N° 258 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

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N° 258
Rosario,
24
de
Setiembre
de 2010.-
Y VISTOS: Los presentes caratulados “SANATORIO
BRITÁNICO S.A. c/ CARREL PABLO S/ DEMANDA SUMARIA” Expte. N° 111/05
(Expte.N°401/03 del Juzg. de Primera Inst. de Circuito 4a. Nominación), venidos a
despacho para resolver el pedido de caducidad de la instancia recursiva
interpuesto por la parte actora a fs. 93/94 de autos; constancias obrantes y normas
pertinentes.
Y CONSIDERANDO: Que el actor en su pedido de
caducidad expresa que en fecha 8 de junio de 2010 recibió la cédula acompañada,
por medio de la cual se le notifica del Acuerdo de Cámara N° 119 de fecha 19 de
mayo de 2009, esto es, cuando ya se había producido la caducidad de la
instancia. Señala que la instancia concluye recién con la notificación de la
sentencia a las partes, y que entre el pronunciamiento de la sentencia y su
notificación, la instancia se halla en plena vigencia, y, por ende, es susceptible de
caducidad. En consecuencia, peticiona que se declare la caducidad de la instancia
recursiva y se tenga a la sentencia de primera instancia como pasada en autoridad
de cosa juzgada.
Entrando en la consideración de tal pretensión, es
evidente que le asiste razón a la peticionante en punto a que en autos se ha
producido la caducidad de la instancia, dado que efectivamente la instancia no
concluye con el dictado de la sentencia sino con su notificación y, en la especie,
entre ambos actos procesales ha transcurrido largamente el plazo de caducidad.
Por ello desde ya adelanto que prosperará el incidente
planteado, pero no con los alcances que pretende la actora, dado que en los
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casos de caducidad posterior a la sentencia de segunda instancia en los que ésta
revoca el pronunciamiento inferior, no procede declarar la caducidad de la
instancia recursiva únicamente, sino la de todo el proceso, dejando a salvo la
posibilidad de proponer “ex novo” la acción deducida en el proceso perimido.En efecto, el art. 236 del C.P.C. establece tres
supuestos: a) si el proceso caduca antes de dictarse la sentencia de primera
instancia, el efecto alcanza el proceso, quedando subsistente la acción; b) si el
proceso caduca después de dictada la sentencia de primera instancia, pero antes
de notificarse a las partes, el efecto es el mismo que en el caso anterior, pues por
falta de notificación la sentencia no advino en acto completo y c) si el proceso
caduca después de notificada la sentencia de primera instancia, el efecto es la
fuerza de cosa juzgada alcanzada por el pronunciamiento del a-quo.En cambio, la norma citada no brinda una solución
expresa a un cuarto supuesto que sería el de la caducidad operada después de
dictada la sentencia de segunda instancia.La cuestión se complica aún más en casos como el
presente en que la sentencia de segunda instancia revoca la de primera, por
considerarla injusta.De allí que, no contemplando el ordenamiento procesal
vigente el efecto que lleva aparejado la declaración de caducidad en casos como
el que nos ocupa, debe recurrirse a los principios generales del derecho, a fin de
resolver el caso con estricto sentido de justicia.Algunas legislaciones extranjeras han contemplado el
caso distinguiendo dos hipótesis: a) si la caducidad se produce en segunda
instancia, después de confirmarse el pronunciamiento en recurso, el efecto es
similar al de los supuestos ya tratados, es decir, se le da a éste fuerza de cosa
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juzgada y b) si la caducidad se produce en segunda instancia, después que la
sentencia dictada en la misma ha modificado los efectos del fallo anterior, la
sentencia impugnada no alcanza autoridad de cosa juzgada (Conf.: Cód. Proc.
Italia art. 341 y C.P.C. Uruguay art. 1320, citados por Alicia Garcia en Peyrano,
Jorge W, “Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia Santa Fe”, Ed. Juris,
Rosario 1996, Tomo I, pág. 671).Al respecto señala Chiovenda -al comentar el art. 341
del Código Italiano- que “... cuando los efectos fueron notificados por otra
sentencia pronunciada en los juicios de apelación o de revocación, la caducidad
de estos juicios no da fuerza de cosa juzgada a la sentencia impugnada, sino que
pone fin a la relación procesal del juicio entero, salvo el derecho de proponer ex
novo la acción. La razón de esta norma se encuentra en que la caducidad no
extingue los efectos de las sentencias y, por consiguiente, ni aun el efecto de la
sentencia modificatoria, porque más bien el efecto modificativo, produciéndose en
el mismo proceso, debería desaparecer con el proceso caducado. Pero la
verdadera razón se encuentra en que no sería conveniente que pasase en
autoridad de cosa juzgada la primera sentencia, cuando otra nueva producida por
un Juez superior, en caso de apelación, ha declarado que aquélla es injusta”
(Conf. Chiovenda, Giusseppe e “Principios de Derecho Procesal Civil”, Trad.
Casáis y Santaló, Ed. Reus, Madrid, 1925, Tomo II, pág. 387).Por su parte Parry, citando al anterior, afirma que:
“Cuando los efectos de la sentencia apelada fueron modificados por sentencia
dictada en segunda instancia, la perención de estos juicios, no da fuerza de cosa
juzgada a la sentencia impugnada; pero pone fin a la instancia íntegra, salvo que
se reproduzca ex bono, la acción”, agregando que “la razón reside en que sería
inconveniente que pasase en autoridad de cosa juzgada la de primera instancia,
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cuando una nueva sentencia emana de un Tribunal Superior -en el caso de
apelación- ha declarado que es o puede ser injusta” (“Perención de Instancia”, Ed.
1964, cit. en el voto de la doctora Barragán de Baigorri, en su disidencia al fallo de
la Cam. Apelac. Civil y Comercial de Rosario, Sala IV, 10-8-76 en Zeus 18, J-5).Esta solución que estimo justa que se compadece
razonable y lógicamente con la hermenéutica del Código, es la que llevó a
sostener jurisprudencialmente que, cuando la sentencia del Tribunal de Apelación
reformó o revocó la sentencia recurrida, la perención aniquila el proceso íntegro, al
aniquilar la propia sentencia de segunda instancia que a su vez, había revocado la
de primera quedando caduco todo el proceso.
Por ello, la Cámara de Apelación de Circuito,
RESUELVE: Declarar la caducidad del presente
proceso. Las costas totales del juicio serán soportadas por su orden, tanto en lo
principal como en el incidente de caducidad. Fíjanse los honorarios de Alzada de
los doctores
Natalia Yañez
y Rafael O. Buzzio en el treinta por ciento del
cincuenta por ciento de los honorarios que en definitiva les corresponda por su
labor desplegada en lo principal en sede inferior, con noticia de la Caja Forense.Insértese,
hágase
saber
y
bajen.-
(AUTOS:
“SANATORIO BRITÁNICO S.A. c/ CARREL PABLO S/ DEMANDA SUMARIA”
Expte. N° 111/05) 6-601
PAGNACCO
NETRI
GALFRÉ
5
MUNINI
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