un predominio del color gris salpicado por las manchas del rojo cuando la tensión pasional o animal crecen, en imágenes de una gran plasticidad y constantes referen- cias a la pintura de Goya o el surrealismo de Buñuel — desde los fusilamientos hasta el toro descuartizado—, esta lectura político-psicoanalítica nos recuerda constantemente que el siglo XX ha sido uno de los más sangrientos y que el ser humano no parece haber mejorado nada a lo largo de su historia. Y nos muestra a unos personajes que persiguen el amor en una cadena trágica de permanentes desencuentros. Una visión tan actual y original de Carmen se merecía un marco adecuado. Y la Helmut-List-Halle se convirtió en una convincente prolongación de la escena, pues es un antiguo edificio industrial recuperado como espacio multifuncional dedicado a espectáculos artísticos, con un diseño high-tech de frío cristal y estructuras de acero. Con esta brillante y reveladora versión de Carmen se iniciaba Styriarte, el festival que nació en 1985 con la intención de estrechar los lazos de Harnoncourt con Graz, la ciudad de su infancia y que, bajo su mirada presenta siempre una original y sugerente programación. Dedicada cada una de sus ediciones a un tema, se ha centrado en esta ocasión en la sensualidad. Y para ampliar la visión sobre el mito de Carmen, en el Museo Joanneum de una de las ciudades más encantadoras de Austria, se mostraba la exposición Miradas sobre Carmen, con cuadros, dibujos y fotografías —desde Manet a Picasso, desde Goya a Nadar—, una aproximación histórica al personaje que durante 160 años ha inspirado a pintores, músicos y escritores y que, por su ambigüedad, sigue resultando tan fascinante. Ruth Zauner X CICLO Los de Siglos Oro Bajo la presidencia de honor de SS. MM. Los Reyes EL NUEVO ESTILO ITALIANO Centenarios de Corselli, Boccherini y Farinelli Otoño 11 12 14 24 de septiembre, sábado 20.00 horas ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA MONICA HUGUETT, dirección Francesco Corselli: Il cuoco o Il marchese del Bosco FRANÇOISE LENGÈLLE, clave Domenico Scarlatti: Sonatas K 199, 99, 100, 106, 107, 445, 41, 45, 181, 343, 212, 439, 440, 441, 93, 425, 414 y 416 PATIO DE BORBONES, PALACIO REAL DE EL PARDO REAL MONASTERIO DE LA ENCARNACIÓN Pza. de la Encarnación, s/n. Madrid 19 de octubre, miércoles 20.00 horas 15 CAMERATA ANXANUM MARÍA JOSÉ MORENO, soprano MASSIMO SPADANO, dirección Luigi Boccherini: Arias Académicas II 1 de diciembre, jueves 20.00 horas LYRA BAROQUE ORCHESTRA RAFFAELLA MILANESI, soprano JACQUES OGG, dirección Luigi Boccherini: Arias de La Clementina, Escena Inés de Castro, Concierto para clave, Sinfonía nº4 en re mayor La casa del Diavolo CAPILLA DEL PALACIO REAL DE EL PARDO 13 12 de noviembre, sábado 20.00 horas 29 de octubre, sábado 20.00 horas GRAN ANFITEATRO, COLEGIO DE MÉDICOS DE MADRID C/ Santa Isabel, 51. Madrid IAGOBA FANLO, violonchelo PEDRO GADELHA, contrabajo Luigi Boccherini: Sonatas para violonchelo y bajo G 4 y 17, y nº26 Domingo Porretti: Sonata en re mayor para violonchelo y bajo REAL CONSERVATORIO SUPERIOR DE MÚSICA C/ Doctor Mata, 2. Madrid RESERVA Y VENTA DE ABONOS Y LOCALIDADES Se podrán adquirir ininterrumpidamente desde el día 12 de septiembre hasta el 16 de septiembre en horario de 8.00 a 24.00 horas. Precio del abono: 48 euros. Las localidades que hayan quedado sin vender por el sistema de abono se podrán adquirir durante los 5 días naturales anteriores a cada concierto en horario de 8.00 a 24.00 horas. Precio de las localidades: 12 euros. Nota importante: Todos los programas, fechas e intérpretes de la X edición del Ciclo Los Siglos de Oro son susceptibles de modificación. VENTA TELEFÓNICA 902 226 822 ACTUALIDAD FRANCIA Festival Internacional de Arte Lírico EL REGRESO DE CHÉREAU 8/11-VII-2005. Boesmans, Julie. Mozart, Così fan tutte. Mozart, La clemenza di Tito. Britten, The turn of the screw. Rossini, Il barbiere di Siviglia. 50 Elisabeth Carecchio AIX-EN-PROVENCE De poner en una balanza las cinco producciones operísticas que han conformado la oferta del Festival que dirige Stephan Lissner, ganarían las luces sobre las sombras de goleada, no obstante haberse percibido algunas notas discordantes, achacables a la tal vez menor presencia durante su gestación de Lissner, absorto en el diseño de la propuesta con que defender su nombramiento como superhombre del Teatro alla Scala milanés. Así se entendería la dudosa elección de voces para el Barbero de Sevilla, una opción de montaje tan barato como eficaz con la que se pretende llegar a un gran número de espectadores, y la producción al completo de La clemenza di Tito: un parche para salir del paso encomendando el cometido escénico a Lukas Hemleb y el musical a Paul Daniel. En la obra de Rossini chocó ante todo la falta de entidad vocal de Luigi Petroni para defender al Conde de Almaviva, frente a un reparto sueco-italiano que supo defender su trabajo a las órdenes del debutante en plaza Daniele Gatti; en la Clemenza, Daniel salvó como pudo la rica partitura mozartiana frente a un desigual reparto encabezado (descabezado mejor) en torno al tenor croata Kresimir Spicer, como el protagonista que da título a la ópera. Una elección que ha acabado acusando recibo a una negativa factura de la crítica. La contrapartida había pasado por el mismo escenario del patio arzobispal un día antes con otro Mozart: el Così fan tutte con que Patrice Chéreau regresa a la ópera después de una década larga entregado al cine como primera dedicación. Producción hermética en cuanto a planteamiento, impecable en las Escenas de La clemenza di Tito (arriba) y El barbero de Sevilla en el Festival de Aix soluciones de escena y vestuario, y con matrícula de honor en la dirección actoral de Chéreau con la doble joven pareja de bisoños amantes: Erin Wall y Elina Garanca como Fiordiligi /Dorabella y Stèphane Degout y Shawn Mathey como Guglielmo/Ferrando. Con ellos, dos veteranos de mejor hacer que cantar: Ruggero Raimondi bordando un espectacular Don Alfonso y Barbara Bonney en una Despina poco digerible por su dificultosa pronunciación del italiano. Más coherente en líneas generales resultó la programación de ese minúsculo joyero del Théâtre du Jeu du Pomme con dos producciones —Julie y The turn of the screw— refrendadas por el mismo equipo rector: Kazushi Ono en el foso y Luc Bondy al tanto de la escena. Para el estreno en Aix del título de Philippe Boessmans, encargo del Festival —coproducido con el Teatro de la Monnaie de Bruselas, donde conoció su estreno absoluto en marzo, y las Festwochen de Viena— se ha contado con el mismo joven y eficaz elenco de la première, llevada al disco: la mezzo Malena Ernman, la soprano Kerstin Avermo y el tenor Garry Magee. En el título de Britten, para el que se ha recuperado la producción de 2001, el bien ajustado tándem ha afinado también a la hora de cerrar elenco, restituyendo a Mireille Delunsch el brillo un tanto oscurecido por una Traviata de la edición 2004 de este mismo festival. Y es que la carga dramática que el tiempo ha acumulado en las cuerdas de la soprano, se ajusta mejor a la fuerza de la gobernanta inspirada en la obra de James que a la frágil Violeta. Con ella, unos compañeros de excepción: desde el prologuista Olivier Dumait a la Señorita Jessel de Marie McLaughlin pasando por la perversa pareja de retornantes compuesta por Hanna Schaer y Marlin Miller, sin olvidar la cuidada pulcritud en presencia y dicción de los niños Alan Bermann y Fleur Todd. Juan Antonio Llorente ACTUALIDAD FRANCIA Primer montaje nuevo de la era Mortier ELEKTRA LAVA MÁS BLANCO Opéra Bastille. 18-VI-2005. Strauss, Elektra. Deborah Polaski, Felicity Palmer, Eva Maria Westbroek, Markus Brück, Jerry Hadley. Orquesta y Coro de la Ópera Nacional de París. Director musical: Christoph von Dohnányi. Director de escena: Matthias Hartmann. Decorados: Jan Versweyveld. PARÍS Única producción inédita en esta primera temporada de la era Mortier, la Elektra straussiana según Matthias Hartmann, que debutaba en la Ópera de París, ha suscitado vivas reacciones del público, que ha apreciado escasamente una escenografía de Jan Versweyveld que cede a los gustos de hoy. Ambientado en sombríos locales industriales, el drama de los átridas se desarrolla entre un hangar negro con tres niveles y una lavandería empañada donde discuten las sirvientes, que arreglan sus cuentas a una de ellas, cubierta con un velo islámico. Una vitrina con la armadura de Agamenón domina en medio de un siniestro sótano delimitado por esas cintas amarillas con las que la policía rodea el lugar de un crimen; en el proscenio, una pasarela metálica por la que Electra surge de entre el público. Así, el sucesor de Christoph Marthaler en la Schauspielhaus de Zúrich y su decorador desarrollan la acción en tres planos: antro de Agamenón, planta baja de Electra, piso de Clitemnestra. Por el contrario, en el aspecto musical, se alcanza casi la perfección. Destaca ante todo la sobresaliente prestación vocal y escénica de Deborah Polaski, que realiza una princesa sobrecogedora. Actriz consumada, ebria de venganza, la can- a cumplir, al tiempo que Jerry Hadley encarna un Egisto incoloro. El foso reencontraba para la ocasión a Christoph von Dohnányi que, por razones de salud, tuvo que anular la reposición de Arabella en mayo en el Châtelet. El director berlinés, que hoy conoce a Strauss mejor que nadie, otorga a la partitura la transparencia de una orquesta de cámara, sin tapar nunca los voces y desplegando una dinámica extraordinaria que exige en grado sumo la elasticidad de una orquesta atenta a la menor inflexión de su dirección vibrante y rigurosa. tante americana despliega, sin desfallecer, coraje y energía en un papel agotador; la plasticidad de su canto hace olvidar fácilmente unos agudos a veces duros e inestables. Su Electra emociona en la escena del reconocimiento de Orestes. Con rasgos de estrella neurótica y decadente Felicity Palmer es una excepcional Clitemnestra de altanera elegancia; con su voz gutural la mezzo británica sirve admirablemente el suntuoso texto de Hofmannsthal. Eva Maria Westbroek, con agudos de bronce, es una Crisotemis llena de vida y Markus Brück un Orestes aterrorizado por la misión demasiado pesada que está condenado Bruno Serrou El Capitolio de Toulouse visita París MEDEA ANTONACCI C 52 omo cada año por esta época desde la llegada de Jean-Pierre Brossmann, el Châtelet acoge a un teatro francés de provincias; esta vez ha sido el Capitolio de Toulouse. Anna Caterina Antonacci acepta el desafío y convence por su brío. Actriz sobresaliente de voz excepcional, confirma tras su formidable Casandra de Los troyanos — que la reveló al público parisino en este mismo escenario— su capacidad para abordar grandes papeles dramáticos. Sobria, ardiente y de musicalidad irreprochable, la italiana encarna una Medea de gran credibilidad, apropiándose de este personaje terrorífico y, sin embargo, trágicamente humano, con su canto apasionado y la exactitud de su gesto. Está además muy bien rodeada por Annamaria dell’Oste que, con su voz redonda magnificada por una límpida emisión, realiza una emocionante Glaucis, y Sara Mingardo, Neris de timbre cálidamente tornasolado. Frente a tanto brillo femenino, el Jasón de Giuseppe Gipali palidece; con una bella voz de bajo, Giorgio Giuseppini seduce como Creonte. Poderoso, claro y ágil, el coro — cuya presencia es primordial— sólo suscita elogios. En el foso, Evelino Pidò decepciona; con gestos excesivamente nerviosos el director italiano precipita los tempi, lo que ocasiona algunas imprecisiones en la orquesta y desajustes entre foso y escenario. En la puesta en escena y la escenografía firmadas por Patrice Nin París. Théâtre du Châtelet. 1-VII-2005. Cherubini, Medea. Anna Caterina Antonacci, Giuseppe Gipali, Annamaria dell’Oste, Giorgio Giuseppini, Sara Mingardo. Coro y Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse. Director musical: Evelino Pidò. Director de escena, decorados y vestuario: Yannis Kokkos. Anna Caterina Antonacci en Medea Yannis Kokkos la esperada elegancia está muy presente, como el escenario sobreelevado que fuga hacia atrás, en donde la matricida inten- tará sustraerse a sus crímenes cuando cae el telón, los colores dominantes blancos y negros y los planos asimétricos. Ciertas escenas resultan demasiado grandilocuentes, como el desfile de antorchas y la exposición de la túnica bordada sobre la que se deshojan rosas rojas. Sin embargo, otras evocaciones son de gran belleza, sobre todo el mascarón de proa crisolefantino de Argos, la utilización del espacio en la escena de la boda o la pertinencia de la que precede al doble infanticidio en que Neris se tiende junto a Medea, esbozando una caricia. Pero la dirección de actores es problemática: los cantantes parecen abandonados a sí mismos. Bruno Serrou ACTUALIDAD FRANCIA Puccini desacostumbrado KATIE SALVÓ A LA GOLONDRINA París. Théâtre du Châtelet. 7-VII-2005. Puccini, La rondine. Katie Van Kooten, Annamaria dell’Orte, Giuseppe Filianoti, Marius Brenciu, Alberto Rinaldi, Frédéric Caton. Coro y Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse. Director musical: Marco Armiliato. Director escénico: Nicolas Joël. Decorados: Ezio Frigerio. Vestuario: Franca Squarciapino. M.N.Robert N icolas Joël retoma en París —a los dos meses de Toulouse— su segunda puesta en escena de esta commedia lirica que ya había realizado en 2002 para el Covent Garden con decorados art déco de Ezio Frigerio. En esta producción de buen gusto para una obra en medias tintas, la dirección de actores es ágil y el vestuario concuerda con los bailes evocados por Puccini. El decorado art nouveau de Ezio Frigerio, las pinturas murales y los brillantes figurines de Franca Squarciapino —con vestidos que alían la austeridad de la forma y la exuberancia de la ornamentación— restituyen un París elegante, superficial y burlón para esta Traviata de los años 20 que, en lugar de Escena de La rondine de Puccini en el Teatro de Châtelet morir, se contenta con regresar a su mundo de lujo y vanidades. El equilibrio es la primera cualidad del reparto vocal. En paralelo a su conmovedora Glaucis de Medea, Annamaria dell’Oste realiza una mordaz Lisette —a veces al borde de la vulgaridad— que forma un impetuoso dúo jun- to a Marius Brenciu. Si el Rambaldo de Alberto Rinaldi es sólo discreto, al Ruggero del joven tenor italiano Giuseppe Filianoti, aunque muy correcto, le falta carisma para este rol, ciertamente algo insulso; en su debut parisino no logra hacer olvidar al inicialmente previsto Roberto Alagna. Indispuesta, Angela Gheorghiu —para la que el espectáculo se había montado— fue reemplazada la noche del estreno por Inva Mula, que lo cantó en Toulouse el pasado marzo; pero, a su vez, ésta tuvo que ceder su puesto el 7 de julio a Katie Van Kooten que había debutado en el Covent Garden con veinticinco años en el mismo papel, el 23 de noviembre último, como sustituta de Gheorghiu. La joven cantante recién salida de la Guildhall School se impuso inmediatamente por su sinceridad y su voz brillante y clara. Al frente de la Orquesta del Capitolio, Marco Armiliato se entregó con entusiasmo a las tiernas efusiones de la partitura. Bruno Serrou Un espectáculo sobre Shostakovich UN CUARTETO CONTRA EL RUIDO DEL TIEMPO París. Palais Garnier. 23-VI-2005. Shostakovich, The Noise of Time (Cuarteto de cuerda n° 15, op. 144). Geir Hytten, Liam Steel, Tam Ward, Ewan Wardrop. The Emerson String Quartet. Concepción y puesta en escena: Simon McBurney. Decorados: Joanna Parker. Vestuario: Christina Cunningham. Iluminación: Paul Anderson. A l margen del repertorio lírico la Ópera de París, bajo la dirección de Gérard Mortier, ha tomado la determinación de abrir sus puertas a nuevas formas de expresión: The Noise of Time (El ruido del tiempo) es el parangón. Concebido por Simon McBurney y encargado por el Lincoln Center for the Performing Arts, el Barbican Center y el Berliner Festspiele, entre otros, este espectáculo híbrido ha visto la luz al otro lado del Atlántico. Evoca la vida del compositor ruso Dimitri Shostakovich que fue, a lo largo de toda su existencia, saludado como un genio en el mundo musical al tiempo que era condenado por el régimen soviético. La producción es fruto de la colaboración entre el Théâtre Complicité de Simon McBurney y el Cuarteto Emerson, de cuyo primer violín, Philip Setzer, partió la idea. Los músicos, precedidos de cuatro actores, interpretan de memoria el Decimoquinto Cuarteto de Shostakovich, obra particularmente dramática, con seis movimientos lentos encadenados. En la primera parte los actores presentan, ante proyecciones de imágenes del compositor montadas por Jan Hartley, diversos aspectos de su biografía mientras que, en la segunda parte, los músicos tocan su último cuarteto. Aparecen resumidas las etapas de la vida de Shostakovich (1906-1975), siempre en disputas con el aparato político de su país —que le acusaba de componer una música alejada de la línea de la sociedad soviética, en especial su ópera Lady Macbeth del distrito de Mzensk, juzgada inmoral— y en desacuerdo con los valores preconizados por el poder. Su adhesión al Partido Comunista, al final de los años 50, será tanto más sorprendente. Los cuartetos de cuerda constituirán para el músico un refugio de las presiones de la vida pública. Este espectáculo de ochenta minutos vuelve sobre algunos de los episodios más conocidos de la biografía del compositor, del que el mundo se dispone a celebrar el centenario de su nacimiento —que amenaza verse afectado por el 250 aniversario de Mozart—, subrayando la visión victimista que, con razón o sin ella, caracteriza sistemáticamente al músico ruso desde su muerte hace treinta años. Es cierto que el entorno político y social pesó fuertemente sobre la creación musical de Shostakovich, como también fue el caso para la mayoría de los artistas que vivieron muy próximos a las dictaduras de su tiempo. Hay que destacar, no obstante, la interpretación del Cuarteto Emerson, que manifiesta una poderosa afinidad con esta música que tocan a la vez con profundidad y pudor. Bruno Serrou 53 ACTUALIDAD HOLANDA Una ópera la Zuidam sobre la reina Juana LA RESURRECCIÓN DEL FESTIVAL DE HOLANDA 54 El famoso Festival de Holanda entró en un período de decadencia en las últimas décadas cuando varios de sus directores artísticos parecían únicamente interesados en promocionar el “arte nuevo”. El resultado fue que tanto el público como el gobierno mostraron tanto desinterés que parecía que el festival iba a desaparecer, luego llegó el director de escena flamenco Ivo van Hove que lo dio la vuelta, transformándolo en un festival de teatro dramático. Desterró casi toda la música sinfónica y la ópera, y la Orquesta del Royal Concertgebouw dejó de tocar en él. Cuando Pierre Audi, director artístico de la Ópera de los Países Bajos, aceptó el mismo cargo en el Festival de Holanda parecía que el festival iba a recobrar parte de su vieja gloria. Y ciertamente, el primer verano que Audi se dedicó a los dos trabajos el Festival de Holanda resultó ser un éxito. Audi rescató la música y la ópera y los programas mostraron una combinación de buen gusto y fantasía que debe ser el distintivo de todos los directores de festivales. A pesar de que la producción de la Ópera de los Países Bajos de El amor de las tres naranjas de Prokofiev (reseñada el mes pasado) no representara uno de los momentos culminantes, las otras producciones fueron magníficas. Se inauguró el festival el 4 de junio con una producción en una versión semiescenificada —obra de Audi mismo— de L’amour de loin de Kaija Saariaho. Una sobria puesta en escena en el novísimo Muziekgebouw (Edificio de la música) realzó las magnificas interpretaciones del conjunto de la Ópera Nacional Finlandés, y Hans Hijmering AMSTERDAM Festival de Holanda. 4/17-VI. Saariaho, L’amour de loin. Ópera Nacional Finlandesa. Directora musical: Susanna Mälkki. Berg, Wozzeck, Lulu. Ópera de Hamburgo. Director musical: Ingo Metzmacher. Zuidam, Rage d’amour. Ópera de los Países Bajos. Director musical: Reinbert de Leeuw. Claron McFadden, YoungHee Kim y Barbara Hannigan en Rage d'amours de Rob Zuidam la producción mostró más vigor que la original que presentó Peter Sellars en Salzburgo. (Pero de nuevo tuve la sensación de que hace falta hacer algunos cortes en los últimos veinte minutos de la obra). Ocupó casi toda la segunda semana de junio la Ópera de Hamburgo dirigida por Ingo Metzmacher, que a partir de la próxima temporada dejará Hamburgo para llevar la batuta de la Ópera de los Países Bajos. Para un publico acostumbrado al “sistema stagione”, Metzmacher demostró las ventajas de la “cultura del conjunto” con dos producciones de Peter Konwitschny de óperas de Alban Berg. Las soberbias interpretaciones tanto en Wozzeck como en Lulu de algunos cantantes con papeles más pequeños pero que estuvieron en el escenario durante todas las representaciones fueron aún más impresionantes que la asombrosa Lulu que cantó Marlis Petersen, el Wozzeck de Hannu Niemelä o la Marie de Kristine Ciesinski (Marie), entre otros. Este Wozzeck tenía como idea fundamental la liquidación (literal y metafóricamente) de las personas por nuestra sociedad capitalista; sin embargo, era difícil entender qué tenía que ver este concepto de Konwitschny con el libreto y la música. En Lulu el director de escena fue aún más lejos y en la última escena del segundo acto se ve a Lulu convertida en una enfermera en una clínica psiquiátrica en la que todos los demás son enfermos. La producción se divide en dos partes diferentes sin mucha relación entre sí. El interés de Audi por la música contemporánea quedó patente en varios proyectos con música de Pierre Boulez, Claude Vivier y otros, pero también en una nueva ópera de Rob Zuidam, estrenada el 17 de junio, que es una coproducción de la Ópera de los Países Bajos y el Festival de Holanda. Esta Rage d’amour, cuyo libreto (en latín, francés medieval y castellano), obra del propio compositor, cuenta el amor de Juana la Loca por su marido y el viaje que hace ella por España con su cadáver. Aun- que la obra sólo dura una hora, conmueve al espectador con su combinación shakespeareana de emociones y acontecimientos con unas escenas de “gente sencilla” (hay una gran escena con música folclórica española en la que Hillary Summers, en el papel de la lavandera, de Juana canta su magnífico solo). Zuidam ha logrado profundizar el carácter trágico de Juana al repartir su papel entre tres cantantes: Claron McFaddon representa a Juana, la amante carnal de su marido; Barbara Hannigan, la espiritual; y Young Hee Kim, la perturbada reina que no es capaz de separarse del cadáver de Felipe. Junto con los otros solistas, el Asko/Schoenberg Ensemble y el director musical Reinbert de Leeuw hicieron de esta ópera breve una experiencia emotiva. La puesta en escena de Guy Cassiers nos mostró a un escenógrafo moderno que sabe “contar una historia”, y lo hace de tal forma que eleva la música a un plano superior. Paul Korenhof ACTUALIDAD GRAN BRETAÑA Nuevos valores: Danielle de Niese y Christophe Dumaux REVELACIÓN GLYNDEBOURNE La primera producción de Glyndebourne de Giulio Cesare, la tragicomedia de Haendel, fue saludada, y con mucha razón, con una tremenda ovación por parte del público. Tanto musical como visual y dramáticamente es una producción memorable. Y como se suele decir en el mundo del espectáculo, ha nacido una estrella. En el papel de Cleopatra, Danielle de Niese, la soprano estadounidense de veinticinco años que acaba de hacer su debut en Glyndebourne, se mostró erótica y descarada. Sabe bailar y menearse, y su voz, que todavía necesita refinarse un poco, es ágil y versátil, y llenó todo el teatro. La puesta en escena, fuertemente física, con decorados de Robert Jones e iluminada por Paule Constable, lleva la historia de amor de César y Cleopatra a la época, más o menos, de Kitchener y Omdurman, del Imperio y de los Orientalistas. Las severas columnas romanas contrastaban vigorosamente con los colores sensuales de las cortinas del palacio de Cleopatra. Aunque los motivos visuales eran eclécticos, la producción fue un conjunto sólido. A veces la coreografía podía parecer excesiva pero a pesar de su afectación, fue sofisticada y elegante. En el papel de Sesto, Angelika Kirchschlager, que interpretaba por primera vez a Haendel, cantó con impecable musicalidad y claridad emocional, a pesar de algunas inconsistencias tonales. Patricia Bardon como la ardiente Cornelia y Christopher Maltman como el elegantemente brutal Achilla se mostraron seguros, al igual que Sarah Connolly en el papel de César, aunque a veces sonó algo débil y no Mike Hoban Festival de Ópera. 3-VII-2005. Haendel, Giulio Cesare. Danielle de Niese, Angelika Kirchschlager, Sarah Connolly, Christophe Dumaux. Director musical: William Christie. Director de escena: David McVicar. Danielle de Niese en Giulio Cesare le ayudó nada tener que estar casi siempre en primer término del escenario. Artista de gran nobleza, Connolly aun no ha conseguido una interpretación inolvidable como la de Dame Janet Baker (que estaba regiamente entre el público) hace dos décadas. Pero aún hay tiempo. El joven contratenor francés Christophe Dumaux (n. 1979), destacó como Tolomeo; coqueto, atlético, cantó como un ángel mientras daba volteretas y bailaba. Con cantantes como Dumaux y de Niese, la ópera tiene un gran futuro. Pero fueron el director musical, el asombroso William Christie, y la Orquesta de la Age of Enlightenment, los que más elogios merecieron, aparte del grupo que estuvo en el escenario y el continuo, porque dotaron a esta música de una vida lustrosa y explosiva. En ocasiones la música sonó un tanto forzada y de vez en cuando precipitada, pero en conjunto hemos presenciado la revelación de un capítulo más en el libro de Christie sobre los misterios haendelianos. Fiona Maddocks 55 ACTUALIDAD ITALIA Nuevo montaje operístico de Nekrosius BORIS EN EL HORMIGUERO Mayo Musical Florentino. 17-VI-2005. Musorgski, Boris Godunov. Ferruccio Furlanetto, Philip Langridge, Vladimir Vaneev, Torsten Kerl, Julia Gertseva. Director musical: Semion Bichkov. Director de escena: Eimuntas Nekrosius. Pressphoto FLORENCIA La nueva producción de Boris Godunov del Mayo Musical Florentino ha sido un espectáculo de relieve excepcional desde todos los puntos de vista. Confrontándose con los timbres auténticos de la partitura original de Musorgski, Semion Bichkov exalta en Boris los colores sombríos, lívidos y alucinados con una intensidad y una profundidad de adhesión que son todavía más sugestivas en la relación que establecen con el espectáculo de Eimuntas Nekrosius, el gran hombre del teatro lituano, esperadísimo en su segunda dirección de una ópera (tras el Macbeth de Verdi montado en Florencia), siempre con la escena de su hijo Marius y con el vestuario de su esposa Nedezda Gultyaeva. Ni rastro de los fastos, de los esplendores ligados a la tradición o de las complacen- Philip Langridge y Ferruccio Furlanetto en Boris Godunov cias folclóricas en la escena y el vestuario: la alucinada visión de las condiciones existenciales opresivas y desesperadas y de las tétricas luchas por el poder en el trágico fresco de Musorgski queda sustraída a toda determinación realística temporal o ambiental, valiéndose a cambio de signos teatrales de fuerte carga simbólica. Un estrato negro y un cam- po de espigas en la parte más alta nos advierten que estamos bajo tierra, y al fondo se perfila un espacio irregular, que podríamos definir como las galerías de un hormiguero gigantesco o de una mina oprimente. El mismo diseño se reproduce en horizontal y en relieve sobre el escenario. En este espacio actúa cansinamente una humanidad atormentada, y la tragedia del pueblo ruso y de Boris se evocan con un espectáculo tan denso e intenso, con elementos de tal fuerza teatral, que es imposible intentar relacionar siquiera los muchísimos detalles significativos y geniales. No sólo la dirección de Bichkov, también el magnífico reparto ofrecieron una demostración coherente con la admirable producción. Ferruccio Furlanetto ha vuelto a interpretar Boris (que también ha cantado en Rusia) con una perspectiva intensamente interiorizada, atormentadísima; Philip Langridge (Suiski), Vladimir Vaneev (Pimen), Torsten Kerl (Grigori), Julia Gertseva (Marina), Valeri Alexeev (Rangoni), Vladimir Matorin (Varlaam), Francesca Franci (la tabernera) y todos los otros ofrecieron interpretaciones excelentes. Paolo Petazzi Un estreno italiano de Ibert UN CUENTECILLO MORAL Teatro Massimo. 18-VI-2005. Bartók, El castillo de Barbazul. Ibert, Perseo y Andrómeda. István Kovács, Valérie Condoluci, Andrea Meláth, Dmitry Korchak. Director musical: Jan Latham-Koenig. Director de escena: Lorenza Cantini. PALERMO El estreno italiano de Persée et Andromède de Ibert (junto al Castillo de Barbazul de Bartók) ha sido dirigida en el Teatro Massimo de Palermo por Jan Latham-Koenig, que acaba de ser nombrado director estable —inmediatamente después del sobreintendente Antonio Cognata y el director artístico Lorenzo Mariani—, quien propuso la casi desconocida pieza teatral de Ibert, una obra en dos actos brevísimos (40 minutos en total) que ya había dirigido y grabado en Estrasburgo. Fue compuesta en Roma (Ibert había ganado el Prix 56 de Rome) y fue estrenada en París sólo en 1929. Se trata de una de las Moralités légendaires de Laforgue (1887). Querido por el director cinematográfico Carmelo Bene (por su Un Hamlet menos), en el ámbito musical Laforgue ha interesado a Salvatore Sciarrino, que se inspiró en él muy libremente para su Lohengrin y para un Perseo e Andromeda más conocido en Italia que el de Ibert, con el que no tiene en común ni siquiera la historia, porque Sciarrino invierte el irónico final feliz ideado por el escritor. En Laforgue, Perseo, un imbécil pretencioso, es burlado por Andrómeda, que llora lágrimas de amor por el pobre monstruo muerto (con el que ha tenido una larga confianza) y así lo hace resucitar transformado en un príncipe bellísimo. Ibert escribió (sobre un modesto libreto de su cuñado) una operita de gran elegancia y magnífica factura, con deudas evidentes de Ravel y Debussy; pero sin plantearse el problema de transponer en música las geniales invenciones de Laforgue (lo que puede que fuese imposible). Quedan la fluida elegancia y un gusto genérico desenvuelto y divertido. No ha sido precisamente un acierto subrayar su fragilidad representándola tras una obra maestra como el Barbazul de Bartók, pero en Ibert la dirección musical de Latham-Koenig y la escénica de Lorenza Cantini fueron quizá más completamente convincentes, porque el Barbazul requiere del director una sutileza interpretativa más analítica. Bien las voces, con István Kovács, valioso ya como Monstruo ya como Barbazul; Andromeda era Valérie Condoluci; Judith, Andrea Meláth; Perseo, Dmitry Korchak. Paolo Petazzi ACTUALIDAD ITALIA Una obra maestra de Richard Strauss LA MUJER QUE FUE LAUREL VENECIA En la Alemania nazi, encerrado en el aislamiento del “exilio interior” y en la dedicación a los valores musicales y culturales de su mundo, Strauss regresó al mito clásico con Dafne, compuesta en 1937, una de sus obras maestras más raramente interpretadas de su manierismo tardío, y una de las propuestas más significativas de la temporada del Teatro veneciano de La Fenice. Con la voluntariosa mas no demasiado eficaz ayuda de Joseph Gregor (un histórico del teatro que le fue recomendado por Stefan Zweig cuando los nazis interrumpieron la feliz colaboración de ambos por ser éste judío). Strauss hace del mito de Dafne transformada en laurel una “tragedia bucólica”, donde, en la noche de la fiesta de Dioniso, la reticente protagonista es dispu- Michele Crosera Teatro La Fenice. 21-VI-2005. Strauss. Daphne. June Anderson, Scott Mac Allister, Roberto Saccà, Daniel Lewis Williams. Director musical: Stefan Anton Reck. Director de escena: Paul Curran. Escena de Dafne de Strauss en La Fenice de Venecia tada por el pastor Leucipo y el dios Apolo, que mata inútilmente al rival y arrepentido, pide él mismo la transformación de la amada. Y Dafne, después del insostenible encuentro con el dios, se disuelve en la naturaleza, en el todo, en la admirable conclusión que signa un vértice absoluto. Se encuentran en la partitura, aunque con discontinuidad, muchas otras sugestiones, ligadas tal vez a la reconsideración de situaciones wagnerianas (pero casi alejadas y empalidecidas), entre encantos pastorales y melancolías rarefactas, arcanos colores plateados y muelles tonos pasteles. Las infinitas sugestiones líricas de la parte de Dafne han encontrado una intérprete maravillosa en la soprano June Anderson, espléndida protagonista absoluta de un espectáculo con la dirección segura e inteligente de Stefan Anton Reck y un reparto de buen nivel de conjunto; citemos al menos a los tenores Scott Mac Allister (heroico Apolo) y Roberto Saccà (lírico Leucipo) y el cualificado Peneo de Daniel Lewis Williams. Una sobria discreción caracterizó la dirección escénica de Paul Curran y la escenografía de Kevin Knight, basada en una gran tarima de círculos concéntricos que al irrumpir los prodigios sobrenaturales se movían unos independientes de los otros. Menos convincente la fiesta nocturna de Dioniso, más en el interior de un espectáculo de limpia línea global. Paolo Petazzi Festival de los dos mundos LA OLVIDADA ÓPERA “ESPAÑOLA” DE HAENDEL Teatro Caio Melisso. 15-VII-2005. Haendel, Ferdinando, re di Castiglia. David Hansen, Cyrille Gersenhaber, Marianna Pizzolato, Max Emanuel Cencic. Il Complesso Barocco. Director musical: Alan Curtis. Director de escena: Jakob PeterMesser. Escenografía e iluminación: Markus Mayer. Vestuario: Sven Bindseil. SPOLETO El Festival de Spoleto ha llegado a su XLVIII edición, recayendo ahora la dirección artística en las manos de Francis Menotti. Ha sido una edición muy rica. Se celebró la apertura con la magia del Concierto en la plaza entre los chillidos de las golondrinas, cuando los últimos rayos de sol iluminan la fachada románica de la catedral: una escenografía grandiosa. El joven director finlandés Mikko Frank, a la cabeza de la Orquesta Nacional de Bélgica, dio una lectura innovadora y apasionada de la Sinfonía Patética de Chaikovski. El núcleo del festival fue la ópera en el delicioso teatrobombonera Caio Melisso: Ferdinando, re di Castiglia de Georg Friedrich Haendel. Una elección acertada, puesto que la intimidad de la sala se adapta bien al repertorio del XVIII. Alan Curtis, experto haendeliano, prosigue con el trabajo de redescubrimiento del sajón: regresa, o mejor llega por primera vez a la escena esta ópera de 1732, que por razones desconocidas —¿políticas?—, fue transformada en Sosarme, re di Media. Fernando, infante de Castilla, se casa con la hija del rey Dioniso de Portugal. Alfonso se rebela sediento de poder. El condestable Altomaro conspira para subir al poder a Sancho, hijo ilegítimo del rey. Pero todo acaba con el esperado final feliz. Predecible ambientación en una saga familiar tipo años treinta. Alan Curtis es un intérprete sensible, al que el Complesso Barocco siguió con docilidad. La interpretación funcionó al servicio de la expresión de los sentimientos: cadencias, ornamentos, todo ello extremadamente refinado. Brillaron Pizzolato, espléndida intérprete y voz de magnífico nivel, Cencic, de gran pathos, contralto de belleza refinada, suave en los melismas, extremadamente limpio en los embellecimientos. El joven contratenor australiano Hansen posee una hermosa coloratura pero le falta un poco de volumen. El resto, bien, pero no al mismo nivel. Luego, un concierto de Mariella Devia, técnicamente perfecta, pero que no emociona. Temirkanov y la Orquesta Filarmónica de San Petersburgo cerraron el Festival, con un programa un poco gastronómico de música rusa mas de gran sugestión. Esta ha sido tan sólo la punta del iceberg de un festival que ha regalado grandes emociones. Franco Soda 57 ACTUALIDAD MADRID SUIZA La ópera de Puccini abre el Festival de Zúrich ÍMPETU EN LA BUHARDILLA Opernhaus. 3-VII-2005. Puccini, La bohème. Cristina Gallardo-Domâs, Elena Mosuc, Marcello Giordani, Michael Volle, Cheyne Davidson, Laszlo Polgar. Director musical: Franz Welser-Möst. Director de escena: Philippe Sireuil. Decorados: Vincent Lemaire. Vestuario: Jorge Jara. ZÚRICH Marcello Viotti tendría que haber dirigido la contribución de la Opernhaus al Festival de Zúrich de este año. Pero la prematura muerte del maestro, muy vinculado a este escenario, lo ha hecho imposible, y estas representaciones de La bohème han estado dedicadas a su memoria. De manera generosa, el director principal del teatro, Franz Welser-Möst, ha cubierto su ausencia con una interpretación más enérgica que atmosférica de la partitura de Puccini. Evidentemen- te, la ópera italiana no es aún por completo su campo. No menos trepidante fue también el aspecto vocal, confiando a menudo más en el poderío que en el tono de conversación. Lo que sirvió ante todo para las escenas de los cuatro bohemios en su buhardilla, cuya turbulencia escénica influyó en el canto. Los tonos delicados y líricos de la emocionante Mimì de Cristina GallardoDomâs encontraron sólo ocasionalmente reflejo en su pareja, Marcello Giordani, quizá porque su luminoso Todo era miserable, y estaba limitado a unos cuantos objetos como una pequeña estufa —¡hace frío en este París! Sólo en dos ocasiones rompió esta atmósfera: en el cuadro II, la escena ante el Café Momus es presentada con la colorista y ruidosa agitación navideña; y al final, en la muerte de Mimi, las paredes se abren y puede verse un campo de tulipanes. Un toque kitsch que quería ser un homenaje al sentimentalismo. timbre pierde sustancia en el piano. También Elena Mosuc (Musetta) y Michael Volle (Marcello) se mostraron muy impetuosos, lo que garantizó mucha credibilidad a sus disputas… Por primera vez dirigía una producción en Zúrich el belga Philippe Sireuil. Se preocupó de reflejar con exactitud el realismo de la gente pobre, sin aditamentos exóticos ni el romanticismo de un falso Montmartre (dejándose influir claramente por la versión cinematográfica del tema por Aki Kaurismäki). Mario Gerteis Estreno absoluto de una ópera de HK Gruber ENTRE LA DIVERSIÓN Y EL ESCARNIO Zúrich. Opernhaus. 12-VI-2005. HK Gruber, Der Herr Nordwind. Oliver Widmer, Judith Schmid, Alexander Kaimbacher, Sandra Trattnig, Cornelia Kallisch, Volker Vogel. Director musical: HK Gruber. Director de escena: Michael Sturminger. Decorados y vestuario: Renate Martin/Andreas Donhauser. 58 Suzan- E n realidad, debía haber sido una ópera para niños —así constaba en el encargo del Centro Herbert von Karajan en Viena. Sin embargo, tratándose de HK Gruber podía esperarse otra cosa. El extravagante autor vienés, que nombra a Weill y Eisler entre sus modelos, fue en sus inicios un refrescante opositor frente a la rígida vanguardia de Darmstadt. Entretanto ha llegado la postmodernidad, con su mentalidad del “todo vale”, y el aguijón de Gruber pincha en hueso. La mezcla de estilos, a la que sirve con descaro, penetra agradablemente en el oído. Encontramos arias postrománticas, incursiones en el rap, canciones y —esto es importante— una ruidosa máquina de viento. HK Gruber narra un cuento que le ha dejado su amigo, el poeta del lenguaje austriaco H. C. Artmann, fallecido hace cinco años. La Alexander Kaimbacher y Oliver Widmer en Der Herr Nordwind fábula está basada en una historia transcurrida en la Toscana y ha sido aderezada con absurdos juegos de palabras. El severo Herr Nordwind (el Señor Viento del Norte) y su libertina Frau Holla entregan al hambriento campesino Geppone en dos ocasiones una cajita mágica, una especie de cuerno de la abundancia. Pero el valioso objeto es siempre arrebatado a los propietarios por ávidas gentes de la iglesia. Todo ello termina mal: cuatro fornidos deportistas bajan del cielo y lo destrozan todo con sus bates de béisbol. Con lo que la historia podría volver a empezar desde el principio. HKGruber, que dirigió personalmente el estreno zuriqués, quería permanecer fiel al espíritu de Artmann, colocándose por completo al servicio de su lenguaje de onomatopeyas y aliteraciones. Pero en lugar de cadenas de palabras, tenemos un bien agitado galimatías. El montaje del joven Michael Sturminger, con una buena disposición de toda la compañía, está orientado a resaltar los aspectos más cómicos de la obra. Entre ellos hay que contar una crítica hacia la Iglesia que llega a alcanzar casi un tono cabaretístico, cuando el Prior (cantado por una mujer: Cornelia Kallisch) y la cocinera del párroco (encarnada por un hombre: Volker Vogel) demuestran su avidez. ¿Debe ser comprendido algo así en el Zurich de hoy todavía como una provocación? Todo resulta al final bastante inofensivo, por mucho que la música brame en ocasiones desde el foso. En suma: un cuento operístico, que no escandaliza a nadie y a ratos entretiene. Mario Gerteis ENTREVISTA Cecilia Bartoli “SOY UN TEMPERAMENTO MEDITERRÁNEO” L Fotos: Ferdinando Scianna/MAGNUM a mezzosoprano romana Cecilia Bartoli lleva ya varios años instalada en el Olimpo de las estrellas más rutilantes del canto. Después de consolidarse como intérprete mozartiana y rossiniana, en los últimos años se ha interesado especialmente por los repertorios más recónditos del barroco y el clasicismo, llegando a convertirse en un auténtico fenómeno por haber vendido miles de ejemplares de sus recitales dedicados a Vivaldi, Gluck o Salieri, a los que acaba de añadirse un nuevo registro titulado Opera proibita, con piezas de Haendel, Caldara y Scarlatti, que sin duda se situará pronto en las listas de discos más vendidos. Además, después de una larguísima ausencia, Cecilia Bartoli vuelve a nuestro país el próximo mes de febrero con una gira que la llevará al Teatro Calderón de Valladolid (14), el Teatro Real de Madrid (17), el Palau de la Música de Valencia (19), el Palau de la Música de Barcelona (23), el Baluarte de Pamplona (25) y el Palacio Euskalduna de Bilbao (28). 60 ENTREVISTA CECILIA BARTOLI Usted vuelve finalmente a España, después de muchos años. Sí, y me produce una enorme alegría. Por desgracia, el destino me ha alejado de su país durante los últimos tiempos, ya que he trabajado mucho en Estados Unidos y también en Europa (Francia, Alemania…). Siempre he tenido el deseo de regresar, porque guardo un magnífico recuerdo de un Barbero que hice en el Liceo de Barcelona, antes del incendio, y también de un recital en Madrid, en el Festival Mozart, con obras también de Rossini. Tenía muchas ganas de volver y lo hago con mucha alegría. Además, voy a poder conocer un poco el país, ya que voy a hacer una gira de conciertos por varias ciudades. Usted ha cantado en estos años muchos papeles de soprano: Fiordiligi, Donna Elvira, Fiorilla… ¿ya no le satisfacen los papeles de mezzo? Respecto a estos papeles que ha mencionado, como Fiordiligi o Donna Elvira, en realidad en el tiempo de Mozart no existía la voz de mezzosoprano como tal. Había una soprano primera y una soprano segunda, y por eso en la partituras no existe la indicación de mezzosoprano. Son papeles que requieren una cierta elasticidad. En el caso de Fiordiligi, tenemos la primera aria, Come scoglio, que tiene una considerable extensión, donde se necesita una voz elástica, y la segunda, Per pietà, donde, efectivamente, se requiere una vocalidad, digamos, más de mezzosoprano, porque se desenvuelve en un registro mucho más central. Esto sirve también para la Donna Elvira. Está claro que hay una gran diferencia entre Donna Elvira y la Reina de la Noche, y los dos papeles están considerados para soprano, pero no es exactamente la misma voz. ¿Y Fiorilla? Fiorilla, si está cantada como la escribió Rossini, exige una vocalidad también bastante central, aunque estamos acostumbrados a oír voces ligeras, que hacen variaciones en un registro diferente, muy sopranil. Yo creo que ocurre lo mismo que si hablamos de La Cenerentola. Es un papel considerado de mezzosoprano, pero al final hay un rondó de una dificultad extrema donde se necesita una voz muy elástica, con una gran facilidad en el registro agudo. Porque todas estas variaciones que escribió Rossini fueron escritas para una vocalidad como la de la Colbran, o la Malibran, que tenían esta extensión. Uno de sus primeros recitales fue precisamente un espectacular disco con arias para Isabel Colbran. Sí, hice un primerísimo disco con una antología de papeles rossinianos, pero después un segundo con algunos papeles cantados por la Colbran. Posteriormente me he dirigido más bien hacia el repertorio clásico y, actualmente, barroco, que me fascina por completo. He hecho todo un viaje por la música vocal italiana, desde el belcantismo romántico hasta el barroco. dición, donde encuentras producciones convencionales, hay también otras innovadoras, lo que, a mi juicio, crea una mezcla apasionante. Volviendo al tema inicial, ¿estos papeles los encuentra quizá más femeninos que algunos de los papeles más claramente destinados a una mezzosoprano, los llamados “Hosenrollen” como Sesto, Cherubino…? Harnoncourt y yo trabajamos juntos desde hace muchísimos años, y aún hoy seguimos teniendo una fantástica relación. Con él he actuado tanto con instrumentos antiguos como modernos, con el Concentus musicus pero también con la Filarmónica de Viena. Es un músico interesantísimo, que siempre tiene cosas nuevas que aportar y resulta convincente. No, no creo que sean necesariamente más femeninos, sino simplemente más adecuados a mi vocalidad, que está claro que es la de una mezzosoprano de agilidad y no la de una contralto. Por eso trato de cantar los papeles que me parecen más apropiados a mi instrumento. Pero lo que no me negará es que son papeles que exigen un gran temperamento. Oh, sí, pero esto les ocurre prácticamente a todos los papeles que canto. Quizá éstos sí sean algo más temperamentales, pero, sobre todo, son muy diferentes entre sí. Por ejemplo, Fiorilla es básicamente una mujer muy divertida, pero también un poco caprichosa. En cuanto a Mozart, además de ser un grandísimo compositor, tuvo una enorme sensibilidad para expresar los conflictos de Fiordiligi, Dorabella y los demás personajes. Così fan tutte es para mí una ópera trágica, sin futuro para los personajes. Usted ha cantado recientemente en Zúrich por primera vez la Cleopatra de Giulio Cesare, un personaje también riquísimo. Cleopatra era una mujer increíble, muy fascinante, y su papel en la ópera de Haendel es también muy bello porque experimenta una evolución increíble a lo largo de la obra. Al principio podríamos considerarla como una estratega, que quiere el poder, pero después es cautivada por el amor hacia ese hombre, Julio César. Al final, el amor es más fuerte que cualquier otra cosa, y extrae la gran fragilidad de Cleopatra. Hablando de amor, la Ópera de Zúrich y usted mantienen un absoluto idilio. Tengo un gran cariño a la Ópera de Zúrich, porque en ese teatro interpreté mis primeros roles mozartianos, con Harnoncourt. Después he cantado también Rossini, y una ópera bellísima de Paisiello, Nina pazza per amore, con Adam Fischer. Digamos que el formato es el ideal para las óperas del siglo XVIII, incluso de comienzos del XIX. Es un teatro donde no sólo se puede escuchar y ver muy bien, sino donde el público forma parte de la velada, y creo que es muy necesario sentir este contacto. Es un espacio de dimensiones humanas. Además, abarca un repertorio muy amplio, desde el barroco hasta el siglo XX. Y, aunque es un teatro de tra- Aquí ha cantado en repetidas ocasiones con Nikolaus Harnoncourt. ¿Cómo es su colaboración con él? Pero su nuevo amor es, sin embargo, Marc Minkowski. Con Minkowski he interpretado un repertorio muy distinto. Con Harnoncourt he cantado básicamente Mozart, y me ha abierto el camino hacia las óperas de Haydn. Hemos hecho juntos Orlando paladino, Armida, etc. Por el contrario, con Minkowski he explorado más bien el repertorio barroco y de comienzos del XVIII, como este Giulio Cesare y anteriormente otra obra de Haendel, el oratorio Il trionfo del tempo e del disinganno, una obra realmente fantástica en una maravillosa producción de Jürgen Flimm. También Minkowski es un músico muy interesante, con una gran preocupación por el equilibrio, que cuida muchísimo cada detalle, los colores de la orquesta, y te transmite una energía estupenda. Ha hablado de las óperas de Haydn, que son desgraciadamente muy poco conocidas. En efecto, yo sólo conocía de Haydn principalmente el repertorio instrumental, las sinfonías y oratorios como La Creación, pero no al Haydn operista. Y el maestro Harnoncourt me ha abierto un nuevo horizonte con todo este mundo teatral, que me parece absolutamente fantástico. Encuentro a Haydn, en este sentido, un compositor fabuloso, muy moderno, siempre a la búsqueda de nuevas armonías, un músico que amaba siempre el riesgo. Con Harnoncourt he hecho también L’anima del filosofo (Orfeo ed Euridice), en el Theater an der Wien, que es una obra magnífica. Usted cantó en Salzburgo Zerlina con Barenboim, Despina con Dohnányi, pero después no ha regresado para hacer ópera, aunque sí conciertos. ¿Por qué razón? Ha habido una pausa. Digamos que las ofertas no han sido demasiado interesantes y, además, siempre he tratado en mi carrera de equilibrar las actuaciones en ópera y en concierto, establecer una balanza entre ambas actividades, y he preferido volver a Salzburgo con repertorio de conciertos. Además, en verano me gusta descansar. Hace tantí- 61 importante tener a un pianista que ama y sostiene al cantante, y que respira con él. Es fundamental hacer música juntos, compartir las emociones. Se considera una cantante mediterránea. Sí, por supuesto, aunque sólo sea por mi aspecto. Sin embargo, vive en Zúrich. ¿No siente nostalgia de su país, y en especial de su querida Roma? simo calor que, incluso para mi salud, he decidido trabajar menos en verano que en invierno, y desgraciadamente el Festival de Salzburgo es siempre en agosto. Usted ha contribuido decisivamente a la recuperación de páginas inéditas de Vivaldi, Gluck o Salieri. ¿Quién es el próximo compositor? El próximo proyecto es muy interesante, porque no está dedicado a un solo autor sino a un periodo histórico, la Roma de las primeras décadas del siglo XVIII, cuando Haendel se estableció allí, jovencísimo, y empezó a escribir música sacra, junto a otros compositores como Caldara o Alessandro Scarlatti. Es un periodo fascinante, porque la ópera había sido prohibida por el papa Clemente XI, y estos compositores tuvieron que dedicarse a escribir oratorios. Haendel compuso obras como La Resurrezione o Il trionfo del tempo, Caldara y Scarlatti escribieron sus obras, y muchos de los libretos de estos oratorios fueron elaborados por cardenales como Pamphili u Ottoboni. Es un proyecto muy bello, que he grabado con Minkowski y Les Musiciens du Louvre en París. Esta música estaba escrita para castrati, lo cual añade una especial dificultad. Exacto. Esta música estaba escrita para castrati, porque a las mujeres les estaba prohibido cantarla. Es un periodo ligado a tantas prohibiciones, las mujeres que no podían cantar en escena, los teatros que estaban cerrados, etc. Todo esto hace que esta música sea más fuerte y más sensual desde el punto de vista expresivo. Encontramos personajes alegóricos e historias bíblicas. Algunas arias son muy melancólicas, y otras de gran virtuosismo, como encontramos en las arias para los castrati de la época. Usted trabaja a menudo con el conjunto de instrumentos antiguos de la Ópera de Zúrich, la Scintilla. 62 Sí, he cantado varias óperas en Zúrich y también he hecho un gran gira por Estados Unidos con repertorio barroco. El trabajo con estos músicos es estupendo, porque están acostumbrados a tocar tanto con instrumentos antiguos como modernos, por lo que tienen una gran flexibilidad. He podido trabajar con ellos con directores como Harnoncourt, Christie, Minkowski, y el hecho de trabajar con estos grandes maestros les permite una mayor sensibilidad. Usted ha cantado música francesa en recitales, incluyendo las bellísimas canciones de Pauline Viardot, pero ¿por qué no ha cantado ópera francesa? Sencillamente porque no he tenido tiempo. He estado tan dedicada al repertorio italiano, primero al bel canto y ahora al barroco, que por desgracia no he podido dedicarme a otras cosas. Pero quién sabe… También me gusta mucho el repertorio liederístico alemán, todas esas melodías de Schubert, que son realmente maravillosas. La vez anterior que estuvo en nuestro país, dijo que algún día abordaría Carmen, porque además es una apasionada del flamenco. La verdad es que me encanta el flamenco, aunque mi conocimiento se ha quedado en las sevillanas. Carmen es una ópera magnífica, que Bizet escribió para un teatro como la Opéra-Comique, con una dimensiones casi como las de la Ópera de Zúrich, por lo que es una ópera que requiere un cierto intimismo, tanto desde el punto de vista musical como también en la puesta en escena. Veo la posibilidad de una Carmen, pero volviendo a los orígenes, a las fuentes. Bueno, vivo en Zúrich por mi trabajo, aunque, lógicamente, paso mucho tiempo fuera de casa. En cuanto al tiempo, tengo que decir que ha cambiado notablemente, y ahora mismo [esta conversación tuvo lugar a primeros de julio] hace muchísimo calor. El otro día tuvimos 32 grados, con un sol espléndido. Parece increíble, pero es verdad. Así que no añoro tanto Italia, y además tengo bastantes ocasiones de volver allí. Pero prefiere el modo de trabajar en los teatros centroeuropeos. ¿Es más serio? Yo no diría que más serio, aunque sí más organizado. En el sentido de que las programaciones de los teatros y salas de concierto se organizan con varios años de antelación, y en Italia eso no es posible. Hay más problemas organizativos y burocráticos. ¿Piensa incorporar próximamente algún nuevo papel? Siempre estoy preparando nuevos papeles y también nuevo repertorio de conciertos. Quiero hacer una larga gira con el contenido del nuevo disco, porque siempre produce otra emoción escucharlo en vivo. Este año he cantado mucha ópera, con Giulio Cesare en Zúrich y el regreso al Covent Garden con Il turco in Italia, en una producción muy divertida inspirada en los años 50-60, con un clima muy positivo y un reparto estupendo, con Alessandro Corbelli, Ildebrando D’Arcangelo, etc. Pero esto me ha impedido hacer más conciertos. Además de la gira por España, tengo previstos recitales en Japón y Corea con el maestro Chung. En cualquier caso, me gustaría afrontar un nuevo papel rossiniano. ¿Quizá una Armida? Es un gran papel, y una bellísima ópera. Y, después de haber cantado la de Haydn, quién sabe… ¿Cuál será el programa de sus conciertos en España? Ha colaborado frecuentemente con grandes pianistas como Thibaudet, Schiff, Levine, Chung, Barenboim… Será un repertorio algo mixto, un bello paseo por la música italiana desde Vivaldi y Haendel, un poco de Rossini y tal vez de Salieri. Será con la Orquesta Barroca de Friburgo, otro magnífico conjunto, que trabaja mucho con René Jacobs, y con el que ya he dado varios conciertos en Francia y Alemania. Esperamos que sea un gran éxito. Sí, con Daniel acabo de ofrecer un recital en Berlín. Creo que es muy Rafael Banús Irusta Recientemente, Harnoncourt la ha dirigido en Graz. Sí, creo que ha realizado una operación de este tipo. A lo mejor podríamos hacerla en Zúrich. Voy a hablar con él. ENTREVISTA CECILIA BARTOLI DISCOGRAFÍA FAURÉ/DURUFLÉ: Réquiem. TERFEL. CORO Y ORQUESTA DE LA ACADEMIA NACIONAL DE SANTA CECILIA DE ROMA. MYUNG-WHUN CHUNG. — Retratos. ORQUESTA DE CÁMARA DE VIENA. SALIERI: The Salieri Album. ORCHESTRA GYÖRGY FISCHER. OF THE Decca 443 452-2. Decca CD 475 100-2/SACD 470 631-2. Deutsche Grammophon 459 365-2. — Arias. PETER SCHMIDL, CLARINETE; ANDRÁS AGE OF ENLIGHTENMENT. ADAM FISCHER. SCHIFF, PIANO. ORQUESTA DE CÁMARA DE VIENA. GLUCK: Arias italianas. AKADEMIE FÜR ALTE GYÖRGY FISCHER. MUSIK, BERLIN. BERNHARD FORCK. Decca 430 513-2. Decca CD 467 248 2/SACD 470 611 2. — Réquiem. AUGER, COLE, PAPE. ORQUESTA FILARMÓNICA DE VIENA. SIR GEORG SOLTI. Decca 433 688-2 (también en DVD: 071 139-9). PERGOLESI: Stabat Mater. JUNE ANDERSON. SINFONIETTA DE MONTREAL. CHARLES DUTOIT. Decca 436 209-2. HAENDEL: Rinaldo. DANIELS, FINK, ORGONASOVA, TAYLOR, FINLEY. ACADEMY OF ANCIENT MUSIC. CHRISTOPHER HOGWOOD. Decca 467 087-2 (3 CDs). HAYDN: Armida. Petibon, Prégardien, Widmer, Schäfer, Weir. Concentus musicus Wien. Nikolaus Harnoncourt. Teldec 8573-81108-2. HAYDN: Orfeo ed Euridice (L’anima del filosofo). HEILMANN, D’ARCANGELO. ACADEMY OF ANCIENT MUSIC. CHRISTOPHER HOGWOOD. PUCCINI: Manon Lescaut. FRENI, PAVAROTTI, VARGAS. CORO Y ORQUESTA DEL METROPOLITAN DE NUEVA YORK. JAMES LEVINE. VIVALDI: The Vivaldi Album. Decca 440 200-2 (2 CDs). Decca 466 569 2. ROSSINI: Il barbiere di Siviglia. CHANT D’AMOUR. Canciones de Bizet, Ravel, Berlioz, Delibes, etc. MYUNG-WHUN CHUNG, piano. NUCCI, MATTEUZZI, FISSORE, BURCHULADZE. CORO Y ORQUESTA DEL TEATRO COMUNALE DE BOLONIA. GIUSEPPE PATANÉ. IL GIARDINO ARMONICO. GIOVANNI ANTONINI. Decca 452 667-2. Decca 425 520-2 (3 CDs). CORBELLI, PERTUSI. CORO Y ORQUESTA DEL TEATRO COMUNALE DE BOLONIA. RICCARDO CHAILLY. ARIE ANTICHE. Obras de Caccini, Paisiello, Scarlatti, etc. GYÖRGY FISCHER, piano. Decca 436 902-2 (2 CDs). Decca 436 267-2. — La Cenerentola. MATTEUZZI, DARA, — Il turco in Italia. PERTUSI, VARGAS, CORBELLI, PICCOLI, POLVERELLI. CORO Y ORQUESTA DEL TEATRO ALLA SCALA DE MILÁN. RICCARDO CHAILLY. Decca 458 924-2 (2 CDs). CECILIA & BRYN. Arias y dúos de Mozart, Rossini y Donizetti. BRYN TERFEL. ORQUESTA DE LA ACADEMIA NACIONAL DE SANTA CECILIA, ROMA. MYUNG-WHUN CHUNG. Decca 458 928-2. L’Oiseau Lyre 452 668-2 (2 CDs). LIVE IN ITALY. JEAN-YVES THIBAUDET, MOZART: Mitridate, re di Ponto. Decca 455 981-2 (también en DVD: 074 104-9). SABBATINI, DESSAY, ASAWA. LES TALENS LYRIQUES. CHRISTOPHE ROUSSET. AN ITALIAN SONGBOOK. piano. SONATORI DE LA GIOIOSA MARCA. Canciones de Bellini, Donizetti y Rossini. JAMES LEVINE, piano. Decca 460 772-2 (3 CDs). — La clemenza di Tito. JONES, HEILMANN, BONNEY, MONTAGUE. ACADEMY OF ANCIENT MUSIC. CHRISTOPHER HOGWOOD. Decca 455 513-2. L’Oiseu Lyre 444 131-2 (2 CDs). CANCIONES ITALIANAS. Obras de Beethoven, Schubert, Mozart y Haydn. ANDRÁS SCHIFF, piano. — Idomeneo. DOMINGO, VANESS, LOPARDO, TERFEL, GRANT MURPHY, HAMPSON. CORO Y ORQUESTA DEL METROPOLITAN DE NUEVA YORK. JAMES LEVINE. — Arias. ORQUESTA DE LA VOLKSOPER DE VIENA. GIUSEPPE PATANÉ. DG 447 737-2 (3 CDs). — Heroínas. ORQUESTA DEL TEATRO LA FENICE — Le nozze di Figaro. STUDER, MCNAIR, DE GALLO, SKOVHUS. ORQUESTA FILARMÓNICA DE VIENA. CLAUDIO ABBADO. Decca 436 075-2. VENECIA. ION MARIN. DG 445 903-2 (3 CDs). — Giovanna d’Arco. Canciones. CHARLES SPENCER, PIANO. — Così fan tutte. CUBERLI, RODGERS, STREIT, Decca 430 518-2. FURLANETTO, TOMLINSON. ORQUESTA FILARMÓNICA DE BERLÍN. DANIEL BARENBOIM. — Stabat Mater. ORGONASOVA, GIMÉNEZ, SCANDIUZZI. ORQUESTA FILARMÓNICA DE VIENA. MYUNG-WHUN CHUNG. Erato 2292-45475-2 (3 CDs). Decca 440 297-2. Decca 425 413-2. — Le nozze di Figaro. CUBERLI, RODGERS, TOMLINSON, SCHMIDT. ORQUESTA FILARMÓNICA DE BERLÍN. DANIEL BARENBOIM. DG 449 178-2. Erato 2292-45501-2 (3 CDs). Decca 466 328-2. —Cantatas (Vol. 2). ORQUESTA FILARMÓNICA DE LA SCALA DE MILÁN. RICCARDO CHAILLY. 63 D I S C O S EXCEPCIONALES LOS DISCOS XCEPCIONALES DEL MES DE SEPTIEMBRE DE 2005 La distinción de DISCOS EXCEPCIONALES se concede a las novedades discográficas que a juicio del crítico y de la dirección de la revista presenten un gran interés artístico o sean de absoluta referencia. BACH: Cantatas, vol. 24. BRIGITTE GELLER, WILLIAM TOWERS, ROBIN TYSON, JAMES GILCHRIST, MARK PADMORE. MONTEVERDI CHOIR. THE ENGLISH BAROQUE SOLOISTS. Director: JOHN ELIOT GARDINER. 2 CD SOLI DEO GLORIA SDG 107. Por los discos que ya se conocen este ciclo puede acabar por colocarse a la cabeza de la fonografía de las cantatas. E.M.M. Pg. 82 BRITTEN: Cuartetos 1-3. Tres Divertimenti. CUARTETO BELCEA. 2 CD EMI 5 57968 2. Las versiones del Cuarteto Belcea son de absoluta referencia. La expresividad es siempre extrema, la entrega absoluta. Un disco imprescindible. C.V.W. Pg. 86 CHAIKOVSKI: Piezas para piano op. 72. CHOPIN: Nocturno en do sostenido menor op. post. MIKHAIL PLETNEV, piano. DEUTSCHE GRAMMOPHON 00289 477 5378. Un magnífico disco que ningún buen admirador de Chaikovski debe dejar pasar. Extraordinario. R.O.B. Pg. 86 DEUTSCH: El tesoro, una sinfonía cinematográfica en cinco actos. STAATSPHILHARMONIE RHEINLANDPFALZ. Director: FRANK STROBEL. CPO 999 925-2. Un magnífico documento sobre una parte hasta ahora ignorada de la historia de la música cinematográfica. E.M.M. Pg. 87 DVORÁK: El jacobino. MARCIN nºs 82-87. CONCENTUS MUSICUS WIEN. DIRECTOR: NIKOLAUS HARNONCOURT. 3 CD DEUTSCHE HARMONIA MUNDI DHM 82876 60602 2. Unas interpretaciones vibrantes, riquísimas en contrastes y absolutamente conseguidas. Una verdadera joya. R.O.B. Pg. 92 LEJEUNE: Autant en emporte le vent (canciones). ENSEMBLE CLÉMENT JANEQUIN. Director: DOMINIQUE VISSE. HARMONIA MUNDI HMC 901863. Las interpretaciones inciden en los aspectos pictóricos, subrayando términos claves y marcando a la perfección la diferencia de estilos. P.J.V. Pg. 93 VIVALDI: Conciertos para violín RV 208, 187, 234 y 277. Concierto para 4 violines y violonchelo RV 580. VIKTORIA MULLOVA, violín. IL GIARDINO ARMONICO. Director: GIOVANNI ANTONINI. ONYX 4001. Mullova se ajusta como un guante al sonido intrépido y agresivo del ya veterano conjunto italiano. P.J.V. Pg. 103 SERGIU CELIBIDACHE. DIRECTOR. Bach, Mozart, Verdi, Fauré, Stravinski, Chaikovski, Prokofiev, Milhaud, Wagner, e.a. ORQUESTA FILARMÓNICA DE MÚNICH. 15 CD EMI 5 57861 2. Con este cuarto volumen, EMI culmina un proyecto y nos ofrece una imagen muy completa de este director incomparable. E.P.A. Pg. 67 HEROICA. El día que cambió la BRONIKOWSKI, MICHAL LEHOTSKY, ANDREA DANKOVÁ, PETER MIKULÁS. CORO DE CÁMARA DE PRAGA. CORO Y ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RADIO DE COLONIA (WDR). Director: GERD ALBRECHT. música para siempre. IAN HART, TIM PIGOTT-SMITH, JACK DAVENPORT. ORQUESTA REVOLUCIONARIA Y ROMÁNTICA. Director: JOHN ELIOT GARDINER. 3 CD ORFEO C 641 043 F. BBC Opus Arte OA 0908. Esta grabación supone un nuevo e importante jalón en la defensa del Dvorák operístico. R.B.I. Pg. 88 Un valioso programa para la TV que merece ser conservado en DVD. E.M.M. Pg. 110 HAENDEL: Rodelinda HWV 19. POÈMES DE L’AMOUR. 3 CD ARCHIV 00289 477 5391. WARNER 2564 61938-2. Una magnífica aportación al catálogo operístico haendeliano. No se la pierdan. R.O.B. Pg. 91 Ante un recital así, a nadie le sorprenderá que el gobierno francés haya nombrado a Susan Graham caballero de la Orden de las Artes y las Letras. S.M.B. Pg. 107 SIMONE KERMES, MARJANA MIJANOVIC, STEVE DAVISLIM, SONIA PRINA, MARIE-NICOLE LEMIEUX, VITO PRIANTE. IL COMPLESSO BAROCCO. DIRECTOR: ALAN CURTIS. 64 HAYDN: Sinfonías de París, Chausson, Ravel, Debussy/Adams. SUSAN GRAHAM, soprano. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA BBC. Director: YAN PASCAL TORTELIER. DISCOS FAZIL SAY JOS VAN IMMERSEEL BORIS BEREZOVSKI PAUL LEWIS VANESSA WAGNER KOVACEVICH NICHOLAS ANGELICH ALAIN PLANÈS Año XX – nº 200 – Septiembre 2005 Jóvenes y veteranos AL TECLADO SUMARIO ACTUALIDAD: Al teclado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 ESTUDIOS: Puccini en DVD. E.P.A. . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 Celibidache en Múnich. E.P.A.. . . . . . . . . . . . 67 Naxos: Música judía. P.E.M.. . . . . . . . . . . . . . 70 REEDICIONES: Harmonia Mundi Musique d’abord. P.J.V. . . . 71 Supraphon Edición Ancerl. S.M.B. . . . . . . . . . 72 Biddulph. R.D.G. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73 Great Hall. S.M.B. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 Harmonia Mundi 1+1. E.M.M. . . . . . . . . . . . . 75 Urania. F.F. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76 Naxos Historical. R.A. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 Regis. J.G.M. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 EMI Luxury Edition. F.F. . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 DISCOS de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . . 80 DVD de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . . . 108 ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS . . . . . 111 EL BARATILLO. Nadir Madriles . . . . . . . . . 112 L a temporada discográfica se abre con interesantes novedades pianísticas. Maestros consumados y jóvenes promesas protagonizan algunos de los lanzamientos consagrados al teclado más relevantes de los próximos meses. Para Deutsche Grammophon Maurizio Pollini ha efectuado la grabación en la Herkulessaal muniquesa de los Nocturnos de Chopin, uno de los grandes corpus pianísticos del músico polaco que aún le quedaban por grabar al intérprete milanés. Dos son los recitales que Evgeni Kissin edita en RCA: el primero dedicado igualmente a Chopin y un segundo con obras para cuatro manos de Schubert que cuenta con la colaboración de James Levine. Debussy es el compositor con cuya obra se medirán dos pianistas franceses: Alain Planès, que edita en Harmonia Mundi su versión de Imágenes, Suite Bergamasque y Arabesco, y la joven Vanessa Wagner que —después de varios magníficos recitales en Lyrinx (un pequeño sello galo sin distribución en nuestro mercado)— publica su primer registro para Ambroisie (Harmonia Mundi) con los Preludios, recientemente interpretados por el resucitado Pascal Rogé en Onyx. Harmonia Mundi anuncia también el primer volumen de la edición completa, a cargo de Paul Lewis, de las Sonatas de Beethoven. El mismo compositor que ocupa los inmediatos registros de Fazil Say (Naïve), Nicholas Angelich (Sonatas opp. 53 “Waldstein” y 111 en Mirare, que el año pasado editó sus magistrales Años de peregrinaje) y Stephen Kovacevich (un DVD para EMI con las Sonatas nºs 31 y 32 y unas Bagatelas). El repertorio ruso cuenta con una importante novedad, la ambiciosa integral de la obra de Rachmaninov que Mirare ha encomendado al excelente (y ausente del mundo discográfico durante demasiado tiempo) Boris Berezovski; el volumen que inaugura la serie contiene los 24 Preludios. Y más Rachmaninov, esta vez de las manos del sorprendente Jos van Immerseel que, en compañía de Claire Chevallier, se aventura para Zig-Zag Territoires en sus obras para cuatro manos y dos pianos. Finalmente, el joven pianista ruso Evgeni Sudbin inicia una relación contractual que le unirá a BIS por cinco años con varios recitales dedicados a Chaikovski, Medtner y… Rachmaninov. 65 D I S C O S ESTUDIO Bruno Bartoletti y Herbert von Karajan IMÁGENES PUCCINIANAS PUCCINI: Tosca. RAINA KABAIVANSKA (Tosca), PLÁCIDO DOMINGO (Cavaradossi), SHERRILL MILNES (Scarpia), GIANCARLO LUCCARDI (Angelotti), MARIO FERRARA (Spoletta), ALFREDO MARIOTTI (Sacristán), BRUNO GRELLA (Sciarrone), DOMENICO MEDICI (Carcelero), PLÁCIDO DOMINGO JR. (Un pastor). CANTORES AMBROSIANOS. ORQUESTA NUEVA FILARMONÍA. Director musical: BRUNO BARTOLETTI. Director de vídeo: GIANFRANCO DE BOSSIO. DEUTSCHE GRAMMOPHON 00440 073 4038. 115’. Filmada en Roma, X/1976. Grabada en Londres, VIII/1976. Formato imagen: NTSC / Color / 4 : 3. Formato sonido: PCM Stereo / DTS 5 : 1. Código región: 0. Subtítulos en español. Distribuidor: Universal. R PN PUCCINI: Madama Butterfly. MIRELLA FRENI (Cio-Cio-San), PLÁCIDO DOMINGO (Pinkerton), CHRISTA LUDWIG (Suzuki), ROBERT KERNS (Sharpless), MICHEL SÉNÉCHAL (Goro), MARIUS RINTZLER (Bonzo), ELKE SCHARY (Kate), GIORGIO STENDORO (Yamadori). CORO DE LA ASOCIACIÓN DE CONCIERTOS DE LA ÓPERA ESTATAL DE VIENA. ORQUESTA FILARMÓNICA DE VIENA. Director musical: HERBERT VON KARAJAN. Director de escena y de vídeo: JEAN-PIERRE PONNELLE. DEUTSCHE GRAMMOPHON 00440 073 4037. 145’. Filmada en Berlín, XI y XII/1974. Grabada en Viena, I y IX/1974. Formato imagen: NTSC / Color / 4 : 3. Formato sonido: PCM Stereo / DTS 5.0. Código región: 0. Subtítulos en español. Distribuidor: Universal. R PN C 66 reo recordar que fue Fernando Fraga quien comentó desde estas páginas hace ya unos años las dos películas que se reseñan, publicadas en DVD en su día bajo el sello Decca y reeditadas ahora en Deutsche Grammophon. La primera fue rodada en los escenarios romanos que describe el libreto de la ópera, y la segunda la filmó Ponnelle en estudio en Berlín. Ambas nos devuelven dos atractivos espectáculos operísticos, Tosca con tres excelentes voces que son además impecables actores que reviven con pericia consumada el poderoso contenido dramático de esta espléndida obra maestra, mientras que Butterfly cuenta también con una pareja de campanillas, Freni-Domingo, apoyada por una magistral e imaginativa puesta en escena y el no menos extraordinario e infalible concepto narrativo de Karajan. Las cuidadas filmaciones, minuciosas y planificadas hasta en los menores detalles, son uno de los principales atractivos de los documentos, lo mismo que los adecuados trajes y las efectivas tomas en cada uno de los actos (algún pormenor de evidente mal gusto en Tosca, como el cuadro de la Attavanti que pinta Cavaradossi en el primer acto, literalmente horrendo, no resta efectividad al conjunto). La suntuosa prestación orquestal de la New Philharmonia, que da a la partitura su adecuado colorido tímbrico con la necesaria tensión dramática, está sobriamente regida por Bartoletti, y aunque éste carece de la capacidad analítica y el refinamiento de un De Sabata, del lujo sonoro de un Karajan o, en fin, de la intensidad y entusiasmo de un Mehta, traduce eficaz y profesionalmente la partitura, acompañando estupendamente a los cantantes y llevando el conjunto a buen puerto. Domingo, ya es sabido, hizo de Cavaradossi uno de sus personajes fetiche, y aquí lo borda con apasionada musicalidad, con una cautivadora belleza tímbrica e insolente facilidad de medios. Kabaivanska, con evidentes resortes expresivos y matices de todo tipo, canta fenomenalmente su apasionada y elegante Tosca, mientras que Milnes recrea a un imponente Scarpia, con adecuado dramatismo, bien dicho y cantado y, sobre todo, estupendamente interpretado. Los comprimarios responden efectivamente (demasiado comedido el Sacristán de Alfredo Mariotti, aunque realmente la desafortunada imposición del hijo de Domingo para el Pastor del acto III es a nuestro juicio el único lunar del conjunto). La traducción española de los subtítulos, correcta en líneas generales, debería revisarse para futuras ediciones por la utilización de un feo laísmo y el discutible significado de algunas palabras. En cuanto a la Butterfly de PonnelleKarajan es una de las más bellas películas operísticas que nos ha ofrecido este mítico binomio, como bien apuntó Fernando Fraga desde estas mismas páginas en la edición anterior. La magnífica dirección de actores, las solventes interpretaciones cinematográficas y la cuidada realización, por no hablar de la soberbia reconstrucción de ambientes, hacen del film un documento obligatorio para cualquier operófilo. Musicalmente es también uno de los logros indiscutibles de Karajan, que resalta la magnífica instrumentación pucciniana con insólitos refinamiento, color y luminosidad (apoyado por una orquesta de fábula), teniendo que decir que su variedad narrativa y precisa descripción dramática sólo han sido igualadas por Barbirolli en su también magnífica versión discográfica para EMI. El reparto de esta película es el mismo que el empleado para la grabación audio con la excepción de Pavarotti, ya que como es obvio Domingo daba mejor el tipo. Poco que añadir a las excelencias ya dichas en otras ocasiones de este conjunto: Freni es la Butterfly ideal por color, espontaneidad y estado anímico. Domingo no tiene la fascinación vocal de Pavarotti, pero es elocuente, seductor y usa de sus múltiples resortes interpretativos (hábilmente empleados por Ponnelle) para recrear estupendamente al capitán americano. Christa Ludwig, siempre excelente voz e inteligente artista, da vida a una inolvidable Suzuki, mientras que Robert Kerns cumple sin problemas con su humano y sentido Sharpless. A destacar entre los comprimarios la caracterización maestra del casamentero Goro, bien recreado por Michel Sénéchal. Mejor traducción española de los subtítulos que en el caso anterior. En resumen, buena Tosca y excepcional Butterfly, dos películas imprescindibles para todo amante de la ópera en general y de Puccini en particular. De la primera, DG anuncia una nueva versión en DVD para el próximo otoño, esta vez en vivo desde el Met con Behrens, Domingo, McNeil y dirigiendo Levine. A ver quién se lleva el gato al agua. Enrique Pérez Adrián D I S C O S ESTUDIO Sergiu Celibidache SIGUE EL LEGADO DE LA PRIMERA EDICIÓN AUTORIZADA SERGIU CELIBIDACHE. Director. Bach: Misa en si menor. Mozart: Réquiem. Verdi: Réquiem. Fauré: Réquiem. Stravinski: Sinfonía de los Salmos. Chaikovski: Sinfonía nº 4. Suite de “Cascanueces”. Rimski-Korsakov: Scheherazade. Prokofiev: Sinfonías nºs 1 y 5. Shostakovich: Sinfonías nºs 1 y 9. Barber: Adagio para cuerdas. Milhaud: Suite francesa. Concierto para marimba, vibráfono y orquesta. Roussel: Suites para orquesta. Smetana: El Moldava. Wagner: Preludio y muerte de amor de Isolda, de “Tristán e Isolda”. El encantamiento del Viernes Santo, de “Parsifal”. Oberturas de Mozart (Don Giovanni), Rossini (Guillermo Tell, Semiramis, La Scala di Seta, La gazza ladra), Weber (Oberon), Schubert (Rosamunda), Verdi (La forza del destino), Berlioz (El carnaval romano), Mendelssohn (Las Hébridas, El sueño de una noche de verano) y Johann Strauss (El murciélago). ORQUESTA FILARMÓNICA DE MÚNICH. 15 CD EMI 5 57861 2. ADD/DDD. Grabaciones: Múnich, 1982-1996. Coproducción con la Radiodifusión Bávara y la Filarmónica de Múnich. N PN C uarto y por ahora último volumen de grabaciones en vivo de la Filarmónica de Múnich y Celibidache hechas por la Radio Bávara y comercializadas por EMI, en esta ocasión con una buena dosis de música sacra coral además de otros autores muy representativos en el repertorio del gran director. Comencemos en primer lugar con la Misa en si menor y, por favor, antes de arquear las cejas y sonreír displicentemente, recordemos que el rumano mostró durante toda su vida un enorme interés por la polifonía vocal de los siglos XV y XVI, que incluía en sus conciertos obras de Andrea y Giovanni Gabrieli, así como Monteverdi, Frescobaldi, Corelli y Purcell, y que también ofreció (además de la Quinta de Bruckner) una inolvidable interpretación de las Exequias musicales de Schütz para inaugurar la sala Philharmonie im Gasteig de Múnich en 1985 (aparte de su famosa tesis doctoral Los elementos constitutivos de la forma en la técnica de composición de Josquin des Prez). Con esos precedentes y con su proverbial sentido del estilo, evidentemente no estamos ante una interpretación bachiana de corte romántico tipo Mengelberg o Karajan, ni tampoco ante las masificaciones de un Karl Richter o ante el llamado Bach sinfónico de Klemperer, es más, diríamos que está más cerca de los historicistas de lo que se imaginan. Como nos dice Patrick Lang en el libreto, las relaciones, los arcos, los matices, los timbres, el orden de prioridad de las voces, todo está observado con rigurosa coherencia, por no hablar de la transparencia y plasticidad en el fraseo de todas las voces o el tratamiento de las palabras. Los efectivos instrumentales y corales empleados son bastante reducidos: una cincuentena de voces en el coro y una pequeña orquesta de cámara compuesta por 20 instrumentos de cuerda (6 primeros y 6 segundos violines, 5 violas, 2 chelos y 1 contrabajo, utilizando fundamentalmente la parte central del arco y evitando casi enteramente el vibrato) además de las habituales maderas, 2 trompetas, trompa y la muy evidente presencia del clave en el continuo. La crítica francesa ha dicho a propósito de esta recreación que “Deplorar —o alegrarse— de que esta versión no tiene en cuenta las fuentes de autenticidad que caracterizan a cualquier versión actual, no tiene ningún sentido, ya que su propósito se sitúa deliberadamente en otra parte: en una especie de monumental y forzosamente sublime acto de fe, de recogimiento extático…” (Classica-Répertoire nº 69, pág. 88), y efectivamente así lo puede sentir cualquier oyente que libre de prejuicios se enfrente a esta profunda y emocionante interpretación. Los solistas vocales cumplen con eficacia (Bonney, Donose, Wulkopf, ésta muy notable en el Agnus Dei), aunque el feo timbre de Schreier, que canta muy bien, desequilibre relativamente el conjunto. El Coro de la Universidad de Maguncia, que trabajó durante quince días en exclusiva para este concierto bajo la dirección personal de Celibidache, está impecablemente afinado, empastado y posee un evidente entusiasmo en la participación de este acontecimiento que estaba haciendo historia en la vida de la agrupación (la grabación en vivo es del 18 de noviembre de 1990 en la Philharmonie im Gasteig de Múnich). En fin, ya es sabido lo que opinaba el maestro de los instrumentos de época, “una moda que desconoce lo esencial”, rechazando también la desfiguración de la música de Bach por las excrecencias postrománticas de los años 50 y 60, que trataban la Misa en si menor como si fuese el Réquiem alemán de Brahms. Una sabia síntesis entre estos dos extremos, aunque en realidad es una versión personal que no tiene en cuenta ni el antes ni el después, nos llega con esta grabación que se recomienda para espíritus abiertos y flexibles o, simplemente, para los que quieran disfrutar de la gran música de Bach sin ataduras. El Réquiem de Mozart fue grabado en la misma sala de la obra anterior durante dos conciertos celebrados los días 15 y 17 de febrero de 1995 (la preparación coral y ensayos con orquesta los pueden ver en la película El jardín de Sergiu Celibidache, filmada por su hijo y disponible actualmente en un DVD del sello alemán Absolut Medien). Los tempi en esta ocasión son los más amplios y reposados que se pueden encontrar en cualquier versión fonográfica de esta obra, y la duración de casi 70 minutos es todo un récord (a Fricsay le duraba 55, y a Karajan I, 60, por citar dos ejemplos representativos), aunque, como es sabido, para Celibidache tempo y velocidad no tenían nada que ver. Recordemos algunos juicios al respecto del propio director comentados por él mismo en la citada película y que son reproducidos en el libreto de esta grabación por su alumno Patrick Lang: “El tempo no tiene nada que ver con la velocidad, sino con la riqueza de la multiplicidad que suena en el momento. El tempo es la condición por la cual la conciencia perceptiva integra esta multiplicidad en una unidad, de ahí el principio de que cuanto más lento, más rico. Esta riqueza depende de la composición misma, pero también de las propiedades de los instrumentos, de las posibilidades de expresión de los músicos y de la acústica. El tempo es pues la resultante de numerosos factores que no se puede fijar por una señal metronómica”. Con unos espectaculares efectivos, sensacionales coro y orquesta, equilibrado cuarteto de solistas (Petrig, Borchers, Straka, Hölle) y una magnífica grabación, esta es, qué duda cabe, la recreación más profunda y trascendente del Réquiem de Mozart, con momentos verdaderamente sublimes (Recordare, Lacrimosa, Agnus Dei) junto a otros de un estatismo y refinamiento habituales de la casa y que pueden sorprender a más de uno. De cualquier forma, soberbia interpretación que jamás mira hacia fuera, una honda expresión musical que eleva esta página a alturas desconocidas hasta la fecha. Después de escuchar atentamente, en lo que menos van a pensar es en si dura 67 D I S C O S ESTUDIO 68 70, 80 o 50 minutos. Es otra dimensión y como tal la van a percibir. La grabación del Réquiem de Verdi procede de dos conciertos celebrados los días 27 y 30 de noviembre de 1993, siempre en la Philharmonie im Gasteig de Múnich, con los habituales efectivos y el cuarteto formado por Filipova, Runkel, Dvorsky y Rydl. El maestro fue muy crítico con esta obra a la que siempre le puso pegas de todo tipo tanto desde el punto de vista espiritual como de escritura musical, enfrentándose a ella con declarada reticencia. Por ejemplo, como nos cuenta Lang en las notas del libreto, “el tratamiento de las cuatro voces solistas, muy próximas a la ópera, no le parecía favorable a la simplicidad y a la autenticidad de la expresión, a la interiorización y espiritualización, juzgando casi imposible integrar estas cuatro partes en una unidad musical”. Evidentemente, todo esto se nota en la plasmación de esta obra, aunque tengamos que reconocer, como muy acertadamente se nos dice en el libreto, que “hay que distinguir entre la reflexión crítica del esteta y del teórico y la exigencia del artista en el cumplimiento de su trabajo”. A pesar de ello y de que Celibidache siempre solía dar versiones ejemplares aunque fuese de obras imperfectas, la interpretación se resiente de cierta falta de convicción, sensiblemente menos inspirada que las dos páginas anteriores de Bach y Mozart, como teniendo en cuenta que la fe y la religiosidad del propio Verdi (ateo y anticlerical convencido) no acababan de cuadrar en una obra como esta. Orquesta y coro en el aspecto técnico están impecables, se nota que ha habido arduas y laboriosas sesiones de ensayos, los solistas hacen lo que pueden y no hay nadie especialmente destacable como no sea la sobriedad del bajo Kurt Rydl en el aspecto positivo, y las evidentes dificultades y el tono un tanto lacrimógeno del tenor Peter Dvorsky en el negativo. Por otra parte, determinados fragmentos de una escalofriante lentitud (Sanctus) no acaban de convencer al perplejo y casi aturdido oyente, aunque haya otros (el Agnus Dei, la sección Réquiem æternam para soprano y coro en el Libera me final) de maravilloso lirismo y refinamiento. En fin, discutible, interesante e inequívocamente personal, aunque estemos ante la versión más opinable del álbum que se comenta y, por supuesto, sin ninguna conexión con los grandes traductores de esta página: ni Toscanini, ni De Sabata, ni Giulini, tienen nada que ver con este tratado refinado y fascinante que con un cuarteto vocal mejor se hubiese puesto al nivel de cualquiera de ellos aunque bajo otra óptica interpretativa. Espléndida grabación. El siguiente CD nos trae dos obras marca de la casa: el Réquiem de Fauré y la Sinfonía de los Salmos de Stravinski, la primera grabada en la Philharmonie im Gasteig los días 14 y 15 de marzo de 1994 y la segunda en la Sala Hércules de la Residencia de Múnich el 31 de enero de 1984. Esa canción de cuna de la muerte (berceuse de la mort), como SERGIU CELIBIDACHE alguien denominó al Réquiem de Fauré tras su estreno, fue uno de los caballos de batalla de Celibidache, que lo tocaba frecuentemente en sus conciertos (hay una película de ensayos y concierto con la London Symphony en 1982 y grabación radiofónica con la Nacional de Francia también por esas fechas. Recordemos asimismo que esta obra fue protagonista de uno de los mejores conciertos que dio en el Teatro Real de Madrid al frente de la ONE, creo recordar que con la Quinta de Sibelius en la primera parte). Aquí nos lo encontramos en una recreación íntima, serena y profunda, con tempi quizá más ligeros que en su versión citada con la LSO, con colores y timbres que sólo él sabía extraer de la orquesta, y con un coro magnífico totalmente entregado a su director. Los solistas desempeñan buenos papeles, pero Margaret Price ya no estaba en sus mejores momentos en 1994, y Alan Titus, de timbre demasiado claro, se le nota algo inseguro. Mejores, en nuestra opinión, los solistas de su versión de Londres, McLaughlin y Howell, pero habrá que esperar a que la BBC los saque en su serie Legends o bien algún sello inglés en DVD (ya que ahora está publicado solamente en CD en el sello pirata Exclusive). Excelente grabación. Completa el CD una sensacional versión de la stravinskiana Sinfonía de los Salmos, obra también frecuentemente tocada por este director (le recuerdo una fenomenal con la ONE a finales de los setenta) y que aquí nos llega en una concentrada, colorista, sutil y profunda recreación. Repasando la discografía de esta obra vemos que hay excelentes traducciones, como la segunda del propio autor en CBS/Sony u otras (Ancerl, Fricsay, Markevich, Boulez) de muy notable interés. Sin embargo, si nos permiten, ninguna como ésta en la que se combinan de forma maestra la técnica orquestal y coral con la profundidad espiritual en una insospechada riqueza de matices y colores. En esta ocasión otro discípulo del maestro, Tilman Köster, es el autor de los jugosos comentarios del libreto. A partir de aquí nos encontramos con el Celibidache maestro absoluto que restituye a varias páginas de música rusa toda su plenitud artística. En primer lugar, una maravillosa Scheherazade de Rimski-Korsakov, tomada en un concierto en la Sala Hércules el 18 de abril de 1984, todavía más paladeada y contrastada que su anterior versión con la Radio de Stuttgart para DG (1982), un compendio de coherencia formal, continuidad sinfónica y maravilloso colorido orquestal, con una opulencia y riqueza de matices absolutamente espectacular (al fenomenal solo de violín, que suponemos concertino de la orquesta, le escatiman D I S C O S ESTUDIO el nombre en el CD). Excelente grabación. Dos obras de Prokofiev, Primera y Quinta Sinfonías componen el siguiente CD tomadas en dos conciertos en la Philharmonie im Gasteig el 26 de marzo de 1988 y 3 de febrero de 1990, dos recreaciones indiscutibles, de magia envolvente e intensidad irresistible (una película con los ensayos e interpretación en la sala sin público de la Sinfonía clásica fue publicada por Teldec en un maravilloso LaserDisc que, por cierto, todavía aguarda su trasvase a DVD), dos cimas expresivas en la historia fonográfica de ambas sinfonías que Celibidache ya había grabado en su juventud en Berlín (1948) y en Stuttgart años más tarde (1979). El doble álbum Chaikovski nos presenta la Cuarta junto con la Suite Cascanueces en dos grabaciones del 1º de febrero de 1991 y 11 y 12 de noviembre de 1993, un soberbio compendio entre sentimiento y raciocinio que fascinará a todos cuantos escuchen detenidamente la sinfonía; nada de mal gusto, de pathos lacrimógeno o de exhibicionismo emocional, estamos ante una recreación rigurosa, sentida y brillante que hace plena justicia al contenido muchas veces maltratado de esta música. A pesar del buen número de directores afortunados en esta partitura (Mravinski, Sanderling, Szell, Klemperer, Maazel), la personalísima interpretación celibidachiana puede situarse en una cima muy especial al lado de las citadas. En cuanto a la suite de Cascanueces, esta vez interpretada totalmente (y no como en la reciente publicación en la colección Grandes Directores del siglo XX), es posiblemente la mejor aproximación existente a esta música (con permiso de Stokowski), de especial encanto, colorido y relieve extraordinario. El apartado ruso concluye con las Sinfonías Primera y Novena de Shostakovich, dos obras frecuentemente dirigidas por Celibidache a lo largo de su carrera y de las que nos han llegado versiones piratas con orquestas italianas. Las dos extraordinarias que aquí se presentan proceden de dos conciertos de junio de 1994 (Primera) y febrero de 1990 (Novena), logrando dos cimas interpretativas en las que ironía, sarcasmo, virtuosismo instrumental, brillo y sutileza tímbrica componen un leitmotiv que iguala e incluso supera a los grandes traductores de estas obras (Stokowski, Sanderling, Rozhdestvenski, Kondrashin, Fricsay). El disco se cierra con una sensacional recreación del Adagio para cuerdas de Barber interpretado en un concierto de enero de 1992, contra toda predicción llevado a tempo usual, por ejemplo sin los infinitos alargamientos de un Bernstein (cuya extremada lentitud le dura sólo 30 segundos más que a Celibidache (10’05” contra 9’33”) y sin embargo, la sensación de artificiosidad y poca fluidez del primero no pueden con la intensidad, elocuencia, profundidad y verdadera emoción de la grabación que aquí se reseña, con una respuesta de las cuerdas de Múnich realmente magistral. Como en todos los casos comentados, grabaciones extraordinarias y acer- tados comentarios de David Gutman. Ya es sabido de la afinidad de Celibidache por la música francesa. Sus recreaciones de Debussy y Ravel eran uno de los puntales básicos de su repertorio, que se ampliaba también a otros compositores como Chausson, Bizet, César Franck, Ibert, Lalo, Roussel, Milhaud e incluso Dutilleux, autor este último que era para Celibidache uno de los grandes creadores contemporáneos. El siguiente CD nos trae dos compositores franceses por los que nuestro director siempre estuvo muy interesado, los citados Milhaud y Roussel, cuya música amaba y de los que siempre trataba de incluir alguna obra en sus conciertos (los españoles le escuchamos varias veces en sus visitas las Saudades do Brasil). En este caso tenemos el Concierto para marimba, vibráfono y orquesta más la Suite francesa, ambas de Milhaud, además de la Pequeña suite y la Suite en fa de Roussel, cuatro obras tratadas con la misma convicción que si fuesen sinfonías de Bruckner, provenientes de conciertos celebrados en 1990, 1991 y 1992. Vuelven a admirarnos la transparencia orquestal, el colorido, la riqueza de matices, el mundo misterioso de las ambivalencias armónicas de Milhaud o el elegante humor de Roussel. Un disco de obras infrecuentes soberbiamente interpretadas (magnífico el solista de marimba y vibráfono, Peter Sadlo, principal timbalero de la orquesta) y que testimonian aquí sobre todo el arte insuperable del director Sergiu Celibidache. Oberturas y páginas de los autores más diversos componen los tres últimos discos —ver cabecera— (el de Wagner y Weber se regala al comprador del álbum, la única forma de poder conseguirlo). En nuestra opinión, no todo está al mismo nivel: frente a tres buenas, sin más, recreaciones de La forza del destino, El carnaval romano o Don Giovanni, nos encontramos con dos poéticas, melancólicas y soberbiamente tocadas oberturas de Mendelssohn, con un Schubert fuertemente dramático, con un profundo y paladeado Weber, con un Rossini absolutamente excepcional (“tan trascendente puede ser una sinfonía de Bruckner como una obertura de Rossini”, decía el maestro), cuatro recreaciones vivas, brillantes, refinadas y con los adecuados toques humorísticos que las elevan a alturas insospechadas, y, en fin, con una sorprendente obertura de El murciélago, naturalmente en los antípodas de Carlos Kleiber, pero con eficacia y expresividad óptimas, con una aristocrática elegancia y un colorido excepcionales que nos hacen añorar un imposible Concierto de Año Nuevo con él. El Moldava llama la atención por su noble fraseo y por la pátina instrumental conseguida, mientras que las tres páginas wagnerianas, de amplia respiración y de ejemplares claridad y equilibrio, nos descubren al gran sinfonista que fue el compositor de Leipzig. Excelentes tomas de sonido en todos los casos, además de instructivos comentarios en los idiomas de rigor. Resumiendo, volumen excepcional sin ningún desperdicio a pesar de lo opinable que pueda resultar el Réquiem de Verdi en esta singular interpretación. Con este cuarto volumen, EMI culmina un proyecto y nos ofrece una imagen muy completa de este director incomparable, recreaciones imprescindibles para cualquier discoteca que se precie. Si prefieren esperar a que los discos se comercialicen individualmente, Bach, Mozart, Fauré, los rusos y algunas oberturas, son de conocimiento obligado, aunque nuestra opinión es que adquieran el volumen entero: 80 euros no es dinero por llevarse unos cuantos genios a casa recreados en estas condiciones. Prueben y sin duda que no se arrepentirán. Enrique Pérez Adrián C/ Blasco de Garay 47 - 28015 Madrid Tel.: 91 543 94 41. Fax: 91 543 94 74 info@elargonauta.com www.elargonauta.com 69 D I S C O S ESTUDIO Naxos Colección de música judía DEBER DE MEMORIA WYNER: The Mirror, passover Offering, Tants un Maysele. R. STOLTZMAN, clarinete; C. WICENS, flauta; R. THOMAS, violonchelo. VARIOS SOLISTAS. NAXOS 8.559423. DDD. 58’. Grabaciones: Worcester y Waltham, 1999 y 1992. Productores: D. Frost y M. Isaacson. Ingenieros: C. Talbot y M. Isaacson. Distribuidor: Ferysa. N PE BERLINSKI: Avodat Shabat (Servicio de la tarde de Shabat). R. BRUBAKER, tenor; C. HAUMAN, soprano; E. SHAMMASH, mezzo. RUNDFUNK SINFONIEORCHESTER BERLIN. Director: GERARD SCHWARZ. NAXOS 8.559430. DDD. 72’19’’. Grabación: Berlín, 2000. Productor: W. Nehls. Ingeniero: H. Thaon. Distribuidor: Ferysa. N PE ADOLPHE: Ladino Songs of Love and Suffering. Mikhoel the Wise (fragmento). Out of the Whirlwind. L. SHELTON, soprano; E. FISK, guitarra; D. JOLLEY, corno inglés; E. MILLS, soprano; N. WATSON, barítono. ORQUESTA SINFÓNICA DE SEATTLE. Director: G. SCHWARZ. P. PANCELLA, mezzo. CCM WIND SYMPHONY. Director: R. WINTHER. NAXOS 8.559413. DDD. 75’04’’. Grabación: Nueva York, Seattle, Cincinnati, 2000. Productores: D. Frost, A. Stern. Ingeniero: T. Martyn, A. Sanson, M. Stedman. Distribuidor: Ferysa. N PE BEN-AMOTS: Celestial Dialogues. Hashkivenu. Shtetl Songs. Salmo 81. D. KRAKAUER, clarinete; A. MIZRAHI, cantor; R. BEN-ZE’EV, soprano; J. MUSTO, piano. ORQUESTA SINFÓNICA DE BARCELONA. BBC SINGERS. Directores: K. A. RICKENBACHER, K. KIESLER, E. SEINEROVA. NAXOS 8.559421. DDD. 71’41’’. Grabación: Londres, Barcelona, Nueva York, Karvina, 1998, 2001. Productores: S. Weir, D. Frost. Ingeniero: C. Hugues, B. Kornacher, M. Roberts, T. Lazarus. Distribuidor: Ferysa. N PE ELLSTEIN: Great Songs of the Yiddishh Stage, vol 1. R. ABELSON, B. ADLER, R. BLOCH, J. BORTS, AMY GOLDSTEIN, B. MILLER, E. SHAMMASH, N. SNAIDAS, S. SPIRO. ORQUESTA DE CÁMARA DE VIENA. Director: E. JAFFE. NAXOS 8.559405. DDD. 62’33’’. Grabación: Viena, Barcelona, 2001. Productor: S. Weir. Ingeniero: C. Hugues. Distribuidor: Ferysa. N PE DIAMOND: Ahava. DIAMOND, GOULD, HARRIS, MOORE: Music for prayer. T. BIKEL. Narrador. SOLISTAS VOCALES, CORO Y ORQUESTA SINFÓNICA DE SEATTLE. Directores: G. SCHWARZ, S. ADLER Y OTROS. NAXOS 8.559412. DDD. 58’42’’. Grabación: Seattle, Rochester, Charleston, 1998-2000. Productores: A. Stern, D. Frost, S. Weir, W. Nehls. Ingeniero: T. Lazarus, C. Hugues, T. Martyn. Distribuidor: Ferysa. N PE 70 LEVY: Masada. Shir Shel Moshe. Canto de los marranos. A. M. MARTÍNEZ, soprano; R. TROXELL, V. RIDEOUT, tenores. ERNST SENFF CHOR, RUNDFUNK SINFONIEORCHESTER BERLIN. BBC SINGERS. ORQUESTA SINFÓNICA DE BARCELONA. Directores: Y. LEVY, J. MESTER, K. KIESLER. NAXOS 8.559427. DDD. 73’. Grabaciones: Berlín, Londres, Barcelona, 1999, 2001. Productores: S. Weir, W. Nehls. Ingenieros: B. Kornacher, C. Hugues, A. Unger, M. Roberts. Distribuidor: Ferysa. N PE TRADITIONAL CANTORIAL AND CONCERTS FAVORITES. S. SPIRO, cantor. CORO HEBRAEIACO. NE’IMAH SINGERS. Director: N. LEVIN. NAXOS 8.559460. DDD. 60’18’’. Grabaciones: Rochester, Londres, 1993-1999. Productores: S. Weir e. a. Ingenieros: C. Hugues, M. Roberts. Distribuidor: Ferysa. N PE CANTORIAL CONCERT MASTERPIECES. B. MILLER, cantor. ORQUESTA SINFÓNICA DE BARCELONA. OXFORD PHILOMUSICA. Directores: E. JAFFE, J. MESTER, M. PAPADOPOULOS. NAXOS 8.559416. DDD. 78’22’’. Grabaciones: Barcelona, Londres, Viena, 2000-2001. Productores: S. Weir e. a. Ingenieros: B. Kornacher, C. Hugues. Distribuidor: Ferysa. N PE BRUBECK: The gates of Justice. TRÍO DAVE BRUBECK. K. DEAS, bajo; A. MIZRAHI, cantor. BALTIMORE CHORAL ARTS SOCIETY. Director: R. GLOYD. NAXOS 8.559416. DDD. 50’13’’. Grabación: Baltimore, 2001. Productor: D. Frost. Ingeniero: T. Lazarus. Distribuidor: Ferysa. N PE A l volver a su ciudad natal, Nueva York, tras veinte años pasados en Europa, el muy modernista Henry James pasa por el barrio judío y cree encontrarse “en el fondo de un enorme acuario glauco en el que innumerables peces con el apéndice nasal hipertrofiado chocaban indefinidamente entre sí en medio de un montón de despojos marinos…”. Su miedo frente a la “extensión de conquista judía de Nueva York” y al yiddish —“la cámara de tortura del idioma”— le hacen perder su estilo minimalista y tan bonito; al refugiarse en su barrio chic, Henry James se pierde también el recreo de Lower East Side, a la hora de la comida, con sus obreros leyendo a Tolstoi, Kropotkin, Heine, o al anochecer cuando los teatrillos del gueto representan, todas traducidas al yiddish, obras de Ibsen, Nazimova o Gorki, que Broadway ni siquiera sueña con programar. De esa época, los primeros años del siglo XX con la llegada a Ellis Island, la nueva entrega de discos Milken ofrece un primer volumen (Yiddish Stage), de canciones nostálgicas, humorísticas, interpretadas por una gran variedad de cantantes y un sorprendentemente suntuoso acompañamiento orquestal: dos de los cantantes, en ese caso cantores ambos, Benzion Miller y Simon Spiro, prolongan la gran tradición de virtuosismo vocal del canto sinagogal de la Europa central del siglo XIX: repertorio religioso, el primero, religioso y tradicional el segundo. El espejo, para la obra homónima de Bashevis Singer, com- puesto por Yehudi Wyner acaba con lo que queda de Henry James: la pequeña orquesta de tipo klezmer (banda de músicos judíos y gitanos), conducida por un clarinete virtuoso, nos arrastra por el barrio bajo y oriental de Nueva York durante un verano bochornoso hasta sus muelles y sus calles malolientes repletas de inmigrantes intentando refrescarse en los chorros de las bocas de incendio. La gran manzana con su estatua y su poema a pie de estatua que reza “es un faro, una antorcha, ¡a mí vuestras masas miserables! ¡el aire libre les espera!”, la gran manzana se parece más que nunca a uno de esos shtetl cuyas canciones armoniza Ben-Amots, y canta admirablemente Re’ut Ben-Ze’ev en uno de los más bellos ciclos de la colección. Pasan los años, y los peores temores de Henry James se hacen realidad; del Lower East Side surgen y se consolidan movimientos como la Escuela Libre de Trabajadores o el Sindicato General de Trabajadores Alemanes: muchos judíos alemanes se consideraban alemanes judíos (el orden de los términos tuvo la importancia sabida durante el nazismo entre otras desgracias). Por ejemplo, Berlinsky con un nombre típicamente alemán, se diría: Herman. Nace en 1910 en Leipzig, consigue huir de su país en 1933, trabaja con el Teatro Yiddish de Vanguardia de París, el PIAT, entabla amistad con Olivier Messiaen, que le apoya; se incorpora al ejército francés para luchar contra los alemanes; consigue luego huir de la Francia nazi hacia Estados Unidos donde compone muchas obras impregnadas por la tradición judía y por una tradición que prolonga el estilo tan germano de, pon- D I S C O S ESTUDIO / REEDICIONES gamos, un Max Reger. En 1910 viven un millón y medio de judíos en Lower East Side; junto con la Unión Comercial Hebraica nacen multitud de asociaciones políticas, incluso partidos, anarquistas, comunistas y socialistas; el Partido Socialista consigue obtener un primer diputado antes de la Primera Guerra: Meyer London. El barrio ya no puede contener a sus habitantes que se extienden por todo Manhattan y Brooklyn; los judíos comunistas instalan la sede del partido en Union Square a finales de los Años 20; el contacto con Harlem y sus habitantes se establece en esa época. Es un contacto esperado. Los negros de los estados del Sur se habían identificado, hacía ya mucho tiempo, con lo que llamaban el pueblo elegido: en sus cantos espirituales, el pueblo negro lucha en Jericó, ve a Ezequiel subirse en el carro de fuego, sigue a Moisés en el desierto, sufre con Jeremías por las muchachas de Israel. Entre las dos guerras mundiales, numerosos negros de Nueva York se convierten al judaísmo, frecuentan las escuelas judías, las únicas que les aceptan (Harlem no tiene una sola escuela; por otra parte las primeras orquestas mixtas, es decir bicolor, se componen de jazzmen judíos y negros) mientras los estudiantes judíos intentan reventar las cuotas racistas para entrar en las universidades. Negros y judíos son mayoría en el Congress of Industrial Organizations y forman la totalidad del Partido Comunista… hasta el pacto hitleroestalinista y luego la conversión masiva al Islam de la población negra; las comunidades se separan llenas de frustración, dolor y hasta rencor. Considerado hasta la fecha como el prototipo de jazzman limpio (autor de Take five fue siempre nº 1 para los lectores de Playboy), Dave Brubeck recrea el sueño cosmopolita que reventó entonces; reúne a un bajo negro y a un cantor sinagogal en una obra de utópico título: Las puertas de la justicia. Hay en esas músicas, en esos músicos un deseo de memoria, un voto de memoria; tras los años de agonías, de cárceles y de masacres, como una promesa de recordar la belleza del mundo (de un mundo que no existe, el Sefarad de Bruce Adolphe donde una soprano canta el amor y el dolor en un idioma irreconocible, un idioma que quizá no ha existido nunca y que el compositor llama ladino); una obligación terrible de recordar “Si te olvido Jerusalén, que mi mano se seque, que mi lengua se pegue a mi paladar si pierdo tu recuerdo”, con la que cumplen David Diamond y Marvin David Levy, compositores separados por varias generaciones; lo hacen y el pasado nos habla en presente, por encima del estilo el pasado nos interpela: ¿cómo contestar al rezo de los muertos sin apropiarse su destino? Pedro Elías Mamou Harmonia Mundi Musique d’abord MAGNÍFICA COSECHA ARMÓNICA D el nuevo lanzamiento de Musique d’abord, la serie de precio medio por excelencia de Harmonia Mundi, nos han llegado diez referencias, muchas de las cuales estaban descatalogadas y alguna pasa por primera vez a la colección (como es el caso del disco de Falla). El Ensemble Organum de Marcel Pérès interpreta con su peculiarísimo e inconfundible estilo una muestra de canto viejo romano, en este caso unas Vísperas para el día de Pascuas (HMA 1951604; grabación de 1996). Como he dicho en ocasiones anteriores al referirme a otros discos del grupo, una interpretación fascinante, plagada de contrastes y de colorido, que sorprenderá (e incluso irritará) a los acostumbrados a los coros de monjes. El Ensemble Clément Janequin dedicó en los años 80 varios trabajos al compositor del que el grupo tomó su nombre, como éste titulado La caza y otras canciones (HMA 1951271; 1987), en el que brillan por encima de todo la frescura, la transparencia de las texturas, la variedad expresiva de un repertorio lleno de chispa y de encanto. La obra más conocida de Johann Hermann Schein es sin duda Las fuentes de Israel, una colección de madrigales espirituales para 5 y 6 voces con bajo continuo, mucho más cercana a la música italiana que al motete luterano. La versión que de la obra hizo Philippe Herreweghe al frente del Ensemble Vocal Européen (HMA 1951574; 1995) es una de las mejores del mercado, por más que el gran director belga parezca enfatizar antes el carácter austero de la música que su brillantez típicamente latina. William Christie demuestra su especial afinidad con el mundo de Montever- di en un disco que incluye el Combattimento y una selección de madrigales de los libros VI a IX (HMA 1951426; 1992). Versiones teatrales e intensas, aunque algo irregulares. Si del Combattimento pueden encontrarse interpretaciones más refinadas y elegantes, los dos dúos para tenores (Mentre vaga angioletta y Zefiro torna), que interpretan Jean-Paul Fouchécourt y Mark Padmore, están en la cima absoluta de la interpretación monteverdiana de siempre. The singing club (HMA 1951153; 1984) es una colección de canciones polifónicas inglesas de los siglos XVII a XIX interpretadas por el Hilliard Ensemble en uno de los mejores momentos de su ya larga carrera. El conjunto vocal británico capta a la perfección la variedad de estilos y de humores de una música irregular pero siempre atractiva. Los Tríos Hob.XV:27-29 de Haydn (HMA 1951572; 1995) encuentran en Patrick Cohen, Eric Höbarth y Christophe Coin a unos intérpretes de sonido refinado e intenso, que brindan unas versiones todo lo equilibradas que pueden resultar unas obras volcadas de forma decidida hacia el piano. La Sonata D. 959 y los cuatro Impromptus D. 935 de Schubert (HMA 1951637; 1997) suenan más robustos que sutiles en las manos de Alain Planès. El virtuoso pianista galo desmenuza las obras con precisión y vigor, pero a sus interpretaciones les falta calor, algo más de descenso al detalle y muchas dosis de poesía. El peregrinaje de la rosa op.112, curioso oratorio para cuatro solistas, coro y piano de Schumann (HMA 1951668; 1998) llega en una versión espléndida, en la que los solistas (Oelze, Remmert, Güra y Müller-Brach- mann) son de primer nivel, Philip Mayers toca un fortepiano de hermosísimo sonido y el Coro de Cámara RIAS demuestra ser uno de los mejores del mundo. Marcus Creed dirige una versión profundamente lírica, melancólica en ocasiones. Una estupenda noticia resulta ser el paso a serie media de la magnífica interpretación, por dramática y detallista, que Josep Pons y la Orquestra de Cambra Teatre Lliure hicieron de El corregidor y la molinera, la farsa mímica que Falla estrenó en 1917 y que un par de años después se convertiría en el popularísimo ballet El sombrero de tres picos. El disco (HMA 1951520; 1994) se completa con una curiosa versión de las canciones españolas antiguas armonizadas por Federico García Lorca, en la que la voz rasgada de la cantaora Ginesa Ortega se funde de manera sugerente con unos arreglos modernos muy particulares. Finalmente, la Primera Sinfonía (de 1951) y Timbres, espace, mouvement (1978) de Henri Dutilleux (HMA 1955159; 1985) nos llegan en versiones de la Orquesta Nacional de Lyon y Serge Baudo bien atentas a los efectos tímbricos y el refinamiento en el contraste de colores característicos del compositor francés. Pablo J. Vayón 71 D I S C O S REEDICIONES Supraphon Edición Ancerl MÁS CHECO QUE NUNCA L 72 a gran edición que Supraphon (distribuidor: Diverdi) le dedica a Karel Ancerl con la Filarmónica Checa toca a su fin. Nos llegan ahora los volúmenes 37 a 42, pero sin el 41, que vendrá más tarde. Dos de esos volúmenes, y medio más, incluyen obras de repertorio (Shostakovich y Mozart más un Liszt). Los otros dos (y medio) contienen obras de compositores checos del siglo XX poco o nada conocidos aquí. De manera que habrá que encarar esta reseña de reediciones de otra manera. Digamos de paso que el nº 41, el CD que falta, está dedicado al checo Jan Hanus. En parlarem aviat. Krejcí y Pauer (SU 3697-2 001, 195657, 1963). Isa Krejcí (1904-1968) fue director de foso y compositor de piezas vivaces y neoclásicas para todos los géneros. En estas dos obras hay una clara voluntad programática apenas sometida. Hay en ellas “mucho ballet”, por decirlo de alguna manera. La Serenata de 1948-1950 parece música de película americana de la época, tanto los vivaces movimientos extremos como el lírico andante central. Es música bella, que a veces roza el convencionalismo y otras se eleva muy alto. Su Segunda Sinfonía, cuatro movimientos que habrían firmado Stravinski o Martinu, y que a veces parece un Prokofiev, es obra sólida, de leve factura y ortodoxa disposición. El Concierto para fagot de Pauer (1949) es obra menor de un compositor que no pretende ir más allá de un ejercicio bien hecho. También tiene evocaciones de cine, acaso la hubiera firmado Steiner, aunque nunca Korngold. Este Concierto tuvo mucho éxito entre solistas del fagot y también del público. Brillante página, pese a todo, para Karel Bidlo, fagot. Ancerl brilla también, pero sobre todo sirve a sus compatriotas y colegas creadores con el rigor, la honestidad y la penetración tan suyos. Mozart (SU 3698-2 001, 1955, 1966). En el CD con obras concertantes de Mozart tenemos al espléndido acompañador, y echamos de menos al director solo, sin virtuoso al que servir. Pero son tres páginas de gran belleza. De 1955 son las tomas de ambos conciertos pianísticos, con solistas de gran altura: un agilísimo Hugo Steurer en el Jeunehomme; y en el nº 23 una inspirada e instrospectiva Halina Czerny-Stefanska, polaca con pasado de niña prodigio y discípula de Cortot. Impresiona Ancerl en el arranque del primer Allegro, impresiona la solista en el mismo movimiento, impresiona la complicidad o sociedad de ambos en el Adagio. En medio de ambos conciertos pianísticos, un registro de 1966 del Tercer Concierto para trompa, con un solista esplendoroso, Miroslav Stefek, surgido de los atriles de la propia Filarmónica, como hacía Alan Civil y han hecho tantos otros. Stefek y Ancerl crean un clima mágico en la Romanza que lleva al Larghetto. Este CD es una pequeña apoteosis del clasicismo, una muestra de la versatilidad de esta batuta que tanto dominó precisamente lo opuesto, los romanticismos, tanto el pleno como el tardío. Shostakovich (SU 3699-2 011). En estas páginas se ha escrito ya sobre la Quinta de Shostakovich en la batuta de Ancerl. ¿Es una referencia a estas alturas? Un primer movimiento muy motivado, muy analítico, muy cargado de tensiones que avanzan, una secuencia ejemplar, de una belleza sin concesiones. Ancerl aplaza la crisis hasta el Largo, que él hace doloroso, punzante. Mas aunque no resuelve el Finale de manera complaciente, tampoco lo traduce de modo chirriante o grotesco: eran otros tiempos, otro nivel de conciencia. No es un compromiso, acaso es que no tenía al compositor tan cerca como lo tenía Mravinski para saber qué significa en rigor ese Allegro. Aun así, es un final nada tranquilizador, inquietante y aristado. La Primera, que no es primeriza, la diferencia Ancerl de manera diáfana; estamos en otro mundo, aunque apunte el estilo, y eso se nota en la importancia clasicista de los allegros. Burghauser y Dobiás (36700-2 011, 1964 y 1960). Los siete movimientos de los Siete relieves de Jarmil Burghauser (1921-1997) se desarrollan en menos de 17 minutos. Son miniaturas sugerentes y sugestivas, de un compositor que tiene algo que ver con los compositores de su generación, la de la vanguardia europea, aunque nada con el serialismo integral, y sí con un compromiso inventado por el propio Burghauser, el serialismo armónico. Los tiempos han cambiado, estamos en 1963, hay una cierta liberalización, se puede oír la música de Occidente, se pueden traer partituras, se puede ir a Darmstadt. Siete sellos tiene mucho interés, es obra en la que dominan las gamas inferiores y los tempi moderados, a veces hasta lo misterioso, y cuyo carácter proviene de la tímbrica desusada y cambiante. Hoy escuchamos Siete relieves como una obra inspirada, intensa, honda, mientras que muchas de las de la vanguardia de entonces nos parecen pura mímesis, academicismo al revés. Ancerl desmenuza, muy a sus anchas, la promesa de futuro de esta página rica y cargada de sentidos y enigmas. Junto a Burghauser, en el mismo CD, el que fue representante más visible del realismo socialista en música, Václav Dobiás (1909-1978). 51 minutos, ambiciones brucknerianas, evocaciones dvorákianas, pleno romanticismo tardío; eso era el realismo socialista en música y en otros medios, la pervivencia de una estética anterior sin elementos modernos de ningún tipo, es decir, algo que pudieran degustar los jefes de la nomenklatura sin sentirse agobiados o humillados por la sabiduría de los puñeteros artistas. Dicho lo cual, hay que reconocer que esta sinfonía es rigurosa, ambiciosa y a veces magnífica, y que no es de lo que más se reclama del pasado en este compositor de cantos edificantes para la juventud socialista. Ancerl la dispone como si se tratara de cuatro poemas sinfónicos de Dvorák, y ésa es sin duda la inspiración de los cuatro rigurosos movimientos, que son tanto programáticos como ortodoxos. Sensacional Ancerl en esta especie de retorno al pasado, que en rigor no es tal. Liszt, Bárta, Shostakovich (SU 3702-2 011, 1964-61-68). Los Preludios de Liszt por Ancerl se han publicado con todo tipo de acoplamientos. Es una lectura ya clásica, pero no clasicista, es el poematismo en estado puro, un crecimiento dramático, una solución lírica de una página muy “popular” que aquí se descubre como si fuera nueva. El excelente chelista Milos Sádlo encaraba con Ancerl en aquel prometedor junio de 1968 (lo desmentiría agosto) esta lectura del Primero de Shostakovich, cuatro movimientos que son cuatro contrastes (atención al lirismo de ese espléndido Moderato), cuatro climas plenamente diferenciados, un derroche de musicalidad y, a menudo, de alegría, de júbilo. El Concierto para viola de Lubor Bárta (1928-1972) sigue el esquema a mitad de camino entre el romanticismo tardío y el ejemplo bartókiano; en estos tres movimientos más sinfónicos que concertantes no es todavía Bárta el atrevido compositor de años más tarde, porque estamos en 1957 y el horno no está aún para bollos. Vibrante, elocuente, bullicioso, Ancerl le indica al solista un discurso que éste sigue con más complicidad que enfrentamiento. Una página nada desdeñable. En fin: una oferta poco habitual, con muchas páginas checas poco conocidas, aunque sólo Siete relieves sea una obra para recomendar plenamente. En cuanto a Ancerl, sencillamente magnífico lo mismo cuando está delante (Sinfonías de Shostakovich, por ejemplo) que cuando acompaña en Mozart o en lo que le echen. ¿Será preciso insistir en ello? Santiago Martín Bermúdez D I S C O S REEDICIONES Biddulph CUERDAS DE ANTAÑO M edia docena de registros en su mayor parte nunca antes presentados en disco compacto tiene a bien ofrecernos el sello británico Biddulph (distribuido por Diverdi). En todos ellos los instrumentos de cuerda son protagonistas en las manos de unos músicos extraordinarios. Tal es el caso del violinista alemán Adolf Busch (1891-1950), en quien quizá se pueda rastrear la herencia de Joachim. El hecho de pertenecer a una familia de grandes músicos también es un rasgo que parece ligarle de alguna forma al pasado decimonónico. En cualquier caso, las versiones de los cuartetos de distintos autores románticos que realizara con el conjunto que fundó en 1919 (en el que como violonchelo figuraba su hermano Hermann) son un referente de la interpretación de la primera mitad del siglo XX. Catalogado con el número 80208-2, encontramos los dos primeros de los Rasumovski, que se grabaron en Nueva York, el inicial en 1942 y el posterior en 1941. Dos años antes, Busch se había establecido en Estados Unidos, y ya antes, en 1933, adoptó la nacionalidad suiza y vivió a caballo entre este país y Gran Bretaña: los nazis le habían prohibido tocar con Rudolf Serkin, su yerno, por ser judío. Maestro de Menuhin, otro dato que hay que tener en cuenta, la música de Busch parece estar dotada de un especial halo humanístico que trasciende la esfera puramente técnica, que, por otra parte, resuelve con eficacia. Las dos primeras obras de la Op. 59 de Beetho- ven quizá no fueran recogidas en el mejor momento del Cuarteto Busch, que transcurrió durante los años treinta, pero de cualquier forma, la homogeneidad dentro de la independencia de las líneas, soltura, madurez y profundidad de estas dos versiones las hacen muy dignas de ser conocidas. Al igual que la del Concierto para violín de Beethoven, tan próximo en el tiempo a los Rasumovski, que registrara también en 1942, con su hermano Fritz a la batuta y la New York Philharmonic-Symphony. Ambos beethovenianos de pro, construyen una interpretación noble, de pinceladas fuertes e intensas y dotada de una energía espiritual incontestable que compensa algunos pequeños deslices técnicos, menos acusados según avanza su lectura de la obra. Las cadencias, colosales, son del propio Busch. Este disco (80211-2) se completa con la Sonata para violín nº 3 de J. S. Bach, donde el violinista nos regala su arte a la vez sobrio y jugoso a manos llenas. Excepcional se nos antoja el compacto que contiene las Sonatas para violín y piano Séptima, Octava y Novena de Beethoven a cargo de los franceses Zino Francescatti y Robert Casadesus. Diez años anteriores a las grabaciones en estéreo que realizaron los mismos artistas en los sesenta, estas versiones revelan un grado de compromiso con las partituras y entre los músicos difícil de superar. Un mismo impulso les impele, el mismo deleite en los fraseos, la misma precisión y energía rítmica. Claridad, precisión y orden se aparejan con una unívoca voluntad expresiva en esta referencia de excelente sonido monoaural: 802102. Por otra parte, los amantes del gran Joseph Szigeti (1892-1973) recogerán con alborozo la publicación en disco compacto de la primera de las tres Sonatas para violín y piano de Brahms que el húngaro grabara con Mieczyslaw Horszowski en la década de los cincuenta. Distaron varios años entre esta primera en sol menor, registrada en 1951, y las otras dos. En esa época la técnica de Szigeti había perdido algo de frescura y precisión, pero como quien tuvo, retuvo, sobran ocasiones para disfrutar de unos fraseos tan elegantes como pocos podían producir, mientras que el acompañamiento pianístico del artista polaco es ejemplar. Además, este compacto (80212-2) se completa con otra obra brahmsiana, el Cuarteto con piano nº 3, cuyo último movimiento tiene cierto parentesco con el final de la sonata que acabamos de comentar. A Szigeti le acompañan Milton Katims a la viola, Paul Tortelier al violonchelo y Myra Hess, con la que el violinista ya había tocado en su juventud en Londres, al piano. La interpretación fue recogida en el Festival de Prades en el verano de 1952. Todos especialistas en la música de cámara, construyen una versión apasionada y dúctil. Cambiando de cuerdas, pasamos al violonchelo del nacido en Washington, aunque de familia ucraniana, Leonard Rose (1918-1984), a quien se le considera iniciador de la escuela de chelo estadounidense. Perteneció a las orquestas de la NBC, Cleveland y Filarmónica de Nueva York, que abandonó en 1951 para consagrarse a una carrera como solista ya iniciada en 1944. Formó trío con Stern e Istomin y tocó a menudo con Gary Graffmann. Precisa- BEETHOVEN. Sonatas para violín y piano nº 7, 8 y 9. ZINO FRANCESCATTI, VIOLÍN. ROBERT CASADESUS, PIANO. BIDDULPH 80210-2. ADD. 72’58”. Grabaciones: 1949-52. Distribuidor: Diverdi. mente de 1951 y 1952 son las versiones de las tres obras concertantes que presenta el CD 80209-2: Concierto nº 1 de Saint-Saëns, Schelomo de Bloch y Variaciones sobre un tema rococó de Chaikovski, las dos primeras con Mitropoulos y la última con Szell, siempre dirigiendo a la Filarmónica de Nueva York. Al lujo de los despliegues orquestales de estas interpretaciones se ha de añadir el sonido preciso, nítido y a la vez pastoso de Rose, de una lucidez técnica tan natural que casi pasa inadvertida. Además el disco contiene la Elegía de Massenet y Sing me to sleep de Greene en las que Rose realiza el obligato acompañando a la mezzo del Met Gladis Swartout. Comenzamos y terminamos con cuartetos. En este caso con el de Budapest, que en el CD 80213-2 aborda repertorio mozartiano: K. 465, De las disonancias, K. 499, Hoffmeister, y K. 590, grabados en 1932, el año en el que Joseph Roiman sucede a Emil Hauser como primer violín, y entra como segundo Jac Gorodetzki (a pesar de su denominación, esta formación estuvo en su mayor parte integrada por músicos rusos), 1934 y 1935, respectivamente. Fundado en 1917 por profesores de la Orquesta de la Ópera de Budapest, el cuarteto pasó en 1938 pasó a residir en Estados Unidos hasta que se disolviera en 1967. Su presencia fonográfica es afortunadamente notable. De estos registros que presenta Biddulph quizá lo mejor que se podría decir es que no han perdido vigencia. Los músicos evitan las barras de repetición (exigencias de duración de los discos de 78 revoluciones), pero no una expresión lírica tan ligera como mullida. Toda una lección camerística. Rafael Díaz Gómez 73 D I S C O S REEDICIONES Great Hall DE LA HISTORIA RUSA H 74 ay reediciones que parecen novedades de registros históricos que estuvieran ocultos por ahí. El sello ruso Great Hall (Gaudisc) reedita grabaciones que estaban fuera del mercado hace mucho tiempo, algunas hace varias décadas. Acaso a más de una no se la había visto por ninguna parte. Sorprende el CD con los Conciertos nºs 1 y 2 de Chaikovski por el joven Emil Gilels, acompañado por Golovanov y la Orquesta de Radio Moscú (el popular Primero) y por Kondrashin y Leningrado (el casi oculto Segundo) (052). Y sorprende al menos por dos razones: porque el sonido es muy aceptable pese a las fechas y tratarse de registros rusos (1946 y 1948), y porque los enfoques son sorprendentemente antipatéticos, objetivos, poco menos que clasicistas, alguien diría que fríos. Un frío saludable, no siberiano. Que en el Segundo se permite un énfasis más acorde con esa otra tradición que giraba alrededor del universo concertante de Rachmaninov e informaba a sus antecesores, aunque hay que decir que aquí lo enfático es sobre todo el acompañamiento. Unos acercamientos francamente interesantes, un esplendoroso Gilels que se luce en las cadencias, que traduce con elegancia a Chaikovski sin desmelenarlo ni enternecerlo. No era lo habitual entonces en otras salas de conciertos. Y puede no ser el ideal de más de un aficionado. No sorprende el viejo Sviatoslav Richter tocando las Suites inglesas nºs 1, 3, 4 y 6 de Bach (GH 5601 2 CD). No, sólo asombra. El ideal de la elegancia, de la medida, del clasicismo a partir de estas suites tardobarrocas se encierra en este doble álbum grabado en Moscú en mayo de 1991 por Boris Tijomirov en las circunstancias que él mismo explica en sus notas. Asombra ese tacto que no es delicado, ni simplemente sutil, asombra ese saber rozar la tecla y el martillo para conseguir poesía sonora en las danzas y en los animados y afirmativos preludios de cada suite, para alcanzar una belleza de carácter plenamente apolíneo. Es de los últimos testimonios del arte insuperable de Richter, uno de los grandísimos del piano del pasado siglo. Richter dejaba de tocar en marzo de 1995, justo al cumplir 80 años, y moría en 1997. Pero dejaba un legado fonográfico en el que destacarán siempre estas Suites inglesas de Moscú. De 1953 es una secuencia de piezas de Paganini con protagonismo del grandísimo virtuoso Leonid Kogan, uno de esos violines mágicos de la escuela rusa (050). Abre con el impresionante Concierto nº 1, interpretado con rigor clasicista, con elegancia e intensidad prerrománticas. Kogan grabó varias veces este Concierto, los Caprichos y otras piezas de Paganini; recordamos el Concierto acompañado por Nebolsin en 1947 y desenterrado por Arlecchino hace unos años. El registro de 1953 prima la limpi- dez de la línea del solista y deja en segundo plano el acompañamiento magistral de Kondrashin con la moscovita Filarmónica del Estado. Los pianistas Mitkin e Iampolski acompañan las hazañas de Kogan en otras piezas breves, y en dos de ellas afronta él solo el peligro (una, el Capricho nº 24, claro está). Un disco que no es sólo virtuosismo, sino también una lección de estilo a más de 50 años de distancia. Nuestros lectores recordarán que en la discografía del dosier Glinka del año pasado nos referíamos a dos versiones de Ivan Susanin, de 1938 (Samosud) y 1950 (Melik-Pashaiev, más Nebolsin), como desconocidas para nosotros, e inencontrables. Pues bien, Great Hall trae la segunda de ellas (012-013, 2 CD), aunque se nos asegura que es de 1947. No hay razones para dudar que así sea, fue un año excelente. Recordemos que Ivan Susasin es la adaptación soviética de Una vida por el zar, con trama casi idéntica, con texto bastante cambiado de Sergei Gorodevski que no glorifica la entronización de los Romanov en la persona de Mijail. Este cambiazo parece que se dio en 1939: ¿acaso la versión de Samosud era la original? Nos sorprendería mucho, precisamente en 1938, la época del Gran Terror. Pero cualquier día uno de esos rescates nos saca de dudas. Dirige Nebolsin la toma del epílogo, y acaso haya que lamentar que no dirigiera la totalidad, pero Melik-Pashaiev, sin ser de los grandes, fue de los más eficaces directores de foso soviéticos, y lo fue durante décadas. Melik adensa a Glinka, lo dirige como si fuera un compositor posterior, lo desitalianiza en parte y le da a la ópera una curiosa fisonomía “Jovanschina”, o algo por el estilo. Sonido histórico, pero aceptable. Magnífica orquesta y sensacional coro. Maxim Mijailov, en Susasin, tiene problemas con los graves y su línea no es la más adecuada para este papel; mas la nobleza de su timbre y la belleza de su centro se sobreponen al cometido, aunque se eche en falta capacidad belcantista. Natalia Spiller es una Antonida con garra, lejos del modelo de chica dulce, con un poderoso lirismo de fuego. Nielep está en su mejor momento, y aunque la parte le obliga a determinados forzamientos heroicos contra su lirismo natural, compone un magnífico Sobonin. La magnífica contralto Ielisaveta Antonova en el papel travestido del joven Vania completa el cuarteto de este bello título, que muy bien podemos escuchar en la versión soviética, que ya es historia. Una gran velada histórica. Este lanzamiento trae una espléndida Dama de picas de Melik-Pashaiev, un registro que no es desconocido para muchos aficionados. Es la protagonizada nada menos que por Nielep, Smolenskaia, Verbitskaia y Lisitsian, con secundarios de la altura de Veronika Borisen- CHAIKOVSKI. Dama de picas. ORQUESTA DEL BOLSHOI. NIELEP, SMOLENSKAIA, VERBITSKAIA, LISITSIAN, BORISENKO, IVANOV. Director: MELIK-PASHAIEV. 2 CD GREAT HALL 041-042. Grabaciones 1949/50. Distribuidor: Gaudisc. ko y Alexei Ivanov (041-042, 2 CD). Ya había aparecido hace unos diez años gracias al sello Arlecchino, en 3 CD, con propinas de voces operísticas rusas de 1907 a 1950. El sonido de estas tomas de 1949-50 ha mejorado por arte de magia. De nuevo tenemos a Nielep en un cometido en que fuerza con éxito su lirismo natural, un Hermann histórico que el gran tenor repitió a menudo, acaso el mejor Hermann del sonido grabado; en sus solos o en los dúos con Liza, Nielep pasa del lirismo contenido a la eclosión sonora del exaltado personaje que encarna. Pero atención al resto del reparto. Evgenia Smolenskaia es una Liza conmovedora, de timbre juvenil y sin embargo poderoso, un vibrato que te resuena hasta el alma, como en la escena junto al Neva. Veronika Borisenko es Paulina, y su voz es densa y ancha, como esperamos siempre en la vieja y acaso irrecuperable escuela rusa de contraltos. Atención al dúo de ambas en el primer acto: una lección de canto, de buen gusto, de altísima escuela, que se prolonga en la romanza de Paulina. Borisenko, en dulzura y en inflexión, es la contrafigura de la Condesa de Evgenia Verbitskaia, de cuerda semejante pero de configuración distinta, la auténtica mezzo o contralto en discordia con la pareja joven tenorsoprano, esto es, la mala (aunque sabemos que en esta ópera la cosa no funciona como de costumbre). Verbitskaia es otra baza enorme en este reparto irrepetible, y ahí está su escena con Hermann como prueba. Lisitsian da un Ieletski no sólo noble, sino también fresco todavía, con ímpetu, con la frescura de su voz de barítono todavía joven (no tenía cuarenta aún), algo limitada pero muy bien administrada. Gran nivel de los demás, en especial Alexei Ivanov en Tomski y Elena Korneieva en la institutriz. Mas atención a esa maravillosa Vera Firsova del intermedio mozartiano; si no tuviéramos noticia de ella, sería para no creerlo. Buena, ya D I S C O S REEDICIONES que no genial dirección de Melik, magnífico concertador y unificador, que a veces incluso crea el clima adecuado de intriga, de suspenso, y que contaba en aquel entonces con un coro magnífico y una muy buena orquesta. Este registro es un tesoro. Por último, una rareza, El demonio, de Anton Rubinstein, ópera de 1875 que no es del todo desconocida, puesto que en los últimos tiempos ha sido objeto de rescates fonográficos, y ha merecido una reciente coproducción del MariinskiKirov y el Châtelet de París. Rubinstein sigue el poema de Mijail Lermontov, publicado en 1840 con severas censuras oficiales, de manera que sólo de manera indirecta se leía allí un canto a la libertad e inconformismo del demonio protagonista. En su estética, Rubinstein, hermano de Nikolai, instalado en Moscú, se acerca mucho a sus paisanos petersburgueses del Grupo de los Cinco por el uso premeditado del folclore (como en las danzas y cantos georgianos). No es de las grandes obras del repertorio ruso, pero sí un título muy estimable, con momentos concretos de gran interés, en especial si lo canta un reparto como éste (030-031). Resurge aquí El demonio de unas tomas de 1950, siempre con Melik y un reparto de lo mejor posible en aquellos años y aquellos pagos posbélicos y siniestros en los que sin embargo abun- daba el buen canto: por ejemplo, un exquisito Kozlovski en el breve y lírico papel del Príncipe Sinodal: atención a esos dos maravillosos solos suyos del cuadro tercero del primer acto. Mas también Alexei Ivanov, ahora como poderoso barítono y protagonista muy poco convencional, el demonio rebelde: excelente en sus escenas de enfrentamiento (con el ángel, con Tamara) y en sus envenenados soliloquios. La maravillosa soprano Tatiana Talashadze borda el papel de la dulce Tamara, amada y víctima del demonio, y en ese cometido va a veces más allá, en anchura y en descenso, de la cuerda de soprano lírica, mas también es capaz de agilidades belcantistas. No podía faltar una contralto con espesuras rusas, Maria Kuznezova, aquí como nodriza de Tamara; ni un barítono bajo de noble línea, Sergei Krasovski, en el Príncipe Gudal, padre de la heroína. Redondea el excelente reparto el Angel de Elena Gribova. Orquesta algo retirada, pero suficiente; coro de altísimo nivel; un sonido aceptable aunque histórico. En fin, una muy interesante referencia que en lo vocal es hoy día imposible de igualar, y que en lo orquestal lo ha sido al menos por el sonido: Anisimov en Wexford (Marco Polo) y Fedoseiev en Bregenz (Koch). Pero ¿y Gergiev, después de aquello del Châtelet? El mar es un magnífico álbum, bas- tante reciente en comparación, en el que Svetlanov y la Orquesta del Estado de Rusia ofrecen las obras de ese título de Glazunov y Debussy (018). Estamos en el conservatorio de Moscú, el 13 de febrero de 1993, un concierto en vivo; el sonido es excelente, las obras tienen estéticas que se llaman la una a la otra, pero no coinciden, porque Glazunov es más alemán, aunque esto suena muy francés. Como broche (de oro, si quieren) de este lanzamiento espléndido, valgan estas dos lecturas bellas, hondas y virtuosas de un clásico de hace justo un siglo y de una de esas obras superiores por las que comprendemos la admiración de Shostakovich por su maestro Glazunov. Y las lecturas refinadas y pura síntesis de Svetlanov nos recuerdan que lo francés se hermana a menudo con lo ruso, y que este gran director ha bebido en fuentes ajenas a lo nacional para encontrar lo justo en lo propio. Y con esto, recuerdo su Miaskovski. En resumen: esta serie rusa independiente forzosamente despertará el interés de muchos buenos aficionados, por lo que ofrece, por la historia que encierran estos recitales, también por las cosas cercanas que encierran los discos, y por la elevada calidad de estos fonogramas. Santiago Martín Bermúdez Harmonia Mundi 1+1 BALADAS ISABELINAS Y SONATAS FUTURISTAS L a nueva entrega de los discos dobles de Harmonia Mundi se inicia con Royal delight, formado por The King’s delight y The Queen’s delight, a cargo de The King’s Noyse, dirigido por David Douglass (HMX 2907370.71, 1992, 1996). Propone una selección muy variada de músicas británicas del XVII, entre lo culto y lo popular, interpretada de manera admirable por el grupo. Inolvidable la anónima balada Barbara Allen’s cruelty, cantada de modo maravilloso por Ellen Hargis. Bajo el título de Estilo fantástico, se agrupan dos discos de Romanesca: Phantasticus, música italiana para violín del XVII, y Sonatas para violín de Johann Heinrich y Andreas Anton Schmelzer (HMX 2907362.63, 1995, 1997). Ambos registros testimonian el arte excelso de Andrew Manze, siempre impregnado de libertad improvisatoria, virtuosismo y adecuación de estilo. La interpretación de La reina de las hadas de Purcell, por el Deller Consort y los Stour Music Chorus & Orchestra, dirigidos por Alfred Deller (HMX 290257.58, 1972) mantiene un incuestionable valor histórico, pero ha envejecido muy mal. La articulación resulta arcaica y el tratamiento del humor, notablemente grueso. Hay algo de gracia en los coros y puede considerarse que lo más vigente se encuentra en la incorporación plena del registro de contratenor. Le malade imaginaire de Charpentier, por Les Arts Florissants, dirigido por William Christie (HMX 2901887.88, 1990) es una de las grandes realizaciones de estos músicos. Una versión de asombrosas vitalidad y energía y un humor a flor de piel. De la grabación de las obras completas para clave de François Couperin llevada a cabo por Christophe Rousset se han seleccionado siete órdenes de los Libros I-IV (HMX 2901885.86, 1992-94). Una acertada antología que permite apreciar muchos de los valores del magno registro integral: belleza de sonido, sentido improvisatorio y expresividad. Las Sonatas para violín y clave BWV 1014-1019, 1021, 1023 de Bach por Elizabeth Blumenstock y John Butt (HMX 2907364.65, 1991-92) presenta hallazgos notables, como algunos movimientos de atractiva melancolía y una eficaz selección de tempi, pero también ocasionales sonoridades un tanto metálicas del violín. Los Nocturnos de Chopin por Brigitte Engerer (HMX 2901430.31, 1993) son líricos y poéticos, construidos a partir de la delicadeza del sonido y con dosis de rubato que se revelan apropiadas al concepto general de la artista. Una opción digna de tenerse en cuenta. Muy interesante la grabación de la obra para piano de Bizet por Par Setrak (HMX 2905223.24, 1984), un repertorio descuidado, que pertenece sobre todo a lo salonesco, escrito siempre con finura de trazo, pero que tiene también alguna composición de mayor entidad, en especial la serie de Variaciones. Setrak lo defiende con fervor y una técnica que en ocasiones se muestra un poco justa. En la aproximación de Robert Taub a las Sonatas para piano de Alexander Scriabin (HMX 2907366.67, 1988-90) encontramos una solvente visión de este difícil repertorio. El intérprete opta por un Scriabin no totalmente volcado hacia la modernidad. Una lectura de dinámica muy amplia que entronca con la tradición tardorromántica. Enrique Martínez Miura 75 D I S C O S REEDICIONES Urania RECUPERAR LOS CINCUENTA E 76 l sello italiano Urania (distribuidor: LR Music), formado por un aluvión de grabaciones de diversos orígenes, nos propone un suculento viaje al pasado lírico, recuperando algunos registros efectuados en los años 50 del pasado siglo. Dimitri Mitropoulos, al frente de la Filarmónica de Nueva York de la que era entonces su director musical, se enfrenta en octubre de 1955 a un programa Wagner, con fragmentos de las dos últimas obras de la Tetralogía (RM 11.924). De Siegfried únicamente dirige los Murmullos de la selva, mientras que de Götterdämmerung (todo el acto III, prácticamente) tenemos la oportunidad de disfrutar las soberbias presencias de la Brünnhilde de Astrid Varnay y el Siegfried de Ramón Vinay. Poco nos ha quedado, discográficamente hablando, del Wagner de Mitropoulos, por lo que este disco es un documento muy interesante. Mitropoulos analiza certeramente estas páginas wagnerianas con el aliento dramático que le caracteriza, con una sonoridad austera y cortante y unos tempi más bien rápidos como si quisiera limpiarlas de tanta paja y reiteraciones. Hace que momentos tan triviales como el diálogo de Siegfried con las tres ondinas aparezcan tan decisivos como la espectacular marcha fúnebre, descrita de forma sorprendentemente patética y desgarrada. La pareja solista está gloriosa (no tanto el resto en sus episódicas intervenciones) y Vinay, de colores oscuros, sólidos, heroicos, da a todas sus participaciones un relieve especial, emocionando en el relato que precede a su muerte. La Varnay saca todos sus recursos, que eran muchos, y su experiencia (ya había cantado Brünnhilde en el Met y en Bayreuth) en una Inmolación de manual, tanto por los medios vocales como por las generosas intenciones. Pasar del Wagner de Mitropoulos al de Knappertsbusch es una fascinante experiencia. El alemán, en El Holandés errante (URN 22.271) dirigido su estreno en Bayreuth en 1955 (luego sustituido por Josef Keilberth, cuya grabación realizaría Decca), describe un Wagner más denso y estatuario, de una sonoridad deslumbrante pero algo ampulosa dada la elección lenta de tiempos, ofreciendo por ello una versión solemnemente romántica. Los solistas no están descuidados y se entregan con un fervor casi religioso al concepto de la batuta. El humanísimo y atormentado Holandés de German Uhde está pleno de matices y soberano de medios. La Varnay, con su portentosa voz no exenta de algunos problemáticos agudos, define a Senta por el lado más visionario y alucinado, integrándose de este modo, de forma natural, dentro del concepto impuesto por el director. Excelente el Erik de Wolfgang Windgassen, que da un diáfano relieve a un personaje algo anodino y de relleno. Ludwig Weber es un Daland de sonoridad firme y afables maneras. En el piloto, Josef Traxel (quien fuera asimismo un destacado Erik), muy por encima de la media y Elisabeth Schärtel una distinguida Mary. Del mismo año que la anterior ópera es una radiada Flauta mágica de Francfort (URN 22.273), dirigida por Solti con colores vivos y clarísimo concepto dramático, extrayendo así todo el sabroso contenido de tan inmortal partitura. Cuenta en el equipo con algunos nombres infalibles, comenzando con la cristalina Pamina de Elisabeth Grümmer, que no llegó a grabar oficialmente el papel. Del lirismo encendido del dúo con Papageno pasa la soprano alemana al patetismo de Ach ich fühls, dejando en cada nota una sensación de plenitud musical, la relajante satisfacción de que no es posible sacarle más partido a la deliciosa muchacha que el que ella consigue. Una delicia impagable. Tiene a su lado a un Sarastro de estatura descomunal, Glottob Frick, un auténtico bajo profundo (¡qué negrura de graves!), de acentos entre paternalistas o sacros, según las situaciones lo requieran. La Reina de la Noche de Erika Köth es de nivel por la riqueza de intenciones (el adagio de O zittre nicht, por ejemplo, está magistralmente expuesto) y la coloratura ágil y vibrante (el fa sobreagudo es una perla). Ernest Kozub, un buen tenor lírico que falleció muy joven, es un Tamino recio, seguro y dispendioso, pero algo monótono de expresión. Quizás le falte la elegancia o morbidez de algunos contemporáneos como Dermota o Simoneau, ese hálito poético que hacen del personaje un auténtico príncipe de cuento de hadas. Papageno está resuelto por el poco conocido barítono Gunther Ambrosius con simpatía y, como suele pasar casi siempre dadas las características del papel, no tiene problemas vocales de ningún tipo. Hanny Steffek fue una de las soubrettes más solicitadas de la época, ideal para Despina, o Zerlina, por lo que puede dar a Papagena todo su fugaz encanto y picardía. El resto del equipo no aparece detallado en el disco. El tenor canadiense Léopold Simoneau estuvo entre los mejores intérpretes mozartianos de su época. Para quien lo dude, he aquí el disco grabado en 1953 y 1954 (RM 11.923), donde Simoneau sólo por la interpretación de Dalla sua pace ya merecería aquel calificativo. Qué voz de terciopelo, qué sensibilidad, qué manera de recrear las palabras y de planificar las frases. Simoneau es también Belmonte, Ferrando (otro milagro Un’aura amorosa), Tito e Idomeneo (menos interesante sus resultados por no ser partes que se avengan naturalmente a sus representativas armas de seducción vocal), Idamante e Il Contino de La finta giardiniera (donde cuenta con la feliz Sandrina de su esposa Pierrette Alarie, que está a su altura), además de interpretar dos arias de concierto (las K. 425 y K. 420). En suma, una joya, a la que dan brillo desde el foso Bernhard Paumgartner y Walter Goehr, dos batutas de oficio y beneficio. Originariamente este disco era del catálogo Philips. Sosarme de Haendel (URN 22.270) aún no ha merecido la atención de los popes barrocos de la actualidad, tipo Biondi, Minkowski, Malgoire, Jacobs o Curtis, por citar algunos. Mientras tanto, dado el difícil acceso y la modestia de los resultados de la grabación de 1993 dirigida por Johannes Somary, ésta comandada por Anthony Lewis en 1954 (ya trasladada a CD por Theorema) puede servir de provechoso acceso a la partitura de madurez haendeliana. Un Haendel dentro de la tradición inglesa el de Lewis (tantas veces acompañante de la Sutherland o la Baker), lo que equivale a decir que hay lucidez en el concepto y flexibilidad en el desarrollo. Hay cortes en la partitura (hoy día impensables) y las arias, a veces, se cantan sin el da capo o sin variaciones en el mismo (algo que no es tan insólito hoy). El equipo vocal está dominado por la presencia de Alfred Deller, modelo de buen gusto, estilo y belleza instrumental, aunque quizás algo monótono de intenciones. El bajo Ian Wallace, asociado a papeles de corte cómico, luce un hermoso centro-grave de bajo cantante o lírico, sacando adelante con holgura una de las páginas solistas más hermosa de la obra, Fra l’ombre e gli orrori. Helen Watts demuestra su categoría contraltil de corte más bien oratorial que aquí no desentona en el señorial personaje de Melo. Llama la atención Nancy Evans por su acento exótico (igual que el tenor William Herbert, discreto Haliate) y, por más positivas causas merece destacarse a Margaret Ritchie, una vocecita mínima pero disciplinada y agradable, demostrando buena disposición para este repertorio y logrando en la deliciosa Vola l’augello un buen momento de canto y música. La Aida originariamente de RCA, grabada en Roma en julio de 1955 (URN 22.274), contemporánea pues de la de Maria Callas y Richard Tucker y en medio de las dos realizadas por Renata Tebaldi para su sello exclusivo Decca, mantiene con el paso de los años su puesto señero dentro de la discografía. Siempre dentro del apartado vocal más que del expresivo, al reunir a cinco cantantes con un instrumental de sobresa- D I S C O S REEDICIONES liente persuasión tímbrica. Milanov, una voz verdiana en toda regla, canta con un aliento y una calidez, a partir de una robustez de centro realmente única, que la exime de su moderada expresividad. Lo mismo que Jussi Bjoerling, cuya opulencia vocal (fácil, límpida, fluida, torrencial) está fuera de toda duda. Warren, igualmente, alardea de esos medios insólitos, especialmente dispues- tos para el canto y los personajes baritonales verdianos, mientras que el temperamento de Barbieri, además de la calidad intrínseca de su registro mezzosopranil, le permiten erigir una Amneris de extraordinaria viveza, aunque el papel le resulte demasiado agudo al final de su gran escena del acto IV. Ramfis es nada menos que el opulento y autoritario Boris Christoff y con eso queda dicho todo. Plinio Clabassi no tiene ningún problema para perfilar al Rey de Egipto. Con tales elementos, el director rumano Jonel Perlea, batuta de oficio donde las haya, se limita coherente a acompañar a los solistas, no entorpeciendo su siempre sugestivo discurso al frente de una orquesta dúctil, la de la Ópera de Roma. Fernando Fraga Naxos Historical GRABACIONES PIONERAS A unque recientemente he comentado en estas páginas tres CDs consagrados al arte de un violonchelista, Pablo Casals, las entregas que Naxos (distribuidor: Ferysa) dedica a los solistas suelen centrarse en los de piano y violín, como en esta ocasión. Un nombre nuevo se une a los que engalanan su catálogo histórico, el del violinista norteamericano Louis Kaufman (1905-1994). Las documentadas notas de Lance Bowling perfilan su biografía y su carrera artística, muy dilatadas ambas. Nacido en Portland, Oregón, y formado en EEUU durante los años veinte, colaboró con los grandes de la época (Kreisler, Heifetz, Casals…) alternando violín y viola. En 1934 Lubitsch lo contrató para tocar los solos de violín de su film La viuda alegre y entre ese año y 1948, Kaufman grabó las bandas sonoras de 500 películas. En la Navidad de 1947 registró en el Carnegie Hall el estreno fonográfico de la versión original de Las cuatro estaciones de Vivaldi. Establecido en París a partir de 1948, y con la ayuda de Malipiero, localizó las partituras de los ocho restantes conciertos de Il cimento vivaldiano, que grabó para el sello Concert Hall en Zúrich. Sería ocioso, pues, recalcar la importancia histórica de estos registros sin los que Vivaldi no hubiera sido, probablemente, difundido como lo fue a partir de 1950 (2 CD 8.110297-98, 63’51’’ y 62’43’’). Al margen de rasgos y acentos de la época, el dominio técnico y la musicalidad de Kaufman mantienen vivo el interés de estos registros pioneros. El cuarto volumen dedicado a Maud Powell completa los registros que esta peruana de Illinois realizó entre 1904 y 1917; comenté los tres anteriores en estas páginas, destacando entonces su espléndida técnica, aprendida en Europa con Schradieck, Dancla y Joachim. Si algunas inflexiones, arreglos o “portamenti” suenan anticuados —y cómo no— su claridad, rigor y autoridad, cualidades que Menuhin destaca en una breve nota incluida en el libreto, hacen grata la escucha de esta simpática colección de miniaturas, varias de ellas arreglos de la propia violinista (Minueto de Boccherini, melodía del Orfeo de Gluck. 8.110993, 65’29’’. Grabaciones: 19041917). El trío de violinistas se cierra espectacularmente con Jascha Heifetz, cuyo arte supremo ya ha sido glosado en SCHERZO ampliamente, primero en 1995, cuando RCA lanzó su edición completa y después, con motivo de otras publicaciones de Naxos. Feliz idea la de reunir tres grandes Sonatas en las que Heifetz tiene como colaboradores no a sus habituales acompañantes Emanuel Bay o Brooks Smith, sino a tres grandes del teclado: Benno Moiseiwitsch en la Sonata a Kreutzer de Beethoven (1951), William Kapell en la Tercera de Brahms (Hollywood, 1950) y Artur Rubinstein en la de Franck (Londres otra vez, 1937. 8.10990, 75’49’’). Los resultados son excepcionales en los tres casos, alcanzando la cumbre en la Sonata de Beethoven, cuyo estilo concertante —en el sentido etimológico de lucha— cuadra a las mil maravillas con este dúo/duelo de titanes en sus movimientos extremos, tocados con una precisión y una energía inigualados en toda la discografía, aunque la cima se halla, creo yo, en unas variaciones en las que el supremo dominio técnico de Heifetz —la inaudita capacidad para regular el bellísimo sonido— se vuelca en hacer música de modo sublime, con la impagable colaboración del pianista ucraniano. Bastaría esta Kreutzer para recomendar el CD, pero los complementos no son menos admirables. Aun a precio normal, un CD obligado para todo amante de la música; a precio Naxos, sobran las palabras. Podemos escuchar a Moiseiwitsch en dos Conciertos para piano de Beethoven grabados en Londres. El Tercero, en do menor de 1950, con la Filarmonía y Sargent, tiene una realización más que notable, con destacada presencia de la Orquesta y buena dirección de Sir Malcolm, que ya había firmado en los años 30 el primer ciclo de los Conciertos para teclado con Artur Schnabel. Los 60 años del pianista ucraniano se acusan en pequeños detalles, mientras que en el Emperador de 1937, con la Filarmónica de Londres guiada por la batuta mágica de Szell, Moiseiwitsch da lo mejor de sí mismo, firmando una versión soberbia de la cruz a la fecha. El trabajo minucioso y preciso, pero absolutamente “imperial” del maestro húngaro en este Concierto, que ya conocemos en otras versiones más difundidas (Curzon, Fleischer, Gilels y Gulda, éste en la reciente edición de Andante), brilla aquí ya en todo su esplendor y convierte este CD en muy recomendable (8.110776, 71’37’’). Con los volúmenes 8 y 9 concluye la colección de las 32 Sonatas beethove- nianas que Schnabel grabó en los años 30 en Londres; el primero agrupa las Op. 90, 101 y 106, y el segundo, las tres últimas, Op. 109, 110 y 111 (8.110762, 72’49’’ y 8.110763, 65’04’’). La importancia histórica y, aun hoy, musical de este ciclo no requiere mayor insistencia. Pero conviene advertir que la versión de la Sonata Hammerklavier señala su punto más bajo: la obsesión de Schnabel por respetar los metrónomos beethovenianos le plantea un desafío técnico insuperable en los movimientos extremos de la obra —muy difíciles a cualquier tempo— en los que abundan errores y pasajes confusos. Por descontado, la cátedra schnabeliana se explaya en el movimiento lento pero, en conjunto, este CD no es recomendable aisladamente sino como pieza del ciclo completo. Las otras dos Sonatas que incluye van de lo excelente (Op. 90) a lo aceptable (Op. 101), cuyo Finale también plantea dificultades técnicas a Schnabel, aunque en medida menor. Por el contrario, el CD con las tres últimas Sonatas es excepcional sin la menor reserva. Queda en el aire la pregunta: ¿influyeron las circunstancias históricas en estos resultados? Las fechas de grabación así parecen indicarlo: 1932 para las Op. 109 a 111; 1935 para la Hammerklavier. Entre medias Schnabel hubo de abandonar la Alemania nazi. Naxos ha publicado ya el décimo volumen de esta serie, que incluye piezas cortas; faltan aún las Variaciones, incluidas las Diabelli, y los Conciertos, que esperamos ver reeditados pronto. Concluyamos con una mención de honor para los responsables técnicos de la restauración de los registros de 78 rpm: Marc Obert-Thorn para Schnabel y Heifetz, Ward Marston para Moiseiwitsch y Maud Powell, y Victor M. Ledin y Anthony Casuccio en Vivaldi. Roberto Andrade 77 D I S C O S REEDICIONES Regis FESTIVAL DE VOCES D 78 e Regis (Diverdi) nos llegan seis CDs simples más uno triple (Der Rosenkavalier, de Richard Strauss) que en conjunto suponen un festival de voces, por la entidad de los nombres y la elevada calidad de su arte. Sólo uno de los discos no incluye voz humana, aunque en sentido metafórico solemos afirmar que el del violonchelo es el discurso más parecido al del hombre entre los instrumentos musicales. En general, estamos ante grandes e indiscutibles voces, recogidas en grabaciones realizadas en los años 40 y 50 del siglo pasado, cuando sus poseedores estaban en plena frescura juvenil y dominio de su potencia y sus facultades. La conversión en discos AAD es, en la mayoría de los casos, excelente. Sólo en algunos ha sido imposible evitar la huella del paso del tiempo, pero nunca se nos hurta una buena recepción del sonido. De una gran intensidad es la actuación de la soprano suiza Lisa della Casa (n. 1919), en grabaciones de los años 50 (RRC 1192). Primero con Karl Böhm, al frente de la Orquesta Filarmónica de Viena (Cuatro últimas canciones); después con arias y escenas de ópera (alguna en directo); y finalmente, también en directo, con Intermezzo y Escena final de Capriccio. Un verdadero goce, en particular con los fragmentos de Richard Strauss, en el que era especialista, en el momento de máximo esplendor de la cantante en este repertorio. “Chispeantes”, “vivaces” fragmentos de opereta de Johann Strauss y Franz Lehár están recogidos en otro CD (RRC 1194) en el que El barón gitano, Una noche en Venecia, El murciélago, Sangre vienesa, El conde de Luxemburgo, Giuditta, La viuda alegre nos llegan a través de voces como las de la soprano vienesa Hilde Gueden (1917-1988), el tenor sueco Nicolai Gedda (n. 1925), la soprano germano-británica Elisabeth Schwarzkopf (n. 1915), el bajo austriaco Erich Kunz (1909-1995), el tenor vienés Julius Patzak (1898-1974), la soprano búlgaro-austriaca Ljuba Welitsch (1913-1996), la soprano danesa Helge Roswaenge (1897-1972), la soprano lírica vienesa Wilma Lipp (n. 1925) y la soprano lírica-coloratura checa Emmy Loose (1914-1987). En grabaciones realizadas entre 1949 y 1954, con orquestas como la Filarmónica de Viena y directores como Clemens Krauss y Otto Ackermann, la opereta alcanza aquí categoría de ópera merced a intérpretes que dignifican el género. Magnífica e impresionante Ljuba Welitsch, fina y delicada Lisa della Casa, virtuoso Nicolai Gedda, seductora Hilde Gueden… Con delicias, por ejemplo, como el dúo de Sangre vienesa entre un jovencísimo Gedda de 29 años y una joven-madura Schwarzkopf de 39. El sonido, en general, bastante bueno, aunque irregular de unos cortes a otros. De distinta índole es el CD que se nos ofrece bajo el título de Dúos románticos de ópera (RRC 1195), también con nombres gloriosos. Grande el barítono estadounidense Robert Merrill (1917- 2004), exquisita la soprano barcelonesa Victoria de los Ángeles (1924-2005), escalofriante y singular Maria Callas (1923-1977), poderosa y convincente la soprano italiana Renata Tebaldi (19222004), sorprendente el tenor italiano Giacinto Prandelli (n. 1914)… Y a gran altura también el tenor sueco Jussi Björling (1911-1960), la soprano francesa Mado Robin (1918-1960), el tenor italiano Giuseppe di Stefano (n. 1921), la soprano lírica Eleanor Steber (1916-1990), el tenor estadounidense Richard Tucker (19131975), la mezzosoprano norteamericana Jean Madeira (1918-1972), el tenor italiano Ferruccio Tagliavini (1913-2000) y otros. Voces que, a dúo, nos deleitan con fragmentos de La bohème, Andrea Chenier, Rigoletto, La traviata… Y el gran Otello del chileno Ramón Vinay (19141996), contundente tenor abaritonado aquí en dúo con Herva Nelli y bajo la dirección de Arturo Toscanini. Las grabaciones son de los años 50, sin que tengamos apenas datos al respecto. De verdadero lujo, y documento excepcional, el CD dedicado a Boris Christoff (RRC 1196), bajo el título de Los grandes papeles rusos de bajo. Con su peculiar voz, ligero vibrato que convierte en virtud, timbre de rara belleza, gran línea de canto, musicalidad indiscutible y tesitura generosa, este bajo búlgaro (1914-1993), de voz pastosa y expresividad convincente, aborda aquí fragmentos de El príncipe Igor, Sadko, Evgeni Onegin y Boris Godunov, y nos sigue impresionando con su calidad, intención y gran capacidad de actuación. Dan ganas de oírle en cada uno de los títulos enteros. Emociona cuando canta, cuando dice. ¡Impresionante su Muerte de Boris! El bonus nos proporciona un Christoff en italiano y en francés (Ernani, Don Carlo, Mefistofele, Faust), idiomas que maneja peor, con un estilo menos ajustado, aunque siempre con buen fraseo y poderoso instrumento. Grandes orquestas y buenos directores completan este magnífico panorama, con grabaciones de los años 40 y 50, buen sonido en general y un final que recoge el excelente piano de Gerald Moore acompañando a Christoff en una partitura de Musorgski. Otro CD está dedicado a la soprano neozelandesa Joan Hammond (19121996), grandísima artista que, sin embargo, aquí canta en inglés célebres fragmentos de La bohème, Tosca, Madama Butterfly y Gianni Schicchi, lo que nos priva de la riqueza del idioma original y merma el estilo. Cuando lo hace en italiano (Manon Lescaut, Adriana Lecouvreur, La Wally, La forza del destino) con frecuencia el texto es ininteligible. Vuelve al inglés con Rusalka y Evgeni Onegin, y termina su actuación con célebres canciones (The last rose of summer, Home sweet home, Green hills o’Somerset), acompañada al piano por Ernest Lush (en las dos primeras) y por Gerald Moore (en la última). Grabaciones hechas entre 1941 y 1953, con sonido, en general, bueno. Un cierto refrito de fondo, a veces, no entorpece la escucha. Sin decir que sea la mejor versión que recordamos de Der Rosenkavalier (cuestión siempre subjetiva), sí estamos ante una gran versión: grabación de Decca de 1954, ahora remasterizada (RRC 3007/A, B, C), con una buena calidad de sonido, aunque sea inevitable que nos parezca de época por su característica opacidad. La Orquesta Filarmónica de Viena y el Coro de la Ópera Estatal, dirigidos por Erich Kleiber (1890-1956), acompañan a la soprano vienesa Maria Reining (1903-1991), la soprano bosnia Sena Jurinac (n. 1921), la antes mencionada Hilde Gueden y el bajo vienés Ludwig Weber (1899-1974) en los principales papeles, todos ellos especialistas en los mismos. Un Walter Berry de 25 años y un Anton Dermota de 44 aparecen en papeles menores. Y otra recuperación afortunada: Pau Casals interpretando piezas hispanas (El cant dels ocells, Nana de Siete canciones populares españolas de Falla, Sant Martí del Canigó); otras de Haydn, Mozart y Beethoven; su querido Bach; y obras de Saint-Saëns, Rubinstein y Bruch. Aquí el sonido es más deficiente, porque las grabaciones son las más antiguas de la serie (entre 1925 y 1953), lo que añade un valor documental e histórico. Hay testimonios del Festival de Prades, del Trío Casals-Cortot-Thibaud y del acompañamiento a Casals de otros grandes artistas. Atención a las magistrales actuaciones de Rudolf Serkin al piano. Lentísimo el El cant dels ocells y discutibles asimismo los tiempos en otros momentos. En resumen: memoria histórica en conserva y con gran calidad. José Guerrero Martín D I S C O S REEDICIONES EMI Luxury Edition TRES ESTRELLAS E n épocas de reediciones no viene mal dar un repaso a alguna de las estrellas seguras y notorias de un catálogo discográfico tan rutilante como el de la EMI. En el apartado vocal, es imprescindible que éste venga encabezado por Maria Callas, su cantante más productiva y he aquí a la Divina (5 62983 2 3) que retorna una vez más con varios ejemplos de su repertorio italiano y francés distribuido a partes iguales en los dos discos de la entrega. Son grabaciones realizadas entre 1953 y 1964, o sea, en pleno apogeo vocal y en plena decadencia, la mayoría de ellas efectuadas en estudio aunque se incluya un fragmento de la famosa Traviata lisboeta de 1958, permitiendo a Alfredo Kraus aparecer en plan “cameo”. La versatilidad de Callas sigue asombrándonos, al pasar de Amina a Rosina, de Gilda a Turandot, de Mimì a Lucia, con siempre pasmosos resultados. Atenta a cada sugestión de la palabra, minuciosa en el aprovechamiento de cualquier detalle musical capaz de ayudar a la clarificación de la psicología del personaje, Callas sienta cátedra, se erige en modelo ineludible (para imitar o rechazar) de cualquiera de sus interpretaciones. Del disco “italiano” lo más impactante en la entrada de Amina y luego la potente versión de La mamma morta de Andrea Chénier, donde inevitablemente se nos viene a la cabeza la algo facilona pero muy patética escena de Tom Hanks en Filadelfia con el fondo musical de la página de Giordano. Pero tampoco hay que olvidar el partido dramático que le saca Callas a las dos arias de Mimì, pese a ser un personaje que jamás cantó en escena, puesto que no se hallaba precisamente dentro de sus coordenadas profesionales. En la parte “francesa”, ya la voz no tan rotunda ni persuasiva —salvo en las esplendorosas ejecuciones de las arias de Dinorah de Meyerbeer y de Lakmé de Delibes (ambas cantadas en italiano y grabadas diez años atrás)—, vuelve a demostrar su categoría dramática en la tan trillada escena de Marguerita en Faust, que parece encontrar matices hasta el momento nunca escuchados (pese a conocer la excelente lectura de Victoria de los Ángeles), así como en el Addio, notre petite table, de Manon, de un patetismo tan sencillo como conmovedor. La capacidad de la Callas para pasar de un personaje a otro sigue presente en este segundo disco y la desenvoltura o remango con que canta la Carmen bizetiana contrasta con la sensualidad algo dura de su Dalila, con el hieratismo clásico del Orfeo o Alceste gluckianas y, sobre todo, con la herida femineidad de la desgarrada Ximène massenetiana. Barbara Hendricks, quien por cierto asistió como alumna a las clases magistrales impartidas por Callas en Nueva York, es también otro valor rentable del sello inglés. Hendricks (4 76706 2) alar- dea de su amplio atril de cantante de cámara y, en mucho menor medida, de intérprete operística, pese a que algunos papeles aquí presentes jamás los cantó ni los cantará en un escenario. Como la Wally catalaniana, cuya popularísima aria (gracias a una horrorosa película francesa, que vale más olvidar) canta aquí. En el disco de Callas también figura la página y se recomienda a los oyentes evitar la comparación. Recordamos de pasada que esa bella e injustamente olvidada ópera de Catalani la resucitó en los años cincuenta Renata Tebaldi. Hendricks, con su voz tan peculiar salpimentada por un vibratello que se nos ha hecho bien familiar, dispone de recursos para salir airosa en el lied alemán y en la melodía francesa; su musicalidad le permite buenos momentos de recogimiento en páginas religiosas de corte liviano (como las Aves Marias de Schubert o la de Bach-Gounod), pero mucho menos en el Inflammatus rossiniano; se encuentra con su tierra y raza en un excelente Summertime de Gershwin y, en su sitio, vive de cerca la comedia musical norteamericana. En resumen, el doble disco ofrece un buen retrato de esta atractiva y algo limitada cantante, que encuentra otro de los puntos más elevados de la colección en Et incarnatus est de la Misa en do menor de Mozart, una de las primeras grabaciones realizadas para su sello exclusivo. También es intérprete exclusivo de la casa EMI y actualmente, sin duda, su mejor valor el tenor Roberto Alagna. (4 76700 2). Alagna, como antes Callas, se enfrenta con un repertorio italiano, el de sus orígenes sicilianos, enfrentándolo a algunos héroes franceses, el de la tierra en que nació. La voz de Alagna es de las más hermosas que hoy circulan por los escenarios y suma al colorido típicamente mediterráneo, la elegancia de modales y el aliento de un tenor francés. Voz lírica de notable registro, de espontánea y fluida emisión, en todas sus grabaciones, nacidas la mayoría con un cuidado y un mimo en la elección de repertorio que sobrepasa con creces a los productos de un cantante convencional. Aquí Alagna rinde tributo al gran público sin olvidar las características asociadas a su personalidad y vocalidad. Así, aparecen páginas de su repertorio de base o dentro de sus posibilidades más o menos naturales (Duque de Mantua, Ernesto, Edgardo, Nemorino, Alfredo, Rodolfo, Federico, Macduff, Don Carlos o Cavaradossi), al lado de un Manrico que se le excede un poco (aunque lo cantó en escena y grabó) o el Radames del Celeste Aida (con el si bemol final en morendo, un rol que acaba de debutar en enero en Copenhague) o el Nessun dorma de Calaf y el Cielo e mare de Gioconda, en ambos casos un poco de concesión a la galería. La inclusión de un momento de íntimo dramatismo del Otello, bajo la sutil batuta de Abbado y proveniente de un cuidado disco dedicado enteramente a Verdi, puede que quiera anunciarnos futuros proyectos. El disco dedicado a ópera francesa, que va del Rossini del Guillaume Tell al Samson de Saint-Saëns o al Don José de Carmen, contiene momentos magníficos como el aria de Eleazar de La judía (sobre el papel impensable para su tipo de voz pero que canta con una tensión creciente y persuasiva), dos páginas del Roméo de Gounod (del que ha sido y quizás siga siendo privilegiado traductor) y sendas arias massenetianas de Werther y Manon. En compañía a veces de su esposa Angela Gheorghiu, esta presencia sopranil añade fugazmente una nota de bienvenido glamour. Los tres volúmenes vienen lujosamente acompañados por fotos y textos varios, así como con las letras originales de las arias y sus traducciones, aunque éstas, como ya viene siendo habitual, nunca vertidas al castellano. Fernando Fraga 79 D I S C O S CRÍTICAS de la A a la Z DISCOS ADÈS-BACH ADÈS: Quinteto con piano. SCHUBERT: Quinteto en la mayor D. 667 “La trucha”. THOMAS ADÈS, piano; CORIN LONG, contrabajo. CUARTETO ARDITTI (ADÈS). MIEMBROS DEL CUARTETO BELCEA. EMI 5 57664 2. DDD. 61’21’’. Grabación: Suffolk, 2004. Productores: Stephen John y John Fraser. Ingenieros: Mike Clements y Arne Akselberg. N PN Precioso programa el de este disco que combina una obra estrictamente contemporánea como es el Quinteto con piano (2001) de Thomas Adès (1971) con una obra inmarcesible del repertorio camerístico como es el Quinteto “La trucha” de Schubert. La obra del inglés tiene, de entrada, el interés de ser suya, pues ya sabemos que se trata de uno de los compositores punteros del presente. Y nadie que tema a la música contemporánea deberá, en este caso, sentir rechazo a priori alguno. Adès es más listo que el hambre pero lo que hace es porque se lo pide el cuerpo. Quiere decirse que no renuncia a nada, que su personalidad está ahí, y que sabe comunicar como pocos. Y ha escrito una obra directa y clara, en la que cada instrumento saca a relucir toda su expresividad en un conjunto de rara coherencia. La escritura es sabia pero también lo que se dice y se parte de la forma sonata para transformar los temas con mucha inteligencia hasta el punto de que es ese devenir temático el que finalmente atrapa al oyente. Formidables el Cuarteto Arditti y el autor que, como se sabe, es un pianista de primera clase. De La trucha hay versiones sin cuento y muchas de ellas muy buenas ¿Qué aporta esta? Pues, por encima de todo, una naturalidad muy de agradecer, un entendimiento de los claroscuros schubertianos que colocan la partitura muy en su sitio. El primer movimiento es puro gozo y el Andante está bien equilibrado, aunque quizá caiga un poco la línea en su conclusión, lo que vuelve a suceder en la Variación IV del Scherzo. Muy bueno el Finale, en el que de nuevo aparece con claridad lo mejor de esta lectura: el piano de Thomas Adès. C.V.W. ALFONSO X: Cantigas de Santa María nºs 61, 62, 68, 71, 72, 74, 76, 77, 81, 91, 92, 259, 327, 407. Música Antigua. Director: Eduardo Paniagua. PNEUMA PN 740. DDD. 57’07’’. Grabación: 2004. Productor: Eduardo Paniagua. Ingeniero: Hugo Westerdhal. Distribuidor: Karonte. N PN P or lugares, por temas… Los criterios para agrupar las porciones de la (por contenido y forma) monumental integral de las Cantigas que Eduardo Paniagua y su grupo vienen realizando desde aproximadamente hará ya más de una década se amplían con la atención a los instrumentos, y tras la flauta y el tamboril le toca ahora el turno a la viola de rueda, zanfona, cinfonía (sinfonía: sonidos juntos), vielle à roue en francés, hurdy gurdy en inglés, ghironda en italiano. Es el organistrum que en el siglo X necesita de dos músicos, uno para accionar el manubrio y otro pulsando el teclado, pero que en el XIII se hace individual y portátil, la caja primero rectangular y cerrada pero que luego evolucionará hacia su forma más difundida, con las cuerdas al aire, y que, por lo general en manos de un rapsoda ciego, no puede faltar en ninguna película ambientada en la Baja Edad Media. El nuevo punto de vista se aprovecha para volver sobre Cantigas ya incluidas en anteriores entregas y ofrecer ahora su versión complementaria, vocal o puramente instrumental. Variadas pero coherentes, fruto de un concienzudo estudio musicológico previo, las soluciones interpretativas mantienen el fuerte poder de convicción y la alta calidad de ejecución característicos en la serie, apoyados por tomas muy fieles. A.B.M. BACH: Sonatas y Partitas para violín solo BWV 1001-1006. JAAP SCHRÖDER, violín. 2 CD NAXOS 8.557563-64. DDD. 68’43’’ y 74’17’’. Grabación: Basilea, 1984-85. Productor: Kurt Deggeller. Ingeniero: Pere Casulleras. Distribuidor: Ferysa. R PE A mediados de los 80 el veterano Jaap Schröder, uno de los violinistas pioneros del historicismo, grabó para el Instituto TIPO DE GRABACIÓN DISCOGRÁFICA N H Novedad absoluta que nunca antes fue editada en disco o cualquier otro soporte de audio o vídeo Es una novedad pero se trata de una grabación histórica, que generalmente ha sido tomada de un concierto en vivo o procede de archivos de radio R Se trata de grabaciones que ya han estado disponibles en el mercado internacional en algún tipo de soporte de audio o de vídeo: 78 r. p. m., vinilo, disco compacto, vídeo o láser disco PRECIO DE VENTA AL PÚBLICO DEL DISCO PN Precio normal: cuando el disco cuesta más de 15 € PM Precio medio: el disco cuesta entre 7,35 y 15 € PE Precio económico: el precio es menor de 7,35 € 80 D I S C O S ADÈS-BACH Marc-André Hamelin IBERIA: LO UNIVERSAL ALBÉNIZ: Iberia. La vega. Yvonne en visite! España. Souvenirs. Navarra. MARC-ANDRÉ HAMELIN, piano. 2 CD HYPERION CDA67476/7. DDD. 125’57’’. Grabación: Londres, IV y VIII/ 2004. Productor: Andrew Keener. Ingeniero: Simon Eadon. Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN Ocurre con demasiada frecuencia que la esencia nacionalista de algunas músicas parece convertirlas en patrimonio exclusivo de intérpretes paisanos. Perspectiva magra que flaco favor hace a la gran música que, desde su esencia folclórica, trasciende fronteras para universalizarse en sentimientos y estéticas que no conocen de fronteras ni culturas. Sea Bartók, Stravinski, Villa-Lobos o, como en este caso, Albéniz. Se insiste con excesiva machaconería en esta idea reduccionista y localista. También en la idea equívoca de que Albéniz y su fabulosa Iberia son coto de pianistas españoles. Afortunadamente, la realidad es que a las referencias ciertamente insuperables de Larrocha, Orozco y Esteban Sánchez se añaden otras también absolutamente notables, llegadas desde el extranjero. Antiguas ya, como las de Arrau (dos primeros cuadernos), Ciccolini o Rena Kyriakou, y otras más recientes, como las firmadas por Pola Baytelman, Roger Muraro, Martin Jones o Nicholas Unwin. Todas, por una u otra razón, atesoran méritos sobrados para ser degustadas con regusto y franca admiración. A este capítulo de Iberias extranje- ras se añade ahora la vibrante y brillante lectura grabada en Londres, en la muy discográfica Henry Wood Hall, por el pianista canadiense Marc-André Hamelin (Montreal, 1961). Virtuoso exultante metido en los repertorios más enrevesados —ahí están sus premiadas interpretaciones de los Estudios de Chopin en la versión imposible de Godowsky—, Hamelin se adentra en Iberia de frente, sin complejos y con autoridad, dotado de un poderoso aparato técnico que sirve para presentar con nitidez una lectura cantada con parsimonia —la copla hermosa de Almería emociona en sus cálidas manos— y que ahonda su idiosincrasia hipervirtuosa. Hamelin parece tan español, tan artista, como el que más. Con su lectura esencializada y universal —¡las sevillanas de Eritaña o Triana!— el pianista canadiense reafirma la estética sin fronteras ni límites del pentagrama albeniciano. La hondura sacra de El corpus, la melancolía ingrávida de Evocación, el pulso irresistible de El Puerto o El Albaicín, la intensidad expresiva de Málaga, el ritmo quebrado de Lavapiés o el dolor indisimulado de Jerez asoman con intensidad exenta de demagogia y artificio. Admira, sorprende y contagia la naturalidad y reposo no exento de nervio con que Hamelin afronta las doce “impresiones” que configuran Iberia. Casi tanto como su pulida limpieza técnica y la claridad de un pedal maravillosamente calibrado, que modula y potencia la infinita variedad dinámica y BACH: Suites para violonchelo BWV 10071012. JIAN WANG, violonchelo. Smithsonian las Sonatas y Partitas de Bach, en un registro que no recordamos haber visto en España y que ahora reedita el sello Naxos. Se trata de una visión introspectiva y sobria, de tempi lentos y sonido plano, en muchas ocasiones demasiado, que puede servir para un primer acercamiento a las obras a precio muy interesante, pero que palidece si se la compara con otras versiones disponibles en el mercado (Kuijken, Huggett, Podger, entre los que emplean violines barrocos). Schröder consigue una fluidez más que notable en los tiempos rápidos de las sonatas (así en el Presto de la nº 1 o el Allegro assai de la nº 3), pero se atasca demasiado en algunos lentos (Siciliana de la Sonata nº 1 o Sarabande de la Partita nº 1), y pasa por notables apuros en los movimientos de más densa polifonía, especialmente en la célebre Chacona de la Partita nº 2 y en la Fuga de la Sonata nº 3, que parecen hechas a retazos, sin la continuidad ni la homogeneidad de sonido necesarias. P.J.V. 2 CD DEUTSCHE GRAMMOPHON 477 522 8. DDD. 73’11’’, 76’24’’. Grabación: Paço de Arcos (Portugal), VII/2003 y V/2004. Productor: Christopher Alder. Ingeniero: Wolf-Dieter Karwatky. Distribuidor: Universal. N PN BACH: Suites para violonchelo BWV 1007-1012. MARIA KLIEGEL, violonchelo. 2 CD NAXOS 8.557280-81. DDD. 71’56’’, 76’56’’. Grabación: Budapest, V/2003. Productor: Ibolya Toth. Ingeniero: János Bohus. Distribuidor: Ferysa. N PE Estas dos nuevas versiones de las Suites para violonchelo de Bach tienen en común un premeditado alejamiento de cualquier pretensión historicista, pero están planteadas desde postulados muy diferentes. La alemana Maria Kliegel opta por versiones de gran intensidad expresiva, sin recatarse lo más mínimo en el uso del vibrato (a veces excesivo) ni en los contrastes dinámicos más extremos. El chino Jian Wang opta, en cambio, por interpretaciones de extrema libertad en materia rítmica (donde Kliegel a menudo parece un poco rígida) y por un sonido que, siendo en general riqueza tímbrica de una obra que explora, como muy pocas, las posibilidades acústicas del piano. Esta bienvenida Iberia llega, además, acompañada de una crepuscular, misteriosa visión de esa otra joya absoluta del genio albeniciano que es la espaciosa La vega, de la poco tocada suite España: Souvenirs y de una curiosa realización de la inacabada Navarra, para la que Hamelin prescinde de la partitura habitualmente utilizada —la concluida por Déodat de Séverac— y opta por una completada por William Bolcom. Las abundantes excelencias de estos dos compactos se redondean con los valiosos textos que acompañan el álbum, firmados por la eminencia albeniciana Walter Aaron Clark. Justo Romero robusto, se aligera a menudo en un vuelo poético de notable eficacia expresiva. Donde Kliegel es temperamental y vibrante (por ejemplo, Prélude de la Suite nº3 o Courante de la nº2) Wang resulta mucho más elusivo y exquisito. El violonchelista chino parece menos preocupado por cuestiones de color o dinámicas, que resultan en general más planas que las de Kliegel. La alemana combina con acierto el amplio fraseo de las danzas más lentas con uno mucho más incisivo y cortante en las rápidas, trazadas con un vigor notabilísimo, que en algunos momentos (minuetos de la Suite nº 1 o gavotas de la Quinta) adoptan perfiles cantables de gran eficacia. Wang es más regular en su forma de frasear las danzas rápidas y lentas, y emplea en ambos casos con largueza un rubato personalísimo que resulta por momentos muy expresivo (bourrées de la Suite nº 4), pero que en alguna danza lenta (Allemande de la Sexta o Sarabande de la Cuarta) deriva en cierto amanerado ensimismamiento. Compartiendo cierta sobriedad ornamental, las versiones de Wang son mucho más abstractas y reflexivas, más libres, poéticas y fantasiosas, mientras que las de Kliegel resultan mucho más concretas, más hechas 81 D I S C O S BACH-BEETHOVEN John Eliot Gardiner SIGUE EL VIAJE BACH: Cantatas. Vol. 24: Cantatas BWV 12, 103, 108, 117, 146, 166. BRIGITTE GELLER, soprano; WILLIAM TOWERS, ROBIN TYSON, contratenores; JAMES GILCHRIST, MARK PADMORE, tenores; JULIAN CLARKSON, STEPHEN VARCOE, bajos. MONTEVERDI CHOIR. THE ENGLISH BAROQUE SOLOISTS. Director: JOHN ELIOT GARDINER. 2 CD SOLI DEO GLORIA SDG 107. DDD. 76’53’’, 51’48’’. Grabaciones: Altenburg, 14-V200; Warwick, 20-V-2000 (en vivo). Productora: Isabella de Sabata. Ingenieros: Matthijs Ruijter y Thijs Hoekstra. Distribuidor: Diverdi. N PN U na nueva entrega del peregrinaje bachiano de Gardiner. Por cierto que hubiera sido una pérdida lamentable que estas interpretaciones nunca hubieran sido editadas, porque por los discos que ya se conocen el ciclo de Gardiner puede acabar por colocarse a la cabeza de la fonografía de las cantatas. Se aprecia en los nuevos discos la misma línea para la danza, y por ello acaso más inflexibles y pendientes de los aspectos puramente físicos de la música (timbre, color, dinámicas, ritmo) que de las estilizaciones y abstracciones pretendidamente trascendentes. El precio económico de Naxos debería ayudar a muchos a decidirse por una opción más que digna, pero los que puedan pagarse la de Wang enriquecerán su visión de estas obras con un planteamiento diferente. P.J.V. BACH: Sonatas para violín y clave, vol. 1, BWV 1014-1017. JAMES EHNES, violin; LUC BEAUSÉJOUR, clave. ANALEKTA AN 2 9829. DDD. 59’28’’. Grabación: Saint-Irénée, XI/2004. Productor: Carl Talbot. Ingeniero: Steven Bellamy. Distribuidor: LR Music. N PN No conocía hasta el momento al joven 82 canadiense James Ehnes (Brandon, 1976), premiado como joven artista del año en los Cannes Classical Awards de 2002 por su grabación de las Sonatas y Partitas de Bach para este mismo sello. En este primer volumen de las Sonatas para violín y clave del Cantor, junto a su compatriota Luc Beauséjour, uno tiene la sensación de asistir a interpretaciones más que correctas en lo técnico (Ehnes extrae un bonito sonido del Stradivarius que tiene en préstamo de la Fulton Collection), pero un tanto sosas en cuanto a intención expresiva, y con un marcado carácter romántico en cuanto a generosidad de vibrato y amplitud de legato. El fraseo parece un tanto meloso y cuadriculado, sin inflexiones, y el balance final bien podría ser que parece que a los dos canadienses se les han quedado demasiadas cosas en el tintero. Disco, pues, un tanto decepcionan- de elegancia estilística en las versiones de Gardiner, fundamentada en fabulosas contribuciones del Coro Monteverdi y los English Baroque Soloists, que proporcionan igualmente virtuosas partes obligadas. Así, encontramos un sensacional solo de oboe en la Sinfonía de Weinen, Klagen, Sorgen, Zagen BWV 12, obra que merece una interpretación superlativa, con un dolorido primer coro y excelentes solos vocales, destacando el fino Padmore y el estupendo bajo Clarkson. El impulso y la claridad contrapuntística a partes iguales hacen del comienzo de la BWV 103 otro punto sobresaliente de la serie. No menos fascinante es la versión de la cantata BWV 146, que Gardiner subraya como una de las grandes obras de la colección. Su Sinfonía —que contiene la misma música que el Concierto para clave BWV 1052— despliega una energía asombrosa, en tanto que el primer coro se adentra por los caminos de una ineste. Las alternativas abiertamente preferibles, en opinión del firmante, se llaman Kuijken/Leonhardt (Deutsche Harmonia Mundi), Podger/Pinnock (Channel), Goebel/Hill (Archiv) o incluso Biondi/Alessandrini (Opus 111) o Van Dael/Van Asperen (Naxos). R.O.B. BAX: Sonatas para piano nºs 3 y 4. Water Music. Winter Waters. Country-Tune. O dame Get Up and Bake your Pies.. ASHLEY WASS, piano. NAXOS 8.557592. DDD. 73’16’’. Grabación: Suffolk, 2004. Productor e ingeniero: Michael Ponder. Distribuidor: Ferysa. N PE L a obra para piano de Arnold Bax es demasiado desconocida incluso en su natal Gran Bretaña. Y no deja de ser injusto, pues el gran sinfonista fue también un estupendo compositor para el piano, sobre todo en sus sonatas. Este disco nos trae la monumental Tercera (1926), una pieza que juega con la indefinición tonal y rítmica, agitada y dramática en sus movimientos extremos, lírica en su Lento central. La Cuarta es menos radical en sus planteamientos, con un punto de neoclasicismo alejado de las grandes perspectivas que Bax utiliza para su antecesora, como para sus poemas sinfónicos o sus sinfonías mayores. Como complemento al disco, unas cuantas piezas breves que no siempre representan el lado más ligero del compositor, pues su Winter Waters es bien dramática, como corresponde a la fecha de su escritura: 1915. Country-Tune, sin embargo, es casi música de salón, mientras O Dame Get Up… se sirve de un villancico tradicional para constituir una deliciosa miniatura. El joven y excelente perada negrura trágica. A muy alto nivel los cantantes —un equipo ligeramente distinto de las dos primeras entregas—, con instantes como la punzante exposición de Gilchrist del aria Mich kann kein Zweifel stören de la BWV 108. Enrique Martínez Miura pianista inglés Ashley Wass es un intérprete magnífico de esta música que merece, sin duda, una escucha atenta y, desde luego, figurar en la colección de cualquier seguidor de la música inglesa. C.V.W. BEETHOVEN: Cuarteto en la menor op. 132. Cuarteto en fa mayor op. 135. CUARTETO BORODIN. CHANDOS CHAN 10304. DDD. 72’48’’. Grabación: Moscú, IV y VII/2004. Productor: Edward Shakhnazarian. Ingeniero: Vitali Ivanov. Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN Nueva entrega del ciclo Beethoven del Borodin y desafortunadamente la valoración tampoco puede ser positiva. Son muchos los problemas que hacen que la interpretación del crucial Op. 132 diste de ser memorable: pobreza de tensiones en el primer Allegro, Scherzo falto de vitalidad, con ahogados pasajes de la viola, lectura algo superficial del Molto adagio, con la sección culminante en sforzandi de sonoridad muy comprometida y un lánguido final. Un poco mejor el Op. 135, dotado de un nervioso Allegretto y un Lento assai elegantemente fraseado. Con todo, es notorio el sonido chirriante del primer violín en el Vivace. E.M.M. BEETHOVEN: Trío en si bemol mayor op. 11. Trío en mi bemol mayor op. 38. FLORENT HÉAU, clarinete; HENRI DEMARQUETTE, violonchelo; JÉRÔME DUCROS, piano. ZIG ZAG TERRITOIRES ZZT 050101. DDD. 56’33’’. Grabación: París, VI/2004. Productor: Alban Moraud. Ingeniero: Franck Jaffrés. Distribuidor: Diverdi. N PN D I S C O S BACH-BEETHOVEN Cuarteto Vermeer DRAMA SIN HÉROE BARTÓK: Cuartetos de cuerda. CUARTETO VERMEER. 2 CD NAXOS 8.557543-44. 154’15’’. Grabación: Newmarket, Ontario, Canadá, V/2001, II/2003, II/2004. Productores: Norbert Kraft y Bonnie Silver. Ingeniero: Norbert Kraft. Distribuidor: Ferysa. N PE Una nueva integral Bartók, ahora por una de esas formaciones en alza de la que hemos comentado no hace mucho la reedición de una integral Beethoven de considerable elegancia y gran nivel (Warner Classics). No pertenecen estas lecturas canadienses del Vermeer a la categoría de “lecturas violentas”. Podríamos decir, si no fuera porque habría que matizarlo demasiado, que la opción es clasicista. Pero no haríamos justicia a la fuerza y la riqueza de sugerencias de esta manera de enfrentar partituras ya tan clásicas. No hay futurismo, tampoco hay virulencia. Pero hay un rigor expresivo que se traduce en tensiones encubiertas que afloran en forma de crecimientos y explosiones; éstas, cuando se dan, están muy motivadas. Si tenemos prisa, prescindamos al principio del Primero y el Segundo — digamos que los oiremos más tarde—, y atendamos al breve e intensísimo Tercero. Acaso esté ahí el sentido de esta integral, el gran juego de estos virtuosos, la modernidad de su propuesta, que entre otras cosas supone una negativa a seguir por el camino virulento ya muy bien definido por otros, y que el Vermeer no está dispuesto a repetir. Pasamos al Cuarto, con la brusquedad de esa célula que se repite en los extremos, y confirmamos —para entendernos— que esto es más un drama con héroe que una catástrofe con implicación del cosmos. Los dos cuartetos de los años treinta confirman que ése era el sentido del itinerario, pero con matices importantes. La tensión se torna a veces ímpetu, a diferencia de lo oído hasta ahora; como en el Allegro de cierre del Quinto, como en el crecimiento de la cuádruple secuencia Mesto (triste) del Sexto, con ápice en la causticidad de la Burletta. Sin embargo, el sentido general de contención, de mesura, de introspección no se pierde nunca. Lo exterior se reduce a lo imprescindible, a lo que es necesario para construir una expresión; lo sugerido permanece como lo esencial de unas lecturas intimistas (esto no es novedad) y marcadas por el sentido de la medida (y esto sí lo es en buena medida). En resumen: una nueva integral de gran categoría, de excelente nivel artístico, por una agrupación, el Vermeer, que tiene algo nuevo, distinto que decir, y esa novedad va por el diseño y desarrollo de mundos interiores muy ricos a través de la sugerencia, el matiz, la insinuación. Espléndida. Santiago Martín Bermúdez Pieter Wispelwey y Dejan Lazic NUEVOS ENFOQUES BEETHOVEN: Sonatas y variaciones para violonchelo y piano. PIETER WISPELWEY, violonchelo; DEJAN LAZIC, piano. 2 SACD CHANNEL CCS SA 22605. DDD. 65’45’’, 69’51’’. Grabación; Eindhoven, XII/2004. Productores: C. Jared Sacks y Pieter Wispelwey, Ingeniero: C. Jared Sacks. Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN S ensacionales versiones de las obras para chelo y piano de Beethoven que demuestran que los artistas de talento siempre tienen cosas distintas que decir de las obras maestras del repertorio. El mundo expresivo y estilístico de las versiones apenas puede ser más amplio, desde la gracia rococó del Allegro sostenuto de la Op. 5, nº 1, dotado de una admirable levedad en el teclado, que el violonchelo consigue imitar. En la Segunda Sonata, domina la sensación U na cuidada presentación la de esta marca francesa y bueno y cuidado también el contenido. En el disco dos Tríos en los que indistintamente pueden utilizarse el violín o el clarinete. Realmente interesante el Trío en si bemol mayor op. 11, que ofrece una sólida estructura en el tiempo inicial, conmovedor el tiempo lento y brillantes las variaciones del último sobre un tema de L’amor marinaro de Joseph Weigl. de juguetona impetuosidad, pero tampoco faltan efectos tímbricos muy atractivos. La versión de la Sonata nº 3 se sitúa a elevada altura, por la originalidad del concepto. El desarrollo del Allegro El Trío en mi bemol mayor op. 38 es la transcripción hecha por el mismo Beethoven de su Septimino op. 20, obra que ya se sabe que sigue la forma del divertimento o de la serenata de la época de Haydn y Mozart. No tiene grandes pretensiones dentro de la obra del de Bonn, pero ha ido calando en la aceptación popular y resulta sugerente poder apreciarla en esta transcripción. Variada en su estructura, es reproducida con ma non tanto es de una hondura y novedad considerables, al igual que el magnífico Scherzo o la exposición del tema del Finale. En la Cuarta Sonata, los intérpretes se adentran por terrenos enigmáticos, que le dan a la obra un sesgo asombroso de modernidad. La aristada interpretación lleva al chelo de Wispelwey a perder un punto de redondez. La grandiosa traducción de la Quinta cierra este destacado ciclo de las sonatas. También en el repertorio algo menor de las variaciones se cuenta con versiones de primer orden, como en la serie Op. 66 sobre La flauta mágica de Mozart, dicha con tanto lirismo como pericia técnica, o en la escrita sobre el Judas Macabeo de Haendel, planteada muy originalmente de manera fracturada. Enrique Martínez Miura acierto innegable por este trío francés, que se diría estable en composición aunque vaya en contra de esta idea el no tener adoptado un nombre común para sus tres componentes. La presentación del disco es muy atractiva, elegante además en diseño, y sus cumplidas notas culminan una producción muy apetecible. J.A.G.G. 83 D I S C O S BEETHOVEN-CHAIKOVSKI Matthias Goerne y Alfred Brendel ENTRE EL ANTES Y EL DESPUÉS BEETHOVEN: An die ferne Geliebte. SCHUBERT: Schwanengesang. MATTHIAS GOERNE, barítono; ALFRED BRENDEL, piano. DECCA 475 6011. DDD. Grabación: Londres, XI/2003. Productores: Dominic Fyfe, Martha de Francisco. Ingenieros: Jean-Marie Geijsen, Roger de Schot. Distribuidor: Universal. N PN Nadie puede negarle a Goerne, y aquí, en estas páginas, siempre se lo hemos reconocido, un talento extraordinario para ensimismarse en esos pequeños dramas o tragedias que pintan los lieder, para poner al descubierto toda la vida que los anima y que aletea en cada nota, en cada pliegue del pentagrama. Pocos artistas de este tipo están como él en el secreto de las reglas de un género que bebió directamente del gran Fischer-Dieskau y que él ha dotado de nuevas luces emanadas de una voz más bien oscura, de no excesivo atractivo tímbrico, pero sugerente. Lo que hemos discutido a veces a este cantante alemán es, precisamente, sus calidades vocales, la escasa variedad de colores derivada no de una impericia a la hora de regular, acrecer o apianar el sonido, sino del tinte monocorde del timbre, penumbroso y, sobre todo, diluido en una mala proyección hacia el agudo, emitido como hacia adentro. No hay luz, vibración en esas notas eleva- das. Pero tales limitaciones son frecuentemente salvadas por al barítono por su delicado fraseo, su expresividad, su acentuación y la hábil elaboración de falsetes —a veces utilizados por evidente falta de soporte, de apoyo en la franja superior—, que marcan en ocasiones inquietantes territorios. Lo que, aparte ese arte innegable de Goerne, hace que este disco deba ser saludado con amplia sonrisa y con pocas reservas es que en estos conciertos de 5 y 7 de noviembre de 2003 del londinense Wigmore Hall, en los que están realizadas las tomas, el cantante parecía encontrarse en un particular estado de gracia: las dificultades para acceder a la zona alta son menores, la voz circula con apreciable libertad, la emisión es hasta cierto punto más franca y la decisión en los ataques, indudable. Lo hemos escuchado en peor estado antes y después (sin ir más lejos en su intervención madrileña en L’Upupa de Henze). Y es un gusto seguir sus evoluciones en la expresión de los mundos contenidos en el ciclo beethoveniano A la amada lejana y en el schubertiano Canto del cisne. Su interpretación de la impresionante El doble, sobre poema de Heine, es sombría y reconcentrada y nos olvidamos del engolamiento de los agudos. Quizá en el juego animado y fluido de algunas otras piezas menos trascendentes, vamos a decirlo así, como Abschied, no brille a la misma altura. Pero hay que resaltar, también como explicación a la gran recreación del barítono, la participación desde el teclado de Alfred Brendel, que se muestra no sólo atento y minucioso, sino maravillosamente musical, con un temple, una delicadeza, un toque y un fraseo de maestro. Soberano. Incluso por encima de su ya sonada intervención al lado de Dieskau para Philips. Arturo Reverter George Benjamin y Oliver Knussen COLORES Y HOMENAJES BENJAMIN: Palimpsests. At First Light. Sudden Time. Olicantus. ENSEMBLE MODERN. Directores: GEORGE BENJAMIN Y OLIVER KNUSSEN (OLICANTUS). NIMBUS NI5732. DDD. 57’26’’. Grabaciones: Bruselas, Salzburgo y Francfort, 1995-2003 (en vivo). Distribuidor: LR Music. N PN George Benjamin (Londres, 1960), dis- cípulo de Olivier Messiaen y de Alexander Goehr —que también lo fue del francés—, es uno de los mejores músicos de su generación, uno de los más originales y de los que con más inteligencia han ido evolucionando en su trayectoria. Y este disco nos trae una muestra magnífica de su obra en un orden cronológico que ayuda a comprobar lo dicho. At First Light —inspirada en un cuadro de Turner, Norham Castle— es de 1982 y en ella se advierte un excepcional sentido del color que surge de una orquesta de sólo catorce instrumentistas. La asociación del trazo pictórico a su correlato orquestal es admirable sin que, desde luego, se caiga 84 nunca en un descriptivismo que es atemperado por otra de las pasiones mayores del autor: la música de Debussy y Ravel. Sudden Time (19831993) procede de los territorios del sueño, pero no es la narración de uno sino una pieza que quiere ser música pura y que juega estupendamente con lo que podríamos llamar la movilidad de unos elementos aparentemente estáticos, unas cuantas células muy simples. Palimpsests (2000) fue el homenaje de Benjamin a Pierre Boulez —quien la estrenó— por su setenta y cinco cumpleaños. Un palimpsesto es un manuscrito sobre el que se ha escrito repetidas veces y el compositor lo evoca en el desarrollo de un proceso de cambio progresivo de los elementos dados. La breve Olicantus (2000) —cuatro minutos— es un regalo para Oliver Knussen en su cincuentenario y su esquema es el mismo de Palimpsests pero más concentrado en duración y en intensidad. Todas estas obras revelan la imaginación, el dominio de la escritura y la fuer- za expresiva de un grandísimo compositor. Las versiones son impecables y el disco se configura así como un muy valioso testimonio de la mejor música de nuestro tiempo. Claire Vaquero Williams w w w. s c h e r z o . e s D I S C O S BEETHOVEN-CHAIKOVSKI BIBER: Missa Christi resurgentis. THE ENGLISH CONCERT CHOIR & ORCHESTRA. Director: ANDREW MANZE. HARMONIA MUNDI HMU 907397. Grabación: Londres, IX/2004. Productora: Robina G. Young. Ingeniero: Brad Michel. N PN La Missa Christi resurgentis fue proba- blemente escrita para ser interpretada en la catedral de Salzburgo con toda suerte de efectos espaciales merced al empleo de técnicas antifonales. Manze ha grabado esta obra junto a sonatas y fanfarrias de diversas colecciones de piezas instrumentales biberianas, las Sonatæ tam aris quam aulis servientes, el Sacro-profanus concentus musicus y el Fidicinum sacroprofanum. El conjunto reproduce plausiblemente una sesión litúrgica de la Austria barroca. Manze, extraordinario violinista, que ha dado al disco una portentosa versión de las Sonatas del Rosario, comunica aquí su imaginación y su técnica instrumental a los miembros del English Concert, un grupo que bajo su batuta se muestra por completo revitalizado. La versión constituye una magnífica “puesta en escena” que saca un partido notable a los recursos de los diálogos biberianos. El coro está muy expresivo en las secuencias del ordinario de la misa y las partes instrumentales cuentan con unos metales sobresalientes y una cuerda angulosamente articulada. E.M.M. BRAHMS: Sonata en fa menor para dos pianos op. 34b. Variaciones sobre un tema de Haydn para dos pianos op. 56b. EMANUEL AX, YEFIM BRONFMAN, pianos. SONY SK 89868. DDD. 59’31’’. Grabación: Nueva York, XI/2001. Productor: Steven Epstein. Ingeniero: Richard King. N PN Definitivamente, el Op. 34 de Brahms, antes cuarteto para cuerdas y luego quinteto con piano, es como sonata para dos pianos como resulta verdaderamente genial. A condición, naturalmente, de que se cuente con dos artistas de primera fila que, además, sepan consensuar un enfoque interpretativo coherente. Ax y Bronfman lo logran de una manera maravillosa. A la espera de lo que tenga que decir el dúo Matthies-Köhn, esta versión desde luego manda al baúl de los recuerdos la vieja de los Kontarsky. El primer movimiento bascula entre una exposición y una recapitulación de extraordinaria exaltación romántica a través de un desarrollo en el que todo son expectativas sabiamente dosificadas en su intensidad para que en ningún momento decaiga el interés; en el Andante se hace presente la suspensión del ánimo, la melancolía sin rencor; el Scherzo es una febril danza demoníaca, y el final un resumen de todo lo anterior, es decir, de todo el arte de Brahms. La otra obra incluida encontrará, por supuesto, mayor competencia, pero estas Variaciones “Haydn” no pueden dejar de considerarse muy estimables por cuanto enlazan también con toda eficacia las urgencias y los remansos. La llegada a la conclusión Los dos instrumentos suenan estupendamente y están captados con amplitud y detalle. A.B.M. BRAHMS: Las 4 Sinfonías. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RADIO DE COLONIA. Director: SEMION BICHKOV. 3 SACD AVIE AV 2051. DDD. 169’53’’. Grabaciones: Colonia, V-VIII/2002, X/2003 y IV/2004. Productor: François Eckert. Ingeniero: Christoph Gronarz. Distribuidor: Gaudisc. N PN CARISSIMI: Regina Hester. Dialogo del Gigante Golia. De Tempore Interfecto Sisar. Diluvium Universale: Dialogo del Noe. MUSICA FIATA. LA CAPELLA DUCALE. Director: ROLAND WILSON. CPO 999 983-2. DDD. 78’10’’. Grabación: Deutschlad Radio, III/2003. Productores: Burkhard Schmilgun y Ludwig Rink. Ingeniero: Klaus Langer. Distribuidor: Diverdi. N PN Este disco nos revela a Carissimi como un autor fundamental en la evolución del oratorio en el siglo XVII, algo ya sabido por los textos enciclopédicos y de historia, pero aquí convertido en música viva para el oyente de hoy. Todas las obras se basan en asuntos bíblicos, que para ser puestos en sonidos utilizan textos dramáticos escritos por el compositor mismo. Wilson proporciona narraciones muy plásticas, asentadas sobre un formidable trabajo del bajo continuo, con excelentes contribuciones instrumentales y trabajos vocales algo más oscilantes. En el Dialogo del Gigante Golia, destacan los formidables metales de Musica Fiata, así como la extraordinaria prestación del bajo (Harry van der Kamp). Muy convincente también el Diluvium, por el ansioso dramatismo que transmite. El disco, al fin, tiene importancia por el estilo que define para el arte de Carissimi, al margen de influencias procedentes, por ejemplo, del teatro lírico. Una grabación muy interesante. Bichkov ha grabado a lo largo de los tres últimos años este nuevo ciclo Brahms para Avie en calidad de titular de la WDR de Colonia, exactamente igual que hacen los directores musicales de las grandes orquestas sin tener en cuenta la saturación de este repertorio y la enorme competencia discográfica existente en la actualidad (creo que más de un centenar de ciclos Brahms se pueden encontrar hoy en día protagonizados por las más diversas batutas, una cifra que difícilmente puede ser absorbida por el declinante mercado clásico). Pero, en fin, la Radio de Colonia está encantada con Bichkov, su nivel de calidad es muy competente y ya ha empezado a grabar con él los ciclos orquestales de Shostakovich, Mahler, Strauss y este dedicado a Brahms que motiva la presente reseña. Las interpretaciones son notables, cuidadas y muy elaboradas, dándoles el carácter adecuado para cada una de ellas: concisión dramática para las Sinfonías Primera y Cuarta, naturaleza idílica para las Segunda y Tercera, tocadas siempre con sobriedad, rigor y sentido de la arquitectura, aunque quizá se le pueda reprochar en ocasiones un discurso algo impersonal (de todas formas nos hallamos lejos de aquellas primeras grabaciones de este director para Philips con la Filarmónica de Berlín (Octava de Shostakovich) o con la Orquesta de París (Sinfonía de César Franck) que es mejor olvidar cuanto antes, aunque el impacto negativo que produjeron en el firmante hace que todavía me acuerde de ellas). En fin, un notable ciclo Brahms que a pesar de sus evidentes virtudes no aporta nada especial a estas obras grabadas hasta la saciedad. De las miles de versiones existentes, hay que recurrir a los siempre citados Furtwängler I y II (EMI y Music & Arts), Walter II (Sony), Kempe I (Testament), Sanderling I (RCA), Giulini I (EMI), Klemperer (EMI), Celibidache I y II (DG y EMI), Wand I y II (RCA), Szell (Sony), Kubelik II (Orfeo) y un larguísimo etcétera que no ampliamos por no aburrir al lector. Bichkov ha cumplido con aseo y dignidad su misión brahmsiana, mucho mejor que, por ejemplo, el último Haitink (LSO Live); pero al lado de los citados la distancia artística es considerable. Buenas tomas de sonido (SACD compatible), textos informativos en los tres idiomas de siempre y adecuada presentación. Esta obertura Romeo y Julieta es ejemplar por el despliegue de motivaciones sonoras, por su detalle, por su síntesis entre análisis y tensión emotiva. Fischer ha cuidado ambas partituras con especial mimo, y creemos que en la obertura las cosas le han salido más redondas. El método (si es que se trata de un método) es el mismo en la Cuarta Sinfonía, en la que hay virtuosismo, tensión y detalle, pero en la que no hay un despliegue semejante de conmoción. Chaikovski requiere esa conmoción, aunque no necesariamente lloros, y así lo recordaba Temirkanov hace unos años. No es que Fischer dé una sinfonía fría, pero tampoco es un ejemplo de calor chaikovskiano, aunque sí de color, de detalle y de búsqueda de sentido. Hay muchas bellezas en el desarrollo sonoro de este CD, y las mayores las encontrará el aficionado en Romeo y Julieta. Este mismo aficionado conoce de sobra las grandes referencias de la Cuarta Sinfonía. Fischer no estará en el Parnaso, pero sí en un digno plantel de buenos chaikovskianos. E.P.A. S.M.B. E.M.M. CHAIKOVSKI: Sinfonía nº 4 op. 36. Romeo y Julieta, obertura. ORQUESTA FESTIVAL DE BUDAPEST. Director: IVÁN FISCHER. CHANNEL CCS SA 21704. DDD. 61’14’’. Grabación: Budapest, II/2004. Productor: Hein Dekker. Ingenieros: Hein Dekker, C. Jared Sacks. Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN 85 D I S C O S BRITTEN-DVORÁK Cuarteto Belcea A LA ALTURA DE LAS CIRCUNSTANCIAS BRITTEN: Cuartetos 1-3. Tres Divertimenti. CUARTETO BELCEA. 2 CD EMI 5 57968 2. DDD. 94’34’’. Grabación: Suffolk, 2003-2004. Productor: John Fraser. Ingeniero: Arne Akselberg. N PM Los cuartetos de cuerda —y su obra en general para esa formación— están entre lo más grande escrito por Benjamin Britten, lo que dicho de un compositor de su calidad no es precisamente grano de anís. Lo reunido en este álbum —faltarían la Rapsodia (1929), el Quartettino (1930) y Alla marcia (1933), es decir, sólo media hora de música que hubiera cabido perfectamente, si excluimos el juvenil Cuarteto en fa (1928)— abarca desde 1936 hasta 1975 y es un iluminador ejemplo de la evolución del compositor, desde la estructura clásica del Primer Cuarteto —si dejamos aparte el maravilloso juego que representan los Tres Divertimenti de 1936— a la adecuación de formas como la Passacaglia a una expresividad extrema, como sucede en el formidable Segundo y en esa obra crepuscular, absolutamente magistral que es el Tercero. Las tres partituras aparecen así como una de las cimas del cuarteto de cuerda en el siglo XX, junto a las muestras señeras de Shostakovich o Bartók. Es prodigioso el camino recorrido hacia una esencialización que no renuncia nunca a volcar la subjetividad con las armas de la pura música. Gran creación, pues, pero es que, además, las versiones del Cuarteto Belcea —que por fin da con un repertorio que realmente le va como anillo al dedo y demuestra una clase indudable— son de absoluta referencia. La expresividad es siempre extrema, la entrega absoluta. Incluso no le temen a la vehemencia con la que negocian algunas zonas de estas obras, por ejemplo, el fabuloso último tiempo del Cuarteto nº 3 que obtiene aquí una traducción verdaderamente modélica. A la altura de tan gran circunstancia, superan, pues, las ya de por sí estupendas versiones del Endellion (EMI) o el Maggini (Naxos) y se encara- man a la cima de la discografía. Añadamos que la grabación es, por añadidura, técnicamente modélica. Es una pena, como hemos, dicho que el segundo disco del álbum no contenga más música, pues el Belcea hubiera dejado, sin duda, soberbias versiones de obras que las merecen. Un disco imprescindible. Claire Vaquero Williams Mikhail Pletnev CON ENCANTO CHAIKOVSKI: Piezas para piano op. 72. CHOPIN: Nocturno en do sostenido menor op. post. MIKHAIL PLETNEV, piano. DEUTSCHE GRAMMOPHON 00289 477 5378. DDD. 69’47’’. Grabación: Zúrich, VI/2004 (en vivo). Productor: Christian Gansch. Ingeniero: Wolf-Dieter Karwatky. Distribuidor: Universal. N PN Si en algún campo es indiscutible este singular personaje, fantástico pianista en lo técnico e imprevisible en lo artístico (a veces frío, a veces caprichoso, a veces genial) que se llama Mikhail Pletnev, ese es la música de su compatriota Chaikovski. De Chaikovski nos ha legado sensacionales transcripciones de suites de ballet (Cascanueces, Bella durmiente), que se encuentran también entre sus más logradas aportaciones como intérprete. Pletnev declara que ama la música de Chaikovski en su totalidad, y eso se nota apenas uno comienza a escuchársela. Así que un disco de Pletnev, en vivo y dedicado a la música de Chaikovski (el Nocturno de Chopin ofrecido es la propina del recital) es casi una garantía de excelente resultado. Y, en efecto, Pletnev disfruta con esta soberbia colección de piezas, no tan transitada como Las estaciones, pero con el encanto inconfundible de Chaikovski, su inspiración melódica, su brillantez y encanto poético, su atractiva y sempiterna inmersión en el mundo de la danza. Esta colección, la última obra para piano del músico, une todos esos ingredientes en una serie en la que junto a páginas relativamente sencillas (Berceuse) figuran otras de esas que los castizos dirían que tienen “tela marinera” en cuanto a dificultad (Polacca de concert). ¿En buena medida música de salón? Sí, sin duda, pero como señala con acierto Pletnev, buena parte de la música del romanticismo pianístico lo es, sin que ello desmerezca su categoría. En opinión del firmante, la colección tiene todo el encanto que cabe esperar de Chaikovski, y en muchos momentos todo su brillante colorido pianístico, casi orquestal. Y Pletnev, como es de esperar en este repertorio tan querido por él, se mueve en estas páginas como pez en el agua. Perfecto en lo técnico, exquisito en fraseo y matiz, lleno de encanto danzable, construye una soberbia interpretación que no tiene desperdicio, y que también contagia al Nocturno chopiniano ofrecido como propina, en una versión llena de nostalgia. Una toma sonora espléndida redondea un magnífico disco que ningún buen admirador de Chaikovski debe dejar pasar. Extraordinario. Rafael Ortega Basagoiti www.scherzo.es 86 D I S C O S BRITTEN-DVORÁK DAUGHERTY: Philhadelphia Stories, para orquesta. UFO para percusión y orquesta. EVELYN GLENNIE, PERCUSIÓN. ORQUESTA SINFÓNICA DE COLORADO. DIRECTORA: MARIN ALSOP. NAXOS 8.559165. DDD. 64’38’’. Grabación: Denver, XI/2002. Productor e ingeniero: Tim Handley. Distribuidor: Ferysa. N PE M ichael Daugherty, compositor de Iowa nacido en 1954, incluye en su obra elementos del imaginario pop, y no nos referimos al musical: Superman está en el origen de su Sinfonía Metrópolis; y Bizarro, su contrafigura, es referente y protagonista de una pieza sinfónica del mismo nombre. Philadelphia stories no tiene gran cosa que ver con la película de Cukor de 1940, pero el título no puede ser inocente. En cuanto a UFO (esto, OVNI), nos pone ante una evidencia: el sonido de los platillos volantes ya no es lo que era. Daugherty propone una cosmología sonora urbana con danzas, con mucha evocación de Bernstein y un transfondo de buena música cotidiana, que en Estados Unidos quiere decir jazz y rock. UFO (1999) es una virguería con percusión, afinada y no afinada, cinco movimientos y casi 36 minutos en los que a veces no hay respiro, y en los que a menudo hay misterio. Los tres densos movimientos de Philadelphia Stories (2001), casi media hora en total, culmi- nan en Campanas para Stokowski, homenaje ciudadano al maestro polaco (y no sólo polaco) en la ciudad de Penn. La tonalidad está por todas partes, sobre todo en la Stories; ya sabemos que la percusión crea sus propios discursos y no necesita afirmar ni negar nada (las tonalidades referentes, por ejemplo). Excelentes conceptos sinfónico-populares de Marin Alsop con la Sinfónica de Colorado, que se cree esta música y eso ya es mucho. Impresionante despliegue de la percusionista Evelyn Glennie, que toca de todo, absolutamente de todo, en un despliegue amplio, increíble. S.M.B. Frank Strobel TESORO DESENTERRADO DEUTSCH: El tesoro, una sinfonía cinematográfica en cinco actos. STAATSPHILHARMONIE R HEINLAND -P FALZ . Director: F RANK S TROBEL . CPO 999 925-2. DDD. 74’04’’. Grabación: Ludwigshafen, VIII/2002. Productores: Burkhard Schmilgun y Stefan Lang. Ingeniero: Axel Sommerfeld. Distribuidor: Diverdi. N PN E ste disco es en sí mismo un tesoro: contiene la música para la película El tesoro de Pabst, rodada en 1922, recientemente restaurada. La partitura de Deutsch, un curioso músico olvidado de notable influencia en lo pedagógico, hubo de ser igualmente reconstruida, labor llevada a cabo por el propio Strobel. Lo que nos presenta la grabación es DIABELLI: Gran Sonata brillante. SALZBURGER HOFMUSIK. DIRECTOR: WOLFGANG BRUNNER. PROFIL PH 04085. 59’24’’. Grabación: Millstat, XI/2000. Productor: Andreas Torkler. Ingenieros: Gideon Boss, Dieter Denzer. Distribuidor: Gaudisc. N PN Parece fuera de toda duda que Anton Diabelli se distingue más por ser publicista de música que por la de su propia cosecha. El cultivo de la música en el ámbito doméstico como culto entretenimiento era peculiar en aquel florido imperio, y el ámbito de la soirée musical y del salón como medio de frecuentación culta de las personas de cierta distinción estaban a la orden del día. A esa Viena tildada por Spohr de “incontestable capital del mundo musical” llegó Diabelli en 1802, educado musicalmente en su Salzburgo podría decirse que natal, e impartió clases de piano y guitarra entre la nobleza. Aunque compositor de una magna obra sacra (la Misa Pastoral) fueron más populares sus composiciones para piano que, como se evidencia en esta grabación, pertenecen más bien a ese ámbito doméstico, aunque haya composiciones con más pretensiones o bien pensadas especialmente para el estudio. Se agrupan en este disco hasta veintiuna, que una música cinematográfica de considerable ambición, plagada de citas y con un idioma que se mueve entre Strauss, no van a ser pormenorizadas en el comentario. Dígase que la interpretación está dentro de los mismos esquemas. No se pretenden la exquisitez ni la trascendencia, sino una esmerada ejecución sin más: o sea, lo que tal vez pudiera escucharse en los salones de entonces. Un tanto pretenciosa parece la actitud de señalar a Wolfgang Brunner como director en el disco, ya que figuran como ejecutantes al fortepiano él y Leonore von Stauss, mientras que de alternar con ellos a la guitarra se ocupa Klaus Jäckle. Lo que más me ha gustado del disco son las obras que interpreta “a solo”. J.A.G.G. DVORÁK: Serenata op. 22. Serenata op. 44. CHAIKOVSKI: Serenata op. 48. DÚO DE PIANO DE PRAGA. PRAGA PRD/DSD 250 217. DDD. 76’13’’. Grabación: Praga, VIII-X/2004. Productor: Jaroslav Rybár. Ingenieros: Václav Roubal, Karel Soukeník. Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN El excelente Dúo de Praga insiste en el repertorio. Este dúo, formado por los checos Zdenka y Martin Hrsel acuden ahora a dos partituras muy conocidas en Mahler y el primer Berg. Una pieza que demuestra el elevado nivel de exigencia de la música para acompañar imágenes que se hacía en la época dorada del cine mudo alemán. La Sinfonía se conecta con la acción de la pantalla por medio de la técnica del leit-motiv, profusamente empleada, pero posee suficiente entidad por sí misma como para afrontar una escucha separada. La versión de Strobel es sensacional: pone en pie esta obra proteica y se muestra atenta lo mismo a los instantes de lirismo trascendido como a los que destilan una fina ironía. Un magnífico documento sobre una parte hasta ahora ignorada de la historia de la música cinematográfica. Enrique Martínez Miura sus versiones orquestales, las dos Serenatas de Dvorák (la de cuerda y la de viento), y también a otra menos oída de un compositor tan popular como el checo, el Op. 48 de Chaikovski. Como siempre, cabe la duda de si no hay que preferir el original mejor que el arreglo, por mucho que en los tres casos sea debido al propio compositor. Eran otros tiempos y otra geografía, la gente hacía música en casa y gustaba de reproducir con sus posibilidades los éxitos de las salas de conciertos. El medio y el timbre hermanan aquí las muy diferenciadas series de Dvorák. Las posibilidades camerísticas del piano íntimo son una baza a favor de estas reducciones. Los Hrsel tocan como siempre, con delicadeza y con capacidad de sugerencia, con virtuosismo y con rigor clásico. Su dominio del matiz, de la frase y del canto (también, cuando toca, de la danza, pero toca menos) hace que ambos Dvorák sean una delicia para quien escucha. Los dos movimientos extremos de la serie de cuatro que forman la Serenata de Chaikovski le permiten a estos dos pianistas un despliegue de virtuosismo acelerado. No es un disco imprescindible, pero sí un recital muy bien tocado de obras que normalmente escuchamos de otra manera. S.M.B. 87 D I S C O S DVORÁK-GLUCK Gerd Albrecht UN ILUSTRADO EN BOHEMIA DVORÁK: El jacobino. MARCIN BRONIKOWSKI (Bohus), MICHAL LEHOTSKY (Jiri), ANDREA DANKOVÁ (Julia), LÍVIA ÁGHOVÁ (Terinka), PETER MIKULÁS (Filip), CHRISTOPH STEPHINGER (Conde Harasov), MARK HOLLAND (Adolf), EBERHARD FRANCESCO LORENZ (Benda), MECHTHILD GEORG (Lotinka). CORO DE CÁMARA DE PRAGA. CORO INFANTIL DE LA CATEDRAL DE COLONIA. CORO Y ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RADIO DE COLONIA (WDR). Director: GERD ALBRECHT. 3 CD ORFEO C 641 043 F. Grabación: Colonia, 19 y 21-VI-2003 (en vivo). Productor: Hans-Martin Höpner. Ingeniero: Mark Hohn. Distribuidor: Diverdi. N PN Después de su drama histórico Dimitri, Dvorák quiso acudir a un tema de ambiente más popular y carácter alegre con El jacobino, estrenada en su primera versión en el Teatro Nacional de Praga el 12 de febrero de 1889. La obra presenta dos acciones paralelas, que dan lugar a escenas de fuerte carácter costumbrista, con inserción de bellas arias y bien construidos concertantes. Bohus, hijo del conde bohemio Vilem von Harasov, ha abandonado su patria contra el deseo de sus padres y ahora regresa a ella, sin ser reconocido. Durante la fiesta de consagración de una iglesia se entera de que su primo, Adolf, le ha acusado de defender las ideas jacobinas, a causa de lo cual su padre le ha desheredado. Adolf se entera de que Bohus ha regresado y lo manda encerrar. Sin embargo, desde la habitación de su esposa muerta, el Conde escucha la canción de cuna que cantaba ésta, entonada ahora por su nuera Julia, alegrándose sobremanera al saber que su hijo vive aún. Al mismo tiempo, Jirí, un joven cazador, y Filip, el DVORÁK: Concierto para violonchelo y orquesta op. 104. Concierto para piano op. 33. JIRÍ BÁRTA, violonchelo; MARTIN KASÍK, piano. ORQUESTA FILARMÓNICA CHECA. Directores: JIRÍ BELOHLÁVEK (op. 104) Y JIRÍ KOUT (op. 33). 2 CD SUPRAPHON SU 3774. DDD. 80’45’’. Grabación: Praga, V/2004 y IX/2003 (en vivo). Productor: Milan Slavicky. Ingeniero: Jan Kotzmann. Distribuidor: Diverdi. N PN S orprenden estos checos. Siguen gra- 88 bando el Concierto op. 104, del que hay inagotable número de referencias, de las que por lo menos diez son difíciles de superar. Pero las cosas cambian, las sensibilidades evolucionan, los virtuosos se suceden. Además, se trata de un registro en vivo, y eso sin duda le añade virtudes a esta partitura. Jirí Bárta se sitúa con este registro entre los grandes que han accedido a la difícil y también agradecida parte solista de esta bellísima pieza concertante. Muy medido, sensible y sugerente acompañamiento de la espléndida Filarmónica Checa y la batuta de Belohlávek, siempre eficaz, y aquí altivo y ya maduro guardián del palacio rivalizan por Terinka, la hija del maestro de capilla Benda; al final, obviamente, se unirán los dos jóvenes, con la ayuda del Conde. Es muy interesante la figura del músico Benda, un típico cantor checo del siglo XVIII, sugerida a la libretista, Marie Cervinkova-Riegrova, posiblemente por el propio Dvorák, no sólo porque hacía alusión a una larga y célebre dinastía de músicos bohemios (el más conocido de los cuales es Jirí Antonín), sino porque era también el nombre de un profesor de música que impartía sus enseñanzas no lejos de la ciudad natal del compositor, Nelahozeves. Por último, Dvorák podría haber evocado en este personaje a su viejo maestro de música y alemán en Zlonice, Antonín Liehmann. El jacobino destaca sobre todo por la construcción de las grandes escenas corales del primer acto, el bellísimo dúo de amor del acto II o la expresiva escena entre Julia y el Conde al principio del acto III, seguida del momento de reconocimiento entre padre e hijo, todo ello salpicado con acertadas partes cómicas que aligeran la acción. Esta grabación supone un nuevo e importante jalón en la defensa del Dvorák operístico. Fue registrada en vivo, en el transcurso de unos conciertos en la Philharmonie de Colonia dirigidos por ese infatigable defensor de la música checa que es Gerd Albrecht. El maestro alemán firma aquí uno de sus mejores trabajos discográficos, lo que indica un cada vez mayor dominio del lenguaje, erigiéndose en la versión de referencia, por encima de las más modestas realizadas en Brno en 1977 (Supraphon) y en el Festiespecialmente inspirada. Muchos menos registros hay del Op. 33, pero es obra recuperada en las últimas décadas. Jirí Kout realiza también en vivo un acompañamiento correcto y de vocación clasicista, que en el Andante central llega a ser mágico, y que envuelve al excelente Martin Kasík en una secuencia que se paladea poco menos que como si se tratara de Mozart. Habrá que tener en cuenta ambas lecturas en adelante, aunque la del Op. 104 no supere la tradición del legado fonográfico, que es abrumador en cantidad y en calidades. S.M.B. DYSON: At the Tabard Inn. Concerto da Chiesa. Sinfonía en sol mayor. ORQUESTA SINFÓNICA DE BOURNEMOUTH. Director: DAVID LLOYD-JONES. NAXOS 8.557720. DDD. 72’33’’. Grabación: Poole, XI/2004. Productor: Andrew Walton. Ingeniero: Mike Clements. Distribuidor: Ferysa. N PE val de Wexford en 2001 (Foné). La dirección musical, animada y vitalista, sabe reflejar todo el trasfondo danzable de la obra. Los conjuntos de la WDR de Colonia (reforzados por el Coro de Cámara de Praga) desprenden un auténtico sabor eslavo, y el reparto vocal ha sido seleccionado con esmero, desde la pareja bufa formada por la soprano Livia Aghova (Terinka) y el tenor Michal Lehotsky (Jiri) hasta el sensible Conde del bajo Christoph Stephinger, o el jugoso guardián del palacio, Filip, del bajo Peter Mikulás, o el maestro de capilla Benda, a cargo del tenor Eberhard Francesco Lorenz. Mención especial merece el matrimonio de nobles, formado por el elegante y lírico barítono polaco Marcin Bronikowski como Bohus y la delicada y a la vez firme soprano checa Andrea Dankova como su esposa Julia (seguramente, la gran revelación de este registro), sin olvidar a la mezzo Mechthild Georg como una sabrosa ama de llaves Lotinka. Rafael Banús Irusta George Dyson (Halyfax, 1883-Winches- ter, 1964) es hoy un olvidado en la música inglesa. Tuvo éxito en su momento pero eso ya pasó. Ahora vuelve en un disco que muestra tres de sus mejores obras y, de ellas, una pequeña joyita como es At the Tabard Inn (1930), el prólogo que escribió para su The Canterbury Pilgrims, sobre el texto de Chaucer. Es música pimpante, graciosa, bien trabada y que exhibe un admirable buen humor. Merece, desde luego, sobrevivir aunque sea en disco. El Concierto da Chiesa (1948) posee las características del neomedievalismo inglés, al que llega un poco tarde, mientras la Sinfonía (1937) asume igualmente la muy británica vía que emparenta parte del sinfonismo de la tierra con el de Jean Sibelius, cosa que hicieron otros antes que él, y con mejor fortuna, Vaughan Williams y Walton por ejemplo. Una curiosidad, pues, que ofrece el plus de la estupenda lectura que ofrece el experto David Lloyd-Jones, quien no desmerece de la otra versión en disco debida a Richard Hickox (Chandos). C.V.W. D I S C O S DVORÁK-GLUCK ELGAR: Marcha de la Coronación op. 65. Marcha fúnebre de “Grania y Diarmid” op. 42. Marchas de pompa y circunstancia op. 39. Marcha de “Caractacus” op. 35. Marcha de los emperadores mogules op. 66, nº 4. Marcha imperial. Polonia, preludio sinfónico, op. 76. ORQUESTA SINFÓNICA DE NUEVA ZELANDA. Director: JAMES JUDD. NAXOS 8.557273. DDD. 79’16’’. Grabación: Wellington, III/2003. Productor e ingeniero: Tim Handley. Distribuidor: Ferysa. N PE La carátula de este disco, con las cabezas de tres guardias de la Reina en primer plano, parece más pensada para un comprador de recuerdos en algún tenderete de Oxford Street que para alguien decidido a valorar la parte considerada más trivial de la música de Elgar. Esa es la apariencia, pues la realidad resulta muy distinta. En esta selección de marchas escritas por Elgar no sólo figuran las más famosas —las de Pompa y circunstancia— sino algunas otras menos conocidas, extraídas de obras más amplias, reveladoras de su estilo y en las que, en las ocasiones mejores, el molde se pliega perfectamente a su contenido. Basta con escuchar la primera del disco, la de la Coronación, para comprobar que estamos, además, ante versiones conocedoras y muy serias, como no podía ser menos tratándose de una batuta como la de James Judd. No hace casi falta que digamos cuáles son las referencias de siempre —Solti (Decca) o Del Mar (DG) en el caso de las Marchas de pompa y circunstancia— pero eso no quita para que recomendemos sin dudarlo este disco bueno y barato. C.V.W. FAURÉ: Canciones completas, vol. 2. FELICITY LOTT, JOHN MARK AINSLEY, JEAN-PAUL FOUCHÉCOURT, CHRISTOPHER MALTMAN, STEPHEN VARCOE, E. A.; GRAHAM JOHNSON, piano. HYPERION CDA 67334. DDD. 68’23’’. Grabación: Londres, 2002-2004. Productor: Mark Brown. Ingeniero: Julian Millard. Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN La edición Hyperion de Fauré, dentro de un comprensivo programa dedicado a la canción de cámara francesa, tiene un sello más bien británico y un maestro de repertorio insoslayable, Graham Johnson, cuya mano no se ve pero se oye, tanto en el acolchado de sus acompañamientos como en el cuidado fonético y estilístico de los solistas. En general, el trabajo es digno y escolástico. Si no hay logros superlativos, nada está incorrectamente resuelto. Destaca, desde luego, la exquisita y solitaria intervención de la soprano Felicity Lott en Clair de lune sobre versos de Verlaine. De los dos tenores, John Mark Ainsley y Jean-Paul Fouchécourt, el segundo es el más agudo estilísticamente. Ambos barítonos, Christopher Maltman y Stephen Varcoe, de tesitura leve y color claro, cumplen con su cometido. Geraldine Mac Greevy y Jennifer Smith son las principales sopranos. La primera tiene un órgano más flexible y lírico, en tanto la segunda exhibe cierta tensión fatigosa en la vibración. Complementa algún dúo otra soprano, Stella Doufexis. más de cuerpo la voz de Mónika González, de agradable centro. Fabio Pirona dirige con ritmo teatral y ágil a un conjunto húngaro que demuestra unas maneras excelentes. P.J.V. B.M. GALUPPI: L’Oracolo del Vaticano. MÓNIKA GONZÁLEZ, soprano (Il Merito); EDIT KÁROLY, soprano (La Giustizia); TAMÁS KÓBOR, tenor (L’Umiltà). ORQUESTA BARROCA SAVARIA. Director: FABIO PIRONA. HUNGAROTON HCD 32252. DDD. 71’03’’. Grabación: Budapest, VI/2003. Productor: Pál Németh. Ingeniero: István Berényi. Distribuidor: Gaudisc. N PN Baldassare Galuppi compuso esta cantata con texto de Carlo Goldoni en 1758 para conmemorar el ascenso al grado cardenalicio de Antonio Marino Priuli, obispo de Vicenza. La obra, escrita para tres voces y conjunto instrumental (parejas de oboes, trompas y trompetas junto a la cuerda y el bajo continuo), se divide en dos partes simétricas, con un aria da capo para cada personaje en cada una de ellas y un número de conjunto al final (dúo en la primera parte, coro para los tres personajes en la segunda), todos precedidos por recitativos. Al parecer, Galuppi no dispuso de mucho tiempo para terminar la obra, por lo que en la segunda parte adaptó dos arias de otras tantas óperas propias. Como la primera aria de esa misma segunda parte aparecía sin escribir en el manuscrito original, para este estreno discográfico se ha adaptado un aria de otra ópera de Galuppi anterior a 1758. De igual forma se ha abierto cada parte con una sinfonía instrumental (en la primera, procedente de otra ópera del compositor), como era habitual en la época en obras de estas características. La escritura vocal de las arias es florida y brillante, con acompañamientos variados para cada una. El trío protagonista demuestra sobrada soltura para las agilidades y los inclementes saltos interválicos. Aunque ninguno de los tres tiene un timbre especialmente grato, defienden sus partes con gusto, pese al no siempre firme fraseo de Tamás Kóbor, cuya homogeneidad se resiente en exceso en los extremos de la tesitura. Las sopranos muestran ligereza, con algo GLUCK: Orphée et Euridice. JEAN-PAUL FAUCHÉCOURT, tenor (Orphée); CATHERINE DUBOSC, soprano (Euridice); SUZIE LE BLANC, soprano (Amour). OPERA LAFAYETTE. Director: RYAN BROWN. NAXOS 8.660185/86. DDD. 85’43’’. Grabación: Maryland, I/2002. Productor: Max Wilcox. Ingenieros: Max Wilcox y Antonio D’Urzo. Distribuidor: Ferysa. N PE Cuando Gluck adaptó para París su primera y famosa ópera reformista, aparte del cambio de idioma y de los numerosos y hermosísimos añadidos, dispuso que el papel masculino principal pasara de castrado a haute-contre o tenor agudísimo. La tradición interpretativa fue indistintamente otorgando Orfeo a mezzo, contralto, barítono, tenor o contratenor, quienes a menudo cantaban en italiano la obra original vienesa, teniendo en cuenta los añadidos parisinos en mayor o menor medida. A mediados de los años 50, el grandísimo tenor canadiense Léopold Simoneau ofreció una espléndida lectura francesa de la obra, bajando de tono la parte para que encajara en sus posibilidades vocales. Recientemente, en 2002, el tenor norteamericano Richard Croft grabó con Mark Minkowski la partitura francesa, el mismo año en que Naxos realizaba esta toma. Protagonizada por Fouchécourt, bien bregado especialmente en repertorio barroco francés, este cuidadoso tenor asume esta difícil parte con mucha musicalidad y disposición, canto refinado y dicción inmaculada. Canta incluso el aria de bravura L’espoir renait dan mon âme, aunque sin empuje y en un tono amable y galante, modales que exhibe a lo largo de la ópera, produciendo así cierto clima de regularidad que perjudica un tanto al perfil global del personaje, alejándolo de lecturas quizás más románticas, pero instaladas ya en nuestro Olimpo: las de Horne, Podles, Verrett, Baker. Se trata, sin duda, de otro tipo de propuesta, respetable y en parte admirable, dada la seriedad del planteo. Sostenido muy bien por un conjunto y un director, con tiempos más bien cercanos a la lentitud, los intérpretes instrumentales consiguen crear una atmósfera arcaizante que elevan la versión, precisamente por esta original circunstancia, por encima de las interpretaciones al uso. Tanto Catherine Dubosc como la canadiense Suzie Le Blanc (a quien le han precedido varios discos haendelianos de esmerada factura), voces ambas suficientemente livianas para no entorpecer ni atentar contra la tenue vocalidad del tenor, sin lograr interpretaciones de referencia, resultan inatacables por concepto y sentido canoro. F.F. 89 D I S C O S GUBAIDULINA-HAYDN Oleg Kagan, Natalia Gutman, Gennadi Rozhdestvenski GUBAIDULINA, ORA PRO NOBIS GUBAIDULINA: Rejoice!, sonata para violín y violonchelo. Offertorium, concierto para violín y orquesta. OLEG KAGAN, violín; NATALIA GUTMAN, violonchelo. ORQUESTA DEL MINISTERIO DE CULTURA DE LA URSS. Director: GENNADI ROZHDESTVENSKI. CLASSICS LIVE LCL 111. ADD/DDD. 69’37’’. Grabación: Moscú, 15-IV-1982 (Offertorium); Helsinki, 1989 (Rejoice!) (en vivo). Ingeniero: Peter Urban. Distribuidor: Gaudisc. N PN Oímos Rejoice (Regocijaos, Regocijo), para violín y violonchelo, y desde el principio advertimos la metáfora, eficaz y nada sutil, de las tesituras altas como trasunto de la elevación. En obras como ésta, y en tantas otras de Gubaidulina, la línea, la técnica, el canto, la verticalidad, todo, está al servicio de una espiritualidad expresada de manera inmediata, sin circunloquios, en la que el violín se eleva como los humanos angelicales. Según se nos advierte, cada uno de estos cinco movimientos (algunos, bastante amplios, ninguno miniaturista) se titulan con textos religiosos del ucraniano del siglo XVIII Grigorio Skovoroda. Es una secuencia lo mismo concertante que de diálogo de instrumentos, pero hay algo de ritual, de oficio, de misa incluso, como si la secuencia fuera del Kyrie al Agnus. Offertorium es un Concierto para violín en un solo, cambiante y amplio movimiento tripartito que dura casi cuarenta minutos. Escuchamos una toma del estreno, por Kagan, aunque la obra HAENDEL: El triunfo del Tiempo y la Verdad. GILLIAN FISHER, EMMA KIRKBY, sopranos; CHARLES BRETT, contratenor; IAN PARTRIDGE, tenor; STEPHEN VARCOE, bajo. THE LONDON HANDEL CHOIR AND ORCHESTRA. Director: DENYS DARLOW. 2 CD HYPERION Dyad CDD22050. DDD. 123’29’’. Grabación: Londres, X-XI/1982. Productor: Martin Compton. Ingeniero: Antony Howell. Distribuidor: Harmonia Mundi. R PM 90 Los casi veinticinco años transcurridos desde la grabación de este oratorio alegórico haendeliano —la versión en inglés y con modificaciones de la italiana Il Trionfo del Tempo e del Disinganno— han relativizado grandemente las virtudes por las que fuera recibida tan calurosamente por la crítica en su momento. Desde luego que la interpretación no carece de cualidades, sobre todo por la agilidad de la cuerda y la finura general de trazo, pero la visión de Darlow se antoja hoy más bien plana y gris y su articulación de la línea de Haendel, un tanto pobre. Algunas contribuciones instrumentales resultan ahora insuficientes, como las de los apagados fagotes o la ahogada sonoridad del violonchelo obli- estaba destinada a Gidon Kremer. El ofrecimiento en cuestión es doble: el de Bach a Federico y el de Webern a Bach (la Ricercata). Gubaidulina se sitúa así en la línea de sus dos grandes inspiradores y maestros del pasado. Sorprende en ambas obras, por mucho que conozcamos bastantes cosas de Gubaidulina, la capacidad para meternos en el cuerpo el misterio del que se inquieta, mas también el del que se inicia. Sorprende la manera se diría que sencilla (no, no lo es) de dar testmonio de Dios en la música. Como Stravinski, como tantos otros. Una utopía. Una realidad. ¿Qué es, si no, ese viaje largo y tenso, los diez minutos del movimiento central de Rejoice, sino vuelo del violín hacia la utopía, con la base terrenal del chelo, y realidad espiritual de la dialéctica entre ambos? Oleg Kagan fue un magnífico violinista que no vivió demasiado. Le dio tiempo a dejar un legado fonográfico asombroso. No desdeñó a sus contemporáneos, no ejerció la soberbia del intérprete sobre el papel inerte, porque sabía que su deber era darle vida a esas inercias. Vida como este doble recital distante en el tiempo y hasta en el espacio, dos conciertos en vivo que daban vida a una compositora malquerida en 1982 y a redescubrir en 1989. En Rejoice está con una chelista que sabemos esplendorosa, Natalia Gutman, y el diálogo se enriquece con el arte denso, a veces se diría que febril, de ambos artistas. Pero, atención, en 1982 está Rozhdestvenski al frente a la gado en el aria Come, o Time. Entre los solistas vocales, Partridge y Brett no estaban claramente en plena forma y Kirkby suena excesivamente infantil en este contexto. Mucho mejor Fisher y Varcoe. Con todo, los discos mantienen una cierta vigencia para conocer esta adaptación de un oratorio de Haendel no muy divulgado. E.M.M. HAYDN: Sonatas para piano Hob. XVI: 44, Hob. XVI: 2, Hob. XVI: 25, Hob. XVI: 18 y Hob. XVI: 28. JÉROME HANTAÏ, fortepiano (P. Taskin, 1788). AMBROISIE AMB 9975. DDD. 80’. Grabación: París, XI/2004. Productor e ingeniero: Jiri Heder. Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN El mayor interés de este notable disco de Ambroisie reside en la oportunidad de poder escuchar el fortepiano que Pascal Taskin construyó en París en 1788 y que se conserva en el museo de la Cité de la Musique de la capital gala. Aunque con los ocasionales (y lógicos) ruidos de mecánica y algunos defectos, también Orquesta del Ministerio, y su acompañamiento es tan inmenso como su aportación a la música, a todas las músicas, en especial la de su país. El protagonismo es de Kagan, la sabiduría de ponerse detrás es aquí de Rozhdestvenski. Atención a este CD, música de esa que algunos aficionados considerarán dura, pero que — advirtámoslo— nada tiene que ver con las vanguardias atonalísimas y de grandes saltos interválicos de tiempo atrás. La técnica sirve como búsqueda dramática, no hay búsqueda de un principio aplicado a la totalidad. Ya me entienden. El caso es que Gubaidulina y Kagan hacen una espléndida pareja. Apoyados nada menos que por Natalia Gutman y Rozhdesvenski, para mejorar las cosas. Espléndido. Santiago Martín Bermúdez lógicos, de los apagadores, el encantador timbre del instrumento y su hermoso colorido están admirablemente captados por esta toma sonora, de notable, incluso casi excesiva, presencia. Por lo demás, la hermosísima música de las Sonatas de Haydn hace el resto. Y aunque Jérome Hantaï es antes intérprete de viola da gamba que pianista, lo cierto es que su talento artístico (lo debe dar algún gen familiar, sin duda: produce pasmo ver con qué facilidad hay gente que domina instrumentos tan diferentes) está fuera de duda. Su articulación es generalmente clara, quizá algo dura en más de una ocasión, pero su forma de decir la música de Haydn, rica en contrastes, imaginativa en el carácter de fantasía (así el Allegretto de la Sonata Hob. XVI/44) es generalmente más que plausible. Cabe quizá encontrar interpretaciones técnicamente mejores de estas obras (Brautigam, por ejemplo), pero ésta de Jérome Hantaï es más que disfrutable, y el bellísimo instrumento de Taskin constituye un ingrediente adicional que lo hace aún más atractivo. Yo no lo dejaría escapar. R.O.B. D I S C O S GUBAIDULINA-HAYDN Alan Curtis INSTINTO DRAMÁTICO HAENDEL: Rodelinda HWV 19. SIMONE KERMES, soprano (Rodelinda); MARJANA MIJANOVIC, contralto (Bertarido); STEVE DAVISLIM, tenor (Grimoaldo); SONIA PRINA, contralto (Eduige); MARIE-NICOLE LEMIEUX, contralto (Unulfo); VITO PRIANTE, barítono (Garibaldo). IL COMPLESSO BAROCCO. Director: ALAN CURTIS. 3 CD ARCHIV 00289 477 5391. DDD. 192’26’’. Grabación: San Martino al Cimino y Palazzo Doria Pamphili, Sala Olimpia, IX/2004. Productor: Marita Prohmann. Ingeniero: Andrew Wedman. Distribuidor: Universal. N PN Estrenada en febrero de 1725, Rodelinda tiene como libretista a Francesco Haym, que parte de otro anterior de Antonio Salvi, a su vez basado en la obra de Corneille Pertharite, roi des lombards. Con una trama que une el triángulo amoroso Bertarido–Rodelinda–Grimoaldo y la, digamos, “historia de prisionero político”, donde Rodelinda ejerce en cierto modo el papel de Leonora en el Fidelio beethoveniano para Bertarido, como “Florestán” de turno. La trama encuentra inspirado al Haendel de mediados de la década de 1720, época que vería nacer de manos del músico de Halle páginas tan inspiradas como Julio César. La música, como es habitual, contiene momentos de gran brillantez —y endemoniada dificultad— vocal, algo esperable si uno piensa que en el estreno participaron nada menos que Senesino (Bertarido) y Francesca Cuzzoni (Rodelinda). En la versión que ahora se comenta, el experto haendeliano Alan Curtis se decide por la “primera versión” de la partitura, pero no renuncia a introducir ciertas arias de revisiones posteriores, con el argumento, sin duda válido, de que se dejarían fuera de la interpretación páginas de gran belleza por atenerse a un estricto rigor filológico. En cambio, aunque Haendel utilizó castrati en HAYDN: Conciertos para piano Hob. XVIII/11 en re mayor, Hob. XVIII/3 en fa mayor, Hob. XVIII/2 en re mayor y Hob. XVIII/4 en sol mayor. RONALD BRAUTIGAM, fortepiano (McNulty, Ámsterdam 1992, sobre Anton Walter, c. 1795). CONCERTO COPENHAGEN. Director: LARS ULRIK MORTENSEN. BIS CD-1318. DDD. 75’54’’. Grabación: Copenhague, X/2003. Productor e ingeniero: Ingo Petry. Distribuidor: Diverdi. N PN Redondea Brautigam su extenso recorri- do haydniano con este atractivo disco dedicado a una faceta en la que el gran compositor austríaco brilló quizá menos: la de los conciertos para teclado. El más conocido —y también el más conseguido— de los cuatro que aquí se ofrecen es el Hob. XVIII/11. Los demás, especialmente el Hob. XVIII/4, no tienen la misma chispa de inspiración ni en sus temas el estreno para los papeles de Bertarido y Unulfo, el director norteamericano se decide en ambos casos, al contrario que Kraemer en su grabación de la obra para Virgin, por sendas contraltos, algo que quizá no complazca a todos (y sobre lo que Curtis no dice nada en su breve apunte acerca de la interpretación de la obra), aunque los resultados sean, y lo son, excelentes. Curtis conoce más que bien la música dramática de Haendel, de quien ha rescatado más de una partitura más o menos olvidada (recordemos Admeto, Arminio, Rodrigo o Lotario), y dibuja el drama con elegancia, fluidez y buen instinto teatral. Su pequeña orquesta (cuerdas 5/4/3/2/1 más flauta travesera, 2 flautas de pico, 4 oboes, 2 fagotes, 2 trompas, tiorba y clave) le responde a la perfección, y lo mismo cabe decir, con apenas algún pequeño matiz, del elenco. Kermes, que debutara con este sello en la Andromeda liberata de Vivaldi, tiene un timbre atractivo, una voz con cuerpo y excelente capacidad de matiz, manejando además con flexibilidad y perfección los endemoniados saltos y agilidades de la partitura. Compone con gran acierto dramático el complicado papel de la protagonista, con una contribución que cabe considerar sin duda sobresaliente. Su Ombre, piante, en el acto primero es sólo uno de muchos momentos extraordinarios. Notable el tenor Davislim, que posee una voz de buen volumen y bonito timbre, y se defiende aceptablemente en las agilidades, aunque la claridad de articulación en las mismas no sea su mayor fuerte. Sobresaliente Sonia Prina, que extrae el mejor partido de su oscuro color y muy bello timbre para dibujar una Eduige de gran fuerza dramática y absolutamente modélica en las agilidades (Haendel la somete a un auténtico tour de force ya desde su primer aria). El barítono italiani en sus desarrollos, que el mencionado, aunque sí, claro está, son páginas de más que grata escucha. Brautigam, por su parte, vuelve a lucirse en estas obras. Extrae el mayor partido de las facilidades que el magnífico instrumento de McNulty, empleado en su ciclo de Sonatas, le ofrece, para frasear con suaves pero hermosas inflexiones dinámicas, y decir esta música luminosa con gracia, elegancia y humor, articulando con exquisita claridad. El acompañamiento del Concerto Copenhagen, agrupación que quien esto firma no había escuchado hasta ahora, es impecable. El conocido cariñosamente como “CoCo” se revela como un conjunto notable, y Mortensen dirige con gusto y buen sentido del color (estupenda su aportación al rústico carácter del conocido Rondo all’Ungarese en el concierto Hob. XVIII/11). Estupenda grabación para un no Priante, que también apareció junto a Curtis en su grabación del antes mencionado Lotario, luce buen volumen, notable instinto dramático y buen manejo de la coloratura. Con excepción de algún que otro pequeño apuro en la zona más aguda, la suya es una interpretación notabilísima. Cuando antes me referí a la elección del elenco y sus resultados, la de Mijanovic para Bertarido es una buena demostración. Ya su primer aria, profundamente emotiva, nos gana desde el principio, y su recitativo a dúo con Lemieux (Unulfo) al final de la escena 6 del acto primero es de un notable efecto dramático. Por comparación, la presente es una grabación abiertamente preferible a la de Kraemer. El elenco es considerablemente mejor (Kermes claramente superior a la más ligera pero de bastante menos fuerza dramática Daneman, y Mijanovic considerablemente superior a un Taylor que suena un tanto blando), y la grabación de Archiv es también muy superior en presencia y amplitud dinámica. En resumen, una magnífica aportación al catálogo operístico haendeliano. No se la pierdan. Rafael Ortega Basagoiti disco que nadie que haya degustado la serie sonatística del mismo intérprete debe perderse. Muy recomendable. R.O.B. HAYDN: Missa Cellensis en do mayor HOB.XXII:5. PRISKA ESER-STREIT, soprano; ANNE BUTER, mezzosoprano; CHRISTOPH GENZ, tenor; THOMAS HAMBERGER, bajo. ORPHEUS CHOR MÜNCHEN. NEUE HOFKAPELLE MÜNCHEN. Director: GERD GUGLHÖR. PROFIL PH 05001. DDD. 62’50’’. Grabación: Múnich, VI/1997. Productor: W. Graul. Ingeniero: Wolfgang Götz. Distribuidor: Gaudisc. N PN Hay que mencionar otras denominaciones de esta misa: Caecilienmesse también, o, su título completo, Missa Cellensis. In honorem Beatissimæ Virginis 91 D I S C O S HAYDN-LEJEUNE Mariæ, una de las doce escritas por Haydn. La riqueza de la composición es indudable, pivotando realmente sobre el importantísimo trabajo coral, sin desdeñar a la orquesta, que dialoga, contrapuntea y parafrasea en un trabajo exquisito y de gran inspiración. Excelente, por ejemplo, el complicado y multitudinario remate del Gloria, de largo curso en su totalidad. En esta grabación muniquesa se lucen ampliamente los dos elementos citados, así como la soprano Eser-Streit, por timbre y capacidad para las agilidades. El resto de las voces queda feble, siendo la más agradable la muy ligera del tenor, que por sus cortos medios deja poco convincente el que podía resultar excelso Incarnatus. Otro tanto se podría decir de los Passus del supues- to bajo. El Agnus Dei queda tratado de forma exquisita, ya que la labor de acentuación por parte del director sigue siendo impecable y estupendo el rendimiento de la orquesta. Una más que buena interpretación de esta Misa, no frecuente en estudios de grabación y menos en nuestros conciertos. J.A.G.G. Nikolaus Harnoncourt ORO EN BARRAS HAYDN: Sinfonías de París, nºs 82–87. CONCENTUS MUSICUS WIEN. Director: NIKOLAUS HARNONCOURT. 3 CD DEUTSCHE HARMONIA MUNDI DHM 82876 60602 2. DDD. 64’18’’, 59’50’’ y 61’40’’. Grabación: Viena, XII/2001 y VI/2002. Productor: Martin Sauer. Ingeniero: Michael Brammann. Distribuidor: BMG. N PE H ace ya años que Harnoncourt nos ofreció en Madrid, en el ciclo de Ibermúsica, un sabroso aperitivo de su aproximación a estas sinfonías, unas de las más justamente celebradas de todo el ciclo haydniano. Habiendo ofrecido unas grabaciones memorables de las Sinfonías de Londres, era cuestión de tiempo que llevara al disco este ciclo parisino. Y el fundador del Concentus no defrauda las expectativas. Seguramente sus detractores habituales encontrarán la aproximación excesivamente “musculada”, pero quienes aprecian su acercamiento, casi siempre acertadísimo, a la música de Haydn, encontrarán unas interpretaciones vibrantes, riquísimas en contrastes, deliciosas en los minuetos (nadie, nadie en el actual panorama, y estoy por decir que tampoco en el anterior, hace “bailar” esta música como él), cantables en los tiempos lentos y, en suma, absolutamen- HOMILIUS: Cantatas I. VASILIJKA JEZOVSEK, soprano; ANNE BUTER, contralto; HUBERT NETTINGER, tenor; CHRISTIAN HILZ, bajo. CORO DE LA CRUZ DE DRESDE. ORQUESTA BARROCA DE DRESDE. Director: RODERICH KREILE. CARUS 83.183. DDD. 73’23’’. Grabación: Dresde, V/2004. Productor: Horst Kunze. Ingeniero: Michael Tramnitz. Distribuidor: Diverdi. N PN 92 S egundo disco en Carus dedicado al hasta ahora casi desconocido Gottfried August Homilius (1714-1785) tras el volumen que Frieder Bernius grabara con algunos de sus motetes. Nacido en Rosenthal, en la Suiza sajona, Homilius fue organista de la Iglesia de San Nicolás de Leipzig durante unos meses de 1742, pero ese mismo año fue contratado como organista de la Iglesia de Nuestra Señora de Dresde y trece años después fue nombrado Cantor de la Iglesia de la Cruz en la misma ciudad. Homilius compuso cerca de 200 cantatas para la Cruz, de las que en este que se anuncia como te conseguidas en el propósito último de despertar evocaciones y emociones varias. Lo hace con un Concentus musicus formidable, perfecto de empaste, técnica y colorido (la formación que hizo exclamar al difunto Fernández-Cid, con ocasión del concierto mencionado de Harnoncourt en Madrid, que cuando los instrumentos originales suenan así, no hay pero que valga), que responde como un solo hombre a las demandas de su fundador. Hace todas, absolutamente todas las repeticiones, y como no desquicia el tempo en absoluto, su grabación ocupa tres discos, cuando lo habitual es que quepa en dos. No es mayor problema, porque esta joya, que ya es hora de decirlo, es una verdadera joya, se ofrece a precio de orillo: apenas siete euros el disco, al menos de momento. Ya el comienzo de la nº 82 “El oso” nos da una buena y vibrante sacudida. El Allegretto es sonriente y bien contrastado, el Minueto le invita a uno a mover los pies, y tiene gracia y sus acentos son impagables, con un trío de una elegancia y humor extraordinarios. Y el final tiene un sabor rústico y una alegría incontenibles. Es imposible resistirse a la sonrisa evocada en el atípico Minueto (y su no menos atípico Trío), al majestuoso comienzo de primer volumen de sus cantatas, se incluyen cuatro, a saber: Der Herr ist Gott, der uns erleuchtet, Selig seid ihr, wenn ihr geschmähet werdet, Heilig ist unser Gott, der Herr Gott Zebaoth y Gott fähret auf mit Jauchzen. El modelo es idéntico al de las cantatas corales de Leipzig de Bach (sucesión de coros, recitativos y arias que se cierran casi siempre con un coral), aunque el estilo de Homilius es mucho más ligero, más cercano al de compositores como Telemann, Graun o los hijos de Bach. Roderich Kreile dirige la primera grabación de estas obras con frescura, elegancia y notable transparencia al Coro de la Iglesia de la Cruz (la misma formación que dirigió hace dos siglos y medio Homilius), que responde con solvencia, y a una brillante Orquesta Barroca de Dresde, que es lo mejor del registro. El elenco solista, formado por cuatro cantantes prácticamente desconocidos, resulta homogéneo y suficiente. P.J.V. la nº 85 “La reina”, al encantador canto de su Romanza central, y desde luego al vivaz Minueto (en realidad casi más un vals, como señala Harnoncourt en sus notas, como siempre impagables) y a su delicioso Trío (uno de esos momentos de música que parecen hechos a la medida de Harnoncourt). Y así podríamos seguir sinfonía por sinfonía. La toma sonora, extraordinaria, redondea un álbum que ningún haydniano de pro que no milite en la liga anti-Harnoncourt debe perderse. Una verdadera joya. Rafael Ortega Basagoiti HUME: The Passion of Musick. PASCALE BOQUET, tenor y laúd; DAMIEN GUILLON, contratenor; BRUNO BOTERF, tenor; ARIANE MAURETTE y ANDRÉAS LINOS, violas; PASCAL GALLON, laúd; NIMA BEN DAVID, viola da gamba y director. ALPHA 061. DDD. 66’43’’. Grabación: París, IV/2003. Productores: Hugues Deschaux y Marcos Galkin. Ingeniero: Hugues Deschaux. Distribuidor: Diverdi. N PN La presente grabación contiene obras de los Musicall Humors, para viola da gamba sola, y la Poeticall Musicke, canciones en las que el instrumento tiene como acompañante una parte no menos importante. Ambas series cuentan con versiones muy destacadas de Jordi Savall, el intérprete moderno que prácticamente ha reinventado al capitán Hume. Con todo, las lecturas de David son idiomáticas, con momentos excelentes como en A souldiers Galiard, donde sobresale el magnífico contratenor Guillon, o en la originalísima Tobacco, toda una rareza que desmiente que la música D I S C O S HAYDN-LEJEUNE de Hume está sólo constituida por piezas melancólicas más o menos esquizoides. Sin embargo, en las obras para viola sola, David, que sin duda es un valioso instrumentista, se queda muy corto frente al artista catalán. En Hark, Hark, su aproximación no es tan rica de sonido o plena de fantasía como la de Savall y la versión que brinda de A Pavin parece un tanto seca en cuanto a expresividad. E.M.M. IGES: Sitting between chairs. PILAR SUBIRÁ, percusión. DÚO ACCO LAND, acordeones; SUZANA STEFANOVIC, chelo. ESPERANZA ABAD, PATRICIA MIKISHA, voces. MUSEO INMATERIAL, REALIZACIÓN ELECTRÓNICA. WORLD EDITION 0010. DDD. 60’. Grabaciones: Barcelona,1998, Madrid, 1991, 1996 y Milán, 1996. Productora: María de Alvear. Ingenieros: José Iges, Enric Catalá, Isidoro Pérez, Manuel Álvarez, Luis Carlos Esteban, Juan Pérez Morales. N PN El conjunto de piezas que José Iges (n. 1951) ha elegido para este CD, editado en World Edition, el sello de la artista María de Alvear, se aviene perfectamente al soporte discográfico. Son obras que funcionan aquí mucho mejor, sin duda por su carácter “audio”, que las pensadas para un material más amplio y que necesitan de un montaje escénico. Al lado del Iges cercano, de algún modo, al teatro musical, existe este otro que casi podría denominarse de “cámara” y que, por supuesto, no deja de pertenecer al ámbito intermedia en el que se mueve el músico madrileño. Las ocho piezas selec- cionadas cubren un período amplio, de 1991 a 2001 (año de composición de Lezione di retorica) y en ellas vierte el autor todo un mundo de relaciones entre textos y músicas, entre voces y objetos sonoros que hacen pensar en una estética cercana al arte radiofónico. De las ocho piezas, todas en torno a los diez minutos, sobresalen aquellas en las que la voz no ocupa un lugar central en la composición. Las tituladas Esercizi sulla fragilità, Seven minutes desert, Acción-reacción y Del lado oscuro destacan por su ingenio en el tratamiento de materiales de muy diverso origen, mientras que las que están dominadas por la voz aparecen peor resueltas, como es el caso de La isla de las mujeres, un collage en el que corresponde la parte menos convincente a la línea vocal, encarnada por Esperanza Abad. Esta opción belcantista queda demasiado en primer plano en un discurso que, aunque quiere jugar de forma irónica con los elementos de la tradición operística, funciona mejor cuando aparecen las voces inmersas en el fragor del collage mismo, quedando, por decirlo así, desnaturalizadas, como las que provienen de materiales de Laurie Anderson y Pamela Z. La pieza deja ver una de las obsesiones de Iges y es el paso del tiempo. La voz que, a través de la línea telefónica, señala imperturbablemente el paso de los minutos y el sonido de los relojes, están presentes aquí y en otra pieza, Acciónreacción, que, además de jugar con el sentido de la duración, supone un interesantísimo estudio sobre el choque entre los timbres (los de los acordeones y los objetos proporcionados por la cinta). Esta obra es un ejemplo perfecto del fundamento de todo el CD: ensayo acerca de la transgresión que resulta tanto de la manipulación sobre los sonidos musicales convencionales como de los sonidos de nuestro entorno y la interacción entre distintos objetos sonoros. Cada obra, en efecto, es en sí misma un pequeño trabajo de arte radiofónico, por cuanto la mezcla de materiales y la descolocación del eje central de cada relato escapan al concepto convencional de creación electroacústica. En este trabajo de distintas fuentes sonoras hay un lado preciosista, ciertamente poético, hecho a veces como si de cajas chinas se tratase, que es lo que hace tan atractivas a piezas como Acción-reacción, Esercizi sulla fragilità o Del lado oscuro, esta última, por cierto, la más ruidista de todas. Allí donde Esercizi… brilla por su sentido minimalista, su poético juego basado en leves entrecruzamientos sonoros, Del lado oscuro ofrece un formidable ensayo sobre los ruidos de la naturaleza y los sonidos descarnados del chelo (gran aportación aquí de Suzana Stefanovic). La inserción de la voz (textos que proceden de una lectura ensimismada, antidramática) ofrece otro aspecto no menos interesante y que se puede aplicar también al conjunto del CD: cada pieza nos viene servida como si fueran hojas sueltas de un diario. Cuando la voz recita fragmentos en apariencia inconexos y que hablan de temas abstractos, el bloque de obras toma el carácter de diario íntimo, del que aquí conocemos retazos, trozos de un discurso aún por completar. F.R. Dominique Visse LO MÁS BELLO LEJEUNE: Autant en emporte le vent (canciones). ENSEMBLE CLÉMENT JANEQUIN. Director: DOMINIQUE VISSE. HARMONIA MUNDI HMC 901863. DDD. 67’15’’. Grabación: París, VI/2004. Productor e ingeniero: Markus Heiland. N PN No es la primera vez que el Ensemble Clément Janequin interpreta música de Claude Lejeune (c.1530-1600), compositor que ha estado presente en muchos de sus registros anteriores, tanto en su faceta sacra (salmos y otras piezas espirituales) como en la profana (canciones). Ni siquiera es el primer registro monográfico que el conjunto de Dominique Visse dedica al músico, pues hace justo 20 años que grabó otro con canciones y fantasías de viola (que tocaba el Ensemble Les Éléments). Habiéndose presentado el Ensemble Clément Janequin en innumerables ocasiones como conjunto de voces masculinas, no deja de resultar curioso que la soprano Agnès Mellon sea protagonista en ambos registros, lo que es, por otro lado, una estupenda noticia, porque viene a confirmar la recuperación de la cantante francesa, después de algún tiempo en que parecía perdida para la música. El disco incluye 16 canciones de temática muy diversa (de la canción de bebida a la amorosa, de la sátira religiosa a la sentencia moral), que nos presentan una música a mitad de camino entre la típica canción polifónica francesa del Renacimiento y el mundo de contrastes y afectos característicos del manierismo italiano, en el que los madrigalismos y la pintura musical se colocan en primerísimo plano. Las interpretaciones, con un discreto continuo formado por laúd, viola da gamba y órgano positivo, inciden en los aspectos pictóricos, subrayando términos claves y marcando a la perfección la diferencia de estilos entre, por ejemplo (y sin salirnos del terreno amoroso), la ligereza de Une puce, con sus explícitas referencias sexuales, y la exquisitez de Tout ce qui est de plus beau, una pieza plagada de paradojas y juegos de contrarios (cielo/mundo, cuerpo/alma, vida/muerte). L’aute joun jou m’en anabi de Tholoze à Montréjau es una pieza singular, de indudable extracción popular, en la que se acentúa el contraste de colores entre las voces. La delicadeza expresiva y transparencia de las texturas queda fuera de toda duda, pero resalta de modo muy especial en canciones como O feux sacrez, casi convertida en una canción para solista (Mellon) con acompañamiento vocal. Finalmente, la larguísima secuencia de La Guerre, sobre la canción homónima de Janequin, permite al conjunto de Visse mostrar sus capacidades en las más variadas agrupaciones vocales y en los estilos más diversos. Un disco excepcional. Pablo J. Vayón 93 D I S C O S LISZT-MOZART LISZT: Música para piano completa, vol. 22: Dos Polonesas S. 223/R44. Balada nº 1 en re bemol mayor “El canto del cruzado”, S. 170/R15. Balada nº 2 en si menor, S. 171/R16. Al borde de una fuente, S. 156/R8. Tres piezas suizas, S. 156a/R8. JEAN DUBÉ, piano. NAXOS 8. 557364. DDD. 74’28’’. Grabación: Potton Hall, VI/2003. Productor e ingeniero: Michael Ponder. Distribuidor: Ferysa. N PE Nada menos que el volumen veintidós de los consagrados por Naxos a la obra para piano de Franz Liszt. Y a cargo de un pianista del que hay que decir cosas dado su acierto, al menos en este repertorio: Jean Dubé es pianista de formación francesa y perfeccionamientos internacionales, significado con primeros premios en concursos franceses de piano con eco internacional: Francis Poulenc, Olivier Messiaen, Yvonne Loriod, y el de las Juventudes Musicales de Bucarest. Ha recorrido el mundo dando recitales y conciertos, aunque no con orquestas de señalada primera fila. Se muestra en el disco con mecanismo de competencia fuera de toda duda, un sentido del rubato adecuado, sin zalamerías, y su idea de la construcción adecuada de las piezas es muy acertada, así como su juego dinámico, robusto pero sensible. Se trata pues de un recital sin blandenguerías, aunque Dubé se recree líricamente en Al borde de una fuente y desgrane los pasajes más tiernos de las Baladas con gran pulso lírico. Escuchamos, como cierre, esas tres piezas incluidas como Paráfrasis en la edición completa del Álbum de un viajero (1835-36) publicada por Haslinger, y que utilizan ideas temáticas de Ferdinand Huber y Ernest Knop, publicadas finalmente en 1877 con el título con el que aquí se ofrecen. Y es un disco de precio exiguo. J.A.G.G. Claudio Abbado BAJADA A LOS INFIERNOS MAHLER: Sinfonía nº 6. ORQUESTA FILARMÓNICA DE BERLÍN. Director: CLAUDIO ABBADO. DEUTSCHE GRAMMOPHON 00289 477 5573. DDD. 79’37’’. Grabación: Berlín, VI/2004 (en vivo). Productor: Christopher Alder. Ingeniero: Klaus-Peter Gross. Distribuidor: Universal. N PN Este concierto con la Sexta de Mahler recoge la vuelta de Claudio Abbado a Berlín, esta vez como director invitado de la Filarmónica, afortunada y felizmente superada su lucha contra el cáncer que le mantuvo apartado de los habituales circuitos musicales durante un buen espacio de tiempo. Con esta versión sigue su segundo ciclo Mahler (ya publicadas Tercera, Séptima y Novena) que está haciendo con esta fabulosa orquesta para Deutsche Grammophon. En la interpretación de la Sinfonía Trágica que comentamos, sorprende cierta asepsia expositiva al principio del primer movimiento, con una perfecta planificación que recoge los temas angulosos, los vastos intervalos y los ritmos obstinados como mera información sinfónica, dando la impresión de que el “héroe sinfónico que parte a la guerra” (Mahler dixit) con ritmo de marcha inexorable le trae totalmente sin cuidado al director protagonista de esta grabación. Sin embargo, pasado el desarrollo la intensidad se acrecienta y da la impre- MARAIS: Suite en un gusto extranjero. Las voces humanas. Las folías de España. LORENZ DUFTSCHMID, viola da gamba; THOMAS C. BOYSEN, tiorba y guitarra; JOHANNES HÄMMERLE, clave. CPO 777 007-2. DDD. 62’02’’. Grabación: Walbach (Munstertal), VI/2003. Productor: Burkhard Schmilgun. Ingeniero: Stephan Reh. Distribuidor: Diverdi. N PN Desde su revitalización cinematográfica 94 de la mano de Jordi Savall, la figura de Marin Marais ha ido casi inevitablemente asociada a extáticas al tiempo que febriles suspensiones de las líneas sonoras en sión de que un fatum cruel e inexorable preside el discurso. Abbado opta por situar el Andante moderato como segundo movimiento (variación propuesta por el propio Mahler en las primeras audiciones de la obra), como es sabido el único remanso y contraste lírico en el tremendo mundo de la sinfonía. Con el Scherzo, impresionantemente tocado por los berlineses, vuelve el clima lúgubre y amenazante, y al principio encontramos la energía e intensidad necesarias que faltaban en la exposición del primer movimiento. En el tremendo final es muy evidente que es el destino implacable el que inexorablemente golpea y al que ningún hombre puede escapar, y como en otras versiones de la obra (Mitropoulos, Solti, Bernstein), la sensación de que una fuerza misteriosa y trágica preside todo este enorme fresco sinfónico le queda al oyente meridianamente clara. Este movimiento es en manos de Abbado un auténtico grito de desesperación soberbiamente recreado por su antigua orquesta (hay dos tremendos golpes de martillo, dos auténticos mazazos que dejan petrificado al oyente) y naturalmente uno se pregunta si no estaba traduciendo el propio director sus miedos y angustias pasados por su reciente enfermedad (idea subjetiva y opinable, pero no descabellada). Sea como fuere, es uno de los Finale de la Sexta más trágico de los que se recuer- acordes arpegiados a cuatro o más cuerdas que supuestamente habían de llevar al oyente a un estado de trance místico. Este tópico se ha ido deshaciendo porque la esencia misma de las modas es pasar, pero en los últimos tiempos también gracias por una parte al mayor conocimiento de la producción de este compositor en realidad sumamente variado, por otra al abandono por cada vez más instrumentistas (en su mayoría, lógicamente, violistas da gamba) de ese tono de trascendencia que, a qué negarlo, no resiste tres audiciones sin resultar empalagoso. En ambas vías ahonda este disco, donde el austríaco Lorenz dan, y posiblemente uno de los mejor tocados en el aspecto técnico ayudado por una excelente grabación. La versión, como han visto, va de menos a más, está magníficamente tocada, hay un absoluto control sobre la orquesta, y aunque quizá haya un desequilibrio expresivo entre la asepsia del principio y el tremendo poder emotivo del final, podemos concluir que estamos ante una de las más notables Sextas de Mahler de la historia de la fonografía, si bien como es evidente no podamos olvidarnos de los Horenstein, Barbirolli, Szell, Neumann y tantos otros originales recreadores de esta singular obra maestra. Enrique Pérez Adrián Duftschmid consigue convencernos de que Marais puede llegar a ser divertido, así como de que él mismo constituye una alternativa interpretativa muy válida. En cuanto a técnica tiene muy poco que envidiar a ninguno de sus competidores, salvo por algún desliz de afinación en, por ejemplo, los pasajes más rápidos de Le tourbillon (pista 7, ca. 0’55”), pero lo que más se agradece es la frescura del enfoque estilístico. Sus dos acompañantes mantienen la distancia precisa para que destaque lo que ha de destacar en unas tomas absolutamente impecables. A.B.M. D I S C O S LISZT-MOZART MENDELSSOHN: Cuarteto en mi bemol mayor op. 44, nº3. Cuarteto en fa menor op. 80. Piezas op. 81. CUARTETO EROICA. HARMONIA MUNDI HMU 907288. DDD. 77’14’’. Grabación: Bristol, X/2002. Productora: Robina G. Young. Ingeniero: Brad Michel. N PN C on este tercer volumen concluye el interesante ciclo de los cuartetos de Mendelssohn por el Eroica. Su versión del Op. 44, nº 3 adquiere un gesto más bien clásico y ponderado. Hay energía en el Allegro vivace y nerviosismo en el Scherzo — articulado de modo muy original—, sereno ensimismamiento y atractivos timbres en el Adagio, mas probablemente el Molto allegro conclusivo emane una amabilidad no del todo apropiada para el “fuoco” demandado por el compositor. Excelente el Cuarteto op. 80, cuyo Allegro vivace aparece dotado de fuerza evidente, pese a que los miembros del Eroica no tiendan a subrayar especialmente lo que de trágico tiene esta música. Empero, el motivo melódico cobra en su aproximación un giro inesperadamente doliente. Lo más seductor es la coloración en el Allegro assai, todo un gesto desesperado, por lo demás. El Adagio es en sus arcos un conmovido lamento y el Finale, una secuencia entregada por completo al desasosiego. Por fin, se incluyen tres de las Op. 81, una elegante exposición de Tema y variaciones, un saltarín Scherzo y un Capriccio de una sorprendente y atractiva seriedad, resuelto con una fuga final de admirable nitidez de líneas. E.M.M. MENDELSSOHN: Octeto en mi bemol mayor op. 20. Variaciones concertantes para violonchelo y piano op. 17. Romanza sin palabras para violonchelo y piano en re mayor op. 109. Hoja de álbum para violonchelo y piano en mi menor op.117. ENSEMBLE EXPLORATION ROEL DIELTIENS. ROEL DIELTIENS, violonchelo; FRANK BRALEY, piano. HARMONIA MUNDI HMC 901868. DDD. 49’37’’. Grabación: Amberes, VIII/2004. Productor e ingeniero: Jean-Martial Golaz. N PN La parte del león en este registro se la llevan el Octeto y las Variaciones concertantes. Innovador el primero en cuanto a la intención y al ensamblaje instrumental: cuatro violines, dos violas y dos chelos, obtiene la tan conocida atmósfera feérica, que en la presente versión emerge y fluye sin pausa ni enrarecimiento en una ejecución cálida, imaginativa y llena de virtuosismo en pasajes tan comprometidos como el Scherzo y el, elegido a tempo infernal, Presto que le sigue. Nos deja con la impresión de haberlo escuchado de un modo nuevo, pleno de esencias musicales. No se nos dice nada del violonchelo que utiliza Roel Dieltiens, pero sí del piano de concierto Steinway & Sons que toca Frank Braley, y que proporciona un sonido dulce y muelle lleno de encanto. Muy buena la ejecución de las Variaciones, con los solistas unidos en una sola intención. No se busca especialmente el detalle, sino, al igual que el Octeto, la atmósfera sonora. Complementan dos fragmentos elegidos con no se sabe qué criterio, y ha de advertirse que ambos se encomiendan a los dos instrumentos, aunque se nos señale que la Hoja de álbum está sólo tocada al piano. La cruz del disco es su corta duración, pero aun así, especialmente el Octeto merece la pena. J.A.G.G. MENOTTI: La médium. PATRICE MICHAELS BEDI, soprano (Monica); JOYCE CASTLE, mezzosoprano (Madame Flora); DIANE RAGAINS, soprano (Mrs.Gobineau); PETER VAN DE GRAAFF, bajobarítono (Mr. Gobineau); BARBARA LANDIS, mezzosoprano (Mrs. Nolan). ENSEMBLE OF CHICAGO OPERA GROUP. Director: LAWRENCE RAPCHAK. CEDILLE CDR 90000 034. DDD. 62’05’’. Grabación: Ravinia, XI/1996. Productor: James Ginburg. Ingeniero: Lawrence Rock. Distribuidor: LR Music. N PN Esta interesante ópera de cámara, a pun- to de convertirse en sexagenaria, parece adquirir un reciente interés comercial, si juzgamos que ya se halla en DVD la espléndida película de 1950 de Georges Wakhevitch, dirigida por Schippers y protagonizada por la inmensa Marie Powers, así como la realización televisiva canadiense de Raffi Armenian con otra Madame Flora de excepción, Maureen Forrester. Obra de enorme interés dramático, casi por encima de sus cualidades puramente musicales, facilita a una cantanteactriz un papel de enormes posibilidades, hasta el punto de haberse convertido en una especie de adiós escénico para algunas divas, tipo Regine Crespin o Rita Gorr. No es éste el caso de Joyce Castle, inquieta cantante norteamericana que hace compatible el repertorio más convencional con el contemporáneo (Zimmermann, Einem, Britten, Floyd) sumando a su currículum algunos destacados estrenos (de Argento o Weisgall, por ejemplo) y por supuesto otros títulos menottianos. Acompañada dignamente por un conjunto y un director que saben destacar el impactante clima teatral de la obra, la Castle, con unos medios sanos y más que notables, marca convincentemente la evolución del personaje, del cinismo a la culpa y luego a la alucinación, pasando del puro canto al mero recitado sin fisuras y con una astucia de actriz de posibles. Además de Madame Flora el peso de la obra lo llevan un actor-bailarín (aquí, tratándose de un disco, obviamente brilla por su ausencia) y la soprano lírica que ha de dar vida la dulce e infantil Monica, requisitos sobradamente cumplimentados por la Bedi, tanto vocal como musicalmente. Una buena oportunidad para descubrir o recuperar esta decisiva partitura de Menotti, un perfecto compendio de todas sus cualidades como músico y hombre de teatro. F.F. MILHAUD: Scaramouche. La libertadora. La création du monde. Le boeuf sur le toit. Carnaval à la Nouvelle-Orléans. HÉCTOR MORENO y NORBERTO CAPELLI, pianos. FRAME CD FR9720-2. DDD. 63’38’’. Grabación: Florencia, 1997. Productor: Paolo Paolini. Ingeniero: Marzio Benelli. Distribuidor: LR Music. N PN L a musicalidad refinada y vivaz de Moreno y Capelli no sólo dan un excelente recital Milhaud; también consiguen que no recordemos demasiado los originales orquestales de obras tan irresistibles como La creación y Le boeuf. Scaramouche tiene más aceptación en esta versión para dos pianos que en la posterior hechura concertante para saxo. Carnaval y Libertadora son originalmente instrumentales. Estos dos músicos, inspirados siempre y a veces desbordantes, saben también ser contenidos y mesurados, como en esos raros momentos en que en el recital hay un movimiento marcado modéré. Hay protagonismo latinoamericano en Libertadora y Boeuf, mas también en Scaramouche (la Brasilera de cierre); y algo parecido en Carnaval de Nueva Orleáns; y jazz imaginario en La creación del mundo. Hay de todo, y todo reducido a piano a cuatro manos, que sin embargo suenan casi siempre como un gran conjunto. No es sencillo que un dúo pianístico se comporte como una orquesta tan bulliciosa, un combo que lo mismo nos lleva a la sala de conciertos que a algo parecido al musical hall. S.M.B. MOZART: Sonatas completas para fortepiano y violín, vol. I (Sonatas de Mannheim). DAVID BREITMAN, fortepiano; JEAN-FRANÇOIS RIVET, violín. 2 CD ANALEKTA AN 2 9821-2. DDD. 137’28’’. GRABACIÓN: MONTREAL, V/1995VIII/1996. PRODUCTORES: MARIO LABBÉ, RÉJEAN POIRIER. INGENIERO: GILLES VAUDEVILLE. DISTRIBUIDOR: LR MUSIC. N PN Remasterizadas y con diez años de antigüedad, aparecen estas Sonatas de Mannheim, aunque las K. 301, 302, 303 y 305 fueran publicadas en París. Se percibe la influencia de las Sonatas, previas, de Schuster, y las cuatro ya citadas, además de la K. 304, tienen dos movimientos solamente. Se asientan en el estilo de Mannheim (de ahí su denominación en conjunto, o la de Mannheim-París). Las K. 304, K. 305 y K. 306 fueron compuestas en París, y la primera es la única obra de su autor escrita en la tonalidad de mi menor, con un brusco cambio a sol mayor y el desarrollo escrito en forma de canon con, en el segundo movimiento, un episodio en tono mayor de gran dulzura. Fue escrita en París, como la K. 305, con su característico tema y variaciones Andante grazioso, mientras que el Allegro di molto evoca temas pastoriles, bucólicos y de caza. La Sonata K. 306 tiene ya tres movimientos, es más 95 D I S C O S MOZART-ROTA PENDERECKI: Un réquiem polaco. IZABELA KLOSINSKA, JADWIGA RAPPÉ, RYSZARD MINKIEWICZ, PIOTR NOWACKI. CORO FILARMÓNICO NACIONAL DE VARSOVIA. ORQUESTA FILARMÓNICA NACIONAL DE VARSOVIA. Director: ANTONI WIT. 2 CD NAXOS 8.557386-87. DDD. 99’28’’. Grabación: Varsovia, V-VI/2003. Productores e ingenieros: Andrzej Sasin, Andrzej Lupa y Aleksandra Nagórko. Distribuidor: Ferysa. N PE PENDERECKI virtuosista para el violín, que aquí adquiere parigual papel que el piano. Se incluyen dos Sonatas vienesas: En la primera de ellas, la K. 454, encargada al autor por la violinista Regina Strinasacchi, los dos instrumentos están igualmente equilibrados, dialogando entre ellos a partir de una lenta introducción. En la Sonata en fa mayor K. 547, la última de las escritas para violín es descrita por Mozart como “una pequeña sonata para debutantes”. No se publicó durante la vida del autor (lo fue en Viena en 1805), lo cual tal vez se explique porque el período que la escribió se afanaba en componer sus tres últimas sinfonías. Son interpretadas por Breitman y Rivet con conocimiento y estilo, aunque no borren del mapa discográfico otros discos a ellas dedicados. J.A.G.G. MOZART: Cuartetos para flauta y cuerda. Quinteto para clarinete y cuerda en la mayor K.581. OXALYS. FUGA LIBERA FUG506. DDD. 77’06’’. Grabación: Roeselare, VIII/2004. Productor: Benjamin Dieltjens. Ingeniero: Yannick Willox. Distribuidor: Gaudisc. N PN El hecho de haber conocido en Mannheim al flautista Johann Baptist Wedling y también al médico holandés Ferdinand Dejean, puso en marcha la petición, por parte del último, de “algunos cuartetos para flauta” al compositor de veintiún años. En diciembre de 1777 estaba terminado el primero de ellos, K. 285. Decae en intención y en extensión el K. 285a. Hubo que esperar tres años hasta que estuvo terminado el Cuarteto en do mayor K. 285b, mientras que el Cuarteto en la mayor K. 298 data de 1786. Se puede asignar la mayor importancia del conjunto al Cuarteto en re mayor K. 285, mientras que el estilo galante es más detectable en los cuartetos que miran hacia el estilo de Johann Christian Bach, muy admirado por el salzburgués. El Cuarteto en la mayor podría decirse más salonístico, en la intención del puro juego musical. Al final del siglo XVIII, la flauta cedió su importancia como esclarecido instrumento en favor del clarinete, mucho más moderno, de mayor extensión y más posibilidades dinámicas. De ahí que surgiera de la mano de Mozart su Quinteto para clarinete en 1789, dejándonos una obra en la que el magnífico resultado contrasta con la economía de medios, integrándose un todo de modelo clásico, pero extraordinariamente evolucionado. En el desempeño del conjunto belga Oxalys en estas obras hay mucho y bueno por tímbrica, estilo y calidad instrumental, completándose todo con una toma de sonido ejemplar. 96 J.A.G.G. Aun sin ser, evidentemente, la Pasión según san Lucas, Un réquiem polaco de Penderecki (en común con Un réquiem alemán de Brahms tiene poco más que ver que ese determinante y la adscripción a un territorio europeo) es una de las obras más destacables e impactantes de su autor. Su composición ocupó a su autor trece años, en un momento en que la transición hacia un estilo neorromántico ya iba afianzándose en su lenguaje, pero también en un momento en el que todavía quedaba algo del Penderecki vanguardista, que no podía ser alejado de la nueva composición del todo a fin de no romper la unidad ni la coherencia de este Un réquiem polaco. Para quien haya escuchado en más de una ocasión la Pasión según san Lucas, los poco más de cuatro minutos que dura el Introitus de la composición que hoy nos ocupa, le harían desistir de continuar la audición. Paciencia: en el Kyrie la cosa se anima y nos encontramos con el mejor (y añorado) Penderecki. Lo curioso es que Penderecki, habilísimo, es capaz de dotar de coherencia los distintos lenguajes que aquí confluyen, pues tras quedarse solas las voces llega la orquesta en una escritura que realmente es de lo más convencional pero que resulta sumamente eficaz. El efecto dramático del conjunto en este espléndido Kyrie es digno de un gran maestro, y Penderecki, sin duda, lo es. El Dies Iræ (significativamente compuesto en 1984, y no confundir con el otro Dies Iræ independiente que data de 1967) parece seguir un camino inverso al del Kyrie y en muy poco tiempo (un minuto y medio dura tan sólo), de modo que avanzando desde un principio bastante convencional con toques vanguardistas que llevan a la impactante escritura de los metales que preparan la entrada del barítono del Tuba mirum. La llegada del coro, ciertamente espectacular, parece crear el clima de contraste apropiado para el posterior Mors stupebit, otra nueva muestra del buen hacer de Penderecki. Y así vamos siguiendo hasta el final, entre contrastes más o menos eficaces según el caso pero con un innegable dominio del oficio y con más de un momento de auténtico mano maestra (el operístico Lacrimosa, por ejemplo). La versión, a cargo de todo un experto en este repertorio como es Antoni Wit, es de lo mejor que pueda encontrarse y hasta se puede medir con la del propio autor en DG. J.P. POPOV: Sinfonía nº 1 op. 7. SHOSTAKOVICH: Tema y variaciones op. 3. ORQUESTA SINFÓNICA DE LONDRES. Director: LEON BOTSTEIN. TELARC CD 80642. DDD. 65’14’’. Grabación: Watford, Inglaterra, IV/2004. Productor: James Mallinson. Ingeniero: Everett Porter. Distribuidor: Indigo. N PN E n efecto, Gavril Popov (1904-1972) podría haber sido otro Shostakovich. No le faltaban cualidades, no le faltaban similitudes en carácter sinfónico, y no les faltaba a ambos un universo compartido, puesto que eran estrictos contemporáneos y sólo se llevaban dos años. Sorprende esta Primera Sinfonía, una página rigurosa, dramática, postromántica, intensísima. Sorprende su factura, su vigor, su sinfonismo vivo aunque en sentido tradicional. Sorprende que entonces se la considerara formalista, excesivamente novedosa. Hay modernidad, sin duda, pero es a partir de un estro ya experimentado durante más de un siglo. No hay vanguardia, en absoluto. Esta Primera Sinfonía es obra de un joven que alcanza su primera madurez, que da a conocer esta obra a los 30 años y que ve en pocos meses cómo el régimen la prohíbe. Estamos en 1935, y está a punto de desencadenarse lo que ya sabemos. Olympia nos había ofrecido las dos primeras sinfonías de Popov, dirigidas por Provatorov. Ahora nos llega de nuevo la Primera, que en ocasiones parece desconocer el respiro, y que es muestra de una temática rica y una capacidad de desarrollo insuperables. Dirige también sin alivio el israelí Leon Botstein, y consigue un gran fresco sinfónico rico y colorista con esa excelente orquesta todo terreno que es la Sinfónica de Londres. Como complemento, Tema y variaciones op. 3, obra muy juvenil y clasicista del Shostakovich que sólo tiene 16 años, y que muestra también su capacidad de desarrollar un tema, expuesto Andantino, al que le siguen once variaciones, un Allegro, un Adagio y una coda Presto. Habrá que detenerse algún día en la obra juvenil de Shostakovich, habrá que ver lo ancilar y lo mimético, habrá que ver en qué medida su estilo ya está o no está hecho, si aparece ya tan pronto. De momento, Botstein nos ofrece en este CD un programa con dos piezas juveniles de dos compositores soviéticos cuyos destinos van a ser paralelos y disímiles. Y el acoplamiento ofrece resultados de elevado nivel artístico y gran eficacia dramática y sinfónica. S.M.B. D I S C O S MOZART-ROTA Marc Minkowski LA ORQUESTA DE RAMEAU RAMEAU: Una sinfonía imaginaria. LES MUSICIENS DU LOUVRE. Director: MARC MINKOWSKI. ARCHIV 474 514-2. DDD. 56’25’’. Grabación: Poissy, VI/2003. Productor: Arend Prohmann. Ingenieros: Mark Buecker y Reinhard Lagemann. Distribuidor: Universal. N PN Pese a ser reconocido como uno de los grandes maestros de la escritura orquestal en el siglo XVIII, Rameau jamás escribió una obra para la orquesta sola, aunque resulta frecuente la interpretación de suites extraídas de sus principales obras escénicas, especialmente sus óperas-ballet. Marc Minkowski ha preparado para este disco algo diferente, reuniendo fragmentos orquestales de la mayoría de sus obras escénicas (en algún caso, adaptando la línea vocal para un instrumento) y la transcripción de La Poule, obra para clave incluida en los Conciertos en sexteto preparados por un arreglista anónimo de la época. Minkowski ha buscado los contrastes entre las danzas más desenfadadas (rondeau de Las Indias galantes, tamRODRIGO: Concierto madrigal. Fantasía para un gentilhombre. Concierto andaluz. Concierto de Aranjuez. PEPE ROMERO, ÁNGEL ROMERO y LOS ROMEROS, guitarras. ACADEMY OF ST. MARTIN IN THE FIELDS. Director: NEVILLE MARRINER. Shadows and Light, Película de Larry Weinstein. PHILIPS CD + DVD 475 6545. ADD. 75’28’’ (CD) y 96’36’’ (DVD). Grabaciones: 1974-1992. Productores: Nir Fichman y Larry Weinstein (CD), Wilhelm Hellweg y Harald Gericke (DVD). Distribuidor: Universal. R PN Este compacto acompañado de un DVD en un solo estuche no es ninguna novedad. El aficionado ya conoce sin duda las grabaciones en audio de Pepe Romero de la Fantasía para un gentilhombre, del Concierto madrigal con éste y su hermano Ángel, y del Concierto andaluz con los cuatro guitarristas de la familia Romero que formaban el cuarteto Los Romeros; obras todas ellas con Marriner al frente de la Academy of St. Martin in the Fields. Son versiones verdaderamente históricas, excelentes (y no lo descubrimos aquí y ahora) y que han conocido diversas reediciones discográficas. Si es que existe alguien que todavía no las tenga en casa pues ya sabe, a por ellas, ahora con el aliciente añadido de contar con el complemento de un DVD. Bien, lo de complemento es un decir porque ver a Romero y a Marriner disfrutar de la música de Rodrigo cuando están interpretando en auténtico estado de gracia el Concierto de Aranjuez es mucho más que una curiosidad. Pero no termina ahí el material audiovisual que se nos ofrece aquí pues tenemos la excelente película de Larry Weinstein Shadows and Light. bourins de Dardanus, contradanza en rondeau de Les Boréades o rigaudons de Naïs) y las más delicadas y sugerentes (gavotas de Les Boréades, musette en rondeau de Las fiestas de Hébé), entre las piezas de carácter descriptivo más agresivas y enérgicas (obertura de Zaïs, tormenta de Platée) y las más tiernas y sugerentes (Air tendre de Las fiestas de Hébé o de El Templo de la Gloria, Air gracieux de El nacimiento de Osiris o la escena fúnebre de Castor y Polux). La imponente suntuosidad de la chacona de Las Indias galantes pone al disco un final típicamente francés. Las interpretaciones son de un refinamiento exquisito. Minkowski penetra con escalpelo la densa armonía del compositor y nos ofrece un paisaje despejado y claro, pero a la vez riquísimo en texturas y colores variados. Al gran cuidado puesto en el equilibrio instrumental y la transparencia se une la flexibilidad del tratamiento rítmico y la sutileza de los detalles que se aprecia, por ejemplo, en ese clave que irrumpe en el fondo de la entrada de Polimnia en Les Boréades, en la nota pedal de los Esta película de 96 minutos de duración que se presenta en versión española o bien en versión inglesa ya la conocíamos pero nunca está de más volver sobre ella pues nos ofrece un muy ameno acercamiento al Rodrigo músico y al Rodrigo ser humano. Llega a ser emotivo e incluso emocionante por momentos y las declaraciones de personas allegadas al compositor llegan a ser emotivas pero, sobre todo, muy interesantes y respetuosas con el personaje principal. A destacar el evidente cariño de Romero al hablar de Rodrigo y de su música, lo mismo que la de la esposa del compositor, de una gran ternura. No es un simple apunte biográfico pero tampoco es un intento de ensalzar al maestro; ahora bien, la cuestión es que llega a ser ambas cosas dadas las peculiares características de Rodrigo y su música. Sin duda no falta interés en el contenido del DVD pero ello no supone que el interés del compacto sea menor, pues con sólo escuchar el principio de la Fantasía para un gentilhombre cualquiera se dará cuenta de que estas versiones son extraordinarias e imprescindibles en cualquier discoteca. J.P. ROTA: Suite del ballet “La strada”. Concert Soirée. Ballabili per il film “Il gattopardo”. BENEDETTO LUPO, PIANO. ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA. Director: JOSEP PONS. HARMONIA MUNDI HMC901864. DDD. 64’15’’. Grabación: Granada, VII/2004. Productor e ingeniero: Pere Casulleras. N PN contrabajos manteniendo el juego entre fagotes y cuerdas en el preludio de la misma obra, en el pizzicato de las cuerdas en el Air tendre de El Templo de la Gloria o en la elegancia y discreción de la flauta en el Air tendre de Las fiestas de Hébé. Imprescindible para los buenos ramistas y muy interesante para el resto de aficionados al Barroco. Pablo J. Vayón A unque Nino Rota compusiera más música de concierto (entendámonos: música sinfónica, de cámara, óperas, etcétera) que música de películas, su nombre va ligado al cine y las discográficas, aunque se empeñen en mostrarnos lo buenísima que es su música (que lo es), siempre prestan más atención al Rota cinematográfico. Claro que hay grabaciones del “otro” Rota, pero el del cine (y sobre todo el felliniano) termina por imponerse. Esto, en sí, no es ni bueno ni malo porque Rota es siempre interesante, aunque de grabaciones con la que nos ofrece la que presentamos hoy ya haya unas cuantas mientras que otras obras del compositor no están tan bien atendidas. Pues bien, sea como sea, una nueva grabación con música de Rota siempre debe ser bien recibida, especialmente si está tan bien interpretada, como es el caso de la que hoy nos ocupa, con un Josep Pons que parece que conozca a Rota de toda la vida al frente de una sensacional Orquesta de Granada. De la Suite del ballet “La strada” (extraída de la película del mismo título) ya nos hemos ocupado aquí recientemente en dos ocasiones al hacernos eco de otras tantas grabaciones buenísimas a las que viene a sumarse ésta que también lo es, y otro tanto cabe decir de las Danzas de “Il gattopardo” (que contiene esos escasos dos minutos de música de Verdi orquestada por Rota entre sus atractivos). Y entre ambas obras, el pianístico Concert Soirée, de brillante escritura solista y orquestal, que estrenara en 1962 el propio Rota al piano acompañado por todo un nombre de la vanguardia a la batuta: nada menos que Bruno Maderna. Esta composición recupera 97 D I S C O S ROTA-SHOSTAKOVICH J.P. SALMENHAARA: Suomi-Finland. La fille en mini-jupe. Adagietto. Le bateau ivre. ORQUESTA FILARMÓNICA DE TAMPERE. Director: ERI KLAS. ONDINE ODE 1031-2. DDD. 69’40’’. Grabación: Tampere, I/2003. Productor: Seppo Siirala. Ingeniero: Enno Mäemets. Distribuidor: Diverdi. N PN Erkki Salmenhaara (1941-2002) empezó 98 destacando como vanguardista y llegó a estudiar en Viena con Ligeti. Del experimentalismo de sus años juveniles pasó por distintos períodos creativos de poca duración en los que a su lenguaje caminaba con rapidez hasta llegar a descubrir por sí mismo las bondades de la tonalidad tradicional y la importancia de los temas musicales como base fundamental de organización en la composición, y a estas premisas fue más o menos fiel desde la década de 1970 hasta su muerte. Imaginen lo rápido que evolucionaba la música de este hombre, pues a principios de la década de 1960 era discípulo de Ligeti y al cabo de unos diez años ya experimentaba con la tonalidad. De hecho, según nos muestra el presente compacto, da la sensación de que Salmenhaara, de un modo u otro, ya intuía el agotamiento de la vanguardia “oficial” algo antes de las respuestas de los minimalistas, neorrománticos y medievalizantes de diverso valor. Fíjense en Suomi-Finland, de 1966, irónicamente sibeliana y con alguna melodía más o menos tradicional no exenta de interés (el tematismo ya se abría paso con fuerza en su lenguaje). Después escuchamos La fille en mini-jupe, de 1967, cuyo título evoca a Debussy y la música recurre a citas más o menos explícitas de este compositor y de Beethoven, con un empleo de la politonalidad en una línea cercana al más lúdico (que no superficial) Milhaud. Es todo esto muy original, incluso divertido, pero es que además está muy bien escrito y atrapa la atención del oyente de inmediato. Aquí ya se apunta algo de minimalismo, desarrollado años después de su composición (pero esto ya sería otra historia). En el Adagietto, de 1981, bellísimo, el compositor recupera una melodía de Suomi-Finland (una de esas melodías interesantes a las que aludíamos unas líneas más arriba), pues igual que citaba a otros autores en sus obras, hacía otro tanto consigo mismo. Y el programa ter- mina con Le bateau ivre (de 1965 a 1966), una especie de transición entre la época marcada por Ligeti y la búsqueda personal ya inminente. Un compacto sorprendente y, para muchos, sorprendentemente bueno, con música de las que no dejan indiferente a nadie interpretada de un modo impecable. J.P. SCHNABEL: Cuarteto de cuerda nº 5. Trío con piano. Siete piezas para piano. CUARTETO PELLEGRINI. TRIO RAVINIA. BENEDIKT KOEHLEN, piano. CPO 999 881-2. DDD. 62’17’’. Grabaciones: Colonia, X/1993; II/2002; Baden-Baden, VI/1997. Productores: Wolfgang Müller y Andreas Beutner. Ingenieros: Walburga Dahmen, Mark Hohn, Nobert Vossen. Distribuidor: Diverdi. N PN SCHNABEL material de películas (de La strada y de Otto e mezzo) y el autor da cuerpo aquí a un concierto genuinamente romántico con el toque rapsódico definitorio en Rota pero también con la coherencia formal tan característica en él (a veces uno piensa que Rota llevaba dentro a un neoclásico pero quizá otro día hablemos de ello con mayor extensión; queda pendiente). Buenísimo el solista, Benedetto Lupo, y muy interesantes los comentarios y demás material escrito e ilustrado que compone el libro que acompaña tan estupenda grabación. Varias fechas, no muy cercanas entre sí, algo más de una década, varias voluntades, diversos registros radiofónicos que por fin van a parar a CPO. Un compositor que es conocido sobre todo como pianista de referencia de ciertas épocas, como uno de los grandes de, por ejemplo, Beethoven y Schubert. Varias circunstancias que nos permiten acceder a una parte del mundo sonoro sólido y no especialmente sencillo de Artur Schnabel. Son obras de 1940 (Cuarteto nº 5), de 1945 (Trío) y de 1946-1947 (Piezas para piano). Son obras exigentes, sin concesiones, rigurosas, con una inspiración sutil, nunca manifiesta, a veces retraída, aunque más evidente en las Piezas que en el Cuarteto, por establecer una diferencia. Advirtamos que es la última década de la vida de un músico contemporáneo de Stravinski, Bartók, Webern y Berg, que murió el mismo año que Schoenberg, 1951. El mundo sonoro de Schnabel es posterior al primer triunfo vienés, pero contemporáneo de los años en los que no está claro que eso es el camino. Hay referencias tonales, claro, pero hay una huida de la temática definida; y si no es huida, es un permanente esquivar las definiciones temáticas, sin que se trate, claro está, de atematismo, porque las líneas horizontales son nítidas, claras, aunque no especialmente reconocibles. Valgan estos tres excelentes registros, interpretados con solvencia, con gran sentido y de manera sobresaliente para dar noticia de Schnabel como compositor, que es lo que quiso ser sobre todo, aunque le recordemos como pianista virtuoso cuyas Sonatas de Beethoven se reeditan constantemente (ahora aparecen en el sello Naxos). Acaso la historia haya perdido un buen compositor a cambio de la permanencia en registros de un gran pianista. S.M.B. SCHNITTKE: Cantata Fausto. BACH-WEBERN: Ricercare. BACH: 2 corales. MARIAN PRUDENSKAIA, contralto; MATTHIAS KOCH, contratenor; JUSTIN LAVENDER, tenor; ANDREAS SCHMIDT, barítono. CORO CARL PHILIPP EMANUEL BACH. ORQUESTA SINFÓNICA DE HAMBURGO. Director: ANDREI BOREIKO. BERLIN 0017762BC. DDD. 52’51’’. Grabación: Hamburgo, X/2004 (en vivo). Productora: Karola Parry. Ingeniero: Eberhard Schnellen. Distribuidor: Gaudisc. N PN ¿Será cierto que todos tenemos nuestro Fausto? El de Schnittke data de 1983 y lo compuso para el Festival de Viena. Está en alemán y explota determinados procedimientos vocales del siglo suyo y del de Bach. De éste, la narración a cargo del tenor, como en una Pasión; y la configuración del cometido del coro, como multitud o como asamblea. Del suyo, por la línea de los solistas, que son personajes; por ejemplo, con fórmulas semejantes al Sprechsgesang. Uno de esos personajes se desdobla en dos cantantes, y es precisamente Mefisto, contratenor cuando seductor, contralto cuando decididamente demoníaco. Por lo demás, a nadie que conozca un poco la obra de Schnittke, amplia y multiestilística (mejor que ecléctica), ha de sorprenderle que aquí eche mano de diversas técnicas de canto, diversos estilos en cuanto a línea, y múltiples procedimientos para acompañar orquestalmente: atención, por ejemplo, al tango que marca la agonía y muerte del doctor Fausto, un tango en lo métrico que en lo orquestal aparece envuelto por un ominoso cortejo sonoro. ¿Hay teatralidad? La hay, pero muy operística. Es, en rigor, una cantata, una pasión, y por eso tiene dramaticidad. Se trata de un concierto en vivo en Hamburgo en el que se presentaba al público de la ciudad el joven director ruso Andrei Boreiko. La Cantata Fausto era su gran baza, pero había que rodearla, darle un sentido más allá del de la propia obra. Boreiko la emparenta con Bach, que no compuso jamás un Fausto, pero que es autor de Pasiones y Cantatas. Dos coros de otras tantas cantatas y la Klangfarbenmelodie que dispuso Webern a partir de la fuga de la Ofrenda musical aportan ese sentido. No es un diálogo exactamente, aunque no haya que excluir del todo esa dimensión, sino una búsqueda de sentido de un discurso contemporáneo entre las luces de un siglo que para Schnittke acaso no fuera lejano. Curiosamente, el sentido se encuentra en el más agudo de los contrastes. Eso es lo que quiere decir diálogo, podrán reponerme ustedes. Si la fortuna ayuda a los audaces, la audacia de Boreiko fue premiada con un exitazo muy merecido. El espléndido coro y la magnífica Sinfónica de Hamburgo cumplen con nota; los solistas nos sobrecogen a veces, como en esa terrorífica escena del tango-muerte. Boreiko unifica, coordina y da sentido dramático, sin que ello le impida culminar en lo apolíneo al desgranar la Ricercata. La D I S C O S ROTA-SHOSTAKOVICH diversidad de estilos es aquí variedad de propuestas, de estímulos. Boreiko tampoco es un ecléctico, sino un director en busca de sentidos. Su atrevimiento es, más que nada, imaginación creativa. S.M.B. SCHUMANN: Carnaval de Viena op. 26. Escenas del bosque op. 82. Gran Sonata en fa menor op. 14. ALDO CICCOLINI, piano. CASCAVELLE VEL 3056. DDD. 71’19’’. Grabación: París, III/2002. Productor e ingeniero: Joël Perrot. Distribuidor: Gaudisc. N PN Tras el buen resultado de su disco consagrado a los Nocturnos de Chopin, el casi octogenario pianista ítalo-francés vuelve a la carga, esta vez con Schumann, un compositor al cual no se le asocia normalmente y cuyo tránsito a lo largo de su dilatada carrera no ha sido excesivamente frecuente. La forma de enfrentarse a este repertorio parte de una visión muy mediterránea, en la que predominan las luces y el color, de tono optimista y por encima de los conflictos internos inherentes a la música del alemán y siempre presente en obras como la Gran Sonata. El Carnaval de Viena resulta juguetón, detallista en su desarrollo y penetrante. Su articulación es clara y el concepto, maduro, aunque se eche de menos mayor intensidad. Parece como si intentara ver las obras desde fuera, con perspectiva, pero también con distanciamiento. Esta desvinculación emocional propicia un cierto grado de frialdad que no parece el más adecuado. Schumann pide a gritos más compromiso y ardor, al margen de la elegancia que Ciccolini despliega sobre el teclado. En Escenas del bosque prima, con el detallismo del solista, los aspectos más descriptivos y evocadores, mientras que la Gran Sonata falla por las pegas antes mencionadas. El renacer de un veteranísimo que ya creíamos retirado de este mercado. C.V.N. SCHUMANN: Concierto para piano y orquesta op. 54. BEETHOVEN: Concierto para piano y orquesta nº 3. CLARA HASKIL, piano. ORQUESTA DE LA SUISSE ROMANDE. Director: ERNEST ANSERMET. CLAVES 50-2408. AAD. 64’16’’. Grabaciones: Ginebra, 10-X-1956 (en vivo), Montreux, 31-VIII1960 (en vivo). Productores: Mathieu Vibert, M. Braun. Grabación de la Radio Suisse Romande. Distribuidor: Gallicant/Gaudisc. H PN Dos grabaciones, de aceptable calidad sonora, procedentes de la Radio Suisse Romande, nos llegan de la mano del sello Claves para apreciar el encanto de esa gran pianista que fue Clara Haskil, mujer menuda y tímida, discípula de Cortot y Busoni, que sufrió lo indecible en vida por problemas físicos, con un tumor cerebral incluido, y que, sin gran “aparato mecánico”, consiguió encandi- lar a los oyentes a través de un sonido hermosísimo y una elegancia poética que pocos han igualado en su decir pianístico. Para el recuerdo quedan sus soberbias interpretaciones mozartianas. También en Schumann brilló la rumana, y del músico alemán nos ofrece una notable (aunque mecánicamente fallida en más de un momento, como era de esperar) interpretación en la que brilla de modo especial ese encanto lírico, esa intensa emotividad que le eran tan propias. Beethoven discurre por terrenos parecidos, y en él es especialmente destacable un tiempo lento de gran intensidad dramática. Una intensidad que nos gana, aunque en el primero se haya echado de menos algo más de poderío. En todo caso, dos testimonios apreciables de esta gran artista, una de las intérpretes más “emocionantes” de la historia del piano del pasado siglo, que por desgracia sólo al final de su trágica vida conoció el reconocimiento a su gran categoría artística. R.O.B. SEARLE: Sinfonías 1-5. Música nocturna op. 2. Obertura para un drama op. 17. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA BBC DE ESCOCIA. DIRECTOR: ALUN FRANCIS. 2 CD CPO 777 131-22564. 112’52’’. Grabación: Glasgow, 1975-1978. Productor: Burkhard Schmilgun. Ingeniero: Tony Kime. Distribuidor: Diverdi. R PM C uando estos discos aparecieron por separado sirvieron para dar a conocer a una de las grandes figuras de la música británica del siglo XX: Humphrey Searle (1915-1982). Un compositor arriesgado y original, investigador de los lenguajes de su siglo y nada imbuido del espíritu tradicional, idílico y conservador, de buena parte de la música inglesa de aquel mismo siglo. Searle no se parece a ninguno de sus compatriotas, ni a Britten ni a Tippett, ni a Maxwell Davies ni a Birtwistle. Es igual de moderno que cualquiera de ellos, casi siempre igual de hondo y a veces más, tuvo menos suerte y por eso anda ahora en la categoría de raros y curiosos. Para quien quiera atreverse con alguien verdaderamente distinto, para quien esté decidido a conocer mundos nuevos, este álbum le servirá en su aventura. El conocedor o el simple gustador de la música inglesa deben poseerlo sin duda. C.V.W. SHOSTAKOVICH: Conciertos para piano nºs 1 y 2. Concertino op. 94. FLORIAN UHLIG, piano; PETER LEINER, trompeta. SWR RUNDFUNKORCHESTER KAISERSLAUTERN. Director: JIRÍ STÁREK. HÄNSSLER CD 93.113 DDD. 51’27’’. Grabaciones: Kaiserslauten, X/2002 (1º), X/2003 (Concertino), VI/2004 (2º). Productora: Sigurd Krumpfer. Ingeniero: Rainer Neumann. Distribuidor: Gaudisc. N PN Nuevo y soberbio acoplamiento de los dos Conciertos para piano de Shostakovich. Lejanos entre sí, el primero, Op. 35, incluye otro solista junto al pianista, una trompeta que surge del tutti y forma parte del concepto sinfónico de la obra, que no por ello deja de ser concertante. Ese solo de trompeta tiene algo de terrible, pero es muy pronto: falta mucho y faltan muchas cosas —la guerra, entre ellas; el Terror, entre ellas— para el solo de trompeta de la Octava. El Op. 102 es muy posterior, y se finge un concierto tradicional, en la línea de los románticos; el Andante es denso, turbador. Entre ambos, este equipo incluye la pieza que Shostakovich compuso para dos pianos, los de su hijo Maxim y una compañera de estudios en 1953, pero en versión para piano solo y orquesta debida a Ilia Dimov. En los últimos años hemos visto referencias importantes de estos dos conciertos, y ésta que ahora llega, con el excelente pianista renano Florian Uhlig en ambas y también en el Op. 94, se colocará junto a ellas por su gracia, su juego, su poderío, su virtuosismo. Espléndido equilibrio entre modernidad francesa y desolación postbélica, este disco merece que los aficionados comparen y disfruten su propuesta. Uhlig es un enorme pianista, mientras que el checo Jirí Stárek le arropa con unos acompañamientos en los que el sinfonismo a veces se hace con el discurso. S.M.B. SHOSTAKOVICH: Obras completas para dos pianos y piano a cuatro manos: Suite para dos pianos op 6 en fa sostenido menor, tres Danzas fantásticas para piano solo op 5, Aforismos para piano solo op 13, Vals para piano a cuatro manos op 95, Polka de la Suite de ballet nº 2 para piano a cuatro manos, Marcha alegre para dos pianos, Tarantella para dos pianos de la película “El tábano”, Concertino para dos pianos op 94. LUISA FANTI ZURKOVSKAIA Y SABRINA ALBERTI, pianos. DYNAMIC CDS 464. DDD. 66’49’’. Grabación: Bolonia, I/2004. Productor: Fabio Feggi. Distribuidor: Diverdi. N PN Esta serie de obras completas para dos pianistas incluye también una suite para piano solo, los Aforismos op. 13. Por lo demás, este catálogo se nutre de dos series juveniles, más cuatro piezas de tamaño menor y una de alcance medio de plena madurez, compuesta para jóvenes pianistas, el Concertino op. 94, de 1953. El primero de los cuatro movimientos del Op. 6, compuesto por un chaval de 16 años, nos sugiere ya que estamos ante una obra de índole superior por esa secuencia tripartita, con un bello interludio en el centro. O la Danza fantástica, el segundo, escrita por quien sin duda sabe lo que está pasando en la música en Francia o vaya usted a saber si no conoce al Turina más reciente. El Nocturno es un movimiento más amplio, pero no denso, y es una de las raras incursiones de Shostakovich en la músi- 99 D I S C O S SHOSTAKOVICH-TORELLI ca de salón. Más largo aún es el Finale. Las Danzas fantásticas son del mismo año de las de Turina, 1920, y no tienen nada que ver, eran cosas del tiempo; tenía Dimitri 14 años. Será mejor no continuar en los detalles, porque podemos dejarnos seducir también por esas otras danzas de escasa duración que coronan el recital, o por los experimentales Aforismos, y no es cuestión de repasarlo todo. La calidad interpretativa del recital es muy alta. Estas dos pianistas de sólida musicalidad dominan el matiz y el juego de tensiones, la afirmación rotunda, el gesto, el sentido y el guiño de unas obras que no es que tengan doble cara, sino que suelen precisar de una distancia y una condescendencia por su carácter ancilar, o mimético, propio del joven aprendiz, aunque con genio indiscutible. Más aún en el Concertino op. 94, escrita para dos pianistas jóvenes, uno de ellos Maxim, el hijo del compositor, estudiante a la sazón. Aquí es el propio compositor el que guiña, el que sugiere dobles sentidos. Zurkovskaia y Alberti son dos musicazas de los pies a la cabeza a juzgar por este atrevido recital que no parece el colmo de lo comercial, que bucea en un repertorio hasta ahora marginal de uno de los grandes del siglo, que en esas cuatro manos se resuelve con rigor y con sentido, mas también con mucha alegría. Zurkovskaia afronta ella sola Aforismos, serie de diez miniaturas de 1927, y las calidades y características son idénticas. Un disco curioso y de gran interés por lo escondido del repertorio y la altura de las intérpretes. Vemos que Dynamic también lanza un CD por ambas pianistas con obras de Kurtág, Ligeti, Berio y Lutoslawski. Caramba, hay que oírlo. S.M.B. SHOSTAKOVICH: Sinfonía nº 8. GÜRZENICH-ORCHESTER KÖLN. Director: DIMITRI KITAIENKO. CAPRICCIO 71013. DDD. 69’21’’. Grabación: Colonia, VI-VII/2003. Productor: Jens Schünemann. Ingeniero: Wolfram Nehls. Distribuidor: Gaudisc. N PN Aparentemente, la Octava de Shostako- 100 vich es como otras sinfonías del compositor: un amplio movimiento en el que priman la lentitud, el lirismo, la quietud desasosegada; y una parte grotesca, hiriente, ácida. Sólo que en esta sinfonía la parte grotesca es más aristada, más acerba, tanto que el discurso es más doloroso, más provocador. Probablemente no hemos oído nunca una Octava como una de las dos (acaso sean tres) que por ahí circulan con Leningrado y Mravinski; al menos la de 1982 (Philips) es insuperable y pone los pelos de punta en el momento culminante del Allegro (ostinato de las cuerdas, graznidos de los piccolos, solo de trompeta con subrayado de la caja). Es sinfonía de guerra, desde luego, pero eso no lo explica todo. El caso es que hace falta una orquesta poderosa y una batuta tan ácida como lo que está ahí, en las notas, para no convertir esa culminación en una broma. Hay que reconocer que Kitaienko lo consigue a su manera con una orquesta en bastante buena forma, aunque no llegue a lo de Mravinski. La lectura de Kitaienko posee toda esa carga de muerte grotesca, de Apocalipsis irrisorio, rodeada de la especial poesía del trastorno propia de este enorme compositor en los movimientos lentos. En resumen: una muy buena lectura que no reemplaza a las referencias que había hasta ahora, pero que es de muy alto nivel y muy aguda, acre inspiración. S.M.B. SHOSTAKOVICH: Canciones completas, vol. 5. De la poesía popular judía op. 79. Suite sobre textos de Michelangelo Buonarroti op. 145. SVETLANA SUMACHOIVA, soprano; MARIANNA TARASSOVA, mezzo; KONSTANTIN PLUZHNIKOV, tenor; FIODOR KUZNETSOV, bajo; IURI SEROV, piano. DELOS DE 3317. DDD. 63’09’’. Grabaciones: San Petersburgo, III/1999; II/1993. Productores e ingenieros: Ilia Petrov y Viktor Denivo. Distribuidor: Gaudisc. N PN Estos dos ciclos de canciones son de lo más interesante del Shostakovich vocal. Por una parte, un ciclo de 1948, once canciones De la poesía popular judía. Es la época en la que el compositor, junto con prácticamente todos sus colegas, sufrió una dura condena. Componer este ciclo en ese momento era todo un desafío, porque había antisemitismo oficial. No se estrenó hasta 1955. Son once cantos para soprano, contralto y tenor; en dos de ellos, cantan los tres; en los dos primeros, la soprano y la contralto hacen dúo. Lirismo, relato doliente, canto popular imaginario o no exactamente israelita, una belleza contenida, una expresividad rica en sugerencias. Por otra parte, la Suite sobre textos de Michelangelo, un ciclo de la última época, de 1974, un año antes de morir el compositor. Es la época de las autobiografías disimuladas de Shostakovich. Y en estos poemas se refleja, además, una confesión amorosa que no es habitual en el creador de sórdidas relaciones eróticas como las de Lady Macbeth de Msensk. Ambos ciclos de canciones tienen acompañamiento pianístico, y el compositor las orquestó más tarde. Hay una excelente referencia de ambos, en versión orquestal, en los dos álbumes de Canciones orquestales dirigidos por Neeme Järvi para DG (nada menos que Leiferkus para Michelangelo, y Organosova, Stutzmann y Langridge para la Poesía judía). Kuznetsov, voz noble de bajo abaritonado pero con profundidades, borda la intimidad, la sugerencia y el calor contenido del Op. 145, sin tener gran cosa que envidiar a Leiferkus. El trío formado por Sumachova, Tarasova y Pluzhnikov crean para la Poesía judía una suerte de festival de afectos cambiantes, una variedad de expresiones en que lo mismo prima el lirismo encendido que la tristeza más sorda o las explosiones de sospechosa alegría. Excelentes cantantes a los que acompaña con expresividad y mesura el alma de este ciclo, Iuri Serov, que felizmente llega a la quinta entrega, con dos obras maestras indiscutibles. S.M.B. STRADELLA: San Giovanni Battista. ROBERTO BALCONI, contratenor (San Juan Bautista); SYLVA POZZER, soprano (Salomé); FULVIO BETTINI, bajo (Herodes); MAKOTO SAKURADA, tenor (Consejero); PATRIZIA VACARI, soprano (Herodías). ENSEMBLE VOCALE MUSICASSIEME. ORQUESTA HARMONICES MUNDI. Director: CLAUDIO ASTRONIO. STRADIVARIUS STR 33626. DDD. 79’26’’. Grabación: Milán, VI/2002. Ingeniero: Michael Seberich. Distribuidor: Diverdi. N PN Compuesto en 1675 para la Cofradía de San Juan Bautista de los Florentinos, San Giovanni Battista es, sin duda, el oratorio más conocido de Alessandro Stradella y una de sus obras más redondas, tanto por la unidad dramática como por la variedad de recursos musicales que el compositor puso en juego. Claudio Astronio ofrece una interpretación agresiva hasta rozar lo estridente, en especial en unas intervenciones instrumentales de las que merece ser destacado sólo el bajo continuo, variado, flexible y sugerente, pues los tutti resultan desequilibrados, confusos y poco gratos al oído. La parte vocal es irregular. Roberto Balconi canta con gusto y verosimilitud, aunque con evidentes problemas en la parte grave de su registro, el papel protagonista. Ni las sopranos (tímbricamente desabridas) ni el tenor Makoto Sakurada, alejado aquí de sus interpretaciones bachianas con Suzuki y escaso de matices, elevan el nivel de la representación. Sólo el bajo Fulvio Bettini rinde a un nivel alto y resulta convincente como Herodes. P.J.V. STRAVINSKI: L’histoire du soldat. Berceuses du chat. Elegía para viola sola. GENEVIÈVE PAGE, recitadora; MICHEL FAU (El diablo); ERIC PÉREZ (El soldado); MARIE-THÉRÈSE KELLER, mezzo; LAURENT VERNEY, viola. CONJUNTO INSTRUMENTAL. Director: JEAN-FRANÇOIS VERDIER. ARION ARN 68634. DDD. 69’35’’. Grabación: Aulnay-sous-bois, IV/2003. Productores: Thierry Bardon, Corine Durous. Ingeniero: Thierry Bardon. Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN Ya hemos visto que en los últimos tiem- pos a los artistas les gusta más registrar la versión íntegra, teatral, con texto, de La historia del soldado. Nos llega esta otra lectura, de un nivel medio muy aceptable, con una dirección a ratos cáustica de Jean-François Verdier, con momentos muy interesantes de excelente camerismo, como la aquí especialmente lenta y sugerente Pastoral, la inci- D I S C O S SHOSTAKOVICH-TORELLI siva Marcha real y la agitada Danza triunfal del diablo, entre otros. La voz ambigua y la interpretación llena de intención de Geneviève Page anima el tabanque, mientras que Fau y Pérez cumplen con buen gusto. En resumen: una nueva lectura de la pieza teatral en una versión que, si no es de referencia, sí es de gran dignidad y alto nivel. Una altura semejante tiene la breve Elegía para viola sola en los dedos sutiles y expresivos de Laurent Verney. Sí podemos considerar esta lectura entre las más destacadas en su equilibrio de intensidad y de sugerencia, aunque también es cierto que aquí la competencia es menor, tanto históricamente como en la discografía reciente. En medio, se sitúa la simpática y hasta picante interpretación de las cuatro Nanas del gato de 1919 en la voz mesurada y clara de la mezzo Marie Thérèse Keller, acompañada de dos espléndidos clarinetistas, Laferrière y Leroy. En fin, un muy buen disco stravinskiano. S.M.B. STRAVINSKI: Tres ballets griegos: Apollo, Agon, Orpheus. ORQUESTA SINFÓNICA DE LONDRES (Apollo, Orpheus). ORCHESTRA OF ST LUKE’S (Agon). Director: ROBERT CRAFT. NAXOS 8.557502. DDD. 77’45’’. Grabaciones: Nueva York, 1992; Londres, I y VII/1995. Productores: Michael Fine, Gregory K. Squires. Ingenieros: Simon Rhodes, Richard Price. Distribuidor: Ferysa. R PE N o es exacto que Agon sea un ballet griego. Lo es el título, si acaso, y es muestra sobre todo del nivel de abstracción alcanzado por Stravinski en su dedicación al teatro. Tal vez quería llegar ahí. Nunca le gustó especialmente contar argumentos, y sin embargo debe su pronto descubrimiento como gran promesa y pronto gran compositor a Diaguilev y los Ballets Rusos. “Agon” es enfrentamiento, lucha, competición. No hay en el ballet de ese título ni argumento ni historia. Sólo situaciones puras, sin personajes. Acaso sea el ideal del clasicismo stravinskiano. En cambio, en las obras realmente griegas de Stravinski (estas dos, Apollo y Orpheus, más la ópera Œdipus rex y esa pieza escénica inclasificable llamada Perséphone) hay historia, conflictos, situaciones dramáticas, personajes. Todo eso. Pero no pasa nada si admitimos a Agon como una quinta obra griega; estamos en una época en la que Stravinski avanza por el camino de serialismo (ha muerto Schoenberg), y no queda demasiado lejos Orpheus, que ha sido culminación del clasicismo. Sí son lejanas las otras tres, pero así tenemos cuatro décadas hermanadas por una denominación que no es del todo caprichosa (de los 20 a los 50). Recordemos que estos tres registros han estado en otros tantos CD, con otros acoplamientos (Agon en Master Musicians, los otros en Koch), pero que estos discos se han visto por aquí poco o nada. Si Apollo es un ballet que por su mundo sonoro responde a la invocación del hermano de Ártemis, Orpheus es aún más apolíneo. Agon, en cambio, en la medida que es lucha, plantea secuencias con muy distinto carácter, y además posee una instrumentación muy diferenciada. En su lectura de Agon, Craft se muestra incisivo, ácido a veces, pero no exagera en ningún momento la pelea; esto es, no la enfoca ni mucho como si fuera La consagración, sino acaso en la línea de ballets o piezas danzantes con vocación blanca de las dos décadas anteriores del compositor (Scènes de ballet, Danzas concertantes). Ya nos hemos referido en otra parte a las versiones de Craft de los dos ballets clasicistas griegos. Recordemos que aludíamos no ya a la elegancia de las lecturas, sino al difícil mantenimiento de la tensión sinfónica y hasta danzante en medio de la etérea secuencia del cantor tracio y a través de la impávida propuesta del hijo de Leda y las tres musas educadoras. Esas tensiones no son explícitas, pero sí efectivas. Las lecturas son de maestro que renuncia a colocarse en primer plano, a batuta que entiende tanto el sentido de cada una de estas tres secuencias como el puesto que le corresponde al intérprete, aunque sea tan grande como lo es Robert Craft. S.M.B. TANSMAN: Cuartetos de cuerda nºs 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8. Tríptico. CUARTETO DE CUERDA DE SILESIA. 2 CD ETCETERA KTC 2017. DDD. 62’53’’ y 77’31’’. Grabación: Bydgoszcz, V y XII/1991. Productores e ingenieros: Lech Dudzik y Gabriela Blicharz. Distribuidor: Diverdi. N PN Pianista, director y compositor polaco, nacionalizado francés, Alexandre Tansman (Lodz, 1897-París, 1986) destacó en sus tres facetas artísticas. Pese a su alergia a pertenecer a grupo, escuela, tendencia o cualquier otra clasificación, se le ha considerado integrante de la llamada “Escuela de París” (con Stravinski, Prokofiev, Cherepnin, Martinu, Mihalovici, Beck y Harsànyi). El redescubrimiento paulatino de su naturaleza judía, las aplicaciones de su virtuosismo como pianista y las influencias en general de la música polaca (en particular la tradicional y folclórica) y francesa (sobre todo el refinamiento elaborado) explican al Tansman compositor. Este doble compacto recoge su música para cuarteto de cuerda: siete de los ocho Cuartetos que compuso (el primero está perdido), escritos entre 1922 y 1956, y Tríptico, de 1930. Estamos ante una música muy personal, de gran fuerza y vitalidad, que no renuncia a ninguna adquisición moderna pero que tampoco se somete a ningún sistema preconcebido. Hay lirismo de la mejor factura en los temas melódicos, que caracterizan los movimientos lentos. Y arrebato, energía y determinación en los movimientos más rápidos o agitados. Todo pivota sobre un principio tonal, aunque no se excluyan materiales diversos, incluso dodecafónicos. Se comprue- ba su dominio contrapuntista, la utilización de las fugas y la aplicación del ritmo, el timbre y la melodía propios del folclore de su país natal. Se trata, en definitiva, de una música de cámara que por ser agradable, generosa y cálida o próxima a quien la escucha, desmiente a quienes sienten prevención por este género. El propio Tansman consideraba el cuarteto como la muestra musical más pura. La esencia de su estética musical queda aquí recogida. Las grabaciones — en primicia mundial— son de 1991, el sonido es irregular, incluso un tanto deficiente en algunos momentos (para las exigencias actuales). El Cuarteto de Cuerda de Silesia, creado en 1978, si bien con un sonido poco brillante, ofrece unas versiones de notable hondura. J.G.M. TORELLI: Conciertos para violín op. 8, nºs 8 y 9. Concerto grosso para violín op. 8, nº 11. Conciertos para dos violines op. 8, nºs 2, 4, 5 y 6. Sinfonía para trompeta en re mayor G. 8. Concierto para dos trompetas en re mayor. Sinfonía para dos trompetas en re mayor G. 23. SIMON STANDAGE, violín; CATHERINE WEISS, violín; CRISPIAN STEELE-PERKINS, trompeta; DAVID BLACKADDER, trompeta. COLLEGIUM MUSICUM 90. Director: SIMON STANDAGE. CHANDOS CHAN 0716. DDD. 76’52’’. Grabación: Londres, XI/2003. Productor: Nicholas Anderson. Ingeniero: Jonathan Cooper. Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN La historia de la música en general, la de la instrumental en particular y, más concretamente, la de la trompeta no se entendería si faltara un capítulo dedicado a la Bolonia de los siglos XVI y XVII. Allí fue donde destacó el veronés Giuseppe Torelli (1658-1709). Decir que fue un genio sería más que exagerado, pero en su música hay una de frescura de pionero que merece atención, lo mismo que su contribución al surgimiento de la forma concierto, muy influyente sobre la generación de los Vivaldi, Telemann y Bach. En los estudios de grabación tanto como en las salas de conciertos, hasta ahora la parte de su producción que más fortuna ha hecho han sido las obras protagonizadas por la trompeta, un instrumento de los más limitados técnicamente por sólo contar con su serie armónica “natural” como escala fiable, pero que Torelli elevó a una altura de virtuosismo increíble. Pero no es a la trompeta, sino al violín, por otra parte “el” instrumento de Torelli, al que está mayoritariamente dedicado este disco, y es en esa novedad en la que radica su principal atractivo. Por lo demás, Simon Standage y su banda de instrumentos originales cumplen todos los requisitos digamos “materiales” que cabe exigir a una interpretación para ser considerada aceptable, y si les falta algo de inspiración la verdad es que no es a ellos a quien cabe achacar toda la culpa. Valor, pues, sobre todo documental. A.B.M. 101 D I S C O S TRUEMAN-VIVALDI TRUEMAN: Machine language. CUARTETO DAEDALUS. TARAB CELLO ENSEMBLE. CUARTETO BRENTANO. NON SEQUITOR. BRIDGE 9149. DDD. 74’18’’. Productor: Dan Trueman. Ingeniero: Mary Roberts. Distribuidor: Diverdi. N PN Coinciden en estos días en el mercado fonográfico dos grabaciones de sendos músicos norteamericanos actuales, John Shirley y Dan Trueman, que bien podrían pasar por practicantes de lo que para algunos se ha venido en llamar posmodernismo. Sin embargo, el sello discográfico determina tanto el estilo como la recepción de cada uno de estos discos. El de Shirley, Sonic Ninjutsu, está grabado en un sello menor dedicado a la música electroacústica (Cycling), con lo que la difusión del producto apenas trascenderá del habitual campo de conocedores, mientras que el de Dan Trueman, Machine language, pertenece al catálogo de Bridge, una de las más reputadas discográficas norteamericanas. La ironía es que, mientras el disco de Shirley merece la pena conocerse gracias al sabio uso de sofisticados medios electrónicos con los que el arsenal instrumental empleado cobra una vivacidad inesperada, el disco de Trueman languidece al fracasar el autor en la práctica de un escuálido material de cámara (el violín como instrumento solista, cuarteto de cuerdas y ensemble de chelos) al que se le quiere, de forma sistemática, adornar con la electrificación y el recurso del ordenador. Todo lo que de atractivo hay en la grabación de Shirley, que se maneja siguiendo en buena medida pulsaciones y soluciones sonoras caras al rock, al de Trueman pareciera que, por el camino, se le hubiera olvidado algo tan esencial como es la sustancia musical misma. Obras todas las aquí contenidas, en este Machine language, escritas e instrumentadas siguiendo unos procedimientos que no llegan a la categoría de simples, llevan a pensar en lo relativamente fácil que puede resultar que alguien que se hace pasar por músico pueda llegar, en un momento dado, a ver grabada y editada su obra en un sello de prestigio: a los responsables de Bridge les ha debido fallar algún filtro o control de calidad. Trueman se permite incluso presentar su obra de manera generosa en el cuadernillo que acompaña al CD. Sólo la lectura del texto muestra el talante del personaje, que, como si de un autor de músicas new age se tratase, confiesa su gusto por la música de cámara y lo feliz que ha sido siempre su familia tocando juntos. Si la escucha de este disco es estomagante, más lo son las notas en las que Trueman se esfuerza por convencernos de la fuente inspiradora de cada una de estas piezas, tan desprovistas, en realidad, de música que es casi un milagro que hayan podido ser grabadas y publicadas: se las hubiera podido llevar el viento de tan ligeras e inconsistentes que son. F.R. György Vashegyi ENTRE MONTEVERDI Y BACH TUNDER: Música sacra. MÁRIA ZÁDORI y ANDREA CSEREKLYEI, sopranos; PÉTER BÁRÁNY, contratenor; TIMOTHY BENTCH Y ZOLTÁN MEGYESI, tenores; ISTVÁN KOVÁCS y PÁL BENKÓ, bajos. CORO PURCELL. ORQUESTA ORFEO. Director: GYÖRGY VASHEGYI. HUNGAROTON HCD 32304. DDD. 72’43’’. Grabación: Budapest, III/2004. Productor: Katalin Pusztási. Ingeniero: János Gyori. Distribuidor: Gaudisc. N PN Tras su estupenda serie de discos dedicada a Charpentier, el Coro Purcell, la Orquesta Orfeo y György Vashegyi se acercan a la música sacra de Franz Tunder (1614-1667) con este CD magnífico que incluye dos salmos latinos (Dominus illuminatio mea y Nisi Dominus), escritos en un estilo próximo al de Monteverdi, y diversas obras alemanas que anticipan las cantatas de coral de Bach. El disco incluye también un preludio instrumental (Sinfonía a 7 violas) que debió de anteceder a un motete perdido. La música es magnífica y las versioVERDI: Il trovatore. FRANCO BONISOLLI, tenor (Manrico); RAINA KABAIVANSKA, soprano (Leonora); GIORGIO ZANCANARO, baritono (Il Conte di Luna); VIORICA CORTEZ, mezzosoprano (Azucena); GIANCARLO LUCARDI, bajo (Ferrando). CORO DE LA DEUTSCHE STAATSOPER DE BERLÍN. STAATSKAPELLE BERLIN. Director: BRUNO BARTOLETTI. 2 CD ARTS Archives 43045-2. ADD. 131’ 24’’. Grabación: Berlin, X/1975. Ingeniero: Matteo Costa. Distribuidor: Diverdi. R PE Il trovatore de Giuseppe Verdi ha sido 102 llevada a los estudios de grabación en múltiples ocasiones, este registro de estudio de 1975 es una de las diversas nes son de altura, en especial las partes corales e instrumentales, que suenan intensas a la vez que refinadas, con una variedad de matices y de colores formidables. El Coro Purcell (una veintena de voces para la ocasión) muestra un empaste, un equilibrio, una precisión y una transparencia que está al nivel del de las mejores agrupaciones europeas de sus características. Si en Dominus illuminatio mea o en Nisi Dominus es capaz de ajustarse con pulcritud al estilo italiano de la música, explotando todo su contenido retórico con una interpretación de una luminosidad, un brillo y una transparencia impactantes, su intervención en Helft mir Gott’s Güte preise, obra basada en La Monica y de carácter típicamente luterano, es de una extraordinaria y sugerente sutileza en los contrastes tímbricos, mientras que en Wend’ ab deinen Zorn, lieber Herr, mit Gnaden consigue unas gradaciones dinámicas dignas de los mejores momentos del Coro Monteverdi. Entre los solistas, la veterana Mária Zádori producciones que se hicieron en este periodo, incluyendo un reparto excepcional con cuatro de las mejores voces del momento. Franco Bonisolli en el papel titular se encuentra en un momento vocal magnifico, como demuestra en el espectacular agudo de Di quella pira que interpreta de manera heroica. La voz poseía en ese momento toda la brillantez y fuerza que caracterizó a este tenor desde el comienzo de su carrera. Raina Kabaivanska nunca ha sido una soprano directamente identificada con los roles verdianos, ya que por su tipo vocal se adapta mejor a los personajes puccinianos y de corte verista. En este registro su voz se muestra espléndi- hace recreaciones delicadas, si acaso algo apuradas en los graves, de Ach Herr, lass deine lieben Engelein y de An Wasserflüssen Babylon. El resto de solistas cumple sobradamente, pese a las intervenciones no demasiado refinadas del bajo István Kovács. Pablo J. Vayón da en los momentos más dramáticos como en el aria D’amor sull’alli rosse, realizando los pasajes de coloratura de forma correcta y precisa. La mezzosoprano Viorica Cortez ha sido una de las mejores Azucenas de los setenta por poseer un timbre vocal de verdadera mezzosoprano verdiana, una exquisita musicalidad y una capacidad dramática envidiable. Su escena con Manrico en el segundo acto es lo más destacable a lo largo de toda la grabación. Finalmente completa el cuarteto vocal Giorgio Zancanaro que durante mucho tiempo fue uno de los barítonos verdianos de referencia, destacando su bella línea vocal y su excelente legato. D I S C O S TRUEMAN-VIVALDI Bruno Bartoletti dirige con apasionamiento a la Staatskapelle de Berlín, demostrando la gran calidad técnica de una de las orquestas de referencia entre las agrupaciones instrumentales europeas. Resumiendo, una buena versión de una de las óperas más populares de Verdi y que refleja de manera admirable la interpretación verdiana de los años setenta. C.S.M. Philippe Jaroussky VIRTUOSISMO Y EXPRESIÓN VIVALDI: Alla caccia dell’alme e de’cori RV 670. Qual per ignoto calle RV 677. Care selve, amici prati RV 671. Perfidissimo cor! Iniquo fato! RV 674. Pianti, sospiri e dimandar mercede RV 676. Piangerò sinché l’onda de “Orlando furioso”. Di verde ulivo de “Tito Manlio”. Sonata para violonchelo y continuo en si bemol mayor RV 47. PHILIPPE JAROUSSKY, contratenor. ENSEMBLE ARTASERSE. VIRGIN 5 45721 2. DDD. 68’02’’. Grabación: Versalles, X/2004. Productor: Etienne Collard. Ingeniero: Michel Pierre. Distribuidor: EMI. N PN Philippe Jaroussky se confirma con este disco como uno de los más interesantes contratenores de su generación. El cantante francés afronta un programa de cantatas profanas de Vivaldi con acompañamiento de bajo continuo, y lo hace con absoluta naturalidad en la emisión, gran homogeneidad en toda la tesitura y una extraordinaria profundidad en la expresión, que lo aleja de esa sensación de mecanicismo y frialdad que en algún momento pudieron transmitir sus primeros trabajos discográficos. El timbre es bello, andrógino pero verosímil, y el cantante supera con virtuosismo sobrado los numerosos pasajes de agilidad de una música que en esos momentos suena brillante, briosa e intensa. Su capacidad para la expresión más tierna la demuestra en los fragmentos delicados, como en el aria del Orlando furioso o en Care selve, amici prati, en la que toda la retórica arcádica aparece representada en los acentos, plácidos y ligeros, pero a la vez cálidos y efusivos, de su voz. En contraste, la furia que muestra en el primera recitativo de Perfidissimo cor! parece enlazar con el estilo concitato de Monteverdi. La ornamentación de los da capo, que plantea con pasmosa facilidad, es concisa, pero de extremada finura. El Ensemble Artaserse (fagot, chelo, tiorba o laúd, clave u órgano) acompaña de forma admirable, respirando siempre con el cantante y jugando de manera sugerente y hábil con las combinaciones tímbricas, siempre con una presencia destacada de la cuerda pulsada, que da la impresión de haber sido favorecida por el ingeniero de sonido. Especial mención merece el fagotista Jérémie Papasergio, cuyo fagot parece en ocasiones cumplir funciones de instrumento obligado. La violonchelista Emilia Gliozzi culmina su actuación con una interpretación de notable lirismo de la Sonata RV 47. Pablo J. Vayón Viktoria Mullova y Giovanni Antonini MULLOVA BARROCA VIVALDI: Conciertos para violín RV 208, 187, 234 y 277. Concierto para 4 violines y violonchelo RV 580. VIKTORIA MULLOVA, violín. IL GIARDINO ARMONICO. Director: GIOVANNI ANTONINI. ONYX 4001. DDD. 53’08’’. Grabación: Cremona, VI/2004. Productora: V. Mullova. Ingeniero: R. Chinellato. Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN Después de algunos años de compartir escenarios, Viktoria Mullova e Il Giardino Armonico presentan su primer disco conjunto, que, como no podía ser de otra forma, está dedicado a Vivaldi. La violinista rusa ha confesado en varias ocasiones que descubrir la música del compositor veneciano de la mano del conjunto milanés fue una experiencia que transformó su visión de toda la música, y aquí la tenemos convertida en una de las más aguerridas, animosas y audaces violinistas barrocas del momento. Con un stradivarius (Jules Falk) de brillo y potencia sonora espectaculares, Mullova se ajusta como un guante al sonido intrépido y agresivo, pero maravillosamente conjuntado y equilibrado, del ya veterano conjunto italiano, que no ha retrocedido ni un ápice en los provocativos planteamientos de sus comienzos allá por mediados de los 80. Si en los últimos años, la mayoría de conjuntos especializados en el Barroco italiano parecen haber apostado por un sonido algo más ligero, con contrastes más leves, Il Giardino Armonico sigue (igual que, por ejemplo, el Ensemble Matheus de Jean-Christophe Spinosi) con sus acentuaciones incisivas de siempre, sus dinámicas y sus tempi contrastados de forma vibrante y explosiva. En mi opinión, y frente a la de muchos, eso no supone merma en el refinamiento y la delicadeza de unas interpretaciones en las que resalta sobre todas las cosas la complicidad entre los miembros del grupo, el perfecto equilibrio instrumental y la vitalidad de la música, que si suena brillantísima y exuberante en los tiempos rápidos, nos acaricia con inigualable dulzura en unos lentos cuyas cualidades expresivas son explotadas al máximo. Desde los primeros acordes del Concierto RV 208 Grosso Mogul, quedan expuestas las características de las versiones, con contrastes de extraordinaria teatralidad, articulaciones nítidas y con evidente tendencia al staccato, detalles de exquisita sutileza en el fraseo y un instrumento solista arropado con calidez y más integrado en el conjunto de lo habitual, hasta el punto de aproximar la obra al ámbito de la música de cámara. Bellísimo el sonido de Mullova, homogéneo, elegante, sensual, carnoso, capaz de infinitos matices y de agilidades sin cuento en las cadencias (extraordinaria la del primer movimiento de RV 208). En el célebre RV 580 de L’estro armonico, el que Bach transcribiría para cuatro claves, hay una mayor voluntad de separación entre los solistas y el ripieno. Su ejecución resulta primorosa, con una conjunción admirable y el bajo continuo convertido en un elemento de igual importancia que los solistas y la orquesta de cuerdas. Especialmente punzantes los ataques en el frenético RV 234 L’Inquietudine y de una dulzura extrema el Largo ma non molto del RV 187, que pueden considerarse los dos polos de un mismo concepto interpretativo, que termina por hacer de Vivaldi un verdadero mago del color, la luz y el drama barrocos. Pablo J. Vayón 103 D I S C O S RECITALES RECITALES Walter Gieseking PERFIL DE MAESTRO WALTER GIESEKING. PIANISTA. Obras de Beethoven, Bach, Debussy, Strauss, Grieg, Schumann, Mozart y Rachmaninov. VARIAS ORQUESTAS. Directores: HANS ROSBAUD, BRUNO WALTER, WILHELM FÜRTWÄNGLER y WILLEM MENGELBERG. 4 CD ANDANTE AN 2090. ADD. 70’20’’, 76’39’’, 69’01’’ y 70’51’’. Grabaciones: 1934-1949. Distribuidor: Diverdi. R PN Con la exquisita presentación a la que nos tiene acostumbrados el sello Andante, reúne cuatro discos dedicados a uno de las más grandes pianistas del siglo pasado. Las tomas provienen, en el caso de las interpretaciones en solitario de los archivos de Columbia, y en los conciertos de tomas radiofónicas en perfecto estado y cuyo reprocesado no ha hecho otra cosa que engrandecerlas. La selección (con su variedad de repertorio) permite hacerse una idea de la capacidad interpretativa y de su estilo al piano. Un pianista de exquisita sensibilidad, enemigo de lo gratuito y que nunca dio una nota que no tuviera algo que decir. De Debussy, de quien es máximo traductor, sólo se incluye una exquisita Rêverie. La parte del león se la lleva Beethoven con los Conciertos nºs 1 y 5 (junto a Rosbaud y Walter, respectivaVADIM GLUZMAN. VIOLINISTA. Schnittke: Suite en estilo antiguo. Fuga. Pärt: Fratres. Spiegel im Spiegel. Vasks: Pequeña música de verano. Kancheli: Time… and again. ANGELA YOFFE, piano. BIS CD-1392. DDD. 79’43’’. Grabaciones: Nybrokajen, VII/2002. Productor e ingeniero: Martin Nagorni. Distriduidor: Diverdi. N PN 104 Entre todos los minimalistas o pseudominimalistas y entre todos los neo-loque-sea más o menos barroquizantes o medievalizantes, e incluso entre los neorrománticos y neoexpresionistas con mayores o menores inquietudes que finalmente domestican por motivos que escapan al entendimiento de muchos (tanto como difícil resulta entender por qué hay tantos autores contemporáneos que se entozudecen en saquear el pasado con una impunidad sólo comparable a su falta de talento o de creatividad) se incluye a menudo a Schnittke, lo cual es del todo inapropiado e incluso injusto. Schnittke ha sido un grandísimo compositor y su inclusión en este compacto es tan poco adecuada como también lo es la de Vasks, si de lo que se trataba era de ofrecer una panorámica de la música new age con ambición culta (que es lo que uno se teme). De Pärt y Kancheli ya sabemos de qué pie calzan y por mucho que se les relacione con Schnittke, Vasks mente), las Sonatas nºs 21 y 28 y la Bagatela op. 33, nº 1. Un Beethoven de profunda filiación clásica, puro en las líneas y de amplios contrastes. Es raro encontrar una Waldstein que trasmita tanta frescura y, al mismo tiempo, tanta concentración. Esa pureza de líneas se ve sublimada en las Partitas nºs 1 y 5 de Bach, de una claridad conceptual envidiable, producto de una época y de una tradición que, sin embargo, ya avanzaba el futuro atenuando los rastros de romantización que enturbiaban la transparencia de su desarrollo. La Sonata nº 16 de Mozart muestra un consumado intérprete que apuesta por la sobriedad y el intimismo. De Richard Strauss figura Ständchen op. 17, nº 2, en una lectura colorista y bien armada. Los cinco Intermezzi de Brahms (extraídos de sus Opp. 76, 116, 118 y 119) destacan por su solidez y rotundidad expresiva en la que combina misterio e introspección con su intuitivo sentido de la musicalidad. Espectacular resulta el Rachmaninov, de quien siempre fue un ardiente defensor. En estos Conciertos nºs 2 y 3 está acompañado por la Orquesta del Concertgebouw y Willem Mengelberg. Unas lecturas apasionadas pero contenidas, en las que el color del piano del francés toma más intensidad y su pianisy algún otro compositor ilustre, no son lo mismo. Son autores de esos que abastecen de música relajante a ejecutivos deprimidos o con tendencias hiperactivas que necesitan crearse un marco acústico adecuado para sesiones de relajación que pueden permitirse algún susto, como los zambombazos tan habituales en la música orquestal de Kancheli. Si bien también tienen su público entre algunas embarazadas, entre consumidores de determinadas sustancias ilegales, entre insomnes y un largo etcétera que, probablemente, no incluye a quienes están realmente interesados en la música. Así pues, quedémonos con Schnittke mo elegante se trasmite con facilidad. Otros dos conciertos para piano incluidos son el de Grieg y el de Schumann (con Rosbaud y Furtwängler respectivamente), este último grabado en Berlín el 1 de marzo de 1942 y cuya interpretación transmite la gravedad del momento con una interpretación sobrecogedora, a ratos incandescente y siempre trascendente. El Concierto de Grieg, grabado cinco años antes en la capital alemana rezuma un carácter menos pesimista, más lírico. Carlos Vílchez Negrín y Vasks y reivindiquemos su música como merecen, que Pärt y Kancheli cuentan con unas legiones de admiradores tan numerosas como, posiblemente, efímeras. Es decir, que por mucho que la música de Schnittke y Vasks se relacione con estos otros compositores y con otros “genios” actuales como Gorécki, Glass y Nymann, no es lo mismo. La preciosa Suite en estilo antiguo de Schnittke (basada en música cinematográfica propia) sería suficiente para demostrar cómo este autor es capaz de ser tan camaleónico como personal, y después viene la sensacional Fuga para violín solo, obra juvenil compuesta por un Schnittke de diecinueve años de edad y que es todo un homenaje a Bach y Bartók. La Pequeña música de verano de Vasks es un felicísimo y lúdico encuentro entre lo popular y la música aleatoria, y recordará a muchos a Lutoslawski. Y esta composición, aparentemente tan modesta pero de un incuestionable encanto, y las de Schnittke destacan con mucho en un programa irregular defendido, eso sí, con el mayor de los entusiasmos por dos magníficos intérpretes a los que nos gustaría escuchar en repertorios más musicalmente exigentes y artísticamente más relevantes. J.P. D I S C O S RECITALES MÓNIKA GONZÁLEZ. SOPRANO. Arie del ‘700 Italiano. Páginas de Armida abbandonata, Catone in Utica, Adriano in Siria, L’Olimpiade, L’eroe cinesi, Antigona, Cara, se le mie pene. SAVARIA BAROQUE ORCHESTRA. Director: FABIO PIRONA. HUNGAROTON HCD 32253. DDD. 69’24’’. Grabación: VI-VII/2003 y I/2004. Productor: Pál Németh. Ingeniero: István Berényi. Distribuidor: Gaudisc. N PN Se conocía ya a esta soprano por las gra- baciones completas de rarezas tales como Il café di Campagna o Gustavo Primo de Galuppi, donde daba mucho de sí como cantante de bonitos medios líricos, transparentes y penetrantes, dócil en la colora- tura y precisa en la definición de los diversos estados de ánimo de heroínas de corte sentimental, como Dorina, o de otras con superiores arrestos como Ergilda. Metida de lleno una vez más en el barroco italiano más genuino, el de Jommelli, Traetta, Pergolesi, Paisiello, Leo, Piccinni, Sacchini y, de nuevo, Galuppi, aquella disposición de la intérprete sigue en pie. La González se siente igual de cómoda en cualquiera de las exigencias vocales que pide este seductor repertorio, aunque no pueda evitar cierta escolaridad en los conceptos y cierta monotonía en los resultados. El programa elegido no puede ser más atrayente. No sólo son todas páginas inéditas en la discografía, sino que propone inteligentemente tres veces la misma aria. Por ello, Se cerca, se dice perteneciente al personaje de Megacle en L’Olimpiade, la canta la González según la han visto tres compositores del dieciocho interesados pro el argumento metastasiano: Piccinni, Paisiello y Pergolesi. Comparar las tres diferentes inspiraciones, de un planteo bastante parecido aunque la más variada sea la de Paisiello, resulta tan jugoso como informativo. Sonido prístino pero a la vez rico el de la orquesta barroca bávara que dirige con tiento y sapiencia un director igualmente ya conocido por las dos grabaciones completas de Galuppi citadas al inicio de este comentario. F.F. Leila Josefowicz INMACULADO LEILA JOSEFOWICZ. VIOLINISTA. Messiaen: Tema y variaciones. Ravel: Sonata para violín y piano en sol mayor. Grey: San Andreas Suite. Salonen: Lachen Verlernt. Beethoven: Sonata para violín y piano nº 10 en sol mayor op. 96. Brahms: Scherzo en do menor. JOHN NOVACEK, PIANO. 2 CD WARNER 2564 61948-2. DDD. 85’38’’. Grabación: Nueva York, I/2005. Productor: Tim Oldham. Ingeniero: Jean Chatauret. N PN N ada de hueca exhibición, nada de ponerse al servicio de restallantes piezas de virtuosismo instrumental. ¡Música! De distintos signos, eso sí; pero que adquiere esa cualidad inmaculada por mor de la solista de violín, que encuentra un magnífico acompañante en John Novacek, de quien nos dice en las notas de carpetilla la misma violinista, que es quien eligió las obras que integran el recital para exigir de ella los mayores niveles desde los puntos de vista cerebral, emocional y técnico. Hablar de impecable afinación, precioso sonido — GEORGES PRÊTRE. DIRECTOR. Álbum de su 80º aniversario. Obras de Bizet, Berlioz, Milhaud, Dukas y otros. 2 CD EMI 7243 5 86114 2 7. ADD/DDD. 156’52’’. Grabaciones: 1962-85. N PM El director francés no es de los de relum- brón, de esas lumbreras de la dirección orquestal cuyo sólo nombre hacen acudir a muchos a la taquilla. Es, sin embargo, de los siempre interesantes. En los conciertos o en lo por él más frecuentado aún, sus intervenciones en el foso de cualquier ópera (los ha frecuentado en Europa, Asia y América) sabemos que vamos a escuchar la música iluminada por un prisma que la clarifica y la enriquece. Nada más alejado de la batuta de este maestro que la ampulosidad o la imprecisión. La luz inunda sus intervenciones, su sentido del fraseo es aleccionador aunque jamás amanerado, el sentido danzable envidiable, el color orquestal característico y la peculiar viveza de muy bien graduado dinámicamente— y mecanismo excelso, no reflejan las sensaciones que nos llegan a través de lo interpretado. Inefables el Tema y variaciones que abre el disco, se nos da a continuación la Sonata en sol mayor de Maurice Ravel en una interpretación llena de color, y de vertiginosa e impecable ejecución en su tiempo último. Le sigue la dificilísima San Andreas Suite para violín solo, escrita para Leila Josefowicz y basada por Grey en recuerdos de su California natal, que integran reminiscencias asiáticas y de música rock, obra muy interesante en la que la violinista vuelve a lucirse triunfalmente. Como la anterior, también en su primera grabación mundial nos es presentada Lachen Verlent, escrita en el año 2002 por Esa-Pekka-Salonen y basada en la Plegaria para Pierrot del Pierrot Lunaire de Schoenberg. Como nos dice el autor, se trata esencialmente de una chacona en la mejor tradición del virtuosismo para el instrumento, desarrollada en progresiones armónicas sucesivas a partir de una tempi. Vamos a los discos, ya que en ellos se puede ir apreciando todo lo que el comentarista va apuntando. Es una delicia escuchar —y sorprenderse— la fluidez, sensibilidad y riqueza de esos fragmentos de Carmen y de Fausto que se nos ofrecen, y que tantas veces se nos han dado explosivos y metronómicos sin más los primeros, y casi insufriblemente entre lo volátil y lo francamente pesante los segundos. Nada muy lírica melodía. Con la obra de Salonen se inicia el segundo disco, que contiene una etérea e idealmente cantada versión de la Sonata para violín y piano nº 10 del genio de Bonn, seguida del menos importante Scherzo brahmsiano. Una velada violinística de mucha, mucha consideración. José Antonio García y García de eso aquí: Prêtre convence de que eso es así y sólo así; como él lo hace. Y cuánta música en la Marcha húngara de La condenación de Fausto berliozana, en la Suite francesa de Milhaud , en El aprendiz de brujo, sin ir más lejos. De los vivacísimos peculiares — insisto, perfectamente claros— del francés, destaquemos su frenético final de La valse y el obsesivo tempo de arranque en Una noche en el Monte Pelado. Y qué decir de la fluidez en el Tempo de vals de la Sinfonía nº 5 de Chaikovski. Esa es la cruz de los dos discos: que sólo se den fragmentos de sinfonías: el citado y el Allegro con fuoco final de la del Nuevo Mundo, excelente. Quedan aún cosas —delicias— de Ravel, Satie, Debussy, Shostakovich, Poulenc y Saint-Saëns. Las orquestas, todas, francesas e inglesas, dan con Prêtre un rendimiento ejemplar, preciso y dúctil. Una gozada. J.A.G.G. 105 D I S C O S VARIOS VARIOS ALLES THEATER! Obras de Berio, Hidalgo, Aperghis, Perezzani, Ronchetti y Bauckholt. NEUE VOCALISTEN STUTTGART. STRADIVARIUS STR 33680. DDD. 65’33’’. Grabación: Stuttgart, VI-VII/2002. Productora: Christine Fischer. Ingeniero: Roland Kistner. Distribuidor: Diverdi. N PN El programa contemporáneo que ofre- cen aquí los Neue Vocalisten Stuttgart se caracteriza por su dimensión fronteriza entre música y teatro, volviendo a actualizar un concepto de “música representativa” que Monteverdi formulara a comienzos del siglo XVII. Un clásico en este sentido es la Sequenza III de Berio, en una aceptable versión (la de Angelika Luz) que no iguala la histórica de Cathy Berberian ni la más reciente de Luisa Castellani. El madrigal representativo de Vecchi y Bancheri —condimentado con toques de humor grotesco y absurdo— constituye el punto de partida para Georges Aperghis (Petrrohl, 2001) y Lucia Ronchetti (Anatra al sal, 2000). Más despojada y esencial, la pieza de Manuel Hidalgo (Cuatro citas de Juan Goytisolo, 1999) emplea dos voces en un abanico de medios que va del habla al canto sin excluir la alusión monteverdiana. Al teatro del absurdo reenvía la “cantata escénica” All for company (2002) de Paolo Perezzani, en donde el silencio cobra un papel protagonista (no en vano los textos son de Beckett). Nein allein (1997-2000) de Carola Bauckholt es posiblemente la obra que más se acerca a la dimensión del teatro musical (la compositora alemana ha sido alumna de Kagel) y dibuja un recorrido inverso con respecto a sus colegas: parte del sonido y del ritmo para llegar a la palabra. Los Neue Vocalisten Stuttgart añaden precisión, competencia y entusiasmo al intelectualismo de este interesante programa. S.R. 30 ANIVERSARIO DE MARTINA FRANCA. Obras de Haendel, Vivaldi, Paisiello, Cimarosa, Rossini, Paccini, Bellini, Mercadante, Donizetti, Verdi, Puccini, Giordano, Piccini, Auber, Meyerbeer, Gounod, Offenbach, Bizet, Delibes y Massenet. Varios intérpretes. 3 CD DYNAMIC 448/1-3. ADD-DDD. 68’01’’, 74’18’’ y 77’35’’. Grabaciones: Martina Franca, 1977-2003. Productor: Danilo Prefumo. Distribuidor. Diverdi. N PN 106 L a organización de un Festival debe compaginar la calidad con sus medios presupuestarios y generar una programación inteligente y de apoyo a nuevos valores. Esta ha sido la política de los promotores del Valle d’Itria di Martina Franca, desde el inicio. Ahora se rememora tan importante trayectoria, de treinta años, con un resumen de los principales actos. En ella podemos ver obras de repertorio como la Norma de 1977, cantada por artistas de la categoría de Grace Bumbry y la entonces joven Leila Cuberli, hasta la primera versión de obras de Verdi, Macbeth con la expresiva Iano Tamar o Simon Boccanegra, en la que encontramos el canto noble de Francesco Ellero de D’Artegna y la musical Analisa Raspagliosi, junto a unos funciones de Ernani con Daniela Dessì, con un estilo cuidado y Michele Pertusi, de cuidada línea. También ha tenido incidencia obras en su versión francesa, como La favorite, con Paolo Coni, Lucie di Lammermoor, con la delicada Patrizia Ciofi o Le trouvère, nuevamente con Iano Tamar. Otro de los cantantes que ha triunfado es José Cura, en 1994 con Le Villi, aportando su importante voz y su estilo extrovertido. Otra importante faceta ha sido la recuperación de obras hoy no representadas como Les hugonotes, Robert le diable, La reine de Saba o Roma, en el repertorio francés y también operas italianas olvidadas como Siberia, Farnace o L’ultimo giorno di Pompei, así como cantantes que dejaron su huella de artista, cual es el caso de Valentini-Terrani y su graciosa versión de La GrandeDuchesse de Gérolstein. Se cierra la carátula con un interesante detalle de las obras dadas en el Festival. A.V. CANCIONES ROMÁNTICAS RUSAS. Obras de Dubuque, Chaikovski, Glinka, Varlamov, Ivanov-Kranskoi, Shiriaiev, Pasjalov, Bulajov, Ribasov, Iuriev y Spiro. KAIA URB, soprano; HEIKI MÄTLIK, guitarra. HARMONIA MUNDI HMU 907386. DDD. 51’05’’. Grabación: Talin, X/2001. Productora: Robina G. Young. Ingeniero: Maido Maadik. N PN U n recital de esos que se suele decir que están “llenos de encanto”. Valga el lugar común para definir este mórbido recital para soñar y ensoñarse, en el que está presente la canción de salón y de concierto, la romanza y la música popular, y en el que hay a veces claros toques de música ligera. Los dos protagonistas del recital son estonios y rinden homenaje a la romanza rusa menos conocida, a veces menor, por encima del dramatismo del pasado reciente. La levedad de la voz bella y sugerente de Kaia Urb y su buen gusto tienen correspondencia en el acompañamiento guitarrístico de Heiki Mätlik, favorecido en presencia por el micro. Mätlik, que además de en Talin y en Moscú ha estudiado guitarra en Madrid, incluye solos de guitarra del casi olvidado compositor y virtuso ruso de la guitarra Alexandr Ivanov-Kramskoi (1912-1973). Junto a Glinka y Chaikovski hay nombres del XIX ruso poco conocidos, con bellas y sencillas romanzas: Alexandr Varlamov (1801-1848), Alexander Diubiuk, llamado Dubuque en Fran- cia (1812-1897), Piotr Bulajov (18221885), Ivan Ribasov (1846-1877) y Viktor Pasjalov (1842-1885). Belleza innegable, en obras a menudo menores; excelentes intérpretes que dan intimidad, susurro, sugerencia por encima de todo. S.M.B. COMPOSITORES BARROCOS VALENCIANOS. Obras para teclado. MIGUEL ÁLVAREZ-ARGUDO, piano. ANACRUSI AC 051. DDD. 59’. Grabación: Jafre de Ter, II/2004. Productor e ingeniero: Miquel Roger. Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN Este disco ofrece obras de compositores valencianos del siglo XVIII, en concreto dos sonatas de Vicente Rodríguez Monllor (1690-1760), Nicolás Pascual Roig (?1787) y Tomás Ciurana (1761-1829) y una de Manuel Narro Campos (17291776), Rafael Anglès (1730-1816) y Vicente Martín y Soler (1756-1806). Pese al título del CD, las obras están mucho más cercanas al Clasicismo que al Barroco, aunque no falten rasgos estilísticos antiguos, fundamentalmente en las sonatas de Vicente Rodríguez y Nicolás Pascual. Es una pena que para su primera presentación pública esta música suene en un gran Steinway y no en los instrumentos para los que fue concebida (clave y fortepiano, que ya pide Ciurana en sus obras). Miguel Álvarez-Argudo toca con fluidez, ligereza, claridad y buen gusto, pero no puede restituir el universo de contrastes dinámicos o de colores propio de una música que no tendrá muchas más posibilidades de ser grabada. Un mejor cuidado en la edición y diseño de los elementos materiales del CD habría ayudado también a su difusión. Pese a ello, el disco tiene un interés documental importante, al ofrecer obras de nuestro patrimonio musical nunca antes grabadas. P.J.V. DEL TIEMPO Y DEL INSTANTE. MONTSERRAT FIGUERAS, canto; JORDI SAVALL, fídula y violas da gamba; ARIANNA SAVALL, canto, arpa gótica y arpa doble; FERRÁN SAVALL, canto y tiorba; PEDRO ESTEVAN, percusión. ALIA VOX AV 9841. DDD. 78’10’’. Grabación: Castillo de Cardona, X/2004; Franc-Waret, I/2005 y Metz, II/2005. Productor: Nicholas Bartholomée. Ingenieros: Nicolas de Beco, Aline Blondeau y Denis Guerdon. Distribuidor: Diverdi. N PN Inclasificable disco de la familia Savall al completo (con la colaboración de Pedro Estevan), en el que se plantea un diálogo permanente entre música exacta (por emplear la terminología de Leonard Bernstein) e improvisada, tradicional y culta, occidental y oriental, antigua y moderna. Desde una Cantiga de amigo D I S C O S VARIOS de Martín Códax a una Salve compuesta por la propia Ariana Savall, de nanas sefardíes y canciones griegas o afganas al más célebre passamezzo de Diego Ortiz, de las Muzettes del Libro IV de Marais a improvisaciones sobre los canarios, de una canzonetta de Merula a canciones tradicionales catalanas, todo parece caber en este disco, realizado con un criterio estilístico más bien laxo, en el que, por encima de cualquier otra consideración, se impone la libertad del intérprete, en el que se busca destacar el carácter efímero de la interpretación musical antes que la permanencia del papel pautado. Pese a todo, hay una preferencia por las atmósferas leves y los colores tenues, por los contrastes más tiernos y las expresiones más candorosas, que sitúan el disco no demasiado lejano al sentido de la nueva espiritualidad característica del cambio de milenio. P.J.V. DONNE DI MAESTÀ. Obras de Barbara Strozzi, Francesca Caccini, Lucrecia Orsina Vizzana e Isabella Leonarda. TRÍO DE DAMAS. ARSIS 4192. DDD. 61’09’’. Grabación: Madrid, II/2004. Distribuidor: Diverdi. N PN Miembro durante muchos años del conjunto The Scholars, la soprano inglesa Kym Amps viene desarrollando desde hace mucho tiempo una importante labor en España como docente y concertista. En 2000 formó junto a la clavecinista madrileña Laura Casanova y la violonchelista británica Katie Stephens Trío de Damas, un conjunto orientado a la interpretación de música barroca escrita por mujeres. Para su debut discográfico, Trío de Damas ha escogido una mezcla de música sacra y profana de compositoras italianas del siglo XVII. Barbara Strozzi es, sin duda, la más conocida de todas ellas. Amps hace una interpretación muy intensa de las cantatas Donna di Maestà y L’astratto, con buena línea, un trabajo muy cuidadoso de la coloratura y acaso un exceso de vibrato en la región más aguda de su generosa voz. Un tono más ligero y amable imprime al aria Se volete così, que comparte con las cantatas una escritura ágil y ornamentalmente florida, dificultades que Amps resuelve con gracia y soltura. Un tono de cierta introspección recorre la interpretación de las tres canciones sacras de Francesca Caccini, hija del famoso Giulio Caccini, así como de las piezas de las monjas Lucrecia Vizzana e Isabella Leonarda. Especialmente cómoda, y muy delicada en la expresión, se muestra la cantante en Alta del ciel de Leonarda o en Maria, dolce Maria de Caccini. Acompañamiento muy comedido, atento a las mínimas inflexiones de la voz. P.J.V. Susan Graham UNA AMERICANA EN PARÍS POÈMES DE L’AMOUR. Chausson: Poème de l’amour et de la mer. Ravel: Shéhérazade. Debussy/Adams: Le livre de Baudelaire. SUSAN GRAHAM, soprano. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA BBC. Director: YAN PASCAL TORTELIER. WARNER 2564 61938-2. DDD. 62’40’’. Grabación: Londres, XII/2004. Productor: Tim Oldham. Ingeniero: Philip Burwell. N PN El Poema del amor y del mar de Chaus- son es la obra más densa de este recital, una especie de equilibrio entre Wagner y la tradición francesa; una tradición que en ese momento (1893) está cambiando muchísimo, y lo hace cerca de Chausson (Fauré, Duparc, Debussy), precisamente para alejarse de Wagner. Es la obra más bella en el sentido de intensa, mórbida, doliente, dramática. Las tres canciones de Shéhérazade que el joven Ravel compuso en 1902-1903 a partir de poemas de Tristan Klingsor (Arthur Leclère) no son wagnerianas, a pesar del seudónimo del poeta. Es una secuencia de paisajes inventados, muy del gusto de Ravel y de la época; el arte del artificio, pero bajo la influencia inmediata de Pelléas, recién estrenada. Shéhérazade podría haber encerrado una belleza moderna, pero permanece como una obra con cierta fecha de caducidad, interesante y suge- rente, pero más anclada en gesticulaciones de su tiempo de lo que hoy esperamos de una obra de Ravel. El Baudelaire de Debussy es muy juvenil, de cuando podía haber sucumbido ante Wagner. De los 5 poemas de Baudelaire de 1888-1889 (de cuando su peregrinación a Bayreuth con d’Indy, Magnard y otros), John Adams prescinde del quinto y más breve, La mort des amants, y orquesta los otros cuatro. Estos son los mimbres básicos de este recital. Pero es que ahí está Susan Graham, nada menos. Hay aficionados que conocen bien a Susan Graham, soprano del sur y del oeste de Estados Unidos de la que nos hemos ocupado bastante en SCHERZO. Graham canta lo mismo canciones de Ives o Rorem que óperas de Haendel, una ópera de Heggie (Dead man walking) que operetas, o lo que se tercie de Berlioz (Beatriz, Margarita) y Mozart, Purcell o Gluck. Su gusto por lo francés se renueva aquí con estos tres cantos en los que la percepción subjetiva de lo wagneriano es personaje importante. Sorprende la capacidad de Graham para saltar del agudo al grave sin problemas de transición, como si fuera lo más natural. A la limpidez de sus agudos, a la belleza de su vibrato, hay que añadirle la capacidad de engordar o espesar el sonido dramáti- camente, como en determinados momentos del poema de Chausson, o como en L’indifférent, tercero de la serie raveliana. El francés Yan Pascal Tortelier acompaña con esta orquesta británica a la gringa afrancesada en un recital de bellezas explícitas mas también profundas, un CD para que lo atesoren los que aman las voces bellas, pero no sólo. Ante un recital así, a nadie le sorprenderá que el gobierno francés haya nombrado a Susan Graham caballero de la Orden de las Artes y las Letras. Santiago Martín Bermúdez 107 D V D 108 BELLINI: CRÍTICAS de la A a la Z D V D BELLINI-WAGNER Casta Diva. Una biografía romántica de Vincenzo Bellini. Actores: MAURICE RONET, NADIA GRAY, ANTONELLA LUALDI, FAUSTO TOZZI, JEAN RICHARD, MARINA BERTI. Cantantes: JUANITA SARIMAN, CATERINA MANCINI, GIULIO NERI, GIANNI POGGI, GINO MATTERA y ENRICO FORMICHI. CORO Y ORQUESTA DE LA ÓPERA DE ROMA. Director musical: OLIVIERO DE FABRITIIS. Director de vídeo: CARMINE GALLONE. BEL CANTO SOCIETY BCS-D0410. 98’. Rodada en 1954, en technicolor. En inglés, sin subtítulos. Distribuidor: LR Music. N PN Más que el nombre de Bellini esta reseña debería encabezarla el director cinematográfico Carmine Gallone, que entre 1935 y 1956 rodó dos docenas de filmes de ambiente operístico o, directamente, rodó varias óperas completas. Casta Diva, un remake propio de otro anterior de 1935, cuenta un episodio sentimental del compositor catanés. En su época estudiantil napolitana, un torpe malentendido hace que su esbozada relación con Maddalena Fumaroli se interrumpa. El paso del tiempo tampoco colabora en un nuevo encuentro satisfactorio. Ella será, sin embargo, quien finalmente contribuya al triunfo definitivo del compositor, pero ya tarde para que retomen sus sentimientos, ya que ella muere sin llegar a reencontrarse con el amado y admirado Bellini quien, obviamente, aún la recuerda no llegando a tiempo para despedirla (y aclarar las situaciones) en su lecho de muerte. Todo culmina en una escena tristísima, de un romanticismo desgarrado. Director y guionistas se toman unas libertades escandalosas, pero tales licencias no empañan el disfrute de una película muy de los 50, planteada con dignidad y realizada con suficientes recursos, respetando en los decorados y vestuarios los ambientes y la época en que transcurre, interpretada asimismo con la necesaria corrección. Vemos desfilar por la pantalla a viejos conocidos como Donizetti (rival aquí de Bellini en amores y profesión), papel a cargo del competente actor Fausto Tozzi, Giuditta Pasta (una exuberante Nadia Gray), la Turina que aquí es llamada Beatrice en vez de Giuditta quizás para que no se confunda con la anterior (y que resulta más desenvuelta de lo normal en el rostro y ademanes de la hermosa Marina Berti), el amigo Firorello (¿Florimo camuflado?), el empresario Barbaja o el libretista Romani. La protagonista es la bellísima Antonella Lualdi, que da más que gusto verla, y para dar cuerpo al compositor se eligió acertadamente al francés Maurice Ronet, que con su belleza delicada y algo femenina (entonces) da muy bien el personaje, si hemos de fiarnos de la iconografía que nos ha llegado de Bellini. La música de fondo es de Renzo Rossellini y las partes operísticas femeninas están casi todas encargadas a Caterina Mancini que pasa de Imogene (cabaletta O sole, algo cortada) y Amina al Casta Diva de Norma más con una desenvoltura apreciable que por pertinencia de medios y estilo. Además, a cargo de Poggi y Neri está el final de la Lucia donizettiana, cuyo lugar de estreno y fecha del mismo no se respetan en el filme. Lástima que la entrega no esté hablada en su original italiano. F.F. CHAIKOVSKI: El lago de los cisnes. MARGOT FONTEYN (Odette/Odile), RUDOLF NUREYEV (príncipe Siegfried). BALLET DE LA ÓPERA DE VIENA. ORQUESTA SINFÓNICA DE VIENA. Director musical: JOHN LANCHBERRY. Coreografía: RUDOLF NUREYEV. Escenografía y vestuario: NICHOLAS GEORGIADIS. Director de vídeo: TRUCK BRANSS. DEUTSCHE GRAMMOPHON 00440 073 4044. 107’. Grabación: Viena, Staatsoper, 15-X-1966. Distribuidor: Universal. R PN L a presente filmación constituye un documento histórico —ahora reeditado en las mejores condiciones técnicas— en toda la extensión del término: contiene valores plenamente vigentes y al mismo tiempo muestra elementos a los que el tiempo ha pasado factura. A lo primero pertenecen, sin duda, la coreografía de Nureyev y las actuaciones como bailarines de éste y Fontayn. La relación entre ambos es eléctrica y las escenas en que participan, juntos o en solitario, mantienen todavía hoy un gran poder de comunicación. Nureyev realiza un baile virtuosista en saltos y giros, con solos líricos extraordinarios. Fontayn es una danzarina elástica, que consigue una efectiva dualidad entre los dos papeles antagónicos que interpreta. A su lado, el resto de la compañía palidece, pero los secunda con profesionalidad, aun el histriónico Rotbart. Peor ha envejecido la escenografía y el vestuario, que se revelan por completo faltos de vigencia. Es el mismo caso de la parte no danzada de la interpretación, repleta de gestos amanerados. Los primeros planos hacen en este caso un flaco servicio a la filmación de un acto artístico irrepetible, al revelarnos el hipertrofiado maquillaje del rostro de Nureyev. La dirección musical de Lanchberry es idiomática y conocedora, siempre al servicio de lo que ocurre sobre la escena. E.M.M. MOZART: Don Giovanni. MARIO PETRI, barítono (Don Giovanni); SESTO BRUSCANTINI, barítono (Leporello); TERESA STICH- RANDALL, soprano (Doña Ana); LEYLA GENCER, soprano (Doña Elvira); GRAZIELLA SCIUTTI, soprano (Zerlina); RENATO CESARI, barítono (Masetto); HEINZ BORST, bajo (El Comendador). CORO Y ORQUESTA DE LA RAI DE MILÁN. Director musical: FRANCESCO MOLINARI-PRADELLI. Director de escena y vídeo: GIACOMO VACCARI. Coreografía: RIA TERESA LEGNANI. VAI 4314. 169’. Grabación: 26-IV-1960. Productor: Ernest Gilbert. Distribuidor: LR Music. R PN U na grabación televisiva en blanco y negro ha conservado esta memorable versión que tiene, a pesar de los años, un encantador aspecto de época como D V D BELLINI-WAGNER Carlo Maria Giulini BRUCKNER LATINO BRUCKNER: Sinfonía nº 9. Ensayo e interpretación. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RADIO DE STUTTGART. Director: CARLO MARIA GIULINI. ARTHAUS MUSIK 101 065. 123’. Formato imagen: 4:3. Formato sonido: PCM Stereo. Código región: 0. Grabación: Stuttgart, 1997. Directora de vídeo: Agnes Meth. Coproducción con Euroarts y la SWR. Distribuidor: Ferysa. N PN G iulini empezó tarde su vocación bruckneriana, concretamente a mediados de los setenta con su magnífica versión de la Segunda al frente de la Sinfónica de Viena, la primera vez que dirigía una Sinfonía de Bruckner (disponible actualmente en Testament). Grabó también un poco más tarde una imponente Novena con la Sinfónica de Chicago (EMI) y posteriormente las tres últimas con la Filarmónica de Viena para Deutsche Grammophon, habiendo también alguna otra (Séptima con la Concertgebouw para Sony) todavía inédita y pendiente de su publicación. Asimismo existen grabaciones radiofónicas, tomas en vivo con diversas orquestas que nos demuestran que estamos ante un fervoroso y apasionado traductor de estos pentagramas. En todos los casos conocidos, el maestro italiano hizo gala de profundidad expresiva, claridad, precisión, carnosa efusividad romántica y sólida construcción, alcanzando cotas interpretativas en algunas de ellas (Segunda, Novena/Viena) que podemos considerar como modelos en la cada vez más amplia discografía bruckneriana. A estos pocos testimonios, se añade ahora este precioso documento de una Novena con la Sinfónica de la Radio de Stuttgart que Giulini dirigió en valor añadido y la prueba de cómo hacer un Mozart de suprema calidad a la italiana. Molinari-Pradelli conduce con enérgica claridad, tiempos ajustadísimos y un sentido de la narración que da coherencia y creciente intensidad a esta obra incalificable y genial, drama cómico o tragedia farsesca, por intentar dar al título algún genérico. Baste escuchar cómo sigue a las voces y les contesta desde el canto orquestal para acreditar, una vez más, la maestría de todo un ejemplar director de ópera. El elenco es de pareja calidad, estilo homogéneo y un ajuste al aspecto físico de los personajes, que toleran todo tipo de planos y tornan verosímil cualquier situación. Petri hace un Burlador de señorial canallería, altivo y de una feroz belleza personal, tanto en lo vocal como en lo escénico. A su lado, Bruscantini diseña al típico escudero timorato y picaresco. Las tres damas compiten en exquisitez vocal, intención en el decir y presencia dramática. Cabe destacar a Gencer, que no frecuentó a Mozart y aquí cumple con total solvencia. Alva, en cambio, sí es el perfecto tenor de gra- 1997 con 83 años, filmada y grabada por la SWR, y en donde el espectador asiste también a una hora larga de ensayos del maestro con esta orquesta absolutamente entregada a la magnética personalidad de su director. No hay largos soliloquios, al contrario, en un sucinto alemán trufado de vocablos italianos y con su proverbial e inflexible amabilidad como leitmotiv, Giulini se va metiendo a la orquesta en el bolsillo; de hecho, cosa curiosa, a los pocos compases del primer movimiento la entrega del conjunto es total, lo cual no obsta para que en algún momento determinado se coman alguna nota de esas que Bruckner repite ad infinitum para ver si el director se da cuenta (cosa que así ocurre y que la orquesta es obligada a repetir correctamente). En la interpretación se hace hincapié sobre todo en la expresión emotiva y belleza lírica de la obra, de hecho en pocas ocasiones como aquí podrán sentir tales serenidad, lirismo, concentración y tensión interior, especialmente en el Adagio final, quizá lo más conseguido de esta interpretación junto al impactante y trascendente primer movimiento. La orquesta, sólida, densa, firme y clara, tradicionalmente acostumbrada a estas obras durante muchos años debido a los directores anteriores que trabajaron con ella (Schuricht, Celibidache), hace gala de seguridad, equilibrio, personalidad sonora y homogeneidad, todo canta en sus diversas familias (Giulini repite continuamente el verbo singen) y su naturalidad y fluidez son moneda corriente en esta recreación. Un Bruckner, en suma, heredero de la gran tradición, efusivo, profundo y vital, que si bien carece del esti- lismo riguroso y analítico de un Wand o un Celibidache, nos ofrece a cambio la convicción, el drama y la tensión propias de la escuela italiana, un atractivo Bruckner latino (dicho sea con todas las reservas que supone una afirmación de este tipo) impecablemente tocado, un espectáculo imprescindible para cualquier bruckneriano de pro que no se deje encorsetar por distintas escuelas o directores. Buenas filmaciones, excelentes tomas sonoras y correctos subtítulos en español que dan idea clara al espectador de lo que está diciendo el director en cada momento. Enrique Pérez Adrián WAGNER: cia mozartiano, depurado, sutil y elegante. En Masetto se puede ver —cosa nada habitual— a un excelente comediante, el argentino Cesari. Borst, aunque algo fatigado vocalmente, ofrece una digna desenvoltura. La puesta es otro acierto. En un decorado laberíntico y barroco, propicio a los escondites y las contraluces que la obra demanda, los actores están minuciosamente marcados y sus evoluciones sirven a un hábil juego de cámaras que aprovecha los recovecos escenográficos de modo que resulta inevitable evocar a grandes ejemplos cinematográficos similares, Sternberg y Ophüls. B.M. Sigfrido. JOHN TRELEAVEN (Sigfrido), GRAHAM CLARK (Mime), FALK STRUCKMANN (El caminante), GÜNTER VON KANNEN (Alberich), ERIC HALFVARSON (Fafner), ANDREA BÖNIG (Erda), DEBORAH POLASKI (Brünnhilde), CRISTINA OBREGÓN (El pájaro del bosque). ORQUESTA SINFÓNICA DEL GRAN TEATRE DEL LICEU. Director musical: BERTRAND DE BILLY. Director de escena: HARRY KUPFER. Director de vídeo: TONI BARGALLÓ. 3 DVD OPUS ARTE OA 0912 D. 256’. Formato imagen: 16/9 anamorphic. Formato sonido: LPCM stereo / Digital DTS. Código región: 0. Subtítulos en castellano y catalán. Grabación: Barcelona, 18 y 26-VI-2004. Distribuidor: Ferysa. N PN Nuevo eslabón del Anillo del Liceu con la firma De Billy/Kupfer, en esta ocasión un discutible Sigfrido que confirma la decadencia artística de la producción y la poca relevancia musical de la misma. La fea puesta en escena, casi funambulesca y perjudicial para el canto (“la tiranía de la verosimilitud materialista” que decía Mayo a propósito de Kupfer), la pedestre y poco inspirada dirección musical de Bertrand de Billy, si bien 109 D V D WAGNER-VARIOS consigue que la orquesta esté cohesionada, y, en fin, el apurado reparto vocal, en el que únicamente destaca la notable Brunilda de Polaski, confirman nuestros temores acerca de la comercialización de este Anillo que, sin duda, ya lo apuntamos en las dos jornadas anteriores, no tiene nada que hacer al lado de otras filmaciones mejores y más representativas, especialmente la tradicional de Schenk/Levine del Met distribuída por DG. Los cantantes, forzadísimos y no en sus mejores momentos vocales (Trelea- ven, Clark y Struckmann), son, sin embargo, buenos actores que recrean dignamente a sus personajes a pesar de las dificultades impuestas por la escena. La buena filmación, además de la excelente calidad de imágenes y sonido, contribuyen a que lamentemos la utilización de tan magníficas prestaciones tecnológicas al servicio de tan pobre contribución artística. Notables subtítulos en español y, otro inconveniente, comercialización en tres DVD en vez de los dos habituales, lo cual incrementa sustancialmente el precio del álbum. En fin, a juicio del firmante, inútil producción wagneriana que quizá en reedición económica podría tener algún interés. E.P.A. VARIOS CANCIONES RUSAS DE LOS AÑOS DE LA GUERRA. DIMITRI HVOROSTOVSKI, barítono. CORO Y ORQUESTA DE CÁMARA DE MOSCÚ. Director: CONSTANTINE ORBELIAN. VAI 4318. 59’. Grabación: Moscú, 8-IV-2003. Productor: Raymond Edwards. Distribuidor: LR Music. N PN En un inmenso recinto colmado de gente, con un fondo liso y encolumnado cuya iluminación va cambiando de colores conforme el carácter de cada pieza, Hvorostovski despliega un menú de canciones de los años cuarenta, convenientemente arregladas a la estética de la comedia musical contemporánea. No queda mal el empaste porque son obras de un melodismo sencillo y cómplice, que alternan las evocaciones nostálgicas con el sentimentalismo y la exaltación guerrera y patriótica. Suman catorce títulos de autores que este crítico respeta en su ignorancia y que permiten pensar en el mundo de la opereta centroeuropea, oportunamente llevado a los episodios angustiosos de una guerra descomunal como fue la de aquellos tiempos para la población entonces soviética. El barítono ruso canta con una voz de gravedad e intimidad adecuadas al repertorio. Dice con variadísima y fina intención, sobre un dominio vocal y musical impecable. Señorea, además, en la imagen, manejando los primeros pla- nos de su rostro con expresiones de sutil técnica cinematográfica. Hvorostovski es guapo, de una belleza delicada de enfant gaté, elegante de actitudes y comedido de gestos. Quede dicho por si alguien no lo sabe todavía. La filmación consigue sacar partido de un espectáculo que ofrece pocos matices. El director alterna planos del solista, la orquesta, los instrumentistas, el coro y, especialmente, de incontables rostros de atentos y conmovidos espectadores, que subrayan las canciones recitando sus versos como una plegaria, sonriendo, recordando con nostalgia, dejando correr sinceras lágrimas por ellos y por nosotros. B.M. John Eliot Gardiner UN DÍA PARA LA HISTORIA HEROICA. El día que cambió la música para siempre. IAN HART, TIM PIGOTT-SMITH, JACK DAVENPORT, FENELLA WOOLGAR, CLAIRE SKINNER, FRANK FINLAY. Guión: NICK DEAR. Director de vídeo: SIMON CELLAN JONES. Productora: LIZA MARSHALL. ORQUESTA REVOLUCIONARIA Y ROMÁNTICA. Director: JOHN ELIOT GARDINER. BBC Opus Arte OA 0908. 129. Grabación: 1996. Productor del DVD: James Whitbourn, Subtítulos en español. Distribuidor: Ferysa. N PN Este programa de televisión nos recuerda el alto nivel cultural y las posibilidades pedagógicas que puede tener un medio inmerso en una grave crisis. La película recoge el ensayo de la Heroica, el 9 de junio de 1804, en la dependencias del palacio del príncipe Lobkowitz. El guión sigue propósitos obviamente didácticos, pues se traza la situación sentimental de Beethoven y diversos comentarios dibujan con eficacia la novedad revolucionaria de la Heroica, señalando su longitud —“una sinfonía de Haydn ya habría terminado, ¿no?”, apostilla un criado al acabar el primer tiempo—, o su violencia. Ries clama contra la falsa “entrada en falso” de la 110 trompa. También queda claro a quién va dirigida la música de Beethoven, pues el conde Dietrichstein le pone todo tipo de objeciones por su falta de moderación, pero en cambio vemos los rostros emocionados de los sirvientes en las cocinas mientras suena la Marcha fúnebre. Las interpretaciones de los actores son por lo general plausibles, destacando la de Frank Finlay como un Haydn triste y obsesionado con la muerte. La personificación de Beethoven efectuada por Ian Hart es un punto tópica, sobre todo por los arrebatos de cólera. Basta recordar la composición de Gary Oldman en la interesante pero fallida Immortal Beloved (Bernard Rose, 1994), con gestos y actitudes que el actor parecía haber deducido de la iconografía conservada del músico, para relativizar el trabajo de Hart. El DVD contiene una interpretación de la Heroica por la Orquesta Revolucionaria y Romántica —muchos de cuyos miembros se dejan ver en pantalla como los ejecutantes del ensayo— y John Eliot Gardiner, realizada con destino a esta película, que puede oírse también al margen de la acción dramática. Una versión electrizante y de seductora tímbrica. Un valioso programa para la TV que merece ser conservado en DVD. Enrique Martínez Miura ÍNDICE ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS Adès: Quinteto. Arditti/Adès. EMI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .80 Adolphe: Ladino Songs. Winther. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .70 Alagna, Roberto. Tenor. Obras de Puccini, Verdi y otros. EMI. . . . .79 Albéniz: Iberia. Hamelin. Hyperion. . . . . . . . . . . . . . . . . .81 Alfonso X: Cantigas. Paniagua. Pneuma. . . . . . . . . . . . . . . . . . .80 Alles Theater! Obras de Berio, Hidalgo y otros. Neue Vocalisten. Stradivarius. . . . . . . . . . . . . . . .106 Ancerl, Karel. Director. Obras de Mozart, Shostakovich y otros. Supraphon . . . . . . . . . . . . . . . . .72 Bach: Cantatas. Vol. 24. Gardiner. Soli Deo. . . . . . . . . . . . . . . . . . .82 — Sonatas para violín y clave. Blumenstock/Butt. H. Mundi. . . . . .75 — Sonatas para violín y clave. Ehnes/Beauséjour. Analekta. . . .82 — Sonatas y Partitas. Schröder. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .80 — Suites inglesas. Richter. Great Hall. . . . . . . . . . . . . . . . . .74 — Suites para chelo. Wang. DG. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .81 — Suites para chelo. Kliegel. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .81 Bartók: Cuartetos. Vermeer. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .83 Bax: Sonatas para piano 3, 4. Wass. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .82 Beethoven: A la amada lejana. Schubert: Canto del cisne. Göerne/Brendel. Decca. . . . . . . . . . .84 — Conciertos para piano 3, 5. Moiseiwitsch/Sargent, Szell. Naxos. .77 — Cuartetos opp. 132, 135. Borodin. Chandos. . . . . . . . . . . . . . . . . . .82 — Cuartetos 9, 10. Busch. Biddulph. . . . . . . . . . . . . . . . . . .73 — Obra para chelo y piano. Wispelwey/Lazic. Channel. . . . . . . . . .83 — Sonatas para piano. Schnabel. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .77 — Sonatas para violín y piano 7-9. Francescatti/Casadesus. Biddulph. . . . . . . . . . . . . . . . . . .73 — Tríos opp. 11, 38. Héau e. a. Zig Zag. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .82 Bellini: Casta diva. Fabritiis. Bel canto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .108 Ben-Amots: Diálogos celestiales. Rickenbacher. Naxos. . . . . . . . . . . .70 Benjamin: Palimpsests y otras. Benjamin. Nimbus. . . . . . . . . . . . . . . .84 Berlinski: Avodat Shabat. Schwarz. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .70 Biber: Missa. Manze. H. Mundi. .85 Bizet: Obras para piano. Setrak. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .75 Brahms: Sinfonías. Bichkov. Avie. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .85 — Sonata para dos pianos. Ax/Bronfman. Sony. . . . . . . . . . . . . . . . .85 — Sonatas para violín y piano. Szigeti/Horszowski. Biddulph. . .73 Britten: Cuartetos. Belcea. EMI. . .86 Brubeck: Puertas de la Justicia. Gloyd. Naxos. . . . . . . . . . . . . . .70 Bruckner: Sinfonía 9. Giulini. Arthaus. . . . . . . . . . . . . . . . . . .109 Busch, Adolf. Violinista. Obras de Beethoven y Bach. Biddulph. . . .73 Callas, Maria. Soprano. Obras de Verdi, Giordano y otros. EMI. . .79 Canciones románticas rusas. Obras de Glinka, Chaikovski y otros. Urb/Mätlik. H. Mundi. . . . . . . .106 Canciones rusas de los años de la guerra. Hvorostovski/Orbelian. VAI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .110 Cantorial concert. Jaffe. Naxos. . .70 Carissimi: Oratorios. Wilson. CPO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .85 Casals, Pablo. Violonchelista. Obras de Haydn, Mozart y otros. Regis. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .78 Celibidache, Sergiu. Director. Obras de Bach, Mozart y otros. EMI. . .67 Chaikovski: Conciertos para piano 1, 2. Gilels/Golovanov. Great Hall. . . . . . . . . . . . . . . . . .74 — Dama de picas. Melik-Pashaiev. Great Hall. . . . . . . . . . . . . . . . . .74 — Lago de los cisnes. Lanchberry. DG. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .108 — Piezas op. 72. Pletnev. DG. . . .86 — Sinfonía 4. Fischer. Channel. . .85 Charpentier: Enfermo imaginario. Christie. H. Mundi. . . . . . . . . . .75 Chopin: Nocturnos. Engerer. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .75 Christoff, Boris. Bajo. Obras de Borodin, Chaikovski y otros. Regis. . .78 Compositores barrocos valencianos. Álvarez-Argudo. Anacrusi. . . . .106 Couperin: Obras para clave. Rousset. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .75 Daugherty: Historias. UFO. Alsop. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .87 Della Casa, Lisa. Soprano. Obras de R. y J. Strauss. Regis. . . . . . . . . .78 Del tiempo y del instante. Savall. Alia Vox. . . . . . . . . . . . . . . . . .106 Deutsch: Tesoro. Strobel. CPO. . .87 Diabelli: Sonata. Brunner. Profil. .87 Diamond: Ahava. Schwarz. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .70 Donne di maestà. Obras de Strozzi, Caccini y otras. Trío de Damas. Arsis. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .107 Dúos románticos de ópera. Regis. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .78 Dutilleux: Sinfonía 1. Timbres. Baudo. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . .71 Dvorák: Concierto para chelo. Barta/Belohlávek. Supraphon. . . . . .88 — Jacobino. Albrecht. Orfeo. . . . .88 — Serenatas. Dúo de Praga. Praga. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .87 Dyson: Concerto. Sinfonía. LloydJones. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . .88 Elgar: Marchas. Judd. Naxos. . . . .89 Ellstein: Canciones. Jaffe. Naxos. .70 Estilo fantástico. Manze. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .75 Falla: Corregidor y molinera. Pons. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .71 Fauré: Canciones. Vol. 2. Lott, Ainsley/Johnson. Hyperion. . . . . . . .89 Galuppi: Oracolo del Vaticano. Pirona. Hungaroton. . . . . . . . . . . . .89 Gieseking, Walter. Pianista. Obras de Beethoven, Bach y otros. Andante. . . . . . . . . . . . . . . . . .104 Glazunov: Mar. Svetlanov. Great Hall. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .74 Glinka: Ivan Susanin. Melik-Pashaiev. Great Hall. . . . . . . . . . . . . . . . . .74 Gluck: Orfeo y Eurídice. Brown. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .89 Gluzman, Vadim. Violinista. Obras de Schnittke, Pärt y otros. BIS. .104 González, Mónika. Soprano. Arias barrocas italianas. Hungaroton. 105 Gubaidulina: Rejoice. Offertorium. Rozhdestvenski. Live. . . . . . . . .90 Haendel: Rodelinda. Curtis. Archiv. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .91 — Sosarme. Lewis. Urania. . . . . .76 — Triunfo del Tiempo y la Verdad. Darlow. Hyperion. . . . . . . . . . . .90 Hammond, Joan. Soprano. Obras de Puccini, Dvorák y otros. Regis. .78 Haydn: Conciertos para piano. Brautigam/Mortensen. BIS. . . . . . . . . .91 — Misa de santa Cecilia. Guglöhr. Profil. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .91 — Sinfonías de París. Harnoncourt. Deutsche H. Mundi. . . . . . . . . .92 — Sonatas para piano. Hantaï. Ambroisie. . . . . . . . . . . . . . . . . .90 — Tríos 27-29. Cohen/Höbarth/Coin. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .71 Heifetz, Jascha. Violinista. Obras de Beethoven, Brahms y Franck. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .77 Hendricks, Barbara. Soprano. Obras de Catalani, Schubert y otros. EMI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .79 Heroica. Película e interpretación de la sinfonía. Gardiner. BBC. . . .110 Homilius: Cantatas. Vol. I. Kreile. Carus. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .92 Hume: Passion of Musick. Ben David. Alpha. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .92 Iges: Sitting between chairs. Subirá/Acco. World. . . . . . . . . .93 Janequin: Canciones. Visse. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .71 Josefowicz, Leila. Violinista. Obras de Messiaen, Ravel y otros. Warner. . . . . . . . . . . . . . . . . . .105 Kaufman, Louis. Violinista. Naxos.77 Lejeune: Canciones. Visse. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .93 Levy: Masada. Levy. Naxos. . . . . .70 Liszt: Obras para piano. Vol. 22. Dubé. Naxos. . . . . . . . . . . . . . .94 Mahler: Sinfonía 6. Abbado. DG. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .94 Marais: Voces. Folías. Duftschmid/Hämmerle. CPO. . .94 Martina Franca. 30 aniversario. Dynamic. . . . . . . . . . . . . . . . . .106 Mendelssohn: Cuartetos. Vol. 3. Eroica. H. Mundi. . . . . . . . . . . .95 — Octeto. Dieltiens. H. Mundi. . .95 Menotti: Médium. Rapchak. Cedille. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .95 Milhaud: Scaramouche. Moreno/Capelli. Frame. . . . . . . .95 Monteverdi: Combattimento. Christie. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . .71 Mozart: 3 Cuartetos. Budapest. Biddulph. . . . . . . . . . . . . . . . . . .73 — Cuartetos con flauta. Oxalys. Fuga Libera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .96 — Don Giovanni. Molinari-Predelli. VAI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .108 — Flauta mágica. Solti. Urania. . .76 — Sonatas para fortepiano y violín. Vol. 1. Breitman/Rivet. Analekta. 95 Paganini: Caprichos y otras. Kogan. Great Hall. . . . . . . . . . . . . . . . . .74 Penderecki: Réquiem polaco. Wit. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .96 Poemas de amor. Obras de Chausson, Ravel y Debussy. Graham/Tortelier. Warner. . . . . . . . . . . . . .107 Popov: Sinfonía 1. Botstein. Telarc. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .96 Powell, Maud. Violinista. Obras de Boccherini, Gluck y otros. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .77 Prêtre, Georges. Director. Obras de Bizet, Berlioz y otros. EMI. . . . .105 Puccini: Madama Butterfly. Karajan. DG. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .66 — Tosca. Bartoletti. DG. . . . . . . .66 Purcell: Reina de las hadas. Deller. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .75 Rameau: Sinfonía imaginaria. Minkowski. Archiv. . . . . . . . . . . . . .97 Rodrigo: Conciertos. Romero/Marriner. Philips. . . . . . . . . . . . . . . . .97 Rose, Leonard. Violonchelista. Obra de Bloch, Chaikovski y otros. Biddulph. . . . . . . . . . . . . . . . . . .73 Rota: Suite de “La strada” y otras. Pons. H. Mundi. . . . . . . . . . . . .97 Royal Delight. Douglass. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .75 Rubinstein: Demonio. Melik-Pashaiev. Great Hall. . . . . . . . . . . .74 Salmenhaara: Suomi y otras. Klas. Ondine. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .98 Schein: Fuentes de Israel. Herreweghe. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . .71 Schnabel: Cuarteto 5. Pellegrini. CPO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .98 Schnittke: Fausto. Boreiko. Berlin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .98 Schubert: Sonata. Impromptus. Planès. H. Mundi. . . . . . . . . . . .71 Schumann: Carnaval de Viena. Sonata. Ciccolini. Cascavelle. . . . . . .99 — Concierto para piano. Haskil/Ansermet. Claves. . . . . . .99 — Peregrinaje de la rosa. Creed. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .71 Scriabin: Sonatas. Taub. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .75 Searle: Sinfonías 1-5. Francis. CPO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .99 Shostakovich: Canciones. Vol. 5. Tarassova/Serov. Delos. . . . . . .100 — Conciertos para piano. Uhlig/Stárek. Hänssler. . . . . . . . . . . . . . . .99 — Obras para dos pianos. Zurkovskaia/Alberti. Dynamic. . . . . . . . .99 — Sinfonía 8. Kitaienko. Capriccio. . . . . . . . . . . . . . . . .100 Simoneau, Léopold. Tenor. Arias de Mozart. Urania. . . . . . . . . . . . . .76 Singing Club. Polifonía inglesa. Hilliard. H. Mundi. . . . . . . . . . .71 Stradella: San Giovanni Battista. Astronio. Stradivarius. . . . . . . .100 Strauss: Caballero de la rosa. Kleiber. Regis. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .78 Stravinski: Ballets griegos. Craft. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .101 — Historia del soldado. Verdir. Arion. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .100 Tansman: Cuartetos. Silesia. Etcetera. . . . . . . . . . . . . . . . . . .101 Torelli: Conciertos. Standage. Chandos. . . . . . . . . . . . . . . . . .101 Traditional cantorial. Levin. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .70 Trueman: Machine language. Brentano. Bridge. . . . . . . . . . . . . . . . .102 Tunder: Música sacra. Vashegyi. Hungaroton. . . . . . . . . . . . . . .102 Verdi: Aida. Perlea. Urania. . . . . .76 — Trovador. Bartoletti. Arts. . . .102 Vísperas de Pascua. Pérès. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . .71 Vivaldi: Arias y motetes. Jaroussky. Virgin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .103 — Conciertos para violín. Mullova/Antonini. Onyx. . . . . .103 Wagner: Fragmentos de la Tetralogía. Mitropoulos. Urania. . . . . . . . . .76 — Holandés errante. Keilberth. Urania. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .76 — Sigfrido. De Billy. Opus Arte. . . . . . . . . . . . . . . . .109 Wyner: Mirror. Stoltzman. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .70 111 EL BARATILLO ¡VIVA LA ÓPERA! A 112 unque parezca mentira, y con lo globalizada que está la cosa, todavía hay casas de discos que no se distribuyen en España. Una de ellas es Cantus Classics, alemana de Hamburgo por más señas, que tiene su propia página web — www.cantusclassics.de— y que puede comprarse a través de la excelente www.jpc.de, probablemente la mejor y más variada tienda virtual de cuantas puede disponer el aficionado. En su catálogo aparecen cosas que ya hemos visto en otros sellos pero también rarezas que nunca han llegado hasta nosotros y, como suele suceder en su país, esa extraña sección que corresponde a piezas cantadas en lengua alemana que, a pesar de lo extraño que nos parezca de inicio escuchar en otro idioma distinto del original, cuentan a veces con repartos de lujo que hacen las delicias del conocedor y no digamos del coleccionista de versiones. Los discos se venden a 4.99 euros el álbum de dos compactos — hay óperas que vienen distribuidas en dos álbumes dobles y no hay ninguno triple—, no traen notas de ninguna clase pero, al menos, vienen bien indexados y figura siempre la fecha de grabación. Las restauraciones sonoras, cuando son necesarias, están bien hechas y la presentación es agradable. Que no vengan los libretos es un inconveniente pero a ese precio no es fácil pedir más y, poco a poco, uno puede ir disponiendo, en distintas páginas web, de los mismos, sobre todo de aquellos que ya no generan derechos de autor, que son la inmensa mayoría de los que aquí nos interesan. Vamos a repasar, por orden alfabético para que no se diga, lo más interesante, por menos habitual, de lo que ofrece Cantus Classics. En su catálogo figuran, por supuesto, los nombres y las óperas más populares en innumerables versiones. Uno puede encontrar cualquier Mozart, Verdi, Puccini y Wagner en grabaciones históricas interesantes en conjunto o que pueden atraer por la presencia de este o aquel cantante o director, en vivo y en estudio. Pero nos fijaremos mejor en lo más raro, que es lo que, a menudo, interesa a ese aficionado que quiere ampliar sus horizontes. Así hallaremos un Fidelio beethoveniano dirigido por Jochum a Patzak, Greindl y Frantz; el Wozzeck de Berg por Mitropoulos; Los troyanos de Berlioz por Beecham; dos Britten imprescindibles: La violación de Lucrecia —Ferrier y Pears— y La vuelta de tuerca —también con Pears— dirigidos por el autor a las huestes del English Opera Group. Vamos a la C, con un par de cherubinis, uno quizá más habitual, Medea —con Callas y Barbieri dirigido por Bernstein— y el otro muy raro, Les deux journées, bajo el mando de Beecham. La doncella de Orleáns, de Chaikovski, que ahora canta tanto Mirella Freni llega aquí dirigida por Khaikin, Las pantuflas por Melik-Pashaiev y Mazeppa por Nebolsin. De Cornelius tenemos El barbero de Bagdad con Schock y Böhme y el gran Joseph Keilberth a la batuta, con lo que así podemos sustituir ese que teníamos con el pelma de Hollreiser. La D de Donizetti y dos rarezas del mismo: Don Sebastiano dirigido por Giulini e Il Duca d’Alba a cargo del todoterreno Previtali. Tres Dvorák: Katia y el diablo y Rusalka por el grandísimo Chalabala, y Wanda por el desconocido Dyk. La muerte de Danton de Von Einem se presenta bajo la dirección de Fricsay el día de su estreno y hay un Fausto de Gounod que ofrece un par de protagonistas de lujo —Victoria de los Angeles y Richard Tucker— dirigidos por Herbert en la Ópera de Nueva Orleáns. De Humperdinck está el Hansel y Gretel de Karajan de toda la vida pero, como somos tan raritos, nos vamos a escuchar Königskinder con Anders y Fischer-Dieskau, con Robert Kraus en el foso. Punto y aparte para un descansito. ¿Ya? Pues sigamos. La ciudad muerta de Korngold dirigida por Lehmann y, para desengrasar, unas cuantas operetas de Franz Lehár. También en la L sale Lortzing, y eso me recuerda que hay una interesante selección de románticos alemanes de esos que se quedaron a la sombra de Wagner, antes, después o durante su reinado, por ejemplo Marschner o Goetz —interesantísima su La fierecilla domada, que demuestra cómo este contemporáneo del autor de El anillo del nibelungo fue capaz de escribir óperas sin parecerse a él. Rother dirige Las alegres comadres de Windsor de Nicolai y Leibowitz demuestra que, además de un beethoveniano científico, fue también un estupendo traductor de Offenbach, aquí con La bella Helena y Orfeo en los infiernos. Solti dirige la Antígona de Orff y Altmann Der arme Heinrich, que reivindica un poco más la figura del antipático Pfitzner. El inconmensurable Golovanov hace lo propio con La noche de Navidad de RimskiKorsakov, y Schuricht nada menos que el Manfred de Schumann —que no es una ópera— entero y verdadero. Con Smetana se nos pone la carne de gallina. Hay que ver: Dalibor por Kromholc, La novia vendida por Ancerl y Beecham (este en alemán), Libuse por Klima —el de los cuartos de tono— y Los brandemburgueses en Bohemia por Tichy. Otro descanso. El murciélago de Johann Strauss llega en la batuta de Hans Rosbaud y de Richard Strauss tenemos Elektra por Beecham y Salomé por Clemens Krauss. Igor Stravinski dirige el estreno de The Rake’s Progress en la Scala con la Schwarzkopf y la Tourell y, para contrastar, podemos echarle el guante a la Mignon del desacreditado Ambroise Thomas en la versión de ese gran director que fue George Sebastian. Celebremos el centenario de Tippett con The Midsummer Marriage, con Joan Sutherland y Richard Lewis en el estreno que dirigió John Pritchard. Y cerremos con la W de Wagner. Ya les he dicho que hay de todo pero no me digan que un Parsifal dirigido por Rudolf Moralt no es bocado apetecible. Y se acabó por hoy. Hagan su selección y, por poquito dinero, inténtelo. Ya me contarán, mis queridos amigos. Hasta el mes que viene. Nadir Madriles nadirmadriles@scherzo.es D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Ciudad de Granada . . 114 ANDALUCÍA Orquesta Filarmónica de Málaga . . . . . . . . . . . . . . . . 115 Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. . . . . . . . . . . . . . . . . 115 ARAGÓN Al Ayre español . . . . . . . . . . . . . . 116 Grupo Enigma . . . . . . . . . . . . . . . 116 ASTURIAS Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias. . . . . . 118 Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118 CANARIAS Orquesta Filarmónica de Gran Canaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120 Orquesta Sinfónica de Tenerife. 120 CASTILLA Y Orquesta Sinfónica deLEÓN Castilla y León . . . . . . . . . . . . 122 Orquesta Sinfónica de Barcelona CATALUÑA y Nacional de Cataluña . . . . . 124 Orquesta de Cadaqués . . . . . . . 124 Orquesta Sinfónica del Vallés . . 125 EXTREMADURA Orquesta Sinfónica de Extremadura . . . . . . . . . . . . . . 128 Orquesta Sinfónica de Galicia. . 128 GALICIA Real Filharmonía de Galicia. . . . 129 MADRID Orquesta Sinfónica de Madrid . 132 Orquesta de la Comunidad de Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . 132 Orquesta Sinfónica de RTVE . . . 133 Orquesta Nacional de España . . 134 MURCIA Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia. . . . . . . . . . 135 NAVARRA Orquesta Pablo Sarasate . . . . . . 137 PAÍS VASCO Orquesta Sinfónica de Euskadi . 136 Orquesta Sinfónica de Bilbao . . 137 VALENCIA Orquesta de Valencia. . . . . . . . . 138 113 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Ciudad de Granada PISTAS BRILLANTE CONTINUIDAD www.orquestaciudadgranada.es L española programada (sólo Danzas de Don Quijote de Gerhard y el Intermedio de Leonor de Toldrá). Kantorow dirigirá seis programas, entre ellos, la inauguración, el tradicional Mesías navideño, uno centrado en el Quijote (Telemann, Sallinen, Ravel, Ibert y Gerhard) y dos de los tres dedicados al 250 aniversario del nacimiento de Mozart, que incluyen el Réquiem (en una interesante sesión que se completa con la Sinfonía fúnebre de Kraus), la Júpiter o un concierto de violín que tocará el propio Kantorow, contrastándolo con otro concierto para su instrumento del caballero de Saint-Georges. El primer programa mozartiano (fragmentos de las óperas más populares y la Misa de la Coronación) se encarga al antiguo titular, Josep Pons, que además dirigirá un monográfico Richard Strauss. Entre los directores historicistas destacan Harry OCG / Juan Ortiz a llegada de Jean-Jacques Kantorow a la titularidad de la Orquesta Ciudad de Granada no ha supuesto ningún cambio significativo con respecto a la brillantísima etapa que el conjunto vivió bajo la batuta de Josep Pons. En su segunda temporada al frente de la formación granadina, Kantorow vuelve a incidir en los puntos fuertes del conjunto: mucha música barroca y clásica, dirigida en la mayor parte de los casos por maestros formados en las filas del historicismo, programación agrupada en ciclos, entre los que resulta de notable interés el llamado Concierto familiar (este año con cinco citas), conciertos de carácter popular, como el que abre la temporada el 17 de septiembre con música de cine (Plaza de toros) o el que la cierra el 2 de junio en el Teatro Municipal José Tamayo en el Barrio de la Chana. El punto débil vuelve a ser la inaceptable escasez de música FILARMÓNICA DE MÁLAGA R.O.S. de SEVILLA JEAN-JAQUES KANTOROW O. Ciudad de Granada 114 Christophers (Haendel, Tallis, Respighi, Vaughan Williams); Barry Sargent (C. P. E. Bach, Boccherini, J. A. Benda, Haydn); Andrea Marcon, con un programa dedicado a Farinelli que incluye obras de Haendel y Vivaldi cantadas por Flavio Oliver; y Arie van Beek (Haendel, Schoenberg, Bach, Stravinski). Libor Pesek, Claus Peter Flor, Salvador Mas, Víctor Pablo Pérez, Jan Caeyers o Leif Segerstam (que estrenará una Sinfonía) son otros directores destacados, y entre los solistas se cuenta con los pianistas Michel Dalberto (Concierto de Dvorák) y Javier Perianes (Concierto de Scriabin) y no deja de resultar curiosa la presencia de tres bajos habituales de la música barroca, Michael George, Klaus Mertens (singular recital de lieder goetheanos de Schubert y Beethoven) y David WilsonJohnson. Pablo J. Vayón 21 y 22 de octubre de 2005. Leif Segerstam, director. Sibelius, Finlandia. Segerstam, Sinfonía (estreno absoluto). Dvorák, Sinfonía nº8. 10 de febrero de 2006. Jan Caeyers, director. Klaus Mertens, bajo. Beethoven, Doce contradanzas. Schubert, Lieder con textos de Goethe e instrumentación de Max Reger. Beethoven, Lieder con textos de Goethe e instrumentación de Stravinski. Schubert, Sinfonía nº6. 7 y 8 de abril de 2006. Jean Jacques Kantorow, director. Ofelia Sala, Sara Fulgoni, José Manuel Zapata, Robert Holzer, solistas. Coro de la Orquesta Ciudad de Granada. Kraus, Sinfonía fúnebre. Mozart, Réquiem. 26 de mayo de 2006. Claus Peter Flor, director. Emmanuel Pahud, flauta. Poulenc, Sinfonietta. Ibert, Concierto para flauta. Gounod, Sinfonía nº2. D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Real Orquesta Sinfónica de Sevilla PISTAS AIRES DE MODERNIDAD www.rossevilla.com L a Sinfónica de Sevilla inaugura una nueva etapa con la dirección artística (que no titular, por el momento) de Pedro Halffter, quien ha programado su primera temporada con mucha más música de nuestro tiempo de lo que venía siendo habitual. Zulema de la Cruz, Eneko Vadillo, Agustín Charles, José María Sánchez Verdú, Aullis Sallinen, Judith Weir, Philip Glass (Concierto para cuatro saxofones) y Riika Talvitie son los compositores vivos programados, aunque también sonarán obras de Bernaola (Sinfonía en do), Montsalvatge o Takemitsu (Réquiem). Del resto del programa, sobresalen las sinfonías escritas en el siglo XX (Séptimas de Shostakovich y Sibelius, Cuarta de Prokofiev, Segunda de Rachmaninov) y la escasísima presencia de música del Clasicis- mo (obertura de Don Giovanni y Concierto nº25 de Mozart, acaso la obertura de El califa de Bagdad de Manuel García). Halffter se reserva cinco programas, y del resto de directores convocados destacan Gerd Albrecht (Novena de Beethoven), Michail Jurowski, Marc Soustrot (Pelléas et Mélisande de Fauré, Sibelius y Schönberg), Juanjo Mena o Antoni Ros Marbà (en un programa que se recrea en el morbo de reunir al matrimonio Schumann, con la obertura Manfred de Robert y el juvenil Concierto para piano de Clara, y a Brahms, Tercera Sinfonía). Reseñable la juventud de la mayoría de solistas convocados, con los pianistas Eldar Nebolsin (Concierto de violín de Beethoven en su versión pianística) e Iván Martín (Poema del fuego de Scriabin), la violonchelista Anne Gastinel (Concierto de Dvorák) y la violinista Julia Fischer (Concierto de Berg) entre los más destacados. También podrán oírse, entre otras, las voces de Petra Lang (Wesendonk Lieder), Natalie Stutzman (Canciones y danzas de la muerte de Musorgski en la versión de Shostakovich) y Ana María Sánchez (Réquiem de Verdi). Finalmente, se homenajea al Coro de la Asociación de Amigos del Maestranza, en el décimo aniversario de su fundación, contando con su participación en los dos programas extraordinarios de la temporada: Jingle Bells collage de Sánchez Verdú y Novena de Beethoven por Navidad y el Réquiem de Verdi, con dirección de Halffter, en Semana Santa. 13 y 14 de octubre de 2005. Wolf-Dieter Hauschild, director. Gustav Rivinius, violonchelo. Sallinen, Danzas nocturnas de Don Juan Quijote. Schumann, Concierto para violonchelo. Talvitie, Selim’s smiles. Sibelius, Sinfonía nº7. 1 y 2 de diciembre de 2005. Pedro Halffter, director. Julia Fischer, violín. Sánchez Verdú, Ciacona. Berg, Concierto para violín. Rachmaninov, Sinfonía nº2. 23 y 24 de febrero de 2006. Michail Jurowski, director. Natalie Stutzman, contralto. Agustín Charles, Seven looks. Mussorgski/Shostakovich, Canciones y danzas de la muerte. Prokofiev, Sinfonía nº4. Pablo J. Vayón Orquesta Filarmónica de Málaga CENTRADOS EN BEETHOVEN www.teatrocervantes.es E n su segunda temporada al frente de la Orquesta de Málaga, Aldo Ceccato completa el ciclo Beethoven que comenzó el año pasado. De los quince programas de abono del curso, siete tendrán como protagonista exclusivo al gran compositor de Bonn, todos con dirección de Ceccato. Además de las cuatro últimas sinfonías, podrán oírse el Triple Concierto, el Concierto para violín, en su versión original y en la de piano, las dos misas, la música para el ballet Prometeo, la Cantata a la muerte de José II, la Fantasía para piano, coro y orquesta, el aria Ah, perfido! y las oberturas de concierto menos habituales (Rey Esteban, Consagración del hogar, Ruinas de Atenas, Victoria de Wellington). En definitiva, el Beethoven sin- fónico más popular junto al más recóndito. El resto del programa es demasiado deudor de la música romántica. Sólo hay una sesión con música clásica (la que dirigirá Jean-Jacques Kantorow con obras de Mozart y Schubert) y la contemporánea resulta prácticamente inexistente, lo cual puede justificarse por el hecho de que la Filarmónica malagueña organiza unas jornadas específicas dedicadas a la música de nuestro tiempo. Tampoco está demasiado bien representada la música española: Eritaña de Albéniz en la orquestación de Cristóbal Halffter, en un concierto que dirigirá el propio maestro madrileño y que se completa con Sibelius (Seis humoresques para violín y orquesta) y la Primera de Bruckner; el Capriccio para arpa y orquesta de Montsalvatge, con dirección de Ros Marbà, completado con Berlioz (Carnaval romano) y Brahms (Segunda); y la Sinfonietta de Ernesto Halffter (el año de su centenario, que las otras agrupaciones andaluzas parecen haber olvidado), dirigida por Juan Luis Pérez junto a la Segunda Sinfonía de Nielsen. György Rath (Brahms, Bartók), Dimitri Sitkovetski (Mendelssohn, Dvorák), Matthias Bamert (Mendelssohn, Hindemith, Strauss) y Francesco Colombo (Herrmann, Barber, Rachmaninov, Chaikovski) completan la nómina de directores. En cuanto a los solistas, a la hora de cerrar este comentario existen aún muchos nombres por confirmar, aunque está garantizada la presencia de Asier Polo, Marta Zabaleta y Claudio Martínez Mehner. Pablo J. Vayón PISTAS 18 y 19 de noviembre de 2005. Juan Luis Pérez, director. E. Halffter, Sinfonietta. Nielsen, Sinfonía nº2. 2 y 3 de marzo de 2006. Matthias Bamert, director. Rafael Altino, viola. Mendelssohn, Ruy Blas, obertura. Hindemith, Der Schwanendreher, para viola y orquesta. Strauss, Una vida de héroe. 6 y 7 de abril de 2006. Aldo Ceccato, director. Coro de Ópera de Málaga. Silvia Vázquez, Susana Santiago, Gerardo López, Ralf Lukas, solistas. Beethoven, Cantata a la muerte del Emperador José II. Misa en do. 115 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Al Ayre Español PISTAS EL PLAN B www.auditoriozaragoza.com P ara asombro general, no entraba en los planes de Eduardo López Banzo quedarse en una especie de cabeza de ratón de la música historicista española. La conversión de Al Ayre Español en orquesta ha revelado su plan B: crear una orquesta española capaz de manejarse en el repertorio internacional; y no como cola sino como cabeza de león, como han probado los rotundos éxitos de la última temporada. El segundo año de Al Ayre Español en su residencia del Auditorio zaragozano corrobora que, sin renegar de sus orígenes, quiere ser —y lo es— una orquesta competitiva en el gran repertorio barroco y clásico, que el director aborda —se comprobó el año pasado— con criterios valientes y resultados que nada envidian a las celebridades del género. Haydn y Mozart, las cimas del clasicismo, abrirán la temporada con sendas parejas de sinfonías en lo que constituye una visible declaración de principios del nuevo Al Ayre Español. Como en alguna ocasión anterior, el segundo programa, en prometedora colaboración con María Bayo, confrontará un genio universal —Haendel— con un español reivindicable —Nebra. Mozart llenará el tercer programa con obras celebérrimas (Misa de la Coronación, Ave verum corpus, Sinfonía Linz) cuyo abordaje prueba la ambición del conjunto. Pero si se mantiene la tónica de la pasada temporada, el acontecimiento del curso puede ser la exhumación de la ópera haendeliana Amadís de Gaula —estrenada en julio en Salamanca—, tan apropiada a las conmemoraciones cervantinas todavía en curso. Antonio Lasierra GRUPO ENIGMA Juan José Olives AL AYRE ESPAÑOL Eduardo López Banzo Enigma-Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza www.auditoriozaragoza.com E 116 de caja de Pandora con sorpresas para todos. Hindemith, Schoenberg, Milhaud, Bartók, Prokofiev, pero también Brahms y Mozart, se verán acompañados esta temporada de algunos homenajes (al canario Enrique Guimerá y al aragonés Ángel Oliver, fallecidos pocos meses atrás), de necesarias revisiones (Bernaola), y de estrenos de A. Salanova (obra galardonada en el I Concurso Internacional de composición Universidad de Zaragoza), J. M. Montañés, M. Martínez, D. Padrós, y J. M. Mestres-Quadreny —la ópera de cámara El ganxo, coproducida con el 30 de noviembre de 2005. Eduardo López Banzo, dir. Maria Bayo, soprano. Boccherini, Sinfonía “La casa del diablo”. Nebra, Arias. Haendel, Concerto grosso op. 3 nº 4. Agrippina condotta a morire. Febrero de 2006. Eduardo López Banzo, dir. Coro de la G. Valenciana. Mozart, Misa de la Coronación. Ave verum corpus. Sinfonía nº 36. Junio de 2006. Eduardo López Banzo, dir. Solistas por determinar. Haendel, Amadigi di Gaula. PISTAS LA CAJA DE PANDORA l más veterano de los conjuntos propios del Auditorio de Zaragoza inicia su undécima temporada con el refrendo creciente del público a la labor programadora del director titular, Juan José Olives, admirable un año más. De las seis sesiones de que consta el ciclo, ni una sola deja de ofrecer evidentes alicientes, mezclando de manera muy atractiva, en programas a veces monotemáticos, los estrenos u obras muy recientes, sobre todo de autores españoles y en particular aragoneses, y los grandes clásicos modernos, en un especie 25 de octubre de 2005. Eduardo López Banzo, dir. Haydn, Sinfonías nº 44, 49, 29 y 33. Liceu cuarenta y seis años después de su creación. Olives y Enigma propondrán además unas cuantas rarezas francamente apetecibles: el arreglo schoenbergiano del Preludio a la siesta de un fauno de Debussy, la Serenata Aspen de Milhaud, el Concertino para clarinete del húngaro Seiber, y El girador de cisnes —pueden leer en la guía Tranchefort el significado de título tan singular—, concierto para viola y pequeña orquesta escrito por Hindemith sobre canciones populares alemanas. Antonio Lasierra 29 de noviembre de 2005. Juan José Olives, director. Teresa Pérez, piano. Salanova, Cercis. Hindemith, Kammermusik nº 2. Bernaola, Juegos. Schoenberg, Sinfonía de cámara. 24 de enero de 2006. Jesús Amigo, director. Fernando Gómez, flauta. Montañés, Hommages. Debussy-Schoenberg, Preludio a la siesta de un fauno. Milhaud, Aspen Serenade. 10 de abril de 2006. Juan José Olives, director. Solistas por determinar. Mestres-Quadreny, El ganxo. D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias VIOLINISTAS EN ALZA www.ospa.es L a programación de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias se desarrolla en tres sedes, Avilés, Gijón y Oviedo, siendo esta última la principal, donde se llevan a cabo los 16 conciertos de temporada, que se amplía a otros ámbitos. Sin duda tiene gran interés la recuperación de un título, Pelagio de Mercadante, vinculado al primer rey asturiano, que se llevará a cabo en el Teatro Jovellanos de Gijón con Montserrat Caballé y Carlos Álvarez (9 de septiembre) bajo la batuta de Mariano Rivas. Hay programas construidos con equilibrio, así el que dirige Ros con el Quinto de Beethoven (con Gelber) y El sombrero de tres picos, con María José Martos en Avilés y Oviedo, ( 6 y 7 de octubre). Por primera vez Jesús López Cobos dirigirá a esta orquesta, coincidiendo con el aniversario de los Premios Príncipe de Asturias en Oviedo, teniendo como única obra el Réquiem de Verdi junto a un reparto en el que destacan el bajo René Pape y la mezzo Luciana d’Intino. El titular, Max Valdés, ofrece un compacto programa con la obertura Hispania de Zulema de la Cruz, el Cuarto de violín de Mozart, con Alexander Vasiliev, e Imágenes de Debussy, en Gijón y Oviedo (26 y 27 de enero). En las mismas ciudades y junto al reconocido Julian Rachlin, figura el Primer Concierto de violín de Penderecki y la Sinfonía nº 39 de Mozart, en un año en el que la presencia del compositor austriaco resulta imprescindible (2 y 3 de febrero). Otro violinista en alza, Renaud Capuçon es protagonista, también con Valdés, del Concierto de Beethoven junto una suite de La gitanilla de García Abril y El pájaro de fuego de Stravinski, todo ello en Oviedo (17 de febrero). El protagonismo de Mozart se muestra en un curioso programa que incluye su Exsultate jubilate entre el Adagio de Barber y la Cuarta de Mahler, con la excelente soprano asturiana Ana Nebot en Avilés y Oviedo (23 y 24 de febrero). Con el propio Valdés figura la Segunda Sinfonietta de Tomás Marco, el Concierto de viola de Bartók y la Primera de Chaikovski en Gijón y Oviedo (27 y 28 de abril) así como el que incluye la Tercera de Jesús Rueda junto al Concierto de Elgar con el chelista Arto Noras y El cisne de Tuonela de Sibelius (4 de mayo). Entre los conciertos no dirigidos por su titular, hay que destacar los que afrontará Howard Griffiths que incluye las Variaciones Enigma de Elgar, la Tercera de Schubert y la Música fúnebre masónica de Mozart en Gijón y Oviedo (9 y 10 de marzo); el que interpretará la excelente directora mexicana Tania SINFÓN MAX VALDÉS SINFÓNICA DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS FRIEDRICH HAIDER Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo DEL FOSO A LA ESCENA www.os-co.net L 118 a Orquesta Ciudad de Oviedo tiene como actividad principal sus labores en el foso del Teatro Campoamor en las temporadas de ópera y zarzuela. En la próxima afrontarán tres títulos operísticos, Alcina, Tannhäuser y La favorita — dirigidas respectivamente por Giovanni Antonini, Friedrich Haider y Maurizio Benini— y cinco de nuestro género —La verbena de la Paloma, La del soto del Parral, La parranda, La del manojo de rosas y La tabernera del puerto— completándose la programación con su temporada en los ciclos del Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. Estos incluyen, en su habitual colaboración con los solistas de la Filarmónica de Viena, el Doble de Brahms con Tibor Kovacs y Franz Bartolomey, y la Octava de Dvorák, con Haider a la batu- ta (5 de noviembre). Junto a Gabor Boldoczki, que la crítica ha valorado como el sucesor de Maurice André, incluirá el Concierto para trompeta de Hummel y el Réquiem de Cherubini (10 de noviembre). Uno de los programas más interesantes será protagonizado por el director Josep Vicent y el jovencísimo pianista argentino Horacio Lavandera. Ambos brindarán el reestreno de la obertura de La conquista de Granada de Arrieta, además del Concierto en la menor de Hummel, pieza totalmente inhabitual del panorama, la Clásica de Prokofiev y Tres movimientos tanguísticos de Piazzolla (12 de diciembre). Otro pianista importante, Dezsö Ránki, será el intérprete de dos piezas cortas, el Konzerstück de Schumann y la danza de la muerte, Totentanz, de Liszt, junto a la Renana con Haider D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS León, que incluye la Segunda Sinfonía de Federico Ibarra, la Rapsodia de Rachmaninov con Leonel Morales, Horizontes de la propia León para culminar con las Tres versiones sinfónicas de Julián Orbón en Avilés y Oviedo (16 y 17 de marzo) y también el que contará con John Axelrod y el clarinetista Andreas Weigsberger, con la Sorpresa de Haydn, Billy the Kid y el Concierto de clarinete de Copland y las Variaciones sobre un tema de Haydn de Brahms en Gijón y Oviedo (23 y 24 de marzo). Hay que señalar también su colaboración en el ciclo lírico con dos títulos, Madama Butterfly con Alain Guingal y Jenufa con el propio Valdés en el foso. Luis G. Iberni ÓNICA CIUDAD DE OVIEDO PISTAS 9 de septiembre de 2005. Mariano Rivas, director. Montserrat Caballé, sop. Carlos Álvarez, barítono. Mercadante, Pelagio. 20 de octubre de 2005. Jesús López Cobos, director. Coro de la Fundación Príncipe de Asturias. Indra Thomas, soprano. Luciana d’Intino, mezzo. Marco Berti, tenor. René Pape, bajo. Verdi, Réquiem. 16, 17 de marzo de 2006. Tania León, directora. Leonel Morales, piano. Ibarra, Segunda Sinfonía. Rachmaninov, Rapsodia sobre un tema de Paganini. León, Horizontes. Orbón, Tres versiones sinfónicas. 4 de mayo de 2006. Max Valdés, director. Arto Noras, chelo. Sibelius, El cisne de Tuonela. Elgar, Concierto para chelo. Rueda, Tercera Sinfonía. PISTAS como director (4 de abril) quien será responsable también del siguiente programa que incluye el Primer Concierto de Shostakovich, con Boris Belkin, y La Grande de Schubert (22 de abril). Entre otros programas, hay que destacar el que cierra el ciclo, prácticamente dedicado a Wolf-Ferrari de quien se ofrece el Concierto para fagot, con Holger Schinkötte y la ópera El secreto de Susana con Judith Howarth y Thomas Möhr como solistas (14 de mayo). Luis G. Iberni 12 de diciembre de 2005. Josep Vicent, director. Horacio Lavandera, piano. Arrieta, La conquista de Granada, obertura. Hummel, Concierto en la menor. Piazzolla, Tres movimientos tanguísticos. Prokofiev, Sinfonía Clásica. 4 de abril de 2006. Friedrich Haider, director. Dezsö Ránki, piano. Schumann, Konzerstück. Liszt, Totentanz. Schumann, Sinfonía Renana. 14 de mayo de 2006. Friedrich Haider, director. Holger Schinkötte, fagot. Judith Howarth, soprano. Thomas Möhr, barítono. Mozart, El empresario, obertura. Wolf-Ferrari, Concierto para fagot, El secreto de Susana. 119 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Filarmónica de Gran Canaria BAJO EL SIGNO DE LOS CONTRASTES www.ofgrancanaria.com E n su segunda temporada al frente de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, Pedro Halffter vuelve a proponer un lema que, a modo de hilo conductor, dé sentido a la programación. Si en la estación 2004/05 el lema llevaba el título de Los nacionalismos musicales y la belleza de lo extraordinario, en la que se inaugura el 23 de sep- tiembre aparece el sucinto término de Contrastes. En los diecinueve conciertos que conforman el abono, prima, como es preceptivo en este joven director, el repertorio español. Así, aparecen tres números de la Iberia de Albéniz, bien en la orquestación de Guerrero o en la de Arbós. También hay obras de Mompou, Usandizaga, Falcón Sanabria, así como López López, entre otros compositores hispanos. No pueden estar ausentes de la programación autores de los que se celebran aniversarios, como es el caso de Mozart, Shostakovich o Boccherini, aunque se ha tratado de buscar un repertorio no habitual, ya que son legión las orquestas e instituciones que ya se encargan de ello. Y así, por ejemplo, la Filarmó- nica de Gran Canaria ofrecerá por primera vez de Mozart el Galimathias musicum, la Undécima Sinfonía del mismo autor; y, por primera vez en su programación, la Sinfonía nº 11 “El año 1905” de Shostakovich”. En otro orden de cosas, es digna de mención la presencia en la programación de toda la producción concertante de Brahms. Y pues- SINFÓNICA DE GRAN CANARIA Javier del Real SINFÓNICA DE TENERIFE PEDRO HALFFTER VÍCTOR PABLO PÉREZ Orquesta Sinfónica de Tenerife TEMPORADA DE EFEMÉRIDES www.ost.es L 120 a siempre reputada Orquesta Sinfónica de Tenerife, de nuevo bajo la sistemática batuta de su titular, Víctor Pablo Pérez, programa su nueva temporada de conciertos de abono teniendo muy en cuenta los aniversarios que se celebran en estas fechas. Por tanto, Mozart y Shostakovich aparecen con más insistencia que en años anteriores. De los veinte conciertos que componen el abono, Víctor Pablo Pérez figura como director en ocho. En los demás, el maestro más frecuente es el alemán Günther Herbig, que ha aparecido con muy buena acogida al frente de la vecina Filarmónica de Gran Canaria. Otros nombres dignos de mención son los de Jesús López Cobos, en un programa netamente norteamericano (Barber y Nuevo Mundo de Dvorák), Edmon Colomer, Josep Pons o Sitkovetski, que hará doblete como director y solista en el Concierto de Mendelssohn. También predominan las obras concertantes de Brahms, así como Wagner, Mahler, Mendelssohn y Haydn. Mención especial hemos de hacer a Poulenc, presente en el séptimo concierto de abono (Suite française) y, especialmente en el sexto en el que ha de tener lugar la inauguración del nuevo órgano del Auditorio, con el Concierto para órgano y orquesta en sol menor, con Charles Matthews como solista. En las conmemoraciones mozartianas citemos el programa que Herbig dirigirá con las tres últimas sinfonías, o la primera del corpus del salzburgués, en un programa en el que figuran, además, el Concierto para flauta y arpa, o el ballet de Idomeneo. Por supuesto, la presencia de Sokolov como solista en el Concierto para piano nº 23 es también todo un atractivo digno de ser tomado en D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS tos a nombrar novedades, en esta temporada y por Navidad, en lugar del consabido Mesías, tendrá lugar la primera ejecución por parte de esta orquesta del Sueño de Geroncio de Elgar.Además de estas líneas generales en cuanto a la programación, es justo reseñar que en agosto del próximo año tendrá lugar la primera gira de la Filarmónica de Gran Canaria en Japón, con unos siete conciertos, con programa y solistas aún por determinar. Leopoldo Rojas-O’Donnell PISTAS 30 de septiembre de 2005. Antoni Ros Marbà, director. Rosa Torres-Pardo, piano. Mompou-Ros Marbà, Suite Compostela. Nin-Culmell, Concierto para piano y orquesta. Beethoven, Sinfonía nº 4. 14 de octubre de 2005. Pedro Halffter, director. Asier Polo, violonchelo. Albéniz-Guerrero, El Albaicín. Saint-Saëns, Concierto para violonchelo nº 1. Shostakovich, Sinfonía nº 11 “El año 1905”. 5 de mayo de 2006. Rudolf Barshai, director. Leticia Moreno, violín. Mario Brunello, violonchelo. Brahms, Doble Concierto para violín y chelo. Chaikovski, Sinfonía nº 6. 23 de junio de 2006. Coro de la OFGC. Pedro Halffter, director. Marius Brenciu, tenor. Liszt, Sinfonía “Fausto”. cuenta en este año mozartiano, que lo es también de Shostakovich, como ya hemos citado, del que figuran no sólo algunas de sus más célebres sinfonías (la Quinta, lo Novena, la Leningrado) sino obras menos interpretadas como sus Canciones españolas. Como curiosidad especial hemos de resaltar, además de estrenos de autores canarios como del desaparecido Enrique Guimerá, o de Trujillo, el Concierto para dos violas, conjunto de rock y orquesta de Rosinski, dirigido por Pons. Leopoldo Rojas-O’Donnell PISTAS 21 de octubre de 2005. Víctor Pablo Pérez, director. Ainhoa Arteta, soprano. Wagner, El holandés errante, obertura. Strauss, Cuatro últimos Lieder. Brahms, Sinfonía nº1 en do menor op. 68. 16 de diciembre de 2005. Günther Herbig, director. Schubert, Sinfonía nº 8 en si menor. Bruckner, Sinfonía nº 9 en re menor. 17 de febrero de 2006. Edmon Colomer, director. Nikolai Luganski, piano. Poulenc, Suite française. Dutilleux, Sinfonía nº2. Casablancas, Intrada sobre el nom de Dalí. Prokofiev, Concierto para piano nº 3 en do mayor op. 26. 121 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Castilla y León LOS LAZOS DEL PRESENTE www.orquestacastillayleon.com T res puntos significativos de esta programación. El primero, el recurso a directores invitados y solistas jóvenes de calidad, hoy asequibles, que probablemente, dentro de pocos años, dejen de serlo. Estrechar lazos con el presente es muy rentable. El director titular, Alejandro posada, con cinco conciertos a su cargo, y obras muy variadas, mantiene la línea de la orquesta, en su progresiva evolución. Poca música española. Se echa en falta acudir a un repertorio interesante, muy poco conocido. Es una asignatura pendiente. Hay tres estrenos de Casablancas, Jesús Rueda y R. Sierra, pero no es suficiente. De compositores contemporáneos, destacamos a Arvo Pärt, Sallinen y el turco Fazil Say, pianista y autor. Prokofiev es el gran protagonista del ciclo, con presencia importante de otros dos compositores rusos, Shostakovich y Rachmaninov. En general, programas bien compensados. El primero con Villa-Lobos y Mahler, con un estreno en el medio. El séptimo de Sitkovetski, como violinista y director con la extraordinaria Octava de Shostakovich. Ari Rasilainen, especialista en Sallinen, que se acompañará con el Concierto para violín de Sibelius. Por último, el concierto que cierra el ciclo está muy bien estructurado con música rusa y la presencia estelar de Ewa Podles. Apuntemos, igualmente, los conciertos extraordinarios, con primerísimas figuras, y citemos a Cecilia Bartoli, la gran diva del momento, que en Otoño en clave se presentará en Valladolid con un programa barroco. Fernando Herrero SINFÓNICA DE CASTILLA Y LEÓN PISTAS 3 y 4 de marzo de 2006. Dimitri Sitkovetski, director y violín. Pärt, Fratres. Prokofiev, Concierto para violín nº 1. Shostakovich, Sinfonía nº 8. 122 5 y 6 de mayo de 2006. Alejandro Posada, director. Pavel Sporcl, violín. Rueda, Obra encargo. Chaikovski, Concierto para violín. Rachmaninov, Danzas sinfónicas. 15 y 16 de junio de 2006. Alejandro Posada, director. Ewa Podles, contralto. Musorgski, Khovanchina, obertura. Musorgski-Shostakovich, Cantos y danzas de la muerte. Prokofiev, Alexander Nevski. D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña A LA CONQUISTA DE MÁS PÚBLICO www.auditori.org/pub/obc C on la incógnita despejada de la renuncia de Ernest Martínez Izquierdo a seguir como director titular de la OBC una vez expire en julio de 2006 su contrato (continuará como principal director invitado), se presenta la nueva temporada, a desarrollar en el Auditori entre el 23 de septiembre de 2005 y el 23 de mayo de 2006, con 29 programas (tres menos que la anterior) y un total de 84 conciertos. Hay algunas novedades: desaparece el barroco (cuya presencia se nos dijo que se quería institucionalizar); seis de los programas irán más allá de los PISTAS 18 de noviembre de 2005. Franz-Paul Decker, director. Kiri Te Kanawa, soprano. R. Strauss, Metamorfosis. Cuatro últimas canciones. Muerte y transfiguración. 14 de enero de 2006. Ernest Martínez Izquierdo, tradicionales viernes, sábados y domingos (cinco serán en martes y uno en jueves); el cine sólo tendrá un programa (esta vez dedicado a Nino Rota). Y el tradicional Festival Mozart, que abre camino (con tres programas), esta vez también estará dedicado a Schubert y excepcionalmente será dirigido por el violinista Thomas Zehetmair (en espera del regreso de Christian Zacharias). Como telón de fondo, la conquista de más público, que ya es muy numeroso. La temporada celebrará el centenario del nacimiento de Shostakovich (con cinco obras a lo largo de los director. Gidon Kremer, violín. Webern, Passacaglia, op. 1. Gerhard, Leo. Casablancas, obra encargo. Berg, Concierto para violín y orquesta. 10 de febrero de 2006. Víctor Pablo Pérez, director. Shostakovich, El gran meses), autor que compartirá el honor de más programado con Richard Strauss, Chaikovski y Beethoven, con siete, cinco y cuatro títulos, respectivamente. Tres serán las orquestas invitadas: la Sinfónica de Valencia (con Yaron Traub de director), la Nacional de España (Josep Pons) y la Sinfónica del Capitole de Toulouse (Tugan Sokhiev). Siete programas estarán a cargo de Martínez Izquierdo y en los restantes dirigirán, además de los mencionados con las orquestas invitadas, Salvador Brotons, Emmanuel Krivine, Christopher Hogwood, Franz-Paul Decker (principal director invitado, tres ciudadano y Sinfonía nº 7. Britten-Berkeley, Suite Montjuïc. programas a su cargo), Rumon Gamba, David Giménez, Sian Edwards, Eiji Oue, Víctor Pablo Pérez, Salvador Mas, Vasili Petrenko, Ros Marbà y David Atherton. Entre los solistas invitados, destacan la soprano Kiri Te Kanawa, los violonchelistas Truls Mørk y Lluís Claret, los violinistas Hilary Hahn y Gidon Kremer y las pianistas Bella Davidovich y Maria João Pires. Los compositores catalanes Benet Casablancas y Lleonard Balada estrenarán sendas obras encargo de la OBC. Y habrá también el estreno mundial de la obra de Schurmann Gaudiana. Sorprende, por lo demás, que la música del resto de España sólo esté representada por una única obra, El amor brujo (Falla). José Guerrero Martín 19 de mayo de 2006. Ernest M. Izquierdo, director. Maria João Pires, piano. Beethoven, Concierto para piano y orquesta nº 2 en si bemol mayo. Mahler, Sinfonía nº 1. Orquesta de Cadaqués MOZART Y MÚSICA FRANCESA www.orquestradecadaques.com S 124 in el Concurso Internacional de Dirección, que este año no corresponde, la programación de conciertos de la Orquestra de Cadaqués incluye una gira de invierno, en enero de 2006, por Zaragoza (día 9), Madrid (día 10) y Pamplona (días 12 y 13), con obras de Fauré (Suite de Pelléas et Mélisande, op. 80), Ravel (Concierto para piano y orquesta en sol mayor, Pavane pour une infante défunte) y Bizet (Sinfonía nº 1 en do mayor), con el pianista Jean-Bernard Pommier y Gianandrea Noseda de director. En el mes de marzo, la Orquestra de Cadaqués ofre- cerá el Réquiem, K. 626 de Mozart en Zaragoza (días 4 y 5) y Barcelona (día 6), quedando por confirmar los conciertos de los días 7, 8 y 9. En esta ocasión dirigirá Sir Neville Marriner, que tendrá a sus órdenes a la mezzosoprano Maite Arruabarrena, al bajo José Antonio López, al tenor Agustin Prunell-Friend, al Coro de Cámara del Palau de la Música Catalana y al Coro Amici Musicæ de Zaragoza. Quedan por confirmar el programa y las ciudades japonesas en las que se ofrecerán seis conciertos, bajo la dirección de Tamás Vásáry, del 21 de marzo al 2 de abril de 2006. Pero la temporada habrá empezado mucho antes y cuando este número de SCHERZO vea la luz se habrá cumplido la programación de verano: 26 de julio de 2005 (Girona; El soldadito de plomo, de Emilio Aragón), 28 de julio (Girona; obras de Shostakovich, Montsalvatge y Mendelssohn; director, Gianandrea Noseda), 30 de julio (Cadaqués; obras de Shostakovich, Mozart y Mendelssohn; director, Gianandrea Noseda) y 1 de agosto (Cadaqués; “La melodía acompañada”, con el flautista Jaime Martín, el clarinetista Joan Enric Lluna y la fagotista Rachel Gough). José Guerrero Martín ORQUESTA SINFÓNICA DE BARCELON ORQUESTA DE CADAQUÉS D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica del Vallés PISTAS SOBRE MÁS QUE SEGURO www.osvalles.com S in Edmon Colomer como director titular, que ha renunciado a renovar el contrato que expiraba en julio ante la frustración de no haber conseguido mejorar la precaria situación económica de la considerada tercera orquesta de Cataluña, la décima temporada de la Orquestra Simfònica del Vallès (OSV), a desarrollar en el Palau de la Música barcelonés en sábados por la tarde entre el 17 de septiembre de 2005 y el 17 de junio de 2006, ofrecerá doce programas, que serán dirigidos por Salvador Mas (tres), James Ross, Uwe Mund, Albert Argudo, Salvador Brotons, Matthias Aeschbacher, Robert Luther, Manuel Valdivieso, Maigrhéad McCrann, Edmon Colomer y otro por determinar (el de los ganadores del Concurso Aragall con oberturas y arias de ópera). Cuatro de esos programas serán repetidos en domingos por la mañana en el mismo Palau, y nueve de ellos serán ofrecidos también en el Teatre La Farándula de Sabadell, en viernes (salvo el Festival de Valses, con dos conciertos sucesivos, en sábado y domingo). Añadamos, en Sabadell, cuatro conciertosconversación (Ara MalikianAlbert Guinovart, artistas residentes; valses en pequeño formato; tributo a Montsalvatge; sueños de niños, con obras de Mozart a cargo del pianista Sergei Nutels) y dos conciertos didácticos (a cargo de la OSV). El contenido no puede ser más tradicional y sobre seguro: Boccherini, Haydn, Mozart (Réquiem, Concierto para piano y orquesta nº 8), Beethoven (Novena, Concierto Emperador), Schubert (Novena), Brahms (Segunda Sinfonía, Concierto para violín y orquesta op. 77, Concierto para piano y orquesta op. 83), Mendelssohn (Sueño de una noche de verano), Schumann (Cuarta), Glazunov (Concierto para violín y orquesta op. 82), Rimski-Korsakov (Scheherazade), Berg (Concierto para violín y orquesta “a la memoria de un ángel”), Mahler (Quinta), Montsalvatge y valses y polcas de la Viena imperial. Salvo Montsalvatge, ningún otro compositor catalán ni del resto de España, lo que no deja de llamar la atención. En el capítulo de intérpretes, hay que destacar la relevancia del violinista Ara Malikian (cuatro conciertos) y la presentación del nuevo 17 de septiembre de 2005. Salvador Mas, director. Orfeó Català y solistas. Beethoven, Novena Sinfonía. 12 de noviembre de 2005. Uwe Mund, director. José Menor, piano. Beethoven, Concierto Emperador. 14 de enero de 2006. Salvador Brotons, director. Ara Malikian, violín. Montsalvatge, Concertino 1 + 13. Poema concertante. Sinfonía mediterránea. 17 de junio de 2006. Edmon Colomer, director. Ara Malikian, violín. Berg, Concierto para violín. Mahler, Quinta Sinfonía. valor del piano José Menor (Concierto Emperador). José Guerrero Martín ORQUESTA DEL VALLÉS GIANANDREA NOSEDA LONA Y NACIONAL DE CATALUÑA 125 2005 2006 MÚSICA Y MITO Temporada 2005/2006 DIRECTOR ARTÍSTICO Y TITULAR JOSEP PONS TEMPORADA OCNE 1 CICLO I 28, 29 Y 30 DE OCTUBRE DE 2005 OCNE 5 CICLO II 2, 3 Y 4 DE DICIEMBRE DE 2005 OCNE 9 CICLO II 27, 28 Y 29 DE ENERO DE 2006 Benjamin Britten War Requiem, opus 66 Carta Blanca a George Benjamin II Igor Stravinsky Sinfonía de los Salmos Arnold Schönberg Un superviviente de Varsovia, opus 46 Giuseppe Verdi Tercera de las “Cuatro piezas sacras” Karol Szymanowski Sinfonía núm. 3, en Si bemol mayor, opus 27 “Canto de la noche” Orquesta y Coro Nacionales de España Josep Pons, director Christine Goerke, soprano Philip Langridge, tenor Albert Dohmen, barítono OCNE 2 CICLO II 4, 5 Y 6 DE NOVIEMBRE DE 2005 Ludwig van Beethoven Concierto para piano y orquesta núm. 5, en Mi bemol mayor, opus 73 “Emperador” Antonin Dvorák Sinfonía núm. 9, en Mi menor, opus 95 “Del Nuevo Mundo” Orquesta Nacional de España Antoni Ros-Marbà, director Nikolai Demidenko, piano OCNE 3 CICLO II 11, 12 Y 13 DE NOVIEMBRE DE 2005 Oscar Esplá Don Quijote velando las armas Xavier Montsalvatge Concierto capriccio, para arpa y orquesta Igor Stravinsky El pájaro de fuego, suite de 1945 Claude Debussy Nocturnos George Benjamin Sometime voices Pierre Boulez Cumming ist der Dichter George Benjamin Palimpsest Orquesta Nacional de España - BBC Singers George Benjamin, director William Dazeley, tenor OCNE 6 CICLO I 16, 17 Y 18 DE DICIEMBRE DE 2005 Leonard Bernstein Candide, obertura George Gershwin Concierto para piano y orquesta en Fa mayor Dimitri Shostakovich Sinfonía núm. 11, en Sol menor, opus 103 “El año 1905” Orquesta Nacional de España Leonard Slatkin, director Michel Camilo, piano OCNE 7 CICLO I 13, 14 Y 15 DE ENERO DE 2006 Música y Mito Orquesta Nacional de España Josep Pons, director Xavier de Maistre, arpa OCNE 4 CICLO I 25, 26 Y 27 DE NOVIEMBRE DE 2005 Carta Blanca a George Benjamin I Igor Stravinsky Cuatro estudios para orquesta Oliver Knussen Concierto para violín y orquesta George Benjamin Ringed by the flat horizon Igor Stravinsky Petrouchka Orquesta Nacional de España Ilan Volkov, director Isabelle van Keulen, violín Jordi Cervelló Ybris, poema dramático para orquesta Toru Takemitsu Orion and Pleiades, para violonchelo y orquesta Ludwig van Beethoven Sinfonía núm. 8, en Fa mayor, opus 93 Orquesta Nacional de España Josep Pons, director Truls Mørk, violonchelo Orquesta y Coro Nacionales de España José Ramón Encinar, director OCNE 10 CICLO I 3, 4 Y 5 DE FEBRERO DE 2006 Música y Mito Christoph Willibald Gluck / Richard Wagner Obertura de “Ifigenia en Aulide” Richard Wagner Die Walküre, primer acto Orquesta Nacional de España Pinchas Steinberg, director Astrid Weber, soprano Robert Gambill, tenor René Pape, bajo OCNE 11 CICLO I 10, 11 Y 12 DE FEBRERO DE 2006 Música y Mito Ludwig van Beethoven Las criaturas de Prometeo, opus 43, obertura Franz Liszt Prometeo, poema sinfónico núm. 5 Alfredo Aracil Epitafio de Prometeo (Encargo OCNE. Estreno absoluto) Alexander Scriabin Prometeo, el poema del fuego, opus 60 Orquesta y Coro Nacionales de España Josep Pons, director OCNE 8 CICLO II 20, 21 Y 22 DE ENERO DE 2006 OCNE 12 CICLO II 17, 18 Y 19 DE FEBRERO DE 2006 Música y Mito Música y Mito Wladimir Rosinskij Poseidón y Amfitrita Tan Dun Water concerto, para percusión y orquesta Hector Berlioz Te Deum, para tenor, coro y orquesta Ludwig van Beethoven Triple concierto para violín, violonchelo, piano y orquesta, en Do mayor, opus 56 Bohuslav Martinu La epopeya de Gilgamesh, para solistas, coro y orquesta Orquesta y Coro Nacionales de España Josep Pons, director Juanjo Guillem, percusión Klaus Florian Vogh, tenor Orquesta y Coro Nacionales de España Maximiano Valdés, director Beaux Arts Trio: Daniel Hope, violín; Antonio Meneses, violonchelo; Menahen Pressler, piano ORQUESTAYCORO NACIONALES DE ESPAÑA OCNE 13 CICLO I 24, 25 Y 26 DE FEBRERO DE 2006 OCNE 17 CICLO I 24, 25 Y 26 DE MARZO DE 2006 OCNE 21 CICLO II 5, 6 Y 7 DE MAYO DE 2006 Música y Mito Música y Mito Albert Roussel Bacchus et Ariane, opus 43, suite núm. 2 (selección) Robert Schumann Concierto para piano y orquesta en La menor, opus 54 Hector Berlioz Sinfonía fantástica, opus 14 Ludwig van Beethoven Sinfonía núm. 7, en La mayor, opus 92 Maurice Ravel Daphnis et Chloé (ballet completo) Johannes Brahms Obertura para un festival académico, opus 80 Edvard Grieg Concierto para piano y orquesta en La menor, opus 16 Johannes Brahms Sinfonía núm. 2, en Re mayor, opus 73 Orquesta Nacional de España Friedemann Layer, director Maria João Pires, piano OCNE 18 CICLO II 31 DE MARZO, 1 Y 2 DE ABRIL DE 2006 Orquesta y Coro Nacionales de España Gerd Albrecht, director Música y Mito Orquesta Nacional de España Josep Pons, director Iris Vermillion, mezzosoprano Wolfgang Amadeus Mozart Concierto para violín y orquesta núm. 1, en Si bemol mayor, K 207 Wolfgang Amadeus Mozart Concierto para violín y orquesta núm. 4, en Re mayor, K 218 Fernando Sor Hercule et Omphale, obertura Vicente Martín y Soler Una cosa rara, obertura Wolfgang Amadeus Mozart Concierto para violín y orquesta núm. 5, en La mayor, K 219, “Turco” OCNE 15 CICLO II 10, 11 Y 12 DE MARZO DE 2006 Orquesta Nacional de España Josep Pons, director Frank Peter Zimmermann, violín OCNE 14 CICLO II 3, 4 Y 5 DE MARZO DE 2006 Música y Mito Benjamin Britten Phaedra, opus 93 Dimitri Shostakovich Sinfonía núm. 8, en Do menor, opus 65 Música y Mito Richard Wagner Parsifal. Preludio y Encantos del Viernes Santo Richard Wagner Das Rheingold. Entrada de los Dioses en el Walhall Richard Wagner Idilio de Sigfrido Richard Wagner Götterdämmerung: Música fúnebre Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya Franz-Paul Decker, director OCNE 16 CICLO I 17, 18 Y 19 DE MARZO 2006 OCNE 19 CICLO I 21, 22 Y 23 DE ABRIL DE 2006 Música y Mito Jean Philippe Rameau Zoroastro, suite del ballet Ramón Lazkano Ortzi isilak para clarinete y orquesta (Encargo OCNE. Estreno absoluto) Richard Strauss Also sprach Zarathustra Orquesta Nacional de España Rumon Gamba, director Enrique Pérez Piquer, clarinete OCNE 20 CICLO II 28, 29 Y 30 DE ABRIL DE 2006 Música y Mito Joaquim Homs Sinfonia breu Robert Schumann Concertstück para cuatro trompas y orquesta en Fa mayor, opus 86 Igor Stravinsky La consagración de la primavera Música y Mito George Friedrich Haendel Aci, Galatea e Polifemo Orquesta Nacional de España Emmanuelle Haïm, directora Solistas vocales a determinar Orquesta Nacional de España Carlos Kalmar, director Sección de trompas de la ONE Veinticuatro programas de abono, en conciertos de viernes, sábado y domingo. Todos los conciertos se celebran en el Auditorio Nacional de Música de Madrid (C/ Príncipe de Vergara, 146. Tel. 91 337 01 40) Información abonos: 91 337 03 21 y http://ocne.mcu.es Venta para grupos: Mediante reserva telefónica Tel. 91 337 03 21 Orquesta Nacional de España Walter Weller, director Bella Davidovich, piano OCNE 22 CICLO I 12, 13 Y 14 DE MAYO DE 2006 Música y Mito Franz Joseph Haydn L’anima del filosofo ossia Orfeo ed Euridice, ópera en versión concierto Orquesta y Coro Nacionales de España Paul Goodwin, director Simone Kermes, sopramo Rufus Müller, tenor Jonathan Lemalu, bajo OCNE 23 CICLO I 19, 20 Y 21 DE MAYO DE 2006 Wolfgang Amadeus Mozart Concierto para violín y orquesta núm. 2, en Re mayor, K 211 Wolfgang Amadeus Mozart Concierto para violín y orquesta núm. 3, en Sol mayor, K 216 Juan Crisóstomo Arriaga Sinfonía en Re mayor Orquesta Nacional de España Josep Pons, director Frank Peter Zimmermann, violín OCNE 24 CICLO II 26, 27 Y 28 DE MAYO DE 2006 Béla Bartók Cantata profana Leos Janác̆ek Misa glagolítica Orquesta y Coro Nacionales de España Josep Pons, director Amanda Roocroft, soprano Catherine Wyn-Rogers, contralto Kim Begley, tenor José Antonio López, barítono Peter Mikulas, barítono-bajo Jeremy Joseph, órgano D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Galicia Orquesta Sinfónica de Extremadura VARIEDAD, DIVERSIDAD ACTIVIDAD FRENÉTICA Q www.orquestadeextremadura.com uizá la característica más llamativa de la nueva temporada de la Orquesta de Extremadura sea la enriquecedora variedad de contenidos y la diversidad de sus intérpretes invitados. Una programación para todos gustos, valiente y en la que la música y los intérpretes españoles gozan de privilegiado espacio. Entre las citas significativas hay que destacar el estreno absoluto de un Concierto para violín y orquesta de Salvador Brotons, que será defendido en su parte solista por el madrileño Manuel Guillén. El concierto será dirigido por Tan Lihua e incluye igualmente la Segunda Sinfonía de Borodin y la novedad oriental de Guess Tones, de Yuan-Kai Bao. La gran música española figura también representada por el atractivo y antillanista Concierto capriccio, para arpa y orquesta, de Xavier Montsalvatge, que interpretará la arpista valenciana Luisa Domingo bajo la dirección de Gabor Hollerung, en un programa que comprende además los orquestales Minutos sinfónicos del húngaro Ernö Dohnányi y la Segunda Sinfonía de Schumann. Interés y mucho deparan los conciertos programados en el mes de mayo de 2006, cuando los días 19 y 20 se PISTAS 18 y 19 de noviembre de 2005. Tan Lihua, director. Manuel Guillén, violín. Bao, Guess Tones. Brotons, Concierto para violín. Borodin, Sinfonía nº 2. 16 y 18 de diciembre de 2005. Jesús Amigo, director. Raquel Lojendio, soprano. Mozart, Sinfonía nº 36, “Linz”. Mahler, Sinfonía nº 4. 128 escuche por vez primera en España el Concierto para violín de Philip Glass sobre las cuatro cuerdas de Francesco D’Orazzio y bajo la batuta de Christopher Wilkins. La música latinoamericana volverá a los atriles de la OE cuando Juan Felipe Molano dirija obras de Revueltas (Janitzio. La noche de los Mayas) y el rítmico Huapango de Moncayo. En el mismo programa Ricardo Casero tocará el Concierto para trombón de Grondahl. Tampoco faltan obras como la Cuarta de Chaikovski o las Variaciones rococó, para violonchelo y orquesta, tocadas por Michael Sanderling bajo la dirección de Jesús Amigo, quien también dirigirá obras como la Cuarta de Mahler (con la soprano Raquel Lojendio), el Concierto para violín de Beethoven (con Kuba Jakowich), la Tercera de Schumann o la Quinta de Beethoven. El mundo clásico aparece representado, entre otras obras, con la Sinfonía Linz de Mozart con Jesús Amigo en el podio, y Las siete últimas palabras de Cristo en la Cruz, de Haydn, cuya versión orquestal será dirigida por Elio Boncompagni. Justo Romero 27 y 28 de enero de 2006. Gabor Hollerung, director. Luisa Domingo, arpa. Dohnányi, Minutos sinfónicos. Montsalvatge, Concierto capriccio para arpa. Schumann, Sinfonía nº 2. 4 y 5 de mayo de 2006. Juan Felipe Molano, director. Ricardo Casero, trombón. Sibelius, Finlandia. Grondahl, Concierto para trombón. Revueltas, La noches de los mayas. Moncayo, Huapango. www.sinfonicadegalicia.com L a OSG acaba de volver del Festival Rossini de Pésaro y de la Quincena Musical Donostiarra. Poco antes, había participado en —más bien, protagonizado— el Festival Mozart coruñés y ya se sitúa ante la nueva temporada. La actividad que despliega es frenética. Y tal vez a ello se deba el mantenimiento de un pulso firme y de una tensión admirable. Otra cuestión muy importante es el hecho de que los músicos se reúnan a lo largo de la temporada en agrupaciones de cámara para hacer un repertorio que SINFÓNICA DE GALICIA Víctor Pablo Pérez JESÚS AMIGO O. de Extremadura agudiza la sensibilidad, refina la dinámica, hace más sutil el fraseo y propicia el ajuste preciso. En fin, la participación en las óperas incrementa la ductilidad de la agrupación, debido a la necesidad de flexibilizar el tempo, y también la capacidad para el cantabile, virtudes que caracterizan de manera especial a la Sinfónica de Galicia. La nueva temporada es un poco más corta que la anterior: dos conciertos menos. Es verdad que algunos se repetirán en otras poblaciones (León, Oporto, D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Oviedo, Santiago, Vigo). Dos grandes compositores centran la programación: Shostakovich (9 obras) y Brahms (7 obras). Del primero, cuatro sinfonías (las nºs 5, 8, 10 y 11), dos conciertos (Primero de violín, Segundo de violonchelo) y partituras con voz: La caída de Berlín, Saludo a España y Canciones españolas. Del segundo, las cuatro sinfonías, los dos conciertos de piano y el doble. Destacan también dos conciertos sinfónico-corales: la cantata de Prokofiev, Alexander Nevski, y el Réquiem de guerra, de Britten; éste será el de clausura y se hará tres veces. Y hay obras poco habituales: las sinfonías de Kraus y de Berio y la Libe- ration Symphony de Stevens. De Octavio Vázquez escucharemos su Movimiento para orquesta y una obra, sin determinar, encargo de la propia OSG. Víctor Pablo Pérez estará al frente de la orquesta en ocho oportunidades; Schellenberger, en dos; Lu Jia, López Cobos, Carlo Rizzi, Alberto Zedda, Giovanni Antonini, Josep Pons, Libor Pesek y Skrowaczewski, una sola vez. Como viene siendo habitual, habrá al menos un solista en cada concierto. Siete pianistas (Perianes, Freire, Virsaladze, Lucchessini, Luganski, Kupiez y uno por determinar), tres violinistas (Steinbacher, Mullova, Dumay), tres violonchelistas, (Isserlis, Wang, Mørk), un PISTAS 7 de noviembre de 2005. Hansjörg Schellenberger, director. Gérard Caussé, viola. Bartók, Concierto para viola. Mozart, Sinfonía KV 16. Kodály, Concierto para orquesta. 6 de febrero de 2006. Libor Pesek, director. Viktoria Mullova, violín. Berg, Concierto para violín. Haas, Estudio para orquesta de cuerda. Janácek, Taras Bulba. violista (Caussé), un oboísta (Schellenberger) y algunos cantantes: Rodgers (soprano), Gurina (mezzo), Bjarna- 3 de abril de 2006. Víctor Pablo Pérez, director. Agustin Dumay, violín. Jian Wang, chelo. Brahms, Doble Concierto. Brahms, Tercera Sinfonía. 25, 29 y 30 de abril de 2005. Víctor Pablo Pérez, director. Coro de la OSG. Coro del Palau de Barcelona. Joan Rodgers, soprano. Agustin Prunell-Friend, tenor. David Wilson, barítono. Britten, Réquiem de guerra. son y Prunell (tenores) y Johnson (barítono). Julio Andrade Malde Real Filharmonía de Galicia CONSOLIDACIÓN www.auditoriodegalicia.org P FILHARMONÍA DE GALICIA Antoni Ros Marbà oco a poco, paso a paso, bajo la profesional conducción de Ros Marbà, la Filharmonía se ha convertido en una orquesta capaz de abordar el repertorio sinfónico. Y es evidente la mejora de calidad que ha experimentado en términos globales. Cuando inicia ya con decisión este camino, aumenta también su programación que alcanza hasta veintisiete actos musicales (tres más que el año anterior). Ocho se repetirán en diversas poblaciones: Barcelona, Bilbao, La Coruña, León, Madrid, Pontevedra, Vigo y Villagarcía. En nueve de ellos, estará al frente su titular, Ros Marbà; y en cinco ocasiones, el principal director invitado, Maximino Zumalave. Otros trece directores —uno, en cada ocasión— tomarán también la batuta: Lacey, Bolsi, Valdivieso, Anissimov, Barshai, King, Schellenberger, Daniel, Witt, Mena, Thiebaut, Brüggen y Pons. Gran cantidad de solistas. Los pianistas Torres-Pardo, Nebolsin, Vidal, K. Woo, Bruno, Leonskaia y Perianes; los violinistas Gringolts y Kaplan; los chelistas Velev y Switalska; el contrabajo Fumero; el oboísta Schellenberger; los trompetistas Simó y Farrés; el bandoneón Marinetti; y el dúo de pianos de las hermanas Labèque. Nutrida presencia de cantantes: Gurriarán, Rodgers, Pasichnyk, Bayo (sopranos); Noldus (mezzo); Summers (contralto), Bernal, PrunellFriend, Podger (tenores); Brito, Johnson, Van Mechelen (barítonos). En cuanto a la programación, destacan las tres funciones del Don Giovanni, de Mozart que además será llevado a Bilbao. Tres conciertos sinfónico-corales con dos Misas de Haydn (Sancti Nicolai e In tempore belli) y El Mesías de Haendel. Hay también algunos monográficos interesantes, como el dedicado a Don Quijote, que incluye El retablo de Maese Pedro, de Falla, con los monicreques (marionetas) de Kukas; y los de Boccherini, de Piazzolla y de Schumann. Y dos conciertos didácticos en torno a la Serenata de Chaikovski y a la Historia de Babar, de Poulenc. Especial interés tiene el concierto dedicado al cine con La Nue- PISTAS 19, 21 y 25 de noviembre de 2005. Antoni Ros Marbà, director. Mozart, Don Giovanni. 12 de enero de 2006. Rudolf Barshai, director. Borodin-Barshai, Cuarteto en transcripción para cuerda. Brahms, Segunda Sinfonía. 3 de febrero de 2006. Hansjörg Schellenberger, director y solista. C. P. E. Bach, Sinfonía Wq. 182, nº 3; Concierto para oboe Wq. 165. Haydn, Sinfonía nº 31. 15 de junio de 2006. Josep Pons, director. Katia y Marielle Labèque, dúo de pianos. Bartók, Concierto para dos pianos y percusión. Schumann, Segunda Sinfonía. va Babilonia, de Shostakovich. Cuatro autores gallegos estarán representados en la programación: Durán (Variaciones sobre un tema de Sorozábal), Balboa (Saturnal), Trillo (obra por determinar) y Groba (Plenilunio). Julio Andrade Malde 129 Director Titular Orquesta Sinfónica: Adrian Leaper Director Titular Coro RTVE: Mariano Alfonso Teatro MONUMENTAL INFORMACIÓN DE ABONOS Información de Abonos: 91 581 72 08 Secretaría: 91 581 72 11 Información en Internet: www.rtve.es Director Titular Orquesta Sinfónica: Adrian Leaper Director Titular Coro RTVE: Mariano Alfonso Teatro MONUMENTAL INFORMACIÓN DE ABONOS Información de Abonos: 91 581 72 08 Secretaría: 91 581 72 11 Información en Internet: www.rtve.es D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Madrid JORDAN, CONLON Y CUMPLEAÑOS www.osm.es E l 75 aniversario de Luis de Pablo centra el interés del primero de los nueve conciertos que, de octubre a junio —y al margen de su copiosa actividad en el foso del Teatro Real—, la Sinfónica de Madrid ofrece esta temporada en el Auditorio Nacional. El colombiano Alejandro Posada, titular de la Orquesta de Castilla y León, dirige el día 26 del próximo mes una selección de Romeo y Julieta de Prokofiev junto al concierto para violonchelo ”Frondoso misterio”, escrito por el músico bilbaíno para el centenario de la orquesta, que cuenta como solista con Asier Polo. El estreno de Seven Looks (2004), obra con la que Agustín Charles ha ganado la segunda edición del concurso de composición de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas, abre el concierto dirigido por Lorenzo Ramos que incluye dos breves páginas de Ernesto Halffter (Cavatina y Habanera) además de las brillantes Primavera apalache de Copland y las Danzas sinfónicas de West Side Story de Bernstein. La tradicional cita navideña con la Novena de Beethoven estará a cargo del titular de la agrupación, Jesús López Cobos, el Coro de la Sinfónica y un cuarteto formado por Heidi Grant Murphy, Cecilia Díaz, Klaus Florian Voft y Attila Jun. La visita a primeros de año de una batuta notable, la del suizo Armin Jordan, tiene el aliciente de incluir —además de la Sinfonía nº 99 de Haydn— una obra de escasa difusión por estos pagos: el extenso y muy bello poema sinfónico La sirena de Zemlinsky. Cristóbal Halffter celebra su 75 cumpleaños dirigiendo dos obras propias (Paráfrasis y Cuatro piezas para orquesta, escuchadas por primera vez la pasada primavera en Valencia) y estrenando Vorecho de Peter Ruzicka, obra encargo para el Centenario de la orquesta. La Sinfonía nº 14 de Shostakovich —otra de las citas más destacables de la temporada— domina el programa que dirige el estadounidense James Conlon, que completa su concierto con la orquestación raveliana de los Cuadros musorgskianos. Gómez Martínez, en una velada consagrada a Mahler (Cuarta, con Marusa Xyni) y Martínez Palomo (Cantos del alba, fantasía-suite para soprano, clarinete y orquesta), y López Cobos —con la monumental y poco escucha- da Tercera Sinfonía “Il’ya Murometz” de Glière— completan la temporada que se clausura con un hermoso programa francés, igualmente dirigido por el maestro zamorano, consagrado a Messiaen (Tres pequeñas liturgias de la presencia divina) y Poulenc (Stabat Mater, con Ofelia Sala como solista). Juan Manuel Viana SINFÓNICA DE RTVE PISTAS 25 de enero de 2006. Armin Jordan, director. Haydn, Sinfonía nº 99. Zemlinsky, La sirena. 7 de marzo de 2006. James Conlon, director. Tatiana Pavloskaia, soprano. Sergei Aleksahskin, bajo. Shostakovich, Sinfonía nº 14. Musorgski/Ravel, Cuadros de una exposición. 14 de junio de 2006. Jesús López Cobos, director. Coro de la Orquesta Sinfónica de Madrid. Ofelia Sala, soprano. Messiaen, Tres pequeñas liturgias de la presencia divina. Poulenc, Stabat Mater. ORCAM Orquesta de la Comunidad de Madrid GRANDES PÁGINAS CORALES www.orcam.org C 132 inco grandes obras del patrimonio coral barroco, clásico y romántico, nueve composiciones de Maurice Ravel y un interés constante por el repertorio español constituyen los ejes sobre los que gira la programación (22 conciertos más dos extraordinarios) que, de octubre de 2005 a junio de 2006, configura la nueva temporada de la orquesta madrileña. Entre las primeras, destacan las infrecuentes Escenas de Fausto schumannianas, que el 4 de octubre defiende Franz-Paul Decker en el concierto inaugural del ciclo; otras citas de interés correrán a cargo de López Banzo (El Mesías), Christophers (La Creación) y los titulares de la agrupación José Ramón Encinar (Cristo en el monte de los olivos) y Jordi Casas (Misa en si menor de Bach). Seis estrenos absolutos —dos a cargo del citado Encinar y el resto dirigidos por Fabra, Amigo, Juan Luis Pérez y el mexicano Diemecke— subrayan la atención por la música hispana: Concierto para orquesta de Agustín Charles (obra ganadora del Concurso Joaquín Rodrigo-Premios Villa de Madrid 2004), Vanitas con chaconas y folías de Marco, Concerto grosso para el cosmos de Galán, Concierto para arpa del chileno Gustavo Becerra, Sinfonía nº 2 “Nusantara” de David del Puerto (encargo de la Consejería de Cultura de la Comunidad) y Roma de S. Martínez. La abundante presencia española cuenta con compositores de varias generaciones: de los más lejanos Arriaga (Obertura en re), Monasterio (Scherzo fantástico), Barbieri (Don Quijote) y Chapí (Sinfonía en re) a Rodolfo (Suite, op. 19) y Ernesto Halffter (Habanera), Cassadó (Concierto en la bemol), Escudero (Concierto D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta de RTVE SINFÓNICA DE MADRID Jesús López Cobos LA ETERNA TRANSICIÓN www.rtve.es A rtesano y no artista, buen director pero no gran músico, ¡qué gastadas y viejas se antojan de pronto estas clasificaciones! Y, sin embargo, en algo parecen cuadrar con la figura de Adrian Leaper, que una vez más renueva su contrato como director titular de la ORTVE. Porque Leaper es un practicón sólido y amable, capaz de poner en pie con un mínimo de garantía un puñado de obras románticas, británicas, hispanas, y descolgarse con algún otro acierto puntual. ¿Pero hacia dónde nos lleva hoy Leaper? Él lo sabe mas, como el Oscar verdiano, no acaba de decirlo con la batuta. Una impresión plausible es que caminamos hacia una nueva temporada de transición. Mas el caso es que la indefinición de las líneas de un proyecto retrasa y aun diluye la consecución de sus objetivos. Una baza a favor es que todavía resulta algo prematuro hablar de un sustituto. Además, ¿quién sería el afortunado? Lo dicho, pues: 2005-2006, enésima temporada de transición. El público del Teatro Monumental continúa aplaudiendo (y a veces mucho), cada jueves y cada viernes. para piano con Marta Zabaleta, Mandeal y la Sinfónica de Euskadi) y Ruiz Pipó (Concierto para piano y vientos) a los que se suman García Román (La resurrección de Don Quijote), José Luis Turina (Per la morte di un capolavoro, Canzon de cuna pra Rosalía Castro, morta, Crucifixus), Aracil (Trahe me post me, Paradiso: Cuaderno I) y Sánchez Ver- dú (Déploration sur la mort d’Ockeghem). Nikolai Luganski (Concierto para piano nº 2 de Rachmaninov con Víctor Pablo Pérez y la Sinfónica de Galicia), Pierre Amoyal (Tercer Concierto para violín de Saint-Saëns, junto a Yoel Levi y la Nacional d’Île de France), Yung Wook (Concierto en sol mayor de Ravel con Serebrier) y Dimitri Bashkirov (la transcripción para piano del beethoveniano Concierto op. 61, dirigido por el veterano Barshai) dan lustre a la nómina de solistas extranjeros. Juan Manuel Viana ¿Cómo es la programación que oferta la próxima temporada? Hablando en términos globales, superior a la del curso anterior. Frente a una Passacaglia de Ramón Barce (que no llegó a darse), y poco más, ahora hay acopio de nombres españoles y profusión de obras contemporáneas: Jesús Torres, Jesús Rueda, el reincidente Agustín Charles, Pérez Maseda, González Acilu, Xavier Benguerel, Zulema de la Cruz, ¡y hasta John Tavener y Jesús Villa Rojo en la misma sesión! Algunas batutas invitadas poseen cierto releve, sobresaliendo (por orden de aparición) los nombres de Yoav Talmi, el excelente Gunther Herbig, George Pehlivanian (que hará doblete), Gilbert Varga, o Antoni Ros Marbà (con un programa acaso equivocado, El Mesías de Haendel). También entre los solistas hay algunos de rango (algo ciertamente inusual hoy en el coliseo de la plaza de Antón Martín), como son el violinista Shlomo Mintz y la clarinetista Sabine Meyer. Junto a ellos, el chelista Truls Mørk (con el sempiterno Dvorák), el veterano violinista Uto Ughi (quizá no PISTAS en el mejor momento de forma; con un Prokofiev), y el pianista Nikolai Luganski. J. Martín de Sagarmínaga PISTAS 13 y 14 de octubre de 2005. Adrian Leaper, director. Shlomo Mintz, violín. Torres, Sinfonía (estreno). Brahms, Conc. para violín. 3 y 4 de noviembre de 2005. Yoav Talmi, director. Uto Ughi, violín. Mendelssohn, La gruta de Fingal. Prokofiev, Concierto para violín nº 2. Mahler, Sinfonía nº 1. 10 y 11 de noviembre de 2005. George Pehlivanian, dir. Sabine Meyer, clarinete. Rueda, Fons vitæ. Copland, Concierto para clarinete. Bernstein, Sinfonía “Jeremías”. 24 y 25 de noviembre de 2005. Gunther Herbig, director. Mozart, Sinfonía nº 40. Bruckner, Sinfonía nº 9. Dulcinea. Boismortier, Don Quijote en casa de la Duquesa (selec.). 4 de octubre de 2005. Coro de la Com. de Madrid. Franz Paul-Decker, director. Isabel Monar, soprano. Thomas Mohr, barítono. Peter Lika, bajo. Schumann, Escenas de Fausto. 23 de enero de 2006. Rudolf Barshai, director. Dimitri Bashkirov, piano. Beethoven, Concierto para piano, op. 61. Shostakovich, Sinfonía nº 5. 21 de octubre de 2005. Coro de la Com. de Madrid. José Ramón Encinar, dir. Mercedes Lario, soprano. Barbieri, Don Quijote. García Román, La resurrección de Don Quijote. Ravel, Don Quijote a 14 de febrero de 2006. Coro de la Com. de Madrid. Harry Christophers, director. Gillian Keith, soprano. Timothy Robinson, tenor. Christopher Purves, barítono. Haydn, La Creación. 133 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Nacional de España ALREDEDOR DEL MITO PISTAS ocne.mcu.es D espués de pasearnos por la Viena de 1900, la Orquesta Nacional nos propone para esta temporada un viaje no menos fascinante: las relaciones entre la música y el mito, entendido éste en su más amplia acepción. El titular de la agrupación, Josep Pons, tendrá a su cargo, como es lógico, la apertura y el cierre del ciclo, con dos importantes partituras sinfónico-corales del siglo XX, el War Requiem de Britten (como conmemoración del 60 aniversario del final de la II Guerra Mundial) y la Misa glagolítica de Janácek, obra de resonancias ancestrales, al igual que la Cantata profana de Bartók que completa el sugestivo programa. El director barcelonés se enfrentará a otras partituras de envergadura como el Te Deum de Berlioz, el Poema del fuego de Scriabin o la Octava de Shostakovich (acoplada con la cantata Phædra de Britten, con la ONE mezzo Iris Vermillion). Los encargos han recaído en el madrileño Alfredo Aracil (Epitafio de Prometeo) y el donostiarra Ramón Lazkano (Ortzi isilak), y la carta blanca la protagonizan el multifacético compositor y director inglés George Benjamin. También hay que señalar la vuelta de Antoni Ros Marbà (Emperador de Beethoven con Nikolai Demidenko, Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorák) y de Leonard Slatkin, que estuvo al frente de la ONE en los comienzos de su carrera (Sinfonía nº 11 de Shostakovich); así como la presencia de José Ramón Encinar (en un bello repertorio que comprende la Sinfonía de los Salmos de Stravinski, el Superviviente de Varsovia de Schoenberg, una de las Cuatro piezas sacras de Verdi y la Tercera de Szymanowski), Maximiano Valdés (Triple Concierto de Beethoven con el Beaux Arts Trio, La epopeya de Gilgamesh de Martinu), Carlos Kalmar (Sinfonía breve de Homs, La consagración de la primavera), Gerd Albrecht (Séptima de Beethoven, Daphnis et Chloé —completo— de Ravel), Friedemann Layer (Sinfonía fantástica), Walter Weller (Segunda de Brahms), o dos destacados representantes del movimiento historicista (Emmanuelle Haïm y Paul Goodwin). Entre los solistas, cabe señalar al arpista Xavier de Maistre (Montsalvatge), los violinistas Isabelle van Keulen (Knussen) y Frank Peter Zimmermann (que tocará la integral de los conciertos de Mozart en dos programas), los pianistas Michel Camilo (Gershwin), Maria João Pires (Schumann), Bella Davidovich (Grieg) y el chelista Truls Mørk (Takemitsu). Y volverá la Sinfónica de Barcelona al mando de su antiguo titular, Franz-Paul Decker, con fragmentos sinfónicos wagnerianos. Rafael Banús Irusta JOSEP PONS 2, 3 y 4 de diciembre de 2005. George Benjamin, director. BBC Singers. Debussy, Nocturnos. Benjamin, Sometime voices. Palimpsest. Boulez, Cumming ist der Dichter. 16, 17 y 18 de diciembre de 2005. Leonard Slatkin, director. Michel Camilo, piano. Bernstein, Candide, obertura. Gershwin, Concierto para piano. Shostakovich, Sinf. nº 11. 3, 4 y 5 de febrero de 2006. Pinchas Steinberg, director. Astrid Weber, Robert Gambill, René Pape, solistas. Gluck-Wagner, Ifigenia en Aulide, obertura. Wagner, La walkyria, acto I. 28, 29 y 30 de abril de 2006. Emmanuelle Haïm, dir. Solistas a determinar. Haendel, Aci, Galatea e Polifemo. 12, 13 y 14 de mayo de 2006. Paul Goodwin, director. Simone Kermes, Rufus Müller, Jonathan Lemalu, solistas. Haydn, L’anima del filosofo, ossia Orfeo ed Euridice. 26, 27 y 28 de mayo de 2006. Josep Pons, director. Amanda Roocroft, Catherine Wyn-Rogers, Kim Begley, José Antonio López, Peter Mikulas, solistas. Bartók, Cantata profana. Janácek, Misa glagolítica. O.S.R. MURCIA 134 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Sinfónica de la Región de Murcia COMPROMISO SOCIAL EN SU X ANIVERSARIO www.auditoriomurcia.org T res son los ejes sobre los que va a desarrollar su actividad la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia durante la temporada 2005-2006: la celebración de su décimo aniversario, una gira por Extremadura y la adquisición de un mayor compromiso con la ciudadanía al iniciar un nuevo ciclo de conciertos de abono en Lorca, uniéndose a los que se han venido produciendo en Murcia y en Cartagena en las pasadas temporadas. A ello hay que añadir, dentro de la inquietud que tienen sus responsables por difundir las actividades de la orquesta, la consolidación del Abono Sinfojoven, iniciado ya en la pasada temporada, dirigido a estudiantes universitarios y de conservatorio, que les permitirá asistir a los conciertos a precios muy reducidos así como a ensayos seleccionados, lo que hará propicio un mayor interés del público joven por el mundo sinfónico. La orquesta ha tenido a bien invitar a directores del prestigio de Christian Badea, Alexander Vedernikov o José Ramón Encinar para cubrir tres de los ocho conciertos del ciclo que tendrá lugar en el Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas de Murcia, destacando la interpretación del Concierto para violín de PISTAS 13 de enero de 2006. Concierto X Aniversario. José Miguel Rodilla, dir. Ara Malikian, violín. Berio, Retirada nocturna de Madrid. Paganini, Concierto para violín nº 1. Turina, Danzas fantásticas. Falla, El sombrero de tres picos (suites 1 y 2). John Adams, un atractivo programa ruso con el Concierto nº 1 para piano de Chaikovski y la Sinfonía nº 7 de Prokofiev, y el Concierto para piano de Escudero, respectivamente, sin olvidar el programa magiar a cargo del maestro Sándor Gyüdi con dos poemas sinfónicos de Liszt, Orphéus y Los preludios, la suite Imágenes húngaras de Bartók y las Variaciones del pavo real de Kodály. El director titular, José Miguel Rodilla, abrirá la temporada con Carmina Burana contando con el Orfeón Pamplonés, destacando asimismo el concierto extraordinario con motivo del décimo aniversario de la orquesta con un programa ítalo-español (Berio, Paganini, Turina y Falla) actuando como solista Ara Malikian. Un cuidado trabajo de la musicóloga Amalia Moreiras en la Guía de audición 0506 difundirá los contenidos del ciclo que tiene lugar en Murcia complementando una labor pedagógica que va implícita en la política cultural de esta orquesta tan comprometida con su región autónoma con más de cincuenta conciertos a lo largo de la temporada, apreciable cantidad que la consolida como una de las de mayor rentabilidad sociocultural del panorama sinfónico nacional. José Antonio Cantón 28 de enero de 2006. Christian Badea, director. Sergei Teslia, violín. Adams, Concierto para violín. Brahms, Sinfonía nº 2. 10 de febrero de 2006. José Ramón Encinar, dir. Marta Zabaleta, piano. Escudero, Concierto para piano. Chapí, Sinfonía en Re. 135 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Euskadi UNA TEMPORADA A FLOR DE PIEL www.orquestadeeuskadi.es PISTAS 7, 8, 9, 10, 11 de noviembre de 2005. Cristian Mandeal, director. Nelson Freire, piano. Brahms, Concierto para piano y orquesta nº 2. Shostakovich, Sinfonía nº 1. 24 y 25 de noviembre; 12, 13, 14 de diciembre de 2005. Libor Pesek, director. Smetana, Mi patria. 30, 31 de marzo y 1 de abril 2006. Lawrence Foster, director. Schumann, Sinfonía nº 4. Brahms, Sinfonía nº 4. 2, 5, 6, 7, 9 de junio 2006. Cristian Mandeal, director. Coral Andra Mari. Mª José Moreno, soprano. Carmen Oprisanu, mezzo. Joan Cabero, tenor. Iñaki Fresán, bajo. Mozart, Gran Misa. L a Orquesta Sinfónica de Euskadi ofrecerá un total de 110 conciertos la próxima temporada y lo hará bajo el nuevo lema de “vivir la música a flor de piel”. De la caracola, que fue la imagen de la pasada temporada, se pasa en esta a un cuello femenino lleno de sugerencias musicales donde no faltarán las celebraciones propias de del 200 aniversario del nacimiento de J. C. Arriaga, así como las efemérides de Mozart o Shostakovich. Los responsables de la formación vasca pretenden de este modo superar las cifras del curso pasado en el que se logró una asistencia de un 91% con un total de 150000 personas y un récord histórico en cuanto a número de abonados se refiere, con un monto total de 7062. A partir del 1 de octubre Gilbert Varga y Cristian Man- deal trabajarán como cotitulares de la formación en un total de trece programas de abono (12 en Bilbao y San Sebastián y 11 en Vitoria y Pamplona). Se iniciará la nueva andadura con sones de Arriaga y la presencia del pianista Nikolai Luganski. Hasta mayo de 2006 desfilarán, entre otras, las batutas de Libor Pesek (Mi patria, Smetana), Armin Jordan (Sinfonía nº 24, Haydn), Heinrich Schiff (Concierto para chelo y orquesta, Lalo), Arturo Tamayo (Metamorfosis sinfónicas sobre un tema de Weber, Hindemith) o Lawrence Foster (Sinfonías nº 4, Brahms y Schumann). De la lista de intérpretes solistas destaca la presencia de los pianistas Nelson Freire y Louis Lortie, los chelistas Asier Polo y Christian Poltéra, así como la Coral Andra Mari en la interpreta- ción de la Gran Misa de Mozart. La OSE acogerá a la Orchestre Nationale de Bordeaux-Aquitaine junto al trompa Jean-Marc Dalmasso y a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León. También realizará dos salidas a Madrid, en diciembre actuará en el Teatro Monumental (con el pianista Nikolai Luganski) y en abril en el Auditorio Nacional (con Marta Zabaleta). Asimismo continuará am-pliando su colección de discos dedicada a compositores vascos con el décimo volumen dedicado a Arriaga y otro junto al Orfeón Donostiarra con el sello de RTVE, también estará en el foso del Euskalduna de Bilbao en las óperas Rusalka y Madama Butterfly de la temporada de la ABAO. Íñigo Arbiza SINFÓNICA DE EUSKADI. Cristian Mandeal GILBERT VARGA SINFÓNICA DE BILBAO Juanjo Mena 136 O. PABLO SARASATE Ernest M. Izquierdo D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Bilbao RECORDANDO A ARRIAGA PISTAS www.bilbaorkestra.com L a obra de Juan Crisóstomo de Arriaga tendrá especial importancia en la nueva temporada de la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS), conmemorando así el 200 aniversario del nacimiento del precoz y lamentado compositor bilbaíno. El titular de la formación, Juanjo Mena, será quien trate de llevar a buen puerto a partir de marzo las interpretaciones de partituras como la Sinfonía en re, la obertura de Los esclavos felices, la escena para soprano y orquesta Erminia —donde intervendrá la tolosarra Ainhoa Arteta— u obras religiosas como O salutaris y el Stabat Mater. Al margen de la efeméride, la estructura de la temporada no difiere en gran medi- da de las anteriores, con 18 programas que abarcan tendencias y estilos plurales, desde la Sinfonía nº 22 de F. J. Haydn hasta el estreno absoluto de ZortzikoDantza, de Félix Ibarrondo. Las obras de gran envergadura sinfónica de Dvorák, Beethoven, R. Strauss, Shostakovich, Mahler, Schumann, Villalobos, Bruckner, Sibelius y Elgar componen una parte significativa del repertorio propuesto, mientras que la música española se ve representada en gran medida por autores de la tierra como son los citados Arriaga e Ibarrondo, así como Luis de Pablo y Gabriel Erkoreka. Se incluye también la obra Tres epigramas para orquesta del catalán Benet Casablancas. La relación de directores invitados se inicia con Tamás Vásáry, a quien suceden Günter Neuhold, Gloria Isabel Ramos, Salvador Mas, John Nechling, Yaron Traub, Martin Haselböck y Junichi Hirokami. La formación invitada será la pamplonesa Orquesta Pablo Sarasate, que visitará la villa bajo la dirección de su titular, Ernest Martínez Izquierdo. Entre los solistas se hallan nombres consagrados como los de Bella Davidovich —Rachmaninov—, Lynn Harrell —Haydn— o Guillermo González —Bartók—, y otros en alza como los de Asier Polo —de Pablo—, Pedro Carneiro —Erkoreka—, Till Fellner —Beethoven— o Chloë Hanslip —Khachaturian. Una oferta sugestiva. Asier Vallejo Ugarte 17 y 18 de noviembre de 2005. Günter Neuhold. Asier Polo, violonchelo. De Pablo, Concierto para violonchelo y orquesta. Kodály, Danzas de Galanta. Hary Janos, suite. 23 y 24 de marzo de 2006. Juanjo Mena, director. Orfeón Pamplonés. Olatz Saitua, soprano. David Wilson-Johnson, barítono. Arriaga, O Salutaris, Stabat Mater. Brahms, Un Réquiem alemán. 9 y 10 de febrero de 2006. John Nechling, director. Bella Davidovich, piano. Kabalevski, Colas Breugnon. Rachmaninov, Rapsodia sobre un tema de Paganini. Villa-Lobos, Sinfonía nº 6, “Montanhas do Brasil”. Orquesta Pablo Sarasate CONSOLIDACIÓN DE UN PROYECTO www.orquestapablosarasate.com L a Orquesta Pablo Sarasate continuará en la temporada 2005-06 la línea de programación de los últimos años. Esta línea viene marcada por una progresiva apertura desde el repertorio clásico al romántico y postromántico, y de éste a las grandes páginas orquestales del siglo XX, lo que muestra la constante evolución técnica e interpretativa de la orquesta. El trabajo de Ernest Martínez Izquierdo, director titular desde 1998, ha resultado muy meritorio, logrando que la rápida ampliación de la plantilla orquestal no diera lugar a desajustes o a indefinición sonora. Martínez Izquierdo continuará como director titular de la OPS en las próximas temporadas, dejando de simultanear, como hasta ahora, este trabajo con la dirección de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña, con la que no ha renovado contrato. De los catorce conciertos programados para la próxima temporada, el director catalán dirigirá seis, uno de ellos con la orquesta barcelonesa. Como en años anteriores, se introducen en la programación varios conciertos monográficos, dedicados esta vez a Haendel, Stravinski, Brahms y Gershwin. En casos como el de Brahms, la próxima temporada complementará la precedente, en la que también se llevaron al atril otras obras del compositor alemán. Se agradece esta unidad en la programación entre unas temporadas y otras, lo que, además de permitir que la orquesta consolide su técnica, habitúa al público a profundizar de año en año en algunos autores. Considerable también la presencia de música del siglo XX: junto a los monográficos dedicados a Stravinski y Gershwin, se interpretarán páginas de Falla, Ravel, Lindberg, Berg, Schnittke y Prokofiev. De este último se llevará al atril Alexander Nevski, con la contralto Ewa Podles y el Orfeón Pamplonés. Se echa de menos, sin embargo, la programación de obras de compositores actuales, que no ha faltado en temporadas anteriores. Nutrida es también la nómina de artistas invitados a dirigir la OPS o como solistas. La más espectacular, sin duda, junto a la de la Podles, la de Michel Camilo, en el concierto dedicado a Gershwin. Destaca también la presencia de Guy van Waas en el podio con obras de Mozart, Haydn y Mendelssohn, y la de Alina Ibragimova en el Concierto para violín de Berg. Repite visita el pianista Rudolf Buchbinder, para completar el monográfico Brahms del año pasado con el Concierto para piano nº 1. David Armendáriz Moreno PISTAS 3 y 4 de noviembre de 2005. Ernest Martínez Izquierdo, director. Falla, Introducción y Danza de La vida breve. Suites nºs 1 y 2 de El sombrero de tres picos. Rimski-Korsakov, Capricho español. Ravel, Bolero. 9 y 10 de febrero de 2006. Ernest Martínez Izquierdo, director. Michel Camilo, piano. Gershwin, Concierto para piano en fa mayor. Un americano en París, suite. Rapsodia in Blue. 18 y 19 de mayo de 2006. Rolf Gupta, director. Alina Ibragimova, violín. Lindberg, Corale. Berg, Concierto para violín. Schumann, Sinfonía nº 3. 8 y 9 de junio de 2006 Guy van Waas, director. Mozart, Sinfonía nº 31. Haydn, Sinfonía nº 92. Mendelssohn, Sinfonía nº 4. 137 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta de Valencia PISTAS MENÚ CASERO www.palaudevalencia.com E l primer curso de la Orquesta de Valencia bajo la titularidad del israelí Yaron Traub parece a ojos vista más barato de lo usual en cuanto a cachet de los intérpretes. Los directores de más renombre que del exterior vendrán serán Josep Pons, Mikhail Jurowski (estos dos en septiembre, todavía fuera de abono), Christian Badea, Pinchas Steinberg, Howard Griffiths, John Nelson y Leopold Hager. Aparte de los diez conciertos que se reserva un titular que no parece que vaya a revolucionar el repertorio (al menos esperemos que afiance el rendimiento en el tradicional), ORQUESTA DE VALENCIA Yaron Traub de la casa son Walter Weller (que en noviembre hará un miniciclo que va de Mozart a Bruckner pasando por Beethoven), Enrique García Asensio, con tres conciertos cada uno, y Miguel Ángel Gómez Martínez, con cuatro. En cuanto a instrumentistas, la nómina también se antoja bastante corta y pobre, por más que las cuatro excepciones que constituyen el pianista John Lill, los violinistas Viktoria Mullova y Gidon Kremer y la violonchelista Natalie Gutman lo sean de verdad. Mayor esfuerzo se nota en el apartado vocal, donde destacan un Nabucco con Fran- cesca Patané, Vladimir Chernov y Paata Burchuladze, o un Stabat Mater de Rossini con Elisabete Matos, Daniella Barcellona y José Manuel Zapata. Tres estrenos absolutos de compositores locales y varias primeras audiciones (entre ellas, todavía, la Novena de Mahler) prosiguen la labor de puesta al día en una programación que esta vez ha prescindido de ciclos internos explícitos, pero donde vuelven a dominar abrumadoramente los compositores más importantes de los tres últimos siglos y sus obras más conocidas. Alfredo Brotons Muñoz 22 de diciembre de 2005. Miguel Ángel Gómez Martínez, director. Coro de la Generalitat Valenciana. Francesca Patané, Vladimir Chernov, Paata Burchuladze, solistas. Verdi, Nabucco (versión de concierto). 3 de febrero de 2006. Yaron Traub, director. Viktoria Mullova, violín. Beethoven, Concierto para violín. Beethoven, Sinfonía nº 6. 3 de marzo de 2006. Yaron Traub, director. Gidon Kremer, violín. Bach-Webern, Ricercare de la Ofrenda musical. Sibelius, Concierto para violín. Schumann, Sinfonía nº 2. 10 de marzo de 2006. José María Cervera Collado, director. Coro de la G. Valenciana. José Teruel, corno inglés. Elisabete Matos, Daniella Barcellona, José Manuel Zapata, Giacomo Prestia, solistas. Verdi, Obertura de La forza del destino. Wolf-Ferrari: Concierto para corno inglés. Rossini, Stabat Mater. 6 de mayo de 2006. Yaron Traub, director. Coro de la G. Valenciana. Sondra Radvanovski, Dagmar Pekova, Francisco Casanova, Kwanchui Youn, solistas. Verdi, Réquiem. · Iniciación Musical para niños de 2 a 5 años · Formación Musical para niños de 6 años en adelante · Instrumentos: Piano, Violín, Viola, Violonchelo, Guitarra, Flauta, Clarinete, Saxo · Para los más pequeños: Método Suzuki · Otras asignaturas: Coro, Orquesta, Música de cámara, Grupos de Instrumentos 138 XXI «En los límites» Del 2 1 al 3 0 de Sept iemb re 2005 DE M ÚS IC A CO NT EM PO RÁ NE A 21 FESTIVAL INTERNACIONAL Ilustración de Paloma Navares Miércoles 21 septiembre Concierto Inaugural Pilar Jurado: soprano y composición PJ Project Centro Municipal de las Artes, 20:00 horas. Jueves 22 septiembre Creación Radiofónica. Antje Vowinckel: Call me yesterday *+ (Obra ganadora del Concurso de Creación radiofónica, Radio Clásica-CDMC) Antigua Lonja del Pescado. 12:00 horas. Jueves 22 septiembre Joven Orquesta Nacional de España (JONDE) Directora: Gloria Isabel Ramos Oscar Esplá: Don Quijote velando las armas Roberto López: Genoma * Pierre Boulez: Rituel (In memorian Bruno Maderna) Teatro Principal, 20:30 horas Sábado 24 septiembre Música en los límites. Instalaciones, nuevos instrumentos, performances, electrónica. Jornada de nuevos medios en la Antigua Lonja del Pescado Instalación sonora: José Antonio Orts Galileo: Tom Jonhson 12:00 y 18:00 horas. Performance: Esther Ferrer 13:00 horas. Orlando Furioso *. (Concierto para cuarteto de esculturas sonoras, tambor y soprano) Roland Olbeter, director del proyecto. Claudia Schneider, soprano. Michael Gross, compositor musical. Carlos de la Madrid, escultor y diseñador del “narrador”. Burkhart Kroeber, libreto. 20:30 horas. Antigua Lonja del Pescado Domingo 25 septiembre Ensemble Academia de Lucerna Director: Matthias Hermann Vinko Globokar: Laboratorium Teatro Arniches, 20:30 horas. Viernes 23 septiembre Creación Radiofónica Alfonso García de la Torre: determinar *+ Obra por Antigua Lonja del Pescado. 12:00 horas. Viernes 23 septiembre Grupo Amores (Ángel García, percusión y actor, Pau Ballester, percusión y actor, Jesús Salvador “Chapi”, percusión y actor) Acróbata. Salvador Bolta, dirección escénica. Drumcuts, concierto para percusión, maderas y saltimbanqui. Música de Mauricio Kagel, Steve Reich, Thierry de Mey, Mark Ford, Pau Ballester. Teatro Arniches. 20:30 horas ALICANTE Lunes 26 septiembre Steffen Schleiermacher, piano Giacinto Scelsi: Suite No. 8 “Bot Ba” John Cage: One Stefan Wolpe: Stehende Musik Pierre Boulez: 3ª Sonata John Cage: Dream Stefan Wolpe: Zemach-Suite Teatro Arniches, 20:30 horas. Miercoles 28 septiembre Spanish Brass Luur Metalls. Agustí Fernández, piano. Agustí Fernández: Obra por determinar * Alicia Díaz de la Fuente: Obra por determinar *+ José Luis Turina: Cinco quintetos *+ Juan José Colomer: Obra por determinar *+ Teatro Arniches, 20:30 horas. Jueves 29 septiembre TAiMAgranada Director: José Luis Estellés Tomás Garrido: Obra por determinar *+ Juan Cruz Guevara: Obra por determinar *+ Mercedes Zavala: Obra por determinar *+ Francisco Lara: Obra por determinar *+ Teatro Arniches, 20:30 Viernes 30 septiembre Orquesta Sinfónica de la RTVE Director: Arturo Tamayo Solistas: Mónica Raga Piqueras, flauta. Luigi Gaggero, cimbalo. Bernat Vivancos: La ciutat dels àngels Luigi Nono: “Y su sangre ya viene cantando” Epitafio nº 2 a Federico García Lorca. Pierre Boulez: Eclat-Multiples Teatro Principal, 20:30 horas. * Estreno absoluto. *+ Estreno absoluto. Encargo del CDMC Martes 27 septiembre Ensemble Modern Director: Bradley Lubman Helmut Lachenmann: Concertini * Helmut Lachenmann: Salut for Caudwell Wolfgang Rihm: Gejagte Form Helmut Lachenmann: Mouvement Teatro Principal, 20:30 horas. Actividades paralelas: Estrenos del Festival Exposición: Instalación, J. A. Orts. Instrumentos de nueva creación: Esculturas sonoras del espectáculo "Orlando Furioso", Olbeter/De la Madrid. Electrónica a la carta, LIEM. Antigua Lonja del Pescado. Del 21 al 24 de septiembre. Antje Vowinckel (Encargo del CDMC) Alfonso García de la Torre (Encargo del CDMC) Alicia Díaz de la Fuente (Encargo del CDMC) José Luis Turina (Encargo del CDMC) Juan José Colomer (Encargo del CDMC) Tomás Garrido (Encargo del CDMC) Juan Cruz Guevara (Encargo del CDMC) Mercedes Zavala (Encargo del CDMC) Francisco Lara (Encargo del CDMC) Roberto López Michael Gross Helmut Lachenmann Agustí Fernández INFORMACIÓN Centro para la Difusión de la Música Contemporánea, CDMC. Centro de Arte Reina Sofía. Calle Santa Isabel, 52. 28012 Madrid. Tels.: 34 91 7741072 / 91 7741073. Fax: 34 91 7741075. página web, http: //cdmc.mcu.es. correo-e: cdmc@inaem.mcu.es ALICANTE: Área de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Alicante. Tels.: 34 96 5149214 / 96 5149234 MADRID: ENCUENTROS William Christie PALADÍN DEL BARROCO FRANCÉS W Fotos: illiam Christie es un músico integral: director de orquesta, clavecinista, enseñante. Maestro absoluto de la opéra-ballet y de la tragédie lyrique, es una de las figuras más interesantes del mundo de la música desde que interpretase Atys de Lully, con dirección escénica de Jean-Marie Villégier, en la Ópera Cómica de París en 1987, que lo consagró al conocer el espectáculo un clamoroso éxito internacional. Nació en Buffalo, Nueva York, hace precisamente sesenta años. Tras diplomarse en Harvard y Yale, se trasladó a Francia en 1971. En 1978, fundó Les Arts Florissants, conjunto con el que ha protagonizado el redescubrimiento del patrimonio musical francés de los siglos XVII y XVIII. En 2004, fundó también Le Jardin des voix, un proyecto para ayudar a jóvenes cantantes de talento. La entrevista tuvo lugar en Roma, en el Teatro Olímpico, antes del ensayo de L’Allegro, il Penseroso ed il Moderato de Georg Friedrich Haendel, obra con la que estaba de gira por Europa. 142 ENCUENTROS WILLIAM CHRISTIE dad intelectual para abordar los problemas de estilo, de la lengua, de la declamación, etc. Me parece una buena idea coger personas muy jóvenes y formarles en los diferentes estilos de música vocal barroca. En Francia, usted comenzó la Baroque Renaissance. ¿Cómo es que ha tenido que ser un americano quien viniera a Francia a redescubrir el repertorio barroco francés? No lo sé. Eso ha sido, simplemente, uno de los misterios de la vida. Pero es evidente que una cultura como la cultura francesa, lo mismo que la italiana, es una cultura del mundo entero y no algo exclusivamente sentido, apreciado o admirado por los franceses. Pasa algo similar con toda gran cultura: podemos apreciar a grandes maestros de la pintura china, a un gran escultor italiano o a un gran escritor francés. Shakespeare es conocido entre los japoneses como Miguel Ángel es apreciado por los franceses… Entonces, ¿por qué no un americano que aprecia y trabaja para que el patrimonio musical francés sea mejor conocido? Lo encuentro absolutamente normal. En el momento en que tratamos con el Arte —el gran arte con “A” mayúscula—, se convierte en propiedad y quehacer para todo el mundo. ¿Descubrió el repertorio barroco francés por casualidad? Fue una cuestión más o menos de gusto. Lo conocía desde bastante joven gracias a los discos, a mis estudios, a muchas cosas. Y la música francesa hizo vibrar alguna cuerda en mi interior, hizo provocar una reacción. Incluso muy joven, amaba los instrumentos, la retórica, amaba las formas, la lengua. Por tanto, había todo un conjunto de cosas que hicieron que apreciara esta música. ¿Cómo nació en usted la idea de Les Arts Florissants? ¿El clima era más propicio en Francia que en Estados Unidos? No, pero yo me encontraba en Francia; llevaba ya nueve años en Francia cuando fundé Les Arts Florissants. Había tomado la decisión de convertirme en un verdadero europeo, de vivir mi vida profesional con Francia y París como base. Cuando tuve la idea de fundar un conjunto, se trataba de hacer este grupo con los elementos que encontraba a mano en París. ¿Hubiera podido hacer lo mismo en Estados Unidos? Sí. En aquellos años sesenta, cuando era estudiante allí… en los años sesenta y nueve y setenta, cuando daba clases en los Estados Unidos, efectivamente había creado algunos conjuntos con amigos para tocar música barroca. Por tanto imagino que, de permanecer en los Estados Unidos, habría sido más o menos inevitable que hubiera fundado un grupo… A veces parece que la música barroca fuera sólo filología, reconstrucción histórica y autencidad. ¿Qué es para usted, realmente, la música barroca? Es una música que está definida por una época. Es decir, una música ¿En qué consiste su proyecto denominado El jardín de voces? E videntemente hay que tener un instrumento: hay que tener una bella voz, hay que poseer una técnica. Pero también la curiosidad intelectual para abordar los problemas de estilo, de la lengua, de la que obedece a un número de principios y reglas de composición. Es “una” música, evidentemente, a pesar de las enormes diferencias nacionales y de época, porque estamos hablando de casi dos siglos: es una música que nace hacia el año 1600 ¡y que muere después de 1750! Y que también es un fenómeno europeo: es un fenómeno italiano, francés —por citar las dos grandes escuelas— y que engloba todo un mundo: el mundo de la cultura de la época. Usted selecciona a los cantantes según este orden de criterios: voz, pronunciación del francés, físico y estilo. ¿Por qué esta jerarquía? Pero no es una cuestión del francés… Si elijo a alguien para hacer una ópera de Haendel o un madrigal de Monteverdi, no es el francés lo que cuenta. Es el italiano o el inglés… Digamos, de hecho, que procuro elegir gente que, en primer lugar, tenga la pasión, el compromiso. Evidentemente hay que tener un instrumento: hay que tener una bella voz, hay que poseer una técnica. Pero también la curiosi- Le Jardin de voix es simplemente un medio para ayudar a jóvenes cantantes en su inserción profesional. Los tomamos al inicio de su carrera y la idea es crear un programa en torno a este conjunto, que incluye entre siete y doce cantantes. El programa está confeccionado a fin, justamente, de potenciar cada voz como solista y como cantante de conjunto. Este programa se ofrece a diferentes países a fin de que los cantantes puedan actuar en las mejores salas y en condiciones rigurosamente profesionales: es decir, que se les pague como a profesionales. Tienen la posibilidad de cantar, por ejemplo, en la Cité de la Musique en París, en el Barbican de Londres, pasando por el Concertgebouw de Ámsterdam, el Lincoln Center en Nueva York, etc… El objetivo no es recompensar a un cantante tras una audición o un concurso con una bonita medalla o una suma de dinero. Es, simplemente, ir aún más lejos: es trabajar con esas personas en la elaboración de un programa y, a continuación, difundir ese programa un poco por todo el mundo. ¡Y es evidente que ha tenido mucho éxito! ¿Ha descubierto buenas voces así? ¡Evidentemente! Sí, sí… Estas voces, en su mayoría, ahora son conocidas: tienen contratos con discográficas, conciertos, compromisos en los mayores teatros de ópera del mundo, es decir en París, Glyndebourne, el Metropolitan de Nueva York… Siempre se ha discutido sobre la presencia de los contratenores en la ópera barroca cuando se interpreta Hasse, Haendel, Vivaldi, etc. ¿Qué piensa sobre esto y sobre la fuerza y la extensión de su voz? ¿Prefiere una mezzo? Imagino que está a punto de hablar de los falsetistas… los cantantes que utilizan la voz de falsetto. En efecto. Evidentemente es un fenómeno que existe desde siempre. A los cantantes de las iglesias en Francia, ya fueran contralto o soprano, se les llamaba en el siglo XVII “desous-muets”. Es decir los adultos con las voces normales de tenor, barítono o bajo, pero que cantan únicamente con voz de falsetto. El mismo fenómeno se daba tanto en Italia como en el norte de Alemania en un contexto casi exclusivamente litúrgico. Porque, en efecto, quedaba prohibido a las mujeres estar 143 ENCUENTROS WILLIAM CHRISTIE en el recinto del coro de la iglesia. Podemos imaginar que, de vez en cuando, estas voces han sido utilizadas para pequeños papeles, sobre todo cómicos, quizá en la ópera. Pero los grandes papeles eran confiados, evidentemente, a los castrati o a las mujeres. ¡Ya no hay castrati hoy día! Así que hay que ser pragmático. Esta- mos en el siglo XXI… los Senesino, los Farinelli, ya no existen. Entonces ¿qué se hace? Se pueden cultivar, efectivamente, estas voces de falsetto, estas voces de contralto falsetista, incluso sopranista, ¿por qué no? Y hay mucha gente entre el público que no sabe que eso no equivale a la voz de castrato, ¡En absoluto! Porque un aria de castrato era ciertamente mucho, mucho más brillante, técnicamente más extravagante y sorprendente. ¿Utilizo estas voces? Sí, porque creo que algunas desde hace veinte, treinta años, han adquirido verdadera pureza técnica y musicalidad. Es decir que, cuando usted escucha a alguien como antaño James Bowman, incluso Alfred Deller —hace ya treinta años—, o jóvenes como David Daniels o Andreas Scholl, es evidente que sería estúpido privarse de estas hermosas voces en un contexto que, en otro tiempo, estaba reservado a los castrati. Pero, si no es posible tenerlos, creo que se olvida muy a menudo que había una solución utilizada por todos los compositores de la época (Haendel, Marcello, Vivaldi, Porpora, Durante, Hasse…): ¡era, simplemente, emplear mujeres contraltos o mezzos! Por ejemplo, ahora hago el Giulio Cesare en Glyndebourne. Comienzo en una semana y el papel de Giulio Cesare va a ser cantado por una mujer. Creo que es evidente que Haendel hubiera aceptado, de no haber tenido buenos castrati, utilizar una mujer. Es mi punto de vista… Usted ha dirigido óperas que permanecerán en la historia del teatro. Cuando aborda una nueva producción, ¿cuál es su primera preocupación: la música o la puesta en escena? ¡Oh, la música! Y muy a menudo, ¡salvarla de los directores de escena! Tengo mucha suerte porque he podido trabajar, desde hace tiempo, con directores de escena que aman y respetan mucho la música. Pero también existen otros a los que no les gusta la música… Creo que la ópera, evidentemente, es una feliz conjunción de lo visual y de lo musical. Pero lo que prima es lo musical, ¡eso es evidente! Cuando se hace una obra de Monteverdi, de Scarlatti o de Haendel hay que atender a la música sobre todo. Y a continuación esmaltar esta música con una acción escénica y teatral. Con la llegada de Gérard Mortier a la dirección de la Ópera de París, ¿cree que aún tendrá allí futuro la ópera barroca? Pero antes de la llegada de Gérard Mortier no ha vivido mal… Alguien como Hugues Gall ha presentado Haendel, Rameau. ¡Mucho, incluso! No, no creo que vaya a haber una gran diferencia en lo que concierne a la música barroca. Lo preguntaba porque, viendo la nueva programación de la Ópera de París, sólo consta Platée de Rameau, que es una reposición… ¡no hay ni una sola nueva producción! No parece favorecer mucho la música barroca. 144 En absoluto. Lo entrevisté en París: me ENCUENTROS WILLIAM CHRISTIE C reo que la ópera, es una feliz conjunción de lo visual y de lo musical. Pero lo que prima es lo musical, ¡eso es evidente! Cuando se hace una obra de Monteverdi, de Scarlatti o de Haendel hay que atender a la música sobre todo. Y a continuación esmaltar esta música con una acción escénica y teatral. pareció que le gustaba cualquier otra cosa… Francia tiene uno de los presupuestos más altos para la cultura. ¿Piensa que el Estado le asegura suficientes subvenciones para sus proyectos? Evidentemente, ¡siempre necesito dinero! Y, desde hace años, estoy allí como todos los demás con mi mano… [risas]. Es evidente que, quizá, hay cosas que revisar, que volver a pensar en lo que concierne a las prioridades musicales en este país. Es verdad que nosotros —los “barrocos”— hemos llegado relativamente tarde. Pero veo que todos los años, con la fama siempre creciente de Les Arts Florissants, el Estado responde generosamente aumentando las subvenciones. Es evidente que estamos muy, muy lejos en lo que concierne a subvenciones de una Orquesta de París o del Ensemble InterContemporain o del IRCAM… ¡Muy lejos! Quizá sea también una manera de preservar nuestra libertad… No sé. En todo caso, estoy agradecido por lo que Francia dedica a la cultura. Admiro mucho a este país. ¿Considera que un director de orquesta puede dirigir toda la música a partir de Monteverdi hasta —digamos— Boulez o conviene especializarse en un repertorio? Creo que… no puedo admirar a un director más que por algunas de las cosas que hace. Me gusta enormemente Abbado. Me gusta Abbado cuando dirige Mahler. Me gusta Abbado cuando dirige a los grandes románticos… Y me gustan otros directores por otras cosas: Gergiev es incandescente, brillantísimo cuando dirige el repertorio que le conviene, que es el repertorio ruso de finales del XIX. No me gusta en absoluto cuando dirige otro repertorio. Pero creo que esto es normal: ciertos directores dirigen unos compo- sitores mejor que otros… Recuerdo una inmensa decepción que viví de joven en el Festival de Pentecostés en Salzburgo, donde Karajan dirigía Bach. ¡Era absolutamente absurdo! Y me dije —en esa época yo tenía, quizá… no sé, veinticuatro, veinticinco años—: “No, ¡esto no es así! No”. Pero cuando dirigía Strauss era magnífico… Bueno, entonces un director que piensa que, con una única técnica y una única orquesta, puede tocar Haendel, Bach, pasando por Mozart y luego —¿por qué no?— todo el repertorio del XIX y un poco de Shostakovich… y después —¿por qué no?— algo de Bartók… ¡No! Y además, eso se ve en la programación: al público ya no le gusta eso. No… Ahora tenemos otro fenómeno: el director barroco que ha comenzado con esta música por razones de simplicidad o no sé por qué, porque es más fácil comenzar así… pero que abandona ese repertorio, que lo utiliza como una especie de trampolín —¿no es cierto?— para aterrizar en Beethoven o en Mendelssohn o —¿por qué no?— Wagner o Bruckner. Pero, muy a menudo, esas personas no poseen en absoluto la técnica necesaria para dirigir, para administrar una gran orquesta sinfónica. Pueden hacerlo con su formación pero cuando están ante la Filarmónica de Berlín, entonces no ¡eso no funciona! Y es el mismo problema: hacen falta años, años de aprendizaje… Yo no critico su pasión ni su interés por esa música, pero critico, muy a menudo, su competencia… Sí. ¿Alguna opéra que no dirigirá nunca? ¿Con pesar o con alivio? Wagner… Acaso en otra vida, en una reencarnación estaría, quizá, encantado: ¡Y sería un gran wagneriano! ¿Y con alivio? ¿Con alivio? Reconozco que hay mucha música del XIX que me deja completamente indiferente: los compositores italianos menores entre Verdi y Puccini. Eso no me interesa mucho, no… El belcanto. Una cierta forma de belcanto. ¿Tiene algún sueño en el cajón? ¿Un proyecto que todavía no ha conseguido cumplir, en el que tenga mucho interés? Hay compositores que desearía continuar trabajando: Rameau, por ejemplo. Sí, estoy muy impaciente por hacer más música de Rameau. Igualmente más música italiana, que adoro. Sueño, por ejemplo… en fin, hemos propuesto hacer La Catena di Adone de Mazzocchi así como el Sant’Alessio de Landi. Espero poder montar ahora este tipo de repertorio. ¿Con escenografía? Sí, en escena. ¿Y los grandes proyectos futuros? Giulio Cesare en Glyndebourne. Y ¿más adelante? Oh, ¡más lejos hay muchas cosas! Hercules en Viena. ¿La misma producción de Aix-en-Provence y París? Sí. E inmediatamente un Orlando en Zúrich, luego una reposición de Les Paladins, hay también una Armide de Lully y… mucho más. ¿Su motto en la vida? Oh… Eso depende de mi estado de ánimo. No tengo motto… No, no sabría decirle [riendo]… En primer lugar, con pesar. ¿Con pesar? ¡Evidentemente, Wagner! Tengo un inmenso respeto por Franco Soda Traducción: Juan Manuel Viana 145 REPORTAJE MÚSICA EN BOLIVIA BUSCANDO LAS RAÍCES Fotos: APAC La actual Bolivia perteneció como Audiencia de Charcas o, más popularmente, Alto Perú, al virreinato peruano hasta 1776, cuando Carlos III decidió fundar el Virreinato del Río de la Plata con capital en Buenos Aires. A partir de 1545, gracias a la explotación de las minas de oro y plata, especialmente las de Potosí, aquella región fue una de las más ricas de la América española. La capital de la Audiencia era Charcas, también conocida como La Plata o Chuquisaca (actualmente: Sucre). Tuvo catedral y una de las universidades principales de Indias, la de San Francisco Javier, fundada en 1624. E 146 stas circunstancias explican que el Alto Perú fuera un lugar precozmente musical en el contexto del ultramar español. Ya en 1564, el organero Sebastián de León difundió su instrumento por iglesias y conventos. En 1569 se abrió una escuela de música, incluyendo el canto y la danza, a cargo del español Juan de la Peña Madrid y del mulato Hernán García. Distintos maestros de capilla desfilaron por La Plata, el más conocido de los cuales fue Gutierre Fernández de Hidalgo. Hasta hubo un divo local, pagado con fasto, el sopranista castrado Francisco de Otal. Destacable es la obra de otro maestro de capilla, Juan de Araujo, activo en Lima y Panamá, que hizo del archivo catedralicio un tesoro de música española y americana. Compuso música sacra y villancicos que, en parte, recogen giros africanos e indígenas. Asimismo se recuerda el trabajo de Manuel Mesa y Carrizo, ya en pleno siglo XVIII. Sin duda, por su extensión universal y solidez organizativa, la tarea más importante en el terreno musical es la desarrollada por los jesuitas hasta su expulsión por Carlos III en 1767. La universalidad de la Compañía permitió circular a personajes de todo origen, como el belga Jean Vasseau, el francés Louis Berger, el austriaco Anton Sepp, el checo Martin Schmidt y los italianos Bautista Bassani y Domenico Zipoli (1688-1726). Este último tiene especial relevancia porque se instaló a vivir en distintos puntos de Sudamérica hasta recalar en la Córdoba argentina. Se lo considera el primer compositor rioplatense y, aunque recuperar sus obras es dificultoso, ya se han exhumado sus sonatas para teclado y diversas misas con orquesta que se guardaban en distintos archivos de la región: Beni, Moxos, Sucre. Tales antecedentes explican que exista una entidad como APAC (Asociación Pro Arte y Cultura) cuyo director REPORTAJE MÚSICA EN BOLIVIA artístico es el músico polaco Piotr Nawrot, estudioso y editor de la mencionada producción renacentista y barroca del Alto Perú, y cuya Secretaría Ejecutiva está a cargo de Cecilia Kenning. La riqueza musical de la zona movió a los aficionados y profesionales del lugar a montar esta estructura sin fines de lucro y sumergirse en los dos inmensos archivos de Moxos y Chiquitos, que suman 11.000 páginas pautadas. La UNESCO, en 1990, los incorporó al Patrimonio Cultural de la Humanidad. Con tales recursos APAC organiza dos festivales: el Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana “Misiones de Chiquitos” (los años pares) y el Internacional de Teatro “Santa Cruz de la Sierra” (los años impares). En 2004 la programación de sus once días de actividades comprendió 122 conciertos en 18 localizaciones distintas con el concurso de 23 grupos musicales entre los que figuraron varios europeos: Florilegium de Inglaterra, Freiburg Baroque Orchestra de Alemania y, entre los españoles: Alia Mvsica, Zarabanda con Álvaro Marías, e Ismael Fernández de la Cuesta con su conjunto de canto gregoriano, y Ensemble Elyma con Gabriel Garrido, de Suiza. Las tareas de APAC no se limitan al montaje de los festivales sino que continúan el resto del año. Desde el punto de vista social, la más importante es la formación de trece orquestas en los pueblos indígenas que fueron misiones franciscanas o jesuíticas, de modo que se reconstruya la labor de los misioneros en el sentido de incorporar a los aborígenes al mundo de la música occidental. A tal fin se enseña la lectura musical y el solfeo, el manejo de instrumentos y luego la adaptación estilística a las obras de los mencionados periodos históricos. APAC cuenta con una editorial que produce libros, videos y DVD, siempre dentro del campo temático que le corresponde. Se trata de recuperar la memoria histórica y artística de las llamadas “tierras bajas”, estimulando, tanto en el país como en el exterior, el estudio y la publicación de materiales audiovisuales en general, tanto de autores bolivianos como extranjeros que se dediquen a la preservación, estudio y difusión del Oriente de Bolivia, que comprenden los dos tercios del territorio nacional. Tampoco es ajeno al departamento editorial la preparación y divulgación de guías turísticas, que incluyen las curiosidades históricas y artísticas de la región. Nuestra inercia informativa nos ha acostumbrado a mirar el Tercer Mundo en busca de pintoresquismos y calamidades. Hace falta completar la visión. No conviene ignorar las dolencias pero sí echar un vistazo a quienes, con el esfuerzo que significa luchar contra la penuria de recursos, montan estas organizaciones y reúnen a estos profesionales y a estos públicos en la silenciosa tarea de cada día que eclosiona en bello sonido al abrirse cada festival. Blas Matamoro 147 HOMENAJE Desaparición de Piero Cappuccilli ADIÓS A UN BARÍTONO VERDIANO P 148 iero Cappuccilli entró por la puerta grande en la profesión al protagonizar Barnaba al lado de la segunda Gioconda que grababa en disco Maria Callas en 1959, año en que también era en estudio Masetto en el imbatible Don Giovanni de Carlo Maria Giulini. Sin embargo, el barítono ya contaba con alguna experiencia, pues su debut había tenido lugar ocho años atrás en su ciudad natal, Trieste, patria chica de otros ilustres nombres relacionados con la lírica: el profesor de canto Alberto Randegger, el director de orquesta Victor de Sabata o los cantantes Fedora Barbieri, Alda Noni y Carlo Cossutta. Pronto Cappuccilli se convirtió en el barítono líder de su generación, puesto que hubo de compartir con otro ilustre compatriota, cuatro años menor que él y aún en rodaje, el paduano Renato Bruson. Y pocos años después con el boloñés Leo Nucci (nacido en 1942). Cappuccilli fue un barítono “italiano” por excelencia (de otros repertorios sólo asumió ocasionales Escamillo y Valentin), capaz de cantar a Bellini (Ernesto del Pirata, Filippo de Beatrice di Tenda y sobre todo Riccardo de Puritani), Donizetti (los socorridos Enrico de Lucia y Don Alfonso de Favorita además del Nottingham de Roberto Devereux) y el Fígaro rossiniano a los veristas Alfio, Tonio, Carlo Gérard (una de sus grandes creaciones), Michele del Tabarro, Marcello de Bohème junto a uno de sus precedentes el antipático Gellner de La Wally catalaniana. Pero, sin duda, ha sido Verdi el compositor que le ha hecho más justicia a su voz baritonal de corte más bien lírico pero con una naturalidad de emisión, homogeneidad, empuje, elasticidad, extensión y potencia que le elevaban sobre esa categoría permitiéndole asumir el generoso repertorio que lo distinguió. De Verdi cantó prácticamente todos sus personajes, desde el Don Carlo de Ernani y pasando por Ezio de Attila a las más representativas figuras paternas del busettano compositor: Nabucco, Rigoletto y Simon Boccanegra en cabeza. En 1972 fue protagonista en la Scala milanesa de un memorable Simon Boccanegra que llevado al disco cinco años después con Claudio Abbado en el foso, auténtico artífice de este milagro, pasa por ser una de las más memorables interpretaciones verdianas de los últimos años. También con Abbado, Cappuccilli, que sin duda necesitaba a veces un control y unas directivas que vigilaran medios y temperamento proclives a la exhibición, protagonizó un Macbeth asimismo de referencia, aunque puede que el aficionado tenga más presente su interpretación del Don Carlo de La forza del destino, junto al Don Alvaro de Carlo Bergonzi, donde la química entre los cantantes era explosiva, y que pasearon triunfalmente por todo el mundo, incluido Madrid —Teatro de La Zarzuela en mayo de 1967. Cappuccilli falleció en Trieste el pasado 11 de julio y le faltaban cuatro meses para cumplir 76 años. Fernando Fraga Descubrá la Temporada 2005-2006 La única guía para atender a conciertos y óperas en 35 paises ■ La programación desde Septiembre 2005 hasta finales de Julio 2006 de más de 340 Teatros de Ópera, Auditorios y Orquestas ■ Toda la información práctica para reservar sus localides, los aforros y las fotos de salas y de espectaculos ■ 10ª Edición Aniversaria 2005- NUEVO: Los Ballets de los principales Teatros estan incluidos 2006 GRATUITO : Dos Revistas Una puesta al dia semestral con nuevos programas y los Festivales del verano 2006 PRECIO ESPECIAL HASTA EL 30/09/2005 64 euro en vez de 79 euro (* gastos de envío a añadir) Scherzo 05-06 Mande su pedido a : ANDANTINO - Conde Salvatierra, 3 - 46004 Valencia - España Tel: 34 96 39 44 960 - Fax : 34 96 39 44 918 - Email : contact@music-opera.com - www.music-opera.com ❑ Agradeceré que me envíen ........... ejemplar (es) de Music & Opera around the world 2005-2006, al precio de 64 euro + gastos de envío: 13 euro para Europa o 19 euro para fuera de Europa. Apellidos................................................................................Nombre................................................................................ Empresa.....................................................................Dirección........................................................................................... Código Postal................................................Ciudad......................................................País.............................................. Tel...............................................................Fax ....................................................... Total: .................ejemplar (es) x (64 euro +...................... euro de gastos de envío) = ...................... Euro ❑ Pago por transferencia bancaria: La Caixa 2100 2965 9802 0000 1380 ❑ Con cargo a mi tarjeta de crédito: AMEX ❑ VISA ❑ MASTERCARD ❑ N° Firma: Caducidad: EDUCACIÓN ORDENAR Y POTENCIAR De las contradicciones entre un programa electoral (“ordenaremos y potenciaremos las enseñanzas artísticas en las enseñanzas de régimen general”) y un anteproyecto de ley que propone reducir la presencia de la música. Fotograma de la película Amarcord de Federico Fellini E 150 l último programa electoral del PSOE dedica un apartado al “Impulso y mejora de las enseñanzas artísticas”. En este apartado se lee: “Ordenaremos y potenciaremos las enseñanzas artísticas en las enseñanzas de régimen general”. Nos escribe un miembro de la Confederación de Asociaciones de Educación Musical (COAEM), una organización de ámbito estatal, para llamarnos la atención sobre el hecho de que nuestros comentarios acerca de la nueva ley de educación, también conocida como LOE, se limiten a la enseñanza en escuelas de música y conservatorios, sin hablar de un sector tan vital y básico como son las escuelas infantiles, los colegios e institutos. Y como tiene razón, nos disponemos a describir a grandes rasgos la situación que nuestros gobernantes desean para la música, basándonos principalmente en la información que gentilmente nos cede COAEM a través de su activo miembro y crítico lector de SCHERZO, José del Rincón. En resumen, podemos decir que el gobierno ha incurrido en la contradicción de querer ordenar y potenciar las enseñanzas artísticas reduciendo su horario. Cuando pasan estas cosas, debemos pensar que no se trata tanto de innovación educativa como de innovación léxica, ya que quien más y quien menos tenemos una idea general y aproximada de lo que significa “potenciar” (RAE: comunicar potencia a una cosa o incrementar la que ya tiene). Muy breves antecedentes Los recortes no son nuevos, puesto que ya quisieron comenzar con la Ley de Calidad que aprobó el anterior gobierno y que el presente paralizó nada más ganar las elecciones. En la Ley de Calidad se anunciaba la desaparición de la Música como asignatura en 1º de ESO, volvía a aparecer en 2º y a partir de ese momento dejaba de ser obligatoria para incluirse únicamente en uno de los itinerarios. También desaparecía una asignatura optativa denominada Canto Coral. Los cambios alcanzaban también al Bachillerato, donde la asignatura de música pasaba de ser optativa en todas las modalidades a ser troncal en sólo una de las modalidades de uno de los posibles Bachilleratos. Tal vez sea algo complejo para quien no está familiarizado con esta terminología, pero el balance resultante es que el número de horas lectivas de música recibidas en clase por un número abrumador de españoles disminuía drásticamente. Mientras tanto, la entonces ministra de Educación defendía que los cambios suponían una notable mejora. Es obvio que no hablaba a los profesores de música conocedores de la situación, sino a un número muy elevado de españoles que no tenían por qué conocer al detalle estas cuestiones y que de buena fe creyeron que decía verdad. EDUCACIÓN El presente Ahora nos encontramos de nuevo con una propuesta presentada en forma de anteproyecto de Ley y por lo tanto aún susceptible de cambio. La situación no es la misma, pero los augurios, ay, son peores. En el mencionado anteproyecto se dice que la música sólo se debe impartir con carácter obligatorio en uno de los cuatro cursos de la ESO (hoy son dos horas semanales de música en los tres primeros cursos), desaparecen las asignaturas optativas de música en los tres primeros cursos de la ESO, en 4º de ESO la música es una de ocho optativas de las que deberán elegirse tres y en Bachillerato no figura la música entre las asignaturas comunes. De nuevo, un pequeño galimatías para quien no conozca de cerca la regulación de los estudios, pero que podemos resumir diciendo que asistimos perplejos a un proceso en el que se nos dice que reducir es potenciar. Dejemos ahora hablar a COAEM: “A pesar de todo lo dicho […] mantenemos nuestra confianza en que antes de la aprobación definitiva de la LOE se contemple seriamente la necesidad y utilidad de las artes dentro del sistema educativo”. Nos unimos a esa visión algo optimista, porque nos cuesta pensar que el mismo partido que convirtió la música en una asignatura presente en la educación de los españoles deje ahora abierta la puerta a su reducción drástica. La cuestión de fondo Lo que aquí se plantea, por lo tanto, no es tanto una negociación sindical en la que priman los contratos o las horas, que siempre es un argumento de peso, sino una discusión de fondo sobre el papel de la enseñanza de las artes, y de la música en concreto, en la educación. Por ese motivo, no es sólo el número de horas recibidas a que antes hacíamos referencia lo que importa, sino la secuenciación en el tiempo y la coordinación entre disciplinas lo que hace que un sistema educativo funcione. Frente a esta concepción, los responsables políticos deben tomar decisiones aritméticas para dar mayor o menor peso a las diferentes materias. Las asignaturas favorecidas son aquellas que parecen producir resultados susceptibles de medirse a través de exámenes escritos. Las desfavorecidas parecen fomentar aspectos de la educación que hoy son más… ¿prescindibles? Esta discusión es ya vieja y se presenta siempre bajo parecidos ropajes: ¿para qué sirve aprender música?, ¿qué puede perder un alumno al no recibir clases de E l gobierno quiere ordenar y potenciar la música reduciendo su horario Fotograma de la película Amarcord de Federico Fellini música?, ¿en qué ayuda la música al aprendizaje de otras materias como la lengua o las matemáticas?, etc. Los lectores de esta revista saben bien de lo que estamos hablando cuando cuestionamos el interés de una educación musical. Los anuncios de un concierto de Alfred Brendel no dicen cosas como: “Si vienes, mejorará tu capacidad de concentración”, y los abonos de ópera no se venden porque la ópera nos ayude a entender mejor los problemas matemáticos. Todos sabemos que las razones para comprar discos, asistir a conciertos o llevar a nuestros hijos a clases de instrumento son bastante claras. COAEM dice que al aprender música también “trabajamos la relación social, el respeto a los demás, la observación y la concentración, la disciplina y las normas, la sensibilidad y la consciencia personal y además, la creatividad y la capacidad que tiene la música de provocar la emoción, que es quizás uno de los elementos que posee más fuerza a la hora de contemplar el constructo motivacional de los amantes de cualquiera de las artes”. Todos estos argumentos son muy sensatos y nos dejan sin embargo un cierto mal sabor. Es un mal sabor parecido al que dejaría el tener que justificar por qué nos gusta sentarnos a la sombra en una pradera o por qué, al acercarnos a un río, nos gusta meter la mano en el agua y sentir la corriente fresca. Tal vez algún día seamos testigos de situaciones igualmente absurdas, como por ejemplo una ley que diga que mientras no se demuestre lo contrario el estudio de la geografía es una pérdida de tiempo, porque el que quiera viajar se puede comprar un mapa. Tal vez no se estén planteando bien las cosas. Tal vez deberíamos pensar de otra manera, invertir los papeles y pedir a los responsables del diseño educativo que nos convenzan de que tienen la capacidad mínima para entender la importancia de estas cuestiones. Tal vez el anteproyecto de ley esté redactado por personas que no tienen suficientemente desarrollada esta sensibilidad. ¿Les parecería a ellos lógico tener que acreditarla? Podría parecer duro si no fuera porque la propuesta viene a decirnos que los problemas en matemáticas se resolverán con más horas de matemáticas, mientras que los problemas en música se resolverán con menos horas de música. Nos vienen a la mente las ideas de Harry G. Frankfurt, ex profesor de filosofía en la Universidad de Princeton. Según Frankfurt —On bullshit, Princeton University Press, 2005— existe algo peor que un discurso falso, y es el discurso en el que la verdad o falsedad de las ideas han dejado de importar. Es una diferencia sutil, pero decisiva. El mentiroso, dice Frankfurt, respeta la verdad en tanto que se preocupa de distinguir entre lo verdadero y lo falso. Sin embargo, en el nuevo tipo de discurso, quien habla o escribe tiene como único objetivo dar una impresión de sí mismo, una impresión que es absolutamente independiente de la verdad o falsedad de lo dicho. Así pues, podríamos enmarcar la frase del programa electoral del PSOE, “ordenaremos y potenciaremos las enseñanzas artísticas en las enseñanzas de régimen general”, dentro de esta categoría, puesto que lo importante no es si es o no verdad que se vayan a potenciar. Lo que verdaderamente importa en ese momento es transmitir una determinada imagen de un partido político, sin que importe necesariamente que aquello sea verdadero o falso. COAEM ha recogido 33.400 firmas en contra de estos recortes a la presencia de la música, tan lejanos de las anunciadas mejoras, en un escrito que pide que “se considere la presencia de la música en la educación infantil y primaria con unos mínimos dignos y no se reduzca el horario de música en la educación secundaria obligatoria”. Confiemos en que la respuesta sea satisfactoria. Pedro Sarmiento educacion@scherzo.es 151 VOCES El cantar de los cantares EL BARÍTONO (2) Continuamos nuestra prospección por la voz de barítono. Después de definir las características más notables de la cuerda y de comentar el amplio espectro del más lírico, cumple ahora adentrarse en las voces más densas, más consistentes y más robustas, aquéllas que han de apechugar con las partes más comprometidas del repertorio. D 152 e carácter. Es lo que podríamos denominar, en paralelo a las voces de soprano y de tenor, spinto, entre el lírico y el dramático propiamente dicho. Se trata de un tipo de nuestra propia cosecha, que no suele aparecer como separado de los demás. Vamos hilando cada vez más fino. Aquí se acogen la mayoría de los papeles de Verdi, de Puccini y algunos otros pertenecientes a la literatura romántica plena y tardorromántica. Veamos ejemplos. En Verdi obedecen a esta clase, entre otros, Nabucco, Carlos V (Ernani), Rigoletto, Conde de Luna (Trovador), Renato (Baile de máscaras), don Carlos de Vargas (Forza del destino), Posa (Don Carlo), Amonasro (Aida), Iago (Otello) o Ford (Falstaff). El personaje central de esta última, el barrigudo borrachín y enamoradizo, se atemperaría en mayor medida a un lírico, a un bufo con cierta robustez, aunque su naturaleza especialmente soñadora, su talante agridulce, pudieran ser más indicados para una voz de más enjundia. En todo caso, un fraseggiatore de primera, como Victor Maurel, el creador, o como Giuseppe de Luca, Mariano Stabile, Renato Bruson o FischerDieskau. Voces que en determinados casos se ajustaban a algunas de las partes más arriba enunciadas, en las que arrasaban cantantes de la categoría de los históricos de primeros del siglo XX, como Tita Ruffo, Riccardo Stracciari o Pasquale Amato, tres instrumentos de excepción. Otro barítono legendario para estos cometidos fue Domenico Viglione-Borghese. Todos ellos, incluidos los norteamericanos Lawrence Tibbett o Cornel McNeil, serían aptos en principio para papeles de talante un punto más dramático, como el verdiano de Macbeth, personaje especialmente difícil, porque, además de esta reciedumbre y densidad, exige un cuidado singular con la dicción, un mimo matizador, una aplicación de contrastes continuos, el fraseo propio de un actor. Voces fuertes necesitan también, por ejemplo, Barnaba de La Gioconda de Ponchielli o Scarpia de Tosca de Pucci- ni; aunque hay que vigilar mucho asimismo en esta última parte el modo de decir y de colorear: las peticiones del compositor son innúmeras al respecto. Ha habido monumentales voces de barítono que no han acabado de dar todas esas luces, siempre precisas, a personajes como los mencionados. Evoquemos al gran Ettore Bastianini, artista algo primario, en el pasado próximo, y a nuestro Carlos Álvarez, voz de impresionante solidez, en el presente. Gérard de Andrea Chénier puede ser incluido en este apartado. En el terreno germano un buen ejemplo es Mandryka de Arabella de Strauss, que no llega, dado su extremo lirismo, a las regiones de las voces heroicas. Diríamos también que un heredero de estos barítonos del pasado, un personaje mucho más atribulado y atemorizado que el straussiano, es Wozzeck de Berg. Dramático. De tinte por lo común todavía más penumbroso, en ocasiones, según las latitudes, vecino al del bajo. Es llamado frecuentemente barítono heroico, que supone un paso claramente más allá de la zona ocupada por los grandes papeles verdianos, algunos enunciados, o barítono-bajo, dado que a veces es sumamente difícil la definición; son timbres y caudales que se sitúan en una zona de nadie, fronteriza, y que suelen abarcar incluso tanto papeles de barítono puro, como los de bajo-cantante. En ningún caso parece que deban atender a la denominación de bajos agudos, como se señala en una enciclopedia no muy antigua. Estas voces, tan propias y convenientes para el repertorio alemán del romanticismo al expresionismo, son habitualmente sombrías y anchas, amplias en el médium, bien apoyadas en el grave y con punch, con agresividad en la zona superior; voluminosas, potentes, aguerridas. Hay un ejemplo básico: Wotan, el dios protagonista de El anillo del Nibelungo de Wagner, una personalidad conflictiva, dubitativa, cuya ambición da al traste con toda una civi- lización. Ha de ascender desde el la bemol1 hasta el fa3, como vemos una tesitura no especialmente ancha, pero en la que ha de dar un extraordinario juegos de matices, de pasar del canto susurrado al enunciado altisonante, del parlato hasta el canto épico a plena voz, en lucha permanente con una gran orquesta; que sabe, es verdad, y en eso Wagner era un maestro, contraerse y empequeñecerse, cuando la acción y la expresión lo requieren, hasta lo Maurel de Luca VOCES camerístico. Sólo voces sólidas, de muy ancho caudal, firmes, rotundas, oscuras, pueden hacer frente a este reto. Como la del histórico Franz Bettz, que intervino en el estreno de la Tetralogía en Bayreuth en 1876, la del holandés Van Rooy, el húngaro Friedrich Schorr, el alemán Rudolf Bockelmann o, en épocas más recientes, los también germanos Ferdinand Frantz y Hans Hotter o el canadiense George London. Una estirpe vocal que ha fenecido y que hoy no encuentra herederos. Los que ahora mismo cantan esta parte, los Alan Titus o Robert Hale, son pálidas caricaturas, que no podrían competir ni siquiera con generaciones intermedias como las de Theo Adam o Donald McIntyre. Wotan es hijo en lo vocal de un personaje como Pizarro de Fidelio de Beethoven, pariente a su vez de un Lysiart, de la ópera algo posterior Euryanthe de Weber. Y Wotan, naturalmente, es hermano de otras criaturas wagnerianas, como el Holandés errante o Hans Sachs, el zapatero poeta y progresista de Los maestros cantores. Este personaje a veces ha sido encomendado a bajos propiamente dichos; indebidamente, aunque algunos hayan dado, bien que esforzadamente, una buena imagen. Recordemos a Joseph Greindl o al mismo Adam. Éste fue en determinados momentos definido como bajo; al igual que Hotter o London, bien que, en particular los dos últimos, se ubicaran dentro de la categoría vocal que estamos tratando de definir, la del barítono heroico o, para hablar con mayor precisión, Heldenbariton; o, como en la categoría de tenor, Wagnerheldenbariton. Son barítonos de este carácter, en la misma escritura wagneriana, Telramund de Lohengrin o Alberich de la Tetralogía; o, aunque no canten los pentagramas del autor de Tristán e Isolda —dentro de ésta ópera, Kurwenal quizá fuera un barítono de carácter antes que dramático—, algunos de Richard Strauss: Jokanaan (Salomé), Orestes (Elektra), que admiten voces menos densas, y, sobre todo, Barak (La mujer sin sombra). En este epígrafe debemos mencionar algunos de los grandes papeles de la literatura rusa, aquéllos que no pertenecen por derecho propio al terreno de los bajos profundos o cantantes. Uno de ellos es el de Boris Godunov de Musorgski, que precisa, antes que un bajo definido, un barítono dramático o un barítono-bajo, sobre todo en la edición arreglada por Rimski-Korsakov, que eleva ciertas partes de la tesitura, llevando la voz hasta el sol natural agudo. Lo que no quiere decir que algunos bajos-cantantes con posibles no hayan destacado en la interpretación del atribulado zar, como Chaliapin, Reizen o Ghiaurov. Pero están más entonados cantantes más baritonales como Ivan Petrov o Alexander Pirogov. Lo que no quiere decir que no se pueda preferir una interpretación tan alucinada como la de alguno de aquellos históricos. Ruffo Álvarez Hotter van Rooy London Foto: Fayer, Viena Fischer-Dieskau Arturo Reverter 153 JAZZ WAYNE SHORTER: UNA LEYENDA CON LA VIDA POR DELANTE E 154 l jazz de nuestros días, como todas las músicas, toma aliento de la respiración de sus propios creadores, hoy divididos entre quienes personalizan las doctrinas catalogadas en papel cuché y entre quienes buscan e inventan nuevos patrones de expresión. Wayne Shorter (Newark, Nueva Jersey, 1933), queda claro, siempre ha tendido la mirada hacia delante, en busca de nuevos amaneceres y horizontes. Así ha sido desde que un día empezara a hacer historia junto a grandes como Art Blakey, y así es hoy. Él renuncia a la etiqueta de “leyenda del jazz”, porque se siente un proletario de la música libre e improvisada, un trabajador sin contrato de rescisión. Ahora, con 72 primaveras, vuelve a demostrar que, en el jazz, la distancia más corta entre dos puntos no siempre es la línea recta. Su nuevo álbum, Beyond the sound barrier (Verve/Universal), vuelve a ser un estallido de ideas urgentes y sentimientos sin contornos, un “discazo”, en su decir, con todos los valores que hacen grande el jazz. La creatividad no tiene citas con el calendario, aunque se busque todos los días. En el caso del jazz, los grandes artistas no dan tregua a esa inspiración que, a veces te complace, y casi siempre te maltrata. Pero en esa búsqueda se oculta toda la tensión musical necesaria para descubrir el hallazgo, y si algo caracteriza a Shorter es ese compromiso diario con la creación. En su último registro, grabado en directo en tres continentes (Asia, América y Europa), vuelve a disponer del apoyo rítmico de tres gregarios de auténtico lujo, el pianista Danilo Pérez, el contrabajista John Patitucci y el baterista Brian Blade. Los tres son dueños de ideas y aventuras propias, aunque el liderazgo del discurso se reparte democráticamente entre todas las trincheras del cuarteto. Shorter nos lo explicaba hace meses atrás: “La única condición es que no hay condiciones. Trabajamos con absoluta libertad y no ensayamos ni preparamos nada, subimos al escenario, tocamos, nos miramos y sonreímos. Sólo en las pruebas de sonido sacamos algunas ideas, que luego salen como explosiones durante la actuación”. La alianza entre el saxofonista y este trío de capitanes va camino de pasar a la historia del jazz como uno de los grandes cuartetos acústicos de la primera mitad de este siglo recién estrenado. Su complicidad ya había quedado registrada hace tres años en otro álbum en directo, Footprints Live! (Verve/Universal), que servía de prólogo a esta manera de viajar sin catálogos ni itinerarios. También colaboraron en la anterior producción de Shorter, Alegria (Verve/Universal), aunque con la compañía de invitados como Brad Mehldau, Alex Acuña o Terri Lyne Carrington y con el lenguaje y el rostro cambiados. La diferencia entre los directos grabados por el cuarteto reside en que en este último hay una mayor energía creativa, gigantesca, convulsa, inquietante. Igualmente, esta última entrega se caracteriza por incluir un buen lote de material nuevo, exceptuando tres piezas —clásicas, por otra parte, del repertorio shortiano—: Joey Rider, Over shadow hill way y Smilin’ trough. El resto de títulos no tiene desperdicio, desde los iniciales As far as the eye can see y On wings of song hasta el propio Beyond the sound barrier, con el que se cierra el disco. El resultado bien podría cuantificarse con cinco luminosas estrellas, aunque lo suyo serían seis o siete; solos delirantes, improvisaciones sin red, juegos armónicos exuberantes, complicidad colectiva, audacia individual y mucha, mucha libertad. “El jazz es como las abejas, que se posa en todas las flores”, sostiene este guerrillero del tenor y poeta del soprano. Y prosigue: “La experiencia con Weather Report [la banda que formó en 1970 junto al teclista Joe Zawinul] y duró catorce años. Más que suficientes [tajante]. Era un grupo donde primaban las individualidades, al contrario del espíritu que yo viví en el quinteto de Miles Davis, donde lo colectivo se imponía. Y ése es el espíritu que busco, a través de una libertad conceptual y estética plena”. El nombre de Miles siempre está en la boca de Shorter, aunque se le detecta algo más que pereza a la hora de agitar su memoria. No obstante, el nombre de Miles siempre le hace JAZZ hablar: “Recuerdo que un día en 1990 Miles me llamó por teléfono y con esa voz suya me dijo: ‘Eh, tío, pisamos mucho suelo ¿no?’. Era un genio y Bitches Brew me parece una obra cardinal que supuso un punto de inflexión en el jazz. Después de todo lo vivido, habiendo hecho historia y superada la etapa eléctrica, Miles incluso nos llegó a comentar su intención de volver a reunir el quinteto —el segundo del trompetista en el que también estaban Herbie Hancock, Ron Carter y Tony Williams (1964-1970)—, para ver si éramos capaces de hacer algo nuevo. Tocar con él era como salir a una misión siempre nueva, cada noche, cada concierto, cada tema”. El pensamiento de Miles sigue vivo en la mente saxofonística de Shorter e incluso se recuerda y visita cada vez que surge la ocasión. Así, en sus últimas comparencias se le ha podido ver junto a otros dos puntales del jazz moderno que también fueron apadrinados por el añorado trompetista: Herbie Hancock y Dave Holland. Efectivamente, Miles está presente en la vida y estos muchachos pisaron mucho suelo (Miles in the sky, Filles the Kilimanjaro, In a silent way…), aunque en sus pasos se intuyan las huellas de todos los grandes del género con los que gastó música y vida: Art Blakey, Horace Silver, Coltrane… El saxofonista tiene para otoño fechas concertadas en Brasil y Argentina, aunque confía en que España tam- bién se sume a su particular hoja de ruta. Su relación con Europa es intensa, aunque niegue la mayor cuando se le pregunta acerca de la existencia o no de un jazz específicamente europeo: “El jazz tiene que ver con la actitud espiritual del músico, ya que es un lenguaje libre que no atiende a ninguna imposición, por lo que a mí esta discusión no me interesa. Lo importante es que esa libertad te haga trascender, algo parecido a la eternidad”. Beyond the sound barrier es testimonio ejemplar de un músico comprometido con la creación. Sorprende, a su edad, su capacidad incansable de sorpresa y búsqueda, así como su generoso esfuerzo físico. En estos casos, uno intuye que Wayne Shorter pertenece a ese reducido grupo de artistas que no temen al mañana, porque lo están viviendo hoy. Y ese tipo de personas que disfrutan del detalle, más que del conjunto. No hay soberbia ni orgullo en sus palabras, tampoco modestia, sino simplemente una manera muy natural de caminar por la vida. Pablo Sanz RNE RENTABILIZA SU ARCHIVO SONORO Radio Nacional de España (RNE) desempolva su ingente archivo sonoro dedicado al jazz y asume el compromiso de su difusión discográfica. El objetivo de esta iniciativa queda fijado en el propio título de la colección musical que estos días llega a nuestras estanterías, Jazz en España, cuyos dos primeros lanzamientos tienen la rúbrica de dos grandes de nuestro jazz: el pianista catalán Tete Montoliu y el saxofonista navarro Pedro Iturralde. Las siguientes entregas, empaquetadas bajo la marca del sello RTVE-Música, estarán protagonizadas por la cantante estadounidense Donna Hightower, auténtica matriarca del jazz español, el pianista gaditano Chano Domínguez y el saxofonista y flautista madrileño Jorge Pardo. Los dos primeros registros han contado con el asesoramiento de dos periodistas especializados: José Ramón Ripoll, ocupándose del fondo de catálogo montoliano, y Juan Claudio Cifuentes “Cifu”, haciendo lo propio con el de Iturralde. El estreno de la serie, protagonizado por “el gran señor de Cataluña”, en el decir de Dexter Gordon, incluye grabaciones del pianista en solitario y en trío fechadas en 1973 y 1982. El acompañamiento cuenta con dos pilares rítmicos extranjeros que un día llegaron el extranjero para quedarse entre nosotros, el añorado contrabajista Dave Thomas, y el entrañable baterista Peer Wyboris. El volumen da cuenta de algunos clásicos de la literatura universal del jazz como Lover Man o Sophisticated Lady y la propia caligrafía montoliana, como Apartamento 5. Por su parte, el álbum de Pedro Iturralde (Falces, 1929) se hace eco de las sesiones registradas a su paso por los festivales de jazz de Madrid y Vitoria de 1987, en formación de cuarteto y con la voz invitada de la mencionada Donna Hightower. La recuperación de esta cantante a nuestra actual memoria jazzística no sólo se verá recompensada con el lanzamiento de un disco exclusivo dedicado a si gloria vocal, sino que el año próximo recibirá merecidos homenajes por parte de RNE y el festival madrileño Viajazz. El resto de compañeros de viaje encuentran amigos de largo alcance como el contrabajista Miguel Ángel Chastang o el baterista Carlos Carli, con los que Iturralde sigue manteniendo una estrecha relación jazzística y profesional. Pablo Sanz 155 LIBROS Referencia documental CÓMO SER UN COMPOSITOR DE IZQUIERDAS SIN SER UN OBRERO DE DERECHAS BERND FEUCHTNER: Shostakovich y el arte amordazado por la autoridad. Identidad artística y represión política. Traducción de Isabel García Adánez. Editorial Turner. Madrid. 2004. 395 págs. E n la contraportada, una crítica del Frankfurter Allgemeine Zeitung anuncia que el autor describe la vida de Dimitri Shostakovich a la luz y a la sombra del poder político con sumo detalle y asombrosa plasticidad. Vale por lo de “asombrosa plasticidad”, pero en cuanto al “sumo detalle”, conviene, celebrando la generosidad documental, precisar que el método del autor —clasificar, como un funcionario a sus administrados, el detalle al lado del detalle o mejor, el hecho al lado del hecho, igual a todos los hechos, la nariz pegada a ellos— le lleva a escribir, por ejemplo, una frase que no sería incoherente “…quienes estaban en el poder [en la Unión Soviética] no amaban la música…”, si no fuese seguida, una página más tarde por “Stalin era un gran amante de la música”. Otras frases son incoherentes sin ayuda externa “…En Berlín, Goebbels al menos no ocultaba sus prejuicios racistas…”. El libro de Solo- mon Volkov, Testimonio, las memorias de Dimitri Shostakovich, fue muy —mal— criticado; no quiero aquí defenderlo sino recordar un párrafo fundamental: en el curso de entrevistas libres (es decir sin la presencia de esbirros del régimen), periodistas occidentales le pedían a Ana Ajmatova unos comentarios sobre la vida en la Unión Soviética, sin importarles que la entrevistada tuviese a su marido en la cárcel y a su hijo en algún gulag (o al revés); y Shostakovich, que se encontraba en una situación similar frente a periodistas igualmente imbéciles o corruptos: “Era como cagarle encima y preguntarle si le había gustado”. Todos los detalles, todos los documentos (interesantísimos, desde los artículos de Pravda hasta los textos firmados por el compositor) incluidos en el libro de Bernd Feuchtner necesitan un poco de distancia, o de humor, para distinguir entre las declaraciones “libres” y “obligadas” o imaginarlas, o ponerlas en duda. Han den ser filtradas a la luz de la contundente frase de Shostakovich; o incluso del comentario del propio Bernd Feuchtner cuando escribe a propósito del Concierto para piano y trompeta “… ésta es una música que no se puede tomar al pie de la letra…”. Quizá el humor ayude también a tragar pensamientos, originales del autor, como “…sin duda Shostakovich habría evolucionado en una línea similar a la de Berg de no haberse establecido la dictadura de Stalin”. Otro pero, y es el último antes de pasar a las alabanzas: cada vez que se habla de música soviética, de música proletaria, revolucionaria etc., se acepta como dogma de fe la definición de un ideal sonoro creado por compositores “en la línea justa” para un público ávido de educarse “en la línea justa” interpretada por las orquestas de siempre (reeducadas) y en los teatros de siempre. Tras un siglo pasado en hablar del tema, la ignorancia es cada vez más crasa cuando no se menciona no sólo a las propuestas de autores como Bulgakov o Zamiatin, sino, ni siquiera, a esa música proletaria, revolucionaria, esa música de los soviets, es decir de los consejos obreros, que sí existió, cuando aquellos obreros hacían sonar, hacían soñar, de fábrica a fábrica, de estepa a estepa, sus sirenas y silbatos otrora señales marcando cadencias infernales, y que iban a convertirse en cadencias acaso más infernales. Muchos son los aciertos del libro de Bernd Feuchtner, que puede servir de referencia: la documentación (biográfica, bibliográfica, discográfica) es abundante y muy apropiada, y la teoría de la supervivencia del compositor sin corromperse está muy bien presentada, pasando con virtuosismo del plano existencial al plano estético al establecer conexiones con Chaikovski y Mahler, el paraíso terrenal, los falsos triunfos y los finales falsamente triunfales. Vivir siendo un compositor revolucionario parece tan complicado como ser un obrero de derechas. Al fin y al cabo, no es su menor mérito, el libro da ganas de bucear, como si fuese por primera y última vez, en el universo del compositor. Pedro Elías Mamou Antología de textos de referencia ITINERARIO POR LAS VANGUARDIAS JOSÉ MARÍA GARCÍA LABORDA (ed.): La música moderna y contemporánea a través de los escritos de sus protagonistas (una antología de textos comentados). Editorial Doble J. Sevilla, 2004. 352 págs. 156 P areciera que, a falta de la necesidad perentoria en este inicio de siglo de escribir nuevas Historias de la Música Contemporánea, los musicólogos y estudiosos se hubieran puesto de acuerdo para volcarse en el tratamiento de la modernidad musical a partir fundamentalmente de los documentos y teorías que se han ido publicando a lo largo de los últimos decenios. Bien es sabido que, desde que se instaurara el lenguaje dodecafónico en el círculo de Arnold Schoenberg, el texto teórico se ha considerado poco menos que imprescindible para apoyar y explicar la obra musical de nuevo cuño. Es sobre ese importante volumen de escritos de donde parten tres libros de enorme interés que han venido apareciendo en el último año y medio. El primero en publicarse corresponde a la iniciativa del musicólogo Celestin Deliège, que se consagra de manera exhaustiva en el estudio de todo el legado teórico perteneciente a las estéticas de vanguardia que se desarrollan desde los primeros cursos de Darmstadt hasta el fin de siglo. El título, Cinquante ans de modernité musicale: de Darmstadt à l’IRCAM es suficientemente explícito. Si Deliège se propone analizar y valorar la obra moderna a partir de los textos teóricos que la sustentan, el segundo volumen, Audio Culture, editado por Christoph Cox y Daniel Werner, se LIBROS concibe más como una antología (el subtítulo, Readings in Modern Music, no deja lugar a dudas) que como un estudio crítico. El gran aporte de Cox y Warner reside en cubrir campos aún poco transitados en parte tanto por musicólogos como por los propios receptores de estas músicas, el de la Obra Abierta, las músicas improvisadas, la cultura del DJ. y la experiencia electroacústica. El interés de volúmenes como este es el de poder recuperar ensayos de gran relevancia que, por muy distintas razones, no han podido leerse en su momento. Es en este ámbito donde se integra el libro que ha preparado en España José María García Laborda, el compositor y profesor de Historia de la Música en la Universidad de Salamanca. De título extenso, el volumen, promovido, fundamentalmente, desde la cátedra de Musicología de la Universidad de Salamanca, y que edita Doble J, de Sevilla, reúne una serie de escritos que son ya de total referencia para entender el devenir de la modernidad con el añadido de una introducción en cada capítulo que obra como especie de guía histórica. Esto hace que el libro sea algo más que una antología: es también, a su modo, un itinerario por las vanguardias y es ahí donde radica el interés de la obra. La bibliografía española, tan parca en documentos teóricos relacionados con la contemporaneidad musical, ha de acoger este volumen con alborozo, pues, aunque sólo es posible recoger en muchos casos fragmentos de esos ensayos, poder leer por primera vez traducidos a nuestra lengua artículos debidos a Ligeti, Kagel, Stockhausen o Berio, elaborados en plena ebullición de la vanguardia de postguerra, tiene un interés de primer orden. Se recupera así un fondo teórico extraordinario sin el cual no se comprenderían tantas propuestas novedosas en el último medio siglo. De pronto, el estudioso y el mero aficionado poseen ante sí un conjunto de textos que, en su mayor parte, solamente se podían conocer hasta ahora acudiendo a sus fuentes originales. García Laborda lo explica en la introducción de la obra, cuando dice que en este libro se presenta “una perspectiva que no parte del análisis de las piezas musicales, sino de las manifestaciones escritas de quienes las crearon”. En todos los casos, se trata de documentos que son, en efecto, un complemento fundamental para la concepción de la obra musical moderna. Es tan necesario el conocimiento de esta literatura musical como que casi cada texto se concibe como comentario y análisis de la partitura, es decir, en la modernidad, el texto (al contrario que ocurría en el siglo XIX, en que cada escrito estaba orientado casi exclusivamente a las paráfrasis poéticas sobre lo indecible del arte musical) se convierte en una práctica común de la mano de los creadores, movidos por la propia sustancia del material musical nuevo. García Laborda estructura esta antología en tres grandes períodos históricos: el arranque de la modernidad musical y la aparición de las primeras vanguardias históricas (1890-1920), la música en la época de entreguerras (1920-1945) y la música después de 1945 (nuevas técnicas de composición, de difusión y de interpretación. La nueva música —1945/1975—, la crisis serial y la época de la postmodernidad: 1975/2000). Como se ve, el libro es exhaustivo, mas se echa en falta una mayor atención a las nuevas corrientes que proceden de la experiencia electrónica, como las que recoge, precisamente, el volumen inglés antes citado, Audio Culture. Salvo los textos fundacionales de Pierre Schaeffer y Stockhausen, la música electrónica ocupa un lugar muy secundario. Si esa falla no tiene especial relevancia en una antología como esta, consagrada mayormente a la música con notas, la inclusión de dos extensos capítulos dedicados a la música cinematográfica parece excesiva, sobre todo el segundo de ellos, en donde se han seleccionado textos poco significativos de autores actuales como Gabriel Yarod o Patrick Doyle. Sin embargo, es muy pertinente la idea de añadir, como capítulo final, una atención a la Autoedición musical. En “Un recurso para la difusión de las obras”, se insertan artículos de Barce, José Luis Turina y James Ingram que tratan de un problema (ya viejo) que gira en torno a la escasa difusión y aceptación social de la música contemporánea. El recopilador de estos textos, Eduardo Alteaga, señala que “un aspecto común en el que coinciden estos autores es el de señalar a los editores en general como responsables de parte de lo desfavorecida que se halla la música contemporánea con respecto a la de otros períodos históricos”. Las editoriales, como cualquier empresa, buscan la rentabilidad, por lo que son escasas las inversiones y apoyos a proyectos editoriales de música actual que impliquen riesgo o poca rentabilidad o acoger solamente a valores seguros. Una solución a este problema puede ser el uso del software, como señala en su escrito Derek Bourgeois. Ahora, con el empleo, en efecto, de la informática para la edición de partituras, este trabajo, que era antes tan pesado, se convierte en una tarea automatizada y abre unas perspectivas insospechadas al músico contemporáneo. La antología está plagada, obviamente, de textos que se han convertido con el tiempo en pequeños clásicos de la literatura musical. Se encuentran aquí fragmentos del Monsieur Croche debussyano, del manifiesto futurista de Luigi Russolo, del Ensayo para una nueva estética musical de Busoni, del Mobiliario musical de Satie, sin faltar, lógicamente, algunas de las teorías promulgadas por Adorno a favor de la vía progresista emprendida por Schoenberg, a la par que critica la opción neoclásica de los años 20. El libro de la Universidad de Salamanca está salpicado también de verdaderas perlas, de curiosidades que sólo una antología así puede hacernos llegar. El texto de Ortega y Gasset Musicalia, de 1921, es interesante por ser una de las escasas muestras que, por desgracia, nos ha dejado el pensamiento español acerca del hecho musical. Ortega es muy sutil a la hora de valorar la música de Debussy, resaltando que la calidad de esa música reside precisamente en su impopularidad, que es ”la que le presta garantía de validez permanente”. Ortega pone la música romántica como ejemplo de obra de arte de la que solemos gozar “concentrados hacia adentro” y agrega que en la obra romántica “no nos interesa la música por sí misma, sino su repercusión mecánica en nosotros (…) gozamos, no de la música, sino de nosotros mismos”. En cambio, observa Ortega que la música de Debussy o Stravinski nos invita a una actitud contraria: “En vez de atender al eco sentimental de ella en nosotros, ponemos el oído y toda nuestra fijación en los sonidos mismos”. Ortega prefigura, por tanto, con respecto a estos compositores, un modo de escucha extraordinariamente moderno: “Vamos recogiendo una sonoridad tras otra, paladeándola, apreciando su color. Esta música es algo externo a nosotros: es un objeto distante, perfectamente localizado fuera de nuestro yo y ante el cual nos sentimos puros contempladores”. Especialmente chocante es la opción de Ravel, que se declara abiertamente, en Yo no soy un músico moderno, contrario a la música moderna de los llamados “jóvenes compositores revolucionarios”. Defensor de una música que debe ser siempre y ante todo emotiva, Ravel declara: “Sin pretender lo solemne, digamos que la música moderna es fea”. Entre los mordaces aforismos, por su parte, de El gallo y el arlequín, de Cocteau, destaca una joya: “la masa necesita el ayer sólo como arma contra el mañana”. Muchos textos de esta antología permanecen tan vivos como el primer día, como los pertenecientes a Aaron Copland, los extraídos de su ¿Cómo escuchar la música?, en el que desbroza el camino para la asimilación del lenguaje musical y nos proporciona valiosas pistas para la comprensión de la música moderna. Los textos, en fin, de Boulez, Cage, Dahlhaus, Stuckenschmidt, Eco, Xenakis, Ligeti y un largo etcétera que se recogen aquí convierten esta antología en un punto de referencia a partir de ahora en la bibliografía española y llenan un hueco que era necesario cubrir cuanto antes. Francisco Ramos 157 GGUUÍ A ÍA LA GUÍA DE SCHERZO HAZELZET 8-IX: Wilbert Hazelzet, flauta. Passamezzo Antico. Boccherini, Tríos. (Música y Patrimonio). TEATRO REAL Información: 91/ 516 06 60. Venta Telefónica: 902 24 48 48. Venta en Internet: teatro-real.com. Visitas guiadas: 91 / 516 06 96. ALICANTE XXI FESTIVAL INTERNACIONAL DE MÚSICA CONTEMPORÁNEA CDMC.MCU.ES TAMAYO 21-IX: Pilar Jurado, soprano. Jurado, Guridi, Rachmaninov. 22: Creación radiofónica. Wowinckel, Call me yesterday. — JONDE. Gloria Isabel Ramos. Esplá, López, Boulez. 23: Creación radiofónica. García de la Torre, Obra por determinar. — Amores. Kagel, Reich, Mey. 24: Instalación sonora. Orts, Ferrer. — Gross, Orlando furioso. Schneider. 25: Ensemble Academie de Lucerna. Matthias Hermann. Globokar, Laboratorium. 26: Steffen Schleiermacher, piano. Scelsi, Cage, Wolpe. 27: Ensemble Modern. Bradley Lubman. Lachenmann, Rihm. 28: Spanish Brass Luur Metalls. Agustí Fernández, piano. Fernández, Díaz de la Fuente, J. L. Turina. 29: TAIMAgranada. José Luis Estellés. Garrido, Guevara, Zavala. 30: Sinfónica de la RTVE. Arturo Tamayo. Vivancos, Nono, Boulez. BARCELONA ORQUESTA SINFÓNICA DE BARCELONA Y NACIONAL DE CATALUÑA WWW.OBC.ES 23,24,25-IX: Thomas Zehetmair, violín y director. Schubert, Mozart. 28: Thomas Zehetmair, violín y director. Magdalena Martínez, flauta; Magdalena Barrera, arpa. Schubert, Mozart. GRANADA ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA WWW.ORQUESTACIUDADDEGRANADA.ES 158 CHRISTOPHERS 17-IX: Jean-Jacques Kantarow. Goldsmith, Rogers, Williams. 30: Coro de la Orquesta Ciudad de Granada. Harry Christophers. Haendel, Respighi, Vaughan-Williams. BALLET: BALLET DE LA SCALA DE MILÁN. Septiembre: 6, 7, 9, 10*, 11. 20:00 horas; domingos, 18:00 horas. * También función a las 12.00 horas. THEME AND VARIATIONS. Música: Pyotr Tchaikovsky. Coreografía: George Balanchine, realizada por Patricia Neary. THE CAGE. Música: Igor Stravinsky. Coreografía: Jerome Robbins, realizada por Jean-Pierre Frohlich. LE SACRE DU PRINTEMPS. Música: Igor Stravinsky. Coreografía: Maurice Béjart, realizada por Michel Gascard y Kyra Karkevitch. ÓPERA: MITRIDATE, RE DI PONTO (MITRIDATE, REY DE PONTO) de Wolfgang Amadeus Mozart. Septiembre: 10. 20.00 horas. Ópera en versión de concierto. Director musical: Marc Minkowski. Solistas: Richard Croft, Netta Or, Gillian Webster, Bejun Mehta, Ingela Bohlin, Andrew Tortise, Pascal Bertin. DON GIOVANNI de Wolfgang Amadeus Mozart. Septiembre: 30. Octubre: 2, 3, 4, 5, 7, 8, 10, 11, 12, 14, 15. 20.00 horas; domingo, 18.00 horas. Nueva producción del Teatro Real. Director musical: Víctor Pablo. Director de escena: Lluis Pasqual. Solistas: Carlos Álvarez (30, 3, 5, 7, 10, 12, 15) / Michele Pertusi (2, 4, 8, 11, 14), Alfred Reiter, María Bayo (30, 3, 5, 7, 10, 12, 15) / Tamar Iveri (2, 4, 8, 11, 14), José Bros (30, 3, 5, 7, 10, 12, 15) / Christophe Strehl (2, 4, 8, 11, 14), Sonia Ganassi (30, 3, 5, 7, 10, 12, 15) / Véronique Gens (2, 4, 8, 11, 14), Lorenzo Regazzo (30, 3, 5, 7, 10, 12, 14, 15) / Luca Pisaroni (2, 4, 8, 11), José Antonio López, María José Moreno. TEATRO DE LA ZARZUELA Jovellanos, 4. Metro Banco de España. Tlf.: (91) 5.24.54.00. Internet: http://teatrodelazarzuela.mcu.es. Director: Luis Olmos. Venta localidades: A través de Internet (servicaixa.com), Taquillas Teatros Nacionales y cajeros o teléfono de ServiCaixa: 902 33 22 11. Horario de Taquillas: Venta anticipada de 12 a 17 horas. Días de representación, de 12 horas, hasta comienzo de la misma. ANTONIO GADES, 50 Años de Danza Española. Viernes, 2 de septiembre, a las 20:00 horas. Compañía Antonio Gades. Programa: Extractos de “Bodas de Sangre”, “Carmen” y “Fuenteovejuna”. La Voz Humana, de Jean Cocteau (teatro) y La Voix Humaine, de Francis Poulenc (ópera). Programa doble. Días 23, 27 y 29 de septiembre y 1 de octubre, a las 20:00 horas. Domingo 25, a las 18:00 horas. Con: Cecilia Roth y Dame Felicity Lott. Dirección Musical: José Ramón Encinar. Director de Escena: Gerardo Vera. Orquesta de la Comunidad de Madrid. PAMPLONA BALUARTE WWW.BALUARTE.COM 14-IX: Orquesta Pablo Sarasate. Julian Reynolds. Kiri Te Kanawa, soprano. Mozart, Massenet, Charpentier. VALENCIA PALAU DE LA MÚSICA WWW.PALAUDEVALENCIA.COM 9-IX: Orquesta de Valencia. Mikhail Jurowski. Shostakovich, Rimski-Korsakov. MARINA (Arrieta). Ortega. Díaz Zamora. Encinas, Poblador, Pons, Bou. 21,23,25-IX. INTERNACIONAL AMSTERDAM ORQUESTA DEL CONCERTGEBOUW WWW.CONCERTGEBOUWORKEST.NL 7,8-IX: Mariss Jansons. Mahler, Sexta. 9: Mariss Jansons. Debussy, Sibelius. 15,16: Peter Ruzicka. Coro de Cámara de Holanda. Ruzicka, Berg, Zuidam, Varèse. 22,23,25: Bernard Haitink. Webern, Haydn, Beethoven. 28,29,30: Ed Spanjaard. Louis Lortie, piano. Ravel, Franck, Roussel. DE NEDERLANDSE WWW.DNO. NL OPERA DAS RHEINGOLD (Wagner). Haenchen. Audi. Dohmen, Smits, von Kannen, Kaune. 19,28-IX. DIE WALKÜRE (Wagner). Haenchen. Audi. Keyes, Rydl, Margiono, Soffel. 21,30-IX. SIEGFRIED (Wagner). Haenchen. Audi. Andersen, Clark, Dohmen, von Kannen. 23-IX. GÖTTERDÄMMERUNG (Wagner). Haenchen. Audi. Andersen, Secunde, Rydl, von Kannen. 26-IX. BERLÍN DEUTSCHE OPER WWW.DEUTSCHEOPERBERLIN.DE ODYSSEE (Mundry). Rundel. Hoffmann. Kammer. Laske, Wessel. 7,8,9,10,11-IX. SOPHIE’S CHOICE (Maw). Hager. Bothe. Kirchschlager, Carlson, Larsen, Klink. 23,27,30-IX. STAATSOPER WWW.STAATSOPER-BERLIN.ORG PARSIFAL (Wagner). Barenboim. Eichinger. Trekel, Pape, Fritz, Schuster. 11-IX. BARENBOIM ALBARRACÍN IGLESIA DE SANTA MARÍA 10-IX: Wilbert Hazelzet, flauta. Passamezzo Antico. Boccherini, Tríos. (Siglos de Oro. El Escorial. Real Monasterio). 26,27,28: Anne-Sophie Mutter, violín; Lambert Orkis, piano. Mozart, Sonatas. (Juventudes Musicales [www.juv-musicales-madrid.com]. Auditorio Nacional [www.auditorionacional.mcu.es]). DIE ZAUBERFLÖTE (Mozart). Ettinger. Everding. Vinogradov, Breslik, Queiroz, Häger. 12,18,23,25-IX. TOSCA (Puccini). Ettinger. Riha. Crider, Richards, Dobber, Fischesser. 16,20,26,29-IX. SEVEN ATTEMPTED ESCAPES FROM SILENCE (Gervasoni, Haddad, Lang, Milliken, Sánchez-Verdú, Schmucki, Vrhunc). Renne. Liane, Domínguez. 17,19,21,25,27,30-IX. LA FORZA DEL DESTINO (Verdi). Gielen. Herheim. Youn, Fantini, Michaels-Moore, Rossi-Giordano. 24,28-IX. GIELEN MADRID JANSONS NACIONAL BRUSELAS LA MONNAIE WWW.LAMONNAIE.BE DIE ZAUBERFLÖTE (Mozart). Maxim. Kentridge. N’Kosi, Jo, Güra, Loges. 1,2,4,6,7-IX. THYESTE (Vlijmen). Asbury. Rijnders. Duesing, Daszak, Peeters, Stotijn. 27,29-IX. DRESDE SEMPEROPER WWW.SEMPEROPER.DE CLEOFIDE (Hasse). De Marchi. Gruber. Christensen, Koehler, Martínez, Cordier. 1,6-IX. AUFSTIEG UND FALL DER STADT MAHAGONNY (Weill). Weigle. Kupfer. Broh, Nasrawi, Mayer, Martinsen. 2-IX. GGUUÍ A ÍA FRANCFORT OPER FRANKFURT WWW.OPER-FRANKFURT.DE LA BOHÈME (Rossini). Böer. Kirchner. Calleja, Webster, Petean, Bailey. 10,17,24,30-IX. DIE FRAU OHNE SCHATTEN (Strauss). Debus, Nel. Skelton, Fontana, Juon, Eglitis. 11,16,23,25-IX. GINEBRA GRAND THÉÂTRE WWW.GENEVAOPERA.CH TANNHÄUSER (Wagner). Schirmer. Py. Sigmundsson, Gould, Henschel, Vasiliev. 23,26,29-IX. LAUSANA OPÉRA DE LAUSANNE WWW.OPERA-LAUSANNE.CH RIGOLETTO (Verdi). Arribaveni. Bernard. Filanoti, Almaguer, Ardelean, Teitgen. 23,25,28,30-IX. LONDRES PROMENADE CONCERTS WWW.BBC.CO.UK/PROMS DAVIS 1-IX: Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam. Mariss Jansons. Mahler, Sexta. — The Sixteen. Harry Christophers. Wylkynson, Cornysh, Tallis. 2: Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam. Mariss Jansons. Lutoslawski, Brahms. 3: Orquesta Juilliard. Orquesta de la Royal Academy of Music. Colin Davis. Copland, Vaughan-Williams, Berlioz. 4: Coro y Sinfónica de la BBC. James Conlon. Zemlinsky, Brahms. 1-IX: Christian Tetzlaff, violín; Lars Vogt, piano. Brahms. 2: Filarmónica de Berlín. Simon Rattle. Boulez, Ravel. 3: Orquesta Academia del Festival de Lucerna. Pierre Boulez. Berg, Varèse. — Christian Tetzlaff, violín. Bach. — Filarmónica de Nueva York. Lorin Maazel. Gil Shaham, violín. Messiaen, Sibelius, Dvorák. 15: Kremerata Baltica. Gidon Kremer. Sumera, Auerbach, Schubert. 16,17,18: Sinfónica de Chicago. Daniel Barenboim. Mahler, Novena. / Wagner, Schoenberg, Bruckner. / Falla, Ravel. MONTPELLIER OPÉRA NATIONAL WWW.OPERA-MONTPELLIEER.COM CARMEN (Bizet). Layer. Scarpitta. Gubisch, Todorovitch, Cela, Pittsinger. 18,20,23,25-IX. MÚNICH FILARMÓNICA DE MÚNICH WWW.MUENCHNERPHILHARMONIKER.DE 4: Cuarteto Arditti. Beethoven, Lachenmann. — Cuerdas del Festival de Lucerna. Mozart, Arenski, Glazunov. — Filarmónica de Nueva York. Lorin Maazel. Berg, Mahler. THE RAKE’S PROGRESS (Stravinski). Axelrod. Schulin. Solistas del Teatro de Lucerna. 4,7,9,15,18-IX. 5: Filarmónica de Nueva York. Lorin Maazel. Strauss. 6: Cuarteto Johannes. Volans, Dvorák. — Coro y Orquesta Filarmónica de Londres. Kurt Masur. Diener, Masur, Studebaker, Müller-Brachmann. Gubaidulina, Beethoven. 7: Filarmónica de Londres. Kurt Masur. Christian Tetzlaff, violín. Beethoven, Shostakovich, Chaikovski. — Ensemble de la Academia del Festival. Pierre Boulez. Varèse, Stockhausen, Manoury. 8: Academy of St. Martin in the Fields. Murray Perahia, piano y director. Haydn, Mozart, Bach. — Ensemble de la Academia del Festival. Cliff Colnot. Yi, Thomas, Carter. 9: Orquesta Academia del Festival de Lucerna. Pierre Boulez. Fujikura, Bertrand, Varèse. 10: Brigitte Lang, violín; Yvonne Lang, piano. Beethoven. 30-IX: Daniel Harding. Christian Tetzlaff, violín. Chaikovski, Suk. NÁPOLES TEATRO DI SAN CARLO WWW.TEATROSANCARLO.IT IL SOCRATE IMMAGINARIO (Paisiello). Ferro. De Simone. Scalchi, Forte, Ercolano, Norberg-Schulz. 23,25,27, 29-IX. PARÍS 11-IX: Orquesta Francesa de Jóvenes. Jean-Claude Casadesus. Gautier Capuçon, violonchelo. Dvorák, Rimski-Korsakov. (Teato de los Campos Elíseos [www.theatrechampselysses.fr]). 12: Staatskapelle de Dresde. MyungWhun Chung. Haydn, Bruckner. (T.C.E.). 15: Orquesta Nacional de Francia. Kurt Masur. Prokofiev, Debussy, Ravel. (T.C.E.). 21: Ensemble Matheus. Jean-Christophe Spinosi. Ferrari, Prina, Cangemi, Jaroussky. Vivaldi, La Griselda (versión de concierto. (T.C.E.). 22: Orquesta de la Ópera de Lyon. Evelino Pidò. Takova, Naouri, Secco. Donizetti, Roberto Devereux (versión de concierto). (T.C.E.). OPÉRA BASTILLE WWW.OPERA-DE-PARIS.FR RUSALKA (Dvorák). Belohlávek. Carsen. Larin, Bogza, Hawlata, Lifar. 9,12,14,17,20,23,25,27-IX. CARDILLAC (Hindemith). Nagano. Engel. Held, Denoke, Ventris, Minutillo. 24,28-IX. NAGANO AIMARD CHAILLY LUCERNA FESTIVAL DE LUCERNA WWW.LUCERNEFESTIVAL.CH — Filarmónica de Viena. Christoph Eschenbach. Bruckner, Octava. 12: Filarmónica de Viena. Daniele Gatti. Strauss, Wagner, Mahler. 13: Coro y Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig. Riccardo Chailly. Mendelssohn. 14: Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig. Riccardo Chailly. Bruckner, Quinta. 23: Filarmónica de Radio Francia. Myung-Whun Chung. Grigori Sokolov, piano. Schubert, Mozart, Beethoven. (T.C.E.). 24: Renaud Capuçon, violín; Nicholas Angelich, piano. Brahms, Sonatas. (T.C.E.). 26: Arkadi Volodos, piano. Beethoven, Scriabin, Liszt. (T.C.E.). PALAIS GARNIER WWW.OPERA-DE-PARIS.FR COSÌ FAN TUTTE (Mozart). Harding. Chéreau. Wall, Garanca, Degout, Mathey. 12,15,18,21,26,29-IX. VIENA MUSIKVEREIN WWW.MUSIKVEREIN.AT 15-IX: Ensemble Wien. Schubert, Hoffmeister, Beethoven. 17,18: Filarmónica de Viena. Riccardo Muti. Peter Schmidt, clarinete. Schubert, Mozart, Strauss. MUTI 28,29,30: Christoph Eschenbach. Midori, violín. Lindberg, Brahms, Beethoven. LA FANCIULLA DEL WEST (Puccini). Pappano. Faggioni. Cura, Delavan, Gruber, Lemalu. 15,18,21,24,28-IX. MASKARADE (Nielsen). Schønwandt. Pountney. Schade, Bell, Del Carlo, Ketelson. 19,22,26,30-IX. — Filarmónica de Viena. Zubin Mehta. Haydn, Berg, Stravinski. 11: Pierre-Laurent Aimard, Tamara Stefanovic, pianos. Boulez. HARDING ESCHENBACH 21-IX: Christoph Eschenbach. André Watts, piano. Beethoven. 22,23,24,27: Christoph Eschenbach. Beethoven, Dutilleux. ROYAL OPERA HOUSE COVENT GARDEN WWW.ROYALOPERAHOUSE.ORG MAAZEL FILADELFIA ORQUESTA DE FILADELFIA WWW.PHILORCH.ORG 5: Cuarteto Artemis. Haydn, Bartók. — Sinfónica de la BBC de Gales. Rumon Gamba. Howard Shelley, piano. Britten, Rawsthorne, Chaikovski. 6: Orquesta de Cámara de Europa. Thomas Adès. Beethoven, Stravinski, Adès. — The Nash Ensemble. Martyn Brabbins. Tippett, Carter, Horne. 7: Filarmónica de Viena. Zubin Mehta. Haydn, Berg, Stravinski. 8: Filarmónica de Viena. Christoph Eschenbach. Bruckner, Octava. 9: Filarmónica de Helsinki. Esa-Pekka Salonen. Debussy, Turnage, Ravel. 10: Coro y Sinfónica de la BBC. Paul Daniel. Última noche de los Proms. BOULEZ CAPRICCIO (Strauss). Schneider. Marelli. Isokoski, Bär, Homrich, Butter, Rootering. 4,7,10-IX. DIE ENTFÜHRUNG AUS DEM SERAIL (Mozart). Zimmer. Marelli. Mesgarha, Christensenn, Homrich, Eder. 11-IX. LA CENERENTOLA (Rossini). Barcellona, Hossfeld, Liebold, Osborn. 13,15,17-IX. COSÌ FAN TUTTE (Mozart). Zimmer. Jenor. Selbig, Pohl, Homrich, Ihle. 14,16-IX. CARMEN (Bizet). Delacôte. Lauterbach. Smith, Belobo, Gertseva, Christensen. 22,25,27-IX. MADAMA BUTTERFLY (Puccini). Bühl. Jans. Mescheriakova, Mayer, Dvorsky, Ihle. 24,28,30-IX. 22: Peter Schreier, tenor; Camillo Radicke, piano. Schubert, Bella molinera. 28: Cuarteto Borodin. Beethoven. STAATSOPER WWW.WIENER-STAATSOPER.AT DIE ZAUBERFLÖTE (Mozart). Jones. Poblador, Kühmeier, Fink, Saccà. 1,3,6,9,12-IX. DON CARLOS (Verdi). De Billy. Tamar, Michael, Vargas, Skovhus. 2,5,8-IX. MANON LESCAUT (Puccini). Armiliato. Havemann, Daniel, Armiliato, Bankl. 4,7,10,13-IX. DER ROSENKAVALIER (Strauss). Fischer. Isokoski, Koch, Kühmeier, Rydl. 14,16,20-IX. IL BARBIERE DI SEVIGLIA (Rossini). Armiliato. Santafé, Siragusa, Sramek, Eröd. 17-IX. GUILLAUME TELL (Rossini). De Billy. Schörg, Hampson, Giordani. 19,22,25,28-IX. CARMEN (Bizet). Armiliato. Domashenko, I. Raimondi, Leech, Relyea. 21,24,27,30-IX. TOSCA (Puccini). Sutej. Valayre, Botha, Ramey. 23,26-IX. ZÚRICH OPERNHAUS WWW.OPERNHAUS.CH LA BOHÈME (Puccini). Welser-Möst. Sireuil. Gallardo-Domas, Giordani, Volle, Davidson. 1-IX. LUCIO SILLA (J. C. Bach). Guschlbauer. Kaegi. Richter, Kleiter, Guo, Drole. 7-IX. KATERINA ISMAILOVA (Shostakovich). Fedoseiev. Gruber. Kringelborn, Chuchrova, Peetz, Kohl. 25-IX. 159 CONTRAPUNTO SEXO, DROGAS Y ORQUESTAS SINFÓNICAS L 160 a vida orquestal está, en el mejor de los casos, a medio camino entre un campamento de verano y un campo de trabajo. El aspecto a lo Gulag incluye una repetición sin fin de tareas sin sentido impuestas por un remoto, y a veces cruel, comandante. Hay, también, miedo, tanto de la pusilanimidad como de la traición. Una nota mal tocada, oída por el de al lado, puede socavar la seguridad que siente un músico y ser la causa de su despido. Las compensaciones vienen en forma de camaradería. La orquesta es como una gran familia; cuando un músico pasa por malos tiempos, sus compañeros demuestran su solidaridad regalándoles pastelillos caseros o dándoles dinero. Cuando la orquesta está de gira, todos lo pasan en grande en los bares y en las camas. O al menos eso es lo que dice la leyenda. Pero una realidad más siniestra se descubre leyendo Mozart in the Jungle (Atlantic Books), de Blair Tindall, unas explosivas memorias personales que acaban de salir en Estados Unidos. Arrancan en un antro de cocainómanos y a partir de ahí las cosas se ponen aún peor. Blair Tindall, una idealista y joven oboe de Carolina del Norte, descubrió las realidades de la vida orquestal en el colegio de secundaria donde se conseguía el triunfo acostándose con el estudiante que hacía de concertino y con algún profesor maduro. Una vez metida en ese mundo, aprendió que para poder tocar con algunas de las orquestas de más relieve, hacía falta doblegarse a los deseos, fueran lo que fueran, de los profesores en plantilla. Consiguió tocar con la Filarmónica de Nueva York dirigida por Tennstedt, Bernstein y Mehta, y ganó más dinero que nunca en una gira de cuarenta semanas con La música de Andrew Lloyd Webber en concierto, durante la cual saltó desnuda a la piscina de un hotel junto con un director musical inglés que le había prometido actuar en los Aspects of Love. “Conseguí casi todas mis colaboraciones musicales gracias a la cama”, dice Tindall impertérrita. En Broadway ganaba mil cien dólares a la semana antes de que se sustituyeran los músicos auténticos por máquinas electrónicas. Según ella, había drogas en todas partes; coca, chocolate, drogas sintéticas y, cuando no había otra cosa, alcohol. Una hermosa violonchelista de la Orquesta Sinfónica Americana terminó en la calle como prostituta para pagar sus drogas. Cuando le diagnosticaron VIH positivo, vendió todo salvo su violonchelo Testore de 350000 dólares: le quedaba este resquicio de dignidad. Orquestas disminuidas por el SIDA ofrecían muchos trabajos ocasionales a los músicos independientes con tal que cumplieran con los deseos de los que se los proporcionaban. Una nueva orquesta de cámara sin director llamada Orpheus, que se formó a mediados de los años ochenta, declaraba encarnar el nuevo espíritu del valor de la igualdad. En la foto para su disco con música de Elgar y Vaughan Williams en Deutsche Grammophon, tomada cuando el debut del grupo en el Festival de Salzburgo de 1987, se ve a Tindall sonriendo. Se acostó con un oboe para que le diesen el trabajo y tuvo que hacer lo mismo con otros miembros del grupo para que no la despidieran. Ninguno de sus trabajos fue precisamente una alegría y su vida personal andaba por el estilo. Los músicos independientes de Nueva York alquilaban apar- tamentos en el Allendale, un edificio destartalado en la calle 99, donde se oían día y noche sus desolados ensayos. El único verdadero amor de Tindall, el pianista Samuel Sanders, que acompañaba a Itzhak Perlman por una miseria, murió, solo y abandonado por las celebridades, de una enfermedad congénita. Cuando Tindall cumplió los 39 años decidió tirar la toalla y contar al mundo toda esta vil charada. Su historia, admirablemente cándida e inteligentemente contextualizada, ha sido autentificada por el antiguo presidente del sindicato de músicos de Nueva York, Bill Moriarty, que declaró que “no hay ningún libro anterior que haya captado con tanta exactitud la espeluznante vida de un músico independiente que intenta dedicarse profesionalmente al negocio”. “Ojalá que todo no fuera más que una invención mía”, me contó Blair Tindall. Hoy se dedica a escribir para varios medios, trabajo que le gusta y que está muy lejos de los ambientes del Allendale. Toca el oboe por placer y casi nunca va a un concierto sinfónico porque los ve como un ámbito de irrealidad, en el que se pagan fortunas a los directores y los concertinos y una miseria al resto de los músicos de las orquestas. Al leer su manuscrito, tan vívido, me preguntaba si se puede hacer algo para corregir todo esto antes de que la vida orquestal se vea consumida por las múltiples corrupciones a las que está sometida. La de Londres varía bastante de la de Nueva York. Hay más orquestas en Londres, más salidas para los recién llegados y, por lo tanto, menos oportunidades para el abuso. Sin embargo, los músicos tienen que entrar por el aro y las orquestas hacen casi cualquier cosa para proteger a los canallas. Conozco a un importante músico que ronda las escuelas buscando carne joven y mientras sus compañeros lo toman a broma; y a otro cuyo racismo domina las audiciones. Un amigo mío que recibió una oferta para presentarse al puesto de concertino en una de las orquestas de Londres fue sometido a unos sádicos asaltos a lo cuartel militar y al vilipendio personal. Supuestamente representó una prueba de su capacidad para mandar pero decidió que esa brutalidad era endémica en la vida orquestal y optó por tocar con un cuarteto de cuerdas. Miembros de la Filarmónica de Berlín han aceptado sobornos de las casas de discos en los no tan buenos tiempos anteriores; incluso uno obligó a una compañía de medios de comunicación a darle un sueldo a su amante. Los profesores de la Filarmónica de Viena tienen fama de ser moralmente flexibles —todo al servicio del arte sagrado, por supuesto. Dan mucha importancia a los nombramientos de los titulares, los cuales, para la mayoría de las personas lejanas a este mundo no tienen la más mínima importancia. El nuevo director titular de la Orquesta Sinfónica de Londres, Valeri Gergiev, no va a dedicar más tiempo a ella que a sus otros tres trabajos. La Filarmónica de Londres pasará toda la temporada que viene sin una sola visita de su llamado titular, Kurt Masur, aunque sólo les separa un viaje por el túnel del Canal de la Mancha, ya que Masur estará trabajando con la Orquesta Nacional de Francia. ¿A quién engañan? No al público, que cada vez hay menos y al que nunca se consulta para nada. Los conciertos sinfónicos han desaparecido del mapa de la consciencia de las personas cultas. El libro de Blair Tindall es una llamada de atención de última hora para que las orquestas enderecen sus prácticas antes de que sea demasiado tarde. Lo que hace falta es más honradez, más democracia y más comunicación con sus públicos, que tienen derecho a opinar sobre la elección de programas y de directores. ¿Insostenible? No creo que las orquestas tengan otra alternativa si quieren sobrevivir en el siglo XXI. Norman Lebrecht Las conferencias - audición tendrán lugar en el Centro Abierto de la Fundación Tomillo, Serrano, 136. 28006 Madrid Inscripción a partir del miércoles 14 de septiembre en el teléfono 91 5611604 El aforo es limitado. Se recomienda inscribirse con antelación e-mail - centroabierto@tomillo.es web - www.tomillo.es ACERCARSE A LA 5 grandes óperas de la historia Ciclo de 5 conferencias-audición MÚSICA Del 26 del septiembre al 24 de octubre de 2005 Precio del ciclo: 40 Orfeo de Monteverdi. Juan José Rey Marcos. Lunes 26 de septiembre a las 19.30 La flauta mágica de Mozart. José Luis Pérez de Arteaga. Lunes 3 de octubre a las 19.30 Rigoletto de Verdi. Arturo Reverter Gutiérrez de Terán. Lunes 10 de octubre a las 19.30 Tristán e Isolda de Wagner. Juan Lucas. Lunes 17 de octubre a las 19.30 Boris Godunov de Musorgski. Santiago Martín Bermúdez. Lunes 24 de octubre a las 19.30 Organizan este ciclo de conferencias-audición Un espacio para la formación personal 3