Ópera en Sudamérica Squitieri y el tenor también lírico, de espléndida y potente voz, un gran triunfador con mucho futuro: Charles Castronovo; ambos estadounidenses. De gran registro, la Doña Rosa de la mezzosoprano española Nancy Fabiola Herrera y la soprano Gallardo Domas en el papel de Matilde Neruda, se ha mostrado como una cantante madura y completa, con una voz que calza con el personaje, sin alardes y sin salirse a tonalidades extremas. El resto de los cantantes, correctos, al igual que el Coro del Municipal. El director Grant Gershon hizo una labor coordinada para brindar un buen manejo de la Orquesta Filarmónica de Santiago, y la dirección escénica de Ron Daniels fue de una acertada sencillez. por Johnny Teperman Lucrezia Borgia en Santiago Plácido Domingo (Pablo Neruda) y Charles Castronovo (Mario Ruoppolo) Foto: José Plácido Domingo Il postino en Santiago Julio 14, 2012. La visita de Plácido Domingo a Chile para cantar Il postino de Daniel Catán se convirtió en el gran suceso de la lírica del año 2012 en este país y a no dudarlo, el más importante en mucho tiempo. Luego de 45 años de su primer viaje a Chile, la presencia de Domingo en Santiago causó un enorme y justificado revuelo y su presencia le dio especial atracción a las cinco presentaciones de la obra, en tres de las cuales cantó el tenor español. Domingo no sólo fue protagonista y gran figura, sino que tuvo la muy responsable y especial misión de encarnar al insigne poeta y Premio Nobel chileno Pablo Neruda. Esta ópera, que constituyó el tercer título de la temporada lírica 2012 del Teatro Municipal, retrata una etapa en la vida del poeta, en la Italia de la década de 1950. La composición se basó en la recordada película nominada a cinco premios Oscar, Il postino y, a la vez, en la novela Ardiente paciencia del escritor chileno Antonio Skármeta. La música de Il postino está dotada de una orquestación “armoniosa y grata de escuchar”, como se ha descrito. A Catán puede definírsele como un autor moderno, pero muy romántico. Por momentos, su música, proveniente de un muy inspirado creador, sigue los lineamientos clásicos y sus pasajes y temas nos llevan a pensar en influencia de compositores como Puccini o Debussy. En otros instantes surgen melodías que lindan en ritmos contemporáneos y folklóricos. Hay muchas partes con solos o arias, dúos y romanzas bellísimas, incluso recitativos que resultan muy adecuados a la trama. En una descolorida versión retornó al Teatro Municipal capitalino, la historia de poder, intrigas y crimen que rodea al clan de los Borgia, en la ópera Lucrezia Borgia de Gaetano Donizetti, una de las mejores expresiones del bel canto italiano. Por fortuna, hubo cierto consenso en considerar que el grupo de cantantes seleccionado para ambos elencos (el internacional y el estelar) cumplió a cabalidad. Los intérpretes de los roles de Lucrezia, Gennaro, Maffio Orsini y Alfonso d’Este permitieron lucir en su máximo esplendor el virtuosismo de las voces de quienes los interpretaron. Elisabeth Meister, soprano inglesa que se presentó con gran éxito en este escenario en Aida en 2011, fue la protagonista de la versión internacional, con una presentación maciza, de poderosos agudos y precisas coloraturas. La solista del segundo elenco, la argentina Natalia Lemercier, lució una voz más fresca y juvenil, no tan experimentada, pero bonita. Para ambos tenores, los Gennaros, sólo palabras de elogio y aplausos. El chino Yijie Shi, uno de los tenores jóvenes más solicitados, mostró un cantar bello, romántico y dolido, de un belcantista neto. Igualmente se lució el coreano Jaesig Lee en el conjunto estelar, aunque en un tono menor: tuvo un comienzo ligeramente vacilante, dominado por la orquesta, pero luego recuperó terreno y brilló en la parte final. Ambas mezzosopranos se acomodaron perfectamente a sus roles masculinos, al encarnar a Maffio Orsini: la italiana Marianna Domingo se ha sentido, una vez más, a sus anchas en Chile. Ya sea en canciones como ‘Comprendo’ o el dúo ‘Desnuda’, con la soprano chilena Cristina Gallardo Domas, se manifiesta en plenitud vocal y actoral. Catán, no hay duda, creó un NerudaDomingo especial: son el uno para el otro. La música es dulce y sin apremios, la emoción va con dosis y todo termina con el triste, pero magnífico dúo de Neruda con el cartero Mario Ruoppolo, ya convertido en espíritu. El elenco, estupendo por donde se le mire, destacando, a nuestro entender, la pareja joven y romántica, del cartero y Beatrice que tiene a dos excelentes intérpretes en la soprano lírica Amanda septiembre-octubre 2012 Escena de Lucrezia Borgia en Santiago Foto: Marcela Poch pro ópera Pizzolato y la chilena Evelyn Ramírez. La primera, con un registro excelente de su voz en todos los aspectos y la cantante local, confirmando el buen momento que evidenció en Carmen de Bizet, con un esplendoroso “Brindis”, lo mejor del segundo acto. Por último, en el rol de Alfonso D’Este, tanto el rumano Bálint Szabó como el ruso Maxim Kuzmin-Karavaev lucieron talento y poderosas voces en ambos actos. El resto del elenco cumplió y lo hizo bien y el Coro del Municipal dirigido por Jorge Klastornick se exhibió con su calidad acostumbrada. La participación de los directores de la Orquesta Filarmónica fue poco convincente, especialmente por su conducción frente a los cantantes. En ese sentido, el chileno José Luis Domínguez fue un guía y un apoyo y, además, les sacó gran partido a sus dirigidos. Rani Calderón y Pedro Pablo Prudencio no lograron que la orquesta fuera un buen aliado del espectáculo global. Además de que, en varios pasajes, no prestaron gran apoyo a las voces de una ópera que tiene delicados pasajes en un hermoso italiano. por Johnny Teperman dicción, comunicatividad y perfecta dosificación de la contenida emoción en las partes lentas y el arrojo canoro en las de bravura. ‘Lascia ch’io pianga’, sin duda el aria más conocida de toda la obra, fue una verdadera lección de interpretación y de expresividad y matices. Víctor Torres fue un Argante de calidad vocal y compromiso interpretativo. La soprano Inessa Galante como Armida mostró una voz potente y bien colocada pero con una agudo acerado. Los contratenores Daniel Taylor (Gofredo), Damian Ramírez (Eustazio) y Lucas Villalba (Mago) lucharon contra la sombra de Fagioli y contra algunos problemas de afinación y fraseo, con adecuada prestación general. Exquisitas Marisú Pavón y Oriana Favaro en la Canción de las Sirenas (‘Il vostro maggio’) y correcto Gabriel Centeno como Heraldo. por Gustavo Gabriel Otero Rinaldo en Buenos Aires Junio 12, 2012. La dirección del Teatro Colón de Buenos Aires programó el estreno local de Rinaldo de Händel en versión de concierto. En lo musical se optó por una versión con instrumentos modernos con la participación de la Orquesta Estable del Teatro y la presencia de músicos invitados: Norberto Broggini, Jorge Lavista (claves), Miguel De Olaso, Igor Herzog, Hernán Vives (tiorbas), Sebastián Barros, Mercedes Blanco Mengon y Nico Chaves (flautas dulces), en lugar de la intervención de una orquesta con instrumentos de época o sus réplicas. Martin Haselböck en la dirección musical produjo una concepción de primer nivel y, si se prescinde de su particular modo de dirección —camina, salta y baila constantemente—, de genuina intensidad, equilibrio y refinamiento. La respuesta de los músicos convocados de la Orquesta Estable resultó inmejorable así como la de los especialistas convocados para el bajo continuo y los flautistas, de los cuales brilló por su intervención en el clave en el brillante acompañamiento de ‘Vo’far guerra e vincer voglio’ el mencionado Broggini. El propio Haselböck interpretó desde el podio un pequeño órgano en algunos momentos. Franco Fagioli deslumbró con su Rinaldo. Es notable su crecimiento artístico y vocal comparado con sus actuaciones anteriores en nuestro medio. A la belleza de su timbre se agrega su crecimiento en volumen, extensión y homogeneidad. Fue, además, perfecto en las coloraturas y variaciones. Quizás lo único que le falte sea una mejor claridad en la dicción. Verónica Canagemi como Almirena reeditó sus fortalezas conocidas en cuanto a Rinaldo en concierto en Buenos Aires pro ópera Escena de The Turn of the Screw Foto: Liliana Morsia The Turn of the Screw en Buenos Aires Junio 28, 2012. La asociación de ópera Juventus Lyrica presentó una estupenda versión de The Turn of the Screw en el Teatro Avenida de Buenos Aires. El maestro brasileño André dos Santos condujo con mano segura y acabado conocimiento del estilo y de la partitura a la orquesta de cámara de 14 integrantes formada por notables solistas. La versión resultó refinada y expresiva destacando cada uno de los climas de la obra. La soprano chilena Macarena Valenzuela fue una Institutriz de noble línea de canto, dosificada expresividad y compenetrada actuación. En los papeles de los niños la soprano Mariana Mederos como Flora, y la mezzosoprano Cecilia Pastawski como Miles encontraron la exacta caracterización vocal y actoral de sus personajes. Las sopranos Soledad de la Rosa y Eugenia Fuente se desempeñaron de manera acabada en los roles de Mrs. Grose y Miss Jesse, mientras que Carlos Ullán fue un perverso Peter Quint con calidad vocal. El tenor Mariano Spagnolo no desentonó cantando el Prólogo. El tándem Gonzalo Córdova en escenografía e iluminación y María Jaunarena en vestuario y puesta escénica funcionó de manera perfecta. Ambos encontraron el clima ideal para presentar una obra plena de sutilezas, ambigua, oscura, misteriosa y de una tensión psicológica creciente y asfixiante. Con pocos elementos que delimitan la casa de campo, sus inmediaciones y los interiores se logró ambientar todas las escenas con marcos cambiantes y con gran agilidad y economía de recursos. Perfecta, la iluminación con una dosificación exacta de la niebla que invade el lugar y la vida de los protagonistas. Adecuado el vestuario de época y precisa la marcación actoral. o por Gustavo Gabriel Otero septiembre-octubre 2012