el gobierno de Bush y los desafíos de la política económica

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Comercio Exterior, vol. 40, núm. 1,
México, enero de 1990, pp. 50-57
Esta os
idos: e obie o
de Bush y .os
s e la
•
política econ ; tea
Rosa Talavera Simoni *
n un a[tíc ul o publica do en M éx ico 1 Eli ot W ei nberge r, poeta y ensayi sta estadounidense, ca lificó el 20 de enero de 1989
- fec ha en qu e G eorge Bu sh as umi ó la pres id enc ia de Estados Unid os- no como el ini cio de un a nu eva etapa, sino co mo
el prim er día del nove no año de la era de Reaga n. Po r su pa rte
Fred Bergsten, director del In stitu to de Eco no mía Internac io nal,
afirm ó en una entrevi sta prev ia a las elecc io nes en ese país qu e
el gobi ern o de Bush no con stituiría, en ri go r, un a gestión totalmente nu eva 2 Coin c id en en esto la sensibilid ad del arti sta y el
ri gor del estu d ioso espec iali zado.
E
A fin de renova r la fi gura presid encial, mu chos ex pertos en
eco nomía 3 reco mend aron qu e Bush estab lec iera con urge ncia
una po líti ca o ri entada a reso lver los prin c ipa les prob lemas de la
eco no mía estado unid ense : la escasez del aho rro intern o y la debilidad de la acumulac ión de capital, fenó menos íntimamente asociados al crec imiento del d éficit fisca l en los oc henta.
Sin embargo, los primeros pasos del nu evo go bierno no parece n ori entarse en la dirección propu esta. De hec ho, al revi sa r las
medidas económi cas qu e se han tom ado hasta el momento, 4 parece co nfirmarse la impresión de qu e no ca be esperar qu e el Ej ecutivo pro mo verá grand es ini ciati vas a fin de so lu cio nar el problema del défi c it fisca l.
Pese a que mu c hos estado unid enses -a ún bajo el influjo de
la retó ri ca triunfali sta co n qu e Ro nald Reaga n dejó la Casa
1. Vuelta, núm . 148, México, marzo de 1989.
2. Challenge, vol. 31, núm. 6, Nueva Yo rk, noviembre-diciembre de
1988 .
3. Véa nse, entre otros, T. E. Mann y C. E. Sc hulze, "Getting Rid of
the Budget Defi cit, Why We Should and How We Ca n", en Th e Brookings Review, invierno de 1988- 1989; World Financia / Ma rkets, Marga n
Guaranty Tru st Co., núms. 4 y 6, 1988; Fred Bergsten, America in che World
Econom y: A Strategy for che 1990's, lnstitute for lntern ati onal Economics,
Washington, 1988.
4. Por ejemplo, las que aparecen en el documento denominado Building a Better America, que contiene el proyecto presupuestari o para el
año fiscal de 1990 y algunos otros lineamientos de mayo r alca nce.
• Investigadora del Instituto de Estudios de Estados Unidos del CIDE.
La última revisión de este artículo se realizó a finales de junio de 1989.
Blanca- 5 se resisten a aceptarl o, lo cierto es qu e al fin al del d ece ni o la econo mía de Estad os Unid os se enfrenta a desa fíos qu e
cuesti o nan gravemente las bases del "estil o de vid a am eri ca no",
en el qu e el inc remento de la f ros perid ad de un a ge nerac ió n a
otra era un hec ho ga ranti zado. La economía política, confirm ando su reputac ión d e "c ienc ia lú gubre", deja poco es pacio para
el o ptimi smo ilimitado qu e ca rac teri zó el fin al del gobi ern o anterior .
En este trabajo se pretend e anali za r la eco no mía estado unidense al inic io de la gesti ó n de Bush desde la perspectiva d e la
formul ac ió n de po líti cas mac roeco nómi ca s en un ambi ente de
desequilibri os c uya so lu ció n no depend e só lo del manejo de algun as va ri ables (tasas de interés, ti pos de ca mbi o, etc .), si no de
modi ficac io nes de fo nd o en la estru ctura económica, soc ial e, inclu so, in stitu cio nal vigente.
En la primera parte se rev isa el marge n de acc ió n d e las po líticas mon etari a y fi scal , to mand o co mo referencia la ex peri encia
y los resultados de las medid as in strum entadas en esto s ámbitos
en los últimos oc ho años. En la segund a se ex pone el debate acerca
de las o pciones de ca mbio estru ctural en Estados Unid os. Po r úl timo, se examin an las prim eras ini c iati vas eco nómicas del p res idente Bu sh .
Las restricciones de la política macro e co nómica
en el contexto actual
urante la posguerra y hasta el ini cio de los setenta la admi ni stración de la demand a agregada se basó en la regla keynesiana de que la magnitud del défi cit fi sca l debía se r tal qu e asegurara un alto nivel de empleo . Según este postulado, a la política
mon etari a correspondía un papel pasivo, pu es debía acomod ar-
D
S. Véase Economic Report of che President, el último presentado por
Ronald Reaga n al Congreso en enero de 1989.
6. " Desde el fin al de la gran depresión, los estadounidenses han asumido como un derecho de nacim ie nto la posibilidad de ac recentar su estándar de vida. Aunque pocos puedan entend erl o, la capacidad de la nación para mantener esta posibilidad está amenazada por factores adversos
desa rrollados en la economía mundial .. . " Michael Aho y Marc Levinson, " Th e Eco no my After Reagan", en Foreign Affairs, vol. 67, núm . 2,
inviern o de 1988-1989 .
51
comercio exterior, enero de 1990
se a los req uerimi entos de la fiscal. Sin embargo, a principios de
los setenta la ace lerac ión de las presiones inflacionarias provocó
que la estabi li dad de prec ios se conv irt iera en un c riterio de evalu ac ió n eco nómi ca tan importante como obtene r altos nivel es de
empl eo . A partir de esto desapareció de modo definitivo el conse nso so bre el mode lo keynes iano de políti ca fisc al, qu e Herbert
Stei n, exasesor eco nómi co del presidente Ni xo n, ll amó un a " versión atenu ada del principio de las fin anzas compensatorias" .7
En efecto, hac ia fin ales de los setenta las preoc upaciones de
la mac roeconomía se alejaron de las dificultades asociadas al manejo de la demanda agregada para centrarse en las de la produ cción . Ello surgió de la neces id ad de ex plicar y remediar dos problemas qu e afecta ron la economía desde la segund a mitad de los
sese nta: la aceleración infl ac ion aria y el desce nso persi stent e en
el ritmo de c rec imi ento de la productividad agregada 8
El prim ero provocó qu e disminuyeran el ritmo de in c remento
de la productivid ad y, por end e, las ta sas de crec imiento económi co. El aume nto de los prec ios del petró leo y de otras materias
prim as fue un fa ctor exógeno qu e imprimió gra n fu erza a la infl ació n. A pesa r de ell o , el fenómeno infl acion ario se atribuyó -casi de man era exc lu siva- a la actividad de l Estado y a lo que se
co nsideraba un a excesiva subord inac ión de la política monetaria
a la fisca l.
En este marco, desde fina les de los sesenta la po lítica mon etaria fu e cobrando preminen cia sob re la fiscal ha sta qu e en 1979
con so lidó su pos ición dominante en el proceso de regulac ión macroeco nóm ica, c uando Paul Vol cker asumió la presid encia de la
Res erva Federa l.
Sin embargo, la favo rabl e evoluc ión económica en los och enta no pued e exp li ca rse sin cons id erar el predominio de los mecani smos fisca les 9 Como se sabe, la s po lítica s adoptadas en di c ho
período 10 han generado déficit fisca les de magnitud abso lu ta y
relativa sin precedente en la hi stori a de Estados Un idos.
A esta ruptura entre los mode los teóricos postul ados por el gobierno de Reagan y las medidas in st rum entadas, el sistema po lít ico estadoun idense respo ndió co n la promulgación en 1985 de
la ley de emerge ncia para co ntrolar el déficit y mantener el eq ui librio fisca l, conoc ida como legislac ión Gramm-Rudman-Holl ings.
Las rest ri cc ion es que ésta impon e al gasto públ ico las han sorteado ha sta ahora los es pecial istas fisca les de la Casa Blanca y del
Congreso; sin embargo, se han convertido en un obstác ulo ad icion al para poner en práctica una política fisca l anticíclica . En este
7. Herbert Stein, Th e Fiscal Revolution in America, University of Chicago Press, 1969.
8. Robert Gordon, " Postwar Macroeconomics: the Evolution of Events
and Ideas", en Fe ld stein (comp.), The America n Economy in Transition ,
The University of Chicago Press, Chicago, 1980.
9. Véas e a este respecto Rosa Ta lavera, " Ocho años de reaga nomía:
elementos para un balance", en Cuadernos Semestra les, Estados Unidos:
Perspectiva Latinoamerica na , núms. 23-24, Instituto de Estud ios de Estados Unidos (IEEU), CIDE, México, 1989.
1O. Si bi en la po líti ca fi sca l durante el períod o del presidente Reaga n
fue sie:n pre expansiva, la monetari a no tu vo signo único. Quizá para ca lifica rl a de la man era más certera se deba decir que ésta tu vo un co mportami ento aco modati cio, no sólo respecto a las necesidades de la políti ca fisca l, sino tambi én a la búsqu eda de otros objetivos en el plano de
tasas de interés y de tipo de ca mbi o.
se ntid o, un co nnotado economi sta com entó en 1986: "e n la actu alidad la utili zac ión de estímulos fisca les de cualqui er tipo para
comba tir una [event ual] recesión resulta im pensable" . 11
El déficit fiscal: ¿bendición o bomba de tiempo?
E
n los últimos se is años el debate acerca de la magn itud real ,
el significado y las consec uenc ias eco nómicas de l déficit fisca l ha sido muy amp li o y se ha referido no só lo a la eco nomía
estado unidense sino también a sus repercusiones internacionales. 12 La diversidad de posiciones abarca desde quienes lo con sid eran " una bendi ción " , 13 pues perm ite deten er el crecim iento de la intervenc ión estatal en la economía, hasta los que afirman
qu e const ituye prácticamente una bomba de tiempo debido a sus
efectos en la estabi lidad de los mercados finan cieros intern ac ionales (Step hen Marris, Fred Bergstein).
Esta polémica muestra el consenso acerca de las consec uenc ias que los abultados déficit fisca les tienen en la ta sa interna de
ahorro y en la posición financiera intern ac ion al de Estados Un idos, qu e ha pasado a ser el mayor deud or del mundo durante
el período de expa nsión del déficit fiscal.
La relación ahorro-inversión
y el endeudamiento externo
A pesar de que la tasa de ahorro interno se ha red ucido de manera drástica, la posic ión privil egiada que Estados Unidos ocupa todavía en la eco nomía internac ional y, sobre todo, su ca lidad de
em isor de la moneda mundial , han permitido que una menor tasa
de ahorro no se traduzca en una ca íd a proporcional de su inversión productiva. Estados Un idos ha podido fi nanc iar su proceso
de inversión co n préstamos ext ranj eros en gran esca la gracias a
las altas tasa s de interés y a la relativamente baja probabi li dad de
riesgo que los inversioni stas extranjeros han advertido en ese mercado financ iero.
Así, mientras que el aho rro nacional se redujo 5.5% en este
período (respecto a los promedios hi stó ri cos de 1950 a 1980), la
caída de la inversión privada fue de sólo dos puntos porcentuales, ubi cá ndose (de 1981 a 1987) en un valor co rrespo ndi ente a
6% de l PNB; 14 la diferencia entre el monto de la inversión y el
del ahorro interno se ha cubi erto med iante endeud am iento externo (vea se el cuadro 1).
11. james Tobin, "High Time to Restare the Employment Act of 1946",
en Chal/enge, vo l. 29, núm. 2, Nueva York, junio de 1986, p. 9.
12. Véanse, ent re otros, Lawrence A. Meyer, Th e Economic Consecuences of Covernment Deficits , The Center for th e Study of American
Business, Estados Unidos, 1983; Albert T. Sommers, Reconstructing The
Fed eral Deficit, Praeger Publishers, Nueva York, 1984; Herbert Stein, Presidential Economics, Simon and Schuster, Nueva York, 1984; Stephen Marri s, Deficits and the Do/lar: The World Economy at Risk, lnstitute for lnternational Econom ics, 1985; Th e Brookings lnstitution, EconomicChoices
7987, Washington, 1986; Fred Bergsten , America in the World Economy:
A Strategy for the 1990's . Ademá s, pueden consultarse los artícu los de
Robert Eisner, Paul A. Samue/son, Herbert Stein , james Tobin , Paul Volcker y otros, publicados en distintos números de la revista Chal/enge entre 1984 y 1988.
13. Mi/ton Friedman, Th e Wa /1 Street }ournal, 14 de diciembre de 1988.
14. T. E. Mann y C. Schulze, op . cit., pp . 4 y 5.
52
estados unidos: los desafíos económicos
CUADRO 1
La evolución de la balanza comercial
Estados Unidos: flujos de ahorro e inversión
(Porcentaje del PNB)
Un a consecuencia más visible de la drástica caída de la tasa in terna de ahorro es el acelerado deterioro de la balanza comercial estadounidense con las distintas region es (véase el cuadro 3).
De 1980 a 1987 el déficit comercia l se mantuvo en 150 000 miliones de dólares en promedio, va lor equivalente al exceso del
gasto interno respecto a la producc ión nacio nal.
Déficit
fiscal
Ahorro
nacional neto
In versión
intern a neta
Posición financiera
internaciona l
neta 1
1949-1981
1982
1983
1984
1985
1. 2
-4.6
-5.3
-4.6
-5.0
8.0
2.0
2.1
4.4
2.9
7.6
2.0
3.0
6.8
'5.8
136.9
89.4
3.5
- 110.7
1986
-5.2
2.3
6.2
-269.2
1987
3.8
2.5
6.7
-368.2
1988
3.5
2.3
5.9
- 532.5"
CUADRO 3
Estados Unidos: balanza comercia l por regiones, 7980 y 7987
(M iles de millones de d ólares)
7980
l. Mi les de millones de dólares.
a. Cifra proporcionada por el Departamento de Comercio .
Fuente: Economic Report of the President, 1986, 1988 y 1989.
La disminución de la magnitud relativa del déficit fisca l a part ir de 1987 se ha presentado como una notab le mejoría en las
finanzas públicas. Ca be precisar que en 1983 el Congreso aprobó un a reforma del sistema de segurid ad soc ial orientada a garantizar los benefic ios de los trabajadores que se jubi larán a partir del año 2010 aum entando los impu estos de segurid ad social
que deben pagar dic hos trabajadores, acti vos en la actu alid ad.
Estas medidas han resultado, en palabras de Rudolph Penner (exdirector de la Oficina de Presup uesto del Congreso), " uno de los
hec hos más importantes en el proceso de reducción de l déficit
fisca l desde mediados de los oc henta. Gracias a esta [refo rm a] dic ho sistema presenta en la actualidad superáv it significat ivos, que
se están usando para ayudar a cumplir las metas de déficit establec id as por la ley Gramm-Rudman-Hollings, disimulándose así
la gravedad del problema del déficit en término s globa les."15
Canadá
japón
Europa Occidenta l
América Lat ina
PIR asiáticos
Ot ros
Total
- 1.3
1987
- 10.4
20.4
1.3
- 3.6
-3 1.9
-
-25.5
- 760.3
Variación
absoluta
-
12.6
56.9
27.5
12.3
34.8
16.2
Participación
en el tota l ( %)
11.3
46 .5
47 .9
13.6
31.2
15.7
18
11
24
16
7
24
- 134.8
100
Fuente: Survey of Current Business, vol. 68, junio de 1988, p. 46.
Aunque la apreciac ión del dólar apa rece como la ca usa inm ediata del incremento del déficit comercia l, éste tiene raíces más
profundas. La persistencia de déficit fiscales muy elevados en Estados Unid os explica en buena parte el desequilibrio externo y
la propia apreciac ión de l dólar en los ochenta. En efecto, como
consec uenc ia del descenso relativo de la competitividad de la producción, un a porc ión importante del aumento de la demanda in terna (o ri ginado por el gasto público deficitario) se cana li zó a los
mercados externos . Como se puede observar en el cuad ro 4 el
crec imi ento rea l del producto se mantuvo por debajo del d~ la
dema nd a mterna desde 1980 hasta el tercer trimestre de 1986.
CUADRO 4
CUADRO 2
Estados Unidos: crecimiento real del PNB
y de la demanda interna (DI)
Estados Unidos: déficit federa l
(Miles de millones de dólares)
Saldo incluyendo FSSl
FSS
7980
-74
- 1
-73
7988
-155
39
- 194
Período 1
1994
- 121
113
- 234
Variación
Va riación
1980-7988
-81
40
- 121
7988-7994
34
74
-40
Saldo excluyendo FSS
l . Fondos de seguridad social.
Fuente: Las cifras de 1980 son rea les. Para 1988 y 1994 se emplearon las
proyecciones rea lizadas por la Oficina de Presupuestos del Congreso (tomado de Mann y Sch ultze, "Getti ng Rid of the Budget
Deficit, Why We Should and How We Can", en The Brookings
Review, invierno de 1988-1989) .
Asf, las reducciones proyectadas en el déficit de los próximos
años fisca les se deben por entero al considerable incremento previsto en los superávit del sistema de seguridad social (véase el cuadro 2).
15. The Wa /1 Street ]ournal, 14 de marzo de 1989.
1980
1982
1984
1986
PNB
DI
(1)-1982 (IV)
(IV)- 1984 (1 1)
(11)-1986 (111)
(111)-1987 (111)
-0.8
-0.5
7.0
9.1
2.7
3.6
2.6
3.4
1. El número romano entre paréntesis corresponde al trim estre de referencia.
Fuente: Economic Report of th e Presiden!, 1988, p. 1OS .
Ad icion almente, la necesidad de financiar el déficit fiscal sin
recurrir a su monetizac ió n requirió de una po lítica de altas tasas
de interés que provocó el aumento de la cotizació n del dólar respecto de las monedas de otros países industrializados, afectando
la competitividad de las exportaciones estadoun idenses. Asim ismo, la disparidad de las políticas fisca les adoptadas por los miembros del Grupo de los Siete 16 y la situ ación de los países en de-
16. Véase a este respecto, R. Talavera y j. Mariscal, " La década de
los ochenta: Acontecimientos en la economía mundia l" , documento de
trabajo del IEE U, CIDE, México, marzo de 1989.
comercio exterior, enero de 1990
sa rrollo deudores también han determinado la evolución del déficit
comercia l estadounidense.
El peso relativo de cada uno de estos factores se estimó en un
estud io econométrico rea li zado por )effrey Sachs y Nurie l Rubi ni.1 7 Los autores establece n que poco más de la mitad del incremento del déficit comercial (equivalente a 1.9% del PNB de 19781980 y 1985) es atribuible al aumento del déficit fiscal. El resto
correspo ndería a las po líticas de contracción fisca l de otros países industriali za dos (en especial japón); a la caída de las importaciones de los países menos desarrollados, resultado de sus crisis
de endeudamiento externo, y a la política monetaria de Estados
Unidos.
Sac hs y Rubini co nc luyen que "si b ien es cierto que el déficit
fisca l es un factor central en el elevado déficit comercia l de la economía estadounidense, aun su comp leta el imin ación no permitiría restaurar el equ ili brio externo. En último térm in o, el desequilibrio co mercial es un rasgo estructura l de la economía de Estados
Un idos, que tambi én refleja la extraordinaria ca ída de la ta sa de
ahorro del sector privado y, en part icular, de la correspond iente
al sector familiar, así como las perspect ivas de inversión suficientemente favorab les para indu cir un continuo ingreso de capita l
ext ranjero ." 18
La po lítica que la Reserva Federal adoptó desde 1979 generó
un aumento de las tasas de interés y del tipo de camb io. Éste,
resultado de la po líti ca monetaria, también era apropiado para
la política fiscal ya que -en el marco de la desreglamentación
de los mercados financieros intern ac ionales- permitiría financiar
a part ir de 1980 el gasto público sin necesidad de recurrir a la
monetización del sa ldo fiscal , lo que habría incidido adversamente
en los precios internos.
•
En suma, la contracción monetaria impuesta en Estados Unidos a partir de 1979 para contener el alza de precios provocó que
se incrementara el diferencia l entre las tasas de interés vigentes
en Estados Unidos y las del resto de los países desarrollados . Esto,
aunado a las bajas probabilidades de riesgo que los agentes finan cieros advertían en el mercado estadoun idense de va lores
atrajo los excedentes monetarios del resto del mundo . El proce:
so generó un aumento de la demanda de dólares destinados a
la adq uisición de activos financieros denominados en dicha moneda; esto, a su vez, presionó al alza el va lor relativo del dólar,
con los efectos consigu ientes en el saldo comercial.
La política monetaria
eóricamente el objetivo final de la política moneta ria es proporcionar sufi ciente cantidad de dinero para financiar el crecimiento que permite la capacidad productiva de la economía,
garantizando, al mismo tiempo, la esta bilidad de precios . En los
primeros años del gobierno de Reagan, la política monetaria privi legió el combate co ntra la inflación, dejando que la fiscal aten-
17. los resultados del mencionado estudio se incluyen en) . D. Sachs,
" Global Adjustment lo a Shrinking U.S. Trade Deficit", en Brookings Papers in Ecpnomic Activity, núm. 2, 1988.
18. Sachs, -op. cit., p. 647. En este mismo sentido, véase )eff Faux,
"A Cheaper Dal lar is not Enough", en Challenge, mayo-junio de 1988.
53
d iera el objetivo de crec imiento; posteriormente evo lucionó de
manera mucho más pragmática . Cabe esperar que en el futuro
previsible -dadas las restricciones que encaran los expedientes
fiscales- se enfrentará a la neces id ad de ga ranti za r la estab ilidad
de precios y el crec imi ento en ur, ámbito de desequi li brios macroeconómicos ac umulados durante los últimos años .
Es vá lido pensar que si una sola po lítica busca más de un objetivo, tenderá a generar conflictos en el proceso de su ejecución; 19 esto es todavía más cierto en la actual coyuntura de la
eco nomía estadounidense.
En la declarac ión bianual de 1984, ante el Comité de Asuntos
Bancarios, Financieros y Urbanos del Senado, Paul Volcker dejó
entrever las d ificultades a que se enfrentaba la formulación de
la po líti ca monetaria ante los pronunciados "déficit gemelos" y
del creciente flujo de capital extranjero que éstos atraían al mercado financiero estadounidense: " En la formu lación de nuestras
decisiones operacionales [respecto a la política monetaria] el nivel presente y proyectado del déficit fiscal comp lica, inevitablemente, el ambiente dentro del cual trabajamos . [El déficit fiscal)
al aumentar el poder de compra de los consumidores, al generar
esceptic ismo respecto a nuestra capacidad para contro lar la oferta de dinero y contener la inflación , al absorber una fracción desproporcionada de los fondos disponibles y al incrementar nuestra dependencia de los capitales extranjeros [ocasiona que) la
po lítica monetaria tenga que asum ir un mayor pape l en el mantenimiento de la estabilidad; esta situación constriñe en cierto grado su flexibilidad."20
Las dificu ltades señaladas se acrecentaron en el segundo período de Reagan . No obstante, la economía prosigu ió su curso
expansivo sin inflación, y los desequ ili brios fin ancieros y reales
continuaron acumulándose. En octubre de 1987, el desplome bursátil pareció dar la razón a quienes habían pronosticado un aterrizaje vio lento.21_
La eficiencia con que la Reserva Federal actuó después de la
caída del mercado de va lores (a l inyectar liquidez a la economía
para evitar consecuenc ias graves en la producción), y la acción
concertada del Ejecutivo y el Congreso a fin de disminuir el défic it presupu estario en los años fisca les de 1988 y 1989,22 no fueron , sin embargo, suficientes para eliminar los problemas que provocaron el desp lome; sólo constituyeron un instrumento de corto
plazo para restituir la confianza en los mercados financ ieros . El
19. "En principio, para lograr objetivos múltiples una nación debe tener al menos un número equiva lente de instrumentos de política de manera que pueda asignar uno de ellos al logro de cada uno de Jos objetivos . .. Una combinación óptima podría ser: política fiscal para el objetivo
empleo (mediante la regulación de la demanda agregada); política monetaria para el objetivo crecimiento (por medio del control de las tasas
de interés); política de tipos de cambio para regular el saldo externo (por
la vía de su flex ibilización), y controles directos de precios y salarios (mediante políticas de ingresos e intervención directa en Jos mercados) ." G.F.
Bach, Making Monetary and Fiscal Policy, The Brookings lnstitution, Washington, 1971.
20. Paul A. Vo lcker, "Facing Up lo the Twin Deficits", en Cha l/enge,
Wash ington, marzo-abril de 1984.
21. Véase Stephen Marris, op. cit.
22 . Véase a este respecto las cartas mensuales Estados Unidos: Perspectiva Latinoamericana del instituto de Estudios de Estados Unidos, vol.
13, núms. 1, 3 y 4, CIDE, Méx ico, enero, marzo y abri l de 1988.
54
desafío de lograr una solución de mayor alcance lo ha heredado
el gob ierno de George Bush .23
Por otra parte, aun para la más efic iente y cuidadosa política
monetaria será muy difícil articu lar un programa que prolongue
los éxitos obtenidos hasta el momento. La situ ación actua l es muy
distinta de la de principios de 1988. En primer lugar, la economía
está operando cas i a pleno emp leo y el recrudecimiento de la in flac ión ha dejado de ser una amenaza para convertirse en un a
realidad .24 Si la Reserva Federal no eleva lo suficiente las tasas
de interés, la infl ac ión podría generar un a brusca caída del dólar;
por otro lado, su alza pone en riesgo la continuidad del crecimiento pues deprime el gasto, al ocasionar un aumento en las
erogac ion es federales por concepto de pago de intereses de la
deuda pública y, por tanto, agravar el problema del déficit fiscal.
Como si esto fuera poco, al parecer se ha frenado el descenso
del déficit comercial, que en el período 1987-1988 dependió de
la devaluación del dólar y del uso de la capacidad ociosa en el
sector manufacturero. De hecho, mientras que las exportaciones
netas contribuyeron con 0.4% al crecimie nto de l PNB en 1987
y 1. 7% en los primeros dos trim estres de 1988, en el tercero tu vieron un aporte negativo, que empeoró en el último trimestre
del año. 25 El comportam iento del déficit comerc ial parece confirmar la experiencia histórica de que la mayor parte de las co nsecue ncias de una devaluación se resiente n en los primeros dos
años; después los efectos son mucho más débiles. 26
En la act ualid ad, la política monetaria no só lo debe consegu ir
que la eco nomía crezca sin presiones inflacion ari as; también debe
asegurar un tipo de cambio del dólar que sea lo suficientemente
alto para atraer los cerca de 150 000 millones de dólares que Estados Unidos necesita cada año para financ iar su déficit comercia l, pero no tanto que dificulte la reducción de éste .
Dicho de otra manera, si bi en una políti ca monetaria restri cti va puede ser útil para co ntro lar la inflación , resulta contraproducente debido a que: 7) plantea el peligro de una recesión debido
a su efecto en las tasas de interés; 2) no resuelve el problema de
la caída de la tasa interna de ahorro, y 3) dificulta el ajuste externo, pues tiende a presionar el dólar al alza en momentos en que
la economía requiere que disminuya el valor relativo de su
moneda 2 7
En este marco, es obvio que el problema central es el défi cit
fiscal. Al respecto, los grandes age ntes financi eros privados han
manifestado su posición sob re el desenvolvimiento de la política
23. A pocos días del cambio de gobierno, Nicho las Brady, secretario
del Tesoro, y Richard Darman, director de la Oficina de Administración
y Presupuesto de la Casa Blanca, dec lararon qu e su objetivo prioritario
era lograr que la nación adoptara una visión de largo plazo para so lucionar sus problemas ("El futuro: prisionero del presente", en The Wa/1 Street
}ournal, 30 de enero de 1989).
24. La tasa mensual registrada en mayo de 1989 (último dato disponible, The Wa/1 Street }ournal, 19 de junio de 1989), medida por el índice
de precios al consumidor, significa una inflación anualizada de 7 por ciento.
25. Las exportaciones netas tuvi eron un valor de -93 000 millones
de dólares en el tercer trimestre de 1988 y de - 1OS 400 en el cuarto (TheWa/1 Street }ournal, 24 de marzo de 1989).
26. Margan Guaranty Trust, Co., " The U.S. Economy in an Uneasy
Transition", en World Financia/ Markets, núm. 1988-5, noviembre de 1988.
27 . Fred Bergsten , " The U.S. Economy ata Turning Point" , en Cha 1/enge, noviembre-d iciembre de 1988.
estados unidos: los desafíos económicos
fiscal: "Si el gobiern o de George Bu sh quiere enviar un a señal
positiva a los mercados financieros, debe dej ar de lado los bu enos deseos y formul ar un plan de reducción muc ho más significativa y realista que la propuesta de congelamiento flex ibl e." 28
Sin embargo, la in sistenc ia de la Casa Blanca en el proyecto
de conge lamiento fle xibl e demuestra la tensión ex istent e entre
lá necesid ad de atender las exigencias de la economía y a la vez
cumplir con lo ofrecido en el mercado de la política. Num erosos
expertos han seña lado qu e en las actuales condicion es es muy
difícil pensar en un aju ste que permita superar los desequilibrios
que aflij en a la economía de Estados Unidos .
Más allá del corto plazo: la necesidad
de un ajuste estructural
1co mportamiento de la eco nomía en los ochenta ha engendrado desequilibrios cuya so lu c ión req ui ere cambiar los motores de su crecimiento. En efecto, los elevados " déficit gemelos" anulan la posibilidad de qu e el dinami smo produ cti vo siga
descansando en la demanda intern a. M ás aún , en la med ida en
que se adentre en los noventa , Estados Unidos requ erirá superávit c rec ientes en su balanza comercial para hace r frente a los co mpromisos financ ieros asoc iados al servic io de su deuda externa .
E
Esto plantea un dobl e desafío: por un lado, es necesaria un a
se ri e de medidas para mejorar las co ndic iones competit ivas de
Estados Unidos frente a sus soc ios co merc ial es; por otro, preservar el "sueño amer icano" requi ere que las gananc ias no se logren (única o principalmente) mediante devaluaciones y topes salariales como ha ocurrid o en los últimos años 29
Rec uperar la compet itividad y mantener el bien estar eco nómi co ex ige modificar las condicion es general es en las que se d ese nvu elve la eco nomía; ello incluye la necesidad de que el Gobierno gestione la ace ptac ión de un co njunto de medidas
tendientes a estim ul ar la formación de ca pital y a ga ranti za r un
mayor monto de recursos públicos para infraestructura (en particul ar en el sector transporte s), tareas de invest igación y desarrollo, y mejoram iento de la educación . En un país con un endeu damiento interno y externo de magnitud hasta ahora inconcebible,
parece muy difícil ap licar estas medid as.
Por otra parte, dado el peso relativo de la economía estadou nidense en la mundial , introduc ir un sesgo exportador en su producc ión tiene implicaciones muy importantes en el desenvo lvimi ento de la producción y el comerc io internacion ales. A partir
del inicio de su recuperación en el último trimestre de 1982, la
economía estadounidense se convirtió en la " locomotora" de l
crec imiento de países como j apón, Alemania y los países as iáticos de indu strializac ión reciente, cuyas estrategias productivas se
basaron en el fomento de las exportaciones.
28 . Alude a la propuesta para red ucir el déficit fiscal que George Bush
expuso en su campaña electora l (Morgan Guaranty Tru st, Co., op. cit.,
p. 1 1).
29. Los salarios mínimos en Estados Unidos no se han modificado desde 1981. En consecuencia, las remun eraciones semanales promedio a finales de 1988 eran, en término s rea les, 15% inferiores a las de 1973 (The
Wa/1 Street journal, 1989) . Véase a este respecto Víctor Godínez, Mutación productiva y desaffos competitivos, Documentos de Trabajo dei!EEU,
CIDE, 1988 .
comercio exterior, ene ro de 1990
55
Co mo se aprec ia, la segun da d im ensió n del desafío a q ue se
enfrenta Estados Unid os res id e en el pl ano extern o . El "co loso
de la econ omía mundi al" ha pasado a se r só lo el prim ero entre
sus pares y, en una economía ca da vez más global e interd epe ndi ente, no puede apli ca r po líti cas unil aterales en busca só lo de
su benefic io . A un el presid ente Reaga n, q ue ini ció su ma ndato
iza ndo la ba ndera del hege mo ni smo, tuvo qu e arri arl a cuando
la fu erza de los hec hos se le impu so.
Así pues, definir un a po líti ca de ajuste estru ctural es la tarea
princ ipa l del presid ente Bu sh, por lo qu e a co ntinuac ió n se expon en sus im plicac io nes intern as y ex tern as según los d istintos
ex pert os.
La mayoría de los estudi osos co in ci de en señalar q ue es prec iso lograr un importante repunte de la in ve rsió n intern a neta de
Estados Unid os, a fin de rec uperar la competiti vid ad intern a e in tern ac io nal de su prod ucció n; empero, hay di sc repa nc ias ace rca
de los meca ni smos qu e se deben empl ea r.
En términos generales, pu eden di st inguirse dos posic ion es mu y
diferenc iad as. La prim era , enca bezada por Peter Peterson , 30 destaca el sesgo con sumi sta y despilfarrador qu e según él tu vo el crecimi ento en los oc henta . En el mi smo se nti do se pro nun ciaro n
250 banqu eros, empresa ri os y aca démi cos de ambos partid os en
un a in se rción en los princ ipa les periódi cos estadounid enses . La
segund a, ca lifi ca da co mo " nu evo co nse nso key nesiano", es sustentada por economistas como Robert Ei sner, j ames Eisn er, j ames To bin , M artín Feldstein y Paul Kru gma3 1 y la elaboró, prec isa mente en polémi ca co n Peterso n, j eff Faux, pres idente del
Eco nomi c Po li cy ln stitute. 32
•
Ad emá s de éstas hay otras qu e giran a su alrededor. Eco nomi stas como Fred Bergsten, Stephen M arri s, Mic hael Aho, Robert
Lawrence, e in stitu c io nes como el Morga n Guaranty Tru st Co.,
han abo rd ado el probl ema de los deseq uilibri os y, en mu chos caso s, han prese ntado propu estas co nc retas . En tod as se propu gna
una mayor devalu ac ió n del dó lar y el establ ec imi ento de un pl an
factibl e para reduc ir el défi c it fi scal. El docum ento eco nómi co ini cial del gobi erno de Bu sh 33 dista muc ho de tratar estos pro bl emas con profundid ad .
En seguida se analiza n las dos posiciones "extremas" en el arco
político estadounidense . Para Peterson los problemas de la economía radica n en una marca da " preferencia nac ional por el consum o
sobre la in versió n", qu e aunqu e no comen zó en la era reaga niana sí se acentuó. En contraste, el " nu evo con senso keynes iano"
y, en pa rti cul ar, Faux postul an qu e las dificultades provienen de
defi cienc ias de producc ión en la industri a. Así, en tanto qu e Petersan propon e como rem edi o la austerid ad impuesta desde el
Gobi erno, la receta de Faux, típica mente keynes iana, no plantea
redu c ir el co nsum o sin o aum entar la produ cc ió n, lo qu e requi e30. Véase un ensayo de este autor en Atlantic Mo nthly, octu bre de
1987, y en Nexos, Méx ico, julio-agosto de 1988.
3 1. ). K. Galbraith, " Let's Try Export-led Growth", en Challenge, mayojunio de 1988.
32. Se trata de un think tank (institu ción de respaldo intelectu al al Ejecuti vo) liberal establecid o en Washington desde 1986 (Na tional }o urnal,
22 de octubre de 1988). El argumento lo ex pone Jeff Fa ux, " Th e Austerity Trap and the Growth Altern ati ve", en World Policy journal, vol. S,
núm . 3, ve rano de 1988.
33. Presidencia de Estados Un idos, Building a Better America.
re q ue la interve nc ión gubern amenta l en la eco nomía sea más
razo nada y acti va.
A mbas pos icio nes sosti enen q ue Estados Uni dos debe hacer
un d rásti co aju ste eco nó mi co pard equilibrar sus c uentas externas . Detener la ac um ulac ió n de deud a extern a y red uc ir su dependenc ia respecto del capital ext ranj ero ex ige q ue este pa ís se
con vierta en un expo rtador neto en los no venta. Para lograrl o sin
precip itar un a reces ió n econó mi ca ge nerali zada, Estados Unidos
di spo ne básica mente de cuatro o pc io nes: 7) in c rementar la demanda agregad a mundi al de mod o qu e los merca dos intern ac ionales pu edan absorbe r una mayo r produ cc ió n globa l; 2) aum enta r la producti v idad y expandir su capac id ad en bi enes de alta
ca lid ad para qu e pu eda ensa nc har su parti cipac ió n en los mercados intern o y extern o; 3) pro move r o permi tir un a mayor devalu ac ió n del dó lar qu e abarate las mercancías en co mparac ió n con
las de sus competid o res; 4) redu c ir los sa lari os para disminuir el
co nsum o interno y los costos de produ cc ió n en la ind ustri a.
Dada la magnitud del déficit comercial, lo más pro babl e es qu e
sea necesa ri a un a combinac ió n de éstas pa ra redu cirlo. El peso
relat ivo q ue Pete rso n y Faux asignan a cada una de ell as di fere ncia sus pos icio nes.
Para el prim ero, se deberían elegir las dos últim as o pc io nes:
el aju ste pri v il egiaría los meca ni smos de mercado; la intervención
gubern amental se conc retaría a res tituir los estímulos fisca les al
ahorro y a la in ve rsió n, penali zand o el "consumi smo". El bl anco
de su ataq ue es el défi c it fi sca l qu e, al absorb er un alto po rce ntaje del aho rro privado neto, ha min ado la capac idad al sec to r pri va do para generar el capital co n q ue se hubi era asegurado la fortaleza eco nó mi ca del país. Peterson pro po ne reducir los pagos
de segurid ad soc ial y pospo ner -h asta q ue se haya logrado siqui era un modesto superáv it en la cuenta co rri ente- cualqui er
programa de inc remento de la inversión pública.
Dicho autor sugiere que es necesa rio buscar una nueva división
de las respo nsa bilid ades intern ac ion ales en coordin ac ió n co n japón (de mod o qu e éste se compro meta a dar más apoyo al Banco
Mundi al, a conceder ay uda no condi cion ada a los países end eudados y a estimul ar el flujo de ca pitales al Terce r Mund o) . Asimi smo, destaca el imperativo de qu e los países de la OTAN co mpartan los costos de defensa y de que los países de industrializac ión
rec iente co mprend an qu e no pu eden seg uir siend o simplemente
los be nefi ciari os de un a eco no mía mundi al abi erta sin o qu e deben asumir sus obligaciones, como ayudar a los países más po bres.
Po r su pa rt e, Faux se pro nunc ia por un a estrategia basada en
el "c rec imi ento ad mini strado" . Su idea fund amental es que el
" keynes ianismo en un sólo país" (que es a lo qu e se redujo la
estrategia reaga ni ana de econom ía de oferta con presupuestos defi c itari os) ya no resulta v iab le para Estados Unid os d ebid o a qu e
la estru ctura de su eco no mía y la de la intern ac io nal ca m bió de
manera esenc ial en los ochenta, merm and o la capac id ad competiti va estado unid ense . Co mo resulta do, los inc rementos en la
demand a fo mentados po r los défic it fisca les no generaron un c recimiento eq uiva lente en la producc ió n, sin o una afluencia de im po rtac ion es prove ni entes de países con menores costo s sa lari ales y cuyo crec imi ento se basa en las ex po rtac io nes .
Seg ún esta prop uesta, pa ra q ue una estrategia tenga éx ito en
estas c ircunstanc ias debería in co rpo rar dos o bjetivos bás icos:
56
1) minimizar la caída de la demanda interna sustentando la recuperación del equilibrio corpercial en el incremento de la productividad y la innovación tecnológica en vez de la devaluación del
dólar o la disminución de los salar-ios, y 2) ampliar la capacidad
internacional de consumo, es decir, extender el keynesianismo
al conjunto de la economía mundial.
Para lograr estos objetivos Faux propone un programa que implica un "usp más racional de los instrumentos de política económica". Consta de los siguientes puntos: 7) modificar la estructura impositiva de modo que se penalice la inversión especulativa
en auge en los últimos años; 2) financ::iar un programa de inversión pública que fortalezca la capacidad productiva del país mediante ajustes impositivos dirigidos a los sectores de más altos ingresos y con base en un reordenamiento de las prioridades del
gasto público; 3) elaborar una estrategia nacional de crecimiento
con objetivos claramente definidos que se funde en la cooperación entre el Gobierno, los empresarios y los trabajadores; 4) emprender una política comercial más activa que sea un apoyo efectivo a la capacidad competitiva de la industria estadounidense y
no se limite a apegarse ciegamente a los principios del libre comercio, y 5) impulsar un nuevo contrato social entre trabajadores y empresarios, a fin de revertir la tendencia reciente a que
los sindicatos se debiliten y permitir la activa participación de los
trabajadores en el mejoramiento de la productividad.
Estas medidas macroeconómicas deben acompañarse de una
política monetaria más laxa que permita reducir las tasas de interés. De manera más específica, este enfoque aboga por una mezcla de políticas macroeconómicas comprometida con el combate contra el desempleo más que con el control de la inflación.
En el plano externo, Faux propone una política de "keynesianismo global" que garantice la expansión de la demanda mun dial. Ello significa sobre todo: 7) lograr que las naciones superavitarias se avengan a reducir sus superávit comerciales mediante
el incremento de su propio consumo, y 2) estimular un crecimiento
más rápido en los países endeudados del Tercer Mundo . Estas tareas requieren de una diplomacia internacional mucho más activa que la actual; además, es preciso reconocer que los días de
la hegemonía estadounidense absoluta pertenecen al pasado . Así
como Estados Unidos está preocupado por compartir las cargas
en el sistema económico internacional también debe estar dispuesto a ceder parte de su liderazgo.
Dada la importancia que revisten para las exportaciones estadounidenses los mercados del Tercer Mundo y, en particular, el
latinoamericano, 34 Faux destaca la necesidad de tratar el problema de la deuda externa de estos países de tal forma que se logre
su radical restructuración y los deudores puedan contar con poder adquisitivo para demandar productos estadounidenses y financiar su propio crecimiento.
Como se puede advertir, el "keynesianismo global" supone
una intensa actividad de Estados Unidos para hallar una alternativa que permita revertir los flujos de capital a los países endeudados y una reorientación de las economías latinoamericanas a
fin de reducir el sesgo exportador que las ha caracterizado en el
decenio de los ochenta de modo que se centren en la satisfac34. En 1987, las exportaciones de Estados Unidos a América Latina
representaron 35% de las totales.
estados unidos: los desafíos económicos
ción de sus necesidades esenciales. 35 En el ámbito financiero más
general, Faux postula estructurar un nuevo sistema internacional
en el que Japón y la RFA desempeñen un papel de liderazgo al
lado de Estados Unidos.
Ambas propuestas enfrentan problemas por lo que respecta
a su viabilidad y sus costos. Si bien el enfoque de Peterson parece tener consenso en importantes esferas de las estructuras del
poder en Estados Unidos, es de esperar que su programa de austeridad encuentre fuertes resistencias en el Congreso por sus evidentes consecuencias en el nivel de vida de la mayoría de los electores. En términos económicos esta propuesta profundiza el riesgo
de una recesión en Estados Unidos -que se extendería al resto
del mundo- debido a que implica contraer significativamente la
demanda interna sin que la posibilidad de incrementar las exportaciones esté en absoluto asegurada. Además, la insistencia en
devaluar el dólar para equilibrar el saldo externo pone en riesgo
la estabilidad tanto de los flujos financieros que en la actualidad
recibe Estados Unidos como la del propio sistema internacional.
Por otro lado, la propuesta de Faux -cuyo éxito depende de
la posibilidad de establecer una planificación concertada entre
Gobierno, trabajadores y empresarios- se apega más a la práctica política de Europa Occidental que a la estadounidense.
En términos económicos, el peligro más evidente que entraña
la propuesta del "keynesianismo global" es el resurgimiento de
la inflación . Evitarlo dependería de la posibilidad de establecer,
en el marco del nuevo contrato social propuesto, una política de
precios e ingresos que reprima las presiones de la expansión del
empleo sobre los precios. 36
Comprender la gravedad de los problemas a que se enfrenta
la economía estadounidense y las consecuencias de adoptar la
austeridad podría permitir considerar propuestas que, como la de
Faux, implican modificar no sólo la producción sino también las
tradiciones e instituciones políticas de Estados Unidos.
Las primeras iniciativas económicas
del presid ente George Bush
na tradición de la política estadounidense (que se inauguró
J en el primer período presidencial de Franklin Delano Roosevelt) consiste en hacer un balance de los primeros 100 días de
gobierno para inferir las tendencias que probablemente prevalecerán a lo largo del mismo. A finales de abril de 1989 abundaron, en los medios de comunicación y en las revistas especializadas de Estados Unidos, los análisis respecto al gobierno de Bush.
En ellos se sugería que el Presidente no había inaugurado una nueva era; incluso se afirmaba que luego de tres meses la agenda de
Bush continuaba tan indefinida como en noviembre de 1988 y
que las medidas tomadas seguían más una estrategia de reacción
que una visión global anticipada de lo que se deseaba hacer desde el Ejecutivo.
En la esfera económica destacan tres iniciativas, cuyos principales artífices han sido el secretario del Tesoro, Nicholas Brady,
y el director de la Oficina de Administración y Presupuesto de
35. No se puede dejar de mencionar que la postura de Faux implica
una mayor dosis de proteccionismo comercial que la de Peterson.
36. Véase la nota 19.
57
comercio exterior, ene ro de 1990
la Casa Bl anca, Ric hard D arm an: el proyecto de pres upu esto para
el año fisca l de 1990, el plan pa ra rescatar a las asoc iac iones de
aho rro y p résta mo 37 y una nu eva estrategia para el tratam ien to
de la de ud a extern a latin oa meri ca na38
En relac ión co n el mayo r pro bl ema intern o en lo eco nó mi co
el presid ente Bush presentó, apenas 20 días después de haber as um ido el poder, un proyec to pres upuestari o para el año fisca l de
1990. En la prop uesta, esqu emati za da en el cua dro 5, se id enti fica ro n cin co áreas prioritari as para las qu e so li c itó un incremento
respecto a los ni ve les corri entes; el "co nge lami ento flex ibl e" de
un co njunto de partid as relac io nadas co n el gasto soc ial, y un
aum ento del presup uesto de defe nsa, sufic iente pa ra mantenerlo
co nstante en términ os rea les .
CUA DRO 5
Estados Unidos: presupuesto fisca l de 7990,
distribución de in crementos prioritarios
(M iles de millones de dólares)
M etas deficitarias de la ley Cramm-Rudman
(Miles de millones de dólares)
1986
1987
1988
1989
1990
199 1
1992
1993
171
144
108
72
36
o
Revisió n de 1987
Déficit rea l 1
22 1
144
136
Propuesta de Bush
Acuerdo
300.6
175.9
53 1.4
17.3
299.2
18 1.3
539.7
17.0
5.3
5.3
0.3
3.5
5.2
0.5
5.7
2.7
9 1. 7
99.4
Castos
Defensa
Programas intern os disc recionales
Programas intern os no discrecionales
Asuntos intern ac ionales
Ingresos
Nuevos impuestos
Incremento de la efi ciencia
en recaudación
Venta de activos
Tarifas de uso
Déficit
CUADRO 6
Ley original
Acuerdo p resup uestario pa ra el año fisca l de 7990,
ru bros seleccionados
(Miles de millones de dólares)
Fuente: Th e Wa /1 Street j ourn al, 17 de abril de 1989.
Incremen to
7989
7990
Iniciativas que promu eva n el
crec imiento y la co mpetitividad
20.2
24.4
4.2
Programa antin arcóti cos
8.5
9.8
1.3
Obligacio nes espec iales (sa lud ,
edu cac ión, vivie nd a)
328.4
349.9
2 1.5
Ma ntenimiento y ava nce de la
16.5
17.5
1.0
paz mundial
Atención a problemas emergentes
8 .3
9.9
1.6
Fuente: Presidencia de Estados Unidos, Building a Better America , p. 27.
Añ o fisca l
CUADRO 7
149
155
170?
100
64
28
o
1. Según la contabilizac ión de la propia ley.
a. Proyectado.
Fu ente: " Gramm-Rudman Law", en Th e Wa/1 Street j o urnal, 1O de marzo de 1989.
Las disc usion es entre el Ejec utivo y el Co ngreso con c luyeron
el 14 de abril al aprobarse un ac uerdo presupuestari o vago y ll eno de estratage mas para evitar las decision es de fondo y aun as í
mantener el défi c it fisc al dentro de los límites establ ec idos por
la ley Gramm-Rudman -Ho llings (véanse los c uadros 6 y 7).
37. Véase Antonio Gutiérrez P., " El sistema fin anciero estadounidense:
Un desafío para la administrac ión Bush", Documento de Trabajo, IEE U,
CIDE, 1989.
38. Véase la ca rta mensual Estad os Unidos: Persp ectiva Latinoam erica na, vol. 14, núm . 5-6, IEEU, CIDE, Méx ico, mayo-junio de 1989 .
A pesa r de q ue Bush presentó este ac uerd o como un éx ito de
la estrategia para mejo rar las relac iones entre el Ej ecutivo y el Congre so, es ev id ente q ue se trata só lo de un a prim era aprox im ac ión
al pro bl ema. Sin du da, el cumplimi ento forma l d e la meta de d éfic it fisca l para 1991 no podrá alca nza rse ta n fác ilm ente com o en
1990. Según estim ac io nes del Co ngreso, se necesitarán 60 000
mill o nes de dó lares - comparados con 30 000 millones en 1990en recortes y nu evos ingresos para que el défi c it del año fi sca l
de 199 1 se sitú e en 64 000 m ill o nes de dó lares co mo lo establ ece la ley Gramm -Rudman-H o llings. El compo rtami ento de la economía en el segund o se mestre de 1989 y en 1990 -pe ríodo en
el qu e la mayoría de las proyecc iones vati cin a una recesió n- tambi én podría compli ca r el pano rama fi sca l.
Se pu ede con cluir q ue la fo rmul ació n de la políti ca eco nómica de Estados Unid os en el prese nte período pres id enc ial pl antea
desa fíos insólitos. Es cierto qu e Bu sh ha heredado una eco no mía
en ex pansión pero también lo es qu e la din ámica de c rec imi ento
ha engendrado graves probl emas qu e, al no haberse enfrentado
a ti empo, han estrec hado los márgenes de la políti ca eco nó mica.
Frente al riesgo de un a recesi ó n, el arsen al de la políti ca mac roecon ómica está muy restringido . La política fi sca l está prácti ca mente
anul ada por la magnitud del défi cit públi co . La política mon eta ri a, comprometid a en la contenció n del alza de precios, profundiza el peligro de qu e se interrumpa la fase ex pansi va al presionar haci a arriba las tasas de interés. Esto crea condic io nes para
qu e aumente el valor relativo del dól ar, lo qu e, a su vez, afecta
el sa ld o externo . Tal situ ación , por sí mi sma deli cad a, se exace rba po r las evid entes tensi ones entre la Casa Blanca y el ba nco
ce ntral respecto al curso que debe seguir la políti ca de la Rese rva
Federal. Además de la recesió n, al Gobiern o estadounid ense le
preoc upa sobremanera el efecto qu e el alza de las t asas de interés ti ene en el défi cit fi sca l, el estado de las asoc iac ion es de ahorro y préstamo y la deud a del Terce r Mund o.
Así, no obstante los esfu erzos por evitarlo, hay un alto riesgo
de qu e la pró xim a recesión tenga en su base la leyend a " hec ha
en W as hington ", como afirm ó el econ o mi sta Paul A. Sa mu elson .39 O
39. Th e Wa/1 Street }ournal, Washington, 20 de marzo de 1989.
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