Comercio Exterior, vol. 40, núm. 1, México, enero de 1990, pp. 50-57 Esta os idos: e obie o de Bush y .os s e la • política econ ; tea Rosa Talavera Simoni * n un a[tíc ul o publica do en M éx ico 1 Eli ot W ei nberge r, poeta y ensayi sta estadounidense, ca lificó el 20 de enero de 1989 - fec ha en qu e G eorge Bu sh as umi ó la pres id enc ia de Estados Unid os- no como el ini cio de un a nu eva etapa, sino co mo el prim er día del nove no año de la era de Reaga n. Po r su pa rte Fred Bergsten, director del In stitu to de Eco no mía Internac io nal, afirm ó en una entrevi sta prev ia a las elecc io nes en ese país qu e el gobi ern o de Bush no con stituiría, en ri go r, un a gestión totalmente nu eva 2 Coin c id en en esto la sensibilid ad del arti sta y el ri gor del estu d ioso espec iali zado. E A fin de renova r la fi gura presid encial, mu chos ex pertos en eco nomía 3 reco mend aron qu e Bush estab lec iera con urge ncia una po líti ca o ri entada a reso lver los prin c ipa les prob lemas de la eco no mía estado unid ense : la escasez del aho rro intern o y la debilidad de la acumulac ión de capital, fenó menos íntimamente asociados al crec imiento del d éficit fisca l en los oc henta. Sin embargo, los primeros pasos del nu evo go bierno no parece n ori entarse en la dirección propu esta. De hec ho, al revi sa r las medidas económi cas qu e se han tom ado hasta el momento, 4 parece co nfirmarse la impresión de qu e no ca be esperar qu e el Ej ecutivo pro mo verá grand es ini ciati vas a fin de so lu cio nar el problema del défi c it fisca l. Pese a que mu c hos estado unid enses -a ún bajo el influjo de la retó ri ca triunfali sta co n qu e Ro nald Reaga n dejó la Casa 1. Vuelta, núm . 148, México, marzo de 1989. 2. Challenge, vol. 31, núm. 6, Nueva Yo rk, noviembre-diciembre de 1988 . 3. Véa nse, entre otros, T. E. Mann y C. E. Sc hulze, "Getting Rid of the Budget Defi cit, Why We Should and How We Ca n", en Th e Brookings Review, invierno de 1988- 1989; World Financia / Ma rkets, Marga n Guaranty Tru st Co., núms. 4 y 6, 1988; Fred Bergsten, America in che World Econom y: A Strategy for che 1990's, lnstitute for lntern ati onal Economics, Washington, 1988. 4. Por ejemplo, las que aparecen en el documento denominado Building a Better America, que contiene el proyecto presupuestari o para el año fiscal de 1990 y algunos otros lineamientos de mayo r alca nce. • Investigadora del Instituto de Estudios de Estados Unidos del CIDE. La última revisión de este artículo se realizó a finales de junio de 1989. Blanca- 5 se resisten a aceptarl o, lo cierto es qu e al fin al del d ece ni o la econo mía de Estad os Unid os se enfrenta a desa fíos qu e cuesti o nan gravemente las bases del "estil o de vid a am eri ca no", en el qu e el inc remento de la f ros perid ad de un a ge nerac ió n a otra era un hec ho ga ranti zado. La economía política, confirm ando su reputac ión d e "c ienc ia lú gubre", deja poco es pacio para el o ptimi smo ilimitado qu e ca rac teri zó el fin al del gobi ern o anterior . En este trabajo se pretend e anali za r la eco no mía estado unidense al inic io de la gesti ó n de Bush desde la perspectiva d e la formul ac ió n de po líti cas mac roeco nómi ca s en un ambi ente de desequilibri os c uya so lu ció n no depend e só lo del manejo de algun as va ri ables (tasas de interés, ti pos de ca mbi o, etc .), si no de modi ficac io nes de fo nd o en la estru ctura económica, soc ial e, inclu so, in stitu cio nal vigente. En la primera parte se rev isa el marge n de acc ió n d e las po líticas mon etari a y fi scal , to mand o co mo referencia la ex peri encia y los resultados de las medid as in strum entadas en esto s ámbitos en los últimos oc ho años. En la segund a se ex pone el debate acerca de las o pciones de ca mbio estru ctural en Estados Unid os. Po r úl timo, se examin an las prim eras ini c iati vas eco nómicas del p res idente Bu sh . Las restricciones de la política macro e co nómica en el contexto actual urante la posguerra y hasta el ini cio de los setenta la admi ni stración de la demand a agregada se basó en la regla keynesiana de que la magnitud del défi cit fi sca l debía se r tal qu e asegurara un alto nivel de empleo . Según este postulado, a la política mon etari a correspondía un papel pasivo, pu es debía acomod ar- D S. Véase Economic Report of che President, el último presentado por Ronald Reaga n al Congreso en enero de 1989. 6. " Desde el fin al de la gran depresión, los estadounidenses han asumido como un derecho de nacim ie nto la posibilidad de ac recentar su estándar de vida. Aunque pocos puedan entend erl o, la capacidad de la nación para mantener esta posibilidad está amenazada por factores adversos desa rrollados en la economía mundial .. . " Michael Aho y Marc Levinson, " Th e Eco no my After Reagan", en Foreign Affairs, vol. 67, núm . 2, inviern o de 1988-1989 . 51 comercio exterior, enero de 1990 se a los req uerimi entos de la fiscal. Sin embargo, a principios de los setenta la ace lerac ión de las presiones inflacionarias provocó que la estabi li dad de prec ios se conv irt iera en un c riterio de evalu ac ió n eco nómi ca tan importante como obtene r altos nivel es de empl eo . A partir de esto desapareció de modo definitivo el conse nso so bre el mode lo keynes iano de políti ca fisc al, qu e Herbert Stei n, exasesor eco nómi co del presidente Ni xo n, ll amó un a " versión atenu ada del principio de las fin anzas compensatorias" .7 En efecto, hac ia fin ales de los setenta las preoc upaciones de la mac roeconomía se alejaron de las dificultades asociadas al manejo de la demanda agregada para centrarse en las de la produ cción . Ello surgió de la neces id ad de ex plicar y remediar dos problemas qu e afecta ron la economía desde la segund a mitad de los sese nta: la aceleración infl ac ion aria y el desce nso persi stent e en el ritmo de c rec imi ento de la productividad agregada 8 El prim ero provocó qu e disminuyeran el ritmo de in c remento de la productivid ad y, por end e, las ta sas de crec imiento económi co. El aume nto de los prec ios del petró leo y de otras materias prim as fue un fa ctor exógeno qu e imprimió gra n fu erza a la infl ació n. A pesa r de ell o , el fenómeno infl acion ario se atribuyó -casi de man era exc lu siva- a la actividad de l Estado y a lo que se co nsideraba un a excesiva subord inac ión de la política monetaria a la fisca l. En este marco, desde fina les de los sesenta la po lítica mon etaria fu e cobrando preminen cia sob re la fiscal ha sta qu e en 1979 con so lidó su pos ición dominante en el proceso de regulac ión macroeco nóm ica, c uando Paul Vol cker asumió la presid encia de la Res erva Federa l. Sin embargo, la favo rabl e evoluc ión económica en los och enta no pued e exp li ca rse sin cons id erar el predominio de los mecani smos fisca les 9 Como se sabe, la s po lítica s adoptadas en di c ho período 10 han generado déficit fisca les de magnitud abso lu ta y relativa sin precedente en la hi stori a de Estados Un idos. A esta ruptura entre los mode los teóricos postul ados por el gobierno de Reagan y las medidas in st rum entadas, el sistema po lít ico estadoun idense respo ndió co n la promulgación en 1985 de la ley de emerge ncia para co ntrolar el déficit y mantener el eq ui librio fisca l, conoc ida como legislac ión Gramm-Rudman-Holl ings. Las rest ri cc ion es que ésta impon e al gasto públ ico las han sorteado ha sta ahora los es pecial istas fisca les de la Casa Blanca y del Congreso; sin embargo, se han convertido en un obstác ulo ad icion al para poner en práctica una política fisca l anticíclica . En este 7. Herbert Stein, Th e Fiscal Revolution in America, University of Chicago Press, 1969. 8. Robert Gordon, " Postwar Macroeconomics: the Evolution of Events and Ideas", en Fe ld stein (comp.), The America n Economy in Transition , The University of Chicago Press, Chicago, 1980. 9. Véas e a este respecto Rosa Ta lavera, " Ocho años de reaga nomía: elementos para un balance", en Cuadernos Semestra les, Estados Unidos: Perspectiva Latinoamerica na , núms. 23-24, Instituto de Estud ios de Estados Unidos (IEEU), CIDE, México, 1989. 1O. Si bi en la po líti ca fi sca l durante el períod o del presidente Reaga n fue sie:n pre expansiva, la monetari a no tu vo signo único. Quizá para ca lifica rl a de la man era más certera se deba decir que ésta tu vo un co mportami ento aco modati cio, no sólo respecto a las necesidades de la políti ca fisca l, sino tambi én a la búsqu eda de otros objetivos en el plano de tasas de interés y de tipo de ca mbi o. se ntid o, un co nnotado economi sta com entó en 1986: "e n la actu alidad la utili zac ión de estímulos fisca les de cualqui er tipo para comba tir una [event ual] recesión resulta im pensable" . 11 El déficit fiscal: ¿bendición o bomba de tiempo? E n los últimos se is años el debate acerca de la magn itud real , el significado y las consec uenc ias eco nómicas de l déficit fisca l ha sido muy amp li o y se ha referido no só lo a la eco nomía estado unidense sino también a sus repercusiones internacionales. 12 La diversidad de posiciones abarca desde quienes lo con sid eran " una bendi ción " , 13 pues perm ite deten er el crecim iento de la intervenc ión estatal en la economía, hasta los que afirman qu e const ituye prácticamente una bomba de tiempo debido a sus efectos en la estabi lidad de los mercados finan cieros intern ac ionales (Step hen Marris, Fred Bergstein). Esta polémica muestra el consenso acerca de las consec uenc ias que los abultados déficit fisca les tienen en la ta sa interna de ahorro y en la posición financiera intern ac ion al de Estados Un idos, qu e ha pasado a ser el mayor deud or del mundo durante el período de expa nsión del déficit fiscal. La relación ahorro-inversión y el endeudamiento externo A pesar de que la tasa de ahorro interno se ha red ucido de manera drástica, la posic ión privil egiada que Estados Unidos ocupa todavía en la eco nomía internac ional y, sobre todo, su ca lidad de em isor de la moneda mundial , han permitido que una menor tasa de ahorro no se traduzca en una ca íd a proporcional de su inversión productiva. Estados Un idos ha podido fi nanc iar su proceso de inversión co n préstamos ext ranj eros en gran esca la gracias a las altas tasa s de interés y a la relativamente baja probabi li dad de riesgo que los inversioni stas extranjeros han advertido en ese mercado financ iero. Así, mientras que el aho rro nacional se redujo 5.5% en este período (respecto a los promedios hi stó ri cos de 1950 a 1980), la caída de la inversión privada fue de sólo dos puntos porcentuales, ubi cá ndose (de 1981 a 1987) en un valor co rrespo ndi ente a 6% de l PNB; 14 la diferencia entre el monto de la inversión y el del ahorro interno se ha cubi erto med iante endeud am iento externo (vea se el cuadro 1). 11. james Tobin, "High Time to Restare the Employment Act of 1946", en Chal/enge, vo l. 29, núm. 2, Nueva York, junio de 1986, p. 9. 12. Véanse, ent re otros, Lawrence A. Meyer, Th e Economic Consecuences of Covernment Deficits , The Center for th e Study of American Business, Estados Unidos, 1983; Albert T. Sommers, Reconstructing The Fed eral Deficit, Praeger Publishers, Nueva York, 1984; Herbert Stein, Presidential Economics, Simon and Schuster, Nueva York, 1984; Stephen Marri s, Deficits and the Do/lar: The World Economy at Risk, lnstitute for lnternational Econom ics, 1985; Th e Brookings lnstitution, EconomicChoices 7987, Washington, 1986; Fred Bergsten , America in the World Economy: A Strategy for the 1990's . Ademá s, pueden consultarse los artícu los de Robert Eisner, Paul A. Samue/son, Herbert Stein , james Tobin , Paul Volcker y otros, publicados en distintos números de la revista Chal/enge entre 1984 y 1988. 13. Mi/ton Friedman, Th e Wa /1 Street }ournal, 14 de diciembre de 1988. 14. T. E. Mann y C. Schulze, op . cit., pp . 4 y 5. 52 estados unidos: los desafíos económicos CUADRO 1 La evolución de la balanza comercial Estados Unidos: flujos de ahorro e inversión (Porcentaje del PNB) Un a consecuencia más visible de la drástica caída de la tasa in terna de ahorro es el acelerado deterioro de la balanza comercial estadounidense con las distintas region es (véase el cuadro 3). De 1980 a 1987 el déficit comercia l se mantuvo en 150 000 miliones de dólares en promedio, va lor equivalente al exceso del gasto interno respecto a la producc ión nacio nal. Déficit fiscal Ahorro nacional neto In versión intern a neta Posición financiera internaciona l neta 1 1949-1981 1982 1983 1984 1985 1. 2 -4.6 -5.3 -4.6 -5.0 8.0 2.0 2.1 4.4 2.9 7.6 2.0 3.0 6.8 '5.8 136.9 89.4 3.5 - 110.7 1986 -5.2 2.3 6.2 -269.2 1987 3.8 2.5 6.7 -368.2 1988 3.5 2.3 5.9 - 532.5" CUADRO 3 Estados Unidos: balanza comercia l por regiones, 7980 y 7987 (M iles de millones de d ólares) 7980 l. Mi les de millones de dólares. a. Cifra proporcionada por el Departamento de Comercio . Fuente: Economic Report of the President, 1986, 1988 y 1989. La disminución de la magnitud relativa del déficit fisca l a part ir de 1987 se ha presentado como una notab le mejoría en las finanzas públicas. Ca be precisar que en 1983 el Congreso aprobó un a reforma del sistema de segurid ad soc ial orientada a garantizar los benefic ios de los trabajadores que se jubi larán a partir del año 2010 aum entando los impu estos de segurid ad social que deben pagar dic hos trabajadores, acti vos en la actu alid ad. Estas medidas han resultado, en palabras de Rudolph Penner (exdirector de la Oficina de Presup uesto del Congreso), " uno de los hec hos más importantes en el proceso de reducción de l déficit fisca l desde mediados de los oc henta. Gracias a esta [refo rm a] dic ho sistema presenta en la actualidad superáv it significat ivos, que se están usando para ayudar a cumplir las metas de déficit establec id as por la ley Gramm-Rudman-Hollings, disimulándose así la gravedad del problema del déficit en término s globa les."15 Canadá japón Europa Occidenta l América Lat ina PIR asiáticos Ot ros Total - 1.3 1987 - 10.4 20.4 1.3 - 3.6 -3 1.9 - -25.5 - 760.3 Variación absoluta - 12.6 56.9 27.5 12.3 34.8 16.2 Participación en el tota l ( %) 11.3 46 .5 47 .9 13.6 31.2 15.7 18 11 24 16 7 24 - 134.8 100 Fuente: Survey of Current Business, vol. 68, junio de 1988, p. 46. Aunque la apreciac ión del dólar apa rece como la ca usa inm ediata del incremento del déficit comercia l, éste tiene raíces más profundas. La persistencia de déficit fiscales muy elevados en Estados Unid os explica en buena parte el desequilibrio externo y la propia apreciac ión de l dólar en los ochenta. En efecto, como consec uenc ia del descenso relativo de la competitividad de la producción, un a porc ión importante del aumento de la demanda in terna (o ri ginado por el gasto público deficitario) se cana li zó a los mercados externos . Como se puede observar en el cuad ro 4 el crec imi ento rea l del producto se mantuvo por debajo del d~ la dema nd a mterna desde 1980 hasta el tercer trimestre de 1986. CUADRO 4 CUADRO 2 Estados Unidos: crecimiento real del PNB y de la demanda interna (DI) Estados Unidos: déficit federa l (Miles de millones de dólares) Saldo incluyendo FSSl FSS 7980 -74 - 1 -73 7988 -155 39 - 194 Período 1 1994 - 121 113 - 234 Variación Va riación 1980-7988 -81 40 - 121 7988-7994 34 74 -40 Saldo excluyendo FSS l . Fondos de seguridad social. Fuente: Las cifras de 1980 son rea les. Para 1988 y 1994 se emplearon las proyecciones rea lizadas por la Oficina de Presupuestos del Congreso (tomado de Mann y Sch ultze, "Getti ng Rid of the Budget Deficit, Why We Should and How We Can", en The Brookings Review, invierno de 1988-1989) . Asf, las reducciones proyectadas en el déficit de los próximos años fisca les se deben por entero al considerable incremento previsto en los superávit del sistema de seguridad social (véase el cuadro 2). 15. The Wa /1 Street ]ournal, 14 de marzo de 1989. 1980 1982 1984 1986 PNB DI (1)-1982 (IV) (IV)- 1984 (1 1) (11)-1986 (111) (111)-1987 (111) -0.8 -0.5 7.0 9.1 2.7 3.6 2.6 3.4 1. El número romano entre paréntesis corresponde al trim estre de referencia. Fuente: Economic Report of th e Presiden!, 1988, p. 1OS . Ad icion almente, la necesidad de financiar el déficit fiscal sin recurrir a su monetizac ió n requirió de una po lítica de altas tasas de interés que provocó el aumento de la cotizació n del dólar respecto de las monedas de otros países industrializados, afectando la competitividad de las exportaciones estadoun idenses. Asim ismo, la disparidad de las políticas fisca les adoptadas por los miembros del Grupo de los Siete 16 y la situ ación de los países en de- 16. Véase a este respecto, R. Talavera y j. Mariscal, " La década de los ochenta: Acontecimientos en la economía mundia l" , documento de trabajo del IEE U, CIDE, México, marzo de 1989. comercio exterior, enero de 1990 sa rrollo deudores también han determinado la evolución del déficit comercia l estadounidense. El peso relativo de cada uno de estos factores se estimó en un estud io econométrico rea li zado por )effrey Sachs y Nurie l Rubi ni.1 7 Los autores establece n que poco más de la mitad del incremento del déficit comercial (equivalente a 1.9% del PNB de 19781980 y 1985) es atribuible al aumento del déficit fiscal. El resto correspo ndería a las po líticas de contracción fisca l de otros países industriali za dos (en especial japón); a la caída de las importaciones de los países menos desarrollados, resultado de sus crisis de endeudamiento externo, y a la política monetaria de Estados Unidos. Sac hs y Rubini co nc luyen que "si b ien es cierto que el déficit fisca l es un factor central en el elevado déficit comercia l de la economía estadounidense, aun su comp leta el imin ación no permitiría restaurar el equ ili brio externo. En último térm in o, el desequilibrio co mercial es un rasgo estructura l de la economía de Estados Un idos, que tambi én refleja la extraordinaria ca ída de la ta sa de ahorro del sector privado y, en part icular, de la correspond iente al sector familiar, así como las perspect ivas de inversión suficientemente favorab les para indu cir un continuo ingreso de capita l ext ranjero ." 18 La po lítica que la Reserva Federal adoptó desde 1979 generó un aumento de las tasas de interés y del tipo de camb io. Éste, resultado de la po líti ca monetaria, también era apropiado para la política fiscal ya que -en el marco de la desreglamentación de los mercados financieros intern ac ionales- permitiría financiar a part ir de 1980 el gasto público sin necesidad de recurrir a la monetización del sa ldo fiscal , lo que habría incidido adversamente en los precios internos. • En suma, la contracción monetaria impuesta en Estados Unidos a partir de 1979 para contener el alza de precios provocó que se incrementara el diferencia l entre las tasas de interés vigentes en Estados Unidos y las del resto de los países desarrollados . Esto, aunado a las bajas probabilidades de riesgo que los agentes finan cieros advertían en el mercado estadoun idense de va lores atrajo los excedentes monetarios del resto del mundo . El proce: so generó un aumento de la demanda de dólares destinados a la adq uisición de activos financieros denominados en dicha moneda; esto, a su vez, presionó al alza el va lor relativo del dólar, con los efectos consigu ientes en el saldo comercial. La política monetaria eóricamente el objetivo final de la política moneta ria es proporcionar sufi ciente cantidad de dinero para financiar el crecimiento que permite la capacidad productiva de la economía, garantizando, al mismo tiempo, la esta bilidad de precios . En los primeros años del gobierno de Reagan, la política monetaria privi legió el combate co ntra la inflación, dejando que la fiscal aten- 17. los resultados del mencionado estudio se incluyen en) . D. Sachs, " Global Adjustment lo a Shrinking U.S. Trade Deficit", en Brookings Papers in Ecpnomic Activity, núm. 2, 1988. 18. Sachs, -op. cit., p. 647. En este mismo sentido, véase )eff Faux, "A Cheaper Dal lar is not Enough", en Challenge, mayo-junio de 1988. 53 d iera el objetivo de crec imiento; posteriormente evo lucionó de manera mucho más pragmática . Cabe esperar que en el futuro previsible -dadas las restricciones que encaran los expedientes fiscales- se enfrentará a la neces id ad de ga ranti za r la estab ilidad de precios y el crec imi ento en ur, ámbito de desequi li brios macroeconómicos ac umulados durante los últimos años . Es vá lido pensar que si una sola po lítica busca más de un objetivo, tenderá a generar conflictos en el proceso de su ejecución; 19 esto es todavía más cierto en la actual coyuntura de la eco nomía estadounidense. En la declarac ión bianual de 1984, ante el Comité de Asuntos Bancarios, Financieros y Urbanos del Senado, Paul Volcker dejó entrever las d ificultades a que se enfrentaba la formulación de la po líti ca monetaria ante los pronunciados "déficit gemelos" y del creciente flujo de capital extranjero que éstos atraían al mercado financiero estadounidense: " En la formu lación de nuestras decisiones operacionales [respecto a la política monetaria] el nivel presente y proyectado del déficit fiscal comp lica, inevitablemente, el ambiente dentro del cual trabajamos . [El déficit fiscal) al aumentar el poder de compra de los consumidores, al generar esceptic ismo respecto a nuestra capacidad para contro lar la oferta de dinero y contener la inflación , al absorber una fracción desproporcionada de los fondos disponibles y al incrementar nuestra dependencia de los capitales extranjeros [ocasiona que) la po lítica monetaria tenga que asum ir un mayor pape l en el mantenimiento de la estabilidad; esta situación constriñe en cierto grado su flexibilidad."20 Las dificu ltades señaladas se acrecentaron en el segundo período de Reagan . No obstante, la economía prosigu ió su curso expansivo sin inflación, y los desequ ili brios fin ancieros y reales continuaron acumulándose. En octubre de 1987, el desplome bursátil pareció dar la razón a quienes habían pronosticado un aterrizaje vio lento.21_ La eficiencia con que la Reserva Federal actuó después de la caída del mercado de va lores (a l inyectar liquidez a la economía para evitar consecuenc ias graves en la producción), y la acción concertada del Ejecutivo y el Congreso a fin de disminuir el défic it presupu estario en los años fisca les de 1988 y 1989,22 no fueron , sin embargo, suficientes para eliminar los problemas que provocaron el desp lome; sólo constituyeron un instrumento de corto plazo para restituir la confianza en los mercados financ ieros . El 19. "En principio, para lograr objetivos múltiples una nación debe tener al menos un número equiva lente de instrumentos de política de manera que pueda asignar uno de ellos al logro de cada uno de Jos objetivos . .. Una combinación óptima podría ser: política fiscal para el objetivo empleo (mediante la regulación de la demanda agregada); política monetaria para el objetivo crecimiento (por medio del control de las tasas de interés); política de tipos de cambio para regular el saldo externo (por la vía de su flex ibilización), y controles directos de precios y salarios (mediante políticas de ingresos e intervención directa en Jos mercados) ." G.F. Bach, Making Monetary and Fiscal Policy, The Brookings lnstitution, Washington, 1971. 20. Paul A. Vo lcker, "Facing Up lo the Twin Deficits", en Cha l/enge, Wash ington, marzo-abril de 1984. 21. Véase Stephen Marris, op. cit. 22 . Véase a este respecto las cartas mensuales Estados Unidos: Perspectiva Latinoamericana del instituto de Estudios de Estados Unidos, vol. 13, núms. 1, 3 y 4, CIDE, Méx ico, enero, marzo y abri l de 1988. 54 desafío de lograr una solución de mayor alcance lo ha heredado el gob ierno de George Bush .23 Por otra parte, aun para la más efic iente y cuidadosa política monetaria será muy difícil articu lar un programa que prolongue los éxitos obtenidos hasta el momento. La situ ación actua l es muy distinta de la de principios de 1988. En primer lugar, la economía está operando cas i a pleno emp leo y el recrudecimiento de la in flac ión ha dejado de ser una amenaza para convertirse en un a realidad .24 Si la Reserva Federal no eleva lo suficiente las tasas de interés, la infl ac ión podría generar un a brusca caída del dólar; por otro lado, su alza pone en riesgo la continuidad del crecimiento pues deprime el gasto, al ocasionar un aumento en las erogac ion es federales por concepto de pago de intereses de la deuda pública y, por tanto, agravar el problema del déficit fiscal. Como si esto fuera poco, al parecer se ha frenado el descenso del déficit comercial, que en el período 1987-1988 dependió de la devaluación del dólar y del uso de la capacidad ociosa en el sector manufacturero. De hecho, mientras que las exportaciones netas contribuyeron con 0.4% al crecimie nto de l PNB en 1987 y 1. 7% en los primeros dos trim estres de 1988, en el tercero tu vieron un aporte negativo, que empeoró en el último trimestre del año. 25 El comportam iento del déficit comerc ial parece confirmar la experiencia histórica de que la mayor parte de las co nsecue ncias de una devaluación se resiente n en los primeros dos años; después los efectos son mucho más débiles. 26 En la act ualid ad, la política monetaria no só lo debe consegu ir que la eco nomía crezca sin presiones inflacion ari as; también debe asegurar un tipo de cambio del dólar que sea lo suficientemente alto para atraer los cerca de 150 000 millones de dólares que Estados Unidos necesita cada año para financ iar su déficit comercia l, pero no tanto que dificulte la reducción de éste . Dicho de otra manera, si bi en una políti ca monetaria restri cti va puede ser útil para co ntro lar la inflación , resulta contraproducente debido a que: 7) plantea el peligro de una recesión debido a su efecto en las tasas de interés; 2) no resuelve el problema de la caída de la tasa interna de ahorro, y 3) dificulta el ajuste externo, pues tiende a presionar el dólar al alza en momentos en que la economía requiere que disminuya el valor relativo de su moneda 2 7 En este marco, es obvio que el problema central es el défi cit fiscal. Al respecto, los grandes age ntes financi eros privados han manifestado su posición sob re el desenvolvimiento de la política 23. A pocos días del cambio de gobierno, Nicho las Brady, secretario del Tesoro, y Richard Darman, director de la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, dec lararon qu e su objetivo prioritario era lograr que la nación adoptara una visión de largo plazo para so lucionar sus problemas ("El futuro: prisionero del presente", en The Wa/1 Street }ournal, 30 de enero de 1989). 24. La tasa mensual registrada en mayo de 1989 (último dato disponible, The Wa/1 Street }ournal, 19 de junio de 1989), medida por el índice de precios al consumidor, significa una inflación anualizada de 7 por ciento. 25. Las exportaciones netas tuvi eron un valor de -93 000 millones de dólares en el tercer trimestre de 1988 y de - 1OS 400 en el cuarto (TheWa/1 Street }ournal, 24 de marzo de 1989). 26. Margan Guaranty Trust, Co., " The U.S. Economy in an Uneasy Transition", en World Financia/ Markets, núm. 1988-5, noviembre de 1988. 27 . Fred Bergsten , " The U.S. Economy ata Turning Point" , en Cha 1/enge, noviembre-d iciembre de 1988. estados unidos: los desafíos económicos fiscal: "Si el gobiern o de George Bu sh quiere enviar un a señal positiva a los mercados financieros, debe dej ar de lado los bu enos deseos y formul ar un plan de reducción muc ho más significativa y realista que la propuesta de congelamiento flex ibl e." 28 Sin embargo, la in sistenc ia de la Casa Blanca en el proyecto de conge lamiento fle xibl e demuestra la tensión ex istent e entre lá necesid ad de atender las exigencias de la economía y a la vez cumplir con lo ofrecido en el mercado de la política. Num erosos expertos han seña lado qu e en las actuales condicion es es muy difícil pensar en un aju ste que permita superar los desequilibrios que aflij en a la economía de Estados Unidos . Más allá del corto plazo: la necesidad de un ajuste estructural 1co mportamiento de la eco nomía en los ochenta ha engendrado desequilibrios cuya so lu c ión req ui ere cambiar los motores de su crecimiento. En efecto, los elevados " déficit gemelos" anulan la posibilidad de qu e el dinami smo produ cti vo siga descansando en la demanda intern a. M ás aún , en la med ida en que se adentre en los noventa , Estados Unidos requ erirá superávit c rec ientes en su balanza comercial para hace r frente a los co mpromisos financ ieros asoc iados al servic io de su deuda externa . E Esto plantea un dobl e desafío: por un lado, es necesaria un a se ri e de medidas para mejorar las co ndic iones competit ivas de Estados Unidos frente a sus soc ios co merc ial es; por otro, preservar el "sueño amer icano" requi ere que las gananc ias no se logren (única o principalmente) mediante devaluaciones y topes salariales como ha ocurrid o en los últimos años 29 Rec uperar la compet itividad y mantener el bien estar eco nómi co ex ige modificar las condicion es general es en las que se d ese nvu elve la eco nomía; ello incluye la necesidad de que el Gobierno gestione la ace ptac ión de un co njunto de medidas tendientes a estim ul ar la formación de ca pital y a ga ranti za r un mayor monto de recursos públicos para infraestructura (en particul ar en el sector transporte s), tareas de invest igación y desarrollo, y mejoram iento de la educación . En un país con un endeu damiento interno y externo de magnitud hasta ahora inconcebible, parece muy difícil ap licar estas medid as. Por otra parte, dado el peso relativo de la economía estadou nidense en la mundial , introduc ir un sesgo exportador en su producc ión tiene implicaciones muy importantes en el desenvo lvimi ento de la producción y el comerc io internacion ales. A partir del inicio de su recuperación en el último trimestre de 1982, la economía estadounidense se convirtió en la " locomotora" de l crec imiento de países como j apón, Alemania y los países as iáticos de indu strializac ión reciente, cuyas estrategias productivas se basaron en el fomento de las exportaciones. 28 . Alude a la propuesta para red ucir el déficit fiscal que George Bush expuso en su campaña electora l (Morgan Guaranty Tru st, Co., op. cit., p. 1 1). 29. Los salarios mínimos en Estados Unidos no se han modificado desde 1981. En consecuencia, las remun eraciones semanales promedio a finales de 1988 eran, en término s rea les, 15% inferiores a las de 1973 (The Wa/1 Street journal, 1989) . Véase a este respecto Víctor Godínez, Mutación productiva y desaffos competitivos, Documentos de Trabajo dei!EEU, CIDE, 1988 . comercio exterior, ene ro de 1990 55 Co mo se aprec ia, la segun da d im ensió n del desafío a q ue se enfrenta Estados Unid os res id e en el pl ano extern o . El "co loso de la econ omía mundi al" ha pasado a se r só lo el prim ero entre sus pares y, en una economía ca da vez más global e interd epe ndi ente, no puede apli ca r po líti cas unil aterales en busca só lo de su benefic io . A un el presid ente Reaga n, q ue ini ció su ma ndato iza ndo la ba ndera del hege mo ni smo, tuvo qu e arri arl a cuando la fu erza de los hec hos se le impu so. Así pues, definir un a po líti ca de ajuste estru ctural es la tarea princ ipa l del presid ente Bu sh, por lo qu e a co ntinuac ió n se expon en sus im plicac io nes intern as y ex tern as según los d istintos ex pert os. La mayoría de los estudi osos co in ci de en señalar q ue es prec iso lograr un importante repunte de la in ve rsió n intern a neta de Estados Unid os, a fin de rec uperar la competiti vid ad intern a e in tern ac io nal de su prod ucció n; empero, hay di sc repa nc ias ace rca de los meca ni smos qu e se deben empl ea r. En términos generales, pu eden di st inguirse dos posic ion es mu y diferenc iad as. La prim era , enca bezada por Peter Peterson , 30 destaca el sesgo con sumi sta y despilfarrador qu e según él tu vo el crecimi ento en los oc henta . En el mi smo se nti do se pro nun ciaro n 250 banqu eros, empresa ri os y aca démi cos de ambos partid os en un a in se rción en los princ ipa les periódi cos estadounid enses . La segund a, ca lifi ca da co mo " nu evo co nse nso key nesiano", es sustentada por economistas como Robert Ei sner, j ames Eisn er, j ames To bin , M artín Feldstein y Paul Kru gma3 1 y la elaboró, prec isa mente en polémi ca co n Peterso n, j eff Faux, pres idente del Eco nomi c Po li cy ln stitute. 32 • Ad emá s de éstas hay otras qu e giran a su alrededor. Eco nomi stas como Fred Bergsten, Stephen M arri s, Mic hael Aho, Robert Lawrence, e in stitu c io nes como el Morga n Guaranty Tru st Co., han abo rd ado el probl ema de los deseq uilibri os y, en mu chos caso s, han prese ntado propu estas co nc retas . En tod as se propu gna una mayor devalu ac ió n del dó lar y el establ ec imi ento de un pl an factibl e para reduc ir el défi c it fi scal. El docum ento eco nómi co ini cial del gobi erno de Bu sh 33 dista muc ho de tratar estos pro bl emas con profundid ad . En seguida se analiza n las dos posiciones "extremas" en el arco político estadounidense . Para Peterson los problemas de la economía radica n en una marca da " preferencia nac ional por el consum o sobre la in versió n", qu e aunqu e no comen zó en la era reaga niana sí se acentuó. En contraste, el " nu evo con senso keynes iano" y, en pa rti cul ar, Faux postul an qu e las dificultades provienen de defi cienc ias de producc ión en la industri a. Así, en tanto qu e Petersan propon e como rem edi o la austerid ad impuesta desde el Gobi erno, la receta de Faux, típica mente keynes iana, no plantea redu c ir el co nsum o sin o aum entar la produ cc ió n, lo qu e requi e30. Véase un ensayo de este autor en Atlantic Mo nthly, octu bre de 1987, y en Nexos, Méx ico, julio-agosto de 1988. 3 1. ). K. Galbraith, " Let's Try Export-led Growth", en Challenge, mayojunio de 1988. 32. Se trata de un think tank (institu ción de respaldo intelectu al al Ejecuti vo) liberal establecid o en Washington desde 1986 (Na tional }o urnal, 22 de octubre de 1988). El argumento lo ex pone Jeff Fa ux, " Th e Austerity Trap and the Growth Altern ati ve", en World Policy journal, vol. S, núm . 3, ve rano de 1988. 33. Presidencia de Estados Un idos, Building a Better America. re q ue la interve nc ión gubern amenta l en la eco nomía sea más razo nada y acti va. A mbas pos icio nes sosti enen q ue Estados Uni dos debe hacer un d rásti co aju ste eco nó mi co pard equilibrar sus c uentas externas . Detener la ac um ulac ió n de deud a extern a y red uc ir su dependenc ia respecto del capital ext ranj ero ex ige q ue este pa ís se con vierta en un expo rtador neto en los no venta. Para lograrl o sin precip itar un a reces ió n econó mi ca ge nerali zada, Estados Unidos di spo ne básica mente de cuatro o pc io nes: 7) in c rementar la demanda agregad a mundi al de mod o qu e los merca dos intern ac ionales pu edan absorbe r una mayo r produ cc ió n globa l; 2) aum enta r la producti v idad y expandir su capac id ad en bi enes de alta ca lid ad para qu e pu eda ensa nc har su parti cipac ió n en los mercados intern o y extern o; 3) pro move r o permi tir un a mayor devalu ac ió n del dó lar qu e abarate las mercancías en co mparac ió n con las de sus competid o res; 4) redu c ir los sa lari os para disminuir el co nsum o interno y los costos de produ cc ió n en la ind ustri a. Dada la magnitud del déficit comercial, lo más pro babl e es qu e sea necesa ri a un a combinac ió n de éstas pa ra redu cirlo. El peso relat ivo q ue Pete rso n y Faux asignan a cada una de ell as di fere ncia sus pos icio nes. Para el prim ero, se deberían elegir las dos últim as o pc io nes: el aju ste pri v il egiaría los meca ni smos de mercado; la intervención gubern amental se conc retaría a res tituir los estímulos fisca les al ahorro y a la in ve rsió n, penali zand o el "consumi smo". El bl anco de su ataq ue es el défi c it fi sca l qu e, al absorb er un alto po rce ntaje del aho rro privado neto, ha min ado la capac idad al sec to r pri va do para generar el capital co n q ue se hubi era asegurado la fortaleza eco nó mi ca del país. Peterson pro po ne reducir los pagos de segurid ad soc ial y pospo ner -h asta q ue se haya logrado siqui era un modesto superáv it en la cuenta co rri ente- cualqui er programa de inc remento de la inversión pública. Dicho autor sugiere que es necesa rio buscar una nueva división de las respo nsa bilid ades intern ac ion ales en coordin ac ió n co n japón (de mod o qu e éste se compro meta a dar más apoyo al Banco Mundi al, a conceder ay uda no condi cion ada a los países end eudados y a estimul ar el flujo de ca pitales al Terce r Mund o) . Asimi smo, destaca el imperativo de qu e los países de la OTAN co mpartan los costos de defensa y de que los países de industrializac ión rec iente co mprend an qu e no pu eden seg uir siend o simplemente los be nefi ciari os de un a eco no mía mundi al abi erta sin o qu e deben asumir sus obligaciones, como ayudar a los países más po bres. Po r su pa rt e, Faux se pro nunc ia por un a estrategia basada en el "c rec imi ento ad mini strado" . Su idea fund amental es que el " keynes ianismo en un sólo país" (que es a lo qu e se redujo la estrategia reaga ni ana de econom ía de oferta con presupuestos defi c itari os) ya no resulta v iab le para Estados Unid os d ebid o a qu e la estru ctura de su eco no mía y la de la intern ac io nal ca m bió de manera esenc ial en los ochenta, merm and o la capac id ad competiti va estado unid ense . Co mo resulta do, los inc rementos en la demand a fo mentados po r los défic it fisca les no generaron un c recimiento eq uiva lente en la producc ió n, sin o una afluencia de im po rtac ion es prove ni entes de países con menores costo s sa lari ales y cuyo crec imi ento se basa en las ex po rtac io nes . Seg ún esta prop uesta, pa ra q ue una estrategia tenga éx ito en estas c ircunstanc ias debería in co rpo rar dos o bjetivos bás icos: 56 1) minimizar la caída de la demanda interna sustentando la recuperación del equilibrio corpercial en el incremento de la productividad y la innovación tecnológica en vez de la devaluación del dólar o la disminución de los salar-ios, y 2) ampliar la capacidad internacional de consumo, es decir, extender el keynesianismo al conjunto de la economía mundial. Para lograr estos objetivos Faux propone un programa que implica un "usp más racional de los instrumentos de política económica". Consta de los siguientes puntos: 7) modificar la estructura impositiva de modo que se penalice la inversión especulativa en auge en los últimos años; 2) financ::iar un programa de inversión pública que fortalezca la capacidad productiva del país mediante ajustes impositivos dirigidos a los sectores de más altos ingresos y con base en un reordenamiento de las prioridades del gasto público; 3) elaborar una estrategia nacional de crecimiento con objetivos claramente definidos que se funde en la cooperación entre el Gobierno, los empresarios y los trabajadores; 4) emprender una política comercial más activa que sea un apoyo efectivo a la capacidad competitiva de la industria estadounidense y no se limite a apegarse ciegamente a los principios del libre comercio, y 5) impulsar un nuevo contrato social entre trabajadores y empresarios, a fin de revertir la tendencia reciente a que los sindicatos se debiliten y permitir la activa participación de los trabajadores en el mejoramiento de la productividad. Estas medidas macroeconómicas deben acompañarse de una política monetaria más laxa que permita reducir las tasas de interés. De manera más específica, este enfoque aboga por una mezcla de políticas macroeconómicas comprometida con el combate contra el desempleo más que con el control de la inflación. En el plano externo, Faux propone una política de "keynesianismo global" que garantice la expansión de la demanda mun dial. Ello significa sobre todo: 7) lograr que las naciones superavitarias se avengan a reducir sus superávit comerciales mediante el incremento de su propio consumo, y 2) estimular un crecimiento más rápido en los países endeudados del Tercer Mundo . Estas tareas requieren de una diplomacia internacional mucho más activa que la actual; además, es preciso reconocer que los días de la hegemonía estadounidense absoluta pertenecen al pasado . Así como Estados Unidos está preocupado por compartir las cargas en el sistema económico internacional también debe estar dispuesto a ceder parte de su liderazgo. Dada la importancia que revisten para las exportaciones estadounidenses los mercados del Tercer Mundo y, en particular, el latinoamericano, 34 Faux destaca la necesidad de tratar el problema de la deuda externa de estos países de tal forma que se logre su radical restructuración y los deudores puedan contar con poder adquisitivo para demandar productos estadounidenses y financiar su propio crecimiento. Como se puede advertir, el "keynesianismo global" supone una intensa actividad de Estados Unidos para hallar una alternativa que permita revertir los flujos de capital a los países endeudados y una reorientación de las economías latinoamericanas a fin de reducir el sesgo exportador que las ha caracterizado en el decenio de los ochenta de modo que se centren en la satisfac34. En 1987, las exportaciones de Estados Unidos a América Latina representaron 35% de las totales. estados unidos: los desafíos económicos ción de sus necesidades esenciales. 35 En el ámbito financiero más general, Faux postula estructurar un nuevo sistema internacional en el que Japón y la RFA desempeñen un papel de liderazgo al lado de Estados Unidos. Ambas propuestas enfrentan problemas por lo que respecta a su viabilidad y sus costos. Si bien el enfoque de Peterson parece tener consenso en importantes esferas de las estructuras del poder en Estados Unidos, es de esperar que su programa de austeridad encuentre fuertes resistencias en el Congreso por sus evidentes consecuencias en el nivel de vida de la mayoría de los electores. En términos económicos esta propuesta profundiza el riesgo de una recesión en Estados Unidos -que se extendería al resto del mundo- debido a que implica contraer significativamente la demanda interna sin que la posibilidad de incrementar las exportaciones esté en absoluto asegurada. Además, la insistencia en devaluar el dólar para equilibrar el saldo externo pone en riesgo la estabilidad tanto de los flujos financieros que en la actualidad recibe Estados Unidos como la del propio sistema internacional. Por otro lado, la propuesta de Faux -cuyo éxito depende de la posibilidad de establecer una planificación concertada entre Gobierno, trabajadores y empresarios- se apega más a la práctica política de Europa Occidental que a la estadounidense. En términos económicos, el peligro más evidente que entraña la propuesta del "keynesianismo global" es el resurgimiento de la inflación . Evitarlo dependería de la posibilidad de establecer, en el marco del nuevo contrato social propuesto, una política de precios e ingresos que reprima las presiones de la expansión del empleo sobre los precios. 36 Comprender la gravedad de los problemas a que se enfrenta la economía estadounidense y las consecuencias de adoptar la austeridad podría permitir considerar propuestas que, como la de Faux, implican modificar no sólo la producción sino también las tradiciones e instituciones políticas de Estados Unidos. Las primeras iniciativas económicas del presid ente George Bush na tradición de la política estadounidense (que se inauguró J en el primer período presidencial de Franklin Delano Roosevelt) consiste en hacer un balance de los primeros 100 días de gobierno para inferir las tendencias que probablemente prevalecerán a lo largo del mismo. A finales de abril de 1989 abundaron, en los medios de comunicación y en las revistas especializadas de Estados Unidos, los análisis respecto al gobierno de Bush. En ellos se sugería que el Presidente no había inaugurado una nueva era; incluso se afirmaba que luego de tres meses la agenda de Bush continuaba tan indefinida como en noviembre de 1988 y que las medidas tomadas seguían más una estrategia de reacción que una visión global anticipada de lo que se deseaba hacer desde el Ejecutivo. En la esfera económica destacan tres iniciativas, cuyos principales artífices han sido el secretario del Tesoro, Nicholas Brady, y el director de la Oficina de Administración y Presupuesto de 35. No se puede dejar de mencionar que la postura de Faux implica una mayor dosis de proteccionismo comercial que la de Peterson. 36. Véase la nota 19. 57 comercio exterior, ene ro de 1990 la Casa Bl anca, Ric hard D arm an: el proyecto de pres upu esto para el año fisca l de 1990, el plan pa ra rescatar a las asoc iac iones de aho rro y p résta mo 37 y una nu eva estrategia para el tratam ien to de la de ud a extern a latin oa meri ca na38 En relac ión co n el mayo r pro bl ema intern o en lo eco nó mi co el presid ente Bush presentó, apenas 20 días después de haber as um ido el poder, un proyec to pres upuestari o para el año fisca l de 1990. En la prop uesta, esqu emati za da en el cua dro 5, se id enti fica ro n cin co áreas prioritari as para las qu e so li c itó un incremento respecto a los ni ve les corri entes; el "co nge lami ento flex ibl e" de un co njunto de partid as relac io nadas co n el gasto soc ial, y un aum ento del presup uesto de defe nsa, sufic iente pa ra mantenerlo co nstante en términ os rea les . CUA DRO 5 Estados Unidos: presupuesto fisca l de 7990, distribución de in crementos prioritarios (M iles de millones de dólares) M etas deficitarias de la ley Cramm-Rudman (Miles de millones de dólares) 1986 1987 1988 1989 1990 199 1 1992 1993 171 144 108 72 36 o Revisió n de 1987 Déficit rea l 1 22 1 144 136 Propuesta de Bush Acuerdo 300.6 175.9 53 1.4 17.3 299.2 18 1.3 539.7 17.0 5.3 5.3 0.3 3.5 5.2 0.5 5.7 2.7 9 1. 7 99.4 Castos Defensa Programas intern os disc recionales Programas intern os no discrecionales Asuntos intern ac ionales Ingresos Nuevos impuestos Incremento de la efi ciencia en recaudación Venta de activos Tarifas de uso Déficit CUADRO 6 Ley original Acuerdo p resup uestario pa ra el año fisca l de 7990, ru bros seleccionados (Miles de millones de dólares) Fuente: Th e Wa /1 Street j ourn al, 17 de abril de 1989. Incremen to 7989 7990 Iniciativas que promu eva n el crec imiento y la co mpetitividad 20.2 24.4 4.2 Programa antin arcóti cos 8.5 9.8 1.3 Obligacio nes espec iales (sa lud , edu cac ión, vivie nd a) 328.4 349.9 2 1.5 Ma ntenimiento y ava nce de la 16.5 17.5 1.0 paz mundial Atención a problemas emergentes 8 .3 9.9 1.6 Fuente: Presidencia de Estados Unidos, Building a Better America , p. 27. Añ o fisca l CUADRO 7 149 155 170? 100 64 28 o 1. Según la contabilizac ión de la propia ley. a. Proyectado. Fu ente: " Gramm-Rudman Law", en Th e Wa/1 Street j o urnal, 1O de marzo de 1989. Las disc usion es entre el Ejec utivo y el Co ngreso con c luyeron el 14 de abril al aprobarse un ac uerdo presupuestari o vago y ll eno de estratage mas para evitar las decision es de fondo y aun as í mantener el défi c it fisc al dentro de los límites establ ec idos por la ley Gramm-Rudman -Ho llings (véanse los c uadros 6 y 7). 37. Véase Antonio Gutiérrez P., " El sistema fin anciero estadounidense: Un desafío para la administrac ión Bush", Documento de Trabajo, IEE U, CIDE, 1989. 38. Véase la ca rta mensual Estad os Unidos: Persp ectiva Latinoam erica na, vol. 14, núm . 5-6, IEEU, CIDE, Méx ico, mayo-junio de 1989 . A pesa r de q ue Bush presentó este ac uerd o como un éx ito de la estrategia para mejo rar las relac iones entre el Ej ecutivo y el Congre so, es ev id ente q ue se trata só lo de un a prim era aprox im ac ión al pro bl ema. Sin du da, el cumplimi ento forma l d e la meta de d éfic it fisca l para 1991 no podrá alca nza rse ta n fác ilm ente com o en 1990. Según estim ac io nes del Co ngreso, se necesitarán 60 000 mill o nes de dó lares - comparados con 30 000 millones en 1990en recortes y nu evos ingresos para que el défi c it del año fi sca l de 199 1 se sitú e en 64 000 m ill o nes de dó lares co mo lo establ ece la ley Gramm -Rudman-H o llings. El compo rtami ento de la economía en el segund o se mestre de 1989 y en 1990 -pe ríodo en el qu e la mayoría de las proyecc iones vati cin a una recesió n- tambi én podría compli ca r el pano rama fi sca l. Se pu ede con cluir q ue la fo rmul ació n de la políti ca eco nómica de Estados Unid os en el prese nte período pres id enc ial pl antea desa fíos insólitos. Es cierto qu e Bu sh ha heredado una eco no mía en ex pansión pero también lo es qu e la din ámica de c rec imi ento ha engendrado graves probl emas qu e, al no haberse enfrentado a ti empo, han estrec hado los márgenes de la políti ca eco nó mica. Frente al riesgo de un a recesi ó n, el arsen al de la políti ca mac roecon ómica está muy restringido . La política fi sca l está prácti ca mente anul ada por la magnitud del défi cit públi co . La política mon eta ri a, comprometid a en la contenció n del alza de precios, profundiza el peligro de qu e se interrumpa la fase ex pansi va al presionar haci a arriba las tasas de interés. Esto crea condic io nes para qu e aumente el valor relativo del dól ar, lo qu e, a su vez, afecta el sa ld o externo . Tal situ ación , por sí mi sma deli cad a, se exace rba po r las evid entes tensi ones entre la Casa Blanca y el ba nco ce ntral respecto al curso que debe seguir la políti ca de la Rese rva Federal. Además de la recesió n, al Gobiern o estadounid ense le preoc upa sobremanera el efecto qu e el alza de las t asas de interés ti ene en el défi cit fi sca l, el estado de las asoc iac ion es de ahorro y préstamo y la deud a del Terce r Mund o. Así, no obstante los esfu erzos por evitarlo, hay un alto riesgo de qu e la pró xim a recesión tenga en su base la leyend a " hec ha en W as hington ", como afirm ó el econ o mi sta Paul A. Sa mu elson .39 O 39. Th e Wa/1 Street }ournal, Washington, 20 de marzo de 1989.